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Historieta 1

Historieta
Se llama historieta o cómic a una "serie de dibujos que constituye un relato", "con texto o sin él,"[1] así como al
medio de comunicación en su conjunto.[2] Partiendo de la concepción de Will Eisner de esta narrativa gráfica como
un arte secuencial, Scott McCloud llega a la siguiente definición: «Ilustraciones yuxtapuestas y otras imágenes en
secuencia deliberada con el propósito de transmitir información u obtener una respuesta estética del lector».[3] El
teórico e investigador argentino Oscar de Majo agrega que «suele incluirse dentro del concepto también el humor
gráfico, por utilizar las mismas herramientas, aunque no siempre se desarrolle en forma secuencial, o sea a través
de varios cuadritos o viñetas, leídos de izquierda a derecha como la palabra impresa, sino en un solo cuadrito
unitario ("cartoon")».[4]
Considerada durante mucho tiempo como un subproducto cultural,[5] apenas digno de otro análisis que no fuera el
sociológico, desde los años 60 del pasado siglo se asiste a su reivindicación artística, de tal forma que Morris[6] y
luego Francis Lacassin[7] han propuesto considerarla como el noveno arte, aunque en realidad sea anterior a aquellas
disciplinas a las que habitualmente se les atribuyen las condiciones de octavo (fotografía, de 1825) y séptimo (cine,
de 1886). Seguramente, sean este último medio y la literatura los que más la hayan influido, pero no hay que olvidar
tampoco que "su particular estética ha salido de las viñetas para alcanzar a la publicidad, el diseño, la moda y, no
digamos, el cine."[8]
Las historietas suelen realizarse sobre papel, o en forma digital (e-comic, webcomics y similares), pudiendo
constituir una simple tira en la prensa, una página completa, una revista o un libro (álbum, novela gráfica o
tankōbon). Han sido cultivadas en casi todos los países y abordan multitud de géneros. Al profesional o aficionado
que las guioniza, dibuja, rotula o colorea se le conoce como historietista.[9]

Una de las primeras páginas de Little Nemo in Slumberland, aún con


exceso de texto al pie.
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Denominaciones
En los países hispanoparlantes, el término historieta es el nombre
autóctono[10] más extendido. En origen, era un diminutivo de la
palabra historia, procedente a su vez de la raíz griega histor que
significa ‘juez’. Algunos países hispanohablantes tienen además sus
propias denominaciones específicas: Monitos en México y Chile, y
tebeo en España.

Hacia los años setenta comenzó a imponerse en el mundo


hispanoparlante el término de origen anglosajón cómic[11] (procedente
Abocetando una página.
a su vez del griego Κωμικός, kōmikos, de o perteneciente a la
"comedia"[12] ), que se debe a la supuesta comicidad de las primeras
historietas.[13] En inglés, además de comics y comix, se usan los términos funnies (es decir, divertidos[14] ) y cartoon
(por el tipo de papel basto o cartón en donde se hacían) para el dibujo y la caricatura humorística. Con el tiempo, se
empezó a llamar "comic strip" (tira de prensa) a la tira de historietas, en tanto que los "animated cartoons" o dibujos
animados tendieron a reservarse la palabra "cartoon". También aparece desde el movimiento contracultural el
término comix, primero en inglés y luego en otras lenguas, que suele reservarse para publicaciones de este estilo.

Obviamente, la historietas no tienen por qué ser cómicas y, por este motivo, los franceses usan el término bande
dessinée ('tiras dibujadas'), abreviado BD, que en realidad es una adaptación de 1962 de comic strip. El portugués
tradujo del francés para crear banda desenhada, mientras que en Brasil se la denomina história em quadrinhos
(historia en cuadritos), haciendo así referencia al procedimiento sintáctico de la historieta, como también sucede con
el término chino liánhuánhuà ('imágenes encadenadas').
En relación a otros nombres asiáticos, el término manga (漫画,'imágenes grotescas') se ha impuesto en japonés a
partir de Osamu Tezuka quien lo tomó a su vez de Hokusai, mientras que se reserva el término komikkusu
(コミックス) para la historieta estadounidense. Los filipinos usan el similar komiks, pero lo aplican en general,
mientras que en Corea y China usan términos derivados de manga como manhwa y manhua, respectivamente.
Finalmente, en Italia la historieta se denominó fumetto en referencia al nombre del globo de diálogo.

Historia
Existe una fuerte controversia sobre
cuál fue la primera historieta, en
función de si se usa una definición más
o menos restrictiva.

Antes de la imprenta
Un fragmento del Tapiz de Bayeux (siglo XI).
Algunas pinturas murales egipcias
como la Tumba de Menna (c.
1422-1411 aC) o griegas y relieves romanos como la famosa columna trajana pueden ajustarse a la definición de
historieta dada más arriba.
En la Edad Media europea, la narración visual en las naves de las iglesias, como en los 24 compartimientos del vitral
de la Catedral de Chartres,[15] se desarrollaría todavía más en el extraordinario Tapiz de Bayeux (siglo XI), así
como en la tradición de manuscritos iluminados representada por el Salterio de San Luis (1253-1270), la Biblia del
cardenal Maciejowski (c. 1250), las Cantigas de Santa María (mediados del siglo XIII-1284), el Breviario de Felipe
el Hermoso (c. 1300) o el Salterio Arundel (primera mitad del siglo XIV). También hay una tradición precolombina
contemporánea, a la que pertenece el Códice Nuttall en escritura mixteca.[16] Para teóricos como Oscar Masotta, el
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verdadero parecido entre la historieta moderna y sus parientes de antaño[17] no comenzaría hasta finales del siglo
XIV con la utilización en Europa del grabado en madera o xilografía, produciéndose libros como la famosa Biblia de
los pobres o Biblia pauperum (1410-1420).

Las primeras historietas impresas (siglo XVI-1845)


Gutenberg introdujo la imprenta en Occidente en 1446, y ya desde el siglo
XVI, en Francia, y luego otros países, comienzan a difundirse las aleluyas.
Fuera de ésta, también suelen citarse El Primer Nueva coronica y buen
gobierno (hacia 1615) de Felipe Guamán Poma de Ayala[18] o las pinturas en
serie del inglés William Hogarth (1697–1764), como A Rake’s Progress (La
carrera de un libertino) y A Harlot’s Progress (La carrera de una puta).

Fueron los humoristas gráficos ingleses del XVIII, como Isaac Cruikshank,
los que desarrollaron el globo de diálogo en sus caricaturas para satirizar a sus
gobernantes, pero probablemente el primer libro de historietas sea “Lenardo
und Blandine” (1783) de Josef Franz von Goez.[19] La reproducción masiva
del dibujo tampoco fue posible hasta 1789, año en que se descubrió la
litografía, ya que esta permite la impresión directa sobre la página sin ningún
proceso humano intermedio, gracias a planchas resistentes a múltiples
Imagen de Epinal (s. XIX). prensados. En 1796, Jean-Charles Pellerin inicia en Francia, concretamente en
la región de Épinal, una industria de producción de estampas conocida como
imágenes de Épinal.

