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TESIS DE DOCTORADO NIVELES DE SIMBOLIZACION: SU ABORDAJE EN LA CLINICA PSICOANALITICA CON RORSCHACH Doctoranda: Lic. Hilda Leonor Alonso Direccién de Tesis: Dra Mirta Rosa Goldstein Co-Direccién: Lic. Prof. Alicia Martha Passalacqua INDICE PREFACIO INTRODUCCION IUBICACION DEL TEMA “ 1, La simbolizacién: abordaje del término 2. Presentacién del trabajo de investigacién NHIPOTESIS Hipétesis general Hipstesis principal Hipstesis auxiliar Ill METODOLOGIA 1. Caracteristicas del tipo de investigacién 2. Estrategia de disefio de la investigacién IV SUPUESTOS TEORICOS DE PARTIDA 1. Fundamentos en la obra freudiana: 1.1 Las primeras teorizaciones: el Proyecto de Psicologia 1.2 El concepto de retranscripcién: Carta 52 1.3 La conceptualizacién de lo psiquico: Primera Tépica 1.4 Representacién inconciente y representacién conciente 1.5 De la compulsién de repeticién a la mocidn pulsional como exigencia de trabajo psiquico 1.6 La funcidn de la percepcién en el aparato psiquico 2. Desarrollos de! Psicoanalisis Contemporaneo 13 15 15 15 16 16 17 17 20 21 23 24 26 2.1 Conceptualizaciones de J. Laplanche La simbolizaci6n como proceso Simbolizacién abierta, de pasaje y simbolizaciones repetitivas. Sus diferencias El simbolo como encrucijada espacial y temporal 2. 2 Conceptos de P. Aulagnier La representacién, modo de existencia de lo psiquico La representacién en sus inicios Del pictograma a lo pensable y decible 2. 3 Conceptualizaciones de S. Bleichmar Especificidad del sintoma, diferenciado del trastorno Los conceptos de metabola y neagénesis Modos de ingreso y procesamiento de la realidad: la percepcién como recomposicién simbdlica 3. Sintesis de los supuestos tedricos de partida PRIMERA PARTE: LA CLINICA COMO PUNTO DE PARTIDA ILA PRAXIS 1. Introduccion 2. Presentacién de material clinico: Emilia o fantasmas para la desmesura ll LA REFLEXION SOBRE LA PRAXIS: Los interrogantes como primer paso de la elaboracién SEGUNDA PARTE: LA INDAGACION TEORICA 1EL CAMPO GENERAL DE LA REPRESENTACION 1. En contextos tedricos no psicoanaliticos 27 27 28 29 30 30 31 34 34 35 37 37 40 41 52 56 1.1 El lugar acordado a la imagen 1.2 La palabra como signo lingiiistico 1.3 Lenguaje y pensamiento 1.4 La palabra como simbolo 2. La representacién en el contexto del Psicoandlisis 2.1 Representacién y fantasia a) Hacia una delimitacién del concepto de fantasia b) Fantasia y realidad psiquica c) Fantasia y estructura psiquica 2.2 Representacién y percepcién a) Revision de los conceptos fundamentales b) Complejidad del proceso c) Percepcién auditiva y acustica: derivaciones para el campo representacional d) Recurrencia a conceptos de otras ciencias: saliencia y pregnancia e) Percepcion y conocimiento f) Percepcién y proyeccién 2.3 Representacién y simbolizacién I LA SIMBOLIZACION COMO TRABAJO PSIQUICO 1, La exigencia de figurabilidad 2. La interaccin entre los sistemas psiquicos Ill DISTINTOS NIVELES DE PRODUCCION SIMBOLICA 1, De la huella mnémica freudiana a la palabra S7 63 65 67 64 70 72 75 76 78 79 80 81 83 87 89 94 2. El concepto de pasaje 3. Represién y caminos sublimatorios TERCERA PARTE: EL RORSCHACH COMO HERRAMIENTA DE ANALISIS DE LA PRODUCCION SIMBOLICA. | PRESENTACION 1, Justificacién del Rorschach como herramienta 2. Justificacién de la aplicacion 3. Posibilidad del andlisis del nivel de simbolizacién en las respuestas al Rorschach 3.1 Introduccién 3.2 Posibilidades y limitaciones del material proyectivo a) Una investigacién anterior: pobreza o riqueza en los protocolos en relacién con la estructura de defensas b) La investigacién actual: riqueza de protocolos y seguimiento de casos para inferir procesos de simbolizacién LA EXPRESION SIMBOLICA A TRAVES DEL MATERIAL RORSCHACH 1. Modalidad de abordaje 2. Lo que los pacientes nos ense/ian: presentacién de materiales 2.1 Caso Martin 2. 2 Caso Emilia CONCLUSIONES SINTESIS FINAL: RECORRIDO DE LA INVESTIGACION ANEXO 1 LA TECNICA DE RORSCHACH: Nociones generales ANEXO 2 PROTOCOLOS COMPLETOS 96 99 107 108 109 120 122 124 127 128 150 187 197 204 211 PREFACIO Si siempre el investigar supone un trabajo a partir de huellas,'en el desarrollo que vamos a exponer, este términa adquiere una doble dimension. Porque aqui las huellas -ademds del sentido general al que toda investigacion remite- constituyen, en particular, e! material original de nuestro tema: las vicisitudes en el proceso de simbolizacién, precisamente, a partir de huellas. Estas -no podia ser de otro modo al tratarse de la subjetividad- se instalan siempre a partir de un encuentro. Desde el origen y luego siempre en mayor o menor medida, dicho encuentro -con el otro y con el mundo- pasee un petencial trauméatico, en el sentido amplio de alteracién de la estabilidad y produccién de cierta cuota de displacer; ello constituye una exigencia de trabajo psiquico o trabajo de simbolizacién. Los modos y dificultades que la puesta en marcha del mismo permite observar en la situacién transferencial, dan noticia de los recursos de nuestros pacientes para hacerlo, es decir, de su entramado simbélico- simbolizante. El abordar la simbolizacién en tanto trabajo psiquico, permite distinguir diferentes niveles eri ese proceso. Partiremos de los interrogantes que plantea la clinica para ahondar en la indagacién tedrica y retomar después -en el andlisis del material- el tema que dio lugar a la investigacién. Ese material es de dos ‘Srdenes diferentes: el de la secuencia del proceso analitico, y el de las respuestas al Rorschach -su andlisis cualitativo- administrado al comienzo y luego de un . El abordaje considerando esa diferencia de ordenes, permite su articulacion: el de la secuencia de un proceso que implica despliegue periodo de andl transferencial, el de dos momentos acotados por consigna y estimulo. Muchas veces la causa del sufrimiento observado, tiene que ver con la tigidez -por encapsulamiento o coagulacién- en ciertos aspectos del entramado * Etimolégicamente proviene de la voz latina investigare: seguir la pista o las huellas simbélico dando lugar al empobrecimiento neurdtico. En otras, el problema consiste en que no ha logrado del todo constituirse, y entonces los intercambios generan un exceso de traumatismo. Hemos elegido para la presentacion y desarrollo de nuestro tema situaciones clinicas de este Ultimo tipo, por considerar que nos permiten acompafiar de manera privilegiada las vicisitudes de un Proceso: como modos de insistencia de lo traumatico en la busqueda de tramitado. Dicha tramitacién da cuenta de distintos niveles de Procesamiento simbélico, e implica cambios cualitativos: pasaje a otros modos de funcionamiento psiquico. Este trabajo es también fruto de encuentros: con maestros, colegas, pacientes. A todos mi agradecimiento. Agradezco especialmente a aquellos que acompafaron la elaboracién del mismo: a la Dra Mirta Goldstein, como Directora de Tesis, por su rigor intelectual; a la Lic. Alicia Passalacqua, a cargo de la Co-direccién, Porque con su profundo conocimiento del Rorschach acompaio el Proyecto. A ambas, por su apoyo y respeto. Buenos Aires, Mayo de 2007 INTRODUCCION | UBICACION DEL TEMA: = “El deseo sdlo es accesible en los distrazamientos en que se desplaza (...) la posicién del deseo se revela en y por un proceso de simbolizacion’. Paul Ricoer (Freud: Una interpretacion de la cultura) “En lo que toca al hombre en su tentativa de comprender el mundo o lo real, o aun de comprenderse a sf mismo, es imposible deshacerse del sentido”. André Green (Desconocimiento de! Inconciente) 1. La simbolizacién: abordaje del término Antes de situamos en el marco clinico para trabajar desde alli los niveles en los procesos de simbolizacién, resulta oportuno -dada la complejidad y amplitud del término- realizar algunas consideraciones generales, en el campo mas amplio de las Ciencias del Hombre. En un sentido amplio, el concepto de simbolizacion se extiende a toda produccién especificamente humana y por eso es objeto de distintas dreas del saber: la filosoffa, la antropologla, la sociologia, la literatura, la psicologia, el psicoandlisis. Constituye la marca distintiva del hombre, aquello que implica un salto cualitativo dentro del conjunto de los seres vivos y que permite diferenciarlo como animal simbdlico (Cassirer, 1975). 10 “El hombre vive en un universo simbélico (...) el lenguaje, el mito, el arte y la religién constituyen partes de este universo, forman los diversos hilos que tejen la red simbdlica, la urdimbre complicada de la experiencia humana”? Pero esta caracteristica que lo.define marca, a la vez, paraddjicamente, su limitacién: “No puede enfrentarse ya con la realidad de un modo inmediato; no puede vera, como si dijéramos, cara a cara (ou) se ha envuelto en formas lingdisticas, imagenes artisticas, simbolos miticos, ritos religiosos en forma tal, que no puede ver o conocer nada sino a través de esla interposicién’®. De este modo la simbolizacién es homologada al pensamiento (pensamiento en el sentido de funcionamiento psiquico), quedando subrayado su caracter de proceso de transformacion y de mediacién frente al mundo, el cual es inaccesible en tanto inmediato. Tal formulacién, en cierto modo y desde otro contexto, podria ser relacionada con la propuesta lacaniana cuando al diferenciar los tres registros -lo simbdlico, lo imaginario y lo real- se refiere a lo real como imposible (al discurso). El valor de la definicién del hombre como animal simbdlico, que sustituye (sin desconocerla sino superandola) la concepcién cldsica del hombre como animal racional, reside en que permite incluir todos aquellos aspectos que completan, complican y enriquecen el universo humano: la raz6n y la emocidn; las ideas y los sentimientos; la abstraccién y la imaginacién poética. Con un rasgo esencial, que marca lo especifico de la simbolizacién, mas alla de las diferencias de abordaje que el término pueda implicar desde distintas disciplinas: su referencia al sentido, algo ausente en el animal, incluso los ubicados en la escala mas alta de la evolucién. Ahora bien, atin dentro del campo general de las Ciencias del Hombre, es posible una formulacién en un sentido més restringido. Esta puede hacerse 2 Cassirer, E. (1975) Antropalogia Fiiasdtica México, Fondo de Cultura Eeonémica, Cap.ll Pag. 47 Idem, Pag. 48, estableciendo la diferencia entre simbolizacién -en el sentido amplio de Cassirer- y sfmbolo, lo cual implica subrayar la especificidad del mismo, que consiste en su referencia al doble sentido (Ricoeur, 1985). Asi comprendido, ¢! simbolo constituye una expresin (lingijistica) de doble 0 miltiples sentidos, A la funcion de significar -propia del medo de conocimiento humano como animal simbdlico, que puede ser univoca- se afiade entonces la de una significacién que remite a otra, propia del simbolo que es, por definicién multivoco. Tal diferenciacién sefiala dos modos de acceso al conocimiento de algo: sila significacién univoca permite la comprension, el doble sentido del simbolo, remite ademas a un trabajo de interpretacion. Ya en el campo especifico del psicoandlisis -marco teérico de nuestro trabajo- es posible establecer también una primera diferenciacién -simbolo y ‘simbolizacién- que marca dos modos de posicionarse frente a la cl ica: - trabajar poniendo el acento en producciones ya conformadas y en cierto modo, compartidas: los simbolos. Estos -poseedores de una significacion ya establecida, coagulada- estan ligados a uno de los aspectos, con justicia, mas cuestionadas de la obra freudiana: la simbélica, que convertiria la interpretacién en develamiento de un sentido Preexistente; intervencién que * cierra en lugar de ofrecer nuevas posibilidades de significacion. - encarar el trabajo de simbolizacién como posibilidad de produccién de nuevos sentidos, designando la capacidad del ser humano que lo define como tal. Esta conceptualizacién, en el quehacer psicoanalitico, permitira considerar toda intervencién como Posibilidad de apertura a nuevas significaciones, a posibilidades sublimatorias yfo nuevos modes de expresion. 12 Es desde este segundo aspecto que se considerara la simbolizacién en la clinica: la simbolizacién como trabajo psiquico, diferente del concepto de simbdlica, y diferente también del concepto de Registro de lo Simbdlico en Lacan. Indagar acerca de la simbolizacién implica, por otra parte, ubicarla en el campo general de la representacién, campo que “presenta posi lad -y limitaciones- para su conocimiento. “De! material esencial del Icc (la representacién) siempre que nos mantengamos en nuestra ldgica habitual, nada podemos decir (...) Pero hablamos de la representacién, ineludiblemente, y lo que de ella decimos no es totalmente inutil, aunque al hacerlo nos valemos de fragmentos”* Fragmentos, develamiento parcial... términos que apuntan a la vez a la posibilidad y a la limitacién del conocimiento del psiquismo. Si bien Castoriadis esta planteando la especificidad de lo inconciente, se pueden extender sus conceptos al campo ele io: el trabajo de produccién simbdlica (que implica producciones del inconciente). Ella es efecto de un proceso del podemos conocer algo, pero sdlo a la manera de recorte, de acercamiento, de inferencia. Como veremos luego, partimos del supueste que, en los origenes, los efectos de las inscripciones primeras, al pasar al orden psiquico se articularon en fantasmas; en las vicisitudes del desarrollo del aparato, y en el encuentro posterior con los objetos del mundo, aquellos se reactivan, pero sélo podrdn acceder a la concigncia en cuanto atravesados por el poder organizador del lenguaje. “Lo que esta inscripto es en si; cuando se encuentra con el objeto del mundo, avanza y entra en contacto” (...) sdlo el discurso puede significarlo”. = El objeto del mundo actia come activador -y/o, en mayor o menor medida- como fuerza traumati que, al agitar representaciones, plantea una exigencia de tramitacién psiquica; sdlo en tanto atravesado por el lenguaje dicho trabajo accedera al orden del sentido, que constituye el campo de la simbolizacién. * Castoriadis, C. (1999) La institucién imaginaria de la sociedad. Buenos Aires. Tusquets. Volumen 2. Pag.184 ® Bleichmar, Silvia. Seminario del 7/9/98 (no publicado) 13 De la posibilidad de desarrollo de recursos simbélicos, dependerd la modalidad de simbolizacién emergente; sera ésta la que nos aporte datos acerca del nivel de estructuracién logrado, 2 Presentacién del trabajo de investigacion El tema de la Tesis se ubica en e! marco clinico abordando, en el anali material, la simbolizacién en tanto. trabajo psiquico. is del Se eligié -por considerarlo un espacio privilegiado- la produccién de pacientes, al comienzo de la consulta, yen distintos momentos del proceso de la Cura. Ello permite observar, en un mismo Sujeto, no sélo diferencias formales en los procesos de simbolizacién (como una mayor discriminacién y elaboracién que informen acerca de cambios en la estructura) sino -y éste ser el tema central- la Posibilidad de simbolizaciones -cualitativamente diferentes- de una misma problematica psiquica, o problematica nuclear, lo cual implica el reconocimiento de niveles. Sabemos que la clinica ofrece un campo donde el interés esta doblemente orientado: por un lado, en el trabajo con el paciente, al alivio de su suffimiento; por otro, en tanto campo de investigacién a partir de aquello que se plantea como interrogante. En ambos campos podemos ocuparnos de la simbolizacién: posibilitando la ampliacién de recursos simbélicos en el primero, profundizando las posibilidades de desarrollo tedrico en el segundo. Si se consideran los criterios de conceptualizaci6n mas amplio y mas restringido sefialados al comienzo -la simbolizacién como pensamiento y la simbolizacién como atinente al campo del doble sentido- encontramos que dentro del marco psicoanalitico ambos aspectos estan necesariamente articulados. En tanto Se parte de la propuesta de un aparato o estructura psiquica compuesta por diferentes instancias, se tendr4 en cuenta tanto el trabajo mediatizador del Pensamiento -que algo pueda ser pensado- como la referencia a otra significacién. 14 Como veremos, el trabajo mediatizador del pensamiento implica, en principio, la cualificacién de cantidades; es ésta la hipétesis econémica freudiana que se completa con los puntos de vista tépico y dinamico. En la articulacién de ese triple abordaje podra postularse el trabajo de simbolizacion como tramitacién de lo pulsional. En ese contexto, las vicisitudes de las pulsiones tendran que ver con las vicisitudes del sentido, y habra grados de alejamiento 0 de distorsién, segtin sean © né expresiones mas primitivas de lo pulsional (Ricoeur, 1985). Partimos de estos conceptos para diferenciar niveles en los procesos de simbolizacion. En la Primera Parte se presentara un material clinico. Su deseripcion permite plantear la tematica que dio origen a la Tesis: las diferentes formas en que una problematica central va buscando -y encontrando- caminos diferentes, dando cuenta que algo cambia en aquello que insiste. Dicho cambio -que podria ser observado en producciones de diferentes lenguajes, como los suefios o el juego- implica cualidades distintas de forma y contenido, ¢ indica movimiento psiquico. Los interrogantes planteados dardn paso a la indagacién teérica, propésito de la Segunda Parte. En ésta se tendré en cuenta: la simbolizacion dentro del campo general de la representacién; la simbolizacién como trabajo psiquico; los niveles de simbolizacién. En la Tercera Parte, finalmente, se incluira un tipo de produccién especifica: las respuestas al Rorschach, administrado en dos tiempos: al momento de la consulta, y después de un periodo de tratamiento. La indagacién del material clinico -del proceso analitica y del Rorschach- permitira realizar inferencias en esos dos niveles, lo cual contribuye a aportar mayor solidez a las respuestas a los interrogantes de partida. Si bien constituyen érdenes de produccién diferentes, pensamos que es posible su articulacién en tanto tales diferencias sean discernidas y explicitadas. Se trata de abordar el trabajo de simbolizacién en ambas producciones: la del proceso analitico, que implica libertad asociativa, y despliegue de la transferencia; 15, la del material proyective, que -sin excluir la transferencia- implica un corte en un momento determinade, y una libertad de produccién acotada por las caracteristicas de la consigna, el tiempo, y el material Perceptivo a interpretar. Por un lado, la observacién del material del Proceso analitico permite observar movimientos que podrian ser descritos como cambios cualitativos en los modos de simbolizacién; tales movimientos se expresan especificamente en relacién a determinada problemdtica, considerada nuclear en la aproximacién diagnéstica inicial. Por otro, la utilizacién de las respuestas al Rorschach, que contribuyeron de inicio a dicha apreciacién diagnéstica, ofrecen -en una segunda administracién- la posibilidad de contribuir a definir el status Metapsicolégica de los cambios. observados en ambos niveles de andlisis. Il Hipstesis: Hipstesis general: Un mismo contenido psiquico 0 problematica nuclear encuentra niveles de expresion simbdlica cualitativamente diferentes en un proceso que implica la nocién de pasaje. Hipstesis principal: El andlisis de la produccién simbdlica de un sujeto en distintos momentos del Proceso psicoanalitico, permitira aprehender diferentes niveles de simbolizacion de su problematica nuclear. Hipotesis auxiliar: El analisis cualitativo de las respuestas del Rorschach constituye una herramienta apropiada para abordar la investigacién de ese proceso de pasaje. Ill Metodologia: 1. Caracterizacién del tipo de Investigacion: Dado el objeto de andlisis, la investigacién tendra cardcter cualitativo, y dentro de las comprendidas bajo esa denominacién, tedrico-conceptual,” El desarrollo abarcara fundamentalmente dos niveles de abordaje: a) dinamico-inferencial b) interpretative tedrico e intertextual Este nivel incluye: ~ el andlisis bibliografico - la actualizacién de conocimientos - el comentario de textos 2. Estrategia de disefio de la Investigacién: Analisis de casos La indagacién del material se realizara en dos niveles: 1) Material del proceso analitico 2) Material de respuestas al Rorschach administrado en dos momentos: en los ‘comienzos, y durante el transcurso del tratamiento. El andlisis dei Rorschach se centrara en el aspecto cualitativo de las respuestas, para desde alli establecer la comparacion -cuando sea Posible- de los. niveles de expresién simbdlica de un mismo contenido psiquico (de acuerdo a lo expresado en la hipdtesis general)’. En dicho andlisis se intentara establecer la comparacién de una produccién donde hay constantes: el mismo paciente, la misma técnica. La diferencia estaria dada por la posibilidad de movilidad del psiquismo, dada en el devenir de un proceso que, por supuesto, no es lineal. * Se utilizé et criteria de clasificacién de Taylor, $ & Bogdan, B. (1987) Introduccién a los métodos cuaiitatives de investigacién., Cap. 6 . Bs. As, Paides Basica El aspocto cuantitativo (andlisis estructural del protecolo Rorschach) seré presentado en un Anexo. 17 La constancia de ambos términos permitiria una comparacién -a través del seguimiento en Rorschach- en distintos momentos. Alli seria dable observar: aquello que se repite, o bien aquello que insiste pero de otra manera, transformada su expresién en modalidad y contenido, es decir, como expresién “de lo mismo” pero en otro nivel. IV Supuestos teGricos de partida: Dentro del campo del Psicoandlisis - contexto teérico de la Tesis- el concepto de simbolizacién constituye un punto importante, tanto en la apreciacién diagnéstica de inicio y en el proceso terapéutico, como para el establecimiento de estrategias de intervencion. Teniendo en cuenta la amplitud del tema y la diferencia de conceptualizaciones acerca del mismo dentro de la teoria psicoanalitica, se tomaran algunos desarrollos a fin de delimitar el contexto pertinente a la investigaci6n. Se consideraran en principio, conceptes fundamentales de Freud, para luego delimitar -en los desarrollos de autores como Jean Laplanche, Piera Aulagnier y Silvia Bleichmar- propuestas que, a manera de marco de referencia, facilitan el abordaje del material clinico presentado. 1, Fundamentos ef la obra freudiana. En tanto se abordard la simbolizacién como proceso o trabajo de produccién psiquica, se consideraran desarrollos de la obra freudiana referidos al origen de lo psiquico y a su modo de su funcionamiento. 1. 1 Las primeras teorizaciones: Proyecto de Psicologia (1895): En los albores de su pensamiento, Freud se hallaba imbuido por su formacién de neurdlogo. No obstante, sus primeras teorizaciones -ancladas todavia en lo bioldgico, e influidas por los criterios cientificos de su época- contienen puntos de suma importancia para la comprensién de lo psiquico. 18 Destacaremos los siguientes aspectos: las diferenciaciones dentro del sistema, sus propiedades, la teoria econémica. Diferenciaciones dentro del sistema: - La distincién entre una funcién primaria -tendiente a la descarga- y otra ‘secundaria -cese del /o huida ante el estimulo- en effuncionamiento (neuronal). Ambas funciones tenderian a preservar el principio de iner como modos defensivos frente al incremento de cantidad. Esto, camo veremos luego, esta en el origen de lo psiquico y en su motorizacion posterior. - La existencia de estimulos extemos pero también de estimulos endégenos (preanuncio de lo pulsional) que exigen asimismo el alivio de la descarga: el apremio de la vida conduce al organismo a la accién especifica, lo cual implica quebrantar -o al menos modificar- el principio de inercia, en tanto admisién de cierto acopio de cantidad. Esta podré mantenerse en niveles tolerables como producto de la defensa frente a cualquier acrecentamiento. - La constitucién de la memoria a través de un proceso de modificacién de las neuronas no pasaderas: posibilidad de conduccién a través de las barreras de contacto. Esta memoria es descrita aqui como ef poder de una vivencia de seguir produciendo efectos, lo cual depende de la magnitud de la impresién y su frecuencia, y que dara lugar a facilitaciones entre las barreras de contacto. - La existencia de-diques o paniallas frente a las cantidades exégenas, a fin de reducir el efecto de éstas sobre el sistema. Esta hipdtesis constituye un preanuncio de las funciones del yo. Propiedades del sistema: Retener y no obstante permanecer receptivo; facilitar la posibilidad de descarga, aunque parcialmente, gracias a la accidn de las barreras de contacto. Es decir, tendencia al alivio de la tensién provocada por el exceso del estimulo, que si fracasa da lugar al dolor, o sea, al displacer. Procesos: - Mudanza de fa cantidad a cualidad: los proceses cuantitativos, dice Freud, sélo pueden ser inferidos; la cualidad es dada por la conciencia. En este texto la 19 conciencia es considerada como /ado subjetivo de una parte de los procesos fisicos del sistema de neuronas, que incluye también las sensaciones de placer y displacer, en relacién a la disminucién o aumento, respectivamente, de cantidades de excitacién. Mas adelante, al referirse a una imagen-recuerdo de un objeto excitador de dolor, plantea que si esta imagen mnemica | @s nuevamente investida, se produce un estado de displacer en la reproduccién da la vivencia, en el afecto, Es importante subrayar este aspecto que, al dar cuenta de su concepcién de la mudanza de cantidad a cualidad, permite ser interpretado como verdadero pasaje, lo cual constituye una hipétesis tedrica para el desarrollo de la Tesis. - La experiencia fundante de la vivencia de satisfaccion: como origen de la Tepresentacion y condicién del desarrollo simbdlico. - La organizacién del yo como reservorio de investiduras: que a través de la atraccion de deseo primaria y la defensa Primaria o represion, tenderd a la reproduccién de la vivencia de satisfaccién y a la evitacién del displacer y que Posee ademas otra posibilidad -la de investimientos colaterales- Para inhibir el decurso de la tensién provocada por el incremento de estimulos . Es decir, una organizacién capaz de inhibir procesos Psiquicos primarios (aparece aqui explicitada la nocién de proceso primario y secundario), que da lugar al trabajo de Pensamiento. Por ello también sera funcién de esta organizacion, el diferenciar entre percepcién y representacién. Aqui aparece ya claramente expresada la diferenciacién entre’ objeto exterior y representacién del objeto, a la que llama representacion-fantasia. ~ El proceso del pensamiento: como consecuencia de las investiduras colaterales, se reduce -se inhibe- la magnitud de las cantidades que circulan en el sistema, de esa forma, a modo de drenaje; es este Proceso de inhibicién el que permite justamente, la accién mediatizadora del Ppensamiento, La teoria econdémica del sistema: - La tensién provocada frente al estimulo externo puede descargarse como “desprendimiento” a través de la motricidad o generar un Proceso de transferencia ntre neuronas. Este proceso implica los conceptos sefialados de barreras de contacto, resistencia, transferencia parcial de la carga recibida, diques 0 pantallas, 20 timiento. Frente al estimulo endégeno, en cambio (“resorte pulsional”), no pantalla protectora: el alivio devendra por la accién especifi ificaci6n que se da desde el mundo exterior. , eS decir, una Es casi inevitable leer este texto sin pensar en teorizaciones posteriores. F Aunque aqui habla todavia de “sistema nervioso en’ su conjunto”, las hipstesis planteadas permiten inferir un modelo para pensar lo psiquico, donde lo biolégico ocupe un lugar de razén necesaria pero no suficiente. Asi, cuando se refiere a la Aparicién de displacer por aumento de tensién, podriamos pensar en la analogia con desarrollos posteriores en referencia a la emergencia de angustia por incremento de excitacién. Por otro lado, la elevacién de la tensién por acrecentamiento cuantitativo o continuidad -que deja como secuela una facilitacién que cancela la posibilidad de resistencia- puede ser comparada con la nocién de trauma. El otro aspecto a tener en cuenta es la nocién implicita de pasaje, en tanto algo de la experiencia accede al nivel representacional. Con respecto al proceso del pensamiento subrayamos la posibilidad de ligadura, a partir de la inhibicién de magnitudes de excitacién. 1.2 El concepto de retranscripcion: Carta 52 (1896) A las nociones de pasaje y de figadura implicadas en el Proyecto, se atina aqui la de retranséripcién, como reardenamiento de nuevos nexos sobre material mnémico preexistente, en un proceso de estratificacién sucesiva Sobre esta base, Freud va a plantear la siguiente tesis: “la memoria no preexiste de manera simple, sino multiple, esta registrada en diversas variedades de signos (...) no sé cudntas de estas transcripciones existen, por lo menos tres, probablemente mas”.® En este proceso, cada reinscripcién inhibe a la anterior, desviando el proceso excitatorio. En caso de no producirse tal reinscripcién, dicha excitacién se tramita segtin la del periodo anterior y por los caminos que entonces se * Freud,S. (1981) Fragmentos de la correspondencia con Fliess. Buenos Aires, Amorrortu OC Tomo |, Pag.o74 = fisponian. Llama represién a la no traduccién, que opera para evitar el surgimiento del displacer que apareceria en el caso que la traduccion fuera ealizada. De las vicisitudes de ese proceso, devendré una defensa normal (si se rata de la misma fase), una defensa patoldgica (frente a una huella no traducida Je una fase anterior), o una compulsién (placer no inhibido ni inhibible). Freud propone tres transcripciones que constituyen la operacién psiquica de spocas sucesivas de la vida: desde los signos de percepcion (insuceptibles de sonciencia) a las huellas Ic (segunda transcripcion, inaccesibles también a la sonciencia) hasta llegar a Pre (preconciencia o tercera transcripcién) ligadas a representaciones- palabra, y con posibilidad (a posteriori y de acuerdo a ciertas regias) de acceder a la conciencia. Es decit representacion que pertenece a lo arcaico (lo no ligado ni ligable) accede a la el planteo aqui es el de un proceso que, desde un tipo de posibilidad de recomposiciones sucesivas. Punto inaugural de un proceso desde aquello que todavia no es simbolizacién, pero que establece su posibilidad, hasta alcanzar posteriormente la significacién otorgada por el lenguaje. Es en este sentido, en el que algunos de estos conceptos seran retomados en la Segunda Parte del trabajo. 1.3 La conceptualizacion de lo psiquico (Primera tépica): Capitulo Vil de La interpretaci6n de los suefios (1900) En esta obra, que retoma y complejiza propuestas del Proyecto, Freud plantea ahora un modelo para pensar lo psiquico, netamente diferenciado de lo biolégico. Destacaremos aqui los siguientes aspectos: - La coexistencia de distintos sistemas: a partir de su propuesta de imaginar el aparato psiquico con el simil de un aparato fotografico, lo describe a la manera de un instrumento compuesto, en el que es posible -y necesario- diferenciar instancias o sistemas. Entre estos sistemas hay una secuencia establecida y una direccién, con un polo sensorial y otro motor, entre los cuales se produce e/ 22 Proceso psiquico, proceso que va de la percepcién a la motilidad, o sea: desde la excitacién a la descarga. La existencia de funciones distintas (percibir y retener) -dando lugar tespectivamente a percepcién y huella mnémica- plantea la exigencia de una primera diferenciacién. el sistema que percibe es otro que el que conserva las huellas efecto de la excitacién provocada por el estimulo percibido. Freud habla aqui de huellas permanentes, y también se refiere a las relaciones de asociacién por simuttaneidad, por semejanza u otras, (dejando por el momento abierto el - tema de esas otras), asociaciones que son también operaciones propias del sistema mnémico. Es el sistema perceptivo el que brinda las cualidades sensoriales a la conciencia. Los recuerdos son en si inconcientes, aunque sea posible hacerlos concientes. La segunda -y fundamental- diferenciacién en el aparato la establece Freud al intentar describir la génesis de los s 10S: por un lado, el sistema Preconciente (Pree), aquel que posibilita que algo se haga conciente y que posee ‘as /laves de la motilidad voluntaria, frente al Sistema Inconciente (Icc) del que nada puede acceder a la conciencia sino a través del Prec. Aclara luego que es propio del Primero la actividad dirigida al libre desagote de las cantidades de excitacion, mientras que la caracteristica del segundo es producir una inhibicién de tal desagote. Es decir, proceso primario en el lec y proceso secundario en el Prec. - Elorigen de la representacion: la vivencia de satisfaccién. La huella de la satisfaccién de la necesidad obtenida por auxilio externo, sera reactivada (en el campo representacional), al reaparecer la excitacién de la necesidad, a la que qued6 asociada. Resurge ahora como mocién de deseo que tiende a la satisfaccién (placer) dado que la acumulacién de excitacién es percibida como displacer. En los origenes, se tiende a ella por ef camino mas corto: el de la satisfaccién alucinatoria, modalidad primaria de funcionamiento a la que se regresa en la produccién ot ica y, dentro de la patologia, en la psicosis. Sobre esta modalidad primaria, que no resulta adecuada, surge otra, secundaria, mas acorde al fin. Esta segunda modalidad es la que permite frenar el camino regresivo de la mocién (que Ilevaba a la percepcidén alucinatoria), . 23 posibilitando la biisqueda de la satisfaccién, pero por un camino mds largo: un rodeo que permite cierta postergacion y relacién con la realidad. Esto le ermhe a Freud definir ef pensar como sustituto del deseo alucinatorio. + La funcién del pensamiento como ligadura: |a excitacién proviene de las mociones deseantes del Sistema Icc, siempre en estado de alerta. “Es una particularidad destacada de fos procesos incéncientes el permanecer indestructibles. En el inconciente, a nada puede ponerse fin, nada es pasado ni esta olvidado (...) Para cada proceso de excitacién inconciente hay dos salidas: o bien queda librado a si mismo, y entonces termina irrumpiendo Por alguna parte y . $@ procura una descarga en ja motilidad, o se somete a la influencia del preconciente, y su excitacidn, en vez de descargarse, es ligada por éste"®. Queda subrayado un aspecto relevante: la idea de proceso -y Procesamiento- psiquico. Dicho proceso supone: - secuencia y direccionalidad, con posibilidad de ligadura y de inhibicién de. la descarga por accién del pensamiento. Veremos luego que ello no implica un movimiento lineal sino de complejidad creciente. - representaciones inconcientes cuya unica posibilidad de acceder a la conciencia es a través del sistema preconciente. Algo que en desarrollos posteriores conceptualizara respectivamente como representaciones-cosa y fepresentaciones-palabra. - la mocién deseante que motoriza todo el trabajo psiquico: la cantidad que debe -y busca- mudar a cualidad. 1.4 Representacion inconciente y representacién conciente: (Lo inconciente, 1915) La diferencia intersistémica mas categorica esta dada no entre Conciente y Preconciente, sino entre éste y el Inconciente, estando sometides a distintas * Freud, S. (1986) La interpretacién de los suefios. Cap. Vil Buenos Aires, Amorrartu, OC , Tomo v Pag.569-70 : 24 _ legalidades y distintos contenidos. Con respecto a estos Ultimos, la representacion inconciente es la representacién-cosa. Lo fundamental del planteo freudiano es que la diferencia entre ambos tipos de representacién no alude a la Proveniencia sensorial de la huella (visual o auditiva), sino fundamentalmente a su posicionamiento tépico. De alli que en el inconciente no exista la representacién del objeto, sind aquello que, del encuentro con el objeto queda inscripto como huella, inaccesible como tal a la conciencia. La representacién conciente, en tanto, abarca la representacién cosa mas la Tepresentacién-palabra; es este enlace la que caracteriza al sistema Preconciente: en él la representacién cosa es reinvestida por la representacién Palabra, lo que posibilita el acceso a la conciencia. “La representacién no aprehendida en palabras (...) queda en el interior del lee. como algo reprimide”."° Es incognoscible en sf, y sélo inferible a través de sus efectos: sintomas, suefios, fallidos. 1. 5 De la compulsién de repeticion a la mocién pulsional como exigencia de trabajo psiquico: (Mas alld del principio del placer, 1920). Destacamos aqui dos puntos fundamentales en relacién a la tramitacién de lo traumatico: la membrana antiestimulo, y la mocién pulsional. Freud desarrolla en este texto postulaciones anteriores: la excitacién y su relacién con el placer—displacer, en tanto pueda o no ser disminuida como efecto de ligadura; los principios de placer y de realidad; un aparato psiquico constituido Por instancias; la hipétesis del conflicto, segiin la cual aquello que es displacer Para una instancia, es satisfaccién para la otra. Lo fundamental, no obstante, se refiere a otro aspecto que complejiza la hipstesis de la dindmica psiquica: la doble vertiente de la compulsién de repeticion. + La compulsién de repeticién, adscripta a lo inconciente reprimido, que si bien puede ser causa de displacer -en relacién al aumento de excitacién que provocaria su irrupcién- no contradice necesariamente el principio del placer. ' Freud, S. (1990) Lo Inconciente. Buenos Aires. Amorrortu, O.C. Tomo XIV, Pag. 198 25 - Una compuisién de repeticién mds alld del principio del placer, a la que define como “més originaria, més elemental, mds pulsional que el principio del placer que ella destrona”"' + ¥ que exigird al psiquismo una tramitacién diferente. Plantea aqui -postulado tedrico de importancia para nosotros- la existencia de una membrana antiestimulo capaz de mediatizar el impacto de las magnitudes de excitacién que provienen del mundo externo; en ese proceso, el efecto mas o menos traumatico sobre el psiquismo dependera en mucho de la fuerza ligadora; sistemas no preparados y preparados, Retomaremos luego esta preparacién o condicin previa, en términos de posibilidad de procesamiento simbdlico. Pero gcudl es el efecto del aumento de excitacién cuando su procedencia es del mundo interno? Aqui no existe membrana paraexcitacién; dicho efecto -dice- @s equiparable al de las neurosis traumaticas. zEn qué sentido? Este aumento excitatorio es del orden de la pulsin: mociones a las que corresponde el estatuto de lo inconciente regido por el proceso primario (proceso libremente mévil, que tiende a la descarga) distinto del proceso secundario, que tiene como tarea ligar la excitacién. Si este proceso de ligadura de la excitacién emergente de lo pulsional no puede ser logrado, el resultado es una perturbacién andloga a la neurosis traumética, que se expresa como compulsion de repeticién: en cierto tipo de suefios, cierto tipo de juegos, en la transferencia, dando la oportunidad de tramitacién que no existié al momento _ del trauma. En este modelo, las vicisitudes de la derivacién pulsional en el aparato psiquico (represién y posibilidad de ligadura mediantes) permitiran logros que son considerados superiores en el ser humano; aunque, sin embargo, “todas jas formaciones sustitutivas y reactivas, y todas las sublimaciones, son insuficientes para caneelar su tensién acuciante (...) que, en las palabras del poeta, acicatea, indomefiado, siempre hacia delante”."? Es importante destacar aqui: ud, S. Obra citada, Pag. 23 " Freud,S. Obra citada . Pag. 42. 26 - El factor pulsionante como motor de trabajo psiquico -trabajo de simbolizacién- que por sus caracteristicas constituye una tarea nunca acabada. - La doble vertiente de la compulsién de repeticién: no sdlo como obstaculo sino como intentos del aparato -insistencia- de aquello que no ha podido ser ligado todavia, es decir, simbolizado, y que ofrece en la clinica la oportunidad de produccidn de algo nuevo. 1. 5 La funcién de la percepcion en el aparato psiquico: Nota sobre la pizarra magica (1924) y La Negacién (1925) Después de habernos ocupado de las postulaciones freudianas acerca del origen del psiquismo, las primeras representaciones, la estructuracién tépica y la mocién pulsional como motor de trabajo, consideraremos ahora el lugar acordado a la percepcion: teoria de la percepcidn en tanto funcidn del sistema P-Cc. Freud utiliza la imagen de la “pizarra magica” para ejemplificar dos aspectos inherentes al proceso: capacidad ilimitada de recepcién y conservacién de huellas duraderas; solamente pueden coexistir si existen dos sistemas diferentes. Al sistema P-Cc le corresponde la funcién de percibir, pero debe estar libre para otras percepciones; sera otro el sistema encargado de conservar las huellas producto de la percepcién. Es un sistema doblemente permeable: permite la tecepcién de estimulos y transmite la excitacién, porque previamente recibe inervaciones de investidura desde el interior. Es justamente esa investidura la que posibilita el proceso de percepcién conciente y la transmisién de excitacién hacia el sistema Ic. “Seria como si el inconciente por medio del sistema P-Cc extendiera al encuentro del mundo exterior unas antenas que retirara rapidamente después de que estas tomaron muestras de sus excitaciones”.'? En La Negacién (1925), corroboraré este aspecto activo de la percepcién pero adjudicdndole al Yo el envio de investidura y el tomar muestras de los estimulos externos. Explicitara ademas otro aspecto de la percepcidn: el estar en el origen de toda representacién. Las representaciones podran ser mas o menos fieles a las percepciones: repeticiones o reproducciones modificadas por " Freud, S. (1990) Notas sobre Ja Pizarra magica Buenos Aires. Amorrortu, OC Tomo XIX, Pag. 247 27 omisiones o alteradas por contaminaciones de diferentes elementos. Esto tepresentado podra ser reencontrado en la percepcidn, por la funcion del yo a través del examen de realidad. Este concepto de la percepcién como reencuentro, asi como las vicisitudes de la representacién, serd retomado en la Tercera Parté, al analizar el material del Rorschach. Nos interesa subrayar su cardcter activo, producto de la interaccién intersistémica, que incide en el recorte de aprehensién del mundo. 2. Desarrollos de! Psicoandlisis Contempordneo Se tomarén conceptos de autores contemporaneos que ofrecen distintos desarrollos de los postulados freudianos. 2. 1 Conceptualizaciones de Laplanche - La simbolizacién como proceso (1980) Laplanche propone la diferencia del proceso de simbolizaci6n como apertura -que implica siempre cierta relacién de ambigliedad- frente al caracter coagulado del sintoma como simbolo; éste aparece plurideterminado pero enclavado, fijo, sin Pposibilidad de circulac n: la idea freudiana de monumento aislado de cierto acontecimiento traumatico que perpetua, pero que al mismo tiempo esclerosa y aisla del conjunto de la vida psiquica. En el caso de la simbolizacién como proceso, parece abrirse en cambio la posibilidad de elaboracién y tramitacién de lo traumatico; se pone en marcha una dinamica diferente. “Sospechamos -dice- que hay en Ia discordancia temporal, o, a la inversa, enia proximidad excesiva en el tiempo y en el sentido entre jo que es simbolizado y su simbolo, incluso en la coincidencia del fantasma y del simbolo, un elemento 28 determinante para el resultado del proceso, que hace que en un caso tengames progreso, simbolizacién, incluso sublimacién, y sintoma en el otro caso”."* Por otra parte, al referirse mas adelante a suefios en estado crudo, afiade: “Queda abierta la posibilidad de considerar la simbolizicién como un proceso que incluye niveles, siendo el problema, denira de la sucesi6n de niveles, ver lo que s¢ repite, [o que se traspone, o hasta se importa, incluso se innova’. * Desde aqui seria posible ubicar el tema de niveles de simbolizacion para un contenido psiquico, como busqueda de tramitacién simbdlica, y la consideracién del trabajo de simbolizacién como proceso. En él terreno de la patelogia, llevando a la produccién de un simbolo obturante, y fuera de ella, como condicién de desarrollo psiquico. - Simbolizaciones abiertas, de pasaje, y simbolizaciones repetitivas. Sus diferencias Existe, seguin se desprende de lo anterior, cierta relacién entre simbolizacién y temporalidad; existe repeticién en el caso del sintoma como simbolizacion que se esclerosa, y apertura en el caso de procesos de simbolizacién, como posibilidad de nuevas producciones: las simbolizaciones abiertas 0 de pasaje. Mientras la simbolizacién repetitiva tiene que ver con el sintoma como simbolo coagulado (pluricausalmente determinado pero sin posibilidad de circulacién), la simbolizacién abierta supone la idea de pasaje, de inauguracién de algo nuevo; la posibilidad de otras vias; aquello que entra a jugar de modos diferentes y supone otro tipo de trabajo psiquico: creatividad y destinos sublimatorios. Laplanche encara el estudio de los procesos de simbolizacién tomando un aspecto particular: los ritas de pasaje 0 de iniciacién en algunas culturas. Ello le permite subrayar la simbolizacién como aquello que inaugura un estatuto "4 Laplanche, J. (1988) Castracién. Simbolizaciones, buenos Aires. Amorrortu .Pag. 255. " Idem. Pag. 270 29 rente. De alli la nocién de pasaje que, aplicada al individuo, designa la sibilidad de lo nuevo, y puede ser extendida a otros procesos de simbolizaci6n. - El simbolo como encrucijada espacial y temporal: Frente a interpretaciones demasiado simplistas acerca de la teoria freudiana del simbolismo (una pretendida correspondencia biunivoca entre simbolo y simbolizado), Laplanche rescata la caracteristica de complejidad: existencia de cadenas asociativas multiples; lazos de semejanza, de oposicién, elementos metonimicos y metaféricos configurando una encrucijada de significaciones, las cuales tienen que ver con mociones deseantes. Este término de encrucijada alude justamente a la complejidad de la trama en que se liga el simbolo a lo simbolizado. En ella se destaca el aspecto espacial, en referencia a la topica psiquica, y el aspecto temporal, en relacién al momento de la existencia individual. “Uno puede desarrollar las cadenas de significaciones dentro de un espacio, incluso en una tépica (...) pero ademas ‘la funcién de la simbolizacién es diferente segun el tiempo en que se produce”."