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Regulación y
coordinación en
animales
Los sistemas de coordinación
Para que órganos y sistemas funcionen de manera conjunta y coordinada, es
necesario algún mecanismo que se encargue de ello y al mismo tiempo permita al ser
vivo responder a los cambios en el medio externo.
Los animales poseen dos sistemas de regulación y coordinación de funciones, el
nervioso y el hormonal o endocrino, mientras que los vegetales solo tienen el
hormonal. El desarrollo del sistema nervioso en los animales es consecuencia de la
necesidad de dar respuesta rápida a los cambios que ocurren en el medio.
En ambos el modelo de regulación es común: un estímulo inicial origina una
respuesta, según el siguiente esquema:
Estímulo → Receptor ---- vía sensorial ---→ Modulador ---- vía motora ---→ Efector →
Respuesta
El sistema nervioso, formado por tejido, nervioso se encarga de regular el
funcionamiento de los órganos mediante los impulsos transmitidos por los nervios,
mientras que en el sistema endocrino, determinadas funciones fisiológicas se efectúan
por la acción de las hormonas transportadas por la sangre.
En cuanto a la respuesta que se produce, la del sistema nervioso es rápida poco
duradera y muy específica, mientras que la del sistema hormonal es lenta (pues tiene
que llegar, por medio de la sangre, hasta el órgano donde ejerce su acción), duradera
y más o menos específica.
Las funciones que regula el sistema nervioso son aquellas que exigen
respuestas rápidas y poco duraderas (movimientos), mientras que las controladas por
el sistema endocrino requieren una acción lenta y continuada (crecimiento).
En los animales, los dos sistemas de coordinación (nervioso y hormonal) actúan
de manera integrada. El sistema nervioso, además de coordinar entre sí todos los
sistemas corporales, se encarga de dirigir el funcionamiento del sistema hormonal.
El sistema nervioso: regulación y
coordinación
Recibe el nombre de sistema nervioso el conjunto de órganos encargados de
recibir, integrar y transmitir las informaciones procedentes del exterior y del medio
interno, así como de coordinar y controlar las respuestas del organismo a esas
informaciones. Está constituido por tejido
nervioso, formado por una agrupación de
células, fundamentalmente neuronas, que
son las células básicas y comunes a todos
los sistemas nerviosos.
El sistema nervioso regula y coordina
el funcionamiento de los órganos mediante
impulsos nerviosos.
Estructuras que intervienen en la
coordinación nerviosa:
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• Estímulo: cualquier cambio procedente del medio externo o interno que puede
ser captado por un receptor y que provoca una respuesta.
• Vías nerviosas sensitivas: Son las vías de transmisión que conducen los
impulsos nerviosos desde los receptores hasta los moduladores (vías
aferentes).
• Vías nerviosas motoras: Llevan las órdenes (en forma de impulsos nerviosos)
desde los moduladores, que las han elaborado, hasta los efectores (vías
eferentes).
• Efectores: Son los órganos que captan los impulsos transmitidos por las vías
motoras y efectúan la acción (respuesta). Respuesta motora: el órgano
efector es un músculo, y su contracción o relajación implica u movimiento.
Respuesta secretora: el órgano efector es una glándula. La respuesta
consiste en la secreción de una sustancia por parte de esa glándula. Cuando
esta respuesta se produce en una glándula endocrina, la secreción es una
hormona, que controlará alguna función del organismo.
Tejido nervioso
Está compuesto por las neuronas, las células más especializadas que existen,
capaces de recibir información, tanto del medio externo como del interno de un
organismo, y de transmitirla y procesarla, elaborando respuestas que mandan a
músculos y glándulas para que se produzcan movimientos o secreciones,
respectivamente.
Todas estas funciones se realizan por medio de los impulsos nerviosos, que son
corrientes electroquímicas.
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Excepto en los invertebrados más simples, cuyo tejido nervioso está formado
solo por neuronas, en los demás animales está constituido, además, por un conjunto
de células muy diferentes: las células de neuroglía o células gliares.
Las neuronas. Son las unidades estructurales y funcionales del sistema nervioso.
Las neuronas maduras no pueden dividirse y su número está definitivamente
establecido desde el nacimiento del animal (10.000 y 100.000 millones de neuronas).
Estas células presentan un grado máximo de especialización y en ellas se
pueden distinguir dos partes: un cuerpo celular y unas prolongaciones que parten de
él.
