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ae WVSriice). DEL GREGORIO R. DE YURRE BIBLIOTECA DE AUTORES CRISTIANOS Declarada de interés nacional MAIOR 23 ESTA COLECCION SE PUBLICA BAJO LOS AUSPICIOS Y ALTA DIRECCION DE LA PONTIFICIA UNIVERSIDAD DE SALAMANCA. LA COMISION DE DICHA PONTIFICIA UNIVER- SIDAD ENCARGADA DE LA INMEDIATA RELA- CION CON LA BAC ESTA INTEGRADA EN EL ANO 1983 POR LOS SENORES SIGUIENTES: PRESIDENTE: Exemo. y Rvdmo. Sr. Dr. ANGEL SUQU{A GOICOECHEA, Arzobispo de Madrid-Alcald y Gran Canciller de la Universidad Pontificia VICEPRESIDENTE: Ilmo. Sr. Dr. JUAN LUIS ACEBAL LUJAN, Rector Magnifico. VOCALES: Dr. ALFONSO ORTEGA CARMONA, Vicerrector Académico; Dr. RAMON TREVYJANO ETCHEVERRIA, Decano de la Facultad de Teologia; Dr. TEODORO JIMENEZ URRESTI, Decano de la Facultad de Derecho Can6- nico; Dr. MANUEL CAPELO MARTINEZ, Decano de la Facultad de Ciencias Politicas y Sociologia; Dr. ANTONIO PINTOR RAMOS, Decano de la Facul- tad de Filosofia; Dr. JOSE OROZ RETA, Decano de la Facultad de Filologia Biblica Trilingiie; Dr. JORGE SANS VILA, Decano de la Facultad de Ciencias de la Educacién; Dr. ANTONIO VAZQUEZ FERNANDEZ, Decano de la Facultad de Psicologia; Dr. JOSE SANCHEZ VAQUERO, Secretario General de la Uni- versidad Pontificia. SECRETARIO: Director del Departamento de Publicaciones. LA EDITORIAL CATOLICA, S. A. — APARTADO 466 MADRID © MCMLXXXIII La estrategia del comunismo hoy POR GREGORIO RODRIGUEZ DE YURRE PROFESOR DE FILOSOFIA SOCIAL EN LA FACULTAD DE TEOLOGIA DE VITORIA BIBLIOTECA DE AUTORES CRISTIANOS MADRID @ MCMLXXXIII © Biblioteca de Autores Cristianos, de La Editorial Catdlica, $. A. Madrid 1983. Mateo Inurtia, 15. Depésito Legal: M-22948-1983 ISBN: 84-220-1105-0 Impreso en Espaiia. Printed in Spain INDICE GENERAL Pags. Ix Parte I NATURALEZA DEL PODER CapiTuLo I: El poder.. 5 Carituto Il: El poder y la ideologia i 14 CapiTULO IIT: Los dos campos... 27 CapiTuLo IV: El pragmatismo nacional 65 CapiTULO V: La teoria de la ideocracia 86 CapitULO VI: Las funciones de la ideolog' 104 CapiTULO VII: Los componentes de la politica soviet 118 Parte IL EL NUCLEO DEL PODER CapituLo I: La nueva Constitucién soviética 141 CAPITULO II: El Partido Comunista de la URSS. 152 CapiTULO III: El Partido y el ejército.. 171 CaPiTULO IV: Del monolitismo a la escision 190 Parte Il FISURAS DEL NUCLEO CAPITULO Samizdat», disidencia y oposicion.. 225 CapiTULO II: La actitud conservadora.. CapiTULo IIL: P. Grigorenko y su grupo... R. Medvedev CAPITULO a corriente democratic 261 CapituLo 1 «Testamento de Vargar 275 CapiTULo 1 problema de las nacionalidade 284 PARTE IV LA OPOSICION ANTICOMUNISTA CapiruLO I: Corrientes humanistas .. cf 7 299 CaPiTULO, La conciencia de un cientifico liber: 322 CapiTULO . Soljenitsyn..... 339 CAPiTULO. IV: Andrej Amalrik 356 CapiTULo V: Igor Chafarevitch 372 PARTE V ESTRATEGIA Y DIPLOMACIA CAPITULO 1: Cohesi6n y escision.. 379 CAPITULO valor de los tratados 396 CapiTULO If: El temor y la estrategia diplom: 431 Parte VI LA GRAN RUPTURA CAPITULO I: El cisma del titoismo ... 453 CAPITULO JI: El conflicto chino-soviético ..... 477 FpiLoco: Otcando el futuro del régimen soviético -. 518 INDICE ONOMASTICC 537 INDICE DE MATERIAS: S41 PROLOGO STA obra quiere ser el complemento de El marxismo, en dos voliimenes, publicados en 1976 por la BAC, en esta misma serie de la BAC Maior, consagrado a la teoria marxista. Pero el marxismo encierra también una praxis, un sistema de la accion politica orientada al logro de la revolucion mundial y a la creacion de la nueva era comunista. El tema central de este libro es el poder politico comunista: su naturaleza y su comportamiento, asi como la situacion de este poder en el mundo. La estructura del mundo actual es dicotémica. Esta bipotarizacién provoca la guerra fria, que brota de la competencia por la hegemonia mundial entre los Estados Unidos y la Unién Soviética. Tal situacion es producto de la segunda guerra mundial y de la necesidad de ocupar los vacios dejados en Europa por el Reich alemdn de Hitler y en Asia por el Japon. De ahi nace el sistema de bloques, formados por Estados de segundo orden que se acogen a la proteccién de una de esas dos grandes potencias. Nacen los bloques del Este y del Oeste, de la OTAN y del Pacto de Varsovia. Esta com- petencia se desarrolla en medio de un equilibrio de temor y de recelo. Las armas termonucleares han revolucionado las relaciones diplomdticas de la era tradicional. Nace la estrategia de la disuasion y de la coexistencia pacifica. Pero en el fondo de estas actitudes estd el terror a una guerra atomica, Es probable que, en breve espacio de tiempo, la estructura de la humani- dad sea tripolar. El gigante chino solamente necestta desarrollar la industria pesada y de armamentos para alcanzar un poder similar al de la URSS y los Estados Unidos. Incluso es logico predecir que la China del futuro sera el Es tado mds poderoso del mundo. Nada digamos si se diera una alianza chino- japonesa, fundada en la unidad de la raza amarilla y de los intereses comunes de Asia. El porveniy encierra grandes sorpresas en el equilibrio del poder del mundo. Pero en esta obra consideramos primordialmente la situacién dicotomica actual. En consecuencia, centramos la atencion en la naturaleza del poder so- wiético en relacién con el Occidente y con su mision de llevar a cabo la revolu- cién mundial. El marxismo-leninismo no aspira a la creactén de un imperio a la antigua usanza, sino a dar a luz una era nueva que cambie la faz de la tierra y revolucione, desde la base hasta la cima, el edtficto de la actual civili- sacion. Marx y Engels confiaron esta inmensa tarea al socialismo llamado ctenti- fico, en ef que la marcha progresiva de las fuerzas productivas provocard las tondiciones para la creacién de un nuevo modo de produccin y engendrard una nueva conciencia humana, especialmente en el proletariado, la cul serd el yun agente promotor de la transformacion de la sociedad y de la vealizacion x Prologo del paso del sistema capitalista al sistema comunista. Los fundadores del socia~ lismo cientifico no exeluyeron el recurso a la violencia y a las armas para lo~ grar la revolucion; pero el poder principal para la realizacion de tal metamor- fosis es el poder de las fuerzas productivas, incompatible con el sistema capitalista, y la conciencia proletaria, espoleada por su situacion de explotaci6n. El recurso a las armas es el complemento natural de todo este movimiento his- torico, que se extenderd por todo el mundo. Con Lenin, y sobre todo con Stalin, nace el sistema comunista de la Union Soviética. El socialismo se encierra en un solo aunque dilatado Estado, que tiene fronteras con el continente europeo y asidtico. Para la mente de Stalin, la mision de la URSS es prepararse para lograr un poder industrial y militar superior al de las potencias capitalistas. El esfuerzo de la URSS se centra en este objetivo: alcanzar el poder militar capaz de lograr la victoria final sobre el mundo capitalista. La cuestion principal que surge aqui es si la transforma- cién de la humanidad, la revolucién mundial, se puede lograr por este camino. sDispone la Union Soviética de un poder similar? Dos hechos importantes se han producido en nuestros dias que deben tenerse en cuenta a la hora de pon- derar el poder de la URSS para llevar a cabo la revolucién mundial. El primero es la desaparicion del monolito comunista de la época de Stalin, caudillo no sélo del Estado soviético, sino también del comunismo mundial. En aquella época existia un centro de direccion central de la accién comunista en el mundo. Hoy ese monolito de poder se ha quebrado en multitud de par- tidos comunistas diferentes que no aceptan la sumision a la batuta del Krem- lin. En las miltiples conferencias de los partidos comunistas para crear algiin centro mundial de direccién para la accin comunista no se ha logrado tal ob- jetivo. En segundo lugar, otro factor nuevo y mas decisive es el cisma que se ha provocado en el seno del campo comunista; es el cisma entre la URSS y Yugos- lavia y, sobre todo, el antagonismo entre Mosci y Pekin. Esta contradiccion chino-soviética cambia por completo el panorama del poder de la URSS. Marx y Engels centraron su atencion en factores superiores al poder mili- tar: la marcha de la historia. La misma evolucion de la historia y de su base, las fuerzas productivas, irdn preparando el camino para el cambio de las con- ciencias humanas para abrir los caminos al advenimiento de esa era mesidnica del comunismo. Marx y Engels suponian que en la misma medida en que se realizara la sociedad comunista iria surgiendo la fraternidad socialista, la co- munidad de la especie, y no pensaron que pudiera darse un choque armado entre paises socialistas. Este esquema ha cambiado. Para el Kremlin, el factor predominante para lograr la victoria del comunismo en el mundo es el poder militar de la Union Soviética. A esa meta se enderezan todos sus esfuerzos. Los demds factores pa- rece que han pasado a segundo plano y se han convertido en factores coadyu- vantes. Surge ast la cuestion de si la URSS dispone de poder para llevar a cabo la revolucion mundial y la transformacion del plancta tal como estén situados los diversos peones del poder mundial. Hay que tener en cuenta no solo el po- Prélogo xI der de las potencias capitalistas, sino también el poder de China, lanzada a la reconquista de gran parte del continente asidtico. El comunismo no es el sinico factor presente en el tablero del ajedrez del poder mundial en la hora actual, sino también el factor nacionalista de las diversas potencias. Aunque Marx y Engels se empenaron en afirmar que la historia humana es la historia de la lucha de clases, los hechos nos demuestran que el factor predominante es la lu- cha de naciones. LA ESTRATEGIA DEL COMUNISMO HOY PARTE PRIMERA NATURALEZA DEL PODER CapPfTULo 1 EL PODER El término «poder» se emplea en miltiples sentidos. En una acepcién general, denota todo factor capaz de producir determinados efectos 0 de crear nuevos seres. Poder hay en el hombre y en la naturaleza. Pero aqui consideraremos el poder humano, que tiene una doble manifestacién: a) El poder del hombre sobre la naturaleza, especialmente a través de la ciencia y la tecnologia. b) El poder que se ejerce sobre otros hombres y sobre la sociedad para obtener determinadas acciones y reacciones de los demas. 1, PODER FISICO Y ESPIRITUAL EI poder sobre los hombres se ejerce de multiples y variadas maneras, porque la superioridad humana se manifiesta de diversos modos, y funda- mentalmente de dos: a) Existe una forma fisica, fundada en la posesion de una fuerza capaz de vencer, imponiendo el doblegamiento y sumisién de quienes no poseen fuerza para rechazar tal situacién. 5) Existe también una superioridad espiritual, capaz de lograr la atraccién, el seguimiento y la obe- diencia de quienes aceptan esos valores espirituales. Tales son, por ejemplo, los carismas de la virtud, la ciencia, una idea mesidnica de salvacién o reden- cin, sea humana, sea ultramundana (como en la religién). Al poder exclusivamente fisico, fundado tan sélo en una fuerza material o militar, B. Russell llamé «poder desnudo» o descarnado, por cuanto care- ce del revestimiento de factores espirituales '. El poder puramente militar es un poder periférico y externo que deja intacta Ja resistencia y oposicién interior de la persona o del pueblo sometido. En el momento en que esa fuerza fisica se debilita o es superada por otra mayor, se produce la erup- cin volcénica de la rebelién. El poder espiritual actiia sobre el hombre, pero desde dentro; conquista el interior del individuo por multiples caminos, como son la asimilacién de un ideal, la aceptacion de una fe que dirige la conducta humana por convic- cin, la admisién de costumbres y tradiciones, ideas sociales cominmente aceptadas. En este caso tenemos un poder que conquista al hombre por el procedimiento de la atraccién y de la obediencia. El poder descarnado o puramente exterior no logra la obediencia propiamente dicha, que es actitud ' B, RUSSELL, Power. A new Social Analysis (Londres, Allen and Unwin, 1938) «3. 6 P.l. Naturaleza del poder interior de las facultades caracteristicas del hombre, el entendimiento y la voluntad. E] poder revolucionario pertenece a la segunda categoria mientras se en- cuentra en estado mesidnico, que engendra una fe en un ideal redentor y una esperanza en una futura sociedad. El ideal revolucionario brota especialmen- te en épocas de crisis, cuando el poder espiritual, fundado en la tradicién o en un orden social dado, comienza a debilitarse o a disgregarse, y la acepta~ cién generalizada de la tradicién comienza a ceder su puesto al halago de nuevas ideas revolucionarias. EI poder fisico o militar esta en relacién con el poder del hombre sobre las fuerzas fisicas de la naturaleza, que han sido conquistadas para formar el tejido de la potencia militar. El aprovechamiento de las fuerzas naturales depende del grado de ciencia y tecnologia, de la capacidad del hombre para dominar las riquezas de la naturaleza y ponerlas en manos humanas para su uso. Los grandes poderes militares de nuestros dias son los que tienen en sus manos el inmenso poder de las armas termonucleares y de los medios financieros y tecnolégicos para su elaboracién. Mientras, en otros tiempos, el poder militar se fundaba principalmente en el valor personal de los que manejaban las armas, hoy el gran poder esté en las mismas armas y en la potencia econémica y cientifica para su produccién, Pero el poder puramente fisico es fragil, ya que deja intacta la resistencia del interior del pueblo, y ésta, mas pronto o més tarde, termina por levantar- se contra un poder exterior y puramente coactivo que le oprime. De ahi que todos los sistemas sociales modernos se han fundado en un poder fisico 0 militar, pero revestido de un poder espiritual capaz de captar la interioridad del pueblo, Por eso tenemos un florecimiento de ideales revolucionarios, portadores de esperanzas mesianicas en la salvacién de los pueblos y masas. Todos los sistemas sociales son depositarios de una teoria capaz de revestir el poder fisico de un poder espiritual de captacién y de legitimacion del sistema. En el liberalismo tenemos la exaltacién de la libertad, igualdad y fraternidad, frente al mundo medieval y feudal, fundado en la subordinacién de unos estratos sociales a otros y en la jerarquia y privilegio de la aristocra- cia. En el totalitarismo encontramos una exaltacién mesianica de la nacién y de sus valores como paso para lograr el imperio y la salvacién nacional; esta fe y esperanza mesiénicas condujeron a las masas a la guerra y a sacrificar su vida en aras de un ideal nacional. Quien haya contemplado el fanatismo de las masas hitlerianas comprendera que alli habia un poder militar, pero tam- bién existia un poder espiritual, segregado por el fanatismo de una teoria que logré encender en el interior de sus hombres una gran esperanza en el renacimiento del imperio germano. 2. HEGEL La figura de Napoleon encandilé a Hegel, quien vio en él al «alma del mundo», a la encarnacién del espiritu del mundo, y, como consecuencia, vencedor de Europa y dictando su ley a su época. La raz6n de este poder C1. Elpoder 7 no radica sélo en su potencia militar, en la potencia de sus divisiones y en la destreza de sus generales, sino también, y sobre todo, en su poder espiritual, al presentarse en el escenario del mundo como encarnacién de las nuevas ideas revolucionarias, germen de una nueva era de salvacién mundial. No se trata solamente de un imperio militar, sino sobre todo de crear una nueva era sobre bases nuevas. El poder politico es un resultado de su filosofia general. En efecto, He- gel concibe el universo como un proceso dentro del cual quedan englobados todos los seres del cosmos. El germen de este proceso es el espiritu, de suerte que todo lo real es la encarnacién y manifestacién de lo ideal, del espiritu presente en todo lo real. En este proceso existen diversos niveles, en los que el espiritu se encuentra en momentos de desarrollo diferentes. En la naturaleza exterior aparece exteriorizado y alienado, por cuanto no esta en ella la actividad consciente; es el espiritu, pero en su nivel inconsciente. La otra zona en la que se exterioriza es la historia, y aqui tenemos el hombre, a través de cuyo pensamiento se va haciendo consciente el espiritu. En el nivel humano podemos distinguir el espiritu subjetivo, que com- prende el conjunto de fenémenos psicolégicos individuales, es decir, la an- tropologfa. El individuo es débil, particular, y carece de la grandeza y uni- versalidad del Estado. El espiritu objetivo es el encarnado en los entes socia- les, de los que el supremo es el Estado, que es el gran agente de la historia y, por tanto, de la universalidad. De ahi que al Estado llame «lo divino en la tierra», o también «la marcha de Dios en el mundo, esto es, el Estado» *. La familia, la sociedad civil, las corporaciones y otros entes sociales son momentos anteriores a través de los cuales el hombre se va preparando para ascender a ese nivel supremo del Estado. La auténtica esencia del Estado se realiza en los grandes Estados, dotados de los atributos necesarios para lo- grar la hegemonia y Ia direcci6n de la historia, Para lograr esta cima del proceso histérico, el Estado ha de encarnar el espiritu del mundo en esa época. Tenemos aqui la filosofia del caudillaje aplicada a la naturaleza del Estado imperial. En cada periodo histérico existe un Estado, que es el caudillo de la historia en ese periodo precisamente porque encarna el espiritu de la época. Aqui tiene Hegel presente la figura de Napoleén, dominador del escenario europeo y del brillo de I Francia de su tiempo en cuanto sujeto de la revolucién de su época, de la que fue admirador. Con ello quiere advertir a los alemanes de la necesidad de una reforma de estructuras en Alemania, dividida en pequefios Estados, a fin de lograr la unidad de Alemania en un gran Estado con el fin de encarnar el espiritu de la época y lograr la hegemonia mundial para un futuro préximo. Hegel quiso despertar la conciencia politica alemana para lanzarla a la con- quista del gran imperio germano del futuro. El Estado hegeménico no puede ser, por tanto, un puro imprrio militar; ha de ser necesariamente la encarnacién de un espiritu y ha de crear una época. Por eso tal Estado se convierte en centro espiritual de iradiacién de una cultura aglutinante de pueblos que giran en su drbita y forman el blo- 2 Ambas citas en Philosophy of Right (Oxford 1953) p.285 y 279. 8 P.l. Naturaleza del poder que necesario para mantener su dominio sobre el mundo. Si el proceso cés- mico es una teogonia, el parto de Dios tiene lugar en este gran Estado, cima del Espiritu del mundo. Nada tiene de extrafio que a tal Estado lame Hegel Dios en medio de la tierra. 3. MARX Marx centra también su atencién en el proceso histérico como nivel su- premo de lo real. El agente fundamental de tal proceso es el devenir econé- mico, el desarrollo de las fuerzas productivas, que se manifiesta en los esta- dos y clases: los patricios-esclavos, la aristocracia feudal-los siervos en la Edad Media, los capitalistas-burgueses en la edad capitalista. También aqui tenemos una clase dominante que irradia su mentalidad a toda la sociedad y época. No es un dominio piramente material, sino también espiritual, ya que el pensamiento es el reflejo del espiritu de la clase dominante. El conocimiento tedrico de este proceso puede adelantar la vision del futuro. Pero esta filosofia especulativa no es sino la premisa para lograr la praxis o la accién humana, que se inserta en ese proceso para acelerarlo y conducirlo a su meta: la era del socialismo. Marx admite el valor del poder material y de las armas para llevar a efecto la revolucién. Pero lo que buscé durante toda su vida fue una teoria revolucionaria, convencido como estaba de que el poder material sin teoria no es suficiente para llevar a efecto la revolucién. El poder de las armas sin el revestimiento del poder espiritual de la teoria no es lo suficientemente eficaz como para lograr la meta anhelada: «El arma de la critica ciertamente que no puede sustituir a la critica de las armas. La fuerza material solamente puede ser derribada por la fuerza material; pero la teoria misma se convierte en fuerza material tan pronto como se aduefia de las masas» >. Mas para que una teoria se aduefe realmente de las masas es necesario la presencia de un elemento pasivo, es decir, de una gran necesidad que esclavi- ce y someta a la masa, de tal suerte que ésta se encuentre dominada por un anhelo de emancipacién y busque una teoria liberadora. Es entonces cuando la teoria encaja perfectamente en la realidad, en las masas, porque éstas estan preparadas por el aguijon de una gran necesidad que provoca en ellas el gran anhelo de redencién. Ambos factores se complementan perfectamente: «Las revoluciones necesitan de un elemento pasivo, de un fundamento material. La teoria se realiza en un pueblo solamente en la medida en que es la reali- zacion de su necesidad... ¢Seran las necesidades teéricas inmediatamente ne- cesidades pricticas? No es suficiente que el pensamiento trate de realizarse; la realidad debe impeler hacia el pensamiento» *. Cuando el pensamiento 0 la teoria tienden hacia la satisfaccion de una gran necesidad sentida por las masas y la realidad o las masas insatisfechas buscan esa teoria redentora, > Werke 1.1 p.385. * Werke «11 p.386. C1. Elpoder 9 entonces es cuando tenemos el matrimonio de realidad y pensamiento, de teoria y accion. Esta gran realidad que anda en busca de su emancipacion y siente el anhelo de redencién es, ante todo, el proletariado. Marx consagré su vida al descubrimiento de la teoria que encarne en las masas y lleve a efecto la gran revolucion. «La cabeza de esta emancipacién es la filosofia, su corazén es el proletariado. La filosofia no puede realizarse sin la abolicion del proletaria- do; el proletariado no puede suprimirse sin la realizacion de la filosofia» °. El proletariado tiene la misién de realizar la filosofia marxista de la emancipacién humana y de la comunidad de los hombres; ésta es la obra de la praxis: realizar lo que la teoria dice en abstracto y fundir teoria y praxis en una misma entidad. De esta suerte, la revolucién destinada a transformar la historia no es un puro poder material, sino también un poder espiritual capaz de creat una época fundada en una nueva realidad que contiene una nueva teoria realizada. El materialismo histérico es la teoria del proceso humano en su marcha hacia la era del socialismo anhelada por Marx. Es una tcoria de la predesti- nacién humana que trata de demostrar la necesidad de la evolucién hist6rica de la humanidad hacia esa nueva era. Tal marcha no depende de las inten- ciones humanas, sino de una fuerza superior al individuo que se impone como consecuencia del desarrollo de las fuerzas productivas. Se podrén po- ner obstdculos a esta direccién histérica, se podran perder batallas, pero el resultado final es necesario. La guerra no se puede perder. En la mente de Marx, el valor de este materialismo histérico es no sélo teérico, en cuanto que ve la realidad actual y de ella deriva el futuro, sino también practico, por cuanto confiere a la masa proletaria una seguridad de victoria que garan- tiza su accién revolucionaria. Lenin tenia conciencia de esta doble vertiente del poder y de la necesidad de unir el poder fisico y el poder espiritual para formar el gran poder revo- lucionario de las masas, dirigidas por Ja élite de revolucionarios: «Para la burguesia, un Estado es fuerte solamente cuando puede, con toda la poten- cia de su aparato gubernamental, lanzar las masas alli donde quieren sus dirigentes burgueses. Nuestra concepcion de la fuerza es totalmente distinta. Para nosotros, un Estado es fuerte gracias a la conciencia de las masas. El es fuerte cuando las masas saben todo, cuando pueden juzgar de todo y van a la accién conscientemente> °, Esto no obsta para que Lenin defendiera el principio de que la fuente de la conciencia revolucionaria no esta en las masas, sino en la élite de intelectuales revolucionarios como él. 4, NATURALEZA DE LA IDEOLOGIA La existencia de una ideologia oficial es un hecho en todos los regimenes totalitarios, tanto de la derecha como de la izquierda. De ahi viene la dicta- ® Ibid., p.391 . © Discurso sobre la paz, de 26 de octubre (8 noviembre), en Oewores choisies 12 p.482. 10 PI. Naturaleza del poder dura espiritual, que se implanta en todo el pais para imponer a todos los ciudadanos esa ideologia a través de los diversos medios de comunicacién y, sobre todo, a través de las instituciones educativas. Sin embargo, la ex- tensién y la naturaleza de la ideologia es muy, diferente en los diversos sistemas. 1. Doctrina politica y cosmovision.—La primera distincién es la que existe entre una ideologia de dimensién politica nada més y la que, ademas de abarcar el terreno’ politico, comprende también una vision del mundo y del hombre, y es por ello una filosofia total 0 cosmovisién: Weltan- schauung. En el fascismo de Mussolini tenemos un ejemplo de sistema totalitario con una ideologia politica, pero carente de una cosmovisién propiamente dicha. Inicialmente, los enemigos del fascismo, especialmente los que escri- bian en los primeros afios del advenimiento de este régimen al poder entre 1922 y 1926, no vieron en el fascismo un sistema ideoldgico, sino tan sdlo un sistema militar, una simple conquista del poder rematada con la dictadura. También hubo escritores fascistas que daban tal preeminencia a la accion, que negaban que el fascismo necesitara de una ideologia y de principios logicos. Asi, Petrone afirmé que el fascismo es un movimiento en constante evolucién y que por ello no puede ser encerrado en un esquema o sistema ideolégico. C, Curcio redujo el fascismo a voluntad y fe, pero rechazé su reduccién a formulas intelectuales y abstractas. El fascismo no es una fér- mula, un sistema de principios tedricos, sino una voluntad ordenada a la accién 7. Desde luego es evidente que el fascismo, especialmente en su fase inicial revolucionaria y hasta la conquista del poder, fue exclusivamente una ac- cién. Carecia entonces de un programa definido y, sobre todo, de un siste- ma ideolégico. En sus filas figuraban militantes y milicianos que sentian desprecio por los esquemas légicos e intelectuales y centraban su atencién en la accién revolucionaria y militar. Se exaltaba el amor y el espiritu com- bativo para lograr el poder y vencer a los enemigos. Era la actitud de Mus- solini: hombre de accién y animado por la gran ambicién de la conquista del poder. Pero ya aquella accién fascista llevaba en germen su idea, que mas tarde, sobre todo a partir de la conquista del poder, habria de desarrollar. Fue Gentile, el filésofo mas destacado del Partido, quien mds contribuy6 a ela- borar esa idea. Suya es la afirmacion: «El fascismo es accién que tiene inma- nente una idea» §. Todo hecho encierra implicitamente una idea. Una vez conquistado el poder ¢ instaurado el régimen fascista, el nuevo régimen se- gregé esa idea para crear un sistema de principios que fueran el fundamento y sostén del nuevo orden. Entonces hicieron su aparicién en el escenario nacional los tedricos y especuladores, mientras las milicias victoriosas de la revoluci6n se encerraban en sus cuarteles. La idea se desarrolld, y alcanzé el ” Cf. YuRRE, Totalitarismo y egolatria (Madrid, Aguilar, 1962) p.272ss. * Gentite, La doctrina del fascsmo, en MUSSOLINI, Eseritos y discuros (Barcelona, Bosch, 1935) VIII p.69. Todo el articulo lleva’ la firma de Mussolini, pero es sabido que la primera parte fue escrita por Gentile. C1. Elpoder u rango de una teoria, de un sistema intelectual; es decir, de un edificio orga- nizado de ideas ordenadas conforme a un plan derivado de ciertos principios basicos. La biblioteca de la Camara fascista de Roma contenia cerca de 10.000 voltimenes sobre el fascismo, de los cuales unos 2.000 eran obras doctrinales. Supuesta la existencia de una ideologia fascista, todavia queda por deter- minar el alcance y extensién de tal sistema. ¢Se trata tan sdlo de una ideolo- gia politica o tiene también el rango de una filosofia total, de una cosmovi- sién o Weltanschauung? Gentile, el filésofo principal del Partido, afirmé que el fascismo no es tan s6lo una doctrina politica, sino también una vision general de la vida. Efectivamente, en Gentile la doctrina politica del fascismo se incorporé a un sistema filos6fico, a su idealismo hegeliano, que implica una filosofia total, una visién general de lo real. La filosofia de Gentile es una cosmovisién, y como parte de ella aparece la filosofia politica del fascismo; pero es una cosmovisién particular de un filésofo, sin rango de doctrina oficial, aunque, por tratarse del filésofo del Partido, ejerciera gran influencia en otros escri- tores. Pero la mayor parte de los escritores fascistas redujo el fascismo a una doctrina politica. Lo que esta mis alla de esa frontera, como la idea de una filosofia total o lo referente a las ultimas creencias, no pertenece al sistema: forma parte de la zona particular y privada del individuo. Por ello militaron dentro del Partido Fascista personas de pensamiento filosdfico y de creen- cias muy diferentes, En cambio, el nacionalsocialismo aleman de Hitler no se contenté con una ideologia politica, sino que fue ante todo una Weltanschauung. La am- bicién de Hitler ‘no concluye con la conquista de un imperio politico- militar; el Fihrer aspiraba a crear una nueva era, que podria sustituir a la, seguin él, ya agonizante y fenecida era cristiana. Para ello era indispensable promulgar un nuevo evangelio, una nueva revelacién o Weltanschauung. Hit- ler se sentia ya el profeta de la nueva era, y su gran anhelo se centraba en convertir su propia persona en la figura central del nuevo mundo. He aqui su gran meta: ser el fundador de una nueva época, portador y revelador de una nueva fe, objeto de culto para millones de seres, sefior del futuro milenio *. Por esto, Hitler concedié a la formulacién de la Weltanschanung la ma- xima importancla. No hay en el diccionario otra palabra tan empleada y reverentemente invocada como ésta, porque en ella se encerraban sus maxi- mas esperanzas, asi como la virtualidad necesaria para el logro de sus gran- diosos planes. Esta cosmovisién trata de ser el sustitutivo de una religion e intenta crear un clima general que dé sentido y unidad al pensamiento filo- s6fico, ético, juridico y econdmico, a las exigencias del individuo y a las aspiraciones de la sociedad. Por ello, el nacionalsocialismo nunca se conten- t6 con ser un mero partido politico, ya que intenté conquistar la totalidad ° RAUSCHNING, Hitler me dijo. Confic i i pie de it : ijo. Confidencias del Fibrer (sin fecha ni pie de imprenta) XXXVIL p.192. Cf. YuRRE, Totalttarismo y egolatria p.483ss. 12 Pl. Naturaleza del poder del hombre, y muy especialmente su vida interior, mediante el suministro de las nuevas ideas y creencias. El marxismo-leninismo contiene una teoria politica. El bolchevismo, cuyo lider fue Lenin, era un partido politico. Pero, evidentemente, el mar- xismo-leninismo es también una filosofia total o Weltanschanung. No trata solamente de crear un nuevo sistema politico o econémico, de instaurar un nuevo modo de produccién, sino también de crear una nueva era mediante la destruccién de toda la filosofia precedente, la aniquilacién de toda religién para implantar una nueva vision del cosmos, del hombre y de su posicién en el mundo y de la historia. El vocablo «ideologia» tiene en Marx el sentido peyorativo de «concien- cia falsa», un conjunto engafioso de ideas al servicio de una clase y para el sometimiento de la clase dominada. No tomamos aqui el vocablo «ideolo- gia» en este sentido. Pero también tiene otro sentido positivo para indicar las formas espirituales de la conciencia: la concepcién del mundo, la moral, la ciencia, la filosofia, el arte, etc.; en ese sentido la entendemos aqui. Los puntos principales de esta cosmovision marxista son: a) el materia lismo dialéctico, que es la teoria fundamental de la filosofia marxista; b) el materialismo historico, que nos ofrece una visién del proceso histérico, del puesto que en él ocupa el hombre y del devenir histérico en su pasado, presente y futuro; ¢) una teorfa econémica, en la que no existe solamente la critica del capitalismo, sino también una profecia del desarrollo econémico, que marcha inexorablemente hacia el sistema comunista; d) una teoria de la evolucién histérica, asi como de la revolucion, cuyo desenlace consiste en el parto del nuevo sistema comunista; e) una filosofia politica, juridica, moral; f) una teoria de las clases, y especialmente de! proletariado, cuya conciencia histérica tan sélo estd viva y actuante en el Partido Comunista, vanguardia del proletariado y motor del futuro histérico. 2, Ideologia liberadora y explotadora.—En la lucha entre el bloque del Este y del Oeste existe también una lucha ideoldgica. Pero la ideologia, aplicada a ambos bandos, tiene un sentido diferente. En las grandes demo- cracias occidentales, la ideologia tan sélo se refiere al orden politico-juridico, denota tan sdlo un modo democratico de organizar el Estado sobre la base del respeto a los derechos humanos del hombre, pero no implica una deter- minada filosofia o creencia; la libertad de pensamiento y de expresién, la libertad de creencias y de culto, la libertad de asociacién y manifestacion, denotan que tales gobiernos no tienen facultades para dictar al pueblo una determinada cosmovisidn o creencia, la cual depende de la eleccién de cada ciudadano 0 grupo humano. En cambio, en el Este, los regimenes comunis- tas son auténticamente idedlogos, porque no sélo imponen un régimen poli- tico de partido tinico, sino que existe una determinada filosofia total que es considerada como oficial, y quien se aparta o se opone a la misma cae en el delito de la disidencia, delito desconocido en las democracias occidentales. Por eso el calificativo de «ideologia» y de «régimen ideoldgico» es mal- sonante en el mundo de las democracias occidentales; es sinénimo de régi- men ciego, fandtico e irracional. En cambio, para los comunistas soviéticos y regimenes afines, la ideologia marxista-leninista no sdlo no es ciega, sino que C1. Elpoder B encarna la conciencia histérica y es guia de toda accién revolucionaria; Ja carencia de esa ideologia encierra una ceguerra que frena el movimiento his- torico progresista hacia la nueva era del comunismo. En su discurso al XX Congreso del Partido Comunista de la URSS declaré Kruschev: «El marxis- mo-leninismo ensefia que la teoria, si est disociada de la practica, no es mas que una cosa muerta, y que la prdctica, cuando no esta iluminada por la teoria revolucionaria, no es mas que una cosa ciega» '°. Es tesis fundamental de Marx y Lenin. Asi, para el marxismo-leninismo, la dictadura ideolégica impuesta a todo el pais es el camino de la liberacién, puesto que abre el camino a la accién revolucionaria, que esta al servicio del proceso inexorable de la historia. Las ideologias de Occidente son burguesas y reaccionarias y contrarias a la libe- racién humana. La libertad de pensamiento y de conciencia son consideradas por tales teorias como burguesas. Viceversa, el espiritu democritico de Oc- cidente considera la ideologia marxista-leninista, impuesta forzosamente a toda la poblacién, como la més clara expresién de la tirania, encarnada en tales regimenes totalitarios, ya que la dictadura ideolégica es una de las no- tas dominantes del sistema totalitario. Existe otro segundo punto de vista referente a la liberacién o bien a la opresién de tales ideologias. Los marxistas-leninistas consideran a las ideolo- gias de las democracias occidentales como explotadoras, porque encarnan los intereses de las clases dominantes contra las masas populares, En cambio, la ideologia marxista-leninista seria el instrumento de liberacién de las masas populares contra sus explotadores; pero en los paises del Este ocurre que tampoco las masas populares ni el proletario disponen de libertad para pen- sar y opinar, para organizar sindicatos libres y asociaciones politicas. Es un dogma que la ideologia oficial es la tnica liberadora. De ahi que en Occidente se considera a la libertad de los ciudadanos para pensar y asociarse como la clave para la liberacién del hombre de la opresién de tipo totalitario. La ideologia comunista esta institucionalizada, redactada oficialmente en textos que son considerados como doctrina obliga- toria y oficial para todos Jos ciudadanos sometidos a la dura dictadura del Partido y del Estado. '© Cit. en WaysMaN, Liillusion de la détente (Paris, PUF, 1977) p.75. CAPfTULO II EL PODER Y LA IDEOLOGIA EI poder fisico solo 0 «poder desnudo» es fragil e insuficiente para la conquista del hombre; es necesario que ese poder fisico disponga de un recubrimiento espiritual 0 ideal para lograr la fortaleza y eficacia en el espa- cio y el tiempo. Por ello es preciso tener en cuenta cual es el valor y la vitalidad de la idea marxista-leninista para comprender cudl es, en la hora actual, Ia potencia del campo socialista. En términos generales, puede comprobarse que hoy tal ideologia tiene, en los paises que no han experimentado el sistema comunista, més atractivo que en aquellos en los que esté vigente desde hace varios decenios. En los primeros, porque la idea se encuentra en estado mesianico y de esperanza, que crea en las masas un estado de éxtasis ante las perspectivas que tal idea ofrece de redencién y liberacién de todos los males. En los segundos, en cambio, la idea ha encarnado en instituciones y conductas concretas, en for- mas de régimen comunista que han provocado Ia desilusién de las grandes esperanzas despertadas por el ambiente mesidnico de Ia revolucién, El pres- tigio de la idea marxista y de su teoria de la revolucién no se debe —confor- me afirma la doctrina de Marx— al choque entre las nuevas fuerzas produc- tivas (que en paises subdesarrollados no existen todavia) y la superestructu- ra, sino, mas bien, a una situacién de pobreza ¢ incultura de las masas, a cualquier contingencia mas que a un cuadro generalizado de descontento y desesperacion. Es el clima mas propicio para el desarrollo de ideas mesiéni- cas, sean de naturaleza marxista o de otra indole; por ejemplo: el triunfo del totalitarismo en Europa después de la primera guerra mundial fue un fend- meno de mesianismo que broté y crecié en un ambiente de desconcierto nacional. 1. EL ECLIPSE DE LA IDEOLOGIA Hemos visto que Kruschev contemplé la idea socialista animada de una potencia conquistadora muy superior a la idea capitalista y capaz por si sola de transmutar el mundo, abriendo las puertas a la instauracién de un sistema socialista. Sus sucesores no participan de tal optimismo. ‘A. veces se concibe el marxismo como una planta que va creciendo y pasando por diversas fases de desarrollo. Habria una linea de continuidad entre marxismo, leninismo, estalinismo, maoismo. Pero tal continuidad no existe. Los soviéticos presentan el marxismo-leninismo como el desarrollo C2. Elpodery la ideologia 15 de una misma teorja que produce el comunismo cientifico. Incluso se habla de marxismo como etiqueta para legitimar las ideas més diversas y los he- chos més extrafios, como el aplastamiento militar de la revolucién hingara o la invasion soviética de Checoslovaquia. 4) El leninismo no puede ser considerado como un puro desarfollo del marxismo, porque entre ambos existen importantes diferencias y oposicio- nes, Ciertamente, Lenin leyé a Marx y acept6 una parte importante de su teoria. Pero afadié por su cuenta ideas opuestas al marxismo, y por ello no pueden ser consideradas como un desarrollo continuo de la teoria marxista. El marxismo es una teoria de la sociedad altamente industrializada, de cuyo seno nacera el sistema opuesto del socialismo. El leninismo es una teoria revolucionaria del poder politico aplicada a un pais agricola y subdes- arrollado al que se le impone el socialismo por la via armada, pero sin la previa preparacién del desarrollo de la industrializacién prevista por Marx. Una vez conquistado el poder, el Gobierno bolchevique desarrolla la indus- tria soviética. No es, pues, la alta industrializacién (0 las nuevas fuerzas productivas) las que dan a luz el socialismo (como predijese Marx), sino el socialismo quien produce la industrializacién y sus nuevas fuerzas pro- ductivas. Marx supone la existencia de una masa proletaria, que constituye la in- mensa mayoria de la poblacién del pais, y esta mayoria desbanca a Ja mino- ria insignificante de capitalistas, en cuyas manos se concentra la riqueza del pais. En la revolucién de Lenin, la minoria fue la que cogis el poder e impuso su dictadura a la inmensa mayoria. El Partido Bolchevique era, en efecto, una minoria que, por el camino de la astucia y de las armas, se impuso a todos los demés partidos que tomaron parte en la revolucion. En Marx, la revolucién se produce en los paises ricos; en el leninismo, en un pais pobre y atrasado. Los partidos que lucharon con Lenin en la conquista del poder crefan que la lucha iba dirigida contra el zar y trataba de realizar la distribucién de las tierras. Fue Lenin el que dio la orientacién comunista e impuso la dictadura de su partido, eliminando a todos los dems. El sujeto del proceso histérico en la teoria marxista es la clase proletaria, portadora de la conciencia historica y, por consiguiente, de la conciencia revolucionaria que corresponde al nuevo modo de produccién; en esa masa radica el motor de la historia. Lenin invierte toda esta teoria: la conciencia revolucionaria no radica en las masas, sino en una élite de intelectuales bur- gueses revolucionarios. La masa o es inconsciente o esté aburguesada. La percepcién del proceso histérico revolucionario esta en las minorias, las cua- les planifican y dirigen la revolucién. Estos intelectuales son los que estaran al frente del partido tnico impuesto por Lenin. Para Marx, la revolucién significa el triunfo de la democracia, de la in- mensa mayoria, de las masas populares, Para Lenin, la revolucién denota la implantacién de una férrea dictadura del partido Gnico. Por eso en Marx, a partir de la revolucion, el Estado y su aparato coactivo comenzara a dismi- nuir hasta su total desaparicién. En el leninismo, a partir de la revolucién, el Estado, y sobre todo su aparato coactivo, comienzan a crecer y a desarro- Ilarse, porque es la fuerza militar el origen y el fundamento del nuevo régi- 16 Pl. Naturaleza del poder men. Asi, en Lenin tenemos un concepto del Estado enteramente militarista; no sélo en el sentido de que el Estado debe adoptar la estructura similar al ejército, sino también porque el Estado debe adoptar la estructura vertical, en la que la autoridad, concentrada en el estado mayor del Partido, descen- derd sobre la masa, convertida en objeto de sumisién y obediencia. En Marx no existe una teoria del partido unico, sino una teoria de la clase proletaria, la cual sera el sujeto del poder una vez lograda la revolu- cién, La dictadura del proletariado significa que la clase proletaria ocupa los Organos gubernativos del Estado. Marx sélo utiliza el vocablo «democracia» para designar aquella época en la que desaparece cl Estado y se instaura la plena comunidad humana. En Lenin tenemos una teoria politica de elitismo; una teoria del partido tinico, que se convierte en la pieza fundamental de la politica, como sefior y dominador que es del mismo Estado. Este partido no esta en manos de la masa, que es inconsciente, sino en manos de la élite revolucionaria. Asi, lo que Lenin implanta es un sistema de estructura totali- taria, con la misma fe y adoracién de la fuerza fisica que encontramos en los regimenes totalitarios. A la teoria marxista podria amérsele objetiva, en cuanto el proceso his- torico y la misma revolucién suponen un previo desarrollo objetivo de la economia y de la clase dominante, que en el seno del capitalismo tiene que ser la capitalista, pero ya encierra en su seno el proletariado, que se alzara en clase dominante del futuro. A la teoria leninista se le puede calificar de subjetivista, puesto que, dejando a un lado esa evolucién objetiva, afirma la suficiencia de la decisién de una minoria de revolucionarios para implantar el régimen socialista, incluso si no se dan las condiciones previas previstas por Marx. Lenin fue, ante todo y sobre todo, un revolucionario con una psico- logia explosiva que encerraba una gran ambicién de conquistar el poder por cualquier medio, aprovechando cualquier tipo de coyuntura, sea la sefialada por Marx o cualquier otra, como fue la situacién proporcionada por la pri- mera guerra mundial. 5) Stalin se consideré a si mismo como un desarrollo y perfecciona- miento del marxismo y leninismo. E} culto a la persona de Stalin hizo que los escritores y oradores soviéticos afirmaran, como Korovin, que Stalin «elev6 la teoria marxista-leninista, la tinica doctrina cientifica, a una altura inaudita» '. Sin embargo, en el XX Congreso del Partido Comunista de la URSS (febrero de 1953), Stalin fue condenado como asesino y creador de una era de terror. En él se afirmé la necesidad de retornar al leninismo. Lo que significa que para el XX Congreso no existe una continuidad, sino una ruptura en el proceso comunista de la Union Soviética. Lo que hoy se pien- sa oficialmente de Stalin es dificil de decir, pero ya no es de buen gusto el condenar a Stalin, debido a los efectos desmoralizadores que tal condena produjo en el seno del Partido. Mientras en Lenin permanece la naturaleza universal de la revolucién, Stalin proclamé el principio inverso del socialismo en un solo Estado, de cuya potencia econémica y militar dependera la suerte del sistema socialista " Cit, en W. W. KULski, The Soviet Regime (Siracusa, Univ. Press, 1954) p.686. C2. Elpodery la ideologia 17 mundial. De ahi la obsesién de Stalin por lograr cuanto antes la conversién de la URSS en una gran potencia econémica y militar y de someter a su mandato a todos los partidos comunistas del mundo. El leninismo se desenvolvid en un medio de entusiasmo producido por el fenémeno de la revolucian. De otra parte, Lenin era la figura indiscutible del Partido Bolchevique, que estaba en los comienzos de su desarrollo. Le- nin podia dirigir el Partido sin recurrir a los métodos de terror, ya que su persona no era cuestionada. Pero el estalinismo se produce en un ambiente diferente: en el pueblo se ha extinguido el entusiasmo de la era de la revolu- cién ante la dura realidad del nuevo régimen. De otra parte, Stalin no era una estrella de primera fila en el seno del Partido, sino una figura oscura y secundaria; existian otras figuras més brillantes que él, y que podian consti- tuir un peligro para su autoridad y su caudillaje. De ahi el recurso a las epurgas», alos métodos terroristas y a la férrea disciplina como medios para someter al pueblo y a los hombres del propio Partido. De ahi la creacién de un Estado policia y de una policia que acta sin escrapulos con el fin de imponer el dominio implacable de un hombre sobre el Estado, el Partido y el pueblo. El estalinismo impuso el personalismo, el reino absoluto de una persona concreta, Stalin, que concentré en sus manos todos los poderes y que gober- né arbitrariamente, haciendo initiles incluso los supremos Srganos del Parti- do, sometidos a su voluntad. De este personalismo se siguid el culto a su personalidad, extendido a todos los medios de expresion y comunicacién, asi como a las manifestaciones de todos los hombres y jerarquias sometidos a su voluntad. Para Marx, la fuerza es la comadrona que ayuda a la sociedad a dar a luz un nuevo sistema que se ha ido gestando en el seno del capitalismo. El factor principal es la evolucién social promovida por el desarrollo de las fuerzas productivas. Pata Stalin, la fuerza es la madre que engendsa y da a luz el nuevo sistema socialista; para ello es indispensable crear el gran apara- to coactivo del Estado. En Marx, el socialismo se extenderd por el mundo como consecuencia del factor radical de la evolucién de la sociedad, la cual estd en conexién con el desarrollo de las fuerzas productivas. Para Stalin, el triunfo del socialismo supone la victoria imperialista del Estado wviético, centro de irradiacién del sistema. Para ello es necesario la gran industrializa- cién de la URSS y la creacién del ejército mas poderoso del mundo. En Marx, el Estado es una superestructura inducida por la base o el sistema de clases provocado por el régimen de propiedad privada y las rela~ ciones de produccién; por eso, una vez realizada la revolucién y suprimido el sistema de clases, el Estado tiende a extinguirse y, finalmente, a desapare- cer. En Stalin, el Estado es esencialmente activo: tiene la misién de crear esas fuerzas productivas, de transformar toda la estructura economica en la agricultura, industria y comercio. Stalin afirmé que en Rusia ya habian des- aparecido las clases; asimismo sostuvo la necesidad de desarrollar y poten- ciar el aparato coactivo del Estado, porque tenia en su mente un Estado nacionalista e imperialista que asumiese la mision de vencer y de imponer el socialismo al mundo y el dominio interior sobre todo el pueblo. 18 Pl. Naturaleza del poder c) Con la muerte de Stalin sube al poder Kruschey, que condena la persona y la conducta del gran dictador. Nace una nueva era cargada de esperanzas liberadoras, pero conservando la estructura fundamental del régi- men, fundado en la dictadura del partido unico y en el monopolio del poder en beneficio de los hombres que componen el Partido. Fundamentalmente, se trataba de evitar la etapa de terror ejercido por la policia sobre los jerar- cas del Partido durante la era Stalin. Kruschev proclama nuevos principios: la evitabilidad de la guerra mun- dial, la transicién pacifica del sistema capitalista al socialista, la existencia de diversos caminos hacia el socialismo conforme a las tradiciones y circunstan- cias especiales de cada pais. Igualmente condens el personalismo de Stalin y el culto a la personalidad y proclamé el retorno a la direccién colectiva de fa politica. Pero la apertura de Kruschev desperté corrientes liberales y de critica al régimen, Estas nuevas corrientes alarmaron a los lideres del Partido, que temian por la sobrevivencia del régimen, y Kruschev fue destituido (octubre de 1964). Las esperanzas populares y de los intelectuales en una era de liber- tad se disiparon. Kruschev fue considerado como un visionario, y se retorné a una conducta fundada en el poder y en la disciplina, lo que representa un neoestalinismo. d) En el orden internacional, la ruptura es atin mas fuerte y de conse- cuencias fatales para la causa del comunismo. En verano de 1948, Yugoslavia rechaz6 la obediencia a Stalin y a su instrumento de sometimiento a los diversos partidos comunistas como era el Kominform. Stalin y el sistema soviético dejan de ser no solamente el centro supremo de mando del comu- nismo mundial, sino también el modelo que deben copiar los demés partidos y regimenes comunistas. De ahi la introducién del reformismo en el sistema yugoslavo, tanto en el orden econémico como en el politico, Reformismo {que ha influido en otros paises, provocando rebeliones en los Estados satéli- tes, que buscan la independencia nacional y un régimen ms acorde con las ideas democraticas, sistematicamente denegadas por el despotismo eslavo. Con Ia condenacién de Stalin en el XX Congreso surge otro nuevo cisma entre China y la Union Soviética, cisma que ha degenerado en un peligroso antagonismo. El comunismo chino eleva a la categoria de princi- pios las circunstancias concretas y especiales de la revolucién china. Asi, el sujeto principal de la teoria de la revolucién maoista es el campesinado y no el proletariado, como ocurre en Marx: la aldea campesina es la base de la revolucién. La tradicién china concibe a China como el centro y eje del planeta. Esta tradicién, que encierra el orgullo nacional de un pueblo, hace imposible que China pueda ser satélite de la Union Soviética. Surge el antagonismo entre el comunismo chino, altamente animado del nacionalismo chino, y el comunismo soviético, también internamente cargado de la tradi- cional misién mesianica del nacionalismo eslavo; la idea marxista, cargada de elementos extraiios nacionalistas, pierde el poder de su universalidad y surge el torbellino de oposiciones y antagonismos en el seno mismo de los paises comunistas. En lugar de desarrollo continuo en la idea marxista tenemos toda una C2. Elpodery la ideologia 19 serie de mutaciones y contradicciones. Sia esto se afiade que hasta en el puro orden tedrico existen también interpretaciones diferentes de la teoria de Marx, se explica por qué la idea ha entrado en una fase de ocaso. Por otra parte, las tantas veces repetidas promesas hechas al pueblo han quedado incumplidas. Durante més de sesenta afios, el pueblo soviético ha estado esperando el advenimiento de un nuevo y mejor sistema de vida; en su lugar continia sometido a un régimen de escasez, de férrea disciplina y de un despotismo al que nadie ve el final y feliz desenlace. Esto ha provocado en el pueblo el escepticismo ¢ indiferentismo ante la repeticion de las mismas promesas, de los mismos fallidos mesianismos. E! mismo sistema se encuentra estancado por una extensa burocracia, en la que para hacer carrera no cuenta tanto la iniciativa personal como el conformismo con el sistema existente, la prudencia y la captacién del favor de los jerarcas. De esta suerte es dificil que en las filas mismas de los dirigentes vaya a predominar la vitalidad de las personas que buscan nuevas soluciones a problemas tradicionales. La innovacién es peligrosa, por cuanto corre el riesgo de ser considerada como disidencia. Asi, el desarrollo de la idea, el brotar de nuevas ideas, estan aprisionados por el conformismo y la adaptacién a un sistema altamente burocratiz; or los slogans tradicionales. Por su naturaleza, la idg jciati creatividad; cabalmente esto es lo sistema, engendrando asi su elem reas de la vida humana y social. e) Para superar esta situacién rrido al nacionalismo eslavo. De ahi una especie de nacionalsocialismo. Esto es de la juventud, de la propaganda y del ejército; es especialmente verdadero después de la segunda guerra mundial, en la que se tuvo que recurrir al sentimiento patridtico para soportar tantos y tan graves sacrificios; lograda la victoria, se produjo una avalancha de exaltacién de la patria, de orgullo de la clase militar y de los combatientes. Todo ello supuso una explosién de nacionalismo, que se mezclé con el marxismo-leninismo. En los manuales de ética de la Union Soviética se cultiva el patriotismo eslavo, e incluso se afirma que tan sdlo es posible el patriotismo dentro de un sistema marxista-leninista. Ahi tenemos el ensamblaje del marxismo- leninismo y del nacionalismo eslavo, que trata de revitalizar al primero. Pero esta revitalizacién viene no del seno mismo del marxismo-leninismo, sino de otro elemento diferente y externo que es el nacionalismo. ‘Asi, A. F. Schischkin afirma que el capitalismo destruye el putriotismo, mientras que el socialismo lo restaura: «Las clases dominantes envenenaron el sentimiento patridtico con privilegios riacionalistas» ?. En cambio, el so- cialismo crea el ambiente propicio para su florecimiento; el patriotismo no puede existir ni en el esclavo, ni en el siervo, ni en el asalariado capitalista. Tan sdlo puede darse en el ciudadano de un pais socialista como la URSS, porque aqui se garantizan las condiciones necesarias para el patriotismo. fala y'to que fomenta-te rigez del ‘0 eee: ehgrecamicnty, @ grandes 2 Grundlagen der Marxistischen Ethik (Berlin, Dietz, 1964) p.282. 20 Pl. Naturaleza del poder El patriotismo implica la fidelidad del hombre soviético a su patria, que es lo mismo que decir fidelidad al régimen existente en la Unién Soviética. Hay que decir que los eslavéfilos disidentes entienden el patriotismo al revés: para ser fieles a la patria es preciso combatir y abolir la idea marxista- leninista, por cuanto ésta es la negacion de las esencias de la patria y de la naci6n eslava. EI patriotismo de que se hace gala hoy en la Unién Soviética consiste en elevar a la categoria de valor supremo el interés de la URSS, de suerte que todos los proletarios, partidos comunistas y Estados del mismo signo cola- boren para la realizacion de los planes de la Union Soviética formulados por el Partido Comunista, duefio absoluto del poder: «Para un patriota soviéti- 0, los intereses de la URSS son los supremos intereses, porque toda nacién debe el florecimiento de su propia vida nacional a la existencia de la poderosa Unidn Soviética». Este patriotismo implica la fidelidad al régimen: «Hoy, en la Unién Soviética, la fidelidad del pueblo a su patria es idéntica a su fidelidad al orden socialista de la sociedad, a sus instituciones politicas, a su ideologia y cultura del pais, que prosigue las mejores tradiciones de la cultura democratica y socialista del pasado» *. ff). De cara al interior, esta presencia del nacionalismo en medio de los distintos sectores del pueblo puede remediar el vacio que va dejando la ideologia marxista-leninista y oponerse a la extensién del escepticismo y desilusién del pueblo, al mismo tiempo que revitaliza un sector tan impor tante como el de las fuerzas armadas. Con todo, también en este escenario interno del Estado soviético tiene sus dificultades el nacionalismo. Porque no existe una sola nacién, sino muchas; quince estan reconocidas por la Constitucién, pero existen muchas més. Ahora bien, cuando se habla de nacionalismo y patriotismo, se trata de! nacionalismo ruso, porque Rusia es la nacién més importante, que com- prende algo mas del 50 por 100 de toda la poblacién del Estado soviético. Mosci es la capital de la nacién rusa y del Estado soviético. El nacionalismo que se cultiva desde el poder, centrado en Mosci, es el nacionalismo ruso y eslavo, y éste entra en colisién con el nacionalismo de las demds nacionali- dades, que quedan sometidas a los dictados del espiritu eslavo. De ahi viene el proceso de rusificacién de otras nacionalidades y el antagonismo entre el nacionalismo ruso y el de otras nacionalidades. Desde el punto de vista internacional y mundial, el nacionalismo ruso carece de virtualidad de irradiacién para conquistar a hombres y masas que pertenecen a otras naciones y razas. La tactica soviética consiste en ocultar el nacionalismo, envolviéndolo en el internacionalismo y la fraternidad so- cialista. Los triunfos y victorias de la URSS son las victorias de toda la humanidad progresiva. De ahi la intencionada propaganda tendente a hacer ver que la causa soviética se confunde con la causa de la humanidad y que el internacionalismo exige a los proletarios de todos los paises la union en torno al centro del socialismo mundial, encarnado en la Unién Soviética. Pero esta propaganda también esta en crisis, como lo demuestra la escisién > Ibid, p.295 y 294, C2. Elpodery la ideologia 21 entre los mismos partidos comunistas y las dificultades insuperables para lograr una Internacional Comunista dirigida por Mosca. Por ello, la cara que la propaganda y la politica soviética presentan en el ambito mundial es la del marxismo-leninismo, que trata de provocar todos los antagonismos posibles entre los diversos Estados capitalistas y fomenta la rebelin de los paises subdesarrollados y de las clases mas proletarias, intentando crear una rebelién general bajo el estandarte del marxismo- leninismo. Después de la segunda guerra mundial se acuid la expresion «campo socialista», que abarcaba a todos los Estados comunistas del mundo, para exigir la contribucién a ese campo de los partidos simpatizantes de ese sistema en todo el mundo. Después de [a escision de ese campo en polos antagénicos como el formado por Moscti y Pekin, se habla de «sistema socialista internacional» para obtener semejantes objetivos. Pero las acusa- ciones mutuas de imperialismo entre China y la Union Soviética ha debilita- do la eficacia de tal propaganda, y la idea se encuentra en situacion de ocaso. 