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PONENCIAS

ÍNDICE

1. ENSAYO SOBRE EL COMPROMISO SOCIAL.


Alejandro Angulo Novoa, S.J

2. DEFENSA DE LA VIDA Y DERECHOS HUMANOS.


Hna. Maritze Trigos, O.P.

3. LA ESENCIALIDAD DEL “NIÑO”, UN CAMINO


PARA LA RENOVACIÓN DE LA IGLESIA. Nora
María Bonilla París.

4. ECOTEOLOGIA Y RESPONSABILIDA SOCIAL.


Alirio Cáceres Aguirre.

5. DE TRAMOYEROS A TRAMOYISTAS. Dr. Fabián


Sanabria.

6. PANEL DE RESPONSABILIDAD SOCIAL. Fray


Ricardo Torres.

7. PONENCIA. Dayibi Domico.

1
INICIO

ALENJANDRO ANGULO NOVOA, S.J.

Títulos académicos: Licencia en Filosofía, Universidad Javeriana, Bogotá 1960; Licencia en


Teología, Universidad Javeriana, Bogotá 1964; Master of Arts en Sociología, Universidad de
California, Berkeley 1968, Doctor en Demografía, Universidad de Paris - Sorbonne, 1972

Experiencia docente: Holy Names College, Oakland, CA 1967-68 Sociologia;

Universidad Javeriana, Bogotá, 1968-1969 Demografía; Instituto Católico, Paris 1971


Demografía; Universidad Gregoriana, Roma 1988-2000 Demografía

Publicaciones recientes:

-Etica, Solidaridad, Ecología. De la posibilidad a la probabilidad del desarrollo, CINEP 1994.

-Verso una società multiculturale. Possibili scenari in Italia e Colombia, (en colaboración con E.
Masini, P. Conversi. J. Medina), PUG, Roma 2000.

-“Population and Development: A Case of Fads vs. Facts” en S. D’Souza (ed.) Population and
Poverty. Issues at the dawn of the 21st century, Indian Social Institute, New Delhi 2001, pp.
281-292.

-"The Role of Social Sciences Today" en J. Jelenic & B. Vogel, Building Values. The -Purpose of
Politics in the Age of Globalization, Rio de Janeiro, Fundaçao Konrad Adenauer 2007, pp.169-
181

-“Banalizar la masacre. Claves para la reconciliación en Colombia” en Theologica Xaveriana,


Bogotá , Diciembre 2008, pp. 549-564

2
-“Diversidad cultural y religiosa en la ética y en la educación” en Universitas Alphonsiana
Bogotà, Agosto 2008, pp.67-80

ENSAYO SOBRE EL COMPROMISO SOCIAL

Yo sí se por qué he nacido…

El compromiso personal surge de una búsqueda: la búsqueda del sentido de la vida.


Comprometerse con alguien o con algo es constituir un vínculo para caminar juntos hacia
un propósito que justifique vivir, aliarse para ir en una dirección que de sentido a la
existencia. Esta búsqueda del sentido, a su vez, se puede inducir desde la formación
religiosa, o desde el estudio de la filosofía, o desde la combinación de ambas. Los dos
caminos han sido recorridos por innumerables seres humanos a lo largo de la historia y
ambos han conducido a obras maestras y a verdaderas proezas. Con todo, ninguna de las
dos formas de caminar está a salvo de las pedagogías ineptas ni de las prácticas
inadecuadas. Si se parte de la formación religiosa, la búsqueda está expuesta a la tentación
de la magia: manipular a Dios para fines personales, intereses creados. Si se arranca de la
filosofía está expuesta a la tentación ideológica de tomar sus creencias por verdades
universales y obligatorias. Tratemos, pues, de jalonar el camino del compromiso para llegar
a la meta sin sucumbir a ninguna de las tentaciones respectivas. Una forma de hacerlo es
mediante la reflexión ética cuidadosa.

La experiencia de la solidaridad
En su tratado sobre la ética, E.Morin postula que toda mirada sobre la ética debe percibir
que el acto moral es un acto individual de vinculación: vinculación con otro, vinculación con una comunidad,
vinculación con una sociedad y, en últimas, una vinculación con la especie humana (Morin, 2004, 16).
En esta forma, coloca el compromiso, la solidaridad, la alianza como un cimiento de la
moralidad. Si miramos, por otro lado, cuál es el origen de la tradición judeo-cristiana,
encontramos también la misma metáfora: la alianza, el pacto, la promesa, el compromiso de
Dios con un pueblo (Gén 15).

3
El sentido profundo de dicha afirmación de Morin es la percepción que él tiene de
lo que es el mundo, su origen y su devenir. No es sólo una idea, es una comprobación
empírica que la ciencia contemporánea nos revela tanto en las ciencias naturales que nos
describen la evolución de la vida, como en la ciencia social que discurre hoy sobre la
globalización, o sea, la interdependencia mundial. Por su parte, la tradición judía también
concibe su realidad como la vinculación de un pueblo entre sí y con todo lo que lo rodea
gracias a la intervención de un Dios con el que se liga de manera muy especial. El pueblo
judío está religado con su Dios. Esa es su religión.

Morin ve cómo todo cuanto existe en el universo está al mismo tiempo separado y
encadenado entre sí: las personas con las cosas, las personas entre sí y con las cosas, las
cosas a su vez están encadenadas entre sí y con las personas. El universo, que brota de una
enorme separación, el big bang, se constituye como un orden evolutivo en el que cada
nuevo fenómeno es diferente de los anteriores pero está encadenado con ellos y a su vez
produce nuevos fenómenos diferentes pero encadenados entre sí. Y esa evolución del
universo es una continua separación y reproducción de nuevos vínculos que llamamos la
vida, con sus diferencias y sus similitudes (Morin, 2004, 29)

En nuestro propio nivel, la experiencia de cada uno de nosotros desde la infancia es


la de las interdependencias: ninguno de nosotros nació de la nada, ni creció en el vacío, ni
está viviendo en la soledad. Desde el nacimiento empezamos una sucesión de vínculos que
nunca se termina. Todos tenemos una historia que compartimos con muchos otros y una
biografía en la que nuestro desarrollo como personas está sostenido y marcado por una
continua interacción con las personas y las cosas que nos rodean en cada momento. Y la
sucesión de nuestros momentos y de los lugares que ocupamos hoy y hemos ocupado
siempre no es más que la sucesión de las interacciones entre seres interactuantes e
interdependientes.

La vinculación, la solidaridad, es pues, una experiencia universal. Y cultivar y


ampliar la conciencia de esa interdependencia nos permite comprender cada vez mejor el
sentido de nuestra existencia, que no es un proceso individual y aislado, sino un
acontecimiento colectivo, global y solidario. Por el contrario, ignorar ese mismo hecho y
tratar de evitar las consecuencias de esa vinculación omnipresente es arriesgarnos a entrar
en una crisis de sentido, en la cual el individualismo y el egoísmo distorsionan nuestra
percepción y envenenan nuestra sensibilidad. Las consecuencias de ese envenenamiento
son destructoras de la personalidad y opuestas al desarrollo personal.

4
La experiencia de la crisis

El hombre sin brújula es una metáfora muy apta. En ese camino de la búsqueda del
sentido el ser humano ha perdido más de una vez su brújula y anda desorientado. Así
andamos hoy. Estamos buscando nuevos puntos de referencia. En medio de los
extraordinarios avances de la ciencia, con pena descubrimos la exclusión, la droga, la
violencia, los genocidios, el sida, la desesperanza, el suicidio, la disolución de la célula
familiar, la evaporación del sentido... Nos encontramos en un mundo seductor y al mismo
tiempo terrorífico para los abandonados a sí mismos. Y los abandonados somos todos
porque hemos roto la vinculación y hemos creado compartimentos incomunicados en
medio de la era de las comunicaciones. Un Sur y un Norte, sin compromisos verdaderos
pero con una cooperación falsa. Un Oriente y un Occidente separados de forma
irreconciliable por diferentes maneras de mirar la realidad, que le achacamos a nuestros
dioses. Y cientos de territorios colindantes pero incomunicados y enfrentados por una
apropiación del todo desigual de su riqueza. Y dentro de los territorios hemos levantado
barreras denominadas raciales, o clasistas, o religiosas que nos mantienen desvinculados,
enfrentados, desconfiando los unos de los otros hasta el extremo colombiano de entronizar
el homicidio como forma de relación social. Nadie se compromete con nadie. Cada cual
cuida de sí mismo y desconfía de los vecinos. La búsqueda fundamental es la seguridad
porque el miedo vital es el “otro”. La ocupación principal es levantar muros, construir
conjuntos habitacionales cerrados, tender alambradas, instalar cerraduras, contratar
vigilancia privada. El fruto de esta crisis es el florecimiento de la industria de la
desconfianza.

La dinámica de la palabra “crisis”.

La crisis nos lleva a preguntarnos sobre nuestros presupuestos y sobre nuestros


hábitos. Si la aprovechamos ella puede ser portadora de progreso. Ella es tal vez signo de
crecimiento. Crisis, en griego, tiene cuatro significados: acción o facultad a) de distinguir, b)
de elegir, c) de separar, d) de decidir1. Y a través de la crisis llegamos al discernimiento que
se realiza por medio de la escucha y la evaluación de lo real, y que, además, nos impulsa al
compromiso. La crisis es un momento de transición más denso que los otros, que posee.

1
Dherse J. L. y Minguet H., L’Éthique ou le Chaos, Paris, 1998, Presses de la Renaissance p. 22

5
Por lo general, una fuerza mayor que los otros tiempos. Gracias a ese impulso superior
logramos superar nuestras crisis. Y, por su lado, el compromiso nos saca de la crisis al
tomar la decisión de vincularnos de una manera inequívoca con los demás. En esa
vinculación apostamos nuestra vida contra la indiferencia, nuestra solidaridad contra el
egoísmo dominante. Al establecer la solidaridad también elegimos el servicio, en vez de
vivir solo para nosotros mismos. Esa elección es el resultado de distinguir cómo en el
servicio de los demás trascendemos el yo individualista y disipamos el temor de que los
otros puedan convertirse en una amenaza para nuestro propio progreso. Distinguir esa
dimensión trascendente es comprender que el testamento de Jesús, en la noche de la cena,
cuando lavó los pies a sus discípulos, no era sino una invitación a ese servicio como la clave
para volver al mundo más amable, donde la soledad del yo se transforma en la compañía
invaluable de los hermanos que avanzan unidos en la causa común de transformar el
mundo en el reino de justicia y de amor garantía de la paz. El lavatorio de los pies precede
al banquete de la fraternidad cristiana, a la reunión de los constructores del Reino de los
Cielos en torno a esa personalidad trascendente de Jesús. En ese símbolo se manifiesta la
parábola del amor infinito, que sirve, que se entrega, que muere, pero que resucita, porque
el amor no puede morir definitivamente. Lo contrario es el caos. La novia de los Cantares
lo expresó con fuerza: “Tan fuerte es el amor como la muerte! ¡Tan cierta es la pasión como la tumba!
¡El fuego del amor es una llama que Dios mismo ha encendido! ¡No hay mares que puedan apagarlo, ni
ríos que puedan extinguirlo!” Y añade aquí una admonición que nuestra época ignora
concienzudamente: “Si alguien se atreviera a ofrecer todas sus riquezas a cambio del amor, no recibiría
más que desprecio! En esas andamos y los resultados son visibles en todos los países en los
que la codicia quiere suplantar al amor. Olvidamos lo más importante por unas cuantas
monedas. Pero tenemos una salida: recuperar la fraternidad perdida de la revolución
francesa, ya que aun la soberbia moderna reconoció, en su triple lema, la importancia de esa
vinculación universal que es la única que puede asegurar la libertad y la igualdad. Sin
fraternidad no hay ni ciudadanía, ni derechos, ni mucho menos deberes. Pablo lo supo por
experiencia: Hay tres cosas que son permanentes: la confianza en Dios, la seguridad de que él cumplirá
sus promesas, y el amor. De estas tres cosas, la más importante es el amor2. A la luz de estas palabras
inspiradas tenemos que revisar nuestros criterios y valorar nuestros compromisos.

Ver el mundo en sus diferentes dimensiones

2
1 Cor 13, 13

6
Para salir de la crisis y tejer la solidaridad, debemos tener una visión del estado del
mundo, de las fuerzas que lo rigen, una cierta intuición de los medios que podemos usar y
una fuerte capacidad de anticipación. Somos los ingenieros de un enorme edificio del que
no tenemos los planos. Siempre tenemos la tentación de huir hacia adelante. Pero el
combate diario es el de la humanización. Podemos pensar en cinco grandes desafíos:

1.- los cambios en la interpretación de lo real, 2.- la cuestión del sentido,

3.- la búsqueda de una Palabra, 4.- nuestra confrontación con la Palabra del otro y 5.- la
cuestión del hombre interior3. Veamos cómo podemos estar a la altura de tales desafíos.
Busquemos dónde están las fuerzas de la renovación. El vals de las ideas no nos ofrece un
asidero. El despilfarro de los recursos es desolador. La explosión tecnológica nos hace
correr una carrera loca, desenfrenada. La inestabilidad de las economías nos deja sin aliento
y cada día más empobrecidos. Nos encontramos desarmados frente a nuestro propio
mundo. Y algunos más desarmados que otros. Pero cada uno, en la medida de su propia
libertad y de su valor puede hacer que la crisis se convierta en una liberación. Cuanto más
honda es la crisis más nos obliga a profundizar en el corazón de la realidad y de nuestra
propia realidad interior.

Prim e r d e s afío : Cam b io s e n la in te rp re tac ió n d e lo re al

La cuestión filosófica

No es una cuestión nueva. ¿Quién es el hombre? ¿Cuál es el sentido del universo?


¿Cuáles son las relaciones entre el hombre y el mundo, entre el hombre y la materia?
¿Cuáles son las relaciones entre los hombres? Estas preguntas se las han hecho todas las
civilizaciones y a ellas han respondido los mitos, las filosofías, las sabidurías y las religiones,
describiendo un mundo más o menos bien inspirado.

Nuestra dificultad para interpretar lo real tiene un doble origen: el filosófico y el


científico. La cuestión filosófica hasta el siglo XVII estaba resuelta para el Occidente con la
Biblia. Pero una reducción en sus niveles de lectura y algunas intervenciones
desafortunadas de la Iglesia en los dominios que no eran de su competencia terminaron por
producir un deseo de autonomía de la ciencia y de la filosofía. Pero esa autonomía muy
legítima va, sin embargo, a conducir a dificultades importantes. ¿Cómo responder de lo que
existe, cuando se ha perdido el vínculo con el Creador? ¿Se puede pensar el hombre y el

3
Dherse y Minguet, p.22

7
mundo fuera de esa relación fundamental? Descartes, sin duda sin quererlo, es el primero
que se emboca en un callejón sin salida haciendo del sujeto un absoluto. Sus sucesores
verán al hombre como un ser aislado en la afirmación de su soberanía. Rousseau pondrá la
pregunta sobre el vínculo social. Voltaire concebirá un gran relojero del todo indiferente al
sufrimiento humano. Esta separación irá hasta el ateísmo, que en su expresión marxista es
la fuente de los grandes totalitarismos. La filosofía busca el camino del humanismo ateo.
Los regímenes y las ideologías políticas reemplazan a los filósofos y llegarán a organizar los
más grandes genocidios conocidos en la Tierra, lo que Bernanos llamó “los grandes
cementerios bajo la luna”4. Cuando se expulsa al absoluto es siempre reemplazado por
alguna tiranía, como lo sabía muy bien el Gran Inquisidor de Dostoyevsky: si Dios no existe,
todo está permitido.

Esta crisis de la relación con lo real se va a expresar en la filosofía de la sospecha,


las preguntas de Camus o de Sartre sobre el absurdo y la nada. Al mismo tiempo que hay
una gran desazón hay también una voluntad de omnipotencia que resulta simétrica Ya
antes de estos dos, Heidegger había tomado en préstamo de Bergson y Husserl la idea de
que para comprender la realidad en una forma menos destructiva había que basarse en la
intuición. Reconociendo a ésta más utilidad que a la inteligencia para comprender la
realidad, se termina con las ilusiones de dominar el pensamiento de la realidad. El hombre
se sumerge en el caos y pierde la esperanza de tratar de conocer la existencia y sus
fundamentos. En medio de esta desesperanza que conduce al totalitarismo, surgen los
filósofos de la esperanza: para Levinas la cuestión de la interpretación de lo real hay que
releerla en términos de relación con el Otro y de la responsabilidad5. Esta es la pista de la
trascendencia que venimos buscando.

La cuestión científica.

Paralela a la evolución filosófica se produce la científica que contesta la idea de un


mundo inteligible y claro, reducible a un sistema de ecuaciones, para descubrir lo relativo,
lo complejo, lo incierto. El científico se da cuenta de que no puede observar lo real sin
transformarlo. Lo real no es objetivable, la observación nunca es neutra. Lo real mismo es

4
Bernanos G., Les Grands Cimetières sous la lune, Paris 1938
5
Dherse y Minguet, p 23

8
objeto de contestación. La contribución científica se hace ambigua. La ciencia sirve para
destruir cuando debiera servir solo a la vida6.

“Vivimos en un mundo –dice M. Nussbaum- que se encuentra dominado por el lucro, en el


cual se insinúa a los ciudadanos comprometidos que la educación en la ciencia y la tecnología es lo más
importante para el éxito futuro de sus países. Yo no tengo nada en contra de una buena educación científica
y técnica ni quiero sugerir que los países no deberían tratar de mejorarla, pero me preocupa que otras
habilidades, igualmente importantes, estén en peligro de perderse en medio de este huracán competitivo. Las
habilidades asociadas con las humanidades y las artes también son vitales tanto para la salud de cada una
de las naciones como para la creación de una cultura global decente”7.

Tales tendencias tecnológicas ciegas o miopes, muy a menudo, ponen en peligro la


supervivencia propia y ajena, o, peor aún, la suprimen. Lo que muchos llaman progreso no
solo no ha disminuido la guerra en el mundo sino que ha incrementado su capacidad para
eliminar la vida. Una ilustración de lo dicho es el catálogo de catástrofes históricas con que
abre Beck su Sociedad del Riesgo. Es un elenco espeluznante, porque en esas tragedias se
combinan estilos de pensamiento y motivos de poder que siguen amenazando nuestra
supervivencia: las dos guerras mundiales, Auschwitz, Nagasaki, Harisburg, Bophal,
Chernobyl. Hemos llegado, según él, a integrar en nuestra vida “las destrucciones
naturales” y a practicar una inversión de las reglas de la vida que conducen a “las
metamorfosis sociales del peligro” y que irónicamente terminan en “la incapacidad de
excluir el riesgo de la era nuclear”8.

Nuestro compromiso conlleva, pues, el retorno de la ética como el complemento


indispensable del conocimiento científico que pueda ayudar a prevenir las catástrofes
históricas9.

La evolución de las formas de representación.

La cuestión de la interpretación de lo real no pierde su actualidad. Se nos plantea


por el uso que hacemos de los recursos y por las transformaciones que imponemos al
ambiente. Nuestra representación de la causalidad pasa del modelo lineal al modelo
circular. Las teorías de la complejidad nos conducen a percibir la causalidad recurrente en la
6
Ibidem, p. 25
7
M. Nussbaum, “Teaching Humanity”, Newsweek, August 21/August 28, 2006, pp. 80.
8
Beck U., La societé du risque, Paris, Aubier 2001, p. 13-17
9
UNESCO, The Precautionary Principle, Paris, 2005

9
que a y b llevan cada una la información de todo. El cambio de una parte implica el cambio
del todo. El mundo regido por una causalidad linear nos llevaba a los monólogos. La
complejidad nos habitúa a los diálogos.

La cuestión del sentido

1.- El superconsumo.

La sociedad de superconsumo nos ha hecho confundir necesidad con deseo. En el


orden de las necesidades, reducimos el otro a nosotros mismos, mientras que el deseo nos
permite acceder a la alteridad. Las sociedades satisfechas han producido más allá de las
necesidades reales. Nos damos ahora más cuenta de que el consumo no es sino un
calmante temporal de las necesidades existenciales. Intentamos en vano alimentarnos de
bienes que no responden sino a una parte de nuestra expectativa. Hemos creído por mucho
tiempo que colmando nuestras necesidades calmaríamos nuestro deseo. Pero nuestro deseo
clama por el infinito y no puede ser satisfecho sino por él, ese infinito del Otro que evoca
la filosofía moderna10.

2.- La difícil relación con el tiempo.

En nuestra percepción moderna el sentido se encuentra en el futuro. El futuro es el


lugar de sentido ya que es en él donde se cumplirán todas las promesas. Esta creencia se
vuelve actitud vital y es, entonces una carrera sin fin, una carrera en que nos jugamos el
alma. El momento presente, lugar de inscripción del sentido no está ya habitado. No
sabiendo quién es, el ser suspendido de una promesa cuyo contenido no conoce y no
teniendo ya la experiencia de la fidelidad no sabe ya cumplir su Palabra, transmitir sus
valores. En ese contexto, ya no es tanto alguien que transmite sino alguien que aparenta. Lo
que en realidad es desorientación se puede convertir en el objetivo de la búsqueda. El
acortamiento del tiempo por la rapidez de la información nos dará paradójicamente talvez
menos el sentimiento de un hombre en fuga11.

10
Dherse y Minguet, p.27
11
Dherse y Minguet, p. 28

10
3.- La difícil inserción.

Vivimos en un mundo a dos velocidades. La del mundo de los negocios, de la


empresa, del mercado y la de la pobreza y la exclusión. El primer mundo tiene acceso al
poder de la información y de la decisión, el segundo crea poco a poco un universo paralelo.
Todo se realiza para que esos mundos coexistan con pasarelas, las cuales son casi siempre
más económicas que sociales. En algunos casos ellas provienen de la alianza con los
universos mafiosos. La inexistencia de esas paralelas condena al aislamiento a quienes no
poseen riquezas, a quienes no tienen una buena formación o no desarrollan una capacidad
de autonomía y de iniciativa. La ruptura puede llevar a lógicas de enfrentamiento y a un
incremento de la delincuencia. Por ejemplo el problema de la droga. La precariedad del
trabajo ‘desregulado’ inocula la precariedad en toda la vida de los jóvenes que no logran
insertarse en el mundo adulto del trabajo, temen al porvenir, alargan su educación
esperando mejorar y terminan por relativizar todo, ya que siempre se deben enfrentar a la
desocupación. Surge la violencia, signo de la desesperanza12.

4.- La educación.

Está en el centro del debate. Debería preparar para la nueva sociedad. Pero la
brecha creada entre la educación nocional y la vida activa, aumentada por el proceso de
formación de los formadores alejados de la vida económica de la empresa hace que parezca
una nave que navega sin sonar13.

5.- Los jóvenes ante la vida activa.

Muestran en muchos casos una ausencia de interés por el mundo. Piensan que no
se los escucha. No se sienten preparados, ni deseosos de vivir entre gente con esa lógica
competitiva y exclusiva. Los estudiantes retardan su entrada en la vida activa porque el
porvenir no los entusiasma. Esperan, refugiados en las bandas de contemporáneos, que les
dan el calor del grupo. Se preguntan quién se interesa de veras por la juventud. El malestar
juvenil replantea en forma aguda la cuestión del sentido de la vida y del proyecto de

12
Ibidem p. 29
13
Dherse y Minguet, p. 31

11
sociedad. La vida del trabajo se parece a las escenas de guerra en el desierto, donde al borde
de la carretera yacen los escombros de numerosos tanques desbaratados.

6.- Las nuevas élites.

Tienen unas ciertas creencias y actitudes.

Las creencias: 1) Una visión sin complacencia del mundo como un lugar de guerra,
corrompido, donde no se puede permitir tener aspiraciones humanas altas porque lo
expulsan a uno, donde hacer trampa y corromper no son una opción sino algo normal. 2)
Dudan sobre la noción de universalidad, a pesar de la globalización, porque no se fían de lo
que puede ser impuesto desde el exterior. La individualidad, llevada muchas veces hasta el
individualismo, debe ser preservada.

Las actitudes: 1) La arrogancia, porque en el mundo de la competencia el


sentimiento de superioridad es un punto a favor. Los especialistas de administración hablan
de empoderamiento. ¿No hay también ahí cinismo y desprecio? 2) Aprender el arte de
sobreaguar: puesto que se encuentra uno en compañía de cínicos hay que aprender a ir de
ola en ola aunque no se tenga el gusto por la vida14. Todo lo cual está muy alejado de las
aspiraciones más profundas que buscan darle un sentido a la vida y de servir a la
comunidad, de tener valores, de amar, de construir...

Nuestro compromiso

Nuestro mapa para leer el mundo de la globalización debe adaptarse a un territorio móvil.
Nos acostumbramos a un territorio cambiante pero nuestros mapas cambian con lentitud.
Una dificultad actual es encontrar un mapa con tres dimensiones: que integre el
movimiento del mundo y sus cambios, que nos de un agarradero y la lectura de la realidad y
que nos permita orientarnos, dándonos el sentido. Hasta ahora hemos privilegiado el

14
Dherse y Minguet, p. 32

12
dominio del mundo, sin embargo hemos entrado en un espacio distinto, el de la
complejidad. Necesitamos algo más que simple creatividad o reactividad. Se requiere un
trabajo profundo, una consagración a la investigación de la realidad de forma tal que
nuestro conocimiento no sea ni una receta ni una imposición, sino el resultado de un
esfuerzo colectivo para un bienestar colectivo.

Cuales son los desafíos de la formación del mañana?

1.- Responder a la cuestión del sentido, redefinir nuestra relación con el mundo: ¿cuál es el
sentido de lo real?, ¿cuál es el sentido de nuestra existencia y de nuestra acción? ¿Cuál es el
sentido de la historia? ¿Cuál es el sentido de la vida humana?

2.-Integrar la lógica de la complejidad: lo complejo es una de las marcas de la vida actual.


Hay muchas respuestas: redoblar esfuerzos en las organizaciones, ocasión de dar a la
actividad un rostro más humano. Otros se defienden con el cinismo y el recurso a la
violencia. Si nuestra actividad se diluye en la impersonalidad de lo global adivinamos
solidaridades fuertes y aumento de responsabilidades.

3.- Humanizar la acción: en medio de las tensiones actuales se desarrolla una gran
inseguridad. Es difícil situarse en un mundo caótico. Es evidente que la formación deberá
incluir una reflexión sobre la calidad del comportamiento. La conciencia individual se debe
forjar en la relación con la conciencia colectiva. Hay que recuperar una perspectiva de
servicio del otro y de dimensión ética de la actividad humana.

4.- Un nuevo sentido de la responsabilidad: Se necesita un suplemento de alma que


comporte un incremento de consciencia y de responsabilidad y permita un justo equilibrio
entre el bien de la persona y el bien de todos. La formación debe desarrollar una ética y una
visión que no sean solamente mundiales sino que sean una visión y una ética de
anticipación. La base de ello es una capacidad de identificación con las generaciones
futuras. Necesitamos menos profesores y más maestros que nos enseñen a responder
preguntas como estas: ¿cómo evaluar nuestras responsabilidades? ¿Cómo responder a la
exigencia de construir para el largo plazo superando la urgencia del momento?

5.- La renovación de la ética: emprender la renovación de la ética. La ética es una invitación


a o rg an izar la convivencia humana. El discurso ético descubre que hay un “genio” de la
organización que engendra las formas de los seres con una extrema diversidad y una
complejidad también extrema, pero también con una forma universal, como un

13
rompecabezas con infinitas piezas que tienen todas una forma peculiar y conforman entre
todas un destino común. El respeto de la propia forma y de la forma común es el principio
de la vida. Y por lo mismo el principio de la ética. Ese respeto es la Organización, con
mayúscula, la cual funda la unidad de lo múltiple y asegura la multiplicidad en lo uno. La
Organización conjuga las emergencias, así como también declina las cualidades y
propiedades desconocidas que posee cada una de las partes aisladas para pronunciar una
sola frase que plasma la belleza universal. Da lugar a las metamorfosis sin diluir las formas.
Sin Organización, “el universo sería sólo dispersión”15. Por eso la Biblia, la cual ha
inspirado las reglas de la convivencia en la así llamada “cultura occidental”, comienza por
tratar, en el comienzo mismo de su primer libro, el tema de la forma organizadora. En la
imaginería bíblica la ausencia de la intervención divina recibe el nombre de “caos informe”.
Y la “creación divina” del cielo y la tierra, o sea el principio de todo cuanto existe, consiste
en separar y dar nombres a las cosas separadas de ese caos, indicando una manera práctica
de inducir la organización, o sea de dar forma16.

La primera virtud de la Organización ética es integrar al individuo en el seno de una


autonomía que salvaguarda el vínculo constitutivo individual y lo protege del ambiente
exterior. La sabiduría consiste, en primer lugar en conocerse a sí mismo, en descubrir la
propia forma. La segunda virtud liga esta autonomía individual con su medio ambiente17.
La sabiduría descubre la pauta que conecta18 O sea que la ética consolida al individuo en su
forma propia, y al mismo tiempo lo conecta de manera indisoluble con su entorno social y
material.

Al mismo tiempo, la ética tiene que lidiar con la incertidumbre: los efectos de la
acción dependen no solamente de las intenciones del actor, sino también de las condiciones
propias del medio en el cual dicha acción se lleva a cabo. E. Morin llama a este principio “la
Ecología de la Acción”19. La ética tiene que resolver el problema de la incertidumbre,
porque es la ciencia de las reglas del juego y uno nunca sabe con certeza cómo se
desenvolverá el partido. No basta la buena intención porque, como lo demuestra la
Ecologia de la Accion, actuaciones movidas por el egoísmo pueden resultar benéficas para
la colectividad, lo mismo que, como afirma el proverbio, el infierno está empedrado de
buenas intenciones.

15
Morin E., Ethique 2004, 31
16
Génesis I, 2 - 31.
17
Morin E., ibid, p.31
18
Bateson G., Mind and Nature, 1980, p.8
19
Morin E., ibid., p. 41

14
Ahora bien, la ética es, ante todo, la educación del corazón: el aprendizaje de las
emociones y de su manejo. En segundo lugar la ética es la práctica de la discreción que
pondera y elige. La combinación de los dos aprendizajes, el emocional y el racional, que se
realiza por el desarrollo de la conciencia, es esencial para que la ética no se desnaturalice en
camisa de fuerza ni se disuelva en relativismo o en cinismo. La capacidad de adoptar este
tipo de comportamiento es la base del diálogo. Y el diálogo es la herramienta que permite
manejar el pluralismo. Un ingrediente fundamental de nuestro compromiso es esa apertura
al Otro que llamamos pluralismo. Así debemos emprender la elaboración de nuestros
principios y no adaptarlos a nuestros contemporáneos, sino que, siguiendo el consejo de E.
Morin “vista la carencia ética de nuestro tiempo pudiera adaptar nuestro tiempo a la ética”20.

6.- La apertura a lo espiritual: Esa adaptación de nuestro ambiente a la ética es el trabajo de


la espiritualidad. Nuestro compromiso comienza por saber quiénes somos, dónde estamos
y qué podemos ofrecer. Esa mirada es la del conocimiento propio que es la condición
indispensable para poder conocer a los demás. Y ese conocimiento de mi ser y del ser del
otro es la condición de la trascendencia, o sea, del salir de mí mismo para ofrecer el servicio
a la comunidad. La espiritualidad es la capacidad de trascender la muy sólida carne propia
que señalaba Hamlet, para sentir, de manera consciente y activa, como lo decía el mismo
príncipe, que hay más cosas en la tierra y en el cielo de las que abarcamos con nuestra
filosofía. Esa espiritualidad es la base y la condición del compromiso con la renovación de
nuestro mundo que comienza por la renovación de nuestro propio modo de pensar y de
amar.

20 de Septiembre de 2009

20
Morin E., Ethique, 2004, 198

15
INICIO

DEFENSA DE LA VIDA Y DERECHOS HUMANOS:

LUGAR TEOLOGICO Y DESAFIO DE TRANSFORMACION SOCIAL

“Ya te he dicho lo que es bueno y lo que el Señor te exige:


Tan sólo que practiques la Justicia,
Que sepas amar y
Te portes con humildad ante Dios”
Miqueas 6,8

Hna Maritze Trigos T. op

INTRODUCCION

Referirnos al compromiso de la defensa de la vida y derechos humanos, como lugar


teológico, donde Dios habla, se hace presente, nos interpela, y al mismo tiempo nos exige
un compromiso de cambio personal y transformación social, nos exige situarnos en la
realidad de hoy del país con una mirada crítica, contemplativa desde la fe y testimoniar con
humildad el intento vivido, aprendido y acompañado junto a muchas organizaciones que
han optado por defender la vida de los pequeños, de las y los empobrecidos de Colombia.

Vivimos en una sociedad donde la pérdida de sentido de la vida, la negación al valor de la


justicia, el empobrecimiento creciente, la violación de los derechos humanos, la mentira y la
corrupción se convierten en poder de imposición, la guerra y la violencia hacen parte de

16
una cultura de muerte, la exclusión social se hace sentir en forma mayoritaria, lo religioso se
queda en la institución o en expresión ritual.

Al mismo tiempo se presentan algunas luces, la búsqueda inquieta de jóvenes por algo
diferente a lo siempre vivido, organizaciones de derechos humanos, Movimientos sociales
que siguen resistiendo y luchando por una vida digna, Movimientos Ecuménicos que desde
la fe se unen para dar alguna respuesta a los llamados de hoy, solidaridades nacionales e
internacionales que se expresan en eventos, manifiestos, apoyos, etc

Con estas realidades haremos el camino en este Congreso de Vida Religiosa que desde su
proceso de formación, desea comprometerse en el seguimiento de Jesucristo, en una
actitud nueva y renovadora, profética y comprometida.

El Camino comprende tres etapas:


1. Lugares y Tiempos Teológicos: Derechos Humanos y Transformación Social en la
Pastoral, qué significa?
2. Proceso convertido en proyecto de vida: Desde la experiencia de Trujillo en el
acompañamiento AFAVIT, Asociación de Familias víctimas
3. Algunos retos y exigencias en el caminar de la vida religiosa

1. LUGARES Y TIEMPOS TEOLOGICOS:


DERECHOS HUMANOS Y TRANSFORMACION SOCIAL QUE SIGNFICAN?

Toda persona nace con derechos y es el Estado el garante, el protector para que estos
derechos se respeten, se asuman, sean vida plena para las y los ciudadanos.
Los derechos humanos contemplan tres Principios:
a- No se negocian ni se renuncia a ellos
b- Son intransferibles
c- No prescriben

Luego los derechos humanos son siempre vigentes y se añaden a estos, los Derechos de los
Pueblos en la Declaración de Argel que defiende derechos de la colectividad y el Derecho
Internacional Humanitario para regular la guerra.

17
La persona debe convertirse en Sujeto de derechos y el Estado debe ser un Estado de
Derecho, donde cada persona pudiese vivir en paz, con justicia, fraternidad. En Colombia
podemos decir que el Estado pierde cada vez su Estado de Derecho, dada la alta violación
de derechos humanos.

Esta primera premisa de defender los derechos humanos, está acorde con el plan de Dios,
con su Proyecto de vida:
Desde el Antiguo Testamento los Profetas escuchaban atentamente la voz de Dios en
medio de un contexto de marginación social, opresión de grandes imperios como Asiria,
Egipto, Babilonia; fueron los voceros, visionarios contemplativos de la realidad,
comprometidos en la denuncia de la injusticia, en la defensa de la Justicia y la Misericordia,
presentada como la columna vertebral del Proyecto de vida de Dios:
“Busquen la justicia, den sus derechos al oprimido, hagan justicia al huérfano y defiendan la viuda. Tu
plata se ha convertido en basura, tu vino mezclado con agua. Tus jefes son unos rebeldes, amigos de
ladrones. No hacen justicia al huérfano, ni atienden la causa de la viuda” Is 1,17.22-23

“Transmítanles estas cosas a los que viven en los palacios asirios o en los palacios egipcios: Marchen junto a
Samaria, situada en las montañas, para que vean los desórdenes que hay en esa ciudad o los crímenes que
en ella se cometen” Amos 3,9

“Ustedes juegan con la vida del pobre y del miserable por algún dinero o por un par de sandalias.” Amos
8,6

“Grita con fuerza y sin miedo, levanta tu voz como trompeta, y denuncia a mi pueblo sus pecados y sus
maldades a la familia de Jacob. Entonces, si llamas a Yavé, responderá. Cuando lo llames, dirá: Aquí
estoy. Si en tu casa no hay más gente explotada, si apartas el gesto amenazante y las palabras perversas; si
das al hambriento lo que deseas para ti y sacias al hombre oprimido; brillará tu luz en las tinieblas, y tu
oscuridad se volverá como la claridad del mediodía.”
Is 58,1.9-10

En el Nuevo Testamento, Jesús, el gran profeta nos habla del Proyecto de vida:

18
“He venido para que tengan vida y vida en abundancia. Yo soy el Buen Pastor: conozco las mías y las
mías me conocen a mí, como el Padre me conoce y yo conozco al Padre. Por eso yo doy mi vida por mis
ovejas” Juan 10,10.14

“Bienaventurados los que tienen espíritu de pobre…, bienaventurados los que lloran…, bienaventurados los
pacientes…bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia…los compasivos…los limpios de
corazón…los que trabajan por la paz…los que son perseguidos por la causa del bien.. Mateo 5,3-10

“El Espíritu del Señor está sobre mí. El me ha ungido para traer Buenas Nuevas a los pobres, anunciar
la libertad a los cautivos, a los ciegos que vean, despedir libres a los oprimidos, proclamar el Año de Gracia
del Señor” Lucas 4,18-19

Para las y los cristianos, este proyecto liberador de Dios es parte integral del Proyecto
político social que busca la transformación de estructuras injustas, fruto del pecado social,
a estructuras justas, igualitarias, equitativas y fraternas.

