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No queremos cholos
en «el trigal»
Al final
El e q ui vo c a do
c u e r p o del arcoiris
espirit u d el
El editor
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juicios por crímenes Defensa se niegan a proporcionar la necesita. Así lo ha denunciado Salo-
denunciados por la información necesaria, la documenta- món Lerner Febres en diferentes
Comisión de la Ver- ción militar de los años ochenta en las entrevistas. Ellas se hacen de oídos
dad y Reconciliación; zonas de conflicto. sordos y alegan que todo aquel que
sin embargo, muchos se pronuncia en contra del encubri-
de estos procesos no ¿Por qué el encubrimiento? ¿No son miento solo busca crear conflictos
Incorrecta
ben colaborar con esos fines. Duran- en mi colegio, La Salle. ¿Habrá sido
te el conflicto, el Ejército pasó de ser Flores-Aráoz un deportista apañado?
quien «contribuye a la paz social res-
petando los DD.HH.» (no es chiste, lo Las Fuerzas Armadas, para lim-
he sacado de la web del Ministerio de
Defensa, de la sección Derechos Hu-
piar el nombre de la institución,
manos, Derechos Humanos, parte D) tienen que facilitar la informa-
a «eliminar al enemigo»1. Este cam- ción sobre los acontecimientos
bio en el fin del Ejército los ha llevado ocurridos durante el conflicto.
a pensar que cualquier afrenta a su No se mancilla el nombre de la
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Género Cuento
L
Algunas contradicciones de la
mujer de clase media en Lima
Victoria Maraví
un obstáculo para las mujeres del
Perú de todos los estratos. En es-
tratos más bajos, el problema del
dinero se intensifica junto con cues-
tiones culturales y educativas.
Javier Pizarro
Sé que esto debería ser decisión
personal de la mujer. La mujer de César Jumpa
clase media o media alta puede in-
cluso estar bastante cómoda con la
forma en que vive. Pero ¿qué pode-
mos hacer para que ella cambie esta
actitud? ¿Cómo podemos generar
las condiciones para que esa elec-
ción de sometimiento no sea atrac-
tiva? Podríamos empezar señalando
El día en que Lima fue bombardeada por algún país las tiendas; los más nuevos hacían espléndidas ranas y
que todos conocían por la tele, los vecinos corrieron a aviones de papel, y los más viejos eran perfectos para
quiénes influyen en ella. Veamos: iniciar y alimentar hogueras, suponíamos que por toda
refugiarse a sus cuartos antibombas, con sus bidones
esta mujer es a quien se dirigen los la grasa acumulada al pasar por millones de manos, o
de agua y sus latas de conserva, preparados para lo
comerciales de productos del hogar, tal vez por su maldad inherente. Luego, llegó el invierno
que creían sería un gran invierno nuclear. Lidia y yo,
comestibles, infantiles, para adelga- y pasó el tiempo de la inocencia. Comenzamos a que-
gada por su marido. Puede que no que no veíamos la tele y tampoco conocíamos el mal,
zar, los talk shows… En suma, los mar todos los billetes que encontrábamos sin importar-
mirábamos pasar la guerra como quien ve pasar a un
Si bien el Perú es uno de los varios sea visible para otras personas, ya vendedores están obsesionados con
unicornio. Acostados en la somnolescencia de la tarde, nos si eran viejos o nuevos (y había muchos más de los
países subdesarrollados de América que ella lo esconde con una perso- lo que ella haga (o compre), por lo que nunca habríamos imaginado). Claro que también
nalidad despreocupada, un trabajo refugiados entre sábanas, no vimos venir la explosiva
Latina que lucha contra la pobreza, que esta influencia aumenta las ac- había libros, pero nos dolía más quemarlos: los libros
aparentemente exitoso o con una mariposa de luz. Así que cuando despertamos, luego de
un sistema educativo mediocre e titudes sexistas que recibe. de derecho que habían sido de su padre, los tratados de
atención excesiva a la vida escolar hacer el amor toda la noche y dormir el resto de ella,
inequidad de géneros (entre otros medicina de su madre, las novelas que Lidia leía en su
de sus hijos. éramos ya los únicos sobrevivientes.
