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El realismo científico y la construcción de la realidad

Lawrence Carbajal Hinojos

29 de Noviembre de 2008
Índice

3 Introducción

4 Desarrollo

4 Búsqueda de la verdad

5 La construcción de la realidad según el realismo científico

7 El contexto del lenguaje

9 Ciencia y metafísica

11 Conclusiones

12 Bibliografía

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Introducción

El realismo científico ha tenido mucho auge en las últimas dos décadas, sin
embargo, por el contrario a lo que se pueda pensar no se limita a las ciencias
exactas o a los métodos cuantitativos.

Teniendo como base previa al realismo crítico, se basa en la búsqueda de la


verdad objetiva por parte de la ciencia y la forma en que éstas se aproximan.

En el presente ensayo exploraremos la manera en que según esta teoría se va


construyendo la realidad.

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Desarrollo

Búsqueda de la verdad

La verdad, según Niiniluoto, es una meta principal (aunque no la única) de la


ciencia (Diéguez, 1998, p. 5). El realismo científico, por tanto, sostiene la
existencia de una realidad objetiva, independiente de la percepción subjetiva del
ser humano. EL MUNDO para Niiniluoto existe en sí mismo, con independencia
de la mente humana, pero es también algo real con lo que el sujeto entra en
interacción causal y cognoscitiva (Diéguez, 1998, p. 12). La ciencia entonces
tiene por objetivo principal conocer esa realidad, describirla y explicarla (y
también en ocasiones predecirla).

Podemos notar claramente esta presuposición del realismo científico


(proveniente de versiones previas del realismo, así como del neopositivismo) de
que existe una realidad totalmente objetiva, independientemente de la
conciencia humana y también de que es posible llegar a conocerla sin
mediaciones subjetivas por parte del individuo.

Desde esta perspectiva supone además que la ciencia se acerca cada vez más
a la verdad, principalmente gracias al método científico. Y es que los avances
científicos y las nuevas teorías son en gran medida mejores que las anteriores.
Sus aplicaciones prácticas también suelen resultar más eficaces y eficientes.
Esta “acumulación del conocimiento” que se da con la ciencia la ha vuelto
sumamente dinámica y exitosa. Tenemos por ejemplo en la física a la mecánica
cuántica que supera por mucho a sus predecesoras en predictividad, exactitud y
aplicaciones prácticas.

El problema para ello se encuentra en que no se puede saber cual es la verdad


o la realidad a ciencia cierta. De cualquier forma se estipula que aunque quizá
sea imposible llegar a ella en su totalidad, la ciencia sigue avanzando en esta

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dirección “en la medida en que consigue obtener una información
crecientemente verosímil sobre la realidad”. (Niiniluoto, citado por Diéguez,
1998, p. 2)

Si bien para que la ciencia logre entender la totalidad de la realidad se


necesitarían estudios y tiempo casi infinitos, el avance de la ciencia nos pone
cada vez más cerca de este ideal.

Por el lado más concreto de este ideal, se supone que la ciencia sí puede llegar
a la verdad objetiva sobre fragmentos de esta realidad total.

Se rescata por tanto la premisa positivista que indica que lo real puede ser
medido, probado y comprobado y su teoría al respecto de que de que el ser
humano puede llegar a acercarse tanto a la objetividad que carezca de
mediación alguna por parte del individuo y su parte subjetiva. Aunque el realismo
científico deja abierta la opción de que posiblemente no se llegue a este último
grado, considera que los avances de la ciencia se encaminan en esa dirección y
se acercan cada vez más.

La construcción de la realidad según el realismo científico

Para el realismo científico la realidad se va conociendo a través del método


científico. Cada ciencia se encarga de conocer los aspectos que le interesan
sobre esta realidad, por lo que se va construyendo esta realidad por “partes”.

De cualquier forma, el hecho de que el conocimiento se adquiera mediante el


método científico, esto no es un paso definitivo hacia su aceptación colectiva y
con ello algo que puede pasar a formar inmediatamente parte de la realidad
social.

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Incluso en la comunidad científica se muestra resistencia a la aceptación de los
resultados de experimentos o estudios científicos como “verdades”. Según
Diéguez (1998, p. 9), “el consenso de la comunidad científica no puede servir
para definir la verdad porque no habría tal consenso, ni tan siquiera garantía
alguna de que se pudieran resolver correctamente los problemas cognitivos más
simples”.