Entre los pioneros de la primera mitad del siglo XIX, suelen citarse a Nordquist, Bilderdijk, Thomas Rowlandson
(Dr Syntax), William Charles e y George Cruikshank,[20] aunque el popularizador de la historieta moderna es el
franco-suizo Rodolphe Töpffer, quien publica en 1833 su Histoire de M. Jabot, a la que seguirían otros seis álbumes.
Su Ensayo sobre fisionomía de 1845 es considerado como el primer texto teórico del medio.
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En la prensa de masas (1841-94)


Hay estudiosos que consideran la historieta como un producto cultural
de la modernidad industrial y política occidental que surgió en paralelo
a la evolución de la prensa como primer medio de comunicación de
masas, y buscan la primera historieta entre las reproducidas en ella.[21]
Hay que remitirse, entonces, a la revista mensual británica Punch
(1841), que inspirada en Le Charivari francesa, fue el motor de la
expansión mundial de la historieta, al dirigirse a un nuevo sector
aupado también por la revolución social e industrial: la infancia. El
modelo de Punch fue imitado en todo el mundo, dando lugar en
Alemania a Fliegende Blatter (1848) en la que debutaría el excepcional
Wilhelm Busch, autor de Max und Moritz (1865); en Japón, a The
Japan Punch (1862-87), en España, a La Flaca (1869-76) y, lo que es
más importante, en Estados Unidos, a Puck (1877), Judge (1881) y Life
(1883), verdaderos campos de prueba del cómic de prensa en los que
comenzaron, entre otros, Richard Felton Outcault y Frederick Burr
Opper.
"O nosso Zé Caipora" (Revista Illustrada, Brasil,
Surgen también series con personajes fijos, como el británico Alley
1886) de Agostini.
Sloper, creada por W. G. Baster en 1884 para la revista Alley Sloper’s
Half Holiday; La Famille Fenouillard, creada por Georges Colomb
para Le Petit Français illustré en 1889, y Little Bears and Tigers, del estadounidense James Swinnerton en 1892. Al
año siguiente, se incorpora el color en el suplemento dominical del New York World de Pulitzer.[22]

La modernidad (1895-1929)
En los albores del siglo XX el principal centro de
producción e innovación en el campo de la historieta
fue EE.UU, ya que los principales editores del país,
Hearst y Pulitzer, la usaron para atraer a todo tipo de
público, niños y adultos, incluyendo a los
inmigrantes que no sabían inglés.[23] Llegaron hasta a
luchar en los tribunales por su posesión y los
tribunales sentenciaron en 1912 que un autor debía
renombrar su serie y personajes si se pasaba con ella
a otro periódico. W. R. Hearst también impulsó los
recopilatorios de tiras y en 1914 fundó el Kings
Feature Syndicate, la primera agencia para la
distribución de las mismas.

Las series germinales fueron Hogan's Alley (1895) de


Outcault, protagonizada por The Yellow Kid,[24] The
Katzenjamer Kids (1897) de Rudolph Dirks,
inspirada en Max y Moritz de Busch, y Happy
Hooligan de Frederick Burr Opper, que se sirven
Dominical de Krazy Kat de 1922. progresivamente de los globos de diálogo.[25]
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Surgen también series que exploran las posibilidades cromáticas y rítmicas de la página, amén de cierto surrealismo
avant la lettre, como Little Nemo in Slumberland (1905) de McCay y Krazy Kat (1911) de Herriman.
No obstante, las tiras más populares oscilan entre el humor físico del slapstick y el tratamiento de los problemas de
adaptación a la modernidad de un grupo de personajes. El grupo podía ser una familia o una pareja, siempre
polarizada entre un padre y su esposa o hijos o entre dos compañeros de diferente carácter. Los ejemplos más
famosos son Polly and her pals (1912) de Cliff Sterret; Bringing up father (1913) de McManus, Thimble theater
(1919) en la que Segar crearía a Popeye, y Gasoline Alley (1919) de Frank King. También surgen "girl strips", como
Tillie the Toiler, de Westover, en 1921.
En el resto del mundo, mientras tanto, seguían colocándose los textos al pie de la viñeta, siendo de destacar las
originales novelas sin palabras de Frans Masereel[26] y el surgimiento de revistas y suplementos infantiles como las
británicas Chip y Comic Cuts, ambas de 1890; la brasileña "O Tico-Tico" (1905), la italiana “Corriere dei piccoli”
(1908), la española TBO (1917) y la argentina Billiken (1919). En Japón, tras la labor pionera de Rakuten Kitazawa,
triunfan historietas infantiles como Las aventuras de Shochan(1923) de Shousei Oda/Tofujin y Los Tres
Mosqueteros con botas en la cabeza (1930) de Taisei Makino/Suimei Imoto[27] El uso internacional de los globos no
se generalizaría hasta la belga Zig et Puce (1925) de Alain Saint-Ogan.

La aventura continua (1929-42)


La Gran Depresión de 1929 impulsaría una renovación temática y estilística en
la historieta estadounidense, de tal manera que, a pesar de la aparición de
notables series de comedia como Li’l Abner (1934) de Al Capp, los siguientes
años estarían marcados por las tiras de aventuras, tras el éxito de Buck Rogers
(1929) de Dick Calkins, Mickey Mouse (1930) de Floyd Gottfredson o Dick
Tracy (1931) de Chester Gould, el cual propició que series anteriores como
Wash Tubbs (1924) de Roy Crane, y Tim Tyler's Luck (1928) de Lyman
Young, derivaran hacia el nuevo género.[28]

Flash Gordon (1934) de Alex Raymond, Príncipe Valiente de Harold Foster y


el Tarzán de Burne Hogarth, ambos de 1937, potenciarían un grafismo realista
y elegante, cercano a la ilustración, en detrimento del grafismo caricaturesco Milton Caniff en 1982.
habitual hasta entonces, pero, lo que es más importante, sustituyeron
definitivamente lo episódico por la continuidad,[29] tornando fundamental el suspense en la última viñeta para
fidelizar lectores.