EL Contexto, la realidad es un segundo elemento muy importante. Desde hace 40 años


(1968) se celebraba la Conferencia de Obispos en Medellín y vuelvo a esa fuente eclesial
para refrescarla en este Congreso donde el tema ofrecido a la vida religiosa en proceso de
formación, es una Pastoral Social que incida en la transformación de la realidad:

“Es tam o s e n u n a n u e v a e ra h is tó ric a. Exig e c larid ad p ara v e r, lu c id e z p ara


d iag n o s tic ar, y s o lid arid ad p ara ac tu ar” Me d e llín No . 53 y Pu e b la añ ad ió :
“Es ta o p c ió n e xig id a p o r la e s c an d alo s a re alid ad d e d e s e q u ilib rio s e c o n ó m ic o s e n
A.L., d e b e lle v ar a e s tab le c e r u n a c o n v iv e n c ia h u m an a d ig n a y a c o n s tru ir u n a
s o c ie d ad ju s ta y lib re ” Pu e b la No . 1154

En esta forma la Pastoral debe ser transformadora, que contribuya a la construcción de


una sociedad democrática, soberana y libre, al crecimiento de personas humanas en el
verdadero sentido de la palabra, cuyos valores se desarrollen en concordancia con los
derechos humanos, concebidos en forma integral: económicos, civiles, políticos, culturales,
sociales, y religiosos.

19
Desde este enfoque no hay separación entre fe y política, proyecto social y proyecto de
Dios, es un mismo sueño, el sueño del Reino de Dios, el testimonio de un Dios que se
encarna, se hace hombre, niño pobre y débil, acompañante de los empobrecidos, de los
enfermos y rechazados de su época. El Profeta que desenmascara la injusticia y finalmente
entrega la vida por la liberación de la humanidad.

Hoy nuestros Hermanos Dominicos de Honduras optan por el pueblo que es atropellado,
dominado, y se pronuncian en actitud profética, claman pidiendo solidaridad, asumen la
lucha por la justicia, por la dignidad de un pueblo que exige democracia.

Será que nuestras Pastorales se quedan en simples acciones, adoctrinamientos, proyectos


sociales y no apuntan a la liberación plena e integral de la persona? Será que la Pastoral
estará al margen de los procesos sociales y políticos que luchan por un cambio social, o
buscan integrarse y articularse con otros procesos sociales?
Desde dónde nos estamos formando para que la Pastoral incida realmente en un cambio
personal y social?

La realidad social, el contexto donde vivimos, la coyuntura actual, para quienes seguimos a
Jesús, para las y los cristianos se convierte en Lugar Teológico, en Pozo de
Espiritualidad. Desde estas realidades, vivimos la experiencia de Dios, lo sentimos y
hacemos propios los sufrimientos de las víctimas, lo descubrimos en los llamados
interpelantes, lo contemplamos en los cuerpos sufrientes y excluidos, sentimos indignación
ante la injusticia y la impunidad.

También disfrutamos de ese amor de Dios en la solidaridad, en la confianza y el afecto de


las víctimas y de los pobres, sentimos la fuerza para asumir riesgos, para afrontar con
resistencia y esperanza los obstáculos, las dificultades, los rechazos, las incomprensiones.

En este sentido integrador, para la defensa de los derechos humanos y la búsqueda de una
transformación social, propongo los siguientes componentes:

1. Ético-político, desde la conciencia crítica social, generar procesos organizativos,


proyectos alternativos de nueva sociedad y vivencia de valores éticos, evangélicos,
proféticos.

20
2. Jurídico en la exigibilidad de derechos humanos y de los derechos universales de Verdad,
Justicia y Reparación integral
3. Socio-Cultural que se expresa en la recuperación y construcción de Memoria como
denuncia y dignificación de las víctimas, Memoria hecha celebración y conmemoración.
4.Teológico-bíblico en la vivencia de la fe para dar un sentido cristiano, que trasciende el
dolor y el sufrimiento y se convierte en una Espiritualidad de la Esperanza.

2. PROCESO CONVERTIDO EN PROYECTO DE VIDA: DESDE LA


EXPERIENCIA DEL PROCESO AFAVIT- TRUJILLO, EN EL
ACOMPAÑAMIENTO A FAMILIAS VÍCTIMAS DE LA VIOLENCIA

No podemos hablar de la Memoria de la masacre de Trujillo sin recoger la Memoria de los


años 90 bajo la presidencia de Cesar Gaviria, la política de Seguridad Nacional que dieron
como resultado los Planes represivos llevados a cabo en la región del Valle: Plan Pesca,
Plan Relámpago, Plan Democracia y Plan Repliegue. Planes que exigían la militarización y
presencia de bases militares en la zona, junto a la presencia de los jefes del narco, de
paramilitares, quienes se unían en una acción contra guerrilla ante la presencia del ELN en
la cordillera Occidental.

En forma paralela, es un contexto de luchas y Marchas campesinas a nivel nacional,


fortalecimiento de organizaciones de derechos humanos; Movimiento de cristianos
comprometidos e inspirados en la teología de la liberación, con el costo del asesinato del
Padre Alvaro Ulcué (1984), Padre Jaime León Restrepo (1988), la Hna Teresita Ramírez
(1989), Padre Sergio Restrepo (1989), el Padre Tiberio Fernández Mafla, párroco de
Trujillo (1990).

Contexto que encarna delitos de lesa humanidad como la desaparición forzada, la tortura, el
asesinato selectivo y extrajudicial, los atentados y allanamientos, en forma sistemática y
continua , desde los años 1988 a 1994, dando como resultado 342 delitos de crímenes de
lesa humanidad en Trujillo. En este mismo período se dieron las masacres de Segovia
Antioquia y Portugal de piedra en Río Frío, corregimiento a 12 minutos de Trujillo.21

21
En el año 1991 la Casa de la Cultura en Bogotá presentaba la obra de teatro “La Trifulca”
representando los magnicidios, desapariciones de esa época. “Recuperar la memoria perdida, llenar los
profundos vacíos que en nuestra historia han producido estos crímenes atroces, son tareas que han

21
La Memoria tiene su espacio geográfico, sus sitios, su época, sus actores y una población
civil, que en Trujillo eran campesinos con tradición agrícola, pequeños comerciantes,
empleados, amas de casa, jóvenes consumidores de droga, inermes en medio de un
conflicto territorial.

En este contexto situamos los testimonios de las víctimas, que desde la subjetividad hablan,
son los sentimientos y emociones, las actitudes y pensamientos:

“...nos acusaban que los moreros heramos guerrilleros, como era un grupo de muchas personas nos
señalaban de pertenecientes a estos grupos subversivos...se presentaron muchas desapariciones, torturas y
muerte de muchos campesinos, hasta el punto que en una noche del primero de abril del 90 se llevaron a 11
personas...empezamos a bender la finca como era difícil bender por tantos problemas que se presentaban en
este territorio, nadie quería trabajar, las cosechas se perdían, eso fue en el año 2000 y a comienzos del
2001 yo iba a dar buelta a la finca desde Trujillo con mi esposo y alli trabajábamos por dias, hasta que las
cosas empeoraron, porque en Abril llegaron esos grupos de varios hombres a la finca, estaban armados y
traían un hombre, lo mataron y lo enterraron en nuestra finca, a partir de ese momento nosotros íbamos
muy poco a la finca porque teniamos mucho miedo, no isimos ninguna denuncia ante autoridades del
gobierno porque teniamos miedo...” 22

COMO HA SIDO ESTE PROCESO DE ACOMPAÑAMIENTO?


A partir del año 1994 con la iniciativa del Padre Javier Giraldo de recuperar la información,
esclarecer la verdad de los hechos y exigir justicia, momento que se conforma la Comisión
Trujillo con el Primer Informe para la CIDH, dada la total impunidad en la administración
de justicia colombiana, nace AFAVIT, Asociación de Familiares Víctimas de Trujillo, una
organización de familias que reivindican la vida y luchan contra la impunidad, AFAVIT,
símbolo de resistencia y de fe, de esperanza y dignidad.

procurado desempeñar desde hace años el teatro y la literatura dramática de nuestro grupo. Desde
“Soldados” obra con la que se estrenó la Casa de la Cultura, hasta nuestros últimos montajes como “La
Trifulca” donde la temática como el argumento tienen como objetivo remover en el espectador sus
naturales instintos de “memoria” identificadora” Santiago García La Memoria y el Olvido en el arte,
1998
22
María Revollo Documento de 10 páginas, manuscrito en el año 2002. Se cambió el nombre de la
autora

22
El primer contacto fue la Primera Peregrinación en el año 1995 cuando el Presidente
Samper reconoció la culpabilidad del Estado colombiano por los hechos violentos de
Trujillo. Más de tres mil personas nos hicimos presentes, convocados por la Comisión
Inter-Congregacional de Justicia y Paz, en medio de un “Trujillo bajo el terror”.

En el año 1998 se repiten amenazas, los Acompañantes de AFAVIT deben salir por
problemas de seguridad y desde esta fecha, asumimos como Hnas Dominicas de la
Presentación este acompañamiento. Ha sido un proceso lento, sencillo, con mucha
impotencia, confiadas siempre en Dios ante una responsabilidad que supera nuestras
fuerzas.

Esta experiencia se convirtió en un proceso constituido en Éxodos simbólicos, de logros y


fracasos, de incoherencias y aciertos, de riesgos y miedos, de búsquedas y equivocaciones,
convertidas en nuevos aprendizajes; de apoyos solidarios a nivel nacional e internacional,
de aventuras propias de un caminante, entre los análisis sociales, las vivencias de fe y el
caminar de la gente.

Ha sido una experiencia itinerante, por ejm en el año 2001 Hna Carmen Cecilia Avila se
fue a vivir de planta a Trujillo, por un corto tiempo la acompañó un religiosa de la
Asunción, luego en el 2002 me fui a formar equipo de trabajo y comunidad, insertas en
medio del dolor y de la incertidumbre que vivían las familias y la artista Adriana Lalinde,
quien asesoraba la construcción de esculturas.

Es la Memoria de lo vivido, que en términos religiosos se habla de redimir, de liberar y la


recuperación de Memoria Histórica ha sido como ese redimir el pasado doloroso e injusto,
hacerlo vivo para repararlo, por eso la Memoria es subversiva, debe subvertir, cambiar
estructuras injustas en sociedades justas, autónomas y con dignidad de vida!

“El sólo reunirnos y recibir el terreno donde se construiría el Parque Monumento, fue como los campesinos,
cuando siembran una planta, e c h ar raíc e s d e v id a con la labor de apropiación de este terreno, regado
con la sangre de nuestros seres queridos, el compromiso radical del Padre Tiberio y el inicio de nuestra lucha
en defensa de los derechos humanos.
“Salta a la m e m o ria, c o n n u e s tro q u e rid o p as to r Pad re Jav ie r Girald o , q u ie n ay u d ó
b ás ic am e n te al e s c lare c im ie n to d e lo s h e c h o s , h ac e r p re s e n c ia c o n fam ilias d e las
v íc tim as d e T ru jillo , e n e l lo te lle n o d e m o n te , e n e s a c o lin a m aje s tu o s a, q u e s e
c o n v e rtiría añ o s m ás tard e , e n lu g ar s ag rad o . Ve n ían d e las v e re d as La So n o ra,

23
Mo n te Lo ro , Pu e n te B lan c o , La B e tu lia, e n tie m p o d e c u are s m a, c o n rito s
re lig io s o s , e l Vía Cru c is c o n altare s e s p e c iale s , d o n d e re fle xio n áb am o s ,
re c o rd áb am o s la p as ió n d e Cris to , c u y o d o lo r c o n tin u ab a e n T ru jillo : m u je re s
v iu d as , m ad re s tris te s , n iñ as y n iñ o s h u é rfan o s , jó v e n e s ab an d o n ad o s ...Es to s rito s
re lig io s o s fu e ro n fo rtale c ie n d o la o rg an izac ió n , h as ta lle g ar a in s tan c ias d e l Es tad o ,
p ara e xig ir la VERDAD, LA JUSTICIA Y LA REPARACIÓ N INT EGRAL” (Lu is
En riq u e Garc ía) 23

El proceso de Memoria vivido en AFAVIT Trujillo se ha constituido en un Camino


colectivo, de búsqueda, de sueños, de encuentros y desencuentros, de dificultades y logros:

1.Conciencia y expresión de lo que pasó... de las ruinas se reconstruye vida:


a- Reaccionar y clarificar los hechos ocurridos: Qué paso? Por qué? Quiénes fueron los
victimarios? Qué estrategias usaron? Qué contexto se vivía en Colombia? Cuáles las
consecuencias de esta masacre? Anexo 1 Poema 1 Desaparecidos siempre vivos

b- Apropiación del esclarecimiento de los hechos a partir del Informe de la Comisión


Trujillo a la CIDH, de donde surgieron 12 Conclusiones y 10 Recomendaciones al Estado.
Trabajo realizado a través de Talleres pedagógicos, Encuentros comunitarios,
lecturas individuales, análisis del Primer Informe Trujillo a la CIDH.

2. Biografías y dibujos de las víctimas

Recuperación de Memoria en un proceso personal y comunitario a partir de la escritura de


las biografías y dibujos de las víctimas. Al mismo tiempo recuperación de los rostros de las
víctimas a través de las fotos.
Este ejercicio de memoria se convertía en un ritual y en la transmisión de los hechos a los
jóvenes y menores de edad, nueva generación heredera de la Memoria.

3.Construcción de la Memoria simbólica, el Parque Monumento a la vida:

23
AFAVIT producción colectiva “La memoria: una apuesta por la vida, la justicia y la dignidad” pag 142
en el libro Recordar en conflicto Iniciativas no oficiales de memoria, ICTJ, Bogotá, Agosto 2009

24
De esta Memoria se levanta un Parque a la vida, unas esculturas que hablan de proyectos,
jardines con aroma de justicia, símbolos de fraternidad y solidaridad. Anexo Poema 2
Parque Monumento con dignidad de vida

El Parque Monumento es un gran Memorial dedicado a las víctimas, a la vida y a la paz con
justicia social. Comprende cuatro áreas:

1º.El área de los hechos ocurridos, especie de Vía Crucis que será plasmado en pintura
un Muro escenario en la Media Torta. El Túnel de la Noche y de la Niebla, donde estará la
memoria de los victimarios. Es el rechazo a lo antihumano, a la barbarie, para que Nunca
Mas se repitan estos hechos! (Esta área no está construida)

La Memoria debe recriminar esta clase de actos, desde lo ético acusa las violaciones
cometidas, como se ha venido haciendo a lo largo de las Audiencias en el juicio a Henry
Loaiza. A medida que esa Memoria de los victimarios y beneficiarios de los crímenes se
trasciende, libera y ayuda a elaborar los duelos necesarios para sanar heridas, es la voz de la
víctima que reclama ser escuchado, reconocido y dignificado.

2º.El área del Entierro donde se encuentran 235 Osarios con las esculturas reivindicando
el proyecto de vida de cada víctima. Jardines y fuentes de agua que alimentan estos rostros
de las víctimas, raíces culturales que jamás serán olvidadas.
La realización de esculturas fue un proceso educativo, psicosocial, comunitario y ritual.

“Hacer la escultura fue como devolver el tiempo y abrir la herida, de alguna manera empecé el duelo, sentí el
dolor muy grande, una angustia, rabia, tristeza, duda, impotencia, una cantidad de sentimientos
encontrados que sólo pude calmar llorando y recordando paso a paso lo vivido con él. Cuando terminé la
escultura la miré fijamente, me dio la impresión que sonreía, que ahora si había cumplido su objetivo; mi
angustia desaparecía poco a poco. Esto fue una experiencia para que los que tuvimos la suerte de hacerlos
paso a paso, ya que nos van guiando. Germán: Siempre estarás conmigo”
(María Helena Correa, esposa de Germán Martínez, asesinado en 1991)

En esta área se encuentran los restos mortales de algunas víctimas y del Padre Tiberio. Es
la experiencia más profunda, más dolorosa, el haber acompañado a las familias a la
exhumación de 66 cadáveres con el fin de trasladarlos al Parque Monumento. En general,

25
eran mujeres, madres y viudas, hermanas e hijas quienes metían sus manos a la tierra para
sacar los huesos…Para mí, ya no eran simples huesos, eran personas que conocía su
historia de vida y eso era estremecedor, cfr el poema de las exhumaciones Anexo 1 Poema
3 Excavando la tierra, buscando raíces

Esta Memoria dolorosa y profunda experiencia para las familias presentes en estas
exhumaciones, contribuyeron a develar la tortura, la motosierra que destrozó cuerpos
adoloridos y dejaron huella en los cráneos humanos. Con este acto sagrado, las familias
elaboraron duelos para superar sufrimientos y penas…la celebración con un canto, la
Palabra y oraban a Dios...

3º.El área de la Memoria:


 El Muro internacional del amor con 7 nichos que contienen objetos de afecto de países
europeos y 7 placas con la Memoria de casos emblemáticos de Colombia.
Este Muro ha sido violentado cuatro veces, los paramilitares le dispararon, dejando la
huella de los tiros, luego partieron los vidrios, sacaron los objetos de solidaridad, una
tercera y cuarta vez, han partidos las placas en piedra de la Memoria de América Latina.
 El Mausoleo donde reposan los restos mortales del mártir y Pastor Padre Tiberio
Fernández, Párroco de Trujillo, defensor de los derechos humanos.
El Mausoleo también fue profanado, quitando las placas de cemento que cierran la cavidad,
donde se encuentran los restos mortales del Padre Tiberio.
 La Ermita del Abrazo, espacio para reflexionar, compartir, orar, retroalimentar la
Memoria. Esta Memoria que se camina en esta majestuosa colina, no deja al peregrino
tranquilo, lo impacta, lo impregna, lo desafía...
 El monumento de la naturaleza, ofreciendo dos árboles que se abrazan e invitan a la
fraternidad y solidaridad entre las personas y los pueblos.

4º.El área de la Utopía, de los sueños, aún no construida, donde se colocarán esculturas
nacionales e internacionales dedicadas a la paz, la justicia, la solidaridad. Siembra fecunda
de árboles y un gran Obelisco con los nombres de las y los desaparecidos en Colombia.

Otro espacio especial y sagrado de Memoria es el Oratorio dedicado al Padre Tiberio


Fernández, especie de pequeño museo, donde se encuentran los ornamentos sagrados,
26
fotografías y el libro con su biografía, escrito a mano en forma testimonial por los
habitantes de Trujillo.

4. GALERIA DE LA MEMORIA,
Espacio físico y simbólico, el Auditorio “Memorias y Palabras de dignidad” con el fin de
reunir todo el documental recopilado y sistematizado a lo largo de 11 años. Hacer visible y
compartir las fuentes de Memoria: Testimonial, Archivo de prensa desde el año 90 hasta
hoy, material fotográfico, documental, objetos de museo y expresiones artísticas.

Objetivos de la Galería de la Memoria:


1. Desde la verdad de las familias de las víctimas, hacer visible la cruel masacre de
Trujillo, con el fin de mantener la Memoria Histórica, denunciar los hechos para
que Nunca Mas se vuelva a repetir.

2. Crear un espacio físico de convocatoria para personas nacionales e internacionales,


donde puedan constatar los hechos ocurridos en la cruel masacre de Trujillo,
crímenes de lesa humanidad, y compartir en la solidaridad, el afecto y apoyo
político.

3. Denunciar la violación a los derechos humanos, luchar contra la impunidad y


construir la justicia como valor ético. Siendo la Memoria Histórica un derecho de
SER y EXISTIR en el tiempo como patrimonio histórico del país y de la
humanidad.

La Galería contiene una serie de albums con fotos sistematizadas por temas o
acontecimientos: Peregrinaciones, Proceso de la construcción del Parque Monumento, los
Rostros de las víctimas, elaboración de esculturas, proceso de AFAVIT como organización.

Las fotografías de las 60 exhumaciones realizadas junto con las familias de víctimas, dejan
ver las huellas de tortura, la sevicia y crueldad de parte de los victimarios.
La Memoria de los vivos también recobra significado, por eso están las fotografías de las
Matriarcas que siguen resistiendo en forma terca en la exigencia de justicia, alimentan la
Memoria con esperanza. Sus rostros arrugados como Rosa Elena, Evangelina, María del

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Carmen, Dioselina y muchas más, son el mejor lenguaje de la historia que escriben con
resistencia y persistencia; su silencio está henchido de humanidad, y sus canas con
sufrimiento, hablan de una trayectoria de vida.

Recordar para las familias de las víctimas es una actitud muy humana, sale a flote su dolor,
es desempolvar lo que años atrás ocurrió y tener una comprensión de lo ocurrido, es
pronunciar su palabra ante la impunidad y construir la verdad.

La Galería de la Memoria contiene múltiples formas de Memoria como es el rescate y


visibilidad de nombres de víctimas, escritos en bancos de madera con leyendas alusivas a su
proyecto de vida, 8 Albums con fotos sistematizadas por temáticas, poemas, escritos de las
familias de víctimas y otros autores.

En el Caso de Trujillo, encontramos la recolección de Memoria en lo jurídico. Se ha hecho


un proceso serio y significativo en este aspecto. Nos dejan expedientes, informes, análisis,
testimonios, Audiencias, evaluaciones etc para el aprendizaje de juristas.

5. Memoria Convocante que camina:


Las Peregrinaciones con carácter religioso y político, son conmemoraciones de los
acontecimientos, donde el lenguaje simbólico, poético, los cantos y las danzas, los rituales y
comidas, tienen la función de socializar la Memoria, de celebrarla, de denunciar y presionar
por la Verdad, la Justicia y la Reparación.

Para las y los creyentes tiene un sentido de resurrección, de vida, de encuentro con Dios y
consigo mismo, de comunión solidaria con hermanas y hermanos.

Es la expresión de solidaridad y fraternidad, de apoyo político y moral de parte de


organizaciones nacionales e internacionales. Es la manifestación de la fe religiosa,
vivenciadas con hermosas celebraciones simbólicas en una iglesia ecuménica.

3. ALGUNOS RETOS Y EXIGENCIAS EN EL CAMINAR DE LA VIDA


RELIGIOSA

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Hoy en un contexto de “Seguridad Democrática”, con el ofrecimiento de Bases Militares
que atentan contra la soberanía nacional, con Falsos Positivos, Desplazamiento masivo,
genocidio de la vida indígena, persecución y amenaza a Defensores de derechos humanos,
pérdida de valores, hambre y desempleo, una sociedad fracturada, enferma.
Cuál es nuestra respuesta desde la vida religiosa? Cómo formarnos para estos
tiempos tan difíciles y complejos?

La Encarnación de Jesús no sólo como doctrina, sino convertida en vida, nos ayudará a
descubrirlo ahí donde se oyen los gritos pidiendo ayuda, “El Verbo se hizo carne y habitó
entre nosotros” Juan 1,14 y hoy se sigue haciendo carne entre los empobrecidos, ahí lo
encontramos, lo palpamos, lo descubrimos desde la dimensión del amor cristiano….es la
novedad de la Encarnación, ese Jesús escándalo para los poderosos y riqueza y fuerza para
los pequeños, 1Cor 1,23-24, por eso es urgente acercarnos, dejarnos tocar, implicar,
impactar, conmover, cuestionar y así permitir que el Espíritu nos habite y poder cambiar
nuestra vida desde el interior, para contribuir e incidir en una transformación social.

La academia, el estudio es importante y nos dará elementos de formación, bases de


comprensión, pero la experiencia de Dios vivida desde la dimensión de la realidad nos
convertirá, es algo subversivo, nos da vuelta entera…como a Pablo, se nos caen las
escamas para poder ver ante nuestra ceguera que nos impide ver y tocar, “los sencillos y
pequeños pueden entender, no los sabios y poderosos….” En Jesús se hacía realidad las
señales del Reino, “los ciegos ven, los cojos caminan, los enfermos quedan curados, etc”
Luc 31-44 y Luc 7,18-23

“Anunciar la Pascua de Jesús, proclamar el Crucificado que hoy está vivo en tantos pueblos que sufren, en
tantos rostros dolorosos de nuestra realidad, es proclamar que Dios está ahí presente, caminando, al lado de
los empobrecidos, de los desplazados, de familiares de víctimas. La última palabra de Dios a la humanidad
es su identificación con el sufrimiento y la muerte de un condenado. He ahí lo que significa proclamar el
misterio Pascual de Cristo como fuente de salvación. He ahí el Evangelio de Jesús” CLAR pag 49

Como Pablo, asumir los rasgos del apóstol, afrontar la inseguridad, el riesgo, la crítica, la
persecución…la actitud profética nace de una profunda experiencia de Dios. La
Espiritualidad es la que produce en la persona el entusiasmo, la vitalidad, la pasión, el
impulso, es vivir el sentido de la Encarnación, sentir la presencia viva de Dios en estas

29
realidades y ser presencia viva de Dios, la predicación testimonial…entrega de la vida con
radicalidad …. Nuestra vida religiosa debiera ser transparente como es el Evangelio, pero
estamos lejos, hay mucho camino por recorrer…

Hemos ingresado a una Congregación religiosa para formarnos desde la pasión de un


Carisma, inspirado por el Espíritu a nuestros Fundadores y Fundadoras, desde el Evangelio
con opciones muy definidas, y desde el inicio es urgente ir descubriendo lo esencial, por
qué estamos en este camino? ya sabemos que es gratuidad de Dios, es un privilegio en la
medida que descubrimos que fuimos elegidos para entregar nuestra vida, contribuir a la
transformación social de todo aquello que es contrario al Reino de Dios…

La formación debiera elegir el lugar social que eligió Jesús, entre los pobres, es el lugar de la
periferia, el de las negaciones y la exclusión, el lugar del conflicto, donde se viven dramas
dolorosos, contradicciones, crisis, ausencia y negación de lo que es el Reino de Dios, la
vida digna …estos gritos llegan y desde ahí es preciso tomar una postura crítica ante las
realidades sociales, desde lo teológico, lo eclesial, la espiritualidad bebida en la sangre de los
mártires, el Carisma mismo de cada Congregación…

Es una nueva manera de estar presentes, vivir en comunidad, orar, predicar desde la
misma vida, de relacionarnos, exige un despojo, una nueva mirada, suscitar esperanza,
alimentarla, mantenerla, para que se convierta en Buena Nueva…Es la escuela de la vida en
comunidad que nos va formando… Estar en el mundo sin ser del mundo…” Juan

Todo esto supera los legalismos fríos, el adoctrinamiento intelectual, los sectarismos, las
polarizaciones, los discursos totalitarios y únicos, las desconfianzas ante la diversidad de
pensamientos y de creencias…

Cada época trae su novedad, sus conflictos, por eso no podemos repetir lo que siempre
hemos hecho, la escucha atenta de los signos de los tiempos nos irán mostrando caminos
nuevos, búsquedas inéditas, desafíos y retos que sólo con la fuerza del Espíritu se van
haciendo vida desde nuestra pequeñez e impotencia…No podemos perder el potencial
profético, propio a la vida religiosa, sino pierde su sabor, es preciso ser sal, fermento en la
masa, pequeña semilla de mostaza, la misión es anunciar la novedad del Reino.

30
Haciendo síntesis los desafíos se pudieran concretar en:
1º.Asumir en una libertad inaudita el sentido de la Encarnación de Jesús, estar ahí,
acompañando simplemente desde la cotidianidad, a veces sin poder hacer mucho, la
presencia afectuosa y solidaria en medio del sufrimiento, de la injusticia.
Esto cuestiona nuestra prepotencia y autosuficiencia, las normas rígidas, la conciencia de
bienhechores que nos tranquilizan.

2º.Recuperar la creatividad originaria de nuestros Carismas, nuestros Fundadores y


Fundadoras que fueron muy audaces, aquí se juega nuestra identidad en el seguimiento de
Jesús. No podemos seguir repitiendo lo que siempre hemos hecho, recrear el Carisma,
conservar lo esencial, es preciso soñar, ser audaces en un momento histórico tan difícil!

Esta creatividad exige una actitud crítica, contemplativa, con pasión y mística en la misión,
el Sínodo de Vida religiosa lo expresó hace unos años: “Sin permitirnos ni el cansancio,
ni la apatía, ni el inmovilismo”, por el contrario, dejándonos contagiar por el dinamismo
del Espíritu, de ahí surge la predicación testimonial.

3º. Resistir y mantener la esperanza para no claudicar, a pesar de lo difícil! Resistimos ante
un proyecto de muerte, ante la injusticia y el hambre, ante todo aquello que atente contra
los derechos fundamentales de la persona. Por el contrario, desde la esperanza construimos
proyectos alternativos de vida, así sean pequeños intentos, comenzamos y recomenzamos.
Ya no podemos decir: “Dios no nos pide tanto…Hemos hecho tanto por la gente y no
responden, no se dejan ayudar…” Por qué?

Lo anterior cuestiona los métodos pastorales, las actitudes y relaciones de poder, y por el
contrario, la resistencia asumida en la serenidad, en la alegría, ayuda a vencer miedos que
paralizan, a no evadir dificultades y mantener el compromiso, la fidelidad al evangelio.

4º.Aliarse como signo de comunión y de solidaridad. Hoy no podemos actuar en soledad,


ni aisladas como una isla, sólo al interior de nuestras Congregaciones. Es necesario,
urgente, articularnos con otras Congregaciones, con organizaciones, hacer procesos
conjuntos, romper muros que separan, respetar y asumir las diferencias.

31
Hoy se habla de la Aldea Global, de ahí la importancia de formar Redes que puedan incidir
en un cambio de estructuras, de políticas. Esta actitud es Buena Nueva, es signo de
comunión en medio de una sociedad individualista y egoísta.

5º. Profundamente contemplativas, contemplativos desde la realidad, amantes de la Palabra


hecha vida, proféticos y libres, bebiendo en la espiritualidad de mártires, acompañadas por
María, mujer de fe, sencilla y verdadera discípula de Jesús.

Beber el pozo de este pueblo sufriente es tocar la misericordia y la ternura de Dios, que se
revela en el amor y la resistencia de los más excluidos de la tierra. No podemos aceptar que
esta guerra sucia, el conflicto armado sea vulnerable a todo. El misterio de la muerte, de la
vulnerabilidad en que vivimos, es preciso trascenderlo en una actitud de esperanza. “Cada
uno, cada una tenemos nuestro propio pozo” decía Ivonne Gebara, y beber de su propio
pozo es descubrir que su vida es don, es pasión por el que sufre, por ese otro y esa otra que
cada día asesinan, desaparecen, torturan, detienen, a nombre de la “Seguridad
democrática”.

Los pozos de las víctimas, de los empobrecidos y excluidos, de los que luchan por los
derechos humanos, nos refrescan, nos dan a beber agua fresca, “De tu seno saltarán
fuentes de agua viva que llegarán hasta la vida eterna” Juan 4

Es desde este contexto de conflicto social, de muerte-vida, pasión-resurrección, la Pascua,


que será posible ir incidiendo desde nuestras pastorales para la defensa de los derechos
humanos y transformación social.

BIBLIOGRAFIA

AFAVIT producción colectiva “La memoria: una apuesta por la vida, la justicia y la
dignidad” pag 142 en el libro Recordar en conflicto Iniciativas no oficiales de memoria,
ICTJ, Bogotá, Agosto 2009

Comisión Intercongregacional Justicia y paz, Parque a la Vida, la Justicia y la Paz, Revista


dedicada a las víctimas de Trujillo, Bogotá, 1997

32
TRIGOS, Maritze Cómo vivir una espiritualidad desde las víctimas? Rev Red Ecuménica
de Colombia, Bogotá 2003

TRIGOS, M Sentido y proceso de la Memoria en AFAVIT Trujillo, presentado en el


Museo Nacional, Septiembre 2009

ANEXOS DE POEMAS

DESAPARECIDOS SIEMPRE VIVOS

Desaparecidos por la fuerza brutal,


Desaparecidos por la violencia estatal,
Desaparecidos por el terror militar!

Ellas y ellos permanecen vivos,


Rescatados en la Memoria colectiva,
Voces y proyectos en dinamismo activo,
Gritos y cantos de sus huellas imborrables.

Afectos y ternuras plenos de esperanza,


Rostros que hablan, escriben nueva historia,
Desaparecidos que se unen en forma organizada,
Vivos siempre vivos, convertidos en gritos de justicia.

Vivos siempre vivos en luchas solidarias,


De madres, esposas, hermanos, hijas, nietos,
En búsqueda incansable, con luces encendidas,
Desaparecidos siempre vivos, vivientes en la historia!

Matritor, Trujillo, 2006

PARQUE MONUMENTO CON DIGNIDAD DE VIDA

33
235 Osarios de las víctimas de Trujillo, con esculturas
Que reivindican los proyectos de vida, fuentes y jardines
Raíces de una historia dolorosa y hoy exige justicia.

Es lugar de muertos o de vivos? Se pregunta hoy asombrado!


De los muertos hay siembra de raíces, símbolo de Memoria,
De los muertos nacen flores, expresión de resistencia,
De los muertos salen rostros que hablan de proyectos.

Es la vida que trasciende más allá de la muerte,


Es el Parque Monumento, reparación-dignidad,
Es espacio de justicia, lucha contra la impunidad,
No es lugar de muertos, es lugar de vivos gritando libertad.

Los muertos aparecen vivos en cuerpos esculpidos,


Son los huesos secos que se unen en grito de justicia,
Los muertos se levantan, nos miran y nos hablan,
La siembra de semillas convertida en esperanza.

No es lugar de muertos, es jardín de vivos, olor a resistencia,


Es Memoria histórica, denuncia subversiva,
Es duelo doloroso de llanto y sufrimiento,
Es sueño y utopía de nueva sociedad.

Matritor, Trujillo 2002

EXCAVANDO LA TIERRA, BUSCANDO RAICES


Memoria de las 66 exhumaciones realizadas en
Trujillo, Naranjal, Venecia, Tuluá, Salónica

Las picas, las palas golpean la tierra,


Excavan profundo, exploran el suelo,

34
Hay manos que buscan los cuerpos perdidos,
Como agricultores buscan las raíces,
Raíces de vida, cuerpos mutilados.

Trini, Cecilia, Ludivia y María de Cano,


Esperan perplejas, raíces de sus vientres,
Es semilla-hijo, es semilla-esposo,
Es muerte semilla, es semilla amor,
Oh tierra! Qye guardas dolores y llantos.

Son los huesos secos, testigos de torturas,


Son huesos humanos que hablan de dolor!
Es crueldad salvaje, manos asesinas!
Sólo la caricia, llena de ternura,
Trasciende la muerte, recupera vida.

Es la fe en un Dios que habla de infinito,


Es Memoria, es Resurrección!
Son restos mortales que hablan de una historia,
Semilla-hijo, semilla-madre, semilla-esposo,
Son raíces humanas que piden hoy justicia.

Matritor, Trujillo 2002

NORA MARIA BONILLA PARIS

Licenciada en Trabajo Social de la Universidad Nacional de Colombia,

Máster en Administración Pública de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Estudios de Teología de la Universidad Iberoamericana de Ciudad de México.

Máster en Educación de la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá.

35
Máster en Teología de la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá.

Diplomada en catequesis del Buen Pastor del Centro de Catequesis del Vicariato de Roma.

Cofundadora de la Asociación Colombiana para la Formación Religiosa Católica y del Consejo


Internacional de la Catequesis del Buen Pastor con sede en Roma.

Coordinadora del Instituto de Investigación y Formación Catequética “Buen Pastor” en Bogotá.

Autora de varios artículos y del Libro Ensayo de Teología de la Infancia –Una experiencia de
Dios en niños menores de seis años-. Trabajo investigativo. Bogotá: Instituto de Investigación y
Formación Catequética “Buen Pastor”, Asociación Colombiana para la formación Religiosa
Católica “Acoforec”, Agosto 2008

INICIO

LA ESENCIALIDAD DEL “NIÑO”,

UN CAMINO PARA LA RENOVACIÓN DE LA IGLESIA

“Yo te b e n d ig o , Pad re , Se ñ o r d e l c ie lo y d e la tie rra, p o rq u e h as o c u ltad o e s tas


c o s as a s ab io s e in te lig e n te s , y s e las h as re v e lad o a p e q u e ñ o s . Si, Pad re , p u e s tal h a
s id o tu b e n e p lác ito ”. Lc 10,21-22

Quisiera en este corto tiempo que vamos a pasar juntos, compartir algunas reflexiones
sobre la maravilla del “pequeño” a quien Jesús escoge para revelar sus secretos, y a quien
considero, por su esencialidad, como uno de los caminos importantes para la renovación de
nuestra Iglesia, ante esta crisis religiosa y sin compromiso que se vive hoy. Compartamos
algunas ideas sobre estos temas.

REALIDAD DE LA CATEQUESIS EN EL HOY DE LA IGLESIA PARTICULAR

36
Antes de entrar a nuestro tema central que nos ocupa que es el niño, demos una mirada a la
SITUACIÓN CATEQUÍSTICA ACTUAL EN LA MAYORÍA DE NUESTRAS
PARROQUIAS.

Realizar un diagnóstico de la situación catequística en nuestra Iglesia local es establecer el


punto de referencia para la transformación de esa realidad en la crisis social que se vive, en
orden al ideal proyectado y al objetivo que se quiere lograr a largo plazo.