® El autor desarrolla esta idea al considerar los rituales primitivos de iniciacién, realizados en la pubertad. Postula que alli se pone en juego la nocién del par masculinidad-femineidad, la cual, sefiala, es una nocién ambigua que cobra sentides diferentes segin los periodos de la vida. “Freud ha querido mostrar que este ‘par no era un par estable (...) es objeto de un movimiento dialéctico, que toma un sentido nuevo en diferentes periodos, segun los medios de interpretacién y de simbolizacién que el sujeto aporte o conquiste..."” Pensamos que esta afirmacién de ambigiiedad de lo simbolizado, y de movimiento dialéctico que da lugar a un nuevo sentido en diferentes momentos segun las posibilidades de simbolizacién logrados, constituye un elemento importante para el abordaje psicoanalitico de toda produccién simbélica individual. Resulta pertinente entonces conservar estos conceptos: tanto el de encrucijada % Idem, Pag. 242 * idem, Pag. 198 30 espacial y temporal -que apunta a emplazamiento en la trama simbdlica y al ‘ahora y no antes” de esa produccién- como el de niveles, que como veremos mas adelante, constituye un punto central del trabajo. Por otra parte, si bien los simbolos son multiples, lo simbolizado es limitado, y siempre en relacién con realidades fundamentales de la existencia: el parentesco, la muerte, la sexualidad. Laplanche retomd’esta idea -que alude a los modos diversos de elaboracién de lo traumatico- de Freud, subrayando la articulacion fantasmatica como especifica para cada individuo. Es sdlo alli, en el ‘campo de las vicisitudes de lo individual, donde radica la idea de complejidad. 2. 2 Conceptos de P. Aulagnier (1975) Teniendo en cuenta la tematica elegida, sdlo tomaremos conceptos referidos a la actividad de representacién y sus origenes. - La representacién, modo de existencia de lo psiquico: La actividad psiquica es actividad de representacion. La autora concibe esta actividad como un proceso de metabolizacién equivalente, en lo psiquico, al que se realiza en lo orgdnico: a partir de elementos heterogéneos al sistema que lo recibe, éstos se procesan -se metabolizan- dando como resultado un nuevo elemento, homogéneo ahora, a la estructura del sistema a cargo de esa actividad, 'o cual constituye un verdadero trabajo de remodelamiento de lo existente. Postula un proceso originario (diferente del inconciente) anterior al primario y secundario, que coexiste siempre con ellos. Esto supone tres modos diferentes de metabolizacién, el primero de los cuales da origen al pictograma o representacion pictografica. Los otros posibilitan, respectivamente, la representacién fantaseada © fantasia (proceso primario) y la representacién ideica o enunciado (proceso secundario). Esta postulaci6n le permite afirmar que /a representacién serd tal, en un sentido doble: representacién del objeto representado, pero también de la instancia a cargo de la actividad de representar. Subraya ademas el denominador comtin de estos tres modos distintos de actividad: la cafectizacién libidinal, condicién para la puesta en marcha del 31 Proceso de representar. Esto supone la preservacién o el reencuentro con una experiencia de placer; sin dicha catectizacién no habria vida psiquica. Uno de los aspectos interesantes del planteo es que se trata no sélo de una Progresion sucesiva sino de procesos que, al coexistir dan cuenta de la complejidad de lo pstquico: i bien se suceden temporalmente en los origenes (sucesién temporal que no es mensurable), “la instalacioén de un nuevo proceso hunca implica el silenciamiento dei anterior: en espacios diferentes, que poseen relaciones no homélogas entre si, prosigue la actividad que los caracteriza’. Por ello, y en la medida que el aparato recibe elementos de lo exterior pero también del interior, lo perteneciente al sistema originario, serd siempre “heterogéneo” al sistema primario, o al secundario (por tratarse de sistemas diferentes, con diferentes modalidades de metabolizacién). Esto demandaré entences a su vez, el correspondiente trabajo de metabolizar. Ademas de la nocién de complejidad y de produccién metabdlica, subrayamos aqui dos ideas: por un lado, la de tomar en cuenta la representacién en su doble sentido: no sdlo -o no tanto- en relacién a los contenidos, sino especialmente a los modos de produccién; habra entonces diferentes posibilidades de metabolizacién, y el nivel de las representaciones daran cuenta del proceso interviniente; podriamos decir que el nivel de la representacién nos informara acerca del nivel de estructuracién que la hizo posible. Por otra parte, subrayamos también la idea que, tanto del mundo como de los contenidos psiquicos originarios, el Yo sélo conocera la representacién que fora acerca de ellos. Concepto éste que marca también aqui el cardcter especifico de lo psiquico, no mera reproduccién del objeto. - La representacién en sus inicios: La autora plantea en términos de encuentro la situacian que, desde el io és inherente a la vida humana. Sumergido desde un comienzo en un espacio que le es heterogéneo, el infans tiene su encuentro inaugural con el mundo a través " Aulagnier, P. (1988) La violencia de la interpretacién Buenos Aires, Amorrortu, Pag.25 32 de su propio espacio corporal y el espacio psiquico matemo. Las primeras tepresentaciones (el pictograma) seran efecto de ese doble encuentro. Para que haya representacién se requiere que algo pueda ser incorporado, y sometido a metabolizacién; ese algo a incorporar presentara, especialmente en aquel momento inaugural (aunque caracterizara siempre el encuentro), un exceso de informacién. Este exceso define las primeras experiericias de encuentro con el objeto; pero aquello que caracteriza a los inicios de la vida psiquica es, ademas, que ese exceso (que siempre confronta al ser humano con un efecto de anticipacién), proviene de aquel que tiene a su cargo los cuidados del nifio: “exceso de sentido, exceso de excitacién, exceso de frustracién, pero también exceso de gratificacién 0 exceso de proteccién”. ' Sera la madre -su discurso- quien ejercera, en el inicio y de la forma mas absoluta, este efecto de anticipacién o violencia primaria, efecto necesario y fundante: el Yo de la madre acttia como agente, antecediendo a la instalacién del Yo del nifio, La pri era experiencia de satisfaccion y placer para el nifio, potenciada por los efectos que tenga en la madre, sera representada -metabolizacién a cargo del proceso originario- a través del pictograma. El pictograma es la primera produccién psiquica y condicién de existencia de lo psiquico: nada puede existir en dicho campo si no ha sido metabolizado Previamente en una representacién pictografica. En él no pueden ser separados afecto y representacion, y tampoco los dos términos del encuentro: esta representacién es una puesta en presentacién de la psique para la psique, y, en tanto propia de lo originario, no es susceptible de tener acceso a la misma: no es imaginable ni decible. Es importante destacar que en esta propuesta, la actividad de lo originario continua operando en los posteriores encuentros, coexistiendo con los procesos primario y secundario. O sea, no es sdlo el proceso responsable de los productos inaugurales, sino que toda informacién sera siempre metabolizada en tres tipos de * Aulagnier, P. Obra citada. Pag. 32 33 fepresentacion, heteragéneos entre si, y no habra ningtin existente en lo psiquico que no haya sido primeramente pictograma. En esta postulacién, lo originario constituye “una ereacién que se repite indefinidamente a lo largo de la existencia (...) fondo representative sabre el que funciona tedo sujeto”.” Esta actividad de lo originario, toma en préstamo —segun el decir de la autora- del modelo sensorial las dos actividades que caracterizan a aquél: incorporar y rechazar. Actividades que en el plano de lo psiquico se traducen como catectizacién y descatectizacién. - Del pictograma, a lo pensable y decible: En este modelo, la complejidad del encuentro con el objeto implica que, cuando algo es catectizado por el Yo, se produce una triple inscripcién en el espacio psiquico: en el nivel del enunciado, en el nivel de la fantasia, y en el nivel del pictograma. Pero con una caracteristica: este ultimo estard siempre precluido del espacio psiquico de lo primario y secundario. Al no puede acceder a los otros registros (el de lo pensable y lo decible) sin ser los tres tipos de representacién heterogéneos entre si, el pictograma sometido a un nuevo proceso de metabolizacién. A su Vez, para que algo pueda ser decible, tendra primeramente que ser pensable. Lo pensable es, segtin lo postula Aulagnier, la representacién propia del proceso primario, esto es, la representacién fantaseada (llamada también por ella lo figurable). Lo decible, en cambio, sera producto del proceso secundario: pensamiento decible o inteligible, propio de la actividad del Yo. Algo tendra ~ acceso al Yo, entonces, si puede ser pensado y nombrado; aquello que queda fuera de esta posibilidad podra tener efectos sobre él, pero fuera de Io decible. Lo interesante de este planteo es qu ese camino a lo decible, describe algunas caracteristicas del proceso, puesto en marcha en el encuentro con el otro. Se producen las primeras modificaciones en el proceso primario o prototipos de lo secundaria: inscripcién de la imagen de palabra. Esto le permite diferenciar Idem. Pag. 50 34 dentro del proceso primario mismo, dos tipos de produccin: imagenes de cosa (lo llama lo primario escénico) e imagenes de palabra. Estas ultimas, al unirse con las primeras, constituyen producciones mestizas. Asi, le imagen de cosa -lo primario escénico- es condicién necesaria para la imagen de palabra: prepara lo decible. Constituye, dice, un puente de pasaje ; mientras la imagen de cosa es aquello que se separard por efecto de la represién primaria, los llamados productos mestizos, sufriran el efecto de la represién secundari El considerar dentro de lo primario esta etapa, permite pensar de otro modo ciertas producciones psiquicas que, aunque ya afectadas por el discurso siguen regidas por la légica de la fantasia. En este caso puede hablarse de significaciones primarias, distintas a las que posteriormente -significaciones secundarias- caracterizaran el funcionamiento de! proceso secundario, con el acceso a la Idgica del discurso. Algunos aspectos de este modelo resultan interesantes para considerar los distintos niveles de produccién con los que trabajamos en la clinica. Las caracteristicas de lo pensable como lo figurable serd un punto central en uno de , en tanto la consideracion de los modes de los casos que presentamos en la Tesi Produccién -como representacién de la instancia a cargo- constituira otro aspecto considerado en el andlisis del material. 2. 3 Conceptualizaciones de S. Bleichmar - Especificidad del sintoma, diferenciado del trastorno (1986) A fin de establecer criterios diagndésticos que guien los modos de intervencién -en el trabajo con nifios pero también en el abordaje del paciente adulto- la autora propone la diferenciacién entre sintoma y trastorno. El primero, considerado en el sentido psicoanalitico estricto, es expresion de un conflicto entre instancias; el segundo revela un tipo de perturbacién que, justamente, es resultado de la na instalacién exitosa de las mismas. Es decir, el trastorno alude a cierto déficit (como aspecto parcial en patologias a predominio neurdtico, o mas 35 extendido en cuadros graves) en la funcién estructurante de la represién primaria, fundadora del Inconciente. Tal diferenciacién permite un posicionamiento diferente en el manejo clinico, segin se trate de una patologia neurdtica o né, o de aspectos mas primarios -expresién de diferentes corrientes de la vida psiquica- en pacientes a predominio neurético. Mientras el sintoma supone simbolizacién -de hecho constituye un modo patolégico de la misma- el trastomo denuncia la no posibilidad de expresion simbdlica, al menos de ese aspecto, que se expresa entonces sin mediatizacién, a través de la conducta o el soma. Como veremos en el andlisis del material presentado en la Tercera Parte, esta diferenciacién resultara sumamente util para pensar las posibilidades de clerto pasaje en la expresién simbdlica, al comparar la primera y segunda produccién de ambos pacientes. - Los conceptos de metdbola y neogénesis (1996) El concepto de metabola, propuesto por Laplanche, es retrabajado por S Bleichmar, en relacién a los origenes del psiquismo. Partiendo ambos de un enfoque exogenista, queda destacado que es sélo a partir de la intervencién del otro, que el cachorro deviene humano (teoria de la seduccién generalizada en Laplanche, que la autora retoma prefiriendo el término de implantacién). La intervencién del otro en la génesis de! psiquismo, implica, por una parte, la implantacién de la pulsién como efecto sexualizante a través de los primeros cuidados: éstos generan un plus que constituye un salto cualitativo sobre lo autoconservativo. Pero dicha intervencién es responsable ademas, de otros efectos fundamentales en el tiempo inaugural del psiquismo: la instalacién de la represion primaria (a través de la pautacién), y de la posibilidad de ligadura; ésta ultima por la facilitaci6n de vias colaterales, a través de lo que la autora denomina harcisismo trasvasante matemo, que posibilitara luego otros destinos para lo pulsional. 36 Dicho proceso, si bien por tratarse de los. origenes no es de interaccién (en medida que no existe todavia la posibil lad de diferenciacién yo-no yo), supone in embargo en el infans un proceso activo de metabolizacién: lo que se produce partir de esas primeras inscripciones, producto del encuentro con el ‘objeto, es un estatuto diferente al objeto mismo. Esas representaciones primeras, que la autora describe como residuo del “encuentro con un objeto, son ya realidad psiquica. Aquello que se inscribe no es el objeto, sino la experiencia. Propuesta que apunta a la complejidad de los contenidos psiquicos, y pone el acento en su especificidad; lo inscripto pertenece a otro orden: proviene de la cosa del mundo pero no da cuenta de ella, sino de su Procesamiento. A este procesamiento se refiere el concepto de metdbola. “E/ objeto real no entra como tal al aparato, sino descompuesto y recompuesto.¢Por qué linea se recompone el objeto? (...) se recompone bajo lineas deseantes”*" Este proceso permite tener en cuenta la singularidad: la experiencia del encuentro con el objeto tendré un efecto de m bola marcado por lo particular. Con respecto al concepto de neogénesis, la autora lo refiere al campo de la clinica. Dicho concepto implica una concepcién de psiquismo abierto -en cuanto a las vias de acceso- y sujeto a la posibilidad de cambio, en el sentido estructural, que puede darse como resultado del proceso psicoanalitico. Se trata de la instalacién de algo que previamente no existia como tal, y no del desarrollo de algo-preformado. “Neogénesis quiere decir produccién de algo nuevo que no esta en cada uno de los elementos, sino en fa posibilidad de articulacién de nuevos puentes simbdlicos y en su combinatoria, de lo cual no se puede decir que antecedia al fenédmeno una vez que se produce”.”” Cuestién clinica que, aunque centrada en el trabajo con nifios, es posible también ser considerada en ciertos casos, en la clinica de adultos. ® Bleichmar, S, (2000) Clinica psicaanalitica y neogénesis Buenos. Aires. Amorrortu. Pag. 104 ® Bleichmar, S. Obra citada. Pag. 37. 37 - Modos de ingreso y procesamiento de la realidad: la percepcién como recomposicién simbdlica (2005) En el sujeto constituido, la percepcién se produce dentro de ciertos limites: percibe aquello para lo cual esta preparado simbdlicamente. Teniendo en cuenta la hipdtesis freudiana de los estimulos extemos que, en tanto discontinues devienen en excitaciones, la autora sefiala su doble efecto sobre el sujeto: como aquello que fractura la continuidad y que a la vez, al operar como exigencia de trabajo, contribuye a procesos de complejidad creciente. En el individuo dotado de inconciente, el orden de la percepcién -orden del yo- estard atravesado por lineas de interés libidinal en su aprehensién del dato del munde, lo que presta a aquella el sesgo lo singular. Percibe un mundo significado por el lenguaje pero recortado en funcién de sus investimientos libidinales, 3. Sintesis de los supuestos tedricos de partida Los supuestos tedricos elegidos permitieron, en razon de su coherencia légica, enmarcar el trabajo de Tesis, orientando la lectura del material: primeramente, del material clinico, permitiendo el planteo de interrogantes y de hipétesis, Luego, una vez establecida la modalidad de trabajo, como guia de la observacién y andlisis de! material proyectivo, en su comparacién con las vicisitudes observadas en el proceso analitico. Podemos sintetizar asi los siguientes postulados: - La idea de complejidad: respecto a la estructuracién del psiquismo -en el que coexisten distintos sistemas, sujetos a legalidades distintas- y respecto a los distintos procesos y funciones. 38 - La hipétesis de fundacién exégena del psiquismo a partir del encuentro con el otro humans, lo cual implica la idea de implantacién de la pulsién y las nociones ampliadas de trauma y sexualidad. - La noci6n de actividad psiquica desde los inicios: la representacién como producto metabdlico del encuentro con el Objeto, lo cual define la especificidad de lo psiquico como realidad cualitativamente diferente. - La dea de un psiquismo susceptible de modificaciones, dando lugar a verdaderos procesos de neogénesis, donde parece central el concepto de Pasaje: como instalacién de algo nuevo, pudiendo dar lugar a cambios estructurales. - Los procesos de simbolizacién como apertura -nuevamente la nocién de pasaje- lo cual implica retranscripcion, otras posibilidades de ligadura, inhibicién del exceso de cantidades, siendo la mocién deseante el motor del trabajo psiquico. - La diferenciacién de distintos tipos de representacién: lo pensable (figurable) como condicién del enunciado, que posibilita inferir entonces - en el andlisis de un material clinico- el nivel de estructuracién que lo hizo posible. PRIMERA PARTE LA CLINICA COMO PUNTO DE PARTIDA 39 40 I La praxis ‘La modificacién no destruye lo anterior. Modificar el granero para’ convertirlo en biblioteca o ef palacio para convertirlo en hotel nO es destruirtos: es respetar las caracteristicas de! granero o del palacio pero cambiarlas para hacerlos mas aprovechabies o habitables”. P. Aulagnier (La violencia de Ja interpretacién) “No hablo de cosas, Sr. -dijo Faber- hablo def significado de las cosas. Me siento aqui y s6 que estay vivo". Ray Bradbury (Fahrenheit 451) 1. Introduccién Al referimos a la clinica, se pueden distinguir en ella dos aspectos: el de la praxis, como momento primero, y el de la reflexion sobre la Praxis, 0 momento segundo. Esta diferenciacién no es tanto temporal, sino que implica érdenes distintos de elaboracién, aunque fr la teoria. imamente imbricados entre si, y a su vez, con Pareceria innecesario insistir en la innegable relacion entre teoria y clinica, y los riesgos de su disociacién. Aquella, alejada de la segunda, corre el peligro de arribar a elaboraciones tal vez coherentes desde el punto de vista légico, pero sin lad de fundamentacién. Por otro lado, una Praxis que no se nutre de la reflexién y elaboracién teérica que debiera suscitar, resulta una empobrecedora y posil casi automatica aplicacién del “oficio” aprendido. El hecho de titular esta parte del trabajo La clinica como punto de partida, significa ya ubicarla desde determinada perspectiva; en ella, el encuadre tedrico deberé operar al modo de “trama simbolizante”. 41 Como se expresé en un comienzo hay un aspecto, observable mas claramente en ciertos pacientes, que esta en el origen de este trabajo: aquello que insiste, en diferentes producciones, en busqueda de su tramitacion. Es decir, una misma problematica o contenido psiquico que va encontrando modos Cualitativamente diferentes de expresién. Esto puede ser observado en los Suefios, én los cambios en la capacidad de asociacién, o en el juego en el caso de los nifios. Algo andlogo aparece también, en ciertos casos, en los contenidos de las respuestas al Rorschach, al ser administrado como seguimiento en un mismo paciente (contenidos que implican cambios cualitativos). En esta Primera Parte, se presentara un material clinico que permite observar esa insistencia. La manera de narrarlo por temas © momentos tiene de cronolégico sélo su aparicién ya que fueron formas, o vias, que una vez iniciadas, quedaron abiertas, retomandose en momentos posteriores. No se trata entonces de un trazado lineal, sino de cortes que intentan dar cuenta de diferentes niveles de complejizacisn. 2. Presentacion de material cli ico: Emilia, o fantasmas para la desmesura. Veo a Emilia por primera vez cuando tiene 20 afios. Consulta por crisis de angustia. Estudia Bellas Artes, aunque no esta segura de su eleccién. Las crisis comenzaron a fines del afio anterior, estando de vacaciones con su familia; se sintié angustiada, temerosa de que algo malo pudiera sucederle a ella © a sus familiares: enfermedad, muerte, ataque. Cuando vio una pelicula donde habia un crimen, comenzé a temer que esto ocurriera dentro de la familia, que ella pudiera ser la agredida o la agresora, Estas imagenes se imponian de una manera muy vivida una y otra vez, realimentando sus temores. Este fendmeno se repitié con material de diferentes peliculas y, mas tarde, en un 42 jundo momento, eran invocadas por ella como imagenes buscadas y a la vez idas. Su familia vive en el interior: sus padres, ambos profesionales, sus anos y hermanas. Ella es la cuarta. Emilia fue una chica sana, alegre, ifiosa. Recuerda su infancia, apegada a sus mufiecas, a su abuela, a sus manas. Extrafia a su familia pero dice: “sé que tengo que hacer algo aca, no. loy segura qué, pero siento que lo que busco est4 aca”. Se anoté en Bellas es porque siempre le gust6, pero no esté segura de su eleccién, cosa que le gustia y le impide avanzar en el estudio. El primer episodio que recuerda fue a § 11 afios, también durante las vacaciones familiares, con miedo a la ‘enfermedad y a la muerte (después de la muerte de un Pariente del papa). Teme volver a sentirse mal, y busca “una Psicologa que la contenga”. Momento |: De un mundo de mufiecas... a un trazado sin bordes... “Creo que hasta sexto grado, vivi sin darme cuenta de nada -dice en la Primera entrevista- creo que supe que habia relaciones sexuales a los 14,0 alos 13, y a los 14 me indispuse...Es como si nunca hubiera pensado en nada...y de tepente todo... Yo siempre con mis mufiecas.” Su dibujo libre es un bello pero a la vez inquietante esbozo de rostro de mujer: cabellos, ojos, nariz boca, cuello, pero sin contorno del rostro. Hace el siguiente comentario: “siempre me gusté dibujar, pero Ultimamente se me dio mas...pasé de dibujar duendecitos y nenitas a ésto...un rostro de mujer. Por lo general los dibujo asi, incompletos...nunca completo... es como que siento que no tengo que completarlo”. Diré luego en una de las primeras sesiones, a propésito de sus estudios. “Lo de la carrera no lo quiero tocar...por un lado me gustaria ya “ser” definida...pero por otro, me gusta estar asi, sin elegir....no estar ya decidida.”. 43 Poco tiempo después, comenta que le hizo y envid, para el cumpleafos de la mama, una mufiequita (habia hecho y regalado antes otras, a gente querida por ella). Y afiade que le conté acerca de sus dudas de la carrera. “Tal vez le estoy diciendo que todavia soy un poco nena”. Recuerda cuanto le gustaba leer, de chica, historias, “como refugio, cada noche”. Y agrega: “los libros infantiles me tranquilizaban....pero otros te inquietan’. De a poco van surgiendo recuerdos de temores en la infancia: de su necesidad de quedarse despierta, vigilante, frente a peligros que podian venir de afuera (vivian en una casa que le daba sensaciédn de inseguridad), y que, entonces, se construia una muralla de mufiecas, como proteccién. O en los Primeros afios de la pubertad: “lefa y me volvia un poco como la protagonista, y me olvidaba de mis angustias”. Desde un primer momento, Emilia va desplegando -dando muestras de inteligencia y de una sensibilidad exacerbada- un espacio mental donde los recuerdos infantiles, algunos cargados de una tonalidad tranquilizadora, revelan Poseer también un aspecto inquietante-excitante. Y ambos, con una fuerte Presencia (son en realidad, imagenes muy vividas): tanto los recuerdos dorados de juegos en la casa de su abuela, figura para ella entrafiable, compartidos con sus hermanas y hermano menor, y de libros de cuentos, como ciertos recuerdos confusos y estremecedores acerca de una casa insegura y una mama también temerosa (que fueron surgiendo en el andlisis, muchas veces por asociaciones de los suefios). En la etapa infantil, los reaseguros parecen haber funcionado. Ante la inupeién puberal, al parecer, no hubo reaseguro posible, ni posibilidad de construir nuevos modos de darle cauce. Momento Il: Entre suefio y realidad 44 De las imagenes angustiosas de peliculas con personajes asesinos, Emilia pas6 raépidamente a traer suefios a las sesiones. Generalmente de contenido angustioso, por lo violentos: ataque, persecucién, burla, accidentes, riesgos de muerte. El juego de asociaciones permitia inferir una vivencia profunda de indefensién, y una posicién pasiva. Tres meses después trae el suefio siguiente: “Yo era otra persona, morocha, con rulos y andaba en un globo aéreo... Era toda una trama de misterio, de asesinato... era todo en la antigliedad... Habja una, una rubia, la mala. Y habia también un hombre, que era el culpable, que no nos. dejaba hablar’. Asocia que la rubia y la morocha, las dos, la hacen pensar en ella. Cuando era la morocha, era segura, se enfrentaba sin miedo. Pero también era ella la mala...como separadas y (tal vez Por eso: lo propio vivido como. ajeno) todo se daba en una trama de misterio. (En estos meses comenzé a salir con un muchacho, consiguié trabajo- cuidar chicos, lo que reactivé antes de empezar sus temores “asesinos’- se anoté en el CBC para una carrera humanista, aunque con dudas). Dice: “Anoche me queria preguntar en voz alta qué quiero, quién era yo... y no me queria escuchar...no quiero contestar esa pregunta’. Comienza a sucederle, a menudo la sensacién de “despertarse dentro del suefio”, con la angustia de quedar atrapada en él, y a morirse. Se despierta angustiada, y este estado persiste durante la vigilia. Como sucedia con los recuerdos-imagenes de infancia, aparecia apegada (esta era una lectura posible) a todo aquello que estuviera mas cerca del principio del placer que a las exigencias de la realidad: el no poder despertarse podia ser asi interpretado. Pero era posible también otra lectura. Estos eran en general, Suefios de angustia, mas cerca del trauma que de la gratificacién. 3Se trataba entonces solamente de una no aceptacién de la renuncia a lo infantil, quedandose adherida al suefio? Mucho habia de esto, y asi fue trabajado, pero también podia 45 Pensarse que ese plus de excitacién, expresado como angustia,; parecia buscar “fijarse” en objetos, que dada la cualidad del afecto, eran, necesariamente, terrorificos. Se trataba, entonces, de imaginarizar, darle alguna forma a lo difuso, algin nombre a lo innombrable. Darle alguna cualidad a aquello que, de lo contrario, era slo monto de angustia. Algo que fue adquiriendo mayor fuerza en periodos sucesivos, * Momento III: Titulos y nombres para la angustia En un comienzo, era frecuente la alusién a imagenes de peliculas: de Martes 13 a Atraccién fatal, de Problemas de familia a El silencio de los inocentes y a Gorilas en la niebla. Dice un dia: “Me Pasa con las peliculas que si son de terror, me dan miedo. Y si son felices, alivio. 2Por qué mierda necesito ese mundo itreal? Si el mio, el real, es mejor’. Trae por esa época el siguiente suefo: “Habla estantes con muchas Mufiecas, fbamos con mis hermanas mirando distintas estanterias. Cada una significaba un posible destino para nosotras. Mi hermana X iba diciendo: nos podria haber pasado esto, o esto. Lo que mas me impresiond, que las Mufiecas eran grotescas, con pestafias negras y ojos sin vida". Al pedirle asociaciones, dice: “Lio relaciono con mi historia -dice- bebés perdidos. ? Cuando mama nos contd, chocé mucho en todos. Yo entonces me imaginaba cémo hubiera sido el primer embarazo, cémo hubiera sido mi primer hermano, que con él me hubiera llevado bien (no se lleva bien con el mayor). Y llegué al punto de sentirlo, sentir que estaba ahi... que lo llevaba en la bicicleta. Fue chocante que mama lo haya contado, sin muchas Preguntas”. Agreg: de chicos diabdlicos y angolicales a la vez. Cuando me enteré (en este momento Para un trabajo, estamos leyendo cuentos de misterio: apariciones ® Se refiere a que su mama perdié el primer embarazo, y luege un bebé a térming (que hubiera sido un Cuarto hijo, en cambio asi, ella es la cuarta), meliize de la hermana que la antecede. Recién fueron informados cuando Emilia estaba en la secundaria. 46 }bu hermana esté embarazada) que el bebé de X es para abril, me acordé de una cancidn de Baglieto, y tuve miedo”. Mas © menos un mes después, dice: “Hablé con mama acerca de los Personajes”... A propésito de ciertos recuerdos, surgidos por asociaciones frente a algunos suefios de angustia, habian surgido datos de la historia infantil, de caracter traumatico (opuestos a los recuerdos felices de su mundo de mufiecas): telatos de su mama, donde ella y la muchacha que los cuidaba aparecian asegurando las puertas, nunca seguras, en ausencia del padre, porque una vez alguien intenté entrar. De modo que ahora quiso averiguar mas, y la madre le cuenta: de un tio abuelo sordomudo (que ella no conocid) que cuando su madre tenia 10 a afios la corrié con un cushillo, y que acabé por suicidarse. De un Pariente lejano, esquizofrénico, que murié en un hospicio. De un chico que sus abuelos recogieron y cuidaron desde los 6 afios, que luego fue internado por brote psicético y que se escapé y Se aparecié en la casa, siendo ellos muy chiquitos. Que por eso, porque su mamd lo consideraba peligroso, cerraban las puertas. Y afiade: “Siento que fue una constante: inseguridad de las puertas y que papa no estuviera (viajaba por actividad laboral).Y me acuerdo también cuando las Monjas me contaban del demonio, me mostraban figuras”, Coincidiendo después de esta sesién con que su novio le dijo que “queria cortar’, me llama, con una nueva crisis de angustia. En la sesién siguiente, recuerda que después de la cri de vacaciones que dio lugar a que en ese afio hiciera la consulta, le habfan tirado las cartas: “lo que destapé la olla: salieron las cartas del diablo, y de la muerte”. Asocia muerte con cambio. Dice “anoche (después de llamarme) por primera vez senti que lo que estaba mal estaba dentro mio, no afuera”. Destacamos aqui dos elementos: por un lado, la construccién-reconstruccién de hechos vividos o escuchados de la historia infantil, doblemente traumaticos en uanto incidieron en épocas tempranas, y por lo tanto con menor posibilidad de ser procesados (y donde las figuras adultas Parecen no haber sido aseguradoras). 47 Por otro, cierto déficit en la construccidn de la tépica, puesto en evidencia ante el embate puberal: “al destapar la olla aparecieron la muerte y el demonio”, dice al recordar aquella época, Con respecto a esto Ultimo es necesario-destacar que aquello que marcaba la cualidad del déficit, no era tanto el contenido simbédlico (en este caso “muerte” o “demonio”) sino la fuerza presencial de las imagenes, alinque no tuvieran cardcter de alucinacién. Momento IV: De! lugar (o niveles) de la fantasia Comenta, a propdsito de una asociacién de un suefo: “un lugar para uno solo...como ese mundo que yo me inventaba...y eso si que era una tranca que cerraba...” “Me gustaba leer, ahora entiendo por qué...un mundo personal, tan vivo como la realidad”... Cuando en una oportunidad vuelve por vacaciones a la casa de su familia, dice “esas piezas no me contienen, lo mismo que cuando era chica, pero entonces tenia mis mufiecas.” O un dia, cuando recibe una encomienda de regalo: “demoré en abrirla...como para disfrutar eso de la fantasfa...me llena més...que no se acabe”. Y en un suefio: “ yo era como una medusa, 0 agua viva, que salian filamentos...como una silueta blanca, y salian esos filamentos, pero a la vez se pegaban a mi...y me ardia”. Lo relaciona con “la idea de mi...lo que sale de mi: suefios, recuerdos, miedo, como si me ardiera”. Trae comentarios como: mas tarde - “Anache, en realidad me di cuenta que las peliculas de asesinatos que tanto me asustaban, creo que lo que me asustaba era que habia sexo... que por el hecho de haberse acostado, les pasaban cosas”. - “Estoy haciendo un trabajo sobre literatura infantil...fue un poco una desilusion ver la connotacién sexual, por ejemplo, de Caperucita”. 48 - “Esos libros (se refiere a un trabajo que tuvo que hacer), que me molestaban (la habian movilizado) senti que los necesitaba, y esa forma que buseaba, como si todavia no hubiera encontrado la forma....todavia, y me dio ganas de empezar a trabajarlos, hablar de mis cosas de otra manera, como algo nuevo que se descubre....asi como en otra época tuvieron forma de peliculas agresivas...como en las metaforas, poder ver lo cotidiano de otra manera... La referencia a “el lugar de la fantasia” del subtitulo, alude al valor instrumental que ésta ha tenido en Emilia, permitiendo inferir una Progresion- complejizacién en los niveles de produccion: de tantasias “prestadas” de libros y peliculas, a suefios. De suefios de angustia, insistentes y que se correspondian con una etapa de conducta ansiosa (recurrencia a la comida y/o la masturbacién Para calmarse, que no hacia sino exacerbar el estado de ansiedad), a suefios, de naturaleza mas neurdtica, cuyas asociaciones permitian acceder a deseos y afectos que podian entonces entrar en circulacién: ambivalencia frente al hombre y la posicién femenina; deseos e intentos de seduccién, vivenciados como intensamente culposos; fantasias homosexuales; ambivalencia frente a las imagenes -contrapuestas- de mujer: la madre y la otra “4, la nena y la adulta a la que temia dejar lugar; fantasias edipicas, y, en otro nivel, rondando la fantasia de abuso sexual. Estos momentos o niveles de mayor estructuracién, coexistian con otros, (aunque breves, intensos) donde experimentaba fuertes ansiedades, Asi, dice en uno de estos episodios: “Sigo viendo mi interior violento, horrible, y entonces no lo voy a poder sacar, sino querer taparlo. Lo sigo identificando con aquellas escenas de peliculas de muertes, asesinatos, violaciones, ¥ esos fantasmas confunden...cuando estoy con otro, como si dijera...mira lo que pasa si me tocds”.> , en otra oportunidad, dice refirigndose al andlisis: “Yo sé que me ** Un dato relevante de su historia lo constituia una gran crisis familiar por infidelidad paterna * Este relato proviene de una época donde tras haberse separado de su novio, salia con otros chicos. 49 sitve... pero por momentos me da miedo...miedo a que lo que saque, salga de manera incontrolable....” Momento V: Los bordes dejan cosas fuera del trazado “Siento cosas que se estan definiendo (facultad, futtiro, compromiso con las situaciones)...y no me gusta, por esa sensacién de incapacidad...como si hubiera estado en un compas de espera, y se me viene todo encima... Como si todo estuviera ligado: lo sexual, la Facultad, aca, y el cambio es dejar de ser una nena con problemas a una mujer que resuelve...y en ese cambio, a los tres niveles, siento la pérdida afectiva de mis viejos...como si estuviera haciendo algo mal. Por qué no puedo cambiar esa imagen que tengo? capaz, pensé, que la Unica forma de contacto con mi viejo era eso, lo infantil, y la de mi mama también. “Ayer miraba mi pieza, y me angustiaba que tenia que dejarlo (al departamento), si me recibo...pensé que no lo queria perder, como si estuviera cémoda, como si no estuviera preparada...Y mas adelante: “Sofié con el patio de mi abuela...pero yo de grande, y el patio, lleno de malezas, como cuando uno vé algo de cuando era chico, y lo vé mas chico”. Lo relaciona con el posicionarse de otra manera frente a la realidad. Poco después: “Sofé que se moria mi abuela, pero no era como una muerte fisica, sino como un cambio, ponerla en otro lugar... por ahi, el que se moria era el patio” (el patio, una imagen cargada de significacion por lo afiorada). Dice después, refiriéndose a un problema con un amigo: “Asi como murié el patio, estoy tomando una posicién distinta en relacién con otro”. ... Y en la misma sesid1 “me siento rara, me escribié mama, y ya no siento como antes que la extrano”... En otra sesion, después de relatar un suefio de contacto sexual con el padre, dice: “No me asusta lo sexual del suefio, sino lo real del sexo”. Introducimos aqui sdlo un comentario, porque mas adelante -a propdsito de la presentacién de su produccién frente al Rorschach- sera retomado el caso.”° A * E1 caso de Emilia serd retomado en la Tercera Parte, donde incluye el trabajo con sus respuestas al 50 medida que el trabajo de andlisis -y las exigencias de la realidad- le permitia ir delineando algunos aspectos de su vida, iba surgiendo otro tipo de angustia, en relacion a la pérdida de idealizaciones y fantasmas de infancia de los que ya no obtenia alivio, aunque por periodos recurrid activamente en su bUsqueda: por ejemplo, la relectura de ciertos libros; o el ver repetidamente cierto tipo de Peliculas que, aunque nuevas, la retrotraian a. personajes de un magico e inquietante mundo perdido. Se imponia ahora un trabajo psiquico diferente, que incluia -y esto provocaba intensa Angustia- la apertura a lo nuevo y el dolor frente alas limitaciones. Otro momento: De la imagen... ala palabra escrita Mas adelante, ya avanzada en la carrera universitaria, a propésito de su dificultad para ponerse a hacer trabajos escritos, trae los siguientes comentarios: - La escritura, un momento terrible. Pero, una vez que me pongo, me gusta (...) Siento que repito... (se refiere a repetir lo recibido).....Hay todo un movimiento mio, de fantasia, que no quiere Producir. - Yun tiempo después: “Para mi, la escritura es algo fuerte: de placer, pero también situacién de: mierda...Todavia siento que tomo demasiado prestado. De alguna manera, placer en que siento que lo que construyo es mio, pero no soy yo la que lo genero, como un bastén, como una estructura en la que me sostengo. Todavia no tengo para hacer una elaboracién més libre”. 3. Comentarios acerca de! material: Algo fue delinedndose, en un movimiento que puede ser inferido a través de ste recorte del material; en un comienzo, la expresién no mitigada de la pulsién Rorschach, 51 ial, buscé ligarse -a través de imagenes fuertemente cargadas- como unica ibilidad de cualificar lo tanatico de la pura cantidad. Partimos entonces de la esis de la existencia inicial de un plus de excitacién no ligada ni ligable. Pero estas imagenes que ‘le prestaron” la posibilidad de ligadura, dada su a carga excitatoria, la parasitaban. Es decir, insistlan en aparecer, sin ibilidad de circulacién, sin encontrar otras vias de derivacién posible. Una primera posibilidad de desplazamiento, con escasa veladura de lo umatico en los inicios, puede inferirse de los suefios de angustia. En un lento corrido, fueron apareciendo otro tipo de suefies, tipicamente neuréticos, que lunciaban nuevas maneras -mds alejadas de lo traumatico- de expresion de la xualidad, y de la ambivalencia frente a lo infantil. En este periodo, no obstante, ipre el trabajo de elaboracién (ya fuera en las sesiones 0 en las ac idades rales 0 académicas) suponfa un matiz de sufrimiento. Tal vez sefialando que cambio producido era sélo en cierto nivel; el otro, subsistia, dando lugar a lodos, aunque mas breves, de ansiedad intensa, confiriéndole entonces ‘ cteristicas de cierta inestabilidad. Tanto el material de los suefios, como la busqueda de formas de expresién y luccién literaria, comenzaron a mostrar cierta posibilidad de velamiento -no tente en los comienzos- que anunciaban cierto cambio en los procesos de itacién psiquica, como pasaje a otro nivel de expresién simbdlica. Dejamos en este punto el comentario del caso, en tanto serd retomado en la cera Parte. 52. : ll La reflexién sobre la praxis Los interrogantes como primer paso de la elaboracion: Mas adelante, al ubicar el trabajo psiquico del proceso de simbolizar, podremos contextualizar tedricamente el material presentado. Por ahora sdlo queremos destacar, en un cuadro a predominio neurético, ciertos aspectos fallidos en los procesos de estructuracién tépica. La existencia de niveles diferentes en dicha estructuraci6n, planted justamente la posibilidad de inferir el recorrido -en busca de su tramitacién- de aquellos aspectos pertenecientes a corrientes mas primarias de la vida psiquica. EI titulo elegido para la presentacién del material, supone una manera de contextualizar desde la teoria, los observables en la clinica: Emilia o tantasmas para la desmesura. Se trata de considerar cémo se juega el destino de lo pulsional. En ella prevalecia la busqueda de figurabilidad: como intento de darle forma y contenido (cualidad) a la cantidad; de darle contenidos al exceso. El trabajo analitico se orienté a posibilitar otras maneras, distintas y propias (en el sentido de apropiacion) de representacién psiquica. En su caso, se trataba de que pudieran ser pensables -en el sentido sefalado por Piera Aulagnier- como Precondici6n para aeceder a lo decible. Si bien lo observable era una produccién fantasmatica intensa, consideramos que ésta era resultado de su bisqueda constante (en libros, relatos, peliculas) de encontrar “guidn” y representacidn a lo irrepresentable. Algunes interrogantes pueden plantearse a partir del material, a fin de ir delineando la investigacion: conocer el estatuto metapsicolégico de las modificaciones observadas y sus consecuencias para la clinica, asi como considerar la posibilidad de ser inferidas en otro tipo de produccién. Podrian sintetizarse asi: 33 - 1) En la tematica del pasaje de un sistema a otro, ~podriamos hablar de simbolizaciones “primitivas” (mas ligadas a la metonimia), diferentes de la _ simbolizacién mas lograda, © simbolizacién en sentido estricto, mas ligada a lo metaforico? ¢ podria pensarse en el sentido de P. Aulagnier, de fantasias que aunan imagen de palabra a la imagen de cosa, todavia en los bordes del proceso primario, como una franja intermedia, anterior a la apropiacién del discurso y la ldgica de la significacién secundaria? 2) .Puede conceptualizarse el pasaje al Prec. y la posibilidad de insight como un recorrido en busca de metabolizacion, que supone la instalacién de algo nuevo, cercano a la nocién de neogénesis? 3) Con respecto a la angustia: si en el caso del sintoma, el desplazamiento del afecto a otra representacién no logra mitigarla, y en el caso del trastorno, se caracteriza por la energ/a libre que no consigue ligarse gqué podemos decir, en cambio, en un proceso de simbolizacién diferente? glogra aquella constituirse en motor de desarrollo psiquico? En el caso presentado, la angustia tenia en el comienzo un cardcter cercano a la angustia automatica, inherente a una cualificacién no del todo lograda, es decir, a exceso de cantidades no ligadas. En el movimiento posterior, comenzé a ser posible la diferenciacion hacia el afecto cualitativamente coloreado. Tal vez se podria utilizar -en un sentido extendido, ya que él lo afirma al referirse a la angustia de castracién- la idea de Laplanche de “sucesién de niveles, tentativas de simbolizacién de una imisma angustia que seguiria siendo la misma’?" # Laplanche, J. (1988) Castracién. Simbolizaciones Buenos Aires , Amorrorty Pag. 171 En la linea de estos interrogantes iniciamos la indagacién tedrica de la junda Parte, en tomo a los siguientes ejes: representacién; cualificacién del to; trabajo simbolizante; niveles de simbolizacion. SEGUNDA PARTE LA INDAGACION TEORICA SS: Io 1 EL CAMPO GENERAL DE LA REPRESENTACION “Lo insensato ha fomado forma” J. B. Pontalis (Entre el suefio y el dolor) “Cuando yo empleo una palabra -insistié Tentetiesa en tono desdefoso- significa lo que yo quiero que signifique jni mas ni menos! -la cuestién estd en saber -objetd Alicia- si usted puede conseguir que jas palabras signifiquen tantas cosas diferentes” L. Carroll (Alicia en el pais de las maravilias. A través del espejo y la que Alicia encontré alli) 1. En contextos tedricos no psicoanaliticos Antes de referimos a la representacion dentro del marco del psicoanilisis -para desde alli abordar el trabajo de simbolizacién- nos ocuparemos de su conceptualizacién desde dos enfoques tedricos diferentes; uno proviene de la Psicologia, y otro de la Filosofia. Ambos se ocupan de la representacién en el orden de la conciencia. En cuanto al primero, tendremos en cuenta aportes de la Psicologia Cognitiva; en cuanto al segundo, dentro de la corriente fenomenoldgica, revisaremos conceptos de la propuesta de Sartre. Partimos de este abordaje a fin de ir delineando la tematica de nuestra investigaci6n. Como veremos, los dos enfoques dan la oportunidad de acercamos, si bien todavia desde un punto de vista fenoménico-descriptivo, a un aspecto central de la representacién: la diferencia y articulacién entre imagen y a7 concepto. Ambas teorias se ocupan de los dos aspectos, pero subrayan el valor de la imagen: por su posibilidad de creacién, por la impronta de lo afectivo. Recurriremos luego a conceptos de la Lingijistica para ocuparnos de la palabra como signo. Desde alli, y en orden a la relacién lenguaje-pensamiento volveremos a otro representante de la corriente fenomenoldgica: Merlau Ponty. Finalmente, el enfoque triddico de Pearce pemmitira “ubicar la palabra como simbolo desde una clasificacién semiolégica mas rigurosa. 1.1. El lugar acordado a la imagen: Consideremos en primer término Ja contribucién de fa Psicologia Cognitiva. Esta Escuela, que alcanza su desarrollo desde fines de la década de 1940, como alternativa frente las vertientes fisiolégicas y conductistas, otorga un lugar destacado a la investigacién de la representacién mental. Distintos autores parten de la premisa que, a los fines de su investigacién por la ciencia, la actividad cognitiva del hombre debe ser descripta en funcién de simbolos, esquemas, imagenes, ideas y otras formas de representacién mental (Gardner, 1987). Al estar intimamente ligada al desarrollo de la Informatica, la Psicologia Cognitiva busca modos de acercarse al conocimiento de la representacién, diferentes del método introspectivo de los comienzos de la Psicologia del siglo XIX. Sin embargo los psicdlogos cognitivos no presentan una respuesta coincidente a la pregunta de como nos representamos el mundo. Podriamos decir que, respecto a las representaciones mentales, mas alla de las diferencias individuales, los distintos autores se presentan alineados en dos enfoques: - Uno de ellos es la llamada teorfa dualista, que diferencia entre imagenes mentales y representaciones proposicionales abstractas, concediendo a ambas el rango de constructo cientifico, con propiedades funcionales especificas y distintas. 