La verdad entonces se plantea, en base a un contexto. Es decir “esto es verdad


en este entorno y esta situación”. Generalmente en los estudios “científicamente
correctos” o hechos bajo “rigor científico” (comúnmente bajo el MC-14 o algún
método aproximado o derivado del mismo), sus resultados se consideran cono
“verdaderos” bajo las situaciones experimentales, teóricas, o ambas, planteadas
como premisa de dicho estudio.

Sería el caso por ejemplo de realizar un estudio cuantitativo basados en la


premisa de Durkheim (citado por Jensen, 2006) de que “la pasión religiosa,
tomada como una característica variable de las naciones, favorece una
correlación positiva en tasas de homicidio”. Si el resultado del estudio diera que
se ha comprobado esta hipótesis, se toma como una “verdad” dentro de esta
teoría sociológica de Durkheim, limitado a la región geográfica y espacio
temporal donde se haya realizado dicho estudio. Esto es debido a que cualquier
otro científico puede discutir que en realidad la pasión religiosa no fue la causa
de que dicho estudio haya tenido esa conclusión, sino por el contrario que en
realidad la variable que realmente influyó era la situación económica de la
población de dicho país (aunque otro podría entonces establecer otra correlación
entre pasión religiosa y situación económica). Puede entonces realizar otro
estudio donde compruebe que la situación económica influyó más en los
homicidios que la pasión religiosa. Esto también sería considerado como una
“verdad”, pero dentro de los parámetros y contexto del nuevo estudio, sin que
esto afecte la veracidad del estudio anterior al no estar probando que la
hipótesis basada en la sociología Durkheimiana es falsa (falsacionismo de

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Popper). Ahora que, si el estudio basado en la premisa de Durkheim resultara
disprobando la hipótesis (como el presentado por Jensen, 2006), esto tampoco
significa que su teoría sociológica sea errónea, sino que no aplica de la misma
manera en el contexto social, espacial y temporal en que se realizó dicho
estudio.

Los resultados de los estudios científicos se toman entonces como verdades


dentro de los contextos en los que se realizaron si se hicieron bajo “rigor
científico”.

El contexto del lenguaje

Al respecto, Tarski va aún más allá, delimitando el contexto al lenguaje. Su


noción de verdad es la “verdad-en-un-lenguaje”, y por tanto lo que permite
decidir sobre dicha verdad o falsedad es el aspecto que el mundo presenta a
través de dicho lenguaje (Diéguez, 1998, p. 10). Sin embargo eso no significa
que la “verdad-en-un-lenguaje” se refiera a las creencias de una comunidad que
comparte este lenguaje, sino a la forma en que el mundo sea en relación a este
lenguaje. Es decir, la “verdad-en-un-lenguaje” no se refiere a las creencias de la
gente que utiliza este universo simbólico para la transmisión de su cultura, sino a
la forma en que el mundo se relaciona con este lenguaje, sus símbolos,
significados y significantes. Por ejemplo, el hecho de que en Francia no sea
aceptado socialmente el “negacionismo” (la negación de que el holocausto Nazi
haya existido, y que incluso se castiga con cárcel), esto no significa que en el
idioma francés el “negacionismo” sea una falsedad, aunque lo sea en el contexto
social general de la comunidad que habla dicha lengua. Veamos el caso
contrario con el lenguaje navajo, originario de algunas tribus de los Estados
Unidos. Fue utilizado durante la segunda guerra mundial como un medio de
codificación para los lenguajes de radio. Ante la situación de que los mensajes
por este medio eran interceptados por los japoneses y aún los que se hacían de
manera codificada eran rápidamente descifrados y descubierto su sistema, los

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estadounidenses buscaron un lenguaje que nunca antes hubiera sido escrito y lo
encontraron en el pueblo navajo. El problema era que en este idioma no existían
muchos términos utilizados para fines militares como los nombres de los
vehículos o las armas. Se utilizaron entonces otras combinaciones de términos
comunes para referirse a ellos. Por ejemplo para referirse a un avión podía
utilizarse el término “águila veloz”. De esta forma, en el lenguaje navajo un avión
se convirtió en un “águila veloz”. Y aunque en cualquier otro idioma es falso que
un avión pueda ser lo mismo que un “águila veloz”, para el idioma navajo esto es
verdad. Veámoslo desde un punto de vista más extremo. En ningún otro idioma
es verdadero el enunciado “un águila veloz cruzó el oceano”, pero en navajo sí
es un enunciado válido y verdadero en la realidad. A esto se refiere Tarski con la
“verdad-en-un-lenguaje”.