Esta nueva historieta invadió el ámbito europeo con Le Journal de Mickey (1934) al que sólo pudieron resistir:
• Las revistas franco-belgas como Junior o Coeurs Valliant que incluían una historieta de aventuras con un
grafismo característico: Tintín, creado en 1929 por Hergé. Pronto se sumará a ellas Le Journal de Spirou, revista
nacida en 1938 en Marcinelle (Bélgica), que hoy en día se sigue publicando y en la que habrán de trabajar todos
los grandes maestros de la historieta franco-belga.
• La italiana, donde el gobierno prohibe en 1938 las series de EEUU y triunfa en su lugar Dick Fulmine de
Vincenzo Baggioli y Carlo Cossio,[30] así como un nuevo formato apaisado, el cuadernillo de aventuras.
• La revista Beano en Gran Bretaña.
En Japón, por su parte, destacan series de aventuras infantiles como Speed Taro (1930-33) de Sako Shishido, Ogon
Bat (1930, de Ichiro Suzaki/Takeo Nagamatsu y Las aventuras de Dankichi (1934), de Keizo Shimada, así como la
tira cómica Fuku-Chan (1936-), de Ryuichi Yokohama.
También en 1934 se empezaría a distribuir Terry y los piratas de Milton Caniff, quién adoptó el nuevo lenguaje del
cine tomando muchos de sus recursos como el plano americano e imitaciones del plano-secuencia, y llevó la lógica
de la continuidad al extremo: las tiras diarias se conectaban entre sí y con el dominical pero, además, la serie se
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podía leer sólo con las páginas dominicales o, también, sólo con las diarias.
El guionista Lee Falk desarrollaría series como El Fantasma en 1936 y Mandrake el mago en 1939, pero la historieta
en prensa comenzaría pronto a acusar un duro golpe, el de los comic-books con material original, que aunque
surgidos en 1929 con "The Funnies", triunfarían gracias al éxito de los superhéroes,[31] el primero de los cuales sería
Superman en 1938 y al que siguen otros como Batman en 1939 o el Capitán América y La Mujer Maravilla, ambos
en 1941. No muy diferentes de las más recientes tiras de aventuras, pronto se dejarán imbuir del espíritu bélico de la
Segunda Guerra Mundial, presentando en muchas ocasiones nombres o uniformes relacionados con sus símbolos
nacionales, y enfréntandose a los enemigos del país. Esto les permitió lograr un gran éxito comercial, pero también
causaría el cierre de la mayoría de sus títulos al finalizar la guerra. Parecida suerte correrían historietas bélicas
japonesas como Norakuro (1931-41) de Suihou Tagawa.[32] Más renovador se muestra Spirit (1940) de Will Eisner.

La Edad de Oro (1943-62)


Debido a la guerra, se prohibió la importación de "comic books" estadounidenses en el Imperio británico, lo que
permite un breve florecimiento de la producción autóctona en Canadá o Australia. Tras la guerra, la Historieta
estadounidense se encuentra en su cénit, con unas ventas enormes y con un público compuesto por niños,
adolescentes y adultos jóvenes, tanto masculinos como femeninos. Sin embargo, enseguida va a tropezar con graves
limitaciones: de formato, para las tiras de prensa, y temáticas, para los comic books.
• En la prensa, se impone la llamada daily strip (‘tira diaria’), que ocupa uno de los fragmentos horizontales de una
página de contenido heterogéneo y puede ser, dependiendo del género, una narración completa o serial. También
había publicaciones de página completa los domingos, aunque los autores eran diferentes. Esto impuso una
limitación espacial a diálogos y acción, perjudicando a los cómics más realistas, como Johnny Hazzard (1944) de
Frank Robbins y Rip Kirby (1946) de Alex Raymond; en los años venideros las tiras más importantes adoptarían
predominantemente protagonistas orientados a la infancia, aunque con una fuerte carga intelectual, como Nancy
(1938) de Ernie Bushmiller, Barnaby (1942) de Crockett Johnson, Pogo (1948) de Walt Kelly, B.C. y Peanuts
(1950) de Charles Schulz, con su mundialmente famoso Snoopy.
• En el comic book, se alcanzaba una gran variedad temática, triunfando los de ciencia ficción ("Planet Comic",
desde 1940), crímenes (Crime Does Not Pay, desde 1942); funny animals (con el gran Carl Barks al frente), terror
(Frankenstein Comics, 1945), romance (Young Romance, desde 1947) y westerns, destacando sobre todo los
publicados por la empresa EC Comics, dirigida desde 1947 por Wiliam Gaines. En 1954, los ataques del
psiquiatra Fredric Wertham y de un Subcomité del Senado para la Investigación de la Delincuencia Juvenil
provocaron caídas generalizadas de ventas y la creación por parte de las editoriales supervivientes de The Comics
Magazine Association of America, que instituyó el Comics Code Authority (en la práctica una forma de
autocensura).[33]
Una campaña similar contra el medio se producirá un año después en Gran Bretaña, pero instigada en cambio por
el educador George Pumphrey y el Partido Comunista y como defensa no sólo de la infancia, sino también de la
cultura autóctona frente a la influencia estadounidense.[34] También a nivel mundial, se afianza la TV, un medio de
entretenimiento de fácil consumo y aparentemente gratuito que acabará por robar gran parte de su público a la Radio,
el Cine y la Historieta. Sin embargo, estos son aún años de una gran expansión internacional para el medio, ya que
las escuelas argentina, franco-belga y japonesa adquieren un gran desarrollo durante la postguerra, gracias a genios
del calibre de Oesterheld, André Franquin y Osamu Tezuka, respectivamente.
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• En Argentina, destacan la revistas humorísticas Rico Tipo (1943) y Tía


Vicenta (1957), así como el inicio de su propia tradición de historieta de
aventuras, obra de Héctor Germán Oesterheld junto a dibujantes como
Francisco Solano López (El Eternauta, su obra maestra, de 1957); Hugo
Pratt (Sargento Kirk de 1952 o Ernie Pike de 1957), y Alberto Breccia
(Mort Cinder, de 1962), aunque su mercado entra en crisis a partir de
entonces.

• La historieta franco-belga, dividida generalmente en dos escuelas, la de


Bruselas y la de Charleroi, aporta series como Blake y Mortimer (1946) de
Edgar P. Jacobs, Lucky Luke (1946) de Morris, Jerry Spring (1954) de Jijé,
Tomás el Gafe (1957) de André Franquin o Los pitufos (1958) de Peyo. En
1959, los franceses Goscinny, Uderzo y Charlier, lanzan al mercado la
revista Pilote después de varias tentativas para buscarse un hueco en el
Oesterheld posa para la revista Hora Cero
panorama de las publicaciones juveniles lideradas por Spirou y Tintín. Su Semanal.
éxito y el de su personaje estrella, Astérix el Galo, fue inmediato y la
convirtió en la revista de referencia de la historieta franco-belga.

