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Juan y Durito contra los fantasmas

Autor: Aritz Recalde

ACTO I
Entrando por la derecha Juan

Juan: Buenos días pibes, niñas, grandes, y si hay algún perro también... Para los que no
me conocen les cuento que me llamo Juan y soy encargado del Centro Cultural del
barrio en la ciudad de La Plata, un precioso lugar cubierto de flores, de árboles y de
pájaros rojos, amarillos, pequeños y grandes ( hace ruido de pájaros).
Hace rato que ando buscando a un amigo para que me ayude a realizar un difícil
proyecto. Les voy a contar: queremos realizar una huerta para que todos los pibes y los
grandes de La Plata tengan algo que comer, y para que aprendan a trabajar la tierra.
Además, queremos armar al costado de la huerta una plaza, para que todos los pibes
tengan un juguete para compartir con sus amigos, una canchita para jugar a la pelota y
divertirse...
No se si ustedes lo vieron... pero les comento que se llama Durito y es mi compañero
de andanzas y aventuras a lo largo ya de varios años. Si me ayudan y lo llamamos tal
vez lo encuentre.

Entrando por la izquierda, Durito, brazos en alto dando la bienvenida a los aplausos.

Durito: Basta de aplausos, ya se que los merezco por mi facha, ¿O no chicos, que
opinan? Miren qué músculos tengo, qué figura, qué ojos, pero ya basta, no es para
tanto... ¡Mi amigo! ¡Deme un abrazo! ¿Para qué me buscas Juan? ¿Necesitas de mis
maravillosos dotes para hacer poemas, canciones? ¿Necesitas enamorar una dama, una
banana?

Juan: ¿Qué tal mi amigo? Necesito tu ayuda pero para...

Durito: Ya sé, la mujer de ojos de fuego no te mira...

Juan: ¡NO! es otra cosa

Durito: Decime

Juan: Necesito tu ayuda para construir una huerta y una plaza

Durito: ¡Ah ya sé! ¡Quieres una puerta de masa! ¡Una linda terraza!

Juan: No, una plaza y una huerta…

Durito: Una masa...ah, una plaza... si, ya sé, ¡Y yo con mis músculos! ¡De un toque la
termino!

Juan: Si...está bien, pero antes tenemos otro problema. No tenemos tierra para la
siembra, la nuestra esta llena de piedras, agotada....

Durito: Pero si tierra hay tierra a patadas, por todos lados

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Juan: Sí, pero tiene dueño y un gran alambrado, es del señor Pérez Compacto

Durito: Pero por favor... vamos a ver a ese perejil y le pedimos que nos la preste, total
el no la usa. ¿Para que la quiere si no la trabaja? Manos a la obra.

ACTO II

Juan, Durito y Pérez Compacto (malo, serio y quejoso)

Durito: ¿Qué tal Compacto? ¿Anda de música? Jajaja

Compacto: ¿Qué dice? ¿De mu…Qué? ¿Qué quieren?

Juan: ¿Qué tal?, queríamos charlar con usted para ver si nos presta un poco de tierra de
la que no usa, para hacer una huerta y alimentar a nuestras familias y de paso construir
una plaza para jueguen los pibes...

Compacto: ¡Jaja! mi tierra, ah si, como no, yo no la uso, ¿Para que la quiero?, solo
tengo encima pasto...jaja. Se las presto… ¡por mil pesos al mes!

Durito: ¡¿Pero qué dice?! A mí, a Durito, al más bello y valiente hombre de La Plata

Compacto: ¡Dos mil!

Juan: ¡Nuestro pueblo lo necesita!

Compacto: Está bien... ¡tres mil!...

Juan: No tenemos alternativa, vamos Durito, trabajaremos la zona rocosa de la Sierra

Compacto: Ahhh, con que no quieren pagar... Va a caer sobre ustedes una maldición,
vendrán fantasmas y diablos y quemaran sus cosechas y asustaran a sus pibes. ¡Jaja!
¡ahhh!

ACTO III

Trabajan Durito, Juan y otros. Entran los fantasmas por la izquierda.

Durito: Ese Compacto, ¡Si no fuera por vos que sos tan educado yo lo hubiera fajado!,
vos ibas a ver

Juan: Vamos Durito, en vez de hablar trabajá, tenemos que seguir la siembra junto al
pueblo

Durito: Es que yo soy demasiado fino para esto, recuerda que soy poeta...y…

Juan: Vamos que se hace tarde, agarra la pala

Durito: ¡Qué vulgar! La pala...la pala es “...”

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Además ese Compacto dijo algo de una maldición y fantasmas ¡Si yo los agarro les voy
a dar maldición y ocho cuartos a Compacto, los fantasmas y a su abuela!

Eva: Qué valiente que sos Durito...

Durito: Sí, es que soy un poeta de la vieja guardia, noble, valiente como “...” de esos
que ya no quedan

Eva: ¡No vas a quedar si no te pones a trabajar! ¡Vago!

Durito: Mmm... Ya van a necesitar que los defienda

Acción de persecución entre fantasmas, Durito y Eva.

ACTO IV

Voz en OFF: Luego de meses de trabajo La Plata se llenó de vegetales y de las piedras
y del esfuerzo del pueblo unido nació una plaza

Durito: Casi lo agarro, vil fantasma, ¡Por los bigotes del Quijote! ¡Me daban un metro
más y lo tenía! Desgracia mía, lo tenía

Eva: ¡Si corriste cobarde!

Durito: (Al público) ¿Yo correr? ¿Chicos, me vieron correr? ¿A mí, el valiente
caballero defensor de los pobres y ausentes y de todos los entes?

Eva: El único ausente fuiste vos cuando vino el fantasma...

Durito: Si llega se arma, la liga, porque yo lo sabía...

El fantasma por detrás roba algún objeto. Nueva persecución.

ACTO V

Voz en Off: El pueblo se reúne en asamblea para terminar con los fantasmas

Juan: Silencio, orden compañeros

Durito: Yo propongo que con mi valentía y mis músculos, nos las tomemos de acá
(corre de un lado al otro)

Eva: Compañeros debemos unirnos y enfrentar al fantasma

Durito: Si, enfrente, enfrente nos vamos, ¡si!

Juan: (Al público) Eva tiene razón ¿o no chicos?.. ¡El pueblo unido jamás será vencido!

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Se da la lucha entre el pueblo unido de un lado del escenario y los fantasmas.
Terminada la lucha se le quita la mascara (pañuelo) al fantasma y queda Compacto.

Durito: Yo sabía, ¡cobarde!, te escondes como una laucha asustada, acobardada

Juan: Compacto, ¡se ha terminado tu maldita treta! Ahora estaremos tranquilos y se


terminara la injusticia y ¡la tierra será de quien la trabaja, de todos nosotros!

FIN

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