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Protección contra el Desgaste

Hardfacing
El desgaste de las piezas metálicas puede ser definido como una perdida gradual
del metal ocurrida en un cierto tiempo y mediante algún mecanismo que actúa
sobre esta. Cuando la pieza o una parte de la misma se deforma y desgasta de tal
manera que no puede trabajar adecuadamente, debe ser reemplazada o
reconstruida. Mientras que los resultados finales producidos por el desgaste son
similares, las causas que los producen son diferentes, por lo tanto es esencial
entender dichos mecanismos involucrados antes de realizar la selección del
material de recargue a utilizar.
El recargue antidesgaste en la capa superficial tiene por objeto, no solamente
reconstituir la pieza usada, sino también aumentar su resistencia. El metal
depositado es, entonces, diferente al metal base.

Estos recubrimientos se efectúan en:


a) En una pieza nueva, en las dimensiones deseadas para que, después de
recubierta y trabajada, puedan obtenerse las dimensiones exigidas para la pieza
(recargue preventivo)
b) En una pieza usada que se desea volver a poner en servicio, después de
haberla revestido de un metal mejor capaz de resistir el desgaste posterior
(recargue de reparación)
El interés que representa el recargue antidesgaste se explica fácilmente. En la
actualidad, el constructor dispone de una abundante selección de aceros y
aleaciones especiales capaces de constituir piezas de toda especie destinadas a
trabajar en condiciones muy severas. Sin embargo, estos materiales son cada vez
más caros, muchas veces de una elaboración compleja y, en general,
insuficientemente dúctiles para poder construir enteramente las piezas de que se
trata. Por consiguiente, limitando su empleo a aquellos lugares especialmente
sujetos al desgaste, es decir, recargando localmente por medio de estas
aleaciones especiales aceros ordinarios baratos y dúctiles, se llega a una solución
mucho más económica, al mismo tiempo que se reducen los tiempos muertos
necesarios para la sustitución de la pieza usada.
Los electrodos antidesgaste se clasifican generalmente según la dureza del metal
que depositan (Brinell, Rockwell o Vickers) No obstante, hay que tener en cuenta
que la dureza sólo da una indicación muy relativa de la resistencia al desgaste. Un
metal depositado más duro que otro puede resultar menos resistente al desgaste,
dependiendo de la exposición a uno o varios de los siguientes factores:
rodamiento, deslizamiento, abrasión, choques repetidos, erosión, corrosión y
cavitación, entre otros. También se puede dar que recargues que presenten la
misma dureza, a menudo registren comportamientos disímiles. Lo que está claro
es que una aleación con mayor porcentaje de carburos, más duros y mejor
distribuidos es la que presenta la mejor resistencia a la abrasión, tanto de bajo
como de alto esfuerzo. Otro aspecto que hay que tener presente al momento de la
selección del recargue, es que el desgaste abrasivo puede tener lugar en
ambiente frío o caliente, siendo este último caso la situación más extrema.

La abrasión es el mecanismo más común entre las distintas causas que producen
desgaste en las piezas metálicas, aunque en la mayoría de los casos se presente
una combinación de dos o más factores.
La complejidad del fenómeno exige entender muy bien los mecanismos
involucrados antes de seleccionar el material de recargue capaz de reconstituir
una pieza desgastada. Para ello, en el siguiente artículo conoceremos los tipos de
abrasión, además de entregarle algunas consideraciones en cada uno de ellos.
Sería fácil seleccionar una aleación de recargue si todos los componentes
metálicos estuvieran sujetos solamente a un mecanismo de desgaste, pero,
usualmente, se produce una combinación de dos o más factores. Esta situación
hace que la selección de la aleación sea más complicada, por lo que se aconseja
elegir el mismo recargue en una situación de compromiso entre cada uno de los
diferentes mecanismos de desgaste. El análisis inicial debe centrarse en el
proceso de desgaste principal y, luego, se deben considerar los secundarios.
Los mecanismos de desgaste primarios y secundarios se encuentran distribuidos
en la industria en las siguientes proporciones:
Mecanismo de desgaste Proporción de casos (%)
Abrasión 50
Adhesión 15
Altas temperaturas 8
Corrosión 5
Otros 22
Como el mecanismo de abrasión es el de mayor interés en la industria, lo
describiremos en todas sus clases con el fin de diferenciarlas claramente.

