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Centro de Reproducción de Documentación de la USMP Material Didáctico para uso exclusivo en clase
INDICE
PRESENTACION
UNIDAD I: Marco Conceptual de los Motivos
1.1. Marco Conceptual
1.2. Factores que influyen en los motivos
2. Teorías de la Motivación
2.1. Los aportes de la Psicología de los Instintos
2.2. Los aportes del aprendizaje
2.3. Los aportes de los teóricos de la Personalidad
LECTURAS OBLIGATORIAS
Las Diferentes concepciones en las Motivaciones
Cinco Modelos de Emoción
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PRESENTACIÓN
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INTRODUCCION
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1.4. El Sub Sistema Integrativo: Está conformado esencialmente por las estructuras y
procesos yoicos y morales del sujeto. La función del yo es actuar como el procesador
central de la totalidad de acciones del sujeto en su calidad de agente y actor personal
social. Las estructuras morales del sujeto confirman el espacio interno que funciona
como escenario de los valores a los que orienta su proyecto de existencia personal y
fuente de las reglas de intercambio interpersonal que vive como obligatorias y a las que
se somete conscientemente (Gonzáles, 1995). Es así, como tenemos acá a los valores y
específicamente los valores morales, lo que es justo o injusto. Frente a diversas
situaciones, podemos calificarlas como buenas ó malas, justas o injustas. Y así decir,
que ese futbolista es realmente bueno, o que ese arbitro es justo.
EJERCICIOS No. 1:
1. ¿A qué se llaman procesos cognitivos? ¿Cómo se relacionan con los procesos
afectivos?
2. Mencione dos características de los procesos afectivos.
3. Proponga un ejemplo en donde se observe la influencia de los factores socio
culturales y maduracionales en el desarrollo de los procesos afectivos y cognitivos
(tal como se desarrolló en la clase de teoría).
4. Proponga un ejemplo del sub sistema integrativo.
5. Proponga un ejemplo del sub sistema motivacional
6. Proponga su propia definición de proceso psicológico.
UNIDAD I: MARCO CONCEPTUAL DE LOS MOTIVOS
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CONDUCTA INCENTIVO
OBJETIVO
Pérdida de homeostasis MOTIVADA
NECESIDAD
FACTORES PESRONA
FISIOLOGICA INTERNOS * ANIMAL
SOCIO FACTORES *COSA
EMOCIONAL EXTERNOS Homestasis
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Mc. Teer (1979), considera que existen factores externos e internos que influyen en la
determinación de la conducta motivada. Dentro de los factores externos podemos
mencionar, los siguientes:
a) Ambiente Físico : Está referido al ambiente físico, identificado geográficamente. Los
geógrafos humanos hacen referencia la clima; las características de la superficie de la
tierra; la presencia de océanos, montañas, ríos o pantanos, entre otros. Es importante
recordar aquí, que este factor influye por ejemplo, en las migraciones, las cuales
pueden explicarse en función a los motivos que tiene una familia para abandonar su
lugar de origen y dirigirse a otra zona.
AMBIENTE
FISICO
SER HUMANO
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c) Factores Mentales: Está referido a la influencia de las variables cognitivas: tales como
los pensamientos, las creencias, conocimientos, informaciones, y expectativas, que influyen
en la conducta motivada. De esta manera las diversas informaciones recibidas, pueden
haber sido determinantes para que Ustedes se encuentren motivados en recibir el presente
curso.
Ejercicios N.- 02
1.¿Qué entiendes por Motivo?
2. ¿A qué se denomina Necesidad?
3. ¿Cómo se clasifican las necesidades?
4. ¿A qué se denomina Conducta Motivada?
5. ¿Porqué se dice que la motivación es un proceso?
6. Ejemplifica el proceso de motivación e identifica con claridad los factores que
intervienen.
3.3. El Asociacionismo
El principal representante es John Locke y sostenía que la acción está determinada por la
Inquietud, lo cual es definido como la ausencia de un bien deseado (hambre, sed). Dios
ponen las inquietudes para llevarlo hacia la autoconservaión y prolongación de la especie.
Es representante del Principio HEDONISTA: Es decir se orienta hacia la búsqueda de
estados placenteros.
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Como respuesta a los aportes anteriores surgen los trabajos de HUTCHENSON (1728).
Para este autor, uno de los determinantes de la conducta son los instintos, los cuales son
fuerzas motivadora que produce la acción y que se presentan considerando los siguientes
criterios: Antes que existan pensamientos, del conocimiento de las consecuencias, antes
que exista educación.
Desde esta perspectiva propone un concepto moderno del término INSTINTO.
El principal representante fue Reid . Para este autor los determinantes de la acción:
son las facultades (motivos nobles) y la voluntad, el valor, la nobleza y los instintos.
Los instintos son impulsos dirigidos a la acción, que anteceden al pensamiento y al
conocimiento. El hombre es capaz de hacer lo que quisiera menos cuando lo
impulsan fuerzas instintivas.
4. TEORIAS DE LA MOTIVACIÓN
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Mc. Dougall fue más allá y trató de identificar las principales propensiones
instintivas que impulsan la conducta normal. Su insistencia coincidió con un período
histórico en que la concepción conductista predominaba y afirmaba que todas las
características humanas era aprendidas. La mayoría de los psicólogos consideraban que los
motivos más complejos, como la necesidad de obediencia o de adquisición resultaban en
todos adquiridos y no innatos. Sólo mucho más tarde, cuando los etólogos
introdujeron la noción de “estímulos signos” o incentivos naturales lograron ponerse de
moda algunas ideas de Mc Dougall. Por otro lado, proporcionó una taxonomía inicial de los
motivos humanos, basado en la conducta normal que influyó en ulteriores estudiosos del
tema como Henry A. Murray y Raymond Catell; después y en este mismo capítulo nos
referimos a la contribución de estos autores. Desde entonces las descripciones que hizo Mc
Dougall de la características de los motivos han estado incorporadas a sus definiciones.
Mc Dougall preparó una etapa denominada de controversia en el uso del término
instinto, debido a que llegó a considerarlos como motivadores universales y trató de
explicar diversas conductas sólo a partir de los instintos. De esta manera, esta corriente
permitió el abordaje de los instintos desde una perspectiva etológica (ciencia que estudia las
costumbres de los animales).
Ejercicio No. 03
1. Proponga un ejemplo de instinto
2. Investiga acerca de dos críticas que se le realiza a la teoría de los instintos
3. ¿En la actualidad podríamos decir que algunas conductas responde a cuestiones
instintivas? Mencione un ejemplo
4. Mencione tres características de la teoría propuesta por Mc. Dougall.
5. Analice críticamente la definición de instinto propuesta por Mc. Dougall.
6. Analice críticamente la definición de instinto propuesta por W. James.
7. Investiga acerca de un ejemplo de instinto válido para explicar algún
comportamiento animal.
8. Investiga acerca de un ejemplo de instinto válido para explicar alguna conducta
humana
9. Investiga acerca de las diferencias entre los planteamientos de James y Mc
Dougall
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BOSQUEJO HISTORICO
La historia de Hull del año 1943 ( publicación de su libro Principales of Behavior )
representó el momento culminante de toda una serie de ideas de tendencias . A
continuación se citan los autores cuyas concepciones , ideas y experimentos influyeron
directa o indirectamente en la formulación de la teoría de la pulsión :
Para mayor claridad se explica brevemente en que consistió cada una de las influencias
citadas, es decir , en que forma se plasmaron estas ideas en la teoría de Hull.
- En este contexto , la idea mas importante de la teoría de la evolución de Darwin ( On the
Origin of Species , 1859 , trad. Cast. : El origen de las especies , Bruguera, Barcelona ,
1978) es que todo organismo posee determinados modos de conducta innatos que le
permiten reaccionar de forma efectiva al hambre , la sed, el dolor , etc. Tales
comportamientos están al servicio de la supervivencia del organismo ; si un organismo
carece de ellos , o no los manifiesta, sucumbe . En el transcurso de la evolución tiene lugar
una selección natural que favorece a quienes esta mejor dotados para esta lucha por la
supervivencia .
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Mas tarde veremos que el sistema de Hull se basa especialmente en la explicación del
comportamiento encaminado por la supervivencia .
- En 1913 , Watson publicó su famoso artículo Psychology as the behaviorist views it. En
el proyecta la imagen de una psicología objetiva , cuyo objeto sería el análisis experimental
de la conducta . Conceptos como conciencia no tienen cabida en esta psicología
behaviorista . Al igual que en otras ciencias , como la física y la química , la misión de la
psicología es descubrir los elementos fundamentales de la conducta .
Watson pensaba que la unidad fundamental de la conducta había sido ya hallada : el
condicionamiento clásico , descubierto y analizado por primera vez por el fisiólogo ruso
Pavlov. Esta unidad permite descubrir la conducta exclusivamente mediante conceptos de
estímulos y reacciones .
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Henry Murray
Uno de los grandes aportes desde el punto de vista psicológico constituyen los estudios de
Henry Murray, quien además de proponer una taxonomía (descripción de conductas), fue
uno de los primeros en estudios a los motivos utilizando un método ecléctico. Por un lado,
la teoría del aprendizaje y por otro la teoría dinámica. Dentro de las técnicas que utilizó
encontramos a las siguientes: estudio de los sueños, de laboratorio, aplicación de escalas de
actitudes, etc.
Para este autor la necesidad es un constructo que representa la fuerza de la región
cerebral, que se organiza en la percepción y cognición.
De la misma manera, quizás sea uno de los primeros que formuló una clasificación
de motivos, tanto psicógenos, como viserógenos. Señalaba que existían motivos
manifiestos y encubiertos; así como: generales y focales.
A continuación se presenta una lista ilustrativa de necesidades planteada por H.
Murray.
LISTA ILUSTRATIVA DE LAS NECESIDADES DE MURRAY
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Abraham Maslow
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Ejercicio No. 5
1. Realice un análisis crítico de la teoría propuesta por H. Murray
2. Desde la perspectiva de Murray ¿usted que necesidades está logrado satisfacer y
cuales les falta satisfacer?
3. Identifique un personaje político, deportivo o del mundo artístico, ya sea a nivel
local, nacional o internacional y analice la manera como está logrando satisfacer
sus necesidades desde la perspectiva de Maslow.
4. En una tabla de doble entrada identifique diferencias que existen entre las
necesidades básicas y superiores según Maslow.
5. Analice críticamente la propuesta que realiza Maslow.
6. Investiga acerca de las motivaciones que tuvo Maslow para formular su teoría
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1.Bases Fisiológicas
EL HAMBRE
Respecto al hambre existen dos teorías que permiten explicar el hambre, en primer
lugar tenemos las teorías periféricas y en segundo lugar las teorías centrales, las cuales son
las más aceptadas en la actualidad.
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b) N. De Relación ( R )
Necesidad social de vinculación, afecto
N. De consideración
N. De estimación
c) N. De Desarrollo y de autorealización (G )
Abarca la aspiración de las personas hacia la autorealización.
Es necesario señalar que el presente autor plantea que la intensidad de una necesidad se
incrementa por la frustración de la misma y que las necesidades satisfechas sirven de
motivadores, mientras actúan como sustitutos de las necesidades no satisfechas.
Afirmó que la tendencia a tener éxito es una disposición motivadora aprendida y que ello
funciona a partir de las siguientes variables:
El motivo para tener éxito
Probabilidad de la realización de la tarea para tener éxito
Relativa atracción de tener éxito considerada como el valor estimulante del éxito
Lo cual se presenta de la siguiente manera:
Ts = M x Es x Is
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Este autor plantea que toda persona tiene un conjunto de necesidades básicas:
a)Necesidades Motivadoras o satisfactorias determinadas por factores intrínsecos: son de
orden superior, de desarrollo y se orientan hacia la búsqueda de la autonomía.
Por Ejemplo: En el marco de las organizaciones: el mismo trabajo
Ejercicio No. 7
1. De acuerdo a Adelfer, explique a qué se denomina necesidades de existencia,
relación y desarrollo.
2. Proponga un ejemplo para cada una de las necesidades propuestas por Adelfer, de
forma específica para cada uno de los tres grupos y sus respectivas sub
clasificaciones.
3. Proponga un ejemplo de la motivación para el rendimiento de Atkinson
4. Propoga un ejemplo acerca de la teoría de los dos factores de Heizberg.
5. Analice críticamente cada una de las teorías presentadas en bases psicológicas de
los motivos.
AGRESION
• Hernádez & Tubert (1996): La agresión nos permite utilizar la fuerza para
enfrentarnos a aquellas situaciones que no deseamos, con el fin de modificarlas en
función a nuestros deseos. La agresión es una actitud básica del ser humano y tiene una
función adaptativa.
• Archer y Browne (1989, citado por Morales et. al. 1994): proponen una fórmula para
establecer las características de un caso prototípico de agresión:
La existencia de una intención de causar daño.
Provocar daño real, no un mera advertencia de que se va a provocar
La existencia de una alteración del estado emocional, de modo la agresión pueda ser
calificada como colérica.
AGRESION: TIPOS
Según el grado de provocación:
• Agresión Colérica o afectiva: predomina la cólera y el daño está encaminado a dominar
la fuerza del atormentador o a la venganza. (fuerte estado emocional negativo). Su
objetivo es causar daño.
• Agresión Instrumental: intento a sangre fría o calculado para obtener algo y atacar a
alguien (está privada de emoción, predomina el cálculo). Su objetivo no es causar daño,
la agresión es un medio para obtener otro objetivo. Por ejemplo: autodefensa y la
búsqueda de poder social sobre las personas.
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Postura AMBIENTALISTA
1. Estudios Antropológicos
La Cultura tiene un papel fundamental. Por ejemplo: antropólogos culturales descubrieron
sociedades (Groenlandia), donde las personas viven sin agresión, en donde la educación es
libre de represiones en el caso de los niños, el niño es respetado desde edad temprana y
aprender reglas de convivencia con un mínimo de frustraciones.
Las normas de la cultura establecen las diferencias. Las personas son motivadas por
aspectos diferentes. Por ejemplo los indios crow se enfrentan a otros grupos para adquirir
caballos; las tribus africanas se enfrentan para adquirir esclavos y en otras tribus existen
enfrentamientos para adquirir mujeres.
3. Aprendizaje Social
Se denomina también: “imitación”, “modelado”, “aprendizaje por observación” o
“aprendizaje vicario”.Las personas observan y reproducen las acciones, actitudes y
respuestas emocionales exhibidas por otros, denominados modelos
El observar el aprendizaje puede generar dos efectos diferentes:
La adquisición de conductas nuevas que no existían previamente
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TIPOS DE MODELOS
Reales: son aquellos constituidos por las personas que nos rodean en la vida real y con los
cuales se tiene un contacto directo
Ejercicio N. 8
1. Realice un análisis crítico acerca de las teorías innatistas en el estudio de la
agresión
2. Proponga un ejemplo desde la perspectiva freudiana
3. Respecto a las características de los modelos ¿Cuál de ellos considera más
importante? Justifique su respuesta
4. Analiza tres modelos plásticos que se observen en la televisión peruana
5. Realiza un análisis crítico a la teoría del Aprendizaje social
6. Analice el papel que tiene la cultura en el aprendizaje de la agresión y violencia.
7. Defina los siguientes términos:
a) agresión
b) violencia
8. Establezca las diferencias entre los conceptos anteriores
9. Investiga acerca de las teorías fisiológicas o médicas respecto a la agresión y
violencia.
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Posteriormente Luis Vives, alrededor de 1530 utiliza el término PASION para referirse a
las emociones violentas, como la ira, terror, horror y agonía. En 1888, se encuentra recién
el término EMOCION, en el diccionario desarrollado por Murray. Originalmente
significaba, salida de un pueblo hacia otro, migración, conmoción, agitación. Finalmente,
la palabra pasó a ser utilizada para designar cualquier estado mental referido a la agitación,
vehemencia y excitación.
Un Concepto de Emoción
Gurmendez (1984, citado por Plutchick) señala que la emoción es la respuesta inmediata a
un estímulo exterior que nos agita. La emoción está constituida por un temblor afectivo y
una sacudida orgánica. Tiene una naturaleza doble y ambigua.
Es así como el concepto de emoción puede ser considerado como un concepto subjetivo,
fisiológico, funcional y social.
De esta manera se aprecia que en la actualidad las emociones, hacen referencia a varios
niveles de estudio y justamente, ello fue lo que durante mucho tiempo preocupó a los
psicólogos y a los filósofos.
A partir de ello, es que surgen diversos puntos de vista y enfoques que enfatizan uno u otro
nivel.
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Vallés (2002) plantea que las emociones constituyen un estado afectivo intenso y
relativamente breve, acompañada de fuertes movimientos expresivos y asociada a
sensaciones corporales. Las emociones son reacciones a las informaciones
(conocimiento) que recibimos en nuestras relaciones con el entorno. La intensidad está
en función de las evaluaciones subjetivas que realizamos sobre cómo la información
recibida va a afectar a nuestro bienestar. Una emoción depende de lo que es importante
para nosotros. Si la emoción es muy intensa puede producir disfunciones intelectuales
o trastornos emocionales (fobias, estrés, depresión, etc.)
Respecto a los sentimientos, señala que es el estado de ánimo o estado psíquico que sigue a
la emoción. Es su consecuencia directa. Es un estado afectivo más estructurado,
complejo y estable que la emoción, menos intenso y presenta una menor implicación
fisiológica.