2. LA IDEA DE LA REVOLUCION MUNDIAL, 1, La revolucién marxista—Marx y Engels confiaban cambiar la faz del mundo mediante la revolucién mundial. La revolucién socialista debia ser la consecuencia necesaria y la consumacién de una previa revolucion social, la cual seria el producto de la misma evolucion necesaria del capitalis- mo y de las fuerzas productivas. El capitalismo engendra su contrario, el socialismo. Este parto tendra lugar, ante todo, en los paises mas avanzados de la humanidad, que son las locomotoras del progreso y de la marcha de la historia. Pero este movimiento se extenderd también a Jos demas paises, que han de seguir la misma direccidn. El poder militar aparece en Marx como un factor secundario, comple- mento de la revolucién social, para dar el golpe definitivo a una situacién insostenible y madura para la transicién del capitalismo al socialismo. La inmensa mayoria del pueblo estara ya preparada para este golpe definitivo que rompa las ultimas amarras de un sistema que ya tan solo se apoya en una minoria insignificante de explotadores. De dos formas distinus explica Marx esta gestacién de la revolucién social, preludio de la revolucién socia~ lista: a) La primera teoria se funda en la tesis de la concentracién de la riqueza en una minoria de explotadores y la conversion de Ia inmensa mayoria del pueblo en un proletariado misero. En este momento, ¢] mismo peso especifico de la inmensa mayoria se impondré a la insignificante mino- ria de explotadores. El transito es natural. La intervencion de la fuerza armada puede ser un expediente necesario para romper las tltimas vincula- ciones y lograr que la revolucién social se transforme en revolucién socia~ lista. - La realidad es que tal teorfa no se ha producido en ningtin pais comunis- ta del mundo. En todas partes el comunismo ha sido impuesto por el poder 22 Pl. Naturaleza del poder tar y a paises subdesarrollados, en los que el capitalismo o no existia o estaba todavia en embrién. En cambio, en los paises capitalistas, especial- mente en los mas desarrollados, no se ha producido ni la revolucién social ni la revolucién socialista; el capitalismo no ha engendrado su contrario. La bipolarizacién de tales pueblos en minorias insignificantes de multimillona- rios y la caida del resto del pueblo en una masa de seres miserables no se ha producido, Mas bieq se ha desarrollado un amplio estrato de clases medias; el proletariado ha subido notablemente en sus condiciones de vida. La estructura de tales pueblos, en lugar de bipolar, es multidimensional; en lugar de simple, es enormemente compleja debido a la gran division del trabajo en maltiples profesiones, en un numero creciente de especialidades y en la aparicién de trabajadores titulados, especialistas, de mayor rango profesional, mientras el peonaje tiende a decrecer. b) La segunda teoria de la revolucién se funda en la tesis de que el movimiento de la infraestructura sigue un ritmo de evolucién mas acelerado que la superestructura (las instituciones sociales y politicas, asi como las ideas y principios mentales). Nace asi una contradiccién entre la base, formada por las fuerzas productivas (0 nuevo modo de produccién), y la superestructura, retardataria y retrégrada, que no permite el natural desen- volvimiento de tales fuerzas: «Al llegar a cierto nivel de su desarrollo, las fuerzas materiales de produccién de la sociedad entran en contradiccién con las relaciones de produccin existentes 0, conforme a su expresin juridica, con las relaciones de propiedad dentro de las cuales se han movido hasta ahora. Entonces comienza una época de revolucién social» 4. Esta segunda teoria tampoco se ha realizado. Los paises capitalistas tendrian que haber entrado en un callejin sin salida, tendria que haberse paralizado el desarrollo de sus fuerzas productivas, y vernos a los paises mas desarrollados avanzar en el orden cientifico, tecnolégico y productivo de manera rapida. Marx se inspiré en la Revoluci6n francesa, la cual proclamé la libertad y el laissez-faire para romper los frenos a la invencién, el progreso y el desarrollo que provenian de las instituciones feudales y de los reglamentos gremiales, ya desfasados. Pero esto no se verifica en la época moderna capitalista, fundada en la libertad de pensamiento, investigacién, invencion y en la libertad de la libre iniciativa. Incluso podemos decir que los paises capitalistas y supercapitalistas tienen mas drganos de evolucién y de iniciativa social que los regimenes comunistas, porque éstos se encuentran férreamente atornillados a un poder central, a una dictadura del Partido, que no permite ni la libertad ni Ja iniciativa de la sociedad. 2. Los pilares de la estrategia marxista-leninista—Lenin tenia plena conciencia del poderio del campo capitalista, Con todo, era optimista en lo referente al triunfo de la causa socialista en el mundo, porque confiaba en dos fundamentales puntos, base de un rapido paso de la era burguesa a la socialista. 4) El primer punto supone la fraternidad socialista. Suprimido el capi- talismo en un pais, desaparece la lucha de clases, el imperialismo, la guerra y * Zur Kritik der Okonomie, en Werke 1.13 p.9. C2. El podery la ideologia 23 el antagonismo que divide hoy a la sociedad y al mundo. Esta hosca realidad se disipard, y en su lugar hard su aparicién la solidaridad y fraternidad entre los hombres, y muy especialmente entre los diversos paises socialistas, que se unirén en un abrazo de fraternidad y colaboracién, haciendo superfluas las armas e inutiles los ejércitos para regular sus relaciones mutuas inspiradas yaen la colaboracién y amistad. En la bandera de la Revolucion francesa tenemos tres ideas, proyeccion y encarnacién de tres grandes ideales del hombre: libertad, igualdad, fraterni- dad. El orden de estos tres ideales no es casual, porque en la época del absolutismo faltaba la libertad; la ausencia de la libertad engendraba un or- den social y politico fundado en el privilegio de unos y en el silencio y marginacion de otros; y esta situacién provocaba el odio, la lucha y el fuego revolucionario en el seno de una sociedad carente de las esencias de la civili- zacion humana. Por eso, la Revolucién francesa creyé que, si se instauraba la libertad para todos, se engendraria la igualdad, y de estas dos conquistas se seguiria la fraternidad entre todos los ciudadanos. En aquella época, la igualdad tenia un sentido fundamentalmente juridico: igualdad ante la ley tanto cuando ésta castiga como cuando premia, tanto cuando se trata de conceder acceso a los puestos y cargos como cuando se trata de imponer cargas. Tal igualdad apenas abordé el problema de la igualdad econémica o de participacién en los bienes econémicos. Pero la mente socialista discurre de modo similar: suprimida la desigualdad, instaurado un nuevo orden socialista, surgiré es- pontaneamente la fraternidad entre los individuos, los pueblos y naciones. No se dan cuenta de la presencia en el hombre de, otros factores distintos que encienden la animosidad entre los seres humanos y pueden provocar el antagonismo entre las naciones y Estados. En realidad, Ja fraternidad socia- lista nunca ha existido. b) La segunda tesis es la rdpida transformacién de los Estados Unidos en una potencia socialista. Para Marx, el epicentro de la revolucién socialista estaba en Inglaterra, la potencia mas capitalista e imperialista de su tiempo. Pero, una vez iniciada la revolucién en este hogar natural de la rebelién proletaria, el fuego se extenderia a todas las demés potencias capitalistas. Y la mirada de Marx no descuidaba el escenario de Norteamérica. Lenin concedié mayor importancia a Estados Unidos en su misién histé- rica de formar parte de la locomotora de la historia hacia el reinado univer- sal del socialismo. Y esto por dos razones fundamentales. La primera es la naturaleza revolucionaria del pueblo americano, puesto de manifiesto en la guerra de la independencia contra la Gran Bretafia. Ello demuestra que el norteamericano no es un pueblo dormido, sino que tiene conciencia de su libertad y es capaz de luchar contra el opresor para lograr su propia emancipacién. Ahora bien, la revolucién nacional deve enlazar con la revolucién y rebelién proletarias. La segunda causa radica en la estructura interna de los Estados Unidos, que necesariamente ha de terminar en la revoluci6n proletaria contra la mi~ noria de multimillonarios. Lenin veia el desarrollo acelerado de un pais en el que se estaban forjando grandes fortunas, y creia que el proletariado de ese 24 P.l. Naturaleza del poder pais estaria cada vez més explotado, hasta que finalmente saltaria la chispa de la rebelion, Por ello seré uno de los paises que pronto se unirén al campo socialista, Este era uno de los grandes suefios de Lenin. En una carta dirigida a los obreros norteamericanos el 20 de agosto de 1918 decia Lenin: «E] pueblo americano posee una tradicién revolucionaria, de la que son herederos los mejores representantes del proletariado america- no, que repetidas veces han afirmado su total simpatia por nosotros los bolcheviques» °. Y, Kablando del proletariado americano, afirma: «Los obre- ros americanos no seguiran a la burguesia. Ellos estaran con nosotros en favor de la guerra civil contra la burguesia. La historia del movimiento obre- ro en América, como en todo el mundo, me confirma en esta conviccién» °, ©) Si tales profecias sobre la revolucién socialista se hubieran cumplido, se habria realizado ya el transito de la era burguesa a la socialista. En efecto, la China socialista estara fraternalmente unida con la Unidn Soviética, asi como los Estados Unidos serian una gran potencia socialista, también vincu- lada con China y la URSS. La locomotora de la historia seria tan poderosa, que todos los demas vagones del mundo no tendrian mas remedio que se- guir la direccién de un poderio socialista insuperable. La voleanica psicologia revolucionaria de Lenin hizo que proyectara so- bre el mundo sus encendidos deseos al percibir en ellos una realidad, el movimiento real de la historia, cuando no eran otra cosa que vehementes deseos subjetivos y visiones de su fantasia revolucionaria. La realidad es muy otra, y la marcha de la historia no siempre esta acorde con nuestros anhelos. China ha realizado la revolucién socialista, pero no esta fraternalmente unida a la Unidn Soviética, sino que entre ambas potencias ha surgido un enorme antagonismo, que coloca a la URSS en una situacién realmente deli- cada, por cuanto debe fortificar el inmenso frente asiatico. La fraternidad socialista es también un slogan de propaganda en las rela~ ciones entre la Unién Soviética y los Estados comunistas del Este europeo. En la estrategia de Lenin existia la idea de lanzar a las colonias contra las potencias capitalistas que les habfan impuesto su yugo de subordinacién. Pero, de buena o mala gana, estas potencias occidentales han concedido la libertad y la independencia a esos paises coloniales; con ello se han liberado de un pesado fardo, como habria sido mantener subyugado a tales pueblos mediante guerras coloniales sin fin. Asi, las potencias capitalistas no se han agotado en una mision tan negativa. La Unién Soviética, en cambio, ha impuesto su supremacia militar sobre los paises del Este convertidos en satélites de Mosci. Esto ha provocado ya varios levantamientos contra la URSS en estos Estados. Asi resulta que se han invertido los términos: la Unién Soviética tiene colonias internas que dominar por el método militar de la fuerza. Esta situacién crea un estado de inseguridad dentro de su misma casa, del campo socialista, al mismo tiempo que contribuye a provocar el descontento y escepticismo de una teoria como ° Ocuvres choisies t.3 p.44. * Ibid, p.45. C2. Elpodery la ideologia 25 la marxista-leninista, que, mientras habla de emancipacién y liberacién, en la realidad practica exactamente lo contrario: la presion y la subyugacion de paises que desean ser libres. En segundo lugar, los Estados Unidos no solamente no han realizado la prevista revoluci6n socialista, sino que ni siquiera existen indicios de que tal acontecimiento pueda Ilevarse a efecto. En este inmenso pais no existe un Partido Socialista digno de mencién, no hay conciencia revolucionaria mar- xista-leninista, ni en la masa obrera ni siquiera en sus dirigentes sindicales, frontalmente opuestos a tales ideas. Por el contrario, los Estados Unidos forman el nucleo mis poderoso del campo capitalista en la hora actual y el fundamento basico de la oposicién a la Union Soviética. Asi resulta que este pais tiene que cuidar de su frente europeo, guarnecido por los ejércitos de las potencias capitalistas, apoyado en el poder de Norteamérica. Es decir, la realidad y la marcha de la historia han dado un mentis a la fantasia de Lenin. 3. Consecuencia—En el apartado anterior hemos visto que el ocaso de la idea o teoria marxista-leninista en la Unidn Soviética ha abierto las puer- tas al nacionalismo eslavo y ha creado el ambiente para su cultivo y desarro- Ilo. Este ensamblaje de ambas ideas (marxismo-eslavismo) puede Ilenar un vacio en el corazon del ciudadano ruso, pero no tiene virtualidad suficiente ni siquiera para resolver el problema en la mente y el espiritu de los hom- bres que forman parte de otras nacionalidades dentro del Estado soviético. Mucho menos podemos decir que el marxismo, que de suyo es una teoria de la humanidad, pueda revitalizarse con el nacionalismo, porque todo naciona- lismo esta encerrado en determinadas fronteras y carece de la universalidad necesaria para conquistar a la humanidad. Esta deficiencia aparecié clara con el nacionalsocialiemo germano y el fascismo italiano. EI fracaso de la teoria de la revolucién ha provocado otra consecuencia similar: ha abierto las puertas al poderio militar, como factor de primera linea para lograr la hegemonia mundial e imponer el socialismo fiel a Mosca. De ahi la preeminencia cada vez mayor del ejército dentro del régimen so- viético y el desarrollo de la fe en la eficacia de las armas no sélo para la defensa, sino también para la conquista. Lo cual implica una evolucién: del poder de la idea a la idea de poder. Pero esto encierra una transmutacién del rostro y de la figura del marxismo del plano ideal a otro orden inferior y real que es el del dominio de las armas. Lo cual crea una situacién dificil para el marxismo-leninismo en el mun- do, que ve en él un sistema imperialista fundado en la fuerza de las armas y en el dominio fisico impuesto sobre el hombre. No tiene nada de extrafo que hoy sea dificil crear una Internacional; incluso es dificil lograr la unién y reunion de los diversos partidos marxistas en torno al centro de Mosct. La idea de poder ha entrado en colisién con el poder de la idea. La situacion es claramente favorable a la clase militar de la Unién Sovié- tica. Por eso el ejército soviético ha ido escalando puestos tanto en el seno del Gobierno como en el Comité Central del Partido. Stalin Ilevé a cabo una severa y sangrienta «purga» del ejército; hoy seria muy difsil realizar tal tarea, dado el poder y la influencia del ejército en la politica. Los enor- 26 Pl. Naturaleza del poder mes presupuestos militares dan satisfaccién a Jas exigencias de esta clase y demuestran la presencia del poder armado 0 fisico en el corazén mismo de la politica marxista-leninista. Asi, en la estructura de la sociedad y de! Esta- do soviéticos tenemos una jerarquia claramente privilegiada debido a esta preeminencia del poder armado. La destacada importancia del poder armado se ensambla bien con el na- cionalismo, porque hemos visto anteriormente que el organo y clase princi- pal portadora de ese-espiritu nacionalista es precisamente el ejército, que lo cultiva e irradia. Muy especialmente es esto verdad después de la segunda guerra mundial y de la victoria obtenida sobre los ejércitos de Hitler. La victoria dio al ejército un prestigio del que carecia anteriormente; este pres- tigio ha sido bien aprovechado para redondear su situacién privilegiada y aumentar su influencia en la vida politica. El nacionalismo, el orgullo nacional y la exaltacion del poderio de la URSS se compaginan y mezclan con Ja ideologia marxista-leninista. Hasta puede decirse que los éxitos tecnoldgicos, como el lanzamiento del primer satélite de la Tierra (el Sputnik) y el primer vuelo orbital del soviético Gaga- rin y luego de Titov han sido altamente coreados por la propaganda soviéui- ca como hechos que justifican la superioridad de la idea marxista-leninista sobre el sistema capitalista. Todo éxito de la URSS, en cualquier orden en que se produzca, es transformado en signo de la superioridad de la idea socialista. Algo similar encontramos en las formas totalitarias, en las que sus caudillos han presentado siempre una bandeja de éxitos econémicos y tecno- logicos para justificar su régimen. Hay un doble internacionalismo. Existe, ante todo, el internacionalismo de la idea cuando esta internamente adornada de Ja fecundidad universal para conquistar a los hombres. Es el internacionalismo caracteristico de las religiones y de las cosmovisiones filosoficas, que se extienden por el mundo y captan a sus fieles creyentes 0 a sus adeptos. Marx formulé una cosmovi- sién, y pensé, ante todo, en el internacionalismo de su idea o teoria dirigida a toda la humanidad. Pero existe otro internacionalismo, el que se funda en el poder fisico 0 militar y adopta la forma de imperio, fundado en el dominio de un pueblo o metrépoli sobre otros pueblos mas débiles. El ocaso de la idea marxista ha provocado, sobre todo en la gran potencia militar de la URSS, un interna cionalismo de cardcter imperialista, que se funda en la potencia militar de la URSS para obtener la victoria e implantar el socialismo de tipo soviético en el resto del mundo. Pero hasta la fecha no se conoce ningun poder militar que haya tenido capacidad para conquistar el planeta. Todos los imperios se han reducido a una parcela de pueblos, y esto de manera fugaz. En la histo- ria, la fuerza de la idea ha sido superior a la idea de la fuerza. Aqui esta una de las debilidades radicales del actual régimen soviético. Por otra parte, no es fécil armonizar y unir ambos factores, porque, normalmente, cuanto mas crece la fuerza fisica tanto mayor es el eclipse de la fuerza de Ja idea. La armonia de ambos puede darse en un momento de éxtasis popular o cuando se desencadena el mesianismo en el desarrollo de la revolucién. CapITULO III LOS DOS CAMPOS La tierra se dividira en dos bandos antagénicos ¢ irreconciliables, de los que uno necesariamente ha de destruir al otro. La oposicién entre capitalis- mo y socialismo es insoluble; en el mundo no existe espacio para los dos. Por otra parte, el marxismo-leninismo no puede encerrarse en los limites de un solo Estado, por muy extenso que éste sea. La revolucién sera univer- sal, y dara por resultado el advenimiento de una nueva era que exterminard a todas las épocas pasadas. 1. EN MARX Marx y Engels concibieron el advenimiento de la era comunista como el resultado necesario de un proceso histérico que no depende de las intencio- nes humanas y de naturaleza irreversible. La teoria del materialismo histéri- co es una teoria de predestinacién que se impone al hombre y que lo arras- tra hacia el advenimiento de la nueva era comunista. La revolucién comunista no es, por tanto, de carécter meramente nacio- nal, sino de amplitud universal y mundial. Su epicentro esta en los paises més avanzados, a los que concibe como el escenario en el que marchan en vanguardia las nuevas fuerzas productivas que determinan la evolucién his- torica. Pero estos paises no iran solos, sino que arrastraran a todos los de- mas pueblos menos avanzados. «La revolucién comunista no es, por tanto, una revolucién meramente na- cional; ella serd una revolucion que alcanzara a todos los paises civilizados; es decir, por lo menos a Inglaterra, América, Francia y Alemania al mismo tiem- po. Ella se desarrollaré ms rpida o més lentamente en cada uno de estos paises segiin que uno u otro pais posea una industria mas desarrollada, una mayor riqueza, una especial masa de fuerzas productivas» '. El motor de la historia son las fuerzas productivas, su grado de desarro- Ilo, el cual deja desfasadas las superestructuras de épocas anteriores. Enton- ces entra en colisién la nueva base o infraestructura econémica fomada por estas nuevas formas productivas y las instituciones heredadas de! pasado. Esto acaece, sobre todo, en los pueblos més desarrollados, como son los mencionados por Engels en aquella época. Estos paises seran la vanguardia " Grundsaetze des Kommunismus, en Werke t4 p.374. 28 P.. Naturaleza del poder del proceso histérico y revolucionario; los demas se veran arrastrados por ellos hacia la misma meta. Como se ve, la profecia de Marx y Engels se ha realizado al revés. Los paises més industrializados no han desembocado en el socialismo. En cam- bio, los pueblos mas atrasados econémicamente son los que han venido a parar al socialismo, y se han servido de esta situacién para desarrollar las fuerzas productivas. En la formulacién de su teoria de la revolucién, Marx y Engels se inspiraron en los acontecimientos de la Revolucién francesa, que dejé profunda huella en la época y en sus intelectuales. En tal acontecimien- to, Marx vio no solo la consumacién del proceso revolucionario, sino el comienzo de un parto que habria de tener su natural complemento en la revolucién comunista. En la Revolucién francesa, Marx vio un aconteci- miento que se fragué en el escenario francés, pero luego se extendid por Europa y otros paises del mundo. «La nueva Revolucién francesa se ha visto obligada a abandonar inmediatamente el suelo nacional y a conquistar el terreno europeo, sobre el cual solamente la revolucién social del siglo XIX puede llevarse a efecto» 2, La revolucién proletaria encierra la emancipacion de esta clase, oprimida por el capital; tendra, por tanto, tanta extensidn como el mismo capitalismo y el régimen de salario, que deben ser abolidos >. La revolucién de la Commune fracasé porque fue un fenémeno aislado; para lograr la victoria se requiere la solidaridad internacional. «La revolu- cién debe ser solidaria; esto nos ensefia la Commune de Paris, que por esto fracasé, porque en todos los centros, en Berlin, en Madrid, etc., no se pro- dujeron grandes movimientos revolucionarios que fueran de igual condicién que este poderoso levantamiento del proletariado de Paris» *. Esta universalidad de la revolucién se concilia con la diversidad de cami- nos que ha de seguir segiin sean las diversas fuerzas productivas, las costum- bres y tradiciones de los pueblos. El principio de Kruschev de que existen diversos caminos hacia el socialismo, conforme a la diferente naturaleza de los diversos pueblos, se encuentra ya en Marx, en su discurso al Congreso de La Haya: «Nosotros no creemos que Jos caminos para el logro de este fin sean en todas partes los mismos. Nosotros sabemos que deben ser teni- das en cuenta las instituciones, las costumbres y las tradiciones de los diver- 508 paises» °. El transito del capitalismo al socialismo, gseré por medio de levantamien- tos armados o por medios pacificos, como seria el lograr el poder a través del sistema electoral? La revolucién armada es la idea habitual de Marx y Engels, especialmente durante la primera parte de su vida. En el Manifiesto establece claramente esta tesis: «Al esbozar las fases mas generales del des- arrollo del proletariado, nosotros hemos seguido la guerra civil, mas o menos latente en el seno de la sociedad actual, hasta el punto en el que estalla una 2 Die Klassenkdmpfe in Frankreich, en Werke t.7 p.34. > Rede auf der Jabresfeier des «People’s Paper», abril 1856, en Werke t.12 p.4. 4 Rede itber den Haager Kongress, septiembre 1872, en Werke t.18 p.161. 5 Werke t.18 p.160. C3. Los dos campos 29 revolucién abierta y el proletariado pone los cimientos de su dominio por medio del derrocamiento violento de la burguesia» °. Pero, a medida que fueron corriendo los afios y los fracasos de los levan- tamientos proletarios fueron produciendo una desilusin en Marx y Engels, su pensamiento fue evolucionando hacia la posibilidad de que tal mutacién se verifique por medios pacificos. Por otra parte, hay que tener en cuenta que, ya en la segunda mitad del siglo XIX, la democracia se va extendiendo por los paises mas avanzados de la Europa occidental. En los articulos pu- blicados por Engels en Neue Zeit en 1891 afirma que en paises como los Estados Unidos, Inglaterra y Francia, en los que existen medios democrati- cos y la mayoria puede alcanzar el poder por el camino del sufragio, la vieja sociedad burguesa puede ser transformada en la nueva sociedad proletaria por procedimientos pacificos, Con todo, estas afirmaciones no niegan la te- sis de la lucha armada. Por ambos caminos se puede llegar al mismo fin, que es lo que interesa. 2. EN LENIN La psicologia de Lenin se caracteriza por su alta tensién revolucionaria. En Marx, la nota mas destacada es la revolucién social provocada por el desarrollo de las fuerzas productivas. Esta previa revolucién social prepara la realidad para la victoria de la revolucién socialista y proletaria, que es el complemento de la revolucién social. En Lenin cambia completamente este planteamiento, ya que toda su mente esta polarizada por la revolucién socialista, la cual puede llevarse a efecto al margen de una previa revolucién social. En esto se distingue Lenin, el lider de los bolcheviques, de la teorfa de los mencheviques, que se atenian ala tesis marxista de que no puede pretenderse llevar a cabo la revolucién socialista sin una previa evolucidn social provocada por el desarrollo de las fuerzas productivas, es decir, por la previa existencia de un orden capitalista, de cuyo seno saldra la revolucién socialista. Lenin prescindio de la evolucién social y recurrié a la revolucién armada para implantar el socialismo en un pais semifeudal en el que el cipitalismo apenas habia hecho su aparicién. Las circunstancias aprovechadas por Lenin no son las sefialadas por Marx, sino las creadas por la guerra mundial: el descontento generalizado de la poblacidn, el hambre y la miseria, el anhelo de salir de la guerra y alcanzar la paz. Por esto, el recurso al levantamiento armado y la teoria de la guerra son la nota dominante del leninismo. Mientras en Marx la fuerza militar es tan solo la comadrona que interviene en la ultima fase de un proceso en cuyo seno se ha ido engendrando la nueva criatura del socialismo, en el leninismo la guerra y la revolucién son la madre que engendra y da a luz la queva era. En el marxismo, la revolucién es una parte de su teoria; en Lenin, la revolu- cién es un todo en cuyo seno nace la nueva época. El leninismo es la praxis © Werke 4 p73. 30 P.l. Naturaleza del poder de la revolucion armada y de la guerra civil o de la guerra internacional. Son innumerables los pasajes en los que toca este tema. a) EI leninismo no sélo admite, sino que acentia la irreconciliabilidad de los dos mundos, el capitalista y el comunista. No cabe la coexistencia como no sea como paréntesis para preparar mejor el golpe final, ni la con- vergencia hist6rica en uno, que, por evolucion, se va transformando en otro. El choque armado es absolutamente necesario. «Nosotros vivimos no solamente en un Estado, sino en un sistema de Es- tados, y la coexistencia de la republica soviética junto a los Estados imperialis- tas es impensable a la larga. Al fin obtendr la victoria uno u otro de los campos. Y hasta que llegue ese fin es inevitable una serie de horribles choques entre la republica soviética y los Estados burgueses» ’. Este principio, que es el fundamental, no excluye los periodos de coe: tencia, e incluso de cooperacién econémica, entre ambos bloques antagéni- cos. Se trata de ganar tiempo para prepararse mejor a la confrontacion y a la guerra. Contra la opinién de algunos de sus correligionarios, Lenin firmé el tratado de paz con Alemania (tratado de Brest-Litowsk), a pesar de que se trataba de aceptar condiciones desfavorables y humillantes para Rusia. La raz6n es doble. En primer lugar, en Ja guerra de 1914-18, Lenin no vio sino una guerra de potencias capitalistas que carecia de interés para el proletaria- do. En segundo lugar, Rusia estaba cansada y agotada; necesitaba tiempo para recomponer su situacién castica y para desarrollar su poderio industrial y militar. Por eso, Lenin escribié: «Es ridiculo desconocer la historia mili- tar, ignorar que un tratado es un medio para reunir sus fuerzas» *. «La estrategia y la politica nos imponen un tratado de paz que no puede ser mas infame» °. b) La revolucién, comunista tiene que ser necesariamente universal para lograr instaurar en el mundo una nueva era socialista que destruya a la bur- guesa. La revolucin roja de octubre de 1917 no es, por tanto, sino una parte de la revolucién mundial. El socialismo en un solo pais es una situa- cidn circunstancial y provisional a la espera de que las revoluciones socialis- eee ge Cea eteooa neat eaaearid Enna «Nosotros nos encontramos, en cierto modo, en una fortaleza sitiada mientras los demas destacamentos de la revolucién internacional socialista no vengan en nuestra ayuda» '°. Tales destacamentos son los demas paises en los que ira incubandose la revolucin socialista, y entonces se uniran a Rusia y a su causa. De ahi la seguridad en el triunfo final: «Nosotros somos invencibles, porque la revolucién proletaria mundial es invencible» ", ‘Aunque sea universal, la revolucién socialista no tendré lugar al mismo tiempo en todo el mundo, pero se ira extendiendo de un pais a otro hasta ? Informe al VIII Congreso del Partido, 18 marzo 1919; Lenin, Werke (Berlin, Dietz) vol.29 p.138-39. * Informe al VII Congreso extraordinario del PC, 7 marzo 1918, en Oeuvres choisies t.2 pou * Ibid, p.614. 1° Carta a los obreros americanos, 20 agosto 1918, en Oeuvres choisies 1.3 p.49. " Ibid. C3. Los dos campos 31 que se logre la victoria mundial: «El socialismo no puede triunfar simulté- neamente en todos los paises. Triunfard primero en uno solo, mientras que los otros permanecerén, durante un cierto tiempo, paises burgueses o preburgueses» "2. Lenin esperaba mucho de Norteamérica, a la que consideraba como pais ya preparado para llevar a cabo la revolucién socialista por su grado de desarrollo capitalista, por la formacién de minorias de multimillonarios y de un numeroso proletariado. América, ademas, habia hecho su revolucion y se habia levantado en armas para romper las cadenas coloniales. Faltaba tan sdlo el altimo eslabén para completar esta trayectoria revolucionaria: la re- volucién proletaria contra la burguesfa. Si esta profecia se hubiera cumplido y Norteamérica figurara en el campo socialista, el mundo estaria ya en tran- ce de convertirse en socialista, ya que ninguna gran potencia podria enfren- tarse contra las potencias comunistas. Pero éste es el punto en que fallé por completo tanto la teoria de Marx como la de Lenin: en Norteamérica, cen- tro del supercapitalismo, no existe conciencia socialista ni propensién revo- lucionaria, ni siquiera entre sus masas proletarias o entre sus dirigentes sin- dicalistas. Es, en cambio, el centro basico del campo antisocialista. De este * fallo profético arrancan todas las tragedias del mundo socialista en la hora actual. c) El pensamiento de Lenin gira en torno a la estrategia de los levanta- mientos armados y la guerra. Siguiendo el principio de Clausewitz, la guerra no es para Lenin sino otra forma de la politica. EI primer elemento que exalta Lenin es la revolucién armada del proleta- riado contra la burguesia: «Los sacerdotes sociales y los oportunistas estan siempre dispuestos a sofar en el socialismo pacifico del porvenir; pero lo que les distingue de los socialdemécratas revolucionarios es precisamente que ellos no quieren pensar y reflexionar en la lucha encarnizada de clase y en las guerras de clase que son necesarias para realizar este magnifico porvenir» *, 3. GUERRA Y COEXISTENCIA EN LENIN En el nivel de la teoria, la tesis fundamental del leninismo es la necesidad y universalidad de la guerra. Es un fenémeno implicado esencialmente en la naturaleza del capitalismo; es, ademés, el camino que la historia sigue en su marcha hacia la victoria universal del comunisma, esa etapa futur y mitica en la que desaparecen todos los males humanos y reaparece el hombre plenamente fraternal y bueno, en el que ya no es necesario ni el Estado ni ningdin imperativo que limite ia libertad humana. Esto no obsta para que, en el nivel inferior de la estrategia y de la tactica, el leninismo acepte periodos de paz y de coexistencia. La coexisten- cia leninista no niega el antagonismo irreconciliable entre e! mundo capitalis- "2 El programa militar de la revolucién proletaria, en Oeuvres choisies t.1 p.76t * Ibid., en ibid., t.1 p.761. 32 P.l. Naturaleza del poder ta y el socialista, sino que més bien lo supone y se apoya en él. Porque la coexistencia con el mundo capitalista se hace para ganar tiempo, para prepa- rar las armas de combate y para esperar el momento oportuno de dar al capitalismo el golpe mortal que acabe con su reino. 1. La teoria leninista de la guerra—Es un tema expresamente tratado en sus escritos El programa militar de la revolucién proletaria y en A pro- pésito del «slogan» de los Estados Unidos de Europa *. La tesis fundamental de la teoria leninista es que la guerra es un fendme- no universal y necesario mientras subsista el régimen capitalista en el mun- do. Sélo el triunfo universal y total del sistema comunista puede abolir el mal de la guerra. «Los socialistas no pueden declararse adversarios de no importa qué guerra sin dejar de ser socilistas» '°. La causa radical de donde proviene la guerra es la propiedad privada, y alcanza su maxima virulencia en el régimen capitalista, especialmente en la era del capitalismo desarrollado, que llega al estadio supremo de su evolu- cidn en el imperialismo. La funcién primordial de la guerra es similar a la desempefiada por la crisis: lograr el equilibrio dentro del sistema capitalista, que necesariamente tiende al desequilibrio y a la anarquia: «En régimen capitalista, los solos medios de restablecer alguna vez el equilibrio comprometido son las crisis en la industria y las guerras en la politica». La razon es que, «en régimen capitalista, el desarrollo igual de las diferentes economias y de los diferentes Estados es imposible» "6. E] capitalismo es un sistema cargado de antagonismos, que provocan diferentes tipos de conflictos, de levantamientos armados y de guerras tanto civiles como internacionales. a) Guerras coloniales o de liberacién nacional.—Son las Ilevadas a cabo por parte de los pueblos subdesarrollados y oprimidos por las potencias capitalistas. Es efecto necesario del capitalismo, especialmente cuando llega al estadio supremo del imperialismo. «Cuatro grandes potencias europeas: Inglaterra, Francia, Rusia y Alema- nia, con una poblacin de 250-300 millones de habitantes y una superficie de cerca de siete millones de kil6metros cuadrados, poseen colonias cuya pobla- cién es de... 494,5 millones, y la superficie, de 64,6 millones de kilémetros cuadrados, 0 sea; casi la mnitad del globo (133 millones de kilometros cuadra- dos sin la regién polar)» 7, Por esta razén, nuestro siglo es el siglo del imperialismo, y éste encierra necesariamente la plétora de guerras coloniales: «La historia del siglo xx, de este siglo del ‘imperialismo desenfrenado’, esta leno de guerras coloniales. Pero lo que nosotros europeos, opresores 14 Oeuvres choisies t.1 p.759-83.650-53. > Le programme militaire de la révolution prolétarienne, en ibid. t1 p.759. '6 A propos du mot d’ordre des Etats Unis d’Europe, en ibid., t.1 p.652. 17 Thid., t.1 p.651. C3. Los dos campos 33 imperialistas de la mayor parte de los pueblos del mundo, llamamos ‘guerras coloniales’ con el odioso chauvinismo que nos es propio, frecuentemente son guerras nacionales o levantamientos nacionales de los pueblos oprimidos» ". Por ello es absurdo negar a los pueblos oprimidos la posibilidad y el derecho al levantamiento contra los opresores: «Negar toda posibilidad de guerra nacional en la época del imperialismo es teGricamente falso; histéricamente es un error manifiesto; practicamente es un chauvinismo europeo; nosotros, que pertenecemos a las naciones opresoras de centenares de millones de hombres en Europa, en Africa, en Asia, etc., tenemos que declarar a los pueblos oprimidos que su guerra contra ‘nuestras’ naciones es j‘imposible’!» b) Guerras civiles—Son guerras intestinas que se producen en las so- ciedades capitalistas, escindidas en diversas clases antagonicas. La clase do- minada se levanta contra la clase dominante, y se produce asi la guerra civil. «Las guerras civiles son también guerras. Todo el que recondzca la lucha de clases no puede menos de admitir las guerras civiles, que en toda sociedad dividida en clases son la prolongacién, la extensién, Ia agravacién naturales —y, en ciertas condiciones, inevitables— de la lucha de clases. Todas las randes revoluciones lo confirman. No admitir las guerras civiles o el olvidar- fis seria cacr en un oportunismo extremo y negar la revolucion socilista» *, ©) Guerras internacionales entre paises socialistas y capitalistas—La ra- z6n es doble: la primera se funda en la forma como se producira la victoria del socialismo en el mundo, que no es simulténea en todos los pueblos capitalistas del mundo, sino sucesiva. La segunda se funda en la naturaleza misma expansiva del socialismo y en su capacidad de atraccién sobre las masas de las clases proletarias de los paises capitalistas. La primera razon se funda en el hecho de que el socialismo se realizar primeramente en un solo pais 0 en un pequefto ntimero, que formarén la locomotora del movimiento socialista en el mundo. Se produciré la escision. y el antagonismo en el mundo entre paises capitalistas y socialistas. Esta escisién conducird a la guerra internacional. «La victoria del socialismo en un solo pais no excluye de repeste todas las guerras en general. Por el contrario, las supone. El desarrollo del capitalismo se hace de manera extremadamente desigual en los diferentes paises... De donde se sigue esta conclusin inevitable: el socialismo no puede triunfar simulténeamente en todos los paises. Primeramente triunfard en uro solo o en varios paises, mientras que los otros permaneceran, durante un cisto tiempo, patses burgueses o prebuiguets. Esto dard lugar necesariamenteafricciones @ incitara ademas directamente a la burguesia de los otros paises aplastar el proletariado victorioso del Estado socialista. Entonces, la guerra, de nuestra parte, sera legitima y justa. Serd la guerra por el socialismo» *, © Le programme militaire, en ibid., p.760. 9 Thid. » Ibid : 2) Le programme militaire, en Oeuvres choisies t.1 p.760-61. 34 P.l. Naturaleza del poder En segundo lugar esta la irradiacién que el socialismo de los paises comunistas ejercerd sobre el mundo capitalista, provocando en sus masas proletarias la rebelién contra el capitalismo y la tendencia a implantar en su propio pais un sistema socialista. Tenemos aqui una necesaria exportacin de la revolucién, provocada por la fecundidad universal de la misma idea y realidad socialistas. Supuesta la victoria del socialismo en un solo pais o en pocos, «el proleta- riado victorioso de este pais, después de haber expropiado a los capitalistas y organizado en él la produccién socialista, se levantar contra ef resto del mundo capitalista, atrayendo hacia él a las clases oprimidas de los otros paises, empujandolas a la insurreccién contra los capitalistas, empleando, en caso de necesidad, incluso la fuerza militar contra las clases explotadoras y sus Esta~ dos. La forma politica de la sociedad en la que el proletariado triunfara al derrocar a la burguesia sera una republica democratica que centraliza cada vez mis las fuerzas del proletariado de una o de varias naciones en la lucha contra los Estados que atin no han pasado al socialismo» *. d) Guerras imperialistas——Son las que se producen entre las grandes potencias capitalistas 0 grupos de potencias en orden a lograr la hegemonia mundial y las colonias necesarias para su expansién econdémica. Asi fue calificada por Lenin la primera guerra mundial entre los Ilamados imperios centrales (Alemania y Austria-Hungria) y las potencias democraticas occi- dentales (Francia e Inglaterra, aliadas con la Rusia zarista). «En régimen capitalista, el reparto (de colonias) no puede tener otra base ni otro principio que la fuerza. Un multimillonario no puede repartir ‘la renta nacional’ de un pais capitalists con quienquiera que sea més que ‘en propor- Gin del capital’. Predicar el reparco.equitativo de la renta sobre esta base es proudhonismo, estupidez de la pequefia burguesia, filisteismo. No se puede repartir mas que en funcién de una ‘relacion de fuerzas’... Para medir la fuerza real de un Estado capitalista no hay ni puede haber otro medio que la guerra» 2), «La guerra... dimana de la naturaleza misma del imperialismo» * Estos principios Jos redacté Lenin durante la primera guerra mundial, cuando su olfato revolucionario percibia el ambiente revolucionario que brotaba ya en los pueblos europeos y, sobre todo, en Rusia. Hoy tenemos ante nuestros ojos no sdlo los antagonismos y guerras entre potencias capitalistas o entre capitalismo y socialismo, sino también en el mismo seno del mundo comunista, como lo demuestra la guerra del Vietnam contra Camboya y de China contra Vietnam, asi como el grave conflicto chino- soviético, Pero en la mente de Lenin no podian hacer acto de presencia estas relaciones antagénicas en el seno mismo del socialismo, porque su fiebre revolucionaria tan sélo le pintaba un mundo socialista sin manchas, sin antagonismos, fundado en la plena bondad de la naturaleza. En suma, tan s6lo tuvo presente una era mitica del mundo socialista. En tal mente, la guerra y el imperialismo tan sdlo pueden darse en el seno del capitalismo, 22 A propos..., en ibid., p.563. 2 A propos..., en ibid, p.652. 22 Informe al VIII Congreso del PC, en ibid.,t.3 p.191 C3. Los dos campos 35 mundo tenebroso que segrega y explica todos los males del mundo actual. El socialismo es la encarnacién del bien y de la redencién. Las mentes revolucionarias son mentes de simplificacién y extremismo: como hay un enemigo que es la fuente de todos los males, asf existe un sistema mesidnico y redentor que es Ja fuente de todos los bienes. ec) Guerras justas e injustas.—El criterio para esta divisién se encuentra en la norma fundamental de la moral, enunciada por Lenin con estas palabras: «Nuestra moralidad est4 enteramente subordinada a los intereses de la lucha de la clase del proletariado. Nuestra ética tiene su punto de partida en los intereses de lucha de clase del proletariado» ?°. Toda moral de origen exterior a estos intereses de la lucia de la clase proletaria, ya sea de origen divino, ya se funde en el concepto hombre o humanidad, son, para Lenin, «mentira, engafio, atascar el craneo de los obreros y campesinos en exclusivo beneficio de los intereses de los propietarios de ia tierra y de los capitalistas» *. Para Lenin, la conciencia histérica que encierra, inspira y dirige esta lucha de la clase proletaria contra la burguesia no se encuentra en la masa proletaria, sino en la élite de intelectuales revolucionarios; en otros térmi- nos: en la élite del Partido Comunista, del que Lenin era el lider indiscuti- ble. Por tanto, tal moral no es sino un instrumento mis al servicio de los planes y designios revolucionarios de Lenin. «Los obreros... no podian tener la conciencia socialdemécrata. Esta no les podia venir mas que de fuera. La historia de todos los paises atestigua que, dejada a sus solas fuerzas, la clase obrera no puede llegar mas que a la conciencia sindicalista, es decir, a la conviccién de que es necesario unirse en sindicatos, dirigir la lucha contra los patronos, reclamar del Gobierno tales o tales leyes necesarias al obrero, etcétera. En cuanto a la doctrina socialista, ella ha nacido de las teorias filosdficas, histéricas, econémicas, elaboradas por los representantes instrui- dos de las clases poseedoras, por los intelectuales burgueses» ”, como lo fueron Marx, Engels y el mismo Lenin. La auténtica conciencia de la lucha de la clase obrera no estd mas que en el seno del Partido Bolchevique; era la conciencia del mismo Lenin. Por ello fueron suprimidos los demis partidos obreros, y Lenin dejé tan sélo en pie al Partido Bolchevique. Asi, la moral de Lenin es una moral cémoda, que deja en plena libertad a la accién revolucionaria del lider, que nunca podré ser limitada 0 coartada por otra consideraci6n que el interés de la causa revolucionaria que él dirige. La moral al servicio del lider politico, principio fundamental de todo caudi- llaje totalitario. Asi, el camino queda abierto y expedito para la eleccidn de cualquier medio que se considere apto para la causa, La mente totalitaria no acepta norma ni principio alguno que esté por encima de la decisién de su caudillo y que limite su decision. Una vez sentado este principio, Lenin trata de vincular las luchas de la clase proletaria contra la burguesfa con la lucha de los pueblos colonizados 2 Les taches des unions de la jeunesse (discurso del 2 de octubre de 1920), en Ocexvres choisies 1.3 p:479. % Thid. » Que faire, en ibid.,t.1 p.135. 36 PL. Naturaleza del poder y oprimidos contra las potencias capitalistas opresoras. De las dos rebeliones se ha de componer el antagonismo que provoque una lucha universal para la destruccién del capitalismo y el triunfo de la causa socialista 0 comunista tal como la entiende Lenin. Son injustas todas las guerras en las que esta de por medio el interés del capital y de la burguesia, en las que la disputa versa sobre algan interés del capital, pero no esta presente el interés del proletariado. Son justas todas las guerras y levantamientos militares en los que se ventila el interés del proleta- riado o de los paises oprimidos y se combate por ellos, La justicia no depende de la cuestién °°. Esto escribia Lenin en junio de 1920, después del triunfo del bolchevis- mo ‘en Rusia, a la que concebia como la Meca del proletariado mundial y como la patria que aportaré la salvacion a todos los oprimidos y la libertad a todos los paises convertidos en colonias. Hoy contemplamos a la Union Soviética convertida en el mayor imperio del mundo, invadiendo, por medio de las armas, a paises libres como Estonia, Letonia, Lituania y los paises del Este, sometidos al dictado de las decisiones de Mosct y a la fuerza del ejército soviético. Y si nos atenemos al criterio leninista para distinguir la guerra justa de la injusta, gqué podriamos decir de las guerras entre paises comunistas, como Ja guerra entre el Vietnam y Camboya (0 Kampuchea), entre China y el Vietnam, el conflicto entre China y la Unién Soviética? 2. La coexistencia.—E] antagonismo entre capitalismo y socialismo es irreconciliable, y sdlo puede terminar con el exterminio de uno de los dos contendientes; Lenin tiene la certeza de que el aniquilado ser4 el capitalis- mo. A esta finalidad se endereza toda su teoria y su estrategia revoluciona- rias. Pero el triunfo final del socialismo no se obtendra de repente, en un solo acto, en una sola confrontacién. Porque el socialismo no puede triunfar simulténeamente en todos los paises. Tienen que coexistit los paises capita- listas y los comunistas. Y no es posible el recurso inmediato y permanente a la guerra. De ahi la coexistencia, pero como simple medio para preparar la victoria final del socialismo. La coexistencia fue el principio que Lenin aplicé a una doble decision tomada por él después de la implantacién del régimen bolchevique, nacido en la revolucién roja de 1917: a) la primera fue el abandono de la guerra mundial y cese de las hostilidades por parte de la Unién Soviética; esto suponia reconocer la victoria de los ejércitos de la Alemania capitalista y 2 Premiere ébanche des théses sur les questions nationale et coloniale, en ibid.,13 p.434. % Ibid., p.435. 38 P.I. Naturaleza del poder reaccionaria del Kaiser; ) la aceptacién y firma del tratado de Brest- Litowsk, que el mismo Lenin reconocié que se trataba de un Diktat duro y humillante para la Unién Soviética. Las razones que Lenin adujo para la eleccién de este camino de la coexistencia con las potencias capitalistas del centro de Europa fueron fun- damentalmente: a) que Rusia no se encontraba en condiciones de continuar la guerra; b) que la guerra era esencialmente capitalista, en la que solo se ventilaban los intereses capitalistas de las grandes potencias y no estaban de por medio los intereses del proletariado; c) que era preciso poner a salvo el nuevo régimen comunista, recientemente instaurado en Rusia por la revolu- cién, régimen que no estaba consolidado, y corria el riesgo grave de subsis- tencia caso de continuar las hostilidades. (Véase esta cuestién en el capitulo segundo de la quinta parte.) Esta coexistencia no es un principio tedrico que tire por tierra el antago- nismo irreconciliable con el mundo capitalista; es tan slo un principio estratégico para ganar tiempo y prepararse para la primera circunstancia oportuna que se presente a fin de dar el golpe mortal al capitalismo. «Desde el punto de vista cientifico, seria absolutamente erréneo y absolutamente antirrevolucionario el eludir o atenuar lo que es precisamente lo mas impor- tante: el aplastamiento de la resistencia de la burguesia, esto es, lo més dificil y lo que exige la lucha la més intensa a la hora del paso al socialismo» >. La coexistencia puede darse entre las potencias capitalistas, a pesar de que en la esencia del capitalismo esta encerrado el germen de la guerra imperialista. Asi interpreta Lenin el intento de formar los Estados Unidos de Europa, idea que ya broté después de la primera guerra mundial. Uno de los mas ardientes partidarios de una federacién europea fue A. Briand, quien present6 a la Sociedad de Naciones, con sede en Ginebra, un proyecto de Union Europea. Lenin interpret esta inteligencia de las potencias capitalis- tas como un intento para ahogar al socialismo y de proteger su imperio colonial: «Ciertamente, acuerdos provisionales son posibles entre capitalistas y entre potencias. En este sentido, los Estados Unidos de Europa son igualmente posibles como un acuerdo de los capitalistas ewropeos... ¢Con qué fin? Con el solo fin de sofocar en comin el socialismo en Europa, proteger en comun las colonias acaparadas contra el Japon y América, gravemente dafiadas en el actual reparto de las colonias» *. La coexistencia es un signo de que existe la situacién de antagonismo tanto en el interior de los paises capitalistas, divididos por la lucha de clases, como en el mundo y la humanidad, escindida en bandos antagénicos entre paises socialistas y capitalistas. Una era de paz en la que desapareceré la guerra y sus causas, asi como la razon de ser de la coexistencia, sdlo se dara cuando se logre la victoria universal del socialismo y surja la nueva era fraternal de la humanidad, que suplantar4 a la lucha irreconciliable que subsiste en la base de la estructura actual del mundo. La coexistencia leninista es puramente coyuntural y est destinada a * Le programme militaire, en ibid., t.1 p.761. > A propos du mot d’ordre..., en ibid., 9.652. C3. Los dos campos 39 preparar las armas para dar el golpe definitive al mundo burgués. Toda la tradici6n marxista-leninista es partidaria de la violencia y del recurso a las armas para imponer la transicién del capitalismo al comunismo. Marx hizo la apologia de la Commune, a la que consideré como modelo de la futura revolucion comunista. En la Miseria de la filosofia (1847) escribié: «No es de extrafiar que una sociedad fundada en la oposicién de clases termine en una contradiccién brutal... Hasta entonces, en visperas de toda reconstruccién general de la sociedad, la ultima palabra de la ciencia social seré siempre: lucha o muerte, guerra sangrienta o la nada. Asi estd puesta la cuestién de manera implacable» °°. Y en el Manifiesto: «Al esbozar las fases més generales del desarrollo del proletariado, hemos seguido nos- otros la guerra civil, mas o menos latente en el seno de la sociedad actual, hasta el punto en el que estalla una revoluci6n abierta y el proletariado pone los cimientos de su dominio por medio del derrocamiento violento de la burguesia» °4, A su vez, en Das Kapital: «La fuerza es la comadrona de toda antigua sociedad prefada con una nueva. La misma fuerza es una potencia econémica» °°, Es comadrona porque el recurso a la revolucién supone un proceso social previo, en el que se engendran las condiciones para el naci- miento de la nueva era: el desarrollo del capitalismo y de sus fuerzas productivas que postula el nuevo sistema socialista. Lenin fue mas revolucionario que marxista; considero a la revolucién como fin de toda su vida. Esa revolucion se haré conforme a los principios marxistas, o bien por otros caminos, si las circunstancias son propicias para el golpe armado. Y asi provocé la revolucién sangrienta de 1917 sin que en Rusia existieran las previas condiciones previstas por la teoria marxista: el desarrollo del capitalismo, de cuyo seno deberia brotar el socialismo. Para Lenin, la esencia del poder es la violencia y la opresién. Su concep- cién del Estado es de naturaleza militarista. El Estado consiste «en destaca- mentos especiales de hombres armados que disponen de prisiones», etc. El Estado es un aparato de opresién de la clase dominante sobre la domina- da y vencida. El pueblo es el objeto sobre el cual se despliega el poder. Asi ha resultado la gran dictadura impuesta por el leninismo sobre todos los paises en los que conquisté el poder por el camino de la violencia y de las armas. No sélo en su origen, sino también en su estructura, el sistema leninista proviene de la violencia y se da en ella. Una vez conquistado el poder en la URSS e instaurada la mas dura dictadura, Lenin procedié con cautela, y aplicé la coexistencia con el conjunto de potencias capitalistas ante el temor de un ataque que podria dar al traste con el nuevo régimen bolchevique, carente de suficiente solidez y fortaleza militar. Estas ideas las expuso en sus Tesis sobre la situacién politica actual. He aqui algunos de sus principios: > Werke (Dietz) t.4 p.182. Ibid., p.473. ** Tbid., t.23 p.779. L’Etat et la révolution, en Oewvres choisies t.2 p.294. 40 PI Naturaleza del poder «La situacidn internacional de la repiiblica de los soviets, cercada por las potencias imperialistas, es extremadamente precaria... La politica exterior del poder de los soviets no debe ser modificada en nada. Nosotros no hemos completado nuestra preparacién militar; asi, la consigna general permanece siempre la misma: dar rodeos, recular, ganar tiempo, continuar nuestra prepa- racion con todas nuestras fuerzas...» Para definir las tareas de la politica exterior del poder de los soviets en el momento presente e preciso dar prueba de la maxima prudencia, de cir- cunspeccién y de sangre fria, a fin de no prestar ayuda, por una decisién irreflexiva 0 excesivamente prematura, a los elementos extremistas del parti- do militar en el Japon o en Alemania. «El hecho es que, en estos dos paises, los elementos extremistas del partido militar son partidarios de una ofensiva inmediara y general contra Rusia, con vistas a ocupar la totalidad de su territorio y de derrocar el poder de los soviets. Estos elementos extremistas pueden alcanzar ventaja de un momento a otro. Pero durante tanto tiempo como subsistan al menos circunstancias favora- bles para mantener la paz o bien para concluir, al precio de ciertas anexiones 0 de nuevas pérdidas, Ia paz con Finlandia, Ucrania y Turquia, nosotros no debemos hacer el mas minimo gesto susceptible de prestar ayuda a los elemen- tos extremistas del partido militar de las potencias imperialists» ”” Con esta prudencia hablaba Lenin en mayo de 1918. En cambio, cuando el sistema soviético se fortalezca y sea capaz de ayudar a la revolucién en otros paises, Lenin defiende la politica de exportacién de la revolucién, ya que la URSS es el hogar que debe sembrar y apoyar al comunismo en el mundo. «El proletariado victorioso de este pais, después de haber expropia- do a los capitalistas y organizado en él la produccion socialista, se levantaré contra el resto del mundo capitalista, atrayendo hacia si a las clases oprimi- das de los otros paises, empujdndolas a levantarse contra los capitalistas, empleando incluso, en caso de necesidad, la fuerza militar contra las clases explotadoras y sus Estados» *”", 3. La actitud de Stalin.—Es la continuacin de la mentalidad leninista. Stalin defendié el socialismo en un solo pais, en la Unién Soviética. Este socialismo debe desarrollar todas sus fuerzas econdmicas y militares para prepararse con el fin de conseguir la victoria socialista sobre las potencias capitalistas. Para ello impuso la ley férrea del trabajo a todo el pais, y centrd su atencién y politica en el desarrollo de la industria pesada y de armamen- tos a fin de alcanzar el poder de las grandes potencias capitalistas y de superarlas para logtar su destruccién. Una demostracién de lo que significa la coexistencia dentro de esta teoria de la irreconciliabilidad la tenemos en la maniobra maquiavélica de Stalin Mevada a cabo en 1939 con su famoso tratado con Hitler. Eran las visperas de la segumda guerra mundial; Hitler estaba decidido a atacar a Polonia, la Y Theses sur la situation politique actuelle, en Oewures eboisies t.2 p.726-28. A propos du mot d’ordre des Etats-Unis d’Europe, en ibid.,t.1 p.653. C3. Los dos campos 41 cual tenia un tratado defensivo con Francia y la Gran Bretafa. El ataque contra Polonia suponia el inicio de la conflagracién entre las grandes poten- cias capitalistas europeas. En esta contingencia, Francia y Gran Bretafia in- tentaron alcanzar una alianza con Stalin para encerrar al Fiihrer entre dos frentes y asi intentar conjurar el peligro. Stalin vivid dias de incertidumbre para elegir entre la oferta de Gran Bretafia y Francia o el tratado de no agresién de Hitler. Al fin se decidi6 por esta segunda alternativa, y se firmé el tratado de no agresion entre Hitler y Stalin (agosto de 1939). Este acuer- do abrid las puertas de la agresién germana contra Polonia y provocé la segunda guerra mundial. Stalin tenia su finalidad premeditada. Esperaba que las potencias capita~ listas se agotaran y desangraran en una guerra de desgaste. Mientras tanto, la Unién Sovistica llevaria a cabo un magno programa de rearme, y estaria asi preparada para intervenir en la fase final de la guerra, imponiendo las con ciones de paz y dando el jaque mate al capitalismo de las grandes potencias europeas °°, EI plan de Stalin fracas6. Las potencias capitalistas del Occidente no re- sistieron el ataque relampago de Hitler. No se dio la guerra de desgaste. El ejército nazi-no se agotd, sino que se fortalecié con la répida conquista de Europa occidental y sus recursos econémicos ¢ industriales. Stalin no tuvo tiempo de llevar a cabo el rearme sccreto previsto. Y asi tuvo que hacer frente al ataque germano en junio de 1941, teniendo que soportar el princi- pal peso de la guerra y un tremendo descalabro en vidas humanas y en recursos econdmicos. Pero el maquiavélico plan de Stalin pone de manifiesto lo que significa la coexistencia en la mente de Stalin: es un acto dictado por una politica hostil que aspira a la destruccién del enemigo como meta final y fundamental. En esta coexistencia o tratado de no agresién se trata de ganar tiempo para el rearme, para encontrarse preparado en el momento oportuno para la aniqui- lacién del adversario. La politica de antagonismo irreconciliable tiene dos manifestaciones: la guerra abierta, si existen condiciones oportunas de lograr la victoria, o la coexistencia,’ si tales condiciones no se dan, y entonces es preciso esperar a que se presente la ocasién para lograr la finalidad de ani- quilar al adversario. Stalin vefa en el poder soviético al gran foco central para llevar a cabo la revolucién mundial y el triunfo sobre el capitalismo. La Unién Soviética es la vanguardia de la revolucién mundial. En torno a ella se formaran otros focos de revolucién, que serén apoyados por el poderio de la URS. «E] socialismo se consolidaré mas profundamente en el primer pais victo- rioso; este pais se transformara més répidamente en una base de desarrollo ulterior de fa revolucién mundial, en una palanca de disgregaci6n ulterior del imperialismo... El desarrollo de la revolucion mundial sera tanto mis rapido y profundo cuanto la ayuda prestada por el primer pais socialista a los obreros y a las masas trabajadoras de todos los demas paises sea mis eficaz.. i Lo mis probable es que en el curso del desarrollo de la revolucién mundial 3 Véase en la p.5.