58 - El otro enfoque, el de las teorias proposicionales niega a la imagen la entidad de constructo y considera que toda representacién mental puede ser concebida en términos de proposiciones. Es decir, admite un solo formato, de cardcter abstracto, que considera idéneo para expresar toda estructura de conocimiento, estableciendo un isomorfismo entre el sistema formal légico y las representaciones intemas. Teniendo en cuenta la tematica de la tesis, es el enfoque dualista -al rescatar ambos valores, el de contenido y de procesamiento- el que resulta mas pertinente para nuestra investigacién. Esta corriente dualista destaca las siguientes caracteristicas de la imagen mental (no limitada a la modalidad visual): -Su incidencia en el pensamiento creative, constituyendo un formato representacional decisivo para algunos pracesos de resolucién de problemas (de Vega,1984). Se enfatiza su cardcter dindmico, flexible, caracteristico del pensamiento analdgico, que puede enriquecer los procesos del pensamiento abstracto. - La similitud funcional con la percepcién: distinto al cardcter semdntico y abstracto de las representaciones proposicionales. El formato de la imagen mental es analégico: presenta semejanza formal con el objeto que representa. Pero con una caracteristica: la de ser guiado conceptualmente, y poder ser transformade dentro del sistema mental, por una modalidad de simulacién también analdgica. - Su implicancia en el procesamiento de informacién concreta, sin agotarse en ella, en tanto incide en todos los procesos de pensamiento (Paivio,1977).° - La interconeccién entre ambos sistemas de representacién: “Cuando un sujeto recibe estimulos verbales, éstos pueden ser codificados simultaneamente como imagenes y como palabras. A su vez los estimulos pictoricos también pueden codificarse de modo redundante en las dos modalidades”, * Citado por de Vega, M. (1995) En introduecién a fa Psicofogia Cognitiva Madrid. Alianza editorial * de Vega, M. (1995) Introduccién a la psicologia Cognitiva. Madrid Alianza Editorial. Pig.222 eed Resumiendo, el rédito de este enfoque para nosotros consiste en que, al ocuparse de la representacién, considera sus dos aspectos: el de su Procesamiento y el de su contenido. Esto implica tener en cuenta la imagen mental, su incidencia en los modos del conocer, su relacién con la percepcién por un lado y con el concepto por otro. Resulta interesante destacar en tal sentido, la | permeabilidad de la imagen a la informacién semantica. Un abordaje diferente al de la Psicologia Cognitiva, y que proviene de la Filosofia se ocupa también de la imagen en el nivel de la conciencia: la ‘propuesta de Sartre. Esta propuesta fenomenoldgica, que se ubica en los bordes de la Psicologia de la conciencia y la percepcién al indagar el conocimiento humano, nos permite volver a destacar un aspecto referido a la representacidn: la imagen mental, y su relacién con la palabra. Es en ese sentido -y no en el de rastrear la teorfa fenomenoldgica- que nos ocuparemos de su propuesta. Sartre subraya el rol de la imagen mental como una de las maneras de Frelacién con el objeto, de la cual podemos tener conocimiento por un acto de segundo grado de reflexidn acerca de la misma: una fenomenologia de la imagen. @ presenta aqui una de las diferencias fundamentales con el enfoque anterior: la itica a todo esfuerzo de la Psicologia por la utilizacién de métodos de evaluacién objetiva de los fendmenos psiquicos. Define la imagen mental como una conciencia (conciencia imaginante) “una fterminada manera que tiene la conciencia de darse un objeto (...) una relacion la conciencia con el objeto”. Tiene -dice- caracteristicas que la definen como iferente al objeto, pero en intima relacién con él: la atencién se dirige al objeto ro, a diferencia de la percepcidn, se encuentra en ella presentificado; mparada con aquélla, la especificidad de la imagen esta dada porque el objeto ausencia o inexistencia~ no esta ahi, y porque su produccién supone un roceso activo que implica creatividad: la espontaneidad, que produce y conserva Sartre, J. P. (1964) Lo imaginario Buenos Aires. Losada Cap. | Pag. 17 60 | objeto en imagen. La contrapone asi a la conciencia perceptiva, que apareceria mo pasividad (afirmacién que pondremos en cuestién mas adelante). La imagen mental, que es una representacién subjetiva tiene -dice Sartre- racteristicas comunes con otros tipos de representaciones: los cuadros, los ibujos. Alude (re-presenta) como ellas a un objeto ausente con el cual tiene una lacién analégica, pero difiere por su materia, en tanto que es mental. A Menciona ademas otra posibilidad de representacién: la que llama tipos intermedios, en cuanto presentan a la vez materiales concretos y psiquicos; pone como ejemplo el “ver rostros en la llama o en los arabescos de un tapiz”. letomaremos este punto en la Tercera Parte, en referencia al trabajo psiquico que el Rorschach pone en marcha). t En cuanto a la relacién entre imagen y concepto, hay en la imagen - sostiene- una relacién con el conocimiento que le es intrinseca: sdlo se representa aquello que se sabe. A diferencia del conocimiento, que puede existir sin ella, la imagen no podria existir sin un saber que la constituye. Sartre diferencia entre: fa imagen como analogon y la palabra como signo. La primera como representante analdgico del objeto (parecida 0 semejante al mismo); la segunda en tanto trata de alcanzar el objeto, pero a través de una felacin extema: su materia es indiferente a la del objeto significado. Ambas remiten a un objeto que no esta en ellas, pero difieren en su materialidad. Ahora bien, cuando el signo se une al objeto en la imagen, se integra con el analogon, que es siempre analogon afectivo. Se trata de una unidad indisoluble donde, a iferencia del objeto percibido, la imagen se da como un todo, con las caracteristicas de sincretismo del objeto afectivo. Ese saber acerca del objeto en la imagen -saber imaginante- implicard cierta degradacién de! saber, en el sentido que no busca establecer relaciones, que seria lo propio del saber puro, conceptual (que no implica afecto ni imagen). Al articular percepcién, imagen y concepto, Sartre va presentando sus modos de relacién en diferentes tipos de representacién; sdlo nos ocuparemos aqui de dos de ellos, atinentes en cierta forma a nuestro tema: 61 - el paso del signo a la imagen en los dibujos esquematicos: alli, el saber acerca de algo, permite reconocer -en unos pocos trazos- una figura determinada: “basta con un rudimento de representacién para que todo el saber se aplaste ahi, dando asf una especie de profundidad a esta figura plana”.*' - el ver caras en la llama, manchas en las Paredes, rocas con forma humana: desde el punto de vista representativo no estén las propiedades anteriores (algo insinuado a través de trazos). Aqui es ef saber el que crea la imagen (en el otro caso, el saber mas bien la guiaba). “La imagen se d, como un puro fantasma, como un juego que se realiza por medio de apariencias”. * Implica en el sujeto conciencia de esta libertad de representacién. A partir de estos casos especiales de Percepcién, concepttia la imagen mental como poseedora de algunos de esos atributos, Pero con algo que la define especificamente. En las situaciones citadas era el saber acerca del objeto el que permitia la formacién de la imagen a partir de cierta materialidad, no existiendo otal analogia, sino solamente cierto soporte para establecerla. En ellos, cuanto menor era @l soporte, mayor era la actividad esponténea de la conciencia imaginante. En el caso de la imagen mental, en cambio, es fundamental esa sondicién de ser analogon del objeto, y su materi: lidad es otra: se trata de un sontenido mental. Al reconocer en ella elementos ideativos y esta caracteristica de Producir su objeto, Sartre va a sostener que la imagen cumple siempre una funcidn simbdlica, uncién que le pertenece por su misma naturaleza. Fundamenta tal aserto en que a imagen presentifica un objeto, que esta ausente. Signo y simbolo remiten imbos a algo ausente, pero de diferente modo. Pensar en imagenes es resentificar el objeto ausente. éPor qué detenernos en tales conceptos? Porque si bien no son suficientes ara una interpretacién dindmica -que reconoce la actividad psiquica motorizada Sartre, P. (1997) Le imaginario. Buenos Aires. Losada, Pag. 47 "idem. Pag. 55 62 por mociones inconcientes- algunos de ellos resultan validos para el nivel descriptivo. En la Tercera Parte, trabajaremos con las respuestas al Rorschach. Como en la actividad de representacién de los ejemplos de figuras en manchas de la pared o en las llamas, alli también se parte del concepto de actividad creativa, a partir de una realidad que interviene sdlo como soporte perceptual; da lugar, como en éstas, a una creacién de imagenes, ligadas a un saber. Podriamos afiadir: frente a los casos mencionados -ya sea cuando el soporte perceptual se Prestaba a completar o a ver formas- ese saber previo provocaba la representacién, porque habia algo que hacia signo, mejor dicho: existia Previamente en calidad de tal. Hemos considerado hasta aqui, en dos teorias provenientes de distintas disciplinas cientificas, la articulacién entre imagen y palabra, subrayando el valor que en ambas poseia la imagen como aporte al pensamiento creativo. Ello permite, como dijimos, ir delineando el campo -atin dentro de lo descriptivo- donde se encuadran las producciones elegidas para el andlisis. Dichas preducciones presentan -como obstdculo, 0 como posibilidad de tramitacién simbdlica- la impronta de la imagen, ya sea en la produccién espontanea de las sesiones (juego, suefios, atraccién por relatos literarios y peliculas), o en el material proyectivo solicitado (contenidos de las respuestas al Rorschach). Dicha impronta aporta, justamente, el sello de lo singular. En ocasiones esta impronta de la imagen opera -decimos entonces que hace obstaculo- a la manera de aquello que obtura y cierra: esto significa que deba ser ubicada en todos los casos de manera andloga? seria equiparable sin mas a una funcién defensiva que sélo molesta, engafia o perturba? go puede vehiculizar otros modos de circulacién psiquica? En las teorias consideradas, y en la linea de estos interrogantes, hicimos especial hincapié en el lugar otorgado a la imagen en su articulacién con la palabra. Para ocupamos un poco mas del otro de los términos -la palabra como Signo- recurriremos a conceptos de la Lingtistica. 63 1.2 La palabra como signo lingiistico: Si se considera primeramente e/ signo en un sentido general, es importante destacar que -en cuanto perteneciente al campo de la significacién- parte de un saber que esta en el sujeto. Como se dijo antes, si algo constituye un signo para alguien -si Je hace signo- es porque conoce tal significacién: el signo supone y fecoge un conocimiento ya adquiride. “El signo marea Ja presencia (...) de la actividad representativa del sujeto: es requerido por el cardcter limitado del presente en comparacién con el mundo en general de! sujeto”. 2 En este sentido general, encontramos a veces utilizado el término signo para designar un acontecimiento u objeto que remite o sugiere otro (podria decirse: un signo natural; veremos luego cémo podria ser ubicado tal signo dentro de una clasificacién mas rigurosa). En el sentido particular de signo del lenguaje se agrega la especificidad de ser un signo arbitrario, propio del uso colectivo. En relacién a esta caracteristica, Piaget (1947) distinguia entre simbolo por un lado, y signo del lenguaje por otro, como los polos individual y social, respectivamente, de elaboracién de | significaciones. Desde otro contexto, Castoriadis (1975) marcara lo caracteristico del lenguaje como creacién del imaginario social. La Lingiistica ubica la palabra como signo. Algunos conceptos de esta Ciencia alcanzaron relevancia en Psicoandlisis especialmente a partir de los desarrollos de Lacan. Como sabemos, trabajé a partir de las nociones de significante y significado de Saussure, de los conceptos de metafora y metonimia aplicados al trabajo del suefio por Jakobson (si bien dandole a estos ultimos una ubicacién diferente), y consideré la palabra como simbolo. Aun fuera del marco lacaniano -esos conceptos y los de otros lingilistas- constituyen elementos importantes para pensar aspectos de lo psiquico. Teniendo en cuenta nuestro tema - el trabajo de simbolizacién- haremos una breve sintesis. Partiremos de los conceptos de arbitrariedad y valor del signo Juranville, A. (1992) Lacan y Ja flosofia, Buenos Aires. Nueva Visién. Pag. 37 radical que lo convencional 64 lingiistico, y del lenguaje como perteneciente al orden del. sentido (Saussure,1915). Ello nos permitira establecer las relaciones. entre lenguaje y pensamiento. Un punto fundamental de la teoria estructural saussuriana es que al ocuparse de la lingiistica -en la que va a diferenciar lengua y habla- lo hace desde la perspectiva de lo mental. Al reemplazar el nombre por la imagen actistica, y la cosa por el concepto (los denominara mas tarde significante y significado), quedan delimitados -cambio fundamental: para la lingiistica y fuente de investigacién para las disciplinas que se ocupan del hombre- el campo del lenguaje y el del mundo externo. Destacé en su teoria ésas y otras antinomias. que caracterizan el lenguaje, siempre en interaccién reciproca: lengua y habla; lo individual y lo social; sonido y sentido; paradigmatico y sintagmatico; sincronia y diacronia. En la articulacién de los términos de esos distintos ejes, encuentran su fundamento dos caracteristicas -solidarias entre si- del signo de! lenguaje: la arbitrariedad y la nocién de valor. El signo lingdistico, definido como la relacién entre significante y significado, © sea, como la relacién entre dos entidades mentales (la imagen acustica, y el concepto), es arbitrario. Dicha arbitrariedad implica, para Saussure algo mas la nomenclatura: alcanza ademas las _ significaciones, es: decir es arbitrario en cuanto a significante y en cuanto a ‘significado, lo cual fundamenta que cada lengua tenga sistemas diferentes. Es importante subrayar -si bien no fue asi en sus primeras postulaciones- que para Saussure el signo lingiiistico no es simbolo: en tanto el signo es arbitrario, en el simbolo -dira- siempre va a subsistir algo del vinculo natural entre significante y significado. Lo especifico del lenguaje es que no tiene fundamento en ningun tipo de relacién natural de las cosas; carece de analogia. A diferencia de la imagen, la caracteristica del signo lingiistico es su arbitrariedad. Aquello que se destaca, en el campo de la lingilistica, como distintivo en el hombre es, justamente, la facultad de constituir una lengua o sistema de signos. Ese sistema que constituye la lengua, es recibido por el individuo; a él le 65 Pertenece el acto individual del habla. Pero para la ciencia lingiistica, ésta es accesaria, siendo la lengua su objeto fundamental. La noci6n de arbitrariedad es solidaria con la de valor: es Por su cualidad de arbitrariedad, que el signo aleanza significacién, segun sea su posicidn relativa en el contexto del sistema (de acuerdo a los dos ejes del lenguaje: el cdédigo de la lengua, y el contexto de la frase). La arbitrariedad no excluye sin embargo cierta significacién estable en la correlacién entre significante y significado (dato importante en cuanto posibilidad de organizacion del pensamiento); pero esa telacién estable, que hace a la designacién y se da en una significacién local, es diferente al sentido que se juega, como dijimas, en los dos ejes de la lengua. El sentido emana del contexto de un enunciado, o parte de un enunciado, y ‘8 aportado por el valor que adquiere el signo en dicho contexto. Se diferencia de la designacién, aunque la supone, en tanto se trata de la integracién de un concepto en la unidad mayor del enunciado. 1.3 Lenguaje y pensamiento: Dentro del campo de la Lingiistica, existen distintas Posiciones respecto al lugar acordado al pensamiento en el andlisis lingiistico. En tanto Saussure acentuaba la unidad indisoluble entre significante y significado -es decir, la referencia imprescindible a la significacién- otras corrientes establecieron su separacién, privilegiando en dicho andlisis, el lugar del significante. Entre los lingilistas posteriores a Saussure que como él revalorizan el lugar del pensamiento, se encuentra Jakobson, que le otorga importancia al analizar las formas sintacticas del lenguaje. Resulta interesante destacar que este autor, al referirse a las afasias (1963), recurre a los conceptos de metafora y metonimia y sefiala ambos procedimientos como Presentes en los mecanismos del suefio trabajados por Freud. Ubica condensacion y desplazamiento en la actividad metonimica, en tanto le adscribe al simbolismo la dimensién metaférica (Lacan, en cambio, les daré una interpretacién diferente). Jakobson diferencia dos 66 actividades en orden a los ejes de la lengua: la selectiva (metaférica, propia del eje paradigmatico), y la combinatoria (metonimica, perteneciente al eje sintagmatico). Fuera de la Lingilistica (aunque influido por las ideas de Saussure) y en orden a esta articulacién de lenguaje y pensamiento, mencionaremos /a propuesta de lau Ponty. Nos interesa considerarlo en la linea que venimos estableciendo: la imagen mental y su atravesamiento por el lenguaje; la palabra como signo; la significacién y el sentido. Veamos algunos conceptos: Frente a una pretendida antinomia entre empirismo e idealismo respecto ala articulacion lenguaje-pensamiento, Merlau Ponty va a sefalar el valor intrinseco del lenguaje como portador de sentido; o sea la no existencia de un vocablo vacio a la espera de significacién por un pensamiento supuestamente previo. Describe el vinculo de! vocablo con el sentido como algo inherente al mismo, diciendo que e/ sentido habita ia palabra; que ésta no puede considerarse como ropaje del pensamiento, o como traduccién de un sistema arbitrario de signos con una significacion ya dada. Si bien se recibe un sistema de signos (/a lengua), la comunicacion (e/ habla) va mas alld en tanto abre a nuevas posibilidades de sentido, “La palabra es esta operacién paraddjica en la que miramos de aleanzar, por medio de vocablos cuyo sentido viene dado, y de significaciones ya disponibles, una intencién que, en principio va mas alld y modifica, fija ella misma, en Ultimo andlisis, e| sentido de los vocablos en los que se traduce”** No es que primero se reconoce un objeto, y después se lo nombra: la denominacién misma es el reconocimiento. Esto es asf en el origen -adquisicion del lenguaje por el nifio- y luego forma parte de ese acervo 0 equipaje: el lenguaje -adquirido a partir de la relacién con el otro- forma parte de! mundo lingijistico del sujeto y se pronuncia para reconocer, significar, representar. Asi como en la Tepresentacién teatral el personaje borra al actor que deja de ser tal para convertirse en dicho personaje, en la significacién vehiculizada por el signo, éste es devorado por aquella. * Merlau Panty: M. (1985) Fenomenologia de la percepcién. Barcelona. Planeta-Agostini Pag. 398 67 Es decir, el pensamiento es posible porque hay un psiquismo atravesado por el poder organizador de la lengua; el mundo humane es mundo de cultura, donde la palabra esta instituida. Si pensamos, es porque poseemos ya ese bagaje cultural: e/ pensamiento es Jenguaje interior, que es posible a partir del acervo previo de significaciones; esto, a su vez, posibilita el”acceso a otras nuevas (concepto que retomaremos mas adelante desde la perspectiva del psicoandlisis). 1.4.La palabra como simbolo: Una perspectiva trabajada por distintos autores, fuera y dentro del Psicoandlisis, es la clasificacién de categorias de los signos de Peirce. Este autor plantea un modelo triddico para encuadrar las ideas (primeridad, segundidad y terceridad), qui tanto posibilidad de redes de sentido. permite describir el signo -que implica siempre terceridad- en EI caracter de terceridad -indispensable e irreductible porque supone el aspecto mental- es la unica posibilidad de poner en relacion la primeridad (cualidad del objeto en si) con la segundidad (experiencia con el objeto). De alli que el signo implique la relacién triddica y que el conocimiento -el pensamiento- esté dado por signos. Los tres aspectos del signo son sefialados como: el objeto, el representamen (lo que habitualmente se entiende como signo) y el interpretante (no necesariamente una persona), es decir el tercer elemento que posibilita el pasaje al sentido. > Los signos son clasificados a su vez en Icones, Indices y Simbolos, segin sea la relacién con sus objetos: mientras en el icono aquella esta dada por su naturaleza intema, y en el indice por su relacién real, un simbolo tiene con su objeto una relacién instituida. En este ultimo grupo ubicariamos la palabra aunque teniendo en cuenta que las tres caracteristicas pueden coexistir a veces en un mismo signo, siendo uno de ellos el que predomina. * En “Notas sobre fa formacién de simbolos", H. Segal destaca (citando a Morris, que trabajé los canceptos de Peirce) el simbolizar como una relacién de tres: lo simbolizado, el simbolo y alguien para el cual uno representa otro, 68 Resulta de interés conservar, teniendo en cuenta el material de andlisis de la Tercera Parte, esta diferenciacién de los signos que permite distinguir manifestaciones mas cerca de lo icénico o del simbolo Propiamente dicho; algo que a veces es posible formular -desde otro punto de vista- mds ligado a lo metonimico 0 lo metaférico. En sintesis: Comenzamos a delinear el campo de investigaci6n en el marco general de la representacién, modo de existencia de lo Psiquico. En esta primera Parte nos ocupamos de la misma en el nivel de la conciencia, enfocando primeramente un aspecto: la articulacién entre imagen, palabra, concepto. Para ello hemos recurrido a distintas disciplinas: la Psicologia, la Filosofia, la Linglistica. El enfoque dual de la representacién mental de la Psicologia Cognitiva, y la Propuesta de Sartre desde la corriente fenomenolégica, permiten revalorizar la imagen en su aporte al pensamiento creativo y la implicancia de lo afectivo. Los conceptos de la Lingliistica acerca de la funcién del lenguaje y la significacién, facilitan otro paso hacia la tematica elegida, en orden a diferenciar entre significacién y sentido, Si al ocuparnos de la representacién arribamos al tema del lenguaje, la referencia al mismo, implica una posicién distinta a la del tedrico de la lengua. A diferencia de éste, nuestro interés se centra en la subjetividad. En ese contexto la actividad psiquica, que es actividad de representacién, revelara los modos de procesamiento Particulares de su condicién en el mundo. Como veremos luego, ésta implica procesos de sexualizacién y culturacién, provenientes ambos de su relacion con el otro, y ponen en marcha un trabajo de estructuracién psiquica complejo, de la cual la teoria psicoanalitica intentara dar cuenta. Nos ocuparemos ahora entonces de la representacién dentro de dicho marco que, como dijimos, constituye el sustrato de nuestro trabajo. 2. La representaci6n en el contexto del Psicoandlisis La representacién posee, en este contexto, una funcién cardinal, como Puente entre el orden del lenguaje y el de las cosas (Green,1993). Tendremos en cuenta tres ejes: representacién y fantasia; representacién y percepcidn; fepresentacion y simbolizacién. 2.1 REPRESENTACION Y FANTASIA a) Hacia una delimitacién del concepto de fantasia: En su Diccionario de Psicoandlisis, Laplanche y Pontalis (1981), se refieren al término aleman Phantasie como designando a la vez los contenidos del mundo imaginario y la actividad misma que lo anima; para el idioma francés, en tanto, la palabra fantasme, mas cargada de resonancias psicoanaliticas, posee una acepcién mas restringida, referida solamente a una determinada formacién imaginaria. Con respecto a la amplitud con la que el término es utilizado en la obra freudiana, los autores del Vocabulaire diferencian niveles: fantasia conciente, Preconciente o subliminal; fantas{a inconciente. Pero -sefialan- el é6nfasis de Freud esta referido no a tal diferenciacién, sino al nexo de Pparentesco, lo que justificaria un Unico uso de la Palabra en alemn, tanto cuando se refiere a producciones preconcientes-concientes (como es el caso de los suefios diurnos), a fantasias inconcientes (tempranas, que subyacen al contenido manifiesto del Suefio, 0 al sintomna), y a las llamadas fantasias originarias. E. Roudinesco y M. Plon retoman en su Diccionario de Psicoandlisis (1998), estos conceptos, subrayando, en oposicién a la propuesta de Susan Isaacs (1948), que para Freud sdlo existe un concepto de fantasia y que la oposicién entre phantasy y fantasy, es totalmente contradictoria con el pensamiento freudiano, Dicha toma de posicién tiene que ver con la propuesta de la Escuela 70 inglesa de reservar el término phantasy para la fantasia inconciente y el de fantasy para las fantasias que acceden a la conciencia. éPor qué rescatar estos conceptos? Porque resulta un abordaje posible para el estudio de la produccién simbélica, el resguardar este denominador comun del concepto de fantasia: el interés de la tesis esta centrado en trabajar las relaciones entre capacidad simbdlica y producciones -que implican la fantasia- expresada en - distintos niveles. Si se tienen en cuenta los enfoques tépico y dindmico es posible diferenciar niveles de produccién fantasmatica: las fantasfas, sostiene Freud, “se aproximan a la conciencia y alli se quedan imperturbadas mientras tienen una investidura poco intensa, pero son rechazadas tan pronto sobrepasan cierto nivel de investidura”* En tanto productos mestizos que dan cuenta de la pertenencia a | diferentes sistemas psiquicos, constituyen un campo privilegiado para captar in . situ el proceso de pasaje entre sistemas psiquicos (Laplanche y Pontalis, 1961). Como veremos, al considerar la produccién fantasmatica, podrian senalarse dos extremos: dentro de la patologia, fantasias que implican retirada y empobrecimiento vincular 0 que mas cercanas a lo pulsional, agitan y sobrecargan el aparato; fuera del campo psicopatolégico, aquellas que implican ¢reacién y goce estético, mas cercanas al concepto de sublimacién. b) Fantasia y realidad psiquica: Ante la tarea imposible de llevar el analisis al acontecimiento patégeno imero, Freud deja de lado -nunca del todo, en realidad- la teoria de la luccién (1897), orientandose entonces hacia una concepcién endogenista. Laplanche y Pontalis (1976), que profundizan y rescatan dicha teoria, sisten en aquella primera idea freudiana de cuerpo extrafio, que introduce en el terior del sujeto (sujeto que todavia no es tal) la marca de la sexualidad. Esta arca de la sexualidad se produce en el encuentro con el otro, y constituye la Freud, S. (1990) Lo inconciente Buenos Aires. Amorrortu OC Tomo XIV, Pag. 188. 7 fuente y origen de la pulsién, la cual al pasar al orden psiquico se articulara en fantasmas. Ello significa tener en cuenta dos aspectos al encarar la fantasia: el aspecto de estructura (origen de la sexualidad) que hace a su funcién en la dindmica psiquica, y el del contenido, cuyo ensamblaje particular se da en ese sujeto y no en otro. En tanto trabajamos con producciones de la fantasia - producciones segundas, al decir de Castoriadis- podemos conocer algo, por inferencia, de la estructura en que se juegan; estamos en el campo de Ja faniasia como realidad psiquica, objeto especifico del Psicoandlisis. Es el mismo Freud, quien al referirse a la fantasia, acufia el término de realidad psiquica (1897). A través de su exploracién en el trabajo con pacientes, volverd al punto de busqueda de los origenes: propone la existencia de escenas originarias (referidas a la historia individual) que, aunque obra de una reconstruccién a posteriori, implicarian que la percepcidn ha suministrado indices. nuevamente la busqueda del fundamento. Estas fantasias originarias aportan una tia (contenido), que resulta organizadora: “esas fantasias de los origenes no sélo estan apresadas en lo simbélico, sino que también traducen, por medio de una escenificacién imaginaria que pretende reasirla, la insercién de lo simbdlico mas radicalmente instituyente en lo real del cuerpo”. ¥ Es decir, una escenificacion, inherente a la fantasia, que permite mediante cierto despliegue - obturante en la patologia, pero que no necesariamente tendra siempre ese cardacter- la articulacién entre pulsién y orden simbdlico, Lacan, por su parte, al teorizar acerca del fantasma, lo propone recubriendo el] campo de lo real y a su anudando lo imaginario y lo simbdlico. Es decir, remarca su funcién de obturacién de lo real, a la vez que sefala su funcién de anudamiento de lo simbdlico y lo imaginario. Funcién defensiva, pero también funcién de estructura, cuya constitucién es considerada teniendo en cuenta no s6lo el registro de lo imaginario (narcisistico) sino también el de lo simbdlico y el de lo real. Para él, la estructura del sujeto es siempre R.S.I. *" Laplanche y Pontalis. Obra citada, Pag. 128 Nota al pie. 72 Pero el fantasma no solamente es efecto del deseo arcaico, sino también es la matriz de los deseos actuales (Chemama, 2002). Se trata de una dinamica compleja, que encuentra expresién de diferentes maneras en la produccién onirica y de vigilia, dentro o fuera de la patologia. c) Fantasia y estructura psiquica: La fantasia es un campo privilegiado de acercamiento al conacimiento de la dindmica intrapsiquica. Diversos escritos de Freud apuntan en tal sentido. En el Manuscrito M (1897) al referirse al trabajo analitico de los sintomas histéricos sostiene: “algunas de las escenas son directamente asequibles, otras lo son a través de fantasias interpuestas Jas escenas estan ordenadas segiin un grado de resistencia creciente; las reprimidas con mas levedad acuden primero, pero solo incompletas, a causa de su asociacién con las reprimidas con mas pesantez’.* En otra carta a Fliess,” las fantasias son descritas como edificios protectores, sublimaciones de los hechos, embellecimientos de ellos, bloqueando el acceso a las escenas primordiales; en tanto estas wltimas dan origen a impulses, la funcion de las llamadas faniasias interpuestas es permitir algun tipo de circulaci6n de aquello que, en tanto impulse, corresponderia al orden de lo no simbolizable, Aunque se refiere a la histeria, su hipdtesis puede extenderse a la estructura psiquica en general. En este aspecto estructural de la fantasia ,cudles son los limites -y las di erige en sublimacidn o algun otro tipo de circulacién? ncias- para hablar o no de patologia? ,cuando el rol de embellecimiento se En 1907, en su trabajo acerca de La Gradiva de Jansen, aunque se refiere al personaje central (que es ya, por tanto, producto de la fantasia, en este caso de un poeta) Freud dice que esa segregacidn de la fantasia respecto de la capacidad de pensar, lo destinaba a ser poeta o neurético. Expresa asi las derivaciones. ® Fraud, S, (1991) Manuserita M Buenos Aires. Amorrartu OC Tomo I. Pag. 292. ® Fraud, S. (1991) Carta 61 y Manuserito L. Buenos Aires. Amorrartu. OC, Tome | 2B posibles de la fantasia en la dindmica psiquica (ya no de un personaje de novela _ sino del ser humano en general). Entendemos ser poeta no en el sentido estricto de autoria, sino en el sentido amplio de capacidad de goce estético, de cosa lddica. Tal generalizacién -como posibilidad humana- se fundamenta en otros textos freudianos y en desarrollos psicoanaliticos posteriores, atin desde diversos enfoques o corrientes. . En E/ creador literario y ef fantaseo (1908), Freud plantea las huellas del quehacer poético en el juego del nifo: el nifio poetiza a través de su juego, en tanto “inserta las cosas de su mundo en un nuevo orden que le agrada”.*° Pero el crecimiento supone renuncias y el juego infantil es una de ellas; no obstante, algo de este reordenar el mundo de un modo placentero, reaparece en la vida adulta, y se expresa en el fantaseo. Porque “en verdad no podemos renunciar a nada; sdlo permutames una cosa por oira; lo que parece ser una renuncia es en realidad una forma de sustituto 0 subrogado”.! Freud se refiere a los suefios diumos cuyo motor, como el juego del nifio, lo constituye el deseo. Tales suefios diumos son confesados por los neurdticos, pero se dan asimismo en las personas sanas; sera su proliferacién o su hiperpotencia lo que marcara la condicién para una salida patoldgica. Idéntico punto de origen sefiala para la produccién poética, aplicable en referencia al autor del poema, pero también al placer estético del hombre comin, cuando disfruta de esas u otras producciones que la cultura hace posible. Es a través de transiciones continuas, que la produccién poética puede diferenciarse del suefio diumo, trabajo psiquico que complejiza el modelo que, basicamente, continua siendo el mismo: la obtencién de placer mediante la realizacién de un deseo, como lo son el juego infantil, o -a través de otro tipo de elaboracién psiquica- el suefio. A partir de la experiencia estética, se hace posible un desprendimiento de placer de raices profundas; en ella el receptor deviene también activo, en el sentido que algo se pone en marcha: la fantasia como motor que vehiculiza el deseo. Esta interpretacién puede aplicarse a una creacién 4h Froud, S. El ereador literario y el fantaseo. Buenos Aires. Amorrorty OC, Tomo IX, Pag. 127. "Idem, Pag. 128 “ musical, o pictérica, a toda otra expresién de la cultura humana. El placer estético puede asi ser considerado como detonador de profundas descargas (P. Ricoeur, 1985). Casi como una consecuencia inevitable, surge la referencia a las ideas de Winnicott, respecto del lugar de la fantasia en el crear y el jugar. El autor describe el jugar como aquella actividad por medio de la cual el nifio se ocupa en forma creativa de la realidad, y en la que la caracteristica distintiva es el placer que en ella experimenta, lo cual resulta a su vez, excitante. El juego, el jugar y lo que denomina fendmenos transicionales, serian la base de toda experiencia cultural. Tanto el juego del nifio como la experiencia cultural del adulto, se desarrollan en una zona intermedia que tiene que ver con la experiencia del vivir, la cual no es ni suefo ni relacién de objeto, pero que sin embargo posee algo de ambas cosas. “Los bebés, los nifios y los adultos traen hacia dentro suyo la realidad exterior, como ropaje para revestir sus suefios, y se proyecian en los objetos y personas externos, enriqueciendo la realidad exterior mediante sus percepciones imaginativas”.* En el proceso analitico trabajamos con las fantasias de! paciente, en la busqueda o construccién de sentido; algo de las fantasfas tempranas, sometidas al proceso de represién, pueden ser aprehendidas a través del trabajo con las fantasias interpuestas. En Pegan a un nifio (1919), Freud trabaja la representacién-fantasia que da hombre al texto y que ha encontrado en diferentes neurdticos. Postula que se trata de la reactivacién de fantasfas tempranas. Si bien alude aqui a una fantasia especifica (puesto que le interesa su relacién con la dupla sadismo-masoquismo), su propuesta permite conjeturar visicitudes andlogas para todas aquellas fantasias cuya movilizacién implique excitacién y/o conflicto: su permanencia, por regia general, como inconciente; su eficacia como productora de efectos, en tanto permanece inalterada por efecto de la represién, o su trasmutacién en caso de ser innicott,D. “El destino del objeto transicional” en Exploraciones Psicoanaliticas |. Buenos Aires. Paidés. Pag. 77 75 otra la defensa que sobre ella actue; por Ultimo, la posibilidad de ser reconstruida mediante el andlisis. Podriamos plantearnos si la mencionada transmutacién no puede ser idad de la fantasia de ser expresada en distintos niveles. entendida como la posit Por otra parte, el hecho de devenir o no una resolucién patolégica, tendra que ver con el tipo de procesamiento que conileva su elaboracién y modificacién, con el grado de gratificacién directa o indirecta en el mundo extemo, y la relacién con éste, En sintesis: tratamos de enmarcar la fantasfa en el campo general de la representacién, teniendo en cuenta su funcidn, sus implicancias para la clinica, y especificamente en relacién a este trabajo, la posibilidad que proporciona al conocimiento de lo psiquico, a través de diferentes modalidades de produccion. 2.2 REPRESENTACION Y PERCEPCION a) Revisién de los conceptos fundamentales: Partimos de una tesis fundamental de Freud: todas las representaciones provienen de percepciones (1925). Como se mencioné en la Introduccién, la percepcién es ubicada desde el origen y primeras diferenciaciones de lo psiquico, con las caracteristicas siguientes: - Supone capacidad de recepcién para los estimulos provenientes del mundo externo y es condicién de la representaci6n. Esta a su vez condicionada por aquello que constituye -en calidad de huellas o inscripciones- el registro de lo previamente inscripto, y, por tanto, previamente percibido. - Implica fa interaccién de diferentes sistemas: e| sistema P-Cc, a cargo de recibir el estimulo del mundo externo, y el sistema mnémico (Prec-Icc) que se ocupa de la conservaci6n de la huella . O sea: un sistema de percepcion y un sistema de memoria (éste, a su vez, no es univoco). 76 - El efecto de percibir se produce por inervacion de investiduras que el sistema P-Ce recibe desde el interior, y constituye la percepcién como fenoémeno conciente. De alli que el sistema P-Cc sea concebido como doblemente permeable: para la recepcién de estimulos extemos y para la inervacién de la investidura proveniente del interior. b) Complejidad de! proceso: Percibir constituye la primera fuente del conocer y supone la creacién de una configuracién a partir del impacto de los datos del mundo extemo. Esta configuracién -si bien guarda relacién con la que presenta el medio- constituye un nuevo orden, que se caracteriza no sdlo por la capacidad de organizar la informacién sensible, sino -de acuerdo con la experiencia anterior- establecer procesos de reconocimiento y de diferenciacién. El fenémeno de la percepcién consiste en este nuevo orden (Green, 1991). Acercarse a la comprensién de este Proceso implica tener en cuenta: - La diferenciacién entre objeto real, objeto percibido, ¥ representacién mental del objeto (Freud, 1925). Con respecto al objeto real, es necesario que exista para que pueda ser lalmente percibido, y luego reencontrado en ulteriores Percepciones. Pero su sola existencia no basta: el objeto del mundo debe ser investido para que se produzca el fenémeno de la percepcién. Una vez percibido, el objeto puede volver a hacerse presente como fepresentacion. Decimos entonces que ésta hace presente (re-presenta) algo que fue antes percibido, y que tal representacién, puede hacerse en ausencia del objeto. Este objeto representado tiene una existencia diferente al objeto real. Se trata de una existencia subjetiva, que da cuenta de un proceso. La percepcién, que es una funcién del Yo, supone -juicio de realidad mediante- la posibilidad de discriminar entre objeto de la realidad (objeto percibido, objeto externo presente) y representacién del objeto (evocacién). Esta discriminacién posibilita controlar la existencia © no de excesivas modificaciones en la 7 fepresentacién del objeto percibido, la fidelidad a la percepcidn (tema que sera retomado en la Tercera Parte). - El cardcter activo de la Percepcién: en el proceso de investidura del objeto, por fa cual se lleva a cabo cierto tanteo de los estimulos externos que le permite al Yo los procesos de reconocimiento (Freud,1920-25). Péro también es activa en la funcién de filtrado: la proteccién antiestimulo, estrato superficial bajo la cual se ubicaria la superficie receptora,*? Esta funcion de filtrado sera luego descrita por Lacan, al referirse al esquema del Proyecto, como “zona moderadora, que mantiene las excitaciones en el mismo nivel, y que por consiguiente, sirve tanto Para no registrar como para registrar mal. Registra, pero de manera filtrada’”’“ Subrayara también este autor la idea freudiana de un nuevo trabajo de filtrado, a través de la inhibicion del Pasaje de energia para no quedar en la sola alucinacién del objeto. Lacan le dara también a la Pecepcidn otro estatuto, al ligarla a lo'simbélico: lo percibido es también lo nombrado. (Chemama, 2002). - La relacién de la superficie det aparato animico con el Prec-lec: Sélo lo que ha sido percepcién conciente puede volver a devenir conciente; esto es posible a ravés de la activacién de las huellas mnémicas, las cuales pertenecen al istema contiguo (Precc). De allf que invistan facilmente el sistema P-Cc, Otra sera, en cambio, la incidencia de lo reprimido inconciente sobre el sistema le la percepcién-conciencia; el Proceso tendré entonces el sello que la represion Nprime: un elemento aislado, que evoca otro Y que, al hacerlo no Io agota en us posibilidades de seguir produciendo efectos. asemos ahora a una distincién que presenta un interés particular en relacién al bjeto de investigacién. ——$——$______. Referencia a las ideas de Mas alld del Principio dal placer, expuestas en la Introduccién. Pag.24 Lacan,J. (1986) Seminario 2Barcelona,, Paidés, Cap. Ix. Pag.166 78 c)Percepcién auditiva y acustica: derivaciones ‘para el campo representacional: “Nuestro aparato animico se ha desarrollado en el empefio por escudrifiar el mundo exterior”.*® Los restos mnémicos son el resultado de esa experiencia de encuentro con el mundo. Los restos mnémicos del sistema Prec. estén constituidos basicamente (aunque no solamente) de aquelio proveniente de /o oido, son restos de palabras: fepresentaciones-palabra. Sdlo pueden nuevamente hacerse concientes si tecuperan este status: la posibilidad de devenir conciente algo de lo inconciente reprimido, sera estableciendo eslabones, conexiones, con representaciones- palabra. Pero gcual es el destino de los restos mnémicos dpticos? en la hipdtesis freudiana son ubicados mas cercanos a lo inconciente que las representaciones- palabra, y con un caracter mas antiguo. (...) “es posible, y aun en muchas personas parece privilegiado, un devenir conscientes los procesos de pensamiento por retroceso a los restos visuales. El estudio de los suefios y el de las fantasias inconcientes (...) pueden proporcionarnos una imagen de la especificidad de este pensar visual (...) en tales casos casi siempre es el material concreto de lo pensado el que deviene conciente pero, en cambio, no puede darse expresién visual a las relaciones que distinguen particularmente a lo pensado. Por tanto, ef pensar en imagenes es sélo un muy impertecto devenir- conciente”.** ~Cémo pensar estos conceptos en relacién a lo expuesto a propésito. de fantasia y representacién? 4Cémo relacionarlo con los mencionados caminos sublimatorios? ~Cdamo pensarlo en relacién al juego, lo ludico en general, la produccién artistica? Finalmente ,Cémo pensarlo en relacién a la produccién frente al Rorschach? Estos aspectos seran retomados en la Tercera Parte. * Froud, S. (1988) El porvenir de una itusién. Buenos Aires. Amorrortu, Cap. X, Pag. 54 * Freud, S. (1990) Elyo yel ello Buenos Aires. Amorrortu. © C, XIX Pag, 23. 9 Por ahora, parece conveniente insistir en la importancia que estos restos mnémicos poseen para algunos sujetos. Como dice Freud, parece ocupar en ellos un lugar de privilegio en la dindamica psiquica. Asi, en Emilia, uno de los casos presentados, la impronta de la imagen aparecia a la vez como expresion del trastorno y como via posible de elaboracién. d) Recurrencia a conceptos de otras ciencias: saliencia y pregnancia. Los conceptos de saliencia y pregnancia, aplicados al campo de la semistica por René Thom, han sido reelaborados por algunos autores en el campo psicoanalitico.*” propuesta de este autor es presentar algo asi como una especie de neocategorias para el conocimiento humano. ¢Por qué incluirlo aqui, a propésita de la percepcién considerada dentro del encuadre psicoanalitico? Porque son conceptos que han mostrado su fecundidad al ser trabajados en Psicoanalisis, y ofrecen un aporte al proceso de la percepcién, especialmente si tomamos en consideracién el enfoque dinamico y econémico de la metapsicologia freudiana. Denomina saliencia al caracter de una forma que se separa de un fondo, y entiende que tal efecto tiene que ver con la ruptura de una continuidad, ya se trate del campo auditive (sonido que quiebra la continuidad del silencio) o del campo visual (frontera clara y definida recortada sobre un fondo). Pero el impacto de tales formas salientes -dice- es transitorio: sdlo se graban en la memoria en el breve plazo; serfan aquellos elementos que, al no estar cargados de significacién, caen facilmente. Aquello que va a generar, en cambio, un efecto de impacto sabre el sujeto, sera el cardcter de pregnancia. Toda forma pregnante sera necesariamente saliente para el individuo, pero no a la inversa; en esto Thom intenta diferenciarse de! concepto de pregnancia de la psicologia de la Gestalt, incluyendo un concepto: impregnar, que tendria que ver con investir, catectizar, aquello que “ Bieichmar, S. (1998) Seminario Traumatismo y simbolizacién (no publicado) y Ménechal, J,(1993) “Las estaiuas de ceniza del deseo" en El incanciente y la Ciencia. Buenos Aires. Amorrortu. 