problemas cotidianos), debo admitir Culpen a la propaganda que la quie- infancia solitaria. Mi familia, en cambio, no leía mucho,
que no he tenido que lidiar con ellos re encasillar con ropa más blanca y ni yo tampoco. Quizá fue por eso que Lidia decidía qué
Desde mi punto de vista, el principal (…)
todos los días, pues tengo a mi al- comida para bebés. Culpen a la po- libros quemar primero cuando el frío ya no daba más
problema es el siguiente: casi nun- Tardamos un poco en acostumbrarnos a todo esto de
cance muchas oportunidades, sobre lítica, que siempre parece corta de remedio que hacerlo. Ese fue el invierno del año de la
ca aporta ingresos tan altos como estar solos en el mundo (por la enorme ciudad que no-
todo porque vivo en Lima, ciudad representantes femeninas, e incluso bomba, que no fue un invierno nuclear, pero sí un invier-
los de su pareja, ya que el mismo sotros llamábamos mundo). Tenía sus ventajas y sus
urbana y capital. Esta posición me a algunas representantes conserva- no frío. El más frío de la historia.
entorno condiciona que las mujeres desventajas. Por ejemplo, éramos los primeros en todas
ha permitido observar algunos as- doras que no promueven suficientes
perciban menos dinero que un hom- las filas de las tiendas (que nosotros detestábamos),
pectos de esta sobrepoblada y con- iniciativas para cambiar esta menta- Lo sé, aunque no pueda recordar bien cómo fueron los
bre con la misma capacitación. El pero también éramos los únicos, y al final de la fila no
taminada ciudad que otros pueden lidad. Pero no culpen a aquellas mu- inviernos pasados, porque sé, con toda seguridad, que
dinero es un factor muy importante había nadie a quien pagar. Eso resultaba más bien un
no haber percibido. Uno de ellos es jeres que quieren hacer el cambio, aquí nunca nevó y que Lima, rincón gris en medio del
en las relaciones sociales que esta- inconveniente para Lidia y, al menos las primeras ve-
el rol de la mujer en la clase media. pues son quienes necesitan ayuda trópico, era la ciudad perfecta para andar desnudo todo
blecen las mujeres de este estrato. ces, no pude evitar que dejara siempre algo de dinero
en esta revolución. Necesitan recibir el año si alguien se hubiera atrevido. Ahora, en cambio,
Por ende, cuando llega el momento puesto en la caja, en la mesa o en la mano fantasmal
Empecé mi observación un par de ese impulso positivo de los medios y necesitábamos de las hogueras que ardían en cada es-
de decidir cómo gastar el presu- del bodeguero, según decía ella. Yo por mi parte nunca
días atrás, mientras veía la serie My de sus representantes para que de- quina de la habitación. Puedo recordar que, antes de
puesto mensual, qué comprar para he creído en fantasmas y, aunque no recuerde mucho
wife and kids. El esposo, Michael, pendan de sí mismas y no de otras eso, ya habíamos comenzado a olvidar. Puedo recordar
los niños o dónde ir durante esas del mundo de antes, podría apostar que Lidia tampoco.
estaba con su esposa, Jay, en te- personas. que para ese tiempo ya no teníamos noción de las horas,
«lindas» vacaciones, lo que dice es Ella sí creía, en cambio, en el fantasma de su propia
rapia de pareja porque querían en- que pronto perderíamos la noción de los meses, pero
simplemente una sugerencia, nun- honestidad. La honestidad a prueba de bombas que le
contrar la solución a sus problemas No estoy pidiendo que el mundo que aún conservábamos la secuencia de las estaciones.
