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SECCIÓN 16

ENDOCRINOLOGÍA
M. Foz Sala, E. Vilardell-Latorre, A. Goday Arnó, L. Audi Parera, J.F. Cano Pérez, F. Casanueva Freijo,
E. Esmatjes Mompó, J.A. Fernández Tresguerres, R. Gomis de Barbarà, I. Halperin Rabinovich,
F. Hawkins Carranza, A. de Leiva Hidalgo, A. Lucas Martín, A. Marañón Cabello, F. Sánchez Franco,
A. Sanmartí Sala, y S.M. Webb Youdale

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Generalidades
E. Vilardell-Latorre

El sistema endocrino, a través de la síntesis y liberación de teínas generales de transporte, pero hay también proteínas
mediadores químicos (hormonas) a la circulación, distantes específicas (TBG, SHBG, etc.). La tasa de aclaramiento meta-
de sus órganos de producción (glándulas endocrinas), cons- bólico hepático y/o renal se halla casi siempre en función
tituye uno de los dos mecanismos de que dispone el organis- del grado de afinidad por su proteína de transporte y depen-
mo para conseguir la coordinación y la integración de la fun- de de la concentración de la fracción libre hormonal, la
ción de sus diferentes tejidos y órganos especializados: el cual, a su vez, depende de la tasa de producción hormonal
otro mecanismo está constituido por el sistema nervioso. Clá- en la glándula endocrina correspondiente.
sicamente se ha definido la endocrinología como la rama de
las ciencias biológicas que estudia las hormonas y sus glán-
dulas de producción, así como la expresividad clínica de sus
Mecanismos de acción hormonal
alteraciones. En la actualidad no puede aceptarse el concep- El primer paso para que se desarrolle la acción hormonal
to de sistema endocrino como un sistema cerrado, sino que, consiste en la interacción específica entre la hormona y la
basándose en aspectos funcionales parecidos y a estrechas célula diana, la cual, a su vez, requiere que los receptores
interrelaciones existentes con el SNC y el SNP, se puede ha- que la reconocen sean altamente específicos. La unión espe-
blar de un sistema neuroendocrino. Un ejemplo paradigmáti- cífica no covalente del receptor proteico a la hormona (re-
co de esto lo constituye la unidad funcional hipotálamo-hi- versible y de elevada afinidad) pone en marcha reacciones
pofisaria, integración perfecta de los dos sistemas en una que conducen a la respuesta hormonal. Actualmente se co-
auténtica glándula endocrina unitaria. nocen dos tipos de receptores; a) los de membrana plasmáti-
El concepto de hormona como sustancia segregada a la ca, localizados en la superficie celular, y b) los intracelulares
circulación a partir de una glándula endocrina y que, encon- de localización citosólica.
trándose en concentraciones extraordinariamente bajas, es Receptores de membrana citoplasmática. Las hormonas
reconocida a distancia por órganos específicos que respon- peptídicas se fijan a estos receptores (fig. 16.1), y de su unión
den de forma característica, tampoco puede ser sustentado se produce hidrólisis de fosfatidilinositol, movilización de
actualmente, ya que se sabe que muchas hormonas son for- Ca++, formación de nucleótidos intermedios fosforilados, sín-
madas en la circulación a partir de precursores o en los mis- tesis de AMPc con activación de proteincinasas que condu-
mos órganos diana por transformaciones de prehormonas cir- cirían a la fosforilación de proteínas específicas y a la apa-
culantes, y que muchas acciones hormonales se desarrollan rición de efectos fisiológicos. La hormona peptídica interac-
localmente en los mismos lugares de producción ejerciendo ciona con un receptor proteico de membrana que, activando
una función autocrina y paracrina. una unidad reguladora, estimularía la actividad de otra pro-
teína de membrana o unidad catalítica, que llevaría a la sín-
tesis de AMPc a partir de ATP intracelular. Este AMPc, en si-
Estructura química de las hormonas nergismo con un aumento de CA++ intracelular, activaría una
Se pueden clasificar en dos grandes grupos: a) hormonas proteincinasa, al separarla de su subunidad reguladora, y se
de estructura peptídica, desde las formas polipeptídicas más produciría fosforilación de proteínas, que en último término
o menos complejas, hormona luteinizante (LH), hormona fo- conducirían a una respuesta fisiológica.
liculostimulante (FSH), hormona de crecimiento humana Receptores intracelulares. Las hormonas esteroides entran
(hGH), insulina, glucagón, etc., a formas sencillas dipeptí- en la mayoría de las células por simple difusión, y en las cé-
dicas, tiroxina (T4), triyodo-tironina (T3) y a derivados de lulas diana se fijan a receptores de naturaleza proteica, que
aminoácidos únicos como histamina, catecolaminas, etc., y tienen sitios específicos de fijación para la hormona y que se
b) hormonas de estructura esteroide derivadas del colesterol localizan en el citoplasma y el núcleo celulares (fig. 16.2).
que, por transformaciones enzimáticas sucesivas, se convier- De la unión de la hormona con el receptor citosólico se for-
ten en hormonas gonadales y esteroides con el núcleo este- ma un complejo activado que tiene afinidad para fijarse a un
roide intacto o, como el caso de la vitamina D y sus metabo- receptor sobre el DNA del núcleo; esto puede suceder tam-
litos, que presentan rotura de anillo B. bién en el interior del núcleo. La fijación al receptor induci-
ría la transcripción y formación de RNA mensajero y la tra-
Síntesis, depósito, liberación y transporte ducción y síntesis de proteínas específicas que intervienen
en la función celular, en su crecimiento o en su diferencia-
de las hormonas en general ción. La caracterización de los genes que codifican los re-
Aunque las glándulas endocrinas representan los órganos ceptores ha permitido definir un amplio espectro de defectos
idóneos para la síntesis de hormonas, ésta puede también y desarrollar técnicas [Southern blotting, reacción en cadena
ocurrir en otros muchos tejidos: cerebro, tubo digestivo, adi- de la polimerasa (PCR)] para identificar mutaciones.
pocitos, piel, etc. Raras veces se hallan cantidades significati-
vas de hormonas en depósito, pues casi siempre la síntesis es
seguida por un recambio metabólico rápido. En general son
Regulación de la secreción hormonal
bien conocidos los mecanismos que controlan la liberación El principal mecanismo regulador que controla la síntesis
hormonal, pero no puede decirse lo mismo de los mecanis- y la secreción hormonales es humoral, mediante el cual la
mos precisos que intervienen en su liberación; en ciertos ca- propia concentración de la hormona indica la necesidad de
sos se produce una simple difusión pasiva, en otros tiene que aumentar o disminuir su producción; este servomecanismo,
haber una solubilización previa de las hormonas que van a mecanismo de retroalimentación (feedback), suele ser nega-
pasar a la circulación y aun en muchos otros se lleva a cabo tivo, pero puede también ser positivo. Todas las hormonas se
un proceso complicado de exocitosis de los gránulos secre- hallan bajo control de este tipo, siendo la misma hormona o
tores intracelulares. algún otro tipo de función o de sustrato (osmolaridad y vole-
Muchas hormonas son transportadas en su mayor parte mia para la regulación de vasopresina o renina, glucemia
por el plasma a través de su unión a proteínas (proteínas de para la insulina, calcemia para la parathormona, etc.) la se-
transporte). La albúmina y la prealbúmina representan pro- ñal que pone en marcha el servomecanismo.

2009
ENDOCRINOLOGÍA

Membrana
citoplasmática

C
Proteincinasa
AMPc Re inactiva
(–)
Proteína
AC
Fosfodiesterasa
ATP
Núcleo
C Proteincinasa
N activa
GTP
DNA

Fosfoproteína
Extracelular

R RNA
H
Re

Diacilglicerol Expresión
AMPc génica

Mitocondria
Fosfatidilinositol Ca++

Ca++ Ca++

Intracelular

Fig. 16.1. Esquema del sistema de receptores de membrana citoplasmática: hormona polipeptídica (H); receptor (R), proteína reguladora (N),
componente catalítico (AC), nucleótido guanina trifosfato (GTP), subunidad reguladora (Re) y subunidad catalítica de la proteincinasa (C).

Receptor
Hormona
esteroide
+ Citoplasma
Aceptor

DNA

mRNA

Traducción

+
Síntesis
proteína

Núcleo

Fig. 16.2. Esquema del mecanismo de acción de las hormonas esteroides.

Clasificación de las endocrinopatías Producción hormonal deficiente. En este tipo de endocrino-


patías se halla disminuida o totalmente abolida la síntesis de
Suelen dividirse en seis grandes tipos, los cuales pueden una o varias hormonas. Puede deberse a diferentes y varia-
imbricarse entre sí, de forma que estados de hipofunción dos procesos que al afectar de forma aguda o, con mayor fre-
hormonal pueden acompañarse de manifestaciones debido cuencia, crónica a una glándula endocrina, conducen a su
a una hipersecreción de otras hormonas. destrucción; en otros casos puede tratarse de trastornos con-

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GENERALIDADES

génitos con falta de desarrollo o con desarrollo deficiente de riesgo de sufrir el síndrome y aplicar en ellos las pruebas pe-
una glándula (atireosis o tiroides sublingual en casos de cre- riódicas de detección.
tinismo esporádico congénito) o defectos enzimáticos con-
génitos que impiden la síntesis hormonal (hipotiroidismos
congénitos) disenzimáticos con bocio o sin él). Mediante
Exploración de la función endocrina
técnicas de análisis de restricción del DNA es posible detec- Los procedimientos empleados en la clínica pueden resu-
tar déficit de hormona de crecimiento por una deleción del mirse en los siguientes:
gen que codifica su síntesis. También defectos en la conver- Determinación de las concentraciones plasmáticas de las
sión de prohormonas pueden conducir a una deficiencia hormonas. Con la aplicación de métodos muy sensibles de
hormonal. En muchos casos la causa que conduce a una radioinmunoanálisis (RIA) y sobre todo los radioinmunomé-
producción hormonal deficiente no se conoce. tricos (IRMA) se han podido medir las bajas concentraciones
Producción hormonal excesiva. Existe hiperproducción de circulantes en plasma de la mayoría de las hormonas. Hay
una hormona y sus causas son diversas; en muchos casos que tener presente que en el caso de las hormonas que pre-
se trata de hiperplasias o tumores, adenomas o carcinomas sentan una pulsatilidad en su secreción, la determinación de
que afectan una glándula endocrina y producen una secre- un valor aislado puede no ser significativa. Por esta razón se
ción hormonal excesiva (síndrome de Conn, feocromocito- recomienda realizar su determinación a partir de una mezcla
ma, etc.); otras veces los tumores pueden localizarse fuera (pool) de tres alícuotas de plasma obtenidas de tres extrac-
de las glándulas endocrinas, pero en tejidos que en estas cir- ciones realizadas en un intervalo de 20-30 min. Asimismo,
cunstancias presentan capacidad para secretar hormonas atendiendo a la gran variabilidad del intervalo u oscilación
(producción ectópica de hormona adrenocorticotropa normal de algunas hormonas, se aconseja practicar determi-
[ACTH] por carcinomas pulmonares de células pequeñas, tu- naciones simultáneas de una hormona periférica y de su hor-
mores carcinoides, etc.). Existen hiperfunciones glandulares mona trófica correspondiente, por ejemplo T4 y hormona ti-
que obedecen a la aparición de sustancias estimulantes de la rostimulante (TSH), con lo que es posible evitar errores
glándula y que aparecen en el contexto de trastornos autoin- interpretativos de ciertos resultados situados en el límite nor-
munes (p. ej., enfermedad de Graves-Basedow). mal bajo.
Producción de hormonas anómalas. Aun cuando es poco Para las hormonas que presentan un ritmo de secreción
frecuente, cada vez se conocen más casos de producción de circadiano, las extracciones de sangre deben hacerse cono-
hormonas anómalas en su estructura y, por tanto, funcional- ciendo su variación diurna; este es el caso del cortisol. Por lo
mente inactivas. Esto es lo que ocurre en algunos casos de que se refiere a la determinación de hormonas gonadales y
enanismo hipofisario con producción de formas moleculares gonadotropinas en la mujer en etapa reproductiva, hay que
anormales de hGH que no pueden inducir la síntesis de fac- conocer el momento preciso del ciclo durante el cual se han
tores de crecimiento (como el factor de crecimiento similar practicado las determinaciones hormonales.
a la insulina, IGF-I) y, por tanto, no estimulan el crecimiento. Determinación de la excreción urinaria de hormonas o de
Lo mismo ocurre en algunas formas de diabetes mellitus en sus metabolitos. Tienen la ventaja sobre las determinaciones
la que hay síntesis de una molécula anómala de insulina. hormonales plasmáticas de que, si se realizan con las debi-
Resistencia a la acción de la hormona. En esta endocrino- das garantías de buena recogida de orina, exclusión de en-
patía, de naturaleza adquirida o hereditaria, existiría una fal- fermedad renal que pueda modificar la tasa de excreción y
ta de respuesta de la célula diana a su hormona; se ha descri- otras circunstancias, representan un reflejo de la tasa de pro-
to para muchas hormonas: parathormona, andrógenos, ducción hormonal de 24 h, lo que da una idea más exacta
insulina, vasopresina, etc. Implica la presencia de defectos del estado funcional de una glándula. Sin embargo, las medi-
en los receptores de membrana o citoplasmáticos (como ciones urinarias se sustituyen en la mayoría de los casos por
consecuencia de mutaciones localizadas en diferentes exo- las determinaciones hormonales plasmáticas, para evitar
nes del gen del mismo receptor y también de la influencia de aquellos inconvenientes. Cuando se realizan determinacio-
otros determinantes genéticos), trastornos en el metabolismo nes en orina hay que evaluar simultáneamente la excreción
de la hormona dentro de la célula y otras alteraciones que de creatinina, que suele mantenerse constante (pequeña va-
impedirían la acción de la hormona. De forma característica, riación de menos del 20%), y cuyo promedio en 24 h para la
estos cuadros de resistencia a la acción hormonal cursan mujer es de 1 g y para el varón de 1,8 g; variaciones importan-
con concentraciones generalmente elevadas de la hormona tes de estos valores indicarían una mala recogida de orina.
implicada. Determinación de las tasas de producción y secreción. En
Alteraciones en el transporte y el metabolismo hormonales. general existen técnicas complicadas que requieren la admi-
Sólo aparece endocrinopatía en circunstancias especiales nistración de hormonas o metabolitos marcados radiactiva-
(no fisiológicas), ya que en condiciones normales los cam- mente, con lo cual su realización queda limitada a unos po-
bios en la concentración de proteínas de transporte, al modi- cos centros diagnósticos. Con estas técnicas se mide la tasa
ficar la tasa de hormona libre, inciden sobre la producción de aclaramiento de una hormona y, conociendo sus niveles
hormonal que se adapta al tipo de desviación producido. Sin plasmáticos, se puede calcular su tasa de producción.
embargo, en circunstancias especiales, por ejemplo un pa- Pruebas hormonales dinámicas. Consisten en estimular o
ciente con insuficiencia suprarrenal crónica, que, además inhibir una hormona determinada, para investigar su capaci-
del tratamiento esteroide sustitutivo, recibe algún otro fárma- dad de reserva o su estado de regulación. Se utilizan en los
co que aumenta la metabolización hepática del cortisol, pue- estados de hipofunción e hiperfunción cuando el diagnósti-
den aparecer manifestaciones de insuficiencia suprarrenal co no puede establecerse con determinaciones simples plas-
con la administración de las dosis habituales normales. máticas o urinarias. En general se utilizan pruebas de estimu-
Alteración simultánea de varias hormonas. Puede ocurrir lación cuando se sospecha una hipofunción hormonal, y de
cuando hay afectación de glándulas endocrinas que sinteti- supresión cuando se supone que existe una hiperfunción.
zan varias hormonas, como es el caso de la adenohipófisis,
cuya destrucción total conduce a un cuadro de panhipopi- Endorfinas
tuitarismo con la aparición de múltiples déficit hormonales.
Otras formas de endocrinopatía con afección múltiple serían Consideraciones generales
los síndromes hereditarios de neoplasias endocrinas múlti- El término endorfina inicialmente se utilizó como sinóni-
ples (MEN). El gen para el MEN tipo IIa está localizado en la mo de péptido opioide endógeno (“como morfina” endóge-
región centromérica del cromosoma 10; actualmente, el aná- na) y sirvió para un tipo de polipéptidos que, al parecer, se
lisis de polimorfismos de los fragmentos de restricción y, so- localizaban en el cerebro y tendrían actividades biológicas
bre todo, mutaciones del protooncogén RET permitirían parecidas a los opiáceos. Si la morfina y sus análogos se fija-
identificar con un alto grado de certeza a los familiares con ban a receptores específicos del cerebro y también de otros

2011
ENDOCRINOLOGÍA

4 10

1 39
ACTH

1 13
α-MSH

18 39
CLIP

Precursor común

46 52 61 65 91
1
β-LPH

65
1 58
γ-LPH Metencefalina
78
41 58 α-endorfina
β-MSH 77
γ-endorfina
87
δ-endorfina
91
β-endorfina

Fig. 16.3. Relaciones estructurales entre ACTH y β-lipotropina (β-LPH), sintetizadas a partir de un precursor común. Las líneas verticales dibuja-
das en trazo discontinuo incluyen la secuencia del heptapéptido común (Met-Glu-His-Phe-Arg-Trp-Gly) a ACTH y α-MSH (α-melanocitostimulante) y
a β-LPH, γ-LPH y β-MSH. Las líneas verticales dibujadas en trazo continuo incluyen el pentapéptido común (Tyr-Gly-Cly-Phe-Met) a los péptidos
opiáceos, que además tienen secuencias estructurales idénticas a determinados segmentos de la molécula de β-LPH. CLIP: péptido similar a la cor-
ticotropina del lóbulo intermedio.

órganos periféricos, era lógico pensar que tendrían que exis- en la sustancia gris dorsal, que contiene las terminaciones
tir sustancias endógenas parecidas a los opiáceos que se fija- nerviosas de las neuronas sensitivas primarias que se cree
rían a aquellos receptores. modularían la percepción del dolor. También se encuentran
Los dos primeros opioides endógenos aislados en el cere- en el núcleo vagal (efectos asmáticos y antitusígenos de la
bro y caracterizados fueron dos pentapéptidos: metencefalina morfina), en el locus coeruleus y el hipotálamo (regulación
y leuencefalina. La primera presentaba una composición que de la función adenohipofisaria). Las elevadas concentracio-
era idéntica a la secuencia de los residuos 61-65 de una hor- nes de encefalinas y receptores opioides en el hipotálamo
mona hipofisaria de función mal conocida, la β-lipotropina justificarían los efectos estimulantes sobre la prolactina
(LPH), que tiene 91 aminoácidos (fig. 16.3). (PRL) y la hGH (definidas más adelante) y los supresores so-
Posteriormente se comprobó que la β-LPH contiene otros bre la TSH y las gonadotropinas que se han descrito para las
fragmentos peptídicos que constituyen otros tantos opioides endorfinas. La β-endorfina se localiza fundamentalmente en
endógenos: α-endorfina, γ-endorfina y β-endorfina, uno de los el lóbulo intermedio de la hipófisis y, en menor cantidad,
más potentes, y que corresponden a la secuencia 61-91 de la en el hipotálamo y otras áreas del cerebro.
β-LPH. Esta última procede junto con la ACTH de una macro- Las encefalinas se hallan en las células secretoras y células
molécula, la proopiomelanocortina (POMC), que sería sinteti- nerviosas del intestino, lo que indica que intervienen en la
zada en la adenohipófisis por las células corticotropas y, bajo función intestinal (motilidad). También están presentes en el
la acción de la hormona estimulante de la ACTH (CRH), la SNP y en la médula suprarrenal.
ACTH y la β-LPH, serían liberadas simultáneamente.
La leuencefalina, aun cuando tiene una secuencia de ami- Mecanismos de acción de los péptidos opioides
noácidos que también se encontraría dentro de la POMC, en Para desarrollar su acción se fijan a receptores específicos
realidad procede de otros precursores prohormonales, cono- localizados en la membrana celular. El antagonista de la
cidos con el nombre de preproencefalina A y preproencefali- morfina denominado naloxona se fija a un tipo de receptor y
na B; esta última contiene también la secuencia de otros bloquea o antagoniza la acción de la morfina. Se han descri-
péptidos opioides, como la dinorfina y la β-neoendorfina. to cuatro tipos de receptores no totalmente selectivos: µ (fija
morfina), κ (encefalinas), δ (dinorfina) y ε (β-endorfina).
Distribución de los péptidos opioides y sus funciones
Las neuronas que contienen encefalinas se encuentran Efectos sobre el sistema endocrino
distribuidas en regiones con funciones especializadas; en la La administración de morfina y péptidos análogos pro-
médula espinal las concentraciones más elevadas se hallan duce la liberación de hGH y de PRL e inhibe la secreción

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GENERALIDADES

de TSH y gonadotropinas. Precisamente en algunos casos de


amenorrea hipotalámica, la administración de naloxona ha O
O
producido la liberación de gonadotropinas, interpretándose H
C-OH
que en estos casos habría una actividad opioide muy aumen- 9 7 5 3 1
tada que impediría la liberación de hormona liberadora de 8 6 4 2
LH (LHRH) y, por consiguiente, de gonadotropinas, pudien- 10
12 14 16 18 20
do todo ello ser antagonizado con la naloxona. También se CH3
11 13 15 17 19
sabe que la morfina produce liberación de hormona antidiu- OH
H H H OH
rética (ADH) y se considera asimismo que la administración
de naloxona podría revertir algunos síndromes de secreción O PGE1
H O
inapropiada de ADH.
Se ha demostrado secreción paraneoplásica de β-endorfi- C-OH
na a partir de tumores productores de POMC, junto con
ACTH; también en caso de feocromocitomas pueden liberar- CH3
se a la sangre metencefalinas y β-LPH.
La metencefalina y la β-endorfina están presentes en el OH
H H H OH
páncreas endocrino y en individuos sanos ejercen acciones PGE2
O
divergentes: la primera altera la secreción de insulina indu- H
OH H
cida por la glucosa, y la segunda aumenta los niveles circu- C-OH
lantes de insulina. Se cree, por tanto, que ambos péptidos
opioides ejercerían un papel modulador en el control neuro-
endocrino de la liberación de insulina. En los pacientes con CH3
diabetes mellitus no insulinodependiente, la metencefalina
OH H
produce inhibición de la respuesta insulínica a la administra- H H OH
ción de arginina de forma más pronunciada que en las per- H PGF1 O
sonas sanas, y la β-endorfina aumenta mucho más los niveles OH H
C-OH
basales de insulina en los diabéticos que en los sanos. Estos
efectos serían bloqueados por la naloxona.
Las endorfinas pueden desempeñar un papel en el control
CH3
del apetito y, al parecer, lo estimularían. En estudios experi-
mentales los ratones obesos tendrían mayor contenido hipo- OH
H H H OH
fisario de β-endorfina y la administración de naloxona inhibi- PGF2
ría la hiperingesta que presentarían estos animales.

Fig. 16.4. Estructura de la PGE y la PGF.


Prostaglandinas
Las prostaglandinas son un grupo de ácidos grasos cíclicos
que deben su nombre a VON EULER, quien observó que ex-
tractos de vesículas seminales y semen humano tenían la ca-
COOH
pacidad de provocar la contracción del útero aislado y de
descender la presión arterial. Este autor comprobó que se
trataba de ácidos grasos. Muchos años más tarde BERGSTRÖM y
SJÖVALL identificaron a partir de las vesículas seminales de
oveja otras prostaglandinas (PGE y PGF) y posteriormente se Ácido araquidónico
han ido aislando y caracterizando otras clases.
Lipoxigenasa
Estructura H OH
Las prostaglandinas son ácidos grasos básicos de 20 carbo-
nos que contienen un anillo ciclopentano (ácido prostanoi-
co). Los carbonos de la molécula son numerados del 1 al 20
desde el grupo carboxilo al grupo metilo terminal, y las dis-
tintas prostaglandinas se diferencian en el grado de satura- Ácido 12-hidroperoxi-araquidónico
ción del anillo y en la cadena lateral alifática. Las PGF tienen (5-HPETE)
un grupo hidroxilo en posición 9, y las PGE un grupo ceto, y
las designaciones numéricas (PGE1, PGE2, etc.) indican el nú- Deshidrasa
mero de dobles enlaces en las cadenas alifáticas (fig. 16.4). O
COOH
Los leucotrienos, productos del ácido araquidónico, son
ácidos grasos no saturados, con cadena lateral o sin ésta. De-
ben su nombre al hecho de que fueron descubiertos en los C3H11
leucocitos (fig. 16.5).
LTA4
Biosíntesis y metabolismo de las prostaglandinas
Las prostaglandinas están formadas en prácticamente to-
dos los tejidos corporales y sus precursores inmediatos son Fig. 16.5. Formación de leucotrieno A4 (LTA4) a partir del ácido ara-
ácidos grasos esterificados esenciales insaturados, en parti- quidónico.
cular ácido araquidónico. Éste, bajo la acción de dos en-
zimas, forma la PGG2 biológicamente activa, cuya síntesis
puede ser inhibida por arginina, indometacina y fármacos plaquetas también pueden liberar PGG2 y PGH2, las cuales en
antiinflamatorios no esteroides. La PGG2 es convertida en el endotelio vascular y por la acción de una prostaciclina-sin-
PGH2 y a partir de ésta se forman PGE2, PGD2 y PGF2α. En las tetasa, se metabolizan a PGI2, que tienen una acción vasodi-
plaquetas, por acción de una tromboxano-sintetasa, la PGG2 latadora e inhibidora plaquetaria.
y la PGH2 son metabolizadas a tromboxano A2, que constitu- Las prostaglandinas son liberadas localmente y actúan in
ye un potente agregante plaquetario y vasoconstrictor. Las situ como mediadores locales que originan cambios celula-

2013
ENDOCRINOLOGÍA

res muy variados. Los estímulos para su síntesis y liberación Endotelinas


son muy numerosos: nerviosos, hipoxia, histamina, bradicini-
na, noradrenalina, acetilcolina, serotonina, angiotensina II y Descubiertas en las células endoteliales de aorta de cerdo,
vasopresina, entre otros. En parte, las prostaglandinas libera- las endotelinas (ET) inducen una vasoconstricción potente
das pueden pasar a la circulación venosa y son metaboliza- de larga duración. Existen tres familias (1, 2 y 3); son de natu-
das en el pulmón. Para desarrollar sus acciones se fijan a re- raleza peptídica, están constituidas por 21 aminoácidos y
ceptores específicos de células determinadas, y una misma presentan dos puentes disulfuro. La ET-1 induce también
prostaglandina puede tener efectos estimuladores en una cé- broncoconstricción, inhibe la liberación de renina de las cé-
lula diana e inhibidores en otra. lulas yuxtaglomerulares, modula la transmisión autónoma y
ejerce un efecto inotropo positivo sobre el miocardio. Las ET
Biosíntesis y metabolismo de los leucotrienos pueden actuar también como neurotransmisores o neuromo-
En los leucocitos se sintetizan los leucotrienos (LT) a partir dulados, siendo las concentraciones en LCR superiores a las
del ácido araquidónico. Los LT se encuentran también, ade- del plasma.
más de en los leucocitos periféricos, en el pulmón humano, Es posible medir en el plasma la ET-1 inmunorreactiva, cu-
y asimismo se han identificado en otras células de diferentes yas concentraciones son mucho más bajas que las necesa-
mamíferos, como conejo, ratón y cobaya. Por acción de una rias para producir vasoconstricción. Su síntesis y liberación
lipoxigenasa (fig. 16.5) el ácido araquidónico es metaboliza- dependen de muchos estímulos (trombina, hipoxia, aumen-
do a 12-hidroxiperoxi-ácido araquidónico (HPETE), y éste a tos de flujo y otros). En individuos normotensos las concen-
una serie de productos ácidos dihidroxiconjugados con es- traciones de ET-1 presentan una correlación positiva con la
tructuras trieno, LTB4, LTA4, LTE4, etc. presión sistólica, pero no están aumentadas en los pacientes
hipertensos. En la insuficiencia renal, tanto aguda como cró-
nica, hay aumento de la ET-1 inmunorreactiva en plasma.
Acciones biológicas También parece elevada después del infarto de miocardio y
de la hemorragia subaracnoidea.
Las prostaglandinas ejercen sus acciones a través de los Su acción vasoconstrictora renal es 5 veces más potente
cambios en el AMPc, estimulando su síntesis, con lo cual ac- que la de la angiotensina II y es contrarrestada por la libera-
tivarían la acción de la célula diana, o inhibiéndola, con lo ción concomitante de prostaciclinas, péptido natriurético au-
que disminuye la actividad celular. Las prostaglandinas ejer- ricular y factor relajante de origen endotelial (EDRF), que
cerían un papel en la transmisión de la acción trófica de hor- son vasodilatadores potentes. En concentraciones más bajas
monas, como LH, TSH o ACTH, sobre sus células diana. La que las requeridas para producir vasoconstricción, la ET-1 in-
hormona trófica se uniría a un receptor de membrana, y esta duciría la liberación directa de EDRF, por lo cual existirían
unión estimularía la actividad de una prostaglandina-sinteta- dos receptores distintos para la ET-1: en el endotelio (ligado
sa que aumentaría la producción de prostaglandinas, las cua- a la liberación de EDRF) y en el músculo liso vascular (que
les, a su vez, estimularían el sistema adenilciclasa y, por tan- provocaría vasoconstricción). La ET-3 se ha identificado en
to, la producción de AMPc. En otros casos es posible que la el SNC de la rata, y la ET-1 en neuronas humanas situadas
producción de prostaglandinas inhiba el sistema de las ade- en el hipocampo, el plexo coroide y la capa granulosa del
nilciclasas y, por tanto, la formación de AMPc. cerebelo. El mRNA de la endotelina se expresa en estrecha
La PGE y la PGF desarrollan varias acciones sobre el siste- proximidad con los sitios de fijación de la endotelina, lo que
ma reproductivo de la mujer: estimulan la luteólisis y dismi- sugiere una posible acción paracrina. En hipófisis humana se
nuyen la producción de progesterona, estimulan la contrac- ha localizado ET-3 en células gonadotropas, donde posible-
ción del músculo uterino, actúan como mediadores de la mente desarrollaría un papel regulador.
liberación de LH a través de la acción de la LHRH y, al pa-
recer, intervendrían en la ovulación inducida por la LH. Bibliografía especial
También se cree que aumentan, sobre todo la PGE1 y la
FAGIN JA. Genetic basis of endocrine disease 3. Molecular defects in
PGE2, la secreción basal de TSH y su respuesta a la TRH; es thyroid gland neoplasia. J Clin Endocrinol Metab 1992; 75: 1.398-
posible también que medien en la liberación de hGH, PRL 1.400.
y ACTH. NARUSE M, NARUSE K, NISHIKAWA T, YOSHIHARA I, OHSUMI K, SUZUKI N et
Para los efectos de las prostaglandinas sobre la homeosta- al. Endothelin-3 immunoreactivity in gonadotrophy of the human
sia y la función renal, véanse las secciones correspondientes. anterior pituitary. J Clin Endocrinol Metab 1992; 74: 968-972.

Enfermedades del sistema hipotálamo-hipofisario


F. Casanueva Freijo

Con excepción de las hormonas pancreáticas, gastrointes- si se consideran desde la perspectiva del desarrollo embrio-
tinales y reguladoras del calcio, la hipófisis ejerce un control nario. En efecto, la neurohipófisis y el tallo hipofisario se for-
sobre todas las glándulas endocrinas, por lo que se ha deno- man como una evaginación caudal del diencéfalo, siendo en
minado a esta glándula el “director de orquesta endocrinoló- la práctica un continuum anatómico de tejido nervioso. Por
gico”. La frase cayó en desuso cuando se comprobó que el el contrario, la adenohipófisis no es tejido neural, sino un di-
director tenía a su vez un maestro, el hipotálamo, que regula- vertículo que crece en sentido craneal desde una parte de la
ba la hipófisis a través de neurohormonas específicas. primitiva cavidad oral, la bolsa de Rathke. Cuando este tejido
ectodérmico en su migración craneal encuentra al infundí-
bulo hipofisario, lo rodea y pierde contacto con la cavidad
Consideraciones anatomofisiológicas oral, lo cual explica que la adenohipófisis no tenga contacto
neural con el hipotálamo y deba comunicarse con él a través
de la rica vascularización que forma la red portal hipofisaria.
Anatomía hipotálamo-hipofisaria En los animales inferiores, entre la adenohipófisis y la neu-
No es sorprendente la diversidad funcional existente entre rohipófisis existe una capa celular denominada lóbulo inter-
el hipotálamo-adenohipófisis y el hipotálamo-neurohipófisis medio, ausente en el hombre, excepto en breves etapas de la

2014
ENFERMEDADES DEL SISTEMA HIPOTÁLAMO-HIPOFISARIO

1 2 3

Fórnix
Comisura anterior
Núcleo paraventricular

Área preóptica Núcleo dorsomedial


Núcleo posterior

Área hipotalámica anterior Cuerpo mamilar


Quiasma óptico Núcleo ventromedial
Núcleo arqueado

Núcleo supraóptico

Fórnix
Cápsula interna

Tercer ventrículo
Estría terminal

Núcleo paraventricular

Núcleo supraóptico

Núcleo supraquiasmático Tracto óptico

Núcleo paraventricular
Cápsula interna
Tercer ventrículo

Fórnix
Núcleo dorsomedial

Núcleo ventromedial Tracto óptico

Núcleo arqueado

Eminencia media Núcleo lateral tuberal

Núcleo posterior

Tercer ventrículo Cápsula interna

Fig. 16.6. Distribución de los principa-


les núcleos hipotalámicos que participan Fórnix
en la regulación neuroendocrina. A. Corte
sagital del hipotálamo (visión lateral iz-
quierda), sobre el que se han representa- Cuerpo mamilar
do tres cortes coronales (visión frontal):
1, 2 y 3 que corresponden a las figuras B,
C y D, respectivamente. B. Área supraópti-
ca. C. Área tuberal. D. Área mamilar. (Mo- D
dificada de B.J. EVERITT y T. HOKFELT, 1986,
con autorización.)

vida fetal. La glándula hipofisaria humana pesa menos de 1 g ginaria que une los cuerpos mamilares con la comisura pos-
y es mayor en la mujer que en el varón; la adenohipófisis terior. Sin embargo, estos límites tienen poco sentido funcio-
constituye tres cuartas partes de su peso. nal y existe una conexión perfecta con diversas áreas del
El hipotálamo está situado en la base del diencéfalo deba- SNC y, entre otras, con el área preóptica de relevancia endo-
jo del tálamo y se considera convencionalmente que su lími- crinológica. Formando parte del infundíbulo se encuentra la
te anterior es la lamina terminalis y el posterior una línea ima- eminencia media, donde confluyen las neurohormonas hipo-

2015
ENDOCRINOLOGÍA

talámicas antes de pasar a los vasos porta hipotálamo-hipofi- anteriores nutren el hipotálamo anterior, mientras que el hi-
sarios y donde se ejercen también funciones de regulación. potálamo medio recibe sangre de las arterias comunican-
En un corte sagital del cerebro y, por tanto, del hipotálamo tes posteriores, y el hipotálamo posterior es irrigado por las
(fig. 16.6) se observan ventralmente tres estructuras que sir- arterias de la bifurcación de la basilar y las cerebrales poste-
ven de guía: el quiasma óptico, el infundíbulo (tuber cine- riores.
reum) y los cuerpos mamilares. Tres líneas verticales trazadas El aporte sanguíneo al hipotálamo basal, el infundíbulo, el
por estas estructuras (fig. 16.6 A) dividen el hipotálamo en tallo hipofisario y la hipófisis deriva de las arterias carótidas a
tres regiones: la rostral o supraóptica, la intermedia o tuberal través de las hipofisarias superior e inferior. La eminencia
y la caudal o mamilar. También convencionalmente se admi- media anterior y la mayor parte del tallo hipofisario reciben
te que, en una visión frontal (corte coronal) (fig. 16.6 B-D), su aporte sanguíneo de las arterias hipofisarias superiores
cada mitad del hipotálamo estaría dividida en dos zonas in- (fig. 16.7), y la zona posterior de la eminencia media está irri-
teriores, en contacto con el III ventrículo, denominadas hipo- gada por otros vasos derivados del polígono de Willis, mien-
tálamo medial y dos zonas externas o hipotálamo lateral. El tras que la zona ventral del tallo hipofisario lo está por la san-
hipotálamo lateral no puede dividirse fácilmente en sub- gre arterial que recorre los vasos porta. La mayor parte del
áreas, mientras que el medial está organizado en núcleos. En aporte de la adenohipófisis no deriva de las arterias hipofisa-
el área supraóptica destacan los núcleos supraóptico y para- rias, sino de la sangre arterial que llega recorriendo el plexo
ventricular, que contienen las neuronas productoras de va- venoso de los vasos porta (fig. 16.7). En la eminencia media
sopresina y de oxitocina, las cuales, tras discurrir por vía las arterias drenan en una rica red capilar; parte de estos ca-
axonal a través del tallo hipofisario, son liberadas a la circu- pilares se extiende hacia arriba hasta el suelo del III ventrícu-
lación en la neurohipófisis. El núcleo supraquiasmático es lo, mientras que otros capilares más cortos se disponen en
pequeño pero tiene gran importancia, dado que está implica- forma de “capa”. Los vasos porta con sangre arterial conte-
do en la generación de los ritmos circadianos y los ritmos niendo las neurohormonas hipotalámicas recogida en esta
hormonales así como en la regulación del comportamiento; capa de la eminencia media descienden por el tallo hipofisa-
esta área es rica en receptores para esteroides gonadales. En rio en los denominados vasos porta “largos”, los cuales al-
el área intermedia o tuberal se encuentran los núcleos ven- canzan e irrigan la adenohipófisis. Sin embargo, en la base
tromedial y dorsomedial, en contacto con el núcleo arquea- del tallo y antes de la unión con la adenohipófisis, estos va-
do, los cuales tienen abundantes conexiones con otras áreas sos largos se unen con los vasos porta hipofisarios “cortos”
del SNC. En cuanto al núcleo arqueato, sus terminaciones se que nacen en la parte ventral del tallo y que en parte derivan
extienden hasta la eminencia media y es un área directamen- de las arterias hipofisarias inferiores. A pesar de esta comple-
te implicada en el control de la adenohipófisis. Por último, el jidad vascular, cuyo significado funcional no está aún claro,
área posterior o mamilar del hipotálamo tiene áreas poco de- se debe recordar que el 90% de la sangre que llega a la ade-
finidas, las cuales continúan en sentido caudal con el área nohipófisis deriva de los vasos porta largos, los cuales en la
gris mesencefálica y el complejo de los núcleos mamilares. hipófisis drenan en el sistema sinusoidal del plexo secunda-
De adelante hacia atrás del hipotálamo y tapizando el III ven- rio. Los capilares hipofisarios y de la eminencia media se pa-
trículo hay un núcleo subependimario y periventricular rico recen a los periféricos y difieren de los típicos del SNC por
en neuronas, cuya función es poco conocida. ser capilares fenestrados para facilitar el intercambio de sus-
En cuanto a la hipófisis, ésta funciona como una unidad tancias. En razón de esta característica de ser fenestrados,
anatómica especialmente protegida dado que reside en la si- habitualmente se considera que la eminencia media y otras
lla turca y se encuentra rodeada por tejido óseo en su totali- estructuras relevantes neuroendocrinas están “fuera” de la
dad, excepto en su parte superior, donde presenta una mem- barrera hematoencefálica.
brana extraordinariamente resistente, la duramadre, la cual
es atravesada por el tallo hipofisario.
Fisiología
Desde el punto de vista clínico es conveniente estudiar el
Riego vascular hipotálamo y la hipófisis como una unidad funcional. El hi-
El hipotálamo recibe su sangre arterial desde el polígono potálamo es el centro de la regulación neuroendocrina, autó-
de Willis. Las arterias cerebrales anteriores y comunicantes noma y homeostática y actúa como un centro integrador

Plexo primario
Eminencia
media

Arteria hipofisaria
superior

Venas porta
Tallo hipofisario

hipofisarias largas

Arteria
de la trabécula
Venas eferentes
durales

Neurohipófisis
Venas porta
hipofisarias cortas Plexo secundario del
sistema porta hipofisario
Fig. 16.7. Riego vascular de la eminen-
Arteria hipofisaria cia media, del tallo hipofisario y de la ade-
inferior nohipófisis (visión sagital derecha). (Mo-
dificada de B.J. EVERITT y T. HOKFELT 1986,
con autorización.)

2016
ENFERMEDADES DEL SISTEMA HIPOTÁLAMO-HIPOFISARIO

coordinando mensajes del entorno, ritmos, patrones de desa-


rrollo endógeno y señales corporales, para producir finalmen-
A Estímulos ambientales Estrés
te, de una forma integrada, respuestas autónomas tempranas
y respuestas endocrinas relativamente tardías. La unidad hi-
potálamo-hipofisaria regula, a través de la neurohipófisis o hi- Sistema
nervioso Ritmos
pófisis posterior, el balance hídrico y algunos componentes endógenos
central
de la función reproductiva, y a través de la adenohipófisis o
hipófisis anterior, entre otros, el estado metabólico, la función Neurotransmisores
reproductiva, el crecimiento y la respuesta hormonal al es-
trés. El hipotálamo per se regula el balance calórico y diversas
funciones adaptativas.
Por consiguiente, en el hipotálamo se produce la con- Hipotálamo
fluencia de señales eléctricas y neurotransmisores, de cuya
integración surgirá la tasa de liberación de una neurohor- Q
mona determinada. Es a partir de este momento que se pro-
ducirá una divergencia funcional y anatómica. Cuando se
trata de la unidad hipotálamo-neurohipófisis, la neurohor-
mona es liberada directamente en los vasos efluyentes de
la hipófisis posterior y pasa a la circulación general sin eta- Neurohipófisis
pa intermedia (fig. 16.8 A), conteniendo la cadena de men-
sajes sólo dos eslabones: señales neuronales-neurohormo-
na (vasopresina u oxitocina). Por el contrario, la unidad
hipotálamo-adenohipófisis opera con mayor complejidad
(fig. 16.8 B), las señales hipotalámicas modulan la libera-
ción de una neurohormona determinada, también deno-
minada hormona hipotalámica, hormona liberadora o rele- Neurohormona
asing hormone (p. ej., CRH, GHRH, somatostatina, dopami-
na, Gn-RH, TRH), en la eminencia media. De aquí es trans-
portada a la hipófisis anterior, donde alcanza determinados Neurotransmisores
grupos celulares estimulando o inhibiendo la liberación de Señales eléctricas Neurohormona
(circulación general)
una hormona hipofisaria (LH, FSH, ACTH, GH, PRL, TSH),
la cual, a su vez, pasará a la circulación general para ejer-
cer sus acciones periféricas. El flujo de mensajes para esta B Estímulos ambientales Estrés
unidad es: neurotransmisor-neurohormona-hormona hipofi-
saria (fig. 16.8 B).
Sistema
nervioso Ritmos
central endógenos
Ejes hormonales hipotálamo-adenohipofisarios
Neurotransmisores
En el esquema general de la regulación del eje hipotála-
mo-adenohipofisario, la hipófisis, a través de un tipo celular
específico, libera a la circulación periférica una hormona de- Hipotálamo
terminada. Ésta ejerce sus acciones periféricas, bien de ma-
nera difusa sobre tejidos no hormonales como ocurre con la
GH, bien focalmente sobre otra glándula como ocurre con Q
la TSH sobre la glándula tiroides; de esta forma, el resultado
de la acción hormonal en la periferia puede ser la génesis de
una acción biológica, la liberación de una nueva hormona Eminencia
media
que a su vez originará una acción biológica, o ambas. La ac-
Neurohormona
ción biológica iniciada o los niveles de la hormona liberada
cierran el circuito mediante un mecanismo de retroalimenta-
ción (feedback) negativa, inhibiendo la liberación hipofisaria Adenohipófisis
de la hormona que puso en marcha el proceso. Es evidente
que un circuito con estas características es capaz, en teoría,
de regularse por sí mismo, siendo innecesaria la intervención
del hipotálamo. En el esquema planteado, la neurohormona
Hormona hipofisaria
hipotalámica o releasing hormone tendría como misión sacar
al sistema de su estabilidad, es decir, provocar una descarga
hormonal no debida a falta de inhibición por retroalimenta- Neurotransmisores
ción sino por necesidad intrínseca del SNC, como generar un Señales eléctricas Neurohormona Hormona
(vasos porta) (circulación general)
ritmo o modificar la tasa de secreción al cambiar la etapa vi-
tal del individuo. Las hormonas hipotalámicas tienen, ade-
más, acción trófica sobre las células hipofisarias y sitúan el Fig. 16.8. Esquema de la regulación general del sistema hipotála-
nivel de operación o de equilibrio (set point) del sistema a mo-neurohipófisis (A) y del sistema hipotálamo-adenohipófisis (B). Q:
un nivel de funcionamiento más o menos elevado y son, a su quiasma óptico.
vez, reguladas por la hormona o por la acción biológica peri-
férica, que generalmente envía información comparativa al
hipotálamo y a los centros superiores. lactina (PRL), si bien no es el regulador fisiológico de esta úl-
Las hormonas hipotalámicas que regulan la función hipofi- tima.
saria con relevancia clínica son las siguientes: Gn-RH: u hormona hipotalámica liberadora de gonadotro-
TRH: hormona hipotalámica liberadora de TSH (3 aminoá- pinas (10 aminoácidos) o gonadotrophin releasing hormone
cidos) o thyrotrophin releasing hormone. Estimula la secre- también denominada LHRH. Estimula la liberación de la hor-
ción hipofisaria de la hormona tirostimulante (TSH) y de pro- mona luteinizante (LH) y de la foliculostimulante (FSH).

2017
ENDOCRINOLOGÍA

GHRH: hormona hipotalámica liberadora de hormona de ACTH: hormona corticotropa, de 39 aminoácidos, cuya
crecimiento (44 aminoácidos) o growth hormone releasing función es estimular la corteza suprarrenal.
hormone. Estimula la liberación de hormona de crecimiento TSH: hormona tirostimulante o estimulante del tiroides, de
(GH). 201 aminoácidos. Estimula la liberación de hormonas tiroi-
CRH: hormona hipotalámica liberadora de corticotropina deas y el trofismo de los folículos tiroideos.
(41 aminoácidos) o corticotropin releasing hormone. Estimula LH: hormona luteinizante, de 204 aminoácidos, estimula
la liberación hipofisaria de la hormona corticotropina las células de Leydig en la gónada masculina y la función del
(ACTH). cuerpo lúteo en la femenina.
Junto con estas cuatro hormonas hipotalámicas estimula- FSH: hormona foliculostimulante o estimulante del folícu-
doras de la secreción hormonal hipofisaria existen otras dos lo, de 204 aminoácidos. Estimula el folículo de De Graaf en
de carácter inhibitorio. la gónada femenina y las células de Sertoli en la masculina.
Somatostatina (GHRIH, SS, SRIF, 14 aminoácidos) o A continuación se estudiarán los ejes hipotálamo-adenohi-
growth hormone release inhibiting hormone. Su función fi- pofisarios en una forma integrada, que es la más útil desde el
siológica más relevante es inhibir la liberación de hormo- punto de vista clínico.
na de crecimiento (GH), pero es capaz de inhibir la secre-
ción de una variedad de hormonas tan extensa que le ha va-
lido el nombre alternativo de paninhibina.
Eje somatotropo
Dopamina: como su nombre indica es una amina biógena La hormona de crecimiento u hormona somatotropa
y su acción fisiológica es inhibir la secreción de prolactina (GH) representa casi el 10% del total hormonal hipofisario.
(PRL). Es una proteína monocatenaria que presenta muchas simili-
Las hormonas neurohipofisarias son las siguientes: tudes con la PRL y los denominados lactógenos placenta-
Oxitocina (9 aminoácidos): sus funciones básicas de esti- rios o somatomamotropinas, y hoy día se sabe que todos
mulación son la contracción uterina y la del alveolo mama- ellos pertenecen a la gran familia de las interleucinas. La se-
rio para provocar la expulsión de leche. Tiene una posible creción de GH ocurre en varias descargas a lo largo del día
función en el orgasmo. que duran 1-2 h. Una de las descargas secretoras más carac-
Vasopresina (9 aminoácidos): es conocida como vasopre- terísticas es la que ocurre durante el sueño profundo o sue-
sina, por su potente acción presora, y como ADH (hormona ño III-IV.
antidiurética) por su notable papel en la regulación hídrica.
Las hormonas adenohipofisarias con relevancia clínica Regulación somatotropa
son las siguientes: El eje somatotropo se puede considerar en tres localiza-
GH: hormona de crecimiento u hormona somatotropa, de ciones: hipotálamo, hipófisis y tejidos diana periféricos. En
191 aminoácidos. Actúa sobre receptores periféricos y sus el hipotálamo la regulación es dual a través de la secre-
funciones son promover el crecimiento somático y modular ción a los vasos porta hipofisarios de dos neurohormonas,
el metabolismo. la GHRH (estimulante) y la somatostatina (inhibidora) de la
PRL: prolactina, de 199 aminoácidos. Su función corporal secreción de GH. A diferencia de otras hormonas hipofisa-
es promover la producción de leche por la glándula ma- rias, la GH no tiene una glándula diana sobre la cual actúa,
maria. sino que lo hace sobre receptores específicos en diversos te-

↑ Glucosa
− ↑ Aminoácidos
↓ Glucosa
+ Hipotálamo
↓ AGL
+

↑AGL

+/– Intestino

T3/T4
Glucocorticoides + Hipófisis −

Tejido adiposo

Crecimiento GH Sistema inmune


óseo

IGF-I
Gónadas

Hígado

Músculo
Captación de aminoácidos
Acción antiinsulínica Fig. 16.9. Regulación general de la se-
Acción trófica creción de GH. AGL: ácidos grasos libres;
IGF-I: factor de crecimiento similar a la in-
sulina; T3/T4: hormonas tiroideas.

2018
ENFERMEDADES DEL SISTEMA HIPOTÁLAMO-HIPOFISARIO

TABLA 16.1. Hormonas y sustancias cuya secreción es inhibida


por la somatostatina
Insulina
GH
TSH
ACTH (en algunas situaciones tumorales)
Insulina
Glucagón
Gastrina Glucosa
Motilina
Polipéptido gástrico inhibitorio (GIP)
Péptido intestinal vasoactivo (VIP)
Secretina
Renina
Ácido clorhídrico
Pepsina
Secreción exocrina pancreática GH
Amilasa salival

jidos periféricos generando su acción biológica directamen-


te o a través de un factor de crecimiento, el factor de creci-
miento similar a insulina (IGF-I), antes denominado somato- PRL
medina C. Tanto la GH como su producto IGF-I cierran el
circuito de regulación inhibiendo la secreción somatotropa
0 30 60 90 120
a nivel hipotalámico e hipofisario. Llama la atención la com-
pleja regulación de esta hormona, en la que participan de Minutos
forma característica otras hormonas, nutrientes y sustratos
metabólicos (fig. 16.9). Insulina
La hormona hipotalámica GHRH, de 40-44 aminoácidos,
posee su acción biológica localizada en los primeros 28 ami-
noácidos, lo que ha sido aprovechado para la generación de
análogos más cortos de uso clínico. La GHRH abunda en los Glucosa
tejidos intestinales, por lo que no es útil determinar sus nive-
les, dado que la mayor parte de la GHRH que se mide en
plasma no proviene del hipotálamo. En cuanto a la somatos-
tatina, este péptido de 14 aminoácidos inhibe tanto la secre-
ción basal de GH como la provocada por cualquiera de los
estímulos conocidos, a través de una acción directamente hi-
pofisaria. Es la acción inhibidora de la liberación de GH la Cortisol
que llevó a su descubrimiento y le dio el nombre; sin embar-
go, la somatostatina posee una multiplicidad de acciones ACTH
centrales y periféricas (tabla 16.1), entre las cuales las más
importantes serían la inhibición de la secreción hipofisaria
de TSH y la inhibición de la secreción pancreática de insuli-
na y glucagón. Al igual que ocurre con la GHRH, la somatos-
tatina tiene una distribución intestinal muy abundante y la
hormona que se detecta en la circulación proviene de estas
fuentes. El significado de esta distribución tan extensa y esta
amplia gama de acciones inhibidoras (recuérdese el nombre 0 30 60 90 120
alternativo de paninhibina) es poco claro, pero su utilidad Minutos
clínica es extensa con el uso de análogos más potentes en el
diagnóstico de tumores y en el tratamiento de enfermedades
gastrointestinales. Por tanto, la somatostatina funciona alter- Fig. 16.10. Representación esquemática en unidades arbitrarias de
nativamente como una neurohormona llegando por los va- la secreción de GH, PRL, ACTH y cortisol tras hipoglucemia inducida
sos porta a la hipófisis, como un neurotransmisor o neuromo- por administración de insulina. La elevación del cortisol se debe a la
dulador en el SNC regulando sinapsis específicas, como una secreción previa de ACTH.
parathormona en los islotes de Langerhans y, finalmente,
como una hormona segregada por el tejido intestinal, tal vez
ejerciendo un papel de coordinación fisiológica de las com- estimulación, la secreción de GH durante el día es escasa,
plejas funciones intestinales. con descargas limitadas, y la mayor parte de su liberación
Hoy día se considera que los pulsos secretores de GH son ocurre durante el sueño. Es relevante el control sobre la GH
el resultado de la interrelación de la GHRH y la somatostati- ejercido por los nutrientes y metabolitos, no existiendo nin-
na. Al parecer, la descarga de GH por la célula somatotropa guna otra hormona neuroendocrina con una relación tan es-
ocurre cuando en la sangre portal afluente se produce simul- trecha con el estado nutricional. En efecto, la hipoglucemia
táneamente una reducción de somatostatina y un incremen- producida por cualquier medio provoca una descarga de GH
to de GHRH. Este modelo de control, comparable al hecho (al igual que PRL y ACTH) (fig. 16.10), y la sobrecarga de glu-
de poner en marcha un coche pisando el acelerador y levan- cosa tanto oral como intravenosa bloquea la secreción de
tando simultáneamente el freno, sirve también para explicar GH. Respecto a otros nutrientes, los aminoácidos y, en con-
la secreción de GH inducida por el estrés, el ejercicio físi- creto, la arginina liberan GH (a la vez que insulina y gluca-
co, la administración de aminoácidos, la administración de gón); por el contrario, no se conoce acción alguna atribuida
fármacos como clonidina o piridostigmina, la hipoglucemia a la reducción de sus niveles plasmáticos. Los ácidos grasos
inducida por insulina y otras situaciones como la administra- libres (AGL) participan muy activamente en la regulación so-
ción de pirógenos (interleucina 1). Salvo en situaciones de matotropa en una forma similar a la glucosa, es decir, su ele-

2019
ENDOCRINOLOGÍA

vación inhibe la secreción de GH y su reducción por medios hormona somatotropa tiene acciones antagonistas a la insuli-
farmacológicos estimula su liberación (fig. 16.9). En resu- na sobre todo cuando es liberada en grandes concentracio-
men, se ha demostrado en situaciones normales una libera- nes. Recientemente, tras la disponibilidad en cantidades ili-
ción de GH ante los siguientes estímulos: hipoglucemia, argi- mitadas de GH por bioingeniería, se ha comunicado que esta
nina, disminución de AGL, administración de glucagón, hormona tiene propiedades de nuevo tipo con relevancia clí-
L-DOPA, clonidina, agonistas colinérgicos, ejercicio físico, nica; en concreto, promueve la regeneración tisular en gran-
sueño profundo, estrés y administración exógena de GHRH. des quemados o traumatizados, incrementa la eficacia del
Por el contrario, se ha demostrado la inhibición de esta hor- sistema inmunitario y tiene acciones tróficas sobre las góna-
mona en situaciones como administración de glucosa, AGL das. Se considera que la reducción en los niveles circulantes
o fármacos que presumiblemente aumentan la liberación de de GH que se produce en la vejez sería la responsable, al me-
somatostatina como la atropina o pirenzepina. nos en parte, del deterioro corporal de las últimas etapas de
En la actualidad, es posible activar el eje somatotropo en la vida.
varios niveles, lo cual tiene utilidad para conocer la localiza-
ción de la alteración en una situación clínica determinada.
La aplicación de un estímulo hipotalámico, como el fármaco
Eje lactotropo
alfadrenérgico clonidina, el estimulante colinérgico piridos- Como su nombre indica, la prolactina es la hormona que
tigmina, el ejercicio físico o la clásica hipoglucemia insulíni- inicia y mantiene la lactación. Producida por las células lac-
ca (fig. 16.10), provocan una descarga de GH que es el resul- totropas de la adenohipófisis, su estructura molecular es muy
tado de una inhibición previa de somatostatina y una similar a la de la GH y del lactógeno placentario. Se conside-
presunta liberación de GHRH. Obviamente, una falta de res- ra que las tres tienen un origen filogenético común.
puesta no permitiría precisar el nivel de alteración, es decir si
es hipotalámico o hipofisario, para lo cual se emplea en la Regulación lactotropa
actualidad el GHRH o sus análogos. En situaciones normales La PRL es la única hormona hipofisaria que se halla some-
la administración de GHRH por vía intravenosa provoca una tida a un control negativo por el hipotálamo, lo cual confiere
secreción de GH evidente en los primeros 15-30 min; una res- peculiaridades a su regulación. En efecto, si se corta el tallo
puesta inexistente a la hipoglucemia y positiva a la GHRH su- hipofisario se produce una atrofia parcial de las células hipo-
geriría una lesión hipotalámica; por el contrario, la ausencia fisarias con reducción de la secreción de todas las hormo-
de respuesta en ambas situaciones sería indicativa de una le- nas, excepto la PRL. No es ésta la única peculiaridad de la
sión hipofisaria o, al menos, de las células somatotropas. Se PRL; también es la única hormona hipofisaria cuyo regulador
debe tener en cuenta que, con independencia de su regula- hipotalámico no es un péptido sino una amina, la dopamina.
ción hipotalámica, la síntesis de GH por la célula somatotro- Si bien durante largos años se discutió la existencia de un
pa depende estrictamente de los niveles normales de hormo- factor inhibidor de la prolactina (PIF) y de un posible factor
nas tiroideas y glucocorticoides y es regulada de una forma estimulante (PRF) de tipo peptídico, hoy día se admite que
compleja por los esteroides gonadales. Por último, se puede la secreción de PRL es regulada exclusivamente por variacio-
estudiar el funcionalismo del tercer nivel del eje, es decir, los nes en la secreción hipotalámica de dopamina, la cual inhi-
tejidos diana periféricos, dado que la administración de GH be la liberación de PRL a través de receptores específicos en
sintética produce, al cabo de 24 h, la elevación de los niveles la célula lactotropa (fig. 16.11). La regulación de PRL puede
circulantes de IGF-I. Si ésta se produce, significa que los re- compararse con la conducción de un coche cuesta abajo,
ceptores de GH de los tejidos periféricos son perfectamente que es regulado exclusivamente por el freno. Se sabe tam-
funcionales. bién que la administración intravenosa de TRH libera PRL
Una vez segregada a la circulación general, la GH es elimi- activando receptores específicos en la célula lactotropa, y
nada rápidamente. Si bien en la literatura se considera que la
vida media de la GH es de 20-25 min, quizás este valor sea
menor, alrededor de 10 min. Un concepto reciente es que la
GH circula parcialmente unida a una proteína transportado-
ra, la proteína de unión a la GH (GHBP). En realidad, la
Hipotálamo
GHBP es la porción extracelular del receptor de GH, que en
el ser humano es cortada por acción enzimática en la mem-
+
brana citoplásmica y circula conservando su capacidad de −
unión a la hormona. La unión de GH a la GHBP plasmática
determina un retraso en el aclaramiento metabólico de la
hormona, pero no se sabe aún qué implicaciones fisiológicas Dopamina
o patológicas puede tener este nuevo nivel de regulación de
la acción de la hormona somatotropa.
Hipófisis −
Acciones
La principal acción de la GH es promover el crecimiento
somático. Sobre los huesos largos provoca el crecimiento
longitudinal actuando sobre el cartílago de crecimiento. La
PRL
acción sobre éste es dual; por una parte, la GH inicia la repli- Vías sensitivas
cación de los condrocitos, los cuales en su proceso madura- medulares
tivo segregan IGF-I y, al mismo tiempo, desarrollan los recep-
tores para este factor de crecimiento. El crecimiento óseo es +
por tanto una acción desencadenada por la GH, pero luego
conducida por el binomio GH más IGF-I. En los tejidos perifé- Glándula mamaria
ricos, gran parte de las acciones de la GH son mediadas por
el IGF-I, y este factor de crecimiento, que es producido por el
hígado tras el estímulo de la GH, circula en el plasma unido
a diferentes tipos de proteínas transportadoras o IGF-BP. En Fig. 16.11. Esquema general de la regulación de PRL. La dopamina
que llega por los vasos porta a la célula lactotropa inhibe la secreción
el tejido muscular la GH promueve la incorporación de ami- de PRL. En los casos de aumento de PRL, se estimulará la libera-
noácidos y la síntesis proteica, siendo por tanto anabólica y ción de dopamina en el hipotálamo, para cerrar el circuito. El estímulo
trófica sobre este tejido. Por el contrario, en el tejido adipo- de succión del pezón durante la lactancia inhibe la liberación de do-
so, la GH promueve la lipólisis liberando glicerol y AGL. La pamina hipotalámica y, por tanto, libera PRL.

2020
ENFERMEDADES DEL SISTEMA HIPOTÁLAMO-HIPOFISARIO

50 Sueño
Hipotálamo

40

30
µg/L

20 CRH
PRL
10
GH
Hipófisis +
0
9 12 15 18 21 24 3 6 9

Horas del día

Cortisol
Fig. 16.12. Esquema de la liberación de GH y PRL en 24 h. Ambas ACTH
son secretadas en pulsos durante el día. Su liberación es máxima du-
rante la noche para la PRL e inducida por etapas especiales del sueño
para la GH. Las flechas indican el momento de la ingesta alimentaria. +

Corteza suprarrenal

que la hipoglucemia insulínica estimula su secreción por un


efecto estimulante hipotalámico (fig. 16.10). Ambas pruebas
son eficaces para evaluar la reserva hipofisaria de PRL.
Como todas las hormonas hipofisarias, la secreción de
PRL se produce en brotes o pulsos a lo largo del día y, de for- Fig. 16.13. Regulación de la secreción de ACTH. La CRH hipotalá-
ma más acusada, por la noche (fig. 16.12), pero, a diferencia mica estimula la célula corticotropa, sobre la cual ejerce su acción in-
de la GH, la hipersecreción nocturna ocurre al comienzo de hibidora el cortisol, que tiene una acción menor sobre el hipotálamo.
la noche y no se relaciona con etapas específicas del sueño.
Otro factor que estimula la secreción de PRL es el estrés
inespecífico, si bien su influencia es muy variable de un indi- Eje corticotropo
viduo a otro y sólo debe tenerse en cuenta su efecto de inter- La ACTH es un péptido monocatenario producido por cé-
ferencia cuando el clínico esté obteniendo muestras plasmá- lulas específicas de la hipófisis denominadas corticotropas.
ticas de un paciente con evidente miedo o nerviosismo ante Estas células sintetizan un péptido de mayor tamaño, la pro-
la punción venosa. Los estrógenos ejercen un papel muy re- opiomelanocortina (POMC), el cual por fragmentación pro-
levante sobre las células lactotropas, pues estimulan la libe- teolítica origina varias hormonas y fragmentos peptídicos, en-
ración de PRL y, además, provocan hiperplasia de dichas cé- tre ellos, la ACTH, la MSH y la β-endorfina. La función de la
lulas y, como resultado, aumentan el volumen de la glándula ACTH es estimular la corteza suprarrenal para la producción
hipofisaria. Por esta razón, durante el embarazo se produce de hormonas esteroides, principalmente cortisol.
un aumento notable en el volumen y la vascularización de la
hipófisis, quizá por los estrógenos provenientes de la unidad Regulación corticotropa
fetoplacentaria. La ACTH se halla bajo el control positivo del hipotálamo a
través de la neurohormona CRH, que estimulando receptores
Acciones específicos de la célula corticotropa, provoca su liberación
En cuanto a las acciones fisiológicas de la PRL, sólo pare- (fig. 16.13). La vasopresina puede colaborar en esta regula-
cen ser importantes en la mujer gestante o lactante. Además ción. A través de la descarga de CRH, el SNC establece una
de incrementar el instinto maternal y de protección del nido, dinámica de secreción de ACTH y, por tanto, de cortisol, pe-
la PRL durante el embarazo prepara la lactación y, tras el culiar a lo largo del día; es el denominado ritmo circadiano
parto, en una mama preparada por dosis adecuadas de estró- de cortisol, con niveles más elevados de ambas hormonas en
genos y progesterona, la PRL estimula la síntesis de proteínas las primeras horas de la mañana (6.00-8.00 h), que en la tar-
específicas de la leche. Tras el parto y durante el amamanta- de y la noche (18.00-20.00 h). Fuera de situaciones de estrés
miento, el estímulo de succión sobre el pezón produce una o circadianas, el sistema mantiene su estado estable a través
sensación nerviosa que es transmitida por vía espinal hasta el de la retroalimentación ejercida por el cortisol sobre la secre-
hipotálamo, donde provoca una descarga de PRL que fo- ción hipofisaria de ACTH. De esta forma, descensos en los ni-
menta la producción de leche y también una descarga de veles de cortisol aumentan la liberación de ACTH, la cual, a
oxitocina que contrae los folículos mamarios para su eyec- su vez, estimula la suprarrenal para la producción de corti-
ción. Cuando la madre deja de amamantar, la ausencia de sol, y esta hipercortisolemia relativa inhibe la secreción de
estímulo en el pezón provoca, en aproximadamente una se- ACTH. Si el sistema puede ser regulado exclusivamente a tra-
mana, la pérdida de secreción de PRL, tras lo cual todo el sis- vés del binomio ACTH-cortisol, al CRH le correspondería es-
tema vuelve a la situación previa al parto. Antaño, en los ca- tablecer el nivel de equilibrio (set-point) de su funcionamien-
sos en que no se deseaba la lactación se administraban altas to, es decir, el nivel de cortisol con el cual se mantiene
dosis de estrógenos, que ejercen un efecto paradójico de in- estable el sistema, dado que este nivel difiere según las diver-
hibición sobre la mama; hoy en día se emplea el agonista do- sas situaciones del individuo. La acción negativa del cortisol
paminérgico bromocriptina, la cual actúa directamente so- sobre el hipotálamo es de menor importancia que la ejercida
bre la hipófisis inhibiendo la secreción de PRL. Si bien no se sobre la hipófisis. Al igual que para otras hormonas, la ACTH
conocen con exactitud muchas de las acciones fisiológicas se segrega en pulsos de gran variación, por lo que una deter-
de la PRL, sí se sabe cuáles son sus efectos patológicos. En minación basal aislada de ACTH o de cortisol tiene escasa
efecto, en condiciones de hipersecreción de esta hormona utilidad diagnóstica.
se produce, en ambos sexos, un hipogonadismo de mayor o El sistema está exquisitamente regulado, lo cual permite
menor intensidad, actuando la PRL sobre el hipotálamo, una exploración selectiva en la clínica. Para estudiar la inte-
donde suprime la secreción fisiológica de Gn-RH, y directa- gridad hipotalámica de este eje se utiliza un estrés estandari-
mente sobre las gónadas. zado con acción exclusivamente hipotalámica y sin acción

2021
ENDOCRINOLOGÍA

TRH
A
Hipotálamo

TRH

+
Hipófisis

TSH
T3/T4 PRL
+
TSH

Tiroides 0 30 60 90 120
Minutos

Fig. 16.14. Esquema general de regulación del eje tirotropo. Gn-RH


B
hipofisaria, la hipoglucemia inducida por insulina, la cual li-
berará ACTH y, mediante ésta, cortisol (fig. 16.10), al igual
que GH y PRL. La integridad funcional y estructural de la hi-
pófisis puede estudiarse mediante la administración intrave-
nosa de CRH y la medición de la elevación de ACTH y corti-
sol en plasma. Una elevación del nivel de ACTH tras la CRH
pero no durante la hipoglucemia insulínica sugiere una le-
sión hipotalámica. El eje también puede estudiarse mediante
la deprivación farmacológica de cortisol a la hipófisis, por
ejemplo, mediante la administración de metopirona, que LH
bloquea la síntesis de cortisol por la glándula suprarrenal. En
situaciones normales, esta sustancia induce una elevación FSH
de las cifras de ACTH y, a través de ese aumento, incrementa
otras hormonas suprarrenales o sus metabolitos, con excep-
ción obviamente del cortisol.
La retroalimentación negativa que ejerce el cortisol sobre
la producción de ACTH por la hipófisis al actuar sobre las cé- 0 30 60 90 120
lulas corticotropas presenta una peculiaridad significativa: las
Minutos
células corticotropas tumorales son más resistentes que
las normales a la acción inhibidora del cortisol o de los corti-
coides sintéticos. Esta resistencia, no absoluta sino relativa, es Fig. 16.15. Esquema en unidades arbitrarias de la liberación de PRL
la base de las pruebas de inhibición con dexametasona para y TSH tras la administración de TRH (A) y de la liberación de LH y
el diagnóstico diferencial del síndrome de Cushing. La ACTH FSH tras la administración de Gn-RH (B).
no tiene per se acciones biológicas, excepto la estimulación
de la corteza suprarrenal; por tanto, sus acciones por exceso
o defecto serán las de los esteroides suprarrenales. indica que las células secretoras de TSH de la hipófisis en es-
tudio funcionan normalmente (fig. 16.15 A). Las concentra-
ciones elevadas de hormonas tiroideas inhiben la secreción
Eje tirotropo de TSH por la hipófisis, así como la liberación hipotalámica
En este eje intervienen tres escalones hormonales sucesi- de TRH. Cuando se administra TRH en una prueba diagnósti-
vos como etapa previa a la acción biológica en los tejidos pe- ca a un paciente con hipertiroidismo primario, la célula hi-
riféricos (fig. 16.14). En efecto, el hipotálamo regula la secre- pofisaria secretora de TSH recibe un doble mensaje antagó-
ción de las células tirotropas hipofisarias y el nivel de nico: por una parte, la TRH que estimula y, por otro, los
equilibrio del sistema mediante la secreción de TRH, la cual, niveles elevados de hormonas tiroideas que inhiben. En este
a través de los vasos porta, activa la liberación hipofisaria de antagonismo las hormonas tiroideas son siempre más pode-
TSH. Ésta, a través de la circulación general, estimula los fo- rosas, por lo que la secreción de TSH se mantendrá bloquea-
lículos tiroideos para liberar las hormonas tiroideas T3 y T4, da. Por el contrario, en los hipotiroidismos primarios, la falta
las cuales ejercen sus acciones biológicas en los tejidos peri- de inhibición sobre la hipófisis provoca dos situaciones bio-
féricos del organismo. A continuación las hormonas tiroide- químicas: una elevación anormal de las cifras de TSH basa-
as inhiben la liberación de TSH en la hipófisis, cerrando de les y una hiperrespuesta secretora de TSH cuando se inyecta
esta forma el circuito. En la práctica clínica se miden la TSH TRH. La elevación de las cifras basales de TSH es tan eviden-
y las hormonas tiroideas en el plasma y se dispone de la TRH te en el hipertiroidismo primario que es diagnóstica. Así, las
como herramienta diagnóstica. células tirotropas hipofisarias actúan no sólo como el locus
de regulación sino también como un comparador, pues el or-
Regulación tirotropa ganismo considera que los niveles de hormonas tiroideas
La administración intravenosa de TRH provoca una res- que recibe la hipófisis son representativos de los que están
puesta secretora de TSH medible y constante, cuya aparición recibiendo otros tejidos periféricos. De esta forma, tejidos

2022
ENFERMEDADES DEL SISTEMA HIPOTÁLAMO-HIPOFISARIO

como el muscular o el adiposo no precisan emitir un mensa-


je propio sobre la recepción adecuada de hormonas tiroide-
as. En situaciones de destrucción o no funcionamiento de las
células tirotropas hipofisarias, la respuesta de la TSH a la Hipotálamo
TRH será plana. Se ha descrito la existencia de una respuesta
a la TRH característica de disfunción hipotalámica, con apa-
rición del pico secretor de TSH retrasado (a los 60 min); esta Gn-RH
respuesta “hipotalámica” se observa también en situaciones
de bloqueo funcional de la conexión hipotálamo-hipofisaria.
Tampoco la TSH tiene per se acciones biológicas, excepto Hipófisis
las ejercidas por sus hormonas tiroideas diana. Los cambios
en la TSH en relación con el funcionalismo tiroideo serán
abordados en el capítulo correspondiente.
FSH LH
Eje gonadotropo
El eje gonadotropo se establece en el hipotálamo por la
neurohormona Gn-RH y en la hipófisis por dos hormonas hi-
pofisarias, bicatenarias, glucoproteicas y producidas en la
misma célula (célula gonadotropa), la LH y la FSH. A su vez, Inhibina
Estradiol
estas dos hormonas actúan sobre las gónadas activando un
gran número de procesos e incluso la secreción de un vasto
número de hormonas peptídicas y esteroides. El hecho de Activina Progesterona
que la mujer y el varón tengan una regulación diversa au-
menta la complejidad de este eje.
Ovario
Regulación gonadotropa
Las dos gonadotropinas, LH y FSH, están reguladas por el
hipotálamo a través de la Gn-RH. Como la administración Fig. 16.16. Esquema general de la regulación de gonadotropinas en
aguda de Gn-RH provoca una elevación de LH notablemente la mujer adulta. Las acciones inhibidoras o estimulantes indicadas so-
bre la LH o la FSH se ejercen en la hipófisis. En línea delgada se repre-
mayor que la de FSH (fig. 16.15 B), en el pasado se la deno- sentan las retroacciones de menor relevancia.
minó LH-RH, nombre que aún subsiste por razones de cos-
tumbre. Dado que en pacientes con déficit hipotalámico se
puede restablecer la fertilidad exclusivamente con Gn-RH,
hoy en día se admite que ésta es la única reguladora hipota-
lámica y que la diferencia de secreción entre la FSH y la LH
se debe a los efectos inhibidores de determinadas hormonas
gonadales. Hipotálamo
La regulación hipotalámica de Gn-RH es compleja y poco
conocida y presenta diferente actividad según el grupo neu-
ronal productor de Gn-RH que se esté estudiando y una parti- Gn-RH
cipación relevante de determinados neurotransmisores, en
particular de opioides. Uno de los datos más relevantes de la Estrógenos
Hipófisis
Gn-RH es su secreción pulsátil que se traduce en una pulsati-
lidad secretora de LH y FSH por la hipófisis, tanto en el varón
como en la mujer. En la fase folicular en la mujer, la mayoría
de los pulsos de LH son seguidos de un pulso de estrógenos,
pero en el varón los pulsos de LH no determinan una eleva- LH
FSH
ción posterior inmediata de testosterona. Durante las fases
media y avanzada de la fase lútea los pulsos de LH estimulan
la secreción de progesterona. En el varón, los pulsos de LH y
FSH son altamente variables y poco intensos; por el contra-
rio, en la mujer tienen gran relevancia, dependen de la etapa Inhibina
vital y, después de la adolescencia, son más importantes en
la fase folicular del ciclo ovárico, en la cual el incremento de Testosterona
los pulsos de LH provoca una secreción aumentada de estra-
Activina
diol por el folículo (fig. 16.16). El estradiol, que junto a la
progesterona ejerce normalmente una retroalimentación ne-
gativa sobre la secreción de LH, en esta fase del ciclo se Célula de Sertoli Célula de Leydig
transforma en estimulante e induce una descarga elevada de Testículo
LH, la cual a su vez provoca la ovulación. En el varón no hay
retroalimentación positiva ni tampoco esta gran descarga de Fig. 16.17. Esquema general de la regulación de las gonadotropi-
LH; el sistema, por tanto, es más simple y sólo la retroalimen- nas en el varón. En línea delgada se representan las retroacciones de
tación negativa es operativa. La testosterona y su metabolito menor relevancia.
activo, la dihidrotestosterona, inhiben tanto la liberación de
LH como la de FSH, a través de acciones directas hipofisarias
y también sobre el hipotálamo alterando el generador de Gn- se trata de una glucoproteína, bicatenaria, formada por una
RH. En el varón los estrógenos inhiben la acción hipofisaria unidad alfa y otra beta, unidas por puentes disulfuro. Si bien
de la Gn-RH (fig. 16.17). su fisiología no se ha estudiado en detalle, los niveles de inhi-
La retroalimentación negativa de la gónada sobre la secre- bina se incrementan en la fase folicular tardía, durante la
ción de FSH se ejerce a través de una hormona peptídica, la cual, junto con el estradiol, inhibe la síntesis y liberación de
inhibina, que es sintetizada en las células de la capa granulo- FSH, inhibición que es sobrepasada en el momento de la
sa ovárica en la mujer y en las células de Sertoli en el varón; descarga preovulatoria de gonadotropinas. Es sorprendente

2023
ENDOCRINOLOGÍA

que la combinación de dos unidades beta de la inhibina ge- TABLA 16.2. Clasificación de las lesiones ocupantes de espacio
nere otra hormona, la activina, capaz de estimular la libera- del área hipotálamo-hipofisaria
ción de FSH por la hipófisis.
Tumores y otras lesiones ocupantes de espacio de localización
hipotalámica
Tumores hipotálamo-hipofisarios. Causados por anomalías del desarrollo embrionario
Craneofaringiomas
Características generales Germinomas
Hamartomas
Concepto. Los tumores localizados en el área hipotálamo- Coristomas
hipofisaria cursan con manifestaciones específicas depen- Hemangiomas
diendo de las alteraciones endocrinas que causen. Asimis-
Originados en estructuras normales del SNC
mo, debido a su carácter de lesiones ocupantes de espacio Meningiomas
limitadas a una región muy circunscrita, estos tumores pre- Gliomas
sentan una variedad de manifestaciones comunes e indepen- Ependimomas
dientes de sus manifestaciones endocrinas específicas. En Sarcomas
este apartado se estudiarán estos rasgos comunes.
Afectaciones secundarias
Clasificación. Estos tumores pueden clasificarse basándose Histiocitosis X
en múltiples criterios, como función, tamaño, histología, etc. Infiltraciones leucémicas
Cordomas esfenooccipitales
Desde el punto de vista clínico, una primera clasificación es Tumores metastásicos
la separación entre tumores hipotalámicos e hipofisarios. En-
tre los tumores hipotalámicos, los más frecuentes son los cra- Tumores hipofisarios
neofaringiomas, a los que siguen otros como germinomas, Adenomas funcionantes
hamartomas, hemangiomas y ependimomas; en la región pa- Secretores de prolactina (PRL); (prolactinomas)
raselar se originan los meningiomas, los sarcomas esfenoida- Secretores de hormona de crecimiento (GH) (GHomas)
les, los cordomas y los gliomas del nervio óptico. El hipotála- Secretores de PRL y GH (tumores mamosomatotropos)
mo es asimismo asiento frecuente de metástasis por otras Secretores de hormona adrenocorticotropa (ACTH)
Secretores de hormona tirostimulante (TSH) (tumores
neoplasias; también es afectado por lesiones de tipo genera- secretores de TSH)
lizado o granulomatoso no estrictamente tumorales pero Secretores de hormona luteinizante (LH) y foliculostimulante
ocupantes de espacio, como la sarcoidosis, la histiocitosis o (FSH) (gonadotropinomas)
la infiltración leucémica. Las manifestaciones endocrinas de Secretores mixtos
estos tumores corresponden casi siempre a una hipofunción
y sólo en muy raras ocasiones a hiperfunción hormonal. Adenomas no funcionantes
En cuanto a los tumores hipofisarios, son prácticamente No secretores
siempre adenomas. La presencia de sarcomas, carcinomas o Secretores de fragmentos de moléculas o de hormonas
biológicamente inactivas
lesiones metastásicas es excepcional. Dado que los tumores Silentes
hipofisarios comúnmente segregan hormonas, es una prácti- Carcinomas
ca clínica habitual clasificarlos según su capacidad secretora Sarcomas
o no secretora (tumores funcionantes o no funcionantes). Tumores metastásicos
Los tumores funcionantes se clasifican de acuerdo con el
cuadro clínico específico que causan, mientras que se consi- Lesiones no tumorales
deran no funcionantes aquellos que no segregan hormona Lesiones inflamatorias, postraumáticas o granulomatosas
alguna o lo hacen en una tasa clínicamente indetectable o Malformaciones vasculares
Quistes aracnoideos
en formas moleculares sin acción biológica. En la clínica, Silla turca vacía
además de clasificar los tumores hipofisarios por su funcio-
nalismo secretor, van a clasificarse según su tamaño y se los
divide en macroadenomas (más de 1 cm de diámetro) o mi-
croadenomas (menos de 1 cm diámetro), y según su capaci- dad para perforar la pared ósea de la silla o extenderse fuera
de la duramadre, en invasivos o no invasivos (fig. 16.18). En
la tabla 16.2 se muestra una clasificación global de los tumo-
res hipotálamo-hipofisarios.
No invasivos Invasivos Epidemiología. Los tumores hipotálamo-hipofisarios repre-
sentan entre el 5 y el 20% de todas las neoplasias cerebrales,
Microadenomas y el 90% de ellos son hipofisarios. En autopsias no seleccio-
(<1cm de diámetro) nadas, la presencia de tumores hipofisarios es del 10-20%, ci-
fra elevada si se tiene en cuenta que los pacientes afectados
no habían presentado manifestaciones clínicas durante su
vida. De los tumores hipotalámicos, los craneofaringiomas
son los más frecuentes y la mitad de ellos se manifiesta du-
Macroadenomas rante la infancia. De los tumores generados por anomalías
(>1cm de diámetro) del desarrollo, la mayoría se presenta antes de los 25 años,
mientras que los gliomas y meningiomas suelen hacerlo des-
Intraselares pués de esta edad.
La prevalencia de los tumores hipofisarios es de 200 por
millón de habitantes, con una incidencia de 15 pacientes
Extraselares nuevos por millón de habitantes y por año, cifras notable-
mente más bajas que los datos provenientes de autopsias, lo
cual sugiere que sólo uno de cada 1.000 tumores de hipófisis
se manifiesta clínicamente. Los tumores hipofisarios se pue-
den manifestar a cualquier edad, si bien la frecuencia es ma-
Fig. 16.18. Clasificación clínica de los tumores hipofisarios en rela- yor entre los 40 y los 50 años. Los prolactinomas no cumplen
ción con su tamaño y la alteración o no de la silla turca. esta norma, dado que su aparición es más frecuente a los 20-

2024
ENFERMEDADES DEL SISTEMA HIPOTÁLAMO-HIPOFISARIO

1.200

50
1.000 Macroadenomas
Microadenomas

Pacientes (nº)
40
800

Pacientes (%)
600 30

400 20
Fig. 16.19. Frecuencia de los distintos
tumores hipofisarios en número y porcen- 200 10
taje de pacientes, y proporción de ellos
que se presentan como microadenoma.
(Modificada a partir de datos del estudio 0 0
PRL No GH ACTH LH/FSH TSH
epidemiológico europeo sobre tumores hi- secretante
pofisarios, de B. AMBROSI y G. FAGLIA 1991,
con autorización.)

30 años. Los prolactinomas son asimismo los tumores más TABLA 16.3. Clasificación de los tumores hipofisarios
comunes y representan más del 50% de todos los adenomas
Adenoma lactotropo
hipofisarios (fig. 16.19), seguidos por los secretores de GH Escasamente granulado
(25%), los no funcionantes (20%) y los secretores de ACTH Densamente granulado
(menos del 8%). Por último, los tumores productores de TSH Adenoma somatotropo
y los gonadotropinomas son excepcionales. En cuanto a la Escasamente granulado
distribución por sexos, los prolactinomas son más frecuentes Densamente granulado
en la mujer que en el varón y, en cuanto a los microprolacti- Adenoma mixto, somatotropo y lactotropo
nomas, la proporción mujer/varón es de 20:1. Para los tumo- Adenoma acidófilo de células primordiales
res productores de ACTH dicha proporción es 4:1 u 8:1; para Adenoma mamosomatotropo
Adenoma corticotropo
los otros tumores no se ha observado una especial distribu- Escasamente granulado
ción por sexos. Densamente granulado
Adenoma corticotropo “silente”
Etiología y patogenia. Algunos tumores hipotalámicos deri- Adenoma gonadotropo
van de estructuras embrionarias o anomalías del desarrollo, Adenoma tirotropo
pero la causa de otros tumores hipotalámicos es desconoci- Adenoma no secretor (null cell adenoma) o pobremente secretor
da. Se halla muy extendida la idea de que los craneofaringio- Oncocitoma
mas proceden de restos de la bolsa de Rathke. Adenoma plurihormonal
Carcinoma
Los adenomas hipofisarios se originarían por una lesión
primitiva de la adenohipófisis (iniciación), pero luego el de-
sarrollo sería favorecido por la acción de las hormonas hipo-
talámicas (promoción). derarse una clasificación definitiva, generalmente se acepta
En cuanto a otras alteraciones del área, la presencia de la sugerida por KOVACS y HORVAT en 1985, que se resume en la
formaciones granulomatosas o diseminadas, o de metástasis tabla 16.3.
de otros tumores responde a la patogenia de estos procesos,
y la hipofisitis linfocitaria es un proceso autoinmune. La pre- Cuadro clínico. Los tumores hipotálamo-hipofisarios se pre-
sencia de una silla turca vacía se debe a una herniación de sentan clínicamente de dos formas: por sus manifestaciones
los espacios aracnoideos dentro de la silla turca, tal vez debi- neurológicas o por sus manifestaciones endocrinológicas (ta-
do a la presencia de un diafragma incompleto; en otros ca- bla 16.4). Esta dualidad de presentación explica con claridad
sos la causa puede ser una necrosis de un tumor hipofisario el hecho de que un tumor hipofisario pueda ser inicialmente
previo, con la consiguiente reducción de masa y tracción de detectado tanto por un neurólogo u oftalmólogo, como por
estructuras adyacentes. un endocrinólogo, ginecólogo o andrólogo. Como regla ge-

Anatomía patológica. El craneofaringioma está constituido


por nidos epiteliales anastomosados. Suele sufrir cambios de- TABLA 16.4. Presentación clínica de los tumores
generativos, en cuyo caso origina quistes de tamaño variable
conteniendo un fluido marrón y con frecuencia aparece cal- hipotálamo-hipofisarios
cificado. Los germinomas tienen un aspecto histológico in- Alteraciones neurológicas
distinguible del de los seminomas testiculares. Los hamarto- Manifestaciones de crecimiento de masa intracraneal
mas son masas de células gliales y ganglionares de aspecto Manifestaciones oftalmológicas
abigarrado. Alteraciones del comportamiento
Los adenomas hipofisarios deben clasificarse de acuerdo
con la hormona o las hormonas secretadas. A pesar de que Alteraciones endocrinológicas
De hiperfunción
la clasificación tintorial primitiva (acidófilos, basófilos, etc.) Producción de PRL: síndrome de hiperprolactinemia
se mantiene en algunos textos, debe considerarse como ob- Producción de GH: acromegalia-gigantismo
soleta. Para la clasificación de un adenoma hipofisario es ne- Producción de ACTH: síndrome de Cushing
cesario recurrir a las técnicas de inmunohistoquímica que Producción de TSH: hipertiroidismo secundario
permiten la detección de la hormona producida por el teji- Producción de gonadotropinas: secreción inadecuada
do. Como técnicas de apoyo se emplean la microscopia elec- de gonadotropinas
trónica, que permite observar la morfología de los gránulos De hipofunción
secretores y las organelas, así como las técnicas de hibrida- Manifestaciones variables de hipopituitarismo
Diabetes insípida
ción in situ, que detectan el mRNA de las hormonas sintetiza- De hiperfunción e hipofunción
das incluso cuando no se secreten. Si bien no puede consi-

2025
ENDOCRINOLOGÍA

neral, los tumores hipotalámicos y los macroadenomas hipo- visión e incluso riesgo vital para el paciente y exige una inter-
fisarios tienden a manifestarse clínicamente por las altera- vención médica o quirúrgica inmediata para descomprimir
ciones neurológicas, mientras que los microadenomas hipo- la zona. Como secuela puede quedar una silla turca vacía.
fisarios lo hacen por sus signos y síntomas endocrinos; como
es evidente, los adenomas no secretores se diagnostican Diagnóstico. La presencia de un tumor hipotálamo-hipofisa-
cuando su masa intracraneal origina sintomatología específi- rio puede ser sugerida por las alteraciones endocrinológicas
ca o de forma casual. Los tumores hipotalámicos pueden a de hiperfunción o hipofunción hormonal o por la sintoma-
su vez causar alteraciones endocrinas e imitar una enferme- tología neurológica. El diagnóstico debe orientarse en dos
dad hipofisaria. direcciones: un estudio endocrinológico para tipificar el ade-
Las manifestaciones endocrinológicas se estudian en los noma con respecto a su secreción o falta de secreción hor-
apartados correspondientes. monal y a sus efectos sobre otras hormonas hipofisarias y,
Entre las manifestaciones neurológicas de los tumores hi- por otra parte, la realización de las técnicas de imagen para
pofisarios, la cefalea es el síntoma más común. Más de la mi- localizar y precisar la extensión del tumor y la afectación de
tad de los pacientes con tumores hipofisarios refiere cefa- estructuras próximas.
leas, generalmente frontales y a veces temporales o Para los estudios de la función endocrina, véanse los apar-
retrorbitarias. Se cree que son producidas por la compresión tados correspondientes.
que ejerce el tumor en su crecimiento hacia arriba sobre la La técnica de imagen más sensible para las alteraciones
duramadre y las estructuras próximas. En algunos pacientes tumorales del área hipotálamo-hipofisaria es la resonancia
la historia de cefaleas termina tras un episodio especialmen- magnética (RM) (fig. 16.20), que ha desplazado a las técni-
te intenso y doloroso, hecho que se atribuye a la rotura defi- cas previamente empleadas, como radiografía simple de silla
nitiva de la duramadre y la consiguiente eliminación de la turca, politomografía, neumoencefalografía y tomografía
tensión sobre ella. No obstante, dado que en algunos pacien- computarizada (TC), si bien ésta aún se emplea en centros
tes el dolor no cede tras la exéresis tumoral, la cefalea debe que no disponen de RM. La TC es más útil para las lesiones
de tener otra causa diferente al adenoma. óseas, pero la RM es más eficaz para evaluar masas suprase-
Especial relevancia tienen los signos neuroftalmológicos lares, la afectación del quiasma y las extensiones paraselares.
que se presentan cuando la neoplasia en su crecimiento La angiografía se emplea sólo para diferenciar los aneuris-
afecta estructuras extraselares. Dichos signos se deben a la mas carotídeos que pueden remedar un adenoma hipofisa-
particular relación anatómica que existe entre el espacio su- rio. El poder resolutivo de la RM permite detectar adenomas
prahipofisario y el quiasma óptico (véase Nervio óptico en de menos de 4 mm directamente o a través de signos indirec-
Neurología). El cuadro más frecuente consiste en una hemi- tos. Además, permite establecer el grado de extensión supra-
cuadrantanopsia bitemporal superior, que si continúa pro- selar o infraselar de un adenoma y la posible afectación de
gresando se convierte en una hemianopsia bitemporal; la al- áreas paraselares, diferenciando asimismo los agrandamien-
teración de las fibras maculares disminuye la agudeza de la tos debidos a adenoma de los ocasionados por silla turca va-
visión central. Los tumores hipofisarios que se expanden rá- cía. Por último, la RM es capaz de poner de manifiesto masas
pidamente causan escotomas centrales (pequeñas áreas cir- hipotalámicas y evaluar las estructuras vasculares próximas.
culares sin visión). La evaluación de los campos visuales por La presencia de tumores hipofisarios con abundantes re-
simple inspección no es suficientemente precisa; por esta ra- ceptores para somatostatina, propiedad que no es exclusiva
zón se debe complementar mediante campimetría, ya sea de los adenomas secretores de GH, ha llevado en los últimos
por el sistema habitual de la perimetría de Goldman o por la años al desarrollo de la gammagrafía con octreótida marca-
actualmente más precisa perimetría asistida por ordenador. da con isótopos radiactivos. Esta técnica se basa en la admi-
La valoración de los potenciales evocados visuales es una nistración de un análogo de la somatostatina, la octreótida,
técnica de gran interés, pues permite detectar la afectación con una alta afinidad por el receptor, acoplado a un isótopo,
123
de las vías visuales, independientemente de que existan alte- I o 111In, y la ulterior realización de un rastreo convencio-
raciones campimétricas o no, y precisar si la alteración es de nal con gammacámara. Junto a la información morfológica
tipo compresivo o desmielinizante. Pero los trastornos visua- (fig. 16.20), esta técnica proporciona información con poten-
les provocados por los adenomas hipofisarios no sólo se de- cialidad terapéutica, indicando que el tumor detectado pue-
ben a alteraciones en las fibras ópticas. La extensión lateral de responder positivamente al tratamiento con el análogo de
del adenoma con invasión del seno cavernoso puede afectar somatostatina.
los pares craneales III, IV y VI, ocasionando ptosis palpebral,
midriasis, oftalmoplejía y diplopía. Tratamiento. El tratamiento de los tumores hipotálamo-hi-
Raras veces el crecimiento de un tumor hipotálamo-hipofi- pofisarios tiene como objetivos: a) eliminar la masa tumoral;
sario es tan extenso como para ocasionar signos de hiperten- b) preservar la visión; c) eliminar la hipersecreción hormo-
sión intracraneal grave. No obstante, puede bloquear el agu- nal, si ésta existe; d) corregir la posible hipofunción hormo-
jero de Monro y causar hidrocefalia, con el consiguiente nal asociada, y e) evitar la recurrencia del tumor. Para alcan-
cuadro de afectación hipotalámica: náuseas, alteración del zar estos objetivos se dispone de las siguientes modalidades
sueño, del apetito y de la termorregulación, diabetes insípi- terapéuticas: médica, quirúrgica y radioterapia. La terapia
da, manifestaciones psicóticas, desorientación temporospa- médica es bastante específica y se estudiará cuando se abor-
cial y alucinaciones. Se han descrito raros casos en los que el den las diversas entidades.
crecimiento tumoral hacia el lóbulo temporal indujo convul- El tratamiento quirúrgico de los adenomas hipofisarios em-
siones, y otros con crecimiento frontal que causaron cam- plea dos vías alternativas: la transcraneal clásica y la trans-
bios en la personalidad. Cuando el crecimiento invasivo es esfenoidal. Iniciada y luego abandonada por CUSHING a co-
hacia abajo, la rotura del suelo de la silla turca y la invasión mienzos de siglo, la cirugía transesfenoidal ha experimenta-
del seno esfenoidal por el tumor pueden ocasionar rinolicuo- do un nuevo auge con la ayuda de la microcirugía, la ampli-
rrea persistente e, incluso, presentación nasofaríngea del tu- ficación de imagen, la antibioticoterapia y la sustitución
mor. Es raro que los tumores hipofisarios den metástasis, tan- hormonal con glucocorticoides. La cirugía transesfenoidal
to en el SNC como fuera de él. presenta las siguientes ventajas: a) ha reducido notablemen-
La necrosis isquémica o la hemorragia intratumoral aguda te las complicaciones peroperatorias y postoperatorias; así
causan una sintomatología especialmente ominosa, consis- no es raro que un paciente abandone el centro médico a la
tente en un cuadro dramático de cefalea brusca e intensa de semana de la cirugía; b) la tasa de mortalidad, que es del 1-
comienzo súbito, acompañada de pérdida de visión, deso- 10% para la vía transcraneal, disminuye al 0-3% para la trans-
rientación, hipotensión e hipertermia, en algunos casos aso- esfenoidal; c) su eficacia es de casi el 90% para los microade-
ciado a desvanecimiento y coma. Este proceso, denominado nomas y alta para los macroadenomas, aunque disminuye a
apoplejía hipofisaria, entraña riesgo elevado de pérdida de la medida que el adenoma es de mayor tamaño; d) este tipo de

2026
ENFERMEDADES DEL SISTEMA HIPOTÁLAMO-HIPOFISARIO

Fig. 16.20. A. Macroadenoma hipofisario (asterisco) con discreta


compresión de quiasma óptico. RM de hipófisis, corte coronal (vista
frontal). B. Gran macroadenoma hipofisario (asterisco) con expan-
sión supraselar e imágenes quísticas en su interior. RM de hipófisis,
corte sagital (vista lateral). C y D. Imágenes obtenidas por gammacá-
mara 24 h después de la inyección de 111In-DTPA-octreótida en un indi-
viduo sano (C) (obsérvese la discreta captación del análogo de soma-
tostatina en la hipófisis y el tiroides) y en un paciente con un tumor
hipofisario secretor de GH (concentración selectiva en el adenoma)
(D) (flechas). (Cortesía del Prof. S.W.J. LAMBERTS, Digjzit Hospital
Erasmus University, Rotterdam.) (DTPA: ácido dietilentriaminopenta-
cético.)

aproximación permite una mayor preservación del tejido hi- Rathke por alteraciones en el desarrollo embrionario, crece
pofisario normal, y e) el cerebro no es manipulado durante muy lentamente; puede ser sólido, pero por lo común es
la intervención. Obviamente, la cirugía transcraneal está indi- quístico, no funcionante y su tamaño varía entre el de una
cada en los procesos tumorales con difícil acceso por vía uva y el de una naranja. Si bien desde el punto de vista histo-
transesfenoidal o con una expansión supraselar muy impor- lógico suele ser benigno, su gran crecimiento potencial, con
tante. Como contraindicaciones para la cirugía transesfenoi- las consiguientes anomalías funcionales y la alteración de es-
dal se incluyen el que el tumor no sea un adenoma, que sea tructuras vecinas, y la alta tasa de recidiva, lo convierten en
un tumor duro o que el seno esfenoidal no esté neumati- un tumor de comportamiento clínico maligno. Su localiza-
zado. ción habitual es supraselar, si bien algunos pueden extender-
La tercera modalidad terapéutica es la radioterapia, que se se hacia el tercer ventrículo o, alternativamente, hacia el cli-
emplea como segunda línea de tratamiento en los pacientes vus o hacia el interior de la silla turca.
con recidiva o restos tumorales tras la intervención quirúrgi- Su presentación clínica durante la niñez suele ser en for-
ca por vía transcraneal o transesfenoidal. En manos expertas, ma de alteraciones neurológicas, fundamentalmente visua-
la eficacia de este tratamiento es alta y presenta pocas com- les, si bien en el momento del diagnóstico ya se ha produci-
plicaciones, como lesión de los tejidos nerviosos que rodean do la detención del crecimiento tumoral. El diagnóstico por
al tumor o aparición de neoplasias secundarias a la radia- la imagen permite su localización, por lo general en estado
ción. Sus principales problemas son el largo tiempo que calcificado. El tratamiento del craneofaringioma es la esci-
debe transcurrir hasta que sus efectos comienzan a ser evi- sión quirúrgica más completa posible, intentando preservar
dentes y el hipopituitarismo de extensión variable que con las estructuras circundantes. En la práctica, este objetivo rara
los años se desarrolla en una gran proporción de los casos. vez es posible, por lo que la terapia habitual consiste en la ci-
rugía seguida de irradiación.
Lesiones hipotalámicas más frecuentes. Además de las Sarcoidosis. La sarcoidosis es una enfermedad granuloma-
manifestaciones endocrinas, las lesiones hipotalámicas ocu- tosa multisistémica de etiología desconocida, que general-
pantes de espacio originan cuadros específicos, como dis- mente afecta a adultos jóvenes con infiltrados pulmonares,
función autónoma, taquicardia, enrojecimiento facial y alte- en la piel o en los ojos. Cuando la sarcoidosis afecta órganos
raciones de la temperatura corporal. Signos tempranos de periféricos, es fácil establecer su diagnóstico. Sin embargo,
este tipo de lesiones son cambios en el peso corporal o alte- cuando la enfermedad se localiza exclusivamente en el SNC,
raciones menstruales de aparición reciente, unidos a altera- el diagnóstico es muy complejo, pudiendo ser de ayuda la
ciones del SNC, como cambios intelectuales y de comporta- detección de cifras elevadas de enzima de conversión de
miento, debilidad motora o convulsiones. En niños un signo la angiotensina en el LCR. La historia natural de la sarcoido-
temprano es el retraso del crecimiento corporal. Una mani- sis es muy variable; así, en ocasiones se produce la curación
festación clave de alteración hipotalámica es la presencia de espontánea y en general hay lesiones permanentes. Cuando
diabetes insípida. Los tumores más frecuentes del hipotála- afecta el SNC, el hipotálamo es una de las localizaciones pre-
mo son los gliomas, pero las características de este capítulo feridas, al igual que la hipófisis y el tercer ventrículo. En el
no permiten un estudio detallado de todas las lesiones del 35% de los casos existe diabetes insípida, en ocasiones
área hipotalámica, por lo que sólo se comentarán las entida- acompañada de síntomas como somnolencia, hipotermia,
des de mayor relevancia endocrinológica. incremento ponderal, alteraciones en la esfera sexual, hipoti-
Craneofaringiomas. Es el tumor hipotalámico más frecuen- roidismo e hipogonadismo. El tratamiento estándar es la tera-
te en la niñez. Originado a partir de restos de la bolsa de pia con glucocorticoides a altas dosis. Sin embargo, las lesio-

2027
ENDOCRINOLOGÍA

nes neurológicas responden peor que las que afectan a otros res tróficos hipotalámicos. Si bien las manifestaciones clíni-
tejidos periféricos. cas de la acromegalia obedecen a la suma de una neoplasia
más una secreción no restringida de GH, las causas de esta
hipersecreción pueden ser diversas (fig. 16.21). En más del
99% de los casos, la hiperproducción de GH proviene de un
Enfermedades de la adenohipófisis adenoma hipofisario, localizado en la silla turca y, en raras
ocasiones, en los senos esfenoidales o parafaríngeos. Excep-
cionalmente, la hipersecreción de GH se produce en un tu-
Enfermedades por hiperfunción mor ectópico, por ejemplo de mama, pulmón u ovario, y el
único caso de secreción ectópica de GH demostrada de ma-
adenohipofisaria. Tumores hipofisarios nera fehaciente ha sido un tumor pancreático. Si bien poco
frecuente, la acromegalia puede estar causada por un tumor
Hipersecreción de hormona de crecimiento: ectópico secretor de GHRH, y esta elevación patológica de
Acromegalia GHRH llevar a una hiperplasia hipofisaria, con la consiguien-
te hipersecreción (secundaria) de GH. Los tumores secreto-
Concepto. La acromegalia es una enfermedad caracterizada res de GHRH pueden estar teóricamente localizados en el hi-
por la sobreproducción crónica de hormona de crecimiento potálamo (eutópicos) o en tejidos periféricos (ectópicos),
(GH), generalmente por un tumor hipofisario. La morbilidad como se ha comunicado en tumores de pulmón, intestino o
de esta entidad clínica se debe a las acciones periféricas de páncreas. Dado que la vía final de ambos es la producción
la GH o al efecto de masa intracraneal del tumor. La acrome- de GH, la acromegalia debida a un adenoma hipofisario y la
galia es una enfermedad que se desarrolla de forma insidio- causada por un tumor productor de GHRH son clínica y bio-
sa, durante años, y conduce a un debilitamiento progresivo químicamente indistinguibles y la única forma de diferen-
del paciente y deformidades corporales características. Las ciarlas es mediante la determinación de GHRH en plasma.
afectaciones osteoarticular y neurológica pueden ser incapa- La mayoría de los adenomas secretores de GH son macro-
citantes y la alta frecuencia de complicaciones cardiovascu- adenomas, y en el momento del diagnóstico la mitad de
lares origina un acortamiento de la esperanza de vida del pa- ellos presenta un crecimiento invasivo. Tras su exéresis qui-
ciente. Dependiendo de la etapa de la enfermedad, de la rúrgica, se determina por inmunohistoquímica la presencia
velocidad de crecimiento y de la invasión de estructuras ve- de GH en el tejido tumoral y en algunos adenomas puede en-
cinas por el tumor, éste puede manifestarse por alteraciones contrarse asociada la presencia de PRL (tumores mamoso-
neurológicas o somáticas. matotropos). Los tumores secretores de GH pueden también
En la mayoría de los casos la hipersecreción de GH se pre- coexistir con áreas del adenoma productoras de otras hor-
senta en edades adultas (acromegalia). Cuando lo hace en monas hipofisarias (tumores mixtos). Reviste particular inte-
etapas juveniles, la entidad clínica resultante se denomina gi- rés el hecho de que en la mitad de los casos de acromegalia,
gantismo. Conceptualmente, acromegalia y gigantismo son si- el tumor secreta además la subunidad alfa de las hormonas
nónimos, con la única diferencia de que en este último los glucoproteicas (LH, FSH, TSH), lo que puede interferir en sus
cartílagos de crecimiento no están aún cerrados y se produce análisis. Los datos que revela la microscopia electrónica o
un crecimiento estatural muy acusado del paciente, mientras las técnicas avanzadas de biología molecular tienen impor-
que en el adulto el crecimiento óseo se produce en el diáme- tancia etiológica pero escasa relevancia clínica. Cuando la
tro y en las partes acras. En casi todos los casos, la acromega- causa de la acromegalia es un tumor secretor de GHRH y
lia se debe a un adenoma hipofisario secretor de GH. la hipófisis es extirpada quirúrgicamente ante un diagnóstico
La acromegalia suele diagnosticarse entre los 40 y los diferencial incompleto, la histología muestra una hiperplasia
60 años, siendo la proporción mujer/varón igual a 1. La inci- homogénea en lugar del adenoma habitual.
dencia estimada para Europa es de 3 casos por millón de ha-
bitantes y año, con una prevalencia de 40 casos por millón Fisiopatología. La causa del síndrome acromegálico es la
de habitantes. producción excesiva de GH en forma crónica, en general a
lo largo de lustros. La cantidad de GH secretada es muy va-
Etiología, patogenia y anatomía patológica. Hoy día se riable de un paciente a otro, y el grado de afectación clínica
acepta una iniciación tumoral en la hipófisis, con una ulte- depende tanto de dicha secreción como de la sensibilidad
rior etapa de progresión debida a exceso o defecto de facto- individual de los tejidos periféricos a la GH. A lo largo de las

Tumor hipofisario GH Tumor ectópico GH Tumor hipotalámico GHRH Tumor ectópico GHRH

GHRH SS GHRH SS GHRH SS GHRH SS

+
+

GHRH
GH− GH−

IGF- IGF-
I− I−

Fig. 16.21. Causas de la hipersecreción crónica de GH y acromegalia. SS: somatostatina.

2028
ENFERMEDADES DEL SISTEMA HIPOTÁLAMO-HIPOFISARIO

24 h la secreción de GH se encuentra claramente aumenta- TABLA 16.5. Formas más comunes de detección
da, conservándose la característica elevación nocturna y el de una acromegalia, ordenadas según su frecuencia
carácter pulsátil de la secreción. El control hipotalámico so-
bre la secreción de GH persiste en grado variable, y en gene- Por casualidad, médico, odontólogo, ATS, en procedimientos
no relacionados con la enfermedad
ral se considera que, a medida que se desarrolla el adeno- Alteraciones menstruales
ma, se acentúa su autonomía con respecto al hipotálamo. Es Cambios en la apariencia corporal, crecimiento de partes acras
característica de la acromegalia una dinámica anormal de Cefaleas
secreción de GH, con respuestas paradójicas a estímulos in- Síndrome del túnel carpiano, parestesias
hibidores. Por ejemplo, la sobrecarga oral de glucosa que Intolerancia a la glucosa, diabetes mellitus
bloquea la secreción de GH en individuos sanos, es incapaz Enfermedades cardiovasculares
de reducir dicha secreción por debajo de unos niveles de- Alteraciones visuales
terminados e, incluso, en algunos acromegálicos la estimu- Pérdida de la libido, impotencia
la. De igual forma, la administración de TRH y Gn-RH, que Artropatías
en individuos sanos no modifica los niveles basales, pro-
voca una respuesta secretora positiva de GH en la acrome-
galia. La bromocriptina, que en condiciones normales es
estimulante, pasa a actuar como inhibidora de los niveles miento de los pies obliga al paciente a utilizar calzado cada
de GH. vez más grande, hecho que normalmente no ocurre tras al-
La secreción aumentada de GH ocasiona una elevación canzar la edad adulta. El engrosamiento subcutáneo, sobre
en los niveles circulantes de IGF-I (somatomedina C). La ac- todo en las manos, puede ocasionar un síndrome del túnel
ción de ambas provoca un crecimiento de las partes acras y carpiano debido al atrapamiento del nervio mediano en los
del hueso perióstico, y un engrosamiento de la piel debido al canales osteotendinosos de la muñeca; asimismo, son fre-
depósito de mucopolisacáridos y, asimismo, un crecimiento cuentes las parestesias en las manos.
de prácticamente todos los tejidos blandos. La acción antiin- Son muy característicos los cambios dérmicos. La piel apa-
sulínica de la GH ocasiona el empeoramiento de una diabe- rece engrosada, consistente y seborreica, con aumento del
tes mellitus preexistente o la manifestación clínica de una crecimiento piloso, que es más notable en la mujer. Es típica
diabetes latente o subclínica. La compresión del tallo hipofi- la hiperhidrosis, con mal olor del sudor; esta sudación suele
sario por el adenoma secretor de GH puede causar una dis- indicar tras la terapia el grado de actividad residual del tu-
creta hiperprolactinemia, en ocasiones erróneamente atribui- mor o su recidiva. En los últimos años se ha llamado la aten-
da a un tumor mixto. Por último, la compresión tumoral ción sobre la frecuente aparición de verrugas blandas (acro-
sobre la hipófisis provoca su inactivación o destrucción, lo cordón) (fig. 16.23 B) de forma generalizada.
que origina grados variables de hipopituitarismo. La acción crónica combinada de GH e IGF-I sobre múscu-
lo, hueso y cartílago produce gigantismo antes de la puber-
Cuadro clínico. Los signos y síntomas de la acromegalia son tad y, en el adulto, aumento de la masa muscular, crecimien-
producidos por la exposición crónica de los tejidos a niveles to del hueso perióstico y depósito de tejido cartilaginoso en
anormalmente elevados de GH e IGF-I o por la acción de orejas, nariz y articulaciones. Estos cambios provocan una
masa intracraneal del tumor. Se considera que un adenoma degeneración acusada en las articulaciones, más evidente en
secretor de GH puede estar en actividad durante 10 años sin aquellas que soportan más peso (rodillas, caderas), o más
ser detectado clínicamente, y diversos estudios sugieren que movimiento (manos). Las deformidades estructurales en las
desde el comienzo de las manifestaciones clínicas hasta el vértebras originan dolores invalidantes de espalda y, en ca-
diagnóstico transcurre una media de 6 años en la mujer y sos extremos, cifosis, seguida o no de escoliosis compensa-
8 en el varón. dora. A pesar del aumento en la masa muscular y del aspec-
En la tabla 16.5 se presentan las formas más comunes de to fuerte de estos pacientes, su vigor físico es muy reducido,
detección de la acromegalia. La manifestación clínica más con una disminución de la fuerza muscular proximal que se
evidente es la deformación de la cara como resultado de los ha atribuido a miopatía pero cuya causa real no se conoce.
rasgos denominados típicamente acromegálicos (fig. 16.22). A esta debilidad física y bajo tono vital deben contribuir tam-
El crecimiento excesivo de la mandíbula origina protrusión bién la artrosis generalizada y el hipopituitarismo, de mayor
del mentón y separación de los dientes entre sí (diastema). o menor extensión, asociados a la enfermedad.
Las alteraciones en el cóndilo mandibular y en los dientes El crecimiento en la acromegalia no se limita al área osteo-
causan maloclusión dentaria, dolor y dificultades en la masti- muscular, sino que afecta también a vísceras y glándulas. Se
cación. Los pacientes presentan un crecimiento despropor- produce un crecimiento evidente de tiroides, hígado, riñones
cionado de la nariz y las orejas y un crecimiento de los senos y tracto gastrointestinal, que no suele producir síntomas. Es-
frontales que contribuye a proporcionarles un gran abomba- tos pacientes presentan con frecuencia pólipos en el colon,
miento de los arcos superciliares. La lengua aparece larga y los cuales muestran una alta tasa de malignización; un he-
engrosada, y el crecimiento de la laringe provoca un cambio cho curioso es que la presencia de pólipos se asocia directa-
de la voz, que se vuelve más ronca y sonora con una pecu- mente a la cantidad de acrocordones en la piel.
liar tonalidad nasal. Estos cambios laríngeos explican, en La acromegalia provoca cardiomegalia, miocardiopatía,
parte, los estentóreos ronquidos de algunos pacientes acro- hipertensión arterial, arteriosclerosis y un notable aumento
megálicos, así como los episodios de apnea nocturna. La piel del riesgo de muerte cardiovascular prematura.
aparece engrosada y sudorosa, con surcos nasolabiales muy La GH ejerce una acción de antagonismo periférico a la in-
pronunciados. A pesar de que estos cambios faciales son sulina, que induce, en pacientes susceptibles, un progresivo
muy llamativos, se producen tan lentamente que pasan inad- agotamiento de la reserva pancreática de insulina, con la
vertidos, sobre todo para las personas que conviven o que consiguiente aparición de intolerancia a la glucosa y, en oca-
ven con frecuencia al paciente. Para valorarlos, el clínico siones, de diabetes mellitus franca. La elevada frecuencia de
debe requerir y estudiar las fotografías de los últimos 10-15 cálculos renales en estos pacientes se debe a una excreción
años del paciente y compararlas con el aspecto actual. renal aumentada de calcio e hidroxiprolina. Con extraordi-
El crecimiento óseo y cartilaginoso en las zonas acras, uni- naria frecuencia los pacientes refieren alteraciones en la es-
do al engrosamiento dérmico, induce un crecimiento acusa- fera sexual e hipogonadismo, cuyas causas son varias, desde
do (en anchura) de manos y pies, los cuales aparecen firmes el malestar físico hasta la hiperprolactinemia moderada a
a la palpación y confieren un aspecto tosco al paciente. El menudo asociada a la acromegalia y, en ocasiones, a la falta
engrosamiento de los dedos (fig. 16.23 A) impide al paciente de secreción de gonadotropinas debido a la lesión del tejido
retirarse los anillos, que a menudo deben ser cortados por la hipofisario normal. Esto origina alteraciones de la regla en la
aparición de lesiones en el dedo. De igual forma, el creci- mujer y pérdida de libido e impotencia en el varón. Una con-

2029
ENDOCRINOLOGÍA

A B

Fig. 16.22. Manifestaciones físicas de la acromegalia. Son caracte-


rísticos el engrosamiento de labios, nariz y orejas y el aumento del
mentón (A), el crecimiento de la lengua, que tiende a salir de la boca
(D) y, en casos con invasión de seno cavernoso, la oftalmoplejía . En
ocasiones, el cuadro se detecta en etapas más tempranas y con meno-
res alteraciones faciales (B y C). D. Apariencia corporal tosca de la pa-
ciente, con deformidades articulares.

2030
ENFERMEDADES DEL SISTEMA HIPOTÁLAMO-HIPOFISARIO

A B

Fig. 16.23. A. Manos de una paciente con acromegalia, comparadas con la mano de una mujer de la misma edad. B. Acrocordones en axila.

tribución al cuadro clínico de la acromegalia es el grado di- Existen dos situaciones en las que el diagnóstico bioquími-
verso de hipopituitarismo. co es difícil o casi imposible. Una de ellas es la diferencia-
En cuanto a la sintomatología neurológica, es la corres- ción entre un cuadro de gigantismo y una hipersecreción
pondiente a otros adenomas hipofisarios y se correlaciona normal de GH en el momento del crecimiento puberal, y la
con la mayor masa del tumor. La cefalea es el síntoma más segunda es la diferenciación entre una acromegalia por tu-
común, seguido de alteraciones variables de la visión y limi- mor hipofisario y una inducida por secreción ectópica de
taciones del campo visual, de las cuales la más frecuente GHRH. En estas situaciones, los datos bioquímicos citados
es la hemianopsia bitemporal. En los casos de extensión con anterioridad son exactamente iguales. Dado que la acro-
paraselar del tumor se asocia a oftalmoplejía y diplopía megalia se asocia al síndrome de neoplasia endocrina múlti-
(fig. 16.22 A). ple (MEN-I), se debe prestar especial atención a los datos clí-
nicos y bioquímicos sugestivos de esta asociación.
Diagnóstico. Una vez sospechada la enfermedad, el diag- Una vez establecido el diagnóstico clínico y bioquímico,
nóstico de la acromegalia es relativamente sencillo y se con- éste se confirma mediante la localización del tumor por téc-
firma por pruebas bioquímicas. En individuos sanos, la GH nicas de imagen. Tanto la TC como la RM han permitido un
plasmática oscila ampliamente, pero fuera de los picos secre- enorme aumento en la capacidad diagnóstica de los tumores
tores sus valores descienden por debajo de 5 µg/L. De esta hipofisarios. La RM tiene mejor resolución para las estructu-
manera, si se realizan extracciones repetidas (cada 15- ras paraselares que la TC. La RM detecta el tumor hipofisario
20 min) a un paciente acromegálico en ayunas, los valores en prácticamente todos los casos y, en general, en el mo-
de GH medidos con un buen análisis serán superiores a la ci- mento del diagnóstico aquél tiene un diámetro superior a
fra citada. La sobrecarga oral con 75 g de glucosa reduce los 1 cm y en el 40% de los casos ya invade estructuras parasela-
valores de GH en los individuos sanos, pero no en los acro- res o infiltra hueso y áreas adyacentes. Es muy importante se-
megálicos, que incluso pueden presentar una hipersecreción ñalar que, al igual que la bioquímica, las técnicas de imagen
paradójica. Tras realizar esta sobrecarga oral de glucosa, las hipofisaria no permiten diferenciar los tumores hipofisarios
cifras del individuo sano deben ser inferiores a 2 µg/L en secretores de GH de la acromegalia causada por una secre-
cualquier momento durante los siguientes 120 min; de lo ción patológica de GHRH, dado que en este último caso la
contrario, el diagnóstico de acromegalia es prácticamente se- imagen es de un agrandamiento hipofisario difuso.
guro. Otras pruebas dinámicas, como la administración de
TRH o de bromocriptina, no añaden nada a la prueba ante- Diagnóstico diferencial. El diagnóstico diferencial debe es-
rior, por lo que sólo deben usarse en caso de resultados pre- tablecerse entre todas las posibles causas de acromegalia
vios dudosos. (fig. 16.21), dado que las manifestaciones clínicas y los datos
La reciente disponibilidad de análisis fiables para la IGF-I bioquímicos son idénticos.
en plasma ha permitido su uso diagnóstico. La concentra- Aunque es excepcional y en muchas ocasiones el tumor
ción de IGF-I refleja la exposición de los tejidos a los valores primitivo ya se ha manifestado clínicamente, se debe excluir
integrados de GH durante 24 h y su larga vida media hace in- en el diagnóstico diferencial el tumor ectópico secretor de
necesarias las extracciones repetidas de sangre. Por tanto, el GH. Esto puede hacerse mediante la RM del área hipotá-
valor diagnóstico de una determinación de IGF-I es equiva- lamo-hipofisaria, que muestra una hipófisis rigurosamente
lente al de la extracción repetida de GH durante 24 h y tiene normal.
la ventaja en el diagnóstico diferencial de que enfermedades Más complejo es el diagnóstico diferencial con los tu-
que cursan con niveles discretamente elevados de GH (mal- mores ectópicos secretores de GHRH, en los que la clínica,
nutrición, anorexia, hepatopatía, insuficiencia renal crónica) la bioquímica y las técnicas de imagen son iguales a las de la
presentan cifras bajas de IGF-I. Un individuo sano presenta forma clásica de acromegalia. La única forma de diferenciar-
en ayunas cifras inferiores a 2,0 U/mL (2.000 U/L) de IGF-I; los consiste en medir la GHRH en sangre periférica, que en
por tanto, la detección de valores superiores en presencia de estos casos estará notablemente elevada, y a continuación
una clínica sugestiva establece el diagnóstico de acromega- localizar el tumor ectópico mediante técnicas de imagen.
lia. La determinación de IGF-I no es fiable en mujeres gestan-
tes y en niños en período de crecimiento, pero es de extraor- Evolución. Sin tratamiento, la acromegalia se asocia a una
dinaria utilidad en los raros casos de acromegalia con expectativa de vida reducida; así, la tasa de muertes es el do-
niveles normales o muy discretamente elevados de GH. Por ble de la de la población sana, debido a malformaciones to-
tanto, para un diagnóstico bioquímico, en la primera extrac- rácicas, enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares.
ción en ayunas se determinarán la GH y la IGF-I y a continua- Incluso en los grados extremos de crecimiento tumoral, es
ción se medirá la GH tras sobrecarga oral de glucosa en muy raro que la causa de muerte sea la masa intracraneal.
muestras extraídas cada 30 min durante 2 h. Obviamente, la diabetes mellitus y la hipertensión arterial

2031
ENDOCRINOLOGÍA

contribuyen a este mayor riesgo vital del paciente acromegá-


lico.
En ocasiones se produce una necrosis espontánea del tu- GH
(%)
mor que puede ser clínicamente silente. En estos casos se
emplea el término de acromegalia “inactiva” o “quemada” 100 Placebo
dado que parece curarse de manera espontánea. Esta situa-
ción suele asociarse a una silla turca parcialmente vacía. Bromocriptina (1)
Bromocriptina (2)
Tratamiento. La mortalidad y la morbilidad asociadas a la Octreótida
acromegalia obligan a un tratamiento agresivo para alcanzar 50
los siguientes objetivos: a) eliminar o reducir la masa tumo-
ral con el mínimo daño a los tejidos próximos; b) corregir los
déficit visuales y neurológicos; c) restaurar a la normalidad
los niveles basales de GH e IGF-I e, idealmente, la secreción 0
normal de GH ante las pruebas dinámicas; d) prevenir un 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 1011 12 24
mayor desfiguramiento físico y las alteraciones somáticas y Horas
metabólicas asociadas a la enfermedad; e) preservar el fun-
cionalismo normal de las restantes hormonas hipofisarias, y
f) evitar la recidiva del tumor. Es evidente que ninguna de las Fig. 16.24. Esquema ideal de respuesta a diversos tratamientos
terapias actuales permite alcanzar todos estos objetivos. administrados en dosis única (flecha) en pacientes acromegálicos: 2,5
Las tres modalidades terapéuticas disponibles en la actua- mg de bromocriptina por vía oral o 100 µg de octreótida por vía subcu-
lidad (quirúrgica, radioterápica y médica) están orientadas a tánea. El grupo 1 corresponde a tumores secretores puros de GH, y el
conseguir la curación de la enfermedad. Por “curación” se 2, a tumores secretores combinados de GH y PRL, en los cuales la ac-
ción de la bromocriptina es más eficaz. La octreótida tiene un efecto
entiende la obtención de los siguientes datos bioquímicos: más potente y duradero que la bromocriptina en todas las situaciones.
a) niveles basales en ayunas de GH inferiores a 5 µg/L; b) re-
ducción de la GH tras 75 g de glucosa por vía oral a valores
menores de 2 µg/L; c) normalización de los niveles de IGF-I cidiva de toda la sintomatología y bioquímica. La bromocrip-
por debajo de 2 U/mL, y d) restauración del ritmo circadiano tina es más eficaz en los adenomas que además de GH secre-
de la GH y de la respuesta normal a las pruebas de estimula- tan PRL (fig. 16.24).
ción. 2. Octreótida. Los adenomas secretores de GH conservan
Tratamiento quirúrgico. El tratamiento de la acromegalia es la sensibilidad al efecto inhibidor de la somatostatina, la
la exéresis selectiva del adenoma por vía transesfenoidal, cual no se emplea como tratamiento debido a su corta vida
preservando el tejido hipofisario normal. La intervención con media (2 min), al efecto rebote de la GH que ocurre al ter-
exéresis total lleva a una rápida normalización de los niveles minar la acción y a sus efectos inhibidores sobre la secre-
de GH y a una evidente mejoría clínica, sobre todo en los te- ción de insulina. El reciente desarrollo de la octreótida, un
jidos blandos y en las complicaciones metabólicas. Sin em- análogo de la somatostatina de 8 aminoácidos y vida media
bargo, el éxito quirúrgico depende del volumen y de la inva- prolongada, con una potencia inhibidora de la GH 45 veces
sividad del adenoma. En efecto, el éxito quirúrgico es del superior a la de la somatostatina y escasa actividad inhibido-
60% para microadenomas bien encapsulados y disminuye al ra sobre la secreción pancreática de insulina, ha renovado
30% para macroadenomas con invasión periférica. La morta- la terapéutica médica de la acromegalia. A pesar de que un
lidad de este tipo de intervención es muy baja y sus compli- grupo de pacientes es insensible a la octreótida, la gran ma-
caciones consisten en la posibilidad de rinorrea residual se- yoría responde positivamente y, tras una inyección subcutá-
guida o no de meningitis, la lesión del tejido hipofisario nea de 100 µg, experimenta una reducción de los niveles
normal que obliga a la sustitución hormonal de por vida y la circulantes de GH que dura casi 7 h (fig. 16.24). En la actua-
aparición de diabetes insípida. No obstante, la incidencia de lidad el tratamiento se realiza con dosis de octreótida de
estas complicaciones es muy rara y siempre inferior a la aso- 100 µg por vía subcutánea cada 8 h (300 µg/día) todos los
ciada a las intervenciones por vía transcraneal. En los macro- días durante un tiempo indefinido. Su efectividad terapéuti-
adenomas, las recidivas postoperatorias son la regla, por lo ca se incrementa con el tiempo y puede ser necesario au-
que en estos casos se indica el tratamiento radioterapéutico mentar la frecuencia de administración y la dosis (hasta 750
posquirúrgico. Obviamente, en los tumores ectópicos secre- µg/día). La mejoría clínica es evidente tras los primeros días
tores de GH o GHRH, la terapia consiste en la exéresis quirúr- de tratamiento, con reducción de todos los síntomas y sig-
gica. nos: hiperhidrosis, cefaleas, parestesias, fatiga, dolores arti-
Radioterapia. Los tumores secretores de GH son sometidos culares, intolerancia a la glucosa, hipertensión arterial, ap-
en general a radiación externa con 40-50 Gy a lo largo de 4- nea nocturna y alteraciones cardíacas. La acción sobre el
6 semanas. Con este tratamiento disminuye progresivamente aumento de las partes acras y cambios faciales es muy ligera
la hipersecreción hormonal, y el tumor o los restos tumorales y tarda meses en ponerse de manifiesto. Con este tratamien-
suelen reducirse de tamaño o, al menos, detener su creci- to, el 50% de los pacientes presentan cifras bioquímicas de
miento. La desventaja de esta modalidad de tratamiento es GH e IGF-I de “curación” según los criterios previamente se-
que deben pasar largos períodos (años) hasta que el efecto ñalados, siendo, por tanto, su eficacia claramente superior a
sea evidente y que no son infrecuentes las lesiones secunda- la de la bromocriptina. Un tratamiento prolongado con la
rias del SNC inducidas por la radiación. Años después de la octreótida induce una reducción moderada de la masa tu-
radioterapia es frecuente el panhipopituitarismo, de mayor o moral, pero su supresión es seguida de una recidiva inme-
menor intensidad, que obliga a un tratamiento hormonal sus- diata de la enfermedad, clínica y bioquímicamente. El trata-
titutivo de por vida. miento es bien tolerado por la mayoría de los pacientes, que
Tratamiento médico. 1. Bromocriptina. Este derivado ergo- suelen presentar molestia abdominal y esteatorrea iniciales,
tamínico estimula los receptores dopaminérgicos de las célu- que ceden con el tiempo. El efecto secundario más proble-
las neoplásicas secretoras de GH. Puede emplearse como te- mático es el incremento de la litiasis biliar, que obliga a con-
rapia de primera instancia o coadyuvante, a dosis de 2,5- troles sistemáticos. En el momento de la publicación de esta
20 mg/día por vía oral. La mayoría de los pacientes refieren obra se encontrarán a disposición del clínico preparados de
alivio tras el tratamiento con este fármaco dopaminérgico, larga duración con análogos de somatostatina. El comenta-
sobre todo por la reducción en los tejidos blandos. Sin em- rio previo es válido para estos nuevos fármacos, pero al ser
bargo, sólo en el 25% de los casos induce cambios clínicos y administrado en inyección única cada varios días el bienes-
bioquímicos objetivos y, tras su supresión, se produce una re- tar para el paciente es indudable.

2032
ENFERMEDADES DEL SISTEMA HIPOTÁLAMO-HIPOFISARIO

TABLA 16.6. Causas patológicas de hiperprolactinemia


Adenoma hipofisario secretor de GH Enfermedades hipotalámicas
Tumores: craneofaringiomas, hamartomas, germinomas,
metástasis
< 5 mm de diámetro > 5 mm de diámetro Enfermedades infiltrativas: sarcoidosis, histiocitosis X,
leucemias, tuberculosis
Octreótida Octreótida Seudotumor cerebral
Tratamiento de base Tratamiento preoperatorio Lesiones: traumatismos, irradiación
(6 semanas)

GH↓
Sección física o funcional del tallo hipofisario
GH↑ Cirugía Traumatismos, compresión tumoral, etc.
transesfenoidal
Enfermedades hipofisarias
GH↓ GH↑ Prolactinoma
Tumor mamosomatotropo
Tumor mixto GH y PRL
Bromocriptina Enfermedad de Cushing
(2 semanas)
Tumores secretores de TSH
Enfermedades infiltrativas
GH↓ GH↑ Otros tumores intraselares

Fármacos
Octreótida Bloqueadores dopaminérgicos: neurolépticos,
metoclopramida, domperidona, sulpirida
Antidepresivos
GH↓ GH↑
Antihipertensivos
Estrógenos (en dosis muy elevadas)
Octreótida Opioides, drogas, verapamilo
+
Bromocriptina
Otras causas
Hipotiroidismo primario
GH↓ GH↑ Insuficiencia renal crónica
Cirrosis
Lesiones irritativas de la pared torácica
Irradiación Estímulo de la mama
Ovario poliquístico
GH↓ GH↑ Estrés
Seudociesis
Idiopática
Octreótida

GH↓ Síndromes de hipersecreción de prolactina.


Hiperprolactinemias no tumorales y prolactinomas
Fig. 16.25. Aproximación terapéutica en la acromegalia. GH ↓ indi- Concepto. La hiperprolactinemia patológica se define como
ca niveles de GH inferiores a 2 µg/L tras la administración de 75 g de
glucosa y cifras normales (menores de 2 U/mL) de IGF-I. GH ↑ indica la detección de cifras circulantes de prolactina (PRL) supe-
que los objetivos anteriores no se han alcanzado. (Tomada de S. MEL- riores a 20-25 µg/L (888-1.110 pmol/L) en condiciones basa-
MED, 1992.) les y reiteradas. La hiperprolactinemia es la alteración hipotá-
lamo-hipofisaria más frecuente en endocrinología clínica, y
los prolactinomas son los tumores hipofisarios más comunes,
representando más del 50% del total. Si bien, con rigor con-
Si bien la cirugía sigue siendo el tratamiento de elección ceptual, deberían separarse las distintas entidades causantes
para la acromegalia, la octreótida ha introducido una nueva de hiperprolactinemia, en la práctica es mejor estudiarlas
posibilidad terapéutica en los pacientes que no pueden ser dentro del contexto del prolactinoma. En efecto, una vez
intervenidos o en aquellos que, tras la operación y antes de descartada una causa fisiológica o farmacológica, lo cual
que se manifiesten los efectos de la radiación, necesitan con- puede realizarse en la anamnesis, el proceso clínico ulterior
trolar los niveles de GH y los problemas metabólicos. La oc- implica el diagnóstico diferencial del prolactinoma.
treótida se ha recomendado como preparación para la ciru-
gía (16 semanas de tratamiento), por su propiedad de Etiología, patogenia y anatomía patológica. La PRL es se-
reducir y hacer más compacto el tumor, lo que facilita el tra- gregada en diversas situaciones fisiológicas, en especial du-
bajo del cirujano. Este hecho es especialmente importante rante el embarazo y la lactancia, el sueño, el ejercicio físico y
cuando el tumor invade el seno cavernoso u otras localiza- el estrés de cualquier tipo, incluyendo el inducido clínica-
ciones de difícil acceso. El hecho de que la octreótida sea mente por la hipoglucemia insulínica. Al ser la única hormo-
más eficaz en los microadenomas, unido a la alta tasa de re- na hipofisaria sometida a un control negativo por el hipotála-
cidivas tras la cirugía, ha llevado a postularlo como trata- mo, prácticamente cualquier afectación de éste o de los
miento inicial de los adenomas secretores de GH de tamaño vasos portahipofisarios puede manifestarse como hiperpro-
discreto en lugar de la cirugía (fig. 16.25). lactinemia. Asimismo, al ser la única hormona regulada por
Los recientes avances en el tratamiento de la acromega- una amina biógena (la dopamina), el uso de fármacos psico-
lia hacen necesario un uso combinado de las distintas mo- tropos o antidopaminérgicos o que operan a través de una
dalidades terapéuticas. Se acepta ampliamente el esquema reducción de los neurotransmisores cerebrales cursa con hi-
propuesto por MELMED (fig. 16.25). Además del tratamiento perprolactinemia. En la tabla 16.6 se muestra una clasifica-
específico, todos los pacientes con acromegalia deben con- ción clínica de las causas de hiperprolactinemia.
trolarse periódicamente por sus problemas reumatológicos, Las causas de hiperprolactinemia hipotalámica o por sec-
gastrointestinales y cardiovasculares, prestándose especial ción funcional o física del tallo hipofisario se explican fácil-
atención al posible desarrollo y malignización de pólipos en mente, a diferencia de lo que ocurre con otros procesos. La
el colon. hipersecreción hipofisaria de TSH, tanto tumoral como debi-

2033
ENDOCRINOLOGÍA

da a hipotiroidismo primario, cursa a menudo con hiperpro- TABLA 16.7. Manifestaciones clínicas de la hiperprolactinemia
lactinemia. Asimismo, el 25% de los pacientes con enferme- en orden de frecuencia decreciente
dad de Cushing y el 50% de los afectos del síndrome de Nel-
son presentan una hiperprolactinemia patológica, aunque Mujer
Irregularidades menstruales
los mecanismos responsables se desconocen. Se han pro- Galactorrea
puesto diversas explicaciones para la hiperprolactinemia Infertilidad
asociada a la insuficiencia renal y la cirrosis, desde un am- Cefalea
biente estrogénico aumentado hasta alteraciones en el acla- Alteraciones visuales*
ramiento metabólico de la PRL. Hipopituitarismo*
En la lactancia, el estímulo fisiológico sobre el pezón es Varón
transmitido a través de terminaciones a la médula espinal, al Impotencia y pérdida de la libido
SNC y, finalmente, al hipotálamo, donde una reducción en la Cefaleas
Alteraciones visuales*
secreción de dopamina produce la liberación de PRL; ésta
Hipopituitarismo*
actúa sobre la glándula mamaria, estimulando la síntesis de Galactorrea
caseína y otras proteínas de la leche. Ésta es la base por la
*Presente sólo en caso de prolactinoma.
cual el aumento de la estimulación de la mama o la presen-
cia de lesiones irritativas torácicas, como herpes zoster y
traumatismos, o la existencia de lesiones medulares espina-
les pueden cursar con cifras elevadas de PRL. La seudociesis tuitarismo debido a compresión-destrucción del tejido hipofi-
o embarazo fantasma cursa con niveles elevados de LH y sario normal por el macroprolactinoma. Los microprolactino-
PRL, que conducen al mantenimiento de la función lútea y a mas en la mujer se asocian a menudo a cefaleas, que no son
galactorrea. La aparición de hiperprolactinemia en el ovario explicables por el tamaño del tumor y que cesan tras su con-
poliquístico suele atribuirse al nivel elevado de estrógenos, si trol.
bien éstos sólo se han relacionado con la hiperprolactinemia Los prolactinomas se diagnostican con una frecuencia mu-
a dosis muy altas y nunca en tratamientos moderados (p. ej., cho mayor en la mujer que en el varón, relación que aumen-
con el uso de anticonceptivos hormonales). ta hasta 20:1 si se analizan los microprolactinomas.
La misma incertidumbre existente con respecto a otros tu-
mores hipofisarios rodea la etiología del prolactinoma; tam- Diagnóstico. Una vez excluidas las causas fisiológicas de hi-
poco se conoce el motivo de su frecuente asociación con el perprolactinemia, el diagnóstico de su origen patológico se
sexo femenino. Es posible que se hallen implicados dos pa- establece basándose en una clínica compatible y cifras ele-
sos: uno de iniciación en la hipófisis y otro de promoción de- vadas de PRL en plasma. Debido a su carácter pulsátil y a su
bido a factores externos o hipotalámicos. Tras la extirpación aumento con el estrés (p. ej., el causado por una visita al hos-
quirúrgica, la tinción por inmunohistoquímica del adenoma pital o por la punción venosa) revisten gran importancia las
revela la presencia de PRL. A pesar de no ser clínicamente condiciones de extracción de la muestra de sangre. El proce-
relevante la microscopia electrónica muestra la presencia de dimiento más adecuado y menos costoso consiste en efec-
gránulos secretores característicos. tuar tres extracciones separadas entre sí por 30 min, en ayu-
nas a primera hora de la mañana y tras la colocación de un
Fisiopatología. La hiperprolactinemia produce, tanto en el catéter intravenoso, que se repiten al cabo de una semana.
varón como en la mujer, alteraciones en la función gonadal Dependiendo de cada laboratorio, una cifra de PRL superior
por una doble acción, en el hipotálamo y en la propia góna- a 20-25 µg/L (888-1.110 pmol/L) es patológica, por encima de
da. Debido a una alteración en la regulación hipotalámica 100 µg/L (4.440 pmol/L) sugiere la presencia de un prolacti-
de Gn-RH por la hiperprolactinemia, la frecuencia de los pul- noma y por arriba de 200 µg/L (8.880 pmol/L) es excepcional
sos de LH y la descarga ovulatoria de gonadotropinas están que no se deba a un prolactinoma.
abolidas en la mujer, así como el efecto de retroalimenta-
ción positiva de los estrógenos sobre la secreción de LH. En Diagnóstico diferencial. En el diagnóstico diferencial en
el ovario, la hiperprolactinemia induce una inhibición direc- una mujer debe descartarse en primer lugar el embarazo
ta de la síntesis de estradiol y progesterona y bloquea la ma- (que cursa con PRL elevada), independientemente de lo que
duración del folículo ovárico. En el varón, los niveles eleva- la paciente manifieste en la anamnesis. En efecto, en una
dos de PRL inhiben la espermatogénesis, quizá por acción mujer gestante, tanto si desconoce su estado como si lo nie-
hipotalámica, pues los efectos sobre el testículo son más dis- ga a conciencia por problemas personales o sociales, el fa-
cutibles; además, la hiperprolactinemia interfiere en la con- cultativo podría indicar un procedimiento diagnóstico con
versión periférica de testosterona a dihidrotestosterona. En la radiografías y TC que inducirían una radiación inaceptable
mama, provoca galactorrea, si bien se requiere la sensibiliza- para el feto. Por lo tanto, es obligatorio realizar una prueba
ción previa del tejido mamario con estrógenos para que se de embarazo el mismo día en que se efectúan las extraccio-
manifieste este efecto. En el hueso, la hiperprolactinemia per nes basales. La siguiente causa más frecuente de elevación
se o a través del hipoestrogenismo que causa, provoca una de PRL es la toma de neurolépticos, antidopaminérgicos u
importante pérdida de tejido óseo. otros fármacos. Si la anamnesis revela la ingestión de dichas
sustancias, debe considerarse que esta es la causa de la hi-
Cuadro clínico. En la mujer, las manifestaciones clínicas de perprolactinemia, mientras no se demuestre lo contrario; tras
la hiperprolactinemia crónica consisten con frecuencia en la interrupción del fármaco en cuestión (si el estado clínico
anomalías menstruales, como oligomenorrea o amenorrea del paciente lo permite), debe observarse la normalización
secundaria e infertilidad (tabla 16.7). El 40-80% de las muje- de la PRL en pocos días. La hiperprolactinemia por fármacos
res presentan galactorrea espontánea o tras expresión mama- suele ser de 25-100 µg/L (1.110-4.440 pmol/L). De igual
ria. En el varón las manifestaciones clínicas son pérdida de modo, deben excluirse, mediante anamnesis cuidadosa, he-
la libido, impotencia, reducción del fluido seminal e infertili- patopatías y nefropatías, estimulación torácica o estrés, le-
dad. Si el trastorno comienza antes de la pubertad, se redu- sión o radiación hipotalámica. Mención especial merece el
cen los cambios corporales de masculinización, pero la ga- hipotiroidismo primario, ya que, dada su presentación clíni-
lactorrea es excepcional. ca proteiforme, puede manifestarse como síndrome hiper-
Si la hiperprolactinemia se debe a la presencia de un pro- prolactinémico. Es aconsejable una determinación inicial de
lactinoma o de otro tumor hipofisario tipo macroadenoma, a TSH y hormonas tiroideas, puesto que, si esta es la causa, la
las manifestaciones clínicas de tipo hormonal descritas se prolactina se normaliza tras el tratamiento sustitutivo.
añaden las neurológicas por efecto de masa intracraneal. En Una vez descartados todos los procesos mencionados, el
asociación se pueden desarrollar grados variables de hipopi- diagnóstico diferencial debe plantearse entre una afección

2034
ENFERMEDADES DEL SISTEMA HIPOTÁLAMO-HIPOFISARIO

tumoral hipotálamo-hipofisaria o una hiperprolactinemia TABLA 16.8. Tratamiento con bromocriptina en el diagnóstico
idiopática. Se procede entonces a realizar el estudio de ima- diferencial del prolactinoma
gen del área, mediante TC o preferentemente por RM. En au-
sencia de tumor hipofisario, el diagnóstico por exclusión Situación tras tratamiento
Situación inicial Diagnóstico
con bromocriptina
será el de hiperprolactinemia idiopática. Dado que suele
existir una correlación estricta entre la masa del prolactino- PRL elevada y PRL elevada y tumor Prolactinoma
ma y los niveles circulantes de PRL, la detección por imagen tumor hipofisario hipofisario sin cambios resistente
de un adenoma hipofisario permite dos hipótesis alternati- PRL elevada y Disminución de PRL y Prolactinoma
vas: la de prolactinoma, en cuyo caso las cifras de prolactina tumor hipofisario del tamaño del tumor sensible
deberían ser superiores a 100 µg/L (4.440 pmol/L), o la de hipofisario
PRL elevada y Disminución de PRL sin Tumor
macroadenoma, que se acompañaría de cifras claramente tumor hipofisario cambios del tumor no
por encima de 200 µg/L (8.880 pmol/L). Alternativamente, hipofisario prolactinoma
puede ser un tumor hipofisario de otro tipo que cosecrete
PRL o que comprima el tallo hipofisario (sección funcional
del tallo), en cuyo caso las cifras de PRL suelen ser inferiores
a 100 µg/L (4.440 pmol/L). Estas cifras deben ser considera- expectante durante un tiempo, siempre que los trastornos go-
das como comportamiento en general pero no como regla nadales no sean particularmente molestos y que el riesgo de
absoluta. La presencia de un tumor hipofisario no prolactino- osteoporosis sea bajo. Por lo general, el tratamiento médico
ma debe evaluarse mediante una anamnesis dirigida y la de- se inicia con agonistas dopaminérgicos. Por el contrario, en
terminación analítica de otras hormonas hipofisarias, GH, las hiperprolactinemias debidas a tumores hipofisarios que
TSH, LH, FSH, cortisol libre urinario o subunidad alfa. Si éstas no sean prolactinomas y en los prolactinomas resistentes a
son normales, el adenoma asociado a hiperprolactinemia fármacos dopaminérgicos, la cirugía es el tratamiento de
sólo puede deberse a un prolactinoma o a un tumor no se- elección.
cretor que comprima el tallo hipofisario. Tratamiento médico. La introducción en los años setenta
Considerando que el diagnóstico de prolactinoma sólo de la bromocriptina constituyó un cambio radical en el trata-
puede establecerse tras la exéresis quirúrgica y estudio ana- miento de la hiperprolactinemia. En los últimos años se han
tomopatológico, se plantea el problema de que estos tumo- añadido nuevos fármacos dopaminérgicos, como lisurida,
res en la actualidad prácticamente no se operan. Por lo tan- tergurida, cabergolina o pergolida, de eficacia similar, que
to, en el terreno puramente clínico el diagnóstico expuesto pueden ser una alternativa en situaciones de intolerancia a
debe completarse con un tratamiento de prueba mediante la bromocriptina, si bien aún no se han introducido plena-
bromocriptina. En un prolactinoma, este fármaco debe fre- mente en la clínica. Con los cambios adecuados de dosis, la
nar las cifras basales de PRL y reducir en un tiempo modera- mayor parte de la información que se describirá para la bro-
do el volumen tumoral, mientras que en tumores no funcio- mocriptina puede ser extrapolada a otros agentes dopami-
nantes asociados a hiperprolactinemia la bromocriptina nérgicos, que en general tienen mejor tolerancia.
producirá una reducción de PRL sin cambios en el volumen La bromocriptina por vía oral, a la dosis de 2,5 mg, reduce
del tumor. De especial interés son los prolactinomas resisten- los niveles de PRL durante 14 h y la acción biológica puede
tes a la bromocriptina, en los que no se reduce el tumor ni la prolongarse aún más. Como efectos secundarios produce
prolactina. En el proceso de diagnóstico diferencial debe in- náuseas e hipotensión ortostática y, muy raras veces, cefa-
cluirse un período de tratamiento con bromocriptina (tabla leas, fatiga y cólicos abdominales, que se manifiestan sólo en
16.8). La diferenciación entre un prolactinoma normal y un los primeros días del tratamiento. Con el fin de evitarlos, la
prolactinoma resistente a la bromocriptina no es una cues- bromocriptina se debe tomar durante las comidas y la dosis
tión académica. Implica un tratamiento diferente y el riesgo inicial debe ser de medio comprimido en la cena, añadiendo
de comportamiento maligno del prolactinoma resistente es a los 3 días otro medio comprimido en el desayuno, a los
alto. La conclusión más importante de lo anteriormente ex- 3 días otro medio en la comida, y así sucesivamente, hasta
puesto es que hiperprolactinemia más tumor hipofisario no lograr la dosis deseada en 3 tomas al día, por lo general de
significa necesariamente un prolactinoma. 7,5-20 mg/día; en pacientes sensibles a la bromocriptina, el
Tras el diagnóstico de prolactinoma es necesaria la evolu- incremento de la dosis puede hacerse incluso más lentamen-
ción neurológica y oftalmológica, al igual que ocurre con te. La dosis se aumenta hasta lograr una reducción de los
otros tumores hipofisarios. niveles de prolactina y, luego, una reducción de la masa hi-
pofisaria. Recientemente se ha introducido una nueva prepa-
Evolución. Existe muy poca información sobre la historia ración inyectable, la bromocriptina LAR (de long acting re-
natural de los prolactinomas, dado que antes de 1976 no se peatable), que tras una sola administración parenteral inhibe
diagnosticaban, y en la actualidad se tratan todos los casos. los niveles de PRL durante un mes.
En los pocos estudios sobre el tema se ha comprobado que La bromocriptina normaliza los niveles anormales de PRL
la mayoría de los microprolactinomas no tratados no evo- en las hiperprolactinemias no tumorales y, dependiendo del
lucionan a macroprolactinoma. Por el contrario, los macro- tumor, produce la normalización o una reducción muy im-
prolactinomas progresan rápidamente y deben seguirse con portante en los prolactinomas. En muy raras ocasiones los
mucho cuidado. Con independencia de la evolución del pacientes no experimentan reducción alguna (prolactino-
adenoma, la hiperprolactinemia debe corregirse, por sus mas resistentes) y se deben efectuar tratamientos con altas
efectos sobre la función gonadal en el varón y en la mujer dosis (30-40 mg/día) durante períodos prolongados, de
premenopáusica y por la inducción de osteoporosis en la 3-12 meses, antes de que se manifieste un efecto positivo. No
mujer. obstante, existen casos con ausencia de reducción de las ci-
fras de PRL e, incluso, empeoramiento, por lo que todo pa-
Tratamiento. Los objetivos del tratamiento de la hiperpro- ciente con un adenoma hipofisario exige un seguimiento
lactinemia son: a) supresión de la producción excesiva de muy meticuloso.
PRL, con la corrección del hipogonadismo y la galactorrea; La velocidad de normalización de los niveles de PRL de-
b) reducción de la masa tumoral (si ésta existe) y de sus pende del volumen tumoral, siendo más lenta en los macro-
efectos sobre estructuras adyacentes; c) preservación de la prolactinomas. Tras comenzar el tratamiento, la evolución
función de otras hormonas hipofisarias, y d) evitar la recu- habitual es la siguiente: a) reducción de los niveles de PRL;
rrencia. Para lograr estos objetivos, la terapéutica incluye tra- b) mejoría de la galactorrea (si ésta existe); c) mejoría de las
tamiento médico, cirugía, radioterapia y combinaciones de manifestaciones visuales alteradas, y d) retorno de la mens-
ellos. En mujeres con microprolactinomas o con hiperprolac- truación normal y de la ovulación. Un efecto importante de
tinemias de dudosa etiología, se puede mantener una actitud la bromocriptina es la reducción del volumen tumoral y, en

2035
ENDOCRINOLOGÍA

Tratamiento quirúrgico. Consiste en la adenomectomía se-


lectiva por vía transesfenoidal, que se reserva para pacientes
Adenoma Adenoma o con resistencia al tratamiento farmacológico o que no de-
hipofisario hiperplasia Hipófisis
hipofisaria normal sean tomarlo durante toda la vida. La cirugía es eficaz en los
microprolactinomas, mientras que en los macroprolactino-
mas se producen con frecuencia recidivas que obligan a
reinstaurar la terapia farmacológica. Por tanto, la cirugía en
este adenoma se practica cada vez menos.
↑TSH ↑TSH ↑TSH Radioterapia. El tratamiento con radioterapia sigue las nor-
mas generales que se aplican para otros adenomas hipofisa-
rios. Se reserva para prolactinomas resistentes invasivos o
con crecimiento rápido. La dosis habitual es de 40-50 Gy y
deben transcurrir años para que sus efectos sean evidentes.
T3-T4↑
↑ T3-T4↑
T3-T4
hipertiroidismo hipotiroidismo resistencia Tumores hipofisarios secretores de ACTH (enfermedad
secundario primario periférica
a las hormonas de Cushing) (en el contexto del síndrome de Cushing)
tiroideas El síndrome de Cushing es el conjunto de signos y sínto-
mas originados por el hipercortisolismo crónico. La enferme-
dad de Cushing es sólo una de sus posibles causas, es decir,
Hipertiroidismo o cuando el hipercortisolismo está causado por un tumor hipo-
hipotiroidismo fisario secretor de ACTH.
Ambos procesos, síndrome y enfermedad de Cushing, se
estudian en Enfermedades de las glándulas suprarrenales.
Fig. 16.26. Esquema de las tres entidades que cursan con TSH ele-
vadas y deben ser incluidas en el diagnóstico diferencial: los adeno-
mas hipofisarios secretores de TSH e inductores de hipertiroidismo, los Síndromes de hipersecreción de TSH. Tumores hipofisarios
adenomas secretores de TSH por retroalimentación generados por hi- secretores de TSH. Tumores secretores de TSH inducidos
potiroidismo de larga duración y los síndromes de resistencia periféri- por hipotiroidismo primario (tumores por retroalimentación)
ca a las hormonas tiroideas. (Modificada de F. CASANUEVA et al, 1992.)
Concepto, etiología y anatomía patológica. Los tumores
hipofisarios secretores de TSH constituyen una transforma-
algunos casos, incluso su desaparición, lo cual explicaría la ción neoplásica de las células tirotropas. El incremento de
mejoría en los campos visuales. Esta reducción requiere más los niveles de TSH estimula el tejido tiroideo induciendo bo-
tiempo que la disminución de PRL. Incluso después de años cio e hipertiroidismo (fig. 16.26). A medida que progresa la
de mantener la prolactina bajo control, si se suprime el trata- transformación neoplásica, las células del tumor pierden sen-
miento con bromocriptina, la norma es la reexpansión del sibilidad frente al efecto inhibidor de las hormonas tiroideas
adenoma, con una nueva elevación de la PRL y el retorno de y pierden receptores para la TRH.
las alteraciones clínicas precedentes, por lo que el tratamien- Otro tipo de adenoma hipofisario secretor de TSH puede
to debe considerarse como indefinido. En algunas ocasio- aparecer en el hipotiroidismo primario. En estos casos, tal
nes, sobre todo en pacientes con microprolactinoma, la su- vez debido a una sensibilidad especial hipofisaria, se desa-
presión del tratamiento no se asocia a una reexpansión del rrolla un adenoma o una hiperplasia hipofisaria secretora de
adenoma. TSH (fig. 16.26); a estos adenomas se los denomina tumores
El tratamiento con bromocriptina produce una mejoría sú- por retroalimentación, dado que son generados por la ausen-
bita de la fertilidad, por lo que el clínico que comienza el tra- cia de la retroacción negativa de las hormonas tiroideas. Al
tamiento de una mujer con hiperprolactinemia tumoral debe contrario que los tirotropinomas, estos tumores tienen una
indicar contracepción mecánica desde el primer día. En oca- sensibilidad normal a las hormonas tiroideas y aumentada
siones, mujeres con una historia de infertilidad durante años para la TRH, y también a diferencia de ellos, el cuadro clíni-
de hiperprolactinemia, quedan embarazadas en los primeros co con el que se presentan es el de hipotiroidismo.
meses del tratamiento, sin haber tenido ninguna regla. Aun- Ambas son entidades muy raras que suelen diagnosticarse
que se ha demostrado que la bromocriptina no es teratógena por su cuadro endocrinológico o por los efectos de la masa
en el ser humano, ni se acompaña de tendencia al aborto, se intracraneal. En la anatomía patológica se comprueba en
aconseja evitar el tratamiento durante la gestación. ambos casos una tinción por inmunohistoquímica positiva
Un problema clínico es el tratamiento de la mujer con un para la TSH. En los tumores por retroalimentación (que no
prolactinoma durante la gestación y si se debe contraindicar deben ser intervenidos) pueden presentarse como un ade-
el embarazo. A pesar de que la hipófisis se expande durante noma o hiperplasia. En el 40% de los pacientes, junto a la
la gestación, el riesgo de que una mujer presente complica- TSH se segrega GH o PRL.
ciones por la expansión de un microprolactinoma es del 1%,
y de un macroprolactinoma, del 20%, si bien estas complica- Tumores hipofisarios secretores de TSH
ciones pueden controlarse fácilmente. Por tanto, la contrain- Cuadro clínico. El paciente busca atención médica bien
dicación de la gestación debe sopesarse en el contexto de la por un cuadro de hipertiroidismo indistinguible clínicamente
paciente, si tiene o no hijos, el deseo de gestación, etc., y no del hipertiroidismo primario, bien por las alteraciones neuro-
es absoluta. Si una paciente con prolactinoma, tras recibir lógicas y sobre todo campimétricas inducidas por el adeno-
una información completa de los problemas, decide la gesta- ma. Raras veces se presentan simultáneamente ambos tipos
ción, se debe proceder en dos pasos. Primero hay que nor- de síntomas y es frecuente que al principio los pacientes
malizar los valores de PRL y reducir al máximo el volumen sean incorrectamente diagnosticados como enfermedad de
tumoral con bromocriptina. Tras la concepción, se suprime Graves o como portadores de un tumor hipofisario no funcio-
el tratamiento (lo cual no se asocia a una reexpansión inme- nante. No existe preferencia por sexos en su presentación y
diata) y se vigila estrechamente a la gestante, sobre todo por los pacientes refieren síntomas de hipertiroidismo moderado
posibles cambios campimétricos; si se requiere una evalua- con aumento difuso del bocio sin acropaquía, mixedema
ción por imagen se realizará una RM y nunca una TC. Ante pretibial u oftalmopatía. En ocasiones el hipertiroidismo mo-
complicaciones por expansión tumoral es más aconsejable derado coexiste con síntomas de hipofunción o hiperfunción
reiniciar el tratamiento con bromocriptina que la cirugía. hipofisaria, debidos a compresión del tejido hipofisario nor-

2036
ENFERMEDADES DEL SISTEMA HIPOTÁLAMO-HIPOFISARIO

mal o a cosecreción de otras hormonas (p. ej., GH o PRL), lo los signos y síntomas de un hipotiroidismo. Alternativamente,
cual complica el diagnóstico. el paciente puede consultar por los efectos de masa tumoral,
cefaleas, alteraciones campimétricas, etc. Dada la presenta-
Diagnóstico. El diagnóstico bioquímico es evidente ante la ción proteiforme del hipotiroidismo, en ocasiones se pueden
presencia de TSH elevada o no inhibida, elevación de T3 y T4 observar pacientes con adenomas por retroalimentación en
(fig. 16.26), tiroides aumentado de tamaño e incremento de ausencia de clínica sugestiva, en cuyo caso el diagnóstico
la captación de 99mTc por éste. Los anticuerpos antitiroideos debe confirmarse bioquímicamente. El 20% de los casos pre-
son negativos y la diferenciación con el hipertiroidismo pri- senta bocio.
mario se establece por las cifras elevadas o normales de TSH, En ocasiones, sobre todo en niños, se presenta en forma
para lo cual es preciso usar sistemas analíticos de las últimas de pubertad precoz o retraso del crecimiento, y el tumor se
generaciones, capaces de diferenciar entre límites bajos y su- sospecha en la evaluación radiológica de la silla turca. En
primidos de TSH. Con respecto a la elevación de TSH hay que adultos, estos adenomas se manifiestan por oligomenorrea,
tener en cuenta, en primer lugar, que en las etapas iniciales hipogonadismo o pérdida de la libido.
del desarrollo del tumor, y en algunos pacientes en cualquier
etapa, los niveles de TSH medidos con un buen análisis pue- Diagnóstico. El diagnóstico se establece (fig. 16.26) por la
den ser rigurosamente normales y, en segundo lugar, que presencia de cifras elevadas de TSH y bajas de T3 y T4 en un
existe una profunda disociación entre los niveles de TSH, la paciente con un agrandamiento hipofisario. Estos datos per-
masa tumoral y el estado hipertiroideo. No se sabe la razón miten su diferenciación inmediata con los tumores hipofisa-
de estas discrepancias, quizá debidas a que el tumor genera rios secretores de TSH e hipertiroidismo y con los síndromes
moléculas con bioactividad alterada, pero explican por qué de resistencia periférica a las hormonas tiroideas que cursan
pacientes con macroadenomas supraselares pueden tener ci- con cifras elevadas de TSH, T3 y T4. Los anticuerpos antitiroi-
fras de TSH más bajas que aquellos con microadenomas. deos son positivos en el 80% de los casos y la respuesta de
Las pruebas de estimulación dinámica no aportan infor- TSH a la TRH es intensa. Se debe tener en cuenta que en el
mación valiosa; por el contrario, tiene gran utilidad la deter- momento del diagnóstico, las cifras de TSH pueden estar
minación de la subunidad alfa de las hormonas glucoprotei- muy aumentadas o sólo moderadamente, pero las cifras de
cas, que se encuentra siempre elevada, con una relación subunidad alfa están siempre elevadas.
alfa/TSH siempre mayor que 1.
El diagnóstico diferencial con los adenomas por retroali- Tratamiento. Dado que estos tumores se deben a un déficit
mentación es fácil, dado que inducen clínica y bioquímica- de hormonas tiroideas de larga duración, el tratamiento con-
mente el cuadro contrario. Con respecto a los síndromes de siste en administrar T4 y corregir el hipotiroidismo. Con este
secreción inadecuada de TSH debidos a la resistencia perifé- tratamiento el adenoma debe remitir e incluso desaparecer
rica a las hormonas tiroideas, que también cursan con TSH, totalmente. A los pocos días del tratamiento con hormonas
T3 y T4 elevadas (pero con un volumen hipofisario normal), tiroideas se comprueba una mejoría espectacular de los sín-
en general presentan un cuadro clínico de hipotiroidismo. tomas clínicos. No se debe considerar ningún tipo de cirugía
Particular cuidado debe tenerse en el diagnóstico diferen- hasta transcurrido, como mínimo, un año de eutiroidismo, y
cial con los casos de resistencia selectiva hipofisaria a las durante el tratamiento se debe vigilar cuidadosamente la
hormonas tiroideas que pueden cursar con hipertiroidismo evolución del paciente, dado que en ocasiones se ha desa-
(fig. 16.26), si bien en estos casos la subunidad alfa es normal. rrollado una silla turca vacía o una expansión del tumor.

