You are on page 1of 30
‘Aacthans, Revista de Filosofia, n° 9, 1994, 9.38 Sujeto y realidad. Del Yo analitico substante al Yo sintético transcendental Resumen: La inevitable intervencin dela sube- tividad en et proceso det conocimiento conto al scepicimo, ys en Grecia, cuando ta reftexisn Flosica se cent en los aspects empieos de le misma, Sali de es alslaieno o clase csiea cenlaquees pense sto (incluso ea es caticas cuales aes nocidn) so es posible descubrien- ‘do momentos mis fundies del subjeividad por fos que ella est necesiriamente aie la ora realidad (a mundo y los oo) pues esa apertura © akepiacion de su finitd consttyye una cond 0m do posblidad de cla misma. Fs0 fue lo que no logré Descartes con su método anlitico,¥ si Kant y Fchte mediante la reflexién transcendental sinc, JACINTO RIVERA DE ROSALES! Abstract: The inevitable intervention of sujet vty in the knowledge process already ead 10 scepticism in Greece, when philesophical reflec ‘ion was cere onthe empire aspects of same Coming ou of tha isolation o enclosure as things ane in Whieh the subject is considered (even in the present crtcsms of the woven) is only posible by discovering the most base moments of sub Jectivity trough which His nesessaiy open to ‘he ater realty {to the world and o thers) since ‘his opening oF acceptance ots fine constiutes 8 condition of posibility for i, This oa some: thing which Descartes with his analytical method was unable to achieve, bat which Kant and Fichte id achieve dough Synthetic ranseendental re Aeeton. 1. La subjetividad, un problema desde la antigiiedad En los sofistas la reflexién filossfica tomé conciencia del problema gue, para el establecimiento de la realidad y de la verdad en general, constituia Ia inevitable presencia de lo subjetivo en el proceso del conocimiento, Pues zquin condce, sino un sujeto?, y cn son diferentes los individuos entre si?, y sus representaciones no son distintas de las cosas que se esfuerzan por conocer? Los primeros fil6sofos intentaron establecer qué era la physis, y cada uno habia dado respuestas dife- rentes y contrarias entre sf. enéfanes habia criticado el aniropomorfismo del pensamiento mitico, pues «los etfopes de nariz chata y negros; los tracios, que ojos azules y pelo rojizon”; frente a esto, el discurso filoséfico y racional pretendi6 alcanzar la verdad mas allé de esas diferencias empiricas, sacarnos de nuestio mundo particular y despertarnos al ‘nico y comiin’, Pero lo que consiguié fue de nuevo una algarat | Departamento de Filosofia, UNED. Senda del Rey si, Cuded Universitaria. 28040, Madi 21 16, td. on Las flisoforpresocrdicas, Gredos, Made, 1981, 1 1 . 295. «Pero st lx bucyes, y leopes uvieran manos /opudiran dibujarcom ellasy realizar obras comm los hones, ibaa os aspetas de los dies y arian sus euerpas, ls caballossemejantes los cballos 10s bueyes &bueyes. a como i tuvieran la Figura ‘comespontiene » 21 15, wap. 294). “Hesiclte dice que "para los despertos hay us mundo igo y comin, mientas que cada uno de os que duermen se ‘nels hacia uno particular» 22 B 89; to. 02.388). 10 Jacinto Rivera de Rosales En consecuencia, el mayor de les sofistas, «Protégoras, acepta que “el hombre es la medida de todas las cosas; de las que son, en cuanto que son; y de las que no son, en cuanto que no son”... Y por es0 él establece s6lo lo que a cada cual aparece. Y asi introduce el relativismo>*. Gorgias sig- nifieé un paso mas en la destruccién de la ontologta presocrética, y por ese camino marché también cl escepticismo griego, desde Pirrén hasta Sexto Empitico, para quien «el fundamento de la cconstruccién escéptica es ante todo que a cada proposicién [logas] se le opone otra proposicién de ‘gual validez*, Esto ya lo habia iniciado Protagoras en sus Antifogias, Pero aqui, en cl escepticis- mo, este proceder antindmico perseguia el fin de suspender el juicio, lo que significaria el equilibrio de la mente y finalmente la ataraxia, Slo entonces se alcanzaria el bienestar y la serenidad de espiritu, Esta destruccién escéptica de toda afirmacin que quiera ir més alld del mero aparecer se Ievaba a cabo siguiendo los diez tropos o razonamientos de Enesidemo y los cinco de Agripa®. Estos insisten en la diversidad y disparidad empitica de los distintos individuos cognoscentes (diferente isposicién corporal, sensorial o animica, distinta educacién y cultura, situsciones muy diversas, etc), que afeetan incluso a la vida de un mismo individuo, lo que da lugar a las més dispares opiniones. Pues nada se revela en la pureza de lo que es, sino condicionado a la constitucién empitica de cada perceptor, al entorno en donde se encuentra y a la frecuencia com la que aparece. El noveno tropo de Enesidemo analiza ademas el cardcter relacional o relacionador de nuestro cconocimiento en el sentido de que éste se da siempre en la distincién o contraposicién (conocemes las cosas diferencisndolas de otras), como mas tarde aceptarin también Kent y Fichte. Por iltimo los tropos segundo, cuarto y quinto de Agripa nos revelan las dificultades y los Kites de ta raz argumentativa: o bien se pierde en tn proceso infinito queriendo probar todo lo que afirma, o bien rompe este proceso aceptando principios sin demostracién (arbitrariamente, por un acto de fe 0 hipotéticamente). 0 bien, como tercera posibilidad, caeria en un circulo vicioso o dialelo admitien do previamente lo que habia que demostrar, Es lo que Hans Albert ha denominado «el trilema de Miinchhausen>’, Pero mientras Pirrén y en gran medida Enesidemo, en una especie de fenomenismo metafisico, redueian toda la realidad a su aparecer, Sexto Empirico defiende un dualismo empirista, una diferencia entre una desconocida cosa en si que nos afecta y el fenémeno resultante, entre nuestra representacién y el objeto representado, de modo que su relacién y la misma realidad del mundo 4 Fragmeno 80 A 1 (ua. en Sexto Emptico, Eshozospirénicos , 216, Gredos, Maurid, 1993, p. 124), Vase también 08 1, por ejemplo. Sistas, Festinonas y fragmento. ed. Anton Pgué Angoedans, Brera. Barcelona, 1985, 9. 40442, «Con el principio de horbre-med,Progoras intent sn dda agin nepar que exist un riteri able ‘que disetimine el ser y el no ver lo verdadero y o falso y en general todos los valores el eri es abvoluamente rolatvo, es el hombre, el hombre particular, Clrtaeme algunos especilistas han inteniado interpret el rieipio protagéreosesteniena qu el home del que habla ro eset bore particula, sao la especie hombe,coaviciendo asi 'Protigeras en un precursor de Kant cf. especialmente Gomperz, Pematri grec, Il pp. 268-284); pero todas noes tres fueres antiguas oxeluyen txaivameate le posibildad do esa exégess»(G, Reale, Storia della flasoia antic, Vita € pensict, Milano, 1979 trea edizone actesciuta I. p. 231) Vease wn juicio mas matizado, dando cbida 2 una prada de indviduos (siempre concretayempiria) en Gilbert Romeyer Dherbey, Les sophstes, PUR Paris, 19882, pp. 185s. Para Fiche la medida de toda realidad y de wa deerminacin no se halla en el yo emptico, sno en et puro 0 transcendental (Grundlaze der WL (2Fundamento de oda a Doctrna de a Ciencia) en Fichies Werke. de Gruyter. Berlin, 1971.4 1p 197 -en la sucesiva cada con FW 0 en J. Fichte, Geszimusgabe der Bayerischen Akademie der Wissenschafien,Prommann, Staigar, 1962 12, pp. 295-296 en lo sucesve cit por GA) 5. Sexto Empiico o,c-1. 12, tip. 55 Sigo a Sextn Empiico 0. 1, 36177 (wad. 68-106) ya G. Reale, 0.41 1V, pp. 136-166 y 185-188 7 HL Alter, Trak ber Kische Vernun CB, Motu, Tubingen, 1980, p. 13. Existe traduceGn espaola en Taurus Swjeto 9 realudad Del Yo anata subwant a Yo sinttico transcendental ut externo se hace problemitica: «El criterio de la orientacidn escéptica es el fenémeno, lamando implicitamente asf a la representacién mental. En efecto, consistiendo ésta en una impresién y en luna sensacién involuntaria, es incuestionable; por lo cual, nadie seguramente disputaré sobre si cl objeto se percibe en tal o cual forma, sino que se discute sobre si es tal cual se percibes". La sub- jetividad queda cireunscrita« su individualidad y a sus representaciones empiricas, aislada tras una pantalla de representaciones, cerrada en si misma, separada del ser, del mundo y de los otros, exterior a toda otra realidad al igual que una cosa es exterior a las demas (como, por ejemplo, una mesa lo es de un libro), 0 sea, cosificada, comprendida como un objeto ms del mundo, Para salir de ese cerco era necesaria una profundizacién en el estudio de la razén y de la subjetividad, comprender que se haba operado un angostamiento de Ia misma y una mala compren- sin de su modo de ser. Esto fue lo que intent6 Sécrates. Mediante su ironia buscaba la refutacién del falso saber y de ese modo liberara la mente o alma afin de que pudiera dar a luz mejores ideas (mayéutica). Ello significaba y presuponia un mayor conocimiento de si mismo, conforme al ‘manclato de Delfos, y abrir a posibilidad de conocer, en esa subjetividad purificada y més profunda © verdadera 0 divina, qué es lo verdadero, lo bueno y lo malo, qué es la justia, la belleza y la libertad, ec, no para este © aquel individuo, sino para todos necesariamente, «Séerates se ocups de las virtudes éticas, nos dice Aristételes, y fue el primero que buscé acerca de ellas definiciones tuniversales, [..1 buscaba, con razén, la esencia de las cosas, pues trataba de razonar silogisticamente, y el principio de los silogismos es precisamente la esenciay. Por tanto, ese cuidado de si y ese Conocerse a sf mismo que vertebra la actividad socratica no se dtige propiamente a una introspeccién psicol6gica de la propia individualidad, «sino que significa el conocimiento de lo verdadero del hombre, asi como de lo verdadero en y para si», comenta Hegel" Bs el descubrimiento de un plano de la subjetividad que sf tiene algo que decir sobre lo real y lo universalizable ointersubjetivo, y por tanto que no impide el conocimiento (la verdad, la apertira al ser, a mundo y a los otros) sino que «8, por el contrario, posibilitante del mismo. Si negaramos taxativamente Ia verdad y Ia realidad irfamos precisamente contra ese plano de la subjetividad que nos constituye y caeriamos en contradiccién con nosotros mismos, tanto kigica como prictica y pragméticamente. Este es un aargumento que utiliza ahora por ejemplo K-O. Apel, y que ya emplearon profusamente Scrates, asf como Platén y Arist6teles". En el otro extremo de la época greco-romana de la filosofia, Agustin de Hipona, que asf mismo se enfrent6 al escepticismo académico (al que se habfa aproximado durante los afios 383 y 384), nos hace Iu misma indicacién: «No quieras ine fuera, entra dentro de ti mismo, en el hombre interior 8 Sexo Empirico, o.€., 22, tad. p60. La represemucin es efetn del objeto representa, y el objet representa ‘scans dela representacidn y capa de impesioar la faculia senstiva, micrzas que eect ex dierent de casa ‘que lo ha peoducid. En eonseevencia, el inteecto, cuando entra en contacto cot Las represetaciones,eeibitt [os efectos de los objetosrepreventads, pero no es0s misma objets extemos» (Sextn Empire, Adversus Mathematics ‘Vi, 383: ita tomada de G. Reale, 0.6. 1. 1V. 20). 9 Arseles, Metafsics, XI, 4, 1078 b 17-19 y 23-24, Me apoyo en ls traducciones de V. Garefa Yebra en Gredos, Madrid, 1970. Ml, p. 265 y en la de G. Reale en Luigi Lofredo Ediore, Napoli. 