• Desde Manga Shonen (1947), que fue la primera revista infantil dedicada en exclusiva al manga, Osamu Tezuka,
impuso su esquema de largas epopeyas y diversificó su producción en múltiples géneros, amén de combinar un
mayor dinamismo con abundantes efectos sonoros. Con un grafismo muy diferente, nada disneyano, encontramos
a autores como Machiko Hasegawa, creadora de la tira cómica Sazae-san (1946-74), Kon Shimizu o Shigeru
Sugiura.
Finalmente, se renueva en Estados Unidos el interés por los comic-book de superhéroes gracias a títulos como La
Liga de la Justicia (1960), Los Cuatro Fantásticos (1961) o El Hombre Araña (1962), muchos de ellos creados por
Stan Lee/Jack Kirby. La revista MAD (1952) también se convierte en un éxito, pero en general puede decirse que "el
grueso de la producción norteamericana, para la segunda mitad de los años sesenta, ha bajado de nivel y se halla
por debajo de la producción francesa o italiana".[35]

Una nueva conciencia (1962-87)


A partir de 1962, se afianza una nueva conciencia del medio, sobre todo en Francia e Italia, de tal forma que los
intelectuales ya no lo abordan desde una perspectiva propia de la Psicología social, sino desde la Estética[36] y se
crean instituciones para su estudio como el CELEG (Centre d’Etude des Littératures d’Expression Graphique), y el
SOCERLID (Société d’Etudes et de Recherches des Littératures Dessinnées), que lanzan sus propias revistas. Se
celebran también congresos italianos como los de Bordighera (1965) y Lucca (1966 ), así como una monumental
exposición de historietas estadounidenses y francesas en el Museo de Artes Decorativas del Palacio del Louvre
(1967) y una Bienal Mundial de la Historieta, en el Instituto Torcuato Di Tella (1968).[37]
En esta década, aún se crean series de aventuras populares como Modesty Blaise (1963) de Peter O'Donnel/Jim
Holdaway; Valerian, agente espacio-temporal (1967), de Christin/Mezières, o Corto Maltés (1967) de Hugo Pratt,
mientras que otras como Mortadelo y Filemón de Francisco Ibáñez emprenden su etapa de mayor éxito. Muchas de
las nuevas historietas están orientadas, sin embargo, hacia un público cada vez menos juvenil:
• El fumetto nero italiano que nació en 1962 con Diabolik de las hermanas Angela y Lucianna Giussani;
• El nuevo western franco-belga representado por Blueberry (1963) de Charlier/Jean Giraud y Comanche (1969),
de Greg/Hermann;
• El relanzamiento del terror en EE.UU. por parte de la Warren con sus revistas Creepy (1964), Eerie (1966) y
Vampirella (1969).
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• El gekiga japonés, cuyo estilo se aleja del de Disney y trata nuevos temas como el horror, el erotismo, los yakuzas
y los samuráis. Es el caso de Lobo solitario y su cachorro (1970), de Kazuo Koike/Goseki Kojima.
• Las historietas de superhéroes con fuertes temas sociales, como la reunión de Linterna Verde y Flecha Verde que
Dennis O'Neil y Neal Adams realizaron en 1970.
Surge también un importante movimiento contracultural, tanto en Estados Unidos como Japón, del que surgirían
autores como Robert Crumb o Sanpei Shirato que en 1964 patrocinaría la única revista underground de la historia
del manga, Garo. Por su parte, los italianos Guido Crepax y, ya en los años 80, Milo Manara y Serpieri cultivan sin
apenas disisimulo el cómic erótico y pornográfico.
Se experimenta también con la composición de la página, como hacen el
propio Crepax o Jim Steranko. En el mayo de 1968, la revolución llega a la
revista francesa Pilote: Los dibujantes jóvenes dan un auténtico golpe de
estado y consiguen hacer, de lo que era una publicación infantil, todo un
cómic de vanguardia. En 1974, algunos de estos autores, como Moebius,
deciden lanzar su propia revista de ciencia-ficción que se llamará Métal
Hurlant y que se convertirá en un modelo a seguir por europeas y
estadounidenses. Una de estas revistas, la británica "2000 AD" (1977) será el
caldo de cultivo de toda una hornada de nuevos autores británicos que a partir
de 1982, vendrían a revitalizar el comic-book de superhéroes estadounidense
con obras como "Watchmen" (1986), de Alan Moore/Dave Gibbons, junto a
nativos como Frank Miller.
Jean Giraud en 2008.
Con retraso, se produce también un boom del cómic adulto en España que
pronto pasa a estructurarse "por escuelas identificadas con las revistas Cairo, El Víbora y Madriz".[38] En general,
puede decirse que muchos autores buscan un lector más adulto, como los franceses Tardi o Lauzier, el español
Carlos Giménez, el serbio Enki Bilal, el italiano Vittorio Giardino o los argentinos Carlos Sampayo/José Muñoz,
dando lugar al fenómeno de la historieta de autor. En Estados Unidos, nacen las primeras editoriales independientes
aprovechando la institución del sistema de venta directa a librerías (1976),[39] un redivivo Will Eisner populariza el
concepto de novela gráfica a partir de su Contrato con Dios (1978) y surgen autores alternativos como Dave Sim con
Cerebus (1977), los hermanos Jaime, Gilbert y Mario Hernandez de Love and Rockets (1981) y Stan Sakai con
Usagi Yojimbo (1984).

Y es que aunque la historieta se desarrolla en otros ámbitos, como el mundo árabe[40] y siguen produciéndose obras
muy populares, como las del guionista Jean Van Hamme (Thorgal, 1977 y XIII, 1983) o Los pasajeros del viento
(1980), de François Bourgeon, poco a poco va dejando de ser un medio masivo en la mayoría de los países,
creandose formatos más caros, tales como álbumes o revistas de lujo. En Japón, en cambio, la editora Kodansha ha
cambiado con su revista Shōnen Magazine la pauta de periodicidad mensual a semanal, multiplicando la producción
y reduciendo costes, y se atrae también a público femenino con obras como La Rosa de Versalles (1972) de Riyoko
Ikeda o Candy Candy (1975-79) de Kyoko Mizuki/Yumiko Igarashi.

La expansión del manga (1988-)


En 1988, gracias al éxito de las versiones en dibujos animados de Akira (1982-93), de Katsuhiro Otomo y Dragon
Ball (1984-95) de Akira Toriyama, la historieta japonesa empezó a difundirse internacionalmente. Al día de hoy, el
manga se ha consolidado en la sociedad occidental, llegando a ser imitado por autores estadounidenses y europeos y
dando lugar a movimientos como el amerimanga o la nouvelle manga. Historietistas japoneses, como Jirō Taniguchi,
ganan prestigiosos premios internacionales y lo que es más importante, la población juvenil occidental ha vuelto a
interesarse masivamente por el medio, como no ocurría en Europa desde la postguerra.[41]
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Por otra parte, son muchas las editoriales de Europa y Estados Unidos
dedicadas al mercado de la historieta, si bien las revistas y el comic book han
ido perdiendo fuerza en favor del álbum monográfico y la novela gráfica. Del
mismo modo, las experiencias de edición independiente de los 70 y 80 se
transforman en un sólido sector del mercado, afianzándose editoriales como
Fréon en Bélgica, Cockroach en China, Fantagraphics Books y Drawn and
Quarterly en Estados Unidos, L'Association o Cornélius en Francia, Atrabile
en Suiza, etc.