En otras palabras hacer el diagnóstico -pedido para esta charla- es descubrir en la


actualidad las potencialidades, -señales de la presencia de Dios- para secundarlas, y los
obstáculos, -signos de la presencia del mal- para superarlos o rechazarlos. Es hacer un
discernimiento interpretativo y valorativo, como en una contemplación de Dios y de su
acción en el pueblo. En resumen, el diagnóstico tiene que ser una expresión de la fe, de la
esperanza y el amor.
Entre los rasgos más sobresalientes de esta realidad catequística parroquial, se pueden
mencionar:

- No hay suficiente claridad sobre la naturaleza, finalidad, tareas, contenidos y


destinatarios de la Catequesis como proceso de Iniciación cristiana, y en general se ha
reducido la catequesis a la mera preparación pre-sacramental y se considera al catequista
como el agente de pastoral de los diferentes campos.

- En general en su entorno y el propio catequista desconoce su misión importante en la


Iglesia, su papel en las relaciones de Dios con el niño, las características de los catequizandos y
sus exigencias vitales en las diferentes edades en la tendencia natural a la trascendencia, así
como el objetivo central de la catequesis que es buscar la relación del niño oc n Dios.
- No existe conciencia de la profesionalidad del catequista como un trabajo que debe
ofrecer un “modus vivendi”. En general es un trabajo voluntario en las parroquias.
- Desconocimiento de la necesidad que tiene el niño menor de 6 años de ser ayudado en
el encuentro con Dios. La catequesis que se ofrece en los jardines infantiles, o en la misma
parroquia, es en general catequesis ocasional, más no una “iniciación ordenada y sistemática a la
revelación que Dios mismo ha hecho al hombre” como lo solicita Juan Pablo II24.

- Ausencia en general de programas de formación de catequistas en metodologías y


pedagogías específicas y temáticas bíblico-litúrgicas que respondan a las exigencias vitales
de las diversas etapas del desarrollo evolutivo del ser humano, desde los 2 ½ años.

- La acción catequética se orienta casi en su totalidad a la formación de catequistas pre-


sacramentales (para niños de Primera Comunión y jóvenes de Confirmación), dejando de

24
Juan Pablo II, Exhortación Apostólica Catechesi Tradendae, Roma: Ciudad del Vaticano, Octubre de
1979, Nº 22

37
lado la formación de catequistas de adultos y de niños menores de 6 años, edad
fundamental, en la relación con Dios.

- Situaciones de párrocos absorbidos por la masa de solicitudes de preparación pre-


sacramental, optan por dar respuestas numéricas, con preparaciones pre-sacramentales que
satisfagan estas solicitudes, más que optar por la profundización en preparación de los
catequistas para acompañar a los catequizandos en procesos continuados del desarrollo
como seres humanos religiosos desde los 3 años hasta la pre-adolescencia, tal vez por la
escasa concientización de los pastores, catequistas y padres de familia, sobre la
potencialidad religiosa del niño pequeño.
- La escasa preparación en Catequética y catequesis, que se ofrece a los seminaristas,
religiosas(os) o presbíteros en formación en los Seminarios y casas de formación de los
futuros evangelizadores, que al ser ordenados y profesos, son directores o líderes de
catequesis en sus parroquias y colegios, careciendo de muchas herramientas para liderar
esta misión tan importante y tradicional en la historia de la Iglesia y especialmente hoy, que
la Iglesia la ubica en etapa clave del proceso evangelizador. Conocer mucha Teología no es
suficiente para ser catequista. Es necesaria una preparación metodológica y
psicopedagógica para ofrecer la catequesis, a las diferentes edades.
- Agentes (Sacerdotes y laicos) de Pastoral catequística, con espiritualidad de poca fuerza
y trascendencia, para impregnar la parroquia.
- Situaciones económicas difíciles en las parroquias obligan a los pastores a buscar otros
medios de subsistencia fuera de su parroquia, en detrimento del tiempo de pastoral en su
jurisdicción.
- Los Párrocos en general invierten muy poco en tiempo y recursos para la formación de
Catequistas.
- Muchos de los Párrocos manifiestan poco interés por la formación de los catequistas.

- La mayoría de los catequistas en las parroquias son jóvenes que aún no han definido su
situación vocacional y que por lo tanto no ofrecen estabilidad como agentes
evangelizadores en las parroquias para ofrecer a los catequizando un programa de
formación religiosa para la vida y no solamente pre-sacramental.
- Las opciones de compromiso más generalizadas, que las parroquias ofrecen a los
jóvenes después de la Confirmación, son el hacerse catequistas o pertenecer a un coro
parroquial.
- Aunque en varias parroquias se hacen esfuerzos por vincular a los padres de familia en
la formación religiosa de sus hijos, aún faltan verdaderos procesos de catequesis familiar.
- Los programas que se ofrecen en las parroquias para formación de Agentes de pastoral
Infantil o para Catequistas de Iniciación Cristiana no contienen procesos continuados,
desde la más tierna edad.

- Son pocas hoy en día las parroquias que están haciendo esfuerzos para organizar la
comunidad parroquial en comunidades que sientan la responsabilidad y se comprometan en
el trabajo de iglesia.

38
Analizando cada una de estas situaciones-problema, quizás el problema fundamental
transversal de la situación catequística parroquial en Bogotá se podría plantear muy
sencillamente en la Gráfica 1 que resume las agrupaciones temáticas anteriormente
presentadas: 1- Cristianismo en la sociedad en general, 2- Conciencia sobre la importancia de
la catequesis, 3- Programas para formación de catequistas y catequizandos y estructuras para
atenderlos y 4- Situaciones parroquiales.

De cada uno de estos temas se presenta una síntesis de las situaciones anteriormente
enunciadas para llegar a plantear una serie de hipótesis cuyas respuestas quizás ayudarían a
encontrar orientaciones para plantear una renovación global o parcial en el plan de pastoral
parroquial.

Nos hemos acostumbrado a vivir un cristianismo bastante ritualista, en el que colocamos los
sacramentos como el perno sobre el que debe girar prácticamente toda la acción pastoral.

Gráfica 1: Resumen de la situación catequística actual en algunas parroquias.

Fuente: Autora del trabajo.

TEMA: CRISTIANISMO EN LA SOCIEDAD EN


GENERAL
Desorientación familiar y poca sensibilización hacia el niño,
especialmente hacia el más pequeño, así como agentes de
formación religiosa y cristianos en general, con débil
formación humana y cristiana.

T EMA: CO NCIENCIA SO B RE LA IMPO RT ANCIA


DE LA CAT EQ UESIS
En general no hay conciencia reflejada en la práctica, sobre
la importancia de la Catequesis como medio de formación
integral cristiana.

39
T EMA: PRO GRAMAS DE FO RMACIO N DE
CAT EQ UISTAS Y CAT EQ UIZANDO S Y
EST RUCT URAS PARA AT ENDERLO S
Programas de formación teórico–práctica de catequizandos,
en general, no responden al desarrollo evolutivo del ser
humano ni tampoco ofrecen la dinamización de su fe y por
tanto no producen cambios de vida. Además, se cuenta con
pocos o ningunos recursos para ofrecer apoyo a las
parroquias en la capacitación de sus catequistas,
especialmente a las más pobres.

T EMA: SIT UACIO NES PARRO Q UIALES


No existen en general en las parroquias, programas fuertes
de acción misionera, de evangelización que respondan a las
inquietudes de espiritualidad del ciudadano de hoy, a las
inquietudes de procesos de iniciación cristiana para la
formación de catequizandos, de sensibilización de las
familias hacia el niño y por tanto de catequizandos
comprometidos con su fe, que dinamicen las parroquias y
sean testigos de Dios-Trinitario en la sociedad.

40
PROBLEMA FUNDAMENTAL
Parecería que los cristianos no estamos adheridos a la persona de Jesucristo, que nos
lleva al Padre por el Espíritu Santo; y por lo tanto no es su Persona y su mensaje lo
que permea la vida cotidiana. Parecería que no es el Evangelio lo que da forma a la
Iglesia. ¿Se están formando cristianos maduros?... ¿Quizás el proceso evangelizador
no es completo?.. ¿Está fallando la formación cristiana que se está ofreciendo?... ¿Es
la Iniciación Cristiana que pide la iglesia, nuestro gran reto en las parroquias?...
¿Estamos buscando en la catequesis la relación personal de los catequizandos con
Cristo? …

No es que los sacramentos no constituyan un eje fundamental en la vivencia de la fe, por el


contrario, ellos son la expresión de esa presencia y encuentro del Señor en nuestra vida; sin
embargo, es necesario tener clara conciencia de que los sacramentos son en cierta medida
como un punto de llegada después de escuchar y aceptar el Evangelio. Ciertamente no
podemos cortar de modo tajante evangelización y sacramentos, pues constituyen un todo que se
debe respetar y cuya pedagogía debe conducirnos a una profunda integración. En efecto,
evangelizamos para llegar al encuentro personal y profundo con Cristo y, al mismo tiempo,
nos acercamos a los sacramentos para recibir la gracia necesaria que nos permitirá intensificar
el compromiso que surge de ese encuentro y para incorporarnos a la comunidad de quienes
aceptamos a Cristo.

El problema tal vez radica en la ausencia de una verdadera iniciación cristiana de parte de los
fieles. La verdadera iniciación cristiana tiene una doble faceta: por una parte la llamada divina
que surge a partir del anuncio de la Palabra de Dios y, por otra, la respuesta libre y generosa
que, auxiliado por la gracia divina, da el ser humano al don de Dios.

En otras palabras la iniciación cristiana surge de la llamada a la fe y a la conversión. La


respuesta que da la persona brota de la experiencia vital de su encuentro con Jesucristo. Este
encuentro es el que dará luego garantía para asumir los compromisos dentro de la Iglesia y
para sentir la presencia de Cristo en la propia existencia. Eseencuentro lleva a la confianza de
aceptar el hecho de que Jesús es el camino a seguir para llegar a la plena realización personal y
que al mismo tiempo, Él sea la respuesta definitiva a la pregunta sobre el sentido de la vida y
sobre los interrogantes fundamentales que asedian a todo ser humano.

El lugar para ese encuentro es sin duda la Sagrada Escritura leída a la luz de la Tradición, de
los Padres y del Magisterio, profundizada en la meditación y la oración y celebrada en la
Sagrada Liturgia y con los demás en la cotidianidad.

41
Frente a esta problemática planteada anteriormente, se nos presenta el gran reto de renovar la
acción catequística de tal manera que ayude al encuentro personal con la persona de
Jesucristo, en un proceso continuado de IniciaciónCristiana.

Y “¿qué es exactamente lo que tenemos que renovar? ¿los contenidos? ¿los libros de texto?.
La renovación que se nos pide es más de fondo que de forma. Ante todo debemos renovar
nuestra forma de ver y de entender la catequesis. Es necesario inspirar nuestra acción en el
concepto que de catequesis nos ofrece la Iglesia en el Directorio General para la Catequesis.
La renovación de la catequesis debe atender sobre todo a un problema pastoral más amplio y
de grandes consecuencias: la iniciación cristiana”25. Es una vana ilusión pensar que basta
añadir algo a la catequesis para que vuelva a ser eficaz: lo que hay que volver a plantearse es
todo el proceso de hacerse cristiano.

La conclusión entonces: ¿Qué hacer para colaborar en la formación de cristianos maduros en


la fe? ¿Qué ofrecer a nuestra Iglesia particular para renovar la catequesis hacia una catequesis
de iniciación cristiana?

Nuestra propuesta es conocer al niño y la manera de contribuir a desarrollar su potencial


religioso en un proceso ordenado y sistematizado al servicio de la iniciación cristiana.

Podríamos remontarnos a hacer un recorrido por el “pequeño” en la Biblia26, pero se haría


demasiado larga esta charla. Dios, a través del profeta Oseas nos dice que a quien se hace
“niño”, Dios lo ama con amor materno, le enseña a caminar, lo abraza, le tiende cordones
de amor, lo acerca a la mejilla (Os 11,1-4). Es este el amor que Dios quiere manifestarnos y
quiere que también los adultos lo recibamos como “pequeños”, como “niños” y nos lo dice
por medio de su Hijo Jesús: <Si no cambian y se hacen como los niños no entrarán en el Reino de los
Cielos> Mt 18,3.

El “débil” en la Biblia es el fuerte de Dios que se presenta con caracteres totalmente


diversos a los humanos. <Mi gracia te basta, que mi fuerza se muestra perfecta en la flaqueza> (2Co
12,9). El “pequeño” es el último que se hace el primero. Este es el pequeño, la gran paradoja
de la historia de la relación de Dios con el hombre. Es el pequeño que en su pequeñez
hace resaltar la grandeza de Dios.
25
Jiménez R, Manuel José. Catequesis 2000. Congreso Arquidiocesano de Catequesis, Documento de
apoyo. ¿Qué? ¿Cómo? ¿Cuándo?. Bogotá: Arquidiócesis de Bogotá: Ámbito del Anuncio. (Abril 2000).
p. 39-41
26
Bonilla París. Nora María, Ensayo de Teología de la Infancia –Una experiencia de Dios en niños
menores de 6 años-, Bogotá: Instituto de Investigación y Formación Catequética “Buen Pastor”, Agosto,
2008, www.acoforec.org, p. 26-34

42
El “pequeño” es Jesús el Cristo, a quien el pueblo esperaba como un “niño” que, es y no es,
como los demás niños porque Él es el Hijo de Dios y el hijo de María. Es tan grande, que
era la luz que sacaría al pueblo de las tinieblas (Is 9,1); el “niño”27 “pequeño” anunciado,
pero que al mismo tiempo era tan grande que el poder estaría sobre sus hombros y sería
llamado con nombres notables: <Dios fuerte, Príncipe de Paz, Consejero admirable, siempre
Padre> (Is.9,1-5). Es el <Dios con nosotros>, el Hijo de Dios hecho niño como uno de
nosotros. Es el <Rey de los judíos> como lo llamaron los magos frente a Herodes. “Es el
“pequeño” que se hace grande”, como lo interpretaba Juan Carlos, niño bogotano de 6 años
cuando meditaba con un grupo de niños y su catequista, sobre que querría decirnos Jesús
con la parábola de la semilla de mostaza.

Este “pequeño” de la Biblia, es tan importante para Jesús que ora a su Padre diciendo:

“Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes,
y se las has revelado a pequeños. Si, Padre, pues tal ha sido tu beneplácito. Todo me ha sido entregado por
mi Padre, y nadie conoce quien es el Hijo sino el Padre; y quien es el Padre sino el Hijo, y aquel a quien el
Hijo se lo quiera revelar” Lc 10,21-22; Mt 11,25-26

El Padre no obra en la historia con medios grandiosos, no expone espectacularmente su


potencia, antes al contrario, la esconde en la debilidad. Dios Padre esconde sus cosas a los
<sabios e inteligentes> porque ellos, “se ven bloqueados por los conocimientos que poseen”28 mientras
que los niños son más aptos para sus enseñanzas, es decir, para entrar en el Reino de los
cielos.

Jesús describe como “pequeños” a sus discípulos (Mt 10,42), y en Mt 25, 40-45 reconoce
como “pequeño” a “alguien que –por las razones que sea- tiene hambre o sed, no tiene ropa,
es forastero, está enfermo o se encuentra en prisión. […] diremos que está
completamente claro que se trata de los seguidores de Jesús…<uno de estos
pequeños que creen en Mí> Mt 18,6” 29.

Esta es la esperanza de este mundo: la esperanza de la salvación que se ha realizado por un


Dios hecho criatura humana débil frente al mundo y que continúa el proceso de salvación
mediante instrumentos débiles a los ojos humanos, pero grandes a los ojos divinos, cuando
27
De las 21 veces que aparece “niño” en el Evangelio de Mt, nueve de ellas se refiere a Jesús mismo: Mt
1,21.25; 2, 8.9.11.13.14.20.21.
28
Weren. Wim, “Los niños en Mateo: un estudio semántico”, en la revista Concilium, Revista
Internacional de Teología, op. cit., pag. 83 (291).
29
Ibid, pag. 88 (296)

43
su corazón se abre a la acción del Espíritu del Resucitado, que desarma las armas de este
mundo. La fuerza de Dios se presenta con caracteres totalmente diversos a los humanos;
no obra a través de instrumentos que por la evidencia de su eficacia dan seguridad al ser
humano. <......y se las has revelado a los pequeños> Lc 10,21 <Yo os aseguro: el que no reciba el
Reino de Dios como niño, no entrará en él> Mc 10,15. <......porque de los que son como éstos es el Reino
de Dios> Lc 18,16.

Los niños son entonces los receptores de la revelación de Dios.

Para descubrir los instrumentos de ese misterioso poder de Dios, es necesario colocarse
frente a la realidad con fe, virtud que abre a un mundo de valores diversos: <Mis
pensamientos no son vuestros pensamientos, y vuestros caminos no son mis caminos. Is 55,8. Por eso se
encuentra que “pequeños” son los que el mundo tiene como tales, en sentido despectivo
los que tienen poco, los necesitados, los pobres, los sencillos, los humildes, a los que nadie
conoce, los que el mundo desconoce y tal vez su sabiduría desprecia y sus palabras no se
escuchan, como dice el libro del Eclesiastés (Qo 9,15-18). Pero en cambio, su sabiduría es
más fuerte que la fuerza misma, que <las armas de combate>. El sabio escucha y atiende y
aumenta su saber, mientras tanto el necio desprecia la verdadera sabiduría y la instrucción
(Pr 1,5-7), <La sabiduría da más fuerza al sabio que diez poderosos que gobiernan en la ciudad” Qo
7,18. Entonces ¿de qué sabiduría habla el Antiguo Testamento?... ¿Será la sabiduría del
débil frente al mundo?...

Esta “pequeñez” en la historia del Reino de Dios se revela como un lugar privilegiado de
elección y de manifestación de lo divino, es decir, es donde Dios puede revelar su
verdadera sabiduría, donde puede revelarse a sí mismo. <Porque –como dice la Escritura-,
la locura divina es más sabia que la sabiduría de los hombres y la debilidad divina más fuerte que la
fuerza de los hombres […]. Y ha escogido Dios lo débil del mundo para confundir lo fuerte> 1ª Co 1,25.
27. O cuando dice: <…pues cuando estoy débil, entonces es cuando estoy fuerte> 2ª Co 12,10.

Por parte de Dios hay una gran atracción, un gran cuidado, por los menores, por los
despreciados, por los necesitados, en fin, por los “pequeños”. Son un tesoro precioso delante
de Dios. Y de este modo, Él se dona gratuitamente en ellos, los toma como sus
instrumentos y hace su obra transformadora.

Son ellos los que puestos en relación con Dios, a través del contacto con el texto bíblico
y/o litúrgico, y en un ambiente revelador y constructor, son capaces de encontrar grandes
secretos de su misterio. Así lo expresan los “pequeños” en edad cronológica y en el sentido

44
bíblico, en sus dibujos, en sus oraciones, en sus comentarios30, A través de los cuales
muestran la “grandeza” de Dios y la “pequeñez” del ser humano en un contexto de gran
alegría.

El “pequeño” es el niño cronológicamente hablando que es tan grande en sí mismo que no


necesita de elementos exteriores para satisfacer el hambre de Dios, el hambre de
esencialidad que hay dentro de él. Pero es también “pequeño” el adulto que como el “niño”,
lentamente muestra la grandeza abismal que hay dentro de él, produciendo en quien
observa tanto al uno como al otro, una gran alegría, a medida que va manifestando su
riqueza.

¿Qué ocurre con el “pequeño” cuando entra en relación con Dios? El “pequeño” no
únicamente en edad cronológica, cuando entra en relación con Dios, se deja <seducir> Jr
20,7, se deja sorprender, se enamora y goza; el adulto que se hace “pequeño”, que se
convierte a la “pequeñez”, que se convierte al “niño”, se enamora y goza la relación. Esta
es la experiencia que a diario tiene la Catequesis del Buen Pastor con sus catequizandos
niños o adultos, en las diversas culturas en las que está presente en las iglesias particulares.

Entonces nos preguntamos con San Juan Crisóstomo: ¿cómo puede ser “pequeño” el que
vale por el mundo entero?....... ¿Cómo podría ser “pequeño” quién es amigo de Dios?
……. ¿Cómo puede ser “pequeño” aquel a quien Jesús coloca en medio y dice que hay
que hacerse como él para entrar en el Reino de los cielos?....... ¿Será “pequeña” aquella
oveja por quien el Buen Pastor deja las otras noventa y nueve para ir a buscarla?...... ¿Cómo
puede ser “pequeño” el que para Jesús es el mayor en el Reino de los Cielos? ...... Mt 18,1-
4.31

La conciencia de la grandeza de Dios y nuestra pequeñez lleva a una gran alegría. O nos
sentimos como hormigas oprimidas o nos sentimos muy importantes. Se trata de tener la
medida de Dios y la medida del ser humano, y tener al mismo tiempo una gran gratitud.
Esta gran distancia entre Dios y el hombre o mujer, que requiere nuestro agradecimiento,
pone en evidencia que el ser humano está dentro de una realidad tan grande, se da cuenta
que es tan pequeño pero está dentro de esa inmensa realidad y por lo tanto, al darse cuenta,
desborda de alegría y agradecimiento.

30
Consultar los documentos presentados en el libro de Nora María Bonilla, Ensayo de teología de la
Infancia –Una experiencia de Dios en niños menores de 6 años, op. cit. Estos documentos expresan
verdaderamente una alta teología, un alto nivel de interpretación.
31
San Juan Crisóstomo, Homilía 59,4 sobre Mateo en Obras de San Juan Crisóstomo II, Homilías sobre
San Mateo, Madrid: BAC, 1956, pag.246

45
Jesús ha dado demasiada importancia al niño. Tanta que en los tres evangelios sinópticos
(Mt 19,13-15, Mc 10,13-16, y Lc 18,15-17) nos presenta al niño como modelo del Reino:
<Dejad que los niños vengan a mí y no se lo impidáis, porque de los que son como éstos es el Reino de
Dios. Yo os aseguro: el que no reciba el Reino de Dios como niño, no entrará en él>. Jesús les imponía
las manos, los abrazaba, les bendecía. Habla de manera especial sobre la acogida de un niño
(Mt 18,1-6; Mc 9,33-37 y Lc 9,46-48) <El que reciba a un niño como éste en mi nombre, a mí me
recibe; y el que me reciba a mí, no me recibe a mí sino a Aquel que me ha enviado; pues el más pequeño de
entre vosotros, ese es mayor>.

No se trata de hacerse de nuevo un niño sino analógicamente “como un niño”. Es necesario


solidarizarse con los niños y respetar su íntima proximidad al Reino de Dios, porque son
ellos a quienes Dios ama, a quienes estrecha en sus brazos y bendice.

Los niños son los aliados de Dios. Son sus representantes en la sociedad. Son “proclamadores
y representantes del Reino de Dios […] y modelos de discipulado”32 y precisamente el Reino es de
ellos, de los hambrientos, de los humillados, de los desfallecidos, de los pobres, porque no
se lo han ganado sino que lo reciben gratuitamente como el ser humano recibe el
nacimiento, “poniendo patas arriba el normal orden de valores humanos”33. Entonces se puede
concluir que este texto es demasiado grande porque proclama, a los ojos de la infancia, el
concepto de la vida eterna. Además es muy exigente ya que este planteamiento de Jesús: “Si
no cambian y se hacen como los niños, no entrarán en el reino de los cielos” Mt 18,3, requiere la
máxima atención pues expresa para los adultos, hombres y mujeres, una condición
necesaria, un requisito indispensable para alcanzar la salvación.

La infancia espiritual no es un consejo o una recomendación o un método de espiritualidad.


Es un verdadero mandamiento, un mandamiento inexcusable, ignorado hoy pero vigente
siempre, un mandamiento difícil de cumplir, como todos, y más fácil de tergiversar y
cambiar que otros. La infancia espiritual lleva al ser humano con el espíritu filial de Cristo, a
una madura y confiada relación del Padre Celestial providente y que está siempre pendiente
de sus hijos fieles.

La infancia espiritual consistirá en hacer de la impotencia infantil un medio de santificación:


el adulto que se hace niño, que no puede nada, que no posee nada, ha de recibirlo todo de
mano de su Padre. Se hace así explícita nuestra condición de hijos. “Hacerse como un niño”,

32
Junker-Kenny. Maureen y Mette. Norbert, Editorial de la Revista Concilium,“¿Dónde están nuestros
niños? ,Navarra: Editorial Verbo Divino, Abril 1996, pags 7-8.
33
Moltmann, en la revista Carthaginensia, Vol. XVI, Enero-Junio 2000, Número 29, Revista de Estudios
e Investigación, Instituto Teológico de Murcia, Artículo: Niño e Infancia como metáforas de la esperanza
y de la fe, p.23

46
significa hacerse pequeño, hacerse humilde, es decir, tener la certeza de que se carece de
virtud, como le ocurre al niño: él vive, depende y no es consciente de poseer la virtud. Se
trata de purificar nuestro corazón, entendiéndose por corazón “toda su vida interior”34, y de
limpiar nuestros ojos para poder mirar de otra manera, para poder recuperar la mirada
infantil. La infancia espiritual es una nueva visión del mundo y una reconciliación con Dios,
con nuestros hermanos, y con nosotros mismos. Un día en Belén nace el niño Dios
despojado de todo, débil e impotente aunque poseía todo el poder, toda la virtud pero no
lo sabía.

Cabe la pregunta ¿será la esencialidad del niño un camino seguro para la re novación de la
iglesia?

OTRAS VISIONES DEL NIÑO

Ahora conozcamos al niño desde otras visiones que investigadoras maravillosas, basadas en
la observación y trabajo continuado, han descubierto en sus estudios otros aspectos que
nos permiten conocer al niño como ese modelo a quien pertenece el Reino de los Cielos.

MARÍA MONTESSORI ofrece a la humanidad varias metáforas del niño. Entre las más
importantes se pueden citar:

“El niño es el padre del hombre”35. Esto en términos de la pedagoga Montessori


significa que detrás de cada movimiento de sus ojos o de sus manos, detrás de cada gesto,
detrás de cada acción de un niño hay un obrero que está trabajando para construir a un
hombre, porque con todo esto el niño se construye a sí mismo como ser humano.

“Un niño que juega es un obrero que trabaja”, en cierto sentido está relacionada con la
metáfora anterior porque lo que significa es que el niño que juega, es un niño serio que
trabaja para construirse a sí mismo como hombre.

“Un niño es como un pequeño Ulises” que quiere descubrir el mundo, y conocerlo con
amor.

“El niño es un maestro”36 porque señala, indica, guía hacia lo esencial que él necesita. Sus
preguntas son esenciales. A ¿quién guía?...... A ¿quién pregunta? ...... Al adulto que lo
observa y trata de caminar con él.

34
Spidlík.Tomás, L’arte di purificare il cuore, Roma: Lipa, sotto il tiglio 9, 1ª ed. 1999, 5ª ristampa
2004, pag. 81.
35
Montessori. María, Educazione e pace, Milano: Ed Garzanti, 1970, pag. 47
36
Ibid

47
“El niño es un mesías”37. El mesías es alguien a quien se espera, que ya vino y que vuelve.
El niño que nace y que aparece entre nosotros, renueva cada vez la experiencia de un
maestro que vuelve. Es este mesías que vuelve. Cada niño recuerda al mundo este camino
de la vida que se inicia y que tiene un final que no es final.

Después de muchos descubrimientos, de muchas impresiones en la Casa de los Niños, la


Dra. Montessori afirma que “no se ve el Método, lo que se ve es el alma del niño que
liberado de los obstáculos actúa según su propia naturaleza. Las cualidades infantiles que
hemos descubierto pertenecen sencillamente a la vida, […] no son el resultado de un
Método de educación”38.

¿Cuáles fueron esas manifestaciones observadas y que también hoy en día se observan en el
niño? Un rostro iluminado por el gozo, infatigable e incansable, porque la actividad para el
niño es la fuente vital de su desarrollo, es como el “metabolismo psíquico”. Un niño
entusiasmado con ciertas enseñanzas que le abren un camino de justicia y de “nueva
dignidad”. Un niño que absorbe con intensidad los medios que le permiten desarrollar su
espíritu. Un niño que rehusa las recompensas, las golosinas y los juguetes. Un niño que nos
demuestra –dice Montessori- que el orden y la disciplina son para él mismo, necesidades y
manifestaciones vitales. Un niño fresco, sincero, alegre, que grita y aplaude cuando se
entusiasma, corre, saluda en alta voz, agradece efusivamente, llama y va directamente a las
personas para demostrar su gratitud, se acerca a todo el mundo, todo lo admira y se adapta
a todo, proporcionando una lista de todo lo que él ha elegido y todo lo que él ha rechazado,
que serán las bases de un nuevo método.

Esta actividad concentrada en un trabajo con movimientos de las manos, guiadas por la
inteligencia, sobre un objeto exterior al niño, tiene móviles interiores como son “la
repetición del ejercicio” y “la libre elección” que guían al niño con efusión a ciertos
ejercicios como el silencio.39

Al hablar globalmente de la infancia no se puede dejar de lado el hecho religioso que ya M.


Montessori lo había identificado como “el período sensible religioso”40 y sobre el cual –expresa

37
Ibid, pag. 15
38
Montessori. María, El niño, el secreto de la infancia, México: Editorial Diana, 12ª impresión 1996, p.
217
39
Montessori. Maria, Ideas generales sobre mi Método, Buenos Aires: Editorial Losada, S.A., 2ª ed.,
1958, pags. 81-82
40
Montessori María, El método de la Pedagogía Científica op. cit., cap. XXI: La educación religiosa,
pags. 310-317, pag. 315, (En italiano: La scoperta del bambino, Garzanti, 1950, pag.325)

48
Sofía Cavalletti41- hay una abundante producción de Montessori, en gran parte todavía
inédita, que se podría definir como escritos “proféticos”, porque hablan de la liturgia como
“método pedagógico de la Iglesia” y de la necesidad de “hacer la Liturgia accesible a los niños”. Desde
su experiencia en Barcelona 1915, Montessori se da cuenta de la fuerza didáctica y
pedagógica de la Liturgia, y proféticamente42 insiste en que “era necesario un complemento a la
instrucción religiosa en la primera edad: hacer accesible la liturgia a los niños pequeños”43

Son dos las razones evidentes para no prescindir del hecho religioso, al entrar a hablar de la
infancia: en primer lugar existe en el ser humano por su naturaleza, la tendencia a la
trascendencia y, desde sus primeros años de vida, son muchos los aspectos propios con los
cuales el pequeño cronológico, manifiesta su potencialidad religiosa.

……..u n p o c o d e s u h is to ria

Desde 1954 las investigadoras Sofía Cavalletti y Gianna Gobbi, en observación constante,
han individualizado estas manifestaciones de este gran potencial religioso que posee el ser
humano desde su nacimiento y que es diferente al de su etapa adulta.

En un trabajo continuado, con niños y adultos de varias culturas y estratos socio


económicos diferentes, y ampliando luego a los diversos continentes, estas investigadoras,
han comprobado que cuanto María Montessori había visualizado e iniciado en su trabajo en
el campo religioso en Barcelona en 1915 y que la hizo decir que “los frutos recogidos en la

41
Presentación por Sofía Cavalletti del libro Montessori. María, I bambini viventi nella Chiesa, La Vita
in Cristo, La Santa Messa spiegata ai bambini, Italia: Garzanti, Nuova edizione ampliata 1970, pag. 6
42
“De hecho tal disposición se remonta, en María Montessori, al año de 1915, cuando Anna
Maccheroni, colaboradora de Montessori tomó parte en el Congreso litúrgico realizado en el
Monasterio de Montserrat, en España, del 5 al 15 de julio. Y los estudiosos, hasta hoy, pueden
decir que sólo en 1909 se puede fijar, si no precisamente el inicio, ciertamente el momento
afortunado en el cual el movimiento litúrgico deja de ser una corriente, por así decir,
subterránea, y de improviso se abre un camino en la superficie, mostrándose visible de golpe
y reconocible a los ojos de todos. Esto sucedió en el Congreso nacional de las obras católicas
tenido en Bélgica en aquella fecha. Evidentemente la praxis litúrgica a la cual M. Montessori
se refiere es la de su tiempo y sufre la preparación litúrgica y teológica de la época. Se tiene
en efecto que llegar al Concilio Vaticano II, con la Constitución sobre “La sagrada Liturgia”
(Sacrosanctum Concilium, la primera constitución promulgada por el Concilio, el 4 de
diciembre de 1963) para que la renovación litúrgica adquiera un dinamismo, del cual todavía
estamos esperando una plena realización.”. Citado en artículo de Sofía Cavalletti, “Materiales
Montessori y materiales de la catequesis” en el Folleto Nº 7 del Consejo Internacional de la
Catequesis del buen Pastor, Roma Octubre 2007
43
Montessori, I bambini viventi nella Chiesa... op.cit., pag.12

49
Iglesia -capilla de los niños-, aparecen casi como el fin de la educación que el Método Montessori se propone
dar”44 (el silencio observado, el caminar suavemente, mover sin ruido sillas, mesas y
materiales, levantarse y sentarse adecuadamente, encender la vela y caminar con ella
encendida, etc.), realmente era la revelación del niño como un niño “nuevo”, que lo hacía
aparecer con un “sentimiento gratísimo de alegría y de nueva dignidad”45. Con este pensamiento
montessoriano que aporta la guía Montessori Gianna Gobbi desde los inicios y la
formación bíblico-litúrgica que aporta la Dra. Sofía Cavalletti, se inicia la experiencia de la
Catequesis del Buen Pastor46 que nace de la alegría de los niños según lo narra la misma S.
Cavalletti.

En el mundo catequístico de la Iglesia, esta Catequesis del buen Pastor es considerada por
muchos, como una inspiración del siglo veinte que presagia un buen aporte a la catequesis
al servicio de la Iniciación Cristiana en la Iglesia del tercer milenio, como “un don para la
Iglesia”. Es además, científicamente hablando, el fruto de una investigación experimental
ininterrumpida durante estos largos años de catequesis con adultos y niños de dos y medio
años en adelante, que aunque inicialmente nace como una “aventura”, así identificada por
Sofía Cavalletti47. Se trata entonces de que la Catequesis del buen Pastor brota como algo
inesperado, sin tener un proyecto, ni un programa, sin hipótesis, ni instrumentos

44
Ibid, pag. 14
45
Montessori, I bambini viventi nella Chiesa... op.cit., pag. 15
46
Ver algunos aspectos de esta Catequesis en páginas siguientes de este escrito.
47
S. Cavalletti dice: “¿Por qué hablar de la Catequesis como una “aventura”? Puedo responder
aduciendo a dos razones; la primera porque se trata de una iniciativa a la cual las personas
que la han llevado adelante creían dedicar un breve paréntesis entre otras ocupaciones y se
ha convertido en un compromiso apasionado de toda su vida –junto a la de muchas otras
personas-. Se trata entonces de algo que no había sido planificado con anterioridad, pero que
se ha venido realizando día tras día, sin saber hacia donde nos llevaría.

Los catequistas desde el inicio, se encontraron frente a grupos de niños, que han hecho surgir
la pregunta: ¿Quiénes son los niños en su relación con Dios y cómo se configura tal relación?
Mirábamos los niños y nos preguntábamos: ¿quiénes son? Los catequistas han tenido
inmediatamente la impresión de estar cercanos al umbral de uno de los mundos más
misteriosos, el de la relación de Dios con las criaturas más pequeñas. Esta es la segunda y
principal razón por la cual “aventura”: un aventurarse precisamente en un mundo todo para
explorarse”. La Catechesi del buon Pastor: un’aventura, artículo escrito en Roma el 14 de
Diciembre de 2001, publicado en La catechesi del buon Pastore, 1954-2004 Aspetti di
un’esperienza. Todi: Editrice tau, ottobre, 2004, pag. 7 En español: La Catequesis del Buen
Pastor como don 1954-2004, Bogotá: Asociación Colombiana para la formación religiosa
Católica “ACOFOREC”, Instituto de Investigación y Formación Catequética “Buen Pastor”, Julio
2005

50
investigativos. En otras palabras dice Sofía Cavalletti, “es algo que se inicia sin saber que se
inicia”.

Es así como en 1954, en una casa de la antigua Roma, nace esta Catequesis por la alegría de
tres niños que después de estar algunas horas en diálogo bíblico con Sofía Cavalletti y
semanas después también con Gianna Gobbi, no querían que terminara la reunión y
querían permanecer en ese encuentro con Dios toda la semana. A esta alegría especial, de la
cual se habló anteriormente, se iba uniendo su inocencia y su disposición a creer.

Esta catequesis, ha seguido adelante en estos 55 años por la alegría de los niños y de los
adultos.

La colaboración inspirada en los principios montessorianos gracias a la inolvidable Guía


Montessori, Gianna Gobbi48, se difundió muy rápidamente entre los adultos, en ambientes
sociales diversos, a partir de 1975, con el primer curso en USA y en 1976 con el primer curso
en México y en consecuencia en países y culturas diferentes tanto de América Latina (México,
Colombia, Argentina, Brasil, Guatemala, Panamá, Honduras, Ecuador, Chile, Perú, entre
otros) como de Europa (Italia, Alemania, Austria, Noruega, Polonia, Croacia, etc), en Norte
América (Estados Unidos, Canadá), en África (Tanzania, Sudáfrica y otros, en Australia, en
Asia (Japón, Singapur, Corea y otros). Esta difusión también ha sido ecuménica especialmente
en la iglesia episcopaliana de Norte América, y las iglesias luterana y metodista.