*c.1 § 3: El tratado germano-soviético de 1939. 42 P.1.- Naturaleza del poder se formaran, al lado de focos de imperialismo en ciertos paises capitalistas y del sistema de estos paises en el mundo entero, los focos de socialismo en ciertos paises soviéticos y un sistema de estos focos en el mundo entero; y que la lucha entre estos dos sistemas ocupard Ia historia del desarrollo de la revo- lucién mundial... La importancia mundial de la revolucién de octubre no es solamente que ello representa una gran iniciativa de un solo pais para romper el. sistema imperialista y que ella es el primer foco del socialismo en el océano de paises imperialistas, sino también que ella constituye la primera etapa de la revolu- cién mundial y uita base poderosa de su ulterior desarrollo. Por consiguiente, estan en error no solamente aquellos que, olvidando el caracter internacional de la revolucién de octubre, proclaman que la victoria de la revolucién en un solo pais es un fenémeno pura y tinicamente nacional. Pero también estén equivocados aquellos que, sin olvidar el cardcter interna- cional de la revolucién de octubre, se inclinan a considerar esta revolucién como algo pasivo, llamado tnicamente a recibir el apoyo de fuera. En reali- dad, no es solamente la revolucién de octubre la que tiene necesidad de ser apoyada por la revolucién de otros paises; la misma revolucién de estos paises tiene también la necesidad del apoyo de la revolucién de octubre para acclerar y empujar hacia adelante la obra de destruccién del imperialismo mundial» *”. Es falso, por tanto, el principio propagandistico de que la revolucién no es exportable. Stalin, como Lenin, hablaron de la coexistencia entre comunismo y capi- talismo, pero en el sentido estratégico y coyuntural, Cuando la ilusién de una revolucién mundial se disip6 y se vio claro que la transformacin del capitalismo en socialismo a0 estaba al alcance de la vista, no quedaba otra politica que la de convivir con. los paises capitalistas. Pero esto tan sélo hasta el momento en que se presente Ja oportunidad de aniquilar al sistema capitalista. Quedaba en pie la irreconciliabilidad de ambos sistemas, la nece- sidad de la revolucién, incluso armada, para lograr el objetivo de cambiar la faz de la tierra. La coexistencia es aqui coyuntural, pero no estructural, porque la estruc- tura del mundo y de su devenir histérico es de tal naturaleza, que encierra el antagonismo irreconciliable entre el sistema capitalista y el socialista, entre la clase burguesa y la proletaria. El choque definitivo tiene que producirse, pero es preciso esperar a que llegue el momento oportuno. De aqui que Stalin mantuvo el principio de la inevitabilidad de la guerra entre ambos sistemas. Esté principio pertenece a la teorfa misma y no al orden de la pura estrategia. Después de la segunda guerra mundial, en la Unién Soviética surgié la cuestién de si tal principio podia mantenerse en pie, dado el cambio de circunstancias histéricas operado por la segunda gue- tra mundial. En esta época, Stalin movid los hilos de su politica para organi- zar movimientos en favor de la paz teniendo en cuenta la situacién de agota- miento en que quedé la Union Soviética después de la larga contienda con los ejércitos de Hitler y la necesidad de un periodo de paz para recomponer el pais, destrozado por la guerra. 2° STALIN, La révolution d’octobre, en Questions du Léninisme (Paris, Edit. Sociales, 1946) “el p.il4-115, C3. Los dos campos 43 Pero, aun en este ambiente, Stalin mantuvo la inevitabilidad de la gue- rra. En su ultima obra (octubre de 1952) escribié: «Algunos camaradas creen que, como consecuencia del desarrollo de las nuevas circunstancias internacionales posteriores a la segunda guerra mundial, las guerras entre los paises capitalistas no son ya inevitables. Ellos opinan... que las personas in- fluyentes del capitalismo han aprendido lo suficiente, por la experiencia de dos guerras mundiales que han provocado graves daios a todo el mundo capitalista, para permitirse todavia, una vez més, el arrastrar a los paises capitalistas a una guerra entre si... como consecuencia de esto que las gue- tras entre paises capitalistas no son ya inevitables. Tales camaradas estan en error» *, 4. LA EVITABILIDAD DE LA GUERRA Y LA COEXISTENCIA PACIFICA EN KRUSCHEV La consigna de la «coexistencia pacifica como norma fundamental del orden internacional, y, sobre todo, de las relaciones entre las grandes poten- cias, se hizo famosa en labios de Kruschev, quien la elev6 a la categoria de norma fundamental de la politica exterior de la Unién Soviética. Su origen, sin embargo, parece anterior, y data del periodo en el que se produce el cisma de Tito y su condenacién por parte del Gobierno soviético de Stalin y de los demas paises y partidos comunistas fieles a Moscd. La idea de la coexistencia pacifica hizo su aparicién en la reunién de la International Law Association que tuvo lugar en la ciudad yugoslava de Dubrovnik; en ella, los yugoslavos lanzaron este principio como fundamento juridico para pre~ servar la libertad ¢ independencia de Yugoslavia frente a un posible y temi- do ataque de los paises comunistas, muy especialmente de la Union Soviéti- ca, capitaneada por Stalin. Era natural que los juristas y escritores soviéticos reaccionarin desfavo- rablemente contra la interpretacién yugoslava de la coexistencia por su sabor antisoviético. De ahi que estos autores recurren, més bien, al acuerdo chino- indio del 29 de abril de 1954 sobre las relaciones entre la regién tibetana china y la tibetana india y a la declaraci6n entre los primeros ministros de China e India, Chou En-lai y Nehru respectivamente, para encontrar los origenes de un concepto que trata de abrir camino a las relaciones interna- cionales y que ha jugado un papel importante en la politica mundial de la posguerra. En el acuerdo chino-indio, la coexistencia implica el respeto mu- tuo de la soberania e integridad territoriales, la no agresién, la no injerencia en los asuntos internos de otro pais, la igualdad y el interés mutuo. En la Unién Soviética, la expresion «coexistencia pacifica» es un princi- pio que aparece especialmente en la época de la desestalinizacién, y esta particularmente vinculado a la persona de Kruschev, quien desempené un papel importante en este periodo, que tantas esperanzas de mutacién desper- *° StaLin, Les problémes économiques du socialisme en URSS (Paris, Edit. Sociales, 1952) p35. 44 PL. Naturaleza del poder t6, pero quedé truncado répidamente con la destitucién y caida de Krus- chev. La desestalinizacién se desencadené ya con la muerte de Stalin, pero su virulencia se hizo patente, sobre todo, en el discurso de Kruschev al XX Congreso del Partido Comunista de la URSS (febrero de 1956). En este Congreso no sélo condens los crimenes cometidos por Stalin y su conducta errénea en la conduccién de la segunda guerra mundial, sino que también enuncié principios directivos de la conducta internacional de la politica exte- rior de la Unidn Soviética: la evitabilidad de la guerra y la coexistencia paci- fica con el mundo capitalista, la transicién pacifica del sistema capitalista al socialista, la existencia de diversos caminos hacia el socialismo. Kruschev afirmé que el principio de la pacifica coexistencia es leninista, y de esta suerte traté de garantizar su idea con la maxima autoridad en la URSS, la doctrina de Lenin: «El principio leninista de la pacifica coexisten- cia de los Estados con sistemas sociales diferentes ha sido siempre, y perma- nece, la linea general de la politica exterior de nuestro pais» *", El mismo principio lo mantuvo en el informe al XXI Congreso. 1. Las ideas de Kruschev.—Vamos a resumir las principales ideas y principios encerrados en la teoria de la coexistencia ‘pacifica, centro del pen- samiento de Kruschev. a) Qué es la coexistencia pacifica?—La respuesta del lider soviético en- cierra estos principios. La coexistencia pacifica denota: a) la renuncia a la guerra como medio para arreglar los litigios entre los diversos Estados; b) el- respeto a la integridad territorial y a la soberania de los demas Estados; c) la renuncia a la injerencia en los asuntos internos de otros paises para cambiar su régimen o su modo de vida; la igualdad como fundamento de los dere- chos de las diversas partes. He aqui las palabras de Kruschev: «Qué es la politica de la coexistencia pacifica? En su expresién la més simple: ella significa la renuncia a la guerra como medio para arreglar las cuestiones litigiosas. Sin embargo, esto no agota, en modo alguno, la nocién de coexistencia pacifica, Ademas del compromiso de no agresiOn, ella supone también el compromiso de todos lor Estados de no violat la integridad territorial y la soberania de los demis de ninguna forma y bajo. ningin pretexto. El pritepio de la cocxistencia pasties significa [a Fenuncia a fa injerencia en los asuntos internos de otros paises con el fin de cambiar su régimen de Estado 0 su modo de vida, o bien por otros motivos cualesquiera, La doctrina de la coexistencia pavifica prevé tambien que las re- laciones politicas y econémicas entre los paises deben basarse en la total igual- dad de los derechos de las partes y sobre {a " la reciprocidad de los beneficios» **. b) La coexistencia es un principio estructural_—Kruschev afirma que Ja coexistencia no es una cuestién de pura tictica, no es tampoco una actitud coyuntural. En el capitulo séptimo de esta parte veremos que existen dos niveles diferentes: el de la teoria o de los principios ideolégicos y el nivel inferior de la pura estrategia y de la tactica. El nivel superior se refiere a a *" Report of the Central Committee, 20th Congress of the CPSU (Londres 1956) p.26- “N.S. KRUSCHEV, Ce que je pense de la coexistence pacifique (Paris, Plon, s.f.) p-4-5- C3. Los dos campos 45 estructura de la sociedad y del devenir de la historia; el inferior hace refe- rencia a la coyuntura, a la direccion de Ia accion practica en un determinado momento o periodo histérico. La tendencia fundamental es la estructural, que nos da la direccién del proceso histérico hacia su meta definitiva, que no es otra que la aniquilacién del capitalismo y el advenimiento del socialis- mo; es el principio de la irreconciliabilidad. La estrategia y la tactica hacen referencia a un devenir coyuntural, determinado solamente por el anilisis de las circunstancias de un determinado momento histérico. Kruscheyv insiste en afirmar que la coexistencia pacifica pertenece al nivel supremo de los principios, es un principio estructural derivado de la misma estructura de la sociedad socialista y de la naturaleza de Ja historia creada después de la segunda guerra mundial, como veremos en su argumentacion. «Con frecuencia se dice en Occidente que la coexistencia pacifica no es ni més ni menos que una tactica de los Estados socialistas, Semejantes afirmacio- nes no encierran ni una brizna de verdad. Nuestra aspiracidn a la coexistencia pacifica y a la paz no esté condicionada por consideraciones de coyuntura y de téctica. Ella dimana de la naturaleza misma de la sociedad socialista, en fa ue no hay ni clases ni grupos sociales interesados en enriquecerse por medio de la guerra, o bien en anevionarse y sojuzgar los ternitorios de ovo. Gracias al sistema socialista, la Union Soviética y los otros paises socialistas disponen de un mercado interior ilimitado, y por ello no tienen raz6n alguna de aplicar la politica expansionista de conquista, de subordinacin de otros pases a su influencia. Es el pueblo mismo quien decide los destinos de los Estados socialistas. Los Estados socialistas estin gobernados por los mismos trabajadores: los obreros y campesinos, los que crean directamente todos los bienes materiales y espirituales de la sociedad. Los trabajadores no pueden aspirar a la guerra. En efecto, para ellos, la guerra es la pena y las lagrimas, la muerte, la destruc. cién y la miseria. Las gentes sencillas no tienen necesidad de guerra» © Estos parrafos tienen un tono de panegirico del sistema socialista que no responde a la realidad. Porque: a) los paises socialistas no estan gobernados por obreros; b) porque la Unién Soviética tiene una politica expansionista, puesta de manifiesto eh la conquista por las armas de Estonia, Letonia, Li. tuania, paises independientes que fueron invadidos por las tropas soviéticas, en visperas de la segunda guerra mundial, por decisién de Stalin y siendo uno de sus colaboradores el mismo Kruschev; ¢) la politica soviética ha in- tervenido y continia interviniendo en los asuntos internos de otros paises para cambiar sus gobiernos y sus modos de vida. En la misma eri de Krus- chev fue invadida Hungria por las tropas soviéticas para imponer un Go- bierno de su gusto. Posteriormente se han dado otras intervenciones en otros paises, como Checoslovaquia. Naturalmente, la distancia entre Ja teoria y la practica es grande. Pero aqui lo que interesa aclarar es la teoria de Kruschev en lo referente a la coexistencia pacifica. Y lo que interesa di tal coexistencia no es una actitud de estrategia o de tag 0 derivado de sindigstructural. Ja misma estructura del sistem, * Ibid., p.5. 46 P.l. Naturaleza del poder Luego veremos que Kruschev, en su argumentacién, recurre también a la naturaleza misma de la historia actual. c) La coexistencia pacifica no excluye la irreconciliabilidad de los dos sistemas.—Por tanto, el uno debe aniquilar al otro; en el pensamiento de Kruschey, el sistema socialista necesariamente tiene que abolir al sistema ca- pitalista. La coexistencia no significa una era de paz en la que desaparezca la lucha y la competencia entre ambos sistemas. «La coexistencia pacifica puede y debe transformarse en competencia pacifica para la mejor satisfaccién de todas las necesidades del hombre» *. La coexistencia pacifica no excluye la competencia ideolégica. Por el con- trario, es misién de los partidos comunistas el luchar contra las ideologias capitalistas. La pacifica coexistencia no significa, por tanto, hacer concesio- nes en los principios o en la ideologia. La idea socialista es superior a la capitalista, y terminara por vencerla y aniquilarla. Es un principio proclama- do en el discurso al XX Congreso del Partido Comunista. Lo mismo afirmé L. Ijichev, tedrico del Partido. Ambos coinciden en la imposibilidad de conciliar ambas teorias (la socialista y la capitalista) o de llegar a una pacifica coexistencia en el terreno de los principios doctrinales. Escribe Kruschev: del marxismo y juzgar con los criterios superficia- les de la letra, dejando la auténtica esencia de esa doctrina, o bien se recurria a un cambio de circunstancias histéricas. En todo caso, el poder en manos de estos lideres absolutos no se atiene a la teorfa cuando ésta entra en coli- sidn con la libertad de decisién del gobernante. El poder absoluto dejaria de ser tal si la teoria le atara las manos a la hora de tomar sus decisiones. En Mao Tse-tung, el principio que constituye la brajula de la politica china es la llamada contradiccién principal. En toda sociedad y en toda época existen multitud de contradicciones. Pero’ la realidad es tan fluida, que una contradiccién principal puede transformarse en secundaria, y la contradic- cién secundaria puede pasar a primera linea, convirtiéndose en contradiccién principal. Este principio es la puerta abierta para que la suprema autoridad del sistema no quede atada por la teoria. Asi, inicialmente, Mao vio la contradiccién principal en el antagonismo irreductible entre capitalismo-comunismo. Esta contradiccién exigia la union y cooperacién con el campo socialista y la lucha sin cuartel contra el capita- lismo. © lo que en concreto designa tal principio: la colaboracién con la Unidn Soviética y la lucha con los Estados Unidos. Posteriormente, espe- cialmente a partir de la era Kruschev, Mao hizo pasar al primer plano la contradiccién imperialismo y antiimperialismo. En esta nueva contradiccién, la Union Soviética aparece como més imperialista que los mismos Estados Unidos. Lo cual postula una politica de enfrentamiento de Pekin contra Mosc. He ahi un cambio radical de politica que cambia el planteamiento de C4. Elpragmatismo nacional 67 la estrategia mundial, y que proviene de un cambio de la contradiccién, interpretada libremente por la mente de Mao. De esta suerte, el gobernante Segoe eae gee scUpvee egos tens oece teat Goes le aston ie ety esc prendentes. Mao Ilamaba «dogmatismo» a toda pretensién de someter la ac- cién politica a algin principio universal y superior a la flexibilidad de la libre decision del gobernante. Los actuales lideres chinos comienzan a reco- nocer la existencia de errores en la doctrina de Mao, lo que les permite tomar decisiones propias, al margen de Mao. Por definicién, el poder absoluto no acepta limites. La autoridad revesti- da de tal poder acepta la inspiracién que le viene de la ideologia oficial; pero, cuando surge un conflicto entre las conveniencias del poder y los dic- tados de la ideologia, la autoridad rompe el cauce de la ideologia oficial y sigue el camino pragmitico dictado por Jos intereses del poder, ya sea para conservar el poder o fortalecerlo, ya sea para extenderlo, o bien para lograr éxitos en beneficio del Partido o del Estado. Para los autécratas, las ideolo- gias son medios de los que se sirven para el logro de sus fines. Esta natura- leza instrumental hace que la ideologia no tenga la misidn de reinar, sino la de servir a los designios elaborados por el mismo poder absoluto. 2. LA TEORIA DEL PRAGMATISMO NACIONAL Tratamos de aclarar el problema de cual es el criterio fundamental de la politica (interior y exterior) del poder comunista de la Unién Soviética: si es la ideologia marxista-leninista o si son los intereses nacionales y de partido del Estado soviético. Los defensores de la Realpolitik afirman que la ideologia marxista- leninista no es el criterio fundamental que inspira la conducta de los Iideres politicos de la URSS ni sirve tampoco para entender sus decisiones y prede- cir su futura orientacién. La ideologia es un factor secundario; el criterio basico es el pragmatismo nacional, orientado al logro de la hegemonia mun- dial. Un criterio similar al que encontramos en las formas politicas totalita- rias. En favor de esta teoria pueden aducirse diversos hechos de la politica revolucionaria y soviética. a) El primero es la misma revolucién bolchevique capitaneada por Le- nin en 1917. La decision de Lenin de Ilevar a cabo la revolucién socialista no tenia el refrendo de la teoria marxista, que exige una previa revolucion social provocada por la evolucién de las fuerzas productivas en el seno de un régimen capitalista. Fueron los mencheviques y no Lenin los que defen- dieron la necesidad de seguir el camino trazado por la teoria marxista. Lenin dejé a un lado la teorfa marxista y aniquilé al Partido Menchevique para mponer su propia decision de cardcter pragmético, ya que se apoyaba no en los antagonismos previstos por Marx, sino en el ambiente de descontento y tebelin provocado por la guerra mundial y el régimen zarista, Existia un polvorin para encender la cerilla y provocar la explosién, aunque no fuera el polvorin previsto por la teoria marxista. Lo que importaba, sobre todo, era la conquista del poder. 68 P.l. Naturaleza del poder En este sentido, la mente de Lenin era muy similar a la de los grandes lideres totalitarios de Occidente (como Hitler y Mussolini); su psicologia estaba centrada en torno a su gran ambicidn de lograr el poder a cualquier precio y por cualquier procedimiento. El poder para su partido y para si mismo como caudillo indiscutible del mismo. No se trata de una mentalidad dispuesta a condividir el poder o a participar en él con otros; la psicologia absorbente y ambiciosa de Lenin excluia la participacién con otros partidos en el poder y exigia la tonquista y absorcién de todo el poder en manos del propio partido. Asi nacio la teoria del partido unico y la exclusién de todas las demas opiniones e ideologias del escenario ptiblico. La firma del tratado de Brest-Litowsk, en el que se aceptaban condicio- nes humillantes, fue decisién de Lenin contra la opinién de otros bolchevi- ques mis fieles a la idea revolucionaria de Marx. Con la firma de ese trata- do, Lenin hizo la paz con Alemania, encerré al comunismo dentro de un pais, de los muros del Estado soviético, poniendo el poder por encima de toda consideracién, porque Lenin afirmaba que el Gobierno soviético no estaba en condiciones de luchar con las potencias capitalistas ni de encender la revolucién comunista en tales paises. La forma politica del nuevo Estado soviético se fund6 en la teoria del poder y de su concentracién en manos de una persona o de una oligarquia, de donde emanan todas las fundamentales decisiones de la economia, la poli- tica y la cultura. Esta politica pragmatica da por resultado un poder concen- trado en una minoria de revolucionarios, mientras la masa queda subordina- da y sometida a esa élite. La conciencia histérica que Marx puso en el prole- tariado como sujeto agente principal de la revolucion y de la historia pasa a manos de esa élite, que se convierte en el sujeto agente principal del poder, de sus decisiones y del drama de la historia. Nace asi un sistema de elitismo, que se contrapone a la idea marxista de fundar el movimiento histérico en las masas. Después de la primera guerra mundial se provocaron chispazos revolu- cionarios en otros paises, como en Hungria, donde se instalé el régimen comunista de Bela-Kun. Pero este régimen no recibio la ayuda de Lenin y fue derrotado por las fuerzas adversas. Igualmente, después de la segunda guerra mundial se instalé un régimen comunista en la region del Azerbaijan (en el Iran), apoyado por las tropas soviéticas. Pero, retiradas éstas, tal régi- men fue abolido facilmente por el Iran, sin que Stalin le prestara ayuda. En todos estos casos tenemos una conducta inspirada en la preservaci6n del poder, ya conquistado en la URSS, debido al temor de una confronta- cién con las potencias capitalistas. El 24 de febrero de 1918, el Buré de la regién de Mosca condenaba el tratado de paz con Alemania defendido por Lenin, quien refuto esta actitud con estas palabras: «Quiza nuestros autores imaginan que los intereses de la revolucién internacional exigen que se la estimule, y que la guerra sola podria ser este estimulante, mientras que la paz daria, por el contrario, a las masas la impresién de que se legitima de alguna manera el imperialismo?... En realidad, los intereses de la revolucién internacional exigen que el poder de los soviets, habiendo derrocado a la C4. El pragmatismo nacional 69 burguesfa en un pais dado, venga en ayuda de esta revolucién, pero esco- giendo una forma de asistencia en relacion con sus fuerzas» '. Aqui Lenin rechaza la tesis de que el régimen comunista soviético tenga el deber de prestar ayuda armada a otro pais si corre el riesgo de ser vencido y de perder el poder, por cuya conquista Lenin trabajé durante toda su vida, El poder comunista soviético debe prepararse primero para lograr la potencia suficiente que sea garantia de victoria sobre el enemigo capitalista: «El objeto esencial de mis tesis y de mis argumentos... es el mostrar la necesidad de aceptar una paz archipenosa hoy, en el minuto presente, prepa- rando al mismo tiempo de manera seria la guerra revolucionarias 2. En este modo de discurrir tenemos el pragmatismo del poder, del que era tan avido y celoso Lenin. El poderio soviético aparece ante su mirada como la gran palanca para lograr la victoria de la revolucién mundial. Poder soviético e idea revolucionaria estan vinculados en una causa comin, pero el criterio inmediato de tales decisiones es el cdlculo del balance de poder entre la Unidn Soviética y las potencias capitalistas. b) Durante la era Stalin y después de ella hemos asistido a un desarro- Ilo enorme del ejército soviético y de todo tipo de Fuerzas Armadas. La victoria en la segunda guerra mundial trajo como consecuencia la conversion de los paises del Este en satélites dominados por el poder de la URSS y su sumisi6n a los designios e intereses de Moscii. El descontento de esta situa~ cién ha provocado ya varios levantamientos en Polonia, Hungria, Checoslo- vaquia. Las tropas soviéticas no dudaron en intervenir en Hungria y Che- coslovaquia para aplastar la instauracién de un régimen comunista, pero re- visionista y poco afecto a Mosca. En todo este modo de proceder tenemos nuevamente el pragmatismo del poder de la Union Soviética, dirigida por su criterio imperialista de imponer su dominio sobre una zona geografica que considera de su exclusiva compe- tencia. Todo esto es contrario a la idea marxista, pero esta conforme con el imperialismo de la Realpolitik o de los intereses de la superpotencia soviéti- ca. La propaganda soviética trata de camuflar esta situacién recurriendo al internacionalismo y a la «fraternidad socialista», expresiones que encubren el derecho de la URSS para intervenir, incluso militarmente, a fin de mantener, cn los paises situados en la zona de su influencia, unos gobiernos déciles y lieles a la politica soviética. En el orden interno de la Union Soviética tenemos un estatismo y una exaltacién de la politica de poder, de desarrollo del ejército, de las Fuerzas Armadas. En el orden econémico se ha aceptado como normal tanto el heneficio como el interés para lograr una productividad que alcance a la capitalista. En toda esta conducta de la politica interior esté mas presente la idea de poderio y de ambicién de hegemonia que la idea marxista, fundada en cl socialismo. La Internacional Comunista (Komintern) fue un instrumento al servicio le la politica soviética en todo el mundo. Wolfang Leonhard, que estudi6 en ' Oeuvres choisies 2 p.582. * Tbid., p.580. 70 P.l. Naturaleza del poder el centro de preparacién de los comunistas militantes capacitados para el servicio de la Komintern, no duda en afirmar: «Todos los viejos comunistas, que todavia pueden recordar aquellos tiempos, saben que la linea politica obligatoria en aquellos afios cambié constantemente en beneficio de los intereses de la Union Soviética y a costa del influjo comunista en los paises particulares» >. Toda esta politica de la Komintern estuvo dirigida por la -idea marxista, al mismo tiempo que dominada por Ios intereses de la Union Soviética. # El 23 de agosto de 1939, Stalin firmé el pacto de no agresién con Hitler, que dejaba al Fihrer en éptimas condiciones para atacar primero a Polonia y luego a las potencias occidentales. En un protocolo secreto, Hitler y Stalin se repartian el territorio polaco. Con tal acuerdo, Stalin ponia de manifiesto su ambicién de extender los territorios sometidos a Mosct, iniciando una marcha militar de cardcter imperialista. Al mismo tiempo, Stalin exigié a los partidos comunistas del Occidente europeo aprobar tal pacto y apoyar la politica soviética. Asi, mientras las tropas de Hitler invadian el Occidente, los partidos comunistas celebraban tales victorias como una contribucién a la paz; incluso se dio el caso de que el Partido Comunista francés seguia la misma conducta mientras Hitler avanzaba por tierras francesas. Sélo cuando las tropas germanas iniciaron el ataque contra la URSS, el Partido Comunis- ta francés decidié iniciar la guerrilla contra las tropas de Hitler, decisién que pone de manifiesto su propésito de luchar por la causa soviética bastante mas que por la causa francesa. Nuevamente nos encontramos aqui con un mare magnum de decisiones que no pueden estar dirigidas por la ideologia marxista, sino por los intereses de la URSS. 3. S.L. SHARP Es uno de los autores que con mas decisién se oponen a la ideocracia, negando que la ideologia sea el criterio apto para comprender la politica soviética, especialmente su politica internacional. En lugar de la ideologia coloca el interés nacional como clave para entender y de alguna manera predecir la politica soviética. Su tesis funda- mental se encierra en la frase de W. Churchill, que él mismo cita, cuando afirmé que la politica soviética «es una adivinanza envuelta en misterio dentro de un enigma... Pero quiz4 existe una clave: esta clave es el interés nacional ruso» *, a) La ideocracia ha surgido después de la segunda guerra mundial y como consecuencia de los estudios hechos sobre la politica nazi de Hitler. En tales investigaciones se ha Ilegado a la conclusién de que la politica hitleriana esta claramente encerrada en su ideologia. Las democracias occi- dentales estuvieron ciegas al no tener en cuenta las ideas vertidas por el > Eurokommunismus (Munich, Bertelsman, 1978) p.43. * National Interest: Key to Soviet Politics, en Problems of Communism (marzo-abril 1958) p.l5. C4. Elpragmatismo nacional 1 Fahrer en sus escritos, en los que esté delineado el programa de su politica exterior. Después de la segunda guerra mundial, la Unién Soviética se convirtié en un gran poder mundial y se colocé en la primera linea de la politica internacional. Los estudiosos de esta politica se engolfaron en la ideologia marxista-leninista, que, por ser la ideologia oficial del régimen, parecia ofrecer la clave para entender la politica soviética y predecir sus futuros objetivos. La cuestién es importante para interpretar la guerra fria entre el Este y el Oeste. La preocupacién por la situacién internacional y por la trama deter- minante de su intima naturaleza produjo distorsiones, producto de una falta de légica en lo referente a los principios que normalmente regulan las rela- ciones internacionales, A esa urgencia y ansiedad de la situacién hay que afadir la tendencia humana a dejar a un lado lo simple y obvio para buscar la solucién en lo complicado y misterioso. b) La tesis de Sharp es que los politicos soviéticos obran conforme «a lo que ellos creen ser el mejor interés del Estado» soviético, sobre cuyo destino son los supremos responsables *. «En este sentido, la Union Soviéti- ca debe ser considerada como un actor, un protagonista, sobre el escenario de la politica internacional; y, en mi opinidn, sus acciones pueden ser inter- pretadas de la manera mis fructifera en términos de conducta relativos a la prictica de la politica internacional» °, Es decir, el criterio que es vali- do también para otros Estados; el Estado soviético no seria de naturaleza especial. Las objeciones contra tal criterio provienen de dos fuentes principales: 4) De los escritores de la misma Unién Soviética, los cuales consideran que «el Estado soviético es diferente por definicion de los demas Estados (o ‘mas alto’) y que la politica exterior de esta entidad es diferente en principio de los demas Estados, porque los tiltimos son capitalistas y el primero es socialista» ”. b) Otros escritores no comunistas que se apoyan en las declara- ciones de los mismos escritores soviéticos fundandose en el argumento ipse dixit como concluyente para reafirmar la naturaleza especial de la politica de la URSS, que seguiria criterios diferentes de los demas Estados. La Union Soviética no puede ser comprendida con los criterios habituales, ya que no es un Estado ms entre otros Estados, sino «una conspiracién enmascarada de un Estado», y no puede ser contemplado como «un miembro ‘normal’ de la comunidad mundial de naciones» *, Es una erudicién de escaso valor la coleccién de citas de Lenin y de Stalin para confirmar la teoria de la ideocracia, porque no se tienen en cuenta las circunstancias de tiempo y de lugar, de audiencia y de los propésitos inmediatos que tales expresiones persiguen. Tales frases forman una coleccién de generalizaciones y de contradicciones que no sirven de guia * Ibid., p.15-16. * Ibid., p.16. 7 Ibid., p.16. * Ibid. n P.l. Naturaleza del poder para el esclarecimiento de los problemas y para comprender la politica de la URSS. La comparacién de la politica soviética con la de Hitler no es admisible. Ambos son politicos mesiénicos y orientan su politica hacia la hegemonia mundial. Pero Hiler fue un anormal, que carecia del sentido del limite y de lo realizable; por eso su poder y su accién carecieron de todo limite y ence- rraban un elemento catastrofico. Hitler era un arrogante sin freno que tenia prisa por llevar a cabo su ambicin de hegemonia mundial en un breve lapso como corona de gloria de su propia persona. En cambio, la politica soviética, aunque carece de escrapulos y de limites constitucionales, encierra, sin embargo, un elemento de cautela y prudencia, orientado, ante todo, a preservar el régimen, elemento que elimina el factor catastrofico inmediato. De otra parte, los lideres soviéticos no han fijado un determinado limite de tiempo para la realizacién de sus ambiciones de hegemonia mundial, no muestran la prisa caracteristica de Hitler. Pueden seguir por ello una politica mas normal. «Admitido que los lideres soviéticos aspiran al ‘poder mundial... ellos han decidido, mucho tiempo ha, no fijar un limite especifico de tiempo para la realizacién de este iiltimo objetivo... Incluso en los primeros dias del gobierno bolchevique, Lenin, aunque a veces arrastrado por las esperanzas de Ia exten- sién de la revolucién, nunca sacrifice la prudencia practica al celo misioneros repetidamente advirtio a sus seguidores el cuidar “del nino saltado’ [el Estado soviético}, puesto que Europa solamente estaba ‘prefiada’ con la revolucién> °. c) El interés nacional nos orienta hacia las fuentes objetivas de donde provienen los conflictos internacionales, los que pueden ser explicados racio- nalmente como objetivos entre naciones; podemos asi contemplar la escena internacional en términos de un problema global de relaciones de poder. Podemos percibir cules son los elementos tratables en Ia ecuacién total del conflicto y consagrar nuestras energias a reducir o alterar tales factores. Este enfoque tiene ventajas para el estudioso y para el politico. Para el primero, porque acepta la explicacién natural, entendiendo por tal lo que esta conforme con la naturaleza habitual de las relaciones y problemas internacionales sin necesidad de recurrir a hipétesis improbables, que tan sélo sitven para ofuscar y confundir el resultado. Para el politico, porque sabe cémo enfocar el problema tanto cuando se trata de hacerle frente como cuando intenta acomodarse a él. Muy otra es la situacién cuando todo el problema esta envuelto en el misterio de una doctrina enigmatica. Los defensores de la ideocracia, expresamente asi lo dice Hunt, recurren al hecho de que los soviéticos muchas veces han sacrificado los intereses nacionales en aras de la ideologia, conducta que slo puede explicarse enfo- cando su politica desde el punto de vista ideolégico. La respuesta de Sharp es ésta: cuando se trata del interés nacional, no es el interés en general (0 tal como lo entendemos nosotros), sino tal como lo entienden los lideres sovié- ticos. Carece de sentido el hablar de interés legitimo o ilegitimo. La deter- ® Ibid., p.17. CA, Elpragmatismo nacional B minacién del interés nacional es un atributo de la soberania nacional y, po ende, de quienes detentan tal soberania: «Uno de los atributos esenciales 4! la soberania (jy los lideres soviéticos son ciertamente celosos donde la pro” pia se ve envuelta!) es que pertenece al soberano el determinar lo que sirve mejor» 1°, Sin embargo, la objecién permanece en pie. Porque si la mente de 10% lideres soviéticos define el interés nacional y, a su vez, esa mente est . orientada y determinada por la ideologia, se seguiré que en altima instanc!# es la ideologia el criterio fundamental y radical determinante del interé® nacional. Hay algo anterior y mas basico que el mismo interés nacional, Sharp responde negativamente. Si se pone la pura ideologia como criteri? basico para explicar la politica soviética, entonces la tiltima meta de eS* ideologia se convierte en el factor determinante de las decisiones politicas: Lo que eliminaria la cautela y prudencia de tal politica e introduciria ¢ componente catastréfico como factor necesario para su inteligencia. Ahor4 bien, tales metas ultimas, esenciales a la ideologia, no aparecen como facto- res determinantes de la politica de la. URSS y de sus ambiciones politicas e la hora actual; por el contrario, nos encontramos con una politica cautelosa que tiene en cuenta los limites de Jo realizable. En resumen, la politica de la URSS se encierra en esta formula: «En simple aritmética, la doctrina menos estos aspectos que no son operativos es igual a la politica empiricamente determinada» '', La politica propiamente dicha excluye los objetivos, ambi- ciones y suefios no acompafiados por una accién real, visible y capaz de producir los resultados sofados 0 ambicionados dentro de un espacio razo- nable de tiempo. d) Y gqué decir de la vinculacién del Estado soviético con los partidos comunistas de otros paises y con Ia Internacional Comunista? Mosci hizo uso de la Internacional cuando, debido a su estado de debilidad, no disponia de otros medios. Pero tan pronto como se fortalecié el Estado soviético (después de la guerra civil y del caos subsiguiente) encarrilé la politica internacional por caminos mis tradicionales. Bajo la dictadura de Stalin, la III Internacional jugé el papel de un auxiliar. En todo caso Stalin no podia prescindir de la Internacional en un momento en que luchaba por hacerse con todo el poder politico en el orden interno y sus adversarios le acusaban de traicionar a la revolucién. En el mundo moderno, la politica internacional de Mosct se hace sobre las bases nacionales. Incluso la URSS toma decisiones que perjudican a log partidos comunistas de otros paises, como ocurrié con el Gobierno anticg_ munista de Ataturk en Turquia o con Hitler en Alemania. La vinculacion del Estado soviético con los partidos comunistas de otros paises es similar 4 la existente en otros Estados con entidades internacionales como la hispanj_ dad, el panarabismo o la germanidad. «En ultimo anélisis, de hecho, toda instancia en la que Moscé ha preten_ dido una victoria para el comunismo, ésta ha dependido de la manipulacig,, soviética de las palancas tradicionales de la influencia nacional» '?, 1 Tbid., p.17. Tbid., p.18. ”? Ibid. p.20. 74 P.l: Naturaleza del poder e) Una excepcién parece la relacién entre Mosci y los paises satélites del Este. El area de la politica rusa en el Este podria ser considerada como el reino de Ja ideologia, ya que en esa zona se postula la obediencia de Jos paises del Este a la Unién Soviética como centro secular de esa doctrina. Stalin recurrié al centralismo democratico (eufemismo que denota el control soviético) para conseguir la sumisién de los Estados del Este a los dictados de Mosci, dejandoles tan sélo una fachada de soberania de cara al mundo exterior. 7 Sharp, sin embargo, mantiene su tesis de que para explicar esta situacion no es necesario recurrir a la ideologia como motivo basico. «De hecho, la doctrina, hasta tiempos recientes, nada en absoluto decia sobre las relaciones entre los Estados comunistas soberanos. La explicacién esta, en un amplio grado, en la predileccién personal de Stalin en favor de un total control, ademas de la necesidad de estrechar los lazos de Moscu hasta el limite, por medio de cualquier clase de medios o de argumentos posibles, de cara a la bipolarizacion del poder global después de la segunda guerra mundial» ?. En efecto, la estructura bipolar (al menos en el aspecto militar) de la humanidad tiende a formar bloques de Estados y a lograr un equilibrio de poder fundado en la distribucién del poder mediante zonas de influencia. De ahi que esas dos grandes potencias se conviertan en las cabezas de una serie de Estados influidos y defendidos por las dos cabezas supremas de la humanidad. Asi nacen los bloques del Este y del Oeste, de la OTAN y del Pacto de Varsovia y las estructuras econdmicas del Mercado Comin Euro- peo y del COMECON. Sharp parece apoyarse en estos hechos, que no menciona, pero que parece estan presentes en su mente cuando recurre al fenémeno de la bipolarizacion y a la distribucién del poder mundial para refutar la teoria de la ideologia como raiz y fundamento del bloque de! Este sumiso a Moscti. Antes ha dicho Sharp que la escena internacional debe ser contemplada en términos de un problema global de relaciones de poder. La bipolaridad nos ofrece un panorama global de la distribucién de ese poder y de la formacién de bloques de Estados. Este es el criterio principal. El recurso a la ideologia seria un factor secundario en orden a conseguir la integracién de esos Estados dentro del bloque. Y aun desde este punto de vista, la Union Soviética tan sélo ha cosecha- do fracasos. Los sucesores de Stalin presionaron sobre los satélites recurrien- do a los vinculos de la obediencia ideoldgica. Pero estas vinculaciones ideoldgicas han demostrado ser muy frégiles ante las exigencias del interés nacional y de la preservacion de la soberania nacional, como se ha visto en el caso de Yugoslavia, China y de los mismos paises del Este, sacudidos por las revoluciones nacionales que postulaban la independencia en nombre del interés nacional. En la reunién de los partidos comunistas que tuvo lugar en Mosci con ocasién del 40 aniversario de la revolucién bolchevique (1957)> se lleg6 a ciertas formulaciones de uniformidad ideolégica y al reconoci- miento del papel preponderante de la Unidn Soviética como la Meca del comunismo mundial. Pero todo fue un espejismo pasajero. Yugoslavia no » Ibid., p.20. C4, Elpragmatismo nacional 15 firmé el documento. Polonia se opuso a la organizacion de una Internacio- nal Comunista al estilo de la Komintern o del Kominform. Mao Tse-tung admitié la preeminencia de Mosca; pero no fundé tal privilegio en Ja ideologia, sino en el poder militar preponderante de la URSS. De todo lo dicho se sigue que el objetivo del politico y del mundo no comunista no consiste en romperse Ia cabeza sobre los tiltimos fines y metas encerrados en la ideologia marxista, sino en valorar y determinar las circuns- tancias internacionales y mundiales dentro de las cuales la Unién Soviética se vera precisada a tomar y escoger sus decisiones, tomando parte en el juego de [a politica internacional conforme a las formas tradicionales y teniendo en cuenta sus intereses particulares dentro del cuadro de posibilida- des que tal situacién ofrece. 4, B.J. MOORE En lugar del interés nacional expuesto por Sharp, ahora Moore pone otro criterio similar como factor basico para explicar tanto la politica inter- nacional como la nacional o interior de la URSS; este principio fundamental es el poder, 0 mejor, la distribucin del poder. Moore, sin embargo, no es tan rigido como Sharp: acepta el papel de la ideologia, a la que hace intervenir como agente secundario. Moore se muestra opuesto a la teoria de la ideocracia, porque resulta dificil admitir la existencia de una praxis politica inspirada exclusivamente por la ideologia y determinada por ella. El poder practico de las ideas no depende exclusivamente de su coherencia /égica, sino también de sus funcio- nes sociales, que desbordan la Iégica ideal. Tanto la subsistencia como el desarrollo del Estado soviético se han hecho al margen de la ideologia marxista-leninista, que postula su ocaso y su abolicién. «Hace tiempo —escribe Moore— que se ha reconocido que el poder de las ideas no depende de su légica coherencia solamente, sino también de las funciones sociales que ellas realizan» '*. El autor pretende escapar del idea- lismo que ve en las ideas al factor determinante de la vida politica y social; al mismo tiempo intenta también superar el economismo de Marx, que pone en las fuerzas productivas 0 modos de produccién el elemento estructural que explica el devenir politico y social. Los factores que intervienen en la vida social son miltiples, pero Moore destaca entre ellos el poder y la distribucién del poder para llegar a una inteligencia de la Union Soviética, tanto a escala internacional como nacional. 1. La politica internacional_—Ante todo, aqui nos encontramos con un cambio de la ideologia precisamente como consecuencia de una mutacion en la determinacién en el érgano del poder. En el marxismo, el motor de la revolucién radica en la conciencia histérica del proletariado, y la misma revolucién proletaria se concebia como un acontecimiento inminente. Son ‘| Moone, Soviet Politics. The Dilemma of Power (Harvard, Univ. Press, 1950) p.224. 6 Pl. Naturaleza del poder ideas que todavia Stalin mencionaba alld por 1929. Pero con el correr del tiempo fue perdiendo su fe en tal principio, y esa misin de motor y locomotora de la revolucin se traspasé al érgano del poderio militar: al ejército rojo. a) «La mencién del ejército rojo como el principal instrumento de la revolucién indica que los soviets han comenzado a dudar muy seriamente de que la revolucién ‘espontanea’ del proietariado, incluso si esta ayudada por Moscii, tendria éxito én las partes del mundo sobre las que los soviets no ejercen control directo» ', La experiencia de los aos posteriores a la segunda guerra mundial ha podido confirmar esta tesis. Durante la segunda guerra mundial, Stalin manifesté su descontento y desilusién sobre la conducta del proletariado aleman (en el que ya Marx y Engels fijaron su atencién revolucionaria en el siglo pasado); Stalin no disimulaba su amargura por el apoyo que la masa proletaria germana presta- ba al régimen nazi incluso después que éste desencadenara el ataque contra Ja Unién Soviética en junio de 1941. Stalin creia tener en el proletariado aleman una fuerza comunista favorable a la URSS. Por el contrario, Stalin recibié ayuda de las potencias capitalistas. Teéri- cos soviéticos como P. F. Yudin, economista y director del Centro de Publicaciones del Estado, trataron de legitimar este hecho, afirmando que nada hay en el marxismo que impida a las potencias capitalistas el cooperar con la Union Soviética en materias econdmicas y culturales. En cambio, Alexander Shcherbakov, vicecomisario de la Defensa y miembro turnante del Politburé, afirmé en conversacién privada que la ayuda capitalista a la Unién Soviética constitufa una profunda desviacién de la obra de Lenin El imperialismo. Por eso después de la guerra se hicieron grandes esfuerzos para restable- cer la ortodoxia leninista sobre sus teorias del imperialismo. La energia y la extensiGn con las que fue levada a cabo esta campaiia demuestran hasta qué punto tales doctrinas habian quedado quebrantadas por Ia praxis politica Hevada a cabo durante la guerra. «Después de la guerra fue llevado a cabo un proceso de purificacién ideolégica en las ciencias naturales, en la filoso- fia, Ia economia y las artes. La vision leninista del mundo era repetida con gran energia y poca variedad» ¥ b) El expansionismo soviético no se funda tanto en la ideologia como en el principio del equilibrio del poder, sea en la concepcién global de la distribuci6n del poder en el mundo, sea para contrarrestar el desarrollo del poder de otras potencias consideradas como enemigas actuales 0 potenciales. «La expansién rusa puede ser explicada ampliamente sin referencia a los factores de la ideologia marxista. En la mayor parte, cada paso en la expansién soviética puede ser considerada como un movimiento légico para contrarrestar a un enemigo actual o potencial. La absorcién de parte de Polonia, de los Estados balticos y de la porcién de la Besarabia rumana, y la guerra contra Finlandia fueron parte de los esfuerzos soviéticos para marchar a igual paso 8 Ibid., p.385. ‘6 Ibid, p.388. C4. Elpragmatismo nacional 71 que el creciente poder de Alemania y fueron dirigidos especificamente contra la amenaza germana. En la segunda guerra mundial, los soviets apenas podrian haber permitido a sus asociados anglo-americanos el extender la influencia del Oeste a todos los sectores del vacio de poder creado por la derrota del Eje. De otra parte, es claro que los rusos nunca tuvieron tales intenciones, y ellos hicieron cuanto pudieron para salir del conflicto en una posicién tan fuerte como fuera posible; una politica seguida por la Gran Bretafia y, en fecha algo posterior, por los Estados Unidos. La expansin americana tanto en Europa como Asia ha sido frecuentemente hesitante y reacia. La guerra termin6, no obstante, con un general americano en Berlin y otro en ‘Tokio. Los soviets dificilmente podian permitirse el lujo de descuidarlo. Ellos ampliaron y conso- lidaron su propia zona de influencia por los medios que se han hecho familiares en los diarios titulares. En las rivalidades de este tipo es futil el tir eudl de Tos contendientes tiene intenciones agrsivas y cul pactics objetivos desde el momento en que cada movimiento en la batalla exige su contramovimiento por parte de su oponente> ”. Incluso si cogemos la expansién de la URSS en los paises satélites del Este, el motivo principal de tal fendmeno no radica tanto en el deseo de implantar la ideologia marxista-leninista (aunque de hecho esto también se ha realizado) cuanto en la ambicién de extender el poder soviético hacia otras reas fuera de las propias fronteras. Mas que una politica misionera es una politica de poder. «La politica soviética en los Estados satélites ha sido un esfuerzo muy cuidadosamente modulado para realizar una transformacién social y econémi- ca de estos paises en orden a hacerlos mas sumisos a los intereses soviéticos. Isaac Deutscher, el moderno bidgrafo de Stalin, ha indicado cémo los instru- mentos de la revolucién, la policia secreta y el ejército, se han arrogado en estas Areas el papel principal; asimismo ha contrastado el nuevo movimiento con el impulso revolucionario original que creé estos instrumentos. El con- traste revela, de forma concreta y dramatica, la transformacién de la revolu- cién de un fin en una técnica... Los lideres soviéticos adquieren la virtud comunista extendiendo la influencia del Kremlin a los paises extranjeros sin tener en cuenta como se hace esto. Si existe algiin fin central tras de la politica de los lideres soviéticos, éste es la preservacion y extensién de su propio poder por cualquier clase de medios, mas bien que la extensién de un sistema especiico socal 0 a ealizacion de un programa doctrinal» 18 Fines y tdcticas, medios y fines, han venido a confundirse totalmente el uno con el otro, y frecuentemente han tendido a cambiar de puestos» ", c) ¢Cudles son las causas del expansionismo soviético? Los posibles lactores que pueden influir en esta politica de poder y de explosién del poder soviético son principalmente estos cuatro: 1) La naturaleza autoritaria del Estado soviético. Tales Estados necesitan una serie continua de triunfos para que sus gobernantes puedan mantenerse en el poder. Los gobernantes de una dictadura no pueden permitirse el lujo de dormirse sobre los laureles, sino que tienen que ofrecer a sus sibditos continuos éxitos y conquistas. Tal ” Ibid. p.392. ™ Ibid, p.393-94. " Ibid. p.393. 2B PI. Naturaleza del poder es el caso del Estado autoritario de la URSS. 2) La segunda causa estaria en la naturaleza de la persona de Stalin. Se compara su persona con otras figuras histéricas, como Napoleén, Hitler y otros ciudadanos del mundo del poder, cuya naturaleza postulaba la gloria militar y el expansionismo de su poderio. 3) La tercera fuente estaria en la tradicién rusa, que ha sido expansionista desde tiempos antiguos. La actual politica soviética tendria una gran semejanza con la politica habitual de los zares, orientada a la conquista y extension de sus dofhinios en direccién a puertos de aguas calidas, buscan- do una penetraciOn hacia el Sur y el Este para encontrar la anhelada salida al mar. 4) El cuarto factor es la ideologia marxista-leninista, la cual encierra un espiritu mesidnico de expansion, de conquista y de victoria. Los que insisten en este factor destacan las cualidades mesidnicas de la doctrina marxista y su espiritu de lucha para la conquista del mundo. d) B.J. Moore cree que cada uno de estos factores representa nada mas que una parte de la verdad. Pero ninguno de estos factores es suficiente por si solo para explicar el fendmeno. Para demostrarlo es preciso hacer el anilisis de cada una de esas posibles causas. En cuanto al primer factor, porque no existe una conexién necesaria entre la estructura interna de una sociedad y su politica exterior. Asi, por ejemplo, Atenas fue mas expansionista que la belicosa Esparta, y los japone- ses, a pesar del énfasis militar de su sociedad, han vivido en el aislamiento durante centurias hasta sus contactos con el Occidente. Para demostrar que la estructura autoritaria de cada Estado es fuente de tendencias expansionis- tas habria que poner en claro la forma en que la estructura autoritaria presiona sobre los gobernantes responsables de la politica exterior. Hay casos en los que se da la politica expansionista con el objetivo de calmar el descontento interior. En un régimen autoritario, sin embargo, los gobernan- tes son més libres de la presién de las masas y pueden prescindir mejor de la presién social que los gobernantes de una democracia, expuestos constante- mente a la presién de la opinion popular. Asi, el pacto germano-soviético entre Hitler y Stalin se levé a cabo rapidamente, dejando a un lado la opinién popular y la hostilidad de dos pueblos y de dos regimenes de manera mucho més rapida y facil que lo que pudieran hacer las democracias occidentales. Por otra parte, la afirmacién de que los lideres soviéticos necesitan de la expansion exterior para sobrevivir deja a un lado problemas importantes implicados en la guerra, como la grave tension del Partido para controlar la sociedad soviética y el creciente influjo del papel de las Fuerzas Armadas, situadas en el primer plano, lo que no favorece la preeminencia del Partido de sus lideres. La tltima guerra demostré que la Unién Soviética tuvo que abandonar Ja doctrina del Partido y abrir las puertas a otros slogans de caracter nacionalista y aceptar puntos de vista y conductas poco acordes con las teorias oficiales. La pasada guerra, llevada a cabo con la ayuda de las potencias capitalistas, no podia favorecer la naturaleza del régimen comunis- ta. Incluso si una futura guerra se Ievara a cabo sin tal ayuda, las condicio- nes bélicas, sin embargo, son de tal naturaleza, que postulan concesiones al pueblo incluso si no estan acordes con los postulados del Partido. C4. Elpragmatismo nacional ” Con todo, es posible que un cierto grado de hostilidad externa e interna cional sea esencial para el poder de los actuales gobernantes soviéticos. Sin la amenaza de un ataque potencial, real o’ imaginario, seria mucho mis dificil el exigir a las masas tantos sacrificios y el que marchen a través de esa serie de planes quinquenales. En cambio, su poder puede alcanzar las cotas maximas més bien con la amenaza de guerra que con la misma guerra. El segundo factor indicado es la personalidad de Stalin. ;Qué pensar de esta explicacin? Moore opina que la personalidad de Stalin encerraba un impulso hacia el expansionismo. Sin embargo, no pucde ser equiparado con Hitler. Porque Stalin era un lider cauteloso y no temerario. No hay compa- racion entre la logica pedante de Stalin y los discursos altisonantes de Hitler. Stalin se las arreglé para controlar sus impulsos expansionistas y su ambi- cién de poder; ese control evité la ceguera para no valorar las circunstancias, y este calculo de poder Je valié la recompensa para conseguir la victoria contra sus enemigos interiores y exteriores. Llegaba a sus mds importantes decisiones con gran cautela, empiricamente, comprobando las circunstancias politicas en cada paso que daba hacia su objetivo, que era el poder interno o externo. Este cdlculo y andlisis de las circunstancias es una herencia de Lenin. Asi, era improbable que Stalin lanzara a la Unidn Soviética a la guerra si las condiciones de victoria eran problemiticas. EI tercer factor del expansionismo soviético es la tradicin rusa y zarista, Esta explicacién implica importantes inconvenientes, porque el expansionis- mo tradicional ruso difiere del expansionismo comunista. Los zares dirigie- ron su expansionismo hacia territorios fronterizos con Rusia, como Persia, China, Alemania. Pero tal expansionismo no codicié territorios en otros continentes, como América latina o paises situados en Africa. Para el expan- sionismo bolchevique no existen fronteras, es mas universal, y su ambicién desborda a la de la tradicién rusa y a la de los zares. Puede ser que el imperialismo zarista sea una de las fuentes que inspiran el expansionismo bolchevique; pero es preciso tener en cuerita otros componentes de la mentalidad de los actuales lideres soviéticos para explicar tanto la naturaleza de este imperialismo como la actual situacién social. El cuarto factor mencionado ha sido la ideologia; mas en concreto, el mito creador del leninismo, el cual implica la transformacién interior de Rusia mediante la industrializacion y una transformacién del campo y la conquista de la abundancia econémica. El mesianismo leninista es apto para la exportacién incluso mediante el recurso a la revolucién. Pero en relacién con el expansionismo mundial hay que tener en cuenta que la cautela y la prudencia estan presentes tanto en Lenin como en Stalin, y esta cautela y calculo de las circunstancias concretas de cada caso frenan el expansionis- mo exterior y lo reducen a los limites acordes con las posibilidades del mo~ mento. «E| mito creador soviético no tiene la cualidad de ‘victoria 0 muerte’; no existe la urgencia de buscar un espectéculo dramatico de caida final y un ocaso de los dioses final» (como en la opera de Wagner). Cuando los soviets se ven enfrentados a una fuerza superior, los soviets han demostrado en numerosag 80 PI. Naturaleza del poder ocasiones su habilidad para la retirada con sus fuerzas intactas... Es un punto cardinal en la doctrina leninista-estalinista que una retirada hecha en buen orden no es una deshonra» ”. Todo esto demuestra la complejidad del problema de interpretar el expansionismo soviético contenido en su sistema bolchevique. Y nos debe hacer cautos a la hora de pretender que el sistema esta impulsado por fuerzas sin control y sin cautela, marchando ciegamente hacia el desenlace final del holocausto del mundo. The Logic of One-Party Rule, en Problems of Communism vol.7 (marzo-abril 1958) p.2lss * Lillusion de la détente (Paris, PUF, 1977) parte Lc.3. CS. La teoria de la tdeocracia 87 con algunas nociones generales, idealizadas, sobre el estado eventual de los asuntos» °, 1, Los componentes de la ideologia—La ideologia contiene diversos elementos que ocupan distintos niveles en el escalafon ideolégico. Su mision en relacién con los lideres puede ser multiple: a) Esta basada en ciertas afirmaciones establecidas a las que se puede hacer referencia para fines de inspiracién, conducta o adoctrinamiento. b) Sirve de vinculo entre los diver- sos lideres politicos, su movimiento y las masas; por eso, tales principios no pueden ser excesivamente complejos y, al menos las partes de la doctrina escrita, deben estar a disposicién de los lideres, de los miembros del movi- miento y de las masas en forma de principios simples y dogmaticos en los que se combinan los elementos miticos con una cierta racionalidad; esta tlti- ma es reclamada por la necesidad de lograr su extension literaria y tecnolé- gica. Tal es la teoria del imperialismo, de Lenin, y el Manifiesto comunista, de Marx, en contraste con otros escritos més filosoficos y dirigidos a los niicleos més intelectuales del marxismo. c) La ideologia trata de situar la reprobacién por las insuficiencias y males existentes sobre objetivos identifi- cables (como las clases, el Estado, la raza...), haciendo ver a las masas la causa concreta de su insatisfaccién. d) Es una guia para la accién, en cuanto ofrece determinados métodos para cambiar la situacién existente, para des- truir definidos enemigos o para satisfacer atdientes anhelos de las masas. e) Determina la naturaleza de la futura sociedad, en la que se superan los actuales males y deficiencias, aunque la definicién de tal futura sociedad es imprecisa en lo referente a la naturaleza especifica y concreta de sus institu- ciones. Asi, en el horizonte de una ideologfa aparece una situacién mitica que responde a las aspiraciones de las masas, en cuanto trata de satisfacer las gee ecieerer Hoe HCP MSC A La ideologia puede contener un poder: «es inherente al poder, como cuando sirve para levantar la moral o para estimular las convicciones fanati- cas». Puede ser también el instrumento del que se sirve el poder, «factor de poder». «Por ejemplo, en los primeros actos del campo comunista era sufi- ciente el conocer los puntos de vista de los soviets 0 sus afirmaciones ideo- lgicas referentes a un sujeto particular para predecir la conducta de otros lideres comunistas» 5° El escenario principal al que se refiere la ideologia es cl politico y lo conexionado con él: «La ideologia es, esencialmente, una doctrina del poder politico que simulténeamente define los fines, perfila los métodos para su realizacién y moviliza el apoyo para ellos» §, Para clarificar la naturaleza de la ideologia, Brzezinski distingue estos tres componentes: a) El componente filosofico.