80 tiene una significacién para el individuo. Mientras en el animal hay pocas pregnancias fundamentales (hambre, miedo, impulso sexual), en el hombre existen una cantidad enorme de pregnacias, extensién dada por el fenémeno de investidura. Rapidamente se advierte la riqueza de tal conceptualizacién aplicada a la comprensién del conocimiento humano. Su concepto de pregnancia podria leerse, a la luz de la hipétesis econémica y dinamica freudiana: montos de investidura, | catectizacién del objeto en la percepcién. Thom habla incluso de intensidades de pregnancia y de un sistema propagativo de pregnancias. Si bien utiliza estos conceptos para indagar los origenes del lenguaje, aqui se incluyen solamente en - felacién a la dinamica de la percepcién, donde el aspecto saliente de la realidad sélo deviene significative cuando es impregnado, lo cual vuelve a subrayar el caracter activo del proceso (relacién entre pregnancia y formas salientes, que seran retomados también en la Tercera Parte). e) Percepcién y conocimiento: Dijimos que no hay representacién que no provenga de una percepcién anterior y que, dada la interrelacién entre los sistemas de la percepcién y de la memoria, percibir supone siempre un elemento de reconocimiento, y la puesta en funcién del examen de realidad. Este juzgar acerca del objeto externo supone en el proceso del pensamiento, algo andlogo a la actividad del proceso de la percepcién: cierto tanteo previo. En ésta consistia en el investimiento del objeto; en el pensamiento, como rodeo previo a la accién. Percibir es ubicar el objeto. Este proceso implica una inscripcién previa, y supone cierto nivel de organizacién logrado. En tal esquema, zcual es la relacién entre percepcién y conocimiento? El diferenciar dos sistemas -percepcién y memoria- explica la posibilidad de nuevas percepciones, ya que si se tratara de un solo sistema, se saturaria. Pero dada la 81 relacién de condicién entre la percepcién y el material representacional previo, 4cémo es posible conocer algo nuevo? Entra a jugar aqui el concepto de informacién cualificada o cualificante: la nueva percepcién supone la existencia de categorias organizadoras, construidas partir del lenguaje (S. Bleichmar, 1998). Los datos que ingresan se organizan en un proceso que implica su ubicacién en una categoria de existentes. El objeto percibido se reinscribe a su vez en la trama representacional; el entramado de fepresentaciones -producto de inscripciones y reinscripciones- funcionara entonces como reticulo simbdlico, que posibilita cierta organizacién en cuanto a la capacidad de recibir percepciones. f) Percepcién y proyeccién: A los fines de la Tesis es importarte destacar la articulacién entre percepcién Y proyeccién (se utilizara como herramienta para indagar acerca de la simbolizacién las respuestas dadas a una prueba proyectiva de cardcter perceptual). En el enfoque de tal articulacién se hace necesario diferenciar una acepcién mas amplia de otra mas restringida del concepto de proyeccién. En sentido restringido, la proyeccién constituye el mecanismo de defensa descrito por Freud, a propésito de la dindmica puesta en juego en distintos cuadros psicopatolégicos (en la neurosis, en la paranoia). En sentido amplio, remite al modo de funcionamiento del aparato psiquico, donde siempre algo de lo inscripto tiene efectos en el modo de interaccién con el mundo. Es en este sentido amplio que consideraremos la relacién entre proceso perceptivo y proyeccién. El caracter patolégico estard presente cuando dicho proceso implique una distorsién tal, que sefiale perturbaciones en el examen de realidad. Podriamos establecer atin una segunda diferenciacién: el lugar de la proyeccisn en los primeros tiempos de constitucién del psiquismo, y en el sujeto ya constituido. En los comienzos, previos a los procesos de organizacién y estructuracién, no existe la posibilidad de diferenciacién interno-externo. En el 82 sujeto Constituido es importante tener en cuenta los efectos que lo previamente inscripto posee en su interaccion con el mundo. Ello incidiré en el tipo de recorte y significacién cuando percibe. Podriamos decir, retomando conceptos, que tendria que ver con efectos de pregnancia y significacién. Esta caracteristica selectiva de la percepcion lleva a autores a hablar de una interpretacién de la realidad (Anzieu, 1960). Constituye en ese sentido el fundamento de la creacién y aplicacion de las Técnicas Proyectivas. Ante estimulos que invitan a ser interpretados en tanto presentan cierto grado de ambigiiedad, la relacién entre percepcién y proyeccién alcanza mayor vigencia; mas que de percepcién, hablamos entonces de apercepcion. Procesos de apercepcién pueden darse también en situaciones espontaneas de la vida; por ejemplo en la apreciacién de una obra, en situaciones ltidicas o en cualquiera circunstancia que presente ciertas caracteristicas de indefinicién, restando el grado de “objetividad” (nunca completa) que marca el limite (nada facil a establecer) entre percepcién y apercepcién. A manera de sintesis, resulta interesante la consideracién del proceso perceptivo desde el triple enfoque freudiano: topico, econémico y dindmico. - Desde el punto de vista tépico, se considera la percepcidn como funcidn de la superficie del yo, y condicién de todo conocimiento. - El enfoque econdémico incluye la necesidad de investidura, como asi también la funcién de filtrado de cantidades, sin el cual el sistema colapsaria. - El punto de vista dindmico, finalmente, nos permite considerarla como un Proceso que se produce por la interaccién entre los distintos sistemas psiquicos. En tal sentido supone el juicio de realidad como funcién del yo (discriminacién entre objeto de la percepcidn y representacién del objeto) y la existencia de otro sistema (Prec-Cc), como reservorio de las representaciones. 83 2. 3 REPRESENTACION Y SIMBOLIZACION ” Como se dijo en la Introduccién *° el concepto de representacién esta anudado al concepto mismo de psiquismo, en tanto constituye su modo de existencia. Como fue dicho también, la representacién es resultado metabdlico de un proceso activo y complejo, iniciado a partir de los primeros contactos, y continuado en la interaccién con los otros y el mundo. Al referimos a la representacién fue subrayado ademds su caracter de presentificaci6n mental (re-presentacidn) objeto -aunque con un estatuto de existencia diferente al del objeto externc- como asi también su registro en la memoria. La consideramos como efecto y a la vez condicién de posibilidad del conocimiento en relacién al mundo externo, a través del proceso de percepcién. Se trata ahora de dar un paso mas: considerar en qué medida la red representacional -que constituye lo psiquico- posibilita (liga, expresa) la circulaci6n de aquello que esta en el origen de la vida psiquica, esto es, la pulsién. Es decir, nos ocuparemos del irabajo psiquico que es, retomando conceptos, trabajo de simbolizacién. Constituye éste un proceso que puede ser relacionado con la nocién freudiana de destinos de lo pulsional: las vicisitudes de aquello que desde el interior mueve, trastoma y a la vez alimenta el devenir del psiquismo humano, y del que constituye su origen. “La pulsién no se siente como empuje, como fuerza motriz, si no encuentra limites y puntos especiticos de insercién en el espacio mental en el que se despliega’.*° El trabajo de simbolizacién supone la existencia de instancias psiquicas diferenciadas e interactuantes, motorizadas por lo Inconciente. Sabemos que los contenidos inconcientes poseen, entre otras caracteristicas, la de su indestructibilidad y actividad, y que no pueden ser conocidos sino de modo indirecto. El conocimiento de sus derivados, investigados por Freud a partir de la ® Invreduecién. Pag.29 * Anzieu, D. (1987) El Yo-piel . Mactid. Biblioteca Nueva, Pag. 112 84 psicopatologia, tuvo como resultado no sdlo el descubrimiento de los mecanismos y dindmica presentes en neurosis y psicosis, sino una nueva manera de entender el modo de funcionamiento de lo psiquico, mas alld del campo clinico. Ese acceso indirecto al conocimiento de lo inconciente es posible a través. de diversas producciones: sintomas, fallidos, suefios, actividad lidica, productos sublimados, Para decirlo en términos de Castoriadis: ‘io infigurable debe volverse figurable y figurado” °°. Si bien el autor se refiere al trabajo del suefio, puede ser extensivo al modo de funcionamiento de la psique en general. Lo infigurable alude a la pulsién. 4Cémo puede volverse figurable y figurado? Si acudimos a los textos freudianos, la respuesta debe ser buscada en los conceptos de representante representativo de la pulsién: la representacién como modo -y condicién- de lo psiquico. La pulsién y su delegacidn a través de la fepresentacion (Freud, 1915). Es interesante retomar aqui algunos conceptos inaugurales, pertenecientes a las primeras postulaciones freudianas (1895), que citamos dentro de los supuestos tedricos: - En primer lugar la mudanza de la cantidad en cualidad.*' Decfamos al comentar aquella cita, que dicha mudanza podia ser conceptualizada como un pasaje: de la experiencia al nivel representacional. Este término de pasaje, al designar cambios cualitativos, resultara fundamental para el andlisis del material en el trabajo de la Tesis, permitiendo la fundamentacién de las conclusiones. - Otro concepto es el de circulacién de cantidades en el sistema, y su posibilidad de drenaje por la accién mediatizadora del pensamiento. - Estas ideas se completaran con la de mocidén pulsional como exigencia de trabajo psiquico (Freud, 1920). Pueden articularse también con los conceptos de complejidad, actividad de representacién desde los inicios y exigencia de metabolizacién a partir de un exceso. © Castoriadis, . (1993) “Légica, imaginacién, reflexién” en El inconciente y la Ciencia. Buenos Aires. Amorortu, Cap.1, Pag.27 5 Introduceién. Supuestos tedricos de partida. Pag. 18 85 ‘Si volvemos a la nocién de representante representativo de la pulsién, nos ‘encontramos en ese punto central y problematico donde la consideracién inte: la mudanza de cantidad a cualidad implica representacidn; ésta, a su vez supone una presentacién psiquica econémica vuelve a ser necesaria pero ins previa de la pulsi6n como energia en lo psiquico. Seria éste el sentido de fepresentanie representativo. = Tal postulado permite diferenciar entre representaciones y afectos, los iltimos como energia pulsional ligada a la representacién: el afecto sera siempre afecto de una representacién; por él nos acercamos a cierta posibilidad de conocimiento -inferencia- acerca del factor cuantitativo. Ello hard posible 'diferenciar entre angustia y afecto cualitativamente coloreado (Ricoeur, 1985), aspecto que serd considerado en el andlisis del material, articulado también a la idea de pasaje. La angustia es considerada desde esta perspectiva, como motor de trabajo psiquico en tanto, para ser cualificada, debe encontrar tepresentaciones a las que ligarse. En los inicios de la vida psiquica a partir de las primeras inscripciones se producen las representaciones primeras. Se trata ya del campo de la tepresentacion (imposible pensar lo psiquico de otra manera), pero no todavia de la simbolizacién, sino de la instalacién de las condiciones para que ésta sea posible, (S. Bleichmar, 1998). En el sujeto constituido, la existencia de producciones del inconciente, supone una estructuracién psiquica, es decir, instancias psiquicas diferenciadas e interactuantes. Podemos hablar entonces de producciones simbdlicas (aunque su fijeza signifique a veces empobrecimiento, como en el sintorna) Si tenemos en cuenta, por otra parte, aquellos casos en que las expresiones de lo pulsional no alcanzan o no logran ser tramitadas por lo psiquico, éstas se manifestaraén como trastorno: sea como trastomo somatico, sea como accién disruptiva. Se trata alli de fallas en la posibilidad simbolizante. Como veremos en el punto siguiente, pueden ser consideradas, desde un punto de vista econdmico, como expresién de cantidades excesivas, que no logran pasaje a la 87 1 LA SIMBOLIZACION COMO TRABAJO PSiQUICO “El problema planteado es averiguar cémo la ventaja creada por el limite ha de superar los inconvenientes de perder lo ilimitado, a cambio de tener separado Jo que ahora esta de un lado y del otro” A. Green (Narcisismo de vida, narcisismo de muerte) 1. La exigencia de figurabilidad De diversas maneras distintos autores -algunos desde un lenguaje mas metaférico, otros retomando conceptos estrictamente econdémicos- se han teferido a las postulaciones freudianas acerca de lo pulsional y sus_vicisitudes. Lo insensato que toma forma (Pontalis),lo infigurable que debe tornarse figurable y figurado (Castoriadis),lo impensable que debe ser pensable para poder ser decible (Aulagnier), el plus de excitacién irreductible a cero (S. Bleichmar), el campo de lo.real pulsional (Lacan). Todas estas formulaciones implican -si se intenta dar cuenta, a partir de alli, de la complejidad de lo psiquico- la exigencia de articular el punto de vista econémico -siempre insuficiente- con los enfoques tdpico y dindmico. Porque la cantidad (lo insensato, infigurable, impensable) debe ser cualificada (figurada, pensable) para ser decible. De esto se trata cuando hablamos de! trabajo psiquico de simbolizacién. A partir de ese plus de los origenes, irreductible a cero -por tratarse del orden psiquico, diferente al biol6gico- comienza un tipo de trabajo que busca -y encuentra- caminos de resolucién (alivio, aquietamiento, descarga, expresidn), mas cerca de la patologia o de la sublimacidn. 88 Algunos de los autores mencionados -como Castoriadis y Pontalis- expresan esas formulaciones partiendo del concepto freudiano de trabajo del suefio como busqueda de figurabilidad. Pero la fecundidad del concepto se extiende -o puede ser extendido- al funcionamiento psiquico en general, que siempre supone, para su puesta en marcha, la articulacién con mociones deseantes. Si tomamos en cuenta la perspectiva de Castoriadis, encontramos que su concepto de imaginacién radical puede ser Util para establecer la relacién fepresentacidn - simbolizacién. El autor describe la psique, basicamente, como imaginacién radical, la cual @s condicién del pensamiento reflexivo (en oposicin a la concepcién clasica, que Parte de! logos para definir lo humano). En el ser humano la imaginacién se caracteriza -dice- por su desmesura, y solo puede ser regulada por lo social, a través del lenguaje. Es por esta caracteristica de desmesura que se impone en el ser humano “el placer de representacién sobre el placer de 6rgano”” y sélo Puede ser acotada por lo social. Este acotamiento es garantia de regulacién, pudiendo acceder entonces al pensamiento y la actividad sublimatoria. En el marco del andlisis del trabajo del suefio, sostiene que es por “e/ trabajo creador de la imaginacién, instaurador del simbolismo” 3 que lo infigurable puede volverse figurable y figurado. Este proceso, que pone a jugar lo singular de cada sujeto, tiene un cardcter de creacién, de produccién de algo nuevo. Puede hablarse también de un proceso. de pasaje: de la fantasia a la elucidacién (como posibilidad de pensamiento. reflexivo), de la imaginacién al pensamiento. Resulta interesante destacar: la idea de imaginacién como creacién, ylade pasaje al pensamiento, como un pasaje a otro nivel y modo de existencia psiquica. Esto permite por un lado, articular la idea de representar-figurar con aquello que, de inicio, es infigurable (y que se realiza con un sello singular). Por otro, romper la aparente contradiccién entre produccién creadora de la * Castoriadis, C. (1983) “Légiea, imaginacién, reflexién” en ET inconciente y la ciencia. Buenos Aires. Amorrortu, Pag.41 Idem, Pag, 27 89 imaginacién y valor de la palabra. Es preciso fantasear sobre algo, dice Castoriadis, para poder pensar acerca de algo. Retomemos ahora entonces el concepto de simbolizacién tal como fue considerado en la Introduccién a la Tesis: como posibilidad de produccién de pensamiento. Este proceso, que implica la “transferencia del interés, desde ideas mas simples y primitivas, hacia otras més dificiles y complejas, las que en cierto modo son continuaciones de la anterior y la simbolizan”,** puede ser pensado desde el esquema de aparato psiquico propuesto por Freud, con sistemas interactuantes. 2. La interacci6n entre los sistemas psiquicos: El esquema freudiano de aparato psiquico se sostiene en el concepto previo de retranscripcién, postulado en la Carta 52. * Freud planteaba alli tres transcripciones que constituyen la operacién psiquica de épocas sucesivas de la vida: desde los signos de percepcién (insuceptibles conciencia) a las huellas lec (segunda transcripcion, inaccesibles también a la conciencia) hasta llegar al Prec (tercera transcripcidn) ligadas a representaciones-palabra, y con posibilidad (a posteriori y de acuerdo a ciertas reglas) de acceder a la conciencia. Su propuesta es entonces la de un proceso que, partiendo desde un tipo de representacién que pertenece a lo arcaico (lo no ligado ni ligable), implica la posibilidad de recomposiciones sucesivas. O sea: desde un punto inaugural que todavia no es simbolizacién, pero que es condicién de su posibilidad, hasta alcanzar posteriormente la significacién que sera otorgada por el lenguaje. © Jones “Teorla del simbolismo" en Cuademos monogrdficos. Buenos Aires Letra viva. Pag.8 ® Introduccién. Supuestos tedricos de partida. Pag. 20 90 Este concepto va a complejizarse en formulaciones posteriores. En el enunciado de la primera topica, subrayara /a funcidn del pensamiento como ligadura: |a excitacién proviene de las mociones deseantes del Sistema lcc, siempre en estado de alerta. “Es una particularidad destacada de los procesos incencientes el permanecer indestructibles. En el inconciente, a nada puede ponerse fin, nada es pasado ni esta olvidado (...) Para cada proceso de excitacién inconciente hay dos salidas: o bien queda librado a si mismo, y entonces termina irrumpiendo por alguna parte y se procura una descarga en la motilidad, 0 se somete a la influencia del preconciente, y su excitacién, en vez de descargarse, es ligada por éste”.* Otras caracteristicas -mencionadas en los supuestos tedricos- van completando esta idea de lo psiquico como complejidad: secuencia y direccionalidad de los procesos; posibilidad de ligadura y de inhibicién de la descarga por accién del pensami ito; representaciones inconcientes cuya unica posibilidad de acceder a la conciencia es a través del sistema preconciente; la mocidn deseante como motor del trabajo psiquico. Con respecto a las producciones del inconciente, recordemos que éstas son solamente posibles a partir de una estructura psiquica constituida. Se entiende por tal, un aparato psiquico donde el efecto estructurante de la represién primaria y secundaria permite la diferenciacién entre sistemas; en una estructuracién asi considerada, “la separacién entre las tres clases de contenidos que llevan esas cualidades no es permanente ni absoluta’.*” Esta postulacién ya habia sido explicitada en sus escritos de Metapsicologia, en términos de comercio entre los dos sistema: “El loc es mas bien algo vivo, susceptible de desarrollo, y mantiene con el Prec toda una serie relaciones; entre otras, la de cooperacién. A modo de sintesis debe decirse que ei icc se continua en los llamados retofios, es acequible a las vicisitudes de * Freud, S. (1986) Interpretacién de los suefios. Buenos Aires Amorrartu OC Tomo V Pag 569 * Freud, S. (1989) Esquema del Psicoandiisis, Buenos Aires. Amorrortu OC, Tomo XXiIll, Pag. 158 91 la vida, influye sobre el Prec y a su vez esta sometido a las influencias de parte de éste”.™ Podria decirse que estd presente nuevamente aqui; de alguna manera, la idea de pasaje: como desplazamiento de contenidos (representaciones) entre sistemas, lo cual implica procesos complejos. El tri econdmico, dindmico- vuelve a resultar un modo de acercarse a la enfoque -topico, comprensién de las funciones en cada uno de ellos: - El nivel conciente, que fue considerado a propésito de la percepcidn, incluye el reconocimiento e investimiento del objeto externo, atencién y juicio de realidad. Se incluye ademas en este nivel, el investimiento de la representacion del objeto, es decir, su recuerdo. - El nivel preconciente, citado a propésito de la conservacién de las representaciones como sistema de la memoria, es ubicado en la topica como contiguo a la conciencia. Sus contenidos provienen, en parte, de lo percibido; es en este sentido que funciona como sistema de memoria, y es, por ende, mas facilmente accesible. Pero también hay otros contenidos, provenientes de lo inconciente (retofios de lo reprimido), sujetos a la accion de la censura antes de devenir concientes. - El inconciente, nivel al que pertenecen los contenidos reprimidos, que sdélo pueden devenir concientes si primeramente pueden acceder al preconciente Debe tenerse en cuenta que ademas de los contenidos desalojades por efecto de la represion, pertenece también al Inconciente todo aquello que tiene que ver con lo originario, y que por eso mismo no tiene el mismo destino que aquellos. Se postulan entonces dos niveles de censura (la primera, entre Ioc y Prec; la segunda, entre Prec y Cc). Se trata de la interaccién dinamica dentro de una estructura donde la censura acta siempre en el pasaje hacia una etapa mas alta de organizacién psiquica (Freud, 1915). Es en la conciencia donde los contenidos alcanzan la conformacién psiquica mas alta. * Freud, S. (1990) Lo inconciente, Buenos Aires, Amorrorty, OC Tome XIV Pag. 187 92, Por otra parte -lo cual resulta del mayor interés en funcién del material que analizaremos luego- el Icc es también aleanzado por vivencias provenientes de la percepcién; es decir, algo de lo percibido puede agitar representaciones inconcientes. En tal caso, éstas sdlo encontraran alguna via de expresién- tramitacién en su asociacién con representaciones visuales, auditivas, tactiles. El hecho que exista esta interaccién -cooperacién o comercio- entre los sistemas psiquicos no elimina, sino justamente subraya la heterogeneidad de los mismos, Heterogeneidad que, en palabras de Green, no se presta a ninguna referencia unificadora. En esa estructuracién psiquica la instancia inconciente “puede ser a la vez motor de desarrollo personal, o la fuente de sus inacabamientos”.* En un esquema tal 2cémo se ubica la simbolizacién? Se impone aqui recordar™ la diferenciacién hecha por Freud a propésito de las representaciones, segtin sea su pertenencia a uno u otro de los sistemas: representacién-palabra en el Preconciente, representacién-cosa en el Inconciente. Sélo si recupera o adquiere el nexo con la representacién palabra, puede un contenido del Inconciente acceder al nivel de la conciencia, O sea: primero debe hacerse preconciente. En ese proceso, dichos contenidos adquieren una organizacién psiquica més alta, y se produce el relevo del proceso primario por el secundario. En el Inconciente solo existen representaciones cosa, sometidas a una distinta legalidad: la del proceso primario. Se caracteriza ademas por la energia libre, o desligada, la atemporalidad y la no contradiccién. En esta perspectiva, no puede hablarse de simbolizacién en el inconciente. Esta supone diferenciacién, posibilidad de ligadura y busqueda de sentido propias del proceso secundario. Es decir, la capacidad de simbolizar tiene que ver con posibilidad de establecer ® Groen, A. (1999) "Descon: Amorrortu . Pag, 228 © Introduocién. Supuestos tedricos. Pag. 23 iento del inconciente” en El inconciente y la ciencia. Buenos Aires. 93 ligaduras, de trasponer energia libre en ligada. Capacidad inherente al preconciente, o en términos de la segunda tépica, al Yo. Debe tenerse en cuenta siempre que ‘fa relacién entre los sistemas sélo Puede descifrarse en la arquitectura significante de los derivados (...) particularmente aquellos que presenian al mismo tiempo la alta organizacién del sistema conciente y las caracteristicas del inconciente -productos mestizos, como las fantasias y las formaciones sustitutivas-(...) los intermediarios entre los dos sistemas”. °* ® Ricoeur, P. (1985) Freud: una interpretacién de la cultura, México, Ed, Siglo XX. Pag. 132 Ill DISTINTOS NIVELES DE PRODUCCION SIMBOLICA “Lo que puedo ver, lo que puedo representarme, es ya lo que puedo mantener a distancia: la aniquilacién, la disolucién del sujeto, queda de Jado” J.B. Pontalis (Entre ef suefio y el dolor) “Los poetas andaban en busca de palabras que nO conecian, y también buscaban palabras que conocian y habian perdido...” E. Galeano (“La casa de las palabras” de El libro de los abrazos) 1. De la huella mnémica freudiana, a la palabra La consideracién de procesos de simbolizacién como apertura supone posibilidad de ligadura, inhibicién del exceso de cantidades, resignificaciones, y la mocién deseante como motor de trabajo psiquico. En ese contexto, un psiquismo susceptible de modificaciones puede dar lugar a procesos de neogénesis; resulta central aqui el concepto de pasaje: como instalacién de algo nuevo, pudiendo dar lugar a cambios estructurales. Estos supuestos implican una idea de lo psiquico como estructurado y estructurandose. En el andlisis de un material clinico, la diferenciacién de distintos tipos de fepresentacion -donde lo pensable (figurable) es condicién del enunciado- posibilita inferir el nivel de estructuracién que lo hizo posible. Freud establece desde el Proyecto (1895) el concepto de huella mnémica. Al introducirlo en ese primer momento de su teorizacién, alin a pesar de la 95 connotacion neurofisiolégica que el término implica, le otorga al mismo tiempo cierta categoria psiquica que sera sostenida a lo largo de toda su obra. La ubica dentro de la t6pica, en los albores de la funcién de la memoria, al plantearse la esidad de diferenciar funciones: de reservorio y de recepcidn. Estas huellas o inscripciones permanecen en él preconciente o en el inconciente (por eso se habla de memorias, en plural), y se reactivan por investimiento; recordemos que en el caso de huellas en el inconciente, no pueden acceder en tanto tales a la conciencia, sino sdlo a través de su pasaje al preconciente. El término huella -ne equivalente a imagen mnémica sino a inscripcién- es descrito como una dispo: n especial de facilitaciones, que hace que una determinada via sea seguida con preferencia a otra (Laplanche-Pontalis, 1989). Seria justamente aquello que pone en marcha el trabajo de representacion, el cual supone la creacién de huellas no naturales: de la cosa a la palabra y a la escritura (Green, 1993). Este nuevo orden -el de los signos- sera el orden del sentido. Pero si bien “e/ Jenguaje fija las huellas y permite reemplazar con ellas otras, en particular mnémicas (...) sin las huellas de lo que precede a su adquisicién, y que no son del orden del ienguaje, no se puede apreciar nada de su funcién ni de su economia”. ® Y aquello que precede al lenguaje es también aquello que lo excede: lo decible no alcanza a cubrir lo pensable, como tampoco éste a figurar todo lo que pertenece al orden de lo impensable. Es decir, siempre habré algo que no alcanza a ser simbolizado y que, a la vez, sigue operando como motor de ese proceso. El camino que va desde las huellas a la representacién y al lenguaje, es complejo, y no constituye una historia lineal. Siempre algo de lo anterior perdura y es a la vez, como se dijo, obstaculo y condicién de desarrollo. Green, A. (1993). Obra citada, Pag.255. 96 2 El concepto de pasaje: La Hipétesis general de la tesis incluye la nocién de pasaje: como posibilidad -en un mismo sujeto- de expresar una problematica nuclear en simbolizaciones cualitativamente diferentes. De alli la recurrencia al término, pre- anunciado en la consideracién del material clinico de inicio® como en la secuencia de andlisis del material que se presenta en la Tercera Parte.“ ~Cual es la significacién que le acordamos? ,Qué debe ponerse en consideracién respecto a la conceptualizacién de esta nocidn de pasaje? Si buscamos cémo es definido en los diccionarios de la lengua, encontramos en Maria Moliner: “Paso. Accién de pasar. Derecho que se paga por pasar por cierto sitio”. En el Diccionario de la Real Academia espafola, se encuentra -mds explicitada- otra de las acepciones: ‘trdnsito 0 mutacién hecha con arte, de una voz o de un tono a otro”. Puede ser Util retener las tres ideas: En primer lugar: al paso de un lugar a otro (por analogia se hace referencia a lugares dentro del madelo tépico para pensar lo psiquico), se suma__ cierto precio que dicho pasa supone. Este problema se plantea como insoluble: en el advenimiento a algo nuevo se pierde algo de lo anterior; no es de importancia menor que la cita de Green, al inicio de la Segunda Parte, se refiera a los efectos de la represion en su rol estructurante. Ya se tome en ese sentido o en otro -por ejemplo el acotamiento del principio de placer por el de realidad- la idea es siempre la de no gratuidad. Podriamos pensarlo también en términos de renuncia pulsional exigida por la cultura, renuncia al narcisismo frente a la alteridad, o exuberancia de lo inconciente acotada por la |dgica del proceso secundario. Es la idea que subyace también a la relacién entre lenguaje y mundo representacional explicitada en la introduccién. © pag. 50 Pag. 149 y 185 De ambos textos se consulté la version virtual 7 La segunda de las acepciones implica la idea de mutacién o trdnsito hecha con arte (de un tono a otro de voz). Resulta interesante aqui la idea de algo que puede ser distinto, sin perder la referencia a aquello que constituye su origen. Imposible dejar de lado la idea de arte que evoca la referencia a la posibilidad sublimatoria. Si recurrimos ahora a textos psicoanaliticos -utilizados algunos como referentes en los supuestos teéricos- encontramos significativas aplicaciones del término: - Una primera utilizacién tiene que ver con los origenes: pasaje al mundo representacional de la experiencia del encuentro con e/ objeto. Lo inscripto a partir de ese encuentro tiene un status diferente al del objeto: como residuo de aquel encuentro, que generé un plus de excitacién no evacuable a cero, por ser de un orden -sexual- distinto a lo conservativo. Origen del psiquismo entendido entonces como producto metabdlico a partir del efecto de la accién del adulto sobre la cria humana. (Bleichmar, 2000) Este pasaje -origen de la vida psiquica- funda las condiciones de la simbolizaci6n. = Otra aplicacién del concepto tiene que ver con la interaccién entre instancias psiquicas. El Incenciente se define por estar constituido por contenidos inasequibles a la conciencia, cuya existencia sélo puede ser inferida. Sistemas distintos, irreductibles entre si, con distintas legalidades. Dentro de tal esquema, y porque existe la diferenciacién intersistémica, es posible hablar del pasaje de/ funcionamiento en proceso primario al proceso secundario. (Laplanche, 1970). Dicho pasaje esta dado por la funcién de ligadura (una de las funciones del Yo): energia ligada, ligadura de representaciones, construccién de sentido, que implica una diferenciacién econémica pero también cualitativa. En tanto los contenidos del Inconciente, son directamente inaccesibles, en la clinica sdlo es posible trabajar con sus derivados. Ese trabajo, de caracter simbolizante -trabajo del lenguaje- no constituye el develamiento de un sentido 98 ‘oculto, sino un proceso que implica la construccién del mismo, En ese proceso, las modificaciones en la tépica tienen que ver con modificaciones en el sistema preconciente. Hablamos entonces de ampliacién-complejizacién y/o nuevas posibilidades de la trama simbolizante. Se hace necesario recordar en este punto las propuestas freudianas a propésito destino de la representaci6n inconciente devenida conciente: por un lado la hipstesis funcional, seguin la cual se trataria de un cambio de estado de la misma representacién. Por otro, la hipdtesis de la doble inscripcién: después de haber devenido conciente, el pasaje de fa representacién al Preconciente, implica una nueva inscripcién -en este sistema- que coexiste con la del inconciente. Esta ultima hipétesis, completada por la tercera via que propondra Freud en Lo inconciente (1915) -a saber, el enlace de la representacién cosa con la fepresentacién palabra- es la que permitiria considerar la modificacién del Preconciente, que tiene como efecto la apertura a nuevas posibilidades simbolizantes. El trabajo analitico implica “hacer entrar en conjuntos relacionales mas vastos, mas flexibles, mas abiertos, lo que estaba encerrado en los ciclos rigidos del fantasma, alin lo que estaba excluido de toda relacién, como se lo puede suponer de las imagos més primitivas". © Pero esta segunda inscripcién -o transcripcién- es siempre parcial: hay un plus que escapa a la posibilidad de ser recubierta por el lenguaje, en su pasaje al sistema Prec-Cc. Ese plus continua siendo motor de trabajo psiquico, en una tarea nunca acabada. Desde otra perspectiva teérica podria pensarse también en Ppasaje a otro nivel de funcionamiento -a veces observable en la clinica-_ tomando el concepto de repeticién y los tres registros lacanianos (Harari,1988): la compulsion de fepeticién tributaria del registro de lo real (equivalente al concepto freudiano de compulsién de repeticién); la repeticién imaginaria, que implicaria recreacién activa y placentera en la busqueda de lo igual; y finalmente, la repeticién simbdlica, caracterizada por la insistencia pero bajo el sesgo de la novedad. Retomaremos este aspecto en el desarrollo Posterior del trabajo, en tanto que, ® Laplanche, J. (1990) Problemdticas V. Bs. As. Amorrortu. Pag. 140 99 atin dentro de otro contexto teérico, hemos marcado desde el comienzo /a diferencia de aquelio que insistia pero de otro modo que como mera repeticién (en el sentido freudiano de compulsién). = Se ha tratado de abordar, a lo largo del trabajo de tesis, esta idea de pasaje utilizada por distintos autores. Ella remite a los intentos de cercar -desde distintos angulos y en distintos momentos del desarrollo tedrico del psicoandalisis- una caracteristica central del psiquismo humano: las visicitudes de la tramitaci6n pulsional, que conceptuamos como trabajo de simbolizacién. Distintos modos, entonces, de expresar el salto cualitativo implicito en ese proceso: - Como mudanza de cantidad a cualidad - Como pasaje de lo infigurable a figurado. - Como cambio en los montos de afecto: de la angustia al afecto cualitativamente coloreado. - Como pasaje de lo original a lo figurable-pensable para poder acceder a lo decible. - Como pasaje de la fantasia a la elucidacién: de la imaginacién radical al pensamiento reflexivo.. - Como paso del sintoma -simbolo coagulado- a procesos de simbolizacién como apertura. Todas estas formulaciones intentan articular las hipdtesis freudianas en tomo al funcionamiento psiquico y el acceso a la posibilidad de simbolizacidn, lo cual implica la consideracién de sus origenes, sus vicisitudes, y posibilidades, dentro y fuera de la patologia. En tales consideraciones, la diferenciacién de niveles -o saltos cualitativos- parece ser condicién de la descripcién dinamica. 3. Represion y caminos sublimatorios Al hablar de la interaccién entre sistemas psiquicos, nos referimos al lugar que ocupa la represion. Ello implica tener en cuenta la doble vertiente desde la 100 que puede ser considerada: como mecanismo fundante de la diferenciacién intersistémica (rept in primaria y represién secundaria), 0 como fuente de patologia neurética. Desde la éptica de nuestro trabajo; podriamos decir: en el primer caso es condicién de desarrollo y de simbolizacion; en el segundo, de empobrecimiento patolégico, expresado en simbolos rigidos y obturantes (los sintomas). Como anticipamos en el comentario al material clinico de inicio (caso Emilia), en este trabajo focalizamos la represién en tanto condicién de un aparato psiquico constituido (lo cual no significa desconocer las implicancias del segundo sentido). Ese material fue elegido, justamente porque por sus caracteristicas, permitia inferir, a través del proceso analitico la construccién y/o consolidacién de la tépica alli donde se habia observado cierto déficit en su instalacién. Por eso en la consideracion del mismo hicimos alusion al trastorno, y a la posibilidad de inferir cambios. Tales cambios -marcando el pasaje hacia una diferenciacién tépica mejor lograda- se expresaron a través de modificaciones en los modos de produccion simbdlica. Partimos entonces de considerar la represidn como condicién de una tépica psiquica diferenciada: distintas instancias, distintas legalidades, accién de la censura, interaccién de los sistemas. Pero un funcionamiento psiquico no patolégico supone algo mas que la represién; de lo contrario ésta se constituye en fuente de enfermedad neurdtica, sin otros caminos de derivacién pulsional, lo cual implica energia excesiva al servicio de la defensa, y aparicién del sintoma. La dindmica del funcionamiento psiquico exige -frente a lo externo del mundo y lo extemo propio- otras posibilidades que suponen satisfaccién e interaccién mediatizadas. En el capitulo | de esta Segunda Parte, nos hemos ocupado de la mediatizacién frente al afuera (lo extemo del mundo) al hablar de representacién y percepcién. En ese sentido, la idea de embrana o funcidon yoica de filtrado, permite la idea de un funcionamiento psiquico donde sea posible el interjuego 101 entre la diferenciacién subjetiva y el intercambio vineular. Podriamos decir que all la mediatizacién Supone -teniendo en cuenta los dos términos de la relacién- ur doble movimiento de Y hacia por parte del Sujeto y el-otro. Se trata ahora de abordar el tema de Ia mediatizacién frente aquello que, auin dentro del mundo psiquico, constituye también lo externo a si mismo: lo desconocido de los contenidos inconcientes, delimitados Por efecto de la represion, pero que no sucumben totalmente a ella. En el Proyecto (1895) Freud hablaba de vias colaterales o investimientos colaterales, en la dindmica de los procesos inhibitorios, y del rodeo del Pensamiento, como modos de mediatizar la satisfaccién de la pulsién. En su obra Posterior, se referira a la sublimacién como destino pulsional, concepto que implica la Paradoja de la satisfaccién no sexual de la pulsién, la cual es por definicién, sexual. Destino que da lugar al trabajo creativo de preduccién cultural, y el placer frente a ésta. Podemos decir que aunque se trata de un concepto poco desarrollado (todos los autores coinciden en sefialarlo) Freud le dio relevancia, ocupandose de la sublimacién no slo desde los inicios de sus especulaciones teéricas, sino que la ubicé también en los inicios de la estructuracién del Psiquismo, preanunciada en dichas vias o investimientes Colaterales. A diferencia del sintoma, no se constituye a partir de una represion que frena la aparicién de lo inconciente, sino que supone la posibilidad de otro tipo de trabajo psiquico, el cual implica represién pero sélo parcialmente: la represion del objeto sexual; el otro -la energia- escapa a la represién: desplaza su fin sin perder en !o esencial su intensidad (Freud,1908), lo cual constituye un juego suti! entre sublimacién y represién (Laplanche, 1977). Hemos encabezado este Punto utilizando la expresién caminos sublimatorios. Al referimos al material clinico con el que iniciamos nuestro trabajo, | luego al ocuparnos de la relacién fantas{a-representacién, hablamos de rocesos de simbolizacién que pueden dar lugar a producciones novedosas, 102 cercanas al placer ludico 0 estético, y que desde el punto de vista dinamico, incluyen desplazamiento y metaforizacién. Es decir, otras vias o modos de tramitacién para las mociones deseantes (que suponen la-represién pero que no se agotan en ella). Si llegamos a estos conceptos al describir modos diferentes de simbolizacién y sefialar que el trabajo subyacente apuntaba a la posibilidad de caminos sublimatorios, jqué relacién puede establecerse entonces entre simbolizacién y sublimacién? Se trata de conceptos distintos, pero admiten articulaciones 0 entrecruzamientos. Especialmente si hablamos de simbolizacion en el sentido de tramitacion psiquica de lo pulsional -como lo hemos venido trabajando- y de la sublimacién como produccién novedosa, de dimension cultural; cultural en el sentido también amplio de apertura al objeto (que implica renuncia a la satisfaccién pulsional directa) y a la posibilidad de nuevos simbolos en el lazo social (dimensién que se juega también en -o a partir de- el lazo transferencial). La sublimacién considerada como exigencia para la psique, que supone el reemplazo de sus objetos privados, incluida su propia imagen como tal, Por otros -propios de la institucién social de pertenencia- para convertirlos en nuevos soportes de placer. (Castoriadis, 1993). Si partimos del concepto de pulsién como pulsién sexual -diferenciando el estado desligado del ligado, como pulsién de muerte o de vida, respectivamente- y de la simbolizacién como el trabajo psiquico de establecer esas ligaduras, siempre la sublimacion implica ese trabajo simbolizante; dicho trabajo sdlo sera sublimacién cuando el objeto sexual se encuentre desplazado. Tanto a través del juego en la infancia, o de la creacién y/o disfrute de productos culturales en periodos posteriores “permutamos una cosa por otra; lo que parece ser una renuncia es una forma de sustituto 0 subrogado”. ” Esta idea freudiana debe ser leida considerando que ese proceso de permutar implica -en tanto la expresién en otros niveles tiene que ver con cambios cualit aparicién del matiz creador. ivos- la © Freud, S. (1986) E/ ereador literaria y ef fantaseo, Buenos Aires. Amorrortu, OC, Tomo IX. Pag.128 103 En el Capitulo VII de La interpretacién de los suefios, al marcar la incidencia de los contenidos inconcientes Freud ya habia citado, dandole mayor dimensién dinamica, una ipdtesis de E, von Hartmann (en relacién at papel del inconciente en la creacién artistica), que ilustra nuestra tematica: “Es fo inconciente lo que escoge con arregio a los fines del interés, y esto vale para la asociacidn de ideas en el pensamiento abstracto, asi como en el representar sensible o en la combinacién artistica”®® Ahora bien, jqué sucede -o por qué- fracasa la posibilidad de sublimar? Habria que hacer referencia, en principio, a los origenes en la constitucién del psiquismo, y considerar desde alli ese juego sutil entre represion y sublimacién al que antes aludimos. Dicho metafdricamente: la instalacion de diques supone también la de canales; Freud situa ambos desde los inicios del desarrollo psiquico. Si existen fallas en la instalacién de la tépica, ello trae consecuencias en la capacidad sublimatoria. En una tépica ya constituida, en cambio, puede fracasar tal posibilidad cuando existe, por ejemplo, un exceso de lidad de energia al servicio de la defensa; se restringe entonces la posi circulacién y de nuevas.asociaciones. Para expresarlo en relacién al trabajo de tramitacién simbdlica: 0 no ha podido constituirse la trama que posibilite la expresion mediatizada, o ésta se icuentra obturada en la posibilidad de funcionar de ese modo. Cualquiera de esas situaciones acarrea consecuencias para el aparato: desde rigidez por abroquelamiento defensivo, a modalidades evacuativas de funcionamiento (ya sean éstas de expresién en la conducta, en el soma, o incluso en la sobrecarga fantasmatica que dificulta los procesos del pensar). En los casos de neurosis, ese fracaso puede manifestarse en dificultades en tareas laborales, intelectuales o trabas en la produccion artistica: se altera la posibilidad de utilizacién de ciertas vias sublimatorias que la cultura proporciona, las que se convierten entonces en modos sintomaticos de sufrimiento neurdtico. * Froud, S. (1986) La interpretacién de fos suefios. Buenos Aires. Amorrortu . Pag. 522, Nota al pie 104 En El yo y el ello, Freud relaciona la posibilidad de ligar la energia con las tendencias propias del yo y el narcisismo secundario. Propone incluir los procesos de pensamiento como dados a partir de un desplazamiento -sublimacién- de la fuerza pulsional erdtica. Cuando tal desplazamiento de meta o desexualizacién no se logra, queda trastocada dicha via que entonces se convierte en sintoma. En sintesis: nos hemos ocupado en esta parte de la indagacién teérica, de ubicar el trabajo de simbolizacién en una perspectiva que, a pesar de su amplitud, permite delinear mejor el tema de la tesis: fa simbolizacién como tramitacion psiquica de lo pulsional, que implica distintos niveles. Partimos del campo general de la representacién, modo de existencia de lo psiquico, aborddndola primeramente desde dos aAngulos: representacién y percepcién; representacién y fantasia. Ello nos permitié ubicarnos en la perspectiva tedrica que otorga al encuentro con el otro humano una dimension fundacional -implantacién de la sexualidad- y una actividad metabdlica desde los. origenes: actividad de percepcién, de representacién, de articulacion fantasmatica. Hemos diferenciado luego el trabajo de simbolizacién, que supone el campo de la representacién pero sin recubrirlo totalmente, recurriendo a conceptos enunciados en los supuestos tedricos de partida: /a idea central de una estructura psiquica constituida por sistemas diferenciados y en interaccién. En ese sentido, se consideré clave la nocién de pasaje, enunciada en la hipdtesis general, porque permite articular las nociones de destinos de lo pulsional y trabajo de simbolizacién, teniendo en cuenta el enfoque econdmico-dinamico (priorizado siempre al hablar de pulsidn) y el tépico (sin el cual no seria posible considerar la simbolizacién). Esta nocién de pasaje, trabajado por distintos autores a partir de Freud, permite referirnos a las vicisitudes de dicho proceso: come cualificacién de cantidad en los origenes; como busqueda de figurabilidad en distintas producciones de la fantasi como posibilidad de volver a hacer conciente lo inconciente; como creacién de nuevas modalidades de expresion. 105 Tales consideraciones implican el reconocimiento de distintos niveles en los modos de produccidn, los cuales permitirdn. inferir, justamente, si se trata o no de cambios cualitativos. Este es el tema que anunciado* en el Ultimo punto, intentaremos abordar en la Tercera Parte, trabajando con material clinico y proyective. 106 TERCERA PARTE LA PRODUCCION SIMBOLICA EL RORSCHACH: una herramienta para su andlisis 107 | PRESENTACION “Ni la prioridad ni la originalidad se cuentan entre los objetivos que se ha propuesto el trabajo psicoanalitica y las impresiones que sirven de sustento a la formulacién de este principio, son tan palmarias que apenas se _ podria desconocerlas”. Sigmund Freud (Mads alld del principio del placer) “Lo que no se deja calcular, se deja sin embargo pensar” Cornelius Castoriadis (La institucién imaginaria de la sociedad) El andlisis del material enfocado en las posibilidades de procesamiento simbélico implica ubicarse en el campo de lo individual y -por tratarse de cambios cualitativos- ocuparse de distinciones que sdlo pueden ser realizadas por inferencia; no sera ésta entonces una investigacién desde lo macro, que pueda ser cuantificada. Dicho andlisis permite a la vez, desde su singularidad, pensar e inferir cuestiones que van mas alld de lo singular: hablamos de estructura psiquica, de pulsidn, de posibilidad de trama simbolizante. Podria haberse seleccionado otro tipo de produccién simbdlica: suefios, juego, andlisis del discurso en sesiones sucesivas. Se eligid el andlisis del contenido de las respuestas al Rorschach, con los riesgos de cuestionamiento que ello implica: 108 - Desde el area del Psicoandlisis por no ser un aspecto que forme parte del dispositive psicoanalitico, como lo son la asociacién libre, el andlisis de los suefios, la transferencia. - Desde el drea del Rorschach, en tanto el presente trabajo, por su caracter sesgado, no se ajusta totalmente a los requerimientos de la técnica propuesta por su autor. Frente a tal posibilidad de cuestionamiento, se reiteran los objetivos de la tesis: - Indagar el trabajo psiquico de simbolizacién con una lectura psicoanalitica que permita la inferencia de modificaciones estructurales -si las hubiera- a partir de los cambios -cualitativos- en la produccién. - Enriquecer el campo de investigacién acerca de los modos defensivos que delimitan destinos mas cerca o mas lejos de la Patologia. - Trabajar sdlo un aspecto de las respuestas al Rorschach, acotando su andlisis al tema especifico de investigacion. 