Los autores que se autoeditan, tienden a menudo hacia el costumbrismo


(incluso autobiográfico) o la historieta experimental, como es el caso de los
estadounidenses Peter Bagge, Daniel Clowes y Charles Burns, los franceses
David B., Philipe Dupuy y Charles Berberian, la iraní Marjane Satrapi o la
israelí Rutu Modan. Pronto empiezan a recibir premios[cita requerida] (como el
Daniel Clowes en 2006.
Pulitzer otorgado al Maus de Art Spiegelman en 1992), y a ser serializadas en
la prensa,[cita requerida] como el The New York Times Magazine desde 2005.
Algunos de estos autores no pretenden alejarse del gran público ni de los géneros más clásicos. Un buen ejemplo
sería La Mazmorra, de Trondheim y Sfar, que se inscribe dentro del subgénero de la fantasía heroica. Tampoco los
artistas fundadores de Image Comics en 1992, con series como Spawn o The Maxx. Del mismo modo, la editorial
DC Comics fundaría oficialmente la línea Vertigo en 1993 para acoger la obra de autores británicos como Neil
Gaiman o Grant Morrison.

Otro destacado fenómeno de estas dos últimas décadas es la aparición de los webcómics gracias a la generalización
de Internet, que han permitido el desarrollo de formatos específicos del espacio virtual (como el infinite canvas,
‘lienzo infinito’), además de una difusión más fácil de las historietas. Paradojicamente, ha sido el clásico formato de
la tira cómica el que se ha revelado como más idóneo para para la pantalla.[42] " Entre las publicadas en prensa,
destaca Calvin y Hobbes (1985) de Bill Watterson. El gran superventas del mercado francés también está
protagonizado por un infante: Titeuf, cuyo álbum duodécimo, alcanza prácticamente medio millón de ejemplares
vendidos en 2008.[43]
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Tradiciones
Véase también: Categoría:Historieta por país

Del relato expuesto más arriba, puede deducirse la existencia de tres


grandes tradiciones historietísticas a nivel global, todas con sus propias
sistemas de producción y distribución:
• Estadounidense,
• franco-belga, y
• japonesa.
De menor trascendencia global, aunque con fases de gloria, y siempre
con algún autor relevante y rasgos específicos, pero sufriendo la
estrechez e incluso crisis de su mercado, podemos citar otras escuelas,
como la:
• argentina,
• británica,
• española e
• italiana.
Aparte de la producción argentina y española, puede destacarse la de
otros países hispanos, como Cuba o México y, en menor medida, Chile Viaje a Tokio de Tagosaku y Mokube (1902),
considerado el primer manga, de Kitazawa.
o Colombia. Ya a finales de los 60, Oscar Masotta afirmaba que a
través de la historieta se estaba produciendo un verdadero intercambio
de culturas o universalización cultural, de tal manera que "los italianos y los alemanes leen historietas producidas en
Francia y viceversa, los pueblos de habla hispánica leen tiras producidas en países anglosajones, en los Estados
Unidos en su mayor parte, etc", contribuyendo así a borrar las particularidades nacionales. Sin embargo, este teórico
no dejaba de mencionar, como un valor negativo, que

"esa universalización puede ser utilizada -y lo es sin duda- como medio de influencia por lo países que, por su
estructura económica, se encuentran colocados en posición de centrales".[44]
En este mismo sentido, se extiende el libro Para leer al Pato Donald (1972) de Ariel Dorfman y Armand Mattelart.

Industria
Tradicionalmente, la industria de historietas ha requerido un trabajo colectivo, en el que, además de los propios
historietistas, han participado editores, coloristas, grabadores, impresores, transportistas y vendedores. Siempre han
existido autoediciones, como las del cómic underground, pero ultimamente han aumentado por la crisis de
determinados mercados y la facilidades logradas con el auge de la informática e Internet. Pueden distinguirse los
siguientes formatos de publicación:
• Tira de prensa, compuesta por una franja horizontal de tres o más viñetas.
• La página, que puede compilar varias tiras o presentar una sola, pero desplegada a toda página y color (lo que se
denomina sunday, por ser publicada en domingo).
• La revista de historietas (comic book en Estados Unidos, pepines en México y tebeo en España),[45] normalmente
con grapa y a veces forma de cuaderno. Presentan una o varias historietas, ya sean autoconclusivas o parte de una
serie, con coletillas como "Continuará en el próximo número"[46] y similares. Las que presentan una sola serie,
pueden plantearse como series abiertas o limitadas.
• El libro, que se concreta en Álbum de historietas, Novela gráfica y Tankōbon en las tradiciones franco-belga,
estadounidense y japonesa, respectivamente.
• Digitales: E-comic, webcomics, etc.
Historieta 11

Géneros
Véase también: Categoría:Géneros de historieta

Un género narrativo es un modelo o tradición de estructuración formal y temática que se ofrece al autor como
esquema previo a la creación de historietas, además de servir para la clasificación, distribución y venta de las
mismas. Todo género se clasifica según los elementos comunes de los comics que abarca, originalmente según sus
aspectos formales (grafismo, estilo o tono y, sobre todo, el sentimiento que busquen provocar en el lector), y
temáticos (ambientación, situaciones, personajes característicos, etc), de tal forma que "las características de guión,
planificación, iluminación y tratamiento"[47] de una historieta variarán según el género al que pertenezca.
Alternativamente, los géneros historietísticos se definen por el formato de publicación. Como explica Danieli
Barbieri, "la división por géneros es distinta e independiente de la división por lenguajes", de tal forma que
independientemente del lenguaje en que estén contadas (trátese de literatura, de cine, de teatro, de cómic, o de
cualquier otro marco), la mayor parte de las historias policíacas, por ejemplo, tienen más características en común
entre sí que, pongamos por caso, con las fábulas de animales; y éstas últimas, a su vez, tienen entre sí muchas más
características en común.[48]
Actualmente no existe un consenso en cuánto a su número, pues las diversas clasificaciones no derivan tanto de la
retórica clásica, con su división en lírico, épico y dramático, como de la novela popular y el cine, que se caracterizan
por la escasa complejidad de su regulación. No es raro encontrar, por ejemplo, referencias a macrogéneros como
historieta de aventuras[49] o de acción.[50] Para complicar aún más el tema, los géneros también pueden ser
combinados para formar géneros híbridos. Hay, sin embargo, algunos bastante definidos y con mucha tradición[51] y
nos basaremos para enumerarlos en la monografía Gente del cómic que se estructura precisamente en una división
por géneros, complementándola con Mangavisión para recoger también información del manga que la primera aún
no contemplaba. Se distinguen en estos ensayos los géneros que siguen a continuación, muy a menudo concretados
en subgéneros:
• Aventuras;
• Bélica,
• Ciencia ficción o futurista:
• Mecha,
• Space opera, y
• Superhéroes;
• Cómica y satírica;
• Costumbrista;
• Deportivo, de artes marciales o juegos de mesa,
• Erotismo y pornografía, distinguiéndose en la tradición
japonesa:
• Ecchi (ッチ), que no muestra el coito, y
• Hentai (変態) que ya es plenamente pornográfico;
• Fantástico y legendaria, incluyendo la fantasía heroica o
el mahō shōjo;
• Histórica, que cuenta con un subgénero consolidado, el
de la historieta del Oeste o western, y
• Policíaco o criminal;
• Sentimental y romántica;
• De terror; Portada de Young Romance nº11 de 1949.