Sofía Cavalletti, catequista del Centro de Catequesis del Buen Pastor en Via degli Orsini 34,
Roma, vice-presidenta cofundadora de la Associazione María Montessori per la
Formazione Religiosa del Bambino, y del Consejo Internacional de la Catequesis del buen
Pastor. Ha escrito numerosos libros y artículos, muchos de ellos especializados en Biblia.
Entre los libros, de contenido catequético, se destacan dos volúmenes sobre el Potencial
Religioso del niño, en los que describe la experiencia de veinticinco y treinta y cinco años,
respectivamente, de trabajo con niños entre 3 y 6 años y de 6 a 12 años. Continúa
trabajando, estudiando, recopilando y contemplando experiencias de niños y adultos
catequistas del buen Pastor de diferentes partes del mundo, y escribiendo sobre este DON.
Este incomparable tesoro que al inicio ni ella, ni su estrecha colaboradora, Gianna Gobbi
buscaron, pero sí, poco a poco, se fueron dando cuenta que estaba en sus manos, y las
convirtió en las primeras receptoras para gozarlo y extenderlo.

48
Cavalletti. Sofia e Gobbi. Gianna, Educazione Religiosa, Liturgia e Metodo Montessori, Roma:
Edizioni Paoline, 1961, 117 páginas. En el primer capítulo de este libro, las autoras hacen una breve
historia del método Montessori aplicado a la educación religiosa.

51
Gianna Gobbi, también italiana, guía Montessori, profunda conocedora del niño con la
visión montessoriana y de la Pedagogía y Filosofía de María Montessori, escribió artículos y
el libro Principios Montessori aplicados a la Catequesis. Falleció en Roma el 29 de enero de
2002, después de ofrecer en varios países de América, su experiencia como Montessoriana
y catequista pionera de la Catequesis del buen Pastor.

¿Có m o s e h a d e s arro llad o e l trab ajo d e la Cate q u e s is d e l b u e n Pas to r d u ran te e s te


m e d io s ig lo ?

El trabajo en esta cincuentenaria experiencia, se ha desarrollado, mediante la observación de


los niños, no sólo en sus reacciones frente a la escucha de la Palabra de Dios y de textos y
signos de la liturgia, sino también, mediante la observación de los trabajos desarrollados
por ellos. Y además con un método de trabajo que se desarrolla así: Se presenta a los niños un
anuncio específico del mensaje cristiano (bíblico y/o litúrgico) y se observa tanto la
reacción inmediata, como la reacción a largo plazo; se observa además, si en los trabajos
individuales, dibujos, oraciones, los niños retoman el tema presentado y si lo relacionan con
otros ya conocidos. También, si el tema lo conocen escolástica o existencialmente.

Después, se confronta el trabajo de los niños con diferente educación y entre las catequistas
iniciadoras en Roma y los catequistas en diversas culturas, que han ido poco a poco
surgiendo.

 Re s u ltad o s o b te n id o s e n e s te trab ajo d e la Cate q u e s is d e l b u e n Pas to r

Son muchos los hallazgos obtenidos a lo largo de estos años de trabajo constante y
silencioso de la catequesis del buen Pastor en el mundo. En primer lugar cabe mencionar,
el gran aporte de estas investigadoras ha sido el encontrar el potencial religioso que tiene
el niño desde su más tierna edad y el mensaje cristiano bíblico-litúrgico para satisfacer estas
potencialidades y exigencias vitales del niño y adulto desde esa tierna edad, en un proceso
continuado de Iniciación Cristiana.

…… Potencial religioso del niño

Las manifestaciones de ese potencial son, en primer lugar, su ALEGRÍA: “El niño ha
demostrado una profunda alegría ante el hecho religioso hasta el punto de olvidar las cosas que se supone le
son más agradables”. La experiencia nos ha demostrado que cuando damos al niño la
oportunidad de acercarse a Dios, él nos deja ver su alegría en el encuentro con Dios. Es

52
inexplicable con palabras; sólo con ejemplos49 narrados por quien ha vivido estas
experiencias podrían explicar esta alegría, que siempre lleva a una relación. Son muchos los
ejemplos que S. Cavalletti, nos refiere en sus libros en los que narra los hallazgos de ese
potencial50 y muchos los que cada catequista tiene para compartir. Juliana, niña bogotana de
tres y medio años, tiene catequesis los lunes en el jardín infantil. Cada mañana, pregunta a
su abuelita: “¿hoy es lunes?”. La abuela se acerca al jardín a preguntar qué pasa los lunes
porque la niña quisiera que todos los días fueran lunes e incluso cuando es festivo le pide a
la catequista que hagan la catequesis otro día de la semana. Una pequeña bogotana de 2
años y medio, Sarita, va al salón de catequesis los miércoles; es un salón algo oscuro y poco
acogedor porque parece estar en obra negra. Sin embargo, ella muestra su felicidad y
cuando el tiempo del encuentro termina y los niños son llamados a tomar las onces, llora
porque ella quisiera quedarse allí51.

Pero preguntémonos ¿de qué calidad de alegría se trata? Se trata de una alegría
proporcionadora de una gran paz que envuelve globalmente al niño, una paz que va del
exterior y lo llena interiormente; se trata de una alegría que le ayuda a superar el cansancio,
la excitación con la que llega a la sesión de catequesis y en la cual a medida que entra en
contacto con la Biblia y/o con la liturgia y se concentra, fácilmente se transforma, entra en
un ritmo diverso y no quisiera guardar su trabajo, cuando es el tiempo de dejar el lugar. Se
llena de una alegría que lo colma de satisfacción y de plenitud.

Parecería la alegría de alguien que ha encontrado su ambiente vital, es decir que está
satisfaciendo sus exigencias52 vitales profundas, fruto de una relación inenarrable con Dios,
como si en la persona de Dios, “el niño encontrase una connaturalidad una
correspondencia”53, lo cual es como si hubiera un hilo directo entre Dios y el niño. En
muchos atrios o lugares de catequesis del buen Pastor en países y culturas diferentes, los
catequistas hemos experimentado que los niños se encuentran “como peces en el agua”, y
se corrobora así una expresión de Adele Costa Gnocchi, estrecha colaboradora de María
Montessori: “Dios y el niño se entienden”.
Sofía Cavalletti, después de tantos ejemplos vividos, recibidos de otros, leídos, comparte

49
Cavalletti, El potencial religioso del niño. Descripción de una experiencia con niños de 3 a 6 años,
México; Asociación Mexicana para la Formación Religiosa, Manuel Porrúa, S.A., 1ª Ed. En español,
1987 pags. 27-41
50
Ibid. pag. 34
51
Citados en el libro Nº 1 de la Colección Dios y el Niño, ACOFOREC, Bogotá: 2003: López González.
Mª Teresa y López Ramírez, Carmen Patricia, Conozcamos al niño y su relación con Dios, pag. 82
52
Es conveniente establecer la diferencia entre exigencia y experiencia. Exigencia es algo que está más
profundamente en la persona humana y que no depende de esta o de aquella experiencia: es una
potencialidad que pide ser satisfecha, mientras que la experiencia es algo que se ha vivido. Debe suceder
un hecho para que se viva una experiencia, ya sea positiva o negativa.
53
Cavalletti. Sofía, “Come pesci nell’acqua”, en “Il Sicomoro”, revista quadrimestrale di cultura e
política, Nº 7, Inverno, 1998, Roma, 1998, pag. 33-34

53
que la “santa alegría”54 es otra vía para ir a Dios además del camino regio de la Santa cruz,
que es el camino del sufrimiento. Esta vía es el camino que el niño, siendo maestro, nos
indica.

Montessori dice que “la alegría es el índice del crecimiento interior como el aumento de peso es el índice
del crecimiento del cuerpo”55 Sofía Cavalletti piensa que el fenómeno alegría indica la
satisfacción de una exigencia vital profunda, la existencia entre el niño y Dios de una
<connaturalidad> término que preferimos –continúa Cavalletti- al término <innatismo>56,
porque este prescinde de la experiencia, mientras que la connaturalidad es una profunda
exigencia de la naturaleza, y el fenómeno que se ha observado es un estado de ánimo que
surge naturalmente con base en un “encuentro”, en una “relación”, sea a través de un
anuncio de carácter religioso, o con base en elementos imponderables. El niño va a Dios
no por contraste, sino por semejanza, espontánea y naturalmente. Dios que ha creado al ser
humano “a su imagen y semejanza”, encuentra en el niño su semejante. El niño parece
encontrar en Dios una riqueza de amor que aunque es limitada, está en él y busca un polo
de atracción que le corresponda, que le satisfaga, y cuando lo encuentra, se sumerge en él
con un gozo profundo y de satisfacción total. La experiencia religiosa abre a la posibilidad
de una relación con el infinito. También aquí habría muchos ejemplos para narrar.

¿Cómo hace una mamá para saber cuál es el alimento necesario para su niño?

Si este crecimiento interior se observa por la alegría, es notable observar esta y otras
reacciones más en niños y adultos frente a la Parábola del buen Pastor y a otras parábolas
del Reino de los cielos especialmente frente a la de la semilla de mostaza. Son parábolas de
mucha contemplación. Si despiertan esas reacciones quiere decir que son alimento preciso
especialmente para el niño “metafísico” y que hacen crecer interiormente, porque hay una
fuerte presencia de amor de quien te llama por el nombre y gratuitamente te da un Reino.
Dice S. Cavalletti, que “es de esto que el niño tiene hambre y sed”.

Con estas manifestaciones se está frente a otra característica del potencial religioso del niño,
encontrado por estas investigadores Cavalletti-Gobbi: el “NIÑO ES METAFÍSICO”.

Otra manifestación de ese potencial religioso se da en relación a los CONOCIMIENTOS


MISTERIOSOS que los niños tienen en el campo religioso. Los niños saben cosas que
nadie antes les ha dicho57. El siguiente ejemplo entre muchos, nos muestran estos
54
Cavalletti, conferencia Roma, Enero, 1997.
55
Montessori, La auto-educación en la escuela elemental, continuación al método de la Pedagogía
Científica, Barcelona: Editorial Araluce, 1916, pag. 78
56
Innatismo es la teoría que sostiene que existen ideas o nociones innatas, no adquiridas; ideas con las
que se nace.
57
Cavalletti, El potencial religioso del niño...- de 3 a 6 años-, op. cit., cap. 1, pag. 39

54
conocimientos que nadie se explica de donde humanamente les llegan a los “pequeños”: La
Madre Verónica Verónica Namoyo Le Goulard58, pertenecía a una familia donde no se
podía ni siquiera pronunciar el nombre de “Dios”. A los 60 años narra la primera vez que
sintió la presencia de Dios en su vida, cuando tenía 3 y medio años de edad y vivía en el
Norte del África:
“Estaba sobre una pequeña colina y de repente, el cielo sobre mi y de algún modo alrededor mío, se puso
todo como fuego. El esplendor del crepúsculo, quizás se reflejaba en millares de partículas de una arena
pulverizada que todavía fluctuaban en el aire. Era como una inmensa llama plumada toda escarlata de un
polo al otro, que iba del cremesí por una parte y violeta oscuro de la otra. Yo estaba presa en una belleza
infinita y un esplendor radiante y cantante. Al mismo tiempo, con un grito de maravilla en mi corazón he
sabido que toda esta belleza era creada. He conocido a Dios. Esta es la palabra que mis padres me habían
escondido. No tenía nada para nombrarlo: Dios, Alá o Yaveh, como es llamado por los labios humanos.
Pero mi corazón sabía que todo era de Él y sólo de Él y que yo me podía dirigir a Él y entrar en relación
con Él a través de la oración. He hecho mi primer acto de adoración. Esto no es dramático. Sucedió. Y
después de sesenta años está todavía en mí.”
Laura Yisel inició la catequesis a los 2 años y medio. Un día estando en el atrio, salón de
catequesis, al mostrar el mapa de Israel, diciendo que en Belén nació Jesús, la catequista les
pregunta a los niños en qué lugar nacieron. Sus compañeros decían distintos lugares: en
Bogotá, en el hospital de Suba, en la casa... Al preguntarle a ella en qué lugar nació, la niña
respondió: en Dios”. La catequista pensando que la niña no entendió la pregunta, se la repite
y la niña insiste en responder: “en Dios”. ¿Será que ella sabe que nuestro origen está en
Dios?59
La extraordinaria CAPACIDAD DE VER LO INVISIBLE es otra “realidad que el niño
manifiesta mostrándose capaz de ver lo invisible casi en forma más tangible que la realidad inmediata” 60.
“El niño pasa con extrema facilidad de la materialidad de un objeto a su significado profundo en cuanto
“signo” de una realidad diversa. Mirando el sol, un niño pudo decir: “En el cielo hay un cirio pascual
grande. Lo llamamos sol. Pero yo sé que es el cirio pascual, es el signo de la resurrección de Cristo. Mirar
como la levadura hace crecer la masa, es mirar como crece el Reino de Dios>. Parecería que la realidad
trascendente sea para el niño más real y evidente que aquella inmediata y material”61. Daniel Felipe
niño bogotano, de 4 y medio años, al meditar la máxima <Sean perfectos como es perfecto el Padre
que está en el cielo> Mt 5,48, comenta que ser perfecto es “dar el amor que Jesús nos da”.

Una pequeña del Ecuador, cuando la catequista le presenta tantos regalos recibidos el día
del bautismo, al ver la vestidura blanca que muestra cómo queda nuestro corazón al recibir

58
Namoyo Le Goulard. Madre Verónica, A memory for wonders, A true story, San Francisco:
Ignatius Press, 1993, pag. 30
59
Ibid. pag. 84
60
Cavalletti, El potencial religioso del niño...- de 3 a 6 años-, op. cit., pag.40.
61
Cavalletti, Conferencia Enero 1997

55
la luz de Jesús resucitado, expresa que esta vestidura blanca es el uniforme del Reino de
Dios.62

ESENCIALIDAD: significa enfocar el núcleo vital de las cosas, buscando mirar su


profundidad, sin divagar en caminos secundarios. Sofía Cavalletti63 nos dice que entre más
pequeños son los niños, tanto más son capaces de captar cosas grandes y esenciales, por lo
tanto, los temas más grandes debemos darlos a los más pequeños, a un nivel muy alto y sin
temor, permaneciendo fieles a la esencialidad del anuncio. Sin diminutivos ni bromas. Si así
lo hacemos, los niños, especialmente los más pequeños, nos escuchan encantados y felices,
nunca cansados, porque el niño es un exigente y gran maestro de espiritualidad y no se
contenta con elementos superfluos. La vida interior del niño es profundamente seria y sin
rebuscamientos.

Es esencial y lo demostrará a través de la oración y de la respuesta de gozo y


contemplación, cuando el anuncio le es dado de una manera esencial y sin infantilismos.
No nos da la posibilidad de alejarnos del núcleo de los temas. Apenas bajamos el nivel, o
abordamos una cosa secundaria, o con muchas palabras, su atención nos abandona. El niño
exige al adulto un espíritu de pobreza y austeridad que le permita poner en evidencia el
mensaje que quiere anunciar buscando desaparecer detrás de él. Tratará de hacer vida las
palabras de Jesús: <Mi doctrina no es mía sino de Aquel que me ha enviado> Jn 7,16. Es entonces
necesario, por parte del adulto, anunciar la esencia del kerigma. A Javier, de 3 años, la
catequista le presenta los objetos del altar y entre ellos el crucifijo, el cual muestra a Jesús
resucitado (crucifijo de san Damián) con los ojos abiertos; la catequista les dice a él y a sus
compañeros: “Jesús murió, después resucito y está vivo”. Él se queda mirándolo un tiempo sin
decir nada. Luego, sale feliz del salón y a todos los niños que se encuentra y a su profesora
les anuncia: “Jesús está vivo! Jesús está vivo!”.

CAPACIDAD EVANGELIZADORA. El niño anuncia con palabras, pero sobre todo


con su manera de percibir el anuncio, es decir, recibiéndolo con todo su ser, con un gozo
tan profundo que asombra a los adultos que están con él. Samuel, de seis años, mexicano,
estaba viviendo de cerca el problema de una tía, que en un accidente había perdido a su hija
de tres años. Esta madre, un día en la calle, hablaba con su amiga, madre de Samuel,
respecto a Verónica, su hija de siete años quien vivió de cerca el accidente de su hermanita.
Samuel, que por lo visto había seguido de cerca la conversación, en un momento

62
Ejemplo citado en el libro Nº 1 Conozcamos al niño y su relación con Dios, de la colección Dios y el
Niño, op. cit., pags. 85-86
63
Cavalletti, El potencial religioso del niño...- de 3 a 6 años-, op. cit, pag. 48.

56
interrumpe y le dice: “Tía, manda a Verónica a la catequesis, la catequista le presenta el Buen Pastor,
y ¡ya!” Samuel en el Buen Pastor había encontrado el amor y la protección necesarios para
superar el dolor de la muerte. Verónica viene al atrio, y después de unos meses, cuando
conoció y empezó a meditar sobre la Historia de la Salvación, un día exclamó: “Ya mi
hermanita está en el cielo”; y preguntó a la catequista: “cómo hago para que mi mamá conozca la
Parusía? Yo le hablo, pero ella no me entiende”. Verónica ha encontrado la dimensión de la
muerte, la alegría de la Parusía, y quiere que su madre la encuentre. Su madre que vino al
centro por varias sesiones con todos los padres de familia que se preparaban a la primera
Comunión de sus hijos, empezó a conocer la historia de la Salvación; cuando la catequista
le propuso un trabajo sobre la Parusía, un grande y conmovedor llanto la estremeció. Un
día en su oración, expresó las gracias a Dios porque su hija está en la catequesis. Ella quiere
continuar su formación. Samuel y Verónica con su capacidad evangelizadora, han iniciado
la evangelización de la madre de Verónica>64.

Otra manifestación de su potencial religioso es la CAPACIDAD DE ORACIÓN: Los


niños oran con gran facilidad, están siempre dispuestos a la oración e involucran todo su
ser, incluyendo su cuerpo. Un ejemplo de ello es Stefanía, niña romana que vive en la
alegría hasta poder decir, después de haber orado largamente con sus compañeritos: “Mi
cuerpo está contento”. La oración del niño se expresa en la alabanza y en el agradecimiento. Un
agradecimiento que cubre todas las realidades de la vida: la luz, la Biblia, las parábolas, la
sopa, las piernas para correr, etc. Se expresa con pocas palabras: “bondad, luz, Amén; gracias
por ti, gracias por mi, gracias por la luz”. 65.

En la Catequesis del Buen Pastor, constantemente nos hacemos estos cuestionamientos:


¿Cómo es la oración de los niños especialmente de los menores de 6 años? y ¿Qué puede
hacer el adulto para ayudarles en la oración?

La oración de los niños se expresa con pocas palabras, en frases breves y esenciales. No
necesita el discurso largo y lleno de peticiones del adulto. Por esto es importante no dar
oraciones largas y complicadas a los pequeños. Ya llegará el día en que habiendo meditado
el contenido de estas, poco a poco las aprenderá como el Ave María y el Padrenuestro y
otras fórmulas.

Lo importante en este momento es dejar que el niño exprese espontáneamente a Dios lo


que hay en su corazón. La oración es diálogo con Dios y no memorización, ni repetición de
frases compuestas por adultos. Si se está convencido que se está ayudando a la relación del
64
Bonilla París. Nora María, Catequesis del Buen Pastor en la revista Catequesis Latinoamericana.
Departamento de Catequesis del CELAM. 1982, México: Etapa 4 No. 5, pag 42 -43
65
Cavalletti, El potencial religioso del niño...- de 3 a 6 años-, op. cit, pag. 121

57
niño con Dios, debemos ser pacientes y esperar el momento oportuno para darles fórmulas
de oración. La mamá de Daniela, de tres años, le comenta a la catequista cómo su hija le
enseña a orar porque ella siempre pide muchas cosas a Dios, en cambio su hija antes de
dormir sólo sabe agradecer. Da gracias a Dios por su papá, por su mamá, por su hermana,
por sus amigas del jardín, por sus abuelitos y termina dando gracias por la vida66.
Para los niños mayores de seis años, en cambio, las oraciones ya elaboradas serán un apoyo.

“La oración tiene una importancia especial en la vida de los niños pequeños, no sólo por la gran capacidad
que han demostrado en este campo, sino porque aún no participan plenamente en la Eucaristía” 67 y
entonces, es la oración, la principal manera de nutrir la vida bautismal, de entrar en relación
con Dios y de prepararse a recibir la comunión para participar más vivamente en la
Eucaristía, que es la oración más completa y agradable al Padre.

La oración del niño es diferente en la forma y en la modalidad a la del adulto. Es de


determinadas pero sin involucrarse interiormente y esto sería, tal vez, arrancar la oración
de la vida del niño.

“Aunque el niño pequeño ora con pocas palabras (ejemplo: bondad, luz. Amén) esto no significa que lo
hace por corto tiempo. La actitud interior del niño al orar, suele durar un largo rato” 68 y muchas veces
son seguidas de silencios. El ritmo del pequeño es diferente al nuestro, por ello no
debemos interrumpir estos silencios pensando que son vacíos.

La oración del niño es exclusivamente de alabanza y no de petición. Los niños de un grupo


de catequesis de 3 a 5 años de edad, en Bogotá, después de la celebración de la luz, oraron
así: “¡Jesús es lindo!, ¡Jesús es bello!, ¡Gracias Jesús!, ¡Gracias por la luz!”. El no siente la necesidad
de pedir, tal vez, por tener la certeza de estar permanentemente en presencia de Aquel que
lo ama.

La oración del niño no es mágica. Es decir, que a diferencia del adulto, ellos no pretenden
cambiar la voluntad de Dios según su propia conveniencia, manipularla y sacar ventaja. Más
adelante, entre los 6 y 8 años, el niño entrará en la etapa de formación de la conciencia, y
los elementos de la oración se parecerán más a los del adulto. Serán oraciones más
estructuradas, e involucrarán el deseo de pedir perdón por no poder responder al gran
amor de Dios y pedirle su ayuda al reconocer su propia incapacidad.

Entonces, ayudar al niño a adquirir esta agilidad interior para comunicarse con Dios en el
secreto de su corazón, se convierte en el aspecto más comprometedor del adulto
preocupado por la formación religiosa del niño.
66
Colección Dios y el niño, Nº 1 pag 88-89
67
Cavalletti, El potencial religioso del niño...- de 3 a 6 años-, op. cit, pág. 119
68
Cavalletti, El potencial religioso del niño...- de 3 a 6 años-, op. cit., pag. 121

58
Estas características de la potencialidad religiosa del niño, especialmente del menor de 6
años, son grandes aportes que las investigadoras S. Cavalletti y G. Gobbi ofrecen a la
humanidad, y que completan la visión del niño de M. Montessori.

Además, observaron que los niños de la misma edad aun de culturas y medios
socioeconómicos diversos tienen reacciones iguales frente a los mismos anuncios y que sus
respuestas son similares en los trabajos de grupo. Con esta larga y variada experiencia,
podemos responder que el niño pequeño sí es capaz de entrar gozosamente en un proceso
de formación catecumenal, de iniciación cristiana, con la esencialidad de los anuncios del
misterio cristiano, lo que equivale a decir que tiene la capacidad para recibir e interpretar
estos anuncios esenciales del cristianismo, iniciándose desde los 2 y medio años. Es capaz,
porque posee un potencial especialmente en el campo religioso, cuyas manifestaciones,
descritas anteriormente, son observadas constantemente.

Por lo tanto, otro significativo e importante aporte de este trabajo de la Catequesis del
Buen Pastor en esta cincuentenaria experiencia, es el saber qué hacer y cómo hacer con
los niños desde tan tierna edad y cómo ayudar a las familias en la educación en la fe
después del bautismo. Se tiene un modo de relacionarnos con el niño según la edad y también
una metodología para presentar el kerigma a niños y adultos que les ayuda al encuentro
personal con el Único Maestro: Cristo, y a descubrir cómo ser su discípulo.

Este qué y cómo hacer, es un itinerario de “anuncios bíblico-litúrgicos que sistematizada y


ordenadamente se va viviendo con los niños. Lo anterior no ha sido el resultado de un
trabajo de escritorio de los adultos. Son los mismos niños por su “esencialidad” y por el
“gozo” con el que acogen el kerigma, quienes han guiado a los adultos hacia la selección
procesal de los anuncios que responden a las exigencia vitales de cada edad y que les atrae a
participar en los encuentros de catequesis.

Estos resultados obtenidos son aportes muy importantes como servicio a las iglesias
particulares para la formación del cristiano en un proceso integral a partir de las exigencias
vitales de cada edad.

Por todo esto podemos afirmar que la e s e n c ialid ad d e lo s n iñ o s e s u n c am in o p ara la


re n o v ac ió n d e la Ig le s ia, porque ayuda a la formación en la base de su ser cristiano que es
la relación personal con Dios, que lo lleva al seguimiento detrás de su buen Pastor.

A MANERA DE RESUMEN, CONOZCAMOS LOS ASPECTOS


FUNDAMENTALES DE LA CATEQUESIS DEL BUEN PASTOR:

59
 Su carácter investigativo, fruto de la observación científica de las reacciones de los seres
humanos de edades y ambientes socioculturales diversos, frente a anuncios de la revelación del
misterio de Dios que se les presentan. Se ha observado que estas temáticas bíblicas y litúrgicas,
satisfacen exigencias vitales del niño en su desarrollo evolutivo y también del adulto. Se han
encontrado y corroborado, durante estos años, anuncios que ayudan al encuentro con Dios
tanto del adulto como del niño en las diversas edades (desde los dos años en adelante) y que
hoy la Catequesis del Buen Pastor ofrece en un proceso catecumenal de Iniciación Cristiana en
Iglesias particulares en los diversos países en donde se está aplicando.

 Es ajena a sistemas tradicionales escolares, en términos de controles, exámenes,


tareas, toma de lecciones, etc. Se busca estimular a la persona humana en el descubrimiento de
Jesús, su Padre, su Espíritu, las relaciones entre ellos y con nosotros y su Reino.

calidad especial, es silenciosa y contemplativa. Un niño de un año, puede estar en un largo


silencio contemplativo frente a un atardecer o al vuelo de un pájaro o de una mariposa.
Frente al Santísimo cuando lo visita con su madre que lo lleva en brazos, permanece
tranquilo aún estando despierto. Todo esto es oración. La abuelita de Klaus, niño de dos
años, le muestra al niño el icono de la Trinidad de Andrei Rubliov y le dice: “Ellos se quieren
mucho. Son el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo”. Klaus mirándolo, responde: “amén” en tono de
canto litúrgico. Isabel, niña bogotana, en brazos de su madre, está tranquila durante la
oración del santo rosario en familia, y al final, ya quiere bajarse y caminar como si dijera
con su actitud: ya pasó la oración, ahora continúo en mi quehacer.

Sería equivocado darle al niño los esquemas de oración del adulto. Se correría el riesgo de
apagar, como dice Sofía Cavalletti, la expresión espontánea de su relación con Dios,
además de que se podría arraigar la idea de que cuando se hace oración, se deben decir
ciertas palabras La actitud del adulto catequista, que es la del “siervo inútil” del Evangelio
(Lc 17.10). ¿Quién es? Es aquel que hace lo que debe hacer y se manifiesta “inútil” cuando se
da cuenta de que el resultado de lo que hace supera en mucho, lo que ha podido hacer: es en la
desproporción entre lo que se hace y los resultados obtenidos que nos damos cuentade qué
pequeños somos y cuán precioso es el “don” que encontramos milagrosamente en nuestras
manos. El adulto actúa con un profundo respeto al catequizando y propicia un ambiente
especial para que se dé el encuentro entre Dios y su criatura de una manera orgánica como lo
recomienda el documento “Catequesis para Nuestros Días”, de Su Santidad Juan Pablo ll 69.

69
Juan Pablo II, Exhortación Apostólica Catechesi Tradendae, al episcopado, al clero y a los fieles de
toda la Iglesia sobre la Catequesis de nuestro tiempo, op. cit., Nº 18

60
 El procedimiento que utiliza es un método de conocimiento “en espiral”, en el sentido
que se inicia a la persona humana, desde muy pequeña en la contemplación de los temas más
esenciales del cristianismo y en un segundo momento se va extendiendo esta presentación en
círculos cada vez más amplios, vinculando cada tema a los ya considerados inicialmente, y a
otros que surgen con la experiencia personal de lo esencial. El método en espiral regresa al
tema ya contemplado, pero en el proceso lo sitúa en una perspectiva diferente y más
comprehensiva, ampliándose en extensión, a medida que la persona va creciendo en el
proceso y el niño va desarrollando sus potencialidades. Se hace mediante parábolas, máximas,
narraciones de hechos históricos, además del método de los signos utilizados por la Iglesia
(anuncios que se especificarán mas adelante). Se presentan la Biblia y la Liturgia en su
inseparable unidad, así como la historia del Reino de los cielos en su inmensidad, en los dones
de Dios al ser humano, y en el proyecto de Dios con la criatura y los pueblos, las principales
etapas de esta historia del reino relacionadas tipológicamente y la formación moral desde sus
fundamentos en el kerigma hasta la respuesta personal y comunitaria. Esta temática acompaña
al ser humano en su maduración integral ofreciéndole los contenidos fundamentales de la
Iniciación Cristiana en forma procesal y orgánica, así como también una iniciación en la vida y
culto de la Iglesia, y su misión en el mundo.

 La catequesis del buen Pastor es fiel a los anuncios que han permanecido en la tradición
de la Iglesia. Tales como el Buen Pastor, la Luz, la Vid Verdadera, la mezcla del agua y el ivno,
etc.

 Es de carácter antropológico en el sentido de que a partir de las exigencias del ser


humano según las edades, le ayuda a vivir una experiencia de Dios como en la Edad de Oro
de la Catequesis Patrística.

 Es Cristocéntrica–Trinitaria. Inicia el kerigma con la persona de Cristo y a partir de Él,


se anuncia la Trinidad, sin hacer de ella ninguna presentación doctrinal o teológica, sino que
habla de ella a través de la obra que cada Persona hace en nosotros, en particular en la liturgia.
Se inician los anuncios con el Nuevo Testamento y la Liturgia Eucarística y Bautismal.

 Es ecuménica en el sentido que está abierta a todos los cristianos de confesiones


diferentes y tareas diversas en la Iglesia, y hoy en día está de hecho difundida entre los
episcopalianos, luteranos y metodistas, especialmente en Norteamérica.

61
En este medio siglo, el fruto de esta investigación ha sido la presentación de una temática
fundamental kerigmática para adultos y niños en un proceso de Iniciación Cristiana.Se han
desarrollado actividades importantes a nivel nacional e internacional.70

70
En 1993 se realizó en Roma el Primer Congreso Internacional de la Catequesis del Buen Pastor
con asistencia de 48 personas, representantes de 7 países (Alemania, Argentina, Canadá,
Colombia, Estados Unidos, Italia y México) en los cuales ya había una trayectoria de varios años
en el desarrollo de la Catequesis y se habían constituido algunas Asociaciones.

En Febrero de 1995, se desarrolló en la ciudad de Guadalajara, México, el Primer Congreso


Nacional de Catequistas del Buen Pastor al cual asistieron aproximadamente 600 catequistas y
sacerdotes de los distintos rincones del país y se vivió una gran experiencia eclesial. De Colombia
fue una delegación de 5 personas y además de participar en el Congreso, estas personas
conocieron varios centros de catequesis y centros de formación de niños en la pedagogía
Montessori. En Noviembre de 1999 se desarrolló en Mérida Yucatán, el segundo Congreso
Nacional Mexicano con asistencia de 700 catequistas mexicanos y algunos argentinos. En
Noviembre 2006, en Chihuahua, el tercer congreso nacional con asistencia de aproximadamente
700 catequistas. Se han desarrollado varios encuentros nacionales de actualización para
formadores de catequistas del buen Pastor.

En Octubre 26 de 1996 quedó constituido el Consejo Internacional de la Catequesis del Buen


Pastor con representación de Canadá, Estados Unidos de Norteamérica, Estados Unidos de
México, Colombia, Argentina, Alemania e Italia, países de más recorrido en la catequesis del
Buen Pastor. En Asís - Italia- Septiembre 7 al 12 de 1997, se desarrolló un retiro y encuentro
Internacional ecuménico, con el tema “La Palabra, la Eucaristía, el Niño”, con la participación de
199 catequistas de16 países. De Colombia hubo una delegación de 8 personas miembros de la
Asociación Colombiana para la Formación Religiosa Católica “ACOFOREC”, encargada de la
Catequesis del buen Pastor. En Octubre 1999 se celebró en Roma, la segunda reunión del
Consejo Internacional de la Catequesis del Buen Pastor, en la cual se revisaron y
reorganizaron las características que identifican la catequesis del Buen Pastor, tomados de la
observación y reflexión del trabajo durante los casi 50 años de vida en la Iglesia, que llevaba
en ese momento la catequesis. Cada tres años se encuentran los representantes de las
Asociaciones en la reunión trienal del Consejo Internacional. En Noviembre 2004 se
celebraron en Roma y en los diversos países, el cincuentenario de existencia de la Catequesis
del buen Pastor en el mundo. En Bogotá, Colombia, en 2002, se inauguró el Instituto de
Investigación y Formación Catequética “Buen Pastor”, que cumple las funciones indicadas en
su nombre. Funciona en una casa dada en comodato por la Arquidiócesis de Bogotá. Serían
muchos los acontecimientos nacionales e internacionales a enumerar, pero no se puede
dejar pasar el hecho de que en la India el pasado mes de febrero, se desarrolló el capítulo
general de las Hermanas Misioneras de la Caridad, de Madre Teresa, y han optado por la
Catequesis del buen Pastor para toda su comunidad (alrededor de 5000 hermanas en el
mundo), no sólo para aplicarla en sus trabajos apostólicos sino en la formación de sus
hermanas. Todas las que trabajan en Centro América ya han recibido desde 1997, tres cursos
en Panamá, y la están trabajando con “los más pequeños entre los más pequeños” en el

62
Entonces, ¿qué podemos concluir?

Concluimos que el niño parece vivir con una profunda alegría el contacto con las fuentes
del mensaje cristiano. Hay que conocerlo en su esencialidad. Y entrar poco a poco en el
misterio de relación entre Dios y el “pequeño”, que lleva a Jesús a colocarlo como modelo
del Reino. La respuesta que da al Pastor que lo <llama por el nombre> es verdaderamente de
la mejor calidad: es gozar la voz que resuena en el corazón y la presencia del buen Pastor en
su vida; es gozar la posibilidad de establecer la relación con Él.

La experiencia religiosa para el niño no depende de fatigosas y a veces hasta dolorosas


búsquedas, como ocurre con frecuencia con los jóvenes y los adultos en la edad madura. La
relación con Dios que se manifiesta en sus dibujos, en sus oraciones, en sus comentarios es
una relación que va mucho más allá de cualquier expectativa en el plano de los contenidos,
pero lo que más cuenta es que parece ser vivida por el niño con la satisfacción completa de
toda su persona; se podría decir que él vive la relación como “realización del ser”, como dice
Bultman.

El niño parece vivir en lo que el Evangelio llama el Reino de Dios como quien ha
encontrado en él su ambiente natural, y en una actitud que se podría definir como la del
pez en el agua.

Para el adulto que quiera conocer a los niños en su experiencia religiosa, es necesario darse
cuenta cómo ellos pueden ser capaces de vivirla, para no arriesgarnos a falsearla con
apresuramientos equivocados. La actitud del adulto, al tratar de entrar en este misterioso
“Jardín de Edén” de la infancia, debe ser la de una persona que se mueve con pasos
afelpados desencajando los ojos con admiración creciente frente a manifestaciones que
infunden profundo respeto.

Además, el adulto, dispuesto a reconocer en el niño un maestro espiritual, puede encontrar


en él a alguien que le señala en la relación con Dios, un camino diferente de aquel que le es
habitual. En efecto, a diferencia del adulto, el niño parece vivir la experiencia religiosa
como puro don y, como tal, el camino que lleva a ella no es, como lo dice una cierta
espiritualidad “vía real de la santa Cruz”71.

La vía de la experiencia religiosa en el niño es “la vía real de la santa alegría”.

sentido evangélico. Las razones que han explicado al optar por ella, han sido la contemplación
y la pobreza. Dice Sofía Cavalletti que “la colaboración de estas hermanas abre a nuestra
catequesis las puertas del terreno más fértil para la Palabra de Dios”.
71
Tomás de Kempis, La imitación de Cristo, Libro II, cap 12.

63
Frente a esta constatación, la molestia que se puede probar en el “violar” de algún modo
los secretos del niño con Dios, debe ser superada, transformándose en un sentido de gran
reconocimiento como cuando se está frente a un privilegio: el privilegio de ser admitidos a
penetrar en este mundo misterioso, bellísimo y diferente del nuestro de adultos.

Ponencia para participar en el Congreso de OPTANTES. Bogotá, Octubre 15 de 2009

NORA MARIA BONILLA PARIS

Licenciada en Trabajo Social de la Universidad Nacional de Colombia,

Máster en Administración Pública de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Estudios de Teología de la Universidad Iberoamericana de Ciudad de México.

Máster en Educación de la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá.

Máster en Teología de la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá.

Diplomada en catequesis del Buen Pastor del Centro de Catequesis del Vicariato de Roma.

Cofundadora de la Asociación Colombiana para la Formación Religiosa Católica y del


Consejo Internacional de la Catequesis del Buen Pastor con sede en Roma.

Coordinadora del Instituto de Investigación y Formación Catequética “Buen Pastor” en


Bogotá.