7° 1. Justificacién del Rorschach como herramienta El Rorschach es una técnica perteneciente al area del Psicodiagnéstico, y no una herramienta del dispositive analitico. A diferencia de éste, no constituye una Producci6n espontanea: la persona es convocada (como en otras Técnicas Proyectivas), a una tarea especifica, en este caso, interpretar las manchas. En tanto el objetivo di presente trabajo es indagar procesos de simbolizacién, trataremos de verificar -a través del material proyectivo- los ° Para la tarea psicodiagnéstica —que no constituye el objetivo de este trabajo- adhiero a aquellos requerimientos y a los desarrollos de la Escuela Argentina de Rorschach de la cual formo parte. 7° Se incluye como dato complementarie el protocolo complete y al procesamiento cuantitativo habitual de los materiales presentados, en el Anexo 2 109 cambios en los modos de produccidn simbdlica que fueron observados en el proceso analitico. La v itaja de trabajar con una Técnica de esta indole, es la posibilidad de establecer cierto seguimiento manteniendo una constante: la misma propuesta y el mismo encuadre al mismo sujeto, en distintos momentos. La interpretacién del material permitira registrar las diferencias en su capacidad de Procesamiento simbdlico. 2. Justificacién de la aplicacién Retomaremos conceptos desarrollados a propésito de representacién y percepcién:” membrana protectora o anti-estimulos, investidura, incidencia del acervo previo de representaciones. En la percepcién, frente al choque que constituiria el encuentro con el mundo exterior se pone en marcha, en un sujeto constituido, un proceso complejo y activo que -como vimos- incluye la interaccién de los sistemas psiquicos. En esa frontera entre mundo exterior e interior que constituye el sistema P-Cc, hemos subrayado: - La funcidn yoica de filtrado a través de la membrana de proteccién frente a los estimulos. Ese no registrar o registrar mal al que se referia Lacan. En relacién al concepto de membrana, Freud se refirid primeramente al procesamiento de “cantidades muy pequefias del estimulo sensorial, tomando sélo pizquitas del mundo exterior’.’® Us6 también la imagen de antenas. Pero esa nocién de procesamiento de cantidades implica algo mds que la reduccién cuantitativa: es necesaria ademas una cualificacién, a partir de las categorias. organizadoras que el lenguaje hizo posible. Dentro de este modelo para pensar el proceso de la percepcién, la funcién de filtro permanecera actuando entonces, como condicién necesaria, pero no suficiente. 7 Segunda Parte. Pag. 72.279 ™ Freud, S. (1990) Més alld del principio del placer Buenos Aires. Amorrortu. OC T Xvill, Pag.28 110 Por otra parte, si el exceso de cantidad deviene traumatica cuando se sobrepasa /a pizca de dosis tolerable y excede las posibilidades funcionales de la proteccién de la membrana, el caracter traumdtico puede darse no sdlo por caracteristicas objetivas (magnitud de la realidad exterior incidiendo sobre el aparato psiquico), sino adquirir dicho cardcter para ese sujeto particular. Para expresarlo dentro del contexto de este trabajo: algo devendrd traumatico para un sujeto cuando excede la posibilidad de la trama simbdlica para poder procesarlo, ~Cémo pensarlo en relacién a la tarea a la que el Roschach convoca? La ambigiiedad del estimulo -que proporciona mayor posibilidad proyectiva- posee al mismo tiempo, y por idéntica razon, cierta cualidad de situacion traumatica: la capacidad intrinseca de lo desconocido y poco definido que, por serlo, es generador de ansiedad; ésta se constituye en desafio y/o motor de trabajo psiquico. Con los recursos disponibles en ese aqui y ahora, se le propone un trabajo y un esfuerzo que constituye, al decir de su autor, una verdadera interpretacion. En un cldsico texto de andlisis de! Rorschach desde el punto de vista psicoanalitico, Baer Bahia subrayaba esta nocién de situacién traumdtica, y la exigencia de trabajo que supone tramitar la angustia por él! suscitada. Este autor centraba la problematica “en la angustia por temor a la pérdida de la forma, con fendmenos de sustraccién de carga libidinosa absolutamente idénticos, aunque mitigados, a los que inician y acompafian los procesos neurdticos y psicdticos’.”® Los resultados del trabajo de interpretacién de las manchas, en el esfuerzo del sujeto por dar forma, daran cuenta de sus recursos simbélicos. - Los procesos de reconocimiento y diferenciacién, también funciones adscriptas al yo, que incluyen no sdlo la diferencia entre objeto pensado y objeto percibido, sino también entre lo ya conocido y lo diferente en el campo de la ™ Baer Bahia A. (1949) El Test de Rorschach desde el punto de vista psicoanailitico. Buenos Aires. El Ateneo. Pag. 9 11 percepcién. Una nueva percepcién tiene que ver con el espacio representacional del sujeto; supone la existencia de una trama simbélica previamente constituida. Hermann Rorschach, que no hizo un desarrollo tedrico para fundamentar su técnica, parte de una idea central, tomando conceptos de Bleuler: “Las percepciones se producen debido a que las sensaciones 0 los grupos sensoriales ecforizan en nosotros las imagenes mnémicas de grupos sensoriales pretéritos.” Su idea central -si bien influido por las concepciones asociacionistas de su época- es entonces la de la percepcién como “integracidn asociativa de los engramas preexistentes con los complejos sensoriales recientes”.”* Aunque desde un contexto tedrico que no es aquel, hay dos elementos a subrayar aqui: la idea de engramas preexistentes -imagenes mnémicas- y la de coneccién asociativa. Ambos tienen que ver con aquello que se intenta focalizar al trabajar el material. Estas nociones de reconocimiento y diferenciacién, podrian ponerse en relacién también con la idea freudiana de fidelidad a la percepcidn en la representacién. Freud se referia asf al objeto representado: “No siempre al reproducirse la percepcién en la representacién, se la repite con fidelidad; puede resultar modificada por omisiones, alterada por contaminaciones de diferentes elementos. El examen de realidad tiene que controlar entonces el alcance de tales desfiguraciones’.”* Si bien el concepto de procesamiento metabolico de lo percibido descarta la idea de reproduccién en sentido estricto (en la representacién), es util tener en cuenta este concepto de fidelidad -siempre relativa- que puede ser puesta en consideracién a través de una técnica como el Rorschach. Se trataria de evaluar en qué medida el procesamiento subjetivo, ineludible, se realiza sin el costo de alteraciones en la apreciacién de la realidad (algo que el Rorschach permite conocer, en tanto que, a pesar de la ambigiiedad de las manchas, deben ™ Rorschach, H. (1948) Psicodiagndstico Buenos Aires. Paidos Pag. 21 75 Freud, S. (1990) La Negacién Bs.As. Amorrortu OC Tome XIX Pag, 256 112 cumplirse ciertas condiciones de adecuacién entre lo percibido y el estimulo, lo cual supone a su vez un concepto adquirido y compartido). Lo considerado hasta aqui -proteccién de la membrana, procesos de diferenciacién y reconocimiento- puede ser referido a toda la gama del conocimiento humano, a partir de la consideracién de la percepcién en tanto encuentro-reencuentro con el objeto. En el caso de una técnica proyectiva, se agrega ademas otro matiz al trabajo psiquico que la propuesta invita a poner en marcha. Un matiz que tal vez sdélo comparte con el juego del nifo o la representacién teatral: se trata de interpretar un material. Para este trabajo de interpretacion, se ha acufiado el término de apercepcidn. En la medida que se le pide al sujeto que interprete un material con cierto nivel de ambigiiedad, esto potencia el efecto de la proyeccién, del que nunca esta del todo exenta la percepcion. Se podria decir que hay una relacién inversai te proporcional: a mayor ambigiiedad del estimulo, mayor posibilidad de proyeccién, dando lugar a cierto margen de distorsién que permite interpretaciones mas reveladoras de lo individual (entendiendo aqui distorsién no en el sentido de pérdida del examen de realidad, sino la cuota de alteracién implicada en la diferencia entre objeto externo e interpretacién del mismo, tefida mds 0 menos -segtin el caso- por matices propios de la subjetividad del que percibe). Al trabajo psiquico de toda percepcion, se afade entonces este pedido de asociaciones (aunque no se lo formule asi), que a diferencia de la situacion analitica, se da aca de forma estructurada. Este proceso implica ademas la conciencia del como si de la interpretacidn, © Sea: se parece a aquello, pero el sujeto sabe que no es aquello. Algo que fue sefialado al mencionar los tipos intermedios de representacién de Sartre, donde el soporte perceptual de las llamas 0 las manchas en la paredes le permitian al sujeto ver algo que dependia de un saber previo -le hacia signo- con conciencia que no se trataba del objeto. Cabe destacar que no toda las interpretaciones tienen la connotacidn que remite a lo individual; hay ciertas caracteristicas del estimulo que facilitan en 113 algunas laminas, la presencia de respuestas frecuentes -populares- importantes en cuanto sefialan la posibilidad de consenso y adaptacin a la realidad, pero que poco muestran de lo subjetivo. Es mas: puede darse el caso que un incremento de la defensa aumente su numero en detrimento de las otras. Serian un material, por decir as/, mas neutral, aunque necesario. - Los procesos de investidura. Hablamos de la funcién de filtrado frente al estimulo extemo -las laminas del Roschach lo son- y de las de diferenciacién y reconocimiento: ambas funciones del yo, en cuanto a su adscripci6n al sistema P-Cc. Pero e/ recorte de la realidad que se percibe esta determinado, a su vez, por procesos de investidura. 4En qué consiste dicha participacién? ,Qué pasa con las excitaciones que provienen del interior? Mejor dicho, gqué pasa con aquellas excitaciones activadas a partir del contacto con el estimulo externo? La existencia de la instancia inconciente le da un sello a la percepcion y a la Tepresentacion del afuera: el estimulo externo es disparador de efectos, pero el modo de ser conocido proviene de! que percibe; el elemento puntual que pone en marcha el proceso, agitando aspectos desconocides para el propio sujeto, sufre a la vez la limitacién-recorte-filtro de un proceso metabélico. Hasta aqui, la nocién de investidura. Pero en relacién con este proceso complejo de la percepcién, es necesario distinguir otro aspecto que se tomara en cuenta en el andlisis del material: la posibilidad de mediatizacién o no de la respuesta frente al impacto interno provocado por el estimulo exterior. Es decir, las consecuencias del efecto producido por ese agitar de elementos del inconciente; éstas se expresaran en la cualidad 0 tono afectivo que acompafia su percepcién de la realidad (no sdlo en los casos de fallas en les procesos de reconocimiento y diferenciacién), y afectaré la interpretacion de la misma. Este proceso depende de la trama simbélica previa. Asi, en un aparato en el cual dichos recursos sean insuficientes, las representaciones agitadas por el encuentro con el afuera, provocaran un exceso de angustia y ésta tefir -al 114 nenos en algun punto- la relaci6n con el mundo (ya sea en el campo del sonocimiento, o en el de los intercambios vinculares). Habra diferencias entre ino y otro sujeto, o tal vez, incluso en diferentes aqui y ahora si se trata del nismo. Con respecto a tal posibilidad de mediatizacién, es necesario retomar a la dea de vias colaterales y de procesos de ligadura, en tanto en el interior no existe nembrana de proteccién que haga la funcién de filtrado. Es decir, volver a sonceptos que apuntan a la posibilidad de tramitacién simbdlica retomados aqui an_relacion al is del material elegido: cémo pensarlos respecto al Aorschach. Se podria decir que, cuanto mds endeble o fallida sea la trama simbdlica- simbolizante, o cuanto menor la energia de investidura disponible (por exceso de yasto defensivo), mayor sera la dificultad para responder a los requerimientos de a consigna. El material obtenido denunciara tal dificultad. En el primer caso (fallas an la constitucién de la trama), la situacién adquirira un cardcter traumatico sxcesivo, superior a las posibilidades de organizacién y elaboracién, y ésas seran jas caracteristicas de la produccién; es decir, material que denuncia el uso de modalidades defensivas primarias, que le daran una tonalidad difusa y/o cadtica. En el segundo caso (gasto de energia volcada a la defensa), la rigidez se manifestara en una produccién escasa, pobre, estereotipada. En éstos, los canales colaterales no estan disponibles. En aquellos, no se habrian construido. Entre una y otra de estas posibilidades extremas, se dara toda una gama de expresiones diversas, que permitiran realizar inferencias acerca de la capacidad simbolizante, y que remite nuevamente a la idea de complejidad. Dentro de esa gama posible, pueden encontrarse producciones que no son parejas; es decir, que expresan diferentes modos de tramitacién psiquica. En dicho caso, pueden inferirse alteraciones selectivas (0 aspectos fallidos en la estructuracién de la tépica), alternando con la posibilidad de expresion simbdlica de conflictos. 115 - Los conceptos de saliencia y pregnancia. Estos conceptos resultan especialmente adecuados para la comprension de la tarea psiquica que supone un material a interpretar:-ayudan a articular el cardcter activo de la percepcién en relacién a los procesos de investidura que acabamos de considerar. Recordemos que saliencia es aquella caracteristica por la cual algo -de la realidad externa- se destaca como discontinuidad © fisura de un continuo. En el caso del estimulo visual, cuando algo se destaca sobre un fondo. Pero esta saliencia sdlo deviene significativa para el individuo por el efecto de investidura, es decir, cuando resulta pregnante para él. En el andlisis del Rorschach -a diferencia del criterio gestaltico clasico de formas pregnantes- la diferenciacién entre saliencia y pregnancia, permite poner el acento en el trabajo psiquico que queremos destacar: mas alla de la saliencia que tal o cual aspecto de la configuracién de la mancha presenta, sera el efecto pregnante que adquiera para el sujeto, lo que ponga en marcha el proceso de interpretacion. Esta pregnancia tendra efectos de investidura. En uno de los ultimos textos freudianos (Moisés y la religisn monoteista, 1939) se encuentra otra especificacién que puede ponerse en relacién con estos procesos. Se sefialan alli tres condiciones para que lo reprimido logre avanzar a la conciencia (en ningin caso, por supuesto, sin pasar por un proceso de modificacién exigido por la censura): el descenso de la energia de contranvestidura del yo (en ciertos estados patolégicos o en el proceso normal del suefio); el refuerzo pulsional (como el que sobreviene en la pubertad); y, en tercer ides reprimidos. Resulta interesante esta tercera posibilidad, en su articulacién con las nociones de saliencia y pregnanci: lugar, cuando algo del vivenciar actual reactiva los cont algo actual activando procesos psiquicos internos. En el Rorschach muchas caracteristicas de las manchas se presentan como saliencias; sdlo seran pregnantes cuando al agitar aspectos inconcientes, se produzca el proceso psiquico de investidura. Hablamos de aspectos inconcientes, para dejar abierta la idea que el estimulo de la mancha puede dar lugar -ademas 78 Segunda Parte. Pag. 76 116 de asociaciones concientes y activacién de material psiquico reprimido- a la movilizacién de aquello que busca abrirse paso -encontrando forma- y que esta mas cerca del afecto que de la representacién. ae - El destino de lo oido y de lo visto en relacién al espacio reprasentacional.”” Freud (1923) se refiere a la significatividad de los restos mnémicos dpticos. En tanto restos mnémicos, sdlo pueden acceder al Pro-Cc a través del enlace con la representacién palabra; pero el punto a destacar es que les confiere a esos restos mnémicos épticos, una mayor cercania a los procesos inconcientes. que al pensar en palabras, subrayando ademas que el pensar en imagenes, aparece mas marcado en algunos sujetos. En tanto proceso atravesado por el efecto organizador de la lengua, lo percibido es también lo nombrado, més alld del origen del resto mnémico que pueda ser reactivado. La respuesta a la consigna del Rorschach implicara ese sona aspecto de informacién cualificada-cualificante de toda percepcién: la nombra aquello que el estimulo le invita a interpretar. No obstante, puede resultar Util retener la idea que el Rorschach convoca a la imagen visual, y la de la existencia de sujetos donde el pensar en imagenes se destaca. Por eso la fiqueza en la produccién esta dada en algunos casos, no sdlo por las caracteristicas de estructura y capacidad intelectual, sino porque es justamente el pensar en imagenes su modalidad particular (algo que aparece claramente en Emilia, uno de los pacientes presentados) que encuentra asi facilitada la expresion. 3. Posibilidad del andlisis de niveles de simbolizacién en las respuestas al Rorschach 3.1 Introduccién: 7 Segunda Parte. Pag. 75 7 El trabajo al que invita la consigna del Rorschach (decir qué ve en la lamina), constituye un esfuerzo de interpretacién, que exigira algo diferente a la percepcién habitual. De hecho, el subtitulo con que se publicé originalmente la Técnica fue Interpretacién de formas accideniales. Se trata no de encontrar una respuesta correcta, sino que constituye la invitacién a una interpretaci6n libre, lo cual le otorga cierto caracter de creacién. “Crear algo a partir de elementos tan simples que no son mas que un pretexto (...J0 cual supone...) un medio de aproximacién a las condiciones intemas de la percepcién”.”” Ese crear no excluye -sino que mas bien lo supone- el aspecto de diferenciacién y reconocimiento de! que hablamos antes al referimos a la percepcion en general. Por eso volvemos a subrayar: - a partir de esas manchas ambiguas, el sujeto creara una respuesta, que remite a su acervo de representaciones y que debera presentar adecuacién con las caracteristicas de la mancha, - al realizar esta interpretacién se establece implicitamente el campo del como si, tener en cuenta este aspecto constituye un indicador clave para el diagnéstico diferencial, en casos donde tal condicién aparece borrada (anulacién o pérdida de la conciencia de interpretacién). - no todas las respuestas tienen el mismo cardcter o la misma fuerza proyectivos; existen respuestas esperables que sefialan la posibilidad de consenso, pero que no son significativas como reveladoras de la dinamica intrasubjetiva: respuestas neutrales, mds cercanas a una percepcion (nunca del todo, en sentido estricto) objetiva. Esta diferencia entre repuestas neutrales y mas significativas, es posible en tanto el estimulo facilita la puesta en marcha de aspectos del sistema Pres-C y del loc, proceso que supone la interaccién entre mociones deseantes y defensas. Las respuestas reveladoras de la subjetividad son las que marcaran diferencias entre un protocolo y otro. ™ Aanzieu, D. (1962) Las Métodas Proyectives . Buenos Aires. Kapelusz Pag. 2 118 Para este andlisis se han elegido materiales en los cuales la presencia de respuestas significativas en ese ultimo sentido, permite abordar el trabajo de tramitacién psiquica que constituye el nticleo.de esta investigacién. La idea no es ocupamos del andlisis estructural de los protocolos,”® sino del Proceso de simbolizacién que algunas secuencias permiten inferir. Es importante sefialar ademas que el énfasis estaré puesto no tanto en la simbdlica de la respuesta (utilizable no sin reparos) sino en el trabajo que subyace a dicha produccién: trabajo de procesamiento simbdlico, que la aparicién de determinados contenidos en una secuencia permite abordar. Como hemos dicho, tales secuencias seran: la del proceso analitico por un lado; la de distintos momentos de la prueba proyectiva por otro. Antes de continuar, conviene aclarar, para aquellos que no estan relacionados con la técnica, algunas cuestiones relativas a la interpretacion psicoanalitica del Rorschach: En principio recordar que su autor, influido y participe activo en su pais del movimiento psicoanalitico, no elabord una fundamentacién tedrica de la prueba. Su preocupacién central estuvo dirigida a elaborar una técnica proyectiva para el diagndstico psicolégico y psiquiatrico, dandole caracteristicas que la harian unica en ese campo de técnicas: criterios de estandarizacién. A través del analisis estructural (procesamiento cuantitativo de los datos y andlisis cualitativo de los mismos) se ofrecia a partir de alli, la posibilidad de acercarse al conocimiento de la estructura subyacente, y sus modos de funcionamiento. En realidad, en la Primera publicacion de su Psicodiagnéstico (1921) Rorschach le resta valor como. medio para conocer algo del inconciente. Sdlo en un trabajo posterior, en ocasion de una conferencia en la Asociacién Psicoanalitica de Suiza (1922, poco antes de su muerte y publicada péstumamente), realiza junto con la presentacién de un caso, cotejando los hallazgos de la prueba con los del proceso analitico, la exposicién de las relaciones entre el psicodiagnéstico y el psicoandlisis. ™ La Clasificacién, Cémputos y Psicograma de los cuatro protecolas estan disponibles en el Anexo 2 119 Bastante después de su prematura muerte, comienza a hacerse mas conocida y difundirse la prueba entre distintos psiquiatras y terapeutas, muchos de ellos también psicoanalistas. Asi, tanto en Europa como en E.E.U.U, y finalmente en Latinoamérica, éstos contribuyen a desarrollar un aspecto -apenas iniciado por el autor- que completa y enriquece los datos del andlisis estructural: la interpretaci6n dindmica. Esa interpretacién dinamica ha posibilitado realizar, a través del material, inferencias acerca de: niveles de estructuracién; recursos intelectuales y afectivos disponibles; niveles de salud y de desajuste, estructura defensiva, areas y niveles de conflicto; capacidad de insight. Pero, sobre todo, aspectos de la singularidad que se juegan en la estructura. Muchos han trabajado ademés el llamado simbolismo de los contenidos. En referencia a esto ultimo, debe sefialarse el riesgo de una pretendida correspondencia término a término (de determinados contenidos, o de un simbolismo fijo adscripto a cada lamina). Llevado al exceso, es decir, sin tener en cuenta otros elementos (como los modos de produccién en su aparicion, la asociacién espontdnea o solicitada al finalizar la prueba, e! contexto general del material), lleva a un empobrecimiento, cuando no a excesos y/o tergiversaciones en la interpretaci6n de los datos. Andlogamente a lo que sucede con la interpretacién del material clinico en el proceso analitico (suefio, lapsus, sintoma), la recurrencia a una simbolica establecida de antemano puede empobrecer -por reduccionista- la interpretacién del material proyectivo. La aparicién de un contenido con determinada carga simbdlica (de la imagineria popular, o por la divulgacién de términos psicoanaliticos) debe ser considerada en el aqui y ahora del procesamiento psiquico de ese sujeto en particular. En el caso del Rorschach, sera el contexto de la prueba, las asociaciones que espontaneamente puedan aparecer, y la posibilidad de convalidacién en la clinica, los que habiliten la interpretaci6n. 120 3. 2 Posibilidades y limitaciones del material proyectivo: 2A qué nos referimos cuando hablamos de inferir a-través del Rorschach el trabajo de procesamiento simbédlico? Ante todo habria que diferenciar los campos en que puede ser considerado el material desde dicho 4ngulo: - En la practica clinica: alli se utiliza el Rorschach como parte de un proceso psicodiagnéstico que, preferiblemente, debe incluir otros materiales. En ese caso, puede considerarse este enfoque de andlisis (el de esta propuesta) como otro Angulo mas desde donde pensar e! material, que se suma al andlisis estructural y dindmico habituales. Como siempre, entonces, deberd leerse en contexto, buscando si existen convergencias intra e intertest. - En el ambito de la investigacién. como en este caso, recortamos este aspecto en funcién de la hipdtesis planteada. En uno y otro campo, en cuanto se trata de inferir un proceso, sera necesario considerar.la administracién del Rorschach en momentos distintos (aqui seran presentados dos protocolos de cada paciente), convalidando las observaciones con el material clinico. Al realizar la interpretacion del Rorschach desde el punto de vista psicoanalitico, partimos del supuesto que es posible hacer su lectura -sin desconocer que se trata de un orden de produccién distinto al material clinico de una sesi6n- a la luz de los supuestos fundamentales que el psicoandlisis propone. A diferencia del suefo, el material es del orden de la vigilia; a diferencia de la sesién, la asociacién que se le pide es estructurada, no libre. Ademas si bien dentro de un proceso que implica un encuentro transferencial, acd no se dara la posibilidad de un despliegue de la misma, puesto que se trata de un encuentro doblemente acotado: el del momento de la administracién de la prueba y el de una consigna fija. 121 Tales diferencias no impiden sin embargo pensar el material desde aquellos supuestos. Como se sefialé, ellos han enriquecido el diagndéstico dinamico, permitiendo el abordaje de los aspectos antes sefialados que hacen a la estructura y a la subjetividad que en ella se juega. El recorte propuesto en el trabajo de la tesis supone estos aspectos, y utiliza el material como una herramienta que, en algunos casos permite abordar la dinamica del proceso de simbolizacién. éPor qué en algunos casos? porque no siempre el material sera revelador en este sentido. En muchos, por el contrario, sdlo es posible conocer la fuerza de la defensa, que llevada al extremo funciona como verdadera coraza, obturando todo intercambio posible con el afuera ¢ impidiendo cualquier posibilidad de circulacién fantasmatica. En estos ultimos, poco podra decirse acerca de la tramitaci6n simbdlica a través del Rorschach, salvo inferir la gravedad del acorazamiento defensivo. A veces, efectivamente, es posible observar situaciones donde la defensa se erige frente a todo lo que pueda afectar la estabilidad buscada; todo contacto significa entonces un riesgo (de intromisién-excitacién), y toda posibilidad de expresién es obturada, por exceso de represién o -en situaciones mas graves- de disociacién © escisién. Los protocolos de Rorschach mostraran entonces una produccién escasa y empobrecida: pocas respuestas, casi todas dadas exclusivamente por la forma, sin el compromiso emocional que el color revela, sin los movirientos que la fantasia hace posible, sin matices; sin respuestas -en suma-que nos permitan inferir algo de la subjetividad. En esos casos extremos, frenados los intercambios y la expresién, lo pulsional sélo encontrara accesible la via del trastorno somatico o la actuacién. Otros , 6n cambio, se destacan por su riqueza y permiten, a través de su despliegue, realizar inferencias acerca de la subjetividad que lo produjo. materi Antes de referimos al material de investigacién especifico -que se ubica dentro del Ultimo de los tipos mencionados- haremos referencia a una 122 investigacién anterior que, justamente, atestigua lo dicho con respecto a protocolos Rorschach que muestran sélo la defensa. a) Una investigacién anterior: pobreza o riqueza en los protocolos en relacién con fa estructura de defensas. En dicha investigacién (2000-03) se trabajé con el material psicodiagnéstico de un grupo de 14 pacientes adolescentes atendidos en un Servicio de Hospital de dia, que habian consultado por trastomos de la conducta alimentaria. Después de realizar el diagnéstico diferencial de cada uno de los pacientes, se realiz6 un andlisis comparativo de los protocolos. En forma paralela se utilizaron otras des muestras: una, de 14 adolescentes no consultantes; otra, de pacientes (no adolescentes) con alteraciones en relacién a la alimentacién, pero que no requirieron un enfoque institucional en el abordaje terapéutico. Los protocoles de la primera muestra (pacientes de hospital de dia) sélo mostraban, en su mayoria, la estructura defensiva, rigidamente estructurada y empobrecedora. Es decir, el denominador comin era la extrema restriccién en la Preduccién. Esto parecia responder fundamentalmente a ciertas caracteristicas psicopatolégicas comunes: aspectos escindidos que al no poder ser simbolizados, s6lo aparecian en la actuacién; contrainvestimiento masivo que rigidizaba los intercambios (todo ello sobredimensionado por la crisis evolutiva como defensa frente al embate pulsional de la pubertad). A pesar del diagnéstico diferencial (se trataba de distintos tipos de estructuras: neurosis graves, cuadros limite, psicosis) en todos encontramos “un yo débilmente estructurado, muy rigido, con defensas rudimentarias, escasa capacidad para movilizar recursos, con un proceso simb6lico deticitario, dificultad para reconocer su cuerpo sexuado y, en definitiva, reconocerse como sujeto®’. Esas condiciones impedian tramitar simbolicamente la emergencia de lo pulsional, que entonces aparecia actuada. ** Alonso, H. y col. (2002) * El Psicodiagnéstico de Rorschach y el diagnéstico diferencial en pacientes cen trastomos de la conducta alimentaria” en Revista de AAPRO. Buenos Aires Afio 23, Nimero 1 5! Trabajo citado, Pag, 15 123 El segundo grupo de pacientes de esa investigacién (con alteraciones de la conducta alimentaria pero con cuadros menos graves) presentaban otras caracteristicas: sus protocolos de Rorschach eran ricos. Al‘poder desplegar la po: siempre suficientemente sublimadas. Pensamos que la labilidad en estos llidad de expresién, mostraban: labilidad, tension, pulsiones paragenitales no pacientes estaba relacionada con ciertas fallas en la represién o disociacién; en casi su totalidad, y con distintos grados de perturbacién -en cuadros a predominio neurdtico- se revelaban asi ciertos aspectos débiles de su estructura. Esta interpretacién, resultado del andlisis cuanti y cualitativo del psicograma, quedaba ademas ilustrada con el contenido simbdlico de algunas respuestas: “Personas de ficcién, se hacen gelatina, parecen Terminator”; “Osos polares sobre un vacio, si no estén unidos se pueden caer”; “Un insecto vacio en el centro”. También en comentarios tales como: “No estoy muy bien armada”. Es decir, a diferencia de los pacientes del primer grupo, podian expresar sus fant jas. Estas predominantemente parecfan referirse a: - la dificultad para la diferenciacién frente al otre. Encontramos en aquella muestra respuestas tales como: “Personas juntas pero separadas, comparten el mismo coraz6n”; “Dos personas unidas por el trax, y los corazones estan unidos. pero fuera de los cuerpos de ellos"; “Seis caras, todas unidas y todas distintas”; “Dos personas gemelas, iguales, que estén de acuerdo en todo lo que opinan’, “Personas gemelas mirandose extrafiadas”. “Islas, semi-islas conectadas a la tierra”. - las trastornos en el proceso de consolidacidn de la identidad y en relacién a la imagen del cuerpo. Algunas de las respuestas fueron: “Bailarina, no se le ve la cabeza”; “Dos cuerpos sin cabeza, estan en las paralelas, se ven las piernas y el cuerpo... y el cuerpo tapa la cabeza porque esta por girar’, “Persona apoyada en un espejo, difuso, no tiene cara”; “Rostro extrafio”; “Cuerpo grandote, la cabeza separada del cuerpo”; “Robot, cara enmascarada”. 124 De la comparacion entre ambas muestras de pacientes, surgieron diferentes cuestiones, de las cuales -en funcién de nuestro tema- presentamos aqui solamente dos: os - Las caracteristicas que los pacientes de la segunda muestra expresaban en sus respuestas (labilidad, tensién, necesidades ligadas a pulsiones pregenitales, excitacién sexual, vinculos simbidticos o pobremente diferenciados, alteraciones en la identidad), parecian revelar aquello frente a lo cual se erigia la muralla defensiva de los pacientes mas graves; en éstos la defensa se potenciaba ademés ante la imposi idad de enfrentar el proceso de de-construccién que la adolescencia implica. - Aquello que parecia estar presente en todos (en ambos grupos) eran las dificultades en relacién a la identidad y los vinculos: alteraciones -de diferente grado- que podian ser expresadas simbdlicamente en los niveles neurdéticos, y que sdlo podian ser inferidas a partir de indicios, en los casos graves. b) La investigacién actual: riqueza de protocolos y seguimiento de casos para inferir niveles de simbolizacién. Aunque en la investigaci6én anterior citada, el objetivo no fue el andlisis de los modos de simbolizacién, la comparacién entre ambas muestras permite mostrar las limitaciones que se presentan, en ciertos casos, para poder hacerlo. En la investigacién que da lugar a esta tesis - en tanto el objeto pertenece al campo de la subjetividad- no se trata de muestras, sino del seguimiento de casos, lo cual requiere otro tipo de abordaje: + elegir material con riqueza suficiente para el andlisis - administrar la prueba en dos momentos distintos. + cotejar con el material clinico 125 La consideracién de material con respuestas significativas nos remite a un aspecto tral -la actividad creadora- que la invitacién de la consigna pone en marcha. Si al hablar de percepcién y representacién se“enfatiz6 la influencia del entramado simbélico-simbolizante previo, éste adquiere aqui su mayor relevancia. Recordemos que en la investigacién anterior (en las respuestas del segundo grupo) aparecia material significativo, pero con expresién casi transparente del nucleo de sus padecimientos. Pensandolo hoy, podria decirse que la trama simbélica en la mayoria de esos pacientes mostraba dificultad para la expresién mediatizada; de alli que ese material, casi en crudo, mostrara poca distancia de los fantasmas primarios (fusién con el objeto, objetos parciales). Era material simbélico pero primitivo, que denunciaba -justamente por eso- la dificultad para ‘ser metaforizado. Teniendo en cuenta estas observaciones, podriamos pensar en distintas posibilidades hablar de material significativo. De una manera muy general (con el riesgo de resultar demasiado esqueméatica) tales posibilidades serian: + Protocolos ricos donde la profusion de material primitivo (con ausencia de respuestas consensuadas) denuncian grave patologia: fracaso del proceso ssecundario, con defensas primarias que le dan al material una coloracién cadtica de desorganizacién y/o falta de integracién. Es el tipo de material que encontramos en algunos cuadros psicoticos o borderline graves. - Protecolos ricos donde la presencia de respuestas significativas, con expresién de afectos y movilizacién fantasmatica no afectan las funciones de realidad y el consenso, sino que marcan la posibilidad de expresar y elaborar conflictos, disfrutar con el desafio de situaciones nuevas y jugarse en nuevos vinculos. Estas caracteristicas serian los crit ios que ayudan a conocer los aspectos saludables de un sujeto. 126 - Protocolos también ricos, donde algunos aspectos mas logrados (propios de una estructura a predominio neurética) coexisten con otras corrientes mas primarias de la vida psiquica. Sera dentro de esta tiltima franja donde se encuadra la presente investigacién. Los casos trabajados de Emilia y Martin presentan justamente esas caracteristicas, y es de la comparacién entre su primer y segundo Rorschach, desde donde se intentard inferir el proceso de tramitacién simbdlica subyacente. Como veremos, las modificaciones en ese proceso dieron lugar a otras posibilidades en los modos de produccién. En ambos, la secuencia donde se expresa la problematica fundamental (en la primera administracién) permite considerar dos aspectos: los modos todavia primitivos de expresién simbdlica (que serdn puestos en comparacién con el segundo Rorschach y cotejades a su vez con la clinica), pero también la posibilidad de la prueba de otorgarle un soporte perceptual a la figurabilidad. Es decir, la presentacién de la mancha permite la proyeccién de fantasias o contenidos persecutorios (figuras monstruosas, acciones de ataque), pero también ofrece la posibilidad de darle cierta figuracién, a sensaciones afectivas difusas, al afecto que busca ligarse a una representacién. Esto se expresaria en respuestas menos elaboradas. Por ejemplo (como podra verse en el primer Rorschach de Martin): explosién, lava, vémito. En ese caso, el dar forma a lo difuso y ambiguo de la lamina, seria el correlato de encontrar modos de figuracién a lo difuso del displacer. Podria decirse que en la interpretacién de un estimulo ambiguo, el poder adscribirle un contenido denota la puesta en marcha de un proceso: ligar el afecto (provocado por el choque que supone Io desconocido y ambiguo ofrecido) a una representacién (encontrar forma). Tal proceso, de cardcter creativo, dara cuenta de los modos diversos de elaboracién fantasmatica, lo cual nos remite al entramado simbédlico previo. 127 Il LA EXPRESION SIMBOLICA A TRAVES DEL MATERIAL RORSCHACH “Una palabra casual, el olor de un paisaje, el! sabor de una taza de té o la mirada de un ojo pueden tocar un resorte magico y entonces empiezan a aparecer en fa conciencia mensajeros peligrosos (...) pero también diabélicamente fascinantes porque ilevan las Nlaves que abren el! reino de fa aventura deseada y temida de! descubrimiento del yo”. Joseph Campbell (El héroe de las mil caras, psicoandlisis del mito) 1. Modalidad de abordaje Es el momento de trabajar con el material de las respuestas al Rorschach. Se hard selectivamente con algunos aspectos, considerados desde el punto de vista cualitativo.” A fin de ordenar la exposicién se enfocara cada uno de los casos, con idéntico tipo de ordenamiento: en un comienzo, los datos basicos de inicio (edad, sexo, problema por el que consultd); luego se pondra el acento en la primera produccién del Rorschach, en la que se analizaran las posibilidades de expresién simbdlica de aquello que, de acuerdo a la apreciacién diagndstica de inicio, se consideré parte de su problematica nuclear. El siguiente paso en la presentacién del material, tendré que ver con datos de la clinica (aquellos que permiten inferir la gestacién de nuevas posibilidades), para luego evaluar en un ® En el Anexo 2 figura el andlisis cuantitativo completo de cada uno de los protocolos como dato complementario 0 de consulta. 128 nuevo Rorschach si es posible reconocer /o mismo pero con expresién en un nivel diferente. Deliberadamente se utiliza la idea de problemética o tematica (y no de conflicto) nuclear. Hablar de conflicto implicaria, en sentido estricto, referirse a aquello que alcanz6 status de organizacion neurdética. Al revisar el material se consideré que, en general, la posibilidad de observar diferentes niveles de simbolizacién en un mismo sujeto, se daba en aquellos aspectos que, de inicio no habjan alcanzado tal status de organizacién. El trabajo clinico permitia reconocer que algo nuevo se gestaba al respecto y que -en ciertos pacientes- era posible corroborarlo a través del Rorschach. Diferentes trabajos han investigado e investigan el cambio psiquico operado en pacientes a través del Rorschach. Como se reiteré a lo largo de estas paginas, aqui nos cefiiremos estrictamente al andlisis de materiales individuales, y desde un enfoque cualitativo, para acceder a sdlo un aspecto: ef recorrido en el Procesamiento simbdlico, si fuera posible, de una misma problematica. 2. Lo que los pacientes nos ensefian: presentacién de materiales ‘Caso Martin: o un robot que cayé en desuso... Presentacion: Martin tiene 10 afios cuando lo veo por primera vez. Es un nifio menudo, agradable, de expresién inteligente y actitud contenida. El motivo por el que fue derivado (en la escuela, solia desconectarse frente a las consignas pedagégicas, en la casa alternaba una actitud de cierta retraccién, con estallidos de llanto frente a situaciones para él dolorosas), hacia pensar que su produccién en el Rorschach podria ser escasa y/o defensiva. Habia estado en tratamiento psicopedagégico (por desfasaje en un cambio de escuela, en 3er grado), con un sobreesfuerzo en lo escolar, de gran costo: el de menor creatividad, y un estado de tension casi permanente. 129 En modo alguno su material fue escaso. Mas que la eficacia de la defensa mostraba, por el contrario, hasta qué punto in fallidos los diques de contencién. Pero, al denunciar ciertos aspectos débiles de la estructura, sefialaba a la vez un rumbo posible para el trabajo terapéutico. En realidad, el titulo para la Presentacién de su material, debiera ser, en sentido estricto, el robot que no siempre funcionaba, y que luego fue cayendo en desuso. El primer Rorschach: Lo mas significative de su material fue que a partir de una secuencia, iniciada en la respuesta “robot” en Lamina |, aparecieron hacia el final, y de una manera imparable -por lo evacuativa- contenidos que podriamos llamar, de una manera preliminar, de alto voltaje (asociados, ademas, a determinantes puros, es decir, sin ninguna forma)™. No se trataba de aspectos escindidos y ausentes del espacio mental que no pudieran ser conocidas a través de la produccion, come en los pacientes graves de la muestra aludida en el punto anterior. Aqui aparecian, aunque con una particularidad: no como contenidos capaces de circular y de ser procesados -ligados- sino como expresién de un espacio mental sobrecargado que solo podia aliviarse a través de la evacuacién. La hipotesis que este material permitia formular, apuntaba a fallas en la construccién de los primeros diques y, como consecuencia, dificultades en los procesos de derivacién posterior. A diferencia de los casos de la muestra aludida, donde lo escindido quedaba fuera de la posibilidad de ser simbolizado (y se expresaba sdlo en el cuerpo y/o la actuacién), aqui aparecian contenidos en forma masiva. Si bien en ambas situaciones (en los pacientes de aquella muestra, y aqui), puede hablarse de cierto déficit en las posibilidades de simbolizacién, no son de ningun modo homologables: en el material de Martin se expresaba ya algo que representa otra cosa, aunque proyectado de manera dramatica por lo incontenible, y con © En el Anexo 1 ¢¢ explicitan los aspectos basices del Rorschach a los que se alude en el andlisis Pag. 122 130 presencia de contenidos “crudos”. imposible detenerlo, en fa lamina X, mas all& de la sexta o séptima respuesta, como aconsejan algunos autores: dio alli 18. En este caso no se pensé en la conveniencia de hacerlo, en tanto esa secuencia era expresién elocuente de aquello que aparecia como uno de los nucleos de su sufrimiento. El aspecto a subrayar es su nivel de produccisn literalmente imparable: las respuestas eran disparadas vertiginosamente, a la vez que adquirian, en la sucesién, un cardcter de mayor crudeza ,Cémo si la cantidad se hiciera mas tangible a través de cambios en la cualidag? Es en este punto donde puede resultar operative pensar no sélo en términos de posibilidades de simbolizar sino en niveles de simbolizacion, para la apreciacién psicodinamica. Aunque no sea el objetivo de la tesis, este tipo de anélisis puede enriquecer la apreciacién diagnéstica en los inicios, y dar cuenta de cambios en la estructura, en los seguimientos. Como se dijo, se acotard la exposicion centrando el andlisis en aquello que fue considerado su problematica nuclear. en primer lugar, cierto déficit en la constitucién de la membrana de intercambios, y en segundo término -intimamente ligado al anterior- ia fantasia de peligro en la interaccién. Ambos desembocando, como consecuencia, en la dificultad para construir la identidad y asumir el rol sexual. 1) Cierto déficit en la membrana de intercambios: se transcriben contenidos de las laminas ly X: L 1 (Después de dar tres respuestas de Forma, dos de ellas de calidad parcialmente inexacta), dice: - Un robot... Apoyado asf (gesto sefialando la rodilla; en la descripcién sefiala s6lo cabeza y pies) ... el resto no sé... no tiene forma de algo... - Dos monstruos gigantes... (monstruos humanos pero con comportamiento de animal) 131 L X (Interesa destacar dos cuestiones: primero, que en ninguna de las laminas coloreadas, incluyendo la II y Ill pudo dar respuestas que incluyeran Ia totalidad, salvo en ldmina VIII, con calidad formal negativa; segundo, que el promedio de la 1 alalX, fue de 4 respuestas por lamina).En ésta las respuestas fueron 18: - fuegos artificiales - dos antorchas -una rata - un farol - una Cara - dos murciélagos - una arafia voladora -un vémito - una rata que tira fuego - una explosion - pasto = fuego -una bomba - lava que esta avanzando - un volean (respuesta negada) - una flecha - un pajaro - una mariposa A esta hiperproduccién ante la ultima de las laminas coloreadas, se sumaba la inmediatez de las respuestas en la totalidad® dando cuenta de una modalidad evacuativa. Cuando en un segundo momento (el del Interrogatorio) se le pregunta por sus respuestas, no siempre las recuerda, 0 no puede describirlas bien. Tal inmediatez parecia dar cuenta simultéaneamente: - de cierto déficit en la membrana de intercambios, donde el encuentro con el mundo tenia un cardcter dramatico, en tanto aparecia frente al mismo, como extremadamente vulnerable e hiper -reactivo. - de fallas en las posibilidades de expresion mediatizada del impulso y/o la emocidn, que ese encuentro con el mundo reactivaba. ** Las respuestas eran dadas en forma inmediata, resultando inexistente, salvo en la I, el tiempo de reaccién. 