El cuerpo neuronal contiene el núcleo y las estructuras citoplasmáticas, entre
las que cabe destacar las neurofibrillas, que recorren el citoplasma y
continúan en las prolongaciones, y los gránulos de Nissl, que son porciones
del retículo endoplasmático rugoso y las mitocondrias.
Las prolongaciones filamentosas pueden ser de dos tipos:
Dendritas. Son
prolongaciones con muchas
ramificaciones,
generalmente cortas y muy
numerosas. Están
especializadas en recibir
impulsos y enviarlos al
cuerpo neuronal.
Axones, cilindroejes o
neuritas. Suelen ser largos
(pueden llegar a medir un
metro de longitud) y
presentan unas
ramificaciones en el
extremo, llamadas fibras terminales, que acaban en pequeños botones
terminales que acaban cerca de las prolongaciones de otra neurona o de un
órgano efector. Normalmente existe un solo axón en cada neurona.
Conducen el impulso nervioso desde el cuerpo neuronal hacia otra neurona
o hacia el efector.
Según el número de prolongaciones,
las neuronas pueden ser:
Monopolares. Presentan una
única prolongación, el axón. No son
muy frecuentes.
Pseudomonopolares. Tienen una
única ramificación que se bifurca
en un axón y una dendrita.
Bipolares. Poseen dos
prolongaciones: una dendrita y un
axón.
Multipolares. Tienen varias
dendritas y un axón.
Según la función que llevan a cabo, las neuronas se
pueden clasificar en:
Neuronas sensitivas. Su función es recibir la
información de los receptores (órganos sensitivos)
y transmitirla hacia el sistema nervioso central
para su procesamiento.
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Los nervios pueden ser sensitivos (si tienen fibras sensitivas), motores (si tienen
fibras motoras) o mixtos (si tienen fibras sensitivas y motoras). La mayoría de los
nervios son mixtos.
El impulso nervioso
Las neuronas están especializadas en recibir y emitir señales. La transmisión de
estas señales recibe el nombre de transmisión del impulso nervioso y constituye
un mensaje electroquímico que va pasando de neurona en neurona. Este fenómeno
radica principalmente en la membrana plasmática que separa a la célula nerviosa de
su medio extracelular.
sensoriales, como los estatocistos para el equilibrio y los ocelos (ojos primitivos), que
detectan luz y sombra.
Este sistema resulta insuficiente para los animales que se mueven más
rápidamente y llevan una vida mucho más activa, pues necesitan un sistema nervioso
que les permita responder con celeridad a los estímulos del medio. Para ello, estos
animales:
• Tienden a polarizar y dirigir las corrientes nerviosas a través de neuronas
unidireccionales.
• Poseen fibras nerviosas de mayor diámetro, lo que incrementa la velocidad de
conducción.
• Presentan un número mayor de células nerviosas, que se concentran formando
gánglios.
• Posteriormente, experimentan una cefalización debida a la concentración de
neuronas en el extremo anterior (cabeza). En todos ellos, el sistema nervioso se
sitúa en posición
ventral.
Los platelmintos tienen
simetría bilateral, una
característica común de todos
los animales más complejos, y
poseen un par de gánglios en
la región anterior (cerebro
primitivo), de los que parten
dos cordones nerviosos que
se extienden a lo largo del
cuerpo, a través de neuronas distribuidas a intervalos regulares que envían
ramificaciones nerviosas a distintos tejidos. Estos nervios periféricos reciben los
estímulos de algunas zonas del cuerpo y responden a ellos. Poseen sistema
nervioso cordal.
Desde el punto de vista evolutivo, esta doble ordenación señala la primera
aparición de los dos sistemas nerviosos: el central y el periférico, que caracterizará
a todos los animales de mayor complejidad en el transcurso de la evolución. Este
sistema doble, central-periférico, ofrece la ventaja de que cada estímulo de una parte
específica del organismo provoca una respuesta individualizada que no afecta a todo
el animal, como sucede en los celentéreos.
Los anélidos presentan un sistema nervioso ganglionar. Presentan las
cadenas ganglionares en posición ventral y poseen un par de gánglios por segmento.
Cuando las cadenas ganglionares llegan a la faringe, la rodean, formando el anillo o
collar periesofágico, y se unen de nuevo al alcanzar la cabeza, donde dan lugar a
los ganglios cerebroideos, que ocupan una posición dorsal.