Autora de varios artículos y del Libro Ensayo de Teología de la Infancia –Una experiencia de Dios
en niños menores de seis años-. Trabajo investigativo. Bogotá: Instituto de Investigación y
Formación Catequética “Buen Pastor”, Asociación Colombiana para la formación Religiosa
Católica “Acoforec”, Agosto 2008

64
INICIO

Propuesta
ECOTEOLOGIA y RESPONSABILIDAD SOCIAL

ECOTEOLOGIA Y RESPONSABILIDAD SOCIAL

Por: Alirio Cáceres Aguirre72


Director Equipo de Investigación “ECOTEOLOGIA”
correo-e: ecoteologia@gmail.com

“El compromiso de una religión con la


sustentabilidad socio ambiental y la justicia
es criterio actual para su credibilidad”
(Frei Betto – Marcelo Barros
En :“O amor fecunda o universo”)

72
Diácono Permanente (Arquidiócesis de Bogotá, Colombia). Ingeniero Químico Ecoambientalista, especialista en
Educación, Magister en Teología. Integrante de Amerindia-Colombia. Docente e investigador de la Facultad de
Teología, Pontificia Universidad Javeriana. Consultor de proyectos ambientales, pedagógicos y pastorales. Carrera
5 N° 39 -00 Edificio Arrupe S.J. Piso 2 Bogotá D.C., Colombia. Tel: 0057-1-3208320 ext 5654-5665. Celular 315
7404541 correo-e acaceres@javeriana.edu.co

65
Las ideas, intuiciones e inquietudes que se plantean en este texto tienen su antecedente más
reciente en la experiencia vivida durante el Foro Social Mundial (FSM) y el Foro Mundial
de Teología y Liberación (FMTL) realizados en Belem, Estado de Pará, en la Amazonía
brasileña. A su vez, puesta en diálogo con mi trabajo de investigación para obtener la
Maestría en Teología en la Universidad Javeriana de Bogotá, titulado “Presupuestos
Epistemológicos y Criterios Metodológicos para una Pastoral Ecológica Pertinente”.
Recientemente, en el marco de los Entremeses Teológicos que organiza la misma facultad,
presenté algunas pautas para responder a las preguntas ¿Qué significa hablar de Pastoral
Ecológica hoy?, a su vez conectada con ecología: ¿grito de la tierra? ¿Grito de los pobres?
¿Grito de Dios?

Obviamente tras dicho ejercicio académico hay huellas de vivencias como por ejemplo las
búsquedas y aprendizajes en el grupo CREACION para hacer lectura ecoambiental de la
Biblia, la conciencia obtenida como participante de un grupo de teatro-danza dedicado a
montar una obra sobre la vida de Francisco de Asís, los trabajos comunitarios en sectores
populares a través de la Obra Kolping o los descubrimientos por medio de las tecnologías
apropiadas en el uso de la energía solar, las microcentrales hidroeléctricas y el biogás
obtenido desde el estiércol de los animales de establo.

Aun recuerdo las escenas maravillosas de contemplar la danza de las estrellas tendido sobre
el pasto durante los campamentos misión con los frayles y hermanas dominicas, el encanto
del agua transparente bajando hacia los valles y el paisaje verde de las imponentes montañas
como marco de la ingenua bondad de los campesinos de aquella región colombiana. Tal
evocación paradisíaca, se confronta con el impacto existencial ante el martirio de Chico
Mendes y el aun más reciente sacrificio de la Hermana Dorothy Stang, el crujir de los
arboles, la sangre de las focas, las manchas de petróleo, el hedor de las aguas putrefactas, las
cicatrices de la erosión incontrolada, la nube silenciosa de las fumigaciones agresivas y
tantas otras expresiones de agonía de toda forma de vida en el planeta.

Recuerdo a mis hijos, tres poderosas razones para creer y soñar otro mundo posible. Me
pregunto dónde jugarán los niños y dónde dormirán los pobres. Exploro argumentos para
articular lo ecológico de la teología con lo teológico de la ecología en clave de justicia, paz y
desarrollo alternativo.

66
Lo que quiero decir es que tras estas líneas hay una experiencia previa y un proyecto de
vida. De las muchas formas como Dios habla y ha hablado, la Creación ha sido para mí un
texto, una cartilla para acercarme a su inefable misterio. Por eso no puedo continuar sin
invocarlo, haciendo explícito mi anhelo de eternidad, mi alegría por sentirme amado por el
Amor de los Amores y mi devota plegaria para que “la” Espíritu renueve la faz de la tierra
según su voluntad de plenitud para todo lo que existe.

Alaben al Señor desde la tierra, monstruos del mar y abismos todos;


Fuego, granizo, nieve y humo, viento huracanado que cumple sus órdenes;
Montes y todas las colinas; Árboles frutales y cedros;
Fieras y animales domésticos, Reptiles y aves que vuelan,
Reyes y pueblos del mundo, Príncipes y jefes de la tierra,
Los jóvenes y también las muchachas, Los ancianos junto con los niños;
Alaben el Nombre del Señor, El único Nombre sublime,
Su majestad sobre el cielo y la tierra. (Salmo 148, 7-13)

Dado el interés que este evento contribuya a configurar más claramente la responsabilidad
social de la vida religiosa asumiendo una acción pastoral que, proféticamente, promueva la
transformación de la crisis actual mediante la reivindicación de la dignidad de la Creación y
en comunión con ella, de toda la humanidad, plantearé algunos lineamientos
epistemológicos y metodológicos, socializaré algunos de mis sueños y experiencias, para
sembrar inquietudes y abrir horizontes hacia lo que denomino una “Pastoral Ecológica
Pertinente” y que articula la Ecoteologia con la responsabilidad social.

Desde este contexto, con estos pretextos, ha de comprenderse este texto. Una experiencia
de vida, hambre y sed de Dios, anhelos de pan compartido, búsquedas colectivas para
defender la vida y tejer lazos de unidad en la diversidad, son notas que no se pueden
marginar como insumos a la pregunta sobre la relación de la sustentabilidad de la vida con
la espiritualidad.

Partiendo de la pregunta ¿Qué está pasando? para describir la fenomenología de la crisis


ambiental, se origina la pregunta ¿Por qué pasa lo que pasa? Lo que conduce a identificar
las diferentes explicaciones de las ciencias y las comprensiones de orden social, religioso y
teológico sobre lo que acontece. En este marco, se plantea que la Ecología, la Ecoteología

67
y la Ecosofía son maneras de interpretar la realidad, cada una con su forma de aproximarse
al fenómeno. Se plantea, a la vez, que se requiere de su articulación para dar respuestas más
de fondo a las urgencias de la humanidad y del planeta.

De este proceso que aquí se denomina “pasos hacia una hermenéutica ecoteológica”73, se
derivan hondas implicaciones a nivel de la espiritualidad, la pedagogía, la gestión y los
núcleos fundamentales del quehacer teológico, por cuanto se invita a una revisión de los
presupuestos epistemológicos y criterios metodológicos a partir del abordaje de la realidad
ecológica en perspectiva de fe y pretensiones de liberación.

De una u otra manera, el momento primero es la situación ambiental de la Tierra que, en el


lenguaje de Habermas, se lee e interpreta desde los intereses de las ciencias empírico-
analíticas, histórico-hermenéuticas y crítico- sociales. En este enfoque se sitúa la
exploración sobre el papel de la Teología y las conexiones ente sustentabilidad de la vida y
espiritualidad.

1. ¿QUÉ ESTA PASANDO?

Según los datos actuales de la ciencia hay tres macro-problemas que cobijan a todo este
frágil globo azul que llamamos Tierra: a) El cambio climático b) La pérdida de la capa de
ozono c) La disminución en los índices de biodiversidad.

El cambio climático se produce por la elevación de la temperatura74 promedio del planeta,


causada por la presencia de CO2 (dióxido de carbono) en la atmósfera. Dicho gas resulta
de la combustión de hidrocarburos como el carbón y los derivados del petróleo o la
descomposición natural de algunas sustancias en el agua y el suelo.

73
En alusión directa al aporte de Gregory Bateson en su libro “Pasos hacia una Ecología de la mente”.
74
En los últimos decenios la temperatura media de la tierra ha aumentado en torno a 0,5 °C. El contenido de CO 2
en la atmósfera ha crecido en un 20% en los últimos 100 años, pasando de 280 ppmv a 358 ppmv. ARROYO ILERA
Fernando, CAMARERO BULLON Concepción y VASQUEZ VARELA Carmen. Análisis de los problemas
medioambientales. En: BALLESTEROS, Jesús y PEREZ ADAN, José. Sociedad y medio ambiente. Madrid: Trotta,
1997 Pág. 55 - 56. También el documental “Una verdad incómoda” (An Inconvenient Truth), premio Oscar 2006,
dirigido por Davis Guggenheim y protagonizada por Al Gore, contiene múltiples datos al respecto del “calentamiento
global”. El texto impreso tiene por referencia bibliográfica: GORE, Albert. Una verdad incómoda la crisis planetaria
del calentamiento global y cómo afrontarla. Barcelona, España : Editorial Gedisa, 2007. Al respecto vale la pena
resaltar que el ex vicepresidente de EEUU Al Gore y el Grupo Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC)
de la ONU, y su presidente, el indio Rajendra Pachauri, fueron los ganadores del Premio Nobel de la Paz 2007.

68
Además del dióxido de carbono, la presencia de metano, óxidos de nitrógeno y
otros gases en la atmósfera, absorben buena parte de la radiación infrarroja
solar, lo que genera un calentamiento similar al de un invernadero, de ahí su
denominación “efecto invernadero” (o “efecto estufa”). El pronóstico respecto
al aumento de la temperatura de la tierra en los próximos 50 años, puede ser
del orden de 3 a 5 grados centígrados, si se duplica la cantidad de CO2 en la
atmósfera. Mucho se ha especulado al respecto tanto en los medios de
comunicación, el cine y foros públicos, sobre lo que sucedería con el deshielo
de los casquetes polares, el aumento del nivel del mar, la mutación de las
estaciones y la readaptación de las especies a las nuevas condiciones
planetarias, pero lo cierto es que hay una alarma generalizada ante inviernos
cada vez más rigurosos, inundaciones, tsunamis, huracanes, períodos de calor,
grandes incendios que año tras año ocasionan muertes y destrucción de
ecosistemas.(Cáceres, 2008: 42)

El adelgazamiento y rompimiento de la Capa de Ozono (O3) se debe las reacciones


químicas que se suscitan en la atmósfera al descomponerse los gases clorofluorcarbonados
(CFCs) por acción de la radiación solar. El cloro reacciona con el ozono (O3) y lo reduce a
oxígeno (O2).

Los clorofluorcarbonados se utilizan, aunque cada vez con menos frecuencia, en los
aerosoles, los refrigeradores y sistemas de aire acondicionado y tienen la capacidad de
mantenerse por largo tiempo en la atmósfera. El asunto es que el ozono cumple una
función reguladora para mantener la vida sobre la Tierra puesto que atrapa la radiación
ultravioleta que puede ser letal, ya que la exposición directa es responsable del cáncer en la
piel y de alteraciones en el código genético (ADN).

El tercer problema macroecológico es la disminución de la diversidad de la vida, que se


entiende como la desaparición de fauna, flora y de sus hábitats, especialmente en zonas
tropicales y ecuatoriales. En el artículo 2 del Convenio sobre Diversidad Biológica75
celebrado en Río de Janeiro en el año 1992, se definió la diversidad biológica como "la

75 ONU. Convenio sobre Diversidad Biológica. Separata con los documentos suscritos durante la Conferencia
Mundial del Medio Ambiente y Desarrollo, Brasil-92. Revista Ecológica. N° 11 – 12 Fundación Friedrich Ebert de
Colombia (FESCOL) ISSN 0121-3725 1992. pág. 4. Versión en Internet del Convenio
http://www.cbd.int/doc/legal/cbd-es.pdf (Consultada el 24 de julio de 2007)

69
variabilidad de organismos vivos de cualquier fuente, incluidos, entre otras cosas, los
ecosistemas terrestres y otros ecosistemas acuáticos, y los complejos ecológicos de los que
forman parte". La expresión “biodiversidad” incluye tres ámbitos complementarios entre
sí: la diversidad de especies, la diversidad de ecosistemas y la diversidad genética. Son
aterradoras las cifras de extinción de la vida por uso directo de flora y fauna por parte del
ser humano o perturbación irreversible de su hábitat y por ende de sus condiciones
mínimas para sobrevivir.

Sobre estos tres grandes indicadores macroecológicos de la crisis ambiental hay


registro fotográfico a través de imágenes satelitales76 y múltiples sistemas de
medición que corroboran la gravedad de la situación año tras año. Es
importante anotar lo que ha significado para el ser humano contemplar la
fragilidad del Planeta Tierra en la inmensidad del universo, lo que Carl Sagan
llamó un “pálido punto azul”77, y que ha servido para generar un cambio
paradigmático similar al de la revolución copernicana (que superó el
geocentrismo) o los virajes cosmológicos que implica la Teoría de la
Relatividad de Einstein o la Teoría del Universo en Expasión promovida por
Friedman y Lemeitre, Hubbles y Gamow durante la primera mitad del siglo
pasado o más recientemente, Stephen Hawking. Esta ruptura epistemológica
ha contribuido a fomentar una visión global del “oikos” más allá de las
divisiones político – administrativas y de los criterios que generan exclusión,
divisiones y sectarismos.(Cáceres, 47)

Además, de estos tres grandes problemas que abarcan todo el planeta, existen otros de
carácter más regional y local, referidos a la contaminación, entendida como

76 Algunos ejemplos de este tipo de fotografías se pueden observar en el mapa de la polución de Europa de la
Agencia Espacial Europea http://www.esa.int/esaKIDSes/SEME173AR2E_Earth_0.html, Visible Earth de la NASA
http://visibleearth.nasa.gov/ y Red Astroseti, portal de divulgación científica de la NASA
http://ciencia.astroseti.org/nasa/articulo_684_escudrinando_agujero_capa_ozono.htm (consultadas el 25 de julio de
2007)
77 Son famosas las imágenes de un amanecer de la Tierra desde la luna, captada por el astronauta William Anders

desde el Apolo 8 el 24 de diciembre de 1968 y la emblemática “canica azul” tomada por los tripulantes del Apolo 17,
el 7 de diciembre de 1972, utilizada posteriormente en la “bandera de la Tierra” según el diseño inicial que John
McConell, un activista del pacifismo, realizó para el primer Día de la Tierra, celebrado el 22 de abril de 1970 en
Estados Unidos de América. Algunas de estas imágenes se pueden apreciar en
http://fogonazos.blogspot.com/2007/06/visiones-de-la-tierra.html (Consultada el 25 de julio de 2007)

70
Todo cambio indeseable en las características del aire, el agua, el suelo o los
alimentos que afecta nocivamente la salud, la supervivencia o las actividades de
los humanos u otros organismos vivos. La mayoría de los contaminantes son
sustancias químicas sólidas, líquidas o gaseosas producidas como subproductos
o desechos cuando un recurso es extraído, procesado, transformado y
utilizado. La contaminación también puede tener la forma de emisiones de
energía, indeseables y perjudiciales, como el calor excesivo, ruido o radiación
(Arroyo, 67).

En la historia del cosmos se presentan casos de contaminación por factores naturales,


como por ejemplo las erupciones volcánicas, en los que la misma naturaleza mitiga los
impactos diluyendo o dispersando el agente contaminante. El problema es que toda
actividad humana genera un impacto (positivo o negativo) sobre el entorno pero en
muchas ocasiones la presión ejercida sobre el ecosistema supera su capacidad de
asimilación y resiliencia78 generando un desequilibrio mayor y alterando sustancialmente la
estructura y dinámica de la vida.

Así, se perciben síntomas evidentes de contaminación en las fuentes de agua, el aire, los
suelos y se habla de la contaminación visual, auditiva, electromagnética, según se afecten los
sentidos y se identifican acciones humanas que causan impactos nocivos en el equilibrio de
los ecosistemas por cuanto se generan residuos sólidos (basuras), líquidos y gaseosos; se
utilizan fuentes de energía, se extraen minerales, maderas, pieles, etc o se construyen obras
civiles que implican la destrucción de la biodiversidad , se implementan procesos
agropecuarios que perturban la dinámica de los suelos, la flora y la fauna (entre ellos los
más impactantes son el uso de productos químicos y organismos genéticamente
modificados – transgénicos- con el fin de acelerar la producción de alimentos).

Estos síntomas hacen que entre los diversos actores sociales (Estados, empresas, iglesias,
grupos étnicos, partidos políticos, medios de comunicación y otras organizaciones) se hable
de una crisis, por cuanto se están perdiendo las condiciones para la vida en el planeta. A su
vez, cada día hay mayor interés por buscar nuevos mecanismos de mitigación, restauración

78
Gunderson y Holling (2001, en Carpenter et al 2001) definen resiliencia como “la capacidad de un sistema a estar
sometido a un disturbio y mantener sus funciones y controles”.Por otro lado, Pimm (1984, en Carpenter et al 2001)
la define como “la habilidad del sistema de resistir un disturbio y la proporción con la cual regresa al equilibrio
anterior al disturbio”.Consultado en la página del Instituto Nacional de Ecología de México
http://www.ine.gob.mx/dgoece/glosario.html el 15 de agosto de 2006.

71
y prevención de los impactos que la gestión humana (producción y consumo) está dejando
en la faz del planeta.

2. ¿POR QUÉ PASA LO QUE PASA?

Al indagar las raíces de dicha crisis, surgen diferentes explicaciones y comprensiones. Las
explicaciones que provienen de las ciencias de corte empírico – analítico identifican que,
por ejemplo, el cambio climático está asociado al uso de los hidrocarburos, debido a que la
civilización occidental se adaptó a los ecosistemas y satisfizo sus necesidades utilizando la
energía de los derivados del petróleo. En la medida que ha aumentado la población humana
y que ha sofisticado la tecnología, mayores son las emisiones de gas carbónico a la
atmósfera y por supuesto, las alteraciones del clima. También el uso de productos que
dañan la capa de ozono, se debe a ignorancia inicial sobre su impacto puesto que en su
momento histórico, fue una forma de hacer uso del conocimiento científico, en este caso
particular, los descubrimientos de la termodinámica para la refrigeración y todos los
beneficios que conlleva. Por eso, un primer diagnóstico responsabiliza la crisis al tipo de
tecnología que se ha utilizado.

Pero, la tecnología no es neutra, se inscribe en una manera de hacer uso y valoración de los
bienes de la naturaleza. De ahí que otra vertiente centre su mirada crítica en los sistemas
económicos, tanto en la lógica capitalista liberal como marxista socialista, señalando los
grandes vacíos y distorsiones en las relaciones de los seres humanos entre sí y con su
entorno natural.

Los sistemas económicos y la orientación que dan a los conocimientos científicos y


tecnológicos, obedecen, a su vez, a una determinada comprensión de desarrollo, al ejercicio
de políticas y estrategias de relación entre naciones y grupos sociales.

Una mirada más profunda integra las convicciones filosóficas que subyacen a los modelos
de desarrollo e identifica algunos puntos sustanciales como por ejemplo, el dualismo
antropológico que conduce al desprecio de lo material, el distanciamiento del ser humano
de la naturaleza y una actitud instrumental y prepotente frente a ella.

72
Otras corrientes ubican la raíz del problema en un nivel ético y moral, en el que los
comportamientos y actitudes responden a determinadas comprensiones de los valores y
vivencia de los sentidos últimos de la vida. Otros van más allá y apuntan que la raíz de la
crisis corresponde a los diversos imaginarios y paradigmas que permean las percepciones
de la vida y sus relaciones, destacando el reduccionismo y fragmentación ocasionado por el
pensamiento cartesiano en detrimento de una comprensión más holística de la complejidad
de la vida.

Al hablar de sentidos últimos, se penetra en territorios de lo religioso en conexión con la


naturaleza. Al respecto, es significativo mencionar el famoso texto de Lynn White (1967),
“Las raíces históricas de nuestra crisis ecológica” en la que señala expresamente la gran
responsabilidad de la tradición judeo cristiana y su idea de Dios por cuanto respaldó la
dominación y explotación de la naturaleza. Sin embargo, vale decir que en el mismo texto
White Jr. realza a Francisco de Asís como un modelo de integración entre religión y
sensibilidad ecológica. De todas formas, la alusión directa a la responsabilidad de las
creencias religiosas frente a la crisis, hacen de este documento un referente indiscutible. De
hecho, las grandes reservas de los movimientos ecologistas y ambientalistas frente a al
judaísmo y cristianismo obedecen a la interpretación del mandato bíblico redactado en
Génesis 1,28. Un Dios que promueve el antropocentrismo y la tiranía, es un Dios
antiecológico.

Lo cierto es que cada vez con más certeza, se trasladan las causas profundas de la situación
ecológica del fenómeno físico al plano de la organización social, y más aún, se ubican en los
sistemas de valores, creencias, prejuicios, preconceptos, imaginarios que constituyen el
núcleo de las culturas. Dicho de otro modo, el análisis crítico de la “ecología exterior”,
conduce a la visibilización de una “ecología interior”.

Por ello es necesario indagar las características y articulaciones entre las interpretaciones de
esta compleja realidad a partir de los acercamientos de la Ecología, la Ecoteología y la
Ecosofía para comprender el aporte de las espiritualidades a la sostenibilidad de la vida y el
papel de la teología en la gestación de otro mundo posible en el que los ecosistemas
perduren en su complejidad, dinamismo y armonía.

3. INTERPRETACIONES DESDE LA ECOLOGIA

73
Una primera interpretación de lo que está sucediendo proviene de la Ecología. El origen de
la palabra se remonta a 1869 cuando el biólogo zoólogo alemán Ernst Haeckel, la
construyó etimológicamente a partir de “oikos”79 (casa) y “logos” (tratado, estudio).
Textualmente la primera80 definición de Ecología es:

“Entendemos por ecología el conjunto de conocimientos referentes a la


economía de la naturaleza, la investigación de todas las relaciones del animal
tanto con su medio inorgánico como orgánico, incluyendo sobre todo su
relación amistosa y hostil con aquellos animales y plantas con los que se
relaciona directa o indirectamente. En una palabra, la ecología es el estudio de
todas las complejas interrelaciones a las que Darwin se refería como las
condiciones de la lucha por la existencia. La ciencia de la ecología, a menudo
considerada equivocadamente como «biología» en un sentido restringido,
constituye desde hace tiempo la esencia de lo que generalmente se denomina
«historia natural». Como se ve claramente por las numerosas historias naturales
populares, tanto antiguas como modernas, este tema ha evolucionado en
íntima relación con la zoología sistemática. En la historia natural se ha tratado
la ecología de los animales con bastante inexactitud; de todos modos, la
historia natural ha tenido el mérito de mantener vivo un amplio interés por la
zoología 81.

Haeckel, como un reflejo del pensamiento del siglo XIX, privilegia una visión
macroscópica del mundo, ignorando otros elementos como los microbios, los productos
químicos de los organismos en el ambiente y los sistemas ecológicos a grandes escalas o
jerarquías superiores que incluyen a los organismos. Además, tras el pensamiento científico
79
Es muy interesante el estudio etimológico que hace MIRON PEREZ, María Dolores, del Instituto de Estudios de
la Mujer, Universidad de Granada en su texto “Oikos y oikonomia: el análisis de las unidades domésticas de
producción y reproducción en el estudio de la Economía antigua” en el que menciona la frase de Hesiodo “primero
casa, mujer y buey de labranza” en referencia a que el término “Oikos” no agota el aspecto físico de la casa -vivienda
sino que involucra las propiedades y las relaciones de la célula social básica, evidenciando la importancia del rol de
la mujer y la necesidad de comprender el sistema abarcado por el vocablo “oikos” no sólo “dentro” de la casa sino
“afuera” de ella.
80 Sin embargo, algunas fuentes hacen referencia a que el término “ecología” se empleó por vez primera el 1 de

enero de 1858, cuando el filósofo, escritor, poeta naturalista - trascendentalista y promotor de la desobediencia civil
en Nueva Inglaterra (Estados Unidos) Henry David Thoreau (1817 – 1862) escribió a su primo George Thatcher, de
Bangor, Maine: «El señor Hoar está aún en Concord, ocupado en la Botánica, Ecología, etc., con el propósito de
que le resulte verdaderamente provechosa su futura residencia en el extranjero”. En: http://www.emagister.com/los-
precursores-ecologia-cursos-315895.htm (consultada el 19 de marzo de 2007)
81 Consultado en http://www.jmarcano.com/nociones/quees.html el 3 de abril del 2007.

74
de Haeckel, se esconde una postura política tal como anota Guillermo Kerber (2006):
“Haeckel creía en una reforma política basada en el conocimiento científico de relación del
hombre con el mundo en el respeto fundamental de la belleza y el orden de la naturaleza”
Pese a que durante muchas décadas se ha considerado a la Ecología, exclusivamente como
una ramificación de la biología y por tanto, una ciencia empírico-analítica, cabe anotar que
un análisis hermenéutico de sus orígenes no la desliga de situaciones e intereses netamente
humanos.

Lo cierto es que de la primera definición hasta hoy son muchas las variaciones en el
concepto de Ecología y por ende, de la interpretación que ofrece a la realidad. Esta
variación se sustenta en tres ejes:
1. El reconocimiento y vinculación del ser humano en la red de relaciones de los
organismos vivos, lo que ha generado un diálogo entre ciencias naturales y ciencias
sociales.
2. El surgimiento del concepto de Ecosistema (Tansley, 1935)
3. La dimensión de escala del Oikos por cuanto ya no es sólo el ámbito vital de una
especie sino el carácter planetario y cósmico de la vida.

Desde la aparición del informe del Club de Roma “Los límites del Crecimiento” y la
convocatoria de la ONU en 1972 a una primera Cumbre sobre el Medio Humano en
Estocolmo, la polémica sobre la explosión demográfica y los impactos ambientales de la
humanidad ha venido en aumento, por lo que la Ecología se ha tornado una palabra de uso
cotidiano pero a la vez con múltiples interpretaciones y sentidos.

En este marco, son numerosos los esfuerzos de clasificación de las corrientes. Por ejemplo,
Felix Guattari (2000) plantea tres comprensiones de ecología: a) Natural, referida a las
relaciones con el medioambiente. b) Social, referida a las relaciones en la sociedad. c)
Mental, referida a la subjetividad de la persona. Por su parte, Leonardo Boff agrega una
más, que denomina la Ecología Integral y comprende las tres anteriores desde una
perspectiva de religiosa, es decir, .de re-ligación con el misterio, fuente de la vida.

Roy H. May (2002) habla de una ecología convencional, ecología mayordómica, ecología
social y ecología profunda, e identifica al ecofeminismo y la ecoteología como elementos
del debate hermenéutico. La ecología convencional se basa en criterios tecnológicos y

75
economicistas considerando a la naturaleza en su valor instrumental. La ecología
mayordómica se deriva del imaginario bíblico en el que hay un Dios que delega la
administración del “oikos” en el ser humano. La ecología social se fundamenta en la justicia
social e integra los problemas sociales, económicos y políticos a la crisis del entorno
biofísico. La ecología profunda critica los valores de la modernidad y apuesta por un
biocentrismo, esto es un igualitarismo en la valoración de toda forma de vida. Por su parte,
la integración de las preocupaciones ecológicas al movimiento feminista y de la teología de
la liberación, derivan en el surgimiento del ecofeminismo y la ecoteología latinoamericana.

En la comprensión actual de la Ecología, la interpretación de la realidad se da a través de la


cuantificación y experimentación propia de las ciencias empírico – analíticas en diálogo con
las ciencias sociales. Vale recalcar que la Ecología es interpretación y que incluso en
términos de estadísticas no hay una única palabra, es un conocimiento en movimiento,
relativo y dependiente como toda ciencia, de los acuerdos intersubjetivos.

Otra cosa es hablar de la Ecología como gran paradigma, o Paradigma Ecológico, pues se
refiere a un enfoque para comprender la vida. En este sentido, se entiende la propuesta de
Edgar Morin (2001) de ecologizar el pensamiento y el aporte de Gregory Bateson (1985)
respecto a cultivar una ecología de la mente.

Durante el Foro Mundial de Teología y Liberación, la propuesta de Leonardo Boff fué la


de optar por la Ecología Integral y considerar la Ecología, ya no tanto como una ciencia
aislada, sino como un gran paradigma para comprender las dinámicas y relaciones de la
vida.

4. INTERPRETACIONES DESDE LA ECOTEOLOGIA

El triología Oikos- Theos- Logos remite a un saber sobre las relaciones de Dios con la Casa.
En este sentido, es importante precisar que la raíz griego “oikos” no sólo origina las palabras
Ecología y Economía sino también Ecumenismo, que se refiere a la convivencia en la casa,
el mundo conocido, la tierra habitada, y hoy en día aplica al diálogo plural en el plano
religioso, ideológico y político en busca de acuerdos de unidad.

76
Pero si por la aproximación etimológica, la cuestión de Oikos implica tener en cuenta las
creencias religiosas, en un plano existencial, hay que decir que es una pretensión mayúscula
hablar sobre Dios por cuanto es misterio. Siempre que nos referimos a Dios es en términos
de metáfora, por cuanto más que un concepto, la palabra “dios” es un símbolo mediado
por la cultura. Por ello hay que reconocer que evocamos al misterio desde nuestras
representaciones mentales, modelos o imaginarios sobre Dios y ello hace que nuestra visión
sea parcializada.

“Dios no es monopolio de ninguna tradición humana; ni de las llamadas “teístas”, ni de las


mal llamadas creyentes. Tampoco es “objeto” de pensamiento alguno. Sería un discurso
sectario el que quisiera aprisionarlo en cualquier ideología” (Pannikar, 1995: 12)
Por eso introducir la pregunta sobre Dios en la ecología, para hacer ecoteología, hace
referencia al sentido de la vida y la comprensión del cosmos. De ahí que haya que asumir
necesariamente algunas preguntas de filosofía ambiental, por cuanto la realidad que
llamamos dios no se desliga de la realidad humana o de la tierra. Las dos preguntas iniciales
son: a) ¿El ser humano hace parte o no de la naturaleza? b) ¿La naturaleza es objeto o
sujeto?

Cualquiera que sea la respuesta va a tener implicaciones en la construcción de un


pensamiento teológico. Por lo visto, la tendencia en el FSM 2009 fué reconocer que la
naturaleza no es “algo” sino “alguien” y esto discrepa abiertamente con el lenguaje de la
sociedad al referirse a ella como “recurso”. La naturaleza está viva. Es sujeto.

El ser humano es naturaleza, no está fuera de ella. La genética sustenta que el ser humano
está vinculado a la cadena evolutiva y emparentado con todas las formas de vida. Sin
embargo, nótese que hay diferencia entre sentirse parte de Gaia (hay un vínculo íntimo con
la naturaleza) o llamarla Madre Tierra (relación filial) o denominarla Hermana Tierra
(relación fraternal). Las características de estas relaciones no pueden ser asumidas con
ligereza, pues definen un tipo de ética ambiental y son presupuesto de una manera de
comprender la ecoteología.

Por supuesto, desde esta lógica tampoco ha de considerarse válida la expresión “recurso
humano”, si de plano se rechaza denominar los elementos de la naturaleza como “recursos
naturales”. Tal como se vió en el FSM hay una tendencia a privilegiar el valor intrínseco de

77
la naturaleza antes que su valor instrumental. Parecería ser que hay una fuerte reacción al
utilitarismo en las relaciones entre humanos y de estos con el resto de la naturaleza.

Pero además, la fe que nace como respuesta al Dios que se revela, que se autocomunica,
indica que la naturaleza “es” Creación de Dios. Por tanto, la categoría “Creación” es
supremamente importante para el quehacer ecoteológico. De hecho comprender la
naturaleza como Creación, marca una diferencia sustancial. Ya no se puede entender la
naturaleza allá y los seres humanos acá, porque todos somos Creación.

Afirmar que lo que existe es Creación lleva a la imagen de un Dios Creador. Pero ¿qué tipo
de Creador?. En el caso de la tradición judeocristiana, Campbell S.J. (2000) identifica tres
modelos: a) Creación no guiada b) Creación guiada c) Creación arriesgada. En el primero
de los modelos, Dios es un irresponsable que crea el mundo y lo deja correr a su suerte. En
la creación guiada, Dios es como una especie de titiritero que determina el rumbo del
universo hasta en los más mínimos detalles. La acción arriesgada de Dios implica seguirlo
creando, “desde adentro” y “desde abajo” (Torres Queiruga), haciéndose partícipe y
solidario del devenir del mundo.

Pero ¿Dónde está ese Creador? ¿Es trascendente, está fuera de la historia? ¿Es inmanente,
está dentro de la materia? Tal como dice Boff es transparente y por tanto inmanente-
trascendente? En tal caso, la Creación es sacramento divino. Shekiná, morada divina
(Moltmann, 1996)

En el FSM, la tendencia fue reconocer que Dios está en su Creación y habita el agua, el
aire, la tierra, el fuego. Sin embargo, ello conduce a la discusión sobre el panteísmo (Dios es
todo) y el pan-en-teísmo (Dios-en-todo). La comprensión epistemológica de la forma de
relación entre Dios Creador y su Creación, acarrea consecuencias en la forma de hacer
ecoteología y los sentidos existenciales que de allí se derivan.

Más aún, la compresión de la Creación como “Oikos” tiene sus límites. Del Ecofeminismo
brota una crítica a la metáfora de la casa, por su sentido patriarcal, externo y utilitarista y
propone la metáfora de la Creación como cuerpo de Dios. Todos hacemos parte del
cuerpo divino y por eso la dimensión sagrada de su cuidado. Durante el FSM, algunos
insistían en esta dimensión corporal de la Creación por lo que se abre otro ámbito de

78
discernimiento y debate. Tal vez el término “Ecología” ya no sea pertinente para nombrar
la acción que requerimos. Por tanto, la Ecoteología estaría basada en un enfoque
equivocado. No es que cambie el objeto de investigación o la pregunta, lo que cambiarían
son las mediaciones epistemológicas para interpretar la vida, explicar y comprender lo que
está pasando, el porqué pasa lo que pasa y qué tiene que ver Dios con lo que acontece.

Sin embargo, con esta salvedad, se proseguirá con la metáfora del “Oikos” en este análisis
por el significado de raíz semántica (eco-logía, eco-nomía, ecu-menismo) y por la
utilización masiva del término pues ya hay un imaginario posicionado frente a lo
“ecológico” y lo “eco” (ecoturismo, ecodiseño, ecodesarrollo, etc). Pero vale la pena dejar
la tarea de pensar (¡eso ya es ecoteologizar!) sobre las implicaciones del comprender que
más que habitar el cuerpo de Dios, somos parte del cuerpo de Dios. En este marco, habría
que explorar, por ejemplo, la imagen de una casa viva o pensarnos dentro del útero
materno.
En esta misma línea, a las diversas imágenes de Dios luchador, proclamador, solidario,
amigo, padre, madre, me atrevo a plantear la metáfora de Dios Ecosistema, como producto
del aporte de la ecología a la teología (teoecología, mas que ecoteología). Un Dios
comprendido como ecosistema de amor, es decir una infinita red de relaciones de amor.
Un Dios abierto, siempre en movimiento, siempre en relación. De tal modo, con Torres
Queiruga podría afirmar que ya no tanto Dios es Amor (sustantivo), sino Dios es Amar
(verbo), Dios “es” movimiento, dinámica, interrelacion. Dios “es” amando y mientras ama
nos salva, “re”-creándonos. Es decir, Dios “es” Creación perpetua. Dios “está siendo” en
la medida que hay relaciones de amor, generando una especie de atmósfera vital que nos
envuelve. ¿Será que a eso se refiere Pablo en el Aerópago al expresar que en El vivimos,
nos movemos, existimos (Hch 17,28-29)?

Esto implica transformar la idea de Dios. Es diferente comprenderlo como “otro”


(persona, padre, madre, amigo/a) a comprenderlo como un ambiente, un medio, un tejido,
algo así como el agua que penetra la totalidad de la vida en el estanque. Si fuera así, la
Ecoteología no se ocuparía de los problemas de la estructura de esta casa que llamamos
Tierra, sino de los vínculos de amor. Donde hay amor está Dios. Dios existe donde hay
amor. El amor es siempre una relación. La Ecoteología se ocuparía de la Ecología del amor.

79
Por todas las diferentes variables en los presupuestos epistemológicos respecto a “Dios”,
“Ser humano”, “Creación” es fácil deducir las razones por las cuales no hay una única
ecoteología. Se tendría que hablar de ecoteologías. Así, Rosemary Radford (1992)
identifica una corriente en planteamientos de Matthew Fox centrados en una espiritualidad
de la Creación, otra en el evolucionismo creyente de Teilhard de Chardin y otra en la
teología de los procesos de Alfred Whitehead. Por su parte, K.C. Abraham (1994) resume
las posiciones de los cristianos frente a la Creación en los modelos ascético – monacal,
sacramental- eucarístico, de liberación y solidaridad .

Frente a esta dispersión de posiciones, Pannikar (1994) plantea la intución cosmoteandrica


como critica a la separación occidental de Dios-mundo- ser humano y un propuesta que
brinda una mirada integradora de la vida. De ser así el paradigma de construcción
ecoteológica cambiaría radicalmente, en razón a que Dios “es” y “está” en la naturaleza y la
naturaleza incluye al ser humano. Por tanto, la interpretación de la realidad sería más
holística y tendría que recurrir a mediaciones que faciliten una visión de conjunto del todo
con las partes y de las partes con el todo.

En este orden de ideas, dado el carácter complejo de la realidad que la Ecología ha puesto
en evidencia, se requiere trascender las lógicas del pensamiento lineal para recurrir a la
holística, apoyándose en la Teoría General de Procesos y Sistemas, mediante las dinámicas
de la interdisciplinariedad y transdisciplinariedad. Por tal motivo, es necesario acudir a las
explicaciones que brindan las ciencias empírico analíticas y ponerlas en diálogo con las
comprensiones e interpretaciones de las ciencias hermenéuticas y emancipatorias. La
Teología asumirá así, su papel en la tarea de buscar sentido, en la atenta audición del Dios
Amor que se autocomunica en su Creación. De esta manera, la Ecoteología se ubicará
como mediación (Lonergan, 1988) entre la matriz cultural signada por la actual crisis
ecológica y la propuesta de vida que surge del Evangelio y de todas aquellas experiencias
vitales que conducen a la sabiduría de la comunión cósmica.

