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Prevenir la homosexualidad* Nos ha parecido conveniente incluir este Anexo por la actualidad que tienen este tipo de situaciones. Recoge pautas para poder entenderlas y actuar adecuadamente, sin pre- Cipitaciones pero con la seguridad que requieren, con independencia de acudir y acon- sejarse con personas de recto criterio. ce” sucede con cualquier problema, es evidente que es mejor prevenir que curar. Y aunque la prevencién no consigue eliminar toda posibilidad de que pueda aflo- rar la homosexualidad en un hijo (se entien- deen este articulo “hijo” de modo genérico: puede tratarse de un hijo 0 una hija, siendo lo primero lo més frecuente), serfa un error grave pensar que no puede hacerse nada para prevenir, También lo seria suponer que el descuido de las medidas de prevencién propiciarfa necesariamente el afloramiento de la homosexualidad. Se trata de fuctores de riesgo, pero de una gran incidencia, de forma que cuando se consigue el clima familiar idéneo es mucho menos probable que se dé la desviacién aqui contemplada. Hay que tener en cuenta que la homosexua- lidad se origina como una alteracién en el desarrollo de Ja personalidad de quien la padece, por lo que tiene una importancia de primer orden procurar un clima que favo- rezca el normal desarrollo del hijo. Se se- jialan a continuacién varios rasgos que configuran un ambiente familiar propicio, cuyo descuido tiene particular incidencia en “Extracto de «Recomendaciones pastorales que se pueden dar a los padres que conocen que un hijo es homosexual» de Julio de la Vega-Hazas rss la aparicién de la homosexualidad, La rela- cin se refiere solamente a familias normal- mente constituidas a) La participacién del padre en la edu- cacién y desarrollo de los hijos: debe estar presente y ser accesible a sus hijos. Si no To hace, la madre debe intentar su implica- cién, no siendo buena solucién que ella intente suplantar la figura paterna by Evitar, por parte de la madre, actitu- des posesivas 0 sobreproteccionistas. Mas atin se debe evitar el que Ja madre recurra 1 volear su afecto en los hijos 0 en alguno dc ellos, incluso haciéndole participe de sus insatisfacciones, si no encuentra en su es- oso el carifio que busca ©) La aceptacién de cada hijo, de forma ue los hijos sean conscientes de ello. Hay que distinguir entre fa busqueda de la exce- Tencia en cada hijo, estimulando la conse- cucién de metas altas, de una actitud cconstante de desaprobacién por no conse- guirlas, de forma que el hijo se pueda sentir rechazado. 4) Lacreacién de un clima de confianza, ue faclite el que los hijos puedan contar Sus preocupaciones las incidencias de su vida, incluso cuando no se han portado bien, de forma que se les escuche y se les respon- ‘da con serenidad, sin manifiestas actitudes de nerviosismo, alarmismo, preocupacién visible, y menos atin de ria 0 rechazo, A la vez, se ha de reaccionar ensefiando a los hijos a resolver sus problemas, no asumien- do los padtes la resolucién de los mismos. e) Laexistencia de una auténtica educa- cién sexual, bien orientada a la vez que realista. Incluye el proporeionar una ade~ cuada informacién sobre las inclinaciones homosexuales y la homosexualidad. Impli- ca también a fa vez. velar por un cima sano en el hogar en lo referente a la sexualidad, evitando que se vean cosas inapropiadas en television, internet, etc, f) Favorecer una rel hijos con sus amigos/as. Buena parte de la afirmacién de la masculinidad 0 Ia femini- dad tiene lugar en las relaciones con chicos! as de la misma edad, sin que la familia pueda suplir bien este aspecto. De ahf que una atmésfera familiar muy cerrada en s misma no sea recomendable; y s{lo sea, por el contrario, promover actividades sanas y normales con otros chicos/as, como la pric- tica de deportes de equipo. 