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Cuando Sibisse Cndida era pequeina le gustaban mucho los caramelos, los dulces,

las gominolas, las chucheras en general. Su madre no la dejaba comer chucheras,


porque la madre de Sibisse Cndida se preocupaba por su salud y le preparaba
desayunos con kefir y salvado de trigo, comidas de pasta y arroz integral y algas y
verduras ecolgicas. La nica golosina que le estaba permitida a Sibisse Cndida
era el regaliz, as que siempre que iban a la tienda de Sheila se llevaba un pequeo
botn de regalices zara, feliz por el triunfo.
A veces Sibisse Cndida gastaba un poco de dinero en los kioskos para comprar
golosinas: chicles happydent o boomer, caramelos golia de fresa, chicles, morenitos.
Lo haca a escondidas, con el placer que da el pecado y esconda su botn en lugares
secretos. Estos lugares eran denominados "pilles" y servan tanto para guardar las
golosinas como, una vez deboradas, guardar los papeles y restos que haban
quedado. Sibisse Cndida no quera tirarlas a la basura, porque en la basura se
podan ver y delatarla, as que las esconda en otros lugares, como pequeos nidos
de caramelos que vivan en la mesita de noche, en los armarios o en las estanteras.
Tambin compraba a veces en tiendas de golosinas, con su propio dinero con algn
euro que lograba sustraer de la cartera de su madre. A Sibisse Cndida le
encantaban los caramelos de piones de El Casero y las gominolas de huevo frito.
Los caramelos de piones se quedaban pegados a los dientes en cuanto los morda,
formando una especie de chicle duro, y las gominolas de huevo frito tenan la
perfecta mezcla entre el blanco esponjoso y dulce de la clara y el naranja cido y
gelificado de la yema. Tambin las gominolas de coca-cola y los caramelos le bon
bonbon Napoleon, en sus versiones de cola, naranja y limn. Lo intent con la
versin de pia, pero no termin de funcionar. Sin embargo los sugus de pia eran,
sin lugar a dudas, sus preferidos.
A la salida de su colegio haba un carro de golosinas que llamaban con la habitual
crueldad infantil "el gordomovil". El gordomvil, un enorme ser humano con su
carrito verde que se tambaleaba de un lado a otro, paraba a la salida del colegio Ro
Piles

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