Pregunta: "Cmo s cul es mi don espiritual?

" Respuesta: No existe una frmula mgica o examen espiritual que pueda decirnos exactamente cules son nuestros dones espirituales. El Espritu Santo distribuye Sus dones de acuerdo a Su voluntad (1 Corintios 12:7-11). Al mismo tiempo, Dios no quiere que ignoremos la manera cmo l desea que le sirvamos. El problema es que es muy fcil quedarnos atrapados en aquellos dones en los que buscamos servir a Dios, solo en el rea en la que sentimos que tenemos el don espiritual. Y no es as como funcionan los dones del Espritu. Dios nos llama a servirle con obediencia. l nos equipar con cualquier don o dones que necesitemos para llevar a cabo la o las tareas a las que l nos ha llamado. La identificacin de nuestros dones espirituales puede llevarse a cabo de varias maneras. Las pruebas o anlisis para detectarlos, aunque no son totalmente confiables, s, pueden ayudarnos a entender dnde podran estar nuestras dotes espirituales. La confirmacin por parte de otros, tambin nos puede dar luz sobre nuestros dones espirituales. Con frecuencia otras personas que ven nuestro servicio al Seor, pueden identificar el uso de nuestro don espiritual, que tal vez nosotros no hayamos identificado o reconocido. La oracin tambin es importante. La persona que sabe exactamente cmo hemos sido dotados espiritualmente es El Dador mismo el Espritu Santo. Podemos pedirle a Dios que nos muestre en qu rea nos ha capacitado para darle un mejor uso a nuestros dones espirituales para Su gloria. S, Dios llama a algunos a ser maestros y les da el don de la enseanza. Dios llama a otros a ser siervos y los bendice con el don de servicio. Sin embargo, el conocer especficamente nuestro don espiritual, no nos exenta de servir a Dios en reas fuera de nuestros dones. Es beneficioso saber cul es o son los dones espirituales con que Dios nos ha dotado? Desde luego que lo es. Est mal que nos enfoquemos demasiado en los dones espirituales, al punto de perder otras oportunidades de servir a Dios? S! Si nos dedicamos a ser utilizados por Dios, l nos equipar con los dones espirituales que necesitemos.