Con todo la Ecoteología es insuficiente pues el “logos” remite a doctrinas y dogmas


relativos a cada cultura. Además pensar y hablar sobre Dios no agota el misterio, la fuente,
lo inefable…Habría que reconocer con humildad, las limitaciones de la inteligencia de la fe,
pues para hablar de Dios, hay que hablar con Dios, estar en comunión, en diálogo, en
búsqueda, abiertos al misterio. En este sentido, la Teología es acto segundo tras un silencio,

80
tal como Gustavo Gutierrez (1996:82) y Pannikar (1994:7) lo afirman. La Espiritualidad
está a la base de la Teología. Sin Espiritualidad no hay Teología. Pero a la vez, una
Teología sin acción transformadora es estéril.

En el enfoque ecoteológico, la belleza, el dolor, el vacío, el amor, la liberación son algunos


de los dinamismos que nos ponen en contacto con el misterio. La dramática destrucción de
los ecosistemas, la agonía de los pobres sin agua, sin tierra o sin las condiciones sanitarias
para vivir dignamente, el acaparamiento de los bienes en manos unos pocos, la amenaza de
la vida por armas nucleares, productos químicos, artificios biológicos, la incertidumbre
frente a las implicaciones ambientales de la clonación y los transgénicos contrastan
nuevamente con el colorido del tucán y la guacamaya, el esplendor de las cascada, o el
blanco sagrado de las nieves, el rumor del viento en la montaña, la bendición del maíz o la
mandioca, la fascinación del átomo, los encantos del ADN o el éxtasis por las
constelaciones y galaxias. En el fondo, toda relación conduce a Dios, toda relación remite al
Amor, al sentido último de la existencia, nos pone en contacto con el misterio.

Si el pensar teológico es momento segundo y la teología de la liberación asume la ´praxis


como punto de partida, la acción liberadora tiene un esencial componente espiritual. Se
entiende que la espiritualidad no es otro tratado teológico racional derivado de la moral, ni
siquiera un apartado de la vida, es el Espíritu fluyendo como savia desde las raíces de la
Teología. Por ello, necesariamente hay que pasar de la Ecoteología a la interpretación que
ofrece la Ecosofía.

5. INTERPRETACIONES DESDE LA ECOSOFIA

“La ecosofía plantea un cambio radical de percepción tanto del hombre como de la Tierra.
Trata la misma tierra como un ser vivo. La Tierra no es materia inerte o un simple planeta
que da vueltas alrededor del sol”82.

En el término Ecosofía coinciden varias vertientes. Felix Guattari la ve como resultante de


las tres ecologías (ambiental, social y menta). Raimon Pannikar y Arne Naess, cada uno por
su lado, elaboraron el término, uno más en clave de mística teológico, otro en términos

82
PANNIKAR, Raimon. “Raimon Pannikar: experto en diálogo intercultural”. Entrevista realizada el 5 de abril de
2005 por Jordi Pigem, profesor de pensamiento ecológico, publicada en Revista Namaste. Enero 2008.

81
filosóficos de la Ecología Profunda. Esta feliz convergencia da pistas de un nuevo
acercamiento a la realidad.

Sin embargo, este término requiere una resignificación. La Eco-sofía, la sabiduría del Oikos
ha de entenderse en dos sentidos:

a) Aprender a la sabiduría de la Creación, sus leyes para poder vivir en armonía. No se


trata como afirmó el presidente Obama en su discurso de posesión de “domar” a la
naturaleza, se trata de una nueva alianza basada en el respeto y la admiración.
b) Aprender a convivir dentro del Oikos. Nuestro futuro común parte de un pasado y
un presente que tiene una casa común.

Así que el tránsito de la Ecoteología a la Ecosofía se basa en dos aspectos:


a) La insuficiencia de la razón para dar cuenta del amor. La necesidad de integrar la
razón simbólica a la razón analítica e instrumental.
b) La apertura a otras formas de sabiduría de origen milenario o generadas en grupos
emergentes. Sabiduría no siempre sistematizada y que no es posible encerrar en los
parámetros de la lógica occidental.

Durante el FSM, se dio una especie de tensión entre Ecoteología y Ecosofía. La pretensión
de construir una ecoteología en los moldes de la teología basada en la praxis de la
liberación, una ecoteología que responda a la opción por los pobres integrando la
problemática ambienta (agua, tierra), una ecoteología que sistematice los conceptos y
métodos de tal praxis y tales representaciones y metáforas de Dios, una ecoteología
cristiana que dialogue con las narrativas bíblicas y el mensaje del Reino. Pero por otro lado,
se hizo visible la Ecosofía de los pueblos indígenas y de raíces africanas, se recalcó en la
Ecosofía que brota de las comunidades desterradas, expropiadas y de aquellas que aquejan
precariedad en el acceso al agua potable y el saneamiento básico. Tal sabiduría tiende a
quedarse en la tradición oral o expresarse en el relato y en el símbolo. No es una sabiduría
que se deje atrapar en el raciocinio ni registrarse en tratados sistemáticos. Pero más que un
antagonismo irreversible, se intuye que sólo a través de una espiritualidad y una mística, la
Ecosofía podría nutrirse de la Ecoteologia y nutrir a la Ecoteología, y a su vez, la
Ecoteología tendría que derivar en conocimientos, actitudes y comportamientos en relación
con la naturaleza, que ya existen, desde hace siglos, entre los indígenas y los negros.

82
Por ello, un giro epistemológico que integra lo afectivo y la razón implica una mirada
sacramental sobre el mundo. Lo dicho: No basta entender el mundo (con la mente), es
preciso comprenderlo (con el corazón). Por eso, urge desmoronar el imperio de la razón y
rescatar la dimensión afectiva, el derecho a la ternura, para darle equilibrio a la vida humana y a
través de ella, a los ecosistemas.

Jamás alcanzaremos ese equilibrio, mientras nos ubiquemos racionalmente por fuera de la
Creación. Las experiencias del pueblo de Israel, de las culturas precolombinas 83 y de los
pueblos de Oriente, nos invitan a reconciliarnos con la naturaleza y a considerarlaya no como
el objeto de estudio y dominación, sino como una Madre, una hermana, una esposa.

Por supuesto que Ecología, Ecoteología, Ecosofía no se excluyen la una a la otra. Incluso
en el caso del cristianismo, entender a Cristo como Sabiduría de Dios posibilita el dialogo
con otras formas de sabiduría y apuntan a estrechar los lazos de amor con el resto de la
Creación como marco para una vivencia de respeto y comunión en la diversidad.

6. ESPIRITUALIDAD Y SOSTENIBILIDAD DE LA VIDA

En este marco, está claro que la interpretación de lo que sucede y la comprensión de sus
causas, para crecer en la sabiduría que posibilite la vida, implica una espiritualidad.

Aquí se entiende la Espiritualidad como dinamismo de vida y la Mística como plenitud de


comunión con el Misterio del Amor profundo (Cáceres et al, 2008) Ya se ha dicho que una
auténtica teología bebe de su esencia del pozo de la espiritualidad y que, en clave de
liberación, dicha espiritualidad brota de una praxis de solidaridad con los empobrecidos,
con las víctimas de la crisis ambiental y en general, con la Creación que gime (Rom 8, 22).
Espiritualidad, Teología, mística son indisociables y han de conducir a una Ecosofía. Pero,
la pregunta central de esta Oficina – taller es ¿Cómo puede la espiritualidad aportar a la
sostenibilidad de la vida?

83Por ejemplo, el nombre Adán proviene de la palabra hebrea que describe la arcilla roja, como significando la
estrecha relación del hombre con el suelo. De igual forma, se constata entre los Mayas, un mito similar con los
"hombres de maíz" que narra el Popol-Vuh.

83
Habría necesidad de definir qué se entiende por Sostenibilidad. ¿Es lo mismo que
sustentabilidad?
 Hay un ámbito semántico, a partir de la traducción del vocablo anglosajón sustainable en
el que no habría diferencia conceptual más si un anglicismo.
 Hay un ámbito lexicográfico que denota que los verbos sostener y sustentar tienen una
raíz común “ten” y coinciden en la acción de mantener, apoyar, conservar, asegurar. La
diferencia está en que la sustentabilidad implica también nutrir, alimentar, velar por la
manutención, no sólo en el espacio físico sino en el tiempo. Así, las llantas de un
vehículo lo hacen sostenible pero es el aire que se puede utilizar cuando alguna se
desinfla, lo que lo hace sustentable. No todo lo sostenible es sustentable pero todo lo
sustentable es sostenible.
 El otro ámbito es el epistemológico. Carrizosa Umaña (2003) recuerda que el origen del
término sostenibilidad es del orden economicista. Interesaba tener explotaciones
madereras “sostenibles”, esto es mantener cierto número de árboles siempre para que
la producción no decaiga. Algo similar se dio en la industria pesquera, conservar el
“recurso” para que el negocio se mantenga.

Hoy en día el tema de la sustentabilidad pretende traspasar el círculo de la producción


económica para abarcar otras dimensiones integrales de la vida. Sea cual sea el término que
se utilice lo importante es precisar es ¿Sustentabilidad para quien y para qué? No es lo
mismo buscar la sustentabilidad del ecosistema sin considerar al ser humano. Tampoco es
satisfactorio luchar por la sostenibilidad humana sin velar por el entorno biofísico. La
Sostenibilidad y Sustentabilidad implican una mirada holística sobre la complejidad de la
vida. Nuevamente la perspectiva cosmoteándrica nos daría un referente para asumir una
noción de sostenibilidad.

En el III Foro Mundial de Teología y Liberación, se prefirió el término sostenibilidad (tal


vez habrían argumentos para optar por el uso de “sustentabilidad”) y se ha enfatizado en la
defensa de toda forma de vida, especialmente de los pobres y su ambiente, llegando a
considerar que la Tierra es un sujeto empobrecido que clama por justicia y cuidado. Se
planteó una diferenciación entre crecimiento económico y desarrollo pero no se
profundizó en el debate sobre la validez y viabilidad de un Desarrollo Sostenible
(Sustentable), sus proximidades y distanciamientos con la nociones de progreso, bienestar,
felicidad ni las implicaciones epistemológicas de los índices de desarrollo “humano”

84
utilizadas por las entidades internacionales o las grandes variantes del concepto
“desarrollo” según los preconceptos, imaginarios y costumbres de las diversas culturas y
religiones.

En el fondo, lo que se debaten son valores y sentidos últimos de la existencia, y las


mediaciones utilizadas para satisfacer las necesidades de la humanidad. En últimas, la
relación entre sustentabilidad y espiritualidades pasa por la comprensión de lo que es
“vida”, vida sana, vida buena, preocupaciones que están a la base de la ética y la religión.

Si se asume la vida como una compleja red de relaciones en evolución, su sustentabilidad


involucra sentidos religiosos y espirituales. A la vez, sin una espiritualidad y una mística no
cabría la posibilidad de una auténtica sustentabilidad.

De este modo, si la Ecología da cuenta de dichas relaciones vitales, si la Ecoteología


interpreta la acción de Dios en su Creación y la Ecosofía va tras un nuevo estilo de vida, se
requiere una confluencia de las espiritualidades hacia una mística de comunión, una mística
de la sostenibilidad y la sustentabilidad.

7. ALGUNOS RASGOS DE LA MÍSTICA DE LA SUSTENTABILIDAD

La preferencia por el término mística, en lugar de espiritualidad, no es excluyente. Se trata


de una visión prospectiva, de optimismo escatológico, que invita a diseñar el futuro
deseado y a la vez, a “saber gustar las cosas internamente” (San Ignacio de Loyola) para
aspirar que algún día seamos “todo en todo”. Tal mística está en directa relación con la
búsqueda de una Ecosofía, nutre el quehacer Ecoteológico e da “sabor” a los datos
provenientes de la Ecología.

Una mística de la sustentabilidad acompaña la construcción de una teología de la


sustentabilidad y se labra día a día, mediante una espiritualidad de la sustentabilidad. De
hecho, mucha de la sabiduría para convivir en el Oikos, se presenta en los rasgos de diversas
espiritualidades, algunas emergentes, otras ancestrales, cuyo punto de convergencia de la
comunión con todo lo creado y el Dios Creador.

85
Por eso, una mística de la sustentabilidad requiere, ante todo, de una mirada sacramental.
Es una mística de la biodiversidad y la koinonía. Mística de la sencillez y la austeridad.
Mística de la alteridad y el servicio. En síntesis, es una Mística pascual y resiliente.

 MIRADA SACRAMENTAL: Dada la gravedad de la crisis, se requieren radicales


cambios comportamentales en la vida cotidiana de la humanidad. Las medidas para
reducir el cambio climático, por ejemplo, pronto se impondrán. Todo ser humano, sin
distinción de credo, nacionalidad, etnia, edad, género, ideología o cultura, tendrá que
asumir prácticas ambientales. En este orden de ideas, sembrar un árbol, reciclar
materiales, consentir una mascota o luchar por las especies en vía de extinción, tendrá
sentido siempre y cuando se comprende que la apuesta cristiana va más allá de lo
evidente y adquiere un tinte sacramental. En palabras de Anthonny de Mello S.J., la
Mística de la sustentabilidad, ayudará a hacer vida este aforismo oriental: “Cuando
miras un árbol y ves un árbol, no has visto realmente el árbol. Cuando miras un árbol y
ves un milagro, entonces, por fin, has visto un árbol”.

Allí donde muchos ven tan sólo recursos naturales para ser explotados y convertidos en
capital, o donde otros ubican naturaleza para ser cosificada y manipulada, los(as)
creyentes descubrimos la huella del amor divino. La Creación se torna en un inmenso
escenario sacramental que convoca a la unidad cósmica. Recordando una canción del
cantautor argentino Piero “ todo es una pista para hallarlo a El..”

El primer texto que nos habla de Dios es su Creación. Para quien descubre las maravillas
del Gran Artista, el mundo, el universo, el cosmos, se convierten en escenario sagrado y la
naturaleza, en la sinfónica que interpreta las partituras de la Vida.

Es indispensable recuperar la capacidad de aprender a leer en las nubes, las estrellas o las
flores. Es tarea impostergable, rescatar la dimensión de lo simbólico en la vida cotidiana de
los hombres. Sin ello, algo de nosotros no dará sus frutos y lo inefable del vivir quedará
marchito entre los esquemas pre-fabricados por el stress, la angustia y la nostalgia.

La mirada sacramental implica recuperar el valor sagrado del cuerpo y la materia. La


acción liberadora se torna Eucaristía cósmica, la divinización de lo creado es camino a

86
la glorificación del universo, la plenitud del Proyecto de Amor que salva, que redime, que
da vida que no muere.
.
 MÍSTICA DE LA BIODIVERSIDAD y KOINONIA: La naturaleza en su sabiduría
nos enseña que los ecosistemas más fuertes, son los más diversos. Habría que ampliar este
precepto a nivel de los pueblos para educarnos en el respeto alas diferencias, la tolerancia,
el pluralismo, el ecumenismo y la democracia, expresiones de una solidaridad que
trasciende fronteras y toca las raíces de la existencia humana.

El paradigma ecológico invita a reconocer la conexión de todo con todo e integrar


sinergias , articular energías y valorar cada una de las partes, incluso la más minúscula y
oculta. La aplicación de estos criterios a la vida es un inmensa riqueza y un gran potencial
para tender puentes entre las diferentes culturas y construir unaauténtica Cultura de la Paz
donde se viva la solidaridad como la verdadera "ternura de los pueblos".

Tal vez, ya mucho se esté haciendo con las Tecnologías Apropiadas, el uso de fuentes
energéticas no convencionales, sistemas de agricultura biológica; as
l legislaciones
ambientales, acciones populares en defensa de derechos colectivos y del ambiente; el
impulso a una economía que es solidaria también con la Creación; la sensibilización frente
al exceso de consumo y la manipulación a través de medios masivos de comunicación; el
fomento del turismo social y ecológico y muchas otras manifestaciones que buscan
presentar "alternativas" a la espiral de muerte que nos ha absorbido. Pero lo importante es
tratar siempre de buscar la unidad en la diversidad.

Se trata de una mística que dialoga con la Teología del Pluralismo Religioso y respeta las
manifestaciones del Espíritu en otras expresiones religiosas, y fomenta la sustentabilidad
de la vida desde el interés de tejer comunión entre los seres humanos entre sí ycon todo
lo creado.

 MISTICA DE LA SENCILLEZ Y AUSTERIDAD.: En la sociedad del "¡Piensa!


¡Produce! Consume! y ¡Cállate!" es imprescindible también, luchar gozosamente por la
libertad de la simpleza. Interiorizar que la felicidad es una condición más cualitativa
que cuantitativa y que el “Desarrollo” se refiere más a personas que objetos; más a
ecosistemas que Producto Interno Bruto (PIB), más a seres vivientes reales que a

87
indicadores abstractos. Por eso, es aporte de la ecespiritualidad, recuperar el valor de
la sonrisa, predicar que "ni Salomón estuvo tan bien vestido como los lirios" y
proclamar que es posible la Utopía, pues un pueblo que no se atreve a soñar,
terminará dormido eternamente.

Hay grandes coincidencias entre la propuesta de Francisco y Clara de Asís con la


Dama Pobreza, la educación del deseo en la cosmovisión budista, la invitación a la
sencillez de los indígenas, la austeridad ecológica de la que hablan los Ortodoxos, el
diezmo ambiental de los luteranos y la antropología del pobre que asume con dignidad
y fe la injusta cuaresma que los obliga a ayuno y abstinencia de lo mínimo para vivir
como Dios manda. La reducción del consumo es imprescindible. Las estadísticas de la
Ecología y otras ciencias ambientales lo confirman. La ecuación compuesta por
explosión demográfica y consumismo exacerbado, no concuerda.

Se trata de vivir más y mejor, con menos. El objetivo no se pierde, se buscan nuevos
medios para alcanzarlo. Las necesidades no varían, pero si el tipo de satisfactores que
se utilizan.

Por supuesto, desmontar un estilo de vida tan arraigado no es fácil, por ello es
necesario nutrir una espiritualidad que lee sacramentalmente la escasez y no crea
dependencia de las cosas, en perspectiva de “saborear” la vida, disfrutando de lo
simple y apostando por “otro mundo posible” donde nada ni nadie sea excluido,
donde nada ni nadie sea desecho.

 MISTICA DE LA ALTERIDAD Y DEL SERVICIO. Si durante muchos años, tal


como los ambientalistas lo denuncian, muchos sectores de la tradición judeocristiana
justificaron bíblicamente, la debacle ambiental y el exterminio, la relectura del Génesis
invita a asumir una diaconía de la Creación.

Comprender la Creación como sujeto implica reconocerla como interlocutor válido.


La Ecosofía consiste en aprender a ser amigo del agua, la tierra, el aire, la fauna y la
flora, aprender a leer sus pautas y ciclos de vida, considerarla como “otro”. que
merece el cuidado y la atención

88
Sin embargo, hay que reafirmar sólo desde profundas experiencias comunitarias será
posible construir una Cultura de la Vida. Sin solidaridad, no hay nada y sin Dios, el
ser humano no puede ser realmente humano, no puede ser feliz ni realizarse. Por eso,
aunque suene a virtud en decadencia, hay que seguir apostando a la fuerza del Amor
como estrategia y a la radicalidad del testimonio como camino.

La mística que brota del paradigma ecológico, re-crea las relaciones consigo mismo,
con los otros, con lo otro y con ese gran otro a quien denominamos “dios”. Es decir,
la alteridad y el servicio son senderos para gestar nueva cultura, desde abajo, con
humildad y desde adentro, encarnándose en la realidad de los seres humanos y su
entorno vital.

 MISTICA PASCUAL Y RESILIENTE. Finalmente, la Ecosofía enseña que en un


ecosistema, los sentimientos y los pensamientos también cumplan su ciclo. Que el
dolor y la muerte, la felicidad y la esperanza deben ser considerados temas
ecológicos y que los jardines deben florecer al mismo ritmo de las sonrisas de los
niños sin hambre ni guerra. Que las ballenas canten, los osos se amen, y en la
Tierra el Hombre (varón y mujer) podamos descubrir la Alquimia del Amor hecho
milagro y recorrer la historia, en el Tercer Milenio, con una llama encendida por
los caminos del espíritu.

Afirmar la fe en el Dios de la vida, es perderle el miedo a la muerte y comenzar a


vivir ya como resucitados. Del testimonio de los mártires se aprende la libertad de
vivir a plenitud el día a día y confiar en que de toda situación, incluso la más
negativa, siempre saldrá algo positivo.

Esto tiene que ver con la capacidad llamada “resiliencia”, que ya no sólo se
descubre en los metales que se deforman y vuelven a su estado natural, o a los
ecosistemas que, por ejemplo, son quemados y poco a poco, se restauran, sino a las
personas que superan campos de concentración, temporadas de secuestro, infames
pérdidas familiares o de bienes, por causa de la violencia y la crueldad.

En esta clave, si hay algo auténticamente cristiano que puede enriquecer la Ecosofía
es una mística pascual, el Dios que, por amor, crea, se encarna, se entrega, padece,

89
muere y resucita. El Dios que libera de la violencia con la no violencia. El Dios que
saca vida, incluso de la muerte.

La piedra que desecharon los arquitectos, es la piedra angular de una nueva


propuesta de humanidad basada en el amor. La escoria, la basura, lo desechable se
tornó en eje para abrir caminos de otra forma de cultura. Por ello, si la Ecología
enseña a reusar y reciclar, a valorar las basuras y los propios excrementos, una sana
Ecoteología y una Ecosofía liberadora, tendrán que propiciar una mirada diferentes
sobre el mal, la enfermedad y sobre la muerte.

En síntesis, las espiritualidades están intrínsecamente ligadas a al posibilidad de vida


sustentable. El dato científico de la Ecología, puede ser teologizado y transformado en
sabiduría para convivir en esta casa común. Por ende, la espiritualidad como camino y la
mística como horizonte, ayudarán a comprender que si miramos hacia la floresta y sólo
vemos la floresta, no hemos visto la floresta. Sólo quien mira la floresta y descubre un milagro,
ha visto la verdadera floresta.

Por fortuna, la Ecología nos abre los ojos para comprender la complejidad de la vida en
cualquier ecosistema y la teología coincide en el milagro, al revelar la presencia sacramental del
Dios Creador en su Creación. Tal vez sea esta una de las alternativas para alcanzar la unidad en
la diversidad y cuidar, todos, el ambiente que brinda la vida en abundancia.

Desde ahora, es sobre esta Tierra perdida en el cosmos astrofísico, esta Tierra
«sistema vivo» de las ciencias de la Tierra, esta biosfera-Gaia, donde puede
concretarse la idea humanista de la era de las Luces, que reconocía la misma
cualidad a todos los hombres, y esta idea humanista puede aliarse con el
sentimiento de la naturaleza de la era romántica, que reencontraba la relación
umbilical y nutricia con la Tierra-Madre. Al mismo tiempo, podemos hacer
converger la conmiseración budista hacia todos los seres vivos, el fraternalismo
cristiano y el fraternalismo internacionalista, heredero laico y socialista del
cristianismo, en una nueva conciencia planetaria de solidaridad, que debe
vincular a los humanos entre sí y con la naturaleza terrestre.(Edgar Morin)

90
En este contexto, la interpretación de la realidad por medio de la Ecoteología, se nutre de la
Ecología y se inspira en la Ecosofía.

Los grandes desafíos ecológicos se condensan en la búsqueda de un modelo de


desarrollo, un estilo de vida, una ética planetaria, que contemplen un nuevo rol
del ser humano en sus relaciones con el entorno y un cambio paradigmático
en su percepción del mundo de la vida. Dichos desafíos se tornan retos
ecoteológicos, a decir de Das Neves y Molina, relacionados con la posibilidad
de hacer teología desde la nueva epistemología ecológica, la teología de la
inculturación, la 'teología de la tierra', reelaboración del concepto de 'creación',
la relación trinidad y naturaleza, la introducción del elemento ecológico en la
cristología la consideración del elemento medioambiental en una perspectiva
soteriológica, la perspectiva ecológica del mal y del pecado, la .formulación de
una eco-espiritualidad liberadora (Cáceres, 2008:99).

Como reto práctico, se requiere formarnos en siete aspectos esenciales: Reencantarse


frente a la Creación, indignarse ante los daños en la comunidad de vida, informarse
sobre la situación ecológica articulando críticamente los datos, adquirir una visión
ecosistemica – relacional del mundo, implementar acciones individuales, impulsar
acciones colectivas (Murad,2008) , todo desde una mística de la relacionalidad de
todo con todo como un sacramento del Dios-Amar, verbo no sustantivo, un Dios
que “es” amando, que ama salvando, que salva creando y recreando. Tal es el
horizonte y sentido del camino que debe transitar la Ecoteología: un puente entre
Ecología y Ecosofía, para mayor gloria de Dios, que no es otra cosa que el ser
humano viviente en armonía con la Creación.

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FABIÁN SANABRIA

94
Antropólogo y Doctor en sociología de la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales de
París. Desde hace más de una década es profesor universitario, concentrando sus investigaciones
y publicaciones en el campo de la “antropología y sociología de las creencias”. En Octubre de
2002 fue invitado por el Departamento de Estado Norteamericano en el Programa de “Política
exterior y procesos de toma de decisiones”, y durante el invierno de 2004-2005 fue titular de la
Cátedra de Estudios Colombianos “Antonio Nariño” en la Universidad Sorbonne Nouvelle, donde
desarrolló un seminario doctoral a propósito de las condiciones socio-culturales de los procesos
de paz en Colombia. Ha sido Director del Instituto Colombiano para el Estudio de las Religiones
(ICER) y del Departamento de Sociología de la Universidad Nacional de Colombia, donde
actualmente es decano de la Facultad de Ciencias Humanas y dirige el Grupo de Estudios de las
Subjetividades y Creencias Contemporáneas (GESCCO).

INICIO

DE T RAMO YERO S A TRAMOYISTAS: CONSIDERACIONES CÍVICAS

PARA UN PACTO ÉTICO EN COLOMBIA

Por Fabián Sanabria

RESUMEN


El presente artículo es fruto de una reflexión, gracias a la Friedrich Ebert Stiftung de
Colombia, FESCOL.

Antropólogo y Doctor en Sociología de la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales de
París. Profesor asociado de la Universidad Nacional de Colombia y Director del Grupo de Estudios
de las Subjetividades y Creencias Contemporáneas -GESCCO.
95
Con el objeto de describir la transición de una moral rural a una ética civil en Bogotá,
el presente artículo adelanta un recorrido esquemático que parte de las concepciones de
polis, urbe y civitas, construyendo una noción acerca de lo cívico propiamente moderna. En un
segundo momento, indica de manera igualmente esquemática cómo las ciudades
latinoamericanas han tratado de adaptar algunos modelos urbanos implantados por las
sociedades desarrolladas. Posteriormente, se subrayan las dinámicas que han permitido que
Bogotá, desde hace más de una década, haya intentado consolidar un tipo de cultura
ciudadana, esto es, una ética civil a través de iniciativas públicas. Más allá de las
particularidades de la capital colombiana, se afirma que el modelo bogotano podría tener
repercusiones a nivel regional y nacional con los necesarios ajustes contextuales y
temporales y, desde esa perspectiva, se señala el paso de “tramoyeros a tramoyistas” —en
tanto posibilidad de analizar la experiencia capitalina a la luz de sus necesidades urgentes,
extendiendo su acción a otros centros urbanos en Colombia.

Una reflexión sensible sobre las dinámicas urbanas puede proyectar cierta lucidez en
la democratización de las regiones cuando, a la luz de un análisis menos instrumental y más
vital, permite elucidar posibilidades de acercamiento entre tres polos fundamentales que
estructuran la vida social: la ley, la moral y la cultura. En Colombia, los puntos de encuentro
entre lo que se debe hacer, lo que se dice que se hace y lo que realmente se practica, parecen
no haber sido incorporados armónicamente. Y aunque en ninguna civilización esos tres
registros se encuentran en cabal armonía, lo cierto es que a partir de estos campos puede
enarbolarse la construcción de una ciudadanía que permita avanzar en la reconstitución de
realidades signadas por la violencia, la impunidad, la corrupción y la pobreza. Desde el
plano geográfico, el modelo está sustentado por la iniciativa local, haciendo énfasis en las
unidades barriales como agentes articuladores, en un proceso que, desde la progresión
barrio a barrio, ciudad a ciudad, logre hacer transversal para Colombia el compromiso con
una ética civil entre los ciudadanos.

Al hablar de consideraciones cívicas se deben retomar algunos elementos que desde lo


simbólico, lo físico y lo contractual, construyen la ciudad. En el transcurso de este artículo,
además de esbozar un panorama general acerca de qué es lo cívico, se irá dibujando el

96
pasaje de una moral rural a una ética civil. Siguiendo ese trazo, que vincula relaciones,
lugares, deberes y derechos, podrían formularse algunas ideas con las cuales comprometerse
a partir de la transformación que Bogotá ha vivido en la última década. Hablamos de un
modelo que ha funcionado relativamente, que aún cuenta con vacíos y que sin duda ha
incurrido en desaciertos, pero que podría esbozar una suerte de ejemplo para las otras
ciudades del país que quieran consolidarse como verdaderos centros cívicos.

Porque la idea de urbanidad rebasa la de ciudad, no basta con la extensión territorial


ni con la cantidad poblacional para que las ciudades se consoliden como centros urbanos.
Es necesario reconocer, invocando algunos hitos en la historia de la ciudad, que es el vértigo
de las relaciones y de los intercambios el que establece un ritmo propiamente urbano y la
consecuente necesidad de conciliar una diversidad creciente. Ese es el proceso al que se han
visto conminadas las ciudades latinoamericanas a lo largo del siglo XX, un proceso que
exige presentar tres conceptos constitutivos de la ciudad.

Inicialmente la Polis, que indica el conjunto de dispositivos simbólicos suficientes para


ligar a los sujetos dentro del marco de una sociedad regida por el interés general. Así, las
restricciones que definían la ciudadanía griega —sólo los libres, adultos, hombres, griegos
hijos de griegos, propietarios o guerreros—, no impidieron la expansión de un concepto
entendido como “asociación encausada hacia el bien común”. Esa noción implicaba, por
supuesto, el espectro en el que la comunidad se siente íntimamente vinculada a una realidad
que comparte y que forja las características concretas no sólo de la cotidianidad, sino de las
relaciones políticas y económicas que se establecen al interior de su territorio. Bastaría con
revisar la etimología de la palabra “común” para descubrir que aquello que los griegos
pensaron como fin último de la polis, no significaba otra cosa que “deuda” con el otro. El
término griego denota una formación en la que los ciudadanos ejercen la isonomia y la isegoria
como fundamentos de un sistema en el que los objetivos de la asociación pasan por el
colectivo y en el que los intereses de cada sujeto corresponden con el de la comunidad.

Paralelamente la Urbe enmarca la dimensión física de una sociedad, la cual además de


estar atada simbólicamente, debe contar con una organización espacial concreta que
obedece no sólo a las condiciones geográficas en las que se llevan a cabo diversos
intercambios, sino una disposición material que permite, condiciona o prohíbe el ejercicio
de determinadas prácticas sociales. En este punto, la escala de los intercambios puede
explicar la emergencia de planes de ordenamiento territorial y, además, desde una
perspectiva histórica, permite comprender el nacimiento de la ciudad urbana. Desde el siglo

97
XIII, con la recuperación del comercio en el mar Mediterráneo, cuyo dominio Europa había
cedido durante varios siglos a los árabes, inició el “renacimiento comercial” que dio lugar a
una sociedad más compleja gracias a la diferenciación que permitieron las mercancías
circulantes en un espacio que fue compuesto y recompuesto según las necesidades del
intercambio. El asentamiento poblacional se fue construyendo acorde a las facilidades que
imponía la necesaria movilidad de objetos y personas. La puesta a punto de vías de
comunicación, la centralización de los lugares donde se realizaban transacciones, la
organización por sectores y por clases de los centros poblados, dio lugar a los burgos y en
consecuencia a la burguesía. Es en este punto donde queda expresada la relación entre el
crecimiento del comercio y el nacimiento de la ciudad propiamente urbana. La Urbe se
refiere entonces a la organización del espacio de la ciudad, a las formas de desplazamiento y
encuentro de los objetos y los sujetos, y, por lo tanto, a la interrelación que existe entre el
espacio físico y las dinámicas sociales. Tiempo después comenzaría a expresarse la voluntad
de embellecer la ciudad, de hacerla visitable no sólo por razones meramente utilitarias sino
como espacio para el ocio y el disfrute de habitantes y visitantes. Entra en escena el flâneur
como figura representativa de la sociabilidad burguesa. Se trata de aquel sujeto que no va a
ninguna parte, que recorre las vitrinas, que inventa trayectorias poco funcionales, aun
improductivas, y que anticipa la importancia del derecho a la indiferencia en las ciudades
modernas. A partir de este momento la ciudad comienza a ser también destino turístico,
lugar de gasto —incluso “inútil”— para el ocio y la recreación, para conformar relaciones
que no pasan por el interés inmediato que caracteriza las transacciones comerciales. Se abre
entonces un espacio donde la diversidad tiene valor por sí misma, y donde se puede
concebir la decoración reiterada y repetitiva del espacio urbano conforme a la moda o al
espíritu que la ciudad eventualmente quiera transmitir. La ciudad se hace y rehace a su
antojo, según sus propias dinámicas.

De manera complementaria, la emergencia de nuevos actores asociados a las labores


económicas es la razón de ser de la Civitas, entendida como el orden contractual que se
propone regular la diversidad de una población ajena a las categorías clasificatorias del
mundo social hasta la aparición de la burguesía. Así, la también reciente institucionalidad
estatal, en los siglos XVIII y XIX, requirió de una serie de dispositivos que regularan
política y económicamente las prácticas. La policía, los centros de registro, el pago de
impuestos, las instalaciones sanitarias, la escuela pública y, por supuesto, las oficinas de
planeación, forjaron la civitas en sentido moderno. Nace un contrato no como un acuerdo
de voluntades debidamente suscrito, sino como un arreglo tácito producto de la regulación

98
estatal. El control se trasladaba de centro. Ya no podía ser agenciado como antaño por las
estructuras eclesiásticas, no sólo porque las identidades tradicionales se fragmentaban en
razón de nuevas maneras de ser (ya no sólo había lugar para oratores, bellatores y laboratores)
sino también porque el surgimiento de una ética mercantil derivada de la Reforma conmovía
la imagen pecaminosa que sobre la ganancia y la usura habían difundido las autoridades
cristianas. El giro en la mentalidad europea introducido por la ética protestante imprimía
aun más velocidad al proceso de consolidación de las ciudades. Al disolver la culpa que
pesaba sobre la riqueza, la Reforma terminaría por difundir justificaciones religiosas al ethos
económico burgués y, así, en la búsqueda de agradar a Dios a través del trabajo, estimularía
la conciencia urbana en Europa. El nuevo centro de regulación política pasaba de ser
eclesiástico a civil, lo cual acarreaba otros tantos pasajes que afirmaban los signos distintivos
de la ciudad moderna: del feudo al burgo, de la parroquia al barrio, de la homogeneidad a la
diversidad social.

Ahora bien, en el terreno filosófico hay que nombrar el paso de una visión política del
mundo centrada en la polis, esto es, en el bien común, a una política garante de las libertades
individuales donde el sujeto disponía de autonomía para elegir su lugar al interior de la
comunidad política, siempre y cuando se comportara de acuerdo a los condicionamientos
de la urbe y asumiera los deberes que imponía la civitas. La ciudad urbana es pues el espacio
donde surge el liberalismo, con las implicaciones económicas y políticas que le son propias.
En lo que respecta al modelo económico se impuso el libre mercado como regulador de los
intercambios, en el que las prácticas de consumo sujetaban al individuo a un estilo de vida
que supuestamente estaba en sus manos elegir. Por su parte, el Estado construyó estructuras
que garantizaban el ejercicio de la libertad individual a través de elementos heredados de la
tradición protestante –como el “albedrío ético”– y herramientas propias de la democracia
como el sufragio universal y la separación formal de poderes.

Así, es posible inferir que la ciudad moderna es producto de la confluencia de varios


procesos históricos que definitivamente introducen variaciones a la idea clásica de polis. En
el plano de las mentalidades, es impensable la aprehensión de la ciudad como un espacio de
diversidad sin la reactivación económica del Mediterráneo que permitió el surgimiento de
un sector social que, gracias a su poder económico, tomó distancia de las autoridades
religiosas que dominaban la vida de las ciudades. Por otra parte, esa misma dinámica
comercial reprodujo símbolos de distinción social que a manera de mercancías y objetos de
consumo, hicieron visible la diversidad del mundo moderno. El Estado se convirtió

99
entonces en la institución encargada de proteger derechos civiles como la libertad de cultos,
la propiedad privada y el libre mercado, en una posición francamente liberal que pretendió
sustituir la seguridad de las sociedades pre–modernas por el valor ilustrado de la libertad.
En el plano económico, una vez derribadas las barreras religiosas que sancionaban el acceso
a la riqueza, la sociedad de mercado y la Revolución industrial –eventos particularmente
urbanos– aceleraron el paso del campo a las ciudades, las cuales se convirtieron en una
ficción bien fundada, en la obra de tramoyistas que durante más de cuatro siglos lograron
instalar la promesa del progreso en el corazón de los individuos.

