Virgen de Ftima, Madre de Misericordia, Reina del Cielo y de la Tierra, refugio de los pecadores, nosotros, adhirindonos al Movimiento Mariano, nos consagra- mos de modo especialsimo a tu Corazn Inmaculado. Con este acto de consagracin queremos vivir contigo y por medio de Ti todos los compromisos asumidos con nuestra consagracin bautismal. Nos comprome- temos, adems, a realizar en nosotros aquella interior conversin tan requerida por el Evangelio, que nos libre de todo apego a nosotros mismos y a los fciles compromisos con el mundo, para estar, como T, dispuestos a cumplir siempre la sola Voluntad del Padre. Y mientras nos disponemos a confiarte, Madre dulcsima y misericordiosa, nues- tra existencia y vocacin cristiana, para que T dispongas de ella para tus planes de salvacin en esta hora decisiva que pesa sobre el mundo; nos compromete- mos a vivirla segn Tus deseos, particularmente en todo lo que concierne a un renovado espritu de oracin y de penitencia, a la participacin fervorosa en la celebracin de la Eucarista y al apostolado, al rezo diario del Santo Rosario y un austero modo de vida, conforme al Evangelio, que sirva a todos de buen ejemplo en la observancia de la Ley de Dios y en el ejercicio de las virtudes cristianas, especialmente de la pureza. Te prometemos tambin estar unidos al Santo Padre, a la Jerarqua y a nuestros Sacerdotes, para oponer as una barrera al proceso de oposicin al Magisterio que amenaza los fundamentos mismos de la Iglesia. Bajo tu proteccin queremos ser tambin los apstoles de esta hoy tan necesa- ria unidad de oracin y de amor con el Papa, para quien Te suplicamos una pro- teccin especial. Finalmente Te prometemos conducir a las almas con las que entremos en con- tacto, a una renovada devocin hacia Ti. Conscientes de que el atesmo ha hecho naufragar en la fe a un gran nmero de fieles, que la desacralizacin ha entrado en el Templo Santo de Dios, que el mal y el pecado invaden cada vez ms el mundo, osamos alzar confiados los ojos a Ti, Madre de Jess y Madre nuestra misericordiosa y poderosa, e invocarte tam- bin hoy y esperar de Ti la salvacin para todos tus hijos, oh clemente, oh piado- sa, oh dulce Virgen Mara. (Con aprobacin Eclesistica)