ca la decisión final; de hecho, sus hacía dejar el dinero acumulándose todos los días en el
caseros. Encontré un parecido con cambie en un instante. Definitiva- Una de las razones por las que escribo esto es porque
elecciones son secundarias o menos mismo lugar sin que nadie viniera a recogerlo. Pero yo,
muchas mujeres casadas de mi ciu- mente no estoy sugiriendo matar a me temo que pronto perderemos también la conciencia
prioritarias que las de su marido. que la conocía mejor que ella misma, sabía que Lidia era
dad. Una mujer de clase media o todos los hombres; no soy radical. del olvido, la sensación de que algo falta donde debería
una criatura de costumbres y la honestidad era una de
media alta en Lima usualmente no Solo pretendo romper sus cadenas. estar, eso si es que no la hemos perdido ya para algunas
Todos somos conscientes de la im- ellas. Años de tratar al dinero como a un mal necesario
encara la pobreza extrema y suele Ella no es el objeto que complemen- cosas. Me dolería sobre todo perder a Lidia, no olvidarla
portancia del dinero en nuestra so- se desvanecieron en algunos días. Primero por el placer
contratar a una empleada; no obs- ta a un hombre, es su igual. Por ello solamente, sino perderla por completo, es decir, perder
ciedad. Sea un cambio positivo o secreto de un robo impune, después, por pura inocen-
tante, los lujos que posee esconden debe ser tratada de manera apro- hasta su ausencia. Aunque supongo que si eso sucede,
negativo a futuro, en el presente es cia. Lidia comenzó a recoger los billetes acumulados en
la terrible verdad: que es subyu- piada. Ella lo merece. no tendría por qué sentir dolor alguno, pero yo quiero
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y mi olvido, se inclinó sobre la sombra de una cama, están empezando a hacer ajenas. Lidia se está convir-
levantó el cuchillo en el aire y lo bajó tan rápido que su tiendo en un personaje entrañable, está dejando de ser
silbido rellenaba el silencio. Comenzó entonces la orgía ausencia para convertirse en una presencia ficticia como
de sábanas y plumas, frazadas brutalizadas se elevaban Diez o quince minutos después, Lidia reaccionó. Para
ese momento yo esperaba de ella cualquier cosa que la de dios. Cada mañana al levantarme tomo estas hojas
como tratando de escapar de la violencia, las almoha- y hasta me he descubierto a veces dudando de ellas,
das huían dando saltos y el colchón asesinado sangraba rompiera mi concepción de lo previsible, y hasta de lo
inesperado. Si ella tomaba la bandeja y me cortaba el que tal vez son los recuerdos de algún otro sobrevivien-
resortes afilados que raspaban a Lidia con cada esto- te, que su Lidia es de él y no mía, que en realidad nunca
cada, pero ella no notaba el dolor y seguía, pues no le cuello con el borde filoso, yo no me resistiría. Si en cam-
bio decidía bajar al camino y hacer muñecos de nieve hubo Lidia para mí. En algún punto de mi duda, punto
alcanzaba el corazón para nada más que la furia, y no le que tampoco recuerdo, tomé un trozo de hierro filudo y
alcanzaba la furia para nada más que destruirme. No le marrón y negra (Lima siempre fue una ciudad sucia),
probablemente yo me enjuagaría la cara para bajar y me corté su nombre en el pecho, lo sé porque todavía
alcanzaba la furia, ni siquiera para notar mi ausencia. puedo ver la cicatriz, y entonces, cuando veo la cicatriz,
ayudarla. Lidia tenía manos torpes y yo sé, aún ahora,
que ella nunca podría hacer un muñeco decente. dejo las dudas, leo todo de nuevo y pienso en ella con
Yo, desde el otro lado de la habitación, la miraba ilumi- mucha fuerza, como si quisiera invocar su presencia, y
nado a medias por la ventana, la luz de la luna y algunas hay veces en que puedo verla cuando cierro los ojos,
estrellas. Lidia se detuvo. Los restos de todo el destro- Y, en cambio, Lidia hizo lo que hacía siempre. Me pre-
guntó acercándose a mí si había dormido bien. Pude una silueta rasgada, una huella descalza sobre la nie-
zo cayeron al suelo como si hubieran estado detenidos ve, un fragmento de tiempo, y recuerdo, a veces, como
en el tiempo. Lidia también comenzó a caer, pero a un adivinar por su voz que sus labios habían comenzado
a descoserse, pero no del todo. Estaba la pregunta de ahora, la última vez que no la vi.
pensar que sí puede ser posible, que hay algún rincón tiempo diferente y hacia dentro de sí misma. Fue como
una espiral terrible, como si Lidia se hubiera convertido todas las mañanas, pero no era una pregunta de ver-
de mi alma que es inmune a las trampas de la memo- Fue esa tarde que, sin avisarle a Lidia, decidí salir a
a sí misma en un abismo interminable. Cuando al fin ter- dad. Era una respuesta. Era un dormiste bien que pre-
ria. Alma. Una palabra para la que nunca conocí objeto caminar. Más allá de mis excusas, sabía que no volvería.
