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z — » Este curso de formacién Teolégica m. VW. vi vit. vin Ix. XI Evangélica consta de los siguientes tiulos: INTRODUCCION A LA TEOLOGIA Por J. Grau (publicado ya). UN DIOS EN TRES PERSONAS Por F. Lacueva (en preparacién). EL HOMBRE: SU GLORIA Y SU MISERIA Por F. Lacueva (en preparacién). LA PERSONA Y LA OBRA DE JESUCRISTO Por F. Lacueva (en preparaciGn). DOCTRINAS DE LA GRACIA. Por F. Lacueva (en preparacin). LA IGLESIA, CUERPO DE CRISTO Por F. Lacuova (en prensa) ESCATOLOGIA: FINAL DE LOS TIEMPOS Por J. Grau (en preparaciGn) CATOLICISMO ROMANO Por F. Lacueva (publicado ya). HISTORIA DE LA IGLESIA Por J. Grau (en preparacion). ETICA CRISTIANA Por F. Lacueva (en preparacién). PASTORAL Y HOMILETICA (Manual para pastores, ‘misioneros y_predicadores), por J. M. Martinez. (én preparaci6a).. Curso de Formacién Teolégica Evangélica Volumen I Introduccion a la Teologia (Revelacién, Palabra Autoridad) por José Grau & Litros CLIE Galvan 113 08224 TERRASSA (Baccona) INTRODUCCION A LA TEOLOGIA © 1973, det euor José Gra. Reservas todos lo deere. reson ser impresrfrgmentos de est ize ‘Sunda el abtory el Hide de rocedencia to Lag B,21.823.1987 REN Urabe anit Iumpreso en ls Talleres Grificos de le MCE. Horeb, ER 263 SG Plone Il Can Tes, calles 5 8 > VILADECAVALLS (Barcelona) Printed in Spain INDICE DE MATERIAS NTRODUCCION . . 15 ORIMERA PARTE. LA TEOLOGIA Leccién 1° La Teologia: Definicién (1). 1) Teor logia Biblica. 2) Teologia Sistematica .. 25 Leccién 2° La Teclogia: Definiciin (2). 3) Teo: logia “Historica 0 Dogmatica._ 4) Teologia ractica 0 Etica. La concatenacién teologica. 30 Lectién 3 Los Grandes Sistemas Teatégeos (1). 1) La Teologia Catdlico Romana.» a Leccién'’d® ‘Los Grandes Sistemas Teolépicos (2). 2 ‘La Teologia Subjetiva: 1. — I Raciona lnm; 2.—BI selimentalimo; 3.— Bi mo- Leccién 5” ios Grandes Sistemas Teclgieos (3). 3) La Teologia neoortodoxa. 4) La Teologla Evangeliea a Leccién 6.* Posiblided y'limites de ta Teolo: ‘ia (1). 1) Las posibildades del eanocimien {fo teoldgico. 2) Las mélodos del conock rmiento teoligico 8 Leecién 7* Posibilidad y' limites de ta Teolo- ‘ia (2)._3) Los limites del conocimiento teo- {ogico. 4) Los limites de nuestra Teologia no implican la imposibilidad de la misma... 49 Leccién 8" Los Grandes ‘Temas de la Teoto ‘ia (1). 1) Los grandes temas de la Teologia ion eraser pea) Leecién 9° ‘Los Granites Temas dé 1a. Teoto gia (2), 2) Los grandes temas de ia Teologia Sisemitica, (3 Lon grandes temas dela TTeologia Histérica - 8 Leceién 10 Los Grandes Teélogos. 1. Los gran- ides tedlogos de la Iglesia. 2. La Teologia ‘evangélica moderna e BIBLIOGRAFIA DE LA PRIMERA PARTE . SEGUNDA PARTE: LA REVELACION GENERAL Teceiin 11 La Revelacion General (1) Qué ia Revelacion General? A) ¢Es suficente ff Revelacin general? B) La maleablidad de ln eevelacion general» vse Lecetin 2° La Revelacsin General (2). 2. C6 ‘no pervierte el hombre Ia Revelacion Gene yal?”"A) Bl peeado pervierte nuestro enlen {imino tanto como! nuestros sentimientos fiuestravoluntad, y asi malea y convierte en Inefieae 1 testimonio de la Revelacion Ge- eral as Lectin 18°" La Reveacin Genera (3). 8) Bi fealo gue bervierte In Revelaeion Gene- Fase hace aerecdor a la ira de Dios y ello. ‘xplica que ia Escritura sitie Ia Revelacion General 'en un contexto dominado por la ma: nifestacién de la ira divina an Lecsign it La Revelacion General (4). C) La Ftevelacion Generale, en el fondo, un test tonto que nos acusa, porave denuncia nues- {ro pecudo Ge indferencia'y de ineredulida, fue mantione cerrados nuestros cos ¥ nes thos coracones a las maravillosas obras. de Dios en la ereacién yen Ta historia, La Re elacion General es estigo de nuestra sober bia, nuestra vanidad y nuestra necedad esp ttsles, D) Z¥ los sSalimos de naturalezas? Leceién 15 La Revelaciin General (3). 3. 2E0 {Que sentido pocemos hablar de la nsuficler Sha de la Teevelcion General? Resumen 6 83 6 n co eccidn 16." Revelacién General y Teologia Na fural (). 1. GBs Weta una Teologia’ Nate eccién 17.” Revelacién General y Teologia Na tural (2). 2. Los peligros que acechan a la Revelacién Generals eccién 18.* Revelacién General y Teologia Na tural (3). 3. Los edestellos de luz» ajenos a Ja Revelaciéa. 4. La gracia comin eccién 19." Las respuestas del hombre a la Revelacién General: Las Grandes Religiones. Sistemas Religiosos de la India (1). 1. Brak ‘manismo (0 Hinduismo). 2. Consecuencias y frutos del brahmanismo, Resumen 2ecién 20 Las Grandes Religiones; El Budis. ‘mo. ‘Sistemas Religiosos de la India (2) 1 Bi Buaismo. 2 Consecuencias v fotos dl yudismo a vecién 21." Las Grandes Religiones: 1 Con {fucianismo, Sistemas Religiosos de China (1). 1. Confucio (351-478 a.C.). 2. Consecuencias del sistema de Confucio eer vecién 22° Las Grandes Religiones: El Taste. ‘mo. Sistemas Religiosos de China (2). 1. Lao- ‘Tsé GI7-?). A) Textos; B) El mensaje de Lao-Tsé. 2. Consecuencias acne én 28° Las Grandes Religiones: El Maz deismo'y Zoroastro. Zoroastro (628-51 a.C.). 1. Contemporéneos. 2, Zoroastro, un hombre inquieto. 3. La doctrina de Zoroastro, 4. Tex: tos. 5. Frutos del pensamiento de Zoroastro. Aplicacion cease vecién 24° Las Grandes Religiones: Bl Ista ‘mismo (Mahoma). 1. Mahoma, fundador de luna religion (610632 4.C.). 2. Textos del Ts lam. 3. La religion de Mahoma, 4. Conse ccuencias y frutos del Islam 105 ua 116 Leccién 25° Revelaciin y Religién (1): La Sin- @ularidad de la Revelacién Biblica y de la Persona y la Obra de Cristo. 1. Los textos religiosos y 1a Revelacion biblica. 2. Cristo y los fundadares de religiones Leceién 25: Revelacion y Religién (2): La Im posibilidad del Sincretismo. Conclusiones Leccién 27° Los cristianos tat fucrtes en fo fe son aquellor que han dominado més rofundamente las grandes doetrinas biblicas: las épocas Floriosas de la Iglesia son aquellas que han produc los Sefomas teldgicos mas compactos y sistematiens, indice B prueba de su estutio biblico... Hay un buen nimero de tex- {osen ta Biblia que presentan ln nerdad yl conocimiento de a misma estrechamenteligados y como el aimento pa. ta el alma (Jeremias 3:15; Mateo 4°4; 1" Corintios 3:1, 2: Hebreos 5:14). La: madures erisiana se apoya sobre ta verdad eristiana (1 Cerintiog 3:1015). Talbot Chalmers Ato: eierto que ta doctrina sin la piedad es como un Grbol Sin frutos: pero ta piedad sin la doctring es como un Groot sin raices:» BI cardcler cristiano es un frito que. erece Solamente det drbol de a doctrina cristiana. No padremos disfratar por macho tempo de los frutos de ia fe no Cu amos fas raices del Grbol y mucko menos si arrancamos 1 drbol del suelo donde huntha sus ratces. La tnestablidad Goctrinal produce verdaderas catistrofes on la Tolesa. 