132 Con respecto a lo que llamamos cierto déficit en la membrana de intercambios, quisiéramos subrayar aqui una de las nociones consideradas en la | Segunda Parte: la funcién de filtrado. Esta permite,en parte, establecer la descripcién diagndstico-dinamica de una problemdtica central en Martin. En él, : aparecia una insatisfactoria instalacién de la misma, dificultando -afectada en su ' doble funcién de pantalla y tamiz- el intercambio vincular y el procesamiento de los contenidos psiquicos. Se manifestaba -en la clinica y en la vida diaria- en una - alternancia entre rigidizacién y explosividad. Esta modalidad alteraba: la - posibilidad de incorporacién (significativa la reiteracién del Do® en la manera de recortar algunos de los contenidos) y fos procesos de integracién (cuando se trataba de integrar dos o més partes, aparecia un rendimiento menos ajustado); denunciaba al mismo tiempo, /abilidad en el decurso representacional. Afectaba, en suma, la posibilidad de experiencias enriquecedoras, ya fuera de indole intelectual o afectiva, en tanto el contacto provocaba un monte excesivo de ansiedad. Consecuentemente con la hipétesis formulada al inicio, podria decirse que, como contrapartida del déficit en la membrana de intercambios, existia cierta dificultad de estructuracion de la tdpica, a nivel de la represin primaria. Gualquier situacin, por consiguiente, era capaz de d/sparar o poner en marcha la tendencia ala descarga. Podriamos definirlo también como fallas en el tejido simbdlico que no siempre posibilitaba una expresién mediatizada, es decir, mas alejada de lo primario. Es importante sefialar, con relacién a esto ultimo que, en la secuencia trascripta de la lamina X, aparecia, después de un primer atisbo de posibilidad sublimatoria, una brusca aparicién de contenidos mas primarios y por ello, perturbadores. Asi, vimos que después de “Fuegos artificiales” y “antorchas” aparecian en forma ininterrumpida: “fuego”, “explosion”, “bomba”, “volcan”, “yémito”, “lava que esta avanzando”. Puede pensarse que esta lamina, que se * Pag 74 © Do; dar, en una respuesta de nivel popular o habitual, sélo una parte, Por ej. Ver sdlo la cabeza cuando todos ven la persona completa. 133 caracteriza por la presencia del color en partes mas separadas (como se sefial6, toda su produccién en las laminas coloreadas tenian justamente, ese sesgo), estimulaba en él la proyeccién de aquello que no podia set. ligado-mediatizado. Eran saliencias que, en su caso particular, alcanzaban cardcter de pregnancia. éPor qué poner esta productividad peculiar de la L X en secuencia con la primera? Porque muestra la modalidad psicodinamica de Martin en aquel momento, y cémo ésta se jugaba en la interaccidn con el mundo: del intento de tigidizacién defensiva en un primer acercamiento (el robot del Roschach parecia representar cierta modalidad de retraccién expresada generalmente en relacién a los otros), asistiamos rapidamente a su fracaso, ante la pregnancia que adquiria para él una situacién donde la respuesta emocional era convocada. Aparecia asi representada una altemancia de rigidez y explosividad, con una vivencia de desborde y tensién acentuados. El riesgo era, en su caso, tratandose de un nifio de buen nivel intelectual, de rigidizacién defensiva (con el consiguiente empobrecimiento que ello hubiera acarreado) y/o, como veremos en el punto siguiente, de sobreesfuerzo en la adaptacion. 2) Fantasia de peligro en la interaccio Intimamente ligada al déficit en la membrana de intercambios, esta fantasia aparecia expresada también, ya a partir de la primera lamina. Como vimos, a su respuesta de robot le sucedia la de monstruos gigantes, de aspecto humano pero de comportamiento animal (resulta interesante tener en cuenta que tal “comportamiento” no era expresado en términos Rorschach de movimiento animal, sino sdlo como respuesta de Forma®®, reforzando asi la hipétesis de robotizacion defensiva, frente al riesgo de actuar y/o expresarse). Veamos ahora ® | movimiento animal (FM) daria cuenta de la posibilidad de simbolizar la puesta en circulaci6n del impulso, desplazado al contenido animal. Aqui, en cambio, se describia el *comportamiento” en el discurso, pero la respuesta de sdlo forma (F) sefialaba el énfasis en la disociacién. 134 otra secuencia: entre laminas II y III, y la de todas aquellas donde aparecieron tespuestas de contenido humano: Lil - Dos personas chocando la mano. Tal respuesta, de nivel popular y con movimiento humano bien visto, se transforma rapidamente en el Interragatorio: “Monstruos persona, con cola y pies de dinosaurio”. Aqui, la proyeccién del contenido siniestro conlleva la caida del nivel formal, por la aparicién de una respuesta mezcla (que por eso no resulta una forma bien vista). Lo que merece enfatizarse (teniendo en cuenta la edad) no es la presencia de una respuesta como ésta, sino el que su aparicién se produzca rapidamente por una transformacién de la primera. Algo comparable a lo sucedido en la secuencia anterior (robot, monstruos) pero aqui sefialando mayor incidencia sobre el proceso de pensamiento, como efecto de la labilidad, ya sefialada, en el decurso representacional. L Ill. - Dos personas peleando por una cosa. (En el interrogatorio expresa que son hombre y mujer: ladrén y mujer que pelea, pelean por la cartera). - Cabeza de monstrus. (Por los dientes. Do) LIV - Un gigante - Zapatos rotos (Do) = Camaleon gigante - Payaso bailando, con mujer detras (Combinacién confabulatoria que compromete la respuesta, inicialmente bien vista). L Vil - una cabeza (Do) - dos cabezas - dos indios. Sdlo las cabezas (Do) - Un bailarin. La cabeza un poco grande. L VIII - Dos manos - Cara y manos de un hombre L IX - Cara de personas LX - Cara de hombre triste Pareciera que lo sefialado anteriormente -posibilidad sublimatoria del impulso, a la que rapidamente sale al paso y obtura, una corriente psiquica mas primaria- se observa andlogamente ahora, en la expresién de toda fantasia que tenga que ver con lo humano y Ia interaccién. El robot cede el paso a lo vital (o no consigue frenarlo) pero cuando éste aparece se transforma en figura persecutoria (I: monstruos persona) 0 en intercambios peligrosos (II: pelea) De alli en mas preponderaran recortes de lo humano que evitan la fantasia de contacto, por ansiedad (Do, perseveracién de cabezas o caras). Esta fantasia de dafio involucra también el intercambio sexual (L III). Tal vez sea ngcesario volver a recordar la complejidad de las tunciones y procesos puestos en juego en la interaccién del individuo con el mundo, y tener en cuenta que las fallas en la constitucién de la membrana, denuncian generalmente fallas estructurales en la constitucién de la topica (en ese sentido, ambas postulaciones de la tépica freudiana ayudan a la comprensi6n dinamica): dificultad frente al estimulo externo, tanto como frente a la movilizacién pulsional que aquel pone en marcha. De allf que, cuando la expresion no queda obturada por la rigidizacién, dard lugar a expresiones escasamente mediatizadas, mas eereanas al estallide emocional, a la somatizacién o la actuacién. El material presentaré, en cada una de estas posibilidades, caracteristicas diferentes. (material escaso y pobre, propio de la rigidez defensiva, o proyeccién de contenidos escasamente elaborados). En este primer Rorschach de Martin, tales dificultades aparecen, de algun modo, simbolizadas, aunque sefialando distintos niveles en dicha simbolizacién. Podriamos hablar entonces, de niveles mds 136 primarios, que expresan la dificultad para el trabajo psiquico de expresi6én mediatizada de la pulsién, esto es, para la cualificaci6n de cantidades. Dificultad que no implica en él la ausencia de expresién representacional. itudes en la tramitacién de la problematica en el proceso analitico: Antes de pasar al andlisis de su segundo Rorschach, se sintetizaran algunos aspectos del material clinico, tal como fue apareciendo durante dos afios de tratamiento. Como en el material clinico de la Primera Parte, se presentara el de Martin recortando diferentes momentos, que indican no tanto una ordenacién cronoldgica, sino situaciones cualitativamente diferentes. Hubo una caracteristica a lo largo de todo el proceso: la alternancia de sesiones de mucho material, con otras que parecian momentos de cierre, donde no se presentaba nada significativo. Si bien en los comienzos fueron pensados como reiteracién de su modalidad defensiva, una mirada posterior tal vez permite otra lectura: gpo lad de apertura y cierre como indicio de algo que comenzaba a construirse? Momento primero: aqui también, un robot que no siempre funcionaba. En la primera sesién, cuenta una adilla que ha tenido varias veces: “Yo no aparezco en la figura. Hay como seis bolsas de arena (como las de los jugadores). Golpean y explotan.” A diferencia de otros suefios posteriores, de los que algo puede dibujar o decir, aca sdlo lo relata. Podria considerarse como la expresién de algo que, todavia, sélo puede ser pensado por otro, quien debe facilitar, en los momentos iniciales, el comienzo de un proceso de metabolizacién. Falta alli todavia el sujeto, parafraseando a Bion, que pueda pensar sus pensamientos. 137 Algo comienza a producirse después. En una sesién posterior, trae al siguiente cuento escrito en su computadora: “Un ladrén entra en mi casa”: “Hola, me llamo Windows 98, tengo dos afios, vivo en una casa..con once personas, cinco chicos, cuatro abuelos y dos padres. Me apagan y me prenden, y a veces me quieren desconectar y les doy una patada. Pero a veces me dejo usar. Cuando tardo, dicen: “Cuanto tarda", y cuando no tardo dicen “qué rapida’. Algunos dias se van y entra un tipo con algo que dispara unas cositas, a veces lo agarran 0 le disparan otros tipos, 0 él les dispara esas cositas. Otros dias el tipo con la cosita que dispara cositas les roba o me roba, pero cuando sale lo atrapan. Lo sé yo, la Computadora”. Y, poco después, e/ siguiente suefo: “En un laberinto. Atravieso la puerta, y hay como un arco iris de colores; empiezo como sif el principio... yme pongo nervioso (lo dibuja)...come si estuviera en el principio, como una pista de carrera de autos...hay varias puertas.” Resulta interesante que aparezca él mismo, incluido, enfrentando una entrada, y dejando entrar: suefia y trae su suefio, como lo hace con los cuentos escritos en su PC (después del primero trae varios, a la manera de un pequefio libro que titula “Las mil y una noches’). Si bien los contenidos reiteran la fantasia de dafio en la interaccidn (robo, manipulacién), y la defensa (robotizacién), el hecho de mostrarlo, de traerlo, da indicios de permitir “entrar y ver con otro” su mundo de fantasias. Si éste marcaba hasta ahora un aislamiento defensivo, algo podia cambiar si habia puertas y no estaba solo. A este suefo, le siguieron otros, donde es posible trabajar con él, con una participacién mas activa. En el segundo mes inventa un juego: una maquina de resolver problemas al que por turno, él y yo debemos enchufarnos. Uno plantea el problema, y la maquina le indica una solucién. Cuando en mi tumo de confesar problemas, le comunico que me siento a veces confundida y nerviosa, “la maquina” me responde “ir a la psicéloga resuelve tus dos problemas”. 138 Pocas sesiones después, el juego consiste en enviamos mensajes escritos, de pregunta y respuesta. Cuando en medio de un didlogo escrito le pregunto cuales son tus problemas? ,responde: “que no escugho a mis amigos”. (Por qué? le pregunto) “ Porque siento que hay un muro” (4Me puedo asomar del otro lado?) “No, porque tiene techo de chapa” (¢ Quién lo construy6?) “Lo creé la nada, y Bin Laden puede ayudar a destruirlo, pero una psicdloga no lo hace ala fuerza, lo hace con palabras” (Tenés razén, le contesto, B.L. es un bruto. A mi me gustaria abrir una puerta, para entrar y salir) “Me gustaria sacarlo-dice- porque si no, el muro seguiria estando”. Aunque tal diciendo un discurso aprendido y/o intentande agradar, y siempre a cierta distancia cautelosa, algo de lo humano parecia querer dejar caer en desuso al robot e instalar otro tipo de comunicacién. De la materia prima a la elaboracién: En los primeros meses, en varias sesiones quiso hacer figuras de papel (origami), que iba acumulando en su caja. Un dia trae una bolsa para guardarlas. A menudo la dificultad con nifios (0 con patologias graves) es la lectura material que puede hacerse desde el analista y no desde el sujeto, en tanto justamente éste no termina de construirse. Por €so seria tal vez algo excesivo el considerar estos materiales como signos de elaboracién y/o transformacién psiquicos. Parecian si, indicios -leidos por otro, todavia no simbolos- de movimientos en relacién a la interaccién: trafa y llevaba a la sesion y de la sesién; compartia conmigo lo que traia y con su familia lo que hacia aqui. Es decir, en la medida que sus elaboraciones (construccién de objetos) de la sesion podian ser contenidos en un espacio propio (él trae la bolsa), y que contenidos personales (los cuentos en el disco de su PC) podian ser compartidos conmigo, parecia inaugurarse una posibilidad diferente en los intercambios. (Mas adelante, escribira 139 cuentos en sesién, que quedardn registrados en un archivo con su nombre y, del cual, a su vez, se lleva copia). Esta lectura encuentra cierta consistencia mas adelante, cuando me pide que juntemos (él trae, y yo también) material “chatarra” con el que va a construir objetos-inventos. A lo largo del tiempo, éstos van cambiando de cualidad: al comienzo suelen ser objetos un tanto estrafalarios, hasta llegar a otros mas “compartibles” con su mundo de relacién. En este caso, podia advertirse su necesidad de intentar armar, darle forma, a aquello que sdlo aparecia como mezcla de elementos sin relacién, como puro resto, que llenaba su cabeza (como la bolsa) y que le impedia organizar su pensamiento y compartirlo con otros. En este sentido fue trabajado, dandole primacia sobre la interpretacién (que también era enunciada), al vivenciar y experimentar esto diferente. A su vez, el hecho que la bolsa de material chatarra llenaba también con aquello que yo aportaba, podia ser Ieido como un indicio mas del intento de metabolizar lo recibido, que en este caso, parecia algo primeramente desechado como inutilizable. Su produccién tuvo por largo tiempo, ademas, una caracteristica: no le daba forma a algo primeramente imaginado (anticipado) sino que de ese caos iba tratando de armar algo, sin saber bien qué, y a veces con resultados un tarito bizarros. Como la expresién de aspectos propios desconocidos como tales: lo propio extrafio a si mismo. Si se tiene en cuenta este tiltimo aspecto, nada tiene de azaroso la eleccion del material de Martin. No sdlo es rico su Rorschach en el intento de dar forma a aquello que el estimulo exacerbé para ser disparado. Mucho del devenir de las sesiones permite ser leido también como darle forma a aquello que, resultado del encuentro con el otro, podia ser condicién de construccién de algo nuevo. De no ser asi, la sobrecarga del espacio mental exigiria un esfuerzo de contrainvestimiento, que lo rigidizaba (a la manera de un robot © una computadora). Mas que en otros casos, aquello que él trala 0 yo le daba, era sometido a procesos de transformacion que, al tiempo que intentaban darle forma al caos -expresién del magma de representaciones, al decir de Castoriadis- 140 podian llegar a ser compartidos. Esto ultimo se presentaba con grandes dificultades, dado la cualidad de los primeros inventos. Del inventor loco, a producciones plasticas: Como se dijo, muchos de los objetos que inventaba tenian caracter bizarro. Tal vez podian pensarse como intentos abortados de elaboracién: su buen nivel intelectual y creatividad no estaban al servicio de la actividad sublimatoria. En los comienzos, parecia ser ésa ademas su modalidad de acercamiento, intentando seducir con esto que -parecia considerar- lo hacia interesante para los demas. En una ocasion, frente a una intervencién mia, comenta que en chiste sus amigos le dicen “el inventor loco”. Aunque sin perder totalmente esa tendencia a inventos raros, empezo a aparecer en el segundo afo otro tipo de producciones: en sesién pinta con acuarela algun paisaje, muy bien logrado, y del que se siente orgulloso (mucho antes habia realizado manchas simétricas, de colores, a la manera del Rorschach, preguntando si no lo volveriamos a hacer) En la escuela se destaca en plastica, y sus padres advierten un cambio: modela con arcilla objetos de belleza plastica. : Es importante destacar la caracteristica de los contenidos (de los suefios que traia en el primer periodo, o de sus dibujos) en los que prevalecia el aspecto siniestro. Este condicionaba su dificultad para ligar y elaborar, y reconocerlos como propios. No era tanto la vuelta de lo reprimido, sino aquello que no conseguia del todo dicho status. Por eso sus repuestas al Rorschach se caracterizaban fundamentalmente por el mecanismo de proyeccién. Y tal vez por eso la caracteristica “extrafia” de los objetes que inventaba. Cuando en los cuentos -los de su PC, o los que deja en la mia- se conecta con sus fantasias, éstas confirman esas caracteristicas: algo siniestro y también de bizarro, rasgo que tienen en comin entonces muchas de sus producciones. También tienen en comtin, como se dijo, la necesidad de darles expresién (forma), lo cual podria ser pensado como intentos de simbolizacion. 141 A propésito de esta necesidad de dar forma, habia trafdo al comienzo del tratamiento, entre otros, el! siguiente suefio: “Que estaba en la montafia rusa, y era infinita. Me subo y decfa: menores de un ajio. Era infinita de miedo....Me subo, iba despacio y después subiendo, subiendo, pasando al cielo, voces de miedo, fantasmas, aba casi temblando, y el coso se queda atrancado. Me despierto, me duermo de nuevo, y yo siendo abuelo, y siempre bajando y subiendo”. Dibuja como un resorte de la montafia rusa infinita, y las lIneas que veia, y al darle forma a las lineas, van apareciendo: primero forma de mango de arma, después una cara...orejas, ojo, nariz, y algo que huele...un lobo, parece. Dice: “en cada suefio una imagen que no sé...que se va completando algo: una pistola...una persona (lobo)”. Trata de formar figuras que se van acoplando (como un rompecabezas), y dice: “como huesos para formar un esqueleto”. Con respecto a los dibujos, en el ultimo tiempo dibujé “criaturas mitologicas’, mezcla de diferentes animales, a las que describe por escrito, como en los manuales. En una de ellas acoté al costado: “Criatura existente en la Segundo Rorschach: Si se toma ahora en consideracién el segundo Rorschach (administrado a los dos afios de tratamiento), zcémo se expresa aquello que en los inicios fue tudes hemos tratado de considerada su problematica nuclear y cuyas vit rastrear en el proceso analitico? Para usar la imagen del comienzo, podriamos decir que, si el robot cayé en desuso, humanizarse tiene su precio. 1) Veamos en primer término, qué puede observarse en relacién a aquello que denominamos cierto déficit en la membrana de intercambios. Podriamos hablar, de un modo general, de modificaciones en cuanto a la permeabilidad. Ante todo, no se observa una modalidad evacuativa: en tanto el 142 numero total de repuestas en la prueba inicial fue de 53 y 1 adicional, tenemos ahora 15 y 5 adicionales. Si la lamina X provocd antes 18 respuestas, ahora 4. En el mismo sentido apunta el dato de los tiempos: en-esta segunda produccién fue posible registrar los de reaccién, porque no aparecié la inmediatez de la respuesta. Es mas, lo primero que dijo al reci ir la lamina | fue: “A ver un poco... y demoré 19” para dar la primera. Antes de pasar al andlisis cualitativo, es importante sefialar que estos datos numéricos son ya elocuentes, y que la mencionada demora en responder (menor en las siguientes) puede interpretarse en 1érminos Rorschach come shock inicial, ef cual tiene una connoiacion neundiica (como defensa frente al impacto). Esto marca entonces, desde el vamos, la posibilidad de pensar que algo ha comenzado a construirse. Pasemos al andlisis: de los contenidos: a) En primer término, no es posible establecer aquella secuencia significativa entre la primera y la ultima lamina, como en la primera produccién. Una lectura posible es que desaparece la polaridad rigidizacion-evacuacion masiva. Dicho de otro modo: si la vulnerabilidad es menor, la defensa por asi decir periférica -la tigidizacién por contrainvestidura- no es necesaria. En todo caso, parece empezar a funcionar otro tipo de defensa que tiene mas que ver con la estructuracién neurdtica, es decir, la represién.® El contener sin evacuar, no obstante, como veremos después, implica para él sentimientos de inadecuacion en la apreciacién de si mismo, la sexualidad, y cierta dificultad -selectiva- en la interpretacién de la realidad: no estan los contenidos psiquicos todavia del todo accesibles -en tanto energia y representaciones- al servicio de la creatividad y la interaccién. Pero es posible ahora hablar de conflictos. Estos, si bien suponen restricciones, anuncian diferencias estructurales. Como se sefialé al comentar este aspecto en el primer Rorschach, al hablar de la membrana de intercambios, tenemos en cuenta, como contrapartida, las ® Otros indicadores, de orden cuantitativo, permiten confirmar esta hipétesis, como las 4{érmulas formales y el predominio de FO/CF, en un protocolo donde la presencia de F ne ahoga la aparicién de otros determinantes. 143 caracteristicas de la tépica. En este caso, las diferencias se observan desde ambas perspectivas. b) En segundo término, no se observa transformacién de los contenidos (veremos después que la respuesta humana dada se mantiene estable, a diferencia del proceso observado en L || del material anterior) mostrando de esta forma una menor labilidad del decurso representacional. Tampoco aparecen contenidos crudos (ni determinantes puros), como puede verse en sus respuestas alaLX: - fuegos artificiales - una cara con bigotes raros - unos bichitos raros que sostienen un vaso - dos ratitas o ratones Hasta aqui, hablabamos mds de modo de funcionamiento -que hace a la estructura- que de conflictos especifices. Justamente fue ese aspecto el que se considerd nuclear, en tanto tefifa su modalidad de intercambio con el mundo. gQué observaciones podemos hacer en este punto con respecto a la simbolizacién? Pareciera que, lo mas notorio es cierta modalidad de mayor cualificacién, mas alejada de la cantidad, cuando se trata de expresar el impacto emocional. Aqui, y para tomar el ejemplo de la lamina X, no s6lo aparece acotado el numero de respuestas; algo mds se expresa como “acotamiento” desde lo cualitativo: una respuesta emocional mediatizada, expresada a través del carécter lddico-estético (Fuegos articiales) que esta vez no es abortada por la irrupcién de la corriente mas primaria, como en el primer Rorschach (recordemos que a Fuegos antificiales habia sucedido una serie incontenible donde el fuego aparecia con caracter disruptivo: fuego, lava avanzando, bomba, explosién). Se observa asi algo equiparable a aquello que en las sesiones marcé cierto pasaje de la bizarreria o las manchas, a la produccién plastica. 144 2) En cuanto al segundo aspecto sefialado dentro de la problematica fundamental, la fantasia de peligro en la interaccién, al aparecer acotado el monto de ansiedad frente a la misma, es posible hablar ahora de cudles son las fantasias en forno a Ia interaccién. En este punto, en tanto se trata de contenidos de las representaciones (y no del modo de circulacién de las mismas), si es posible volver a establecer una secuencia andloga a la primera, en cuanto a las respuestas de contenido humano: Lill 7” Dos hombres tomandose de la mano” L II 8” Aca como dos mujeres, que llevan unas valijas raras. L IV 5” Un hombre gigante, con cabeza de anguila...que ti @ agarrado a un pescado (en el interrogatorio dice que le parecié un hombre gigante porque tenia muche cuerpo... y que ahora lo ve como sombra, y aporta una autorreferencia: “un dia mi papa me mostré un surub/, que tiene muchas aletas...y cuando me lo mostré, vi la sombra”). L VII 5" Dos sefioras mirandose a la cara, con sombreros raros de pluma. L Vill 10” Unas manos que ayudan a unos camaleones (manos de persona, que ayudan a subir a los camaleones, que estan escalando algo). LX 13” Una cara con bigotes raros. Es importante tener en cuenta para el andlisis no tanto la secuencia en si, sino su comparacién con la del primer Rorschach: de la presencia de monstruos y robot en aquella, pasa a ver en ésta solamente personas. Disminuye el predominio de respuestas de partes y el fendmeno del Do. Las movimientos de lucha y robo de las ldminas Il y Ill son reemplazados aqui por actividades de cooperacién y sostén (que se confirma en el contenido de “ayuda” de las manos en Lamina Vill), y las figuras humanas (L Il) no se transforman, dando cuenta de cierta posibilidad de estabilizacion. Podemos pensar que un verdadero intercambio comienza a ser posible, en la medida que parece prevalecer una actitud de confianza en el otro humano, 145 sobre el matiz persecutorio que it pregnaba la anterior produccién. Si bien la teméatica en relacién al otro, continua siendo un aspecto privilegiado en la dinamica del cuadro, su forma de expresién, sin embargo, indica un nivel de simbolizacién diferente. Tal vez por eso mismo es posible, y justamente en algunas de estas respuestas, centramos en la representacién de contenidos psiquicos mas cercanos a la nocién de conflicto. Como mencionamos antes, la humanizacién tiene su precio. Asi, la respuesta transcripta de la L IV (donde produce una respuesta mezela, que arrastra la calidad positiva en esa lamina y en la siguiente por el incremento de angustia) que asocia con el recuerdo de la pesca y su papa, abre el camino a la representacién y elaboracién de la conflictiva edipica, y el si mismo. como sexuado. © la insistencia en la acentuacién de lo raro en muchas de las respuestas, como sentimientos de inadecuacién relativos a si mismo, expresién de un dolor psiquico que ahora puede ser tolerado. En este tltimo sentido, y aunque no forma parte estrictamente de la tematica considerada como nuclear, merece ser tenida en cuenta la produccion de la lamina IX: 15 “(después de mirarla, la apoya sobre la mesa) Como unos jabalies... como unas llamas de fuego...y unos chanchos abajo, y unas caras (Es una sola respuesta. Como unas llamas de fuego que en la punta tienen forma de cara de jabalies... cara de bichos que no existen en el detalle verde central, y chanchos en el detalle rosa inferior. En la prueba de limites dice que es la que menos le gust6...eso de la llama y el jabali) En adi borrando...porque el color se empieza a ir. nal diré, utilizando el esftumade: Una nariz de chancho que se va Aunque el propésito es trabajar la circulacién de los contenidos en tomo a una problematica determinada, se agrega este ultimo material porque interpretado en términos Rorchach apunta a una modificacién en los modos de procesamiento. En un primer momento, se advierte el efecto angustioso sobre el pensamiento ante la emergencia de la emocién: da una respuesta principal donde se altera la 146 posibilidad de pensar (respuesta mezcla, donde contamina “llamas” y “jabalf”). Posteriormente expresaré la conciencia de dicha dificultad, a través de su comentario en la prueba de limites. Por otra parte, y-esto es lo que resulta particularmente significativo, muestra -en un segundo momento- la posibilidad de registrar la angustia (uso de! esfumado en la adicionall, indicador de posibilidad de tolerarla, como motor de trabajo psiquico). Esto, que en la modalidad evacuativa de inicio, no era posible, permite observar desde otro aspecto de la prueba, la apertura de nuevos procesos de elaboracién. 147 A continuacién presentamos un cuadro, a manera de sintesis, a fin de visualizar las respuestas cuya secuencia acabamos de analizar. Volvemos a reiterar, ante el riesgo de una lectura simplificadora, que el trabajo a partir de ellas tiene que ver con inferencias dinamicas basadas en supuestos tedricos acerca de la estructuracién psiquica, y no con una comparacién punto a punto del material. Déficit enla membrana de intercambios PRIMER RORSCHACH ul = un robot... apoyado asi... - dos monstruos gigantes (humanes,con comportamiento animal) LX - fuegos artificiales. - dos antorchas - una rata - un farol - una cara - dos murciélagos - una arafia voladora un vomito - una rata que tira fuego = una explosion - paste - fuego > una bomba - lava que esta avanzando - un valean (negada) - una flecha - un pajaro - una mariposa Lu - dos personas chocando la mano (Int: monstruos persona, con cola y pies de dinosaurio) SEGUNDO RORSCHACH LX 13° - fuegos artificiales - una cara con bigotes raros - unos bichitos raros que sostienen un vaso - dos ratitas o ratones Luv - dos hombres tomandose de la mano 148 Fantasia de peligro en la interaccién Lill - dos personas peleando por una cosa (mujer y varon) - cabeza de monstruo Liv - Un gigante - Zapatos rotos (Do) - Camaleén gigante - Payaso bailando, con mujer detrds (CC y F-+) Lvi = una cabeza (Do) - dos cabezas - dos indios. Sdlo las cabezas (Do) - un bailarin. La cabeza un poco grande Lvul - dos manos -cara y manos de un hombre LIx - Cara de personas Lx - cara de hombre triste Line” - acd como dos mujeres que llevan unas valijas raras Livs" - un hombre gigante, con cabeza de anguila...que tiene agarrado un pescado (Int: ahora ve la sombra , y agrega “un dia mi papa me mostré un surubi, que tiene muchas aletas, y cuando me lo mostré, vi la ssombra”). Lv - dos sras mirdndose a la cara, con sombreros raros de pluma (Do) L Vil - unas manos que ayudan a unos camaleones (manos de persona, que ayudan a subir a loscamaleones, que estan escalando algo) Lx - una cara con bigotes raros 149 Si tomamos en cuenta el andlisis de ambos protocolos de Martin, puede decirse que es posible verificar el pasaje a niveles diferentes de expresién simbélica, de su problematica fundamental. Expresada de inicio en el primero, inferida la busqueda de su tramitacién a través del proceso analitico, se confirma en esta segunda produccion el movimiento psiquico puesto en marcha. Aunque éste sera explicitado en las conclusiones, es importante destacar por ahora cémo puede describirse este pasaje: del predominio de contenidos escasamente mediatizados expresados con una modalidad evacuativa, a otros que -en si mismas y en los modos de aparicién- indican la accién mediatizadora del pensamiento; de mecanismos mas primarios como la proyeccidn, a otros mas Nneuréticos como la represién (diferenciacién tépica, sin empobrecimiento excesivo); de contenidos persecutorios asociados al contacto, a otros donde el matiz de ansiedad y la posibilidad de relacién —conflictiva- pueden ser tolerados y por consiguiente pensados; de la oscilacién rigidez-evacuacién a una modalidad mas plastica que da lugar a intercambios; de un funcionamiento mas cercano al trastomo, a la posibilidad del conflicto intrapsiquico. Este ultimo punto implica, como se sefialé al hablar de pasaje, un costo; en Martin, podriamos sefalar la emergencia de angustia -ahora mas tolerable- en tomo a la coniflictiva neurética: ambivalencia frente al padre y rivalidad edipica, sentimientos de inadecuacién frente a si mismo; ansiedad en los vinculos. 150 ‘Caso Emilia: o canales para la desmesura... Presentacién: El caso Emilia fue presentado en la Primera Parte. Como vimos alli, el material del proceso analitico permitia observar el trabajo de tramitacién psiquica de una problematica; algo que podia ser pensado no sdlo como busqueda insistente, sino como hallazgo de nuevos niveles de expresidn. Lo retomamos aqui recordando que en su material, esos niveles -en los suefios y al trabajo de asociacién y elaboracién, y en su posicionamiento frente al material- mostraban cierta modificacién en el entramado simbélico, a la vez que se observaba en su Vida de relacisn y laboral alguna posibilidad de creatividad y cierta reduccién de los montos de angustia. Como puede verse, algo fue modificado con respecto al titulo elegido: de Fantasma de la desmesura, a Canales para la desmesura. Justamente lo que se quiere subrayar, es esta idea de pasaje, insinuada en la primera presentacién del material, y analizada aqui a través de los contenidos en las respuestas al Rorschach. Se utilizaré igual metedologia que en el caso anterior: andlisis cualitativo de contenidos del primer Rorschach que permiten inferir su problematica, seguido de algunas reflexiones acerca del proceso analitico, para luego ver qué permite inferir el segundo Rorschach con respecto a las vicisitudes en la tramitacion simbdlica de aquella. El primer Rorschach: En el caso de Emilia, se consideraron como fundamentales -a partir de la primera apreciacién diagndstica- dos aspectos: por un lado, aquello que de acuerdo a su propia definicién, fue nombrado como desmesura; aqui hablaremos de desmesura de la pulsién. Por otro, las vicisitudes de la femineidad. ” Primera Parte: La Clinica como punto de partida. Pag. 41 151 1) La desmesura de la pulsién: Como en el caso Martin, también el material de Emilia muestra alguna Posibilidad de representacién mental de aquello que -en términos freudianos- dirlamos mas cercano a la cantidad. En el andlisis de algunos contenidos, éstos pueden ser considerados, expresidn a la vez de la dificultady de la posibilidad de simbolizacién, Con respecto a la dificultad, ésta se muestra en cierta modalidad disruptiva de la produccién y en contenidos de la respuesta acompafiada de angustia, propia de un material escasamente mitigado © velado, pero ya con Status de representacién psiquica. Es en este sentido que podemos hablar de la posibilidad de ser simbolizado, volviendo a resultar util la idea de niveles de simbolizacién. A propdsito de la presencia de la desmesura, veamos una secuencia de los contenidos de su primer Rorschach entre las siguientes laminas: |, Il, Ill, Vill y IX. Tengamos en cuenta que de las aqui consignadas, salvo la primera, el resto constituye casi la totalidad de las laminas de color (de las 10 laminas, 5 son cromaticas: Il, Ill, Vill, IX y X)). Primera observacién: es frente al color -estimulo especifico de la movilizacién emocional- donde Emilia muestra una mayor reactividad, y donde se expresa con bastante claridad aquello que denominamos ‘su dificultad para el procesamiento simbédlico de lo pulsional. He aqui las respuestas seleccionadas, en una secuencia que hacemos partir de la lamina |: L115” - Lo primero que vi, dos cabezas que levantan las manos: serian dos personas de espaldas que levantan las manos (rie)... Yo para delirar no tengo problemas. - Me da idea de una mascara. (Agrega en el interrogatorio: mascara medio diabdlica, mascara agresiva). - También veo dos angeles. (Agrega: imagino que las mujeres piden auxilio, y los Angeles son indiferentes). 152 Li 20° - Veo sangre, por esas manchas rojas. (Interrogatorio: me acuerdo de una pe fuego. Me resultan imagenes tétricas, porque no son definidas). - Dos personas que juntan las manos. - Y wuelve la idea de mascara. De alguien poderoso. Diablo la otra, no ésta. No icula: una mujer veia rojo sangre, y creo que la intermaban. Y también veo. agresiva. Lins” - Sigo con las dos personas. (Interrogatorio: Mozos, en actitud de servicio, llevando canasta con comida), - Mariposa. (Interrogatorio: Por la forma y creo que por el color también). - Y una mascara, con ojos grandes (Interrogatorio: Mas que una mascara, un crdneo). - Y éstas, mariposas que caen. Mariposas muertas, seria, porque falta una parte de cada una. L vul20" - Seria, la montafia, una selva....pero de nieve...y seria una pantera (caminando). Lixi2" - Esto parece el diablo...S/, es eso. (En el interrogatorio agrega: rodeado de llamas en movimiento). Anilisis de esta secuencia: Si bien el material de mayor voltaje emocional comenzara a aparecer a partir de la primera lamina coloreada (la lamina Il),es importante destacar las tespuestas que, en el inicio, provoca en ella la presentacién de la lamina |. Puede pensarse, por un lado, teniendo en cuenta su primera respuesta y el comentario ismo: dos mujeres; por otro, en frente a la misma, en aspectos disociados del si CONCLUSIONES 186 154 populares de la siguiente (personas y mariposa). Esto constituye otro nivel de produccién (mas neurético) dentro del que podria ubicarse también la reiteraci6n del contenido mascara, frente al que quedan abiertas distintas posibilidades de lectura (que no serdn consideradas por el momento): glo que se oculta? gansiedad persecutoria? busqueda de identidad? Aquello que queremos destacar es que, en este ultimo tipo de contenidos, se observa una cualidad diferente de la representacién: como expresién mas desplazada, retofios mas alejados -si cabe el término- de lo reprimido. Constatamos asi la presencia de distintos niveles en el material, que sefialan la coexistencia de distintas corrientes de la vida psiquica, ambas con algun tipo de representacién mental. Como dijimos, nos interesa ocupamos especialmente de las vicisitudes del aspecto mas primario. Siguiendo con la secuencia interlaminas propuesta, vemos que, luego de las respuestas populares ante la lamina III (Personas, Mariposa) y la perseveracién de “mascara”, aparece la de “mariposas que caen, muertas”, aclarando que es el color rojo lo que le da la sensacién de heridas. Repuesta que podria pensarse en relacién a la fantasia de lo femenino dafiado (aspecto que sera retomado en el punto siguiente). Subrayamos aqui que es nuevamente el color, cuando aparece con forma menos definida, el detonador de respuestas de tono perturbador: antes ligadas al peligro y la locura; ahora, a la muerte. Pero mostrando, a pesar de la carga de angustia, la posibilidad de encontrar formas de representacién psiquica. Dice: “Por el color me resultan imagenes tétricas, porque no son definidas”. Podriamos relacionar este cardcter pregnante que tiene para ella la presencia de estas manchas sueltas de color rojo, con la afirmacion freudiana, acerca de las fuentes de displacer: “En su mayor parte, el displacer que sentimos es un displacer de percepcién. Puede tratarse de la percepcién del esfuerzo de pulsiones insatisfechas, o de una percepcién exterior penosa en si misma o que excite expectativas displacenteras en el aparato animico, por discerirla éste como peligro”. Agrega que es en la reaccién frente a ellas donde se exterioriza ® Freud,S. (1990) Mas all de! principio dal placer. Buenos Aires. Amorrortu. Tome XVIII, Cap.l, Pag.11 155 la genuina actividad del aparato animico. Resulta interesante tenerlo en cuenta: la propuesta de interpretacién de manchas exige cierto clase de trabajo psiquico. En la medida que agite representaciones dolorosas o montos excesivos tendientes a la descarga, ese trabajo tendrd a su vez cierto matiz angustioso, muy diferente al placer de produccién mds cercano a lo Iddico y sublimatorio de otras producciones frente a las mismas laminas. Hasta aqui, y en las respuestas que siguen, e] componente angustioso prevalece sobre el placer de produccion, punto que sera retomado en el andlisis de su segundo Rorschach. Volvemos a citar a Freud, cuando al referirse a las impresiones traumaticas en la etiologia de las neurosis, ocurridas en la temprana infancia dice que “a tan temprana edad, los nifios no distinguen todavia de manera tajante, como si lo hacen mas tarde, entre las acciones sexuales y las puramente agresivas”. En el caso de Emilia, este tipo de material no parece apuntar tanto a lo reprimido -al cual hacia referencia Freud- como al exceso que no logra ligadura. De todos modos merece ser puesto en relacién igualmente con aquella propuesta referida a las impresiones tempranas. Como recordaremos al retomar e| material de andlisis, han quedado estrechamente asociadas para ella: muerte-sexo- locura. Las respuestas que siguen, podrian ser pensadas, en la misma linea del exceso: después de un intento (no del todo logrado) de mitigar la fuerza de lo pulsional “Selva, pero de nieve”, interpreta la figura de la lamina IX como “el diablo”. Nuevamente aspectos de la Técnica que tienen que ver con la clasificacién de las respuestas, vienen a reiterar lo expresado por la elocuencia de los contenidos: disminuye la conciencia de interpretacién -el como si- y la figura persecutoria adquiere rango de existencia en la realidad exterior: “si, es eso”. O sea, ya no es una mancha parecida a sino que “es el diablo”. En términos de clasificacién, ademas, se expresa la ansiedad persecutoria no sdlo por el contenido sino también por la forma de localizar la respuesta y las caracteristicas de los determinantes.® — Freud,S. (1989) Moisés y la religién monoteista. Buenos Aires. Amorrortu. Toro XXitll. Cap. lil,Pag.71 Anexo 1. Pag. 207 156 En sintesis: nuevamente, algo del mundo representacional se expresa aqui como referencia a otra cosa, pero la carga de angustia y la modalidad de la composicién de las respuestas sefialan la cercania a contenidos psiquicos escasamente velados. Mas cerca de lo no del todo reprimido, que de retofios de una represién lograda. Dicho de otro modo: aunque existe posibilidad de simbolizacion, los resultados son todavia insatisfactorios. La desmesura de la pulsién empieza a dejar de serlo, en tanto alcanza cierto nivel representacional: de la mera cantidad a la cualificacién. Pero el nivel concomitante de angustia confirma lo incipiente y/o no del tedo logrado procesamiento simbdlico. Este impli simbolizar; aqui prevalece todavia un movimiento metonimico con lo cual queda arfa el doble juego de velar-revelar, propio de la propiedad metafdrica del sin lograr del todo la accién de velar. Pasemos ahora a la consideracién del segundo aspecto o problematica considerada como nuclear en Emilia. 2) Las vicisitudes de la femineidad: Podemos hacer aqui otra analogia con el material Rorschach de Martin: en ambos casos, el primer aspecto a destacar permite hacer inferencias acerca de la estructura. En los dos, al analizar los datos, nos acercamos mas a la nocién de trastomo en el modo de funcionamiento, que al de contflicto intrapsiquico.* Es decir, inferimos en ambos la existencia de corrientes psiquicas mas primarias, coexistiendo con niveles neuréticos mas logrados: en Martin describimos cierto déticit en la membrana de intercambios; en Emilia, la dificultad de ligadura que conceptualizamos como desmesura de la pulsién, El segundo aspecto considerado, en cambio, parece recortar -también en ambos- un area mas cercana al conflicto que al trastorno, aunque tefiido con la modalidad sefialada previamente en cada uno de los casos: en Martin, la vivencia (0 fantasia) de peligro en el contacto; en Emilia, las vicisitudes de lo femenino, del cuerpo sexuado. Veamos qué encontramos al respecto en el material de su * Supuestos teéricos de partida: Discriminacién entre trastomo y sintoma. Pag.34 157 primer Rorschach (aunque ello implique repetir algunos de los contenidos considerados en el punto anterior): Lk - Lo primero que vi, dos cabezas que levantan las manos: serian dos personas de espaldas que levantan las manos (Primero vi manos y cabeza, el resto seria el cuerpo. Mujeres por la forma de la cabeza, parece con pafuelo. Recordemos que mas tarde agregara “imagino que las mujeres piden auxilio, y los ani indiferentes”). Lil: - Veo también (después de la respuesta de “sangre” ya comentada a propésito del andlisis del primer punto) dos personas que juntan las manos. (Hombres, porque no és una figura delicada, sino mas fuerte, me dio idea de fuerza) Lill: -Y 4stas (Ultima respuesta a esta lamina, después de -como vimos antes- tres respuestas bien integradas, dos de ellas esperables en cuanto al contenido), mariposas que caen, mariposas muertas seria, porque falta una parte de cada una. (la idea de rojo, como si estuvieran heridas). Es importante destacar que, salvo la ultima, el resto de las respuestas sefialan buena percepcién en cuanto a la visualizacién de las figuras humanas, y en cuanto al género adjudicado. El punto a destacar es la cualificaci6n o asociacién otorgada a lo femenino. Parece prevalecer una adjudicacién de riesgo 0 indefensién, y -en la ultima- de dafio. Por otra parte, y como se desprende de la respuesta a la primera lamina, el cuerpo femenino aparece oculto, y/o menos discriminado: para armar su percepcién, parte de las manos y la cabeza, y el cuerpo es “el resto”. Ademés, las figuras estan de espaldas, y el sexo no esta definido por caracteres secundarios, como permite hacerlo en general esa area de la mancha, donde habitualmente se ven mujeres (por lo marcado de la cintura y 158 caderas); acd es dado por un elemento accesorio que, ademds, cubre: “por la forma de la cabeza parece, con pai ”. En tanto, las figuras masculinas que ve en la lamina Il y en la Ill, son descritas en forma mas-completa. A partir de aqui, toda vez que aparece la figura femenina, ve sdlo la cabeza: Lv: - ¥ después veo dos mujeres (sdlo ve el pelo, la cabellera, y vistas de atras). LVI: - Varios perfiles de personas, todas mirando. Dos mujeres mirando hacia el centro, con una pluma (Sélo la cabeza, peinado para arriba, con pluma) Se impone nuevamente el mismo comentario: la percepcién es correcta, incluso a veces original (como la respuesta de la L V, visualizada en el espacio blanco). Pero en ellas e/ cuerpo femenino esta ausente -escamoteado- hecho éste que, en la respuesta de la lamina VII, es considerado nicamente como Do (la cabeza con peinado alto es generalmente vista como tal, pero formando parte de una figura femenina completa). Y este cuerpo femenino esta ausente, se infiere, en tanto cuerpo sexuado. Este ultimo dato podria ser pensado de la siguiente manera: si el Do es expresién defensiva de aquello que, de ser considerado completo provocaria angustia (y es frente a tal posibilidad donde se pone en marcha la defensa), esto aparece especificamente en Emilia frente al cuerpo femenino, sexuado. Sefialamos ademas que nos parece, en este punto, estar mas cerca de la nocién freudiana de conflicto, que de la de trastorno. Es justamente este aspecto el que permite analizar ciertos matices a partir de las caracteristicas de los contenidos y comentarios agregados a los mismos, Como vimos, en el punto anterior no habia matices: sdlo la dramaticidad del exceso. Aqui, en primer lugar, aparece la mujer como figura indefensa, que necesita ser auxiliada: “Imagino que las mujeres piden auxilio". 