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Prosencéfalo
En los vertebrados superiores,
especialmente en los mamíferos, adquiere
un gran desarrollo, ya que en él se
concentran las actividades de mayor
importancia. Durante el desarrollo
embrionario se divide en dos: telencéfalo y
diencéfalo.
• Diencéfalo. Está compuesto por el tálamo, que es una zona de paso muy
importante y el centro de interpretación de muchos de los estímulos sensitivos
que llegan al cerebro (se aprecia la calidad de las sensaciones). Debajo de este
se encuentra el hipotálamo, que regula las funciones internas del cuerpo
(centro de regulación de la sed, el equilibrio hídrico, el hambre y la saciedad;
control de los impulsos sexuales; centro de regulación de los ritmos biológicos y
del sueño; regulación de los diferentes estados emocionales; relación con la
hipófisis). Del hipotálamo parte el tallo hipofisiario, que conecta con un
glándula, la hipófisis. El techo del diencéfalo es el epitálamo, que alberga la
glándula pineal, oculta en las aves y los mamíferos bajo los hemisferios
cerebrales; en los peces, los anfibios y los reptiles desempeña una función
fotorreceptora e influye en la pigmentación de la piel.
Mesencéfalo
Constituye el centro integrador más importante en los vertebrados inferiores
(peces y anfibios). Contiene los lóbulos ópticos que, excepto en los mamíferos, son
los centros de visión.
En los mamíferos, esta zona pierde importancia y forma dorsalmente los
tubérculos cuadrigéminos, a los que llegan fibras de los nervios óptico y auditivo,
que hacen sinapsis y continúan hacia el área correspondiente de la corteza cerebral
(control de numerosos reflejos visuales y auditivos). En la parte ventral se encuentran
los pedúnculos cerebrales, que intervienen en el tono muscular.
Rombencéfalo
Se divide en una parte anterior o metencéfalo y una posterior o mielencéfalo.
médula, y sus largos axones mielínicos llegan hasta los músculos esqueléticos. Los
nervios craneales (10 o 12 pares) entran y salen del encéfalo. Algunos son solo
sensitivos o motores, y otros, mixtos. Inervan la cabeza, la parte superior del tronco y
ciertos órganos internos. Algunos de ellos tienen relación con el SNA.
Los craneales inervan la cabeza, órganos de los sentidos y algunos músculos de
la cara. Los raquídeos inervan los músculos de los brazos, piernas y tronco.
Los nervios raquídeos o espinales salen de la médula por los espacios
intervertebrales y se forman al juntarse las raíces dorsales y ventrales, por lo que son
mixtos. Intervienen en la ejecución de los actos reflejos.
En la especie humana hay 31 pares de nervios raquídeos: 8 pares cervicales, 12
pares dorsales, 5 lumbares y 6 sacros.
Sistema nervioso autónomo (SNA)
Se llama también sistema nervioso visceral o de la vida vegetativa, ya
que regula las actividades que se realizan de una forma totalmente involuntaria, por
lo que el cerebro no tiene dominio sobre él. Por ejemplo, la secreción de una glándula
sudorípara o el ritmo del corazón no se pueden controlar voluntariamente.
Este sistema está compuesto por una serie de fibras motoras periféricas que
tienen su origen en el SNC y, antes de llegar a los órganos efectores, establecen
sinapsis con otras neuronas que se localizan en unos ganglios. Por ello se distinguen
entre fibras preganglionares (antes de hacer sinapsis) y fibras posganglionares
(las que van desde la sinapsis hasta el efector). En general las fibras preganglionares
son mielínicas y las posganglionares, amielínicas.
Aunque en el SNA solo se incluyen las vías motoras, en realidad está formado
por unos centros nerviosos situados en el SNC (hipotálamo, bulbo raquídeo y
médula); unos receptores, que reciben la información;
fibras sensitivas, que envían los impulsos hacia los
parece depender, a su vez, de los cambios en los fotoperíodos, de forma que, cuando
la luz llega al ojo, las glándulas ópticas se inhiben y no segregan la hormona.
Los insectos, cuyo sistema hormonal es bien conocido, presentan ya
órganos neurosecretores y endocrinos que desempeñan un importante papel tanto en
la muda y la metamorfosis como en
su comportamiento reproductor.
El control hormonal del
desarrollo de los insectos se realiza
de la siguiente forma:
1. Las células
neurosecretoras del
protocerebro segregan
hormona cerebral, una
neurohormona que se vierte a
los cuerpos alados y a los
cuerpos cardíacos, dos
glándulas endocrinas situadas a ambos lados del protocerebro.