Hace tiempo tuve la oportunidad de coincidir en vacaciones con una de mis nueras,

dos de mis nietos y el mayor de mis hijos. Fui a Vallarta con mi esposa y, casualmente,
mi hijo y su familia coincidieron durante 4 das, aunque ellos en un hotel de Nuevo
Vallarta, Nayarit. De cualquier manera organizamos una cena para convivir en la
Bodeguita del Medio en Vallarta.

Nunca he sido, ni ser un abuelo que frecuenta con regularidad las casas de mis
nueras, que son dos, pero si me considero un abuelo, que a cierta distancia, sana, la
llamo yo, est al pendiente tanto de los hijos, las nueras y, desde luego de mis dos
nietas y mi nieto. Orgulloso de mi forma de ser no estoy; sin embargo, resulta difcil
cambiar, sobre todo a mi edad, aunque no lo descarto. Ojal doble las manos y ceda a
la tentacin de convivir ms con ellos.

An as, all en Vallarta no me sent suficientemente contento con la oportunidad de la
cena, sino que tuve la agradable ocurrencia de rentar una pequea embarcacin para
invitar a mi hijo y su familia a recorrer la Baha de Banderas, por lo que pasamos unas
horas inolvidables. Aquellos gratsimos momentos han estado en mi mente y corazn
por todo este tiempo. Creo que me estoy perdiendo de algo extremadamente valioso al
no compartir ms tiempo con Karina, Reina y Matteo. Sin descontar que de paso lo
hara con las nueras y los hijos. Ya no digo de mis dos hijas, que ambas estn fuera,
una en Colombia y la otra en el Distrito Federal, por cierto solteras, todava.

Esta experiencia que le relato puede serle til para hacer lo contrario que yo; es decir,
aprovechar la vida para compartirla con los seres que ms quiere. Yo, por ejemplo, soy
feliz con los diarios videos que me comparten de mis nietos, aunque se que debera ir
a estar con ellos. Pero usted, reflexione y haga lo que yo no he sido capaz de cambiar
en mi manera de ser: pase tiempo con los que ama por sobre todas las cosas en el
mundo.

Quisiera tener la fuerza de cambiar algunos de mis hbitos, se que puedo, se que tal
vez no quiero, muy dentro de m adoro mi forma de vida, aunque reconozco las
deficiencias que tiene, que son muchas y variadas, pero si se que estoy lleno de amor,
aunque slo lo manifieste a mi manera.

Si puedo servirle de ejemplo que bien, pero haga lo contrario. Si slo merezco la crtica
por esta desnudez que le muestro, ni modo. Pero lo cierto es que cada quien estamos
obligados a ser felices, aunque cada quien lo haga a su manera, equivocada o no.

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