4Se podria pensar, en consecuencia, que para ella autoafirmacion y femineidad se excluyen? Por otra 159 parte, el pedido esta dirigido a seres que ademas de idealizados, son asexuados: Angeles. Merece destacarse también que, en esta primera instancia, aunque algo desdibujado -no bien descrito, visto de espaldas- el cuerpo femenino todavia esta presente; algo diferente sucede en la secuencia posterior. Las figuras masculinas, en tanto, no solamente aparecen completas y mejor descritas: el rasgo que las define como tales es el ser “figuras fuertes” (LII) A partir de alli, dijimos, ya no apareceran figuras femeninas completas, sino sdélo las cabezas, o la respuesta conflictiva de “mariposas muertas”. Como vimos antes, en relacién a la vivencia de dafio que el rojo reactiva en ella, esta ultima respuesta podria pensarse como fantasia de lo femenino (mariposa) dafiado. Lo evitado entonces, parece ser el cuerpo sexuado de la mujer y, como consecuencia, el contacto erdtico con el hombre, fantaseado como peligroso. Hasta aqui, el andlisis de la problemdtica de Emilia a través de su primer Rorschach. Antes de continuar con el segundo, retomaremos el material de las sesiones. Se tratard de ver si es posible establecer inferencias acerca de las vicisitudes de dicha problematica -como en Martin- a través del proceso analitico. Si es posible rastrear el recorrido de la misma, en pos de su tramitacién simbélica.” Se trata de encontrar elementos que den mayor consistencia a las hipstesis, cotejando los distintos tipas -y momentes- de la produccién: el material de inicio (contenidos del Rorschach) y la produccién dentro del proceso analitico, para, en un tercer momento ver si es posible, en la comparacién con el material de un segundo Rorschach, la verificacién de aquellas. Vicisitudes en la tramitacién de la problematica durante el proceso analitico: Volvamos a ver entonces el material clinico, centrandonos ahora en los aspectos considerados fundamentales en su problematica, a saber: la desmesura de la pulsién y las vicisitudes de la femineidad. * Remitimos a la relectura del caso. Primera Parte. Pag. 41-51 160 Recordemos que los dos primeros momentos sefialaban cierto quiebre y/o imposibilidad de logro en los momentos de pasaje (retomaremos luego esta idea), aquellos que denominamos: De un mundo de mufiecas a un trazado sin bordes, seguido de Entre suefio y realidad. Podriamos pensar- como se desprende de la relectura de los mismos- que, ‘cuando ese mundo infantil cae ante el advenimiento de la pubertad, se provoca una especie de ruptura catastréfica (caida de ese mundo infantil del cual los recuerdos recreaban incansablemente cierta etapa idilica aforada: las mufecas, el patio de la abuela, los cuentos). El encendido puberal es potenciado por el reavivamiento -efecto por apres-coup en el mds freudiano de los sentidos- de impresiones primeras que, por su intensidad parecen escapar a la posibilidad de procesamiento simbdlico. La misma Emilia, en un periodo posterior, y haciendo mencién a cierto tipo de produccién literaria, califica estas sensaciones suyas como desmesura. Este término, elegido para la presentacién de su caso, parece el mas adecuado para expresar su sufrimiento: apropiado pensandolo desde la metapsicologia (para nominar el exceso de cantidades), y también desde su propia vivencia, en la busqueda constante de imagenes y nombres para lo inimaginable-innombrable (la cosa en Freud, lo real en Lacan). De ese mundo de mufiecas, adviene entonces a un trazado sin bordes (hace un esbozo de mujer en el dibujo que deja adrede incompleto), lo cual podria asociarse con la figura femenina escasamente delimitada en la lamina | del Rorschach. En esa casi btisqueda de no limites (es decir, la falta de borde no sdlo como di ultad)%, parece perpetuarse defensivamente una negacién de la temporalidad. Si no puede detener el tiempo mirando al pasado (el mundo de mufiecas ya no esta), al menos congela el presente para impedir el advenimiento de aquello que permanece entonces en un eterno futuro, sin posibilidad de concrecion. Esto se anunciaba ya en ese esbozo incompleto de la figura femenina % En ecasiones, y durante el proceso de andlisis, era Emilia misma quien asociaba con aquel su primer dibujo en el que, deliberadamente, representé una mujer sin delimitar del todo. 161 dibujada, también en su primera respuesta al Rorschach, y se expresaba en la vida demorando la definicién: de la carrera, de una pareja. En su historia reciente, encontramos que fue ante4a evidencia innegable del avance del tiempo -cambios puberales- cuando se produjeron las primeras crisis de angustia; alli las perturbadoras imagenes cinematograticas le prestaron cierta posibilidad de representacin. Andlogamente, durante mucho tiempo en el andlisis, aparecieron tambi fantasias perturbadoras, pero esta vez, en los suefios. Como sefialamos en la Primera Parte, éstos fueron durante mucho tiempo suefios de angustia, de cardcter sexual: ataque, persecucién, burla, accidentes, riesgos de muerte. Como también dijimos alli, el juego de asociaciones permiti inferir una vivencia profunda de indefensién, y una posicién pasiva. Pensemos nuevamente estos contenidos en relacién con la primera respuesta al Rorschach: las mujeres indefensas pidiendo auxilio. En esa primera respuesta, y a modo de presentacién, Emilia mostraba su fantasia de lo femenino como figura en riesgo (frente a lo sexual). Ello se va desplegando luego en el andlisis: primero a través de suefios de angustia, luego con suefios mas elaborativos. Pero unos y otros permitiendo, en e| juego de asociaciones, recuperar otro aspecto de los afios de infancia: el menos idilico, con impresiones de peligro externo, en una casa sentida como vulnerable y con escasa posibilidad de reaseguro en las figuras significativas de apoyo. Esta recuperacién-construccién marcé el inicio de lo que caracterizamos como tercer momento: Titulos y nombres para la angustia. Se abria a partir de ahora la posil idad de acotar -construccién histo por medio- la desmesura, en un proceso que le permitiera hallar canales de expresién y elaboracién. Que a semejanza de las imagenes prestadas de \as peliculas, permitieran hacerla figurable, pero sin dejarla cautiva -como aquellas- coaguladas y condenadas a la repeticién de lo mismo. Como dijimos antes, se trataba de “/a construccién-reconstruccién de hechos vividos o escuchados de la historia infantil, doblemenie traumdéticos en cuanto incidieron en épocas tempranas, y por lo tanto con menor posibilidad de ser procesados™, * Primera Parte. La Clinica como punto de partida. Pag. 46 162 Debido a tal circunstancia, esos hechos parecen haber acarreado cierta dificultad en la construccién de la tépica, puesta en evidencia ante el embate puberal. Dice en una de las sesiones, refiriéndose a dicha época: “al destapar la olla aparecieron la muerte y el demonio". Queremos reiterar nuestra anterior afirmacién: aquello que marcaba la cualidad del déficit, no era tanto el contenido (‘muerte” o “demonio”) sino la fuerza presencial de las imagenes, aunque no tuvieran cardcter de alucinacién. Como vimos, éstas se le imponian, de manera muy vivida en los comienzos de su crisis. Aunque mantenida la prueba de realidad (sabia que eran imagenes de las peliculas), aparecian en su mente con temor a que algo similar pudiera sucederle, como victima,o como victimaria. Tal vez sea importante considerar, llegados a este punto, la fuerza que siempre tuvo para ella la imagen, impronta que tifié toda su manera de funcionar, aun en niveles mas adaptativos, logrados y/o sublimatorios. De alli el nombre del siguiente momento en la presentacién del material clinico: Del jugar -o niveles- de la fantasia.‘ Podriamos sefialar un (primer) nivel, mas defensivo, frente a ciertas situaciones que fueron recordadas- construidas- nstruidas, a lo largo del tratamiento. Tengamos en cuenta, por ejemplo que, cuando tardiamente, la madre les informé acerca de la pérdida de dos embarazos, Emilia comenzé a imaginar cémo hubiera sido su “primer” hermano: “Y llegué al punto de sentirlo, sentir que estaba ahi -dice- que lo llevaba en la bicicleta.” Aparece aqui la creacién de una imagen, llenando un vacio de representacién (no era en este sentido una imagen perturbadora, sino acompajfiante, que hace recordar la funcién que tiene a veces “un amigo imaginario”) gPodemos pensar que la ausencia de relato (se les oculta el dato hasta la adolescencia) y luego las caracteristicas de! mismo, facilitaron tal instrumentacién imaginaria como Unica salida posible? En realidad, la situacion puede ser descrita casi como no relato, en el sentido de dato aportado con poca posibilidad de ser incluido en uma cadena historizante: comenta que fue *© De alli también que su material Rorschach se preste especialmente a este tipo de andlisis, de “rastrao de. procesamiento simbélico a través de imagenes” lo cual no es posible en todos los cases. 163 “chocante” la manera de contarlo, sin preguntas por parte de ellos. Es decir, encontramos aqui -y en otros muchos momentos y frente a distintas situaciones- la busqueda de imagenes, dando figurabilidad a algo que, por la dificultad para ser representado, devino traumatico. En la sesién donde trae ese recuerdo, surge (uego aue esté leyendo cuentos de mistetio, con apariciones de chicos diabslicos y an, licales a la vez. Este dato aportaria solidez a la hipétesis del caracter defensivo de imaginarizar un hermano que no llegé a serlo. Recién ahora, en las puertas de la adultez y en andlisis, puede aparecer aquel aspecto persecutorio del que se defendié con una presencia imaginada de compajiero de juegos. El cardcter traumatico de este y otros hechos tal vez fue potenciado por cierta modalidad de la comunicacién familiar, incidiendo y propiciando un exceso de vulnerabilidad en Emilia. También dentro de lo defensivo -aunque cualitativamente distintas- podriamos ubicar las fantasias ligadas al juego y los cuentos, areas que alcanzaron espacios importantes de sus primeros afios. Si bien desde una lectura positiva podemos subrayar el disfrute de sus afios de infancia, aparece en estas fantasias fuertemente marcado el caracter de proteccién, frente a un mundo vivenciado como inseguro. Como si al quedar tan acentuado el cardcter defensive, se hubiera obturado la potencialidad de apertura y afianzado- inaugurado la de cierre: “un lugar para uno solo...como ese mundo que yo me inventaba...y eso si que era una tranca que cerraba...". En ese mundo, las mufecas le permitieron primero construirse una muralla (conereta) de proteccién, y luego fueron los libros: “me gustaba leer...ahora entiendo por qué...un mundo. personal, tan vivo como la realidad”. Otro nivel muy diferente, en cambio, al que se enfrenta con dolor, pero con alguna posibilidad de salida, lo constituye -a lo largo del proceso de andlisis- la posterior lectura de libros 0 peliculas ya no como imagenes en las que quedar atrapada, sino como disparadores de trabajo psiquico. Ahora, tales materiales. posibilitaban el procesamiento de ansiedades, en una experiencia estética, emocional, compartida y compartible. 164 No obstante, y aunque va accediendo paulatinamente a este modo de funcionamiento, no termina de renunciar al anterior. Citaremos nuevamente aqui parte de este que denominamos IV momento:'*" ” -“Anoche -dice en una sesi6n bastante posterior a las anteriormente citadas- ne di cuenta que las peliculas de asesinatos que tanto me asustaban, creo que lo jue me asustaba era que habia sexo...que por el hecho de haberse acostado, les masaban cosas”. -“Esos libros (se refiere a un trabajo que tuvo que hacer) que me nolestaban (la habian movilizado), senti que los necesitaba, y esa forma que 2uscaba, como si todavia no hubiera encontrado la forma...todavia, y me dio janas de empezar a trabajarlos, hablar de mis cosas de otra manera, como algo luevo que se descubre...asi como en otra época tuvieron forma de peliculas gresivas....como en las metaforas, poder ver lo cotidiano de otra manera”. Volvemos a presentar estos fragmentos en forma textual, ya que el interés in este punto es remarcar el acceso a otros niveles en el tipo de produccisn y/o laboracién fantasmatica, ligados a un nivel también cualitativamente distinto de rocesamiento simbdlico. Este acceso no implicaba el abandono de modalidades interiores. De todos modos, si bien coexistian ambas (estando las Ultimas todavia resentes en episodios breves pero intensos) algo nuevo se inauguraba, jluedando entonces abiertas otras posibilidades o canales para la desmesura. En realidad, caben con respecto a este ultimo punto (episodios breves de eaparicién de fantasias y ansiedades similares a las de inicio), dos posibilidades le lectura: una posibilidad seria la recientemente sefialada: punto de vista entrado en el aspecto mas problematico y/o deficitario, como aquello que no 2Mmina de instalarse todavia, o de instalacién incipiente. La otra lectura posible es onsiderarlo en relacién a aspectos mas neuréticos: si algo nuevo se instald, odriamos conjeturar que la recurrencia (o parici6n) de estas fantasias sndrian més que ver con el concepto freudiano de resistencia. Cabalgando sobre " Pag. 47 165 ambas posibilidades, podemos decir que, el reconocimiento conciente de su temor al cambio, permitid trabajar algunas cuestiones. Es aquello que denominamos en la presentacién de la Primera parte: Los bordes dejan cosas fuera del trazado. Dichas cuestiones tenian que ver con el dolor frente a la renuncia de lo infantil. También podriamos pensarle como la resistencia de un baluarte narcisista. Al fijar bordes, al delinear limites -definir- se instalaba en el mundo, con. ceordenadas de espacio y de tiempo, sujeto a nuevas posibilidades pero también a las pérdidas y la muerte, y a un intercambio afectivo sin garantias. De la congelacién del presente, pasaba a un futuro con proyectos realizables y tealizados (terminar la carrera, insertarse en el campo laboral, establecer una Pareja estable con la que comenzé a convivir), muchas veces, con intensa angustia. Pasaje doloroso desde “lo sexual del suefio, a lo real del sexo”. Tengamos en cuenta aquel relato del suefio en el que decia: “Sofié que se moria mi abuela...pero no era como una muerte fisica, sino como un cambio, penerla en otro lugar...por ahi, el que se moria era el patio” (refiriéndose a una imagen ligada a los juegos, a una posicién infantil de un mundo capaz de calmar toda satisfaccién)..Pasaje de la imagen que condensaba una posicién infantil, al sentido, otorgado. por al procesamiento simbélico. Dijimos al comentar este recorrido del material clinico presentado como momentos, que el hacerlo asi permite cierto seguimiento, Seguimiento o recorrido no lineal, a partir de un material inicial donde el exceso dificultaba la tramitacién psiquica. La presencia de aquellas imagenes tomadas de peliculas, le ofrecieron -como dijimos- la posibilidad de darle figurabilidad y contenido al emergente pulsional, pero al precio de quedar parasitada por ellas: no abrian otras vias, eran el unico camino posible, sujeto siempre a retorno. Si se recurre a conceptos mencionados anteriormente (considerados desde una éptica lacaniana), podriamos hacer aqui una lectura utilizando la idea de enciar entre repeticién imaginaria y repeticién simbdlica (diferentes de la 166 compulsién de repeticion).'* No tanto por la diferencia terminolégica en si -ya que el término de jinsistencia de una problematica, parece resultar fecundo para el desarrollo ste trabajo- sino por la conceptualizacian que implica: en tanto la llamada repetici6n imaginaria otorga consistencia y sustancia, tendiente a la significacién, la repeticién simbdlica implica agujero, insistencia, ofreciendo sentido. Mientras la imaginaria supone reencuentro, la simbdlica posibilita la novedad. (Harari, 1988). Podriamos afiadir: mientras lo imaginario se cierra en los limites del narcisismo, la apertura a lo simbdlico implica cierta renuncia como precio del intercambio vincular. Resulta interesante para pensar la fuerza de la imagen en el caso Emilia, esta diferencia entre significacién y sentido. En ella, la biisqueda repetida y activa de imagenes (en un segundo momento, puesto que al inicio de las crisis, era pasivamente asaltada por ellas), al volver a releer las mismas historias y ver repetidamente algunas peliculas, tendia a darle una significacién y el alivio consiguiente, pero obturaba -como parece haber sucedido con los juegos en su infancia- la apertura simbdlica. Se puede pensar que esa recurrencia a cierto material de sagas expresaba la bisqueda de guiones prestados para hilvanar lo traumatico, de darle apoyatura representacional al afecto que la agitaba. En el proceso de andlisis, empezaron a abrirse otros caminos. En algunos casos, como en los suefios, pudo observarse esta posibilidad de desplazamiento: al comienzo con escasa veladura de lo trauméatico; luego otros, como expresion de una represién mas lograda. Como también dijimos, siempre con un matiz de sufrimiento importante, y subsistencia de periedos, aunque reducidos, de angustia. Veamos ahora su segunda produccién de respuestas al Rorschach. Segundo Rorschach: La modalidad elegida para el andlisis del material explica por qué no hay una secuencia tipica para analizar los casos: difiere en cada uno, dadas, justamente, 1 Niveles de simbolizacién. Pag. 98 167 las diferencias individuales. Esto puede observarse en la comparacién de las dos producciones Rorschach en cada uno. Si al ocupamos del segundo Rorschach de Martin, no pudimos tomar idéntica secuencia que en el.de inicio, en el de. Emilia es posible hacerlo, al menos para el primer aspecto a considerar. Veamos qué nos permite inferir su material, en principio, en relacion al aspecto que podria ser iominado ahora Vicisitudes de la pulsidn: de la desmesura, a nuevos destinos. Retomaremos la secuencia entre las laminas |, II, Ill, VIII, IX (y agregamos la X): Li:s” - Lo primero, una persona de espaldas, levantando los brazos... bueno lo que no coincidiria es la cabeza. (Aclara luego: mujer, por el pelo largo y el vestido, por la forma curva). - Después, pareceria un Angel, de espaldas (vestido, manos, alas grandes del arcangel) -¥ mirandolo desde otro lugar, esa especie de calabazas de Hallowen, una especie de mascara. LI: 30° - Lo primero que se me ocurrié, esas caras esquematicas de los robots de juguete. (Agrega: como que se integraba la idea de metal, por el color gris, y el rojo por las luces, que se encienden y apagan, como carcaza del robot, con luces que se prenden y se apagan y es la idea de vida). - Y...d@ una manera incompleta, podria ser una mujer, donde lo que la define, son los pechos y el abdomen...la pelvis. Adicionales: cuernos de diablo, por el color y la forma, y caricatura de dos hombres, enfrentados, haciendo palmas, donde se destacan las piernas y el pito. Lill: 15” -Se me ocurtieron dos mozos, caricaturas de dos mozos, de dos empleados, enfrentados, sirviendo una mesa. (Agrega en el interrogatorio, después de 168 describirlos bien: mozos porque esto seria un mojio, y esto delantal, por la forma y el color blanco, como si en conjunto fuera una propaganda, como un dibujo de cocina). = Adicional: (invirtiendo la lamina) un enano, levantando los brazos, con camisa blanca, chaqueta negra y mofio de color. L Vii: 30” -Lo que me llama la atencidn: la idea como de dos animales que trepan...de pumas, y la idea como de un bosque, un arbol con raices, y la tierra que va cambiando de color. El color me gusta. (Interrogatorio: a los animales les faltaria la cola. Arbol por lo verde y la sombra de nervaduras. Tierra como fértil en la parte superior, y abajo arcilla, como cambiando de capas, y también el centro de la tierra, caliente, y a medida que subimes por eso cambia de color) Adicional: Y todo, idea de redondez, de Tierra, redonda, planeta redondo, y simbolizaria eso: capas, nucleos. Pero sigue estando el arbol, y la idea de corte transversal. LIX: 20” -La primera idea, “otra vez por duplicado, el perfil de un mago. Merlin, especificamente, Y lo demas serian como colores, producto de las pécimas. (Merlin, de espaldas, haciendo magia. Por los colores, como emanaciones, gases que salen, por lo volatil). - Pero también veo como un bicho medio feo: no definido, pero cavidad de los ojos, como de un crdneo, con las cuencas ahuecadas. (Mas que bicho, craneo humana). Adicional: la cara de una mujer, de perfil. LX: (Después de una respuesta de: bichitos, hojas sueltas, y flores de colores) (...) ¥ como una mujer, en el centro. Como que lo que se veria es el esquema del 6rgano reproductor femenino: ovarios, trompas de Falopio. Y la pelvis. (Pechos, 169 ovarios, trompas. Lo veo como la cara de una mujer, y saco con plumas. Por los colores). Una interpretacién posible: Un primer dato interesante lo aporta su primera respuesta: aunque de espaldas, aparece la mujer, esta vez construida completa desde el comienzo y, si bien haciendo referencia al vestido, definida por caracteres afines a lo femenino: la redondez, el pelo suelto (retomaremos esto en el analisis del segundo aspecto de su problemética). Se trata de una sola figura. Es importante, ademas, destacar que la ubica en la misma localizacién: ve una donde antes veia dos. También de espaldas, da como segunda respuesta un angel (antes también eran dos). Pensamos que ambos datos apuntan en una misma direccién: en tanto la angustia es menor, sin vivencia de excesivo peligro interno (no aparecen comentarios ni fenémenos especiales que, como en la anterior, daban cuenta de ello), en lugar de la disociacién, se abren otros caminos. posibles. Podria considerarse también, como expresién de un proceso de individuacién mas logrado. Si bien se registra ansiedad -especialmente frente a lo femenino, y el contacto, expresada en las figuras de espaldas- ésta aparece mitigada, y puede dar lugar a otro tipo de representacién. En sentido similar, puede pensarse la respuesta siguiente; como en el primer Rorschach, encontramos nuevamente una mascara, pero aqui en una dimensién que la transforma en algo cualitativamente diferente: calabaza de Hallowen, més cercano a lo Iuidico, sugiriendo mecanismos préximos a la sublimacién. Recordemos los comentarios acerca de niveles y lugar de la fantasia en la produccién simbélica, observados en el proceso analitico. Ya en esta primera lamina del Rorschach encontramos una expresién que implica un procesamiento simbdlico diferente. Es la misma lamina y los contenidos son iguales, pero valga la paradoja, también son distintos. En el anterior, lo primero que aparecia era la referencia a la locura y a la vivencia de peligro; aqui, ademas de una légica del pensamiento no alterada (ausencia de combinacién confabulatoria en la respuesta, presente en la anterior), manifiesta 170 cierto placer er (a interpretacién. Algo que podria pensarse en términos de construccién de un espacio transicional, como placer ludico, como espacio de creacion. . Continuando con el andlisis de la secuencia interlamina ,qué sucede esta vez ante la presencia del rojo en la lamina ll? (‘Carcaza de robot de juguete, con luces que se prenden y apagan”, en vez de “sangre, como la que veia la mujer de la pelicula, y la intemaban"), En primer lugar, observamos un tiempo. de reaccion muy diferente entre laminas | y Il (que no se presents en el primer Rorschach); ésto, técnicamente’™, es considerado como shock cromatico, asociado a represién. En segundo lugar, el rojo esta integrado en una respuesta (tomando un area mayor -aunque recortada de manera inusual- y con otros determinantes que lo acompafian, en los que esta presente el aspecto regulador del yo, representado por el predominio formal); pertenece, ademas, a la categoria de respuesta de contlicto. En ambos puntos nos acercamos a aquello que tiene que ver con la instalacién de la tapica: represién, conflicto intrapsiquico -intersistémico- dado por la defensa frente al emergente pulsional. Es decir, campo de la neurosis. Otro aspecto a sefialar: no sdlo cambia el contenido: antes sangre, ahora luz, sino que, especialmente, no hay aqui alusién directa a lo traumatico (vehiculizado a través de la imagen cinematografica, como se recordara, en la autorreferencia anterior). Aparece en cambio algo mas alejado, mas velado, con una produccién, ademas, “de cufio propio”: en vez de la repeticién de lo idéntico, apal estricto, lo cual apunta a un proceso de metabolizacién mas complejo, donde el produccion de algo nuevo. Podemos hablar de retofios, en sentido armado de la representacién alcanza un nivel cualitativamente diferente, de caracter metaférico. No debe dejar de tenerse en cuenta, sin embargo, que tal representacién alude a un contenido singular: las luces dan “la idea de vida” pero se trata de un objeto mecanico; la carcaza de un robot de juguete. Resulta llamativo este contenido, y en todo caso permite preguntarse, en la medida que estamos en el * Anexo 1. Pag. 207 Te 171 seguimiento de un proceso, si esta instalacién en la tépica marca -en los comienzos de construccién de algo nuevo- cierta vivencia de ajenidad (tal vez mas claro si lo vemos desde la perspectiva de la génesis del Yo: como un movimiento de afuera hacia dentro). La respuesta siguiente daria cuenta de ello: después de un ser que funciona, pero mecanicamente, aparece una imagen incompleta y no lograda del interior del cuerpo femenino. Parece que, comenzada a acotar-cualificar la cantidad, y puesto en marcha otros mecanismos, se recorta mas nitidamente el conflicto. En otras palabras, si se posibilita el pasaje a otro modo de funcionamiento, y la angustia puede operar como motor de trabajo psiquico, estamos ahora -represion mediante, como también sefialamos en Martin- mds cerca del conflicto que del trastorno. Por eso es posible encontrar en este segundo Rorschach un tipo de representacion diferente. Se trata de un procesamiento de Io pulsional, con formas mas logradas de simbolizacién. Nos referimos en este sentido, a la cualidad de la produccién: constituye una expresién mas modulada que, en el caso de Emilia no implica un achatamiento empobrecedor. Si hablamos aqui de represién, lo hacemos pensando en la posibilidad de instalacién tépica. Las nuevas respuestas son complejas, ricas, incluso (como en la lamina anterior), presentan un matiz ludico; asi se expresa, aunque con cierta rigidez (mufieco robot), la idea de vida. En la produccién anterior, recordemos, ésta estaba ligada a ataque, sangre y vivencia de locura, y tes que obtaculizaban la produccién de sobre todo, referida a imagenes recu algo nuevo. En ambas producciones las respuestas a esta lamina son significativas, pero se observa un cambio importante en la interpretacién: mas ligada a lo traumatico y con tono angustioso en fa primera, mds alejada dal contenido original y con tono mas placentero en la segunda; movimiento que podria pensarse como posibilidad de expresion sublimada de aquello que primeramente s6lo aparecia como indicador de intensa movilizacién cercana al desborde. 172 Con respecto a la respuesta de la lamina Ill, destacamos por ahora solamente un punte: el contenido humano -con riqueza en matices de determinantes y contenidos, y ausencia de comentarios que impliquen tensién excesiva- se da como “caricatura”, “figura de propaganda” (algo similar sucede en la adicional de la Il). Es importante subrayarlo aqui, dentro del analisis de la estructura defensiva: {se puede pensar como intento sublimatorio -no del todo logrado- frente a la ansiedad del contacto? En todo caso, como rodeo defensivo para expresar lo vital mediatizado (presente pero ya no tan peligroso). En la respuesta anterior: robot de juguete; en ésta: dibujos. Se dejara por ahora en suspenso el contenido de esas respuestas, que seran retomadas luego. Si se considera a continuacién las otras laminas coloreadas (VIII y IX) se observa un movimiento interesante entre el primer y el segundo Rorschach: - en la VIIl, pasa de la respuesta de uno, a la respuesta de par, de movimiento secundario a movimiento dado desde el comienzo, y ademas con caracteristicas mas activas. Otros observables: de tiempo acotado de reaccién, a alargamiento del mismo, expresién de shock cromatico; del uso del blanco y gris como color (“selva.:.pero de nieve”) a colores calidos (“idea de bosque, y tierra que va cambiando de color’), mas adecuados al tipo de contenido y a las caracteristicas de la mancha. Parece licite interpretar tal movimiento como posibilidad de pasaje: de una posicién mas autocéntrica al registro de la existencia del otro; de la vulnerabilidad excesiva ante el estimulo afectivo, a cierta posibilidad de mediatizacién; de mecanismos mas primarios, a otros de corte mas lad de neurético; de una posicién receptiva, pasiva y cautelosa, a una posi mayor actividad y expresién. éPodemos pensar estos elementos como sefiales de una estructuracién en marcha? El contenido de las respuestas parece darle consistencia a esta hipstesis: “tierra como fértil en la parte superior, y abajo arcilla, como cambiando ‘°* Esta respuesta “selva pero de nieve” dal primer Rorschach, hacla pensar en mecanismos primarios, mas cereanos a la condensacién (si bien podia luego diferenciar los elementos, no dejaba dejar de ser signilicativa la enunciacién). 173 de capas, y también el centro de la tierra caliente, y a medida que subimos por eso cambia de color”. {Resultaria excesiva la comparacién entre esta “imagen topografica” de la conformacién del contenido en su respuesta, con nuestro: modelo para pensar la topica? Nos referimos a la primera t6pica freudiana, como diferenciacién de instancias psiquicas. No parece del todo excesivo hacerlo, si tenemos en cuenta su respuesta adicional: “Y todo, idea de redondez, de Tierra redonda, planeta redondo, y simbolizaria eso: capas, nticleos, Pero sigue estando. el arbol, y la idea de corte transversal”. Podria explicitarse atin mas la analogia: entre el centro caliente de la tierra, y la superficie debe existir algo intermedio, de lo contrario, no seria tierra fértil sino arrasada. Algo asi expresa el modelo tdpico freudiano: existencia del preconciente como posibilidad de acceso a la conciencia, al pensamiento légico, y al proceso secundario; existencia del inconciente dinamico como fuente de movilidad psiquica, en un aparato constituido. La observacién de estas modificaciones en la produccién simbdélica de Emilia, parece tener que ver con este tipo de estructuracién. Pensemos en las vicisitudes de dicho pasaje, inferido en el Proceso analitico que acabamos de comentar: si no todo estaba ya en la superficie, obturando el pensamiento podia, desde otro lugar, accader a modos de expresion diferente; en ‘suma, a producciones de otro orden. Si se tiene en cuenta ademdas, la presencia de lo que en la técnica se llama “transparencia” (ve el paisaje en la respuesta principal pero también las capas de la tierra; en la adicional interpreta la figura como capas del planeta pero también ve el Arbol en el corte transversal) podemos pensar -desde dos angulos que no se contradicen entre s/- en la vivencia de un proceso de estructuracién en marcha pero no consolidado, a la vez que la indole del trabajo analitico: de ligazén, pero en profundidad. - en la ldmina IX, el cambio mas notable lo constituye el contenido de la respuesta y la modalidad de la interpretacién: de “ser" el diablo (disminucién del “como si” en la primera produccién) a la interpretacién de la mancha como suscitando “una idea de”: el mago Merlin. Pasaje esta vez de un contenido persecutorio (potenciado por el contenido fuego) a otro, si bien enigmatico, de 174 nuevo en los bordes de Io Itidico. Aunque desde la clasificacién aparecen en ésta determinantes puros, ¢s decir sin estar modulados. por una forma (M/C,m,K), el contenido (“Merlin haciendo magia, y gases producto de las pocimas...gases por lo volatil) evoca nuevamente lo inquietante pero con otra posibilidad de manejo. En realidad es la lamina X (Unica no consignada en la secuencia de andlisis del primer Rorschach) la que esta vez muestra el area mas conflictiva (area que aparecié también en la Ultima respuesta de la lamina Il). Se consigna aqui porque tiene que ver con su reaccién frente al estimulo emocional que suponen las laminas de color. Pero en este caso, nos vuelve a introducir en el campo del contlicto; éste se anunciaba ya en el primer Rorschach y se expresa en: éste con mayor claridad: conflicto con lo femenino. Pensamos que aunque el armado de esta respuesta arroja ciertos puntos “negativos” (desde el punto de vista de calidad formal, con cierta caida del funcionamiento légico), puede considerarse, por su contenido, otro indicador interesante de este proceso de pasaje al que aludimos varias veces como término descriptive de un proceso en marcha, y al que volveremos luego, a fin de conceptualizarlo. La produccién frente a esta ultima lamina, nos introduce entonces en el segundo punto cuyo seguimiento nos propusimos realizar: las vicisitudes de la femineidad. Al considerar esta Ultima respuesta (mujer a la que se le ven los organos del aparato reproductor femenino) algo merece destacarse: vuelve a observarse el fenémeno especial de transparencia, con consecuencias negativas sobre la calidad de la respuesta: representa a la vez el exterior (cara, vestimenta) y el interior, con los érganos del aparato sexual femenino: ovarios, trompas de Falopio. Teniendo en cuenta que es ésta su respuesta ante la ultima lamina, veamas, antes de continuar con el andlisis de la misma, qué paso en la secuencia que la antecede. He aqui las respuestas que hemos tomado en consideracién (como hicimos anteriormente, trabajamos con aquellas que fueron seleccionadas en relacién a la problemética a analizar, lo cual implica retomar algunas ya presentadas): 175 u - Lo primero, una persona de espaldas, levantando los brazos....bueno, lo que no coincidiria es la cabeza. (Mujer, por el pelo largo, el vestido, la forma curva). Adicionales: - Como un perfil, que se repite en los costados. De alguien como sentado. Un hombre. -Y ademas aca se me ocurrid, estoy obsesiva, un pene. - Algo mas: idea de una casa, con ventanas (lamina invertida). L - Lo primero que se me ocurrié, esas caras esquematicas de los robots... - Y...de una manera incompleta, podria ser una mujer, donde lo que la define, son los pechos, y el abdomen (Por los pechos, y entonces me hizo buscar la idea de una mujer: cabeza, pechos, pelvis, abdomen). Adicionales: - Cuemos de diablo. - Tomando todo, podria ser la silueta de dos hombres, enfrentados, haciendo palmas. Como de una caricatura, con piernas y pito. Lil = Se me ocurrieron dos mozas, caricatura de dos mozos, de dos empleados, enfrentados, sirviendo una mesa. Estoy muy con los dibujos. Adicional: un hombre, un enano. Todo menos esto. Pies, brazos levantados para arriba, cabeza. Mofio en el centro, de color. Chaqueta negra, camisa blanca. Liv - Esto me da la sensacién de un hombre, pero con caracteristicas que se lo esté viendo desde abajo. Y si sigo con esa idea, lo que se veria serian las plantas de los pies, y éste el pene, grande (rie) gdigo todo lo que se me monstrua, 176 ocurre? La verdad es que lo estoy favoreciendo, y la cabeza chiquita. (Un hombre. monstruoso, mas un monstruo). Lv - El perfil -estaria duplicado- de una mujer leyendo. - Y me da la sensacion, a los costados, de una persona recostada, descansando. Adicional: podria ser todo un insecto medio raro: la metamorfosis de larva en mariposa, parte de un proceso, todavia no terminado...por eso mezcla extrafa...alas cuerpo, cabeza. LVI - (después de dar la respuesta popular de piel de zorro) (...) Y en la parte de arriba, me hace acordar a esas cabezas griegas, de las estatuas, de un hombre, pero tiene como puas en el cuello. vil -Esta es la misma sensacién que me da la foto de los mozos enfrentados, pero ahora serian dos mujeres. LIx - La primera idea, otra vez por duplicado, el perfil de un mago: Merlin, especificamente. Y lo demas serian como colores, producto de las pécimas...(de espaldas, haciendo magia. Por la silueta idea de mago, y después los colores, como emanaciones, gases que salen, por lo volatil). - Pero también veo como un biche medio feo: no definido, pero cavidad de los ojos, como de un craneo, con las cuencas ahuecadas. (Bicho no, mas parece craneo, craneo humano). Adicional: Aca quiza la cara de una mujer, de perfil. Por el contorno. Lx - (después de una respuesta donde toma toda la mancha, y ve bichitos y flores, hace un recorte inusual, integrandolo al espacio blanco) (...) Y como una mujer, 177 ‘en el centro, Gomo que lo que se veria es el esquema del érgano reproductor femenino: ovarios, trompas de Falopio, Y la pelvis. (Pecho, ovarios, trompas. Lo veo como la cara de una mujer, y saco con plumas. Por los,solores). Andlisis de esta secuencia: Retomamos algunos aspectos del punto anterior. Como vimos, al disminuir la disociacién y aparecer la posibilidad de otro tipo de defensas, surge ya desde la primera respuesta de la lamina |, una representacién diferente de lo femenino: aunque de espaldas, es una sola figura, discriminada como tal, y definida por caracteres sexuales secundarios. Vimos también que habia consistencia en los datos de la prueba que apuntaban a un nivel de estructuracién neurético mas logrado; si en la primera produccién aparecia esbozado el conflicto con lo femenino, en ésta el mismo se expresa con mayor claridad. Por otra parte, en tanto antes el mayor sufrimiento tenia que ver con el exceso de cantidades, aqui podamos ya pensarlo como sufrimiento neurotico, es decir, propio de un sujeto escindido. Al referimos a distintos momentos en el proceso analitico, denominamos a uno de ellos “los bordes dejan cosas fuera del trazado” Deciamos alli: “Al fijar bordes, al delinear limites, se instalaba en el mundo, con coordenadas de espacio y de tiempo, sujeta a nuevas posibilidades pero también a las pérdidas y la muerte, y a un intercambio afectivo sin garantias. De la congelaci6n del presente, pasaba a un futuro con proyectos realizables y realizados (terminar la carrera, insertarse en el campo laboral, establecer una pareja estable con la que comenzé a convivir), muchas veces, con intensa angustia. Pasaje doloroso desde “lo sexual del suefio, a lo real del sexo”."* ~Qué puede inferirse como expresién de tal proceso en el material del segundo Rorschach? Creemos que gran parte de la secuencia que acabamos de poner en consideracién, puede ser interpretada en ese sentido. Que es el conflicto “5 pag, 165. 178 propia femineidad -la renuncia a la totalidad- y ef otro masculino como ite, el que se expresa ya desde un comienzo: tanto en la secuencia entre puestas principales de las laminas | y Il, como entre respuesta principal y rales de la [Amina |. Veamos estas secuencias: de ver una mujer completa pero “de espaldas”. Es esa su primera sta. Como dijimos, aparecen en esta segunda produccién modalidades sivas neurdticas. Podriamos en este caso hablar de evitacién; en el punto yr - al analizar la L II- hablabamos de represién. {Qué pasa cuando ambas 2 Si lo evitado es el enfrentamiento con lo propio femenino y su puesta a 1 en la realidad, la siguiente respuesta que alude a la mujer parece sefalar ustia cuando tal enfrentamiento ya no puede ser soslayado: “Y...de una a incompleta, podria ser una mujer donde lo que la define, son los pechos y iomen...la pelvis”. Esta angustia afecta la posil sta no del todo bien vista, con cierta imprecisién entre abdomen y pelvis, al bica en un lugar vacio); dificultad para pensar que se anunciaba en el itario de la primera respuesta (la de la mujer completa de espaldas: “bueno, no coincidiria es la cabeza”). Significativamente, ademas, se formula del idad de pensar (es una nte modo: “Y de una manera incompleta...” Formulacién que puede retarse en fa linea de Ja renuncia a la completud narcisista. Dicho en otros 19s, de un posicionamiento diferente, donde el asumir la limitacién de la .cién, podia dar lugar a un placer limitado, pero posible, Si comparamos ahora las respuestas principales y adicionales de la primera a, vemos que da como adicionales “hombre sentado” y “pene”; respuesta \| directa, bien vista, y haciendo insight acerca del lugar que la genitalidad 1 para ella: “estoy obsesiva", comenta. Como el proceso analitico, también la coin del Rorschach, autoriza a sefialar un momento nuevo: ef de su jonamiento femenino, que le proveca angustia, y el reconocimiento de lo ulino como diferente. 179 Volvamos ahora a las respuestas principales. Después de la mujer en Li, puede ver la respuesta popular de la III (personas haciendo algo) pero con cierto rodeo: aunque a diferencia del primer Rorschach no estan en actitud de sumision sino enfrentados, el rodeo o toma de distancia se da aqui porque se trata de dibujos, caricaturas de propaganda, y no representacién de personas reales. (Algo similar hara en la adicional de L Il: “podria ser la silueta de dos hombres enfrentados, haciendo palmas. Como de caricatura, con piernas y pito”). Subrayemos los elementos recurrentes: cuando las figuras aparecen enfrentadas, es a través del rodeo de ser “dibujos’. Ademas (en el caso de adicionales de | y Il), incluye en la descripcién masculina pito o pene. Pensamos aqui, por una parte, en la posibilidad de registro de la oposicion y la competencia. Por atra, en intentos sublimatorios de los mados de enfrentamiento. Ademés, si en la primera produccién lo escamoteado en las respuestas era el cuerpo sexuado de la mujer y el contacto erético con el hombre, vivenciado como peligroso, lo que aqui se observa en cambio, es la posibilidad de pensario, Lo hace con respuestas directas, mas propias de un proceso de movilizaci6n, que de superacion del conflicto. Insistimos: lo importante a destacar es justamente la presencia de conflicto, como expresién de otro status de estructuracién. En esa linea puede interpretarse la respuesta siguiente ante la lamina Iv: “hombre monstruoso, con pene grande y cabeza chiquita”. Hay aquf una imagen infantil de lo masculino, con exacerbacién de lo genital, generador de angustia: es una respuesta con contenido siniestro en relacién a una figura perturbadora. Nuevamente aparece aqui la alusién a la cabeza chiquita, que permitiria ser interpretada no sdlo como el atributo iracional del monstruo, sino -una vez mas- como la dificultad de tramitacién del conflicto con la sexualidad a través del pensamiento. Si el contenido siniestro es en Rorschach uno de los indicadores de angustia, nos ubicamos en la linea tedrica que considera que ésta puede operar come motor de trabajo psiquico. Creemos que es esto lo que muestra este segundo material: intensa movilizacién propia de un proceso en marcha. Ello implica el comienzo de procesamiento de aquello que en un primer momento escapaba a tal posibilidad. 180 Un elemento interesante que apoya esta hipdtesis de proceso en marcha. con intensa movilidad psiquica, es la respuesta adicional la lamina siguiente: después de ver en principales respuestas humanas similares a su primera produccién (mujeres leyendo, persona descansando), dice en el interrogatorio: (...) ‘podria ser un insecto medio raro: la metamorfosis de larva en mariposa, parte de un proceso, todavia no terminado...por eso mezcla extrafa...alas, cuerpo, cabeza”. Respuesta que posteriormente ella misma asocia con la angustia frente a -y la necesidad de- un posicionamiento diferente como mujer. Esta posibilidad asoma también en la produccién frente a la lamina VII, al dar la figura femenina; si en su primer Rorschach, frente a la misma lamina, dio solamente cabezas, y de los dos sexos (tomando partes de la mancha) ahora puede dar, en una figura total (tomando todo), la respuesta de mujeres (completas y bien discriminadas). Aun continuando con el rodeo por la distancia, pueden aparecer enfreniadas: son damas antiguas, con algo de artistico en la descripcién. glntento sublimatorio?. Volvernos ahora a su Ultima respuesta, que nos introdujo al tema del conflicto. En tanto correspondia a la serie de laminas de color, podria utilizarse como puente entre los dos aspectos que analizamos en Emilia: canales para la desmesura y vicisitudes de la femineidad; en realidad, fueron sus respuestas las que posibilitaron tal relacion. Cuando ta reaccién emocional pudo ser mas modulada, fue apareciendo mas delimitado el contflicto, prevaleciendo sobre la linea del exceso como fuente de sufrimiento. Pero si ahora es sufrimiento neurdtico, no por ello deja de ser doloroso. Creemos que en ese sentido debe ser entendida la respuesta de mujer, ya aludida, de la lamina X. Y que la mencionada transparencia que deja ver a la vez una figura femenina con cierto matiz de seduccién (“saco con plumas’), muestra a la vez el conflicto todavia en came viva: se ven los ovarios, las trompas, la pelvis. Como hicimos con el caso anterior, presentamos a continuacién un cuadro con las secuencias de respuestas presentadas, a fin de facilitar la visualizacién del material en general = Emilia _| PRIMER RORSCHACH SEGUNDO RORSCHACH uu Li - dos cabezas que levantan|)- una persona de espaldas, las levantando los brazos... manos, dos personas de] Bueno, lo que no coincidiria es espaldas que levantan las | la cabeza (mujer por el pelo largo, manos (rie)....yo para delirar | el vestido, la forma curva). no tenge problemas. De -después, pareceria un angel, de la - me da idea de una mascara espaldas (vestido, manos, alas desmesura | (mascara medio diabdlica, | grandes del arcangel) dela agresiva) pulsién - mirandalo desde otro lugar, esa acanales | - también veo dos angeles especie de calabaza de Hallowen, para la (imagino que las mujeres | una especie de mascara. desmesura | piden auxilio, y los Angeles —————————<< - son indiferentes) Lil = veo sangre, manchas rojas (Me acuerdo de una pelicula: una mujer veia sangre, y creo que la internaban. Y también veo fuego. Me resultan imagenes tétricas porque no son definidas) por esas - veo también dos personas que juntan las manos -y vuelve la idea de mascara. De alguien pederoso. Diablo la otra, no ésta. No agresiva. Lil - esas caras esquematicas de los robots de juguete (se integra la idea de metal por el color gris, y el rojo por las luces, que se encienden y apagan, y es la idea de vida. - y..de una manera incompleta, podria ser una. mujer, donde lo que la define son los pechos y el abdomen...la pelvis. ( Adicionales: cuemos de diablo, por el color y la forma, y caricatura de dos hombres enfrentados, haciendo palmas, donde se destacan las piernas y el pito) 182 De la desmesura de la pulsién acanales para la desmesura Lil = sigo con las dos personas (Mozos, én actitud de servicio, llevando canasta con comida) = mariposa - y una mascara, con ojos grandes (mds que mascara, un craneo) - y éstas, mariposas que caen. Mariposas muertas, seria, porque falta una parte de cada una LVI - seria, la montafia, una selva... pero de nieve...y seria una pantera, (caminando) LIX - esto parece el diablo...Si, es eso (rodeado de llamas en movimiento) Lull - dos mozos, caricaturas de dos mozos, . dos empleados, entrentados, sirviendo una mesa. (Mozos porque esto seria un mofio, y esto delantal blanco, como si en conjunto fuera una propaganda, como un dibujo de cocina). -la parte de delante de un insecto ( Adicional: con lamina invertida, un enano, levantando los brazos, con camisa blanca, chaqueta negra y mofio de color). L Vil + la idea como de dos animales que trepan...de pumas, y la idea como de un bosque, un arbol con raices, y la tierra que va cambiando de color. El color me gusta ( A los animales les faltaria la cola. Tierra como fértil en la parte superiory abajo arcilla, como cambiando de capas y el centro de la _ tierra, caliente, y a medida que subimos por eso cambia de color) (Adicional: todo, idea de redondez, de Tierra, redonda, planeta redondo, y simbolizaria eso :capas, nucleos, Pero sigue estando el Arbol y la idea de corte transversal). LIX - otra vez por duplicado, el perfil de un mago. Merlin, especificamente. Y lo demas serian como colores, producto de las pécimas... (Merlin, haciendo magia, de espaldas. Por los colores, como emanaciones, gases que salen, por lo volatil). -también veo un bicho medio feo: no definido, cavidad de los ojos, como un créneo, con las cuencas ahuecadas. (Mas que bicho, craneo. 