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Camilo Toro

200423220

Es placentero ver como un artista hoy en día todavía se puede preocupar


únicamente por las cualidades pictóricas que su obra pueda llegar a aspirar,
que por una la idea o concepto del mundo, que ésta pueda transmitir. Aunque
hay una consiente exploración de lo pictórico, la mimetiza en representaciones
banales –ya sea un inodoro un animal o una naturaleza muerta-, señalando al
espectador sus preocupaciones sobre la pintura, el balance de los colores, la
importancia de la mancha a la hora de representar o la vivacidad que el trazo
puede darle a un sujeto. Es una obra bastante plástica con preocupaciones en
la forma de representar, más que en que representar.

Es un trabajo en el que existe un concienzudo tratamiento de las bases


formales de la expresión artística. Hay exploración de color, trabajo de
perspectiva, composición y trazo. No es el más fino ejemplo del uso de éstas
variables, si fuéramos a hablar únicamente de la forma, la técnica podría ser
mucho más pulida. Los elementos que componen cada una de las obras no
parecen trabajar en conjunto; a pesar de que hay algunos encuentros donde
parece haber dialogo entre los mismos, parecen más frases azarosas que una
convergencia impuesta por el artista para señalar una idea o un concepto que
le preocupe a él.

Por otro lado en las fotografías ocurre lo mismo. Se puede decir que cada una
de las fotos tiene buen encuadre, una buena exposición -técnicamente están
bien- ; pero esto no dice nada del artista; dice de un buen artesano donde la
factura es lo importante, pero si la obra no refleja contenido simplemente se
está haciendo una labor de reescritura sobre los conceptos ya explorados a
través de la historia de la expresión pictórica. No se podría afirmar que el
artista nos está mostrando alguna visión personal, parecen más ejercicios de
clase con el fin de familiarizarse con una técnica.

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