9 Gebilta. su testimonio hasta convertrio en inoperante, ‘El cambio consiante de credo ~escribia Spurgeon es el caming mas seguro para la perdiidn, Si trasplantamos un Grbol dos 0 trea veces al ao, no habré nececidad de que Preparemos grandes expacios para almacenar sis frutcs.. No tendremas grandes predicadores sino tenemos oranges teétogos. No surgen grandes predicadores de mediocres estudanes? el predicador que haya de conmover a tas imas de manera auténtica no serd el que es superficial ‘en sus estudios.» oo <1 Bopirita Santo —orosioue Strong— nos invita Ta comparacién ya la ermonisaciin de las diferentes partes de la Eseritura (L* Corintis 2:13), a detinear todo fo que conduce at testinanio de Cristo (Colosenses 1:21), a re ‘ticar 1a Palabra en toda su plenitud tanto como’ én sus fiferentes partes y sus debidas proporciones (2° Timoteo 4:2). Los pastores de las iglesias han sido lamados no solo 4 pastorear sino a ensefar también, puesto que. se les Hama maestros (Bfesios 4:11); los que presiden deben ser pias para la enseRanza (2+ Timoteo 3:2), capaces de exponer ta Palabra de verdad (2 Timoteo 2:15) porque todo siereo de Dios debe ser eretenedor de ta Palabra fiel tal como ha sido enseada, para que también pueda ezhor- 0 oie aad oh aims i aigeo hie roe ide 1 tauren noe YF quaramos ono, etamos haciendo teologia cada Ver que Leer osceainanes tawwtea oN fic -stros pillpitos tengc Fanaa eu ge, an que covvertrse en cetedras de Teologia, No, no es to. eeitian Spina wh 2G Bir abal thar acm dior pot tr eta 1. A HL Strong, Systematic Theology, pp. 1618 ~ Ierte: de le contrario no podré andar, se curvaré, se tambaieard. Un ertatian sin credo (y sth Teclogia) sac lard iguaimente y se arrastrard siempre dando tumbos> EL intento de esa serie de obras que forman el Curso te Formacién Teoldgica Evangéica estriba cn eniorecar tin poco muestra teatimonio para yer de hacerio mas efcas ds idénco para te gloria de Dios Creo que fue Calvino quien dijo que la gran origina dad ‘en Teotgia consilia en no pretender ser original Puedo asequrar al lector que no ha habido en mi, al es cribir este libro, pretensiones de. originalidad, Salvo ta ordenacidn del material y alguna que tra rejiezion pro. Dia aqui y alli, he inteniads seguis fit a ta nea das Grandes obras de ta Teolopia evangélica sijeias a ta Pax fabra de Dios at aliento de su Esprit, con el solo props. sito de ofrocer'@ mis hermanos en la Je'y tambien Yo de Iuera que inguioren por ta misma, wn compondio de sida verdad bibiee, asalade por la experiencia y {a integer Clade los saniae slot de Diga que, a 10 largo de tos Sigtos, se han dado a la tarea subline y amoross de ind dar en la Palabra del Seton. Si se enctentran mas cosas Inias de fas que yo misma sipongo, ello seré sin mi inten Cidn y acaso deba dar dsculpas, 0‘ ser que mis lectres Jnzguen con venovolencia tales oporiaciones” feito cast Siempre de- mi preceupacién por proyectar este acervo comin alas circunstancias y @ tas necesidades nucstras que’ son muchas agul y ahora. Deseo ezpresar mi gratiu al Dr. en Teologia don Fran cisco Lacucea por sus consejos, au estinulo'y sus accra fas correceionesal'manuserto ‘de este libro. Sus sugeren las ham sido valiolsimas para mi. También deseo mer ionar el hecho de que este primer volumen del Curso de Formacisn Teoigica Eoangdien, como tolos os demas aparece gracias @ las auspici de ta: Mision Reongeles Bautista en Bspata a Primera parte LA TEOLOGIA LA TEOLOGIA: DEFINICION (1) LA TEOLOGIA: DEFINICION (2) LOS GRANDES SISTEMAS TEOLOGICOS (1) LOS GRANDES SISTEMAS TEOLOGICOS (2) LOS GRANDES SISTEMAS TEOLOGICOS (3) POSIBILIDAD Y LIMITES DE LA TEOLOGIA (1) POSIBILIDAD Y LIMITES DE LA TEOLOGIA (2) LOS GRANDES TEMAS DE LA TEOLOGIA (1) LOS GRANDES TEMAS DE LA TEOLOGIA (2) LOS GRANDES TEOLOGOS Bibliogratia LECCION 1.8 LA TEOLOGL DEFINICION (1) Teologia es. Ja ciencia de Dios. Decimos de Dios, pa ae provede de El, y sin su iniiaiva de darse a conocer no podria haber teologia en el sentido estricto del vocablo. También decios de’ Dios, porque. es una clenela. exo, sbleto de conocimiento es ia Divinidad: su existencay su faracter, sus propostos para con el universo creado, para on sus erituras, para ean sus redialdos y para con la Historia, Si bien, en ocasiones, la palabra La Teologia es una ciencia porque, como cualguer stra cienela ela no ete sino que descubre los hechos ya fistentes y' Sus relacones,mutues, tratando de mostrar Su unldad Su armonia en las diferentes pertes de un Sistema orgénlco’ de verdad. Los hechos que maneia Ja ‘eologia y sus, reaclones esucturales existen por at mismos; en decir: Uenen una existencia independiente del proceso’ mental del teologo que se apliea a. su estudio. Exist Teologia porque tenemas una Revelacion previa ~, de’parte de Diss. Como aftrmaba Charles Hodge, In Es. 3°, ‘rtura suministra fos Tos hechos que constitu el ma % terial de estudio de 1a Teologia; ast la Biblia es 1a fuente de la Teologia mientras que Dios es su objeto supremo se estudio. Ernest F. Kevan define la Teologia con esta ‘expresidn: La cieneia de Dios segin El se ha revelado asi mismo en su Palabra> La Teologia estudia la Revelaciin desde varias pers: pectivas: 1) Teologia Bibtien EL adjtivo silica» np debiera hacer pensar a nadie que las etas ramas de a Tenlogia son menos biblcas 0 n0 tithen ia Bscitura como su fuente de conocimiento. See ama asi porque es un estudio inductivo e hist6rico-de las p” ‘aris § progresivasetapas de In sccin feveladora ¥ al ‘atora‘@e Dies al como la tenemos registrada en a ES tritura La Telogia Bible imoestea el eardeter progre- ‘So del contenido dctsnal de la Biblia que es considerado paso t paso's io largo de ia historia de le salvacén por foedio de la cual Dios se Tevela y salva. Trate puntos Darticulaves de doctrina tl, y'a medida en que aparecen fneada lbro de ia Biblia. Es anolitica, en contaste con In fealogia Sistematlen, que batea la sinless. Siendo analitica, se dedice que sea también ezegético. La Teologia Biblica,consdera la Revelacién coma un Deo- evo estado de