—Encierra los postulados a priori «que for- man la piedra fundamental de la ideologia. En el caso del marxismo- leninismo implica el materialismo dialéctico, la existencia de la materia independiente de la conciencia, etc. Las partes filosdficas estan menos suje- * BRZEZINSKI, The Soviet Block p.486. * Ibid., p.488 * Ibid., p.489. 88 PI. Naturaleza del poder tas al cambio y son esencialmente dogmiticas» ’. Estos principios forman la base intocable de la filosofia marxista-leninista. b) El componente doctrinal_—Estos principios estan mas proximos a la accién y tienen ya un cardcter més estratégico. Esta doctrina «contiene ma- terias tales como las fases y leyes histéricas, la misién de la dictadura del proletariado y del Partido Comunista, la inevitabilidad del colapso del capi- talismo, las contradicciones dentro del capitalismo y otras semejantes» °. Se trata de principios menos dogmiaticos y més contingentes, y, sobre todo, més influyentes en la accién que han de desarrollar los dirigentes del régi- men marxista-leninista. ©) El programa de la accién.—Este programa se deriva del componente doctrinal, el cual, a su vez, se funda en el componente filoséfico, en los fundamentos de la filosofia marxista-leninista. El programa de la accién con- tiene el proceso de realizacién de los fines perseguidos. «Si es necesario, puede cambiar, y el éxito del cambio en si mismo establece una nueva ver- dad contingente. La cuestién del socialismo en un pais o de muchos contra un camino hacia el socialismo pertenece a esta variedad» °. E] programa de la accién y el componente doctrinal se completan mu- tuamente; en caso contrario caeriamos o bien en el puro pragmatismo o en el puro dogmatismo. «Sin la doctrina, la ideologia seria equivalente al mero pragmatismo; con- tando sélo con la doctrina, la ideologia seria un dogma estético. La doctrina, vinculada al programa de accidn, da ala moderna ideologia su fervor religioso, su sentido de la constante direccién, como también su libertad de maniobra en el uso del poder politico para realizar lo que debe ser, mientras la base filosé- fico-dogmatica da a la ideologia la apariencia de poseer la verdad absoluta; asi, Ia doctrina es el vinculo politicamente crucial entre los postulados dogméticos y la accion pragmética» ' En esta teoria de Brzezinski se trata en realidad de una ideocracia muy moderada, porque, aunque la ideologia sea punto fundamental, sin embargo, se admite un nivel inferior, en el que se desenvuelve la accién politica y en el que hay espacio para la practica pragmatica. En este caso tenemos dos niveles distintos: el de los principios inmutables, que se guardan en el cofre de la ortodoxia, y el de la estrategia, variable conforme al andlisis de las circunstancias, que trata de encontrar la politica més eficaz para lograr los fines de la doctrina. De todas formas, la ideologia y el poder estan entre si intimamente vincu- lados, y el lider politico soviético ha de prestar atencién a ambos factores para evitar su caida. La ideologia y el poder «se refuerzan mutuamente, y el lider politico soviético debe mantener un ojo sobre ambos. Si, como Trotz- ky, él descuida el poder por la ideologia, pierde eventualmente su autoridad ? Ibid., p.489. ® Thid., p.489. oT © Ibid., p.489-90. C5. Lateoria de la ideocracia 89 en ambos reinos. Si, como Voznesensky y Saburov, planificadores de la eco- nomia, él esta excesivamente afectado por las materias técnicas, incurre en la furia del lider del Partido y es ‘eliminado’ de la escena» ''. Una persona escéptica en materia de ideologia no podria aspirar al lide- razgo: «Un lider escéptico correria un serio peligro de minar su poder si se permitiese a si mismo el cuestionar la ideologia. Es muy dudoso que incluso Stalin lo hubiera podido hacer, aunque esto no excluye llamamientos a senti- mientos diferentes de la ideologia (tales como sus llamamientos nacionalistas durante el tiempo de guerra)». Con todo, Stalin dispuso de tanto poder, que se convirtié en el creador y tnico intérprete del auténtico marxismo- leninismo; pero por eso el «denunciar la ideologia habria significado negarse a s{ mismo una importante fuente de solidez» '?. También Stalin expresaba sus ideas y su politica en la ritual terminologia ideolégica cual si se tratara de un ser comprometido y sometido a la ideologia. Sus subordinados tenian que responder y actuar en idénticos términos. En 1965 China atacé abiertamente a la Unién Soviética mediante la acu- sacién de que la URSS estaba marchando hacia un sistema capitalista. Los lideres de la Unién Soviética se defendieron acogiéndose a la ideologia como elemento fundamental de! régimen soviético. De igual suerte, aunque la con- quista y ocupacién de los paises del Este se funda en la teorfa imperialista de extender el poder de la URSS, sin embargo, las autoridades soviéticas justifi- can su conducta recurriendo al internacionalismo socialista, a la ideologia que postula la defensa del sistema comunista en el mundo. Entre los diversos lideres de los regimenes comunistas existe un vinculo ideolégico que comprende varias afirmaciones fundamentales de la ideologia: a) que el capitalismo esta inevitablemente condenado al colapso y que le sucederé el régimen socialista; b) que el proceso social que destruira al capi- talismo debe ser intencionadamente promovido por medio de una organiza- ién disciplinada y a través de la accidn y de la lucha de clase; ) que el cambio socialista en los paises de régimen comunista debe ser estimulado a través de una rApida socializaci6n e industrializacién; la industrializacién es fundamental para ganar la batalla del poder capitalista; d) que el poder debe estar firmemente en manos del Partido Comunista, y que estos partidos han dle promover la unidad de la accién contra el capitalismo a través de acuer- dos, comunidad ideoldgica y organizacin centralizada, formando el gran en la ideologia totalitaria. No se trata de un proceso de alteracién mental de los lideres o de las masas, sino un medio para indicar, mediante una analogia psicolégica, el mecanismo de «proyec- cin que adscribe el impulso del régimen por un poder ilimitado a un ene- migo imaginario que lo abarca todo. El punto esencial es que, en Ia natura- leza del totalitarismo, toda fuerza independiente, sea fuera o dentro del Es- tado, es considerada como hostil en tltima instancia; el concepto de los ‘dos campos’ y el de ‘los objetivos ilimitados’ son dos aspectos del mismo fenédmeno» 72. d) Sharp afirma que el criterio de la ideologia choca con los hechos de la politica soviética, que acepta alianzas temporales con la burguesia, con los imperialistas ¢ incluso con los paises fascistas. Alianzas que no pueden expli- carse en nombre de la ideologia. Lowenthal afirma que tales alianzas no excluyen la ideologia. Para enten- derlo es preciso tener en cuenta estos puntos: a) la peculiar sospecha con que los lideres soviéticos tratan a sus ocasionales aliados, incluso durante la guerra, y el cuidado que ponen para evitar todo contacto del propio pueblo con tales aliados para evitar el contagio; b) su esfuerzo para crear «garan- tias» para la confianza de aquellos aliados por el empleo de los partidos comunistas locales, siempre que esto es posible; c) la diferencia de sentido de la zona de influencia en la mente de los soviéticos. 2 > P24, : 102 P.l. Naturaleza del poder Asi, en los acuerdos de Teheran y de Yalta se dividié Europa en dos zonas de influencia, el Este y el Oeste. Pero el concepto de zona de influen- cia es muy diferente para los gobiernos occidentales y para los dirigentes soviéticos. Para éstos denota una zona sometida a gobiernos comunistas de ortodoxia ideolégica que asegure su fidelidad a Mosca. No se trata solamen- te de zona de influencia, sino de zona de gobierno y de ideologia comunista y de fidelidad a los designios de la Unién Soviética. Ante las protestas occidentales por no haber cumplido el compromiso de hacer elecciones libres y democréticas en estos paises del Este, Mosca repli- c6 que no habia hecho otra cosa que cumplir el compromiso de la zona de influencia mediante la presencia en tales paises de gobiernos amigos, y que tales gobiernos eran realmente democraticos. Ya se ve que todo esto es ideo- logico, dado que la implantacin de tales gobiernos y la eliminacién de los demés partidos se hizo mediante la intervencién activa del poder politico y militar de la URSS. e) El dilema en la Europa del Este radica en la actitud a tomar en relacién con la unidad ideolégica y la autoridad de la Union Soviética den- tro de este mundo ideolégico comunista. Lenin hablé de la igualdad y fraternal solidaridad de los Estados socialis- tas soberanos. Stalin, al perder la fe en la revolucién mundial, construyd un socialismo en un solo pais, en la Unidn Soviética, y a ésta la concibid como el centro del comunismo mundial, ntras los diversos partidos deberian ser los instrumentos de la politica soviética, Pero este planteamiento cay6 por tierra con la independencia de Yugos- lavia y Ja aparicién de un inmenso Estado comunista con el triunfo de Mao en China (1949). Nacié uma situacién nueva que Stalin habia tratado de evitar a todo trance. Se requerfa una revision de la politica y una nueva ideologia, que Stalin no quiso variar, y asi nacié la disputa con los yugosla- vos y su condenaci6n por parte de Mosca. La insistencia de Stalin en mantener el papel director del movimiento comunista mundial como un articulo necesario del credo internacional ex- presa no tanto la idiosincrasia de una persona loca por el poder cuanto la percepcién de una parte del dilema: el peligro de que el reconocimiento de la igualdad de soberania de los Estados comunistas pueda disolver la solida- ridad del «campo» comunista en sus relaciones con el mundo exterior y debilitar la autoridad ideoldgica de los lideres del Partido Comunista de la URSS, con las temidas repercusiones en el interior de la misma Unién So- viética, Los sucesores de Stalin desautorizaron su conducta por su fracaso en resolver el problema y porque percibieron la segunda parte del dilema: la insistencia en la autoridad hegemonica de la Unién Soviética puede destruir la unidad del «campo» socialista atin més répidamente y puede conducir a un conflicto con China. Pero al admitir los errores del «chauvinismo gran ruso» de Stalin y tender la mano a Belgrado y Pekin terminaron por precipi- tar la crisis de autoridad que trataban de evitar. Tampoco Kruschev y sus colaboradores pensaron en serio en hacer efec- tiva la igualdad de soberania en los paises satélites del Este, cuyos regimenes C.5. La teoria de la ideocracia 103 comunistas llegaron al poder gracias al apoyo de la Unién Soviética, en con- traste con los gobiernos comunistas de Yugoslavia y China. Tan slo pensa- ron en hacer mas viables tales regimenes mediante un recorte a la intromi- sién soviética en tales Estados: suprimiendo la explotacién econémica y sus interferencias en la administracion interior, pero manteniendo el control de la politica. La Conferencia de los partidos comunistas de noviembre de 1957 no confirma la tesis de Sharp, que ve en ella un esfuerzo de los lideres soviéti- cos para confiar el futuro de las relaciones con «los gobiernos soberanos» del Este sobre el carril de una diplomacia ordinaria de toma y daca. Mas bien se confirma la tesis de Hunt, que da una explicacion ideoldgica, ya que en tal Conferencia se puso de manifiesto la necesidad de un centro de auto- ridad internacional como algo inherente al Partido Comunista sovictico, consciente de su propia misién y de su ideologia en relacién con los demés partidos y regimenes comunistas. f) La misma necesidad de combatir todo «revisionismo» en el este de Europa, a precio de renovar las dificultades con Yugoslavia y Polonia, brota de la necesidad de fortalecer la defensa ideoldgica det régimen de partido tinico de la URSS. «El admitir que en Hungria los obreros se levantaron contra el Gobierno comunista podria cuestionar la identificacién basica del partido gobernante con la clase trabajadora: la ficcién de la ‘dictadura del proletariado’. El permi- tir la propaganda de Yugoslavia en favor de la ‘gestion obrera’ sin oposicién confirmaria ta implicacion de que las empresas sovigtieas, al no tener consejos obreros con semejantes derechos, estan dirigidas en interés de la burocracia privilegiada y no de los obreros. Permanecer silenciosos cuando orgullosamen- te refieren la mejora de su produccién agricola a partir de la disolucién de la mayoria de sus granjas colectivas, estimularia a los campesinos soviéticos para sofiar en semejantes reformas. Perdonar la creciente, si bien todavia limitada, libertad de discusin artistica, literaria y filosdfica ahora permitida en Polonia y Yugoslavia, fortaleceria la demanda de escritores y escolares en favor de semejante libertad» ?, La condena del revisionsimo exterior en los paises comunistas tiene una importancia por sus repercusiones en el fomento del revisionismo interior en el mismo seno del régimen soviético. > Ibid., p.28. CAPITULO VI LAS FUNCIONES DE LA IDEOLOGIA En lugar de responder al problema planteado anteriormente sobre el fac- tor determinante de la politica soviética de manera directa, aqui se plantea ese mismo problema, pero indirectamente, 0 sea, estudiando las funciones que la ideologia desempefia en el escenario de la accién social y politica de la Union Soviética. En este planteamiento est envuelto el problema de si existe realmente una ilacién:fogica entre los principios de la ideologia y la accion o si la ideologia puede ponerse de acuerdo con politicas contradicto- rias. Incluso puede plantearse el problema de la ilacién légica entre la filoso- fia marxista (como es el materialismo dialéctico, la teoria del conocimiento) y los postulados de Ia ideologia, como son su visién y esquematizacién de la historia, Su teorfa del valor, la tesis de la necesaria desintegracién del capita- lismo y del advenimiento del comunismo. En el mismo nivel de la idea puede darse una ruptura de la légica: cuanto més entre el nivel conceptual y el plano de la accién concreta social y politica. Hemos escogido tres autores que trata especialmente cl tema: David Dinsmore Comey, Alfrey G. Meyer y M. Bornstein, 4, DD. COMEY Comey esta influido por Brzezinski al hacer la distincién de los diferen- tes segmentos de Ia teoria marxista. Partiendo de esa division estudia la rela- cin existente entre la ideologia marxista-leninista y la politica soviética. No admite una vinculacién légica ni entre filosofia e ideologia ni entre ideologia y politica, En el primer caso se plantea el problema de las relaciones légicas entre los dos niveles fundamentales de la teoria (la filosofia marxista y la ideologia); en el segundo, entre dos segmentos tan distanciados’ como el de la ideologia, que pertenece a la teoria, y el de la practica de la accién politi- ca. En ninguno de los dos casos podemos encontrar una ilacién légica que conduzca a una adecuada explicacion del segundo elemento por el primero. 1. Los diversos niveles—Comey distingue dos segmentos diferentes en el nivel de la teoria, que son: a) la filosofia como factor més universal y supremo; b) la ideologia como conjunto de principios destinados a inspirar la accién; ¢) por tanto, en el nivel de la praxis politica tenemos el programa de accion. a) La filosofia marxista-léninista se compone «de un numero de postu- lados derivados de la légica dialéctica, de la ontologia y de la teoria del C6. Las funciones de la ideologia 105 conocimiento. Incluye lo que los soviets llaman ‘materialismo dialéctico’ (Diamat), asi como ciertas partes del ‘materialismo historico” (Histomat). Algunos de los mas importantes de estos postulados filoséficos son los si- guientes: la ley de la negacién, la ley de Ja transformacién de la cantidad en cualidad y la ley de la unidad y de conflicto de los contrarios, los principios de la materia como la tnica realidad objetiva, la ‘infinitud en profundidad’ de la materia y la teoria del conocimiento como ‘reflejo’» *. b) La doctrina ideolégica se compone «de ciertos pronunciamientos amplios sobre las leyes histéricas, el proceso social y los iltimos fines del movimiento comunista. En gran parte corresponden al Histomat e incluyen principios tales como la inevitable caida del capitalismo, el caudillaje y auto- ridad del Partido Comunista, la dictadura del proletariado y la eventual abo- licion del Estado» ?. c) El programa de accién «es derivado parcialmente de los principios doctrinales, pero esta mucho més sujeto al cambio y refleja los problemas contemporneos de aplicar la doctrina inmutable a las realidades cambiantes del tiempo. Ejemplos de principios dentro del programa de accién serian cuestiones tales como el socialismo en un pais, muchos caminos hacia el socialismo en vez de uno, la pacifica coexistencia con las naciones que no son comunistas» >. Comey advierte que la linea que separa estas diversas categorias no siem- pre es clara y que pueden darse dificultades a la hora de clasificar un princi- pio en uno de estos tres niveles. Por otra parte, aqui no estan mencionados todos los elementos que componen la teoria marxista. El problema que se plantea ahora es el de la relacién légica que existe: a) entre la doctrina y la politica; b) entre la doctrina y la filosofia. 2. Relacién entre doctrina y politica—Aqui, los términos «doctrina» ¢ «ideologia» se oman en sentido sinénimo por el autor. La tesis fundamen- tal que va a defender es que no existe, propiamente hablando, una ilacién logica entre la ideologia y la politica (0 programa de accién). Por tanto, 1a ideocracia cae por su misma base. La primera condicién para que pueda hablarse de una derivacién légica es que de un principio dado no puedan seguirse consecuencias contradicto- rias. Si de un principio A se siguen la afirmacién P y la no-P, es signo de que no existe ilacién légica y de que de tal principio se puede derivar cual- quier clase de conclusiones. El rigor légico no permite que de una idea s¢ puedan seguir conclusiones contradictorias, a menos que se trate de una ide# ambigua, que excluye la derivacién propiamente logica. Por tanto, «para demostrar que una determinada politica del Gobiern? soviético ha sido hipotéticamente derivada de la doctrina marxista-leninista> se debe demostrar por lo menos que la politica directamente opuesta a !# adoptada no pudo, por ende, haber sido derivada. En un sentido, ésta es 1 minima exigencia de todo anélisis que acentie la ideologia y que hable d¢ ' Marxist-Leninist Ideology and Soviet Policy, en Studies in Soviet Thought U1 4 (diciembs® 1962) p.304. 7 'Dbid, * Ibid. 106 Pl. Naturaleza del poder politica ‘derivada’ de la ideologia. Si toda politica adoptada por los soviets puede ser derivada de la ideologia marxista-leninista, entonces desaparece toda la raison d’étre del andlisis que insiste en la ideologia y se convierte en un sistema de tautologias carente de interés. Si la ideologia marxista-leninista realmente es un programa ‘cientifico’ de accién, entonces tiende a la realiza- cién de ciertos tipos de politicas y no puede tratar de aplicar otros tipos de forma compatible con tal ideologia» *. Por ejemplo: si se-dice que de la ideologia marxista-leninista puede igual- mente justificarse la colectivizacién de la agricultura y, al mismo tiempo, una politica tendente a aumentar el sector privado de la misma, entonces no existe ilacién légica entre ideologia y politica, y no puede admitirse que la ideologia sea la guia que inspira dos alternativas contradictorias. Este es un ejemplo mencionado por Comey; pero existen otros muchos casos de politi- cas contradictorias, como la intervenci6n de las tropas soviéticas en Hungria y Checoslovaquia y la no intervencién en Yugoslavia, la lucha contra el fascismo y la firma del Tratado de cooperacién entre Stalin y Hitler en 1939, la afirmacién de la inevitabilidad de la guerra (defendida por Stalin y Mao) y la evitabilidad (defendida por Kruschev). gPuede darse ilacién logica entre una ideologia y estas conclusiones contradictorias? Una solucién podria ser el admitir que la ideologia no es unidad, sino que esta“compuesta de subgrupos A y B, cada uno de los cuales es logic desde un punto de vista interior, pero que A es un principio opuesto a B. En tal caso se seguirin conclusiones opuestas: una derivada de A y otra derivada de B. Pero, en este caso, la ideologia resulta ser internamente con- toria 0 quiza esta compuesta de afirmaciones vagas e indeterminadas. «Asi es posible, dada la mejor de las intenciones, el permanecer acorde con la légica para concluir con politicas conflictivas. Se podria argiiir que éste es el procedimiento de decisién que siguen los lideres sovicticos: ellos toman cier- tos subgrupos limitados de la ideologia como elementos aplicables a una deci- sién politica dada y decidir en conformidad, sin darse cuenta de que, por Causa de las contradicciones entre las afirmaciones entre algunos de estos seb. grupos, las politicas resultantes entraran en conflicto entre si» 5, Por eso se podria plantear el problema de si tiene sentido el hablar de logica y de ilaciones légicas cuando se trata de la esfera de los fenémenos politico-sociales. La razon es que las afirmaciones politico-sociales son deli- beradamente vagas y ambiguas. «Toda doctrina revolucionista espera con- vocar a la mayor cantidad posible de pueblo, y el marxismo-leninismo en particular ha alcanzado un alto nivel de ambigiiedad sistematica». «La inde- terminacion de muchas de las afirmaciones de la ideologia hacen que todo intento de procedimiento con una decisién légica carezca de todo sentido (para decidir, por ejemplo, si una determinada politica esta de acuerdo 0 no con la ideologia)» 6. Por otra parte, el autor recurre a otra consideracion diferente de la ambi- § Ibid., p.305. 5 Ibid., p.306. © Ibid., p.307. C6. Las funciones de la ideologia 107 piiedad. Muchos de los principios de la ideologia no son afirmaciones indi- cativas de lo que es ni de lo que ser4, no permiten ilaciones légicas y necesa- rias, sino que tales afirmaciones encarnan deseos de llegar a realizar determi- nadas metas en el futuro; afirmaciones resbaladizas para la légica, porque no existe un sistema légico para tal género de expresiones. Por ello, los princi- pios del marxismo-leninismo no pueden considerarse como sometidos a un sistema légico. Barrington Moore arguye que las contradicciones se dan igualmente en la democracia occidental, porque la falta de logica es inherente a toda politica. Pero Comey responde que la democracia occidental no tiene un respaldo ideolégico ni sus lideres invocan una determinada doctrina. En cambio, los lideres soviéticos invocan constantemente una ideologia, y tratan de demos- trar que la politica soviética es coherente con tal ideologia. La democracia occidental es esencialmente pragmatica. En el marxismo-leninismo se recurre siempre a la existencia de una Weltanschauung, la cual contiene una respues- 11 para todo problema, asi como una justificacién para toda accién. Por eso en el régimen democrético existe multitud de partidos con dife- ientes opiniones, y cualquiera de ellas puede acceder al poder, por cuanto la accion politica no estd vinculada a una ideologia. En cambio, en el marxis- mo-leninismo tan s6lo existe un partido, y la pertenencia a él implica una Iudelidad a la ideologia oficial; existe una ortodoxia oficial, que es la base y ia brajula de la accién politica; por eso ésta invoca a la ortodoxia para de- inostrar la existencia de una conexién légica entre politica e ideologia. La coherencia légica entre ideologia y accién politica es una exigencia del mis- mo sistema, lo que no ocurre en el mundo de las democracias occidentales, cuyos sistemas politicos pueden sustentarse incluso si sus gobernantes son uleoldgicamente escépticos. 3. Filosofia e ideologia.—Tampoco entre estos dos sectores existe una ilacion légica, segtin Comey. Podria existir la filosofia marxista-leninista sin la ideologia, y viceversa: «Las conexiones l6gicas entre Ia filosofia marxista-leninista y la ideologia son dificiles de determinar; desde un punto de vista estrictamente légico, tanto la filosofia como la ideologia pudieron existir la una sin la otra, y es meramen- te una cuestion de hecho historico ef que ambas formen parte del marxismo- Ieninismo. Los aspectos dialécticos de la filosofia provienen de Hegel, que era un devoto defensor del régimen prusiano y al que los idedlogos soviéticos consideran como reaccionario... Ni la dialéctica ni el materialismo son incom- patibles con una doctrina ideoldgica enteramente diferente de las doctrinas marxistas-leninistas, como la eliminacion de fa propiedad privada, la dictadura del proletariado, etc. Y viceversa, aunque la doctrina ideologica marxista~ leninista puede necesitar el apelar a una Weltanschauung filosdfica que mira el cambio como importante (asi, por ejemplo, el excluir !a posibilidad de emplear un monismo estatico), existen muchas otras alternativas diferentes del materia lismo dialéctico» ”. Los soviéticos contintan defendiendo la tesis de que el materialismo dia- lv tico y el histérico estén internamente conectados entre si, a pesar de que thid., p.310. 108 P.I. Naturaleza del poder el materialismo histérico es una teoria formulada de distintas maneras y objeto de discusién incluso entre marxistas *. Lenin afirmé expresamente la ilacién légica entre Diamat e Histomat cuando dijo: el materialismo histori- co es «la extensién del materialismo al dominio de los fendmenos so- ciales» °. Con todo, es evidente que el materialismo dialéctico puede sepa- rarse del materialismo histérico y éste de aquél. Desde el punto de vista intelectual y légico son separables. De hecho, en la teoria marxista-leninista estén unidos y vinculados. Si no existe una vinculacién légica entre la filosofia y la ideologia, gcual es su relacién?. Podria creerse que la filosofia es el fundamento del pensa- miento marxista-leninista que justifica a la ideologia, situada en un nivel inferior. Pero en la realidad nos encontramos con que son los lideres del Partido los que formulan la ideologia, y los filésofos nunca se atreven a enfrentarse a tales lideres. Este es el caso de Lenin, de Stalin, incluso de Kruschev y Breznev. Los filésofos tan sélo pueden repetir y comentar las afirmaciones de los lideres del Partido, pero en ningiin caso pueden formu- lar otros principios antagénicos. No son, por tanto, los filésofos los que dirigen la ideologia, sino que son los idedlogos del Partido los auténticos intérpretes de la filosofia. Asi resulta que, «aunque la légica de la estructura conceptual deberia proceder en una direcci6n, la estructura del poder actia en la direccin opuesta» '°. En cambio, la filosofia ha ejercido una gran influencia sobre la ciencia y los cientificos, subordinando las conclusiones cientificas a las exigencias de la ortodoxia filosdfica. Por eso fue rechazada la teoria de la relatividad de Einstein, porque fue considerada como contraria al materialismo dialéctico; lo mismo ha ocurrido con otras ciencias. Pero incluso cuando el cientifico investiga o escribe, tiene que hacerlo siguiendo el cauce de la filosofia mar- xista. Asi, lo que la filosofia no pudo conseguir con los lideres de la politica lo pudo obtener con los cientificos: «Si existe algtin segmento de la vida soviética en el que la filosofia marxista-leninista ha tenido una influencia directa y genuinamente causante, éste ha sido en su relacién frontal con la ciencia contemporinea. Esto esté en contraste con su influencia sobre las doctrinas del Partido, que es solamente indirecta» '', en cuanto que los idedlogos del Partido pueden recurrir a la filosofia para justificar su politica, y la filosofia influye también en su vision del mundo y de la valoracién de sus problemas. 4. Funciones politicas de la ideologia.—De lo dicho resulta que no existe la ideocracia 0 el dominio de la filosofia e ideologia sobre la politica llevada a cabo por los lideres. El programa politico es un esquema informal derivado de la ideologia oficial en la medida en que pueda ser mantenida la adherencia y fidelidad a ella, pero también formulado con las estimaciones propias de los mismos dirigentes, habida cuenta de la situacién, de las cir- ® Véase C. OLGIN, The Crisis of Historical Materialism, en Bulletin (Institute for the Study of the USSR, Munich) VIII (octubre:1961) p.3-20. ° Ocuvres choisies t.1 p.30. 1° Comey, Marxist-Leninist Ideology and Soviet Policy p.311. ™ Tbid., p.312. C6. Las funciones de la ideologia 109 cunstancias y de lo que es considerado como acci6n realizable. «En esencia es muy probable un compromiso entre el dogma marxista-leninista y las consideraciones més tradicionales del poder» '. Por tanto, en lugar de ilaciones légicas hay que tratar de descubrir las funciones sociales que la filosofia y la ideologia desempefian dentro del sis- tema politico de la Unién Soviética. Segiin Comey, estas funciones son fun- damentalmente las siguientes: a) La autenticacion.—Es decir, !a ideologia tiene la misién de justificar la politica del Gobierno y de los lideres soviéticos; de ahi la invocaci6n a los textos de los clasicos, incluso si no existe ilaci6n propiamente légica entre la doctrina ideoldgica y la praxis politica: «Ciertas politicas son justificadas por medio de citas de la doctrina de la ideologia, y a veces incluso citando los ‘clasicos’ de la filosofia de Marx, Engels y Lenin. Frecuentemente no existe conexién légica entre las doctrinas citadas y la politica escogida, pero el puente psicoldgico asi establecido, sea légico o no, parece ser de gran impor- tancia para los miembros del Partido y para los ciudadanos del régimen soviético» ', Esta autenticaci6n puede ser de diferente naturaleza: ingenua o simple, honesta y cinica. La ingenua consiste en una «fe, carente de critica, de que toda politica, de hecho, se sigue directamente de la ideologia y de que no existen contradicciones entre ambas» '*. Es una actitud de fe inconsciente en la rectitud de una politica que marcha por los caminos de la fe oficial y de la ortodoxia impuesta a todo el pueblo. La autenticacién honesta es la que existe «en aquellos miembros y buré- cratas del Partido que se dan cuenta de que existen discrepancias y que trabajan duramente para removerlas o, mas habitualmente, para dar de ellas una explicaci6n, considerandolas como temporales o necesarias» '. En este caso tenemos un cierto grado de critica y de sinceridad: la critica analiza y comprende la realidad; la segunda trata de corregirla. La autenticacién cinica solamente se da en los supremos lideres: «es, sim- plemente, el reconocimiento cinico de la irreconciliabilidad entre una cierta politica y la ideologia, mientras al mismo tiempo deliberadamente se mantie- ne el principio de que la politica se sigue de la ideologia» '*. Falta la mas elemental sinceridad. b) El enmascaramiento—En este caso, la misién de la ideologia no es justificar, sino mas bien ocultar la realidad de una sociedad y de una defini- ia politica echando sobre ella el velo de la ideologia. En este caso, el voca- blo «ideologia» adquiere el sentido peyorativo que tiene en Marx: denota conocimiento falso o invertido que trata de ocultar Ja realidad. Anterior- mente hemos empleado este vocablo en el sentido usual de sistema de ideas; ahora adquiere la forma de sistema falso y destinado a ocultar una realidad. Ibid, p.314. ' thid., p.315-16. Mid. p.315. " tbid., p.315. 110 PI. Naturaleza del poder En este sentido, las ideologias se consideran ficciones mentales cuya funcién es velar la naturaleza de una determinada sociedad. «La ideologia marxista-leninista ha asumido algunas veces este papel en la sociedad soviética, y algo del presente adoctrinamiento y de las constantes referencias a los principios ideolégicos contribuye a encubrir el hecho de que muchos de los objetivos del movimiento revolucionario, como la abolicién del Estado, estan siendo ignorados, frecuentemente, en nombre de la misma ideo- logia. Probablemente, esta funcién enmascaradora alcanzé su maximo nivel de ‘uso bajo el cinico imperio de Stalin; pero, incluso ahora, la ideologia sirve frecuentemente menos como un genuino plan que se impone que como un falso esquema al que se presta un flaco servicio en orden a desviar la atencién de las realidades corrientes» ”. ©) La funcin directiva.—La ideologia sirve como guia para la formula- cién del programa politico y de su realizacién. Para los defensores de la teoria de la ideocracia, ésta es la funcién primera y primordial a la hora de interpretar o de prever la politica soviética. Esto supone una ilacion légica entre ambos niveles, el de la teoria y la praxis. Pero Comey no admite la existencia de un sistema légico en la politica. Por tanto, la funcién directiva es secundaria. La funcién principal es la au- tenticadora; los lideres comunistas invocan una ideologia, citan textos de los clasicos del marxismo-leninismo para lograr la justificacién de su politica ante el pueblo y el Partido. «Todas las referencias a la ideologia, sean genui- nas, pseudocientificas o deliberadamente cinicas, son parte de la funcion de autenticacién» "8, La funcion directiva y enmascaradora son opuestas: se éxcluyen mutua- mente y se refieren a situaciones diferentes. En cambio, la funcién autentica- dora no es opuesta a las otras, y puede, por tanto, estar presente tanto en la funcidn directiva como en la enmascaradora. El recurso a la ideologia impli- ca siempre un intento de justificar una determinada politica: «Mientras las funciones directiva y enmascaradora son m4s 0 menos mutuamente exclusi- vas por causa de las situaciones a las que ellas se aplican, la funcién autenti- cadora esta presente siempre que la politica es definida y justificada en tér- minos de ideologia oficial. Ella no slo actéa por si misma... jsino también, en un papel secundario, conjuntamente con cada una de ellas en cada una de las dos conclusiones del espectro!» 2. A.G. MEYER Meyer no parece que quiera incluirse ni en la categoria de la ideocracia ni en la teoria del puro pragmatismo. Los primeros se adscriben al determi- nismo ideolégico: la idea determinaria la accién. Los segundos afirman lo contrario: la accién determina la idea. Confiesa el autor que durante largo ” Ibid., p.315. ™ Ibid, p.316. ° Ibid. C6. Las funciones de la ideologia 111 tiempo se ha inclinado por la segunda parte de ese dilema, «pero ya no me siento poseido de certeza en un asunto tan oscuro». Considera como evidente que el Partido tiene una profunda vinculacién von la ideologia, pero no es claro hasta dénde llega este compromiso: «La necesidad de la ideologia esta atestiguada por la gran atencién que el Partido ha consagrado siempre a los problemas de la instruccién ideolégica y a la cuidadosa elaboracin de todas las partes de la doctrina» 7°. EI problema principal radica en la determinacién de la relacién entre los hderes del Partido y la ideologia, ya que la influencia en la masa de los ciudadanos es débil y superficial y mas bien tiende a erosionarse. La ideolo- gia tiene una intima vinculaci6n con el Partido, pero al mismo tiempo encie- tra no pocas dificultades a la hora de resolver los problemas concretos de la politica. De ahi la dificultad para establecer el reinado absoluto de la ideolo- ua, ¢Qué funciones desempeiia esta ideologia en la vida politica soviética? a) En primer lugar, la ideologia es el medio normal de comunicacién en la vida politica de la URSS. Es el marco de referencia para todos los indivi duos de la sociedad. Forma un conjunto de conceptos a través del cual se percibe el mundo y sus problemas. Todo armaz6n conceptual ayuda, a su manera, al desarrollo del conocimiento, pero implica el riesgo de provocar dlistorsiones en la percepcién de la realidad. La ideologia es el medio de comunicacidn de los inferiores con sus res- pectivas jerarquias y de éstas con sus subordinados. Es un lenguaje que para los profanos resulta misterioso y enigmitico, pero es usual en las relaciones de los miembros del Partido. En este lenguaje, los lideres supremos comuni- can a los lideres subordinados los asuntos piblicos y de la politica corriente. Pero la ideologia es, sobre todo, el medio normal de comunicacién de los supremos lideres entre si. «Toda figura publica en la URSS es un idedlo- no ex officior 24. De suerte que el lenguaje ideolégico no tiene como fin primordial la comunicacién con otros publicos, sino que, sobre todo y ante todo, es un medio de comunicacién de los supremos lideres entre si. Es un lenguaje con el que los lideres se hablan a si mismos para provocar la con- viceidn de su legitimidad: es un «proceso de autolegitimacién, un continuo intento, por parte de los gobernantes, de convencerse a si mismos de su legitimidad» 22, b) Hemos visto que el armazén ideolégico provoca distorsiones en la percepeién de la realidad. De ahi nace una tension entre ideologia y reali- dad, Esto mismo puede ocurrir con las ideologias de otros sistemas politi- vox, Esta tensién debe hacerse sentir, sobre todo, en los supremos lideres del Partido, que han de tomar sus decisiones politicas; las estimaciones realistas «eben entrar en colisién con la ortodoxia de las formulas ideoldgicas al tra- ‘ude hacer frente a los problemas reales, a los nuevos problemas y a los suevos fendmenos. Lo que se pone de manifiesto en el esfuerzo que realizan ™ Muver, The Functions of Ideology in the Soviet Political System, en Soviet Studies vol.17 sete 1966) p.274, " thid., p.278. Ihid., p.280. 112 PI, Naturaleza del poder Jos cientificos soviéticos de la ciencia social, que tratan de encontrar criterios més empiricos para la ciencia social a fin de poner una frontera entre la ciencia y el nivel de la ideologia. La orientacién de la ideologia no se refiere tan slo a dar una visién del mundo, sino que intenta también precisar la posicién del hombre en él. Y esto implica connotaciones normativas. La ideologia soviética trata de definir los valores, las esperanzas, los derechos y deberes de sus ciudadanos. En este aspecto, la ideologia soviética contiene un esfuerzo cumulativo para des- virtuar el énfasis en las esperanzas y definir la misién del ciudadano para asegurar su colaboracién con el Partido. Aqui también se produce una tensién entre el humanismo radical del marxismo original con la ética comunista contemporanea. Creemos que este choque serd cada vez mas intenso. Las ideas ut6picas de Marx persistiran en tanto sus escritos sean considerados como sagrada escritura. Las ideas mar- xistas desempefian aqui la funcién de la mala conciencia de la élite politica de los soviets. A la larga, los lideres del sistema deben llegar a sentir que la ideologia es para ellos un intolerable impedimento. En resumen, Meyer destaca funciones contradictorias de la ideologia marxista y soviética en la vida publica de la Unidn Soviética: la funcién utdpica e idealista, que entra en colisién con el realismo y con las exigencias practicas de la politica; el despertar en las masas grandes esperanzas, mien- tras en la realidad lo que impone es la subordinacion y sumision implacable de todo ciudadano al Partido. Lo que termina por provocar la ficcién del Ienguaje politico, por lo que tiene que hacerse cada vez més abstruso y oscuro. Esta falta de realismo «conduce a presiones para hacerla més rigida e inflexible» 7° ©) Ademas de ser el lenguaje oficial politico, es funcién esencial de la ideologia la legitimacién del Partido y de sus dirigentes para el desempeno de su funcién de gobernar. Se trata de convencer al pueblo no solamente de que el sistema de gobierno es legitimo, sino también de que es el mejor de los posibles. Todo régimen revolucionario tiene necesidad de una legitima- cién si quiere realizar algo o simplemente de mantenerse en el poder. Pero, dados los inconvenientes del sistema durante las primeras décadas, ésta ha sido una empresa desesperada durante largo tiempo, y los lideres han sido conscientes de la dificultad. Por eso, los métodos tipicos de la primitiva acumulacién de legitimidad han sido una combinacién de adoctrinamiento y de terror, o de adoctrinamiento apoyado por el terror. La doctrina soviética se ha convertido en un rigido catecismo forzadamente cantado en afirmacio- nes de aprobacion y fidelidad. Esta forma dogmitica, y sobre todo forzada, tiene conexién no sdlo con la necesidad de acumulacion de la legitimidad, sino también con la misma dificultad de tal empresa. Es realmente dificil convencer al ciudadano sovié- tico de que el régimen existente es el mejor mundo posible. Asi, la ideologia viene a ser inaceptable, y la consecuencia no es sdlo la rigidez, sino también la intensificacion del adoctrinamiento. ® Ibid., p.279. C6. Las funciones de la ideologia 113 De donde Meyer deriva esta ley: «La intensidad del adoctrinamiento y la rigidez del dogma oficial son inversamente proporcionales a la credibilidad de la doctrina. Ademés, estos elementos se refuerzan mutuamente el uno al otro» 4, d) En.esta mision publica de la ideol gia hay que distinguir dos funcio- nes: la de legitimacién y la de socializacién. La primera consiste en lograr que el ciudadano acepte el sistema; la segunda, en acostumbrarle a su propio estado y al desempeiio de su funcién dentro del sistema, Aqui también pue- de darse una tensién entre ambas funciones. La legitimacién trata de buscar vinculos del régimen actual con el pasado; para ello ha de mantener viva la memoria del pasado ruso, de los escritos marxistas-leninistas, de las metas de la revoluci6n. Por el contrario, la socializacién ha de ajustar el ciudadano ala realidad no utépica del presente. Por tanto, por una parte hay que mantener viva la promesa y esperanza de la revolucién en nombre de la legitimacién del sistema, y por otra es necesaria su difuminacién en nombre «de la realidad presente a la que ha de adaptarse el ciudadano. De igual suer- te, los lideres han de adoptar una politica de coexistencia con otros gobier- nos, mientras la ideologia les exige mantener la garantia de su aniquilacién, Hemos visto que los lideres del Partido necesitan de esta ideologfa para su autolegitimacién. Pero esta funcién ideolégica conduce a una distorsién de la realidad. Por eso, tal ideologia no es tanto engafiosa cuanto autoenga- nosa. Este engafio es mas bien «ingenuo» que «cinico», utilizando la termi- ate oiec gt Poona apeectaetnbeccae ESE Cuanto mayor es la inseguridad, mas firmemente se agarra el burdcrata a la ortodoxia de la ideologia. De ahi la incapacidad y oposicién de adaptarse a las circunstancias cambiantes. La ortodoxia es la armadura de seguridad para los burécratas del régimen. Esta organizacién burocratica e ideologica ha de suprimir a los disidentes, asi como los conflictos. De hecho, el con- flicto esté presente por doquier. Pero la ambicién de unidad conduce al ocultamiento del conflicto y a una ostentacién de unidad hacia el exterior. Los jerarcas terminan por creer en la realidad de esa unidad. Pero tal convencimiento es el fruto de repetir una y otra vez que la situacién es asi como lo proclama la ideologia oficial. El encubrimiento del conflicto y de la disidencia contribuye a crear un balance emocional que asegura a la autori- dad de que tiene un perfecto control del sistema. Uno de los métodos en favor de la pretendida unidad es la continua expresién de idénticos puntos de vista, de objetivos y principios que forman el ritual de una ideologia extandarizada. Con todo, los conflictos persisten; pero s6lo los muy inicia- dos los pueden ver expresados, ya sea entre lineas, ya en leves y sutiles variaciones de las formulas oficiales. Asi, los que verdaderamente estan adoctrinados son los que se encuen- tran en los més altos puestos de la jerarquia del Partido. El personal préxi- to al centro del poder no sélo debe estar iniciado en el lenguaje del discur- so politico y en la arcana imperii que tal lenguaje conlleva, sino que tienen mayor necesidad de autolegitimacién, "" thid., p.280. 114 Pl. Naturaleza del poder En cambio, una amplia masa del pueblo se encuentra en una situacién pasiva de indiferencia en relacién con la ideologia predominante. Las tnicas personas que estan verdaderamente adoctrinadas y que suscriben plenamente la ideologia reinante son las que se encuentran en los puestos de autoridad y mando. Los que solo poseen una aceptacion superficial de la ideologia, como ocurre en el pueblo ordinario, son masa resignada, cuya ideologia se funda en el miedo a, en el habito mas bien que en el adoctrinamiento. Asi, Ia ideologia sirve, sobre todo, para crear los nuevos hombres sovi ticos que han de formar la élite de personas que detentan la autoridad y el gobierno en puestos de responsabilidad reclamada por la maquinaria admi- nistrativa. El sistema soviético exige un pueblo disciplinado, productivo, do- blegado y fundado en una organizacion autoritaria. Para ello se requiere una ideologia. : e) Con todo, la ideologia tiene que hacer frente a muchos obsticulos que colaboran a provocar el fenémeno de su erosion. Una generacién joven que cuestiona la autoridad de las generaciones anteriores. La infabilidad del Partido ha quedado maltrecha con la desestalinizacién y la aparicién del policentrismo. Un gran nimero de expertos no ve ya que los conceptos marxistas son plenamente aplicables a sus respectivas especialidades. En un mundo de cambios revolucionarios, una ideologia basada en la experiencia de 1840 ya no puede satisfacer las necesidades gubernativas para una auto- orientacin realistica. E] resultado de todo este ctiimulo de factores es la ero- sién de la misma ideologia. De otra parte, un adoctrinamiento forzado tiende a degenerar en rutina. El airear solemnemente las viejas verdades como medio para provocar la lealtad, devocién e identificacién de los ciudadanos con el régimen termina por convertirla en un puro rito que queda al margen de la vida y de la realidad. La oposicién a una coexistencia ideolégica demuestra la decision de los gobernantes soviéticos de aislar a sus propios ciudadanos para evitar la contaminacién ideolégica con el Occidente. Aunque toda figura publica en la URSS es un idedlogo ex officio, la sociedad soviética, sin embargo, es cada vez mas compleja; la division del trabajo es mas amplia y perfecta. Las diversas autoridades y administradores de los distintos sectores no pueden recurrir a la ideologia para resolver sus problemas y asuntos. Por ello, sus frases son cada vez mas generales y va~ gas. Los idedlogos, los cientificos y los hombres de accién no pueden llegar a una perfecta armonia entre las exigencias de la ideologia y los postulados de la ciencia y de la realidad. Las corrientes revisionistas y la tendencia de erosién de Ja ideologia son el resultado de un esfuerzo por acomodar a los diversos grupos de intereses de la URSS y del mundo comunista mientras se trata de mantener la suprema prerrogativa del Partido de tener en sus manos la altima decision; este esfuerzo trata de lograr el realismo y la flexibilidad, al mismo tiempo que el mantenimiento de la rigidez doctrinal. C6. Las funciones de la ideologia 115 MORRIS BORNSTEIN En su articulo Ideologia y economia soviética ®* estudia dos puntos prin- cipales: a) la influencia de la ideologia en la economia; 5) la influencia del desarrollo econémico en la ideologia. a) La influencia de la ideologia en la economia soviética ha sido muy limitada, y sus resultados, més bien negativos para la buena marcha del or- «den econdmico. La limitacién de la influencia de la ideologia marxista en la economia se debe fundamentalmente a dos factores: a) la teoria marxista supone la exis- tencia de leyes sociales objetivas que acttian independientemente de la vo- luntad humana, y dificilmente pueden servir de norma directiva para la con- ducta de un Gobierno en sus decisiones sobre la politica econdmica a seguir; 8) en segundo lugar, tanto Marx como Engels centraron su atencién en la critica del capitalismo y en las leyes que conducirén a su desintegracién; el capitalismo analizado por Marx es el existente en la segunda mitad del si- ylo XIX. Sobre la estructura, organizacién y direccién del sistema socialista, sucesor del capitalismo, es muy poco lo que afirmaron; tan solo ideas genera- les, insuficientes para la organizacién socialista de la produccién y de su coordinacién a escala nacional e internacional. Sobre la economia socialista, Marx establecié unos principios generales en cl Manifiesto y en la Critica al «Programa de Gotha»; son éstos: a) la wacionalizacién de los medios de produccién y de cambio; b) planificacién en lugar de la «anarquia» de la economia de mercado; c) valor econémico de low bienes conforme al trabajo necesario para su produccién; d) abolicion le La moneda; e) obligatoriedad del trabajo para todos; f) distribucién de acuerdo con la contribucién a la produccién en el perfodo socialista y segun lax necesidades de cada uno en la futura era final del comunismo. Algunos de estos principios tan sdlo son vilidos para el futuro, para la etapa final del comunismo, pero no para el periodo actual de transicién; por tanto, tales principios no son aplicables a la economia de hoy. Pero otros principios han demostrado ser perjudiciales para un desarrollo tavional de la economia. Sobre todo, la teoria del valor = trabajo ha condu- vido a falsas conclusiones a la hora de hacer el calculo de costos y de encon- trar la mejor distribucién de los recursos productivos escasos entre las diver- aav ramas y empresas de la produccién. (Véase el capitulo siguiente.) +En resumen: la ideologia marxista parece haber tenido un impacto poco pnitivo en la formacién de la economia soviética, mientras que ha impedido ja lusca de caminos més eficientes para la colocacién de los recursos escasos ou orden a realizar los objetivos de la direccién del Partido» 76, bh) @Cual es el impacto de la economia en la ideologia? Por una parte, ha generado las asi Ilamadas leyes econdémicas; de otro lado, ha influido en fa modificacion de la ideologia. Kn el Manual de economia politica elaborado por el Instituto de Econo- * Ideology and the Soviet Economy, en Soviet Studies vol.18 (1966-67) p.74-80. " Ideology and the Soviet Economy p.76. 116 PI. Naturaleza del poder mia de la Academia de Ciencias de la URSS se mencionan las siguientes eyes de la economia socialista: «.) La ley econémica fundamental del socia- lismo es el continuo desarrollo y crecimiento de la economia sobre la base de una técnica avanzada con el fin de dar satisfaccién, lo mas plena posible, a las necesidades crecientes del desarrollo universal de los miembros de la sociedad. B) La ley del desarrollo planificado y proporcional de todas las ramas de la economia nacional. Esta proporcionalidad se opone a la anarquia de‘la economia libre.~y) La ley del valor, que se determina por el tiempo medio gastado en la produccién de los objetos. 5) La ley de la distribuci6n segin el trabajo; es decir, segin la cantidad y cualidad del trabajo puesto por los obreros. ¢) La ley de la acumulacion socialista «estipula el uso siste- méatico de una parte de la renta neta para la continua expansién de la pro- duccién y el incremento de la riqueza nacional con el fin de aumentar el bienestar del pueblo» ?”, El examen de estas leyes demuestra que no se trata de leyes o condicio- nes objetivas inexorablemente impuestas por fuerzas sobre las que no puede existir control humano, ni tampoco son descripciones de la realidad de la economia soviética. Son proposiciones en las que se enuncian metas y obje- tivos con los que se quiere identificar al Partido Comunista de la URSS. Son Jeyes que tienen una funcién de legitimacién mas bien que direccién de la economia. Al llamar «leyes» a estos objetivos y deseos del Partido, se trata de per- suadirse a si mismo, al pueblo soviético y a la opinién comunista y no comunista mundial de que estas metas han sido realizadas o estan en vias de alcanzar tal objetivo y de que las condiciones son diferentes de las existentes en la realidad; que la produccién esta desarrollandose para el bienestar del pueblo soviético; que la planificacién econémica esta equilibrada y marcha por buen camino; que los precios tienen una base econémicamente sana; que la distribucién de los ingresos es correcta, etc. Por tanto, estos principios estan destinados a legitimar en términos ideo- logicos la politica econémica y las medidas tomadas por el régimen. El mis- mo hecho de que estas proposiciones no son descriptivas de la realidad so- viética exige que, por motivos ideolégicos, sean investidas con Ja designacion de leyes irrevocables. Asi, las leyes econdmicas del socialismo exigen e im- ponen lo que la economia soviética no ha realizado, aunque tales leyes pue- dan encarnar los deseos y metas del Partido para el futuro. Es decir, que ‘das leyes del socialismo desempefian una funcién ‘autenticadora’, y quiz “enmascaradora’, mas bien que directiva» 7°, El desarrollo real de la economia ha erosionado la ideologia econdmica en la URSS. Tales son la introduccién del coste del capital o interés para evitar el despilfarro de las inversiones. El interés era considerado en la era Stalin como un fetiche capitalista que impide el desarrollo de la economia; ahora es considerado como un instrumento dtil para la buena marcha de la economia. Se han aceptado las técnicas mateméticas marginalistas para la » Politische Okonomie, Lebrbuch Berlin, Dietz, 1961) p.748. 2 Ideology and the Soviet Economy p.77. C6. Las funciones de la ideologia 117 mejor distribucién de recursos y evitar la desorientacién de los planificado- res. Asi, bajo Ja presién de las mismas circunstancias econdmicas, se ha teni- do que seguir una conducta econémica mis flexible que la reclamada por la estricta ortodoxia de la teoria econédmica marxista. En los ultimos ajfios, la presién de la ideologia sobre la economia ha disminuido bajo la presién de las circunstancias y de la misma realidad. Y cuanto mayor es Ja presién en favor del cambio, mayor es la necesidad de encontrar leyes que legitimen el Partido y el régimen soviético. Estrategia del comunismo CapiTULo VII LOS COMPONENTES DE LA POLITICA SOVIETICA ~ Un sistema politico de una gran potencia como la URSS es enormementé complejo. Es légico que su actividad politica y su programa de accién n° puedan ser explicados adecuadamente con un solo principio. Los autores mencionados anteriormente se enfrentan con el problema de descubrir la clave o criterio fundamental que explique la politica interna y !@ internacional de la Unién Soviética. Ellos proponen un principio, el cual, aunque sea considerado como el fundamental, no es, sin embargo, totalmen- te exclusivo. Los defensores del principio de la ideologia no pueden eliminar totalmente la influencia del principio pragmatico o de la Realpolitik. Véase como, por ejemplo, Brzezinski, ademas de los factores teéricos, pone el pro- grama 0 espacio de la accién, en el que hay lugar para la intervencion de criterios pragmaticos. Los autores que colocan el interés nacional como principio fundamental no excluyen la ideologia, ya que el mismo concept de interés nacional es formulado en cabezas dominadas por una ideologia. Es decir, que en la compleja politica soviética influyen diversos criterios, el ideolégico y el pragmatico; incluso estos dos criterios pueden estar entre- lazados entre si, por cuanto la ideologia, a veces, es una simple mascara para encubrir o justificar un interés nacional; por el contrario, el interés nacional puede estar definido con los criterios ideolégicos de la teoria. Dentro del mismo concepto de interés es preciso distinguir lo que es interés propiamen- te nacional de lo que es interés del régimen o partido, por cuanto en un sistema totalitario se suelen involucrar estos dos conceptos, tanto mas cuan- to que el Partido ocupa el puesto dominante, como sefior que domina al Estado y lo somete a su programa. La misma ideologia aparece, a veces, como un enigma debido a la mezcla de ideas marxistas y otras de proceden- cia nacionalista provenientes de Ja tradici6n rusa. Por eso, toda simplifica- cién que pretenda explicar y prever la accién politica soviética con un solo criterio parece dificil de sostener. Podria distinguirse un doble sector para la aplicacién de tales criterios: el sector interno y el internacional. En el primero, la solucion depende exclusi- vamente de la decisién del Gobierno soviético; en el segundo intervienen, ademas, factores externos internacionales, y es preciso contar con la deci- sién de otros gobiernos o poderes politicos. ¢Podriamos decir que en el primer sector predomina el criterio ideol6gico, mientras que en el segundo reina el principio pragmatico, por cuanto la accién no esta determinada ex- clusivamente por la voluntad de Mosca? Tampoco con esta distincién pode- mos dar una respuesta afirmativa, porque en el orden interno también se C.7. Los componentes de la politica soviética 119 aplican criterios pragmaticos y en el orden internacional también influyen los criterios ideoldgicos. No existe un dominio absoluto de uno solo de estos dos criterios. De ahi que tengamos que describir los diversos compo- nentes que influyen en la decisin de la accién politica soviética. 