Es por eso mismo que Eco(1977) hace las siguientes recomendaciones que,
aunque se refiere específicamente a las tesis, actualmente esta convención se
ha extendido a la mayoría de los estudios con “rigor científico”:

“1) No se puede hacer una tesis sobre un autor extranjero si este no es leído en
su lengua original.[…] en primer lugar, estos autores no siempre tienen todas sus
obras traducidas, incluso a veces la ignorancia de un escrito menor puede
comprometer la comprensión de su pensamiento o de su formación intelectual;
en segundo lugar, la mayor parte de la bibliografía sobre un autor dado suele
estar en la lengua que él escribía, y si el autor está traducido no siempre lo están
sus intérpretes; por último, las traducciones no siempre hacen justicia al
pensamiento de un autor.

“2) No se puede hacer una tesis sobre un tema si las obras más importantes que
se refieren a él están escritas en una lengua que no conocemos. Un estudiante
que supiera perfectamente alemán y que no supiera francés, hoy en día no
podría hacer una tesis sobre Nietzsche, que sin embargo escribió en alemán: y

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es que de diez años a esta parte algunas de las más interesantes
revalorizaciones de Nietzsche han sido escritas en francés.

“3) No se puede hacer una tesis sobre un autor o sobre un tema leyendo sólo
las obras escritas en las lenguas que conocemos. ¿Quién os asegura que la
obra decisiva no ha sido escrita en la única lengua que no conocemos?”

Por esto se da tanta importancia al lenguaje como parte fundamental del


contexto de una “verdad”. Y aunque el hecho de que el lenguaje elegido pueda
restringir la concepción del mundo a un fragmento, este fragmento de la realidad
puede decirnos “algo” sobre el mundo.

Ciencia objetiva y metafísica

El realismo científico no es una teoría científica, sino más bien una corriente
filosófica sobre la ciencia y la manera en que esta busca construir la realidad
mediante el método científico.

Gran parte de la discusión se centra en la parte de la verdad objetiva. La forma


en saber si la ciencia realmente se acerca a ella y cómo medir su progreso.

Aunque la objetividad sea su principal meta, el realismo científico no se centra


únicamente en el paradigma cuantitativo como instrumento para alcanzar la
verdad, sino que también acepta al cualitativo, y aunque su atención se ha
centrado, hasta cierto punto, en las ciencias exactas, por ser más objetivas,
considera también a las ciencias sociales como parte del conocimiento científico
en su búsqueda por conocer los fragmentos de la realidad y la interacción del
sujeto con el mundo.

Incluso retoma la consideración de la metafísica en las ciencias exactas por


parte de los científicos que buscan otros caminos para encontrar las nuevas

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teorías, como en el caso de la física por mencionar un ejemplo. Más aún, para
esta tarea resultan fundamentales las teorías científicas, que no se refieren a los
hechos reales directamente, sino que lo hacen de una manera elíptica, indirecta,
puesto que siempre hay de por medio un modelo más o menos idealizado de
esos hechos. (Bunge 2002)

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Conclusiones

El realismo científico es una teoría filosófica derivada del realismo crítico que ha
tenido mucho auge, pero por estar actualmente aún en desarrollo, sus
principales exponentes no coinciden totalmente en sus puntos, sin embargo su
premisa inicial de la búsqueda de la verdad por parte de la ciencia es invariable.

Debemos recalcar, de cualquier manera, su centralidad alrededor del método


científico como el instrumento ideal para conseguir su objetivo, sin embargo no
se limita únicamente a una parte de éste, como podría parecer en un principio la
existencia de un sesgo por las ciencias naturales y los métodos cuantitativos.

La construcción de la realidad se da a través de los avances de la ciencia como


la vía para que el hombre conozca la verdad objetiva que existe
independientemente de la conciencia humana.

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Bibliografía

Diéguez, Antonio (1998). Realismo científico. Una introducción al debate actual


en la filosofía de la ciencia. Málaga, Universidad de Málaga.

Jensen, Gary (2006). Religious Cosmologies and Homicide Rates among


Nations. Journal of Religion & Society. Volúmen 8. Recuperado de:
http://moses.creighton.edu/JRS/pdf/2006-7.pdf

ECO, Umberto(1977). Cómo se hace una tesis. Gedisa editorial.

Bunge, Mario(2002). La investigación científica. Siglo veintiuno editores.


México.

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