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Técnicas de trabajo

El comentario de texto filosófico


¿En qué consiste comentar un texto?

Comentar un texto no significa parafrasearlo, es decir, repetir exactamente lo mismo que dice el texto pero
con otras palabras.
Y tampoco limitarse a explicar el significado de las ideas del texto, ya que eso forma parte del análisis y no
del comentario de texto propiamente dicho. Y aunque no se puede comentar un texto sin analizarlo
previamente, ello no quiere decir que necesariamente el análisis deba plasmarse como tal en el ejercicio
llamado comentario, o que deba ser una parte del comentario.

El comentario de un texto filosófico consiste en la emisión de un juicio o consideración sobre el lugar que
ocupan las ideas contenidas en el texto en el conjunto del pensamiento, y en la exposición de nuestro punto
de vista al respecto.

Esto quiere decir que comentar es, ante todo, relacionar. Relacionar las ideas del texto con nuestros
conocimientos. Y relacionar las ideas del texto con nuestras propias ideas sobre el tema. Para ello
habremos de determinar, mediante el análisis, las ideas principales y las secundarias, así como la relación
existente entre ellas y el significado conceptual o terminológico, así como la presentación del contexto del
fragmento que tenemos que comentar.

Además, y aquí comienza propiamente el comentario, hemos de buscar la relación de esas ideas con
nuestros conocimientos, pues es a partir de estas relaciones como podremos emitir ese juicio o
consideración en que consiste el comentario.
A este respecto es útil dejar que fluyan las asociaciones de ideas en nuestra mente y, para facilitar esta
actividad, plantearse algunas preguntas como las siguientes:
¿A qué etapa o corriente filosófica pertenece el autor, con cuál se diferencia? ¿Qué pretende el autor con
sus afirmaciones? ¿En qué contexto se producen? ¿Qué significado le podemos atribuir? ¿Qué intención
tienen sus palabras? ¿Es un innovador? ¿Qué influencia ejerció? ¿Es correcto todo lo que afirma el autor?
Si creemos que no, debemos aportar nuestra crítica, que debe comprender datos y soluciones.

El comentario debe presentarse como un ejercicio integro que consta de tres partes relacionadas entre sí,
formando un todo ordenado y coherente:
En la introducción, que ha de ser breve y proporcional a la extensión total del ejercicio, se presenta
brevemente los puntos o temas que se van a tratar en el desarrollo del ejercicio y que conducen a la
conclusión.
En el desarrollo, la parte más extensa del ejercicio, se trata de presentar detalladamente los temas
resultado del análisis y el comentario propiamente dicho: cuál es el problema, cuáles son las principales
líneas para relacionarlo y analizarlo.
En la conclusión, que ha de ser breve, se valoran los resultados a que conduce el comentario, resaltando
las principales conclusiones planteadas.

Pautas de trabajo: Para elaborar el ejercicio suele resultar útil seguir las siguientes pautas:

x Numerar el texto si es suficientemente extenso. Lo habitual es cada 5 líneas. Esto nos permite localizar
cualquier frase con rapidez y citar con precisión, lo que nos evita pérdidas innecesarias de tiempo.
x Leer el texto varias veces, hasta estar seguros de haberlo comprendido. Podemos hacer un brevísimo resumen
del mismo (la idea central nunca debe estar ausente del mismo; en el resumen se trata simplemente de
abreviar el texto, recoger lo esencial)
x Anotar muy escuetamente, en borrador, todas las ideas que se nos ocurran en las sucesivas lecturas del texto,
aunque inicialmente parezcan no tener gran relación con él o con nuestro propósito.
x Analizar el texto, anotando en el borrador todas las ideas que se nos sigan ocurriendo, de forma que podamos
recuperarlas posteriormente si las creemos útiles.

Más tiempo nos llevará seleccionar y ordenar las ideas del borrador y hacer un plan para la elaboración del
comentario, que su redacción propiamente dicha. Ésta es la parte central del ejercicio: qué ideas o temas
debemos abordar, en qué orden, qué posición defenderemos, qué criticaremos, con qué extensión cada
parte, etc.

Una vez hecho esto tendremos clara la conclusión que se impone. Conociendo el desarrollo y la conclusión
estaremos en condiciones entonces de preparar una buena introducción. Por último, comenzaremos el
desarrollo del ejercicio siempre según el plan de trabajo que nos hemos trazado.
NOTA: El comentario de la P.A.U. tiene su propia estructuración, organizada en 4
cuestiones, que debe seguirse obligatoriamente.

El análisis:
El análisis, según la definición que podemos encontrar en cualquier diccionario, consiste básicamente en "la distinción y
separación de las partes de un todo hasta llegar a conocer sus principios o elementos".

El análisis filosófico se atiene también a dicha definición, consistiendo básicamente en dicha operación; pero hay una
característica que ha constituido desde siempre una de las partes fundamentales de todo análisis filosófico: el
conocimiento de la estructura argumentativa del texto objeto de análisis.