Por ejemplo, un estímulo puede ser el haber perdido la posibilidad de hacer un gol
(situación). Se observa cambios psicológicos, que se expresan a partir de la observación de
la conducta, zapatear de cólera. También se pueden generar verbalizaciones, tales como las
lisuras y pueden generarse pensamientos negativos hacia sí mismo. Casi simultáneamente
se observan los cambios fisiológicos, aumento del ritmo cardíaco, contracciones
abdominales, aumento de las pulsaciones, por ejemplo y también probablemente, a nivel
conductual, se emitirán conductas que expresen la cólera hacia sí mismo (ver fig. 4).
COMPONENTE
COGNITIVO
CAMBIOS
FISIOL
OGICOS
ESTIMULO
Evaluación del
Estímulo
Objeto . Creencias
Persona . Conocimientos
Situación . Pensamientos
CAMBIOS
CONDUCTUAL
ES
. Verbal
. No
verbal
3.2.Características de las Emociones
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indignación. En una forma más general podríamos distinguir los llamados estados de ánimo
"sin objeto", como por ejemplo la euforia y la angustia, de otros sentimientos como los
celos y la envidia, que siempre tienen un objeto.
Ejercicio No. 9
1. Teorías Explicativas
TEORÍAS DE LA SENSACIÓN Y FISIOLOGICA
A pesar de que la teoría de la sensación y la teoría fisiológica pueden compartir
ciertos temas, difieren en un punto central. Los teóricos de la sensación no están
interesados en la psicología de la emoción: en cómo experimenta la gente sus emociones.
En contraste, los teóricos fisiológicos, aunque secundariamente interesados en la psicología
de la emoción, persiguen la base fisiológica de la experiencia emocional: lo que sentimos
cuando estamos enojados son diversos cambios y alteraciones fisiológicos.
La teoría de la emoción de David Hume (primera parte) ejemplifica claramente una
teoría pura de la sensación. A diferencia de los teóricos fisiológicos, Hume pasa por alto los
acompañantes fisiológicos de la emoción. De hecho, en su opinión, las emociones difieren
de los dolores y placeres físicos precisamente en que las emociones no necesitan ir
acompañadas de sensaciones físicas detenidas y localizables. No obstante, las emociones se
sienten de un modo característico. Son sensaciones, aunque no sean específicamente
sensaciones físicas, y podemos distinguir una emoción de otra en parte determinando cómo
se siente. Esa atención al sentimiento psicológico o mental, diferente de lo que se siente
con el trastorno físico, permite a los teóricos de la sensación distinguir entre las emociones
leves como el disfrute estético y las emociones violentas con la rabia. La distinción entre
las emociones calmadas, que en general sólo sienten mentalmente, y las violentas, que en
general abarcan trastornos fisiológicos, es básica en la clasificación de Hume de las
emociones. En contraste, en las teorías fisiológicas, en que la sensación de un trastorno
físico es sumamente importante, el disfrute estético y las emociones leves similares no
parecen ser emociones en lo absoluto. Sólo se pueden contar como emociones estirando la
teoría hasta su límite, por ejemplo, postulando trastornos fisiológicos muy leves, casi
imposibles de discernir. (James, un teórico fisiológico, se acerca mucho a hacer esto.
Comenta que los llamados "sentimientos intelectuales" van casi invariablemente
acompañados de trastornos fisiológicos: "la reacción corporal entra en acción mucho más
de los que generalmente suponemos, como puede verse con una introspección cuidadosa").
TEORIA CONDUCTUAL
Charles Darwin fue el primero en hacer un estudio extenso de la conducta
emocional y trató de explicar su origen en su utilidad para a supervivencia. en su
importante obra sobre la conducta emocional. The Expression emotions in Man and
Animals, Darwin formuló tres principios para explicar el origen de las conductas
emocionales. Primer, algunas conductas emocionales, argumentó, evidentemente se
originaron en intentos deliberados por aliviar sensaciones o satisfacer deseos; en
consecuencia, postuló que retorcerse puede ayudar a disminuir el dolor físico y que un
perro echa para atrás las orejas cuando siente miedo o cólera para impedir que se las
arranquen en una pelea. Esas conductas útiles pueden volverse habituales en un animal y
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finalmente llegar a ser innatas, argumentó Darwin (Darwin aceptó la opinión de Lamark,
ahora desacreditada, de que los hábitos se pueden transmitir genéticamente). Este es el
principio de los hábitos útiles asociados. Segundo, otras conductas emocionales, como la
del perro que mueve la cola, aparentemente no sirven para ningún propósito útil; pero
surgen, según pensó Darwin, como la antítesis de la cola erecta de un perro colérico). Este
es el principio de la antítesis. finalmente, aunque algunos cambios fisiológicos, como
inhalar aire con fuerza, pueden servir para prepararse para la acción, otros cambios
fisiológicos, como ruborizarse o palidecer, aparentemente no sirven ningún propósito útil,
sino más bien son el resultado de la excitación corporal de una persona durante una
experiencia emocional. Darwin llamó a esto el principio de la acción directa del sistema
nervioso excitado sobre el cuerpo.
TEORÍAS COGNITIVAS
La cognición, en este contexto, puede ser simplemente una creencia o una interpretación de
una cosa o de una situación. La teoría psicológica de Schacter y Singer hacen hincapié en el
papel de la cognición de las experiencias emocionales. Sobre la base de estudios
experimentales, ellos argumentan que un estado de excitación fisiológica y una conciencia
e interpretación de la propia situación son cruciales para la emoción. El hecho de que nos
salga al paso un hombre armado en un callejón obscuro puede inducir excitación fisiológica
(como en la teoría de James y Lange), pero la experiencia del temor depende de una
interpretación cognoscitiva de las implicaciones de la situación. (Se debe invocar todo un
sistema de conocimiento y experiencia pasada respecto al uso de armas y la probable
intensión de cualquiera que merodea en una callejuela obscura con un arma). A falta de
esas cogniciones, no experimentará ningún transtorno psicológico que se pueda clasificar
como emoción.
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3. El Componente Subjetivo:
En donde vamos a encontrar dos aspectos :
Cognitivo: Las emociones representan implican la evaluación de la situación - estímulo.
En ocasiones, resulta difícil determinar este aspecto. La forma más efectiva es preguntarle a
la persona acerca de su estado emocional. Para ello es importante considerar: la expresión
verbal, es decir el uso de palabras claras o el uso de metáforas; y la expresión facial.
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2. Proponga las limitaciones para cada uno de los enfoques teóricos presentados
a) Teorías Fisiológicas
b) Teoría de la Sensación
c) T. Conductual
d) T. Cognoscitiva
e) T. Fisológicas
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emociones cercanas (Ver figura 2). Por ejemplo, en el amor se observan las características
de la alegría y la aceptación. La sumisión, implica aceptación y miedo frente a una
situación. En el asombro, hay miedo y sorpresa. Cuando estamos decepcionados,
experimentamos sorpresa y tristeza. Cuando tenemos algún remordimiento, se genera la
tristeza y la repulsión; y así sucesivamente.
De igual manera, Plutchick señala que las emociones varían de intensidad (Ver
figura 5), a medida que se acercan a la parte inferior, pierden intensidad. De esta manera,
este autor, plantea un Modelo tridimensional de las emociones. A nivel medio, se
encuentran la ira, repulsión, tristeza , sorpresa y todas las emociones básicas que se
observaron en la figura 2. En la parte superior de este nivel, encontramos un ascenso del
mismo. Es así, como una mayor intensidad de la ira es la cólera; una mayor intensidad que
la repulsión, constituye la repugnancia ; una mayor intensidad que la sorpresa, constituye
el asombro. En la parte inferior al nivel medio, encontramos un conjunto de emociones de
menor intensidad. Para la ira, tenemos el fastidio; para la tristeza, la melancolía ; para la
repulsión el aburrimiento y así sucesivamente.
De esta manera hemos visto como las emociones, se organizan también en función a
su intensidad. Por ejemplo, puedo llegar a la cola de un banco a pagar un recibo, y llegar
tarde a la ventanilla. Probablemente, ello me proporcionará fastidio, porque he invertido
tiempo en esta actividad, pero que sucedería si es el último día de pago de este recibo, y
luego tendría que pagar como mora? ¿Sentiré, igualmente fastidio? Probablemente,
responda con cólera.
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Amor
Alegria Aceptación
Anticipación
Miedo
Agresividad Ira
Optimismo Asombro
Sorpresa
Sumisiòn
Repulsión Tristeza
Desprecio
Decepción
Remordimiento
Extasis Adoración
Desprecio Terror
Còlera Asombro
Repugnancia Sufrimiento
Ira
Sorpresa
Repulsión
Tristeza
Fastidi
Distracción
Aburrimiento
Melancolía
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b) Funciones Sociales: Reeve (1995) señala que las emociones facilitan la adaptación
del individuo al entorno social. Izard, ha realizado una lista de las funciones sociales de
la emoción, las cuales son las siguientes:
Las expresiones emocionales comunican como nos sentimos a los demás. Por ejemplo,
los bebés comunican de forma no verbal lo que son incapaces de comunicar
verbalmente.
Las expresiones emocionales regulan la manera en que los demás reaccionan ante
nosotros. La expresión emocional comunica al mundo social una información indicadora
de lo que puede llegar a ser la conducta futura. Por ejemplo, si se le arrebata el juguete,
el niño que muestra una cara que expresa rabia comunica un probable ataque mientras
que el niño que muestra una cara de malestar comunica un probable llanto breve. La
señal de ataque o de llanto, hace que la persona recupere el juguete o eviten que le
arrebaten el juguete.
Las expresiones emocionales facilitan la interacción social. Las expresiones emocionales
a menudo son motivadas socialmente y no emocionalmente. Las personas sonríen
cuando se siente alegres, y fruncen el ceño, cuando están tristes. Sin embargo, las
personas muchas veces sonríen cuando no sienten alegría. A veces, las personas sonríen
sólo para facilitar la interacción social.
El afecto positivo facilita la conducta prosocial. Bajo la influencia del afecto positivo,
las personas tienen significativamente más probabilidades de ser prosociales (es decir,
más sociables, cooperativas y ayudar a los demás (Isen, citado por Reeve, 1995).
c) La emoción como Sistema Motivacional Primario. Muchas emociones se convierten
en fuente de motivación, que hace que la persona pase a la acción. Por lo tanto la
reacción emocional, es la fuente de emoción que subyace la conducta.
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Los impulsos que egresan desde la periferia, en los cuales se basó James para explicar la
riqueza y variedad del sentimiento emocional, supuestamente surgen de todas las partes del
organismo, de los músculos y la piel así como de las vísceras. Sin embargo, James se
inclinaba a atribuir a estas últimas el papel principal: de "las partes viscerales y orgánicas
de la expresión". Por lo tanto, podemos distinguir sus dos fuentes de la corriente aferente.
Ahora consideraremos críticamente la fuente visceral. En conexión con esto comentaremos
sobre la idea de Lange de que en el centro vasomotor está la explicación de la experiencia
emocional.
La separación total entre las vísceras y el sistema nervioso central no modifica la conducta
emocional
ENFERMEDAD PSICOSOMATICA
Son trastornos que resultan de las respuestas corporales de una persona a la situación de
tensión, generando respuestas hormonales que suprimen respuestas inmunológicas y
generan sensibilidad frente a los patógenos (enfermedad)
No son trastornos imaginados, aunque no siempre estas enfermedades somáticas, en
ocasiones la causa es un trastorno orgánico.
TIPO DE REACCIONES
Cutáneas, musculares, respiratorias, cardiovasculares, gastrointestinales, genitourinarios
BASES PSICOLOGICAS
Inteligencia Emocional
Es un subconjunto de la inteligencia social, que comprende la capacidad de controlar los
sentimientos y las emociones propias, así como las de los demás, de discriminar entre ellos
y utilizar esta información para guiar nuestro pensamiento y nuestras acciones. (Salovey y
Mayer, 1990)
Para Goleman (1995) Es una opción del desarrollo humano dirigida a conseguir el éxito
personal en las distintas facetas de la vida:
–El logro de la felicidad
–La comunicación eficaz (Uso de las habilidades empáticas)
–El dominio de sí mismo
–La automotivación para conseguir los objetivos
–La perseverancia en las actividades
–Solucionar los conflictos interpersonales
•Modelo de Goleman
–Identificar y reconocer sentimientos
–Expresar sentimientos
–Demorar la gratificación
–Controlar los impulsos
–Automotivación
–Ser constantes en las actividades
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–Empatía
–Solucionar conflictos interpersonales
Ejercicio 12
1. Investigue acerca de otras dos definiciones del términop Inteligencia
emocional
2. Proponga cinco indicadores de la inteligencia emocional
3. ¿Qué aspectos deberá contener un programa Educativo orientado al
desarrollo de la inteligencia emocional
4. Analice críticamente el modelo de Goleman de Inteligencia Emocional.
Ejercicio 13
1. Proponga un ejemplo para cada una de las funciones sociales de las emociones
2. Explique lo siguiente:
a) Cuando hablamos de emociones por contagio
b) Cuando hablamos de emociones condicionadas
3. Investigue acerca del papel que tiene la sobremorivación en las situaciones
emotivas
4. Investigue acerca de la relación que existe entre motivación y emoción
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U N I V E R S I D A D D E
SAN MARTIN DE PORRES
V CICLO
Centro de Reproducción de Documentación de la USMP Material Didáctico para uso exclusivo en clase
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perpetuas, mientras que las otras funcionan de acuerdo con el modelo homeostático, es
decir, que la necesidad puede ser satisfecha y desaparecer el estado de tensión. Las
necesidades de un determinado nivel no aparecen antes de que las necesidades del nivel
inmediato inferior hayan sido satisfechas. Esto permite explicar por que las necesidades de
autonomía y de realización de uno mismo son las necesidades fundamentales de los
hombres de nuestro tiempo. El estado de la sociedad, en efecto, permite hoy satisfacer
automáticamente las necesidades de los niveles inferiores. Esta teoría ha dado aplicaciones
en psicología industrial. Mc Gregor (la dimensión humaine des entreprises, Gauthier-
Villars, 1963) deduce de ello lógicamente que, de ahora en adelante, para motivar a los
trabajadores, es necesario permitirles tomar responsabilidades (necesidad de autonomía) y
hacer un trabajo en el que pueden realizarse (necesidad de realización de uno mismo). De
ahí concretamente la creación de equipos autónomos y la dirección participativa por
objetivos (DPPO).
Hay que precisar que tradicionalmente todo lo que se refiere a esta concepción
situacionista no se considera dentro del estudio de las motivaciones. Si citamos aquí este
tipo de concepción es porque parece difícil, si se quiere hablar de todas las motivaciones,
no tener en cuenta las presiones situacionales. En muchos casos, estas presiones son
desconocidas por los individuos y en este sentido intervienen como motivaciones.
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angustia que le empuja al suicidio. Por lo demás, cuando las normas sociales se hacen
dudosas (anomia), los deseos individuales alcanzan un nivel inaccesible. Estos deseos, por
lo tanto, no podrán ser realizados, de aquí la decepción e insatisfacción que empujan al
suicidio. Durkheim concluye de todos los hechos que acumula que "resulta que la tasa
social de los suicidios sólo se explica sociológicamente. Es la constitución moral de la
sociedad quien fija en cada instante el contingente de los muertos voluntarios. Existe, pues,
para cada pueblo una fuerza colectiva, de una energía determinada, que empuja a los
hombres a matarse". En cierta manera, aunque algunos autores como Gurvith y Lefebrvre
lo refutan, también el marxismo es un sociologismo. El texto de Marx que siempre se cita
para apoyar esta tesis es un párrafo del prefacio a la Contribución a la crítica de la
economía política. "En la producción social de su existencia, los hombres entablan
relaciones determinadas, necesarias, independientes de su voluntad; estas relaciones de
producción corresponden a un grado determinado del desarrollo de sus fuerzas productivas
materiales. El conjunto de estas relaciones forma la estructura económica de la sociedad,
los cimientos reales sobre los cuales se levanta un edificio jurídico y político, y a la cual
responden unas formas determinadas de la conciencia social, política e intelectual. No es la
conciencia de los hombres lo que determina su existencia, es, al contrario, su existencia
social lo que determina su conciencia. En un determinado estadio de su desarrollo, las
fuerzas productivas materiales de la sociedad chocan con las relaciones de producción
existentes o con las relaciones de propiedad en el seno de las cuales se habían movido hasta
entonces, y que no son más que su expresión jurídica.