II

Si bien las expresiones del pensamiento liberal están lejos de corresponder a las
realidades de Colombia en particular y de América Latina en general, es allí donde puede
construirse una ética civil, capaz de repercutir no sólo en la cultura ciudadana sino en el
desarrollo de la ciudad, la región y el país. En este punto cabe advertir que el recorrido que
llevaron a cabo las ciudades no estuvo exento de problemas urgentes de seguridad,
infraestructura, pobreza, desigualdad, anomia social. Tampoco parece correcto ver en este
proceso, expuesto de una manera general, un camino recorrido deliberadamente, con plena
conciencia de llevar a cabo la construcción de la ciudad moderna. Sin embargo, dentro del
dispositivo analítico esta generalización se justifica en la medida que indica menos una
receta que los requisitos para acceder al ejercicio de la ciudadanía en términos modernos.

El recorrido que hemos descrito indica que las ciudades modernas han sido
“fabricadas” ofreciendo garantías a las actividades económicas, a la seguridad de los sujetos
y la legitimidad de las instituciones estatales, y hasta preocupándose por embellecer su
territorio, permitiendo a sus habitantes el disfrute estético del espacio urbano. En general,
las ciudades en América latina han respondido a unas dinámicas que no hablan de la
prosperidad producto de los intercambios económicos a escala internacional, ni de la
construcción de una organización del territorio que facilite tanto la vigilancia como la
construcción de tejido social. Es decir, los países latinoamericanos no han consolidado
ampliamente una polis, una urbe y una civitas. Existen, claro, honradas excepciones: Buenos
Aires, México y San Pablo son algunas de ellas. En dichas ciudades confluyeron dinámicas
comerciales que propiciaron el encuentro entre distintas culturas mediante la inserción al
flujo internacional de bienes y servicios, a través de la inmigración. Estos centros urbanos se

100
convirtieron en ciudades cosmopolitas, al tiempo que por los procesos de industrialización
acaecidos en la primera parte del siglo XX propiciaron un desplazamiento de las zonas
rurales a las zonas urbanas, capitalizando la explosión demográfica ocurrida en todo el
continente, lo cual produjo de manera generalizada la masificación de las ciudades
latinoamericanas. Debido a un proceso acelerado de industrialización, las ciudades tuvieron
que construir condiciones materiales que al tiempo que formalizaban los intercambios
ponían en escena la diversidad emanada de los procesos de desplazamiento tanto internos
como internacionales. Tuvo que ponerse a punto la infraestructura física en vías y servicios
públicos, en nomenclatura, en organización de la ciudad por sectores según la vocación
urbana y económica, tuvo que paliarse la creciente exclusión de una “masa” venida de otros
lugares y que estaba ansiosa por insertarse en la dinámica citadina -esa dinámica que
prometía además de un sustento diario la posibilidad de ascenso social y esparcimiento a
través de los parques, el alumbrado público, el cine, la radio, el teatro, la música, cuando no
la indolente placidez del flâneur.

Sujetas a las variaciones económicas y sociales que impuso el nuevo siglo, las ciudades
latinoamericanas sufrieron una explosión demográfica que impactó en gran medida sus
condiciones materiales y su capacidad de conciliar la diversidad. La oferta de mano de obra
siempre sobrepasó la capacidad de la industria y el comercio para cooptar trabajadores. De
otro lado, en contra de una clase ya propiamente citadina, la ciudad se escindió relegando a
los nuevos pobladores y a las clases bajas a especies de guetos: los cinturones de miseria que
engrosarían el paisaje urbano. La iniciativa cepalina de sustitución de importaciones sumada
a la necesidad de aprovisionar a las naciones beligerantes en la segunda guerra mundial,
constituye el correlato que alimentó –literalmente– la explosión demográfica
latinoamericana. El incremento poblacional acaecido en la mayoría de las ciudades capitales
significó la entrada forzosa a las dinámicas eminentemente urbanas. Bogotá pasó de 360.000
habitantes en 1940 a 2.540.000 en 1970, y en el mismo periodo, Caracas pasó de 250.000 a
2.118.000, y Lima de 600.000 a 2.900.000. La masificación de la ciudad obligó a un
crecimiento forzado y forzoso, inclusive por fuera de un plan urbano concebido con
antelación. Mucho más cuando ante el vértigo de las necesidades que imponía el acelerado
crecimiento y la diversidad de modos de vida, tendían a sobrepasarse las disposiciones
administrativas de las ciudades. Lo cotidiano primaba sobre la planeación. Es por eso que
hay que descender de los pisos altos desde los cuales se observa la ciudad como unidad
administrativa e insertarse en las dinámicas prácticas que configuran el espacio urbano.

101
La configuración de una ciudad con una infraestructura que sostenga adecuadamente
las actividades económicas no garantiza la consolidación de un centro urbano, acorde con
las dinámicas modernas descritas. Si bien el ordenamiento territorial es indispensable, debe
propenderse por la construcción de contratos tácitos para que la vivencia diaria de la ciudad
también responda a los patrones modernos. Parejo con la inversión en vías, en centros de
transporte, en servicios públicos, en instalaciones sanitarias, hay que implantar políticas
públicas que le apuesten a lo intangible, que desde la formación en la producción cultural y
en cultura ciudadana, articulen esas realizaciones físicas a la vida cotidiana de los sujetos,
porque además de cumplir con sus objetivos concretos, los equipamientos de la ciudad
(calles, parques, ciclo-rutas) son espacios de socialización. Desde el énfasis en la civitas se
pasa de una visión administrativa y utilitaria que rige a la urbe, a una vivencia propia,
genuina del espacio físico de la ciudad. Del simulacro que representa el plano se desciende a
una experiencia peatonal, vital de la ciudad... -ese espacio donde confluyen identidades y
alteridades diversas, que se encuentran y se disgregan en el movimiento en que se van
constituyendo circuitos culturales específicos, pero sin alterar, o por lo menos sin violentar
el espacio ocupado por los otros circuitos culturales que vía cultura ciudadana, valga decir
vía el ejercicio de una civitas moderna, se consideran con igual derecho a la expresión. De la
música de cámara al punk, las ciudades deben saber consolidar espacios abiertos donde las
alteridades entren en contacto regidas por una noción de ciudadanía común que implique
nada menos que la vivencia pacífica de la diversidad.

Por último, en la tensión que existe entre las disposiciones administrativas y la


vivencia diaria de los ciudadanos es donde se debe intentar conciliar la ley, la moral, y la
cultura. Es allí donde las ciudades latinoamericanas tienen que intentar una recuperación
acelerada de lo que no se hizo a lo largo de la historia, para reconfigurando su propia
hibridación, alcanzar lo que en otras latitudes tomó tanto tiempo. Una vía para ello, y nos
gustaría mostrarlo con el caso de Bogotá, es la inversión en la cultura como eje articulador
de una polis, una urbe y una civitas modernas.

III

Respecto a Bogotá en particular, y para las regiones de Colombia en general, vale


indicar el paso necesario de una moral rural determinada por el peso de la Iglesia Católica, a
una ética urbana -resultante de la constitución de una civitas en sentido moderno. En

102
términos de Urbe hay que señalar el paso de las Parroquias a los Barrios en la concepción
territorial de las ciudades. Esto no significa simplemente el cambio de una categoría de
planeación sino toda una serie de reformas de las instituciones y de las prácticas que le dan
un cariz moderno a la comunidad. Porque es desde allí, desde la concepción laica del
territorio donde se hace posible, una transición hacia la ética civil que le corresponde a una
ciudad urbana, es decir, propiamente moderna. A escala nacional, proyectando un poco el
análisis, podría afirmarse que de la misma manera que el barrio es el núcleo de la ética civil
en la ciudad, ésta última puede ser el mayor eslabón de lo cívico para las regiones. La forma
de lograr la articulación de la ciudad con la región, con su hinterland, que a demás es el que le
provee en gran parte el sustento material diario (seguridad alimentaria, recursos hídricos,
purificación del aire, etc.), es la promoción de iniciativas que aseguren calidad de vida
regional, impidiendo el desplazamiento forzoso.

Históricamente el paso de una disposición espacial en torno a la parroquia, a una


centrada en el barrio, implica inicialmente la apropiación por parte del Estado, encarnación
moderna del espíritu de la polis, de algunas actividades que en Colombia estuvieron en
manos de la Iglesia Católica. Resulta paradigmático que hasta bien entrado el siglo XX la
Iglesia era la autoridad en el registro de los individuos, en la determinación de su Estado
Civil, en el cubrimiento del territorio nacional en los sectores más apartados, en el
desarrollo de programas de asistencia social. El Concordato entre la Iglesia y el Estado se
mantuvo entonces más allá de lo que los textos canónicos de historia patria suelen enseñar.
La consecuencia inmediata de este fenómeno es que no se permitió un flujo independiente y
secular del comercio, prerrequisito del liberalismo económico que hemos presentado como
condición sine qua non de la construcción de ciudades.

Así, una descripción de la transformación de Bogotá podría articularse observando


que en la última década la capital de Colombia adelantó un proceso de “liberalización
económica y laicidad cultural”. No sólo haciendo énfasis en los macro proyectos de
infraestructura y de planeación, sin duda cruciales para la construcción de un espacio
público de convivencia, sino en la construcción y consolidación de procesos culturales que
en el movimiento pendular entre la cultura de élite y la cultural informal han contribuido en
la expansión de una ética cívica capaz de conciliar las producciones más selectas de la
cultura universal (ópera, artes plásticas, teatro, literatura, etc.) con las festividades
tradicionales en las que se juega la identidad de muchos ciudadanos. Esta apuesta por
acercar ambas modalidades de la producción cultural contó no solamente con el diseño de

103
espacios apropiados sino también con una lectura distinta de los existentes: Ópera al
Parque, Rap al Colón. De la misma manera, fue necesaria toda una reingeniería cultural en la
que se comprometieron distintas administraciones, con el ánimo de poner en diálogo la
diversidad, retomando tradiciones locales sin perder de vista el valor de lo universal.

Pero esta intención de universalizar las condiciones de acceso a lo universal exigió,


además de una disposición espacial y un compromiso político, la creación de códigos
culturales ideales para hacer de la ciudad una verdadera red de relaciones recíprocas donde
la confianza en el otro no era un punto de llegada sino el presupuesto para una vivencia más
coqueta del espacio urbano. En ese sentido, las ciclo-rutas se convirtieron en nichos donde se
ponía en práctica una conciencia de respeto al otro que no en pocas ocasiones quiso ser
mostrada como ejemplo para el resto del tráfico capitalino, subrayando la manera en que los
ciclistas hacían uso de la vía, resolvían su movilidad pacíficamente y ejercitaban mecanismos
de solidaridad y protección mutua. En este, como en otros casos, la consigna de crear
vínculos intersubjetivos prevalecía. Desde el cumplimiento de unos mínimos necesarios
para la convivencia en la diversidad, Bogotá asistió a una mutación no sólo de las
producciones culturales “cultas” e informales, sino también de las maneras cotidianas de
relacionarse con los otros y lo Otro.

Para explicar esta transformación pueden señalarse cuatro iniciativas que vincularon la
construcción de la urbe con la eficacia de la civitas y el poder simbólico de la polis. Esto es la
formación de la ciudadanía a partir de la adhesión consiente de los ciudadanos a la ciudad, a
través de circuitos culturales específicos que readecuaron lo urbano y permitieron el paso de
una moral rural a una ética civil. En primer lugar se trabajó en la tarea de sedimentar
tradiciones: que las festividades establecidas, como actos patrios y celebraciones distritales,
conformaran un conjunto estable en la agenda cultural de la ciudad, sin que eso significara
anclarlas a un esquema repetitivo, exento de las actualizaciones requeridas para cooptar cada
vez más participantes. En segundo lugar se crearon vínculos entre los sujetos a partir de
actividades que se articulaban con la urbe: un ejemplo claro fueron las ciclo-rutas, que más
allá de servir como corredores viales lograron construir tejido social desde el respeto por los
otros. Luego deben mencionarse las iniciativas que propendieron por la innovación cultural:
el caso ejemplar fueron las convocatorias para nuevos artistas y obras en proceso de
construcción. En último lugar se logró organizar la interculturalidad: consolidar un diálogo
entre la cultura “culta” y la cultura “informal”. Una de las claves del éxito residió en que
esas iniciativas de cultura ciudadana y convivencia cívica, no debían ser eventuales sino

104
periódicas, y tenían que ser institucionalizadas. Así, la ciudad poco a poco comenzó a
convertirse, ella misma, en un acontecimiento digno de ser más que visitado vivido,
disfrutado día a día. Al tiempo el espacio urbano se promocionó como espacio de la
diversidad, esto es, como una ciudad cosmopolita. Comenzaron a surgir nuevas estéticas de
interacción social, que obviamente pasaron por el respeto de la diferencia.

Ahora bien, si se puede afirmar que ha habido éxito con estos cuatro tipos de
iniciativas, hay que afirmar que existieron y aun existen algunas dificultades. Entre ellas se
encuentra la percepción que la institucionalización de los programas parecía valer mucho y
ser poco útil. Además se percibía como ridículo e inoficioso pensar una ciudad en cierto
sentido vanidosa, preocupada por las frivolidades que se asocian con el “gasto cultural”,
pensando en programas como “Bogotá al alcance de los niños” o “Bogotá coqueta”.
También hubo problemas en demostrar que la convivencia era el campo de juego donde se
ponía a prueba la seguridad ciudadana, lo cual explicaba la resistencia a programas como
“Bogotá zanahoria” o el “plan desarme” -programas enfocados todos a la prevención, no a
la disuasión ni a la reacción ante la violencia.

Tras esa breve descripción del modelo de “rattrapage citadin” de Bogotá, hay que
señalar algunos de los vacíos que actualmente pueden percibirse. En primer lugar se debe
buscar que los grandes eventos “por lo alto” (cultura de élite) se complementen con los
procesos culturales “desde abajo” (cultura informal). De la misma manera debe vigilarse el
populismo cultural, esto es, la ramplonería de eventos “por lo alto”: el caso de Bogotá,
Capital Mundial del Libro cuando los ciudadanos apenas rondan el 5% de lectores según
comparativos internacionales, y la demagogia de los procesos culturales “desde abajo”: el
Salón Nacional de Artistas jóvenes, donde a veces parece que se premia más el esfuerzo o
las “buenas intenciones” que el talento, la disciplina o la maestría de los artistas. Sigue
siendo entonces necesario cualificar aún más la producción cultural, pues ésta no es de
ninguna manera un “relleno”, y considerar la intervención en la cultura como la
construcción de una ética civil, no como algo que desprenda a la cultura de la economía: la
cultura también puede ser rentable, ya que cultura y economía no son incompatibles.
Además es inminente seguir profundizando en figuras de la tolerancia: ¿cómo hacer que dos
hombres besándose en público no sean un escándalo? Hay que intentar pasar de una
“Bogotá sin indiferencia” al “derecho a la indiferencia” en la ciudad. Y por último, en esta
somera lista de “tareas pendientes”, debe vivirse la cultura informal sin riesgo de ser
humillada por la élite cultural.

105
IV

A modo de recomendación se esbozan los siguientes principios prácticos para


construir una ética civil a partir de la inversión cultural. Es necesario advertir que cada
ciudad debe partir de sus condiciones concretas, de su geografía, de su vocación económica
para transformar inicialmente sus barrios y prácticas sociales locales. Cada centro urbano
debe repensar incesantemente la actualidad, con el ánimo de hacer de la ciudad un
acontecimiento, un conglomerado que no duerme, que ofrece desde su particularidad, desde
la localidad que la contiene, espacios donde la diversidad compone una dinámica
cosmopolita con plena inserción en el espacio global.

La sociedad y sobre todo la administración de las ciudades deben intentar que los
sujetos vivan los hechos sociales como experiencias individuales. Del concierto con el
cantante de moda hasta las elecciones a cargos públicos, los ciudadanos deben sentir, saber
que según una ética civil los hechos sociales configuran las experiencias que son
importantes en los más diversos terrenos, de la economía a la política y la cultura. Un
ejemplo puede verse en el voto de opinión como expresión de la consciencia, en calidad de
intención individual que tiene incidencia sobre los hechos sociales.

Se debe procurar generar sentido de pertenencia: una defensa del espacio público
según la concepción que indica que los recursos públicos son recursos sagrados. Unido a
esto hay que tratar de construir mecanismos de auto-regulación en los que la ciudadanía se
comprometa con la institucionalidad al tiempo que la institucionalidad interprete
adecuadamente las necesidades urbanas. Esto no quiere decir que sea por la vía de la
coerción o la ejecución penal o administrativa de castigos regulares a quienes violen la ley o
actúen en detrimento de lo público, sino que implica la necesidad de complementar la
autorregulación con la solidaridad que existe en lo cotidiano. La apuesta debe ser por vivir
los deberes sociales como corresponsables de los derechos: una encarnación concreta de
este principio pueden ser las Veedurías ciudadanas.

Otra de las demandas que imponen las ciudades contemporáneas es tender puentes
entre lo culto de la cultura y la cultura informal, a fin de garantizar una cierta equidad
cultural que se sume a procesos más amplios de justicia social. No es posible entonces,
sostener las distinciones tradicionales que separaban ambas dimensiones de la cultura si se
quiere exaltar la diversidad de las prácticas urbanas que habitan la ciudad.

106
De la misma manera, la ciudadanía debe estar comprometida con una ética del trabajo
que, emulando ese principio que dio origen a las ciudades, haga del espacio urbano un
escenario productivo, de intercambio y de actividad comercial. Esta invitación no reñiría
con la apuesta cultural, puesto que siguiendo a Jack Lang (el célebre Ministro de Cultura del
gobierno de Miterrand), “cultura y economía no son incompatibles”. Así, los procesos
culturales deben ser auto-sostenibles, de manera que logren afianzarse en el marco de las
políticas públicas distritales.

Siguiendo estas líneas, es plausible la aparición de un habitus hedonista en las ciudades.


No solamente se trata de configurar espacios de productividad que anulen el valor de lo
lúdico..., antes bien, se requiere que lo productivo incremente las posibilidades del disfrute.
De esta correlación donde lo productivo sirve a lo improductivo, o donde lo improductivo
produce lo suficiente para sostenerse, se puede desprender una nueva manera de habitar la
ciudad en la que el goce y la indiferencia son identificados como valores resultantes de una
cultura política basada en la ética civil.

Las formas de regulación propias de este modelo de ciudad deben sustituir el castigo
de la violencia física por la vergüenza ante la violencia simbólica. Desde el momento en que
un comportamiento se hace censurable socialmente, sin recurrir a la violencia, se abre el
camino hacia el “blindaje” social contra los mecanismos de autodefensa armada en
particular, y contra la administración de justicia por fuera de la institucionalidad estatal en
general.

Paralelamente se deben establecer procesos complementarios al desarrollo urbanístico


y cultural. En esa dirección se indica la necesaria construcción de espacios físicos que
puedan convertirse en lugares dentro de los circuitos culturales específicos, que impliquen el
disfrute del espacio urbano según las perspectivas que la diversidad les impone. Todos
tenemos el derecho a la calle, a vivir según nuestra manera de entender el mundo un espacio
que es de todos. Una ciudad que no se vive a pie, cuyo espacio no se da a la puesta en
escena de alteridades con sus itinerarios propios, sus tiempos, sus dinámicas concretas..., no
logra incorporar en sujetos las disposiciones necesarias para una práctica de la civilidad
conforme a criterios modernos. Poder “perder” el tiempo solo paseándose por la ciudad es
síntoma inequívoco de construcción de una urbe funcional, cosmopolita.

Las iniciativas que transforman la moral rural por una ética civil a través de la cultura
deben ser sostenidas en el tiempo, es decir, convertirse en políticas públicas de ciudad que

107
trasciendan la orientación política de las administraciones. Esta armonía entre
administraciones se sustenta en el argumento según el cual la equidad cultural implica, en
términos amplios, el avance en materia de justicia social. En ese sentido, reajustar la
inversión en macroproyectos como las grandes unidades residenciales para estratos 3 y 4
que se proyectan en los alrededores de Usme, el reacondicionamiento del Aeropuerto de El
Dorado y la solución al problema de movilidad a través de un Sistema Integral de
Transporte con la consecuente reorientación de rutas y chatarrización de buses viejos al
compás de microproyectos sociales... constituyen un verdadero desafío para las futuras
administraciones.

Subvertir la mayor vergüenza por el mayor orgullo ciudadano, es el punto de llegada


de esta conversión de la moral rural por una ética civil. Se trata de un proceso que arranca
desde los barrios como unidades básicas de la ciudad, pero que redundaría en
comportamientos más generales referidos a la vida y al reconocimiento de la ciudad e
incluso del país. La manera de alcanzar esa sustitución está lejos de ser una imposición
normativa, y es más bien la revitalización de las solidaridades espontáneas que se establecen
en el contacto con los más cercanos, con la familia y los vecinos, y que en un movimiento
progresivo se construye a través de una red de solidaridad de alcances nacionales.

Ep ílo g o : De tram o y e ro s a tram o y is tas o la fic c ió n b ie n fu n d ad a d e la

Cu ltu ra c iu d ad an a

En los entretelones reaparece el sujeto. Su paso es tan limpio, tan discreto que nadie
se percata de su presencia. Pero su actuar es tan indispensable como el del protagonista. De
él depende nada menos que toda la escena, todo el escenario. Quizá el público ya esté
expectante, más allá de lo que sus ojos pueden ver. Pero sabe que de su tacto, de su tino
saldrá la impecable ejecución para que los demás tengan mérito. Su trabajo consiste en
proveer a otros las condiciones para su lucimiento. Surge pues, desde una óptica ideal, la
figura del político como tramoyista, el cual estará encargado de que las luces, el escenario, el
telón, la ciudad, estén en orden al momento de la función: la vida cotidiana de los
individuos. A él le corresponde que el contrato tácito entre actores y espectadores -la ética
civil entre ciudadanos- se lleve a cabo no con la precariedad de un artificio malogrado, sino
con la fuerza de lo real que la ficción bien fundada es capaz de transmitir. Su labor está

108
entre bastidores, y consiste en disponer el espacio para que otros le den sentido con su
actuación.

Empero, actores y espectadores también tienen responsabilidad en que la


“tramoya” esté bien construida. En el contexto en el que hemos utilizado la metáfora, el
desconocimiento de esta corresponsabilidad equivaldría a la posición poco cívica de “dejar
en manos de los políticos” la vida política de las ciudades. Al señalar que los actores son tan
responsables de la tramoya como los propios tramoyistas, no hacemos sino prolongar el
sentido de las ciudades modernas -en calidad de acontecimientos dignos de ser vividos.
Como en los teatros, la labor de los tramoyistas, ciudadanos comprometidos con una ética
civil, es disponer todo para que a través de un movimiento de participación con el espacio
urbano se actúe, se viva conforme a la ficción bien fundada de la ciudad moderna.

Claude Lévi-Strauss retoma en uno de sus diarios, justamente de la experiencia


teatral, la expresión “de cerca y de lejos” para hablar de lo que significa objetivar la
subjetividad de otros. La ciudad -ese gran escenario donde diversas subjetividades entran
en contacto por medio del juego-, es un objeto cada vez más visitado desde el momento en
que puede hablarse del mundo como ciudad, es decir, cuando los intercambios económicos
que permiten configurarla adquieren un nivel de frecuencia, agilidad e importancia sin
precedentes. Sin embargo, la constante circulación de bienes, personas y servicios, no
parece garantizar por sí sola la convivencia, ni el respeto por las actuaciones ajenas. Dicho
de otra manera, no basta la diferencia de hecho para que surja el derecho a la diferencia. Es
necesaria la fabricación, la invención, la ficción… Y en ese campo la tramoya, el acuerdo
propio en el que la representación se toma como verdad, donde la ficción pone en vilo la
veracidad de lo real, donde el consenso –que es metafóricamente un acuerdo estable entre
actores y espectadores- nunca se menciona pero es tomado por cierto y, más aun, por
necesario en la trama de lo cotidiano. “De cerca y de lejos”, la posición en la que se es
consciente, lejos de la ficción, pero donde se participa a condición de olvidar su
ambivalencia...

Quienes se mantienen a lo lejos, al otro lado de la sala donde se llevará a cabo la


función, en los balcones del teatro, hablarán atropelladamente de las grandezas de la obra,
de la sofisticación del vestuario, de las rencillas intestinas que se rumoran, de su olímpica
apreciación de los autores y protagonistas... Con miras a la construcción de una ética civil,
estos individuos serían conminados a descender de los pisos altos y altamente custodiados,
protegidos y puesto a salvo, desde donde sólo es posible observar una ciudad inmóvil, o

109
cuando mucho intuir el rumor de lo cotidiano, de la puesta en escena que tiene lugar bajo
su mirada. A ellos pocas personas les prestarán atención, sobre todo después de un rato,
cuando quede en evidencia que allí no cumplen mayor papel, ni siquiera el de buenos
espectadores. Ninguno seguirá las tonterías que rodean sin gracia, inclusive con mala
intención lo que verdaderamente importa: lo que comienza a gestarse detrás del telón, la
ciudad que se abre a la puesta en escena de lo cívico.

Sólo si nuestras ciudades construyen sus propias “tramoyas”, no como engaños


burdos sino como ficciones creíbles, como artificios de cuya eficacia simbólica depende el
reconocimiento de las diferencias y por tanto de la convivencia ciudadana... Si aceptamos
que la ciudad es una tramoya, es decir, la representación de alguien, la puesta en escena de
algunos actores, y que éstos son los ciudadanos... Entonces las máscaras de la moral rural
que durante mucho tiempo dominaron la escena lucirán obsoletas desde el momento en
que la diversidad deje de ser un peligro por domesticar y pase a ser una cualidad por exaltar.
Es inminente que los actores crean en su obra, que confíen más en la veracidad de su
representación, en la credibilidad de la escena que fabrican día a día y, así, que los
ciudadanos pasemos de tramoyeros a tramoyistas...

Siguiendo la metáfora proveniente del teatro, nuestras ciudades pueden convertirse


en escenarios donde se ofrezcan mejores garantías para reconstruir polis, urbe y civitas,
configurando el ámbito donde el respeto por el otro, la seguridad y la justicia social sean
una ficción bien fundada, el libreto de sus protagonistas.

París, enero de 2008.

BIBLIOGRAFÍA

-BENJAMIN, Walter. El libro de los pasajes, Editorial Akal, Madrid, 2005.

110
-MOCKUS, Antanas. “Anfibios culturales. Divorcio entre ley, moral y cultura”, en Análisis
Político 21, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá.

-PIRENNE, Henri. Las ciudades en la Edad Media, Alianza Editorial, Madrid, 1972.

-ROMERO, José Luis. Las ciudades y las ideas en América Latina, Siglo XXI Editores, Buenos
Aires, 2004.

-SANABRIA Fabián, “Prolegómenos para una socio-antropología del creer en Colombia”,


en Revista Colombiana de Sociología, No. 22, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, 2004.

INICIO

LA RESPONSABILIDAD SOCIAL

-Iglesia Responsable y Socialmente Activa

Po r: Fray Ric ard o Ern e s to T o rre s Cas tro , o p

Los temas que se han abordado en los últimos congresos de la revista optantes, le hacían
guiños al que hoy nos congrega. “La Responsabilidad Social” en nuestro quehacer de
Iglesia y de formandos no es un tema nuevo, sin embargo, creo que tampoco se le ha
abordado como se debiera. Como ciudadanos, nos encontramos perdidos y absolutamente
enceguecidos ya que no encontramos políticas claras y mucho menos compromiso,
responsabilidad a la hora de hablar del tema. Como Iglesia, tendríamos que hacer un acto
de contrición y preguntarnos si nuestra la teología es pertinente y liberadora.

111
Hace unos años, escuchaba una historia que con mucho cariño un religioso franciscano leía
pero que hoy, por razones de memoria no podría relatar al pie de la letra. La historia es de
Tony de mello, en ella nos dice cómo dos sacerdotes discutían sobre la pertinencia de usar
o no sotana, en aquellas épocas cuando el tema era importante. Quisieron hacer el
experimento, salieron a la calle sin sotana y en el transcurso de su camino, se encontraron
con un helicóptero que estaba perdido de su ruta. Vieron cómo del helicóptero salieron dos
paracaidistas que cayeron en un poste de la luz. Al pasar los Dos sacerdotes, los
paracaidistas les preguntaron ¿Dónde estamos? Los Dos sacerdotes le contestaron: en un
poste de la luz. Los paracaidistas les dijeron ¿son ustedes sacerdotes? Si claro, como lo
supieron. Si ves que nos reconocieron, le dijo el uno al otro, pero ¿por qué nos
reconocieron? La respuesta fue la siguiente: porque ustedes dicen grandes verdades, pero
estas no sirven para nada.

Cuando nos enfrentamos a la temática de la responsabilidad desde el panorama social, son


muchos los paracaidistas que vemos en los postes de la luz. Son muchos los helicópteros
perdidos. Más aún, son abundantes los que discuten por cosas sin importancia y sin
embargo, creen poseer grandes verdades aunque estas no sirvan para nada.

Su b ám o n o s al h e lic ó p te ro , e le v é m o n o s , o b s e rv e m o s y p e rd am o s la ru ta

Isaías profetizaba al pueblo y les pedía que “no recuerden lo de antaño, no piensen en lo antiguo;
miren que realizo algo nuevo; ya está brotando, ¿no lo notan?” (Is 43, 18-19). Como Cristianos que
nos encontramos en esta sala, nos enfrentamos en términos de Ignacio Ellacuría a un triple
reto: “cuando además de hacerse cargo de la realidad (momento noético), y de cargar con la
realidad (momento ético), uno se encarga de la realidad (momento práxico)”84. El vaticano
II en otros términos lo denomino “la lectura de los signos de los tiempos”.

Pero antes de entrar a identificar los signos de nuestro tiempo, es necesario que retomemos
al profeta Isaías quien nos pone las condiciones para subirnos al helicóptero. En primer
lugar, hay que olvidarse del pasado y poner los ojos en lo nuevo. Hay que llegar a tal punto,
que seamos capaces de percibir lo que esta brotando, en nuestro caso, los signos de los
tiempos.

Pero ¿Cuáles son esos signos? En el libro “Jesús, hoy” de Albert Nolan, presenta los signos
de nuestro tiempo, extremadamente complejos y siempre cambiantes. Aunque acá demos

84
Ellacuría, I., “Hacia Una Fundamentación del Método Teológico Latinoamericano”, ECA, nums. 322-323, 1975,
p. 419

112
una mirada rápida a lo que está sucediendo, seguro nos daremos cuenta que los signos de
nuestro tiempo son, cuando menos, alarmantes, no solo porque ahora podemos ver que
estamos viviendo al borde del caos, sino también porque parece que nos encontramos ante
la posibilidad real de dar un salto gigante hacia delante en nuestra historia y nuestra
evolución.85 Los signos de nuestro tiempo apuntan al futuro. Nos desafían de tal forma que
no nos muestran un camino.

El posmodernismo es uno de los signos de nuestro tiempo que privilegiando el progreso


político y económico relegaron a la esfera de la creencia privada a la religión, el arte y la
moral. La reflexión después del holocausto y de los nuevos enfrentamientos sociales,
tecnológicos y políticos, empezó a tener tintes de muchos tonos, nada puros, siempre
alarmantes. El tema del progreso humano se empezó a trivializar cuando se justificaron
muchos acontecimientos nefastos para salvaguardar la soberanía de los pueblos. La
destrucción ecológica es el vivo ejemplo de ello. El posmodernismo, como signo de los
tiempos lleva en su contenido una profunda renuncia a todo tipo de certezas. Todo se
cuestiona. Pero también se libera la mente y todo tipo de opinión es válida.

La mayoría de los seres humanos viven en un estado de desesperación reprimida, tratando


de encontrar formas de distraerse con el fin de no ver las duras realidades de nuestro
tiempo. Algunos se refugian en las bebidas, las drogas, el suicidio. Otros encuentran
seguridad en la riqueza y en las propiedades. Resulta comprensible que otro tanto se refugie
en el deporte, el entretenimiento o el sexo para distraer la atención de las preocupaciones
de la vida.

Sin embargo, pese a todo lo anterior, hay una forma como nuestro helicóptero despega,
como emprende su vuelo. La respuesta que más importancia ha tenido el posmodernismo
es la espiritualidad. No vista esta como una forma de huída. La espiritualidad, es comprendida
por esta razón como uno de los signos actuales de nuestro tiempo.

No se trata de llenar templos o de hacer que ella impere. Es evidente que en la actualidad
muchas personas sienten “hambre de espiritualidad” y que están tomando conciencia de su
necesidad.

Esta necesidad se experimenta de diversas maneras. Algunos sienten la necesidad de algo


que les dé fuerza interior para afrontar la vida. Otros, la experimentan al verse a sí mismos

85
Nolan, A., “Jesús, hoy. Una espiritualidad de libertad radical”, Presencia Teológica, p. 25

113
destruidos, desintegrándose y por eso buscan algo que les de unidad, cohesión. Otros sin
embargo, heridos y maltratados, aislados y diluidos. Todos ellos, anhelando armonía,
sienten la necesidad de entrar en contacto con el misterio que está más allá de lo que
podemos ver, oír, oler, gustar, tocar o pensar más allá.

Otro de los signos actuales es el individualismo, que se presenta en profunda crisis ya que la
persona logra identidad en la medida en que se aparte del resto. La libertad y la felicidad se
identifican con independencia y autosuficiencia. Esto es llevado a todos los planos,
evidenciando que con normas establecidas se busca individualizar hasta los escenarios más
comunitarios. Es el caso de las Iglesias, constituidas como grupos más no como
comunidades. El caso de las urbanizaciones, donde a pesar de los años desconozco a mis
vecinos y lo importante es que nadie ingrese a mi espacio.

Los sectores sociales emergentes buscan espacios reservados para ellos, de tal forma que
hasta las ciudades se ven sectorizadas por individualidades. Las organizaciones sociales, en
pro de trabajar por la justicia, evidencian que sin la liberación personal nuestras libertades
sociales, conseguidas con mucho trabajo, quedan socavadas por el individualismo egoísta.

Aun cuando el concepto de “derechos humanos” ha contribuido enormemente al


desarrollo de un mundo más justo, también es un concepto individualista. Los derechos
humanos son los derechos del individuo. Necesitamos con urgencia trabajar por algo más,
como el bien común.86

Una vez elevado nuestro helicóptero y haciendo el ejercicio de observación, que estamos
haciendo, hemos perdido la ruta. Por eso vemos muchas realidades no muy positivas que
nos obligan a alistar los paracaídas. Hay una situación más que nos trae este signo de
nuestro tiempo. Nuestro problema ecológico no deja de ser eso: Nuestro problema. Son muchas
las voces que se escuchan a diario, son muchas las campañas publicitarias y aun no hay una
conciencia generalizada del problema. El tema ecológico está profundamente unido al
egoísmo de los seres humanos, todos sabemos que en la actualidad la atmosfera se está
agotando, somos testigos de la contaminación de nuestros ríos y del medio ambiente
producto de la sobrecarga de polución de gases. La destrucción de los bosques y la erosión
del suelo junto con la extinción de nuestra fauna y las constantes amenazas nucleares.87

86
Ian Linden, El nuevo mapa del mundo, Darton, Londres 2003, p 16
87
David TOOLAN, La casa en el cosmos, Orbis, NY 2001 p 79

114
Los meteorólogos han presentado al mundo un nuevo descubrimiento que es sinónimo de
catástrofe futura: el calentamiento global. Los científicos afirman que la combustión de
carburantes fósiles emite dióxido de carbono a la atmosfera. Actualmente, esas emisiones
arrojan siete mil millones de toneladas de dióxido de carbono a la atmosfera cada año,
como consecuencia se está formando alrededor del globo una capa gigante que causa el
efecto de calentar la tierra por encima de las temperaturas normales o habituales. A esto le
llamaron “efecto invernadero”.

Muchos de nosotros escuchamos hablar del calentamiento global y del efecto invernadero y
creemos que en siglos las consecuencias se empezaran a notar. Recuerden que en el pasado
mes de septiembre, se decía que había sido el mes más seco en 12 años. El responsable es
el fenómeno de ‘El Niño’ y, según el jefe de pronósticos del Instituto de Hidrología,
Meteorología y Estudios Ambientales de Colombia (Ideam), las lluvias seguirán por debajo
de la media histórica hasta por lo menos los primeros meses del 2010, con lo cual la
recomendación es evitar los gastos innecesarios de agua y energía eléctrica. De seguir las
cosas así, la escases de alimentos no esperara y el nivel del mar ascenderá debido al
calentamiento de los océanos y el deshielo de los icebergs.88

Muchos comentaristas han dicho: “sabemos lo que tenemos que hacer, pero nos falta
voluntad para hacerlo”. ¿Por qué? Porque parece que no somos capaces de dejar a un lado
nuestros intereses egoístas y cortos de miras, nuestro individualismo. Sin Respeto, Veneración,
Comunión, Adoración y Nueva identidad, será muy difícil tomar conciencia del problema. El
Catecismo de la Iglesia Católica dice que: “Toda criatura posee su bondad y su perfección propias…
Por esto, el hombre debe respetar la bondad propia de cada criatura para evitar un uso desordenado de las
cosas, que desprecie al Creador y acaree consecuencias nefastas para los hombres y para su ambiente.”89

A esta altura de nuestro viaje y tras haber perdido la ruta, los invito para que nos pongamos
los paracaídas. Antes de lanzarnos al vacío, vemos también dos signos de nuestro tiempo
que, de la mano el uno con el otro, nos amplían nuestro panorama.