19TA. 1. lp. 320... siempre ‘convesaba sore mas humanos, examinandoqo¢ piaoso, qi es impo, qu x bello, qué ex jst, qu es inust, ‘qué es Ia sensatez, que cosa es locura, qué es valor, qué cobain, qué ex cd, qué es hombre Je Estado, ci e+ sobiemo de hombres y qué un goberamte, sobre esas de est ipo, eonsiderando hombres de bien a quienes las ‘conoean, mienras que alos ighoranesexia que con razdn se les dia lamsexclavoss (enotont, Recuerdos de Sicrates, Gredos, Madrid, 193, pp. 224). 10 Hegel, Eneyklopie der philosophischen Wisenschafon § 377, Subvkamp, Franka, 1970, 1, p9. 11 Por ejemplo Ptaté, Teewwos 171 a, y Ariacles, Mevaisica IV. 38 2 Jacinto Rivera de Rosales hhabita la verdad: y si encuentras mudable tu naturaleza, transciéndete a mismo». También para existe un Ambito de la subjetividad donde ésta se abre ala verdad y a fo divino woriginario, al ser, donde es posible superar la duda escéptica, como después lo hard Deseatis «Porque si me equivoco, soy; pues el que realmente no es, tampoco puede engaarse [- _y] asi como me conozco {que soy, asf conozco igualmente esto mismo: que me conozco» ¥ 4ue amo”. Esa subjetividad es at jad urnitaria) de ser, conocer y querer: «Soy, conozco y quiero. Soy esciemle ¥ volente: s€ que soy y que quiero, quiero ser y saber. Vea quien pueda cémo en estas 1 AO: hay una vida vneeparable, una dnica vida, una Gniea mente, una iniea esencia y emo la distincién es inseparable J, sin embargo, se da>", Una vez abendonads la filosofia de Tos mankd-ts, que escindian y J ieolvfan esa unidad del sujeto en dos substancias, en dos almas 0 inteligenctas, correspondientes & principios cosmologicos dstintos y en perpetua lucha, la diferencia ¥ ‘el conflicto son comprendidos rive deena unidad personal (ese es cl drama que narran las Confesiones), donde e! primado caerfa set ndo dela voluntad: «El fuego tira hacia arriba, la piedra hacia abajo. Cada ano movido por su peso y tiende a su Tugar. [.... Mi peso es mi amor: él me Heva doquiera soy Nevado" De igual modo, Descartes, Kant y Fichte hubieron de enfrentarse # escepticismo, al que nos abocarfan ciertos niveles de la subjetividad, indagando otros mis primarios, que 80 © limitarfan a vo individual o empirico y gracias alos cuales ella no estara cercenad del ‘mundo. Pero mientras ¢l primero lo hace desde un metodo analitico que le dificulta 0 incluso # a postre le impide conectar ai yo con Ta otra realidad, los dos éItimos descubren la originaria realidad sintética del sujeto, por le ual esti ya puesto radicalmente con lo otro. Este es el argumenton que quiero examinar enel presente articulo. 2. EL Yo analitico del racionalismo kn el siglo XVI tuvo lugar, sobre todo en Francia, un renacimiento de) escepucisn® YO especial de Sexto Empirico, cuyos Esbozos pirrénicos fueron traducidos al latin en 1562 por Henri Esienne, y en 1569 vio la luz toda su obra en una versién latina realizada Por Gentian Hervet"*. El eevtive de ello era salvar Ia fe catdica frente alas diversas filosofias y ciencias,o Bien frente a las pretensiones reformistas de hacer valer el libre examen contra 1a ‘utoridad de Roma, En ese sentido $e pronunciaron el sobrino de Pico della Mirandola, Gianfrancesco (1469-1533), en su libro Th De vera reliione cap 39, § 72. De modo pares comenzaba Fite en 1787 i presenaeion OF 90 5 “aRepara oe we em mica de todo lo Gust rea y diel hacia t interior: esa esl primets exEST le case Nace princiiome. No se hala (ag de ada. que exé fuera de sino inicnmenss © MEE Fichte. Ht a giion ota Docrina dela crncia§ 1: FW 1p. 422 = GA 14 p. 16: ex tntcsn.o Inaro- aver a a Doctrina de la cencia,e 3. M. Quintana Cabanas, Tecnos, Madrid, 1987. P.7) Pete cap, 26 (ea. en Por, México, 1984, p 259), «i aguen da plen Gudt OE NNT ae eae cap 10,1), Veas también Soiloqu I cap, 1, De libero aria 3, Comra Academics IM, exp. 24, De vera religione cap. 39, 73. De Trintate X, cap. 9. 12 y XV. cap. 12 14 Confesiones XMI.41, 12. 15. Confesones AIl_9, 10 (ad. en BAC, Madi, 1979, S61) «peso (ponds) es impulso (impetus) 0 conao «ey emnanado en cada ser, con ol que s esfuera para ocwar u propio lugar (Enarreuon in psalms 29.10: {eonats coatne Garcia ance La cstar rstiana y Som Agustin. Cnc, Mai 1987, 9190, Ute ", Mientras que nuestra voluntad carece de limites y en eso nos asemejamos Dios”, no asi nuestro conocimiento; de ahi procede la posibilidad del error. Ademés es pasivo (ntuicién) frente a lo verdadero y lo real; incluso respecto a sf mismo, pues se comprende coma el atributo de una substancia 0 res creada por Dios. De ese subjeto quiere partir Descartes para el establecimiento del saber, de Ia verdad, de Ia realidad de Dios y del mundo. Pero su fracaso reside en que parte de lo que he amado un yo analitico (expresién que justificaré debidamente en el pardgrafo siguiente). En efecto, para com- prender el modo de ser del cogito echa mano de Ia tradicién aristotélica y lo concibe como subs- tancia, y a ésta como exclusién de todo lo demas, «porque la naturaleza de las substancias y lo propio de ellas es excluirse recfprocamente la una a la otra», Asf, el pensar, en ver de abrirse a lo otro, se cierra en sf mismo, en su propia individuslidad empftica, en su pantalla de representacio- ‘nes, Todo lo demas permanece fuera, tanto el mundo como los otros hombres y Dios, al igual que las cosas permanecen exteriores las unas a las otras. El cogito queda de esa manera cosificado, es decir, comprendido segiin el modo de ser de la cosa, tal y como lo hacian también los escépticos, y se aboca asi mismo a un yo solipsista, que es el punto de mira de todas las criticas aciuales a Ta rnocidn de sujeto, como si fuera la tinica concepcién de é1 o la més propia y adecusda, Este error radica también en que no se tuvo en cuenta una distinciGn bésica en ese mismo cogito. La duda metédica es un proceso de reiorno del sujeto hacia sf mismo. Voleado como estaba cen las cosas del mundo por su tarea cotidiana, su reflexién no reparaba en lo mas cercano a si, no 10 tematizaba, sino que pasa a través de ello como nuestra vista através de los cristales de las gafas. Por eso lo mis constitutive de la conciencia prerreflexiva o intuitiva es lo més lejano para la reflexién, y ¢sa vuelta hacia si s6lo seré completada en la reflexién transcendental kantiana. En Descartes queda atin sin discriminar la conciencia empirica y la autoconciencia transcendental ‘Aquélla, en cuanto sentido interno, en cuanto que constituye una parte de mi realidad empfrica (la més cercana a mi{, pues ademas soy cuerpo e incluso el entorno que habito y las cosas con las que Ccuento), es también comprendida objetivamente como cosa entre cosas, como substancia (fenoménica) distinta en su realidad de la realidad de las demés cosas, si bien la determinacién de esa mi 20 «Brito mienra pienso» (Segundas Objecions y Respuesas, Al. 1h, 9.570), 21 Carta a Regis de mayo de 1681 (AL Th p. 333. 22 «¥ es princpalmente a causa de esta volutad infinita que hay en nosoues po lo qu se puede decir que nos ha read «1 Imagen» (eara a Merseme del 25-12-1639: ALU, p 153). 23 Cuaras Ohjcioncs y Respuests Al. lp. 568 Sweto yretidad Det Yo amaltico substan al Yo sinéico transcendental 15 cexistencia empirica se hace gracias a la trama del mundo (segiin las Anslogias de la experiencia, dice Kant), al igual que ocurre con los demas objetos. Sin embargo, la autoconciencia transcendental ya no es una cosa, sino la condicién de posibil dad de conocer cosas, de que se dé la conciencia y con ella los objetos en cuanto objetos, Ni siquiera es una acciGn real, sino una acci¢n ideal que hace posible la manifestacin de loreal, tanto de mi realidad, como la del mundo y la de los otros. Sélo asi puedo compararme con ellos, distinguirme y alcanzar de mi una conciencia reflexiva. Si yo estuviera encerrado en mis represen- taciones ni podria ocurrrseme la idea de que quizés fueran meras represcataciones distintas de los ‘objetos. El empirista no se da cuenta de la accién transcendental que hace posible su propia teflexién, por eso entra en contradiccién consigo mismo. Si yo no transpasara idealmente mi realidad limitada, mis limites reales, no sabria de ellos, no me Contrapondria a }o otf, estaria ah ‘como cosa, pero no como sujeto. Encerrado en la realidad substancial cartesiana, toda la otra realidad se le convierte al cogito en ‘mera representaciin empirica suya (Hume), de modo que todo su esfuerzo racional por captar lo ‘otro se estrella en el hecho de que protagoniza toda la realidad que conozce, pues Ia idealidad transcendental est circunscrita a su substancialidad y ambas no se distinguen. Del mismo modo, en Ia prueba ontolégica de Ia existencia de Dios tampoco se distingue posibilidad y existencia, sino ue la segunda estariainctuida aqui en la primera. Ahora bien, mientras que yo puedo protagonizar la posibilidad 0 pensabilidad de lo otro, no ast su realidad, de forma que la aceptacién de su cexistencia requiere fundamentos diferentes. El interés de Descartes era poner una hase metafsica a su fisica mecanicista y a su ertica de la fisica cualitativa de la escolistica, asf como por otra parte al tefsmo y a Ia posibilidad de la inmortalidad, es decir, ala afirmaciGn de espiritus o conciencias puras y separadas. Para todo ello le era necesaria la substancializacién del cogito, la distincién substancial entre la res cogitans y la res extensa, ya eso fue encaminada la duda met6dica. Si su mecanicismo fsico signified, en ly en ‘otros, un avarice real para la ciencia moderna, la carencia de una limitacién ontolégiea del mismo no solo le lev6 a la tesis de los animales méquinas (que por cierto también defiende Fichte, aunque como méquinas quimicas y no simplemente fisicas), sino sobre todo al problema de la unin alma- cuerpo, al problema del hombre concreto, donde se pone al descubierto las limitaciones de su ‘método analitico. Hay que reconocer que Descartes encar realmente el problems, Si bien el alma ¥ el cuerpo forman dos substancias distintas, nos dice, el hombre no es un compuesto de dos substancias como nos lo muestra el sentir: el dolor, el placer, el hambre, Ia sed, etc. El piloto percibe larotura de su nave de forma diferente a como puede sentir una herida en su cuerpo. Pero esa nueva realidad sintética, esa unién, Descartes es incapaz. de comprenderla conceptualmente, ni ‘como substancia, ni como accidente; menos ain de explicarla por medio dc la glindula pineal, pues es impensable que lo inextenso roce @ lo extenso, ni que esto pueda entrar en litigio con el mero pensamiento, al haber establecido de ese modo su distincién y separacién, Donde mejor abordé este tema fue cn dos cartas dirigidas a la Princesa Elisabeth, que le habia planteado esta cuestin, Ella considera muy oportuna, pues en sus escritos se habia detenido en la distincidn entre alma y cuerpo, dado que el error procede fundamentalmente de su contusién, ‘cuando se pretende explicar un émbito con las ideas que pertenecen al oir. Y sigue diciendo, en un texto extenso pero que da la medida de lo que intento sefiala: 24 Esto lo oxplice muy claramente en las Seta Onjeticiones y Respuesta (Alt Il pp 8R2-889) 25 Por cjemplo en Meditaioner metfisias VUC(AI-4 Ih, p 492) yen a corespondencia con Regs 16 Jacinto Rivera de Rosales «En primer lugar, considero que hay en nosotros ciertas nociones primitivas que son como criginates, sobre cuyo patrén formamos todos los otros Conocimicates. ¥ hay muy pocas de tales nociones; pues, aparte de las més