1. EL COMPONENTE IDEOLOGICO La ideologia no es sdlo una teoria politica, sino que comprende también una cosmovisién o filosofia total como es el marxismo. El vocablo «ideocra- cia» no es apropiado para designar Ia influencia de la ideologia, si por tal se entiende un influjo «absoluto» sobre los gobernantes soviéticos y sus deci- siones politicas. Hay que tener en cuenta que el poder absoluto, como es el sistema de gobierno de Mosci, no permite limites que cercenen su libertad de movi- miento y de decisién. Como todo poder absoluto no acepta normas morales © juridicas que se sitéen por encima del mismo gobernante y limiten sus decisiones, asi tampoco se acepta una ideologia que instaure barreras infran- queables a las decisiones de la suprema autoridad. Asi, el marxismo no fue una ideologia capaz de eliminar las decisiones antimarxistas de Lenin a la hora de levar a cabo la revolucién de octubre de 1917, ni tampoco en la Cf. Grundfragen Sowjetischer Aussenpolitik p.20. STALIN, “Les questions du Léninisme (Paris, Editions Sociale, 1946) t p.62. Ibid. * Tbid., p.62-63. 124 P.l. Naturaleza del poder mo; en este periodo histérico entran en colisién las nuevas fuerzas productivas del ‘capitalismo desarrollado con las ideas e instituciones sociales del régimen anterior. La revoluci6n bolchevique no tuvo lugar en un pais altamente indus- trializado, sino en un pais subdesarrollado y esencialmente agricola y semifeu- dal. b) La teoria marxista supone el fendmeno de la proletarizacién 0 conver- sign en proletarios de la inmensa mayoria del pueblo y la formacién de una minoria de burgueses acaudalados que detentan entre suis manos la riqueza del pais. En Rusia, el proletariado estaba en sus inicios y la masa principal era la campesina, que trataba de lograr la distribucién de las tierras y no un sistema colectivista. Por ello, la revolucin de octubre de 1917 se hizo en términos ambiguos, de suerte que pudieran colaborar en ella los partidos mas distintos y con objetivos opuestos: como el partido del campesinado, numéricamente el mas importante (el Partido Social Revolucionario); el Partido Liberal Demé- crata, cuyo fin era poner fin al zarismo; los mencheviques, etc. Conseguida la victoria, Lenin suprimié todos estos partidos ¢ implanté e! régimen de partido nico en beneficio del bolchevismo. La ambigiiedad se deshizo, y aparecié el fin objetivo perseguido durante toda su vida por Lenin. (Sobre estas ideas véase el capitulo 2 de esta primera parte.) Tercera etapa de esta estrategia de la revolucién: comienza después de la revolucién de octubre: «Objetivo: consolidar la dictadura del proletariado en un solo pais y servirse de él como de un punto de apoyo para derrocar el imperialismo en todos los paises, La revolucién sale del marco de un solo pais, la época de la revolucién mundial ha comenzado. Fuerzas fundamentales de la revolucién: la dictadura del proletariado en un pais, el movimiento revoluci nario del proletariado en todos los paises. Principales reservas: las masas semi- proletarias y de pequefios campesinos en los paises desarrollados, el movi- miento de liberacién en las colonias y paises dependientes. Direccién del golpe principal: aislar la democracia pequenoburguesa, asi como a los partidos de la II Internacional, que constituyen el principal apoyo de la politica d’entente con cl imperialismo. Plan de disposicion de fuerzas: alianza de la revolucién proletaria con el movimiento de liberacién de las colonias y de los paises independientes, La estrategia se ocupa de las fuerzas fundamentales de la revo- lucin y de sus reservas. Ella cambia cada vez que la revolucion pasa de una exapa a otra, permaneciendo ella misma inmatable, en lo esencil a lo largo de una etapa dada» ”, __ Toda la estrategia leninista y estalinista de la revoluci6n es esencialmente diferente de la teoria marxista. La estrategia es el campo de la accién, y esta ciencia se funda en la eficacia de Ja accion, en criterios pragmaticos de con- ducta, El marxismo se funda en la masa proletaria. El leninismo, en la élite, que domina a la masa y la orienta a los fines revolucionarios prefijados por ella misma. Una vez, logrado el triunfo de la revoluci6n, a Lenin y a los dirigentes de su partido se les planted el problema de proseguir la guerra o hacer la paz con Alemania. Aqui también el criterio fue el «interés» del régimen recién instaurado en la URSS y no el interés nacional de Rusia, entendida como un todo diferenciado del Partido. Todo el raciocinio de Lenin para firmar el humillante tratado de Brest-Litowsk se funda en estas ideas: la guerra es un fenémeno capitalista: es la lucha entre potencias capitalistas; tal guerra no interesa al socialismo. La paz es necesaria para poner a salvo el régimen comunista. Salvado el régimen, vendra la creacién de un gran poder socialis- ” Ibid., p.63. C7. Los componentes de la politica soviética 125 ta para imponer la revolucién al mundo. Todo el Tratado se funda en la estrategia leninista, dominada por los intereses del régimen bolchevique Y de su capacidad para extender posteriormente la revolucién por el mundo. Trotzky se opuso a tal tratado por creer que las circunstancias del mundo eran favorables para el fomento de la revolucién en Alemania y en Europa central. Trotzky estaba esperando la explosin de la revolucién comunista en el Occidente, al que consideraba ya maduro para seguir los caminos de la Rusia bolchevique. 5) Stalin define la tactica asi: «La tactica tiene por objeto el fijar la linea de conducta del proletariado durante un perfodo relativamente corto del flujo y reflujo del movimiento, del desarrollo o del declive de la revolu- cin» 8, La estrategia comprende un plan mas amplio y a més largo plazo, mien- tras la tactica es la praxis a corto plazo, y por ello abarca los diversos méto- dos reclamados por cada momento para la realizacion del fin estratégico. En ambos casos tenemos la accion adaptada a las circunstancias y condiciona- mientos histéricos: en la estrategia, a largo plazo; en la tactica, en un plazo inmediato. Dice Stalin: «Si la estrategia tiene por fin ganar la guerra... la tictica se asigna objetivos menos esenciales, porque ella se esfuerza en ganar no la gue- rraen su conjunto, sino tales o tales batallas, tales o tales combates; el realizar con éxito tales o tales campafias, tales o tales acciones apropiadas a la situa- cién concreta durante un periodo dado de desarrollo o de ocaso de la re- volucion» ®, Un ejemplo: entre 1903 y 1905, la tactica del Partido Comunista fue ofen- siva, porque el movimiento revolucionario era ascendente; las formas de lucha eran subversivas: huelgas politicas locales, manifestaciones politicas, boicot a la Duma (0 Parlamento ruso); se formaron comités revolucionarios de empre- sa, comités de huelga, soviets de obreros, etc. A partir de 1907, el movimiento revolucionario fracasa y entra en su ocaso; entonces cambia la téctica y el Partido Comunista pasa a la defensiva: cambia las formas de lucha, coopera con la Duma; en lugar de huelgas generales, organiza huelgas parciales o sim- plemente recomienda calma y colaboracign mientras camuila sus diferentes organizaciones revolucionarias. La estrategia y la tactica son criterios pragmaticos y dan a la accién una gran flexibilidad de movimientos y de actitudes conforme a las circunstan- cias concretas. Este pragmatismo sefala objetivos concretos e inmediatos da- das las circunstancias especiales. Pero no se opone a la retaguardia, en la que se encuentra el arca de la ortodoxia que senala los objetivos ultimos y defi- nitivos: el principio de la irreconciliabilidad del capitalismo y comunismo, la necesidad de mantener Ia lucha hasta el exterminio del contrario, la tenden- cia necesaria de la historia hacia la era comunista, el mesianismo del Partido Comunista como depositario de esa gran misién histérica, como la vanguar- dia del proletariado, al que llevar a la tierra prometida de la victoria final; la presencia de antagonismos internos en el sistema capitalista, que provoca- * Les questions du Léninisme p.63. ” Ibid., p.63-64. 126 Pl. Naturaleza del poder 14 necesariamente su desintegracién; la evolucién de las fuerzas productivas, que daran a luz la revoluci6n mundial mediante la instauractén del nuevo modo de produccién comunista y la superestructura mental y social que a ella corresponde. Todo esto esta situado en nivel superior al pragmatismo y encierra la garantia de la victoria final. La estrategia leninista de la revolucién de 1917 se fundé no en una contradicci6n, sino en un cémulo de contradicciones, que afectaron tanto al pueblo como a las clases conservadoras y a fas potencias capitalistas. En el pueblo, Lenin descubri6 estas contradicciones: 1} Oposicién de un régimen de explotacién feudal sobre una enorme masa del campesinado ruso, inculto y tiranizado; esta situacién inclind la masa campesina hacia su uni6n con el proletariado para lograr la emancipacién comin por medio de la revolucién. 2) Antagonismo entre el estado atrasado y medieval del campesinado y el elevado grado de desarrollo industrial en los nuevos métodos de produccién, sobre todo en las grandes fabricas. En el seno de este sector avanzado, aunque escasamente desarrollado en Rusia, lucha entre el proletariado y el capitalismo. 3) Contradicciones creadas por la guerra mundial en todo el pais debido a la pobreza, escasez de alimentos, al descontento por la marcha adversa de la guerra y al cansancio creado por una guerra sin esperanza. Esta exasperacién tuvo su suprema manifestacién en los revolucionarios rusos debido a la persecucién de la que fueron victimas por la politica rigurosa de los zares. 4) Finalmente, en el lado enemigo, también contradic- ciones entre las clases conservadoras y aristocraticas, incapaces de mantener en este ambiente su union frente al enemigo que conspiraba para su destruc- cién: la revolucién comunista. Asi, la nobleza era partidaria del zar y de su sistema autoritario; en cambio, la burguesia estaba dominada por los ideales liberales, y mas bien era opuesta al régimen zarista y partidaria de la apertura hacia un sistema mas progresista y acorde con las ideas liberales. 5) Contradicciones entre las mismas potencias capitalistas, Alemania presto ayuda a Lenin para que llevara a cabo la revolucién en Rusia, derrocara al zar y lograra la retirada rusa de la guerra. En Rusia se dio, por tanto, el mayor cimulo de antagonismos debido a una convergencia de circunstancias en el seno de una crisis nacional. El andlisis y valoracién de todas estas circunstancias es el objeto del anilisis y de la estrategia y tactica de la revolucién leninista. Esta situacién tiene poco que ver con la teoria de la revoluci6n disefiada por la teoria de Marx. c) La presion de los hechos es otra dé las fuerzas que imponen el recurso al pragmatismo. Y esto tanto en problemas de orden interno como en las relaciones internacionales, en las que la decisién de Mosci se enfrenta con otros poderes mundiales. Sesser geo aS Eg Ee gE racién del capital (tanto en su forma de interés como de beneficio), a los que consideré como fetiches capitalistas opuestos al buen funcionamiento de la economia y a su progreso y como una explotacién del trabajo. Esta es la teoria marxista mantenida durante un largo petiodo de tiempo. El director de la empresa soviética tenia que centrar su atencién en la realizacién del plan que recibia de los organismos supremos. De este cum- C7. Los componentes de la politica soviética 127 plimiento dependian sus bonificaciones. Para asegurar la realizacién de este objetivo pedia una cantidad de capital superior al estrictamente necesario, y que podja invertirlo en capital constante (mds maquinaria que la necesaria) 0 en capital variable (mas mano de obra que la requerida). Siendo el capital gratuito, este exceso de capital no podia dafar sus planes de direccion; muy por el contrario, constituia una garantia para el cumplimiento del plan al disponer de recursos suplementarios en caso de necesidad. Pero esto produjo la infrautilizacién de su inversién: la subsistencia de recursos improductivos en el seno de la empresa. Y esto implica necesaria- mente un descénso en la tasa del beneficio. En 1962 tuvo lugar un debate en Pravda en el que tomé parte destacada Esvei Liberman, el cual exigié la introduccié6n del interés o coste del dinero para corregir los defectos provo- cados por la ideologia marxista. Y asi se introduce el criterio pragmatico, dejando a un lado la teoria marxista; este abandono de la teoria se impone por la necesidad de tener en cuenta el hecho de la productividad '°, Otra idea que constituye un fundamento de la teoria marxista es la famosa teoria del valor, el cual es igual al trabajo socialmente negesario para la produccién. Esta teoria produjo una distribucién errdnea de los recursos * productivos, que provocé unas inversiones ineficientes, con perjuicio de la economia en general. Los empresarios deben conocer los costes marginales de la produccién. Si el beneficio marginal de una nueva inversién es superior al coste marginal, tal inversién se realizar; en caso contrario surgira el freno a la inversién y los factores productivos se dirigiran hacia otro sector o empresa més productivos. Pero este cdlculo no puede hacerse correctamente si se tiene en cuenta tan sdlo el coste del trabajo y se prescinde del coste de los otros factores de la produccién como es el capital invertido, En estas circunstancias hizo su aparicién el criterio pragmatico, Los hechos han demostrado que la teoria del valor conduce a un falso calculo de costos y, en consecuencia, al despilfarro de las inversiones y al descenso de la rentabilidad de las empresas. Por ser escasos, los bienes de produccién tienen que ser racionados. Pero han de ser colocados de suerte que se obtenga una distribucién dptima. Entonces vino nuevamente la reaccién pragmatica de Novozhilov, Kantorovich, Nemchinov, los cuales utilizaron criterios andlogos a los de los economistas capitalistas, fundados en los calculos de la utilidad marginal. Hemos dicho criterios andlogos porque no pueden utilizar la terminologia de los economistas capitalistas sin salirse del camino de la ortodoxia, que mantiene el trabajo como tnico determinante del valor. Novozhilov distingue el gasto en trabajo directo y el gasto en trabajo indirecto. Si en un sector reducimos el trabajo directo mediante grandes inversiones de capital (maquinaria costosa y perfecta, métodos auto- matizados, etc.), en otros sectores faltaré ese capital y habra que recurrir a un mayor gasto de trabajo. Los gastos del trabajo indirecto son los que se hacen en este segundo sector, que no dispone de capital para elevar su rendimiento. En realidad, la teoria de estos autores admite la productividad del capital, al menos virtualmente. En consecuencia, el criterio pragmatico, '© Véase esta discusién en YURRE, El marxismo (Madrid, BAC, 1976) vol.2 p.295ss. 128 P.l. Naturaleza del poder impuesto por una mejor distribucién de los recursos productivos, ha aban- donado la teoria del valor-trabajo, y en la préctica se admite Ja remunera- cién del capital en forma de interés y de beneficio '! Si todavia hoy se mantiene en los libros la teoria del valor, constituido exclusivamente por el trabajo incorporado al producto, es por la utilidad revolucionaria para combatir al capitalismo. Pero tal principio no se aplica en la practica, es un puro slogan de propaganda. En la practica ha triunfado dl principio pragmatico. Ast, Kossygin afirmé, al explicar la reforma intro- ductoria del interés y del beneficio: «E] introducir deducciones en favor del presupuesto del Estado de los beneficios de la empresa en proporcién al valor de los capitales fijos y circulantes a ella concedidos, siendo considera- das tales deducciones como pago por los capitales productivos» ', es nece- sario para elevar la productividad. Segin la teoria de la distribucién, la remuneracion debe hacerse segiin el trabajo (habida cuenta de su cantidad y calidad). La misma calidad debe reducirse, en ultima instancia, a la cantidad, que es el criterio basico. :Puede decirse que el sistema de remuneraciones responde en la Unién Sovistica a este criterio del trabajo prestado? La respuesta es negativa. La teorfa perma- nece en el terreno de la pura especulacién. En la prdctica, el criterio fundamental de las enormes diferencias de las remuneraciones existentes en la URSS no es el trabajo, sino el criterio estructural. Es decir, en la misma medida en que subimos hacia las alturas del poder (del Partido o del Estado), en la misma proporcién en que entramos en el campo de las profesiones que son los pilares del poder y garantia del régimen (como son las Fuerzas Armadas) 0 en que ascendemos hacia las cimas del prestigio del Estado o del régimen (como es la tecnolo- gia, la industria de primera linea y de armamentos), las remuneraciones no guardan relacién ni proporcidn con el trabajo. De ahi las inmensas distancias de sueldos, privilegios y situaciones sociales, que dan por resultado una sociedad jerarquizada, en contradicci6n con la teoria. De igual suerte, la teoria habla de igualdad como idea basica del socialis- mo. Ya hemos visto que la igualdad no existe en la realidad; ni siquiera una igualdad relativa. Pero el mismo Stalin, en el XVII Congreso del Partido, en 1934, afirmé lo contrario: «Cada leninista sabe... que la nivelacién de las necesidades y de la vida personal es una estupidez. pequefioburguesa digna de alguna secta primitiva de ascetas, pero no de una sociedad socialista organizada en forma marxista... Deducir que el socialismo exige el igualita- rismo, la igualdad, la nivelacién de las necesidades de los miembros de la sociedad..., es decir necedades y calumniar al marxismo» '°, Con todo, los libros que exponen la ideologia marxista-leninista mantie- 4 Véase esta discusion en YuRRE, El marxismo vol.2 p.311-22; MoRRIs BORNSTEIN, The Soviet Price Reform Dicussion, en Quarterly Journal of Economics vol.78 n.1 (febrero 1964) p.15-18; G. GROSSMAN, Scarce capital and Soviet Doctrine, en ibid., vol.67 (agosto 1953) pail- -43; R. W. CAMBELL, Marx, Kantorovich and Novozhilov: Stoimost versus reality, en Slavic Review vol.20 n.3 (octubre 1961) p.492-18. 2 En S.M.E. SHARPE, Planning, Profit and Incentives in the USSR (Nueva York 1966) vol.2 p.24 ees questions du Léninisme t.2 p.177-78. C7. Los componentes de la politica soviética 129 nen los principios tedricos de la economia marxista, entre los que se encuen- tran la teoria del valor, determinado exclusivamente por el trabajo y la distribucién del producto conforme a la cantidad y calidad del trabajo de los trabajadores. El Manual de economia politica elaborado por el Instituto de Economia de la Academia de Ciencias de la URSS las denomina leyes objetivas, es decir, independientes de la voluntad de los hombres: «No pueden ser creadas, transformadas o abolidas sdlo por la voluntad de los hombres» '*. El citado Manual menciona como objetivas estas leyes del socialismo: la ley del continuo desarrollo de la economia, la ley de la planificaci6n y desarrollo proporcional de todas las ramas de la economia nacional, la mencionada ley del valor y de la distribucién segun el trabajo realizado, la ley de la acumulacién socialista. Ya se ve que estas leyes no son objetivas, sino principios propagandisticos; son un disfraz echado sobre una realidad diferente. Después de tratar de la influencia de la ideologia en la economia y de ésta en aquélla, Morris Bornstein concluye con estos tres principios: «1) La dependencia del Partido de la ideologia en la esfera econdmica ha sido mas bien débil, y, en la medida en que la ideologia ha influido en la economia soviética, ha sido un impedimento mas que una ayuda. 2) La flexibilidad ideoldgica en la economia ha ido creciendo progresivamente de Stalin a Kruschey y a Kossygin bajo la presion de circunstancias objetivas cambiantes y como resultado de las diferencias en la personalidad y fondo de estos lideres. 3) En la esfera econdmica, el Partido Comunista ha empleado la ideologia ces mas para ‘autenticar’ y ‘enmascarar’ sus acciones que para dirigirlas» '5. d) En el orden internacional de las relaciones de la URSS con otros Estados, el espacio es aun mayor para la influencia del pragmatismo. En este terreno, el Gobierno soviético se ve confrontado con otros poderes que también tratan de lograr soluciones favorables a sus propios intereses. En este tira y afloja es logico que se llegue a soluciones de compromiso, en la que brilla el pragmatismo de los gobernantes més bien que el reino de una ideologia partidista. De otra parte, en el terreno internacional surgen circunstancias imprevi- sibles e independientes de la voluntad humana; la politica y la diplomacia tratan de encontrar las soluciones posibles y no las soluciones ideales. No es extraiio que en estas situaciones encontremos el reino de lo «factico» mas bien que el dominio de las soluciones ideales. Es decir, que aqui tenemos un campo propicio para la estrategia y la tactica, qye son dos manifestaciones del pragmatismo aunque sean actitudes provisionales. Asi, por ejemplo, el acuerdo de Stalin y Hitler para el reparto de Polonia, en el que Stalin dejaba las manos libres para el ataque germano contra las potencias occidentales, Francia e Inglaterra. El] acuerdo de agosto de 1939 es un intento maquiavélico de engafio mutuo que concluyé con la “+ Politische Okonomie, Lebrburch (Berlin, Dietz, 1961) p.512. 15M. BORNSTEIN, Ideology and the Soviet Economy, en Soviet Studies vol.A8 (1966-67) p79. 130 PI. Naturaleza del poder gran tragedia de la guerra entre ambas partes. Fue un juego sucio y peligro so que dio de sf toda la maldad de la que son capaces politicos sin escriipulos. La coexistencia pacifica tantas veces invocada es un principio pragmatic que no encaja en Ia teoria marxista-leninista. E] mencionado profesor Tun- kin (véase c.2) distingue entre el nivel de la teoria o superestructura ideolé~ gica y el otro plano de Ja conducta factica, en la que el derecho internacional puede llegar a acuerdos »practicos al margen de las ideologias dominantes en los cerebros de las partes que firman tales acuerdos. La coexistencia pacifica perteneceria a este nivel factico de renuncia al recurso de la guerra mundial y del empleo de las armas termonucleares. Es un armisticio temporal. Pero no es un principio ideolégico que venga a cambiar la teoria marxista- leninista de la irreconciliabilidad de los dos campos en los que esta divi el mundo: el campo comunista y el capitalista, Esta irreconciliabilidad y la necesidad histérica de que un bando destruya al otro es un principio componente de la ortodoxia marxista. Durante la segunda guerra mundial hemos visto la lucha en comin y la cooperacién de las maximas potencias capitalistas con la Unién Soviética. Una alianza que nada tiene que ver con la teorfa marxista-leninista, la cual no puede prever una semejante lucha comin del capitalismo y comunismo contra las potencias del Eje, que eran potencias capitalistas. La division del mundo en dos campos antagénicos, formados el uno por el capitalismo y el otro por el comunismo, results ser una division simplista, ya que el capita- lismo en la segunda guerra mundial se escindié en dos bandos, el democrata y el totalitario. Hoy mismo tenemos el mundo comunista dividido en dos poderes antagonicos: la URSS y China. Una escision que encierra un serio antagonismo que también puede degenerar en conflicto bélico. El antagonis- mo chino-soviético no tiene explicacién partiendo de la idea marxista- leninista de la fraternidad socialista, de una nueva organizacién de la socie- dad sobre la base de la solidaridad, la colaboracién y la comunidad de los diversos paises socialistas. En cambio, ese antagonismo es perfectamente explicable a la luz de los diversos y opuestos intereses nacionales de ambas potencias. 3. EL COMPONENTE NACIONALISTA ESLAVO Dentro de la Union Soviética existe una multitud de naciones, pero hay una que es la nacin principal y dominante en la politica soviética; es la llamada Gran Rusia, y sus ciudadanos se Ilaman los «gran rusos». Esta na- cin centro del mundo eslavo ha sido terreno abonado donde ha crecido y se ha desarrollado el nacionalismo ruso y eslavo. De suyo, el nacionalismo puede ser una virtud que mueve al ciudadano a amar la propia nacién y a cumplir los deberes que la piedad exige para con todos aquellos que forman parte de la comunidad nacional. Y como esa comunidad vive en un determinado territorio, el nacionalismo va unido con el patriotismo, que es el amor a la tierra de nuestros padres, a la tierra que C7. Los componentes de la politica soviética 131 ha recogido el historial de esa comunidad nacional. El objeto directo del nacionalismo es el pueblo o comunidad nacional, y el indirecto, el suelo en el que vive esa comunidad; el objeto directo del patriotismo es el suelo o escenario en el que se ha desarrollado la historia de la comunidad, y el indirecto, el pueblo que ha vivido y vive en ese suelo. Ambos amores suelen estar intimamente entrelazados, de suerte que el nacionalismo encierra el patfiotismo, y viceversa. Pero, de suyo, podria darse nacionalismo sin pa- triotismo en el caso de que se trate de una comunidad némada, que no tiene suelo fijo ni escenario que haya recogido el historial pasado de tal comuni- dad, En el caso que nos ocupa, el nacionalismo eslavo encierra, al mismo tiempo, el patriotismo o amor a la tiertra que ha recogido el historial del pueblo ruso. Hemos dicho que el nacionalismo puede ser una virtud. Pero también puede convertirse en una actitud chauvinista y hasta criminal. La razén es que el nacionalismo esté formado por un tejido de sentimientos de amor y de orgullo, de fervor por los propios valores, y de olvido, desprecio y hasta de odio de los valores de otras naciones. Cuando esta corriente de senti- mientos no esta controlada por la razén se provoca el desbordamiento pa- sional, que conduce a los excesos que hemos contemplado en nuestro siglo. Los excesos a los que propende el nacionalismo, sobre todo cuando se trata de grandes potencias son éstos: - a) La nacionalizacion del hombre y de los valores humanos.—La persona- lidad humana queda sacrificada en el altar nacional como medio para el logro de los fines nacionales. Todos los valores humanos descienden a la categoria de medios para el logto de los intereses nacionales. La nacién se convierte en fuente creadora de toda norma de conducta, en valor absoluto que no admite la existencia de normas (éticas 0 juridicas) independientes 0 superiores a los intereses de la propia nacion. De ahi que este tipo de nacionalismo convierte a la nacién en objeto de culto, rechazando la actitud religiosa que acepte otro objeto de culto, sobre todo si trata de ser superior a la nacién y de normas que traten de disciplinar los instintos nacionales por medio de leyes morales © juridicas. Aqui esta la raz6n de la antitesis entre este nacionalismo chauvinista y el cristianismo, religin universal, portadora de valores morales y juridicos superiores a las diversas naciones en las que esté parcelada la humanidad. b) El chanvinismo encierra la agresividad y odio al extranjero.—Con ello trata de destacar la propia individualidad y su diferenciacion de todos los de- més. Al convertir a la propia nacién en valor absoluto, resulta la relativizacion de los demas pueblos, a los que considera como inferiores 0 como enemigos que es preciso vencer, someter o aniquilar. De aqui nace el mesianismo, la creencia de que la propia naci6n es la escogida por Dios, por la historia 0 por las fuerzas de la naturaleza para realizar una misin Gnica en el mundo, una misién providencial o de salvacién, y por ello esta destinada a dirigir los desti- nos del mundo. Este mesianismo desemboca, légicamente, en el imperialismo. La agresion y conquista de otros pueblos se hace en nombre de esa supuesta mision historica o providencial. La guerra es considerada como normal y co- mo sactificio sacro. El crimen se transfigura en heroismo y el odio al enemigo y extranjero se convierte en virtud. De suyo, existe una gran diferencia entre la ideologia nacionalista y la marxista. Y, por tanto, entre el imperialismo nacionalista y el expansionismo de la revoluci6n mundial marxista, tanto habida cuenta de su extensién co- mo de su naturaleza. En efecto: 132 PI. Naturaleza del poder a) El marxismo, al menos en teorfa, se orienta a la realizacién plena del hombre, y ésta sdlo tendré lugar en la plena comunidad de todos los indivi- duos en Ja especie humana. Es una teoria universal que trata de suprimir las divisiones y limites que provienen de la clase, de la divisién del trabajo, de la impronta nacional y de las fronteras nacionales que dividen a la humani- dad, La meta del proceso historico es lograr la plenitud humana. El naciona- lismo tiene una vision particular del hombre, ya que el ciudadano es el hom- bre acuiiado y diferenciado de otros hombres por los carismas y valores de la naci6n. La historia es, para el nacionalista, la lucha de naciones. b) De ahi que el marxismo es esencialmente internacionalista; su sujeto principal es el proletariado, que ha de desbordar las fronteras nacionales para unirse a los proletarios de otras naciones y formar el ejército que se enfrente y venza al capitalismo: «Proletarios de todos los paises, unios» es el lema del Manifiesto. En el seno de la nacién, el marxismo exalta el antago- nismo de clases y pone los intereses del proletariado por encima de los intereses nacionales, declarados intereses burgueses; ésta fue la conducta se- guida por Lenin para el logro de sus fines. En cambio, el nacionalismo es opuesto al internacionalismo y tiende a unir los diversos elementos compo- nentes de la nacién para formar la unidad nacional; por ello es opuesto a las luchas intestinas de clases, y atin mAs a la unin internacional del proletaria- do dejando a un lado los intereses nacionales. E] marxismo exalta la lucha de clases, mientras el nacionalismo busca una sintesis e inteligencia de las clases para lograr el potenciamiento de la nacién. c) El expansionismo encerrado en la teoria de la revolucién mundial marxista es diferente del imperialismo nacionalista.—Territorialmente consi- derado, el nacionalismo tiende al logro de objetivos mas limitados que la revolucion universal, que abarca a toda la especie, al mundo entero. No hay ningiin imperialismo nacionalista que tenga un objetivo territorial tan exten- so. Por otra parte, la forma del expansionismo de la revolucién mundial marxista seria una comunidad de hombres y pueblos fundada en la igualdad, libertad, solidaridad; no existiria un poder central dominante. En cambio, el imperialismo nacionalista implica la presencia de un gran poder que se im- pone a los territorios conquistados y dominados, los cuales se quedan en una situacion de sumisién y subordinacién al mandato de la metrépoli. Estos dos factores estan presentes en el interior del actual sistema comu- nista soviético. El nacionalismo eslavo ha ganado terreno a partir de la vic- toria en la segunda guerra mundial, la cual ha despertado el orgullo nacio- nal. De otra parte, el eclipse de la teorfa marxista ha aumentado como con- secuencia de la desilusién producida en el pueblo por la falta de realizacién de las grandes promesas encerradas en la teoria marxista-leninista. Con todo, es preciso notar que el tradicional nacionalismo ruso siempre ha tenido una nota de universalidad, que le ‘ha venido de la estrecha vinculacién existente durante siglos entre el trono y el altar, entre el zarismo y la doctrina de la Iglesia ortodoxa, segin la cual Mosct estaba predestinada a ser la portadora de la salvacién de la humanidad. A comienzos del siglo xvi, el monje Tedfi- lo dirigié estas palabras al zar Basilio II: «La Iglesia de la antigua Roma cay por causa de su herejia; las puertas de la segunda Roma, Constantino- C7. Los componentes de la politica soviética 133 pla, han sido abatidas por la segur de los infieles turcos; pero la Iglesia de Mosci, la Iglesia de la nueva Roma, brilla mds vivamente que el sol en todo el universo». Cambiando los términos religiosos por otros laicos, el mesia- nismo universal contintia presente en las terminologias de la ideologia mar- xista-leninista, de la que se siente custodio el régimen soviético, el cual tam- bién Ileva dentro la idea de que su gran mision histérica es la salvaci6n de la humanidad mediante la implantacién de un nuevo sistema social en el mun- do; es decir, mediante el triunfo universal del comunismo. La conducta del Gobierno soviético esta influida en muchas de sus deci- siones por el nacionalismo eslavo. Si consideramos la conducta de Stalin y de los gobernantes moscovitas en su esfuerzo por dilatar las fronteras y el dominio de la URSS, veremos que tal politica sigue una orientacién expan- sionista calcada en el imperialismo de los zares. Una ambicién constante de los emperadores rusos consistia en dilatar su imperio en Europa y én Asia. En Europa buscando una salida a los mares: al Baltico, al Mediterraneo, a los estrechos del Asia Menor, asi como una penetracién en la Europa Cen- tral y una zona de influencia en el Oriente Medio. Este ha sido también el programa de Stalin y de sus sucesores. En 1940, el Gobierno de Moscti invadié, ocupé e incorporé al territorio de la Union Soviética los territorios de los paises balticos: Estonia, Letonia y Lituania. Por medio de Molotoy, Stalin reclamé de Hitler la incorporacién de Finlan- dia a la zona de influencia soviética, asi como el derecho a tomar parte en el control de los estrechos que dan acceso al mar Biltico: Skagerrak, Kattegat, Sund y Belt. En Teheran (1943), Stalin exigié la incorporacién de la Prusia Oriental, con la ciudad de Koenisberg y la linea Oder-Neisse, como expresién de sus apetencias hegeménicas en la Europa Central, linea que después fue extendi- da hasta el Elba. En 1940, antes del ataque de ler a la URSS, el ministro Molotov pedia ya la inclusion de Bulgaria a la zona de influencia soviética, y dejaba ver el deseo de Rusia de que también Iran fuera parte de esta zona de influencia, asi como la de tener un acceso al golfo Pérsico. Es digno de notar el razonamiento en el que Stalin trataba de fundar sus exigencias sobre la Prusia nordoriental. Stalin afirm6é que tales territorios habian sido originalmente el suelo de poblaciones eslavas. Argumento tipica- mente nacionalista, pero falso, ya que tal escenario nunca fue la patria de los eslavos ni formé parte del imperio ruso. Después de la Conferencia de Yalta, Stalin pedia a las potencias riberefias del mar Negro un limitado control de los estrechos (Bésforo y Dardanelos) y una defensa comin de los mismos por parte de Turquia y de la Unién Soviética, que aspiraba a la concesién de bases para tal fin. En el norte de Iran, Stalin creé la republica de Azerbajén y del Kurdis- tan en forma comunista, valiéndose de la ocupacién de aquellos territorios por las tropas soviéticas durante la guerra. Las potencias occidentales tuvie- ron que recurrir a la intervencién de las Naciones Unidas para lograr resta- blecer la situacién y devolver al Iran tales territorios. Los paises del centro y este de Europa fueron incorporados a la zona de influencia soviética, y en ellos Moscti se sirvié de su poderio militar para 134 P.l. Naturaleza del poder instaurar regimenes de cufio soviético y con gobernantes de su confianza. Se trata de un grupo de Estados vasallos de Moscé y forman el cinturén de seguridad de la Unién Soviética. Stalin no se atrevid a incorporar los territo- rios de estos Estados satélites de la Europa Central y del Este al territorio de la Unién Soviética, como lo hizo con los Estados balticos. Temia, y con raz6n, a las reacciones nacionalistas de estos paises, cuyo sentimiento nacio~ nal ya ha dado pruebas repetidas de intentar lograr la libertad ¢ independen- cia para sus respectivos paises por medio de manifestaciones y levantamien- tos, aplastados militarmente por Mosci. Es manifiesto que tal situacién ha creado un antagonismo entre los intereses nacionales de los satélites y el nacionalismo moscovita. A partir de octubre de 1956, el Gobierno soviético declaré la «igualdad socialista» para mejorar las relaciones de esta zona, a la que se denominé «comunidad socialista». Es una solucién puramente se- méntica, porque ni existe igualdad ni comunidad, sino que la relacin de todos estos Estados centroeuropeos es de auténtico vasallaje y la postura del Kremlin es de un claro dominio sobre ellos. Todo esto puede entenderse a través del criterio tradicional del nacionalismo eslavo, pero tiene poco que ver con la ideologia marxista ', En el Extremo Oriente tenemos la lucha entre China y la URSS por causa de intereses territoriales, porque también en esta region de Asia los gobernantes soviéticos siguen la misma politica expansionista de los zares. La URSS extiende su influencia sobre la Mongolia Exterior y sobre Tannu Tuva (165.000 kilémetros), entre Mongolia y el oeste de Siberia, asi como otros territorios fronterizos con China y reclamados por ésta. En 1954, Mao Tse-tung pidis la entrega de Mongolia Exterior a China, exigencia que le fue denegada por Kruschev. En 1964, y en conversaci6n con los socialistas japo- neses, Mao acus6 a la Unién Soviética de haberse apropiado territorios ex- tranjeros tanto en Asia como en Europa. La victoria rusa sobre el Japon en la segunda guerra mundial fue fécil; tan s6lo intervino en los dltimos dias de Ia contienda, cuyo peso recayé sobre Norteamérica, que logré su victoria mediante el empleo de la bomba atémica. Stalin aprovecho esta ocasién para incorporar a la Unién Soviética territorios japoneses que son hoy causa de las dificiles relaciones entre am- bos paises. En la proclamacién de la victoria rusa sobre el Japon, Stalin recurrié a un repertorio tipicamente nacionalista. Dijo textualmente: «La de- rrota de las tropas rusas en el afio 1904 dejé en el corazén del pueblo [ruso] amargos recuerdos. Esta derrota pesaba como una deshonra sobre nuestro pais. Nuestro pueblo creyé y esperé en que llegaria el dia en el que el Japon seria batido, y asi esta deshonra seria totalmente borrada. Durante cuarenta aiios, nosotros, los hombres de la vieja generacién, hemos esperado Ia Ilega- 16 Véase H. KOHN, Die Slawen und der Westen (Viena 1956); B. H. PAECHTER, Weltmacht Russland. Aussenpolitische Strategie in drei Jabrhunderten (Oldenburg 1968); trata la continui- dad de la politica zarista y la soviética. Sobre las relaciones entre Molotov y Hitler: Die Be- ziehungen zwischen Deutschland und der Sowjetunion 1939-1941, ed. por A. SEIDL (Tubinga 1949). Sobre la particin de Europa: W. WAGNER, Die Teilung Europas (Stutigart 1959). Sobre los Estados balticos: B. MEISSNER, Die Sowjetunian, die baltichen Staaten und das Volkerrecht {Colonia 1956); ID., Das Ostpake System (Francfort d. M. 1955). C7. Los componentes de la politica soviética 135 da de este dia. Y ahora este dia ha Ilegado» 1”, Frases de acusado acento nacionalista. 4, EL COMPONENTE TOTALITARIO Nacionalismo y totalitarismo no son nociones ni realidades idénticas. Con todo, ambos elementos pueden compenetrarse y mezclarse, llegando a formar un solo sistema destinado a impregnar de su espiritu a toda la socie- dad y a imponerle su dominio. Esto es especialmente valido cuando el na- cionalismo es de caracter chauvinista. De hecho, las dos formas més claras de totalitarismo (el nacionalsocialismo de Hitler y el fascismo de Mussolini) fueron totalitarismos nacionalistas. Pero no es dificil encontrar nacionalis- mos que no son totalitarios. El nacionalismo es un profundo sentimiento y amor a la propia nacién. El totalitarismo es un exaltado culto al poder y la fuerza para implantar el dominio de un partido, irradiacién de algin mesias (sea individuo 0 grupo). Las notas caracteristicas del totalitarismo son multiples, pero aqui vamos a sefialar las principales y las que més relacin tienen con el tema que trata- mos. El componente totalitario encierra estos elementos: a) Una sobrevaloracién y hasta un culto a la fuerza y al dominio y la subyugacién que tal poderio impone al pueblo. Es una adoracién de la glo- ria militar y un arrogante desprecio del simple disidente; y sobre todo, del enemigo, al que se trata de vencer y exterminar. De hecho, tanto el nacio- nalsocialismo como el fascismo estuvieron originalmente formados por ex combatientes de mentalidad militar. Tanto el Fiihrer como el Duce fueron también ex combatientes que rendian culto tan sélo a la ley de la fuerza y se embriagaban con la'gloria de los éxitos militares. La misma organizacién del Estado totalitario se hizo a imagen y semejanza de la estructura de un ejérci- to, organizacién vertical que arranca de arriba, y el mandato va descendien- do por los diversos organismos e instituciones hasta llegar al simple soldado, que es el ciudadano, sometido a una situacién de pura subordinacién y obe- diencia. b) La pieza fundamental de la politica totalitaria es el partido tnico, que es el detentador de todo el poder y el que disfruta del monopolio de todos los derechos piblicos. El partido es el nucleo fundamental del poder, de la fuerza; el medio para implantar el dominio y sometimiento de todo el pueblo, De ahi que toda persona portadora de armas ha de ser «elegida» con los criterios del Partido, ha de ser de la confianza de los lideres del Partido. El disidente, y mucho més el enemigo, debe desaparecer. Este dominio ab- soluto sobre todo oponente se logra mediante el método de la amenaza y una efusin de fuerza, terror y miedo impuesto por medio de carceles, cam- pos de concentracién y toda especie de torturas. De ahi se sigue el control universal sobre todas las actividades de la sociedad. ©) El poder militar se reviste del poder espiritual de la ideologia, porta- '” Statin, Uber den grossen Vaterlandischen Krieg der Sowjetunion (Mosci 1946) (cit. en MulssneR, Triebkriifte und Faktoren der Sowjetischen Aussenpolitik (Stuttgart 1970] p.26). 136 PI. Naturaleza del poder dora de un mensaje mesiénico de salvacién. El partido es el portador de esa ideologia y mensaje, y por ello tal ideologia tiene caracter oficial, se impone a la poblacion a través de los diversos medios educativos y de difusién. Por ello, la disidencia 0 el rechazo de tal doctrina es crimen politico. El Partido trata de impregnar toda la sociedad con esa ideologia a fin de crear un mun- da de ideas y de valores que formen un orden nuevo con un nuevo hombre. d) EI Partido es sefior del Estado; primeramente, porque los movimien- tos revolucionarios hay conquistado el poder y el Estado. En segundo lugar, porque el Partido es el segregador de la ideologia oficial que ha de reinar en todos los organismos e instituciones del Estado. De ahi que el Estado se convierta en un medio dominado por el Partido y puesto al servicio de los planes elaborados por los lideres del Partido, que aparecen reduplicados como miembros de los supremos érganos del Partido y del Estado. En estas condiciones, el Estado no puede desempefiar su naturaleza pblica, sino que necesariamente est predestinado a desempeiiar una misién partidista. No se trata solamente de alcanzar uh dominio territorial, sino también de lograr un dominio espiritual conquistando la totalidad del hombre. Si nos atenemos a la trayectoria del régimen soviético desde la revolucién de octubre de 1917 hasta nuestros dias, veremos que el componente totalita- rio esta muy presente en la politica soviética. Asi, Ia mente de Lenin y su accién politica fueron totalitarias. En efecto, Lenin llev6 a cabo la revolucién con la colaboracién de diferentes partidos (el Campesino o Partido Social Revolucionario, el Liberal, el Menchevique). El primer Gobierno fue una coalicién del Partido Bolchevique y de los so- cial-revolucionarios y mencheviques. Lenin no tenia todavia en sus manos todos los resortes del poder, y tuvo que proceder con cautela. Incluso hizo elecciones libres para la formacién de una Asamblea Constituyente. El resul- tado fue el siguiente: Partido Bolchevique, 175 puestos en la Asamblea; el Campesino, de los social-revolucionarios, 410; los mencheviques, 16; diver- sos grupos nacionales antibolcheviques, 86; el Partido Burgués, 17. Esta Asamblea quiso formular una Constitucién democratica. Pero Lenin reaccioné inmediatamente contra tal objetivo y ordené a la fuerza publica su disolucién acusandola de reaccionaria (enero de 1918), Poco antes, Lenin ya habia creado la CHEKA, drgano de represién para implantar el dominio de su partido por el método del terror. Este organismo subsiste hasta nuestros dias, aunque haya cambiado de nombre varias veces. Era un medio para climinar a disidentes 0 enemigos e implantar el reino absoluto de su propio partido. Asi, en la segunda mitad del aho 1918, Lenin elimino del Gobierno a todos los partidos que no eran de su confianza e implanté el régimen del partido Gnico, realizando su suefio de conquistar todo el poder para su pro- pio partido y persona. El Partido se adueié del Estado, el cual se convirtio en el coto cerrado de un partido erigido en sefor absoluto de la esfera estatal y publica. Quien ataca al Partido comete crimen contra la seguridad del Estado. Toda esta politica y la mentalidad subyacente se fundan en el componente totalitario. La responsabilidad de tal Situacién no debe cargarse exclusivamente so- bre la persona de Stalin, porque éste no hizo otra cosa que desarrollar el C7. Los componentes de la politica soviética 137 sistema totalitario y de terror iniciado ya por Lenin. La sucesién de Lenin no fue facil; habia en el seno del Partido Bolchevique otras figuras de mas relieve que Stalin, como Trotzky, Zinoviev, Kamenev... Pero Stalin era mas astuto, y desde su puesto de secretario general fue colocando hombres de su confianza en los puestos importantes. Asi, la lucha por el poder fue llevada a sus tltimas consecuencias recurriendo a la fuerza y las «purgas» del Parti- do. El acto final de esta lucha fue un bafio de sangre en el que Stalin liquidé sin contemplaciones a todas las principales figuras del Partido. Fueron ejecu- tados Zinoviev, Kamenev, Bukharin, Rykov; el jefe de los sindicatos, Toms- ky, se suicidé antes del juicio. Los miembros de la oposicion a Stalin en el Politburé y en el Comité Central fueron eliminados sin piedad ni considera- cién a sus cargos. Las acusaciones inventadas por los tribunales formados al efecto eran confesadas por los mismos reos como consecuencia de las tortu- ras a los que se vefan sometidos. Estas confesiones eran argumento decisivo para la sentencia del tribunal. No se sabe exactamente el nimero de miem- bros del Partido eliminados en toda la Unién Soviética; los calculos oscilan entre decenas y centenares de miles. Segtin Stalin, en 1939 fueron promovi- dos a puestos del Partido medio millén de personas. Esto indica el nimero de puestos que quedaron vacantes entre fusilados y destituidos. ‘A la «purga> del Partido siguié a del ejército, entre 1937-38. Fueron climinados tres mariscales y un gran ntimero de generales y oficiales de alta gtaduacion, asi como varios millares de oficiales. En las filas del ejército se introdujo la figura del comisario politico, representante del Partido para vi- gilar la conducta y fidelidad de todos los jefes militares. A partir de 1939, ya Stalin era el amo de la situacién. Podia decir con verdad: «El Estado soy yor, y podia aiiadir: «Y el Partido, dueo de ese Estado, también soy yo». Era el ordculo infalible que interpretaba el pasado y dirigia la politica presente y hasta futura. Los diversos medios de difusin seran los érganos oficiales destinados a orquestar el culto a este infalible conductor de los destinos de Rusia. Las columnas sobre las cuales se levanto este poderio fueron la poderosa policia, la inmensa burocracia del Partido y Estado, fundada en la plena fidelidad al caudillo, y el ejército, «purgado» de todos los sospechosos y sometido a la estricta vigilancia de los comisarios. Esta situacién es claramente totalitaria, fundada en el elitismo y en el culto al caudillo y apoyada en el culto a la fuerza militar, pedestal de un caudillo indiscutible. ‘Tal estructura tiene poco que ver con la denominada edictadura del proletariado» de la ideologia marxista, porque tal dictadura se funda en la masa proletaria y no en la élite de una oligarquia, y tiene la misién de suprimir las clases y el Estado y no de desarrollarlo hasta limites increibles, como se ha hecho en la Unidn Soviética. Todo el sistema soviéti: co es una politica de poder, de ambicién de imperio, fundado en una dicta- dura absoluta y centrada en torno a un partido y una oligarquia. En el sistema totalitario existe una vinculacién entre la politica interior y exterior. Al dominio del propio pueblo por medio de una efusién de fuerza y terror corresponde, en politica exterior, el natural recurso a la violencia. La ley del dominio se da en ambas esferas. Esto lo tenemos también en la politica soviética. Alli donde llega el poderio soviético, se emplea el procedi- 138 P.l.. Naturaleza del poder miento de la fuerza para mantener la subyugacién de los gobiernos de otros paises; y esto no sdlo cuando se trata de territorios incorporados a la Unién Soviética (como los Estados bilticos), sino también en la zona de influencia, en la que los Estados del centro y este de Europa han sido convertidos en Estados vasallos, y las rebeliones de estos pueblos en defensa de su libertad, aplastadas por la fuerza militar. La tesis de la ideologia marxista segén la cual la implantacién del socialismo implica la fraternidad de todos sus miembros no pasa de sex una ficcion, Por ello, el Ilamado «campo socialista» no es una comunidad de pueblos, sino un enjambre de antagonismos que se trata de conjurar por medio de la fuerza. El resultado es la creacién de un centro de poder supremo que es Mosc y una serie de pueblos sometidos a ese poder. A esta figura se deno- mina imperio y a tal politica debe calificarse de imperialista, fundada en el culto a la fuerza y en el dictado del mas poderoso sobre el mas débil. De otra parte, existe en los gobernantes soviéticos un miedo a hacer concesiones a los pueblos sometidos a la obediencia de Mosci por temor a la influencia que tales concesiones en beneficio de la libertad podria tener en el interior de la URSS. Es el temor a la infeccin liberal, ya que si acceden a las exigencias de las libertades de los pueblos vasallos, el pueblo ruso tam- bién exigiria similares concesiones, a lo que se opone totalmente la estructu- ra totalifaria del régimen. Se teme entreabrir la puerta de la libertad por temor a que se convierta en un vendaval que destruya el mismo sistema. Este sistema encierra un poder ilimitado y un control universal sobre todas las manifestaciones de la vida humana. No se contenta con la obedien- cia externa del ciudadano a la autoridad, sino que se impone una ideologia, una creencia y un modo de pensar que se impone coactivamente a todo el pueblo. No se trata de un simple régimen autoritario que se funda en una fuerte autoridad, pero deja espacios libres a la sociedad, como es la zona de las creencias y puede ser la libertad en el orden econdmico. El régimen soviético es auténticamente totalitario: no hay zona de la vida de los ciuda- danos que escape a su poder. Por eso el totalitarismo implica una politica de terror para someter a todos los ciudadanos en la totalidad de su ser y lograr el control universal, esencial al régimen. El totalitarismo implica un control y dominio sobre la totalidad del hombre y sobre la totalidad de sus manifestaciones en la vida social. Tal es la situacién del régimen soviético. PARTE SEGUNDA EL NUCLEO DEL PODER CaPiTULO I LA NUEVA CONSTITUCION SOVIETICA A partir de la revolucién de octubre de 1917 se han formulado estas denominadas Constituciones: 4) La de julio de 1918 era solamente Constitu- cién de la Republica de Rusia (la nacion principal del Estado soviético), en la que se proclama «la dictadura del proletariado». En ella se adopta el nom- bre de Republica Socialista, Federal, Soviética de Rusia (RSFSR). b) La segunda Constitucién es la del 31 de enero de 1924, y adopta el nombre de Unién de Reptblicas Socialistas Soviéticas (URSS). En ella se recoge el principio federal, que ya se habia iniciado con el pacto Ilevado a cabo entre Rusia, Ucrania, Bielorrusia y Transcaucasia. Principio federal que se ha transmitido a las Constituciones posteriores de nuestros dias, pero que es mas nominal que real debido al sistema de partido unico implantado en el Estado soviético. c) Suele considerarse como primera Constitucién de la Unidn Soviética la del 5 de diciembre de 1936, formulada en la época de Stalin, en la que ya aparece el principio de que el Partido Bolchevique es la vanguardia dirigente de todas las organizaciones sociales y estatales. d) La tltima Constitucién es de octubre de 1977, obra impulsada per- sonalmente por Breznev, quien puso en movimiento la realizacién de este proyecto, existente anteriormente en la era de Kruschev. La Com Constitucional encargada de redactar la nueva Constitucién estuvo presidida por el propio Breznev y compuesta por hombres de su confianza, entre los que figuraban Kossygin (primer ministro), Gromyko (ministro de Asuntos Internacionales), Podgorny (presidente de la Republica), Kirilenko, Suslov (el vigilante de la ortodoxia del régimen), Alexandrov. Bien puede lamarse a este documento la Constitucién de Breznev, no sélo porque fue elaborada en su época, sino también porque fue formulada con las ideas de los hom- bres de su plena confianza, garantia de ortodoxia ideolégica y de los privile- gios del Partido. 1. El motivo de la nueva Constitucién.—El proyecto de elaborar una nueva Constitucién para la Unién Soviética nacié en la era Kruschev, cuyo optimismo sin limites le hizo ver que en la Unién Soviética se habia avanza- do tanto en la realizacién de la era mesidnica del comunismo profetizada por Marx, que era indispensable una nueva Constitucién que recogiera tales con- quistas: la existencia en la Unidn Soviética de un socialismo desarrollado que habia recorrido un largo camino precisamente hacia la comunidad hu- mana; la desaparicién de las clases; la formacién de un nuevo Estado que habia dejado de ser un aparato de opresin y se habia convertido en la 142 P.II. El nucleo del poder encarnacién del pueblo todo entero; la URSS se encontraba en el estadio previo para el paso hacia una autoadministracin social del mismo pueblo, que exige la desaparicién del Estado, cuyas funciones pasan a manos del mismo pueblo. Incluso el principio «a cada uno segtin sus necesidades» ha comenzado ya a realizarse en la Union Soviética por medio de los diversos servicios sociales publicos. Kruschev no se da cuenta de que estos servicios también existen en los paises capitalistas, y ermalgunos de ellos bastante mejor que en el llamado «socialismo desarrollado» de la Unién Soviética. El proyecto para una nueya Constitucién que recogiera estas conquistas del comunismo desarrollado se hizo publico en el discurso de Kruschev del 26 de diciembre de 1961 en Kiev. Se llegé a formar una Comisién Constitucional de 98 miembros, pre- sidida por Kruschev. Pero el proyecto no siguié adelante, y todo desapare. cié con su destitucién en 1964. En 1972, Breznev volvié a lanzar la idea de elaborar una nueva Constitu- cién con ocasién de la sesién solemne del Comité Central del Partido Bol. chevique, del Soviet Supremo de la URSS y del Soviet Supremo de |g RSFSR para conmemorar el 50 aniversario de la creacién de Ja Uni6n Sovié. tica. En su discurso volvié a afirmar la conveniencia de elaborar una nueya Constitucién que recogiera los cambios habidos en la sociedad soviética y las grandes conquistas realizadas en la marcha hacia la era comunista previs_ ta por el marxismo. Breznev fue nombrado presidente de la Comisién Constitucional. Con todo, el tiempo pasaba y el nuevo proyecto continuaba estancado. En el XXV Congreso del Partido (febreero-marzo de 1976) no fue pre. sentado proyecto alguno. Tan sdlo se volvié a mencionar la necesidad de elaborar una nueva Constitucién y a repetir las indicadas razones: era precj_ so tener en cuenta las nuevas circunstancias, los cambios operados en la sociedad soviética, las grandes conquistas del socialismo y los avances hacia la era comunista. Las palabras de Breznev hacen suponer que se estaba trabajando en of royecto, pero sin ninguna prisa: «Ha Ilegado la hora —afirmé Breznev— de acer la sintesis de lov que hemos realizado. En este espiritu preparamos el proyecto de la nueva Constitucién de la URSS. Este trabajo es llevado a cabo con cuidado, pero sin prisa... El nuevo proyecto de Constitucién debe, evi- dentemente, reflejar las grandes victorias del socialismo; debe fijar no sola- mente los principios generales del régimen socialista, traduciendo asi la natura eza de clase de nuestro Estado, sino también los rasgos fundamentals de la sociedad socialista desarrollada y de su organizacidn politica... Pondremos en evidencia el cardcter humanitario del Estado socialista, en cuanto institucién que se propone edificar el comunismo en interés de los trabajadores, en el interés del pueblo entero. La consolidacién y el desarrollo de la democracia socialista seran las principales caracteristicas de la nueva Constitucidn... Segin nosotros, la nueva Constitucién debe consagrar y formular exactamente el objetivo limo de nuestro Estado, a saber: la edificacién de una sociedad comunista» !. 