Para Crozier, la búsqueda de poder aparece como la motivación única de los actores
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Para K. Horney (La personnalité névrotique de notre temps, 1937, Ed. de I'Arche,
1953), nuestra cultura actual propone a los hombres un mismo tipo de situaciones a base
de competición, fracaso, sociedad afectiva y desafío. Este tipo de situación crea en todos
los hombre una ansiedad interaccional de base. Frente a este tipo de situaciones que le
propone sin descanso su cultura, nuestro contemporáneo adquiere el miedo al fracaso de
sus relaciones afectivistas. Para hacer frente a estas situaciones, el hombre ha desarrollado
actitudes "neuróticas". Neuróticas porque no participan de su verdadera naturaleza y le
provocan malestar. Estas actitudes fundamentales se refieren a: el don y la búsqueda de
afecto; la estima por uno mismo; la agresión; la afirmación de sí. Las neurosis son, para
ella, estrategias para evitar la "angustia fundamental" que hace nacer la situación de
competición y de fracaso. Para hacerle frente, se desarrollarán "necesidades neuróticas"; la
necesidad neurótica de afecto y de aprobación, la necesidad de ser cuidado, la necesidad
neurótica de retirarse de la vida, la necesidad neurótica de poder, la necesidad neurótica de
explotar a los demás , la necesidad neurótica de prestigio, de admiración, de
indiscutibilidad. Para E.Fromm(1941, La peur de la liberté Buchet Chastel, 1963), la
situación fundamental creada por nuestra sociedad es el aislamiento afectivo. El hombre
moderno, nos dice E. Fromm, ha ganado en autonomía, en libertad, en elecciones
posibles...pero esto se ha hecho en detrimento de los "lazos primarios", es decir, del afecto
- participativo - en el grupo. El hombre moderno es un aislado, es decir, un ser sin amor y,
por tanto, inseguro. El individuo, pues, va a intentar escaparse de este aislamiento
fundamental. Para ello desarrolla "mecanismos de evasión". Entre estos mecanismos hay
algunos que son positivos, pues van a permitir al Yo "reconciliarse con el mundo gracias al
amor y al trabajo" y hay otros que son negativos. Estos últimos hacen que el individuo se
hunda en el círculo vicioso: por su comportamiento cree que encuentra una "seguridad y
una dignidad nuevas" de las cuales no hace otra cosa que alejarse todavía más. En efecto,
no puede encontrar una seguridad auténtica en los "lazos secundarios" (adhesión a una
comunidad que no permite realmente la identificación). Estos mecanismos negativos no
son más que elementos compensadores de la debilidad del Yo y nunca podrán hacer
reencontrar la quietud perdida. Las formas fundamentales de estos mecanismos de evasión
son: el "autoritarismo", la "destrucción" y el "conformismo de los autómatas".
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Las situaciones fundamentales propuestas por estos teóricos no son las mismas.
Esto remite sin duda a las observaciones diferentes y a las distintas personalidades de estos
autores. (Se sabe que respecto a Freud, su sensibilidad con relación a las situación edipiana
viene de su propio completo de Edipo). Pero, más allá de estas diferencias, los principios
de referencia de estas sicologías son los mismos. Se pueden formular así:
3. Las huellas afectivas dejadas orientan su percepción del mundo, sus actitudes y sus
reacciones ulteriores (postulado de la proyección afectiva).
El nivel humano está constituido por el conjunto de las situaciones comunes a todos
los hombres (existencia de diferencias de edad, de sexo...). Estas situaciones son vividas
sensiblemente de la misma manera por todos los hombres, sea cual sea la cultura a la que
pertenecen. Dejan, pues, el mismo tipo de huella. Aquí está el origen (además de algunas
necesidades psicológicas innatas) de las necesidades humanas fundamentales (Linton).
Tomemos por ejemplo la "necesidad de afirmación de uno mismo" (o necesidad de poder,
de dominación, de realización de sí, de compensación...). Esta necesidad, en todas las
culturas, está mucho más desarrolladas en los hombres que en las mujeres. Margaret Mead
(L'un et I'autre sexe, Ed. Denoel, 1966. p. 148) demuestra que esto se debe a la diferencia
entre la situación vivida por la niña y el niño en su relación con la madre. La niña puede
identificarse muy rápidamente con su madre. Su ejecución encuentra inmediatamente la
imagen de su realización. Para el niño, la situación es muy diferente. Se da cuenta de que
es diferente de su madre y que para existir tiene que diferenciarse de ella. Debe crear su
identidad fuera de ella. De aquí esta especie de conclusión psicológica, base de la
necesidad de afirmación de sí, sacada por los niños: "Es necesario que haga mis pruebas
para existir".
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(cf. p. 67). Aquí mismo evocamos uno de los elementos del "carácter" balinés, G. Bateson
(Vers une écologie de I'esprit. Seuli, 1977, p. 125-138) muestra como la inclinación por el
equilibrio (el valor estabilidad) que ocupa un lugar tan importante en la vida de los
balineses ha sido "incorporado en la estructura del carácter durante la infancia". En efecto,
durante la infancia, todo lo que conduce a una excitación, a un paroxismo es rechazado
desdeñosamente por los educadores. De aquí la conclusión psicológica extraída por el niño
y que queda en el adulto "que es necesaria la mesura en todo" (porque de otro modo quedas
decepcionado y frustrado).
El nivel individual está constituido por las situaciones destacadas vividas por cada
individuo en particular en particular. Bien puede ser, como acabamos de ver, una situación
edipiana o una situación de culpabilización a raíz del encuentro con prohibiciones.
Volveremos sobre estas situaciones que modelan motivaciones propias de cada individuo al
hablar de los complejos personales (cf. p. 64).
4. Las huellas afectivas dejadas por las situaciones vividas son más o menos comunes
a los individuos. Determinan los niveles de las motivaciones humanas, culturales e
individuales (postulado de los niveles de las motivaciones).
5. Estas huellas afectivas pueden formularse bajo forma de regla de vida o creencia,
generan entonces todas las conductas (postulado de la formulación axiomática de las
motivaciones).
6. Estas reglas de vida son las conclusiones psicológicas extraídas por el individuo de
las situaciones vividas (postulado de la formación por inducción generalizante afectiva de
las motivaciones).
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campo de vida integra a su madre con una valencia positiva y la nueva fuerza de atracción
(F M) rompe el equilibrio y desencadena el comportamiento de acercamiento de la madre,
etapa preliminar a la adquisición del objeto.
En primer lugar debemos evocar al mismo K. Lewin, con sus famosas experiencias
sobre los "climas pedagógicos". En sus experiencias demuestra, entre otras cosas, que los
individuos situados en las obligaciones de un trabajo en grupo "autocrático" o
"democrático" no "reaccionan" de la misma forma En el primer caso, los individuos son
dependientes respecto al jefe, poco cooperantes, poco afectuosos entre ellos y poco
creativos; en el segundo caso, los individuos son más dinámicos y joviales, más
cooperativos, creativos y menos agresivos, aunque el trabajo se haga menos de prisa y
quizá con menos precisión. La conclusión de Lewin es que las presiones psicológicas
inducen, independientemente de las personalidades, a comportamientos precisos porque las
"necesidades sociales" (necesidad de comunicación, de participación..) encuentran la
manera o no de realizarse, son o no frustradas. La conclusión ideológica extraída - y que
tiene una gran influencia sobre la concepción del "buen jefe"- es que el estilo de leadership
democrático es infinitamente preferible al estilo autocrático.
Para los antipsiquiatras, la enfermedad mental es una reacción defensiva vital del
individuo. En efecto, éste ve como la familia o la sociedad le proponen un conjunto de
obligaciones que indudablemente, pone trabas a su necesidad fundamental de realizarse.
La esquizofrenia, por ejemplo, es la reacción de tratamiento y de inhibición de un
individuo que ve como su familia le ofrece una definición mutilada e inaceptable de sí
mismo. La identidad propuesta es encerrarse en una definición infantil que dispone la
familia. Esta familia en patológica y preserva así su equilibrio (cf. p. 84). Pero esto va en
contra del empuje del desarrollo de la personalidad. La esquizofrenia es un refugio (lLaing
y Esterson, L'equilibre mental, la folie et la familie, Maspero 1974).
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fracasos. Entonces éstos toman formas concretas. Estas formas concretas son el conjunto
estabilizado de las interacciones típicas del individuo con su entorno. Estas interacciones
responden a las "necesidades" del individuo y participan en un equilibrio. Si resulta que no
son posibles, el individuo se siente desadaptado en su juego funcional y trata de restablecer
estas interacciones por medio de nuevas acomodaciones. Las formas concretas de las
motivaciones son, pues, tipos de interacciones habituales construidas por el individuo con
su medio. La motivación es la búsqueda de esta interacción satisfactoria. Esta interesante
concepción concilia finalmente el innatismo (existencia de la necesidad de interacciones a
diferentes niveles), el empirismo (existencia de aprendizaje) y el situacionismo (la
estructura del mundo orienta las formas concretas de satisfacción). Esta concepción
desemboca sobre una visión nueva de la búsqueda de las motivaciones y más allá de toda la
sicología social. Lo que es importante y debe ser objeto de análisis no son ni las
"necesidades" ni las "estructuras de obligaciones", sino las formas específicas de las
interacciones individuo - mundo, los guiones reconocibles y repetitivos de los intercambios
de los hombres con su entorno.
V. Conclusión
Cada una de las concepciones que acabamos de ver tienen su interés y delimita una
parte de la realidad, pero ninguna de ellas es en sí misma suficiente.
No se puede explicar todo por las "necesidades" muy a menudo creadas para dar
cuenta a posteriori de los fenómenos. Remitir todo comportamiento a una causa tan
abstracta, es remitir la explicación a un nivel desconocido. Por otro lado, es muy evidente
que se han de tener en cuenta, por una parte los condicionamientos afectivos y sociales que
modulan ampliamente las "necesidades fundamentales" - si estas existen" y por otro lado,
las presiones del entorno que no permiten encontrar cualquier vía de realización a estas
necesidades.
De las misma forma no se pueden explicar todas las conductas por las presiones del
entorno. En primer lugar porque estas presiones son "percibidas" por los hombres, es decir,
no son interpretadas de la misma manera, lo que les resta una gran parte de su existencia
objetiva, tan necesaria en este tipo de análisis. Además, no debemos olvidar que el hombre
actúa e intervienen sobre su entorno. una gran parte de las acciones humanas tiene como
objetivo trastornar estas presiones.
Las concepción empirista tienen también sus límites. El hombre está determinado
por su pasado. Toda su vida, en definitiva, va a repetir su pasado. Concepción
"arqueológica" del determinismo humano que niega las posibles superaciones debidas a la
toma de conciencia, al esfuerzo voluntario o al impulso de valores espirituales. Ahora bien,
estas superaciones existen, la vida cotidiana nos ofrece ejemplos tanto en las curaciones
psicológicas como en las conversiones espirituales.
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Cuestionario
1. ¿Cuáles son las principales características de las concepciones innatistas de las
motivaciones?
2. Mencione los principales representantes de la concepción situacionista de la motivación.
3. ¿Cuál es la importancia de la concepción empirista de las motivaciones
4. Analice críticamente las concepciones interaccionistas de las motivaciones
5. Realice un esquema de la lectura realizada
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U N I V E R S I D A D D E
SAN MARTIN DE PORRES
V CICLO
Centro de Reproducción de Documentación de la USMP Material Didáctico para uso exclusivo en clase
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Aunque no es parte integral de una teoría de la emoción (en la forma en que lo son
los otros tres problemas), el interés por el papel que juegan las emociones o que deben
jugar en nuestras vidas morales y prácticas, a menudo ha llevado a un interés en las teorías
de la emoción. Por ejemplo, en el concepto de Aristóteles de la virtud moral es básica la
idea de que nuestras emociones deben ser apropiadas a la situación - que deben sentirse
hacia el individuo indicado, bajo las circunstancias indicadas y en la cantidad correcta, no
siendo ni demasiado violentas ni demasiado calmadas -. Entre los filósofos morales de los
siglos XVII y XVIII, la benevolencia, la simpatía y el respeto figuran como motivos
importantes para la acción moral. De hecho, Hutcheson, Hume y Kant elaboraron teorías de
la emoción en gran parte en respuesta a preguntas sobre la motivación moral y el
conocimiento. Además, como veremos al hablar de las teorías evaluativas de la emoción,
muchos filósofos han argumentado que las emociones desempeñan un papel crítico en
nuestra conciencia y conocimiento de los valores morales y estéticos, y de otros valores.
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Entre las teorías de la emoción, las que están de acuerdo con los conceptos
populares de la emoción, así como con ciertos rasgos obvios de algunas emociones, por lo
menos, son las que caen bajo el encabezado de teorías de la sensación y fisiológica. Antes
de hacer cualquier reflexión teórica sobre la emoción, puede parecer obvio que las
emociones son algo que sentimos dentro de nosotros (las punzadas del remordimiento, la
excitación del amor, el frío del temor), que subsecuentemente encuentran su expresión en la
acción. También puede parecer obvio que las emociones nos sobrecogen. Son intrusas no
invitadas y fastidiosas, que nos distraen de llevar a cabo nuestras mejores intenciones,
frustrando una visión "objetiva" de las cosas y obligándonos a portarnos en formas
lamentables, o por lo menos irracionables. En gran parte, la teoría fisiológica y la de la
sensación describen este sentimiento familiar.
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acompañados de trastornos fisiológicos: "la reacción corporal entra en acción mucho más
de los que generalmente suponemos, como puede verse con una introspección cuidadosa").
La teoría fisiológica más notable es la teoría de la emoción de William James.
Armado con algunos conocimientos rudimentarios del cerebro, el sistema nervioso y las
vísceras, James realiza una descripción (avanzada para su tiempo) de los trastornos
fisiológicos que están por debajo de las emociones. (Es interesante comparar la descripción
de James con la anticuada teoría fisiológica de Descartes). James argumenta que el hecho
de sentir la emoción - que, para él equivale a la emoción misma - no es sino la percepción
de estos trastornos fisiológicos. Para defender esta afirmación - que la perfección de los
trastornos fisiológicos es la emoción - , James nos pide que imaginemos cual sería la
emoción si le quitamos todos los sentimientos de agitación, viscosidad, temblor, rubor, etc.
Lo único que nos quedará, dice James, es una percepción intelectual, por ejemplo, la
percepción del peligro sin el sentimiento real del temor.
Por convincente que pueda ser el argumento de James, hay que desconfiar de él por
dos motivos. Primero muestra en el mejor de los casos, que los trastornos fisiológicos son
necesarios para la emoción (no podemos tener la emoción sin el cambio corporal), no que
la emoción no es otra cosa que la percepción del cambio corporal. Tratemos similarmente
de imaginar el temor sin la percepción del peligro. Sino se tiene ninguna conciencia del
peligro, el sudor y la respiración acelerada podrían interpretarse como un signo de
enfermedad. Segundo, aunque los rubores, escalofríos y cosas por el estilo son rasgos
necesarios de la emoción, parecen ser necesarios sólo para lo que los filósofos llaman
emociones "ocurrentes", o sea, experiencias emocionales que suceden en momentos
específicos y tienen duraciones determinadas (consideremos, por ejemplo, afirmaciones
como "Estoy tan avergonzado que me dan ganas de llorar" o "Estaba tan enojada que veía
rojo"). Los trastornos fisiológicos no parecen ser necesarios para los que los filósofos
llaman emociones "disposicionales". O sea, a veces nos atribuimos emociones a nosotros
mismos sin implicar que cada momento estamos realmente sintiendo o experimentando la
emoción. En esta forma, decimos "la he amado durante años" o "por largo tiempo he
temido que él hiciera esto", sin querer decir que a cada momento estamos experimentando
un sentimiento detectable de amor o temor.
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cuestionable) no solo sobre el análisis causal de Descartes sino también sobre cualquier
análisis causal igualmente extenso, es que significa que unas emociones sólo tienen un lazo
empírico contingente con las características relacionadas con las emociones con cierto
objeto o situación, con la conducta emocional, y con el deseo. Como resultado, es posible
que una persona se sienta avergonzada por llegar tarde al mismo tiempo que duda de que
sea tarde. (Véase la explicación de Thalberg sobre este punto).
Un poco más adelante veremos otras críticas de la teoría de la sensación y la teoría
fisiológica.
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primero como "un oso del cual hay que huir", y el sentimiento de temor es (como
argumentó James) el sentimiento de estos cambios físicos.
Hay otros problemas más serios con el punto de vista que la conducta expresa algún
fenómeno interno, privado y emocional. (De hecho, la tesis más general de que todos los
sucesos y estados mentales son fenómenos internos plantea dificultades filosóficas).
Primero, si una emoción es sólo una experiencia interna privada, un "sentimiento", cada
persona necesariamente tiene acceso privilegiado a sus emociones y conocimientos de ellas.
Por la misma razón, aparentemente nunca podemos equivocarnos sobre qué sentimos; o por
lo menos, no habría una forma de descubrir nuestros errores, puesto que sólo podríamos
clasificar las emociones por cómo se "sienten". Es cuestionable que siempre estamos en la
mejor posición para conocer nuestras emociones y que no podemos etiquetarlas
equivocadamente. Los psicoanalistas freudianos y de otros tipos trabajan bajo la suposición
de que una persona puede equivocarse respecto a lo que siente o incluso no darse cuenta de
ello, y que el psicoanalista puede estar en mucho mejor posición que el paciente para
determinar los verdaderos sentimientos de éste. Además, según parece, a veces nos
equivocamos respecto a nuestras emociones (sus padres lo supieron todo el tiempo).
Muchos filósofos argumentan que apelamos a la conducta, no a como "se siente" una
emoción, para corregirnos y para conocer las emociones de los demás. De nada servirá
replicar que en casos de errores nosotros nos corregimos "volviendo a sentir" la emoción;
esto suscita un segundo problema, es decir, ¿cómo sabemos que estamos volviendo a sentir
la misma emoción en vez de sentir simplemente otra diferente? tampoco servirá contestar
que incluso si los demás no están de acuerdo con la forma en que clasificamos nuestras
propias emociones, de todos modos estamos en la mejor posición para conocer toda la
gama de nuestras conductas y no porque tengamos acceso privilegiado a alguna experiencia
interna privada.
