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Stroessner, figura que centraría la vida política del país por varias décadas.
Afiliado al partido colorado, Stroessner prolongó su gobierno claramente
dictatorial, encarcelando y desterrando a sus principales opositores, y a través de
sucesivas elecciones perfectamente digitadas que le dieron cierta fachada
democrática aunque poco creíble.
Stroessner se alineó con el famoso Plan Cóndor de los gobiernos totalitarios de
Sudamérica, que produjo miles de víctimas, especialmente entre las décadas del
70 y 80, bajo los dictados de la Doctrina de la Seguridad Nacional promovida por
los Estados Unidos.
Durante el gobierno de Stroessner se realizaron algunas importantes obras como
la construcción de la Represa de Itaipú, cuyos beneficios no equilibraron, sin
embargo, en opinión prácticamente unánime de los estudiosos de la época, el
saldo negativo de este régimen.
El golpe militar del 3 de febrero de 1989, encabezado por el general Andrés
Rodríguez, consuegro del general Stroessner, cerró una de las más largas y duras
dictaduras de América Latina, que se mantuvo durante 35 años.
HISTORIA
En 1954, con el apoyo del gobierno de EE.UU., un golpe de estado instaló en
Paraguay una de las dictaduras más prolongadas d historia del continente,
organizada en torno de la figura del general Alfredo Stroessner con la finalidad de
"mantener el orden". Dado el interés en revestir legalmente dicho acto, la Junta de
Gobierno del Partido Colorado, en su sesión del 5 al 8 de mayo, resolvió la
necesidad de informar al entonces Presidente de la República, Federico Chaves,
de la necesidad y conveniencia de presentar su renuncia (lo cual efectuó),
designar al General Stroessner como candidato del partido para el periodo
constitucional restante (1953-1958), y establecer el 15 de agosto como fecha de
asunción del cargo por parte del nuevo Presidente. En esta fecha, la Asamblea
Nacional, compuesta sólo por colorados, aceptó por unanimidad el nombramiento,
y Stroessner asumió formalmente la Presidencia. El 9 de febrero de 1958,
respaldado por el Partido Colorado y como candidato único, volvió a ser elegido
presidente constitucional.
En 1959, Stroessner disolvió la Cámara de Representantes, compuesta solamente
por colorados, y convocó elecciones generales. A partir de 1962 y hasta 1989 el
sistema pasó a ser de pluralismo restringido. En 1967, el General-Presidente
convocó una Convención Nacional para crear una nueva Constitución, permitiendo
a los partidos febrerista y liberal formar parte de dicha convención. En 1963,
Stroessner juró su tercer mandato. En 1968 se produjo la reelección de
Stroessner, que juró su cuarto mandato el 16 de agosto. El sistema electoral
vigente en las elecciones del 63 era el de mayoría con prima, consistente en la
adjudicación de 2/3 de los escaños al partido que hubiese ganado la mayoría
simple de votos. En 1977 fue necesario hacer una enmienda a la Constitución
para poder reelegir al presidente sucesivamente y de forma vitalicia. En 1983 se
celebraron elecciones generales, saldadas con un nuevo triunfo de Stroessner,
que fue reelegido con el 90% de los votos.
A lo largo de 1986, y en los primeros meses de 1987, los componentes del ala
radical del Partido Colorado se manifestaron varias veces como partidarios de que
el general Stroessner, con sus setenta y tres años, se presentara otra vez para un
nuevo mandato presidencial, que se iniciaría en 1988. Otra rama del partido
propuso la candidatura de su hijo Gustavo, de cuarenta y dos años, teniente
coronel del Ejército del Aire. El 14 de febrero de 1988, el general Stroessner fue
nuevamente reelegido, por séptima vez.
La clave del éxito del General Presidente fue la conformación, ya intentada por sus
antecesores militares (Franco, Estigarribia, Morínigo), de crear un estrecho vínculo
de poder entre la Asociación Nacional Republicana, las Fuerzas Armadas y el
Gobierno, quedando el general como eje de ese triángulo: Jefe del Ejecutivo,
Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas y Presidente Honorario del Partido
Colorado. Durante todo su mandato, Stroessner fue eliminando, tanto en las
Fuerzas Armadas como en el Partido Colorado, toda posible oposición a su
persona. El país entró en un periodo en el que la prebenda y el clientelismo eran
cotidianos.
El desarrollo económico se centró principalmente en la modernización de las
infraestructuras, para lo cual se pusieron en marcha obras colosales e
innecesarias, que dejaban un margen de ganancia personal muy elevado (la presa
de Itaipú); en la venta de tierras a extranjeros para mantener el modelo agro-
exportador, y en la ampliación del sector financiero en detrimento del industrial. En
el orden social, las consecuencias de la dictadura fueron especialmente graves: el
empobrecimiento campesino, la progresiva creación de focos marginales en
centros urbanos, la alarmante destrucción del medio ambiente y una fuerte
represión social y política.
Una economía agrícola
En la década de 1950, según los censos del periodo, más del 6 de la población
paraguaya estaba compuesta por peones rurales campesinos, mientras que sólo
1.500 propietarios eran los dueños del 85% de las tierras cultivables. Por su parte,
la industria paraguaya era casi inexistente, y sólo se elaboraban algunos bienes
derivados de la producción agropecuaria.