generales, de] ser, del ndmero, de la duraci6n, etc. que convienen a todo Te que podemos concebir, para el cuerpo en concreto slo tenemos la nocigm de laextensién- dis ta cual se siguen las de la figura y del movimiento: y para el alma sola no tenemos sino la del pensamiento, en la cual estén comprendidas las percepciones del entendimiento y las inclinaciones pela volumad: finalmente, para el alma y el cuerpo conjuntamente s6lo tenemos la de su unién, de Ja que depende la de Ia fuerza que tiene alma para mover el cuerpo, y la que tiene el cuerpo para ‘ctuar sobre el alma causando sus sentimientos y sus pasiones»”. “csi pues, en primer lugar, observo una gran diferencia entre esas tes clases de nociones, en cuanto que ef alma no se concibe sino por el entendimiento puro; el cuerpo, es decir, Ia extensi¢n, tas figuras y Jos movimientos, se pueden conocer también por el entendimiento solo, pero mucho mejor por el entendimiento ayudado por Ia imaginaci6n; y finalmente, is cosas que pertenecen & dini6n del alma y del cuerpo no se conocen sino obscuramente por el entendimiento solo, ni aunque ‘Sea ayudado por la imaginacién; sin embargo son conocidas may claramente por los sentides. De donde procede que aquellos que n0 filosofan nunea y que se sirven de sus sentidos, no dudan en Sbeoluto de que el alma mueve al cuerpo y que el cuerpo actia sobre el alma, y consideran ambos Gomo una tnisma cosa, es decir, conciben su unién; porque concebir la unign que hay entre las dos owas es concebirlas como una sola. Los pensamientos metafisicos, que ejercitan el entendimiento puro, nos sirven para hacemos familiar lt nocién del alma; el estudio de las mateméticas, que Gercitan principalmente la imaginacion estudiando Tas figuras y los movimientos, nos habitda 2 formar nociones del cuerpo bien distintas; finalmente, ¢s s6lo en ta vida y en las conversaciones ordinarias, absteniéndose de meditar y de estudiar las cosas que ejercitan la imaginacion, como se fprende a concebir la unin del alma y del cuerpo. [.). ¥ pienso que son esas melitaciones [metafisicas}, ms bien que los pensamientos que requieren menos atencién, las que han hecho due [ou Aiteza} encuentre obscuridad en la nocién que tenemos de su union; pues no me parece que copirits human sea capaz de concebir muy distintamente y al mismo tiempo la dstincién entre el ima y el cuerpo y su unin, a eausa de que para eso es necesario concebirlos como una misma cose y a la ver concebirlos como dos, lo que se contradice»”. ‘Cuando reflexionamos, analizamos la realidad en sus componentes 0 elementos, y nos situamos en el punto de vista de la distineién de ellos, de sus diferencias, incluso de su cirta autonoméa y conflitividad, de ese modo comprendemos més articuladamente la complejidad de to real y cleanzamos de ella una conciencia mis elaborada. Cuando vivimos, cuando actuamos y sentimos, hos ponemos en el punto de vista de Ia unin, de la realidad sintética, de la posibitided. de materilizar nuestros proyectos y de la experiencia de haberlos podido realizar en alguna medida, pues en caso contrariohubiéramos dejado de exist. Esa sinesis es al menos nuestra trea, pues Siempre es posible el fracaso, la Jocura y la muerte. Pero en vez de reparar que la separacion es ideal, obra de I reflexién, Descartes la substancializa, lo cval significaria justamente la rupturay la muerte y se queda sin conceptos para comprender 1a realidad viva y sintética de la subjetividad. Entonces apela al sentir, siendo asi que un objetivo de su duda metidica era precisamente «despegsr Ta mente de los sentidos» a fin de evitar prejuicios y conocimientos confuses, pues, afirmaba, lt naturateza de las cosas es una cuestiGn del entendimiento puro. Y he aqui que ahora encontramos 26 Carta de Descires a la Princesa Elisabeth, del 21 de mayo de 1643 (AL tH. p. 19) 237 Cama de Descartes o la Prinees Elisabeth, del 28 de junio de 1643 (AL 1. Il pp. 44-46) DH Meditaciones. «Resumen de as seis meditaciones gue siguem> (AL Tl p. 399), Sueto y veatidad. Del Yo analitieasubsante at Yo siuéico tanscendental 7 algo real, incluso primigenio ¢ irreductible, que es aportado por ese sentir y que ademas es claro sélo para él, permaneciendo siempre obscuro a la raz6n analiica. El sentir sintético ve convierte entonces en una iremplazable comprensién de lo real (lo serd también para Fichte), tanto de mi cuerpo como de la existencia del mundo en general, segtin se argumenta en la Medizacién VI. Pero para captar bien esto, nos asevera Descartes, hay que dejar de filosofar, 0 sea, hay que salirse de sw filosoffa. Por dltimo, otto punto que da la medida de su yo analitico es el tema de las pasiones. Como se hha seflalado de pasada en la cita unterior, éstas estén causadas en el alma por el cuerpo, y en ‘conereto por sus «espfritus animales», una Sangre muy sutil que mueve la glindula pineal, donde el alma esta situada. Las pasiones no serfan un conflieto del sujeto consigo mismo, pues el alma es tuna y no admite partes, ni personajes distintos que se combatieran los unos a los otros”, Por el contrario, el yo sintético engloba en si una pluralidad siempre confictiva, no es algo monétono, un ‘mero instrumento, sino como una orquesta, y hacer la musica més arménica, 0 al menos no desafinar demasiado, seria su tarea. ‘Una imagen muy apropiada de eve yo analitico es sin duda la ménada leibniziana, una substancia ppensante, carente de «ventanas, que s6lo tiene que habérselas con sus percepciones y los apetitos ‘que la van llevando de una a otra. La realidad del mundo se disuelve a la postre en representacidn, No es que eso sea lo que diga Leibniz, pero sf que es la ditima consecuencia de haber afirmsdo que Jo Gnico real son las ménadas inextensas y de haber defendido la esencia analftica de la verdad como in-esse, de manera que todo lo que se puede predicar de In ménada esté contenido ya en su nocién, «Cada substancia es como un mundo aparte, independiente de toda otra casa excepto de Dios [su ereador]. Asf, todos los feaémenos, es decir, todo lo que nos pueda suceder en cualquier ‘momento, no son sino consecuencias de nuesiro ser. Y como estos fenomenos guaran un cierto orden conforme a nuestra naturaleza, o por asi decir, conforme al mundo que esta en nosotros, de tal manera que podemos hacer observaciones diiles para regular nuestra Conducta, las cuales estin justificadas por el éxito [en la prediecién] de los fenémenos futuros y de esa forma podemos juzgar ‘a menudo sobre el futuro en base al pasado sin equivocamos, eso bastaria para decir que tales fenémenos son verdaderos, sin preocupamnos de si existen fuera de nosotros y de si hay otros que también los perciben»”. Es el barroco, el gran teatro del mundo. ‘Asi como en Descartes la salida de ese yo clausurado era Dios, también agut se echa mano de} recurso teolégico para fundar Ia realidad sintética. En primer lugar con la teoria de la armonia preestablecida, segtin la cual el gran programador del mejor de los mundos posibles hisbcia armoni- zado nuestras percepciones con los sucesos del mundo; 6 mejor dicho, dado que los cuerpos «en sf mismos considerados no son mas que fenémenos porque todo, excepto las ménadas componentes Ide los agregados o cosas no simples}, es afiadido solamente por la percepcién y a partir de! hecho 29 Descartes, Las pvones def ana §47 (Al. tA. pp, 9902), 30. Leibniz, Discurso de metafsica § 14 (en GW. Leiba, Di pulosopischen Schriften. eC. Govard, Olms. Hil , separado de la otra realidad, pues la reflexién distingue al analizar. Aparece ah{ expresada en la conciencia empfrica Ia inmediatez de la Apercepeién, pero abstraida de su funcién de sintesis, Pareceria ‘entonces (a una reflexién no critica) que fuera posible una conciencia sin mundo (Descartes) y que pudiéramos hacer de ella una psicologia racional (Wolf), afirmar por ejemplo que es una substan- cia simple ¢ inmortal puesto que puede ser pensada sin materia. Cometerfamos entonces paralogis- ‘mos, pues partiendo de una identidad analitica que s6lo se da en un segundo momento, en la idealidad abstractiva de la reflexién, la tomariamos como siendo la accién primaria y y el ser {44 R/V B 276-7, De ahi [de que toma ls existencia de los serespensantes como determnada por si mismo! se sigue ue €l idestismo es inevitable en ese mismo sistema racionslista, al menos o} fidealismo} probly, y que, al no er en sbsolut exigida la exstencia de cosas exteriores para la deverminacion desu propia lexistencal en e tiempo, aguélla ts admit de manera eneramente gratuit, sim poder dar de ella ninguna prueba» (KPV B 418) 45 Kr BXUL 46, ease Fiche, Vorlesungen iber Planers Aphorimen. GA 4. pp. 127-128 2 acinus Rivera de Rosales substante". Adems, esa identidad o autoconciencia analitica es una mera idealidad que no contiene ‘ninguna multiplicidad real pues, como dice Kant, nuestro entendimiento no ¢s intuitivo, no produce la realidad desde si, solo la interpreta, «slo puede pensar y ha de buscar la intuicién en los sentides. Por tanto, yo soy consciente de esa mismidl idéntica (des idemischen Selbst) en relacién con 1a multiplicidad de las representaciones que me han sido dadas en una intuicién porque yo amo mias @ todas esas representaciones y forman una sola. Eso significa que soy consciente a priori de una sfntesis necesaria de las mismas, que se denomina la tnidad sintética originaria de ts Apercepcidn*. Pero no s6lo hay que decir (como en la cita com la que se comenzatba este tercer punto) que «la uunidad analitica de la apercepcién Gnicamente es posible bajo el presupnesto de alguna [unidad] sintética» que es analizada y sobre la que se monta la reflexién posterior, También esa reflexion est acompanada y posibilitada por una continuada sintesis, por una continueda conciencia del mundo, pues en caso contrario desaparecerfa la conciencia y Ia realidad del yo segin hemos analizado. Aqui vemos de pasada que la sintesis genstica (sintesis como tarea) de la subjetividad comporta una pluralidad de etapas, las cuales pueden entrar en conflicto entre sf, por ejemplo lo prerreflexivo (lo lamado comtinmente inconsciente) y lo reflexivo, e incluso las distintas reflexio- nes entre si. De este modo el Yo puede entrar en conflicio consigo mismo (en contra de lo que pensaba Descartes) y cngariarse sobre si. No sélo es posible, sino que Kant piensa que, al menos en un primer momento, el engaiio o la ilusién (Schein) y la dialéctica o contradiccién consigo mismo que ello conlleva son una etapa necesaria hasta que no se llega a la reflexin critica. Esto tiene ‘mucho mas cabida atin en el método genético de Fichte, con el establecimiento de momentos diferentes en la historia de 1a autoconciencia y del olvido de si, de acciones originarias del Yo que no Hegan a 1a conciencia empitica como tales acciones, con la distincisn entre actuar y roflexionar, © entre lo que el Yo ve y la comprensién que de esa misma accién tiene el fildsofo, ete. Este es un ‘tema que atafie a la primariedad u originariedad det sujeto y a la relacién que éste mantiene con la verdad y la ilusiOn. Por tanto algo que, segin vimos al principio, esté muy relacionado con su. apertura a la otra realidad, con el problema de si es posible o no una subjetividad encerrada en si misma, que es en lo que aquf me estoy centrando. Lo otro habré de dejarlo para una préxima cocasion, a fin de no sobrepasar las limitaciones normales de un articul. Que no haya oira realidad no