183 humano). Adicional: la cara de una mujer, de perfil) Las vicisitudes dela femineidad ARES mete porque falta una parte de cada una. LI - dos cabezas que levantan las manos: serian dos personas de espaldas que levantan las manos (primero vi manos y cabeza, el resto seria el cuerpo. Mujeres por la forma de la cabeza, con pafiuelo.( las mujeres piden auxilio a angeles indiferentes) Lil - (después de “sangre”) Dos personas que juntan § las manos (Hombres, porque no es una figura delicada, sino mas fuerte, me dio idea de fuerza) Lil - Sigo con las dos personas (Llevando algo, una especie de canasta. Ahora me parecen mozos, por la vestimenta, en actitud de servicio, podria ser una canasta con comida) -(después de otras 2 respuestas bien integradas) tf J} mariposas gue eee LI - una persona de espaldas, levantando los brazos...bueno, lo que no coincidiria es la cabeza (Mujer por el pelo largo, el vestido y la forma curva) Adicionales: > un rfil (dos) de un hombre sentado -se me ocurrid- estoy obsesiva- un pene. ¥ algo mas: - idea de una casa con ventanas. Lu -(después de robot de juguete) Y de una manera incompleta, podria ser una mujer, donde lo que la define, son los pechos, y el abdomen...la pelvis. Adicionales: - podria ser la silueta de dos hombres, enfrentados, haciendo palmas. Como de caricatura, con piemas y pito. Lill - se me ocurrieron dos mozos, caricatura de dos mozos, de dos empleados, sirviendo una mesa. Estoy con los dibujos. (Como un dibujo de propaganda, de cocina) Adicional: - un hombre, un enano {invertida) cf LV = veo dos mujeres (sédlo el pelo, la cabellera, y vistas de atras) LVu - varios pértiles de personas, todas mirando. Serian dos mujeres mirando hacia el centro, con una pluma.(Sdlo la cabeza, peinado para arriba, con pluma) 184 Liv 7 - esto me da la sensacion de un hombre, pero con caracteristicas de monstruo, que se lo esta viendo desde abajo. Y si sigo con esa idea, lo que se veria seria las plantas de los pies y esto el pene (rie) grande, zdigo todo lo que se me ocurra? Lo estoy favoreciendo, y la cabeza chiquita. Lv -el perfil (duplicado) de una mujer, leyendo. Adicional: Podria ser, todo, un insecto medio raro: la metamorfosis de larva en mariposa, parte de un proceso todavia no inado...por eso mezcla extrafia...alas, cuerpo, cabeza. Lvl - es la misma sensacién que me da la foto de los mozos enfrentados, pero ahora serian dos mujeres (peinetén de dama antigua, perfil como mirando para atras, éste el brazo y éste el vestido) LX - ¥Y como una mujer, en el centro. Como que lo que se veria es el esquema del organo reproductor femenino: ovarios, trompas de Falopio. Y la pelvis. ( pechos, ovarios, tropas. Como la cara de una mujer y saco con plumas ). 185 Sintesis preliminar: @ Como en el caso Martin, haremos una breve sintesis del andlisis realizado, que serd retomado en las Conclusiones. Conceptualizamos también aqui como pasaje a otro nivel las modificaciones cualitativas que el material permitié inferir. En el proceso analitico de Emilia, tales modificaciones se abservaron en los modos de circulacién fantasmatica, a través de la construccién-reconstruccion de en una mayor posibilidad de cualificacién del afecto; en nuevas formas de circulacién deseante. La comparacién del material fragmentos de la historia infantil Rorschach permitié constatar aquello que el proceso analitico mostraba: la posibilidad de otros niveles de expresién simbdlica de su problematica nuclear. Con respecto a ello observamos las modificaciones siguientes: - Del material inicial, més cercano a lo traumatico, escasamente metaforizado (expresién de lo pulsional como desmesura) el paso a una produccién mediatizada, con un matiz a veces ltidico, indicando la posibilidad de caminos sublimatorios. - De angustia intensa, de cardcter persecutorio, frente a la movilizacién de contenidos mas primarios, con mecanismos de proyeccién y disociacién, a la posibilidad de respuestas de contflicto -signo de una modificacién tépica- que indican posibilidad de insight. - De la dificultad de representacién del cuerpo femenino como sexuado, a la expresién del conflicto -condicién para ser tramitado- con la femineidad y la genitalidad. -De una modalidad de funcionamiento narcisista, al sufrimiento neurético que implica la renuncia a la completud y a la satisfaccién en la fantasia. Alo largo del desarrollo del trabajo, hemos intentado abordar el proceso de . tramitas n, elaboracién y resignificacién, de aquello que es efecto de las wellas originales: la pulsion. ‘Como dijimos al comienzo, en el origen y luego mpre, en mayor o menor medida, el encuentro con el otro y con ef mundo osee un potencial traumatico, entendido éste en el sentido amplio de alteracién le la estabilidad y produccién de cierta cuota de displacer; ello plantea la xigencia de trabajo psiquico, al que hemos conceptualizado como trabajo de imbolizacién. Los modos © dificultades que la puesta en marcha del mismo sermite observar en la situacién transferencial, mostrarén los recursos de juestros pacientes para hacerlo; es decir, nos informaran acerca de su entramado simbolico-simbolizante. Mencionamos también que muchas veces en la clinica, la causa del sufrimiento observado tiene que ver con la rigidez de esa trama, dando lugar al empobrecimiento neurético. En otros, en cambio, el preblema consiste en que la misma no ha lograde del todo. constituirse, y entonces los intercambios. generan un exceso de traumatismo. Elegimos para la presentacién y desarrollo de nuestro tema situaciones clinicas de este Ultimo tipo, porque permiten acompajfiar las vicisitudes de un proceso: los modos de insistencia de lo traumatico en busqueda de su tramitacion, pudiendo dar lugar a la instalacién de algo nuevo. Utilizamos la nocién de pasaje, en tanto permite designar ese salto cualitativo que es posible inferir, cuando una preblematica psiquica adquiere una posibilidad de representacidn diferente. De esta nocién partimos en la Hipétesis General, y guid la observacidn del material clinico presentado en la Primera Parte: el caso Emilia. De ella también nos ocupamos en la Segunda Parte la indagacién tedrica- porque formulada de diferentes maneras por distintos autores, permite describir el proceso fundamental en la construcci6n de subjetividad: el pasaje que va de las cantidades iniciales a 188 la cualificacién progresiva, compleja y nunca del todo lograda: Ia tramitaci6n pulsional. Esa nocién de pasaje, guid finalmente también, el andlisis del material en la Tercera Parte, donde trabajamos con la produccién de respuestas de los Rorschach de Emilia y de Martin. Se consideré dicho proceso a dos niveles: el del material del proceso analitico, y el de dos momentos de la administraci6n Rorschach. Esto permitid observar modos de produccion cualitativamente diferentes en la tramitacién de la problematica nuclear, es decir, distintos niveles de procesamiento simbdlico. ado desde el Angulo de la presentacién del trabajo, hubo también ja clinica que plantea interrogantes, a la teorfa que intenta maneras de pensarlo; luego, en un tercer paso la vuelta al material clinico, esta vez confrontado al proyectivo, en funcién del recorte delimitado por las hipétesis de partida, Trabajo enmarcado por las coordenadas tedricas desde las que se dispararon los interrogantes y las hipdtesis. Tanto en el material de inicio como en el andlisis posterior, se enfatizé -mas alla y a través de los contenidos- el trabajo psiquico subyacente. Los casos seleccionados permitieron inferir las vicisitudes de tal proceso: insistencia de ciertos contenidos ps{quicos en busca de su tramitacién, y aparicién de nuevas modalidades de expresién. Destacamos a continuacién los conceptos tedricos fundamentales considerados en el abordaje del material, y su articulacién clinica en la evaluacion de los resultados: 1. La simbolizacién en tanto trabajo psiquico: Enfocar de este modo la simbolizacién implica -en el marco de los postulados psicoanaliticos enunciados- su relacién con las vicisitudes pulsionales: posibilidad de tramitacién simbdlica, que adquirira modalidades particulares en el sujeto individual, como formas de elaboracién de lo traumatico. En ese contexto, la simbolizacién excluye la idea de acabamiento o completamiento, tanto si 189 consideramos el objeto, como las posibilidades en el sujeto: del lado del objeto porque hay algo irreductible a la significacion, que tiene que ver con la condicién misma del mundo humano como universo simbdlico; del-lado del sujeto por lo. irreductible de lo pulsional. 2. El concepto de pasaje: Para la articulacién destinos de lo pulsional- trabajo de simbolizacién, se utilizé la nocién de pasaje, teniendo en cuenta los tres ejes freudianos: el econdémico-dindmico, implicado en la pulsidn; y el tépico, sin el cual no seria posible abordar la simbolizacién. Después del pasaje -en los origenes- a! mundo representacional de la experiencia del encuentro con el objeto, nos hemos referido -en relacién a la interaccién entre instancias psiquicas- al pasaje del funcionamiento en proceso Primario al proceso secundario. Ello es posible por la funcién de ligadura y constituye una diferenciacién econdémica y cualitativa. Este proceso o trabajo de simbolizacién implica construccién de sentido y, por lo tanto, modificaciones en el sistema preconciente: ampliacién-complejizacién y nuevas posibilidades de la trama simbolizante. Con respecto al proceso complejo del circuito pulsién-representacién- palabra, hablamos de pasaje a la figurabilidad como condicién de acceso al pensamiento. Sostenemos que esta idea de pasaje es solidaria con la idea de complejidad: no marca una progresién lineal, sino nuevos modos de circulacién, que no anulan los anteriores. 3. Aplicacién del concepto de pasaje al analisis del material clinico: A partir de las hipotesis basadas en el material de inicio de los casos de Emilia y Martin, se intent6 delimitar su problemdtica fundamental, que se expresaba en la clinica, en el material proyectivo, e incidia en la vida cotidiana. laron cierto conocimiento de las Las reflexiones sobre e! proceso analitico posi 190 vicisitudes en la tramitacién simbélica de la misma. Estas reflexiones permitieron interir cambios cualitativos: - de la angustia difusa, a la posibilidad de afecto cualitativamente coloreado: - de la expresi6n incontenible, a modos que implicaban el rodeo del pensamiento: mayor plasticidad y modulaci6n en las producciones. - de modos de figurabilidad crudos, mas cercanos a las vivencias de origen, a contenidos mas alejados, con posibilidades sublimatorias y placer en la produccién. En la medida que la metodologia elegida implicaba el andlisis de jas respuesias al Rorschach -ése fue el material de inicio que ayud6 a delimitar la problematica- se trataba de ver si los cambios inferidos en la clinica eran verificables en el andlisis de un segundo Rorschach. Y si estos cambios cualitativos autorizaban a hablar de niveles diferentes de simbolizacién en torno a una problematica psiquica. Constatamos que es posible. En esta linea se utiliza el término pasaje: en el sentido que algo, al acceder a otro nivel, alcanza un status metapsicoldgico diferente, produccién novedosa que supone un trabajo psiquico de complejizacién y no de progresion lineal. Proceso de tramitacién psiquica, que permite establecer relacién a su vez con los conceptos de metdbola y de neogénesis. ' Dicho pasaje fue un aspecto -en ambos casos- inferible en el proceso analitico, pero la produccién frente a las lminas del Rorschach, ofrece un plus de riqueza para el abordaje del tema. Por un lado, porque las caracteristicas del estimulo invitan al esfuerzo de interpretacién que su autor definiera al presentar la técnica, y al que nos hemos referido al hablar de representacion y percepcion. Por otra parte, e inherente a ese mismo proceso, el pedido de dar forma pone en marcha la posibilidad de un trabajo psiquico que consiste en darle significacién a aquello que -por su ambigiiedad- agita representaciones, mds cerca o mas alejadas de los contenidos originales. Podriamos decir, utilizando términos de Castoriadis que posibilita separar o recortar tal o cual representacién del flujo o 1 Supuestos tedricos de partida. Pag. 35 191 magma representacional. Cuanto mejor la trama simbélica asegure la distancia de lo originalmente reprimido, o sea, cuanto mds recursos de mediatizacién puedan operar en el procesamiento, el trabajo de interpretacién de laminas permitira producciones ricas, sin exceso de defensa-ni de evacuacién angustiosa. En el caso de los pacientes presentados, permitié establecer inferencias acerca de sus dificultades y posibilidades de tramitacién simbdlica. Frente a la misma propuesta se pudo inferir, en la segunda produccién, el acceso a un trabajo psiquico diferente de! que denunciaba la primera: cierta madulacion, y velamiento -que implica desplazamiento pero no se reduce a él- de la problematica original que, al poder ser expresada en otro nivel, constituye algo novedoso; paradoja de ser la misma -en el sentido de su proveniencia- pero también de dejar de serlo, al alcanzar vias de expresién diferentes. Ahora, al trabajo de figuracién a partir del estimulo (podriamos expresar en esos términos el trabajo de interpretacién de las manchas) apuntaba a la doble posibilidad de revelar-velar, propio del movimiento metaforico-metonimico que el simbolo exige. 4. Analisis de los casos a la luz de las hipdtesis Teniendo en cuenta el material clinico de ambos niveles -el de la secuencia del proceso terapéutico y el de la comparacién de respuestas al Rorschach- es posible considerar las modificaciones observadas, desde los tres ejes freudianos: los puntos de vista t6pico, econdmico y dinamico. 4.1 En primer lugar, puede pensarse en cambios a considerar desde el punto de vista tépico: ellos dan cuenta de un salto cualitativo, en el sentido de posibilidad de un funcionamiento diferente. Como se sefialé, hubo un aspecto (mas claramente expresado en el primer Rorschach de ambos casos) que en cada uno parecia sefalar alteraciones mas ligadas al trastorno, que al conflicto neurdético expresable en un sintoma, En Emilia fue presentado como desmesura de la pulsién, en Martin, como cierto 192 déficit en la membrana de intercambios. En ambos, la comparacién del materi: del segundo Rorschach permitié observar algo que la secuencia del material clinico venia anunciando y que sefialaba una mas lograda instalacién de la tépica: un material “mas neurdtico” del que daban cuenta, ademas de los contenidos, Gtros indicadores de la técnica. Aparecia alli un menor componente de angustia, un mayor placer en la produccién, acotada la perentoriedad en la produccién de las respuestas, y contenidos significativos pero menos crudos, con signos de una represién operante. Se podria decir: de la violencia pulsional a la posibilidad de otros caminos para el deseo. En Emi , este cambio fue descrito como la instalacién de canales para la desmesura; en Martin, como modificacién en la modalidad de interaccién que dejaba de pendular entre la rigidez y lo evacuativo. Hablamos entonces aqui de pasaje en los siguientes términos: de trastornes en la instalacién de la tépica psiquica a niveles mas logrados en la instalacién de la misma. La funcién estructurante de la represion, dando lugar -en ambos- a una mas clara expresién del conflicto. Aparecié entonces la Posibilidad de trabajar mas cerca de la centralidad de la experiencia analitica -aspectos neuréticos- la problematica que inicialmente se situaba en la periferia. Esa Problematica, no era en el comienzo consecuencia del conflicto entre instancias, sino de cierta dificultad en la instalacién de las mismas. Es por eso que en el andlisis realizado del primer Rorschach en este primer punto, lo relevante a considerar fue la modalidad de funcicnamiento. Ese reemplazamiento tépico se evidencié ademas en el movimiento de la pasividad a la actividad, que no sélo puede inferirse de los contenidos (por ejemplo caracteristicas de las figuras humanas y movimientos en Emilia) sino también de la expresidn afectiva (en ambos pacientes). Lo caracterizamos como pasaje de la angustia padecida, al entusiasmo ante el desaffo de la tarea. 4.2 En segundo término -en estrecha relacién con una mas lograda diferenciacién t6pica- fue posible observar modificaciones que podriamos describir en términos. econémicos: cierta modulacién expresada en el tipo de contenidos. 193 Al hablar de cualificacién de cantidades, hablamos del pasaje de lo no figurable a maodos de figurabilidad. Al considerar la compulsién de repeticién, se sefiald la insistencia de aquello que no ha podido ser todavia ligado -simbolizado- como intentos del aparato, que ofrece en la clinica la oportunidad de produccién de algo nuevo. Podriamos expresarlo en estos términos: insistencia como busqueda de figuracién. Volvemos asi al concepto de figurabilidad de Freud a Propdsito del trabajo del suefio, haciéndolo extensivo a otras producciones psiquicas. Tendremos especialmente en cuenta la doble funcién: la de velar y rey elar, implicita en esa busqueda o pasaje a distintos modos de figurabilidad. Es justamente en relacion a la funcién de velamiento que podemos hablar de niveles en la simbolizacion, en tanto las producciones psiquicas mostraran modos mas o menos logrados de aquella funcidn. Llegados a este punto del andlisis del material, es importante sefialar que ya en las respuestas al primer Rorschach de Martin y de Emilia se habia encontrado -retomando la cita de Pontalis- cierta forma para lo insensato, pero con una cualidad que denunciaba a la vez la impronta de la perentoriedad, la desmesura, la excitacién generadora de angustia. Es decir, ese primer material de ambos pacientes se caracterizaba por haber encontrado ya maneras de buscar y darle forma a lo que no sé deja pensar, pero con caracteristicas que permiten diferenciar niveles en el proceso de simbolizar: en esas primeras producciones el proceso de dar forma, revelaba pero sin -todavia- veladura suficiente. Encontrébamos alli contenidos que, a la vez que expresaban la singularidad, parecian denunciar -como dato de estructura- la proximidad a aquello infigurable que busca figuracién. Por expresar fantasias mas primarias (andlogamente a los suefios escasamente desfigurados), podriamos hablar de expresiones descamadas, de una no satisfactoria tramitacién simbdlica, cuya tonalidad angustiosa revela una manera todavia incipiente de expresar la desmesura: exceso de angustia que dificulta la tramitacién psiquica. Esto parece coincidir con lo que expresa Laplanche, al referirse a suefios de contenidos en estado crudo: “queda abierta la posibilidad de considerar la simbolizacién como un proceso que incluye niveles, siendo ef problema, dentro de ia sucesién de 194 estos niveles, ver lo que se repite, lo que se traspone, o hasta se importa, incluso se innova,” "7 Las vicisitudes de la tramitacion psiquica inferibles en el proceso terapéutico y en el seguimiento con las respuestas al Rorschach, mostraron modulacién del afecto y posibilidad de mediatizacién mas efectiva, sin signos de restriccién empobrecedora. En Martin, la modalidad acuativa dio paso a la posibilidad de pensar (tiempos de reaccién, numero y cualidad de respuestas, comentario ante la presentacién de la primera lamina: “Dejame ver...."). En Emilia, surgié la posibilidad de contenidos con cierto caracter Itidico. En ambos, con placer en la produccién. 4.3 Veamos ahora las modificaciones, observadas desde el enfoque dinamico: En diverses puntos del desarrollo tedrico nos hemos referido a la significacién que tiene para el psiquismo, el desarrollo de la trama simbdlica- simbolizante. Hemos hablado de la interaccién entre los sistemas, utilizando para la descripcién de ese funcionamiento, el modelo freudiano de la t6pica psiquica (de la primera, completada por las funciones yoicas, inherentes a la segunda). Al trabajar los contenidos del Rorschach, se priorizo la posibilidad de inferir alli, el trabajo psiquico subyacente a su produccién. Podria decirse que tales contenidos anotician acerca del espacio psiquico; es decir, si existe un espacio que permita su circulacién, regulada por la accién mediatizadora del proceso secundario. En el andlisis de las respuestas se traté -como en la reflexién acerca del proceso analitico- de realizar inferencias acerca de la estructuracién de ese espacio, desde el punto de vista del tejido simbdlico que mitia tal cireulacién. A ese analisis, del que acabamos de destacar observaciones tales como disminucién de los montos de angustia, posibilidad de deslizamiento metafdrico- metonimico, de mayor velamiento de los contenidos, y de expresién de conflicto, se sumé un mayor placer en la produccién. De alli la consideracién de apertura *’ Laplanche, J. (1988) Castracidn. Simbolizaciones, Buenos Aires. Amorrortu. Pag 270. 195 de caminos sublimatorios como una de las interpretaciones de las modificaciones observadas. Creemos que se puede hablar en el material analizado de un efecto de neogénesis: algo ha podido ser ligado y acotado el nivel de padecimiento, haciendo tolerable la aparicién del conflicto, lo cual permite inferir modificaciones en la trama simbdlica. 5. Conclusiones finales: El andlisis del material considerado permite aseverar la constatacién y justificacién de las hipétesis. 5.1 Respecto a la Hipotesis General: “Un mismo contenido psiquico o problematica nuclear encuentra niveles de expresién simbélica cualitativamente diferentes en un proceso que implica la nocién de pasaje”, hemos constatado que es posible inferir la expresién simbdlica de una problematica psiquica en diferent niveles, resultando operativa aquella nocién. 5.2 Con respecte a la Hipétesis Principal: “El andlisis de la produccién simbdlica de un sujeto en distintos momentos del proceso psicoanalitico, permitira aprehender diferentes niveles de simbolizacién de su problematica nuclear", hemos verificado tal posibilidad a través del andlisis del material proyectivo obtenido en momentos distintos del proceso. Ello permitié constatar el pasaje a modos de tramitacién simbdlica cualitativamente distintos o diferentes niveles de procesamiento simbdlico de dicha problematica. 5.3 Con respecto a la Hipétesis Auxiliar: “El andlisis cualitativo de las respuestas del Rorschach constituye una herramienta apropiada para abordar la investigacién de ese proceso de pasaje”, se constata la pertinencia de dicho andlisis para investigar el nivel de tramitacién simbdlica de los contenidos psiquicos, sumando esta posibilidad a las propuestas clasicas del andlisis dindmico de la prueba. 5.4. Con respecto a la metodologjia: la metodolog/a utilizada en la verificacién de las hipétesis ha resultado pertinente y adecuada a la investigacién: = en el nivel dinamico inferencial, porque la consideracién de dos lineas de inferencia en el material clinico -del proceso psicoanalitico y del Rorschach- aportaron mayor consistencia a las conclusiones del andlisis realizado. - en el nivel interpretativo teérico intertextual, porque el andlisis bibliogratico - base de la indagacién tedrica en la Segunda Parte de la Tesis- permitié la profundizacién y articulacién de postulados orientados a la verificacién de las Hipdtesis. 5.5. Nuevos aportes: Creemos que la investigacién realizada aporta una propuesta novedosa para pensar la clinica: ofrece como plus a lo planteado en las hipstesis, la posibilidad -en lo general- de abordar la tematica del cambio psiquico. En lo particular del Rorschach, presenta una modalidad para el analisis dinamico que enriquece las propuestas clasicas, en el seguimiento de pacientes en tratamiento. 197 Sintesis Final: Recorrido de la Investigacion Como dijimos en la Introduccién, el trabajo se encuadra en la teoria psicoanalitica, de la cual se privilegiaron algunos postulados para pensar lo psiquico. Son ellos los que orientaron la lectura del material: e! material clinico inicial, permitiendo el planteo de interrogantes y de hipdtesis a desarrollar, luego, una vez establecida la modalidad de trabajo, guiando ciertos aspectos de la observacién y anélisis del material proyectivo, en su comparacién con las vicisitudes observadas en el proceso analitico. Estos postulados son: - La idea de complejidad con respecto a la estructuracién del psiquismo, en el que coexisten distintos sistemas, sujetos a legalidades distintas. Tal complejidad implica procesos y funciones diferenciados y en interaccién. - La concepcién de la fundacién exégena del psiquismo, que implica la implantacién de la pulsién y las nociones ampliadas de trauma y sexualidad, a partir del encuentro con el otro. - El reconocimiento de actividad psiquica desde los inicios, que permite considerar la representacién como producto metabdlico del encuentro con el objeto, y define la especificidad de lo psiquico como realidad cualitativamente diferente. - La idea de un psiquismo susceptible de modificaciones, que da lugar a procesos de neogénesis, entendidos como pasaje: instalacién de algo nuevo, pudiendo dar lugar a cambios estructurales, - La consideracién de procesos de simbolizacién como apertura, que implica resignificaciones, nuevas posibilida de ligadura e inhibici6n del exceso de cantidades, siendo siempre la mocién deseante el motor del trabajo psiquico. 198 - La presencia del otra humano no sélo como encuentro fundante en los origenes, sino como condicién de desarrollo psiquico en los intercambios del sujeto ya constituido. Ello exige tener en cuenta al ocupamos del trabajo de simbolizacién dos ejes: las coordenadas de lo intrapsiquico y de lo vincular. - La diferenciacién de distintos tipos de representacién, que hace posible inferir, en el andlisis de un material clinico, el nivel de estructuracién que lo hizo posible. Tales postulados constituyen recortes, andlogamente a los realizados en la eleccién de materiales. En cuanto tales, dejan fuera necesariamente otras posibilidades de lectura, al tiempo que ofrecen -enmarcando- una posibilidad de pensar y organizar dicho material. Posibilidad que apunta no tanto a cerrar con respuestas, sino que permite generar preguntas. De alli la eleccién de presentar el material clinico en la Primera Parte. Es a partir del mismo -y desde un marco tedrico determinado, que implica transferencia con los maestros y una lectura marcada por factores diversos- que se plantean los interrogantes, generando un proceso de ida y vuelta de lo particular a lo general, posibilitando nuevas articulaciones. Al presentar la Clinica como punto de partida, se incluyen los dos aspectos implicados en ella: la praxis y la reflexién sobre la misma. De la primera, se intenté dar cuenta organizando el material del proceso anal en momentos que no suponen una secuencia lineal sino un movimiento de complejidad creciente. En cuanto a la reflexion sobre la praxis, se enmarca dentro de los postulados tedricos enunciados, que permiten plantear interrogantes e hipétesis. A la nocién de investigacién como trabajo a partir de huellas, se atina entonces la de constituir también un movimiento de significaciones. Lo cual adquiere nuevamente en nuestro tema doble dimensién: en el método y en el objeto. El marco tedérico sefialado permitié los planteos iniciales. Un aspecto que resulté pregnante en el trabajo con algunos pacientes, incluia a la vez modos de 199 insistencia y de novedad: insistencia de una tematica, pero novedad en los modos de presentificacién: momentos donde ambos -paciente y analista- teniamos registro de algo de otro orden, apareciendo acompafiado generalmente de placer aon en la produccién; algo dejaba de ad files. surgiendo a cambio la posibilidad de apropiacién subjetiva. po de material no sdlo marcaba diferencias formales en los modos d@p ccién sino que permitia al mismo tiempo observar modificaciones en los de procesamiento psiquico de una misma prablematica. Con respecto a los modos de pfod org es importante sefialar que fue determinante para la eleccién de los casgs jenfia apreciacién diagnéstica inicial- la coexistencia en ellos de distintas corgel la vida psiquica; es decir, dentro de cuadros a predominio neurético, la di en¢ia gle un aspecto mas primario, mas cercano al trastorno que al con Dicho aspecto tenia ya status representacional, pero con caracteri licas peculiares: material escasamente velado, mds cercano a los fantasma: de. origen, como formas no logradas de elaboracién de lo traumatico. En ellos ' stmddcs de simbolizacién marcaban un nivel primitive: revelaban pero sin velar, casi transparentemente, no alcanzada todavia la mediatizacién metaférica. Eran ya pensables -figurables en el! sentido de P. Aulagnier- pero no todavia apropiados por el discurso. Tales caracteristicas revelaban, al mismo. po, un exceso de angustia, inherente a una cualificacién ho del todo lograda, es decir, a exceso de cantidades no ligadas. Fue justamente este aspecto mas primario del material el que permitid, en estos pacientes, al modificarse los medos de expresién simbolica, inferir acerca del trabajo psiquico subyacente, motivo de la investigacin. . Las caracteristicas observadas dieron origen al tema de la Tesis, y a los interrogantes planteados al término de la Primera Parte. Asimismo a la busqueda de un instrumento que -si fuera posible convalidando la clinica- nos diera la posi interrogantes planteados por la Clinica, ellos se orientaron a tratar de ilidad de verificacién de las hipdtesis planteadas. Con respecto a los establecer el estatuto metapsicolégico de las modificaciones observadas. Pueden ser sintetizados en tomo a tres ejes: 200 - Si es posible establecer, en la tramitacién de un contenido psiquico, niveles de simbolizacion en relacién a la mayor o menor proximidad a lgs contenidos de origen (mas ligadas, respectivamente alo metonimico 0 a lo metaférico). - Si esas modificaciones pueden conceptualizarse como procesos de metabolizacién que dan lugar a algo nuevo. - Si puede establecerse en ellas modificacién en los montos de afecto: de la angustia al afecto cualitativamente coloreado. El abordaje fue entonces el de la simbolizacién como trabajo psiquico, inferible sélo a partir de las producciones, pero centrando el interés de la investigaci6n en las vicisitudes del proceso subyacente. Proceso que, de acuerdo al marco teérico puede ser definido como tramitacién psiquica de la pulsién, o formas de tramitacién de lo traumatico. En la indagacién tedrica de la Segunda Parte, se partid del campo general de la representacién, modo de existencia de lo psiquico. Primeramente, se recurrié a conceptos provenientes de otras ciencias a fin de subrayar algunos aspectos a tener en cuenta én la investigacién. De los aportes de la Psicologia Cognitiva y la propuesta fenomenolégica de Sartre, se subray6 la valorizacién de la imagen como aporte al pensamiento creativo, lo cual resulta interesante teniendo en cuenta el tipo de producciones elegidas: sea en la produccién esponténea de las sesiones (juego, suefos, itado atraccidn por relatos literarios y peliculas), 0 en el material proyectivo sol (contenidos de las respuestas al Rorschach), esta presente, vehiculizada y atravesada por el discurso, la imagen visual. Esta impronta, que aporta el sello de lo singular, opera a veces defensivamente, como aquello que obtura y cierra; pero también ofrece la posibilidad de nuevos modos de circulacién psiquica. Se recurrié luego a conceptos de la lingilistica estructural y a la propuesta fenomenolégica de Merlau-Ponty, para considerar el otro aspecto inherente a la : palabra y concepto; articulacién entre lenguaje y pensamiento. 201 Finalmente, de la clasificacién semiolégica de Pearce, mas abarcativa, se subray6 el valor icénico de la imagen y el de la palabra como simbolo. Como se sefialé en la Introduccién, en un primer abordaje aparecia la posibilidad de una utilizacién del término simbolizacién en un sentido amplio y otro mas restringido. Con respecto a este ultimo -alusién al doble sentido- se ubica la palabra como simbolo. Después de las consideraciones anteriores -teorfas que se ocupan del nivel de la conciencia- pasamos a abordar la simbolizacién desde la teoria psicoar ica, en tanto -por su planteo de la estructuracién psiquica en instancias- puede dar cuenta de esa bisqueda de sentido. En ese marco nos ocupamos de la articulacién percepcién-representacién (que implica considerar el encuentro con el objeto y la actividad metabdlica), y la actividad de la fantasia (como los modas singulares de procesamiento del impacto con el mundo). Considerarlos en el interjuego de instancias, proporciona un modelo para pensar la compleja coexistencia de procesos psiquicos que se originan, desarrollan y modifican en la relacién del sujeto con el afuera y con el otro, En esa relacion, ubicamos el trabajo de simbolizacién como vicisitudes de lo pulsional; nocién que supone el campo amplio de la representacién pero sin recubrirla totalmente. En ese contexto, ésta no alude solamente a la sustitucién de representaciones, sino que implica ademas la nocién mas amplia (proceso mas radical segun Laplanche) de ligar una representacién a un afecto; de alli el haber trabajado las nociones de figurabilidad y niveles de simbolizacién. Arribamos, después de este desarrollo tedrico, a analizar el material clinico de la Tercera Parte, en dos niveles: el del proceso de andlisis y el del material proyectivo. De este ultimo sdlo se tomaron secuencias, privilegiando algunas tespuestas entre otras. Se tuvieron en cuenta especialmente aquellas que apuntaban a la singularidad; el material mas neutral del Rorschach y otros aspectos de la prueba no se consideraron como material de la tesis en tanto quedaban fuera del objeto de investigacién. Ello permitia establecer secuencias para el andlisis de la problematica considerada fundamental en cada uno de los pacientes presentados, 202 El andlisis del material de! proceso terapéutico posibilité conocer algo de las vicisitudes en la tramitacién simbdlica de la misma, que sefialaban cambios cualitativos, Se trataba de evaluar si ellos eran verificables en un segundo Rorschach, y si podian ser considerados como distintos niveles de simbolizacién de dicha problematica. Constatamos que sf. La nocién de pasaje, y el andlisis de acuerdo a los tres ejes freudianos (t6pico-econémico-dindmico) contribuyeron a conocer el estatuto de las modificaciones observadas. Estas se caracterizaron por nuevas posibilidades de modulaci6n del afecto, con disminucién de los montos de angustia, y placer en la produccién; mayor velamiento de los contenidos, propios de un movimiento metafora-metonimico y producciones reveladoras de un nivel de estructuracién neurdtico mas legrado. Tales observaciones permitieron alcanzar la constatacién de las Hipétesis y la Metodologia, asi como la estimacién de nuevos aportes. para la clinica, que reiteramos a continuacién. 1. Hipétesis General: “Un mismo contenido psiquico o problematica nuclear encuentra niveles de expresién simbdlica cualitativamente diferentes en un proceso que implica la nocién de pasaje” Hemos constatado que es posible inferir la expresién simbélica de una problematica psiquica en niveles cualitativamente diferentes, resultando operativa la nocién de pasaje. 2. Hipétesis Principal: “E| analisis de la produccién simbdlica de un sujeto en distintos momentos del proceso psicoanalitico, permitira aprehender diferentes niveles de simbolizacion de su problematica nuclear’. Hemos verificado tal posibilidad a través del andlisis del material proyectivo obtenido en momentos distintos del proceso. Ello permitié constatar el pasaje a diferentes niveles de procesamiento simbdlico de dicha problematica. 203 3. Hipétesis Auxiliar: “El analisis cualitativo de las respuestas del Rorschach constituye una herramienta apropiada para abordar la investigacién de ese proceso de pasaje”. . Se constata la pertinencia de dicho andlisis para investigar el nivel de tramitacién simbdlica de contenidos psiquicos, sumando esta posibilidad a las propuestas cldsicas del andlisis dindmico de la prueba 4. Con respecto a la metodologia: la metodologia utilizada en la verificacién de las hipétesis ha resultado pertinente y adecuada a la investigacién: - en el nivel dinamico inferencial, porque la consideracion de dos lineas de inferencia en el material clinico -del proceso psicoanalitico y del Rorschach- aportaron mayor consistencia a las conclusiones del andlisis lizado. - en el nivel interpretativo tedrico intertextual, porque el andlisis bibliogratico - base de la indagacién tedrica en la Segunda Parte de la Tesis- permitié la profundizacién y articulacian de postulados orientados a la verificacion de las Hipstesis. 5, Nuevos aportes: Creemos que la investigacién realizada aporta una propuesta para pensar la clinica, al ofrecer la posibilidad -no considerada asi en las hipdtesis- de abordar la tematica del cambio psiquico. En relacién al Rorschach, constituye una modalidad de andlisis dinamico que puede enriquecer las propuestas clasicas al respecto, orientado al seguimiento de pacientes en tratamiento. ANEXO 1 LA TECNICA DE RORSCHACH NOCIONES GENERALES 204 205 Estas nociones tienen por finalidad ayudar la lectura -a aquellos que lo consideren necesario-del material expuesto en la Tercera Parte. Como vimas, se mencionaron algunos aspectos técnicos, de modo complementario, en algunos puntos del andlisis cualitativo realizado. La consideracién de estos datos, si bien no indispensable, puede resultar de utilidad. Explicitaremos sdlo aquellos puntos que hayan sido mencionados en el andlisis del material presentado. '° 1. Descripcién del material y la técnica El material esta constituido por 10 laminas donde aparecen manchas simétricas. De ellas, cinco son acromaticas y en las otras interviene el color (en las laminas Il, II, VIII, IX y X). Son presentadas en una secuencia invariable, de la Lamina | a la X. En la consigna se le pide al sujeto que diga qué puede ver en ellas. 2. Respuestas principales y adicionales. Nimero de respuestas La administracién consta de diferentes pasos: en el primero, después de dar la consigna, se presentan en forma sucesiva (sin mediar ninguna intervencién por parte del psicdlogo) las 10 laminas. Sdlo en este primer paso se con: an los tiempos (de reaccién y por lamina). Llamamos respuestas principales a las que da el sujeto en este periodo. En un segundo momento (Interrogatorio) se preguntan aquellos aspectos que permitiran clasificar cada respuesta, y ademas se invita a dar nuevas respuestas. A estas ultimas las llamamos Adicionales, y computan y clasifican en forma separada de las principales. En un adulto, la cantidad de respuestas oscila de 25 a 30 respuestas. En los nifios, la produccién es menor. 3. Qué se clasifica: * En el Apéndice 2 figuran los cuatro protocolos completos, con la clasificacién y cmputos segiin la Escuela Argentina de Rorschach, a manera de informacién complementaria para quienes estén familiarizados con la técnica. 206 Se interroga cada respuesta para poder clasificar: su localizacion (area de la mancha que utilizé), el determinante o determinantes (aspecto/s que operd como disparador: color, sombreado, sdlo el borde, © si fagilité la proyeccién de algun tipo de movimiento) y el contenido (animal, humano, objeto, etc). Se tiene en cuenta ademas un cuarto factor que puede o no estar presente: la frecuencia; de este Ultimo orden son las respuestas populares (P), u originales (C). 4. Tiempo de reaccién: Aunque no es el Unico de los tiempos considerados en la prueba, aqui nos referiremos solamente a éste, en tanto es uno de los items significativos en el caso Martin. Entendemos por tal, el tiempo (medido en segundos) que media entre la presentacién de la lamina y la primera respuesta. 5. Aspectos a destacar de los determinantes: Una repuesta puede estar determinada sdlo por el contormo de la mancha (respuestas de forma o F), tomar en cuenta el color, el sombreado, o proyectar la impresion de figuras en movimiento. Las F (solas 0 acompafando otros determinantes, por ejemplo FC en el caso del color), implican, si la respuesta esta bien vista, un funcionamiento adecuado de las funciones yoicas: discriminacién yo-no yo, regulacién de sentimientos y emociones, capacidad de pensar de acuerdo a la Iégica del proceso secundario. Cuando las F ocupan un lugar secundario (CF en el caso del color), sefalan una regulacién menos exitosa. En caso de estar ausentes (por ejemplo color puro —C- en respuestas como “sangre” © “fuego”) apuntan a fallas y/o fracaso de dichas funciones. Siempre se tendra en cuenta el contexto total de la prueba, a fin de establecer si se trata de puntos de conflicto en una estructura neurética, o de perturbaciones propias de cuadros de Patologia mas severa. Se puntualiza ademés la calidad positiva (algo bien visto), intermedia (paco discriminado) 0 negativa (algo mal visto, es decir que no condice con las posibilidades que se desprenden de la mancha). Los cémputos que se realizan posteriormente relativos a esta valoracién, junto con otros elementos, aportan 207 datos acerca del nivel de estructuracién logrado, datos inestimables para el diagndstico diferencial. ‘6. Aspectos mencionados con relacién a los Contenidos: Sélo nos ocuparemos de los contenidos humanos (H) y algunos de los llamados Contenidos Perturbadores que fueron observados en nuestro andlisis de secuencias. Con respecto a los contenidos humanos (H), se espera que los contenidos de personas reales prevalezcan sobre los de naturaleza fantastica, y que las figuras enteras predominen sobre las partes. Recordemos la naturaleza de los contenidos humanos de tinte persecutorio, observados en el primer Rorschach de Martin y el predominio de cabezas en el de Emilia para las figuras femeninas. En cuanto a los Contenidos Perturbadores, se observaron los siguientes en los casos presentados: Sangre, Fuego, Mascara. Los dos primeros se interpretan generalmente en relacién a la emoci6n y/o agresién dificil de manejar. El tercero suele asociarse a cierta angustia persecutoria en el vinculo, o al menos de vivencia inquietante en torno al mismo. 7. Las respuestas dé Conflicto: Tienen que ver con la presencia de distintos determinantes para una misma respuesta, algunos regulados por la F, y otros no. Pueden ser, si se trata de respuestas bien vistas la expresién del conflicto intrapsiquico, propio de una estructura neurdética. 8. Fenomenos Especiales: Son en general expresiones verbales no incluibles en los computos pero que aportan informacién § significativa sobre los modos de funcionamiento, coadyuvando incluso a veces al diagnéstico diferencial. Como en los puntos anteriores, sélo haremos aqui mencién de aquellos considerados en el andlisis de nuestros casos. Ellos son: 208 Respuesta de uno: ver una sola figura donde habitualmente se reconocen dos, tiene implicancias en cuanto al no reconocimiento (0 registro) del otro. Respuesta de par. en tanto las laminas son simétricas, su reconocimiento -a diferencia del anterior- implica el registro de la percepcién del otro. Ejemplo: Lil! Dos personas. Combinacién Confabulatoria: combinacién ilégica entre elementos. Apunta a dificultades en los procesos del pensamiento, que lleva a actuar en vez de poder anticipar las consecuencias. Contaminacién atenuada: respuesta donde se mezcla en una figura partes de dos o mas, en un todo ilégico. Ejemplo en el caso Martin: monstruos con forma humana pero con partes y comportamiento de Animal, en la respuesta cambiada de la L Il. Implica fallas en los procesos de disociacién. Disminucién de la conciencia de interpretacion: o cierta pérdida del “como si" de la interpretaci6n. La mancha deja de resultar algo “parecido a", para “ser’ eso que se menciona. Detalle oligofrénico: Ver sélo una parte de un contenido que frecuentemente es visto en forma completa (fenédmeno sefialado en el primer protocolo de Emilia: donde otros pueden ver figuras femeninas completas ella vé sdlo las cabezas). Se asocia a ansiedad que impide abordar un aspecto en forma completa. Como sefialamos en el andlisis, en Emilia parecia remitir a la angustia de enfrentar lo fernenino como propio. Shock Color; cuando la aparician del color de las laminas provoca cierta alteracion del ritmo en la produccién (alargar el tiempo de reaccidn, en los casos analizados). En general se asocia al mecanismo de represi ; por eso su aparicién fue considerada positivamente como expresién de pasaje a otro nivel 209 de funcionamiento en tanto no se habia presentado en la primera administracién del Rorschach, en ninguno de los dos casos. LAMINAS DE RORSCHACH 210 ANEXO 2 PROTOCOLOS COMPLETOS 211 212 CASO MARTIN PRIMER RORSCHACH r 1 it 7 T | Tse mes apeed 7 uegeise seou ow eun eo A upapel un s9 enb guBoun "qian Su onbiog Le:oueD “zueu wun I ‘s0eved .001d je, A uosiad op 4 88 €76985 8) onbiog "wolad ob 1d soln 81 $8 on0 4 "ugupe; Un 80 ‘e509 Bun 1od “epueajed d 90" +u4W | oun ‘eseuro eun sod opuReieg] opupaicd''opueiueney| g a ‘opumueAsy ZearewouE py | Lb Hl ‘sBuosied 80q epusny uprodooieg JW OUISRIUIS D5 (A ua) 'ofos so: enbod opuades Uptorsodsues 1 150 nb exBurs A () ugzeiac eu6ues Sosy word as ju! Ola4 + S| 9fes @| enb‘uoZEIOD UA] (wary ‘unesoUp ep uesslEd sad 50] wed) d 81 8p UpisepeiBeg 4 €i90 Bj enbuo,g “B09 &} 8 vjs9 ou 38_Ou;SOUIG ; on auoszed-sonasuow owe our " RPENUBIY WOD BpUEpAg +H G|__ “epicesed buoy veveLt 1210| opuesoyo seuosied seq | ¢ Pas (oven) | +} =. 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