la acidn dvina en el mundo yen Ta fistoria no como el producto aeabado de dcha actividad ‘iyo estulo pertenece la Telogla Sstemstica Ta Teoogia Bblicnroogs tos rsladon dnersn de la ezégesis parlicular con objeto de conocer mejor cada tia de igs eiapas de dicho proceso revelaionl y salva dor que se da en la historia, que.es progresic, inteligible coherent consltuyendo tin todo bien estructurado por Iedlo de todas sus partes. Como subdlvisiones que le srven de ayuda a la Teologia Biblica, ademés de la ezégesie ya mencionada, tenemos In Critica Testual que, como su nombre indica, se ocupa % del estado actual de nuestros canocimientos tocante a los textos biblicos mis antiguos para obtener 1a mayor cla dad posible y asi el mejor entendimiento del mensaje reve lado. ‘Tenemos, ademas, la Hamada Alta Critica, nombre inadeeuado, pues no es’ superior ni su tema ni. su impor tancia al de los de Ia Critica Textual; pero, dada la gene- ralizaclén de su uso, hemos de empleario. La llamada Alta Critica se ocupa de la paternidad literaria de cada uno de Jos libros de la Eseritura, de la fecha de los mismos, de las cireunstancias en que fueron eseritos, del estilo lite. rario y del proposito que los alumbré. Debido a prejuicios filoséficos, que no clentiticos y menos espiritualmente bi- blicos, un’gran sector de la Alla Critica en manos de las modas seculares prevalecientes en los tltimos dos siglos mayormente a partir de Wellhausen y la Escuela de Tu. bingia— ha hecho mas por desprestigiar la Biblia y su auto- ridad que por hacer explicito su mensaje auténtico. No obstante, existe una Alta Critica posible, y deseable, para el erudito evangélico que le permite Megar a una més clara inteligencia de los documentos sobre los que ha de versar su reflexion conducente a una Teologia Biblica 2) Teologia Sistemética ‘También aqui hemos de advertir que el adjetivo «sis temiticas no significa que s6lo esta rama del quehacer teolégico esté bien estructurada y solamente ella sea estudiada con método y orden. Lo que se trata de indicar mediante esta expresida es que por la Teologia Sistemati ca estudiamos la Revelacién como un todo en su eardcter orgénico y estructural, como un sistema de doctrina y de moral. Y ello de tal manera que se nos ofrecen las gran des verdades de la Revelacién —resultado de la actividad reyeladora y salvacora de Dios— en forma sintétiea y no fragmentada; recoge la totalidad de la revelacién sobre cada doctrina y principio y nos oftece el resultado com- pleto; ofrece igualmente ia concatenacién e interdepen- dencia de las varias verdades reveladas y las presenta en a su valor eterno y no solamente en sus contextos histéricos particulares como hace Ia Teologia Biblica. ‘La Teologia Sistematiea depende de la Teologia Biblica de Ia cual se nutre; su material bsico es el que le ofrece la exégesis del texto biblico y su sentido original en el con texto de.la historia de la galvacién y la revelacién. Aqui, Ta Teologia Evangélica difiere de otros sistemas puesto ‘ue tado lo que no sea la Revelacién es material espiireo ¥ convocatoria de autoridades apéerifas, Insistiremos, des pués, sobre este punt. El Curso de Formacion Teoldgica Evangélica en que ‘aparece este volumen, es basicamente un Curso de Teolo- ila Sistematicn, pero abierto también a las ricas perspec- tivas de la Tedlogia Practica (Apologética y Pastoral) 0 Histérica y Dogmatica que ya en este primer volumen em: pezamos a recorrer (véeanse lecciones en Parte Segunda sobre Religiones no cristianas). La verdad en las Esorituras se nos da de manera viva. ‘La Biblia no es un eatecismo, ni un tratado teol6gico. Al pproducirse en medio de la historia conereta de los hom- bres, la Palabra de Dios ha legado @ nosotros de forma dindimica y vivencial. La labor del teélogo es sistematizar todas estas realidades divinas, sembradas a lo largo del devenir historico de Israel, para asi poder comprender su estructura y su armonia interna. Kevan dijo que la perspectiva devocional equivale a In admiracién que sen- timos por una rosa y al hecho de olerla, mientras que el cenfoque teolégico representa la diseccién de dicha rosa. La Teologia Sistematiea busca la claridad légica, con tal de explicitar Ios datos revelados. Dado que la Teologia Sistematica no se produce en un vacio, es asimismo tributaria de la Teologia Histérica 0 Dogmética, asi como de la Apologética y la Etica a las ‘cuales ella presta su primer concurso que luego le es devuelto, La Teologia no puede quedar divorciada de las tareas pastorales, de las exigencias misioneras y de la misma adoracin de la Iglesia. Tiene que ser una reflexién 2B hhecha desde dentro de las situaciones, las preocupaciones el mundo contemporaneo a ella. La’ Teologia tiene que eseribirse en el trajin de las tareas evangelizadoras y pas torales del pueblo de Dios. La Teologia no debiera ser ‘nunca una meditacién estatiea, no deberia aislarse como en luna torre de marfil, sino que tiene que ser algo enearnado ¥ comprometide con el pueblo de Dios y toda su problems- tica. Siendo asf, en sus reflexiones no puede olvidar la ‘Teologia lo que han pensado otres, en otras tiempos u hoy mismo y eon ello echa mano de la Teologia Historica, de Ja Apologétiea y de la Etica. Es de esta manera que la ‘Teologia Sistemitica se ve obligada, en ocasiones, a tomar fl método anttético (asi en la Segunda Parte de esta obra, al enfrentarnos con las religiones no eristianas y sus bretensiones frente a la Revelacién biblica), si bien su ‘método normal y fundamental es el «tético» y positive. Cada Teotogia Sistematica por su parte, y mediante su contribucién, enriquece a la Teologia Historica o Dogma: tica de la que pasa a formar parte. CUESTIONARIO: 1. ;Qué entiende usted por Teologia? — 2. Es una ciencia la Teologia? ~ 3. Dejina la Teologia Biblica, — 4. ;Qué es la Teologia Sistematica? a LECCION 2." LA TEOLOGIA: DEFINICION (2) 3) Teologia Historica © Dogmi Podsia denominarse también Historia de tas Doctrinas; fen cualquier caso se trala de exponer en su trayectoria historica el impacto de la verdad de la revelacion en el pueblo de Dios desde el final del periodo aposidlico hasta nuestros dias, y la manera en que este impacto ha obrado en la vida de la Iglesia. Se traza en este apartado teoldgico el desarrollo doc: tinal, el proceso mediante el cual el pueblo de Dios ha ido fadquiriendo una mayor comprensién de las verdades re: veladas y las fructiferas avenidas que se le abren a la me ditacién eristiana, ‘La Teologia Sistematica presta su concurso insustitui ble a la Teologia Historica, pero ésta a su vez se lo presta de nuevo a aquella con las perspectivas y los disceri mientos aprendidos del pasado, de los que sea instruccién tanto de las victorias como de las apostasias de pasados siglos ‘Vemos, pues, una profunda inter-rela teolégico y entre sus varias sceciones. Una rama muy importante de la Teologia Histérica es In que estudia los Simbolos 0 Credos que las distintas Iglesias han ido formulando para confesar su fe delante del mundo y de las doctrinas heterodoxas. Es realmente importante este estudio por la precisién con que han sido en ol trabajo 0 slefinidas a veces ciertas enseflanzas biblicas y por la ‘comprensién que nos da de las dificultades y los embates ‘con que han tenide que enfrentarse las varias ramas de la Iglesia a lo largo de los siglos. Esta dimensién confe- sante de la fe, por medio de las formulaciones doctrinales, fos ensefla cémo la dinémica de la ortodoxia ha tenido ‘que expresar su fe en medio de los tiempos y navegando contra corrientes poderosas de pensamiento. 4) Teologia prictica 0 Btica Ha sido definida como 1a Teologia en accién; es decir, Ja aplicacidn de la doctrina a la vida practies, Una de sus vertientes mas importantes es la Teologia Pastoral, que trata de la lamada «cura de almas» y tiene ‘que ver ‘con la compleja y miltiple actividad del pastor =o los pastores— que apacientan los rebafios del Senor. La seccién moral, 0 ética, no es menos importante hoy ‘cuando las corrientes de la énueva morals, o Ia «moral de situacions tratan de destruir los fundamentos biblicos de la conducta cristiana. Los volimenes X y XI de esta colee- ccién versarén sobre ETICA CRISTIANA y PASTORAL Y HOMILETICA; alli podra el lector y estudioso encontrar estas materias tratadas con més extensidn. Por el mo ‘mento, remitimos al libro Iglesia, sociedad y ética cristia. na (José Grau, J. M, Martinez, Ediciones Evangélicas Europeas, Barcelona, i971). Huelga decir que sin una sélida base de Teslogia Bibli- ca y Teologia Sistematica, 1a reflexion ética adolecera de superficialidad y sera coto ablerto a toda suerte de incur- siones exéticas. Tal es el caso de mucho del seeularismo ‘que ponen de moda algunos teélogos, ignoranda la doctrina Diblica de las realidades seculares tan rica en sugerencias y tan generosa en avenidas que todavia no han sido su- ficientemente recorridas. Asimismo, la experiencia que aporta la Teologia Histérica no le ‘viene nada mal ala ‘Teologia prictica, 0 Etica, puesto que puede evitarle mu- 3 Ree tach ets ecm La concatenacién tcoligica Como resumen de las varias especialidades del quehacer teolégico, ofrecemos el siguiente diagrama que nos ayuda: ré a caplar la perspectiva de sus diversas inter-relaciones: ‘TEOLOGIA BIBLICA Critica Textual Ietruesan Bie stop. Sisto ta TEOLOGIA SISTEMA jn Ribica = Bice cae oo Feoloie_ mistrce ‘oalatticn MEMO BoMANCS Teoogia Simi Boch rnntca a Historia de Ia Iglesia. = Simbolos (0 Cre Py Teoiogia Pastoral THOLOGIA PRACTICA Tesoga BiB ‘Festa Siseticn loge Hsien = Elica ‘Tea Fetipia Pastoral 2, J. M, MartiesJ. Grau, loesia, sociedad y ética cristiana, p. 2. Balcones Evangéicas Huropeas, Barcelona, 111 2 Kevan escribe que la Teologia Biblica aporta los mate- riales para la construccién, 1a Teologia Historica log pule ¥ la ‘Teologia Sistemética levanta el edificio. Podriamos ‘fadir que, luego, la Teologia Préctica ensefia como vivir en dicho edificio. 0, como lo expres6 H. Bavinck, la Teolo gia Sistematica describe lo que Dios ha hecho por el hombre, mientras que la Etlea describe lo que el hombre doberia hacer en su servicio de gratitud por Dios (H. Ba- vinek, Gereformeerde Dogmatick). El estudiante habré observado que no hay lugar, en nuestra presentacién de las miltiples especialidades teolé- siicas, para la Teologia Natural. En la Segunda Parte y ccapitolos del XVI al XVIII, encontraré el lectar las r220. ‘nes de esta omisién. Es éste uno de los puntos de mayor divergencia con el Catolicismo Romano, sistema que ha desarrollado Ia Teologia Natural. CUESTIONARI 1. Qué entendemos por Teologia Histériea 0 Dogmética? 2, Defina la Teologia Practica 0 Etica, — 3. Enumere las divisiones mas importantes de la Teologia, LECCION 3. LOS GRANDES SISTEMAS TEOLOGICOS (1) ‘Todo intento de hacer teologia parte del supuesto de ‘que Ia autoridad de Dios es la suprema norma de la ver- dad, Pero se producen distintas apreciaciones en lo que rrespecta a entender la manera cémo —y cuindo— dicha autoridad divina halla expresidn. Esto determina el ca: acter y la naluraleza completamente distintos de los va ios sistemas teolégicos. Estos pueden resumirse, bisica- mente, en cuatro grandes sistemas: 1) La Teologia Catélico-Romana ‘Tradiclonalmente, al menos asi lo promulg6 Trento ‘1 Vaticano I, la Iglesia de Roma venia insistiendo en que Ja Revelacién Hegaba a nosotros por medio de dos eana- les: la Biblia y la Tradicidn, El acceso a ambas nos viene ‘mediado por el magisterio de la Iglesia romana que deter- ‘mina lo que hemos de recibir y como hemos de interpre. tarlo, Por Biblia, Roma entiende las Escrituras hebreo. cristianas con el ahadido de los libros del llamado «canon ‘lejandrinos (ver, mas adelante, Parte Tercera, lecciones sobre Tos Apécrifos) en el Antiguo Testamento, Por Tra icin (lamada divino-apostélica o constitutiva) entiende Jas supuestas verdades reveladas pero no escritas, sino transmitidas por via oral y que han pasado hasta nosotros por medio de la Iglesia. (Ct, Francisco Lacueva, Catoli- eismo romano, volumen VIII de esta misma coleccién.) 4 Cierto que hay tedlogos catélicos, mayormente del nor: te de Europa o de América, que se inclinaron por una sola Fuente 0 Depésito de 1a Revelacién asigaando a la Tradi cién el papel de intérprete de dicha Revelacién, Esto oct ria, sobre todo, antes del Vaticano II, Después de. cele brado este conciiio, Ia cuestién se ha complicado, pues en sus definiciones —eambiguase, como sefiala F. Lacueva— no sélo parece mantener Ia doctrina tradicional de las dos fuentes, sino que introduce un nuevo eoneepta, «el encar- acionals,? mediante el cual, como eseribe el citado autor «Eseritura y Tradicién vienen a encontrarse y como a fun dirse en el Magisterio de ta Iglesias. Aungle no es pro Piamente érgano de Revelacién, si lo es de transmision, Srgano indispensable y practicamente insustituible La Iglesia romana, a lo largo de los siglos, ha ido pro ‘mulgendo definiciones «infalibless que querian ser expll citacién de ciertos aspectos de la fe supuestamente im plicitos antes en la creencia del pueblo de Dios. Estas efiniciones atan al miembro de dicha Iglesia con peligro de condenaciéa si no las acata. 3, El concilio Vaticano I, en su Consituciin Dogmética sobre 1a Divina Revelacién, pf. alirma eque cuanto les Apictoles ence ‘Baron y escribieron eva eréciendo en It Iglesias, de manera Que a {ges camina constantemente, al compas de los sion, ala ple {Gd de la verdad diving, hasta que ae. cumplan plenamente ella Ins palabras de Dios... Ast, Dios que hablo-en otros Uempos, sigue cenversendo Siempre’ cen la apeea de 80 Hijo, amadon, ‘sain, Escrtura y Tradien vienen @ encontearse —y como a fundirse™ en el Magisterio de ln Islesia, consttuyendo eat un {to lan interpenetrado esencalnente, que eninguno puste subsist sin los otros Const. Dogmatiea sobre in Divina Revelacisn, p. . Exo significa un cambio radical de perepetiva (aungue no’ de for 4) dels probiema ‘de las" eFUentes ds Ta Revelator, Cano, ay bien th hecho notar el Pro. V. Subiia, ya no pademos sega he blando de la Bscritura ela, nl de Becta y Tradicdn, a seers. ‘os ala ensehanea catia’ aca, sino de lt Ioleia 01a es deci, 4 Palabra de Dios no es ya propiamente el (oco que imine a ik Iidesia, sino que es la Teles el foco que Hmina a a Bibliay, Fatt ctsco Lacaova, op. et, pp. S49 § 35 Desde un punto de vista reformado, evangélico, esta actitud ha cargado a dicha Iglesia con tn lastre de mate: Fiales extra-biblicos. En primer lugar, porque muchas de estas definiciones no lo son del texto biblico ni de doctr: nas biblieas sino de creencias que ciertas tradiciones han ‘do desarrollando a espaldas de la Revelacién y, final- ‘mente, se las ha quetido ver integradas en el depésito de late, Podriamos decir que Ia chinchazén cclesial» no ha al canzado el grado de desarrollo que en la confesién roma- nna, Las Iglesias orientales sélo reconocen como infalibles las decisiones de los siete primeros concilios tenidos por fecuménicos (a diferencia de Roma que admite otros ca: torce coneilios, de obediencia vaticana) y rechaza la inta- Iibilidad del obispo romano. No obstante, también aqui la ‘Tradicién y la autoridad ecleslastica Se yuxtaponen a la autoridad de la Palabra y constituyen los elementos ‘més importantes para las formulaciones dogmiticas. Tanto el tedlogo catélico-romano, como el oriental, han {de estar atentos no sélo a Ia voz de la Palabra sino a la de la Tradicién de su Iglesia, CUESTIONARIO: 41, Ezpligue et concepta catdtico-romano de la Teologia. ~ 2 Qué entiende V. Subilia por ela Iglesia sola> en con- ‘traposiciin al principio reformado Sola Scripturas? — 43. 2Qué ha motivado en la Iglesia romana la promulgacion ‘de definiciones infatibles? — 4. ¢Qué lugar ocupa la Bi- blia en la Teologia catdlico-romana? LECCION 4" LOS GRANDES SISTEMAS TEOLOGICOS (2) 2) La Teologia Subjetiva Es el enfoque tanto del liberalismo teolégico como de la llamada neo-ortodoxia, Véase en la Parte Tercera, tee ‘cid. XXXVI. : Estas esouelas parten de la presuposicin de que la auto- ridad de Dios se epresa directamente en el sijeto y viens transmitida a través de algunas de las facultades del alma humana: la razén, los sentimientos, ola conciencia, 1. = EI Racionatismo gal elo, Ba a ree an onde ciara eee a tar la totalidad de la realidad. En evalquier caso, la razon 8 soberana; no se contenta con ser la sirvienta de la ver: dad sino que se erige en su sefora, Habla cuando deber escuchar —como alinadamente escribe Roger Nicole— y ondena al hombre a los estrechos limites de su propio horizonte Pero lo més trigico —como demuestra el Prof. Derek. Bigg *— es que «la razén humana, cuando tiene la iltima palabra, conduce finalmente a la irracionalidad. Los pen: Sadares modernos no han hecho caso de la Ieccién implicita en Hume, quien ya demostré en el siglo xvi que el ar gumento racionalista solamente puede producir resultados fabsurdos... Hoy estamos pagando el precio por esta falta, de no querer aprender de 1a historia. El humanismo con: temporaneo sigue exaltando a la razén. ‘Al no permitir que la razén fuese iluminada y guiada por la Revelacién, el hombre ha perdido su racionalidad. AAl insistir en una’ autonomia absoluta de la razén, ha de- jado de ser razonable. Ha conquistado la clase de libertad ‘que deseaba: una libertad sin amarras, pero ha quedado también sin luz en la oscuridad y en un océano de dudas, y de frustraciones sin fin, Finalmente, habiendo aban onado el ancla de la Revelacién, ha perdido toda apoya: tura racional, y por consiguiente toda esperanza de hallar alin significado para su existencia, La vida aparece ‘ahora delante de él como cosa absurda, arbitraria e irre ional? Ya lo advirtié Pascal: La diltima etapa de la razin ‘es reconocer que hay infinidad de cosas que la sobrepa- san, Muy débil es si no lega a comprender esto.» Es im: portante establecer la diferencia entre el gacionalismo y la Facionalidad. Porque lejos de ser ésta la expresion de ‘aquel, llega a ser su antitesis, @. Derek Bigg, La racionalidad de la Revelacdn, Ediciones Evan @lces Buropeas, Barcelona, INT “noch, Francs A Schaefer, Huyendo de lo razén, Barcelona, 1971; Dig Etd ahi, Haitones Evangicas Buropeas, Barcelona, 193, 38 Como aftma Strong: Las errres del rcinaista son Jos errores de una visién defectuosa.» = Una Teologia que tome como punts de parti Ia rain acaba desmereiendo el nombre de Teslogia ¥ ace oe un sistema filos6fico mas. coca doe 2. EL sentimentalismo cud ear ta ee del aioe, Stems sae ele st ad scm cose eet siglo xx. Dado que la comunicacién entre los verdad o de conducta. ee oe raetee a creyente —y no ninguna verdad objetiva— eofstit Seedy SN rege Sikes nie seat ae eer ae ae ost Seeger Is de la psicologia de anormales. ° ve 3.~ BI moratiomo a ay i se ent a elt ema ste sn Fue Kant uno de ls grandes impulsres de este punto ia ite vt alent rade arene hey face onside mae ges nl gti er in ee 7a RTRs an 3 influeneias (por el cristianismo, por ejemplo) que han mol deado To que sJung llama el «inconseiente colectivo>.. ‘Amplias diferencias separan estos distintos enfoques ‘del quehacer teologico que acabamos de describir como ra cionalismo, sentimentallsmo y moralismo, pero un factor comin a todos ellos es que consideran siempre a alguno, 0 algunos, de los aspectos de la naturaleza humana como la Tuente de la verdad religiosa. Este aspecto es el que, des- Dués, se convierte en absoluto con detrimento de los demi @L-determinara lo que es verdad y no la realidad objetiva, exterior, de la Rexelacién divina. Nos encontramos en el mas absoluto de los subjetivismos; es decir: en un mundo que, en gran medida, es irreal y fantasmagérico. ‘Actualmente, estas distintas corrientes se entremezelan. Asi, el Prof. Klaas Runia cita a un tal John Mequarrie, Ii beral y sineretista, quien en su libro Principles of Christian Theology, publicado en 1966, afirma que son varios los fac tores formativos de la teologia: 1a experiencia, la revela- cidn, 1a Escritura, 1a tradicion, la cultura, la’ razin, los, sentimientos, ete. Al hacer diferencia entre la revelacién y la Escritura y, sobre todo, al colocar a un mismo nivel {que la Biblia otros factores como constitutivos de la teolo Bia, el liberalismo teol6gico minimiza la autoridad soberana de ia Eseritura. En Tillich y en Butmann es dable seguir las huellas de ‘estas corrientes subjetivistas. La Teologia se convierte en ‘manos de estos autores en simple filosofia de la religion.* CUESTIONARIO: 1, Indique las tres vertientes de la Teologia subjetiva, — 2 {Qué es el racionatismo? — 3. {Es razonable el racio- nalismo? — 4. Explique la postura de Schleiermacher. — 5. Y la de Kant. 1 “Alan Richardson, EI debate contemporéneo sobre 1a Reign, Bd. Mensajero, 106, Bilbao 0 LECCION 5.4 LOS GRANDES SISTEMAS TEOLOGICOS (3) 3) La Teologia meo-ortodoxa . Bajo esta denominacién encontramos a cierto nimero de autores que representan una amplia gama de posturas individuales. En términos generales, la neo-artodoxia pre- tendi6 superar las varias formas del liberalismo teolégico, al negar, correctamente, lo inadecuado de querer alcan: zara Dios partiendo del hombre. Consecuentes con este criteria, los seguidores de la Teologia de este signo (entre ‘cuyos nombres més famosos descuellan Karl Barth y Emil Brunner) son reacios a conceder ninguna validee ailtorita- tiva a nada que sea accesible al hombre, bien sea una {igura histériea 0 un libro, Dios se revela —afirman—en 10 {que denominan dla erisiss, por la que se produce un encuen {to personal de cardcter’ trascendental, Sin ir més lejos cen el analisis de esta postura (el lector hallaré una més amplia informacién sobre la misma en la Tercera Parte, leccién XXXVIID, es un hecho que tiene en muy alta es ima la iniciativa divina y la soberania de Dios —cosas ol- vvidadas por el liberalisino teolégico—, pero dado que no ‘ofrece ninguna norma externa, objetiva, de origen divino, ‘por medio de la cual poder juzsar las supuestas experien: Cias de ela crisis» y dado tambien que dichas experiencias ‘no constituyen, ni entregan, ningtin depésito de conoci- ‘miento valido, la neo-ortadoxia se convierte, sin preten- a derlo quizés, en un apartado més dentro de la corriente subjetiva. No podia ser de otra manera, ya que esta teo logia es iributaria de la Tilosofia existencialista a la que le-ha pedido las herramientas para su labor de reflexion 4) La Teologia Evangética Liamada también reformada —por recoger los grandes principios de la Reforma del siglo x91 que fue, en el fondo, tun volver a los origenes— es una Teologia contrapuesta totalmente a los varios movimientos descritos en las lec cciones previas. La caracteristica fundamental de la Teologia refor: mada, o evangélica, es su voluntad de prestar gozosa obe: dienela a la autoridad soberana de Dios tal como ésta se expresa en su Revelacién, registrada hoy en los libros, ccanonicos de la Escritura hebreo-cristiana. Esta Eseritura fs la fuente, la norma y la regla infalible de fe para la Teologia Evangélica. En ella encuentra la revelacion obje tiva de Dios, centrada en la obra redentora de Jesucristo. La primera tarea de la Teologia Evangélica es escuchar 1a voz de Dios por el Espiritu y por medio de la Palabra escrita llegada hasta nosotros." Luego, se trata de emplear todos los recursos de la personalidad regenerada, Ia mente ‘uminada, las emociones reorientadas y la conciencia lim- pia de obras muertas (Hebr. 9:14) con el fin de presentar esta verdad divinamente garantizada, por haber sido divi namente revelada de manera sistemitica. En esta tarea, no olvidaré las lecciones valiosas de 1a ‘experiencia —tanto histérica como personal—, ni des- feuldard tampoco las herramientas del intelecto, las emmo- clones y los impulsos basicos de la naturaleza humana, pero por encima de todo esto —y sirviendo de norma str prema se halla la luz de Dios. ‘Sobre el testimonio del Espiritu y ta Palabra, ast como sobre la Telacén entre Iglesia, Palabra y Esprits, renitimos al lector 18s leceones 46°54 2 El tedlogo evangélico ao puede tampoco olvidar que, después de colocar el fundamento (Btesios 2:20) constitu: yyendo a los apéstoles, el Sefior constituyé «a otros profe: tas, a ottos evangelistas, a otros pastores y maestros, a fin'de perfeccionar a los santos para la obra det ministerio, para la edificacién del cuerpo de Cristo» (Efesios 4:11, 12. tiene el deber de estudiar cuanto aprendieron de la Escritura —con sus particulazes percepciones— las gene- raciones de santos, eruditos y mértires que le precedieron. Es aqui donde descubrimos cl inmenso valor de la tradicion cclesial, no como una autoridad yuxtapuesta a la de la Escritura y haciéndole sombra, sino como una explicitacién de esta misma Eseritura.* Por otra parte, el tedlogo evangélico no medita ni eseri- bbe como ereyente aislado, sino en medio del pueblo de Dios, a partir de la misma fe y 1a misma comunidn de las Iglesias fieles al Seior y a su Palabra, El es también tes tigo en medio de la comunidad que confiesa su fe y dentro de la fortaleza que recibe de la fraternal comunién de 1a Iglesia. Sin embargo, su lealtad suprema, su fidelidad dl tima, ¢s para la Palabra de Dios; s6lo la Escritura es norma, ella sola constituye la regia de la fe y la conducta del telogo yy por consguiente, 1a regla de’ su labor re La Teologia para nosotros no puede ser otra cosa que cexplicitacion de la Palabra revelada y vivencia de esta misma Palabra. Bs una tarea bibliea la nuestra. Asi, nos vinculamos a la gran doctrina reformada de Ia Sola Serip. ‘ura, y_aiin mas; seguimos en la linea de los apéstoles y del Sefior mismo cuando zanjaba toda euestion con 1a frase contundente: «jEst& escrito!» Esto bastaba para El. Y es suticiente para’ nosotros. _, 10, Para un examen més exenso de este punto, véase J. Gi Bt fundamenta aposttizo, cap. VIE, eka Ielesia posapotlicz, ones Bvangelices Buropeas, Barcaane, 1969 6 asi, porque como escribi6 A. H. Strong: eSostenemes aque es peti conocer 2 Dios stlamente en la medida en due El se revelay en la medida, también, en que nuesteas fuentes y nuestos corazones son Teceplios a esta Feve Taciin> CUESTIONARIO: 1. gDe qué sistema filoséfico es tributaria ta Teotogia neo- ortodora? — 2. ;CuAl es la caracteristica fundamental de 1a Teologia evargélica? — 3. {Qué valor tiene ta tradicion ‘eclesial para la reflezién teolégiea? — 4. ;Debe la Teologia ‘aislarse de las preocupaciones del pueblo de Dios y ence- ‘rrarse en su torre de marfil? LECCION 6 POSIBILIDAD Y LIMITES DE LA TEOLOGIA (1) {A quién concederé mayor. crédito tocante a las cosas tg Bios que a Dios mismofs, exelamaba Ambrosio de Milén, 1) Las posibilidades det conocimiento teolégico El conocimiento teolégico es posible porque «Dios ha hhablada (Hebreos 1:1 y ss.) y ha obrado en la historia de los hombres. EL conocimiento teol6gico es posible porque el hombre haa sido creado de tal manera que puede conocer verdade- ramente, aunque no completamente. Strong afirma que la posibilidad de la Teologia se apoya fen una triple base: 1-1) En la existencia de Dios quien tiene relaciones con €l universo, 4.) 9 Bn la eapacidad de la mente humana para conocer a Dios y ciertas de estas relaciones, 3) En Ia provision que Dios mismo ha hecho para es: tablecer contacto con nosotros, es decir, su auto: revelacién. £ jjCuslauir clencia es posible —-afiade Strong cuando se 3.) dan estas tres condiciones, es decir: Ia existencia del ob- ‘CJeto con el que trata Ja ciencia dada; la capacidad del in- 6 telecto humano para conocer el objeto y la provisién de ‘medios definidos y aptos por medio de los cuales el objeto entra en contacto con la mente. ‘Si el hombre ha sido capaz de aprchender ciertas ver ‘dades, aunque sea de manera imperfecta y parcial, ayu- ‘dado Solamente por sus propias capacidades cognoscitivas, {eGmo no sera posible que este mismo hombre capte algo ‘del Dios que ha hablado, ha obrado y ha dejado su Reve. lacién registrada en un libro? ;Y no sera ello tanto mas, posible cuanto que esta misma Revelacién ensefia que Dios viene en ayuda de quien establece contacto con ella? «Dios y Revelacién —escribié el Prof. James Orr— son Ideas correlativas.» Es imposible concebir a Dios creando al hombre con capacidad para conocerle y que luego no se le revele. De abi el absurdo del Deismo, la peregrina idea de los silustrados> del siglo avin: que concibieron a Dios como un relojero que luego de haber fabricado su maquina Ja pone en movimiento y no se acuerda més de ella. 2) Los métodos del conocimiento teolégico Ena Edad Masia, la Teologia fue considerada como sla reina de las cienciass. Para un cristiano, la Teologia on base biblica constituye, sin lugar a dudas, la maxima fuente de conocimiento que debe lluminar todas las demés. [No queremos decir con elio que la Teologia ha de contro: lar las demas ramas del saber, ya que no ofrece materia, les para estas esferas, pero si queremos afirmar con ello ue las presuposiciones bisicas del saber humano se hallan tinicamente formuladas en la ciencia que se ocupa de Dios y de las relaciones de Dios con el universo, clencia que $e nutre de a propia Revelaciéa de Dios," de ahi su nom- bre: Teologia. TL GF. cap. «Catoicdad do Ja Retormas, por P. Courhil, en la bra Avtalidad y eateliidad de ta. Reformay, por varios sures. Balcones Bvangélicas Europeas, Barcelona, 101. L& segunda ea ‘sin de dicha thre, préxima a aparecer (eevisada’y-sumentada) flovard el tule de’ Protestantiomo y Calta, 6 Por ciencia entendemgs la observacién de ciertos hechos y_el arregio de los mismos en un sistema ordenado. La ‘iencia es siempre conocimiento sistematizado. Dos méto- les ayudan en la tarea cientifica: el deduc- (/~ 8) El método deductivo —ea priori» que va de la cau sa al efecto. A partir de una regla general, admitida por | todos, procede a su aplicacién particular. b) El método inductivo —4a posteriorir— que va del efecto a la causa, A partir de lo particular aleanza lo ge- neral, Exige una gran labor de Investigacion y compro bacién. Las clencias fisieas dependen mayormente de la indueei6n; algunos cientifics pretenden que es el Gnico método valide. Pero tal afirmacion es arbtraria porque ada clencia tiene sus propios métodos. El Prof. Kevan afirmaba que la Teologia tene su propio método y no tiene \ que ser inductiva siempre. La deducelén no es menos cien: tifiea que la inducion Aplicados a la ‘Teologia estos métodos, operan de la si: sulente manera: 1) El método inductivo es mayormente apto para la } Teologia Biblica. Después de examinar una gran cantidad 1) de ejemplos de la ira de Dios en contra del pecado, Hega mos a la conclusién de que Dios odia el pecado. Se trata ie hechos descubiertos por métodos histrico-eriticos. TD) El método deductivo conviene mayormente a 1a J tootogiaSistemitica. Por este sistema se llega a muchas + proposliones.'Y de estas proposicones se infieren los hechos. Por elemplo, sabemas que Digs reelbe a los peca || dores arrepeatidos (principio general), por ‘consiguiente (Laebo sacar la conclusién de que me recibira a mi st acudo ‘como pecador arrepentido (resultado pacticula). Cuando el conocimiento ha sido sistematizado, tiene dos, formas de express 8) Descriptivo, como la exposicién de las leyes de la naturaleza } \ a 3) Normative, que es el que mejor convene a la Teo logia, pues tiene que ver con grandes prineipios, y normas: fe trata de valores esprituales, de realidades eternas que deben imponerse con autoridad a nuestra conciencia si he- ‘mos de ser entendides en el conocimiento y en la voluntad de Dios. Este procedimiento es deductivo, pues deducimos de la norma general lo que debe ser cada caso particular. Los resultados, sin embargo, no son nunca absolutos 0 ‘exhaustivos. La Revelacién de Dios es como un pozo sin Tondo en el que todos los siglos y todas las generaciones iran a beber sin que se agote jamas. Esto nos conduce al tema que ser objeto de la leceién siguiente, CUESTIONARIO: 1. cQué triple base presenta Strong para indicar la posi binldad det conocimiento telégica? —2. Indigue tos varios rétodos del conocimiento teoligico, — 8. cPara que sce Gidn del {rabajo teoligica es mds Idéneo ef mélodo induc tivo?! = GY el deduetioo? LECCION 78 POSIBILIDAD Y LIMITES DE LA TEOLOGIA (2) 3) Los limites del conocimiento teot6gico El sabio y piadoso obispo anglicano det siglo pasado, Westeot!, decia que la Teologia era «una aproximacion brogresiva y parcial, de la expresién intelectual de la verdad manifestada a los hombres», La expresién inte lectual de la verdad es la meta de la investigacion teol6- ‘ica, pero ahora sélo conocemos en parte en espera del dia cuando conoceremos como somos conocidos por Dios (1? Cor. 13:12), Al enumerar tos limites que condicionan nuestro cono- cimiento teoldgico, el Prof. Kevan menciona los siguientes? 