es Iégicamente contradictorio, como ya argumentaba Leibniz, pues la Igica formal nace de la abstraccién de todo contenido y se queda con la mera idealidad de los conceptos, pero si es transcendentalmente contradietorio, es decir, es contrario al acto sintético originario, ala construccién de la subjetividsd, de su comprensién y de su accién real (aunque esto ‘timo todavia no lo hemos visto). Luego la I6gica no puede ser el criterio ultimo ni originario de lo real, como pretende ciertafilosofia analitica de nuestro siglo, pues nace de un acto de reflexign abstractiva y se basa en la accién transcendental, como ya defendié Fichte en el § 6 de su escrito Sobre el concepto de ta Doctrina de la Ciencia (1794), respondiendo a las crticas de Schulze. Pero dado que Ia I6giea, apareciendo en la conciencia reflexiva, es un objeto més cercano a ella que la accién transcendental, podemos utilizarla como ratio cognoscedi de ésta en la reflexién filossfica al ser la transcendental su ratio essendi. Es el paso que Fichte realiza en la Grandlage: del principio 447 Véase «Los paralogismos del azn purty en Kr’ A 341s, 1139948. Andogamente Fiche, en el § 1 de su Grandlage der WL (FW 1,1. pp. 94.95 = GA. 12, pp. 257-258) dtingue el «Yo-Yo como hecho (Thatsacke) dela conciencia mpirica expresin del principio de identidady hecho supremo de Ia conciencisempirca de In acim le identifica ‘rginaria del Yo onsigo mismo en cuanto avin fandante(Thathanalln) 88 Kev B 13s, Siyetoy realidad Del Yo analitco subsant a Yo sitio wranscendental B de identidad, «A es Ax,a «Yo soy You, a la accidn de identificacién del sujeto consigo mismo: por 0 lo contradictorio es impensable, porque va contra Ia identidad de la autoconciencia, De ese modo se ve c6mo el primer principio de los juicios analiticos se basa en el primer principio de los juicios sintéticos”. Pero también Kant lleva a cabo algo semejante cuando de la tabla de los juicios pasa a la de las categorias en su deduccién metafisica. Y ademds afirma que «la unidad sintética de Ja Apercepcién es el punto supremo en el que se ha de insertar todo uso del entendimiento, incluso toda la légica y, segdn ella, la filosofia transcendental", Peto eso no es todo. Para la construccidn de [a subjetividad no s6lo es necesario establecer un orden objetivo y situarse en é! a fin de objetivar y comprender la propia finitud, nuestra autocon- ciencia empirica, y poder asf manipular el mundo y cubrir nucstras necesidades, o sea, hacer que nuestra dependencia respecto a la otra realidad sca lo més positiva posible, Es necesario también {que el sujeto comprenda y desarrolle su originariedad, Ya en el proyecto pragmitico de solventar lo mejor posible las necesidades de su finitud, es decir, ya en el concepto de fin hay una comprensién de la propia originariedad subjetiva. El significa ciertamente también la aceptacion pragmitica de la ‘realidad del mundo, pues si éste fuera mera ilusi6n o suefio ,para qué esforzarse en su transformacién, para qué trabajar? Bastaria con fantasear y moditicar nuestras representaciones, Pero a la vez que cconciencia de la propia finitud, el concepio de fin © proyecto pragmitico significa ast mismo cconciencia de la accién originaria, de voluntad, autoposieién de su propio ser como fin en torno al ‘cual los demés objetos son puestos como medio, reales si pero ontolégicamente inferiores, 0 arios; que se dejen o no esa es otra cuestion, pero que se dejen en alguna medida es ‘ranscendentalmente necesario, pues en caso contrario la subjetividad no seria «Yo me pongo libre en la medida en que explico una accién sensible, o sea, un ser desde mi cconcepto, el cual se llama entonces “fin"», afirma Fichte™, También en Kant la libertad configura un reino de fines que ha de realizar en la naturaleza. Cémo esto sea posible, cémo el mecanismo natural se deja utilizar como medio para fines, es lo que se aborda en la Critica del Juicio, Eso n0 serfa posible si la naturaleza misma no se encontrara ya, en algunas de sus manifestaciones, como, si estuviera organizada segtin fines propios, por ejemplo en lo bello natural o en los organismos. vivos, de manera que la sintesis reflexiva entre mecanismo y finalidzd que se da en nuestras acciones cotidianas se apoyaris en una sintesis prerreflexiva previa, Que sea asf constitutivamente no Io podemos afirmar, dice Kant, s6lo «como si» (als ob), en cuanto principio regulativo de hnuestro Juicio y de nuestras investigaciones. Mas all fueron los roménticos y Schelling, «pues 449 Aqui podemnos hacer uns aelsracién sobre un tema debi, y oseurecide pore) propio Kaa, Todo juisioanaiticn ‘xpress una snes de fondo, bie primaria bien adguiridahistrica o cultralment mediante experiences coneretas ‘Que un jicio sea analtico 0 sinuico depende de smo se present, Si lo ex como wn condcintento que Se Benet lentonces cs sino. Povo después pedemos hacerlo conto ut eonacimieno ya configurado que seexplayay seandica ‘xesploen los juiios de existencia, que so sempre sntcos, pus esta no petenece orden de Tox concepts, como ‘Kant ya anal en su escrito anerormenteeitado Sobre orice fundamento de praca posible para ts existeneia de Dios. «Toda propesicin existencal es simtea, por tamo tabi I proposidn "Dios exist” (Kant, Fortchre dhe Metophysh, Ak ~Ausg,( XX, 331), sPor eoisiguiont,esribe Fite, sein el eontenido no existe ning justo ‘meramente anaes y mediante ellos no sélo mo se pode ir muy lj, como dice Kant, esque nose mews mo del sition Grundiage der WL, FW Ip. 114 GA. 12, p. 274; veie el contexto anterior nesta conelusidn, mds FW tL p. 124 =GA1 12, p. 288), Pretender una dscusiin meramente [dgica de esta cuestin. como hace por ejemplo Quine ‘ensu afoul «Dos dogina del erpiismes (capitulo I de su bro Desde wn punto de vst Logica, tradicdo en Ari), fervo qu es era el quid de la euestion, que se halle en cl punt de vista transcendental 30 KAVA Oss, B 95s, SL KA B 134 nots 52 Fiche, Das System der Sinealeirs, Kinley 7 (FWY, p.9= GAAS, p27) 24 Jacinto Rivera de Rosales nosotros, decta éste dltimo, queremos no que la naturaleza coincida accidentalmente (como por medio de un tercero) con las leyes de nuestro espfritu, sino que ella misma, necesaria y originariamente, no slo exprese, sino que incluso reatice las leyes de nuestro espiritu, y que sea y se lame natura leza en la medida en que lo haga, La naturaleza debe ser el espirit visible, el espiritu, la naturaleza invisible»®, Hay que tratar a la naturaleza también como a un yo*, como el gran poema de un yo dormido*. Por tanto, un elemento en Ia construceién de una subjetividad plena resulta ser también la cconsideracién de la naturaleza no como una realidad que, si bien no protagonizo, es sin embargo algo meramente dominable o simple medio para mis fines pragmidtico-técnicos, sino algo vivo y bello que se muestra asi cuando, en una contemplacién desinteresada’, la dejamos ser en su propia realidad individual, partiendo y organizandose desde si. Esa es la conciencia estética y la conciencia que hoy llamarfamos ecolégica, En el espejo de la individualidad de lo otro, asf como en e) juego imaginativo que nos proporciona la individvalidad de cada obra de arte, logramos comprender la nuestra propia, Ia sintesis concreta de libertad y naturaleza que somos, nuestro ser-en-el-mundo, «S6lo aquél que ha probado la libertad, puede sentir el deseo de hacer que todo sea como ella, de extenderla por todo el universo», escribfa Schelling en 1809". También Fichte habia afirmado algo parecido al inicio de su carrera, en sus apasionadas Lecciones sobre el destino det erudito: «Sé6l0 €s libre aquel que quiere hacer libre a todo To que le rodea y mediante un cierto influjo, cuya causa no siempre ha sido percibida, hace realmente libre Bajo su mirada respiramos més libremente»™. Pero esto lo decfa en un contexto eminentemente social o intersubjetivo (que después trataré) contra cualquier tipo de dominecién entre los hombres, pues «todo aquel que se considera a si mismo como sefior de otros, es é1 mismo un esclavor y n0 hha Hlegado a la altura de Ia humanidad™, Pero Fichte no ve en la naturaleza mas que al No-Yo. Incluso los organismos vivos son miquinas, aunque no puramente fisicas, dependientes s6lo de la masa de la materia, sino también de sti constitucién, o sea, maquinas quimicas; pero como desco. nocemos atin esos procesos quimicos les atribufmos erréneamente conciencia y libertad". 153. Schelling, deen, elnroecisns (SW |= Schellings Werke, Beck, Munchen, 1965] pp. 7066: exist traduecién en F.W.l. Schelling, Experienca e historia Eseries de jventud, ed. José L., Vllacais, Tecnos, Madrid, 1990, p. 198), S4. Schelling, Erster Entwurf eines Systems der Naturphilosophie, SW. lp. V2 nota '85. Schelling Sistema det idealism trascendevual, Annopos, Barcelons 1988, pp. 159 y 423-826. Ene ls michas cits ve se pueden hacer de Novalis valga como ejemplo el importante frapmento 820 de Das Algemene Broun (HIKA 1AM, pp. 429-430, 56 Kani, en lon $5 2-5 de su Critew det Jc, explica cémo lo bello es logue place desineresadamieme,pucs lo esttico hatural es un émbito al que se accede cuando el sujeto cambia su actiud eotidiana, dominadora y manipuadera de Dbjetosy se pone a contempatos 57 Schelling. Ueher das Wesen der menschlichen Freihels, SW tI. p. 243. Exist waduceién en Investigaciones fl Fcas sobre fa esencia de fa liertad human, Authropos. Barcelona, 1989. Y Novalis expwesa est misma idea es: «Lo {que se quiere se eneucntra en todas putes. y en todas partes seve semejanzas, Cuanto mayor es el amor. més aunplio y ‘variado es ese mundo semejante, Mi amada es Ja abreviator del universo. el universe la elongacién de mi emda» (Glauber wd Liebe 9° HEA tI p. 485) 58 FWVL p.309=GAL LJ, p. 38. Trdusco Geleluter por eeruditon: otros hacen par sdocto» o esabion, Un términa de signiicocion similar pero demasiado modemo para radu a Fiche, seri el de sinlectual, Gelelvter quiere designar a aqué que se dedica al estudio frente alos que se dedican a ora abores. El (FW Ip. 39= GA 13, p. 47). ease wmbign a segundacde sus Lecvones sobre el desting del erudito (FW t V1, pp. Iss. = GALA. pp. 3388) y la WL nova methodo (F. Mees. pp. 17%) (68 oPero yodinta que eve estar a verdad por encima dela subjetividad dese Uebersuhjelivitat der Wahrheit) se romper © ir mas alé del indviduo mismo en cuanto siendo-er-a-verda (dieses Hinansbrechen der Wahrheit fiber den Ei telnen selbst als In-der-Wahyheit-sein).» (Heidegger, Davoser Disputstiony, en Gesamtauspade, Klosterman From, 1991 3, p, 281-782). El Dasein ee suesso fundamental (Grandgeschehen) que debe ser corprendo Tiverado por la lost, piensa ahora Heidegger. un suceso que transciende al hombre ya fa concienca, que es algo cero, pues hombre nose ha dado a si misio la beta, sin exe encuenitaurrjado a ella 0, pp 2845 y 289 290). Ciertamente el sujet nose puede da a berad como se da cosas, es deci, cominvid y consiuido, sno 1 acciones necsarak corn sun accion arbitra ‘its, expliea Feit. También para Kan a iberta es la piedea angular de todas esas asciones, de ls erica y de las rcicas (pV [=Criios de fa razén prdcica) A 4; Ak Aus, Vp. 3-4), Tampoco Is concieniasubjtiva ecional 5 cerantn, sino Ia Lchiung 0 caro del bosque donde se manifests lao rida incluso la ibe y origina Sujeto realidad. Det Yo anattice subwante al Yo sittin transcendental 2 on lo no subjetivo © No-Yo, segin Fichte lo denomina”, Lo que se da en la realidad