• No ficción:
• Crónica y reportaje, como los de Joe Sacco,
Historieta 12

• Didáctica, incluso del propio medio, como hace Scott McCloud,


• Ensayo,
• Política y de propaganda,
• Religiosa y mitológica.
Hasta la reciente evolución de la imagen generada por computadora, podía decirse que la proliferación de ciertos
géneros, como la ciencia ficción o el fantástico, era debida a la "la facilidad y economía de medios con que un buen
dibujante puede introducir a sus lectores en los ambientes más fantásticos".[52]

Sociología
También se distingue, aunque ya fuera de cualquier clasificación por géneros, una historieta infantil, dirigida a niñas
o niños, de otro cómic para adultos, mientras que apenas tiene predicamento el término historieta familiar, que si
tiene equivalentes en el cine, para referirse a las obras que resultan atractivas a lectores de todas las edades. Por otro
lado, los aficionados al manga también clasifican las historietas en función del segmento de población al que se
dirigen. Para ello usan términos nipones como kodomo (niño), shōjo (muchacha), shōnen (muchacho), josei (mujer)
y seinen (hombre).
Hay que decir, a este respecto, que la historieta infantil ha constituido la mayoría del material clásico "de todos los
países (Estados Unidos incluido)".[53] El cómic adulto, por su parte, inició su auge en los años 60 presentando relatos
que podían ser tan imposibles y pueriles como los anteriores, pero que incluían mayores dosis de violencia, temas
inquietantes, palabras malsonantes y sobre todo sexo explícito.
En términos generales, se ha señalado que el hecho de muchos cómics clásicos "ofrecen sólo una de las caras de sus
personajes y ocultan todas las demás" explica por qué "no han entrado aún en el mundo de la gran cultura que
necesita algo más que la pura anécdota".[54] Actualmente, sin embargo, las historietas son leídas mayormente por
adolescentes y adultos jovenes, por lo que cada vez las hay "más complicadas, más abiertas, más sensibles y más
liberadas", es decir, más adultas.[55]
También hay que destacar que el cómic, como medio de comunicación de masas, ha tendido a "traducir una
ideología tradicional, conservadora e inmovilista durante muchos años",[56] ya sea por las convicciones de sus
autores o para no desagradar al conjunto de sus lectores y arriesgarse a perderlos o incluso sufrir los efectos de la
censura, como ocurrió en regímenes como los de Mussolini o Franco y, respecto a las historieta de horror y crímenes
en los Estados Unidos y la Gran Bretaña de los años 50. Esto explica que las historietas que no se ceñían a los
valores sociales imperantes se manifestasen a través de publicaciones underground y que temáticas como la
homosexualidad no aflorasen a la superficie hasta los años 80, conforme iba siendo aceptada en la cultura oficial, y
no produjesen hasta entonces sus primeros autores reconocidos por crítica y público, como Ralf König o Nazario.
Por último, hay que indicar que el interés por el cómic "puede tener muy variadas motivaciones, desde el interés
estético al sociológico, de la nostalgia al oportunismo".[57]
Historieta 13

Lenguaje
Para Oscar Masotta, lo que determina en primer lugar el valor de una historieta, es el grado en que permite
manifestar e indagar las propiedades y características del lenguaje mismo de la historieta, revelar a la historieta como
lenguaje.[58]

Iconografía
Históricamente, los personajes tipo han sido muy importantes para el
medio, ya que el lector "desea, quiere y espera que el "bueno" ponga
cara de bueno, y el "malo" tenga cara de malo".[59]
En la historieta se figura, "con medios estáticos, el movimiento real",
usando técnicas que ya practicaron los futuristas.[60]

Texto
El texto no es necesario, pero suele estar presente, ya sea en forma de
globos o bocadillos, cartelas, textos sueltos y onomatopeyas. Las
palabras dichas por los personajes suelen recogerse en los globos, salvo
que se presenten fuera para indicar que han subido el tono de voz.
Todos los textos suelen estar escritos en mayúsculas y las diferencias
tipográficas, de tamaño y grosor sirven para destacar una palabra o
frase, y matizar intensidades de voz. Masotta establece a este respecto
un esquema con 7 oposiciones:
Pág. 13 del Essai de physiognomonie de R.
• Diálogo - "Off" Töpffer.
• Lenguaje interior - lenguaje proferido.
• Lenguaje normal - lenguaje excepcional.
• Cerca - lejos
• Globo - Extra-globo.
• Línea recta - línea sinuosa (o en zig-zag, o estrellada, etc.)
• Tipografía normal - tipografía excepcional.[61]

Articulación narrativa
Toda historieta es una narración gráfica, es decir, realizada mediante dibujos, y no una serie de ilustraciones cuyo
mérito radique en ellas mismas, de tal forma que "cada cuadro o viñeta debe estar relacionado de algún modo con el
siguiente y con el anterior".[62] En afortunada expresión de Roman Gubern, la viñeta es la representación gráfica del
mínimo espacio y/o tiempo significativo. Al espacio que separa las viñetas se le conoce como calle[63] y al proceso
por el que el lector suple ese vacío se le denomina cerrado. McCloud distingue 5 tipos de transiciones entre
viñetas:[64]
• 1. Momento a momento.
• 2. Acción a acción.
• 3. Tema a tema.
• 4. Escena a escena.
• 5. Non-sequitur.
Cuanto mayor sea el formato y el número de signos icónicos y verbales, más tiempo y atención deberemos prestar a
una determinada viñeta. La historieta usa variaciones del ángulo visual, encuadre y planos, términos éstos que ha
tomado del cine, para dinamizar la narración.
Historieta 14

Relaciones con otros medios


Por el carácter de su lenguaje, la historieta se relaciona con:
• Caricatura
• Cine:
• Cine de animación
• Fotografía:
• Gráfica
• Ilustración publicitaria:
• Literatura
Dada la antiguedad y el prestigio de la literatura, "cualquier relación cercana entre uno y otro, se ve con buenos
ojos, porque, se supone, da “categoría” a la niña”".[65] En la historieta, sin embargo, "los textos no viven una vida
propia en su interior" como sí ocurre en la literatura.[66]
• Música
• Pintura
• Televisión