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TEORÍAS EVALUATIVAS
Por lo general, lo que sentimos sobre la demás gente, los sucesos y las cosas de
nuestra vidas indican qué valor les damos. Cuando amamos, admiramos, envidiamos y nos
sentimos orgullosos de algo, también le atribuimos un valor; cuando odiamos, tenemos o
encontramos que algo es vergonzoso o desagradable, pensamos mal de ello. Por
consiguiente, muchos filósofos contemporáneos argumentan que hay una conexión lógica
entre las emociones y las creencias evaluativas. Por ejemplo, parte de la lógica de la
vergüenza es que cualquiera que se siente avergonzado debe también albergar alguna
creencia que le indica que ha actuado mal.
Esas teorías (de las que hablaremos más en la próxima sección) hacen que las
emociones dependan lógicamente de las evaluaciones. Y hay otro grupo importante de
teorías que sostienen más directamente que las emociones son (por lo menos en parte)
evaluaciones. A estas teorías las llamamos teorías evaluativas de la emoción.
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Las teorías evaluativas mejor conocidas son quizá la del sentimiento moral,
elaboradas en el siglo XVIII por un grupo de filósofos morales británicos, incluyendo a
Lord Shaftesbury (Characteristic of Men, Manners, Opinions Times), Francis Hutchenson,
David Hume. Ninguna de éstas, empero, es una teoría evaluativa de la emoción en general.
O sea, en el sentimiento moral y en las teorías del sentimiento, solo ciertos placeres y
dolores "intelectuales" (por ejemplo, el goce estético y la aprobación moral) tienen una
función evaluativa. La gama ordinaria de emociones - resentimiento, temor, esperanza, etc.
- son respuestas emocionales más o menos "ciegas" o irracionales. De hecho, la mayor
parte de las teorías evaluativas, y no simplemente las del sentimiento moral, están limitadas
precisamente en esta forma porque deben tomar en cuenta el hecho de que nuestras
emociones frecuentemente no parecen concordar con el valor real de las cosas (nos
enamoramos de un pillo y sentimos antipatía por una persona virtuosa. Esto sugiere que las
emociones no son evaluativas o por lo menos no son confiablemente evaluativas. Una
forma de salir de esta dificultad es simplemente dividir la esfera emocional en emociones
evaluativas y emociones "ciegas". Desgraciadamente, esto excluye cualquier teoría de la
emoción en general y tiene el serio inconveniente de hacernos dudar de si las pocas
"emociones" evaluativas son emociones. (Si la aprobación moral, por ejemplo, difiere de la
generalidad de las emociones, ¿por qué considerarla una emoción?).
Después del siglo XVIII, los moralistas británicos perdieron interés en el sentido
moral y las teorías del sentimiento, pero el interés en una teoría evaluativa de la emoción
se volvió a suscitar entre los moralistas de la Europa continental en los siglos XIX y XX.
Entre los que construyeron nuevas teorías evaluativas estaban Alexius Meinong (On
Emotional Presentation), Franz Brentano y Max Scheler (Tercera Parte).
En The Origin of Our Knowledge of Right and Wrong, Brentano esboza una teoría
evaluativa de la emoción en general. Todas las emociones contienen una actitud que evalúa
el pro y el contra. Así, el resentimiento, la esperanza, el gozo y la desesperación funcionan
igualmente para evaluar nuestra situación, pero nuestras evaluaciones pueden estar
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equivocadas. Nuestro odio por otra persona con su consecuente condenación puede estar
injustificado. Al manejar esos casos de emociones aparentemente irracionales (emociones
que entran en conflicto con los valores reales), Brentano establece una analogía entre la
emoción y el juicio. Si vemos todos los tipos de juicios que hacemos, encontramos que
algunos son los que Brentano llama juicios "ciegos", mientras que otros son "evidentes" o
"perspicaces". Muchos de nuestro juicios surgen del instinto, el hábito o el prejuicio
(piensen, por ejemplo, en las creencias estereotipadas que tienen muchos sobre los
intelectuales, las mujeres que manejan, y los homosexuales). Aunque quizá estemos
completamente convencidos de que son ciertos, no podemos encontrar bases racionales que
los apoyen. "Lo que se afirma en esta forma puede ser cierto", argumenta Brentano, "pero
es igualmente probable de que sea falso, porque estos juicios no abarcan nada que
manifieste que son correctos". En contraste, otros juicios son manifiestamente correctos;
por ejemplo, sobre lo que estamos pensando, así como los juicios matemáticos y lógicos.
Estos juicios parecen "evidentes", ciertos e infalibles. También las emociones, piensan
Brentano, pueden tener o carecer de "evidencia". A veces amamos u odiamos las cosas por
instinto, hábito o prejuicio. El amor avaro al dinero es un amor de este tipo, y según
Brentano, no sentimos que sea un amor "correcto" o que sea evidentemente un amor por
algo que vale la pena de amarse. (¿Estaría de acuerdo con esto el avaro?) Otras veces,
digamos al amar la sabiduría experimentamos la "corrección" de nuestro amor. Estamos
seguros de que amamos lo que es bueno y vale la pena de ser amado. Al establecer la
similitud entre las emociones "correctas" y los juicios evidentes, Brentano resolvió un
problema importante de los teóricos del sentimiento moral, a saber, "¿Qué garantiza que lo
que admiramos, disfrutamos o amamos sea de hecho bueno (especialmente porque no todos
admiran, disfrutan o aman las mismas cosas)" Para Brentano, es la experiencia de lo
correcto.
Siguiendo a Brentano, Max Scheler, como los teóricos anteriores del sentimiento
moral, distinguen una vez más entre las emociones evaluativas (lo que él llama "Funciones
de Sentimiento") y las emociones no evaluativas ("Estados de Sentimiento"). Las
emociones evaluativas son actos mentales intencionales - formas de darse cuenta del mundo
-. A través de esas emoción es nos damos cuenta de los valores, en gran parte como al ver
percibimos los colores y las formas. Por ejemplo, al disfrutar de la "Noche estrellada" de
Van Gogh, "vemos" que es bella. En contraste, las emociones no evaluativas son reacciones
emocionales a lo que ya hemos considerado bueno o malo. No son una forma de darse
cuenta de las cosas. Aunque Scheler no era totalmente consistente en este punto,
aparentemente pensó que la mayoría de las emociones (gozo, temor, cólera, etc.) son
"Estados de Sentimiento" y no contienen un componente evaluativo.
Partiendo de los teóricos del sentimiento moral y pasando por Scheler surgieron las
teorías evaluativas, no tanto por un deseo de entender la emoción sino por un esfuerzo de
abordar la fuente de conocimiento de valor. Por otro lado, Sartre y Solomon abordaron la
emoción directamente, elaborando una teoría evaluativa de un tipo muy diferente en que las
emociones colorean o impregnan el mundo con valores. A diferencia de los teóricos
anteriores, Sartre supone la posibilidad de hacer evaluaciones independientemente de la
emoción. La propia emoción, que siempre es provocada por alguna situación problemática,
"transforma mágicamente" la situación al reevaluarla en el sentido de proyectar una nueva
estructura de valores. En la melancolía que nos aqueja después de una pérdida,
reevaluamos emocionalmente el mundo y lo volvemos neutral (todo es gris, nada es
interesante), tratando de reducir al mínimo nuestro sentido de la pérdida negando que algo
vale la pena. Esto se efectúa a través de la conducta emocional: evitar lugares brillantes y
concurridos, sentarse quietamente en la soledad, etc. La transformación evaluativa
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TEORIAS COGNOSCITIVAS
Aunque Hume, Schachter y Singer argumentan que las creencias causan emociones,
y muchos teóricos evaluativos argumentan que las emociones son en parte creencias, en
otro conjunto de teorías cognoscitivas más contemporáneos se postula una conexión lógica
entre la emoción y la cognición. En su mayor parte, estas últimas teorías se derivan de un
movimiento filosófico general llamado "filosofía del lenguaje ordinario", o "filosofía
lingüística", cuya tesis principal es que si deseamos entender determinado fenómeno,
debemos examinar la forma en que hablamos de él y especialmente las restricciones lógicas
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que gobiernan el uso de términos que se refieren a este fenómeno. Por eso, en el caso de la
emoción, debemos examinar los criterios para el uso correcto de términos de emoción. Por
ejemplo, ¿Bajo qué condiciones tiene sentido decir "estoy enojado"? (¿Podemos estar
enojado contra un objeto inanimado o contra de quien se duda que nos haya hecho daño en
alguna forma? Aquí no se trata de lo que nosotros, de hecho, sentimos, sino de lo que
podemos decir lógicamente sobre nuestras emociones).
Errol Bedford usa este enfoque ("emociones", Carta Parte), argumentando que las
emociones lógicamente presuponen creencias evaluativas y objetivas, y que cada tipo de
emoción tiene un conjunto de creencias típicas. Por eso, argumenta que "las palabras de
emoción forman parte del vocabulario de evaluación y crítica". La afirmación "estoy
enojado con mi hermana" dice algo no sólo sobre mi propio estado emocional, sino
también indica alguna evaluación negativa sobre mi hermana. Es, por decirlo así, un juicio
de valor indirecto. Como las declaraciones de emoción funcionan en esta forma,
lógicamente, presuponen alguna creencia evaluativa. Bajo este punto de vista, es un error
lingüístico, un mal uso del lenguaje, decir: "estoy enojado con mi hermana, pero no creo
que sea posible criticarla en ninguna forma". Las emociones también presuponen de
diferentes evaluaciones de la probabilidad de un proceso. Se puede estar contento de un
suceso que ha acontecido realmente o que es muy probable que ocurra, pero no de uno que
sinceramente o que es muy probable de que ocurra. (Esto contrasta con la esperanza. No
podemos tener esperanza de lo que ya aconteció, y quizá de lo siquiera probablemente
ocurra, aunque podemos sentir esperanzas de que ocurra algo poco probable, como
sacarnos la lotería). Las creencias sobre la responsabilidad y sobre las relaciones personales
y sociales pueden también formar parte de las emociones. La turbación y la vergüenza
difieren en sus atribuciones de responsabilidad (podemos sentirnos turbados por un lapsus
freudiano no intencional, pero no avergonzados por esto). Similarmente, los celos y la
envidia presuponen diferentes relaciones sociales. Sin una explicación ulterior, sería
incorrecto decir que yo estoy celosos del idilio que están sosteniendo dos extraños (aunque
bien podría sentir envidia).
CUESTIONARIO
1. Explique cada una de las características del Modelo Fisiológico en el estudio de las
emociones
2. Analice las características del Modelo cognoscitivo en el estudio de las emociones
3. Establezca las diferencias entre el modelo de la sensación y el modelo fisiológico
en el estudio de las emociones
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PRACTICAS
PRACTICA 1
INTRODUCCIÓN. Roberto Bolles*
Es raro que se diga que la motivación es un hecho de la experiencia humana, es decir, un
fenómeno mental que determine el curso de la acción . La idea de motivación no se ha
originado en lo que los hombres dicen de su propia experiencia o su propia conducta . No es
uno de los problemas de Psicología “que se plantea con naturalidad”. La motivación
tampoco es un hecho de la conducta. No es un rasgo característico o aspecto aislado de la
conducta al cual podemos hacer referencia cuando una conducta está motivada. Aunque
algunos autores han sugerido criterios conductivistas para definir la motivación, sus intentos
de especificar lo que entienden por motivación no son muy convincentes. Hay desacuerdo en
lo que deben ser los criterios de definición. Por ejemplo podemos decir que a un animal que
no se le ha dado de comer tiene hambre, que hay en él una pulsión de hambre o que “tiene
aspecto” de estar motivado. Pero aunque se admita lo anterior, no podemos indicar ninguna
característica de la conducta del animal como causa de su aspecto de motivación.
En sus definiciones de conducta motivada, los psicólogos parecen guiarse más por sus
compromisos teóricos que por cualquier cosa que pudiera ser la conducta misma.
LA EXPLICACION DE LA CONDUCTA
A veces, si tenemos suerte, observamos una conducta que ocurre en forma de respuesta directa a las
condiciones de estimulación predominantes en el ambiente. En esos casos, la explicación de la
conducta no es complicada, es suficiente enumerar las condiciones que la produce. En los casos de
respuesta refleja, la conducta del organismo es casi tan predecible como comportamientos de los
sistemas físicos simples, y nuestra explicación es en correspondencia sencilla . Pero es más
frecuente que no se puede indicar concretamente ningún estímulo externo en la relación con un acto
determinado. En ese caso, es posible explicar la conducta indirectamente, como resultado de
estímulos que ocurrieron en el pasado.
Las teorías de la motivación se distinguen unas de otras por las distintas clases de causa
motivadoras que postulan en sus hipótesis. Por eso, la teoría más perdurable sobre la
motivación es la que atribuye la conducta de un hombre a sus resultados de sus propios
procesos mentales. Podemos dar a esta manera tradicional de encarar el problema de la
explicación de la conducta el nombre que querramos, pues no tiene ninguno aceptado (las
doctrinas predominantes no suelen tenerlo). La llamaremos racionalismo tradicional
EL RACIONALISMO TRADICIONAL
La explicación ingenua y tradicional de la conducta humana dice que actuamos debido a que
tenemos razones para actuar. Como poseemos libre albedrío, esas razones constituyen una
justificación suficiente. Este punto de vista, es común en los filósofos griegos y es común en
los hombres de hoy. Por supuesto, el racionalismo tradicional recibe un apoyo considerable
en el uso continuo que hacemos de él en el trato cotidiano con la gente. Nuestros prójimos
son personalmente responsables de sus acciones, y la sociedad espera de aquellos que
describan sus propias acciones en término de intención conciencia y propósito. Enseñamos
a nuestros hijos a emplear esas palabras al otorgarles nosotros el uso que creemos
adecuados, por que a nuestra vez, es lo que aprendimos hacer.
Atribuimos la conducta de un hombre a lo que pasa dentro de su cabeza. Es una explicación
con la cual estamos familiarizados, y constituyen el punto de partida de todas las demás
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EL MECANICISMO
En su continua lucha por comprender y verificar, el hombre a tratado de descubrir las causas
de todos los fenómenos naturales y, entre ellos, de la conducta humana. Una de las más
antiguas y venerables de la conducta - aparte del racionalismo tradicional - es la del
mecanicismo. En pocas palabras, esta doctrina afirma que todos los fenómenos naturales
tienen causas físicas y que, si sabemos lo suficiente acerca de los sistemas físicos y
mecánicos, entonces podremos explicar, por lo menos en principio, todos los fenómenos
naturales. El mecanicista cree que, cuando se hallan descubierto las causas de todos los
factores mecánicos, ya no quedará nada por explicar.
Su fe se apoya, en parte, en la predecibilidad los objetos físicos de la vida cotidiana. Si
arrojamos piedras, observamos que se comportan de manera predecible. Si hacemos
observaciones en la mesa de billar, descubriremos que el único límite de la predecibilidad
parte de nuestra habilidad en predicarles energía. El mecanicista parte de una serie de
observaciones de esta clase y formula, por analogía, la hipótesis de que todos los fenómenos
de la naturaleza son tan predecibles como el funcionamiento de las máquinas.
La doctrina del mecanismo se basa en varios preceptos distintos, y es importante no
confundirlos. Para el mecanicista, la misma luz sirve para estudiar todos los fenómenos de la
naturaleza; donde el racionalista hacía de la capacidad razonadora del hombre un caso
especial, el mecanicista trata de encontrar principios según los cuales la conducta del hombre
es uno de los fenómenos de la naturaleza. La capacidad de razonar del hombre no constituye
la base para hacer excepciones a las leyes de la naturaleza. Hay que explicar su actividad
intelectual a partir de otros principios más sencillo. Además mecanicista dice que hay leyes
sistemáticas de la conducta. La mente puede entrar o no en sus esquemas explicativos, pero,
si forma parte de ellos, entonces también obedece a sus leyes determinadas.
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EL DETERMINISMO EMPÍRICO
El desacuerdo tradicional acerca de lo que constituye una explicación adecuada de cualquier
fenómeno natural radica en cuestiones de propósito de teleología. Al científico no le gusta
admitir que en la naturaleza hay propósito, y prefiere apoyarse en lo que llama causas físicas
o “reales” de las cosas. Por otra parte, los racionalistas, los humanistas, los clérigos y los
legos más cómodos con las explicaciones teleológicas de algunos fenómenos naturales,
como la conducta humana. Tradicionalmente lo que se disputa es que si las causas físicas lo
explican todo, o si debe agregar principios teleológicos o algunos fenómenos.
El objeto de ciencia no es descubrir la naturaleza última de la realidad, sino estudiar
relaciones empíricas y deducir de ellas generalizaciones útiles.
En esta doctrina se conservan los dos primeros postulados del mecanismo a saber, que la
conducta es un fenómeno natural y que está determinada, y sólo se rechaza su desviación
mecanicista o materialista.
Lo más grave que se objeta al determinismo empírico, es que se limita a describir la
manera y el momento en que ocurre un fenómeno queda explicado cuando se presenta en
términos conocidos y se hace ver que es en caso particular de un principio conocido.