no es ni el Yo Puro ni et No-Yo aislados, sino Ia sintesis de ambos, siempre dindmica y conflictiva, y ese es el hombre real. Este tiene al Yo puro como ideal inalcanzable, mientras que el filésofo, gracias a su reflexién abstractiva y transcendental, logra captarlo como forma y principio de toda accién subjetiva. Pero no hay que olvidar que es una abstraccidn justificada para analizar lo real, que es Ia sintesis”. Asi, por ejemplo, la autoconciencia originaria que el sujeto tiene de si nunca puede darse sin una cconciencia del mundo, Esa intuicin intelectual no significa, como en Kant, la creacién de la cosa , sino la inmediata relacién que el sujeto tiene consigo mismo y gracias « la cual se atribuye sus acciones y pensamientos; en caso contrario no sabria de sf y seria mera cosa, o no seria nada en absoluto. En esa accidn, el sujeto no simplemente se constata, como si fueta previamente algo substante, cosa 0 res segtin lo piensa Descartes, sino que también se constituye. Ella designa no slo la Apercepeién transcendental tedrica, sino sobre todo la conciencia (moral) de la propia libertad, de la propia originariedad o espontenidad real de su ser como accién”., Pues bien, «la in- tuicién intelectual esta siempre ligada « una [intuicién} sensible. No puedo encontrarme actuando sin encontrar un objeto, sobre el que acto, en una intuicién empirica»”. Es decir, todo actuar es un ‘actuar conereta, finito, y esa concrecién se hia de objetivar. Fichte habia comenzado a utilizar el término de intuicién intelectual con ese nuevo significado en su Resefia de “Enesidemo™, pero después to substituy6 por el de «intuicién intema>. Sche- lling, por su parte, lo siguié usando, dndole a su vez un matiz bien diferente, a saber, el de una autoconciencia donde desapareceria todo objeto". Ante eso Fichte se vio obligado a precisar su pensamiento en los §§ 5-6 de la Segunda Introduccién. La conciencia primaria o transcendental que el sujeto tiene de sf no es inmediata (unmittetbar) en el sentido de que sea aislada y ranscendente a todo Jo dems, substantivamente cerrada en si y que pudiera darse sin mundo, como suelen ‘entender los critivos de la primaiedad det sujeto; todo lo contrario, significa para éste la posibilidad de conocer su finitud y abrirse al mundo mediante su accién protagonizada. Con «inmediata» se {quiere decir que el mundo no es su fundamento, pues se trata de una espontaneidad, de una accién criginaria; pero el mundo es su escenario y su conditia sine qua non, «En consecuencia, el filésoto cenicuentra esta intuicién intelectual en cuanto factum de la conciencia (para éi es un hecho, para el Yo originario accién) no inmediatamente, como un hecho aislado de su conciencia, sino al distin- 69. No-Y¥o- asi denonino a todo lo que es pensado como enconicindose fuera del Yo, edo lo gue se diferencia det ‘Yory se upone a cl» (Fiehte. Sobre ta determunaciin del erudie I; Wt. 295 = GA 1 13. pp 28). 10 ease. por ejemplo, Grandlage der WL (FW tI. pp. 109-110 = GA. L2,p. 271) mas la peimersde las Lecciones sobre fl destino del erudito (FW 1. V1, pp. 2934s = GA 13, pp. 2788) y la Segunda Jmroducciin § 11 (FW tk. pp. 515-316, = GALI. pp. 265-266), 11 cht, Segunda dnuraduccin §S y 6 (FW 1. pp. 66 y 47258 =GA 1. LA, pp. 219,y 2255s). 72 lchte. Sepunda Introduccin § 5 (EW, . 64 = GA Lp 217 13 FW, pp 10,16 y 22. Existe waduecicn en Hiperon, Mudd, 1982. 18 Grandiage der WA. Prélogo (FW. p.88 = GA'. 2, p. 253; existe u cara de Fichte a Reinhold de! 27-95 (Gat. 2, p. 344) 75 Schelling, Vom fc § 8 (SW tI, pp. (04-106), Pilosophische Brife 8 (SW pp. 2418 existe waduecién en FLW. Schelling, Carta sobre criticismo y dogmatism, Gules, Valencia, 1984, pp. 12138). Fiche habinesriocivtaenté en Ja Grundiage der WL: «Bs enteramentenecesario pensar agui eon total purera el concepto de actividad La Accion (Thathanatung) del Yo por la que pone su propio ser nose drige 2 un objeto, sina que retort sobre si misma Slo después, cuando el Yo se representa a s mismo, se conviereen objeto» (FW tI, p. 134 = GA t 12, p. 283), Povo ese después» oes temporal sino transcendental, y vantrir» esa abjetivacin del Yo, como condicin de posiildad de 4a misma, se encuentra el No-Yo en el segundo de los principio, luccidn en Aguilar, Buenos Aires, 1975) y Ia 2B acino Rivera de Rosales ui Io que en la conciencia comin aparece unido y al descomponer el todo en sus partes integran- tes”, Ahora bien, Fichte afirma que del Yo no s6lo procede ta forma, sino también Ia materia del objeto, de modo que la subjetividad no parece abritse a otra realidad, sino relacionarse sin més consigo misma, El ataca a los dogmaticos, incluso a los kantianos que piensan que todas las formas transcendentales objetivas las relacionamos o predicamos de una materialidad independiente: «No- sotros sabemos bien que la cosa surge por un actuar segtin esas leyes [transcendentales], que la cosa no es més que todas esas relaciones unidas por la imaginacisn, y todas esas relaciones conjuntamente son la cosa; el objeto es por cierto la sintesis originaria de todos aquellos conceptos. Forma y materia no son partes aisladas; la totalidad de la forma es la materia y s6lo en el andlisis alcanzamos las formas separadas»”. La substancia fenoménica no es sino Ia totalidad de lus relaciones, de los accidentes, cuyo subsuelo, asi como de toda representaci6n, ¢s la imaginacién productiva y creadora”. «Lo determinable no es anterior a 1a imaginacién, sino algo meramente producido por ella [... Y cen esa medida, la imaginacién es absoluta productio en relacién con Ia materia, Hay noiimenos, no son otra cosa que nuestro pensar puro objetivamente contemplado, Hay materia, ésta no es otra cosa, {que nuestra imaginacién objetivamente contemplada. |... Toda la naturaleza ¢s producto de la imaginacién», «El Yo, asi como el No-Yo, son ambos productos de las acciones originarias del Yo, y la conciencia misma es también un producto de la accién primera y originaria del Yo, del ponerse el Yo a sf mismon™. Siguiendo esto, Hélderlin, Schelling y Hegel, y con ellos gran parte de la tradicién, han interpretado a Fichte preferentemente como un spinozismo invertido: donde estaba el Deus, sive Natura, sive Substantia se ha puesto el Yo y su modo dialéctico de generarse, En esta generacién suya también se produciria el No-Yo, de modo que el sujeto, les de relacionarse con otra realidad, s6lo lo haria consigo mismo; lo que pasaria es que al principio no se da cuenta de ello y se aliena invitablemente, hasta que es recuperado por la reflexisin filoséfica, Esto adem con el agravante de que el Yo fichtexno seria el individual, el de cada uno de los humanos* 46 Fichte, Segunda Itrrtccin §S (FW: Lp 465 = GA 1.1 pp. 218-219). Vase también Das Sistem der Sittenlehic (EWI. pp. 47-48 = GALLS, p. 0), 77 Fiehte. Primera fnroduecién (FW, |p. A43 = GA 1 1A, pp. 202). Véase también Grama, (FW 1, p. 38K = GA 13. pp. 190), 78 Fiche. Grandlage der WL (PW t 1p. 20488 = Ga t, 12, pp. 3495s), donde, ente otras cons, emost «tare ert de tmifcar los opuestos, el Yo y 1 No¥o. Por medio de ts imaginacién, que unifiea lo contradcirio, pueden ser enterament unificados, EI No-Yo es, él mismo, un producto del Yo que se determina ws mismo y no hey puesto nada absolute y fuera del Yoo (FW 11, p.218 # GA L2.p. 261) 79. Fiehte, WL noua methodo (Meiner. pp. 214-216), «Es conocido yoe usted [Jacobi] es un realist, yo soy un idealista transcendental, ms de Io «ae fue Kart. pues en et hay an una multplieidad de la experiencia que es dad, Dios sabe ‘eamo y de dnd. pero yo afi tjamermente que incluso es mutiplicidad es producida por nosotros mediante una Facultad ereadora» (carta de Fiche a Jacobi del ¥8-1795; Ga 12. p. 391), Véase también Grandia des Nate recs, FW tlk, pp, $758 = GA 13. p- 362 80. Fiehte, Gramdlage der WI. (FW 1,1 p 107 = GAL 12, p. 269 81 Vease, pr ejemplo, Schilling, Zar Geschichte der neneren Philosophte (SW W. pp. 160-162) ola reaccién kann contra Fite (cara aTeftunk det 5-4-1798, Ak- Aus XM, p. 2413 y «Esklcung in Bezichong auf Fehies WL». At ‘Ausg.t XI, pp. 370), Esta primera recepcgn histrica de fa ilosofiafichteara ve encuentra recogia en el bro de José Luis Vilacaias. La guiebra deta razén iusirada: Lalisio y omanticieme (Cincel. Madrid. 1988, pp. 105-123) [Esa es también lniterrctacion que sustenta ibeo de F- Martinez Marzoa, De Kant a Holderln (Visor, Madrid, 192, pane sogunda) José M? Quintana Cabanas, en el sEsiudio preliminar» a su traduccion de las Pnirducciomes la Doctrine la ctencia lega incase igslar Fiche con Berkeley (pp. XIV-XVIT}, con a deswentaja de que, mientras se tenia a Dios como garante, Fichte cieria en la locura y el deri de querer erear el mundo fanasedndol, Sweto v reatidad. Del Yo analico subsante at Yo sitio transcendental 29 Ante esa interpretaciGn hay que recordar, primero, que Ja imaginacién transcendental no es igual a a imaginacién empirica, sino que configura segiin unos esquemas intersubjetivos, universa- lizables y objetivables, conceptuables, del mismo modo que ocurre en Kant. Sélo que en éste, al ‘menos en la segunda edicién de su Critica de la razén pura, «las categorias se generan como for- ‘mas del pensamiento (y desde su punto de vista fel de la reflexién, distinto del de la génesis) tiene ‘en ello toda la razén), necesitan los esquemas trazados por la imaginacién a fin de hacer posible su. aplicacion a Jos objetos. (|. En la Doctrina de la Ciencia las categorias surgen con los objetos, para hacerlos posible, sobre el suelo de la imaginacién misma», También hay que repetir algo que ya hemos visto: el individuo, el yo humano, sélo llega a serio dentro de una comunidad. El Yo puro serfa lo que realiza su unidad y armonfa*. «Mi Yo absoluto manifiestamente no ¢s ¢l individuo [...- Pero el individuo ha de ser deducido a partir del Yo absoluto. Después la Doctrina de la Ciencia pasaré enseguida al derecho natural»"'. El Yo puro u originario no es el individuo (aunque tampoco serfa sin él), ¢ incluso hay expresiones en Fichte donde la realizaci6n plena de aquél conllevaria la destruceién de éste, pues el individuo es un mero intrumento para la realizacién de la ley moral; si bien se trataria de la individualidad empirica, no de la otra que (para Fichte, yo no aleanzo a ‘comprendetlo) es immortal". ‘Stes cierto que el Yo puro seria la divinidad, to divino en el hombre. «El Yo que se pone a sf mismo absolutamente» como primer principio, el que «es porque es, no esta dado en Ia conciencia cefectiva 0 empirica, pues ese depende siempre en cierto grado del No-Yo, sino que es «una idea del ‘Yo, que ha de ser puesta como fundamento de su exigencia prictica infinitas"”, Pero no se trata de tuna idea muerta, sino que esa realidad divina es en el hombre una fuerza viva que construye el ‘orden moral del mundo", No ¢s un mero ordo ordinatus, sino un ordo ordinans®, ‘Tampoco es un Dios personal (#teismo). Como ya hemos visto, et individuo personal sélo es posible si el Yo se adscribe un cuerpo (vivo, articulado) dentro de un mundo material y si se halla ‘en relacién moral y legal con otras seres racionales finitos iguales a é1”, También se dijo que la \inica conciencia que el Yo puro tiene de sf intuicién intelectual se da en la conciencia human: decir, en sintesis con la coneiencia de finitud o mundo. Pero eso no significa hacer del hombre un imagindndolo. Uns buena y breve exposcion en conrad esta interpretacén es Ia que hace A, Philomena cm ta Historia de ia osfia (Siglo XXI, Mord), y mis entensameme en [eure de Fchte (Vein, Paris, 1983). Fiche, por su pane, piensa que su Docirina de la ciencia bien enemdida coneuerda eneramente con el sano entendimienta Inumano (Grundlage der WL, FW tI, p. 283 = GA 12, 414), 82 Fite, Grund, FW Cf 9.387 = GA, 13, p19. 