Chile recuerda con amor modelo de Citroen al cumplir 60 años
Por Mónica Vargas
SANTIAGO (Reuters) - Una vez en Chile las "Clotilde" o las "Amelia" se lucían con orgullo en las calles y en las revistas automotrices, pero hoy son pocas las sobrevivientes en este país del clásico modelo 2CV de Citroen, que cumplirá 60 años y que se robó el corazón de los chilenos. Considerado ahora por muchos en el Cono Sur como un vehículo de culto, por estos días es difícil ver alguna "citroneta" -como se le llamó popularmente- circulando por el asfalto, pero es inevitable no seguirla con la mirada o intentar sacarle una foto si se cruza una por el camino. El modelo 2CV fue un ícono para la automotriz francesa Citroen, que lo presentó al mundo un 7 de octubre de 1948. En Argentina y Chile fue tan popular como económico, especialmente en las décadas de 1960 y 1970, y muchos de quienes tuvieron uno confiesan que les ponían un nombre por el fuerte apego que sentían por el. "La citroneta fue el primer vehículo motorizado que hubo en mi familia. Cuando salíamos a algún paseo y nos tocaba subir una cuesta, sufría mucho, pero bastaba con decirle 'Clotilde tranquila, usted puede' y seguía y llegaba hasta donde queríamos ir", dijo una mujer al contar su experiencia a la radio local Cooperativa. "Amelia" y "Martha" son las dos citronetas de colección que tiene el empresario Ismael Harlowe. Las dos permanecen en un estacionamiento privado y sólo salen de allí para alguna exhibición, como la que se realizará en unos días más como parte de los festejos en Santiago por el aniversario del modelo. "La citroneta marcó una época por ser económica, fácil de reparar y alcanzar lugares impensados", dijo Harlowe, quien es además el presidente del "Club de la citroneta" en Chile. "Yo recorrí el país en una citroneta cuando estaba en la universidad. Fueron momentos imborrables", agregó a Reuters el empresario, quien junto a otros amantes del modelo están pidiendo al Gobierno que lo considere patrimonio nacional. En Argentina, la popularidad de la citroneta se reflejó cuando el papá de Mafalda, el personaje de la tira cómica creada en ese país, compró una. Su bajo costo de mantenimiento es destacado por sus fanáticos, al igual que la simpleza de su diseño y bajo consumo de combustible. "Con mi padre teníamos una citroneta y las herramientas de mi padre para reparar su citroneta eran un alicate y un rollo de alambre. No necesitábamos de nada más para andar por todo Chile en la citroneta", dijo un hombre a la Radio Cooperativa. La llegada a la región de los autos japoneses marcó el fin del reinado de la citroneta en Argentina y Chile a mediados de la década de 1970 y, de ser un vehículo familiar, pasó a ser uno utilitario para finalmente quedar como un recuerdo imborrable en la mente de quienes tuvieron una. (Reporte de Mónica Vargas, Editada por Silene Ramírez)