*BOLLES, Robert En:Teoría de la Motivation. Investigación, Experimentación y
Evaluación México: 1987
PRACTICA 2
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ubica entre los últimos racionalistas. Para tener la adecuada perspectiva de su obra, es necesario
observar que la doctrina de los instintos no fue más que una parte menor de la visión total que sobre
la conducta tenía James. James propuso tres conceptos distintos para explicar la conducta: a) La
teoría ideomotriz de la acción voluntaria, en la cual la idea de que suceda un acto voluntario es
suficiente para que lo otro ocurra. b) El hábito, que es una especie de circuito cerrado de la
conciencia, debido a la repetición de un acto voluntario. c) El instinto.
Si consideramos el instinto como lo hace Lamark (junto con la mayor parte de los teóricos de su
época), es decir, como un circuito cerrado de hábitos, que ocurre en el tiempo de evolución,
obtenemos el siguiente esquema o al de las explicación de la conducta: toda la conducta es, en sus
orígenes, voluntaria pero después de que se ejercita suficientemente, el acto voluntario se vuelve
habitual y, suficientemente ejercitado, el hábito se vuelve hereditario o instintivo. Aún Darwin
(1872) toma esta proposición. Por lo tanto ninguno de los tres conceptos explicativos de James es,
en un sentido estricto, original de él; su mérito radica en haberlo aclarado, sobre todo con la teoría
ideomotriz, de modo que la gente se enteró de su significado. James fue un psicólogo mentalista; en
esa medida se sitúa entre los últimos tradicionalistas. Su empleo de tres conceptos mediadores para
explicar la conducta nos impide clasificarlo como racionalista; en esa medida, pertenece a la nueva
época.
*FUENTE: BOLLES, Robert (1987) Teoría de la Motivación: Investigación. Experimentación y
Evaluación
PRACTICA 3 (CALIFICADA)
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Los antropólogos se han mostrado especialmente inclinados a adoptar este punto de vista ya que
han observado que diferentes culturas valoran cosas diferentes y por eso que lo que las personas
desean, obviamente varia de una cultura a otra. Aducen que sería imposible descubrir una serie de
motivos importantes que pudiera ser aplicada a todas las culturas. Lo mismo han llegado a estimar
algunos profesionales clínicos que trabajan con seres concretos. Cada persona parece poseer una
serie exclusiva y diferente de necesidades motivacionales ¿por qué no dedicar el tiempo a
descubrirlas y dejar de preocuparse de si son semejantes o no lo son a las descubiertas en otros
individuos? Cómo gustaba decir Gordon Allport, el teórico norteamericano de la personalidad, no
existen motivos simples y soberanos comunes a todos los hombres. Cada persona es única, del
mismo modo en que es única cada cultura.
Antes de que renunciemos del todo a tratar de hallar motivos de significación general, vamos a
examinar más críticamente el proceso de identificación de los motivos que acaba de ser descrito. En
primer lugar, decir que si las personas hacen algo es porque desean hacerlo resulta poco más que
pensamiento animista. Es como decir que si la planta crece, es que quiere crecer o que si la
manzana cae es porque desea caer. Como han explicado prolijamente Heckhausen (1980) y otros,
este proceso denominador es tautológico. No añade nada de valor científico a nuestra comprensión
lo que está sucediendo a menos que contemos con un modo independiente de medir el motivo que
supuestamente alienta tras la conducta.
En segundo lugar hemos de recordar como se señaló en el capítulo I, que los motivos constituyen
únicamente un determinante de la conducta.
Si consideramos un resultado de conducta tal como comer, el impulso del hambre es sólo una de las
razones que lo explica. Las personas también como en porque saben comer (la destreza o hábito
determinado) y porque es hora de comer o porque piensan que les conviene comer (el valor de
determinante). en realidad es posible que coman por estas razones sin tener nada de hambre.
Así, no es posible inferir automáticamente un motivo para la realización de un acto de esa propia
realización. Y sobre todo no podemos deducir exactamente qué motivos generales estimulan la
realización del acto, dado que el mismo acto puede motivado por varias impulsos diferentes.
De esta manera, cuando unos alumnos estudian con empeño sus cursos universitarios no sabemos si
es porque quieren agradar a sus padres, porque desean hacer una buena tarea o porque quieren
obtener un reconocimiento social. Inferir simplemente que tienen una “motivación para el estudio”
es incurrir en la falacia “nominalista” que, de proseguirla, crearía una larga lista de motivos tan
específicos que tendrían poco valor para explicar una amplia variedad de fenómenos de la conducta.
Si tenemos en cuenta que, junto con los motivos, también influyen en la conducta los valores.
Podemos esquivar la conclusión de que no existen motivos generales, puesto que las culturas
difieren tanto en lo que consideran importante. Son fundamentalmente las culturas las que influyen
en los valores y además es posible pensar en términos de un motivo humano general, como la
necesidad de logro.
Por ejemplo, los ciudadanos continentales de los Estados Unidos parecen más orientados hacia el
éxito o el logro individualmente en comparación con los Hawaianos nativos que parecen valorar
más las relaciones interpersonales (Gallimore, 1981). Así es posible que el motivo del logro resulte
más apremiante para los Hawaianos en una situación de colaboración de lo que sería para otros
ciudadanos de los EE.UU.
En consecuencia parte de la proliferación de conceptos de motivo se deriva de una confusión entre
valores y motivos. Lo que la gente valora no está relacionado sin más con sus motivos, como se
verá más tarde. Como otro ejemplo de éste hecho consideremos el llamado motivo de lucro.
Hace más de 100 años y en el manifiesto comunista, karl Marx afirmaba que el motivo de lucro era
lo que impulsaba a la clase capitalista en el mundo entero a tratar de imponerse.
Los modernos empresarios norteamericanos coinciden en afirmar que es el motivo de lucro el que
impulsa a su conducta. Es decir, que valoran el conseguir un lucro. De aquí no se deduce que sea
verdaderamente el lucro lo que les motiva para desarrollar una enérgica conducta empresarial. Una
creencia en el lucro pude contribuir, desde luego, a determinar una conducta. Puede hacer que laos
empresarios decidan mostrarse en favor de una reducción fiscal para estimular los negocios. Pero
resulta bastante fácil mostrar que por dos simples razones no puede ser el lucro lo que motiva la
prolongada y enérgica conducta de los empresarios. En primer lugar, como Andrew Cararnegie
descubrió con un poco de sorpresa ya hace años, los empresarios con frecuencia siguen trabajando
tanto como siempre mucho tiempo después de haber ganado más dinero del que posiblemente
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puedan utilizar. Algo diferente al lucro debe estar impulsándoles. En segundo lugar no existe lucro
para el mundo ejecutivo en el mundo económico del sistema comunista, tal como se ha desarrollado
en la unión Soviética y sin embargo muchos ejecutivos soviéticos dan muestras de la misma
energía que sus equivalentes occidentales.
El énfasis en el lucro, por eso, es un tipo de concreción fuera de lugar y se puede demostrar
fácilmente que no es un modo muy bueno de describir o que motiva a los empresarios. Muchos de
los motivos que han sido atribuidos a personas en la vida cotidiana resultan ser consecuencia de la
falacia nominalista, la concreción fuera de lugar o de una confusión entre lo que las personas
valoran o creen y los motivos que dan vigor a su conducta.
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En los textos cristianos los pecados relacionados con los deseos sexuales excesivos o agresivos son
mencionados de forma destacada, pero también lo es la virtud del cariño, como en el famoso pasaje
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sobre la caridad en la segunda carta de San Pablo a los Corintios, o como dice Juan en su carta:
“Dios es amor y el que mora en el amor mora en Dios y Dios mora en él”. En la dramatización que
hace Dante de la teología cristiana La Divina Comedia, los pecados emanados de ilegítimos deseos
son vivamente descritos en el infierno. La razón bajo la forma del acompañante de Dante, Virgilio,
ayuda a Dante a comprender cómo los malos deseos conducen al pecado y al castigo, al modo en
que Virgilio le conduce a través del infierno y el purgatorio, pero Dante advierte que sólo puede
alcanzar los cielos y superar estos deseos proscritos a través del don divino de la gracia que
contiene las virtudes de la caridad, la paz y la armonía con todos.
En el budismo el desarrollo es similar aunque difieran los conceptos. Para Buda el hecho más obvio
de la vida era el sufrimiento. Consideraba los deseos como la causa del sufrimiento y por eso
llegaba a la conclusión de que habría que abandonar los deseos lo antes posible. Propuso como
método para la eliminación de estos la técnica disciplinada de la meditación que tras años de
práctica permite a una persona vivir sin deseos o al menos sin deseos ilegítimos o vulgares. Este
modo de enfrentarse con los malos deseos funciona en buena parte como la razón funcionaba para
Platón, Dante o Freud. Pero en el budismo popular, Gombrich (1971), el deseo de mostrarse amante
y amable se convierte en una virtud que ha de ser practicada como medio de acabar con algunos de
los deseos más perniciosos y egoístas, justamente como el cristianismo. Incluso en la teología de la
meditación budista, la caridad constituye una etapa recomendable en el camino de la renuncia a
todos los deseos. En el budismo por eso, el deseo de desembarazarse de los deseos en un buen
deseo que motiva constantemente a los monjes mientras prosiguen sus arduas prácticas de
meditación. Es claro que en esta tradición religiosa existen como en la tradición cristiana buenos
deseos.
Freud no creía en los buenos deseos como la caridad, quizás porque sus pacientes, hallándose
enfermos, eran incapaces de mostrarlos o tal vez en razón de su pesimismo general acerca de la
naturaleza humana. En realidad consideró la bondad afectuosa como interprete de otros motivos de
beneficio propio.
Veamos, por ejemplo, el amor que los cristianos creen que mostró Jesús al morir en la cruz para
ayudar a los pecadores a conseguir la salvación. Freud (1918- 1938) interpretó esta visión de la
crucifixión como una manifestación en todos nosotros de motivos más hondamente inconscientes.
Empezó suponiendo que todos los niños pequeños desean dormir con sus madres, siente celos de
sus padres. Su culpa por sus deseos incestuosos y agresivos las conduce normalmente a desear una
cierta expiación y al final lo logran identificándose tan estrechamente con su padre como les resulte
posible. Asó la atracción de la muerte de Jesús en la cruz reside precisamente en el hecho de que
un hijo como ellos mismos sea muerto como medio de expiación de sus ocultos deseos
inconscientes, incestuosos y agresivos. Las crucifixión de Jesús ayuda a los varones a liberarse de
su culpa.
Así, la gente interpreta este acto con amor pero en realidad lo perciben sólo en razón de su propia
culpa.
En esta situación, como en muchas otras de las que se escribió Freud, los principales motivos
resultan ser el sexo, la agresión y la ansiedad o la culpa.
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que reduce el significado de la visión y la concibe como el reflejo del conflicto entre el Jesús
amoroso (visto por encima del suelo a la luz del sol) y el Jesús subterráneo asociado con la muerte
y la agonía. Jung era muy consciente a través de sus relaciones con su padre, un pastor de que en
los funerales y en el cementerio se les veía como tomados, o protegidos por Jesús.
Así para Jung el sexo se convierte no en el motivo radical sino en un medio de resaltar el auténtico
motivacional entre amar y temer la figura de Jesús que a su vez puede remontarse a una imagen
universal, implicando figuras de padre. Los sueños fueron empleados por Jung no tanto para
diagnosticar los motivos humanos básicos como para ampliar con fines terapéuticos la comprensión
del paciente. Así Jung tiene poco que decir directamente acerca de lo que sean los motivos
humanos básicos, excepto afirmar que cada individuo posee un impulso instintivo y fundamental
que le empuja hacia la individuación o autorrealización, tema que se repita también en las obras de
otros terapeutas.
PRACTICA 4
LA TEORIA DE ABRAHAM MASLOW
Las necesidades superiores y las inferiores tienen propiedades diferentes ,pero son iguales en tanto
que las unas como las otras deben incluirse en el repertorio de la naturaleza humana fundamental
que nos es dada. No son diferentes ni opuestas a ella ,forman parte de la naturaleza humana. Las
consecuencias para las teorías psicológicas y filosóficas son revolucionarias . La mayoría de las
civilizaciones junto con sus teorías políticas, educativas, de religión, etc, se han basado
precisamente en la contradicción de esta creencia .En conjunto se han asumido que el animal
biológico y los aspectos instintivos de la naturaleza humana están limitados estrictamente a las
necesidades fisiológicas de alimento, sexo y cosa parecidas . Se suponía que los impulsos
superiores de la verdad , el amor y la belleza eran, por naturaleza, intrínsecamente diferentes de
estas necesidades animales . Además , se suponía que los intereses eran antagónicos ,mutuamente
excluyentes y en perpetuo conflicto unos con otros por mantener la supremacía . Desde tal
posición , toda cultura, con todos sus instrumentos , se ve que esta de parte de lo superior y en
contra de lo inferior . Por tanto, es necesariamente un agente de inhibición y de frustración , y en
el mejor de los casos , es una necesidad desafortunada.
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solamente después de los primeros meses de vida es cuando el infante muestra las primeras señales
de lazos interpersonales o de cariño selectivo. Aun después podemos ver ya muy definitivamente
los impulsos hacia la autonomía, la independencia, los logros y el respeto y la alabanza por encima
de la seguridad y del cariño paternal . En cuanto a la realización , incluso Mozart tuvo que
esperar hasta tener tres o cuatro años.
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PRACTICA 5 (CALIFICADA)
A continuación deberás revisar la clase de teoría referida a la teoría de Maslow, incluidos los
teoremas que propone. Luego (en clase de prácticas) analizarás un caso individualmente a partir de
este enfoque.
PRACTICA 6: EL HAMBRE *Makenliuns.
Durante el siglo XIX, varios autores notaron que algunos casos de obesidad estaban relacionados
con tumores que afectaban la base del cerebro y la glándula pituitaria (Mohr, 1840; Bramqell,
1988). En algunos casos esos pacientes se describió como característico un apetito voraz.
Frohlich (1901) publicó varios casos de pacientes con un síndrome que se denominó síndrome de
Frohlich, caracterizado por obesidad y atrofia genital que atribuyó a lesiones de la pituitaria. En
1939, Hetherington y Ranson lograron comprobar, mediante la inyección de ácido crómico y
lesiones electrolíticas en ratas, que el daño bilateral del hipotálamo y no las alteraciones
hipofisiarias, es la causa del mencionado síndrome.
A partir de 1940 se inicia el estudio sistemático de los mecanismos neutrales que regulan la
ingestión de alimentos (Mayer, 1974). Hetherington concluyó que la obesidad en ratas podía
lograrse si se producían las lesiones simétricas bilaterales en los núcleos ventromediales del
hipotálamo. Estos hallazgos llevaron a plantear un papel primordial del hipotálamo como “centro”
regulador de la ingestión de los alimentos.
Hipótesis hipatalámico céntrica. La lesión bilateral de los núcleos ventromediales del hipotálamo
ocasiona, pocas horas después de su operación, un rápido aumento de la ingestión de alimentos y
del peso corporal de las ratas; éstas llegan a pesar 50 o 100% más que los animales control.
Después el peso se estabiliza y puede mantenerse en ese nivel por varios meses y la ingestión de
alimentos puede disminuir para regresar casi a lo normal. Estas fases se denominan dinámica y
estática, respectivamente.
El interés en la función del hipotálamo culminó con los hallazgos de Anand y Brobeck (1951),
quienes lograron producir afagia y adipsia en ratas, mediante lesiones electrolíticas bilaterales en la
porción dorsolateral del hipotálamo.
Estos resultados, ampliamente confirmados, permitieron plantear una hipótesis de doble control en
el nivel hipotalámico: por una parte un sistema o centros del Hambre localizados en las regiones
laterales y por la otra, un sistema o centros de saciedad localizados en los núcleos centromediales.
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Las lesiones del hipotálamo ventromedial alteran el sistema de saciedad y ocasionan la hiperfagia,
mientras que las del hipotálamo lateral al alterar el sistema del hambre, producen la afagia descrita
por Anand. En esta hipótesis, los centros de saciedad provocan una inhibición intermitente en los
centros del hambre, los cuales tendrían por función estimular al animal a comer sin interrupción.
En 1967, Arees y Mayet lograron identificar las fibras nerviosas que unen estos dos grupos de
núcleos y especificaron que la sensación regulada no era el hambre sino la saciedad .
La hipótesis hipotalamocéntrica ha recibido un gran apoyo experimental e inclusive gracias a ella
Stellar planteó su teoría de motivación, pero existen numerosas preguntas sin contestar, así como
críticas bien fundadas acerca de dicha hipótesis.
La teoría más aceptada en la actualidad considera al hipotálamo como una porción del sistema
nervioso crucial para el control de la ingestión de los alimentos, pero no exclusiva. Este control
depende de muchos factores nerviosos y endocrinos, centrales y periféricos, molares y moleculares,
individuales y sociales, interrelacionados armónicamente para mantener la homeostasis. *
Mankeliuns (1996). Psicología de la Motivación. México D.F.
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renunciar por completo a seguir estudios superiores y, en su lugar, aprobar un curso de mecánica.
A partir del tratamiento, William estaba resuelto a asistir en adelante a clases nocturnas, para las
que se ganaba él mismo el dinero, y así pudo finalmente aprobar el examen de ingreso a la
Universidad, con tanto éxito que en seguida ya se consiguió becas. Reanudó la relación con su
madre, que había permanecido pasiva y servil en su lugar en el “telón de fondo”, esta relación entre
William y su madre se volvió tanto mejor cuando la madre resolvió divorciarse.