minó su caída, Lidia durmió. Entonces yo, contra todas guntaba gentilmente cuán mal había dormido. Porque
referente, pero estos son tiempos extraños. Me refiero El sol aún no terminaba de derretir la nieve. Corrían
las leyes de la prudencia, con mucho amor y estupidez, sabía que había dormido mal, o que debería de haber
a que aún me queda su misterio, una ligera sombra de riachuelos helados a lo largo de la calle, pero mis pies
me acosté a su lado en el suelo. Dormí poco esa noche, dormido mal (bastante mejor, en realidad, de lo que la
lo que alguna vez fue su significado completo. Alma. todavía se hundían medio metro para tocar el asfalto.
pero pude dormir de alguna manera. Tuve pesadillas en situación haría suponer). Sabía, en pocas palabras, que
Lidia. Estoy seguro de que antes podía entender todo Me alejaba poco a poco. Volteé a ver la ventana antes
las que era perseguido por alguien cuya existencia no había tratado de matarme. O tal vez todo es imagina-
el sentido detrás de ella, no podía ser de otra manera de doblar la esquina, la única ventana viva de la ciudad,
conocía, como si yo estuviera parado del otro lado de ción mía, me dije, cuando junté valor para mirarle a la
o la vida sería un tormento imposible. Alma. Algo que con la única persona viva además de mí. La ventana
una pantalla y no pudiera advertirme a mí mismo del cara. Ella se había inclinado como si quisiera verme por
está dentro, de naturaleza olvidada, pero tangible aún estaba vacía, o al menos eso creía, antes de ver la cor-
peligro. Mientras tanto, en la pantalla, el otro seguía con debajo de la almohada, así que cuando saqué mi cabeza
al sentimiento como evidencia de su existencia. Lidia. tina sacudiéndose como cuando alguien abandona una
una vida común, dejando para mí el miedo. Fue así que de ahí, tuve a Lidia a un beso de distancia. La muñeca
Cada vez me habla menos, cada vez más fuera de mí y ventana y todos piensan que es el viento. No es mucho,
despertaba con un recuerdo fresco de la persecución, de tela había desaparecido. Quedaba la Lidia de verdad,
más dentro de ella misma; ella que está afuera, ahí, en pero es todo lo que tengo. Ahora que lo escribí, ya ni
cuando vi que Lidia acababa de preparar los desayunos mirándome como si no supiera por qué la miraba con un
la ventana mirando hacia fuera, caminando hacia fue- siquiera eso me pertenece. Estaré un par de días en
para ambos, y entraba a la habitación con una bandeja. poco de rencor y pena, y su mismo rostro era un espejo
ra, respirando hacia adentro y afuera, hablando hacia blanco y, cuando lo vuelva a leer, dudaré. Porque aquí,
Por la ventana la tormenta se había detenido del todo que reflejaba la pena y purificaba el rencor. En ese mo-
adentro solamente, con la puerta cerrada, dejándome donde todo se olvida, lo único indudable es el dolor, y
y hasta empezaba a solear. Estaba subido en la cama mento, hubiera deseado salir a armar muñecos de nieve
afuera. No sé si cada vez la conozco menos o si cada vez si alguien me preguntara dónde me duele, no dudaría
sin saber cómo, acomodado entre los resortes sin que con ella. Lidia levantaría con nieve el futuro: nuestros
me la olvido más. Lidia. A veces te veo y me pregunto en levantar mi dedo en protesta contra el tiempo y
me cortara ninguno y aún se podían ver por el suelo los hijos, un apartamento digno de la mejor ciudad ratone-
quién eres. Empiezo a temer que ya no sé la respuesta señalar directamente a ese momento. (…)
restos de la noche desgarrada. Apoyada en la pared, ra, una bicicleta cursi de dos asientos; ella siempre fue
como la supe antes, o que la respuesta que sé ya no te
estaba una escoba. Lidia al lado de la escoba con su una optimista, y yo, del otro lado de la vereda, trataría
responde tanto.
media sonrisa, desvelada y alegre. Traté de actuar con de moldear un pasado de nieve sucia que se derretía
naturalidad y saludé yo primero, rápido, miré para otro con rapidez.