Estilos
En un apartado anterior de la sección de historia, ya se ha mencionado la revolución que en los años 30 del pasado
siglo, supuso la imposición de un nuevo tipo de grafismo realista para los cómics "serios" en detrimento del grafismo
distorsionado y caricaturesco que había predominado hasta entonces. En realidad, los estilos gráficos usados por los
historietistas son tan variados como la intención y la habilidad del autor, distribuyéndose éstos dentro un triángulo
formado por tres vértices (abstracción, realidad y lenguaje)[67] que comprende desde el realismo de filiación
fotográfica (Luis García, Alex Ross, etc), a la caricatura.
En una misma viñeta pueden combinarse además varios estilos. McCloud denomina efecto máscara a la
combinación de unos personajes caricaturescos con un entorno realista que podemos observar en la línea clara o el
manga clásico de Osamu Tezuka.[68]
A pesar de tamañas posibilidades, los dibujantes clásicos procuraban mantener siempre un mismo estilo a lo largo de
toda su carrera, debido quizás a imposiciones de sus syndicates. Un autor más moderno, como el español Josep
María Beá, a pesar de estimar grandemente a los que le precedieron, considera que "el estilo, cuando se perpetúa
indefinidamente y no evoluciona, es signo de fosilización, de amaneramiento".[69]

Véase también
• Humor gráfico
• Día de la Historieta
• Wikiproyecto:Historieta

Bibliografía recomendada
Nos referiremos aquí a los estudios de teóricos hispanos. Sobre la historia del medio, podemos citar:
• La historieta en el mundo moderno (1970) de Oscar Masotta;
• La colectiva Historia de los Comics (1982), dirigida por Javier Coma, aunque la mayoría de sus artículos
procedan de especialistas foráneos y conceda un espacio desproporcionado a la historieta estadounidense.
Sobre el lenguaje del medio:
• Técnica de la historieta (1967).
• El lenguaje de los comics (1974) de Román Gubern;
Historieta 15

• Para hacer historietas (1978) de Juan Acevedo.

Enlaces externos
• Portal:Historieta Contenido relacionado con → Historieta.
Wikcionario
• Wikcionario tiene definiciones para historieta.

• Wikimedia Commons alberga contenido multimedia sobre Historieta.Commons


mwl:Banda Zenhada

Referencias
[1] Véase la segunda acepción de «historieta», Diccionario de la Real Academia Española
[2] Alcázar, Javier en " La normalización errónea (http:/ / www. tebeosfera. com/ documentos/ documentos/ la_normalizacion_erronea. html)",
para Tebeosfera 2ª época, Sevilla, 2009.
[3] McCloud, Scott en Cómo se hace un cómic: El arte invisible, de Ediciones B., Barcelona, 1995, p. 18.
[4] De Majo, Oscar en " Historieta argentina, la primera mitad de la historia (http:/ / www. tebeosfera. com/ documentos/ documentos/
historieta_argentina_la_primera_mitad_de_la_historia. html)", para Tebeosfera 2ª época, Sevilla, 2009.
[5] Remesar, Antonio en "Tecleando sobre Carlos Giménez", publicado en Un hombre, mil imágenes nº 1. Norma Editorial. 1982, p. 40.
[6] En su serie de artículos Neuvième Art, musée de la bande dessinée (1964-67) dentro de Le Journal de Spirou.
[7] En su libro Pour un neuvième art, la bande dessinée, de 1971.
[8] Aguilera, Ricardo en "Tebeos e historietas: Comic", para Gente de comic: De Flash Gordon a Torpedo, publicado en "Gente" del Diario 16,
1989, p.13.
[9] Cuadrado, Jesús en Para saber de tebeos, artículo publicado en Tiza nº2, 10/1984.
[10] Guiral, Toni en Terminología (en broma pero muy en serio) de los comics, de Ediciones Funnies, 1998, p. 30.
[11] En coicidencia con la aparición de Yellow Kid en 1896, la revista inglesa Comic Cuts estableció ese mismo año el nombre por el cual hoy es
conocida la historieta en el mundo anglosajón
[12] "comic adjective" The Oxford Dictionary of English (revised edition). Ed. Catherine Soanes and Angus Stevenson. Oxford University Press,
2005. Oxford Reference Online. Oxford University Press. Surrey Libraries. 21 April 2008
<http://www.oxfordreference.com/views/ENTRY.html?subview=Main&entry=t140.e15358>
[13] Vázquez de Parga, Salvador, con el seudónimo de Santi Valdés, en Los cómics gay, colección Biblioteca del Dr. Vértigo nº 17, Ediciones
Glénat, S. L., mayo de 1998, p. 12.
[14] Gubern, Roman en "Para niños y adultos", publicado en Cómics clásicos y modernos, El País, 1987, p. 16.
[15] Masotta, Oscar en La historieta en el mundo moderno, p. 120.
[16] McCloud, Scott en Cómo se hace un cómic: El arte invisible, Ediciones B. Barcelona, 1995, pp. 19 a 20, basándose en las interpretaciones
del arqueólogo mexicano Alfonso Caso.
[17] Ibid., pág. 120.
[18] Merino, Ana en El cómic hispánico, Madrid, Cátedra, 2003.
[19] 1783, the first graphic novel, 'Lenardo and Blandine' by Joseph Franz von Goez (http:/ / konkykru. com/ e. goez. 1783. lenardo. und.
blandine. 1. html) de Andy Bleck.
[20] Manuel Barrero en " El bilbaíno Víctor Patricio de Landaluze, pionero del cómic español en Cuba (http:/ / www. tebeosfera. com/
documentos/ documentos/ el_bilbaino_victor_patricio_de_landaluze_pionero_del_comic_espanol_en_cuba. html)", Mundaiz (Universidad de
Deusto) 68, San Sebastián: Universidad de Deusto, 2004, pp. 54. Disponible en tebeosfera
[21] Es el caso de Román Gubern en El lenguaje de los comics, Barcelona, Ediciones Península, 1972, pp. 13 a 15.
[22] Masotta, Oscar en La historieta en el mundo moderno, pp. 21 a 24 y 124.
[23] Gubern, Roman en "Para niños y adultos" de Cómics clásicos y modernos], El País, 1987, p. 16.
[24] Un grupo de expertos reunidos para la ocasión en el Salón de Lucca (Italia) determinaron que el día 16 de febrero de 1896 se produjo el
nacimiento del cómic, porque la viñeta de ese día muestra un globo de diálogo mediante la cual un loro exclama: Sic em towser!".
[25] Blackbeard, Bill en "Niños, capitanes y sombreros de hojalata: Un planteamiento de aquellos días burlescos de los comics" para Historia de
los Comics, 1982, pp. 1 a 8, de Toutain Editor.
[26] McCloud, Scott en Cómo se hace un cómic: El arte invisible, Ediciones B, Barcelona, 1995, pp. 27-28.
[27] Trajano Bermúdez en Mangavisión: Guía del cómic japonés, Ediciones Glénat, 1995, pp. 19-21.
[28] Aguilera, Ricardo y Díaz, Lorenzo en la sección "Heroes bien acompañados" de "Los aventureros: De Tintín a Corto Maltés", fascículo nº
12 de Gente de comic: De Flash Gordon a Torpedo, publicado en "Gente" del Diario 16, 1989, p. 179.
[29] Blasco, Jesús y Parramón, José Mª. en Cómo dibujar historietas, Parramón Ediciones, S. A., 1966, p. 25.
[30] Escudero, Vicente en "40 años de censura infantil" de Totem nº 6, Editorial Nueva Frontera, S. A., Madrid, 1978, p. 5.
Historieta 16