Bastante perjudicial, aunque tal vez no del todo, era la influencia del padre de Bob en la
preparación del hijo para ejercer una profesión. Este ambicioso banquero norteamericano, activo en
política además, quería ver a su hijo como el heredero sucesor de su institución financiera y de sus
intereses políticos. Bob quería estudiar ciencias económicas y sociales..
Bob era inteligente y en igual medida conformista. Quería vivir en un clima de simpatía y amistad;
la aprobación y el reconocimiento le eran particularmente importantes, pero los obtuvo muy pocas
veces, ya que sus buenos rendimientos fueron tomados por los padres como evidentes de suyo.
Esto llevó a Bob a depresiones. El era ambicioso, pero no se esforzaba mucho ni de buena gana, y
cuando no encontraba ningún reconocimiento, no se esforzaba por aplicarse ni tampoco se
inquietaba por su propia desidia.
El padre de Bob tenía una deplorable actitud ante el trabajo. Cuando Bob se quejaba de demasiadas
tareas escolares, su padre le decía: “el trabajo tiene que ser duro. Es el cumplimiento de un deber y
no una diversión”. Como en ese tiempo Bob respetaba y admiraba muchísimo a su padre, se
quedaba muy impresionado por y con esas palabras. Sin embargo, aunque hacía sinceros esfuerzos
para conducirse conforme a las mismas, la idea de un melancólico cumplimiento del deber lo
aburría, lo ponía triste, de mal humor, y finalmente se desesperaba.
Bob se quedó muy asombrado cuando en la psicoterapia oyó de boca de su terapeuta que la
comprensión y el dominio creadores pueden convertir en interesante casi cualquier tipo de trabajo -
excepto, lamentablemente, uno que fuera completamente mecánico - y dar placer funcional. Al
adquirir Bob esa comprensión, se transformó totalmente su actitud ante sus estudios.
Mucho más desventajoso era, naturalmente, el “telón de fondo” de David. Su madre, que mantenía
la casa trabajando duro como lavandera, era una de esas mujeres histéricas que llenas de
autocompasión, se ponen con mucho gusto en el papel de mártires; su pesado destino, así opinan
ellas, les da el derecho de reclamar de los demás, sobre todo de sus hijos, trabajos y esfuerzos
análogos y de tener para siempre derecho al agradecimiento de ellos. “Tú no lo mereces, que yo me
deslome de ese modo por ti”, era una de sus frases hechas estereotipadas que invariablemente
exasperaban a David. Insultos y acusaciones mutuas delinearon el “telón de fondo” de la vida del
muchacho en crecimiento.
Al revés que en el caso de William, los eternos reproches y amenazas, ofensas y castigos no lo
deprimieron ni
tampoco lo despojaron de la laboriosidad.
Al contrario, sólo lo incitaron, por supuesto, a sentir rencor y ambición, y la decisión de demostrar,
tan pronto como fuera posible y lejos de la casa paterna, su valor y su brillante capacidad de
rendimiento, a lo que hay que añadir el deseo de ser reconocido.
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competencia emocional requerida en su medio cultural y en las relaciones con adultos y pares en
general, es que se intentará ubicar durante este recorrido aquellos aspectos relevantes en cuanto al
contenido de lo que se socializa (es decir, los denominados componentes de la emoción), así como
las formas y los escenarios donde se construyen los significados de las emociones; hasta llegar en
última instancia a uno de los conceptos (o bien, contenidos) vitales en la comprensión y
consecuentemente control de las emociones, esto es, las normas de regulación interna y de
expresión emocional. En este punto dejaremos abierta la cuestión hacia la comprensión de las
emociones, asunto que por ahora no nos ocupará del todo.
Los componentes de la emoción . Tras una primera revisión sobre la socialización de las
emociones, podemos decir que la pregunta inicial que se plantea acerca de este tópico apunta hacia
cuál es el contenido de lo que se socializa, antes de ver las diferentes formas en que se transmite y
construyen las creencias sobre las emociones, Saarni (1993). Esta autora, dando una tentativa
respuesta a esta pregunta, indica que finalmente lo que se socializa está comprendido por los
componentes de la emoción, es decir, las emociones tienen la característica de ser emergentes,
acontecen en lapsos muy cortos de tiempo y resultan de la convergencia de diferentes condiciones
tales como el escenario social donde se desarrolla, el estado cognitivo del sujeto e inclusive su
misma disposición fisiológica, etc.; entonces aprender qué es una emoción implica hacer cierta
distinción entre qué componentes la conforman, cuál es el significado social de esa emoción en
particular, y por tanto, bajo qué reglas de expresión se rige.
La socialización es una forma de aprendizaje que da cuenta del logro paulatino de la competencia
emocional, que es en pocas palabras la comprensión y la habilidades que desarrolla el niño a lo
largo del desarrollo para interactuar eficazmente en términos de reconocimiento, interpretación y
regulación no sólo de las emociones propias, sino también las de los demás.
Desde Saarni existen once habilidades básicas, que son una simple formalidad para definir los
distintos dominios de la competencia emocional. Uno de ellos se remite a la comprensión y
reconocimiento de estados emocionales propios y ajenos, estos responden al dominio de la función
pragmática de las emociones. De acuerdo con Brody y Hall (1993) las niñas tienen un desempeño
mayor que los niños en el reconocimiento de expresiones de emoción, así como en el uso de
lenguaje emocional a partir de los setenta meses de edad; se dice entonces que estas variables
explican una mayor comprensión emocional y consecuentemente una mayor eficacia en las
interacciones sociales. Denham (1986), indica por su parte que es el estatus o la popularidad del
niño dentro del grupo de pares y su desempeño en tareas de toma de perspectiva cognitiva y
afectiva son variables significativas en la explicación de la comprensión emocional, las
interacciones prosociales y la autorregulación de emociones fuertes. La búsqueda de evidencia que
soporte las diferencias de género y la importancia del estatus sociométrico aún sigue su curso,
advirtiendo no hacer afirmaciones contundentes, sino respuestas tentativas al respecto.
A propósito de la medición del uso del lenguaje emocional señalado por Brody y Hall, la capacidad
para usar vocabulario emocional, los términos de expresión comunes en las diferentes culturas e
inclusive la cantidad y calidad de la conversación entre padres y pares (según Brown y Dunn 1995)
hacen parte de una habilidad más señalada por Saarni: el uso del lenguaje en la apropiación de las
creencias culturales, en la asertividad en las interacciones sociales y en la misma comprensión de
las emociones.
Otro de los dominios señalados es la habilidad para involucrarse empáticamente en otra experiencia
emocional, esto implica asumir los estados emocionales de los otros o al menos suponerlos y
anticiparlos; y en un nivel más complejo comprender que los estados internos pueden no
corresponder con lo que demuestra el sujeto en su expresión. Desde antes de los dos años los niños
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Por un lado los desencadenantes emocionales, son conceptualizados básicamente como las causas
de las respuestas emocionales; dentro de cada cultura se tienen establecidos ciertos suscitadores que
los caracterizan, es claro que para occidente la pérdida de un ser querido implica tristeza y congoja,
así como para un niño el ceño fruncido de su tía malgeniada al llevarlo al parque le puede producir
angustia o temor. En última instancia, el punto en común para ambos ejemplos es que el
aprendizaje y reconocimiento de éstos obedece a que han sido construidos socialmente y se han
instituido dentro de las creencias de los miembros de un colectivo; los desencadenantes a su vez se
elaboran en la experiencia cotidiana, a medida que se abren los espacios de interacción del niño
hacia sus pares y adultos empezará a reconocer que el temperamento de la tía es bastante fuerte o
que el ceño fruncido indica disgusto, y que entonces es preferible mostrarse amable con ella, por
ejemplo. vale aclarar que otro estado emocional (interno) también puede ser un suscitador
emocional.
La expresión emocional es otro de los componentes que podríamos categorizar dentro de aquellos
cuya naturaleza es principalmente social, con esto me refiero a que a pesar de comprender la
postura, los gestos y la misma expresión facial que son en principio manifestaciones enteramente
físicas, constituye una de las principales fuentes de información que se tiene sobre las emociones a
lo largo del desarrollo; cada gesto está conteniendo un significado para el sujeto, si su expresión lo
que busca es regularse a sí mismo o para otro actor presente, o bien si lo que se pretende es regular
la emoción de otro en una situación de interacción.
El tercer componente, no digamos “social” pero que sí implica la interpretación de contenido para
su aprendizaje es la experiencia emocional; este componente integra la información que se va
obteniendo sobre las emociones dentro de los mismos procesos cotidianos de interacción, aunando
información acerca de factores situacionales, estados emocionales y respuestas emocionales propias
y ajenas.
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La apreciación que hace el sujeto de sus emociones y de las de los demás obedece a la manera
como conceptualiza y se representa su experiencia emocional.
El reconocimiento de la emoción causada por “lo mental”, provoca que el mismo niño evoque
factores mentales para ejercer cambios en su experiencia emocional; por ejemplo, de un gran susto
con una sombra que vio una niña en su casa, puede evocar esa situación con más agrado si piensa
que después descubrió que aquella sombra sólo era producto de una cortina movida por un viento
muy fuerte y no por un fantasma.
Aquí podemos especificar que la principal vía, o mejor, proceso, suscitado en la socialización de las
emociones es la intersubjetividad; un término derivado de la propuesta vygotskiana, que comprende
la coordinación entre los estados cognitivo y afectivo del sujeto en el contexto de la interacción, y
que a su vez implica la representación de tal coordinación por parte de los actores.
Ahora, de los dos últimos componentes que nos quedan por describir se puede decir que se remiten
a la disposición o estado físico de cada sujeto que bien puede ser modificado por la influencia
social. Los receptores emocionales (descritos como el estado fisiológico inicial de un sujeto) y los
estados emocionales (los cuales indican los cambios ulteriores a las respuestas emocionales) dan
cuenta de la actividad fisiológica del sujeto; su relevancia en el estudio de las emociones radica en
que tal actividad puede estar asociada con la experiencia de determinadas emociones, por ejemplo
los episodios frecuentes de ira en una persona pueden explicarse por la convergencia entre su
temperamento, una alta responsividad y quizás un fuerte dolor de cabeza (y no simplemente porque
esta persona esté permanentemente expuesta a diferentes tipos de desencadenantes emocionales que
lo afectan de manera inmediata).
Una de las formas en que lo cognitivo ejerce control sobre estos componentes es bajo aquellas
formas de regulación interna que enuncia Dunn (1994); el logro del “control de impulsos” sobre
emociones negativas como la ira o la frustración, o la “estabilización - damping down” de los
estados emocionales así como el avance en la competencia comunicativa, traen consigo el
desarrollo de la regulación emocional y con esto la búsqueda o evasión de situaciones placenteras o
displacenteras.
Aunque también la regulación emocional comporta la significativa influencia de las demás personas
sobre los estados emocionales de los otros; esto implica que al conocer el funcionamiento de la
experiencia emocional en sí mismo, se empiezan a hacer extrapolaciones en otros sujetos sobre esos
mecanismos, obteniendo una influencia social sobre las emociones.
En este momento tenemos una idea de cuáles son los elementos constitutivos de la emoción que se
incorporan a lo largo del desarrollo. A continuación vamos a dar un salto hacia las diferentes
formas de socialización, donde suponemos que se conserva tal conocimiento en forma de creencia o
norma social, aunque nuestro interés está puesto sobre todo en lo que se han denominado las
teorías populares de la emoción.
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tiempo.
Saarni (1993) distingue tres modelos que no son excluyentes entre sí. el primero, es el modelo
solipsista, que consiste básicamente en la observación e identificación que hace el niño de sus
propios estados mentales y que sería tentativamente una condición básica para que un sujeto ejerza
posteriormente la regulación de su experiencia emocional. El segundo, el modelo conductual, que
en términos de Gordon (1989) es la exposición diferencial a las emociones, se refiere a la forma en
que los modelos y la cultura en general afectan la experiencia del sujeto, ya sea por identificación,
imitación o referenciamiento social, es decir, por influencia indirecta, o por aprendizaje de
contingencias y comunicación de expectativas; aquí podemos incluir a la televisión como fuente de
diversos modelos. Y el último y tercer modelo, el sociocéntrico, tiene que ver con la utilización del
lenguaje como instrumento (siguiendo un poco la perspectiva vygotskiana) para orientar la visión
del niño hacia lo emocional como un evento mental, independiente de si tiene una instanciación
física o de ejecución en una situación de interacción. Este modelo quizás da una luz sobre la
construcción de la teoría de la mente en el desarrollo con base en la experiencia emocional; aunque,
a mi parecer orientar lo emocional sólo como un evento mental implica arraigar la tradición
occidental en la que cada vez más los movimientos del cuerpo y del rostro pierden importancia.
Evidentemente el reconocimiento del componente mental de la emoción impulsa el desarrollo del
control sobre la experiencia emocional y la toma de perspectiva emocional y cognitiva, pero eso no
puede explicar todo el desarrollo de las emociones.
Existe otra forma particular de socialización de las emociones y que los autores catalogan aparte de
los otros modelos de desarrollo, quizás porque tiene sus raíces en una visión más antropológica que
conductual; esto es, las teorías populares de la emoción. Las creencias sobre las relaciones
sociales, la naturaleza del pensamiento, cómo y qué emociones deben experimentarse de acuerdo a
las circunstancias y a unas reglas que se han establecido con el tiempo por consenso tácito de
colectivo, se constituyen como verdaderas “teorías” o legados que se preservan hasta constituirse
como una guía para cada uno de los miembros del grupo social o familiar.Algunos las denominan
etno-psicología o etno-teorías (bien sea en términos de Gordon o de Saarni) y creo que de las
formas de socialización de la emoción es la que abarca a los demás tipos de aprendizaje, dado que
prácticas habituales como la imitación deben estar allí contenidas; cada tipo de interacción
socializadora lo que hace es mostrar los conceptos emocionales en forma de creencia o de norma, es
más, el examen de éstas teorías quizás da una explicación más amplia del proceso de socialización
de las emociones, porque no desliga los procesos de desarrollo con los procesos sociales.
Existe una propuesta que bien puede resultar compatible con la idea anterior; aquello que Gordon
(1989) estima como una de las bases sociales de la construcción social y cognitiva de las
emociones, es decir, lo que él ha denominado como cultura emocional; la mixtura entre creencias,
vocabulario, normas regulativas y en general toda fuente de información emocional que se pone en
juego con la experiencia de interacción hace parte fundamental del contenido de las teorías
populares de la emoción.
Hay quienes piensan como Scherer (1994) y presentan alguna evidencia para pensar, desde una
perspectiva evolucionista, que a través de las culturas, o por lo menos en la cultura occidental,
existen puntos en común en las situaciones desencadenantes de la emoción, en los antecedentes
emocionales y en la expresión de emociones básicas. Lo cierto es que, evidentemente las
particularidades de las culturas se mantienen en sus valores, prácticas, condiciones socio-
económicas y en la expresión de emociones complejas; emociones como la envidia, la culpa, la
vergüenza, etc. requieren ser controladas directamente por las normas de cada contexto. Para poner
en evidencia la puesta en acción de las normas de expresión, Saarni ha utilizado frecuentemente una
situación en la que un niño obtiene un regalo de su abuelito y no le gusta, la tarea consiste en
definir cómo se expresará el niño con su abuelo y por qué (teniendo en cuenta que puede herirlo si
demuestra sus verdaderos sentimientos), así la situación da cuenta del enmascaramiento del niño o
su evidente desagrado por el regalo.
No sólo las emociones complejas requieren ser reguladas por normas, se puede decir que cada
emoción en últimas no se expresa en estado puro, si así se puede decir, debido a que la mayoría de
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las veces las observamos en un contexto de interacción, donde por simple superviviencia es
necesario tener cierto control sobre las normas sociales.
Las reglas en la socialización de las emociones .El conocimiento efectivo de las reglas tanto de
expresividad como de regulación interna de las emociones permiten que el niño sea también quien
modifique las condiciones de su experiencia social, así como obtenga la capacidad de reducir la
experiencia interna de una emoción original (Hubbard y Cole. 1996).
Por ahora, nos ocuparemos en precisar algunos aspectos sobre el origen social de las normas;
hablaré de la relevancia de la emoción como una construcción social, según Oatley (1993) y de
otros trabajos relacionados con la comprensión de las reglas sociales como principio regulador de
las emociones propias y de las relaciones interpersonales.
El planteamiento que hace Oatley (1993/1996) indica que el repertorio de emociones presentes en
una cultura depende directamente de la forma en que ésta las “legisla” por medio del vocabulario,
las prácticas de relaciones interpersonales, las formas de regulación tanto de emociones
cooperativas, amor, alegría, etc., como de emociones competitivas, ira, temor, etc., en últimas está
hablando de la misma cultura emocional, planteada por Gordon.
Aquí podemos notar que la concepción de la autora no pretende distinguir una bipolaridad entre
emociones negativas y positivas, como alguna vez se sostuvo en el estudio de las emociones; la
distinción que ella hace es con base a los tipos de relación de poder que se dan ante el despliegue de
una u otra emoción, es decir, lo que plantea, por ejemplo, es que las manifestaciones de ira de un
padre al ver la alcoba desordenada de su hijo, traen consecuentemente una postura sumisa de éste
último, en tanto que los correspondientes actores de la interacción se posicionan desde el uso de un
estatus y un poder (en este caso autoridad) y la sumisión y el respeto ante no sólo la condición de la
figura paterna, sino también ante el significado de la ira misma dentro de la interacción. Estos dos
términos últimos simplemente se refieren a que al experimentar y expresar una emoción, se asume
también un rol, el cual otorga un lugar a cada agente participante en la interacción, definiendo
entonces la capacidad de dominar (estatus) y de ser afectado por otros (poder).