Tratamiento. La exéresis quirúrgica del adenoma es la tera-


pia de elección, para eliminar la masa tumoral y restablecer
Adenomas hipofisarios secretores de gonadotropinas
las funciones hipofisaria y tiroidea normales. El resultado de Concepto. La hipersecreción crónica de gonadotropinas por
la cirugía es mejor cuanto menor sea el adenoma y mejor de- un tumor hipofisario es excepcional, y se han descrito sólo
limitado esté. Dado que las recidivas son frecuentes, se debe alrededor de 200 casos. Dado que casi el 80% de los tumores
proceder a la radiación del área tras la cirugía. “no funcionantes” sintetizan (aunque no secreten) subunida-
En la actualidad no se dispone de tratamiento médico des o moléculas enteras de las gonadotropinas, algunos auto-
adecuado para esta afección. En principio, existiría la tenta- res creen que estos tumores y los gonadotropinomas son un
ción de emplear antitiroideos de síntesis para controlar el hi- continuum cuya única diferencia es su eficacia para ensam-
pertiroidismo de estos pacientes, pero se debe tener en cuen- blar y secretar las moléculas. Con independencia de su simi-
ta que la insensibilidad del adenoma es sólo relativa, y las litud conceptual, desde un punto de vista clínico es útil su se-
hormonas T3 y T4 ejercen un freno parcial por lo que su re- paración en distintas entidades.
ducción puede llevar a un crecimiento rápido e incontrola- Los adenomas secretores de gonadotropinas suelen ser
do del tumor. Este tratamiento, junto con bloqueadores beta, macroadenomas con extensión supraselar en el momento
sólo está indicado como preparación para la cirugía transes- del diagnóstico e invasividad en el 20% de los casos. Por in-
fenoidal. En algunos casos la bromocriptina reduce las cifras munohistoquímica las células se tiñen para LH, para FSH,
de TSH, pero es un efecto transitorio y nunca consigue la re- para ambas o para alguna de sus subunidades. Sin embargo,
ducción del volumen tumoral. El conocimiento de que la so- no se tiñe todo el adenoma, lo cual indica que algunas áreas
matostatina tiene efectos inhibidores sobre la secreción de han perdido con la evolución tumoral la mínima capacidad
TSH ha llevado a la utilización de un potente análogo, la oc- de síntesis. En un pequeño porcentaje de los tumores, tras su
treótida, con un éxito evidente. En efecto, el tratamiento con exéresis quirúrgica se comprueba que son capaces de liberar
este fármaco, con pautas similares a las del tratamiento de la in vitro mínimas cantidades de gonadotropinas.
acromegalia, reduce los niveles de TSH y mejora las altera-
ciones campimétricas, si bien las reducciones del volumen Cuadro clínico. Estos tumores son muy raros en la niñez y
tumoral son muy discretas. La octreótida es el fármaco de se presentan con mayor frecuencia a los 50-60 años. No hay
elección para los pacientes que no pueden ser intervenidos diferencias por sexos, y la ligera preferencia por los varones
quirúrgicamente o para aquellos en los que, tras la radiación puede deberse a que, en la mujer mayor de 50 años, la eleva-
y en espera de sus efectos beneficiosos, se desea mantener ción de gonadotropinas se atribuye invariablemente a la me-
cifras de TSH normales y evitar el crecimiento del tumor. nopausia y no se estudia en forma sistemática.
La presentación clínica más habitual consiste en manifes-
Adenomas secretores de TSH inducidos por hipotiroidismo. taciones neurológicas. Las manifestaciones endocrinológicas
Adenomas por retroalimentación son muy variadas; la mitad de los varones afectos cursan con
Cuadro clínico. Los adenomas hipofisarios por retroalimen- pérdida de la libido, impotencia e infertilidad, y una minoría,
tación son más frecuentes en las mujeres y se presentan con con las manifestaciones contrarias, es decir, incremento de

2037
ENDOCRINOLOGÍA

la sexualidad. El volumen testicular suele ser normal, con crosis. Por inmunohistoquímica, en algunos casos se detec-
descripciones aisladas de un gran incremento testicular en tan hormonas hipofisarias intracitoplasmáticas, pero en gene-
casos de hipersecreción de FSH. En las mujeres premeno- ral son gonadotropinas y un número importante presentan la
páusicas la manifestación clínica es la oligomenorrea y, al subunidad alfa. Muy raras veces se descubren moléculas de
observarse una elevación de las gonadotropinas, se atribuye la familia POMC, y en una proporción elevada, estos tumores
a fallo ovárico prematuro, si bien los estrógenos deben ser están formados por los denominados oncocitomas (null
normales o elevados. cell).

Diagnóstico. Por radioinmunoanálisis se han detectado ele- Cuadro clínico. Los tumores no secretores comprenden el
vaciones de las gonadotropinas o sus subunidades en todas 20-25% del total, siendo casi tan frecuentes como los secreto-
las combinaciones posibles. En los varones con elevación de res de GH y sólo superados por los prolactinomas. Son más
la LH se observa un aumento concomitante de la testostero- frecuentes en la década de los 40-50 años y no tienen prefe-
na. En la mayoría de los tumores están elevadas las dos gona- rencia por sexo alguno. Su incidencia es de 4,5 casos por mi-
dotropinas, con un aumento más pronunciado de la FSH. llón y año, y su prevalencia, de 50 casos por millón.
Cuando las gonadotropinas no están elevadas, siempre es Clínicamente suelen presentarse con manifestaciones neu-
evidente un incremento de la subunidad alfa o del cociente rológicas. Las manifestaciones endocrinológicas más comu-
alfa/LH o alfa/FSH, que puede ser un marcador de la presen- nes son grados variables de hipopituitarismo. El hipogonadis-
cia del adenoma. Al contrario de lo que ocurre en individuos mo hipogonadotropo cursa con alteraciones en los ciclos
sanos, alrededor del 50% de los pacientes con gonadotropi- menstruales en la mujer y pérdida de la libido e impotencia
nomas presentan secreción de LH y FSH tras la administra- en el varón. Es muy común la presencia de grados variables
ción de TRH y ausencia de elevación de gonadotropinas tras de hipotiroidismo e hipocorticismo. La discreta hiperprolacti-
la administración de Gn-RH. Estas respuestas anómalas per- nemia por sección funcional del tallo raras veces ocasiona
miten el diagnóstico diferencial de los gonadotropinomas y manifestaciones clínicas en el varón y se presenta como ga-
los tumores no secretores. El diagnóstico diferencial con el lactorrea en la mujer. Alrededor del 10% de los pacientes tie-
hipogonadismo primario se basa en la clínica y los datos bio- nen datos evidentes de panhipopituitarismo. En ocasiones, la
químicos; en efecto, los pacientes con hipogonadismo con- presentación clínica es por una hemorragia súbita en un tu-
sultan por una clínica relacionada y suelen referir problemas mor previamente desconocido para el paciente.
en el desarrollo puberal, mientras que los pacientes con go-
nadotropinomas lo hacen por problemas visuales. En caso Diagnóstico. Ante la sospecha de un tumor hipofisario no
de duda, la estimulación con gonadotropina coriónica en los secretor debe realizarse la exploración por técnicas de ima-
varones provoca un aumento de la testosterona en los gona- gen. La RM muestra, en la mayoría de los casos, un macro-
dotropinomas, pero no en los hipogonadismos primarios. En adenoma con afectación variable de los tejidos próximos y
una mujer posmenopáusica, la diferenciación entre gonado- áreas de necrosis frecuentes.
tropinoma y tumor no secretante es difícil. Los estudios por No se observan elevaciones bioquímicas de las hormonas
imagen del área hipotálamo-hipofisaria por RM revelan un hipofisarias, con excepción de un leve aumento de la PRL en
adenoma, en general un macroadenoma con extensión su- el 50% de los pacientes. Es muy frecuente la disminución de
praselar y paraselar. los niveles de gonadotropinas, acompañada de una reduc-
ción de las cifras de testosterona y de otras hormonas hipofi-
Tratamiento. El tratamiento de elección es la cirugía transes- sarias. En el 10-20% de los casos se detectan niveles elevados
fenoidal seguida de radioterapia con dosis de 45-50 Gy. No de la subunidad alfa, dato muy útil para el seguimiento ulte-
hay tratamiento médico satisfactorio. La bromocriptina inhibe rior del paciente tratado.
la secreción de gonadotropinas en la mitad de los pacientes El diagnóstico diferencial con tumores hipofisarios puede
afectos, pero no reduce la masa tumoral significativamente. realizarse por la ausencia de clínica sugestiva y de hiperse-
creción hormonal. Se diferencian de los prolactinomas por
la presencia de cifras moderadas de PRL con respecto a la
Tumores hipofisarios no funcionantes masa tumoral, las cuales se reducen muy rápidamente tras
Concepto. Se denomina tumores no funcionantes a diferen- tratamiento con bromocriptina, pero con una disminución
tes tipos de adenomas hipofisarios que no segregan en exce- muy pequeña o nula del tamaño tumoral.
so ninguna hormona hipofisaria. Las únicas manifestaciones
endocrinas que producen son las de hipofunción por com- Tratamiento. El tratamiento de elección es la resección del
presión del tejido hipofisario normal o una discreta hiperpro- adenoma por vía transesfenoidal, incluso en algunos casos
lactinemia por compresión del tallo hipofisario. Estas mani- con extensión supraselar. No obstante, dejados a su evolu-
festaciones endocrinas son tan leves que los tumores se ción espontánea, estos tumores crecen con mucha lentitud,
presentan clínicamente por sus manifestaciones neurológi- por lo que la indicación quirúrgica debe sopesarse en pa-
cas, tras haber alcanzado el tamaño de macroadenomas ex- cientes de edad avanzada o con riesgo operatorio. Tras la ci-
traselares. rugía, la recidiva es muy frecuente, por lo cual los pacientes
Algunos tumores sintetizan hormonas que pueden detec- son sometidos a radioterapia, sobre todo si la cirugía no es
tarse en el citoplasma, pero no son capaces de secretarlas o satisfactoria.
bien secretan fragmentos no detectables por los sistemas de En el 10% de los pacientes la bromocriptina induce una li-
análisis. A veces secretan activamente la subunidad alfa gera reducción del tumor, que si bien no elimina la masa, sí
de las hormonas glucoproteicas, pero como esta subunidad puede mantenerla estabilizada, por lo que este fármaco debe
no tiene acción biológica, no produce manifestaciones clíni- considerarse en pacientes que no son candidatos a la ciru-
cas. Mediante técnicas de biología molecular, en alrededor gía. Tras la terapia, la mayoría de estos pacientes requiere
del 80% de los tumores no funcionantes se puede detectar tratamiento continuado de sustitución hormonal.
mRNA de alguna de las gonadotropinas o de sus subunida-
des. De hecho, se ha sugerido que los tumores no funcionan-
tes forman un continuum con los productores de gonadotro- Enfermedades por hipofunción
pinas, que sólo se diferenciarían en la capacidad para adenohipofisaria
ensamblar las subunidades y secretarlas a la circulación.

Anatomía patológica. En el momento del diagnóstico son Panhipopituitarismos


macroadenomas con un grado variable de expansión supra- Concepto. Los hipopituitarismos son un conjunto de afec-
selar, algunos muy invasivos. Pueden presentar quistes y ne- ciones de etiología diversa que ocasionan la pérdida total o

2038
ENFERMEDADES DEL SISTEMA HIPOTÁLAMO-HIPOFISARIO

parcial de la función adenohipofisaria. Las manifestaciones TABLA 16.9. Etiología de los hipopituitarismos
clínicas dependen de varios factores, como la extensión del
déficit, el tipo de hormona u hormonas afectadas, la edad Primarios
Tumores hipofisarios
del paciente y la velocidad de instauración, y son más rele- Tumores con crecimiento o metástasis intraselar
vantes cuando las hormonas ausentes controlan glándulas Aneurismas vasculares intraselares
periféricas (TSH, ACTH) que cuando controlan funciones sin Necrosis isquémica de la hipófisis (síndrome de Sheehan)
localización o de importancia muy focal (PRL, GH). Las ma- Apoplejía hipofisaria
nifestaciones clínicas de hipopituitarismo se producen cuan- Alteraciones hipofisarias por infecciones, granulomatosis
do se ha destruido el 75% de la glándula, si bien con pruebas Alteraciones autoinmunes (hipofisitis linfocitaria)
de exploración dinámicas es posible detectar déficit de me- Infiltrativas
nor extensión. Con la destrucción del 90% de la glándula se Silla turca vacía
Alteraciones metabólicas
produce un déficit hipofisario total. Cuando la lesión afecta Yatrógenas
una o varias hormonas se denomina hipopituitarismo, y Idiopáticas
cuando se hallan involucradas todas, panhipopituitarismo.
Secundarios
Etiología. Los hipopituitarismos se dividen en dos catego- Sección física o funcional del tallo hipofisario
rías: primarios y secundarios. Los primarios se deben a la au- Tumores
sencia o destrucción de las células hipofisarias, mientras que Aneurismas
los secundarios están causados por déficit de estimulación Sección traumática
Sección yatrógena
sobre la hipófisis, debidos a alteraciones hipotalámicas o del
tallo hipofisario (tabla 16.9). Afectaciones hipotalámicas
Hipopituitarismos primarios. Los tumores hipofisarios son Tumores primarios o metastásicos
la causa más frecuente de hipopituitarismo. No existen du- Procesos inflamatorios, infecciosos, granulomatosos
das conceptuales acerca de que el crecimiento dentro de la o autoinmunes
silla turca de un tumor hipofisario o extrahipofisario, e inclu- Lesión traumática
so de un aneurisma vascular, origina destrucción o anula- Nutricionales
ción por compresión del tejido hipofisario normal. El con- Psíquicas
Yatrógenas
cepto de necrosis isquémica de la hipófisis, asociada al Idiopáticas
período puerperal, fue propuesto por SIMMONDS y desarrolla-
do por SHEEHAN, quien finalmente ha dado nombre al cuadro
(síndrome de Sheehan), tras demostrar que los partos compli-
cados, seguidos de hemorragia intensa e hipotensión, pue- renal crónica, si bien existen dudas acerca de una etiología
den producir necrosis isquémica e infarto de la hipófisis y primaria o por afectación hipotalámica; el cuadro cede tras
posterior fibrosis. En la actualidad no se sabe si la tendencia el trasplante renal.
al vasospasmo y a la necrosis hipofisaria materna tras la he- Entre las etiologías yatrógenas destaca el tratamiento con
morragia se debe a hiperplasia y la hipervascularización ca- radiaciones como parte de la terapia de lesiones malignas en
racterísticas de la hipófisis gestante o a una mayor sensibili- la cabeza y el cuello, siendo la hipófisis infantil más sensible
dad de ésta ante factores vasoconstrictores. Esta no es la a las radiaciones ionizantes que la adulta. En los niños, las
única situación en la que puede desarrollarse una necrosis manifestaciones más comunes son la detención del creci-
hipofisaria, que también se ha comunicado en casos de arte- miento y el retraso o la ausencia del desarrollo puberal,
ritis de la temporal y otras vasculitis, meningitis, malaria, he- mientras que en los adultos el hallazgo más frecuente es el
mocromatosis, eclampsia, hipovitaminosis e incluso sin en- déficit de gonadotropinas. Una causa de hipopituitarismo es
fermedad alguna. En la diabetes mellitus puede producirse la exéresis de la hipófisis como parte de la eliminación de un
necrosis hipofisaria sin manifestación clínica, excepto una tumor hipofisario o, en el pasado, cuando ésta se practicaba
reducción en las necesidades diarias de insulina. para contrarrestar la retinopatía diabética o el cáncer de
Los casos de necrosis isquémica o hemorragia en el inte- mama. Por último, el hipopituitarismo puede ocurrir sin cau-
rior de un tumor hipofisario, denominados apoplejía hipofi- sa aparente y lo más común es que afecte pocas hormonas y
saria, ocasionan hipopituitarismos de importancia variable. no sea un panhipopituitarismo; en general es esporádico, si
El cuadro clínico característico consiste en cefalea muy in- bien se han comunicado casos con una transmisión autosó-
tensa, amaurosis, oftalmoplejía e irritación subaracnoidea, mica o ligada al cromosoma X.
incluso acompañados de pérdida de conciencia, que a veces Hipopituitarismos secundarios. Pueden estar causados por
requiere descompresión quirúrgica inmediata. El resultado fi- varias lesiones del SNC o del hipotálamo, cuya característica
nal es un panhipopituitarismo de intensidad variable. común es la interrupción del flujo normal de los factores li-
Los procesos infecciosos de variada etiología pueden oca- beradores hipotalámicos hacia la hipófisis. Los hipopituitaris-
sionar hipopituitarismo, al igual que los procesos granuloma- mos secundarios presentan, por lo general, una respuesta hi-
tosos tipo sarcoidosis, si bien estos últimos afectan con ma- pofisaria casi normal ante los estímulos con estos factores
yor frecuencia la neurohipófisis. En los últimos tiempos se ha (GHRH, TRH, Gn-RH, CRH) y una ausencia de respuesta ante
comunicado un número creciente de casos de hipopituitaris- los estímulos hipotalámicos. Por otra parte, la diabetes insípi-
mo con una base inmunológica. El cuadro típico es el de da es una manifestación muy común en las alteraciones hi-
una mujer en el puerperio que desarrolla un hipopituitarismo potalámicas y una excepción en los hipopituitarismos secun-
y un presunto tumor hipofisario; tras la cirugía, el hallazgo es darios.
de una hipofisitis no tumoral sino parcialmente necrótica Las alteraciones del tallo hipofisario actúan como una sec-
con un gran infiltrado linfocitario. Este cuadro se ha denomi- ción física o funcional, interrumpiendo el flujo de las neuro-
nado hipofisitis linfocitaria. La hemocromatosis puede cau- hormonas hipotalámicas. Las causas más frecuentes son las
sar hipopituitarismo por depósito de hierro en las células hi- secciones traumáticas, sobre todo en las fracturas de la base
pofisarias, generalmente en las gonadotropas (estos del cráneo y como secuelas quirúrgicas. En estos casos se
depósitos pueden demostrarse en la RM); suele afectar tam- produce una hiperprolactinemia moderada, así como una
bién el hipotálamo y en ocasiones el hipogonadismo es se- diabetes insípida que puede ser permanente o transitoria.
cundario. Como ya se ha señalado, la silla turca vacía puede La diabetes insípida se instaura por la sección de los axones
asociarse a grados variables de hipopituitarismo, pero esto que discurren por el tallo; con el tiempo, éstos pueden resta-
ocurre en menos del 10% de los casos; lo habitual es una blecer la antigua vía o crecer por encima de la sección su-
normalidad funcional. Se han descrito hipopituitarismos, fun- pliendo funcionalmente la deficiencia. Asimismo, cualquier
damentalmente de gonadotropinas y TSH, en la insuficiencia obstáculo externo al flujo de los vasos porta provoca efectos

2039
ENDOCRINOLOGÍA

similares, siendo la etiología más frecuente la compresión roidismo secundario (déficit de TSH), con las manifestacio-
por tumores hipofisarios o extraselares y los aneurismas. nes de pérdida de velocidad mental, apatía, intolerancia al
Entre las alteraciones del hipotálamo que producen un dé- frío y piel áspera. Asimismo, se produce un déficit suprarre-
ficit de los factores liberadores hipofisarios (releasing factors) nal secundario (pérdida de ACTH), que se diferencia del pri-
y, por tanto, hipopituitarismo se incluyen los tumores prima- mario por la ausencia de pigmentación característica. De he-
rios o metastásicos del hipotálamo o del tercer ventrículo y cho, en los pacientes con panhipopituitarismo es típica la
las neoplasias infiltrantes, como linfomas o leucemias. En el despigmentación de la piel, sobre todo en las areolas mama-
caso de tumores ocupantes de espacio, cuanto más cerca se rias. Aunque raro, el déficit de vasopresina ocasiona una dia-
hallen de la eminencia media, más intensos serán sus efec- betes insípida, que sugiere una afectación hipotalámica. La
tos. Entre ellos merecen destacarse los pinealomas, que se ausencia de GH no provoca manifestaciones clínicas en pa-
asocian a pubertad precoz e hipogonadismo, y el craneofa- cientes adultos. Un cuadro similar se presenta en el panhipo-
ringioma, que es la causa de hipopituitarismo más frecuente pituitarismo por apoplejía hipofisaria. La piel pierde la tur-
en niños. gencia característica y adquiere un aspecto céreo y frío,
La sarcoidosis, la hemocromatosis y las lipoidosis suelen apareciendo pálida y sin vello. La cara está abotargada y pá-
cursar con afectación de TSH, gonadotropinas y GH y, con lida, con arrugas muy finas características sobre todo alrede-
menor frecuencia, de otras hormonas hipofisarias y una eleva- dor de la boca, cejas despobladas y un aspecto prematura-
ción de la PRL. De igual forma, los traumatismos que afectan mente avejentado. También hay pérdida del vello axilar y
el hipotálamo o el SNC, como los comas de larga duración, in- pubiano en ambos sexos y atrofia de mamas o testículos. Psí-
ducen un hipopituitarismo secundario, que no siempre se re- quicamente, los pacientes pueden presentar un cuadro que
suelve tras la reversión del cuadro de base. varía desde la apatía hasta síntomas psicóticos acusados.
A pesar de que se desconoce su mecanismo de acción, al-
teraciones psíquicas o en la ingestión y el peso corporal pro- Diagnóstico. El patrón bioquímico es idéntico en los casos
vocan deficiencias en la función hipotalámica; por ejemplo, de panhipopituitarismo y en los déficit aislados de cada hor-
la obesidad se asocia a alteraciones en la secreción de gona- mona hipofisaria, por lo que se tratarán a continuación. Una
dotropinas y GH, y tanto la sobrealimentación como la mal- vez demostrado el déficit hormonal, se debe proceder al
nutrición (incluida la anorexia nerviosa) pueden cursar con diagnóstico diferencial, que implica: a) excluir un fallo hor-
amenorrea que se corrige al alcanzar el peso normal. Entre monal primario de las glándulas diana; b) establecer si se tra-
las alteraciones psíquicas, el estrés induce un hipogonadis- ta de una hipofunción hipofisaria primaria o secundaria
mo hipogonadotropo reversible, y en cuanto a la secreción (causa hipotalámica), y c) determinar si la causa es un tras-
de GH, es conocido el enanismo por deprivación afectiva, torno no endocrino. Debe excluirse el fallo primario de las
que se corrige al lograr un ambiente afectivo adecuado para glándulas reguladas por la hipófisis (gónada, tiroides, supra-
el niño. renal), dado que sus manifestaciones clínicas son en general
Las causas yatrógenas pueden ser muy variadas, desde el indistinguibles del hipopituitarismo. El fallo pluriglandular
déficit de ACTH tras tratamientos prolongados con glucocor- de etiología autoinmune cursa con un cuadro clínico básica-
ticoides, la secreción alterada de gonadotropinas que puede mente similar, y aunque la intensidad del déficit hormonal es
seguir al tratamiento con anticonceptivos, hasta las lesiones mayor cuando la causa es primaria, este dato no permite es-
irreversibles causadas por el tratamiento con citostáticos o tablecer el diagnóstico. Sugiere un cuadro pluriglandular la
irradiación terapéutica del área hipotalámica. Por último, en presencia de otros cuadros autoinmunes, como diabetes me-
ocasiones no se encuentra una etiología para el hipopituita- llitus y vitíligo. También debe establecerse el diagnóstico di-
rismo, y en estos casos idiopáticos suele tratarse del déficit ferencial con lesiones hipotalámicas; por ejemplo, la anos-
de una o pocas hormonas. Merecen destacarse el déficit de mia orienta el diagnóstico de hipogonadismo hacia un
Gn-RH que conduce a un hipogonadismo hipogonadotropo síndrome de Kallmann, si bien la etiología sólo puede esta-
asociado a anosmia (síndrome de Kallmann) o los déficit se- blecerse mediante pruebas bioquímicas. Asimismo, debe
cretores de GH con alteración del crecimiento, que son en su considerarse la posibilidad de que el cuadro sospechado de
mayoría de etiología hipotalámica. hipopituitarismo se deba a enfermedades no endocrinas,
como alteraciones psiquiátricas (anorexia nerviosa) o nutri-
Cuadro clínico. El cuadro clínico del hipopituitarismo de- cionales (malnutrición u obesidad).
pende de la extensión de la afectación, del número de hor-
monas implicadas, de la edad del paciente y de la rapidez Tratamiento. Debe establecerse una vez evaluado el déficit
con que se instaura. En general, en los niños se manifiesta hormonal y consiste en una terapia de sustitución hormonal
por una alteración del crecimiento y del desarrollo puberal, de por vida. Inicialmente, ésta se lleva a cabo con glucocorti-
mientras que en los adultos se presenta como un hipogona- coides, dado que estos pacientes presentan un déficit cróni-
dismo. En su forma más extensa o de panhipopituitarismo, co suprarrenal, y a continuación con hormonas tiroideas. El
como ocurre en la apoplejía hipofisaria o en la hipofisecto- tratamiento con esteroides sexuales debe adecuarse a las ne-
mía posquirúrgica, la diabetes insípida se presenta en horas y cesidades del paciente. No se establece sustitución para los
la insuficiencia suprarrenal en pocos días. Por el contrario, déficit de GH en la edad adulta y nunca para los de PRL. El
en los hipopituitarismos que se instauran gradualmente tratamiento pormenorizado se describe a continuación en
(p. ej., por tumores intraselares o fenómenos infiltrativos), el los déficit hormonales selectivos.
cuadro clínico puede pasar inadvertido durante años.
En el síndrome de Sheehan o infarto hipofisario posparto
(fig. 16.27 A), el cuadro característico es el de un alumbra-
Déficit selectivo de hormonas hipofisarias
miento complicado con hemorragia e hipotensión o shock, Déficit de ACTH
que se resuelve con tratamiento médico. Tras el parto no se Concepto. El déficit de ACTH, ya sea como parte de un pan-
produce lactación debido al déficit secretor de PRL y en oca- hipopituitarismo o bien en forma aislada, ocasiona una insu-
siones no reaparece la regla o, si ésta se produce, vuelve a ficiencia corticosuprarrenal crónica, y la mayoría de los sig-
desaparecer al cabo de unos meses (déficit de LH y FSH). No nos y síntomas son indiferenciables de los de la insuficiencia
obstante, muchas mujeres maduras no buscan asistencia mé- suprarrenal primaria. Los pacientes presentan debilidad, hi-
dica ante la incapacidad de lactar o la persistencia de la potensión ortostática, fatiga que es más intensa al progresar
amenorrea gestacional. Meses después de instaurarse el défi- el día, náuseas, vómitos e hipotermia. El cuadro clínico es
cit de gonadotropinas, se producen involución mamaria y más leve que en la insuficiencia suprarrenal primaria debido
pérdida del vello axilar y pubiano. En ocasiones la paciente a que está preservada la secreción de aldosterona, que en
refiere que no volvió a crecer el vello pubiano rasurado en la parte es independiente de la ACTH. En ocasiones, la única
preparación para el parto. A este cuadro se añade un hipoti- manifestación clínica de la insuficiencia suprarrenal es la hi-

2040
ENFERMEDADES DEL SISTEMA HIPOTÁLAMO-HIPOFISARIO

Fig. 16.27. A. Paciente con síndrome de Sheehan: facies inexpresiva


y abotargada y ausencia de vello axilar. (Cortesía del profesor E. VI-
LARDELL LATORRE, Hospital Clínico y Provincial de Barcelona.) B. Pacien-
te con anorexia nerviosa, pérdida extrema de peso y amenorrea.

poglucemia en situaciones de ayuno o de ingesta alcohólica, forma repetida (cebamiento) ACTH. Si se realiza una estimu-
debido a la alteración de la gluconeogénesis. Dado que el lación repetida durante varios días o una perfusión continua
déficit de ACTH raras veces es total, en ocasiones los pacien- con ACTH, la respuesta de cortisol se recupera en las altera-
tes sólo experimentan síntomas en situaciones de estrés, in- ciones hipofisarias, pero no en los casos de lesión primaria
fección, traumatismo, etc. Un dato importante para diferen- suprarrenal. La falta de respuesta del cortisol a la ACTH 1-24
ciar este cuadro de la insuficiencia suprarrenal primaria es la indica un déficit secretor de ACTH endógena y, dada la per-
pigmentación de la piel; mientras que en la enfermedad de fecta correlación entre ambas, debe emplearse como sustitu-
Addison la hiperpigmentación es muy característica, los pa- to de la clásica hipoglucemia insulínica que presenta riesgos
cientes con déficit hipofisario de ACTH presentan una hipo- para los pacientes con hipopituitarismo. De cualquier forma,
pigmentación corporal muy evidente. De igual forma, en el una respuesta positiva a la ACTH no indica que el eje hipotá-
déficit de ACTH no se comprueba hiperpotasemia, dato bio- lamo-hipofisosuprarrenal del paciente sea capaz de respon-
químico asociado a la insuficiencia suprarrenal primaria. Si der ante un estrés, sino que puede significar sólo que se man-
no existe un déficit paralelo de gonadotropinas, la pérdida tiene una secreción basal adecuada de ACTH. Si los niveles
de andrógenos suprarrenales en el varón no ocasiona signos, de cortisol y ACTH, así como la respuesta del cortisol a la
mientras que en la mujer causa depilación axilar y pubiana. ACTH 1-24 son normales, se puede estudiar el eje mediante
dos pruebas, una de estimulación hipofisaria y otra hipotalá-
Diagnóstico. El diagnóstico y el diagnóstico diferencial se mica. La prueba hipofisaria consiste en la administración de
establecen mediante la determinación de ACTH y cortisol. CRH (100 µg por vía intravenosa) y la medición de la secre-
Valores bajos de cortisol inferiores a 10 µg/dL (0,2 µmol/L) ción de ACTH (o de cortisol si no se dispone de un buen
en condiciones basales junto con valores de ACTH inapro- análisis para la ACTH); en el caso de la prueba hipotalámica
piadamente bajos o normales, sugieren un déficit hipofisario, se provoca una hipoglucemia insulínica, la cual estimula el
dado que en la insuficiencia suprarrenal primaria los valores eje a través de la glucopenia hipotalámica, induciendo una
reducidos de cortisol se acompañan de un gran aumento de respuesta secretora de ACTH y cortisol.
ACTH. Para diferenciar la deficiencia absoluta de ACTH de la
deficiencia relativa, se emplea el estímulo con ACTH (ACTH Tratamiento. El tratamiento de la insuficiencia suprarrenal
1-24 sintético) y se mide la respuesta suprarrenal de cortisol. secundaria por déficit de ACTH consiste en la administración
La razón de este estímulo indirecto es que en los pacientes de hidrocortisona a dosis de 20-30 mg/día, en tomas fraccio-
con déficit de ACTH mantenido por períodos prolongados, nadas. Se puede emplear cualquiera de los glucocorticoides
las glándulas suprarrenales se atrofian y pierden la capaci- sintéticos, teniendo en cuenta la equivalencia de la dosis. El
dad de respuesta a la ACTH, capacidad que recuperan si paciente debe ser instruido para incrementar la dosis y bus-
vuelve a producirse secreción endógena o se administra de car atención médica ante cualquier estrés. Asimismo, en ca-

2041
ENDOCRINOLOGÍA

sos de estrés importante, como cirugía, debe ser tratado con tos, aumento del ejercicio físico, ingesta de laxantes, etc. El
dosis parenterales de hidrocortisona (100-300 mg/día). cuadro resultante es una notable pérdida de peso corporal
(fig. 16.27 B), unida a amenorrea por hipogonadismo hipogo-
Déficit de TSH nadotropo. Los niveles de LH y FSH caen a valores bajos de
Concepto, diagnóstico y tratamiento. El déficit de TSH tipo prepuberal incluso en mujeres adultas, manteniéndose
causa un hipotiroidismo hipofisario o secundario, indistin- una pulsatilidad y una respuesta a la Gn-RH normales. Si bien
guible clínicamente del hipotiroidismo primario, excepto por en casos extremos el diagnóstico es fácil, en las primeras eta-
su menor intensidad. El déficit de TSH aislado, es decir, sin pas el clínico suele enfrentarse a una paciente con ameno-
formar parte de un hipopituitarismo, es una excepción. La rrea que en la anamnesis dirigida refiere que “come normal-
presentación clínica es la clásica del hipotiroidismo: intole- mente”, lo cual puede dificultar el diagnóstico. Todas las
rancia al frío, enlentecimiento mental, estreñimiento, bradi- manifestaciones del cuadro cesan al recuperarse el peso cor-
cardia y piel seca y áspera. La hipercolesterolemia y el mixe- poral normal y corregirse el trastorno psiquiátrico.
dema no son habituales. Si se presenta en la infancia, cursa La diferenciación entre un fallo gonadal primario (hipogo-
con un retraso pronunciado en el crecimiento corporal. nadismo hipergonadotropo) y un fallo gonadal secundario
El diagnóstico se establece por la discordancia entre los (hipogonadismo hipogonadotropo) es evidente. En pre-
valores bajos de hormonas tiroideas (T3 y T4), adecuados al sencia de un cuadro clínico de hipogonadismo y cifras ba-
estado hipotiroideo del paciente, y los niveles bajos o “anor- jas de esteroides sexuales [estrógenos inferiores a 30 pg/mL
malmente” normales de TSH, dado que en el hipotiroidismo (110 pmol/L) en la mujer; testosterona inferior a 3 ng/mL
primario los niveles de TSH deben estar francamente ele- (10,4 nmol/L) en el varón], las gonadotropinas deben estar
vados. Incluso en los laboratorios que no disponen de los elevadas o francamente elevadas. Si en el cuadro anterior los
modernos análisis por quimioluminiscencia que distinguen niveles de LH y FSH son bajos o se encuentran en el límite de
entre cifras bajas y suprimidas de TSH, el diagnóstico bioquí- la normalidad, se establece el diagnóstico de hipogonadismo
mico del hipotiroidismo secundario no plantea problemas. hipogonadotropo y, al igual que para el eje tirotropo, sin ne-
En cambio, el diagnóstico diferencial entre hipotiroidismo cesidad de pruebas dinámicas. Sin embargo, la determina-
secundario de causa hipotalámica e hipofisaria puede ser ción del origen hipotalámico o hipofisario es bastante más
más difícil, y se ha sugerido que la prueba de estimulación compleja. La inyección intravenosa de 100 µg de Gn-RH pro-
con TRH y posterior medición de TSH permite diferenciar es- voca, en individuos sanos (fig. 16.15 B), una elevación neta
tas dos etiologías. Ante una alteración hipofisaria, la respues- de LH y un aumento menor de FSH, con picos secretores a
ta de la TSH debe ser baja o inexistente; por el contrario, en los 15-30 min. En pacientes con afección hipofisaria, por tu-
un déficit hipotalámico se debe presentar una respuesta de mor no secretante o de otro tipo, la respuesta a la prueba de
TSH adecuada pero retrasada en el tiempo. No obstante, este Gn-RH puede ser normal, disminuida o ausente, lo cual indi-
comportamiento no es general y esta prueba tiene una capa- ca su escaso valor discriminativo, aunque en general está dis-
cidad discriminativa muy limitada. minuida. En un paciente con lesión hipofisaria y con res-
El tratamiento debe ser el mismo que el del hipotiroidismo puesta disminuida a la Gn-RH, si se realiza un cebamiento
primario, con administración diaria de 100-150 µg de T4 en con administraciones diarias de Gn-RH a lo largo de una se-
dosis única, pero la guía para el ajuste de la dosis no serán, mana y al cabo de este tiempo se vuelve a repetir la prueba
como es habitual, los valores de TSH sino los de T4. En casos de estimulación, se comprueba que la secreción de LH y
de hipotiroidismo de larga duración el tratamiento debe ini- FSH tras Gn-RH no mejora. Por el contrario, en los casos de
ciarse con dosis bajas (25 µg/día) e incrementarse lentamen- déficit de gonadotropinas por alteración hipotalámica, la res-
te (semanas). En los pacientes con panhipopituitarismo se puesta de LH y FSH es normal pero con el pico de secreción
debe tener la precaución de comenzar primero el tratamien- retrasado, o bien se halla disminuida y tras el cebamiento se
to sustitutivo con glucocorticoides y, unos días después, in- recupera. Por tanto, el dato realmente discriminativo en esta
troducir las hormonas tiroideas. La razón es que el aumento situación es el comportamiento de la prueba de estimula-
en el metabolismo corporal inducido por la sustitución de T4 ción tras el cebamiento. El nivel hipotalámico del eje se pue-
puede desencadenar una insuficiencia suprarrenal aguda en de estudiar directamente mediante la prueba del clomifeno;
pacientes no protegidos. este es un estrógeno de débil potencia que tiene la propie-
dad de bloquear los receptores estrogénicos hipotalámicos y
Déficit de gonadotropinas eliminar así el efecto de retroalimentación negativa de los es-
Concepto, diagnóstico y tratamiento. El déficit de gona- teroides sobre la liberación de Gn-RH. Si a un paciente con
dotropinas antes del desarrollo puberal determina la ausen- hipogonadismo hipogonadotropo y respuesta normal de LH
cia total o parcial de los caracteres secundarios, y en los ca- y FSH tras Gn-RH se le administra clomifeno (100 mg/día por
sos de déficit aislado de gonadotropinas, el cierre retrasado vía oral durante 5 días) y no se produce una elevación de go-
de los cartílagos de crecimiento provoca proporciones cor- nadotropinas, existe una alta probabilidad de que la lesión
porales eunucoides. En la mujer adulta el déficit de gonado- se localice en el hipotálamo. En el hombre, el clomifeno
tropinas y la consiguiente deficiencia de estrógenos se ma- puede emplearse de igual modo por su capacidad de antago-
nifiesta por amenorrea, sequedad de la piel y vaginal y dispa- nizar el efecto de retroalimentación negativa de la testostero-
reunia, atrofia mamaria y pérdida de la libido. En el varón na. Para ser eficaz en ambos sexos, la prueba del clomifeno
cursa con pérdida de la libido e impotencia, atrofia relativa requiere unos niveles mínimos circulantes de estradiol o tes-
testicular, desaparición o enlentecimiento del crecimiento tosterona. El hipogonadismo hipogonadotropo asociado a
del vello andrógeno-dependiente y reducción de la fuerza grados variables de anosmia o hiposmia, denominado sín-
muscular. En los cuadros de panhipopituitarismo y en la ma- drome de Kallmann, se debe a la ausencia de las neuronas hi-
yoría de los casos de déficit aislado faltan ambas gonadotro- potalámicas secretoras de Gn-RH y de las fibras olfatorias,
pinas, si bien se han comunicado casos de déficit aislado de más que a un problema común de migración neuronal, este
FSH. cuadro se debe a un déficit de crecimiento axonal.
Reviste particular interés el déficit de gonadotropinas de Ante el déficit de gonadotropinas, si no se desea la fertili-
origen hipotalámico que acompaña a la anorexia nerviosa, dad, el tratamiento será el mismo que en el hipogonadismo
cuadro que debería denominarse más apropiadamente ano- primario: sustitución hormonal de los esteroides gonadales
rexia mental. Esta enfermedad, que afecta sobre todo a muje- que faltan en la mujer mediante una combinación de estró-
res en edad puberal o juvenil, se caracteriza por una persecu- genos (5-20 µg/día de etinilestradiol) durante 20-25 días y
ción incensante de la pérdida de peso corporal. Para ello los acetato de medroxiprogesterona (5-10 mg/día) los últimos
pacientes realizan grandes esfuerzos para no ingerir alimen- días para inducir el sangrado uterino por deprivación. Re-
tos, combinados con métodos para reducir la eficacia de és- cientemente se ha comenzado a emplear el tratamiento con
tos: conocimiento experto del valor calórico de los alimen- parche transdérmico. En el varón la sustitución hormonal se

2042
ENFERMEDADES DEL SISTEMA HIPOTÁLAMO-HIPOFISARIO

realiza mediante la administración de enantato de testostero-


na (100-200 mg por vía intravenosa cada 2-4 semanas, según
las necesidades del paciente). Cuando se desee la fertilidad,
se debe proceder a tratamientos especializados mediante la
estimulación con gonadotropina coriónica o Gn-RH en bom-
bas de perfusión continua.

Déficit de prolactina
Concepto, diagnóstico y tratamiento. El déficit de prolac-
tina sólo tiene una manifestación clínica: la incapacidad
para lactar tras el parto. Por tanto, establecer el nivel de la al-
teración tiene como objetivo un diagnóstico adecuado del
grado y extensión de afectación del sistema, sobre todo te-
niendo en cuenta que en general los procesos patológicos
suprahipofisarios cursan con cifras elevadas de PRL. Dado
que esta hormona no tiene glándula diana, sus cifras basales
no son adecuadas para establecer con certeza su estado fun-
cional. En la actualidad se dispone de dos pruebas para la
exploración hipofisaria de esta hormona: la administración
de TRH (500 µg por vía intravenosa), que además de provo-
car una liberación de TSH, aumenta de forma paralela la
PRL, siendo un método particularmente útil para estudiar su
reserva hipofisaria. Un método alternativo de estímulo hipofi-
sario consiste en administrar un bloqueador dopaminérgico
como la metoclopramida (10 mg por vía intravenosa). Como
estímulo hipotalámico la hipoglucemia insulínica hipotalá-
mica provocará la secreción de PRL. El déficit de PRL, ya sea
aislado o como parte de un panhipopituitarismo, no recibe
tratamiento.

Déficit de hormona del crecimiento


Concepto y etiología. El déficit de GH puede presentarse
como parte de un panhipopituitarismo o como déficit aisla-
do, en cuyo caso su relevancia es máxima en la infancia. El
déficit de GH puede ser congénito o adquirido. En la edad
adulta, la falta de GH no origina manifestaciones clínicas im-
portantes, si bien se postula la participación de esta hormona
en acciones de menor trascendencia clínica, como la cicatri-
zación de heridas, la reparación de fracturas óseas o el bie-
nestar corporal general. En la infancia su déficit ocasiona un
retraso de crecimiento.
El déficit congénito de GH puede manifestarse como epi-
sodios de hipoglucemia durante la infancia; no obstante, su Fig. 16.28. Paciente con enanismo hipofisario por déficit de GH.
presentación clínica habitual ocurre entre los 4 y los 10 años. (Cortesía del profesor M. POMBO ARIAS, Servicio de Endocrinología Pe-
En esta etapa de la vida, el niño afecto presentará rasgos ca- diátrica, Hospital General de Galicia, Santiago de Compostela.)
racterísticos de inmadurez corporal y se observará un retraso
tanto en la edad ósea como en la talla. Incluso en ausencia
de GH estos niños crecerán a una velocidad de aproximada- do la ausencia de células somatotropas o mutaciones en el
mente 1 cm/año y el término de la etapa de crecimiento se gen de GH. Por último, los defectos del receptor de la GH ori-
prolongará debido al retraso óseo. La situación final, si no ginan un cuadro de enanismo con niveles elevados de GH y
se instauran medidas correctoras, será un intenso e irreversi- bajos de IGF-I, al cual se designa enanismo tipo Laron. En
ble retraso estatural cuando se haya alcanzado la edad adul- ocasiones existen déficit que sólo son parciales.
ta. Las causas del déficit de hormona de crecimiento son Los déficit adquiridos de GH se producen por cualquiera
tres: a) alteración en la secreción de GHRH por el hipotála- de las causas ya referidas. Merecen especial atención los
mo en niños con hipófisis normal, que es responsable en el consecutivos a radiación o a quimioterapia. No se conoce la
80% o más de todos los casos; b) alteración de las células so- razón por la cual las células somatotropas son las más sensi-
matotropas hipofisarias, y c) alteración en el receptor perifé- bles a la radiación de toda la hipófisis.
rico para la GH. El grupo de alteración hipotalámica com-
prende la mayoría de los pacientes, en los cuales se observa Cuadro clínico. El déficit de GH en el adulto no ocasiona
una falta de respuesta secretora de GH ante los estímulos hi- manifestaciones clínicas. En la niñez o la edad prepuberal,
potalámicos y una respuesta conservada a la GHRH que indi- dicho déficit, sea congénito o adquirido, determina una talla
ca que la hipófisis está intacta. Existe un subgrupo en el que corporal baja, que siempre se halla por debajo del tercer per-
la respuesta es normal ante todos los estímulos pero el niño centil que corresponde según la edad del paciente. Este dato
no experimenta crecimiento somático y se ha postulado que se acompañará de una velocidad de crecimiento inferior a
la alteración radica en los mecanismos de liberación hipota- 4 cm/año y un retraso en la maduración ósea. En los prime-
lámica o disfunción neurosecretora. Tal vez se deba conside- ros años de la vida, el déficit congénito de GH tiende a no
rar una disfunción neurosecretora al retraso de crecimiento manifestarse o a hacerlo como hipoglucemias espontáneas
debido a deprivación afectiva, es decir, niños de hogares atribuidas a una disminución de los depósitos hepáticos de
problemáticos y con conflictos graves, en los que toda la ma- glucógeno. Los niños afectos presentan una facies aniña-
quinaria no funcionante del eje somatotropo está intacta, da característica que se ha denominado cara de muñeca,
como lo demuestra el retorno a la normalidad en cuanto el con piel fina, rasgos delicados, ligera obesidad y voz infantil
niño es trasladado a un ambiente adecuado. Los casos de al- (fig. 16.28). No existe en general retraso del desarrollo inte-
teración hipofisaria son raros y en ocasiones se ha comproba- lectual.

2043
ENDOCRINOLOGÍA

Diagnóstico. En la infancia, el diagnóstico del déficit de GH tarse. Durante el tratamiento se debe vigilar con cuidado la
se establece por pruebas bioquímicas una vez que se ha de- posible aparición de un hipotiroidismo clínicamente larva-
mostrado una velocidad de crecimiento anormal en diferen- do, que se pone de manifiesto al aumentar el metabolismo
tes intervalos de 3 meses y que se han excluido problemas del paciente. El tratamiento con GH a niños no deficitarios
afectivos o déficit nutricionales. En los enanismos tipo Laron no incrementa su talla final.
se observa un aumento de GH y disminución de IGF-I. En los
restantes pacientes las cifras bajas de GH no son diagnósti-
cas, por lo que se deben realizar pruebas dinámicas de esti- Sistema hipotálamo-neurohipofisario
mulación. Habitualmente, se efectúan al menos 3 pruebas de
estimulación antes de establecer el diagnóstico; dichas prue- La neurohipófisis y sus áreas hipotalámicas relacionadas
bas varían de un centro a otro, pero en general consisten en constituyen un continuum de tejido neuronal, siendo la neu-
la estimulación hipotalámica e hipofisaria. Las pruebas de es- rohipófisis la zona de liberación de las neurohormonas a la
timulación hipotalámica más habituales son el ejercicio físi- circulación. El conjunto operativo está formado por los nú-
co tras tratamiento con propranolol, que es rápida y fácil de cleos supraóptico y paraventricular, donde se sitúan los so-
realizar, y la hipoglucemia insulínica, prueba que entraña mas neuronales cuyos axones recorren el hipotálamo en di-
riesgos y que debería ser reemplazada; otras pruebas alterna- rección frontocaudal, discurren por el tallo hipofisario y
tivas son el estímulo con arginina o clonidina. Si la secreción finalizan en la neurohipófisis. A lo largo del trayecto hipo-
de GH es positiva con estos estímulos hipotalámicos, no es fisario en formaciones arrosariadas especiales se liberan las
necesario comprobar el estado de las células somatotropas. dos hormonas neurohipofisarias: la hormona antidiurética
Por el contrario, ante una falta de respuesta a la estimulación (ADH), denominada también vasopresina, y la oxitocina;
hipotalámica, está indicada una prueba de estímulo hipofisa- cada una de ellas es sintetizada en neuronas diferentes y
rio con GHRH, pues una respuesta positiva a ésta indicará transportadas por el flujo axónico empaquetadas con su pro-
que la alteración se localiza en el hipotálamo. Si el resultado teína de transporte o neurofisina (ADH-neurofisina y oxitoci-
de estas pruebas convencionales es normal, no se descarta na-neurofisina). La ADH tiene como misión la conservación
un déficit de secreción espontánea o no estimulada artificial- del agua corporal, mientras que la oxitocina regula la con-
mente de la hormona, por lo que ante una clínica muy suges- tracción muscular y la eyección de leche por el alveolo ma-
tiva se debería evaluar la secreción espontánea de GH a lo mario.
largo de 24 h o durante el sueño, prueba laboriosa y que im-
plica el ingreso hospitalario del niño. En general se conside-
ra que una respuesta de GH ante un estímulo es positiva si
Oxitocina
se obtiene un pico secretor por encima de 10 µg/L. Pero se Es un péptido de 9 aminoácidos que en el momento del
debe tener en cuenta que los modernos análisis de GH leen parto aumenta la excitabilidad uterina y su contracción. Es-
un 25% más bajo que el tradicional radioinmunoanálisis, por timula la contracción de las células mioepiteliales de los
lo cual este límite arbitrario debe ser redefinido. La determi- alveolos mamarios para la eyección de leche y el peristaltis-
nación analítica de las proteínas transportadoras de IGF-I y mo intestinal. No se han descrito afecciones asociadas a su
de GH puede contribuir en el futuro a facilitar los procesos hiposecreción o hipersecreción, por lo que no se estudiará
diagnósticos. en este capítulo.
Establecido un déficit secretor de GH, se debe evaluar a
continuación el resto de las hormonas hipofisarias así como
realizar análisis de imagen por RM del área hipotálamo-hipo-
Hormona antidiurética o vasopresina
fisaria. El diagnóstico diferencial debe excluir trastornos La ADH es un péptido de 9 aminoácidos, de los cuales seis
afectivos, nutricionales o genéticos (síndrome de Turner) forman un anillo y los otros tres una cadena lateral. En el
y enfermedades sistémicas (insuficiencia renal, hepatopatías, hombre uno de estos tres aminoácidos laterales es la argini-
etc.). Especial cuidado debe ponerse en la exclusión de na, por lo que en ocasiones se denomina a la hormona argi-
un hipotiroidismo infantil, que cursa con déficit secundario nina-vasopresina. La función de la ADH es la regulación del
de GH. agua corporal, que el organismo lleva a cabo mediante tres
En el adulto, el déficit de GH se evalúa en el contexto de factores: la ADH, el riñón y la sensación de sed. Aunque tie-
un hipopituitarismo adquirido para calibrar el grado y la ex- ne efectos presores (de ahí el nombre de vasopresina), en el
tensión de la afectación. Los dos estímulos más empleados adulto sano no participa en la regulación de la presión arte-
son la hipoglucemia insulínica (con las precauciones men- rial.
cionadas) o la prueba de estimulación con clonidina y la
prueba de GHRH para evaluar el funcionalismo de las célu- Fisiología. Entre las múltiples variables que regulan la secre-
las somatotropas. ción de ADH (fig. 16.29), la presión osmótica efectiva del
plasma es la más importante. La presión osmótica del plasma
Tratamiento. En la edad adulta no se realiza tratamiento actúa a través de los osmorreceptores, que son células inde-
sustitutivo de GH, dado que aún no se han establecido de pendientes de las productoras de ADH. El osmorreceptor
forma inequívoca sus efectos beneficiosos. El tratamiento funciona como un sistema discontinuo, es decir, por debajo
está limitado a los niños con déficit de GH en las etapas pre- de un nivel determinado (nivel de equilibrio o set-point) no
vias al cierre de los cartílagos de crecimiento. El tratamiento se libera ADH y por encima, la liberación es linealmente de-
del enanismo tipo Laron debería ser con IGF-I, aunque en la pendiente de la presión osmótica (fig. 16.30). Cambios tan
actualidad se encuentra en fase experimental. Para el déficit mínimos como del 1% son capaces de provocar la liberación
secretor de GH de etiología hipotalámica, un tratamiento al- de 1 pmol/L de ADH, cantidad suficiente para alterar la canti-
ternativo podría ser la administración de análogos del GHRH dad y la concentración de la orina excretada. Es esta extraor-
o péptidos relacionados como el GHRP; estos tratamientos se dinaria sensibilidad la que determina que la presión osmóti-
hallan también en fase experimental y a la espera del desa- ca sea el principal regulador de la liberación de ADH y de
rrollo de vías de administración no parenterales. Tras la apa- todo el sistema. El nivel de equilibrio del sistema es variable
rición de enfermedad de Creutzfeldt-Jakob en pacientes tra- de un individuo a otro, pero relativamente constante para
tados con GH extraída de cadáver, ésta fue retirada del cada uno, y se sitúa cerca de los 280 mosm/kg.
mercado internacional; en España, el tratamiento se realiza El sistema de osmorregulación no es igualmente sensible
con GH obtenida por recombinación genética. En la actuali- para todos los solutos; así, el sodio y los aniones (componen-
dad, éste es el único autorizado, y se administra a razón de tes decisivos de la presión osmótica del plasma) son los regu-
0,10-0,15 U/kg/día por vía subcutánea, si bien estas dosis es- ladores más importantes de la secreción de ADH; el manitol
tán en proceso constante de revisión y tienden a incremen- presenta una potencia similar. Por el contrario, la urea y la

2044
ENFERMEDADES DEL SISTEMA HIPOTÁLAMO-HIPOFISARIO

Sed
Barorreceptores Barorreceptores
carotídeos aórticos 24

Receptores de volumen 20
Osmolaridad
plasmática
16

Vasopresina (pmol/L)
Osmorreceptor
12
Dolor
Emoción
Estrés
Fármacos 8

4
ADH

280 290 300 310 320

Osmolaridad plasmática
(mosm/kg)
Fig. 16.29. Esquema de la regulación general de la secreción de
ADH por diversos factores y cambios volumétricos de presión y de os-
molaridad plasmática. Fig. 16.30. Tasa de secreción de ADH ante cambios en la presión
osmótica plasmática.

glucosa contribuyen en menor medida. La base física del os-


morreceptor no se conoce con precisión, pero se cree que
actúa como un “comparador”, gracias a la capacidad de su
25
membrana plasmática de ser permeable o impermeable a Presión arterial
determinados solutos, al igual que las otras células corpora-
les. Ante un incremento del sodio plasmático, se produce
una salida de agua del osmorreceptor atraída por la presión 20 Basal
osmótica externa; esta pérdida de volumen descarga la se-
ñal, activando las neuronas secretoras de ADH en el núcleo Volumen
Vasopresina (pg/mL)

supraóptico o paraventricular. Por el contrario, la urea o la Osmolaridad


15
glucosa, al penetrar sin restricción, ya sea por su difusión o
bien por mecanismos de transporte, igualan su efecto osmó-
tico dentro y fuera del osmorreceptor, por lo que no provo-
can cambios de volumen ni secreción de ADH. 10
La secreción de ADH es regulada también por cambios de
volumen o de presión arterial, a través de receptores de volu-
men, principalmente en la aurícula derecha, o de receptores 5
de presión en grandes vasos, como la aorta (fig. 16.29). Estas
señales nerviosas activan directamente las neuronas secreto-
ras de ADH. Aunque los descensos de la presión arterial o
del volumen sanguíneo circulante provocan una liberación 0
de ADH, su importancia es secundaria comparada con los
cambios en la presión osmótica. En efecto, se deben produ- -30 -20 -10 0 +10 +20
cir caídas del 20% en cualquiera de estos dos parámetros Cambio (%)
para liberar la cantidad de ADH equivalente a una elevación
del 1% de la presión osmótica (fig. 16.31). Por el contrario, el
aumento de la presión sistémica o del volumen circulante, al Fig. 16.31. Relación entre los cambios en la presión arterial, el volu-
igual que los descensos de la presión osmótica inhiben la li- men plasmático y la presión osmótica plasmática en la inducción de
beración de ADH. modificaciones en la secreción de ADH. (Modificada de G.L. ROBERT-
El barorreceptor parece actuar mediante conexiones en el SON, 1986, con autorización.)
área de quimiorreceptores de la zona emética del hipotála-
mo; esto explicaría por qué las náuseas son un estímulo tan
potente para la liberación de ADH. El barorreceptor puede Acciones. La acción de la ADH es conservar el agua corpo-
estar implicado en otros factores que estimulan la descarga ral mediante una reducción del volumen de orina excretado.
de ADH, como la nicotina, el isoproterenol, la histamina y la Para ello la ADH promueve la reabsorción de agua libre de
morfina, o en procesos patológicos como la cirrosis o la insu- solutos en los túbulos contorneados distales y túbulos colec-
ficiencia cardíaca congestiva. Los glucocorticoides, al cam- tores del riñón. En ausencia de ADH, ambos tipos de túbulos
biar el umbral, pueden inhibir la secreción de ADH en algu- son impermeables al agua, por lo que la orina hipotóni-
nas situaciones. Se debe considerar, sin embargo, que todos ca que se ha formado en la nefrona proximal es excretada
estos factores, entre los cuales pueden incluirse el estrés y el sin reducir su volumen ni aumentar su concentración; es
dolor como liberadores y el alcohol como inhibidor, no par- la denominada diuresis acuosa, que puede ser hasta de
ticipan en la regulación habitual de la secreción de ADH. 20 mL/min y con una concentración de sólo 70 mosm/kg. En

2045
ENDOCRINOLOGÍA

presencia de ADH se incrementa la permeabilidad al agua TABLA 16.10. Causas de poliuria


de los túbulos contorneado distal y colector, que dejan mo-
verse a su través y sin impedimento el agua libre de solutos. Diabetes insípida central
Primaria
Dado que la presión osmótica de la corteza y, sobre todo, de Idiopática
la médula renal es mayor que la de la orina, el agua abando- Familiar
nará el túbulo para pasar al parénquima renal, lo que produ- Síndrome de Wolfram
cirá dos efectos concomitantes: la reducción del volumen de Secundaria
la orina y el aumento de su concentración con recuperación Neoplasias primarias o secundarias del área
de agua para la circulación corporal. El grado en que se re- Traumatismos
duce el volumen y aumenta la concentración de la orina es Procesos granulomatosos
proporcional a la cantidad de ADH secretada por la neurohi- Infecciones
Autoinmune
pófisis, pero puede llegar a 0,6 mL/min y a una concentra- Yatrógena
ción de 1.400 mosm/kg (véase también Fisiología renal, en la Diabetes insípida nefrogénica
sección Nefrología). Primaria
La capacidad de la ADH para reabsorber agua depende de Idiopática
las condiciones en que la orina llegue al túbulo distal. En Familiar
efecto, antes de llegar a las zonas sensibles a la ADH, la orina Secundaria
ya ha reducido su volumen y se ha hecho hipotónica por la Diuresis osmótica
reabsorción de sodio, cloro, glucosa y otros solutos, sobre Enfermedad renal crónica
Por tóxicos
todo en el asa de Henle. En situaciones patológicas como la Metabólica
diabetes mellitus mal compensada, en caso de ingesta eleva- Polidipsia primaria
da de sodio o con concentraciones altas de urea, la orina lle- Primaria
ga a la zona sensible a la ADH con una elevada concentra- Psicogénica (potomanía)
ción de solutos y puede desbordar la capacidad de Psicótica
reabsorción de la vasopresiona, lo que se denomina diuresis Idiopática
osmótica o diuresis de solutos. Por el contrario, en la insufi- Secundaria
ciencia cardíaca congestiva, en la cual la nefrona proximal Procesos granulomatosos
Vasculitis
reabsorbe altas cantidades de filtrado, estará impedida la ca- Esclerosis múltiple
pacidad de excretar agua libre por el riñón.
Con respecto a la regulación de la sed, que desempeña un
papel relevante en la conservación del agua corporal, se
considera que existen osmorreceptores específicos para la una rareza, la diabetes insípida se asocia a diabetes mellitus,
sensación de sed que son diferentes de los reguladores de atrofia óptica (OA) y sordera (D, de deafness) (DIDMOAD).
la secreción de ADH. Cuando el riñón y la ADH no son capa- La gran mayoría de los casos de diabetes insípida son secun-
ces de conservar una cantidad de agua igual a la que el orga- darios a procesos patológicos en el área hipotálamo-hipofisa-
nismo necesita en un momento dado, la sed asegura el equi- ria o a una intervención quirúrgica en esta zona. Cualquier
librio, forzando al individuo a beber mediante un impulso lesión del área hipotalámica tiene una alta probabilidad de
incoercible. manifestarse como diabetes insípida, en especial las de tipo
granulomatoso, como la sarcoidosis. Entre las causas infec-
ciosas cabe mencionar la encefalitis vírica, la meningoence-
falitis bacteriana, la sífilis y el síndrome de Guillain-Barré. Los
aneurismas de la arteria comunicante anterior, sobre todo si
Enfermedades de la neurohipófisis sangran, pueden ocasionar un cuadro de diabetes insípida y
pérdida de la función de los osmorreceptores e, incluso, pér-
dida de la sensación de sed; una complicación similar puede
Síndromes de hipofunción de ADH ocurrir en la cirugía hipofisaria por vía transcraneal. Asimis-
mo, es posible la diabetes insípida como complicación de
Diabetes insípida paros cardiorrespiratorios o encefalopatías. Por último, los
traumatismos por accidentes que causan lesión de los axo-
Concepto y etiología. La diabetes insípida es el cuadro clí- nes que discurren por el tallo hipofisario pueden originar
nico resultante de la falta de secreción de ADH (diabetes in- una diabetes insípida; en ocasiones, ésta es transitoria, al
sípida central) o de la ausencia de receptores sensibles a la producirse la regeneración de dichos axones.
ADH en los túbulos renales (diabetes insípida nefrogénica). Las causas de la diabetes insípida nefrogénica se resumen
En ambos casos se establece un estado poliúrico. La poliuria en la tabla 16.10. En la de origen familiar, existe herencia li-
se define como la excreción excesiva de orina hipotónica, es gada al cromosoma X y la enfermedad se manifiesta desde
decir, con cifras de orina superiores a 2,5 L/24 h (40 los primeros momentos de la vida, con mayor afectación en
mL/kg/24 h), con osmolaridades urinarias persistentemente el varón. Al principio cursa en forma inadvertida y a conti-
inferiores a 300 mosm/kg, en condiciones de ingestión de nuación se manifiesta por pérdida de peso e irritabilidad del
agua sin restricción. Junto a la diabetes insípida central y la niño. Es poco común. Se han descrito dos grupos de enfer-
nefrogénica, la polidipsia primaria genera un estado poliúri- mos: uno en el que la ADH no estimula la formación de
co, por lo que debe incluirse en el análisis diagnóstico. AMPc intracelular, y otro en el que se genera pero faltan los
Para que se produzca una diabetes insípida central, tam- pasos ulteriores de señal. Entre las causas metabólicas, la hi-
bién denominada craneal, neurogénica, hipotalámica o sensi- percalcemia produce dos efectos: impide la acción de la
ble a la ADH, se requiere la pérdida de más del 80% de las ADH sobre el riñón y aumenta la secreción hipofisaria de
neuronas que la sintetizan. Se presenta en cualquier edad de aquélla. Por último, las causas de la polidipsia primaria (ta-
la vida, con un predominio en los varones, y sus causas se re- bla 16.10) no son tan bien conocidas como las de la diabetes
sumen en la tabla 16.10. La forma más frecuente es la idiopá- insípida.
tica, y en los pocos casos familiares descritos se ha asociado
a una herencia autosómica dominante y, en algunos, recesi- Fisiopatología. La diabetes insípida central está causada
va. En estos casos se manifiesta desde los primeros meses de por la liberación disminuida o inexistente de ADH osmorre-
la vida, y en el estudio anatomopatológico se detecta una de- gulada, que conduce a la pérdida de agua libre. Dado que
generación neuronal de los núcleos supraóptico y paraventri- la regulación de la sed se mantiene intacta, el incremento
cular. En el síndrome de Wolfram, entidad que constituye plasmático de la osmolaridad y del sodio lleva a una mayor

2046
ENFERMEDADES DEL SISTEMA HIPOTÁLAMO-HIPOFISARIO

ingestión de líquidos para mantener el balance de agua per- TABLA 16.11. Diagnóstico de los estados poliúricos
dida por la orina. En la diabetes insípida renal se secreta
ADH, pero ésta no actúa, con lo que los mecanismos com- Osmolaridad urinaria (mosm/kg)
pensadores son los mismos. En los individuos con poli- Tras deshidratación Tras DDAVP Diagnóstico
dipsia primaria, el aumento de la ingestión de líquidos
ocasiona un descenso de la osmolaridad plasmática y la su- < 300 > 750 Diabetes insípida central
< 300 < 300 Diabetes insípida nefrogénica
presión de la liberación de ADH, con el consiguiente incre- 300-800 < 750 Diabetes insípida central
mento de la diuresis. Existe un gran intercambio de agua, parcial*
pero la osmolaridad plasmática se halla estabilizada en va- Diabetes insípida nefrogénica
lores bajos. parcial**
Polidipsia primaria***
Cuadro clínico. Las manifestaciones principales de la diabe- DDAVP: desmopresina.
tes insípida, tanto central como nefrogénica, y de la polidip- *La ADH al final de la prueba de la deshidratación no aumenta por encima de
sia primaria son idénticas: poliuria, nicturia, sed incesante e 4 pmol/L. Tras la perfusión de suero salino hipertónico la ADH no aumenta al
incremento de la ingestión de líquidos, con especial apeten- doble de su valor basal o por encima de 4 pmol/L.
**La ADH al final de la prueba de la deshidratación sí aumenta por encima de
cia por el agua fría. En los niños puede manifestarse como 4 pmol/L. Tras la perfusión de suero salino hipertónico la ADH sí aumenta al
enuresis. Existen otros síntomas asociados, como insomnio, doble de su valor basal o por encima de 4 pmol/L.
malestar general e impotencia, debidos a los intensos trastor- ***La ADH al final de la prueba de la deshidratación no aumenta por encima
de 4 pmol/L. Tras la perfusión de suero salino hipertónico la ADH sí aumenta
nos en el hábito de vida que causa la enfermedad. Existe una al doble de su valor basal o por encima de 4 pmol/L.
gran variedad en la presentación, desde formas moderadas
hasta pacientes que necesitan beber 15-20 L de agua al día,
lo que determina un proceso ininterrumpido de beber y ori- pesa al paciente. La prueba se interrumpe a las 8 h o en el
nar, noche y día. Siempre que la sensación de sed permanez- momento en que el paciente haya perdido el 5% de su peso
ca intacta, la osmolaridad plasmática se mantendrá estable. inicial, tomando las mismas muestras de sangre y orina. A
El déficit de glucocorticoides ejerce un doble efecto: provo- continuación se administran 2 µg por vía intramuscular de
ca una liberación no regulada de ADH y reduce la permeabi- desmopresina (DDAVP), el análogo de la ADH, y se recoge
lidad tubular al agua. Por esta razón, en pacientes con hipo- orina cada 4 h hasta las siguientes 16 h para medir la osmo-
pituitarismo y diabetes insípida moderada el cuadro puede laridad. Tras la administración de DDAVP, el paciente pue-
quedar enmascarado y revelarse sólo al comenzar el trata- de comer una colación y beber moderadamente. Dado que
miento sustitutivo con glucocorticoides. la sed que se genera durante esta prueba es muy intensa, se
En la diabetes insípida que sigue a una intervención qui- debe vigilar que el paciente no beba agua a escondidas. Si
rúrgica, por ejemplo por un adenoma hipofisario, es clásica tras la prueba se observa una osmolaridad plasmática nor-
la descripción de tres etapas. La primera fase, de poliuria in- mal (285-295 mosm/kg) y en alguna de las mediciones
mediatamente tras la intervención, dura hasta 4 días y se atri- la orina tuvo una osmolaridad superior a 800 mosm/kg, la
buye a la parálisis de los axones lesionados, que no liberan prueba puede considerarse normal. Una mala concentra-
hormona. A esta fase le sigue, durante 4-6 días, una segunda ción de orina tras la deshidratación con una buena eleva-
de normalidad e incluso de secreción inadecuada de ADH, ción tras la DDAVP indica diabetes insípida central, y una
que se atribuye a la descarga incontrolada de la hormona mala elevación tras la DDAVP, una diabetes insípida nefro-
presente en las terminaciones axónicas a medida que éstas génica (tabla 16.11).
degeneran. Por último, si la lesión fue ligera evoluciona a la Determinación de ADH y prueba del suero salino hipertóni-
normalidad, pero si se produjo lesión retrógrada de los so- co. Algunos resultados no permiten clarificar el diagnóstico
mas neuronales, transitoria (meses) o persistente, se instaura por su solapamiento con otros procesos, sobre todo con los
la tercera fase de diabetes insípida permanente. En la prime- síndromes parciales o con la polidipsia primaria. La razón es
ra fase existe riesgo vital para el paciente, dado que, al estar que en algún caso parcial de diabetes insípida nefrogénica
aún bajo los efectos de la anestesia, no puede obedecer a la existen receptores en menor número o función que pueden
sensación de sed para compensar la poliuria. responder a dosis masivas de ADH (o DDAVP). Por otra par-
te, cualquier proceso que cursa con una poliuria prolongada
Diagnóstico. Ante un cuadro clínico compatible, antes de e intensa durante meses puede llevar a una pérdida de solu-
comenzar el proceso de diferenciación entre las tres causas to intersticial en la médula renal que rompa el gradiente ori-
reseñadas de poliuria, se debe demostrar una diuresis supe- na-intersticio y haga imposible la extracción de agua, incluso
rior a 2,5 L/24 h con baja osmolaridad urinaria y una osmola- cuando la ADH actúe correctamente. La medición de ADH
ridad plasmática elevada. Si estos parámetros son normales, plasmática al comienzo y al final de la prueba de la deshidra-
es poco probable una alteración en el metabolismo hídrico. tación permite precisar más el diagnóstico de diabetes insípi-
Los datos de la bioquímica general son de poca ayuda, ex- da nefrogénica. La perfusión de suero salino hipertónico
cepto si aparece hipercalcemia o hipopotasemia, más pro- (suero salino al 5% durante 2 h a razón de 0,06 mL/kg/min)
pias de la diabetes insípida nefrogénica. midiendo cada 30 min la osmolaridad y la ADH plasmáticas,
Prueba de la deshidratación. Es la prueba más generaliza- permite el diagnóstico de diabetes insípida central. Los pa-
da y de especial utilidad para el diagnóstico. Consta de dos cientes con insuficiencia cardíaca deben ser excluidos (ta-
partes: en la primera se restringe totalmente la ingestión de bla 16.11).
agua, y se miden el volumen y la osmolaridad urinarios, la Tratamiento de prueba con DDAVP. Un método diagnósti-
osmolaridad plasmática y, si es posible, la ADH plasmática, y co alternativo es realizar un tratamiento de prueba con
en la segunda se inyecta ADH y se observa la capacidad de DDAVP, a razón de 1-2 µg/día por vía intramuscular durante
concentración del riñón. 4 días. Los pacientes con diabetes insípida central experi-
Antes de comenzar la prueba, debe permitirse al pacien- mentarán una clara mejoría, a diferencia de los afectos de
te una buena hidratación. A primera hora de la mañana se diabetes insípida nefrogénica, si bien en estos últimos un in-
obtienen muestras para determinar ADH y osmolaridad cremento de hasta 10 veces en la dosis de DDAVP consigue
plasmática y osmolaridad urinaria. A continuación se pesa una mejoría ligera. Por el contrario, los pacientes con poli-
al paciente. Debe recordarse que la osmolaridad plasmáti- dipsia primaria continúan con su ingesta de agua y desarro-
ca de los pacientes con polidipsia primaria tiende a ser me- llan hiponatremia. Para efectuar este tratamiento el paciente
nor que en los pacientes con diabetes insípida. Se restringe debe estar ingresado y sometido a una vigilancia estricta.
luego la ingestión de agua o líquidos durante 8 h. Cada 2 h Tras establecer el diagnóstico se debe determinar la etiología
se obtienen muestras de orina, para medir el volumen y la de base, mediante el empleo de la imagen (RM) del área hi-
osmolaridad, y de plasma, para medir su osmolaridad, y se potálamo-hipofisaria.

2047
ENDOCRINOLOGÍA

Tratamiento. Las formas leves, con una diuresis inferior a TABLA 16.12. Causas de secreción inadecuada de ADH
4 L/día, no requieren tratamiento, excepto reforzar la idea
del paciente de que debe beber agua siempre que tenga sed. Alteraciones neurológicas
En las formas más intensas se emplea DDAVP, análogo sinté- Infecciosas (meningitis, encefalitis, abscesos)
Tumores cerebrales
tico de la ADH con vida media prolongada, alta actividad an- Traumatismos
tidiurética y baja actividad vasopresora, características que la Síndrome de Guillain-Barré
hacen idónea para el tratamiento incluso de pacientes con Hemorragia subaracnoidea
cardiopatía. Aunque la dosis es variable de un individuo a Síndrome de Shy-Drager
otro, habitualmente se administran 5 µg 2 veces al día por vía Porfiria aguda intermitente
intranasal, pudiendo llegar a 80 µg/día. Si se requiere la Hidrocefalia
vía parenteral, se puede administrar la formulación inyecta- Atrofia cerebral
ble del DDAVP, a razón de 1-2 µg/día en dos dosis. En las for- Trombosis del seno cavernoso
mas leves o en pacientes con diabetes insípida transitoria por Neoplasias malignas
intervenciones transesfenoidales, se puede llevar a cabo el Carcinoma de células pequeñas de pulmón
tratamiento exclusivamente al acostarse, para permitir un Carcinoma de páncreas, duodeno, uréter, próstata,
buen descanso al paciente, y el resto del día efectuar la regu- vejiga urinaria
lación basándose en la sed. Linfoma y leucemia
En la diabetes insípida nefrogénica se debe tratar la causa, Mesotelioma
si ésta es corregible. Alternativamente, en las formas parcia- Sarcoma de Ewing
les se puede intentar aumentar en 10 veces la dosis de
Enfermedades pulmonares
DDAVP. En caso de fallar estas posibilidades, el tratamiento Tuberculosis
alternativo se basa en diuréticos tiazídicos, en combinación Neumonía
con inhibidores de la síntesis de prostaglandinas. En la poli- Fibrosis quística
dipsia primaria se debe orientar el tratamiento hacia las alte- Enfisema
raciones psíquicas. Neumotórax
Asma
Ventilación con presión positiva
Síndrome de hiperfunción de ADH
Fármacos
Síndrome de secreción inadecuada de ADH Vasopresina
Oxitocina
Concepto y etiología. El síndrome es la causa más común de Ciclofosfamida, vincristina, cisplatino, vinblastina
hiponatremia normovolémica e incluye un número de trastor- Clorpropamida
nos que cursan con liberación sostenida y no regulada de Diuréticos tiazídicos
ADH. En estos casos se produce una expansión del volumen Fenotiazinas
circulante por retención de agua libre, y la osmolaridad urina- Carbamazepina
ria es superior a la plasmática o inapropiadamente elevada. Inhibidores de la monoaminoxidasa
Nicotina
Un cuadro puede diagnosticarse como síndrome de secre- Antidepresivos tricíclicos
ción inadecuada o de antidiuresis inadecuada si cumple los Barbitúricos
siguientes criterios diagnósticos: a) existe hiponatremia dilu-
cional; b) se observa una excreción renal de sodio manteni- Otros
da; c) la osmolaridad urinaria es, en general, mayor que la Fluidoterapia postoperatoria inapropiada
plasmática, y d) se han excluido problemas renales, suprarre- Psicosis aguda
nales, edemas, hipotensión e hipovolemia. Las causas de se- Lupus
creción inadecuada de ADH son variadas (tabla 16.12). Quemaduras
Idiopática
En algunos procesos malignos, como las neoplasias pul-
monares, se ha observado la producción de ADH e incluso
de neurofisina por el tumor (síndrome de Schwartz-Bartter).
No obstante, en un número de casos no se ha detectado un Diagnóstico. El diagnóstico se confirma por el hallazgo de hi-
aumento de ADH plasmática, por lo que se sospecha la exis- ponatremia dilucional con osmolaridad plasmática disminui-
tencia de otras sustancias antidiuréticas. En cuanto a la larga da y excreción urinaria de sodio superior a 20 mmol/L. La de-
lista de fármacos que inducen el síndrome, unos aumenta- terminación de la ADH plasmática no contribuye al
rían la liberación de ADH y otros incrementarían su acción diagnóstico y sólo se efectúa con fines de investigación. Si
sobre el túbulo renal. existen dudas diagnósticas, y siempre que el sodio plasmático
sea superior a 125 mmol/L, se puede emplear como prueba
Fisiopatología. La combinación de ADH en cantidades de- diagnóstica una sobrecarga de agua, administrando 20 mL/kg
tectables e incluso elevadas y el mantenimiento de la inges- de agua en un período de 20 min y recogiendo orina en las
tión de agua es la base del síndrome. Cuando se produce la 5 h siguientes. Las personas sanas excretan el 80% del agua,
expansión de volumen, comienza la excreción aumentada mientras que los pacientes con síndrome de secreción inade-
de sodio, por mecanismos no conocidos. La secreción de cuada eliminan menos del 40% y no diluyen la orina.
ADH es errática en un tercio de los pacientes, y en otro tercio
el osmorreceptor hipotalámico se ha reajustado para liberar Tratamiento. En general, el tratamiento del síndrome de se-
la hormona ante osmolaridades inapropiadas. creción inadecuada de ADH se orienta a la corrección de la
causa subyacente. Si se requiere tratamiento, se debe indicar
Cuadro clínico. Los pacientes presentan hiponatremia (so- la restricción de la ingestión de agua a 500-1.000 mL/día. Si
dio inferior a 130 mmol/L), que puede llegar a ser muy inten- en 1 o 2 días no se observan cambios, hay que asociar diuré-
sa (menor de 115 mmol/L). Una proporción importante no ticos (furosemida, 40-80 mg/día). Cuando la hiponatremia es
tiene síntomas, y la alteración se detecta exclusivamente por muy intensa puede ser necesaria su corrección mediante la
datos de laboratorio. El cuadro característico consiste en de- administración de 200-300 mL de suero salino hipertónico
bilidad, confusión mental, letargia, cefalea, anorexia, náu- (3-5%) en un período de 6 h, con monitorización de la natre-
seas y vómitos, irritabilidad y depresión. Por lo general, los mia. Si bien la hiponatremia es peligrosa, también lo es la
síntomas empeoran a medida que se agrava la hiponatremia, corrección rápida, que puede provocar un cuadro de des-
y pueden aparecer mareos, reflejos disminuidos, convulsio- mielinización osmótica. Como regla general el sodio plas-
nes y coma o, incluso, la muerte. mático no debe incrementarse a una velocidad superior a

2048
EPÍFISIS O GLÁNDULA PINEAL

12 mmol/24 h. En casos de tumor no tratable por otros me- FORREST JN, COX M, HONG C, MORRISON G, BIA M, SINGER I. Superiority of
dios y síndrome de secreción inadecuada de ADH crónico demeclocycline over lithium in the treatment of chronic syndro-
de otra etiología se puede ensayar la administración de car- me of inappropriate secretion of antidiuretic hormone. N Engl J
Med 1978; 298: 173-177.
bonato de litio (0,9 g/día) o, aún mejor, de demeclociclina FROHMAN LA. Diseases of the anterior pituitary. En: FELIG P, BAXTER J,
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Epífisis o glándula pineal


A. de Leiva Hidalgo y S.M. Webb Youdale

la actividad NAT y la síntesis de melatonina. La glándula pi-


Recuerdo anatomofisiológico neal sintetiza, adicionalmente, diferentes compuestos indóli-
cos y polipéptidos.
La epífisis es un órgano de forma cónica de 5-9 mm de diá- No sólo la melatonina, sino también la acetilación de la
metro máximo y 100-200 mg de peso, situado por encima y serotonina, experimentan un ritmo circadiano bien caracteri-
por detrás del tercer ventrículo cerebral y por delante de los zado, con un máximo durante la escotofase (fig. 16.32 B). La
tubérculos cuadrigéminos anteriores. Los pinealocitos, o cé- exposición a la luz, incluso por un breve período, induce un
lulas parenquimatosas, son de origen neuroepitelial y se dis- descenso acusado del contenido glandular de melatonina y
ponen a manera de folículos alrededor de capilares fenes- de la actividad de la NAT. En individuos normales, la secre-
trados que rodean con expansiones citoplasmáticas; esta dis- ción de melatonina es de naturaleza episódica, con pulsos
posición facilita la secreción pineal directa al sistema circu- de amplias variaciones interindividuales en cuanto a dura-
latorio; por otro lado, la glándula se encuentra también en ción y amplitud (fig. 16.32 C). Se ha estimado que la vida me-
contacto con el LCR. dia de la melatonina circulante es de alrededor de 20 min.
La inervación glandular consiste, casi en su totalidad, en A diferencia de diversas especies animales en las que la
fibras simpáticas posganglionares liberadoras de noradrenali- melatonina resulta indispensable para acoplar la actividad
na, procedentes del ganglio cervical superior, que estable- sexual a la estación más propicia del año a fin de garantizar
cen sinapsis con los pinealocitos. la supervivencia de las crías, el significado fisiológico preciso
La glándula se considera un transductor neuroendocrino de la melatonina en el hombre es menos evidente en condi-
que, a partir de la influencia nerviosa aferente, elabora una res- ciones normales. La reciente descripción de receptores para
puesta hormonal. La sustancia de mayor importancia biológica la melatonina en la porción de la hipófisis que cubre la su-
es la melatonina, sintetizada en el pinealocito a partir de la se- perficie del tallo conocida como pars tuberalis, sugiere un
rotonina, con el concurso sucesivo de dos enzimas: N-acetil- papel neuroendocrino de la indolamina sobre el eje hipotá-
transferasa (NAT) e hidroxiindol-O-metiltransferasa (HIOMT). lamo-hipofisario.
El aminoácido triptófano es captado por el pinealocito,
donde experimenta su transformación a 5-hidroxitriptófano y
su descarboxilación posterior a serotonina. Por la acción en Exploración bioquímica
el pinealocito de las enzimas NAT y HIOMT, la serotonina es
finalmente convertida en la glándula a melatonina. La determinación de melatonina puede efectuarse por ra-
La secreción de melatonina está sometida a un ritmo cir- dioinmunoanálisis (RIA), espectrometría de masas acoplada
cadiano, modulado, principalmente, por la información del a cromatografía gaseosa y, finalmente, por cromatografía lí-
fotoperíodo ambiental, que es transmitida por las vías ópti- quida de alta precisión. El principal metabolito urinario de la
cas; la comunicación entre los ojos y la glándula se establece melatonina es el sulfato de 6-hidroximelatonina, también
por un circuito multisináptico complejo, que se inicia en la mensurable en plasma y orina por RIA. Las determinaciones
retina y se dirige al cerebro desde las células ganglionares re- plasmáticas y urinarias de este metabolito muestran una ex-
tinianas (tracto retinohipotalámico) para alcanzar el núcleo celente correlación con los niveles plasmáticos de melatoni-
supraquiasmático del hipotálamo; desde allí, la información na, lo que facilita la práctica de estudios clínicos.
se transmite a través de la formación reticular del tallo ence-
fálico hasta la columna celular mediolateral de la región su-
perior de la médula espinal; las fibras eferentes establecen si- Exploración radiológica
napsis en el ganglio cervical superior (GCS) para que,
finalmente, a través de las neuronas posganglionares, la in- Entre los individuos adultos de raza blanca, la glándula pi-
formación alcance la glándula pineal (fig. 16.32 A). Con la neal aparece calcificada en estudios radiológicos en el 40%
oscuridad, la noradrenalina liberada interacciona con recep- de los casos. Este proceso, insuficientemente explicado, de-
tores betadrenérgicos y se activa la adenilciclasa y, con ello, pende de la edad, de forma que es raro antes de los 6 años,

2049
ENDOCRINOLOGÍA

A B 50

40
N = 11 (6 , 5 )
Circulación general X ± EE

Melatonina (pg/mL)
30
Tracto
retinohi-
potalámico
Glándula 20
pineal LCR
Hipotálamo

GCS 10
5
Médula espinal
Horas 10 12 14 17 19 21 23 1 3 5 7 9
de día

Luz apagada

C * *
D

90 120

* 110
* 100
80
* Melatonina (pg/mL: X ± EE)
90
Melatonina (pg/mL)

40 80
70
30 60
50
20 40
30
10 20
<5 10

23 0 1 2 3 Horas 10 12 14 16 18 20 22 24 2 4 6 8
9 10 11 12 13 del día
Horas del día
Noche Anorexia (n = 4) Luz apagada

Día Controles (n = 4)

Fig. 16.32. A. Glándula pineal como transductor neuroendocrino y su organización funcional polisináptica. GCS: ganglio cervical superior.B. Va-
riaciones circadianas de la melatonina sérica en voluntarios sanos. C. Secreción episódica nocturna de melatonina en varón sano. (* Identificación
de un ciclo significativo.) D. Aumento diurno y nocturno de la melatonina sérica en pacientes con amenorrea hipotalámica (anorexia nerviosa).

pero se detecta hasta en el 30% de los casos a la edad de concentraciones plasmáticas nocturnas y diurnas de melato-
15 años. La demostración de una glándula calcificada, nina (fig. 16.32 D). También se ha observado la potenciación
de diámetro superior a 1,0 cm, sugiere la posibilidad de neo- de la secreción pineal en pacientes con anorquia, así como
plasia pineal (fig. 16.33 A). La tomografía computarizada en otras formas de hipogonadismo primario, que se inhibe
(TC) y, sobre todo, la resonancia magnética (RM) han des- parcialmente tras tratamiento sustitutivo con testosterona.
plazado a la radiografía simple en el estudio de la mayoría Todo ello, en suma, sugiere una modulación inhibitoria ejer-
de las lesiones epifisarias (fig. 16.33 B-D). cida por los esteroides gonadales sobre la síntesis de melato-
nina en seres humanos.
El aumento de la edad se acompaña de una reducción
Melatonina y alteraciones del eje gradual de los niveles de melatonina circulante. Diversos
hipotálamo-hipofisogonadal autores han encontrado concentraciones circulantes de
melatonina elevadas durante la infancia; para algunos se
Se ha sugerido que la melatonina ejerce un papel permisi- correlacionan negativamente con los valores nocturnos de
vo sobre la maduración del eje hipotálamo-hipofisogonadal. LH, aunque según la experiencia de otros esto no es así. La
En este sentido, se ha demostrado la asociación de niveles concentración plasmática de la indolamina desciende a
circulantes disminuidos de melatonina con macrogenitoso- medida que prosigue la maduración sexual, postulándose
mía en el síndrome de fragilidad del cromosoma X. una acción antigonadotrópica para la melatonina. El des-
En pacientes con amenorrea hipotalámica y, en particular, censo de melatonina circulante durante la adolescencia
con anorexia nerviosa, se ha comprobado un aumento de las acompaña al ascenso de la concentración plasmática de

2050
EPÍFISIS O GLÁNDULA PINEAL

Fig. 16. 33. A. Hiperplasia pineal calcificada (flecha) en un pacien-


te con hipogonadismo hipogonadotrópico. B. TC craneal (corte axial)
que muestra un tumor pineal (flecha). C. TC craneal (corte coronal)
que revela un pinealoma ectópico (disgerminoma) en el hipotálamo
(flecha). D. RM de un paciente con retraso puberal y un quiste pineal
(flecha).

LH y, de esta forma, se facilita la instauración de la puber- riaciones circadianas de melatonina y de 6-hidroximelatonina.


tad. Un sistema nervioso simpático intacto es condición necesaria
Se han observado diferencias en la amplitud del pico noc- para la normal ritmicidad de la secreción pineal. Tanto la ad-
turno de melatonina en función de la fase del ciclo mens- ministración de bloqueadores betadrenérgicos (atenolol, pro-
trual; así, el valor mínimo aparece en el momento de la ovu- pranolol) como de ciertos agentes agonistas alfa (p. ej., clonidi-
lación, y se ha sugerido que un exceso de melatonina na) reducen los niveles circulantes nocturnos de melatonina.
retrasaría la liberación del óvulo, prolongando el ciclo. Apar-
te de este efecto central, se ha propuesto que la indolamina
ejerce una modulación local inhibitoria sobre la esteroidogé- Melatonina y enfermedades neoplásicas
nesis ovárica y se ha obtenido concentraciones mayores de
melatonina en el líquido folicular que en suero circulante. La administración de melatonina a diferentes modelos de
Se han publicado casos excepcionales de aplasia e hipo- neoplasia experimental parece inducir cierta disminución
plasia pineal, relacionados con entidades nosológicas diver- del crecimiento tumoral, ya sea primario o metastásico (en
sas. En grupos familiares se ha descrito el cuadro clínico de particular el carcinoma de mama). La significación de esta
hiperplasia pineal asociado a hirsutismo, diabetes mellitus acción antiproliferativa en relación con la patología humana
insulinorresistente, hiperplasia corticosuprarrenal y precoci- aún es bastante incierta, aunque algunas publicaciones des-
dad sexual (síndrome de Mendenhall). criben una disminución de la melatonina circulante en muje-
res con carcinoma mamario.

Función pineal y neuropatía autónoma


Melatonina y enfermedades psiquiátricas
En pacientes afectos de diversos tipos de neuropatía autóno-
ma (síndrome de Shy-Drager o hipotensión ortostática idiopáti- Estudios realizados en pacientes con trastornos depresivos
ca, diabetes mellitus complicada por neuropatía del sistema diversos parecen indicar que los individuos con valores noc-
vegetativo) se observa la pérdida o una atenuación de las va- turnos inferiores de melatonina resultan más vulnerables a la

2051
ENDOCRINOLOGÍA

depresión, lo que ha llevado a sugerir que la melatonina cir- drocefalia, cefaleas, vómitos, papiledema y alteración de
culante puede constituir un marcador genético para dicho conciencia; es relativamente frecuente la presencia del sín-
trastorno depresivo. Se ha implicado también a la melatoni- drome de Parinaud (parálisis de la mirada conjugada hacia
na en el síndrome afectivo estacional (Rosenthal), caracteri- arriba). Otros síntomas asociados son hiperfagia o, por el
zado por episodios depresivos anuales (en el hemisferio nor- contrario, anorexia, trastornos de la temperatura, etc. La ca-
te, entre diciembre y febrero, es decir, los días más cortos del dena beta de la gonadotropina coriónica humana (β-GCH)
año) en pacientes con tendencia a la hipersomnia y ganan- es el marcador más comúnmente secretado por los tumores
cia ponderal, y con predilección selectiva por la ingesta germinales de la pineal; el antígeno carcinoembrionario y la
abundante de hidratos de carbono. Algunos de estos pacien- alfafetoproteína son también dos marcadores de cierta utili-
tes responden en forma espectacular a la fototerapia, y el sín- dad. No se dispone de otros marcadores útiles para la identi-
drome depresivo desaparece tras la exposición diaria a va- ficación de tumores pineales no germinales.
rias horas de luz intensa. Sólo un porcentaje pequeño de los tumores pineales oca-
siona precocidad sexual, probablemente por destrucción de
regiones hipotalámicas próximas responsables de la inhibi-
Efectos farmacológicos de la melatonina ción tónica de la Gn-RH y de la secreción de gonadotropinas
y/o por reducción de la secreción de melatonina en niños
Los efectos más constantes tras la administración de me- prepuberales, que ocasiona pérdida de su capacidad antigo-
latonina son sedación y analgesia ligeras. Dosis de hasta nadotrópica.
6 g/día no se han acompañado de efectos colaterales impor- Aproximadamente el 40% de los tumores de la región pi-
tantes. Con diferentes dosis se observan: inducción del sue- neal son benignos. Mediante técnicas de microcirugía es po-
ño, reducción de la ansiedad y sedación ligera, con sensa- sible la extirpación completa de estas lesiones, incluso en ca-
ción de bienestar. sos de neoplasia maligna. Con la introducción de la RM no
Hay datos experimentales que sugieren un papel neuroin- resulta excepcional el hallazgo de pequeños quistes pinea-
munomodulador de la melatonina; asimismo, se ha preconi- les, clínicamente asintomáticos y de estirpe benigna, que en
zado su utilización por vía oral en pacientes con SFDA, en la mayoría de los casos no requieren tratamiento alguno sino
los que se ha observado un incremento en la concentración sólo vigilancia periódica (fig. 16.33 D). En los casos de tumo-
sanguínea periférica de células natural killer y de linfocitos res secretores, la monitorización prequirúrgica y posquirúrgi-
no T y no B, junto con una mejoría global del estado general. ca de los niveles circulantes de melatonina resulta muy útil
Estos hechos se han confirmado, asimismo, en voluntarios para valorar la eficacia de la cirugía y la posibilidad de reci-
sanos y en pacientes neoplásicos terminales, respectivamen- diva tumoral. La supervivencia es más prolongada en los
te. En conclusión, la melatonina puede llegar a ser de utili- jóvenes (hasta 65% en seguimientos entre 2 y 15 años). Por
dad en aquellas situaciones clínicas en que se desee estimu- último, los germinomas son tumores radiosensibles (dosis te-
lar la reacción inmune. rapéuticas, 40-50 Gy).
Otro efecto beneficioso de la melatonina administrada far-
macológicamente es que combate la jet lag que aparece al
emprender un vuelo transoceánico hacia el Este de larga du-
ración. En comparación con los voluntarios tratados con pla-
cebo, los que recibieron melatonina oral sufrieron menos Bibliografía especial
alteraciones del ritmo sueño-vigilia y reentrenaron más rápi- ARENDT J, ALDHOUS M, MARKS V. Alleviation of jet-lag by melatonin:
damente sus ritmos endógenos de cortisol y melatonina. En preliminary results of controlled double blind trial. Br Med J 1986;
resumen, la melatonina posee un potencial profiláctico y te- 292: 1.170.
rapéutico para estabilizar y reconducir ritmos internos altera- BERGA SL, MOSTOLE JF, YEN SSC. Amplification of nocturnal melatonin
dos, evitando anomalías temporales endógenas y potenciales secretion in women with functional hypothalamic amenorrhea. J
enfermedades consecuentes. Clin Endocrinol Metab 1988; 66: 242-244.
DE LEIVA A, TORTOSA F, PEINADO MA, SERRANO J, RODRÍGUEZ-ESPINOSA J,
PUIG-DOMINGO M. Episodic nycthemeral secretion of melatonin in
adult humans: lack of relation with LH pulsatile pattern. Acta En-
Tumores pineales docrinol 1990; 122: 76-82.
MAESTRONI JM, CONTI A, PIERPAOLI W. Melatonin, stress and the immu-
Los tumores pineales representan, aproximadamente, el ne system. Pineal Res Rev 1989; 7: 203-226.
1% de todos los tumores intracraneales (fig. 16.33 B). De for- O’HARE JP, O’BRIEND IAD, ARENDT J. Does melatonin deficiency cause
ma esquemática, pueden dividirse en tres grupos: a) los pi- the enlarged genitalia of the fragile-X syndrome? Clin Endocrinol
nealomas, procedentes de las células parenquimatosas (pi- (Oxford) 1986; 24: 327-333.
nealocitos), subdivididos a su vez en pineoblastomas y PEINADO MA, VIADER M, PUIG-DOMINGO M, HERNÁNDEZ G, REITER RJ, WEBB
SM. Regional distribution of immunoreactive somatostatin in the
pineocitomas, dependiendo del grado de diferenciación ce- bovine pineal gland. Neuroendocrinology 1989; 50: 550-554.
lular; representan el 20% del total de neoplasias pineales; PUIG-DOMINGO M, WEBB SM, SERRANO J, PEINADO MA, CORCOY R, RUSCA-
b) los tumores de la neuroglia, que constituyen el 25 del to- LLERA J et al. Melatonin-related hypogonadism. N Engl J Med 1992;
tal, y c) los tumores germinales pineales (50% del total) que 327: 1.356-1.359.
incluyen seminomas (germinomas), carcinomas embriona- TORTOSA F, PUIG-DOMINGO M, PEINADO MA, ORIOLA J, WEBB SM, DE LEIVA
rios, teratomas, coriocarcinomas y tumores del saco vitelino. A. Enhanced circadian rhythm of melatonin in anorexia nervosa.
Estas neoplasias derivan de células germinales que emigra- Acta Endocrinol 1989; 120: 574-578.
ron del saco vitelino y se ubicaron en zonas anómalas (me- WALDHAUSER F, FRISCH H. WALDHAUSER M, MEISZENBACKER G, ZEITLHUBER
U, WURTMAN RJ, Fall in nocturnal serum melatonin during perpu-
diastino, línea media paraventricular, etc.). Los germinomas berty and pubescence. Lancet 1984; 2:362-365.
suelen infiltrar el tercer ventrículo y el suelo del hipotálamo y WEAVER DR, STEHLE JH, STOPA EG, REPPERT SM. Melatonin receptors in
producen la tríada característica: atrofia óptica, diabetes insí- human hypothalamus and pituitary: Implications for circadian
pida e hipogonadismo (fig. 16.33 C). La compresión asocia- and reproductive responses to melatonin. J Clin Endocrinol Metab
da del acueducto de Silvio puede originar un cuadro de hi- 1993; 76: 295-301.

2052
Enfermedades del tiroides
M. Foz Sala, A. Sanmartí Sala y A. Lucas Martín

Anatomía* Junto a estas células foliculares puede identificarse, por sus


distintas características tintoriales, otro tipo de células deno-
minadas células C o parafoliculares. Estas células secretan la
La glándula tiroides es un órgano situado en la región an- hormona hipocalcemiante calcitonina y, tanto desde el pun-
terior del cuello. Consta de dos lóbulos simétricos adosados to de vista embriológico como funcional, pertenecen a otra
a los lados de la tráquea y la laringe, que están unidos entre parte del sistema endocrino y, por tanto, se estudiarán en el
sí por una parte de la estructura glandular situada sobre la apartado referente a las alteraciones de las glándulas parati-
tráquea y denominada istmo. La glándula, que constituye roideas.
una de las estructuras endocrinas de mayor tamaño, pesa
unos 20 g en el adulto sano.
El tiroides surge, desde el punto de vista embriológico, de Fisiología*
una proliferación del suelo de la faringe que empieza a ob-
servarse en la tercera semana. La formación desciende hasta Para comprender mejor las alteraciones fundamentales de
alcanzar su situación definitiva, permaneciendo unida a su la función tiroidea resulta indispensable realizar previamente
origen primitivo por el denominado conducto tirogloso. La un breve repaso del metabolismo del yodo, del mecanismo
parte distal de este conducto persiste en el adulto y puede hi- de secreción, transporte y metabolismo de las hormonas ti-
perplasiarse constituyendo el lóbulo piramidal. En ocasiones roideas y, por último, de los sistemas de regulación funcional
los errores en el mecanismo de descenso embriológico pue- de la glándula.
den originar la presencia de quistes tiroglosos o de tejido ti- Metabolismo del yodo. El yodo resulta indispensable para
roideo aberrante. Excepcionalmente el tiroides no desciende la biosíntesis de las hormonas secretadas por la glándula. La
a su posición normal y puede quedar como glándula única fuente de yodo del organismo depende exclusivamente de la
en una situación anómala (tiroides lingual). ingesta. Se considera que los requerimientos adecuados de
La glándula tiroides dispone de una rica vascularización, a yodo para un adulto oscilan entre 100 y 200 µg/día; para los
partir de las dos arterias tiroideas superiores que nacen de niños, son de unos 50 µg/día. Estos requerimientos aumentan
las carótidas externas, y de las dos arterias tiroideas inferiores con la edad y alcanzan los niveles del adulto en la pubertad.
procedentes de la subclavia. La cantidad de sangre que llega En el embarazo y en la lactancia las necesidades de yodo se
normalmente a la glándula oscila entre 4 y 6 mL/min/g, canti- incrementan, oscilando alrededor de 200 µg/día. Cuando la
dad que excede a la que llega a un órgano tan bien irrigado ingesta de yodo es inferior a las necesidades, como ocurre
como el riñón (3 mL/min/g). En la enfermedad de Graves-Ba- en muchas zonas del globo, con frecuencia no se producen
sedow, proceso que puede producir una gran hiperplasia de alteraciones aparentes de la función tiroidea, pero otras ve-
la glándula, la vascularización aumenta en grado sumo, so- ces, especialmente si el déficit es importante, se pone en
brepasando a veces 1 L/min, y da lugar a la percepción de marcha la génesis del bocio simple. La cantidad de yodo
un frémito y a la audición de un soplo tiroideo. considerada mínima resulta ampliamente superada en los
El tiroides es inervado por los sistemas adrenérgico y coli- países desarrollados, en particular tras la aplicación de las
nérgico, con ramas procedentes, respectivamente, de los campañas de profilaxis yódica. Por otra parte, un exceso en
ganglios cervicales y del nervio vago. Esta inervación regula la ingesta de yodo, que se ha establecido en 2 mg/día o más,
el sistema vasomotor y, a través de éste, la irrigación de la provoca inhibición de la proteólisis y liberación de las hor-
glándula. Una fina red de fibras adrenérgicas finaliza junto a monas tiroideas, que puede originar la aparición de bocio e
las células tiroideas, con las que conecta a través de recepto- hipotiroidismo.
res específicos, demostrando una función directa de este sis- El yodo es absorbido en el intestino delgado proximal tan-
tema en la regulación de la función tiroidea. to en forma orgánica como inorgánica, aunque la mayor par-
Entre las relaciones anatómicas de la glándula merecen ci- te lo es en esta última forma tras un proceso de hidrólisis de
tarse las que se establecen con los nervios recurrentes y con los compuestos orgánicos que se produce en el tracto gas-
las glándulas paratiroideas. Los nervios recurrentes surgen trointestinal. La liberación del yoduro tras hidrólisis enzimáti-
del nervio vago a diferentes niveles en los dos lados. El recu- ca se completa posteriormente en el hígado y en el riñón. De
rrente derecho nace cuando el vago cruza la primera por- este modo, el yoduro forma parte del denominado pool del
ción de la arteria subclavia, pasa por detrás de esta arteria y yoduro del fluido extracelular que, en condiciones de rique-
desciende a 1-2 cm de la tráquea junto al tiroides hasta pene- za yódica, alcanza una concentración de 1-1,5 µg/dL. Este
trar en la laringe posterior de la articulación cricotiroidea. El yoduro, a su paso por el torrente circulatorio, es captado por
recurrente izquierdo nace del vago cuando este nervio cruza el riñón, el tiroides, las células gástricas y las de las glándulas
el cayado aórtico, pasa detrás del cayado y asciende asimis- salivales. Como el yoduro captado por las células parietales
mo junto al tiroides a 1-2 cm de la tráquea hasta que alcanza gástricas y por las de las glándulas salivales es reabsorbido
los músculos laríngeos. Los dos pares de glándulas paratiroi- y recuperado por el pool del yoduro, de hecho, la compe-
deas, a su vez, están normalmente situados en la superficie tencia en la práctica se establece sólo entre el riñón y el
posterior de los lóbulos tiroideos, aunque presentan frecuen- tiroides. El aclaramiento renal del yoduro es de unos
tes variaciones de localización. El cirujano debe conocer 30-40 mL/min y no está relacionado con factores humorales
exactamente las relaciones anatómicas de estas estructuras y ni con la concentración de yoduros, por lo que plantea un
las precisiones técnicas para evitar su lesión durante la reali- grado de competencia al tiroides no relacionado con las ne-
zación de los diversos tipos de tiroidectomía. cesidades de esta glándula. El aclaramiento de yoduros por
Desde el punto de vista microscópico, la glándula está el tiroides es de unos 8 mL/min y varía según la situación fun-
constituida por folículos cerrados de tamaño variable (15- cional de la glándula. El pool intratiroideo del yodo es, con
500 µm de diámetro) revestidos de células epiteliales cilín- mucha diferencia, el más importante del organismo, de
dricas, y llenos, en su mayor parte, de sustancia coloide. modo que en una situación de riqueza yódica alcanza los

*M. Foz Sala *M. Foz Sala

2053
ENDOCRINOLOGÍA

NH2 IT

DI
3 M

T
OH CH2-CH TG

T3
COOH T4
Monoyodotirosina (MIT)

NH2
3
OH CH2-CH IT

DI
M

T
5 MIT TG
COOH

T3
T3 T4
Diyodotirosina (DIT)
T4 DIT
NH2 5
3' 3
OH 0 CH2-CH 3
5' TG
5 DIT
COOH

Tiroxina (o tetrayodotironina) (T4) MIT DIT


MIT
NH2
3' 3
OH 0 CH2-CH 2
Célula Tir 4
5' 5 COOH tiroidea Io
2
3,5,3'-triyodotironina (T3) T3 T4
I-
NH2
3' 3 1
OH 0 CH2-CH
5' 5 COOH

3,3',5'-triyodotironina (reverse-T3,rT3) Tir


I- T3 T4
Vaso
sanguíneo
Fig. 16.34. Representación de las fórmulas de las yodotirosinas y de
las hormonas tiroideas.
Fig. 16.35. Esquema de la biosíntesis de las hormonas tiroideas.
8.000 µg, en su mayor parte en forma de aminoácidos yoda- MIT: monoyodotirosina; DIT: diyodotirosina; TG: tiroglobulina; Tir: ti-
rosina. T3: triyodotironina; T4: tiroxina.
dos.
La eliminación del yodo se efectúa fundamentalmente por
el riñón. Considerando la situación de una ingesta diaria de la dieta, menos capta el tiroides, y viceversa. La administra-
500 µg de yodo, la eliminación del elemento se realiza sobre ción brusca de cantidades importantes de yodo reduce de
todo por el riñón en forma de yoduro (488 µg), mientras que forma notable la organificación del yoduro. Esta respuesta,
los restantes 12 µg se eliminan por las heces, sobre todo en hasta cierto punto paradójica, y que se ha utilizado en tera-
forma de yodo orgánico. péutica, se denomina efecto de Wolff-Chaikoff. No obstante,
Hormonosíntesis tiroidea (figs. 16.34 y 16.35). La función este efecto del yodo es transitorio, ya que si continúa el apor-
del tiroides consiste en la elaboración y el posterior paso a la te, la glándula se adapta a esta situación y se produce un “es-
sangre de las hormonas tiroideas, tiroxina (T4) y triyodotiro- cape” de las funciones tiroideas, incluso por encima de lo
nina (T3). Para la biosíntesis de estas hormonas es esencial la normal.
captación del yoduro de la sangre circulante que constituye Transporte de las hormonas tiroideas. Fracción unida a las
la fase inicial del proceso. Una vez elaboradas, las hormonas proteínas y fracción libre. La tiroxina (T4) circula casi en su to-
son almacenadas en el coloide, en la molécula de tiroglobu- talidad fuertemente unida a diversas proteínas, de las cuales,
lina, y de ahí son vertidas a la sangre según las necesidades las fundamentales son tres: una globulina, que suele desig-
del organismo. El complejo mecanismo de la biosíntesis de narse con las siglas TBG (thyroxine binding-globulin), una
las hormonas tiroideas puede ser esquematizado del siguien- prealbúmina (TBPA: thyroxine binding-prealbumin) y una al-
te modo: a) captación del yodo plasmático mediante la bom- búmina, que desarrollan, respectivamente, el 70-75%, el 15-
ba del yoduro de la célula tiroidea; b) organización del yodo 20% y el 5-10% de la función transportadora. El transporte de
por medio de las peroxidasas; c) yodación de los componen- la triyodotironina (T3) es realizado por la TBG y en un peque-
tes tirosílicos de la tiroglobulina, previamente formada por la ño grado por la albúmina.
célula tiroidea, para la elaboración de monoyodotirosina La acción biológica en los tejidos periféricos no la realizan
(MIT) y diyodotirosina (DIT); d) acoplamiento de las yodoti- las hormonas unidas a proteínas, sino únicamente la frac-
rosinas para formar triyodotironina (T3) y tetrayodotironina o ción libre. Del total de tiroxina circulante, sólo el 0,03% lo
tiroxina (T4) por medio, asimismo, de la acción de las peroxi- hace en forma libre. En cambio, el porcentaje de T3 libre es
dasas, y e) captación de gotitas de coloide por parte de la cé- mayor alcanzando el 0,3% de la hormona total. De este
lula tiroidea por pinocitosis o endocitosis y, tras la rotura pro- modo, si bien la concentración total de ambas hormonas es
teolítica de los enlaces tiroglobulina-hormonas tiroideas, muy diferente, las fracciones libres biológicas activas mues-
liberación de estas últimas a la sangre. tran un nivel más parecido.
Regulación de la función tiroidea. La glándula tiroidea for- Metabolismo periférico de las hormonas tiroideas. La secre-
ma parte del sistema endocrino hipotálamo-adenohipofiso- ción diaria de tiroxina es de unos 80 µg. Aproximadamente
dependiente y, por tanto, su principal regulación funcional el 35% de esta producción se convierte en la periferia en tri-
está vinculada al sistema hipotálamo-hipofisario, por el cono- yodotironina, constituyendo el origen del 80% de la T3 circu-
cido sistema de retroalimentación negativa descrito en Enfer- lante. Asimismo, alrededor del 35% de la T4 producida
medades del sistema hipotálamo-hipofisario. es transformada en la periferia en T3 inversa (rT3), cuyos efec-
Otro aspecto importante de la regulación de la glándula, tos metabólicos son nulos. El 95% de la cantidad de rT3 circu-
no vinculado a la secreción de TSH, es la denominada auto- lante proviene de esta transformación periférica de la T4
regulación tiroidea, íntimamente relacionada con la canti- (fig. 16.36). El proceso metabólico de conversión de la T4 en
dad de yodo del organismo. Así, cuanto más yodo contiene T3 y rT3 se lleva a cabo en la periferia mediante una mono-

2054
ENFERMEDADES DEL TIROIDES

Las hormonas tiroideas ejercen su acción tras la introduc-


ción en el interior de la célula. A diferencia de los esteroides,
Tiroides
las hormonas tiroideas no requieren de su unión previa a re-
ceptores citosólicos para penetrar en el núcleo de la célula.
Los receptores nucleares de las hormonas tiroideas eran co-
nocidos desde hace mucho tiempo, pero recientemente han
sido clonados e identificados dos tipos distintos de estos re-
ceptores (TRα y TRβ). La unión de la T3 con estos receptores
nucleares origina el complejo T3-TR, el cual, a su vez, funcio-
na uniéndose a secuencias específicas de DNA o elementos
de respuesta (TRE: thyroid hormone response element) que se
35 % 35 % 30 % T4
encuentran en las zonas reguladoras de genes que respon-
den a las hormonas tiroideas. Existen diversos TRE, ya que la
T3 controla la expresión de numerosos genes. Este es el prin-
cipal mecanismo de acción de las hormonas tiroideas a tra-
vés del cual se regula la síntesis de diversas proteínas. Ade-
más de este mecanismo central, las hormonas tiroideas
rT3 poseen un efecto calorígeno, activando las mitocondrias pro-
20 % 80 % T3 95 %
5% bablemente a través de la acción sobre una proteína mito-
condrial específica, y también un efecto primario sobre la
membrana citoplasmática, regulando el flujo transcelular de
Fig. 16.36. Esquema del metabolismo periférico de las hormonas ti- sustratos y cationes.
roideas. rT3: T3 inversa. A través de los citados mecanismos de acción, de gran
complejidad, las hormonas tiroideas activan el metabolismo
energético, incrementando el consumo calórico, y regulan el
desyodinación, ya sea del anillo externo (fenólico) en el crecimiento y la maduración de los tejidos y el recambio de
caso de la T3, ya sea del interno (tirosílico) en el caso de la prácticamente todos los sustratos, vitaminas y hormonas.
rT3. La T3 y la rT3 sufren, a su vez, procesos de desyodinación
que las convierten en diyodotironinas y monoyodotironinas,
las cuales como la rT3 carecen de efectos metabólicos. Anamnesis*
Se han identificado dos tipos de 5’-desyodinasas que con-
vierten la T4 en T3. La de tipo I es más activa en el hígado y Las afecciones de la glándula tiroidea, consideradas en
en el riñón y es la que da origen a la mayor parte de la T3 cir- su globalidad, presentan una alta incidencia en la clínica
culante. La 5’-desyodinasa tipo II actúa en el SNC, la hipófi- diaria, incluso superior a la presentada por una enfermedad
sis, el tejido adiposo pardo y la placenta aportando selectiva- endocrinometabólica tan frecuente como la diabetes melli-
mente la T3 a estos tejidos. Entre las diferencias existentes tus.
entre ambas enzimas cabe destacar que la tipo I es fácilmen- Anamnesis familiar. Ésta puede aportar datos de interés re-
te inhibida por el propiltiouracilo y disminuye en el hipotiroi- lativos a la posible tiroidopatía que presenta el paciente,
dismo, mientras que la tipo II es resistente a dicho fármaco y pero se debe tener en cuenta que prácticamente nunca se-
su actividad aumenta en la hipofunción tiroidea. Este incre- rán referidos por el enfermo tras una pregunta muy general
mento de la 5’-desyodinasa tipo II en el hipotiroidismo actúa como “¿qué enfermedades han padecido sus padres o sus
como un mecanismo de compensación para mantener, si es hermanos?”. Las preguntas deben dirigirse claramente a los
posible, niveles adecuados intracelulares de T3 en los tejidos trastornos tiroideos, respecto a si algún familiar directo ha
correspondientes, ante el descenso de la tiroxinemia. Tam- padecido bocio, con intervención quirúrgica o sin ésta, o al-
bién se ha identificado una desyodinasa tipo III (5-desyodi- gún otro tipo de afección tiroidea. Es bien conocido que este
nasa) que inactiva la T3 y transforma la T4 en rT3, y cuya acti- antecedente familiar puede tener relación con algún factor
vidad aumenta en el hipertiroidismo. Se encuentra en el etiológico del bocio simple, como el déficit yódico o la dis-
SNC, la placenta y la piel. Se ha sugerido que esta enzima hormonogénesis, o con una predisposición familiar a pade-
puede tener un papel homeostático importante en la protec- cer algunas de las enfermedades tiroideas de patogenia au-
ción del cerebro y, quizá, también del feto en la situación de toinmunitaria.
hipertiroidismo. Anamnesis personal. Puede aportar datos valiosos, como
La actividad biológica de la T3 es varias veces mayor que nerviosismo, hábitos de sueño, ritmo de deposiciones, tole-
la de la T4 y sus efectos metabólicos más rápidos. El metabo- rancia al frío y al calor, variaciones en el peso, grado de ape-
lismo de la T3 es también más rápido, siendo su recambio tito y sed, que serán de gran valor en el momento de evaluar
unas 5 veces superior al de la T4. Estos datos demuestran la la posible presencia de una hipofunción o una hiperfunción
importancia decisiva de la T3 en la determinación del estado tiroidea.
metabólico del individuo, dudándose de que la T4 posea una Anamnesis patológica. Reviste también sumo valor para in-
actividad intrínseca, de modo que quizá toda su acción se tentar evaluar afecciones previas del tiroides que haya pade-
produzca después de su transformación periférica en T3. Es- cido el paciente. Estos datos son, en ocasiones, fáciles de re-
tos hechos fisiológicos revelan la importancia de la transfor- coger si se cuenta con un informe médico previo detallado,
mación periférica de T4 en T3 y en rT3 en la situación metabó- pero a menudo éste, por desgracia, no existe, y esta parte de
lica del individuo, constituyendo de hecho este proceso la anamnesis puede ser difícil de reconstruir. La falta de da-
metabólico un mecanismo de regulación extraglandular de tos resulta sorprendente ante la presencia de un bocio o de
la función tiroidea de singular importancia. Son bien conoci- un nódulo o varios nódulos tiroideos que presumiblemente
das las diversas situaciones en clínica caracterizadas por la llevan años de evolución. Es frecuente que en situaciones
disminución de la conversión periférica de T4 en T3, que se como ésta el paciente, poco observador, no haya apreciado
acompañan casi siempre de un incremento de la rT3. Esta si- la existencia de la anomalía y, lo que es peor, que los médi-
tuación se da, por ejemplo, en el síndrome del enfermo euti- cos que hayan asistido al paciente con anterioridad no ha-
roideo. yan advertido la alteración al no practicar una exploración
Mecanismo de acción de las hormonas tiroideas. El meca- metódica y reglada de la región cervical.
nismo de acción de las hormonas tiroideas en los tejidos peri-
féricos no está totalmente aclarado, pero recientemente se
han producido importantes avances en este conocimiento. *M. Foz Sala

2055
ENDOCRINOLOGÍA

Historia clínica actual. En la recogida de los síntomas de- ción es limitado. Por una parte se trata de un dato muy subje-
ben incluirse las posibles alteraciones de la región cervical, tivo que puede ser valorado de modo distinto por diversos
en el caso de que se trate de una afección tiroidea que curse exploradores y, por otra, la misma consistencia, o similar,
con dolor o con aumento de tamaño de la glándula, y las al- puede hallarse en tiroidopatías de muy distinta estirpe. La
teraciones que se producen en los diversos aparatos y siste- nomenclatura utilizada por los diversos autores es muy diver-
mas en el caso de que exista un trastorno hipofuncional o hi- sa: blanda, referida sobre todo a algún tipo de bocio (predo-
perfuncional del tiroides. En los apartados dedicados al minio de transformación coloide); firme, referido al tiroides
estudio de los procesos responsables de estos síndromes se normal y a diversas tiroidopatías, por ejemplo, a la tiroiditis
describen las citadas alteraciones. El interrogatorio, siempre de Hashimoto; dura, que se observa habitualmente en los nó-
dirigido en el caso de sospecha de hipofunción o hiperfun- dulos, sean éstos benignos o malignos, y pétrea, que se palpa
ción tiroidea, debe descubrir la posible aparición de sínto- en algunos carcinomas, en zonas calcificadas de bocio mul-
mas compatibles con los citados trastornos funcionales de la tinodular y en la tiroiditis de Riedel.
glándula tiroides. La presencia de dolor en la palpación no es un hallazgo
muy frecuente. Puede orientar el diagnóstico hacia una tiroi-
ditis subaguda de De Quervain, afección típicamente doloro-
Exploración física* sa, o hacia una hemorragia intraquística. El frémito, a su vez,
es un hallazgo infrecuente que se observa sobre todo en la
La práctica de una exploración física correcta y detallada enfermedad de Graves-Basedow, que cursa con una abun-
en un paciente en el que se sospecha una tiroidopatía posee dante vascularización, y siempre que una gran masa tiroidea
extraordinario interés. Tanto es así, que en muchos casos, produzca una compresión arterial. La palpación de la región
tras la recogida de los síntomas en una correcta historia clíni- laterocervical permite descubrir, a menudo, adenopatías
ca, y la realización de una cuidadosa exploración física, el que, en ocasiones, aun en ausencia de una lesión palpable
diagnóstico queda perfectamente establecido, y los métodos de la glándula, corresponderán a una metástasis de un carci-
de exploración complementaria sólo deben usarse con suma noma papilar del tiroides.
parquedad con el modesto propósito de confirmar el diag- Auscultación. Suele ofrecer datos poco relevantes. En algu-
nóstico clínico. nos casos de enfermedad de Graves-Basedow puede aprecia-
La exploración física en las enfermedades del tiroides se la existencia de un soplo. Éste también puede auscultarse
comprende la exploración local, referida a la glándula tiroi- cuando se produce compresión arterial por la presencia de
des, y la exploración general, amplia y multisistémica, que una gran masa tiroidea.
debe recoger las posibles alteraciones producidas en todo el Exploración general. Ante la sospecha de hipofunción o hi-
organismo como consecuencia de una alteración funcional perfunción, la exploración física general del paciente debe
del tiroides. dirigirse con especial atención a los posibles signos produci-
Exploración local. La exploración del tiroides debe formar dos por los citados síndromes en los diversos aparatos y siste-
parte de una correcta pauta de exploración general de un mas del organismo. Estas repercusiones pueden poseer una
paciente que es visitado por primera vez por un médico. No extraordinaria relevancia clínica y se estudiarán en los apar-
obstante, esta exploración debe ser especialmente minucio- tados referidos al hipotiroidismo y al hipertiroidismo. Cabe
sa cuando se sospeche la presencia de una tiroidopatía. La adelantar que esta exploración física general debe ser espe-
exploración física del tiroides comprende tres fases distintas cialmente detenida en la piel, los ojos, el aparato circulato-
de diferente importancia: rio, el sistema nervioso y la musculatura esquelética.
Inspección. Es una fase obligada que debe preceder en to-
dos los casos a la palpación. Puede descubrir la presencia de
cicatrices operatorias, lesiones dérmicas, secuelas de una an- Pruebas diagnósticas*
tigua irradiación y, sobre todo, un bocio, que puede hacerse
más visible cuando el paciente habla o cuando mueve la ca- Con mucha frecuencia, una anamnesis y una exploración
beza hacia atrás y, sobre todo, cuando se le pide que degluta física correctas orientan claramente el diagnóstico en la afec-
saliva o agua. ción tiroidea. Por ello, en muchas ocasiones, la utilidad de
Palpación. Es la maniobra más importante, ya que permite las exploraciones complementarias se limita a la confirma-
precisar las alteraciones observadas en la inspección o des- ción de las alteraciones.
cubrir alguna que ésta no haya puesto en evidencia. La ma- Las pruebas diagnósticas de las enfermedades del tiroides
niobra puede realizarse con el explorador situado detrás o pueden clasificarse en cuatro grupos: pruebas funcionales,
delante del paciente. Es preferible esta última posición, por- estudio de los trastornos inmunológicos, diagnóstico morfo-
que permite completar la inspección mientras se realiza la lógico y diagnóstico citológico.
palpación. Ésta se efectúa con los pulpejos de ambos pulga- En la tabla 16.13 se resumen las exploraciones comple-
res, mientras el resto de las manos colabora en las maniobras mentarias utilizadas en el diagnóstico de las tiroidopatías.
complementarias de la exploración. Éstas consisten en el
cambio de posición de la cabeza hacia delante o hacia am-
bos lados, para relajar los músculos esternocleidomastoi-
Pruebas funcionales
deos, o en la desviación de la laringe conseguida con una A continuación se describen las exploraciones más útiles
movilización suave del cartílago tiroides. Estas maniobras desde el punto de vista clínico:
permiten precisar mejor las características del agrandamien-
to tiroideo y, en ocasiones, descubrir pequeños nódulos que, Determinación de las concentraciones plasmáticas de hormonas
de otro modo, no serían palpables. tiroideas, otros compuestos yodados y proteínas
Hay que destacar, no obstante, que la palpación del tiroi- transportadoras**
des no presupone, en todos los casos, la existencia de una
afección de la glándula dado que un tiroides normal puede Determinación de la concentración sérica de T4 libre. Dado
ser palpado en un individuo muy delgado. que las variaciones, tanto cuantitativas como cualitativas de
Es conveniente señalar un aspecto de la palpación tiroi- las proteínas transportadoras de las hormonas tiroideas,
dea, referente a la consistencia y a la posible existencia de
dolor y de frémito. La consistencia del tejido tiroideo palpado
siempre debe ser reseñada, aunque el valor de esta observa-
*M. Foz Sala
**Los valores de normalidad de las determinaciones hormonales citados en
este capítulo lo son a título de orientación, puesto que pueden variar según los
*M. Foz Sala laboratorios y las técnicas utilizadas.

2056
ENFERMEDADES DEL TIROIDES

TABLA 16.13. Exploraciones complementarias en el diagnóstico Los niveles de hormonas tiroideas totales aumentan en el
de las tiroidopatías hipertiroidismo y disminuyen en el hipotiroidismo, aunque
en diversas situaciones, como en el síndrome de resistencia
Pruebas de función tiroidea a la acción de las hormonas tiroideas o en casos de alteracio-
Determinación de las concentraciones plasmáticas de hormonas
tiroideas, otros compuestos yodados y proteínas nes de la TBG, esta regla general no se cumple.
transportadoras Determinación de las concentraciones séricas de TBG y
Determinación de la concentración sérica de T4 libre TBPA. Como ya se ha indicado, modificaciones en las con-
Determinación de la concentración sérica de T3 libre centraciones de las proteínas transportadoras pueden alterar
Determinación de los niveles plasmáticos de tiroxina los niveles totales de T4 y, en menor grado, de T3 e inducir a
y triyodotironina totales errores. Aunque las determinaciones de hormonas libres han
Determinación de las concentraciones séricas de TBG y TBPA obviado este problema, en algunas situaciones resulta de uti-
Determinación plasmática de T3 inversa lidad, al menos teórica, confirmar la existencia de alteracio-
Determinación plasmática de tiroglobulina
Pruebas del metabolismo tiroideo in vivo utilizando isótopos nes de la TBG. En estos casos, como cuando se sospecha la
radiactivos existencia de alteraciones hereditarias de la TBG, puede re-
Captación tiroidea de radioyodo sultar útil la determinación de las concentraciones séricas de
Prueba de descarga del 131I con perclorato la proteína, que se realiza por RIA (valor normal, 1-2 mg/dL).
Medición de los efectos periféricos producidos por las hormonas Los niveles de TBG aumentan, además de en presencia de
tiroideas alteraciones familiares, durante el embarazo, en algunas he-
Exploración de la regulación hipotálamo-hipofisotiroidea patopatías y con la administración de determinados fárma-
Determinación de la TSH plasmática basal cos (estrógenos, tamoxifeno, perfenazina) y disminuyen en
Prueba de estimulación con TRH de la secreción de TSH
hipofisaria pacientes con enfermedades generalizadas graves, en los
Estudio de los trastornos inmunológicos afectos de síndrome nefrótico y con la toma de andrógenos y
Determinación de anticuerpos antitiroideos circulantes glucocorticoides a dosis altas, entre otras situaciones.
Anticuerpos antiperoxidasa y antitiroglobulina La determinación de las concentraciones séricas de TBPA
Anticuerpos antirreceptor de la TSH resulta de menor utilidad.
Estudio de la morfología tiroidea Los pacientes en tratamiento con amiodarona presentan
Gammagrafía tiroidea cifras elevadas de rT3.
Ecografía cervical Determinación plasmática de rT3. La rT3, que corresponde
Tomografía computarizada cervical
Estudio citológico aproximadamente a la tercera parte de la T3T, puede deter-
Citología tras punción aspirativa con aguja fina minarse en suero mediante RIA. Sus valores normales son
0,39-1,15 nmol/L (25-75 ng/dL). Su determinación tiene más
TBG: proteína transportadora de tiroxina; TBPA: prealbúmina transportadora utilidad teórica que real en el diagnóstico diferencial del sín-
de tiroxina.
drome de la T3 baja, en el que se encuentran cifras elevadas.
Sin embargo, esta situación se diagnostica fácilmente con la
determinación de la TSH plasmática (véase más adelante)
especialmente de la TBG, pueden modificar las concen- por lo que los niveles de rT3 raras veces se determinan en la
traciones plasmáticas totales de T4 y T3, y ocasionar errores práctica clínica habitual. Los pacientes en tratamiento con
de valoración, se han desarrollado métodos para determinar amiodarona presentan cifras elevadas de rT3.
sus fracciones libres. Determinación plasmática de tiroglobulina. La determina-
Con la valoración simultánea de los niveles de TSH (véase ción seriada de tiroglobulina resulta de gran utilidad en el se-
más adelante), la determinación de T4 libre constituye, en la guimiento de pacientes afectos de carcinoma diferenciado
actualidad, la exploración inicial y de mayor utilidad en el del tiroides. La tiroglobulina se determina por RIA y sus valo-
estudio de la función tiroidea. Puede realizarse mediante téc- res normales oscilan entre 10 y 40 ng/mL (10-40 µg/L). La pre-
nicas de diálisis, ultrafiltración y radioinmunoanálisis (RIA) y sencia de anticuerpos antitiroglobulina (véase más adelante)
sus valores de normalidad oscilan entre 10 y 25 pmol/L (0,7- puede interferir en la prueba; por esta razón, en la actualidad
2,1 ng/dL). se recomienda realizar técnicas de separación de estas inmu-
Los niveles de T4 libre son un fiel reflejo de la situación noglobulinas, antes de determinar la tiroglobulina.
funcional de la glándula tiroides; así, están elevados en situa- La observación del aumento de la tiroglobulina que se
ción de hipertiroidismo y son bajos cuando existe hipofun- produce en determinadas situaciones de hiperfunción tiroi-
ción tiroidea. En el síndrome de resistencia a la acción de las dea carece de utilidad en la práctica clínica habitual. Por el
hormonas tiroideas pueden hallarse valores elevados de hor- contrario, su elevación en pacientes previamente tratados
monas tiroideas libres con situación metabólica eutiroidea o con tiroidectomía y radioyodo por carcinoma diferenciado
incluso hipotiroidea. del tiroides reviste gran interés, puesto que constituye un ín-
Determinación de la concentración sérica de T3 libre. La uti- dice de alta sospecha de la existencia de una enfermedad
lidad de esta exploración en la clínica diaria se limita a la va- activa.
loración más teórica que práctica de los pacientes afectos Otras pruebas funcionales. Tanto los métodos de determi-
del síndrome de la T3 baja o de las situaciones poco frecuen- nación de los niveles de hormonas circulantes a través de la
tes de T3-tirotoxicosis. La T3 libre se determina por radioinmu- yodometría –yodo total, yodo ligado a proteínas (PBI), yodo
noanálisis y es normal una concentración de 3-8 pmol/L extraíble por butanol (BEI) y yodo tiroxínico– como las prue-
(230-660 pg/dL). La T3 libre sérica aumenta en el hipertiroi- bas de captación in vitro de T4 y T3, y el cálculo de los índi-
dismo y disminuye en fases avanzadas del hipotiroidismo. ces de T4 y T3 libres han quedado anticuados y no se utilizan
Determinación de los niveles plasmáticos de tiroxina y triyo- en la actualidad para el estudio de la función tiroidea.
dotironina totales (T4T y T3T). Aunque sigue realizándose en
casi todas las clínicas de enfermedades tiroideas, la determi- Pruebas del metabolismo tiroideo in vivo con isótopos
nación de T4T debe considerarse una exploración desplaza- radiactivos
da por la determinación de la fracción libre de la hormona. Captación tiroidea de radioyodo. Esta técnica, de utilidad
Puede practicarse, entre otras, mediante técnicas de RIA y limitada en la clínica cotidiana, explora la capacidad de la
sus niveles normales son de 60-140 nmol/L (4-11 µg/dL). glándula tiroides para captar una dosis determinada de ra-
El conocimiento de los niveles de T3T (normales, 1,1-2,7 dioisótopo que se administra al paciente. Pueden ser útiles
nmol/L; 75-175 ng/dL) resulta de escasa utilidad para la valo- para su práctica diversos isótopos del yodo y el 99mTc, siendo
ración de las alteraciones tiroideas, puesto que en los casos el más empleado el 131I. Suele medirse la captación a las 2 h
de síndrome de la T3 baja o en las situaciones de T3-tirotoxi- (precoz) y a las 24 h (estándar). Los valores de normalidad
cosis es mucho más útil valorar los niveles de T3 libre. de la prueba varían en relación con la ingesta de yodo y de-

2057
ENDOCRINOLOGÍA

TABLA 16.14. Situaciones que producen alteración en los niveles de captación tiroidea de 131I
Incremento Disminución
Hipertiroidismo Hipotiroidismo
Déficit de yodo (producido por ingestión insuficiente o por aumento Exceso de yodo (aporte aumentado o eliminación insuficiente)
de la eliminación) Administración de hormonas tiroideas
Recuperación de la situación de inhibición tiroidea (efecto Administración de fármacos antitiroideos que dificulten
“rebote”) la captación tiroidea de yodo
Aumento de estímulo por la TSH endógena o exógena Defecto congénito de captación tiroidea
Defecto de hormonosíntesis tiroidea (con captación normal) Tiroiditis subaguda de De Quervain
Insuficiencia renal (por mayor oferta de 131I al tiroides) Tiroiditis indolora linfocitaria
Embarazo Estruma ovárico

ben considerarse según las diferentes áreas geográficas. Así, la determinación del 131PBI plasmático, el aclaramiento tiroi-
en España, la captación normal de 131I a las 24 h es del 10 al deo de 131I, la captación absoluta de yodo, la eliminación uri-
50% de la dosis administrada, mientras que en EE.UU. los va- naria de 131I y la determinación de 131BEI plasmático, antes
lores normales oscilan entre el 5 y el 30%. ampliamente utilizados, han caído totalmente en desuso.
En la tabla 16.14 se indican las diversas situaciones en las
que pueden producirse alteraciones en la captación tiroidea. Medición de los efectos periféricos producidos por las hormonas
Entre ellas, cabe destacar la tiroiditis de De Quervain que, en tiroideas
sus fases iniciales, presenta hipertiroidismo asociado con hi- La práctica del metabolismo basal, el reflexograma aquí-
pocaptación de 131I. Sólo en el diagnóstico de esta entidad, leo y la medición de los intervalos QKs y QKd (tiempo entre
de la tiroiditis silente y de la tirotoxicosis facticia resulta de el inicio de la onda Q del ECG y el comienzo de los ruidos de
utilidad la práctica de esta exploración, que no aporta infor- Korotkoff sistólico y diastólico, respectivamente) para valo-
mación de interés en otras enfermedades tiroideas. rar los efectos periféricos de las hormonas tiroideas, antes
Prueba de descarga del 131I con perclorato. Esta prueba per- utilizados, no se usan en la actualidad, salvo en casos muy
mite explorar la fase de organificación de los yoduros. El per- especiales.
clorato y otros aniones monovalentes, como el tiocianato,
muy poco utilizado en clínica, son capaces de liberar (des- Exploración de la regulación hipotálamo-hipofisotiroidea
cargar) yodo del tiroides, siempre que no haya sido correcta- Determinación de la TSH plasmática basal. La determina-
mente organificado. ción de la TSH plasmática por métodos inmunorradiométri-
Para realizar la exploración, se administra una dosis de cos ha representado un avance decisivo para la valoración
131
I, se mide la captación tiroidea del trazador y se administra de la función tiroidea; así, para algunos autores (RODRÍGUEZ
1 g de perclorato potásico. Es necesaria una segunda valora- ESPINOSA et al, 1990), constituye la única prueba necesaria
ción de la captación, realizada a los 30 o 60 min, para la in- para el estudio de las enfermedades que cursan con hiper-
terpretación de la prueba. Si la organificación se ha produci- función o hipofunción de la glándula, si bien resulta más re-
do de forma correcta, la administración del perclorato no comendable, para evitar posibles errores, valorar conjunta-
disminuirá la captación. Por el contrario, si existe un defecto mente los niveles de TSH y los de T4 libre (HAY y KLEE, 1988;
en la organificación, se producirá una importante descarga VILARDELL, 1990). La TSH plasmática basal normal oscila entre
del 131I tiroideo (fig. 16.37). 0,2 y 5 mU/L.
Se observan alteraciones en la organificación en algunos La TSH aumenta en el hipotiroidismo primario y disminu-
bocios dishormonogenéticos, en la tiroiditis de Hashimoto, ye en el hipertiroidismo. Cuando coexisten niveles bajos de
en la enfermedad de Graves-Basedow y tras tratamiento con hormonas tiroideas y TSH debe sospecharse la existencia
derivados tiouracílicos. Ello hace que la utilidad de esta de un hipotiroidismo de origen hipotalámico o hipofisario. El
prueba en el estudio de las alteraciones tiroideas sea escasa. hallazgo de hormonas tiroideas y TSH elevadas sugiere la
Otras pruebas del metabolismo tiroideo in vivo. Otras prue- existencia de una producción autónoma de TSH por la ade-
bas de metabolismo tiroideo, como el índice de conversión y nohipófisis, que puede deberse a la presencia de un adeno-
ma o a una resistencia a la acción de las hormonas tiroideas,
ya sea generalizada o localizada en la adenohipófisis. La si-
tuación de hipotiroidismo subclínico o latente cursa con ni-
veles elevados de TSH y hormonas tiroideas circulantes nor-
1g de perclorato males.
20 Dosis de 131I
o tiocianato Prueba de estimulación con TRH de la secreción de TSH hi-
pofisaria. Esta exploración tiene interés fisiopatológico y está
Captación tiroidea de 131I

basada en el estudio de las variaciones de la TSH plasmática


15
(% de la dosis)

tras la estimulación producida por la administración de TRH.


En condiciones normales, tras la inyección intravenosa de
200-400 µg de TRH, el pico máximo de estimulación de la
10 TSH se produce a los 20-30 min y habitualmente consiste en
un incremento del valor basal de hasta 16 mU/L o alrededor
de 6-8 veces el valor inicial. En personas mayores de 65 años,
5 esta respuesta de la TSH a la TRH se halla disminuida de for-
ma fisiológica. En los raros casos de hipotiroidismo de causa
hipotalámica, la respuesta de la TSH se produce más tardía-
mente (a los 60-90 min) tras la administración de la TRH, por
0 60 120 180 lo que, cuando se sospecha esta alteración, debe prolongar-
Minutos se el tiempo de la prueba hasta 120 min, practicándose ex-
tracciones cada 30 min.
Aunque tiene una indicación más teórica que práctica
Fig. 16.37. Prueba de descarga del 131I con perclorato o tiocianato. para diferenciar el hipotiroidismo de origen hipotalámico del
Trazo continuo: curva normal; trazo discontinuo: defecto en la organi- adenohipofisario, la utilidad real de la prueba de estimula-
ficación con descarga de 131I tiroideo. ción con TRH de la TSH se halla limitada al estudio de pa-

2058
ENFERMEDADES DEL TIROIDES

100
200-400 µg
TRH i.v. Hipotiroidismo
90 primario

80
TSH (mU/L)

70

30 Normal

Hipotiroidismo
20 hipotalámico

10 Hipotiroidismo
hipofisario
Hipertiroidismo
0
0 15 30 60
Minutos

Fig. 16.38. Esquema de las curvas de TSH tras estimulación con


TRH en diversas situaciones clínicas.

cientes con resistencia a la acción de las hormonas tiroideas,


hipertiroidismo o hipotiroidismo por aumento o disminución
de la secreción hipofisaria de TSH o afectos de tumores hipo-
fisarios y para la valoración de contados casos dudosos de
hipotiroidismo primario o de hipertiroidismo. En la figura
16.38 se esquematizan las respuestas de la TSH tras la estimu-
lación con TRH en diversas situaciones clínicas.
Otras pruebas de exploración de la regulación hipotálamo-
hipofisotiroidea. Las pruebas de estimulación tiroidea con
TSH y de inhibición tiroidea con T3 no se utilizan en la actua-
lidad. Fig. 16.39. Gammagrafía tiroidea de frente y de perfil. Tiroides sub-
lingual.
Estudio de los trastornos inmunológicos
El estudio de los trastornos inmunológicos resulta de inte- Se conocen dos tipos principales de inmunoglobulinas di-
rés para establecer el diagnóstico de algunas tiroidopatías de rigidas contra el receptor de la TSH: unas capaces de estimu-
reconocida etiopatogenia autoinmune como la enfermedad lar la síntesis y secreción de hormonas tiroideas (inmunoglo-
de Graves-Basedow, algunos hipotiroidismos primarios y al- bulinas estimulantes de la función tiroidea, TSI) y otras con
gunas tiroiditis. capacidad para estimular el crecimiento de la célula folicu-
En el suero de pacientes afectos de tiroidopatías autoin- lar (inmunoglobulinas estimulantes del crecimiento tiroideo,
munitarias y, con menor frecuencia, en los que padecen TGI).
otras enfermedades tiroideas se ha demostrado la existencia En la actualidad, la mayoría de los laboratorios determi-
de inmunoglobulinas dirigidas contra diversos componentes nan estos anticuerpos mediante técnicas de radiorreceptor
del tejido tiroideo normal, como la tiroglobulina, la peroxida- que detectan únicamente la existencia de inmunoglobulinas
sa (microsoma), el segundo antígeno del coloide, las hormo- inhibidoras de la unión de la TSH a su receptor. Para demos-
nas tiroideas, la TSH y el receptor de la TSH, entre otros (MC- trar la función de estas inmunoglobulinas (estimulantes de la
KENZIE y ZAKARIJA, 1991). A continuación se describen las secreción hormonal o del crecimiento celular) son necesa-
pruebas que más se utilizan en la clínica para el estudio de rias técnicas más complejas que utilizan cultivos celulares y
la autoinmunidad tiroidea. que sólo se emplean en estudios experimentales.
También se han descrito, en pacientes con enfermedades
Determinación de anticuerpos antiperoxidasa (antimicrosoma) tiroideas autoinmunes, anticuerpos antirreceptor de la TSH,
y antitiroglobulina bloqueadores de su función y por lo tanto causantes de hipo-
Estos estudios son los más utilizados en la clínica habitual. tiroidismo.
Los anticuerpos antiperoxidasa y antitiroglobulina pueden
determinarse por diversos métodos, siendo el más empleado
la hemaglutinación pasiva. Su positividad a títulos superiores
Diagnóstico morfológico
a 1/400 sugiere el diagnóstico de afección tiroidea autoinmu- A continuación se describen las exploraciones más útiles,
ne. desde el punto de vista clínico, para el estudio de la situa-
A pesar de su reconocida utilidad, estas pruebas tienen al- ción, el tamaño, la forma y la estructura de la glándula tiroi-
gunas limitaciones, ya que pacientes con enfermedades tiroi- des.
deas de otra etiología pueden presentar anticuerpos antitiroi-
deos circulantes a títulos bajos y, en otros casos, pueden Gammagrafía tiroidea
existir falsos negativos en tiroidopatías autoinmunes. La gammagrafía tiroidea proporciona información sobre la
situación, el tamaño y la morfología de la glándula o del teji-
Determinación de anticuerpos antirreceptor de la TSH do tiroideo residual o ectópico (fig. 16.39).
Resulta de especial interés en el estudio de la enfermedad Las imágenes gammagráficas del tiroides se obtienen me-
de Graves-Basedow, en la que estas inmunoglobulinas de- diante gammacámara, después de administrar al paciente un
sempeñan un papel esencial en el desarrollo de la afección. radiofármaco. Los dos isótopos más utilizados, en la actuali-

2059
ENDOCRINOLOGÍA

Fig. 16.42. Ecografía cervical. Nódulo tiroideo sólido (flechas).

Fig. 16.40. Gammagrafía tiroidea normal obtenida mediante gam-


macámara.

Fig. 16.43. Ecografía cervical. Nódulo tiroideo quístico (flechas).

las imágenes de dos nódulos tiroideos, sólido y quístico, ob-


Fig. 16.41. Gammagrafía tiroidea. Nódulo “frío” en la base del lóbu- tenidas mediante ecografía cervical.
lo derecho. Por su inocuidad y rendimiento, la ecografía tiroidea de alta
resolución se considera, en la actualidad, la técnica de elec-
ción para la valoración morfológica inicial de la glándula.
dad, son el 123I y, especialmente, el 99mTc (pertecnetato). El
131
I se usa para obtener imágenes corporales completas en el Tomografía computarizada
seguimiento de pacientes con carcinoma tiroideo diferencia- El papel de la TC para la valoración de las afecciones tiroi-
do. El 99mTc, administrado por vía intravenosa, es captado deas es limitado.
por las células foliculares y tiene la ventaja de permitir una Por su alto coste, la radioexposición que implica y el he-
exploración rápida (a los 20 min) y de producir una radia- cho de que, en general, aporta pocos datos nuevos, esta ex-
ción muy escasa. ploración debe reservarse para aquellos casos en los que la
La imagen habitual de una gammagrafía tiroidea presenta valoración mediante gammagrafía y ecografía plantee dudas
forma de mariposa, con las dos alas que corresponden a am- importantes. Sólo se considera de elección la práctica de
bos lóbulos, más o menos simétricos, unidas en su tercio in- una TC para valorar la extensión retrosternal de un bocio o
ferior por el istmo (fig. 16.40). para el diagnóstico de este proceso en un paciente con una
En el estudio de los trastornos nodulares del tiroides, la masa mediastínica no filiada. Asimismo, mediante esta técni-
gammagrafía permite conocer la intensidad de captación del ca se puede obtener información de interés en el estudio de
isótopo por el nódulo, que puede ser “frío” o hipocaptante, las interrelaciones morfológicas entre el tiroides y las restan-
isocaptante y “caliente” o hipercaptante según que su fija- tes estructuras cervicales.
ción sea, respectivamente, inferior, igual o superior a la del
tejido normal (fig. 16.41). Otras técnicas de diagnóstico por la imagen
La radiología simple es un método de escasa utilidad en el
Ecografía cervical diagnóstico de las tiroidopatías, aunque, en ocasiones puede
La práctica de la ecografía cervical mediante un transduc- hacer sospechar la existencia de extensión endotorácica de
tor de alta resolución resulta de gran utilidad para el estudio un bocio (fig. 16.44).
de la localización y el tamaño de la glándula tiroides. Asimis- La resonancia magnética (RM) es una técnica de reciente
mo, esta técnica es altamente sensible tanto para detectar introducción que debe reservarse para situaciones muy con-
lesiones nodulares intratiroideas muy pequeñas (de sólo cretas y especialmente complejas en las que las otras técni-
1-3 mm de diámetro) como para distinguir las sólidas de las cas citadas de diagnóstico morfológico no hayan aportado
quísticas o mixtas. En las figuras 16.42 y 16.43 se muestran datos concluyentes.