Me terminé de dar cuenta esa noche de invierno, en me-
dio de una nevada que duró varios días, algún día entre lado. Ella parecía una muñeca de tela ahí parada, con la
sonrisa innatural cosida en la cara. No supe qué más de- (…)
julio y noviembre, entre un lunes y un sábado. Lo re-
cirle y me cubrí con los restos de la almohada. Comencé Lidia ya no está conmigo cuando escribo
cuerdo, lo intuyo, por las hogueras de lata que ya ardían
a llorar por motivos comprensibles. esto, me ha crecido la barba por el tiem-
en todos los rincones fríos de la casa. Era una noche
po y ya no hay nieve para tapar nuestras
insoportable y dormíamos más abrazados que nunca,
miserias. Lo leo todo desde el inicio, sé
tratando de atrapar con nuestros cuerpos el calor que se
que alguna vez la tuve y que ahora ya no
nos escapaba por el aire, cambiando de posición cada
la tengo. Porque hasta estas hojas se me
vez que la tormenta azotaba la ventana. La noche era
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tantos se identificaban. El tema cambian hacia la incertidumbre.
lo completan los arreglos de Ed y El tema es inmenso y el resultado mo, ya no está la frustración que
Jonny intercambiando mareas de final lleva a Thom Yorke a cantar Thom Yorke solía tener. Está feliz
efectos que entran y salen jugan- de forma grave y sobria su salida: por todo lo que tiene, por su fa-
do con las melodías de la voz, con «I’ll hit the bottom. Hit the bottom milia (a la que parece dedicarle
las armonías de las cuerdas. Deja and escape. Escape». el tema) y la paz consigo mismo:
A
«No matter what happens now.
R R
un buen sabor de boca.
U I T A
You shouldn’t be afraid. Because
MI G
Radiohead no ha dejado de lado
«Reckoner» es otro tema que ya su rostro más roquero y guitarre- I know today has been the most
fue presentado en vivo un tiempo ro, de lejos «Bodysnatchers» es la perfect day I’ve ever seen».
atras y que recién ha sido graba- canción más fuerte del disco. Un
do. En su primera versión era muy tema memorable con los tres gui- Radiohead parece más satisfecho
distinto: guitarras llenas de dis- tarristas tocando sobre un ritmo y que nunca con su sonido actual y
a inmensos. Una canción rockera krautrock, pero sonando a Radio- se sienta el álbum ligero, como
insolente. La versión que se gra- head más que nunca. El trabajo una creación sin obligaciones, por
bó para el In rainbows es suave, de batería de Phil Selway es, por puro placer. Sin duda merece una
una balada con una base rítmica cierto, sumamente encomiable. oportunidad de parte de los de-
Al final del arcoiris cavernosa, un reverb que sienta Posee una buena técnica, su ma- tractores. Atrás queda la grandi-
muy bien el tono y unas guitarras yor cualidad es encajar el ritmo y locuencia de lanzar un álbum que
tenga un concepto inmenso y arti-
Reseña de In rainbows
arpegiadas con ternura y tristeza. acento preciso para cada canción.
No es para nada algo nuevo para La banda hace crecer a «Bodys- culado con un rollo casi profético.
Radiohead, es el tipo de canción natchers», y lo hace uno de los Es para disfrutarlo y ya.
Camilo Uriarte que suelen hacer. Pero los arre- mejores cortes, como
glos, los instrumentos y la voz la para agitar la cabe-
componen como un tema tan her- za insolentemente.
En arcoiris, a colores, en todos el ritmo dándole un empuje in- del cambio y se nota a lo largo del moso que es difícil que no resalte «Jigsaw falling into
esos colores, de varias formas, vis- creíble. Llega el final del tema con disco. Desde el Hail to the thief simplemente por su belleza. «All I place» es también
to de tantas formas, alegre, feliz, una nota extraña, una duda. Una (2003), el disco anterior, la ban- need» tiene un tono similar, aun- otro tema en base a
optimista. El nombre del séptimo curva tras otra, este es el camino da cerraba un círculo. Retomaban que más que melancólico resulta guitarras. Menos rui-
álbum de Radiohead hace eviden- que siguen varias de las cancio- las guitarras distorsionadas y el esperanzador, parece una decla- doso, pero movido
te un nuevo ánimo en el grupo. nes de In rainbows: empiezan en ánimo épico que tuvieron en los ración, un manifiesto. Esta es la con melodías y arre-
un lugar y terminan en otro. Pero noventa, pero a la vez aplicaban belleza que Coldplay trata inútil- glos muy gancheros
In rainbows comienza con una todas te llevan con ellas, son cam- lo aprendido con la nueva tecnolo- mente de lograr con sus cancio- resulta una de las
base rítmica electrónica, un beat bios que exaltan la emoción, los gía. Un camino similar se sigue en nes. «All I need» alcanza un clí- canciones más direc-
espástico, un groove. De pron- ganchos de la canción. el In rainbows, pero uno mucho max inmenso, lleno de texturas y tas del álbum.