83. Fite, Sobre el destins de! erin, FWA, VI. pp. 10 y 314 = GA, ‘84. Cortade Fichte a Jacobi del 308-1795 (GA « IL2.p. 382), 45 «En Ja Docirina de la Ciencia [1a aan slo ico ens, Is indvidusidad es slo octal: ka nan is In personalidad, medio: ta ttima, solo wna manera prtiulir de expretar I razén, mancta qu hade ir penierdoxe en Ja orm universal. So a eazén es tema: po la indvidalid ha de perecerincesantemenie» (Fiche, Segunda In roduecidn § 9; FW 1. p. 805 = GAL LA, pp. 257-258). Vea también Fiche, System dor Stendehre FW t. TV. rp. 231, 236, 28855, 269.270 = GA 4.15, pp. 210. 214, 23088, 241-2), 186. Véase, por ejemplo, Resa de “Enesidemo” (FW. p23 = GA. 12, pp. 65-66), Ueber die Wade des Menschen (PW EL. p A16=GA1 12, p. $9), Leccioner sobre el destin del eruito (FWA, Vl, p. 322 = GA 1.13, 9.50) El destinn del hombre (EW UML p. 268 = GA | 16, p. 267), ee. 87 Fite, Grundlage der WL (EW 1. p. 277 = GA C12, p. 400), BS Fate: Ueber den Grand umseres Glauben (FW. V, pp. 185-186 = GALLS, p. 388, 89 Carta de Fchte a Reinhold dl 81-1800 (GA t ILA, p, 180), us einom Privatshrelben (FW t,V. pp. 381-382 = GA 16, p. 373-374). Véaso tambien Virgina Lipes Domingue, Fiche. Ediciones de! Orta, Madi, 1993, pp. $354, (Carta de Pete & Reinhold det 8-1-1800 (GA t IIL. p. 180), donde File misono remite a su Grange des Nat ‘echt, veanse sob to0 Ws 58 35. 13. pp ao y 43 0 30 Jacinto Rivera de Rosales dios; serfa un delirio, No toda unign es de mera identidad analtica, Andlogamente a como e5 (0 eberia ser, pues se trata también de una tares moral de la subjetividad) una unidad verdaderamente emocritica frente a otra dictatorial, en la identificacién o unidad sintética los clementos manticnen ‘su diferencia, pues en caso contrario no habria conciencia de ellos como tales, la sintesis desapare- ceria y con ella la conciencia misma, dado que ésta es capacidad de distinguir. Esa diferencia {tampoco hay que comprenderla como entre dos substancias separadas, al menos el conflicto que ‘genera esa diferencia no debe Hevar a un rompimiento total de la unién sintética, pues en ese caso esapareceria también la subjetividad, sino a una accidn que los mantenga unidos. Sin embargo esta accién nunca podré borrar la diferencia, nunca logrard con plenitud su ideal, «el cual es enteramente inaleanzable y ha de permanecer por siempre inaleanzable si el hombre no debe cesar de ser hombre y no debe convertirse en Dios» En esa resistencia a la realizacin de la razén en el mundo, el No-Yo muestra su realidad ‘riginaria, sea, que es un principio incondicionado, que no surge del Yo puro; en caso contrario no habria verdadera tarea moral. Por esa realidad del No-Yo, que constituye la subjetividad real w hombre, la proposiciGn: «Bl hombre (en cuanto es también Yo puro) es porque es», se transforma cen: ”, ‘Ahora bien, y éste es un punto bésico, esa realidad de] No- Yo o mundo, como tampoco ta del Yo, se llega a comprender propiamente en el Ambito de lo tedrico, en contra de lo pensaba Reinhold con su «principio de conciencian, sino en la accién préetica: «En Ia parte tedrica de la Doetrina de le ciencia s6lo nos tenemos que ocupar del conocer, aqui en la préctical de lo conocido, ANC nos preguntabamos cémo algo es puesto, intuido, pensado, etc., aqui, qué es puesto, Por tanto, si la Doctrina de la ciencia debiera tener o se le exigiera una metalisica en cuanto pretendida ciencia de las cosas en sf, ella tendria que remitir 2 su parte préctica, Sélo ella habla de una realidad originaria»”. También aqui el escepticismo, y en concreto el de G. E. Schulze con su. libro 91. Fite Leciomes soiree! dating del erudite (FW. Vi, pp 299-300 =GA 13, p32); véae también oe, EW VI 1p. 310, 316 y 383 =A LL. pp. 40, 439 66. 92 Fiche, Leveienes sobre el destino del erudio 1 (FW t, VI pp. 296 GA 1.13, p. 29. xSw una suprema a do Spi ozs la vlvsmos aenconea de nuevo en a Docrina del ees, pero 0 como algo que, sno come algo que dehe ‘eto no puede ser produc por nosouos» (Fiche, Grundiage der WL, FW CI, p. 101 = GA 12, 268) 93 L, Paresion, Fie. Hl sioma dela lier, Mursia, Milno, 1976, p. 171 44 Fiche, Grundig der WL(FW 1.1. p. 189 = GA 1.2. 33K) Ex cm esa parte prctica dela WL donde se claboran las ‘categories kantians de movdaidod es dest la distincion ene el objeto real (wrth) ye ideal o deseado (FW tI pp. 26768 = GA 12, pp. 40259, ‘Suietoy realidad. Det Yo aralicosubsante at Yo sinéica transcendental 31 Enesidemo (1792), eumplié su funcién: la de espolear el pensamiento sefalando problemas. «;Ha leido Usted el Enesidemus?, le escribe Fichte a H. Stephani a mediados de diciembre de 1793. Durante un tiempo me ha dejado confuso, me ha derribado a Reinhold, me ha hecho dudar de Kant, y ha destruido todo mi sistema desde sus cimientos, ;Y no se puede vivir a la intemperie Nada me ayudaba; se tenia que empezar a construir de nuevo. Eso es lo que, desde hace unas 6 semanas, hago puntualmente. Alégrese conmigo de la cosecha: he encontrado un nuevo fundamento a partir del cual toda Ia filosofia se desarrolla ficilmente. Kant posee, en general, a filosofia correcta; pero s6lo en sus resultados, no segtin sus principios. Ese pensador es tnico y cada vez me maravilla més; ‘yo cteo que tiene un genio que Ie revela la verdad sin mostrarle sus fundamentos»”. Ese funda- ‘mento es el principio de ta acci6n (Tathandlung), que aparece a ta luz piiblica por primera ver, en Ia Resefta de Enesidemo. Ese primer principio, no ya sélo del saber, sino también de la accién real y del sentir, es decir, de toda la subjetividad, es su Ser originario y autoconsciente, el que llega a la conciencia biisicamente como voluntad y conciencia moral de libertad. Sélo desde lo te6rico no se alcanzaria una libertad real, sino «una meramente representada»*, También para Kant, la libertad que logramos afirmar gracias al imperativo categérico «constituye la piedra angular de todo el edificio de un sistema de la razén pura, incluso de Ia especulativas". De su querer, del proyecto de su libertad, es desde onde nace el interés del sujeto no sélo de actuar, sino también de saber y sentir, «porque todo interés, deca ya Kant, es en dltimo término practico, ¢ incluso e de la razén especulativa s6lo es condicionado y tnicamente en el uso practice esta completo» ‘Veamos entonces qué resulta del spinazismo invertide aplicado a la filosofia de Fichte. Segin 41, tampoco Spinoza se eleva a eso primer principio suyo. S6lo llega hasta el segundo y el tercero. ‘«La parte te6riea de nuestra Doctrina de la Ciencia, que también se desarrolla s6lo a partir de estos dos tiltimos principios, dado que aqui el primero tiene una validez meramente regulativa, es en realidad, como se mostrar en su momento, el spinozismo sistematico; s6lo que el Yo de cada cual es la nica substancia suprema»*, Este spinozismo esta situado, por tanto, en una esfera secundaria, fenomSnica dirfa Kant, donde no se dice la Gltima palabra sobre la realidad. Como es bien sabido, el joven Schelling comenz6 por ahi, y no lleg6 a leer la parte préctica de la Grundlage der WL hasta 9S GAY UI, 2p. 28, Vease tambien a car a. F Plat de mov dic, 1793 (GA & ML2, p18) a FV, Reinhard del 15-1- 1796 (GA «112 pp. 39-40), Ch. G, Voit del 15-1-1794 (GAL HL2, pp. 42-83 96. Fiche, Grandiage der WL (FW, Lp. 189= GA 12, p. 338), 97 Kant, KpV A 4 (AR Aust Vs pp 34) 98 KpV A 219 (Ak Awe. LV. p 121). y puesto que too evkivo de nuesrs fcutades ta de buscar Io pécticn tiers abi como fsendo] su fn.» (Kant Critic de. fico § 3: AK Ausp Ws. 206). Véave también KV A 80, 1B 868; A'852-2,B 880.1 y Grandlegung (Ak Ausg. IV, p- 460 neta) «A a emender, scribe Fie a Reinhold el 28 4.1795, ln desavenienca consist on esto si Usted hs extabesido el Furdamenvo de a filasoflaemera, iene que derivar senna y Ia fault de deseo como un modo dela faultad de conceimiento. Kant no quiere e1 abscluto ‘ubordina esas es faculades en el hombre bajo wn principio superior, sina que quedanrerementecoorcnadas. Estoy totalmente de acuerdo con Usd en que ells den estar subordinadas a un principio superog, peso em desocuendo sobre que ese principio pica se ede a facia teria |.) Yo ls subordino al principio de Is subjetvidad en fener. Ese camino fo Cetra Usted eferamente mediante sy Filosofia de ls Elements al tener ya un principio fupremo que yo consider subordinado: Kant lo deja abien, oes el slo se ha pronuociado conta In subordinacén bajo el principio learico | 1.Yo noe tendo que hacer ora cos ms que unr ol deseubrimiento de Kant. que seialba imanifiesimente hacia In wbjetividad, y el sayo [.- el de] que toa investigacion ha ée pair de un principio Fundamental» (GA IIL2, pp. 3145), Véase ol sugerente pase dela Kp’ A 18-19 (AL Ausg. Vp. 10), donde Kant habla del méto sinc como de segundo momento, i arquteténco y filoséico que el analiticosel que hay gue ‘mprender wna ver que x han analizado los elementos y se ten Is ie de J toad 99 Fichi, Grundlage dr WL (FW U1, p. 22> GA 112, p. 282), 32 favinto Rivera de Rosales ‘mediados de 1796, segiin declara él mismo en su correspondencia a Niethammer de aquel ao". Después, Schelling colocé a la filosofia fichteana en la parte préctica de su Sistema de! ideatismo trascendental (1800) como la meramente ideal y subjetiva, distinta de su filosofia de la naturaleza y complementaria con ella; ésta representaria la paste real y seria un dogmatismo o spinozismo Superior, unigndose ambas en su filosofia del arte” o, posteriormente, en su filosofia de la identi dad. ‘Tampoco para Kant este dmbito fenoménico nos oftece la realidad cn sf, de modo que tanto la conciencia cotidiana como la cientifica en todas sus investigaciones sélo conocen fendmenos!™. La cosa en si dnicamemte aparece como fundamento de la pasividad, receptividad o afeccién ante la realidad y existencia de! mundo, ante Ja otra realidad que no se protagoniza. Fichte piensa tambi {que la limitacign es originaria", y comprendida primariamente por el sentir (das Gefiihl), Pero este sentir no es propiamente una determinacién del yo te6rico 0 yo en cuanto inteligencia, sino una ‘condicién de posibilidad del mismo": es una determinacién del impulso del Yo préctico y actuan- te, del que se esfuerza pero se encuentra limitado". De ese modo lo tedrico se integra en éste, Enel § 10 de la Grundlage der WL Fichte nos explica cémo ese sentimiento de limitacién real es comprendido mediante la contraposicidn de otro sentimiento, el del anhelo (Sehnen), donde el Yo rellexiona sobre su estado, se siente menesteroso, comprende que debe haber otra realidad © mundo exterior y sale fuera de si. Estos dos sentimientos son contrapuestos pues mientras que en el primero, el de coaccién, el Yo se siente pasivo, en el anhelo, donde él reflexiona sobre su libre y absoluta tendencia, se siente (idealmente) activo. El anhelo es cl vehfculo de todas las leyes practicas, de! ideal; su objeto no tiene realidad e impulsa por tanto a la accién transformadora de la otra realidad, mientras que el objeto del otro sentimiento puesto, el de limitacién, se comprende ‘como algo real, pues el Yo no puede ser el fundamento de esa limitacién primaria y originaria (en ‘caso contrario no serfa una limitaciGn real). Nace asi un impulso a la determinacién ideal, no sélo del ideal practico, sino también de la realidad sentida como limitante a fin de objetivarla, en cuanto {que es tn conocimiento necesario para la misma accién transformadora. Esta es la actividad te6rica, de donde surge Ia conciencia empirica: la imaginacidn, el entendimiento, el juicio y la razén ‘eérica, En el mero representar objetivante, idealizante, no aleanzamos una verdadera conciencia de lo real; pero no somes s6lo eso, puros espectadores, sino que la accin tedrica surge en el dmbito préctico de un querer, de una accién real protagonizada, subjetiva, que sabe de si misma y que comprende originariamente qué es realidad!