A diferencia del resumen, que consiste básicamente en transmitir abreviadamente el contenido esencial de un texto, el
análisis consistirá en explicar dicho texto. Es decir, básicamente, en explicar su significado y su estructura
argumentativa ("qué se dice y cómo se dice").

El análisis no es todavía un comentario de texto sino, junto con el resumen, el paso previo a todo comentario de texto
y en casos una parte del comentario de texto, según el planteamiento que se establezca.

Analizar es, pues, explicar los contenidos de un texto, es decir, las ideas y conceptos que en él se expresan; y
también explicar las relaciones que existen entre esas ideas, conceptos, es decir, explicar su estructura
argumentativa.

1) En primer lugar hemos de fijar el sentido del texto, lo que podemos hacer apoyándonos en la técnica del resumen,
hasta estar seguros de lo que el autor nos quiere transmitir. Hemos de distinguir lo esencial de lo secundario; y ser
capaces de discernir las razones en las que se apoya para afirmar lo esencial del texto. Esta distinción nos orienta, por
supuesto, respecto a la estructura argumentativa del texto.

2) En el análisis hemos de dejar clara la distinción entre las partes del texto, explicando su significado y su papel en la
argumentación de conjunto, dando las referencias precisas de las líneas en que se encuentran y añadiendo todas las
observaciones que consideremos necesarias para aclarar tanto su significado como el papel que juegan en el conjunto.

3) La estructura lógica de un texto, su estructura argumentativa, no tiene por qué coincidir con su presentación literaria.
Ésta responde a la presentación de una idea o de un conjunto de ideas, pero puede que nos confunda sobre su
estructura lógica: la estructura lógica es un "todo" en el que, partiendo de determinadas premisas, y por lo general a
través de un razonamiento intermedio, se llega a una determinada conclusión. Los recursos retóricos y literarios pueden
hacer que sea conveniente presentar de modos muy diversos los elementos de la argumentación.

Cuestiones prácticas :

A) Para realizar un análisis debemos comenzar, lógicamente, por la lectura del texto, buscando el significado y la
estructura lógica del mismo. Hemos de prestar atención a los párrafos en que se divide el texto, así como a los signos
de puntuación y a todas aquellas partes del lenguaje: conjunciones, adverbios... que ponen en relación las distintas
partes del texto. Hemos de atender igualmente a todas las expresiones utilizadas por el autor para expresar el orden y la
importancia de los contenidos, así como la naturaleza propia de su trabajo.

B) Releer el texto tantas veces como sea necesario hasta estar completamente seguros de haber determinado su
sentido y estructura.

C) Al tiempo que hacemos este trabajo podemos ir anotando todas las sugerencias que se nos vayan ocurriendo:
aunque la mayoría no vayan a resultar fructíferas, siempre habrá algunas que podrán sernos útiles, ya para fijar el
sentido del texto o su estructura, ya para un posible y ulterior comentario.

D) Resumir el texto nos permite, por supuesto, comprobar el grado de comprensión del mismo que hemos alcanzado.

E) Hemos de dar todas las explicaciones que consideremos necesarias para fijar con precisión el significado del texto y
su estructura argumentativa.

F) Como se ha dicho más arriba, prestar atención a los términos en los que se expresan las distintas transiciones
lógicas es fundamental para obtener rápidamente la comprensión de la estructura lógica.

Existen expresiones comúnmente utilizadas para expresar su valor lógico, que es necesario saber manejar, como son:
1) Expresiones de la continuidad lógica entre proposiciones:
-Para recalcar la identidad o equivalencia: “es decir”, “o sea”, “en otras palabras”, “en una palabra”,
“brevemente”, “en resumen”, “del mismo modo”, “lo mismo ocurre”, así, “así como”, como”, etc.,etc.
-Para recalcar el fin: “por esto”, “por ello”, “a fin de que”, “con este fin”, “en vistas a”, etc.
-Para recalcar la causa: “a causa de”, “por este motivo”, “por el hecho de que”, ”lo que hace que”, etc.
-Para recalcar la consecuencia: “pues”, “de ahí”, “de donde”, “en consecuencia”, “por consiguiente”, “por lo
que”, “por lo tanto”, etc.
-Para recalcar la simultaneidad o implicación lógica: ”al mismo tiempo”, ”correlativamente”, “por lo mismo”,”
teniendo en cuenta el hecho”, etc.
2) Y lo mismo expresiones de divergencia lógica entre proposiciones.
-De oposición: pero, por contra, al contrario, por el contrario, a la inversa, no obstante, sin embargo, etc.
-De elección: sea... sea, bien... bien, o... o, o bien... o bien, etc.
-De carácter concesivo: bien que, aunque, a pesar de, de todos modos, sea como fuere, etc.
-De carácter restrictivo: al menos, por lo menos, cuando menos, todavía menos, aún menos, solo, solamente, etc.