to entra la voz con una melodía más directo. En el álbum, más allá timbres que parecen simplemente
animada, una tonada casi in- Radiohead era una banda de tres de un concepto inmenso, priman liberarlo todo en un momento de El tema más bajo del
fantil. Entra la guitarra de Jonny guitarristas, en varias canciones las canciones. final lucidez. disco es, para mí,
Gre enwoo d con unos acordes incluso tocando al mismo tiempo. «House of cards»;
elocuentes y la voz de Thom Luego del Kid A (2000), su cuarto Canciones como «Nude» o «Rec- «Faust arp» es un tema que re- sin embargo, no es
Yorke empieza con su sarcasmo. álbum, la configuración de la ban- koner» ejemplifican perfectamen- cuerda mucho a los Beatles. Real- malo, solo que no
Ese tono impregna toda la can- da cambió y, con ella, sus presen- te eso. El primer tema es uno ya mente algo diferente para Radio- parece terminar de
ción. Todo fluye suavemente, so- taciones en vivo. Todo esto le dio conocido para los seguidores del head. Minimalista, solamente unas encajar con el res-
bre todo la guitarra inconfundible a la banda un arsenal más grande grupo, estrenado en vivo alrede- guitarras acústicas y una orquesta to. Es más lisérgico, sumamente
que Jonny rasguea con dulzura y de posibilidades sonoras que han dor de la época del OK Computer de cuerdas añadiendo arreglos sosegado, no crece, pero se man-
ternura hasta el coro, donde se explotado desde entonces. Con (1997), su tercer álbum, grabado pop elegantes al tema. Corto y tiene en esa onda etérea, con
torna más reflexiva. Es fácil dejar- tales posibilidades bien aprendi- ahora en una versión distinta, mi- conciso. Otro corte distinto es efectos que vienen y van como
se llevar y entonces cambian las das, más allá de la reinvención, se nimalista, más fresca y original. «Arpeggi», que comienza optimis- brisas de ruido.
texturas hacia un ánimo atmosfé- siente una onda relajada en este La banda entra suavemente y pri- ta, con líneas de guitarras que se
rico, sobre el cual la voz regresa a álbum. ma la voz con el falsetto melancó- entrelazan circularmente crecien- El disco termina con «Video-
la tonada inicial, pero de otra for- lico y sincero que tiene Yorke en do poco a poco sobre una base tape», una cadencia con
ma. Cabe recalcar el trabajo de Ed La banda ya no necesita probar las baladas. Es justo ese tono con rítmica motorizada, sencilla, que cierto tono melancólico
O’Brien, el guitarrista rítmico de la nada, ni siquiera a una disquera el que la gente aprendió a seña- se va cargando hacia el clímax, y con mucho corazón.
banda, quien trabaja gran parte (a pesar de que actualmente ya lar a Radiohead en los noventa, la donde se detiene. Aquí es donde Aquí la letra eviden-
de las texturas que se escuchan. tienen contrato de distribución). banda que siempre hablaba sobre siguen las curvas y las texturas cia un nuevo áni-
El bajo de Colin Greenwood corta Ese es el valor más importante alienación y, a la vez, con la que
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Sección poesía
I III
Veintiséis
Soy el centro ¿Acaso el esplendor te cubrió tanto que
todos en un vórtice a mi alrededor nadie te logró encontrar?
Hans Burkli yo soy un centro sin puertas ¿acaso la nostalgia no te suele mirar a los ojos cada noche?