™. 100 Sos cartay del 22-1 y del 25-5 de 1796 en FW. Schelling, Briefe und Dotumente ed. H. Fubrans, Bouvier, Bonn. 1962.1 pp. 59-62 y 6668, Véuse sobre este usu el idro de R Lauth. Die Entvehuatg von Scheltings Idemias- plilosophie m der Auseinanderserang rit Fichtes WL, Alber. Munchen, 1975, esp. 101 Véase, por ejemplo, la cara de Sefelling a Fichte del 19-11-1800 (GA 1 IL. 4. pp. 262). 102 Ei el mundo sensible, hasta en Ia mas profunda investigaién de sus objetos, 0 nos acuparnes sino de fendmenns> (keV AAS, B 62-3), pues seg la Critica todo lo que hay en un fensmeno esa su vez, ello mismo, Fenémeno Gendeckung, Ak-Ausg. 1. Nl p.210) 103. (Fiche, Grunlage des Naturrects: FW tM, pp. 88 = GA 1, p- 382). Después de haber juzado un tempo con los objetosy sus formas en sus primers piu, nos dice Marine, «aca encontrando en la propia aptrienia del mado ral la misma absiracién que en ls cuadros: porque a pes de 1s combiniciones complicades de detalles y matices de un paisje real yo po vetlo como sino fuese més que wna Contin eolocad ante mis as. Me sen muy poco sexuro de la profiad de los campos. nuy poco convencdo de [a lejos det igeo az del horizon. puesto que Ia experiencia medial siuaba simplemente a I lara de mis js. Me encontaa ew el mismo estado de inocencia del nia que eee poder coger desse su cunn el pjaro gue vucla por el cielo, Al parecer, Paul Valéry ha sentido exe mismo estado antec] mar que -iie- waza ame Tox ojos del espectador. Al descompcner os colores dels objeos. los pimtresimpresinisas franceses, Seuat enre oes, vigron telrmando exactamente de esa forma. Necestaba ahora anima in mind ve, incluso en movimiento, cree de profundiad y able pow oda comsiseneia imaging entonces que lox propios objets dean ever eloeventem tesa exisenca.y busyus cules erin los medkos paruello. La novedad de aquell peeccupacién me bac olvidar que ris experencias precedentes, que haan desemboeido en li representaién.cbsacta de) mundo, se hacia iles desde el momento en que esa misma abstraein caraterizaa también al mundo real» (René Magrine La ligne de la vie ect tomda de Harty Torerynes, Magri, Eiorial Blume, Barcelona, 1978, pp. 214-5) 109-1 Yo.e"no pone algo ens “pone e30 mismo en el No-Yo" cs exaetamente lo mismo. Por consiguente, el Yo noes Fundamento de a realidad del No-Yo de otra manera a come que les de In determinaci ens mismo, desu pacer cs meramente fundament ideal» (Fiche, Grundlage der WL, FW tp. V7A= GA (12, p. 325) a4 Jacinto Rivera de Rosales ‘que en realidad se objetiva no es la materia en general, sino un mundo concretado y articulado ‘grocias « una sintesis interpretativa de Ia imaginacidn transcendental (Heidegger habla de la Ads- Struktur des Verstehen). El No-Yo en cuanto absolutamente independiente, al igual que la cosa en si Kantiana, queda fuera, en el subsuelo de esa conciencia empirica; como le sucedia también a la materia prima (no sensible) de Aristoteles. Sein este empleo de los términos podemos muy bien ‘comprentler el sentido de la frase: el No-Yo «s6lo es sentido, pero no conocido». Aqui conocer se toma en su significado kantiano estricto, reducido a su dmbito te6rico 0 fenoménico. Pero el sentir también es un modo de conciencia, aunque oscura (blind), y en consecuencia también se puede decir que el No-Yo sies «sabido» o se sabe de él. Sin embargo es cierto que, en su filosofiateérica, Fichte se fija més en La espontancidad ideal que en la receptividad de la otra realidad, de modo que su erepresentacién» (como también, por otra parte, ocurre en algunas expresiones kantianas) puede parecer mas como pantalla (real) ocultadora que como transparencia ideal. Y no s6lo en la te6rica, en su filosotia en general hay poco espacio para la receptividad (que seré mas bien un tema omintico) y un predominio casi absoluto de Ia accion transformadora: «;Actuar! jactuar! eso es para fo que estamos aquis'" La accidn teérica es ideal, luego la representacicn parte enteramente de un acto de libertad del Yo. Con ella iniento apropiarme idealmente de 1a otra realidad, estudiar su heterenomin desde onde pudiera servirme de su realidad para mi accién préctico-pragmética, segiin ya vimos. Aqui, ice Marzoa, el postulado 0 exigencia es hacer lo empirico w objeto calculable mateméticamente (ciencia), producible, dominable técnicamente, es decir, suprimir en lo posible su independencia’™ EI No-Yo es, en su ser y segtin la determinacién de su ser, independiente del Yo prictico: pero es dependiente del Yo te6rico, s6lo hay un mundo en ta medida en que lo ponemos, En el actuar se esté en el punto de vista prictico. Para el actuar el No-Yo tiene realidad independiente; se puede transformar los objetos, combinarlos, pero no producitlos»!. Al actuar se esté en el punto de vista e la sintesis, como ya comprendiera Descartes, pero aqui, a diferencia de To que él hace, se toma 2 sa sintesis como algo originario de la subjetividad (el tercer principio. EI No-Yo como primer principio es incondicionado segan su forma (No-¥o) y condicionado en su contenido (No-Yo). Forma significa aqui que (daj)) algo sucede, y contenido, qué (was) suce- ‘de! Es decir, el que exista una fuerza contraria al Yo no es deducible de él, sino wn Factumn de ta ‘conciencia, el supremo, pues en caso contrario no habria nada para distinguir'*, Ademés, la opo- 110 Flee, Grundlage dor WL, FW 1p. 280 111 Fiche, Lcciones sre ef destino del erudio, EW tN, p. 4 112. F, Maninez Marzos, De Kant a Hotierin, pp. 78 y 130431 113 Flch, WE nova methodo $6 (Meine. p. 75: la misma ides en Grundlage der WE (FW't 1. pp, 281-282 = Ga . 413). «Todo ser [eobjto} significa une limitacin de Ia actividad libve. Ahora bien esa actividad (pucde] ser ‘onsieraa o bien como la de la mera intligencia (como la del sujeto de Ta oncienca, [En exte caso] alo puesto como limitndo solo esa actividad fideal} le coresponde Gnicamente un se ideal: mera objetivdad en relacion ala ‘oncienia Esa ojtivids ex ent reeesetacidn ineliso cn la del Yo ade In it, Ide ney morale. em lus pars invencione, en lade wn circus evaded, la de nein, yor pareidlas) objeto de a mers representa © bien [segundo caso} eta actividad ibe ex considerada como eicene,teniendo causalda:entonces ao que limita le porensee una existencia real: c} mundo eal» (Hehe, Segunda Inradicelan la Docrina de la Cenc § 7 FW Ip. 495 nota = GALL p. 249), Slo en unin de ambos consideracions es posible Ia comprensin eal dl ‘undo, y ambas est unids inticsmente en el mismo Yo. 1s Yeas por ejemplo Gruadlage der WL (FW 1 pp. 104. 263,278,291 = GAL L2. pp. 266.398, 407.421), LS Fiche Grundlage der WE. (FW t 1, pp. 252-253 y 265 = GA U2. pp. 390 y 40) Pr ejemplo, la dstincion entre el {ebjeto ideal de a tenencin Sieben) ye chet veal (wri) de a acid obeiva ita del Yo: «No la acca de determina en general. pero sel lite dela eterminacion deperde del No-Yo cnc] objet real. En el objet idea Sweto y realidad. Del Yo analtic substante al Yo snico transcendental 35 sicin y la tarea moral (de transforma [a realidad del mundo) son reales y no meramente fantasea- dos; la realidad de la accién del Yo exige la realidad del mundo. En caso contrario no se daria una Timitacién real, un no-poder, sino slo un no-querer, y de ahi no resultaria ninguna accion", Si eh Youn idad infinita, de modo que lo fuera todo (Alles in Allem), no habia muliipi- cidad (manmnigfaltiges), nada que distinguir, no se diferenciara de ninguna otra cosa y seria nadia (Wvichts) pues no tendria conciencia de si y, consecuentemente, no seria nada para Yo si nose conoce, y no se conoce sino se limita conociendo y contraponicndose alo otro distinto 4e si, pues conciencia implica necesariamente no s6lo espontaneidad, sino también finitud, expe- Fiencia'®, No obstante se puede alma a priori que, si esa realidad contraria se da, su contenido es regacién o exclusién del Yo, un No-Yo; su comprensién se encuentra mediatizada por el primer principio, y asf el sistema conserva su unidad. Ademés o debe hacérsele dependiente del Yo puro, ha de ser asimilado a la forma de la riz6n. FI No-Yo es una realidad independiente, pero no totalmente o de form transcendente (ereaismo transcendente y su cosa en si), pes en ese caso no tendria nada que ver con el Yo: si éste m0 lo pusiera en si no seria nada para él (0 bien se formarian dos sistemas totalmente independientes, y no habria contraposicién, lucha, conciencia, génesis, sintesis). Cieramente, «el Yo no puede nunca limitarse a sf mismo", de mode que toda determinacién, todo objeto supone algo independiente el Yo, Pero cuando ésteintenta objetivarlo, conocerlo, necesariamente Io ha de elaborar desde la idealidad de su conciencia y no lo aleanza en cuanto independiente; el No- Yo es continusmente desplazado més all, permancce siempre como un presupuesto para explicar la conciencia, Pero tampoco se le ha de comprender como una mera idea del Yo (idealismo dogmético), sino siendo 4 la yez algo real, al igual que lo es lalimitacion del Yo. Por eso la Doctrina dela Ciencia se dectara tanto realista como idealista critico © wanscendental’. Su idealismo y toda la idealidad de Ia ‘embargo, tanto la ain de determina como el Minit dependen exeluivarente de! You Fite, Grandlage der WE, FW 1,p-269=GA 12, p. 403) «No existe ningin fundumento de por qus el Yo es Yo y la cosa no es Yo,sino gue fe oposiign sucede de manera absolu. (Ja diferencia es absolt,y soko mediante ela legan a ser posibles todos lox principios priory toda la experiencia). Lunn de ambos mediante eanfded cfproc imitacin, determina cin o como Usted quer (lamitlo,sicede asimismo absolament, Mas ll de sis proposiiones mo va ninguna ‘Boson, poro a pair de ella se hs de desarolar toda la filsofia, es dei odo el furetonamiemto del esprit Ihumano. (eats de Fichte «Reinhold dl 2-7-1795: GA t IL2, p. 34). Ver lambién Grandlage der WL (FW 1 1.p. 110 GA 1, p. 272, Porc contra, Shelling y Hepel pretend ditolver todo Fact. 116 FichieGrundlage der WL. (EW tp. 289=GA 1.12, 9.419) 117 Fete, Grunnge der WE (FW pp. 21, 2688, 270-1, 278.288 = Ga «1.2, pp. 397. 399-400. 