El resumen de texto:
El resumen consiste básicamente en la reducción a términos breves y concisos de lo esencial de un asunto o materia.
La capacidad de resumir va ligada, por lo tanto, a la capacidad de comprender con precisión lo que se considera
esencial. En cuanto tal, es el paso previo a todo análisis y comentario de texto, por cuanto nos garantiza que hemos
comprendido con exactitud lo esencial de aquello que tenemos, posteriormente, que analizar o comentar.

1). Lo que no es un resumen :


Un resumen no es un esquema, ni un conjunto de notas ordenadas, sino una abreviación del texto original que debe
presentarse con una redacción clara, lógica y bien encadenada.

Tampoco es un mosaico, es decir, una colección de fragmentos arrancados del texto: se trata, más bien, de asumir el
pensamiento del autor y expresarlo uno mismo como si fuera el autor. No obstante, siempre que sea necesario, podrá
reproducirse literalmente cualquier frase o fragmento colocándola entre comillas.

El resumen tampoco es una reducción mecánica proporcional, es decir, un conjunto de "sub-resúmenes" en los que se
puede dividir el texto original. Se trata de destacar lo esencial, por lo que se ha de evitar colocar al mismo nivel lo que
en el texto es accesorio o secundario.

Un resumen tampoco es un comentario, por lo que ha de evitarse expresar en él la opinión que nos merezca el texto.
Se trata de ser fiel al significado del texto, de someterse completamente, por un tiempo, al pensamiento del autor. Toda
objeción o crítica, así como todo signo de admiración por el autor o el texto, deben ser evitados en el resumen de un
texto.

Un resumen no es un análisis, es decir, una explicación del pensamiento del autor y de sus afirmaciones, acompañada
de introducciones y expresiones explicativas ("El autor cree...", "según X..."), sino una simple sustitución en cuanto a la
extensión del texto. Por ello, mientras en el análisis hablamos en nombre propio, en el resumen tomamos el lugar del
autor.

El resumen debe ser claro y bien redactado: Puede ocurrir que tengamos que resumir un texto literariamente
defectuoso, aunque plagado de excelentes ideas. En ese caso debemos evitar contagiarnos de los defectos del texto
utilizando un castellano oscuro e incorrecto.

2). Cómo resumir: 1.- Leer el texto tantas veces como sea necesario.
2.- Repensar el texto y "medirnos" con él, hasta estar seguros de haberlo comprendido.
3.- Discernir la importancia de cada elemento.
4.- Elegir qué elementos debemos sacrificar y cuáles destacar.
5.- Expresar, por último, el contenido básico del autor.

Cuestiones prácticas : Hemos de plantearnos preguntas elementales en torno al texto como éstas:
A) ¿De qué se trata? ¿De qué trata exactamente?
B) ¿Por qué se ha escrito? ¿Qué quiere explicar el autor?
C) ¿Qué pone de relieve? ¿En qué insiste?
- Ya que el resumen no es un procedimiento mecánico requiere la presencia permanente de la imaginación y la
inteligencia.

- Es negativo subrayar desde la primera lectura palabras y expresiones consideradas importantes, así como establecer
divisiones en el texto o enlaces entre sus partes. Si tales notas precipitadas fueran erróneas, lo que es muy probable,
nos ocultarían el sentido del texto en ulteriores lecturas.

- Es más efectivo y seguro leer antes el texto dos o tres veces con atención, sin subrayar ni anotar nada.

- A continuación reflexionar sobre el mismo, intentando expresar su idea central, su punto de partida, su
encadenamiento lógico... escribiendo todo ello, si es necesario, en un papel distinto del que vamos a utilizar.

- Proceder a una nueva lectura del texto subrayando, en este caso, más que las ideas centrales (que ya hemos
asimilado y no se nos olvidarán) aquellas ideas importantes que no deben ser excluidas del resumen, pero procurando
no subrayar frases enteras, a menos que lo consideremos indispensable, en cuyo caso debemos ponerlas entre
comillas y subrayarlas.

- Si el texto es largo podemos realizar un esquema del mismo en un papel aparte, pero no sobre el mismo texto. Hemos
de recalcar la división y encadenamiento de sus partes.

- Si el texto es corto podemos iniciar la redacción del resumen directamente. Ello planteará problemas, sin duda, que
deberemos resolver en el curso de la redacción misma.
- Hay que respetar la extensión máxima del resumen según las instrucciones recibidas: un 1/4, 1/16.., o resumir en 10,
15 líneas. Con una variación aceptable de un +/- 10%.

- Recordemos, por último, que uno de los sentidos pedagógicos del resumen de un texto es habituarnos a comprender
exactamente el pensamiento de otra persona, que es el autor.

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