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La Palabra

se hizo Ser humano


En la Navidad, contemplamos
con alegría el gran
amor de Dios por
nosotros.
Cristo, la Palabra de Dios,
se hace Ser humano
y vino a morar entre nosotros.
La 1ª Lectura
Habla de la alegría despertada
en Jerusalén por la
vuelta de los
exiliados (Is 52,7-10)
Es imagen de la alegría
de todos los hombres
que
hoy celebran el comienzo
de un mundo nuevo y
contemplan las señales
El Pueblo vivía una situación
dramática de su historia:
El pueblo esclavo en Babilonia,
con Jerusalén y el templo
destruídos, vivía con nostalgia
de la patria lejana.
El Profeta imagina estar
en el monte de Jerusalén y
contempla al pueblo entero
cantando y gritando de
alegría.
Ve centinelas corriendo para
anunciar una gran noticia:
Un grupo numeroso
de exiliados se aproxima,
regresando de Babilonia.
Comezará un tiempo nuevo, un
reino en el cual
el Señor guiará personalmente
a su pueblo.
La Liberación de Babilonia era una figura
de otra liberación plena,
que Dios iba a realizar
en el futuro.
* Esa liberación es aún imperfecta,
pero continuamos creyendo y esperando.
Y nosotros somos los Centinelas que lo
anuncian...
La 2ª Lectura nos recuerda cómo Dios
se reveló de forma progresiva a los
Hombres.
(Heb 1,1-6)
Dios tuvo muchos modos
para revelar a los hombres
que los amaba.
- Habló a través de la Creación...

- A través de los Profetas...


- En la plenitud de los tiempos,
a través de su proprio Hijo:
su imagen perfecta,

su Palabra: “el Verbo".


Jesús es la revelación
más sublime y eloquente
de la persona del
Padre.
El Evangelio de hoy
nos revela el porqué.

El Evangelio
subraya que la Encarnación
El Texto es un Himno al "Verbo", que se hace hombre en Jesús
y que ya existía antes que el mundo fuese creado.
La palabra sirve para comunicar alguna cosa a los otros.
Aquello que nosotros tenemos en la mente y en el corazón
llega a la mente y al corazón de los otros mediante la palabra.
Juan nos revela que el Hijo de Dios es la Palabra del Padre.
El Padre, para decirnos que nos ama, nos envía su Palabra.
Hace 2.000 años la Palabra

de Dios se encarnó,
se hizo persona como nosotros,
habló nuestro lenguaje,
puede decirnos quién es el Padre,
lo que somos nosotros para Él

y cuál es su proyecto.

Para conocer al Padre


basta contemplar a Cristo,
observar lo que hace,
lo que dice, lo que enseña,
cómo ama, a quién prefiere, con
quién anda, con quién come,
a quién escoge,
a quién recrimina,
a quién defiende...
porque es así
como procede el Padre.
Dios puede ser encontrado, oído,
tocado con las manos
en la persona de Jesús.
Él hace visible al Padre.
La Encarnación del Hijo de Dios nos
enseña que el Padre nos ama.
Él permanece con nosotros.
El Evangelio nos dice que
“el Verbo se hizo carne y
habitó entre nosotros".
* Si el Padre nos ama tanto a los
hombres,
¿por qué los hombres no se aman?
¿Por qué se matan?
¿Por qué se odian?
¿Será que no han entendido
alguna cosa de aquello que el
Padre quería enseñar a los hombres,
cuando envió a su Hijo?
El "Verbo" vino como luz en medio de las tinieblas.
Entre los hombres inmersos en el pecado
surgió de repente un hombre nuevo
y con él comenzó una nueva creación.
Esa luz no fue recibida de forma pacífica en el mundo.
El Evangelio habla de lucha entre la luz venida del
cielo y las tinieblas que continúan envolviendo al
mundo.
Se trata de las fuerzas del mal que se llama pecado,
egoísmo, explotación, opresión...
La luz lucha contra esas tinieblas sin conseguir aniquilarlas;
mas las tinieblas tampoco consiguen apagarla.
Esta lucha continuará hasta la plena victoria de la luz,
victoria que ya está garantizada por la Pascua de
Cristo.
NAVIDAD es la celebración de un NACIMIENTO:
Algo de nuevo debe nacer también dentro de nosotros...
Es la Navidad repleta de felicidad que deseo a todos vosotros...

P. Antonio G. Dalla Costa CS - 25.12.2009

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