PRACTICA 9 (PRACTICA DIRIGIDA)
El DEBATE SOBRE BIOLOGIA FRENTE A COGNICION
Juntas, las perspectivas cognitivas y biologicistas ofrecen una visión comprensiva ya satisfactoria
del proceso de emoción. Sin embargo, el reconocimiento de que hay aspectos tanto biológicos
como cognitivos que subyacen a la emoción plantea la pregunta de si alguno de los factores, sean
biológicos o cognitivos, tienen primacía sobre el otro (Lazarus,
1981,1982,1984;Zajonc,1980,1981,1984). Aquellos que defienden la primacía de la cognición
plantean que la persona no puede tener una respuesta emocional sin antes evaluar cognitivamente la
razón y el significado personal de un acontecimiento estímulo. Antes de que se pueda dar la
emoción, la persona reúne sus recursos cognitivos(es decir, la memoria para construir el significado
de los acontecimientos de la vida) y esta interpretación de significados permite a la persona evaluar
la relevancia de un estímulo –situación. ¿Afecta mi bienestar?, ¿es importante?, ¿es beneficioso?,
¿doloroso?, ¿positivo?, ¿negativo?. Aquellos que defienden la primacía de la biología plantean que
las reacciones emocionales no necesariamente requieren de la cognitiva. Los acontecimientos de
otro tipo como por ejemplo las expresiones faciales o las tasas de descarga neuronal activan la
emoción . Para el teórico biologicista, las emociones pueden ocurrir y ocurren si un acontecimiento
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cognitivo previo pero no se pueden dar sin que anteceden acontecimientos biológicos. Por lo tanto,
la biología y no la cognición, es primaria).
Por razones de exposición, cada uno de los principales teóricos de los que se ha hablado en los
Capítulos 13 y 14 pueden ser categorizados según su preferencia por la perspectiva cognitiva o la
perspectiva biologicista. En la Tabla 15.1 aparece esta categorización en una lista de seis
defensores de la perspectiva cognitiva (lado izquierdo) y seis defensores de la perspectiva
biologicista (lado derecho).
Richard Lazarus (1982,1984) y James Averill (1982) son dos defensores abiertos de la perspectiva
cognitiva. Para Lazarus, la actividad cognitiva es una condición previa para que se produzca la
emoción. Sin una comprensión de la relevancia personal que tiene el estímulo para el propio
bienestar no hay razón por la que se tenga que corresponder emocionalmente. Los estímulos que
son evaluados como no relevantes al bienestar personal no elicitan una reacción ; pero los estímulos
que se avalúan como amenazantes o desafiantes sí elicitan una reacción emocional. Para Lazarus
( 1984) la evaluación de un acontecimiento estímulo no ha de ser necesariamente un proceso
racional consciente; la evaluación puede ser también una “evaluación perceptiva primaria”Este tipo
de percepción primitiva recuerda a la evaluación instantánea de bueno/malo o una evaluación
evaluativo retrospectiva, los teóricos cognitivitas aseguran que la emoción no se da sin actividad
cognitiva antecedente.
Para Averill (1982), las emociones se entienden mejor como roles sociales que se ha adoptado.
Tabla 15.1. Categorización de teóricos de la emoción según sus perspectivas cognitivas o
biologicistas
Teóricos cognitivos Teóricos biologicistas
Magda Arnold Paúl Ekman
James Averill Caroll Izar
Richard Lazarus William James
George Mandler Robert Plutchik
Stanley Schachter Silvan Tomkins
Bernard Weiner Robert Zajonc
Las personas muestran emoción (se enfadan, se enamoran) para provocar consecuencias sociales
positivas. Cuando está enfadada, la persona puede transgredir una norma social, no asumir
responsabilidad por la acción (“no lo puede evitar, me ofuscó la rabia”) y comunicar sus
expectativas a otros de forma afectiva relativo a las ocasiones en las que no se muestra la emoción.
Para ilustrar cómo, según Averill, las personas construyen la emoción socialmente. Partiendo de los
roles sociales se puede tomar el ejemplo del enamoramiento. De acuerdo con Averill y Boothroyd
(1977) el ideal romántico es un rol estándar según el cual las personas interpretan sus experiencias
amorosas. Según el ideal romántico la persona se queda emocional e inesperadamente pasmada ante
la aparición (normalmente azarosa) de otro. Una vez internalizado, las personas intentan reproducir
ése ideal. Por lo tanto, las personas aprenden reacciones emocionales (Standard) para afrontar las
expectativas sociales( por ejemplo, enamorarse) y a continuación construyen la experiencia
emocional de forma social para lograr los fines sociales deseados( por ejemplo , empezar una
relación). El proceso entero tiene poco que ver con los estados biológicos y mucho con la actividad
cognitiva y social. Por ello, Lazarus, Arnold, Averill y todos los teóricos que aparecen en el lado
izquierdo de la Tabla 15.1 conceden primacía al sistema cognitivo y conciben la emoción como un
fenómeno postcognitivo.
Robot Zajonc (1980, 1981, 1984) y Caroll Izard (1989) son dos defensores acérrimos de la
perspectiva biologicista. Para Zajonc, existen procesos internos además de la cognición que
producen emociones. Zajonc plantea que los sistemas cognitivo y emocional son sistemas
separados y parcialmente independientes. Desde este punto de vista, las emociones pueden ser
fenómenos precognitivos o bien postcognitivos. En defensa de esta idea Zajonc plantea un número
de razones apremiantes. Primero teniendo en cuenta que los estados emocionales muchas veces son
difíciles de verbalizar, parece lógico suponer que pueden tener orígenes no cognitivos (es decir, no
basados en el lentos no cognitivos como por ejemplo mediante inyecciones de drogas u hormonas,
estimulación eléctrica del cerebro o la actividad de la musculatura facial. Tercero, se pueden
identificar estructuras neuroanatómicas para la emoción y para la cognición.
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Por ejemplo, las estructuras límbicas subcorticales son importantes a la hora de regular las
emociones , los sentimientos y el humos mientras que las estructuras corticales son especialmente
importantes a la hora de regular los proceso cognitivos como por ejemplo la memoria y el
pensamiento. Cuarto, las emociones se dan tanto en los bebés como en los animales no-humanos.
Antes de haber adquirido lenguaje o realizar operaciones cognitivas sofisticadas, los bebés se ríen y
lloran , sienten y expresan emociones.(Izard, 1984). Por estas razones, Zajonc (1980 p.192)
concluye que: “las personas no se casan y se divorcian, asesinan o se suicidan ni sacrifican sus
vidas por la libertad después de hacer un detallado análisis de las ventajas y desventajas de sus
acciones”. Es decir, las emociones son muchas veces fenómenos no cognitivos de base biológica.
Para Izard, las emociones surgen del procesamiento subcortical y pueden o no incluir la actividad
cortical. Habiendo realizado con bebés buena parte de su trabajo, Izard encuentra que los bebés
responden emocionalmente a ciertos acontecimientos a pesar de sus limitaciones cognitivas ( es
decir, limitado vocabulario, falta de lenguaje, capacidad de memoria limitada). Un bebé de tres
semanas, por ejemplo, sonríe como respuesta una voz humana y el bebe de dos meses expresa
rabia como respuesta al dolor. Cuando los niños ya han adquirido el lenguaje y comienzan a usar
sus capacidades de memoria a largo plazo, , a pesar de que la actividad cognitiva pasa más adelante
a participar en el proceso de emoción, Izard insiste en que gran parte del procesamiento de los
acontecimientos externos sigue siendo no cognitivo – es decir, automático, inconsciente y mediado
por estructuras sub corticales. El beneficio más directo que se pueda derivar del debate de la
cognición contra la biología es que ambos bandos exponen los detalles de sus ideas sobre las causas
de la emoción. El argumento de Lazarus y Averill es que todos los estados emocionales requieren
acontecimientos cognitivos antecedentes. Zajone e Izard aceptan que los acontecimientos
cognitivos anteceden la emoción en ocasiones, pero insisten en que hay situaciones en las que la
emoción es una respuesta directa ante un acontecimiento estímulo. Una vez que nos hemos
familiarizado con ambas posiciones nos podemos preguntas ¿Quién tiene razón?
Como es el caso de otros debates dentro de la psicología, el debate entre cognición frente a la
biología encuentra su mejor respuesta en afirmar que ambos bandos son correctos hasta cierto
punto. Los psicólogos de la emoción se han esforzado por encontrar respuestas al debate, todavía..
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apareció en Denes en 1885. Los puntos cardinales de sus respectivas ideas sobre la naturaleza de las
emociones son también conocidos que para comentarlo bastara con hacer breves referencias a
ellos. La teoría de James se puede resumir casi en sus propios términos como sigue. Un objeto
estimula uno o mas órganos de los sentidos. Los impulsos aferentes pasan a la corteza y el objeto es
percibido. Partiendo de allí pasan corrientes a los músculos y vísceras y las alteran en forma
compleja., los impulsos aferentes que partes de estos órganos alterados regresan a la corteza y
cuando son percibidos allí transforman el objeto captado simplemente en el objeto sentido
emocionalmente. En otras palabras, los cambios corporales que se sienten son la Emoción ., los
elementos comunes de sensación, asociación y motores lo explican todo. La principal prueba que se
cita a favor de la teoría es que nos damos cuenta de las tensiones , sonrojos, palpitaciones,
punzadas y sofocaciones - los sentimos, de hecho, en el momento en que ocurren - y que si sacamos
estos síntomas corporales del cuadro de una emoción imaginaria, no queda nada.
Según Lange, la estimulación del centro vasomotor es la raíz de las causas de las afecciones aunque
puedan estar constituidas en alguna otra forma todo el lado emocional de nuestra vida mental
escribió Lange, nuestras alegrías y pesares, nuestras horas felices o infelices las debemos a nuestro
sistema vasomotor. Si las impresiones que caen sobre nuestros sentidos no poseyeran el poder para
estimularlos vagaríamos por la vida desprovistos de simpatías y pasiones, y todas las expresiones
del mundo exterior solo enriquecerían nuestra experiencia y aumentarían nuestro conocimiento,
pero no provocarían ni alegría ni cólera, no nos darían ni preocupación ni temor, puesto que somos
capaces de diferenciar subjetivamente entre sentimientos de un origen central o periférico, las
pruebas subjetivas no son dignas de confianza sin embargo, al igual que el vino, ciertos hongos, el
hachis, el opio, un regaderazo frió y otros medios causan efectos psicológicos que van
acompañados de estados de sentimientos modificados, y como si se sustraen las manifestaciones
corporales de un individuo asustado no queda nada de su temor, la emoción es sólo una percepción
de cambios en el cuerpo. Es evidente que Lange tuvo el mismo concepto que James, pero lo
formuló sobre una base más estrecha: únicamente sobre los cambios en el sistema circulatorio.
Los impulsos que egresan desde la periferia, en los cuales se basó James para explicar la riqueza y
variedad del sentimiento emocional, supuestamente surgen de todas las partes del organismo, de los
músculos y la piel así como de las vísceras. Sin embargo, James se inclinaba a atribuir a estas
últimas el papel principal: de "las partes viscerales y orgánicas de la expresión". Por lo tanto,
podemos distinguir sus dos fuentes de la corriente aferente. Ahora consideraremos críticamente la
fuente visceral. En conexión con esto comentaremos sobre la idea de Lange de que en el centro
vasomotor está la explicación de la experiencia emocional.
La separación total entre las vísceras y el sistema nervioso central no modifica la conducta
emocional
Sherrington hizo un corte transversal en la médula espinal y en el nervio vago de unos perros a fin
de destruir toda conexión del cerebro con el corazón, los pulmones, el estómago y los intestinos, así
como el bazo, el hígado y otros órganos abdominales; de hecho, para aislar todas las estructuras en
las cuales se supone que residían anteriormente los sentimientos. Recientemente Lewis, Britton y
este autor hemos logrado mantener gatos en un buen estado de salud durante muchos meses
después de quitar toda la sección simpática del sistema autonómico, la sección que opera bajo gran
excitación. Así pues, todas las reacciones vasculares controladas por el centro vasomotor fueron
abolidas; ya no fue posible evocar la secreción de la médula adrenal; no se pudo inhibir la acción
del estómago y los intestinos, ni se pudo hacer que se erizaran los pelos; no se pudo recurrir al
hígado para liberar azúcar en el torrente sanguíneo. Estas operaciones, que provocan tan amplios
trastornos, tuvieron poco o ningún efecto sobre las respuestas emocionales de los animales. En uno
de los perros de Sherrington, que tenía un "temperamento marcadamente emocional", la reducción
quirúrgica del campo sensorial no provocó ningún cambio obvio en su conducta emocional: "su
cólera, su alegría, su disgusto, y cuando se le provocaba, su temor, siguieron siendo tan evidentes
como siempre". Además, en los gatos privados de inervación simpática, todos los signos
superficiales de rabia se manifestaron en la presencia de un perro que ladraba -erizarse, gruñir,
echar para atrás las orejas, enseñar los dientes, levantar la pata para atacar - excepto la erección del
pelo. Ambos conjuntos de animales tuvieron plenas expresiones emocionales en todos los órganos
que seguían conectados al cerebro; estas expresiones solo fallaron en los órganos desconectados. La
ausencia de reverberación de la víscera no modificó en ningún aspecto las muestras emocionales
apropiadas; su única abreviación fue quirúrgica.
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Como lo ha observado Sherrington en relación con sus peros, es difícil pensar que la percepción
que inicia la expresión de ira deba traer en su secuela una conducta iracunda y no obstante haber
sido impotente para producir "sentimientos de cólera".
A esta altura las interpretaciones difieren. Angell ha argumentado que los experimentos de
Sherrington no proporcionan pruebas de que la sensación víscera no desempeña ningún papel en la
psicosis emocional, y además que estos experimentos no prueban que el estado psíquico,
"emoción", precede a su "expresión". Además, Perry ha declarado que aún no se sabe con certeza si
la emoción se siente en la ausencia de sensaciones de los órganos aislados quirúrgicamente.
Hay que reconocer, naturalmente, que no tenemos bases reales para afirmar o negar la presencia de
una "emoción sentida" en estos animales reducidos. No obstante, tenemos una base para juzgar su
relación con la teoría de James-Lange. James atribuyó la parte principal de la emoción sentida a las
sensaciones de las vísceras, y Lange la atribuyó totalmente a sensaciones que vienen del sistema
circulatorio. Ambos afirmaron que si estas sensaciones orgánicas fueran eliminadas
imaginariamente de una experiencia emocional, no quedaría nada. Sherrington y el grupo de
Harvard variaron este procedimiento quitando las sensaciones quirúrgicamente. En sus animales se
abolieron todos los trastornos viscerales que pasan por los canales simpáticos -los canales para la
descarga nerviosa bajo gran excitación-. La posibilidad de que regresaran los impulsos por estos
canales, y en los animales de Sherrington también por los canales vagos, fueron abolidos
igualmente. Según la forma en que James expuso la teoría, la emoción sentida debería haber
desaparecido en gran parte, y según la de Lange, debería haber desaparecido totalmente (sin
estimulación de nuestro sistema vasomotor, hay que recordar, las impresiones del mundo exterior
"no provocarían ni alegría ni cólera, no nos darían ni preocupación ni temor). Sin embargo, los
animales actuaron, hasta donde lo permitían las conexiones nerviosas, sin que disminuyera su
intensidad emocional. En otras palabras, operaciones que, en términos de la teoría, destruirían
completamente o en gran parte el sentimiento emocional, dejaban no obstante a los animales
portándose con la mismo cólera, alegría o temor de siempre.
Los mismos cambios viscerales ocurren en estados emocionales muy diferentes, y en estados no
emocionales
Las fibras pregangliónicas de la sección simpática del sistema autónomo están tan relacionadas con
las neuronas distantes, como hemos visto, que la inervación que resulta de los músculos suaves y
las glándulas de todo el cuerpo no es particular sino difusa. Al mismo tiempo, con la emisión difusa
de impulsos simpáticos se vierte adrenalina en la sangre. Puesto que en esta forma generalmente se
distribuye a todas las partes y tiene los mismos efectos que los impulsos simpáticos dondequiera
que actúa, los agentes humorales y neurales cooperan para producir efectos difusos. En
consecuencia de estos arreglos el sistema simpático se pone en acción como unidad - puede haber
variaciones de poca importancia como, por ejemplo, la presencia o ausencia de sudor, pero en
general la integración es característica -.Los cambios viscerales provocados por la estimulación
simpática se pueden señalar como sigue: aceleración del corazón, contracción de las arteriolas,
dilatación de los bronquiolos, aumento del azúcar en la sangre, inhibición de la actividad de las
glándulas digestivas, inhibición de la peristalsis gastrointestinal, sudor, descarga de adrenalina,
dilatación de las pupilas y erección de los pelos. Estos cambios se ven cuando hay gran excitación
por cualquier circunstancia y ocurren en estados emocionales tan fáciles de distinguir como el
temor y la rabia. La fiebre y la exposición al frío también provocan, según se sabe, la mayoría de
los cambios - ciertamente la aceleración del ritmo cardíaco, la vasoconstricción, aumento del nivel
de azúcar en la sangre, descarga de adrenalina y erección de los pelos-. La asfixia en la etapa de
estimulación evoca todos los cambios que acabamos de mencionar, con la posible excepción del
sudor. Una reducción demasiado grande del azúcar en la sangre por insulina provoca la "reacción
hipoglicémica", que se caracteriza por la palidez, rapidez de los latidos del corazón, pupilas
dilatadas, descarga de adrenalina, aumento del azúcar en la sangre y sudor profuso.