Por el desarrollo del sistema fluvial y porque el 90% del comercio exterior se
realizaba a través de los ríos, el Estado no había nececitado construir una red de
ferrocarriles o de caminos, como en otros países de América Latina.
La dictadura de Stroessner no intentó modificar esta situación; Durante su
vigencia, no llevó adelante ninguna medida tendiente a fomentar el desarrollo
industrial del país. Por otra parte, el reducido mercado interno —por entonces,
Paraguay contaba sólo con 1.500.000 habitantes— desalentó los negocios
industriales. Al mismo tiempo, las grandes facilidades otorgadas a los
importadores y contrabandistas, provocaron que la escasa producción se llevara,
adelante de un modo casi artesanal.
Buscando algún tipo de apoyo, que diera le legitimidad a su gobierno entre los
trabajadores rurales y campesinos, la dictadura llevó a cabo un plan basado en la
creación de colonias agrarias en las tierras menos productivas del país. El plan
significó el traslado de los campesinos más pobres hacia regiones distantes, y la
venta al Estado, por parte de los grandes propietarios, de tierras sin mayor valor, a
altos precios.
La reforma no mejoró las condiciones de vida de los campesinos. Éstos carecían
de recursos para poder cultivar sus tierras y muchos las vendieron
inmmediatamente. Otros comenzaron a organizarse para defender sus derechos,
en las denominadas “Ligas Agrarias”. La dictadura no toleró la actividad de estas
organizaciones, la que fue duramente reprimida mediante el secuestro de sus
dirigentes y la persecución de sus integrantes.
La represión bajo la máscara democrática
Si bien ¡a dictadura de Stroessner mantuvo formalmente algunas de las
instituciones democráticas (por ejemplo, las elecciones), apoyó su política
económica en una violenta represión. Se declaró el Estado de sitio permanente
(que sólo era suspendido algunos días antes de las elecciones), se multiplicaron
las torturas y las persecuciones policiales masivas y se organizó una red de
espionaje que vigilaba y denunciaba a todo individuo sospechoso de actividades
antigubernamentales.
· El tenaz defensor de los derechos humanos en Paraguay afirma que desde que
era joven estudiante sintió la necesidad de defender el derecho ciudadano.
· Recuerda que
· Cuando eso era presidente de la Junta Nacional del Partido Demócrata Cristiano.
Estuve 4 días de huelga de hambre y de sed estando preso y cuando estaba muy
grave por las constantes torturas el 27 de junio de 1981 en la madrugada me
arrojaron al otro lado del Pilcomayo, en Clorinda, donde fui internado de urgencia.
Estuve en el exilio 5 años. Los tres primeros años recorrí Europa, América Latina y
algunos países de Africa. En todas partes hablaba del drama que vivía nuestro
país y pedía solidaridad desde el punto de vista moral y cívico. En 1983 me instalé
en la Argentina. Mi esposa, Rosa Perla Bonin de Resk con quien tenemos tres
hijos, me visitaba cada vez que podía porque yo era controlado rigurosamente por
la policía stronista.
· De ser comunista y subversivo. Las autoridades sabían que no era así. Lo que
hacía en aquel entonces y hasta la fecha es enseñar. La cátedra es una instancia
que forma actitudes ciudadanas dibujando en el alma del joven la imagen que en
el mañana van a ser sujetos de derechos como ciudadanos y responsables de
obligaciones. La educación pone al descubierto los ilícitos, las inmoralidades y
todo aquello que constituye un atentado contra la vida, el honor, y la dignididad de
las personas. Por eso es una herramienta válida contra toda dictadura. La
educación liberadora llamada por “Paulo Freire”, abre el pensamiento y es la que
enseño. Porque se requiere un mínimo de libertad para la educación. De eso
tienen miedo las autoridades hasta hoy día. Porque subsisten aún los oscuros
resabios del pasado como la injusticia social, el autoritarismo y la corrupción. El
aparato represivo no ha sido eliminado. Las represiones sobre todo en el interior
son violentas, hay desapariciones de personas. En lo que se ha avanzado es en el
campo político, pero aún así hay un déficit en los derechos sociales, culturales y
económicos que se traduce dramáticamente en la crisis que estamos viviendo de
desempleo, hambre y miseria.
· No hay en el país libertad individual ni social. Los maestros, los empleados, los
campesinos salen a exigir su legítima demanda y muchas veces son repremidos,
por eso a mis 83 años, sigo en la lucha. Porque sin la vigencia de los derechos
humanos no se puede vivir en libertad ni tampoco puede haber justicia social. Sin
la justicia social y las libertades no pueden haber desarrollo y sin desarrollo, no
puede haber paz.
· El flagelo cruel de las represiones sobre todo la tortura antes como sistema y que
ahora subsisten en el campesino, el obrero, los profesionales en su lucha por un
sueldo digno.
· Por un lado el temor que impide el desarrollo humano. La represión aún subsiste
en la sociedad y la corrupción es casi generalizada. En el país no hay justicia. Por
eso me ocupo de la maestra sin rubro, de los ciudadanos sin el debido respeto a
sus derechos humanos, las empleadas domésticas explotadas, voy a visitar a los
obreros en huelga y esa solidaridad no se traduce en metálico, lo hago de
corazón. Con orgullo puedo manifestar que yo mantengo el local de la Comisión
Nacional de Derechos Humanos y cree el Instituto Superior de los Derechos
Humanos y la Maestría en la Facultad de Filosofía de la Universidad Nacional de
Asunción.