Abrasión de bajo esfuerzo


En general, es el tipo de abrasión menos severa. Las piezas se desgastan debido
a la acción del desgarro repetido que producen las partículas duras y afiladas que
se mueven por la superficie del metal a velocidades variables. La velocidad, la
dureza, el filo del reborde, el ángulo de ataque y el tamaño de las partículas
abrasivas se combinan para influir sobre el efecto de la abrasión.
Las aleaciones que contienen carburo de cromo se utilizan exitosamente para
resistir el desgaste por abrasión de bajo esfuerzo, por lo tanto, los electrodos
que poseen este elemento son los más recomendados.
Los componentes típicos sometidos a abrasión de baja tensión incluyen
implementos agrícolas, tornillos sinfín, clasificadores, toberas de bomba de pulpa,
equipos de proyección de arena, canaletas y ductos de transporte de material
abrasivo.
Abrasión de alto esfuerzo
Es más intensa que el simple desgarro y ocurre cuando pequeñas y duras
partículas abrasivas son presionadas contra una superficie metálica con suficiente
fuerza como para fracturar la partícula hasta triturarla. Generalmente, la fuerza de
compresión la proporcionan dos componentes metálicos con el elemento abrasivo
aprisionado entre ellos. La superficie se pone áspera producto del desgarro, lo que
puede provocar grietas superficiales.
Los componentes comúnmente sometidos a este tipo de abrasión son las
barrenas, palas excavadoras, molinos pulverizadores, molinos de bolas, rodillos
trituradores, entre otros.
Los productos que mejor resisten este mecanismo de desgaste son los recargues
austeníticos al manganeso, y las aleaciones que contienen carburos de tungsteno
en una matriz tenaz.

Abrasión por desgarramiento


Cuando la abrasión de alto y bajo esfuerzo va acompañada de algún grado de
impacto y carga, el resultado del desgaste puede ser extremo. En la superficie del
metal se producen severas deformaciones y surcos cuando objetos macizos, a
menudo rocas, son presionados fuertemente en su contra.
Los componentes que suelen sufrir este tipo de abrasión son las palas mecánicas,
los baldes tipo concha de almeja, las chancadoras de pera y las chancadoras de
mandíbula.
Cuando existe abrasión por desgarramiento, generalmente, se utilizan aleaciones
de carburo de cromo, sobre una base de material tenaz, preferentemente de acero
al manganeso austenítico.
En el caso, muy frecuente, del desgaste por abrasión, la naturaleza de la materia
abrasiva (su dureza, su fragilidad, el grosor y la forma de sus granos) influye
decisivamente en el comportamiento del depósito y, por consiguiente, en la
elección de la categoría del electrodo.
Por lo tanto, salvo que se trate de un caso clásico en el que un producto ya ha
demostrado su utilidad, el ensayo de la pieza en servicio, después de recargada,
será únicamente lo que permita deducir si un electrodo conviene o no para una
aplicación determinada.