2) El recto encauzamiiento de los rasgos peculiares de los hijos que puedan causar extraficza, como por ejemplo una sensibili- dad exagerada en un chico o una preferencia por gustos masculinos en una chica. Para ‘educar hay que partir de la aceptacién de la realidad, ¢ ir ayudando a configurar la per- sonalidad de cada uno, discemniendo bien lo que es un rasgo peculiar de lo que es una anormalidad. En este sentido, es importante cvitar calificatives © motes despectivos y en general todo lo que propicie que el hijo se Iegue a sentirse “distinto” ¢ incomprendio. Conviene que los padres estén atentos, particularmente en la preadolescencia y la adolescencia, de Ia aparicién de posibles comportamientos extrafios de los hijos sin aparente explicacién, especialmente de los {que les aislan de su entorno habitual. Con- ductas como el aislamiento en un mundo artistico -musical,teatral, ete —que no com- parten con nadie, la carencia de amigos 0 la biisqueda de amigos en entornas distintos @ los que frecuenta habitualmente y de los que ‘no se habla en casa, con mis motivo si van acompaitados de la resistencia a adoptaralgu- nos de los rasgos propios de! género en sf ‘mismos de importancia secundaria-, son lo suficientemente preocupantes como para que se deba indagar en la causa. A veces, se pueden intentar disfrazar con una desmedi- da aplicacién a los estudios, pero ese sen- tido de responsabilidad en su trabajo no suprime el que se deba buscar la explicacién ‘esas conductas: hay que buscar el desarro- To integral de los hijos, no s6lo que triunfen en su actividad profesional. Saliendo al paso de esas anormalidades se consigue muchas veces evitar datos en los hijos, siendo la homosexualidad una de las posibilidades en las que pueden desembocar. ‘ADOLESCENCIA Y FALSA HOMOSEXUA- UDAD Ante una hipotética revelacién de la homosexwalidad de un hijo, es muy relevan- te la edad. Si se trata de un adolescente, se debe discernir bien la situacién, distinguien- do una homosexualidad propiamente dicha de lo que no va més allé de una inmadurez Yuna falta de asentamiento de la persona Tidad en el desarrolio de la personalidad, y de la sexualidad en particular. En la adoles- cencia, particularmente en los varones, sue- Te darse una cierta indeterminacién sexual, de forma que el chico puede sentirse atraido ppot chicos ademas de por chicas. Si a eso se une un carécter timido, y mas todavia si ha tenido algiin escarceo homosexual en alguna ocasién, es facil que piense que es homosexual —puede que en ocasiones influya cen ello el haber acudido a péginas web inten- tando aclarar su situacién-,o que tenga dudas sobre ello; y no lo es, aunque podria llegar a serlo si se deja llevar por esa impresién. Es menos frecuente una situacién seme- jante con las chicas, aunque podria ocucrir. Si confluyen una timidez que se cree insu- erable en el trato con chicos (asociada normalmente a una percepeién negativa del propio cuerpo), el haber tenido en el pasado a veces, en edad infantil- algin escarceo imptidico con alguna amiga, y la polariza- cin de la amistad con una sola amiga, puede dar como resultado una especie de enamo- ramiento con esta tiltima. Pero, al igual que en el caso anterior, no se trata de una au- téntica homosexualidad. No es facil conseguir la confidencia de Un hijo adolescente sobre este tipo de cosas. De hecho, es més facil que la tenga con un tutor/a 0 un ditector espiritual, lo que cons- tituye una razén mas de conveniencia de ‘una buena tutorfa o direccién espiritual. Los padres deben conformarse con esa situa- cidn, sin pretender erigirse en directores espirituales del chico o la chica; en cambio, si que conviene comunicar a estas personas To que consideren relevante sobre la perso- nalidad del chico o la chica. Menos proce- dente todavia es intentar enterarse de la intimidad del hijo hurgando furtivamente en ella por ejemplo, leyendo sus agendas. Sin embargo, explicar por anticipado las posi- bles dificultades en su desarrollo faclita mucho que pueda darse esta confidencia, puesto que proporciona al hijo adolescente Ia certeza de ser comprendido. El problema se soluciona casi siempre con medios ordi- narios, ayudando al desarrollo normal de la personalidad, y apoyando la autoestima del adolescente. En estos casos, suele ser con- veniente ademés que se integre en alguna pandilla de chicos y chicas, pues aproxi- marse al sexo contrario y aprender a valo- rarlo ayuda bastante

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