404-5, 4078, 418) Por eso una astconclenea © conciencia en Dios seria alga inexplicable incomprensie (0. FW fp. 275 = GA 112, p.400), 118 No se piensa mse puede pensar nada claramente sin copensar a vez su cotrario. Eto no ve demuestra, pero todo ‘jel que legne penser algo clanment, lo enconii en él, Yor tanto, al ponerse cl Yo [en un actividad ‘eterminada| se ha de poner también necesariamente su 0 ponere, 0s, ora aciones del No-Yo (Fihte, WL noir ‘meta §2. Meine, p. 3). Esa es das Reflerionseesete des Ergeenseens (0p. 38). «Tod as leyesrcionales ‘tin funda Ia esencia de micro espn: pero slo gracias ala exporenca, als que seaplean, Hogan a la ‘onciencia emplrica |... El fandamento para todos los impulsos se halla en muesto ser, peo nada mis que el fundamento. Todos 1s impulsos han de ser desperados media ls experiencia pura Mevar ala conciencz; y se ‘esarotan Gon rept esperieneias de Ia misma especie |. Pero la experiencia no depende de nosotros mismos, Tuego tampoco el despertar ni el desarollo de nacatros ipalos. El No-Vo independinte matoralza, en canto Fusumenio de la experiencia, es muliplicidad..» (Fee, Leceiones sobre e destino del ero. FW. ep 31 GAA13,p. 43), wl eatcier dela itd es no poser poner nada sin ala vez conraponer» (Stelling, Vor Ich, SW ep 108 ot. 119 Fiche, Grandlage der WL (FW, 1, p. 282 = GA 12, p.A13: wéane tabin FW tf pp. 286-7 = GAL 12. p. 417 120. Fiche, Gnundlag der WE (FWLL, pp 175-178, 279281 y 283s GA 1.2, pp. 326-328. 411-612 4s) sth fuera 36 Jacinto Revera de Rosales conciencia sirven para explicar cémo el Yo elabora ese realismo, su pasividad, y se da cuenta de la independencia del No-Yo o naturaleza, para comprender de qué manera «el Yo se pone a si como determinado por el No-Yoo, segiin reza el principio supremo que da lugar a la parte teérica de la Grundlage der WL". «Todo es en su idealidad dependiente del Yo, pero en relacién a la realidad el Yo mismo es dependiente. Sin embargo nada es real para el Yo sino es a la vez ideal: por consiguiente en él el fundamento ideal y el real son una y la misma cosa, y aquella relacién recfproca entre el Yo y el No-Yo es a la vez una relacién reciproca del Yo consigo mismo. [..]. La fuerza opuesta es independiente del Yo en su ser y en su determinacién, la facultad prictica del Yo © su impulso hacia la realidad intenta modificarla; pero ella es dependiente de la accion ideal del Yo, de su facultad te6rica: es para ef Yo s6lo en la medida en que es puesta por él, y fuera de eso ro es para el Yo. Sélo en la medida en que algo es relacionado con la facultad practica del Yo. tiene realidad independiente: en Ja medida en que es relacionado con la tedrica, es comprendido en el Yo, contenido en su esfera, supeditado a sus leyes de representacién»”®, pues el Yo s6lo sabe del No: Yo si lo elabora desde su conciencia y lo convierte en mundo conocido. Y a la inversa, el Yo no entraria en relacién reciproca consigo mismo si no entrara en relacién reciproca con lo ot. Idealidad y realidad se coimplican, pero en unidad sintética, es decir, distinguiéndose. Siel Yo no se limita a si mismo, nada ni nadie puede hacerlo. aungue entonces no se contruiria como Yo y desapareceria; s6lo puede ser en principio «atectado» por sf mismo, pues no tiene el ‘modo de ser de la cosa, y éstees el sentido del idealismo. Que se haya de limitar procede, por tanto, también y fundamentalmente de su propia constitucién y aparece como ley moral de su libertad, onde querer y conocer se encuentran sintéticamente unidos, dando lugar a la conciencia'®, Sélo si el Yo construye y acepta desde si la limitacién, ésta es real para él sin suprimir Ia identidad de la conciencia'™. Pero para que esa limitacién (¢! Anstofs) sea real, lo otro distinto del Yo también ha de serio. Por tanto, el Yo puro no es algo aislado, ni como individuo ni como comunidad © mundo hhumano. El es s6lo un elemento de la sintesis, de la realidad sintética, «Qué podria ser lo propia: ‘mente espiritual en el hombre, cl Yo puro, absolutamente en sf, aislado y fuera de toda relacién con algo fuera de él, esa cuestidn no puede ser contestada y propiamente contiene una contradiccién en si misma, Es cierto que la propesicién “el Yo puro es un producto del No-Yo" [..] expresaria un materialismo transcendental que es enteramente contratio ata razGn, Pero es ciertamente verdad, y seri rigurosamente probado en su momento, que el Yo nunca se haré ni podré hacerse consciente de s{ mismo sino en sus determinaciones empiticas y que esas determinaciones empiricas presuponen necesariamente algo fuera del Yow'™ de lugar Ta discusidin aca sobre ef espacio [sob s tees priori o empitico] asf como sobre si a eos es daa 0 producida. Amb partidos tienen rardn, es determinable yen est medida did ¢s necesarirenic mediante ls eyes de la azn yen esa medida proeiday (Fiche, WL now miehido§ 10, Meine, p. 111) En la parte tsi dela WE, Dermaneven coresics as dos canines para explicar la represenacion haba dico en la Grandiage der WL (FW t 1. . 1364 GA112, pp 310-311). Véase, por ejemplo, ls pate A del libeo de I. Schule, Die Auseinander set dealsnus nn Realismus in Fchtes WE, Kloster, Frankfurt 1972 (pp. 11-85) 121 FW Lp. 126 = Ga 1 12, p. 286, En ls primera Docrina de ta Chneia so tat «xsl de demosrar gue eid lismo la dinica Filosofia que puede explica el realism de la conciencia comin» (L.Pareyson. ©, 9. 180) 122 Fiche, Grundtage der WL (FW tL pp. 280-2 GA 12. pp. 412-3) 123 Fichte. WL aova methado § 15. Meiner. pp. 168-170 y U7 124 -A se opone & A porque (en algun sentido) son iguales y esa igualad se fund (§ 1) en la kdetidad del Yo que pone ¥ del Yo que reflexions. Ademas se presopone que el Yo que actin en amhas accionesy juzea sobre sms es ‘amo, [1 Por tala, el paso del poner al oponer es ai mismo posible slo gracias a la identdad del Yo» Fite, Grundlage der WL. FW tp. 103 = GA 1.2, . 268). 128 Fichte, Lecciones sre el destiny del erutito, FW. VI pp. 294-295 = GA 1.1.3, p. 2% En la ac eal, ye ex dine Seto y realidad. Del Yo auaitico substane al Yo sintéico transcendental 37 ‘Querer entonces quediarse con meras idealidades (cogitata o noemata) poniendo entre paréntesis ‘© haciendo epojé de la realidad del mundo asi como del sentir © sentimiento (Descartes, Husserl), seria haver también Ia epojé de la realidad del Yo y quedarse con un sujeto meramente ideal y te6rico, un observador neutral (reiner wninteressierter Zuschauer), que no captaria propiamente qué significa ser real, ni tan siquiera su misma idealidad a falta de contraposicin. Qué significa «rvalidad» lo comprende la subjetividad porque ella es originariamente accién real protagonizada pero limitada, originaria Reali (primera categoria que aparece en la Grundtage) mas de hecho no toda la realidad, un querer por tanto que ha de esforzarse y proyectarse: y slo en esa accién real hay conciencia, nos decia Fichte". Para el sujeto las cosas son tan originariamente reales como ideales © conocidas, pues él es asimismo originariamente ambas cosas: auto-conciencia ideal y acciGn real, y por tanto interesado, empitica y racionalmente (Inieresse der Vermunji). Ni siguiera la autoconciencia transcendental puede darse sin mundo, pues es la accién sintética con la que se labora la conciencia de la realidad de éste, de manera que si lo otro fuera imreal, esa acci6n y la subjetividad en general no tend lugar". Lo que sucede es que la parte teria de la filosofia se fija s6lo en cémo esa realidad independiente, Ia del No-Yo, es elaborada por la idealided de la conciencia; sélo atiende a esa idealidad, pero no hay que olvidar que el yo real es sintesis de idealidad y realidad, aqui de teoria y prictica. La filosofia tedrica abstrac la idealidad teérica, que es un elemento de esa sintesis, para estudiarla especificamente en sus elementos y en su génesi por esa abstraccida se sitda en un ambito derivado, fenoménico dice Kant, que no alcanza el primero de los principios. En la WA nova meihodo Fichte cambia justamente de método e inteuta estudiar conjuntamente la génesis de ambos aspectos, Por e} contrario, Husserl, que conociendo a Fichte muy posiblemente no tuvo acceso a esa nueva forma de filosofer que aparece en la WL nova methado'™, en las tres primeras Meditaciones Cartesianas estudia la constitucién del sentido de! mundo como obrs de la intencionalidad del Fg0, yen la euarta la constitucion de ese Ego como una ménada, Solo después, en la quinta Meditaci6n, ‘se pregunta como dar el salto a la existencia del oiro y del mundo, Pues bien, ese paso sera imposible, ya que el mundo ha quedado mas allé no séto de mi realidad empirica sino también de la idealidad transcendental, transcendente a ella por muy intencional que quiera pensarse, y en consecuencia ésta se encuentra cosifieada, considerada como una ménada, cerrada individualmente en s{ misma, en sus vivencias o sentido interno. Desde ese concepto algo erréneo de subjetividad se da a conciencia, hay en todo momento libertad y limitaisn. Lucgo set Yo so es algo en cuanto esi en relacion recfproca con et mundo, en ers relaciGnsparecen ambos. Después, an vez encontrado xe les puode separ, era cada tuo, consierado separadamente, conserva su earicer orignaros ad un slo esrepresenao en rlacin con lo, Em exo la Doctina dela Ciencia sive para explicar fundor mis profundamente [a ilosofe Kantian... e) Yo slo ible en la telackin reciproca con el No-Vom (Fc, WA move metodo 8, Meine, p62. 126 La filosofia de aquél que afirme que el hombre puede tener representacianes sin actar carece de bse, So en el ctr legs alos objetos. Agi se hice verdaderamente claro To.que signin: el Yo ve ens al mano, 0: sno bay tinge actividad prctica tampoce hay actividad ial sm hay ning actu tanpaca hay un epresentare (FIM WL nove metodo § 5, Miner . 61). Véase ambi la nots 106 de este arcu 127 to lo he abort algo mas dbondamente en cl eaptua Tl § 3, de mi ibeo ET punto de parida de ta meafsica ranscendentl. Un esto cen de te obra kawtiana 128. El manserio de ext Doct de la Ciencia sea peli, ysl han sido encomrados dos apurtes de estudiantes. Del primero de ellos (de autor desconocide) fue anunciads su existencia en 1912 por Fite Medicus y siendo después Publieado por Hans Jacob cn 1957. El segunda un manuschio de Karl Ch, Fr. Kratse, fe encontnao en 1980 por Erich Fuchs y publica en 1942 en Fein Meincr, Hamburg, De aad hay taducion en Fichte, Docrine defo Ciencia nor metodo, tad. IL, Villas y M, Ramos, Nat, Valen, 1987. 38 Jocimo Rivera de Rosales parten las criticas de Heidegger (y otras criticas actuales) a la nocién de sujeto, de modo que en su Sein und Zeit la comprensi6n se organiza pragméticamente desde un worumwitle La comprensién de la realidad de lo otro s6lo es posible si ella constituye una unidad sintética ‘con la comprensién y afirmacién de mi propia realidad, si ya la realidad del mundo y de los otros (y no slo Ia elaboracién de su sentido en mi idealidad monadolégica) forman parte integrante de la constitucién de mi propia subjetividad, segiin hemos ido viendo. Y para comprender eso no basta lun método fenomenoldgico, sino que es preciso el genético o sintético, distinguiendo las etapas de su construccin. El sujeto no sale fuera; ya esta asi mismo «fuera» y retoma idealmente sobre sf para conocerse y objetivarse. Esto también se puede decir a la inversa y en una expresién més fichteana: lo exirafo, lo otro, forma parte de la esfera del Yo mismo, de manera que una relacién reciproca con eso otro es a la vez una relacién reciproca consigo mismo, ¥ viceversa; Iuego en cierto sentido (ideatiter) no salimos fuera de nosotros, dicho sea metaféricamente. La subjetividad es presencia inmediata ante sf y a Ia vez esencial apertura. Sélo asf el sujeto se constituye y funda «al mismo tiempo su afirmacién de Ia realidad de los otros y del mundo, de la realidad que él no protagoniza, sin crearla ex nikifo, es decir, funda su saber sobre ellos y Ia objetividad, no su realitas. (Septiembre, 1994)

You might also like