RESUMEN
Por diversas causas, las piezas metálicas sufren un desgaste gradual que dificulta
su funcionamiento adecuado. La reparación de este proceso se conoce como
recargue antidesgaste, lo que, además de la reconstitución de la pieza usada,
tiene por objeto aumentar su resistencia.
En términos generales, lo primero que debe tenerse en cuenta al momento de
seleccionar el material de recargue, es identificar el proceso de desgaste principal.
También hay que considerar que una aleación con mayor porcentaje de carburos,
más duros y mejor distribuidos es la que presenta la mejor resistencia a la
abrasión, tanto de bajo como de alto esfuerzo.
Tipos de Desgaste
La clasificación de los tipos de desgaste incluye factores mecánicos, térmicos y
químicos:

1. - Desgaste por abrasión:


Es una acción esmeriladora causada por sólidos abrasivos deslizantes que rozan
y pulen una superficie:
a) Abrasión pura o de baja tensión: Es el resultado de una acción de socavación
provocada por pequeñas partículas, tales como arena, polvo o tierra.
Una variación de este tipo de desgaste es la erosión, que ocurre cuando partículas
arrastradas por un movimiento rápido de aire o líquido golpean el material. Un
movimiento abrasivo produce virutas de metal. (ver figura No 5)
b) Abrasión de alta tensión: Es un desgaste que agrega una fuerza de
compresión a la abrasión de baja tensión. (ver figura No6)
c) Abrasión por desgarramiento: Este desgaste combina la abrasión de alta
tensión con impacto, produciendo deformación de plástica dentro del metal base.
(ver figura No 7)

2. - Desgaste metal-metal:
Se produce cuando dos superficies se rozan entre sí, generando de este modo
calor, lo cual hace que irregularidades superficiales se unan para formar una
soldadura en frío. Entonces, pequeñas porciones de la superficie se desgarran, lo
que causa daños de importancia. (ver figura No 8)
3. - Desgaste por impacto:
Es el resultado de una tensión de compresión momentánea. Afecta más a los
materiales frágiles, produciendo una fractura o deterioro gradual. (ver figura No 9)

4. - Desgaste por temperatura:


Influye sobre estructuras endurecidas por tratamiento térmico, reblandeciéndolas.
Esto puede causar cambios de fase que incrementen la dureza y fragilidad, y
puede acelerar el ataque químico, tal como la oxidación y exfoliación. (ver figura
No 10)

5. - Desgaste por corrosión:


Es el deterioro de un metal como consecuencia de una reacción química o
electroquímica con el medio. (ver figura No 11)
ELECCIÓN DE ALEACIONES PARA EL RECUBRIMIENTO
Y RECUPERACIÓN DE PIEZAS
Con el fin de determinar el tipo de aleación requerido para una aplicación
determinada, se deben responder las siguientes interrogantes:

1. - ¿Qué proceso de soldadura se prefiere o es recomendable utilizar?


2. - ¿Cuál es el metal a recuperar o recubrir?
3. - ¿Cuáles son los factores o mecanismos de desgaste involucrados?

CLASIFICACIÓN DE ALEACIONES PARA EL


RECUBRIMIENTO Y RECUPERACIÓN DE PIEZAS
1. - Aleaciones base hierro:
Las aleaciones base hierro se pueden subdividir de acuerdo con su fase
metalúrgica o microestructura. Cada tipo resiste ciertos tipos de desgaste en forma
más económica y/o mejor que otros. Para simplificarlo, se agrupan las diferentes
aleaciones en tres grandes familias, indicando además su principal propiedad:
1. - Aleaciones Austeníticas. (Impacto)
2. - Aleaciones Martensíticas. (Desgaste Metal-Metal)
3. - Aleaciones en base a Carburos. (Abrasión)

2. - Aleaciones base cobalto-cromo y níquel-cromo:


Se usan habitualmente para aplicaciones donde exista alta temperatura y/o
corrosión acompañada de abrasión e impacto. Los depósitos son excelentes
superficies de protección, debido a sus propiedades antiexcoriación.

3. - Carburo de tungsteno:
Este grupo consiste en carburo de tungsteno fundido en varias formas se
consiguen depósitos más resistentes al desgaste por abrasión y eficiencia de corte
sobre equipos de movimientos.
PROCESOS DE SOLDADURA PARA EL RECUBRIMIENTO
Y RECUPERACIÓN DE PIEZAS

Los procesos de soldadura más usados para la recuperación y recubrimiento de


piezas son:

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