soy más bien Eres el centro por una sola decisión
un centro con ventanas para ver no entenderla, después de todo,
para no sentir no será importante
inevitablemente estas ahí, apestando a hierba a hilos rojos en todavía puede que –con suerte–
todo tu cuerpo diciendo que he venido a salvarte del mejor día Está la muralla al frente quede algo de ternura
de tu vida Una lluvia de estrellas / de rock decapitadas entre es sólida y fe
las alarmas de los coches Ametrallas palabras que no entiendo alta hasta la luz que me rodea
cómo despertarse con balas y agujeros en el pecho y no sa- con sus sonidos intermitentes Estás en el centro de un gran vacío
ber cómo llegaron ahí Y dices algo definitivamente dices algo de los que percibo la realidad se ha perdido el deseo, solo queda la razón
hiriente inconscientemente lacerante distorsionado imposible aún sin creerla, y las raíces de los pasos cercanos
pero esto no lo dices con palabras o por lo menos no parecen son persistentes que esperan por ti
palabras sino un jodido silencio y una jodida caída y suenan a las campanas
que rompen el amanecer Los demás, en su extraña libertad,
te mirarán pacientes, inocentes
y no entenderán
ni el centro ni a ti…
CENTRO
SON
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Gaby Navarro
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olibre.com
Krishna Castillo
ww.limafot
tonipay / w
Fotonota: No queremos
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caras idóneas cholos en «El Trigal»
Noelia Chávez Krishna Castillo
50 caras idóneas
que se repiten… [Inconclusas…]
sin saber por qué. El centro comercial «El Trigal» albergaba año tras año a una po-
Cuatro cuerdas vocales suenan pular feria comercial. El terreno y la feria son propiedad de una
parónimas caminan cooperativa compuesta por los residentes de la zona, quienes
y no miran para atrás… hasta hace poco no se habían sentido perturbados en absoluto.
con cuatro pies encima… [Como inexistentes…] Ahora bien, este año decidieron dejar de organizar la feria de
que someten… [¡Desgraciados!] «El Trigal» y vender los terrenos a una empresa constructora.
pero solo siguen su canto repetido Luego de enterarse de que la constructora planeaba construir
Son 50 repetidas un complejo multivivienda en la zona residencial, los vecinos
sin pastillas de sueños madrugadas manifestaron su desacuerdo. Han colocado pancartas contra la
que para dormir concuerdan… construcción argumentando la falta de desagüe o los problemas
¿Dónde están los indocumentados? que puede traer a los negocios de la zona. Durante estos meses,
socialistas, epidémicos… posteriores a las primeras manifestaciones de los vecinos de la
diferentes y bohemios… zona, la constructora colocó un cerco alrededor del terreno don-
aquellos locos más cuerdos de planea construir y, como respuesta, los residentes han escri-
que aburridos enternados to en las paredes del cerco manifestando más explícitamente su
que no hablan porque cantan… rechazo a la construcción de dicho complejo. En el anonimato
solo sueñan mientras viven… del graffiti de esta fotografía se reflejan muchas de las verdade-
y no respiran... [Sino gris smog] ras razones de los vecinos en contra del complejo multivivienda;
es una muestra clara de racismo aversivo la consiga: «No al
Bienvenido a este mundo reducido multivivienda / No a los cholos».
y que gane el mejor peinado…
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Recomendados
Los Mutantes
Mariano Vargas
(Estruendomudo, 2008)
Hilarante, lúdica, intensa. Los Mutantes, primera novela de Mariano
Vargas, es un acierto híbrido en el que convive una estética medio
gore (algunas de estas páginas remiten a las escenas más logradas
de Tarantino) salpicada de la áspera ternura de los personajes de Los
inocentes (1961), de Oswaldo Reynoso. Esta influencia se extiende
especialmente sobre la identidad los protagonistas, Nino y Gonzalo,
dos púberes que asumen con ansiedad su tránsito hacia la adolescen-
cia, ese mundo de seres crueles a los cuales observan e imitan con
miedo y fascinación. En este camino, ambos personajes redefinen las
fronteras de sus escrúpulos, puesto que ansían entender y aplicar las
reglas de los mayores: se hacen cada vez más conscientes de su edad, The bedlam in Goliath
su sexualidad y su violencia. Son personajes que ostentan algunos The Mars Volta
rasgos de las caricaturas de los gánsteres, los cuales, curiosamente, (Universal, 2008)
remiten a una realidad que no resulta tan ajena ni extraña, quizá
porque la realidad a veces nos resulta incluso exagerada. Empleando Luego del vigoroso y polémico Amputechture
eficazmente algunos recursos lúdicos, Vargas sale ileso mediante giros (2006), The Mars Volta vuelve a la carga con
narrativos que desembocan en situaciones que rompen intencional- un álbum luminoso, intenso y lunático, muy a
