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Introducción
1. Señales de Alerta
8. ¿Soy un agresor?
Referencias
Introducción
Fase 1:
Acumulación de tensión
Fase 3
Arrepentimiento y reconciliación
Sociales
¿Cómo se explicaría
este fenómeno?
Mito 1. Las víctimas son las que provocan la violencia. Por algo le habrán pegado.
Realidad: Los comportamientos de abuso y violencia surgen con motivo y sin
motivo. No hay provocación que justifique la violencia. El agresor tiende a
negar o minimizar su conducta y culpar a la víctima o a otros.
Mito 2. Las víctimas no son tales. Son personas masoquistas que les gusta que las
maltraten.
Realidad: A nadie le gusta que lo maltraten o lo golpeen. En la mayoría de
los casos la víctima no encuentra salida para su situación (problemas
económicos, los hijos, la crítica social). Ha perdido el control de su vida y
está tan traumatizada que se paraliza y no reacciona. El agresor le ha
“lavado el cerebro” y la convence de que ella lo “provocó” . La ha sugestiona
para que crea que es ella la culpable.
Mito 4. “Los trapitos se lavan en casa” y “lo que ocurre en casa ajena a nadie le
interesa”.
Realidad: El fenómeno de la violencia familiar es un problema de todos:
familia, amigos, vecinos, comunidad. gobierno. La violencia es una conducta
aprendida y el silencio y la no intervención agravan el problema, lo
perpetúan pues se repite en otras generaciones o en otras relaciones de
pareja, se desplaza pues la víctima también arremete contra los hijos y los
hijos contra hermanos menores, personas mayores, mascotas; y se expande,
pues se repite en la escuela, en el trabajo, en el vecindario. Es urgente que
autoridades y comunidad intervengan para eliminarla.
Mito 5. El agresor es una persona que padece algún tipo de enfermedad mental.
Realidad: El agresor no es un enfermo. Es una persona con baja autoestima que se
descontrola fácilmente y da paso a la ira. Generalmente no tiene la intención de hacer
daño, pero quiere someter y controlar la relación familiar.
es responsable de sus actos y ante la Ley está cometiendo una falta o un delito
Mito 6. Las personas que son abusadoras y violentas nacieron así y nadie las puede cambiar.
Realidad: La conducta violenta , manipuladora, maltratadora, abusiva es una
conducta aprendida. Y si se puede cambiar. Se requiere que el agresor “toque fondo” y
acepte la responsabilidad y las consecuencias de su conducta. Es el primer paso para
poder aprender a controlar su hostilidad y su ira, superar sus complejos, levantar su
autoestima, manejar los conflictos en forma pacífica y negociadora , respetando la
opinión y los derechos de los demás, eliminar las ideas irracionales y creencias que
hay en torno a las relaciones interfamiliares.
Mito 7. Solo los hombres son agresivos con las mujeres. Eso ha sido siempre así.
Realidad: También existen casos de hombres maltratados por mujeres, hay casos de
padres maltratados por sus hijos, existe maltrato entre hermanos y maltrato a personas
mayores. Depende del modelo aprendido.
Mito 8 Si el hombre trabaja, trae dinero a la casa, y es bueno con los hijos, una mujer no debe
exigir mas.
Realidad: La mujer tiene tantos derechos como el hombre. Las relaciones de pareja
deben caracterizarse por la igualdad, respeto mutuo y compartir deberes y
responsabilidades, además de enfrentar los conflictos de manera constructiva
buscando el beneficio de todos los integrantes de la familia. Dentro de las
relaciones familiares, nadie tiene que imponer su voluntad o sus decisiones.
Esto constituye maltrato y no tiene justificación. Los hijos en este caso son
testigos de la violencia que ejerce su pareja sobre ella, causándoles un trauma
que los afectará en toda su vida.
Mito 9 La violencia solo ocurre en niveles socioeconómicos bajos y de bajo nivel educacional
y cultural.
Realidad: La violencia ocurre entre familias ricas, acomodadas y pobres, las de alto
nivel educacional así como las de bajo nivel educacional . Se puede presentar en
cualquier grupo social sin importar raza, nación, religión o cultura. En cualquier
ciudadano de la calle, así como en individuos de jerarquía y reputación en la cultura,
en la sociedad, en la política.
.
Mito 10. La violencia en la relación de pareja no es un problema grave.