[31] Aguilera, Ricardo y Díaz, Lorenzo en la sección "Mitos y músculos" del fascículo "Los superhéroes", para Gente de comic: De Flash
Gordon a Torpedo, p. 35, publicado en "Gente" del Diario 16, 1989.
[32] Trajano Bermúdez en Mangavisión: Guía del cómic japonés, Ediciones Glénat, 1995, pp. 21-26.
[33] "La limpieza ideológica" de Román Gubern en Cómics clásicos y modernos, pág. 144. El País. 1987
[34] A haunt of fears: the strange history of the British horror comics campaign por Martin Barker. Londres: Pluto Press, 1984
[35] La historieta en el mundo moderno, de Oscar Masotta, pág.9-10.
[36] Masotta, Oscar en Técnica de la historieta (Buenos Aires, 1967), p. 7
[37] Masotta, Oscar,La historieta en el mundo moderno, p. 134-137.
[38] Lladó, Francesca, Los Comics de la Transición, Ediciones Glénat, 2001, p. 31.
[39] Díaz, Lorenzo en "Diccionario de superhéroes, Biblioteca del Dr. Vértigo, Ediciones Glénat, S. L., 04/1996, p. 11.
[40] Allen Douglas, Fedwa Malti-Douglas, en Arab comic strips: politics of an emerging mass culture', de Indiana University Press,
Bloomington and Indianapolis, 1994.
[41] Mangavisión: Guía del cómic japonés, pág.6-7 , por Trajano Bermúdez en Ediciones Glénat, 1995
[42] Pons, Álvaro, citado por María Ovelar en el artículo La tira cómica se rejuvenece en Internet (http:/ / www. elpais. com/ articulo/ portada/
tira/ comica/ rejuvenece/ Internet/ elpepisupcib/ 20090917elpcibpor_1/ Tes), publicado en El País el 17/09/2009.
[43] En realidad, 495.400, según el [http://www.du9.org/IMG/pdf/2008-bd.pdf listado de las 30 BD más vendidas en 2008]]. Consultado el
5/04/2009.
[44] Masotta, Oscar en Técnica de la historieta (Buenos Aires, 1967), p. 7
[45] Moliné, Alfons en "Novaro (el globo infinito)", Ediciones Sins Entido, 2006, p. 10.
[46] Blasco, Jesús y Parramón, José Mª. en Cómo dibujar historietas, Parramón Ediciones, S. A., 1966, p. 52.
[47] Tubau, Iván en Curso de dibujante de historietas, CEAC, Barcelona, 1975, vol. 6, p. 22.
[48] Barbieri, Daniele en Los lenguajes del cómic, Colección Instrumentos Paidós, Ediciones Paidós Ibérica, S. A., Barcelona, 1998, p. 204.
[49] En Cómo dibujar historietas (1966) se considera historieta de aventuras a la del oeste, policíaca, futurista, legendarias y de la selva, siendo
las restantes categorías las de historieta cómica, sentimental, religiosa, biográfica, leyendas o cuentos, de dibujos animados, infantiles y
publicitarias.
[50] En Diccionario gremial, publicado en 1991, Jesús Cuadrado recoge en la entrada de género de acción, los de aventuras, crímenes, oeste y,
de soslayo, fantasía heroica.
[51] Tubau, Iván en Curso de dibujante de historietas, CEAC, Barcelona, 1975, vol. 6, p. 22.
[52] Aguilera, Ricardo y Díaz, Lorenzo en la sección "El papel del futuro" del fascículo "La ciencia ficción: Del romanticismo de Flash Gordon
a la sofisticación tecnológica", p. 2, para Gente de comic: De Flash Gordon a Torpedo, publicado en "Gente" del Diario 16, 1989.
[53] Vázquez de Parga, Salvador, con el seudónimo de Santi Valdés, en Los cómics gay, colección Biblioteca del Dr. Vértigo nº 17, Ediciones
Glénat, S. L., mayo de 1998, p. 10.
[54] Vázquez de Parga, Salvador, con el seudónimo de Santi Valdés, en Los cómics gay, colección Biblioteca del Dr. Vértigo nº 17, Ediciones
Glénat, S. L., mayo de 1998, p. 36.
[55] Vázquez de Parga, Salvador, con el seudónimo de Santi Valdés, en Los cómics gay, colección Biblioteca del Dr. Vértigo nº 17, Ediciones
Glénat, S. L., mayo de 1998, p. 11.
[56] Vázquez de Parga, Salvador, con el seudónimo de Santi Valdés, en Los cómics gay, colección Biblioteca del Dr. Vértigo nº 17, Ediciones
Glénat, S. L., mayo de 1998, p. 15.
[57] Lara, Antonio en El regreso de Roberto Alcázar y Pedrín (http:/ / www. elpais. com/ articulo/ cultura/ regreso/ Roberto/ Alcazar/ Pedrin/
elpepicul/ 19760608elpepicul_8/ Tes) para El País, 08/06/1976.
[58] La historieta en el mundo moderno, pág.158.
[59] Blasco, Jesús y Parramón, José Mª. en Cómo dibujar historietas, Parramón Ediciones, S. A., 1966, p. 41.
[60] Masotta, Oscar en Técnica de la historieta' (Buenos Aires, 1967), p. 8
[61] Masotta, Oscar en Técnica de la historieta' (Buenos Aires, 1967), p. 9.
[62] Tubau, Iván en Curso de dibujante de historietas, CEAC, Barcelona, 1975, p. 4.
[63] Para saber de tebeos, artículo de Jesús Cuadrado publicado en Tiza nº2, 10/1984
[64] Capítulo Sangre en el gutter, pág. 69 a 103 en El arte invisible.
[65] Aguilera, Ricardo y Díaz, Lorenzo en Gente de comic: De Flash Gordon a Torpedo, publicado en "Gente" del Diario 16, 1989, p. 163.
[66] Barbieri, Daniele en Los lenguajes del cómic, Colección Instrumentos Paidós, Ediciones Paidós Ibérica, S. A., Barcelona, 1998, p. 206.
[67] McCloud, Scott en el capítulo El vocabulario de los cómics de El arte invisible, pp. 33 a 68.
[68] Scott McCloud en El arte invisible, pp. 51 a 52 y 63.
[69] Beá, Josep María en entrevista publicada en "Entrecomics" el 10/06/08 que puede consultarse aquí (http:/ / www. entrecomics. com/
?p=15963).
Fuentes y contribuyentes del artículo 17

Fuentes y contribuyentes del artículo


Historieta  Fuente: http://es.wikipedia.org/w/index.php?oldid=31129930  Contribuyentes: .Sergio, A ver, Airunp, Airwolf, Alberto Salguero, Alejandrocaro35, Aleposta, Alexav8, Anarcaster,
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Fuentes de imagen, Licencias y contribuyentes


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