OOPARTS LOS 7 EXPEDIENTES X DE LA ARQUEOLOGÍA
El término OOPART–siglas en inglés de Out Of Place Artifact, que se traduce como Objeto fuera de lugar–, es empleado para referirse a aquellos objetos cuyo hallazgo se antoja anacrónico con respecto al contexto de “espacio y tiempo” donde han sido encontrados. Este vocablo no es usado dentro la arqueología académica, sino que fue acuñado a mediados de los sesenta por el escocés Ivan T. Sanderson (1911-1973), investigador y divulgador de misterios más conocido por su interés en la criptozoología, esto es, la búsqueda de extrañas criaturas como el Bigfoot o el monstruo del lago Ness. Interesado también por los misterios de la Antigüedad, Sanderson usó este término para definir aquellos “objetos erráticos” o imposibles que los arqueólogos no han logrado catalogar satisfactoriamente.
Así pues, OOPART es la etiqueta para un cajón desastre donde tienen cabida desde aquellos objetos que no se integran en el contexto histórico de un yacimiento (como sería el hallazgo de una efigie de elefante en una excavación del Antiguo México), hasta aquellos cuya funcionalidad se desconoce (sería el caso de la pila de Bagdad), pasando por los que desafían el paradigma de la ciencia oficial (vestigios que insinúan una mayor antigüedad del hombre o incluso su convivencia con los dinosaurios). A continuación se exponen algunos de los OOPARTs más conocidos, con los argumentos a favor y en contra de su autenticidad o función que se les atribuye, para que sea usted quien extraiga sus propias conclusiones.
1. ¿UNA PILA DE HACE 2.000 AÑOS?
El caso más emblemático de OOPART es el de la famosa y controvertida “pila eléctrica” que, hasta su desaparición en 2003, en 1936 en el transcurso de unas excavaciones en Kujut Rabua–pequeña localidad próxima a la capital iraquí–. Se trata de un ánfora de barro de unos quince centímetros de longitud, taponado con betún, cuyo interior alberga un tubo cilíndrico de tiras de cobre soldadas de unos diez centímetros de largo por veintiséis milímetros de diámetro que aíslan una varilla de hierro corroído por algún tipo de ácido. Aunque no llegó a estimarse su datación, el contexto de su hallazgo sitúa su antigüedad en un rango tan amplio que–según la fuente que se consulte–comprende entre entre el año 250 a.C. y el 640 d. C. Según König, tanto él como sus colaboradores estuvieron de acuerdo en definir el extraño objeto… como una batería eléctrica.