En este grupo de condiciones que provocan en las vísceras cambios típicos de la descarga simpática
hay emociones tan intensas y precisas como el temor y la rabia, estados afectivos relativamente
leves como los que acompañan al frío, hipoglicemia y dificultad para respirar, y una experiencia tan
marcadamente diferente como la que acompaña al inicio de la fiebre. Las respuestas en las vísceras
parecen demasiado uniformes como para ofrecer un medio satisfactorio de distinguir emociones que
son muy diferentes en su cualidad subjetiva. Además, si las emociones se debieran a impulsos
aferentes de las vísceras, deberíamos esperar no solo que el temor y la rabia produjeran la misma
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sensación, sino que esto también incluyera al frío, hipoglicemia, asfixia y fiebre. Esto no es lo que
ocurre.
Al comentar sobre esta crítica de la teoría de James-Lange, Angell admite que puede haber una
matriz considerable de excitación visceral básicamente idéntica para algunas emociones, pero
subraya que los rasgos diferenciales se pueden encontrar en los trastornos extraviscerales,
particularmente en las diferencias de tono de los músculos esqueléticos. Perry igualmente regresa a
la conformación de las pautas propioceptivas al "conjunto motor" de la expresión, para
proporcionar los elementos distintivos de los diversos estados afectivos. La posible contribución de
los músculos esqueléticos a la génesis de la emoción sentida será considerada posteriormente Por el
momento se puede subrayar el hecho de que Lange no derivó ninguna parte de la psicosis
emocional de esa fuente; y James atribuyó a ella un papel poco importante - la parte principal de la
emoción sentida depende de la parte visceral y orgánica de la expresión
Las vísceras son estructuras relativamente insensibles
Comúnmente se cree que cuanto más profundamente se penetre en el cuerpo, más sensible se
vuelve este. En realidad esto no es así. Mientras que en un tronco de nervios espinales. Las fibras
nerviosas sensoriales son probablemente más numerosas que las motoras, en los nervios
distribuidos por las vísceras el número de fibras aferentes (sensoriales) puede ser diez veces menos
que el de las eferentes. No nos damos cuenta de las contracciones y relajaciones del estómago y los
intestinos durante la digestión, del roce del estómago contra el diafragma, de los movimientos que
comprimen el bazo, de los procesos del hígado - sólo después de largas investigaciones nos hemos
enterado de lo que ocurre en estos órganos . Los cirujanos han encontrado que el conducto
alimentario se puede cortar, desgarrar, aplastar o quemar en operaciones son sujetos humanos sin
anestesia, sin que esto les provoque ninguna incomodidad. Podemos sentir los latidos del corazón
porque este se presiona contra la pared del tórax, podemos también sentir las palpitaciones de los
vasos sanguíneos porque pasan a través de tejidos bien provistos de nervios sensoriales, y podemos
tener dolores en el abdomen pero aparentemente porque hay jalones sobre el peritoneo parietal.
Normalmente los procesos viscerales son extraordinariamente poco demostrativos. E incluso
cuando se inducen en ellos los cambios más marcados, como cuando actúa la adrenalina, los
resultados, como vamos a ver, son sensaciones atribuibles principalmente a los efectos sobre el
sistema cardiovascular.
Los cambios viscerales son demasiado lentos como para producir un sentimiento emocional
Las vísceras están compuestas de músculos suaves y de glándulas, excepto el corazón, que es un
músculo estriado modificado. Los movimientos del cuerpo con los que estamos familiarizados
provienen de músculos estriados que actúan con rapidez, y tienen un período latente verdadero de
menos de 0.001 segundos. Lo que sabemos de la velocidad de los procesos corporales al observar la
acción de los músculos esqueléticos no se puede aplicar a otras estructuras. El músculo suave y las
glándulas responden con relativa lentitud. Aunque Steward encontró que el período latente del
músculo suave del gato era de aproximadamente 0.25 segundos, Sertoli observó que duraba 0.85
segundos en el perro y 0.8 en el caballo, Langley informó de un período latente de 2 a 4 segundos
al estimular el nervio chorda tympani de la glándula salival submaxilar; y Pavlov informó de un
período latente de seis minutos al estimular el vago, el nervio secretor de las glándulas gástricas.
Además, Wells y Forbes señalaron que el período latente del reflejo psicigalvánico (en el hombre),
que parece ser un fenómeno debido a las glándulas del sudor, era de aproximadamente tres
segundos.
En contraste con estos largos retrasos que se producen antes que la acción periférica en las
estructuras viscerales apenas comience, están las observaciones de Well; él encontró que el período
latente de las reacciones afectivas ante imágenes de hombres y mujeres terminaba a veces dentro de
0.8 segundos. Estudios más recientes con olores como estímulos han dado una cifra similar
(comunicación personal). Sin embargo, de acuerdo con la teoría de James-Lange, estas reacciones
afectivas son resultado de reverberaciones de las vísceras ¿Cómo es posible esto? A los largos
períodos latentes de los músculos suaves y las glándulas, que acabamos de citar, se debe añadir el
tiempo requerido para que los impulsos nerviosos pasen del cerebro a la periferia y de allí regresen
nuevamente al cerebro. Es evidente que los cambios orgánicos no pueden ocurrir con suficiente
prontitud como para que provoquen la aparición de estados afectivos, ciertamente no los estados
afectivos estudiados por Wells.
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La inducción artificial de los cambios viscerales típicos de las emociones intensas no produce estas
emociones
Se ha dicho en muchas ocasiones que la adrenalina actúa en el cuerpo a fin de simular la acción de
los impulsos de os nervios simpáticos. Cuando se inyecta adrenalina directamente de el torrente
sanguíneo o bajo la piel, produce dilatación de los bronquiolos, constricción de los vasos
sanguíneos, liberación de azúcar por el hígado, interrupción de las funciones gastrointestinales, y
otros cambios como los que caracterizan a las emociones intensas. Si las emociones fueran la
consecuencia de los cambios viscerales, sería razonable esperar, de acuerdo con los postulados de la
teoría de James-Lange, que siguieran a estos cambios en todos los casos. Las observaciones
incidentales en alumnos que recibieron inyecciones de adrenalina suficientemente grandes para
producir efectos corporales generales han sacado a la luz el hecho de que estos alumnos no
experimentaron ninguna emoción específica - unos pocos que habían estado en competencias
atléticas atestiguaron que se sentían "tensos" o "nerviosos" como antes de una carrera -. En un
estudio cuidadoso de los efectos de la adrenalina sobre gran número de personas normales y
anormales. Marañón ha informado que las experiencias subjetivas incluían sensaciones de
palpitaciones precardial o epigástrica, de palpitaciones arteriales difusas, opresión en el pecho y
tiesura del cuello, temblor, escalofrío, sequedad de la boca, nerviosidad, malestar y debilidad.
Relacionado con estas sensaciones hubo en ciertos casos un estado afectivo indefinido fríamente
apreciado, y sin emoción real. Los sujetos observaron: "Siento como si tuviera miedo", "como si
esperara una gran alegría", "como si estuviera conmovido", "como si fuera a llorar sin saber
porqué", "como si tuviera mucho miedo y al mismo tiempo estuviera calmado", "como si alguien
estuviera a punto de hacerme algo". En otras palabras, como observa Marañón, se traza una clara
distinción "entre la percepción de los fenómenos periféricos de la emoción vegetativa (o sea, los
cambios corporales) y la emoción psíquica propiamente dicha, que no existe y permite a los sujetos
informar sobre el síndrome vegetativo con serenidad y sin verdadero sentimiento". En un número
más pequeño de los casos afectados se produjo una emoción real, generalmente la del pesar, con
lágrimas, sollozos y suspiros. Esto ocurre, empero, "sólo cuando la predisposición emocional del
paciente es marcada", notablemente en los casos de hipertiroidismo. En algunos casos, Marañón
encontró que este estado sobrevino sólo cuando la adrenalina fue inyectada después de una charla
con los pacientes sobre sus hijos enfermos o sus padres muertos. En pocas palabras, sólo cuando ya
existe un estado emocional la adrenalina tiene un efecto de apoyo.
De las pruebas aducidas por Marañón podemos sacar la conclusión de que la adrenalina induce
cambios corporales típicos en los seres humanos que son descritos como sensaciones, que en
algunos casos estas sensaciones les recuerdan a los sujetos experiencias emocionales anteriores pero
no renuevan o reviven esas experiencias, que en casos excepcionales de sensibilización emocional
preparatoria los cambios corporales pueden inclinar la balanza hacia un verdadero trastorno
emocional. Estos últimos casos, empero, son excepcionales, y no son los fenómenos usuales, como
suponían James y Lange. En condiciones normales los cambios corporales, aunque bien marcados,
no provocan emoción.
Los numerosos sucesos que ocurren en las vísceras como consecuencia de una gran excitación, y
que hemos especificado en capítulos anteriores, han sido interpretados como un apoyo a la teoría de
James-Lange.
Partiendo de las pruebas que acabamos de presentar debe quedar claro que esa interpretación no
está justiciada. Puesto que los procesos viscerales afortunadamente no son una fuente considerable
de sensación, y puesto que incluso los trastornos extremos en ellos no producen una experiencia
emocional digna de mención, ahora podemos entender además porqué estos trastornos no pueden
servir como medios para discriminar entre emociones pronunciadas como el temor y la rabia,
porque el escalofrío, asfixia, hiperglicemia y fiebre, aunque van acompañadas por estos trastornos,
no van acompañados por la emoción, y también porque la exclusión total de los factores viscerales
de la expresión emocional no hace ninguna diferencia en la conducta emocional. Se debe a que la
retroalimentación de la "caja de resonancia" torácica y abdominal, para usar el término de James, es
sumamente débil, y a que desempeña un papel tan poco importante en el complejo afectivo. Los
procesos que tienen lugar en los órganos torácicos y abdominales como consecuencia de la
actividad simpática, son verdaderamente notables y variados; pero su valor para el organismo no
consiste en añadir riqueza y sabor a la experiencia, sino más bien en adaptar la economía interna
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para que a pesar de los cambios en las circunstancias externas no se altere profundamente el tenor
parejo de la vida interna.
FUENTE: CALHOUN, CH y SOLOMON, R. ¿Qué es una Emoción?
México, Fondo de Cultura Económica, 1989.
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Camras (1977) por ejemplo, encontró que en una situación de conflicto por un muñeco deseado, los
niños que expresan una cara de rabia o malestar tiene muchas probabilidades de seguir en posesión
del muñeco que los niños que no expresan estas emociones. La expresión emocional comunica al
mundo social una información de lo que puede llegar a ser la conducta futura. Por ejemplo, si se le
arrebata el juguete, el niño que muestra una cara que expresa rabia comunica un probable ataque
inminente mientras que el niño que muestra una cara de malestar comunica un probable baño de
lágrimas inminente. La señal de que es probable que uno ataque o llore en el futuro inmediato
muchas veces hace que la persona que expresa recupere el juguete o evite que le arrebaten el
juguete de entrada.
En ocasiones, sin embargo, la expresión emocional puede ser contraproducente a la hora de regular
manera en que los demás reaccionan ante nosotros . Coyne (1976) propone que las personas
deprimidas expresan su estado emocional a los demás para conseguir apoyo y consuelo.
Desgraciadamente este tipo de comunicación depresiva muchas veces provoca afecto negativo en
los demás en lugar del apoyo y consuelo que se anhelan. Una expresión emocional de malestar
comunica un humor triste, baja auto estima, desesperanza y fatiga a los demás. Por ser algo
intrínsecamente desagradable y algo a evitar, las personas que expresan estados de humor tristes
tienden a ser evitadas por los demás lo que aumenta cuanto más frecuentes son los encuentros con
otras personas. Por lo tanto, mientras las expresiones de malestar a veces provocan conductas
nutricias en los demás, la comunicación de la depresión parece ser contraproducente especialmente
cuando se repite en el tiempo.
Las expresiones emocionales facilitan la interacción social. Las expresiones faciales a menudo
son motivadas socialmente y no emocionalmente. Esta idea suena extraña porque en general se da
por sentado que las personas sonríen cuando sienten alegría y fruncen en ceño cuando están tristes.
Sin embargo, las personas muchas veces sonríen cuando no sienten alegría. A veces las personas
sonríen sólo para facilitar la interacción social.
Los etólogos que estudian la expresión de la sonrisa en primates encuentran que los chimpancés
usan la expresión de la sonrisa para evitar la conducta posiblemente hostil de animales dominantes.
Así como los primates sonríen (es decir, enseñan los dientes) para apaciguar a dominantes, los
niños pequeños tienen más probabilidades de acercarse a un extraño que sonríe que a uno que no
sonríe. Esto se aplica igualmente a adultos que cometen errores o que sienten vergüenza social.
Es muy probable que sonríen en lo que vendría a ser un esfuerzo para arreglar el fallo. Además la
sonrisa, es una muestra de bienvenida universal que parece decir, de forma no verbal “soy
amistoso” y “me gustaría que fuéramos amigos, por lo menos durante un tiempo”. En cada una de
estas circunstancias la sonrisa del individuo está motivada socialmente más que emocionalmente.
La idea de que la sonrisa puede ser motivada socialmente conduce a la pregunta de si el acto de
sonreír evolucionó como una expresión emocional de alegría o como una expresión social de
amistad. Para poner a prueba la hipótesis de que la sonrisa puede ser una expresión de amistad.
Kraut y Johnson observaron en qué momentos sonreían las personas mientras jugaban a bolos, al
presenciar un partido de hockey y al andar por la calle. Los investigadores querían saber si las
personas sonreían con más frecuencia cuando estaban interactuando socialmente o cuando tenían
una reacción de alegría ante un acontecimiento positivo (por ejemplo, una puntuación buena
jugando a bolos, un gol del equipo favorito, un día soleado). Por lo general se encontró que los
jugadores de bolos y los espectadores tenían mayores posibilidades de sonreír cuando estaban
interactuando socialmente que cuando sentían alegría.
El efecto positivo facilita la conducta prosocial. Bajo la influencia del afecto positivo, las
personas tienen significativamente más probabilidades de ser prosociales (es decir, más sociables,
cooperativas y ayudar más a los demás. A modo de ejemplo se podría citar uno de los más
intrigantes estudios de psicología en el que los experimentadores hicieron que un grupo de usuarios
de una cabina telefónica encontrara un duro mientras que un segundo grupo no lo encontraba. En
cuanto al usuario de la cabina salía de la misma, un experimentador confabulado hacía ver que era
un peatón al que se le caía una carpeta llena de papeles justo a los pies del sujeto. Los
investigadores querían saber el efecto que tendría el afecto positivo inducido (del haber encontrado
dinero por sorpresa) en cuento a la tendencia a ayudar del desconocido. Los resultados fueron
sorprendentes. La gran mayoría de personas que encontraron la moneda ayudaron al peatón,
mientras que una gran minoría de personas que no encontraron la moneda ayudaron al peatón.
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La influencia del afecto positivo sobre la conducta de ayuda va mucho más allá del efecto que tiene
al recibir monedas a la hora de ayudar a un peatón. La música agradable , pensar en sosas positivas,
tener éxito en una tarea, leer tiras de humor divertidas y recibir un regalo son otros acontecimientos
vitales que aumentan el afecto positivo. Cuando están influenciadas de esta manera, las personas
tienden a hace más donaciones de dinero a caridad, muestran mayor deseo de iniciar conversaciones
con los demás y son más benevolentes consigo mismas. Resumiendo, el concepto teórico de afecto
positivo nos permite organizar gran cantidad de literatura que muestra que la emoción positiva
aumenta nuestras tendencias prosociales.
Si el efecto positivo facilita la conducta prosocial entonces el efecto negativo debería empeorarla.
Mientras que esto es cierto en algunos casos (por ejemplo, la depresión) hay dos razones muy
poderosas por las que hay que tener cuidado antes de afirmar que el afecto negativo impide la
conducta prosocial. Primero, el afecto positivo y el afecto negativo son mucho más independientes
el uno del otro que opuestos. A menudo las personas se sienten positivas y negativas al mismo
tiempo (por ejemplo, en una primera cita, una entrevista de trabajo o una competición atlética se
puede sentir tanto anticipación positiva, como ansiedad o miedo). Segundo, el afecto negativo es
mucho más complejo que el afecto positivo. El afecto negativo incluye emociones que van desde la
rabia, el miedo y la angustia a la anisedad y la depresión. Esta distinción es importante porque la
persona que siente rabia, piensa y se comporta de una manera muy distinta a una persona deprimida
y tanto la persona que siente rabia como la que está deprimida piensa y se comporta de forma
distinta a la persona angustiada, ansiosa o con miedo.
Reeve, Johnmarshall (1995). Motivación y Emoción. Mc. Graw Hill: Madrid
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