mente con lo verosímil. En paralelo al desarrollo de estos personajes, su estilo, que quizá se consolide como el favo-
el autor introduce la inquietante presencia de la banda criminal «Los rito de sus seguidores. Y es que no es poco lo
Mutantes», así como la de un grupo de nobles que controlan el mun- que se puede decir de The bedlam in Goliath:
do, lo cual termina por hilvanarse con un manifiesto que insta a la este proyecto empezó inocentemente con una
salvación humana a través del rescate de la imaginación. extraña y antigua tabla que el guitarrista de
la banda, Omar Rodríguez-López, compró en
Leonera Jerusalén. Omar, junto con Cedric Bixler-Zavala (el
Pablo Trapero vocalista), logró comunicarse con este extraño objeto (al estilo güija) en repetidas ocasiones: pronto tuvieron una
(Argentina, 2008) serie de revelaciones acerca de un triángulo amoroso prohibido y violento que tradujeron en las letras que compo-
Resulta notable la manera precisa en que Leonera articula diversos aspec- nen este álbum. Pero fuera de esa historia, el trabajo resalta por sus propios méritos, sobre todo por la conocida
tos cinematográficos: guión, caracterización, fotografía, música… como en audacia con la que se conjugan voz, guitarra, bajo y percusión (increíble batería) junto con otros instrumentos que
toda buena película, el resultado es una unidad funcional. En este caso en no han hecho más que reinventar el concepto ya inclasificable de la banda. El nivel de experimentación del álbum
particular, se trata de una exploración original acerca de los sentimientos alcanza una riqueza y una complejidad que incluso en la banda es inédito: desde la calmada y ambigua «Tourniquet
más básicos y necesarios en las instancias más inadecuadas y precarias. man», pasando por la poderosa y calculada «Ouroborus», hasta la explosiva y alucinante «Soothsayer». Siempre
¿Qué situación resulta más compleja que la de una mujer embarazada quedan cortas las descripciones para estas canciones y, de hecho, aunque algunos críticos señalen que este trabajo
aprendiendo a sobrevivir en una cárcel que se asemeja a una jaula de es tan impresionante como el De-loused in the comatorium (2003) en su momento, lo mejor es conseguirlo y hacer
leonas? Lejos de cualquier cursilería o efectismo, Trapero ha construido
el intento de descifrarlo para sacar conclusiones propias.
una historia cuya solidez recae en su tratamiento de lo humano: Julia es
una mujer de un carácter fuerte que no calza en los arquetipos de víctima
o victimaria (incluso se torna natural preguntarse qué es la justicia). La
protagonista es ambigua no solo porque está involucrada en un crimen
del que no se sabe si es culpable, sino por su psicología compleja, incluso
contradictoria, que soporta a la vez la sorpresa de saber que tendrá un hijo
y las rencillas que mantiene incluso con su propia madre. El director de
El bonaerense (2002) alinea el duro contexto carcelario al drama intimista
de Julia; de esa manera, el manejo de cámara y la fotografía cumplen con
crear escenas en lo que todo parece descubierto, mostrado en su más dura
condición, como desde una ventana que invita a comprender una realidad
brutal. La estrategia de Trapero consiste en atrapar al espectador mediante
picos dramáticos muy efectivos (quizá el único levemente reprochable sea
el del motín carcelario) que se cierran con un final contundente. Un par de
detalles: Leonera arrasó con los premios del XII Festival de Cine de Lima y
ha sido nominada a la Palma de Oro en el Festival de Cannes 2008.
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+ recomendados CONVOCATORIA PARA EL SEGUNDO
NÚMERO DE «EFECTO RASHOMON»
Se convoca a los alumnos a participar en la revista cultural que auspicia el Centro Federado de Estudios Generales
Letras. Aunque en esta segunda edición se dará preferencia cuantitativa a los alumnos de esa facultad, todos los
alumnos de la PUCP están invitados a participar. Lo que se necesita para el segundo número es lo siguiente:
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Susana Montesinos
www.quito-ushuaia.com
Ellos luchan con la tierra, descienden montañas de dos mil metros de altitud, después las vuelven a subir, reco-
rren todas las montañas en bicicleta. «The Andes Trail», una ruta organizada por holandeses fanáticos de las dos
ruedas, la historia de 18 hombres y mujeres que recorren 11 mil kilómetros con sus propias piernas. Desde Quito
(Ecuador) hasta Ushuaia (Argentina). Desde la Mitad del Mundo hasta el Fin de la Tierra. Historias, anécdotas,
amores secretos y no secretos, forman la parte de este complejo viaje que empezó inocentemente el 9 de agosto,
y terminará el 14 de diciembre en la cola de América.
Holandeses, irlandeses, belgas, canadienses, franceses y una peruana forman parte de esta expedición descrita
en bicicleta por Susana Montesinos en www.quito-ushuaia.com.
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