2060
ENFERMEDADES DEL TIROIDES

SEE con T4 normal. Constituye la variante habitual del SEE


que aparece en las situaciones citadas que no son de extraor-
dinaria gravedad. Los datos analíticos consisten en una T4
normal, T3 baja y rT3 elevada. La TSH es normal, mientras
que los valores de T4 libre también suelen ser normales. Estas
alteraciones están producidas, por una parte, por la disminu-
ción de la actividad 5’-desyodinasa, que explica un descenso
de la T3 generada por la T4 y un aumento de la rT3 producido
por el mismo déficit enzimático que impide la 5’-monodesyo-
dinación y el consiguiente paso de la rT3 a 3,3’-diyodotiro-
nina (3,3’T2). También se observa una disminución de la
capacidad de transporte de las hormonas tiroideas de las
proteínas, más evidente en el caso de la T4 que en la T3.
Esta variante habitual del SEE, denominada también sín-
drome de la T3 baja, se identifica fácilmente y no puede con-
fundirse, dadas sus características, con los datos analíticos
correspondientes al hipotiroidismo o al hipertiroidismo.
SEE con T4 baja. Este síndrome analítico se presenta en pa-
cientes en situaciones de especial gravedad. El 30-50% de los
pacientes ingresados en unidades de cuidados intensivos
presentan este tipo de SEE (CAVALIERI, 1991). En esta variante
se producen en mayor grado las alteraciones citadas en rela-
ción con el déficit de 5’-desyodinasa y de capacidad de fija-
Fig. 16.44. Prolongación endotorácica de un bocio (flechas). ción de las proteínas transportadoras, pero además existe un
déficit de secreción de TSH, de causa oscura, con una res-
puesta insuficiente a la TRH. Como consecuencia de estas al-
teraciones, los pacientes presentan T4 y T3 bajas, rT3 elevada,
Diagnóstico citológico T4 libre normal o subnormal y TSH normal o baja, con falta
de respuesta a la TRH. Estos datos analíticos pueden prestar-
Citología tras punción-aspiración con aguja fina se a confusión en un paciente gravemente enfermo con un
La punción-aspiración con aguja fina (PAAF) del tiroides hipotiroidismo hipofisario. La valoración de los datos clíni-
para el estudio citológico del material obtenido se utiliza ex- cos y del resto de la función adenohipofisaria suelen permitir
tensamente en el diagnóstico de las afecciones tiroideas. La deslindar el diagnóstico. Por otra parte, en esta situación es
precisión de la técnica ha sido ampliamente demostrada y, útil disponer de la determinación de rT3, que no debe solici-
en la actualidad, se acepta que, en manos de citopatólogos tarse de forma sistemática, pero que en este caso permite di-
bien entrenados, supera la eficacia diagnóstica de otros mé- ferenciar el SEE con T4 baja del hipotiroidismo hipofisario
todos de exploración. Mediante la PAAF puede identificarse que cursa con cifras de rT3 disminuidas.
una amplia variedad de lesiones de la glándula tiroides. El SEE con T4 elevada. Constituye una variante muy infre-
diagnóstico de “proliferación folicular” indica que el citólo- cuente del SEE. Se observa aproximadamente en el 1% de los
go se plantea el diagnóstico diferencial entre hiperplasia no- casos en que se presenta este síndrome analítico. La anoma-
dular, adenoma folicular y carcinoma folicular, pero será ne- lía se aprecia durante el curso de una enfermedad grave y en
cesaria la biopsia para alcanzar un diagnóstico definitivo. el momento de su recuperación, sobre todo en enfermos de
Con esta única salvedad, la PAAF es un método de gran ren- edad avanzada tratados con preparados que contienen
dimiento en el estudio de las afecciones tiroideas, tanto no- yodo. También se ha descrito esta alteración en pacientes
dulares como difusas. afectos de trastornos psiquiátricos agudos. Este SEE puede
confundirse con un hipertiroidismo que curse con T4 elevada
y T3 normal. No obstante, en la hiperfunción tiroidea los valo-
Síndrome del enfermo eutiroideo* res de TSH son subnormales y no responden a la estimula-
La fácil disponibilidad actual de los métodos de laborato- ción con TRH.
rio para determinar los niveles de hormonas tiroideas y de Las variedades citadas del SEE producen considerables di-
TSH, y su elevado rendimiento diagnóstico en la práctica clí- ficultades de interpretación en el momento de valorar la po-
nica han motivado la amplísima utilización de estas pruebas, sible existencia de una hiperfunción o una hipofunción tiroi-
sobre todo en el ambiente hospitalario. Este hecho ha produ- dea en un paciente afecto de una grave enfermedad no
cido en los últimos años una gran cantidad de datos relativos endocrina. Si la conclusión es que las cifras bajas de T3,
a las anomalías observadas en los resultados de estas prue- acompañadas o no de una T4 también descendida, se deben
bas funcionales en pacientes graves sin evidencia de enfer- a un SEE, el consenso actual es no administrar hormonas ti-
medad tiroidea. Estas alteraciones se refieren en la literatura roideas, aunque varios aspectos relacionados con este sín-
anglosajona con la denominación de sick euthyroid syndro- drome quedan todavía por esclarecer, incluyendo su posible
me. El síndrome del enfermo eutiroideo (SEE) puede presen- inocuidad, beneficio o perjuicio para el paciente.
tarse en muy diversas situaciones en clínica humana, no rela-
cionadas directamente con el tiroides, ya sea en enfermedades
graves agudas o crónicas, en el ayuno prolongado, en trauma-
Fármacos y función tiroidea
tismos importantes o en otras situaciones que produzcan es- Un número importante de fármacos es capaz de alterar
trés. Las alteraciones que pueden apreciarse en las pruebas uno o diversos aspectos de la función tiroidea. Es excepcio-
funcionales tiroideas son diversas y están relacionadas con nal, no obstante, que un medicamento no administrado en
trastornos en el transporte y el metabolismo de las hormonas ti- relación con una afección tiroidea produzca un cuadro clíni-
roideas y en la secreción de TSH. co de hipotiroidismo o hipertiroidismo. Una de las pocas ex-
El SEE puede presentarse en clínica con cifras de T4 nor- cepciones en este aserto la constituye la afección tiroidea re-
males, disminuidas o elevadas, variantes que se describen de lacionada con la amiodarona (véase más adelante). En
forma sucinta a continuación. cambio, los trastornos de la función tiroidea que producen
algunos fármacos determinan alteraciones en las pruebas
funcionales que pueden dificultar su interpretación y, por
*M. Foz Sala tanto, deben ser bien conocidos por el médico. Esta dificul-

2061
ENDOCRINOLOGÍA

TABLA 16.15. Principales efectos de los fármacos so son fruto de visiones parciales y siempre incompletas. Así,
sobre la función tiroidea según la edad de aparición, se lo designa bocio congénito,
infantil o juvenil; cuando la etiología es definida, puede de-
Fármaco T4 total T4 libre T3 total TSH nominarse de acuerdo con este factor (bocio por déficit de
Propranolol yodo o por defecto de peroxidasas) y, según la morfología,
<300 mg/día N N No↓ N puede calificarse de bocio difuso, nodular o multinodular,
>320 mg/día No↑ No↑ No↓ N según que el agrandamiento de la glándula sea difuso o se
Amiodarona No↑ No↑ No↓ N acompañe de nódulos en el seno del parénquima. La historia
Andrógenos, anabolizantes No↓ N No ↓ N natural del bocio simple demuestra que las características de
Estrógenos No↑ N No↑ N aumento regular propias del bocio difuso y de aumento
Fenitoína, carbamazepina ↓ ↓ No↓ N de tamaño irregular con formación de nódulos no represen-
Glucocorticoides ↓ N ↓ No↓
Dopamina No↓ No↓ N ↓ tan más que distintos estadios evolutivos de la misma enfer-
Furosemida N ↑ N N medad. Por esto, es conveniente utilizar estos nombres para
delimitar las características de un caso concreto, pero no
*Modificada de CAVALIERI, 1991. N: normal. para hacer referencia al proceso en general.
Desde el punto de vista funcional, el bocio simple se de-
signa atóxico, no tóxico, eutiroideo o normofuncionante.
tad es todavía más compleja si el paciente presenta, además, Aunque puede resultar de interés definir esta característica,
alguna anomalía relacionada con el SEE. en especial para diferenciar este proceso del hipertiroidismo,
En la tabla 16.15 se resumen algunos de los efectos que éstas no son, en general, denominaciones necesarias en el
pueden producir los fármacos sobre la función tiroidea. caso del bocio simple.
Las distintas denominaciones de tipo anatomopatológico,
como bocio coloide, adenomatoso o macrofolicular, tampo-
Bibliografía especial co aportan datos de interés para la comprensión del proceso
CAVALIERI RR. The effects of nonthyroid disease and drugs on thyroid ni de los factores etiológicos responsables. Otra nomenclatu-
function tests. En: GREENSPAN FS (ed). Thyroid diseases. Med Clin ra utilizada a menudo en el bocio simple es la que hace refe-
North Am 1991; 75: 27-39. rencia a las características de presentación, distinguiéndose,
DEGROOT LJ, FIERRO-RENOY JF, FALCONE M, SUZUKI S, MIYAMOTO T. Recep- desde este punto de vista, el bocio endémico y el esporádi-
tores nucleares de hormonas tiroideas: en la interfase de la biolo- co. De ambos se hace una referencia especial en el apartado
gía molecular y la medicina clínica. Endocrinología 1993; 40: 118- sobre el diagnóstico del proceso.
122. La frecuencia del trastorno varía según las diferentes series
FOZ M, SANMARTÍ AM, FORMIGUERA X. Endocrinología. En: ROZMAN C
(ed). Semiología y métodos de exploración en medicina. Barcelo-
y según se estudie en zonas con endemia o sin ella. La preva-
na, Salvat, 1986; 237-291. lencia general en zonas no endémicas es del 4-7%, con un
HAY ID, KLEE GG. Thyroid disfunction. En: Diagnostic evaluation of predominio en la mujer de 7-13:1. En cualquier caso, la no-
endocrine disorders II. Endocrinol Metab Clin North Am 1988; 17: dularidad y el peso del tiroides aumentan con el paso de los
473-509. años, de forma que, en la octava década de la vida, casi to-
LARSEN PR. The thyroid. En: WYNGAARDEN JB, SMITH LIH (eds). Cecil das las personas tienen varios nódulos tiroideos. Éstos se en-
textbook of medicine. Filadelfia, WB Saunders, 1988; 1.315-1.340. cuentran, según los estudios necrópsicos, en el 15-50% de las
MCKENZIE JM, ZAKARIJA M. Antibodies in autoimmune thyroid disease. mujeres mayores de 50 años. En las zonas con endemia, la
En: BRAVERMANN LE, UTIGER RD (eds). Werner and Ingbar’s the thy-
roid. A fundamental and clinical text. Filadelfia, JB Lippincott,
frecuencia es mayor y, cuando la endemia es grave, la preva-
1991; 506-524. lencia se iguala en ambos sexos y la enfermedad suele apare-
RODRÍGUEZ ESPINOSA J, MONTAÑÉS BERMÚDEZ R, ORDÓÑEZ LLANOS J, CORTÉS cer en la infancia.
RIUS M, GONZÁLEZ SASTRE F. Evaluación de una nueva estrategia
para la detección de la disfunción tiroidea. Med Clin (Barc) 1990; Fisiopatología. En la inmensa mayoría de los casos, la base
94: 406-413. fisiopatológica es la secreción insuficiente de hormonas tiroi-
VILARDELL LATORRE E. Consideraciones sobre la prueba ideal para la deas. Este déficit hormonal produce un aumento de la secre-
medida de la función tiroidea. Med Clin (Barc) 1990; 99: 417-419. ción de TSH que ocasiona hipertrofia e hiperplasia de las cé-
lulas foliculares tiroideas y determina el crecimiento de la
glándula. En muchas ocasiones, el aumento del tejido tiroi-
deo consigue la secreción de una cantidad suficiente de T4 y
Bocio simple* T3, y se normalizan los niveles de TSH. El paciente está enton-
ces eutiroideo y presenta bocio. En algunos casos, y pese al
mecanismo compensador, persiste el déficit de función tiroi-
Se denomina bocio a todo aumento de tamaño de la glán- dea. Al conseguirse el eutiroidismo, pueden desaparecer la
dula tiroides. No obstante, habitualmente se definen como hipertrofia y la hiperplasia de las células y producirse acumu-
bocio sólo los agrandamientos de la glándula producidos lación de coloide en los folículos (bocio coloide). Si el tras-
por un aumento de producción de TSH, como consecuencia torno de la hormonosíntesis es de corta duración, el tamaño
de un defecto de la secreción de hormonas tiroideas. Este de la glándula puede volver a la normalidad de forma espon-
papel central del incremento de la TSH en la génesis del bo- tánea. En cambio, si la alteración ha sido duradera o es per-
cio es cierto en la mayoría de las ocasiones, aunque con fre- manente, la glándula queda definitivamente aumentada de
cuencia resulta difícil de objetivar. Además, como se verá tamaño. Ciclos sucesivos de hiperplasia e involución de los
más adelante, otros factores de crecimiento pueden desem- folículos originan la formación de los distintos nódulos que
peñar un papel importante en el desarrollo de algunos bo- caracterizan al bocio multinodular.
cios. En la teoría clásica, la TSH desempeña un papel central en
Se aplica la denominación de bocio simple al aumento de el crecimiento tiroideo. Estudios más modernos han puesto
la glándula que no se acompaña de hipertiroidismo, hipoti- en evidencia la existencia de otros factores que pueden te-
roidismo ni proceso inflamatorio ni neoplásico. Es la enfer- ner también notable importancia en el desarrollo de los nó-
medad más común del tiroides. dulos tiroideos y en algunas particularidades de su evolución
La nomenclatura del bocio es compleja y confusa, ya que clínica. Entre ellos cabe destacar factores del crecimiento ce-
las distintas denominaciones utilizadas para definir el proce- lular, como el factor de crecimiento epidérmico y el factor
de crecimiento similar a la insulina (IGF-I) que se produce
en la estroma tiroidea (fibroblastos) y algunas inmunoglobu-
*M. Foz Sala y A. Lucas Martín. linas (TGI). Por otra parte, algunos investigadores explican la

2062
ENFERMEDADES DEL TIROIDES

TABLA 16.16. Principales factores etiológicos del bocio simple El tiocianato y otros aniones monovalentes como el per-
clorato, los tioglucósidos aislados de las berzas y otras Brassi-
Alteración en la disponibilidad de yodo por el tiroides cae, los glucósidos cianogénicos y la linamarina que se en-
Déficit en el aporte yódico cuentra en la mandioca son bociógenos que actúan
Aumento del aclaramiento renal del yodo disminuyendo la captación tiroidea del yodo. El efecto bo-
Aumento en el aporte yódico
ciógeno de estas sustancias puede impedirse administrando
Ingestión de bociógenos una cantidad suplementaria de yodo.
Por alteración de la captación tiroidea del yodo Los fármacos del grupo tiouracílico, como el propiltioura-
Aniones monovalentes (tiocianato, perclorato) cilo, el metimazol y el carbimazol, tan utilizados en el trata-
Tioglucósidos aislados de las berzas y otras Brassicae miento del hipertiroidismo, producen un déficit en la organi-
Glucósidos cianogénicos y linamarina (mandioca)
Por alteración de la organificación intratiroidea del yodo
ficación intratiroidea del yodo y pueden causar bocio. Otros
Fármacos del grupo tiouracílico (propiltiouracilo, metimazol, fármacos con acción bociógena potencial por este mecanis-
carbimazol) mo son las sulfonilureas, las isoniazidas, los salicilatos, el
Otros fármacos (sulfonilureas, salicilatos) PAS, la dimetilditiohidantoína, el resorcinol y la fenilbutazo-
Goitrina y C-glucosilflavonas na. La goitrina o L-5-vinil-2-tiooxazolidina aislada de los na-
Por interferencia en la liberación de las hormonas tiroideas bos y de las semillas de otras Brassicae y las C-glucosilflavo-
Exceso de yodo nas del mijo son bociógenos de origen vegetal que actúan
Litio, vinblastina, colquicina alterando la organificación del yodo.
Por aumento de la excreción fecal de tiroxina
Harina de soja y nueces y sus aceites
El grupo de bociógenos que interfiere en la liberación de
Aceite de girasol, cacahuete y algodón hormonas tiroideas está representado por el yodo, consumi-
do en exceso, o por el litio. Por este mecanismo pueden ac-
Defectos congénitos de la hormonosíntesis tiroidea tuar también la vinblastina y la colquicina.
Defectos en la captación tiroidea del yodo El consumo de harina de soja, nueces y sus aceites así
Alteraciones en la organificación
Defectos de acoplamiento de las yodotirosinas
como el de aceite de girasol, cacahuete y algodón puede au-
Defectos de las deshalogenasas mentar la excreción fecal de tiroxina y producir bocio.
Defectos en la síntesis y secreción de la tiroglobulina Defectos congénitos de la hormonosíntesis tiroidea. Se co-
noce una serie de defectos congénitos y genéticamente
Fenómenos autoinmunes determinados de la hormonosíntesis tiroidea que pueden ori-
ginar la aparición de bocio, acompañado o no de hipotiroi-
dismo. Estas alteraciones son muy poco frecuentes y presen-
formación de los diferentes nódulos por la existencia de de- tan gran heterogeneidad tanto bioquímica como clínica. Se
terminadas clonas de folículos especialmente sensibles para han descrito defectos en la captación tiroidea del yodo, alte-
crecer, tras haber recibido un estímulo de la TSH (STUDER y raciones en su organificación, defectos de acoplamiento de
GERBER, 1991). las yodotirosinas, defectos de las deshalogenasas y anoma-
lías en la síntesis y secreción de la tiroglobulina. Es muy pro-
Etiología. Los factores etiológicos del bocio simple son múl- bable que formas más o menos parciales de estas altera-
tiples y, en ocasiones, pueden asociarse dos o más de ellos. ciones contribuyan a la aparición de bocio en diversas
Estos factores pueden agruparse en los siguientes apartados situaciones.
(tabla 16.16): a) déficit o exceso en el aporte yódico y au- Los defectos en la captación tiroidea del yodo son muy ra-
mento del aclaramiento renal del yodo; b) ingestión de bo- ros y parecen heredarse de forma autosómica recesiva.
ciógenos; c) defectos congénitos de la hormonosíntesis tiroi- Los defectos en la organificación tiroidea del yodo son al-
dea, y d) fenómenos autoinmunes. teraciones relativamente frecuentes y heterogéneas que se
Déficit o exceso en el aporte yódico. Aumento del aclara- producen por déficit del sistema enzimático de las peroxida-
miento renal del yodo. El déficit de aporte yódico es el factor sas. Dada la heterogeneidad del proceso, es difícil precisar
etiológico más importante del bocio simple y constituye la su mecanismo hereditario, aunque parece tratarse también
causa fundamental, y muchas veces única, del bocio endé- de un trastorno autosómico recesivo. El defecto familiar de
mico. Éste se define cuando más del 10% de la población ge- la organificación del yodo puede asociarse con sordera con-
neral, de una determinada zona geográfica, presenta bocio. génita constituyendo el síndrome de Pendred.
Desde la introducción de los programas de profilaxis yódica, Los pacientes con defecto de las deshalogenasas (desyodi-
en muchos países desarrollados, la prevalencia del bocio en- nasas) tienen dificultad para la reutilización del yodo a partir
démico ha declinado mucho y en algunas áreas casi ha desa- de la MIT y de la DIT. Se han descrito formas parciales del
parecido. No obstante, la endemia bociosa se halla aún am- cuadro en las que no se detecta actividad enzimática en el ti-
pliamente difundida en el mundo, en particular en zonas roides pero sí en otros tejidos, o viceversa. La alteración de
subdesarrolladas de América del Sur, Asia, África y Oceanía. las deshalogenasas se hereda de forma autosómica recesiva.
La situación inversa, el exceso de aporte yódico, también Las posibilidades teóricas de defectos en la síntesis y se-
puede originar la formación de bocio, aunque esta etiología creción de la tiroglobulina son múltiples, habiéndose demos-
es infrecuente. trado algunas de ellas en casos de pacientes con bocio
Otro factor bociógeno importante es el aumento del acla- acompañado o no de retraso mental y/o hipotiroidismo.
ramiento del yodo por el riñón que puede observarse en la Fenómenos autoinmunes. Varios datos apoyan la posibili-
pubertad, el embarazo, la lactancia y el climaterio, especial- dad de que alteraciones autoinmunes desempeñen un papel
mente cuando estas situaciones se asocian con cierta insufi- coadyuvante en el desarrollo del bocio simple. Entre ellos
ciencia en la ingestión de yodo. Estos hechos pueden expli- destacan: el hallazgo en el suero de algunos pacientes tanto
car, en parte, la mayor prevalencia de bocio esporádico en de anticuerpos antitiroideos como de la existencia de infiltra-
el sexo femenino. ción linfoide (tiroiditis linfocitaria focal) en algunas glándu-
Ingesta de bociógenos. Los bociógenos son sustancias ca- las y la mayor incidencia de este tipo de lesiones en familia-
paces de producir experimentalmente bocio por interferir en res de individuos con enfermedades tiroideas autoinmunes.
alguna fase del metabolismo de las hormonas tiroideas y que
pueden intervenir en la bociogénesis como cofactor, cuando Anatomía patológica. La morfología de la glándula es dife-
se suman a un déficit parcial de la ingesta yódica o a algún rente según se estudie en estadio de bocio simple o de bocio
defecto de la biosíntesis hormonal. Los bociógenos pueden multinodular. En ambos casos, el tiroides está aumentado de
alterar la captación tiroidea del yodo, su organificación intra- tamaño y tiene consistencia firme.
tiroidea, interferir en la liberación de las hormonas o aumen- Los dos aspectos morfológicos que se observan combina-
tar la excreción fecal de tiroxina. dos en casi todo bocio son la hiperplasia y la involución tiroi-

2063
ENDOCRINOLOGÍA

Fig. 16.45. Bocio multinodular de gran tamaño.

deas. Por efecto de la TSH se produce un estado de hiperpla-


sia: el epitelio glandular se vuelve alto y prolifera llegando a
proyectarse en el interior de los folículos tiroideos, el coloide
disminuye y puede perderse la arquitectura folicular normal,
que es sustituida por agregados celulares. Cuando cesa el
estímulo de la TSH, el epitelio recobra su aspecto normal y
reaparece la sustancia coloide, que puede aumentar hasta
distender las luces foliculares y aplanar al epitelio de revesti-
miento (bocio coloide). Después de la hiperplasia, en la fase
de involución coloide, aumenta el tejido fibroso de la estro- Fig. 16.46. Gammagrafía tiroidea. Bocio multinodular con prolonga-
ma, y los folículos presentan un aspecto muy heterogéneo, ción endotorácica.
puesto que mientras algunos todavía conservan el aspecto hi-
perplásico otros se hallan enormemente distendidos por el
coloide. Esta heterogeneidad es inicialmente microscópica, la falange del dedo pulgar del individuo explorado (grado
pero, a medida que el proceso avanza y aparecen fenóme- 0A) no se considera bocio.
nos de fibrosis, se hace macroscópica en forma de nódulos La práctica de una ecografía cervical resulta de gran utili-
tiroideos. dad en el diagnóstico del bocio simple ya que proporciona
En el bocio nodular, existen uno o varios nódulos que información tanto sobre su tamaño como sobre las caracte-
pueden estar rodeados por tejido fibroso y que corresponden rísticas de la glándula y permite identificar los posibles nódu-
a zonas de tejido tiroideo afecto por el proceso de hiperpla- los así como clasificarlos en sólidos o quísticos.
sia-involución. Cuando la enfermedad es de larga evolución, En algunos pacientes puede ser útil realizar una gamma-
los nódulos pueden sufrir transformación quística, sangrar o grafía tiroidea, que mostrará la existencia de un bocio difuso
calcificarse. en las fases iniciales o de una captación heterogénea del tra-
Con relativa frecuencia, el estudio microscópico del bocio zador, con áreas de hipocaptación e hipercaptación, en ca-
nodular revela la presencia de tiroiditis linfocitaria focal. sos de multinodularidad. Mediante esta exploración puede
Los bocios dishormonogenéticos muestran una intensa hi- detectarse también la existencia de prolongación endotorá-
perplasia celular, con formación de papilas y ausencia prác- cica del bocio (fig. 16.46).
ticamente total de coloide. En algunos casos, pueden hallar- Raras veces es necesario practicar una TC cervicotorácica
se adenomas. para precisar la existencia de prolongación endotorácica.
El estudio citológico del material aspirado mediante PAAF
Cuadro clínico. El bocio simple esporádico o endémico no debe realizarse en todos los casos de bocio, con punciones
suele dar sintomatología, excepto de la relacionada directa- múltiples sobre los diferentes nódulos, cuando existe multi-
mente con la compresión de estructuras vecinas. En ocasio- nodularidad. El diagnóstico citológico más frecuente en es-
nes puede aparecer dolor secundario a hemorragia local. tos pacientes es el de bocio coloide, que se basa en el hallaz-
En las fases iniciales de la enfermedad, el bocio es difuso go de abundante material coloide y escasa celularidad. En
y de consistencia firme. En fases más avanzadas se hace no- algunos casos pueden detectarse también, mediante la cito-
dular, con zonas más o menos duras, pudiendo alcanzar un logía aspirativa, áreas de tiroiditis linfocitaria focal.
tamaño extraordinario y ocasionar molestias locales (fig. La determinación de los niveles circulantes de TSH y T4 li-
16.45). El crecimiento intratorácico es relativamente frecuen- bre permite confirmar la normofunción tiroidea característi-
te y puede causar, a veces, signos y síntomas de compresión. ca del proceso o detectar las infrecuentes alteraciones que
pueden acompañarlo, tanto en el sentido de hipertiroidismo
Diagnóstico. En general, el diagnóstico del bocio simple no como de hipotiroidismo. En los pacientes con bocio endémi-
plantea dificultades. El tamaño y las características del bocio co puede ser útil la determinación de la yoduria para confir-
se determinan fundamentalmente por palpación y para su mar la ingestión insuficiente de yodo.
clasificación resulta útil el método aceptado por la OMS. Se- Los anticuerpos antitiroideos, en especial los antiperoxida-
gún éste, el bocio grado 0B está constituido por un tiroides sa, pueden ser positivos a títulos bajos en algunos pacientes
palpable y no visible, ni siquiera con el cuello en extensión, portadores de bocio simple, tanto en la fase de bocio difuso
pero apreciable a la palpación como de tamaño mayor que como en la de bocio multinodular, y suelen correlacionarse
la falange terminal del dedo pulgar del paciente. El bocio con la intensidad de la tiroiditis linfocitaria focal. También se
grado I puede palparse, pero sólo resulta visible con el cue- han hallado en estos enfermos TGI circulantes.
llo en extensión, el grado II es el que puede verse con el
cuello en posición normal y el grado III es el bocio de gran Diagnóstico diferencial. En la fase de bocio difuso puede
tamaño. Una glándula palpable pero de menor tamaño que plantearse el diagnóstico diferencial con la enfermedad de

2064
ENFERMEDADES DEL TIROIDES

Basedow o con la tiroiditis de Hashimoto. En ambas situacio- 1. Cuando exista compresión de las estructuras vecinas,
nes, las determinaciones de TSH, T4 libre, anticuerpos antiti- cervicales o mediastínicas, en los casos en que presenten
roideos y, eventualmente, de anticuerpos antirreceptor de la progresión retrosternal.
TSH suelen ser suficientes para aclarar el diagnóstico. La ci- 2. Los bocios de gran tamaño constituyen una indicación
tología permite confirmar el diagnóstico en casi todos los ca- relativa para la cirugía que debe valorarse junto con otros
sos de tiroiditis de Hashimoto. factores, como la edad, el sexo e, incluso, el deseo del pa-
En pacientes afectos de bocio multinodular pueden plan- ciente.
tearse dudas diagnósticas con algunas tiroiditis y, en espe- 3. La evolución a bocio multinodular tóxico es una indica-
cial, con las neoplasias tiroideas benignas y malignas. El estu- ción para la cirugía, si bien, actualmente, en algunos de es-
dio citológico es de gran ayuda en la diferenciación de estos tos pacientes portadores de bocios de pequeño tamaño se
casos, si bien, en ocasiones, resulta imprescindible el estudio realiza tratamiento con radioyodo.
histopatológico tras la correspondiente intervención quirúr- 4. Cuando se observa crecimiento importante y/o aumen-
gica. to de consistencia de alguno de los nódulos de un bocio
Evolución y pronóstico. En conjunto, el pronóstico del bo- multinodular, puede plantearse la sospecha de malignidad.
cio simple es bueno y su evolución desfavorable depende En estos casos, debe procederse a una evaluación cuidadosa
sólo de un crecimiento excesivo, más frecuente en los casos del paciente, valorando la edad, el sexo y las característi-
endémicos, de la posible progresión endotorácica y, sobre cas del bocio y del nódulo en cuestión, mediante la palpa-
todo, de la infrecuente aparición de fenómenos compresi- ción, la ecografía, la gammagrafía y, muy especialmente, la
vos. citología aspirativa. En la mayoría de los casos, la práctica de
En los estadios iniciales, el proceso puede revertir espontá- todas estas exploraciones permite establecer el diagnóstico
neamente. Así, el bocio endémico puede desaparecer en el con seguridad. Si ello no es posible, debe indicarse el trata-
varón, después de la pubertad. En la mujer, esta evolución es miento quirúrgico para el posterior estudio histopatológico
rara y suele observarse un aumento progresivo de la glándu- de la glándula.
la, en relación con la pubertad, los embarazos y la menopau- El tipo de intervención indicada en el bocio simple es la ti-
sia. Una vez iniciada la fase de nodularidad, las alteraciones roidectomía subtotal y, como en toda cirugía tiroidea, resulta
de la glándula son completamente irreversibles. indispensable que la efectúe siempre un cirujano experto.
Desde el punto de vista funcional, la evolución del bocio Como complicaciones posquirúrgicas pueden presentarse hi-
simple hacia el hipotiroidismo es excepcional. No obstante, potiroidismo, hipoparatiroidismo transitorios o definitivos y,
se debe señalar la posible asociación de bocio e hipotiroidis- más raras veces, recidiva del bocio. Para evitar ésta, algunos
mo en zonas con endemia (cretinismo endémico) o sin ella autores recomiendan la administración de levotiroxina des-
(formas graves de dishormonogénesis). La evolución hacia pués de la cirugía y de forma indefinida, en todos los pacien-
el hipertiroidismo es rara y ocurre siempre en fase de nodula- tes. En nuestra opinión, sobre la base de la escasa frecuencia
ridad (bocio multinodular tóxico). de recidivas encontrada tanto en las series de la literatura
La relación entre bociogénesis y carcinoma tiroideo es un como en nuestros pacientes (PIZARRO et al, 1993), la decisión
problema muy discutido. En la actualidad, y aunque existen de seguir este tratamiento debe individualizarse y reservarse
datos epidemiológicos que demuestran la importancia del para determinados casos.
déficit de yodo como factor etiológico del carcinoma folicu-
lar, no se considera, en general, que el bocio favorezca el de-
sarrollo de neoplasias tiroideas. Bibliografía especial
LEVER EG, MADEIROS-NETO GA, DEGROOT LJ. Inherited disorders of thy-
Profilaxis. La profilaxis del bocio simple comprende dos as- roid metabolism. Endocr Rev 1983; 4: 213-239.
pectos. El primero es el relativo a la lucha contra el bocio y LUCAS-MARTÍN A, FOZ-SALA M, TODD I, BOTTAZZO GF, PUJOL-BORRELL R.
el cretinismo endémicos y está centrado en la profilaxis yódi- Ocurrence of thyrocyte HLA Class II expression in a wide variety
ca, cuyas características se describen más adelante. El segun- of thyroid diseases: Relationship with lymphocytic infiltration and
do aspecto, de menor trascendencia práctica, consiste en thyroid autoantibodies. J Clin Endocrinol Metab 1988; 66: 367-375.
evitar la ingestión de bociógenos. PIZARRO E, LUCAS A, REVERTER JL, RIUS F, SALINAS I, SANMARTÍ A. Nuestra
experiencia en 275 casos de bocio multinodular. Aspectos clíni-
cos y terapéuticos. Endocrinología (Barc) 1993; 40: 143-147.
Tratamiento. La conducta terapéutica frente al bocio sim- REVERTER JL, LUCAS A, SALINAS I, AUDI L, FOZ M, SANMARTÍ A. Suppressive
ple no puede estandarizarse y, en la actualidad, la actitud ex- therapy with levothyroxine for solitary thyroid nodules. Clin Endo-
pectante se considera una buena opción para aquellos pa- crinol (Oxf) 1992; 36: 25-28.
cientes que, por la fase evolutiva en que se encuentran, ya STUDER H, GERBER H. Pathogenesis of nontoxic diffuse and nodular
no son tributarios de tratamiento médico y no presentan una goiter. En: BRAVERMANN LE, UTIGER RD (eds). Werner and Ingbar’s
clara indicación quirúrgica. the thyroid. A fundamental and clinical text. Filadelfia, JB Lippin-
El tratamiento médico del proceso se basa en la supresión cott, 1991; 1.107-1.113.
de la secreción de TSH mediante la administración de dosis
subtóxicas de levotiroxina sódica. En contra de la opinión
entusiasta de diversos autores que defienden la eficacia de
esta medicación en todos los estadios evolutivos del bocio,
varios estudios controlados y nuestra propia experiencia (RE- Cretinismo endémico*
VERTER et al, 1992) demuestran que este tratamiento no modi-
fica la historia natural de los nódulos tiroideos. Por ello, sólo La definición de cretinismo endémico es difícil y ha mo-
recomendamos administrar levotiroxina en las fases tempra- tivado controversias, porque con esta denominación se de-
nas del proceso, cuando no se ha establecido todavía la signan diversos síndromes congénitos que aparecen en las
transformación nodular. La cantidad de hormona tiroidea áreas geográficas con endemia bociosa y que tienen como
que se utiliza oscila entre 150 y 200 µg/día y, en cualquier común denominador la presencia de un déficit mental. En
caso, debe ser suficiente para mantener inhibida la secre- 1986, el grupo de estudio de la Pan-American Health Organi-
ción de TSH. El tratamiento, para conseguir su máxima efica- zation definió los tres siguientes rasgos mayores que caracte-
cia, debe prolongarse durante 6-12 meses. En los casos en rizan al cretinismo endémico.
que existe respuesta, el bocio no suele recidivar tras la supre- 1. Epidemiología. Está asociado con el bocio endémico y
sión de la levotiroxina, excepto cuando persiste una clara si- con una grave deficiencia de yodo.
tuación bociógena.
El tratamiento quirúrgico del bocio simple se indicará en
las siguientes situaciones: *M. Foz Sala

2065
ENDOCRINOLOGÍA

2. Clínica. El cuadro clínico está caracterizado por una de- perfectamente delineados dos tipos distintos, que ya fue-
ficiencia mental que se asocia con un síndrome neurológico, ron identificados en la antigua descripción de MCCARRISON
que incluye déficit de la audición y del lenguaje y alteracio- (1908):
nes características de la bipedestación y la marcha de diver- Cretinismo mixedematoso. Esta forma de cretinismo endé-
so grado, o bien a un hipotiroidismo con retraso en el creci- mico es especialmente frecuente en el África central, pero
miento. Aunque en algunas áreas geográficas predomina también se observa en Asia. El cuadro clínico se caracteriza
uno de los citados tipos de presentación clínica, en otras se por un grave hipotiroidismo que cursa con déficit mental, de-
observan los dos cuadros clínicos o bien formas mixtas. fecto del crecimiento y retraso de la maduración ósea. El ti-
3. Profilaxis. En las áreas en las que ha sido corregido ade- roides es habitualmente impalpable y la gammagrafía de-
cuadamente el déficit de yodo se ha evitado la aparición de muestra la presencia de tejido tiroideo residual en posición
cretinismo endémico. normal. Las cifras de hormonas tiroideas circulantes son muy
El cretinismo endémico sigue siendo una enfermedad am- bajas y la TSH sérica está muy aumentada. En conjunto este
pliamente difundida en diversas áreas geográficas. Así, en los cuadro es casi superponible al del cretinismo esporádico
últimos años se han publicado informes detallados de la di- que se observa en las zonas no endémicas. Además de en
fusión del proceso en África central, América del Sur, Alpes África central, esta forma clínica ocurre también, aunque
italianos y Apeninos, China, Nueva Guinea y en el Himalaya. con mucha menor frecuencia, en otras áreas de endemia bo-
En España, los estudios recientes demuestran la persistencia ciosa. En diversos estudios se ha comprobado la existencia
de una importante endemia bociosa con zonas, como la de de algunos cofactores etiológicos, además del déficit del
Las Hurdes (Cáceres), en que la intensidad del déficit yódico yodo, en la génesis de la forma mixedematosa del cretinismo
produce un alto riesgo de nacimientos de cretinos. endémico. Así, desde hace muchos años se conoce que en
el Zaire (África central), donde existe un elevado consumo
Etiología. Aunque existen algunos informes discordantes en de mandioca, elemento fundamental de la dieta de la región,
relación con aspectos parciales del problema, la opinión do- la linamarina, sustancia de acción antitiroidea presente en
minante en la actualidad es que la causa fundamental del este alimento, constituye un cofactor del cretinismo mixede-
cretinismo endémico es la carencia de ingestión de yodo. matoso. GOYENS et al (1987), también en el Zaire, describie-
Dos argumentos parecen sólidos para defender esta opinión. ron un déficit de concentración sérica de selenio y de gluta-
Uno es que el cretinismo endémico aparece en zonas de im- tión-peroxidasa (enzima que contiene este elemento), en
portante endemia bociosa, y el segundo, decisivo, es que la pacientes afectos de cretinismo mixedematoso. Se ha defen-
profilaxis yódica en las áreas geográficas en que se ha efec- dido que este déficit de selenio puede ser un cofactor en la
tuado correctamente ha permitido la erradicación completa lesión tiroidea. BOYAGES et al (1989) y posteriormente otros
de la enfermedad. autores han descrito en cretinos mixedematosos con atrofia
Se considera que el déficit yódico es evidente cuando su tiroidea de distintas áreas geográficas la presencia en su sue-
excreción urinaria en los adultos es inferior a 50 µg/g de ro de anticuerpos que inhiben el crecimiento tiroideo (TGBI:
creatinina. Sin embargo, con niveles de eliminación urinaria thyroid growth-blocking immunoglobulin). Estos anticuerpos
de yodo de 50-100 µg/g de creatinina existe todavía riesgo de no se encuentran en cretinos con la forma neurológica que
sufrir bocio, el cual es producido, al menos en parte, por el cursan con bocio y, por tanto, es posible que su presencia
déficit de yodo. Cuando los niveles de excreción yódica uri- explique la peculiar atrofia tiroidea que presentan los creti-
naria oscilan entre 25 y 50 µg/g de creatinina, existe en la po- nos de tipo mixedematoso.
blación afecta un elevado nivel de prevalencia de bocio, y Cretinismo neurológico. Es la forma de cretinismo endémi-
cuando son inferiores a 25 µg/g de creatinina no sólo la pre- co de aparición más común y presenta un claro predominio
valencia de bocio es muy elevada sino también la de creti- en Nueva Guinea y en los Andes.
nismo endémico (STANBURY, 1987). El cuadro clínico consiste en un importante retraso inte-
Existen diversas teorías para intentar explicar la patogenia lectual y diversas anomalías neurológicas, que incluyen es-
de las formas neurológicas y mixedematosa de la afección. pasticidad, estrabismo e incoordinación neuromotora. La
En una de ellas, el tipo neurológico dependería de la hipoti- motilidad voluntaria está notablemente disminuida, y los
roxinemia de la madre y el feto durante el segundo trimestre, pacientes presentan signos de piramidalismo en las extremi-
mientras que el tipo mixedematoso dependería de la hipoti- dades inferiores, que pueden acompañarse de signo de Ba-
roxinemia materna y del feto durante el tercer trimestre. Otra binski. En ocasiones se observan también signos extrapirami-
hipótesis defiende que la hipotiroxinemia materna está pre- dales. La marcha es espástica y a veces el paciente padece
sente de forma similar en ambos tipos de cretinismo endémi- una situación de franca invalidez. La sordera es habitual y,
co y es responsable de las alteraciones neurológicas, mien- cuando es completa, existe sordomudez. La mayoría de los
tras que el que se presente parcial o totalmente la forma enfermos presentan bocio, son clínicamente eutiroideos y la
mixedematosa depende del fracaso en el desarrollo y la fun- estatura apenas está disminuida. El estudio de la función ti-
ción del tiroides del feto antes del nacimiento y en el perío- roidea revela la existencia de niveles normales o subnorma-
do posnatal. les de hormonas tiroideas, mientras que la TSH está elevada.
En una reciente publicación, BOYAGES y HALPERN (1993) Aparte de las dos formas tipo descritas, es muy frecuente la
plantean que las dos formas clínicas clásicas del cretinismo observación en zonas de endemia de formas mixtas o parcia-
endémico, la neurológica y la mixedematosa, no son sino ex- les de cretinismo endémico. Así, por ejemplo, en un estudio
presiones clínicas dominantes de una sola entidad morbosa llevado a cabo en el Nepal, la incidencia de sordomudez ais-
en la que confluirían dos procesos fisiopatológicos. Por un lada fue del 5%, y en un pueblo en el que el número de creti-
lado, el hipotiroidismo fetal que produce las lesiones neuroló- nos era superior al 10% existían casos aislados en los que la
gicas y, por otro, la duración y la intensidad del hipotiroidis- única anomalía objetivable era un grave defecto intelectual
mo posnatal. Pese al concepto unitario de esta documentada o un retraso importante del crecimiento.
opinión, no se debe olvidar que hay aspectos del predomi-
nio de la forma neurológica o mixedematosa que no resultan Profilaxis y tratamiento. El tratamiento con hormonas ti-
fácilmente explicables a través de una teoría unificadora y roideas del cretinismo endémico debe efectuarse en todos
que, además de la etiología básica del déficit yódico, otros los casos de acuerdo con las normas que más adelante se de-
posibles factores (genéticos, autoinmunes y ambientales) tallan al hacer referencia al hipotiroidismo. No obstante, ex-
pueden influir en las formas de presentación clínica del creti- cepto en el caso de diagnóstico y tratamiento precoces de
nismo endémico. una forma mixedematosa, poco o nada cabe esperar del tra-
tamiento en las formas neurológicas o cuando ya están bien
Cuadro clínico. En los extremos del amplio espectro de for- establecidos las alteraciones esqueléticas y el retraso mental
mas clínicas que constituye el cretinismo endémico quedan por el mixedema. Por tanto, la lucha contra esta penosa en-

2066
ENFERMEDADES DEL TIROIDES

fermedad congénita tiene que basarse en la profilaxis, que para la erradicación del bocio y el cretinismo endémicos en
consiste en la corrección del déficit del aporte de yodo en el mundo.
las áreas geográficas perjudicadas.
La yodación de la sal de cocina y de mesa ha demostrado Bibliografía especial
que es un método sencillo, barato y eficaz para corregir este BOYAGES SC, HALPERN JP. Endemic cretinism: Toward a unifying hypo-
déficit y ha permitido erradicar la enfermedad en diversas thesis. Thyroid 1993; 3: 59-69.
áreas del mundo. El método consiste en la adición de yodu- BOYAGES SC, MABERLY GF, CHEN J, GAAG RD, HALPERN JP, EASTMAN CJ et
ro potásico a la sal en una proporción que oscila entre al. Endemic cretinism: Possible role of thyroid autoimmunity. Lan-
1/10.000 a 1/200.000 según las características de los distintos cet 1989; 2: 529-532.
países. En España se ha empleado una proporción de DELANGE FM. Endemic cretinism. En: BRAVERMAN LE, UTIGER RD (eds).
1/50.000. Con la adición de esta pequeña cantidad de yodu- Werner and Ingbar’s the thyroid. A fundamental and clinical text.
Filadelfia, JB Lippincott, 1991; 942-955.
ro potásico a la sal común se consigue de modo cómodo y EASTMAN CJ, PHILLIPS DIW. Endemic goitre and iodine deficiency di-
seguro que la ingestión de yodo supere ampliamente los 100 sorders: Aetiology, epidemiology and treatment. En: LAZARUS JH,
µg/día, cantidad considerada suficiente por la OMS para la HALL R (eds). Hypothyroidism and goiter. Baillieres Clin Endocri-
prevención del bocio por déficit yódico. Otras medidas utili- nol Metab 1988; 2: 719-735.
zadas para la profilaxis yódica, como la yodación del pan o ESCOBAR DEL REY F, MARTÍN T, TURMO C, MALLOL J, OBREGÓN MJ, MORREA-
del agua potable, no poseen en general ventaja alguna sobre LE G. Alteraciones por deficiencia de yodo en Las Hurdes. I: Defi-
el método citado, que es en la actualidad el más ampliamen- ciencia en yodo y efectos del Lipiodol. Endocrinología 1987; supl
te difundido. 2: 61-73.
GOYENS P, GOLDSTEIN J, NSOMBOLA B, VIS H, DUMONT JE. Selenium defi-
Desde los resultados iniciales de la investigación llevada a ciency as a possible factor in the pathogenesis of myxoedematous
cabo por CLARKE et al (1960) en Nueva Guinea se sabe que la endemic cretinism. Acta Endocrinol 1987; 114: 497-502.
administración de aceite yodado es un buen método para IBBERTSON HK. Endemic goiter and cretinism. En: EVERED D, HALL R
la profilaxis del cretinismo endémico y, simultáneamente, (eds). Hypothyroidism and goiter. Clin Endocrinol Metab 1979; 8:
para el tratamiento del bocio en estas áreas. Estudios poste- 97-128.
riores han permitido estandarizar las pautas terapéuticas. STANBURY JB, HETZEL BS (eds). Endemic goiter and endemic creti-
Una preparación que ha sido muy utilizada es la de aceite nism. Nueva York, John Wiley and Sons, 1980.
yodado de semillas de amapola que contiene 475 mg de
yodo por mililitro. Las dosis recomendadas consisten en la
inyección intramuscular de 1 mL en los adultos y 0,5 mL en
los niños. Con esta dosis se cubre el déficit yódico de la po-
blación tratada por un período de 5 años (IBBERTSON, 1979).
Los efectos indeseables se limitan a cierta intolerancia local, Hipotiroidismo*
a algún caso esporádico de yodismo y a algún caso de hiper-
tiroidismo. Con este tratamiento, aparte de prevenir el creti- Se denomina hipotiroidismo a la situación clínica caracte-
nismo endémico, se consigue una regresión de los bocios rizada por un déficit de secreción de hormonas tiroideas,
del área, siempre que éstos no se hallen ya en fase de trans- producida por una alteración orgánica o funcional de la mis-
formación coloide o, sobre todo, nodular. ma glándula o por un déficit de estimulación de la TSH. El hi-
En los últimos años se han realizado diversas experiencias potiroidismo originado por alteraciones primitivamente tiroi-
mediante la administración de aceite yodado por vía oral. El deas se designa primario, mientras que al que depende de
método tiene la ventaja de ser más simple, más barato y de una insuficiente secreción de TSH se lo denomina secunda-
evitar la posible inoculación del virus por vía parenteral. No rio, si el fallo es adenohipofisario, o terciario, si la alteración
obstante, tiene el inconveniente de que la duración del efec- procede del hipotálamo. El término hipotiroidismo sub-
to es más corta. En España, ESCOBAR DEL REY et al (1987) han clínico, que amplía considerablemente el concepto de la en-
utilizado este método administrando Lipiodol, aceite de tidad, incluye las situaciones asintomáticas en las que la re-
adormidera yodado empleado como contraste radiológico, y ducción de la función tiroidea ha sido compensada por un
que contiene 485 mg de yodo por mililitro. El Lipiodol se ad- aumento en la secreción de TSH.
ministra a los niños por vía oral, en una dosis de 2 mL, que El hipotiroidismo es una entidad frecuente, con una inci-
puede repetirse, si es necesario, a los 2-2,5 años. Con esta téc- dencia muy superior en el sexo femenino, que en sus formas
nica se obtienen resultados favorables parciales en la reduc- leves a veces no se diagnostica durante un largo período de
ción del bocio, aunque cabe señalar la producción de pe- tiempo. Entre los diversos estudios epidemiológicos cabe ci-
queños incrementos del tamaño del tiroides en algunos tar el realizado en Whickham, una población del nordeste de
casos atribuibles a la aparición de una tiroiditis inducida por Inglaterra, en el que se comprobó que el número de casos
el yodo y a una mayor sensibilidad de la glándula crónica- de hipotiroidismo previamente diagnosticados era del 19‰
mente hiperestimulada por la anterior carencia del elemen- en las mujeres y menos del 1‰ en los varones. En el estudio
to. Los resultados globales obtenidos con estas pautas tera- se diagnosticó un 3,3‰ de nuevos casos en la población fe-
péuticas permiten incluirlas como soluciones alternativas en menina. Un tercio de estos casos de hipotiroidismo corres-
los casos en que, por una razón u otra, la yodación de la sal pon-dían a formas yatrógenas consecuentes a tratamientos
no resulte factible o efectiva. con cirugía o radioyodo. Diversos estudios demuestran que
La principal complicación de la profilaxis yódica consiste la incidencia anual de nuevos casos de hipotiroidismo clíni-
en la aparición esporádica de hipertiroidismo. Este fenóme- co en la población general es de 1-2‰. La tiroiditis atrófica
no fue muy bien estudiado en Tasmania, a partir de la cam- autoinmune, la forma más común del hipotiroidismo del
paña de la yodación del pan iniciada en 1966. Interesantes adulto, tiene un gran predominio en las mujeres y su frecuen-
datos obtenidos en este país demostraron que el 80% de los cia aumenta con la edad. Este hecho explica la gran preva-
pacientes que desarrollaron hipertiroidismo tras el aporte yó- lencia del hipotiroidismo en las mujeres de edad avanzada.
dico presentaban nódulos autónomos o bien poseían en su Así, según datos de SAWIN (1985), esta prevalencia alcanza el
suero inmunoglobulinas estimulantes del tiroides. Estos da- 6-7% de la población femenina de edad superior a los 60
tos demuestran, por tanto, que la mayoría de los casos del años. Los citados datos no incluyen los referidos a la tiroiditis
jod-Basedow que se manifiestan tras la profilaxis yódica con- autoinmune asintomática y al hipotiroidismo subclínico. Se-
sisten sólo en la puesta en evidencia de formas de hipertiroi- gún TUNBRIDGE y CALDWELL (1991), el 10% de las mujeres pos-
dismo que no podrían desarrollarse por falta de yodo. En menopáusicas padecen tiroiditis autoinmune, y más de la mi-
cualquier caso, la incidencia de esta complicación es excep-
cional y en modo alguno debe enturbiar o poner en duda los
extraordinarios resultados que la profilaxis yódica significa *M. Foz Sala

2067
ENDOCRINOLOGÍA

TABLA 16.17. Principales causas de hipotiroidismo taria y de Riedel, pero la frecuencia con que estos procesos
producen hipotiroidismo permanente es excepcional.
Hipotiroidismo primario (déficit estructural o funcional Las alteraciones en la biosíntesis normal de las hormonas ti-
del tiroides)
Hipotiroidismo idiopático (tiroiditis autoinmune atrófica) roideas constituye una importante etiología del hipotiroidis-
Tiroidectomía mo. Si bien la proporción de estas causas en relación con
Terapéutica con 131I otras etiologías del proceso no es elevada en las zonas no en-
Radiaciones externas en región cervical démicas, originan las formas de bocio e hipotiroidismo fami-
Defectos en el desarrollo de la glándula tiroides liar y congénito.
Diversas alteraciones orgánicas del tejido tiroideo Entre las causas de alteración de la biosíntesis de las hor-
Alteraciones en la biosíntesis de las hormonas tiroideas monas tiroideas cabe citar todas las mencionadas respecto a
(defectos congénitos, déficit o exceso yódico, bociógenos la bociogénesis, ya que el hipotiroidismo en esta situación
vegetales, fármacos)
Hipotiroidismo secundario (déficit de TSH) no representa otra cosa que el fracaso, como mecanismo de
Hipotiroidismo terciario (déficit de TRH) compensación, del aumento de secreción de TSH, con incre-
Resistencia periférica a las hormonas tiroideas mento de tamaño del tiroides. Así, estas causas comprenden
principalmente el déficit de aporte yódico tan importante en
Modificada de UTIGER, 1979. las zonas de endemia bociosa, la ingestión de bociógenos,
ya sean de origen vegetal o medicamentoso y, por último, los
distintos defectos congénitos de la hormonosíntesis tiroidea
tad de éstas tienen cifras séricas elevadas de TSH. Se calcula (véase Bocio simple, Etiología).
que cada año el 5% de las pacientes que tienen anticuerpos Otro grupo de causas de notable importancia, que se han
antitiroideos positivos y TSH elevada presentan un hipotiroi- expuesto en el apartado de hipotálamo-hipófisis, son las que
dismo clínico. En las áreas de endemia bociosa la prevalen- hacen referencia al fallo tiroideo por déficit de secreción de
cia de hipotiroidismo es evidentemente muy superior a las ci- TSH, ya sea debido a una alteración adenohipofisaria, hipoti-
tadas. La incidencia de hipotiroidismo congénito se ha roidismo secundario, o a un trastorno hipotalámico que afec-
estudiado en diversas campañas de diagnóstico y tratamien- te la secreción normal de TRH, hipotiroidismo terciario.
to precoces del proceso. Oscila entre un caso por cada 3.600- Por último, procede mencionar la resistencia periférica a
7.000 nacimientos (DELANGE, 1988). las hormonas tiroideas. En los últimos años, y tras la clona-
ción e identificación de los receptores nucleares de hormo-
Etiología. La etiología de la enfermedad es muy diversa, nas tiroideas, una serie de trabajos han descrito síndromes
pero las causas que producen la mayoría de los hipotiroidis- de resistencia a la acción de estas hormonas, ligadas a ano-
mos permanentes que se observan en la práctica clínica son malías de los receptores. El número de pacientes afectos es
mucho más limitadas. En la tabla 16.17 se resumen sus cau- muy escaso, pero el interés teórico y fisiopatológico del tema
sas principales. es notable. Cabe señalar que estos pacientes cursan con ci-
Entre los hipotiroidismos primarios por destrucción o pér- fras elevadas de hormonas tiroideas y que los cuadros clíni-
dida del tejido tiroideo debe destacarse el hipotiroidismo cos son proteiformes, ya que la resistencia periférica a las
idiopático, que, sin duda, es la forma más común del hipoti- hormonas tiroideas puede tener diversos grados y ser hetero-
roidismo del adulto, y representa el estado final de una tiroi- génea en los distintos tejidos. En general, los pacientes no
ditis autoinmune, que conduce a la destrucción progresiva cursan con hipotiroidismo clínico y en ocasiones se observa
de la glándula. Existen grandes similitudes entre esta afec- una curiosa combinación de signos, algunos compatibles
ción y la tiroiditis crónica autoinmune o enfermedad de Ha- con el hipotiroidismo (retraso en la maduración ósea) y
shimoto, ya que en ambas entidades se comprueban habi- otros, como la taquicardia, compatibles con el hipertiroidis-
tualmente títulos elevados de anticuerpos antitiroideos mo (JAMESON, 1992).
circulantes y se pueden detectar anomalías del metabolismo
intratiroideo del yodo, como un rápido recambio de yoduro Anatomía patológica. Varía según cuál sea la etiología,
y una organización defectuosa. pero en la mayoría de los casos corresponde a la atrofia de la
Los hipotiroidismos postiroidectomía y posterapia con ra- glándula que probablemente está vinculada a la fase final de
dioyodo son frecuentes en clínica y se identifican fácilmente. una tiroiditis autoinmune.
En el caso de que los tratamientos citados se hayan efectua- En los raros casos en que el hipotiroidismo está produci-
do a causa de una enfermedad de Graves-Basedow, la inci- do por aplasia tiroidea, en la autopsia no se encuentran ves-
dencia del hipotiroidismo depende no sólo de la extensión tigios de la glándula. En otras ocasiones se halla tejido tiroi-
de la tiroidectomía o de las dosis de 131I, sino también del deo ectópico en el conducto tirogloso o en la base de la
grado de agresión autoinmune que sufra el tiroides restante. lengua que sólo es capaz de subvenir parcialmente las nece-
La radiación del cuello por un linfoma o un carcinoma larín- sidades del organismo. A veces, sin embargo, un tiroides lin-
geo puede producir, también, hipotiroidismo. gual puede cursar con una función tiroidea normal.
Los defectos del desarrollo de la glándula tiroides son una Cuando el hipotiroidismo cursa con bocio, éste muestra
causa muy frecuente del hipotiroidismo de los primeros me- los distintos aspectos histopatológicos ya descritos. En los ca-
ses o años de la vida. En el pasado se consideraba que estos sos raros de destrucciones de la glándula por procesos espe-
pacientes se hallaban afectos de agenesia tiroidea, pero hoy cíficos podrán comprobarse las correspondientes lesiones en
día, gracias a la gammagrafía, se sabe que la mayoría de ellos los restos glandulares.
son portadores de una disgenesia tiroidea con localización No obstante, la anatomía patológica habitual del hipotiroi-
ectópica. El tejido tiroideo puede estar situado en la línea me- dismo corresponde a la atrofia de la glándula que se observa
dia en cualquier lugar desde la base de la lengua hasta el car- en el mixedema primario del adulto. El parénquima está sus-
tílago tiroideo. En ocasiones, el tejido glandular ectópico se tituido por tejido fibroso hialinizado que incluye algunos
ha confundido con un tumor y ha sido extirpado, dando lu- agregados focales de linfocitos y células plasmáticas. Se ob-
gar entonces a la agravación o a la aparición clínica del hipo- servan, asimismo, restos de epitelio folicular con células de
tiroidismo. En otros casos, el tejido disgenético resulta insufi- Hürthle (células foliculares de aspecto peculiar) y, a veces,
ciente para mantener la función tiroidea, en cuyo caso el células gigantes multinucleadas de origen histiocítico. Ape-
hipotiroidismo clínico surge espontáneamente al cabo de nas quedan espacios foliculares y existe muy poco coloide,
unos meses o algunos años después del nacimiento. escasamente coloreado.
Además de las causas citadas existen otras capaces de En el resto del organismo pueden encontrarse diversas al-
producir hipotiroidismo por alteraciones orgánicas del tejido teraciones relacionadas con el hipotiroidismo. Así, en la cor-
glandular. Entre ellas cabría citar la cistinosis, la amiloidosis, teza suprarrenal se han observado en ocasiones reducción
la sarcoidosis y la tiroiditis de De Quervain, indolora linfoci- lipoidea y atrofia, y en los testículos se ha descrito la existen-

2068
ENFERMEDADES DEL TIROIDES

Fig. 16.48. Hipotiroidismo primario. Depilación de las axilas.

Piel y faneras. El signo más llamativo, que incluso ha dado


el nombre a la afección (mixedema del adulto), es una singu-
lar tumefacción de la piel, que se distingue del edema co-
mún porque la presión digital no deja fóvea. Se manifiesta
sobre todo en la cara (fig. 16.47), la nuca y el dorso de las
manos y pies. La piel suele estar muy seca, dura y escamosa
y a menudo es pálida y amarillenta por la frecuente apari-
ción de anemia, vasoconstricción cutánea e hipercarotine-
mia. Las secreciones sudorípara y sebácea están reducidas.
El cabello, las cejas, las pestañas y el pelo corporal se vuel-
ven secos, gruesos y frágiles, y tienden a caer (fig. 16.48). Las
alteraciones citadas, junto con la tendencia a la somnolencia
y al desinterés por lo que le rodea, producen unos cambios
muy característicos en la facies del hipotiroideo. Las uñas
Fig. 16.47. Hipotiroidismo primario. Facies mixedematosa. también sufren cambios importantes, se vuelven quebradizas
y crecen muy lentamente.
cia de diversos grados de degeneración de los túbulos y de Aparato circulatorio. Entre las diversas alteraciones obser-
las células de Leydig. En el sistema nervioso se pueden obser- vadas destaca la disminución del gasto cardíaco, tanto por
var diversas alteraciones, entre las que cabe citar la presen- reducción del volumen sistólico como de la frecuencia car-
cia en los nervios periféricos de fenómenos de infiltración díaca. Hay vasoconstricción periférica, que explica, en parte,
mucoide intersticial de carácter metacromático y degenera- la palidez de la piel y también su frialdad y la hipersensibili-
ción de los cilindroejes y de las vainas de mielina. El corazón dad al frío. Puede observarse un aumento del área cardíaca
puede presentar hipertrofia y dilatación con diversas altera- en la radiografía de tórax, en parte debido a la dilatación del
ciones microscópicas, entre las que destacan la infiltración corazón, pero con frecuencia relacionado con la existencia
mucoide intersticial y la pérdida de estriaciones de las fibras de un derrame pericárdico rico en proteínas y polisacáridos.
musculares. En la piel se observa la típica acumulación del Aparato respiratorio. Con cierta frecuencia se observan de-
material mucoide metacromático y, además, puede compro- rrames pleurales. En formas avanzadas puede producirse in-
barse una disminución de las fibras colágenas y la presencia filtración de los músculos respiratorios y alteración del cen-
de hiperqueratosis y de atrofia de la capa epitelial. tro respiratorio, capaces de conducir a una hipoventilación
alveolar.
Cuadro clínico. Se describirá el cuadro clínico típico del hi- Aparato digestivo. Es frecuente la macroglosia, por infiltra-
potiroidismo del adulto, para hacer luego una referencia a la ción mixedematosa. Puede haber hinchazón y palidez de las
clínica de hipotiroidismo del recién nacido y del niño, y, por encías. La aclorhidria es un trastorno frecuente que afecta a
último, del coma mixedematoso. la mitad de los pacientes. En ocasiones puede aparecer ma-
1. Hipotiroidismo del adulto. Fue descrito inicialmente labsorción. Hay una disminución de los movimientos peris-
por GULL en 1873 con el nombre de mixedema, denomina- tálticos, que produce estreñimiento. La ascitis aparece rara
ción con la que con frecuencia se designa el proceso en sus vez y, cuando lo hace, suele acompañar a derrames de las
formas avanzadas que incluyen la presencia de este signo de otras cavidades serosas.
afección dérmica. Riñón. En general se observan discretas alteraciones fun-
Debe destacarse que el cuadro clínico, de comienzo insi- cionales, que se traducen en una disminución del filtrado
dioso, puede consistir durante mucho tiempo sólo en una ex- glomerular, una reducción de la capacidad secretora y reab-
presión atenuada del proceso, por lo que para llegar al diag- sortiva de los túbulos y una disminución de la capacidad de
nóstico deben valorarse muy cuidadosamente los pocos concentración de la orina. El agua se elimina tardíamente.
signos y síntomas presentes. Este retraso en la eliminación acuosa, junto con la hidrofilia
Alteraciones generales. Los pacientes refieren padecer frío, del tejido mucoide, conducen a un incremento en el volu-
incluso en pleno verano. Siempre se abrigan más de lo que men total de agua del organismo, que produce hiponatremia
corresponde a la época del año y en casos avanzados puede dilucional. Pese a ello, el volumen plasmático está reducido.
comprobarse hipotermia. Son frecuentes la fatiga y la dismi- Sangre. Las principales alteraciones se observan en la serie
nución del apetito. El peso suele mantenerse normal, o inclu- roja. Suele aparecer anemia, que puede ser de tres tipos: nor-
so aumentar por la retención de agua y sal, secundaria al de- mocítica y normocrómica por disminución de los requeri-
pósito de tejido mucoide. La voz es ronca y áspera, muy mientos de oxígeno y de la producción de eritropoyetina,
característica, debido a la infiltración mucoide de la lengua macrocítica, casi siempre relacionada con un déficit de vita-
y la laringe. El tiroides casi nunca es palpable. mina B12, y microcítica o hipocrómica debido a un déficit de

2069
ENDOCRINOLOGÍA

hierro en relación con la presencia de hemorragias o de un TABLA 16.18. Síntomas y signos de hipotiroidismo
déficit de absorción. La anemia perniciosa aparece en el 12%
de los casos de hipotiroidismo de origen autoinmune. Pacientes
Sistema nervioso y muscular. En el SNC destaca la lentitud (%)
de las funciones intelectuales, incluida el habla. El paciente Sequedad de piel 62-97
se vuelve lento e indiferente, y puede aparecer ataxia de tipo Palidez 58-67
cerebeloso. La falta de concentración y de memoria, y la Enlentecimiento del lenguaje 48-91
somnolencia son habituales. Las alteraciones psiquiátricas de Aumento de peso 48-76
tipo depresivo o paranoide son relativamente frecuentes, y a Ronquera 48-74
Disminución de la memoria 48-66
veces se observan cuadros de agitación y una auténtica de- Disminución de reflejos osteotendinosos 46
mencia, que puede confundirse con una encefalopatía senil. Hinchazón de manos, pies y cara 40-90
Entre las alteraciones de los órganos de los sentidos y del Estreñimiento 38-61
SNP destacan la ceguera nocturna, la sordera y la frecuente Adelgazamiento, sequedad o caída del cabello 32-57
aparición de neuropatías periféricas por atrapamiento, muy Somnolencia, cansancio 25-98
especialmente en el nervio mediano, producido por depósi- Hipertensión arterial 18
tos de sustancia mucoide (síndrome del túnel carpiano). El Trastornos menstruales 16-58
retraso del período de relajación de los reflejos osteotendino- Nerviosismo, ansiedad 13-58
Bradicardia 8-14
sos es muy característico. Derrame pleural, pericárdico o ascitis 3-4
Los movimientos de los músculos esqueléticos suelen ser
lentos, aunque la fuerza está bastante conservada. En ocasio- Datos compilados de diversos autores, UTIGER, 1979.
nes aparece un síndrome seudomiotónico con gran incre-
mento de la masa muscular y notable retraso de la actividad
muscular. Con mucha frecuencia se detectan en el suero in- moral distal y tibial proximal. Si el recién nacido no es diag-
crementos de enzimas de origen muscular, como la creatin- nosticado y tratado correctamente, se desarrollan los signos
fosfocinasa (CPK) y la aspartato-aminotransferasa (ASAT). citados y otras características del proceso, como piel seca,
Sistema endocrino. En el hipotiroidismo primario de dura- edema periorbitario, macroglosia y distensión abdominal. Se
ción prolongada pueden aparecer algunas alteraciones im- producen, asimismo, graves defectos en el crecimiento lineal
portantes del sistema endocrino. Entre ellas cabe citar, en la y en el desarrollo del esqueleto en general. No obstante, los
hipófisis, la hipertrofia y la hiperplasia de las células tirotro- trastornos más graves se instauran en el SNC. Así, en el ce-
pas, que pueden originar un agrandamiento de la silla turca. rebro se produce un retraso de su crecimiento y de sus
Rara vez se produce de modo secundario una insuficiencia mecanismos de maduración, lo que provoca trastornos neu-
adenohipofisaria. En cambio, es muy habitual la hiperprolac- rológicos, como temblor, espasticidad e incoordinación, y
tinemia, a veces acompañada de galactorrea. En cuanto a las alteraciones mentales que causan un grave defecto del desa-
suprarrenales, destaca la prolongación de la vida media del rrollo intelectual. Este cuadro establecido constituye el deno-
cortisol. Mientras que la cortisolemia se mantiene normal, la minado cretinismo, que se conoce como esporádico cuando
eliminación urinaria de 17-hidroxicorticoides (17-OHCS) y de aparece en zonas no carentes de yodo, en contraposición al
17-cetosteroides (17-KS) está disminuida. En casos graves cretinismo endémico, mucho más proteiforme, característico
puede haber una respuesta inadecuada al estrés, de modo de las zonas de endemia bociosa. El tratamiento tempra-
que un tratamiento inicial demasiado enérgico con hormo- no de la afección es fundamental, ya que de otro modo las
nas tiroideas puede desencadenar una insuficiencia supra- lesiones cerebrales se vuelven irreversibles.
renal grave. En el área gonadal suelen existir alteraciones en Cuando el hipotiroidismo comienza entre los 6 meses y los
ambos sexos. En la mujer es común la disminución de la libi- 2 años de edad, si no se inicia un tratamiento temprano tam-
do y la aparición de ciclos anovulatorios con hemorragias bién puede aparecer un déficit mental. En cambio, si la hipo-
genitales. En algunos casos, si existe depresión hipofisaria, función tiroidea se instaura después de los 2 años, es más di-
aparece amenorrea por atrofia uterovárica. En el varón pue- fícil que se produzca un retraso mental permanente. En los
den observarse disminución de la libido, impotencia y oli- niños de esta edad la enfermedad se manifiesta por letargia,
gospermia. apatía y dificultad para el aprendizaje. Es fundamental la gra-
Metabolismo. Entre las alteraciones del metabolismo inter- ve repercusión del déficit tiroideo sobre el crecimiento y el
mediario que pueden aparecer en el paciente hipotiroideo desarrollo del esqueleto. La exploración radiológica demues-
cabe destacar una curva plana a la sobrecarga oral de gluco- tra que los núcleos de osificación que se han formado antes
sa, con una respuesta insulínica retrasada, aumento de la del inicio del hipotiroidismo tienen una apariencia normal,
lipemia, muy especialmente de la colesterolemia en el hipo- mientras que los que se forman después del comienzo de la
tiroidismo primario, y de la carotinemia. En cuanto al meta- enfermedad lo hacen con retraso y con aspecto anormal. La
bolismo óseo, puede producirse una disminución de los ni- maduración sexual y el inicio de la pubertad suelen retrasar-
veles de formación y resorción del hueso, que se traduce en se. No obstante, la precocidad sexual se observa también en
un incremento de la densidad ósea en el examen radioló- ocasiones en ambos sexos en el hipotiroidismo infantil. El
gico. mecanismo de esta precocidad sexual parece ligado a un in-
En la tabla 16.18 se señala la frecuencia de aparición de cremento de la secreción de gonadotropinas relacionado
los principales signos y síntomas del hipotiroidismo. con el aumento de la TSH. Como ya se ha señalado, en oca-
2. Hipotiroidismo del recién nacido y del niño. El hi- siones puede observarse la aparición de galactorrea relacio-
potiroidismo que aparece en los primeros días de vida suele nada con incrementos de secreción de prolactina.
ser difícil de reconocer clínicamente. De hecho, muchos de 3. Coma mixedematoso. El coma mixedematoso consti-
los casos diagnosticados en el cribado de diagnóstico precoz tuye una grave emergencia de aparición infrecuente que
del hipotiroidismo neonatal no revelaban prácticamente pone en peligro la vida del paciente hipotiroideo. Puede re-
anomalía alguna. presentar el último estadio de un mixedema de duración
El hipotiroidismo en el recién nacido puede sospecharse muy prolongada y abandonado a su evolución espontánea,
por la presencia de dificultades respiratorias, cianosis, icteri- es decir, sin tratamiento por falta de diagnóstico. Esta com-
cia persistente, hernia umbilical, letargia, somnolencia, de- plicación se da sobre todo en pacientes ancianos, abandona-
sinterés por la alimentación, llanto ronco, estreñimiento o dos, y predomina en invierno. En otros casos, el coma mixe-
presencia de una gran fontanela anterior o una fontanela dematoso representa una complicación de la enfermedad ya
posterior abierta. Un dato importante, pero que evidente- diagnosticada, aunque no siempre bien tratada. Unas veces
mente sólo se investiga si existe una sospecha previa, consis- su aparición es espontánea, pero otras es desencadenada
te en la ausencia de los puntos de osificación de la epífisis fe- por una serie de causas, entre las que cabe citar la exposi-

2070
ENFERMEDADES DEL TIROIDES

ción al frío, la infección, la insuficiencia respiratoria, la into- mune, ya que estos anticuerpos son positivos en un tercio de
xicación acuosa, la hipoglucemia, y el consumo de analgési- los casos y pueden acompañar o preceder a la aparición
cos, mal metabolizados por el individuo hipotiroideo. de una anemia perniciosa.
El enfermo en coma mixedematoso presenta, además de El médico debe recordar algunos cambios bioquímicos
un coma más o menos profundo, los signos y síntomas co- que pueden aparecer en el hipotiroidismo y que, aunque no
rrespondientes a un hipotiroidismo de larga evolución no tra- tienen valor específico, pueden ayudar a despertar la sospe-
tado o insuficientemente tratado. La hipotermia es común, a cha de la afección. Entre ellos deben citarse el aumento del
veces muy intensa; se considera que una temperatura rectal colesterol, de la CPK, de la ASAT y de la láctico-deshidroge-
inferior a 32 °C constituye un índice de mal pronóstico. La hi- nasa (LDH).
poglucemia es poco frecuente y, cuando aparece, suele estar
producida por insuficiencia suprarrenal, ya sea por tratarse Diagnóstico diferencial. El hipotiroidismo del adulto se
de un hipotiroidismo hipofisario o bien por la asociación de puede confundir en ocasiones con el síndrome nefrótico por
una enfermedad autoinmune tiroidea y suprarrenal (síndro- la hinchazón y la palidez de la piel; esta última y la anemia
me de Schmidt). La eliminación de agua está disminuida, ob- acompañante también pueden originar confusión con proce-
servándose con bastante frecuencia una importante hipona- sos hematológicos. No es excepcional, por tanto, que el diag-
tremia dilucional. Este trastorno se ha atribuido a una nóstico se establezca en servicios de nefrología o hematolo-
secreción inadecuada de ADH. La intoxicación acuosa y la gía donde erróneamente han sido remitidos los pacientes. En
hiponatremia pueden ser factores coadyuvantes del deterio- los casos de hipotiroidismo infantil es indispensable pensar
ro de la conciencia. Por último, otro dato muy importante es en esta enfermedad, dada la importancia de su reconoci-
la frecuencia con que aparecen graves trastornos ventilato- miento precoz, ante el menor trastorno del desarrollo intelec-
rios. Se han citado como posibles causas la depresión del tual, cualquier defecto del crecimiento o de la maduración
centro respiratorio, la interferencia de la conducción neuro- esquelética. En todos los casos de coma metabólico debe
nal o de la transmisión neuromuscular respiratoria, la infiltra- pensarse en la posibilidad de un coma mixedematoso, ya
ción mucoide del árbol bronquial y alteraciones en la mem- que la omisión del diagnóstico correcto es muy grave en es-
brana alveolocapilar. En cualquier caso, la oximetría y la tas circunstancias.
pCO2 deben valorarse minuciosamente en cada paciente Un aspecto muy importante del diagnóstico diferencial del
afecto de coma mixedematoso y, en caso de que existan al- hipotiroidismo consiste en la distinción entre las formas pri-
teraciones ventilatorias, como se verá más adelante, se han marias de las que son de origen hipofisario o hipotalámico.
de tomar sin demora las medidas oportunas. Los datos clínicos ofrecen poca ayuda al respecto, con ex-
cepción de la hipercolesterolemia que se da sólo en las for-
Diagnóstico. El diagnóstico de la forma completa de hipoti- mas primarias, la menor tendencia a la infiltración mucoide
roidismo del adulto es fácil de establecer clínicamente por de las formas secundarias y terciarias, o la semiología propia,
poco que se tenga en cuenta dicha posibilidad. No obstante, si la hay, de la afección hipotálamo-hipofisaria. (Para más
es curioso que una enfermedad con una sintomatología tan detalle, véase Enfermedades del sistema hipotálamo-hipofisa-
florida pueda persistir durante años sin ser diagnosticada o rio.)
bien confundida con otros procesos. En las formas poco
avanzadas o paucisintomáticas, el diagnóstico clínico es más Evolución y pronóstico. El pronóstico ha variado radical-
difícil, por lo que la enfermedad a menudo pasa inadvertida. mente desde la introducción de la terapéutica sustitutiva. An-
Las formas asintomáticas del hipotiroidismo latente sólo se tes de ésta los pacientes sobrevivían 10-20 años de manera
pueden descubrir mediante las pruebas de laboratorio. precaria y solían fallecer por insuficiencia cardíaca, infeccio-
El diagnóstico del hipotiroidismo del recién nacido y del nes intercurrentes o coma mixedematoso. En la actualidad,
niño suele ser difícil de establecer por los datos clínicos en el hipotiroideo adulto correctamente tratado consigue librar-
las fases iniciales. No obstante, si el pediatra está atento y co- se de todos los signos y síntomas de la enfermedad y alcanza
noce bien el problema, puede captar un dato guía que con- una supervivencia normal. En el hipotiroidismo del recién
duzca al diagnóstico. En el caso del hipotiroidismo neonatal nacido y del niño el pronóstico depende de la prontitud con
se ha producido un avance decisivo (véase más adelante) que se realicen el diagnóstico y el tratamiento de la afección.
con la determinación sistemática de la T4 o la TSH en el re- Ya se ha comentado que el retraso en su inicio implica el
cién nacido. grave riesgo de que el paciente presente como secuela un
La determinación más útil para el diagnóstico del hipotiroi- déficit mental permanente. Este peligro es tanto mayor cuan-
dismo primario es la TSH basal, que está invariablemente ele- to más precoz es la aparición del hipotiroidismo, y disminu-
vada en esta afección. En la actualidad, la solicitud de la T4 li- ye mucho cuando la enfermedad se inicia después de los
bre suele acompañar la de la TSH basal para establecer el 2 años de edad. Las anomalías del esqueleto y el déficit de
diagnóstico de hipotiroidismo. La determinación de la T4 total crecimiento son más reversibles que el retraso mental, pero
no aporta ventaja alguna sobre la de la TSH y la T4 libre ante también pueden convertirse en definitivos si el tratamiento
esta sospecha diagnóstica, y todavía menos ventaja tiene la sustitutivo tarda mucho en instaurarse.
de la T3, ya que en ocasiones la T3 sérica está poco disminui- Es importante recordar aquí que no todas las formas de hi-
da o es normal, debido a una relativa mayor secreción de potiroidismo son definitivas e irreversibles, ya que algunas
esta hormona o a una superior conversión periférica de T4 en son transitorias (tabla 16.19). Las formas más habituales de
T3. Cuando ante un caso inequívoco de hipotiroidismo con hipotiroidismo transitorio en el adulto son las que aparecen
disminución de la T4 libre la TSH es normal o baja, deben po- tras la tiroidectomía subtotal en la enfermedad de Graves-Ba-
nerse en marcha las exploraciones necesarias para diagnosti- sedow o en el bocio multinodular, tras la hemitiroidectomía
car un probable hipotiroidismo secundario o terciario.
La realización de otras pruebas tiroideas raras veces está
indicada. El estudio de la presencia en el suero de anticuer- TABLA 16.19. Formas de hipotiroidismo transitorio
pos antitiroideos es una exploración válida para establecer el Tiroidectomía subtotal
diagnóstico de tiroiditis autoinmune como etiología del hipo- Hemitiroidectomía por adenoma tóxico
tiroidismo. La gammagrafía tiroidea no está indicada en el hi- Terapéutica con 131I en el hipertiroidismo
potiroidismo del adulto. En cambio, en la hipofunción tiroi- Tiroiditis de De Quervain (fase avanzada)
dea del recién nacido y del niño la gammagrafía tiroidea Tiroiditis indolora linfocitaria (fase avanzada)
Hipotiroidismo fugaz en el posparto
puede aportar información diagnóstica adicional en el caso Hipotiroidismo transitorio del recién nacido
de existir localizaciones ectópicas del tiroides. Hipotiroidismo producido por fármacos (amiodarona) u otras
La determinación de los anticuerpos anticélula parietal sustancias
gástrica está justificada en el hipotiroidismo de origen autoin-

2071
ENDOCRINOLOGÍA

en el adenoma tóxico o tras la terapéutica con radioyodo en control del hipotiroidismo, existen datos definitivos para juz-
la enfermedad de Graves-Basedow o en los bocios nodulares gar que el preparado de elección es la levotiroxina (L-tiroxi-
tóxicos. En cualquiera de estos casos está justificada la abs- na, tiroxina, T4). Tras el inicio de su administración se produ-
tención terapéutica durante un plazo que puede alcanzar los ce un incremento lento y gradual de las concentraciones
6 meses si los síntomas y signos de hipotiroidismo no son im- séricas de T4 y T3, y con la dosis adecuada de sustitución se
portantes, ya que de este modo muchos de estos pacientes consigue mantener aquéllas dentro de los límites de la nor-
podrán recuperar el eutiroidismo gracias al consiguiente in- malidad. En cambio, esto no ocurre si se utilizan tiroides de-
cremento y acción de la TSH sobre el tejido tiroideo residual. secado o tiroglobulina, ya que se ha comprobado que su ri-
Otra forma de hipotiroidismo transitorio es el que puede apa- queza en T4 y T3 varía ampliamente. En enfermos tratados
recer en fases avanzadas de la tiroiditis subaguda de De con dosis de tiroides desecado aparentemente correctas es
Quervain. Este hipotiroidismo suele ser de intensidad y dura- frecuente observar cifras elevadas de T3 circulante. Lo mismo
ción moderadas, de modo que rara vez tiene traducción clí- ocurre al utilizar dosis, al parecer adecuadas, de T3 o de un
nica, pudiendo sólo demostrarse por las correspondientes preparado con mezcla de T4 y T3. El tema está, pues, definiti-
determinaciones hormonales. Otro tipo de hipofunción tiroi- vamente resuelto, y debe considerarse a la levotiroxina
dea transitoria en el adulto es la que puede aparecer en una como el tratamiento de elección. Sólo existe alguna indica-
fase avanzada de evolución de la tiroiditis indolora linfocita- ción aislada de administración de T3 basada en la rapidez
ria, ya sea en la forma aislada o bien asociada con el puerpe- con que se instauran y desaparecen sus efectos. La equiva-
rio (tiroiditis posparto). lencia aproximada de los preparados de tiroides de uso clíni-
Otra forma interesante de hipotiroidismo transitorio es la co a la dosis diaria con la que suele obtenerse una buena
que en ocasiones presenta el recién nacido y que es bien co- compensación del hipotiroidismo del adulto es la siguiente:
nocida desde que se han puesto en marcha los programas de 120 mg de tiroides desecado, 125 µg de levotiroxina o 50 µg
detección del hipotiroidismo congénito. El hipotiroidismo de T3. Desde que se utiliza casi sólo la levotiroxina para el
transitorio neonatal puede ser producido por déficit de yodo, tratamiento del hipotiroidismo y se puede controlar su efica-
por paso transplacentario de diversas sustancias bociógenas, cia con métodos de alta sensibilidad para la determinación
entre las que debe incluirse el mismo yodo, o quizá por paso de la TSH, diversos estudios han demostrado que las dosis re-
de anticuerpos antitiroideos (ILLIG, 1979). La reevaluación del queridas de T4 son algo menores de las que se estimaba hace
hipotiroidismo neonatal no debe efectuarse antes de la edad algunos años. En la actualidad, la dosis media de T4 requeri-
de un año para que la supresión temporal de la medicación da para el tratamiento del hipotiroidismo del adulto oscila
resulte lo menos nociva posible para el cerebro. La técnica entre 0,11 y 0,13 mg diarios. Esta dosis media, no obstante,
más adecuada, según RUTH ILLIG, consiste en el cambio de sufre importantes variaciones individuales que han de esti-
medicación tiroidea, pasando a administrar T3 durante 3 se- marse en cada paciente. Las necesidades de T4 disminuyen
manas; tras una interrupción de la medicación durante 5-7 con la edad, de modo que tienen un valor medio de 0,09-
días se determinan las hormonas tiroideas y la TSH, pu- 0,11 mg/día en los pacientes mayores de 60 años. Existen da-
diendo opcionalmente realizarse una gammagrafía y una tos recientes basados en frecuentes determinaciones de la
captación de radioyodo. Esta pauta de exploración suele TSH basal (MANDEL et al, 1990) que demuestran que muchas
proporcionar una información suficiente para establecer un pacientes hipotiroideas requieren un discreto aumento de la
diagnóstico definitivo. dosis de levotiroxina en el curso del embarazo.
Un aspecto interesante en relación con el estudio evoluti- Seguidamente se comentan las pautas terapéuticas más re-
vo del hipotiroidismo es el que hace referencia a la tiroiditis comendables en el hipotiroidismo del adulto, en el del niño
autoinmune asintomática con hipotiroidismo latente. El diag- y en el coma mixedematoso. El inicio del tratamiento en el
nóstico de esta entidad se establece por la presencia de anti- hipotiroidismo del adulto debe realizarse con precaución en
cuerpos antitiroideos séricos con una TSH elevada y cifras de los casos graves de evolución prolongada, en individuos de
hormonas tiroideas normales. Se sabe que los anticuerpos edad avanzada y en pacientes afectos de hipertensión arte-
antitiroideos circulantes pueden desaparecer y las cifras de rial, arritmias, insuficiencia cardíaca o cardiopatía isquémica.
TSH disminuir espontáneamente, de modo que muchos Cuando se suman más de una de las circunstancias citadas,
de estos pacientes nunca llegarán a padecer un hipotiroidis- el inicio de la medicación debe ser muy prudente. Otra cir-
mo clínico. Los estudios realizados permiten afirmar que la cunstancia que obliga a extremar la prudencia es que se tra-
probabilidad de sufrir un hipotiroidismo clínico aumenta te de un hipotiroidismo secundario o terciario con hipocorti-
cuando están presentes las dos anomalías (anticuerpos anti- cismo acompañante. En tal caso, la tiroidoterapia no debe
tiroideos positivos y TSH elevada) y sobre todo cuando exis- iniciarse antes de haber instaurado la corticoterapia sustituti-
ten niveles muy elevados de hormona tirotropa. A partir de va, ya que de otro modo podría desencadenar una grave cri-
los datos señalados, la conducta más oportuna ante una tiroi- sis addisoniana. En adultos jóvenes con corazón sano la
ditis autoinmune asintomática con hipotiroidismo latente, es- dosis inicial de tiroxina puede ser de 0,05-0,1 mg/día según
pecialmene si la TSH está poco elevada, consistiría en limi- sea la intensidad del proceso. En los pacientes mayores de
tarse a un control periódico del paciente sin realizar ningún 45 años o afectos de cardiopatía la dosis inicial debe oscilar
tipo de tratamiento. El tema, no obstante, es objeto de con- entre 0,025 y 0,05 mg/día. En los individuos de edad avanza-
troversia, ya que algunos autores creen más oportuno tratar a da afectos de cardiopatía isquémica o arritmias cardíacas, la
estos pacientes con el fin de corregir las posibles alteracio- dosis inicial debe ser especialmente prudente, oscilando en-
nes clínicas o bioquímicas inaparentes. tre 0,0125 y 0,025 mg/día. En los pacientes con cardiopatía
isquémica la tiroidoterapia suele ser un factor desencade-
Tratamiento. Consiste en la administración ininterrumpida nante o agravante de las crisis de angina, por lo que las dosis
y con dosis adecuadas de hormonas tiroideas. Dado que, iniciales de levotiroxina deben ser muy prudentes, como ya
con excepción de los casos de hipotiroidismo transitorio, la se ha indicado, y los eventuales incrementos han de instau-
situación de hipofunción tiroidea es definitiva e irreversible, rarse lenta y espaciadamente. El adecuado manejo de la ti-
el inicio del tratamiento debe ir precedido por una amplia roidoterapia y de la medicación antianginosa puede permitir
explicación al paciente y a sus familiares en la que se precise obtener una buena compensación del hipotiroidismo, pero
la necesidad de mantenerlo de forma ininterrumpida duran- en ocasiones es mejor tolerar un pequeño grado de hipofun-
te toda la vida. ción tiroidea que exponerse a una agravación de la angina.
La tiroidoterapia se ha efectuado con los siguientes prepa- Los pacientes en la fase inicial del tratamiento deben con-
rados, todos ellos útiles para conseguir el control de la enfer- trolarse con relativa frecuencia (4-6 semanas). En las visitas
medad: tiroides desecado, tiroglobulina, levotiroxina, T3 y de control debe hacerse una valoración cuidadosa de los sig-
una mezcla de estas dos últimas hormonas en la proporción nos y síntomas de la enfermedad y examinar los datos del la-
de 9:1 o de 4:1. Aunque con todos ellos se consigue un buen boratorio (T4 libre y TSH). El objetivo, que va obteniéndose

2072
ENFERMEDADES DEL TIROIDES

paulatinamente, es la desaparición de todos los signos y sín- avanzada y el compromiso circulatorio o ventilatorio son ín-
tomas del hipotiroidismo y también la normalización de los dices para escoger más bien dosis bajas iniciales de tiroidote-
datos de laboratorio, sobre todo los de la TSH. Una vez al- rapia, mientras que en individuos de menos edad y sin gran-
canzados estos objetivos, las visitas de control pueden espa- des problemas en las áreas circulatoria y ventilatoria se
ciarse mucho, ya que las necesidades de hormonas tiroideas puede comenzar con dosis mayores. En nuestra opinión la
sufren muy pocas variaciones. En opinión del autor, si no administración simultánea de hidrocortisona es obligada
hay alguna razón que aconseje lo contrario, es suficiente una (100 mg intravenosos cada 8-12 h en la fase inicial), ya que
revisión clínica y analítica una vez al año. en una emergencia no puede descartarse el origen hipotalá-
La estrategia terapéutica en el hipotiroidismo del recién na- mico o hipofisario del hipotiroidismo y, por otra parte, aun
cido y del niño es algo distinta, ya que en modo alguno es en el mixedema primario existe un déficit de secreción de
permisible una hipodosificación, aunque sea por poco tiem- ACTH en el estrés. Las dosis de hidrocortisona se disminuyen
po, pues esta situación metabólica es muy perjudicial para la paulatinamente a medida que se va produciendo la mejoría
maduración esquelética y, sobre todo, para el desarrollo del paciente y se pasa a la vía oral y a la dosis de sustitución
mental. Es preferible que exista una sobredosificación mode- definitiva en los casos de hipotiroidismo secundario o tercia-
rada antes que correr el riesgo de un déficit en la medica- rio o bien a la supresión en los casos de mixedema primario.
ción. No obstante, este exceso de dosificación tampoco está Los trastornos hidroelectrolíticos deben corregirse con
exento de riesgos, ya que se ha descrito una maduración atención en estos pacientes, pero es necesario tener en cuen-
ósea acelerada con sinostosis craneal prematura y eventual ta que los requerimientos de agua son escasos, ya que suelen
incremento de la presión intracraneal y consiguiente sufri- presentar retención acuosa, la respiración se halla disminui-
miento cerebral. da y las hormonas tiroideas administradas inician la movili-
La dosis diaria inicial aconsejada de levotiroxina para el zación del líquido intersticial. En nuestra experiencia (SOLER-
recién nacido es de 0,025 mg los tres primeros días, para pa- OBRADORS et al, 1975), las necesidades iniciales de líquido no
sar después a 0,05 mg/día. Durante los primeros 1-2 años de superan los 1.000 mL/día de suero glucosado isotónico. La
vida la TSH basal no es del todo eficiente para controlar la administración de sodio debe ajustarse individualmente se-
dosificación, cuyo objetivo ha de ser mantener la T4 total su- gún el grado de hiponatremia, aunque debe tenerse en cuen-
perior a los 10 µg/dL. A partir de los 2 años de edad el cua- ta que dicho trastorno es en buena parte dilucional. De
dro clínico y la TSH basal son los mejores datos para ajustar acuerdo con este criterio, y dado que el pool total de sodio
la dosis de tiroxina. La dosis de T4 ideal en los niños de 1 a 5 suele ser normal o estar aumentado, este electrólito sólo
años oscila alrededor de los 6 µg/kg/día, en los de 6 a 10 debe administrarse si las cifras de natremia son inferiores a
años es de 4 µg/kg/día y a partir de los 11 años hasta el final 128-125 mEq/L. El aporte de glucosa debe, asimismo, ajustar-
de la adolescencia es de 3 µg/kg/día. Estas dosis orientativas se en cada caso, de modo que si el déficit es importante ha
son relativas e incluso realmente superiores a las del adulto. de administrarse una solución glucosada hipertónica.
Este hecho está justificado por el objetivo ya citado de evitar Una terapéutica ventilatoria adecuada es obligada si existen
en cualquier caso la hipodosificación, pero también hay que hipoxemia e hipercapnia. La pauta de ventilación mecánica
relacionarlo con el hecho de que la degradación de la tiroxi- debe ser muy cuidadosa, puesto que la producción de CO2 y
na en el niño es aproximadamente un 50% superior a la de el consumo de O2 de estos pacientes están francamente dis-
los adultos. minuidos. Hay que indicar volúmenes corrientes iniciales no
El coma mixedematoso constituye una emergencia médica superiores a 8 mL/kg, con frecuencias bajas (8-10 respiracio-
de extraordinaria gravedad que exige un tratamiento minu- nes/min), con estricto control gasométrico, para evitar la alca-
cioso y urgente. La pauta terapéutica del coma mixedemato- losis respiratoria por el respirador, siempre peligrosa por la
so es compleja, en parte motivo de discusión, y debe ajustar- concomitancia de los trastornos hidroelectrolíticos.
se en cada caso a las necesidades particulares del paciente. En caso de infección, ésta debe tratarse en la forma ade-
Un aspecto especialmente controvertido en el tratamiento cuada. Por último, la hipotermia no exige un tratamiento es-
del coma mixedematoso es el referente a la pauta y el tipo pecial, excepto que la temperatura sea inferior a 30 °C y, aun
de hormonas tiroideas que se han de administrar. Algunos en este caso, el recalentamiento debe ser lento y progresivo
autores defienden la administración de T3 por la rapidez de y no ha de iniciarse hasta que se haya comenzado el trata-
su acción, otros la de T4, y otros una pauta combinada; asi- miento hormonal.
mismo, mientras unos postulan la administración inicial de Esta serie de medidas complejas e individualizadas, que
dosis altas, hay quienes consideran que estas dosis son inne- evidentemente requieren el ingreso del paciente en una
cesarias e, incluso, peligrosas. unidad de cuidados intensivos con experiencia en el trata-
Además, existe el problema de la vía de administración, miento del coma mixedematoso, permite mejorar algo el
ya que en España sólo se dispone de preparado inyectable pronóstico de la afección, que aún en la actualidad se asocia
de levotiroxina. La T3 puede, no obstante, ser administrada con una cifra de mortalidad tan elevada como el 60% (WAR-
por sonda nasogástrica. En nuestra opinión, los argumentos TOFSKY, 1991).
para defender las dosis elevadas (500 µg de levotiroxina por
vía intravenosa como dosis inicial) no resultan convincentes,
y sus riesgos pueden superar a sus ventajas. Entre las diversas Bibliografía especial
pautas de dosificación defendidas por diferentes autores DELANGE F. Neonatal hipothyroidism: Recent developments. En: LAZA-
cabe destacar la propuesta por WARTOFSKY (1991), quien RUS JH, HALL R (eds). Hypothyroidism and goiter. Baillieres Clin
combina la administración de 0,01 mg de T3 cada 8 h, desde Endocrinol Metab 1988; 2: 637-652.
el inicio del tratamiento hasta que el paciente pueda pasar a ILLIG R. Congenital hypothyroidism. En: EVERED D, HALL R (eds). Hy-
pothyroidism and goiter. Clin Endocrinol Metab 1979; 8: 49-62.
la tiroidoterapia normal de mantenimiento, con la adminis- JAMESON JL. Thyroid hormone resistance: pathophysiology at the mo-
tración de levotiroxina mediante una dosis intravenosa ini- lecular level. J Clin Endocrinol Metab 1992; 74: 708-711.
cial de 0,2-0,3 mg, seguida de otra de 0,1 mg por la misma vía LARSEN PR, INGBAR SH. The thyroid gland. En: WILSON JD, FOSTER DW
a las 24 h, y una de 0,05 mg el tercer día, que el paciente pue- (eds). Williams Textbook of endocrinology. Filadelfia, WB Saun-
de ya tomar por vía oral si está consciente. Con esta pauta ders, 1992; 356-487.
combinada se pretende satisfacer las necesidades inmedia- MANDEL JS, LARSEN PR, SEELY WE, BRENT AG. Increased need for thyro-
tas de hormona y, al mismo tiempo, restablecer de modo xine during pregnancy in women with primary hypothyroidism. N
paulatino el pool extratiroideo de tiroxina. A pesar de que Engl J Med 1990; 323: 91-96.
REFETOFF S, WEISS RE, USALA SJ. The syndromes of resistance to thyroid
esta pauta parece muy razonable, creemos que la tiroidotera- hormone. Endocr Rev 1993; 14: 348-390.
pia en el coma mixedematoso debe ajustarse a cada situa- SANMARTÍ AM, PERMANYER MIRALDA G, CASTELLANOS JM, FOZ SALA M, GALARD
ción individual en función de la edad del paciente, la situa- RM, SOLER SOLER J. Chronic administration of amiodarone and thy-
ción circulatoria y el estado ventilatorio. La edad más roid function. A follow-up study. Am Heart J 1984; 108: 1.262-1.268.

2073
ENDOCRINOLOGÍA

SAWIN CT. Hypothyroidism. En: KAPLAN MM, LARSEN PR (eds). Thyroid TABLA 16.20. Clasificación de los procesos que cursan
disease. Med Clin North Am 1985; 69: 989-1.004. con hipertiroidismo
SOLER OBRADORS M, TOMASA A, CERDÁ M, LATORRE F, LEÓN C, PERACAULA J
et al. Coma hipotiroideo e hipoventilación alveolar. A propósito Enfermedad de Graves-Basedow
de cinco casos tratados con ventilación alveolar. Med Clin (Barc) Bocios nodulares tóxicos
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WARTOFSKY L. Myxedema coma. En: BRAVERMAN LE, UTIGER RD (eds). Bocio multinodular tóxico
Werner and Ingbar’s the thyroid. A fundamental and clinical text. Otros procesos que pueden cursar con hiperfunción tiroidea
Filadelfia, JB Lippincott, 1991; 1.084-1.091.

entidad más importante entre las que producen hipertiroidis-


mo. Está ampliamente difundida por todas las áreas geográfi-
cas y puede aparecer a cualquier edad, aunque se observa,
Hipertiroidismo* sobre todo, en la tercera y la cuarta décadas de la vida.
Al igual que la mayoría de las tiroidopatías, y como se ha se-
En sentido amplio se denomina hipertiroidismo a la pre- ñalado, la enfermedad de Graves-Basedow es mucho más fre-
sencia de un trastorno funcional del tiroides caracterizado cuente en la mujer que en el varón. La incidencia en relación
por la secreción, y el consiguiente paso a la sangre, de canti- con el sexo varía con la edad, de modo que después de los
dades excesivas de hormonas tiroideas en relación con las 45 años la relación es sólo de 3:1 a favor de la mujer, y antes
necesidades del organismo. Este trastorno hiperfuncional ti- de los 8 años es tan frecuente en las niñas como en los niños.
roideo, con independencia de su etiología y su sustrato ana-
tómico, se traduce por un cuadro clínico de gran expresivi- Etiopatogenia. El hito fundamental para la comprensión pa-
dad denominado hipertiroidismo o tirotoxicosis. togénica de esta enfermedad se produjo en 1956, cuando
ADAMS y PURVES descubrieron en el suero de estos pacientes
Clasificación. En la tabla 16.20 se muestra una clasificación la existencia de una inmunoglobulina capaz de estimular el
de los procesos que cursan con hipertiroidismo. tiroides del ratón, el estimulante tiroideo de acción prolonga-
La enfermedad de Graves-Basedow constituye la entidad da (LATS). A partir de entonces se han producido notables
más importante por su frecuencia, de modo que a menudo avances, sobre todo en el campo de las alteraciones inmuno-
se identifican con ella los términos genéricos de hipertiroidis- lógicas, pero también en el de los aspectos etiológicos.
mo o tirotoxicosis. Por esta razón, el cuadro general de la hi- En la actualidad está bien establecido que las inmunoglo-
perfunción tiroidea se estudiará junto con dicha entidad bulinas del tipo G, que se encuentran en el suero de estos pa-
morbosa. cientes, son autoanticuerpos dirigidos contra el componente
El adenoma tóxico y el bocio multinodular tóxico constitu- de la membrana celular tiroidea, entre los que se incluye el
yen dos entidades, quizá relacionadas, que cursan con hiper- propio receptor de la TSH. Esta unión de las inmunoglobuli-
tiroidismo y cuya etiología es completamente distinta de la nas con el receptor activa el sistema adenilciclasa dando lu-
del morbo de Basedow. gar a una serie de reacciones que producen el crecimiento ti-
El otro grupo incluye una serie de procesos, alguno de los roideo y la hipersecreción hormonal. La denominación de
cuales se estudiará en otros apartados, que en ciertas ocasio- estos autoanticuerpos resulta compleja y algo confusa, y ha
nes pueden cursar con hipertiroidismo. estado determinada, en gran parte, por el fundamento de las
distintas técnicas utilizadas para su valoración. En este apar-
tado se utiliza la denominación TSI (thyroid stimulating im-
Enfermedad de Graves-Basedow munoglobulin) para indicar la capacidad de estas immuno-
globulinas en la estimulación de la actividad del sistema
Conocida en Europa continental como enfermedad de Ba- adenilciclasa en diversos cultivos celulares.
sedow o de Parry –por ser este autor quien describiera, por Un elevado porcentaje de los pacientes afectos por la en-
vez primera, la enfermedad en 1786, aunque en 1840 lo hicie- fermedad de Graves presenta, además, en su suero anticuer-
ra en forma mucho más perfecta el médico de Merseburgo, pos antitiroglobulina, antisegundo antígeno coloide y antipe-
Basedow– y, en los países anglosajones, como enfermedad roxidasa tiroidea (antimicrosoma), lo cual constituye un
de Graves, se trata de una afección multisistémica, de pato- dato más que confirma la alteración inmunitaria de esta afec-
genia autoinmune y caracterizada clínicamente por: a) hi- ción. En los últimos años, diversos estudios han demostrado
perplasia difusa de la glándula tiroides con hiperfunción (ti- que el suero de estos pacientes contiene, además, otros anti-
rotoxicosis); b) oftalmopatía infiltrativa, y c) en ocasiones, cuerpos denominados TGI (thyroid growth immunoglobulin),
mixedema pretibial. Lo más común es que varias de las ma- caracterizados por la capacidad de producir crecimiento ti-
nifestaciones clínicas citadas aparezcan combinadas, si no roideo tras su unión con el receptor de TSH, sin estimular ne-
todas ellas, por lo menos dos, entre las que no suele faltar la cesariamente la función.
tirotoxicosis, que es, sin duda, el elemento más importante La inmunidad celular también podría participar en la pato-
de la entidad nosológica. Sin embargo, de manera excepcio- genia del proceso. A partir de una publicación inicial en
nal, puede aparecer aislada una sola de las manifestaciones 1983 (PUJOL-BORRELL et al), este grupo de trabajo y otros auto-
citadas menos frecuentes, como el exoftalmos infiltrativo o res han puesto de manifiesto hallazgos que podrían tener
incluso el mixedema pretibial, sin tirotoxicosis. Lo habitual es gran trascendencia en la comprensión de la patogenia de la
que, tarde o temprano, se instaure la sintomatología típica de enfermedad de Graves-Basedow y de otros procesos autoin-
la tirotoxicosis que aclara definitivamente el cuadro clínico. munes. Es bien conocido que el primer estadio en la produc-
La enfermedad es de aparición frecuente, aunque su inci- ción de cualquier respuesta inmunitaria consiste en la pre-
dencia real resulta difícil de establecer. Se ha calculado que sentación del antígeno a las células del sistema inmune, y
la prevalencia del proceso en EE.UU. alcanza al 0,4% de la que ésta es realizada por células especializadas en esta fun-
población. En un estudio epidemiológico realizado en la po- ción, como los macrófagos y las células dendríticas. En las
blación de Wickham (Inglaterra) la incidencia pasada y pre- publicaciones citadas se ha puesto de manifiesto que las cé-
sente de la enfermedad alcanzaba al 2,7% en las mujeres y 10 lulas foliculares tiroideas expresan moléculas HLA de clase II
veces menos en los varones (TUNBRIDGE et al, 1977). La enfer- en su membrana cuando son activadas por determinadas lin-
medad de Graves-Basedow constituye, por su frecuencia, la focinas, y que también se encuentra esta expresión de forma
espontánea en células foliculares de tiroides en la enferme-
dad de Graves-Basedow y en la tiroiditis de Hashimoto. Estos
*M. Foz Sala y A. Sanmartí Sala hallazgos condujeron a la formulación de una nueva hipóte-

2074
ENFERMEDADES DEL TIROIDES

sis patogénica de la enfermedad de Graves-Basedow y de lulas foliculares, que pueden adoptar una disposición papi-
otros procesos autoinmunes por el citado grupo de trabajo lar. La luz del folículo aparece más pequeña y con menos co-
(PUJOL-BORRELL, BOTTAZZO). Según esta hipótesis, un desenca- loide, y en la periferia del coloide y en contacto con las célu-
denante, hasta ahora desconocido, daría lugar a la produc- las foliculares se observan vacuolas de resorción. Es muy
ción de interferón gamma por los linfocitos T, que induciría frecuente la existencia de una rica infiltración linfoide.
la expresión de HLA de clase II en las células foliculares tiroi- El aspecto histológico del tiroides en la enfermedad de
deas. Éstas presentarían, así, sus autoantígenos a los linfoci- Graves se normaliza notablemente cuando el paciente se so-
tos T colaboradores, iniciándose, de este modo, la respuesta mete a tratamiento con yodo. En cambio, la administración
inmunitaria. Esta respuesta, en situación de déficit de los me- de tioderivados acentúa los cambios hiperplásicos de la
canismos supresores de la inmunidad, originaría la enferme- glándula.
dad autoinmune. La enfermedad de Graves-Basedow produce también alte-
La patogenia de la oftalmopatía infiltrativa que forma parte raciones anatomopatológicas extratiroideas, entre las que de-
del cuadro clínico de la enfermedad de Graves-Basedow no ben destacarse las siguientes:
está perfectamente aclarada, aunque también en este campo Órbita. Se aprecia abundante infiltración celular, especial-
se han producido notables avances en los últimos años. Hoy mente linfoplasmocitaria. Asimismo, hay un edema impor-
día se acepta que la oftalmopatía de Graves es también una tante, con aumento de la grasa retrorbitaria y depósito de
enfermedad autoinmune dirigida, casi con toda certeza, con- mucopolisacáridos.
tra los antígenos de la musculatura extraocular. Se ha demos- Musculatura orbitaria. Habitualmente se observa un au-
trado la existencia de anticuerpos y de respuestas de la inmu- mento del grosor de la musculatura por infiltración inflama-
nidad celular dirigidos contra los citados antígenos, pero toria crónica, aumento de los mucopolisacáridos intersticia-
todavía no ha podido establecerse con certeza si las lesiones les y fibrosis, mientras que las fibras musculares se atrofian e
tisulares son producidas por linfocitos citotóxicos, por inmu- hialinizan (seudohipertrofia de la musculatura orbitaria).
nocomplejos circulantes o por autoanticuerpos. Órganos linfáticos. Hay hiperplasia linfoide con aumento
La afección de la musculatura extraocular ocurre, en ma- de tamaño del bazo y del timo.
yor o menor grado, en la gran mayoría de los pacientes afec- Musculatura esquelética. En algunos casos se observan
tos de enfermedad de Graves-Basedow, y por otra parte sólo atrofia celular, vacuolización, pérdida de la estriación, infil-
en algunos pacientes con oftalmopatía de Graves no ha sido tración grasa y depósito de mucopolisacáridos en el intersti-
posible demostrar la presencia de alteraciones tiroideas. cio. En ocasiones hay lesiones similares en el miocardio.
Pese a que algunos autores sostienen que es mejor conside- Huesos. Puede advertirse pérdida de masa ósea, con au-
rar la oftalmopatía de Graves como una entidad separada, de mento de la actividad de remodelado.
acuerdo con la indudable realidad clínica parece más ade-
cuado seguir considerándola una parte integrante de la en- Cuadro clínico. La tríada que caracteriza el proceso está
fermedad de Graves-Basedow. constituida por hipertiroidismo, bocio difuso y oftalmopatía. A
En cuanto a los factores etiológicos que pueden poner en esta tríada diagnóstica cabría añadir un cuarto elemento, ca-
marcha la alteración inmunológica de la enfermedad de Gra- racterístico, pero de aparición muy poco frecuente que es el
ves-Basedow, los conocimientos son más limitados, aunque mixedema pretibial. Como más adelante se indica, la enfer-
también en este campo se han producido avances. Diversos medad se presenta muy a menudo con una forma clínica in-
estudios han demostrado que existe una agregación familiar completa o disociada, realidad que siempre debe recordarse
hereditaria de la enfermedad de Graves y de otras tiroidopa- para facilitar la labor diagnóstica.
tías autoinmunes y también una asociación y agregación fa- Dividiremos este apartado en seis subapartados. En los
miliar entre esta enfermedad y otras alteraciones no tiroideas cuatro primeros se describen la citada tríada diagnóstica y el
de conocida patogenia autoinmune. Otro argumento impor- mixedema pretibial, en el quinto las principales formas clíni-
tante a favor de la predisposición genética a padecer esta en- cas del proceso, y en el sexto las complicaciones que pue-
fermedad se relaciona con el descubrimiento de su asocia- den plantear problemas más graves en el curso de la enfer-
ción con la presencia de determinados antígenos del sistema medad.
mayor de histocompatibilidad. 1. Hipertiroidismo. El incremento de hormonas tiroideas
Es probable que otros factores, como infecciones víricas, circulantes puede producir diversos signos y síntomas por al-
algunos fármacos y especialmente los yoduros, puedan ac- teraciones funcionales de los aparatos y sistemas del organis-
tuar como desencadenantes del proceso por un mecanismo mo.
no bien conocido. Es clásica la noción de que el estrés, so- Alteraciones generales. Destacan las relacionadas con una
bre todo psíquico, puede preceder a la aparición de la enfer- excesiva termogénesis del organismo. Los pacientes advier-
medad de Graves-Basedow. ten un aumento de sensibilidad al calor, y suelen referir su-
En resumen, con los conocimientos actuales (1993), es posi- dación excesiva, que es caliente y generalizada. Entre los sín-
ble afirmar que la enfermedad de Graves-Basedow es un proce- tomas y signos generales deben destacarse también astenia,
so de patogenia autoinmune, en el que la hiperfunción tiroidea poliuria y polidipsia frecuente y pérdida de peso, aunque el
depende de la producción de inmunoglobulinas estimulantes apetito suele estar conservado o incluso aumentado.
del tiroides que ocurre en una población predispuesta, a tra- Piel y faneras. La piel está caliente y húmeda como resulta-
vés, en parte, de los genes del sistema HLA, predominantemen- do de vasodilatación cutánea y excesiva sudación. Con fre-
te femenina, por herencia de una alteración inmunológica de cuencia se aprecia eritema palmar. Pueden observarse au-
mecanismo desconocido. Es posible, aunque no se ha compro- mento o disminución de la pigmentación cutánea, que tiene
bado, que diversos factores etiológicos como las infecciones ví- distinto significado fisiopatológico. La hiperpigmentación pa-
ricas, los fármacos, la administración de yoduros o las emocio- rece estar relacionada con una posible hipersecreción de
nes puedan actuar como desencadenantes de la afección a ACTH secundaria a un metabolismo acelerado del cortisol,
través de mecanismos desconocidos capaces de influir en la mientras que la hipopigmentación en forma de vitíligo con-
homeostasia inmunológica del paciente. siste en una alteración de la piel, también de patogenia au-
toinmune, que con frecuencia se asocia con la enfermedad
Anatomía patológica. El tamaño del tiroides está agranda- de Graves-Basedow. Otra alteración de la piel, no relaciona-
do y su peso suele oscilar entre 30 y 150 g. La glándula está da con la hipersecreción de hormonas tiroideas sino con la
hipervascularizada y presenta un aspecto carnoso, con la su- patogenia autoinmune del proceso, es el mixedema pretibial
perficie relativamente lisa. o dermopatía infiltrativa, que aparece en ocasiones en la en-
Desde el punto de vista microscópico destacan la hipertro- fermedad de Graves-Basedow (véase más adelante).
fia y la hiperplasia del epitelio folicular; los folículos suelen El cabello se vuelve fino y en ocasiones frágil. Las uñas pue-
aumentar de tamaño, con incremento de la altura de las cé- den sufrir también alteraciones, transformándose en blandas y

2075
ENDOCRINOLOGÍA

friables. En ocasiones aparece una alteración característica TABLA 16.21. Frecuencia de los diversos síntomas y signos
denominada uñas de Plummer, que consiste en un fenómeno en 247 pacientes afectos de enfermedad de Graves-Basedow*
de onicólisis con despegamiento de la parte distal de la uña
del lecho ungueal. Síntomas (%) Signos (%)
Aparato circulatorio. Las repercusiones del hipertiroidismo
Nerviosismo o 99 Taquicardia 100
sobre el aparato circulatorio son constantes y pueden adqui- intranquilidad Bocio 100
rir gran trascendencia clínica. La resistencia vascular periféri- Hiperhidrosis 91 Piel fina, caliente y roja 97
ca está disminuida y el gasto cardíaco aumentado como con- Hipersensibilidad 89 Temblor 97
secuencia del incremento del volumen sistólico y de la al calor Soplo en región tiroidea 77
frecuencia cardíaca. El aumento de esta última es constante, Palpitaciones 89 Signos oculares 71
de modo que prácticamente puede descartarse el diagnósti- Astenia 88 Fibrilación auricular 10
co de hipertiroidismo si no existe taquicardia. El pulso es a Pérdida de peso 85 Esplenomegalia 10
menudo saltón como consecuencia de un incremento de la Sed 82 Ginecomastia 10
Disnea 75 Eritema palmar 8
presión sistólica y de un descenso de la diastólica. Los tras- Debilidad muscular 70
tornos del ritmo, y muy especialmente la fibrilación auricu- Hiperorexia 65
lar, aparecen con mucha frecuencia. Síntomas oculares 54
Los pacientes afectos de enfermedad de Graves-Basedow Caída del cabello 50
presentan con mayor frecuencia prolapso de la válvula mi- Edema de piernas 35
tral. Los factores patogénicos de esta asociación no se cono- Hiperdefecación 33
cen, aunque la causa no parece ser el hipertiroidismo, ya (sin diarrea)
que esta asociación no se observa en los pacientes afectos Diarrea 23
Anorexia 9
de bocio multinodular tóxico. Estreñimiento 4
Aparato digestivo. Los pacientes refieren a menudo altera- Aumento de peso 2
ciones del ritmo intestinal. La diarrea intensa es infrecuente,
pero son comunes la mayor frecuencia y la menor consisten- *Tomada de WILLIAMS, 1992.
cia de las deposiciones. En formas graves de la enfermedad
pueden detectarse alteraciones de las enzimas hepáticas y
en casos graves puede aparecer hepatomegalia e ictericia. Metabolismo. El exceso de hormonas tiroideas circulantes
Sangre y sistema hematopoyético. Puede aparecer anemia produce diversos efectos metabólicos en el organismo. Sólo
normocrómica y normocítica y también anemia perniciosa; se hará una breve referencia a los efectos sobre los hidratos
este último caso representa la asociación de un proceso, asi- de carbono, las grasas, las proteínas y la regulación del cal-
mismo, de patogenia autoinmune. cio y del fósforo.
Las alteraciones de la serie blanca no son relevantes. En La curva de glucemia suele ser anormal en el hipertiroidis-
casos muy graves pueden observarse esplenomegalia y ade- mo. La anomalía más característica consiste en la aparición
nopatías. de un pico elevado a la hora, con una cifra normal o casi
Sistemas nervioso y muscular. El paciente hipertiroideo re- normal a las 2 h. La secreción de insulina suele estar aumen-
fiere nerviosismo, agitación, inquietud, taquilalia, hipercine- tada.
sia y labilidad emocional. A diferencia de los enfermos an- El metabolismo de las grasas está muy acelerado en el hi-
gustiados, el hipertiroideo es hiperactivo y sólo está limitado pertiroidismo, tanto su producción como su degradación,
por su fatigabilidad, en parte de origen muscular y agrava- pero las anomalías resultantes, fácilmente objetivables por el
da por el insomnio que a menudo padece. De forma excep- laboratorio, consisten en un incremento de los ácidos grasos
cional, el hipertiroidismo puede producir reacciones psicóti- libres circulantes y en una disminución de la colesterolemia.
cas de tipo maníaco depresivo, esquizoide o paranoide. El metabolismo de las proteínas está muy aumentado,
La exploración permite objetivar un temblor fino sobre pero sobre todo su degradación, lo que se traduce en un ba-
todo en las manos extendidas, pero también en la lengua y lance negativo de nitrógeno, pérdida de peso, debilidad
en los párpados semicerrados. Los reflejos osteotendinosos muscular y tendencia a la hipoalbuminemia.
son rápidos y vivos. El exceso de hormonas tiroideas parece actuar directa-
La alteración de la musculatura esquelética es común en mente sobre el hueso favoreciendo su resorción. Este efecto
el hipertiroidismo. Con frecuencia se limita a un incremento puede traducirse en la aparición de hipercalcemia, elimina-
de la fatigabilidad muscular de predominio proximal, pero ción elevada de calcio y fósforo por la orina y por las heces e
en ocasiones puede alcanzar notable relevancia clínica incremento en las fosfatasas alcalinas del suero. Puede pro-
constituyendo una auténtica miopatía tirotóxica. En las for- ducirse una desmineralización del hueso, demostrable radio-
mas graves, el paciente puede estar incluso incapacitado lógicamente.
para la marcha. Se ha descrito una asociación mayor que la 2. Bocio difuso. Constituye uno de los elementos de la
casual entre la enfermedad de Graves-Basedow y la miaste- tríada diagnóstica de la enfermedad de Graves-Basedow. El
nia grave, en relación con la patogenia autoinmune común a bocio de este proceso es habitualmente moderado o peque-
ambos procesos. Una complicación rara es la parálisis perió- ño, aunque a veces alcanza un tamaño importante. El incre-
dica que suele cursar con hipopotasemia durante las crisis. mento del tiroides es uniforme y, a la palpación, la superficie
Predomina en los pacientes varones y se observa casi exclu- es lisa, y la consistencia, blanda o firme. El aumento de la
sivamente en individuos de raza oriental. vascularización resulta muy evidente; se aprecian pulsacio-
Sistema endocrino. El hipertiroidismo produce diversas al- nes por el tacto y un soplo mediante la auscultación. El bo-
teraciones funcionales endocrinas, pero la mayoría de ellas cio basedowiano, a diferencia del bocio simple, nunca pro-
poseen escasa relevancia clínica. Ya se ha citado la acelera- duce compresión.
ción en el metabolismo del cortisol. Aunque la aparición de bocio es la regla en la enferme-
En el área gonadal pueden producirse diversas alteracio- dad, y en algunas series, como en la citada en la tabla 16.21
nes. En el varón puede haber una disminución de la potencia, es una alteración constante, en nuestra experiencia, en el
pero al inicio del proceso existe en ocasiones un aumento de 47% de los casos el bocio era palpable pero no visible, y en
la libido. En algunos casos se ha observado ginecomastia rela- el 2,5% no se palpaba agrandamiento tiroideo (SANMARTí et
cionada con un incremento del nivel de conversión de andró- al, 1980).
genos a estrógenos. En la mujer pueden observarse diversas 3. Oftalmopatía. La primera clasificación importante de
irregularidades menstruales. La fertilidad está disminuida y, si los cambios oculares en la enfermedad de Graves-Basedow
se produce el embarazo, el aborto es más frecuente de lo nor- fue realizada en 1969 por un comité especial de la American
mal. Thyroid Association (ATA) dirigido por S.C. WERNER. En 1977,

2076
ENFERMEDADES DEL TIROIDES

TABLA 16.22. Clasificación abreviada de los cambios oculares


en la enfermedad de Graves-Basedow
Grado Definición
0 Ausencia de signos y síntomas físicos
1 Presencia de signos y ausencia de síntomas
2 Afectación de tejidos blandos (signos y síntomas)
3 Proptosis
4 Afectación de la musculatura extraocular
5 Afectación corneal
6 Pérdida de visión (afectación del nervio óptico)

un comité adjunto a la ATA, dirigido por el mismo autor, pu-


blicó varias modificaciones de la clasificación original; la
clasificación tenía dos formas, una abreviada (tabla 16.22) y
otra detallada.
Desde el punto de vista tanto clínico como patogénico
aparecen dos tipos muy distintos de oftalmopatía: la no infil-
trativa y la infiltrativa.
Oftalmopatía no infiltrativa. También denominada oftalmo- Fig. 16.49. Enfermedad de Graves-Basedow. Oftalmopatía infiltrati-
patía palpebrorretráctil, afecta por igual ambos ojos y presen- va.
ta una evolución benigna y paralela a la del hipertiroidismo.
Consiste en una tendencia a la retracción del párpado supe- muy parecida. La lesión se caracteriza por la acumulación de
rior. Si ésta es intensa, simula una auténtica protrusión del mucopolisacáridos ácidos entre los haces del colágeno dér-
globo ocular, que nunca existe en este tipo de oftalmopatía. mico y tiene el aspecto de una induración violácea de la piel
Cuando es menos intensa, la retracción puede ponerse en que, casi siempre, se sitúa en la región pretibial (lo que expli-
evidencia mediante la exploración del signo de Graefe: al di- ca su nombre), pero en ocasiones afecta el dorso de los pies
rigir la mirada hacia abajo falla el movimiento correlativo del formando placas que pueden confluir. La localización en el
párpado superior, y entre su borde inferior y el superior de la dorso de las manos o en la cara, aunque posible, es excepcio-
córnea queda visible una zona blanca de esclerótica. nal. A veces la dermopatía infiltrativa se asocia con osteoar-
Oftalmopatía infiltrativa. Consiste en un trastorno específi- tropatía con acropaquía (acropaquía tiroidea).
co de la enfermedad de Graves-Basedow no vinculado al gra- En la tabla 16.21 se señala la frecuencia de los diversos sín-
do de hipertiroidismo acompañante, sino a complejas altera- tomas y signos observados por WILLIAMS en 247 pacientes
ciones de patogenia autoinmune típicas del proceso, que afectos de enfermedad de Graves-Basedow.
cursan con infiltración del tejido retrorbitario y, a veces, mio- 5. Formas clínicas. A continuación se analiza en forma
patía extraocular. Según DE GROOT et al (1984), esta oftalmo- somera los aspectos de las formas clínicas de la enfermedad
patía aparecería de modo clínicamente objetivable en el 25- que revisten mayor interés práctico, atendiendo a tres crite-
33% de los pacientes afectos de enfermedad de Graves. El rios distintos: a) formas incompletas; b) formas dependientes
dato más característico es la aparición de exoftalmos, que de la edad del paciente, y c) formas dependientes del predo-
puede acompañarse de congestión vascular (fig. 16.49), que- minio de unos síntomas u otros.
mosis, epífora, aumento de la tensión intraorbitaria y paresia Formas incompletas. La tríada sintomática que caracteriza
de los músculos oculomotores, que causan estrabismo y di- la enfermedad de Graves-Basedow consiste en hipertiroidis-
plopía. El proceso puede afectar de modo desigual a ambos mo, bocio difuso y oftalmopatía. No obstante, es relativamen-
ojos, y su evolución no es paralela a la de la tirotoxicosis, de te frecuente la existencia de formas incompletas o disocia-
modo que puede preceder a su aparición e, incluso, cursar das en las que no se advierte dicha tríada.
sin alteraciones evidentes de la función tiroidea (oftalmopa- La presencia de un bocio difuso palpable, de mayor o me-
tía de Graves). Una forma sencilla de valorar el exoftalmos es nor tamaño, es un hallazgo casi constante en la enfermedad
utilizar el exoftalmómetro de Hertel, considerándose exoftal- de Basedow. Sin embargo, en algunos casos no es así, aun-
mos si la protrusión ocular es superior a 19 mm. que puede comprobarse un discreto aumento de la glándula
Se ha descrito una serie de signos para valorar las altera- en el estudio gammagráfico. De este modo es posible que se
ciones motoras características de la oftalmopatía infiltrativa. produzca una disociación entre estos dos parámetros habi-
No obstante, su valor clínico es limitado, de modo que sólo tualmente unidos en la enfermedad de Graves, como son la
cabe citar el signo de Moebius, que consiste en la insuficien- hiperfunción tiroidea y la notable hiperplasia glandular.
cia de convergencia que se pone en evidencia al acercar un Las alteraciones oculares son muy frecuentes. No obstan-
objeto cualquiera a los ojos del paciente. Según datos de te, en muchos casos no se evidencian. Así, en el 43,5% de los
GAMBLIN et al (1983), el 68% de los pacientes afectos de enfer- pacientes de una serie nuestra anteriormente citada, no se
medad de Graves-Basedow sin exoftalmos presenta un au- observaron signos o síntomas oculares.
mento de la presión intraocular al dirigir la mirada hacia arri- Una situación infrecuente consiste en la presencia de hi-
ba. Según dichos autores, este hecho está producido por una pertiroidismo sin bocio palpable ni componente oftalmopáti-
fibrosis de los músculos rectos inferiores, secundaria a co. Aunque en este caso falten dos de los elementos funda-
una oftalmopatía infiltrativa. Según estos datos esta explora- mentales de la tríada, el diagnóstico de enfermedad de
ción podría demostrar la presencia de oftalmopatía infiltrati- Graves no debe rechazarse, si bien han de descartarse otras
va en casos aparentemente no afectos de tal complicación. causas infrecuentes de tirotoxicosis (véase más adelante). La
Las mismas conclusiones pueden obtenerse, aplicables a un patogenia de estas formas clínicas es la misma que la de las
número todavía superior de pacientes, utilizando complejas formas completas, y por lo demás la ausencia de bocio pal-
técnicas de exploración con ecografía, TC de alta resolución pable no descarta la existencia de un aumento moderado de
y RM en pacientes aparentemente no afectos de oftalmopatía tamaño de la glándula. Asimismo, la ausencia del compo-
infiltrativa. nente oftalmopático puede ser simplemente un hecho transi-
4. Mixedema pretibial. Denominado también, con más torio limitado a la fase inicial de la enfermedad.
propiedad (entre otras razones porque no hace referencia a Otra posibilidad, como forma incompleta de la enferme-
la localización), dermopatía infiltrativa, ocurre sólo en el 4% dad de Graves, consiste en la aparición de la típica oftalmo-
de los pacientes y acompaña casi siempre a la oftalmopatía patía de la enfermedad no acompañada de hipertiroidismo.
infiltrativa. De hecho, se cree que la patogenia de ambas sería En ocasiones esta disociación es sólo inicial, desarrollándose

2077
ENDOCRINOLOGÍA

después de la hiperfunción tiroidea, pero en otras el compo-


nente hipertiroideo de la enfermedad no se manifiesta. Esta
forma se ha denominado oftalmopatía endocrina, forma oftál-
mica de la enfermedad de Graves, u oftalmopatía de Graves.
En esta forma que es muy infrecuente, la oftalmopatía puede
ser inicialmente unilateral, planteando problemas de diag-
nóstico diferencial con otras lesiones intraorbitarias.
Formas dependientes de la edad del paciente. Una forma
clínica infrecuente es la enfermedad de Graves-Basedow del
recién nacido, originada por la transmisión de inmunoglobu-
linas estimulantes del tiroides desde la madre basedowiana a
través del filtro placentario. El recién nacido presenta todos
los síntomas de la enfermedad y, además, las siguientes ca-
racterísticas: prematuridad, hipotrofia, adelanto de la edad
ósea y mayor incidencia de insuficiencia cardíaca. Si se su-
pera el peligro inmediato producido por la prematuridad, la
hipotrofia o la insuficiencia cardíaca, el pronóstico de la en-
fermedad del recién nacido es excelente, porque, a diferen-
cia de las restantes formas clínicas, la duración se limita a un
par de meses, que es el tiempo de persistencia de las inmu-
noglobulinas estimulantes transmitidas por vía placentaria.
Transcurrido este tiempo, la enfermedad cura sin posibilidad
alguna de recidiva posterior.
Por el contrario, la enfermedad de Graves-Basedow que
aparece en el niño tiene la misma patogenia que la del adul-
to y su evolución es similar. La incidencia es rara y aumenta
con la edad. Entre los datos peculiares de la forma infantil
hay que señalar la gran aceleración del crecimiento con ade-
lanto de la edad ósea, aunque la estatura definitiva no se mo-
difica. En cambio, la maduración puberal suele retrasarse.
En el anciano, la enfermedad de Graves suele adoptar una
expresividad clínica menos florida que en el niño y en el
adulto, lo que produce, en ocasiones, dificultades diagnósti- Fig. 16.50. Enfermedad de Graves-Basedow. Exoftalmía maligna.
cas. Así, el bocio falta con cierta frecuencia y, cuando está
presente, su tamaño es más reducido. Asimismo, los signos
oculares suelen ser muy moderados o nulos. Algunos de los mente alterado, pero además existen datos clínicos que su-
signos y síntomas resultan poco evidentes, excepto el adelga- gieren la presencia de una miocardiopatía reversible en el hi-
zamiento, que es siempre muy importante, y los trastornos pertiroidismo con una disminución de la reserva contráctil
circulatorios, que suelen adoptar un papel predominante. (FORFAR y CALDWELL, 1985) que explicaría la posible aparición
Formas dependientes del predominio de unos síntomas u de insuficiencia cardíaca en un corazón previamente sano.
otros. Con cierta frecuencia las manifestaciones clínicas de Los trastornos del ritmo son casi constantes en la cardioti-
la enfermedad de Graves-Basedow resultan algo atípicas, ob- reosis. Se observan crisis de taquicardia paroxística supra-
servándose cuadros con predominio de algún síntoma o gru- ventricular, extrasístoles o, con mayor frecuencia, fibrilación
po de síntomas. Este hecho ha motivado la descripción, no auricular o fibriloflúter, paroxístico o permanente.
siempre justificada, de múltiples formas clínicas de la enfer- La insuficiencia cardíaca es más frecuente en los pacien-
medad, entre las que cabe citar la cardiocirculatoria, la diges- tes de edad avanzada y cuando existe una cardiopatía subya-
tiva –en la que la diarrea puede ser el síntoma dominante–, cente, pero está bien demostrado que un hipertiroidismo gra-
la miopática –en la que la gran afectación muscular re- ve puede ocasionar insuficiencia en un corazón previamente
sulta más llamativa que cualquier otro síntoma– y la caquecti- sano. La arritmia completa por fibrilación auricular suele ser
zante, con gran adelgazamiento como síntoma primordial. el trastorno del ritmo que acompaña al fracaso cardíaco; la
Aunque excepcional, existe una forma de enfermedad de Ba- absoluta resistencia a la medicación cardiotónica, constitu-
sedow que cursa con hiperponderosis. yen un hecho constante y característico.
La denominada forma apática de Lahey, descrita por este La insuficiencia coronaria, a su vez, suele aparecer en pa-
autor en 1931, posee ciertas particularidades clínicas. Afecta cientes previamente afectos de cardiopatía isquémica. El ex-
sobre todo a mujeres mayores de 40 años. El bocio suele ser ceso de demanda al corazón producida por el hipertiroidis-
pequeño y destacan la apatía y la indiferencia, en contraste mo facilita la aparición de las crisis de angina, que no
con el nerviosismo y la irritabilidad característicos de esta mejoran hasta que se consigue controlar la tirotoxicosis.
enfermedad. En esta forma clínica las manifestaciones circu- Exoftalmía maligna. La exoftalmía maligna constituye una
latorias son escasas, pero, en cambio, son muy evidentes la temible complicación que puede conducir incluso a la ce-
pérdida de peso y la afectación muscular. guera. Ocurre en el 2-3% de los pacientes afectos de enferme-
6. Complicaciones. En el curso de la enfermedad pueden dad de Graves, según datos de DE GROOT et al (1984). No exis-
surgir algunas complicaciones relacionadas con la agrava- te solución de continuidad entre los distintos grados de
ción de diversas manifestaciones del proceso. Tres de ellas afectación ocular propios de la enfermedad. La denomina-
pueden plantear problemas graves al enfermo: ción de exoftalmía maligna suele reservarse para las formas
Cardiopatía tirotóxica. El cuadro clínico de la cardiopatía tiro- más avanzadas de oftalmopatía infiltrativa, caracterizadas
tóxica, que incide con mayor frecuencia en los pacientes que por una importante protrusión ocular, gran dureza del globo,
presentan alguna cardiopatía subyacente, está constituido por déficit permanente de oclusión palpebral, notable grado de
tres síndromes que pueden cursar solos o asociados: trastornos quemosis y alteraciones oculomotoras (fig. 16.50). La falta
del ritmo, insuficiencia cardíaca e insuficiencia coronaria. de oclusión palpebral puede conducir a la ulceración corne-
Esta elevada incidencia de alteraciones cardíacas en los al e incluso a la perforación de la córnea y a la panoftalmía.
enfermos tirotóxicos puede explicarse, en parte, por los cita- A veces se produce, asimismo, un déficit de agudeza visual,
dos efectos en el aparato circulatorio de las hormonas tiroi- ya sea por aumento de la presión intraocular o por la com-
deas en exceso, cuando actúan sobre un corazón previa- presión del nervio óptico por la infiltración orbitaria.

2078
ENFERMEDADES DEL TIROIDES

Crisis tirotóxica. La crisis tirotóxica es una complicación patía de Graves, y d) en el diagnóstico y el control evolutivo
de extraordinaria gravedad, por fortuna rara. En el pasado, del hipertiroidismo neonatal.
cuando sólo se disponía de la tiroidectomía como único tra- Las pruebas destinadas a estudiar la morfología del tiroi-
tamiento eficaz de la enfermedad, constituía una terrible des poseen valor escaso o nulo para el diagnóstico, excepto
complicación que ocurría con cierta frecuencia tras la inter- en situaciones muy especiales. Incluso la gammagrafía, tan
vención. En la actualidad, el rigor en la preparación y en la inútilmente prodigada en esta enfermedad, no suele ofrecer
selección de los pacientes que han de ser tiroidectomizados mayor información que la que facilita una cuidadosa explo-
la ha eliminado casi por completo como complicación post- ración clínica.
operatoria. No obstante, sigue observándose en alguna oca-
sión, ya sea por una infección u otro estrés en el curso de la Diagnóstico diferencial. Los errores diagnósticos en rela-
enfermedad no diagnosticada o mal controlada, o bien tras ción con este proceso son frecuentes. En las formas comple-
la administración de una dosis terapéutica de 131I sin prepara- tas o típicas no suelen ocurrir, ya que el cuadro clínico posee
ción previa del paciente. una extraordinaria expresividad. En cambio, en las formas in-
La patogenia de la crisis tirotóxica no está totalmente acla- completas o en las que predomina un síntoma o grupo de
rada, aunque parece depender de una excesiva respuesta síntomas, la afección puede no ser reconocida durante mu-
del organismo a una gran cantidad de hormonas tiroideas cho tiempo. Así, en las formas con predominio sintomático
circulantes. La crisis tirotóxica es una complicación propia cardiocirculatorio puede diagnosticarse el trastorno del rit-
de la enfermedad de Graves, ya que casi nunca se observa mo o la insuficiencia cardíaca sin pensar en su posible etio-
en el bocio nodular tóxico. logía tirotóxica, y en las formas digestivas, miopáticas o ca-
El inicio de la crisis suele ser agudo, con fiebre alta, gran quectizantes caben errores semejantes. El conocimiento de
sudación, taquicardia extrema con fibrilación auricular o sin estas formas paucisintomáticas resulta una condición indis-
ésta, temblor, agitación psicomotriz, diarrea, deshidratación pensable para identificarlas.
y, por último, postración progresiva, delirio, coma y muerte. Un problema diagnóstico diferencial de especial interés,
Puede cursar también con graves manifestaciones neuromus- ya mencionado, se plantea ante la aparición de una oftalmo-
culares que adoptan la forma seudomiasténica o la miopáti- patía unilateral no acompañada de signos de hiperfunción ti-
ca aguda con importante atrofia muscular. roidea. En tal caso, la primera sospecha es, con razón, la de
Pese a los extraordinarios avances obtenidos en la tera- la existencia de una tumoración orbitaria, y la exploración
péutica de la crisis, la mortalidad de esta complicación sigue cuidadosa de la región no puede ser omitida. Existen diver-
siendo elevada (alrededor del 20% según LARSEN e INGBAR, sas técnicas invasivas y no invasivas que ofrecen informa-
1992). ción útil en el diagnóstico diferencial entre la oftalmopatía
de Graves y otro tipo de afección de la región orbitaria. Tres
Diagnóstico. El diagnóstico de la enfermedad de Graves-Ba- técnicas no invasivas, la ecografía, la TC y la RM han demos-
sedow debe basarse fundamentalmente en una recogida y trado ser las más útiles en el diagnóstico de la oftalmopatía
una valoración adecuadas de los síntomas, así como en la de Graves, ya que permiten demostrar el agrandamiento de
observación cuidadosa de los signos. En las formas comple- la musculatura extraocular característico de la afección. En
tas o típicas de la enfermedad el diagnóstico es fácil y puede casos de oftalmopatía unilateral sin signos de hiperfunción ti-
establecerse con absoluta certeza a través de los datos clíni- roidea es necesario determinar la TSH en plasma ya que una
cos. En estos casos las pruebas funcionales sólo aportan da- cifra baja de esta hormona permitirá orientar hacia el diag-
tos de relativo interés que sirven para confirmarlo. nóstico de oftalmopatía de Graves.
No obstante, en las formas incompletas o atípicas surgen Es posible que en un futuro próximo la determinación de
con frecuencia dudas diagnósticas, adquiriendo entonces la inmunoglobulina oftalmopática pueda representar una im-
gran valor la oportuna exploración funcional del tiroides. portante ayuda diagnóstica en los casos de oftalmopatía no
Otra situación que puede plantear dudas es la del paciente acompañada de alteración funcional tiroidea.
que ha estado recibiendo tratamiento con tioderivados du- El diagnóstico diferencial de la enfermedad de Graves-Ba-
rante algún tiempo tras establecer un diagnóstico sobre ba- sedow con las formas nodulares de hipertiroidismo plantea
ses inciertas. La valoración correcta de estos casos suele re- problemas en algunas ocasiones, como se verá al estudiar es-
querir la suspensión de la medicación durante cierto tiempo, tos procesos.
para realizar entonces una nueva valoración del estado clíni- Un aspecto importante del diagnóstico diferencial de esta en-
co y la práctica de las pruebas diagnósticas oportunas. tidad cuando el cuadro clínico es incompleto, es evitar su con-
Los exámenes generales de laboratorio pueden demostrar fusión con otras formas infrecuentes de hipertiroidismo como la
un aumento moderado de la VSG, discretas leucopenia y inducida por el yodo o la tiroiditis indolora linfocitaria.
anemia, así como moderadas hipercalcemia e hiperfosfore- Una buena anamnesis, una exploración clínica cuidadosa
mia. y la realización de una captación tiroidea de 131I permitirán
Para el diagnóstico definitivo de la enfermedad habitual- deslindar el diagnóstico.
mente es suficiente la determinación de los niveles de T4 li- También pueden plantearse dudas diagnósticas ante un
bre y de TSH. La determinación de la TSH basal, con las mo- proceso que remede algunos de los síntomas de la enferme-
dernas técnicas de gran sensibilidad para los valores dad (feocromocitoma, tuberculosis, neoplasias malignas,
inferiores a la normalidad, es un método muy útil y sensible etc.). No obstante, el estudio clínico correcto y las adecua-
para el diagnóstico de hipertiroidismo, en ocasiones más das pruebas funcionales disipan las dudas con rapidez.
que la determinación de T4 libre. La infrecuente aparición de Es importante señalar que en ocasiones son diagnostica-
tirotoxicosis únicamente por T3 no justifica su determinación dos de hipertiroidismo pacientes afectos de neurosis de an-
sistemática, aunque debe solicitarse si la sospecha de tiroto- gustia. En estos casos habitualmente no hay pérdida de peso
xicosis es elevada y la T4 libre es normal. ni intolerancia al calor, la sudación es fría, el temblor más
La determinación de los anticuerpos antitiroideos tiene amplio y la taquicardia inconstante. La determinación de
poco interés práctico para el diagnóstico de la enfermedad. hormonas tiroideas permite establecer el diagnóstico.
No obstante, posee interés teórico y ofrece información im-
portante acerca de la alteración de la inmunidad humoral en Evolución y pronóstico. La enfermedad de Graves-Base-
estos pacientes. dow abandonada a su evolución espontánea es un proceso
La determinación de anticuerpos antirreceptor de la TSH grave con una importante mortalidad. En cambio, sometida
no es necesaria para el diagnóstico, pero puede resultar útil a tratamiento adecuado, su pronóstico es favorable, aunque
en las siguientes situaciones: a) en el diagnóstico diferencial el control de su evolución plantea con frecuencia problemas
con otras formas de hipertiroidismo; b) como criterio de re- que obligan a menudo a realizar tratamientos radicales con
misión de la enfermedad; c) en el diagnóstico de la oftalmo- destrucción de la glándula por medios quirúrgicos o radio-

2079
ENDOCRINOLOGÍA

isotópicos. Uno de los principales problemas radica en que, Tiouracilo Tiourea Metimazol
a pesar de realizar un tratamiento médico con tioderivados,
el tiempo suficiente y con dosis correctas, en un elevado por- NH – CO NH2 N–CH
centaje de pacientes el proceso recidiva; esta recidiva es más S=C CH S=C HS-C
frecuente durante el primer año tras la supresión de los tio- NH – CH NH2 N–CH
derivados, pero puede ocurrir varios años después. CH3
Se han realizado múltiples esfuerzos, sin ningún éxito, NH – CO NH – CO
N–CH
para identificar mediante pruebas funcionales a los pacien- S=C CH S=C CH S–C
tes que han curado y a los que están destinados a la recidiva. NH – C – CH3 NH – C – C3H7 N–CH
O =C
Probablemente, los pacientes con bocio de mayor tamaño y
aquellos en los que persisten anticuerpos antirreceptor de la Metiltiouracilo Propiltiouracilo O CH3
TSH durante el seguimiento médico son candidatos a presen- C2H5
tar una recidiva del proceso. Carbimazol
Cuando el paciente ha sido intervenido o tratado con 131I,
el peligro de la evolución hacia el hipotiroidismo se mantie- Fig. 16.51. Fórmulas químicas de los tioderivados utilizados en clí-
ne durante muchos años, sobre todo en el segundo caso. Fi- nica en el tratamiento del hipertiroidismo.
nalmente, si aparece un hipotiroidismo poscirugía o posra-
dioyodo, el paciente también debe quedar bajo vigilancia
médica no inferior a una visita de control al año. tarse continuar el tratamiento médico con otro tioderivado,
La exoftalmía puede preceder al hipertiroidismo, cursar pero en la excepcional eventualidad de una toxicidad grave
junto con él o aparecer cuando los síntomas de hipertiroidis- debe pasarse a una opción terapéutica definitiva, ya que se
mo ya están dominados. La intensidad, el curso y el pronós- ha señalado la existencia de reacciones cruzadas de hiper-
tico de la oftalmopatía infiltrativa se han considerado, en sensibilidad a los tioderivados en el 50% de los casos.
cierto modo, independientes del cuadro hipertiroideo. No La pauta de administración de estos preparados consiste
obstante, PRUMMEL et al (1992) han demostrado que, a mayor en iniciar el tratamiento con una dosis elevada (300-600
disfunción tiroidea, mayor gravedad de la oftalmopatía, y su- mg/día para los derivados tiouracílicos y 30-60 mg/día para
gieren un minucioso control de la función tiroidea si aparece el metimazol y el carbimazol), que se disminuye progresiva-
exoftalmos. En un trabajo reciente, TALLSTEDT et al (1992) han mente una vez que se ha logrado la compensación, hasta al-
comprobado que la aparición o la exacerbación del exoftal- canzar la dosis de mantenimiento. Ésta es variable según los
mos es mayor en pacientes tratados con 131I que en los some- casos, pero con el metimazol y el carbimazol suele oscilar
tidos a cirugía o que han recibido antitiroideos. BARTALENA et entre 5 y 15 mg/día. Los tioderivados se administran por lo
al (1989) han sugerido que el tratamiento de los pacientes común en tres dosis fraccionadas (cada 8 h), pero existen
afectos de exoftalmos con glucocorticoides antes del 131I evi- datos demostrativos, especialmente en el caso del metima-
taría el empeoramiento de la oftalmopatía. zol y el carbimazol, de que también son eficaces en una
sola dosis diaria. Por tanto, esta pauta conviene especial-
Tratamiento. Para controlar la excesiva secreción de hor- mente en los pacientes que suelen olvidar la toma de algu-
monas tiroideas se dispone en la actualidad de tres tipos de nas dosis.
medidas: la administración de fármacos tirostáticos, la tiroi- Aunque existen informes favorables con respecto a la ad-
dectomía y el empleo de radioyodo. La utilización de cada ministración de tioderivados durante plazos relativamente
uno de estos tratamientos posee ventajas e inconvenientes, cortos, nosotros seguimos la pauta convencional de mante-
por lo que los criterios de elección deben basarse en consi- ner la medicación durante 12-18 meses en los adultos y
deraciones individuales. 2 años en los niños, y sólo la reducimos 6 meses en casos es-
Tratamiento médico. La base fundamental consiste en la pecialmente favorables. De este modo, finalizado el ciclo de
administración de medicación tirostática durante un período tratamiento, hay que limitarse a mantener al paciente bajo
de tiempo prolongado. El principal grupo farmacológico de control clínico y de laboratorio. En caso de recidiva, opta-
sustancias tirostáticas está constituido por las tionamidas o mos por la cirugía o el radioyodo, y sólo excepcionalmente
tioderivados (fig. 16.51), todos ellos derivados de la tiourea. realizamos un segundo ciclo de tratamiento médico.
Dos de los primeros medicamentos de este grupo, el propil- Sustancias tirostáticas de otros grupos, como los yoduros,
tiouracilo y el metiltiouracilo, derivan del tiouracilo, cuya es- el litio, el perclorato y el tiocianato se han utilizado en algu-
tructura contiene el núcleo tioureico. Con posterioridad se nas épocas en la terapéutica de esta enfermedad. No obstan-
sintetizaron el metimazol y el carbimazol, compuestos que te, en la actualidad no se aconseja su empleo, con excep-
también derivan de la tiourea. La elección del tioderivado ción de los yoduros. Éstos pueden prescribirse para un breve
tiene poca trascendencia clínica, ya que todos ellos son efi- período, pero su uso se limita a la preparación para la cirugía
caces y, en general, bien tolerados. y la terapéutica de la crisis tirotóxica. Aunque el fundamento
Los tioderivados bloquean la síntesis de las hormonas tiroi- del tratamiento médico de la enfermedad de Graves-Base-
deas a través de una inhibición del proceso de organifica- dow se basa en la utilización adecuada de los tioderivados,
ción, de la yodinación de las tirosinas para formar MIT y DIT, existen otras medidas que aunque secundarias, pueden re-
y del acoplamiento de las yodotirosinas para formar T4 y T3. sultar útiles para el control de estos pacientes. Así, es clásico
La toxicidad de los tioderivados es muy escasa, similar recomendar reposo relativo en las fases iniciales del trata-
para todos ellos, y aumenta con la dosis. El efecto tóxico más miento y una alimentación rica y variada que los ayude a re-
frecuente, que en nuestra experiencia alcanzó el 2,4%, con- cuperar la pérdida de peso causada por el proceso. También
siste en reacciones cutáneas de hipersensibilidad (erupcio- puede ser útil conseguir un clima de relajación, tranquilidad
nes maculares o morbiliformes, urticaria, prurito). En raras y confianza en la curación. La administración de sedantes es
ocasiones se ha descrito la aparición de fiebre, trastornos opcional. A veces es útil el empleo de pequeñas dosis de an-
gastrointestinales, conjuntivitis, poliartralgias o hepatitis tóxi- siolíticos si el paciente presenta un cuadro de ansiedad.
ca. Un accidente temible (0,1-0,2%), es la agranulocitosis. Una medida complementaria de especial interés consiste
Ésta aparece de forma fulminante como consecuencia de un en la administración de un bloqueador betadrenérgico, habi-
efecto toxicoalérgico. Por tanto, es innecesario el control de tualmente propranolol, para controlar la hiperactividad sim-
la fórmula leucocitaria, ya que no informa del posible peli- pática de estos pacientes. El fármaco suele utilizarse en esta
gro de agranulocitosis. La habitual leucopenia con linfocito- indicación a la dosis diaria de 40-120 mg, en tomas cada 6-8 h.
sis relativa con que cursa la enfermedad de Graves-Basedow Sin embargo, su administración es superflua en la mayoría
no contraindica en modo alguno el tratamiento con tionami- de los casos de hipertiroidismo, excepto en tres indicacio-
das. Ante la aparición de un efecto tóxico leve puede inten- nes: a) cuadro muy activo en el que convenga obtener una

2080
ENFERMEDADES DEL TIROIDES

pronta remisión; b) crisis tirotóxica, en la que constituye un combinación de propranolol y yoduros. El método está espe-
fármaco fundamental, y c) preparación para la cirugía en ca- cialmente indicado cuando, por razones médicas o sociales,
sos seleccionados (véase más adelante). Los intentos de tra- la intervención no puede demorarse las 4-8 semanas que exi-
tamiento médico del hipertiroidismo sólo con propranolol y ge la preparación por el método clásico. Otra indicación cla-
sedantes no han ofrecido resultados alentadores. En cual- ra de esta técnica es la intolerancia a los tioderivados o a los
quier caso, la administración de propranolol está contraindi- yoduros. En la experiencia de nuestro grupo, publicada por
cada en los pacientes con antecedentes de asma bronquial, TRESÁNCHEZ et al (1978), las dosis empleadas oscilaban entre
cardiopatía no tirotóxica y en diabéticos tratados con insuli- 80 y 180 mg/día, repartidas cada 6 h hasta que desaparecían
na o sulfonilureas, en los que puede desencadenarse una hi- los signos y síntomas de simpaticotonía; ello ocurría hacia el
poglucemia que no se revelará clínicamente por los síntomas cuarto o quinto día de iniciado el tratamiento. En nuestra ex-
mediados por las catecolaminas. periencia posterior, las dosis necesarias han sido netamente
Algunos autores han defendido la utilización simultánea superiores en algún caso. Tras la intervención, la medicación
de hormonas tiroideas durante el tratamiento con tioderiva- con propranolol debe mantenerse 7 días más.
dos con objeto de prevenir la posible producción de hipo- Tratamiento radioisotópico. En este segundo tipo de tera-
tiroidismo y bocio por estos fármacos. Nosotros no hemos péutica radical la curación del hipertiroidismo en la enfer-
obtenido mejores resultados con esta pauta y seguimos utili- medad de Graves-Basedow se obtiene mediante la adminis-
zando la terapéutica convencional, aunque HASHIZUME et al tración de yodo radiactivo. La facilidad y la comodidad de la
(1991) obtienen buenos resultados con la administración de técnica, la falta de efectos secundarios importantes y la baja
T4 durante el tratamiento con tioderivados, observando una relación coste/beneficio, tan valorada en la actualidad, han
disminución de la producción de anticuerpos antirreceptor hecho de este el método de elección para muchos grupos de
de la TSH, así como una reducción de la frecuencia de reci- trabajo, especialmente americanos.
divas de hipertiroidismo. El posible efecto del 131I sobre la aparición de leucemias y
Tratamiento quirúrgico. La tiroidectomía es el método más de cáncer tiroideo o la irradiación nociva de las gónadas se
rápido y radical para obtener la curación definitiva de la en- han planteado como argumento durante décadas por los de-
fermedad de Graves-Basedow. No obstante, la intervención tractores del método. No obstante, casi todas las publicacio-
entraña una serie de riesgos, mínimos en manos expertas, nes sobre el tema demuestran que no existen diferencias sig-
pero que no han podido ser eliminados por completo. La in- nificativas entre los individuos tratados y los no tratados con
131
tervención aconsejable consiste en la tiroidectomía subtotal, I en relación con la posterior incidencia de leucosis y otros
dejando un fragmento de glándula con objeto de intentar cánceres. En cuanto a su posible efecto nocivo sobre las cé-
mantener el eutiroidismo posquirúrgico. Si el fragmento es lulas germinales, aunque la opinión ampliamente dominante
demasiado pequeño, el riesgo de hipotiroidismo aumenta es que estos tratamientos son inocuos, no ha transcurrido el
mucho, y si el tiroides remanente pesa más de 10 g, aumen- suficiente tiempo para descartarlo con absoluta certeza. Por
tan las recidivas del hipertiroidismo (WEBER y CLARK, 1985). eso, parece algo prematura la actitud tomada por diversos
En la actualidad, los cirujanos suelen dejar unos fragmentos autores de administrar dosis terapéuticas de 131I a jóvenes e
que pesen unos 4-10 g, dependiendo de preferencias perso- incluso a niños. Nosotros, en general, permanecemos fieles a
nales y de las características del paciente. la norma clásica de reservar este tratamiento a pacientes ma-
En general, es preferible intentar evitar la recidiva del hi- yores de 40 años, aunque también hemos prescrito el trata-
pertiroidismo que es el que motiva la intervención. En una miento con radioyodo, si la indicación es clara, en indivi-
serie (SANMARTí et al, 1980) se extirpó toda la glándula excep- duos de 20-40 años.
to un fragmento de 1,5-2 g de peso en cada lado junto a la El efecto desfavorable de este tipo de tratamiento, amplia-
cápsula posterior y no se registró ningún caso de recidiva, mente comprobado, es la aparición de hipotiroidismo, que
mientras que se produjo un 30% de hipotiroidismos perma- aumenta a lo largo de los años. El 40-70%, según las estadísti-
nentes. Éstos aparecen sobre todo en los primeros 6 meses cas, desarrolla hipotiroidismo en un plazo máximo de 10
del postoperatorio, y su incidencia disminuye tras 2 años del años. En un complejo estudio organizado por el U.S. Public
acto quirúrgico. En cuanto a los hipoparatiroidismos perma- Health Service (1971) se comprobó que la incidencia de hi-
nentes o a las parálisis recurrenciales, en manos expertas potiroidismos disminuía con el número de rad administra-
constituyen accidentes muy raros. En nuestra serie tuvimos dos. La existencia de estos datos determina que nuestra ten-
un solo caso de hipoparatiroidismo permanente (2,1%) y nin- dencia actual, de acuerdo con el Servicio de Medicina
guno de parálisis recurrencial. En cambio, es frecuente la Nuclear del Hospital Vall d’Hebron de Barcelona (DOMÉNECH
aparición de hipocalcemia transitoria que habitualmente se TORNÉ), consista en la administración de dosis fraccionadas
atribuye al “robo de calcio” por la osteodistrofia tiroidea o a bajas-medias de 131I (50-80 µCi/g de tejido tiroideo), con las
una lesión fugaz de las paratiroides. cuales hemos obtenido excelentes resultados. Por eso, en lí-
Los pacientes seleccionados para el tratamiento quirúrgi- neas generales, preferimos el tratamiento radioisotópico al
co deben ser rigurosamente preparados antes de la interven- quirúrgico en la enfermedad de Graves-Basedow.
ción, de modo que lleguen a ella en situación de perfecta Criterios de elección. En la tabla 16.23 se resumen los crite-
compensación del hipertiroidismo. Una vez conseguido el rios de elección para el tratamiento de la enfermedad. A con-
eutiroidismo mediante la administración de tioderivados, és- tinuación se indica la terapia en situaciones especiales.
tos deben administrarse hasta el día anterior a la interven- Tratamiento en el curso del embarazo. Dado que el radio-
ción. Para completar la preparación algunos autores reco- yodo está absolutamente contraindicado, la opción terapéu-
miendan tratamiento con yoduros unos días antes de la tica debe establecerse entre la cirugía y los tioderivados. Es-
tiroidectomía, con lo que se consigue disminuir la vasculari- tos últimos tienen el inconveniente de que pueden producir
zación de la glándula, facilitando la resección quirúrgica. La hipotiroidismo y bocio en el recién nacido, pues la placenta
yodoterapia resulta más necesaria cuando la glándula es permite el paso de las tionamidas desde la madre al feto,
grande, su consistencia es blanda y se aprecia la existencia mientras que es relativamente impermeable a las hormonas
de un soplo. Existen diversas pautas de yodoterapia preope- tiroideas. Esta circunstancia ha llevado a algunos autores a
ratoria. Una de ellas consiste en administrar 5 gotas diarias preconizar la realización de la tiroidectomía subtotal en el
de solución de Lugol durante los 7-10 días previos a la inter- segundo trimestre.
vención. No obstante, la opinión dominante en el momento actual,
El método de preparación citado es clásico y seguro, pero que compartimos, es que el tratamiento de elección es el
desde la publicación de PIMSTONE y HOFFE (1970) se sabe que médico, utilizando la dosis menor de tioderivados compati-
es posible efectuarla utilizando sólo propranolol. A partir de ble con el bienestar de la paciente. Es mejor utilizar el propil-
entonces diversos trabajos han demostrado la eficacia, rapi- tiouracilo, ya que atraviesa la barrera placentaria en menor
dez y economía del método. Algunos autores propugnan la grado. Los controles deben ser frecuentes y los análisis de-

2081
ENDOCRINOLOGÍA

TABLA 16.23. Criterios de elección del tipo de tratamiento por otra parte, la utilización de dichas sustancias se halla
de la enfermedad de Graves-Basedow también muy limitada por sus efectos indeseables.
Si los procedimientos médicos fracasan debe recurrirse a
Tratamiento médico los quirúrgicos. Una intervención sencilla y útil, cuando la
Inicio reciente de la enfermedad falta de oclusión plantea graves problemas, es la tarsorrafia
Bocio ausente o de pequeño tamaño
Buenas posibilidades de control regular de la evolución
parcial. No obstante, el papel decisivo de la cirugía en el
exoftalmos maligno consiste en la intervención descompresi-
Tratamiento quirúrgico va. Las técnicas más utilizadas en la actualidad son la trans-
Bocio de gran tamaño frontal y la transantral. La práctica de la descompresión ocu-
Fracaso del tratamiento médico a largo plazo
Indicación social de tratamiento definitivo
lar puede ser decisiva en algunos casos para salvar la vista
Edad inferior a 40 años del paciente.
Además de las citadas, existen otras técnicas quirúrgicas
Tratamiento radioisotópico útiles para el tratamiento de la oftalmopatía infiltrativa. Así, se
Fracaso del tratamiento médico a largo plazo han descrito diversas técnicas para la corrección de la retrac-
Indicación social de tratamiento definitivo
Bocio ausente o de pequeño tamaño ción del párpado superior y varios tipos de cirugía muscular
Edad superior a 40 años extraocular utilizados, con éxito dudoso, en el tratamiento de
la diplopía producida por la miopatía extraocular de la enfer-
medad de Graves. La molesta diplopía puede, también, inten-
tar ser corregida mediante la utilización de prismas.
ben incluir la determinación de tiroxina libre y de TSH. Un Tratamiento del mixedema pretibial. Cuando el mixedema
dato a favor de esta decisión es la mejoría espontánea de la pretibial es importante, pueden obtenerse buenos resultados
enfermedad que suele observarse en los últimos meses del mediante el tratamiento tópico oclusivo con glucocorticoides.
embarazo. Utilizando dosis bajas de tionamidas la observa- Tratamiento de la crisis tirotóxica. La crisis tirotóxica cons-
ción de efectos secundarios en el recién nacido es excepcio- tituye una grave emergencia médica, por fortuna en la actua-
nal. La lactancia materna, en general, debe proscribirse, ya lidad muy rara, que pone en peligro la vida del paciente y
que los tioderivados se secretan con la leche, aunque tam- que debe ser tratada con prontitud y energía.
bién se ha señalado una secreción menor en el caso del pro- El tratamiento debe estar orientado a combatir los cuatro
piltiouracilo. aspectos siguientes del proceso: a) secreción aumentada de
La tiroidectomía subtotal, que ha de realizarse durante el hormonas tiroideas; b) exceso de respuesta de la periferia;
segundo trimestre, debe indicarse sólo en casos muy excep- c) déficit en los mecanismos fisiológicos de compensación, y
cionales, que exijan grandes dosis de tioderivados para su d) causas desencadenantes del proceso.
control y, sobre todo, cuando haya intolerancia a estos fár- 1. Secreción aumentada de hormonas tiroideas. Deben ad-
macos. En tales casos, la preparación para la cirugía debe ministrarse 20 mg de metimazol cada 4 h o su equivalente. La
basarse en la administración de propranolol, con la adición mayoría de los autores aconsejan el propiltiouracilo (200 mg
opcional de yoduros, según el método ya descrito. cada 4 h) por su efecto sobre la desyodinación periférica de
Tratamiento de la oftalmopatía infiltrativa. Debe abordarse la tiroxina. Asimismo, debe añadirse yodo (30 gotas diarias
de forma independiente del tratamiento del hipertiroidismo de solución de Lugol por vía oral o 1 g de yoduro sódico por
porque pueden existir discordancias evolutivas entre ambas vía intravenosa cada 8 h). No obstante, en opinión de BAGDA-
manifestaciones de la enfermedad de Graves-Basedow. DE (1986), no debe iniciarse la yodoterapia por lo menos has-
En las formas leves, las principales molestias del paciente ta una hora después de haber comenzado la administración
consisten en lagrimeo, fotofobia e irritación ocular. Para de tioderivados, con objeto de que el yodo no pueda ser uti-
combatirlas y proteger los globos oculares de la infección lizado en la síntesis de nuevas hormonas tiroideas.
pueden ser útiles las siguientes medidas: utilizar gafas oscu- 2. Exceso de respuesta de la periferia. Con este fin se pue-
ras para proteger los globos oculares del sol, viento y cuer- de emplear propranolol a la dosis de 40-80 mg por vía oral
pos extraños, instilar gotas de metilcelulosa al 1%, dormir cada 6 h o, si es preciso, por vía intravenosa a la dosis de
con la cabeza en posición más elevada y administrar diuréti- 1 mg/min hasta alcanzar un máximo de 10 mg por adminis-
cos para disminuir el edema local. Cuando los párpados no tración.
cierran adecuadamente los globos oculares, puede estar in- 3. Déficit en los mecanismos fisiológicos de compensación.
dicada la oclusión durante el sueño o bien el cierre temporal Este apartado del tratamiento incluye diversas medidas gene-
de un ojo. rales, como la aplicación de refrigeración y el aporte adecua-
En las formas graves de oftalmopatía infiltrativa definidas do de líquidos, glucosa, electrólitos y complejo vitamínico B.
como exoftalmía maligna y que pueden conducir a la cegue- Habitualmente se administra hidrocortisona, a la dosis de
ra, deben instaurarse distintos tipos de medidas terapéuticas. 100 mg cada 6 h, con objeto de inhibir la conversión periféri-
La primera de ellas, que por fortuna suele ser notablemente ca de T4 en T3, disminuir la fiebre y mantener la presión arte-
eficaz, es la administración de prednisona a dosis elevadas, rial.
que pueden alcanzar los 140 mg/día. Las dosis deben dismi- 4. Causas desencadenantes del proceso. Por último, como es
nuirse una vez obtenida la mejoría, y puede repetirse la pau- obvio, deben tratarse en forma adecuada los factores desenca-
ta terapéutica si es necesario. En opinión de CHAR (1991), la denantes, si los hay, y muy especialmente las infecciones.
mejor pauta consiste en la administración de 100 mg/día de
prednisona por vía oral durante sólo 8 días. Algunos autores
han obtenido buenos resultados con la inyección retrobul- Bocios nodulares tóxicos
bar de un glucocorticoide dépôt (de depósito o de liberación
lenta). No obstante, la técnica resulta molesta para el pacien- A diferencia de la enfermedad de Graves-Basedow, el hi-
te y no suele ser bien aceptada. Un tratamiento alternativo pertiroidismo de los bocios nodulares tóxicos se produce
con el que pueden obtenerse buenos resultados en manos en una glándula no agrandada difusamente, sino con uno o
de un radioterapeuta experto es la irradiación de los tejidos varios nódulos de notable tamaño. Por otra parte, el hiperti-
retrorbitarios. Con un acelerador lineal puede alcanzarse la roidismo de origen nodular carece de las manifestaciones
dosis total de 2.000 rad, en 10 sesiones durante 2 semanas, oculares que forman parte de la característica tríada de la
sin lesionar los tejidos adyacentes. En estas formas graves de enfermedad de Graves-Basedow.
oftalmopatía infiltrativa se han utilizado fármacos inmunode-
presores, como ciclofosfamida, metotrexato, azatioprina y, Nomenclatura y clasificación. La primera descripción de
recientemente, ciclosporina. No obstante, los resultados ob- este tipo de hipertiroidismo data de 1912, año en que PLUM-
tenidos hasta ahora son discrepantes y difíciles de valorar y, MER refirió el bocio adenomatoso tóxico con ausencia de

2082
ENFERMEDADES DEL TIROIDES

exoftalmos y definió las características diferenciales con el


bocio exoftálmico o enfermedad de Basedow. A partir de en-
tonces el nombre de enfermedad de Plummer ha sido el más
utilizado en la literatura médica para distinguir las formas no-
dulares de hipertiroidismo sin exoftalmos de la clásica enfer-
medad de Graves-Basedow. No obstante, los conocimientos
actuales sobre estos bocios nodulares tóxicos permiten dife-
renciar, por lo menos, dos tipos distintos que deben ser estu-
diados por separado: a) el adenoma tóxico o bocio uninodu-
lar tóxico, y b) el bocio multinodular o multiheteronodular
tóxico.
Debe señalarse, sin embargo, que algunos autores siguen
englobando estas formas de hipertiroidismo en una sola des-
cripción como bocio nodular o multinodular tóxico, o enfer-
medad de Plummer.

Adenoma tóxico
Se define como adenoma tóxico la presencia de un nódu-
lo tiroideo único, gammagráficamente caliente, con caracte- Fig. 16.52. Adenoma tóxico, estadio 2. Inhibición parcial del lóbulo
rísticas de autonomía funcional, que origina una inhibición izquierdo.
del resto del tejido tiroideo. El nódulo autónomo puede pro-
ducir una secreción excesiva de hormonas tiroideas y oca-
sionar hipertiroidismo. Estas características que definen el el otro lóbulo, pueden existir pequeños nódulos que no se
proceso están presentes en las fases avanzadas de su evolu- han podido descubrir mediante la palpación y la exploración
ción, pero no así, algunas de ellas, en las fases iniciales. gammagráfica, pero que sí se identifican con la utilización de
Cuando produce hipertiroidismo se lo conoce también los modernos equipos de ecografía de alta resolución.
como bocio uninodular tóxico, nódulo tóxico, bocio adeno- El estudio microscópico permite distinguir un aspecto bas-
matoso tóxico, nódulo tóxico de Plummer o enfermedad de tante heterogéneo de los folículos tiroideos. Pueden existir
Plummer, mientras que en las fases previas al hipertiroidismo zonas que parecen hipofuncionales con folículos dilatados,
se lo denomina nódulo activo, nódulo caliente, nódulo autó- incluso quísticos, repletos de coloide y sin vesículas de resor-
nomo o nódulo con función autónoma. ción, con células cúbicas o planas de núcleo pequeño, aun-
El adenoma tóxico es una afección relativamente frecuen- que suelen predominar las zonas de aspecto hiperfuncionan-
te en las áreas en que se observa el bocio simple. Por eso, es te con folículos de mediano o pequeño tamaño constituidos
una entidad mucho mejor conocida en Europa que en por células cilíndricas de núcleo más voluminoso y coloide
EE.UU. En una amplia estadística recogida en Francia por VA- menos abundante, con presencia de vesículas de resorción.
GUE et al (1965), el adenoma tóxico representaba el 13% del
total de los hipertiroidismos registrados. El predominio de Estadios evolutivos. Mediante la valoración evolutiva de la
esta afección en las mujeres es muy notable (93%). Aunque clínica, de la gammagrafía y de las pruebas funcionales, VA-
el proceso puede aparecer a cualquier edad, la mayoría de GUE et al (1965) describieron los siguientes estadios en la his-
los casos se inician entre los 30 y los 40 años. toria natural del adenoma tóxico:
Estadio 1. El nódulo activo es isofijante y no inhibe el resto
Etiología. La etiología del adenoma tóxico no es bien cono- del parénquima tiroideo. El estudio gammagráfico no permi-
cida. La teoría clásica se basa en admitir, como factor inicial, te fijar los límites del nódulo palpable. En este estadio tiene
la acción estimulante de la TSH sobre una parte del tiroides gran importancia diagnóstica la prueba de la T3, que consi-
especialmente sensible al efecto de la hormona tirotropa. De gue delimitar en la gammagrafía el nódulo autónomo como
hecho, la heterogeneidad funcional del tejido tiroideo es única parte del tejido tiroideo que persiste activa tras la ad-
bien conocida, y se pone de manifiesto sobre todo en el caso ministración de aquélla.
del bocio simple, en cuya historia natural existe una evolu- Estadio 2. El nódulo activo inhibe parcialmente el resto
ción ineludible hacia la nodulación. Esta teoría, atractiva del parénquima tiroideo. La prueba de la T3, que completa la
pero no demostrada, tiene la ventaja de adscribir el proceso, inhibición del tiroides parcialmente inhibido, y la de la TSH,
aunque de forma muy particular, a la bociogénesis, lo que que consigue la estimulación de este parénquima, permi-
coincidía con la noción de frecuencia de la enfermedad en ten estudiar la situación funcional del adenoma tóxico (fig.
las distintas áreas geográficas. Como se comenta en las pági- 16.52).
nas dedicadas a la bociogénesis y a la etiopatogenia del bo- Estadio 3. En esta fase, el resto del parénquima tiroideo,
cio multinodular tóxico, modernos estudios han aportado no nodular, está completamente inhibido. En la gammagra-
nuevas ideas basadas en la existencia de clonas de células fía se aprecia sólo la imagen del nódulo activo. La estimula-
foliculares tiroideas autónomas y de otros factores de creci- ción con TSH permite poner en evidencia el parénquima in-
miento que pueden ayudar a comprender la etiopatogenia hibido por el nódulo. En este estadio, lo mismo que en los
del adenoma tóxico. anteriores, no puede objetivarse signo alguno de hipertiroi-
La ausencia de inmunoglobulinas estimulantes del tiroides dismo ni por la exploración clínica ni por la funcional (fig.
en el suero de estos enfermos demuestra que su etiología no 16.53).
guarda relación alguna con la de la enfermedad de Graves- Estadio 4. Este estadio es parecido al anterior, pero en él la
Basedow. secreción de hormonas tiroideas por el nódulo es excesiva y
pueden observarse signos discretos de hipertiroidismo.
Anatomía patológica. Desde el punto de vista macroscópi- Estadio 5. Se caracteriza por la existencia de un cuadro
co el adenoma tóxico es una lesión nodular limitada por una florido de hipertiroidismo producido por un adenoma tóxi-
cápsula bien individualizada, de tamaño variable, casi siem- co. El estudio gammagráfico y la respuesta a la prueba de la
pre superior a 3 × 2 cm. Al corte, bajo la cápsula, de espesor TSH son iguales a los de los estadios 3 y 4.
en general fino, se aprecia un parénquima bastante homogé- Aunque en líneas generales esta clasificación de VAGUE en
neo, de color marrón rojizo o blanquecino y algunas veces estadios evolutivos se ajusta a la clínica y es útil desde el
con aspecto quístico o hemorrágico. Con cierta frecuencia el punto de vista didáctico, debe advertirse que pueden obser-
adenoma tóxico no es la única lesión. Junto a él, e incluso en varse casos que no se adaptan a ella, en los que existe hiper-

2083
ENDOCRINOLOGÍA

En los estadios 4 y 5 la existencia del nódulo tiroideo se


acompaña de síntomas y signos de hipertiroidismo de menor
a mayor intensidad. Debe destacarse que, a diferencia de lo
que ocurre en la enfermedad de Graves-Basedow, nunca se
observa oftalmopatía infiltrativa o mixedema pretibial. Con
frecuencia el hipertiroidismo del adenoma tóxico adopta
una forma de presentación en la que predominan los sínto-
mas cardiocirculatorios. No es infrecuente que sea el cardió-
logo que atiende una taquiarritmia con insuficiencia car-
díaca o sin ella, difícilmente corregible, quien descubra la
situación de tirotoxicosis que ha originado el trastorno. El nú-
mero relativamente elevado de formas cardiocirculatorias
que se observan en el adenoma tóxico puede explicarse por
la edad, más bien avanzada, de estos pacientes que hace
más probable la presencia de una cardiopatía subyacente y,
sobre todo, de un hipertiroidismo subclínico durante un
período muy prolongado.
Fig. 16.53. Adenoma tóxico, estadio 3. A. Inhibición total del lóbulo Aparte de estas características, en los estadios 4 y 5 pue-
izquierdo. B. Aparición de tejido tiroideo inhibido tras estimulación den darse todos los síntomas y formas clínicas del hipertiroi-
con TSH. dismo referidos con detalle al describir la enfermedad de
Graves-Basedow. Cabe señalar que en el estadio 4 existe sólo
un hipertiroidismo leve que muchas veces es subclínico,
tiroidismo, pero no se registra una total inhibición funcional identificable sólo por la realización de las pruebas funciona-
del lóbulo contralateral. les adecuadas.

Cuadro clínico. El cuadro clínico del adenoma tóxico es Diagnóstico. El diagnóstico del adenoma tóxico es fácil en
muy variable según el momento evolutivo en que se explore cualquiera de sus fases, siempre que se cuente con la ayuda
al paciente. Los estadios 1 y 2 pasan con frecuencia inadver- de la gammagrafía y de las pruebas funcionales.
tidos, pues cursan con eutiroidismo. La exploración clínica En los estadios 1, 2 y 3, en los que existe normofunción ti-
revela sólo la existencia de un nódulo tiroideo de pequeño o roidea, el diagnóstico se orienta, tras la palpación del nódulo
mediano tamaño, situado en cualquiera de los lóbulos o en tiroideo, al descubrir la gammagrafía que se trata de un nó-
el istmo, indoloro y de consistencia firme, pero no dura. dulo isofijante o caliente. Las pruebas de inhibición y estimu-
Dado el tamaño moderado del nódulo, así como la ausencia lación permiten completar el diagnóstico.
de síntomas locales y generales, el diagnóstico en estas fases En los estadios 4 y 5, el diagnóstico plantea todavía menos
iniciales del proceso es casi siempre casual con motivo de dificultades, ya que existen signos y síntomas de hipertiroi-
un reconocimiento médico. En el estadio 3, que asimismo dismo más o menos patentes, que la determinación de los ni-
cursa con eutiroidismo, el tamaño del adenoma alcanza ya veles circulantes de T4 y T3 confirma.
los 3 cm de diámetro y su volumen explica que, a menudo, Aunque las pruebas diagnósticas citadas en teoría pueden
sea descubierto por el propio paciente. Es, por tanto, en este realizarse en todos los casos (tabla 16.24), su práctica puede
estadio, y en los 4 y 5 en los enfermos menos observadores, ser superflua cuando el diagnóstico es claro, de modo que, si
en los que se realiza mayor número de diagnósticos. En el es- es posible, es mejor omitirlas ya que, además, son incómo-
tadio 3 la sintomatología se limita, asimismo, a la presencia das y pueden causar molestias al paciente.
del nódulo, que es indoloro, de contorno liso y consistencia
firme, pero no dura. El resto del parénquima tiroideo casi Pronóstico. El pronóstico de la afección, incluso en sus esta-
nunca es palpable. dios avanzados, es favorable si se efectúa un tratamiento co-

TABLA 16.24. Resumen de la clínica y la exploración funcional de los distintos estadios del adenoma tóxico
Prueba de supresión Prueba de estimulación
Clínica T4 y T3 Gammagrafía
con T3 con TSH
Estadio 1 Nódulo palpable Normales Normal Supresión del tejido No indicada
Eutiroidismo Nódulo isofijante tiroideo, excepto
el nódulo
Estadio 2 Nódulo palpable Normales Nódulo caliente Aumento de la supresión Aumento de la
Eutiroidismo Discreta hipocaptación del tejido tiroideo, captación de la zona
del resto del excepto el nódulo inhibida
parénquima
Estadio 3 Nódulo que alcanza Normales Nódulo caliente No indicada Recuperación de la
3 cm en su diámetro Anulación funcional actividad funcional
mayor del resto de la zona inhibida
Eutiroidismo del parénquima
Estadio 4 Nódulo de tamaño Algo elevadas Igual que en estadio 3 No indicada Igual que en estadio 3
igual o superior
al estadio 3
Pueden existir discretos
signos y/o síntomas
de hipertiroidismo
Estadio 5 Nódulo de tamaño Elevadas Igual que en estadio 3 No indicada Igual que en estadio 3
igual o superior
al estadio 3
Signos y síntomas
de hipertiroidismo

2084
ENFERMEDADES DEL TIROIDES

rrecto. No obstante, la enfermedad no tratada puede condu- de los 50 años. Este predominio en edades avanzadas está re-
cir a la muerte por cardiopatía que a menudo complica la lacionado con el hecho de que la nodularidad representa la
evolución de estos pacientes. última fase en la historia natural del bocio simple.
La existencia de una neoplasia en el seno de un nódulo ca-
liente es una eventualidad muy improbable. Es precisamente Etiopatogenia. Como ya se ha expuesto en el apartado del
la característica gammagráfica hiperfijante (caliente) la que bocio simple, los episodios sucesivos de hiperplasia e involu-
prácticamente asegura su benignidad. Aunque se han descri- ción conducen a la tercera fase evolutiva o fase de nodulari-
to algunos casos en los que el estudio histológico de la pieza dad del bocio simple. Algunos de estos nódulos son “fríos” y
descubrió un carcinoma en el seno del adenoma tóxico, ello corresponden a zonas involutivas y afuncionales del bocio,
no invalida la regla general citada ni ensombrece el pronósti- así como a quistes o a zonas de fibrosis o hemorragia. Por el
co. Tras la exéresis, el resto del parénquima recupera su fun- contrario, otros nódulos son calientes, correspondiendo a
ción en un plazo relativamente breve estimulado por la TSH nódulos seudoadenomatosos con una rica vascularización.
endógena, de modo que apenas suele aparecer hipotiroidis- El exceso de aporte yódico y otras causas no conocidas pro-
mo. Sólo en casos excepcionales la recuperación puede retra- ducen el aumento de función de uno o varios de estos últi-
sarse hasta un año o más, y durante este tiempo el paciente mos nódulos, lo que origina hipertiroidismo. En esta fase, la
puede presentar signos y síntomas de hipotiroidismo. actividad de los nódulos es autónoma, es decir, indepen-
diente de la regulación por la TSH endógena, y la hipersecre-
Tratamiento. En general, se considera que el tratamiento ción de hormonas tiroideas por aquéllos produce una inhibi-
más aconsejable del adenoma tóxico es su exéresis quirúrgi- ción de la secreción de la TSH, que origina, a su vez, el
ca. No obstante, en los estadios 1 y 2 de la afección, en que reposo funcional del resto del parénquima tiroideo.
es posible la detección del proceso, parece lógico adoptar La coexistencia en el mismo bocio de nódulos calientes
una actitud expectante, controlando la evolución. En el esta- en situación de desconexión del gobierno de la TSH y de nó-
dio 3 también cabe esta actitud, sobre todo teniendo en dulos fríos explica la denominación de bocio multiheterono-
cuenta recientes informes relativos a la posible remisión es- dular tóxico que GILBERT-DREYFUS defiende para este tipo de ti-
pontánea del nódulo tras fenómenos de hemorragia o necro- rotoxicosis. No obstante, y como el mismo autor acepta, esta
sis. No obstante, la intervención quirúrgica es quizá la deci- situación de heteronodularidad, es decir, presencia de nódu-
sión más adecuada, que en ocasiones se halla asimismo los fríos y calientes, no siempre se da, por lo que es preferi-
justificada por motivos estéticos. Finalmente, en los estadios ble denominar al proceso bocio multinodular tóxico.
4 y 5 el nódulo debe eliminarse por cirugía o por radioyodo. Las relaciones etiopatogénicas entre el adenoma y el bo-
En caso de escoger la intervención quirúrgica, debe estar cio multinodular tóxico no están claramente establecidas.
precedida del correspondiente tratamiento con tioderivados, Desde el punto de vista clínico y gammagráfico, la distinción
con propranolol solo o con propranolol y yodo, según las entre las formas “tipo” de ambas afecciones resulta evidente,
pautas ya descritas. pero no hay duda de que existen otras intermedias que justi-
La intervención debe limitarse a la hemitiroidectomía del fican las teorías unicistas defendidas por muchos autores. En
lado afecto, si la exploración quirúrgica demuestra la indem- este sentido, cabe señalar que la cirugía del adenoma tóxico
nidad macroscópica del lóbulo contralateral. permite descubrir con cierta frecuencia la presencia de pe-
El adenoma tóxico puede también destruirse mediante la queños nódulos contralaterales.
administración de 131I, pero las dosis son 2 o 3 veces mayores Los modernos estudios de STUDER et al (1985) ayudan a
que las utilizadas en la enfermedad de Graves-Basedow. Pese comprender la etiopatogenia de la afección. Según estos auto-
a que el tratamiento es eficaz, la mayoría de los autores con- res, una pequeña minoría de células foliculares poseerían un
sideran que el tratamiento de elección es el quirúrgico, reser- potencial de crecimiento superior, y la replicación preferen-
vando la terapéutica con radioyodo para los casos en los que cial de estas clonas celulares ante pequeños estímulos daría
la cirugía está contraindicada. lugar a la generación de nuevos folículos. Algunos de éstos po-
Tras la exéresis del adenoma o su destrucción con 131I, el seerían un elevado grado de autonomía en relación con la
paciente debe seguir sin tratamiento y bajo control médico, TSH, mientras que otros tendrían un elevado potencial de cre-
en espera de que la secreción endógena de la TSH active el cimiento. Ambas capacidades serían completamente indepen-
resto glandular inhibido y se normalice la función tiroidea. dientes, lo que explicaría el hecho observado en la clínica de
En esta situación puede tolerarse un hipotiroidismo leve sin que crecimientos nodulares tiroideos discretos, apenas detec-
tratamiento, porque la instauración de la medicación sustitu- tables, pueden originar un cuadro de tirotoxicosis.
tiva equivale a renunciar a que el paciente consiga estable- Al igual que ocurre en el adenoma tóxico, la ausencia de
cer el eutiroidismo por sí mismo. manifestaciones oculares y de inmunoglobulinas estimulan-
Recientemente se han llevado a cabo intentos de tratar el tes del tiroides en el suero de los pacientes señala que la
adenoma tóxico mediante inyecciones percutáneas de eta- etiología del proceso no guarda relación con la enfermedad
nol, consiguiéndose la remisión del hipertiroidismo (MONZANI de Graves-Basedow. No obstante, debe señalarse que en más
et al, 1992). del 45% de los bocios multinodulares se han detectado anti-
cuerpos antitiroideos séricos a títulos bajos en el suero, los
cuales tienen relación con los infiltrados linfoides tiroideos
Bocio multinodular tóxico observados en estos pacientes. Aunque tales alteraciones au-
Se denomina bocio multinodular tóxico al hipertiroidismo toinmunes pueden representar sólo un epifenómeno del bo-
que puede aparecer en la fase nodular del bocio simple cio multinodular, no hay duda de que existe la posibilidad,
cuando uno o más nódulos se hacen “calientes”, es decir, hi- especialmente tras el descubrimiento de la presencia de TGI
perfuncionantes, porque secretan una cantidad excesiva de en el suero de alguno de estos pacientes, de que determina-
hormonas tiroideas. La enfermedad se designa también con dos bocios multinodulares posean una etiopatogenia autoin-
los nombres de bocio nodular tóxico, bocio multiheterono- mune.
dular tóxico, bocio adenomatoso tóxico, tiroides multinodu-
lar autónomo y enfermedad de Plummer. Anatomía patológica. El estudio histopatológico pone en
El bocio multinodular tóxico representa, según GILBERT- evidencia las diferentes fases evolutivas y de actividad fun-
DREYFUS (1972), el 6% de los hipertiroidismos. Más del 50% de cional de los distintos nódulos tiroideos. Los nódulos activos
los casos aparecen en enfermos portadores de un bocio en- o calientes muestran las características histológicas de hiper-
démico y que, por tanto, viven o provienen de una zona de funcionalidad ya descritas.
endemia bociosa. La enfermedad, como es lógico dada la En cuanto a los nódulos fríos o no funcionantes pueden co-
distribución sexual del bocio simple, predomina en las muje- rresponder a dos tipos histológicos: “en reposo” o parcialmen-
res, con el 90-95% de los casos. Aparece sobre todo a partir te involucionados y en involución completa e irreversible.