1 La Documentation Frangaise 0.326 (23 diciembre 1977) p.28. C1. Lanueva Constituctén soviética 143 Nuevamente Breznev hace referencia a dos motivos fundamentales, ya aireados por Kruschev y que reflejan el triunfalismo de los jerarcas soviéti- cos: la transformacién de la sociedad soviética, que ya ha entrado en las agujas de la gran estacién terminal de la era comunista profetizada por Marx; de otra parte, la nueva Constitucién sera ya la confirmacién de un Estado del pueblo todo entero, terminologia esta que se aleja de la de Marx, ara quien un Estado del pueblo todo entero es una contradiccion. Pero en el XXV Congreso nadie esperaba que la Constitucion soviética fuera a hacer su aparicién en breve. La frase de Breznev «con cuidado, pero sin prisa» més bien hacia suponer que la promulgacidn de la Constitucién prometida estaba todavia lejana. Sin embargo, surgié la sorpresa, y Breznev present6 un proyecto de ley constitucional en la asamblea del Comité Central de 24 de mayo de 1977. El 4 de junio se hacia piblico el proyecto en Pravda y otros periédicos. Du- rante los meses de julio, agosto y septiembre fue discutido el proyecto por el piblico en miltiples reuniones, que, segiin los datos oficiales, alcanzaron el numero de 650.000 reuniones de discusién, de las que salieron 350.000 proposiciones de enmienda, Todas estas cifras, aireadas por la prensa soviéti- ca, pueden dar la impresién de que se trata de una Constitucién realmente popular en su elaboracién. Nada mis lejos de la realidad. El texto permane- cid, con insignificantes variantes, tal como quiso la Comisién Constitucio- nal, presidida por Breznev y elaborada por los hombres de su confianza y ortodoxia reconocida. El 7 de octubre de 1977, unas semanas antes de la celebracién del 60 aniversario de la revolucién de octubre, el Soviet Supre- mo aprobé por unanimidad la nueva Constitucién. Esta nueva Constitucién, como la anterior, puede ser denominada Cons- titucién de un partido, por cuanto fue elaborada exclusivamente por hom- bres de una misma afiliacion politica, fue aprobada por unanimidad por un 6rgano que esté formado por los hombres de ese partido y porque el centro y eje de la Constitucién esta formado por la preeminencia y el monopolio que queda reservado a ese partido en la estructura y en el funcionamiento del Estado y de todas las instituciones politicas. El cambio de Constitucién no implica un cambio de régimen ni de estructura dentro del mismo régi- men, sino unos cambios semanticos y de terminologia para intentar calmar los descontentos y desilusiones que se estan desarrollando en el seno de la Union Soviética. En el fondo de las inquietudes del Partido y de sus maximos jerarcas existen graves preocupaciones, que explican la formulacién de la nueva Constitucién. Ante todo esta el desencanto de las masas, que van perdiendo su fe en las grandes promesas del Partido y de sus idedlogos marxistas. Especialmente esto es verdadero de las juventudes y de los intelectuales. Se puede engafar al pueblo durante un cierto tiempo, sobre todo cuando se dispone del monopolio de todos los medios de comunicacién de la esfera Piblica, pero no se puede conseguir un engafio sempiterno. Llega necesaria~ mente un momento en el que las grandiosas promesas quedan en el ridiculo ante la dura realidad de una dictadura implacable. Es imposible mantener el doble nivel de la fraternidad e igualdad y practicar a diario la represin y 144 P.H. El nicleo del poder opresi6n, junto con una desigualdad jerdrquica cada vez mas destacada, De este ambiente emerge la disidencia y la clandestinidad, en la que se critica y se ridiculiza la vida oficial. Con sus grandes afirmaciones triunfalistas, la nueva Constitucién pre- tende curar estos grandes males del régimen. Pero intitilmente: ni con nue- vas Constituciones ni con nuevas fraseologias se pueden curar los males rea~ les que padece el pueblo. Una dictadura como la soviética podra soportarse durante algunos afios, pero a la larga produce los mismos fenémenos que todas las dictaduras: el cansancio, el escepticismo del pueblo y la creacién de un callej6n sin salida, Los slogans oficiales pierden su eficacia, y el pueblo se refugia 0 en la clandestinidad o en la indiferencia escéptica. 2. «Un Estado socialista del pueblo entero»—E] articulo primero de Ja nueva Constitucién dice asi: «La Unién de las Repiblicas Socialistas So- vigticas es un Estado socialista del pueblo entero que expresa la voluntad y los intereses de los obreros, de los campesinos y de los intelectuales, de los trabajadores de todas las naciones y etnias del pais», En cambio, el articulo primero de la Constitucién de 1936, la predeceso- ra de la de 1977, decia: «La Unidn de las Reptiblicas Socialistas Soviéticas es un Estado socialista de los obreros y de los campesinos». Y el articulo se- gundo confirmaba esta idea de manera mas cruda, puesto que empleaba la calificacién de «dictadura del proletariado»: «La base politica de la URSS esta constituida por los soviets de los diputados de los trabajadores... y gra- cias a la conquista de la dictadura del proletariado». El articulo segundo de la nueva Constitucin de 1977 emplea otra termi- nologia, y dice asi: «Todo el poder en la URSS pertenece al pucblo. El pueblo ejerce el poder del Estado por intermedio de los soviets de los dipu- tados del pueblo, que constituyen la base politica de la URSS. Todos los 6rganos del Estado estan sometidos al control de los soviets de los diputa- dos del pueblo y dependen de ellos». a) Como se ve, la diferencia de terminologia esta en que la Constitu- cién de 1936 afirma su naturaleza clasista y mantiene el principio de la dicta- dura del proletariado propugnado por Marx. En la Constitucion de 1977 se suprime esa terminologia y se introduce un vocablo nuevo, el pueblo, que carece de contenido clasista y pretende dar una tonalidad democratica y uni- versal a la nueva Constitucién. La Constitucién de 1936 recoge la terminologia habitual en la époc: supone al pais dividido en clases antagénicas; el proletariado (obreros y campesinos) ha triunfado en la revolucion de octubre y ha impuesto la dic- tadura del proletariado sobre los vencidos. Tampoco esta terminologia co- rresponde a la realidad, porque lo que elevé a clase gobernante la revolucion de octubre no fue a la clase de los obreros y campesinos, sino al Partido Bolchevique, dirigido por una élite de intelectuales burgueses que organiza- ron la revolucién y conquistaron el poder. Fueron eliminados todos los de- mis partidos, incluso aquellos que habian colaborado a la revolucién y aquellos que eran representantes de los obreros, como el Social Revolucio- nario (0 de los campesinos) y el de los mencheviques, La mentalidad totali- taria y absorbente de Lenin implanté el reinado absoluto de su propio parti- C1. La nueva Constitucion soviética 145 do; el Estado leninista nunca fue el Estado de los obreros y campesinos, sino el Estado del Partido Bolchevique, fundado y dirigido por Lenin y sus colaboradores, intelectuales burgueses. Su dictadura no fue dictadura del proletariado, sino dictadura sobre el proletariado. El disfraz de esta Consti- tucién esta ya presente en la terminologia empleada cuando afirma textual- mente que «la Union de las Repablicas Socialistas Soviéticas es un Estado socialista de los obreros y de los campesinos»; lo que tenemos en la realidad es un Estado del Partido Bolchevique, duefio absoluto de toda la esfera pu- blica y de todas las organizaciones y derechos, pero no un Estado de los trabajadores. El enmascaramiento es atin mayor en la Constitucién de 1977. Aqui se pretende que la Constitucin de la URSS es una ley que encarna la voluntad y los intereses del pueblo todo entero; ha desaparecido la naturaleza clasista de pasados aitos; todo el pueblo se ha fundido en una gran comunidad de voluntades e intereses; ha aparecido la gran unidad 0 comunidad de todo el pueblo: obreros, campesinos, intelectuales, ciudadanos de las diversas nacio- nes y etnias. Los factores que distinguen, pluralizan y particularizan a los hombres de la Union Soviética han desaparecido, y va apareciendo ef hom- bre universal, el hombre a secas, factor que posibilita la formacién de la sociedad comunista, que es una gran comunidad. Con esta nueva terminologia se trata de ocultar las miltiples fisuras y luchas existentes en el seno del Estado soviético y que preocupan a sus dirigentes. «Dime de qué presumes y te diré de qué careces. En el Estado soviético tenemos una creciente oposicién entre el pueblo y el régimen, en- tre los intelectuales y la dictadura, entre las naciones oprimidas y rusificadas y la Gran Rusia, entre el pueblo ordinario, sometido a duras condiciones de vida, y las clases privilegiadas, que forman los estratos superiores del Parti- do, del Estado, del ejército y de la burocracia. b) Para comprender toda esta transmutaci6n es preciso tener en cuenta no tanto la realidad de la Unién Soviética cuanto la teoria marxista. A la mutacién fraseolégica no ha acompaiiado cambio alguno en la estructura del régimen soviético. Ahora como antes tiene los estigmas clasicos de un régi- men totalitario, tanto en su estructura como en su funcionamiento. En Marx tenemos descrito el camino que seguird la evolucién social en su transicién del régimen capitalista al sistema de la futura sociedad comu- nista. El capitalismo ird evolucionando hasta que llegue a un callej6n sin sali- da, que se producira cuando al desarrollo de las fuerzas productivas (0 la base) no correspondan ya a la superestructura (relaciones ¢ instituciones su- perestructurales). Entonces, para romper este nudo gordiano y permitir el curso normal de la economia, tiene que producirse la revolucién, la cual destruiré el régimen capitalista y 1a propiedad privada. En ese momento re- volucionario de transicién es necesaria la dictadura del proletariado, que vencerd a la burguesia y la destronara de su puesto de clase dominante; su lugar lo ocupara el proletariado, clase ahora dominante, que «expropiaré a los expropiadores» e instauraré una economia nueva socialista. El proletariado es todavia una clase. Pero se trata de una clase especial por su virtualidad universal. Su naturaleza y mision estan destinadas a des- 146 P.II. Elniicleo del poder truir toda clase, y, por tanto, también al mismo proletariado como clase dominante. Mientras existan las fronteras de la particularidad y del egoismo, no existe materia para formar la futura comunidad del sistema comunista. Tiene que aparecer el hombre universal (0 el hombre a secas), que no esta limitado por puntos de vista particulares o por la impronta particular de clase, nacién u otros grupos particulares que destruyen la universalidad hu- mana. i La nueva Constitucién rusa pretende hacer creer que en Rusia se ha Ilegado a este, grado de universalidad: ha aparecido el pueblo, fundido en una comunidad socialista en la que se van esfumando las fronteras de las clases, profesiones, naciones e ideologias. Sélo existe la unidad y comunidad del pueblo soviético, la nueva gran realidad que constituye el fundamento de Ja nueva situacién recogida en la Constitucién. Esto significa el inmenso avance que se ha realizado desde la Constitucién clasista de 1936, fundada en la dictadura del proletariado, hasta la nueva Constitucién de 1977, en la que ya no existen dictadura del proletariado ni sociedad clasista, sino que todos sus hombres aparecen fundidos en una gran comunidad. El tren no ha entrado en la estacién, pero se acerca: est4 entrando en las agujas que dan acceso al término del viaje. Breznev expuso esta idea en el informe entregado a la asamblea plenaria del Comité Central del Partido Comunista sovittico al presentar el proyecto de la nueva Constitucién. «La homogeneidad social de la sociedad soviética se ha convertido en el denominador comin de todos estos cambios. La alianza indefectible entre la clase obrera, el campesinado koljosiano y la in- telligentsia popular ain se ha reforzado, las diferencias entre los diversos grupos sociales se esfuman gradualmente. El dinamismo propio de su vida acerca més a todas las naciones y etnias de nuestro pais. Una nueva comuni- dad histérica ha nacido: el pueblo soviético. Nuestro Estado, que en su origen fue una dictadura del proletariado, se ha convertido en el Estado del pueblo todo entero después de la edificaci6n del socialismo y la adopcion de los principios ideologicos de la clase obrera por todas las capas de la poblacién» *. Si en la Unién Soviética se ha alcanzado ya esa homogeneidad, si ha nacido la comunidad humana y han desaparecido las fronteras de clase, in- cluso de naciones, la mente marxista de Breznev deberia plantearse el pro- blema de por qué subsiste el Estado soviético, incluso por qué crece ese Estado, y, sobre todo, por qué se ha desarrollado su aparato armado y re- presivo. Segiin Marx, en el momento en que se suprime la propiedad privada de los medios de produccién y su consiguiente efecto, las clases y el antago- nismo de clase, debe el Estado entrar en su ocaso, y muy especialmente debe desaparecer el aparato represivo. Breznev no se plante6 este problema, que tantos embrollos produjo en Ia era Stalin, incluso entre los intelectuales, Hasta hoy no existe intelectual marxista alguno que haya podido dar una soluci6n coherente y ldgica a este enigma. Los politicos de mentalidad totalitaria tienen la costumbre de echar un ? La Documentation Francaise (23 diciembre 1977) p.5. Cl. Lanueva Constitucin soviética 147 bello tapiz oficial sobre la realidad social y politica del pais. De esta suerte se crea una apariencia ficticia pintada sobre ese tapiz por la propaganda oficial. Bajo ella continda existiendo el estrato de la vida social y politica en toda su crueldad. En la :uperficie aparece la fraternidad; en Ia realidad sub- yacente, la tirania y la crueldad de carceles y campos de concentracién; so- bre el tapiz oficial colocan la imagen de la igualdad, en la estructura popular real encontramos la jerarquia, y ésta siembra el privilegio en los diversos niveles de la sociedad; en la terminologia oficial tenemos la unién y colabo- racion fraternal de todas las naciones y etnias de la Unidn Soviética, en la realidad tenemos la persecucién despiadada contra tales nacionalidades, per- secucin que va desde la rusificacién hasta su destierro colectivo a regiones extraiias y la privacién de su tierra y hogar natal. Todo ese progreso hacia la comunidad es pura retorica oficial; en la realidad encontramos cada vez mas fisuras, mas disidentes, mas escepticismo y descontento en el seno de un pueblo sometido durante afios a una cruel dictadura por quienes se presen- tan ante el mundo como los grandes redentores de la humanidad. El discur- so de Breznev y los motivos aducidos por él para la elaboracién de la nueva Constitucién con la introduccién de una nueva terminologia no reflejan lo que ocurre en la realidad, sino la pintura oficial del tapiz que encubre y oculta tal realidad. 3. Puesto privilegiado del Partido Comunista soviético.—E! segundo elemento més destacado de la nueva Constitucidn es la importancia y situa- cion privilegiada que le concede al Partido Comunista de la Unién Soviética *. El Partido se introduce a hurtadillas en la Constitucién de 1936 en el articulo 126, que trata el tema de las organizaciones profesionales, de las cooperativas y otras organizaciones. A partir de la mitad del parrafo, el articulo continua con estas palabras, que parecen un simple complemento de las que tratan de los organismos profesionales y deportivos: «Los' ciudada- nos, los mas activos y los mas conscientes entre la clase obrera, los campesi- nos, trabajadores y los trabajadores intelectuales se unen voluntariamente en el Partido Comunista de la Unién Soviética, vanguardia de los trabajadores en sus luchas por la edificacin de la sociedad comunista y nucleo dirigente de todas las organizaciones de trabajadores, tanto de las organizaciones so- ciales como de las organizaciones del Estado». En cambio, en la Constitucién de octubre de 1977, el Partido entra en su articulado con toda solemnidad. El Partido es la institucién fundamental del régimen. Parece que los redactores de la Constitucién han querido advertir a todo el pais que se trata de la piedra angular del sistema soviético. Por eso, a Gl se consagra todo el articulo sexto, que ha sido integrado en la primera parte de la Constitucion, cuyo titulo es Los fundamentos de la estructura social y de la politica de la URSS. Este articulo dice asi: > LaConstitucién de la URSS de 1936 puede verse en La Documentation Francaise de febre- ro de 1974; la Constitucién de 1977, en ibid., marzo de 1978. 148 PII. Elnicleo del poder «El Partido Comunista de la Unién Soviética es la fuerza que dirige y orienta a la sociedad soviética; es el nticleo de su sistema politico, de las orga- nizaciones del Estado y de las organizaciones sociales. El PCUS existe para el pueblo y esta al servicio del pueblo. ‘Armado de la doctrina marxista-leninista, el Partido Comunista define la perspectiva general del desarrollo de la sociedad, las orientaciones de la politi ca interior y extranjera de la URSS; él dirige la gran obra del pueblo soviético, confiere un caracter organizado y ‘cientificamente fundado a su lucha por la victoria del comimismo. __ Todas las organizaciones del Pai Constitucién de la URSS». lo ejercen su actividad en el cuadro de la La figura del Partido en relacién con el Estado ha ido agigantindose con el correr de los aftos. En la revolucién de octubre fue uno de los partidos que tomaron parte en la revolucién. En las Constituciones de 1918 y de 1924 no es siquiera mencionado. En la Constituci6n estaliniana de 1936 se introduce como simple parte de un articulo que trata de las organizaciones profesionales y deportivas; en la nueva Constitucién, Breznev ha querido destacar la figura del Partido frente a todos los disidentes que postulan la democratizacién del régimen. El citado articulo proclama solemnemente que tan solo el Partido Comunista es «el nucleo de su sistema politico, de las organizaciones del Estado y de las organizaciones sociales»; es el gran direc- tor de la politica interior y exterior; también «dirige la gran obra del pueblo soviético». La Constitucién de 1936 le asigné un papel similar, aunque las frases no fueran ni tan solemnes ni tan absorbentes: ambas Constituciones coinciden en que el Partido es «el nicleo dirigente tanto del Estado como de la sociedad». Por tanto, si el Partido es el nicleo fundamental que dirige toda la poli- tica interior y exterior, todas las organizaciones del Estado y de la sociedad, y también es el director de «la gran obra del pueblo soviético», es claro que el Partido suplanta al pueblo y es el auténtico depositario de la soberania; el pueblo se convierte en entidad dominada y arrastrada por este director de toda la vida social y politica. En la Constitucién de 1936, el Partido aparece como una parte del pueblo, la élite «de los ciudadanos, los mas activos entre la clase obrera». En cambio, la Constitucién de 1977 pretende que el Partido es todo el pueblo entero: existe para el pueblo y no para una clase, esta al servicio del pueblo; el Estado es el pueblo, pero todas sus instituciones y su politica interior y exterior estan dirigidas por el Partido; de igual suerte, el Partido dirige todas las instituciones sociales. Por tanto, la naturaleza clasista del Partido ha desaparecido y en su lugar tenemos una entidad de todo el pueblo. El numero de miembros del Partido en 1977 no Ilegaba a los 17 millones para una poblacin de unos 250 millones de habitantes aproximadamente. La composicién de estos miembros es la siguiente: un 60,5 por 100 son rusos; ucranios son un 16 por 100; de Bielorrusia hay un 3,6 por 100. Es decir, que estas tres nacionalidades eslavas juntas dispone del 80,1 por 100 de todos los miembros del Partido. El resto de las nacionalidades dispone de una representacién minima. Hay muchas nacionalidades que no Megan al 1 por 100: Estonia tiene el 0,3; Letonia, el 0,4; Lituania, el 0,7; Moldavia, el CL. La nueva Constitucion soviética 149 0,5; Kirghizia, el 0,3; Tadjikistan, el 0,4; Turkmenistn, el 0,3. Por tanto, habida cuenta de su contenido, puede decirse que el Partido Comunista de la URSS es fundamentalmente ruso y eslavo; el resto de las nacionalidades y grupos étnicos (que son alrededor de los 100) no tienen peso para decidir la direccién del Partido. En relacién con todo el pueblo de la URSS es una minoria insignificante; es una élite que pretende encarnar todo el pueblo * 4. Ficcién y Constitucién—Para que se pueda hablar de Constitucion y de régimen constitucional es preciso que ta Constitucion realice determi- nados fines, sin los cuales tal documento se convierte en pura ficcidn. a) Ante todo, la Constitucién ha de reconocer y garantizar a los ciuda- danos el disfrute de los derechos civicos. Para ello es preciso que limite y frene los poderes de la autoridad gobernante, de suerte que los abusos del poder puedan ser cortados por un poder judicial independiente del partido gobernante. Pero esto no ocurre, con la Constitucin soviética. Existe un manifiesto distanciamiento entre la letra de la Constitucién y la realidad de los hechos. Es una denuncia que hacen constantemente los disidentes, que postulan el cumplimiento de los principios de la Constitu- cién; su sistematica violacién por parte de la autoridad la convierte en un documento de propaganda més bien que de realizacién, de ficcién mas bien que de verdad. Veamos algunos ejemplos tomados de la parte de la Consti- tucién dedicada a la declaracién de los derechos de los ciudadanos. El articulo 50 dice: «Conforme a los intereses del pueblo, a fin de conso- lidar y desarrollar el régimen socialista estén garantizadas a los ciudadanos de la URSS las libertades de palabra, de prensa, de reunidn, de mitin, de desfiles y manifestaciones callejeras». La realidad es que cuantos ciudadanos han tratado de hacer uso de estas libertades han sido detenidos, condenados a carceles y campos de concentracién, acusados de crimenes contra la seguri- dad del Estado. En la URSS no existe libertad alguna ni de expresién, ni de prensa, ni de retinién o manifestacién. Tales derechos son monopolio del Partido Comunista. E] articulo 48 dice: «Los ciudadanos de la URSS tienen el derecho de participar en la gestion de los asuntos publicos del Estado y en los asuntos sociales, en la discusién y adopcidn de leyes y en las decisiones de impor- tancia federal y local». «La realizacién de este derecho esta asegurada por la posibilidad de ele- gir y ser elegido a los soviets de diputados del pueblo y a los demas érganos electivos del Estado». Ahora bien, Ja estructura totalitaria de la URSS no permite Ja participa- cién del pueblo en tales derechos. El Partido Gnico, su monopolio en la esfera politica, hace imposible la existencia de elecciones propiamente dichas. No puede decirse que existe «eleccin» cuando tan sélo existe una opcién impuesta por tal Partido. El pueblo no puede elegir, sino tan solo votar a las listas preparadas de antemano por los diversos organismos del Partido. En términos estrictos, diremos que en la Unién Soviética existen votaciones, pero no elecciones, lo mismo que en todos los regimenes totalitarios. Por * La Documentation Francaise, marzo 1978, p.16. Estrategia del comunismo 150 P.II. El nucleo del poder tanto, los derechos politicos del pueblo no estan ni reconocidos ni garan- tizados. El articulo 52 establece la libertad religiosa en estos términos: «Los ciu- dadanos de la URSS tienen garantizada la libertad de conciencia, es decir, el derecho de profesar cualquier religion o de no profesar ninguna, de celebrar los cultos religiosos o de propagar el ateismo». En esta formulacién, al ateismo se le reconoce un derecho que se Je deniega a la religién:"el derecho de propaganda. A la religion se le concede la libertad de cultos en el sentido mis estricto, es decir, dentro del templo. Pero como los templos son propiedad del Estado, éste puede decidir su cierre arbitrariamente y, por supuesto, impedir la construccién de otros nue- vos. La practica religiosa convierte al ciudadano en paria; en un ser al que se le cierran las puertas de la promocién en la vida publica, local o estatal, cultural 0 econémica. La persecucién ha destruido o cerrado una cantidad enorme de templos, ha impedido la formacién de sacerdotes y ha abolido la actividad religiosa fuera de los pocos templos existentes. Hay regiones en la URSS en las que la poblacién no dispone de templo en 200 kilémetros a la redonda. Al adve- nimiento de la revolucion roja de octubre de 1917 habia en la URSS unos 300.000 clérigos (del clero secular y regular); actualmente hay poco mas de 14.000. En 1917 habia 163 obispos; en la eleccién del patriarca de 1943 tan sélo habia 19. En la ciudad de San Petersburgo (hoy denominada Leningra- do) habia en 1917, para una poblacién de algo mas de dos millones de per- sonas, 425 templos, con 4.500 clérigos; hoy en Leningrado, con tres millo- nes y cuarto de habitantes, hay 17 templos y 150 clérigos. Todo esto nos dice lo que significa la libertad religiosa de la Constitucién soviética °. b) Otra misién de la Constitucién es situar al Estado en el nivel de ente supremo y mantener a los partidos en un plano inferior. El partido gobernante es llamado a ejercer sus funciones por la ley constitucional del Estado. Pero tal concesién se hace con limitaciones de tiempo y atribuciones definidas y limitadas. En la Constitucién soviética ocurre exactamente lo contrario del princi- pio anterior, que es el nucleo fundamental de todo régimen constitucional. Hemos visto que el articulo sexto afirma la supremacia del Partido Comu- nista sobre el Estado: el Partido es textualmente declarado «la fuerza que dirige y orienta a la sociedad soviética y el nticleo de su sistema politico, de las organizaciones del Estado y de las organizaciones sociales». De ahi la exclusién de todos los demés partidos, el seforio del Partido Comunista sobre el Estado, convertido en prisionero de sus facultades absolutas. Los lideres del Estado son siempre jerarcas del Partido, que es el auténtico sobe- rano que orienta la actividad politica. De ahi una serie de indeterminaciones en lo referente a las atribuciones de los érganos y jerarquias del Estado y Partido. No estan claras las compe- tencias de los Srganos supremos del Partido y del Estado. Por ejemplo, = LR. Gnararevitcu, La législation sur la religion en URSS, Rapport au Comiré des droits de l'homme (Paris, Seuil, 1974) p.100. Cl. La nueva Constitucin soviética 151 cuales son las competencias del secretario general y del primer ministro. A veces estos cargos coinciden en la misma persona, a veces se distribuyen entre personas diferentes, pero se desconoce Ia delimitacién de atribuciones de uno y otro. Lo mismo ocurre con el Polithuré, un Srgano tan importante dentro de la estructura del Partido. Ni la Constitucién ni siquiera el estatuto del Parti- do definen sus competencias. No existe ley alguna que determine quiénes, cémo 0 por qué procedimiento una persona tiene acceso a tal organismo. En realidad, la indeterminacién del poder es la nota dominante de todo régimen totalitario. Tampoco estén legalmente determinadas las formas de sucesién y los nombramientos de los supremos lideres. Todo esto queda a merced de las luchas palaciegas que se desarrollan tras los bastidores del Kremlin, en cuyo seno se forman camarillas en favor de uno u otro jerarca. El publico se entera de los hechos consumados: sabe que fulano o mengano ha sido nom- brado o depuesto de tales puestos, pero se ignora el camino que ha conduci- do a tal situacién, y se desconoce también de qué atribuciones y competen- cias esta investido. Todo esto es claramente anticonstitucional. ©) En la Constitucién de 1936 se declaraba el régimen federal, en el que a las diversas nacionalidades se les reconocia: a) el derecho a tener fuerzas militares propias (art.18b); B) el derecho a la secesién voluntaria de la URSS (art.17). El Estado soviético era declarado «un Estado federal constituido sobre la base de la unin, libremente consentida, de las repablicas socialistas, iguales en derecho» (art.13). Pero todo esto fue letra muerta. Ni las repabli- cas federadas tuvieron tales fuerzas militares ni existid posibilidad alguna de secesién. Muy por el contrario, repuiblicas independientes fueron incorpora- das por la fuerza a la Union Soviética por el procedimiento de la invasion militar, como Estonia, Letonia, Lituania. En la nueva Constitucién de 1977 se afirma nuevamente el sistema fede- ral socialista, el cual implica «la libre autodeterminacién de las naciones y de. la asociacién libremente consentida de las reptblicas socialistas soviéticas, iguales en derecho» (art.70). Nuevamente nos encontramos con una pura declaracién verbal que no responde a los hechos. El problema de la . Los imperativos del Partido son «la unidad en materia de ideologia y de organizacién practica, cohesién monoli- tica de las filas del Partido, disciplina fuerte y consciente de todos los comu- nistas. Todo espiritu de fraccién y de camarilla es incompatible con el espi- rita del partido marxista-leninista» '. En el Partido hay que distinguir dos estratos: la masa de militantes y los érganos formados por la élite de jerarcas del mismo, depositarios de la auto- ridad del Partido y, por tanto, del Estado, sometido a sus decisiones. Antes de ingresar en el Partido, los candidatos han de pasar por un pe- 1 Puede verse el estaturo del PC de la URSS en Les institutions de PURSS, por M. Lesace, en Documentation Francaise (marzo 1978) p.2-16: Documents. Droit constitutionnel et institu- tions politiques. C2. El Partido Comunista de la URSS 153 tiodo de prueba en el que demuestren ser portadores de la ideologia comu- nista y de la fidelidad a la autoridad, y, en consecuencia, disponer de la confianza del Partido en el candidato. Para lograr el ingreso es ademas nece- saria la recomendacion de tres miembros del Partido que militen en sus filas al menos durante cinco aiios. Si el candidato es miembro de Komsomol (juventud comunista), es necesaria la recomendacién del comité local o urba- no del Komsomol (art.4). Los miembros del Partido tienen el deber de «aplicar rigurosa y firme- mente las decisiones del Partido, explicar a las masas la politica del Partido, favorecer el reforzamiento y dilatacién de las relaciones entre el Partido y el pueblo... Poseer a fondo la doctrina marxista-leninista, elevar su propio ni- vel ideolégico, contribuir a la educacién y a la formacién de la sociedad comunista, combatir todas las manifestaciones de la ideologia burguesa» (art.2). E] Partido es concebido, por tanto, como masa sometida a la fidelidad y disciplina y como correa de transmisién a todo el pueblo de esa disciplina. El mandato y la cascada de decisiones vienen de arriba, de los érganos su- premos, ocupados por la élite de jerarcas. A esa actitud de plena sumisién a la autoridad denominé Hitler «ética del honor». El vocablo reaparece hoy en las éticas soviéticas. Las instancias superiores del Partido.—En este nivel superior se en- cuentra la élite que detenta el poder, que es de donde arranca la iniciativa y la direccién de todos los organismos de la Unién Soviética. Los principales Organos son: El Congreso del Partido.—Segiin los estatutos, es considerado como «el Organo supremo del Partido Comunista» (art.30). Est formado por repre- sentantes de la masa de militantes del Partido segin normas que emanan del Comité Central. La supremacia del Congreso es pura teoria en la historia del Partido Bolchevique. Ello se debe a que su convocatoria es poco frecuente y de- pende de las autoridades supremas del Partido. Durante toda la era Stalin, su convocatoria se subordiné a las decisiones del dictador. Entre 1939 y 1952 no existiéd Congreso alguno. Los mismos estatutos han ido cambiando las normas de su convocatoria. Entre 1917 y 1925 se convocaba una vez. al afio; los estatutos de 1934 determinan la convocatoria una vez cada tres afos. En 1961 se establece una convocatoria cada cuatro afios, y en 1971 aun se dilata ese periodo a cinco afios. A todo esto hay que afiadir que los Grganos superiores, y muy especial- mente el secretario general, tienen medios para influir en la eleccién de las personas que acudan al Congreso. El Congreso tan sélo puede representar a los militantes del Partido; pero incluso esto es dudoso y esta sometido a las intrigas de los supremos jerarcas. Especialmente es valida esta afirmacién durante la era Stalin, Por eso la historia del Congreso demuestra que no se trata de una asamblea en la que se examinan en serio y se debaten objetiva- mente los problemas, sino que se trata de una asamblea de vitoreadores que proclaman a los cuatro vientos la gran sabiduria de sus supremos jefes y las grandes conquistas del Partido; es algo muy similar al papel de las Camaras 154 P.II. El nicleo del poder totalitarias. Toda posible oposicién queda.eliminada de antemano. La ley suprema es la fidelidad. Mision principal del Congreso es aprobar el informe de la politica gene- ral del Partido presentado por el Comité Central, y que generalmente ha sido preparado por el Secretariado del Partido. En ellos se expone la politica internacional y la nacional, asi como la econémica y los temas tocantes a la ideologia y ortodoxia; elige el Comité Central y la Comision Central de Control. Las sesiones Se aprovechan para lanzar proclamas propagandisticas. El Comité Central—Es otro importante drgano. Segiin los estatutos, el Congreso elige al Comité Central y a la Comision Central de Control. La misién del Comité Central es «dirigir toda la actividad del Partido, de los Srganos del Partido; él procede al reclutamiento y al reparto de los cuadros dirigentes» (art.34) durante los largos intervalos de las reuniones del Con- greso. Es otro 6rgano que ha pasado por infinidad de vicisitudes. Durante la dictadura de Stalin este Srgano fue una entidad perfectamente adaptada a la voluntad del dictador, con personajes fieles a su persona. En la segunda parte de la dictadura perdié su importancia y cay6 en desuso. El voto und- nime ha sido la conducta mas generalizada de este Comité, lo que indica su naturaleza de subordinacién a otra autoridad superior. Existen, sin embargo, excepciones, y entonces los debates son secretos. Asi, en enero de 1955 se decidié en su seno la remocién de Malenkov de su puesto de primer minis- tro; en octubre de 1964 se produjo la destitucién de Kruschev. Tras de los bastidores del Comité se movian las diversas camarillas palaciegas en su lu- cha por el poder. En cuanto a sus reuniones, tampoco existe regularidad. En los comienzos del régimen tenian lugar dos veces al mes; ya en 1922 se convoca una vez cada dos meses; en 1934 se establece una reunion cada seis meses. Hemos dicho que el Comité Central Hlegé a caer en desuso durante la dictadura personalista de Stalin, teniendo en cuenta la politica estrictamente persona- lista de Stalin. Después de su muerte se establece la doble convocatoria du- rante el afio. En la era Kruschev, las sesiones duraban varios dias. y trataban de toda clase de asuntos, desde los ideolégicos hasta los econémicos, los politicos, los internacionales, organizacién del Partido, etc. Es un érgano cuyo funcio- namiento ha estado a merced de la persona o personas que detentan real- mente el supremo poder. El niimero de sus miembros ha crecido continuamente desde la época de Lenin hasta nuestros dias. En 1925 eran 125 miembros; en 1966 alcanz6 los 195, y posteriormente se superé el ntimero de los 200 miembros. A éstos hay que afiadir el grupo de los candidatos con voz, pero sin voto. La com- posicién de este organismo se hace con gran cuidado, teniendo en cuenta la ortodoxia y la plena fidelidad al régimen; a veces, la fidelidad al régimen denota el servilismo a la suprema autoridad 0 a quien ocupa el puesto de secretario general. Sus miembros son elegidos de los comités comunistas de las regiones y distritos, del Gobierno, del Secretariado, del ejército y de otros organismos del régimen. C.2. El Partido Comunista de la URSS 155 EI Secretariado.—Este complejo organismo esta presidido por el secreta- rio general, que a veces se denomina primer secretario. El organismo se compone de multitud de departamentos, que han variado en la historia, tales como industria, agricultura, transportes, comercio, Partido, sindicatos, Komsomol, Agitprop (agitacién y propaganda), que maneja los medios de comunicacion, la propaganda y la preparacién ideolégica; Fuerzas Armadas, etcétera. Cada uno de estos departamentos tiene su secretario, y al frente de todo el organismo tenemos la figura del secretario general. Lenin nunca ocupé este puesto, que entonces carecia de la especial signi- ficacién y poder que ha llegado a tener posteriormente. Lenin fue el creador del Partido, el caudillo indiscutible del Comité Central y del Politburé. Los estatutos apenas tratan el tema del secretario. E] articulo 38 dice que el «Comité Central elige al secretario general del Comité Central del Partido Comunista». En cuando al Secretariado, afirma el mismo articulo que el Comité Central del Partido Comunista de la Union Soviética «elige al Secre- tariado para dirigir el trabajo corriente, en particular el reclutamiento de los cuadros, y Grganizar el control de ejecucién». La importancia del secretario comienza con Stalin, quien se sirvié de él para colocar figuras fieles a su persona en los puestos clave hasta que consi- guid para si todo el poder; también se sirvid de él para la eliminacién de todos sus adversarios por medio de las «purgas». A través del Secretariado también alcanzaron el poder Kruschev y Breznev. En sus origenes, el Secretariado fue concebido como un servicio secun- dario para el funcionamiento del Partido, En 1919 se establecié el Orgburé, buré de organizacién del Partido, al que en teoria estaba sometido el Secre- tariado. Pero el Orgburé desaparecié, y el Secretariado aumenté sus atribu- ciones, referentes al nombramiento del personal, a la organizacién del Parti- do, al control de sus diversas actividades a escala estatal o regional y local; el Secretariado hace o recibe sus informes. Ademas, miembros del Secreta- riado estén presentes en el Politburd, érgano supremo de! Partido. Asi, lo que inicialmente fue considerado como un organismo lateral y de servicio, se ha convertido en una institucién fundamental que determina la organiza- cién y el funcionamiento de todas las actividades del Partido, controla los nombramientos y es una cima que puede elevar al poder supremo a la per- sona que ocupa el puesto de director del Secretariado: al secretario general. El Politburé (también llamado Presidium del Comité Central) —Es elegi- do por el Comité Central para «dirigir el trabajo del Partido entre los ple- nos del Comité Central» (art.38). Nacié junto con Ia revolucién de octubre y se formé de un pequefo ntimero de revolucionarios presididos por Lenin; sus miembros fueron Lenin, Zinoviev, Kamenev, Trotzky, Stalin, Sokolni- kov y Bubnov. Se compone de miembros y de candidatos, pero siempre ha sido un organismo de un numero muy reducido de miembros. Durante la guerra civil se compuso de Lenin, Trotzky, Stalin, Kamenev y Bukharin, Solamente en tiempos modernos ha oscilado el nimero entre diez y quince miembros. Durante la era Stalin fue también un organismo sometido y atrofiado por la supremacia del caudillaje de Stalin. Durante este periodo, o no fue convo- 156 PII. El niicleo del poder cado por Stalin o lo dividia en pequefios comités para el estudio de asuntos especiales, pero sus resoluciones eran seguidas o abandonadas segiin el crite- rio del dictador. Durante la segunda guerra mundial, Stalin creé el Comité para la Defensa, que reemplazd al Politburd en sus funciones directivas su- premas. Muerto Stalin, se reconstituy6 el Politburé con diez. miembros, que recoge a los supremos jerarcas del Partido y tiene la misién de instaurar la direcci6n oligdrquica, llamada direccién colectiva, a menos que nazca una persona capaz de coger en sus manos todo el poder y someter también al Politburd, Este organismo comprende, normalmente, al secretario general del Partido, al jefe del Gobierno, al jefe del Estado, al presidente del Comité de Control del Partido, alguno o varios secretarios del Comité Central y a otros personajes representativos. Forman la élite suprema del Partido. Tedricamente, el Politburé es el érgano supremo del Partido. De él de- ben partir las orientaciones para la direccién del Partido y del Estado, some- tido al Partido. Los problemas més importantes del Partido y del Gobierno han de pasar por este organismo, a menos que se produzca la figura del caudillo que concentra en sus manos todo el poder. Después de Kruschev, la direccién colectiva tuvo tres fundamentales pi- lares: Breznev, secretario general; Kossygin, presidente del Consejo de Mi- nistros, y Podgorny, jefe de Estado. Podgorny fue destituido y su puesto pasé a manos de Breznev. Como Kossygin era una figura secundaria y su- misa, Brezney se convirtié en el sefior del Kremlin, el personaje que concen- tr6 en su persona el poder para la direccién del Partido y del Estado. Toda la organizacién del poder y la misma historia del Partido y del Estado tie~ nen una inclinacién hacia la generacion espontanea del caudillaje. Todos es- tos personajes ya han fallecido. El sucesor de Breznev es Andropov, que por ahora constituye una incognita. Toda la organizacién tiene la figura de una piramide, nota caracteristica de la estructura de todos los partidos totalitarios. Se parte de una amplia base; pero, a medida que se construye la estructura del Partido, se va reali- zando una reduccién cada vez mAs estrecha, hasta que en la cima encontra- mos una persona o una oligarquia desconectada del asenso del pueblo, que es la base, En Rusia se pretende que 250 millones de habitantes estén repre- sentados o se encarnen en un solo partido de 16 millones de militantes; esta masa militante esté representada en los miembros del Congreso, cuya elec- cién esta sometida a las intrigas de las supremas instancias del Partido. El Congreso esta representado en el Comité Central, el cual encarna en el Po- litburé y Secretaria. Todavia estos organismos pueden quedar sometidos a la voluntad absoluta de una sola persona. Asi se forma la estructura de pirami- de, que arranca de una base tan amplia como todo el pueblo soviético y, por el método de las reducciones, concluye en un organismo oligarquico que se ha independizado por completo del asenso popular. 2. NATURALEZA DEL PARTIDO @Cual es Ja naturaleza de este Partido? La conclusién que vamos a sacar es que se trata de un partido de estructura totalitaria, C.2. El Partido Comunista de la URSS 157 1. La unicidad—Hay mentes que creen que el partido tnico es una cuestién de numero. Pero no hay tal; es un problema de naturaleza, no solo del partido, sino también del mismo Estado, sometido al partido unico. El partido unico cambia la naturaleza del Partido y del Estado. a) En primer lugar, el partido Gnico carece de la representatividad po- pular, porque es imposible que a un pueblo corresponda una sola opinion, un solo programa y partido. Tal cosa tan sdlo cabe imaginar en algun clan primitivo, caracterizado por la unidad rigurosa de tradiciones y cultura; pero en todos los pueblos civilizados tenemos un completo pluralismo de ideas, intereses, entidades de todo orden, que entran en colisién con la uni- cidad de partido. Por eso el partido tinico tan sélo puede implantarse por la fuerza y la coaccién, como nos lo demuestra la historia, ya sea por medio de la guerra o la revolucién armada. Esto es Jo que realiz6 la revolucién roja de octubre de 1917: a un pueblo de muchos millones de habitantes impuso un partido tinico y elimind a todos los demés, incluso aquellos que habian tomado parte en la revolucion. EL ingreso de los ciudadatios en ese partido es un privilegio que se obtie- ne después de haber superado el periodo de candidatura y obtenido la admi- sion por parte de las maximas autoridades del Partido. Son condiciones pre- vias la aceptacion, por parte del candidato, de la ideologia oficial, la fideli- dad y sumisin absolutas a las decisiones de la autoridad, de suerte que la disidencia se convierte en delito y es causa de expulsion e incluso de cércel de internamiento en los campos de concentracién o de eliminacién. Este primer control se convierte en un principio de marginacién contra la mayoria del pueblo. La poblacién de la Union Soviética es de 250 millo- nes de habitantes; los miembros del Partido son 16 millones. La margina- cidn se manifiesta en que solamente los militantes del Partido tienen acceso a la vida politica, a los puestos mas apetecidos de la esfera piiblica y al disfru- te de los derechos publicos. En la teoria del partido tnico se excluye la multiplicidad tanto de opi- niones e ideologias como de partidos y asociaciones que no sean vastagos del Partido. Se suprime, en consecuencia, la competencia de pensamiento o cultural, lo mismo que la politica y programas de gobernacién que desbor- den los limites establecidos por el partido tinico. 4) Existe otro segundo e importante control dentro del mismo Partido para el ascenso del militante que forma parte de la masa de miembros del Partido hacia los estratos superiores, donde se encuentran los érganos supre- mos del Partido. Los nombramientos para los diversos puestos del Partido pueden hacerse por el Politburé (érgano supremo al menos en teoria), por el secretario ge- neral, por el Comité Central o por el mondcrata que consigue concentrar en su persona todo el poder. Las elecciones tienen mas de simples votaciones que de elecciones, ya que consisten en confirmar o legalizar las personas elegidas y presentadas por las supremas autoridades del Partido. No es la eleccién popular la que eleva a las personas a los érganos del poder. Es un sistema cerrado del que 158 P.Il. El nucleo del poder no estan ausentes las intrigas y la lucha por el poder que se desarrolla en estos supremos niveles de la politica soviética. En efecto, los jerarcas que llegan a conseguir el liderazgo procuran servirse de su puesto para elegir los hombres que juzgan més fieles a su persona para, de esta manera, asegurar las bases de su autoridad. Esto resplandece con luz siniestra en la era Stalin. Este segundo filtro introduce un criterio de discriminacién en el seno del Partido, ya que deniega la igualdad de oportunidades a cuantos muestren [a mas minima seal de ‘disidencia, sea con la ortodoxia oficial, sea con los programas y decisiones aprobados por los lideres. De esta suerte se elimina la competencia entre los lideres de los diversos partidos, como ocurre en la democracia. En su lugar se instaura una compe- tencia y lucha por el poder en el seno mismo del Partido, que es la nota caracteristica de la historia‘del bolchevismo. 2. No es partido constitucional.—La Constitucién no es un simple hecho o una estructura, ya que en este sentido todos los regimenes tienen alguna estructura, incluso los totalitarios. La Constitucién es una ley que gobierna al gobernante y tiene la misin de suprimir lo arbitrario mediante [a determinacién de los caminos legales que legitiman la autoridad, asi como la delimitacin del poder del gobernante en el tiempo y en sus atribuciones con el fin de defender y garantizar los derechos de los stibditos. Este no es el caso del régimen bolchevique. A pesar de que existe una Constitucién escrita y unos estatutos del Partido, con todo, no es la ley la que determina el camino para el acceso al poder, no existe una determina- cién y delimitacién del poder ni en el tiempo ni en las atribuciones, y me- nos podemos hablar de un reconocimiento y garantia de los derechos de los ciudadanos y de las entidades sociales. ‘Al no existir una clara determinacion del acceso al poder y de los limites de tiempo y de atribuciones, se instala la arbitrariedad en el ascenso o la direccién del régimen. En lugar del reinado de la ley, tenemos otro factor decisivo: la lucha por el poder entre los hombres que forman la élite del Partido. De ahi las diversas alineaciones de los jerarcas, la formacién de grupos en apoyo de una u otra personalidad, las sorprendentes destituciones de unos y elevacién a puestos clave de otros, las «purgas» y caidas en des- gracia sin que medien sentencias de tribunales, sin que se den explicaciones sobre acontecimientos que el publico contempla como mero espectador. Cuando falta el canal claro de la ley, necesariamente ha de nacer la conspira- cion, la lucha de hombres que, una vez escalado el nivel de las altas jerar- quias, tienden esponténeamente al ascenso y al caudillaje. Muerto Lenin, surge la lucha por el poder entre sus cortesanos. La bata- Ila més feroz se desarrollé entre Trotzky, la estrella intelectual del Partido, y Stalin, hombre mas practico y astuto, que concluy6 con el exterminio de Trotzky, Luego, Stalin recurrié a las «purgas» para climinar a todas las figu- ras del Partido y coger en sus manos todos los poderes, subordinando a sus decisiones los érganos supremos del Partido e instaurando un régimen de terror sobre toda la masa del pais. Para triunfar en esta lucha por el poder, Stalin se sirvié de su puesto de secretario general, desde donde consiguid colocar en los puestos clave a personas déciles y fieles a su persona. Asi se C2. El Partido Comunista de la URSS 159 formé el grupo estalinista, que terminéd por vencer, «purgar» y eliminar a todas las demés coaliciones: las formadas en torno a la persona de Trotzky y luego de Bukharin. Muerto Stalin, se crea un inmenso vacio y una incertidumbre en torno a su sucesion y a la politica que se ha de seguir. Inicialmente hereda el poder Malenkov, que sirvié en la Secretaria del Partido bajo el mando de Stalin y fue uno de sus fieles colaboradores. Junto a él encontramos a Molotov, otro viejo estalinista, y a Beria, el siniestro jefe de la policia y brazo derecho de Stalin en la realizacién de las «purgas». Este triunvirato pudo sobrevivir poco tiempo. Después de los funerales se inicia una alineacién de hombres contra la era Stalin. El nombre de Stalin se olvida, y sus partidarios se encuentran en graves dificultades, teniendo en cuenta que en este grupo hay algunos militares como el mariscal Konev, que tom6 parte en la lucha por una nueva orientacién. Inmediatamente después de la muerte del dictador es eliminado su secretario personal, el temido A. Poskrebyshev. Con la activa colaboracidn del ejército, especialmente del mariscal Konev, de quien se dice que rodeé la casa de Beria con sus tanques, el jefe de la policia fue detenido y fusilado, y con él otros varios jefes de la policia estaliniana. Konev se alineé con Kruschev, que intrigaba contra el triunvirato de estalinistas. Konev era enemigo personal de Zhukov, el mis brillante militar ruso de la segunda guerra mundial. El reino del triunvirato estalinista se comenz6 a tambalear ante la onda del movimiento antiestalinista. Molotov fue acusado de dogmatismo y destituido de su puesto de ministro de Asun- tos Exteriores. Ademis surgieron otros puntos de friccién. Malenkov, ante la vista de la miseria en que se encontraba el pueblo ruso después de la guerra, cometio la herejia de poner en el primer plano del desarrollo econdmico al sector, tra- dicionalmente abandonado, de los bienes de consumo. Kruschev atacé este punto y defendié la primacia del primer sector: el desarrollo de los bienes de produccion y de la gran industria. Para obtener alimentos, Kruschev de- fendia la necesidad de roturar las tierras virgenes del oeste de Siberia y de Kazakhastan. En el orden internacional deseaba buscar una reconciliacién con Tito y firmar el tratado austriaco. Estaba de por medio el propésito de los antiestalinistas de denunciar la era estaliniana en el XX Congreso. E] triunvirato estalinista no pudo sobrevivir. Kruschev se proclamé pri- mer secretario del Partido y colocé a Bulganin como primer ministro, otro estalinista. Con la destitucién de Malenkov y su triunvirato no concluyé la lucha; se formé un antigrupo (formado por Malenkov, Molotov, Kagano- vich), que intent6 destituir a Kruschev de su puesto de primer secretario (0 secretario general); la maniobra obtuvo en el Politburé siete votos favorables por slo cuatro en favor de Kruschev; pero entonces Kruschev convocé el Comité Central, que le contirmé en su puesto. El antigrupo fue denunciado como antipartido y expulsado del Comité Central. En junio de 1957 fue destituido Bulganin de su puesto de primer ministro, y Kruschev logra su victoria al ocupar el puesto vacante de primer ministro, dejado por Bulga- nin, y retener el puesto de secretario general. 160 PAI. Elnicleo del poder Lo caracteristico de la era Kruschev (1958-1964) es la desestalinizacién, que implica la condena de fa conducta criminal del gran dictador; se sometié la policia al Partido para proteger la vida de los jerarcas del Partido, se introdujeron algunas nuevas medidas legales para mejorar el funcionamiento de los tribunales, como la supresién del valor probatorio de las confesiones de los reos; se suavizaron las penas para las faltas cometidas en el trabajo y se liberaron muchos de los encerrados en los crueles campos de trabajo. En las relaciones internacionales se proclamé el principio de la pacifica convi- vencia, contraria a los planes que Stalin tenia preparados antes de su muerte, en los que probablemente proyectaba un ataque contra Tito. Las relaciones con China atin se deterioraron mas; Krusehev fue denun- ciado por los chinos como un revisionista. En el orden interno aumentaron los problemas. Kruschev dividié el Partido en dos sectores, el industrial y el agricola; introdujo, ademds, una descentralizacién a nivel de reptblicas y de territorios, lo que condujo a un laberinto de comités y organizaciones, Su politica agricola no dio el resultado apetecido. Y nuevamente nacieron las conspiraciones; los viejos estalinistas no le perdonaron la desestalinizacién; los que acechaban el momento lo encontraron el 14 de octubre de 1964, en el que fue destituido de sus puestos de primer ministro, de secretario general del Partido y de miembro del Politburé. El publico se entero de la noticia con asombro, y recibié la inaudita explicacién de que tal cese se habia pro- ducido «en vista de su avanzada edad y del deterioro de su salud». Nadie creyé en tal explicacién. Al dia siguiente de su caida, el érgano oficial, Prav- da, hacia una dura critica de su politica, de sus errores y de la practica del culto a su persona. Todo esto no tiene nada que ver con su salud. Se trata de una revolucién palaciega. EI golpe fue organizado por Leonidas Breznev con la colaboracién de! idedlogo del Partido y estalinista Suslov. Se forma un nuevo triunvirato: Brezney, secretario general; Kossygin es nombrado primer ministro, y Pod- gorny, jefe de Estado. Esta troika hizo crisis. Podgorny fue desposeido de sus cargos de jefe de Estado y de miembro del Politburé. Kossygin fue una figura secundaria, y asi el liderazgo pasé a manos de Breznev. Muerto éste, el poder pasa répidamente a manos de Andropov, siendo desconocida la forma de su elecci6n. Toda esta historia de ascensos y destituciones, de promociones y «pur- gas» indica la presencia de elementos completamente imprevisibles en lo re- ferente a la sucesién de la autoridad, a los limites de tiempo y atribuciones de que dispone el gobernante en la Unién Soviética. Todo ello es manifesta- cién de la ausencia del reino de una ley constitucional que determine todos estos puntos y la introduccién del arbitrario presente en la constante lucha para subir y alcanzar el poder que se instaura entre la élite de jerarcas del Partido. Por esto ha nacido hoy una nueva ciencia denominada kremlinologia, que consiste en el estudio de las personalidades que forman esta élite, de sus ideas y propésitos, de las alineaciones, agrupamientos y camarillas que to- man parte en esta lucha para elevar o deponer a ciertas personas. Aunque un riguroso secreto oculta cuantos acontecimientos ocurren tras los bastidores C.2. El Partido Comunista de la URSS 161 de estas altas esferas, siempre es algo lo que se filtra 0 se deduce de los acontecimientos. Significativo es el orden en que se sitGan estos jerarcas o el orden en el que se les cita, el puesto que ocupan en los periddicos, los adjetivos con que son calificadas sus conductas, los simples aplausos 0 los vitores con’ que son recibidos en las reuniones de los érganos del Partido, etcétera. Al ventear todos estos pequefios detalles, el kremlindlogo puede derivar ciertas conclusiones sobre qué personajes ascienden o estén cayendo en desgracia, qué personajes forman grupo y cual es la persona que va asu- miendo el caudillaje. 3. Partido y todo.—De suyo, el vocablo «partido» viene de «parte», y denota una entidad compuesta por una parte del pueblo. El partido esta formado por un cuerpo de hombres unidos por la adhesién a un programa (politico, econdmico, social), que tiene la misién de presentar candidatos al electorado para lograr el mayor mimero de diputados que lo representen en orden a formar gobierno o a influir en la marcha de los asuntos publicos. a) Partidos democriticos.—Dentro de una Constitucién democritica, los partidos adquieren caracteristicas propias, por las que se distinguen de los partidos totalitarios. En primer lugar, los partidos democrdticos tienen conciencia de ser parti- dos, de representar tan solo a una parte, aunque sea mayoritaria, del pueblo. Por ello reconocen el derecho’a fa existencia y libertad de accién a otros partidos que representan a otras partes del pueblo. Por ser «partes», nunca pretenden ser «todos»: no afirman ser ni todo el pueblo, ni toda la nacién, ni todo el Estado. No recurren a especulaciones misticas ni organicistas. Por eso, tales partidos, que son entidades esencial- mente politicas, son, sin embargo, entes privados situados en un nivel inferior al Estado, al que tinicamente se le reconoce la naturaleza publica de represen- tar a todo el pueblo. Por eso es la entidad suprema. En segundo lugar, por ser el Estado el ente supremo, es también el indica- do para llamar a determinado partido o partidos al nivel superior de goberna- cion a través de la ley constitucional, que define los cauces por los que los partidos suben al poder y determina sus atribuciones y el limite de tiempo Girante el que pueden cjercer el poder. A esta autoridad podemos llamar «le. gal», ya que se funda en la iavestidura que la ley concede a determinadas personas para el ejercicio del poder. b) Partido sinico.—Es propio del partido unico el presentarse en el esce~ nario politico como «todo». El partido tinico no es una parte, sino toda la nacién, o todo el Estado, o todo el Estado nacional, o todo el pueblo. Existen diversas formulas, todas coincidentes en transfigurar la parte en un todo. Para cualquier politico que esté al frente del partido dnico resulta duro y descarado el afirmar que su partido es una parte de pueblo que excluye a todas las demas partes del pueblo, que se reserva para sy su partido todo lo mejor del pais (el monopolio de los derechos publicos, fos cargos y pucstos mas apetecibles, las libertades civicas), mientras a todos los demas se les impo- ne la dictadura y la marginacién. El pais queda escindido en dos: el grupo de los privilegiados, que militan en el régimen, y el grupo de los excluidos y postergados. Para enmascarar esta situacién, los teéricos totalitarios afirman que el par- tido es toda la nacién, todo el pueblo o todo el Estado nacional. Tal fue la tesis fundamental de la filosofia fascista. La forma de su demostracién es di- versa segan los autores. En general, se arranca de una concepcion mistica y organicista de la nacién, la cual no es una suma'de individuos, sino un orga- nismo internamente animado de un espiritu nacional, El Partido Fascista re- 162 P.IL. Elniicleo del poder presenta no la voluntad de los indiyiduos, sino el espiritu y la voluntad de ese organismo milenario y supraindividual. Mas bien que representacién, tenemos aqui una encarnacién del ente orgénico en el partido. No es una representa- cidn cuantitativa, sino cualitativa: e| partido es la élite portadora del auténtico espiritu nacional. Algo similar encontramos en la filosofia nacionalsocialista. El centro de esta filosofia es la raza o la macién germanica entendida como comunidad biolégica y, en consecuencia, como comunidad espiritual. Esta es la gran reve- lacién del racismo. El Partido Nacionalsocialista no es la representacién del pueblo entendido tomo multitud de individuos, sino la encarnacién de esa entidad milenaria internamente formada por la comunidad de raza y de espiri- tu. Y esta comunidad encarna exclusivamente en e! Partido Nacionalsocialista. Esto significa que el partido no puede considerarse como entidad privada, sino como entidad ptiblica. La oposicién al partido es un crimen contra la seguridad del Estado o contra la seguridad de la nacién, a los que encarna. Esta especial gravedad de la disidencia y de la oposicin al partido es nota peculiar de todos los regimenes de partido tnico; gravedad que no puede darse en la oposicién a un partido que es entidad privada, como ocurre cuan- do existen multirud de paretdos en ef seno de una democracia, En segundo lugar, el partido nico es superior al Estado, de suerte que el Estado con sus diferentes rganos se convierte en un medio del que se sitve el partido para la realizacion de sus fines, que encierran como meta suprema el dominio imperialista. En un régimen vovalitario el Estado ha sido conquistado por medio de un levantamiento militar o de una guerra civil; existe el titulo de conquista: el conquistado queda sometido al conquistador: «El Estado no nos ha creado a nosotros, sino que nosotros hemos creado nuestro Estado», afir- mé Hitler ?. De otra parte, el partido es el portador de la idea y del programa que comunica e impone a todos los organos del Estado y a todos los hombres que estan al frente de esos drganos, El partido encarna el alma y el espiritu nacio- nal que debe animar al Estado. En estas condiciones, ¢dénde radica el sujeto de la soberania? No en el pueblo, que queda reducido a entidad pasiva, sobre la cual despliega el gober- nante su autoridad, sin que el pueblo csponga del poder de juzgar, deponer o cambiar al gobernante o la estructura politica. Tampoco puede residir en el Estado, por ser un ente conquistado por el partido y totalmente dominado por él. En consecuencia, debemos afirmar que el auténtico sujeto de la sobera- nia en un régimen totalitario es el partido, que se convierte en ente supremo. ©) El Partido Comunista.