Realidad: La violencia doméstica es la mayor causa de lesiones en la población y
afecta la salud mental y física en las víctimas y su entorno familiar. Hay quienes dicen
que el lugar más peligroso para la mujer y los hijos es la propia casa. El porcentaje de
lesiones causadas por violencia en el hogar sobrepasa a los presentados por
accidentes automovilísticos e incidentes en la calle.
Mito 11. La conducta violenta es algo innato que pertenece a la esencia del ser humano.
Realidad: La violencia es una conducta aprendida a través de la imitación,
educación, cultura y tradición. Se transmite de generación a generación. Sin embargo,
así como la violencia es una conducta aprendida, también las conductas pacíficas y
armónicas en las relaciones de pareja se pueden aprender.
Mito 12. El consumo de alcohol o drogas es la causa de las conductas violentas en la pareja.
Realidad: El alcohol y las drogan pueden provocar el asalto o incitar el
comportamiento violento, sin embargo también se presentan casos de maltrato y de
violencia habitual en personas que no han ingerido alcohol o drogas.
Mito 13. Si la esposa aguanta las reacciones violentas del marido, con el tiempo las cosas
cambiarán y mejorará la relación.
Realidad: La conducta violenta es progresiva y cíclica. Si la víctima no habla de su
problema y busca ayuda es probable que la violencia y el maltrato empeore y nunca
mejore.
Mito 14. La mujer debe de aceptar tener relaciones sexuales con su pareja así ella no quiera.
La violación no es un delito cuando se trata de la esposa. “La esposa tiene que
cumplir con sus obligaciones”
Realidad: La mujer tiene derecho a decir que no cuando no quiera tener relaciones
sexuales con el marido. Toda conducta que amenace o vulnere el derecho de la esposa
a decidir voluntariamente su sexualidad es considerada un delito.
Mito 16. La violencia se resolverá mediante leyes y normas modernas y más rigurosas en el
castigo para el abusador.
Realidad: El castigo no resuelve el problema. En la prevención está la solución. En la
información oportuna, los modelos que se deben de resaltar y los valores que se deben
inculcar esta la solución al grave problema de la violencia.
situación anormal.
Niega que su conducta sea violenta y busca siempre culpar a otros por
esta. Explica sus reacciones como motivadas por la provocación,
especialmente por parte de su pareja. Crea situaciones o realiza acciones
que provocan conflicto, para después culparla de la situación o hacer los
demás crean que la pareja es la culpable o que lo provocó y así lograr apoyo
y atención de otros.
Frases como “no se que te pasa” o “déjame en paz”, “ya estas con tus
tonterías”, “estoy ocupado, no puedo hablar contigo”, “estoy cansado”,
“siempre lo mismo”,” de qué vamos hablar”, “ya me tienes cansado/a”,
maltratan y desconciertan a la víctima, el agresor compensa sus
sentimientos de inseguridad e inferioridad a la vez que a través de la
sugestión, el maltrato y el miedo va adquiriendo mayor control sobre la
relación..
o ambas
En el manejo y tratamiento de la
víctima:
También se han dado casos en que por algún motivo, el agresor pueda
que acuda a un programa de rehabilitación, especialmente en la fase de “luna
de miel” cuando después de un episodio violento, promete que no va a volver
a ocurrir o cuando la pareja ha logrado fortalecerse psicológicamente y el
agresor percibe un riesgo real de abandono inminente por parte de la
pareja, o en otros países porque la justicia lo ordena.
En apariencia, esta podría ser una muy buena razón para un cambio de
conducta, pero para ello es imprescindible querer hacerlo, y el agresor por
lo general no acepta la responsabilidad real. Recordemos que es un
excelente manipulador y puede que acepte el tratamiento como forma de
evadir responsabilidades o porque no le queda mas remedio que hacerlo.
bienestar psicológico
Según Suárez Ojeda (1997) son siete los atributos o Pilares que
aparecen con frecuencia en las personas resilientes: Introspección,
Independencia, Capacidad de Relacionarse, Iniciativa, Creatividad,
Moralidad, Autoestima Consistente.
Características de individuos y
comunidades resilientes:
• Activos y sociales.
• Un modelo con quien identificarse. Una persona adulta que le haya
brindado aceptación y amor sin condiciones y una salida positiva para
su vida.
• Poseedores de por lo menos una habilidad que les de un sentido de
orgullo y aceptación entre sus pares.
Promoviendo la resiliencia.
Estos son: