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PUERTA DEL
AO
NUEVO
Mara
Jugando con la filologa latina, y con frase famosa y afortunada,
san Bernardo dijo: Dios dio el nombre de mares (maria, en latn) a la
reunin de las aguas, y a la reunin de todas las gracias las llam
Mara [SAN BERNARDO, Hom. super Missus est]. Y de esas gracias, la
mxima fue su maternidad divina.
Llena de gracia es ms que un apelativo: fue el nombre
personal sustantivo que el ngel Gabriel dirigi a la nia de Nazaret.
Y la Virgen se llamaba Mara. No olvidemos que el nombre en el
judasmo no es mero apelativo: significa el ser de la persona, su
carcter, su misin. El ser mismo de Mara, segn el embajador
divino, era la gracia, la plenitud de gracia, cuna y dignidad mximas
de la mujer que iba a ser la Madre de Dios. Por eso, Mara nos habla
de la gracia, y la gracia tiene un nombre propio: Mara, Madre de Dios.
Mara, Miriam, significa elegida, preferida de Dios (x 15,20),
amada de Dios (mry, en egipcio), eminente, excelsa. Resulta, pues,
muy coherente que en las lenguas orientales y en los
descubrimientos arqueolgicos recientes Mara signifique cercana de
Dios, alteza, ensalzada, como afirmaba Alejandro Dez-Macho.
San Pedro Crislogo deca que el nombre hebreo Mara se
traduce Domina en latn; por lo tanto, el ngel la saluda Seora para
que se vea libre del temor servil la Madre del Dominador, pues ste,
como hijo, quiso que ella naciera y fuera llamada Seora [Sermo
142 De Annuntiatione B.M.V.: PL 52, 579 C]. Ensalzada a la mxima
gracia, seora o reina que significan lo mismo El nombre de Mara
nos lleva al de trono
Trono
De la gracia
Gracia es palabra que habla de don, de regalo, de donaire, de
vida divina, de favor, de benevolencia, de gratuidad... Todo ello se
hace misericordia cuando se vuelca en la criatura pecadora.
El nombre de Mara dado por el ngel es sustantivamente llena
de gracia. De ah que, de esa plenitud, pueda desbordarse, como un
ro en crecida, ese don y esa vida sobre todo el que a ella se acerca.
El autor de la carta a los Hebreos no dudaba en hacer una invitacin
entusiasta, que podramos aplicar tambin a Mara: Por eso,
acerqumonos confiados ante el trono de la gracia, para alcanzar
misericordia y encontrar gracia para un auxilio oportuno (Heb 4,16).
La gracia que se desborda de esta Reina es acogida maternal,
amor de entrega femenina, confianza para el perdn, luz y horizonte
en la desesperacin y en la noche; desde su altura, es orientacin en
las galernas y tormentas de la existencia, faro y gua para el