2085
ENDOCRINOLOGÍA

Las características histopatológicas de los primeros corres-


ponden a la fase 2 o coloide de la historia del bocio simple:
los folículos están repletos de coloide y las células folicula-
res, que están aplanadas, poseen un núcleo normal y escaso
citoplasma. Estos nódulos en reposo son los que pueden re-
activarse transformándose en calientes si se produce una
nueva fase de estimulación por TSH endógena.
En cuanto a los segundos, nódulos en involución definiti-
va, corresponden a zonas quísticas, fibrosas, hemorrágicas,
incluso con depósitos cálcicos. En ellas pueden observarse
algunos restos de folículos tiroideos con núcleos picnóticos y
protoplasmas difícilmente identificables.
Como ya se ha señalado, es posible observar, además, in-
filtrados linfoides focales, en mayor o menor grado, en un
número importante de pacientes.

Cuadro clínico. Está centrado en las características que


ofrece el hipertiroidismo del bocio multinodular tóxico. No
obstante, rara vez se produce la tirotoxicosis florida descrita Fig. 16.54. Bocio multinodular tóxico. Se observan nódulos “ca-
en la enfermedad de Graves-Basedow. lientes”, nódulos “fríos” (áreas señaladas) e inhibición parcial del pa-
La pérdida de peso suele ser moderada y con cierta frecuen- rénquima tiroideo.
cia no se observan diarrea, hipersensibilidad al calor y suda-
ción caliente. En cambio, a menudo se comprueban aumento
del nerviosismo, tendencia al insomnio y temblor moderado. Evolución y pronóstico. Aunque teóricamente cabe la re-
Un signo clínico constante es la taquicardia, que con frecuen- misión del hipertiroidismo de un bocio multinodular tóxico,
cia se acompaña de arritmia por fibrilación auricular y de otras por necrosis o hemorragia de los nódulos activos, esta posibi-
manifestaciones de la temible cardiopatía tirotóxica. lidad es mínima, sobre todo teniendo en cuenta, como ya se
Una de las formas clínicas poco llamativas que puede ha expuesto, que otros nódulos en reposo pueden tomar el
adoptar el hipertiroidismo en estos pacientes es la forma apá- relevo y mantener la situación de tirotoxicosis.
tica de Lahey, ya descrita también en la enfermedad de Gra- El pronóstico de la afección, de modo parecido a lo que
ves-Basedow. En ella, los fenómenos circulatorios suelen es- ocurre con el adenoma tóxico, es favorable si el diagnóstico
tar ausentes, destacando la apatía y la indiferencia del se establece precozmente y se realiza el tratamiento oportu-
enfermo, la notable pérdida de peso y la aparición de una no. En caso contrario, queda ensombrecido notablemente
miopatía tirotóxica. por la cardiopatía tirotóxica, pues dada la edad promedio en
El bocio suele ser importante, pero no especialmente volu- que aparece el bocio multinodular tóxico, que es superior a
minoso. En más de la mitad de observaciones, el peso de la la del adenoma tóxico, esta complicación puede adquirir
glándula supera los 150 g (GILBERT-DREYFUS, 1972). La palpa- considerable gravedad.
ción revela una hiperplasia difusa del tiroides, con nódulos
de diverso tamaño de consistencia firme o dura. No se apre- Tratamiento. El tratamiento de elección es la tiroidectomía
cia soplo parenquimatoso. subtotal. La preparación para la intervención quirúrgica pue-
La ausencia de oftalmopatía infiltrativa y de mixedema de seguir cualquiera de las pautas indicadas para el adeno-
pretibial es un hecho constante, de modo que su presencia ma tóxico.
obliga a excluir el diagnóstico. El tratamiento con 131I es factible teóricamente e, incluso,
algunos autores lo defienden como terapia de elección. No
Diagnóstico. Si la clínica de hipertiroidismo es importante, obstante, el control del hipertiroidismo con radioyodo en
su diagnóstico no ofrece dificultad alguna, una vez compro- esta afección no es fácil de conseguir, porque incluso utili-
bada por palpación la existencia de un bocio multinodular. zando inicialmente dosis elevadas (50 mCi) la remisión sólo
En cambio, si los síntomas y signos de tirotoxicosis son poco se consigue en la mitad de los pacientes (MARTIN MILLER,
aparentes, el diagnóstico puede pasar fácilmente inadvertido 1978), debiendo proseguirse en la otra mitad con dosis adi-
si no se piensa en él. Al realizar las obligadas determinacio- cionales de 131I. Por tanto, el tratamiento con radioyodo del
nes hormonales éstas no deben limitarse a la concentración bocio multinodular tóxico quedaría reservado para los casos
sérica de T4, sino que deben incluir la de T3, ya que no son en que, por la causa que fuere, no puedan ser intervenidos.
raras en esta entidad las formas de T3-tirotoxicosis.
El estudio gammagráfico pone en evidencia una notable
heterogeneidad en la captación del isótopo. Existen nódulos Tipos infrecuentes de hipertiroidismo
calientes, y casi siempre otros fríos, mientras que el resto del
parénquima está total o parcialmente inhibido (fig. 16.54). Casi todos los hipertiroidismos observados en la clínica
En raras ocasiones la enfermedad de Graves-Basedow pue- son producidos por la enfermedad de Graves-Basedow o por
de asentar sobre un bocio preexistente, originando dificulta- uno de los dos tipos de bocio nodular tóxico descritos. Sólo
des de diagnóstico diferencial con el bocio multinodular tó- algunos casos de hipertiroidismo resultan de causas distintas,
xico. En caso de duda, casi siempre por existir algún signo que se resumen en la tabla 16.25 y que, pese a su rareza, con-
de oftalmopatía infiltrativa, puede ser útil la prueba de esti- viene conocer.
mulación con TSH que no modifica la gammagrafía de la en- La aparición de hipertiroidismo, con relevancia clínica, en
fermedad de Basedow y, en cambio, evidencia las zonas in- las tiroiditis y en el carcinoma folicular es infrecuente, salvo
hibidas en el bocio multinodular tóxico. También puede en la peculiar situación de la tiroiditis indolora linfocitaria o
resultar útil la determinación de los anticuerpos antitiroi- silente. Este aspecto de la hiperfunción tiroidea se estudiará
deos, ya que en el bocio multinodular tóxico son negativos o al tratar estas afecciones. Aquí, sólo se mencionarán breve-
positivos a título bajo y en la enfermedad de Basedow son mente las otras posibilidades etiológicas ya citadas en la ta-
frecuentes las positividades a títulos elevados, pero la prueba bla 16.25.
de mayor utilidad es la determinación de anticuerpos antirre- El hipertiroidismo por secreción excesiva de TSH se des-
ceptor de la TSH, ya que si su hallazgo es positivo resulta de- cribe en Enfermedades del sistema hipotálamo-hipofisario.
cisivo para el diagnóstico de la enfermedad de Graves-Base- La tirotoxicosis inducida por el yodo o jod-Basedow es muy
dow. conocida desde que empezó a emplearse la profilaxis yódica

2086
ENFERMEDADES DEL TIROIDES

TABLA 16.25. Tipos infrecuentes de hipertiroidismo ser paucisintomático, porque sus manifestaciones circulato-
rias se confunden con las de la enfermedad cardíaca funda-
Excesiva secreción de TSH mental y, sobre todo, porque las pruebas tiroideas son difícil-
Con tumor hipofisario mente interpretables en quienes toman o han estado
Sin tumor hipofisario tomando amiodarona. Las pruebas diagnósticas más útiles
Tirotoxicosis inducida por yodo (jod-Basedow)
Profilaxis del bocio
son la T3 total y la libre, y la determinación de TSH. El trata-
Amiodarona miento de las formas leves no ofrece por lo común dificulta-
Carcinoma folicular de tiroides des, ya que suele ser suficiente la supresión del fármaco y la
Tiroiditis administración de bloqueadores beta a dosis moderadas, si
Subaguda de De Quervain no existe contraindicación cardiológica. Las formas graves,
Indolora linfocitaria en cambio, pueden ser difíciles de controlar. En algunos ca-
De Hashimoto sos deben utilizarse los antitiroideos a dosis máximas y los
Mola hidatiforme y coriocarcinoma bloqueadores beta a las mayores dosis que permita el estado
Estruma ovárico
Síndrome de McCune-Albright
cardiológico del paciente. Si estas medidas no consiguen do-
Tirotoxicosis facticia minar el proceso, puede ensayarse la administración de glu-
cocorticoides (prednisona, 50-100 mg/día), que por mecanis-
mo no bien conocido son capaces de controlar la situación.
La mola hidatiforme y el coriocarcinoma son entidades ca-
paces de producir hipertiroidismo a través de la estimulación
del bocio endémico. Los mecanismos responsables del desa- tiroidea producida por sustancias secretadas en el tejido tro-
rrollo de la tirotoxicosis del jod-Basedow no son bien conoci- foblástico. Existen datos que indican que alrededor del 50%
dos, pero se sabe que el fenómeno se produce, sobre todo, de los pacientes que sufren una mola hidatiforme presentan
en caso de aporte excesivo de yodo a un paciente afecto de una hiperfunción tiroidea. En la placenta humana se han
bocio multinodular, de modo que los nódulos autónomos descrito dos sustancias que producen hipertiroidismo. La pri-
desconectados de la regulación hipofisaria responden a esta mera es la denominada tirotropina placentaria, y la segunda
cantidad excesiva de yodo con aumento de secreción de es otra tirotropina de mayor tamaño que la anterior y de du-
hormonas tiroideas. En los pacientes con bocios uninodula- ración de acción más prolongada que parece idéntica a la
res o multinodulares la administración de yodo está, pues, gonadotropina coriónica humana (HCG). El hipertiroidismo
contraindicada. Cuando se produce el hipertiroidismo en al- por estas sustancias es similar al de otras etiologías, pero a
gunos de ellos debe interrogarse acerca de la posible ingesta menudo no se observa bocio. Tampoco se presentan las ma-
de yodo como factor etiológico. Otro posible cofactor del nifestaciones oftálmicas y dérmicas de la enfermedad de
jod-Basedow, aunque menos frecuente, es que el paciente ya Graves-Basedow. En ocasiones, y por razones no aclaradas,
estuviera afecto de una forma clínicamente inaparente de las pacientes permanecen clínicamente eutiroideas a pesar
enfermedad de Graves-Basedow con presencia de TSI en sue- de que se observan cifras elevadas de hormonas tiroideas cir-
ro. Cuando ninguno de estos dos cofactores está presente culantes. Esta etiología infrecuente del hipertiroidismo pue-
hay que aceptar que debe de existir alguna predisposición de vislumbrarse si surgen síntomas de tirotoxicosis en una
basada en una alteración del mecanismo de autorregulación paciente que se cree embarazada o, sobre todo, si ya se co-
tiroidea por el yodo, en los enfermos que padecen el jod-Ba- noce la existencia de un tumor trofoblástico. La determina-
sedow. En estos pacientes, el incremento de la disponibili- ción del nivel de gonadotropinas coriónicas urinarias consti-
dad del yodo no inhibiría la síntesis hormonal sino que ac- tuye un método fácil y útil de detección ante esta sospecha
tuaría activando la producción intratiroidea de hormonas. diagnóstica. Este tipo de hipertiroidismo se resuelve rápida-
Dado que este proceso es más frecuente en áreas de bocio mente tras la evacuación de la mola y, en el caso del corio-
endémico, es posible que una deficiencia previa en yodo carcinoma, con quimioterapia. Previamente a la supresión
produzca en algunos individuos un defecto en la autorregu- de la actividad trofoblástica, el hipertiroidismo puede ser tra-
lación del metabolismo del yodo (VOLPÉ, 1989). tado con éxito con los métodos médicos habituales.
Un dato de exploración que puede resultar decisivo para El hipertiroidismo producido por un estruma ovárico (tera-
orientar el diagnóstico es la presencia de sintomatología de toma ovárico que contiene tejido tiroideo) es excepcional.
hipertiroidismo con una captación baja de 131I por el tiroides. Algunos de los casos descritos en la literatura corresponden
Habitualmente la tirotoxicosis inducida por el yodo es dé- a una época en la que no se disponía de métodos fidedignos
bil o moderada, y remite en forma espontánea tras la supre- de exploración, por lo que resultan difíciles de valorar en la
sión del aporte yodado, por lo que sólo requiere un breve pe- actualidad. La sospecha clínica de esta variedad insólita de
ríodo de tratamiento preferiblemente con propranolol. No hipertiroidismo puede surgir cuando se comprueban sínto-
obstante, si el paciente, como es habitual, es portador de un mas de tirotoxicosis junto a una masa abdominal palpable o
bocio multinodular con nódulos autónomos, debe aconsejar- presencia de ascitis. La gammagrafía pélvica con 131I está in-
se el tratamiento quirúrgico. dicada ante esta sospecha diagnóstica, aunque hay que te-
Una forma peculiar del jod-Basedow es el hipertiroidismo ner en cuenta que se han publicado casos de falsos resulta-
por amiodarona. Este fármaco, ampliamente empleado en la dos positivos.
terapia de las arritmias, posee un elevado contenido en yodo Otra forma muy rara de hipertiroidismo es la que se ha
(40%) y una gran capacidad de acumulación en el tiroides, descrito asociada con el síndrome de McCune-Albright. El pro-
ya que su vida media y la de su principal metabolito, la dese- ceso se caracteriza por la presencia de displasia fibrosa po-
tilamiodarona, son extraordinariamente prolongadas (40-100 liostótica, pigmentación cutánea, precocidad sexual y otros
días). La amiodarona produce una importante alteración del diversos trastornos endocrinos entre los que destaca el hiper-
metabolismo periférico de la T4, que ocasiona un incremento tiroidismo. La causa del síndrome no es conocida y tampoco
de esta hormona y de la T3 inversa (rT3), un decremento de lo es la de la tirotoxicosis que acompaña al proceso. El cua-
la T3 y alteraciones en la respuesta de la TSH a la TRH, en dro hipertiroideo es de intensidad moderada. La exploración
particular en el sentido de una curva “hipotiroidea”. Clínica- demuestra incremento de las hormonas tiroideas, disminu-
mente puede producir bocio, hipotiroidismo e hipertiroidis- ción de la TSH, ausencia de TSI y presencia de nódulos tiroi-
mo. En nuestra experiencia, en un grupo de pacientes some- deos autónomos. El tratamiento más aconsejable del compo-
tidos a dosis elevadas durante largo tiempo se comprobaron nente hipertiroideo del síndrome es la tiroidectomía subtotal.
las citadas alteraciones, observándose bocio en el 41,8%, e La tirotoxicosis facticia es un cuadro clínico de hipertiroi-
hipofunción o hiperfunción tiroidea en el 16% de los casos dismo producido por la administración de hormonas tiroi-
(SANMARTí et al, 1984). El hipertiroidismo producido por la deas. Es un hecho infrecuente, pero que debe tenerse en
amiodarona a menudo es difícil de reconocer porque puede cuenta, ya que en ocasiones puede plantear problemas diag-

2087
ENDOCRINOLOGÍA

nósticos. La ingestión de preparados tiroideos o de una dosis


excesiva puede deberse a una prescripción médica inade-
cuada. Así, puede ocurrir en un diagnóstico erróneo o una
Tiroiditis*
dosificación inadecuada en el caso de hipotiroidismo, en
una dosis excesiva en el intento de inhibir la TSH en el caso El término tiroiditis designa un grupo heterogéneo de en-
de carcinomas diferenciados de tiroides o en el intento de fermedades tiroideas con etiología y cuadros clínicos dife-
conseguir reducciones ponderales, mediante un método ino- rentes, que presentan como característica común la existen-
portuno, en enfermos obesos con normofunción tiroidea. En cia de infiltración de la glándula por células inflamatorias.
tales casos, el origen de la tirotoxicosis se establece fácilmen- Por su gran heterogeneidad, las tiroiditis resultan de difícil
te. En cambio, cuando el paciente afecto de un importante clasificación. Seguidamente, se describirán según el orden
trastorno psiquiátrico ingiere de forma subrepticia e intencio- expuesto en la tabla 16.26, basado en las características clini-
nada el preparado tiroideo, el diagnóstico puede plantear di- coevolutivas de los diferentes procesos.
ficultades. En estos casos el cuadro clínico es similar al de la
hiperfunción tiroidea, y la determinación de los niveles de
hormonas tiroideas circulantes ofrece resultados distintos se- Tiroiditis agudas supuradas
gún sea el tipo de preparado tiroideo utilizado. Así, las cifras
de T4 serán elevadas si el paciente ingiere tiroxina o tiroides Son procesos muy infrecuentes que se caracterizan por la
desecado, y estarán disminuidas cuando ingiera T3. La reali- colonización de gérmenes piógenos, bacterias u hongos, en
zación de una captación tiroidea con 131I será en este caso el seno del parénquima tiroideo. Los agentes responsables
muy útil, ya que ofrecerá unos valores muy bajos. Este patrón son, en la mayoría de los casos, estafilococos, estreptococos
de cuadro hipertiroideo, hormonas circulantes elevadas y y neumococos y, con menor frecuencia, salmonelas o Bacte-
captación baja no es, sin embargo, específico de esta situa- roides. Por lo general, el proceso se propaga al tiroides desde
ción, ya que también puede darse en el jod-Basedow, en el infecciones localizadas en la región del cuello, en el tracto
hipertiroidismo producido por tejido tiroideo ectópico en un respiratorio superior o en la faringe, o tras un traumatismo di-
ovario tumoral, en la tiroiditis subaguda de De Quervain y en recto, aunque también es posible que la infección alcance la
la indolora linfocitaria, pero habitualmente el diagnóstico glándula por diseminación hematógena o linfática desde lo-
diferencial de estos procesos puede realizarse con cierta faci- calizaciones distantes. Se ha señalado como un importante
lidad. No obstante, cuando surgen dificultades para diferen- factor predisponente la existencia de un bocio previo.
ciar la tirotoxicosis facticia de estos procesos, debe solicitar- El cuadro clínico suele iniciarse de modo súbito y cursar
se una determinación de tiroglobulina sérica. Ésta ofrecerá con fiebre, dolor local irradiado a regiones auriculares y sig-
unos valores muy disminuidos cuando se trate de una tiroto- nos inflamatorios. La palpación puede ser muy molesta. La
xicosis facticia por ingestión de hormonas tiroideas, y en VSG está acelerada y hay leucocitosis. La función tiroidea es
cambio valores elevados cuando el paciente sufra hipertiroi- normal y, en los casos de absceso, la gammagrafía muestra
dismo producido por alguna de las otras etiologías citadas una zona hipocaptante. El material aspirado de la glándula
(MARIOTTI et al, 1982). afecta de tiroiditis supurada contiene numerosos leucocitos
Una situación clínica similar a la referida es la denomina- polimorfonucleares y escasas células foliculares.
da tirotoxicosis por hamburguesa, recientemente descrita en El agente causal puede identificarse a través del hemocul-
EE.UU. y producida por la ingestión de carne de vaca tritura- tivo y/o del cultivo del material piógeno obtenido por aspira-
da que contenía glándula tiroides. ción.
El tratamiento consiste en antibioticoterapia adecuada y
drenaje quirúrgico, si es necesario; la evolución suele ser rá-
pida hacia la curación sin secuelas.

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2088
ENFERMEDADES DEL TIROIDES

TABLA 16.26. Clasificación de las tiroiditis pertiroidismo o hipotiroidismo, pero en general no suele
plantear problemas, especialmente si se realiza la valoración
Tiroiditis agudas supuradas de la captación tiroidea del radioisótopo.
Tiroiditis subagudas
Tiroiditis subaguda, granulomatosa o de De Quervain Evolución y pronóstico. El 90% de los pacientes presenta
Tiroiditis silente o indolora una evolución satisfactoria hacia la curación completa, en
Tiroiditis crónicas unos meses y, en ocasiones, tras presentar varios episodios
Tiroiditis autoinmune atrófica de la enfermedad. El resto puede evolucionar a hipotiroidis-
Tiroiditis linfocitaria focal mo definitivo.
Tiroiditis de Hashimoto
Tiroiditis de Riedel Tratamiento. El tratamiento de la tiroiditis subaguda es pu-
Tiroiditis crónicas infecciosas ramente sintomático. En los casos leves, el ácido acetilsalicí-
Otras tiroiditis crónicas lico, en dosis de 1,5-2 g/día, suele ser suficiente para contro-
lar la sintomatología. Cuando el cuadro es más intenso, es
necesario administrar prednisona, en dosis de 30-40 mg/día.
fragmentación de la membrana basal y pérdida de coloide. En algunos pacientes con hipertiroidismo florido se asocian,
Cuando la lesión está plenamente desarrollada, se forman en fases iniciales, bloqueadores beta (tipo propranolol) y, si
granulomas, el dato más característico de la entidad, con un existen manifestaciones evidentes de hipofunción, puede ser
núcleo central de coloide rodeado por células gigantes mul- necesaria la administración de hormonas tiroideas sustituti-
tinucleadas. Cuando la enfermedad cura, las lesiones desa- vas, por lo general de forma transitoria. Por el contrario, no
parecen, excepto en los raros casos de evolución a hipoti- deben prescribirse fármacos antitiroideos que pueden favo-
roidismo permanente, en los que existe destrucción del recer la evolución hacia el hipotiroidismo.
parénquima y sustitución por tejido fibroso.

Cuadro clínico. La mayoría de los pacientes presentan un


Tiroiditis silente o indolora
período prodrómico “seudovírico”, con afectación de las Este cuadro, descrito con frecuencia en los últimos años
vías respiratorias superiores, fiebre, astenia y malestar gene- (VOLPÉ, 1991), se conoce también con los nombres de tiroidi-
ral, que se sigue del característico dolor cervical anterior irra- tis no dolorosa, tiroiditis subaguda atípica, tiroiditis indolora
diado a las mandíbulas y los oídos. En el 50% de los casos linfocítica y tiroiditis linfocítica con hipertiroidismo de reso-
existen síntomas y signos de hipertiroidismo. En esta primera lución espontánea, los cuales indican, más o menos, las ca-
fase evolutiva, la glándula está aumentada de tamaño y con- racterísticas que definen la enfermedad: hiperfunción tiroi-
sistencia y es dolorosa a la palpación. Este estadio del proce- dea autolimitada e infiltración linfocitaria de la glándula,
so dura unas pocas semanas y da paso a otro, también transi- que se acompaña de bocio no doloroso.
torio, que cursa con eutiroidismo y en el que desaparecen el Para algunos autores, esta sería la tiroiditis más frecuente y
dolor y la fiebre, y luego a un tercer estadio de hipotiroidis- daría lugar al 3-23% de la totalidad de los hipertiroidismos. La
mo más o menos evidente, que puede durar de varias sema- mayoría de los casos se han referido en EE.UU., Japón y Sue-
nas a varios meses. Finalmente, más del 90% de los pacientes cia. Aunque pueden existir otras razones que expliquen estas
recuperan el eutiroidismo y se restablecen por completo de diferencias geográficas, entre las que cabe citar la definición
forma espontánea en un plazo de 2-6 meses desde el comien- imprecisa que ha tenido la enfermedad hasta hace poco
zo del cuadro. La enfermedad puede recurrir en algún pa- tiempo, al parecer, la tiroiditis silente es menos frecuente en
ciente y, en menos del 10% de ellos, progresar a hipotiroidis- España de lo que cabría deducir de los estudios citados.
mo permanente. La enfermedad puede aparecer a cualquier edad, pero su
mayor frecuencia se observa alrededor de los 30-35 años,
Diagnóstico. El diagnóstico de tiroiditis subaguda debe sos- con un franco predominio en la mujer (3:1) y una mayor in-
pecharse ante un cuadro sugestivo de viriasis que se acom- cidencia durante el posparto (tiroiditis posparto), período en
paña de dolor cervical anterior y bocio doloroso a la palpa- el que constituye la causa más frecuente de hipertiroidismo
ción. (ROTI y EMERSON, 1992). En muchos pacientes, se recoge el
Durante las primeras fases de la enfermedad, la VSG está antecedente de bocio previo.
aumentada (hasta 80-100 mm en la primera hora), puede
existir leucocitosis y los niveles de T4 libre están aumentados Etiología. La etiología se desconoce, si bien varios datos clí-
y los de TSH, disminuidos, como corresponde a la situación nicos, los hallazgos anatomopatológicos, la presencia de au-
de hipertiroidismo primario. De forma característica, la glán- toanticuerpos y la asociación con determinados antígenos
dula apenas capta el radioisótopo, por lo que resulta prácti- de histocompatibilidad (HLA-DR3 y HLA-DR4) permiten afir-
camente imposible obtener imágenes gammagráficas en este mar que se trata de un proceso autoinmune.
estadio del proceso.
En las fases sucesivas de la enfermedad, las hormonas y la Anatomía patológica. Las lesiones anatomopatológicas
captación tiroidea se normalizan, pasando, en el 25% de los consisten en infiltración linfomonocitaria de la glándula, a
casos, por un período de hipotiroidismo transitorio con cap- menudo difusa y a veces focal, con destrucción de la arqui-
tación aumentada, antes de conseguirse el restablecimiento tectura folicular y ligera fibrosis. En ocasiones, pueden ha-
de la función tiroidea normal. llarse células escasas de Hürthle y folículos linfoides con
Los anticuerpos antitiroideos, en especial los antitiroglo- centros germinales. El diagnóstico diferencial histológico
blulina, pueden ser positivos a títulos bajos en algunos pa- con la tiroiditis de Hashimoto se basa en que en esta última
cientes. las células de Hürthle son abundantes. No obstante, algunos
El estudio citológico del material aspirado de la glándula, autores opinan que ambas entidades están relacionadas por
mediante PAAF, puede ayudar al diagnóstico, aunque su una patogenia común (tiroiditis autoinmunes).
práctica no es imprescindible. El patrón citológico que se ob-
serva está constituido por células gigantes multinucleadas Cuadro clínico. El cuadro clínico habitual es el de una hi-
“de cuerpo extraño” y agregados de células epitelioides. perfunción tiroidea de aparición brusca, sintomatología leve
También pueden hallarse linfocitos, células plasmáticas y cé- o moderada y sin estigmas de enfermedad de Graves-Base-
lulas foliculares con cambios degenerativos. dow ni de otras causas de hipertiroidismo. Esta fase, autoli-
mitada y bien tolerada, se acompaña, en el 50% de los casos,
Diagnóstico diferencial. El diagnóstico diferencial de la ti- de un aumento del tamaño del tiroides, que es de consisten-
roiditis subaguda puede plantearse con otras formas de hi- cia firme e indoloro a la palpación. Tras esta fase inicial, que

2089
ENDOCRINOLOGÍA

suele durar de 2 a 4 meses, la tercera parte de los pacientes La entidad, cuyo significado real se desconoce, carece de
puede presentar un hipotiroidismo transitorio que suele te- expresión clínica y aparece esencialmente en dos circunstan-
ner mayor relevancia clínica. Algunas veces se han descrito cias: en tiroides con otro tipo de afección y como hallazgo
episodios recurrentes de hipertiroidismo, en especial en su- casual en glándulas examinadas en series autópsicas de pa-
cesivos períodos posparto. Como regla, la enfermedad suele cientes sin evidencia de enfermedad tiroidea. Así, se ha des-
durar en conjunto alrededor de un año hasta el retorno al eu- crito en el 6-27% de tiroides normales, con una clara prepon-
tiroidismo. Raras veces los pacientes evolucionan a hipotiroi- derancia en la mujer (3-4:1) y un aumento paralelo a la edad
dismo definitivo. de los pacientes, llegando al 33% en alguna serie, en el 45-
55% de la enfermedad nodular benigna única o múltiple y
Diagnóstico. Se sospechará la existencia de una tiroiditis si- hasta en el 65% de los carcinomas papilares. Nosotros (LUCAS-
lente ante pacientes con clínica generalmente moderada de MARTÍN et al, 1988) encontramos tiroiditis linfocitaria focal en
hipertiroidismo y bocio difuso indoloro, sin datos indicativos el 53,5% de las glándulas tiroides patológicas y en el 25% de
de enfermedad de Graves-Basedow. las normales.
Durante las primeras fases de la enfermedad, los niveles El diagnóstico de esta tiroiditis se establece siempre por
de T4 libre están aumentados, y los de TSH, disminuidos y, al examen histológico, en un estudio necrópsico o tras una ti-
igual que en la tiroiditis subaguda, no existe captación del ra- roidectomía. También puede detectarse la presencia de infil-
dioisótopo por la glándula. Posteriormente, las hormonas y tración linfocitaria focal por citología aspirativa.
la captación tiroidea se normalizan, pasando, en muchos ca- En la interpretación de esta tiroiditis deben valorarse dos
sos, por un período intermedio de hipotiroidismo transitorio. hechos: la similitud de los linfocitos infiltrantes de la tiroiditis
Pueden detectarse anticuerpos antiperoxidasa circulantes, linfocitaria focal y los que se hallan en tiroides con enferme-
generalmente a títulos moderados. dad autoinmune y la correlación existente entre tiroiditis lin-
La citología aspirativa, que sólo está indicada en casos du- focitaria focal y anticuerpos antiperoxidasa circulantes. Todo
dosos, muestra un patrón citológico similar al hallado en la ello ha llevado a sugerir que la existencia de anticuerpos an-
tiroiditis de Hashimoto con infiltración linfomonocitaria im- titiroideos circulantes fuera un indicador de tiroiditis linfoci-
portante. taria focal y de tiroiditis autoinmune subclínica con poten-
cial capacidad para desarrollar en el futuro enfermedad
Diagnóstico diferencial. El diagnóstico diferencial debe autoinmune con expresión clínica. No obstante, si bien algu-
realizarse, en las fases iniciales del proceso, con otras causas nos pacientes con anticuerpos antitiroideos e infiltración lin-
de hipertiroidismo, como la enfermedad de Graves-Basedow, focitaria tiroidea tienen niveles aumentados de TSH de forma
la tiroiditis de De Quervain y con otros hipertiroidismos me- transitoria, la inmensa mayoría de ellos (80-90%) nunca pre-
nos frecuentes que cursan con baja captación tiroidea de senta evolución a hipotiroidismo.
yodo, como el hipertiroidismo por yodo y la tirotoxicosis fac-
ticia.
Raras veces pueden plantearse dudas diagnósticas con la
Tiroiditis de Hashimoto
tiroiditis de Hashimoto. En 1912, HASHIMOTO describió 4 pacientes con una enfer-
medad crónica del tiroides que denominó “estruma linfoma-
Evolución y pronóstico. La tiroiditis silente presenta recu- tosa”. A partir de esta primera comunicación, se han emplea-
rrencias en el 10-15% de los casos, en especial en su forma do numerosos sinónimos para referirse a esta afección
posparto, si bien, tras los sucesivos períodos de hiperfunción tiroidea (enfermedad de Hashimoto, tiroiditis crónica, tiroidi-
e hipofunción, la mayoría de los pacientes recuperan la fun- tis autoinmune, tiroiditis linfocitaria, bocio linfadenoide, bo-
ción tiroidea normal de forma definitiva en unos 12 meses. cio linfomatoso) siendo la más utilizada la denominación de
No obstante, es posible la evolución a hipotiroidismo definiti- tiroiditis de Hashimoto.
vo y la persistencia de bocio normofuncionante. Se trata de una tiroiditis crónica de patogenia autoinmune,
que cursa con bocio y que suele conducir a la hipofunción
Tratamiento. Aunque los glucocorticoides no tienen una in- tiroidea.
dicación específica en el tratamiento de la tiroiditis silente, la La tiroiditis de Hashimoto predomina en la mujer (15-20:1)
administración de prednisona (30-40 mg/día, en pauta decre- y puede aparecer a cualquier edad, observándose con ma-
ciente durante 3-4 semanas) puede acelerar la resolución de yor frecuencia entre los 30 y los 50 años. La enfermedad es
la fase de hiperfunción. También puede ser útil asociar blo- muy frecuente en los EE.UU. y en el Reino Unido, donde su
queadores beta (tipo propranolol). Cuando existe hipotiroi- incidencia se cifra en 0,3-1,5 por 1.000 habitantes y por año.
dismo clínico florido, debe indicarse medicación sustitutiva Para algunos autores, la frecuencia de la tiroiditis de Hashi-
con hormona tiroidea durante 3-6 meses, suspendiendo el moto sería similar a la de la enfermedad de Graves-Basedow,
tratamiento cuando se demuestre la recuperación del eutiroi- mientras que para otros, y según nuestra propia experiencia,
dismo. es mucho menor, a pesar del aumento en su incidencia que
se ha producido en los últimos años, probablemente en rela-
ción con una evidente mejoría de los métodos diagnósticos.
Tiroiditis crónicas
Etiología. La asociación de la tiroiditis de Hashimoto con
De los cuadros incluidos en la tabla 16.26 no se hará refe- otras enfermedades autoinmunes en un mismo paciente y/o
rencia a la tiroiditis autoinmune atrófica mencionada anterior- en diversos miembros de una misma familia, la presencia de
mente, que constituye el sustrato anatomopatológico de las anticuerpos antitiroideos en el suero de estos enfermos y/o
formas espontáneas del hipotiroidismo primario del adulto. en sus familiares, el hallazgo de infiltrados linfoplasmocita-
rios en las glándulas afectas y la demostración de la existen-
cia de citotoxicidad in vitro del suero llevaron a postular una
Tiroiditis linfocitaria focal patogenia autoinmune para esta enfermedad, aceptándose
Se caracteriza por la infiltración de la glándula por linfoci- en la actualidad que la tiroiditis autoinmune atrófica, la en-
tos y, en menor proporción por células plasmáticas, en forma fermedad de Graves-Basedow y la tiroiditis de Hashimoto for-
de focos que, en ocasiones, presentan centros germinales, y man la tríada clásica de las enfermedades tiroideas de origen
puede acompañarse de fenómenos de hipertrofia y oxifilia autoinmune. Así, a pesar de no conocerse el mecanismo ínti-
del epitelio folicular. Esta infiltración linfoplasmocitaria se mo que la produce, se sabe que la tiroiditis de Hashimoto es
distribuye entre los folículos tiroideos que, al contrario de lo una enfermedad inmune organospecífica con un componen-
que ocurre en la tiroiditis de Hashimoto, conservan su arqui- te genético evidente en la que tanto la inmunidad humoral
tectura normal. como la celular desempeñan un importante papel para su

2090
ENFERMEDADES DEL TIROIDES

desarrollo. En relación con el componente genético, muchos Los niveles de T4 libre son normales en la mayoría de los
de los pacientes que presentan la enfermedad poseen el casos, mientras que la TSH está aumentada con frecuencia,
HLA-DR5 y recientemente se ha descrito también su asocia- poniendo de manifiesto la situación de hipotiroidismo sub-
ción con HLA-DR4. clínico que presentan muchos de estos pacientes. En esta-
Al igual que otras enfermedades autoinmunes tiroideas, en dios más avanzados de la enfermedad puede existir hipotiroi-
la tiroiditis de Hashimoto es probable que la expresión ina- dismo franco con cifras de T4 libre disminuidas.
propiada de las moléculas HLA de clase II en la membrana En el suero de los pacientes con tiroiditis de Hashimoto se
de las células foliculares tiroideas desempeñen un importan- hallan anticuerpos dirigidos contra diversos componentes
te papel patogénico (BOTTAZZO et al, 1983). Se ha postulado del tiroides normal que pueden ayudar al diagnóstico, si
también que un defecto cualitativo de los linfocitos T supre- bien su determinación no es imprescindible para llegar a
sores sea uno de los mecanismos implicados en el desarrollo éste. La incidencia y los títulos de estos autoanticuerpos son
del proceso (VOLPÉ, 1991). variables según los métodos de detección utilizados y la va-
riante histológica de que se trate. En la clínica diaria se utili-
Anatomía patológica. El tiroides afecto de tiroiditis de Ha- zan las determinaciones de los anticuerpos antiperoxidasa
shimoto está aumentado de tamaño de forma difusa y es ge- que presentan una estrecha correlación con la infiltración
neralmente simétrico y de consistencia firme. El criterio para linfoplasmocitaria glandular y fluctúan a lo largo de la evolu-
su diagnóstico histológico es la presencia de infiltración lin- ción de la enfermedad, y la de los antitiroglobulina. Ambos
focitaria intersticial y de extensa transformación oxifílica anticuerpos son positivos de forma global en el 97% de los
(acidófila) del epitelio folicular. Reciben indistintamente el pacientes. En la variante juvenil, los autoanticuerpos son po-
nombre de células oxifílicas (acidófilas), oncocitos (“células sitivos a títulos más bajos o negativos; en la oxifílica, los anti-
hinchadas”), células de Askanazy o de Hürthle, las células fo- peroxidasa son positivos a títulos moderados o altos y los an-
liculares que adquieren un citoplasma amplio y eosinófilo titiroglobulina son negativos en el 30% de los casos, y en la
debido a su riqueza en mitocondrias. El examen histológico variante fibrosa, ambos tipos de anticuerpos presentan los tí-
muestra la sustitución del parénquima tiroideo por un infil- tulos más altos. En los últimos años se han descrito también,
trado linfoplasmocitario con frecuentes centros germinales y en los pacientes con tiroiditis de Hashimoto, anticuerpos diri-
una reacción fibrosa. Los folículos tiroideos suelen ser pe- gidos contra el receptor de la TSH capaces de bloquear la
queños, con epitelio acidófilo y con escaso coloide. El pro- acción de esta hormona y/o de estimular el crecimiento de
ceso es difuso y en fases finales de la enfermedad, la atrofia la célula folicular. Su determinación carece de interés en la
del parénquima y la fibrosis pueden ser los hallazgos más re- práctica habitual y queda reservada para la investigación clí-
levantes. nica.
Se conocen dos variantes histológicas de la enfermedad: La gammagrafía tiroidea puede mostrar una distribución
la clásica, más frecuente, con numerosos folículos linfoides homogénea del trazador sobre una glándula aumentada de
dotados de centros germinales y predominio de células de tamaño, aunque es más frecuente que aquélla sea heterogé-
Hürthle, y la fibrosa, en la que existe intensa fibrosis y pérdi- nea y muestre un aspecto “moteado” característico.
da de la arquitectura folicular normal. Los estadios interme- El examen citológico del material obtenido por PAAF es
dios entre las diferentes variantes histológicas son frecuentes. definitivo para el diagnóstico de la tiroiditis de Hashimoto;
sólo en las formas muy graves de la variante fibrosa, en las
Cuadro clínico. La tiroiditis de Hashimoto suele cursar con que resulta muy difícil obtener material suficiente, el rendi-
un aumento gradual del tamaño del tiroides, que general- miento de la técnica es escaso. Esta exploración debe indi-
mente no es doloroso y que a menudo se descubre de forma carse siempre ante la sospecha clínica de malignidad y, en
casual. En el 20% de los casos existen signos y síntomas de cualquier caso, para confirmar el diagnóstico. Los criterios
hipotiroidismo, siendo lo más frecuente la ausencia total para el diagnóstico citológico se basan en la presencia de
de manifestaciones generales. El bocio de estos pacientes numerosas células linfoides con predominio de formas ma-
es, de forma característica, moderado, liso, algo irregular y de duras (también se observan formas activadas y células
consistencia firme-elástica, aunque no dura, suele afectar el plasmáticas), coloide escaso y células foliculares con cam-
lóbulo piramidal y su palpación no es dolorosa. En algunos bios oncocíticos (abundante citoplasma finamente granu-
casos pueden aparecer nódulos tiroideos. lar).
La forma más frecuente de presentación de la enfermedad En resumen, para el diagnóstico de la tiroiditis de Hashi-
es la aparición de un bocio moderado y normofuncionante moto son útiles los criterios de Fisher (FISHER et al, 1975) que
en una mujer joven o de mediana edad, correspondiente a la valoran cinco parámetros: a) la existencia de bocio firme,
variante oxifílica de la enfermedad. En la variante juvenil, los irregular y con frecuente palpación del lóbulo piramidal;
pacientes suelen ser niños o adolescentes, y el bocio, de me- b) la gammagrafía con captación heterogénea; c) los anti-
nor tamaño, mientras que la variante fibrosa, más rara, apare- cuerpos antitiroideos positivos a títulos altos; d) la TSH au-
ce en edades más avanzadas y se acompaña con frecuencia mentada, y e) la prueba del perclorato positiva (reflejo del
de hipotiroidismo y de bocio de gran tamaño. trastorno en la organización del yodo que suelen presentar
La función tiroidea suele ser normal en el momento del estos pacientes). Según estos autores, con dos de los criterios
diagnóstico y permanecer estable, aunque en algunos casos citados, el diagnóstico es probable, y con cuatro o más, prác-
se observa una lenta y gradual evolución hacia el hipotiroi- ticamente seguro. En la actualidad, el estudio citológico ha
dismo tras varios años de enfermedad que no suele acompa- restado importancia a estos parámetros clínicos que, no obs-
ñarse de disminución del bocio. tante, se siguen utilizando.
Existe una serie de formas clínicas atípicas y poco frecuen-
tes de la tiroiditis de Hashimoto como la seudotirotóxica, la Diagnóstico diferencial. La tiroiditis de Hashimoto puede
de comienzo subagudo, la que cursa con bocio doloroso o plantear dudas diagnósticas con el bocio simple, tanto en la
con bocio asimétrico o la que se asocia con oftalmopatía de fase difusa como en la multinodular. La práctica de las dife-
Graves. Una entidad curiosa es la denominada “hashitoxico- rentes exploraciones complementarias y, en especial, de la
sis”, en la que coexisten hiperfunción tiroidea e histología de citología aspirativa es definitiva para establecer el diagnósti-
tiroiditis de Hashimoto y que algunos autores consideran co correcto, en la gran mayoría de los casos.
una variante de la enfermedad de Graves-Basedow. Cuando se presenta en alguna de sus formas clínicas atípi-
cas, esta tiroiditis puede confundirse con la enfermedad de
Diagnóstico. El diagnóstico de tiroiditis de Hashimoto debe Graves-Basedow o, más raras veces, con la tiroiditis subagu-
sospecharse ante una mujer de mediana edad con bocio di- da o con la tiroiditis silente. Una cuidadosa valoración de la
fuso de consistencia elástica, sobre todo si se acompaña de clínica y las exploraciones complementarias bastarán para
hipotiroidismo latente o clínico. solucionar los problemas de diagnóstico diferencial.

2091
ENDOCRINOLOGÍA

Evolución y pronóstico. La evolución más frecuente de la El diagnóstico puede sospecharse si existen otras localiza-
tiroiditis de Hashimoto es hacia el desarrollo de hipotiroidis- ciones de la enfermedad y confirmarse mediante examen ci-
mo. Algunos pacientes pueden mostrar, con el paso del tiem- tológico del material aspirado de la lesión.
po, una disminución o incluso desaparición del bocio. El tratamiento es el propio de la enfermedad fundamental.

Tratamiento. No se dispone de un tratamiento etiológico


para la tiroiditis de Hashimoto. Siempre que se compruebe la
Otras tiroiditis crónicas
existencia de hipotiroidismo debe indicarse la administra- Son también tiroiditis de aparición muy poco frecuente. Al
ción de levotiroxina sódica, que se mantendrá durante toda igual que cualquier otro órgano, el tiroides puede verse inva-
la vida y a dosis sustitutivas. Existe controversia sobre la utili- dido por enfermedades sistémicas generalizadas como la sar-
dad de tratar tanto a los pacientes en situación de hipotiroi- coidosis o la amiloidosis, y aunque la invasión no suele pro-
dismo subclínico como a aquellos que presentan bocio nor- ducir síntomas, en los casos en que la glándula se encuentra
mofuncionante. Algunos autores han demostrado la eficacia ampliamente invadida por tejido extraño, puede existir bo-
de la instauración precoz del tratamiento sustitutivo, y otros cio importante e hipotiroidismo. En casos excepcionales, el
recogen una disminución en el tamaño del bocio con esta te- estudio de este bocio puede conducir al diagnóstico de la
rapéutica. Nosotros iniciamos tratamiento con levotiroxina enfermedad general (LUCAS et al, 1989).
siempre que se comprueba hipotiroidismo clínico o subclíni- El diagnóstico de este tipo de tiroiditis se realiza por citolo-
co y también ante grandes bocios, especialmente en indivi- gía y, muchas veces, se efectúa en el estudio post mortem.
duos jóvenes y con poco tiempo de evolución del proceso, El tratamiento es el adecuado para la enfermedad general
en los que se ha comunicado un mayor número de disminu- y, cuando existe hipotiroidismo, puede ser necesario instau-
ciones del tamaño de la glándula. rar tratamiento sustitutivo.
La cirugía no está indicada en el tratamiento de la tiroiditis
de Hashimoto. Sólo se utilizará en bocios de gran tamaño que
causen compresión de estructuras adyacentes y/o problemas Bibliografía especial
psíquicos para el paciente y, evidentemente, si se plantea el BOTTAZZO GF, PUJOL-BORRELL R, HANAFUSA T, FELDMANN M. Hypothesis:
diagnóstico diferencial con procesos malignos. La interven- Role of aberrant HLA-DR expression and antigen presentation in
ción es la tiroidectomía subtotal bilateral, que ha de seguirse the induction of endocrine autoimmunity. Lancet 1983; 2: 1.115-
siempre de la instauración de tratamiento sustitutivo. 1.119.
LUCAS A, SANMARTÍ A, SALINAS I, LLATJÓS M, FOZ M. Amyloid goiter. Diag-
nosis by fine-needle aspiration biopsy of the thyroid. J Endocrinol
Tiroiditis de Riedel Invest 1989; 12: 43-46.
LUCAS-MARTÍN A, FOZ-SALA M, TODD I, BOTTAZZO GF, PUJOL-BORRELL R. Oc-
Esta enfermedad, conocida también como tiroiditis fibrosa currence of thyrocyte HLA Class II expression in a wide variety of
invasiva, es extremadamente rara y afecta más a las mujeres thyroid diseases: Relationship with limphocytic infiltration and
con un predominio de 4:1 y entre la cuarta y la séptima déca- thyroid autoantibodies. J Clin Endocrinol Metab 1988; 66: 367-375.
das de la vida. PUJOL-BORRELL R, HANAFUSA T, CHIOVATO L, BOTTAZZO GF. Lectin indu-
La etiología es desconocida y con frecuencia se asocia ced expression of Dr antigen on human cultured follicular thyroid
con fibrosis del retroperitoneo, mediastino, tejido retrorbita- cells. Nature 1983; 303: 71-73.
rio y glándulas lagrimales, y a colangitis esclerosante, por lo ROTI E, EMERSON CH. Postpartum thyroiditis. J Clin Endocrinol Metab
que se cree que la enfermedad no es más que la localización 1992; 74: 3-5.
VOLPÉ R. Autoimmune thyroiditis. En: BRAVERMAN LE, UTIGER RD (eds).
tiroidea de un proceso generalizado del tejido conjuntivo. Werner and Ingbar’s the thyroid. A fundamental and clinical text.
El examen anatomopatológico de la glándula muestra una Filadelfia, JB Lippincott, 1991; 921-933.
intensa fibrosis, que se extiende fuera del tiroides y se acom-
paña de desaparición de la estructura tiroidea normal.
Las manifestaciones clínicas suelen comenzar entre los 30
y los 60 años con un crecimiento rápido de la glándula que
se palpa agrandada casi siempre de manera uniforme y de
consistencia pétrea, como “leñosa”. A medida que el cuadro
Cáncer de tiroides*
progresa, aparecen síntomas dependientes de la compresión
e infiltración de estructuras adyacentes: disnea, estridor, dis- La incidencia global del cáncer de tiroides es baja, pero re-
fonía, disfagia. sulta difícil establecerla con exactitud, en especial por la exis-
Al principio de la enfermedad, la función tiroidea suele tencia del denominado “carcinoma tiroideo oculto” en glán-
ser normal pero, a medida que la glándula es invadida por el dulas normales o con otro tipo de lesión. Carcinomas
tejido fibroso, la evolución hacia el hipotiroidismo es habi- “ocultos” (de 0,2 a 1,5 cm de diámetro) se han hallado en el
tual. 4-35% de los tiroides examinados post mortem. El hecho de
El diagnóstico de certeza se obtiene mediante la confirma- que, a pesar de esta alta frecuencia, la muerte de estos indivi-
ción histológica de la intensa fibrosis. La práctica de una duos se produzca por otras causas, sugiere que ésta es una
PAAF puede resultar muy difícil. El diagnóstico diferencial enfermedad benigna, si bien no hay que olvidar que algunos
debe plantearse con las neoplasias tiroideas. carcinomas papilares ocultos son capaces de producir metás-
Aunque algunos pacientes se han beneficiado de la tera- tasis locales. La incidencia clínica del cáncer de tiroides es de
péutica esteroide, no existe un tratamiento eficaz de la enfer- 36 a 60 nuevos casos por millón de habitantes y año, mientras
medad. Cuando los síntomas compresivos son muy intensos, que la mortalidad por esta neoplasia asciende a 9 casos por
puede intentarse aliviarlos mediante la sección del istmo ti- millón de personas y año. Estos datos demuestran la escasa
roideo o la práctica de una tiroidectomía parcial. malignidad de la enfermedad, ya que la cifra de mortalidad
representa sólo el 25% de la de nuevos casos diagnosticados.
Esta neoplasia es más frecuente en la mujer (2-3:1), es rara en
Tiroiditis crónicas infecciosas niños y su incidencia aumenta con la edad y en los indivi-
El tiroides constituye una localización extremadamente duos con antecedentes de radioterapia cervical.
rara de infecciones crónicas generalizadas, si bien se ha des-
crito su afectación en el curso de sífilis, tuberculosis, actino- Clasificación. La gran mayoría de las neoplasias malignas
micosis, aspergilosis e hidatidosis. El cuadro se manifiesta del tiroides son carcinomas que se originan en las células
por la aparición de una masa tiroidea de crecimiento lento
y, por lo general, indolora, que puede parecer un quiste o un
adenoma y que se acompaña de función tiroidea normal. *M. Foz Sala y A. Lucas Martín

2092
ENFERMEDADES DEL TIROIDES

TABLA 16.27. Clasificación anatomoclínica de las neoplasias la aparición de carcinoma medular familiar aislado o en el
contexto de una neoplasia endocrina múltiple (MEN) tipo II.
tiroideas malignas El posible papel de algún factor hereditario en el desarrollo
Adenocarcinomas de otras neoplasias tiroideas malignas también ha sido moti-
Carcinoma papilar vo de estudio, y sólo se ha podido demostrar en dos cuadros
Con arquitectura papilar genéticos específicos, el síndrome de Gardner y la enferme-
Con arquitectura folicular dad de Cowden, que pueden asociar, entre sus manifestacio-
Carcinoma folicular nes, carcinoma tiroideo. También se ha descrito algún caso
Carcinoma medular
Carcinoma anaplásico (indiferenciado)
de carcinoma papilar familiar.
Escamoide Estudios realizados mediante técnicas de biología molecu-
De células fusiformes lar han permitido demostrar cambios en la estructura de va-
De células gigantes rios oncogenes en algunos carcinomas tiroideos en el hom-
bre que, al no detectarse en las células normales de los
Otros tumores malignos mismos pacientes, han llevado a postular la posibilidad de
Linfoma que desempeñen cierto papel en el desarrollo de la neopla-
Sarcoma sia, aunque no puede descartarse que sean el efecto y no la
Tumor metastásico
causa del cáncer.
Numerosos estudios han intentado relacionar la aparición
de cáncer de tiroides con otras enfermedades tiroideas pre-
epiteliales, foliculares o parafoliculares. De acuerdo con los vias, como el bocio simple esporádico y endémico, la enfer-
patrones histológicos que presentan y sus características cli- medad de Graves-Basedow y varias tiroiditis, sin haberse de-
nicoevolutivas, estos tumores se dividen en papilares y folicu- mostrado la existencia de ninguna relación entre ellas,
lares, que se engloban bajo la denominación de carcinomas excepto en el caso del linfoma tiroideo. En este tipo de neo-
tiroideos diferenciados, anaplásicos y medulares. Los carci- plasia se ha hallado una estrecha asociación con la tiroiditis
nomas diferenciados tienen, en general, buen pronóstico y de Hashimoto. Así, se ha comprobado que en las zonas en
proceden de las células foliculares del tiroides. El carcinoma las que existe mayor incidencia del linfoma tiroideo, hay
anaplásico es un tumor indiferenciado y de alto grado de ma- también mayor frecuencia de tiroiditis autoinmune. Las cau-
lignidad que se origina también en las células foliculares, sas de esta asociación se desconocen.
mientras que el cuarto tipo de neoplasia procede de las célu-
las C o parafoliculares y presenta un grado de malignidad in- Formas anatomoclínicas. Se describirán únicamente las
termedio. Un quinto tipo de tumor tiroideo maligno es el lin- formas más frecuentes en la práctica clínica diaria.
foma tiroideo. Esta neoplasia procede de las células linfoides Carcinoma papilar. Es el carcinoma tiroideo más frecuen-
de la glándula y su frecuencia parece ser superior a la que se te, representando entre el 50 y el 70% de ellos. Su incidencia
le atribuía hace unos años, ya que posiblemente era confun- es mayor en la mujer (2-3:1), en pacientes con antecedentes
dido con carcinomas anaplásicos de células pequeñas. Otros de irradiación cervical y en la cuarta década de la vida, aun-
tipos de neoplasias, como sarcomas o metástasis en tiroides que se observa con notable frecuencia en la infancia. Así, el
de otros carcinomas primarios, son menos frecuentes. En la 70% de los cánceres tiroideos en niños son papilares. En
tabla 16.27 se resume la clasificación anatomoclínica de las cambio, es una neoplasia rara en zonas con bocio endémico
neoplasias tiroideas malignas. por déficit de yodo.
El carcinoma papilar de tiroides es un tumor bien diferen-
Etiopatogenia. El único factor que inequívocamente se ha ciado, casi siempre no encapsulado, caracterizado porque
demostrado capaz de causar cáncer de tiroides es la exposi- forma papilas en cuyo interior existe un tallo fibrovascular.
ción a radiaciones, sobre todo cuando ésta ocurre durante Las células son cuboides, de tamaño bastante uniforme y, de
la infancia (SCHNEIDER, 1988). El período de latencia entre la manera característica, presentan núcleos de aspecto vacío
irradiación y la aparición clínica de la neoplasia es muy lar- (en vidrio esmerilado) que constituyen un rasgo clave para
go, de 10, 20 o hasta 40 años. La incidencia de cáncer au- el diagnóstico histológico. Con frecuencia se observan calci-
menta con la dosis de radiación que ha recibido la glándula, ficaciones (cuerpos de psamoma) e inclusiones citoplasmáti-
pero, cuando se superan los 200 rad, la carcinogénesis dismi- cas intranucleares. En el 20% de los casos, la neoplasia es
nuye. Este hecho se atribuye al efecto destructivo que sobre multicéntrica, especialmente en los individuos más jóvenes,
el tiroides producen las dosis altas de irradiación y concuer- y es frecuente que la arquitectura papilar se mezcle, sin solu-
da con la evidencia de que el tratamiento con 131I, durante el ción de continuidad, con áreas de arquitectura folicular pero
cual se aplica gran cantidad de rad, no favorece la aparición que conservan las características citológicas (núcleos de as-
de cáncer tiroideo. pecto vacío) propias del carcinoma papilar. En ocasiones,
Diversos trabajos llevados a cabo en animales de experi- todo el tumor adopta una arquitectura folicular (variante foli-
mentación demuestran que la puesta en marcha de algunos cular del carcinoma papilar).
estímulos bociógenos (déficit de yodo, administración de tio- Este tipo de tumor metastatiza de forma precoz en los gan-
derivados o de TSH) puede producir neoplasias tiroideas ma- glios cervicales, siendo relativamente frecuente su diagnósti-
lignas. Estos hechos han llevado a pensar en la posibilidad co por el estudio de una adenopatía cervical, en ausencia de
de que un mecanismo similar fuera el causante de la enfer- evidencia de enfermedad tiroidea. Por el contrario, las me-
medad en el hombre. Sin embargo, varios estudios realiza- tástasis por vía hematógena son muy raras.
dos en zonas con bocio endémico, antes y después de la La clínica del carcinoma papilar suele consistir en la apari-
práctica de la profilaxis yódica, no han podido demostrar ción de un nódulo tiroideo único, indoloro y de crecimiento
la existencia de relación alguna entre el estímulo bociógeno muy lento. En ocasiones se aprecian también adenopatías
y el cáncer de tiroides, aunque no puede negarse categórica- cervicales, asimismo indoloras, que a veces no se acompa-
mente que la TSH desempeñe cierto papel en el desarrollo ñan de nódulo tiroideo palpable. Sólo en fases muy avanza-
de algunas neoplasias tiroideas, en particular del tipo folicu- das, después de varios años de evolución, puede producirse
lar. En este sentido se admite que los niveles extraordinaria- invasión de estructuras vecinas y metástasis a distancia.
mente elevados de TSH influyen en el desarrollo de algunos Carcinoma folicular. El carcinoma folicular sigue en fre-
de los carcinomas hallados en el seno de bocios dishormo- cuencia al papilar, representando alrededor del 10-15% de
nogenéticos. las neoplasias malignas del tiroides y también predomina en
El 20% de los carcinomas medulares tiene un mecanismo el sexo femenino (2-3:1). En cambio, suele aparecer a eda-
de transmisión hereditaria que es de tipo autosómico domi- des superiores, siendo su máxima incidencia alrededor de
nante con un elevado nivel de penetrancia y puede originar los 50 años y es una neoplasia típica de zonas con bocio en-

2093
ENDOCRINOLOGÍA

démico. La existencia de antecedentes de irradiación cervi- trónico presentan numerosos gránulos citoplasmáticos de as-
cal es menos frecuente en este tipo de neoplasia. pecto característico.
La estructura del carcinoma folicular es tan diferenciada El carcinoma medular metastatiza fácil y precozmente por
que puede ser prácticamente idéntica a la del tiroides nor- vía linfática y también por vía hemática, por lo que no son
mal. Por ello, este es el cáncer tiroideo que plantea mayores raras las metástasis a distancia.
problemas diagnósticos al histopatólogo. Con frecuencia, la La clínica de este tipo de carcinoma suele consistir en la
diferenciación entre un adenoma folicular y un carcinoma aparición de uno o más nódulos tiroideos de consistencia fir-
plantea notables dificultades y los criterios de malignidad me, indoloros y de crecimiento lento, que pueden acompa-
son más estructurales que citológicos. Entre ellos cabe citar ñarse de adenopatías cervicales, ya en fases iniciales de su
la infiltración de la cápsula y del parénquima tiroideo adya- evolución. En ocasiones, el hallazgo inicial puede ser una
cente y la invasión de los vasos. En ocasiones se observan cé- metástasis a distancia, localizada con mayor frecuencia en
lulas eosinófilas (células de Hürthle) que pueden llegar a pulmón, hígado y hueso.
constituir el patrón dominante del tumor (carcinoma de cé- En los casos de carcinoma medular familiar aislado, con
lulas de Hürthle), en cuyo caso parecen tener un pronóstico frecuencia existen otros familiares afectos. Cuando la enfer-
algo peor que los carcinomas foliculares clásicos, por lo que medad se presenta formando parte de una MEN tipo IIa, los
algunos autores los clasifican como un grupo independiente. otros componentes del síndrome incluyen feocromocitoma,
El carcinoma folicular se propaga fundamentalmente por habitualmente bilateral, y en ocasiones hiperplasia o adeno-
vía hematógena y, con mucha menos frecuencia, por vía lin- ma de paratiroides. En el tipo MEN-IIb o MEN-III, que habi-
fática. Las metástasis más comunes son las pulmonares y las tualmente se presenta en forma esporádica pero que a veces
óseas (en general osteolíticas) y, en ocasiones, pueden cons- es de tipo familiar, además del carcinoma medular, el feo-
tituir la primera manifestación clínica de la enfermedad. cromocitoma y la afectación paratiroidea, los pacientes pre-
La clínica del carcinoma folicular es similar a la del papi- sentan rasgos marfanoides y neuromas en párpados, labios y
lar. Así, suele presentarse también como un nódulo tiroideo tubo digestivo (GAGEL et al, 1993).
indoloro, a veces muy duro, sobre una glándula previamente Hasta el 13% de los pacientes con carcinoma medular pre-
sana o sobre un bocio multinodular. En fases posteriores senta diarrea. La patogenia de este síntoma no está clara, y
puede haber invasión de los tejidos próximos con sintomato- en ella se han implicado varias sustancias que las células pa-
logía característica. En algún caso, la enfermedad puede ini- rafoliculares, pertenecientes al sistema endocrino difuso son
ciarse clínicamente con el diagnóstico de metástasis pulmo- capaces de secretar, como la serotonina, la calicreína, la
nares u óseas y, de forma excepcional, puede cursar con ACTH, las cininas, las prostaglandinas y la histaminasa, entre
hipertiroidismo. otras. En cambio, el aumento de calcitonina que se encuen-
Carcinoma anaplásico. Constituye alrededor del 10% de las tra prácticamente en todos los pacientes portadores de este
neoplasias malignas del tiroides. Es un tumor indiferenciado tipo de tumor y que es el marcador más sensible y específico
de gran malignidad que procede también de las células foli- de carcinoma medular, no suele causar manifestaciones clí-
culares y que predomina en la mujer, con una incidencia nicas.
máxima después de los 65 años. Linfoma tiroideo. Esta neoplasia maligna es más frecuente
El carcinoma anaplásico puede presentar distintas varieda- en la mujer, puede presentarse a cualquier edad aunque es
des histológicas (escamoide, de células fusiformes, de célu- más típica en personas de edad avanzada, y se asocia, en
las gigantes) que muestran un comportamiento biológico si- ocasiones, con la tiroiditis de Hashimoto.
milar. No tiene cápsula y aparece como un gran mazacote El linfoma tiroideo presenta unas características clínicas si-
pétreo que invade estructuras vecinas. Las células son atípi- milares a las del carcinoma anaplásico, con el que no debe
cas, con abundantes mitosis y áreas de necrosis. La presencia confundirse ya que su evolución y pronóstico son muy distin-
de zonas de tejido papilar o folicular en el seno de muchos tos. El crecimiento del linfoma es más lento y, por palpación,
carcinomas anaplásicos sugiere que una parte importante de tiene una consistencia firme o elástica distinta de la pétrea,
ellos asientan en tiroides afectos previamente de neoplasias característica de los carcinomas anaplásicos. Con frecuen-
papilares o foliculares. cia, los pacientes presentan asociadas otras localizaciones tí-
La invasión ganglionar y las metástasis a distancia se pro- picas del linfoma maligno.
ducen rápidamente y suelen estar presentes ya en el momen-
to del diagnóstico del tumor. Clasificación del carcinoma tiroideo en estadios evolu-
La clínica del carcinoma anaplásico se caracteriza por la tivos. Dependiendo del grado de extensión, las neoplasias ti-
aparición de un tumor cervical anterior, generalmente dolo- roideas se clasifican en cuatro estadios evolutivos. Esta clasi-
roso, de crecimiento rápido y de consistencia pétrea. La infil- ficación, que resulta de gran utilidad en la práctica clínica,
tración, en este tipo de tumor, es rápida, con invasión de se esquematiza en la tabla 16.28.
estructuras próximas (laringe, tráquea, esófago), que se ma-
nifiesta por la sintomatología característica de disfonía, dis- Diagnóstico. El problema del nódulo tiroideo. El diag-
nea y disfagia. Por palpación se aprecia que la masa está ad- nóstico del cáncer de tiroides sólo puede establecerse con
herida a los planos superficiales y profundo y puede también certeza mediante el estudio anatomopatológico. Los datos
detectarse la presencia de adenopatías. clínicos que pueden orientarlo difieren según el tipo anato-
Carcinoma medular. A diferencia de las neoplasias descri- moclínico de la neoplasia y el grado de diseminación local y
tas, este tipo de tumor procede de las células parafoliculares a distancia. Así, por ejemplo, en el caso del carcinoma me-
tiroideas o células C, productoras de calcitonina. El carcino- dular, pueden ser útiles la historia familiar o la existencia de
ma medular constituye alrededor del 5-10% de los carcino- un cuadro diarreico.
mas tiroideos. Puede aparecer a cualquier edad, aunque es La forma de presentación clínica más habitual de las neo-
más frecuente en la quinta década de la vida y su incidencia plasias tiroideas consiste en la aparición de un nódulo cervi-
es sólo ligeramente superior en la mujer que en el varón cal anterior. Esta forma de presentación ocurre hasta en el
(1,3:1). Su malignidad es superior a la de los tipos papilar y
folicular, pero inferior a la del carcinoma anaplásico. TABLA 16.28. Estadios evolutivos del carcinoma de tiroides
El carcinoma medular está constituido por células redon-
das, poliédricas o fusiformes, siendo una característica pecu- Estadio I: tumor intratiroideo con foco único o multicéntrico
liar de esta neoplasia la existencia de sustancia amiloide en Estadio II: tumor tiroideo con metástasis cervicales no adheridas
la estroma del tumor, fácilmente identificable mediante la y sin invasión de estructuras vecinas
tinción del rojo Congo. Las células de este tumor suelen reac- Estadio III: tumor tiroideo con metástasis cervicales adheridas
y/o con invasión cervical
cionar con anticuerpos dirigidos contra la cromogranina y la Estadio IV: metástasis a distancia
calcitonina, y cuando se estudian con el microscopio elec-

2094
ENFERMEDADES DEL TIROIDES

TABLA 16.29. Signos y síntomas sospechosos de malignidad lar en el que la frecuencia de malignidad es menor que en
en un nódulo tiroideo los nódulos únicos.
La gammagrafía tiroidea permite la clasificación de los nó-
Antecedentes de irradiación cervical dulos tiroideos, según su capacidad para captar el radioisóto-
Edad inferior a 20 años o superior a 60 años po, en nódulos “fríos” o no captantes (80-85%), isocaptantes
Sexo masculino
Nódulo único (15%) o hipercaptantes (5%). Los tumores malignos suelen
Nódulo mayor de 4 cm de diámetro ser “fríos” aunque se han descrito casos de carcinomas foli-
Aparición reciente culares isocaptantes o incluso hipercaptantes, pero sólo el
Crecimiento rápido 10-20% de los nódulos “fríos” son malignos.
Consistencia pétrea Desde la introducción de la práctica de la citología tras
Presencia de adenopatías cervicales PAAF, es posible hacer una aproximación diagnóstica mu-
Signos y síntomas de compresión cho más precisa ante un nódulo tiroideo. Esta es una técnica
Invasión de estructuras cervicales próximas segura, sencilla, indolora, de bajo coste y alta fiabilidad a la
que, en manos de un buen citopatólogo, se le reconoce una
precisión del 95%. La PAAF es para muchos autores el primer
75% de los casos, aunque sólo el 10-15% de los nódulos tiroi- procedimiento diagnóstico que se ha de realizar. En numero-
deos únicos sin antecedentes de irradiación y el 20-25% de sas ocasiones, la citología es diagnóstica (bocio coloide, car-
los que han sido irradiados son malignos. Por otra parte, nó- cinomas papilar, medular y anaplásico) y, en algunos casos,
dulos tiroideos palpables pueden hallarse hasta en el 4-9% de la práctica de la PAAF puede ser terapéutica ya que consigue
la población adulta normal, y mediante estudios necrópsicos hacer desaparecer entre el 20 y el 65% de las lesiones quísti-
y ecográficos se han identificado en casi el 50% de los indivi- cas. La limitación más importante de la exploración es su fal-
duos mayores de 50 años. Todos estos hechos confieren es- ta de especificidad para diferenciar los tumores foliculares
pecial importancia al problema del nódulo tiroideo, que benignos de los malignos (diagnóstico citológico de “prolife-
siempre plantea la duda diagnóstica en cuanto a su posible ración folicular”) pero, a pesar de ello y de la existencia, en
malignidad. todas las series, de un pequeño porcentaje de falsos positivos
Existe una serie de datos de la historia clínica y de la ex- y negativos, el examen citológico del material obtenido por
ploración física que resultan orientativos de malignidad, ante PAAF es el mejor método de que se dispone en la actualidad
un nódulo tiroideo y que se recogen en la tabla 16.29. En para el diagnóstico de los nódulos tiroideos y, por tanto, del
cuanto a la analítica (general y hormonal), sólo el hallazgo carcinoma tiroideo.
de una cifra de calcitonina plasmática elevada es de gran En la figura 16.55 se resume la conducta que se ha de se-
ayuda para el diagnóstico de carcinoma medular, neoplasia guir ante un nódulo tiroideo.
en la que también pueden hallarse niveles elevados de antí- Cuando se diagnostica un carcinoma medular, debe reali-
geno carcinoembrionario. zarse siempre un estudio familiar para determinar la calcito-
La ecografía tiroidea, el método morfológico más sensible nina basal y tras estimulación con pentagastrina y calcio,
para el estudio de la glándula, no es en absoluto específi- con el fin de efectuar el diagnóstico precoz de otros posibles
ca para diagnosticar benignidad o malignidad. Mediante su familiares afectos. Igualmente, en los casos de MEN deben
práctica se pueden diferenciar las lesiones quísticas (con practicarse las exploraciones necesarias para diagnosticar
mayor frecuencia benignas) de las sólidas, pero la valora- los posibles tumores asociados.
ción de los quistes tiroideos debe hacerse con reservas, ya
que el 1-7% de ellos son malignos. La ecografía es útil tam- Evolución y pronóstico. La evolución y el pronóstico de las
bién para diagnosticar la existencia de un bocio multinodu- diferentes neoplasias del tiroides dependen básicamente del

Clínica y/o Clínica y


exploración sugestivas exploración no sugestivas
de malignidad* de malignidad*

PAAF PAAF
(Gammagrafía y ecografía opcionales)

Maligna Dudosa Benigna


(incluye proliferación
folicular)
Quístico Sólido/Mixto

Vaciamiento Persistencia

Reaparición

Repunción

Reaparición
Fig. 16.55. Conducta que se ha de se-
guir ante un nódulo tiroideo solitario o do-
minante.
*Véase tabla 16.29. **Si aparecen cam- CIRUGÍA
bios clínicos, revaloración con repunción. Conducta expectante
Si aparecen datos sugestivos de maligni- con valoración anual **
dad, indicar cirugía previa repunción.
PAAF: punción-aspiración con aguja fina.

2095
ENDOCRINOLOGÍA

TABLA 16.30. Dosis de radioyodo recomendadas en el tratamiento TABLA 16.31. Pautas terapéuticas recomendadas en las neoplasias
del carcinoma de tiroides tiroideas malignas
Radioyodo (mCi) Carcinomas papilar y folicular
Tiroidectomía casi total
Carcinoma papilar intratiroideo (estadio I) 50-80 Administración de 131I
Carcinoma folicular intratiroideo (estadio I) 80-100 Levotiroxina a dosis supresoras de la TSH
Estadios II o III 90-110 Carcinoma anaplásico
Estadio IV 120-150 Radiaciones externas
Quimioterapia (doxorubicina)
Carcinoma medular
tipo anatomoclínico y del estadio evolutivo, en el momento Tiroidectomía total con exéresis ganglionar
del diagnóstico. Linfoma
El carcinoma papilar es la neoplasia tiroidea que presenta Radiaciones externas
Quimioterapia
mejor pronóstico. Su evolución suele ser muy lenta y su rela-
tiva benignidad es tan notable que los índices de superviven-
cia se calculan a los 10 años de su diagnóstico y son, según
diferentes series amplias, al menos del 80-90%. La incidencia postoperatorio. Las actitudes más conservadoras que, en oca-
de muerte por carcinoma papilar en una larga serie de pa- siones, recomiendan algunos autores, dificultan el segui-
cientes fue del 6,5% a los 30 años, y el 73% de ellos murieron miento posterior de estos pacientes, por lo que no las consi-
en los primeros 10 años de evolución de la neoplasia. Dentro deramos indicadas.
de este tipo de tumor se consideran índices de peor pronósti- En los casos de carcinoma medular, en todas sus formas,
co el sexo masculino, la edad superior a 45-50 años, el tama- la tiroidectomía total es de práctica obligada en todos los pa-
ño de la tumoración, que es progresivamente de peor pro- cientes y constituye la única posibilidad de curación, ya que
nóstico a partir de 1,5 cm, una pobre diferenciación celular, ni el tratamiento con radioyodo ni las hormonas tiroideas
la variedad histológica “de células altas” y los estadios evolu- ayudan a controlar la enfermedad. Debido a la alta inciden-
tivos III y IV. Algunos autores consideran que la variedad “es- cia (50%) de afección de los ganglios linfáticos del comparti-
clerosante” y el microcarcinoma (tumor inferior a 1 cm de miento central del cuello en el momento de la presentación,
diámetro) tienen mejor pronóstico. se recomienda su disección profiláctica. Siempre se deben
Al valorar el pronóstico de esta neoplasia, no hay que olvi- revisar los ganglios del compartimiento lateral y, si están
dar que, en un momento dado de su evolución, generalmen- afectados, practicar la linfadenectomía.
te avanzado, el carcinoma papilar puede transformarse en En el carcinoma anaplásico y en el linfoma, la cirugía re-
anaplásico. sulta poco útil ya que casi siempre es imposible realizar una
La evolución del carcinoma folicular es, en general, lenta resección amplia del tumor. En muchos casos resulta necesa-
aunque no tanto como la del papilar, y esta neoplasia tiene rio practicar intervenciones paliativas.
un pronóstico relativamente favorable pero peor que el del Radioyodo. Los carcinomas papilar y folicular, en especial
carcinoma papilar. Las supervivencias globales a 10 años este último, son capaces de captar 131I. Esta capacidad se uti-
son, al menos, del 65-75% Son factores de peor pronóstico liza para realizar la denominada “ablación del resto tiroi-
del carcinoma folicular la edad superior a 45-50 años, una deo”, después de la cirugía, que constituye el segundo paso
alta capacidad para la invasión local y la presencia de metás- en el tratamiento de este tipo de neoplasias. Para que la tera-
tasis a distancia. En lesiones mínimamente invasivas, la su- péutica con 131I sea más eficaz es conveniente que las células
pervivencia a los 10 años llega a ser de hasta el 86%, mientras foliculares estén estimuladas por la TSH (TSH superior a 30-
que no supera el 44% en los tumores más invasivos. Algunos 60 µU/mL), situación que se alcanza alrededor de 3 semanas
autores han comunicado un peor pronóstico para los carci- después de practicar la tiroidectomía. Nosotros, de acuerdo
nomas de células de Hürthle, pero este dato no se ha confir- con el Servicio de Medicina Nuclear del Hospital Vall d’He-
mado en otras series. bron de Barcelona (Dr. GALOFRÉ), indicamos el tratamiento
A diferencia de lo que ocurre con los otros tipos de carci- con radioyodo en todos los pacientes mayores de 6 años de
nomas tiroideos, el pronóstico del carcinoma anaplásico es edad sometidos a tiroidectomía por presentar un carcinoma
muy malo y se asocia con una supervivencia de pocos meses. tiroideo papilar o folicular, a las 3-4 semanas de la interven-
El pronóstico del carcinoma medular es peor que el del pa- ción quirúrgica y a las dosis que se pretende sean únicas y
pilar y folicular, pero mucho mejor que el del anaplásico y que se especifican en la tabla 16.30.
depende de la precocidad del diagnóstico. La supervivencia La administración de radioyodo no resulta útil en el trata-
general es del 80% a los 5 años y del 60% a los 10 años. Son miento de los carcinomas anaplásico o medular, ni en el del
datos de peor pronóstico para esta neoplasia la edad avanza- linfoma tiroideo.
da, la presencia de diarrea y los estadios evolutivos más Tratamiento con hormonas tiroideas. La administración de
avanzados. Asimismo, la malignidad del carcinoma medular levotiroxina es obligada tras la exéresis de la glándula tiroi-
que forma parte del MEN-IIb es bastante superior a la del car- des. En los pacientes intervenidos por carcinoma anaplásico
cinoma aislado, y la variedad más benigna es la del MEN-IIa. o medular, o por linfoma, la hormonoterapia se realiza con
fines sustitutivos y la pauta de administración debe ajustarse
Tratamiento. Los pilares del tratamiento de las neoplasias ti- a este objetivo. En cambio, en las neoplasias papilar y folicu-
roideas son la cirugía, el radioyodo y la medicación con hor- lar, el tratamiento con levotiroxina se efectúa además para
monas tiroideas. suprimir la secreción hipofisaria de TSH, por lo que se admi-
Cirugía. El tratamiento quirúrgico constituye el pilar básico nistra a dosis generalmente superiores, denominadas subtó-
de la terapéutica del cáncer de tiroides y su finalidad funda- xicas, que suelen oscilar entre 200 y 250 µg/día. En estos ca-
mental consiste en obtener la exéresis de la totalidad del teji- sos, la hormonoterapia se inicia después de finalizado el
do neoplásico o, si esto no es posible, extirpar la máxima tratamiento con 131I.
cantidad de tumor. Otros tratamientos. Los carcinomas tiroideos no responden
En los carcinomas papilar y folicular, el tratamiento de al tratamiento con radioterapia externa, por lo que ésta sólo
elección es la tiroidectomía bilateral casi total que, en los ca- se utiliza con fines paliativos y en casos muy seleccionados.
sos en que exista invasión ganglionar cervical, se acompaña- Por el contrario, este tipo de terapéutica, asociada con qui-
rá del vaciamiento correspondiente. Esta técnica respeta una mioterapia, desempeña un papel fundamental en el trata-
mínima cantidad de tiroides contigua a la cápsula en el polo miento de los linfomas tiroideos.
superior del lóbulo contralateral a la localización del tumor, Los citostáticos, excepto en el linfoma, son también de es-
con lo que disminuye la incidencia de hipoparatiroidismo casa utilidad en el tratamiento de las neoplasias tiroideas.

2096
ENFERMEDADES DE LAS GLÁNDULAS PARATIROIDES

Resumen de las pautas terapéuticas. Seguimiento y control En el carcinoma medular debe intentarse siempre la prácti-
evolutivo de los pacientes tratados por carcinoma tiroideo. En ca de la tiroidectomía total con exéresis ganglionar que,
la tabla 16.31 se resumen las pautas terapéuticas recomenda- como ya se ha indicado, constituye la única terapéutica efi-
das en los diferentes tipos de neoplasias tiroideas malignas. caz. Como tratamientos coadyuvantes, en los casos en que la
En los carcinomas papilar y folicular, 3-4 semanas después cirugía ha sido insuficiente, pueden utilizarse la radioterapia
de la práctica de la tiroidectomía se efectúan las exploracio- externa y la quimioterapia, que siempre ofrecerán resultados
nes necesarias para evaluar los restos tiroideos que incluyen escasos y transitorios. Para el control evolutivo del carcino-
la práctica de una “captación corporal con yodo” (CCI). De ma medular, la determinación de calcitonina plasmática,
este modo se establece el estadio evolutivo y se puede deci- que se efectuará cada 6-12 meses, es el mejor marcador tu-
dir la dosis de 131I que se ha de administrar. En este momen- moral, aunque tiene sus limitaciones, ya que puede seguir
to, se determinan la TSH, siempre por métodos inmunorra- elevada después de la cirugía hasta en el 50% de los pacien-
diométricos, la tiroglobulina y los anticuerpos antitiro-- tes, según las series. Este hecho puede deberse a la persisten-
globulina. Posteriormente, se administra el radioyodo y 8-10 cia del tejido tumoral residual, pero en muchos casos no se
días después, se inicia la hormonoterapia con levotiroxina a halla evidencia clínica ni radiológica de la existencia de neo-
dosis de 200 µg/día que se ajusta, en controles clínicos y ana- plasia, la reexploración quirúrgica es negativa y no se norma-
líticos periódicos, hasta conseguir la supresión de la TSH. A lizan las cifras de calcitonina. A pesar de estos casos, la apa-
los 5 meses del tratamiento con 131I se efectúan determinacio- rición de niveles elevados de calcitonina en pacientes que
nes de hormonas tiroideas, TSH, tiroglobulina y anticuerpos previamente presentaban cifras normales o indetectables,
antitiroglobulina, así como un nuevo CCI para evaluar la efi- son indicativos de metástasis. Cuando no existe evidencia
cacia terapéutica. Un mes antes de la práctica de todo CCI, clínica de enfermedad y la calcitonina es elevada, deben
se sustituye la levotiroxina por T3 que se administra durante realizarse estudios de localización del tumor, como la TC de
15 días. Desde 2 semanas antes del CCI, se suspende el trata- cuello y mediastino y gammagrafía con metayodobencilgua-
miento supresor con el fin de que aumenten los niveles de nidina. Las determinaciones del antígeno carcinoembrio-
TSH. Si el paciente se halla en situación de “no evidencia nario también son de utilidad en el seguimiento de estos
de enfermedad”, que se define por ausencia de captación pacientes, ya que aunque no es un marcador específico, au-
del radioyodo fuera de los lugares fisiológicos de elimina- menta en presencia de tumor. Ante el diagnóstico de recidi-
ción, y cifras de tiroglobulina inferiores a 10 ng/mL, se reins- va local o de metástasis a distancia, el tratamiento es siempre
taura el tratamiento con levotiroxina. Los controles clínicos la reintervención quirúrgica para realizar la extirpación lo
posteriores se efectúan cada 4-6 meses. Cada año se reco- más amplia posible del tejido neoplásico.
mienda la práctica de una radiografía de tórax. Según el he- En los pacientes diagnosticados de linfoma tiroideo deben
cho conocido de que más del 80% de las recurrencias del realizarse las exploraciones oportunas para descubrir otras
carcinoma papilar aparecen en los primeros 10 años después posibles localizaciones del tumor. El tratamiento, en estos ca-
del diagnóstico, recomendamos el siguiente seguimiento: al sos, se basa en la combinación de la radioterapia cervical y
cabo de 1, 2, 3, 4, 6, 8 y 10 años, determinar hormonas tiroi- la quimioterapia antilinfomatosa adecuada.
deas, TSH, tiroglobulina y anticuerpos antitiroglobulina y
practicar CCI; a los 5, 7 y 9 años determinar sólo hormonas ti-
roideas, TSH, tiroglobulina y anticuerpos antitiroglobulina.
Cuando, en cualquier momento del seguimiento, se com-
pruebe la existencia de enfermedad activa, se debe realizar Bibliografía especial
tratamiento con radioyodo tanto de la recidiva local como GAGEL RF, ROBINSON MF, DONOVAN DT, ALFORD BR. Medullary thyroid
de las metástasis a distancia. carcinoma: Recent progress. J Clin Endocrinol Metab 1993; 76:
En los últimos años se han realizado numerosos estudios 809-814.
MAZZAFERRI EL. Management of a solitary thyroid nodule. N Engl J
para dilucidar si uno de los dos parámetros de seguimiento Med 1993; 328: 553-559.
de los pacientes con carcinoma tiroideo diferenciado (CCI o PIZARRO E, LUCAS A, REVERTER JL, RIUS F, SALINAS I, SANMARTÍ A. Nuestra
determinación de tiroglobulina) podría utilizarse de forma experiencia en 275 casos de bocio multinodular. Aspectos clíni-
aislada con buena sensibilidad y especificidad para la detec- cos y terapéuticos. Endocrinología (Barc) 1993; 40: 143-147.
ción de enfermedad activa. Los resultados no han sido con- REVERTER JL, LUCAS A, SALINAS I, AUDI L, FOZ M, SANMARTÍ A. Suppressive
cluyentes, por lo que la mayoría de los grupos de trabajo si- therapy with levothyroxine for solitary thyroid nodules. Clin Endo-
guen realizando las dos exploraciones. crinol (Oxf) 1992; 36: 25-28.
En el carcinoma anaplásico, después de intentar la exére- SCHNEIDER AB. Radiation-induced thyroid tumors. Thyroid carcinoma.
Endocrinol Metab Clin North Am 1990; 19: 495-508.
sis del tumor, que prácticamente siempre es imposible, debe SCHNEIDER AB, SIPERSTEIN AE, CLARK OH, MAZZAFERRI EL. Carcinoma of
utilizarse la radioterapia externa asociada con doxorubicina follicular epithelium. Pathogenesis. Surgical therapy. Radioiodine
o a otros citostáticos. Estos tratamientos son sólo paliativos y, and other treatments and outcomes. En: BRAVERMAN LE, UTIGER RD
cuando producen mejoría de la enfermedad, ésta es siempre (eds). Werner and Ingbar’s the thyroid. A fundamental and clini-
transitoria. cal text. Filadelfia, JB Lippincott, 1991; 1.121-1.165.

Enfermedades de las glándulas paratiroides


F. Hawkins Carranza

Anatomofisiología de las glándulas paratiroides a constituir el 60-70% del peso glandular. En el hombre, las
glándulas paratiroides inferiores se originan en el endoder-
Habitualmente existen cuatro glándulas paratiroides, si mo de la tercera bolsa branquial y migran con el timo, lo
bien alrededor del 2-6,5% de los individuos pueden tener en- que puede determinar una localización variable desde el án-
tre seis y ocho. Su forma es elipsoide plana y su color ma- gulo de la mandíbula al mediastino anterior y, en ocasiones,
rrón, pero con la edad se torna amarillento en relación con tan bajo como el pericardio. Las paratiroides superiores deri-
un mayor contenido graso, que en los ancianos puede llegar van de la cuarta bolsa branquial, en íntima relación con el

2097
ENDOCRINOLOGÍA

cuerpo ultimobranquial, del que se separan al incorporarse


éste al tiroides, situándose a la altura del istmo tiroideo, cer- 1 5 10 15
ca de la intersección de la arteria tiroidea media con el ner- NH2 Ser Val Ser Glu IIe Gln Leu Met His Asn Leu Gly Lys His Leu
vio recurrente laríngeo. Su tamaño es de 4 × 5 mm y su peso Asn
de 30-50 mg cada una (algo superior en las mujeres). Pueden Ser
localizarse en la cápsula de la glándula tiroides o estar inclui-
Met
das en el tejido tiroideo, pero siempre rodeadas de una cáp-
Glu
sula de tejido conjuntivo. Por ella penetran elementos vascu-
lares y nerviosos al interior de la paratiroides. Asn His Val Asp Gln Leu Lys Lys Arg Leu Trp Glu Val Arg
Las glándulas paratiroides contienen tres tipos celulares: Phe 30 25 20
principales, oxifílicas y claras. Las principales son las más 35 Val
abundantes y suelen disponerse en sábanas o formando tra- Ala
béculas. Son responsables de la secreción de parathormona
(PTH). Su tamaño es de 6-8 µm de diámetro y cabe distinguir Leu

dos variantes: las células principales oscuras (activas), que Gly Ala Pro Leu Ala Pro Arg Asp Ala Gly Ser Gln Arg Pro Arg
contienen numerosos gránulos secretores de la región de 40 45 50 Lys
Golgi, y las pálidas (inactivas), ricas en glucógeno y pobres Lys
en gránulos secretores. En condiciones normales, la relación Glu 55
entre las células inactivas y las activas es 5:1; en situaciones 70 Glu Gly Leu Ser Lys Glu His Ser Glu Val Leu Val Asn Asp
de hipercalcemia crónica la relación se incrementa hasta
65 50
10:1. Las células oxifílicas tienen un diámetro de 8-12 µm, Ala

con citoplasma granular eosinófilo debido a su riqueza en Asp


mitocondrias, y no llegan a superar el 5% de las células pa- Lys
renquimatosas. Su función es desconocida y se disponen ais- O
Ala Asp Val Asp Val Leu Thr Lys Ala Lys Ser Gln –C OH
ladamente entre las células principales. Por último, las célu- 75 80
las claras son las de mayor tamaño, 10-15 µm de diámetro, se
encuentran en ocasiones en las glándulas paratiroides y aun-
que no parecen estar asociadas con ninguna función secre- Fig. 16.56. Secuencia de aminoácidos de la PTH humana.
tora, llegan a ser prominentes en algunos casos de hiperpla-
sia glandular.

Homeostasia del calcio y del fósforo


Núcleo
La principal función de las glándulas paratiroides es la se- Gen PTH
creción de PTH, hormona que, junto con el 1,25-(OH)2-D3 DNA
(metabolito activo de la vitamina D) y la calcitonina, inte- AAA
mRNA
gran un complejo sistema endocrino que controla la ho-
meostasia del calcio y del fósforo en todos los vertebrados,
por la regulación del flujo de estos minerales entre el líquido
extracelular y diversos compartimientos efectores “potencial- AAA
mente activados” por éstos y que son el intestino, el hueso y
los riñones.
Otros factores (dieta, agentes físicos), hormonas (GH, tiro- Prepro-PTH
xina, gonadales, cortisol, somatomedinas, etc.) y algunas sus-
Pro-PTH PTH
tancias no bien identificadas intervienen también en diferen-
tes aspectos de la regulación y modulación de las respuestas Retículo endoplasmático Aparato de Gránulo
de estos órganos efectores a las hormonas controladoras del rugoso Golgi secretor
metabolismo fosfocálcico.

Parathormona
La PTH está formada por una cadena polipeptídica de 84 Célula paratiroidea
aminoácidos (fig. 16.56) cuyo residuo aminoterminal es seri-
na y el carboxiterminal glutamina, con un peso molecular de
9,5 kD. La actividad biológica se localiza en la secuencia
1-34. Los genes para la PTH han sido clonados, establecién- Fig. 16.57. Biosíntesis intracelular de la PTH.
dose que hay un gen para su codificación en el brazo corto
del cromosoma 11.
tículo endoplásmico; en éste, una peptidasa elimina el frag-
mento que ya ha cumplido su misión y empieza el plega-
Biosíntesis de la PTH miento de la molécula. La conversión de prepro-PTH a pro-
El producto original de este gen es un precursor polipeptí- PTH probablemente ocurre durante el transporte del
dico (fig. 16.57) de 115 aminoácidos y peso molecular de 13 polipéptido en la cisterna del retículo endoplásmico rugoso,
kD sintetizado en los ribosomas y que recibe el nombre de en unos segundos. La pro-PTH formada contiene 90 aminoá-
prepro-PTH. Es precisamente la secuencia “pre” la primera cidos y un peso molecular del 10 kD. La escisión de otro he-
parte que surge del ribosoma, quedando por su carácter hi- xapéptido permite la conversión de pro-PTH a PTH a los 15
drófobo pegada a la membrana del retículo endoplásmico; min de haberse iniciado la síntesis de pro-PTH. En este pun-
ello confiere a la molécula carácter exportable. La función to, la PTH se encuentra libre o bien empaquetada en gránu-
del fragmento hidrófobo es localizar los puntos claves del re- los secretores para su depósito y conveniente liberación. La
tículo endoplásmico liso, donde abre una especie de poro, hormona intacta (PTH 1-84) sufre al menos otra escisión (ca-
por el que penetra la cadena formada en el interior del re- tepsina B) en los gránulos secretores para generar fragmen-

2098
ENFERMEDADES DE LAS GLÁNDULAS PARATIROIDES

aminoterminales y la PTH intacta. Se ha demostrado un pro-


Glándulas paratiroides
ceso de recaptación tubular que afecta sobre todo los frag-
mentos aminoterminales.
Así, mientras en el efluente venoso de la glándula parati-
roides la PTH intacta puede constituir el 80% de la secreción,
Fragmentos a nivel periférico la contribución de los fragmentos la reduce
PTH intacta + carboxiterminales al 10%, representando los carboxiterminales la mayor pro-
porción (80%) y los aminoterminales otra mínima fracción.
Los fragmentos aminoterminales tienen actividad biológica,
pero una vida media circulante corta, similar a la PTH intac-
Hígado Riñón
ta (alrededor de 10 min), mientras que los carboxiterminales
son inactivados y tienen una vida media más larga (40 min).
Esta observación concuerda con la mayor cantidad de estos
Fragmentos Fragmentos últimos en la insuficiencia renal por fallo en su eliminación y
aminoterminales + carboxiterminales vida media más prolongada.

Control de la secreción de PTH


Sangre La secreción de PTH es inversamente proporcional a los
niveles de calcio plasmático, con una capacidad de regula-
Excreción ción rápida en minutos. Esta retroalimentación negativa sig-
urinaria nifica la puesta en marcha de efectos de la PTH sobre el ri-
ñón, el hueso e, indirectamente, el intestino, para mantener
la normocalcemia. Ya se ha indicado que en situaciones de
Fig. 16.58. Metabolismo y fragmentos de la PTH. La PTH se secreta hipercalcemia se secretan fragmentos inactivos carboxitermi-
como hormona intacta y fragmentos carboxiterminales. Éstos son pro-
ducidos también en el hígado y el riñón por metabolismo de la hormo- nales, además de disminuir la PTH intacta. El calcio ionizado
na intacta. Ambos, la PTH intacta y los fragmentos carboxiterminales, sérico es el principal determinante de la secreción de PTH.
son eliminados por filtración glomerular. Los fragmentos aminotermi- Ésta también aumenta al disminuir la concentración de mag-
nales circulan en proporciones pequeñísimas y se originan por meta- nesio, siempre que la de calcio se mantenga normal. La
bolismo periférico de la hormona intacta. PTH intacta: PTH intacta de perfusión de magnesio disminuye la secreción de PTH, esti-
84 aminoácidos. mándose su efecto en un tercio respecto al del calcio. En si-
tuaciones de reducción crónica de magnesio puede haber
una secreción inadecuada de PTH, implicando posiblemen-
tos inactivos carboxiterminales, que pueden ser liberados te un deterioro en los mecanismos secretores de PTH.
con la hormona intacta a la circulación. Ambos precursores
(prepro-PTH y pro-PTH) no tienen actividad biológica valora-
ble y no son detectados en la circulación. Las células princi-
Acciones biológicas de la PTH
pales también producen una glucoproteína (proteína secre- La PTH es la principal hormona en el control y la protec-
tada por las paratiroides [PSP]) simultáneamente con la PTH ción del organismo frente a la hipocalcemia, regulando el
que ha sido involucrada en el transporte en el espacio cister- trasiego mineral del hueso, riñón e intestino.
na de la pro-PTH. Acciones sobre el riñón. La PTH produce: a) un incremen-
to acusado en la excreción urinaria de fosfatos, que es inde-
pendiente de los cambios en el filtrado glomerular y que se
Regulación de la biosíntesis intracelular de la PTH lleva a cabo por una disminución de la reabsorción tubular
Existe una vía degradativa para la PTH, sensible al calcio, proximal de este ion; b) un aumento en la reabsorción tubu-
en el interior de las células principales. Este mecanismo ac- lar de calcio y magnesio, y c) un incremento en la excreción
túa modulando la secreción y el almacenamiento de la PTH; urinaria de bicarbonato por inhibición de su reabsorción tu-
niveles elevados de calcio lo estimulan y niveles bajos lo in- bular proximal (fig. 16.59).
hiben. La degradación de la PTH se lleva a cabo por proteóli- En situaciones de hipercalcemia crónica (hiperparatiroi-
sis, sin afectar los precursores hormonales. El sistema adenil- dismo primario) puede predominar la hipercalciuria, a pesar
ciclasa y el producto de esta enzima, el 3’5’-AMP cíclico, son de la PTH elevada, lo que se explica porque la acción de
intermediarios en el control por el calcio de la secreción pa- esta hormona sobre el túbulo distal sólo afecta al 10%, que se
ratiroidea. reabsorbe a este nivel. El 90% del calcio filtrado es reabsorbi-
do por un proceso independiente de la PTH no saturable y el
ligado al transporte del sodio en el túbulo proximal y el asa
Metabolismo y fragmentos circulantes de Henle. En el mecanismo de la fosfaturia inducida por la
La PTH circulante es heterogénea y a ello contribuyen va- PTH está implicado el AMPc. La PTH se liga a un receptor en
rios factores. En primer lugar, la glándula secreta PTH intacta la cara basal de la célula tubular, activando el sistema ade-
(1-84) y fragmentos inactivos carboxiterminales conteniendo nilciclasa e incrementando el AMPc citosólico, el cual, al
regiones media y carboxílica de la molécula. No hay datos unirse a la subunidad reguladora de la proteincinasa del bor-
que apoyen la secreción de fragmentos aminoterminales ac- de luminal, disocia a ésta de la subunidad catalítica. La fosfo-
tivos por la glándula paratiroides. Los fragmentos circulantes rilación de proteínas de la membrana celular por la subuni-
son el resultado de aquéllos secretados (fig. 16.58) y de los dad catalítica activada inhibe el transporte de sodio y fosfato
derivados del metabolismo de la PTH en el hígado, el riñón hacia el interior celular.
y, en menor proporción, en el hueso. En el hígado y en el ri- Acciones sobre el hueso. En el esqueleto la PTH estimula la
ñón la PTH intacta es escindida a fragmentos inactivos car- reabsorción ósea. También estimula la formación de hueso
boxiterminales y activos aminoterminales. Las células de nuevo, pero su efecto neto es aumentar la liberación de cal-
Kupffer son las encargadas en el hígado de degradar la PTH cio y fosfato a la sangre. La administración de PTH provoca
a dichos fragmentos que no metaboliza. El riñon también es- inicialmente un estímulo de la osteólisis osteocitaria y la
cinde la molécula de PTH intacta a fragmentos carboxitermi- reabsorción ósea por los osteoclastos preexistentes, genera-
nales y aminoterminales. Los fragmentos carboxiterminales ción de nuevos osteoclastos y, por último, depresión de la
son eliminados principalmente por filtración glomerular, función de los osteoblastos (retracción y disminución de
pero también, aunque en menor proporción, los fragmentos la síntesis y del contenido proteico de estas células). A largo

2099
ENDOCRINOLOGÍA

Paratiroides
Piel Dieta Sangre

7-deshidrocolesterol Vitaminas
D2 y D3
Hueso
+ [PO4] [HCO3] [Ca++] UV
Aparato
digestivo

NaHCO3
Previtamina D3
Ca

NaCl
+Ca

+Ca
PO4
PO4
base

Provitamina D3

Vitamina D3
Vitamina D
Proteína
transportadora

Ca
PO4 Hígado

25-hidroxilasa 25-(OH)-D3
Fig. 16.59. Acción de la PTH sobre el túbulo renal.

plazo, la PTH estimula la generación de factores de acopla- Riñón


miento de la remodelación ósea, pudiendo llegar a sobrepa- 1-α-hidroxilasa 1,25-(OH)2-D3
sar la inhibición directa de los osteoblastos y a provocar dife-
renciación de células con función osteoblástica y formación
de nuevo hueso. Dado que los osteoblastos tienen receptores
para la PTH y no los osteoclastos, es posible que parte de los Intestino Riñón
efectos de esta hormona sobre los osteoclastos sean media-
dos por los primeros. Se ha demostrado que la PTH es menos
efectiva en promover la reabsorción ósea en ausencia de
1,25-(OH)2-D3. Fig. 16.60. Esquema de la formación y la absorción de los metaboli-
tos de la vitamina D. UV: rayos ultravioleta.
Acción sobre el intestino. La PTH induce la síntesis renal
del 1,25-(OH)2-D3 que, a su vez, estimula la absorción intesti-
nal de calcio y fósforo.
la proteína transportadora de tiroxina, no se satura más allá
del 3% con vitamina D3 en condiciones fisiológicas, por lo
Vitamina D que es un gran reservorio potencial. Existe un control sobre
los niveles endógenos de vitamina D3, puesto que a pesar de
Fuente y biogénesis de la vitamina D prolongadas exposiciones al sol, sólo hay mínimos incre-
mentos. Esto se produce probablemente por regulación de la
La vitamina D (calciferol) y sus metabolitos constituyen liberación de la vitamina D3 en la piel y no por inhibición de
un grupo de compuestos esteroides (secosteroles) que, la 25-hidroxilasa hepática. Esto parece concordar con el he-
por su metabolito activo, la 1,25-dihidroxivitamina-D3 [1,25- cho de que, aunque en las personas de piel oscura la pro-
(OH)2-D3] intervienen en la regulación del metabolismo del ducción de vitamina D es menor, el incremento de 25-(OH)-D3
calcio y del fósforo. tras irradiación ultravioleta es similar e independiente del co-
La vitamina D3 (colecalciferol) y la vitamina D2 (ergocalci- lor de la piel. El tejido adiposo y el músculo son los lugares
ferol) son absorbidas por el tracto gastrointestinal a partir de de mayor depósito de vitamina D en el organismo.
los alimentos que las contienen, tejidos animales, aceite
de hígado de bacalao, leche fortificada (vitamina D2), plan-
tas, pan y levaduras irradiadas (vitamina D2), en un proceso
25-hidroxilación hepática
de difusión pasiva que requiere sales biliares, para pasar El 90% de esta primera hidroxilación de la vitamina D con
a través del sistema linfático (ligadas a los quilomicrones) a producción de 25-(OH)-D3 se lleva a cabo en el hígado, y el
la circulación general, donde circula ligada a una proteína resto en el riñón y el intestino. De los dos sistemas implica-
transportadora (alfaglobulina). En condiciones normales, la dos, mitocondrial y microsómico, de los hepatocitos, hay evi-
fuente más importante de vitamina D es su biogénesis en las dencias de que es en este último donde en condiciones fisio-
células epidérmicas (estrato granuloso). En la piel (fig. lógicas se realiza la 25-hidroxilación. Aunque no existe
16.60), la luz solar, por las radiaciones ultravioletas, transfor- inhibición retroactiva de la 25-(OH)-D3 sobre la 25-hidroxila-
ma el 7-deshidrocolesterol a previtamina D3, en relación foto- sa, la regulación parece estar influida por la concentración
lítica no catalizada por enzimas. Luego es lentamente trans- del sustrato. Esta relación del sustrato (vitamina D3) y el pro-
formada a vitamina D3 a temperatura corporal, la cual circula ducto 25-(OH)-D3 no es lineal, sino que la respuesta disminu-
en la sangre ligada a una proteína transportadora (alfaglobu- ye proporcionalmente con el incremento del sustrato. El cal-
lina) con un peso molecular de 56 kD y una afinidad 200 ve- cio, el fósforo o la PTH no influyen en la actividad de esta
ces mayor por la vitamina D3 respecto a la previtamina D3. enzima, aunque el 1,25-(OH)2-D3 y los anticonvulsivantes pa-
Tiene un solo sitio activo en la molécula para todos los meta- recen deprimirla por mecanismos no bien dilucidados. Estos
bolitos de la vitamina D, a los que transporta, aunque con últimos podrían inducir enzimas microsómicas hepáticas
mayor afinidad por el 25-hidroxicolecalciferol [25-(OH)-D3] que metabolizarían la vitamina D a productos inactivos. El
que por la vitamina D o el 1,25-(OH)2-D3. De manera similar a 25-(OH)-D3 es el metabolito más abundante en sangre y es

2100
ENFERMEDADES LOCALIZADAS DE LA BOCA (LABIOS, MUCOSA BUCAL, LENGUA, ENCÍAS Y DIENTES)

OH

Hígado

CH2 CH2

HO HO
Vitamina D3 25-(OH)2-D3
P normal PTH

Ca normal Riñón P bajo

OH H OH H

OH OH OH

PTH Ca normal
P bajo P normal

Riñón Riñón

CH2 CH2 CH2

HO OH HO OH HO OH
24,25-(OH)2-D3 1,24,25-(OH)2-D3 1,25-(OH)2-D3

Fig. 16.61. Metabolismo y regulación de la vitamina D.

100 veces menos potente en estimular la absorción intestinal resulta extraño que en individuos nefrectomizados se detec-
del calcio que el 1,25-(OH)2-D3. ten niveles bajos de ambos compuestos. La hipofosfatemia
incrementa los niveles de 1,25-(OH)2-D3 y disminuye la pro-
ducción de 24,25-(OH)2-D3. De forma similar a lo que ocurre
1-α-hidroxilación de la 25-(OH)-D3 con el calcio, la elevación del fósforo sérico frena la produc-
En el riñón, la 25-(OH)-D3 es hidroxilada en posición 1 (fig. ción del 1,25-(OH)2-D3 y estimula la síntesis de 24,25-(OH)2-
16.61) por una hidroxilasa presente en las mitocondrias de D3. Experimentalmente, la administración de 1,25-(OH)2-D3
los túbulos proximales, para formar 1,25-(OH)2-D3, el metabo- suprime la actividad de la 1-α-hidroxilasa, y la carencia de vi-
lito más activo y potente biológicamente de la vitamina D en tamina D lo estimula. Las hormonas sexuales (estrógenos,
inducir la absorción intestinal de calcio y fósforo, y la reab- testosterona) tienen un efecto estimulante de la 1-α-hidroxi-
sorción ósea; circula a concentraciones muy bajas, alrede- lasa. El embarazo y la lactancia se asocian con niveles circu-
dor de 30 pg/mL, y tiene una vida media de 2-4 h. También lantes elevados de 1,25-(OH)2-D3, que se relacionan con los
en el riñón se produce la segunda hidroxilación cuantitativa- niveles plasmáticos de prolactina, estrógenos y PTH en esas
mente más importante de la vitamina D. Mediante una 24R- condiciones. En cuanto a la GH, parece estimular la activi-
hidroxilasa se forma 24,25-(OH)2-D3, presente en el plasma dad de la 1-α-hidroxilasa, mientras que la calcitonina la inhi-
en cantidades mayores (1-5 ng/mL), con una vida media de biría, aunque estos resultados deben ser confirmados. Los
6 h y una regulación opuesta al 1,25-(OH)2-D3. La actividad glucocorticoides no parecen afectar esta enzima y sí las ac-
de este compuesto es escasa y similar a la de su precursor, ciones biológicas de este metabolito. Existen alrededor de 20
25-(OH)-D3. metabolitos, identificados bioquímicamente, de la vitamina
La formación de estos dos compuestos, 1,25-(OH)2-D3 y D. El ácido calcitroico, biológicamente inerte, es el principal
24,25-(OH)2-D3, es esencial para la regulación del metabolis- metabolito del 1,25-(OH)2-D3 hallado en el intestino durante
mo mineral. Las enzimas involucradas están reguladas por la la estimulación con éste. La excreción de los metabolitos de
hipocalcemia-PTH y las concentraciones bajas de fosfatos. la vitamina D tiene lugar fundamentalmente por la bilis y
En condiciones de normocalcemia se producirían ambos, existe evidencia de una circulación enterohepática para el
aunque con mayor predominio del 24,25-(OH)2-D3. En la hi- 25-(OH)-D3 y el 1,25-(OH)2-D3.
pocalcemia se estimula la secreción de PTH, y ésta, a su vez,
estimula la 1-α-hidroxilasa renal, con lo que se sintetiza más
1,25-(OH)2-D3, que tiende a restaurar la normocalcemia, a la
Acciones biológicas de la vitamina D
vez que se suprime la 24-hidroxilación. Con el incremento Acción sobre la absorción intestinal de calcio y fósforo. El
gradual de la calcemia se produce una disminución de la calcio es absorbido por el tracto gastrointestinal (65% en el
síntesis de 1,25-(OH)2-D3 y de la actividad de la glándula pa- íleon, 17% en el yeyuno) por un proceso de difusión pasiva y
ratiroides. Además del riñón, existe actividad tipo 1-α-hidro- por transporte activo. Este último proceso es dependiente de
xilasa, en el hueso, el intestino y las plaquetas, y tipo 24-hi- la vitamina D y se caracteriza por la entrada de calcio a tra-
droxilasa en el intestino, el cartílago y el hueso. Por eso, no vés de la membrana de las microvellosidades de las células

2101
ENDOCRINOLOGÍA

Na GLY THR
LEU
Ca TYR
Ca Pi
MET
Pi TYR
H2S 7
Proteínas
transportadoras CYS
TYR
1 THR
CYS
mRNA R 1,25(OH)2-D3
SER ASP
GLY

LEU PHE
ASN
Fig. 16.62. Acción del 1,25-(OH)2-D3 sobre la absorción intestinal de
calcio y fósforo. Pi: fósforo inorgánico.
ASN

LYS
intestinales, en contra de gradiente de concentración, y por
PHE
la expulsión activa del ion a la sangre por la membrana basal PHE HIS
lateral. Ni la calcitonina ni la PTH intervienen directamente PRO
en esta absorción. El mecanismo íntimo de este proceso im-
plica que el 1,25-(OH)2-D3 atraviesa la membrana basal late- GLN
ral de la célula de la mucosa intestinal e interacciona con un
receptor específico. El complejo receptor 1,25-(OH)2-D3 es
THR
translocado al núcleo, induciendo la producción de un RNA
mensajero (transcripción) que codifica las proteínas trans-
portadoras del calcio y del fósforo (fig. 16.62). La principal ALA
de estas proteínas tiene un peso molecular de 15 kD y cuatro
sitios activos por molécula para el calcio. Proteínas similares
se han descrito en el cerebro, el hueso, el páncreas, el riñón, ILE
las paratiroides y la placenta. No existe buena correlación VAL H
entre la absorción del calcio y la aparición más tardía de esta GLY VAL GLY ALA PRO N
proteína en respuesta al 1,25-(OH)2-D3. En el borde rugoso de H
las células intestinales también se han aislado otras dos enzi-
mas: fosfatasa alcalina y ATPasa dependiente del calcio, que
guardan menor relación con la absorción intestinal del cal- Fig. 16.63. Secuencia de aminoácidos de la calcitonina humana.
cio. Éste, tras su migración del polo luminal al borde basal la-
teral de la célula intestinal, es “expulsado” con el fósforo ha-
cia la sangre, para lo cual se requiere un alto gradiente de los finos de calcitonina, y se localizan sobre todo en la parte
sodio. Existen datos contradictorios respecto a si el proceso media interna de los lóbulos tiroideos. Estas células C tienen
de difusión pasiva es regulado por la vitamina D. De todas origen neuroendocrino en la cresta neural (pertenecen al sis-
maneras, la contribución de este proceso (15% de la absor- tema endocrino difuso) y en su migración caudal, durante la
ción neta) limita su importancia fisiológica. embriogénesis, se sitúan ventralmente en la última bolsa
Acción sobre el hueso. La falta de vitamina D ocasiona un branquial –estación intermedia– antes de alcanzar su locali-
déficit en la mineralización de la matriz ósea, que en niños zación definitiva en la glándula tiroides y, en mucha menor
se manifiesta como raquitismo y en adultos como osteomala- proporción, en el timo y las paratiroides. La glándula ultimo-
cia. El 1,25-(OH)2-D3 promueve la reabsorción ósea, lo que, branquial persiste como órgano independiente en peces,
unido a su acción estimulante de la absorción neta del cal- reptiles, anfibios y pájaros, y es también una glándula secre-
cio en el intestino, favorece un ambiente rico en minerales tora de calcitonina.
en las zonas de remodelado óseo, haciendo posible la mine-
ralización de la nueva matriz ósea. Se ha comprobado que
estimula la diferenciación de progenitores de osteoclastos a
Biosíntesis, metabolismo y formas circulantes
células maduras. Este efecto es potenciado por la PTH. La calcitonina es un polipéptido de 32 aminoácidos, con
Acción sobre el riñón. El 1,25-(OH)2-D3 provoca un aumen- estructura terciaria plegada, puente disulfuro 1-7 y grupo ami-
to de la reabsorción tubular del calcio y del fósforo. Esta ac- no en el aminoácido prolina carboxiterminal. Su peso mole-
ción es difícil de deslindar, puesto que en el hombre el 1,25- cular es de 3,4 kD y para su actividad biológica requiere la
(OH)2-D3 aumenta el calcio plasmático y, por tanto, la secuencia total de aminoácidos, así como la integridad del
sobrecarga de calcio a filtrar, así como la excreción fraccio- puente disulfuro y el grupo prolinamida (fig. 16.63). La bio-
nada de este ion, lo que claramente predomina. Por otro síntesis de la calcitonina es compleja, localizándose su gen
lado, la acción de aumentar la reabsorción tubular de fósfo- responsable en el cromosoma 11. Este gen puede tener RNA
ro, observada sobre todo en pacientes con deficiencia de vi- con expresividad sintetizadora diferente en diversos tejidos.
tamina D, podría en parte explicarse por la supresión del hi- El gen codificador en el tiroides expresa preferentemente
perparatiroidismo secundario acompañante. (fig. 16.64) la calcitonina, mientras que en el cerebro es el
péptido relacionado con el gen de la calcitonina (CGRP)
el expresado. El gen está formado por seis exones; en el tiroi-
Calcitonina des (células C), los tres primeros exones se unen al cuarto
(codificador específico de calcitonina) para generar RNA
Es una hormona polipeptídica secretada por las células C mensajero capaz de producir calcitonina. En el cerebro se
de la glándula tiroides en respuesta a la hipercalcemia, que pondría en marcha la producción de CGRP, a través de la
inhibe la reabsorción ósea. Las células responsables de su se- unión de los tres primeros exones al quinto y sexto, mientras
creción tienen núcleo grande y claro, con numerosos gránu- el cuarto (codificador de calcitonina) no se expresa. La cal-

2102
ENFERMEDADES DE LAS GLÁNDULAS PARATIROIDES

sérica en individuos normales, cuando la calcemia sobrepa-


Gen calcitonina/CGRP sa los 9 mg/dL. La PTH, el 1,25-(OH)2-D3, la secretina y las
prostaglandinas no parecen modificar su secreción. En cam-
I II III IV V VI Exones bio, el magnesio, a dosis farmacológicas, es capaz de estimu-
lar su liberación.
Transcripción primaria
Acciones biológicas de la calcitonina
Tiroides Cerebro
La calcitonina inhibe la reabsorción ósea. Tras su adminis-
I II III IV –AAA I II III IV IV –AAA tración, disminuyen los osteoclastos (inhibe la formación de
Común Común células precursoras y la desdiferenciación de osteoclastos
preformados) y también la actividad de ciertas enzimas que
RNAm CT RNAm CGRP aumentan con la PTH. Si la administración de calcitonina es
prolongada, los osteoclastos pueden escapar de sus efectos
(“fenómeno del escape”), lo cual se atribuye a una pérdida
PAT Katacalcina PAT PCT de la regulación del número y/o de la capacidad de afini-
dad de los receptores de la hormona. También se ha impli-
Calcitonina CGRP cado la aparición de osteoclastos no sensibles a la calcito-
nina. Este fenómeno podría explicar la falta de respuesta
hipocalcémica sostenida en situaciones de hipercalcemia tu-
Fig. 16.64. Estructura del gen de la calcitonina (CT). En el tiroides, moral tratada con calcitonina.
se expresa fundamentalmente CT, mientras que en el cerebro hay un
mRNA maduro para producir péptido relacionado con el gen de la cal- La acción inhibidora de la reabsorción ósea no se acom-
citonina (CGRP). En la traducción del gen en el tiroides se producen paña de cambios en el calcio sérico en condiciones norma-
además de CT, katacalcina y péptido aminoterminal (PAT) y, en el ce- les. Este efecto óseo es mayor cuando hay incremento del re-
rebro, CGRP, PAT y péptido carboxiterminal (PCT). modelado óseo (crecimiento, enfermedad de Paget, etc.)
o si previamente ha habido estimulación con vitamina D o
PTH, pero siempre sin provocar reducciones de la calcemia
citonina se forma a partir de una preprocalcitonina, que con- en adultos.
tiene unos 141 aminoácidos y que posteriormente se escinde Por otro lado, la calcitonina aumenta la excreción urinaria
a procalcitonina. Este polipéptido que es 3 veces mayor que de calcio, fósforo, sodio, potasio y magnesio. Los efectos fos-
la calcitonina, origina a ésta en su región media y a katacal- fatúricos no son mediados por la PTH, puesto que esta ac-
cina con 21 aminoácidos en el extremo aminoterminal. La ción se manifiesta en su ausencia. Este efecto tiene lugar en
katacalcina es estudiada en la actualidad por sus efectos hi- el túbulo proximal, y el AMPc parece mediarlo de manera
pocalcemiantes y por ser secretada simultáneamente con la similar a como lo hace en el hueso. Cuando la dosis de calci-
calcitonina en el carcinoma medular de tiroides. El CGRP es tonina es muy elevada, la excreción de calcio puede dismi-
el producto alternativo originado en el cerebro, que tiene nuir probablemente en relación con la hipocalcemia tran-
una potencia hipocalcemiante e inhibidora de la reabsor- sitoria que induce. Todas estas acciones renales son posible-
ción ósea débil en comparación con la calcitonina. Su efec- mente sólo farmacológicas, pues para provocar un aumento
to principal es la vasodilatación. Se ha comprobado que es significativo de la excreción de sodio se requiere una dosis
producida también por algunos tumores, por lo que podría de calcitonina 100 veces mayor que la necesaria para des-
utilizarse como marcador tumoral. cender la calcemia.
Se han descifrado las secuencias polipeptídicas de la cal- La importancia fisiológica de la calcitonina se desconoce.
citonina de diferentes especies (humana, porcina, bovina, En clínica su deficiencia no provoca una afección definida,
ovina, salmón y rata): 9 aminoácidos son comunes y todas describiéndose sólo que pacientes con tiroidectomía total
tienen prolinamida carboxiterminal. Sin embargo, existen tienen más dificultad en el manejo de una sobrecarga cálci-
notables diferencias en cuanto a la potencia hipocalcemian- ca en situaciones experimentales. Por otro lado, el carcino-
te. A igualdad de peso, la calcitonina de salmón es 10 veces ma medular de tiroides, neoplasia de las células C que cursa
más potente que la humana y 100 más que la porcina. Una con hipersecreción de calcitonina, no se asocia con hipocal-
vida media circulante mayor (con menor degradación renal) cemia. La demostración de que el calcio instilado por vía di-
y una mayor afinidad a los receptores podrían explicar esta gestiva, en cantidades mínimas e insuficientes para elevar
característica. la calcemia, era capaz de estimular la secreción de calcitoni-
El metabolismo de la calcitonina se realiza sobre todo por na, llevó a efectuar estudios que relacionan la calcitonina en
aclaramiento renal. Su vida media es de unos 10 min. Existe la absorción posprandial del calcio. Existe un eje enterofoli-
un proceso de filtración, reabsorción tubular y degradación cular, en el que participan la gastrina y en menor grado la
en el riñón, con eliminación de cantidades muy pequeñas de colecistocinina-pancreomicina, liberadas al contactar el ion
calcitonina. La forma circulante de calcitonina en individuos calcio con la mucosa digestiva. Estas hormonas gastrointesti-
sanos es una cadena polipeptídica de 32 aminoácidos, pero nales promueven por vía sanguínea la liberación de calcito-
en pacientes con carcinoma medular de tiroides y, en menor nina durante la absorción de nutrientes y calcio, anticipando
proporción, en otras neoplasias (carcinoma bronquial) es he- así una protección del organismo. Aunque estos datos deben
terogénea, ya que hay formas de elevado peso molecular (7- confirmarse, podrían ser de importancia en situaciones de
60 kD) de calcitonina inmunorreactiva. Es posible que los gran demanda de calcio, como el embarazo, la lactancia y el
cuatro picos que se encuentran tras su cromatografía en Sep- crecimiento.
hadex correspondan a dímeros (enlace de dos cadenas de
calcitonina por puentes disulfuro en sentido opuesto) y/o po-
límeros de la hormona sin actividad biológica, que llega a Metabolismo del calcio y del fósforo.
constituir el 50-80% del material inmunorreactivo. Interregulación hormonal en el control
de la homeostasia mineral
Control de la secreción
La calcitonina es segregada en respuesta a un aumento de Metabolismo del calcio
la concentración plasmática de calcio. La disminución
de este ion inhibe la secreción de calcitonina. Existe una co- Es el catión más abundante del organismo, constituyendo
rrelación positiva entre los niveles de calcio y la calcitonina el 2,24% del peso corporal libre de grasa. Además de su im-

2103
ENDOCRINOLOGÍA

los individuos mayores de 60 años. En el intestino el calcio


es absorbido por dos procesos, difusión facilitada y transpor-
te activo, este último mediado por proteínas transportadoras,
cuya síntesis induce el 1,25-(OH)2-D3. La difusión pasiva se
produce cuando la concentración de calcio en la luz intesti-
nal se eleva hasta el punto de originar un gradiente positivo.
Dieta Formación El hueso es el principal reservorio del calcio, pero es pe-
1.000 mg ósea
400 mg queña la cantidad (aproximadamente 2.000 mg de líquidos y
superficies de intercambio óseos) involucrada en el inter-
cambio con el líquido extracelular. La entrada de calcio res-
ponde a la presión fisicoquímica, mientras que la salida está
Secreciones Líquido
100 mg extracelular
Reabsorción sujeta al control celular y a un transporte contra gradiente.
ósea La calcitonina disminuye la salida de calcio por estos meca-
y plasma 400 mg
900 mg nismos y la PTH la aumenta. Se estima que la capacidad de
Absorción
300 mg respuesta del hueso es rápida por los mecanismos de flujo
Filtración glomerular
(entrada y salida) de las superficies de intercambio y lenta
9.000 mg por parte del remodelado óseo.
El calcio es filtrado por el glomérulo en una cuantía que
Reabsorción resulta del producto de la filtración glomerular por la con-
tubular
8.800 mg centración plasmática de la fracción del calcio circulante
que no está unida a las proteínas. Se produce luego la reab-
Excreción
sorción tubular del 99% del filtrado glomerular (FG), que re-
fecal presenta alrededor de 9.800 mg reabsorbidos, de los cuales
800 mg Eliminación urinaria sólo el 10% se halla sometido al control de la PTH y el 1,25-
200 mg
(OH)2-D3 en el túbulo distal. La capacidad renal para elimi-
nar el calcio es limitada, por lo que en condiciones de reab-
sorción ósea incrementada o mayor absorción intestinal
Fig. 16.65. Esquema del metabolismo del calcio. puede sobrepasarse esta función y originarse hipercalcemia;
de manera similar, en la hipocalcemia, la capacidad de dis-
minuir la excreción de calcio (alrededor de 100 mg/día) está
portante contribución en el mantenimiento del sistema es- claramente limitada. La respuesta ante la sobrecarga de cal-
quelético, este metal divalente, de peso molecular 40 D, está cio es inhibir la secreción de PTH y sus efectos óseos y rena-
involucrado en numerosos procesos biológicos, en los que les (respuesta rápida) y disminuir la síntesis de 1,25-(OH)2-D3
se requiere un nivel constante y preciso de calcio. Es impres- (respuesta lenta) y sus efectos intestinales y óseos.
cindible para el funcionamiento de sistemas enzimáticos,
coagulación sanguínea y la acción hormonal. De los 1.000 g
de calcio corporal, el 99% se encuentra en el hueso, forman-
Metabolismo del fósforo
do cristales de hidroxiapatita, relativamente inaccesibles e El contenido de fósforo del organismo es de alrededor de
insolubles, y el resto sobre todo en el músculo y el líquido 700 g, de los cuales el 85% está en el esqueleto y el resto en
extracelular. El 0,5-1% del calcio corporal es rápidamente in- los tejidos blandos y los líquidos corporales. El fósforo óseo
tercambiable con el plasma, siendo el contenido eritrocitario está íntimamente asociado con el calcio, formando cristales
muy pequeño. La concentración sérica normal de calcio es de hidroxiapatita (fosfato cálcico amorfo). El fósforo extra-
de 8,5-10,5 mg/dL (media ± 2 DE), con una regulación ho- óseo es fundamentalmente intracelular y una parte mínima
meostásica estrecha, que no permite que sus variaciones fi- es inorgánico, ya que el resto está ligado a hidratos de carbo-
siológicas excedan ± 1,5 mg/dL. El calcio sérico total se com- no, lípidos y proteínas. El fósforo es necesario para la integri-
pone de tres fracciones: la ionizada (47%) que es la porción dad funcional de la célula y de los procesos metabólicos or-
biológicamente activa y regulada directamente por hormo- gánicos, y regula un buen número de enzimas. Desempeña
nas y que, con la fracción compleja (6%) unida a fosfatos, ci- un papel importante en el aporte de oxígeno a los tejidos a
tratos y bicarbonato, constituye la fracción difusible o ultrafil- través de los niveles de 2,3-difosfoglicerato y ATP en los he-
trable de calcio. La tercera fracción, no difusible, ligada a matíes, forma parte de los sistemas tampón de la orina y el
proteínas (47%) circula unida en sus 4/5 partes a la albúmina plasma, e interviene en los procesos de almacenamiento de
y el resto a la globulina. la energía del organismo. Dada la amplia distribución del fós-
En condiciones normales (fig. 16.65) se absorbe el 30-40% foro en los alimentos, es difícil que en condiciones normales
de los 600-1.000 mg de calcio elemento (absorción neta) que sobrevenga un déficit de origen alimentario. El adulto ingiere
contiene la dieta normal. Al porcentaje no absorbido se unos 1.400 mg/día de fósforo, con grandes oscilaciones, des-
suma el calcio secretado por los jugos digestivos (200 cribiéndose déficit de fósforo exógeno sólo en las alimenta-
mg/día) al tracto gastrointestinal para constituir la excreción ciones parenterales.
fecal. Este proceso está influido por el contenido de calcio El 60% del fósforo ingerido (fig. 16.66) es absorbido por di-
de la dieta, pero también por sus componentes, que pueden fusión pasiva y transporte activo. Este último es similar al del
aumentarla (lactosa, ácidos grasos, etc.) o disminuirla (fosfa- calcio, mediado por una proteína transportadora estimulada
tos, fitatos, etc.). En condiciones normales, la absorción neta por el 1,25-(OH)2-D3. Fundamentalmente el fósforo se absor-
es equivalente a la excreción urinaria de calcio. La absor- be en el íleon y el duodeno, como ortofosfato, mientras que
ción de calcio es más eficaz en el duodeno, pero dada la ma- las fosfolipoproteínas, fosfolípidos y fosfoazúcares presentes
yor longitud,. es absorbido en mayor cantidad en el íleon en los alimentos deben ser previamente hidrolizados para li-
(65%) y el yeyuno (17%). La secreción de calcio a la luz in- berar fósforo inorgánico. Su absorción está menos controla-
testinal es un proceso no regulado y constante, mientras que da que la del calcio, existiendo una relación lineal entre la
la absorción neta está regulada por el 1,25-(OH)2-D3. Los re- absorción neta y el fósforo de la dieta. De una absorción
querimientos diarios de calcio dependen de la cantidad ne- neta de 900 mg (1.100 de absorción menos 200 de secre-
cesaria para preservar el balance cálcico y el esqueleto diná- ción), se eliminan por heces unos 500 mg/día. En condicio-
mico, lo que inicialmente se ha cifrado en 500-600 mg/día, nes de equilibrio metabólico, el fósforo eliminado por la ori-
pero dada la variabilidad de la dieta, se recomienda ingerir na es igual a la absorción neta.
800-1.000 mg/día e, incluso, añadir otros 200 mg durante el El fósforo plasmático oscila entre 2,2 y 4,4 mg/dL en adul-
crecimiento, el embarazo, la lactancia, la menopausia y en tos. Aunque superior en niños, desciende después de la pu-

2104
ENFERMEDADES DE LAS GLÁNDULAS PARATIROIDES

bertad hasta alcanzar los valores normales del adulto. El 90%


del fósforo inorgánico circula libre y unido a aniones mono-
valentes y divalentes, y el 10% ligado a proteínas. De los
7.000 mg filtrados diariamente, 6.100 mg son reabsorbidos en
el túbulo proximal por un proceso saturable y dependiente
del sodio, y 900 mg se eliminan por orina. La PTH es el prin-
cipal factor involucrado en la inhibición de esta reabsorción; Dieta Formación
1.400 mg ósea
la calcitonina y el 1,25-(OH)2-D3 son menos importantes. La 350 mg
cantidad de fósforo absorbida en el túbulo se incrementa a
medida que aumenta la carga de fósforo filtrada hasta alcan-
zar un máximo por encima del cual toda elevación de la car-
ga filtrada es enteramente excretada; a esto se lo denomina Secreciones Líquido Reabsorción
200 mg extracelular ósea
transporte máximo tubular de fósforo (TmP) y es una relación y plasma 350 mg
masa/tiempo que generalmente se expresa en miligramos 550 mg
por minuto. Absorción
1.100 mg
La respuesta del organismo para regular la homeostasia Filtración glomerular
mineral ante situaciones de hiperfosforemia (p. ej., hipopara- 7.000 mg
tiroidismo) o hipofosforemia (p. ej., hiperparatiroidismo) im-
plica la puesta en marcha de mecanismos inmediatos y retar- Reabsorción
tubular
dados. 6.100 mg
El descenso del fósforo sérico provoca inicialmente: a) es-
timulación de la síntesis de 1,25-(OH)2-D3 en el riñón; b) ma- Excreción
yor movilización del calcio y fósforo del hueso, y c) una fecal
adaptación eficiente de la capacidad reabsortiva del túbulo 500 mg Eliminación urinaria
900 mg
renal (aumento del TmP/FG). El 1,25-(OH)2-D3 estimula la ab-
sorción intestinal de calcio y fósforo, y también potencia la
movilización de estos iones del hueso. Esta cascada de efec-
tos frena la liberación de PTH, lo que, a su vez, aumenta la Fig. 16.66. Esquema del metabolismo del fósforo.
reabsorción renal de fósforo, con tendencia a restaurarse
la normofosforemia. En la hiperfosforemia se produce un
descenso del calcio ionizado, con estimulación de la PTH, Calcio (mg/dL) = Calcio total
que provoca fosfaturia, restaurando el fósforo sérico a la nor- 0,6 + proteínas totales/18,5
malidad.
El mecanismo retardado de defensa del organismo ante si- El calcio sérico puede estar falsamente bajo por la adición
tuaciones prolongadas de aumento o descenso de la fosfore- de oxalatos o si se prolonga el contacto del suero con las cé-
mia depende fundamentalmente de la capacidad reabsortiva lulas sanguíneas. El suero es más estable que el plasma para
de fósforo del túbulo renal, incrementando o disminuyendo la determinación de la calcemia, debiéndose mantener al-
respectivamente la excreción de este ion. Este mecanismo macenado a –20 °C hasta su procesamiento, por un período
es en gran parte independiente de la PTH y requiere más de no superior a 8 días. De las tres fracciones circulantes de cal-
48 h para alcanzar su máximo efecto. cio sérico (ionizada, compleja y ligada a las proteínas), la
primera es la responsable de las acciones fisiológicas y está
sujeta a una estrecha regulación hormonal. A partir de las
Exploración funcional concentraciones de calcio total, proteínas y pH, hay un no-
de las glándulas paratiroides mograma para calcular el calcio ionizado, pero es más fiable
su determinación por el método de electrodos selectivos. En
Para un correcto diagnóstico de las enfermedades de las la determinación del calcio ionizado no influyen el sexo o la
glándulas paratiroides es necesario conocer las bases de edad, hasta los 60 años, a partir de los cuales hay una peque-
las determinaciones y pruebas en su aproximación clínica. ña disminución. Las alteraciones del pH, acidosis y alcalosis
incrementan o disminuyen el calcio ionizado por modificar
su unión a la albúmina.
Determinaciones basales Las variaciones del fósforo sérico pueden ser importantes
El calcio sérico total suele determinarse mediante autoana- en función de la dieta y del FG. Hay un ritmo circadiano ca-
lizador o espectrofotometría de absorción atómica. Ambos racterizado por un aumento del fósforo hacia medianoche y
procedimientos son aceptables, aunque la reproducibilidad un retorno a los valores normales sobre las 8.00 horas. Su de-
(± 0,1 mg%) de este último es mayor. Hay factores biológicos terminación sérica proporciona valores de 2,2-4,4 mg/dL en
(ayuno, dieta, edad y sexo) y técnicos implicados en su de- adultos, siendo mayores en niños y adolescentes en creci-
terminación. Sólo deben aceptarse calcemias tras ayuno de miento. Los valores son un 30% inferiores tras la ingesta de
12 h, por el efecto posprandial del contenido en calcio de la hidratos de carbono, por lo que debe indicarse el ayuno an-
dieta. Los valores normales de la calcemia total son de 8,5- tes de su determinación. En relación con la edad, hay varia-
10,5 mg/dL (media ± 2 DE); en las mujeres es aproximada- ciones que oscilan de 2,5-4,5 mg/dL a los 20 años a 2,3-4,3
mente 0,2 mg/dL menor hasta los 60 años. No se registran di- mg/dL a los 70 años. La influencia del sexo es controvertida,
ferencias por edad en las mujeres, mientras que en los pero se señalan valores más elevados en las mujeres posme-
varones hay una disminución progresiva hasta 8,8-9,9 mg/dL nopáusicas (2,7-4,4 mg/dL).
en la octava década. No hay variaciones circadianas. La ex- La fosfatasa alcalina sérica es un reflejo de la actividad os-
tracción venosa debe realizarse sin aplicación prolongada teoblástica, pero también aumenta en aquellos casos con
del torniquete, puesto que la hemoconcentración por venos- reabsorción ósea incrementada en función de la remodela-
tasis ocasiona falsas elevaciones; lo mismo ocurre con la bi- ción ósea concomitante. El 60% de su tasa circulante es de
pedestación prolongada antes de la extracción. origen óseo y por electroforesis o termolabilidad (56 °C du-
La calcemia debe corregirse al valor de las proteínas plas- rante 15 min) se puede estudiar la fracción ósea. Algunos de-
máticas. Al pH normal, cada gramo de proteínas liga 0,8 mg terminan simultáneamente la 5-nucleotidasa para establecer
de calcio; en caso de descenso de la albúmina, la corrección la relación con enfermedad hepatobiliar. Aumenta en el hi-
es inversa. Se puede también aplicar la siguiente fórmula: perparatiroidismo primario y en neoplasias asociadas con hi-
percalcemia, exceptuando las hematológicas. La PTH tiene

2105
ENDOCRINOLOGÍA

acciones opuestas sobre las concentraciones de cloro y fós- TABLA 16.32. Osteocalcina sérica en diversas enfermedades
foro, con tendencia hacia la acidosis metabólica en el hiper- con repercusión ósea
paratiroidismo primario y a la alcalosis metabólica en el hi-
poparatiroidismo primario. Un cociente cloro/fosfato superior Niveles séricos
Enfermedades
de osteocalcina
a 33 con un cloro sérico superior a 103 mmol/L es sugestivo
de hiperparatiroidismo primario. La determinación de calcio Hiperparatiroidismo ↑
en orina de 24 h con dieta libre no debe sobrepasar los 250 Hipoparatiroidismo ↓
mg/día en mujeres y los 300 mg/día en varones. Se debe de- Hipertiroidismo ↑
terminar la creatinina en la misma muestra para mayor ga- Hipotiroidismo ↓
Acromegalia ↑
rantía de la recogida de orina. En pacientes con hipercalce- Enanismo hipofisario ↓
mia familiar benigna, la excreción de calcio es inferior a los Osteoporosis con alto recambio ↑
100 mg/g de creatinina, mientras que en el hiperparatiroidis- Osteoporosis con bajo recambio ↓
mo, y a menudo en la hipercalcemia maligna, es superior a Osteoporosis con glucocorticoides ↓
los 200 mg/g de creatinina. Raquitismo hipofosfatémico ↑
El AMPc nefrogénico es reflejo de la actividad paratiroidea, Enfermedad de Paget ↑
siempre que el aclaramiento de creatinina sea superior a Neoplasias* ↑o↓
40 mL/min y se haga dieta restringida de calcio. El AMPc ne- Enfermedades hepáticas* ↑o↓
Osteomalacia* ↑o↓
frogénico es producido por la PTH sobre el túbulo proximal
y representa el 80% de este nucleótido excretado por la ori- *Según el grado de afectación.
na. El otro 50% proviene del FG. En la práctica, el AMPc se
calcula a partir de la determinación del AMPc plasmático y
del total excretado en orina, siendo sus valores normales de pos que reconocen más de una región, detectando funda-
0,34-4,00 nmol/dL de FG. Se hallan valores altos en el hiper- mentalmente fragmentos inactivos y hormona intacta. Por
paratiroidismo primario y en algunas neoplasias. La PTH pro- último, los métodos inmunométricos basados en dos anti-
voca fosfaturia, pero las variaciones de la dieta y el ejercicio cuerpos, uno de señal que reconoce la región 1-34 y otro de
muscular limitan su determinación. Se han estudiado diver- captura que reconoce la región 44-68 o 39-84 de la molécula,
sos índices del manejo tubular del fósforo, siendo el más útil parecen tener gran sensibilidad y especificidad, siendo útiles
el TmP/FG, que expresa la reabsorción de fósforo en función para determinar la hormona intacta.
de la concentración sérica y el filtrado glomerular de dicho Existen dos procedimientos para estudiar la absorción in-
ion. En el hiperparatiroidismo primario los valores se hallan testinal de calcio. El primero, técnicamente complicado, ex-
por debajo del límite de la normalidad. Sin embargo, el 6% presa el calcio neto absorbido a partir de la diferencia del
de las personas sanas tienen un TmP sugestivo de hiperparati- calcio excretado por heces y del calcio radiactivo ingerido.
roidismo primario, y el 19% de los pacientes con esta enfer- El segundo, más sencillo, se basa en sus niveles en orina tras
medad, a su vez, lo tienen normal. la administración de calcio oral. Sus valores están elevados
La determinación de la PTH sérica en el laboratorio ha en el hiperparatiroidismo primario, y disminuidos en el hipo-
planteado dificultades en función de su heterogeneidad cir- paratiroidismo, la osteomalacia y la insuficiencia renal. No
culante y de su estandarización. La heterogeneidad sérica de existe método de RIA sensible para determinar la vitamina D
la PTH en el radioinmunoanálisis (RIA) se debe a que la en sangre, por lo que se utilizan métodos como la cromato-
glándula paratiroides secreta PTH intacta y fragmentos inacti- grafía líquida de alta presión, protein binding y de bioanálisis
vos carboxiterminales que contienen las regiones media y para el 25-(OH)-D3 y el 1,25-(OH)2-D3. Los niveles del primero
carboxílica de la molécula. No existen datos que confirmen oscilan entre 10 y 80 ng/mL en adultos, aumentando en los
la secreción de fragmentos aminoterminales activos por la meses de mayor exposición solar. Los valores bajos con-
glándula. La hormona intacta es metabolizada en hígado, ri- firman el diagnóstico de deficiencia, y los elevados el de in-
ñón y hueso. Es escindida en la región 33 a 41 y se liberan toxicación por vitamina D. El 60% de los pacientes con hiper-
fragmentos inactivos que contienen las regiones media y car- paratiroidismo primario tienen niveles elevados de 1,25-
boxílica a la sangre. En sangre periférica se detectan además (OH)2-D3 y coexiste litiasis renal. El tejido granulomatoso
fragmentos aminoterminales en cantidades mínimas, sin que produce elevadas cantidades de este metabolito en la sarcoi-
se sepa si su origen es por secreción o por metabolismo peri- dosis y otras enfermedades granulomatosas. La concentra-
férico. El resultado final es que en sangre periférica la PTH ción normal de 1,25-(OH)2-D3 es de 20-65 pg/mL y no se co-
intacta representa el 5-25%, mientras que los fragmentos inac- rrelaciona con los niveles de 25-(OH)-D3, lo que confirma su
tivos constituyen el 75-95%, probablemente en relación tam- diferente regulación.
bién con la mayor vida circulante de estos fragmentos. La se- Osteocalcina sérica. La proteína ósea GLa u osteocalcina
creción de la hormona intacta aumenta en la hipocalcemia, sérica es una proteína de 49 aminoácidos, no colágena, de-
mientras que en la hipercalcemia dicha secreción está dismi- pendiente de la vitamina K con un peso molecular de 5,8 kD
nuida, pero persiste la secreción de fragmentos inactivos. Los sintetizada por los osteoblastos. Su determinación es un ín-
actuales RIA de PTH, disponibles desde la introducción de dice de formación ósea y sería útil como marcador de remo-
PTH sintética o péptidos sintéticos, pueden clasificarse por la delado. En la lactancia y durante el crecimiento sus valores
región de la PTH que el anticuerpo reconozca. Los RIA car- séricos son más elevados. En diferentes afecciones (hiperpa-
boxiterminales reconocen la región 53-84 y los de la región ratiroidismo, hipertiroidismo, osteodistrofia renal, etc.) se
intermedia la secuencia 44-68, por lo que detectan sobre halla elevada, mientras que en otras (hipoparatiroidismo, hi-
todo los fragmentos carboxiterminales y la hormona intacta. potiroidismo, diabetes insulinodependiente) se encuentra
Los primeros son útiles para el diagnóstico de los estados de descendida. Esto ha permitido clasificar las enfermedades en
hiperparatiroidismo e hipoparatiroidismo; los de la región in- los grupos de elevado y bajo recambio, en función de los ni-
termedia son los más sensibles para diferenciar niveles ba- veles de osteocalcina (tabla 16.32).
jos, normales y elevados de PTH. Los RIA aminoterminales
tienen reactividad cruzada con la región 1-34 y son útiles
para reconocer la hormona intacta y los fragmentos activos.
Pruebas funcionales
En los RIA de PTH intacta, los anticuerpos reconocen la re- La administración de 100 mg/día de hidrocortisona o de
gión 28-48, por lo que sólo distinguen la hormona intacta y 40 mg/día de prednisona durante 10 días sirve para distinguir
no los fragmentos. Estos dos RIA son especialmente útiles en la hipercalcemia del hiperparatiroidismo primario (que no
presencia de insuficiencia renal, en el síndrome de hipercal- desciende) de otras (p. ej., por mieloma múltiple, intoxica-
cemia humoral de la malignidad y en el cateterismo venoso ción por vitamina D, sarcoidosis y granulomatosis) en las
selectivo paratiroideo. Los RIA polivalentes utilizan anticuer- que sí se reduce. El 50% de las neoplasias hipercalcémicas

2106
ENFERMEDADES DE LAS GLÁNDULAS PARATIROIDES

no responden y hay algunos hiperparatiroideos que, de radiaciones en la cabeza, el cuello y el tórax. En general, sue-
modo paradójico, responden con descenso. En casos dudo- le tratarse de pacientes que presentan una afección tiroidea
sos se ha preconizado la perfusión del quelante EDTA (40 asociada, sobre todo bocio nodular. El origen clonal de algu-
mg/kg durante 30 min), que desciende el calcio sérico y pro- nos adenomas paratiroideos sugiere un defecto del gen res-
voca un incremento notable de la PTH sérica, en pacientes ponsable de la PTH.
con hiperparatiroidismo. La capacidad de recuperación tras No existe diferencia entre las manifestaciones clínicas del
2 h de perfusión con EDTA se ha usado para demostrar insu- adenoma y las de la hiperplasia paratiroidea. Las células pa-
ficiencia paratiroidea posquirúrgica. La perfusión de calcio ratiroideas tienen diferentes niveles intracelulares para su es-
(12,5 mg/kg durante 4 h) se ha empleado con la intención de tímulo secretor, incluyendo vías degenerativas intracelulares
diferenciar entre adenoma (ausencia de respuesta), hiperpla- para la PTH, que pueden estar “insensibles” en cualquier
sia paratiroidea (supresión gradual) y situación normal (su- punto. Estudios in vitro de células adenomatosas confirman
presión completa), pero sus resultados variables no hacen re- que se requieren mayores niveles de calcio en el medio para
comendable esta prueba. suprimir la secreción de PTH, en relación con las células pa-
La histomorfometría cuantitativa de biopsia ósea de cresta ratiroideas normales. En la hiperplasia, esta capacidad pare-
ilíaca permite el estudio celular y estructural óseo, y su com- ce conservarse, pero el notable incremento celular sería res-
binación con tetraciclinas (marca las zonas de mineraliza- ponsable de la hipersecreción de PTH.
ción) permite estudiar las bandas de fluorescencias emitidas.
Los pacientes con neoplasias hipercalcémicas, al igual que Anatomía patológica. La lesión histológica causante del hi-
los afectos de hiperparatiroidismo, tienen un aumento de perparatiroidismo primario puede ser un adenoma, una hi-
reabsorción osteoclástica, pero, a diferencia de los segun- perplasia o un carcinoma de las glándulas paratiroides.
dos, poca evidencia de formación ósea. La biopsia estaría es- En el 80% de los casos se encuentra un adenoma solitario,
pecialmente indicada para el diagnóstico de osteomalacia que suele localizarse en las paratiroides inferiores. El 6-10%
subclínica y para los casos en que no se haya podido estable- de ellos tienen una localización ectópica, intratiroidea, en
cer el diagnóstico con los métodos citados. Para la valora- timo o en otra zona mediastínica. Suelen pesar 0,2-2 g, aun-
ción cuantitativa de la pérdida mineral también puede re- que pueden llegar a 10-20 g. Cada gramo de tejido paratiroi-
currirse a la densitometría y la fotonabsorciometría, dos deo anormal incrementa el calcio sérico en 1 mg; a mayor ta-
métodos recientemente introducidos para el estudio de la maño del adenoma, más manifestaciones clínicas. Así, se
osteopenia incipiente. encuentran tumores mayores en pacientes con las formas
óseas graves (3,3-5,9 g) que en las litiásicas (1,1-1,4 g). Histo-
lógicamente el adenoma se compone de un grupo homogé-
Hiperparatiroidismo primario neo celular, en general células principales, y escasez de célu-
las grasas, adquiriendo el tumor un color marrón oscuro. De
Es una enfermedad caracterizada por hipersecreción de forma excepcional se han descrito adenomas de células oxi-
PTH que provoca hipercalcemia, por sus acciones sobre el fílicas. Suele haber una cápsula bien definida, con un anillo
riñón, el intestino y el hueso. La hipercalcemia es incapaz externo de tejido paratiroideo normal comprimido. Es infre-
de suprimir la secreción aumentada de PTH, como lo hace cuente el hallazgo de adenomas múltiples. Existe el criterio
en circunstancias normales. La hipercalcemia generalmente de que, en presencia de un adenoma, al menos debe identifi-
permanece constante durante muchos años, con pequeñas carse una glándula paratiroidea normal. En el 15-20% de los
oscilaciones, aunque puede ser cíclica en algunas ocasiones. casos hay hiperplasia de las cuatro glándulas paratiroides,
El aumento de PTH induce una mayor síntesis por el túbu- por lo general de las células principales y en menor propor-
lo renal de 1,25-(OH)2-D3, lo que favorece la absorción intesti- ción de las células claras. La hiperplasia suele ser el hallazgo
nal del calcio. Asimismo, estimula la reabsorción ósea por en los síndromes pluriglandulares con hiperparatiroidismo
los efectos combinados de la PTH y el 1,25-(OH)2-D3. Por últi- primario. La diferenciación entre hiperplasia de células prin-
mo, también se incrementa la reabsorción tubular de calcio. cipales y adenoma plantea dificultades histológicas. Esta di-
Todo ello es responsable de la producción de hipercalcemia ferenciación requiere la extirpación de, al menos, dos glán-
en el hiperparatiroidismo. dulas. Si ambas presentan aumento de peso, el diagnóstico
más probable es de hiperplasia; en cambio, si sólo una se ha-
Epidemiología. Han transcurrido muchos años desde que el lla aumentada, se trata de un adenoma. El término hiperpla-
hiperparatiroidismo primario se conceptuara como una en- sia nodular se utiliza cuando hay nódulos conteniendo tejido
fermedad rara y se describiera en 1926 como osteítis fibrosa hiperplásico, que pueden a veces incluso estar compuestos
quística. Los conocimientos actuales sobre la bioquímica y de células oxifílicas, como se ha descrito en algunos raros
la fisiología de la PTH, así como la introducción de métodos casos de MEN.
más precisos para la determinación del calcio, han permiti- Menos del 1% de los pacientes tienen un carcinoma en
do un mejor diagnóstico. La mayoría de los pacientes son una de las glándulas. Suelen ser lesiones funcionantes, de
asintomáticos y la endocrinopatía es tan frecuente como la crecimiento lento y que metastatizan preferentemente por
enfermedad de Graves. Mediante la determinación de calcio vía linfática. Sus manifestaciones clínicas óseas y renales, así
por autoanalizador su prevalencia oscila entre el 1 y el 3‰ como la hipercalcemia, suelen ser más intensas. Presentan
en la población adulta. Su incidencia anual es de 250 nuevos adherencia a los tejidos circundantes, abundantes mitosis e
casos por millón de habitantes y año. Afecta sobre todo a invasión capsular y vascular.
adultos, y el 85% de los casos tienen más de 30 años, siendo
mayor su frecuencia en la séptima década y en mujeres post- Historia natural y cuadro clínico. El espectro de presenta-
menopáusicas. Es 2 veces más frecuente en las mujeres que ción del hiperparatiroidismo primario ha cambiado notable-
en los varones y cuando ocurre en niños puede formar parte mente en las últimas décadas. En el pasado se destacó su
de una MEN tipo I o II. grave afectación ósea (osteítis fibrosa quística) y luego se di-
ferenció otro grupo de pacientes con afectación renal (litia-
Etiología. La forma más frecuente es la espontánea, aunque sis renal), siendo conocida durante largo tiempo como una
se han descrito casos familiares o bien formando parte del enfermedad en la que había “quejidos óseos y renales junto
síndrome de neoplasia endocrina múltiple (MEN) tipos I y II. a gemidos abdominales”. En la actualidad ambas complica-
En el hiperparatiroidismo espontáneo y en el familiar suele ciones no parecen estar presentes en más del 10% de los pa-
haber un adenoma, mientras que en los síndromes pluriglan- cientes diagnosticados en los hospitales. La forma de presen-
dulares es más frecuente la hiperplasia. La causa de hiperse- tación del 50% o más de los casos de hiperparatiroidismo es
creción de PTH es desconocida. Se ha señalado que se desa- asintomática y se descubre en los análisis sistemáticos (auto-
rrolla en el 4-11% de los individuos que han recibido analizador) del calcio sérico, sobre todo en ancianos. Otra

2107
ENDOCRINOLOGÍA

TABLA 16.33. Repercusiones sistémicas de la hipercalcemia vante, el 5-10% tiene hiperparatiroidismo en ausencia de
afectación ósea. Los cálculos más frecuentes son de fosfato
Neuromusculares y psiquiátricas cálcico puros, oxalatos cálcicos o, más a menudo, mixtos;
Astenia aunque su patogenia aún no está dilucidada, en ella influ-
Confusión, letargia yen: a) la hipercalciuria; b) las alteraciones fisicoquímicas
Somnolencia, pesadillas
Irritabilidad, depresión, trastornos emocionales
de la orina, y c) la acidosis hiperclorémica. La hipercalciuria
Hipotonía, reflejos osteotendinosos disminuidos se considera el factor de riesgo más importante, presente en
Estupor, coma dos tercios de los pacientes. Es una hipercalciuria por hiper-
Renales absorción digestiva, con niveles elevados de 1,25-(OH)2-D3.
Poliuria, polidipsia, nicturia Se han descrito también alteraciones y tendencia a la cristali-
Nefrocalcinosis zación y al crecimiento de los cristales en la orina supersatu-
Nefrolitiasis rada por la elevada concentración cálcica.
Insuficiencia renal Manifestaciones óseas. Hay evidencia inequívoca radioló-
Gastrointestinales
Anorexia, náuseas, vómitos
gica de enfermedad paratiroidea ósea en menos del 20% de
Estreñimiento los casos. La lesión más frecuente es la osteopenia difusa o
Úlcera péptica vertebral, complicada o no con fractura compresiva de los
Pancreatitis cuerpos vertebrales. La osteopenia del hiperparatiroidismo
Cardiovasculares no siempre es homogénea y/o difusa, pudiendo afectar pre-
Hipertensión arterial cozmente sobre todo el cráneo, las falanges y las clavículas.
Arritmias inotrópicas y cronotrópicas Con técnicas densitométricas se ha comprobado que más
Cambios electrocardiográficos del 30% tienen pérdida mineral, incluso las formas asintomá-
Sinergismo con la digoxina
ticas, por lo que puede considerarse una manifestación sub-
clínica de la enfermedad.
La lesión ósea clásica del hiperparatiroidismo es la osteítis
forma es el hiperparatiroidismo normocalcémico que se si- fibrosa quística, que en la actualidad se observa en menos
túa en un extremo del espectro bioquímico con normocalce- del 10% de los casos. Estos pacientes tienen adenomas mayo-
mia persistente o hipercalcemia moderada cíclica. Por últi- res, hipercalcemia acusada y clínica ósea grave y progresi-
mo, otra forma rara en clínica del hiperparatiroidismo es va, con deformidades esqueléticas, pérdida de talla, dolores
como parte de síndromes de MEN tipos I y II. El cuadro clíni- óseos con fracturas o sin éstas y quistes óseos. La radiología
co del hiperparatiroidismo primario es proteiforme, y se des- del hueso puede revelar osteopenia, reabsorción ósea subpe-
conoce qué síntomas se deben a la elevación de la calcemia rióstica, fracturas, osteosclerosis y lesiones quísticas. La lesión
per se o directamente a la acción de la PTH. Es posible que radiológica más frecuente es la reabsorción o erosión subpe-
en la mayoría de los casos estén implicados ambos factores. rióstica en las manos: en las falanges medias, sobre todo en
1. Signos y síntomas mayores del hiperparatiroidis- su lado radial, hay pérdida del suave contorno externo, con
mo primario. En 1948, ALBRIGHT Y REIFENSTEIN clasificaron los desflecamiento. Con lentes de aumento se observan mejor las
síntomas y signos del hiperparatiroidismo primario en óseos, erosiones pequeñas en las placas radiográficas. También se
renales o secundarios a la hipercalcemia. advierten erosiones y destrucción del abultamiento de las fa-
Síntomas debidos a la hipercalcemia. Con frecuencia los langes terminales. Hay lesiones similares en el hombro (tercio
pacientes refieren manifestaciones inespecíficas y anodinas, discal de la clavícula), la sínfisis del pubis y las articulaciones
secundarias a la afectación por la hipercalcemia de un gran sacroílíacas. Estos hallazgos corresponden tanto al hiperpara-
número de sistemas (tabla 16.33). En algunos se presenta tiroidismo primario como al secundario. En el cráneo, los
como crisis aguda, caracterizada por alteraciones mentales cambios erosivos confieren el aspecto moteado en sal y pi-
graves, insuficiencia renal aguda y síntomas digestivos, que mienta. Las lesiones locales destructivas óseas con apariencia
llevan al fracaso renal oligúrico, coma y muerte en taquiarrit- de quistes pueden ser de dos tipos: tumores pardos y quistes
mia o fracaso ventricular. óseos verdaderos (fig. 16.67). Aunque en la radiografía son
Manifestaciones renales. Desde que las formas asintomáti- difíciles de distinguir, tienen diferente histología. Los quistes
cas se diagnostican con mayor frecuencia, la incidencia de verdaderos están rellenos de líquido o tejido fibroso y su loca-
litiasis renal ha ido disminuyendo, hasta situarse en el 7-15% lización es con preferencia subperióstica. Los tumores pardos
actual, en la mitad de los cuales no da clínica. Sin embargo, no son de origen neoplásico y están constituidos por células
el análisis por grupos de edad demuestra que en los menores gigantes multinucleares y macrófagos cargados de hemoside-
de 60 años continúa siendo el síntoma de presentación. rina, que confiere a la lesión su color característico. Los quis-
La repercusión renal inicial suele ser un defecto en la fun- tes óseos suelen permanecer en forma indefinida, mientras
ción tubular, que puede demostrarse en ausencia de litiasis que los tumores pardos se mineralizan tras la cirugía paratiroi-
renal radiológica o evidencia de infección. Suele haber inca- dea y llegan a desaparecer. Los quistes pueden provocar
pacidad para concentrar la orina y, a la larga, hipostenuria, abultamientos que deforman los huesos, siendo típicos los lo-
debido a bloqueo de la acción de la ADH sobre los túbulos calizados en la mandíbula (tumores pardos o épulis). Rara
renales causado por el calcio. También se comprueba una vez hay osteosclerosis, que es mucho más frecuente en el hi-
incapacidad para excretar ácidos, con acidosis hiperclorémi- perparatiroidismo secundario asociado con insuficiencia re-
ca y consiguiente disminución del bicarbonato. Se asocian nal, sobre todo en niños, pudiendo adoptar una forma locali-
aminoaciduria, glucosuria y fosfaturia, todo ello favorecido zada o difusa. La disminución o la pérdida de la lámina dura
por las frecuentes infecciones en pacientes con uropatías dentaria es frecuente en esta enfermedad, pero no revierte
obstructivas. Los cambios anatómicos consisten en nefrocal- con la cirugía del adenoma.
cinosis y litiasis renal. La nefrocalcinosis no suele presentarse 2. Signos y síntomas menores del hiperparatiroidis-
en pacientes con hiperparatiroidismo y litiasis renal, y sí en mo primario. Trastornos neuromusculares y psiquiátricos.
aquellos con insuficiencia renal moderada o intensa e hiper- Son bien conocidas la astenia y la fatigabilidad, presentes en
calcemia grave. Se caracteriza por la precipitación de calcio el 70-80% de los pacientes con esta enfermedad. La debilidad
y fosfato en el epitelio tubular y el intersticio renal, por lo se manifiesta sobre todo en la musculatura proximal de las
que se piensa que la disminución de la función renal la de- extremidades inferiores, siendo clásicas las descripciones de
sencadena, lo cual, a su vez, la deteriora aún más. Alrededor pacientes que no podían moverse de la cama y que, tras la
del 3% de los pacientes con litiasis cálcica tienen hiperparati- intervención, recuperaron la fuerza muscular. En la explora-
roidismo primario, pero suelen transcurrir más de 3 años, ción se descubren hipotonía proximal simétrica, atrofia mus-
como término medio, antes de establecerse este diagnóstico. cular, hiperreflexia y fasciculaciones. Se trata de un proceso
Si se estudia a los pacientes con litiasis renal cálcica recidi- neuropático y la biopsia demuestra atrofia del tipo II de fi-

2108
ENFERMEDADES DE LAS GLÁNDULAS PARATIROIDES

o hiperlipemia tipo II. La etiopatogenia de la pancreatitis en


estos pacientes podría deberse a una obstrucción de los con-
ductos pancreáticos por el depósito cálcico o bien a un in-
cremento en la conversión de tripsinógeno a tripsina y desa-
rrollo de fenómenos inflamatorios. No puede descartarse que
la PTH per se tenga un efecto directo inflamatorio sobre el
parénquima pancreático. Se han descrito cálculos radiopa-
cos en la vesícula biliar en el 8% de estos pacientes.
Trastornos cardiovasculares. La hipertensión arterial, con
patrón clínico similar al de la población general, es frecuen-
te. A favor de su relación con la hipercalcemia destaca su
elevación con perfusiones de calcio, que revierte al cesar
ésta, y en contra de ella, el hecho de que no siempre se con-
sigue la curación de la hipertensión tras la cirugía del adeno-
ma. Se han postulado la acción vasoconstrictora sobre el
músculo liso y las anormalidades del sistema renina-angio-
tensina por el ion calcio aumentado. También favorece su
instauración la frecuente insuficiencia renal.
La hipercalcemia tiene un efecto inotrópico y cronotrópi-
co, provocando arritmias en fases avanzadas. En el ECG hay
acortamiento de QT, prolongación del intervalo ST y ensan-
chamiento de las ondas T. Pueden presentarse bloqueos es-
porádicos de primer grado especialmente sensibles a la digo-
xina, que aumenta la captación de calcio por las células
miocárdicas, lo cual puede desencadenar arritmias.
Trastornos articulares. Son relativamente frecuentes las le-
siones articulares y periarticulares del tipo de condrocalcino-
sis, osteoartritis degenerativa y avulsiones de los tendones. El
7,5-18% de los pacientes presentan condrocalcinosis o seudo-
gota que, al igual que la gota, puede provocar ataques agu-
dos, después de la paratiroidectomía o antes de ésta. La arti-
culación más afectada es la rodilla, donde se encuentran
Fig. 16.67. Quiste óseo en un hueso largo de un paciente con hiper- cristales romboidales de dihidrato pirofosfato cálcico en el lí-
paratiroidismo primario (flechas). quido sinovial aspirado y/o depositados en los cartílagos arti-
culares y meniscos.
A menudo hay hiperuricemia en relación con el menor
bras musculares y fenómenos de desnervación sin cambios aclaramiento renal de uratos, con ataques de gota esporádi-
inflamatorios. El EMG muestra potenciales polifásicos de alta cos indistinguibles de los clásicos. Pueden coexistir condro-
amplitud/larga duración y potenciales de unidad motora calcinosis y gota, que se diferencian por el tipo de articula-
de baja amplitud/corta duración en otros. Las velocidades de ción y de cristales intrarticulares, así como por la respuesta
conducción motora y sensitiva son normales. terapéutica. Se han descrito fracturas subcondrales cerca de
Los cambios psiquiátricos son secundarios a la hipercalce- las articulaciones, sinovitis atraumáticas y periartritis calcifi-
mia, pues también se presentan en hipercalcemias no parati- cante. Por último, puede haber también calcificaciones ectó-
roideas, aunque no hay correspondencia entre el deterioro picas que favorezcan las avulsiones de los tendones, sobre
mental y el calcio sérico. Presentan confusión, irritabilidad todo del cuádriceps.
emocional, depresión, fallos en la memoria y, en ocasiones, Otra lesión que puede presentarse es la queratopatía en
psicosis. Si la letargia y la somnolencia progresan, se produ- banda cuando los niveles de fósforo sérico están muy eleva-
cen estupor y coma, al que contribuye la deshidratación de dos (insuficiencia renal), que se caracteriza por la precipita-
la edad avanzada. Si no son muy prolongados, estos efectos ción de cristales de calcio y fosfato en la córnea. La precipi-
sobre el SNC revierten con la normocalcemia. Si los cuadros tación de estos iones en la piel puede producir necrosis
de psicosis persisten, debe buscarse otra enfermedad de dérmica, lesión rara en estos pacientes.
base.
Trastornos gastrointestinales. Las manifestaciones más fre- Formas especiales del hiperparatiroidismo primario. Hi-
cuentes son anorexia, náuseas y vómitos. En los pacientes perparatiroidismo primario en la infancia. Este diagnóstico en
con hiperparatiroidismo de larga duración puede haber es- la primera década de la vida es excepcional, a diferencia
treñimiento y a veces incluso atonía gástrica. El 10-15% de los de la hipercalcemia familiar benigna. Los casos neonatales
afectados tienen úlcera péptica, debido a que la hipercalce- se deben a hiperplasia paratiroidea y requieren cirugía o me-
mia estimula la secreción de gastrina y de ácido gástrico. La dicación urgente en las primeras semanas de vida. En los ni-
prevalencia de úlcera péptica en estos pacientes es mayor ños mayores suele haber hipercalcemia intensa, con frecuen-
que en la población general (5-10%). La localización duode- tes lesiones óseas y articulares.
nal es más frecuente en las mujeres, y la gástrica en los varo- Hiperparatiroidismo primario en el embarazo. Entraña ries-
nes. Algunos, incluso con múltiples úlceras, presentan sín- go para la madre y el feto, con mayor incidencia de abortos
drome de Zollinger-Ellison o de MEN-I y tienen un tumor espontáneos, morbilidad y mortalidad perinatales y neonata-
productor de gastrina o una hiperplasia de las células pan- les. Si la hipercalcemia es leve se aconseja vigilancia para
creáticas productoras de gastrina. evitar abortos, y si es intensa se debe explorar el cuello
En el 3% de los pacientes se ha diagnosticado una pan- para evitar lesiones en el niño y la madre. La hipocalcemia
creatitis. Se distinguen cinco formas clínicas: a) crónica con neonatal, con cuadros graves de tetania, se debe al paso
dolor, la más común; b) crónica sin dolor y frecuentes calci- transplacentario de la hipercalcemia materna, con inhibi-
fi-caciones; c) aguda en hipercalcemias intensas; d) aguda ción de la PTH fetal.
postoperatoria tras intervenciones en pacientes no diagnosti- Crisis paratiroidea. Hiperparatiroidismo primario del ancia-
cados previamente, y e) recidivante. La presencia de normo- no. La crisis paratiroidea o hiperparatiroidismo agudo es una
calcemia con pancreatitis obliga a descartar un hiperparati- situación de emergencia caracterizada por hipercalcemia, a
roidismo, sobre todo en ausencia de historia de alcoholismo menudo superior a 16 mg/dL, fiebre, deshidratación acusa-

2109
ENDOCRINOLOGÍA

da, insuficiencia renal y obnubilación progresiva hasta entrar 90% de los pacientes. Suelen tener acidosis metabólica ligera
en coma profundo. Los ancianos pueden presentar un sín- o moderada. La fosfatasa alcalina sérica y la hidroxiprolina
drome hipercalcémico agudo, similar al hiperosmolar del urinaria sólo están elevadas en presencia de afectación ósea
diabético, cuando una enfermedad menor (por lo común, importante, pero su rango es inferior al hallado en otras neo-
una infección) se superpone al hiperparatiroidismo y condu- plasias. La excreción urinaria de calcio (más de 300 mg/día
ce a la deshidratación y al rápido deterioro de la conciencia, en el varón y de 250 mg/día en la mujer) está aumentada,
si no se administran líquidos intravenosos antes de evaluar el pero dado que la PTH disminuye el aclaramiento de calcio,
tratamiento quirúrgico. suele ser inferior a la correspondiente (niveles semejantes de
Hiperparatiroidismo primario “normocalcémico”. Se han calcio sérico) no paratiroidea. Una eliminación urinaria
descrito casos demostrados de hiperparatiroidismo que eran de calcio inferior a 170 mg/día obliga a pensar en la posibili-
normocalcémicos o alternaban episodios de hipercalcemia. dad de una hipercalcemia benigna familiar, también deno-
La deficiencia de vitamina D podría actuar enmascarando la minada hipercalcemia familiar hipocalciúrica.
hipercalcemia de estos pacientes con frecuente osteítis fibro- En el hiperparatiroidismo primario, los niveles de PTH sérica
sa quística y grados variables de osteomalacia. Los niveles de (normal: 10-25 pg/mL) suelen estar claramente elevados (en
calcio sérico se elevan al tratarlos con dosis relativamente menos del 10% se hallan en el límite superior de la normali-
bajas de vitamina D. Deben distinguirse de la normocalce- dad) pero siempre inapropiadamente altos para la hipercalce-
mia o la hipocalcemia secundarias al infarto de un adenoma mia. Los RIA que reconocen las regiones media y carboxitermi-
paratiroideo, ya que éste suele recidivar con hipercalcemia nal (fragmentos inactivos) y la hormona intacta son los que
al cabo de algunos meses. mejor detectan los niveles elevados de PTH. Los RIA para la re-
Hiperparatiroidismo primario familiar. Síndromes pluriglan- gión intermedia e inmunométricos para PTH intacta son los
dulares. El hiperparatiroidismo primario aislado se ha descri- más sensibles y tienen mayor especificidad, sobre todo estos
to con un patrón de herencia autosómica dominante y clíni- últimos, en la discriminación entre hiperparatiroidismo e hiper-
ca similar a los esporádicos. La lesión más frecuente en los calcemia maligna, con valores disminuidos en estos últimos. La
pacientes y sus familiares consiste en la hiperplasia seudo- reciente introducción de un RIA para PTH-rp (related protein)
adenomatosa de células principales. Dentro de la rareza de ha permitido también confirmar el diagnóstico en las hipercal-
estos síndromes es más frecuente que el hiperparatiroidismo cemias por neoplasias malignas que segregan este péptido. En
primario forme parte de las MEN tipos I, IIa y IIb. Se trata en- presencia de deterioro renal y/o cuando se realiza cateterismo
tonces de tres síndromes hipercalcémicos familiares con dis- venoso paratiroideo se recomiendan los RIA aminoterminales
tinta expresividad genética, con patrón de herencia autosó- y de molécula intacta. Desde el punto de vista práctico, niveles
mica dominante, asociados con neoplasias en otras de PTH superiores al doble del límite superior de la normali-
glándulas endocrinas. En el MEN-I, en el 80% de los casos dad junto con hipercalcemia, son altamente sugestivos de hi-
hay una hiperplasia seudoadenomatosa parotiroidea junto a perparatiroidismo en ausencia de insuficiencia renal. Niveles
tumores pancreáticos (insulinoma, gastrinoma, glucagono- de PTH sérica menores al doble de los normales pueden darse
ma o somatostatinoma) y de la hipófisis (adenomas cromó- en el hiperparatiroidismo primario o en el síndrome de hiper-
fobos, prolactinomas, adenomas eosinófilos). Se ha descrito calcemia asociado con enfermedades malignas.
en estos pacientes un factor mitogénico sérico no paratiroi- El AMPc nefrogénico en orina está elevado en más del
deo, que estimula las células principales paratiroideas. Sue- 90% de los pacientes. El potasio y el magnesio séricos son ba-
len ser pacientes de 30-50 años, aunque se han diagnostica- jos en una minoría de pacientes. Asimismo, puede haber
do casos de recién nacidos. hiperuricemia. El transporte máximo tubular de fosfato
El 10-60% de los casos de MEN-IIa, junto a hiperplasia seu- (TmP/GF) es inferior al 80% en estos pacientes, pero su valor,
doadenomatosa paratiroidea se asocian carcinoma medular al igual que otros índices del manejo tubular del fósforo, está
de tiroides y feocromocitoma. Estudios recientes sitúan el lo- influido por una multitud de variables (dieta, ritmo circadia-
cus del MEN-IIa en el cromosoma 10. Por último, en el MEN- no, nefropatía, etc.). La reabsorción subperióstica, presente
IIb con carcinoma medular de tiroides, neuromas mucosos en el 8-10% de los casos, debe estudiarse en radiografías de
múltiples y más del 50% con feocromocitomas, el hiperpara- mano, hombros, cráneo y cualquier deformación ósea. Se
tiroidismo primario es excepcional. deben buscar la pérdida de la corteza en la superficie radial
La patogenia del hiperparatiroidismo primario en estos sín- de las falanges, especialmente en el dedo índice, y erosiones
dromes es inexplicable. La teoría del origen embriológico co- en los extremos distales de la clavícula y en el cráneo. Otras
mún (apudomas) no puede aceptarse, puesto que el origen manifestaciones de osteopenia, como quistes y osteosclero-
de las paratiroides (tercera y cuarta bolsas branquiales) es sis, pueden exigir la realización de una serie ósea para su de-
diferente al de otras neoplasias. La otra hipótesis, que postu- tección.
la un mecanismo compensatorio a la secreción de calcitoni- La hidrocortisona, en dosis de 100 mg/día durante 10 días,
na en el MEN tipos IIa y IIb, no explicaría su desigual fre- desciende las hipercalcemias no paratiroideas, aunque el
cuencia y la rareza de este último. 50% de las hipercalcemias malignas no responden. La prue-
ba de las tiazidas (1-2 g/día de clorotiazida) induce hipercal-
Diagnóstico. La historia clínica debe recoger la sintomatolo- cemia en los hiperparatiroidismos normocalcémicos y pone
gía de hipercalcemia e hiperparatiroidismo antes descrita, de manifiesto la hipercalcemia sostenida en estos pacientes.
los antecedentes familiares de neoplasias endocrinas, los sín- Siempre es prudente descartar todas las demás causas de
tomas de cáncer y las medicaciones recibidas. Sólo se consi- hipercalcemia que se refieren con detalle en Enfermedades
gue palpar el adenoma en el 4% de los pacientes, que suelen del metabolismo. En la tabla 16.34 se aportan datos bioquí-
tener calcio sérico superior a 14 mg/dL. Para poner en mar- micos que son útiles en el diagnóstico diferencial entre el hi-
cha los estudios para el diagnóstico diferencial de las hiper- perparatiroidismo primario, la hipercalcemia humoral malig-
calcemias se debe obtener un valor de calcio sérico superior na y la hipercalcemia neoplásica por osteólisis local. La tabla
a 10,5 mg/dL en dos muestras. Debe realizarse la corrección 16.35 recoge los resultados que ofrecen las determinaciones
en función de la cifra de proteínas. La determinación de cal- diagnósticas en la intoxicación por vitamina D.
cio ionizado, que es la fracción biológicamente activa, está Diagnóstico de localización. Los cirujanos expertos pueden
limitada por los problemas técnicos. El fósforo sérico es infe- identificar los adenomas paratiroideos durante el acto quirúr-
rior a 3 mg/dL en los pacientes como grupo, sin tener dema- gico en el 80% de los casos, sin disponer de estudios de loca-
siado valor individual. En el 90% de los pacientes se hallan lización, los cuales, no obstante, podrían ser convenientes
valores de cloro sérico de 103 mg/dL o mayores, tras excluir para: a) cirujanos con menos experiencia y/o partidarios de
la ingesta de diuréticos, tirotoxicosis o vómitos, frente a me- realizar intervenciones unilaterales de cuello; b) acortar el
nos del 15% de los casos en otras hipercalcemias. Un cocien- tiempo operatorio; c) ayudar al diagnóstico en las formas
te cloro/fósforo de 33 o más se describe también en más del normocalcémicas, y d) las reintervenciones. Los métodos de

2110
ENFERMEDADES DE LAS GLÁNDULAS PARATIROIDES

TABLA 16.34. Diferencias bioquímicas entre el hiperparatiroidismo


primario, la hipercalcemia humoral maligna y la hipercalcemia
por osteólisis local
Hipercalcemia Hipercalcemia
Hiperparati-
humoral por osteólisis
roidismo
maligna local
Aumento del AMPc
en orina + + –
Fosfaturia + + –
Hipercalciuria –/+ + +
Aumento de
1,25-(OH)2-D3 –/+ – –
Aumento de la
PTH sérica + – –
Aumento de la
PTH-rp sérica – + – Tomografía computarizada
+ punción aspirativa

TABLA 16.35. Determinaciones diagnósticas para la hipercalcemia


por intoxicación por vitamina D
Sangre AMP cíclico
nefrogénico
25-(OH)2-D3 1,25-(OH)2-D3 PTH en orina
Vitamina D ↑ N ↓ No ↓
y 25-(OH)-D3
1,25-(OH)2-D3 N ↑ ↓ No ↓
y α-dihidroxi-
vitamina D3
Dihidrotaquisterol N N ↓ No ↓

localización pueden agruparse en técnicas no invasivas


(ecografía, gammagrafía con pertecnetato de 99mTc y cloruro Fig. 16.68. Estudios de localización en el hiperparatiroidismo primario.
de 201Tl, RM y TC) y técnicas invasivas (punción biopsia du-
rante la ecografía o la TC y cateterismo venoso selectivo)
(fig. 16.68). adenoma (de localización normal o ectópica), además de evi-
La ecografía de alta resolución (10 MHz) debe ser la prime- tar complicaciones como la lesión del nervio recurrente o el
ra técnica, por su alto rendimiento (positividad inicial del hipoparatiroidismo. Se aceptan los siguientes datos para reco-
75% y en reintervenciones del 50%), bajo coste y ausencia de mendar la intervención quirúrgica: elevación acusada del cal-
suministro de radiaciones. Puede combinarse con la punción- cio sérico, antecedente de hipercalcemia grave que pone en
aspiración mediante aguja fina, en cuyo aspirado se efectúa peligro la vida, disminución de la función renal, presencia de
estudio citológico o de PTH. Detecta mal los tumores meno- litiasis renal en las radiografías abdominales, elevada excre-
res de 0,5 cm o de localización profunda cervical o mediastí- ción urinaria de calcio en 24 h y disminución acentuada de la
nica. La gammagrafía con 99mTc y 201Tl se basa en la captación masa ósea medida por densitometría.
por la paratiroides y el tiroides del segundo agente y sustrac- Sin embargo, cada vez es mayor el número de pacientes
ción mediante ordenador de la imagen obtenida previamente asintomáticos que se diagnostican en análisis sistemáticos.
con tecnecio. Su positividad es similar a la de la técnica ante- Su seguimiento durante un período de 10 años ha confirma-
rior, próxima al 75% de los adenomas en la primera interven- do que más del 75% de los casos persisten libres de sintoma-
ción y al 50% de los reoperados. Es una técnica no expeditiva tología. Durante el seguimiento de los hiperparatiroideos
y costosa, limitada en casos de compromiso vascular de las asintomáticos debe recomendarse la intervención: a) si apa-
glándulas. No se puede combinar con la punción y detecta recen síntomas relacionados con el hiperparatiroidismo que
tumores más grandes de 0,6 cm. Con RM se visualiza el ade- afecten el esqueleto, el riñón o el aparato digestivo; b) si hay
noma en el cuello y el mediastino en el 65% de los pacientes un aumento sostenido del calcio sérico en más de 1,0 mg/dL
reoperados, y con la TC de tercera y cuarta generaciones con por encima de la normalidad; c) en presencia de una dismi-
contraste se identifican mejor los adenomas retroesofágicos, nución del aclaramiento de la creatinina superior al 30% res-
retrotraqueales y mediastínicos que con la ecografía, además pecto al normal; d) presencia de litiasis renal confirmada por
de que permite combinarla con la punción. Si los resultados radiología; e) disminución significativa de la densidad ósea
no son demostrativos puede realizarse un cateterismo venoso por debajo de 2 DE de la normalidad para su edad; f) episo-
selectivo con determinación de PTH. Esta técnica ha reempla- dio de hipercalcemia grave, y g) hipercalciuria superior a los
zado a la arteriografía, que sólo localiza tumores grandes y, 400 mg en 24 h. En los pacientes no intervenidos se procede-
además, entraña riesgos. Puede realizarse tras la angiografía rá a la determinación semestral del calcio sérico y de la fun-
digital (integración de una imagen angiográfica procesada ción renal y al estudio anual de la densidad ósea, además de
con ordenadores digitales). Con esta técnica se localiza el efectuarse radiografías renales. No se ha demostrado la utili-
40% de los adenomas en reoperados, aunque puede propor- dad de restringir el calcio de la dieta, excepto en presencia
cionar información de la anatomía venosa del cuello. Un gra- de nefrolitiasis.
diente unilateral de PTH localiza la lesión en un lado. Tratamiento médico. Si no se puede intervenir y es necesa-
rio reducir la hipercalcemia, los fármacos recomendados
Tratamiento. Los pacientes diagnosticados de hiperparatiroi- son: fosfatos orales, estrógenos y progestágenos y bifosfona-
dismo primario y en los que la intervención se estima oportu- tos. Los fosfatos orales están indicados cuando el fósforo sé-
na, deben ser remitidos a un cirujano con experiencia en ci- rico es inferior a 3,8 mg/dL y la función renal es normal. La
rugía del cuello y paratiroides capaz de realizar la paratiroi- hipofosfatemia agrava la hipercalcemia al potenciar la reab-
dectomía subtotal en casos de hiperplasia o la escisión de un sorción ósea, reducir la formación del hueso y aumentar la

2111
ENDOCRINOLOGÍA

síntesis de 1,25-(OH)2-D3. Corrigiendo este déficit se evitan di- TABLA 16.36. Causas más frecuentes de hiperparatiroidismo
chas alteraciones. A veces no debe normalizarse totalmente secundario
la calcemia, por el peligro de toxicidad del fosfato. Se admi-
nistran por vía oral 500 mg 3 o 4 veces al día, monitorizando Deficiencia de vitamina D o de calcio en la dieta
la creatinina. Por vía intravenosa no debe usarse por el peli- Malabsorción de vitamina D o de calcio (posgastrectomía,
esprue, insuficiencia pancreática, etc.)
gro de que precipite en los pulmones, el corazón, los riñones Fármacos que inducen raquitismo u osteomalacia
y los vasos con hipotensión grave. Los fosfatos no tienen apli- (anticonvulsivantes, fenitoína, fenobarbital, colestiramina,
cación prolongada, debido a las frecuentes calcificaciones laxantes)
metastásicas de tejidos blandos que se presentan, al aumen- Raquitismo resistente a la vitamina D
tarse el producto calcio-fosfatos. En las mujeres posmenopáu- Ingestión excesiva de compuestos fosfatos inorgánicos
sicas con hiperparatiroidismo, los estrógenos y progestágenos Hipomagnesemia intensa
están especialmente indicados, aunque tienen un efecto Insuficiencia renal crónica
leve, reduciendo la calcemia 1 mg/dL por término medio. Ac-
túan inhibiendo la acción de la PTH sobre el hueso y, posi-
blemente, también disminuyendo la secreción de PTH. Los Hiperparatiroidismo secundario
progestágenos (noretindrona) son menos potentes, pero
constituyen una alternativa en presencia de historia de cán- Hipercalcemia asociada con insuficiencia renal crónica. Cuan-
cer de mama o útero, tromboembolias o trombosis venosas. do la causa de que las glándulas paratiroides segreguen más
Los bifosfonatos son compuestos derivados del pirofosfato PTH de lo normal no radica en ellas sino que se debe a un
que inhiben la reabsorción y formación de los cristales óseos. proceso adaptativo, se habla de hiperparatiroidismo secun-
Además de esta acción sobre el equilibrio fisicoquímico de dario. De las diversas causas (tabla 16.36) que pueden pro-
los cristales óseos, inhiben la actividad osteoclástica. Su efec- ducir hipocalcemia crónica con estimulación prolongada de
to puede persistir durante una semana o más, pues se ligan a PTH, la insuficiencia renal crónica es la de mayor importan-
los cristales y son liberados lentamente. De estos compues- cia clínica, estimándose que el 10-20% de estos pacientes lle-
tos, el etiodronato oral no es eficaz y produce osteomalacia, gan a presentar hipercalcemia. La patogenia más aceptada
por lo que ha sido sustituido por compuestos de segunda ge- supone que la estimulación inapropiada de la secreción de
neración [clodronato y APD (difosfonato amino-hidroxipropi- PTH se pone en marcha a partir de la fase en que el aclara-
lideno)], que son más potentes inhibidores de la reabsorción miento disminuye por debajo de 40 mL/min. Inicialmente ha-
y tienen menor toxicidad (náuseas, diarreas y úlceras buca- bría retención de fosfatos, con disminución del calcio ioniza-
les) en comparación con el etidronato. El propranolol y la ci- do sérico y de la síntesis de 1,25-(OH)2-D3. El organismo
metidina son ineficaces en estos pacientes. respondería aumentando la secreción de PTH que, al actuar
Tratamiento quirúrgico. Existen dos aproximaciones del hi- sobre el riñón y el hueso, normaliza el calcio y el fósforo séri-
perparatiroidismo primario. Se puede efectuar una explora- cos. Si este aumento de secreción de PTH se mantiene, se
ción unilateral, resecando cualquier adenoma, y, si la segun- produce hiperplasia paratiroidea, en un intento de mayor ex-
da glándula del mismo lado es normal, omitir la exploración creción de fosfatos. En apoyo de esta teoría destaca la corre-
del otro lado. La mayoría de los cirujanos prefieren identifi- lación positiva entre las concentraciones de fósforo y PTH sé-
car las cuatro glándulas y extirpar el adenoma o, en caso de ricas en la insuficiencia renal crónica.
hiperplasia, extirpar tres de ellas y dejar la mitad de una. Si La coexistencia de lesiones de osteítis fibrosa quística y de
no hay hiperplasia y no se encuentra adenoma, se examinan osteomalacia en estos pacientes señala el progresivo aumen-
los espacios retroesofágicos y retrofaríngeos, y el paquete ti- to de PTH acompañado de disminución del 1,25-(OH)2-D3.
micograso; en caso negativo, al cabo de 2 semanas, tras téc- En la insuficiencia renal crónica grave habría una mayor dis-
nicas de localización se vuelve a reintervenir. Dado que la minución del número de nefronas, con una mayor retención
paratiroidectomía subtotal tiene una incidencia de recidiva o de fosfato intracelular y extracelular. La supresión de la sínte-
persistencia de la enfermedad del 11-13% y de hipoparatiroi- sis de 1,25-(OH)2-D3 y el descenso del calcio sérico serían
dismo permanente del 5-15%, en la hiperplasia se ha introdu- más acusados. El estado urémico estimula más la hiperplasia
cido el autotrasplante paratiroideo. Éste consiste en efectuar, de la paratiroides, disminuye la sensibilidad de éstas al cal-
junto a la paratiroidectomía total, un autotrasplante a los cio y, además, reduce la capacidad de unión de los recepto-
músculos del antebrazo de un fragmento de tejido. Esta téc- res específicos paratiroideos al 1,25-(OH)2-D3, todo lo cual
nica está especialmente indicada en los casos de hiperplasia conduce a una mayor secreción de PTH.
paratiroidea familiar, en los que la recidiva puede llegar al Los pacientes con insuficiencia renal crónica sometidos a
50% a los 10 años de la paratiroidectomía subtotal. La disec- diálisis con líquidos contaminados con aluminio o con agentes
ción debe ser amplia, incluyendo los ganglios linfáticos y evi- que ligan fosfatos pueden tener acumulación de aluminio en el
tando dejar restos, en caso de carcinoma paratiroideo. hueso (frentes de calcificación) y presentan dolor difuso, frac-
Evolución postoperatoria. La calcemia suele descender al turas y, en alrededor de la mitad de los casos, hipercalcemia.
cabo de unos minutos de la intervención. A veces hay hipo-
calcemia transitoria, máxima hacia el séptimo día y que pue- Cuadro clínico. La historia natural del hiperparatiroidismo
de durar 2 semanas. Puede estar causada por el síndrome de renal no se conoce bien, describiéndose unas fases evolutivas
los huesos hambrientos, ocasionado por una rápida minerali- bioquímicas con repercusión clínica. La fase I se caracteriza
zación de un hueso deplecionado de calcio y sometido a por insuficiencia renal discreta a moderada (creatinina sérica
elevadas concentraciones de PTH. Puede prevenirse median- inferior a 3 mg/dL), calcio y fósforo séricos normales, PTH dis-
te la administración preoperatoria de vitamina D, sobre todo cretamente aumentada, pero con evidencia histomorfométri-
a pacientes con lesiones óseas. Otras veces es un hipoparati- ca de hiperparatiroidismo. En la fase II, los signos y síntomas
roidismo transitorio, por insuficiencia paratiroidea posquirúr- están en relación con la hipocalcemia y la hiperfosforemia, la
gica o por reducción de magnesio. Suelen ser casos reversi- PTH se halla más elevada y hay deficiencia sérica de 1,25-
bles, que no duran más de 6 meses, con una calcemia de (OH)2-D3 con instauración de osteomalacia. El tránsito a la
alrededor de 8 mg/dL y que se controlan con 1-2 g de calcio. fase III implica el desarrollo de hiperfosforemia intensa e hi-
Por último, puede haber hipoparatiroidismo permanente percalcemia con osteodistrofia renal; el hiperparatiroidismo
(1-4%), que obligue al tratamiento con vitamina D y calcio se va haciendo estable y relativamente autónomo (hiperpara-
de por vida. Para su diagnóstico hay que efectuar una eva- tiroidismo terciario). La rapidez con que evoluciona la insufi-
luación definitiva a los 6 meses de la intervención para des- ciencia renal determina la fase IV: la osteítis fibrosa quística y
cartar las formas transitorias. Por último, otra complicación la osteomalacia se vuelven más evidentes, hay prurito y calci-
infrecuente, pero que puede ser permanente, es la lesión del ficación de tejidos blandos. Tras el trasplante renal, también
nervio laríngeo recurrente, con afonía. puede haber hiperparatiroidismo terciario, con hipercalce-

2112
ENFERMEDADES DE LAS GLÁNDULAS PARATIROIDES

mias moderadas, hiperplasia paratiroidea y serio peligro para ción puede haber calcificaciones, dentro y alrededor de los
el riñón trasplantado por el efecto tóxico de la hipercalcemia. pequeños vasos sanguíneos de los ganglios basales y extrapira-
midales. Puede haber papiledema en los casos crónicos y mal
tratados. La hipocalcemia en el sistema nervioso provoca sín-
Hipoparatiroidismo tomas mentales diversos, desde pérdida de la memoria e irrita-
bilidad hasta neurosis y psicosis. Otras veces, las calcificacio-
Es el trastorno clínico que ocurre cuando hay una enferme- nes de los ganglios basales, que se presentan sobre todo en
dad intrínseca de las glándulas paratiroides, con síntesis y se- más de la mitad de los hipoparatiroidismos idiopáticos y en el
creción defectuosas de PTH. Cuando la alteración no radica seudohipoparatiroidismo, pueden revestir las formas de par-
en la secreción de PTH sino en una resistencia de los órganos kinsonismo o coreoatetosis. Su progresión puede detenerse
periféricos se denomina seudohipoparatiroidismo. La frecuen- con el tratamiento, no así las lesiones irreversibles instauradas.
cia del hipoparatiroidismo en la población se desconoce. Manifestaciones cardíacas. Las más frecuentes son altera-
ciones del ECG sin repercusión clínica, caracterizadas por
Fisiopatología. La hipocalcemia se debe a la disminución prolongación del intervalo QT y alargamiento del segmento
de la absorción intestinal, de la reabsorción ósea y de la ST. La hipocalcemia reduce la actividad inotrópica cardíaca
reabsorción tubular de calcio. La producción renal de AMPc y puede provocar insuficiencia cardíaca congestiva. Puede
nefrogénico y la excreción urinaria de fósforo se hallan dis- haber arritmias y bloqueos cardíacos reversibles.
minuidas, hay hiperfosforemia y la síntesis de 1,25-(OH)2-D3 Manifestaciones oculares. Las cataratas del hipoparatiroi-
es defectuosa. Aunque la PTH sea muy baja, la calcemia no dismo y del seudohipoparatiroidismo son capas alternantes
suele descender más de 5 mg/dL, lo que implica que, con es- de corteza normal y de opacidad, cuya densidad se relacio-
tos valores, el intercambio de calcio entre los líquidos óseos na con la duración de la hipocalcemia.
(superficie mineral del hueso) y la sangre desempeña un pa- Manifestaciones ectodérmicas. Las uñas y el pelo son áspe-
pel importante. La eliminación urinaria de calcio es baja, ros y quebradizos, siendo escaso el pelo de la ceja. La piel
pero siempre mayor que la correspondiente a otros estados es seca y frágil, y en el hipoparatiroidismo idiopático son fre-
hipocalcémicos. cuentes las candidiasis cutáneas. En algunos casos hay
lesiones dérmicas intensas, eccema atópico, dermatitis exfo-
Cuadro clínico. Los signos y síntomas derivados de la hipo- liativa e impétigo herpetiforme. Incluso se describen exacer-
calcemia constituyen las manifestaciones principales del hi- baciones de psoriasis, coincidiendo con el diagnóstico del
poparatiroidismo. hipoparatiroidismo. Se recoge el antecedente de retraso en
Alteraciones neuromusculares. La hipocalcemia provoca la erupción dentaria, hipoplasia dentaria, dentina irregular y
irritación neuromuscular que se expresa como tetania. Ésta tendencia a las caries. El engrosamiento de la lámina dura
puede ser latente (signos de Chvostek y Trousseau) o mani- dentaria es otro hallazgo frecuente.
fiesta, en cuyo caso puede haber desde calambres hasta Se han descrito cuadros de disfagia y/o abdomen agudo
convulsiones. Puede ser espontánea o provocada (esfuerzo, seudobstructivos por la irritación de los ganglios autónomos
emoción, menstruación, vómitos, lactancia) y no es específi- y de la musculatura lisa del tracto digestivo por la hipocalce-
ca, puesto que también aparece con la hiperpotasemia, la hi- mia. En los pacientes de larga duración y mal controlados
popotasemia, la hipomagnesemia y en la hiperventilación. puede haber malabsorción y esteatorreas sobreañadidas,
El signo de Chvostek se provoca mediante la percusión del que contribuyen a agravar la hipocalcemia.
facial por delante del oído y de la apófisis cigomática, siendo
positivo cuando hay contracción del facial y de los múscu- Formas clínicas de hipoparatiroidismo. 1. Hipoparatiroi-
los del labio superior del lado estimulado: grado 1, contrac- dismo idiopático. La insuficiencia paratiroidea que produce
ción del labio sólo en el ángulo de la boca; grado 2, se aña- esta enfermedad no es secundaria a otro proceso. Compren-
de la contracción del ala de la nariz; grado 3, se añade la de un número de síndromes de diferente etiopatogenia.
contracción del orbicular, y grado 4, contracción de todos Ausencia congénita de las glándulas paratiroides. Enferme-
los músculos inervados en dicho lado de la cara. Se detecta dad rara, usualmente congénita, aunque se han descrito ca-
en el 10% de la población sana. El signo de Trousseau se pro- sos familiares con herencia autosómica recesiva y ligada al
voca elevando la presión del esfigmomanómetro 10 mmHg cromosoma X. Suelen presentarse en el nacimiento o inme-
por encima de la presión sistólica durante 3 min, siendo posi- diatamente después.
tivo cuando desencadena un espasmo carpopedal: las muñe- Disembriogénesis branquial. La hipocalcemia neonatal se
cas y las articulaciones metacarpofalángicas se flexionan, debe a anormalidad en el desarrollo embriológico de las ter-
con las articulaciones interfalángicas en extensión forzada y cera y cuarta bolsas branquiales. El síndrome de DiGeorge
los dedos y el pulgar en aducción. consiste en la asociación de aplasia e hipoplasia del timo y
La tetania manifiesta suele empezar con una sensación de de las glándulas paratiroides, por fallo en el desarrollo de es-
hormigueo alrededor de la boca, las manos o los pies, que tas bolsas branquiales. Se pueden asociar alteraciones de la
progresivamente se extiende y aumenta en intensidad, con primera y la quinta bolsas branquiales: facies peculiar con
acorchamiento, sensación de tensión y espasmos en el mis- micrognatia, ojos rasgados, orejas de implantación baja e hi-
mo sentido. A medida que estos espasmos son más intensos pertelorismo, anomalías cardíacas tipo tetralogía de Fallot y
sobreviene dolor. Si los espasmos afectan músculos cranea- del arco aórtico. Se producen infecciones graves repetidas
les aparecen cefaleas. La hiperventilación con alcalosis respi- por fallo de la inmunidad celular, que causan la muerte; ésta
ratoria contribuye a disminuir más el calcio ionizado y, posi- puede también sobrevenir por insuficiencia cardíaca. Se han
blemente debido a una hipersensibilización del centro descrito formas esporádicas y familiares con herencia auto-
respiratorio, agrava la tetania. Algunos pacientes refieren so- sómica dominante o recesiva, al parecer con deleción del
bre todo calambres en la región lumbosacra, las piernas y los brazo corto del cromosoma 22.
pies, que preceden a veces a contracciones tónicas de gru- Hipoparatiroidismo idiopático aislado o asociado con múlti-
pos musculares. Puede haber broncospasmo, laringospasmo ples deficiencias endocrinas. Los casos aislados se presentan
y espasmo de la glotis con estridor respiratorio. entre los 2 y los 15 años, siendo la mayoría de ellos esporádi-
En los niños, su aparición puede consistir en crisis convulsi- cos, aunque el 25% corresponde a casos familiares con he-
va tipo gran mal, sobre todo si previamente había epilepsia. rencia autosómica recesiva. Sólo en un tercio de estos casos
Suelen ser tetanias generalizadas con espasmos clónicos, que se detectan anticuerpos paratiroideos.
no llegan a pérdida de conciencia. Otras veces hay ausencias, Probablemente el hipoparatiroidismo idiopático asociado
sin crisis epilépticas. En el EEG hay ondas lentas de alto voltaje con otras alteraciones endocrinas sea la forma más frecuente
que se relacionan con la gravedad de la hipocalcemia y desa- en clínica. Alrededor de la mitad de los casos son familiares
parecen con la normocalcemia. En los casos de larga dura- con patrón autosómico recesivo. El hipoparatiroidismo suele

2113
ENDOCRINOLOGÍA

presentarse varios años después de la candidiasis mucocutá-


nea y luego, durante la adolescencia, desarrollan insuficiencia
suprarrenal. Además de anticuerpos contra las glándulas para- PTH
tiroides, hay alteraciones de la inmunidad celular que predis-
Sangre
ponen a la candidiasis, sobre todo si se asocian con diabetes
mellitus. Este hipoparatiroidismo es, clínica y bioquímicamen- Membrana citoplasmática
te, indistinguible de los casos aislados, y las endocrinopatías
R
más a menudo asociadas son la enfermedad de Graves, la ti-
roiditis de Hashimoto y el hipogonadismo primario. Otras en- Gs β γ
fermedades asociadas son la anemia perniciosa, la alopecia Pi
+
areata, el vitíligo (anticuerpos contra los melanocitos) y la
miastenia grave. Algunos autores denominan síndrome pluri- Gs α β γ –GDP Gs α –GDP
glandular autoinmune tipo I a la entidad compuesta por hipo-
paratiroidismo idiopático, candidiasis mucocutánea e insufi- GTP GDP
ciencia suprarrenal, frente al tipo II, integrado por enfermedad
de Graves, tiroiditis autoinmune, enfermedad de Addison y Adenilciclasa
diabetes mellitus tipo I con alta prevalencia de HLA-B8. Citosol
2. Hipoparatiroidismo posquirúrgico. Es la forma ad-
quirida más frecuente, que puede presentarse tras la cirugía ATP
AMPc
de tiroides, paratiroides o cuello. La tiroidectomía por enfer-
medad de Graves, bocio multinodular y cáncer de tiroides es
la causa más frecuente que antaño se asociaba con el hipo- Proteincinasas Proteincinasas Fosforilación
paratiroidismo. La utilización de yodo radiactivo y una ciru- inactivas activas intracelular
gía más conservadora en el cáncer papilar de tiroides han
hecho descender la incidencia del hipoparatiroidismo del Fig. 16.69. La respuesta intracelular a la PTH se produce debido a
13,5% a menos del 2%. La paratiroidectomía subtotal en la hi- cambios en el sistema adenilciclasa, situado en la superficie citosólica
perplasia o en reintervenciones por recidiva puede causar de la membrana citoplasmática. Su actividad es modulada por las
esta complicación en el 3% de los casos. El mecanismo proteínas G, que pueden ser estimulantes (Gs) o inhibidoras. Estas
de esta lesión paratiroidea serían la ablación o isquemia y/o proteínas contienen tres cadenas polipeptídicas, alfa, beta y gamma,
la hemostasia intraoperatoria. Suelen ser hipoparatiroidismos que intervienen en el ciclo entre la forma activa GTP (guanosín-5-tri-
transitorios, con recuperación espontánea en 1-2 semanas. fosfato) y la inactiva GDP (guanosín-5-pirofosfato). Tras la activación
del receptor (R) se forma el complejo GS-GTP, en un proceso en el
Más duradera y acusada es la hipocalcemia después de la ci- que las cadenas alfa se disocian de las betas y las gamma, del com-
rugía del hipertiroidismo y en cuyo mecanismo se ha impli- plejo Gs-GDP. El complejo Gs-GTP modula la adenilciclasa, y su hidró-
cado la liberación de calcitonina y/o la recuperación de un lisis (formación de GDP con liberación de Pi) significa el final de la
balance de calcio y óseo negativo. En algunos de estos pa- respuesta hormonal. El AMPc generado activa las proteincinasas e in-
cientes, la perfusión de EDTA (quelante del calcio) permite duce la fosforilación de proteínas y la respuesta celular. Pi: fósforo
confirmar bajas reservas de PTH o la recuperación total. El inorgánico.
hipoparatiroidismo transitorio no suele prolongarse más de
6 meses, durante los cuales la determinación del calcio séri-
co permitirá monitorizar el tratamiento con calcio oral y/o vi- 3. Seudohipoparatiroidismo. Comprende un grupo hete-
tamina D a dosis pequeñas. En pacientes con cirugía amplia rogéneo de enfermedades que se caracterizan por hipocalce-
del cuello de etiología no maligna, se preconiza la criocon- mia, hiperfosforemia y resistencia tisular a los niveles aumen-
servación paratiroidea, para, en el caso de ser necesaria, tras- tados de PTH.
plantar la glándula al esternocleidomastoideo o al antebrazo. Las alteraciones permiten distinguir las siguientes formas
Otros tipos de hipoparatiroidismo adquirido. La hemosi- clínicas: en el tipo I hay una respuesta disminuida del AMPc
derosis primaria y secundaria puede infiltrar la glándula pa- urinario a la PTH. Incluye dos subtipos: el IA, con defecto de
ratiroides con hierro y causar hipoparatiroidismo. Se han proteínas Gs (proteínas reguladoras nucleótido guanina-li-
referido casos tras la administración de 131I en el cáncer dife- gantes, estimulantes) (fig. 16.69), y el IB, con proteínas Gs
renciado tiroideo y en la enfermedad de Graves, posiblemen- normales.
te por una mayor localización intratiroidea, dado que estas El tipo II se caracteriza por una respuesta normal del AMPc
glándulas son relativamente radiorresistentes. Las metástasis urinario tras la administración de PTH.
a estas glándulas no son infrecuentes (alrededor del 6-10%), Tipo I. Tras la administración de PTH no se producen fos-
pero es excepcional que dicha infiltración ocasione hipopa- faturia ni aumento de la excreción urinaria de AMPc. En el
ratiroidismo. Se han comunicado casos de amiloidosis, sar- subtipo IA hay alteraciones bioquímicas y fenotipo de osteo-
coidosis y tuberculosis con infiltración de las paratiroides, distrofia hereditaria de Albright, que comprende algunas al-
pero sin hipoparatiroidismo clínico. La frecuencia del hipo- teraciones somáticas que en conjunto, reciben este nombre.
paratiroidismo por hipomagnesemia llega al 10% en algunos Son niños de talla baja, cara redondeada, cuello corto, obesi-
hospitales. El déficit crónico y grave de magnesio disminuye dad y acortamiento de los metacarpianos y de los metatarsia-
la secreción de PTH hasta niveles bajos o inapropiadamente nos. A menudo se asocian retraso mental y fallo olfatorio. Al
bajos para la hipocalcemia. La patogenia es múltiple, con cerrar el puño se comprueba la ausencia del relieve del cuar-
disminución de su secreción y resistencia renal y ósea a la to metacarpiano. A veces el radio se halla incurvado, las fa-
PTH (el magnesio es necesario como sustrato para la forma- langes son cortas y hay calcificaciones subcutáneas, sobre
ción del AMPc, además de ser activador alostérico de la ade- todo en la proximidad de las articulaciones. Suelen ser asin-
nilciclasa). Este cuadro remite al cabo de varios días de trata- tomáticos, con una expresividad fenotípica variable.
miento con magnesio. La hipomagnesemia (<1,5 mEq/L) En un principio se observó que la PTH intravenosa no tenía
confirma el diagnóstico, pero dado que el déficit puede ser efectos sobre la hipocalcemia, ni provocaba fosfaturia cuan-
sólo intracelular, se recomienda ensayar la administración do se administraba a pacientes seudohipoparatiroideos. Pos-
de este catión en pacientes con riesgo (malabsorción, nu- teriormente se comprobó que algunos no presentaban un in-
trición parenteral, acidosis metabólica, etc.). Se prefiere la cremento en la excreción de fósforo tras la PTH, pero sí una
perfusión continua de 48 mEq de sulfato magnésico, contro- respuesta normal de AMPc, denominándose a éstos tipo II. Se
lando sus niveles y la función renal, en lugar de la adminis- postuló entonces que en el tipo I la alteración molecular era
tración intramuscular, para luego sustituirla por óxido de una interacción defectuosa en el complejo receptor-adenilci-
magnesio en dosis de 20-40 mEq/día, distribuidos en 3 tomas. clasa y/o en otros tejidos, lo que provocaba déficit en la géne-

2114
ENFERMEDADES DE LAS GLÁNDULAS PARATIROIDES

TABLA 16.37. Características diferenciales en los diversos tipos de seudohipoparatiroidismo


Respuesta en
orina tras PTH Endocrinopatías PTH sérica Deficiencia de
Tipo Fenotipo
asociadas aumentada proteínas-Gs
Fósforo AMPc
Seudohipoparatiroidismo – – + + + +
tipo IA
Seudohipoparatiroidismo – – – – + –
tipo IB
Seudohipoparatiroidismo – + – – + –
tipo II
Seudoseudohipo- + + + – – +
paratiroidismo
Fenotipo de osteodistrofia hereditaria de Albright: deficiencia de proteínas Gs en membranas citoplasmáticas. Endocrinopatías asociadas por resistencia periférica.
Todos los tipos, con excepción del seudoseudohipoparatiroidismo, tienen hipocalcemia e hiperfosforemia.

sis del AMPc, mientras que en el tipo II el defecto era poste- seudohipoparatiroidismo y normales en el seudoseudohipo-
rior a la formación del AMPc, localizándose en los mecanis- paratiroidismo.
mos de transporte del fósforo. El defecto diferencial intrínse- Para estudiar la resistencia periférica a la PTH se puede
co del seudohipoparatiroidismo tipo IA se descubrió al realizar la prueba de Ellsworth Howard. Se administran 200 u
comprobarse que en las preparaciones de membrana plasmá- USP de PTH, extracto bovino o fragmento 1-34 sintético por
tica renal se requerían mayores concentraciones que las nor- vía intravenosa durante 15 min y se recoge orina cada hora,
males de guanosintrifosfato (GTP) para la actividad de la ade- durante las 3 h previas a la perfusión y las 4 h posteriores. Hay
nilciclasa. Se demostró entonces una alteración en las un aumento de 15-20 veces del AMPc urinario en los indivi-
unidades de proteínas G estimulantes (reducción al 50% de duos normales e hipoparatiroideos y no en los seudohipopa-
Gsα mRNA) a las que se une el GTP para modular la adenilci- ratiroideos tipos IA y IB. El análisis genético o de las proteínas
clasa y que era responsable de la falta de respuesta a la PTH. Gsα puede confirmar el diagnóstico del PHP tipo IA.
Se ha comprobado que las membranas de hematíes, plaque-
tas, fibroblastos, linfoblastos, tejido renal y tiroideas de estos Tratamiento. El tratamiento del hipoparatiroidismo debería
pacientes con el subtipo IA tienen deficiencia de estas proteí- ser sustitutivo, pero la PTH no es efectiva por vía oral y tam-
nas Gs, por lo que su déficit es probablemente universal. Por poco hay preparados de larga duración.
ello pueden presentar otros síndromes de resistencia hormo- Calcio oral. El hipoparatiroidismo leve puede tratarse con
nal, siendo el más frecuente el hipotiroidismo por resistencia 1-2 g de calcio elemento diario. En las formas graves se re-
tiroidea a la TSH, hipogonadismo por resistencia a la FSH y quieren calcio y vitamina D para normalizar la calcemia, pu-
LH, diabetes insípida por resistencia a la vasopresina, etc. El diendo llegar las dosis de calcio elemento a 2-4 g. Para su do-
retraso mental y el déficit olfatorio no parecen guardar rela- sificación adecuada es necesario saber que 1 g de calcio
ción con la hipocalcemia crónica y sí con el déficit de proteí- elemento se halla presente en 2,5 g de carbonato de calcio,
nas Gs. En el subtipo IB hay concentraciones normales de 3,7 g de cloruro cálcico, 7,7 g y de lactato o levulinato de cal-
proteínas Gs y fenotipo normal, y no existen estas manifesta- cio, 11,1 g de gluconato de calcio y 15,2 g de glubionato de
ciones endocrinas, postulándose un fallo en el receptor. calcio. El carbonato de calcio tiene buena tolerancia, pero
Además del déficit de proteínas Gs, en la fisiopatología de puede inducir alcalosis metabólica. El cloruro cálcico produ-
este síndrome se involucran alteraciones en la estructura ter- ce gastritis y ulceraciones, además de acidosis metabólica.
ciaria de la PTH y la presencia de inhibidores circulantes a Las tabletas efervescentes de gluconato de calcio, que con-
esta hormona. El hallazgo de discrepancias entre la PTH in- tienen 500 mg de calcio elemento, son muy convenientes
munorreactiva y la PTH biológica en los ensayos parece apo- y aceptadas por los pacientes, pudiéndose disolver en agua y
yar esta idea. zumos. Por su rápida absorción y eliminación en 4-6 h, se de-
Tipo II. Se trata de pacientes que no responden con fosfa- ben dar repartidos en 4 dosis diarias.
turia, aunque tengan respuesta normal del AMPc urinario Vitamina D. Promueve la absorción intestinal de calcio y es-
tras la PTH. Pueden tener a veces el fenotipo de osteodistro- timula la reabsorción renal del calcio, pero sus efectos son li-
fia hereditaria de Albright. Dado que las membranas plasmá- mitados, al igual que su acción sobre la reabsorción ósea en
ticas tienen unidades de proteínas Gs normales, el defecto es ausencia de PTH. Existen diversos preparados (tabla 16.38) de
posterior a la generación de AMPc. vitamina D que, combinados con calcio oral, deben elevar y
4. Seudoseudohipoparatiroidismo. Tienen fenotipo de mantener la calcemia entre 8,4 y 9,4 mg/dL, mientras se vigila
osteodistrofia hereditaria de Albright, no presentan alteracio- la función renal y se comprueba que la excreción urinaria de
nes bioquímicas y responden normalmente a la perfusión de calcio sea inferior a 250 mg/día. Los primeros preparados han
PTH. Algunos presentan, además, deficiencia de Gsα, sobre sido la vitamina D2 (ergocalciferol) y la vitamina D3 (colecalci-
todo los que tienen familiares con el subtipo IA, lo que pare- ferol) y posteriormente el dihidrotaquisterol (DHT). Una pauta
ce reflejar variabilidad en la expresión de una única lesión consiste en empezar con vitamina D2, a dosis de 0,5 mg/día,
genética. que se incrementa 0,25 mg cada 2-3 semanas, hasta que el cal-
Se desconoce la prevalencia de estos raros síndromes, que cio sérico sea de 8,4 mg/dL. El DHT tiene una vida media más
afectan más a las mujeres y de los que se describen casos es- corta (duran menos los episodios de intoxicación) y se admi-
porádicos y familiares con herencia autosómica y ligada al nistra en dosis 3 veces más pequeñas, puesto que 1 mg de
cromosoma X. DHT cristalina corresponde aproximadamente a 3 mg de vita-
mina D2. La dosis de mantenimiento de 1,25-(OH)2-D3 es de
Diagnóstico. En los hipoparatiroideos y los seudohipoparati- 0,5-2,0 µg/día, que equivalen a la recomendada para el 1-α-
roideos hay hipocalcemia e hiperfosforemia (tabla 16.37). (OH)2-D3. Con esta dosis se normaliza el calcio sérico en una
Una vez descartadas la insuficiencia renal, las restricciones semana y sus efectos no persisten más de 1-2 semanas tras sus-
dietéticas de fosfatos, malabsorción, hipomagnesemia o in- pender la medicación. Cada mes deben determinarse el cal-
gesta de geles de aluminio, hay que hacer el diagnóstico di- cio, el fósforo y la creatinina en sangre y orina, hasta obtener
ferencial de hipoparatiroidismo y seudohipoparatiroidismo. valores estables. A partir de entonces, es posible revisar al pa-
La determinación de PTH es baja o indetectable en el hipo- ciente cada 6 meses indicándole que debe consultar en caso
paratiroidismo, mientras que sus valores son elevados en el de síntomas de intoxicación por vitamina D.

2115
ENDOCRINOLOGÍA

TABLA 16.38. Preparados con acción de tipo vitamina D en el tratamiento del hipoparatiroidismo
Vitaminas 1-α-(OH)2-D3
Dihidrotaquisterol 25-(OH)-D3
D2 y D3 1,25-(OH)2-D3
Potencia relativa 1 3 15 1.500
Dosis diaria (µg) 750-3.000 250-1.000 50-200 0,5-2,0
Tiempo para restaurar la normocalcemia (sem) 4-8 1-2 2-4 3-6 días
Tiempo para obtener un efecto máximo (sem) 4-12 2-4 4-20 3-6 días
Persistencia tras cesar el tratamiento (sem) 6-72 1-3 4-12 3-6 días
Vitamina D2: ergocalciferol; vitamina D3: colecalciferol; sem: semanas.

En los pacientes con hiperfosfatemia persistente puede Bibliografía especial


ser conveniente restringir los fosfatos de la dieta, para redu- BELL NH. Vitamin D endocrine system. J Clin Invest 1985; 76: 1-6.
cir el peligro de calcificaciones de los tejidos blandos. Si no BILEZIKIAN JP. Primary hyperparathyroidism. Trends Endocrinol Metab
es suficiente, hay que usar quelantes de fósforo en el intesti- 1989; 1: 3-6.
no, del tipo del hidróxido de aluminio. Ante un cuadro de BILEZIKIAN JP. Management of acute hypercalcemia. N Engl J Med
hipocalcemia aguda (usualmente tras cirugía del cuello) el 1992; 326: 1.196-1.203.
DEGROOT LJ. Endocrinology, vol. 2. Filadelfia, WB Saunders, 1989.
tratamiento consiste en administrar 10-20 mL de gluconato FEINFELD DA, SHERWOOD LM. Parathyroid hormone and 1,25(OH)2D3 in
de calcio al 10% en inyección intravenosa lenta en 2-3 min. chronic renal failure. Kidney Int 1988; 33: 1.049-1.058.
En caso de ser necesario, se puede repetir su administra- FELIG P, BAXTER JD, BROADUS AE, FORHMAN LA. Endocrinology and me-
ción intravenosa y/o proceder a su perfusión continua (10 tabolism. McGraw-Hill, Nueva York, 1987.
mL de una solución al 10% en 500 mL de sueros cada 6 h). HOSKING DJ, KERR D. Mechanisms of parathyroid hormone resistance
Una vez que se empieza a deglutir, se pasa a 100-200 mg de in pseudohypoparathyroidism. Clin Sci 1988; 74: 561-566.
calcio cada 2 h por vía oral, que se pueden incrementar LEVIN KE, CLARK OH. Localization of parathyroid glands. Ann Rev Med
hasta 500 mg, a la vez que se inicia el tratamiento con vita- 1988; 39: 29-40.
MUNDY GR. Calcium homeostasis: hypercalcemia and hypocalcemia.
mina D. Londres, Martin Dunitz, 1989.
Otra posibilidad es el trasplante de glándulas paratiroides, ORLOFF JJ, WIN TL, STEWART AF. Parathyroid hormone like proteins:
ya sea como autotrasplante durante el acto quirúrgico en los Biochemical responses and receptor interactions. Endocrin Rev
músculos del antebrazo o mediante criopreservación para su 1989; 10: 476-495.
posterior implantación. En el caso de aloinjertos deben valo- POTTS JT, FRANKLIN JE, AUERBACH GD. Proceeding of the NIH Consen-
rarse la inmunodepresión y sus riesgos, frente al tratamiento sus Development Conference on Diagnosis and Management of
con calcio y vitamina D. Asymptomatic Primary Hyperparathyroidism. J Bone Min Res
1991; 6 (supl 2): S1-S165.

Enfermedades de las glándulas suprarrenales


E. Vilardell-Latorre

Las glándulas suprarrenales, situadas en el polo superior del desarrollo embrionario. En esta fase puede distinguirse:
de cada riñón, representan cada una de ellas dos glándulas una zona fetal que comprende tres cuartas partes del espesor
endocrinas distintas y bien diferenciadas. La corteza supra- cortical y en la cual la síntesis de deshidroepiandrosterona
renal (de origen mesodérmico), sintetiza hormonas esteroi- sulfato (DHEA-S) predomina sobre la de cortisol, y una zona
des, las cuales según sus efectos biológicos predominantes se definitiva, situada por fuera de la primera. Esta última llegará
clasifican en glucocorticoides, mineralcorticoides y andróge- a ser la corteza suprarrenal del adulto al producirse al final
nos. La médula suprarrenal (de origen ectodérmico) sinteti- de la gestación, y durante el primer año de vida, una involu-
za, almacena y secreta catecolaminas. ción de la zona fetal. En el 10% de los prematuros y recién
nacidos se pueden encontrar glándulas suprarrenales acceso-
rias constituidas únicamente por células corticales. La mayo-
Anatomía y estructura histológica de la corteza ría de ellas desaparecen antes de alcanzar la edad adulta,
suprarrenal por involución posnatal de la zona fetal y falta de desarrollo
de la zona definitiva. En algunos casos no involucionan total-
Si bien ambas glándulas son similares en cuanto a sus di- mente y pueden ser asiento de tumores suprarrenales hiper-
mensiones, su configuración macroscópica es diferente debi- funcionantes o sufrir hipertrofias que consiguen compensar
do a sus distintas relaciones anatómicas. El 90% del peso de una enfermedad de Addison de etiología tuberculosa.
la glándula suprarrenal corresponde a la corteza y en el adul-
to su peso oscila entre 5 y 6 g. La glándula está muy vasculari-
zada. La sangre venosa drena a través de una vena central a Estructura y biosíntesis de los esteroides
la vena renal en el lado izquierdo y a la cava inferior en el
derecho. Las hormonas esteroides proceden de un precursor co-
En función de diferencias histológicas y citológicas se dis- mún, el colesterol, y su estructura es la del núcleo ciclopen-
tinguen básicamente tres zonas en la corteza suprarrenal: la tanoperhidrofenantreno, formado por cuatro anillos, cada
glomerular constituida por células pequeñas, la zona fascicu- uno de ellos indicado por una letra, de la A a la D, y
lar formada por células que son claras debido a su riqueza cada átomo de carbono por un número (fig. 16.70). La letra
en lípidos y la zona reticular cuyas células son eosinófilas y griega ∆ indica la presencia de un doble enlace en un anillo.
presentan gránulos de lipofuscina (células “oscuras” o “com- El colesterol que se utiliza para síntesis procede, en su mayor
pactas’’). La corteza suprarrenal aparece en la sexta semana parte, del contenido en las lipoproteínas de baja densidad

2116
ENFERMEDADES DE LAS GLÁNDULAS SUPRARRENALES

O
18

19

12 17
13 Esteroides C19
11 D 16
C
1 9 15
10 14 C21 C21
2 8
A B
3 7 C20 C20
5
4 6 18
OH

19

Esteroides C21
Fig. 16.70. Núcleo básico de los esteroi-
des y su nomenclatura.

LDL-colesterol Acetato

MITOCONDRIA RETÍCULO ENDOPLÁSMICO

Colesterol
HO P450scc
desmolasa CH3
CO Pregnenolona
PREGNENOLONA
3β-hidroxi-
3-β-deshidro-
deshidrogenasa
genasa
CH2OH O
HOCH2CO 18 Hidroxicorticosterona
CH3
P45011β CO
CH2OH CH2OH Progesterona
P45011β O CO P45011β CO P450C21
CH2OH HO
O
O = CH CO
HO O O
Corticosterona
11-Desoxicorticosterona
O Aldosterona ZONA GLOMERULAR

Pregnenolona
P45011β P450C21 P45017α P45017α
CH2OH CH2OH CH3 CH3
CO CO CO CO O
HO OH OH OH OH
Cortisol
O O O 17-Hidroxiprogesterona HO 17-Hidroxipregnenolona HO
11-Desoxicortisol DHEA DHEA-S
P45017α
C20,17 liasa O OH

O O
∆4 Androstenodiona Testosterona
ZONAS FASCICULAR Y RETICULAR

Fig. 16.71. Biosíntesis de esteroides y su localización en las tres zonas de la corteza suprarrenal. La zona sombreada corresponde a la capa glo-
merular.

(LDL), que son captadas por un receptor de membrana que colesterol a pregnenolona ocurre en la mitocondria (fig.
las internaliza. En menor proporción el colesterol es sintetiza- 16.71). Este paso está regulado por la ACTH, la angiotensina
do por la propia célula a partir de acetato. II y el potasio. En el retículo endoplásmico liso, la pregneno-
La transformación de colesterol a esteroide requiere la lona, bajo la acción de la 3-β-deshidrogenasa esteroide, sufre
presencia mitocondrial y microsomal de oxidasas de función varias transformaciones. La pregnenolona se transforma en
mixta, que se integran en las enzimas citocromo P450; es ne- progesterona en la zona glomerular. En las zonas fascicular y
cesaria la presencia de NADPH y oxígeno molecular. Básica- reticular predominaría probablemente la conversión de preg-
mente, dichas enzimas catalizan dos tipos de reacción, hi- nenolona a 17-α-hidroxipregnenolona. En la zona glomerular
droxilación y rotura de enlaces carbono. La conversión de la progesterona sigue la vía de síntesis de aldosterona, y la

2117
ENDOCRINOLOGÍA

17-α-hidroxiprogesterona, la de cortisol. A través de hidroxi- aumentan su concentración, al igual que determinadas situa-
laciones en la posición 21 por acción de un citocromo P450 ciones patológicas: hipertiroidismo, mieloma múltiple, sín-
específico para la 21-hidroxilación (P450 C21), se forman de- drome de Cushing y tratamientos prolongados de glucocorti-
soxicorticosterona y 11-desoxicortisol, respectivamente. Es- coides. En la fase inicial del shock séptico hay una acusada
tos esteroides se dirigen a la mitocondria (fig. 16.71), donde disminución de CBG que coincide con un aumento del corti-
un citocromo P450 específico para 11-β-hidroxilación cataliza sol libre.
su transformación en corticosterona y cortisol. El cortisol libre representa la fracción fisiológicamente ac-
Las tres zonas de la corteza son activas. La aldosterona tiva y, con los cambios en la concentración de cortisol fijado,
sólo se produce en la zona glomerular y en su parte más ex- la fracción libre se mantiene constante.
terna, y el cortisol y los andrógenos son sintetizados exclu- La aldosterona se halla unida en un 50-60% a la albúmina,
sivamente en las zonas fascicular y reticular. Estudios inmu- siendo su fijación a la CBG menor que la del cortisol. Las
nohistoquímicos sobre la distribución intracortical de cito- concentraciones de aldosterona libre son mayores que las de
cromos P450 implicados en la esteroidogénesis han demostra- DOCA, el 90% de la cual circula por el plasma unida a proteí-
do que el citocromo P450 17-α no está presente en la zona nas. Los andrógenos suprarrenales circulantes están fijados a
glomerular y hay débil inmunorreactividad de P450 scc y de la albúmina.
P450 11-β en esta misma zona. Todo ello parece demostrar
que la compartimentación funcional de la corteza se debe a
una particular distribución de las enzimas esteroidogénicas. Regulación de la producción de esteroides
La corteza suprarrenal sintetiza andrógenos, esteroides de suprarrenales
19 átomos de carbono que resultan de la supresión de la ca-
dena lateral del C17 de la 17-α-hidroxipregnenolona. Predo- La secreción de glucocorticoides y andrógenos está regu-
mina la secreción de andrógenos con actividad androgénica lada fundamentalmente por factores hipotalámicos e hipofi-
débil, DHEA, DHEA-S y androstenodiona, que en la periferia sarios. La producción de aldosterona está controlada por un
pueden transformarse en andrógenos potentes. La suprarre- sistema complicado y multifactorial, cuyos componentes
nal secreta también pequeñas cantidades de testosterona y más importantes son el sistema renina-angiotensina y la con-
estradiol. centración extracelular del potasio.

Inhibición de la síntesis de esteroides suprarrenales Regulación de la síntesis de glucocorticoides


Muchos fármacos inhiben la biosíntesis de los esteroides, El importante papel que en ella desempeñan el hipotála-
entre los cuales destacan los siguientes compuestos: metopi- mo y la adenohipófisis se refiere con detalle en Eje cortico-
rona, aminoglutetimida, mitotano, trilostano, ketoconazol, tropo (Enfermedades del sistema hipotálamo-hipofisario).
etomidato y espironolactona. La metopirona inhibe especial-
mente la 11-β-hidroxilación, pero también la 17,18 y 21-hidro-
xilación, reduciendo la producción de cortisol. La aminoglu-
Regulación de la síntesis de mineralcorticoides
tetimida inhibe la conversión del colesterol a pregnenolona, El sistema renina angiotensina y la concentración extra-
bloqueando la producción de cortisol y aldosterona. El mito- celular de potasio constituyen los dos mecanismos más im-
tano afecta la síntesis suprarrenal por bloqueo mitocondrial y portantes de control. Hay, sin embargo, otros estímulos
del metabolismo extrasuprarrenal del cortisol; también por (fig. 16.72): propiomelanocortina (POMC), factor estimulante
citólisis produce atrofia intensa de las zonas fascicular y reti- de aldosterona (glucoproteína hipofisaria), prostaglandinas,
cular y, en menor grado, de la glomerular. El trilostano inhibe concentración extracelular de sodio, dopamina, factor na-
la enzima 3-β-deshidrogenasa-isomerasa hidroxiesteroide. El triurético auricular y somatostatina.
ketoconazol, derivado imidazólico, es un inhibidor de las en- La angiotensina II, regulador predominante de la secre-
zimas del citocromo P450, 11-β-hidroxilasa y la 17,20-liasa, en- ción de aldosterona, se produce bajo la acción de la renina
tre otras. Otro derivado imidazólico sustituido, que se utiliza sobre el angiotensinógeno (α2-globulina de origen hepático)
como inductor anestésico, el etomidato, inhibe las enzimas circulante en el plasma. La renina es una enzima proteolíti-
11-β-hidroxilasa y desmolasa, y reduce la síntesis de cortisol ca de naturaleza glucoproteica sintetizada por las células
de forma dependiente de la dosis. del denominado aparato yuxtaglomerular, situadas en las
paredes de la arteriola aferente inmediatamente antes de en-
trar en el glomérulo cortical y, a su vez, próximas a la mácu-
Transporte plasmático de los esteroides la densa del túbulo distal, zona especializada en la de-
suprarrenales tección de la concentración de sodio intratubular. Disminu-
ciones en la concentración de sodio intracelular liberan re-
El cortisol del plasma (75-80% del total) circula unido a nina; los cambios en la presión de perfusión renal son detec-
una proteína fijadora del cortisol, la CBG o transcortina, con tados por barorreceptores. El sistema nervioso adrenérgico,
elevada afinidad y baja capacidad, a la albúmina (10-15%), a través de la noradrenalina y actuando por vía betadrenér-
con baja afinidad y alta capacidad, a otras proteínas y en for- gica, estimula la liberación de renina por las células yuxta-
ma libre (menos del 5%). La CBG, sintetizada y metabolizada glomerulares.
en el hígado, es una glucoproteína. En menor grado tiene ca- La angiotensina I, biológicamente inactiva, formada bajo
pacidad para fijar corticosterona, progesterona, desoxicorti- la acción de la renina, pasa a la circulación y, por la acción
costerona (DOCA), prednisolona y algún otro corticosteroide de enzimas de conversión presentes en numerosos tejidos,
de síntesis. En general, cuanto menor es la fijación, mayor es pero que en el pulmón alcanzan las concentraciones más
la distribución tisular y, por consiguiente, el riesgo de poder elevadas, es convertida en angiotensina II. Este octapéptido,
inducir efectos indeseables. La dexametasona no se fija. además de inhibir la liberación de renina, tiene un potente
La concentración plasmática de CBG, alrededor de 30 efecto vasoconstrictor directo y es el estimulante suprarrenal
µg/mL (5.760 nmol/L), es más alta en mujeres y más baja en de la síntesis de aldosterona. La angiotensina II, de vida me-
recién nacidos y ancianos. Aumenta durante la gestación dia corta (1-2 min), es convertida por acción de una amino-
(en el tercer trimestre duplica su valor), de forma que incre- peptidasa en otros péptidos; uno de ellos de siete aminoáci-
mentos menores pueden reflejar una disfunción fetoplacen- dos, la angiotensina III, es también biológicamente activa en
taria. Existen también elevaciones y disminuciones de causa la suprarrenal, aunque menos que la angiotensina II.
genética, sin que se observen en estos casos manifestaciones Las elevaciones de potasio disminuyen la liberación de re-
de disfunción suprarrenal. Los estrógenos naturales y sintéti- nina y estimulan directamente la producción de aldosterona
cos, los anticonceptivos orales y algunos anticomiciales por la zona glomerular y, de forma crónica, ejercen un efecto

2118
ENFERMEDADES DE LAS GLÁNDULAS SUPRARRENALES

ESTIMULA
Reducción
sódica

Mácula
densa
ESTIMULAN
Reducción Aparato
de volumen yuxtaglomerular
Hipotensión
Prostaglandinas Inhibidores de enzimas
Renina de conversión
Hiperpotasemia
Agonistas (captopril, enalapril
betadrenérgicos lisinopril)
Angiotensinógeno

Angiotensina I ESTIMULAN

Inhibe
Antagonistas
Enzima de dopaminérgicos
conversión ACTH
Hiperpotasemia

Angiotensina II

Inhibe
Aminopeptidasa

Otros
péptidos Aldosterona

Angiotensina III INHIBE


Péptido
natriurético
auricular
Retención
renal de sodio

Aumento de presión
Aumento de volumen Aumenta
Hipopotasemia el volumen
Antagonistas extracelular
betadrenérgicos
Fig. 16.72. Control de la secreción de
aldosterona.

trófico sobre ella. Otros factores que también intervienen en La aldosterona es metabolizada en su mayor parte en for-
la regulación son: la ACTH, que estimula la liberación de al- ma de glucurónido de tetrahidroaldosterona. Menos del 0,5%
dosterona, y el factor natriurético auricular, que la bloquea. de la aldosterona se encuentra en forma libre en la orina.
La reducción de sodio aumenta la liberación de renina y, por También en ésta se halla un metabolito C18 de la aldostero-
consiguiente, la de aldosterona. Los agonistas dopaminérgi- na conjugado con ácido glucurónico.
cos pueden inhibir la aldosterona. El principal andrógeno suprarrenal, la DHEA, es converti-
do en la misma suprarrenal, pero también en el hígado y el
riñón, en DHEA-S, que el riñón es capaz de eliminar sin más
Regulación de la síntesis de andrógenos transformaciones. La ∆4-androstenodiona se convierte en an-
La secreción de DHEA y de androstenodiona está contro- drosterona y etiocolanolona, que son conjugados. Dos ter-
lada por la ACTH, mientras que las gonadotropinas no pare- cios de los 17-cetosteroides urinarios derivan de la suprarre-
cen ejercer control alguno. Sin embargo, se ha propuesto la nal, y el resto procede de los andrógenos testiculares. En la
existencia de otro factor hipofisario específico, que controla- mujer su origen es sólo suprarrenal.
ría también su secreción especialmente durante la pubertad
(adrenarquía). La secreción de DHEA presenta un ritmo cir-
cadiano, que no se observa en el caso de DHEA-S debido a Mecanismo molecular de acción
su vida media larga. de los esteroides suprarrenales
Todas las hormonas esteroides ejercen la mayoría de sus
Metabolismo de los esteroides suprarrenales efectos a través de un mecanismo similar. El esteroide se se-
para de su proteína de transporte y difunde a través de la
Las hormonas esteroideas libres son metabolizadas e inac- membrana de las células de los órganos diana, fijándose a re-
tivadas en su mayor parte en el hígado, órgano responsable ceptores proteicos intracelulares específicos. El complejo es-
de la conjugación de los metabolitos reducidos con ácido teroide-receptor activado aumenta su afinidad por aceptores
glucurónico o sulfato. Sólo el 1% del cortisol secretado es eli- nucleares específicos de la cromatina. La interacción con el
minado en forma libre por la orina. Los principales mecanis- DNA aumenta o inhibe la capacidad de estimular la expre-
mos de inactivación de los esteroides son la reducción del sión genética y la transcripción de un nuevo mRNA, con los
doble enlace en el anillo A y la hidroxilación de los grupos consiguientes cambios en la tasa de síntesis proteica. La ma-
cetona en C3 y C11 para formar tetrahidrocortisol y tetrahi- yoría de las acciones glucocorticoides son ejercidas a través
drocortisona, que después son conjugados para formar deri- del receptor glucocorticoide tipo II, que tiene una afinidad
vados sulfatos y, sobre todo, glucurónidos. elevada por los glucocorticoides y baja por los otros esteroi-

2119
ENDOCRINOLOGÍA

des. El receptor tipo I se creía que era un receptor específico de este control podrían conducir a un estado de shock. El
mineralcorticoide; sin embargo, al parecer también puede fi- cortisol mantiene la capacidad de respuesta del músculo liso
jar hormonas glucocorticoides. Estos receptores tendrían una arterial a los estímulos presores, participando en el manteni-
alta afinidad por la aldosterona y la DOCA, y también pue- miento de la presión arterial, el gasto cardíaco y el flujo san-
den fijar cortisol, pero su afinidad representa un 10% de la guíneo renal. En el síndrome de Cushing no es rara la hiper-
que tienen por la aldosterona. Dadas las concentraciones tensión arterial y, por el contrario, en la enfermedad de
mucho más elevadas de cortisol, que podrían llegar a despla- Addison son habituales la hipotensión arterial y la disminu-
zar la fijación de la aldosterona a su receptor, hay otros facto- ción del gasto cardíaco.
res que determinan la actividad mineralcorticoide de varios Los glucocorticoides ejercen importantes efectos sobre la
tejidos diana. En el riñón, la conversión metabólica de corti- distribución y la excreción del agua corporal. El cortisol afec-
sol a cortisona previene las acciones del cortisol a través de ta la excreción renal de agua (disminuyendo la secreción de
receptores mineralcorticoides. ADH), aumenta la tasa de filtración glomerular y la permea-
El glucocorticoide sintético 9-α-fluorocortisol tiene una bilidad de la célula tubular, con lo que se incrementa el acla-
elevada afinidad por el receptor mineralcorticoide, lo que ramiento de agua libre. Desde el punto de vista fisiológico, el
justifica sus indicaciones terapéuticas. La espironolactona se cortisol desarrolla acciones mineralcorticoides, más mani-
fija también a este receptor y bloquea la acción de la aldos- fiestas obviamente cuando su producción es elevada, con
terona. La afinidad de los esteroides por los receptores tipo una reabsorción tubular de sodio y excreción de potasio ex-
II es paralela a su potencia antiinflamatoria, y la mayoría de cesivas en estas condiciones. Concentraciones elevadas de
los glucocorticoides de síntesis que ejercen este potente cortisol disminuyen la absorción intestinal de calcio y au-
efecto tienen mayor afinidad por el receptor que el mismo mentan su excreción renal, contribuyendo al desarrollo de
cortisol. osteopenia. Aprovechando este efecto excretor se utilizan los
En las células del túbulo distal, la aldosterona genera la glucocorticoides a dosis farmacológicas para el tratamiento
síntesis de proteínas que facilitan el transporte de sodio des- de ciertas hipercalcemias.
de la orina tubular a la sangre, al cambiar la permeabili- También inducen la producción de un factor tensioactivo,
dad de la membrana apical y aumentar la actividad de la esencial para la maduración pulmonar fetal y cuya ausencia
bomba N+ K+ ATPasa. El potasio difunde a la sangre secunda- en prematuros contribuye a la aparición de un síndrome de
riamente al intercambio Na+ K+ por acción de la bomba Na+ distrés respiratorio. En el tracto digestivo los glucocorticoides
K+ ATPasa. La aldosterona estimula el transporte tubular re- inhiben la síntesis de DNA y aumentan la secreción del estó-
nal de hidrogeniones, por mecanismos mal conocidos. mago, por lo que pueden favorecer la formación de úlceras
gastroduodenales. Concentraciones elevadas de glucocorti-
coides desarrollan acciones antiinflamatorias muy importan-
Acciones de los esteroides suprarrenales tes desde el punto de vista terapéutico. Los glucocorticoides
modifican la inmunidad celular y, a dosis muy altas, llegan a
Glucocorticoides inhibir la formación de anticuerpos.
Los glucocorticoides ejercen efectos complejos sobre el
Su denominación hace referencia a acciones predominan- cerebro. La administración de dosis farmacológicas de estas
tes sobre el metabolismo intermediario, aun cuando los glu- hormonas suele provocar euforia. En el síndrome de Cushing
cocorticoides influyen también sobre el metabolismo del son comunes los estados depresivos, que también se han
agua y los electrólitos, y sobre casi todos los órganos y teji- descrito, con menor frecuencia, en pacientes con insuficien-
dos del organismo. Ejercen efectos muy importantes sobre el cia suprarrenal. Los glucocorticoides suprimen la secreción
metabolismo hidrocarbonado. El cortisol constituye una hor- de ACTH, tienden a disminuir la liberación de ADH y aumen-
mona de contrarregulación con actividad antiinsulínica, de tan la insulina y parathormona.
forma que disminuye la fijación de insulina al receptor y difi-
culta la captación tisular de glucosa (excepto en hígado, co-
razón, cerebro y hematíe). En el hígado el cortisol induce la
Mineralcorticoides
síntesis de glucosa al estimular la gluconeogénesis e incre- Estas hormonas, la más importante de las cuales es la al-
menta el depósito de glucógeno en el hígado. Además de in- dosterona, actúan sobre el riñón (órgano diana más impor-
hibir la captación de aminoácidos y la síntesis proteica, esti- tante), el intestino y las glándulas salivales y sudoríparas,
mula su movilización por catabolismo muscular, óseo, etc. El donde ejercen dos acciones vitales: regulan el volumen ex-
cortisol moviliza también los ácidos grasos, facilitando la ac- tracelular a través de la reabsorción tubular de sodio y man-
tivación de la lipasa celular por parte de las catecolaminas y tienen la normopotasemia mediante la excreción de potasio
péptidos hipofisarios. Por sí mismo el cortisol inhibe la lipóli- por los túbulos colectores corticales. Además, la aldostero-
sis y bloquea la lipogénesis. Además, estimula el apetito, por na y otros mineralcorticoides provocan la secreción de hi-
lo que, en situaciones de hipersecreción, se produce un au- drogeniones en los túbulos colectores medulares. La inges-
mento de peso por incremento de la masa adiposa, que en tión de sodio influye sobre estos efectos hormonales: cuanto
estas circunstancias suele presentar una distribución centrí- mayor es dicha ingestión y la cantidad de sodio que llega al
peta. Algunas de las acciones de los glucocorticoides po- túbulo, mayor es la cantidad de potasio eliminada por la ori-
drían representar mecanismos protectores en situaciones de na. En el hiperaldosteronismo primario se produce el deno-
ayuno, facilitando una situación metabólica estable en deter- minado “fenómeno de escape” del sodio, que impide la re-
minados tejidos, como cerebro, corazón y células sanguí- tención progresiva de sodio y la aparición de edemas,
neas. Asimismo, indirectamente el cortisol estimula la glu- gracias probablemente a la liberación de factor natriurético
coneogénesis al inducir la liberación de glucagón. Se auricular y a la aparición de cambios renales hemodinámi-
comprende que la secreción excesiva de cortisol, como ocu- cos.
rre en el síndrome de Cushing, produzca importantes altera-
ciones del metabolismo hidrocarbonado, que conducen a la
aparición de hiperglucemias e, incluso, cetosis. Por el contra-
Andrógenos suprarrenales
rio, en los casos de secreción insuficiente, como en la enfer- La DHEA, su sulfato y la androstenodiona son los más im-
medad de Addison, existe tendencia a la hipoglucemia, so- portantes. Los dos primeros se producen en mayor cantidad.
bre todo en las situaciones de ayuno. Tienen una actividad androgénica muy débil y, aunque en
Los glucocorticoides desarrollan un papel vital en las si- los tejidos periféricos pueden transformarse en testosterona,
tuaciones de estrés, al bloquear la producción y la liberación en el hombre menos del 5% de la testosterona circulante tie-
de múltiples hormonas y neurotransmisores, como catecola- ne este origen. La secreción de andrógenos suprarrenales tie-
minas, prostaglandinas, cininas, etc., las cuales en ausencia ne importancia al llegar la pubertad.

2120
ENFERMEDADES DE LAS GLÁNDULAS SUPRARRENALES

TABLA 16.39. Valores normales de hormonas y esteroides métodos radioinmunométricos (IRMA) son más precisos, es-
utilizados en la evaluación de la función suprarrenal pecíficos y sensibles que el RIA para ACTH normal, y las mo-
léculas anormales de ACTH no son detectadas con este tipo
Determinaciones plasmáticas Valores normales de métodos. Los valores normales de ACTH (IRMA) por la
ACTH (8.00 h) 9-52 pg/mL (1,1-11,4 pmol/L) mañana entre las 8.00 y las 9.00 horas son de 9-52 pg/mL (1,1-
Cortisol 11,4 pmol/L). Su secreción es pulsátil y presenta un ritmo cir-
8.00 h 10-20 µg/dL (276-552 nmol/L) cadiano, de manera que los valores obtenidos por la mañana
19.00 h 5-10 µg/dL (138-276 nmol/L) son más altos que los de la tarde. La determinación de ACTH
Cortisol postestimulación >18 µg/dL (>497 nmol/L) es útil en el diagnóstico de la insuficiencia suprarrenal pri-
con ACTH
11-desoxicortisol >10 µg/dL (>210 nmol/L) maria, en el diagnóstico diferencial del síndrome de Cushing
posmetopirona y como marcador de tumores que producen ACTH ectópica.
Aldosterona 15 ng/dL (416 pmol/L)
18-hidroxicorticosterona 10-30 ng/dL (358-1.075 pmol/L) CRH. Su determinación no está generalizada. Se emplean
Actividad renina 1,4 ± 0,9 ng/mL/h métodos como RIA o IRMA. En condiciones normales sus
plasmática (0,39 ± 0,25 ng/[L × seg]) concentraciones plasmáticas son indetectables, inferiores a
8 pg/mL (3,80 pmol/L); niveles más altos pueden encontrarse
en los raros casos de síndrome de Cushing por producción
ectópica de CRH.
Exploración funcional de la corteza suprarrenal Cortisol plasmático total. Constituye una determinación
Para explorar la función de la corteza suprarrenal puede uti- muy útil para evaluar la función suprarrenal. Puede medirse
lizarse la medición de las concentraciones plasmáticas de las por RIA, métodos fluorimétricos, enzimoinmunométricos,
hormonas correspondientes (cortisol, aldosterona, DHEA-S), etc. Para su determinación se debe extraer una muestra de
así como de las hormonas y factores que controlan su síntesis plasma con un disolvente orgánico. Los anticuerpos utiliza-
y liberación (ACTH, CRH, renina, angiotensina II) (tabla dos tienen alguna reacción cruzada con otros esteroides na-
16.39). Durante muchos años se han realizado –y todavía se si- turales y sintéticos (prednisona, prednisolona y metilpredni-
guen realizando– determinaciones hormonales en orina; sin solona, pero no con dexametasona). Sus valores normales
embargo, en la mayoría de los casos estas mediciones se han medios (RIA) por la mañana son de 10-20 µg/dL (276-552
sustituido por las correspondientes determinaciones en plas- nmol/L), y por la noche suelen ser inferiores a 5 µg/dL (138
ma. A pesar de que las valoraciones en orina reflejan mejor la nmol/L). Dado que los métodos habituales miden el cortisol
producción y liberación hormonal integrada, su realización plasmático total, las variaciones de la CBG pueden modificar
plantea muchos inconvenientes, que incluyen desde errores sus concentraciones. En determinadas situaciones, como el
frecuentes en la recogida de orina hasta la influencia de mu- embarazo, tratamientos con estrógenos, contraceptivos ora-
chos fármacos y estados patológicos sobre los métodos analíti- les o mitotano o procesos patológicos (hipertiroidismo, dia-
cos utilizados o sobre el mismo metabolismo hormonal. Con betes mellitus, obesidad) que cursan con elevaciones de
la excepción de la determinación de cortisol libre y de aldos- CBG, los valores de cortisol plasmático serán más altos. Por
terona en orina, las otras determinaciones urinarias, como 17- el contrario, en el hipotiroidismo, el mieloma múltiple y las
hidroxicorticosteroides y 17-cetosteroides, han sido sustituidos formas de disminución congénita de CBG, los niveles de cor-
por las correspondientes mediciones en plasma. También son tisol son más bajos.
útiles las determinaciones de algunos esteroides en saliva. Por También los valores de cortisol varían en diferentes si-
otra parte, hay que tener presente que las determinaciones en tuaciones; así, se elevan con el estrés físico y psíquico, con
plasma reflejan el nivel de secreción en el momento de la ex- el ejercicio, en el curso de enfermedades agudas o infec-
tracción y que muchas hormonas, como la ACTH y el cortisol, ciosas, traumatismos, cirugía, inanición, anorexia nerviosa,
entre otras, tienen una secreción pulsátil y sufren la influencia estados de ansiedad, depresión, alcoholismo, supresión
de múltiples factores que provocan grandes variaciones en su del alcohol y otras drogodependencias, enfermedades cró-
secreción, pudiendo coincidir estas variaciones con el mo- nicas hepáticas y renales y, por supuesto, síndrome de Cus-
mento en que se realiza la extracción puntual. Teniendo pre- hing.
sente siempre estas limitaciones, en ausencia de clínica mani- La medición de las concentraciones de cortisol en saliva
fiesta, una determinación plasmática única no es suficiente tiene la ventaja de que se valora sólo la fracción libre del es-
para establecer un diagnóstico definitivo, sugiriendo la nece- teroide. Sus valores normales por la mañana oscilan alrede-
sidad de aplicar pruebas dinámicas de estimulación e inhi- dor de 0,4 µg/dL (11 nmol/L). Durante el embarazo los nive-
bición. les de cortisol en saliva están significativamente elevados, lo
que demostraría la existencia de un aumento del cortisol li-
bre en el curso de la gestación.
Pruebas de función glucocorticoide
Otros esteroides plasmáticos. La determinación de algu-
Mediciones basales en plasma nos esteroides que aparecen en el curso de la esteroidogé-
ACTH. Su determinación con un método reproducible y sen- nesis suprarrenal, entre ellos pregnenolona, 17-α-hidroxi-
sible es una prueba diagnóstica útil. La ACTH es un péptido progesterona, 11-desoxicortisol, 11-DOCA y corticosterona, es
muy inestable, que tiene una vida media de 10 min. Para su necesaria para establecer el diagnóstico de defectos enzimá-
determinación correcta, la sangre debe recogerse en frío, en ticos de la biosíntesis esteroide (hiperplasia suprarrenal con-
tubos de plástico conteniendo anticoagulante tipo EDTA y génita), útiles en el diagnóstico de carcinomas suprarrenales
centrifugando en frío rápidamente después de la extracción. y en la monitorización de pruebas diagnósticas como la de
Con el método de radioinmunoanálisis (RIA) se pueden me- la metopirona. La determinación de DHEA-S es un buen indi-
dir las concentraciones plasmáticas de ACTH normal, pero cador de la producción suprarrenal de andrógenos y reem-
también de otras formas de polipéptidos. Una forma de ele- plaza la determinación de 17-cetosteroides en orina. En la
vado peso molecular (big ACTH), que normalmente está pre- enfermedad de Cushing sus valores pueden ser normales o
sente en pequeñas cantidades y tiene muy poca actividad elevados, y en los casos de adenoma suprarrenal, muy dismi-
biológica, se encuentra en grandes cantidades en el 25% de nuidos. Los carcinomas suprarrenales suelen cursar con ele-
los pacientes con síndrome de Cushing por producción ectó- vaciones muy importantes de DHEA-S. Sus concentraciones
pica de ACTH. disminuyen con la edad, y en los ancianos su determinación
Las concentraciones de ACTH medidas por RIA son casi pierde sensibilidad como indicador de secreción dependien-
siempre más altas que las que se obtienen en bioanálisis. Los te de ACTH.

2121
ENDOCRINOLOGÍA

Medición de esteroides en orina TABLA 16.40. Pruebas de inhibición con dexametasona: método,
Durante muchos años se han utilizado las determinacio- indicaciones y criterios de valoración
nes de 17-hidroxicorticosteroides (17-OH) y 17-cetosteroides
(17-KS) en orina de 24 h. En realidad, los 17-OH miden meta- Prueba de inhibición con dosis nocturna única de 1 mg
bolitos de cortisol y 11-desoxicortisol y los 17-KS, los de los Método. Administración de 1 mg de dexametasona por vía oral
andrógenos, fundamentalmente DHEA, DHEA-S, ∆4-androste- a las 23.00 horas y determinación del cortisol plasmático a las
nodiona, androsterona y etiocolanolona, derivados básica- 8.00 horas del día siguiente
mente de la corteza suprarrenal y, en menor grado, de las gó- Indicaciones. Sospecha de hipercorticismo
nadas. Gran cantidad de fármacos interfieren en los métodos Valoración. Inhibición normal: cortisol plasmático < 5 µg/dL
(137 nmol/L)
utilizados para su determinación o bien modifican la meta-
bolización a formas 6-hidroxiladas. Estas formas no se detec- Prueba de inhibición débil con 2 mg de dexametasona
tan, con lo cual producen una disminución de los valores;
Método. Administración de 0,5 mg de dexametasona por vía oral
así, en estos casos la determinación no refleja el verdadero cada 6 h durante 2 días (2 mg/día en adultos y 30 µg/kg/día en
estado funcional de la corteza suprarrenal. Es necesario te- niños). Determinación de ACTH y cortisol plasmático basales
ner la seguridad de que la recogida de orina de 24 h se ha y después de la última dosis a las 8.00 horas
efectuado correctamente. En este sentido, la determinación Indicaciones. Sospecha de hipercorticismo
urinaria de creatinina permite detectar errores. En individuos Valoración. Inhibición normal: cortisol plasmático < 5 µg/dL
sanos de ambos sexos hay una excreción constante propor- (137 nmol/L)
cional a la masa muscular y que varía entre 15 y 20 Falsos resultados. Casos de metabolismo rápido o lento de la
mg/kg/día (0,13-0,17 mmol/kg/día). Puede concluirse, pues, dexametasona. Dormir pocas horas. Se obtiene un 25% de
falsos positivos en pacientes hospitalizados y un 15% en
que con la introducción y generalización de los métodos de obesos. También en gestantes, enfermos agudos o en
RIA y otros todavía más específicos, estas determinaciones tratamiento con estrógenos. Los niños con síndrome
han sido desplazadas y sustituidas por las mediciones plas- de Cushing pueden frenar con dosis débiles
máticas, más fáciles y reproducibles. Sin embargo, existe una
excepción: la determinación de cortisol libre en orina, que Prueba de inhibición fuerte con 8 mg de dexametasona
es una prueba fácil y muy útil para la orientación diagnóstica Método. Administración de 2 mg de dexametasona por vía oral
inicial de hipercorticismo y punto de partida de la aplicación cada 6 h durante 2 días (8 mg/día en adultos y 120 µg/kg/día
de otras pruebas más complicadas. Tiene la ventaja de que en niños). Determinación de ACTH y cortisol plasmáticos
mide la fracción de cortisol no fijado a la CBG, filtrado direc- basales y después de la última dosis a las 8.00 horas
tamente por el glomérulo y excretado por la orina como hor- Administración nocturna única. Administración de 8 mg de
mona libre. Su determinación se efectúa por RIA, previa dexametasona a las 23.00 horas. Determinación de ACTH y
extracción con diclorometano, para separarlo de otros este- cortisol plasmático basales y a las 8.00 horas de la mañana
siguiente
roides naturales presentes en la orina y con los que presenta Indicaciones. Diagnóstico diferencial del síndrome de Cushing
reacción cruzada. Sus valores normales muestran variacio- Valoración. Inhibición normal: cortisol plasmático < 10 µg/dL
nes importantes, pero son siempre inferiores a 100 µg/24 h (275 nmol/L) o una reducción de más del 50% del valor basal
(275 nmol/24 h).

Pruebas de inhibición
Se utilizan para diagnosticar estados de hipersecreción de cismo. En la mayoría de los individuos normales, la adminis-
hormonas glucocorticoides. Se basan en su acción sobre el tración de 2 mg diarios de dexametasona durante 2 días inhi-
servomecanismo de control negativo del eje hipotálamo-hipo- be la secreción de cortisol, efecto que no se produce en pa-
fisosuprarrenal. Normalmente, la administración de un gluco- cientes con hipercorticismo.
corticoide de síntesis, como la dexametasona, inhibe la secre-
ción de ACTH y produce una disminución de los niveles de Pruebas de inhibición fuerte con dexametasona. Pro-
cortisol en plasma y orina. La dexametasona es 40 veces más puesta por LIDDLE en 1960, la forma clásica consiste en la ad-
potente que el cortisol y no interfiere en su deter- ministración de 8 mg diarios de dexametasona, en dosis frac-
minación. En los estados de hipercorticismo, dicho servome- cionadas de 2 mg cada 6 h durante 2 días. Constituye una de
canismo regulador está alterado, y la dexametasona no inhi- las mejores pruebas para determinar la causa del hipercorti-
be la secreción de ACTH (sólo lo hace a dosis muy altas). Es- cismo, puesto que estas dosis frenan la producción de ACTH
tas pruebas se pueden dividir en dos tipos: de inhibición débil, y cortisol en la enfermedad de Cushing hipofisodependiente,
utilizando dosis bajas de dexametasona, y de inhibición pero no en el síndrome de Cushing producido por tumores
fuerte, con dosis altas administradas en forma rápida (en una suprarrenales, ni en la mayoría de los casos causados por tu-
sola dosis) o en forma prolongada (fraccionadas en el curso mores con producción ectópica de ACTH (el 5% de los pa-
de 2 días). La falta de inhibición del eje con las primeras cientes con carcinoides bronquiales productores de ACTH
pone de manifiesto la alteración característica de los estados presentan inhibición).
de hipercorticismo, y con las segundas, revela la causa del hi- En 1985 se propuso la administración nocturna a las 23.00
percorticismo. Aproximadamente en el 20% de los pacientes horas de una dosis única de 8 mg de dexametasona y deter-
con hipercorticismo se describen elevaciones paradójicas de minación de cortisol plasmático a las 8.00 horas de la maña-
cortisol con las pruebas de inhibición. na. Se ha podido comprobar un rendimiento diagnóstico si-
milar, con una sensibilidad del 89% y una especificidad del
Prueba de inhibición débil con dexametasona. Puede 100%, con la ventaja de ser más simple y menos costosa. El
realizarse en forma de inhibición rápida, administrando 1 mg criterio que se aplica para considerar la prueba positiva es la
de dexametasona por vía oral a las 23.00 horas y midiendo de conseguir una reducción del cortisol, por lo menos, del
cortisol en plasma a las 8.00 horas. En individuos normales 50% en relación con el basal.
se inhibirá la secreción de cortisol (prueba positiva), pero
existe una proporción elevada de falsos positivos (tabla Pruebas de estimulación
16.40). Esta prueba, fácil y cómoda, y la determinación del Están indicadas en el estudio de la capacidad de reserva
cortisol libre en orina son las primeras pruebas que se deben de la función glucocorticoide y, sobre todo, aunque no úni-
emplear si se sospecha hipercorticismo. En la mayoría de los camente, cuando existe la sospecha de una insuficiencia su-
casos evitarán la realización de otras pruebas más complejas, prarrenal. Se basan en la aplicación de diversos estímulos
costosas e incómodas. que, actuando en diferentes niveles del eje hipotálamo-hipo-
La prueba de inhibición débil prolongada (2 días) es una fisosuprarrenal, provocan la liberación de cortisol, de sus
de las mejores para establecer el diagnóstico de hipercorti- precursores o de sus metabolitos.

2122
ENFERMEDADES DE LAS GLÁNDULAS SUPRARRENALES

Prueba de hipoglucemia insulínica. Se describe en Enfer- mento del 11-desoxicortisol a valores superiores a 10 µg/dL
medades del sistema hipotálamo-hipofisario. Consiste en la (288 nmol/L) partiendo de concentraciones inferiores a
administración, en ayunas y en reposo, de insulina por vía in- 1 µg/dL (29 nmol/L). La dosis de metopirona es de 750 mg
travenosa a dosis para provocar una hipoglucemia que in- cada 4 h durante 24 h en la prueba clásica. Una respuesta
duzca respuesta del eje hipotálamo-hipofisosuprarrenal. An- normal indica una reserva funcional hipófiso-suprarrenal
tes de la inyección y a los 30, 60, 90 y 120 min se efectúan adecuada; una respuesta insuficiente sugiere el diagnóstico
determinaciones de glucemia, ACTH y cortisol. Elevaciones de insuficiencia suprarrenal, sin precisar si es primaria o se-
de cortisol superiores a 20 µg/dL (551 nmol/L) sugieren inte- cundaria. Esta prueba se utiliza también en el diagnóstico di-
gridad del eje e indicarían una respuesta normal al estrés, ferencial del síndrome de Cushing. Es importante recordar
con liberación normal de CRH, ACTH y cortisol. Esta prueba que algunos pacientes pueden presentar un catabolismo rá-
está contraindicada en ancianos, epilépticos y en pacientes pido de la metopirona y también que ciertos fármacos (fenil-
con enfermedad vascular coronaria y/o cerebral. hidantoínas) pueden acelerarlo. En estos casos no se consi-
gue bloquear la síntesis de cortisol.
Prueba de estimulación con CRH. También se describe en
Enfermedades del sistema hipotálamo-hipofisario. Mide la li-
beración de ACTH y cortisol después de la inyección intrave-
Pruebas de función mineralcorticoide
nosa de CRH. Aproximadamente a los 2 min de la inyección Mediciones plasmáticas basales
se produce una elevación de ACTH, que alcanza su pico a Aldosterona. Las concentraciones plasmáticas de aldostero-
los 10-15 min, mientras que el pico de cortisol es más tardío, na se determinan por RIA, después de mantener una ingesta
a los 30-60 min. Esta prueba es útil en la evaluación de pa- normal de sodio superior a 100 mEq/L (100 nmol/L) y de per-
cientes con síndrome de Cushing, ya que en la enfermedad manecer en decúbito supino por lo menos durante una hora.
de Cushing, la ACTH hipofisaria responde exageradamente En caso de ingestión previa de diuréticos, la determinación
al estímulo con CRH, mientras que en los tumores suprarre- de aldosterona debe efectuarse a las 2-3 semanas de su
nales y en el síndrome de Cushing por producción ectópica supresión. Sus concentraciones normales son inferiores a
de ACTH no hay respuesta. Se define como respuesta exage- 15 ng/dL (416 pmol/L).
rada un aumento de la ACTH igual o superior al 50% de su
valor basal y del cortisol igual o superior al 20%. Esta prueba 18-hidroxicorticosterona (18-OHB). Sus concentraciones
se utiliza en el diagnóstico diferencial de la insuficiencia su- normales, determinadas por RIA, oscilan alrededor de 10-30
prarrenal, ya que en las formas secundarias a lesión hipofisa- ng/dL (358-1.075 pmol/L). La medición simultánea de 18-
ria no hay respuesta de ACTH o ésta es subnormal. Puede ser OHB y aldosterona puede ser útil en el diagnóstico del hiper-
útil en el seguimiento de la recuperación de la función del aldosteronismo debido a un adenoma productor de aldos-
eje después del tratamiento quirúrgico de la enfermedad de terona, ya que en estos casos ambas son altas y las concen-
Cushing. Aproximadamente el 15% de los pacientes refieren traciones plasmáticas de 18-OBH son casi siempre superiores
calor y enrojecimiento facial, opresión torácica y presentan a 100 ng/dL (3.584 pmol/L).
taquicardia e hipotensión arterial.
Actividad renina plasmática (ARP). Su determinación es
Prueba de estimulación con ACTH. Está indicada cuando fundamental para establecer el diagnóstico de hiperaldoste-
se sospecha un hipocorticismo y en el diagnóstico de ciertas ronismo primario, de hipoaldosteronismo y de ciertas formas
formas de hiperplasia suprarrenal congénita. Consiste en la de hipertensión arterial. Con una ingesta de sodio superior a
administración de un análogo sintético de la ACTH, el tetra- 100 mEq/L (100 nmol/L) y tras permanecer en reposo en de-
cosáctido, con idéntica actividad biológica. La prueba de es- cúbito supino por lo menos durante 60 min, los valores nor-
timulación rápida consiste en administrar 250 µg de tetraco- males son de 1,4 ± 0,9 ng/mL/h (0,39 ± 0,25 ng/[L × seg]). En
sáctido por vía intravenosa y obtener muestras de sangre condiciones normales la ARP se eleva con el ortostatismo y
antes y a los 30, 60 y a veces 90 min para determinación de con la administración de furosemida.
cortisol. Una concentración de cortisol plasmático superior o
igual a 18 µg/dL (497 nmol/L) después de la administración Pruebas de inhibición
de ACTH se acepta como respuesta normal. Valores inferio- Se basan en la aplicación de estímulos que en condicio-
res a 15 µg/dL (413 nmol/L) sugieren una insuficiencia supra- nes normales inhiben la secreción de aldosterona. Son espe-
renal primaria y requieren la práctica de otras pruebas para cialmente útiles para el diagnóstico del hiperaldosteronismo
confirmarlo. Para el diagnóstico de hiperplasia suprarrenal primario.
congénita se valoran las respuestas a la ACTH de 17-hidroxi-
pregnenolona, 17-hidroxiprogesterona y 11-desoxicortisol. Prueba de sobrecarga salina por vía intravenosa. Mide
La prueba de estimulación prolongada con ACTH está indi- la concentración de aldosterona antes y después de la admi-
cada sobre todo cuando se sospecha una importante atrofia nistración de 2 L de suero salino fisiológico, perfundidos en
suprarrenal secundaria, incapaz de responder a una estimu- 3,5-4 h. En la mayoría de los pacientes con hiperaldosteronis-
lación rápida, pero sí a una estimulación repetida (adminis- mo primario la concentración de aldosterona no se modifica
tración de 1 mg de tetracosáctido dépôt por vía intramuscu- y persiste elevada. Con esta prueba existe el riesgo de inducir
lar durante 3 días) o a una estimulación continua mediante una insuficiencia cardíaca congestiva o agravar una hiper-
perfusión intravenosa de ACTH sintética a la dosis de 800 tensión arterial preexistente.
µg/día durante 2 o 3 días. En ambos casos al tercer día se mide
la respuesta del cortisol plasmático, que se valora con los mis- Prueba de inhibición con captopril. El captopril, inhibi-
mos criterios que para la prueba de estimulación rápida. dor de la enzima de conversión de la angiotensina (ECA)
provoca en individuos normales una caída en la concentra-
Prueba de estimulación con metopirona. Poco utilizada ción plasmática de aldosterona, que no se produce en los
en nuestro medio, se han descrito efectos secundarios tras su pacientes con hiperaldosteronismo primario. Se administra
administración, sobre todo náuseas y vómitos, y raras veces por vía oral, a las dosis de 25 mg, y se miden la ARP y la al-
puede precipitar una crisis de insuficiencia suprarrenal agu- dosterona antes y 2 h después, manteniendo al paciente sen-
da. La metopirona bloquea la acción de la 11-β-hidroxilasa e tado.
inhibe, aunque no totalmente, la síntesis de cortisol; de esta
forma, estimula la liberación de ACTH y provoca un aumen- Prueba de inhibición con dexametasona. La administra-
to del precursor del cortisol, el 11-desoxicortisol. Se define ción de dexametasona es útil para el diagnóstico de ciertas
como respuesta normal una caída del cortisol plasmático a formas de hiperaldosteronismo primario en las que la secre-
las 8.00 horas por debajo de 6 µg/dL (165 nmol/L) y un au- ción de aldosterona se puede inhibir con glucocorticoides.

2123
ENDOCRINOLOGÍA

Pruebas de estimulación TABLA 16.41. Etiología de la insuficiencia suprarrenal crónica


Son útiles en el diagnóstico de hipoaldosteronismo. primaria
Adrenalitis atrófica (75% de los casos)
Prueba de la administración de furosemida y ortostatis- Aislada
mo. Consiste en la aplicación de un doble estímulo: inyec- Asociada con síndromes autoinmunes pluriglandulares
ción intravenosa de 40 mg de furosemida y deambulación Infecciones
durante 2 h. Se practican extracciones de sangre antes y des- Tuberculosis (20% de los casos)
pués de finalizar el período de deambulación, para determi- Micosis
nar la ARP y la aldosterona. A diferencia de lo que sucede Histoplasmosis
normalmente, en el hipoaldosteronismo no se produce una Sífilis
elevación de sus concentraciones. Trastornos vasculares
Hemorragia suprarrenal (apoplejía suprarrenal)
Otras pruebas de estimulación consisten en la perfusión de Metástasis neoplásicas
ACTH, que puede incrementar la secreción de aldosterona Cáncer de pulmón
inducida por otros estímulos y permite confirmar el diagnós- Cáncer de mama
tico de hipoaldosteronismo, y la perfusión intravenosa de an- Melanoma
giotensina II, útil en el diagnóstico del hiperaldosteronismo Afecciones asociadas con el SIDA
primario, pues identifica las formas idiopáticas que respon- Infección por citomegalovirus
den a la angiotensina II con una elevación exagerada de la Criptococosis
aldosterona. Sarcoma de Kaposi
Enfermedades metabólicas
Hemocromatosis
Amiloidosis
Adrenoleucodistrofia
Síndrome de Wolman (xantomatosis hereditaria)
Hipofunción corticosuprarrenal Otras causas
Fármacos que interfieren en la esteroidogénesis
Aparece como consecuencia de una función inadecuada Sarcoidosis
de la corteza suprarrenal, con secreción insuficiente de hor- Falta de respuesta a la ACTH (insensibilidad del receptor)
Hipoplasia suprarrenal congénita
monas glucocorticoides y/o mineralcorticoides. Abetalipoproteinemia
En la enfermedad de Addison, o insuficiencia suprarrenal
primaria, ambas glándulas son destruidas por procesos infla-
matorios, metastásicos, vasculares o degenerativos. En la in-
suficiencia suprarrenal secundaria, la secreción inadecuada la corteza. Es raro su hallazgo en el suero de pacientes addi-
de ACTH hipofisaria o de CRH hipotalámica (en estos casos sonianos de otra causa, pero pueden detectarse en indivi-
se ha hablado de insuficiencia suprarrenal terciaria) condu- duos aparentemente sanos precediendo, a veces por muchos
cen a la atrofia glandular. Es más frecuente en individuos años, el desarrollo de la insuficiencia suprarrenal y en los
adultos. La incidencia de insuficiencia suprarrenal primaria que la primera alteración bioquímica puede ser una eleva-
es baja, de alrededor de 0,04-0,06‰. Las formas de insufi- ción de la ARP.
ciencia suprarrenal producidas por la inhibición con trata- En individuos jóvenes la adrenalitis autoinmune predomi-
mientos crónicos con glucocorticoides son mucho más fre- na en los varones, mientras que a partir de la tercera década
cuentes. lo hace en las mujeres. Este predominio también se observa
cuando la adrenalitis forma parte de un síndrome autoinmu-
ne pluriglandular. Existen dos formas clínicas de este síndro-
Insuficiencia suprarrenal crónica primaria me: el tipo I y el tipo II. Ambos cursan con insuficiencia
suprarrenal asociada con otros procesos autoinmunes, endo-
En la insuficiencia suprarrenal crónica primaria se produce crinos (hipoparatiroidismo, tiroiditis de Hashimoto, atrofia
habitualmente una pérdida progresiva de tejido suprarrenal, gonadal, diabetes mellitus tipo I) o no endocrinos (anemia
debido a distintos procesos destructivos. En las primeras fa- perniciosa, vitíligo, miastenia grave). Es mucho más frecuen-
ses, merced a un aumento progresivo de la ACTH, se consi- te el tipo I, síndrome de Schmidt, que en más del 50% de los
gue prevenir la disminución patológica de secreción del corti- casos es familiar y aparece entre los 20 y los 40 años.
sol. Si la pérdida del tejido corticosuprarrenal persiste, a pesar La tuberculosis de las suprarrenales se produce por disemi-
del aumento de ACTH, llega a producirse una caída de los va- nación hematógena y destruye también la médula. Las glán-
lores de cortisol por debajo de la normalidad. A medida que dulas suprarrenales suelen estar aumentadas de tamaño (ob-
se va destruyendo la zona glomerular, los niveles de renina servación por TC), pero en los casos de larga evolución su
plasmática y angiotensina II aumentan con el fin de mantener tamaño es normal o reducido.
una secreción normal de aldosterona, hasta que finalmente el El 5% de los casos de insuficiencia suprarrenal primaria es-
grado de destrucción es lo bastante importante para conducir tán causados por numerosos procesos de tipo infeccioso,
a una deficiente secreción de mineralcorticoides. vascular, neoplásico y metabólico (tabla 16.41).
Merece especial mención la falta de respuesta a la ACTH
Etiología. Las causas capaces de producir insuficiencia su- por insensibilidad del receptor glucocorticoide, en cuyo
prarrenal primaria son muy numerosas (tabla 16.41), y si caso el cuadro clínico está representado por una insuficien-
bien puede tratarse de procesos locales, con mayor frecuen- cia pura de función glucocorticoide, con preservación de la
cia constituyen un componente más de un proceso general. función mineralcorticoide.
Las dos causas más frecuentes son la adrenalitis autoinmune Recientemente se ha prestado mucha atención a la deno-
(75% de los casos) y la tuberculosis suprarrenal (20% de los minada adrenoleucodistrofia. Se trata de un cuadro heredita-
casos). rio que se caracteriza por la acumulación de ésteres de
La adrenalitis atrófica es un proceso autoinmune que con- colesterol, con ácidos grasos de muy larga cadena, no ramifi-
duce a la destrucción de la glándula, con conservación de la cados y saturados, en la corteza suprarrenal, sobre todo en
médula. Produce manifestaciones clínicas cuando la des- las zonas fascicular y reticular, sistema nervioso y, a veces,
trucción alcanza el 90%. Está demostrada la predisposición en otros tejidos (testículos). Se conocen dos formas: la más
genética, con una prevalencia aumentada en determinados común presenta una herencia ligada al cromosoma X y apa-
alelos del grupo HLA (HLA-B8, HLA-D3 y HLA-D4). El 60-70% rece en la infancia o la adolescencia. Primero se manifiesta
de los pacientes presentan anticuerpos que reaccionan con con insuficiencia suprarrenal y más tarde con manifestacio-
antígenos de membrana o microsomales de las tres capas de nes neurológicas (cuadriparesia, demencia, ceguera). La se-

2124
ENFERMEDADES DE LAS GLÁNDULAS SUPRARRENALES

gunda forma de la enfermedad presenta una herencia auto-


sómica recesiva y aparece en el período neonatal con con-
vulsiones, malformaciones, retraso psicomotor muy intenso e
insuficiencia suprarrenal.

Anatomía patológica. Los hallazgos anatomopatológicos


varían según la causa de la enfermedad. En la adrenalitis au-
toinmune se produce una atrofia de la corteza suprarrenal
que afecta las tres capas, con infiltración linfocitaria inicial y
necrosis y/o atrofia de las células corticales. También pue-
den encontrarse células corticales hipertróficas de citoplas-
ma eosinófilo con abundante lipofuscina. De forma caracte-
rística hay una reducción del tamaño de las glándulas visible
en la TC a pesar de conservarse intacta la médula.
En la tuberculosis se forman nódulos caseosos, fibrosis y
calcificaciones visibles en más del 50% de los casos. En oca-
siones se observan nódulos suprarrenales de células hiper-
plásicas. La médula suprarrenal se afecta también por el pro-
ceso tuberculoso y es destruida.
En los raros casos de amiloidosis, los depósitos de amiloi-
de se localizan principalmente en las zonas fascicular y re-
ticular. En la adrenoleucodistrofia se puede comprobar acu-
mulación de ácidos grasos de cadena muy larga, tanto deri-
vados de la dieta como de producción endógena. Como
consecuencia, las células de las zonas fascicular y reticular
primero aumentan de volumen y, finalmente, se atrofian. Me-
diante el microscopio electrónico se observan en el citoplas-
ma celular inclusiones laminares características. La zona glo-
merular queda relativamente conservada.

Cuadro clínico. El momento de la aparición de las manifes-


taciones clínicas depende de la causa, pero habitualmente
es difícil de precisar debido a la evolución lenta y gradual
que sigue la insuficiencia suprarrenal crónica primaria. Los
pacientes refieren debilidad muscular generalizada que me-
jora con el reposo, inapetencia progresiva que puede llegar a
ser muy intensa y pérdida de peso. No son raras las manifes-
taciones gastrointestinales en forma de náuseas, vómitos, do-
lores abdominales y, más raras veces, diarreas. Con frecuen- Fig. 16.73. Aumento de pigmentación en la cara y el cuello de una
cia sufren hipoclorhidria y enlentecimiento del vaciado paciente afecta de enfermedad de Addison. Obsérvese la caída de ve-
gástrico. La hipotensión arterial es muy frecuente y se debe a llo axilar.
la disminución del tono vascular adrenérgico y a las pérdi-
das urinarias de sodio. Inicialmente puede ser sólo postural,
con sensación de inestabilidad. Estos pacientes suelen mani-
festar una gran apetencia por la sal. Hipoglucemias francas
sólo aparecen en situaciones de ayuno prolongado o en pre-
sencia de infecciones, fiebre o ingestión de alcohol. Son más
frecuentes en niños que en adultos. Al parecer estos pacien-
tes pueden tolerar niveles de hipoglucemias más bajos que
los individuos sanos sin presentar manifestaciones clínicas.
Existe una sensibilidad aumentada a la insulina, una dismi-
nución de la gluconeogénesis y de la producción hepática
de glucosa, lo que justifica que en pacientes diabéticos insu-
linodependientes la aparición de una insuficiencia suprarre-
nal se acompañe de una reducción en los requerimientos in-
sulínicos.
De forma característica los pacientes afectos presentan hi-
perpigmentación cutánea y mucosa, que a veces precede a
las manifestaciones clínicas, producida por la actividad MSH
de la ACTH y de otros péptidos del mismo precursor POMC,
que estimularían la síntesis de melanina por los melanocitos Fig. 16.74. Hiperpigmentación de los pliegues de las palmas de las
epidérmicos subyacentes a las células basales. Se manifiesta manos de una paciente con enfermedad de Addison.
en forma de una coloración bronceada generalizada, más
acentuada en las zonas expuestas a la luz, como la cara, el
cuello y el dorso de las manos (fig. 16.73), en zonas de fric- nalitis atrófica aparece vitíligo en el 10-20% de los casos, y la
ción, como los nudillos de los dedos de las manos, los codos moniliasis crónica de la mucosa bucal y las uñas es frecuen-
y las rodillas, en los pliegues de la palma de las manos, en las te en casos de adrenalitis asociada con síndrome plurigandu-
muñecas (fig. 16.74), en las uñas en forma de bandas longitu- lar autoinmune tipo I.
dinales, en cicatrices recientes y en areolas mamarias, escro- La secreción disminuida de andrógenos suprarrenales es
to y perineo. También se observa hiperpigmentación de la la responsable de la reducción e incluso la pérdida de vello
mucosa oral, en las encías a lo largo de la línea de implanta- axilar y pubiano, y de la disminución de la libido en mujeres.
ción dentaria (fig. 16.75), en la lengua, en las mucosas peri- Los trastornos menstruales son relativamente frecuentes
vaginal y perianal, y en la conjuntiva. En las formas de adre- (25% de los casos) y en alguna paciente la amenorrea puede

2125
ENDOCRINOLOGÍA

En la insuficiencia suprarrenal primaria los niveles de al-


dosterona suelen ser bajos, y los valores de ARP y angiotensi-
na II elevados. Los valores de DHEA y androsterona son in-
feriores a los normales. Algunos pacientes presentan elevacio-
nes de la ADH, estimulada por la disminución del volumen
plasmático, que pueden agravar la hiponatremia inducida
por el déficit de mineralcorticoides. El déficit de glucocorti-
coides puede provocar elevaciones de TSH con valores nor-
males de T4. Sin embargo, hay que recordar que algunas for-
mas de adrenalitis atrófica pueden acompañarse de tiroiditis
autoinmune o tiroiditis atrófica con hipotiroidismo.
En el momento del diagnóstico, aproximadamente el 75%
de los pacientes presenta alteraciones electrolíticas (hipona-
tremia y/o acidosis hiperpotasémica). En casos de deshidra-
tación y gasto cardíaco disminuido con azoemia prerrenal
aparecen acidosis hiperclorémica y aumento de la relación
urea/creatinina. En las formas de insuficiencia suprarrenal
Fig. 16.75. Pigmentación de la mucosa gingival en un paciente afec- secundaria los valores de aldosterona y ARP son generalmen-
to de insuficiencia suprarrenal crónica primaria. te normales y las alteraciones electrolíticas excepcionales.
Los valores de glucemia en ayuno están en el límite bajo de
la normalidad, y puede detectarse moderada hipercalcemia.
reflejar la afectación ovárica por el propio proceso autoin- En estos enfermos son frecuentes la eosinofilia, la linfocitosis
mune. Pueden presentarse alteraciones psíquicas, como de- relativa y la anemia. En ocasiones puede tratarse de una ane-
presión, apatía y disminución de memoria. En ocasiones se mia perniciosa.
han descrito cuadros psiquiátricos graves que desaparecen Una vez determinado el diagnóstico funcional, hay que es-
con el tratamiento, pero que a veces pueden persistir varios tablecer su etiología. La comprobación de anticuerpos anti-
meses. Estos pacientes suelen presentar hiponatremia que se suprarrenales en suero establece el diagnóstico de adrenali-
acompaña de hiperpotasemia, tendencia a la deshidratación tis atrófica. Su presencia es más frecuente en mujeres y
que suele compensarse con una mayor ingesta de sal, y re- también en las formas clínicas de afectación pluriglandular.
ducción del volumen plasmático con disminución del tama- Con la evolución y con el tratamiento, los títulos de anticuer-
ño cardíaco y del gasto cardíaco. En pacientes de larga evo- pos disminuyen y pueden llegar a desaparecer. Casi el 50%
lución, además de elevaciones de la calcemia, puede de los pacientes presentan anticuerpos antitiroideos de tipo
observarse calcificación de cartílagos auriculares. antimicrosomal.
La aplicación de técnicas de imagen puede ayudar a esta-
Diagnóstico. Cuando la clínica está bien establecida, el blecer el diagnóstico etiológico. En la forma tuberculosa, la
diagnóstico es fácil de orientar, pero muchas veces no ocu- TC abdominal pone de manifiesto el agrandamiento de las
rre así y los síntomas y signos presentes son inespecíficos, glándulas suprarrenales y la presencia de calcificaciones.
compatibles con muchos procesos. En cualquier caso el Por el contrario, en la insuficiencia suprarrenal de origen au-
diagnóstico debe confirmarse a través de pruebas de labora- toinmune las glándulas aparecen, de forma característica,
torio y exploraciones complementarias. atróficas. La punción-biopsia percutánea con aguja fina y
La simple determinación de cortisol y ACTH por la maña- bajo control tomográfico o ecográfico permite obtener sufi-
na, a las 8.00 horas, permite establecer el diagnóstico en la ciente cantidad de tejido suprarrenal para establecer el diag-
gran mayoría de pacientes. Valores de cortisol inferiores a nóstico etiológico, especialmente cuando las suprarrenales
5 µg/dL (137 nmol/L) y de ACTH superiores a 250 pg/mL (55 están aumentadas de tamaño. En pacientes con insuficiencia
pmol/L) confirman el diagnóstico. En pacientes que pade- suprarrenal primaria de larga evolución se han descrito
cen estrés importante con cifras de cortisol inferiores a 20 agrandamientos hipofisarios comprobados por TC craneal,
µg/dL (552 nmol/L), hay que sospechar insuficiencia supra- que desaparecen después de cierto tiempo de tratamiento
renal por una respuesta inadecuada al estrés. y que corresponden a hiperplasia de células corticotropas, si
No siempre es posible practicar determinaciones de bien también se han descrito adenomas productores de
ACTH, y sus resultados a veces pueden ser poco fiables, por ACTH. La RM craneal puede mostrar la existencia de lesiones
lo cual en todos los casos dudosos se recomienda realizar hipotalámicas o hipofisarias.
una prueba de estimulación corta con ACTH (0,25 mg) por
vía intravenosa. Se considera que la respuesta es normal si se Diagnóstico diferencial. Aunque la insuficiencia suprarre-
registra una elevación del cortisol superior o igual a 20 µg/dL nal primaria no presenta demasiados problemas diagnósticos,
(552 nmol/L). Valores de cortisol inferiores a 15 µg/dL (414 ciertos procesos que cursan con hiperpigmentación o trastor-
nmol/L) o elevaciones inferiores al doble del valor basal in- nos electrolíticos pueden plantear la necesidad de establecer
dican insuficiencia suprarrenal primaria. Cuando los valores un diagnóstico diferencial. Las enfermedades renales cróni-
basales de cortisol son muy altos (situaciones de estrés), la cas cursan con astenia, anorexia, aumento de pigmentación e
ACTH exógena no es capaz de incrementarlos más, por lo hiperpotasemia, pero se distinguen de la insuficiencia supra-
que la prueba se considera normal aun cuando la estimula- rrenal por la hipertensión arterial y la retención ureica. La pig-
ción es inferior al doble del valor basal. La obtención de una mentación de la hemocromatosis tiene un tinte grisáceo. Ade-
respuesta de cortisol normal excluye el diagnóstico de insufi- más, habitualmente, estos pacientes muestran hiperglucemia,
ciencia suprarrenal primaria. Para descartar la insuficiencia resistencia a la insulina, afectación hepática y trastornos del
suprarrenal secundaria es preciso recurrir a la prueba de esti- metabolismo del hierro.
mulación con ACTH de 2-3 días.
La prueba de estimulación con CRH es útil para detectar Evolución. La insuficiencia suprarrenal crónica sin trata-
la insuficiencia suprarrenal secundaria, debida a lesiones hi- miento conduce a la muerte; en general ésta sobreviene por
pofisarias, en las que no se consigue incrementar los valores algún proceso intercurrente de tipo infeccioso o traumático
de ACTH ni de cortisol. En las formas terciarias, por lesión hi- que desencadena insuficiencia suprarrenal aguda. Se ha
potalámica, los niveles de ACTH aumentan de forma exage- descrito algún caso de etiología tuberculosa en el que el tra-
rada y prolongada. Otras pruebas de estimulación, como hi- tamiento tuberculostático consiguió recuperar la función,
poglucemia insulínica o metopirona, también se utilizan, si pero esta situación es excepcional. También se han comuni-
bien entrañan cierto riesgo. cado remisiones de insuficiencias suprarrenales subclínicas

2126
ENFERMEDADES DE LAS GLÁNDULAS SUPRARRENALES

(elevación de los niveles de ARP, respuestas subnormales natremia, hiperpotasemia, etc.) al estar conservada la secre-
de cortisol al estímulo con ACTH) en individuos portadores ción de hormonas mineralcorticoides y en presencia de ma-
de anticuerpos antisuprarrenales, coincidiendo con su desa- nifestaciones clínicas de hipopituitarismo que aparecen en
parición. los casos de trastorno hipotálamo-hipofisario. La hipogluce-
mia en estos pacientes es más frecuente e intensa.
Tratamiento. El aspecto más importante del tratamiento El diagnóstico se basa en la comprobación de una produc-
consiste en suministrar una información adecuada al pacien- ción insuficiente de cortisol, asociada con una secreción dis-
te y a sus familiares sobre la naturaleza crónica de la enfer- minuida o inadecuadamente normal de ACTH. Sin embargo,
medad. Es aconsejable indicar la conveniencia de llevar un los valores de cortisol y ACTH no siempre son discriminati-
brazalete o gargantilla con una placa, en las que se indique vos, especialmente en las formas leves de insuficiencia su-
el diagnóstico y el tratamiento, así como de disponer en su prarrenal secundaria. Por tanto, en todos los casos el diag-
domicilio de formas inyectables de cortisol soluble. nóstico se establece mediante la práctica de una prueba de
El tratamiento de mantenimiento debe hacerse con gluco- estimulación con ACTH y, sobre todo, pruebas dinámicas
corticoides naturales de síntesis (cortisona, cortisol), aunque de función hipofisaria (hipoglucemia insulínica o pruebas
también pueden utilizarse preparados sintéticos con activi- combinadas con hormonas hipotalámicas), que son de utili-
dad glucocorticoide (prednisona, dexametasona). En el pri- dad al demostrar la existencia de otros déficit hormonales hi-
mer caso se administran 20 mg de cortisol por la mañana (25 pofisarios. Los pacientes con insuficiencia suprarrenal deben
mg de cortisona) y 10 mg por la noche de cortisol (12,5 mg recibir tratamiento con hormonas glucocorticoides en la mis-
de cortisona). Algunos pacientes se controlan mejor fraccio- ma forma que se ha descrito anteriormente. Sólo en muy ra-
nando la dosis en 3 tomas. A las dosis indicadas, estos prepa- ros casos es necesario administrar también mineralcorticoi-
rados tienen actividad mineralcorticoide (aproximadamente des. La mayoría de los pacientes requieren tratamiento
40 mg de hidrocortisona equivalen a 100 µg de fludrocortiso- sustitutivo con otras hormonas, como se describe en el capí-
na), pero no es suficiente en los casos con gran disminución tulo Enfermedades del sistema hipotálamo-hipofisario.
de la masa glandular o destrucción total. En estas circunstan-
cias, hay que añadir fludrocortisona a dosis variables entre
0,05 y 0,2 mg/día. Se deben efectuar controles clínicos perió- Insuficiencia suprarrenal aguda
dicos para ajustar las dosis en caso necesario, practicando
determinaciones de cortisol, ACTH, ARP y electrólitos en El desarrollo de una insuficiencia suprarrenal aguda o cri-
plasma y orina. La determinación de ARP es muy útil para es- sis addisoniana, representa una situación de urgencia grave
tablecer la dosis sustitutiva de mineralcorticoide más ade- que requiere un tratamiento rápido y enérgico. Las situacio-
cuada en cada paciente. En cambio, las determinaciones de nes en las que puede desarrollarse dicha crisis son: a) casos
cortisol y ACTH tienen menos utilidad. Hay que tener en previamente conocidos de insuficiencia suprarrenal primaria
cuenta que algunos fármacos pueden interferir en el trata- (la que con mayor frecuencia presenta crisis addisonianas),
miento, ya sea por inducción enzimática con metabolización pero también secundaria o terciaria, que han interrumpido
hepática más rápida (barbitúricos, fenilhidantoínas, rifampi- el tratamiento sustitutivo o que han presentado una compli-
cina), por aumento de la transcortina con la consiguiente cación intercurrente (infección grave, traumatismo quirúrgi-
disminución de los niveles de cortisol libre (estrógenos, con- co, etc.) y no han aumentado la dosis de tratamiento hormo-
traceptivos conteniendo estrógenos), por incremento de su nal; b) pacientes portadores de una insuficiencia suprarrenal
metabolización (tiroxina) o por estimulación de la elimina- crónica no conocida que desarrollan un proceso intercurren-
ción renal de potasio (amfotericina). En caso de estrés o de te, y c) individuos previamente sanos en los que se produce
infecciones moderadas deberían duplicarse o triplicarse las una destrucción súbita, completa de las suprarrenales, se-
dosis durante unos días hasta controlar el proceso. Cuando cundaria a una sepsis meningocócica o a coagulopatías con
la ingesta por vía oral y su absorción están alteradas (náu- hemorragia suprarrenal bilateral (apoplejía suprarrenal).
seas, diarreas) es necesario administrar el tratamiento por vía Clínicamente se manifiesta por pérdida de peso, postra-
parenteral. En infecciones graves, intervenciones quirúrgicas ción profunda, anorexia intensa acompañada de náuseas,
o traumatismos importantes, el tratamiento es igual al de la vómitos que agravan la deshidratación y la disminución del
insuficiencia suprarrenal aguda. volumen plasmático, hipotensión arterial, dolores abdomina-
En los casos de etiología tuberculosa y, sobre todo, cuan- les que pueden sugerir un cuadro de abdomen agudo, hipo-
do se sospeche o se sepa con certeza que el proceso es acti- glucemia intensa, fiebre y un cuadro de shock hipovolémico
vo, se administrará también tratamiento tuberculostático. grave que responde poco a la sustitución de líquidos. Pue-
den sugerir el diagnóstico los antecedentes previos de pér-
dida de peso, debilidad progresiva, anorexia, vómitos y la
Insuficiencia suprarrenal secundaria presencia de hiperpigmentación de piel y mucosas. Esta hi-
perpigmentación faltará en las formas secundarias y tercia-
En esta forma, el déficit funcional suprarrenal aparece por rias, y también en los casos de instauración súbita (sepsis,
una insuficiente estimulación hipotálamo-hipofisaria. Sus hemorragia) o en pacientes con insuficiencia suprarrenal pri-
causas principales son la inhibición de la función suprarre- maria de corta evolución en los que puede estar ausente o
nal por administración crónica de glucocorticoides (la causa ser poco manifiesta. También es útil para establecer el diag-
más frecuente) o por su producción patológica endógena nóstico, el antecedente de un tratamiento previo con gluco-
(síndrome de Cushing). En ambas situaciones, la interrup- corticoides y su interrupción brusca, cirugía o irradiación
ción del tratamiento o la curación del síndrome conducen a hipofisaria previas, y la presencia de cefalalgia intensa acom-
insuficiencia suprarrenal. Otra causa es la afectación del hi- pañada de amaurosis de aparición brusca.
potálamo o de la hipófisis por procesos que producen un dé- Al tratarse de una urgencia médica, el tratamiento no
ficit en la secreción de ACTH (tumores, granulomas infeccio- debe demorarse en espera de resultados hormonales. La
sos o no, lesiones vasculares, apoplejía hipofisaria, etc.). Se comprobación de una hiponatremia con hiperpotasemia
han descrito casos de déficit aislado de ACTH con atrofia hi- permite una sólida sospecha diagnóstica. Es frecuente com-
pofisaria y ausencia casi total de células hipofisarias cortico- probar hipercalcemia, elevación de urea, eosinofilia y linfo-
tropas. citosis. En caso de sospecha de apoplejía hipofisaria se prac-
Las manifestaciones clínicas y su presentación lenta y gra- ticará una RM o una TC craneal. Asimismo, se obtendrán
dual son similares a las descritas para la insuficiencia supra- muestras para realizar hemocultivo y urinocultivo y, antes de
renal crónica. Las diferencias residen en la ausencia de hi- iniciar el tratamiento hormonal, se efectuará una extracción
perpigmentación (debido al déficit en la secreción de ACTH de sangre para determinación de cortisol y ACTH. Valores de
y péptidos relacionados) y de trastornos electrolíticos (hipo- cortisol inferiores a 18 µg/dL (496 nmol/L) prácticamente es-

2127
ENDOCRINOLOGÍA

tablecen el diagnóstico en la situación de shock en la que se TABLA 16.42. Clasificación de los hipoaldosteronismos
encuentran estos pacientes. El tratamiento consiste en repo-
ner las pérdidas de líquidos y sal, mediante la perfusión de Hipoaldosteronismo secundario
Hipoaldosteronismo hiporreninémico
3 L de suero salino fisiológico con glucosa al 5% tan rápida- Hipoaldosteronismo primario
mente como sea posible, monitorizando la presión venosa Adquirido
central o periférica para reducir, si es necesario, la velocidad Congénito
de perfusión. Se administran glucocorticoides solubles (he- Seudohipoaldosteronismo
misuccinato de cortisol) por vía intravenosa a la dosis de 100 Tipo I
mg cada 6 h. Si el paciente responde en 24 h al tratamiento, Tipo II
se reduce la velocidad de perfusión, se permite la ingestión
oral de líquidos y se disminuye la dosis de cortisol intraveno-
so a 50 mg cada 6 h. Gradualmente en 3-5 días pasa a la ad- Los valores de renina y aldosterona bajos no aumentan
ministración oral de cortisol. Mientras las dosis orales sean con la restricción sódica ni tampoco con otros estímulos. En
superiores a 60 mg/24 h no hace falta administrar fludrocorti- cambio, la administración de ACTH y potasio incrementa la
sol, pero cuando sean inferiores hay que añadirlos a la dosis secreción de aldosterona, por lo que se interpretó que el cua-
necesaria. Una vez que el paciente se ha recuperado, se si- dro podría ser secundario a una hiporreninemia primaria,
guen las dosis normales de mantenimiento. Siempre que sea probablemente en el contexto de una enfermedad renal que
posible se instaurará tratamiento de la causa desencadenan- lesionaría el aparato yuxtaglomerular. Esta lesión conduciría
te de la crisis. a un defecto en la liberación de renina o en la conversión de
prorrenina a renina. Sin embargo, parece existir más de un
mecanismo patogénico en el desarrollo de la hiporrenine-
Bibliografía especial mia. Se han postulado los siguientes mecanismos: a) activi-
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que afectan el sistema renina-angiotensina (bloqueadores
beta inhibidores de la cicloxigenasa, inhibidores de la ECA y
heparina), debe considerarse este diagnóstico en un pacien-
te mayor con una hiperpotasemia inexplicable por la insufi-
Hipofunción mineralcorticoide ciencia renal moderada, particularmente si es un diabético
no insulinodependiente y en el que se comprueben niveles
Hipoaldosteronismos bajos de renina y de aldosterona no modificables con prue-
bas de estimulación (deambulación, furosemida).
El tratamiento depende de la edad del paciente y de los
En este grupo se incluye una serie de trastornos que cur- trastornos asociados. Si la hiperpotasemia es leve y el ECG
san con una hiposecreción aislada de hormonas mineralcor- normal, puede ser innecesario el tratamiento y estar indica-
ticoides. Se distinguen tres grupos: a) hipoaldosteronismo se- do realizar sólo controles periódicos. En pacientes con otros
cundario, en el que fallan los mecanismos que estimulan la trastornos, como hipertensión arterial grave y asistolia, el pri-
secreción de aldosterona; su principal representante es el hi- mer tratamiento será la administración de diuréticos. Si la hi-
poaldosteronismo hiporreninémico; b) hipoaldosteronismo perpotasemia persiste o bien se observa una hiperpotasemia
primario, y c) seudohipoaldosteronismo (tabla 16.42). intensa sin hipertensión, se procederá al tratamiento con flu-
drocortisona, si es necesario en dosis farmacológicas.

Hipoaldosteronismo hiporreninémico
Hipoaldosteronismo primario adquirido
Constituye la forma más frecuente de hipoaldosteronismo
secundario de tipo adquirido. Cursa con hiperpotasemia con La heparina y los compuestos heparinoides ejercen efec-
niveles bajos de aldosterona en orina y plasma, valores bajos tos directos sobre las células productoras de aldosterona. Es
de renina y, en el 50% de los casos, acidosis metabólica tubu- posible que produzcan atrofia o alteren la actividad enzimá-
lar. A menudo se asocia con diabetes mellitus tipo II con ne- tica que interviene en la biosíntesis de aldosterona disminu-
fropatía diabética y moderada insuficiencia renal, que prácti- yendo su producción. En la mayoría de los casos, el aumen-
camente siempre es menos intensa que la hiperpotasemia to consiguiente de la renina logra, mediante la generación
[valores entre 5 y 6 mEq/L (5-6 mmol/L)] y la acidosis. El 50% de angiotensina II, evitar la aparición de manifestaciones clí-
de estos pacientes, generalmente de 50-70 años, presenta hi- nicas. Sólo en casos en los que existe una alteración secun-
pertensión arterial. Se ha descrito también en pacientes no daria del sistema renina-angiotensina-aldosterona, como se
diabéticos con trastornos renales, como nefritis intersticial, describe en la diabetes mellitus, hay traducción clínica.
lupus eritematoso sistémico con nefritis lúpica, mieloma múl- En enfermos graves como consecuencia de diferentes
tiple, amiloidosis renal, cirrosis, drepanocitosis y SIDA. afecciones (las infecciones son las más comunes) y con hi-

2128
ENFERMEDADES DE LAS GLÁNDULAS SUPRARRENALES

potensión arterial, pueden aparecer diversas alteraciones TABLA 16.43. Clasificación del síndrome de Cushing y frecuencia
asociadas del sistema endocrino, entre las que hay que in- de presentación
cluir también hipoaldosteronismos en presencia de cifras
elevadas de renina. Presentación (%)
Síndrome de Cushing dependiente de la ACTH
Enfermedad de Cushing hipofisaria 70
Hipoaldosteronismo primario congénito Enfermedad de Cushing asociada con el síndrome
de MEN-I Raro
La existencia de un déficit de corticosterona-metiloxidasa Síndrome de Cushing por ACTH ectópica 15
Síndrome de Cushing por CRH ectópica Raro
II (MOC II), enzima que cataliza la segunda oxidación de la
18-hidroxicorticosterona (paso final en la biosíntesis de al- Síndrome de Cushing no dependiente de la ACTH
dosterona) conduce a una deficiencia aislada de secreción Tumores suprarrenales: adenomas y carcinomas 15
de aldosterona. Es un trastorno raro, transmitido por heren- Displasia suprarrenal micronodular familiar Rara
cia autosómica recesiva, que cursa con niveles bajos de al- Hiperplasia suprarrenal dependiente de GIP Desconocida
dosterona y sus metabolitos, y cifras elevadas de 18-hidroxi- Hiperplasia nodular autónoma en el síndrome
corticosterona y sus metabolitos. Existiría una mutación en la de McCune-Albright Rara
estructura del gen CYPAAB localizado en el brazo largo del
Seudo-Cushing exógeno
cromosoma 8, que codifica la enzima MOC II de la familia Inducido por alcohol
del citocromo P450. Administración dosis suprafisiológicas
Las manifestaciones clínicas varían según la edad. En el de glucocorticoides o ACTH
período neonatal pueden aparecer trastornos electrolíticos y
shock hipovolémico. Durante la infancia cabe observar pér- GIP: polipéptido inhibidor gástrico.
didas renales de sodio con grados variables de hiponatremia
e hiperpotasemia y, a veces, deficiencia del crecimiento. Los
adultos suelen ser asintomáticos. El tratamiento consiste en origina una hiperplasia suprarrenal bilateral con secreción
la administración de suplementos de sal y fludrocortisona. excesiva de cortisol, pero también de andrógenos suprarre-
nales y 11-DOCA. Más frecuente en las mujeres que en los va-
rones, con una relación 8:1, suele aparecer entre los 20 y los
Seudohipoaldosteronismo 40 años. En el 20% o más de los pacientes puede desarrollar-
se una hiperplasia suprarrenal micronodular o macronodular
Cuadro clínico raro que aparece en la infancia y cursa con debido a la estimulación prolongada con ACTH que en algu-
hiperpotasemia, hiponatremia, pérdida renal de sodio, hipo- nos casos convierten en autónomos.
tensión arterial y elevación de las concentraciones plasmáti- En más del 90% de los casos de enfermedad de Cushing se
cas de renina y aldosterona. En estos casos, calificados de demuestra la existencia de un adenoma hipofisario, que co-
seudohipoaldosteronismo tipo I, se ha demostrado una dis- rresponde a un microadenoma en más del 50%. Es rara su
minución o la ausencia de receptores para las hormonas mi- asociación con un síndrome de la silla turca vacía primaria.
neralcorticoides. También se ha descrito una forma adquiri- Igualmente rara es su presentación como parte del síndrome
da producida por diferentes enfermedades renales, asociada de neoplasia endocrina múltiple (MEN) tipo I (3,6% de los
con pérdidas salinas (uropatías obstructivas, después de tras- casos en alguna serie). Se ha descrito la enfermedad de Cu-
plante renal, prematuridad). No hay respuesta a los mineral- shing en dos miembros de una misma familia.
corticoides y el tratamiento consiste en la administración de La secreción de ACTH por tumores no hipofisarios consti-
suplementos de sal y resinas fijadoras de potasio. En algunos tuye el denominado síndrome de Cushing por ACTH ectópica,
casos se observa mejoría espontánea. que representa el 15% de los casos del síndrome en varones
Con el calificativo de seudohipoaldosteronismo tipo II se adultos. Es probable que su incidencia sea todavía mucho
designa otro cuadro esporádico o familiar que cursa con hi- más común, puesto que con frecuencia es difícil distinguirlo
perpotasemia, con hipertensión arterial por retención de sodio clínica y bioquímicamente de la enfermedad de Cushing. Se
o sin ella, filtrado glomerular normal y acidosis metabólica hi- ha demostrado que una amplia variedad de tumores pueden
perclorémica con hiato aniónico normal. Estos pacientes pre- producir ACTH biológicamente activa y son capaces de origi-
sentan niveles de renina y aldosterona inadecuadamente ba- nar un síndrome de Cushing (tabla 16.44). Sin embargo, en
jos para las cifras de hiperpotasemia. Parece demostrado que el 50% de los casos se trata de carcinomas pulmonares de cé-
el defecto primario sería un aumento patológico de la reabsor- lulas pequeñas. A la inversa, sólo el 2,8% de los cánceres de
ción de cloruros por el túbulo renal, con retención de sodio e pulmón cursan con un síndrome de Cushing. De todas mane-
inhibición del eje renina-angiotensina-aldosterona. El trata- ras, en el 51% de los casos pueden demostrarse anomalías en
miento consiste en la administración de hidroclorotiazida. la producción de cortisol. Muchos de los tumores relaciona-
dos en la tabla 16.44, además de ACTH, pueden producir

TABLA 16.44. Tumores que pueden producir ACTH ectópica


Síndrome de Cushing y frecuencia aproximada
Tumor Frecuencia aproximada (%)
El síndrome de Cushing se produce como consecuencia
de una exposición excesiva y prolongada a la acción de las Carcinoma de pulmón (tumores
hormonas glucocorticoides. En las formas endógenas puede de células pequeñas) 50
Timomas 10
haber un aumento de la secreción de mineralcorticoides, an- Tumores de páncreas (tumores 10
drógenos o estrógenos suprarrenales. El síndrome de Cu- insulares, carcinoma de células
shing exógeno se debe a la administración de glucocorticoi- pequeñas y carcinoide)
des naturales o sintéticos o de ACTH. Cáncer medular de tiroides 5
Feocromocitomas, neuroblastomas, 5
Etiología, patogenia y clasificación. La enfermedad de paragangliomas
Cushing es la causa más frecuente (tabla 16.43) de hipercor- Carcinoide bronquial y de otras 2
ticismo endógeno espontáneo en el adulto y representa apro- localizaciones
Otros 18
ximadamente el 70% de los casos. Se produce como conse-
cuencia de hipersecreción crónica de ACTH hipofisaria, que Tomada de W.D. OWELL.

2129
ENDOCRINOLOGÍA

otras hormonas, como gastrina, CRH, catecolaminas, neuro- La administración de dosis suprafisiológicas de glucocorti-
péptidos, endotelina, etc. El síndrome de Cushing por secre- coides o ACTH representa una de las causas más frecuentes
ción ectópica de CRH es excepcional. de síndrome de Cushing (exógeno). En estos casos no existe
Los tumores suprarrenales productores de cortisol consti- un verdadero aumento de producción, y en la administración
tuyen la causa del denominado síndrome de Cushing supra- de glucocorticoides se produce una atrofia suprarrenal bilate-
renal no dependiente de la ACTH, que representa el 15% de ral. Tampoco el síndrome es totalmente reproducible por la
los casos. En los niños menores de 7 años, el carcinoma su- administración de cortisol, ya que otras hormonas de origen
prarrenal constituye la causa más frecuente; en los adultos, hipofisario o suprarrenal contribuyen directamente a la confi-
los adenomas y carcinomas presentan una incidencia simi- guración del síndrome clínico de Cushing endógeno.
lar, y su prevalencia es más alta en las mujeres que en los va-
rones. Alrededor del 95% de los carcinomas suprarrenales Anatomía patológica. En la mayoría de los casos de enfer-
son funcionantes; el 50% produce predominantemente corti- medad de Cushing hay un pequeño microadenoma (de 3-10
sol, el 30% andrógenos, el 12% estradiol y un pequeño por- mm de diámetro). Los tumores suelen ser cromófobos, aun-
centaje cursa con hipopotasemia y secreción aumentada de que también los hay basófilos, acidófilos o cromófobos y
mineralcorticoides. muestran diferentes grados de inmunorreactividad para
Existe una forma rara de síndrome de Cushing suprarrenal ACTH y otros péptidos derivados de la POMC. Con el micros-
no ACTH dependiente, la denominada enfermedad suprarre- copio electrónico se observa la presencia de gránulos de 200-
nal nodular pigmentada o displasia suprarrenal micronodular. 700 mµ de diámetro y microfilamentos perinucleares caracte-
Aparece antes o durante la pubertad de manera esporádica rísticos de 70 mµ de diámetro. Son relativamente insensibles
o formando parte de un síndrome familiar tumoral multisisté- a la dexametasona, con frecuencia cursan con hiperprolacti-
mico, el complejo de Carney, constituido por la aparición de nemia y pueden responder al tratamiento con bromocriptina.
tumores multicéntricos y bilaterales en los órganos pares. Se Algunos de estos tumores pueden secretar otras hormonas
describen mixomas cardíacos, tumores endocrinos funcio- además de ACTH (subunidad alfa, PRL, GH). En muchos pa-
nantes corticosuprarrenales, testiculares (tumores de células cientes (hasta el 42% en algunas series) curados después de
de Sertoli) e hipofisarios, schwannomas y lesiones cutáneas neurocirugía no se ha podido identificar el microadenoma.
tipo lentigos y nevos azules, especialmente en región centro- En algunos casos pueden observarse cambios hialinos en las
facial. En estos casos se ha demostrado la existencia de in- células corticotropas no tumorales (células de Crooke), pro-
munoglobulinas circulantes que estimularían el receptor de bablemente secundarios al aumento de cortisol plasmático.
ACTH, induciendo un hipercorticismo autónomo y la apari- Los carcinomas hipofisarios asociados con hipersecreción
ción de micronódulos. de ACTH y enfermedad de Cushing son excepcionales. Para
También en el síndrome de McCune-Albright se ha descrito otros aspectos sobre los tumores hipofisarios, funcionantes y
la aparición de cuadros de hipercorticismo por la formación no funcionantes, véase Enfermedades del sistema hipotálamo-
de nódulos autonómos. En estos casos se ha demostrado la hipofisario.
existencia de una mutación de la subunidad alfa de la proteí- En la enfermedad de Cushing y en los síndromes de pro-
na G estimulante, responsable de una activación sostenida de ducción ectópica de ACTH se encuentra una hiperplasia su-
la adenilciclasa, que puede también presentarse en otras prarrenal bilateral difusa. El grado de hiperplasia depende
glándulas endocrinas. Recientemente se han descrito casos del tiempo de evolución y de la intensidad del exceso de
de síndrome de Cushing por hiperplasia suprarrenal nodular ACTH. La aparición de nódulos es más frecuente en los an-
no dependiente de la ACTH y en los que la secreción de corti- cianos. En el 8-40% de los pacientes existe hiperplasia micro-
sol está en relación con la ingesta. Ésta actuaría a través de la nodular y macronodular. La media de edad de estos pacien-
liberación del polipéptido inhibidor gástrico (GIP), el cual tes es unos 10 años superior a la de aquellos con hiperplasia
ejercería su efecto a través de receptores para GIP expresados difusa. Se ha postulado que la hiperplasia nodular aparecería
ectópicamente en la membrana citoplasmática de las células bajo estimulación crónica de ACTH y que la hiperplasia difu-
cortico-suprarrenales. Las concentraciones de ACTH son in- sa llegaría a ser macronodular con producción de cortisol in-
detectables y en estos pacientes puede desarrollarse una insu- dependiente de la ACTH y con cierta inhibición de ACTH.
ficiencia suprarrenal en situaciones de ayuno prolongado. Formas con ACTH indetectable representarían la etapa final.
Se han descrito casos infrecuentes, de secreción aumenta- Hay casos heterogéneos, en los que existen macronódulos
da de cortisol y de ACTH, resistentes a la inhibición con de- autónomos junto a tejido suprarrenal hiperplásico depen-
xametasona. Estos hipercorticismos no cursan, sin embargo, diente de la ACTH. Dos tercios son resistentes a la inhibición
con signos y síntomas de Cushing debido a una resistencia con altas dosis de dexametasona, y muchos de estos pacien-
primaria parcial del receptor glucocorticoide. Se trata de una tes requieren una suprarrenalectomía total para su curación.
enfermedad familiar en la que se ha demostrado una dele- En la displasia suprarrenal primaria micronodular apare-
ción del gen del receptor glucocorticoide y una sustitución cen micronódulos productores de cortisol no dependientes
de un aminoácido en el dominio aminoterminal (asparagina de la secreción de ACTH, que está inhibida. El peso de las su-
por serina) en el codón 363. La resistencia parcial al receptor prarrenales es normal o ligeramente elevado, y la glándula
del cortisol podría ser más frecuente de lo que se había creí- contiene pequeños nódulos dispersos de color parduzco o
do inicialmente. Puede observarse una producción aumenta- negro en la corteza más interna. Los nódulos miden 1-5 mm
da de andrógenos o de mineralcorticoides, con traducción de diámetro y entre ellos se observa tejido cortical atrófico o
clínica. Suele responder al tratamiento con dexametasona. normal. Los nódulos están formados por células hipertróficas
El denominado síndrome de seudo-Cushing inducido por el que contienen numerosos gránulos de pigmento oscuro. El
alcohol presenta semejanzas clínicas con el síndrome de Cu- color oscuro de los micronódulos recuerda el de los “adeno-
shing verdadero y alteraciones bioquímicas sugestivas, como mas negros” asociados con el síndrome de Cushing.
aumento del cortisol plasmático y del cortisol libre urinario, Los tumores suprarrenales benignos son adenomas com-
pérdida frecuente del ritmo circadiano y resistencia a la inhi- puestos de combinaciones irregulares de células claras y de
bición con dosis débiles de dexametasona. Este cuadro se células con escaso contenido lipídico que recuerdan a las
atribuía a una estimulación del eje hipotálamo-hipofisosupra- célula “compactas” de la zona reticular normal. De manera
renal por el etanol. Sin embargo, no se ha demostrado este esporádica se observan adenomas de color marrón oscuro o
mecanismo, y la secreción persistente de cortisol podría de- negro (“adenomas negros”) debido a la presencia de pig-
berse a una alteración en el metabolismo hepático del corti- mento (lipofuscina o neuromelanina) en las células tumora-
sol causada por una disminución en la actividad de la 11-β- les. En los adenomas, la función de la zona reticular está su-
deshidrogenasa hidroxiesteroide. Otro posible mecanismo, primida como resultado de la inhibición de la ACTH. La
no demostrado, sería que el alcohol ejerciera un efecto esti- distinción entre adenoma y carcinoma bien diferenciado es
mulador sobre el GIP. difícil. Como criterios de carcinoma se aceptan la invasión

2130
ENFERMEDADES DE LAS GLÁNDULAS SUPRARRENALES

TABLA 16.45. Manifestaciones clínicas más frecuentes sa en los niños que en los adultos. La facies de estos pacien-
en el síndrome de Cushing tes aparece redondeada (facies de luna llena), con las meji-
llas pronunciadas y rubicundas (fig.16.76). El cuello aparece
Manifestaciones clínicas Frecuencia (%) más ancho y corto debido a su engrosamiento por acumula-
Obesidad centrípeta 79-97 ción de grasa y a los depósitos de grasa en las regiones supra-
Cara de luna llena 50-94 claviculares y dorsocervical (cuello de búfalo). En general
Miopatía esteroide, debilidad muscular 24-90 coexisten aumento de peso y de apetito, pero otras veces el
Cambios en la piel 51-84 peso se mantiene o disminuye al cursar con inapetencia. El
Trastornos menstruales 55-80 incremento de peso podría estar relacionado con el aumen-
Hipertensión arterial 74-87
Trastornos psíquicos 31-86
to de insulina que estimularía la lipogénesis. Es muy común
Intolerancia a la glucosa 39-90 que estos pacientes refieran debilidad muscular, atribuible
Osteoporosis 40-50 generalmente a una miopatía esteroide proximal de extremi-
Litiasis renal 15-19 dades superiores e inferiores, a veces con afectación adicio-
nal de los músculos glúteos. En los pacientes con síndrome
de Cushing producido por ACTH ectópica, la miopatía pue-
de llegar a ser muy intensa, agravada en estos casos por la
vascular, mitosis atípicas, presencia de menos de un 25% de frecuente hipopotasemia.
células claras, arquitectura difusa y necrosis. Aunque los car- La piel aparece muy adelgazada por pérdida de tejido gra-
cinomas suelen ser más grandes en el momento de producir so subcutáneo. Se observan estrías cutáneas de color rojo
las primeras manifestaciones clínicas, el tamaño no se acep- violáceo localizadas sobre todo en la parte inferior del abdo-
ta como criterio de malignidad. Los adenomas suprarrenales, men, en caderas, en mamas y en la cara interna superior de
especialmente los asociados con virilismo, pueden ser gran- los brazos, en las axilas y en los muslos (fig. 16.77). Son más
des y hay, por tanto, un gran solapamiento entre tumores be- frecuentes e intensas en los pacientes jóvenes. No deben
nignos y malignos. confundirse con las que suelen presentar los adolescentes
que ganan mucho peso rápidamente. Son frecuentes las
Cuadro clínico. Las manifestaciones clínicas aparecen en equimosis y los hematomas, que aparecen con traumatismos
general progresivamente. Existen diferencias en función de mínimos. Las heridas suelen ser difíciles de cerrar y es carac-
la edad, el sexo, la intensidad y la duración del hipercorticis- terística su evolución tórpida, con lenta cicatrización. En los
mo y, obviamente, de la causa. casos de síndrome de Cushing que cursan con secreción au-
La obesidad constituye un signo muy frecuente (tabla mentada de ACTH y de otros péptidos más pequeños con ac-
16.45). Habitualmente de localización centrípeta, abarca el tividad melanotrópica se produce un aumento de pigmenta-
tronco, el abdomen, la cara y el cuello. Es mucho más inten- ción cutánea, especialmente en las zonas expuestas a la luz y

A B
Fig. 16.76. Cara de luna llena en una paciente afecta de síndrome de Cushing. Imagen de frente (A) y perfil (B).

2131
ENDOCRINOLOGÍA

de ritmo circadiano, constante en el síndrome de Cushing,


puede deberse también a otras causas (p. ej., estrés físico y
psíquico).
Puede demostrarse la existencia de un hipercorticismo en-
dógeno ante el hallazgo de un aumento de la excreción de
cortisol libre de orina y un valor de cortisol plasmático de la
mañana igual o superior a 5 µg/dL (137 nmol/L) tras la admi-
nistración oral de 1 mg de dexametasona a las 23.00 horas o,
mejor aún, después de la prueba de inhibición débil con
2 mg de dexametasona durante 2 días. La determinación de
cortisol libre en orina, si la recogida es correcta, constituye
una de las mejores pruebas para establecer el diagnóstico. La
prueba de inhibición rápida con 1 mg de dexametasona, al
igual que la de inhibición débil, presenta una elevada inci-
dencia de resultados falsos positivos, sobre todo en grandes
obesos, alcohólicos, depresivos y pacientes tratados con fár-
macos como fenilhidantoínas, fenobarbital o primidona, que
Fig. 16.77. Estrías abdominales en una paciente afecta de enferme- aceleran el metabolismo de la dexametasona.
dad de Cushing.
En los pacientes que padecen depresiones intensas, en los
que las pruebas mencionadas pueden sugerir un hipercorti-
cismo, la práctica de una prueba de hipoglucemia insulínica
en las mismas localizaciones que se describen en la enferme- puede ser útil para establecer el diagnóstico diferencial con
dad de Addison. La hiperpigmentación suele ser más intensa un síndrome de Cushing. Estos pacientes presentan una ele-
en los casos de producción ectópica. En las mujeres y en pre- vación normal del cortisol, a diferencia de los enfermos con
sencia de un exceso de andrógenos, la enfermedad de Cu- síndrome de Cushing, en los que se comprueba la ausencia
shing y algunos carcinomas suprarrenales pueden cursar con de respuesta. También pueden ser útiles las pruebas de esti-
seborrea, acné e hirsutismo. Con independencia de la causa mulación con ACTH o con CRH, obteniéndose una respuesta
de aparición, la oligomenorrea y la amenorrea son frecuen- normal con la primera y disminuida con la segunda en los
tes y se relacionan probablemente con una inhibición de go- pacientes deprimidos.
nadotropinas por parte de los andrógenos. En los casos de En los alcohólicos ayudan a establecer el diagnóstico
adenomas suprarrenales productores de cortisol no suele ha- la respuesta normal de cortisol y disminuida de ACTH en la
ber trastornos menstruales. prueba de hipoglucemia insulínica y una respuesta disminui-
La hipertensión arterial moderada, con renina baja y con da de ACTH a la CRH. Por otro lado, la supresión de la ingesta
presiones diastólicas superiores a 95-100 mmHg, es bastante de alcohol normaliza en días o semanas el hipercorticismo.
habitual. Probablemente está relacionada con una expan- También hay que conocer los casos poco frecuentes de hi-
sión del volumen extracelular por retención de sodio. La pre- percorticismo endógeno familiar, caracterizados por un au-
sencia de edemas es más frecuente en los casos de síndrome mento de las concentraciones de cortisol y ACTH plasmáti-
de Cushing por producción ectópica de ACTH, en los que cos, una excreción urinaria de cortisol libre elevadas y una
suele haber una combinación de aumentos de secreción de inhibición insuficiente con 1 mg de dexametasona, todo ello
cortisol, corticosterona y 11-DOCA. En casos excepcionales en ausencia de manifestaciones típicas de síndrome de Cu-
aparece un edema cíclico en pacientes que presentan una shing. Estos pacientes presentan un ritmo circadiano normal,
hipersecreción episódica de cortisol. si bien con valores altos, y una respuesta normal de cortisol a
Muchos pacientes presentan trastornos psíquicos: depre- la hipoglucemia insulínica. La administración de dexameta-
sión, labilidad emocional, irritabilidad a veces acompañada sona en dosis elevadas normaliza los valores de ACTH, corti-
de ansiedad, accesos de pánico e incluso cuadros paranoi- sol y andrógenos.
cos. No es raro el insomnio, relacionado con la elevación
nocturna del cortisol. Probablemente más del 50% de los pa- Diagnóstico etiológico. Una vez confirmado el diagnóstico
cientes presentan algún tipo de alteración psíquica. de hipercorticismo, hay que establecer su causa. Es preciso
Hay intolerancia a la glucosa, a veces con hiperglucemia distinguir las formas de hipercorticismo dependiente de la
en ayunas e hiperinsulinismo, y aparición de clínica de poli- ACTH, hipofisario o ectópico, de los hipercorticismos inde-
dipsia y poliuria. La diabetes mellitus se encuentra en el pendientes, en general causados por tumores suprarrenales,
10-15% de los pacientes, los cuales suelen presentar antece- adenomas o carcinomas. Con mucha menos frecuencia se
dentes familiares de diabetes. La osteoporosis es común, aun trata de hiperplasias que se han vuelto autónomas o de dis-
en los pacientes jóvenes. En la displasia suprarrenal microno- plasias micronodulares. En esta etapa diagnóstica deben
dular, la osteoporosis puede ser muy intensa, con aplasta- efectuarse dos tipos de pruebas: unas que, a través del exa-
mientos vertebrales, así como fracturas costales o de otra lo- men del eje hipotálamo-hipofisosuprarrenal, ayuden a esta-
calización por traumatismos mínimos. La necrosis vascular blecer el origen de la hiperproducción de cortisol y otras que
de la cabeza femoral o humeral es menos frecuente. Ade- sirven para localizar la lesión.
más de una absorción intestinal del calcio disminuida, se La determinación de ACTH por un método sensible
comprueba hipercalciuria que, por otra parte, facilita la for- (IRMA), más específico que las técnicas de RIA, junto con la
mación de cálculos urinarios. determinación de cortisol plasmático proporcionan informa-
En niños hay un retraso del crecimiento y de la madura- ción muy útil. En los síndromes de Cushing por tumores su-
ción ósea. Además de su acción catabólica, los glucocorti- prarrenales productores de cortisol y en la displasia microno-
coides disminuyen la respuesta de la GH a varios estímulos, dular los niveles de ACTH son indetectables (menos de
alterando el tono somatostatinérgico. 5 pg/mL) (1 pmol/L). También sirven para diferenciar los ca-
sos de producción ectópica de ACTH y los de enfermedad
Diagnóstico del hipercorticismo. En ocasiones plantea de Cushing causados por un adenoma hipofisario secretor de
muchas dificultades. Los enfermos afectos de síndrome de ACTH. Las concentraciones de ACTH son normales o eleva-
Cushing producen cantidades excesivas de cortisol durante das en ambos casos, pero los valores son más altos cuando
períodos prolongados, aunque no siempre continuos. Por existe producción ectópica que en la enfermedad de Cu-
esta razón las determinaciones aisladas de ACTH y cortisol shing. Los tumores productores de ACTH ectópica pueden
tienen escaso valor, dado que en muchos pacientes los nive- secretar fragmentos de ACTH o big ACTH biológicamente ac-
les se encuentran dentro de los límites normales, y la pérdida tivos, pero no serían detectados por IRMA. Por esta razón, las

2132
ENFERMEDADES DE LAS GLÁNDULAS SUPRARRENALES

determinaciones de ACTH por IRMA en los síndromes de


producción ectópica pueden proporcionar valores engaño-
samente bajos.
La prueba de estimulación con CRH es útil para la evalua-
ción etiológica del síndrome de Cushing. La ACTH hipofisa-
ria en la enfermedad de Cushing responde exageradamente
a la estimulación, mientras que no hay respuesta en los tu-
mores suprarrenales ni tampoco en los síndromes de Cu-
shing por producción ectópica de ACTH. La mayoría de los
pacientes con producción ectópica de ACTH tienen niveles
plasmáticos basales de cortisol y ACTH que no responden a
la CRH.
La prueba de inhibición con dosis elevadas de dexameta-
sona constituye una excelente prueba para determinar la
causa del síndrome de Cushing. En el hipercorticismo de ori-
gen hipofisario se consigue inhibir la producción de ACTH y
cortisol, mientras que esto no se logra en tumores suprarre-
nales o ectópicos. Con todo, en el 10% de los pacientes con
síndrome de producción ectópica de ACTH se puede obser-
var inhibición (sobre todo en caso de tumores carcinoides Fig. 16.78. Imagen de adenoma suprarrenal derecho obtenida por TC.
bronquiales y, rara vez, carcinoides de timo). Cuando la se- (flechas).
creción hormonal tumoral es periódica pueden presentarse
elevaciones paradójicas de cortisol tras la administración de
dexametasona al coincidir la determinación con un pulso se-
cretor. La aplicación combinada de la prueba de estimula-
ción con CRH y la de inhibición fuerte aumenta la precisión
diagnóstica casi al 98%. En algunos casos puede ser útil la
prueba de estimulación con metopirona, que en la enferme-
dad de Cushing provoca una respuesta exagerada, en tanto
que en los casos de producción ectópica de ACTH no hay
respuesta o ésta es sólo parcial en algunos casos.
En pacientes con síndrome de Cushing por ACTH ectópica
oculta en los que el hipercorticismo precede en muchos me-
ses e, incluso, en años el diagnóstico de la neoplasia, a veces
es muy difícil su diferenciación de una enfermedad de Cu-
shing, ya que las pruebas de laboratorio pueden dar resulta-
dos que no son concluyentes.
Técnicas de imagen. La RM craneal representa el método
de elección y es muy superior a la TC en la identificación de
adenomas hipofisarios secretores de ACTH. En su mayoría Fig. 16.79. Carcinoma suprarrenal izquierdo productor de cortisol,
éstos corresponden a microadenomas con un diámetro infe- con metástasis hepáticas. Imagen obtenida por TC. Masa sólida con
rior a 5 mm (menos del 50% de los pacientes tienen un ma- calcificaciones (puntas de flecha).
croadenoma). La administración combinada de contraste
magnético (gadolinio) facilita la diferenciación del tejido
adenomatoso del normal de forma que permite identificar tu- troversia. La RM suele mostrar en estos casos señal hiperin-
mores de 3-4 mm de diámetro. A pesar de ello, sólo en el 40% tensa en T2 en relación con la señal del hígado y baja en T1.
o menos de los pacientes portadores de un microadenoma La TC, la RM y la ecografía suprarrenales pueden mostrar
hipofisario es posible detectar su presencia. la existencia de una hiperplasia bilateral difusa en los casos
En ausencia de una lesión clara de adenoma se recomien- de enfermedad de Cushing, pero en ocasiones revelan la pre-
da practicar una cateterización selectiva simultánea y bilate- sencia de nódulos bilaterales, que varían desde unos pocos
ral de los senos petrosos inferiores. Se mide la ACTH en milímetros hasta varios centímetros y que pueden confun-
muestras basales y a los 2, 3, 5, 10 y, a veces, 15, 20 y 30 min dirse con adenomas suprarrenales. Esta situación puede pre-
después de administrar 100 µg de CRH. Si la proporción en- sentarse en pacientes con enfermedad de Cushing de larga
tre las concentraciones de ACTH en plasma del seno petroso evolución. En ellos puede ser útil la gammagrafía con yodo-
y en plasma de sangre periférica es superior o igual a 2 en las metilnorcolesterol. La visualización unilateral apoyaría el
muestras basales y superior o igual a 3 en las muestras obte- diagnóstico de un adenoma suprarrenal benigno. Los carci-
nidas 2 o 3 min después de CRH, puede aceptarse que la nomas no suelen dar imagen con esta técnica, ni en el lado
ACTH es de origen hipofisario con una precisión del 95%. Re- del tumor ni en el otro lado. Sin embargo, se han descrito ca-
cientemente se ha demostrado que la obtención de muestras sos en los que el carcinoma suprarrenal y aun las metástasis
directas de la cateterización selectiva del seno cavernoso captaban intensamente el yodocolesterol. También se ha uti-
ofrece un gradiente de concentración suficiente (más de 10) lizado la gammagrafía para localizar tejido suprarrenal ectó-
para establecer el origen hipofisario de la ACTH sin necesi- pico o restos suprarrenales después de suprarrenalectomía
dad de aplicar la estimulación con CRH. bilateral (fig. 16.80).
La TC, la RM y la ecografía de las suprarrenales son útiles Las TC torácica (más del 50% de los casos de producción
para diagnosticar tumores suprarrenales, que suelen ser de- ectópica de ACTH se asocian con carcinomas pulmonares de
tectables debido a que su tamaño es grande, generalmente células pequeñas) y abdominal se emplearán cuando se sos-
superior a 2 cm (fig. 16.78). Los carcinomas pueden ser de peche la existencia de un tumor secretor de ACTH ectópica.
mayor tamaño en el momento del diagnóstico (fig. 16.79).
En ambos casos la glándula contralateral es funcionalmente Evolución y complicaciones. Si bien se han descrito remi-
atrófica, pero en los procedimientos de imagen aparece mu- siones espontáneas o inducidas con tratamiento médico, la
chas veces de tamaño normal. evolución del síndrome de Cushing es progresiva. Sin trata-
El carcinoma suprarrenal es raro. Como criterio de malig- miento se produce una exacerbación gradual de todas las
nidad se ha utilizado el tamaño, pero esto es objeto de con- manifestaciones clínicas de la enfermedad que conducen a

2133
ENDOCRINOLOGÍA

dosis varían entre 42 y 45 Gy (4.200-4.500 rad). No se tiene ex-


periencia suficiente con la utilización de técnicas más recien-
tes de neurorradiocirugía gamma-knife que permite adminis-
trar 100 Gy de radiación en una región muy localizada. La
aparición de los efectos beneficiosos puede demorarse más
de 1 o 2 años. Durante este período la enfermedad puede
controlarse con tratamiento médico. Una importante desven-
taja de esta terapéutica es el desarrollo de hipopituitarismo.
El tratamiento médico puede estar indicado como prepa-
ración a la cirugía hipofisaria o suprarrenal en pacientes en
los que el hipercorticismo es muy intenso. También mientras
se espera la aparición de los efectos beneficiosos del trata-
miento radioterápico y en aquellos enfermos en los que ha
fracasado el tratamiento quirúrgico o no son candidatos a la
cirugía se han utilizado fármacos con acción central, como
reserpina (siempre asociada con radioterapia), ciproheptadi-
na, valproato, bromocriptina y análogos de la somatostatina
Fig. 16.80. Resto suprarrenal derecho localizado mediante gamma- de larga duración entre los que la octreótida es el de elec-
grafía con yodocolesterol, responsable de la recidiva de un hipercorti- ción. También pueden emplearse fármacos que interfieren
cismo en un varón afecto de enfermedad de Cushing al que se le prac- en la esteroidogénesis y que se citan en la introducción de
ticó una suprarrenalectomía total bilateral. este capítulo. La metopirona (3-4,5 g/día) y la aminoglute-
timida (1 g/día o más) se pueden administrar por vía oral,
mientras que el etomidato se emplea en perfusión (0,1
la muerte, en general por enfermedad cardiovascular. Las mg/kg/h) durante 10 h, para controlar con rapidez casos de
formas intensas de síndrome de Cushing suelen producir rá- hipercorticismo intenso. El fármaco de elección es el ketoco-
pidamente osteopenia grave, con fracturas y deformaciones nazol (0,6-1,2 g/día). Por último, como terapia coadyuvante
óseas. Excepto en individuos jóvenes, la osteopenia mejora en el carcinoma suprarrenal o tras el proceso del tratamiento
al curar la enfermedad, pero no siempre desaparece. Está neuroquirúrgico y radioterápico en la enfermedad de Cus-
bien demostrado que estos pacientes presentan una preva- hing se puede emplear el mitotano (op' DDD), fármaco adre-
lencia elevada de complicaciones: diabetes mellitus de difí- nalítico que en dosis de 4 g/día durante 6-9 meses llega a pro-
cil control con resistencia a la insulina, hipertensión arterial ducir una destrucción suprarrenal con conservación de la
intensa y trastornos electrolíticos graves que ponen en peli- secreción de aldosterona.
gro su vida. En enfermos en los que ha fallado el tratamiento neuroqui-
rúrgico o radioterápico y en los que el hipercorticismo es in-
Tratamiento. El tratamiento depende de la causa del hiper- tenso y no controlable, está indicada la suprarrenalectomía
corticismo. Si se trata de una enfermedad de Cushing, el tra- total bilateral. También tienen esta indicación los casos de
tamiento ideal consiste en extirpar el adenoma hipofisario, hiperplasia suprarrenal nodular que se ha convertido en au-
con lo cual se normaliza la secreción de ACTH y de cortisol y tónoma. La ablación de ambas suprarrenales exige trata-
se conserva una función adenohipofisaria normal. miento sustitutivo de por vida con cortisol y, casi siempre,
Dado que la mayoría de los pacientes con enfermedad de también con alfafludrocortisona; debido al riesgo de apari-
Cushing tienen un microadenoma hipofisario intraselar, el ción de un síndrome de Nelson (un 20% de casos en adultos
tratamiento de elección, ya sea en niños o adultos, es el qui- y más de un 50% en niños), se aconseja la irradiación hipofi-
rúrgico, con adenomectomía selectiva transesfenoidal. Con saria antes de proceder a la suprarrenalectomía. En algunos
esta intervención se consigue entre un 70 y más de un 80% casos aparecen recidivas después de esta intervención debi-
de curaciones. En los casos en los que el microadenoma no do a la presencia de tejido suprarrenal accesorio o bien a
puede localizarse por técnicas de imagen pero se puede de- restos dejados en la intervención, más frecuentes en el lado
mostrar su lateralidad por técnicas de cateterización de seno derecho.
petroso inferior, está indicado realizar una hemihipofisecto- El tratamiento del síndrome de producción ectópica de
mía del lado correspondiente. En estos casos de adenoma ACTH consiste, siempre que sea posible, en la extirpación
no identificable, las tasas de curación son inferiores al 40%. del tumor responsable. Con raras excepciones, entre las que
Cuando el origen hipofisario de la ACTH está totalmente de- se encuentran los carcinoides bronquiales, en la mayoría de
mostrado y el estudio bioquímico apoya sin discordancia el los casos de tumor es inoperable en el momento del diagnós-
diagnóstico de enfermedad de Cushing, en individuos adul- tico. Cuando esto ocurre, se recurre a la quimioterapia y/o la
tos puede estar indicado practicar una hipofisectomía total, radioterapia. El hipercorticismo puede controlarse con trata-
aun cuando la suprarrenalectomía total bilateral es una op- miento médico: el ketoconazol y la metopirona son los fár-
ción terapéutica útil y segura en estos casos. Cuando se trata macos más utilizados, de forma aislada o combinados. En
de un macroadenoma, las tasas de curación son del 50% o los pacientes en los que el tumor no se puede localizar, se
inferiores. La presencia o la ausencia de extensión extraselar emplean fármacos inhibidores de la esteroidogénesis. Cuan-
constituye el principal determinante del pronóstico. do el hipercorticismo no se logra controlar médicamente, se
Después de la intervención aparece una insuficiencia su- realizará una suprarrenalectomía total bilateral.
prarrenal que se utiliza como criterio para predecir el resulta- El tratamiento de los tumores suprarrenales es quirúrgico.
do del tratamiento. Aquellos pacientes con insuficiencia La extirpación de un adenoma implica el 100% de curacio-
suprarrenal prolongada tienen mayores posibilidades de pre- nes, persistiendo durante un tiempo prolongado una insufi-
sentar una curación definitiva. El hallazgo de valores norma- ciencia suprarrenal por atrofia de la glándula contralateral,
les de cortisol después de la intervención indica siempre re- que requiere tratamiento sustitutivo hasta que se recupera la
sección incompleta y riesgo casi seguro de recidiva. La función normal. El carcinoma suprarrenal tiene muy mal pro-
enfermedad de Cushing puede recidivar después de más de nóstico. Siempre que sea posible debe realizarse una extirpa-
8 años del tratamiento, lo que exige practicar revisiones pe- ción total del tumor y administrar mitotano a las máximas
riódicas. dosis tolerables. No se ha demostrado que este tratamiento
La irradiación hipofisaria también se ha utilizado durante mejore el pronóstico, pero permite controlar los síntomas en-
muchos años como tratamiento inicial, especialmente en ni- docrinos. Se han utilizado también quimioterapia y radiote-
ños y adolescentes. Algunos autores han conseguido en niños rapia con poco éxito. Recientemente se ha recomendado el
hasta un 80% de curaciones, pero sólo un 15% en adultos. Las tratamiento con gossypol, obtenido del aceite crudo de semi-

2134
ENFERMEDADES DE LAS GLÁNDULAS SUPRARRENALES

lla de algodón, que se utiliza como espermicida. Las dosis re- TABLA 16.46. Clasificación del hiperaldosteronismo
comendadas oscilan entre 30 y 70 mg/día; como efectos se-
Hiperaldosteronismo primario
cundarios se han descrito íleo abdominal, xerostomía, eleva-
Adenoma productor de aldosterona
ción de transaminasas, fatiga, y frecuente hipopotasemia por Adenoma estimulable por el sistema renina-angiotensina
pérdida renal de potasio. Hiperaldosteronismo idiopático
Hiperaldosteronismo sensible a los glucocorticoides (tipo I)
Síndrome de Nelson. De forma característica, este síndro- Hiperaldosteronismo insensible a los glucocorticoides
me aparece después de una suprarrenalectomía total bilate- (tipo II)
ral practicada en un paciente afecto de enfermedad de Cu- Carcinoma
shing. La suprarrenalectomía bilateral puede inducir en Producción ectópica de aldosterona
algunos de estos pacientes hipersecreción de ACTH y β-LPH Hiperaldosteronismo secundario
(lipotropina) y un crecimiento rápido del tumor hipofisario
que, aunque benigno, puede ser agresivo y alcanzar un gran
tamaño. La prevalencia de este síndrome varía desde el 8 ción 3:1 y aparece entre la tercera y la quinta décadas de la
hasta el 35% de los casos, siendo más alta en niños. Clínica- vida. Una segunda variedad de adenoma presenta la caracte-
mente se manifiesta por la aparición de una intensa hiperpig- rística de que la secreción de aldosterona es capaz de res-
mentación cutánea y mucosa, cefalalgias, defectos campi- ponder a la estimulación por el sistema renina-angiotensina y
métricos, en ocasiones afectación de pares craneales y aún presentar hiperrespuestas a la perfusión de angiotensina
presencia de un macroadenoma hipofisario, con frecuencia, II. En algunas series este tipo de tumor llega a representar al
invasivo. A veces el tumor hipofisario es un carcinoma. Las menos un tercio de todos los adenomas. El carcinoma es una
formas de ACTH secretadas en el síndrome de Nelson no di- causa muy rara de hiperaldosteronismo, y sería responsa-
fieren de las de los individuos normales, responden con una ble del 1-4% de los casos. En las etapas avanzadas de su evo-
elevación a la hipoglucemia insulínica, pero no suelen inhi- lución suelen presentar además secreción aumentada de
birse con la administración de dexametasona. Al parecer, el glucocorticoides y andrógenos suprarrenales. El hiperaldoste-
desarrollo de este síndrome puede prevenirse mediante la ronismo idiopático, también denominado aldosteronismo pri-
irradiación hipofisaria practicada antes de la suprarrenalec- mario, se caracteriza por la existencia de hiperplasia bilateral
tomía o inmediatamente después. La extirpación del tumor, (en raras ocasiones unilateral) micronodular y macronodu-
siempre que sea posible, constituye el tratamiento de elec- lar. Comprende el 25% de los casos de hiperaldosteronismo
ción. Algunos casos responden al tratamiento médico con ci- primario y constituye un grupo heterogéneo. En estos casos
proheptadina. la suprarrenalectomía total bilateral es casi siempre ineficaz
y no corrige la hipertensión.
En 1966 se describió una variedad familiar de aldosteronis-
mo primario por hiperplasia, en la que la producción de al-
dosterona puede ser inhibida mediante la administración de
Hiperfunción mineralcorticoide glucocorticoides, a la que se denominó hiperaldosteronismo
sensible a los glucocorticoides o tipo I; tiene herencia domi-
En la tabla 16.46 se expone la clasificación de la hiperfun- nante y su presentación es rara. En este subtipo se ha com-
ción mineralcorticoide o hiperaldosteronismo. probado una mutación de los genes CYP11B1 y CYP11B2 que
El aumento de producción y secreción de aldosterona de- codifican las enzimas que catalizan la producción de cortisol
bido a una alteración primaria de las células productoras de en la zona fascicular y la de aldosterona en la zona glomeru-
aldosterona conduce a la aparición de un hiperaldosteronis- lar, resultando un gen híbrido que cataliza la síntesis de al-
mo denominado primario, que debe diferenciarse del que se dosterona, pero muy sensible a la ACTH, con lo cual niveles
desarrolla secundariamente a la estimulación del eje renina- normales de ésta conducen a una producción excesiva de al-
angiotensina por diferentes procesos patológicos extrasupra- dosterona. En estos casos, la secreción de aldosterona no
renales. responde a la angiotensina y, en cambio, hay una produc-
ción aumentada de 18-oxocortisol y 18-hidroxicortisol (“este-
roides híbridos”). Recientemente se ha descrito una segunda
Hiperaldosteronismo primario forma familiar de aldosteronismo primario o tipo II por hiper-
plasia, si bien también puede cursar con adenomas. Esta for-
Se considera la causa más común de hipertensión arterial ma no se inhibe con glucocorticoides y parece ser más fre-
de origen endocrino y la segunda forma más frecuente de hi- cuente que el tipo I. Finalmente, muy rara vez algunos
pertensión arterial curable. La frecuencia de hiperaldostero- carcinomas indiferenciados (ováricos) pueden cursar con
nismo primario en población hipertensa oscilaría entre 0,05 y producción ectópica de aldosterona. El tipo histológico descri-
0,2%. Representa posiblemente una causa más común de hi- to con mayor frecuencia es el tumor de células de Sertoli-
pertensión arterial de lo que se ha creído hasta ahora. Leydig (arrenoblastoma).
La secreción excesiva de aldosterona conduce inicialmen-
te a retención renal de sodio, expansión de volumen e hiper- Anatomía patológica. La mayoría de los adenomas produc-
tensión dependiente del sodio y del volumen, con inhibición tores de aldosterona son unilaterales, más a menudo locali-
de la ARP. El intercambio aumentado de Na+/K+ en el túbulo zados en el lado izquierdo, de tamaño inferior a 2 cm y mu-
distal conduce a una pérdida de potasio e hidrogeniones, chas veces detectables con TC o RM. Están formados en su
con aparición de hipopotasemia y alcalosis metabólica. El mayoría por células semejantes a las de la zona fascicular o
aumento de sodio total intercambiable pone en marcha un con características intermedias entre las de las zonas fascicu-
mecanismo compensador denominado “escape de sodio” lar y glomerular (células híbridas). La zona cortical glomeru-
que facilita la natriuresis y justificaría la ausencia de edemas. lar no tumoral aparece con frecuencia hiperplásica. Los car-
La aldosterona podría tener una acción central que, tal vez, cinomas son muy poco frecuentes; suelen ser más grandes
coadyuva a la aparición de la hipertensión arterial. que los adenomas y no presentan características histológi-
cas que los diferencien de los restantes carcinomas suprarre-
Etiología, patogenia y clasificación. Se describen cinco ti- nales, funcionantes o no.
pos de hiperaldosteronismo primario (tabla 16.46). La forma En el hiperaldosteronismo idiopático, los cambios obser-
clásica y más frecuente es la que obedece a un adenoma cor- vados en las suprarrenales son muy variables. Suele encon-
tical productor de aldosterona. Este cuadro se conoce tam- trarse una hiperplasia de las células de la glomerular, inclu-
bién como síndrome de Conn. Comprende entre el 65 y el yendo casos con micronódulos o con micronódulos y
88% de los casos, predomina en las mujeres en una propor- macronódulos corticales. Estos nódulos están formados por

2135
ENDOCRINOLOGÍA

células que con el microscopio electrónico aparecen carga- terona y las diferentes formas de hiperaldosteronismo idio-
das de lípidos. En las formas familiares tipo I hay hiperplasia pático. La determinación de la 18-hidroxicorticosterona en
de las células de la zona fascicular; pueden formarse tam- plasma puede ser útil, ya que en general los pacientes porta-
bién nódulos pero no adenomas. En las formas familiares dores de un adenoma productor de aldosterona presentan
tipo II existe hiperplasia, aun cuando también pueden desa- valores en decúbito superiores a 100 ng/dL (3.584 pmol/L);
rrollarse adenomas. en cambio, los pacientes con hiperaldosteronismo idiopático
tienen valores inferiores. Aun cuando la renina está inhibida,
Cuadro clínico. Los pacientes suelen consultar por hiper- el ortostatismo puede provocar una ligera elevación de la re-
tensión arterial variable, raras veces maligna. Es una hi- nina que llega a ser suficiente para elevar las concentracio-
pertensión dependiente del sodio y del volumen, que en su nes de aldosterona en enfermos con hiperaldosteronismo
evolución adquiere las características de la hipertensión idiopático; en cambio, en los pacientes portadores de adeno-
esencial con aumento de la resistencia vascular periférica. ma con este estímulo no solamente no aumenta, sino que
En algunas enfermas puede existir el antecedente de hiper- puede producirse una disminución paradójica de la aldoste-
tensión gestacional. La hipopotasemia está presente en el 80- rona.
90% de los casos y se produce por pérdida renal de potasio, Los pacientes portadores de adenoma muestran una elimi-
que es tanto mayor cuanto más elevada es la ingesta de so- nación urinaria elevada de esteroides híbridos (18-oxocorti-
dio. sol y 18-hidroxicortisol). Su presencia permite sospechar la
Las manifestaciones clínicas de la hipopotasemia depen- existencia de una esteroidogénesis alterada en estos tumo-
den de su intensidad y de la alcalosis metabólica, las cuales res. En el hiperaldosteronismo idiopático no familiar, la eli-
estarán sobre todo en relación con las pérdidas renales de minación urinaria de estos esteroides es normal. Las formas
potasio e hidrogeniones y con la ingesta de sal. Suele haber de aldosteronismo familiar tipo I suelen cursar también, al
cefalalgias, poliuria y polidipsia nocturnas por tubulopatía hi- igual que los adenomas, con una disminución ortostática de
popotasémica, debilidad muscular, parálisis intermitente, aldosterona y una eliminación urinaria elevada de esteroides
arritmias, taquicardia ventricular, alteraciones electrocardio- híbridos. En estos casos, la administración de 1 mg de dexa-
gráficas con hipertrofia ventricular izquierda y cambios debi- metasona a medianoche y de 0,5 mg a las 6.00 horas reduce
dos a la hipopotasemia. La intolerancia a la glucosa con in- los niveles matutinos de aldosterona a cifras inferiores a
sulinopenia aparece en más del 50% de los casos, pero el 5 mg/dL (138 pmol/L). Una relación de aldosterona en san-
desarrollo de una diabetes mellitus se produce sólo en pa- gre de venas suprarrenales derecha e izquierda superior a
cientes genéticamente predispuestos. Puede presentarse una 10:1 se considera diagnóstica de adenoma.
resistencia a la acción de la vasopresina y, si la alcalosis me- Las técnicas de imagen, especialmente la TC y la RM, son
tabólica es intensa, aparecen parestesias y cuadros de teta- útiles para la localización de tumores suprarrenales. Hay que
nia con signos de Chvostek y Trousseau. tener en cuenta, sin embargo, que se detectan adenomas su-
prarrenales no funcionantes hasta en el 1% de los pacientes
Diagnóstico. Debe sospecharse en pacientes hipertensos en los que se practica una TC. De ahí que su precisión diag-
que desarrollan una hipopotasemia con la administración de nóstica sea sólo del 70%. La existencia de nódulos corticales
diuréticos y que se mantiene aun después de interrumpirlos. no hiperfuncionantes similares a los adenomas es también
También en pacientes a los que después de una ingesta ele- relativamente común en ancianos. La presencia de nódulos
vada de sodio durante 3 o 4 días se les induce una hipopota- inferiores a 1 cm es más frecuente en pacientes hipertensos
semia. Los valores de potasio varían mucho, pero suelen ser (68% de los casos) que en individuos normales (42%). Tam-
inferiores a 3,5 mEq/L (3,5 mmol/L). Cuando en presencia de bién se ha utilizado la gammagrafía con yodometilnorcoles-
una hipopotasemia moderada (no inferior a 3 mEq/L [3 terol, después de un pretratamiento con dexametasona para
mmol/L]) y con una ingesta adecuada de sal, la eliminación evitar la captación del trazador en el tejido no adenomatoso
de potasio en orina de 24 h es superior a 30 mEq/L (30 y la administración de yodo para proteger el tiroides. En el
mmol/L), puede afirmarse que existe una actividad mineral- adenoma la captación es unilateral y en el hiperaldosteronis-
corticoide aumentada. El diagnóstico de hiperaldosteronis- mo idiopático no hay lateralización en la captación. Los car-
mo primario puede confirmarse con la demostración de un cinomas suelen presentar hipopotasemia e hipertensión más
aumento de la concentración plasmática de aldosterona y la grave, un tamaño generalmente mayor que los adenomas
inhibición de ARP. La relación entre los niveles plasmáticos y concentraciones mucho más elevadas de aldosterona y
de aldosterona y de renina está elevada y suele superar el va- DOCA.
lor de los 20-25, lo cual es diagnóstico. Antes de proceder a
estas determinaciones y a cualquier otra prueba diagnóstica Diagnóstico diferencial. En un paciente que consulta por
hay que suprimir la administración de diuréticos por lo me- hipertensión arterial es obligado descartar, en primer lugar,
nos durante 4 semanas. La espironolactona debería interrum- la existencia de estenosis de la arteria renal, feocromocito-
pirse 6 semanas antes, y los bloqueadores beta, 7 días antes. ma, síndrome de Cushing e hiperaldosteronismo primario,
La dieta debe contener más de 120 mEq/L día (120 mmol/L) para los cuales existen posibilidades terapéuticas de cura-
de sodio. ción en la mayoría de los casos. La historia clínica, la explo-
El diagnóstico definitivo se establece mediante la práctica ración y los datos de laboratorio permitirán establecer el
de pruebas destinadas a demostrar que la hiperfunción glan- diagnóstico.
dular es independiente de los estímulos fisiológicos. Así, es La comprobación de una ARP elevada en un enfermo hi-
útil la comprobación de que la ARP no es estimulable con pertenso puede ser reflejo de la existencia de una hiperten-
2 h de ortostatismo y administración de furosemida. Otra sión renovascular, uso de diuréticos o de inhibidores de la
prueba utilizada consiste en la administración de solución ECA, seguimiento de una dieta pobre en sal o de un raro tu-
salina isotónica (para aumentar el volumen extracelular), mor secretor de renina. A la inversa, una ARP disminuida
por vía intravenosa a razón de 300-500 mL/h, durante 4 h. En será un hallazgo constante en la hipertensión del síndrome
estos enfermos, tal sobrecarga no consigue reducir las con- de Cushing, en casos de administración exógena de fludro-
centraciones plasmáticas aumentadas de aldosterona. En ca- cortisona (pomadas, inhalación nasal), de 11-DOCA u otros
sos dudosos puede ser útil la prueba del captopril. La admi- mineralcorticoides. Lo mismo ocurre con la ingestión de re-
nistración de 25 mg de este inhibidor de ECA produce a las galiz, el uso de tabaco para mascar y la administración de
2 h una disminución de la secreción de aldosterona en indi- preparados como la carbenoxolona utilizados en pacientes
viduos normales; en cambio, no tiene efecto alguno en pa- con úlcera péptica, que contienen ácido glicirricínico y áci-
cientes con hiperaldosteronismo primario. do glicirretínico (su producto de hidrólisis). Estos ácidos
En cuanto al diagnóstico etiológico, la distinción funda- inhiben la enzima 11-β-deshidrogenasa hidroxiesteroide, en-
mental debe hacerse entre un adenoma productor de aldos- cargada de convertir el cortisol con actividad mineralcorti-

2136
ENFERMEDADES DE LAS GLÁNDULAS SUPRARRENALES

coide en cortisona, que carece de ella. Debido a la analogía Hiperaldosteronismo secundario


estructural entre receptor glucocorticoide y mineralcorticoi-
de, en estas condiciones el cortisol se encuentra a concentra-
ciones mucho más altas que la aldosterona, actúa sobre el ri- Es inducido por estimulación directa o indirecta de la cor-
ñón y, a través del receptor mineralcorticoide, produce un teza suprarrenal a través del sistema renina-angiotensina-
aumento del volumen extracelular con hipertensión, pérdida aldosterona.
renal de potasio, hipopotasemia e inhibición del sistema re- En el síndrome de Bartter existiría un hiperaldosteronismo
nina-angiotensina-aldosterona. La interrupción de la adminis- secundario por estimulación directa. Este cuadro suele mani-
tración de mineralcorticoides o de la ingestión de regaliz festarse en la infancia y se caracteriza por una hiperplasia de
revierte el trastorno. En el síndrome de Liddle aparece hiper- las células yuxtaglomerulares con elevación de los valores
tensión arterial con hipopotasemia, como consecuencia de de renina y aldosterona (hiperaldosteronismo hiperreninémi-
una tubulopatía distal que hiperabsorbe sodio y secreta pota- co). Cursa con hipopotasemia, alcalosis metabólica y presión
sio e hidrogeniones. La producción de aldosterona es míni- arterial normal. Como consecuencia de una disfunción en la
ma. Estos pacientes responden a la administración de triam- rama descendente del asa de Henle, se produciría una re-
tereno, pero no a la espironolactona. ducción inicial del volumen extracelular que actuaría como
estímulo sobre el aparato yuxtaglomerular. Una descarga au-
Tratamiento. En caso de adenoma productor de aldostero- mentada de cloruro sódico en los túbulos colectores estimu-
na, previo tratamiento con espironolactona, dieta pobre en laría la eliminación de potasio, sumándose a la acción de la
sal y suplementos de potasio para normalizar la hipopotase- aldosterona estimulada por la renina. El resultado final sería
mia, se practica la extirpación quirúrgica por vía posterior y, la aparición de hipopotasemia por pérdida de potasio y alca-
si es posible, mediante cirugía laparoscópica. En el 70% de losis metabólica por eliminación aumentada de hidrogenio-
los casos se normaliza la presión arterial después de la inter- nes. En este síndrome hereditario, con herencia autosómica
vención y a los 5 años el 53% de los pacientes mantienen va- recesiva y mayor penetrancia en el sexo masculino, existe
lores tensionales normales. La hipopotasemia se normaliza una producción aumentada de cininas y prostaciclina, que
de forma permanente. sería responsable de la falta de respuesta presora vascular a
En el hiperaldosteronismo idiopático en general no se in- la angiotensina. Estos pacientes presentaban un defecto de
dica la suprarrenalectomía bilateral total. En algunos pacien- concentración resistente a la ADH, con poliuria, debilidad
tes se ha recomendado practicar una suprarrenalectomía muscular y, en ocasiones, síntomas y signos de hipocalcemia
subtotal para reducir la cantidad de tejido cortical y, poste- por alcalosis metabólica. No hay edemas y la presión arterial
riormente, administrar espironolactona a dosis bajas. Mu- es normal. Las concentraciones urinarias de potasio son su-
chos de estos pacientes responden bien a la administración periores a 20 mEq/L (20 mmol/L). Su tratamiento consiste en
de amilorida (diurético que retiene potasio), de forma que la la administración de suplementos de potasio y magnesio. El
dosis de 20-40 mg puede normalizar los niveles de potasio. propranolol, la espironolactona, los inhibidores de las prosta-
También con espironolactona, a dosis iniciales de 200-400 glandinas y el captopril facilitan el control de las manifesta-
mg/día, se alcanza la normopotasemia. Con estos tratamien- ciones clínicas.
tos sólo el 30-40% de los pacientes consiguen normalizar la En los casos de tumores de células yuxtaglomerulares y
presión arterial. Se consigue un mejor control sobre la hiper- otras neoplasias del riñón, del pulmón y hemangiopericito-
tensión con la administración de maleato de enalapril y otros mas, secretores de cantidades elevadas de renina, se produ-
inhibidores de la ECA. En los casos de hiperaldosteronismo ce también una estimulación directa de la zona glomerular
que se inhibe con glucocorticoides, se administrará dexame- de la corteza suprarrenal.
tasona, en las dosis más próximas a las fisiológicas (0,5 mg Una estimulación indirecta del aparato yuxtaglomerular,
por la mañana y 0,25 por la noche). En las formas familiares que en ocasiones conduce a una hiperplasia de las células
tipo II, en las que pueden desarrollarse adenomas, el trata- yuxtaglomerulares, puede ser inducida en determinadas si-
miento es quirúrgico. En estos casos está indicado realizar tuaciones fisiológicas, como ingesta excesiva de potasio, pér-
determinaciones de aldosterona en otros miembros de la fa- didas de sodio o ingesta de dietas hiposódicas. Durante la
milia si son hipertensos. El carcinoma productor de aldoste- gestación, la secreción de aldosterona también aumenta y al-
rona tiene mal pronóstico. Su tratamiento consiste en la exé- canza un máximo en el tercer trimestre, probablemente debi-
resis del tumor, siempre que sea posible. Como tratamiento do a una disminución de la presión arterial.
postoperatorio se han recomendado mitotano, amominoglu- La hipertensión renovascular (por estenosis de la arteria
tetimida, espironolactona y cisplatino. renal y la isquemia renal consiguiente) induce un hiperal-
dosteronismo secundario con hipertensión arterial.
La insuficiencia cardíaca congestiva puede cursar con un
Otras formas de hiperfunción hiperaldosteronismo secundario, debido a una perfusión re-
mineralcorticoide nal disminuida que estimularía el sistema renina-angiotensi-
na. En la cirrosis hepática y en otras enfermedades asociadas
con ascitis y/o anasarca, la disminución del volumen intra-
En este apartado hay que incluir los raros tumores produc- vascular aumenta la renina y la aldosterona. Esta última pue-
tores de 11-DOCA, esteroide que se sintetiza en las zonas glo- de alcanzar concentraciones muy altas por un aclaramiento
merular y fascicular. Pueden ser adenomas o carcinomas y disminuido asociado.
cursan con retención de sodio y agua, lo que conduce a una El tratamiento del hiperaldosteronismo secundario no
expansión del volumen extracelular, hipertensión e hipopota- siempre es necesario, ya que en muchos casos constituye
semia. La ARP y la aldosterona están disminuidas, los niveles una adaptación fisiológica beneficiosa. En otros casos en los
de cortisol son normales o bajos, pero hay grandes elevacio- que hay una retención excesiva de sodio o unas pérdidas pa-
nes de la concentración de DOCA y corticosterona. Estos tu- tológicas de potasio, será necesario el tratamiento con espi-
mores suelen tener un tamaño mayor que los adenomas pro- ronolactonas o inhibidores de la ECA.
ductores de aldosterona. Su tratamiento es quirúrgico y se
recomienda terapéutica preoperatoria con espironolactona. Bibliografía especial
Se comprueban elevaciones de la 11-DOCA en formas de ARMANI D, KUHNLE U, STRASSER T, DORR H, BUTENANDT I, WEBER PC et al.
hiperplasia suprarrenal congénita por déficit de 17-α-hidroxi- Aldosterone-receptor deficiency in pseudohypoaldosteronism. N
lasa y de 11-β-hidroxilasa, con afectación de la síntesis de Engl J Med 1985; 313: 1.178-1.181.
cortisol. Bajo la estimulación de ACTH aumenta la síntesis GORDON RD, KLEMM SA, TUNNY TJ, STOWASSER M. Primary aldostero-
de otros esteroides como la DOCA, que pueden causar hiper- nism: Hypertension with a genetic basis. Lancet 1992; 340: 159-
tensión arterial e hipopotasemia. 161.

2137
ENDOCRINOLOGÍA

HOLLAND OB. Hypoaldosteronism-disease or normal response? N Engl comprueba en alrededor del 50% agrandamientos de una o
J Med 1991; 324: 488-489. ambas suprarrenales, así como formaciones nodulares y tu-
LIFTON RP, DLUNY RG, POWERE M, RICH GM, COOK S, ULICK S et al. A chi- mores suprarrenales superiores a 1 cm de diámetro en el 2-
maeric 11 beta hydroxilase/aldosterone synthase gene causes glu-
cocorticoid-remediable aldosteronism and human hypertension. 9% de los casos. Estos hallazgos contrastan con la baja inci-
Nature 1992; 355: 262-265. dencia de tumores suprarrenales funcionantes.
MCKENNA TJ, SEQUEIRA SJ, HEFFERNAN A, CHAMBERS J, CUNNINGHAM S. En los individuos portadores de incidentalomas debería
Diagnosis under random conditions of all disorders of the renin- descartarse siempre una producción hormonal patológica.
angiotensin-aldosterone axis, including primary hyperaldostero- Se han descrito casos con secreción patológica de cortisol,
nism. J Clin Endocrinol Metab 1991; 73: 952-957. pero en cantidades insuficientes como para producir un sín-
MELBY JC. Diagnosis of hyperaldosteronism. Endocrinol Metab Clin drome de Cushing clínicamente aparente, aunque capa-
North Am 1991; 20: 247-255. ces de inhibir funcionalmente la glándula contralateral. Algu-
TAKE C, IKEDA K, KURASAWA T, KUROKAWA K. Increased chloride reab-
sorption as an inherited renal tubular defect in familial type II nos de estos pacientes presentaban hipertensión arterial,
pseudohypoaldosteronism. N Engl J Med 1991; 324: 472-476. obesidad difusa o diabetes mellitus tipo II. Basándose en es-
ULICK S. Two uncommon causes of mineralocorticoid excess: Syndro- tos hallazgos, algunos autores recomiendan la práctica de la
me of apparent mineralocorticoid excess and glucocorticoid-re- prueba de inhibición con dexametasona.
mediable aldosteronism. Endocrinol Metab Clin North Am 1991; La mayoría de los incidentalomas son adenomas benignos
20: 269-276. no funcionantes, pero también puede tratarse de carcino-
ULICK S, BLUMENFELD JD, ATLAS SA, WANG JZ, VAUGHAN ED. The unique mas. Para establecer el diagnóstico es útil la biopsia percutá-
steroidogenesis of the aldosterona in the differential diagnosis of nea bajo exploración ecográfica, si el paciente es delgado.
primary aldosteronism. J Clin Endocrinol Metab 1993; 76: 873-878.
WILLIAMS GH. Hyporeninemic hypoaldosteronism. N Engl J Med 1986; Desgraciadamente no siempre es posible distinguir una le-
314: 1.041-1.042. sión maligna por criterios histológicos. En razón de esta difi-
cultad, se ha recomendado el tratamiento quirúrgico para los
tumores de 3 cm o más. Los inferiores a 3 cm deberían con-
trolarse periódicamente por TC o RM, para seguir muy de
cerca su evolución, extirpándolos si se comprueba aumento
Hiperfunción androgénica de tamaño.

Las formas más frecuentes de hiperfunción androgénica Bibliografía especial


son las congénitas que se deben a defectos enzimáticos (véa- BERTAGNA X. New causes of Cushing’s syndrome. N Engl J Med 1992;
se Trastornos de diferenciación sexual). Aparte de ellos, exis- 327: 1.024-1.025.
ten cuadros más raros de hiperandrogenismo producidos por CONGET JI, HALPERIN I, VENDRELL J, SOBRINO J, ESMATJES E, INGELMO M et
adenomas o carcinomas suprarrenales, secretores de andró- al. Enfermedad de Cushing en una paciente con silla turca vacía
genos. Con frecuencia se trata de carcinomas de gran tama- primaria. Med Clin (Barc) 1989; 92: 705-707.
ño, a menudo con focos de necrosis e invasión vascular. Los FINDLAY JC, SHEELER LR, ENGELAND WC, ARON DC. Familial adrenocorti-
adenomas están formados por células “compactas” que re- cotropin-independent Cushing’s syndrome with bilateral macro-
nodular adrenal hyperplasia. J Clin Endocrinol Metab 1993; 76:
cuerdan las células de la zona reticular hipertrófica o las cé- 189-191.
lulas de la corteza fetal. Suelen presentar pleomorfismo celu- HOCHER B, BÄHR V, DORFMÜLLER S, DELKERS W. Hypercortisolism with
lar con núcleos hipercromáticos. non-pigmental micronodular adrenal hyperplasia: Transition from
Pueden presentarse a cualquier edad. Los carcinomas son pituitary-dependent to adrenal-dependent Cushing’s syndrome.
más frecuentes en pacientes jóvenes. El signo más destacado Acta Endocrinol 1993; 128: 120-125.
es la aparición súbita de hirsutismo, que progresa rápida- JEFFCOATE W. Alcohol-induced pseudo Cushing’s syndrome. Lancet
mente en intensidad, acompañado de oligomenorrea prime- 1993; 341: 676-677.
ro y de amenorrea después y un cuadro de virilización pro- KRUSE A, KLINKEN L, HOLCK S, LINDHOLM J. Pituitary histology in Cu-
shing’s disease. Clin Endocrinol 1992; 37: 254-259.
gresivo con hipertrofia del clítoris, cambio del tono de la voz, LAMBERTS SWJ, KOPER JW, BIEMOND P, VON HOLDER FH, DE JONG FH. Cor-
aumento de la musculatura y calvicie. La comprobación de tisol receptor resistance: The variability of its clinical presentation
niveles plasmáticos aumentados de andrógenos suprarrena- and response to treatment. J Clin Endocrinol Metab 1992; 74: 313-
les (DHEA y DHEA-S, principalmente), junto con la clínica 321.
característica suelen ser suficientes para orientar el diagnósti- TERAMOTO A, NEMOTO S, TAKAKURA K, SASAKI Y, MACHIDA T. Selective ve-
co. La aplicación de métodos no invasivos para establecer la nous sampling directly from cavernous sinus in Cushing’s syndro-
localización del tumor (ecografía, TC o RM) permitirá confir- me. J Clin Endocrinol Metab 1993; 76: 637-641.
mar el diagnóstico. El tratamiento es quirúrgico, con extirpa- TRAINER PT, LAWRIE HS, VERHELST J, HOWLETT TA, LOWE DG, GROSSMAN
AB et al. Transsphenoidal resection in Cushing’s disease: Undetec-
ción del tumor siempre que sea posible. En caso de carci- table serum cortisol as the definition of successful treatment. Clin
noma suprarrenal, después de la exéresis del tumor, está Endocrinol 1993; 38: 73-78.
indicado el tratamiento con mitotano a las máximas dosis to- WHITE A, CLARK AJL. The cellular and molecular basis of the ectopic
lerables. ACTH syndrome. Clin Endocrinol 1993; 39: 131-141.

Incidentalomas suprarrenales Médula suprarrenal


Reciben este nombre los tumores suprarrenales no funcio- Además de constituir el SNS, el tejido cromafín se encuen-
nantes que se encuentran en pacientes asintomáticos y con tra ampliamente disperso por el organismo. La médula supra-
niveles hormonales normales. La aplicación cada vez más renal representa su localización más importante. El sistema
generalizada de técnicas de imagen, como ecografía, TC o cromafín está formado por células neuroendocrinas, es de-
RM con un poder de resolución progresivamente más poten- cir, derivadas de la cresta neural, que producen catecolami-
te, descubre con frecuencia creciente masas suprarrenales nas: adrenalina, noradrenalina y dopamina, así como otros
anormales de hasta 0,5 cm de diámetro en individuos por péptidos. En el adulto, el tejido cromafín es especialmente
otra parte asintomáticos. Su frecuencia parece aumentar con abundante a lo largo de las fibras del plexo hipogástrico infe-
la edad, y después de los 40 años, aproximadamente, el 0,5- rior y entre las fibras nerviosas del plexo sacro y en el deno-
1% de la población podría presentarlos. Estos datos se acer- minado órgano de Zuckerkandl localizado habitualmente en
can a los obtenidos en estudios necrópsicos, en los que se el origen de la arteria mesentérica inferior.

2138
ENFERMEDADES DE LAS GLÁNDULAS SUPRARRENALES

Biosíntesis y metabolismo de las catecolaminas Las catecolaminas liberadas a la circulación en forma li-
bre presentan un rápido aclaramiento (pocos minutos); en
Las catecolaminas son sintetizadas a partir del aminoáci- su forma conjugada tienen una vida media de 30 min a va-
do tirosina procedente de la dieta o de la hidroxilación de rias horas. Alteraciones pequeñas de la función renal alargan
la fenilalanina. Por acción de la tirosina-hidroxilasa, la tirosi- su vida media. Es aconsejable, por tanto, medir los niveles de
na se transforma en dihidroxifenilamina ( L-DOPA) y, poste- catecolaminas libres en plasma y, muy especialmente, cuan-
riormente, en dopamina por acción de la DOPA-descarboxi- do se determina la respuesta de éstas en la prueba de la clo-
lasa (fig. 16.81). La dopamina pasa a unos gránulos de nidina.
depósito, donde sufre una hidroxilación sobre el carbono
beta de la cadena lateral por acción de la dopamina-β-hidro- Efectos biológicos de las catecolaminas
xilasa y se convierte en noradrenalina. Ésta es liberada en
las terminaciones nerviosas de las neuronas simpáticas pos-
ganglionares. En la médula suprarrenal, la noradrenalina se Las catecolaminas regulan importantes funciones celula-
convierte en adrenalina por acción de la enzima feniletano- res y desarrollan respuestas orgánicas, especialmente meta-
lamina-n-metiltransferasa y queda almacenada en vesículas bólicas y hemodinámicas, que son mediadas por receptores
secretoras. Los gránulos de depósito contienen las catecola- adrenérgicos localizados en la membrana celular. Existen
minas, ATP, proteína relacionada con la PTH (PTHrP) y dos tipos fundamentales de receptores adrenérgicos, alfa y
otras proteínas que se conocen como cromograninas. La beta (α y β), los cuales se subdividen a su vez en α1, α2, y β1
cromogranina A es una proteína de 439 aminoácidos codifi- y β2. Los efectos metabólicos de las catecolaminas son muy
cada en el cromosoma 14. Su determinación podría ser de variados: estimulan la lipólisis, la glucólisis, la cetogénesis, la
utilidad en el diagnóstico de algunos tumores endocrinos. movilización de aminoácidos y, a través de receptores β, esti-
El contenido de los gránulos es liberado por exocitosis, y mulan directamente la producción hepática de glucosa y dis-
las catecolaminas pasan directamente a la circulación. La minuyen su captación tisular con elevación de la glucemia, a
noradrenalina del plasma procede casi exclusivamente de lo que contribuyen indirectamente inhibiendo la secreción
las terminaciones simpáticas posganglionares y sólo el 2% de insulina a través de receptores α2. Los efectos hemodiná-
proviene de la médula; en cambio, toda la adrenalina circu- micos de las catecolaminas son muy importantes, pues au-
lante procede de la médula suprarrenal. En el plasma, las mentan la fuerza y la frecuencia de las contracciones del
concentraciones de noradrenalina son casi 10 veces superio- miocardio a través de receptores β. A través de receptores α,
res a las de adrenalina, mientras que en la médula suprarre- las catecolaminas sobre todo la noradrenalina, provocan au-
nal normal la concentración de adrenalina es 4 veces supe- mento de la resistencia vascular y de la presión arterial sistó-
rior a la de noradrenalina. lica y diastólica. La adrenalina, que tiene mayor afinidad por
Existen tres sistemas enzimáticos que intervienen en la de- los receptores adrenérgicos β2, produce aumento de la pre-
gradación metabólica de las catecolaminas (fig. 16.81). Estos sión sistólica pero no de la diastólica, e incremento de la fre-
sistemas son el de la monoaminoxidasa (MAO), el sistema cuencia cardíaca.
catecol-O-metiltransferasa (COMT) y los sistemas de conjuga-
ción con ácido sulfúrico y glucurónico. En orina se encuen- Exploración funcional de la médula
tra el ácido vanililmandélico (AVM), que representa el 30%
de las catecolaminas del plasma. El 23% de la noradrenalina suprarrenal
plasmática se elimina en forma de 3-4 deshidrofeniletilglicol
(DOPEG) libre y conjugado (se trata de un metabolito inter- La determinación de catecolaminas plasmáticas por méto-
medio marcador del metabolismo presináptico), el 20% en dos sensibles que miden la fracción libre (radioenzimáticos
forma de normetanefrina libre y conjugada, el 8% como nor- o por cromatografía líquida a alta presión) es útil en el estu-
adrenalina conjugada y el 5% en forma libre. La relación en- dio funcional de la médula suprarrenal. Es necesario realizar
tre la eliminación urinaria de noradrenalina y DOPEG puede su determinación en condiciones muy bien estandariza-
ser útil en el diagnóstico del feocromocitoma. das: paciente en ayuno, después de permanecer en reposo

TIROSINA NH2
HO –CH2 – CH – COOH
Tirosina hidroxilasa

DOPA HO NH2
HO –CH2 – CH – COOH

Dopa decarboxilasa

DOPAMINA
HO
HO –CH2 – CH2 – NH2
Dopamina-β-hidroxilasa

NORADRENALINA NORMETANEFRINA
HO CH3O
HO –CHOH – CH2 – NH2 HO –CHOH – CH2 – NH2
PNMT COMT
HO MAO CH3O
MAO
HO –CHOH – COOH MAO HO –CHOH – COOH
MAO COMT
HO CH3 METANEFRINA
Fig. 16.81. Biosíntesis y metabolismo –CHOH – CH2 – NH CH3O CH3
HO COMT
de las catecolaminas. PNMT: feniletanola- HO –CHOH – CH2 – NH2
mino-N-metiltransferasa; MAO: monoami- ADRENALINA ÁCIDO VANILMANDÉLICO
noxidasa; COMT: catecol-O-metiltransfe-
rasa.

2139
ENDOCRINOLOGÍA

30 min en decúbito supino y colocación de una aguja fina descrito asociado con facomatosis neurocutáneas familiar o
tipo “palomita” 20 min antes de proceder a la extracción de esporádica. Así, se da en pacientes con neurofibromatosis
sangre. Debe prohibirse la ingestión de café o té y fumar por (1%), en la enfermedad de Von Hippel-Lindau (10%), en el
lo menos durante 3 h antes de la prueba. Con métodos radio- síndrome de Sturge-Weber y en enfermos con schwannomas
enzimáticos, los valores normales de noradrenalina son de solitarios, meningiomas o astrocitomas.
218 ± 92 (DE) pg/mL (1,29 ± 0,5 mmol/L) y los de adrenalina La producción y la liberación excesivas de catecolaminas
de 42 ± 18 (DE) pg/mL (229 ± 98 pmol/L), si bien cada labo- por el tumor son responsables de los cambios hemodinámi-
ratorio tiene que establecer sus propias cifras de normalidad. cos y metabólicos que presentan los pacientes. Los tumores
Muchos fármacos aumentan su concentración: metildopa, L- extrasuprarrenales producen exclusivamente noradrenalina,
DOPA, proclorperazina, anfetaminas y supresión súbita de con excepción de los que se localizan en el órgano de Zuc-
clonidina; por el contrario, la administración de clonidina kerkandl y algún raro tumor intratorácico. Los tumores supra-
disminuye su concentración. renales sintetizan noradrenalina y adrenalina con predomi-
nio de la primera, a pesar de que la médula suprarrenal
La determinación de catecolaminas urinarias y sus metabo- normal contiene un 85% de adrenalina. El nivel de produc-
litos constituye otra prueba funcional. Se recomienda la me- ción y liberación de catecolaminas depende de la dotación
dición de las catecolaminas y dos de sus metabolitos, meta- enzimática del tumor. Si la tasa de conversión intratumoral
nefrinas totales y AVM en orina de 24 h, o bien en muestras de catecolaminas a metabolitos es muy alta, el tumor secre-
de orina de 1 h obtenidas al azar. El valor normal de cateco- tará sobre todo metabolitos inactivos con escasas manifesta-
laminas totales en orina es inferior a 100 µg/24 h (< 590 ciones clínicas.
nmol/día), el de metanefrinas menor de 1 mg/24 h (5,5 La hipertensión arterial se debería a la vasoconstricción in-
µmol/día) y el de AVM inferior a 6,8 mg/24 h (35 µmol/día). ducida por la noradrenalina a través de la estimulación de
Es necesario que la recogida de orina sea adecuada, lo cual los receptores α1. Las crisis hipertensivas paroxísticas serían
se confirma midiendo la cantidad de creatinina excretada. la consecuencia de una liberación súbita y muy elevada de
Se deben suprimir los fármacos que puedan interferir en su noradrenalina. Estos tumores no están inervados y, por tanto,
determinación: metildopa, L-DOPA, proclorperazina y anfeta- la liberación de catecolaminas no se produce por estímulos
minas (para la determinación de catecolaminas), inhibido- neurógenos, sino que obedecería a cambios en el flujo san-
res de la MAO, labetalol, clofibrato, ácido nalidíxico y con- guíneo, compresión directa y por acción de gran cantidad de
trastes radiográficos (para la determinación de metanefrinas) fármacos. En estos tumores se han encontrado receptores
y clorpromazina, ácido nalidíxico, guayacolato de glicerol, para el glucagón que explicarían la inducción de crisis paro-
metocarbamol, inhibidores de la MAO y contrastes radiográ- xísticas hipertensivas, a veces de varias horas después de su
ficos (para la determinación de AVM). En todos los casos administración. En los raros tumores en los que hay un pre-
hay que evitar la ingesta de clonidina. dominio de liberación de adrenalina, por estimulación de
Para las pruebas de estimulación y de inhibición, véase los receptores betadrenérgicos, se produce una hipotensión
‘‘Diagnóstico’’ de Feocromocitoma. arterial secundaria a una extensa vasodilatación periférica.
También se ha descrito hipotensión en tumores en los que la
secreción de noradrenalina era superior a la de la adrenali-
na, con valores de relación adrenalina/noradrenalina de 0,2-
0,7. En estos casos, la vasoconstricción inducida por la nor-
Feocromocitoma adrenalina a través de los receptores α1 conduciría a una
redistribución de líquidos, alteración en la permeabilidad ca-
Tumor productor de catecolaminas, derivado de las célu- pilar y reducción del volumen intravascular; la consiguiente
las cromafines y que, de forma característica, es una causa relajación del tono vascular con expansión del espacio vas-
de hipertensión arterial. Aunque se estima que sólo el 0,1% cular conducirían a la hipotensión. Podría contribuir tam-
de los pacientes con hipertensión arterial diastólica tienen bién una reducción del gasto cardíaco secundario a la de-
feocromocitoma, la hipertensión arterial es un trastorno tan presión miocárdica inducida por la noradrenalina. Una
frecuente (15-40% de la población general), que es fácil com- reducción del volumen plasmático por la vasoconstricción
prender las importantes implicaciones que su diagnóstico sostenida y una posible pérdida de tono de los receptores
precoz y tratamiento correcto comportan. Con todo, es un tu- posturales podrían estar implicados en la aparición de cua-
mor raro, pues estudios necrópsicos no seleccionados en- dros de hipotensión ortostática. La secreción excesiva de
cuentran una prevalencia del 0,09%, mientras que en pobla- adrenalina estimularía, a través de los receptores beta, la
ción diabética sería más alta, del 0,13%. producción hepática de glucosa e inhibiría, a través de los
Puede presentarse a cualquier edad, pero es más frecuen- receptores alfa, la secreción de insulina responsable de
te entre los 30 y los 50 años y raro después de los 60. Parece trastornos en el metabolismo hidrocarbonado. Asimismo, la
existir un ligero predominio en las mujeres, pero los tumores adrenalina originaría, por estimulación betadrenérgica, ta-
que aparecen en niños y los de localización torácica son quicardia y otras múltiples manifestaciones metabólicas.
más frecuentes en los varones. Aproximadamente en el 90% Además de producir catecolaminas, estos tumores son ca-
de los casos, el tumor se desarrolla en la médula suprarrenal, paces de sintetizar diferentes péptidos ectópicos o eutópicos
y en los restantes, la localización es extrasuprarrenal. En ni- que raras veces producen efectos clínicamente detectables.
ños, la distribución entre suprarrenales y extrasuprarrenales Se han descrito: síndrome de Cushing por síntesis de ACTH
es casi igual. ectópica, síndrome de Verner-Morrison por producción de
polipéptido intestinal vasoactivo (VIP) e hipercalcemias por
Etiopatogenia. El término feocromocitoma debería reservar- producción de PTH-rp identificada como principal factor hu-
se para los tumores de la médula suprarrenal, y el de para- moral causal en el desarrollo de las hipercalcemias neoplási-
ganglioma para los extramedulares que se desarrollan a par- cas, aun cuando también puede ser debida al aumento de
tir de las células neuroendocrinas del paraganglio simpático. secreción de PTH por estimulación adrenérgica. Se ha com-
Sin embargo, la tendencia general es a utilizar para estos últi- probado la presencia en estos tumores de neuropéptido Y,
mos la denominación de feocromocitomas extramedulares, somatostatina y de cromograninas. La determinación de cro-
siempre que presenten evidencia clínica de hipersecreción mogranina A depositada y liberada junto con las catecolami-
de catecolaminas y una reacción cromafín positiva. nas medulares podría tener utilidad en el diagnóstico de tu-
Pueden presentarse en forma hereditaria, aislados o, lo mores endocrinos y sobre todo en los MEN, pero su utilidad
que es más frecuente, asociados con otras neoplasias for- es muy limitada en el diagnóstico del feocromocitoma.
mando parte de los síndromes de MEN tipos II, IIb o III. En el
33% de los casos el tumor es multicéntrico. También se ha Anatomía patológica. El tamaño de los feocromocitomas es

2140
ENFERMEDADES DE LAS GLÁNDULAS SUPRARRENALES

muy variable. En las glándulas suprarrenales oscilan entre 3 y paratiroidismo asociado, pero también debido a estimula-
5 cm; los extrasuprarrenales, situados en el retroperitoneo, al- ción adrenérgica de la PTH o a producción de PTHrP por el
canzan como promedio, un tamaño de 10 cm. Los tumores propio feocromocitoma. El volumen plasmático está a menu-
que cursan con manifestaciones clínicas francas tienden a do reducido. Puede haber miocarditis focal y, a veces, mio-
ser más pequeños que los que dan poca o ninguna clínica. cardiopatía. Elevaciones transitorias de creatincinasa se rela-
El feocromocitoma es un tumor parcial o totalmente en- cionan con la miositis inducida por las catecolaminas. Se ha
capsulado, muy vascularizado, que con cierta frecuencia descrito también hiperamilasemia por elevación de las iso-
presenta zonas hemorrágicas. Los tumores de gran tamaño amilasas de tipo salival.
muestran necrosis hemorrágica y degeneración quística. Es- En los tumores productores de adrenalina, la primera ma-
tán formados por una proliferación de células neuroendocri- nifestación clínica puede ser una hipotensión arterial asocia-
nas de citoplasma basófilo o eosinófilo, pleomórficas, de ta- da con colapso circulatorio. También se han descrito en es-
maño muy variable, dispuestas en nidos separados por una tos casos cuadros de distrés respiratorio del adulto, edema
delicada estroma fibrovascular. Con el microscopio electró- agudo de pulmón no cardiogénico, taquicardia con trastorno
nico se comprueba que estas células presentan gránulos de del ritmo o sin éste e infarto de miocardio en ausencia de en-
secreción electrodensos, revestidos por una membrana. Es- fermedad coronaria.
tos gránulos contienen catecolaminas y cromogranina, que
pueden ser demostrados mediante técnicas inmunohistoquí- Diagnóstico. El diagnóstico se debe establecer a partir de la
micas. anamnesis, la exploración y la determinación de catecolami-
El 10% de los feocromocitomas son malignos. Por lo gene- nas y sus metabolitos en plasma y orina.
ral, aunque no siempre, son grandes y con áreas más exten- En presencia de síntomas y signos característicos, la
sas de necrosis que los tumores benignos. Las células presen- orientación diagnóstica es fácil, pero en ausencia de cuadro
tan las mismas características descritas antes, suele haber clínico puede ser muy difícil. Debería considerarse el diag-
mitosis, invasión capsular y vascular. Los tumores malignos nóstico de feocromocitoma en pacientes jóvenes con hiper-
no pueden diagnosticarse con certeza basándose sólo en cri- tensión arterial grave o en los que no se consigue un buen
terios histológicos y, en sentido estricto, únicamente pueden control o tienen respuestas hipertensivas paradójicas al tra-
considerarse malignos los que presentan metástasis en locali- tamiento. También hay que pensar en este proceso ante la
zaciones en las que no existe normalmente tejido cromafín. hipertensión arterial inducida por anestesia, cirugía, parto o
Las metástasis suelen aparecer en hígado, pulmón, esquele- ciertas pruebas dinámicas (TRH, glucagón), en pacientes
to, ganglios y cerebro. con hipertensión arterial inducida por inhibidores de la
Los feocromocitomas extrasuprarrenales se localizan en MAO, en pacientes o familiares portadores de síndromes de
zonas en las que existe tejido cromafín, por lo general alrede- MEN-II y III, neurofibromatosis y enfermedad de Von Hippel-
dor de ganglios simpáticos. En la mayoría de los casos son in- Lindau.
trabdominales (órgano de Zuckerkandl y vejiga urinaria), El diagnóstico debe confirmarse por el laboratorio. La de-
pero pueden aparecer también en el mediastino posterior, el terminación de catecolaminas urinarias libres o de sus meta-
pericardio y, excepcionalmente, en la región cervical. bolitos urinarios, metanefrinas y AVM, es el procedimiento
diagnóstico más ampliamente utilizado (véase Exploración
Cuadro clínico. La hipertensión arterial sistólica y diastólica, funcional de la médula suprarrenal). Una elevación de sus
permanente o episódica en forma de crisis paroxísticas, re- valores normales confirma la existencia del tumor. Se consi-
presenta la manifestación más habitual. La hipertensión sos- gue mayor seguridad diagnóstica practicando dos de las tres
tenida es a veces grave (con retinopatía y nefropatía), resis- pruebas, de las cuales una sería la medición de catecolami-
tente al tratamiento, o lábil y en ocasiones acompañada de nas totales libres en orina y la otra la de metanefrinas o AVM.
hipotensión ortostática. En pacientes hipertensos no trata- En este sentido, hay que tener en cuenta que algunos tumo-
dos, las caídas tensionales de origen postural deben sugerir res presentan una síntesis y una liberación muy rápidas de
el diagnóstico. El 90% de los pacientes presentan la tríada de catecolaminas, con escasa producción de metabolitos, con
cefalalgia, sudación y taquicardia, que sólo se observan en el lo cual se hallarán valores altos de hormonas en orina, pero
6% de los pacientes con hipertensión arterial. bajos de sus metabolitos. Por el contrario, hay tumores, en
En más de la mitad de los casos, la hipertensión (con ci- general de gran tamaño y con poca expresividad clínica,
fras tensionales sistólicas superiores a 250 mmHg y diastóli- en los que las catecolaminas permanecen almacenadas y su-
cas de 140 mmHg) y los síntomas aparecen en forma paroxís- fren la acción de las enzimas que las metabolizan, con lo
tica, y en los intervalos entre las crisis, los pacientes están cual en orina se hallan valores normales o poco elevados de
normotensos y asintomáticos. En los enfermos con hiperten- catecolaminas libres y muy altos de sus metabolitos. La de-
sión permanente también pueden presentarse crisis paroxísti- terminación de AVM puede dar más falsos negativos, dada
cas. Su duración es variable, desde unos minutos hasta varias su menor sensibilidad en relación con las otras determina-
horas, aunque lo más frecuente es que sea breve (30-40 ciones; sin embargo, presenta mucha mayor especificidad si
min). Las crisis pueden producirse varias veces en un mes, se utilizan métodos adecuados (tabla 16.47).
en una semana o incluso en un mismo día o puede haber in- La determinación de catecolaminas plasmáticas totales,
tervalos libres durante muchos meses. No siempre se conoce realizada en condiciones correctas y con métodos precisos y
el factor desencadenante, aunque con frecuencia la crisis reproducibles, constituye un parámetro diagnóstico básico.
aparece tras la realización de ciertas maniobras explorato- Valores superiores a 2.000 pg/mL (11.822 pmol/L) se conside-
rias, como palpación abdominal, administración de contras- ran diagnósticos de feocromocitoma. La determinación de
tes radiográficos o fármacos con fines terapéuticos o diag-
nósticos (en la prueba de glucagón para estudio de reserva TABLA 16.47. Características de las pruebas diagnósticas del
pancreática en diabéticos deberían tomarse siempre precau- feocromocitoma
ciones), ejercicio intenso, uso de prendas de vestir muy ajus-
tadas que comprimen, administración de anestésicos, cirugía Prueba Sensibilidad (%) Especificidad (%)
o parto. Catecolaminas urinarias
A menudo estos enfermos refieren nerviosismo, ansiedad, totales 82 95
intolerancia al calor, temblor, palidez cutánea, debilidad, as- Metanefrinas urinarias 83 95
tenia, náuseas con vómitos o sin ellos, dolor torácico o abdo- Ácido vanililmandélico
minal y pérdida de peso, si bien la obesidad no excluye el urinario 81 97
diagnóstico. No es raro comprobar intolerancia a la glucosa, TC abdominal 92 80
Metayodobencilguanidina 88 99
con hiperglucemia en ayunas e insulinopenia. Puede haber
hipercalcemia en los síndromes de MEN tipos I y II por hiper- Modificada de S.G. PANKER y R.I. KOPELMAN.

2141
ENDOCRINOLOGÍA

taciones que la TC.


La introducción de metayodobencilguanidina (MIBG)
marcado con 131I, que es fijado activamente por las células
adrenérgicas, permite obtener imágenes del tejido cromafín
neoplásico. Este método tiene una sensibilidad del 88% y
una especificidad muy alta, del 99%. Es especialmente útil
para identificar feocromocitomas extrasuprarrenales, así
como recidivas o metástasis al posibilitar exámenes gamma-
gráficos corporales completos. Ha demostrado también su
utilidad en la detección de alteraciones suprarrenales en pa-
cientes con síndrome de MEN-II. En los casos en los que fa-
llan todos los métodos anteriores, se han utilizado procedi-
mientos angiográficos para localizar el tumor a través de las
imágenes arteriográficas o para obtener muestras venosas de
diferentes localizaciones. Para tumores que no son detecta-
bles con los métodos convencionales y no acumulan MIBG,
se ha utilizado recientemente la tomografía de emisión de
positrones (PET) previa administración de sustancias que se
Fig. 16.82. Feocromocitoma suprarrenal derecho (flechas). Imagen fijarían en tejido cromafín, como la 2-(fluorina 18)-fluro-2-de-
obtenida por TC.
soxi-D-glucosa (FDG) y un radiotrazador recientemente desa-
rrollado, la hidroxiefedrina (HED) marcado con 11C. Se con-
sigue una identificación rápida (5 min), segura y con una
cada una de las catecolaminas, adrenalina, noradrenalina y calidad de las imágenes muy superior a la obtenida median-
dopamina, en plasma, puede proporcionar información so- te gammagrafía con MIBG. Otras ventajas de este trazador se-
bre la probable localización (suprarrenal o extrasuprarrenal) rían las de permitir identificar los tumores con elevado con-
del tumor. Sus valores serán siempre más altos durante las tenido en noradrenalina y, por tanto, con mayor riesgo de
crisis paroxísticas que en los intervalos libres, pero en la ma- desarrollar crisis hipertensivas.
yoría de los pacientes se obtienen valores altos que permiten
establecer el diagnóstico. En algunos casos, sin embargo, los Diagnóstico diferencial. En primer lugar, por su frecuen-
niveles de catecolaminas plasmáticas y urinarias, y las de sus cia, hay que plantear el diagnóstico diferencial con la hiper-
metabolitos pueden permanecer normales en los períodos tensión arterial esencial, sobre todo algunas formas que cur-
asintomáticos. san con síntomas y signos compatibles con un aumento de la
En casos de clínica sugestiva pero catecolaminas poco actividad adrenérgica: ansiedad, taquicardia, aumento del
elevadas, se puede considerar la práctica de pruebas de esti- gasto cardíaco.
mulación, aunque en general se considera que entrañan un Algunos fármacos pueden provocar crisis hipertensivas pa-
riesgo excesivo. recidas a las del feocromocitoma y cursar con elevación de
La prueba de estimulación con glucagón es una de las que catecolaminas plasmáticas y de su excreción urinaria. En pa-
se han recomendado y presenta menos efectos secundarios cientes con trastornos emocionales la ingestión de aminas
que las de histamina y tiramina. El glucagón, a la dosis de 1-2 simpáticas puede desencadenar crisis paroxísticas facticias.
mg, se administra por vía intravenosa en 60 seg, practicando Los inhibidores de la MAO pueden desencadenar síntomas
extracciones de sangre al cabo de 1 y 2 min, para la determi- similares a los del feocromocitoma, por una elevación del
nación de catecolaminas. La prueba se considera positiva si tono simpático y una inhibición simultánea de la degrada-
los valores de catecolaminas se triplican en relación con las ción de las catecolaminas. Aun con los más nuevos inhibido-
basales o si se alcanza un valor igual o superior a 2.000 res de la MAO, teóricamente selectivos y reversibles, como
pg/mL (11.822 pmol/L). toloxatono y selegilina, se han descrito cuadros de seudofeo-
La prueba de inhibición con clonidina puede estar indica- cromocitoma por interacción con otros fármacos. La supre-
da en pacientes que presentan aumentos no explicables de sión de tratamientos continuados con clonidina provoca una
catecolaminas plasmáticas o urinarias o bien en individuos elevación de las catecolaminas plasmáticas y urinarias que
hipertensos con elevaciones que no alcanzan valor diagnós- puede inducir a establecer falsos diagnósticos.
tico. La dosis administrada de clonidina es de 0,3 mg por vía Por último, enfermos psiquiátricos con neurosis y ataques
oral con 250 mL de agua. Además de determinar la presión de ansiedad, neurológicos con tumores de la fosa posterior
arterial y la frecuencia cardíaca cada 30 min durante 3-4 h, con elevación de la presión intracraneal, epilepsia diencefá-
hay que practicar determinaciones de catecolaminas a las 2 y lica, epilepsia autónoma o enfermos con tirotoxicosis pue-
3 h. En los individuos sanos, la clonidina desciende las cate- den presentar signos y síntomas, y aun cursar con elevación
colaminas a valores inferiores a 500 pg/mL (2.955 pmol/L), de catecolaminas que conduzcan a errores diagnósticos.
que representa un 40% de la cifra basal. En pacientes porta-
dores de un feocromocitoma, la clonidina no inhibe la libe- Tratamiento. Consiste en la resección del tumor. Para re-
ración de catecolaminas. ducir la morbilidad y la mortalidad que acompañan al trata-
Una vez confirmado el diagnóstico de feocromocitoma, es miento quirúrgico, se recomienda tratamiento médico pre-
esencial establecer su localización para poder practicar una operatorio. La administración de bloqueadores alfadrenérgi-
exéresis quirúrgica. En este sentido, los tumores extrasupra- cos ha demostrado ser eficaz. La fenoxibenzamina es el más
rrenales y las metástasis son los que plantean mayores difi- utilizado, en dosis suficientes para conseguir el bloqueo
cultades. Los métodos no invasivos más utilizados son la TC adrenérgico, habitualmente de 10-20 mg por vía oral cada 6-8
y la RM. La TC proporciona excelentes imágenes de la glán- h. También es útil el prazosin, bloqueador alfa postsináptico
dula suprarrenal y puede detectar tumores iguales o superio- por vía oral a la dosis de 2-5 mg cada 12 h. El tratamiento se
res a 1 cm (fig. 16.82). Su sensibilidad es alta (92%) (tabla mantiene durante 7-10 días antes de la intervención. Se ha
16.47), para los tumores suprarrenales (mucho menos sensi- aconsejado también administrar 1-2 U de sangre total 12-18 h
ble para la detección de tumores extrasuprarrenales y extrab- antes del acto operatorio. El pretratamiento con bloqueado-
dominales) y su especificidad es baja (80%) debido a que la res beta no siempre es necesario; sólo está indicado en pre-
TC no diferencia el feocromocitoma de otras causas de sencia de taquicardia y/o arritmia y siempre después de ha-
agrandamiento de las suprarrenales (adenomas, metástasis). ber conseguido el bloqueo alfadrenérgico. El tratamiento de
La RM sería para algunos más específica (si muestra intensi- las crisis hipertensivas paroxísticas antes del acto quirúrgico
dad elevada en T2) pero, en definitiva, tiene las mismas limi- o de las que pueden aparecer durante él, coincidiendo con

2142
SÍNDROME CARCINOIDE

la inducción anestésica, la intubación o la manipulación qui- en orden progresivo de diferenciación, en neuroblastomas,


rúrgica del tumor, consiste en la administración de fentola- ganglioneuroblastomas y ganglioneuromas. Los neuroblasto-
mina por vía intravenosa a la dosis de 5 mg. También se ha mas son tumores que aparecen en la infancia (el 40-70% de
utilizado el nitroprusiato sódico en inyección intravenosa a los casos se presentan en el primer año de vida); más de la
la dosis de 0,5-10 µg/kg/min. mitad se localizan en el abdomen y el retroperitoneo y el res-
La extirpación de los tumores intrabdominales suele lle- to en las suprarrenales. La mayoría de estos tumores sinteti-
varse a cabo por vía lumbar posterior o por vía transabdomi- zan dopamina o noradrenalina y dopamina. En cambio, son
nal según su localización. Para la extirpación de tumores su- raros los síntomas relacionados con la síntesis aumentada de
prarrenales es aconsejable la cirugía laparoscópica, que catecolaminas, probablemente debido a un metabolismo in-
tiene, entre otras, las ventajas de disminuir el dolor postope- tratumoral aumentado. Suelen presentar una excreción uri-
ratorio y permitir una recuperación más rápida. naria elevada de dopamina y de su metabolito, el ácido ho-
Cuando no se puede extirpar el feocromocitoma, se reco- movanílico. Una relación AVM/ácido homovanílico baja
mienda tratamiento crónico con bloqueadores alfadrenérgi- constituye un índice de mal pronóstico. En general, presen-
cos utilizando fenoxibenzamina o prazosin y añadir bloquea- tan un crecimiento rápido y producen metástasis, pero en
dores beta (propranolol) si aparece taquicardia y/o arritmia. ocasiones pueden regresar espontáneamente. Los ganglio-
En estos casos también se han utilizado con éxito bloquea- neuroblastomas aparecen en la infancia y también entre los
dores de los canales de calcio (nifedipino) e inhibidores de 20 y los 30 años (30% de los casos). Alrededor del 65% de es-
la ECA (enalapril). La alfametilparatirosina, inhibidor de la ti- tos tumores son extrasuprarrenales y se localizan en el retro-
rosina-hidroxilasa, puede reducir la hiperproducción de ca- peritoneo. Su pronóstico es malo. Los ganglioneuromas son
tecolaminas. Sin embargo, a las dosis toleradas de 3 g dia- tumores benignos bien encapsulados, generalmente localiza-
rios, las respuestas no son muy buenas y a dosis superiores se dos en los ganglios simpáticos.
produce disfunción de los ganglios basales.
Los feocromocitomas malignos deben ser tratados quirúr-
gicamente. Aunque su pronóstico es malo, su evolución es
muy variable. Alrededor del 10% de los feocromocitomas y el
40% de los paragangliomas son malignos. Su progresión pue-
de presentarse a veces muchos años después de la extirpa-
ción del tumor. La mitad de los pacientes con feocromocito-
ma maligno suelen fallecer a los 4-5 años del diagnóstico, y Bibliografía especial
los restantes presentan una evolución muy lenta, pudiendo BAXTER MA, HUNTER P, THOMPSON GR, LONDON DR. Pheochromocyto-
vivir hasta 20 años o incluso más sin ningún tratamiento mas as a cause of hypotension. Clin Endocrinol 1992; 37: 304-306.
quimioterápico. En los casos de feocromocitoma maligno BRAVO EL. Adrenal medullary function. En: MOORE WT, EASTMAN RC
inoperable con metástasis se ha recomendado tratamiento (eds). Diagnostic endocrinology. Toronto, BC Decker, 1990; 217-
226.
combinado con ciclofosfamida, vincristina y dacarbazina, MUNE T, KATAKAMI H, KATO Y, YASUDA K, MATSUKURA S, MIURA K. Pro-
además del tratamiento antihipertensivo con bloqueadores duction and secretion of parathyroid hormone related protein in
de los receptores alfadrenérgicos y de la síntesis de catecola- pheochromocytoma: Participation of an alfa-adrenergic mecha-
minas. nism. J Clin Endocrinol Metab 1993; 76: 757-762.
PAUKER SG, KOPELMAN RI. Interpreting hoofbeats: Can Bayes help clear
the haze. N Engl J Med 1992; 327: 1.009-1.013.
SHULKIN BL, WIELAND DM, SCHWAIGER M, THOMPSON NW, FRANCIS IR,
HAKA MS et al. PET scanning with hydroxyephedrine: An appro-
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1.125-1.131.
TISCHLER AS. The adrenal medulla and extra-adrenal paraganglia. En:
Los tumores más primitivos de estirpe neural se clasifican, KOVACS K, ASA SL (eds). Functional endocrine pathology. Boston,

Síndrome carcinoide
A. Marañón Cabello

El síndrome carcinoide es la situación clínica resultante integrada por fenómenos paroxísticos vasomotores con enro-
de la acción de diversas sustancias elaboradas en exceso por jecimiento facial, crisis asmoides, manifestaciones gastroin-
el tumor carcinoide, entre las cuales destacan la serotonina, testinales y, a veces, lesiones cardíacas valvulares derechas.
calicreínas, histamina y prostaglandinas. 3. Existía una elaboración excesiva por parte del tumor
El término tumor carcinoide fue propuesto por OBERNDOR- y sus metástasis de un metabolito que se identificó como la
FER en 1907, para señalar la evolución más lenta y el pronósti- serotonina, cuya descarga masiva en la sangre sería la res-
co más benigno de este tipo de neoplasias en relación con ponsable de la sintomatología paroxística y de las lesiones fi-
los adenocarcinomas intestinales. brosclerosantes de las válvulas del corazón derecho. La hi-
Posteriormente se pudo comprobar el potencial endocri- perserotoninemia se corroboró por el hallazgo en la orina de
no y humoral de estos tumores, denominados también ar- cantidades supranormales de su metabolito, el ácido 5-hidro-
gentafinomas por sus cualidades tintoriales con la plata. En xiindolacético (5-HIA).
repetidas observaciones sometidas a estudio se comproba- Estudios posteriores han ampliado considerablemente los
ron los siguientes hechos: conocimientos acerca del origen y la histogénesis de estos tu-
1. En la mayoría de los casos el tumor carcinoide consti- mores, de sus manifestaciones clínicas y localizaciones, y de
tuía un hallazgo operatorio o de necropsia. ciertas medidas terapéuticas encaminadas a la yugulación
2. En los casos en que el tumor había metastatizado en el de los efectos provocados por la descarga tumoral de sustan-
hígado, su expresividad clínica era a menudo proteiforme, cias biológicamente activas y/o con potencial endocrino.

2143
ENDOCRINOLOGÍA

TABLA 16.48. Sustancias humorales elaboradas por los tumores


Triptófano (de la proteína) que causan el síndrome carcinoide
Triptófano- Serotonina (5-hidroxitriptamina)
hidroxilasa 5-hidroxitriptófano
Vía metabólica Histamina
del ácido nicotínico
5-hidroxitriptófano (5-HTP) Calicreína (forma lisilbradicinina y bradicinina)
ACTH
Descarboxilasa
MSH (hormona melanocitostimulante)
Catecolaminas
Sustancia P
Prostaglandinas
5-hidroxitriptamina (serotonina, 5-HT)

Monoaminoxidasa
(MAO)
La primera que se descubrió fue la serotonina, ya que el
Ácido 5-hidroxiindolacético (5-HIA) tumor carcinoide es capaz de captar ávidamente el triptófa-
no (hasta el 60% o incluso más), que sigue la vía de conver-
Excretado en orina sión de la figura 16.83.
El ácido 5-HIA es rápidamente excretado por la orina y
casi toda la serotonina se elimina en forma de esta sustancia.
Fig. 16.83. Metabolismo de la serotonina. El primer paso de la síntesis serotonínica es catalizado por
la triptófano-5-hidroxilasa, enzima que limita la rapidez de la
formación de la serotonina. La inhibición de esta enzima me-
Etiología, anatomía patológica y características bioló- diante la paraclorofenilalanina produce una notable reduc-
gicas. El tumor carcinoide es una neoplasia en general de ción de la síntesis de serotonina.
pequeño tamaño, evolución lenta, que deriva de las célu- La constante de Michaelis Mendel (Km) de la triptófano-5-
las del sistema endocrino difuso (tubo digestivo, vías respi- hidroxilasa (enzima limitante de la formación de serotonina)
ratorias, sistema genitourinario, etc.) con excepción de las es baja, por lo tanto no queda saturada con triptófano humo-
del páncreas y de las células C del tiroides. Estas células ral, sino que actúa también sobre el plasmático, producien-
tienen una particular cualidad tintorial que ha servido de do la deficiencia de éste y, de forma consecutiva, de ácido
base para su caracterización e individualización: son capa- nicotínico, lo que determina la aparición de signos pela-
ces de reducir o captar las sales de plata, es decir, son cé- groides.
lulas argirófilas y/o argentafines. Este atributo histoquímico No todos los síntomas del síndrome carcinoide pueden ex-
obedece a la presencia en el citoplasma celular de unos plicarse por el aumento de la serotonina; por ello, varios au-
gránulos de secreción que almacenan aminas, como la se- tores emprendieron la búsqueda de otros componentes se-
rotonina, y que al microscopio electrónico presentan un ta- gregados por el tumor. Se demostró que el tumor carcinoide
maño y un aspecto característicos (gránulos de neurose- puede elaborar calicreínas (enzimas formadoras de cininas),
creción). que convierten el cininógeno (una α2-globulina) en lisilbradi-
Conocidas las células progenitoras de los tumores carci- cinina y bradicinina, sustancias ambas con acciones vasoacti-
noides y su amplia dispersión por el organismo, es posible vas que son inactivadas en el pulmón y el hígado. Otras sus-
explicar las diversas localizaciones, aunque la más frecuente tancias encontradas en los tumores carcinoides han sido:
es el tubo digestivo. histamina, prostaglandinas, ACTH, insulina, MSH y catecola-
El carcinoide es el tumor maligno más frecuente del apén- minas y más recientemente (1978), ADH, PTH, gonadotropi-
dice y del íleon, pero puede aparecer en cualquier punto del nas y sustancia P (tabla 16.48).
tubo digestivo, desde el estómago hasta el recto, sin excluir Todas las sustancias citadas son responsables, en mayor o
la vesícula. Se encuentra también en el ovario y el testículo. menor medida, de la fisiopatología del síndrome carcinoide.
Aproximadamente el 2% de los tumores bronquiales son car-
cinoides. Cuadro clínico. Cuando el tumor carcinoide no se traduce
En lo que se refiere a la malignidad, los tumores carcinoi- en manifestaciones del síndrome carcinoide maligno, su sin-
des suelen presentar un crecimiento muy lento, que permite tomatología puede ser prácticamente nula y su diagnóstico
largas supervivencias. Un criterio útil de malignidad es el ta- clínico muy difícil, dado el pequeño volumen de estos tumo-
maño del tumor y la comprobación histológica de haber in- res y su lento crecimiento en el órgano donde asientan.
vadido o no la capa muscular. Las estructuras invadidas con
mayor frecuencia son los ganglios linfáticos mesentéricos, el 1. Tumor carcinoide. Dado que la mayoría de los tumores
hígado, el mesenterio y el peritoneo. carcinoides se desarrollan en el tubo digestivo, en algunos
Desde el punto de vista macroscópico el carcinoide es un casos pueden ser responsables de fenómenos hemorrágicos,
tumor pequeño, en la mayoría de los casos inferior a 1,5 cm dolores suboclusivos u oclusión total, dependiendo del tra-
de diámetro. Ofrece el aspecto de nódulo o de áreas foca- mo afectado. Al respecto conviene recordar que, a menudo,
les de engrosamiento submucoso. Su color es amarillento o estos trastornos de oclusión intestinal no se deben a la masa
grisblanquecino. Los carcinoides suelen estar bien circuns- tumoral sino a una importante reacción fibroblástica locali-
critos, pero no encapsulados, y muestran al corte una colora- zada. Sorprende, a veces, al abrir el abdomen, la exuberante
ción amarillenta, probablemente debida al alto contenido de reacción fibrosa que en general rodea al tumor y que en la
colesterol y otros lípidos. Con menor frecuencia adoptan un mayoría de los casos es la responsable principal de las crisis
aspecto vegetante, ulceroso o anular, que puede ocasionar de suboclusión intestinal que pueden presentar estos pacien-
fenómenos de constricción en el tubo digestivo. tes. Dicha reacción fibroblástica se ha relacionado con la po-
Microscópicamente, están formados por células pequeñas sible liberación por parte del tumor de alguna sustancia que
de tamaño uniforme con citoplasma eosinófilo y granular. estimule la proliferación fibroblástica.
Pueden presentar una arquitectura insular, trabecular o glan- En la práctica clínica casi todos los carcinoides se descu-
dular. Los gránulos son argirófilos y reaccionan con anticuer- bren post mortem o al intervenir por apendicitis o por un
pos contra la cromogranina. cuadro oclusivo o suboclusivo intestinal.
Una de las características más importantes del carcinoide
es su múltiple potencial endocrino; se ha detectado una am- 2. Síndrome carcinoide. Sólo el 3% de estos tumores provo-
plia gama de sustancias humorales fabricadas por el tumor. can el denominado síndrome carcinoide, cuyo desarrollo pa-

2144
SÍNDROME CARCINOIDE

TABLA 16.49. Hallazgos clínicos y biológicos en el síndrome síntomas respiratorios que presentan con mayor frecuencia
carcinoide no corresponden a una auténtica crisis de bronquiolocons-
tricción: es mucho más frecuente la polipnea, a veces rui-
Enrojecimiento facial dosa, durante el episodio de flush. Las auténticas crisis
Coloración rojo-anaranjada de la piel en las zonas sometidas asmoides se producen sobre todo en enfermos afectos pre-
a fricciones viamente de una broncopatía crónica.
Hiperperistaltismo intestinal (diarrea, cólico, borborigmos) Lesiones cardíacas. Se produce depósito de tejido coláge-
Bronquioloconstricción y crisis asmoides
Valvulopatías principalmente derechas no en el endocardio vascular y en las cámaras cardíacas,
Metástasis hepáticas que afectan de forma preferente el lado derecho del corazón
Niveles hemáticos de serotonina aumentados y originan estenosis y/o insuficiencia tricúspide o pulmonar.
Aumento del ácido 5-hidroxiindolacético en la orina En ocasiones, las lesiones se localizan en las válvulas del
corazón izquierdo, sobre todo cuando hay un cortocircuito
derecha-izquierda y las sustancias hormonales procedentes
del tumor pueden llegar a él sin pasar antes por los pulmo-
rece depender de la presencia de metástasis hepáticas o pul- nes, o bien cuando el tumor carcinoide es de localización
monares. bronquial.
Este hecho se explica porque el hígado metaboliza e inacti- El grado de insuficiencia cardíaca es muy variable; así, al-
va la mayoría de los productos segregados por el tumor carci- gunos pacientes con lesiones valvulares muy graves pueden
noide y drenados por el sistema portal. Cuando el hígado pre- mantener durante mucho tiempo una leve imposibilidad fun-
senta metástasis, éstas incorporan sus productos a la cional y, a partir de entonces, descompensarse con rapidez.
circulación sistémica, por lo que no se produce la inhibición Excepcionalmente se ha descrito algún caso de asistolia
que el hígado ejerce sobre estas sustancias. Se invoca tam- con aumento de gasto cardíaco (high-output heart failure) en
bién una razón de masa tumoral, pues mientras que los tumo- ausencia de lesiones valvulares. Este cuadro se atribuye a la
res carcinoides primitivos gastrointestinales son de tamaño re- producción predominante de sustancia P, un potente vasodi-
ducido, los amplios, o los numerosos nódulos hepáticos, latador.
pueden fabricar mayor cantidad de productos. Otros síntomas. En algunos pacientes se han descrito fibro-
El cuadro clínico del síndrome carcinoide (tabla 16.49) sis del pericardio, el peritoneo, el retroperitoneo y del pene
está constituido por los siguientes grupos de síntomas y sig- (síndrome de La Peyronie). Es preciso, sin embargo, recono-
nos: cer que al menos la fibrosis retroperitoneal puede ser conse-
Hepatomegalia tumoral. El hígado está aumentado de ta- cutiva al tratamiento con metisergida, ya que este antagonis-
maño, su superficie es nodular y con frecuencia aparecen ta de la serotonina posee dicho efecto secundario.
dolores en el hipocondrio derecho. La necrosis de los nódu- En algunos casos pueden aparecer manifestaciones caren-
los tumorales puede causar dolor, frote, fiebre y leucocitosis. ciales en forma de un síndrome cutáneo pelagroide, debidas
Fenómenos vasomotores. El enrojecimiento cutáneo agu- a un déficit de ácido nicotínico por alteración de la vía meta-
do constituye el síntoma más llamativo. Se inicia por un ac- bólica del triptófano.
ceso congestivo o flush (similar al de las sofocaciones clima-
téricas) que se traduce por rubor en el rostro, el cuello y la Diagnóstico. Ante un enfermo con un cuadro clínico com-
parte superior del tórax. Se trata de una amplia mancha erite- patible con un síndrome carcinoide, el dato bioquímico de
matosa, homogénea y con bordes netos. Asimismo, pueden mayor valor para su identificación es la determinación del 5-
presentarse “oleadas congestivas”. En el curso del acceso HIA en la orina de 24 h, cuya eliminación normal no rebasa
congestivo, que dura entre algunos minutos y una hora, el los 9 mg/día. Cuando dicha cantidad supera los 25 mg/día
paciente puede experimentar una sensación de calor, ede- debe despertar la sospecha de síndrome carcinoide.
mas palpebrales e hipersecreción sudorípara, lagrimonasal y El valor de esta prueba es indudable, pero en la práctica
salival. clínica se debe tener presente que pueden producirse falsos
Otro tipo de rubor que puede observarse en la misma loca- positivos y negativos en relación con la toma previa de cier-
lización y permanece durante más tiempo adopta un tinte tos fármacos y alimentos. Entre los medicamentos que pue-
violáceo. La frecuencia de los accesos es muy variable de den falsear los resultados destacan los tranquilizantes feno-
unos pacientes a otros. tiazínicos y muchos fármacos, como fenacetina, mefenesina
En algunos enfermos se observan, después de múltiples y guayacolato de glicérido, así como L-DOPA, hidrazidas y
crisis de rubor facial, telangiectasias en la nariz y los pómu- otros. El mismo efecto se produce tras la ingestión de alimen-
los, sobre un fondo de eritrosis o de eritrocianosis con una li- tos que contienen tiramina (como el queso), la cual actúa
gera infiltración edematosa. presumiblemente en forma indirecta liberando catecolami-
El enrojecimiento puede ocurrir de manera espontánea, nas endógenas.
pero en otros casos actúan como factores desencadenantes Por las razones citadas es importante la repetición de los
de la crisis la ingestión de alcohol, las emociones, la palpa- estudios analíticos, valorando el tipo de alimentación y
ción del tumor o la defecación. los posibles fármacos que toma el paciente. Se recomienda,
En un principio se pensó que las crisis de enrojecimiento por tanto, una dieta sin vainilla ni indoles (plátanos, piña, ci-
facial eran debidas a la hiperserotoninemia; en la actualidad ruelas y nueces, frutas, verduras, café, chocolate y colas) an-
se sabe con certeza que se deben a que, durante el episodio, tes de los estudios biológicos.
aumentan notablemente los niveles de bradicinina circulan- Una vez identificado el síndrome carcinoide maligno revis-
te y los péptidos plasmáticos relacionados con ella. te gran importancia pronóstica y terapéutica la localización
Manifestaciones digestivas. Coincidiendo con las crisis de o el origen del tumor (apéndice, íleon, estómago, páncreas,
rubor o independientemente de éstas, pueden presentarse fe- ovarios, bronquio, etc.), así como el grado de extensión de
nómenos de hiperperistaltismo intestinal, cuya traducción las metástasis (tabla 16.50). Todo ello requiere una cuidado-
clínica son dolores abdominales, borborigmos y deposicio- sa exploración clínica, biológica y gammagráfica del hígado
nes diarreicas repetidas. para evidenciar posibles metástasis. Los estudios radiológi-
Al parecer, la causa de este trastorno es la serotonina, ya cos del tubo digestivo contribuirán al hallazgo del tumor pri-
que el antagonista de esta sustancia, la metisergida, es útil mitivo, imponiéndose en muchos casos la realización de una
para aliviar la diarrea de estos pacientes. tomografía computarizada (TC) abdominal.
Manifestaciones respiratorias. La constricción bronquial o La ecografía puede descartar la localización ovárica. En al-
broncospasmo con disnea asmoide es rara y sólo se presenta gunos enfermos será necesaria la realización de una bron-
en el 10% de los enfermos. De hecho, aunque es conocida la coscopia que descarte la posibilidad de un carcinoide bron-
acción vasoconstrictora de la serotonina y la bradicinina, los quial.

2145
ENDOCRINOLOGÍA

TABLA 16.50. Localización del carcinoide


Dato Ileal Gástrico Bronquial
Flush Breve, múltiple, en cabeza y cuello Generalizado, rojo claro, de Prolongado, intenso, a veces
distribución geográfica con ansiedad, edema facial y
periorbitario; fiebre y oliguria
Lesiones cardíacas Derechas Raras A menudo izquierdas, con
edema pulmonar durante
el sofoco
Metástasis Rara vez extrabdominales Rara vez extrabdominales Generalizadas con lesiones
osteoblásticas
Datos de laboratorio El 5-HIA constituye más del 90% A veces el 5-HIA representa Grandes cantidades urinarias
de los indoles urinarios, menos del 90% de indoles. de 5-HTP y de ácido 5-HIA
elevación de histamina Aumentos urinarios de
inconstante serotonina, 5-HTP e histamina
Pronóstico Relativamente bueno Relativamente bueno Muy malo
Asociación con otras Ninguna Úlcera péptica con frecuencia Otros trastornos endocrinos con
afecciones frecuencia
5-HIA: 5-hidroxiindolacético; 5-HTP: 5-hidroxitriptófano.

Formas clínicas especiales. Además de la forma típica ha- Se administra en dosis de 2 g/día; dosis superiores provocan
bitual, carcinoide primitivo ileal con metástasis hepáticas, se efectos secundarios, como cambios mentales, fatiga, cefalal-
conocen, como ya se ha indicado, otras localizaciones, gia, inestabilidad cefálica y zumbidos de oído. Se han regis-
como la gástrica y la bronquial, que ofrecen ciertas caracte- trado también manifestaciones alérgicas con eosinofilia.
rísticas clinicobiológicas particulares que quedan resumidas El 5-fluorotriptófano bloquea la actividad de la hidroxilasa
en el cuadro de MELLMON (tabla 16.50). del triptófano y, a dosis de 200 mg cada 8 h, mejora en algu-
nos pacientes la diarrea y el estado general.
Tratamiento. El tratamiento de estos tumores, cuando no La crisis de rubor facial se alivia con ciertos tranquilizantes
han producido metástasis, es la extirpación quirúrgica. Sin (clorpromazina), bloqueadores alfadrenérgicos y fármacos
embargo, en la práctica, la resección quirúrgica curativa es neutralizadores de las cininas.
prácticamente imposible, debido a que la mayoría de los tu- Los inhibidores de la descarboxilasa, por ejemplo la alfa-
mores carcinoides ya han metastatizado en el momento del metildopa, mejoran a algunos enfermos afectos de carcinoi-
diagnóstico. de gástrico. Más recientemente, el descubrimiento de la oc-
Si el paciente presenta un síndrome carcinoide, es eviden- treótida, un análogo de la somatostatina, ha resultado de
te que existe gran cantidad de metástasis en el hígado y muy gran utilidad en el control y tratamiento de los síntomas pro-
rara vez puede practicarse una hepatectomía parcial para ducidos por la hipersecreción hormonal de los tumores car-
disminuir la masa tumoral productora de serotonina y otras cinoides.
sustancias biológicamente activas. El pronóstico de los carcinoides es relativamente bueno,
Estos tumores son resistentes a la radioterapia y la quimio- superando el 60% de supervivencia a los 5 años en el caso de
terapia. Se han informado ligeras mejorías con agentes alqui- pacientes con lesiones resecables, y el 33% en los que pre-
lantes como ciclofosfamida, melfalán y 5-fluorouracilo. La sentan metástasis.
administración de fármacos a través de un catéter introduci-
do en la arteria hepática como procedimiento terapéutico
paliativo merece ulteriores confirmaciones.
Cuando la exéresis quirúrgica no es posible, el tratamiento
debe dirigirse a paliar el síndrome. La dieta debe ser adecua-
da en proteínas, con suplemento de niacina en los enfermos
que excretan grandes cantidades de 5-HIA, en quienes en Bibliografía especial
ocasiones se desarrolla pelagra. CREUTZFELDT W, STÖCKMAN F. Carcinoids and carcinoid syndrome. Am
Las manifestaciones hiperserotonínicas mejoran con los J Med 1987; 82 (supl 58): 4-16.
fármacos antiserotonínicos, como la ciproheptadina, la meti- DAVIS Z, MOERTEL G, MCILRARH DC. The malignant carcinoid syndrome.
sergida (cuya administración prolongada debe evitarse por Surg Gynecol Obstet 1973; 137: 637-644.
FRÖLICH JC, BLOOMGARDEN ZT, OATES JA, MCGUIGAN JE, RABINOWITZ D.
el peligro de fibrosis retroperitoneal) y, sobre todo, la para- The carcinoid flush: Provocation by pentagastrin and inhibition
clorofenilalanina. Ésta inhibe el primer paso enzimático de by somatostatin. N Engl J Med 1978; 299: 1.055-1.057.
la síntesis serotonínica, reduciendo en pacientes con síndro- YUN D, HEYWOOD TH. Metastatic carcinoid disease presenting solely as
me carcinoide la eliminación de ácido 5-HIA en un 67-78%. high-output heart failure. Ann Intern Med 1994; 120: 45-46.

2146
Enfermedades de las gónadas
J.A. Fernández Tresguerres, E. Vilardell Latorre, L. Audi Parera, A. Goday Arnó
e I. Halperin Rabinovich

Enfermedades del ovario* Biosíntesis de las hormonas sexuales


en el ovario
Anatomía funcional Las hormonas sexuales femeninas secretadas en el ovario
son fundamentalmente el estradiol y la progesterona, aun-
Los ovarios humanos son dos cuerpos ovalados cuyas di- que también se producen pequeñas cantidades de estrona,
mensiones, después de la pubertad, son de aproximadamen- androstenodiona, testosterona, 17-hidroxiprogesterona y va-
te 4 × 3 × 1 cm. Se encuentran alojados en la pelvis, fijados rias hormonas no esteroides, como la inhibina, la relaxina y
en la superficie posterior del ligamento ancho por medio de algunos factores locales. Todos los esteroides ováricos se
un pliegue peritoneal denominado mesovario. El ovario pre- producen, fundamentalmente, en las estructuras foliculares y
senta tres regiones distintas perfectamente estructuradas: una en el cuerpo lúteo.
médula, central, una corteza, externa y un hilio situado en el
punto de anclaje del ovario con el mesovario. De todas estas Estradiol. Según la teoría más en boga actualmente, para la
regiones, la corteza ovárica es la más importante, ya que en biosíntesis del estradiol se requiere la interacción de las célu-
ella se producen la mayoría de los cambios asociados al nor- las de la teca interna y las granulosas del folículo, pues las
mal funcionamiento de esta gónada. En esta región desta- primeras no tienen las aromatasas que permiten el paso de
can, como estructuras fundamentales, los folículos ováricos, andrógenos precursores a estrógenos, y las segundas care-
en cuyo interior se hallan los oocitos. Los ovarios tienen una cen de los sistemas enzimáticos que permitan el paso de los
misión doble: por un lado, son los responsables de la secre- progestágenos a andrógenos. La secreción del estradiol al
ción de las hormonas femeninas una vez transcurrida la pu- plasma es variable a lo largo del ciclo menstrual, con unos
bertad y, por otro, se encargan también de proporcionar los valores de alrededor de 30 ng/L en la fase folicular temprana,
gametos femeninos, los óvulos, para su posible fecundación. 300 ng/L en la fase periovulatoria y 200 ng/L durante la fase
En la mujer adulta ocurren mensualmente una serie de cam- lútea.
bios hormonales, que culminan con la liberación por parte En el plasma, el 40% circula unido a la proteína transporta-
del ovario de un óvulo fecundable en lo que constituye el ci- dora de hormonas sexuales (SHBG), que es la misma que uti-
clo menstrual ovulatorio normal. liza la testosterona, aunque con menos afinidad que esta últi-
ma. El 58% se une a la albúmina y el 2-3% circula libre y, por
Folículo. En el momento del nacimiento, existen en los ova- tanto, en forma activa.
rios aproximadamente 2 millones de folículos primordiales. El otro estrógeno destacado es la estrona, que si bien no
Entre el nacimiento y la pubertad, que comienza aproxima- desempeña un papel importante durante el ciclo menstrual,
damente a los 12 o 13 años, gran parte de dichos folículos pues el folículo produce un 95% de estradiol, se convierte en
primordiales sufren un proceso de atrofia, de forma que sólo el estrógeno predominante durante la menopausia. Procede
unos 400.000 están presentes en el ovario de la mujer que co- de la conversión periférica del propio estradiol y de la an-
mienza su vida fértil. Un número considerable de folículos drostenodiona producida en las células tecales ováricas o en
de los existentes en el ovario inician, a partir de la pubertad, las glándulas suprarrenales.
su desarrollo cada mes, que consiste en un aumento del nú-
mero de células epiteliales que rodean el oocito y la apari- Progestágenos. La progesterona es un esteroide de 21 áto-
ción, en algunos, de una cavidad rellena de líquido folicular. mos de carbono derivado de la pregnenolona, que se halla,
Sin embargo, sólo uno será capaz de madurar plenamente por tanto, muy al principio en la cadena de biosíntesis este-
(folículo de De Graaf) y desarrollar todas sus estructuras: una roide. Son producidos a lo largo de todo el ciclo tanto en el
teca externa, una teca interna, varias capas de células de gra- ovario como en las glándulas suprarrenales. En la fase folicu-
nulosa y un oóforo, donde se reconoce el oocito rodeado lar los niveles plasmáticos, a los que contribuyen tanto los fo-
por las células de granulosa y la membrana pellucida. El fo- lículos como las suprarrenales, son muy bajos (0,5 µg/L),
lículo de De Graaf, al romperse, libera el oocito a la cavidad pero durante la fase lútea sus concentraciones se elevan 10-
abdominal. De allí es captado por las fimbrias de la trompa 40 veces, hasta alcanzar valores de 20 µg/L, siendo el cuerpo
ipsolateral y transportado al interior del útero. A partir de los lúteo su principal productor. Este incremento comienza a ob-
restos foliculares hemorrágicos que quedan en el ovario se servarse poco antes de la ovulación y es máximo cuando el
forma, por transformación de las células granulosas y tecales, cuerpo lúteo está en pleno apogeo, con células granulosas
el cuerpo lúteo, que será el responsable de la secreción hor- perfectamente luteinizadas.
monal en la segunda fase del ciclo. La progesterona circula en el plasma unida a la proteína
transportadora de cortisol (CBG) y su principal ruta metabó-
Cuerpo lúteo. Tras la rotura del folículo, las células granulo- lica implica su transformación a pregnandiol. Se elimina por
sas murales sufren cambios morfológicos que, en su conjun- la orina tras su conjugación con el ácido glucurónico.
to, determinan el proceso de luteinización y, junto con las El otro progestágeno producido en el ovario en cantidades
células tecales y los vasos, se entremezclan para dar lugar al significativas es la 17-α-hidroxiprogesterona. Procede del fo-
cuerpo lúteo, que será el responsable de la secreción de las lículo en maduración y también del cuerpo lúteo, y su secre-
hormonas sexuales durante la fase postovulatoria del ciclo. ción determina unos niveles plasmáticos bastante paralelos a
los de la progesterona, si bien presenta un pico simultáneo
con el ovulatorio de LH, que no se produce en el caso de la
progesterona. Su metabolismo conduce a la formación de
pregnanetriol y hay que tener en cuenta que esta hormona
*J.A. Fernández Tresguerres también se produce en las glándulas suprarrenales.

2147
ENDOCRINOLOGÍA

Andrógenos. Dado que los andrógenos son los precursores cular de alrededor de 30 kD, denominada LHRBI, bloquea,
de la biosíntesis de estrógenos, es lógico pensar que también pues, la posibilidad del estímulo gonadotrópico sobre la bio-
se secretan en cierta medida. Los dos más abundantes son la síntesis hormonal del cuerpo lúteo y su funcionamiento.
androstenodiona y la testosterona, cuyo lugar de origen lo
constituyen las células tecales y las glándulas suprarrenales. Relaxina. El cuerpo lúteo humano produce una hormona
peptídica de aproximadamente 6 kD, capaz de inducir la re-
Inhibina. La inhibina es una sustancia proteica con un peso lajación de los ligamentos interpúbicos y de inhibir la activi-
molecular de alrededor de 32 kD, formada por dos cadenas, dad del miometrio. La molécula consta de dos cadenas pep-
alfa y beta, unidas por puentes disulfuro y sintetizada en las tídicas, A y B, conectadas por otro péptido, C, y unidas entre
células de la granulosa, que es capaz de inhibir la liberación sí por puentes disulfuro. Es específica de especie. Se halla re-
de FSH de manera dependiente de la dosis, tanto in vitro lacionada con la insulina y las IGF y es producida fundamen-
como in vivo. Se produce en gran cantidad en el folículo do- talmente en el cuerpo lúteo gravídico, si bien aparece tam-
minante, bloqueando la liberación de FSH e impidiendo que bién, aunque en mucha menos cantidad, en el cuerpo lúteo
ésta pueda estimular a otros folículos. menstrual y su secreción se incrementa bajo el estímulo con
HCG. Su misión parece ser mantener el útero en reposo du-
Factor estimulante del folículo. LEDWITZ-RIGBY demostró la rante el embarazo para evitar un aborto temprano, efecto
existencia de un factor estimulante de la maduración folicu- que realiza de forma conjunta con la progesterona, y facilitar
lar, que podría ser la hoy denominada activina, constituida el parto mediante el reblandecimiento del cérvix uterino y la
por dos cadenas beta de la inhibina. Con un peso molecular relajación de los ligamentos pélvicos.
de 24 kD, por un lado, estimularía la aromatización y, por
otro, inhibiría la biosíntesis de andrógenos en las células te-
cales e incluso estimularía la FSH. Acciones de las hormonas sexuales
Inhibidor de la maduración de los oocitos (OMI). Dado Acciones de los estrógenos. Los estrógenos actúan sobre
que el elemento fundamental del folículo es el oocito que diversos tejidos del organismo a través de receptores nuclea-
contiene en su interior, es lógico suponer la existencia de res específicos. A partir de la pubertad estimulan el desarro-
una serie de sustancias en el folículo que regulen su madura- llo de los caracteres sexuales secundarios femeninos indu-
ción. La sustancia responsable del bloqueo madurativo fue ciendo el crecimiento mamario, la distribución característica
descrita por CHANNING en 1979, a la que designó inhibidor de de la grasa corporal predominantemente alrededor de los
la maduración de los oocitos. Esta sustancia es capaz de im- muslos y las caderas y el desarrollo de los genitales internos
pedir que el oocito continúe su maduración, interrumpién- y externos. El útero aumenta de tamaño proliferando el en-
dola en el inicio de la meiosis. Muy recientemente, se ha pos- dometrio de forma característica. La mucosa vaginal sufre un
tulado que el OMI es, en realidad, AMP cíclico producido en proceso de cornificación en sus células superficiales, que au-
las células granulosas del cúmulo oóforo. La acción de las mentan su contenido en glucógeno. El cuello uterino presen-
gonadotropinas, al deshacerlo, impide su actuación y permi- ta una secreción mucosa, que se incrementa en cantidad y
te la maduración del oocito. se hace muy filante en presencia de estrógenos, adquiriendo
un patrón de cristalización en “helecho” característico. Esta
Hormona liberadora de gonadotropinas (Gn-RH). Aun- acción está encaminada a facilitar el paso de los espermato-
que el origen del decapéptido estimulante de las gonadotro- zoides a través del moco cervical.
pinas es fundamentalmente hipotalámico, también existe Estimulan el crecimiento de los huesos largos, pero cie-
cierta producción en el ovario, donde es capaz de inhibir la rran los cartílagos de conjunción, por lo que a la larga detie-
secreción de estrógenos en respuesta al estímulo con FSH y nen el crecimiento. Estimulan el anabolismo.
también la de progesterona estimulada por la LH.
Acciones de los progestágenos. Son fundamentales para el
Factores de crecimiento. Además de las sustancias men- mantenimiento de la gestación. Transforman el endometrio
cionadas anteriormente y que ejercen acciones, la mayoría uterino, previamente proliferado por la acción de los estróge-
de las veces, de tipo endocrino, se ha descubierto la existen- nos, en un endometrio secretor, con abundancia glandular,
cia de toda una serie de factores con acción predominante lo que posibilita la implantación del huevo fecundado.
autocrina y paracrina, que incluyen desde los factores de
crecimiento similares a la insulina (IGF o somatomedinas) Acciones de los andrógenos. Aunque no están del todo
que se producen en las células de la granulosa en respuesta aclaradas, los andrógenos en la mujer, aparte de su papel
a la GH circulante hasta el factor de crecimiento epidérmico precursor de los estrógenos, parecen tener acciones estimu-
(EGF), los factores transformadores del crecimiento (TGF) lantes sobre la libido además de estimular el anabolismo.
alfa y beta y el factor de crecimiento de fibroblastos (FGF).
El EGF es un péptido acídico de 53 aminoácidos producido Acciones biológicas de los factores de crecimiento. Las
tanto por células granulosas como tecales. El TGF-α tiene células diana para GH e IGF-I parecen ser las granulosas. Tan-
grandes analogías con el EGF y acciones parecidas, mientras to la GH como la IGF-I incrementan la síntesis de estrógenos
que el TGF-β está formado por dos cadenas idénticas de 112 y progestágenos ováricos en presencia de FSH.
aminoácidos, que presentan similitud con la inhibina y la La GH es capaz, además, de acelerar la diferenciación de
AMH y se produce en las células tecales. El FGF se produce células de la granulosa inducida por FSH y estimular la pro-
en el cuerpo lúteo y en las células granulosas. ducción de IGF-I por el ovario. También aumenta la síntesis
de proteoglicanos que, al parecer, desempeñan un papel en
Activador tisular del plasminógeno (tPA). Cuando el fo- la formación del antro folicular y en el proceso de atresia.
lículo alcanza su maduración total, se produce su rotura con El EGF es capaz de inhibir los receptores para LH induci-
la salida del oocito al exterior: es la ovulación. Ésta es posible dos por la FSH y la secreción de estrógenos e inhibina. Tam-
por la existencia de un sistema tipo tPA, estimulable por estró- bién disminuye la respuesta de los andrógenos a la LH en las
genos, el cual activa el plasminógeno, con la consiguiente for- células tecales. Sin embargo, tiene un fuerte efecto mitógeno
mación de plasmina, capaz de lisar la membrana folicular. sobre células de la granulosa, que es potenciado por la IGF-I
y el TGF-β.
Inhibidor de la unión de la LH a sus receptores (LHR- El TGF-α tiene acciones similares al EGF, mientras que el
BI). A medida que envejece, el propio cuerpo lúteo produce TGF-β potencia la acción estimulante de la FSH sobre la sín-
una sustancia que impide que, al cabo de un tiempo, respon- tesis tanto de estrógenos como de progesterona y de inhibi-
da ante el estímulo de HCG. Dicha sustancia, de peso mole- na. Sobre la teca, el TGF-β inhibe la síntesis de andrógenos.

2148
ENFERMEDADES DE LAS GÓNADAS

El FGF es un potente mitógeno y tiene actividad angiogéni- tado produciría, en un momento determinado, una libera-
ca, por lo que puede desempeñar un papel en el desarrollo ción máxima de dichas gonadotropinas, lo que constituye el
folicular. pico ovulatorio.

Regulación de la función ovárica Exploración de la función ovárica


Gonadotropinas hipofisarias. El control de la función ová- Exploraciones indirectas
rica se lleva a cabo por las hormonas gonadotrópicas hipofi-
sarias, es decir, la LH, la FSH y la prolactina. Las dos primeras Exploración clínica. La exploración clínica del eje hipotála-
se producen en las células basófilas de la adenohipófisis y mo-ovárico incluye el grado de desarrollo de los caracteres
tienen una estructura glucoproteica, con dos cadenas, alfa sexuales femeninos, las alteraciones cíclicas que ocurren en
y beta. La cadena alfa es común a ambas, siendo la beta, así los genitales externos (vagina) e internos (útero, cérvix uteri-
como el componente glucídico, específica de cada una. La no, endometrio, etc.) y también las modificaciones que di-
prolactina es un péptido producido en las células eosinófilas chos cambios hormonales ejercen sobre el resto del organis-
de la adenohipófisis que, además de sus efectos sobre el sis- mo (p. ej., la temperatura basal).
tema reproductor, presenta acciones sobre el metabolismo y Los caracteres sexuales secundarios incluyen un desarro-
el balance hídrico en muchas especies de vertebrados. llo mamario armónico y una distribución apropiada de la
La LH y la FSH presentan una secreción pulsátil en la mu- grasa corporal, así como la distribución femenina del vello
jer, que comienza inicialmente sólo durante la noche al pubiano, con forma de triángulo de base superior sin invadir
aproximarse la pubertad, y una vez pasada ésta se mantiene la línea media. El examen clínico incluye también las obser-
a lo largo de las 24 h, con picos cada 90-120 min durante la vaciones sobre un anormal crecimiento de vello corporal, in-
fase folicular, y cada 3-4 h durante la fase lútea. Además de dicativo de una situación de hiperproducción de hormonas
su pulsatilidad ultradiana, ambas gonadotropinas presentan masculinas. La exploración de los genitales externos debe in-
un perfil cíclico mensual con valores de FSH más elevados al cluir la posibilidad de un himen imperforado, una aplasia va-
final de la fase lútea y comienzo de la fase folicular, y con un ginal o uterina, un tabique vaginal y las características ma-
pico pronunciado durante la etapa ovulatoria. La LH muestra croscópicas de la mucosa vaginal y del moco cervical.
también valores ligeramente más altos al final de la fase fo-
licular, seguidos de un pico periovulatorio de mayor magni- Citología vaginal. La extensión vaginal puede informar so-
tud que el de FSH y disminución durante la fase lútea. bre el grado de impregnación estrogénica de dicha mucosa.
Si se elimina el funcionamiento ovárico, ya sea por la lle- Durante los primeros días del ciclo, la citología vaginal con-
gada del climaterio o bien por castración, la LH y la FSH se siste principalmente en células precornificadas con núcleos
incrementan de forma evidente, con un mayor predominio vesiculares y citoplasma basófilo. A medida que aumentan
de la segunda manteniendo su carácter de secreción pulsátil. los niveles estrogénicos, existe un incremento correspon-
Las acciones biológicas de la FSH determinan el desarro- diente en el número de células cornificadas de núcleo pic-
llo folicular y la producción estrogénica, actuando sobre re- nótico y citoplasma eosinófilo. Después de la ovulación hay
ceptores localizados fundamentalmente en las células granu- una descamación progresiva, con agrupamiento y plega-
losas. La LH actúa sobre las células tecales, induciendo la miento de las células, que adoptan una forma navicular.
luteinización y la rotura del folículo así como la ovulación. La proporción de células con citoplasma eosinófilo recibe
Ambas actúan sobre receptores localizados en las membra- el nombre de índice acidófilo, y el de células con núcleos
nas celulares mediante la estimulación de la producción de picnóticos, índice cariopicnótico. Ambos son paralelos y ca-
AMPc. Es necesario el equilibrio entre la LH y la FSH para racterísticos de la fase folicular. A su vez, el índice de células
conseguir un buen desarrollo folicular y la ovulación. Si se plegadas y el de células agrupadas son característicos de la
altera el equilibrio entre ambas, puede haber una mayor pro- fase luteínica.
ducción androgénica y tendencia a la atresia folicular.
Moco cervical. El moco cervical es otra característica fácil
Gn-RH o LHRH hipotalámicas. La Gn-RH es un decapépti- de examinar, que refleja directamente la actividad hormonal.
do hipotalámico que regula la secreción de LH y FSH, por Durante la primera fase del ciclo menstrual se observa poca
medio de la modificación de su frecuencia de pulsos. De cantidad de moco cervical, que es viscoso y pegajoso, mien-
esta manera, consigue no sólo incrementar o disminuir los tras que desde el 8.o al 12.o días del ciclo, aproximadamente,
niveles de ambas gonadotropinas, sino que es capaz de con- hay un gran incremento de la secreción mucosa, que aumen-
trolarlas por separado. Si se administra Gn-RH a razón de un ta hasta 10 veces en el momento de la ovulación. El moco es
pulso cada 90 min, se mantienen los niveles de LH y FSH en transparente y muy elástico, hasta el punto de que puede es-
una proporción similar a la normal en la mujer. Sin embargo, tirarse formando hilos. Si una muestra de este moco se deja
si se incrementa la frecuencia de administración hasta cinco secar en un portaobjetos, puede observarse un patrón de
pulsos por hora o bien se administra de manera continua, cristalización en forma de helechos. Después de la ovulación
ambas gonadotropinas disminuyen al cabo de varios días. Al el moco permanece transparente y elástico hasta aproxima-
parecer, tiene lugar un fenómeno denominado de regula- damente el comienzo de la tercera semana, coincidiendo
ción negativa de receptores (down regulation) en las células con el incremento de los niveles de progesterona, momento
gonadotropas hipofisarias, que las hace insensibles al estímu- en que se comprueba una disminución progresiva de su pro-
lo con Gn-RH. Por el contrario, si se disminuye la frecuencia ducción, con un moco poco elástico y poco filante. Durante
de administración de Gn-RH a un pulso cada 3-5 h, se produ- el embarazo, el moco es espeso y turbio, muy celular y elásti-
ce una disminución neta de los niveles de LH con una subi- co, pero con muy poca filancia. Teniendo en cuenta las pro-
da, al menos relativa de los valores plasmáticos de FSH. La piedades fisicoquímicas del moco cervical y del orificio cer-
secreción fisiológicamente pulsátil de LHRH en el hipotála- vical externo, se pueden determinar con bastante precisión
mo desencadena la liberación de LH y FSH, pero la magni- las fases del ciclo.
tud de la respuesta es proporcional al ambiente estrogénico.
Durante la maduración folicular hay un incremento continuo Temperatura basal. En condiciones normales y en las 24 h
de los niveles plasmáticos de estrógenos que, por un lado, da siguientes a partir del día de la ovulación, hay un incremento
lugar a una disminución de los niveles de LH y FSH circulan- en la temperatura basal de 0,4-0,6 °C, que se mantiene duran-
tes pero, por otro, a un incremento de los niveles hipofisarios te todo el funcionamiento del cuerpo lúteo, para disminuir
de ambas gonadotropinas. La reiteración del estímulo con de nuevo cuando éste deja de funcionar y aparece la mens-
Gn-RH en presencia de un pool de gonadotropinas incremen- truación. Un ciclo menstrual normal presenta un ciclo térmi-

2149
ENDOCRINOLOGÍA

co bifásico característico, con temperaturas más elevadas en en los niveles de prolactina a lo largo del ciclo menstrual,
la segunda fase. Si existe embarazo, la temperatura se man- con valores que oscilan entre 8 y 14 µg/L, pero sí hay un in-
tiene elevada, reflejando la persistencia del cuerpo lúteo. cremento acusado durante la gestación y la lactancia, perío-
do en el que los valores llegan a superar los 100 µg/L. Fuera
Biopsia endometrial. Se puede determinar si el endometrio de estas situaciones, niveles de 100 µg/L son sugestivos de la
se encuentra en fase de proliferación, es decir, bajo la acción presencia de un tumor hipofisario.
estrogénica, o bien en fase secretora por acción progestáge- Debe tenerse en cuenta que hay gran cantidad de fárma-
na, lo que proporciona información sobre la capacidad de cos que pueden modificar los niveles de prolactina, por lo
secreción del cuerpo lúteo. Es especialmente interesante la que ante cualquier hiperprolactinemia deben investigarse
tinción para determinar los niveles celulares de glucógeno, posibles causas patogénicas.
que están relacionados con la actividad progestagénica.
LH y FSH plasmáticas. Los valores normales en la mujer os-
Histerosalpingografía. Consiste en la inyección de contras- cilan entre 4 y 8 UI/L para la LH y de 3 a 5 UI/L para la FSH
te yodado por vía vaginal para visualizar los genitales inter- en la primera fase del ciclo. En la fase folicular tardía existe
nos. Con ella se pueden medir el tamaño de la cavidad uteri- cierta disminución de los niveles de FSH sin variación en los
na y comprobar la permeabilidad de las trompas. de LH. En la etapa periovulatoria se produce un pico de am-
bas gonadotropinas, que llegan a 60-80 UI/L de LH y 20-30
UI/L de FSH, para descender después rápidamente hasta va-
Exploraciones directas. Determinaciones hormonales lores similares a los de la fase folicular tardía. Es, pues, abso-
En general, las determinaciones aisladas hormonales care- lutamente necesario tomar muestras de forma secuencial
cen totalmente de valor, debiéndose realizar siempre prue- para valorar el estado funcional.
bas seriadas tanto para las medidas plasmáticas como para Hay que destacar que a partir de los 45-50 años existe un
las urinarias. Las hormonas mas importantes para evaluar el incremento fisiológico de los niveles, tanto de LH como de
funcionamiento de este eje son las siguientes: FSH, que coincide con una disminución del funcionalismo
ovárico. Si coexisten niveles incrementados de LH y FSH
Estradiol plasmático. Teniendo en cuenta que sus niveles plasmáticos con valores bajos de estrógenos o sus metaboli-
oscilan de manera notable a lo largo de todo el ciclo mens- tos, cabe sospechar un fallo ovárico primario. Si se comprue-
trual, es absolutamente necesario hacer determinaciones pe- ba una disminución o la ausencia de ambas gonadotropinas,
riódicas para observar los cambios. Sus niveles ascienden puede tratarse de un fallo global hipofisario o bien de un fa-
gradualmente en la primera fase del ciclo, desde alrededor llo hipotalámico. Para hacer el diagnóstico diferencial es ne-
de 20-30 ng/L, hasta valores máximos de 400-500 ng/L en las cesario realizar las pruebas dinámicas que se describen más
horas previas a la ovulación. Seguidamente se produce una adelante. En algunas situaciones patológicas, como el ovario
disminución de los valores de estradiol que llegan hasta 150- poliquístico, puede haber niveles bajos de FSH con valores
200 ng/L, para subir de nuevo, si bien en menor grado que normales o aun elevados de LH por el especial patrón de se-
en la fase folicular, hasta valores de 300-400 ng/L mientras creción de esteroides sexuales.
dura el funcionalismo del cuerpo lúteo. Al final de la vida de
éste se produce una caída, disminuyendo los niveles de nue- Determinaciones urinarias. Aunque se van abandonando
vo hasta 50 ng/L, o menos, junto con la aparición de la mens- gradualmente, por las dificultades que entraña la recogida
truación. de orina de 24 h, por la metodología complicada y porque la
mayoría de las veces lo que se determina son metabolitos, si-
Progesterona plasmática. La progesterona presenta valores gue teniendo interés.
de alrededor 0,5 µg/L a lo largo de toda la fase folicular, para Estrógenos totales urinarios. Los valores varían a lo largo
subir inmediatamente después de la ovulación hasta alcan- del ciclo menstrual normal. En la fase folicular los niveles
zar niveles de 8-25 µg/L mientras dura el funcionalismo del son de alrededor de 8-30 µg/día, ascienden luego hasta un
cuerpo lúteo. Al cabo de 12-14 días disminuye hasta valores pico periovulatorio de 30-100 µg/día y en la fase luteínica al-
prácticamente indetectables coincidiendo con la menstrua- canzan los 20-50 µg/día. En el embarazo sus valores presen-
ción. tan un aumento notable, sobre todo a expensas del estriol.
Reviste especial interés para comprobar no sólo los nive- Pregnandiol. Indica el funcionamiento del cuerpo lúteo, y
les alcanzados sino también el número de días en que éstos por consiguiente, si ha habido o no ovulación. En la fase fo-
se mantienen. licular los valores oscilan alrededor de 0,5 mg/día, pero a
partir de la ovulación se produce un aumento hasta 5 mg/día
17-α-hidroxiprogesterona. Este esteroide se ha considera- o más, que se mantiene durante todo el tiempo de vida del
do un indicador, más o menos válido, del momento de la cuerpo lúteo, para caer finalmente, poco antes de la mens-
ovulación. Los niveles en fase temprana del ciclo oscilan al- truación. Durante el embarazo se produce un gran aumento
rededor de 0,3 µg/L, para llegar a 2 µg/L en la fase folicular de sus valores.
tardía en forma de un pico sincrónico con el de LH y algo re-
trasado respecto al de estradiol. Tras una pequeña caída, los
niveles se mantienen alrededor de 1,6-2 µg/L durante la fase
Pruebas funcionales
luteínica. Cuando los datos obtenidos de las determinaciones basa-
les no son suficientes para conocer el origen de una altera-
Testosterona plasmática. En ciertas situaciones de hiper- ción del eje reproductor, es necesaria la realización de prue-
androgenismo, caracterizadas por virilizaciones con aumen- bas de función a varios niveles.
to de tamaño clitorídeo y alteración más o menos pronun-
ciada de los genitales externos o bien sólo por la existencia Pruebas hipofisarias. Prueba del clomifeno. Este compuesto
de hirsutismo, es conveniente la determinación de testoste- actúa estimulando la secreción de LHRH y, por consiguiente,
rona plasmática para descartar una hiperproducción. En la de gonadotropinas. Se determinan los niveles de LH y FSH
condiciones normales sus niveles en la mujer no superan los plasmáticas, observándose un incremento en ambos a partir
0,3 µg/L. del comienzo del tratamiento con 50 mg/día durante 5 días.
Con esta prueba se valora la capacidad de respuesta conjun-
Prolactina. Tiene gran valor, ya que el incremento de sus va- ta hipotálamo-hipofisaria.
lores por la existencia de hiperfunciones idiopáticas o tumo- Prueba de la LHRH. Se realiza mediante la administración
rales es responsable de gran número de alteraciones del eje intravenosa de 100 µg de LHRH y se determinan la LH y la
hipotálamo-hipofisoovárico. No parecen existir variaciones FSH plasmáticas. En condiciones normales, el incremento

2150
ENFERMEDADES DE LAS GÓNADAS

Hipogonadismo femenino (oligomenorrea o amenorrea)

Medida de prolactina

Alta Normal

Estudio hipofisario (silla turca) Medida de estrógenos seriados

Tumor Ausencia Bajos Normales


de evidencia
de tumor

Medida de FSH Prueba de gestágenos

Normal Elevados Positiva Negativa


o baja

Prolactinoma Hiperpro- Prueba de HMG Prueba


lactinemia de estrógenos
funcional,
micropro-
lactinoma
Positiva Negativa Positiva Negativa

Prueba de LHRH

Positiva Negativa

Fallo Fallo Fallo ¿Normal? Fallo de


hipotalámico hipofisario ovárico efectores
primario

Fig. 16.84. Pautas de exploración del hipogonadismo femenino. HMG: gonadotropina menopáusica humana; LHRH: hormona liberadora de
hormona luteinizante.

máximo se observa a los 30 min, con mayor respuesta de la Con este estímulo es posible separar las alteraciones ovári-
LH. Sin embargo, en situaciones de infantilismo hipofisario cas primarias (en las que no habrá respuesta) de las hipotála-
puede llegar a predominar la FSH, lo que sería indicativo de mo-hipofisarias (en las que ésta es evidente) (fig. 16.84).
inmadurez del sistema reproductor. Estimulación con HMG/FSH-HCG. Esta prueba diagnóstica
La respuesta depende de los niveles estrogénicos, por lo y, a la vez, terapéutica, en casos de infertilidad, combina el
que hay gran variabilidad a lo largo del ciclo menstrual, con tratamiento secuencial con HMG o FSH ultrapura que induce
valores más bajos en los casos de amenorrea y al comienzo la maduración folicular, con una administración de 2.500-
de la fase folicular, y respuestas mayores en el período peri- 10.000 UI de HCG cuando el folículo ya se ha desarrollado.
ovulatorio. De esta forma se inducen la ovulación y la luteinización foli-
A veces no se obtiene respuesta aun en presencia de hipó- cular. La dosis de HMG o FSH ultrapura es variable de una a
fisis normal, por lo que se requiere sensibilizar ésta con 3-4 varias ampollas diarias, durante el tiempo suficiente para al-
inyecciones diarias de 500 µg de LHRH durante 3-5 días y re- canzar niveles de 600 ng/L de estradiol o 70-100 µg/día de es-
petir de nuevo la prueba. trógenos totales, momento en que se induce la ovulación
Una respuesta normal en pacientes que presentan gonado- con HCG. Si ésta ocurre, pueden detectarse valores de pro-
tropinas normales o bajas y estrógenos bajos indicará que es gesterona de 8-20 µg/L o de pregnandiol urinario de 3 y
el hipotálamo el responsable del problema. Para asegurar el 8 mg/día al menos durante 10 días.
fallo hipofisario se debe demostrar la incapacidad de res-
puesta hipofisaria a una administración de LHRH pulsátil (20 Pruebas endometriales. Prueba de la progesterona. En una
µg cada 90 min) durante una semana. paciente amenorreica hay que determinar si tiene una fun-
ción estrogénica residual o, por el contrario, si ésta no existe;
Pruebas ováricas. Prueba de HMG (gonadotropina meno- para ello se utiliza esta prueba, que requiere la administra-
páusica humana) o FSH ultrapura. Se inyectan 5 ampollas de ción de 10 mg/día de acetato de medroxiprogesterona du-
HMG o FSH ultrapura y se determina el estradiol plasmático rante 5 días o la inyección intramuscular de 50 mg de la mis-
o los estrógenos urinarios en los 5 días siguientes. Si el estra- ma sustancia en solución oleosa. En cualquiera de los casos,
diol aumenta por encima de 50 ng/L respecto al valor basal o al cabo de 10 días ocurre un sangrado, de mayor o menor
los estrógenos urinarios son 15 µg/día superiores a los prece- cuantía, que es indicativo de un funcionamiento mínimo del
dentes, la prueba se considera positiva. eje hipotálamo-hipofisoovárico, con una pequeña produc-

2151
ENDOCRINOLOGÍA

ción estrogénica. Sin embargo, un resultado negativo no im- ocasiones, la administración de cantidades masivas de gona-
plica la ausencia total de funcionalidad del eje; si no se pro- dotropinas exógenas puede inducir la maduración folicular y
duce hemorragia de privación, excluyendo la existencia de la ovulación. La etiología es desconocida.
una disgenesia de los conductos müllerianos, hay que efec-
tuar una prueba de respuesta combinada a estrógenos y pro- Menopausia. Fisiológica. A partir de los 40-45 años empie-
gesterona (fig. 16.84). zan a producirse alteraciones en el proceso de maduración
Respuesta a los estrógenos y a la progesterona. Se adminis- folicular y, por consiguiente, muchos ciclos dejan de ser ovu-
tra un preparado combinado durante 5 o 10 días de estróge- latorios. Los folículos que quedan en el ovario son cada vez
nos y progestágeno y se observa si se produce una hemorra- menos y, además, tienen dificultades para madurar. Se esta-
gia por deprivación en los 10 días siguientes a la interrupción blecen períodos de amenorrea cada vez más largos, hasta
de su administración. La no aparición de dicha hemorra- que las menstruaciones desaparecen definitivamente. La au-
gia de deprivación es indicativa de alteraciones en los genita- sencia de estrógenos determina la aparición de cortejos ve-
les internos (fig. 16.84). getativos y emocionales del mismo tipo que los encontrados
en la castración, si bien de menor intensidad en términos ge-
nerales por la desaparición más gradual de las hormonas
Alteraciones de la función ovárica sexuales. Son característicos los sofocos o “llamaradas de ca-
lor”, que consisten en vasodilatación regional con enrojeci-
Las alteraciones del funcionalismo ovárico pueden clasifi- miento de la piel, sudación profusa, sensación de calor en el
carse de manera general en primarias, cuando el trastorno es tórax y la cabeza, acompañadas de malestar. Se produce un
de origen ovárico, secundarias cuando es hipofisario, por fa- incremento en los niveles plasmáticos de gonadotropinas
llo en nivel de las gonadotropinas, terciarias cuando el pro- por falta de la retroalimentación negativa ovárica, con predo-
blema está localizado en el hipotálamo y, por último, cuater- minio de la FSH. El endometrio se atrofia y el útero disminu-
narias si el fallo se sitúa en los efectores, ya sean los genitales ye de tamaño. El epitelio vaginal se adelgaza y sus células
o la piel (p. ej., algunos casos de hirsutismo). En general, y disminuyen el contenido en glucógeno y no se queratinizan.
con independencia de su origen, los problemas del eje hipo- Se produce una disminución de la aposición cálcica a los
tálamo-hipofisoovárico pueden deberse a una hipofunción o huesos, con aparición de osteoporosis que puede conducir a
disfunción (los más frecuentes) o a hiperfunción (mucho deformaciones óseas (aplastamientos vertebrales) y fracturas
más raros). No debe olvidarse que todo este sistema comien- (de cuello de fémur). El patrón lipídico se modifica, con ma-
za su funcionamiento a partir de los 12-15 años, con la apari- yor elevación del colesterol y tendencia a los aumentos de la
ción de la pubertad, y finaliza de manera fisiológica a los 45- presión arterial. Con frecuencia aparecen alteraciones emo-
50 años, con la llegada de la menopausia. Por todo ello, cionales, como ansiedad, nerviosismo, irritabilidad y depre-
también son posibles las alteraciones por modificaciones de siones moderadas.
la cronología de ambos hechos, es decir, retrasos puberales Menopausia precoz. En algunas mujeres la desaparición
o pubertad precoz y adelantamientos o retrasos en la apari- definitiva de los ciclos menstruales se produce antes de los
ción de la menopausia. 40 años, sin que exista un origen yatrógeno ni un trastorno
detectable, en cuyo caso se la denomina menopausia precoz
y suele tener cierto carácter familiar. La sintomatología es si-
Alteraciones primarias milar a la anterior.
Cromosomopatías. Disgenesias gonadales y síndrome de Terapéutica de la menopausia. Aunque en España todavía
Turner. Véase Trastornos de la diferenciación sexual, más existe una enorme resistencia a administrar un tratamiento
adelante. sustitutivo a las mujeres menopáusicas, en otros países civili-
zados se lleva a cabo en un elevado porcentaje de pacientes.
Castración. Puede ser prepuberal o pospuberal y ocurrir por La menopausia está asociada a una gran morbilidad, con
extirpación quirúrgica, por tratamiento quimioterápico agre- frecuente aparición de muchos de los síntomas menciona-
sivo o por radioterapia abdominal. Si la castración es prepu- dos anteriormente, entre los que destacan por su trascen-
beral, no se desarrollarán los caracteres sexuales secunda- dencia las alteraciones cardiovasculares y la osteoporosis
rios femeninos característicos. Como no existen estrógenos, estrogenopriva, responsable de un elevado índice de fractu-
la maduración del sistema óseo estará retrasada, persistirán ras. El actual tratamiento de sustitución es capaz de evitar
abiertos los cartílagos de crecimiento y la estatura será eleva- con éxito la mayoría de estas situaciones reduciendo la mor-
da, acompañada de proporciones hipogonadales. bimortalidad cardiovascular en un 50%. La existencia de
Si la castración se produce después de la pubertad, como riesgos potenciales en la terapéutica con estrógenos es la
suele ocurrir, aparecen rápidamente los síntomas de priva- que ha evitado la mayor difusión de los tratamientos de sus-
ción hormonal sexual, que incluyen atrofia de útero y ma- titución. Estos riesgos incluyen la potenciación de tumores
mas, sequedad vaginal con dispareunia y todo un cortejo de endometriales y mamarios, alteraciones tromboembólicas,
manifestaciones vegetativas (sofocos, sudación profusa) y hepáticas y de la vesícula biliar, pero en su mayor parte se
emocionales (depresión, ansiedad e irritabilidad). han debido fundamentalmente a una incorrecta utilización
Aparece también amenorrea persistente tras una hemorra- de los preparados. Hoy se sabe ya que, administrados de
gia inicial por privación hormonal, a los pocos días de ocu- manera correcta, pueden evitar la mayoría de las alteracio-
rrir la castración. Como consecuencia de la falta de estróge- nes menopáusicas sin aumento de los riesgos. Se deben uti-
nos e inhibina, deja de actuar la retroalimentación negativa lizar estrógenos conjugados por vía oral y una dosis de 0,65
sobre la unidad hipotálamo-hipofisaria y aumentan los nive- mg/día para tratamientos prolongados, que puede dismi-
les plasmáticos de gonadotropinas. La presencia de niveles nuirse hasta la mitad o incrementarse como máximo al do-
bajos de estrógenos, junto con niveles elevados de LH y FSH, ble durante períodos de tiempo cortos. Si el útero está intac-
es patognomónica de alteración primaria ovárica, con inde- to, la administración debe ser discontinua, para evitar
pendencia de su origen (fig. 16.84). proliferación endometrial excesiva, y complementada con
progestágenos del tipo de medroxiprogesterona (10 mg/día)
Síndrome del ovario resistente. La mayoría de las veces en los 10-12 días finales de cada ciclo estrogénico de 20 o 30
se trata de amenorreas primarias y, más rara vez, secunda- días. Entre los ciclos se establecen períodos de 10 días sin
rias, con niveles bajos de estrógenos y muy elevados de go- tratamiento. Pueden usarse también el etinilestradiol o su
nadotropinas, en ovarios aparentemente normales, en los metil éster por vía oral (50-100 µg/día) o en parches dérmi-
que se evidencia la existencia de una población folicular cos, los cuales, al evitar el paso hepático de la administra-
adecuada. Parece deberse a una disminución de la sensibili- ción oral, permiten disminuir mucho la dosis administrada y
dad de los receptores foliculares, hasta el punto de que, en evitar los efectos secundarios hepáticos.

2152
ENFERMEDADES DE LAS GÓNADAS

No debe llevarse a cabo tratamiento de sustitución cuan- Grupo I. Fallo del eje hipotálamo-hipofisario. Mujeres ame-
do existan antecedentes de tumores dependientes de estró- norreicas con producción muy disminuida de estrógenos
genos en la mama o el endometrio. En cualquier caso hay (prueba de progesterona negativa con valores normales o
que realizar controles anuales que incluyan la presión arte- bajos de prolactina, normales o bajos de FSH, y sin lesiones
rial y los lípidos. También puede utilizarse el tratamiento con evidenciables en el área hipotálamo-hipofisaria).
calcitonina y calcio para evitar los fenómenos osteoporóti- Grupo II. Alteración hipotálamo-hipofisaria. Mujeres con
cos. Asimismo, se ha postulado la posibilidad de emplear las más variadas alteraciones del ciclo, que incluyen insufi-
hormona de crecimiento por su efecto anabólico sobre el ciencia luteínica, ciclos anovulatorios y amenorrea (con baja
hueso, aunque no existe actualmente un acuerdo unánime producción endógena de estrógenos y valores de FSH nor-
sobre el tema. males o bajos) y síndrome de ovario poliquístico (véase más
adelante).
Grupo III. Mujeres amenorreicas con lesión tumoral evi-
Alteraciones secundarias y terciarias denciable en el área hipotálamo-hipofisaria y valores norma-
Amenorreas hipogonadotrópicas. Aunque se han conside- les o bajos de estrógenos endógenos. El tratamiento corres-
rado por separado las alteraciones de origen hipofisario y las pondiente debe encaminarse directamente al tumor.
de origen hipotalámico, y dicha separación es realizable con
una correcta utilización de las pruebas dinámicas disponi- Hiperprolactinemias. Mención aparte merecen las hiper-
bles como ya se ha señalado, a efectos prácticos se clasifican prolactinemias, sean éstas de origen funcional o causadas
en un mismo grupo todas las alteraciones que cursan con go- por microprolactinomas o macroprolactinomas. Asociadas o
nadotropinas bajas, independientemente de su origen. En rea- no a galactorrea, las amenorreas de este origen representan
lidad, y salvo en los contadísimos casos de hipofisectomía casi el 20% de las que ocurren después de la pubertad. En
química o quirúrgica, o de tumores hipofisarios con amplia este sentido, la determinación de prolactina plasmática cons-
destrucción de su parénquima, la mayoría de estas alteracio- tituye un elemento de discriminación importante entre los
nes son de origen hipotalámico por afectación de la síntesis orígenes de una alteración de la función ovárica, aunque no
o la secreción de Gn-RH. Aparte de una serie de síndromes exista galactorrea (fig. 16.84).
congénitos, como el de Prader-Willi (hipogonadismo unido a Grupo V. Pacientes con hiperprolactinemia y lesiones evi-
obesidad, retraso mental e hipotonía) o el de Maestre de San denciables en el área hipotálamo-hipofisaria que comprome-
Juan-Kallman, en el que el hipogonadismo se asocia a anos- tan la función de los órganos adyacentes.
mia o hiposmia, de escasa importancia numérica, existe una Grupo VI. Pacientes con hiperprolactinemia sin lesión evi-
mayor cantidad de trastornos adquiridos, entre los cuales denciable en el área hipotálamo-hipofisaria. En estos casos
cabe incluir los tumores hipotalámicos e hipofisarios como debe tenerse presente que, incluso aunque no pueda demos-
el craneofaringioma, las enfermedades granulomatosas (tu- trarse la presencia de un tumor, es muy probable la existen-
berculosis, histiocitosis X y sarcoidosis) o postinfecciosas. En cia de un microadenoma, que en caso de embarazo corre el
todas ellas la sintomatología asociada suele ser más relevan- riesgo de activarse.
te que la alteración gonadal. Sin embargo, en la mayoría de
los casos de alteración hipotálamo-hipofisaria se trata de tras- Tratamiento de las alteraciones secundarias. Teniendo
tornos funcionales, entre los que destacan por su frecuencia en cuenta los conceptos anteriores, en todas las pacientes en
los factores psicológicos o los nutricionales. En una sociedad las que se evidencien niveles bajos de gonadotropinas como
muy concienciada por la figura corporal, la pérdida de peso responsables de la situación de anovulación, y una vez des-
es una causa muy frecuente de amenorrea, es decir, de desa- cartados los problemas ováricos, endometriales o periféricos
parición de los ciclos menstruales, como indicador de altera- obstructivos, se instaurará una terapéutica conducente a res-
ción del eje hipotálamo-hipofisoovárico. Una forma especial- tablecer no sólo unos niveles normales de gonadotropinas,
mente grave la constituye la anorexia nerviosa, que se da sino una dinámica de éstas similar a la que ocurre en el ciclo
especialmente en mujeres jóvenes alrededor de la pubertad menstrual normal. En los casos de hiperprolactinemia, el tra-
y que se asocia a pérdidas de peso muy acusadas, que llegan tamiento debe dirigirse a disminuir los valores de prolactina.
hasta la emaciación, acompañadas de bradicardia, hipoter- La inducción de la ovulación puede efectuarse con fárma-
mia y estreñimiento. cos u hormonas que incrementen los niveles de gonadotropi-
También cabe destacar las amenorreas que aparecen en nas endógenas o bien mediante la administración de las pro-
deportistas o bailarinas como consecuencia de un exceso de pias gonadotropinas de origen humano. Entre las primeras
actividad física, la consiguiente liberación de opiáceos endó- puede utilizarse citrato de clomifeno o Gn-RH, y entre las se-
genos y/o de estimulación del eje hipotálamo-hipofisosupra- gundas, HMG, FSH ultrapura y HCG.
renal. Las enfermedades tanto agudas como crónicas pue- Citrato de clomifeno. El clomifeno es un compuesto rela-
den también desencadenar trastornos de la función ovárica, cionado estructuralmente con el dietilestilbestrol que tiene
por la situación de estrés asociado. La sintomatología de las acción antiestrogénica y que incrementa los niveles de gona-
alteraciones del eje ovárico incluyen desde irregularidades dotropinas, lo cual conduce a un mayor reclutamiento foli-
del ciclo menstrual, con menstruaciones frecuentes, hasta su cular y, éste, a su vez, determina un aumento de los valores
ausencia total, lo que constituye la amenorrea. Cuando la al- estrogénicos. El clomifeno se administra a dosis de 50 mg/día
teración es prepuberal, aunque se pueden desarrollar par- durante 5-8 días, sólo durante la primera fase del ciclo, como
cialmente los caracteres sexuales secundarios, por lo general inductor de ovulación dando el primer “empujón” en el pro-
están retrasados en el tiempo y no llegan a aparecer mens- ceso de maduración folicular. Teniendo en cuenta su modo
truaciones, como síntoma de disfunción ovárica. Se habla de acción, es lógico que sólo pueda emplearse en las pacien-
entonces de la existencia de una amenorrea primaria. Cuan- tes con un hipotálamo capaz de producir Gn-RH, una hipófi-
do la alteración ocurre después del desarrollo puberal, las re- sis capaz de responder al decapéptido y un ovario normal.
glas, que hasta ese momento ocurrían de manera más o me- Gn-RH. Aunque disponible desde los años setenta, fue a par-
nos regular, desaparecen, en cuyo caso se denominan tir de los datos de KNOBIL (1980), quien demostró la necesidad
amenorreas secundarias. La mayoría de las amenorreas pri- de su administración pulsátil por medio de una bomba de per-
marias (60%) tienen un origen congénito y se deben a erro- fusión, cuando se empezaron a obtener buenos resultados. El
res del desarrollo gonadal o de los genitales. En el 40% res- tratamiento requiere la disponibilidad de una minibomba de
tante la causa puede ser cualquiera de las mencionadas en perfusión que administre un pulso de 5-20 µg de Gn-RH cada
el grupo de las alteraciones hipotálamo-hipofisarias. 90 min, por vía subcutánea. Así se consigue un incremento de
Las pacientes pueden dividirse en varios grupos de acuer- los niveles de LH y FSH, que a su vez elevan los niveles de es-
do con la clasificación de la OMS de 1976, en función de sus trógenos, con lo que la hipófisis se hace más sensible al deca-
datos clínicos y de laboratorio. péptido y libera un “pico ovulatorio” de gonadotropinas.

2153
ENDOCRINOLOGÍA

En principio, al mantenerse intacto el eje hipofisoovárico Los tumores son, en más del 75% de los casos, unilaterales
se producen menos problemas de embarazos múltiples, por- y palpables. Cursan con valores altos de estrógenos, sin varia-
que se mantienen funcionantes los sistemas de retroalimen- ciones cíclicas menstruales y con gonadotropinas disminui-
tación entre ambas, regulándose la cantidad de FSH. das por la retroalimentación negativa correspondiente.
El control del tratamiento se lleva a cabo igual que para En algunos casos, la producción fundamental es de andró-
clomifeno o gonadotropinas. genos, con aparición de síntomas de virilización e hirsutis-
Gonadotropinas exógenas (HMG, HCG, FSH ultrapura). La mo. El tumor más frecuente es el arrenoblastoma, que apare-
HMG o, mejor, la FSH pura, se inyecta diariamente por vía ce en mujeres jóvenes de forma unilateral, seguido de los
subcutánea para estimular el crecimiento folicular; la ovula- tumores de células hiliares en mujeres mayores. En ambos
ción se induce con una inyección de HCG. La dosis diaria de casos el tratamiento es quirúrgico, con buen pronóstico. Los
HMG o FSH ultrapura dependerá del grado de respuesta ová- niveles plasmáticos elevados de testosterona, que llegan a al-
rica en ese ciclo. Esta respuesta queda reflejada por el creci- canzar valores similares a los masculinos, desaparecen des-
miento de los folículos, acompañado por cambios bioquími- pués de la extirpación.
cos con incremento de la síntesis y secreción de hormonas
esteroides. En algunos casos de respuesta pobre, reciente- Hiperfunción ovárica secundaria
mente se ha postulado la combinación de HMG o FSH ultra- Pubertad precoz verdadera. Cuando se produce una activa-
pura con GH para conseguir el desarrollo folicular. El creci- ción del eje hipotálamo-hipofisario antes de los 9 años, co-
miento folicular puede visualizarse por ecografía, mientras mienza a estimularse el ovario, produciéndose crecimiento fo-
que la secreción estrogénica puede determinarse directa- licular y, de forma alternante, niveles elevados de estrógenos.
mente, mediante su determinación en sangre y orina, o indi- Es muy importante hacer el diagnóstico diferencial entre
rectamente, a través de sus efectos en los tejidos diana, la pubertad precoz verdadera y la seudopubertad precoz, no
como glándulas cervicales o epitelio vaginal. sólo por sus aspectos patogénicos sino también por los clíni-
El control del tratamiento sirve para ajustar tanto la dosis cos y terapéuticos. Mientras que en la seudopubertad precoz
efectiva que es capaz de evocar una respuesta ovárica como suele haber un tumor ovárico o suprarrenal responsable, las
el tiempo de tratamiento requerido para la maduración foli- pubertades precoces verdaderas son funcionales y benignas
cular, así como para determinar el momento oportuno en en el 90% de los casos. Sólo el 10% se debe a tumores con
que se debe inducir la ovulación con HCG. El seguimiento se posible compromiso vital, como el pinealoma u otros tumo-
debe realizar mediante la combinación de ecografía, exa- res intracerebrales.
men clínico y determinaciones estrogénicas, ya que no exis- Tratamiento de la pubertad precoz. Si su origen es tumoral,
ten sistemas de retroalimentación funcionantes en el ovario. la extirpación quirúrgica total debe ser el método de elec-
Una vez inducida la ovulación, la paciente se someterá a ción. En los casos debidos a hiperplasia suprarrenal congéni-
observación hasta 7 días después de la primera inyección de ta ha de realizarse un tratamiento de sustitución con gluco-
HCG, teniendo especial cuidado en examinar el aumento corticoides durante toda la vida de la mujer para que, al
de tamaño ovárico, los dolores abdominales o la tensión ab- inhibir la producción de CRH-ACTH, disminuya la produc-
dominal. Si no ha habido menstruación y se mantiene una ción de andrógenos suprarrenales. También se han utilizado
temperatura basal elevada como mínimo 15 días, se realizará en estos casos los antiandrógenos, como el acetato de cipro-
una determinación de HCG endógena para diagnosticar el terona o el ketoconazol y, más recientemente, la flutamida.
posible embarazo. El tratamiento de elección en la pubertad precoz verdade-
Bromocriptina. La bromocriptina es un agonista dopami- ra lo constituyen los análogos de LHRH, que, al detener la
nérgico activo por vía oral, capaz de disminuir muy efectiva- producción hipofisaria de gonadotropinas, conducen a la re-
mente los niveles de prolactina. Se da a una dosis de 5-10 gresión de los caracteres sexuales secundarios y evitan el
mg/día por la noche, después de un período en que se admi- adelantamiento de la edad ósea, impidiendo el consiguiente
nistra una cuarta parte de la dosis o la mitad, para evitar las acortamiento de la talla final. Se deben preferir las prepara-
hipotensiones ortostáticas. Al disminuir los niveles de prolac- ciones dépôt de liberación lenta (Decapeptil,Procrin dépôt)
tina, se restablecen los ciclos menstruales. Cuando el causan- con inyecciones mensuales hasta los 12-13 años, edad en la
te es un tumor, éste disminuye de tamaño en respuesta al tra- que se interrumpe el tratamiento y se reinstaura espontánea-
tamiento. mente la pubertad.