—El Partido Bolchevique conquisté el poder por medio del levantamiento militar y de una guerra civil. Una vez logrado su primer objetivo, Lenin eliminé a todos los demas partidos e instauré el reino absoluto del Partido Bolchevique, del que él personalmente era el fun- dador y el caudillo. Stalin, en el XIX Congreso del Partido (1952), eliminé la denominacién «bolchevique» y lo bautizé con la denominaci6n oficial de Partido Comu- nista de la Unién Soviética. «Bolchevique> significa mayoritario, y denota a la rama més extremista del primitivo Partido Comunista ruso, dirigido por Lenin. En las disputas habidas sobre la organizacién del Partido y sobre los métodos para la conquista del poder, las filas del Partido se dividieron entre moderados y mas extremistas. En la votacién, Ja mayoria se incliné por los 2 Discurso de Nuremberg (7 septiembre 1934); Hitler's Speeches (Londres, Oxford Univ Press, 1942) p.663, C.2. El Partido Comunista de la URSS 163 métodos violentos (bolchevique), mientras una minoria (mencheviques) se decidié por una camino mas moderado, fundado en la evolucién de la mis- ma sociedad. Pero queda por enmascarar el punto clave. El Partido Comunista no encierra una dictadura ni una marginaci6n del pueblo. Tradicionalmente y hasta hoy, los comunistas soviéticos calificaban su régimen como dictadura del proletariado, expresin que se encuentra en Marx para denominar el régimen que debe ser instaurado en el periodo de transicién del capitalismo al comunis- mo, cuando la clase capitalista haya sido desposefda de sus instrumentos de produccién por medio de la revolucién proletaria y no haya alcanzado todavia Ja era propiamente comunista. Para Marx, todo Estado es de naturaleza clasista, y su esencia esta en la practica de la clase dominante sobre la dominada. Hace sesenta anos que tuvo lugar esa revolucién, y los comunistas han juzgado legada la hora de eliminar esa expresién, que, por otra parte, ya no cae bien en el ambiente moderno, contrario a la dictadura. En su lugar se ha introducido la expresin «democracia popular» o bien «partido y Estado de todo el pueblo». Es un cambio de denominacién, no de estructura. Ya en la era Stalin, el culto a su persona transform6 la voluntad de Stalin y del Partido en voluntad de todo el pueblo. El derecho es una categoria eclasista» para Marx. Sin embargo, Vyshinsky, el fiel servidor de Stalin, afir- maba: «Entre nosotros, la voluntad de la clase obrera se funde con la volun- tad del pueblo entero. Esto proporciona la base para hablar de nuestro dere- cho socialista soviético como de una expresién de la voluntad de todo el pueblo» >. Todo el esfuerzo de estos intelectuales seguia el camino totalita- rio: la identidad del Partido y pueblo y, finalmente, la identidad del Partido y del caudillo que estaba al frente del Partido. En el XXII Congreso del Partido (1961), la época de Kruschev, se pro- clamé solemnemente este principio, que fue calificado como uno de los mas importantes desarrollos del pensamiento cientifico del marxismo-leninismo. La resolucién aprobada fue ésta: «La clase trabajadora es la sola clase en la historia que no aspira a perpetuar su poder. Habiendo Hevado a efecto la victoria completa y final del socialismo —la primera fase del comunismo— y la transicién de la sociedad a la plena construccién del comunismo, la dictadura del proletariado ha realizado su misiin historica y ha dejado de ser necesaria en la URSS desde el punto de vista de los objetivos del desarrollo interno. E] Estado, que nacié como Estado de la dictadura del proletariado, se ha convertido, en la nueva era contemporanea, en Estado de todo el pue- blo como un todo... El Partido defiende que la dictadura del proletariado de la clase trabajadora dejara de ser necesaria antes de que el Estado desaparez- ca. El Estado como una organizacién de todo el pueblo sobrevivird hasta la conmpleta victoria del comunismo» *. Una vez acuiada oficialmente una expresién, a los intelectuales toca ex- plicar al pueblo el sentido y fundamento de esa nueva expresién. Hasta aho- ra, durante la etapa de transicién solamente podia reinar la dictadura del > Soviet Legal Philosophy (Harvard, Univ. Press, 1951), trad. H. BABB, p.339. * The 1961 Party Programme, en The USSR and the Future. An analysis of the New Pro- pram of the CPSU; ed. por L. ScHAPIRO (Nueva York 1962) Apendix A p.297. La cursiva es nuestra, 164 PI. Elniicleo del poder proletariado, conforme a la terminologia de Marx. Ahora se distinguen dos etapas durante esa era de transicién. La primera es la dictadura del proletariado. La primera misién de este periodo es expropiar a los expropiadores, es decir, transferir a manos del Estado todos los instrumentos de produccién. En este periodo todavia no han desaparecido las clases, y de ahi la necesidad de la dictadura del proleta- riado, cuya misién es aplastar las clases hasta lograr su supresion, En la segunda etapa de este periodo de transicion desaparecen las clases. Tan s6lo existe el pueblo soviético, En este caso, la dictadura del proletaria- do no tiene sentido. En este momento, segin la doctrina de Marx y de Engels, deberia desaparecer el Estado; pero los comunistas rusos han encon- trado otra salida: es la afirmacién de que en esta segunda fase desaparece la dictadura del proletariado, pero no el Estado. Desaparece el Estado de clase y nace un nuevo Estado, desconocido hasta ahora, que denominan el Estado de todo el pueblo. Es el primer Estado en la historia que ya no es de natura- leza clasista ni Srgano al servicio de una clase dominante; es un Estado de todo el pueblo y al servicio de todo el pueblo. Este Estado de todo el pueblo se caracteriza porque amplia su base po- pular, E] aspecto represivo va perdiendo importancia al desaparecer la clase explotadora, afirmacién que no responde a la realidad. La acusacién més Peco eks scents @--ceannee- sav iets nee eoeesammerte-et aeee tone ae nueva clase dominante, que monopoliza el poder y se mantiene sobre una dictadura fundada en el terror y el gran aparato represivo. Es un Estado policfaco fundado en el poder militar de represion. Dado por supuesto que el aparato represivo tiende a desaparecer, el Es- tado de todo el pueblo se caracteriza por su funcién directiva tanto en lo econémico como en la esfera cultural. El Partido Comunista sera el lider que tendra en sus manos esta funcién directiva para conducir la sociedad soviética hacia su meta definitiva del comunismo. Lejos de disminuir, tien- den a aumentar las grandes tareas que competen a este Partido. Pero ya no sera Partido de una clase, puesto que las clases desaparecie- ron; sera Partido de todo el pueblo; existe una identidad entre Partido y pueblo, Y por eso el pueblo tendra una intervencién cada vez mayor en sus funciones administrativas. Es claro que esta teoria del «Estado de todo el pueblo» es contraria a la doctrina marxista, que no conoce mas que la dictadura del proletariado para el periodo de transicién y la extincién del Estado para la era en la que se realice el comunismo. Engels escribié expresamente: «Cuando por fin [el Estado] Ilega a ser el representante de toda la sociedad, se hace a si mismo innecesario. Tan pronto como no existe clase alguna para ser mantenida en la opresidn, desde el momento en que con la dominacién de clase y la lucha por la existencia... son suprimidos los excesos y colisiones dé ahi resultantes, ya nada queda por suprimir y cesa la necesidad de’ un poder de represion, de un Estado» >. Y Lenin escribié: «Ningiin Estado es ni libre ni popular» *. > Anti-Diihring, en Werke t.20 p.262. © L’Etat et la Révolution (Paris-Mosci, Edit. Sociales, 1969) p.25. Cf. Ocwures choisies t.2 p.698. C.2. El Partido Comunista de la URSS 165 Por esta razén, los comunistas chinos rechazan estas ideas, a las que consideran como una herejia contraria a las ensefianzas marxistas-leninistas. Los chinos defienden que durante todo el periodo de transicin hasta que llega la era de la realizacién de la sociedad comunista debe reinar la dictadu- ra del proletariado. Entre esta dictadura y la extincién del Estado no existe soluci6n intermedia en la ortodoxia marxista-leninista. Lenin, en efecto, afir- ma: «Solamente han asimilado la esencia de la doctrina de Marx sobre el Estado aquellos que han comprendido que la dictadura de una clase es nece- saria no solamente para toda sociedad de clases en general, no solamente para el proletariado que habra derribado a la burguesia, sino también para todo el periodo histérico que separa el capitalismo de la ‘sociedad sin clases’, del comunismo» ’. De otra parte, los chinos admiten la existencia de clases en todos los paises socialistas. Los restos de las clases burguesas subsistentes tratan por todos los medios de retornar al punto de partida, al régimen burgués. Por eso es necesaria Ja continua accién de la dictadura del proletariado para ani- quilar los restos de tales clases y para eliminar las categorias mentales bur- guesas que permanecen en los cerebros de la poblacion de los paises socialis- tas. Esta fue la finalidad de la revolucién cultural china: destruir las catego- rias mentales burguesas subsistentes en los cerebros del pueblo. Y ésta es la acusacién contra los revisionistas rusos como Kruschev, a quienes los chinos acusan de cultivar ideas burguesas. La resolucién del XXII Congreso (1961) se hizo durante la era Krus- chev, quien representa un esfuerzo de apertura y moderacién dentro de lo que permite la rigidez de un sistema de partido tnico. Posteriormente a Kruschev se ha tratado de quitar importancia a esta terminologia, afirmando que no se trata de un cambio de la naturaleza del Estado ni del Partido, y ni siquiera de una esencia distinta de la dictadura del proletariado. Se trataria del mismo Estado. En cambio, la doctrina del Estado de todo el pueblo del XXII Congreso se explicé en el sentido de que la dictadura del proletariado era el Estado de una clase, mientras el Estado de todo el pueblo ya no era el Estado de una clase, sino de todo el pueblo; el primero seria clasista, mien- tras el segundo careceria de tal naturaleza. nos atenemos a la realidad, hay que reconocer que no existe cambio de naturaleza ni de estructura. El acceso del pueblo o de sus representantes a la esfera ptiblica se encuentra con similares controles y tamices. E] hecho es que una oligarquia impone sus decisiones a 250 millones de seres huma- nos, que reciben sus Grdenes desde las alturas, sin que tengan medio alguno eficaz para controlar o cambiar a sus gobernantes. Tampoco existe libertad alguna de pensamiento y expresién, de asociacion, de iniciativa personal y de respeto a los derechos politicos. Con cambiar la terminologia no varia la realidad. 4. Partido e ideologia—Es propio del partido totalitario el arrogarse jurisdicién sobre la totalidad del hombre; no sélo sobre el fuero exterior, 7 Ibid., p.45. 166 P.Il. Elniicleo del poder sino también sobre el interior, dictando a todos los ciudadanos las ideas que han de constituir el acervo de su fe que dirija la conducta de todo ciudadano desde dentro. El totalitarismo es ambicién de dominio y de poder, y trata de lograr ese dominio ya en el interior del hombre. Por éso el partido totali- tario tiene el doble aspecto de ser un ente politico y, al mismo tiempo, el de ser un sustitutivo de Iglesia que formula y dicta una fe. Con una distincién: mientras las Iglesias no disponen de fuerza para imponer su fe, sino que ésta es libre y es librement® aceptada por los fieles, el partido totalitario recurre a la fuerza, y dicta e impone esa fe por todos los medios, incluidos los Gea wees En segundo lugar, el partido totalitario es ambicion de unidad; hasta puede decirse que este vocablo es el simbolo del pensamiento totalitario. La unidad es la negacién de la multitud. La filosoffa social de la unidad niega la libertad de otras opiniones y creencias. La unidad totalitaria no comienza en la obediencia del stibdito al programa politico, obediencia externa, sino que exige la unidad interna de fe y creencia o la comunidad de pensamiento del stibdito con el gobernante. El partido Gnico de signo totalitario encierra la vinculacién con una ideologia. Muy otra es la situaci6n de los partidos politicos, que se contentan con ser partidos (como son los democraticos). Estos partidos exigen la colaboracion de sus miembros a los programas econémico-politicos, pero dejan libres 2 sus miembros en lo referente a las creencias. Tal es, por ejemplo, [a resolucion adoptada por el Partido Socialista aleman en la Conferencia de Godesberg (1959), en la que se establece el principio: «El Partido Socialdemécrata aleman es el Partido de la libertad del espiritu... El socialismo democritico... no se pronunciard, en lo referente a las ultimas verdades, por respeto al hombre en materia de fe, sobre cuyo contenido no han de decidir ni el Partido ni el Estado» ®, Incluso cuando un partido demécrata impone una fe 2 sus propios miembros, necesariamente ha de respetar la creencia de quienes militan en otros partidos, cuya existencia y libre accién reconoce toda democracia digna de tal nombre. a) EI Partido Comunista tiene todas las caracteristicas del partido tota- litario. Es el portador de fe: el marxismo-leninismo. Se trata del llamado socialismo cientifico, al que se reviste del carisma de la unica verdadera ex- plicacién del cosmos, de la historia humana y de su futuro desarrollo. Tal socialismo no es s6lo un programa econémico-social, sino también una Welt- anschauung, una cosmovisin o filosofia total que trata de responder al conjunto de problemas humanos, incluidos aquellos que se refieren a los fines ultimos del hombre. Esta fe se impone no sdlo a los miembros del Partido, sino a toda la poblacion a través de todos los medios de difusién, educacién y ensehanza en todos sus niveles. Todas las dems opiniones quedan proscritas y la disi- dencia en la fe constituye un delito. Quien pretenda propagar otra fe entra en la categoria de criminal, sometido al Cédigo penal. Desaparece asi toda posible competencia intelectual. ® Grundsatzprogramm der Socialdemokratischen Partei Deutschlands (Bonn 1959) p.7. C.2. El Partido Comunista de la URSS 167 b) El primer motivo para dictar esta fe a toda la poblacién es la razon de lograr la unidad perfecta; no sdlo la unién puramente exterior de Jos ciudadanos en torno a un gobierno, sino también la comunidad interna de fe entre el gobernante y el gobernado. Asi se logra la maxima integracién de los ciudadanos en un sistema que no es s6lo politico, sino también una comunidad de fe ortodoxa. La fidelidad a la autoridad no comienza fuera, sino dentro de la identidad de fe. Esa fe es una parte componente de tal politica totalitaria. Asi, misién del Partido es dirigir la cultura, el pensamiento del pueblo y de todos los medios informativos y de educacién. La defensa de la ortodoxia oficial es absolutamente necesaria para la conservacién de la pureza de esa fe frente a los delitos de herejia, cisma, disidencia. Toda la fuerza militar del Estado y del Partido estan al servicio de ese pensamiento oficial. La misma legitimacién de la autoridad depende de la pureza de su fe en el marxismo-leninismo. Cualquier autoridad de cualquier nivel o cualquier militante del Partido que dé muestras de desviacionismo pierde su legitimi- dad y es desposeido de su puesto o expulsado de las filas del Partido. No existiendo otros partidos, tal exclusion implica una marginacién de la vida politica. Y de sus privilegios. Esa fe marxista-leninista es considerada como la fuente de la accion revo- lucionaria, en cuanto descubre la meta hacia donde ha de dirigirse la estrate- gia, que canaliza esa accién y despierta la conciencia revolucionaria de las masas. Es la tesis de Marx. «La teoria se convierte en poder material tan pronto como se apodera de las masas» °. Para Lenin, la finalidad de todo pensamiento es la accién revolucionaria, y en esa practica se encuentra la prueba de su verdad. La teoria de la explotacion provoca la rebelién de las masas, una exaltacién revolucionaria y un fanatismo en la lucha. El materia- lismo histérico y su periodizacién da una garantia de victoria y una arrogan- cia frente al enemigo. En virtud de la posesién de este carisma, se afirma que la Unidn Soviéti- ca es la vanguardia del progresismo, el gran motor de la historia y el pais predestinado para la direccién de la humanidad. Porque la identificacién de la Union Soviética con tal ideologia hace que sea la depositaria de la supre- ma forma de organizacién social que empalma con las leyes del desarrollo historico y que emana de ellas. Asi surge el orgullo soviético de superiori- dad sobre los demés pueblos, que ya hace tiempo hizo su aparicién en las éticas, textos manejados por los alumnos en los centros de formacién. El bolchevismo ruso no debe estudiarse exclusivamente desde el punto de vista de la doctrina marxista. Nunca una forma encarna en un sujeto 0 materia sin que el sujeto receptor o materia deje su impronta en la forma. Asi, la idea marxista, al encarnar en Rusia, dejé en su sistema las huellas tradicionales del espiritu y tradicién rusos. En esa tradicién encontramos dos elementos: el despotismo oriental y el orgullo bizantino de ser el arca que contiene la Gnica verdad ortodoxa de la salvacién. El despotismo llega al espiritu ruso por la influencia de los mongoles, ° Zur Kritik der Hegelschen Rechtsph., en Werke t.1 p.385. ; 168 PH. Elnicleo del poder conforme a la tesis mas habitualmente defendida por eminentes historiadores del alma rusa. Como constante de su vida politica y de su mentalidad, es evidente que en su historia se encuentra el despotismo, !a sumisién, la jerar- quia, la servidumbre y la crueldad. Los historiadores atribuyen este espiritu mongol a la necesidad de crear un poder central fuerte para llevar a cabo un duro trabajo en obras piiblicas, para el cultivo de tierras dridas y necesitadas de una organizacion del trabajo bajo una autoridad despética. El mesianismo y Id posesién de una verdad salvadora y tinica vendria de Bizancio, que se denomino Iglesia ortodoxa. Segin ella, Roma cay6 en la herejia; Constantinopla habia sido abatida por los infieles turcos. La verdad salvadora viene de Moscti. Tenemos aqui la misién redentora de toda la humanidad que esgrimen los jerarcas del marxismo-leninismo, en la que en- contramos una mezcla de marxismo y eslavismo. Ambos coinciden en la gran misién universal de Rusia, cuyo destino en el futuro ninguna fuerza tenebrosa podra vencer. En @l folklore ruso tenemos la constante presencia de fuerzas tenebrosas y enemigos que amenazan al hombre. Esta tradicion se encuentra también en otros pueblos y puede ser fruto de experiencias histé- ricas dolorosas y de Ja tragedia humana. En todo caso, este sentimiento difuso en el alma eslava hace su aparicién también en el marxismo- leninismo, que ve por todas partes amenazas y conspiradores: fascistas, capi- talistas, imperialistas, trotzkistas, etc. Recordemos que Stalin justificaba la subsistencia del Estado soviético y su masiva militarizacion recurriendo a la teoria del cerco capitalista que padecia la Union Soviética y a los muchos peligros que la acechaban. 5. Burocracia y oligarquia.—«Burocracia» es un vocablo compuesto de Luro (que significa oficina, escritorio; por extensién, se aplica a las perso- nas que ocupan los puestos de tales oficinas) y del griego kratein, que signi- fica dominio, gobernacién. La burocracia esté compuesta por personas que ocupan oficinas y despachos y tienen atribuciones para dominar ¢ imponerse a los demas. 4) Marx consideré a la burocracia como un mal tan grande como la misma clase. La mente marxista es radicalmente democratica y defensora de una democracia directa. Todo poder o institucién que se sitae en un nivel superior al pueblo para dictar su voluntad a éste, tan sélo puede provocar su desprecio, Por eso condena todo poder burocratizado. La primera raz6n es que la burocracia es la negacin de la’ democracia, porque denota una casta cerrada, superior al pucblo e independiente de él. Marx no hace distinciones entre empleados del Estado y gobernantes; ambas categorias son atacadas conjuntamente, en cuanto forman un cuerpo cerrado que dicta al pueblo su propia voluntad y transfigura esta voluntad particular en voluntad general. Por eso, tal universalidad es ficticia. La burocracia es considerada por Marx como contraria al bien comtn, porque eleva su propio interés particular a la categoria de interés general y rebaja el interés general al nivel de interés particular: «La burocracia se con- sidera a si misma como ‘la finalidad iltima del Estado’... La burocracia de- be, por tanto, prestar su apoyo a la imaginaria universalidad del interés C.2. El Partido Comunista de la URSS 169 particular, al espiritu de corporacién, para apoyar la imaginaria particulari- dad del interés universal: su propio espiritu» "°. E] Partido Comunista de la URSS es una burocracia, y lo mismo puede decirse de otros regimenes que han copiado ese modelo. Esta formado por una clase cerrada que ha roto sus vinculos de dependencia.en relacién con el pueblo; a ella tan s6lo tiene acceso quien ha pasado el aspirantado, periodo en el cual el candidato ha tenido que demostrar sus cualidades de ortodoxia, fidelidad y sumisién a las jerarquias del Partido. El mandato desciende de arriba, de los érganos supremos, sobre todos los miembros y organismos del Partido, y, a través de éste, sobre la sociedad y el pueblo. Las opiniones y los programas descienden de lo alto y han de ser aceptados sumisamente; tan solo queda el comentar elogiosamente las decisiones del Comité Central o del Presidium de ese Comité Central. La disidencia es castigada como fruto del error o la desobediencia. Esta sumisiOn est recompensada con el privilegio de ser partido tnico que monopoliza todo el poder, cuyas decisiones se imponen a todo el pue- blo. Asi, los érganos subordinados del Partido son correas de transmisién de Ja voluntad de sus supremos érganos. En el Partido se verifica la doble vertiente: obedece y manda; y en tanto manda en cuanto obedece. Obedece todo miembro y érgano subordinado a las supremas instancias del Partido; estas supremas instancias pueden ser de cardcter personal (como en el caso de Stalin) 0 un érgano, como el Presidium (0 Politburé) o el Comité Cen- tral. Y de esta obediencia a sus mandos reciben los hombres del Partido y sus érganos el poder de dominar al pueblo, de mandarlo y someterlo al poder. b) Mientras la democracia realiza la igualdad, la burocracia impone Ja jerarquia. Esta jerarquia cerrada engendra una autoridad minoritaria, pero engreida, hasta el punto que la conservacién de la autoridad es el supremo- bien comin. Dentro de esa jerarquia nace la ciencia del ascenso hacia pues- tos mis altos, y esta estrategia del ascenso en la escala jerérquica aumenta la sumisin y la adulacién a los burdcratas que se encuentran en niveles supe- riores. Nace lo que Marx llama «el mecanismo de una conducta fija y for- mal: de fijos principios, ideas, tradiciones... El fin del Estado se convierte en su fin privado, en una caza de puestos mas altos, en un hacer carrera» ''. El Partido es oligérquico, porque tiene Ia forma piramidal: remata en érganos muy minoritarios y verticales, ya que todo el mecanismo del Parti- do se funda en Ja autoridad incuestionable de esas élites. Este caracter olig4r- quico se comunica también al Estado, porque, como hemos visto, el Estado es un ente dominado por el Partido y sometido a sus decisiones. El ¢litismo del Partido se comunica también al Estado, y asi toda la politica tiene un cardcter oligérquico, con la consiguiente concentracion del poder en manos de esa élite de jerarcas supremos del Partido. De aqui nace el problema del sujeto del poder, de la fuente original de la soberania. En la teoria marxista, todo el orden politico y juridico son super- "© Kritik des Hegelschen Staatsrechts, en Werke t.1 p.248. " O.c., en Werke t.1 p.249. 170 P.ll. Elniicleo del poder estructuras segregadas por la clase dominante; ésta, a su vez, es el reflejo del sistema de propiedad y de las relaciones de produccién. La Constitucién y la estructura de un Estado corresponden a los intereses de la clase dominan- te. Los intereses de tal clase forman la base del Estado y de su ley, asi como la fuente de la soberania. Hasta el XXII Congreso del Partido, la tesis tradicional en la Union Soviética era que la clase dominante en la URSS era la clase trabajadora. En la Constitucién de 1936 se dice en el articulo tercero: «Todo el poder de la URSS pertenece a los trabajadores de la ciudad y del campo». La formula es una ficcién, porque los trabajadores nunca han gobernado la Unién Soviéti- ca. En su disputa con los soviéticos, los yugoslavos echaron en cara al régi- men soviético la acusacién de ser no una dictadura del proletariado, sino una dictadura personal de Stalin (apoyado por la nueva casta de burdcratas), quien mantiene la dictadura sobre el proletariado, victima del poder y no sujeto de la soberania. En el Programa del XXII‘Congreso (octubre de 1961) se declara que «la dictadura del proletariado ha realizado su misién histdrica y ha dejado de ser necesaria en la URSS» 17. ¥ el Estado es considerado «como Estado del pueblo entero», segtin hemos visto anteriormente. Esta frmula se ha incor- porado a la nueva Constitucién de 1977, que en su articulo 2 (capitulo 1) dice expresamente: «Todo el poder en la URSS pertenece al pueblo». El iejo vocablo de «clase» ha sido suplantado por «el pueblo». Se llega asi a una formulacién que es antimarxista. Pero ademis es irreal, porque se aleja de toda fa realidad. Ni en la época de la Constitucién de 1936, que funda el poder en Ia clase trabajadora de la ciudad y del campo, ni en la época actual, en la que la Constitucién funda el poder en el pueblo, tenemos acuerdo alguno entre tales férmulas y la realidad de la politica so- viética. Porque, en la historia de la Union Soviética, el sujeto y la fuente de la soberania ha radicado siempre en los supremos érganos del Partido: en la persona de Stalin, y después de su muerte, en la oligarquia de jerarcas que forman los 6rganos supremos del Partido. La batalla por el poder tiene lugar siempre en el seno de estas cimas del Partido y no en el seno del pueblo o de la clase trabajadora. En esa cima «esta concentrado no slo el supremo poder politico, sino también —por medio del Estado— la propiedad de todos los medios de produccién. Esta cima del Partido es, probablemente, la soberania mas po- derosa que jams haya existido en la historia de la humanidad» '?. El voca- blo «democratico» empleado para designar este sistema es un epiteto orna- mental para ocultar la realidad. 2 The 1961 Party Programme, en The USSR and the Future, ed. por L.-SCHAPIRO(Ni York 1963) p.297. : (Nueva 3 Ivo LAPENNA, Party and State in the Programme, en ibid.» p.153-54. CapiTULO IIT EL PARTIDO Y EL EJERCITO El puro poder militar es el nacleo de lo que en la primera parte hemos denominado «poder desnudo» o «poder descarnado». Es decir, es el puro poder fisico que proviene de las armas y de la potencia econémica y tecno- logica, que es el manantial de esas armas. Este poder por si solo es fragil ¢ insuficiente para la conquista del hombre, por cuanto carece de esa irradia- cién de ideas que es necesaria para lograr la conquista de los seres humanos que manejan esas armas. De ahi que todo ejército tiende a vincularse con alguna idea que puede provenir del Partido, de la nacién (0 patria) y del Estado. En la Union Soviética, el ejército esta vinculado con el Partido, que es el portador de la idea. Y aqui tratamos de estudiar la naturaleza de este matrimonio entre el poder fisico y el espiritual o ideolégico. a) En los regimenes constitucionales democraticos tenemos dos niveles cla- ramente diferenciados: el plano supremo del Estado, en cuanto ente piblico, y el orden inferior privado, en el que estén situados los diferentes partidos. Esto implica la superioridad teorica y practica del Estado sobre cualquier partido. Por eso las instituciones del Estado han de situarse en un nivel superior al privado de los partidos, y para ello estan las normas constitucionales, cuya misién es evitar confusiones y mantener clara la naturaleza publica de las insti- tuciones estatales y la naturaleza privada de los partidos incluso cuando algu- no de ellos es elevado al podio del Gobierno. El partido gobernante no se confunde con e] Estado, y mucho menos esta sobre el Estado. El partido gobernante, en cuanto partido, contintia siendo ente privado que presta al Estado algunos de sus hombres para que gobiernen conforme a la Constitu- cién y al bien comin del Estado. Pero cl Estado no pierde su categoria de ente superior a todos los partidos, incluidos los gobernantes. Las Constituciones sittan a la Fuerzas Armadas en el nivel estatal. Tanto el ejército como la policia estan al servicio del Estado y del bien comun, es decir, del bien de todo el pueblo, pero nunca son fuerzas al servicio de un partido y para el mantenimiento en el poder de ese partido. Si un determinado partido es llamado a gobernar, este llamamiento proviene de la ley constitu- cional y no de la victoria armada; si tal partido se mantiene en el poder, tal hecho no se funda en la posesién del poder fisico de la fuerza militar, sino en el poder moral de la aceptacién de tal gobierno por la opinién mayoritaria del pais. En un régimen constitucional, el revestimiento del poder fisico de la fuerza por medio de un poder espiritual viene del Estado (nacién o patria), es decir, de ente piiblico que representa el bien comin de todo el pueblo, pero nunca de la ideologia particular de un partido. b) En los regimenes totalitarios ocurre lo contrario. La distincién anterior resulta imposible, por cuanto el Estado es un ente conquistado por la fuerza y sometido a las exigencias del partido tinico, sehor y monopolizador de! poder. 172 PH. El niicleo del poder EI auténtico sujeto real de la soberania es el partido y no el Estado, reducido al nivel inferior de ser sometido al partido. EI partido tinico tiene la pretensidn de ser el ente ptiblico por excelencia y la encarnacidn de toda la nacin y pueblo, El Estado es un aparato manejado por el partido para la realizacion de ese fin. En el nacionalsocialismo de Hitler no se tenia rubor en afirmar que cl Estado es instrumento del partido y medio para la realizacién de sus fines, que se encerraban en la hegemonia mundial. Aqui tenemos la transustanciacin del partido de entidad privada en la suprema entidad piiblica y la «privatizacién» del Estado como consecuencia de su «partidolatria» 0 conversion de instrumento y medio en manos del partido y al servicio de sus fines. De ahi se sigue la exclusion de todos los demés partidos e ideologias, declaradas no solo ilegales, sino también criminales por ser contrarias a la nacién y al Estado por el mero hecho de ser diferentes y opuestas al partido dinico, arca de la tinica autenticidad nacional y estatal. Asi brota el dogma de la uniformidad de la idea y de la acci6n en todo el pais y el principio del monopolio de toda la vida social y politica en beneficio del parti- do tinico. EI principio fundamental y la norma de toda la vida politica cs la lealtad al partido. Es Ja partidolatria. No se concibe més fidelidad a la nacién (0 a la patria o pueblo) que lo que pasa por la sumisin al partido Gnico reinante. Esta lealtad comienza con la aceptacién de la ideologia oficial, se prosigue con el plegamiento interno a las ideas elaboradas por el partido y se completa con la plena adaptacion de los ciudadanos a la conducta reclamada por los progra~ mas del partido. Las Fuerzas Armadas reciben también su inspiracién del partido. Estas entidades armadas son las depositarias de ese poder fisico 0 descarnado desti- nado al logro de la victoria sobre los enemigos internos y externos y a la realizacién de la hegemonia mundial, Pero para que tal poderfo alcance su debida fortaleza y tension es indispensable que los miembros de todas las Fuerzas Armadas estén internamente animados de una ideologia explosiva, cuya fuente es precisamente el partido. Sin esa ideologia que encienda el orgullo nacional y despierte el vendaval de fuertes pasiones, el militar seria un hombre «vacio», sin orientacion ni fana- tismo para la lucha. De ahi que Hitler exigiese que todas las Fuerzas Armadas estuvieran internamente fanatizadas por los mismos ideales del Partido, pasio- nes cuyo principal manantial era la misma psicologia del Fuhrer. Hitler siem- pre vio en la pasion desatada al factor mas importante y decisivo para la ac- cién; él mismo fue siempre un modelo de hombre apasionado y fanatico diri- gido por el odio o la adoracién. Asi queria que fueran también sus soldados y milicias, internamente electrizados por e! odio del enemigo y la adoracién del propio Partido. En esta situaci6n, la neutralizacién constitucional de las Fuerzas Armadas carece de sentido, porque son el gran medio del que se sirve el partido para el logro de sus fines. En esta filosofia resulta ser una herejia la pretension de situar al Estado y a sus Fuerzas Armadas por entima del partido, ente supre- mo portador de la soberania, creador de la idea y del programa de accion, a cuyo servicio esta tanto el Estado como todas sus Fuerzas Armadas. Por tanto, en un régimen totalitario las relaciones entre el ejército y el partido se han de fundar en la sumisién del primero al segundo. Ejército y Fuerzas Armadas se consideran como secciones del partido puestas a su servi- cio y para su defensa. En el caso del nacionalsocialismo de Hitler y en el fascismo de Mussolini existicron dos ejércitos: el tradicional y el ejército pecu- liar y propio del Partido. Hitler disponia de las S. S. (Schutz Staffeln, escua- dras de proteccién); un cuerpo joven, perfectamente entrenado, formado por jévenes fanaticos, ciegamente sumisos a las consignas del Fuhrer. Con ellos impuso Hitler su dominio sobre el ejército tradicional. Mussolini dispuso del C3. El Partido y el ejército 173 cuerpo armado, tipicamente fascista (la Milizia), que vestia la camisa negra del Partido y tenia intimos vinculos de cooperacidn con la policia fascista (OVRA). 1, LASUMISION AL PARTIDO En la iniciacién de la revolucién de octubre de 1917, Lenin desempend una mision basica, ya que de su persona broté la decisién de aprovechar las circunstancias para provocar la revolucion y destruir el régimen zarista. Pero ef levantamiento armado fue dirigido por el Comité militar revolu- cionario de técnicos del soviet de Petrogrado y no por miembros del Partido Bolchevique. En este momento, el supremo poder pertenecié al Comité mi- litar de la revolucin como 6rgano del soviet de Petrogrado. Hasta diciem- bre de 1917, este Comité fue mds importante que el Consejo de Comisarios del Pueblo y formé el Gobierno de hecho. En los afos siguientes de la guerra civil, el ejército rojo, creado por Trotzky, fue, naturalmente, el factor decisivo, hasta el punto de que Lenin contrapuso la seguridad obtenida en el sector politico al fracaso econémico. Lenin no era militar ni un técnico en estrategia. Después del fracaso de la revolucion rusa de 1905 leyé a Clausewitz, y la idea central que derive de sus lecturas es que tanto los elementos militares como la misma guerra estan subordinados a la politica. Esta primacia de la politica sobre lo militar es aceptada por los militares soviéticos. Asi, en el compendio, editado por el mariscal Sokolowski, titula- do Estrategia militar ' se dice: «En sus comentarios al libro de Clausewitz sobre la guerra destaca W. I. Lenin que ‘la politica es la inteligencia, mien- tras la guerra es tan sdlo el instrumento, y no al revés’. En consecuencia, tan solo existe la posibilidad de someter el punto de vista militar al polftico» ?. Segtin la Constitucién de diciembre de 1936, se reafirma oficialmente este punto de vista. En su articulo 14 se dice que pertenece a la competencia ede los Srganos superiores del poder... la organizacién de la defensa de la URSS, la direccién de: todas las Fuerzas Armadas de la URSS, el estableci- miento de los principios fundamentales de la organizacién de las formacio- nes militares de las reptblicas federadas». En su articulo 68 también se asig- naba al Consejo de Ministros el «fijar los contingentes anuales de los ciuda- danos antes de ser Ilamados al servicio militar activo, dirigir la organizacién general de las Fuerzas Armadas del pais». Pero el Consejo de Ministros es enormemente numeroso en la Unién Soviética para poder manejar todos los asuntos complicados de las Fuerzas Armadas. Por ello, el Consejo de Ministros en su conjunto tan sélo se reine pocas veces durante el afio. El complejo problema de las fuerzas militares esté confiado a un rgano especial dedicado a este asunto. En el compendio de Estrategia militar se alaba la formacién de un organo para la defensa formado por los lideres del Partido, del Gobierno, de los presidentes del ) Militarstrategie (trad. del ruso) (Colonia 1969). ? Ibid., p.68. 174 PI. El niicleo del poder Comité de Defensa del Estado, del comandante en jefe de las Fuerzas Arma- das, del ministro para la defensa >. En la época de Stalin hubo una enorme concentracién de todo el poder, incluido el militar, en su persona. Por eso pudo «purgar» al ejército rojo sin contemplaciones. A pesat de que, como hemos visto, el ejército soviético tenia ya el color del Partido, puesto que fue fundado por Trotzky siguiendo las érdenes de Lenin y de que fue la fuerza principal para lograr Ja victoria de la revolucién de octubre de 1917, con todo fue ferozmente « Ibid., p.74. C3. El Partido el ejército 175 grado en el sector sur, colaboré con el mariscal Tukhachevsky, ejecutado durante la «purga» de 1937, y se dice que también Rokossovsky estuvo deportado antes de pasar a ocupar un puesto de comandante en jefe de los ejércitos del Sur. La situacion bélica era tan critica en 1942, que Stalin se vio en la preci- sin de suprimir al comisario politico o de disminuir sus atribuciones para dar satisfaccion a los deseos del generalato, molesto por la presencia de estos vigilantes de Stalin. Una vez concluida la guerra victoriosamente, continué la «purga» militar, aunque no fue tan Ilamativa como la de 1936-38, porque afectd primordialmente al personal subalterno, acusado de traicién o de in- cumplimiento de sus deberes. De los campos de concentracién de Hitler, muchos miles de militares pasaron a los campos de concentracién de Stalin, acusados de traicién y negligencia. Stalin también sintid celos por la gloria y popularidad de algunos jefes militares distinguidos en las grandes batallas de la guerra. Para evitar idolos que compitieran con él, traté de eliminarlos de los puestos de mayor relieve. Asi, el mariscal Zhukov, defensor de Moscit y vencedor en Berlin (donde recibié la rendicién de los ejércitos de Hitler), era considerado como un héroe nacional; sin embargo, fue destituido de su puesto en el sector soviéti- co en Berlin (1946) y trasladado a otro cargo de menor relieve en el ejército, hasta que, finalmente, su nombre desapareci6 de la escena publica. Al mis- mo tiempo, Stalin acentué la formaci6n politica de los cuadros del ejército y los controles policfacos sobre el mismo. Stalin jugé también la carta de la enemistad personal entre el mariscal Zhukov y el mariscal Konev, dos figuras irreconciliables. Militarmente, Ko- nev era muy inferior a Zhukov, pero era un hombre del Partido, y fue especialmente favorecido por Stalin para contrarrestar el prestigio militar de Zhukov. Desde 1946 hasta 1952 (los dltimos afios de la vida de Stalin), Ko- nev fue el comandante en jefe de los ejércitos soviéticos de tierra. En estos afios, Stalin preparaba nuevamente una «purga» y alguna agresién en los Balcanes, probablemente dirigida contra la insoportable conducta de Tito. El principal responsable de este premeditado plan de agresin era el propio Stalin; pero para llevar a efecto sus planes escogid a los hombres de su confianza, entre los que hay que mencionar a su temible secretario personal, Prokrebyshev; el jefe de la ortodoxia oficial, Suslov, y el mariscal Konev, quien paso a ocupar el puesto de comandante en jefe del distrito militar de los transcarpatos, desde donde Stalin esperaba lanzar su agresién contra los Balcanes para llevar a efecto su premeditada conspiracién contra Tito. Su muerte corté en flor sus planes internos y externos, La nueva «purga» se habia iniciado ya con la detencién de !os médicos acusados de conspirar contra la vida de los jefes del Kremlin; en el exterior no se habian iniciado todavia los planes previstos. ‘Antes de llevar a cabo los planes de agresién exterior preparados por Stalin, Konev y el general Shtemenko, fue consultado Zhukov, quien debid de hacer una critica negativa y devastadora de tal proyecto. Este punto de vista debié de ser aceptado por otros generales; Shtemenko ces6 en su pues- to. Lo que no se sabe es si en los planes de Stalin entraba el convertir al 176 PI. Elniicleo del poder mariscal Zhukov en victima de la iniciada nueva «purga». La muerte de Stalin dejé tras de si muchos enigmas y no pocas sospechas y enemistades entre los mariscales soviéticos. Después de la conclusion victoriosa de la guerra, todo el mundo queria atribuirse la corona de gloria de esta hazafia. Ante el pueblo y los oficiales més jévenes, el héroe de la guerra era Zhukov, vencedor de la batalla de Moscu, de Stalingrado y de Berlin, donde entré victorioso con sus tropas para recibir la rendicién del ejército germano. Pero toda esta glotia despert6 los celos de Stalin y las rivalidades entre los mariscales soviéticos. Existia la corriente de atribuir la gloria a Stalin y a los hombres de su confianza, al Partido acaudillado por Stalin; la tendencia contraria intentaba ensalzar a los jefes militares, de los que la figura mas destacada era Zhukov. Triunf6 la cortiente politica, favorable a Stalin y al cortejo de estalinistas, mientras la figura de Zhukov fue eclipsindose de la vida publica y de los puestos de mas brillo, hasta ser destituido y caer en desgracia en octubre de 1957, en la era de Kruschev. La destitucién de Zhukov se fund6 en estas acusaciones: a) Ha conspira- do contra el régimen y ha estado en desacuerdo con la politica oficial de los lideres del Partido; b) ha fomentado el culto de la propia personalidad; c) Es responsable de una incorrecta administracién militar en forma no conforme con el Partido; d) atacé a los érganos militares del Partido. En consecuencia, se le obligé a reconocer sus errores, y quiz esta confesion evité el ser degradado. Por ello no se le quité el titulo de mariscal. En cambio, Konev, un militar mimado por Stalin y el Partido, conservé su posicin influyente y jugé un papel importante en la caida de su aborre- cido enemigo Zhukov. Sirviéndose de los hombres del Partido como Bulga- nin y Kruschey, terminé por arreglar sus cuentas con un militar cuya gloria podia eclipsar el superior prestigio debido a los politicos y a los militares como Koney, que eran, ante todo, hombres del Partido. Mientras Konev era muy inferior en talento a Zhukov, pero se apoyé en el Partido y en sus grandes figuras politicas para escalar los puestos de més brillo, Zhukov era un gran talento, tenia personalidad propia, y, aunque era miembro del Parti- do desde joven, mantuvo, sin embargo, su figura y psicologia militar e in- tenté rehabilitar a los lideres de las Fuerzas Armadas ejecutados en la «gran purga» efectuada por Stalin, y entre ellos al famoso mariscal ‘Tukhachevsky. La lucha entre estos dos nombres pone de manifiesto la lucha entre lo poli- tico y lo militar en el seno del mismo régimen soviético *. La Constitucién de octubre de 1977 dedica mAs atencién a las Fuerzas Armadas. El articulo 73 afirma: «Son de la competencia de la Unién de Republicas Socialistas Soviéticas, en la persona de sus 6rganos superiores de poder del Estado y de la administracién del Estado..., las cuestiones de la guerra y de la paz... la organizacién de la defensa, la direccién de las Fuer- zas Armadas de la URSS». * Sobre el asunto Zhukov puede verse: I. J. COLTON, The Zhukov Affaire Reconsidered, en Soviet Studies vol.29 (abril 1977) p.185-213; B. I. Nicouevsky, N. A. Bulganin y Marshal 1. S. Konev, en Power and the Soviet Elite (University of Michigan Press, 1975) p.229-52. C3. El Partido y el ejército 177 El articulo 121 afirma: «El:Presidium del Soviet Supremo de la URSS... establece los grados militares...; confiere los grados militares superiores...5 procede a la constitucion del Consejo de Defensa de la URSS y aprueba su composicién; nombra y releva el alto mando de las Fuerzas Armadas de la URSS». Después de la destitucién de N. V. Podgorny en mayo de 1977, Leéni- das Breznev fue nombrado presidente del Presidium del Soviet Supremo. Breznev es también el secretario general del Partido y el presidente del Con- sejo de Defensa de la URSS. En 1976, Breznev fue promovido al grado de mariscal de la URSS. Todo esto demuestra que en la Constitucién de 1977, redactada por mandato de Breznev, el puesto del Partido y sus poderes sobre el Estado y las Fuerzas Armadas ha salido fortalecido. La concentracién de poderes de Leénidas Breznev nos ofrece un argumento en favor de un neoestalinismo. La dependencia de las Fuerzas Armadas en relacién con el Partido es total. Pero esta dependencia no debe concebirse de suerte que el Partido sea un organismo y las Fuerzas Armadas otro organismo diferente, puro ejecu- tor de las directivas y orientaciones que reciben del primero. Lo que se trata de hacer es que las mismas instituciones militares sean secciones de! Partido y sometidas plenamente a los Grganos supremos del mismo, que es decir a jos lideres del Partido Comunista. Existen oficiales politicos, que tienen la misién de dar el adoctrinamiento de la ideologia oficial a todo el personal militar. No se concibe un militar neutral en politica; debe estar internamente impregnado de la ideologia marxista-leninista, porque sélo asi puede ser ins- trumento décil al servicio de la patria socialista. La Constitucién no dice que las Fuerzas Armadas estan al servicio de la patria a secas, sino al servi- cio de la patria socialista. Es una concepcion similar a la del totalitarismo de Hitler. Por ello, mas del 90 por 100 de los oficiales son miembros del Parti- do Comunista. Los comisarios politicos de la era Stalin se han militarizado para lograr el mando tnico, sin distincién entre el mando militar y el politi- co. El criterio de la ideologia es fundamental para la eleccién del personal militar y de su promocién. ‘Asi, en el Programa del Partido se reafirma claramente esta situacién con esta declaracién: «El fundamento més importante de la formacién de la esencia militar es la direccién de las Fuerzas Armadas por el Partido Comu- nista, la elevacion del papel del influjo de las organizaciones del Partido en el ejército y Ia flota. El Partido dispensa una constante atencién a la eleva- cién de su influjo organizativo y directivo sobre toda la vida y actividad del ejército, las fuerzas aéreas y la flota» °, La Constitucién de 1977 afirma: «La defensa de la patria socialista es el deber sagrado de todo ciudadano de la URSS» (art, 62). Y el articulo 63: «El servicio militar en las filas de las Fuerzas Armadas de la URSS es un deber de honor para los ciudadanos soviéticos». El servicio activo es en la actuali- ° B. MFISSNER, Das Parteiprogramm der KPdSU 1903-1961 (Colonia 1962) p.220; citado en G.WAGENLEHNER, Die Rolle der Militars im sowjetischen Entscheidungsprozess, en Gruppeninte- ressen und Entscheidungsprozess in der Sowjetunion, edit. por B. MEISSNER y G. BRUNNER (Colo- nia 1975) p.80. 178 P.Il. El nucleo del poder dad de dos afos (anteriormente era de tres) para los soldados y sargentos del ejército y de las unidades aeronavales y costeras, y de tres aos (antes de cuatro) para los marinos. Los actuales efectivos de las Fuerzas Armadas soviéticas ascienden a un total de cerca de cuatro millones de hombres. La reduccién de la duracién del servicio militar se ha compensado por medio de la extensién de la prepa- racién militar a todas las escuelas de segundo grado del sector civil, a fin de preparar a toda la poblacién para la defensa militar de la patria socialista. Desde el 1 de octubre de 1968, todos los jévenes, a partir de los dieciséis aiios, estan obligados, antes de su incorporacion a las filas de las Fuerzas Armadas, a una instruccién que dura dos afos, con doscientas horas de instruccién comin y ochenta de instruccién especializada, que comprenden el estudio de los reglamentos, de la terminologia y de la historia militar, de la marcha, tiro, del combate individual y de escuadra. Esta instruccién es impartida por oficiales en situacién de retiro. Este aspecto militar de la escuela y de la formacién militar en las aulas nos recuerda a la filosofia politica del fascismo y nacionalsocialismo, los cuales destacaron la naturaleza militar del Estado nacional. Asi, por ejemplo, Panunzio, uno de los tedricos fascistas, establecia la tesis: «Todos los ciuda- danos son soldados, y no son ciudadanos si no son soldados» °. De ahi la introduccién de la formacién militar en la juventud y hasta en la nifez. Ideas similares encontramos en el nacionalsocialismo de Hitler. ‘Ademas de esa preparacién militar de los jévenes escolares existe una Asociacién voluntaria para el apoyo al ejército, a la aviacién y a la marina (DOSAAE), de la que forman parte entre 40 y 60 millones de miembros. Los profesores de esta organizacién son militares (ya sea de la reserva 0 retirados) y tratan de dar una formaci6n militar especializada. Esto hace que un tercio de los que se incorporan al servicio militar activo Ilegan a las filas con alguna de las 2.000 especialidades existentes en las diversas Fuerzas Armadas. Este ntimero considerable de miembros se explica porque la DOSAAF tiene multiples prerrogativas, ya que abarca otras actividades dis- tintas de las militares, como deportes, preparacién de permisos de conduir, y toma parte activa en la organizacién de los juegos olimpicos militares entre los paises miembros del Pacto de Varsovia ”. Esta vinculacién de las Fuerzas Armadas al Partido y a su ideologia tiene la misién de evitar su neutralizacién politica, tal como se practica en los regimenes democrdticos constitucionales, en los que las Fuerzas Armadas no estan al servicio de un partido, sino al servicio del Estado, situado en un nivel superior al de los partidos. La raz6n es que el Estado es el ente supre- mo, el ser puiblico supremo, mientras los diferentes partidos son entidades privadas subordinadas al Estado. Pero la situacién es completamente diferente en los regimenes totalitarios de partido Gnico, porque el partido es «senor» del Estado, al que ha con- * Teoria generale dello Stato fascista (Padua 1937) p47. 7 Cf_R. FRitscH-BOURNAZEL, Les Forces armées et la «société socialiste avancée», en Pon- voirs (1978) n.6 p.55-64 C3. El Partido y el ejército 179 quistado y domina. Entonces, la entidad realmente suprema es el partido, y el Estadé es un instrumento manejado por el partido para la realizacion de sus fines y metas. En este caso, la neutralizacién politica de las Fuerzas Armadas es una auténtica herejia, porque tales Fuerzas han de ser el gran instrumento de dominio en manos del partido nico, la garantia de su sefio- rio. El partido se identifica con la nacidn, con Ia patria, con el pueblo: es el pueblo todo entero. Exactamente ésta es la tesis central del totalitarismo, y esta mentalidad totalitaria esté presente en el actual régimen de la Unién Soviética. Por ello, las Fuerzas Armadas no pueden ser politicamente neutra- les; necesariamente han de estar al servicio del Partido, que encarna a la nacién, a la patria y al pueblo entero. De otra parte, es también una tesis de la mentalidad totalitaria la afirma- cién de que el guerrero debe estar internamente impregnado de una ideolo- gia, dominado por el fanatismo de una idea mesianica que despierte sus pasiones y provoque una alta tensidn psicolégica para el combate. Esta idea mesidnica ha de encender el orgullo y atrogancia de los combatientes, atizar el sentimiento de la superioridad de la propia causa y de la seguridad en la victoria final. Ideas similares encontramos en la estrategia soviética de las Fuerzas Armadas, internamente electrizadas por el mesianismo de una teoria que garantiza la victoria final de la causa comunista, porque Ja historia mar- cha hacia el comunismo, y esta predestinacién histérica es una tendencia superior a las voluntades humanas. La teoria del materialismo hist6rico contiene esa predestinacién. Por eso el filésofo marxista G. Lukacs destaca este valor estratégico de tal teoria: «El materialismo histérico tenia para el proletariado un valor mucho mas elevado que el de un simple método de investigacién histérica. Era uno de los més importantes medios de lucha del proletariado» ®. Este mismo princi- pio es valido para entender la politica de impregnacién ideolégica de la clase militar en la URSS. 2. ALTERNATIVA DE PODER Ni Marx ni Engels tienen una teoria sobre las Fuerzas Armadas. Su pen- samiento esta polarizado por la revolucién, y al fondo de este proceso revo- lucionario aparece la sociedad comunista y la consiguiente desaparicién del Estado y de todo su aparato coactivo. La revolucién es un acto de las masas proletarias dirigido por el Partido Comunista. Para lograr la victoria es ne- cesario el recurso 2 las armas; el ejército puede desempefiar una funcién importante; la de prestar su ayuda al proletariado en su lucha contra la burguesia. Pero el sujeto fundamental de todo el pensamiento marxista no es el Estado, ni el ejército, ni siquiera el Partido, sino la clase proletaria, porta- dora de la conciencia histérica, la cual, una vez lograda la victoria, instaurara la comunidad socialista, en la que desaparecerdn las clases y sus superestruc- turas: Estado, Fuerzas Armadas, partidos. * Histoire et conscience de clase (Paris 1960) p.258. 180 P.Il_ El nicleo del poder En Lenin tampoco tenemos una teoria de las Fuerzas Armadas. Para llevar a cabo la revolucién de octubre se sirvié de los elementos militares descontentos con la situacién rusa, con el régimen zarista y con la guerra mundial, en la que el ejército estaba humillado ante las continuas derrotas en los frentes. En esta época, Trotzky organizé el ejército rojo como instru- mento para llevar a cabo la revolucién. Pero también Lenin tenia la idea de que, una vez instaurado el nuevo régimen bolchevique, pronto el Estado entraria en su eclipse, -y con él todo el aparato coactivo. En todo caso, si- guiendo a Clausewitz, concibié a lo militar como factor subordinado a la politica. Por ello, todas las Fuerzas Armadas deben estar al servicio del Par- tido y causa comunistas. Stalin fue quien desarrollé la estructura, organizacién y naturaleza del ejército soviético y quien lo sometié implacablemente al Partido, es decir, a sus decisiones personales, recurriendo a las «purgas», incluso sangrientas, a través de las cuales eliminé a cuantas personas juzgé sospechosas de infideli- dad a su persona. En esta época, el ejército era un instrumento del Partido sometido a las decisiones de Stalin y constantemente vigilado por la policia y los comisarios politicos. Después de la segunda guerra mundial, la llamada «gran guerra patridti- ca», el prestigio de los militares subié considerablemente, y especialmente el de las grandes figuras de las Fuerzas Armadas. De ahi que en la Unién Soviética de hoy tengamos una nueva estrategia del partido en relacién con los lideres militares. Este nuevo método consiste en la integracién de las grandes figuras militares en los 6rganos supremos del poder. El mariscal Zhukov fue el primer militar de profesién que ocupé un puesto en el Politburé, érgano supremo del Partido, aunque por poco tiem- po, ya que ingresé en junio de 1957 y fue depuesto en octubre del mismo aio. Le sucedié el mariscal Gretchko en 1973. Esto no significa ninguna abdicacién de la supremacia del poder por parte del Partido Comunista de la URSS; mas bien denota el deseo de que las decisiones politicas tengan el respaldo de los jefes militares-y evitar que las Fuerzas Armadas sean reduci- das al papel de instrumentos de ejecucién de decisiones elaboradas por orga- nismos supremos y extrafos a los militares. Esto es valido, sobre todo, en las decisiones referentes a asuntos internacionales y problemas internos co- nexionados con lo militar. Por eso, esta integracién es un método que trata de superar la pura subordinacién a la que estuvo sometido todo lo militar en la era Stalin. 1, Situacién de las Fuerzas Armadas.