La globalización, es quizá el signo más evidente y publicitado. Unos creen que este abarca a
todos, pero yo he querido separarlo sobretodo porque considero que hay que definirlo en
líneas positivas, como las que ya conocemos, y en algunas líneas que agudizan nuestra
situación latinoamericana.

88
Michael McCARTHY, Sloughin Towards disaster. Londres, 12 de febrero de 2005, p9
89
Catecismo de la Iglesia Católica 339

115
Hace unos años, el teólogo Johann Baptist Metz describía que la historia de la humanidad,
al menos durante el periodo de tiempo del que se conservan documentos escritos, ha sido
una “Historia de sufrimiento”. Las grandes conquistas militares, los grandes
descubrimientos científicos y tecnológicos, las grandes instituciones económicas y sociales
estuvieron acompañadas por el sufrimiento humano. Nuestro contexto Latinoamericano,
ha visto muy de cerca. El documento de Puebla (1978) expresa gráficamente esta situación
describiendo desencarnadamente con rostros, la pobreza y la miseria que se vive:

“Rostros de niños, golpeados por la pobreza desde antes de nacer, obstaculizan sus posibilidades de
realizarse a causa de deficiencias mentales y corporales irreparables; los niños vagos y muchas veces
explotados de nuestras ciudades, fruto de la pobreza y desorganización moral familiar. Rostros de jóvenes,
desorientados por no encontrar su lugar en la sociedad; frustrados, sobre todo en zonas rurales y urbanas
marginales, por falta de oportunidades de capacitación y ocupación. Rostros de indígenas y con frecuencia de
afro-americanos, que viviendo marginados y en situaciones inhumanas pueden ser considerados los más
pobres entre los pobres. Rostros de campesinos, que como grupo social viven relegados en casi todo nuestro
continente, a veces, privados de tierra, en situaciones de dependencia interna y externa, sometidos a sistemas
de comercialización que los explotan. Rostros de obreros frecuentemente mal retribuidos y con dificultades
para organizarse y defender sus derechos. Rostros de marginados y hacinados urbanos, con el doble impacto
de la carencia de bienes materiales, frente a la ostentación de la riqueza de otros sectores sociales. Rostros de
ancianos, cada día más numerosos, frecuentemente marginados de la sociedad del progreso que prescinde de
las personas que no producen. Rostros de desplazados.”90

Muchas más realidades conocemos y seguro se me escapan, muchos rostros que no


nombré, pero con todo esto, sobre lo que deseo llamar la atención como uno de los signos
de nuestro tiempo es la manera en que, en medio del sufrimiento más intolerable, todos
deseamos un futuro mejor para nuestro pueblos. En torno a esta desesperanza, hemos
asumido una nueva actitud. Queremos un mundo mejor y por eso trabajamos, nuevas
voces se escuchan: ONG´s, fundaciones, Iglesias, colectividades, etc. Éste es el aspecto
más notable de este signo actual de nuestro tiempo.

No podemos excluir a la ciencia como uno de estos signos. Frente al cambio de paradigma
en la forma como conocemos. La ciencia ha sido a lo largo de la historia un eje importante
para la fe, recordemos la preocupación de nuestro hermano Tomás de Aquino. Hoy esta
situación no es ajena. Los cambios científicos y los adelantos en la materia, hacen que se
abran nuevas posibilidades a la espiritualidad y la fe en Dios.

90
Documento Puebla, 1978

116
Veamos un caso, quizá el más representativo. Einstein. Uno de sus grandes
descubrimientos es que la energía y la materia eran “dos formas de la misma cosa”91 Einstein
midió la cantidad de materia que sería equivalente a una cantidad particular de energía. E=
mc2. Pero esto no es todo, el mismo Einstein descubre que la luz se comporta unas veces
como partícula y otras como onda. En últimas, luego de muchos inventos y
descubrimientos más, el universo no es lo que era antes. Ha cambiado nuestra forma de
concebir el universo y el modo de operar en él.

Al ver el caso Einstein, vemos que los signos de nuestro tiempo son muy ambiguos y
confusos. Hemos entrado en una época que está llena de promesas, pero cargada de
inimaginables peligros.

Al intentar describir muy someramente estos signos actuales de nuestro tiempo. Al haber
abordado el helicóptero y habiéndonos perdido de la ruta solo nos queda una salida, y es
tirarnos con nuestros paracaídas. Cada uno de los signos que hemos visto promueve
nuestro lanzamiento, pero como bien sabemos por la historia que les relataba al inicio,
caeremos en algún poste de la luz. Enumeremos ahora cada uno de estos postes con su
paracaidista y hagamos, al igual que con los signos, el ejercicio de describir cada uno de
ellos no diciendo verdades que no sirvan para nada, sino más bien, ayudando a bajarlos.

PRIMER PO ST E: Lo s De re c h o s h u m an o s y m e m o ria h is tó ric a d e las v ic tim as

Ya que Colombia se enmarca en un Estado de igualdad y derecho, la política pública debe


entonces construirse con participación ciudadana, pues la garantía de los derechos
fundamentales se considera un eje importante para la construcción de paz. Se debe
entonces visibilizar los derechos humanos como un problema ético que va más allá de lo
jurídico y que se debe pensar más allá del lenguaje.

Miremos un poco nuestro contexto: “Colombia se encuentra hoy en una grave crisis social
y económica, como producto de la confluencia simultanea de múltiples conflictos que se
han agudizado. La pobreza alcanza al 60% de la población, la pobreza extrema es de 25%, y
el 61% de la población económicamente activa se encuentra en la informalidad. El
desplazamiento forzado interno afecta a más de 2.5 millones de personas. La profunda

91
Bill BRYSON, Una breve Historia de casi todo. RBA, Barcelona, 2004

117
exclusión social se manifiesta en la negación de derechos humanos fundamentales a
grandes sectores de la población”92

Para poder entender con claridad como se ha llegado a este punto, debemos establecer
primero el tipo de conflicto que se está presentando en Colombia. Este conflicto es de alta
frecuencia y larga duración, se ha desarrollado principalmente en las zonas rurales y ha
tenido una repercusión menor en las ciudades, está estrechamente ligado con la violencia
ordinaria y ya no expresa las tensiones sociales existentes, sino que se desarrolla cada vez
más en función de meros cálculos estratégicos.

De la misma manera, se puede ver como en el país luego del segundo periodo de gobierno
de Uribe “no hay menos guerra o un parte de victoria del estado sobre los actores que se
disputan la soberanía en el país. Hay una guerra cuyos términos “se reestructuran” a partir
de una serie de iniciativas emprendidas por un ejecutivo decidido a no pasar en vano por la
historia. La estrategia del ejecutivo, le apuesta a arrinconar a las guerrillas para negociar una
desmovilización desde una posición de ventaja militar y con los paramilitares la apuesta es
también por la desmovilización con el fin de lograr el monopolio estatal de la fuerza”93

Dentro de este marco se pueden analizar una innumerable cantidad de conexiones y


situaciones que afectan de frente los derechos humanos y la realidad concreta de las
víctimas. Es necesario que a nivel de derechos iniciemos una reflexión en torno a la
situación socioeconómica que se está presentando en el país.

Situación socioeconómica

Por varias décadas la relación que existe entre las variables socioeconómicas y la violencia,
ha preocupado a los teóricos y a los científicos sociales que se dedican a estudiar este
fenómeno, fomentando un extenso debate entre quienes consideran que estas variables
influyen de forma significativa en el aumento de la violencia política, y quienes por el
contrario afirman que esta correlación es mínima y no se puede tomar como base para este
estudio.

92
YEPES, Alberto y FERNÁNDEZ, Rubén. “Erradicar la pobreza y negociar la guerra”. Informe Social Watch.
Caso Colombiano. Septiembre 2004. Citando a GARAY, Luis. “Políticas públicas y garantías de los DESC”. Pg.
20.
93
WILLIS, María Emma. “La sociedad vigilada: Del autoritarismo del ejecutivo a los autoritarismos de diverso
cuño político”. Pg. 13.

118
Los que creen fielmente que las variables socioeconómicas no influyen de manera
significativa en el aumento de la violencia, tienden a justificar su posición argumentando
que “la relación entre la desigualdad y la violencia no implica que la causa inmediata de
toda insurrección sea la desigualdad, ni que la base social de los insurgentes sean los
pobres, ni que la violencia se produzca en las regiones o municipios más deprimidos, ni que
las rebeliones siempre son justas”94; al tiempo que afirman que “la democracia no puede
sostenerse en un entorno de alta conflictividad, relativa deslealtad y apatía frente a las
instituciones”95.

Esto se ve claramente reflejado con el hecho de que haya países subdesarrollados con
mayores niveles de inequidad y desigualdad, que no presentan niveles tan altos de violencia;
lo que lleva a pensar que para determinar las causas reales de la violencia en estos países, es
preciso incluir variables como el narcotráfico, que constantemente se vincula con la
financiación de grupos al margen de la ley; y el carácter semirepresivo de los gobiernos, que
aumenta los niveles de exclusión y amenaza con derrumbar los principios rectores de la
democracia.

Por otra parte, los que consideran que las variables socioeconómicas tienen gran relevancia
en el aumento de la violencia, defienden su posición afirmando que “la lucha subyacente es
económica”96 y que en realidad no importa si los rebeldes encuentran motivo en la codicia,
las ansias de poder o el descontento, que puede no variar sustancialmente de una sociedad
a otra y que está fundado en motivos de quejas reales, o puede hacerse brotar por parte de
las organizaciones rebeldes, quienes alborotando ciertos prejuicios logran desarrollarse y
funcionar; por lo tanto, lo que da pie al conflicto es la ‘factibilidad de la depredación’.

De igual forma, aseguran que la propensión al conflicto es mayor en sociedades con bajos
niveles educativos, con un acelerado crecimiento demográfico, con economías en crisis o
en recesión, con una población étnica y religiosamente homogénea, y con una dependencia
de exportaciones de bienes primarios.97 Lo que lleva a pensar que la pobreza, la
desigualdad, y la exclusión, potencian el conflicto promoviendo rebeliones y la depredación
de los recursos naturales, que generan guerra civil y violencia.

94
GUTIERREZ, Francisco. “Inequidad y violencia: una precisión sobre las cuentas y los cuentos”. En: Análisis
Político No. 43. Mayo – Agosto. Pg. 58.
95
Ibíd. Pg. 60
96
COLLIER, Paul. “Causas económicas de las guerrillas civiles”. En: El Malpensante No. 30. Marzo. Pg. 33.
97
Ibíd. Pg 34

119
Al mirar los dos lados del debate, se puede concluir que para disminuir la posibilidad de
una confrontación violenta en el país, es preciso tomar medidas de tipo político, social y
económico, que fortalezcan la democracia, garanticen los derechos y libertades de los
ciudadanos, acorten las desigualdades, fortalezcan la economía y fomenten el desarrollo.
Porque en una sociedad donde se conjuguen la diversidad étnica, religiosa, socioeconómica
y cultural, y donde se vean representados todos estos sectores de la población, es mucho
más fácil tener una sociedad pacífica y equitativa.

Teniendo claro el contexto, es mucho más viable decirle a este paracaidista dónde está. Por
esta razón, al hablar de derechos humanos y memoria histórica de las víctimas, la reflexión
deberá estar orientada hacia dónde se avanza con la población golpeada por la violencia y la
pregunta es en dónde se hace la inclusión social. En este orden de ideas, podríamos
adelantar una primera conclusión: la real determinación de la exclusión social se da en las
estructuras del Estado, por ejemplo al momento de evaluar los procesos de Justicia y Paz,
en los que se necesitaría de un siglo para que los victimarios reparen a sus víctimas, sólo
hay un caso juzgado y cerrado. Prueba de la exclusión que se da en este país es que la Ley
de Víctimas no pasó en el Congreso, dice el Gobierno que no hay presupuesto… la guerra
es el gasto prioritario. Y en este orden de ideas no se puede borrar la condición psicosocial
que ha traído consigo la moto sierra.

En términos de responsabilidad, la exclusión social en el país no es reciente pero sí


creciente: la diferenciación social ha crecido en nombre de las reformas que ha hecho el
Estado para excluir a la mayoría del país, por aumentar una pequeña y feroz minoría, por
ser fiel a las políticas neoliberales.98

SEGUNDO PO ST E: Pro b le m átic a d e la tie rra y d e s p lazam ie n to

“Recibimos mucha agresión personal, también sicológica… cuando llegamos a este municipio no fuimos bien
recibidos. Pensamos que era mejor haber muerto y no que nos trataran así… Empezamos a fortalecernos
cuando se nos acercaron los de la parroquia y los de la Pastoral Social de Montería… Con este proceso
empezamos a sentir que teníamos muchas cosas hacia delante... Hemos superado muchas cosas. Como
campesino nunca pensé que podría llegar a ser empresario como ahora, con deseos de seguir viviendo y de
fortalecerme a mí y a mi familia….”.99

98
Molano ALFREDO. Sociólogo. Ponencia.
99
Testimonio de Santofimio, integrante del programa para la incubación y desarrollo de proyectos productivos para la
población desplazada por la violencia.

120
Esta es la historia de una familia, de las tantas de este país, que fueron desplazados por la
violencia y que a simple vista corrieron con suerte. Analicemos muy rápidamente el
testimonio y verifiquemos cómo se le presenta a una familia la experiencia de ser
desplazada.

 Reciben agresión personal y psicológica


 Salir de su tierra
 No son bien recibidos en los otros municipios
 Deseo de muerte por causa de un trato indigno por parte de la sociedad
 Se tiende una mano y vuelve a sus vida el deseo por la vida

El desplazamiento forzado es la manifestación más aguda de la crisis humanitaria


producida por el conflicto armado en Colombia. Durante 2006 se estima que más de
36.800 personas se desplazaron en eventos masivos. A la fecha, Acción Social, CODHES,
ACNUR y OCHA registraron 73 eventos en 52 municipios. Los departamentos más
afectados a causa de los desplazamientos masivos son: Nariño (14.411 personas
desplazadas en 17 eventos); Bolívar (3.791 personas desplazadas en 5 eventos) y Antioquia
(3.312 personas desplazadas en 5 eventos).100

Se observa también que el desplazamiento afecta de manera desproporcionada a los


pueblos indígenas (2% de la población total y 8% de la desplazada) y a la población afro –
colombiana (8% de la población total y 11% de la desplazada). Las dificultades en la
atención se derivan de la insuficiente caracterización e información sobre las necesidades
específicas de los diferentes sectores de la población desplazada. Siendo este el caso de los
niños y niñas entre 0 y 5 años y los adolescentes y jóvenes, quienes se ven afectados por
una reducida cobertura de los servicios de educación y salud a los que otros sectores de
población si tienen acceso.101

La respuesta estatal es eficiente y oportuna en materia de atención de emergencia y en


desplazamientos masivos, pero insuficiente en materia de atención a desplazamientos
individuales, generación de ingresos, vivienda y tierra para la población desplazada. Esta
situación limita las posibilidades de acceso a soluciones duraderas para la población
internamente desplazada y genera un círculo vicioso en el cual la población continúa
necesitando la asistencia especial del Estado.

100
UNDG. 2006 Resident Coordinator Annual Report Colombia
101
Ibíd.

121
T ERCER PO ST E: Co m p ro m is o s o c ial c o m o s o lid arid ad e n m e d io d e la c ris is

“Una vez le preguntaron a un joven comprometido con una causa socialista que si de tener moto la
entregaría para la causa y dijo que sí, que con mucho gusto, pero cuando le preguntaron si de tener bicicleta
la entregaría dijo que no y al preguntarle por qué, respondió: porque bicicleta sí tengo.”

El compromiso social exige solidaridad y este a su vez requiere equidad. Sin estas tres, no
podríamos hablar de alguna por separado. Recuerdo mucho una conferencia que el
profesor Alfredo Sarmiento, hacía hace unos años en la cáritas colombiana. Él, se refería a
las desigualdades territoriales del país aludiendo a la distancia que hay entre el Chicó y el
Chocó.

Podría afirmase que lo que hay que hacer en Colombia es compartir la moto que pensamos
comprar sin entregarle a nadie la bicicleta que ya tenemos (crecimiento futuro sesgado en
favor de los pobres) y acercar el Chocó al Chicó, que no parece muy difícil, porque en las
regiones más atrasadas es tan mala la situación, que pequeños cambios en la dirección
correcta generarían beneficios generales muy grandes (desarrollo regionalmente
equilibrado).

Veamos primero lo del equilibrio regional. Mirado en retrospectiva el país ha hecho ciertas
tareas en desarrollo económico y también en desarrollo social. No sería justo decir que el
país ha fracasado en los promedios del desarrollo, pero sí es justo decir que ha fracasado
cuando se miran diferencialmente zonas del territorio.

Veamos ahora, que pasaría si entregáramos la bicicleta. La diferencia social más marcada
que tenemos en la actualidad se dio, por el hecho de que por años los campesinos no
recibieron la misma atención que la gente de las ciudades. Esto llevo a que millones de
campesinos de Colombia no tuvieran derecho ni al agua potable, ni a la educación básica ni
a un trabajo decente y como se olvidó que la seguridad y la justicia sólo existen si son para
todos, extensas porciones del territorio quedaron a expensas de la ley del más fuerte y
ahora no hay seguridad para nadie.

Tener paz y democracia, sacar a la gente de la miseria y generar competitividad, es decir,


llegar al desarrollo humano por medio de un compromiso social como solidaridad en
medio de la crisis, implica ofrecer lo mismo que tienen Bogotá, Medellín, Cali o
Bucaramanga en materia de bienes públicos a Chocó, Cauca, Sucre, Nariño, Bolívar,

122
prácticamente toda la Orinoquía y la Amazonía e incluso amplias zonas de Antioquia y el
Eje Cafetero.102

CUART O PO ST E: Co n s id e rac io n e s c ív ic as p ara la c o n s tru c c ió n d e u n p ac to é tic o


e n Co lo m b ia

El civismo parte básicamente del comportamiento social en la ciudad. Hay una serie de
valores que enmarcan el buen desarrollo del civismo y enriquecen, sin lugar a dudas, la
reflexión ética. Actualmente se percibe una sed de ética. La opinión pública reclama en las
encuestas y por todos los canales posibles comportamientos éticos en los ciudadanos, pero
en especial en sus líderes, quienes son los que de manera directa promueven el civismo.

Aunque existan muchas reglas prácticas o consideraciones vitales para una mejor
convivencia, el tema cívico reclama una vuelta a la ética. Los temas cruciales como el
diseño de las políticas económicas y sociales y la asignación de recursos, deben estar
estrictamente vinculados con criterios que nos permitan ser una sociedad mejor.

El desempeño de todas estas prácticas es posible si entendemos el contexto. La ciudad no


puede ser otra cosa que ese lugar donde la ética y el civismo se encuentren para garantizar
los derechos de los ciudadanos. El pacto que se debe firmar, es entre las políticas éticas y
cívicas con los ciudadanos, siendo ellos quienes operativicen dichos acuerdos.

Una ciudadanía más activa le permite al Estado ser más diligente. En la medida en que la
sociedad civil conforma organizaciones y redes que ejercen el control social, se motiva a los
responsables de la gestión a ser más eficientes. De otra parte, los gobernantes deben
generar mecanismos para generar información clara y precisa sobre el diseño, la ejecución y
los resultados de las políticas para generar confianza y responsabilidad compartida.

Q UINT O PO ST E: Etn ias in d íg e n as y ac o m p añ am ie n to e c le s ial

Hace unos años, el cantante Gabino Palomares, escribió un tema al que titulo “la maldición
de la malinche”. En este tema, nos relata cómo nuestro pueblo fue colonizado y cómo
asumimos el enfoque social indígena frente al campo de relaciones entre blancos y
amarillos. Dice la canción:

“Del mar los vieron llegar mis hermanos emplumados eran los hombres barbados de la profecía esperada.
Se oyó la voz del monarca de que el Dios había llegado y les abrimos la puerta por temor a lo ignorado.

102
Ibíd.

123
Iban montados en bestias como demonios del mal iban con fuego en las manos y cubiertos de metal. Sólo el
valor de unos cuántos les opuso resistencia y al mirar correr la sangre se llenaron de vergüenza. Porque los
dioses ni comen, ni gozan con lo robado y cuando nos dimos cuenta ya todo estaba acabado. En ese error
entregamos la grandeza del pasado y en ese error nos quedamos trescientos años esclavos. Se nos quedó el
maleficio de brindar al extranjero nuestra fe, nuestra cultura, nuestro pan, nuestro dinero. Y les seguimos
cambiando oro por cuentas de vidrio y damos nuestra riqueza por sus espejos con brillo. Hoy en pleno siglo
XX nos siguen llegando rubios y les abrimos la casa y los llamamos amigos. Pero si llega cansado un indio
de andar la sierra lo humillamos y lo vemos como extraño por su tierra. Tú, hipócrita que te muestras
humilde ante el extranjero pero te vuelves soberbio con tus hermanos del pueblo. ¡Oh, Maldición de
Malinche! ¡Enfermedad del presente! ¿Cuándo dejarás mi tierra? ¿Cuándo harás libre a mi gente?”103

La obra alude a Malinche, una princesa nativa, amante de Hernán Cortés, que conocedora
de las lenguas autóctonas, le sirvió de nexo y traición, determinó que su raza y su tierra
fueran barridas por la insaciable sed de riqueza y poder del conquistador. La leyenda
conmemora esta acción y su consecuencia, una maldición por siempre jamás para el resto
de las generaciones. También constituye una alusión al despojo contemporáneo en América
Latina y la resistencia a esta Segunda Conquista, así como la lucha por una segunda
independencia.

Me vino a la mente, observando al paracaidista en este poste, el recuerdo de la leyenda


mexicana al enterarme por el testimonio de una hermana Laurita, que las comunidades
indígenas del Vichada, pasan por una profunda crisis de identidad y de soberanía de sus
territorios, ya que las empresas petroleras requieren de la tierra para adelantar sus
exploraciones.

Los pueblos indígenas se sienten en una profunda traición. James Harrington sentenció que
la traición no triunfa nunca, porque si triunfa nadie la llama ya traición, y tal parecería ser el
lema de ciertos jefes de Estado, que prometiendo a los pueblos indígenas mayor desarrollo
y oportunidades, los desplazan y hasta mueren en el intento de desprenderse de la tierra.
En este caso, el Estado se disfraza como soberano, algo que suena cual letanía de la
maldición de la Malinche.

“Hoy es, quizá, el momento más crítico en la situación de derechos humanos de los
pueblos indígenas. Sus territorios se han convertido en el escenario del conflicto armado
que se vive en el país y ningún actor respeta el derecho internacional humanitario ni los

103
Canción: “la maldición de la malinche” obra del Mexicano Gabino Palomares

124
derechos humanos de estos pueblos”, (afirma Horacio Guerrero, Defensor delegado para
indígenas y minorías étnicas.)

El tema de la tierra -como diría don Bienvenido Zacu “lo que es el supermercado para los
no-indígenas es el bosque para los indígenas”-, allá se proveen de todos los bienes,
alimentos necesarios, concentra las distintas relaciones laborales y socioculturales, el trabajo
agrícola y la subsistencia de los indígenas, nos permite acercarnos a un contexto de
profunda desigualdad de estos pueblos. La misma construcción de la identidad social
indígena, aparentemente dinámica, manipulada por la interrelación de su cultura con la de la
ciudad, permite, en muchos casos, la adopción de “otros valores” a la par de mantener sus
propios valores y se traducen en las distintas prácticas socioculturales de usos y manejos
que tienen actualmente los pueblos indígenas. En este sentido la identidad social es una
relación dialéctica entre la diferencia (valores adquiridos) y la identidad (valores propios)
que se concreta en el ser indígena. En consecuencia el ser indígena (factor de identidad) se
construye en relación a la existencia de “otros grupos sociales” diferentes.

Actualmente, la Iglesia católica ha comprendido el manejo poco correcto que se le había


dado al tratamiento de los pueblos indígenas. Hoy, la experiencia gira en torno a la
recuperación de la memoria, los ritos y la identidad de la etnia. La Iglesia, se ha
comprometido con estas minorías al punto de iniciar procesos de inserción, no
colonizando sino participando de la cotidianidad indígena. Resalto la labor de muchas
comunidades religiosas insertas y que por muchos años han venido trabajando con
comunidades, desarrollando planes productivos y estableciendo programas de solución de
conflictos.

SEXT O PO ST E: Pro b le m átic a e n la fo rm ac ió n re lig io s a y c ate q u é tic a e n n iñ o s

Volviendo a la historia de Tony de Mello que citaba al inicio y que lleva el hilo conductor
de esta reflexión, nos pasa en la formación catequética y religiosa lo mismo que los dos
sacerdotes. Hay grandes verdades, pero estas no sirven para nada. Hemos trivializado la
experiencia catequética, nos hemos encargado de llenar de conceptos y de explicaciones
que aunque no se entiendan deben ser recitadas para poder acceder a un sacramento. La
experiencia sacramental no ha sido del todo bien entendida, hemos funcionalizado los
sacramentos y no hemos acompañado a los niños en la experiencia del pan, del banquete,
del compartir su fe y su vida. Valores como el de la comunidad, fundamentales en la
experiencia cristiana no tienen eco en la vida de los niños.

125
La catequesis del Jesús-Cristo que ha vivido y muerto por nosotros, por nuestra causa, a
nuestro favor y en nuestro lugar, no resuena en los corazones de muchas familias que han
abordado el asunto de la misma forma como si contáramos una película, una novela o
como si reseñáramos un libro.

La experiencia de nuestros pueblos oprimidos y crucificados socio-económicamente no ha


tenido un significado real en la experiencia catequética. Hoy es más importante que los
niños se sepan de memoria las obras de misericordia que entronizarlos en la práctica de las
mismas. La Opción por los pobres, tan nombrada en nuestros días, ha sido reducida a una
pobretología.

Más que ser cristiana la opción por los pobres, es fundamentalmente humana esta opción.
No es necesario ser cristianos para optar por los pobres, pero si los cristianos deben tenerlo
como algo fundamental, haciendo memoria de aquel que por amor a los más pobres y en
obediencia y fidelidad a la voluntad del Padre, da su vida como ofrenda.

Nuestras catequesis, deben esforzarse por incluir en sus contenidos y practicas los valores
cívicos, la promoción de la dignidad humana y una lectura sencilla pero práctica de los
signos de los tiempos de los que antes hablaba.

SEPT IMO PO ST E: T e o lo g ía y c ie n c ias s o c iale s (in te rd is c ip lin arie d ad )

¿Cómo decir a los pobres de este mundo que Dios los ama? ¿Cómo la teología se acerca a
la realidad de un pueblo crucificado? A partir de estas dos preguntas quiero centrar mi
preocupación. La primera, ha sido el tema de reflexión de la teología de la liberación y la
segunda ha sido, a mi modo de ver, el fundamento de todo programa eclesial, la praxis que
busca dar una respuesta efectiva a la situación de los oprimidos o de otro modo, visualizar
como “los acontecimientos sucedidos durante los últimos años han permitido ver con
claridad que el mundo en el que vivimos no conservará posibilidades de sobrevivir mientras
se sigan extendiendo espacios para éticas diversas, opuestas o antagónicas ”.104

Ignacio Ellaguría, siendo fiel a la revelación bíblica, al misterio de Dios manifestado a


plenitud en Jesucristo, ha teologizado la categoría de pueblos crucificados, considerándolos
como aquellos que son continuación histórica del Servidor Sufriente. Esta experiencia busca
asentar que el signo de los tiempos por antonomasia es “la existencia del pueblo crucificado”, y la exigencia
más primigenia es la de “bajarlo de la cruz”. ¿Cómo hacer esto?

104
KÜNG Hans, proyecto de una ética mundial, Madrid 2006 ed. Trotta.

126
Reconociendo el camino que se ha trazado hasta el momento, los procesos avanzan y cada
vez más, salen a nuestro encuentro retos y posibilidades para hacer visible aquello que el
concilio Vaticano II, con una expresión tomada del lenguaje de Jesús mismo, designa como
«signos de los tiempos», los indicios significativos de la presencia y de la acción del Espíritu
de Dios en la historia.105

Hace unos años, el estudiantado de los Dominicos de Colombia, en sus momentos íntimos
de reflexión y evaluación llegamos a sentir la necesidad de alimentar el discurso teológico
desde otra área del conocimiento, con el fin de ser consecuentes con lo que la Orden
plantea a nivel de misión apostólica, vida intelectual y formación integral del modus operandi
de la Orden en el mundo. El cultivo de la vida intelectual es esencial a la vivencia de la
espiritualidad cristiana hoy. En particular, el carisma dominicano pone especial énfasis en la
investigación permanente de la verdad.

Nada es más necesario, en un mundo globalizado y sumergido en el relativismo moral, que


la búsqueda incesante de la verdad y la construcción de la dignidad humana derivada de
aquella, pues, la construcción del Reino de Dios hoy está mediada por la dignificación de la
vida humana. Hay que aceptar, sin necesidad de hacer profundas disquisiciones, ni muchas
consideraciones conceptuales, que la educación y en particular la educación superior,
constituye una importante inversión. Nos gustaría detenernos y hacer que reflexionemos
sobre algunas de las características del contenido que esta inversión ha tenido, tiene y
tendrá para las perspectivas del desarrollo.

Inicialmente, y sin detenerme en este punto, quiero que ustedes recuerden el papel que
jugaron las Universidades en el momento de la fundación de la orden, ¿Qué representó
para Santo Domingo, enviar a sus frailes a la Universidad? ¿Qué representó el hecho de que
ellos estudiaran las artes liberales de la época? Perdóneme que hable de la Orden de
Predicadores, simplemente y por obvias razones es la tradición que más conozco y de la
que podría dar razón.

La teología, hoy más que centrarse en el actuar con el pueblo, reconoce que su escenario
fundamentador es la Universidad, concebida ella como una generadora de la potencialidad
humana necesaria para la transformación y desarrollo de la sociedad, como agente
revitalizadora de la misma106. Por lo tanto, es importante destacar que la Universidad como

105
Gaudium et spes, 11
106
Juan Vela, Revista Cubana de Educación Médica Superior ISSN 0864-2141

127
inversión se ve en dimensiones como: los aspectos sociopolíticos, dado que todas las
estrategias de desarrollo reconocen el papel del hombre y sus potencialidades como el
factor fundamental de las mismas. "Nunca como ahora el conocimiento se convirtió en un
elemento central para el desarrollo sostenido. Al mismo tiempo, nunca como ahora el
quedar al margen de ese conocimiento significa también marginarse de toda posibilidad de
participación activa de este crecimiento"107.

Del papel e importancia que la teología le otorgue a las transformaciones y a la elevación de


la calidad de los sistemas educativos, dependerá en gran medida el sentido integrador que
adopten los cambios de orden económico, social y estructural en la Iglesia, no
dedicándonos exclusivamente en un futuro de los ejercicios pastorales tradicionales y que
veo como problemáticos por la desintegración y maduración de la fe.

También de orden científico, técnico, social, etc., en nuestros apostolados recobra


importancia la interdisciplinariedad, queriendo dejar de lado todo asistencialismo, todo
proceso carente de continuidad y más bien ofreciéndole a nuestro país y a todo lugar donde
se nos requiera, procesos de estabilidad y promoción de la dignidad humana, teniendo
palabras concretas en cuanto justicia y paz; de ahí su importancia y valor. No obstante,
debe señalarse que la inversión en educación es un factor necesario pero no suficiente para
lograr esos cambios. Este fenómeno debe darse dentro de una coherencia en el que se
considere el entorno en que se desenvuelve la Universidad, los retos y amenazas a que debe
enfrentarse y las estrategias que ésta debe desplegar.

Los dominicos, dando testimonio de la urgencia de tomarse en serio este tema, reconocen
que: "Los desafíos que enfrenta la misión de nuestra Orden en el mundo actual desde la
perspectiva de la globalización, del avasallador avance de la ciencia y la tecnología, de la
consolidación de la sociedad del conocimiento y de los procesos de humanización y
fragmentación de la sociedad, hacen más necesarias y urgentes la dedicación al estudio y la
búsqueda de sentido de la realidad humana a la luz del evangelio."108

La investigación académica reclama "buscar nuevas formas de conocer, de interpretar y de


comprender al hombre, al mundo y a Dios, para anunciar el evangelio de la salvación de
manera pertinente y con eficiencia a nuestros contemporáneos."109

107
Daniel Filmus: Director de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales. Argentina. Profesor Titular del UBA.

108
Actas del capítulo provincial 2002-2006, capítulo IV, Vida intelectual, 105.
109
Actas del capítulo provincial 2002-2006, capítulo IV, Vida intelectual, 105.

128
En la medida en que la teología y las ciencias se pongan a dialogar, en esa medida
podremos ser testigos del poder liberador del Evangelio. De ese dialogo, veremos cómo de
los signos con que Cristo acompañaba la proclamación de la Buena Nueva a los pobres,
efectivamente, “quienes estuvieron ciegos ahora ven, quienes habían perdido la palabra por causa de la
opresión y estaban mudos, ahora hablan; quienes se sentían tullidos y paralíticos, porque habían sido
maltratados durante siglos, ahora caminan y se organizan como pueblo”.110 La teología puesta en
dialogo, nos hace comprender en palabras de Monseñor Romero, que nuestro cristianismo es
una persona, que me amó tanto, que me reclama mi amor. El cristianismo es Cristo.

Ahora, a partir de esta modesta reflexión, quiero invitar a los panelistas para que se sienten
en esta mesa, y que de la misma forma que los dos sacerdotes den respuestas que sean
verdaderas pero que nos sirvan para algo. Mientas nosotros, como auditorio, seguimos
colgados de muchos postes.

INICIO

SOCIEDAD, CULTURA E INDÍGENAS EN COLOMBIA

CRISIS Y REALIDADES

DOAYIBI DOMICÓ

A pesar de ser Colombia constitucionalmente una nación multicultural que vela tanto por

miembros como por las comunidades indígenas existentes en el país, se presenta una gran

110
Mons. Proaño, 1989, p. 7

129
distancia entre los propuesto y lo dictado a nivel legal y teórico con práctica real de tales

disposiciones, evidenciándose una contrariedad entre el gobierno y su praxis hacia los

pueblos indígenas.

En el marco de los derechos humanos, existen cinco derechos los cuales han sido

inspirados en el proyecto de declaración de las naciones unidas sobre los derechos de los

pueblos indígenas el derecho a la distintividad, el derecho a la igualdad, el derecho a lo

propio, el derecho al mejoramiento y el derecho preferente. Se trata de cinco derechos

concurrentes para la época, donde los cuatro primeros son válidos siempre y el quinto es

temporal en razón a que todavía existen situaciones de discriminación insuficientemente

superadas en la realidad.i

Muchos de estos derechos en nuestro territorio no son tenidos en cuenta por aquellos

quienes han optado por el desconocimiento de las raíces propias y culturales de Colombia y

que haciendo caso omiso a lo pactado, la posibilidad respetable y valorable para

considerarnos a nosotros mismos, los indígenas, como diferentes, y a ser respetados como

tales, ha perdido vigencia, pues al estar excluidos de muchas de las prioridades del

gobierno, la vulnerabilidad para nuestros pueblos aumenta y las posibilidades de futuro

disminuyen.

Ahora bien, la cultura es un término que se refiere a lo que se ha cultivado entre personas,

que cognitivamente se comparte y se traduce en usos y costumbres, lenguas, creencias y

formas de vida. A ello también ha llegado el espíritu de indiferencia, pues no solamente se

desconoce sino que se atenta contra ésta, pues al ser exterminado un pueblo, no se está

130
acabando con la comunidad sino con la cultura y patrimonio que ella ostenta para el género

humano.

La realidad de los pueblos indígenas es la realidad de los despojos y abusos, es la

realidad del hambre y la miseria material, la del saqueo colonial y la explotación de las

poblaciones nativas. Por ello, postular los derechos de los pueblos indígenas a la

distintividad, a la igualdad y a lo propio no es suficiente. Es preciso el derecho al

mejoramiento económico y social, derecho que remite a un extenso número derechos: al

trabajo, a la salud, a la retribución económica equitativa y a la justicia económica, derechos

que hacen parte de los derechos a la igualdad de estos pueblos.

Hay que establecer, a partir del reconocimiento, que los pueblos indígenas requieren

políticas aplicadas y efectivas, orientadas a mejorar sus estándares de vida. El derecho al

mejoramiento económico y social constituye una amplia variable general

que incluye, por una parte, la generosa agenda temática de los capítulos y acápites

complejos del derecho laboral, del derecho a la salud y del derecho a la educación,

elaborados desde la perspectiva de los derechos de las personas y las colectividades y, por

otra, las agendas de intervención para el desarrollo económico y social por parte de los

estados, la cooperación internacional y las organizaciones no estatales.ii

131
Finalmente, como vocero, líder y miembro del pueblo indígena, ruego a ustedes que hagan

extensiva la invitación de no olvidar que en las selvas y las montañas colombianas

habitamos hombres y mujeres de paz que junto con la pacha mama, hemos visto el

amanecer desde antes de la pisada del conquistador y que somos tan colombianos como

cualquier otro ciudadano. No somos protagonistas de cuentos, ni seres fantásticos de

historias legendarias, somos barro, sangre y naturaleza colombiana.

i
Calla Ortega, Ricardo. La perspectiva de la diversidad étnica en derechos humanos: Algunos aportes para una discusión urgente.
Instituto Interamericano de Derechos Humanos. Unidad de investigaciones aplicadas. Costa Rica, 2000

ii
Los pueblos Indígenas en Colombia. Derechos, Políticas y Desafíos. UNICEF. Oficina de Área para
Colombia y Venezuela. Bogotá., D.C.

132

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