Síndrome del ovario poliquístico. Desde un punto de vis-


Hiperfunción ovárica ta clínico se caracteriza por agrandamiento ovárico con múl-
Teniendo en cuenta que los estrógenos ováricos son deter- tiples quistes foliculares, hiperandrogenismo y oligomeno-
minantes del desarrollo de los caracteres sexuales secunda- rrea o amenorrea e infertilidad; asimismo, se acompaña de
rios femeninos, cualquier causa de hiperfunción ovárica, in- engrosamiento de las células tecales e incremento de la rela-
dependientemente de su origen, que ocurra antes de los ción LH/FSH. Su manifestación más evidente es el síndrome
9 años determinará una situación de pubertad precoz. Si la hi- descrito por STEIN y LEVENTHAL en 1935, pero en realidad cons-
perfunción ocurre después de la pubertad, puede ocasionar tituye un síndrome heterogéneo con diferentes posibles etio-
hiperplasias endometriales con hemorragias menstruales logías, que puede cursar con obesidad, hiperprolactinemia,
abundantes y frecuentes, incremento del tamaño mamario y, con galactorrea o sin ella, y también resistencia a la insulina.
en general, diversas manifestaciones de hiperestrogenismo. Hay una elevación estrogénica no cíclica, debida a la
Según su origen, las hiperfunciones pueden clasificarse en transformación periférica en estrona de la androstenodiona
primarias o secundarias. producida en las células tecales en respuesta a los niveles
continuamente elevados de LH. Los quistes foliculares tienen
Hiperfunción ovárica primaria también niveles elevados de inhibina, que podrían ser res-
Está causada exclusivamente por tumores derivados de las ponsables de la disminución de los niveles de FSH. La resec-
células granulosas y tecales ováricas con una elevada pro- ción cuneiforme del ovario, utilizada como tratamiento, dis-
ducción de estrógenos y/o de andrógenos aromatizables minuiría la inhibina ovárica al vaciar los quistes y explicaría
como la androstenodiona, que se transforma en estrona y es- el resultado inicialmente bueno de esta terapéutica, por el
tradiol en el tejido celular subcutáneo y graso. Dependiendo posible incremento de los niveles de FSH.
de la edad de la paciente, los síntomas serán de hiperestro- El origen suprarrenal como déficit parcial de 21-hidroxila-
genismo o de seudopubertad precoz, es decir, la aparición sa tampoco puede descartarse.
de caracteres sexuales secundarios femeninos antes de los
9 años, pero sin intervención de las gonadotropinas, con Hirsutismo. En realidad constituye un síndrome heterogé-
lo que no existe desarrollo folicular ni ovulaciones. neo en el que se asocian orígenes hipotálamo-hipofisarios

2154
ENFERMEDADES DE LAS GÓNADAS

con hiperfunciones androgénicas suprarrenales e hipersensi- combinada limita el crecimiento endometrial y la cantidad y
bilidad de los efectores pilosos a los andrógenos circulantes. la filancia del moco cervical, lo que constituye una manera
Se caracteriza por la aparición de vello corporal en áreas muy efectiva de evitar el embarazo, pues se dificulta el paso
sensibles a los andrógenos, que incluyen extremidades, cara, de los espermatozoides a través del cérvix uterino por la ba-
mamas, tronco y áreas perineales. Si el efecto es muy mani- rrera ejercida por el moco cervical espeso.
fiesto se puede acompañar de signos de virilización, como Cuando se interrumpe la administración de estrógenos y
alopecia, voz ronca, incremento del desarrollo muscular e hi- progestágenos después de 21 días, se produce una disminu-
pertrofia de clítoris. Los hirsutismos en los que no es posible ción gradual de los niveles circulantes de hormonas sexua-
establecer la causa, en general los más frecuentes, y que se les, que lleva, a los 2-3 días, a la aparición de una hemorragia
deben a fenómenos de hiperrespuesta de efectores o a un in- por deprivación, similar a la que ocurre durante el ciclo
cremento de la conversión periférica de testosterona en dihi- menstrual, al desprenderse el endometrio carente de soporte
drotestosterona, se denominan idiopáticos y suelen tener ca- hormonal.
racterísticas raciales. Aparte de éstos, la mayoría de los
hirsutismos tienen una causa ovárica (ovario poliquístico) o Bibliografía especial
suprarrenal (déficit enzimático). Entre estas últimas, destaca BRECKWOLD TM, ZAHRADNIK HP, WIEACKER P. Hirsutism, its pathogene-
el déficit de 21-hidroxilasa con hiperproducción de andróge- sis. Human Reprod 1989; 4: 601-604.
nos y ausencia de secreción de cortisol. Se han intentado, sin KNOBIL E, NEILL JD. The physiology of reproduction. Nueva York, Ra-
éxito, varios sistemas para hacer el diagnóstico diferencial ven Press, (2ª ed) 1994.
entre ambas entidades, pues la mayoría de las veces se pue- LEYENDECKER G, STOCK H, WILDT L. Pulsatile administration of Gn-RH in
de tratar de una combinación de factores. hypothalamic failure: Basic and clinical aspects. En: Brain and pi-
Tratamiento del hirsutismo y del ovario poliquístico. Depen- tuitary peptides II. Basilea, Nueva York, Karger, 1983.
STONETTA SA, DIZEREGA GS. Intragonadal regulation of follicular madu-
de fundamentalmente de lo que se pretenda en un momento ration. Endocr Rev 1989; 10: 205-220.
determinado. Si el objetivo es eliminar los problemas deriva- TRESGUERRES JAF. Regulación endocrina del ciclo menstrual. Medici-
dos de la hiperproducción androgénica (hirsutismo, virili- ne 1985; 37: 1.570.
zación), se tratará con anovulatorios combinados con an- TRESGUERRES JAF. Diagnóstico endocrinológico. Pruebas funcionales
tiandrógenos (glutamida), a dosis de 250-500 mg/día, y/o endocrinas. Barcelona, Labor, 1986.
dexametasona, a dosis de 0,5-1 mg/día por la noche. En los TRESGUERRES JAF. Fisiología endocrina. Madrid, Eudema, 1989.
casos de hiperprolactinemia pueden usarse también bromo- TRESGUERRES JAF. Fisiología humana. Madrid, McGraw-Hill-Interameri-
criptina. cana, 1992.
WILLIAMS RH. Textbook of endocrinology, 7.a ed. Filadelfia, Londres,
Si el objetivo es corregir la infertilidad restableciendo los Toronto, WB Saunders, 1988.
ciclos ovulatorios, se pueden utilizar inductores de la ovula- YEN SSC, JAFFE RB. Reproductive endocrinology. Filadelfia, Londres,
ción. El clomifeno se administra a dosis de 50 mg/día duran- Toronto, WB Saunders, 1992.
te 5 días; si no existe buena respuesta de gonadotropinas, se
puede incrementar la dosis hasta 100 mg/día. También es po-
sible emplear la administración pulsátil (cada 90 min) de
LHRH con bomba, a una dosis de 10-20 µg/pulso por vía sub-
cutánea o de la décima parte si es por vía intravenosa. La uti-
lización de HMG plantea el problema de la aparición de hi-
Enfermedades del testículo*
perrespuestas, probablemente por la existencia de niveles
elevados de LH previos. Por esa razón, ahora se prefiere la
FSH ultrapura, que evita dicho problema. El régimen de dosi- Consideraciones anatomofisiológicas
ficación es similar al de los otros casos de infertilidad. Tam-
bién puede administrarse un análogo de la LHRH hasta que
se produzca una “castración química reversible”. Llegado El testículo tiene dos compartimientos interdependientes,
este momento, con ausencia casi total de LH y FSH endóge- pero estructural y funcionalmente distintos: las células de
nas, se procede al estímulo con FSH ultrapura, con lo que se Leydig que producen andrógenos y los túbulos seminíferos en
consiguen desarrollos foliculares, sin que aparezcan hiper- los que se lleva a cabo la espermatogénesis.
respuestas ováricas con tanta frecuencia. Ambas funciones están bajo control del sistema hipotála-
mo-hipofisario, y hay pruebas de que existen mecanismos re-
guladores paracrinos intercompartimentales.
Contracepción hormonal: anovulatorios
Células de Leydig o células intersticiales. Representan
El hecho de que durante el embarazo, a causa de los nive- sólo el 1-10% del volumen testicular total. Aparecen esparci-
les elevados de estrógenos y progesterona que se producen, das en el tejido intertubular, en grupos, siendo su forma poli-
se cierre el circuito de retroalimentación negativa del hipotá- gonal y su citoplasma eosinófilo, el cual en ocasiones contie-
lamo y la hipófisis, descendiendo hasta valores muy bajos ne cristaloides (cristaloides de Reinke). Las células de Leydig
tanto la LH como la FSH, y se interrumpa, como consecuen- se hallan bajo el control de la LH, siendo su función la de
cia, el desarrollo folicular y, por tanto, la capacidad de fe- sintetizar esteroides, en su mayor parte testosterona.
cundación, hizo pensar a G. PINCUS en la posibilidad de indu-
cir “embarazos artificiales” como medio para bloquear la Túbulos seminíferos. Están compuestos por células germi-
ovulación. Como estrógenos de síntesis se utilizan el etiniles- nales y células de Sertoli. Estas últimas aparecen unidas en-
tradiol y el mestranol y, como progestágenos, el acetato de tre sí y constituyen una barrera hematotesticular, que separa-
medroxiprogesterona, los derivados de la 19-nortestosterona ría el compartimiento basal (en el que se encontrarían las
y el noretinodrel. espermatogonias), que puede intercambiar libremente nu-
En esencia, se trata de mantener niveles elevados de estró- trientes y metabolitos con los capilares peritubulares, del
genos y progesterona durante 21 días cada mes, de forma compartimiento adluminal, próximo a la luz del túbulo semi-
que se ejerza un bloqueo de la secreción de LH y FSH, a la nífero (en el que se encontrarían los espermatocitos prima-
vez que se mantienen los efectos feminizantes por el propio rios y otras formas más maduras) que depende de las células
aporte hormonal exógeno. Al administrarse conjuntamente de Sertoli para sus intercambios. Además, las células de Ser-
se impide también el efecto estimulante que los estrógenos toli fagocitan los restos celulares que se generan durante la
solos tienen sobre la biosíntesis de gonadotropinas hipofisa-
rias, con lo que se impide también la posibilidad del pico
“ovulatorio” a mitad del ciclo. Además, esta administración *E. Vilardell-Latorre

2155
ENDOCRINOLOGÍA

Acetato
Acciones
Colesterol Colesterol no dependientes
en sangre del receptor
20,22–desmolasa

Pregnenolona
3−β-hidroxi- Testículo
deshidrogenasa y
suprarrenal
Progesterona
SHBG T-5-alfa-
17-hidroxilasa ↓↑ Aceptores mRNA
reductasa Receptor del
T DHT
andrógeno núcleo
17-hidroxiprogesterona
17,20-desmolasa
Proteínas
Androstenodiona
17-β-hidroxi-
deshidrogenasa
Testículo
Testosterona Fig. 16.86. Mecanismo de acción de los andrógenos en la célula.
5-α-reductasa Aromatasa SHBG: globulinas transportadoras de esteroides; T: testosterona. DHT:
Otros dihidrotestosterona.
Dihidrotestosterona Estradiol tejidos

sulfato y glucurónidos, relativamente inactivos. Este tipo de


Fig. 16.85. Biosíntesis de esteroides en el testículo y su conversión metabolismo ocurre sobre todo en el hígado. Sólo un tercio
en tejidos periféricos. de los 17-cetosteroides (17-KS) urinarios procede de la testos-
terona testicular. La testosterona presenta una doble meta-
bolización periférica muy importante. En primer lugar, desa-
espermatogénesis y segregan inhibina y hormona antimülle- rrolla una reducción irreversible por la 5-α-reductasa,
riana. El ciclo normal de la espermatogénesis incluye: es- convirtiéndose en DHT, que es mucho más potente que la
permatogonias progenitoras, espermatocitos primarios, que testosterona. Se produce fundamentalmente en los tejidos de
presentan una división meiótica, y se transforman en esper- los órganos reproductivos del varón y en la piel, donde esti-
matocitos secundarios, en espermátides después y luego en mula el crecimiento y la división celular y es responsable de
espermatozoides, que alcanzan su maduración final y activa- la diferenciación sexual masculina. En segundo lugar, por
ción en el epidídimo caudal. aromatización, la testosterona se convierte en estradiol en
los tejidos periféricos de ambos sexos: cerebro, hipotálamo,
hipófisis, mamas y tejido adiposo. Hay que tener presente
Biosíntesis de las hormonas testiculares que pequeñas cantidades de DHT y de estradiol pueden ser
secretadas directamente por el testículo normal. Cuando la
El colesterol, esteroide precursor para la síntesis de andró- secreción de gonadotropinas es muy elevada, la cantidad de
genos y estrógenos, puede ser sintetizado en la célula de Ley- estradiol que segrega el testículo está muy aumentada.
dig a partir del acetato o bien proceder del plasma. En las
vías metabólicas de la formación de andrógenos en el tes-
tículo y su conversión a otras hormonas en los tejidos perifé- Acciones de los andrógenos
ricos (fig. 16.85) se requieren cinco enzimas para llegar a la
formación de testosterona y otras dos que en la periferia son Entre sus acciones se incluyen la formación del fenotipo
responsables de su reducción a dihidrotestosterona (DHT) y masculino durante el período prenatal de diferenciación se-
de su conversión a estrógenos por aromatización. Las cuatro xual, el desarrollo y la maduración de la función sexual con
primeras enzimas se encuentran también en las suprarrena- la aparición de los caracteres sexuales y la iniciación y el
les. La reacción limitante en la síntesis de testosterona es la mantenimiento de la espermatogénesis siguiendo a la puber-
conversión de colesterol a pregnenolona por la 20-22-desmo- tad. Los efectos androgénicos son ejercidos sobre los órga-
lasa, regulada por la LH, que de esta forma controla la este- nos diana que tienen un receptor proteico de alta afinidad
roidogénesis testicular. El testículo también secreta androste- en el citosol. La testosterona entra en la célula por difusión
rona, androstenodiona, progesterona, 17-OH-progesterona y pasiva y, dentro de ella, puede ser reducida a DHT por la en-
estradiol, pero su principal producto es la testosterona, que zima 5-α-reductasa (fig. 16.86). La testosterona o la DHT se fi-
es secretada al torrente circulatorio donde circula en su ma- jan a un receptor específico que se encuentra en el citosol,
yor parte fijada a proteínas del plasma, principalmente a la formando un complejo que entra en el interior del núcleo y
SHBG (betaglobulina), a la albúmina y a una α1-glucoproteí- se fija a aceptores específicos dentro de los cromosomas. En
na ácida. La relación testosterona/SHBG es baja en los prime- ellos estimula la síntesis de nuevo RNA y, por tanto, la sínte-
ros meses de vida del niño, lo que sugiere escasa signifi- sis proteica. Los tejidos cuyo origen embriológico lo constitu-
cación biológica en comparación con la elevación de testos- ye el seno urogenital son particularmente dependientes de
terona que se observa en esta época de la vida. En el hiperti- las acciones del complejo DHT-receptor. El complejo testos-
roidismo aumentaría la capacidad de fijación de la SHBG en terona-receptor regula la secreción de gonadotropinas y, en
los dos sexos. El papel de estas proteínas fijadoras no está to- la fase de diferenciación sexual, es responsable de la estimu-
talmente aclarado, aun cuando se cree que podrían modular lación del conducto de Wolff. Las acciones anabólicas gene-
las acciones de los andrógenos. Sólo el 1-3% de la testostero- rales de los andrógenos sobre hueso, músculo, piel y cerebro
na circula en el plasma como testosterona “libre”. Esta forma se inducen por ambas, la DHT y la testosterona.
y la unida a la albúmina son las funcionalmente activas. La
testosterona se fija a receptores intracelulares y estimula la
transcripción del DNA. Control hormonal de la función testicular
La testosterona y sus metabolitos activos son excretados
fundamentalmente por la orina como metabolitos inactivos. La función de las células de Leydig se encuentra bajo el
Los andrógenos son también metabolizados hacia derivados control de la LH hipofisaria. La membrana posee receptores

2156
ENFERMEDADES DE LAS GÓNADAS

de alta afinidad para la LH; su fijación induce una serie de entre 400 y 1.000 ng/dL (1.386 y 3.467 nmol/L); en los niños
cambios, con aumento del contenido intracelular de AMPc y sus valores son muy bajos, inferiores a 20 ng/dL (69 nmol/L),
de GMP, fosforilación de proteínas intracelulares y cambios elevándose rápidamente al iniciar la pubertad. La dihidrotes-
en los fosfolípidos de la membrana y en los canales del cal- tosterona se mide también por RIA y en el adulto su valor
cio, cuyo resultado final es la activación de la reacción limi- normal es de alrededor del 10% de la testosterona. Las con-
tante de la esteroidogénesis testicular. La exposición prolon- centraciones plasmáticas de estradiol son muy bajas en los
gada o excesiva de LH produce en las células de Leydig una varones, oscilando entre 20 y 40 pg/mL (73 y 147 pmol/L); en
desensibilización, con disminución del número de recepto- su mayor parte son de origen extraglandular. Existen méto-
res. Al parecer, la FSH podría estimular también la síntesis de dos comerciales para la dosificación de la proteína transpor-
testosterona, aumentando el número de receptores para la tadora de esteroides (SHBG), lo que permite valorar el nivel
LH de las células de Leydig. Si bien en la hipófisis la testoste- de hormona libre biológicamente activa. La dosificación de
rona puede convertirse en DHT, al parecer, es aquélla la que gonadotropinas se realiza también por RIA y los valores nor-
ejerce un control de la secreción de LH por medio de un me- males deben ser establecidos por cada laboratorio según el
canismo de retroalimentación negativo. Se acepta que la tes- estándar de referencia y el anticuerpo utilizado. Las concen-
tosterona podría regular en el hipotálamo la síntesis y secre- traciones varían mucho de un momento a otro debido a la
ción de LHRH. Es bien conocida la pulsatilidad de la secreción pulsátil que presentan. Se debe señalar que para
secreción de LH, consecuencia de la secreción endógena in- efectuar una interpretación correcta de un resultado es nece-
termitente de LHRH, cuya amplitud y frecuencia varían con- sario medir las concentraciones concomitantes de testostero-
siderablemente en diferentes circunstancias. La secreción de na. De esta manera, unos niveles bajos de esta última que se
testosterona también es variable y presenta cierto ritmo cir- acompañan de niveles bajos de LH implican una alteración
cadiano, siendo los niveles más altos por la mañana. La se- hipotálamo-hipofisaria; en cambio, los niveles bajos de tes-
creción hipotalámica de LHRH es estimulada por catecola- tosterona y elevados de LH sugieren una alteración gonadal
minas e inhibida por péptidos opioides. primaria. Teniendo en cuenta que las alteraciones de la se-
La espermatogénesis está controlada por la FSH median- creción de prolactina pueden inducir trastornos de la fun-
te su acción sobre las células de Sertoli, que es necesaria ción gonadal, se aconseja proceder a la determinación de
para su iniciación y mantenimiento. También interviene en prolactina, cuyos valores normales no sobrepasan los 20
su regulación la testosterona, siendo absolutamente necesa- ng/mL (20 µg/L). Las mediciones de FSH, al reflejar la fun-
ria la existencia de concentraciones intratesticulares altas de ción espermatogénica, son útiles para su valoración; el ha-
esta hormona. Esto se consigue gracias a la proximidad física llazgo de niveles elevados traduce una lesión tubular.
de la células de Leydig, que se encuentran en el intersticio
junto a los túbulos seminíferos, y también merced a la sínte-
sis por las células de Sertoli de una proteína transportadora
Pruebas de estimulación hormonal
de andrógenos (ABP) que facilita el mantenimiento de ele- En algunos casos en los que los niveles hormonales basa-
vadas concentraciones en la luz del túbulo. Las células de les no son diagnósticos puede ser útil la realización de prue-
Sertoli producen también una hormona no esteroide, la inhi- bas de estimulación. El clomifeno, un compuesto utilizado
bina, que regularía la secreción de FSH. La inhibina, parcial- para inducir la ovulación en la mujer, permite estudiar la in-
mente homóloga al TGF-β y al factor de inhibición mulleria- tegridad del eje hipotálamo-hipofisotesticular; al fijarse en los
no, es una glucoproteína formada por dos cadenas, alfa y receptores esteroides hipotalámicos bloquea el mecanismo
beta. La unión de dos cadenas beta de inhibina aislada de de control negativo que ejerce la testosterona, con lo cual se
fluido folicular porcino presenta capacidad de estimular in elevan los niveles de LH y FSH. En el varón, la administra-
vitro la liberación de FSH. La producción de inhibina es au- ción de 50 mg 2 veces al día durante 7 días duplica los valo-
mentada por los andrógenos en forma dependiente de la do- res basales de LH. La respuesta de LH y FSH a la adminis-
sis. Para algunos, este aumento sería bloqueado por la cipro- tración de LHRH es válida para investigar el eje hipofisotesti-
terona. Esta hormona sería liberada en la última fase de la cular. La dosis habitual es de 100 µg, por vía intravenosa, que
espermatogénesis, lo que se acompañaría de una disminu- produce un incremento superior al 300% de LH y del 100%
ción de los niveles de FSH. Cuando se afecta la función tubu- de FSH. La prueba de estimulación con gonadotropina corió-
lar, las células de Sertoli no producen inhibina y aparece una nica (HCG) sirve para valorar la función de las células de
elevación de la FSH. Leydig, cuyo conocimiento es difícil antes de la pubertad. Es
Sus concentraciones son más bajas en los ancianos. En el una prueba útil para determinar la presencia de un testículo
hipogonadismo hipogonadotropo masculino también son funcionante. Se han utilizado diferentes pautas, con dosis
más bajas y su respuesta a la administración de HCG puede que oscilan entre 1.000 y 5.000 U/día en inyección intramus-
ser predictiva de la respuesta espermatogénica a la adminis- cular por períodos de 1-4 días. Dosis de 2.000 U de HCG pro-
tración de gonadotropinas. La inhibina aumenta durante la ducen una respuesta testicular máxima, por lo que suele ad-
gestación y sus niveles son indetectables después de la me- ministrarse dicha dosis durante 4 días determinándose la
nopausia y de la castración. En los tumores ováricos de célu- testosterona antes y 24 h después de la última inyección. Las
las de la granulosa aumentan mucho sus concentraciones y respuestas son variables y, en niños prepuberales sanos, sue-
pueden constituir un buen marcador tumoral en estos casos len obtenerse valores alrededor de 300 ng/dL (1.040 nmol/L).
para detectar recidivas aun antes de que aparezca evidencia A veces es necesario prolongar la estimulación y administrar
clínica. 2.000 U 2 veces por semana. Aun cuando no se ha demostra-
do que sea específico para el diagnóstico de tumores testicu-
lares feminizantes de células de Leydig, la prueba de la HCG
Exploración funcional del testículo con determinación de estradiol al tercer día puede ser útil en
el diagnóstico diferencial de una ginecomastia, sobre todo si
Mediciones hormonales se asocia a la determinación de gonadotropinas basales y
post-LHRH.
En la actualidad, la mayoría de las hormonas se miden en
plasma o en suero, reemplazando las determinaciones urina-
rias. La testosterona se mide por radioinmunoanálisis (RIA) y,
Análisis del semen
debido a las oscilaciones diurnas y a su secreción de tipo Los eyaculados obtenidos por masturbación se recogen en
pulsátil, se recomienda obtener las muestras de sangre para recipientes adecuados y después de 48-72 h de abstinencia.
su determinación a partir de una mezcla de pool de tres alí- Deben examinarse antes de transcurridas 2 h, determinándo-
cuotas obtenidas de tres extracciones de sangre realizadas se la morfología y la motilidad: el volumen del eyaculado tie-
con intervalos de 20 min. En el adulto, su valor normal oscila ne que ser superior a 2 mL y con un recuento de espermato-

2157
ENDOCRINOLOGÍA

zoides cuyos límites normales son 20 a 100 millones/mL. la resolución del cuadro agudo. En la exploración, ambos
Como el ciclo de maduración espermática completa se pro- testículos o sólo uno de ellos puede aparecer más pequeño y
longa 70-90 días, la obtención de muestras cada 6-8 semanas blando. Si existe oligospermia se hallarán niveles elevados
permite establecer el carácter transitorio o permanente de de FSH, junto con concentraciones normales de LH y testos-
un defecto determinado. En la mayoría de los casos, son ne- terona. La gonorrea, la tuberculosis, la lepra, la brucelosis, la
cesarias tres o más eyaculaciones para poder establecer la lúes y también, en zonas de infestación, algunas parasitosis
normalidad del semen. como filariasis y bilharziasis pueden provocar orquitis e indu-
cir fallo testicular.
Evaluación del volumen testicular
La medida normal del testículo adulto es de 4,5 cm de lon-
Irradiación
gitud (3,5-5,5 cm) y su volumen de 12-25 mL. Es importante Las lesiones inciden sobre todo en los túbulos seminíferos,
tener presente que, en el adulto, su tamaño no se modifica siendo reversibles los efectos cuando las dosis son pequeñas;
con la edad. Cuando se producen lesiones tubulares pospu- sin embargo, la recuperación total puede demorarse años,
berales, los testículos se palpan más pequeños y blandos, ya incluso más de cinco para dosis de 400-600 rad. Asimismo, la
que los túbulos seminíferos representan casi el 90% del volu- utilización de dosis muy altas de radioyodo puede producir
men total. Si la lesión fue prepuberal aparecen de forma ca- oligospermia y azoospermia. Con el empleo de dosis altas
racterística, pequeños y duros. puede establecerse una esterilidad permanente. Raras veces
se produce déficit permanente de la función esteroidogé-
nica.
Biopsia testicular
En casos concretos la biopsia puede ser útil, por ejemplo,
en pacientes con oligospermia y azoospermia, si no se obser-
Fármacos
va una elevación de la FSH, y también para reconocer casos Los agentes alquilantes y otros anticancerígenos inducen
de síndrome de Klinefelter, en los que la alteración cromosó- lesión tubular. La ciclofosfamida produce, prácticamente en
mica aparece limitada al testículo. En estos casos es necesa- todos los casos, azoospermia u oligospermia, que suele ser
rio hacer cultivo del tejido obtenido por biopsia con el fin de reversible, normalizándose la función en la mitad de los ca-
confeccionar el cariotipo. sos dentro de los 3 años de su interrupción.
Se ha sugerido que la supresión de la función testicular
con análogos de LHRH podría proteger al testículo de la toxi-
Exámenes por métodos de imagen cidad de los citostáticos pero no se ha demostrado. También
En casos de genitales ambiguos, la ecografía es útil para otros muchos fármacos que interfieren en la síntesis de tes-
determinar la existencia y la localización de los testículos. tosterona, que bloquean su acción o que inhiben la secre-
Los que presentan una situación retroperitoneal son difíci- ción de gonadotropinas, alteran su síntesis y afectan la fun-
les de visualizar, por lo que también puede ser útil la tomo- ción espermatogénica.
grafía computarizada (TC). Los situados en los labios y en El ketoconazol inhibe la síntesis de testosterona y también
el conducto inguinal son habitualmente fáciles de identifi- la esteroidogénesis suprarrenal. La espironolactona blo-
car. El varicocele es una causa común de disfunción testi- quea la esteroidogénesis, la ciproterona bloquea el receptor
cular, que compromete la fertilidad; no existe correlación citoplasmático de los andrógenos, y ambos producen hipo-
entre el volumen del varicocele y el grado de afectación gonadismo.
testicular. El diagnóstico clínico es fácil si se palpa el vari- La flutamida, derivado no esteroide de la toluidina, inhibe
cocele, siempre con el paciente en ortostatismo. Cuando la fijación nuclear de los andrógenos, al igual que la anan-
no se palpa, los métodos diagnósticos más útiles son la ter- drona o RU23908, con lo cual impiden la acción biológica
mografía escrotal y la venografía retrógrada de la vena es- de los andrógenos. Se han utilizado en el tratamiento del
permática interna. cáncer de próstata junto con análogos de LHRH. Un inhibi-
dor de la 5-α-reductasa (finasteride), al bloquear la forma-
ción de DHT, induce involución prostática. La ciproterona
Alteraciones de la función testicular inhibiría asimismo la secreción de gonadotropinas, como al
en el adulto parecer lo hace la medroxiprogesterona. Ciertos fármacos,
como las fenotiazinas o la metoclopramida, aumentan la se-
El hipogonadismo es la alteración más frecuente dentro creción de prolactina y, de esta forma, interfieren en la libe-
de las afecciones testiculares. Se lo define como un fallo de ración de gonadotropinas. La exposición a otros agentes tó-
la función testicular, que puede ser global, afectando la fun- xicos, como insecticidas, tiene efectos tóxicos para la
ción esteroidogénica y la reproductora, o parcial, compro- espermatogénesis, al igual que ciertos metales como el cad-
metiendo sólo esta última. En la mayoría de los casos la le- mio y el boro. El plomo puede afectar crónicamente la
sión testicular es primaria (hipogonadismo primario); con función de las células de Leydig, interfiriendo en la síntesis
menor frecuencia es secundaria a una lesión hipofisaria o hi- de testosterona. Otros fármacos, como propranolol y guaneti-
potalámica con alteración de la secreción de gonadotropi- dina, pueden disminuir la potencia sexual. El alcohol tiene
nas y/o LHRH (hipogonadismo secundario). En ambos casos efectos tóxicos sobre la esteroidogénesis testicular y la es-
el cuadro puede aparecer antes de la pubertad, siendo con- permatogénesis. En los individuos que toman marihuana,
génito o adquirido, o después de la pubertad en el individuo heroína o metadona se encuentran concentraciones bajas
adulto ya desarrollado. de testosterona, y en pacientes tratados con amiodarona se
han comprobado su acumulación en el testículo y concen-
traciones muy altas en el semen, si bien no se conocen sus
Orquitis efectos sobre la función reproductora. El consumo abusivo
Una de las orquitis más frecuentes es la que puede apare- de anabólicos esteroides por deportistas puede provocar
cer en la parotiditis epidémica; es una complicación rara en disminuciones del volumen testicular hasta del 20% y un
el niño y muy frecuente en el adulto (25% de casos). En dos descenso de la producción de esperma hasta del 90% o más.
tercios de los pacientes es unilateral. La inflamación y el ede- Estos individuos presentan elevaciones de estradiol compa-
ma de la glándula pueden conducir a la hialinización y es- rables a los valores encontrados en mujeres fértiles (por aro-
clerosis de los túbulos seminíferos, con oligospermia resi- matización de los andrógenos a estrógenos) y es frecuente
dual. El grado de atrofia no siempre es proporcional a la que desarrollen ginecomastia, en particular los levantadores
gravedad de la orquitis y se establece 1-6 meses después de de pesas.

2158
ENFERMEDADES DE LAS GÓNADAS

Enfermedades neurológicas
La distrofia miotónica de Steinert es un trastorno heredofa-
miliar que se acompaña de miopatía miotónica, cataratas,
alopecia y trastornos en el ECG, entre otros. Aparece una es-
clerosis tubular pospuberal con fallo espermatogénico y, con
menor frecuencia, de la esteroidogénesis; aproximadamente
el 80% de estos pacientes presentan disminución del volu-
men testicular. Las lesiones de la médula espinal capaces de
producir paraplejía pueden afectar en forma definitiva la fun-
ción espermatogénica.

Enfermedades hepáticas y renales


Los pacientes con cirrosis hepática presentan una disminu-
ción de los niveles de testosterona total y libre, a pesar de la
frecuente elevación de las concentraciones de SHBG. Si bien
los niveles de LH suelen ser más altos que los normales, no
lo son proporcionalmente al déficit androgénico concomi-
tante. Los valores de estradiol en estos enfermos son norma-
les o altos, debido a la extracción hepática insuficiente de
androstenodiona que, por conversión periférica, determina
la formación de estrona y estradiol. Probablemente el exceso
de estrógenos justificaría, en parte, la respuesta testicular dis-
minuida a la administración de HCG. La esterilidad y la atro-
fia gonadal no son raras en estos enfermos. En la insuficien-
cia renal crónica es frecuente encontrar tasas bajas de
secreción de testosterona, junto con elevaciones de la LH. La
hemodiálisis o el trasplante renal mejoran la síntesis de tes-
tosterona y también la espermatogénesis. Es posible que el
mal estado nutricional en la insuficiencia renal crónica pue-
da ser un factor importante en la alteración testicular, ya que
en los estados de desnutrición proteicocalórica se observan
alteraciones similares.

Fig. 16.87. Síndrome de Klinefelter.


Fallo testicular autoinmune
No aparece como un fallo aislado, sino asociado a otros tras-
tornos endocrinos configurando el síndrome autoinmune poli- Aplasia de células germinales
glandular tipo II (insuficiencia suprarrenal, enfermedad tiroi- Los pacientes con aplasia de células germinales aparecen
dea autoinmune y diabetes mellitus tipo I) o bien el síndrome normalmente virilizados, con testículos más pequeños, y pre-
autoinmune poliglandular tipo I (hipoparatiroidismo, insufi- sentan infertilidad por azoospermia. Los túbulos seminíferos
ciencia suprarrenal y candidiasis). Asimismo, puede asociarse son más delgados, sólo contienen células de Sertoli y no hay
a otras afecciones no endocrinas (anemia perniciosa, vitíligo y fibrosis tubular. Antes de la pubertad se han encontrado al-
hepatitis crónica activa). Es menos frecuente el fallo ovárico. gunas células germinales en la biopsia. Las concentraciones
Puede también aparecer asociado a hipopituitarismo y a enfer- de LH y de testosterona son normales, pero la respuesta de
medad de Graves-Basedow. El examen histológico testicular re- ésta a la HCG es subnormal y la FSH se halla elevada. Es un
vela la infiltración linfocítica y suelen encontrarse anticuerpos cuadro raro y la dotación cromosómica es generalmente XY.
circulantes contra la membrana basal testicular.
Síndrome de Klinefelter
Hipogonadismos primarios Se trata de una anomalía del sexo cromosómico que oca-
siona una de las formas más frecuentes de hipogonadismo
Anorquia o agenesia testicular masculino y esterilidad. Estudios de extensiones bucales en
el recién nacido y en la población adulta masculina han re-
Más del 50% de estos pacientes se describen como indivi- velado una incidencia de 1/400-500. El síndrome de Turner
duos fenotípicamente masculinos, lo que implica que duran- con cariotipo 45 X, aunque frecuente (alrededor de 1/2.700
te el desarrollo fetal existió secreción de testosterona. Suelen recién nacidos vivos fenotípicamente femeninos), presenta
presentar un microfalo y pueden desarrollar ginecomastia. Si una incidencia mucho menor. Con las técnicas actuales de
el fallo gonadal se produjo durante el desarrollo fetal, las ma- reconocimiento del sexo mediante la amniocentesis se pue-
nifestaciones son muy variadas, con fenotipos femeninos o den detectar estos síndromes durante el segundo trimestre
con genitales externos masculinos, pero coexistiendo restos de la gestación.
de oviductos.
Cuadro clínico. La forma clásica del síndrome de Klinefel-
ter (fig. 16.87) se caracteriza por la existencia de testículos
Síndrome de Noonan (Turner masculino) pequeños y duros en el adulto, con un diámetro longitudinal
Es un trastorno autosómico recesivo, que aparece también a menudo inferior a 1,5 cm (media 2,5 cm) con azoospermia,
en mujeres y cursa con los estigmas propios del síndrome de ginecomastia y elevación de las gonadotropinas plasmáticas.
Turner: talla baja, hipertelorismo, implantación baja de las Con frecuencia estos pacientes presentan retraso mental o
orejas, cuello corto, tórax en escudo, cúbito valgo, etc. No es trastornos de adaptación social.
raro el retraso mental. La función de las células de Leydig En niños y adolescentes, el síndrome puede sospecharse
puede ser normal y la criptorquidia es frecuente. En ocasio- por la presencia de testículos muy pequeños y genitales ex-
nes se asocia a hipotiroidismo. ternos también pequeños (fig. 16.88), con alargamiento de

2159
ENDOCRINOLOGÍA

visión meiótica en el curso de la gametogénesis, que en el


60% de los casos ocurriría en la madre y en el 40% en el pa-
dre. En los casos de origen materno, la edad avanzada de la
madre constituye un factor predisponente. Aproximadamen-
te el 10% de los pacientes presentan un mosaicismo 46 XY/47
XXY; en estos casos el error cromosómico se debe a una falta
de disyunción mitótica de un cigoto (óvulo fecundado) 46
XY o 47 XXY. En este último caso existiría también una altera-
ción en la disyunción meiótica. Las alteraciones endocrinas
serían menos graves y, en algunos casos, estos individuos
pueden ser fértiles.
Las variantes del síndrome de Klinefelter en las que hay
cromosomas X adicionales resultan en cariotipos 48 XXXY y
49 XXXXY. En estos casos suele haber retraso mental impor-
tante, lesión testicular prepuberal, pene muy pequeño, crip-
torquidia y anomalías esqueléticas.

Diagnóstico y tratamiento. El diagnóstico en un individuo


pospuberal es sugerido por el fenotipo masculino, la presen-
cia de ginecomastia y unos testículos pequeños y firmes. La
libido y la potencia sexual pueden ser normales o estar algo
disminuidas, y el motivo de consulta suele ser la ginecomas-
tia o la esterilidad. El sexo cromatínico es positivo y la dota-
ción cromosómica más habitual 47 XXY, si bien pueden en-
contrarse otras variantes, especialmente mosaicismos. Los
Fig. 16.88. Genitales externos en un paciente adolescente afecto del niveles de gonadotropinas son elevados, los de FSH constan-
síndrome de Klinefelter. temente y los de LH pueden alcanzar valores normales altos
en relación con los niveles de testosterona. En edad prepu-
beral, sus valores basales y postestimulación con LHRH se
las extremidades inferiores (en general son altos y, en todos hallan dentro del intervalo normal. Con el inicio de la puber-
los casos, en relación con la talla de los padres). Asimismo, tad se elevan de forma progresiva, al mismo tiempo que se
suelen comprobarse problemas escolares o trastornos de pone de manifiesto la capacidad disminuida para secretar
conducta, muchas veces de tipo depresivo. En el momento testosterona. Los niveles de testosterona en plasma son muy
de la pubertad, la aparición de ginecomastia y la coexisten- variables, y aun cuando en la mayoría de los casos están por
cia de testículos pequeños pueden ayudar a orientar el diag- debajo de la media normal, en otros se superponen con los
nóstico. De forma característica, muchos de estos pacientes valores normales. Los valores de testosterona libre en la ma-
presentan un crecimiento exagerado de los huesos largos, en yoría de los pacientes son bajos, y los de SHBG, elevados.
especial los de las extremidades inferiores; la relación entre Los niveles de estradiol plasmático son normales o eleva-
braza y talla suele ser inferior a 1, mientras que en las formas dos. A medida que avanza la lesión testicular, aumenta la se-
de hipogonadismo hipogonadotropo (eunucoidismo inten- creción de estradiol por la estimulación de LH. La estructura
so) la braza es superior a la altura en más de 5 cm. histológica del testículo se modifica con la edad, pero los
La ginecomastia es muy frecuente, con una incidencia su- cambios típicos incluyen hialinización de los túbulos, ausen-
perior al 50% y, en algunas series, del 76%. La elevada secre- cia de espermatogénesis y aumento de las células de Leydig
ción hipofisaria de gonadotropinas que presentan estos en- que forman agregados.
fermos estimularía la secreción de andrógenos y estrógenos. El tratamiento consiste en la administración de testostero-
Probablemente, la ginecomastia sería secundaria a una rela- na cuando hay evidencia de una deficiencia androgénica
ción aumentada de estrógenos/andrógenos, que se incre- (p. ej., enantato de testosterona, en dosis de 250 mg cada 2 o
mentaría por aromatización de los andrógenos en el tejido 3 semanas). La ginecomastia se corrige quirúrgicamente.
adiposo; cabe recordar que la obesidad es habitual en estos
enfermos. JACKSON, MULDEL et al afirman que en los individuos
con síndrome de Klinefelter y cariotipo 47 XXY, la incidencia Defectos en el desarrollo de los genitales
de cáncer de mama sería la misma que en la población fe- masculinos
menina. También presentan mayor predisposición a desarro-
llar especialmente tumores de células germinales, en particu-
lar de origen extragonadal (coriocarcinomas), lo cual se ha Criptorquidia
relacionado con la presencia de un cromosoma X inactivo. Constituye uno de los trastornos más frecuentes de la in-
Los tumores de mama de estos pacientes suelen ser adeno- fancia, durante la cual su incidencia aproximada es del 0,8%.
carcinomas infiltrantes, con tendencia a desarrollarse cen- La incidencia en el recién nacido es muy superior, alcanzan-
tralmente y afectar, sobre todo, el pezón. do el 30% en niños prematuros. Sin embargo, en la mayoría
Asimismo, estos pacientes presentan gran variedad de tras- de estos casos son testículos retráctiles que descienden defi-
tornos, con una incidencia mucho más alta que la esperada, nitivamente entre las 6 semanas y los 3 meses de edad. A pe-
como trastornos mentales, anomalías óseas, disfunciones ti- sar de la elevada frecuencia de este trastorno, se conoce
roideas, diabetes mellitus, colelitiasis, úlcera péptica, trastor- poco acerca de los mecanismos que intervienen en el des-
nos autoinmunes, ceguera para los colores, osteoporosis, censo fisiológico testicular, en el que se podrían distinguir
hernia inguinal, prolapso de la válvula mitral y varicosidades. tres etapas: descenso transabdominal, descenso transinguinal
En algunas series también se ha encontrado una elevada in- y descenso a la posición normal escrotal.
cidencia de enfermedades del aparato respiratorio, como Muchas son las hormonas que podrían estar implicadas en
bronquitis, bronquiectasias y asma. el control del descenso testicular. Se ha pensado que la tes-
tosterona fetal, la sustancia inhibidora de los conductos mu-
Etiopatogenia. En este síndrome es característica la presen- llerianos, la DHT y el eje hipotálamo-hipofisario tendrían al-
cia de un cromosoma sexual extra, siendo el cariotipo más gún papel en el proceso. Asimismo, se ha postulado que las
común 47 XXY, que se encontraría en la forma clásica de sín- fases transabdominal y transinguinal del descenso testicular
drome de Klinefelter. En ésta se produciría un error en la di- estarían controladas por hormonas y mecanismos distintos.

2160
ENFERMEDADES DE LAS GÓNADAS

En la primera fase, que comprendería el movimiento del tes- TABLA 16.51. Causas de infertilidad masculina
tículo desde su posición inicial abdominal posterior hasta el
anillo inguinal interno, la regulación correría a cargo de la Causas testiculares
Hipogonadismos hipogonadotropos e hipergonadotropos
sustancia inhibidora de los conductos de Müller y se produ- Síndrome de aplasia germinal
ciría antes de las 12 semanas de gestación. La segunda fase Detención de la espermatogénesis
de descenso, desde el anillo interno inguinal hasta el escro- Varicocele
to, sería dependiente de los andrógenos y ocurriría en el ter- Criptorquidia
cer trimestre. Para explicar la criptorquidia en individuos Trastornos inmunológicos
con función testicular normal se ha sugerido que en estos ca- Epididimitis, prostatitis
sos existiría un retraso en el desarrollo del eje hipotálamo-hi-
pofisotesticular en el período perinatal, y una mejoría espon- Causas postesticulares
Defectos congénitos de los conductos deferentes, el epidídimo
tánea posterior, que conduciría a una virilización normal en y las vesículas seminales
la pubertad. Muchos estudios dirigidos a determinar los nive- Síndrome de Young
les de gonadotropinas en estos pacientes parecen demostrar Síndrome de las células inmóviles (espermatozoides inmóviles)
un déficit transitorio de LH que podría ser la causa de la falta Vasectomía
de descenso testicular.
Los testículos criptorquídicos se pueden dividir en: a) re-
tráctiles, que se encuentran intermitentemente en la ingle;
b) detenidos de forma permanente en la ingle; c) intrabdomi- cidos varones cuyas madres habían ingerido progestágenos
nales, y d) en la parte alta del escroto. Para establecer el diag- durante la gestación; sin embargo, en la mayoría de los casos
nóstico debe realizarse una exploración física cuidadosa en aparece como una anomalía de causa desconocida, cuyo
un ambiente a temperatura adecuada, evitando el frío, y con tratamiento se basa en su corrección quirúrgica.
el paciente en ortostatismo y en decúbito. En muchos casos
es útil practicar la palpación de las bolsas, presionando la
pared abdominal inferior o durante el curso de la maniobra Infertilidad masculina
de Valsalva. La exposición materna a estrógenos exógenos
podría ser un factor de riesgo. Criptorquidias bilaterales apa- Se calcula que el 10% de los matrimonios son estériles, y
recen asociadas a diferentes cuadros de hipogonadismos, que en el 40-50% o más de los casos la infertilidad es masculi-
síndrome de Noonan, síndrome de Reifenstein, hipogonadis- na (antigua impotencia generandi). Un hombre es infértil
mos hipogonadotropos, etc. En estos últimos su presencia cuando es incapaz de fertilizar un óvulo. En más de la mitad
implica peor pronóstico para recuperar la función reproduc- de los casos de azoospermia o de oligospermia profunda no
tora con el tratamiento. se puede precisar el origen, a pesar del gran número de cau-
La orquiopexia es el tratamiento de elección en la criptor- sas de esterilidad masculina que se han podido identificar.
quidia. Alrededor del 10% de los tumores testiculares inciden Descartadas las causas derivadas de cualquier tipo de tras-
en glándulas criptorquídicas. Se ha utilizado la administra- torno en el coito, como impotencia, defectos en la eyacula-
ción de HCG en inyección intramuscular y, más recientemen- ción (prematura, retrógrada), relaciones muy esporádicas,
te, LHRH intranasal para corregir la criptorquidia. Algunos es- etc., entre las causas más comunes (tabla 16.51) destacan las
tudios concluyen que el tratamiento hormonal es en la hipotálamo-hipofisarias, que cursan con una disminución de
mayoría de los casos inefectivo para conseguir el descenso las concentraciones plasmáticas de LH y FSH (véase Enfer-
testicular en los testículos verdaderamente criptorquídicos y medades del sistema hipotálamo-hipofisario). Cabe citar
sólo sería efectivo en producir el descenso de testículos re- aquí las hiperprolactinemias que se asocian a impotencia
tráctiles. El tratamiento quirúrgico suele indicarse en la actua- coeundi, disminución de gonadotropinas y de testosterona,
lidad antes de la edad escolar. Para algunos autores sería de- la administración de fármacos que inhiben la secreción de
masiado tarde y afirman que si quiere preservarse la fertilidad ambas gonadotropinas, LH y FSH (medroxiprogesterona, es-
del testículo, la orquiopexia debe realizarse antes de los trógenos, andrógenos), o sólo de la FSH, como ocurre con la
2 años. No hay que olvidar, sin embargo, que en esta edad las difenilhidantoína. Hay muchos tóxicos ambientales que afec-
dificultades técnicas de la operación son mayores y, por tan- tan la espermatogénesis: radiaciones, hidrocarburos haloge-
to, aumentan el riesgo de lesión y de atrofia testicular tras la nados y fármacos o drogas como sulfasalazina, marihuana y
orquiopexia per se. Por otra parte, tambien hay que tener pre- alcohol.
sente que la esterilidad es muy frecuente en varones tratados En el grupo de causas testiculares de esterilidad se inclu-
por criptorquidia bilateral, lo que ha sugerido que la malfor- yen las asociadas a deficiencia androgénica por afección de
mación testicular no sería consecuencia de la criptorquidia, las células de Leydig y defecto secundario de la espermato-
sino que ya estaría determinada por un desarrollo anómalo. génesis, pero hay muchas otras que cursan con secreción an-
drogénica normal. Tal es el caso de la aplasia de las células
germinales o Sertoli cell only syndrome, que se caracteriza his-
Hipospadias tológicamente por ausencia de espermatogénesis y conserva-
Es una anomalía congénita de la uretra y del pene relativa- ción de las células de Leydig y de las células de Sertoli. Estos
mente frecuente (5-8 de cada 1.000 varones recién nacidos pacientes, por tanto, presentan azoospermia con virilización
vivos), en la que se ha sugerido un posible incremento de su normal. Se cree que la alteración es congénita en la mayoría
incidencia. Aparece como consecuencia de un fallo en el de los casos, habiéndose observado este síndrome en herma-
cierre normal de la ranura uretral fetal. La uretra en el pa- nos. De todas maneras, se ha descrito también en individuos
ciente hipospádico termina en la superficie ventral del falo, que han desarrollado una orquitis o tenían una criptorquidia.
entre el lugar que normalmente ocupa el meato uretral y el Las concentraciones de LH y testosterona son normales y las
perineo; se distinguen tres tipos según se sitúe en la superfi- de FSH muy elevadas. Este síndrome representa algo menos
cie ventral del glande, en el pene o en la zona perineoscro- del 10% de todas las azoospermias. Se han descrito casos de
tal. Suele acompañarse de cierto grado de contracción e in- detención de la maduración espermatogénica, generalmente
clinación ventral, que tiende a ser más pronunciada cuando en la fase de espermátide, de causa no aclarada, si bien se
el falo empieza a aumentar de tamaño. Se cree que esta mal- sospecha un origen congénito. El varicocele es una causa fre-
formación es producida por falta de andrógenos o por algún cuente de esterilidad cuyo tratamiento quirúrgico produce
tipo de resistencia a los andrógenos durante la embriogéne- un 70% de curaciones. Su incidencia en la población general
sis. De hecho, el hipospadias constituye una anomalía que se es del 10-15%, y en los individuos estériles del 20-40%. El me-
asocia con frecuencia a alteraciones en el desarrollo sexual canismo por el cual el varicocele determina cambios en la
masculino. Se ha descrito también su aparición en recién na- calidad, el volumen, el recuento o la composición del semen

2161
ENDOCRINOLOGÍA

no se conoce con exactitud. Se ha sugerido que el flujo san- (impotencia diabética, debida a las complicaciones vascula-
guíneo retrógrado en la vena espermática interna por incom- res y neurológicas) y, por último, las psicógenas.
petencia valvular, con la dilatación progresiva del plexo Para la evaluación de una impotencia hay que realizar
venoso peritesticular, afecta la temperatura de ambos testícu- una meticulosa historia clínica, a fin de conocer el inicio de
los. En el 85% de los casos se localiza en el lado izquierdo. la pubertad, la actividad masturbadora y búsqueda de enfer-
La criptorquidia unilateral se asocia, en un número significati- medades orgánicas y psiquiátricas, así como la ingesta de fár-
vo de casos, a alteraciones en la espermatogénesis. En un macos que pueden afectar la erección, como ciproterona,
porcentaje muy pequeño de casos se han detectado anticuer- butirofenonas, fenotiazinas, litio, derivados tricíclicos, antihi-
pos dirigidos contra el semen. Existirían inmunoglobulinas pertensivos, alcohol o factor de estrés psicosocial, que se
que se fijarían a la superficie del espermatozoide, pudiendo asocian a una disminución de la secreción de gonadotropi-
reconocerse por reacción mixta antiglobulina y medidas por nas, de los niveles plasmáticos de testosterona y a alteracio-
pruebas de aglutinación en suero y líquido seminal; al pare- nes de la espermatogénesis. Hay que practicar una explora-
cer, el tratamiento con prednisona podría ser efectivo en ción física adecuada en busca de anomalías peneanas,
ciertos casos. Algunos pacientes presentaban oclusiones de como microfalo y esclerosis de los cuerpos cavernosos (en-
las vías epididimarias o deferentes. Las infecciones del epidí- fermedad de La Peyronie), etc., y un estudio hormonal con
dimo, las vesículas seminales o la próstata también son cau- valoraciones de LH, FSH, testosterona y prolactina, así como
sas de infertilidad. investigaciones neurológicas y vasculares completas: estu-
Finalmente, dentro del grupo de causas postesticulares se dios de conducción nerviosa, pruebas de tumescencia pe-
encuentran las alteraciones del sistema de los conductos ex- neana nocturna, prueba de la papaverina en inyección in-
cretores. Pueden ser congénitas, con aplasia de los conduc- tracavernosa, arteriografía del eje hipogastricocavernoso y
tos deferentes, el epidídimo y las vesículas seminales, que medición del índice de presión arterial peneana, representa-
aparece de forma aislada o asociada a fibrosis quística y cur- do por la relación entre la presión sistólica más baja en una
sa con azoospermia. En algunos de estos casos existiría el de las cuatro arterias principales del pene y la presión sistóli-
antecedente de exposición prenatal a niveles altos de dieti- ca en el brazo (los valores en ausencia de defecto vascular
lestilbestrol administrados durante la gestación. Alteracio- son de 0,91 ± 0,07; cuando esta relación es inferior a 0,65 in-
nes adquiridas con obstrucción de los conductos excretores dica impotencia de causa vascular). La realización de todos
se han descrito en el síndrome de Young, que se acompaña estos exámenes ayuda a diferenciar las impotencias psicóge-
de infecciones crónicas sinusales y pulmonares. El síndrome nas de aquellas de origen orgánico, y su aplicación sistemáti-
de los cilios inmóviles representa una causa curiosa de este- ca ha cambiado el concepto que se tenía de la rareza de las
rilidad masculina de origen congénito, que cursa con un de- formas orgánicas, estimadas antes en menos del 10%. Actual-
fecto en la motilidad de los cilios de las vías respiratorias y mente se acepta que las impotencias orgánicas representan
de la cola de los espermatozoides; ello origina infecciones hasta el 50% del total. No hay que olvidar, sin embargo, que
respiratorias crónicas y esterilidad por inmovilidad de los es- en todos los tipos orgánicos de fallo de la erección existen
permatozoides; se asocia al síndrome de Kartagener (situs diferentes grados de componente psicológico.
inversus, bronquiectasias y sinusitis crónica) en el 50% de El comienzo insidioso de un fallo progresivo de la erec-
los casos. ción, con pérdida de las erecciones espontáneas matinales y
El diagnóstico de infertilidad masculina exige una explora- preservación de la libido, es sugestivo de alguna forma or-
ción física completa: estudio del sentido olfatorio, investiga- gánica de impotencia, sobre todo si existen tres o cuatro fac-
ción de los genitales y caracteres sexuales secundarios, con- tores principales de riesgo de lesión arterial: diabetes, ta-
sistencia y tamaño testiculares por orquidometría o, mejor, baquismo, hiperlipemia e hipertensión, que abonarían el
por ecografía, que debe extenderse al estudio de la próstata componente arterial de la impotencia. Por el contrario, el co-
y las vesículas seminales. Obviamente, hay que practicar un mienzo brusco de la impotencia para situaciones específicas,
análisis completo del semen. acompañado de preservación de las erecciones espontáneas
En el estudio diagnóstico de una azoospermia debe in- y de las erecciones reflejas asociadas a la fase REM, sería in-
cluirse una evaluación de la función endocrina y, si ésta dicativo de impotencia psicógena. El fallo eréctil psicógeno
es normal, una biopsia testicular. Si el examen histológico es se trata con psicoterapia y técnicas conductuales; en las im-
normal, hay que buscar causas postesticulares (obstrucción potencias orgánicas el tratamiento consiste en la corrección
o ausencia de los conductos excretores) que justificarían la de la causa que la ha provocado, siempre que ello sea posi-
azoospermia. ble. En muchos casos, sin embargo, la única opción puede
ser la aplicación de prótesis en el pene.

Impotencia coeundi
Climaterio masculino o andropausia
Tradicionalmente se ha considerado relacionada con pro-
blemas de la función testicular. Sin embargo, ha quedado Se denomina así a la involución fisiológica de la función
bien demostrado que el déficit androgénico es una causa gonadal del varón. El envejecimiento se asocia a múltiples
muy rara de impotencia en un varón sano. Se puede manifes- cambios en la función sexual del varón. Se requiere una esti-
tar como una incapacidad para obtener o mantener una mulación más prolongada para conseguir una erección com-
erección, con pérdida o disminución del deseo sexual, au- pleta, y los estímulos físicos directos llegan a ser más impor-
sencia de eyaculación o incapacidad para alcanzar el orgas- tantes que los emocionales indirectos. El volumen y la fuerza
mo; estas manifestaciones aparecen de forma aislada o aso- del eyaculado están reducidos. Alrededor de los 70 años, los
ciadas. La incidencia del trastorno aumenta con la edad: valores promedio de testosterona tienden a disminuir, au-
1,9% a los 40 años y hasta el 25% a los 65 años. Con la edad mentando los niveles de SHBG, lo que implica una disminu-
hay una disminución de la actividad sexual, y muchos varo- ción de la testosterona libre. Paralelamente, aparece una ele-
nes tienen temor a la impotencia. La ansiedad que se asocia vación progresiva de la LH plasmática y un aumento de la
al aumento de la edad puede desencadenar la aparición de conversión periférica de andrógenos a estrógenos, con una
este trastorno. relación disminuida de andrógenos/estrógenos. Su sintoma-
Desde el punto de vista fisiopatológico cabe distinguir va- tología, aunque más rara, es superponible a la de la meno-
rios tipos de impotencias: las neurógenas (afectación de la pausia femenina. Hay una tendencia a desarrollar hipertrofia
región sacra y fibras autónomas parasimpáticas), las endocri- prostática e, incluso, a veces hipertrofia mamaria. Sin embar-
nas (déficit hormonal androgénico, hiperprolactinemias, dis- go, los cambios en los valores hormonales, que estadística-
funciones tiroideas), las vasculares (enfermedades vascula- mente son más bajos que los niveles medios normales, en ge-
res oclusivas, arteriosclerosis), las inducidas por fármacos neral se encuentran dentro de la variación normal.

2162
ENFERMEDADES DE LAS GÓNADAS

Tumores testiculares Tratamiento con andrógenos


Está indicado en todas las formas de hipogonadismo hipo-
Relativamente raros, representan el 1% de todos los cánce- gonadotropo del adolescente. También se utiliza para indu-
res en el varón. Inciden en tres épocas de la vida: en la infan- cir la pubertad y conseguir y mantener una virilización nor-
cia, en el adulto joven y en el anciano. La mayoría de los tu- mal. Este tratamiento es más cómodo y económico para el
mores se originan a partir de las células germinales y casi el paciente. Existe el riesgo de provocar el cierre precoz de los
95% de ellos son malignos. Se distinguen: seminomas, carci- huesos y comprometer la talla final y no permite obtener fer-
nomas de células embrionarias, coriocarcinomas, tumores del tilidad. La testosterona, en forma de ésteres de acción pro-
saco vitelino, teratomas, teratocarcinomas y formas mixtas. longada, constituye el andrógeno más utilizado. El enantato
Las gónadas disgenéticas que contienen un cromosoma Y y el cipionato de testosterona consiguen normalizar rápida-
y los testículos criptorquídicos tienen mayor propensión a mente las concentraciones plasmáticas de testosterona, indu-
desarrollar tumores (la orquiopexia a edad temprana reduce ciendo los cambios puberales. En el varón adulto, dosis de
el riesgo). En las primeras suelen presentarse tumores mix- 200 mg por vía intramuscular cada 2 o 3 semanas permiten
tos tipo gonadoblastomas. La incidencia exacta de cáncer en normalizar y mantener la virilización. En el adolescente con
testículos no descendidos es desconocida, aunque se ha esti- un problema de retraso constitucional del crecimiento y desa-
mado que es 20-40 veces más frecuente que en los testículos rrollo, se ha utilizado también enantato de testosterona, a do-
normales. En los criptorquídicos se han observado, en mues- sis de 50 mg cada mes, en tandas de 3 meses y hasta un año
tras biópsicas, células germinales atípicas en cuyo caso se de duración; con esta pauta de tratamiento algunos autores
considera que existe un seminoma in situ. Hay que tener en consiguen aumentar la velocidad de crecimiento sin afectar
cuenta también la mayor incidencia de cáncer en los testícu- la talla final e inducir la aparición de la pubertad. Otros pre-
los contralaterales descendidos de pacientes con una criptor- fieren utilizar un decaonato de testosterona por vía oral, a la
quidia unilateral, lo que sugeriría que el cáncer testicular po- dosis de 40 mg/día durante 6 meses. Es preferible, por mu-
dría desarrollarse por un defecto testicular intrínseco. Los chos motivos, la vía intramuscular, sobre todo porque no in-
gonadoblastomas suelen aparecer entre los 20 y los 35 años duce una supresión prolongada del eje hipotálamo-hipofiso-
y, a pesar de su carácter maligno, con tratamiento adecuado gonadal: una dosis de 200 mg intramuscular prácticamente
en la actualidad puede obtenerse la curación. se elimina en poco más de 15 días, lo que no ocurre con la
Los seminomas son los tumores testiculares más frecuentes. vía oral continuada. La absorción oral no es total y se requie-
Los carcinomas de células embrionarias y los teratomas son ren dosis 40-50 veces más altas que las tasas de producción
más comunes en la infancia. Los primeros pueden secretar normal diaria de testosterona (24,5 mmol/día); los prepara-
marcadores biológicos (alfafetoproteína). Los tumores que se dos por vía oral entrañan el riesgo de inducir alteraciones
originan a partir de las células de los cordones sexuales y de la hepáticas. Se ha ensayado la vía transdérmica utilizando par-
estroma son en general tumores de las células de Leydig. Son ches aplicados a la piel del escroto; aunque se ha demostra-
raros en niños y, con algunas excepciones, benignos. do su eficacia, presentan el gran inconveniente de acompa-
El coriocarcinoma contiene células trofoblásticas y, por ñarse de concentraciones muy altas de DHT que, a largo
tanto, produce HCG, que se encuentra muy elevada en el plazo, pueden ejercer efectos indeseables sobre la próstata y
plasma de estos pacientes. La determinación de la subuni- otros tejidos. Se ha ensayado con éxito la administración
dad β de la HCG se utiliza como un marcador tumoral espe- transdérmica a través de piel no escrotal, alcanzándose con-
cífico de actividad en una cuarta parte de los tumores testi- centraciones fisiológicas de T y de sus metabolitos.
culares, y en el coriocarcinoma es un excelente marcador También los anabólicos esteroides son capaces de estimu-
para el diagnóstico y para la comprobación de la eficacia del lar el crecimiento e inducir la maduración sexual en adoles-
tratamiento. La producción elevada de HCG y de estrógenos centes con retraso constitucional, aun cuando no se ha de-
puede inducir la aparición de una ginecomastia, que sería la mostrado su auténtica efectividad y entrañan el riesgo de
primera manifestación del tumor. La producción elevada de disminuir la talla final. La oxandrolona y la fluoximesterona
estrógenos y testosterona puede deberse a la secreción autó- son los más utilizados, si bien la primera ha dejado de co-
noma por parte del tumor (tumores de células intersticiales mercializarse y debe prescribirse en forma galénica, habi-
de la estroma). En este caso se inhiben los niveles de gona- tualmente a la dosis de 2,5 mg/día durante 3 meses. Cuando
dotropinas y la producción hormonal del testículo y se altera se administra a niños con un volumen testicular de 4 mL o
la espermatogénesis. En general, la principal manifestación más, induce una aceleración del crecimiento, que se mantie-
clínica consiste en el hallazgo de una masa testicular indolo- ne (aun cuando no se siga el tratamiento) y se prolonga con
ra. Otras veces, y según el tipo de producción hormonal y la la aparición de una pubertad espontánea. Si el volumen tes-
edad del paciente, aparecen cuadros de pubertad precoz, de ticular es inferior a 4 mL, la aceleración que se consigue con
virilización o de feminización. El tratamiento de los tumores el tratamiento no se mantiene y cesa totalmente al interrum-
testiculares es quirúrgico, seguido de irradiación y quimiote- pirlo.
rapia, según el tipo de tumor y el grado de extensión. El tratamiento con testosterona y anabólicos esteroides
puede producir alteraciones hepáticas, como pliosis hepáti-
ca o colestasis e incluso inducir el desarrollo de tumores he-
Hipogonadismo secundario páticos. La testosterona es aromatizada a estradiol en el hipo-
tálamo, la hipófisis, en menor grado en el testículo y, de
El fallo testicular se produce como consecuencia de una forma importante, en otros tejidos periféricos, lo que justifica-
alteración del sistema hipotálamo-hipofisario y puede ser ría la aparición de ginecomastia en algunos casos, mucho
congénito (véase Patología de la pubertad) o adquirido (véa- más frecuente cuando coexiste una hepatopatía. Está con-
se Enfermedades del sistema hipotálamo-hipofisario). traindicado su empleo en pacientes con cáncer de próstata y
su beneficio debe valorarse cuidadosamente en los indivi-
duos con hipertrofia prostática y en los ancianos.
Tratamiento hormonal del hipogonadismo
Salvo raras excepciones, el tratamiento hormonal sustituti-
Tratamiento con gonadotropinas
vo es obligado en todas las formas de hipogonadismo, no Se utiliza para inducir fertilidad en los hipogonadismos se-
sólo para conseguir la virilización, sino también para evitar y cundarios. La HCG obtenida de orina de mujeres embaraza-
revertir los trastornos que pueden derivarse del déficit hor- das tiene una actividad biológica similar a la LH hipofisaria y
monal, como osteoporosis, cambios lipídicos que aumentan estimula la esteroidogénesis; la HMG, que presenta una acti-
el riesgo de enfermedad coronaria, etc. vidad parecida a la FSH, estimula la espermatogénesis y se

2163
ENDOCRINOLOGÍA

obtiene a partir de la orina de mujeres menopáusicas. Cuan- MALHOTRA A, POON E, TSE W-Y, PRINGLE PJ, HINDMARSH PC, BROOK CGD.
do se administra sólo HMG no se consigue inducir fertilidad, The effects of oxandrolone of the growth hormone and gonadal
la cual sí puede obtenerse en algunos casos utilizando HCG axis in boys with constitutional delay of growth and puberty. Clin
Endocrinol 1993; 38: 393-398.
como único tratamiento. La pauta de tratamiento de la infer- MEIKLE AW, MAZER NA, MOELLMER JF, STRINGHAM JD, TOLMAN KG, SAN-
tilidad difiere según la edad en que se haya establecido el hi- DERS SW et al. Enhanced transdermal delivery of testosterone
pogonadismo. Las formas congénitas o prepuberales requie- across nonescrotal skin produces physiological concentrations of
ren la administración conjunta de HCG (en general 2.000 mU testosterone and its metabolites in hypogonadal men. J Clin Endo-
3 veces por semana) y HMG (75 mU 3 veces por semana). crinol Metab 1992; 74: 623-628.
Ésta se administra cuando las concentraciones de testostero- NIESCHLAG E. Care of the infertile male. Clin Endocrinol 1993; 38: 123-
na se han normalizado y cuando el volumen testicular es de 133.
8 mL. Probablemente, al igual que la FSH humana, la HMG
se fija a las células de Sertoli y quizá también a las esperma-
togonias y, a través del AMPc, induce la producción de pro-
teínas que son importantes para el control de la espermato-
génesis, como ABP e inhibina; posiblemente modularía la Trastornos de la diferenciación sexual
función de las células de Leydig. En las formas pospuberales
suele ser suficiente la administración de HCG (1.000-5.000 Fisiología de la diferenciación sexual*
mU por semana) para conseguir la fertilidad. En los pacien-
tes con criptorquidia, incluso tratada precozmente con or-
quiopexia, el tratamiento suele fallar y raras veces se consi- El género humano presenta una diferenciación en dos
gue la fertilidad. Lo mismo cabe decir de los pacientes que sexos: masculino y femenino. Las diferencias biológicas en-
sufren defectos hipofisarios múltiples. Es evidente que cuan- tre ambos se establecen en cuatro niveles distintos: sexos ge-
do existe un hipogonadismo por destrucción de las células nético, gonadal, genital y psicosocial. La determinación a
gonadotropas asociado a hiperprolactinemia deben tratarse cada nivel está condicionada normalmente por la del ante-
ambos trastornos. rior, y cada uno presenta una cronología propia en la ontoge-
Se ha postulado que el tratamiento con gonadotropinas re- nia del individuo (fig. 16.89).
sulta más fisiológico para inducir el crecimiento y la madura- El sexo genético se determina en el momento de la fecun-
ción puberal en niños con retraso constitucional; sin embar- dación del óvulo por el espermatozoide, según el cromoso-
go, las dosis que se utilizan distan mucho de ser fisiológicas, ma sexual que contenga el espermatozoide fecundante: un
motivo por el cual se prefiere, cuando sea necesario, instau- espermatozoide con la dotación cromosómica 22 + X deter-
rar tratamiento con andrógenos. minará un cigoto 44 + XX, cuyo sexo genético es femenino,
mientras que un espermatozoide 22 + Y determinará un cigo-
to 44 + XY, cuyo sexo genético es masculino.
Tratamiento con LHRH El sexo gonadal se establece en el curso de las primeras
Se ha demostrado que la administración de LHRH en for- semanas de vida embrionaria y depende del sexo genético.
ma pulsátil consigue inducir una maduración por completo A partir del esbozo de las gónadas primitivas indiferenciadas
normal, valorada por el número de concepciones consegui- se forman los ovarios en el sexo femenino y los testículos en
das, en el hipogonadismo hipogonadotropo. Con este trata- el masculino.
miento, mucho más fisiológico que los anteriores, es posible La diferenciación del ovario comienza en el curso de la 8.a
conseguir el restablecimiento de la secreción de gonadotro- semana y queda completada hacia la 28.a semana. En ausen-
pinas y de la función gonadal en la mayoría de los pacientes, cia de cromosoma Y, la gónada primitiva, comienza a dife-
aun en aquellos en los que ha fallado el tratamiento con go- renciarse en ovario. Sin embargo, para la diferenciación
nadotropinas. En casi todos los casos, tras la interrupción del completa del ovario, así como para su mantenimiento, pare-
tratamiento reaparece el hipogonadismo; sólo en algunos pa- ce necesaria una doble dotación X.
cientes (quizá los que tienen valores más altos de la subuni- La diferenciación de la gónada primitiva en testículo de-
dad alfa) persiste una secreción pulsátil de frecuencia y am- pende de la presencia del gonosoma Y. La diferenciación
plitud normales después de interrumpir el tratamiento, de masculina se inicia por la presencia de un factor determinan-
forma que podría tratarse de déficit incompletos de LHRH. te del testículo (TDF) codificado por un gen del brazo corto
Se administra a dosis de 2 µg por vía subcutánea a intervalos del cromosoma Y, que probablemente corresponde al deno-
de 90 min y durante 8 h por la noche y mediante una bom- minado gen SRY (sex-determining region, Y chromosome).
ba de perfusión portátil previamente programada. Para el tra- Otros genes parecen también intervenir en la diferenciación
tamiento de la infertilidad se recomiendan dosis de 15 µg completa del testículo, tanto autosómicos como ligados al X.
cada 90 min por vía subcutánea. En el tratamiento de los hi- La diferenciación del testículo comienza algo antes de la
pogonadismos hipogonadotropos, el brote de aceleración del ovario, hacia la 7.a semana de gestación. La organización
del crecimiento en los niños aparece cuando el volumen tes- de la gónada primitiva en cordones da lugar al esbozo ini-
ticular es de 10 mL, momento en que los cambios en la se- cial de los túbulos seminíferos, en los que se diferencian las
creción de gonadotropinas y esteroides sexuales coincide células de Sertoli y las células germinales. El intersticio inter-
con cambios en la pulsatilidad de la hormona del crecimien- tubular es ocupado por fibroblastos, que se diferencian en
to (aumento de la amplitud de los pulsos). células de Leydig con capacidad esteroidogénica. La crono-
logía de la diferenciación de los dos compartimientos testi-
culares, así como la regulación de sus funciones, en cuanto a
síntesis y secreción de sus productos hormonales principales
Bibliografía especial [factor inhibidor de los conductos de Müller (MIF) por parte
BURGER HJ. Clinical utility of inhibin measurements. J Clin Endocrinol de las células de Sertoli y testosterona por parte de las célu-
Metab 1993; 76: 1.391-1.395. las de Leydig] son esenciales para la diferenciación del sexo
DELEMARRE-VAN DE WAAL H. Induction of testicular growth and esper- genital.
matogenesis by pulsatile, intravenous administration of gonado- El sexo genital femenino depende del tipo de diferencia-
tropin-releasing hormone in patients with hypogonadotrophic hy- ción de los conductos urogenitales primitivos (conductos de
pogonadism. Clin Endocrinol 1993; 38: 473-480.
HENDRY WF, HUGHES L, SCAMMELL G. Comparison of prednisolone and Müller y conductos de Wolff), así como del de los tubérculos
placebo in subfertile men with antibodies to spermatozoo. Lancet y seno urogenitales.
1990; 35: 85-88.
KRANE RJ, GOLDSTEIN I, SÁENZ DE TEJADA I. Impotence. N Engl J Med
1989; 321: 1.648-1.659. *L. Audí Parera

2164
ENFERMEDADES DE LAS GÓNADAS

XX Sexo genético XY

TDF

Sexo gonadal

Ovarios
Testículos

Célula de Célula de
Leydig Sertoli
Conductos Conductos de
de Wolff Müller Sexo genital
T MIF

Trompa
Conductos de Conductos
Wolff de Müller

Útero Acción Acción local


sistémica + receptor androgénico
Conducto
deferente
Tercio superior de la vagina Vesículas
seminales
Seno urogenital y genitales externos Seno urogenital y genitales externos

5-α-reductasa 5-α-reductasa
Receptor DHT Próstata
androgénico
+ Receptor
androgénico
Pene Utrículo
Clítoris prostático
Androgenización
Labios Dos tercios inferiores de la vagina Escroto

Fig. 16.89. Diferenciación sexual genética, gonadal y genital en el feto humano. DHT: dihidrotestosterona; MIF: factor inhibidor de los conduc-
tos de Müller; T: testosterona; TDF: factor determinante del testículo.

El sexo genital queda determinado durante la vida fetal para la síntesis de testosterona a partir del colesterol. La ac-
por la ausencia de función testicular durante fases críticas de ción de la testosterona sobre los conductos de Wolff se ejer-
la vida fetal. En efecto, en ausencia de MIF, los conductos ce por vía local, a través de receptores específicos para ella
de Müller se desarrollan constituyendo el útero, las trompas y presentes incluso antes del aumento de secreción testicular
el tercio superior de la vagina. Asimismo, en ausencia de tes- de testosterona, mientras que no se detecta actividad 5-α-re-
tosterona de origen testicular, el esbozo de los conductos de ductasa, que transformaría dicha hormona en su metabolito
Wolff no se desarrolla. Y, por último, la ausencia de testoste- DHT. De los conductos de Wolff derivan el epidídimo, los
rona y de su metabolito DHT –que actuarían sobre el tubér- conductos deferentes y las vesículas seminales. Su diferen-
culo y el seno urogenitales– permite la diferenciación del ciación ocurre entre las semanas 9.a y 18.a, paralelamente al
sexo genital externo femenino (dos tercios inferiores de la incremento de la síntesis testicular de testosterona. En cam-
vagina, labios mayores y menores y clítoris). bio, la diferenciación de los genitales externos masculinos
La determinación del sexo genital masculino requiere una depende de la llegada de dicha hormona por vía sistémica,
secreción y una acción normales de los dos tipos de hormo- de su metabolización a DHT por la enzima 5-α-reductasa y,
nas testiculares: el MIF y la testosterona. en último término, de la acción de la DHT sobre el seno y el
La secreción de MIF por las células de Sertoli comienza tubérculo urogenitales. De ellos derivan la próstata, el pene y
hacia la 8.a semana de la vida fetal. Su estímulo depende se- las bolsas escrotales. Tanto la enzima 5-α-reductasa como los
guramente de la FSH hipofisaria. Esta secreción alcanza nive- receptores específicos para la DHT están presentes en los tu-
les máximos hacia la mitad de la gestación y es cronológica- bérculos y el seno urogenitales antes del inicio de su diferen-
mente paralela a la desaparición de los conductos de Müller. ciación. La cronología de esta diferenciación es paralela a la
La acción del MIF se ejerce por vía local sobre los conductos secreción testicular de T.
de Müller. Los trastornos de la diferenciación sexual pueden manifes-
El desarrollo y el mantenimiento de los conductos de tarse en uno solo o en varios de dichos niveles de diferencia-
Wolff dependen de la secreción de testosterona por las célu- ción: sexo genético, gonadal, genital y psicosocial. Se abor-
las de Leydig. El funcionalismo de éstas es inducido inicial- darán en primer lugar las anomalías del sexo cromosómico
mente por la HCG de origen coriónico, aunque después del que implican anomalías de la diferenciación gonadal, pero
primer trimestre de la vida fetal la LH hipofisaria fetal parece sin discordancia con el sexo genital o fenotípico y, por lo
también desempeñar un papel en el mantenimiento de las tanto, sin ambigüedad sexual. Las entidades clínicas más re-
células de Leydig fetales. La biosíntesis de testosterona re- presentativas son, en el sexo fenotípico femenino, la disgene-
quiere, pues, la presencia de HCG y/o LH, de receptores para sia gonadal pura con síndrome de Turner y, con menor fre-
estas gonadotropinas en las células de Leydig o en sus pre- cuencia, la disgenesia 46 XX y, en el sexo fenotípico
cursoras y, por último, de la cadena de enzimas necesarias masculino, el síndrome de Klinefelter en los varones con ca-

2165
ENDOCRINOLOGÍA

TABLA 16.52. Clasificación de los estados intersexuales narse con la aparición de menarquía, la existencia de un cor-
to período de ciclos menstruales con “menopausias preco-
Seudohermafroditismo femenino ces” y aun los rarísimos casos demostrados en los que se ha
Sexos genético y gonadal femeninos, pero sexo genital
producido gestación (no puede descartarse que en algunos
ambiguo o masculino
Disgenesias gonadales puras 46 XY de estos casos se tratara de mosaicismo no identificado). La
Sexo genético masculino, pero gónadas disgenéticas y sexo incidencia de abortos y de recién nacidos con alteraciones
genital femenino o ambiguo cromosómicas es muy elevada en estas mujeres 45 X cuando
Disgenesias gonadales mixtas quedan embarazadas. Al llegar a la pubertad no se presenta
Sexo genético masculino o anómalo, sexo gonadal mixto desarrollo mamario, ni de los demás caracteres sexuales se-
y sexo genital ambiguo cundarios; aparece adrenarquía con producción de andróge-
Hermafroditismo verdadero nos suprarrenales que provocan el desarrollo de vello pubia-
Sexo genético femenino, masculino o mosaico, sexo gonadal
mixto, sexo genital masculino o ambiguo
no y axilar que no progresan hasta la normalidad porque
Seudohermafroditismo masculino falla la participación gonadal en la secreción esteroide.
Sexos genético y gonadal masculinos y sexo genital femenino En estas pacientes se ha descrito una gran variedad de
o ambiguo anomalías del desarrollo, la más común de las cuales es la fa-
cies peculiar con hipertelorismo y a veces epicanto, boca de
pez, implantación baja colgante de las orejas, micrognatia,
cuello corto y ancho a veces con un pliegue cutáneo (ptery-
riotipo 47 XXY. Cuando existe una discordancia entre alguno gium colli) e implantación baja del cabello en el cuello. Pre-
de los tres primeros niveles de diferenciación (genético, go- sentan gran variedad de anomalías esqueléticas, como tórax
nadal y genital) cabe hablar de estados intersexuales, según excavado, en escudo, paladar excavado, cúbito valgo y acor-
los diversos factores analizados. Aquí se adoptará una clasifi- tamiento del cuarto metacarpiano. Otras anomalías que se
cación según el tipo de gónada presente (tabla 16.52). Den- describen son la presencia de abundantes nevos pigmenta-
tro de cada una de las cinco grandes entidades clínicas (seu- dos, formación de queloides, alteración del sentido cromáti-
dohermafroditismo femenino, disgenesias gonadales puras co, sorderas de percepción, hipoplasia de las uñas y anorma-
46 XY, disgenesias gonadales mixtas, hermafroditismo verda- lidades en los dermatoglifos palmares. Son muy frecuentes
dero y seudohermafroditismo masculino) existen diversas las malformaciones renales (riñón en herradura, duplicación
etiologías. de pelvis y uréter). En algunas series se ha comunicado un
25% de casos con coartación de aorta, que coincidía siempre
con la presencia de pliegue cutáneo. Aproximadamente el
Anomalías del sexo cromosómico 25% de estos pacientes tienen un coeficiente intelectual más
bajo que el promedio. Los portadores de pliegue cutáneo
Se originan en el período inicial, en el de formación del presentan una incidencia más alta de moderado retraso
sexo genético, y determinan trastornos en el número o la es- mental. Se ha descrito también mayor tendencia a presentar
tructura de los cromosomas sexuales X o Y. enfermedades autoinmunes: tiroiditis crónica autoinmune,
hipotiroidismo, diabetes mellitus y artritis reumatoide.
En la mayoría de los casos el promedio de edad ósea en
Disgenesia gonadal y síndrome de Turner estos enfermos es casi normal o sólo discretamente retrasado
El síndrome de disgenesia gonadal es un trastorno de los entre los 6 y los 12 años, pero luego se establece un retraso
cromosomas sexuales que incide en individuos fenotípica- de la maduración esquelética, y sin tratamiento es frecuente
mente femeninos y que se caracteriza por tres hechos bási- la aparición de osteoporosis acentuada.
cos: infantilismo sexual, presencia de cintillas gonadales En estos pacientes las concentraciones plasmáticas de
(streak gónadas) y talla baja. Puede también acompañarse FSH permanecen elevadas hasta los 4-5 años, disminuyendo
de numerosas malformaciones congénitas, en cuyo caso se entonces hasta niveles normales. A partir de los 9 años, los
habla de síndrome de Turner. En el síndrome de Bonnevie-Ull- niveles de FSH aumentan rápidamente hasta alcanzar los va-
rich, a los rasgos característicos del primero se añade linfede- lores de pacientes castrados; de forma simultánea se eleva
ma de extremidades. En el síndrome de Noonan, que aparece también la LH (aunque no con tanta intensidad) y los niveles
en el fenotipo masculino o femenino, hay normalidad cro- de estradiol plasmático permanecen siempre bajos, inferio-
mosómica y desarrollo gonadal normal, pero se encuentran res a 20 pg/mL.
muchas de las anomalías descritas en el síndrome de Turner
(talla baja, alteraciones esqueléticas y otras). Etiopatogenia. Las anomalías cromosómicas pueden produ-
cirse por fallos en la replicación de las células germinales du-
Cuadro clínico. La talla es un hallazgo característico en los rante la espermatogénesis o la oogénesis o por alteraciones
pacientes con síndrome de Turner y cariotipo 45 X. El prome- en la división mitótica de las células en el óvulo ya fertilizado
dio del peso y la talla al nacer está por debajo del normal y o cigoto. El defecto de la disyunción meiótica determina que
la talla final suele oscilar entre 133 y 153 cm, manteniendo los pares de cromosomas no se separen durante la anafase;
una velocidad de crecimiento muy lenta, que a los 5 años si- una de las células hijas recibe un cromosoma extra que falta-
túa a estos pacientes con tallas que están 2,5 desviaciones es- rá en la otra, y el fallo en la disyunción mitótica se produce
tándar o más por debajo de la talla media correspondiente. en el cigoto, después que ha sido fertilizado el óvulo. En este
Destaca la ausencia de desarrollo puberal. Los genitales caso pueden derivarse dos líneas celulares diferentes, una
externos son femeninos normales, pero no se desarrollan en dotada con el número normal de cromosomas y otra con un
el momento de la pubertad; los genitales internos son feme- número aneuploide.
ninos, el útero es muy pequeño y las gónadas están constitui- En el síndrome de Turner la dotación cromosómica 45 X
das por dos cintillas bilaterales, formadas por tejido fibroso es la más frecuente, faltando el otro cromosoma sexual. El
parecido al de la estroma ovárica normal y en las que faltan cromosoma X presente procede con mayor frecuencia de la
los folículos primordiales. Hasta el tercer mes de desarrollo madre. Aproximadamente el 40% de los casos presentan mo-
fetal no se encuentran diferencias en las gónadas en relación saicismo, siendo el más frecuente el 46 XX/45 X. Sin embar-
con los fetos normales XX; se encuentran numerosas células go, se describe una amplia variedad de mosaicismos, junto
germinales, que desaparecen progresivamente y son sustitui- con alteraciones estructurales de los gonosomas, supresión o
das por tejido conjuntivo de la estroma. La presencia de algu- rotura de los brazos cortos o largos del cromosoma X y apari-
nos folículos en medio de la estroma de la gónada rudimen- ción de isocromosomas X (Xqi) por división transversal des-
taria no es excepcional; sí lo es, en cambio, que persistan de el centrómero. Se ha dicho que la talla baja de estos pa-
hasta la adolescencia o la edad adulta. Esto puede relacio- cientes se debería a la pérdida de material genético, que se

2166
ENFERMEDADES DE LAS GÓNADAS

encontraría en el brazo corto del cromosoma X. En la mayo- TABLA 16.53. Etiologías del seudohermafroditismo femenino
ría de las pacientes, la secreción de hormona de crecimiento
(hGH) es normal, pero se ha descrito que a partir de la edad De origen fetal
Hiperplasia suprarrenal congénita
puberal pueden presentar una disminución en su secreción Déficit de 21-hidroxilasa
debido al déficit de esteroides sexuales que presentan. Déficit de 11-β-hidroxilasa
Déficit de 3-β-hidroxiesteroide-deshidrogenasa
Diagnóstico y tratamiento. En pacientes fenotípicamente Déficit de aromatasa
femeninas debe sospecharse el diagnóstico en presencia de Tumores fetales productores de andrógenos
una talla baja, cuando existen anomalías somáticas semejan- Malformaciones múltiples urogenitales
tes a las que se encuentran en la disgenesia gonadal y en los Idiopático
casos de pubertad tardía que cursan con elevación de las De origen materno
Tumores suprarrenales u ováricos productores de andrógenos
concentraciones plasmáticas de gonadotropinas sobre todo Hiperplasia suprarrenal congénita no tratada o mal tratada
FSH. La comprobación de una cromatina sexual negativa Yatrogenia
cuando debería ser positiva atendiendo al fenotipo femenino
obliga a la práctica de un cariotipo, que en la mayoría de los
casos mostrará una dotación 45 X. Los pacientes con mosai-
cismos pueden presentar, sin embargo, cromatina sexual po- Seudohermafroditismo femenino
sitiva.
El tratamiento debe dirigirse a provocar la maduración pu- Se trata de pacientes con sexos genético y gonadal femeni-
beral, mediante la administración de estrógenos, que induci- nos, cuyos genitales externos se presentan al nacer total o
rán el desarrollo mamario, así como maduración de los geni- parcialmente masculinizados. La causa más frecuente es la
tales internos (vagina, útero) y externos (labios mayores y presencia, durante la vida fetal, de niveles más o menos ele-
menores). Estimularán también el crecimiento y la madura- vados de andrógenos que, por vía sistémica, han llegado a vi-
ción ósea, aun cuando el pronóstico de la talla final es muy rilizar el seno y el tubérculo urogenitales del feto femenino.
malo. Las dosis iniciales de estrógenos (0,3 mg de estrógenos En la tabla 16.53 se clasifican sus diversas etiologías. Es im-
conjugados o 3-5 µg de etinilestradiol) deberían aumentarse portante señalar, en primer lugar, que las causas más fre-
después a 0,6-1,25 mg de los primeros y a 10 µg del segundo. cuentes son de origen fetal y que, entre sus diversas etiolo-
Esta dosis se mantiene durante 3 semanas, y después desde gías, la hiperplasia suprarrenal congénita alcanza la mayor
el día 12.o hasta el 21.o se administran progestágenos para frecuencia. A continuación se estudiará esta entidad; luego,
provocar ciclos menstruales más semejantes a los normales y brevemente, se comentarán las demás causas de seudoher-
reducir el riesgo que entrañan los estrógenos de provocar mafroditismo femenino (SHF).
carcinoma de endometrio. El tratamiento con anabolizantes
androgénicos, poco virilizantes, como la oxandrolona, ha de-
mostrado ser útil para aumentar la velocidad de crecimiento
Hiperplasia suprarrenal congénita
anual y mejorar el pronóstico de la talla final, aunque, de- Esta denominación se aplica a las deficiencias enzimáticas
pendiendo de la dosis, aceleran la maduración ósea y llegan en las vías de biosíntesis de los esteroides suprarrenales, que
a provocar signos de virilización, como hipertrofia del clíto- provocan un déficit del glucocorticoide cortisol, acompañado o
ris. Los ensayos clínicos realizados han demostrado que, en no de un déficit del mineralcorticoide aldosterona. La biosínte-
edades prepuberales, el tratamiento con hormona de creci- sis de esteroides en la glándula suprarrenal y su regulación se
miento recombinante (hGHr) a dosis más elevadas que las han tratado en el capítulo Enfermedades de las glándulas supra-
utilizadas para el tratamiento sustitutivo del déficit de GH rrenales. En la figura 16.90 se indican los esteroides de estas ca-
(1 U/kg/sem por vía subcutánea, en una administración dia- denas biosintéticas y las enzimas que intervienen. En sus formas
ria por la noche) aumenta la velocidad de crecimiento, me- graves, el déficit de cortisol, acompañado o no del de aldostero-
jora las desviaciones estándar de talla referidas a las curvas na, provoca, durante la vida fetal, un aumento de la secreción
de crecimiento para el síndrome de Turner y mejora en mu- de ACTH, en respuesta al cual se incrementa de forma patológi-
chos casos el pronóstico de talla final. Así pues, en las niñas ca la biosíntesis de los esteroides precursores situados antes del
con síndrome de Turner y talla baja, parece recomendable déficit enzimático. Éstos pueden ser androgénicos [deshidroe-
iniciar tratamiento con hGHr en edades prepuberales y conti- piandrosterona (DHEA) y androstenodiona], cuya acumula-
nuarlo en función de su eficacia, puesto que no todos los ción desvía la biosíntesis hacia la testosterona. Ésta es la causa
casos responden con un incremento significativo de la velo- de SHF en los fetos femeninos portadores de uno de los tres dé-
cidad de crecimiento. ficit enzimáticos siguientes: 21-hidroxilasa, 11-β-hidroxilasa y 3-β-
La adición de oxandrolona al tratamiento con hGHr pare- hidroxiesteroide-deshidrogenasa (3-β-OHSD). Estos tres déficit
ce inicialmente aumentar el incremento de velocidad de cre- enzimáticos suprarrenales son los únicos que provocan SHF.
cimiento; sin embargo, su eficacia real en cuanto a mejorar Los demás déficit enzimáticos suprarrenales se han tratado en
la talla final no está aún demostrada. Al llegar a la edad de la el capítulo Enfermedades de las glándulas suprarrenales. En el
pubertad se añade etinilestradiol (0,2 µg/kg/día por vía oral). apartado dedicado al seudohermafroditismo masculino (SHM)
La eficacia del tratamiento con hGHr sobre la talla final del se estudiarán los déficit enzimáticos suprarrenales causantes de
síndrome de Turner debe evaluarse en el curso de los próxi- esta entidad clínica en el sexo genético y gonadal masculino.
mos años. Los tres déficit enzimáticos citados afectan a ambos sexos.
Su herencia es autosómica recesiva. Sus manifestaciones clí-
nicas derivadas del déficit de cortisol, acompañado o no del
Disgenesia gonadal pura 46 XX de aldosterona, son similares; sin embargo, difieren, según el
Constituye un grupo de pacientes que presentan fenotipo déficit enzimático y el sexo del feto, en cuanto a las manifes-
femenino, con cintillas gonadales, infantilismo sexual, talla taciones clínicas debidas al exceso de andrógenos suprarre-
normal o alta, ausencia de anomalías congénitas presentes nales. En la tabla 16.54 se indican las manifestaciones clíni-
en el síndrome de Turner y con un cariotipo 46 XX. cas de los déficit enzimáticos suprarrenales y gonadales,
diferenciadas según el sexo del feto afectado.
Síndrome de Klinefelter Déficit de 21-hidroxilasa
Se trata de una anomalía del sexo cromosómico que oca-
siona una de las formas más frecuentes de hipogonadismo Concepto. Es la causa más frecuente de SHF. La enzima 21-
masculino y esterilidad. Esta entidad clínica se ha descrito hidroxilasa forma parte del complejo microsómico citocro-
en el capítulo Enfermedades del testículo. mo P450. Está codificada por un gen situado en los brazos cor-

2167
ENDOCRINOLOGÍA

MINERALCORTICOIDES GLUCOCORTICOIDES ESTEROIDES SEXUALES

COLESTEROL
DHEA-S
1 CH3 CH3
7 8
C=O C=O O
OH
GÓNADAS

HO HO HO
PREGNENOLONA 3 17-OH-PREGNENOLONA 4 DHEA
2 CH3 2 CH3 2
C=O C=O O OH OH
OH

O
SUPRARRENALES

O O O O
H
PROGESTERONA 3 17-OH-PROGESTERONA 4 ANDROSTENODIONA 5 6 DIHIDROTESTOSTERONA
TESTOSTERONA
10 CH2 OH 10 CH2 OH 9 9
C=O C=O O OH
OH

O O O HO
5
DESOXICORTICOSTERONA 11-DESOXICORTISOL ESTRONA ESTRADIOL
11 CH2 OH 11 CH2 OH
C=O C=O
HO HO OH

O O

CORTICOSTERONA 12 CORTISOL
CH2 OH

HOH2C C=O
HO

O
18-OH-CORTICOSTERONA 13
CH2 OH
HO
O–C C=O

O
ALDOSTERONA

Fig. 16.90. Esteroidogénesis suprarrenal y gonadal. 1: colesterol-desmolasa; 2: 3-β-hidroxiesteroide-deshidrogenasa; 3: 17-α-hidroxilasa; 4:


17,20-liasa o 17,20-desmolasa; 5: 17-β-hidroxiesteroide-deshidrogenasa o 17-cetorreductasa; 6: 5-α-reductasa; 7: sulfocinasa; 8: sulfatasa; 9: aro-
matasa; 10: 21-hidroxilasa; 11: 11-β-hidroxilasa; 12: 18-hidroxilasa; 13: 18-hidroxideshidrogenasa. DHEA: deshidroepiandrosterona. DHEA-S: sul-
fato de deshidroepiandrosterona

tos del cromosoma 6, cerca de los genes para los antígenos cuya intensidad puede variar desde una simple hipertrofia del
de histocompatibilidad HLA. Esta proximidad provoca “liga- clítoris hasta un aspecto completamente masculino. Se reco-
mientos” y “asociaciones” de interés práctico para los estu- nocen cinco grados de virilización de los genitales externos de
dios familiares y de grupos étnicos, así como para el diagnós- acuerdo con la clasificación de PRADER (fig. 16.91).
tico prenatal y precoz de la enfermedad. El gen para la Las manifestaciones clínicas de la forma clásica del déficit
21-hidroxilasa está constituido por un conjunto de dos genes de 21-hidroxilasa, en ambos sexos, consisten, además de la vi-
denominados CYP-21A y CYP-21B; el gen CYP-21B codifica la rilización del feto femenino, en las correspondientes al déficit
síntesis de la proteína activa, mientras que el gen CYP-21A de cortisol, que se acompaña de déficit de aldosterona en el
codifica una proteína truncada, sin actividad biológica. El 60% de los casos. Cuanto más grave es el déficit enzimático,
gen ha sido clonado, de forma que se dispone en la actuali- más tempranas son sus manifestaciones. En sus formas más
dad de sondas de DNA complementario utilizadas en el diag- graves, hacia los 10-15 días de vida, el lactante presenta vómi-
nóstico y estudio de las múltiples anomalías génicas que se tos y diarreas que ocasionan rápidamente un cuadro de des-
expresan en forma de déficit enzimático. Se han descrito de- hidratación con shock hipovolémico, hiperpotasemia y aci-
leciones y numerosas mutaciones puntuales. dosis metabólica. Las formas menos graves se instauran más
lentamente, sobre todo si no existe pérdida de sal por déficit
Cuadro clínico. El déficit de 21-hidroxilasa tiene varias for- de aldosterona. La clínica correspondiente al exceso de an-
mas de presentación clínica (tabla 16.55). drógenos, además de ser congénita y causa de SHF en el sexo
La forma clásica del déficit de 21-hidroxilasa es la que con femenino, continuará en la vida posnatal, a menos que se ins-
mayor frecuencia provoca en el feto femenino un SHF. En este taure un tratamiento correcto. Esta clínica consiste, en ambos
síndrome, el recién nacido con sexos genético y gonadal fe- sexos, en un crecimiento anómalo de los cuerpos cavernosos
meninos presenta una virilización de sus genitales externos, de los genitales externos, aparición de acné y, sobre todo,

2168
ENFERMEDADES DE LAS GÓNADAS

TABLA 16.54. Características clínicas de los déficit enzimáticos suprarrenales y gonadales según el sexo del feto afectado
Ambigüedad Déficit de Exceso de
Déficit Déficit de Virilización Déficit de esteroides
sexual al nacer mineralcorticoides mineralcorticoides
enzimático glucocorticoides posnatal sexuales gonadales
/ ? (pérdida de sal) (hipertensión)
Colesterol-
desmolasa – + + + – – +
3-β-hidroxies-
teroide-
deshidrogenasa
Pérdida de sal + + + + – + +
Sin pérdida +/– + +/– – – + +
de sal
Forma tardía – +/– – – – + +
21-hidroxilasa
Pérdida de sal + – + + – + –
Sin pérdida +/– – +/– – – + –
de sal
Forma tardía – – – – – + –
11-β-hidroxilasa
Forma clásica + – + – + + –
Forma tardía – – – – +/– +/– –
17-α-hidroxilasa – + +/– – + – +
17,20-desmolasa – + – – – – +
17-β-hidroxies– – + – – – – +
teroide-
deshidrogenasa

TABLA 16.55. Formas de presentación clínica del déficit lización de un cariotipo ante un recién nacido con ambigüe-
de 21-hidroxilasa dad de los genitales externos. Cuando el cariotipo es 46 XX, no
se palpan gónadas y existe un grado variable de virilización de
Forma clásica grave o intensa los genitales externos, lo más probable es que se trate de un
Con pérdida de sal SHF por déficit de 21-hidroxilasa. Ante un cariotipo 46 XX será,
Sin pérdida de sal (simple virilizante)
Forma no clásica o tardía
pues, imprescindible el diagnóstico bioquímico con el fin de
Con virilización evitar cualquier error en la asignación del sexo civil.
Sin virilización (críptica) El diagnóstico bioquímico se confirma fundamentalmente
por los niveles séricos elevados de 17-hidroxiprogesterona.
Éstos se acompañan de niveles también elevados de andros-
tenodiona y de testosterona en el caso del sexo femenino o
aceleración del crecimiento del paciente y avance anormal masculino en edad prepuberal y después del primer semes-
de la maduración ósea. Así como el déficit de cortisol, acom- tre de la vida. En las formas clásicas, el cortisol plasmático
pañado o no del de aldosterona, compromete la vida del pa- está disminuido y la ACTH aumentada, mientras que la al-
ciente, el exceso de andrógenos compromete la talla final del dosterona sólo está disminuida en las formas perdedoras de
niño al provocar un hipercrecimiento con una osificación sal. En cualquier caso es imprescindible, en las formas clási-
precoz de los cartílagos de crecimiento. cas, la determinación inicial de la actividad de la renina plas-
La forma no clásica tardía o leve del déficit de 21-hidroxila- mática (ARP), ya que permite diagnosticar, en caso de estar
sa no suele provocar virilización in utero y, por lo tanto, no elevada, las formas perdedoras de sal. Ello es importante des-
suele ser causa de SHF. Puede considerarse que éste existe de el punto de vista terapéutico. Clásicamente se determina-
sólo en los casos en los que provoca una hipertrofia aprecia- ban los niveles urinarios de los 17-KS (véase Enfermedades
ble del clítoris. Esta forma del déficit enzimático nunca se de las glándulas suprarrenales) que en la forma clásica del
acompaña de deficiencia de aldosterona, y el déficit de corti- déficit de 21-hidroxilasa están elevados para la edad del pa-
sol no suele provocar manifestaciones clínicas valorables, ya ciente. La determinación de los 17-KS urinarios constituía un
que está compensado por el aumento de secreción de buen parámetro para el control del tratamiento. Sin embar-
ACTH. El exceso de andrógenos puede producir manifesta- go, en la actualidad los mejores parámetros para el control
ciones durante la infancia, que consisten principalmente en del tratamiento sustitutivo del déficit de 21-hidroxilasa son
aparición precoz del vello pubiano (pubarquía precoz), ace- los niveles plasmáticos (por la mañana, dado el ritmo nicte-
leración de la velocidad de crecimiento lineal del paciente, meral de los esteroides suprarrenales) de: a) la androsteno-
aceleración del proceso de maduración ósea (avance de la diona, que en ambos sexos debe mantenerse en concentra-
edad ósea) y, en algunos casos, aparición de acné y posible ciones adecuadas para la edad, y b) la testosterona, que sólo
hipertrofia del clítoris en las niñas. Hay que destacar que esta es válida en el sexo femenino a cualquier edad, mientras que
forma no clásica, tardía o leve del déficit de 21-hidroxilasa en el masculino sólo es un parámetro de origen suprarrenal
puede manifestarse a partir de la pubertad o en la mujer entre los 6 meses y el inicio de la pubertad. La 17-hidroxipro-
adulta joven, en las que provoca acné, hirsutismo, ameno- gesterona plasmática disminuye bajo tratamiento, pero en la
rrea primaria o secundaria e infertilidad. En algunas pacien- forma clásica de la enfermedad, el tratamiento adecuado no
tes no se acompaña de manifestaciones clínicas, en cuyo llega a normalizar totalmente sus niveles. La determinación
caso se consideran formas crípticas. de la ARP es imprescindible en los casos de pérdida salina,
siendo imperativa su normalización bajo tratamiento sustitu-
Diagnóstico. El diagnóstico del déficit de 21-hidroxilasa re- tivo con mineralcorticoides. En la tabla 16.56 se resumen los
quiere, además de la clínica en sus diversas formas, estudios hallazgos bioquímicos en los tres déficit enzimáticos supra-
genéticos, bioquímicos y radiológicos. Es imprescindible la rea- renales que pueden causar un SHF.

2169
ENDOCRINOLOGÍA

I II III IV V

Normal

Mujer Varón

Fig. 16.91. Esquema de los grados de virilización según PRADER. El grado I representa la feminización normal y el grado V la virilización com-
pleta. Los estadios intermedios son grados variables de virilización, con hipertrofia de clítoris, microfalo e hipospadias.

TABLA 16.56. Hallazgos bioquímicos en los déficit enzimáticos suprarrenales responsables de seudohermafroditismo femenino
Mineralcorticoides Glucocorticoides Andrógenos
Esteroides Actividad de la
Déficit enzimático y precursores ACTH y precursores y precursores
urinarios renina plasmática
plasmáticos plasmáticos plasmáticos
21-hidroxilasa con 17-KS ↑ ALDO ↓ ↑ ↑ P↑ ∆4 y T ↑
pérdida de sal Ptriol ↑ 17-OHP ↑
Cortisol ↓
21-hidroxilasa sin 17-KS ↑ ALDO N N ↑ P↑ ∆4 y T ↑
pérdida de sal Ptriol ↑ 17-OHP ↑
Cortisol ↓
11-β-hidroxilasa 17-KS ↑ DOCA ↑ ↓ ↑ 17-OHP ↑ ∆4 y T ↑
Ptriol ↑ ALDO ↓ 11-desoxi-
cortisol ↑
Cortisol ↓
3-β-hidroxiesteroide- 17 KS ↑ ALDO ↓ ↑ ↑ 17-OHPreg ↑ DHEA y DHEA-S ↑
deshidrogenasa Ptriol N ↓ 17-OHP N ↓ ∆4 y T N ↑
con pérdida de sal Cortisol ↓
3-β-hidroxiesteroide- 17 KS ↑ ALDO N N ↑ 17-OHPreg ↑ DHEA y DHEA-S ↑
deshidrogenasa sin Ptriol N ↓ 17-OHP N ↓ ∆4 y T N ↑
pérdida de sal Cortisol ↓
17-KS: 17-cetosteroides urinarios; Ptriol: pregnantriol urinario; ALDO: aldosterona; DOCA: desoxicorticosterona; P: progesterona; 17-OHP: 17-hidroxiprogesterona;
17-OHPreg: 17-hidroxipregnenolona; ∆4: androstenodiona; T: testosterona; DHEA: deshidroepiandrosterona; DHEA-S: sulfato de deshidroepiandrosterona; N: normal.

2170
ENFERMEDADES DE LAS GÓNADAS

Se debe señalar que en la forma no clásica o tardía del dé- sal, debido a una secreción suficiente de aldosterona, sólo re-
ficit de 21-hidroxilasa, en el sexo femenino, los niveles basa- quieren la administración de hidrocortisona.
les de androstenodiona y de testosterona no siempre están Es imprescindible el control bioquímico y auxológico del
elevados, así como tampoco los de 17-hidroxiprogesterona. tratamiento sustitutivo del déficit clásico de 21-hidroxilasa.
Por ello, es necesario estimular la esteroidogénesis suprarre- En el apartado sobre el diagnóstico ya se han comentado los
nal con ACTH. La prueba utilizada con mayor frecuencia es parámetros analíticos que permiten el control del tratamien-
el estímulo con 1,24-ACTH sintética (tetracosáctido), a dosis to: normalización de la androstenodiona y de la testosterona
de 0,25 mg por vía intravenosa y extracción de sangre basal, (en edades prepuberales y en el sexo femenino) y disminu-
a los 30 y/o 60 min. En las formas no clásicas del déficit de ción de las concentraciones de 17-hidroxiprogesterona hasta
21-hidroxilasa, la 17-hidroxiprogesterona basal puede ser su- un límite determinado, que muchos autores sitúan alrededor
perior a 200 ng/dL, y en todo caso, su respuesta a la ACTH su- de 200 ng/dL (7 nmol/L), por debajo del cual cabe sospechar
pera los límites normales para dicha prueba. Algunos auto- un exceso de dosis de glucocorticoides. Es asimismo impres-
res, como NEW, han establecido nomogramas de la respuesta cindible la normalización de los niveles de ARP en las for-
de la 17-hidroxiprogesterona plasmática al estímulo con mas perdedoras de sal.
ACTH que permiten diferenciar las respuestas de la pobla- Durante la infancia y la pubertad es muy importante el
ción no afectada, de los heterocigotos y de los homocigotos. control auxológico del paciente. Ello requiere el control de
Sin embargo, cabe señalar que si bien las medias de las con- la talla, la velocidad de crecimiento y la maduración ósea,
centraciones alcanzadas por la 17-hidroxiprogesterona son que deben mantenerse dentro de los límites normales, sin
significativamente distintas, existe una zona de solapamiento aceleraciones ni bloqueos.
entre los tres grupos de población. La forma no clásica de la enfermedad requiere tratamien-
to sustitutivo con glucocorticoides durante la infancia si pro-
Diagnóstico precoz y prenatal. La determinación sistemá- voca signos de virilización y si existe crecimiento excesivo y
tica de las concentraciones de 17-hidroxiprogesterona en aceleración de la maduración ósea. Se utiliza para ello hidro-
sangre del talón de los recién nacidos ha permitido el esta- cortisona, a dosis medias de 20-25 mg/m2/día o inferiores.
blecimiento de la prevalencia de la enfermedad en determi- También en esta forma debe proseguirse el tratamiento susti-
nadas poblaciones. Así, la incidencia de los homocigotos po- tutivo en la mujer adulta cuando provoca signos de viriliza-
dría variar desde un máximo alrededor de 1/300 entre los ción e infertilidad.
esquimales Yupik de Alaska hasta 1/10.000 y 1/25.000 entre
poblaciones de las áreas mediterránea, europea y norteame- Tratamiento prenatal. La realización del diagnóstico pre-
ricana. La frecuencia de mutación del gen podría oscilar al- natal de la enfermedad ha permitido desde hace algunos
rededor de 0,090, y se ha llegado a la conclusión de que po- años el ensayo de tratamientos maternos durante el embara-
dría tratarse de la mutación génica más frecuente entre los zo, con el objetivo de evitar la virilización de los fetos feme-
seres humanos habida cuenta de que predominan las formas ninos enfermos. La pauta que mayor éxito ha tenido hasta la
no incompatibles con la vida y de que se trata de una enfer- actualidad, por cuanto ha permitido obtener recién nacidos
medad que no compromete la maduración psicointelectual. femeninos sin ambigüedad de los genitales y sin efectos tera-
El diagnóstico prenatal permite la detección de los fetos tógenos, ha sido la instauración precoz, en el mismo momen-
homocigotos, hijos de padres portadores con hijos afectados. to del diagnóstico del embarazo, de un tratamiento con de-
Se realiza mediante la determinación en líquido amniótico xametasona, a dosis de 0,5 mg/12 h. El diagnóstico prenatal
de las concentraciones de 17-hidroxiprogesterona, androste- se realiza entre las semanas 8.a y 11.a de gestación. Sólo se
nodiona y testosterona en el caso de los fetos con sexo gené- prosigue el tratamiento materno cuando el feto es femenino
tico femenino. La exactitud del diagnóstico mejora cuando, y se halla afectado por la enfermedad.
además de los esteroides en líquido amniótico, se estudian
los grupos de histocompatibilidad HLA en amniocitos o en Tratamiento quirúrgico. En los casos de virilización de los
biopsia de vellosidad coriónica. Recientemente han empeza- genitales externos es imprescindible su reconstrucción qui-
do a utilizarse sondas de DNA complementario para el gen rúrgica. La definición correcta de los grados de ambigüedad
CYP-21B, y la amplificación de fragmentos de DNA mediante sexual, según PRADER (fig. 16.91), requiere le realización de
reacción en cadena de la polimerasa (PCR) y su secuencia- una uretrografía retrógrada con el fin de conocer el tamaño
ción para el estudio de las diversas mutaciones responsables de la vagina y su nivel de abocamiento respecto a la uretra.
del déficit de 21-hidroxilasa. Para ello se emplea DNA proce- La cirugía puede realizarse en uno o dos tiempos y suele lle-
dente de biopsias de vellosidades coriónicas. Es imprescindi- varse a cabo precozmente, antes del segundo año de vida.
ble caracterizar las mutaciones presentes en los padres y en Se practica una reducción del clítoris, mediante diversas téc-
los hermanos afectados del feto con riesgo. Los resultados de nicas que implican el enterramiento de los cuerpos caverno-
algunos autores demuestran que alrededor del 4% de los pa- sos hipertrofiados y el acortamiento del clítoris, preservando
cientes homocigotos presentan dos o más mutaciones en el el glande con su irrigación e inervación. La reconstrucción
gen CYP-21B y que el 10% de los pacientes tienen mutacio- de los labios y del abocamiento vaginal (vulvovaginoplastia)
nes nuevas. suele realizarse al mismo tiempo, aunque a veces se practica
en una etapa ulterior. A menudo es necesario realizar una
Tratamiento médico. El tratamiento inicial de la forma clási- nueva vulvovaginoplastia durante la pubertad o después de
ca y grave de la enfermedad requiere la rehidratación con ésta, cuando la entrada a la vagina es demasiado estrecha.
corrección del equilibrio hidroelectrolítico y ácido-básico,
acompañada de la administración de hidrocortisona y mine- Déficit de 11-β-hidroxilasa
ralcorticoides (25 mg de fosfato de hidrocortisona por vía in- El gen para la enzima 11-β-hidroxilasa se halla localizado
travenosa, seguidos de 10 mg cada 6 h, y desoxicorticosterona en el cromosoma 8. Ha sido clonado y recientemente se han
liposoluble por vía intramuscular, a una dosis inicial de iniciado estudios familiares con el fin de conocer las muta-
4 mg, seguida de 2 mg cada 12 h). Una vez conseguida la rehi- ciones causantes del déficit enzimático.
dratación y cuando se pueda pasar a la vía oral, se instaura el En virtud del lugar que ocupa esta enzima en la cadena de
tratamiento de mantenimiento con hidrocortisona por dicha biosíntesis de los esteroides suprarrenales (fig. 16.90), su défi-
vía a dosis que oscilan entre 20 y 30 mg/m2/día, así como con cit provoca una disminución del cortisol, acompañada de un
el mineralcorticoide sintético 5-α-fluorohidrocortisona, a dosis aumento de 11-desoxicortisol y de los esteroides androgéni-
de 0,05-0,1 mg/día. La mayoría de los autores fraccionan di- cos situados antes del paso que regula esta enzima.
chas dosis en 2 tomas diarias (por la mañana y por la noche), La clínica de virilización prenatal del feto femenino, que
aunque algunos recomiendan repartirlas en tres administracio- provoca un SHF es similar a la del déficit de 21-hidroxilasa.
nes. Las formas clásicas que no se acompañan de pérdida de La única diferencia es que en éste aumenta la secreción de

2171
ENDOCRINOLOGÍA

la 11-desoxicorticosterona (DOCA) y ello provoca retención de los andrógenos con 19 átomos de carbono (C-19) (16-OH-
de sal e hipertensión (tabla 16.54). amdrostendiona, androstendiona y testosterona) a estróge-
Así pues, para el diagnóstico diferencial con el déficit de nos (C-18) (estrona, estradiol y estriol). Se expresa en múlti-
21-hidroxilasa es fundamental la dosificación de 11-desoxi- ples tejidos: placenta y blastocisto, en el ovario en la células
cortisol, que sólo está aumentado en la deficiencia de 11-β- de la granulosa y del cuerpo lúteo, en el testículo en las célu-
hidroxilasa, mientras que la 17-hidroxiprogesterona se halla las de Leydig y de Sertoli, en cerebro, tejido adiposo, hígado,
elevada en ambos déficit enzimáticos (tabla 16.56). músculo y folículos pilosos. La biosístesis de estrógenos es
En este caso, y de forma similar al déficit de 21-hidroxilasa, fundamental para la función hormonal y reproductora del
existe también una forma clásica o grave y una forma tardía ovario. Así mismo, la placenta produce grandes cantidades
o leve. de estrógenos a partir de los precusores androgénicos produ-
La frecuencia del déficit enzimático es muy inferior al de cidos por la glándula suprarrenal fetal.
21-hidroxilasa y su tratamiento es similar, excepto que en el Se ha podido demostrar que la primera paciente descrita
déficit de 11-β-hidroxilasa nunca se administran mineralcorti- es portadora en homocigosis de una mutación en el gen
coides. CYP-19 mientras que la segunda paciente presenta dos muta-
ciones puntuales en heterocigosis en el gen CYP-19
Déficit de 3-β-hidroxiesteroide-deshidrogenasa El estudio clínico y hormonal de estos dos casos de déficit
En su forma clásica o grave, este déficit enzimático (fig. de aromatasa (P-450-arom) por mutaciones en homocigosis
16.90) provoca en ambos sexos una deficiencia de cortisol y o doble heterocigosis del gen CYP-19 aporta una serie de da-
aldosterona (tablas 16.54 y 16.56). Sus repercusiones sobre la tos muy interesantes en el campo de la fisiopatología. Así, se
biosíntesis de andrógenos y sus manifestaciones clínicas son ha demostrado que la aromatasa sólo es expresada en la pla-
muy distintas según el sexo del feto (tablas 16.54 y 16.56). En centa por células de origen fetal, manifestándose el déficit
efecto, en el feto masculino este déficit enzimático afecta en fetos homocigotos o heterocigotos dobles. Se pone en evi-
también la biosíntesis testicular de testosterona y causa un dencia que el gran aumento de producción de estrógenos
SHM (véase más adelante). Por el contrario, en el sexo feme- durante el embarazo no es, probablemente, necesario para
nino, si bien provoca un déficit de estradiol ovárico, se acom- ninguna función importante como no sea para disminuir los
paña de un aumento de DHEA, su forma sulfatada (DHEA-S) andrógenos suprarrenales fetales que virilizan el feto femeni-
y su precursor 17-hidroxipregnenolona (tabla 16.56), que no. El déficit enzimático a nivel ovárico provoca un síndro-
pueden llegar a ocasionar una virilización del feto femeni- me similar al del ovario poliquístico, con niveles muy bajos
no y, por consiguiente, un seudohermafroditismo feme- de estrógenos. Por lo menos en el sexo femenino el estradiol
nino. es imprescindible para el estirón de crecimiento puberal y
También en este caso existen formas no clásicas o tardías para avanzar la maduración ósea, no siendo suficientes para
del déficit enzimático que pueden provocar signos de andro- ello los niveles aumentados de androstendiona y de testoste-
genización durante la infancia y en la mujer a partir de la pu- rona.
bertad. El estado de heterocigosis no parece afectar la fertilidad
El diagnóstico bioquímico se basa en el aumento relativo en el sexo femenino. Se desconocen pacientes varones con
de DHEA, DHEA-S y 17-hidroxipregnenolona respecto al cor- homocigosis para el déficit; su descripción ayudará a cono-
tisol, la 17-hidroxiprogesterona y la androstenodiona (tabla cer el papel de los estrógenos en el sexo masculino. De mo-
16.56), ya sea en condiciones basales en la forma clásica o mento esta mutación parece ser muy infrecuente, sin embar-
tras el estímulo con ACTH en las formas no clásicas. go, es posible que en otras pacientes no se haya podido
Se han clonado dos genes para la enzima 3-β-OHSD locali- sospechar el diagnóstico y estén catalogadas como PSHF
zados en el cromosoma 1 (tipo I que codifica una isoenzima “idiopático”. Por otra parte convendrá estudiar si este déficit
de 372 aminoácidos, y tipo II, que codifica una proteína de enzimático puede ser la causa de la enfermedad ovárica en
371 aminoácidos). El tipo I se expresa en la placenta y teji- un cierto porcentaje de pacientes portadoras del llamado
dos periféricos, mientras que el tipo II lo hace sobre todo en “síndrome del ovario poliquístico”.
las glándulas suprarrenales y las gónadas. Varios grupos de
autores han descrito recientemente las mutaciones presentes Tumores fetales, suprarrenales u ováricos productores
en el gen para la isoenzima tipo II en pacientes con las for-
mas clásicas y no clásicas del déficit enzimático. de andrógenos
La frecuencia de las formas graves es muy inferior a la del Cualquier tumor suprarrenal u ovárico productor de an-
déficit de 21-hidroxilasa e, incluso, a la del de 11-β-hidroxila- drógenos en el feto femenino puede, en teoría, provocar un
sa. Sin embargo, diversos autores han demostrado que la for- SHF. Existen pocos casos en la literatura de adenomas supra-
ma tardía, no clásica o leve podría afectar al 10-20% de la po- renales fetales causantes de este trastorno. El diagnóstico di-
blación femenina con problemas de androgenización, sin ferencial en el recién nacido debe realizarse con la hiperpla-
determinar manifestaciones clínicas en el sexo masculino. sia suprarrenal congénita.
El tratamiento médico de la forma clásica es similar al del
déficit de 21-hidroxilasa. La forma leve debe tratarse con glu-
cocorticoides sólo cuando el exceso de precursores androgé-
Malformaciones múltiples urogenitales
nicos provoque manifestaciones clínicas indeseables. Existen síndromes polimalformativos urogenitales o diges-
tivos que pueden provocar una apariencia ambigua de los
Déficit de aromatasa genitales externos en un recién nacido con sexos genético y
Se trata de la etiología mas recientemente descrita para el gonadal femeninos. Entre ellos cabe citar: ausencia o dupli-
seudohermafroditismo femenino (SHF). Existen, de momen- cación del útero y/o vagina, con ausencia, duplicación o hi-
to, dos casos descritos, el primero en una paciente japonesa dronefrosis renales, imperforación anal, atresia esofágica,
y el segundo en una paciente norteamericana, y en los que con sordera o sin ella, talla baja y retraso mental y atireosis
se ha caracterizado la causa molecular del síndrome. En una congénita. Se ha descrito una forma familiar acompañada de
publicación más antigua de varios casos de déficit de activi- malformaciones esqueléticas múltiples. Asimismo, se han co-
dad aromatasa placentaria no está documentada la existen- municado casos de SHF malformativos en la neurofibromato-
cia de PSHF en los recién nacidos de sexo femenino. sis de Von Recklinghausen y en el síndrome de Silver-Russell.
La enzima aromatasa (P-450-arom) es el producto del gen
CYP-19, localizado en el cromosoma 15. Su función es crítica
en múltiples procesos relacionados con el metabolismo y la
Seudohermafroditismo femenino idiopático
reproducción. Su acción, junto con una flavoproteína, Este apartado representa el “cajón de sastre” en el que se
NADPH-citocromo P-450 reductasa, cataliza la tranformación colocan los pocos casos de SHF en los que, tras descartar la

2172
ENFERMEDADES DE LAS GÓNADAS

hiperplasia suprarrenal congénita, los tumores virilizantes y síndrome de Swyer. Se debe aclarar que existen casos fami-
las malformaciones múltiples no puede llegar a objetivarse liares en los que el grado de disgenesia gonadal es variable y,
un origen materno para la virilización fetal. por lo tanto, también es variable el grado de ambigüedad de
los genitales externos. En algunos casos se ha descrito una
herencia ligada al cromosoma X y en ellos parece existir al-
Seudohermafroditismo femenino de origen materno guna anomalía en uno o más de los genes que intervengan
En este tipo de SHF la virilización del feto femenino se pro- en la diferenciación de la gónada primitiva en testículo.
duce por la llegada de un exceso de andrógenos a partir de Numerosos autores clasifican estos casos de disgenesia
la madre. Existen tres causas principales: los tumores mater- testicular pura dentro del grupo del SHM. Ello es lógico, ya
nos, suprarrenales u ováricos, productores de andrógenos, la que probablemente se trata de una misma afección con gra-
hiperplasia suprarrenal materna no tratada o mal tratada y, fi- dos distintos de manifestación, tendiéndose a separar como
nalmente, la yatrogenia materna. disgenesia gonadal pura 46 XY los casos completos de sín-
drome de Swyer, mientras que los casos con diferenciación
Tumores maternos, suprarrenales u ováricos productores gonadal hacia testículo pero con disgenesia de éste se clasifi-
de andrógenos can dentro del SHM.
Existen pocos casos publicados en la literatura de tumores El tratamiento requiere una asignación rápida del sexo ci-
malignos productores de andrógenos que hayan causado la vil que sea lo más acorde posible con la potencial capacidad
virilización de un feto femenino durante el embarazo, ya que funcional de los genitales externos. Cuando éstos presentan
el exceso de andrógenos suele provocar infertilidad. pocas posibilidades de ser transformados quirúrgicamente
La mayoría de los casos descritos corresponden a tumores en genitales externos masculinos, es mejor asignar el sexo fe-
ováricos del tipo del tumor de Krukenberg. menino y proceder a una reconstrucción femenina, una ex-
Los luteomas del embarazo que se presentan con cierta tirpación de las gónadas disgenéticas y una vaginoplastia
frecuencia pueden provocar signos transitorios de androge- después de la edad puberal si el resto vaginal existente es
nización en la madre, pero es excepcional que ocasionen un atrófico.
SHF en el feto femenino. A partir de la edad puberal se requerirá la administración
de esteroides sexuales sustitutivos según el sexo civil escogi-
Hiperplasia suprarrenal congénita materna no tratada do: testosterona en forma de preparado dépôt de administra-
o mal tratada ción quincenal o mensual cuando el sexo es masculino y las
Rara vez provoca en el feto femenino un SHF, excepto si gónadas están ausentes o su capacidad de secreción de tes-
éste existe por sufrir el propio feto la misma enfermedad. tosterona es insuficiente, o estradiol y progestágenos cuando
Debe recordarse que la hiperplasia suprarrenal congénita no el sexo civil es femenino (inicio con etinilestradiol a dosis
tratada o mal tratada, sobre todo sus formas clásicas, no sue- muy bajas de 0,1 µg/kg/24 h o estrógenos conjugados a do-
le ser fértil. sis de 0,3 mg/24 h los primeros 6 meses, aumentando a 0,625
mg/24 h después, y progestágenos, que se inician 6-12 meses
Yatrogenia materna después de comenzar con los estrógenos y se administran
Los tratamientos maternos con esteroides androgénicos entre los días 11 y 21 de cada ciclo de 21 días de administra-
pueden provocar un SHF en el feto femenino. ción de estrógenos, seguidos de 9 días sin tratamiento). Algu-
Se ha discutido si los progestágenos sintéticos, tipo noretis- nos casos con útero llegan a presentar hemorragias de priva-
terona, pueden causar virilización del feto femenino y, asi- ción bajo tratamiento hormonal secuencial.
mismo, inhibir la virilización normal del feto masculino oca-
sionando un SHM.
Existen casos de SHF provocados por la administración de Disgenesias gonadales mixtas
andrógenos anabolizantes a la madre. Ésta fue una práctica
muy poco habitual hace ya varios años, cuando existían pre- Como indica la clasificación de la tabla 16.52, entre los
parados para el tratamiento de las anemias que contenían distintos estados intersexuales clasificados, la disgenesia go-
andrógenos del tipo del androstanodiol. Por fortuna, estos nadal mixta comparte con el hermafroditismo verdadero el
casos no suelen presentarse en la actualidad. mayor número de anomalías o discordancias entre los tres
niveles de diferenciación sexual citados (sexos genético, go-
nadal y genital). En efecto, el sexo genético puede ser desde
Disgenesias gonadales puras 46 XY masculino 46 XY, aparentemente normal, hasta, mucho más
rara vez, 46 XX, aparentemente femenino, pasando por una
Siguiendo la clasificación de la tabla 16.52 sólo se hará re- gran variedad de mosaicos, entre los cuales el más frecuente
ferencia a las disgenesias gonadales puras causantes de una es el 45 XO/46 XY.
anomalía de la diferenciación sexual, que se manifieste al El sexo gonadal es ambiguo o mixto: una o ambas góna-
nacer por un estado intersexual, entendiendo como tal una das se han diferenciado en ambos sentidos, masculino y fe-
discordancia entre los sexos genético, gonadal y genital. menino, y esta diferenciación es anómala. Las gónadas son,
En este apartado se deben clasificar los casos de sexo ge- por lo tanto, disgenéticas y, en general, es más intensa la dis-
nético masculino normal 46 XY, cuyas gónadas son disgenéti- genesia de la parte ovárica (streak gonad o cintilla). Pueden
cas en mayor o menor grado, pero cuya diferenciación sólo hallarse un ovario disgenético o cintilla a un lado y un tes-
presenta estructuras de tipo testicular. Los genitales internos tículo en el otro, o un ovotestis a un lado o a ambos lados.
y externos no se han virilizado normalmente, por déficit par- El sexo genital, tanto interno como externo, es ambiguo.
cial o total de los dos tipos de hormonas testiculares: MIF y En cuanto a los órganos internos, existen restos mullerianos
testosterona. Suelen existir estructuras mullerianas en los ge- a un lado o a ambos, dependiendo de la intensidad del défi-
nitales internos, que serán simétricas si el grado de disgene- cit de MIF durante la fase fetal de diferenciación. Pueden,
sia es simétrico, y asimétricas en caso contrario. Estas estruc- por lo tanto, existir una o dos trompas de Falopio, un útero
turas pueden consistir en trompas, útero y vagina. El aspecto normal, bicorne o atrófico y suele haber una vagina. Los ge-
de los genitales externos puede ser muy variable: desde com- nitales externos son también ambiguos y es posible hallar to-
pletamente femeninos hasta tener el aspecto de los genitales dos los grados descritos por PRADER (fig. 16.91).
externos masculinos con sólo un grado mínimo de ambigüe- El diagnóstico se plantea ante un recién nacido o un lac-
dad en forma de hipospadias escrotal que podría clasificarse tante con una ambigüedad de sus genitales externos. El re-
como un tipo IV de Prader (fig. 16.91). sultado de la cromatina sexual y/o del cariotipo debe haber
A las formas de disgenesia testicular pura 46 XY con geni- descartado la posibilidad de un SHF. El cariotipo 45 XO/46
tales externos completamente femeninos se las denomina XY es diagnóstico de disgenesia gonadal mixta. El mosaico

2173
ENDOCRINOLOGÍA

46 XY/46 XX puede corresponder tanto a esta entidad como Ya se ha indicado que el diagnóstico del hermafroditismo
al hermafroditismo verdadero, cuya delimitación es a menu- verdadero se establece por la histología de las gónadas y que
do discutible (véase más adelante). El cariotipo 46 XY puede es a menudo difícil el diagnóstico diferencial con la disgene-
corresponder tanto a una disgenesia gonadal mixta o pura sia gonadal mixta. Algunos autores consideran que estos dos
como a un SHM, y el diagnóstico diferencial se establece por trastornos son grados distintos de la misma anomalía: la dife-
la histología de las gónadas. Por lo tanto, es imprescindible, renciación de la gónada primitiva en ambos sentidos, mascu-
para el diagnóstico diferencial correcto de la disgenesia go- lino y femenino. Es mucho más frecuente la disgenesia gona-
nadal mixta, la descripción detallada, radiológica y quirúrgi- dal mixta que el hermafroditismo verdadero.
ca, de las gónadas y estructuras genitales internas presentes, El tratamiento requiere, en primer lugar, considerar el
seguida del estudio anatomopatológico de la totalidad de las sexo civil del paciente, lo cual depende de la edad de éste.
gónadas. En el recién nacido y el lactante, el sexo se elegirá en fun-
En este síndrome, los estudios hormonales sólo permiten ción de la anatomía de los genitales externos y la histología
descartar, al inicio del estudio del estado intersexual, un SHF de las gónadas y se podrá conservar la gónada correspon-
y varios tipos de SHM. El estudio de la capacidad secretora diente al sexo elegido. En el paciente de más edad es acon-
de las gónadas presentes puede realizarse mediante el estí- sejable adecuar los genitales externos al sexo civil ya estable-
mulo con HCG (1.500 U/48 h durante 7 días o 4 inyecciones cido y conservar el ovario en el sexo femenino, puesto que
de 100 U/kg hasta un máximo de 3.000 U administradas cada se han descrito casos de fertilidad, y el testículo en el sexo
4 días). Este estudio permite, mediante la dosificación de la masculino, con la condición de que pueda ser descendido a
testosterona plasmática, conocer la capacidad secretora de la bolsa escrotal. A partir de la pubertad debe considerarse la
la porción testicular de las gónadas, que suele estar disminui- necesidad de un tratamiento hormonal sustitutivo, en fun-
da. ción de la capacidad secretora de las gónadas presentes y
En el tratamiento de la disgenesia gonadal mixta es impor- del sexo elegido.
tante, en primer lugar, conocer que el riesgo de maligniza-
ción de las gónadas disgenéticas en cuyo cariotipo existe un
cromosoma Y está aumentado respecto a la población Seudohermafroditismo masculino
masculina normal, sobre todo cuando las gónadas son in-
trabdominales y, como ocurre a menudo, no pueden ser El SHM incluye una serie de entidades clinicopatológicas
descendidas quirúrgicamente a las bolsas escrotales. Por cuya característica común (tabla 16.52) es la de presentar se-
consiguiente, es aconsejable la extirpación de ambas góna- xos genético y gonadal masculinos, mientras que el sexo ge-
das y la asignación de sexo civil femenino. El tratamiento nital puede ser desde femenino normal hasta todos los gra-
quirúrgico incluirá, además de la castración, la adecuación dos de ambigüedad descritos por Prader (fig. 16.91).
de los genitales externos al sexo femenino, mediante clitoro- El SHM se produce como consecuencia de la secreción o
plastia y vulvovaginoplastia. Después de la edad puberal se la acción insuficientes o nulas de alguna o varias de las di-
estudiará la necesidad o no de realizar una vaginoplastia. versas hormonas que intervienen en la diferenciación mascu-
El tratamiento médico debe incluir, durante la infancia, un lina de los genitales internos y/o externos. En la figura 16.92
seguimiento auxológico. Algunos casos (sobre todo aquellos se resumen los diversos factores hormonales cuya regulación
con cariotipo 45 XO/46 XY) presentan talla baja con estigmas y acción se han explicado anteriormente (fig. 16.89). El feno-
turnerianos o sin éstos. La talla baja turneriana puede, en al- tipo del SHM no es característico para ninguna de las entida-
gunos casos de gran retraso, tratarse con HGHr, tal como se des que lo componen, sino que depende del grado de la
ha indicado en el síndrome de Turner. Al llegar a la edad pu- anomalía y de su cronología durante la vida fetal.
beral es necesario iniciar un tratamiento hormonal femini- Existen múltiples clasificaciones de los distintos tipos de
zante, como se ha indicado en el apartado sobre la disgene- SHM. La clasificación de N. JOSSO (tabla 16.57) se basa en cri-
sia gonadal pura. terios fisiopatológicos y anatómicos, según la acción alterada
(virilizante y/o antimulleriana) y la localización del defecto
(testículo o tejidos diana). En la tabla 16.58 se enumeran las
Hermafroditismo verdadero distintas etiologías de SHM, y en la figura 16.92 se sitúa cada
una de las etiologías en el esquema general de las sucesivas
Entre las diferentes anomalías de la diferenciación sexual etapas para la diferenciación genital masculina normal.
clasificadas en la tabla 16.52, el hermafroditismo verdadero
es la menos frecuente, aunque alguna de las entidades in-
cluidas dentro del SHM rara vez también se han descrito
como tales. TABLA 16.57. Clasificación de los seudohermafroditismos
Por definición, el hermafroditismo verdadero debe incluir, masculinos
en todos los niveles de diferenciación sexual (genética, go-
nadal y genital), características de ambos sexos. Su diagnós- Función virilizadora Localización del defecto
tico se establece por la composición de las gónadas, que de- alterada Testículo Tejido diana
ben incluir un testículo y un ovario o un testículo u ovario
más un ovotestis o dos ovotestis. Es importante señalar que la Virilizante Seudohermafrodi-
diferenciación de ambos tipos de gónada debe alcanzar el + tismo masculino
grado de normalidad, y ello es lo que define el diagnóstico antimulleriana disgenético
diferencial con la disgenesia gonadal mixta; en ésta, en parti- Virilizante LH anómala Déficit de 5-α-
cular la parte ovárica de la gónada se halla poco diferencia- Insensibilidad a la reductasa
da, mientras que en el hermafroditismo verdadero debe LH o agenesia Insensibilidad
constar de folículos y estroma. de células de a los
El cariotipo puede ser 46 XX, un mosaico 46 XY/46 XX, 46 Leydig andrógenos
XY o, con menor frecuencia, otros mosaicos cromosómicos. Déficit
enzimáticos en
Los genitales internos constan de derivados mullerianos la biosíntesis
(trompa de Falopio a uno o a ambos lados, dependiendo de testosterona
de las gónadas presentes, útero y vagina) así como de epi-
dídimo y conducto deferente en el lado de la gónada mas- Antimulleriana Persistencia aislada
culina. Los genitales externos son ambiguos y es posible ha- de los conductos
de Müller (¿anomalía
llar todos los grados de ambigüedad clasificados por PRADER testicular o mulleriana?)
(fig. 16.91).

2174
ENFERMEDADES DE LAS GÓNADAS

TABLA 16.58. Causas de los seudohermafroditismos masculinos


I. Anomalías de la secreción de testosterona y factor inhibidor Gónada
de los conductos de Müller (SHM disgenético) indiferenciada
1. Disgenesia gonadal pura total 46 XY
2. Disgenesia gonadal parcial 46 XY
HCG materna
II. Anomalías en la secreción de testosterona XY LH fetal
1. Secreción de LH anómala
2. Aplasia o hipoplasia de las células de Leydig (I)
3. Déficit enzimáticos en la biosíntesis de testosterona TDF (II-1)
Afectan suprarrenales y testículos
Déficit de 20,22-desmolasa
Déficit de 3-β-hidroxiesteroide-deshidrogenasa (II-2)
Déficit de 17-α-hidroxilasa Testículo Receptor
Afectan sólo testículos (II-3)
Células de Sertoli Células de Leydig
Déficit de 17,20-desmolasa
Déficit de 17-cetorreductasa MIF Colesterol T
III. Anomalías en la acción de los andrógenos
1. Déficit de 5-α-reductasa
2. Insensibilidad a los andrógenos MIF Testosterona
IV. Anomalías en la síntesis o la acción del factor inhibidor (IV) local
de los conductos de Müller (SHM interno) (III-2)
V. Administración materna de fármacos inhibidores Receptor Receptor
de la virilización
Regresión Diferenciación
VI. Síndromes malformativos en pacientes 46 XY de los conductos de los conductos
de Müller Wolff

Seudohermafroditismo masculino disgenético


5-α-reductasa
Como ya se ha indicado, el SHM disgenético se enlaza con DHT Testosterona sistémica
la disgenesia gonadal pura 46 XY, que puede presentar gra-
dos variables: desde el déficit total de testosterona y de MIF (III-1)
Receptor
con fenotipos interno y externos femeninos, que representa
la disgenesia gonadal pura total 46 XY, hasta los déficit par- (III-2) Masculinización de
seno urogenital y
ciales en los que ambos testículos son disgenéticos, constitu- genitales externos
yendo la disgenesia gonadal parcial 46 XY. Debe recordarse
que existen casos familiares en los que pueden presentarse
grados variable de la anomalía.
Fig. 16.92. Factores hormonales que intervienen en la diferencia-
ción sexual masculina y etiopatogenia del seudohermafroditismo mas-
Anomalías en la secreción de testosterona culino. (Los números del esquema se refieren a la clasificación de la
tabla 16.58.) DHT: dihidrotestosterona. MIF: factor inhibidor de los
El denominador común de todas las entidades incluidas conductos de Müller. T: testosterona; TDF: factor determinante del tes-
en este apartado es la secreción insuficiente de testosterona tículo.
por parte del testículo, que ha provocado una virilización
nula o incompleta de los genitales externos durante la vida
fetal, mientras que la secreción de MIF ha sido normal y, por En este síndrome el sexo genético es 46 XY, las gónadas
consiguiente, no existen restos mullerianos en los genitales son testículos en cuyo intersticio existen células fibroblásti-
internos, excepto los dos tercios inferiores de la vagina, cuya cas indiferenciadas y escasas células de Leydig, y los túbulos
diferenciación es conjunta con la de los genitales externos. presentan una disminución o ausencia de células germinales
a causa del déficit de testosterona. El epidídimo y los con-
Secreción de LH anómala ductos deferentes están presentes y los testículos suelen te-
La causa de este SHM consistiría en la secreción de una ner una localización intrabdominal (su descenso a las bolsas
molécula anómala de LH por parte de la hipófisis fetal. El escrotales, que en condiciones normales se produce durante
único caso publicado parecía corresponder a este diagnósti- el tercer trimestre de la vida fetal, está regulado por la LH y
co en el momento de la exploración hormonal. Sin embargo, la testosterona fetales). Los genitales externos pueden ser
se sabe que el primer estímulo para la secreción de testoste- completamente femeninos en los casos de aplasia total de
rona por las células de Leydig fetales es la HCG, siendo ulte- células de Leydig (es importante entonces el diagnóstico di-
rior la secreción fetal de LH hipofisaria. Ningún otro caso se ferencial con la feminización testicular completa). Sin em-
ha descrito en la literatura. bargo, algún caso descrito como hipoplasia de células de
Leydig puede presentarse como un hipospadias escrotal
Aplasia o hipoplasia de células de Leydig (tipo IV de Prader). Algunos autores pretenden clasificar
Desde la descripción inicial de F. BERTHEZÈNE et al de este dentro de esta etiopatogenia ciertos casos de hipogonadismo
síndrome, también denominado insensibilidad de las células masculino con infertilidad, sin ambigüedad de los genitales
de Leydig a la LH, se han descrito otros 17 casos. La etiopato- externos, en los que ha podido demostrarse in vitro una dis-
genia consiste en una secreción nula o insuficiente de testos- minución de receptores específicos para la LH en el tejido in-
terona por aplasia o hipoplasia de las células de Leydig del tersticial testicular.
intersticio testicular. La causa primitiva es incierta: en varios El diagnóstico de este síndrome es bioquímico e histológi-
casos se ha podido demostrar una disminución o la ausencia co. Debe comprobarse la ausencia o una disminución de tes-
de receptores específicos para la LH en las células existentes tosterona, tanto en condiciones basales como bajo estímulo
en el intersticio, que, por otra parte, no presentan las caracte- con HCG. Deben descartarse los déficit enzimáticos de la es-
rísticas de las células de Leydig maduras; sin embargo, se ig- teroidogénesis testicular. En el adulto con gónadas la LH está
nora si las células intersticiales no se diferenciaron en célu- muy elevada, mientras que la FSH es normal; in vitro hay una
las de Leydig por la falta de receptores específicos para la LH disminución o ausencia de unión para la LH en las células
o si, por el contrario, éstos no existen o están disminuidos del tejido intersticial. Desde el punto de vista histológico, se
por la falta de diferenciación celular que podría tener otra comprueba la ausencia o una disminución de las células de
causa desconocida. Leydig en el intersticio, sin otro tipo de disgenesia; las técni-

2175
ENDOCRINOLOGÍA

TABLA 16.59. Hallazgos bioquímicos en los déficit enzimáticos testiculares responsables de seudohermafroditismo masculino
Mineralcorticoides Glucocorticoides Andrógenos
Esteroides Actividad de la
Déficit enzimático y precursores ACTH y precursores y precursores
urinarios renina plasmática
plasmáticos plasmáticos plasmáticos
Colesterol-desmolasa 17-KS ↓ ALDO ↓ ↑ ↑ P↓ DHEA y ∆4 ↓
Pdiol ↓ 17-OHP ↓ T↓
Ptriol ↓ Cortisol ↓ E1 y E2 ↓
3-β-hidroxiesteroide- 17-KS ↑ ALDO ↓ ↑ ↑ 17-OHPreg ↑ DHEA y DHEA-S ↑
deshidrogenasa Ptriol N ↓ 17-OHP N ↓ ∆4 y T ↓
con pérdida de sal Cortisol ↓ E1 y E2 ↓
3-β-hidroxiesteroide- 17-KS ↑ ALDO N N ↑ 17-OHPreg ↑ DHEA y DHEA-S ↑
deshidrogenasa Ptriol N ↓ 17-OHP N ↓ ∆4 y T ↓
sin pérdida de sal Cortisol ↓ E1 y E2 ↓
17-α-hidroxilasa 17-KS ↓ DOCA ↑ ↓ ↑ P↑ DHEA y DHEA-S ↓
Pdiol ↑ Corticosterona ↑ 17-OHP ↓ ∆4 y T ↓
Ptriol ↓ ALDO ↓ Cortisol ↓ E1 y E2 ↓
17,20-desmolasa 17-KS N ↓ N N N Preg y 17-OHPreg ↑ DHEA y DHEA-S ↓
Pdiol N P N y 17-OHP N ↑ ∆4 y T ↓
Ptriol N Cortisol N E1 y E2 ↓
17-β-hidroxiesteroide- 17-KS ↑ N N N N DHEA N ↑
deshidrogenasa Pdiol N ∆4 y E1 ↑
Ptriol N T y E2 ↓
Pdiol: pregnandiol urinario; E1: estrona; E2: estradiol; 17-KS: 17-cetosteroides urinarios; Ptriol: pregnantriol urinario; ALDO: aldosterona; DOCA: desoxicorticosterona;
P: progesterona; 17-OHP: 17-hidroxiprogesterona; Preg: pregnenolona; 17-OHPreg: 17-hidroxipregnenolona; ∆4: androstenodiona; T: testosterona; DHEA: deshidro-
epiandrosterona; DHEA-S: sulfato de deshidroepiandrosterona; N: normal.

cas de inmunohistoquímica permitirán seguramente en este cadas. El diagnóstico in vitro se establece por el estudio del
síndrome la descripción de anomalías características para patrón de esteroidogénesis, a partir de precursores radiomar-
las células intersticiales. No se ha descrito, por ahora, la ano- cados, a cargo de las células de Leydig procedentes de los
malía génica responsable de este cuadro. testículos del paciente.
Su tratamiento depende de la edad y de la intensidad del A continuación se mencionan algunas de las característi-
déficit de T. La mayoría de los casos publicados tienen sexo cas propias de cada uno de estos déficit enzimáticos.
civil femenino, han sufrido extirpación de las gónadas, sus
genitales externos se adecuaron al sexo femenino, se les Déficit de 20,22-desmolasa. El déficit de esta enzima que
practicó una vaginoplastia cuando ello fue necesario y reci- transforma el colesterol en pregnenolona (fig. 16.90), provo-
ben tratamiento hormonal feminizante. ca una deficiencia global de glucocorticoides, mineralcorti-
coides y esteroides sexuales (tabla 16.59). Descrito en primer
Déficit enzimáticos en la biosíntesis de la testosterona lugar por PRADER, provoca la denominada hiperplasia supra-
Las enzimas necesarias en las células de Leydig para la sín- renal lipoide. Afecta por igual a ambos sexos en cuanto a la
tesis de la testosterona a partir del colesterol se ilustran en la insuficiencia suprarrenal y a la insuficiencia gonadal, pero
figura 16.90. El déficit de cualquiera de ellas ocasiona una se- sólo en el sexo masculino provoca ambigüedad sexual.
creción insuficiente de testosterona que provoca, durante la Déficit de 3-β-hidroxiesteroide-deshidrogenasa. Este défi-
vida fetal, una virilización nula o incompleta de los genitales cit enzimático provoca una hiperplasia suprarrenal congéni-
internos (derivados de los conductos de Wolff exclusivamen- ta en ambos sexos que, en su forma clásica y grave, se mani-
te) y de los genitales externos. Todos los déficit enzimáticos fiesta por un déficit de cortisol y de aldosterona (tablas 16.56
se han descrito clínica y bioquímicamente. En el esquema y 16.59). En el sexo femenino provoca, por exceso de DHEA
de la esteroidogénesis (fig. 16.90) se observa que los tres pri- y DHEA-S, un SHF (véase antes), mientras que en el sexo
meros déficit (20,22-desmolasa, 3-β-OHSD y 17-α-hidroxilasa) masculino causa un SHM debido a la síntesis testicular insufi-
afectan la biosíntesis de esteroides, tanto suprarrenales como ciente de testosterona.
testiculares, mientras que los dos últimos (déficit de 17,20- Su forma clásica es relativamente poco frecuente; sin em-
desmolasa o liasa y de 17-cetorreductasa) sólo afectan la es- bargo, como ya se ha mencionado, existen formas no clási-
teroidogénesis testicular. cas, leves o tardías que se manifiestan en el sexo femenino
En la tabla 16.59 se resumen los hallazgos bioquímicos por signos de androgenización. Dado que la herencia de este
más importantes para cada uno de estos déficit enzimáticos. déficit es autosómica recesiva, la forma leve debe existir tam-
El diagnóstico bioquímico debe establecerse ante un recién bién en el sexo masculino, pero su diagnóstico es clínica-
nacido, un lactante o un paciente de cualquier edad, con mente mucho más difícil (aceleración discreta del creci-
ambigüedad de los genitales externos en grados variables (ti- miento y maduración ósea en edad prepuberal y posible
pos de Prader, fig. 16.91), con un cariotipo 46 XY, con góna- déficit parcial de testosterona a partir de la pubertad).
das testiculares no disgenéticas aunque con anomalías varia- Las anomalías moleculares responsables del síndrome se
bles del intersticio (hiperplasia de células de Leydig) y del han estudiado en el apartado dedicado al SHF.
túbulo (disminución del índice de fertilidad tubular), en el
que las concentraciones plasmáticas de esteroides demues- Déficit de 17-α-hidroxilasa. Este déficit enzimático causa
tren una disminución de la testosterona (ya sea en condicio- en ambos sexos una deficiencia del glucocorticoide cortisol,
nes basales o bajo el estímulo de HCG) y un aumento impor- un exceso de precursores de la aldosterona (DOCA y corti-
tante de los precursores situados antes del déficit enzimático. costerona), responsables de hipertensión con hipopotase-
Los precursores elevados definirán el nivel del déficit enzi- mia, y déficit de esteroides sexuales (tabla 16.59). El déficit
mático. En caso de poder practicarse, es también importante testicular de testosterona puede ser tan intenso que se mani-
para el diagnóstico la dosificación en venas y arterias esper- fieste por un SHM con fenotipo totalmente femenino.
máticas de las concentraciones de testosterona y de sus pre- El gen que codifica la enzima 17-α-hidroxilasa se ha locali-
cursores, ya que demuestran las mismas alteraciones amplifi- zado en el cromosoma 10 (CYP-17). Se han descrito diversas

2176
ENFERMEDADES DE LAS GÓNADAS

mutaciones en pacientes afectos del déficit enzimático, exis- edad. Los caracteres sexuales secundarios dependientes de
tiendo casos combinados de déficit de actividad 17-α-hidro- la testosterona se manifiestan (mayor desarrollo muscular y
xilasa y 17,20-desmolasa o liasa. falta de desarrollo mamario), pero los dependientes de DHT
son escasos (acné, vello corporal y facial, recesión temporal
Déficit de 17,20-desmolasa o liasa. Este déficit enzimático del cabello, cambio de voz).
se ha descrito de forma excepcional. No afecta la biosíntesis En el adulto, la histología testicular suele mostrar alteracio-
suprarrenal. El déficit testicular de testosterona provoca un nes similares a las presentadas por los testis criptorquídicos,
SHM. Las alteraciones hormonales halladas se resumen en la aunque a veces existen zonas de hiperplasia de las células
tabla 16.59. de Leydig. La espermatogénesis suele estar detenida en el es-
tadio de espermátide, aunque IMPERATO-MCGINLEY refirió en
Déficit de 17-cetorreductasa o 17-β-hidroxiesterodeshi- sus primeras publicaciones un caso con espermiograma nor-
drogenasa. Es el déficit enzimático testicular diagnosticado mal. El diagnóstico hormonal del déficit de 5-α-reductasa re-
con mayor frecuencia. No afecta la esteroidogénesis supra- quiere tanto dosificaciones en sangre y orina como estudios
renal. La deficiencia testicular de testosterona provoca un in vitro de la actividad de dicha enzima en la piel genital o
SHM con ambigüedad variable de los genitales externos al en fibroblastos obtenidos a partir de ella. En los niños prepu-
nacer. Cuando no es diagnosticado, y si no se han extirpado berales (después de los 3-4 meses de vida) deben estudiarse
los testículos, el aumento de LH durante la pubertad provo- las concentraciones de esteroides en la sangre periférica
ca un aumento de la síntesis de testosterona, que aunque no bajo estimulación con HCG. En estas circunstancias, la dosifi-
llegue a alcanzar los niveles normales para el sexo masculi- cación de los precursores de testosterona y de ésta deben
no, puede producir una virilización casi normal del fenotipo mostrar concentraciones normales, mientras que el metaboli-
de la paciente con sexo civil femenino. Las alteraciones hor- to DHT puede estar disminuido. El cociente DHT/testostero-
monales características de este síndrome se indican en la na se halla reducido en la mayoría de los pacientes, aunque
tabla 16.59. Recientemente se han descrito en algunos pa- no en todos los casos publicados, probablemente por diver-
cientes mutaciones en el gen para la isoenzima tipo III loca- sas razones (amplios límites de variación en la normalidad,
lizada en el cromosoma 17. existencia de actividad 5-α-reductasa quizá con distinta regu-
lación génica en el hígado y dificultades inherentes a la dosi-
ficación específica de la DHT en sangre). Es interesante seña-
Anomalías en la acción de los andrógenos lar que el cociente DHT/testosterona es superior en el recién
El mecanismo de acción de los andrógenos incluye varios nacido y el lactante normales y que disminuye progresiva-
pasos que pueden diferir según los tejidos (fig. 16.89). Ya se mente a lo largo de los 3-4 primeros meses de vida. Por consi-
ha indicado que los conductos de Wolff se diferencian en el guiente, el diagnóstico de déficit de 5-α-reductasa a partir de
feto masculino por la acción local, directa, de la testostero- dicho cociente no tiene el mismo valor durante este período,
na, siendo necesaria para la interacción con el genoma la y no existe experiencia al respecto en la literatura. En plasma
presencia de receptores específicos para dicha hormona, también están disminuidos los niveles de glucurónido de 5-α-
mientras que la próstata y los genitales externos presentan re- androstanodiol, metabolito de la DHT. Las dosificaciones en
ceptores con mayor afinidad por la DHT. El metabolismo de orina, propugnadas por algunos autores como más sensibles
la testosterona a DHT tiene lugar por la acción de la enzima para el diagnóstico del déficit de 5-α-reductasa, deben de-
5-α-reductasa, localizada precisamente en las mismas células mostrar una disminución de los metabolitos 5-α-reducidos
diana para los andrógenos. En la figura 16.93 se esquematiza de la testosterona (5-α-androsterona) frente a un aumento de
el mecanismo de acción de los andrógenos testosterona y los 5-β-reducidos (5-β-etiocolanolona), es decir, un incre-
DHT. Las dos anomalías posibles en la acción androgénica mento del cociente etiocolanolona/androsterona. Por últi-
son, por lo tanto, los déficit de la enzima 5-α-reductasa y de mo, los estudios in vitro deben demostrar una disminución
receptores para los andrógenos, también denominado de for- significativa en el metabolismo de la testosterona a DHT y a
ma más universal insensibilidad o resistencia a los andróge- 5-α-androstanodiol. Estas determinaciones pueden realizarse
nos. en piel genital fresca o en fibroblastos obtenidos a partir de
ella. La piel fresca procedente del prepucio o capuchón
Déficit de 5-α-reductasa de clítoris y de escroto o labios mayores, así como los fibro-
El síndrome correspondiente a este déficit enzimático fue blastos obtenidos a partir de ella, poseen 50-200 veces mayor
descrito en 1974 por IMPERATO-MCGINLEY et al en un amplio nú- actividad de la enzima 5-α-reductasa que la piel no genital y
mero de casos familiares localizados en la República Domi- sus fibroblastos. En los pacientes con déficit de 5-α-reductasa
nicana. Diversos autores han publicado nuevos casos, algu- se han descrito anomalías cuantitativas en la actividad enzi-
nos de ellos también familiares, de herencia autosómica mática, así como cualitativas (inestabilidad de la enzima por
recesiva. disminución de su afinidad por el sustrato testosterona o el
Según la edad del paciente, la clínica revela las conse- cofactor NADPH).
cuencias que el déficit de DHT ocasiona en los tejidos diana Es importante señalar que también se han descrito dismi-
para los andrógenos. Así, los recién nacidos suelen presentar nuciones de la actividad 5-α-reductasa en la insensibilidad
una ambigüedad importante de los genitales externos (tipos para los andrógenos. Ello complica el diagnóstico diferencial
II o III de Prader, fig. 16.91): pene pequeño o hipertrofia de entre el déficit de 5-α-reductasa primario como causa del
clítoris, hipospadias perineoscrotal, orificio vaginal separado SHM y un posible déficit secundario a la insensibilidad a los
del meato urinario pero vagina muy pequeña, bolsas escrota- andrógenos. Si bien la clínica permite a menudo apoyar el
les poco desarrolladas y testículos criptorquídicos, en el con- diagnóstico diferencial, las formas incompletas de insensibi-
ducto inguinal o intrabdominales. Los derivados de los lidad a los andrógenos pueden plantear arduos problemas
conductos de Wolff (epidídimo, conductos deferentes y vesí- de diagnóstico etiológico. Algunos autores han descrito la
culas seminales) se han diferenciado normalmente, pero, en presencia en la piel del pubis de una enzima 5-α-reductasa,
cambio, no existe próstata. Esta anatomía del síndrome de cuya síntesis estaría directamente regulada por los andróge-
déficit de 5-α-reductasa revela la necesidad absoluta de DHT nos. Así, su actividad sería más baja en los niños prepubera-
para la diferenciación de los genitales externos. Al llegar a la les y en la mujer, mientras que aumentaría en el sexo mascu-
pubertad, el aumento de testosterona provoca una viriliza- lino a lo largo de la pubertad y sería más elevada en el varón
ción importante de los genitales externos (desarrollo del clí- y en la mujer con actividad androgénica aumentada. Su de-
toris-pene, bolsas escrotales); este hecho se ha interpretado terminación en piel fresca o en sus fibroblastos permitiría
como la consecuencia de una menor necesidad de DHT apoyar el diagnóstico de déficit de 5-α-reductasa, tanto en su
para la virilización de los genitales externos a partir de la pu- forma primaria como secundaria. En este último caso, la en-
bertad o como un menor déficit enzimático a partir de esta zima no es inducible por la propia DHT en los fibroblastos.

2177
ENDOCRINOLOGÍA

tor androgénico se localiza en los brazos cortos del cromoso-


ma X.
Célula diana para los andrógenos El diagnóstico requiere, como en el caso del déficit de 5-α-
reductasa, determinaciones hormonales en sangre e in vitro
en piel genital o en sus fibroblastos o el estudio del DNA pro-
Núcleo
Cromatina cedente de linfocitos o fibroblastos.
Las exploraciones hormonales en sangre periférica de-
Activación +
Unión nuclear muestran, en el adulto o en el niño bajo estimulación con
R R Proteína HCG, concentraciones normales o elevadas de testosterona y
D T/D Transcripción valores normales de sus precursores. Las concentraciones de
Unión al

cle +
ar
DHT son normales o algo disminuidas en los casos de déficit
nu n
receptor n ió mRNA
secundario de 5-α-reductasa. En el adulto, los niveles de go-
ió ac
Alto peso
Un ctiv

molecular nadotropinas, sobre todo la LH, están por encima de los lími-
A

D D R tes normales, al igual que los de estradiol.


mRNA maduro Los estudios in vitro demostraron, primero en fibroblastos
T
5-α-reductasa
Unión al de piel genital, una disminución o la ausencia de proteínas
Traducción
receptor con capacidad de unión específica para DHT en algunos ca-
sos de insensibilidad total a los andrógenos. El hallazgo de
Proteína esta anomalía cuantitativa en el receptor para la DHT permi-
T te establecer el diagnóstico etiológico. Sin embargo, más del
50% de los casos de insensibilidad tanto total como parcial a
los andrógenos no presenta esta anomalía. Se han descrito
Respuesta
en fibroblastos de piel genital otras anomalías cualitativas
androgénica del receptor para la DHT: termolabilidad, inestabilidad en
T
presencia de molibdato, disminución de la afinidad del re-
ceptor por la DHT y reducción en la capacidad de autorregu-
Fig. 16.93. Mecanismo de acción de los andrógenos en una célula lación positiva del propio receptor por la DHT. También se
diana. D: dihidrotestosterona; R: receptor; T: testosterona. ha descrito normalidad en la unión de la DHT a la fracción
citosólica celular, pero una disminución en su unión a la cro-
matina nuclear o un aumento en la disociación del complejo
Se han clonado dos genes para la actividad 5-α-reductasa: nuclear. Sin embargo, a pesar de todas estas anomalías des-
tipo I (gen localizado en el brazo corto del cromosoma 5) y critas, en un porcentaje considerable de casos de insensibili-
tipo II (gen localizado en el brazo corto del cromosoma 2). dad total o parcial a los andrógenos no se detecta anomalía
El tipo II se expresa en la próstata y la piel genital, habiéndo- alguna en el mecanismo de acción de los andrógenos, consi-
se descrito mutaciones en el gen correspondiente en diver- derándose entonces la posible existencia de anomalías post-
sos pacientes con el síndrome clínico del déficit. receptor. La reciente obtención de anticuerpos monoclona-
En el tratamiento del déficit de 5-α-reductasa es, muy pro- les antirreceptor para los andrógenos, así como la clonación
bablemente, aconsejable la asignación del sexo civil femeni- del gen para el receptor androgénico permiten actualmente
no, la extirpación precoz de las gónadas, la adecuación de la detección de las anomalías génicas responsables de las di-
los genitales externos al sexo femenino, la realización de una versas formas de insensibilidad para los andrógenos. Se han
neovagina a la edad adecuada y el tratamiento feminizante a descrito diversas mutaciones, tanto deleciones como muta-
partir de la edad puberal. Sin embargo, se han publicado al- ciones puntuales, en pacientes con el síndrome de resisten-
gunos casos en los que, pese a existir un sexo civil femenino cia total y parcial a los andrógenos.
desde el nacimiento, se produjo un cambio espontáneo al En el tratamiento de las formas totales y parciales con am-
sexo psicosocial masculino, como consecuencia de la im- bigüedad de los genitales externos es aconsejable la asigna-
portante virilización sufrida al no haberse extirpado los tes- ción del sexo civil femenino y la extirpación temprana de los
tículos. testículos (aunque en las formas totales del síndrome se
aconsejaba dejarlos in situ, puesto que su secreción espontá-
Insensibilidad a los andrógenos nea de estradiol feminizaba a la paciente, es aconsejable,
La insensibilidad o resistencia a los andrógenos se conoce tanto desde un punto de vista psicológico como preventivo
desde hace muchos años, principalmente en su forma extre- de posibles malignizaciones, la extirpación precoz de las gó-
ma o resistencia total, que constituye el síndrome de Morris, nadas y la feminización de la paciente con tratamiento hor-
también denominado feminización testicular total. Como su monal sustitutivo).
nombre indica, se trata de pacientes con testículos y carioti-
po 46 XY, pero cuya feminización es total: los genitales exter- Anomalías en la síntesis o la acción del factor inhibidor
nos son completamente femeninos aunque la vagina es cor-
ta, los testes suelen ser intrabdominales o inguinales, el vello de los conductos de Müller
pubiano es femenino y escaso, el desarrollo mamario es fe- Este síndrome se debe al déficit de secreción o de acción
menino normal, el vello axilar es escaso y no existe signo al- del MIF durante la fase de la vida fetal en la que provoca la
guno de androgenización. Esta descripción corresponde a la regresión de los conductos de Müller. Como consecuencia
forma completa de la anomalía. Sin embargo, existen formas quedan restos mullerianos, en forma de útero y trompas. En
parciales del síndrome, en todos los grados posibles (deno- síndromes anteriormente descritos (disgenesia gonadal pura
minadas a veces como feminización testicular parcial, sín- 46 XY, disgenesia gonadal mixta y SHM disgenético) también
drome de Reifenstein, etc.) e, incluso, formas menores defen- existen restos müllerianos, pero en éste, también denomina-
didas por algunos autores, en las que la manifestación do SHM interno o hernia uterina inguinal en varones, la am-
mínima de la resistencia a los andrógenos podría ser una gi- bigüedad genital sólo afecta los órganos internos, siendo nor-
necomastia a partir de la pubertad o una oligospermia o azo- males los genitales externos. Sin embargo, la mayoría de los
ospermia. pacientes presentan una criptorquidia unilateral o bilateral.
La etiología del síndrome es una falta de acción de los an- El diagnóstico es a menudo casual, en el curso de una inter-
drógenos en su etapa de interacción celular entre su recep- vención quirúrgica por criptorquidia de uno o de ambos tes-
tor citoplasmático y/o nuclear (fig. 16.93) y los genes regula- tículos o por hernia inguinal, en la que el cirujano halla el
dos por ellos. Desde hace años se describe una herencia testis adherido a restos mullerianos. En una proporción con-
ligada al cromosoma X y, efectivamente, el gen para el recep- siderable de casos, el descenso testicular es difícil o impo-

2178
ENFERMEDADES DE LAS GÓNADAS

Cariotipo

XX XY/X XY
XY/XX
XYY/X
Anomalias Y
17 OH-P-plasmática Otras anomalías
17-cetosteroides urinarios cromosómicas

Elevados Normales

Laparoscopia
Laparotomía

Ovarios Ovotestes Testículos Testículos Cintillas


Ovario + testículo + cintilla bilaterales bilaterales

Hiperplasia Yatrógeno Andrógenos SHF Hermafroditismo Disgenesia Disgenesia Disgenesia


suprarrenal (andrógenos o maternos idiopático verdadero gonadal gonadal gonadal
congénita progestágenos (hiperplasia mixta mixta mixta
a la madre) suprarrenal
congénita,
tumor
virilizante)

Aumento de Respuesta de testosterona Genitales externos


precursores al estímulo con HCG masculinos
de testosterona Hernia uteroinguinal

Nula Disminuida Normal

SHM por déficit SHM por Agenesia Disgenesia gonadal LH anómala SHM interno por
enzimático testicular regresión de células pura Hermafroditismo déficit o insensibilidad
con hiperplasia testicular de Leydig Disgenesia gonadal verdadero al factor inhibidor de
suprarrenal congénita o disgenesia mixta Insensibilidad a los conductos de Müller
o sin ella gonadal pura Hipoplasia de los andrógenos
células de Leydig Déficit de 5-alfa-
Déficit enzimáticos reductasa
testiculares

Fig. 16.94. Enfoque diagnóstico de los estados intersexuales. SHF: seudohermafroditismo femenino; SHM: seudohermafroditismo masculino.

sible y se practica a menudo su extirpación, excepto que el feto masculino una inhibición de la virilización de los ge-
pueda llevarse a cabo un autotrasplante testicular por micro- nitales externos, además de anomalías en la estructura tes-
cirugía. ticular. También algunos fármacos antiandrogénicos, como
El gen que codifica la síntesis de MIF ha sido clonado y lo- el acetato de ciproterona, pueden provocar, administrados
calizado en el cromosoma 19. Se han descrito diversas muta- durante la gestación, una inhibición de la virilización del
ciones en pacientes con este síndrome y niveles indetecta- feto masculino.
bles de MIF (MIF-negativos). Sin embargo, existen pacientes
MIF-positivos en los que no se han podido detectar mutacio- Seudohermafroditismo masculino en pacientes 46 XY
nes génicas. Recientemente se ha clonado el gen para el re-
ceptor del MIF, no habiéndose descrito todavía mutaciones con síndromes malformativos
responsables de esta enfermedad. Diferentes síndromes polimalformativos se acompañan en
ocasiones de malformaciones genitales, en general hipospa-
Administración materna de fármacos inhibidores dias con criptorquidia o sin ésta, que no pueden considerar-
se estados intersexuales propiamente dichos (síndrome de
de la virilización Smith-Lemli-Opitz, trisomía 13, etc.).
La administración de progestágenos durante el primer tri-
mestre de la gestación se ha incriminado a menudo como
causa de mayor incidencia de hipospadias en recién nacidos Enfoque diagnóstico de los estados
masculinos 46 XY; sin embargo, la relación causa-efecto no intersexuales
se ha demostrado claramente. Sí, en cambio, se ha compro-
bado que la administración del estrógeno sintético dietilestil- En la figura 16.94 se resumen, esquemáticamente, las
bestrol durante el primer trimestre del embarazo provoca en orientaciones diagnósticas más frecuentes en función de

2179
ENDOCRINOLOGÍA

las exploraciones sucesivas a realizar ante un paciente con depende de la liberación episódica de LHRH. La ritmicidad y
ambigüedad sexual. la duración de la liberación de LHRH son críticas para alcan-
zar una maduración sexual normal. A medida que prospera
Bibliografía especial la maduración puberal, aumenta la secreción de hormonas
ANDERSSON S, BERMAN DM, JENKINS EP, RUSSELL DW. Deletion of steroid gonadales y cada vez son menos acentuadas las diferencias
5-α-reductase 2 gene in male pseudohermaphroditism. Nature entre las secreciones diurna y nocturna de LH, hasta llegar a
1991; 354: 159-161. la cuarta etapa o maduración sexual, en que desaparecen.
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(supl 2): 50-85. sobre la secreción de gonadotropinas va reduciéndose, y la
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En: Tratado de medicina interna. Barcelona, IDEPSA, 1989; 1.461- gativo de las hormonas gonadales disminuye progresivamen-
1.470.
CONTE FA, GRUMBACH MM, ITO Y, FISHER CR, SIMPSON FR. A syndrome or
te; en las niñas aparece un mecanismo regulador nuevo de
female pseudohermaphroditism, hupergonadotropic hypogona- retroalimentación positiva entre estrógenos y gonadotropi-
dism and multicystic ovaries associated with missence mutations nas, que es el responsable del pico secretor de LH y FSH que
infhe gene encoding aromatase (P450arom). J Clin Endocrinol precede a la ovulación. En esta fase se alcanzan los niveles
Metab 1994; 78: 1.278-1.292. de hormonas gonadales propios del adulto, y la administra-
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absolutamente necesaria para alcanzar una función repro-
(steroid 21-hydroxylase deficiency). Dev Pharmacol Ther 1990; 15: ductora normal. Durante la pubertad, las concentraciones de
200-210. factor de crecimiento similar a la insulina (IGF-I) aumentan
SULTAN C, LOBACCARO JM, BELON C, TERRAZA A, LUMBROSO S. Molecular paralelamente al incremento de los esteroides sexuales, y sus
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113. res del adulto durante meses o años después de haber alcan-
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VILAIN E, JAUBERT F, FELLOUS M, MCELREAVEY. Pathology of 46, XY pure
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gonadal dysgenesis: Absence of testis differentiation associated aparición de un botón mamario en las niñas y un agranda-
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1993; 52: 151-159. sexuales, es decir, en la mujer, desarrollo de labios mayores
WHITE PC, NEW MI. Genetic basis of endocrine disease 2: Congenital y menores, desarrollo progresivo de las mamas, de la pilosi-
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WILSON JD. Syndromes of androgen resistance. Biol Reprod 1992; 46: facial, cambios en la voz y desarrollo muscular, caracterizan
168-173.
el proceso de la pubertad normal, que culmina con la conse-
cución de la capacidad reproductora, aparición de la menar-
quía en la mujer con ciclos inicialmente irregulares y des-
pués ovulatorios normales y, en el varón, con la formación
Patología de la pubertad* de espermatozoides maduros con capacidad de fecunda-
ción. En la fisiología de la pubertad desempeña un papel
fundamental en ambos sexos el aumento inicial de andróge-
Cabe considerar la pubertad como el período de la vida nos suprarrenales (adrenarquía). Este aumento estaría en
en que el niño se convierte en adulto. Sin embargo, los me- relación con el peso corporal y sería responsable de una ma-
canismos neuroendocrinos responsables de la maduración duración que se expresaría por una aceleración del creci-
sexual normal comienzan ya durante la vida fetal. La puber- miento y del desarrollo óseo y, probablemente, por cambios
tad representa un proceso complejo que puede dividirse en en el sistema hipotálamo-hipofisario.
cuatro etapas. La primera etapa se inicia en la vida fetal y se
extiende hasta la infancia; durante ella el sistema reproducti-
vo es muy activo, con concentraciones de hormonas gona- Pubertad precoz
dales que semejan las que se encuentran al principio de la
pubertad y con elevación de los niveles de gonadotropinas; La aparición de caracteres sexuales secundarios antes de
la maduración del SNC limita la secreción de LHRH por un los 9 años en niños y de los 8 años en niñas se considera pre-
mecanismo desconocido y disminuye la producción de go- cocidad sexual. Hay que distinguir entre desarrollo precoz
nadotropinas. La segunda etapa de maduración sexual, eta- isosexual y heterosexual, según se corresponda respectiva-
pa inhibidora o prepuberal, se extiende desde la infancia mente con el fenotipo sexual del paciente o, por el contrario,
temprana hasta el final de la primera década y se caracteriza los cambios físicos sean propios del sexo opuesto. Las carac-
por una secreción disminuida de gonadotropinas, sobre todo terísticas hormonales de una pubertad precoz isosexual verda-
de LH, con una relación FSH/LH elevada, baja respuesta de dera son: a) aparición prematura de niveles plasmáticos de
la LH a la administración de LHRH, niveles bajos de hormo- estradiol en las niñas y de testosterona en los niños; b) pre-
nas gonadales y una gran sensibilidad del sistema hipotála- sencia de un modelo de pulsatilidad de LH característico de
mo-hipofisario al mecanismo de regulación de retroalimenta- la pubertad, y c) respuesta normal de LH a la administración
ción negativa de los esteroides gonadales. En esta fase, la de LHRH. Este tipo de pubertad precoz puede ser idiopática
LHRH y las gonadotropinas presentarían una secreción pul- (fig. 16.95), familiar o asociada a lesiones del SNC, como tu-
sátil muy breve que aumentaría coincidiendo con el sueño, mores hipotalámicos, pineales o quistes. Es mucho más co-
pero la amplitud y la frecuencia de la secreción estarán pro- mún en niñas que en niños y presumiblemente obedecería a
bablemente amortiguadas durante esta fase. La tercera etapa una activación prematura del aumento de la secreción pulsá-
de maduración sexual o etapa puberal comienza al final de til de LHRH. Con el desarrollo y la aplicación de la TC de alta
la primera década y se caracteriza por una acusada amplifi- resolución y de la RM se ha detectado una mayor proporción
cación de la secreción pulsátil de LH nocturna que, a su vez, de hamartomas del tuber cinereum en pacientes previamente
diagnosticadas de pubertad precoz idiopática. Estos tumores
benignos secretan LHRH ectópica en forma pulsátil a la circu-
*E. Vilardell-Latorre lación portal hipofisaria y producen liberación de gonadotro-

2180
ENFERMEDADES DE LAS GÓNADAS

TABLA 16.60. Clasificación de la pubertad precoz


Pubertad precoz isosexual verdadera
Idiopática
Adquirida
Tumores hipotalámicos (astrocitomas)
Hamartomas del tuber cinereum
Tumores de la glándula pineal
Síndromes de autonomía gonadal
Testotoxicosis
Síndrome de Albright
Hipotiroidismo primario

Seudopubertad precoz
Tumores productores de gonadotropinas
Tumores productores de esteroides sexuales
Tumores ováricos
Tumores testiculares
Tumores suprarrenales
Síndrome adrenogenital

ca suprarrenal. La pubarquía prematura se caracteriza por la


aparición aislada prematura de pelo pubiano. Este trastorno
es más frecuente en niñas que en niños y se asocia a una dis-
creta aceleración de la maduración ósea y del crecimiento.
En estos casos existiría una adrenarquía prematura que no
progresaría hacia una pubertad total.
En los pacientes con tumores gonadales (testiculares u
ováricos) y quistes foliculares (en general de diámetro infe-
rior a 0,7 cm, pero que pueden llegar hasta 6 cm) o tumores
suprarrenales productores de esteroides sexuales, y tumo-
res secretores de gonadotropina coriónica (tumores de célu-
las germinales del mediastino, retroperitoneo, SNC, hepato-
blastomas), la FSH no está elevada y los testes, aun cuando
aumentan su tamaño, son mucho más pequeños de lo que
correspondería al desarrollo puberal aparente. Los defectos
enzimáticos congénitos que afectan la esteroidogénesis su-
Fig. 16.95. Pubertad precoz isosexual verdadera. prarrenal (el déficit de 21-hidroxilasa constituye una de las
formas más frecuentes) son causas de seudopubertad precoz
isosexual o heterosexual.
pinas. Con menor frecuencia se encuentran gliomas, astroci- Mediante una anamnesis meticulosa y una exploración físi-
tomas, neurofibromas, ependimomas, craneofaringiomas y ca adecuada puede llegarse a un diagnóstico correcto. No
germinomas, quistes hipotalámicos e hidrocefalia. También son útiles las determinaciones de LH, FSH, estradiol o testoste-
se ha asociado a traumatismos craneales, irradiación craneal rona, DHEA-S, 17-hidroxiprogesterona y tiroxina. La ecografía
y a un síndrome de nevo epidérmico. Alrededor del 85% de pélvica es muy útil para determinar el tamaño del ovario y de
los casos de pubertad precoz en niñas y del 35% en niños los genitales internos y para poner en evidencia la existencia
pueden atribuirse a una maduración prematura idiopática del de tumoraciones ováricas. La prueba de estimulación con
SNC. La maduración sexual precoz se acompaña de una ace- LHRH permitirá separar los pacientes con pubertad precoz
leración del crecimiento, además de la aparición precoz de verdadera de las otras formas. En la pubertad inducida por
los caracteres sexuales secundarios. Se produce una rápida activación prematura central se halla una respuesta alta o
maduración epifisaria, por lo que estos niños son inicialmen- exagerada de la LH; en los otros casos la respuesta aparecerá
te altos, pero su talla final queda muy reducida. atenuada o incluso no existirá. La TC craneal o la RM pueden
Dentro de la pubertad precoz isosexual podrían incluirse poner de manifiesto la existencia de lesiones cerebrales, as-
los síndromes de autonomía gonadal, la “testotoxicosis” y el trocitomas hipotalámicos, hamartomas del tuber cinereum, te-
síndrome de Albright (tabla 16.60). La testotoxicosis sería un ratomas de la región pineal, quistes y otras lesiones.
trastorno hereditario autosómico dominante, en el que existi- El tratamiento de la pubertad precoz consiste en erradicar
ría una actividad autónoma de las células de Leydig, con la causa que la ha producido. En el caso de la pubertad pre-
producción basal baja de gonadotropinas y con respuesta coz verdadera idiopática se han recomendado diferentes tra-
disminuida de la LHRH. En el síndrome de Albright, junto tamientos. Los agentes progestágenos, como la medroxipro-
con una displasia ósea fibrosa poliostósica y manchas cutá- gesterona y el acetato de ciproterona, se han utilizado con
neas de color café con leche, existe pubertad precoz debida éxito para retrasar el desarrollo sexual, pero han demostrado
a una función ovárica autónoma prematura. Puede asociar- ser poco eficaces para enlentecer el desarrollo óseo y la velo-
se a adenomas productores de GH y de PRL, hipercorticismo cidad de crecimiento. La medroxiprogesterona se ha admi-
suprarrenal autónomo, hipertiroidismo y osteomalacia fosfa- nistrado en forma dépôt a dosis de 100-300 mg cada 2 sema-
túrica. Se han descrito también casos de pubertad precoz iso- nas y el acetato de ciproterona por vía oral a dosis de 100
sexual verdadera asociados a hipotiroidismos primarios gra- mg/m2/día. También se ha recomendado el danazol, que no
ves (VAN WYK y GRUMBACH). parece ofrecer mejores resultados. Ninguno de estos trata-
Hay que distinguir la telarquía y las pubarquías prematuras mientos mejora el crecimiento de los pacientes. Actualmente
de la pubertad precoz. La telarquía prematura consiste en un se recomienda al aplicación de análogos de LHRH de acción
agrandamiento unilateral o bilateral de las mamas en una prolongada que inhiben de forma efectiva la secreción de
niña, sin otros signos de maduración sexual. Aparece casi gonadotropinas, por medio de una acción reguladora inhibi-
siempre en los primeros 2 años de vida, jamás después de los dora de los receptores hipofisarios, con supresión de los ni-
cuatro, y desaparece espontáneamente en el curso de unos veles puberales de los esteroides sexuales y reducción de la
meses. Hay ausencia de síntomas de producción androgéni- IGF-I a valores prepuberales. Se han utilizado con éxito el D-

2181
ENDOCRINOLOGÍA

Ser (TUB)6 EA10 LHRH (Buserelin®/59) y otros, por vía intra- En estos niños hay que establecer el estadio puberal, medir
nasal y en inyección subcutánea, el primero a dosis variables la velocidad de crecimiento en un período mínimo de 3 me-
entre 10-20 µg/kg/día en niñas y 30 µg/kg/día en niños. ses y determinar la edad ósea (su retraso indicará el posible
Recientemente se han introducido otros análogos, como el potencial de crecimiento). Hay que practicar determinacio-
acetato de leuprolida en suspensión dépôt, que permite la su- nes de gonadotropinas y esteroides sexuales. Para WU et al,
presión de gonadotropinas con sólo una inyección intramus- en niños un valor de testosterona por la mañana de 20 ng/dL
cular mensual de 0,3 mg/kg. Por último, en los casos de testo- (6,9 nmol/L) implicaría que el volumen testicular alcanzaría
toxicosis en los que el tratamiento con análogos de LHRH no los 4 mL en 12-15 meses, indicando el inicio de la pubertad
es efectivo se ha ensayado con éxito el ketoconazol, que ac- normal. En las niñas se debe practicar ecografía pélvica. En
tuaría inhibiendo directamente la síntesis de testosterona. algunos casos para descartar una enfermedad celíaca puede
También se ha empleado la testolactona, un inhibidor de la estar indicada la biopsia de yeyuno. En la última fase de la
aromatasa combinada con espironolactona. etapa prepuberal suele haber una menor secreción de GH,
por lo que, en estos casos, las pruebas de estimulación sub-
normales llegan a normalizarse con la administración de este-
Pubertad tardía roides sexuales, siendo preferibles los estrógenos a los andró-
genos (2 mg/día de estilbestrol durante 2 días). En jóvenes
La falta de maduración sexual a una edad en la que la ma- ansiosos, deprimidos y con fallo escolar secundario, puede
yoría de los niños manifiestan maduración sexual y brote ca- ser necesario instaurar tratamiento. Cuando la talla es baja y
racterístico de crecimiento es motivo de consulta frecuente y el volumen testicular es de 4 mL o más, se ha recomendado
plantea en muchos casos serios problemas diagnósticos. En- tratamiento con anabólicos esteroides, como fluoximesterona
tre las causas endocrinas que deben descartarse, aun cuando u oxandrolona (este último se ha dejado de comercializar y
afortunadamente no sean muy frecuentes, destacan la sólo puede prescribirse en forma galénica) a la dosis de 2,5
insuficiencia hipotálamo-hipofisaria (hipogonadismos hipo- mg por vía oral y durante un período de 3 meses, con lo que
gonadotropos) con afección de varias hormonas hipofisarias se consigue mantener la aceleración del crecimiento y pro-
que forman parte de un cuadro de panhipopituitarismo (véa- gresar a un crecimiento puberal espontáneo al interrumpir el
se Enfermedades del sistema hipotálamo-hipofisario) o los fa- tratamiento. También se han recomendado testosterona (tra-
llos gonadales primarios y resistencia hereditaria a los andró- tamientos intermitentes y cortos han demostrado ser muy úti-
genos (hipogonadismos hipergonadotropos). Otras causas les sin afectar la talla adulta final o la esterilidad), HCG, LHRH
más raras son hipotiroidismos y enfermedades no endocrinas, e, incluso, GH (no está demostrado que incremente la talla fi-
como malabsorción, asma, cardiopatías infantiles, diabetes nal a corto y largo plazo) y GHRH, que para algunos autores
mellitus mal controladas y nefropatías crónicas. Sin embargo, aumentaría la velocidad de crecimiento.
la causa más frecuente y que debe considerarse en primer lu-
gar es el retraso constitucional y fisiológico del crecimiento y
del desarrollo (cronopatía de MARAÑON y actualmente conoci- Hipogonadismo hipogonadotropo idiopático
da como retraso constitucional de la pubertad). En la práctica
hay que establecer el diagnóstico diferencial entre este proce- Es un síndrome de déficit aislado de gonadotropinas de
so y el hipogonadismo hipogonadotropo idiopático. etiología incierta, caracterizado por una pérdida del modelo
de secreción pulsátil de LHRH que conduce a un desarrollo
puberal incompleto o ausente (fig 16.96). Se han descrito for-
Retraso constitucional del crecimiento mas esporádicas y familiares con grados variables de hipogo-
y de la pubertad nadismo. En algunos pacientes se encuentran asociadas alte-
raciones hereditarias, como anosmia (en cuyo caso se
Constituye uno de los problemas más comunes de consul- denomina síndrome de Kallmann), ceguera para los colores,
ta en las clínicas endocrinológicas. Su diagnóstico se estable- paladar escindido, sordera y anomalías esqueléticas. Todo
ce frente a un niño que no presenta maduración a una edad ello sugiere que es un trastorno heterogéneo que aparece en
en la que el 97% de la población lo consigue. Si un niño tie- condiciones patológicas muy variables y en las cuales la sínte-
ne un volumen testicular inferior a 4 mL a los 14 años (nor- sis o la liberación de LHRH se afectaría en grados diferentes.
malmente a una edad promedio de 11 se alcanza un volu- Apoya esta suposición el amplio espectro de respuestas (au-
men testicular de 4 mL) o una niña no presenta desarrollo sente, subnormal o anormal) a la administración de LHRH.
mamario a los 13,2 años, puede hablarse de retraso en el de- La presencia de niveles más altos de la subunidad alfa y
sarrollo sexual. Estos niños tienen una talla baja en relación de mayor amplitud de sus pulsos, después de la administra-
con la talla familiar, presentan un retraso en la edad ósea, ción pulsátil de LHRH, indicaría un déficit incompleto de
con ausencia de caracteres puberales, niveles prepuberales LHRH y la posibilidad de mantener una función normal des-
de hormonas gonadales (estradiol y testosterona), respuestas pués de interrumpir el tratamiento. La heterogeneidad clíni-
normales a la LHRH y a la HCG, con niveles normales de PRL ca y bioquímica podría ser la consecuencia de un grado va-
y ausencia de cualquier enfermedad que justifique el cua- riable de déficit preexistente de LHRH.
dro. No parecen existir diferencias de sexo, aun cuando en El gen humano que codifica la LHRH ha sido aislado y lo-
la práctica es más frecuente la consulta en niños que en ni- calizado en el cromosoma 8 y aun cuando en el hombre no
ñas. Con frecuencia se encuentran antecedentes familiares: se han identificado polimorfismos o deleciones, experimen-
madre y/o hermanas del paciente con aparición tardía de la talmente en ratas especiales hipogonadales se ha demostrado
pubertad. Algunos de estos pacientes inician la pubertad a una deleción en la mitad distal del gen de LHRH, de forma
partir de los 16 años, progresando con rapidez, o bien lo ha- que con técnicas de inserción transgénica del gen normal se
cen muy lentamente, en cuyo caso se prolonga más allá de ha conseguido restablecer la función reproductora normal en
los 20-22 años. En la mayoría de los casos el pronóstico es este modelo. La criptorquidia no es rara en el hipogonadismo
bueno, y finalmente se alcanza la talla adulta y la madura- hipogonadotropo del varón, como tampoco lo es la presencia
ción sexual normales. Su causa estaría relacionada con una de un microfalo. El examen histológico muestra en el testícu-
activación retrasada del eje hipotálamo-hipofisogonadal, que lo una inmadurez semejante a la que se encuentra en el testes
ocasionaría un estado prepuberal prolongado. prepúber normal. En el ovario hay una detención de la folicu-
El diagnóstico diferencial tiene que hacerse, evidentemen- logénesis. En ambos sexos este trastorno se caracteriza por ni-
te, con el hipogonadismo hipogonadotropo idiopático, pero veles bajos de LH y FSH, así como por concentraciones bajas
también comprende un amplio abanico de enfermedades de esteroides gonadales (testosterona o estradiol).
pediátricas: trastornos cardíacos, insuficiencia renal, asma, Aunque raros, se han descrito casos de fallo selectivo de
enfermedad celíaca, trastornos endocrinos y genéticos. gonadotropinas por un probable proceso autoinmune asocia-

2182
ENFERMEDADES DE LAS GÓNADAS

El objetivo del tratamiento del hipogonadismo hipogona-


dotropo es obtener una maduración sexual normal, con in-
ducción de fertilidad. Durante años esto se conseguía con la
administración de HCG, que tiene los efectos biológicos de
la LH y estimula a la células de Leydig para secretar testoste-
rona y a las células foliculares para producir estrógenos, aso-
ciada a la administración de gonadotropina menopáusica
humana (HMG) para estimular la espermatogénesis y la ma-
duración del folículo y que reemplazaría a la FSH. Se ha con-
seguido fertilidad con ambas o bien utilizando sólo HCG,
pero nunca con la administración única de HMG. El trata-
miento con gonadotropinas es, por tanto, útil, en especial en
varones, para alcanzar la espermatogénesis normal (excepto
cuando se asocia a criptorquidia, aun cuando se hubiera co-
rregido precozmente con orquiopexia y cuando existen otros
déficit hipofisarios asociados).
La HCG sola puede ser suficiente en las formas pospubera-
les de hipogonadismo hipogonadotropo, pero en las formas
de hipogonadismo hipogonadotropo idiopático prepuberal
se requiere administrar también HMG. En la actualidad se ha
podido confirmar que la administración crónica pulsátil de
LHRH por vía subcutánea con bombas de perfusión portáti-
les autónomas consigue inducir una maduración sexual
completa en ambos sexos y además, en el varón, una vez lo-
grada una espermatogénesis normal, ésta puede mantenerse
mediante la administración nasal de LHRH en 8 dosis diarias,
una cada 2 h, de 200 µg, o bien pasando a testosterona dépôt
mucho más económica y cómoda y que se ha demostrado
que no compromete la fertilidad cuando se instaura el trata-
miento con gonadotropinas o con LHRH.