—Hemos visto que, en los orige- nes de la revolucién bolchevique, el organismo principal de la revolucién de octubre de 1917 fue un Comité militar revolucionario; a este drgano de los soviets de Petrogrado pertenecié el poder supremo, pero no al Partido ”. Durante la revolucién y la consiguiente guerra civil, el ejército rojo jugé un papel preponderante. En 1917, el Comité militar formaba el Gobierno real, mas importante que el Consejo de Comisarios del Pueblo (Gobierno). Una vez lograda la victoria, se institucionaliz6 el régimen, y especial- ° CE W. PLetsctt, Revolution und Staat (Colonia 1969) p.40. C3. El Partido y el ejército 181 mente durante la era Stalin se invirtié la situacién, de suerte que se lleg6 a la feroz «purga» para someter atin més al estamento militar a las decisiones emanadas del Partido y, mas en concreto, de la persona de Stalin. Pero después de la segunda guerra mundial y de la muerte del dictador ha emergido el prestigio de las Fuerzas Armadas y ha mejorado considera- blemente su posicién dentro del régimen comunista. ¢Cémo se puede definir esta situacién? a) La primera respuesta es concebir al sector militar como grupo de presion. Por grupo de presién se entiende un conjunto de hombres que po- seen algun elemento o caracteristica comin, pero no es un ente propiamente politico como el Partido. El fin directo e inmediato al que se ordena el Partido es de orden politico. En cambio, el fin directo e inmediato, peculiar de los grupos de presién, es distinto del politico; con todo, el grupo de presién, se denomina asi porque, aun no siendo un ente politico, dispone de capacidad y de posibilidad de influir en los supremos érganos politicos para obtener decisiones favorables a sus ideas y propésitos y a sus intereses de grupo. Si a las Fuerzas Armadas soviéticas se las concibe como grupo de pre- sién, esto quiere decir que se trata de un grupo diferenciado con entidad propia y distinta del Partido Comunista o régimen de la URSS. Y desde fuera ejercen una influencia 0 presion sobre los Stganos supremos de deci- sién del Partido que dominan a los Grganos propiamente estatales en orden a lograr decisiones conformes a su mentalidad o a sus intereses de grupo. En favor de esta teoria tenemos ciertos hechos. En primer lugar, los militares soviéticos, como los de otros paises, for- man una élite, una especie de clase con mentalidad propia, en la que se cultiva una comunidad de ideas y de intereses. La comunidad de ideas surge espontaneamente como consecuencia de la estructura rigidamente jerarquica del mundo militar y de sus tradiciones. De ahi se sigue el culto al valor militar en el doble sentido de cultivo de la virtud de la fortaleza ante el riesgo y peligro de la vida y de la valoracién de la milicia como la profesién mas importante de la patria, la mAs valiosa de las profesiones. A la comunidad de ideas hay que afiadir la comunidad de intereses, tanto en el orden econédmico como en el brillo social y en las atenciones de que son objeto por parte del régimen. La creciente tecnologia de las armas pro- voca una creciente profesionalizacion de los hombres que saben de tales problemas, ocultos al resto de los ciudadanos. Y este elevado grado de espe- Cializacién y de su consiguiente profesionalizacién da un caracter més distin- tivo, mas peculiar y propio a las Fuerzas Armadas, que postulan su libertad de organizacién y funcionamiento, su autonomia de cuerpo. Por ello ven con malos ojos la introduccién en su seno de elementos extrafios que traten de vigilar y controlar sus actividades, como fueron los comisarios politicos 0 puede ser la vigilancia de la policia. La concepeién de las Fuerzas Armadas como «grupo de presién» ha sido defendido particularmente por R. Kolkowicz, un especialista en esta materia, quien resume su teoria en estas palabras: Spee 7 182 PII. El niicleo del poder «Los militares soviéticos estan imbuidos en multiples caracteristicas usual- mente asociadas con un ‘grupo de intereses’. Tienen una identidad distinta y valores que la autorrefuerzan; sus miembros participan en unos fondos educa- tivos similares y en intereses y objetivos profesionales; viven en un medio social hostil, que agudiza su sentido de identidad corporativa y crea un modus operandi distinto para hacer frente a los desafios del medio. Ademés, de forma iferente a otros grupos de la sociedad, los militares buscan, y generalmente consiguen, la distancia y separacin de la mayor parte de la sociedad y de sus problemas. Por tanto, los militares pueden ser definidos, en parte, como un tinico grupo en la Unién Soviética, cuya particularidad se deriva del hecho de que se trata de una organizacién esencialmente corporativa, que busca el aisla- miento con lo de fuera, que vive conforr-e a sus propias costumbres y reglas rigidas y guarda con perseverancia sus privilegios y prerrogativas. En términos amplios, fos militares pueden ser descritos como una organizacién conserva- dora, cuyos miembros generalmente prefieren el statu quo, es decir, la firme ley gubernamental sobre una sociedad ordenada y correcta en la que ellos mantienen su propia y firme identidad» "°, Kolkowicz concibe al ejército como un grupo diferenciado, y para ello destaca, sobre todo, los factores diferenciantes, que son principalmente és- tos: a) El militar es de espiritu elitista, mientras en el Partido debe reinar el ideal igualitario. B) El militar postula la autonomia profesional, mientras el Partido tiende a exigir la subordinacién de todos los grupos, incluido el militar, a las exigencias del Partido. y) El ejército es esencialmente naciona- lista, mientras el ideal predominante en el Partido es el internacionalismo proletario. 5) El militar, por tratarse de una élite con mentalidad propia, esta segregado de la sociedad, mientras el Partido necesariamente se ve envuelto en los asuntos populares. €) El ejército se funda en el simbolismo heroico y en la jerarquia, mientras el Partido se funda en el anonimato, tiene serios problemas con el culto a la personalidad. N. E. Odom ha defendido la tesis contraria '', segan la cual lo militar esté mas vinculado al Partido que cualquier otra institucién publica. En efecto, ambos coinciden en estos puntos: a) En la defensa de la reforma econémica, especialmente en la descentralizacién, los dos buscan un sistema fundado en el desarrollo econémico. B) Existe un general consentimiento entre el Partido y el ejército en lo referente a la critica y condenacién de los disidentes intelectuales existentes en la Unidn Soviética. Una excepcién es el general Grigorenko. y) El culto a la nacionalidad es otro factor de unién entre el ejército y el Partido. &) Las diversas crisis producidas en los paises del Este han sido un fenédmeno ante el cual han adoptado una conducta comin tanto el Partido como los militares. €) La desestalinizacién es otro factor de vinculaci6n. El ejército est4 interesado en que no surja un dictador como Stalin, con capacidad para levar a cabo una politica de «purgas» de la que sea victima el ejército. © R. Korxowicz, Interest Groups in Soviet Politics: The Case of Military, en Communist Systems in Comparative Perspective, ed. por L. COHEN y J. SCHAPIRO (Nueva York, Anchor Books, 1974) p.332. El mismo tema lo desarrolla el autor més ampliamente en su obra The Soviet Military and Communist Party (Princeton 1967) y en Interest Groups in Soviet Politics, ed. por H. G. SKILLING y F. GRIFFITHS (Princeton, Univ. Press, 1971) p.131-69. 1 The Party Connection, en Problems of Communism (septiembre-octubre 1973) p.12-26. C3. El Partido y el ejército 183 «Ninguno de estos cinco puntos es nuevo. Sin embargo, agrupandolos entre si, sirven para demostrar que existen firmes fundamentos para afirmar Ja existencia de una coincidencia entre el Partido y los militares sobre una variedad de cuestiones, y que este hecho deberia tenerse presente al interpre- tar la evidencia de disgusto de los mariscales con la politica del Partido» '2. En conclusién: lo militar es el brazo administrativo del Partido, no algo separado de él y en conflicto con él; el militar es, ante todo, una institucién politica que no se puede despolitizar. La relacién Partido-milicia tiene mul- tiples aspectos simbélicos en la politica doméstica; ha sido, por ejemplo, el camino para que la poblacidn agraria pudiera abandonar su medio rural. La vida militar no es parlamentaria ni lobbista, sino, mas bien, de tipo buro- cratico. b) De aqui se sigue otra forma de concebir la naturaleza y situacién de las Fuerzas Armadas soviéticas, la cual se funda en su integracién en los 6rganos supremos del poder. En cuyo caso las Fuerzas Armadas no son un 6rgano diferente del Partido, sino més bien una seccién del mismo; de don- de se sigue que la naturaleza del organismo militar es esencialmente «parti- dista», esté internamente animado de la ideologia del Partido, y sus objeti- vos son la realizacién de los fines que sean definidos por el Partido. Todo esto supone una sumisin de los lideres militares a los supremos jerarcas del Partido, si bien los mandos supremos militares tienen un puesto en esos érganos supremos y toman parte en la elaboracién de las supremas decisio- nes que tengan alguna relacién con la defensa y los fines militares. A los lideres militares no se les dan hechas tales decisiones, sino que sus jefes toman parte en su elaboracién. En favor de esta concepcidn est la naturaleza totalitaria del régimen soviético. El sistema totalitario implica la politizacin de todas las Fuerzas ‘Armadas, a las que se considera como el poder necesario para la defensa del régimen y consecucién de las metas exigidas por la ideologia marxista- leninista. De ahi la formacién ideolégica de todo el personal militar, la elec- cién para la promocién y elevacién a los altos niveles de la direccion de las Fuerzas Armadas de las personas dotadas de mayor ortodoxia y fidelidad a las exigencias del Partido. La neutralizacién ideolégica y politica de lo mili- tar, caracteristica de los regimenes democraticos y constitucionales, es consi- derada aqui como una herejia. El militar debe ser hombre del Partido y no un ser externo a él. A cambio, el Partido lo cuidaré y mimaré como la seccién privilegiada del régimen, de cuyo poder depende la defensa y exten- sin del régimen comunista. El Partido tiene que estar presente en la esencia misma de todo lo mili- tar. Asi, el programa del Partido Comunista afirma: «El fundamento mas importante de la formacion de la esencia militar es la direccién de las Fuer- zas Armadas por medio del Partido Comunista, la elevacién del papel del influjo de las organizaciones del Partido en el ejército y en la flota. El Parti- do presta una constante atencién a la elevacion de su influjo organizativo y "2 Ibid, p.17. 184 P.Il. Elniicleo del poder de direccién sobre toda la vida y actividad del ejército, de las fuerzas aéreas y de la flota» 3, A cambio de esta penetracidn del Partido en la esencia misma de todo el organismo militar, éste se convierte en objeto predilecto del Partido, dis- puesto a hacerle objeto privilegiado tanto en cuanto entidad corporativa co- mo en el orden de los privilegios personales. E] Partido esta con las Fuerzas Armadas a condicién de que todas las Fuerzas Armadas estén con el Partido dispuestas a la realizacién de sus objetivos y consignas. En el XXIV Con- greso del Partido, Breznev afirmé: «El armamento del ejército soviético, con toda clase de medios modernos de combate, esté hoy asegurado». Y Kossy- gin, en medio de grandes aplausos del Congreso, aseguré: «Podemos comu- nicar al Congreso del Partido que las Fuerzas Armadas soviéticas estan equi- padas con los medios de combate mas modernos y de mas alta calidad» , Hemos mencionado anteriormente la presencia de mariscales en el Polit- buré, supremo 6rgano del Partido, asi como en los organismos gubernamen- tales de defensa. Son los altos jefes militares soviéticos los que estan al frente del Pacto de Varsovia, que es el 6rgano supremo para la defensa de los paises comunistas no sélo de la URSS, sino de todo el este de Europa. En las delegaciones soviéticas para asuntos internacionales, especialmente cuando tienen alguna conexin con la defensa, encontramos la presencia de jefes militares. Asi, en las negociaciones entre la Unién Soviética y los Esta- dos Unidos sobre limitacién de armas estratégicas (SALT) estaba presente en la mesa de negociaciones el mariscal soviético Ogarkov, especialista en pro- blemas de tecnologia militar en el seno del Estado Mayor General soviético y jefe del Estado Mayor. Lo que indica la intencién de los lideres politicos del Partido en asociar a los militares en la decisién y en la responsabilidad de un acuerdo tan importante en las relaciones entre las dos grandes po- tencias. Los militares estan igualmente presentes en organismos que se ocupan de la orientacion de la politica exterior en orden a conseguir el equilibrio sovié- tico-americano 0 en los asuntos relativos a la politica con China, a la pre- sencia de la URSS en los paises del Tercer Mundo o en diversas areas geo- graficas conflictivas e importantes para la estrategia de la Union Soviética. 2. Influencia de las Fuerzas Armadas.—La Constitucion de 1977 dedi- ca el breve capitulo quinto a las Fuerzas Armadas, lo que ya esta indicando la especial importancia que a las Fuerzas Armadas se concede en la llamada «sociedad socialista evolucionada». El articulo 31 atribuye la defensa de la patria socialista al Estado y a todo el pueblo. Sobre las Fuerzas Armadas recaen tres fundamentales misiones: «Las Fuerzas Armadas de la URSS son creadas y el servicio militar est4 instituido para defender las conquistas so- cialistas, el trabajo pacifico del pueblo soviético, la soberania ¢ integridad territorial del Estado. El deber de las Fuerzas Armadas de la URSS ante el ‘> Cit, en B, MEISSNER, Das parteiprogram der KPdSU 1903-1961 (Colonia 1962) p.220. 14 Ambas citas en G. WAGENLEHNER, Die Rolle der Militdrs im sowjetischen Entscheidungs- prozess, art. en Gruppeninteressen und Entscheidungprozess in der Sowjetunion, editado por B. MEISSNER y G. BRUNNER (Colonia 1957) p.87. C3. El Partido y el ejército 185 pueblo es asegurar firmemente la defensa de la patria socialista, de estar siempre prestos al combate para poder dar respuesta inmediata al agresor de cualquier tipo». Debido a estos fines, las Fuerzas Armadas disponen de un peso especifi- co, que necesariamente abre las puertas del Partido y del Estado para ejercer multiples influencias en los asuntos publicos y en las decisiones politicas. Ante todo, en el orden econémico. A través de sus mas altos oficiales, postulan un programa de desarrollo econémico, orientado por una politica de poder que exige dar la preeminencia a la industria pesada y de armamen- tos sobre las demas ramas, especialmente sobre las ramas destinadas a bienes de uso y consumo, sector enormemente atrasado en la URSS en relacién con el resto de la industria, y muy especialmente con el nivel del sector de la industria de interés militar. Esta ha sido la politica tradicional del bolchevis- mo no s6lo en la era Stalin, sino también en nuestros dias. De aqui se sigue una importante influencia a la hora de formular los presupuestos, muy especialmente en un pais como Rusia, en el que toda la economia es estatal. Las Fuerzas Armadas estén interesadas en obtener el maximo de asignaciones para el capitulo de gastos militares. Para ello, los portavoces militares en los rganos publicos pintan un cuadro tétrico del mundo: la URSS, rodeada de enemigos que acechan el momento de su des- truccion, y el Partido Comunista, amenazado por las grandes potencias capi talistas, invocan el riesgo de una nueva guerra y la necesidad de un desarro- llo creciente de medios militares para hacer frente a tal contingencia. La presencia real o ficticia del enemigo es esencial a toda politica totalitaria centrada en torno al poder militar. Si ese enemigo existe, es preciso aprove- char su presencia para desarrollar el poder militar; pero, si no existe, es preciso crearlo para que desempene su funcién de fomentar el temor, y éste sea el justificante de una orientacién destinada a pedir al pueblo la renuncia a la vida facil y la orientacién de los gastos del Estado hacia la creacién del poderio militar y de la preeminancia de todo lo militar en la vida del pais. Vale asi el pensamiento del coronel soviético Grudinin: «Quien no aprende a derrotar a su enemigo en tiempo de paz esta condenado a derro- tarlo en la guerra» !8, El principio exige mantener la supremacia militar so- bre todo potencial enemigo, lo que tan solo puede realizarse mediante una politica militarista esencialmente orientada a la produccién y continuo des- arrollo de los armamentos. De esta suerte se consigue una facil victoria sobre los intereses populares. El pueblo queda sometido a un nivel de vida sorprendentemente bajo en relacién con una economia desarrollada en los altos sectores de la tecnologia y de la industria del poder y de los armamentos. Una excepcidn es el mismo ejército, que por ser la élite més valiosa de la patria socialista y de su régi- men disfruta de un alto nivel de vida, rodeada de privilegios, prerrogativas y consideraciones sociales. Esto no obsta para que se mantenga la propaganda oficial, que invaria~ Cit. en R. Ko1kOwicz, Interest Groups in Soviet Politics: The Case of Military, en Com- munist Systems in Comparative Perspective p.329. 186 PH. El nicleo del poder blemente difunde el propésito del Partido.de lograr un alto nivel de vida para todo el pueblo. Pero tales promesas han quedado incumplidas, y el resultado ha sido el engendrar una actitud de escepticismo y la apatia en el ciudadano ordinario, que constituye uno de los problemas fundamentales del Partido y de sus ideales en relacion con el pueblo. Tal ambiente es pro- picio para fomentar el descontento y la disidencia. Los militares desempefian otra importante funcién en la politica exterior vinculada con la estrategia. Stalin fue tan absorbente en esta materia como Hitler. Ambos consideraron la politica interior y exterior de su exclusiva competencia. El ejército estuvo totalmente sometido a sus decisiones; con todo, la politica de estos dos grandes dictadores fue militarista, centrada en torno al poderio, orientada a la defensa y extensién de su régimen, en el que vieron el séquito de su propia personalidad. Después de la muerte de Stalin, la situaci6n de las Fuerzas Armadas ha mejorado, y su papel dentro del régimen ha adquirido una mayor categoria por dos fundamentales hechos: el prestigio adquirido con la victoria en la segunda guerra mundial y la complejidad de la nueva tecnologia militar de- bido a la aparicién de miltiples armas, como las termonucleares y los proyectiles teledirigidos. En estas condiciones era indispensable superar al militar puramente aficionado y sin carrera ni especializacin para sustituirlo por los militares altamente especializados en el conocimiento y manejo de un complicado armamento. Los lideres politicos no tienen estos conocimientos, y no pueden pro- nunciarse sobre multiples problemas de politica (interior y, sobre todo, exte- rior) conexionados con los asuntos de la defensa y del valor de los nuevos armamentos. En estas condiciones, en los altos organismos del poder y en las delegaciones destinadas a tratar asuntos internacionales con las grandes potencias introdujeron a personas militares especialistas que pudieran acon- sejar en tales asuntos e influir en materia de acuerdos internacionales. Con todo, los lideres del Partido mantienen su predominio sobre las Fuerzas Armadas. No se admite el principio de que los criterios militares sean superiores a los criterios politicos. Se defiende el principio leninista de que la milicia es una parte de la politica, Ahora bien, la norma fundamental de la politica es el marxismo-leninismo, que fija las supremas metas a las que se orienta el Partido y el régimen; lo militar es un medio para el logro de esas ambiciosas metas de conquista del mundo y de su transformacién en un nuevo mundo socialista. El militar es un especialista en el manejo de las armas, pero la ultima y suprema orientacién de las armas tiene que ser dada por los politicos, que disponen de una visién més universal que los milita- res. El militar es apto para destruir al enemigo, pero el politico ha de cons- truir el nuevo mundo después de aniquilar al adversario. La situacién privi- legiada de las Fuerzas Armadas se funda y se justifica en esta sumisién al Partido y a sus lideres. En los discursos y manifestaciones de los altos man- dos militares se pone de manifiesto una sumisién y culto al Partido Comu- nista como entidad mesidnica de Ja patria y del mundo futuro, Solamente la fidelidad absoluta y el culto al Partido, a sus lideres y designios abre el C3. El Partido y el ejército 187 camino de la promocién de los militares a los mas codiciados puestos de la jerarquia militar y politica. 3. Ambivalencia y alternativa de las Fuerzas Armadas.—En la prime- ra parte de esta obra (c.3) hemos visto que la doctrina oficial del marxismo- leninismo va perdiendo prestigio entre las masas de la Uni6n Soviética; para revitalizar esta decadente ideologia se ha despertado el nacionalismo y pa- triotismo eslavos. El patriotismo y el nacionalismo son profundos senti- mientos milenarios del alma eslava que jugaron un papel importante durante la segunda guerra mundial para atizar el fuego de la resistencia y coopera- cién y para lograr la aceptacién popular de los grandes sacrificios que impo- nia la situacién bélica. Hasta el mismo Stalin hizo uso de estas invocaciones para lograr tales fines. Todavia hoy, la segunda guerra mundial es denomi- nada como la «gran guerra patridtica», y el mismo crecimiento del relieve de las Fuerzas Armadas en el seno de la URSS se debe a la victoria obtenida en Ja «gran guerra patridtica>. Hoy ambos elementos estan mezclados en la vida y el ambiente soviéti- cos, si bien el marxismo-leninismo es la idea dominante por su condicién de doctrina oficial. Ambos elementos se encuentran presentes en la mente de los hombres del Partido y en los jefes de las Fuerzas Armadas. Pero con una diferencia: el Partido es el hogar del marxismo-leninismo para su defensa, su propagacién y su victoria. Las Fuerzas Armadas son el hogar del patriotis- mo y nacionalismo. Aun tratandose de hombres militantes del Partido y formados en su ideologia, el militar, sin embargo, es el portador de una tradicién milenaria del nacionalismo y patriotismo eslavos; por ello, el pa- triotismo tiene una mayor raigambre y poder en la mente militar que en la capa del marxismo-leninismo. En segundo lugar existen dos ideales diferentes. E] marxismo-leninismo se funda en la idea de la supresién de clases, en el ideal de la igualdad humana, incluso si la realidad de la sociedad soviética proclama lo contrario: la gran desigualdad, la estratificacién del pueblo, En cambio, por razén de su tradicién y convicién, asi como por la naturaleza misma de la estructura militar, la mente militar esta enraizada en la idea de jerarquia y de sumisién absoluta del inferior al superior. Jerarquia y rigida disciplina son los ingre- dientes necesarios para el funcionamiento de las instituciones militares. Te- nemos asi dos ideales diferentes y opuestos: igualdad y jerarquia. Por ello, en la teoria marxista el ejército y todas las Fuerzas Armadas estan destinadas a desaparecer. Esto nos lleva a la conclusion de que en la mente militar existen hoy dos ingredientes diferentes y de suyo opuestos: el marxismo y el patriotismo, la igualdad y la jerarquia. Mientras subsista la normalidad y el ejército conti- nue siendo mimado por el régimen, no es de creer que esta situacién estalle en choques y antagonismos irreconciliables, Esto se produciré en el momen- to en que surjan riesgos graves internos 0 externos que pongan en acto la conflictividad potencial encerrada en tales factores. Por ahora, las Fuerzas Armadas son el principal sostén del régimen so- viético, pero potencialmente encierran esencias que lo podrian convertir en su mayor y més peligroso rivaf si las circunstancias cambiaran, Tal ocurrié, 188 Pl. Elmiicleo del poder por ejemplo, en Alemania-e Italia cuando la segunda guerra mundial entré en su fase final, en la que los militares ya preveian la futura derrota; en ambos casos, el ejército intenté desentenderse del partido y del régimen para lograr la paz y evitar la catastrofe final. En Italia, la situacién degener6 en una guerra civil y la formacién de un Gobierno antifascista defendido por los militares y presidido por el mariscal Badoglio. Este ejemplo debe servir para entender la importancia que tiene la concepcién de las Fuerzas Arma- das soviéticas como una élite internamente cargada de esencias opuestas, las cuales desarrollarian su propia virtualidad si las circunstancias externas crea- ran un clima propicio para ello. En tal caso, el patriotismo y el nacionalismo de los militares se convertirian en el factor predominante, y esta preeminen- cia podria convertir a los militares en la gran alternativa de poder frente al Partido. Por eso, las Fuerzas Armadas, hoy integradas en el Partido y su sostén principal, pueden convertirse, en el futuro, en las herederas del poder, que finalmente escaparia de las manos de los lideres politicos del Partido. En tal hipotesis el marxismo-leninismo se convertiria en una mercancia desfasa- da y desacreditada ante el prestigio supremo de las exigencias del patriotis- mo y nacionalismo. Tal mutacién podria conducir a una inversion de términos: lo militar se elevaria al nivel del supremo poder politico, y el Partido podria quedar so- metido a él en calidad de medio e instrumento, o simplemente desaparecer en aras del bien de la patria. Podria surgir asi un Estado soviético nacional o bien un nacionalsocialismo, lo que significaria la creacién de un poderoso Estado nacional fundado en las Fuerzas Armadas, duefias absolutas de la situacién. El pueblo soviético no cuenta en la historia rusa, ni en el régimen actual marxista-leninista ni en ese posible Estado nacional. De hecho, los observadores destacan cada vez més el creciente parecido que el actual Esta- do soviético tiene con el existente en la época de los zares. La evolucién puede desembocar en una involucién. Es corriente el que los soviet6logos profeticen un cambio en el régimen de la Unién Soviética. Asi, el consejero del presidente americano Carter, Z. Brzezinski, parte del hecho del estancamiento del régimen soviético y de la extendida desilusin y escepticismo de la masa, para concluir en la probable formacién de una nueva élite que supere el nudo gordiano de la ruptura creciente entre pueblo y régimen. Esa nueva élite seria «una coalicién de la policia secreta, de los militares y del complejo ideolégico y de la gran industria» '°, B. Meissner también cree en la tendencia al cambio. De un régimen tota- litario se pasara a otro autoritario de tipo nacionalista. Este autoritarismo concentrara el poder en el centro, pero admitir una mayor libertad en la economia, en la sociedad y periferia, como en otros tiempos se pasé del absolutismo despdtico al absolutismo ilustrado. Podria ocurrir que el nuevo régimen adquiriera un rostro fascista "”. * Concluding Reflections, en Dilemmas of Change in Soviet Politics (Nueva York-Londres, Columbia Univ. Press, 1969); ed. por Z. BRZEZINSKI y escrito por varios colaboradores, p.154, Ibid., p.87. C3. El Partido y el ejército 189 Esta evolucién puede implicar una involucién, por cuanto contiene estos elementos: a) Un caso del valor y prestigio de la ideologia oficial del mar- xismo-leninismo. Esta es una evidencia para los estudiosos de la actual situa- cién psicolégica del pueblo ruso. Lo demuestra, por otra parte, el fenémeno de los disidentes y de la oposicién reflejado en los escritos Samizdat. Los mismos comunistas tratan de encontrar otro sistema. b) El ascenso del na- cionalismo eslavo, por medio del cual se trata de revitalizar la ideologia oficial. c) El ascenso de la importancia de las Fuerzas Armadas y de la con- sideracion de la que son objeto. d) Las internas rivalidades existentes en el seno del Partido y de sus érganos supremos. Todos estos factores son fermentos de cambio. Este cambio apunta hacia un Estado de tipo nacionalsocialista, cuyo elemento esencial seria el poderio militar, revestido de una ideologia nacionalista de alta tensién mesidnica como el nacionalsocialismo de Hitler. Esto puede implicar la militarizacion del régimen, la dictadura politica, con una concentracién del poder politico en manos del Gobierno nacionalista, al mismo tiempo que se realiza una liberali- zacion de la economia para dar satisfacci6n a las exigencias populares y fo- mentar una mayor iniciativa y libertad econémicas. Amalrik sefiala dos posi- bles caminos para llegar a esta situacién: el golpe de Estado contra los lideres del Partido o un continuo aumento del poder del ejército, que terminaria por dominar al Partido y crear un nuevo régimen conforme a su mentalidad y conveniencias nacionales interpretadas desde el punto de vista militar que es el nacionalista. «Desde el punto de vista tedrico son posibles diferentes mutacio- nes del régimen; por ejemplo, una militarizacion del régimen y una transicion a una politica abiertamente nacionalista, lo que podria verificarse por medio de un golpe militar de Estado o por medio de un cambio general del poder a manos del ejército. Por tanto, transicién a una politica que ya no trata de ocultarse por medio de «los intereses del movimiento comunista internacional» '*. {Qué mutaciones produciria este cambio de ideologia en el que hemos denominado poder espiritual 0 capacidad de irradiacion de la idea que da cobertura al poder fisico? El nacionalismo es una mistica que puede galvani- zara las masas y provocar ese éxtasis mesianico que hemos contemplado en Jos regimenes nacionalistas modernos. Desde el punto de vista interior, pro- voca un poder de alta tensién popular. Pero, en cambio, en el orden de extension y universalidad, més bien destruye la universalidad de la irradia- cién de la idea, como se ha visto en las guerras mundiales. Mientras el mar- xismo trata de ser una ideologia universal y mundial, el nacionalismo es una ideologia particular capaz de conquistar a los miembros de la propia nacidn, pero entra en colisién con otras naciones. 18 A, Amatrik, Kann die Sowjet Union das Jabr 1984 siberleben? (Zurich 1970) p.51. CapiTULO IV DEL MONOLITISMO A LA ESCISION Hemos visto que el sistema bolchevique no es un mundo delimitado por leyes constitucionales y canalizado por instituciones que imponen limites y cauces a sus gobernantes. Como en todo régimen de estructura totalitaria, el principio conductor de la politica es el caudillaje. De sus lideres depende su orientacién fundamental. La historia del bolchevismo encierra, como es légi- co, la impronta personal de sus lideres: Lenin, Stalin, Kruschev, Breznev. El camino hacia el poder no esta perfectamente definido por la ley, sino que es una senda tortuosa en Ja que caben las sorpresas, producto de las luchas intestinas que se desarrollan tras de los bastidores del Kremlin entre las iter anne ar deg es La teoria del elitismo fue ya iniciada por Lenin tanto en el orden tedrico como en el practico. El Partido Bolchevique fue la élite de la que se sirvié Lenin para iniciar la revolucion, lograr el poder e imponer su dominio sobre todo el pais. Stalin afiadié el personalismo mas estricto y se constituyé en el gran caudillo del nuevo régimen. La primera gran lucha por el poder se produjo, después de la muerte de Lenin, entre Stalin y Trotzky. Cuando logré la victoria sobre su cnemigo, que figuraba como la estrella del Partido, Stalin dirigié sus armas contra las otras figuras de prestigio del Partido, como Zinoviev, Kamenev y, sobre todo, Bukharin. Si en esta lucha hubiera triunfado Trotzky, el régimen bol- chevique hubiera seguido una orientacién més revolucionaria en lugar de estabilizarse en una estructura totalitaria como fue la estaliniana. De haber logrado el poder, Bukharin habria cambiado la orientacién del Partido hacia una politica de mayor moderacién y un destacado equilibrio entre el sector agricola y el industrial. Pero el poder fue a parar al hombre mds astuto y cruel, al menos preparado intelectualmente para dar una impronta més poli- tica al Partido; en su lugar nacié una cruel dictadura personalista. Su largo reinado ha provocado no solamente una sangrienta historia, sino también una estructura rigidamente personalista. Todavia hoy, la impronta estalinista es la nota dominante del régimen soviético, 1, - EL MONOLITISMO DE STALIN A partir de la «gran purga» de los aiios 1936-38, Stalin se convirtié en el amo absoluto del Partido y de la Unién Soviética, Fueron ejecutados casi todos los jerarcas destacados del Partido, sobre todo aquellos que pudieran a Del monolitismo a la escisin 191 hacerle sombra; levé a cabo una implacable «purga» del ejército y colocé en todos los puestos clave a personas déciles y fieles a su persona, reorganiz6 la policia y la colocé bajo el mando de su amigo Beria. Todo el ambiente estaba preparado para el nacimiento del caudillo, fundado en una ficticia devocién y en un real terror. 1. El caudillo nacional.—La formacién intelectual de Stalin era escasa y nulo, en el seno del Partido, su prestigio intelectual como tedrico. Lenin, Trotzky, Bukharin podian exponer sus puntos de vista y defenderlos inte- lectualmente frente a sus oponentes en los planos hist6rico, tedrico o filos6- fico; podian también influir con su prestigio personal. Pero Stalin no tenia tales carismas, y asi siguié el camino de la fuerza y de la violencia para imponer su dominio al Partido y al pueblo. El recurso a la fuerza llend el vacio de su inferioridad intelectual ante rivales mentalmente superiores como Trotzky y Bukharin. La teoria del elitismo ya nacié con Lenin, pero el caudillaje de Lenin dentro del Partido pudo mantenerse fécilmente porque en seno no habia rivales dignos de consideracidn, y asi sus opiniones se convertian en decisio- nes de la élite de revolucionarios que presidia. Stalin no se encontraba en la misma situacién, y para imponerse no dud6 en recurrir a la razon de la fuerza. Por medio de Ia fuerza y de la astucia comenz6 a centralizar todo el poder en sus manos. La fidelidad al Partido fue trocandose en conformismo y servilismo a su persona. En cambio, la opinién personal era considerada como disidencia; la disidencia fue considerada como crimen y traicién. Asi fue naciendo el culto y la adulacién, que son el clima del caudillaje. Todo caudillo se funda en su autosuficiencia personal para gobernar. En el caso de Stalin, esta situacién se pone de manifiesto en el hecho de que el Congreso del Partido no fue convocado desde marzo de 1939 hasta octubre de 1952. Durante este largo period de tiempo, Stalin ni siquiera convocé a los repre- sentantes de un Partido totalmente sometido y rendido a sus pies y a sus designios. Con el triunfo en la segunda guerra mundial, Stalin da un paso adelante en el culto a su persona, y se eleva al altar de un dios fabricado por él mismo y la propaganda oficial. A estas alturas es todo: jefe infalible del Partido, amo del Estado y de la politica, seiior de las Rusias, mariscal y jefe del ejército, oraculo de la doctrina oficial. En su famoso discurso al XX Congreso, Kruschev afirmé que fue el mismo Stalin quien fundé el Premio Stalin, cosa que no hicieron los zares; y en 1951 firmé un acuerdo para levantar un gran monumento a su persona en el canal Volga-Don. Asi se fabricaba un dios para situarlo en el centro de un sistema ateo. En el XIV Congreso del Partido (diciembre de 1925) se levanté una voz para condenar el inicio de este proceso del caudillaje de Stalin. Fue Kamenev quien afirmé: «Nosotros estamos contra la teoria del dominio de un solo hombre, estamos en contra de la creacién de un caudillo». Pero el Congre- so, preparado por la mano del propio Stalin y dominado por sus partidarios, ahoga la condena de Kameney, afirmando: «Nosotros queremos a Stalin» '. © CEL. ScHAPIRO, The Communist Party of the Soviet Union (Londees (960) p.295. 192 P.ll. Elmiicleo del poder Y efectivamente consiguieron abrir las puertas de un proceso que concluyé en la creacion de un caudillo y de su correspondiente culto a su personali- dad, fenémeno similar al que se produjo en Alemania con la persona de Hitler. El caudillo es también ordculo, de cuyos labios brota una doctrina into- cable, formada por ideas que no necesitan de critica, sino que debe ser tan s6lo propagada y comentada. El valor infalible de tal doctrina viene de la persona que la ha formiulado; los medios de difusién divulgan esas ideas con gran alarde de titulares a todo el pais; los intelectuales tienen la mision de comentar al pueblo tal doctrina, pero no el discutirla; la disidencia se con- vierte en crimen severamente castigado. Esta propaganda transformé a Stalin en el «sabio maestro», en el «genial caudillo de toda la humanidad progresi- va», en el «genio del pensamiento», en el gran impulsor del marxismo- leninismo y hasta de toda ciencia?. Prensa, radio y televisién tenian que citar su nombre continuamente; todo articulo confirmaba sus ideas con citas de Stalin; incluso cuando se trataba de ciencias o de astronomia, la confir- macién de tales doctrinas se hacia recurriendo al nombre de Stalin. 2. El caudillo del comunismo mundial—Marx y Engels pensaron en términos de una revolucién socialista universal. Esta fue también la idea de los primeros revolucionarios rusos. Se crea entonces que la revolucién roja de 1917 era ya el comienzo de un proceso revolucionario mundial. Tal era, sobre todo, la obsesion de Trotzky, quien juzgaba imposible la revolucion comunista encerrada en los estrechos limites de un solo Estado. Stalin rechaz6 la tesis de su odiado enemigo y proclamé el principio inverso: socialismo en un solo Estado, en la Union Soviética. Stalin se ence- rr en el Kremlin, y su régimen queda encarcelado entre los muros de sus estrechas ideas y de su régimen. «La victoria del socialismo en un solo pais, incluso si este ultimo es el menos desarrollado desde el punto de vista capi- talista, y el capitalismo que subsista en otros paises, aunque sean los més desarroilados desde el punto de vista capitalista, es perfectamente posible y probable» », La idea central del espiritu marxista es el internacionalismo revoluciona- tio. Pero al encerrarse el régimen comunista dentro de las fronteras de un solo Estado han brotado las ideas nacionalistas eslavas, que desde Stalin has- ta el momento presente han desempefiado un papel importante en la historia politica de la URSS. Por esto, el internacionalismo cambia de sentido: denota la sumisién de todos los partidos y regimenes comunistas a las orientaciones del Kremlin, En nuestros dias, Breznev entendié el internacionalismo en este sentido: signi- fica la colaboracién de los diferentes gobiernos y partidos comunistas con las orientaciones provenientes del Kremlin, de suerte que el Gobierno de Mosc tiene derecho a intervenir en los asuntos internos de otros paises comunistas s en.ellos se produce cualquier movimiento reformista que no sea del agrado de 2 CE. W. W. KULSKI, The Soviet Regime (Siracusa, Univ. Press, 1954) p.682-90. > STALIN, Les questions du Léninisme (Paris 1946) t.1 p.95. C4, Del monolitismo a la escision 193 Mosca. Asi, tal internacionalismo tiene al sabor de un imperialismo por parte de la gran potencia de la Unién Soviética. Al internacionalismo de la idea comunista y del movimiento revoluciona- rio ha sucedido el internacionalismo imperialista de una gran potencia que pretende imponer o mantener el comunismo por el método del recurso al poder militar. Esta fue la gran ambicion de Stalin: crear una potencia militar soviética superior a las potencias capitalistas de Occidente para poder im- plantar la bandera victoriosa del régimen bolchevique en el mundo occi- dental. Para ello era preciso desarrollar la industria pesada y de armamentos, a la que dio la prioridad durante todo su reinado, principio que todavia hoy esta en plena vigencia. Para ello era preciso capitalizar hasta el maximo posible. Y para lograr este fin se impuso a todo el pueblo un sistema de remuneraciones minimas y de disciplina férrea; se suprimié la libertad sindical y toda posibilidad reivin- dicativa frente a las decisiones de la autoridad planificadora. Se suprimid igualmente la libertad del trabajador para elegir su trabajo y trasladarse de un empleo a otro. Se instauraron duras penas para castigar cualquier irregu- laridad en el trabajo y se organizaron los campos de concentracin para las faltas de los trabajadores y para llevar a cabo grandes obras publicas con un trabajo esclavo. Dentro de un sistema semejante no es posible pensar en la igualdad, que fue condenada expresamente por Stalin en el XVIII Congreso del Partido en 1934: «Deducir que el socialismo exige el igualitarismo, la igualdad, la nive- lacién de las necesidades de los miembros de la sociedad, la nivelacién de sus gustos y de su vida personal... es decir necedades y calumniar al marxismo» *. Dejado a un lado el criterio de la igualdad, su puesto lo ocupa la jerar- quia, que invade todos los sectores de la vida soviética: la politica, la econo- mia, la milicia, las profesiones liberales, el mundo de la tecnologia y de la vida intelectual. La remuneracién y los ingresos de las personas se fundan en la situacién que ocupan dentro de esta estructura jerérquica. La posicién estructural es tanto mas valiosa cuanto més préxima a los centros fundamen- tales del poder sobre el que se asienta el régimen soviético y la gloria y el prestigio nacionales. Marx admite diferencias en la remuneracién (en el pe- riodo de transicién) conforme a la cantidad y cualidad en el trabajo. Pero en el régimen soviético se determina, més bien, por el criterio estructural jerar- quico del régimen; jerarquia que ha sido segregada por la politica de poderio y de gloria, de manera similar a como ocurre en un régimen totalita Una ver. creado este gran poder central, Stalin necesitaba organismos in- ternacionales para someter a los diversos partidos comunistas a sus decisio- nes, y crear asi un internacionalismo comunista de cardcter imperialista fun- dado en la preeminencia de la Unién Soviética y de su Partido Comunista como vanguardia del socialismo mundial, al cual deberian someterse todos los demas partidos. Esta organizacién fue la Komintern, la III Internacional, + STALIN, Les questions du Léninisme 1.2 p.178. 194 P.Il. Elniicleo del poder que sirvié de correa de transmisin de las érdenes de Moseti a los diversos partidos comunistas del mundo. La Komintern fue creada en la era de Lenin (marzo de 1919). En manos de Stalin se convirtié en un instrumento mundial de su politica y de los intereses del Partido Bolchevique, manejado por él. Su sede radicaba en Mosca, y dificilmente podia escapar a la vigilancia y control del Kremlin. Los miembros de la Komintern aceptaban un reglamento que imponia a los partidos la conducta a seguir, y que fundamentalmente consistia en la asimilacién al hermano mayor, el Partido Comunista de la URSS, y en la obediencia a sus supremos dirigentes. Se comprometian a seguir la accién revolucionaria para implantar la dictadura del proletariado al estilo bolchevi- que, considerado como modelo, a la expulsién del Partido de los lamados «reformistas» o bien «oportunistas», a promover la agitacién en el seno de los paises capitalistas, a prestar apoyo a la Unién Soviética en la lucha con- tra las fuerzas contrarrevolucionarias y a aceptar y cumplir fielmente las decisiones que emanaban del Comité Ejecutivo. EI Partido Comunista de la Unién Soviética se sirvié de este organismo para controlar a todos los partidos que no eran del agrado de Stalin, quien se sirvié de su policia secreta para fisgar y someter a los dirigentes de los. mismos. Asi, su misin internacional estuvo sujeta a las exigencias nacionales de la politica de Mosca. Un ejemplo de esta dependencia y hasta de servilismo a las ordenes de Moscii lo tenemos en la conducta seguida por el Partido Comunista francés durante la segunda guerra mundial. Inicialmente, este Partido aprobé y salu- dé con alborozo el pacto germano-soviético firmado entre Stalin y Hitler. Incluso cuando las tropas de Hitler avanzaban por la Europa occidental y por Francia, los comunistas franceses mantuvieron su postura, siguiendo las directrices de Stalin, y consideraron la victoria de los germanos como una contribucién a la paz. Solamente el Partido Comunista francés cambié de opinion y dio las érdenes de iniciar la lucha contra el traidor Hitler cuando las tropas germanas atacaron Rusia. Durante la guerra cambian las circunstancias, y Stalin necesita urgente- mente la ayuda de las potencias capitalistas (especialmente de los Estados Unidos y de Gran Bretafia). Para crear un clima ms favorable a la coopera- cidn, Stalin decide la disolucién de la Komintern a fin de lograr la confianza y ayuda de las potencias capitalistas. Con esta disolucién trataba de dar a entender a sus circunstanciales aliados que renunciaba a la revolucién mun- dial y a intervenir en los asuntos internos de otros Estados por medio de los partidos comunistas manejados desde Mosc. La Komintern era un pulpo que tenia extendido sus tentaculos por todo el mundo, y trabajaba para extender la agitacion por el mundo y al servicio de los intereses de Mosc. Pero, concluida la guerra, Stalin fundaba en 1947 el Kominform: Buré. de Informacién de los Partidos Comunistas de los Trabajadores. A esta or- ganizacién internacional pertenecieron los partidos comunistas de los paises del Este europeo, donde Stalin habia conseguido imponer el régimen comu- nista. Del occidente de Europa formaron parte el Partido Comunista francés y el italiano. Con este nuevo organismo trat6 de controlar el Este europeo e C4. Del monolitismo a la escisién 195 introducir cufas de agitacién en la Europa occidental, evitando la formacién die la Union Europea. Pero con los principios proclamados durante la deses- talinizacién, el Kominform termin6 por desintegrarse. La misién del Kominform fue minar la cohesion europea, dividir y ato- mizar a los Estados de Occidente, luchar para lograr la desintegracién de la OTAN, separar a Europa de Norteamérica. Para todo ello han insistido en los slogans nacionalistas de la soberania e independencia a fin de exaltar el sentimiento nacional de cada pais y apagar la tendencia comunitaria atlanti- ca. Por esto existen ciertas ideas coincidentes entre los partidos comunistas y las corrientes de la extrema derecha, opuesta también a la formacién de or- ganismos supranacionales europeos. En su ultima obra, Problemas econémicos del socialismo en la URSS (lla- mado «testamento de Stalin») pone en estado de alerta a los militantes del Partido ante los peligros que existen en el camino hasta lograr la meta del socialismo. Es un largo y dificil viaje. El movimiento por la paz no excluye las guerras, que son inevitables mientras exista el imperialismo. Es preciso destruir el capitalismo para eliminar la guerra °. Stalin quiere perpetuar su régimen, al que considera indispensable para lograr tal victoria. Por ello insiste en la necesidad de mantener una politica de poder frente a todo reformismo en sentido contrario. Es preciso mante- ner la preeminencia absoluta de la industria pesada, la industria que engen- dre el poderio necesario para vencer al enemigo. Se debe evitar todo sub- jetivismo y atenerse a las leyes objetivas de la economia y del socialismo. Como otros dictadores, Stalin denomina «ley objetiva» a su propio «voluntarismo y decisionismo»; en cambio, a los planes y decisiones de los demas (al menos si no coinciden con los suyos) llama «subjetivismo». Por causa de este subjetiv mo en la planificacién econémica de la Unién Soviética, ordendé en 1950 la ejecucion de N. A. Voznesensky, jefe de planificacion. : En relacidn con el exterior, pide la unién de todos los Estados y partidos comunistas en torno a la URSS, el gran baluarte de la victoria socialista, porque s6lo en la unién se obtendra el poder necesario para vencer a las potencias capitalistas. Advierte que la guerra es inevitable, porque emana de las contradicciones del mundo capitalista. Estas contradicciones seran cada vez. mayores, por cuanto la extensién del comunismo va arrebatando al capi- talismo sus tradicionales mercados. . La guerra capitalista traeré como consecuencia el que la URSS se vea también involucrada en ella, como ha ocurrido en la segunda guerra mun- dial. Es preciso superar los triunfalismos y reconocer que también la Union Soviética necesitara en el futuro el apoyo y la ayuda de los partidos comu- nistas fraternos del exterior. Esto postula la unién y la colaboracién de to- dos los comunistas frente al bloque capitalista. Es caracteristica del marxis- mo-leninismo-estalinismo la visién del mundo dividido en dos bloques anta- BOnicos e irreconciliables. Pero Marx hablé en términos internacionales y de antagonismos de clases (proletariado-burguesia); Lenin también hablé en 5 STALIN, Les problémes économiques du socialisme en URSS (Paris, Edit. Sociales, 1952) p35, 196 P.II. El nicleo del poder términos internacionales, pero reduciendo la misién revolucionaria de la cla- se a la misién de la élite comunista encerrada en el Partido Comunista. Stalin habla, més bien, en términos nacionales, y tiene delante de sus ojos el poderio del Estado bolchevique, enfrentado al poderio de los Estados Uni- dos. Los demés desempefian el papel de satélites y ayudas de uno u otro bloque, Tenemos la teoria de los dos mundos irreconciliables, antagénicos y necesariamente marchando hacia la confrontacién bélica. Entre estos dos mundos hay que escoger, y la eleccién de todo comunista es formar parte de la estrategia mundial y global de la Uni6n Soviética. En el XIX Congreso del Partido (octubre de 1952), ya al fin de su vida, afirmé: «Seria un error el pensar que nuestro Partido, habiendo alcanzado una poderosa fuerza, ya no necesita de apoyo. Esto no es verdad. Nuestro Partido y nuestro pais han tenido y tendrén siempre necesidad de la con- fianza, de la simpatia y del apoyo de los pueblos hermanos del exterior» °. La formacién de un gran bloque comunista cuyo eje y centro sea Mosct y el Partido Comunista de la URSS fue la gran obsesién de Stalin, lider no sdlo de la Unién Soviética, sino también del comunismo mundial. Stalin murié, sin embargo, olfateando los riesgos derivados de su gran imperio, En sus iltimos afos traté de perpetuar este caudillaje nacional e internacional, pero ya los gérmenes del descontento y de la escisién estaban presentes en el sistema para llevar a cabo su accién. 2. SE DESVANECE EL MITO EI 5 de marzo de 1953 murié Stalin. Al dia siguiente, el Presidium del Soviet Supremo de la URSS difundié por radio un comunicado en el que decia: «El corazén del compaiero de Lenin y genial continuador de su cau- sa, del sabio caudillo y maestro del Partido Comunista y del pueblo soviéti- co, José Vissarionovich Stalin, ha dejado de latir. El nombre de Stalin es infinitamente querido por nuestro Partido, por el pueblo soviético y por los obreros de todo el mundo». Este comunicado expresa el ultimo acto litargi- co del culto oficial al «gran Stalin», al genio de la humanidad y del triunfa- lismo reinante en la mente de sus adoradores. Pero ‘el ambiente no era ya favorable al cultivo de este mito. Habia de- rramado demasiada sangre para que tal ocurriera. Poco a poco fue desapare- ciendo el nombre de Stalin del ambiente y de los medios de difusion. En su lugar comienza a airearse la necesidad de una direccién colectiva. Se ponen en libertad muchos millares de detenidos en los campos de concentracién. Beria, su més intimo colaborador en la implantacién de la era terrorista y jefe de la policia secreta, es detenido y ejecutado en 1953 junto con otros seis cémplices, altos jefes de su departamento. Se comienza a exaltar la «le- galidad socialista». Todo esto indica que el proceso de desestalinizacién se desencadeno por si mismo. Con todo, Ia persona misma de Stalin y su régimen no fue oficialmente © Les problémes économiques du socialisme en URSS (Paris, Edit. Sociales, 1952) p.107. C4. Del monolitismo a la escision 197 condenado hasta el XX Congreso del Partido, que tuvo lugar entre el 14 y el 25 de febrero de 1956 y constituye un acontecimiento decisivo en el des- arrollo posterior del sistema comunista mundial. El discurso condenatorio tuvo lugar en la tiltima sesion del Congreso, a puerta cerrada. Es una pieza oratoria larga y reservada a los miembros del Congreso; aunque inicialmente fue secreto, posteriormente, sin embargo, se dio a la publicidad. El orador fue Kruschev, quien en su largo discurso traté de echar todas las responsabi- lidades por la larga era de terror sobre la persona del desaparecido dictador a fin de dejar limpias las manos del mismo Partido y de sus jerarcas. La causa de tales errores se hizo recaer sobre la persona de Stalin: se debieron a su caracter, a su naturaleza megalémana y paranoica, que lo convirtieron en un déspota que atropellé al Partido y ai pueblo. Esta explicacién no sigue las lineas del pensamiento marxista, seguin el cual los fenémenos sociales no se explican recurriendo a la psicologia de las personas, sino a causas externas econdmico-sociales. Kruschev no explicé por qué se produjo un régimen tan monstruoso, por qué no se pudo recurrir a leyes, tribunales, frenos politi- cos, para poner coto a los desmanes de un tirano. Tampoco explicé por qué y como se fabricd semejante idolo y su correspondiente culto oficial; donde existen idolos es que hay idélatras. Y Kruschev condené al idolo, pero silen- cié la responsabilidad de los idélatras que le tributaron tal culto de pleitesia durante tantos anos. Tampoco analizé la responsabilidad del mismo Partido y de sus instituciones, incapaces de poner limite a tantos desmanes. Todas estas cuestiones fueron habilmente silenciadas, porque su planteamiento hu- biera conducido a dejar en claro la responsabilidad del mismo régimen, ya que no se trata sdlo de errores de una persona, sino también de defectos estructurales de un régimen de tipo totalitario. El objetivo fundamental de la condena es, por tanto, la misma persona de Stalin. La sala del Congreso no estaba presidida por el acostumbrado y tradicio- nal retrato de Stalin. Kruschev condené el estalinismo en nombre del leninismo, al que conci- be revestido de dos carismas supremos: la direccidén colegial del Partido y su vinculacién con el pueblo. Stalin, en cambio, instauré un régimen persona- lista, alejado de la vida del pueblo y del Partido, implantando la ley del terror. «Durante la vida de Lenin, el Comité Central del Partido fue la expre- sién real de la direccién colectiva del Partido y de la nacién... Lenin jamas impuso por la fuerza sus opiniones a sus colaboradores. El trataba de con- vencerles. Pacientemente, él explicaba sus opiniones a los demés» ’. Por eso cuidaba de que se observaran las normas de vida del Partido, de que su estatuto fuera cumplido y de que los congresos del Partido y las sesiones plenarias del Comité Central tuvieran lugar en los oportunos intervalos. A continuacién, Kruschev menciona el juicio negativo de Lenin sobre Stalin, aconsejando su destitucién del puesto que ocupaba de secretario ge- neral debido a su cardcter excesivamente brutal. En diciembre de 1922, en una carta dirigida al Congreso del Partido, Lenin escribia: «Después de haber 7 N.S. KRUSCHEY, Texte integral du rapport secret de M. Kbrouchtchev (Paris 1956) p.8. 198 P.IL. El niicleo del poder asumido las funciones de secretario general, el camarada Stalin ha acumulado entre sus manos un poder desmesurado, y yo no estoy cierto de que sea siempre capaz de hacer uso de él con la prudencia necesaria» *. Esta carta fue distribuida entre los delegados al XX Congreso. Lenin trataba de convencer; cuando se trataba de camaradas del Partido que tenfan opiniones disidentes provisionales, trataba de conseguir su obe- diencia al Partido sin recurrir a la violencia. Estos métodos fueron absoluta- mente extrafos a Stalins«E] habia renunciado al método leninista, consisten- te en convencer y educar; habia abandonado el método de la lucha ideoldgi- ca por el de la violencia administrativa, las represiones de masa y por el terror. El obraba, en una escala cada vez més grande y de una manera siem- pre més inflexible, por medio de organismos punitivos, violando frecuente- mente, al mismo tiempo, todas las normas existentes de la moralidad y de la legislacién soviéticas» °. Lenin empleaba una conducta intransigente contra los enemigos de la revolucién y de la clase trabajadora, y si era necesario, recurria a los méto- dos més extremos para la defensa de la revolucién, pero no contra los co- munistas de buena fe incluso si caian en errores. Pero Stalin recurrié a los métodos violentos y a las represiones masivas incluso cuando se habia al- canzado ya la victoria de la revolucién, cuando el Estado soviético se habia consolidado, cuando las clases explotadoras habian sido liquidadas y las rela- ciones socialistas se habian enraizado sélidamente en todos los sectores de la economia nacional, cuando nuestro Partido se habia consolidado politica- mente y reforzado tanto en el aspecto numérico como en el ideoldgico. Y Stalin procedio en esta época de manera arbitraria y brutal contra los mismos miembros del Partido. «Muchos millares de comunistas honestos ¢ inocentes han muerto como consecuencia de esta monstruosa falsificacin de estos procesos, por el hecho de que se aceptaba toda clase de ‘confesiones’ calumiosas... Era admitido el injusto método que consistia en hacer preparar por la NKVD listas de perso- mas cuyo caso era de la competencia de la jurisdiccién del tribunal militar y cuyas sentencias estaban preparadas de antemano, Yejov enviaba estas listas a Stalin personalmente a fin de que él aprobara el castigo propuesto. En 1937- 1938, 383 de estas listas conteniendo los nombres de muchos millares de servi- dores del Partido, de los soviets, del Komsomol, del ejército y de la economia habian sido enviadas a Stalin. El aprobé estas listas» ' La «gran purga» de 1936-38 eliminé a muchos fieles comunistas acusados de ser criminales, espias y enemigos del pueblo, aunque se trataba de perso- nas correctas y sinceros colaboradores del Partido. «Cuando Stalin decia que uno u otro deberia ser detenido, era necesario admitir como un hecho que se trataba de ‘un enemigo del pueblo’. Y la ‘clique’ de Beria, responsable de los Srganos de la seguridad del Estado, sobrepasaba todos los limites para probar la culpabilidad de la persona detenida y de bien fundados los docu- 5 Ibid., p.9. ° Ibid., p.17. 1 Thi C4. Del monolitismo a la escision 199 mentos que ella falsificaba. Y ¢qué pruebas eran ofrecidas? Las confesiones de las personas detenidas. Los jueces inquisidores aceptaban estas confesio- nes, Y gc6mo puede una persona confesar los crimenes que ella no ha come- tido? De una sola manera: como consecuencia de la aplicacién de métodos fisicos de presién, de torturas, que lo conducen a un estado de inconscien- éia, de privacién de su juicio, de abandono de su dignidad humana. Asi eran obtenidas las ‘confesiones’» ''. Las «purgas» afectaron gravemente a los miembros y candidatos del Comité Central. De los 139 miembros y candi- datos del citado Comité elegidos en el XVII Congreso del Partido, 98 fue- ron encarcelados y liquidados en los aitos 1937-38. «Las represiones masivas han tenido una influencia negativa en el estado olitico moral del Partido, han creado una situacién de incertidumbre, contri- wuido a la propagacion de sospechas enfermizas y sembrado la desconfianza entre los comunistas. Toda suerte de difamadores y de carreristas desplegaron su actividad... Unicamente porque nuestro Partido dispone de una gran poten- tia politico-moral ha sido posible sobrevivir a las dificultades de los aconteci- mientos de 1937-38 y de educar nuevos cuadros» . Estas «purgas» debilitaron considerablemente a las Fuerzas Armadas pre- cisamente en visperas de la segunda guerra mundial, ya que muchos de los oficiales fueron liquidados, algunos de los cuales eran experimentados mili- tares que habjan tomado parte en la guerra de Espaiia y del Extremo Orien- te. Esto explica las derrotas del ejército soviético en los inicios de la guerra con Alemania. Kruschev tiré por tierra también la aureola de gloria militar que se habia creado en torno a la figura del mariscal Stalin, a quien se atribuian todos los carismas de las grandes figuras militares: previsién, plan preparado de ante- mano, capacidad de maniobra en la defensa y el ataque. Kruschev acusé a Stalin de no haberse preparado adecuadamente para el ataque de Hitler a pesar de las advertencias recibidas tanto del Occidente como de los servicios soviéticos. En lugar de exaltar el genio militar de Stalin, Kruschev lo descri- be como un ser carente de animo, que después de las primeras derrotas veia el panorama tan negro, que daba la causa por perdida; en los primeros me- ses de la guerra aparecia desmoralizado, daba senales de un nerviosismo en- fermizo. Por eso se resistia a comparecer ante el Comité Central del Partido. Las intromisiones de Stalin en la direccién de la guerra fueron fatales y condujeron a grandes pérdidas militares. Asi, a fines de 1941 ordend una contraofensiva frontal contra el enemigo en lugar de maniobrar estratégica- mente por los flancos. La consecuencia fue un desastre y Ja pérdida de nu- merosas vidas humanas. En 1942 prohibio la retirada de la zona de Khar- kow por el peligro existente de que los ejércitos soviéticos fueran cercados por el enemigo. La orden de Stalin costé la pérdida de enormes contingentes soviéticos que fueron cercados por el adversario, perdiéndose cientos de mi- les de soldados '°. La gloria de la victoria final de la guerra no se debe a los " bid, p.44. " Tbid., p42. » Ibid, p.54.

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