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LA FECUNDACIÓN IN VITRO.

Muchas parejas españolas recurren a este procedimiento para lograr el


sueño de su vida: tener un bebé propio.

Cada año, cerca de 30.000 mujeres se someten a fecundación in vitro (FIV)


en nuestro país.

La FIV consiste en poner en contacto los óvulos de la mujer y los


espermatozoides del hombre. La unión entre ambos elementos se lleva a
cabo en un recipiente especial, llamado placa de cultivo, fuera de la mujer.

La historia de Susana y Ernesto


Susana y Ernesto decidieron probar con la Fecundación in vitro durante unas
vacaciones en Mallorca. Sabían que era un proceso duro, doloroso y caro pero
su ilusión por ser padres iba más allá de estos problemas así que en cuanto
llegaron a Madrid se pudieron en contacto con una clínica especializada en
este tipo de procesos.

Susana se inyectaba cada día con el fin de estimular los ovarios. A pesar del
dolor que le causaba esto, no se quejaba ya que si no podían tener hijos de
forma natural era por su marido, Ernesto, que sufre azoospermia (ausencia
de espermatozoides en el semen) y no quería que éste se sintiera culpable.

La fecundación in Vitro cuenta con una serie de fases. En la primera se


estimulan la creación de óvulos y Susana había logrado desarrollar nada
menos que 14. tras ello se le extrajeron los óvulos para poder fecundarlos en
el exterior, en la placa de cultivo. Tres días después, Susana y Ernesto
deberían volver a la clínica para implantarle en el útero los óvulos ya
fecundados.

Ese mismo día, los médicos recomendaron a Susana reposo absoluto antes de
volver al centro para realizarle unas pruebas que mostrarán si los embriones
han logrado o no prosperar. Pero la mala suerte quiso que la pareja no lo
lograra. Eso sí, Susana asegura que no se arrepiente lo más mínimo de
haberlo intentado. Además, afirma que volverá a hacerlo hasta que lo consiga y
que cuando lo haga será la mejor madre del mundo.
LA HISTORIA DE MONTSE:

. La historia de Montse nos acerca al día a día de las mujeres que se


decantan por este tipo de proceso. Montse se planteó tener hijos cuando
tenía 35 años. Debido a su edad decidió acudir al ginecólogo para
solicitar su consejo. Éste le aseguró que con un poco de ayuda lograría
su objetivo. En un primer lugar, el especialista le recomendó la
estimulación de los óvulos con hormonas pero ese tratamiento le fue
fatal así que le recomendaron la FIV. A pesar de que las inyecciones de
este tratamiento la dejaban hinchada y con ansiedad, ella decidió seguir
adelante.

En el primer intento, le realizaron seis fecundaciones. En la segunda,


cuarta y sexta logró quedarse embarazada pero los perdió antes de los
dos meses. Fue en este momento cuando Montse y su marido decidieron
acudir a Londres y Nueva York para intentarlo allí, pero los médicos de
ambas ciudades les aseguraron que en España estaban haciendo todo
de manera correcta así que decidieron volver.

Los dos siguientes intentos también fueron fallidos por ello Montse
decidió solicitar un descanso. Sin embargo, los médicos le aconsejaron
que lo intentara una vez más debido a su edad, tenía ya 41 años. Aceptó
la propuesta de los especialistas y en esta ocasión logró quedarse
embarazada. Debido a experiencias anteriores, Montse se negaba a
hacerse ilusiones. Sin embargo, pasaban las semanas y todo estaba
perfecto.
De modo que Montse logró alcanzar el sueño de su vida: tras cinco años
intentándolo tuvo dos niñas gemelas que han devuelto a Mostse y su
marido la alegría.

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