Bibliografía especial
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do a síndromes pluriglandulares autoinmunes tipo II, que de- ment with human pituitary GH releasing hormone (1-44)-NH2. J
berían distinguirse del hipogonadismo hipogonadotropo idio- Clin Endocrinol Metab 1992; 75: 1.255-1.260.
pático. También se ha descrito un caso asociado a concentra- MAJZOUB IA. Case records of the Massachusetts General Hospital. N
ciones elevadas de melatonina. La prueba de LHRH muestra Engl J Med 1993; 328: 496-502.
respuestas muy variables de las gonadotropinas y no permite PUIG-DOMINGO M, WEBB SM, SERRANO J, PEINADO MA, CORCOY R, RUSCADE-
establecer una clara diferenciación con los pacientes que LLA J et al. Brief report: Melatonin-related hypogonadotropic hypo-
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WU FCW, BROWN DC, CUTLER GE, STIRLING HF, KELNAR CJH. Early mor-
cabe decir respecto a las pruebas con clomifeno o con HCG. ning plasma testosterone is an accurate predictor of imminent pu-
Se han propuesto diferentes pruebas para establecer el diag- bertal development in prepubertal boys. J Clin Endocrinol Metab
nóstico de hipogonadismo hipogonadotropo antes de los 1992; 76: 26-31.
20 años, ya que en esta época la clínica y los valores hormo-
nales son a menudo indistinguibles de los hallados en indivi-
duos que presentan una pubertad tardía constitucional. Para
algunos, una respuesta subnormal de la PRL a la TRH (más re-
producible en mujeres que en varones) apoyaría el diagnósti-
co de hipogonadismo hipogonadotropo, pero una respuesta
normal no lo excluiría, ya que existiría una importante super- Patología mamaria*
posición de respuestas; para otros, la aparición de un modelo
secretor nocturno normal después de unos días de tratamien-
to con administración pulsátil de LHRH caracterizaría las for-
Regulación endocrina de la glándula mamaria
mas de retraso constitucional, ya que los hipogonadismos hi-
pogonadotropos no la presentarían después del tratamiento. La glándula mamaria está regulada principalmente por la
Por último, otros autores creen encontrar diferencias en la acción de tres hormonas: el estradiol, la progesterona y
respuesta a la administración intravenosa de LHRH después la prolactina. Los estrógenos tienen un potente efecto trófico
de un tratamiento previo con LHRH en forma pulsátil; el in- sobre la mama, estimulando el crecimiento y la división del
cremento de LH tras la administración de LHRH sería menor sistema galactóforo, así como la maduración de los pezones.
en el hipogonadismo hipogonadotropo, indicando una reser- La progesterona induce el desarrollo lobular y la formación
va hipofisaria de LH significativamente más baja. EHRMANN et de ácinos, siempre que actúe después de la acción de los es-
al (1989) comprobaron también una significativa menor res- trógenos. Así pues, el desarrollo mamario depende funda-
puesta de LH, FSH y testosterona después de la administra- mentalmente de los niveles de estrógenos, así como de la re-
ción de un análogo de LHRH de acción prolongada, la nafa-
relina, en los hipogonadismos hipogonadotropos, lo que
permitiría diferenciarlos de los casos de pubertad diferida. *A. Goday Arnó

2183
ENDOCRINOLOGÍA

lación estrógenos/andrógenos. En estadios prepuberales no


existen diferencias en la glándula mamaria entre ambos se-
xos, por lo que potencialmente pueden responder de forma
similar a los cambios hormonales. En condiciones normales,
en el varón se mantienen niveles de estrógenos bajos, por lo
que las mamas no se desarrollan. La formación de leche en
la mama se produce por la acción de la prolactina y del lac-
tógeno placentario. La concentración de ambas aumenta du-
rante la gestación. Para que las hormonas ejerzan su efecto
lactogénico, la glándula mamaria debe haber sido previa-
mente impregnada por la acción de los estrógenos y proges-
tágenos. Por tanto, el incremento de los niveles de prolactina
sólo induce secreción láctea si previamente ha habido im-
pregnación estrogénica. Tras el parto, la lactancia y, en con-
creto, la succión del pezón es el estímulo que evita el des-
censo de los niveles de prolactina. Además del estradiol, la
progesterona, la prolactina y el lactógeno placentario, otras
hormonas como la tiroxina, la insulina, los glucocorticoides
y la GH ejercen un efecto permisivo sobre la acción de las
anteriores en la mama. Fig. 16.97. Ginecomastia bilateral puberal.

Ginecomastia
Etiología. La ginecomastia puede aparecer como manifesta-
La ginecomastia es el aumento del tamaño de la glándula ción fisiológica del desarrollo en algunas etapas de la vida
mamaria en el varón, de naturaleza benigna, a expensas del (la pubertad, el período neonatal y la vejez), en el curso de
tejido glandular. Este aumento no llega a ser aparente hasta muy variadas afecciones endocrinas y sistémicas o como
que alcanza 2 cm o más. En general, es bilateral, aunque efecto secundario de algunos fármacos. Sus causas se deta-
puede presentarse de forma unilateral, en ocasiones previa- llan en la tabla 16.61.
mente al desarrollo contralateral. Es un trastorno frecuente, La ginecomastia puberal (fig. 16.97) es relativamente fre-
cuya prevalencia varía en función de la población estudiada, cuente (19 al 64% de los adolescentes, según los autores). En
la edad y la enfermedad de base. En una serie de 114 pacien- un reciente estudio longitudinal de 536 niños, se detectó gine-
tes hospitalizados se comprobó ginecomastia en el 65% de comastia puberal en el 48,5% de los casos. La edad media de
los casos, con una prevalencia máxima del 72% en el grupo aparición coincide con el período medio de la pubertad, en-
de 50 a 69 años de edad. tre los 13 y 14 años. Suele iniciarse de forma unilateral, en
ocasiones dolorosa, y evoluciona posteriormente a una afec-
tación bilateral en la mitad de los casos. La fisiopatología del
TABLA 16.61. Causas de ginecomastia proceso se atribuye a que durante la adolescencia, antes
del incremento de los niveles de testosterona, se produce un
Fisiológicas
Ginecomastia neonatal
aumento en la producción de estrógenos. En el inicio de la
Ginecomastia puberal pubertad la secreción de testosterona testicular se produce
Ginecomastia senil sólo durante la noche, mientras que los niveles de estrógenos
circulantes, ya sean de origen suprarrenal o por conversión
Patológicas periférica a partir de andrógenos, se mantienen durante todo
Por déficit de la producción o la acción de la testosterona el día. No obstante, no se han podido demostrar en estos jóve-
Congénitas nes niveles elevados de estrógenos, alteraciones de la rela-
Anorquia congénita ción existente entre andrógenos y estrógenos, ni tampoco al-
Síndrome de Klinefelter
Síndromes de resistencia a los andrógenos
teraciones en el número o la afinidad de los receptores
Déficit de la síntesis de testosterona estrogénicos, aunque sí en la actividad aromatasa. En general,
Adquiridas la lesión se resuelve de forma espontánea en un período de
Orquitis vírica 12-18 meses. Así, el 62% de los casos desaparece a los
Traumatismos 6 meses, el 75% antes de 2 años y el 90% en el plazo de 3 años.
Castración En el recién nacido la aparición de ginecomastia se atribu-
Enfermedades neoplásicas ye al efecto de los estrógenos maternos o placentarios. Suele
Enfermedades granulomatosas, lepra desaparecer de forma espontánea en el curso de pocas se-
Insuficiencia renal
Paraplejía, distrofia muscular
manas, aunque excepcionalmente persiste durante más tiem-
Por aumento de la producción o conversión de estrógenos po. En el anciano también se puede detectar una hiperplasia
Tumores testiculares: tumor de células de Leydig de las glándulas mamarias. Su frecuencia aumenta con la
Carcinoma broncógeno, hepático, renal, gástrico, edad (hasta alcanzar, para algunos autores, el 40%). No obs-
coriocarcinoma tante, el diagnóstico se debe efectuar sólo por exclusión,
Hermafroditismo verdadero dado que en la vejez las diversas enfermedades que pueden
Algunas formas de hiperplasia suprarrenal congénita producir ginecomastia son, asimismo, muy frecuentes.
Carcinoma suprarrenal feminizante El conjunto de ginecomastias patológicas se puede clasifi-
Hepatopatía crónica
Desnutrición, renutrición
car, de forma arbitraria, en cuatro grupos (tabla 16.61):
Tirotoxicosis 1. Insuficiente producción de testosterona. Puede ser de
Fármacos (véase tabla 16.62) causa congénita o adquirida. Entre las primeras destacan la
Otras causas anorquia congénita (que cursa en el 50% de los casos con gi-
Derrames pleurales, abscesos pulmonares, tuberculosis necomastia), el síndrome de Klinefelter, en el que la gineco-
pulmonar mastia se observa en el 50% de las formas puras así como en
Cor pulmonale crónico un tercio de los casos de mosaicos, los síndromes de resisten-
Después de toracoplastia y toracotomía cia a los andrógenos (síndrome de Reinfestein, síndrome del
Hemodiálisis
Idiopática
varón infértil, síndrome de feminización testicular), así como
en los déficit de síntesis de testosterona. Entre las causas ad-

2184
ENFERMEDADES DE LAS GÓNADAS

quiridas destacan la orquitis vírica, los traumatismos, la cas- TABLA 16.62. Fármacos y drogas que pueden causar ginecomastia
tración, las enfermedades neoplásicas (incluyendo las secue-
las de la quimioterapia y radioterapia), las enfermedades gra- Por efecto estrogénico
Estrógenos
nulomatosas y la insuficiencia renal. Anovulatorios
2. Producción excesiva de estrógenos. Puede ser de origen Digital
testicular, como ocurre en ciertos tumores testiculares (tu- Cremas embalsamadoras
mor de células de Leydig, carcinoma embrionario, coriocar- Por aumento de la formación de estrógenos
cinoma, teratoma, tumor de células de Sertoli, tumor testicu- Gonadotropinas
lar de células de granulosa, y, rara vez, seminoma), en el Clomifeno
hermafroditismo verdadero, en el carcinoma broncógeno y Andrógenos
en el carcinoma de vejiga urinaria. En estos últimos casos, Anabolizantes esteroides
Por disminución de la formación o la acción de andrógenos
así como en el coriocarcinoma de testículo, se puede produ- Ketoconazol
cir una secreción ectópica de gonadotropina (HCG). Los Alquilantes
tumores suprarrenales feminizantes, productores de estróge- Espironolactona
nos, causan asimismo ginecomastia. Por otra parte, la pro- Cimetidina
ducción excesiva de estrógenos puede deberse a un aumen- Ranitidina
to de sustrato de la aromatasa periférica. Esta es la causa de Omeprazol
la ginecomastia en algunas formas de hiperplasia suprarenal Flutamida
congénita (déficit de 11-β-hidroxilasa), insuficiencia hepáti- Ciproterona
De mecanismo desconocido
ca, tirotoxicosis y desnutrición. Durante la Segunda Guerra Busulfán
Mundial se observó la presencia de ginecomastia en el 15% Isoniazida
de los soldados del ejército americano recluidos en campos Etionamida
de prisioneros japoneses. En un tercio de los casos se asoció Reserpina
a la renutrición, mientras que en otros coincidió con perío- Fenotiazinas
dos de mejoría en la dieta. La ginecomastia puede aparecer Butirofenonas
asimismo en otros períodos de renutrición, como la recupe- Metoclopramida
ración de enfermedades graves, tras la cirugía, colitis ulcero- Metildopa
Tricíclicos
sa, lepra o tuberculosis (TBC). En todas estas situaciones la d-penicilamina
desnutrición condicionaría una inhibición secundaria del Sales de oro
eje hipotálamo-hipofisogonadal, cuya resolución originaría Verapamilo
una “segunda pubertad”. Diltiazem
3. Ingesta de fármacos. Son muchos los fármacos que pue- Nifedipino
den causar ginecomastia (tabla 16.62). En algunos casos este Metronidazol
efecto secundario se atribuye a una inhibición de la síntesis Captopril
o acción de la testosterona (ketoconazol, alquilantes, espiro- Enalapril
Alopurinol
nolactona, cimetidina). En otros casos se debe a un efecto Alcohol
estrogénico directo (dietilestilbestrol, anovulatorios, digital), Fenitoína
a un aumento de la síntesis de estrógenos (gonadotropinas, Diazepam
clomifeno) o bien a mecanismos desconocidos. La aparición Marihuana
de ginecomastia puede depender, entre otros factores, de la Heroína
dosis del fármaco. Metadona
4. Otras causas. Un grupo de afecciones muy diversas,
como derrames pleurales, TBC pulmonar, abscesos pulmona-
res, cor pulmonale crónico, postoracotomía, distrofias muscu-
lares, paraplejías y ciertas anomalías cromosómicas, pueden Cuadro clínico. Se limita al aumento visible de la glándula.
causar ginecomastia. Se ha descrito una forma de gineco- Habitualmente es asintomática, aunque en caso de desarro-
mastia familiar que cursa con desarrollo sexual normal, en llo rápido de la lesión puede aparecer dolor local.
varones fértiles, en los que se observa una elevación en el
cociente 17-β-estradiol/testosterona. Diagnóstico. El diagnóstico de ginecomastia se establece
En el estudio anatomopatológico, la ginecomastia se ca- por la inspección y la palpación del aumento de la glándula.
racteriza por una proliferación de la estroma fibroblástica, El aspecto más importante de la entidad radica en la identifi-
con depósito de colágeno y hialinización, así como por un cación del proceso causal, aunque ello se logra sólo en el
aumento del número y la longitud de los conductos. Se han 50% de los casos. Ante la detección de un paciente con gine-
descrito tres tipos histológicos: a) el tipo florido, con hiper- comastia se debe llevar a cabo una buena historia clínica,
plasia glandular y formación de lóbulos; b) el tipo fibroso, con especial atención al inicio del proceso y a la presencia
con hialinización y aumento de tejido conjuntivo, y c) el tipo de otros síntomas acompañantes, a la ingesta de fármacos
intermedio. Para algunos autores el primer tipo corresponde potencialmente causantes así como a datos sugestivos de he-
a estadios precoces, mientras que el segundo se observa en patopatía o nefropatía previa. Cabe recordar que los estróge-
lesiones de larga evolución. nos pueden causar ginecomastia por vía oral, pero también
si se administran tópicamente en cremas o lociones o bien
Fisiopatología. La fisiopatología de la ginecomastia es poco tras exposición laboral. En la exploración física, el grado de
conocida. En ella se implica la existencia de niveles excesivos virilización, el estado nutricional y la determinación del ta-
de estrógenos o bien una disminución en el cociente andróge- maño y la consistencia testiculares son muy importantes. La
nos/estrógenos. De hecho, la presencia de niveles elevados de presencia de unos testes pequeños y firmes junto con una gi-
estrógenos de forma mantenida sólo ha podido demostrarse necomastia obliga a descartar un síndrome de Klinefelter.
en algunas neoplasias, como el carcinoma suprarrenal femini- Por otra parte, la palpación de los testículos puede detectar
zante, el tumor de células de Leydig o el carcinoma broncóge- un tumor responsable de la lesión. En algunos casos esta pal-
no. En algunas circunstancias el defecto podría consistir en un pación puede ser inicialmente normal, apareciendo la tumo-
aumento de la sensibilidad del órgano diana, la glándula ma- ración meses después del inicio de la ginecomastia. La pal-
maria, a los estrógenos. Por otra parte, en pacientes con gine- pación normal no descarta una neoplasia testicular. La
comastia aislada se ha demostrado un aumento de la activi- analítica general debe incluir las funciones renal y hepática
dad aromatasa de los fibroblastos, lo que podría justificar una a fin de detectar las insuficiencias respectivas como causas
mayor formación periférica de estrógenos. del proceso. En cuanto al estudio hormonal, se debe practi-

2185
ENDOCRINOLOGÍA

car la determinación de testosterona, estradiol, LH, FSH, PRL


y HCG.
La prueba de estimulación de estradiol con HCG puede
ser de utilidad en el diagnóstico diferencial de la ginecomas-
tia idiopática y el tumor de células de Leydig. En este último,
los valores de 17-β-estradiol son muy superiores a los ha-
llados en otros tipos de ginecomastia. Si se sospecha una
neoplasia suprarrenal o testicular, debe practicarse una eco-
grafía o bien una TC. Dada la frecuente asociación entre neo-
plasia testicular y ginecomastia, descartadas otras causas del
proceso, o bien en presencia de HCG o estradiol elevados, es
obligado practicar dichas técnicas de imagen. Los pacientes
con neoplasias testiculares pueden desarrollar ginecomastia
no sólo por producción hormonal tumoral (HCG o estradiol)
sino también como efecto secundario de la quimioterapia, la
radioterapia o la orquiectomía. Por tanto, la aparición de gi-
necomastia en el seguimiento de los pacientes con cáncer
testicular plantea problemas de diagnóstico diferencial entre
recidiva y efecto secundario. Independientemente, la gineco-
mastia se considera un signo de mal pronóstico en el cáncer
de testículo. Si tras su estudio inicial no se consigue identifi-
car la causa, hay que realizar un seguimiento periódico del
paciente, aun en el caso de que la lesión permanezca es-
table.

Diagnóstico diferencial. Cabe realizar el diagnóstico dife- Fig. 16.98. Galactorrea de expresión. Se observa una gota de leche
rencial fundamentalmente con la lipomastia (aumento difu- saliendo del pezón.
so del tejido graso de esta zona) que se observa en indivi-
duos obesos, en cuyo caso se palpará sólo grasa, pero no
glándula. Si persisten dudas puede ser de utilidad la práctica caso es muy importante explicar detalladamente al adoles-
de una mamografía, que distingue claramente el patrón ra- cente que se trata de un trastorno benigno, fisiológico, de re-
diológico de la ginecomastia del de la lipomastia (ausencia solución en general espontánea, en un intento de evitar o,
de densidad retroareolar en esta última). Asimismo, se debe paliar los trastornos psicológicos que el proceso entraña. En
plantear el diagnóstico diferencial frente a lipomas, neurofi- cuanto a las ginecomastias patológicas, la actitud primordial
bromatosis, infiltración leucémica, linfomas y carcinoma de se centra en la identificación de su causa. Si la ginecomas-
mama. Cabe destacar en este punto que el cáncer de mama tia se debe a un fármaco, su supresión se acompaña de la re-
es excepcional en el varón (1% de todos los cánceres de gresión de la lesión. Como profilaxis, en el caso de la terapia
mama). Su presencia se sospechará ante una masa dura, ex- estrogénica en el cáncer de próstata la irradiación de las ma-
céntrica o fijada a estructuras adyacentes, así como si se pal- mas se ha demostrado eficaz para evitar la posterior apari-
pan adenopatías. La práctica de una mamografía, una eco- ción de ginecomastia. Hasta la actualidad no se han observa-
grafía y de una biopsia puede ser de utilidad. En la do efectos secundarios a esta irradiación. Por otra parte, si
mamografía, el patrón característico de la ginecomastia es en el curso del tratamiento con testosterona o HCG se obser-
un aumento de densidad subareolar. También puede obser- va un aumento incipiente del tamaño mamario, la reducción
varse un patrón heterogéneo difuso. En el estudio ecográfico de dosis puede prevenir la posterior aparición de ginecomas-
de la ginecomastia, la imagen depende del patrón histológi- tia.
co. Si predomina la hiperplasia ductal, se observa un área
triangular hipoecogénica distal al pezón. Si el tejido predo-
minante es fibroglandular, existe un patrón heterogéneo. La Galactorrea
punción-aspiración ecodirigida puede ser de especial utili-
dad en el diagnóstico diferencial del carcinoma y del absce- La secreción láctea de la glándula mamaria en condicio-
so. La radiografía en el cáncer de mama en el varón es simi- nes no fisiológicas, es decir, fuera del período puerperal, se
lar a la que se observa en la mujer, consistente en una denomina galactorrea. En ausencia de lactancia, la galacto-
imagen espiculada excéntrica al pezón. rrea se define cuando la secreción persiste más de 6 meses
después del parto. Puede evidenciarse de forma espontánea
Tratamiento. Como ya se ha indicado, la ginecomastia pu- (grados III y IV) o bien sólo tras maniobras de expresión (gra-
beral regresa espontáneamente en la mayoría de los casos dos I y II) (fig. 16.98). No obstante, cabe recordar que en la
antes de 2 años, por lo que no suele requerir tratamiento. mayoría de las mujeres con gestaciones previas puede existir
Sólo en el 7% de los casos persiste durante más de 3 años. Se una mínima secreción serosa tras la expresión de la mama,
ha sugerido el tratamiento médico con fármacos como dana- sin que ello indique patología.
zol (andrógeno débil que inhibe la secreción de gonadotro- En condiciones fisiológicas, la secreción láctea se produce
pinas), tamoxifeno y clomifeno (antiestrógenos), si bien no por un aumento en la concentración de prolactina o bien de
existe un acuerdo unánime sobre su eficacia. El tamoxifeno, lactógeno placentario. Sobre esta base, la galactorrea se
a dosis de 10 mg por vía oral cada 12 h durante 3 meses, con- debe a una disregulación de la secreción de estas hormonas,
sigue reducir el tamaño de la ginecomastia y suprimir el principalmente la prolactina. Esto no equivale a afirmar que
dolor, sin efectos secundarios importantes. La resección qui- en todos los casos de galactorrea la concentración de prolac-
rúrgica está indicada si el proceso genera problemas psicoló- tina se halla elevada. Para que se inicie la secreción láctea
gicos de consideración, si persiste tras el período anterior- son necesarios estos aumentos, pero niveles de prolactina
mente mencionado, en caso de fracaso del tratamiento normales pueden ser suficientes para el mantenimiento de la
médico, o bien si alcanza estadios avanzados (Tanner III o lesión. En algunos casos de galactorrea pueden existir eleva-
superior, glándula mayor de 6 cm, predominio de fibrosis), ciones de las concentraciones de prolactina intermitentes o
en cuyo caso es dudosa la resolución espontánea. La lipo- bien sólo durante una fase inicial. De hecho, la hiperprolacti-
succión puede eliminar el tejido graso, pero la extirpación nemia sólo se comprueba en el 30% de los casos de galacto-
de la glándula requiere la escisión quirúrgica. En cualquier rrea. Por otra parte, la elevación de los niveles de prolactina

2186
ENFERMEDADES DE LAS GÓNADAS

no siempre provoca la aparición de galactorrea. Para que la TABLA 16.63. Causas de galactorrea
glándula mamaria responda en forma adecuada a la eleva-
ción de la prolactina con la secreción láctea se debe haber Por defecto en la inhibición hipotalámica de la secreción
de prolactina
producido previamente la impregnación estrogénica de di- Por afectación hipotalámica
cha glándula. Por esta razón, la galactorrea se presenta fun- Tumores (craneofaringioma, pinealoma, meningioma,
damentalmente en mujeres (94% de una serie de 235 casos), glioma óptico, metástasis)
mientras que en la mayoría de los varones con hiperprolacti- Histiocitosis X, sarcoidosis
nemia no se observa. Irradiación, meningitis, encefalitis, hidrocefalia, lesiones
vasculares isquémicas
Etiología. Considerando los mecanismos de regulación de Por afectación del tallo hipofisario
la secreción de prolactina, la galactorrea puede deberse a al- Sección del tallo (traumática, quirúrgica)
Compresión tumoral
teraciones a distintos niveles (tabla 16.63). La secreción hi- Por fármacos con efecto antidopaminérgico
pofisaria de prolactina está fundamentalmente regulada por
su inhibición dopaminérgica sobre el hipotálamo. Por tanto, Por aumento de los factores liberadores de prolactina
diversas afecciones hipotalámicas pueden ocasionar hiper- Hipotiroidismo primario
prolactinemia y galactorrea por un déficit de la inhibición so- Enfermedad de Addison
bre las células lactotropas adenohipofisarias. Este es el caso Enfermedad de Cushing
de procesos infiltrativos, como histiocitosis y sarcoidosis, neo-
plasias (meningioma, craneofaringioma, pinealoma o metás- Por tumores productores de prolactina
Tumores hipofisarios productores de prolactina
tasis), lesiones hipotalámicas por irradiación, por traumatis- (síndrome de Forbes-Albright)
mos o bien vasculares (isquémicas, hemorrágicas o por Tumores hipofisarios mixtos productores de GH y prolactina
malformaciones vasculares). Por idéntico mecanismo, la sec- o bien de ACTH y prolactina
ción del tallo hipofisario, ya sea quirúrgica, traumática o por Adenomas cromófobos
compresión tumoral, puede producir hiperprolactinemia Producción ectópica de prolactina o lactógeno placentario
por defecto de los factores inhibidores sobre la hipófisis. La Carcinoma broncógeno
ingesta de fármacos constituye, con gran diferencia, la causa Hipernefroma
más frecuente de hiperprolactinemia. El mecanismo puede Mola hidatiforme y coriocarcinoma
ser un bloqueo de los receptores dopaminérgicos (fenotiazi- Por causas locales
nas, butirofenonas, sulpirida, metoclopramida, imipramina, Estimulación mecánica repetida
amitriptilina), la reducción de los receptores de dopamina Traumatismos torácicos
(reserpina) o bien una acción competitiva con la dopami- Cirugía mayor, toracotomía
na (alfametildopa). En la tabla 16.64 se resumen los fárma- Infecciones locales
cos y drogas que pueden causar galactorrea. Mastitis
Si bien el mecanismo fundamental en la fisiología de la se- Herpes zoster
creción de prolactina es su inhibición dopaminérgica, el au-
Otras
mento de su factor liberador, el TRH, también puede causar Síndrome de la silla turca vacía
discretas elevaciones de la prolactina y galactorrea. Así, en el Insuficiencia renal crónica
hipotiroidismo primario la galactorrea se atribuye fundamen- Cirrosis hepática
talmente al aumento de los niveles de TRH que se producen Síndrome del ovario poliquístico
ante el descenso en los niveles de hormonas tiroideas. La ga- Carcinoma suprarrenal feminizante
lactorrea puede observarse no sólo en pacientes con mixede- Hipertiroidismo
ma franco sino también en casos de hipotiroidismo subclíni- Lesión medular
co. La disminución del aclaramiento de la prolactina es otra
Idiopática
posible causa de hiperprolactinemia en el hipotiroidismo, así Tras gestación, síndrome de Chiari-Frommel
como en la cirrosis hepática y en la insuficiencia renal cróni- Tras anovulatorios
ca. Tras el trasplante renal se normalizan los niveles de pro- Del recién nacido
lactina en el 20-75% de los casos.
En cuanto a las causas propiamente hipofisarias de hiper-
prolactinemia destacan por su importancia los adenomas
hipofisarios secretores de prolactina o prolactinomas (sín- TABLA 16.64. Fármacos y drogas que pueden causar galactorrea
drome de Forbes-Albright). Con menor frecuencia, en la Neurolépticos Opiáceos
acromegalia puede existir una secreción mixta de GH y pro- Haloperidol Morfina
lactina. En el caso de los adenomas hipofisarios no funcio- Fenotiazinas Heroína
nantes, la hiperprolactinemia se produce como consecuen- Butirofenonas Antieméticos
cia de un déficit en su inhibición hipotalámica. Esta afección Antidepresivos Metoclopramida
se ha descrito detalladamente en el capítulo de Enfermeda- Imipramina Sulpirida
Amitriptilina Domperidona
des del sistema hipotálamo-hipofisario. Rara vez algunos tu- Clomipramina Otros
mores, como el carcinoma broncógeno y el hipernefroma, Antihipertensivos Cimetidina
pueden producir de forma ectópica prolactina y ocasionar Reserpina Anovulatorios
galactorrea. En el caso de corioepitelioma y la mola hidati- Alfametildopa Verapamilo
forme puede aparecer galactorrea como consecuencia de la
producción tumoral de lactógeno placentario.
Por último, cabe mencionar las causas idiopáticas de ga- tras la ingesta de anovulatorios es menos frecuente que la
lactorrea. El síndrome de Chiari-Frommel consiste en la per- amenorrea que se observa en esta situación. En ambos ca-
sistencia de amenorrea y galactorrea más allá de 6 meses sos, después de la gestación y tras la toma de anovulatorios,
después del parto, en ausencia de lactancia o de tumor hipo- la galactorrea se produce por mecanismos similares, al des-
fisario. Se trata de un síndrome poco conocido que, en algu- cender de forma brusca los niveles de estrógenos y progestá-
nos casos, podría corresponder en realidad a un adenoma genos tras un período de estimulación sobre la mama. Coin-
hipofisario oculto, que se manifiesta tras la estimulación hor- cidiendo con la aparición de ginecomastia, en el recién
monal que implica la gestación. No obstante, los niveles de nacido puede haber galactorrea de expresión, que desapare-
prolactina no siempre están elevados. En el 50% de los casos ce espontáneamente antes de los 2 meses de vida.
los ciclos menstruales se recuperan de forma espontánea tras Globalmente, una cuarta parte de los casos de galactorrea
algunos meses o incluso años. La galactorrea que se presenta corresponde a tumores hipofisarios, una cuarta parte a otras

2187
ENDOCRINOLOGÍA

de las etiologías descritas, quedando un porcentaje impor- cesario tratar a estas pacientes dado que en muchos casos el
tante de casos sin causa definida. proceso se soluciona de forma espontánea.

Evaluación diagnóstica. Ante un caso de galactorrea, el


diagnóstico se basará en la realización de una historia clíni- Hipoplasia e hiperplasia mamaria
ca detallada, con especial hincapié en la historia menstrual,
la existencia de esterilidad o bien la relación entre el inicio La hipoplasia o aplasia mamaria se observa en los diferen-
de la galactorrea y el período puerperal, así como los cam- tes trastornos que cursan con hipogonadismo en la mujer,
bios en la libido o aparición de impotencia en el varón. Se como el síndrome de Turner. Tras la menopausia precoz pue-
debe investigar detalladamente la toma de fármacos con po- de aparecer asimismo atrofia mamaria. En todos estos casos
tencial efecto hiperprolactinémico (tabla 16.64). En la el tratamiento cíclico con estrógenos y progestágenos es efec-
anamnesis se deben incluir asimismo la clínica sugestiva de tivo para revertir dicha atrofia. Por otra parte, puede existir un
hipotiroidismo y los síntomas locales de lesiones expansivas déficit total o parcial del desarrollo mamario, en ocasiones
hipofisarias (cefalea, defectos visuales campimétricos) o hi- sólo unilateral, en mujeres con ciclos regulares, sin alteracio-
potalámicas (alteraciones en el apetito, la sed o la tempera- nes endocrinológicas demostrables. Este trastorno se atribuye
tura). Dado que una posible causa de galactorrea es la esti- a un déficit en la sensibilidad a los estrógenos y progestáge-
mulación mecánica repetida de la mama, esta etiología se nos y, por tanto, no responde a dosis sustitutivas con éstos. El
debe evaluar (autoexploración de la mama, actividad se- tratamiento con dosis muy superiores implica un alto riesgo
xual). La exploración física puede revelar los rasgos caracte- de efectos secundarios, por lo que no es recomendable.
rísticos de la acromegalia (tumores mixtos secretores de El crecimiento excesivo y rápido de la glándula mamaria
prolactina y GH), hipotiroidismo o enfermedad de Addison, puede observarse durante la adolescencia, la gestación o
así como la presencia de hipogonadismo. La galactorrea bien fuera de estos períodos. El aumento del tamaño mama-
puede observarse de forma espontánea o bien tras manio- rio que se produce en el transcurso del embarazo se debe a
bras de expresión de la mama. Se puede practicar una cam- un ascenso conjunto de los niveles de estrógenos, progestá-
pimetría por confrontación que mostrará defectos en los genos y prolactina, que disminuyen progresivamente tras el
campos temporales, en caso de que exista compresión del parto. En los restantes casos de macromastia no se ha demos-
quiasma óptico por parte de un tumor hipofisario. Las prue- trado que exista relación con afección endocrinológica, por
bas hormonales incluirán la determinación de prolactina (a lo que el trastorno se atribuye a una mayor sensibilidad local
partir de una mezcla de tres extracciones sanguíneas o a las hormonas con efecto trófico sobre la mama.
pool) así como la de hormonas tiroideas (T3, T4 y TSH). La
función tiroidea se debe practicar incluso en pacientes que
no presentan clínica franca de mixedema, dado que el hipo- Enfermedad fibroquística (mastopatía
tiroidismo subclínico puede producir hiperprolactinemia y fibroquística, hiperplasia quística)
galactorrea. Los niveles de prolactina superiores a 150
ng/mL son sugestivos de prolactinoma, observándose una La enfermedad fibroquística es la afección mamaria benig-
proporcionalidad entre las cifras de prolactina y el tamaño na más frecuente. Consiste en la aparición de quistes y fibro-
tumoral. Valores superiores a 250 ng/mL corresponden a sis en ambas mamas, en mujeres en edad fértil, con clínica
macroprolactinomas (tumores con un diámetro superior cíclica de predominio en la fase premenstrual.
a 10 mm). En caso de que se demuestre una hiperprolacti- Como consecuencia de los cambios hormonales durante el
nemia importante, se debe practicar una TC (o bien RM) de ciclo menstrual, la glándula mamaria recibe una estimulación
la silla turca. bifásica. Durante la fase estrogénica, se produce una prolifera-
ción del tejido, que es seguida durante la fase luteínica de un
Diagnóstico diferencial. Se plantea frente a otras secrecio- aumento de la actividad secretora inducido por la elevación
nes del pezón, como las sanguinolentas, serosas o purulen- de los niveles de progesterona. Finalmente se observa una fase
tas, que se pueden observar en las neoplasias y en la enfer- involutiva. En la mayoría de las mujeres estos cambios son tan
medad fibroquística. Cabe recordar que la galactorrea y la leves que no se acompañan de clínica. No obstante, no es raro
hiperprolactinemia no siempre se presentan simultáneamen- que aparezcan cambios inflamatorios en la fase premenstrual
te. Puede observarse galactorrea con prolactina normal o, a con mastodinia (dolor mamario), induración y aumento del
la inversa, hiperprolactinemia sin galactorrea. Por otra par- tamaño y de la nodularidad de las mamas. La clínica es bilate-
te, la hiperprolactinemia per se no causa ginecomastia direc- ral, aunque no siempre simétrica o sincrónica. Puede obser-
tamente. Ésta puede ser debida a hipogonadismo, el cual, a varse galactorrea. La enfermedad fibroquística se observa, en
su vez, puede estar causado por una hiperprolactinemia. El el 97% de los casos, entre los 25 y los 59 años, y desaparece
exceso de estrógeno puede causar independientemente gi- tras la menopausia. Este trastorno es más frecuente en nulípa-
necomastia e hiperprolactinemia. ras y su intensidad disminuye tras la gestación y la lactancia.
De todas formas, es una afección muy frecuente, cuya inci-
Tratamiento. Depende evidentemente de su causa. La co- dencia se ha estimado en el 43-59% en series necrópsicas. Su
rrección del hipotiroidismo se acompaña de la desaparición fisiopatología se atribuye a un exceso relativo de los niveles de
de la galactorrea, incluso en casos con niveles de prolactina estradiol en relación con los de progesterona. El déficit de pro-
normales o discretamente elevados. Lo mismo ocurre en el gesterona determina un menor factor modulador sobre los
trasplante renal en el caso de la insuficiencia renal crónica. efectos del estradiol en la glándula mamaria. El diagnóstico di-
La supresión de los fármacos causantes de hiperprolactine- ferencial se plantea con el cáncer de mama, la radiculitis y el
mia asimismo normaliza los niveles de la hormona. En oca- síndrome de Tietze. En la enfermedad fibroquística el dolor
siones ello puede conseguirse simplemente con la disminu- tiene de forma característica un curso intermitente, que se so-
ción de la dosis. En los casos en que no es posible retirar la luciona tras la menstruación. No obstante, hay que tener en
medicación, la terapia coadyuvante con bromocriptina pue- cuenta que el cáncer puede coexistir con la enfermedad y es-
de ser efectiva en la reducción o supresión de la galactorrea. tar enmascarado por la nodularidad difusa. Además, las pa-
El tratamiento de los prolactinomas, farmacológico mediante cientes que padecen enfermedad fibroquística tienen una in-
alcaloides ergóticos como la bromocriptina o quirúrgico me- cidencia 4 veces superior de cáncer de mama. Son de utilidad
diante la extirpación del tumor, se describe detalladamente en el diagnóstico diferencial la mamografía, así como la cito-
en el capítulo de Enfermedades del sistema hipotálamo-hipo- logía por punción de las lesiones.
fisario. El tratamiento con bromocriptina puede asimismo ser
efectivo en la galactorrea idiopática, aun en los casos con va- Tratamiento. Se plantea para disminuir la mastodinia, con-
lores de prolactina normales. No obstante, no siempre es ne- seguir la disminución o desaparición de los nódulos y evitar

2188
ENFERMEDADES DE LAS GÓNADAS

la proliferación celular y el riesgo de aparición de neoplasia. TABLA 16.65. Causas de hirsutismo


El tratamiento farmacológico se fundamenta en evitar o ate-
Origen de los andrógenos Entidad
nuar el efecto de los estrógenos, producidos en fase folicular,
sobre la glándula mamaria. Puede utilizarse acetato de me- Suprarrenal Síndrome de Cushing
droxiprogesterona (dado que es un antiestrógeno) en dosis Tumores virilizantes
de 10 mg/día por vía oral desde el día 4.o al 25.o del ciclo, o Hiperplasia suprarrenal
bien anovulatorios con predominio de progestágeno, como congénita
la combinación de 1 mg de noretisterona y 0,02 mg de etinil- Ovario Tumores virilizantes
estradiol. Asimismo, se ha mostrado efectiva la combinación Síndrome de ovarios
de un antiestrógeno por vía oral junto al tratamiento local poliquísticos
con progesterona en gel, que según su liposolubilidad se Suprarrenal/ovario Hiperprolactinemia
acumula en el tejido graso local y ejerce su efecto antiestró-
Suprarrenal/ovario/periferia Hirsutismo idiopático
geno sobre la mama. No obstante, en muchos países no se
dispone de preparados comerciales de progesterona en gel. Testículo Seudohermafroditismo
La eficacia del tratamiento farmacológico es mayor en los ca- masculino
sos con síntomas o nodularidad de corta evolución. Si la evo- Disgenesia gonadal XY
lución es prolongada, existe un predominio de la fibrosis así Fuente exógena Fármacos con acción
como una disminución de los receptores esteroides, que ex- androgénica: anabolizantes,
plican la escasa efectividad del tratamiento médico en estos danazol, progestágenos
casos. La mastectomía, con reconstrucción de la mama me- Fármacos no androgénicos:
difenilhidantoína, minoxidilo,
diante prótesis, está justificada ante la sospecha de neopla- diazóxido, ciclosporina
sia, la ausencia de respuesta al tratamiento médico o bien en
función de la gravedad de la clínica.
El cáncer de mama se trata ampliamente en la sección On-
cología médica. En relación con la afección endocrinoló- res genéticos y hormonales. La distribución y la configura-
gica, cabe destacar que la incidencia de cáncer de mama ción del pelo terminal constituyen uno de los caracteres se-
parece estar aumentada en los varones afectos de gineco- xuales secundarios más destacados en la diferenciación del
mastia. Las neoplasias de mama son muy infrecuentes en el fenotipo masculino y femenino a partir de la pubertad. Sin
varón (alrededor del 1% del total en ambos sexos). Dados es- embargo, en ambos sexos los folículos pilosos tienen igual
tos datos, la incidencia de cáncer de mama en varones con distribución, y el crecimiento del pelo terminal depende de
ginecomastia es menor que la incidencia global en mujeres. las hormonas masculinas o andrógenos; por lo tanto, los dife-
Por otra parte, en el síndrome de Klinefelter, la incidencia de rentes patrones son el resultado de una diferencia cuantitati-
cáncer de mama se halla aumentada y es similar a la de las va en los niveles circulantes de estas hormonas. El hirsutis-
mujeres. mo, difícil de definir con precisión, es la presencia de una
distribución masculina del pelo terminal en una mujer, siem-
Bibliografía especial pre tomando como referencia lo que es previsible para sus
BANNAYAN GA, HAJDU SI. Gynecomastia: Clinicopathologic study of características raciales y familiares. El hirsutismo se presenta
351 cases. Am J Clin Pathol 1972; 57: 431-437. en grados muy variables y puede asociarse o no a trastornos
BERKOVITZ GD, GUERAMI A, BROWN TR, MACDONALD PC, MIGEON CJ. Fami- menstruales, a infertilidad, a signos de virilización (clitoro-
lial gynecomastia with increased extraglandular aromatization of megalia, regresión de la implantación capilar frontal, voz gra-
plasma carbon 19 steroids. J Clin Invest 1985; 75: 1.763-1.769. ve, aumento de masa muscular), o bien a hallazgos indicati-
BIRO FM, LUCKY AW, HUSTER GA, MORRISON JA. Hormonal studies and vos de algún otro trastorno endocrino definido. Sin embargo,
physical maturation in adolescent gynecomastia. J Pediatr 1990; la situación más habitual es que no existan trastornos endo-
116: 450-455.
BRAUNSTEIN GD. Gynecomastia. N Engl J Med 1993; 328: 490-495.
crinos evidentes, en cuyo caso se habla de hirsutismo simple
BULARD J, MUWSZOWICZ I, SCHAISON G. Increased aromatase activity in o idiopático. En conjunto, el hirsutismo es un trastorno fre-
pubic skin fibroblast from patients with isolated gynecomastia. J cuente, frente al cual es importante establecer si existe una
Clin Endocrinol Metab 1987; 64: 618-623. etiología definida, que requiera tratamiento específico, o
FRIESEN H, TOLIS G. The use of bromocriptine in the galactorrhea ame- bien si se trata de una forma idiopática en la que la actitud
norrhea syndromes. The Canadian Cooperative Study. Clin Endo- debe ser más conservadora. En la tabla 16.65 se resumen las
crinol 1977; 6 (supl): 91. entidades que a menudo cursan con hirsutismo.
KLEINBERG DL, NOEL GL, FRANTZ AG. Galactorrhea: A study of 235 cases En líneas generales, en la valoración de una paciente hir-
including 48 with pituitary tumors. N Engl J Med 1977; 296: 589-
600.
suta hay que considerar: a) aumento de secreción de andró-
KUHN JM, MAHOUDEAU JA, BILLAUD L, JOLY J, RIEU M, GANCEL A et al. Eva- genos, tanto de origen ovárico como suprarrenal, y b) trastor-
luation of diagnostic criteria for Leydig cell tumours in adult men nos en el transporte de estas hormonas en sangre y cambios
revealed by gynecomastia. Clin Endocrinol (Oxf) 1987; 26: 407-416. en la sensibilidad a los andrógenos del órgano diana: la piel.
NIEWOEHNER CB, NUTTAL FQ. Gynecomastia in hospitalized male popu- Secreción de andrógenos. En sangre periférica se encuen-
lation. Am J Med 1984; 77: 633-638. tran diversos andrógenos, como testosterona, androstenodio-
VANCE ML, EVANS WS, THORNER MO. Bromocriptine. Ann Intern Med na, y deshidroepiandrosterona (DHEA) y su sulfato (DHEA-S).
1984; 100: 78-91. Ninguno de estos compuestos tiene un origen exclusivamente
suprarrenal u ovárico, pero la secreción es diferente en am-
bas glándulas, por lo que los niveles encontrados ofrecen
una orientación sobre su procedencia. En la figura 16.99 se
Hirsutismo* esquematizan los pasos de la biosíntesis de andrógenos a par-
tir del colesterol, con sus dos vías enzimáticas alternativas, la
∆4 y ∆5.
Etiopatogenia. La piel humana está recubierta, práctica- Los andrógenos suprarrenales proceden principalmente
mente en toda su superficie, por folículos pilosos que produ- de la capa reticular de la corteza. Predomina la vía ∆5, con
cen dos tipos de pelo: el vello, fino, poco pigmentado, de formación de DHEA y DHEA-S (principal producto de secre-
distribución casi universal, y el pelo terminal, grueso, más ción) a partir de pregnenolona como compuesto intermedio;
pigmentado, limitado a ciertas áreas y dependiente de facto- la vía ∆4, productora de testosterona y androstenodiona, tie-
ne menor peso cuantitativo. Esta secreción es regulada por la
ACTH hipofisaria, que actúa principalmente sobre los pasos
*I. Halperin Rabinovich iniciales de la esteroidogénesis. Por ello, los andrógenos su-

2189
ENDOCRINOLOGÍA

Colesterol

20,22-desmolasa

Vía ∆5 Vía ∆4 Piel


Acción
androgénica
Pregnenolona Progesterona

17-α-hidroxilasa
DHT
17-α-hidroxipregnenolona 17-α-hidroxiprogesterona

17,20-desmolasa
3-α-androstanodiol
Deshidroepiandrosterona ∆4-androstenodiona 5-α-reductasa
A T
17-β-hidroxiesteroide-
deshidrogenasa

∆5-androstenodiol Testosterona
Sangre
3-β-hidroxiesteroide-deshidrogenasa
4,5-isomerasa
Fig. 16.100. Por acción de la enzima 5-α-reductasa los andrógenos
circulantes, androstenodiona (A) y testosterona (T), se transforman
Fig. 16.99. Esteroidogénesis suprarrenal y ovárica. en la piel en dihidrotestosterona (DHT), que a su vez actúa sobre los
receptores androgénicos del folículo piloso y la glándula sebácea.
Prácticamente no pasa a la circulación, sino que sufre una metaboli-
prarrenales presentan un ritmo circadiano paralelo al del zación local a 3-α-androstanodiol.
cortisol, si bien menos acusado, y pueden ser suprimidos por
la administración de corticoides exógenos. Se ha postula-
do la existencia de una hormona hipofisaria reguladora de en gran medida es localmente reducida e hidroxilada a 3-α-
los andrógenos, independiente de la ACTH. En la vida fetal androstanodiol y 3-β-androstanodiol. Todos estos pasos meta-
se ha demostrado la actividad de la gonadotropina coriónica bólicos (fig. 16.100), poco conocidos y difíciles de estudiar,
(HCG), pero en la vida adulta este aspecto no está diluci- pueden alterarse y ser parte de la etiopatogenia del hirsutis-
dado. mo idiopático. El número total de unidades pilosebáceas, ge-
Los ovarios pueden segregar andrógenos en diversos com- néticamente condicionado, y el número total y la sensibili-
partimientos (estroma, granuloma y teca foliculares, y cuer- dad de los receptores androgénicos del folículo, cuya
po lúteo). En la estroma y el cuerpo lúteo predomina la vía compleja regulación sólo se conoce parcialmente, también
∆4, con producción de mayor proporción de androstenodio- influyen sobre el grado de hirsutismo.
na y testosterona. Esta secreción es regulada principalmente Cada pelo, ya sea vello o pelo terminal, pasa por tres fases:
por la LH; la prolactina podría también estar involucrada. A una fase anágena, de formación del pelo por proliferación
partir de la pubertad, la secreción sigue un ritmo cíclico, con de la matriz epidérmica del folículo; una fase catágena de
niveles máximos coincidentes con la ovulación. En el perío- transición, en la que el bulbo piloso cesa su actividad y la
do posmenopáusico la secreción androgénica persiste, con base del pelo se queratiniza y, por último, una fase telógena
predominio de testosterona y a expensas de la estroma. En de reposo. Cuando el folículo piloso se reactiva, el pelo rete-
los últimos años se ha atribuido a la insulina un papel cre- nido cae y comienza un nuevo ciclo. El crecimiento piloso
ciente como factor causal de hiperandrogenismo. Hiperinsu- (excepto el correspondiente a cuero cabelludo) y la secre-
linismo y resistencia a la insulina se asocian con hipersecre- ción sebácea están regulados por los andrógenos en grado
ción suprarrenal de andrógenos, anovulación, estimulación diverso, que es máximo para la zona del pubis y mínimo
directa o indirecta de androgénesis ovárica y aumento de an- para los segmentos distales de las extremidades. El principal
drógenos libres circulantes por reducción de la globulina efecto de la testosterona convertida localmente en DHT con-
transportadora. Todos estos factores participan en la génesis siste en prolongar la fase anágena del pelo y aumentar la di-
del síndrome de ovario poliquístico y en el hiperandrogenis- visión celular y la síntesis de lípidos en las glándulas sebá-
mo asociado a la acantosis nigricans. ceas.
Transporte y acción periférica de los andrógenos. Los an-
drógenos activos sobre los órganos diana son la testosterona Evaluación de la paciente hirsuta. Datos clínicos. Es im-
y su metabolito, la dihidrotestosterona (DHT), que en la mu- portante conocer las características raciales y familiares de la
jer proceden sobre todo de la conversión periférica de an- paciente; deben investigarse posibles antecedentes de hirsu-
drostenodiona y de DHEA-S. La testosterona circula unida a tismo, virilización u otros datos sugestivos de un déficit enzi-
una proteína de transporte de alta afinidad, la globulina mático suprarrenal. Es fundamental conocer si el hirsutismo
transportadora de esteroides sexuales (SHBG), cuya concen- ha aparecido de forma brusca (lo que sugiere una fuente tu-
tración, importante factor condicionante de los niveles de moral o yatrógena de andrógenos), o si es un trastorno cróni-
testosterona libre, depende de múltiples factores, entre ellos co, muchas veces iniciado a partir de la pubertad, y asociado
la relación estradiol/testosterona (el primero aumenta los ni- o no a problemas menstruales. Otros datos de interés son la
veles, y la segunda los deprime). existencia de galactorrea (sugestiva de hiperprolactinemia),
La DHT, principal efector androgénico sobre el folículo pi- cambios en la distribución del tejido adiposo, aparición de
loso, se forma por reducción de la testosterona catalizada estrías o fragilidad capilar (sugestivos de hipercorticismo),
por la 5-α-reductasa; este proceso varía en las diferentes áreas amenorrea primaria o infertilidad (que señalen un posible
de la piel (p. ej., es máximo en la piel de la región púbica). trastorno de la diferenciación sexual) o trastornos menstrua-
Esta DHT pasa en escasa proporción a la circulación general; les, obesidad, hipertensión e hiperglucemia (que puedan in-

2190
ENFERMEDADES DE LAS GÓNADAS

dicar un síndrome de ovarios poliquísticos). La exploración Las afecciones ováricas capaces de causar hirsutismo in-
física definirá la intensidad del hirsutismo, la presencia de vi- cluyen, por una parte, los tumores virilizantes y, por otra, una
rilización o incluso de genitales ambiguos y la existencia de serie de trastornos como el síndrome de ovarios poliquísti-
masas abdominales o de signos de hipercorticismo. cos, la hipertecosis y la anovulación sostenida, difíciles de
Estudio hormonal. Las determinaciones de la excreción diferenciar del hirsutismo idiopático. Los tumores virilizantes
urinaria de metabolitos esteroides tienen actualmente muy del ovario son neoplasias infrecuentes, que suelen aparecer
poca utilidad, con excepción del cortisol libre urinario, em- en la edad adulta, y que incluyen una gran variedad de for-
pleado en el diagnóstico de hipercorticismo. Los andrógenos mas histológicas: tumores de la granulosa, o teca-granulosa,
se determinan preferentemente en sangre periférica; también de origen epitelial, generalmente feminizantes y sólo de for-
sus niveles en saliva pueden ser de utilidad, ya que son indi- ma excepcional productores de andrógenos; tumores de la
cativos de la concentración de hormonas libres, no unidas a estroma, de origen mesenquimático, con gran componente
proteínas de transporte. La interpretación de los resultados fibroso y producción tanto de estrógenos como de andróge-
no siempre es sencilla, ya que el origen de los diversos este- nos; tumores del hilio, de pequeño tamaño y en general aso-
roides puede ser tanto suprarrenal como ovárico e, incluso, ciados a acusada virilización; arrenoblastomas o tumores de
periférico. Habitualmente reviste interés la determinación de células de Sertoli-Leydig, a menudo virilizantes. Todos estos
testosterona total o libre (esta última es el parámetro aislado tumores se caracterizan por niveles de testosterona plasmáti-
de mayor valor diagnóstico), androstenodiona, DHEA-S y los ca superiores a 200 ng/dL (6,9 nmol/L). En general son neo-
diversos precursores de la androgénesis suprarrenal cuyo au- plasias bien diferenciadas y poco malignas.
mento es indicativo de bloqueo enzimático en la hiperplasia El síndrome de ovarios poliquísticos, inicialmente definido
suprarrenal congénita (17-hidroxiprogesterona como marca- por sus características histológicas (ovarios aumentados de
dor del déficit de 21-hidroxilasa, 17-hidroxipregnenolona tamaño, con cápsulas engrosadas, folículos atrésicos e hiper-
como marcador del déficit de 3-β-deshidrogenasa y el 11- plasia tecal) abarca una extensa gama de cuadros clínicos,
desoxicortisol para el déficit de 11-β-hidroxilasa). Otros pará- que incluyen algunos de los siguientes rasgos: oligomeno-
metros (como cortisol y prolactina) se investigan cuando rrea, anovulación, obesidad, hirsutismo, hiperglucemia y un
existen datos clínicos de sospecha. El cociente LH/FSH au- patrón hormonal de incremento de la relación LH/FSH e hi-
mentado puede señalar una anovulación prolongada o sín- perandrogenismo. En este último aspecto puede existir una
drome de ovarios poliquísticos. En ocasiones puede ser útil participación suprarrenal variable. A menudo coexisten gra-
investigar el origen de los andrógenos mediante estimu- dos moderados de alteración funcional y ovarios de aspecto
lación (con ACTH para las suprarrenales, y HCG para el ova- normal, y en esta situación –a veces denominada anovula-
rio) e inhibición (fundamentalmente con dexametasona ción sostenida– es difícil establecer el diagnóstico diferencial
para los productos suprarrenales, si bien puede también exis- con el hirsutismo idiopático. El trastorno puede ser primario
tir cierta inhibición de la esteroidogénesis ovárica). La deter- o bien secundario a hiperinsulinismo, hiperprolactinemia o
minación de niveles de andrógenos en venas ováricas o su- hiperplasia suprarrenal congénita.
prarrenales cateterizadas es un método de gran interés para El hirsutismo puede ser una manifestación de trastornos
investigación, pero poco adecuado como prueba clínica sis- hipotálamo-hipofisarios. En la hiperprolactinemia puede
temática, excepto cuando se sospeche una fuente tumoral existir hirsutismo y acné, en cuya génesis participan tanto las
no identificable mediante estudios morfológicos incruentos. suprarrenales como el ovario. En la anorexia nerviosa existe
Estudio morfológico. La exploración ecográfica de supra- un aumento de vello en forma de lanugo, de origen no an-
renales y ovarios permite en general detectar la presencia de drogénico.
tumores y otras alteraciones. A veces se debe recurrir a la TC Dentro de los trastornos de la diferenciación sexual pue-
abdominal. Si existe hipercorticismo o hiperprolactinemia, den existir formas de disgenesia gonadal y seudohermafrodi-
generalmente se requiere una TC o una RM hipofisarias. tismo masculino en las que coexista un fenotipo femenino
más o menos definido, con presencia de testículos e hirsutis-
mo.
Principales causas de hirsutismo El hirsutismo simple o idiopático puede presentar mínimas
Etiología. Los principales procesos suprarrenales que cursan elevaciones de andrógenos suprarrenales u ováricos o bien
con hirsutismo son el síndrome de Cushing, los adenomas o cursar sin alteraciones endocrinas evidentes. Suele aparecer
carcinomas virilizantes y los déficit enzimáticos que ocasio- coincidiendo con la pubertad y, en ausencia de trastornos
nan hiperplasia suprarrenal congénita. En cuanto al síndro- menstruales, su principal trascendencia es la repercusión so-
me de Cushing, el hirsutismo no suele ser el signo más llama- bre el bienestar psicológico de las pacientes. Se postula la
tivo, excepto en algunos carcinomas poco diferenciados. Los existencia de trastornos en el transporte hormonal, en la con-
tumores virilizantes cursan con niveles de andrógenos gene- versión periférica de DHT y en la respuesta del órgano efec-
ralmente muy elevados (DHEA-S superior a 8 µg/mL o 20,4 tor, la piel, a los andrógenos.
µmol/L). Pueden aparecer a partir de la infancia, en cual- Por último, el hirsutismo puede tener un origen medica-
quier edad de la vida. Las formas graves de hiperplasia supra- mentoso, ya sea por la administración de compuestos con
renal congénita (entre las cuales el déficit de 21-hidroxilasa acción androgénica (p. ej., anabolizantes, danazol, medroxi-
es la más corriente) suelen manifestarse poco después del progesterona) y de preparados no androgénicos (difenilhi-
nacimiento o en la primera infancia. Son las formas crípticas dantoína, minoxidilo, ciclosporina, diazóxido, glucocorticoi-
o atenuadas las que plantean después de la pubertad el diag- des).
nóstico diferencial con otras formas de hirsutismo asociado a
trastornos menstruales. Se ha postulado que hasta un tercio Tratamiento. El tratamiento de todos los hiperandrogenis-
de los hirsutismos asociados al síndrome de ovarios poliquís- mos de origen tumoral (tanto suprarrenales como ováricos)
ticos o bien idiopáticos podrían corresponder a diversos gra- es quirúrgico, con el fin de resolver la hipersecreción y de
dos de bloqueo enzimático en la esteroidogénesis suprarre- tratar la enfermedad neoplásica. En el síndrome de Cushing,
nal. La determinación basal de 17-hidroxiprogesterona y la terapéutica es la correspondiente al trastorno de base.
otros precursores permite en general la identificación de este Cuando existe una hiperplasia suprarrenal congénita, si el
trastorno; en caso de dudas, se debe determinar este paráme- bloqueo es grave, se resuelve con la administración de glu-
tro 30 min después de la administración de 250 µg de ACTH cocorticoides a dosis sustitutiva (hidrocortisona, 20 mg por
sintética. Para diferenciar los diversos déficit enzimáticos de la mañana y 10 mg por la noche por vía oral, o bien la dosis
los tumores suprarrenales (capaces de secretar productos in- equivalente de otros glucocorticoides). El bloqueo enzimáti-
termedios de la esteroidogénesis normal) debe siempre com- co parcial de las formas atenuadas sólo requiere dosis bajas
probarse la normalización de estos parámetros con la admi- de glucocorticoides (dexametasona, 0,25-1,0 mg por la no-
nistración de dexametasona. che) con el fin de suprimir la androgénesis suprarrenal. La

2191
ENDOCRINOLOGÍA

hiperprolactinemia de diversos orígenes se trata inicialmente La ciproterona inhibe la unión de la DHT al receptor an-
con agentes dopaminérgicos, sobre todo bromocriptina. drogénico. Por otra parte, tiene actividad progestágena, me-
El síndrome de ovarios poliquísticos y los diversos grados diante la cual frena la secreción de gonadotropinas. Se em-
de hiperandrogenismo de origen predominantemente ovári- plea en dosis muy variables, que oscilan entre 2 y 200
co tienen un tratamiento muy similar, en líneas generales, al mg/día. Su empleo como única medicación tiene el inconve-
hirsutismo simple; puede requerir medidas específicas cuan- niente de producir pérdidas menstruales copiosas e irregula-
do el efecto buscado sea la inducción de la ovulación y el res; por ello, suele asociarse a etinilestradiol, ya sea en un es-
restablecimiento de la fertilidad. La adopción de medidas te- quema secuencial o bien combinados en un preparado
rapéuticas más o menos activas dependerá de la intensidad contraceptivo. La respuesta del hirsutismo es dependiente de
de la afectación (determinada por el grado de hirsutismo, los la dosis.
trastornos del ciclo menstrual, etc.) y de la repercusión sub- La espironolactona actúa de varias formas: reduce la sínte-
jetiva de esta sintomatología sobre la paciente, sobre todo te- sis de testosterona, disminuye la actividad de la 5-α-reducta-
niendo en cuenta que se trata de tratamientos prolongados, sa de la piel e inhibe la unión de la DHT al receptor. Esta últi-
raras veces resolutivos, que obligan a una cuidadosa valora- ma acción parece ser la más importante. Se administra en
ción de los beneficios frente a los riesgos. Los diversos trata- dosis de 75-200 mg/día. Sus efectos adversos (náuseas, aste-
mientos farmacológicos del hirsutismo actúan en dos senti- nia, irregularidad menstrual) aumentan al incrementar la do-
dos: suprimiendo la secreción de andrógenos ováricos o sis. No se ha observado desarrollo de hiperpotasemia en au-
suprarrenales y bloqueando su acción periférica. La respues- sencia de insuficiencia renal.
ta hormonal favorable suele obtenerse a corto plazo; en cam- Nuevas perspectivas terapéuticas. El antimicótico ketoco-
bio, clínicamente no hay en general mejoría del hirsutismo nazol, inhibidor de la esteroidogénesis suprarrenal y gonadal
hasta por lo menos 6 meses después de iniciado el tratamien- por bloqueo enzimático, ha sido ensayado en el hirsutismo
to, y el grado de respuesta analítica hormonal no es predicti- de diversos orígenes con buena respuesta analítica, pero con
va de la respuesta cutánea. En líneas generales, los resulta- eficacia clínica poco evidente. Su principal inconveniente es
dos son mejores en los hirsutismos de menos tiempo de su potencial hepatotoxicidad, que obliga a un control riguro-
evolución. Dada la gran variabilidad individual en la respues- so de la función hepática. Los análogos de la Gn-RH de ac-
ta al tratamiento, debe valorarse en cada paciente la utilidad ción prolongada suprimen eficazmente la esteroidogénesis
de los diversos preparados, solos o asociados, y siempre em- ovárica, pero no la suprarrenal; su principal inconveniente es
pleados en la dosis más baja en la que sean eficaces. Los mé- que condicionan un grave hipogonadismo. Los inhibidores
todos de depilación mecánica son siempre un importante de la 5-α-reductasa podrían, en teoría, tener un importante
complemento. Los principales agentes farmacológicos em- papel, pero en la actualidad los resultados corresponden
pleados son: sólo a estudios preliminares. También se ha iniciado el estu-
Anticonceptivos orales. Reducen la secreción ovárica a dio de los antiandrógenos tópicos, principalmente en pa-
causa de la supresión de la LH. Además, el componente es- cientes con hirsutismo limitado a algunas áreas cutáneas.
trogénico aumenta la concentración de SHBG, por lo que la Todas estas posibilidades terapéuticas requieren una evalua-
testosterona libre disminuye efectivamente aunque los nive- ción cuidadosa y prolongada para definir su seguridad y efi-
les totales no se modifiquen. Se dispone de diversos prepara- cacia.
dos, con distintas dosis de estrógeno (en general etinilestra-
diol, 0,03-0,05 mg/día), sin que existan criterios definidos de
elección entre ellos. En algunos preparados el componente Bibliografía especial
progestágeno es ciproterona, que añade un efecto antiandro- AZZIZ R, ZACUR HA. 21-hydroxylase deficiency in female hyperandro-
génico periférico. Los anticonceptivos son de gran utilidad genism: Screening and diagnosis. J Clin Endocrinol Metab 1989;
cuando existen trastornos menstruales acusados o bien cuan- 69: 577-584.
do simultáneamente se busca contracepción. Dadas sus con- BIFFIGNANDI P, MASSUCCHETTI C, MOLINATTI GM. Female hirsutism: Pat-
hophysiological considerations and therapeutic implications. En-
traindicaciones –enfermedad tromboembólica, hipertensión, docr Rev 1984; 5: 498-513.
diabetes–, su uso está menos indicado en los tratamientos FRANKS S. Polycystic ovary syndrome: A changing perspective. Clin
prolongados en pacientes mayores de 35 años. Endocrinol 1989; 31: 87-120.
Glucocorticoides. Suprimen la producción suprarrenal de GIVENS JR. Hirsutism. En: BARDIN CW (ed). Current therapy in endocri-
andrógenos a causa de la inhibición de la ACTH. Su empleo nology and metabolism-3. Toronto, BC Decker, 1988; 204-207.
puede plantear dos importantes problemas, ambos depen- LOUGHLIN T, CUNNINGHAM S, MOORE A, CULLITON M, SMYTH PPA, MCKENNA
dientes de la dosis: en primer lugar, la aparición de signos de TJ. Adrenal abnormalities in polycystic ovary syndrome. J Clin En-
hipercorticismo y, en segundo lugar, la excesiva supresión docrinol Metab 1986; 62: 142-147.
MAUVAIS-JARVIS P. Regulation of androgen receptor and 5-alfa-reducta-
de la secreción de cortisol. Por ello, si se decide emplearlos se in the skin of normal and hirsute women. Clin Endocrinol Me-
se debe recurrir a las dosis más bajas posibles (p. ej., dexa- tab 1986; 15: 307-317.
metasona 0,25-0,50 mg por la noche). Su indicación se limita MOLTZ L, SCHWARTZ U. Gonadal and adrenal androgen secretion in hir-
a casos de clara participación suprarrenal en el hiperandro- sute females. Clin Endocrinol Metab 1986; 15: 229-245.
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Antiandrógenos. Estas sustancias impiden que los andróge- genism, insulin resistance and obesity in the pathogenesis of
nos expresen su actividad en los tejidos diana. Los principa- polycystic ovarian syndrome. J Clin Endocrinol Metab 1993; 76:
les compuestos –ciproterona y espironolactona– tienen su 1.295-1.300.
RITTMASTER RS, LORIAUX DL. Hirsutism. Ann Intern Med 1987; 106: 95-
principal sitio de acción en los receptores tisulares, si bien 107.
también ejercen otros efectos. Al menos potencialmente es- TURNER EI, WATSON MJ, PERRY LA, WHITE MC. Investigation of adrenal
tos compuestos pueden interferir en la masculinización de function in women with oligomenorrhoea and hirsutism (clinical
un feto varón, por lo que su empleo debe acompañarse en PCOS) from de north-east of England using and adrenal stimula-
edad fértil de medidas contraceptivas eficaces. tion test. Clin Endocrinol (Oxf) 1992; 36: 389-397.

2192
Tumores endocrinos múltiples de base heredofamiliar
E. Esmatjes Mompó

Definición e historia. La afectación neoplásica multiglan- páncreas endocrino y de la hipófisis anterior, aunque pue-
dular de diversos órganos endocrinos es un hecho que se co- den presentar tumores de otros órganos.
noce desde principios de siglo. Desde entonces ha podido La expresión clínica de cada uno de los tres principales
perfilarse esta entidad clínica y demostrarse su incidencia fa- componentes de la MEN-I dentro de las familias afectas es va-
miliar y, como ya sugirió WERMER en 1954, su transmisión au- riable. Así, mientras en el momento del diagnóstico el hiper-
tosómica dominante. paratiroidismo está presente en casi todos los pacientes, la
En la actualidad se conocen tres patrones fundamentales coexistencia de la afectación de las tres glándulas endocri-
de afectación glandular endocrina: a) hiperplasia de parati- nas sólo se da en un tercio de los enfermos.
roides asociada a adenoma de islotes pancreáticos y a ade- La sintomatología clínica derivada de la afectación de las
noma o hiperplasia de hipófisis (neoplasia endocrina múlti- glándulas endocrinas suele manifestarse entre la tercera y la
ple tipo I o síndrome de Wermer o MEN-I); b) carcinoma quinta décadas de la vida, aunque los programas de detec-
medular del tiroides asociado a feocromocitoma y a hiper- ción precoz pueden identificar individuos afectados por la
plasia de paratiroides (neoplasia endocrina múltiple tipo II, enfermedad, pero asintomáticos, a edades inferiores. La mor-
síndrome de Sipple, MEN-II o MEN-IIa); c) carcinoma medu- bilidad y la mortalidad de la MEN-I están relacionadas con
lar de tiroides asociado a feocromocitoma y a neuromas mu- los componentes pancreáticos de la enfermedad y, especial-
cosos múltiples (neoplasia endocrina múltiple tipo III, MEN- mente, con los tumores secretores de gastrina (tabla 16.67).
III o MEN-IIb) (tabla 16.66). A pesar de esta clasificación, es
importante conocer que puede existir un solapamiento entre
estos síndromes y que la lesión de un órgano determinado
Hiperparatiroidismo
no implica necesariamente la afectación concomitante de Alrededor del 10-15% de los casos de hiperparatiroidismo
otro de los órganos que constituyen el síndrome. Por otro primario se presentan con afectación familiar y prácticamen-
lado, es importante considerar que la afectación glandular te todos ellos son pacientes con MEN-I o MEN-II. El hiperpara-
puede variar desde la hiperplasia, hasta el adenoma y el car- tiroidismo se detecta en el 80-90% de los pacientes con MEN-
cinoma, pudiendo en un mismo individuo coincidir diferen- I, siendo en el 20-30% de los casos el responsable de la
tes formas de lesión anatomopatológica en diferentes órga- sintomatología inicial del síndrome.
nos. Por ello, dado que estas lesiones pueden evolucionar, es En la MEN-I el sustrato morfológico más frecuente es la hi-
fundamental el diagnóstico precoz de estos enfermos antes perplasia de las paratiroides, aunque también es posible ha-
de que se desarrollen complicaciones de la hipersecreción llar un adenoma, siendo en ocasiones difícil diferenciar am-
hormonal (gastrina, catecolaminas, hormona paratiroidea) o bos tipos de lesión. Más rara vez se ha descrito la existencia
de la existencia de metástasis (carcinoma medular de tiroi- de un carcinoma paratiroideo como responsable del cuadro
des). clínico.
El espectro de síntomas y signos de hiperparatiroidismo en
la MEN-I se debe a la hipersecreción de parathormona (PTH)
y, por tanto, es similar al del hiperparatiroidismo primario;
nefrolitiasis recidivante, nefrocalcinosis, osteítis fibrosa, úlce-
Neoplasia endocrina múltiple tipo I ra péptica y pancreatitis. Desde el punto de vista biológico,
junto al mencionado aumento de PTH, es característica la
(MEN-I o síndrome de Wermer) existencia de hipercalcemia e hipofosforemia. Al igual que
en el hiperparatiroidismo esporádico, el diagnóstico se efec-
La MEN-I es una enfermedad relacionada con una altera- túa al detectar las alteraciones bioquímicas mencionadas,
ción en el cromosoma 11, con una prevalencia estimada en- junto con unos valores de PTH inapropiadamente elevados.
tre el 0,02 y el 0,2 por mil habitantes. Su característica funda- El tratamiento idóneo consiste en la extirpación quirúrgica
mental es su transmisión de carácter autosómico dominante, del tejido responsable de la hipersecreción de PTH para evi-
con un alto grado de penetrancia y cierta variabilidad de ex- tar no sólo la sintomatología derivada de la hipercalcemia
presión. Típicamente los individuos afectados por este sín- sino también el riesgo que ésta representa para el desarrollo
drome presentan tumores de las glándulas paratiroides, del de otros posibles tumores. En la localización preoperatoria
del tumor puede ser de utilidad la determinación de las con-
centraciones sanguíneas de PTH en muestras de sangre ob-
tenidas por cateterización venosa selectiva. Dada la alta
TABLA 16.66. Clasificación de los tumores endocrinos múltiples incidencia de afectación paratiroidea múltiple, la técnica
de base heredofamiliar quirúrgica a emplear es la paratiroidectomía total. Además,
Glándula afectada Sintomatología algunos autores proponen el autoinjerto de fragmentos glan-
MEN-I Paratiroides Hiperparatiroidismo
Páncreas Gastrinoma
Insulinoma TABLA 16.67. Causas de mortalidad en la MEN-II
Hipófisis Prolactinoma
Acromegalia Causas de muerte Porcentaje
MEN-II Tiroides Carcinoma medular Complicaciones ulcerosas 33
Médula suprarrenal Feocromocitoma Complicaciones posgastrectomía 19
Paratiroides Hiperparatiroidismo Metástasis tumorales 11
MEN-III Tiroides Carcinoma medular Hiperparatiroidismo 11
Médula suprarrenal Feocromocitoma Tumores hipofisarios 8
Neuromas cutáneos Complicaciones posquirúrgicas 8
Alteraciones Infecciones 6
musculosqueléticas Coma hipoglucémico 3

2193
ENDOCRINOLOGÍA

dulares paratiroideos en el brazo (autotrasplante de parati- son muy sugestivos de gastrinoma, pero valores inferiores,
roides). aunque por encima de la normalidad, obligan a practicar
estímulos con secretina o calcio intravenoso con el fin de
efectuar el diagnóstico diferencial con otras entidades que
Tumores pancreáticos cursan con hipergastrinemia. La valoración del quimismo
La mayoría de estos tumores secretan gastrina o insulina, gástrico revelará un importante aumento de la secreción y
provocando los síndromes clínicos derivados de la hiperse- acidez gástrica basal que se modificará poco con el estímulo
creción hormonal. En raras ocasiones estos tumores pueden con histamina.
secretar otras hormonas, como glucagón, somatostatina o Tras la comprobación radiológica y endoscópica de la
polipéptido pancreático, cuya traducción clínica será menos presencia de úlceras aisladas o múltiples, de localización atí-
llamativa. Una característica de los tumores pancreáticos res- pica, junto a un aumento del grosor de los pliegues gástricos,
pecto a los demás componentes de la MEN-I es su potencial será necesaria la localización del tumor. Para ello, la TC y,
riesgo de malignización, con posibilidad de invadir estructu- sobre todo, la arteriografía selectiva son básicas, y no debe
ras próximas y metastatizar. olvidarse el estudio de la posible existencia de metástasis he-
Insulinoma. Es un tumor originado en las células beta de páticas, ya que el gastrinoma es en ocasiones maligno.
los islotes de Langerhans, caracterizado por la secreción in- El tratamiento médico se fundamenta en la inhibición de
controlada y excesiva de insulina, que aparece en aproxima- la secreción ácida gástrica, mediante antagonistas de los re-
damente un tercio de los pacientes con síndrome de MEN-I. ceptores H2. Con ello se mejora la sintomatología clínica del
El riesgo de malignización del insulinoma en la MEN-I es paciente, pero evidentemente no se cura la enfermedad.
aproximadamente del 25%, porcentaje superior al observado Para ello será necesario la gastrectomía total y por supuesto,
en el insulinoma espontáneo (5-15%). en el caso que sea posible, la exéresis del tumor.
La presentación clínica de este tumor consiste en la sinto- Otros tumores pancreáticos. En los pacientes con MEN-I
matología propia de la hipoglucemia. De forma típica, estos no es rara la detección de hiperglucagonemia, aunque sí es
pacientes presentan una sensación crónica de hambre, y la infrecuente el hallazgo de un glucagonoma. En general los
detección de la hipoglucemia puede verse dificultada por pacientes con hiperglucagonemia tienen hipergastrinemia
la ingesta frecuente de hidratos de carbono. En general, los y/o hiperinsulinemia. A menudo los gastrinomas y los insuli-
individuos afectos presentan un aumento de peso, siendo nomas contienen células con capacidad para secretar gluca-
imposible la reducción ponderal ante la aparición de la sin- gón. Por tanto, en los pacientes con estos tumores la hiper-
tomatología hipoglucémica. Con frecuencia las manifestacio- glucagonemia no ha de ser forzosamente debida a un
nes de neuroglucopenia crónica se interpretan erróneamen- glucagonoma concomitante. Por otro lado, en algunos pa-
te como alteraciones psiquiátricas, ya que estos enfermos cientes la hiperglucagonemia se asocia a una hiperplasia de
pueden presentar trastornos de la personalidad, deterioro las células alfa, sin evidencia de tumor en el páncreas.
mental, conducta psicótica y hasta demencia. La existencia de tumores secretantes de péptido intestinal
El diagnóstico se efectúa al demostrar una glucemia baja vasoactivo (VIP) no se ha demostrado en los pacientes con
en ayunas, en presencia de una insulinemia inapropiada- MEN-I por el hallazgo de unos niveles plasmáticos o intratumo-
mente elevada. Una relación en ayunas insulinemia rales de VIP elevados. No obstante, uno de los casos comuni-
(µU/mL)/glucemia (mg/dL) superior a 0,3 es muy sugestiva cados por VERMER y MORRISON al describir el síndrome que lleva
de insulinoma. Durante el ayuno prolongado –prueba diag- su nombre (diarrea acuosa, hipopotasemia y aclorhidria), te-
nóstica fundamental– en los pacientes con insulinoma este nía un tumor hipofisario junto a un tumor pancreático. Este y
cociente aumenta en lugar de descender, como sucede en otros casos aislados pueden sugerir la coexistencia excepcio-
los individuos sanos. Algunos autores han sugerido que la nal de tumores productores de VIP en pacientes con MEN-I.
determinación de proinsulina pueda ser de utilidad en el El tratamiento de estos tumores es evidentemente quirúr-
diagnóstico. La localización del tumor es importante, para lo gico. Cabe plantear su enucleación si se trata de un tumor
cual es fundamental practicar una arteriografía selectiva, ya único, o una pancreatectomía subtotal en el caso de ser un
que el 50% de los tumores pueden presentar una vasculariza- tumor múltiple. En los casos inoperables puede intentarse el
ción tumoral característica. La tomografía computarizada uso de estreptomicina, aunque los resultados son pobres.
(TC) y la ecografía suelen ofrecer pocos resultados, ya que
estos tumores son habitualmente de pequeño tamaño.
Dada la frecuente existencia de tumores múltiples, así
Tumores hipofisarios
como de hiperplasia difusa de células beta, en general el tra- La incidencia de adenomas hipofisarios en pacientes con
tamiento quirúrgico de estos pacientes requiere la práctica MEN-I oscila entre el 50 y el 60% según las series estudiadas,
de una pancreatectomía subtotal. Si persiste la clínica hipo- siendo la variedad histológica más común el adenoma cro-
glucémica por la existencia de metástasis o restos pancreáti- mófobo no funcionante.
cos tumorales, puede intentarse el uso de fármacos hiperglu- La clínica de estos tumores dependerá de su volumen y de
cemiantes, como el diazóxido o la somatostatina. En el caso la posible afectación del eje hipotálamo-hipofisario que ge-
de que existan metástasis puede valorarse el uso de estrepto- neren. Junto a este tipo de adenomas, un notable número de
zotocina para reducir el tamaño tumoral, aunque conside- tumores hipofisarios se asocia a hiperproducción hormonal,
rando los efectos secundarios de este fármaco sus posibles de la cual dependerá su sintomatología clínica. Los prolacti-
beneficios serán muy limitados. nomas son los adenomas hipofisarios secretantes más fre-
Gastrinoma. Aproximadamente el 60% de los tumores insu- cuentes en los pacientes con MEN-I, seguidos por los tumores
lares de los pacientes con MEN-I secretan gastrina, lo que con- secretores de hormona de crecimiento. La detección de tu-
diciona la aparición de un síndrome de Zollinger-Ellison, que mores que segregan ACTH es muy rara.
constituye la principal causa de morbilidad y mortalidad en la La sintomatología clínica propia de los tumores hipofisa-
MEN. Por otro lado, el 60% de los pacientes a los que se diag- rios consiste en cefalea y alteraciones visuales, aunque a me-
nostica un síndrome de Zollinger-Ellison presentan una MEN-I. nudo son asintomáticos. El diagnóstico del tumor se basa en
La clínica de estos pacientes deriva de su hipergastrine- la demostración radiológica de un aumento de tamaño de la
mia, que determina una hipersecreción de ácido clorhídrico silla turca y/o evidencia tumoral en la TC, junto a la compro-
y la aparición de úlceras pépticas en el esófago, el duodeno bación de un aumento de los niveles sanguíneos de prolacti-
distal o el yeyuno. Estos pacientes también presentan a me- na, hormona de crecimiento o ACTH, detectada por radio-
nudo diarrea y malabsorción. inmunoanálisis. En algunos casos puede observarse una
El diagnóstico de gastrinoma se establece por la demostra- alteración en la campimetría.
ción de hipergastrinemia y de un aumento de la acidez gás- El abordaje terapéutico de los tumores hipofisarios en pa-
trica. Valores de gastrinemia basal superiores a 300 pg/mL cientes con MEN-I es similar al de los que presentan tumores

2194
TUMORES ENDOCRINOS MÚLTIPLES DE BASE HEREDOFAMILIAR

hipofisarios fuera del contexto de una MEN. En el caso de Carcinoma medular de tiroides
tratarse de tumores secretantes de hormona de crecimiento
o ACTH es obligada la adenomectomía, por vía transesfenoi- Es el resultado de la transformación neoplásica de las cé-
dal si es posible, seguida de radioterapia en caso de persis- lulas C del tiroides, productoras de calcitonina. Constituye
tencia de restos tumorales. Los macroadenomas (tumores de aproximadamente el 10% de las neoplasias de tiroides, y su
diámetro superior a 10 mm) no secretantes o los que segre- presentación es espontánea en el 80-90% de los casos y fami-
gan prolactina deben tratarse quirúrgicamente, siendo una liar en el 10-20% restante. Aunque en la forma familiar de pre-
opción el uso de bromocriptina en el caso de tumores sensi- sentación suele asociarse a las alteraciones endocrinas co-
bles a este fármaco. En los microadenomas secretores de mentadas que constituyen la MEN-II, también se ha descrito
prolactina (menos de 10 mm de diámetro) no puede genera- su aparición familiar aislada.
lizarse el tratamiento, ya que puede ser válido tanto la ade- Su manifestación clínica está precedida por una progresi-
nomectomía transesfenoidal, como el tratamiento con bro- va transformación de las células C tiroideas normales, que
mocriptina o el seguimiento sin tratamiento específico. En antes de llegar a ser neoplásicas pasan por una fase de hiper-
todos los casos en los que se efectúe la extirpación quirúrgi- trofia y otra posterior de hiperplasia, siendo frecuente que el
ca del tumor será obligada la valoración postoperatoria de estudio histológico revele la coexistencia de diversas formas
los posibles déficit hormonales provocados, para su adecua- anatomopatológicas.
do tratamiento con hormonoterapia sustitutiva. Cuando no se diagnostica precozmente y progresa a esta-
dios clínicos más avanzados puede manifestarse por su creci-
miento local, por los síntomas derivados de sus metástasis a
Otras asociaciones distancia y por los productos secretados por el tumor. Desde
La hiperplasia o los adenomas de la corteza suprarrenal, el punto de vista semiológico es indistinguible de otros nódu-
muy rara vez asociada a hiperproducción de glucocorticoi- los tiroideos gammagráficamente fríos pudiendo, según su ta-
des mineralcorticoides, se presenta aproximadamente en el maño, producir sintomatología compresiva local.
25-40% de los pacientes con MEN-I. Sin embargo, no está cla- La metastatización del tumor a los ganglios regionales pue-
ro que la afectación suprarrenal en estos pacientes sea una de ser temprana y presentarse en tumores de sólo milímetros
consecuencia de la MEN, ya que los adenomas suprarrenales de diámetro. No obstante, cuanto mayor es el nódulo tiroi-
se detectan en el 10-30% de los estudios necrópsicos. deo más frecuente es la existencia de metástasis a distancia
Otros tumores, como el carcinoide, de localización intesti- (ganglios mediastínicos, hígado, pulmón, tráquea, glándulas
nal o bronquial, o no endocrinos, como lipomas, pólipos gas- suprarrenales, esófago, hueso) de las cuales dependerá, en
trointestinales y adenomas renales, se han descrito de forma general, la mortalidad relacionada con este tumor. La agresi-
esporádica en pacientes con MEN-I, aunque su asociación vidad del tumor y su capacidad para metastatizar son muy
con esta enfermedad probablemente sea fortuita. variables de un paciente a otro.
Produce una variedad de sustancias biológicamente acti-
vas y enzimas (calcitonina, serotonina, prostaglandinas, his-
Estudios familiares tamina, VIP, ACTH) entre las cuales la más importante es la
La detección precoz de los pacientes con MEN-I es un calcitonina. A ella, y en menor medida a la serotonina y a las
punto fundamental en el tratamiento de la enfermedad ya prostaglandinas, se debe la diarrea, que presentan el 30% de
que permite reducir su morbilidad y mortalidad. los pacientes con carcinoma medular de tiroides, y que cons-
El estudio familiar es obligado en los pacientes de primer tituye un dato clínico importante para el diagnóstico de la
grado, debiéndose valorar la posibilidad de extenderlo a los enfermedad.
de segundo grado. Este estudio ha de incluir una historia clí- La posibilidad de determinar la calcitonina por radioinmu-
nica dirigida, junto a la determinación de la calcemia, de la noanálisis ha cambiado notablemente la capacidad de diag-
glucemia en ayunas y de la prolactina, así como la práctica nosticar y de controlar a los pacientes con carcinoma medu-
de una radiografía en silla turca. Periódicamente hay que re- lar de tiroides. Los niveles plasmáticos basales de calcitonina
petir este estudio, cuya frecuencia, según algunos autores, en general se hallan elevados en todos los pacientes con tu-
debe ser bianual, desde los 15 a los 65 años. moraciones tiroideas palpables, siendo normales o elevados
en los que presentan tumoraciones no palpables. En ambos
casos los niveles basales de este marcador tumoral aumen-
tan tras estímulos provocadores.
La detección y el tratamiento tempranos tienen un profun-
Neoplasia endocrina múltiple tipo II do impacto en su evolución clínica, ya que una tiroidecto-
mía total puede ser curativa si el carcinoma está circunscrito
(MEN-II o MEN-IIa o síndrome a la glándula tiroides. Su diagnóstico requiere la detección
de unos niveles plasmáticos de calcitonina basales elevados
de Sipple) o de una respuesta exagerada ante el estímulo intravenoso
con calcio, pentagastrina o ambos combinados.
En las últimas tres décadas se ha definido el segundo sín- El tratamiento implica la tiroidectomía total, dada la carac-
drome clínico formado por múltiples tumores de glándulas terística multifocal del tumor en el 80-90% de los casos. Dada
endocrinas. La incidencia de este síndrome, de base heredo- la rapidez con que el tumor metastatiza en los ganglios linfáti-
familiar autosómica dominante, ligado a un locus próximo a cos, es obligada la práctica de un vaciamiento ganglionar aso-
la región centromérica del cromosoma 10, es de 1/25.000 in- ciado. La monitorización periódica de los niveles plasmáticos
dividuos, y se caracteriza por la coexistencia de carcinoma de calcitonina es fundamental para determinar el grado de cu-
medular de tiroides, el tumor característico de la MEN-II, feo- ración de la enfermedad. En el caso de que aparezcan recidi-
cromocitoma e hiperparatiroidismo. vas tumorales en el cuello es obligada una nueva resección
Por lo general, el diagnóstico de carcinoma medular de ti- del tumor. Los tratamientos con radioyodo, radioterapia o qui-
roides antecede al de feocromocitoma, aunque de forma mioterapia no se han mostrado eficaces en el tratamiento del
relativamente temprana puede detectarse una hiperproduc- carcinoma medular de tiroides o de las metástasis que origina.
ción de catecolaminas. En algunas familias el feocromocito-
ma es el tumor clínicamente más activo, pero en más del
60% de los pacientes con un carcinoma medular de tiroides
Feocromocitoma
y un feocromocitoma bien demostrados, este último es silen- Aproximadamente el 5% de los casos de feocromocitoma
te. Ambos tumores son los principales responsables de la son familiares, y alrededor del 20% de éstos se asocian a car-
mortalidad causada por la MEN-II. cinoma medular de tiroides. El feocromocitoma aparece casi

2195
ENDOCRINOLOGÍA

en el 50% de los pacientes con MEN-II, y su incidencia se in- las dismorfias características de estos pacientes. Se ha de-
crementa al aumentar la edad de los pacientes. Su localiza- mostrado que esta enfermedad, al igual que la MEN-II, tam-
ción extrasuprarrenal es poco frecuente y su malignidad es bién tiene un origen en una alteración del cromosoma 10.
más rara cuando aparece de forma espontánea.
Los síntomas y signos debidos a la hiperproducción de ca-
tecolaminas pueden ser clínicamente importantes o pasar
Neuromas mucosos
inadvertidos, a pesar de lo cual este tumor es, probablemen- Los neuromas mucosos o submucosos que presentan estos
te, el que determina mayor morbilidad y mortalidad en los pacientes suelen localizarse en los labios y en el tercio distal
pacientes con MEN-II. de la lengua, aunque pueden afectar todos los elementos del
El diagnóstico de feocromocitoma se basa en la determi- tracto gastrointestinal y los párpados. Las lesiones de la cavi-
nación plasmática y urinaria de las catecolaminas y de sus dad oral son las primeras en aparecer. En general están pre-
metabolitos, de manera seriada ya que estas anomalías bio- sentes en la primera década de la vida y, en muchos casos,
químicas pueden ser intermitentes. La TC es fundamental en el momento del nacimiento.
para localizar el tumor, aunque su diámetro sea inferior a 1 cm. La sintomatología clínica depende de la localización del
En este sentido puede ser útil la práctica de una gammagra- tumor. El síntoma más frecuente de los neuromas gastrointes-
fía con 131I-metayodobencilguanidina, una sustancia que se- tinales es el estreñimiento, en tanto que la disfagia y los vómi-
lectivamente se localiza en la médula suprarrenal. tos, por afectación esofágica y gástrica, son menos comunes.
El tratamiento recomendado para el feocromocitoma en El diagnóstico se basa en la observación directa de los
los pacientes con MEN-II es la suprarrenalectomía bilateral, neuromas de la cavidad oral y los párpados y en el estudio
incluso en el caso de que el tumor se haya demostrado sólo radiológico del tracto gastrointestinal para identificar su pre-
en una glándula, ya que es muy probable la presencia de un sencia en esta localización.
tumor o una hiperplasia suprarrenal bilateral.
Alteraciones musculosqueléticas
Hiperparatiroidismo Los pacientes portadores de un síndrome de MEN-III pre-
La hiperplasia paratiroidea es frecuente en los pacientes sentan, de forma característica, un hábito marfanoide. Tie-
con MEN-II, pero su importancia clínica es escasa ya que en nen poco desarrollo muscular, una disminución del segmen-
la mayoría de los casos existe normocalcemia. Se ha sugeri- to superior del cuerpo (pubis-vértex) respecto al inferior
do que su aparición sería una respuesta compensadora al (pubis-suelo), con aracnodactilia, hiperlaxitud articular, ci-
efecto hipocalcemiante de la calcitonina secretada por el foscoliosis, extremidades largas y finas, pie cavo y pectus ex-
carcinoma medular de tiroides. cavatum, como principales dismorfias. A diferencia del sín-
El tratamiento del hiperparatiroidismo en los pacientes drome de Marfan, los pacientes con MEN-III no presentan
con MEN-II es conservador, tanto en los casos normocalcémi- subluxación del cristalino, ni alteraciones cardiovasculares.
cos como en los hipercalcémicos. En el momento de la tiroi-
dectomía por el carcinoma medular de tiroides sólo debe
efectuarse la exéresis de las glándulas paratiroides que estén
Carcinoma medular de tiroides y feocromocitoma
aumentadas de tamaño, y se recomienda una paratiroidecto- El carcinoma medular de tiroides asociado a MEN-III apa-
mía subtotal en el caso de que las cuatro glándulas estén rece en la infancia y la adolescencia, y su virulencia es mu-
aumentadas de tamaño. cho mayor que cuando acompaña a la MEN-II. Así, en el mo-
mento del diagnóstico, el 75% de los pacientes presentan
metástasis en los ganglios regionales.
Estudio familiar El diagnóstico, el tratamiento y el seguimiento del carcino-
Dada la elevada frecuencia de metastatización del carci- ma medular de tiroides en la MEN-III son los mismos que en
noma medular de tiroides, es muy importante su detección y la MEN-II.
tratamiento antes de que ello ocurra. Por lo tanto, es necesa- El feocromocitoma en la MEN-III tiene la misma frecuencia
rio el estudio de los familiares con riesgo mediante la deter- de aparición que en la MEN-II, pero su mortalidad es menor
minación de los valores plasmáticos de calcitonina tras el que en ésta, fundamentalmente por la especial agresividad
estímulo con calcio y/o pentagastrina. Además, en cada estu- del carcinoma medular de tiroides, el principal responsable
dio debe valorarse la posible existencia de un feocromocito- de la mortalidad de la MEN-III.
ma, mediante la determinación de los niveles urinarios de
catecolaminas, ácido vanililmandélico o metanefrinas, y la
de un hiperparatiroidismo mediante la calcemia. El estudio
Estudios familiares
se efectuará anualmente, en caso de ser negativo, desde los El programa de estudio familiar es similar al de la MEN-II,
5 a los 50 años. Recientemente, en un estudio efectuado en aunque en razón de la aparición tan temprana del carcino-
130 miembros de 11 familias con riesgo de MEN-II, en el que ma medular de tiroides es recomendable su inicio al año de
se analizó el polimorfismo de fragmentos de DNA mediante edad. En los individuos adultos sólo deben estudiarse los
enzimas de restricción, se pudo identificar a los portadores que presentan neuromas mucosos, ya que la existencia de
del gen de este tipo de cáncer. Esto abre una nueva posibili- carcinoma medular de tiroides y feocromocitoma no se ha
dad diagnóstica y plantea la posibilidad de efectuar sólo los descrito en familiares de pacientes con MEN-III, en ausencia
estudios hormonales a los pacientes que presenten un riesgo de esta anomalía. En la tabla 16.68 se resumen los estudios
elevado, tras una investigación inicial del DNA. familiares aconsejados en la MEN de base heredofamiliar.

Patogenia de los tumores endocrinos múltiples


Neoplasia endocrina múltiple tipo III de base heredofamiliar
(MEN-III o MEN-IIb) Desde que WERNER en 1954 relacionara la patogenia de los
tumores endocrinos múltiples con una alteración genética,
La asociación de carcinoma medular de tiroides, feocro- presente en todas las células del organismo pero que sólo se
mocitoma y neuromas mucosos, alteraciones fundamentales manifestaría en las glándulas endocrinas, se han postulado
de la MEN-III, fue descrita por WILLIAMS y POLLOCK en 1966. diversas teorías sin que ninguna de ellas responda satisfacto-
Posteriormente se terminó de perfilar el cuadro al detallarse riamente a todos los tipos de MEN.

2196
SÍNDROMES POLIENDOCRINOS DE TIPO AUTOINMUNE

TABLA 16.68. Neoplasias endocrinas múltiples. Seguimiento chos patogénicos. El primero de ellos es una mutación here-
en familiares dada que afecta todas las células del organismo y las vuelve
susceptibles a convertirse en neoplásicas. Esta transforma-
MEN-I MEN-II MEN-III ción, sin embargo, es insuficiente en sí misma para el desa-
Período de 15-65 5-50 A partir
rrollo de la neoplasia, siendo necesario un segundo cambio.
estudio (años de 1 Éste puede ser una segunda mutación que afecte al alelo co-
de edad) rrespondiente y provoque una transformación neoplásica de
Frecuencia 1-2 1 1 los tejidos para los cuales el gen mutado es crítico. Esta teo-
(años) ría explicaría satisfactoriamente que la aparición de los tu-
Estudio Calcemia Calcitonina Igual a la mores en las MEN ocurra a una edad más temprana que
Glucemia (postestímulo) MEN-II cuando aparecen en forma espontánea. Para que se desarro-
Prolactina Catecolaminas lle un tumor en un individuo portador congénito de una mu-
Radiografía de en orina
la silla turca Calcemia
tación genética sólo se requiere una mutación adicional.
Para que el mismo tumor aparezca de forma esporádica tie-
nen que producirse en la misma célula somática dos altera-
ciones poco frecuentes, con lo que lógicamente la aparición
Teoría de nesidioblastosis. Es una de las primeras que se del tumor será más tardía.
propuso y, según ella, el defecto genético de los familiares
con MEN estaría circunscrito a las células pancreáticas, sien-
do la hipersecreción de insulina, glucagón y/o gastrina la
que estimularía los cambios en las otras glándulas endocri- Bibliografía especial
nas. La capacidad potencial de los tumores pancreáticos DEFTOS LJ, CATHERWOOD BD, BONE III HG. Multiglandular endocrine di-
para sintetizar diferentes hormonas es compatible con esta sorders. En: FELIG P, BASTER JD, BROADUS AE, FROHMAN LA (eds). En-
hipótesis, pero la existencia de tumores hipofisarios y parati- docrinology and metabolism. Nueva York, McGraw-Hill, 1986;
roideos en ausencia de lesiones pancreáticas no sustenta 1.662-1.691.
GAGEL RF, TASHJIAN AH, CUMMINGS T, PAPATHANASOPOULOS N, KAPLAN MM,
esta teoría. DE LELLIS RA et al. The clinical outcome of prospective screening
Teoría APUD. Se ha sugerido que las células con capaci- for multiple endocrine neoplasia type 2s. N Engl J Med 1988; 318:
dad para captar y descarboxilar precursores de aminas (célu- 478-484.
las APUD) pueden tener un origen embrionario común en la KNUDSON AE, STRONG LG, ANDERSON DE. Heredity and cancer in man.
cresta neural. En este sentido se ha sugerido que las MEN po- Prog Med Genet 1973; 9: 113-158.
drían deberse a una anomalía de las células APUD. Con LAMERS CB, STADIL F, VAN TONGERSEN JH. Prevalence of endocrine ab-
todo, el concepto de células APUD ha sido modificado en normalities in patients with the Zollinger-Ellison syndrome and in
virtud de conocimientos más recientes. El término de sistema their families. Am J Med 1978; 64: 607-612.
LESHIN M. Multiple endocrine neoplasia. En: WILSON JD FOSTER DW
neuroendocrino se refiere a un conjunto de células, no todas (eds). Textbook of endocrinology. Filadelfia, WB Saunders, 1985;
derivadas de la cresta neural. Se trata de una gran variedad 1.274-1.289.
de células endocrinas epiteliales diseminadas por diferentes SOBOL H, NAROD S, NAKAMURA BONEU A, CALMETTES C, CHADENAS D, et al.
tejidos de origen tanto endodérmico como ectodérmico que Screening for multiple endocrine neoplasia type 2a with DNA-
comparten con los nervios algunos marcadores histoquími- polymorphism analysis. N Engl J Med 1989; 321: 996-1.001.
cos. Dicho sistema neuroendocrino se subdivide en el difuso THAKKER RV. The molecular genetics of the multiple endocrine neo-
(intestino, páncreas, pulmón, células C del tiroides, piel, apa- plasia syndromes. Clin Endocrinol 1993; 38: 1-14.
rato urogenital) y glandular (médula suprarrenal, hipófisis, TISCHLER AS, DICHTER MA, BIALES B, GREENE LA. Neuroendocrine neo-
plasms and their cells of origin. N Engl J Med 1977; 296: 919-924.
paraganglios). En conclusión, un defecto en células de ori- VERMER JV, MORRISON AB. Islet cell tumor and syndrome of refractory
gen embrionario común ya no puede sostenerse, pues pese watery diarrhea and hypokalemia. Am J Med 1958; 25: 374-380.
al calificativo neuroendocrino, las células tienen origen di- WERNER P. Genetic aspects of adenomatosis of endocrine glands. Am
verso, no sólo a partir de la cresta neural. J Med 1954; 16: 363-371.
Teoría de la doble mutación. Recientemente, KNUDSON ha WOLFE HJ, DELELLIS RA. Familial medullary thyroid carcinoma and
propuesto que la aparición de las MEN obedece a dos he- cell hyperplasia. Clin Endocrinol Metab 1981; 10: 351-356.

Síndromes poliendocrinos de tipo autoinmune


R. Gomis de Barbarà

Las enfermedades endocrinas de naturaleza autoinmune sa. De esta forma quedaban definidos dos síndromes poli-
pueden presentarse como entidades clínicas aisladas o aso- glandulares autoinmunes (tabla 16.69). El tipo I asociaba en-
ciadas a otras enfermedades endocrinas de naturaleza au- fermedad de Addison con hipoparatiroidismo, y el tipo II, in-
toinmune. La primera poliendocrinopatía autoinmune fue suficiencia suprarrenal con enfermedad tiroidea autoinmune
descrita, en 1926, por SCHMIDT, quien relató la asociación de y diabetes mellitus tipo I. Sin embargo, atendiendo a una pa-
hipotiroidismo y enfermedad de Addison como consecuen- togenia similar (la lesión autoinmune), el síndrome polien-
cia del estudio anatomopatológico del tejido tiroideo y de la docrino autoinmune incluye también otras asociaciones me-
glándula suprarrenal de 2 pacientes fallecidos por insuficien- nos frecuentes, como el fallo gonadal primario (ovario o
cia suprarrenal aguda en los cuales observó un patrón co- testículo), la insuficiencia hipofisaria y enfermedades ya in-
mún de infiltración linfocitaria. Aunque CARPENTER en 1964 cluidas en el síndrome, la enfermedad de Addison, la tiroido-
relató la frecuente asociación del síndrome de Schmidt con patía autoinmune y la diabetes mellitus tipo I. Estas asocia-
la diabetes mellitus, no fue hasta 1980 cuando NEUFELD intro- ciones pueden también incluir otras enfermedades de
dujo el término de síndrome poliglandular autoinmune para naturaleza autoinmune no endocrinas, como anemia perni-
describir la asociación de insuficiencia suprarrenal primaria, ciosa, vitíligo, alopecia, candidiasis cutaneomucosa, hepati-
tiroidopatía autoinmune y candidiasis crónica cutaneomuco- tis crónica activa y malabsorción.
2197
ENDOCRINOLOGÍA

dores favorece la liberación de citocinas y la activación de


TABLA 16.69. Síndromes poliglandulares autoinmunes los linfocitos T citotóxicos y los B, capaces de producir an-
Tipo I ticuerpos específicos, con lo cual se amplifica la respuesta
Enfermedad de Addison autoinmune inicial.
Hipoparatiroidismo Por una parte, las inmunoglobulinas específicas (IgG) pro-
ducidas por los linfocitos B son capaces de activar o inhibir
Tipo II la secreción endocrina o de minimizar o bloquear su acción
Insuficiencia suprarrenal
Enfermedad de Graves-Basedow sobre el tejido diana de la función hormonal. Por otra parte,
Tiroiditis autoinmune la activación de los linfocitos T y la participación de los ma-
Diabetes mellitus tipo I crófagos son los responsables directos del proceso de des-
trucción de la glándula endocrina. Sin embargo, no existe
acuerdo unánime al respecto. Para algunos autores, la espe-
TABLA 16.70. Criterios de enfermedad endocrina autoinmune cial sensibilidad de las células endocrinas a algunas citoci-
nas, como la interleucina 1, podría ser la causa fundamental
Presencia de autoanticuerpos circulantes frente al tejido de su destrucción en la enfermedad endocrina de naturaleza
hormonal o al producto de secreción autoinmune. Sin embargo, para otros, la célula presentadora
Infiltración mononuclear en el tejido endocrino o en el órgano
diana
de antígeno no sería el macrófago sino la propia célula endo-
Posible transferencia pasiva de la enfermedad, en animales crina. Así, un estímulo determinado mediado por citocinas
de experimentación, a través de células linfoides o suero podría favorecer la presentación del antígeno junto a las glu-
coproteínas de clase II. Sólo en el caso de que se produjera
la doble presentación, autoantígeno y expresión anómala
de la clase II, se desencadenaría el proceso autoinmune. Sin
Concepto. El síndrome poliendocrino autoinmune corres- embargo, en los síndromes poliendocrinos autoinmunes se-
ponde, pues, a la asociación de distintas endocrinopatías ría razonable considerar la existencia de diversos autoantíge-
causadas por la acción de los autoanticuerpos o los linfoci- nos implicados en el proceso de autoagresión inmune espe-
tos T activados frente a diversas proteínas de las células de cífica. Existen pruebas de que un factor predisponente lo
las glándulas endocrinas (diabetes mellitus tipo I) o de los favorecería, ligado al sistema mayor de histocompatibilidad.
órganos diana, estimulando (enfermedad de Graves-Base- Se ha observado una mayor frecuencia de endocrinopatía
dow) o bloqueando (hipotiroidismo) la función hormonal. autoinmune en relación con distintos haplotipos. Fundamen-
La enfermedad endocrina autoinmune es la causa más co- talmente la especificidad residiría en el sistema que codifica
mún de infiltración linfocitaria inicial con destrucción pro- la clase II (DR, DQ). Recientes trabajos de NOTKINS han de-
gresiva y, a menudo, lenta de la glándula y finalmente insufi- mostrado la posibilidad de que algunos autoanticuerpos
ciencia hormonal por necrosis celular. Ello introduce el sean capaces de reaccionar con antígenos de distintas glán-
concepto de que la poliendocrinopatía autoinmune no pre- dulas. Ello podría deberse a la existencia de un epítopo co-
supone siempre la manifestación clínica de cada una de las mún presente en distintas células endocrinas o de una se-
enfermedades del síndrome. Es decir, existe un período pre- cuencia antigénica constante en las distintas moléculas
clínico con presencia de anticuerpos circulantes frente a la expresadas en la membrana plasmática de las células endo-
célula diana, sin destrucción glandular total, lo que permite crinas, capaz de provocar el desencadenamiento de la res-
el diagnóstico de un posible síndrome poliglandular aun puesta autoinmune.
cuando sólo se haya manifestado una de las enfermedades
endocrinas. Cuadro clínico y diagnóstico. La presentación clínica de
La importancia de la detección de autoanticuerpos en fa- los síndromes poliendocrinos autoinmunes suele ocurrir en
ses en las que aún no existe una endocrinopatía manifiesta etapas. Habitualmente se manifiesta una enfermedad endo-
reside en la posibilidad de establecer un diagnóstico precoz crina de etiología autoinmune y, al cabo de meses o años, se
del síndrome poliendocrino. La prevalencia de estos anti- suceden otras, con las que se establece asociación. Además,
cuerpos es variable. Algunos de ellos se hallan presentes en en algunos casos, la primera asociación se establece con
el suero de pacientes que nunca llegarán a manifestar clíni- otras enfermedades autoinmunes no endocrinas (vitíligo).
camente el síndrome pluriglandular. Esto se debe a que la Sin embargo, frente a la manifestación clínica de una en-
destrucción tisular de la glándula endocrina es en algunas fermedad endocrina autoinmune debe sospecharse un sín-
afecciones un proceso de evolución lenta. drome poliendocrino. La frecuencia de éste puede ser hasta
del 50% en pacientes afectos de enfermedad de Addison.
Etiología. La poliendocrinopatía autoinmune es consecuen- Por lo común, en pacientes jóvenes el diagnóstico de dia-
cia de la pérdida de inmunotolerancia frente a las propias betes mellitus precede al de la enfermedad de Addison,
proteínas antigénicas. La razón por la cual en un momento mientras que la tiroidopatía autoinmune puede precederla o
determinado del período de la vida se pierde la inmunotole- sucederla.
rancia no es bien conocida, pero algunas hipótesis sugieren Por todo ello, debe efectuarse una anamnesis cuidadosa
como posibles causas la pérdida de la capacidad de supre- de otras enfermedades endocrinas autoinmunes, con el obje-
sión de las clonas autorreactivas, la liberación de antígenos to de establecer el diagnóstico en las fases iniciales de la en-
habitualmente no accesibles al sistema autoinmune o la fermedad, cuando aún el déficit hormonal no es absoluto y
reacción cruzada entre autoantígenos y antígenos extraños la clínica es insidiosa y no manifiesta. Sin embargo, los mar-
al organismo. cadores más precoces del síndrome poliendocrino son
En la tabla 16.70 se resumen los criterios de enfermedad actualmente los anticuerpos frente al tejido endocrino (anti-
autoinmune aplicables al síndrome poliendocrino. Según la cuerpos antiislote pancreático, antimicrosómicos, antisupra-
etiología autoinmune, existe una secuencia de fenómenos renales) o al producto de secreción y/o las proteínas trans-
que se describen a continuación. portadoras (insulina, tiroglobulina) y las determinaciones
El primer peldaño de la respuesta autoinmune consiste en hormonales, que en las fases asintomáticas previas a la ex-
la apropiación y la reelaboración de un antígeno por la célu- presión clínica de la endocrinopatía múltiple deben practi-
la presentadora de antígenos, generalmente los macrófagos. carse no sólo en condiciones basales sino tras el estímulo del
Este antígeno “reelaborado” es presentado en la superficie factor liberador hormonal. En muchas ocasiones la secre-
del macrófago del brazo de una molécula de clase II del sis- ción basal es normal, pero pueden hallarse respuestas aboli-
tema mayor de histocompatibilidad y, de esta forma, es reco- das o escasas frente al estímulo.
nocido por los linfocitos T colaboradores. La activación de La presencia de los autoanticuerpos no es siempre sinóni-
los macrófagos y su interacción con los linfocitos T colabora- mo de enfermedad o de predicción de que ésta vaya a pro-

2198
MANIFESTACIONES HUMORALES DE NEOPLASIAS NO ENDOCRINAS. ENDOCRINOPATÍAS PARANEOPLÁSICAS.
SÍNDROMES DE SECRECIÓN INADECUADA DE HORMONAS POR TUMORES

ducirse en un espacio de tiempo. Algunos autoanticuerpos Tratamiento. El tratamiento actual del síndrome poliendo-
son fluctuantes y su presencia es temporal, lo cual sugiere un crino autoinmune es sustitutivo, de cada una de las enferme-
proceso de agresión inmune autolimitado. Por otra parte, al- dades que lo forman, con hormona exógena, como se ha
gunas enfermedades autoinmunes cursan en brotes, es decir, descrito en apartados anteriores. El diagnóstico precoz de al-
con períodos de actividad autoagresiva y otros silentes, lo gunas de las enfermedades, antes de que se hayan manifesta-
cual puede coincidir con la presencia o no de anticuerpos do clínicamente, también requiere, en opinión de la mayoría
en el suero. Es posible, por tanto, que en el estado preclínico de los autores, tratamiento sustitutivo parcial con dosis infe-
no exista una pérdida lineal de masa celular sino pérdidas riores a las prescritas habitualmente en el tratamiento de la
parciales sin expresión clínica, que se manifestarían con la enfermedad, suficientes para normalizar los parámetros hor-
presencia o la ausencia de autoanticuerpos circulantes. monales y metabólicos. Sin embargo, cabría considerar en
Por ello, la detección de anticuerpos requiere un estudio los próximos años la existencia en esta fase clínica de un tra-
hormonal para establecer el diagnóstico de certeza de enfer- tamiento específico con anticuerpos monoclonales o inmu-
medad endocrina autoinmune en estadio preclínico. El mé- nodepresores de baja toxicidad.
dico debe manejarse con extrema prudencia. Por una parte,
no debe pasarse por alto el diagnóstico de síndrome polien-
docrino autoinmune, ya que su detección temprana permite
un tratamiento sustitutivo en las fases en las cuales aún no se
han establecido alteraciones importantes en la homeostasia
hormonal, metabólica e hidroelectrolítica. Por otra parte, no Bibliografía especial
debe transmitirse al paciente un diagnóstico precipitado de EISENBARTH GS. Type I diabetes mellitus: A chronic autoimmune dise-
síndrome poliendocrino, dado que la detección de anticuer- ase. N Engl J Med 1986; 314: 1.360-1.367.
pos circulantes no es aún, en muchas enfermedades endocri- GINSBERG-FELLNER. Association of insulin-dependent diabetes mellitus
nas autoinmunes, un marcador fiable de posible enferme- and other autoimmune diseases. En: GINSBERG-FELLNER F, MCEVOY
RC (eds). Autoimmunity and the pathogenesis of diabetes. Nueva
dad. York, Springer, 1990; 56-67.
Una conducta adecuada, sin embargo, requiere un control KONTIAINEN S, SCHLENAKA A, KOSKIMIES S, RILVA A, MAENPAA JK. Autoanti-
regular de los marcadores hormonales (prueba basal y estí- bodies and autoimmune diseases in young diabetics. Diabetes
mulo) e inmunológicos (anticuerpos circulantes) en los pa- Res 1990; 13: 151-156.
cientes afectos de una endocrinopatía autoinmune, con el NEUFELD M, MACLAREN NK, BLIZZARD RM. Autoimmune polyglandular
objeto de diagnosticar precozmente la enfermedad poliendo- syndrome. Pediatr Ann 1980; 9: 154-163.
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No debe olvidarse que, a pesar de la pérdida de masa ce- me type II in patients with idiopathic Addison’s disease. Acta En-
docrinol (Copenh) 1990; 122: 472-478.
lular en las enfermedades autoinmunes suele ser un proceso REASNER CHA. Autoimmune thyroid disease and type 1 diabetes. Dia-
de evolución lenta, en las personas jóvenes un factor externo betes Rev 1993; 1: 343-351.
(procesos infecciosos) puede desencadenar una de las en- SCHERBAUM WA, MOGEL H, BOEHM BO, HEDDERICH U, GLUCK M, SCHERN-
fermedades asociadas de forma brusca (diabetes mellitus THANER G, et al. Autoantibodies to adrenal medullary and thyroid
tipo I, enfermedad de Addison, enfermedad de Graves-Base- calcitonin cells in type I diabetes mellitus: A prospective study. J
dow). Autoimmunity 1988; 1: 219-230.

Manifestaciones humorales de neoplasias no endocrinas.


Endocrinopatías paraneoplásicas. Síndromes de
secreción inadecuada de hormonas por tumores
F. Sánchez Franco

Introducción hay subpoblaciones de células, dentro del tejido tumoral,


que expresan y secretan una o más hormonas peptídicas.
Con estas técnicas modernas se ha confirmado que las hor-
Considerando que el genoma es constante en todas las cé- monas peptídicas se expresan normalmente en células dife-
lulas del ser humano, la expresión específica de determina- renciadas de muchas más localizaciones que las descritas
dos genes en ciertas células –expresión específica de tejidos– inicialmente. Así, la ACTH se expresa en células de la muco-
es el fenómeno denominado diferenciación celular, el cual se sa del tracto gastrointestinal, en cerebro, en tejido pulmonar,
acompaña de características citológicas específicas o fenoti- testicular, etc. De igual forma, la arginina vasopresina (ADH)
po. Por tanto, la producción ectópica de hormonas se define se expresa en el tracto gastrointestinal (SÁNCHEZ FRANCO et al,
como la expresión y secreción de hormonas por células o teji- 1986) y en otros muchos tejidos distintos del sistema hipotá-
dos que no las expresan o secretan en condiciones normales lamo-hipofisario.
o lo hacen en cantidades mínimas y sin significación funcio- Actualmente, el concepto de síndrome de secreción ina-
nal. Así ocurre con la expresión aumentada y secreción de decuada se aplica al hecho cuantitativo consistente en que
ACTH por tumores pulmonares de células pequeñas, por car- células de un tumor no endocrino sobreexpresen, almace-
cinomas medulares de tiroides, timomas, tumores insulares nen y secreten una o varias hormonas. Aunque el término
pancreáticos, etc. secreción ectópica se sigue empleando, es conceptual-
Las técnicas de inmunohistoquímica o de hibridación in mente más preciso el de secreción inadecuada. En térmi-
situ, que identifican el péptido o proteína y su mRNA, respec- nos moleculares, ello corresponde al aumento de trans-
tivamente, han permitido identificar el tipo celular individual cripción de uno o varios genes y la potenciación del
que expresa el gen correspondiente. Se ha establecido que sistema de maduración postranscripcional (traducción,

2199
ENDOCRINOLOGÍA

una neoplasia puede presentar en un momento el síndrome


TABLA 16.71. Hormonas relacionadas con mayor frecuencia clínico de secreción inapropiada de ADH, y en otra fase evo-
con secreción inapropiada por tumores lutiva, una hipersecreción de ACTH.
Expresión Expresión En algunos tumores se sobreexpresan péptidos y hormonas
Tipo de tumor que no son secretables o que, si se secretan, no se traducen
normal inadecuada
por ningún síndrome clínico. Estos péptidos pueden estar im-
Cáncer de pulmón Ninguna ACTH y fragmentos
de células pequeñas de POMC,
plicados en el crecimiento o en acciones biológicas sobre
calcitonina, las propias células tumorales, actuando como factores de
vasopresina crecimiento con acción paracrina (acciones sobre las células
vecinas por paso directo o por ligazón a receptor específico),
Carcinoma medular Calcitonina ACTH, somatostatina
de tiroides
autocrina (acción reguladora sobre la propia célula que ex-
presa esta señal) o yuxtacrina (acción del dominio extracelu-
Tumor de células Insulina ACTH, GHRH, VIP lar de un péptido o proteína no secretada sobre una célula
de islote pancreático Glucagón vasopresina, LH, FSH, próxima). Así, en el cáncer de pulmón de células pequeñas
PP β-HCG se ha encontrado sobreexpresión de bombesina, péptido
Somatostatina
con probable acción mitotrófica sobre células del propio tu-
Tumor carcinoide Ninguna ACTH, GHRH, CRF mor (CUTTITTA et al, 1985).
(pulmón, intestino)
Feocromocitoma Catecolaminas ACTH, calcitonina, VIP,
lactógeno Síndrome de secreción ectópica o inapropiada
placentario de ACTH (síndrome de Cushing ectópico)
Carcinoma de mama Ninguna PTH, calcitonina, LH,
FSH El síndrome clínico caracterizado por la secreción elevada
Timoma Ninguna ACTH y fragmentos de cortisol en relación con tumores malignos fue el primero
de POMC que se descubrió y es el más frecuente de los síndromes de
secreción inadecuada de hormonas por tumores. Posterior-
Carcinoma de Ninguna PTH, renina, prolactina,
células renales eritropoyetina
mente, se confirmó que se debía a la secreción “ectópica” de
ACTH. Más tarde se comprobó que era ACTH 1-39 y fragmen-
Coriocarcinoma Ninguna TSH, β-HCG, LH, FSH tos de una molécula precursora común, la proopiomela-
Hepatoma, Ninguna PTH, lactógeno nocortina (POMC), que contiene en su estructura primaria
hepatoblastoma placentario, fragmentos como β-lipotropina (β-LPH), alfa, beta y gamma
LH, FSH, β-HCG, endorfinas, metionina-encefalina y hormona melanocitosti-
eritropoyetina mulante (MSH) alfa, beta y gamma.
Mesoteliomas, Ninguna IGF-II La razón de la mayor frecuencia podría ser que la
tumores POMC se expresa normalmente en los tejidos normales en
mesenquimales los que, al aparecer tumores, se sobreexpresa y puede lle-
gar a producir el síndrome clínico. Nosotros hemos encon-
ACTH: hormona adrenocorticotropa; CRF: hormona liberadora de ACTH; FSH: trado ACTH inmunorreactiva, con un antisuero policlonal,
hormona foliculostimulante; GHRH: hormona liberadora de hormona de creci-
miento; HCG: gonadotropina coriónica humana; IGF: factor de crecimiento si-
en todos los extractos de tiroides humano y en todos los
milar a la insulina; LH: hormona luteinizante; POMC: proopiomelanocortina; de carcinoma medular familiar de tiroides de 12 pacientes
PTH: hormona paratiroidea; TSH: hormona tirostimulante; VIP: péptido intesti- estudiados, así como en 10 cánceres de pulmón de distin-
nal vasoactivo. ta naturaleza y en extractos de células procedentes de la-
vado bronquial de pacientes con diversas afecciones
bronquiales de tipo inflamatorio. Al caracterizar formas
proteólisis, empaquetamiento en gránulos, sistema de se- moleculares de ACTH inmunorreactiva de distintos tumo-
creción). res, hemos podido deducir que la manifestación del sín-
La expresión específica de tejido para un gen es un fenó- drome clínico de Cushing se relaciona con el hallazgo de
meno ligado a la diferenciación celular. Así, la expresión espe- una alta proporción de ACTH 1-39, que es la forma mole-
cífica de las hormonas hipofisarias por distintas células ocu- cular biológicamente más activa, aunque siempre hay ma-
rre cuando las células se diferencian. Aunque no se conocen yor proporción de formas moleculares de mayor peso mo-
bien los mecanismos moleculares de diferenciación celular, lecular que en extracto de hipófisis. Por tanto, el factor
se puede aceptar que la desaparición de la expresión especí- crítico en la manifestación del síndrome clínico es la so-
fica en tejidos y células puede estar ligada a la pérdida de di- breexpresión del gen de la POMC y la existencia de los me-
ferenciación celular que ocurre en algunas neoplasias. El gra- canismos enzimáticos de procesamiento del precursor, a
do de desdiferenciación celular puede ser variable durante su formas moleculares semejantes a ACTH 1-39, con mayor
evolución y así explicar los cambios que pueden ocurrir du- actividad biológica.
rante la evolución de un mismo tumor en cuanto a la expre- Los aspectos clínicos y analíticos, así como el diagnóstico
sión inapropiada de una o varias hormonas peptídicas. y el tratamiento se refieren en el capítulo Enfermedades su-
En la tabla 16.71 se indican las hormonas con sobreexpre- prarrenales (Enfermedad y síndrome de Cushing).
sión más frecuente en tumores no endocrinos.
Con relativa frecuencia ocurren alteraciones en el procesa-
miento postraduccional del precursor de esa hormona, que se Síndrome de secreción inapropiada de hormona
sobreexpresa en las células tumorales desdiferenciadas y antidiurética (ADH)
que determina la secreción de proporciones aumentadas de
formas moleculares menos abundantes en la secreción del Es la causa más común de hiponatremia normovolémica e
tejido endocrino normal y, a menudo, con menor actividad incluye un grupo de trastornos, tanto tumorales como no tu-
biológica. Así, al caracterizar en gel de filtración la ACTH in- morales, que cursan con liberación sostenida y no regulada
munorreactiva de un extracto de cáncer de pulmón de célu- de ADH.
las pequeñas, se encuentra mayor proporción de formas mo- El cuadro se describe con detalle en el capítulo Enferme-
leculares de peso molecular mayor que ACTH 1-39 que en un dades del sistema hipotálamo-hipofisario.
extracto de hipófisis humana. La patogenia del síndrome clínico de secreción inadecua-
También puede ocurrir que el mismo tumor cambie la hor- da de ADH (SIADH) por tumores no está totalmente esclare-
mona predominante que se expresa y secreta. Por ejemplo, cida. Tanto por RIA como por bioanálisis se han encontrado

2200
MANIFESTACIONES HUMORALES DE NEOPLASIAS NO ENDOCRINAS. ENDOCRINOPATÍAS PARANEOPLÁSICAS.
SÍNDROMES DE SECRECIÓN INADECUADA DE HORMONAS POR TUMORES

concentraciones elevadas de ADH en suero y de ADH inmu- Secreción ectópica de LH, FSH y TSH
norreactiva con formas moleculares de mayor tamaño (que
corresponden a distintas formas de neurofisina II) en extrac- Su frecuencia clínica no es relevante. Sólo algunos corio-
tos de tumores que producen síndrome clínico, pero tam- carcinomas de placenta y testículo y mola hidatidiforme pue-
bién en el 41% de los extractos de cáncer de pulmón y en el den producir hipertiroidismo leve, porque el exceso de HCG
43% de los extractos de cáncer de colon que no producen puede tener acción estimulante del receptor de TSH en tiroi-
síndrome clínico (YAMAJI et al, 1981). des.
El gen se expresa en muchos tejidos normales, como dis-
tintas áreas del tracto gastrointestinal (SÁNCHEZ FRANCO et al,
1986). Por tanto, el síndrome clínico de SIADH se manifesta- Hipercalcemia asociada a neoplasias malignas
ría cuando, además de sobreexpresarse el gen de ADH-neu-
rofisina II, las células tumorales tengan el sistema enzimático La hipercalcemia que coexiste con neoplasias malignas o
completo para hacer el procesamiento postraduccional de como complicación de éstas se conoce desde muchos años.
precursores a formas moleculares de ADH, con actividad Inicialmente se sugirió que los tumores podrían producir
biológica antidiurética, en suficiente cantidad para manifes- parathormona (PTH). Recientemente se ha aislado una nue-
tarse en forma del síndrome clínico. Además, las células tu- va proteína denominada proteína relacionada con la PTH
morales deben tener normal el sistema de secreción de esas (PTH-rp), cuyo cDNA se ha clonado y secuenciado su gen. El
formas moleculares maduras y biológicamente activas. gen de PTH-rp da lugar, por procesamiento alternativo, a
múltiples especies de mRNA que codifican tres proteínas ma-
duras de 139, 141 y 173 aminoácidos. La secuencia de ami-
Secreción inapropiada de otras hormonas noácidos de la PTH-rp tiene un 60% de homología con la
hipofisarias por tumores no hipotálamo- PTH en los 13 primeros aminoácidos, y la actividad biológica
tipo PTH de la PTH-rp está contenida en los 34 primeros ami-
hipofisarios noácidos; después de esta región la secuencia de aminoáci-
dos es diferente.
La hipercalcemia es en estos casos resultado de un au-
Gonadotropina coriónica y subunidades de glucoproteínas mento de la reabsorción ósea de calcio y una disminución
de su eliminación urinaria, situación del todo semejante al
Las hormonas glucoproteicas están constituidas por dos hiperparatiroidismo primario. La afección se califica de hi-
subunidades, alfa y beta. La subunidad alfa es común a las percalcemia tumoral maligna. En pacientes neoplásicos, tam-
cuatro, es decir, a la hormona luteinizante (LH), la hormona bién se puede producir hipercalcemia por fenómenos osteo-
foliculostimulante (FSH), la hormona tirostimulante (TSH) y líticos locales, debidos a los factores secretados por las
la gonadotropina coriónica humana (HCG). La subunidad células tumorales que producen reabsorción ósea (hipercal-
beta, específica y diferente, es responsable de la actividad cemia osteolítica local).
biológica específica. Sin embargo, los trabajos más recientes sugieren que el
De las cuatro glucoproteínas, es la HCG la que se expresa mecanismo humoral es el predominante. Así, se ha confirma-
y secreta con mayor frecuencia por tumores malignos que se do, mediante un radioinmunoanálisis sensible al fragmento
originan en tejidos sin células trofoblásticas. aminoterminal de PTH-rp, que en el suero de los 27 tumores
Estos tumores incluyen: tumores testiculares, carcinomas sólidos sin metástasis e hipercalcemia estudiados y en mu-
escamosos de células pequeñas y broncoalveolares de pul- chas de las neoplasias con metástasis se encontraron valores
món, tumores de células de islote pancreático, melanomas elevados de PTH-rp, hallazgo no observado en los individuos
malignos, cáncer de mama, carcinoma renal, etc. normales. Tampoco se encontraron valores elevados de PTH-
El diagnóstico se establece por la presencia de ginecomas- rp en pacientes con hiperparatiroidismo primario, ni en 18
tia en algunos varones, debido al exceso relativo de estradiol enfermos con insuficiencia renal crónica. Asimismo, por in-
que se genera periféricamente, por aumento de la tasa de se- munohistoquímica se ha demostrado que la PTH-rp se expre-
creción de testosterona, al ser estimuladas las células de Ley- sa en el 100% de una serie de tumores de células escamosas
dig por el exceso de HCG. El hallazgo de valores elevados de de distintos orígenes y en el 60% de cánceres de mama no se-
la subunidad beta de la HCG (β-HCG) en suero o en LCR leccionados.
confirma el diagnóstico. Éste se ratifica por estudio inmuno- La única situación no tumoral en la que se ha encontrado
histoquímico del tejido tumoral. hipercalcemia asociada a elevación sérica de PTH-rp es la hi-
El tratamiento está dirigido a resolver el tumor secretor. La percalcemia del embarazo, la lactancia y la hiperplasia ma-
cuantificación de β-HCG puede ser un marcador diagnóstico maria masiva.
de la neoplasia, así como de la eficacia terapéutica. Los tumores que con mayor frecuencia cursan con hiper-
calcemia tumoral maligna se recogen en la tabla 16.72.
Hormona de crecimiento (GH) y hormona estimulante Para el cuadro clínico, el diagnóstico diferencial y el trata-
miento, véase el capítulo de Hipercalcemia en Enfermeda-
de la GH (GHRH) des del metabolismo.
Aunque estos tumores no son frecuentes, su hallazgo ha
sido muy relevante, porque permitió aislar diferentes formas
moleculares de GHRH de un adenoma bronquial y de un tu- Hipoglucemia en neoplasias
mor pancreático que producían el síndrome clínico de acro-
megalia (GUILLEMIN et al, 1982). El mecanismo de la hiperpro- La asociación de hipoglucemia a neoplasias no endocri-
ducción autónoma de GH es la hipertrofia hipofisaria por nas de origen mesenquimal, como sarcomas de abdomen y
exceso de GHRH secretada a la circulación por el tumor. tórax, carcinomas hepatocelulares y linfomas, está bien esta-
La hipersecreción de GH por el propio tumor extrahipofi- blecida.
sario sólo se ha descrito en un carcinoma de ovario y en uno No se ha definido un mecanismo claro. En algunos tumo-
de pulmón. res se ha encontrado sobreexpresión en el tejido tumoral y
El diagnóstico se establece por la existencia de una neo- secreción de péptidos con propiedades inmunológicas,
plasia pulmonar o pancreática y acromegalia. El hallazgo de como el factor de crecimiento similar a la insulina II (IGF-II),
valores superiores a 100 pg/mL de GHRH circulante en suero potencialmente responsable de hipoglucemia.
de pacientes sospechosos obliga a descartar un tumor en las Otro mecanismo posible de hipoglucemia sería la producción
localizaciones mencionadas, antes de indicar tratamiento por el tumor de metabolitos que interfieran en la gluco-
quirúrgico de la hipófisis. neogénesis, como podría ocurrir en el carcinoma hepatocelular.

2201
ENDOCRINOLOGÍA

TABLA 16.72. Neoplasias asociadas a hipercalcemia mutaciones de genes parecen estar implicadas en la apari-
ción familiar de tumores con distinta localización, como las
Tipo de neoplasia
Frecuencia aproximada neoplasias endocrinas múltiples (MEN-I y MEN-II) y en rela-
en distintas series (%) ción con este tipo de células denominadas APUD.
Carcinoma de células escamosas 34-66 La posibilidad de sobreexpresarse cualquiera de los pépti-
Pulmón dos referidos y de secretarse, ocasionando el síndrome clíni-
Esófago co, existe particularmente en neoplasias localizadas en teji-
Cabeza y cuello dos u órganos con mayor abundancia de este tipo de células
Piel definido como APUD.
Cáncer de mama 17 También se ha descrito sobreexpresión de eritropoyetina
Otros tumores sólidos 38 en tumores renales y extrarrenales, como hemangioblastoma
Cáncer genitourinario 12 cerebeloso, carcinomas hepáticos y ováricos y feocromocito-
Cáncer de pulmón no de células
pequeñas 11 mas.
Adenocarcinoma primario La identificación clínica de secreción inapropiada de eri-
desconocido 8 tropoyetina por neoplasias se basa en la coexistencia de poli-
Cáncer primario hepático 3 citemia con neoplasia y en su desaparición al extirpar el
Cáncer de páncreas <1 tumor. La cuantificación de eritropoyetina por radioinmuno-
Tumores hematológicos 10 análisis, cuando esté disponible, permitirá confirmar este ha-
Mielomas 6 llazgo antes de la cirugía.
Linfomas 3 Muy raras veces se ha descrito sobreexpresión de renina
Tomada de GRILL et al, 1991, y S.H. RALSTON et al, 1990. en algunos tumores. La coincidencia de aparición de hiper-
tensión arterial y de una neoplasia renal y, en algún caso, de
tumor de pulmón de células de avena obliga a pensar en
Los síntomas clínicos son los de hipoglucemia (sensación esta posibilidad. La cuantificación de la actividad renina
de mareo, somnolencia, obnubilación, cefalea), coincidien- plasmática, aldosterona y K plasmático permite confirmar o
do con una hipoglucemia objetivada analíticamente de me- descartar el diagnóstico.
nos de 60 mg/dL en suero (3,3 mmol/L).
El diagnóstico diferencial con hipoglucemia por hiperse-
creción autónoma de insulina por tumor o hiperplasia de cé-
lulas de islote, se establece por la ausencia de valores inapro-
piadamente elevados de insulinemia para la glucemia en Bibliografía especial
ayunas; esta elevación inapropiada de insulinemia o de proin-
sulina es característica de tumores insulares, no de otras neo- ABELOFF MD, TRUMP DL, BAYLIN SB. Ectopic ACTH syndrome and small
plasias. cell carcinoma of the lung. Assessment of clinical implications in
patients on combination chemotherapy. Cancer 1981; 48: 1.082-
En cuanto al tratamiento, las neoplasias mesenquimales re- 1.088.
troperitoneales, las que con mayor frecuencia se acompañan CUTTITTA F, CARNEY DN, MULSHINE J. Bombesine like peptides can func-
de hipoglucemia, suelen ser de crecimiento lento y no muy tion as autocrine growth factors in human small cell lung cancer.
invasivas. Por ello, la resección parcial o completa del tumor Nature 1985; 316: 823-825.
es factible y con frecuencia mejora la hipoglucemia. GRILL V, HO P, BODY JJ, JOHANSON N, LEE SC, KUKREJA SC et al. PTHrP:
El tratamiento de la hipoglucemia requiere la administra- elevated levels in both humoral hypercalcemia of malignancy and
ción de suero glucosado intravenoso continuo, para mante- hypercalcemia complicating metastatic breast cancer. J Clin En-
ner niveles tolerables de glucemia. En algún caso resistente docrinol Metab 1991; 73: 1.309-1.315.
GUILLEMIN R, BRAZEAU P, BOHLEN P. Growth hormone-releasing factor
puede ser de utilidad el empleo de glucocorticoides o diazó- from a human pancreatic tumor that caused acromegaly. Science
xido. 1982; 218: 585-587.
LEPRE F, GRILL V, HO P, MARTIN TJ. Hypercalcemia in pregnancy and
lactation associated with PTHrP. N Engl J Med 1993; 328: 666-667.
Producción ectópica o inapropiada de otras MUÑOZ SÁNCHEZ JA, GIL AGUADO A, ALBA LOSADA J, ARNALICH FF, VÁZQUEZ
hormonas o factores humorales por neoplasias JJ, SÁNCHEZ FRANCO F. Caracterización inmunoquímica de ACTH
en el extracto de tejido de un tumor carcinoide con síndrome de
Varios péptidos, como somatostatina, péptido intestinal Cushing. Endocrinología 1981; 28: 11-13.
ODELL WD. Paraendocrine Syndromes of cancer. Ann Intern Med
vasoactivo (VIP), gastrina, secretina, colecistocinina (CCK), 1989; 34: 325-351.
polipéptido pancreático (PP), motilina, etc., se expresan en RASLTON SH, GALLACHER SJ, PATEL V, CAMPBELL J, BOYLE JT. Cancer asso-
múltiples tejidos, particularmente en el SNC y en el tracto ciated hypercalcemia: morbidity and mortality. Ann Intern Med
gastrointestinal o el eje enteropancreático, el tiroides, las gó- 1990; 112: 499-504.
nadas, etc. Estas células difusamente distribuidas que expre- SÁNCHEZ FRANCO F, CACICEDO L, VASALLO JL, BLÁZQUEZ JL, MUÑOZ
san estos genes forman parte de un sistema con origen em- BARRAGÁN L. Arginine vasopressin immunoreactive material in the
brionario común en la cresta neural y con características gastrointestinal tract. Histochemistry 1986; 85: 419-422.
histoquímicas y bioquímicas comunes, denominado APUD ULIK S, WANG JZ, BLUMENFELD JD, PICKERING TG. Cortisol inactivation
overload: A mechanism of mineralcorticoid hypertension in the
(amine precursor uptake and decarboxylation). Las aminas, ectopic adrenocorticotropin syndrome. J Clin Endocrinol Metab
como DOPA y 5-hidroxitriptófano, son captadas, descarboxi- 1992; 74: 963-967.
ladas y convertidas en aminas biógenas. Actualmente, este YAMAJI T, ISHIBASHI M, KATAYAMA S. Nature of immunoreactive neu-
concepto bioquímico e histoquímico está siendo sustituido rophysis in ectopic vasopressin producing oat cell carcinoma of
por conceptos de orden geneticomoleculares. Deleciones y the lung. J Clin Invest 1981; 68: 388-398.

2202
Alteraciones endocrinas asociadas al SIDA
A. Goday Arnó y J.F. Cano Pérez

La irrupción de la epidemia del SIDA ha condicionado un nódulo tiroideo (o aumento difuso de la glándula) con imá-
cambio importante en el espectro de la patología médica. El genes hipocaptantes en la gammagrafía. El diagnóstico pue-
sistema endocrino no es una excepción a la afectación multi- de establecerse por punción-aspiración con aguja fina (y tin-
sistémica que caracteriza la infección por el HIV. Los meca- ción específica para los diferentes agentes causales), así
nismos por los que se puede afectar el sistema endocrino como por estudio anatomopatológico de la pieza obtenida
son: a) destrucción glandular por necrosis, hemorragia o in- por tiroidectomía. La afectación de la función tiroidea en es-
filtración neoplásica; b) alteración funcional, por infecciones tos casos es muy variable, habiéndose descrito situaciones
oportunistas o por la enfermedad de base; c) alteraciones de hipertiroidismo, hipotiroidismo y normofunción. La tera-
causadas específicamente por el HIV; d) efecto de citocinas péutica se basa en el tratamiento específico en función del
u otras moléculas activas y, finalmente, e) efectos secunda- agente causal y el correspondiente a la hiperfunción o hipo-
rios de los fármacos utilizados para combatir la infección por función tiroidea, si ésta existe. En los casos de infección por
el HIV. Dado que la adicción a drogas es uno de los factores P. carinii, el tratamiento con sulfametoxazol-trimetoprima
de riesgo para el SIDA, es preciso considerar también las alte- puede conseguir la desaparición del nódulo. Se ha sugerido
raciones endocrinas que la adicción per se provoca. que la profilaxis de la neumonía por P. carinii con pentamidi-
na inhalada favorecería la aparición de formas extrapulmo-
nares, como la tiroidea, de la infección por dicho agente
Alteraciones hipotálamo-hipofisarias causal.
Las alteraciones de la función tiroidea son frecuentes. La
Los pacientes afectos de SIDA presentan con frecuencia presencia de infecciones agudas graves, mal estado general,
sintomatología sugestiva de panhipopituitarismo. En la mayo- desnutrición y estrés se acompaña de cambios hormonales
ría de ellos el estudio hormonal no confirma el diagnóstico. sugestivos del síndrome del enfermo eutiroideo (síndrome
No obstante, se han descrito algunos casos de panhipopitui- de la T3 baja). Como su nombre indica, este síndrome se ca-
tarismo secundario a afectación del SNC, en concreto con in- racteriza por niveles de T3 bajos, elevación de T3 inversa (rT3)
fección y necrosis hipofisaria por toxoplasmosis, así como y normalidad de TSH y T4. No se considera como una auténti-
por afectación hipotalámica por citomegalovirus (CMV). ca enfermedad sino una adaptación del organismo a la afec-
Las alteraciones de la secreción de hormona antidiurética ción subyacente por medio de la conversión preferente de T4
(ADH) son relativamente frecuentes. La diabetes insípida a rT3 y no a T3. Paradójicamente, los pacientes no presentan
central es en estos casos secundaria a enfermedades que se el patrón hormonal del síndrome del enfermo eutiroideo
asocian al SIDA, como toxoplasmosis, tuberculosis, encefali- sino unas alteraciones específicas consistentes en aumento
tis por herpes simple y neoplasias, fundamentalmente linfo- de proteína transportadora de tiroxina (TBG) y de T4 total,
ma primitivo del SNC. El tratamiento específico del proceso sin disminución de T3 ni aumento de rT3 (como corresponde-
causal se puede acompañar de mejoría o desaparición de la ría al síndrome de T3 baja). Se ha sugerido que estos niveles
diabetes insípida. En caso de haberse instaurado la terapia inapropiadamente normales de T4 y T3 (que deberían ser ba-
sustitutiva con desmopresina, su dosis debe revisarse periódi- jos en una infección aguda grave) podrían ser los responsa-
camente a fin de evitar una intoxicación acuosa. La diabetes bles de la pérdida de peso de estos pacientes. Los valores de
insípida también puede ser nefrogénica, secundaria a fárma- TBG aumentan en el curso de la enfermedad, mostrando una
cos como el foscarnet (fosfonoformato disódico), utilizado correlación negativa con la cifra de linfocitos CD4. Por últi-
en el tratamiento de la retinitis por CMV. Por otra parte, pue- mo, se han descrito casos de tiroiditis subaguda.
de aparecer el síndrome de secreción inadecuada de ADH En cuanto a los efectos de fármacos, la rifampicina au-
como efecto secundario de los fármacos como pentamidina, menta el aclaramiento hepático de T4 mediante inducción
vidarabina y cotrimoxazol. Independientemente, la hipona- enzimática. Este efecto obliga a ajustar la dosis sustitutiva de
tremia es muy frecuente en los pacientes con SIDA; así, se tiroxina en pacientes hipotiroideos que, además, inician tra-
presenta en más del 50% de los casos en algún momento del tamiento con rifampicina. El tratamiento con interferón pue-
curso evolutivo de la enfermedad. Su etiología es probable- de aumentar los fenómenos autoinmunes del tiroides en pa-
mente multifactorial, de forma que sólo en un tercio de los cientes con alteraciones previas de este tipo.
casos se debe a un síndrome de secreción inadecuada de
ADH. Se presenta en el 65% de los pacientes con afección
pulmonar y en el 63% de los individuos con afectación del Alteraciones suprarrenales
SNC. En todo caso la hiponatremia se considera un signo de
mal pronóstico, al asociarse a mayor mortalidad. Paralela- Las alteraciones suprarrenales han sido los trastornos en-
mente, el aumento de los niveles de ADH también es un fac- docrinos más estudiados en el SIDA, de forma que ya duran-
tor de mal pronóstico. te los primeros años de aparición del síndrome se describie-
ron algunos casos de insuficiencia suprarrenal asociada.
Los pacientes con SIDA presentan a menudo datos clíni-
Alteraciones tiroideas cos sugestivos de insuficiencia suprarrenal, como astenia,
pérdida de peso, hipotensión, hiponatremia, etc. No obstan-
Las alteraciones tiroideas asociadas al SIDA se pueden cla- te, sólo en el 20% de los casos se comprueban alteraciones
sificar en dos categorías: las debidas a lesiones de la glándu- hormonales al evaluar la función suprarrenal. Los estudios
la y los trastornos funcionales. necrópsicos demuestran que la infección de las glándulas su-
Como todos los órganos y sistemas de la economía, la prarrenales (por CMV, Mycobacterium avium-intracellulare, C.
glándula tiroides puede afectarse por infecciones asociadas neoformans o la infiltración por sarcoma de Kaposi) es muy
al SIDA. Los agentes patógenos que pueden infectar la glán- frecuente en pacientes fallecidos por SIDA. No obstante, para
dula son CMV, Pneumocystis carinii, Mycobacterium avium y que se produzca déficit funcional la destrucción glandular
Cryptococcus neoformans. También se ha descrito infiltración debe ser superior al 80-90% del tejido suprarrenal y, en la ma-
por sarcoma de Kaposi. Clínicamente se descubre como un yoría de los casos, no alcanza el 70%. Por todo ello, la fre-

2203
ENDOCRINOLOGÍA

cuencia de insuficiencia suprarrenal confirmada es menor piandrosterona y su forma sulfato también pueden hallarse
que la sospechada clínicamente. No existen estudios que co- disminuidos.
rrelacionen la clínica, la función suprarrenal y la anatomía Los estudios necrópsicos demuestran atrofia testicular. Se
patológica. En todo caso se han descrito casos de SIDA con han descrito cambios como disminución o ausencia de es-
insuficiencia suprarrenal secundaria a infección por CMV, permatogénesis, hipoplasia de células de Leydig, engrosa-
hemorragia suprarrenal y sepsis. En estos pacientes la apari- miento de la túnica propia, proliferación de la íntima de los
ción de insuficiencia suprarrenal debe atribuirse a las causas vasos e infiltración mononuclear. Se ha comunicado algún
mencionadas, a diferencia de lo que ocurre en la población caso de ginecomastia atribuida a infección por HIV, sin espe-
general, en la que la etiología más frecuente es la autoinmu- cificar los posibles mecanismos fisiopatológicos del proceso.
ne, seguida de la tuberculosa. Aun así, los pacientes con En cuanto a los efectos secundarios a fármacos, cabe des-
SIDA presentan con mayor frecuencia procesos autoinmu- tacar la acción del ketoconazol sobre la disminución de la
nes, de forma que se han detectado anticuerpos antisuprarre- síntesis de andrógenos, con el consiguiente desarrollo de hi-
nales hasta en el 45% de los casos, porcentaje muy superior pogonadismo. Dicho fármaco también produce oligosper-
al de la población general. mia, azoospermia y ginecomastia. El efecto es transitorio, de
Independientemente de los casos de insuficiencia supra- forma que desaparece al retirar la medicación. El ganciclovir
renal y de la frecuente lesión glandular, los pacientes con in- o DHPG (dihidroxipropilguanidina) también puede producir
fección por HIV presentan alteraciones funcionales caracte- hipogonadismo.
rísticas consistentes en un aumento del cortisol y de la ACTH
basales en sangre, con valores normales de cortisol tras es-
tímulo con ACTH. Se ha sugerido que esta alteración se Alteraciones del metabolismo de los hidratos
debería al efecto estimulante de las citocinas sobre el eje hi- de carbono y los lípidos
potálamo-hipofisosuprarrenal. Así, la interleucina 1 (IL-1) es-
timula la producción de cortisol por las células suprarrena- La diabetes mellitus en el curso del SIDA tiene algunas ca-
les. Los leucocitos mononucleares pueden producir ACTH racterísticas diferenciales con respecto a la población gene-
y, por último, la IL-1 y la Gp 120 (proteína de membrana del ral. En la diabetes de inicio en la juventud asociada al SIDA,
HIV) estimulan la síntesis de CRH. El sistema renina-angio- insulinodependiente, no se han detectado anticuerpos antiis-
tensina-aldosterona suele ser normal en los pacientes afectos lote pancreático (característicos de la diabetes tipo I), lo que
de SIDA, aunque se han descrito casos de hipoaldosteronis- sugiere que la etiología no es autoinmune. Para algunos au-
mo hiporreninémico. También se ha descrito una alteración tores se trataría de una entidad diferente a la diabetes melli-
de la esteroidogénesis con déficit de 17-desoxicorticosteroi- tus tipo I. Se han descrito casos de diabetes asociada a lesión
des. masiva del páncreas por CMV. En todo caso, el tratamiento
Los fármacos utilizados en el tratamiento del SIDA tam- de la diabetes será similar al de la diabetes mellitus insulino-
bién pueden alterar la función suprarrenal. Así, el antifúngi- dependiente, pero con algunas particularidades. Las frecuen-
co ketoconazol tiene un efecto inhibidor de las enzimas 11 y tes infecciones oportunistas hacen que los requerimientos de
17-hidroxilasa, por lo que provoca un descenso de la síntesis insulina varíen ampliamente, por lo que los ajustes de dosis
de cortisol y andrógenos. En enfermos con lesión de las glán- deben ser frecuentes. Por otra parte, la anorexia que a me-
dulas suprarrenales y capacidad funcional disminuida, el tra- nudo presentan estos pacientes, agravada o no por la coexis-
tamiento con ketoconazol puede desencadenar o agravar tencia de candidiasis esofágica, determina que el aporte
una insuficiencia suprarrenal latente. Por otra parte, es bien dietético sea muy irregular, lo que es un factor más de inesta-
conocido el efecto de la rifampicina y la difenilhidantoína bilidad metabólica.
sobre el aumento del catabolismo hepático de los glucocorti- Son muchos los fármacos que pueden alterar el metabolis-
coides. Este efecto obliga a aumentar la dosis sustitutiva de mo hidrocarbonado. La pentamidina, fármaco utilizado en la
hidrocortisona en pacientes afectos de insuficiencia supra- profilaxis y el tratamiento de la neumonía por P. carinii, po-
rrenal que inicien tratamiento con rifampicina. El tratamien- see toxicidad selectiva sobre las células pancreáticas beta y
to con suramina también se ha relacionado con la aparición produce su necrosis. Los pacientes tratados con este fármaco
de insuficiencia suprarrenal. pueden desarrollar hipoglucemia por liberación de insulina
tras lisis de las células beta. Esta hipoglucemia puede pasar
inadvertida al no tratarse de un paciente diabético en el que
Alteraciones gonadales se sospecha este proceso si presenta clínica sugestiva. En
ocasiones, el cuadro puede ser incluso mortal, habiéndose
En el curso del SIDA es frecuente la aparición de hipogo- descrito casos de muerte por hipoglucemia en el curso del
nadismo, que cursa con disminución de la libido, impoten- tratamiento con pentamidina. Por el mismo mecanismo de
cia y descenso de los valores de testosterona. La etiología toxicidad, el tratamiento prolongado con pentamidina pue-
de este hipogonadismo es probablemente multifactorial, de provocar una diabetes mellitus por destrucción de las cé-
por la suma de causas como el deterioro del estado gene- lulas beta, diabetes que tendrá el patrón del tipo insulinode-
ral, la pérdida de peso, y la disminución de la función testi- pendiente. Por otra parte, en el contexto de insuficiencia
cular y de la secreción de gonadotropinas. El dato analítico renal, el cotrimoxazol puede provocar también hipogluce-
más frecuente es el descenso de los niveles de testosterona mia. El tratamiento con megestrol, anabolizante utilizado en
total y libre. Algunos estudios demuestran que este descen- el SIDA para mejorar el estado general y contrarrestar el cata-
so es la alteración endocrina más precoz. También se han bolismo, también se ha asociado con la aparición de diabe-
asociado los niveles bajos de testosterona con mayor morta- tes, de forma similar a lo que ocurre en los tratamientos con
lidad por SIDA. No existe unanimidad sobre el patrón de glucocorticoides.
gonadotropinas entre los diferentes estudios sobre el tema. Las alteraciones de los lípidos son frecuentes. El patrón ca-
Así, para algunos autores las gonadotropinas están eleva- racterístico consiste en una elevación de los triglicéridos
das, con un patrón de hipogonadismo primario, mientras plasmáticos, que es paralela a la progresión de la enferme-
que en otras series el hallazgo de gonadotropinas bajas o dad. Por otra parte, existe un leve descenso de los niveles de
inapropiadamente normales en presencia de testosterona colesterol, con elevación de ácidos grasos poliinsaturados y
baja sugiere un hipogonadismo secundario, de origen hipo- descenso del cociente sérico ácido esteárico/ácido oleico.
fisario o hipotalámico. El patrón de gonadotropinas basales La hipertrigliceridemia se ha atribuido a la elevación de los
bajas con hiperrespuesta a la LHRH hallado por algunos au- niveles de interferón alfa en suero, dado que esta linfocina
tores sugeriría esta etiología. La proteína transportadora de modula el metabolismo lipídico. La hipertrigliceridemia no
hormonas sexuales es normal, y como se ha mencionado se correlaciona con el grado de pérdida de peso. La hipoco-
anteriormente, los andrógenos suprarrenales deshidroe- lesterolemia cursa con descenso de la cifra de colesterol to-

2204
ALTERACIONES ENDOCRINAS ASOCIADAS AL SIDA

tal, de HDL y de LDL. El descenso de colesterol es una altera- BARDIN CW. Current therapy in endocrinology and metabolism, 4.a
ción precoz. Se observa en el 40% de los individuos asinto- ed. Filadelfia, BC Decker 1991.
máticos infectados por HIV, con valores de triglicéridos toda- BIGLIERI EG, MELAY JC. Endocrine hypertension. Nueva York, Raven
vía normales. Se ha sugerido que la cifra de colesterol podría Press, 1990.
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ciones del metabolismo fosfocálcico. La hipocalcemia pue- CHRISTAKOS S, GABRIELIDES C, RHOTEN WB. Vitamin D dependent cal-
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síntesis de glucocorticoides y andrógenos, disminuye la sín- DE GROOT LJ, LARSEN PR, REFETOFF S, STANBURY JB. The thyroid and its
tesis de 1,25-(OH)2-D3 y, por consiguiente, la calcemia. El fos- diseases; 5.a ed. Nueva York, John Wiley, 1984.
carnet, utilizado en la infección por CMV, forma complejos FELIG P, BAXTER JD, BROADUS AE, FROHMAN LA. Endocrinology and me-
con el calcio iónico, pudiendo también causar hipocalcemia tabolism, 2.a ed. Nueva York, McGraw-Hill, 1987.
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la mangnesiuria, lo que puede provocar también hipocalce- blications, 1992.
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va a la PTH. Dadas las posibles causas citadas anteriormente, HENDY GN, O’RIORDAN JLH. The genes that control calcium homeosta-
la etiología de la hipocalcemia en el curso del SIDA es en sis. Clin Endocrinol (Oxf) 1984; 21: 465-470.
muchas situaciones multifactorial. En todo caso, no siempre HORIUCHI N, CAUFIELD MP, FISHER JE, GOLDMAN ME, MCKEE RL, REAGAN JE
se presentan manifestaciones clínicas de hipocalcemia, por et al. Similarity of synthetic peptide from human tumor to parathy-
lo que se debe realizar un seguimiento de los valores de cal- roid hormone in vivo and in vitro. Science 1989; 238: 1.566-1.567.
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descrito algunos casos de hipercalcemia en el curso de infec- KAPLAN MM, LARSEN PR. Thyroid disease. Med Clin North Am 1985; vol
ción diseminada por CMV y SIDA, que cursan con PTH supri- 69.
mida y con disminución de la calcemia tras la administra- KOVACS K, ASA SL. Functional endocrine pathology. Boston, Blackwell
ción de calcitonina. Se supone que está causada por un Scientific Publications, 1991.
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