1.—La finitud det entendimiento humano (Job 11:7; Romanos 11:38). No podemos saberlo todo, 2. —Bl estado imperfecto de las otras ciencias, tanto naturales como metafisicas (Hilosofia) 0 morales. ‘Traemos a nuestra preocupacién tealdgica proble- ‘mas que estin mas allé de nuestra capacidad de comprensién y de investigacién, tal es el estado Iimperfecto de las ciencias humanas, Por ejemplo, el problema de la libertad del hombre, 3. —Lo inadecuado del lenguaje humano, Por ejemplo, Ja expresidn «Personas» para hacer referencia las «tres Personas de In Trinidad, she: 9 4,—Lo incompleto de nuestro conocimiento de las Es: crituras. 5, —Bl silencio de la Revelacién biblica sobre ciertos ‘temas, como por ejemplo el del origen del mal (Deu- teronomio 29:29). 6. —Le falta de discernimiento espiritual. Es imposible alcanzar el conocimiento de Dios solamen- ‘te por medio del intelecto; para saber de las cosas divinas, cl corazén debe acompafiar a la inteligencia Y tam bién, més adelante: «Esté esculpido en el alma de cada hombre un sentimiento de 1a divinidad, el cual de ningdn modo se puede destruir; y que naturalmente esta arraigada ‘en todos esta eonviecién: que hay un Dios» En otro lugar, consideraremos con més detenimiento el problema filosofico-teolégico de la cognoscibilidad de Dios. Baste decir aqui que, si por un lado es verdad que ciertas Personas parecen poser algo asi como una idea innata de Ia divinidad y que ain en otras es dable observar algin sentimiento religioso si bien vago y confuso, par otro lado ‘no es menos verdad que la Revelacién General ha dejado de tener poder sobre muchos hombres. Hoy mis que nun ca asistimos al especticulo de una indiferencia religiosa ‘reciente. Hay més, el hombre rechaza deliberadamente, fen muchos casos, todo testimonio que pudiera venirle de parle de la Revelacién General. En otros circulos —me yormente de te6logos universalistas— se valora tedrica- mente esta Revelacién General a expensas de la Revela. cién Especial, 1o cual resulta mucho peor ya que en el fon {do es una perversién de la doble manifestacion reveladora ‘de Dios, tal cual Pablo la describe en Romanos 1:21-32. En nuestra época, suele perderse 1a nocién, o el re ccuerdo, de Dios por causa de la indiferencia a que hemos aludido, unida a una gran ignorancia religiosa, de tal modo ‘que al’ vérnoslas con los avatares de la existencia no dearamos a dscernir Ia mano de Dios en ninguna part. Viene luego la propaganda atea, o el impacto de ideologias ala moda que casi siempre s¢ construyen de espaldas a Dios. Fuere como fuere, cada época ha tenido su peculiar manera de malear la Revelacion General. En el siglo xvi Sse escribia: «Asi como la experiencia muestra que hay una semilla de la religién plantada en todos por una secreta ingpiracién de Dios, ast también, por otra parte, con gran dificultad se hallard uno entre ciento que la conserve en ‘sa corazén para hacerla fructificar; pero no se hallaré ni tno s6lo en quien madure y Hegue a sazin y a la per feecién, Porque sea que unos se desvanezcan en sus st persticiones, 0 que otfos a sabiendas maliciosamente se faparten de Dios, todos degeneran y se alejan del verda dero conocimienta de Dios» (Calvino). CUESTIONARIO: 1, {Podemos alcanzar un claro y correcto conocimiento ‘de Dios si Dios mismo no se da a conocer? — 2. Defina a Revelacién General. — 3, {Es suficiente 1a Revelacién General? — 4. {Por qué cree usted que la Revelacién Ge. neral ha dejado de tener poder sobre muchos hombres en nuestros dias? — 5. Ezplique ela maleabilidad de la Reve lacién Generals 7 LECCION 12° LA REVELACION GENERAL (2) 2. gCémo pervierte ef hombre In Revelaci /-__,iPor qué pervierte el hombre el testimonio de la Revela 1 cién General? Por causa del pecado. Los problemas que 1 hombre se plantea —en cualquier esfera que sea— no giran alrededor de su intelecto tinieamente, sino que ata- fien igualmente al estado de su corazén y de su voluntad. EL hombre no es nunca inteligencia pura y sus facultades ‘cognoscitivas estin condicionadas por lo que es en su (otalidad como persona compuesta de sentimientos tanto como de pensamientos. Ahora bien, la Biblia presenta al hombre total —en su mente, corazén y voluntad, y en su espiritu tanto como en su cuerpo— como un ser caida, pe ccador, y como tal pervierte el testimonio de Ia Revelacién General. {De qué manera? A) El pecado pervierte nuestro entendimiento tanto como nuestros sentimientos y nuestra voluntad, y ast malea 1 convierte en ineficaz el testimonio de fa Revelacion General Tal es la tesis de Pablo en Romanos 1-3, resumida en los versiculos 21 y 22 del primer capitulo de ia citada epis- tola: «Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron ‘como a Dios, nile dieron gracias, sino que se envanecieron n ¢ fen sus razonamientos y su necio corazén fue entenebrecide Profesando ser sabios, se hicieron necios.» Hemos subre yado intenclonadamente los vocablos erazonamientos> ¥ ‘ecorazin>. En los versiculos 19 y 20, Pablo afirma que el hombre doberia conocer a Dios por todo lo que de Bl se le hace ‘manifiesto en la Creacién. No obstante, sigue en los ver- sieulos 21 y 22, no ecurre asi: el hombre que deberia reco nocer a Dios, o bien pervierte este conocimiento o le sirve de muy poco. En cualquier caso, los hombres eno glorifica ron a Dios» y, par consiguiente, eno tienen excusa>. ;Qué hha ocurrido? ;Cémo ha sueedido? Examinemos més de cerea Romanos 1:21 y 22, plantedndoles algunas pregun tas: Qué uso hace el hombre de su razén? envanecieron en sus razonamientoss, es decir: suv ‘razén se hizo cosa vana, vacia y huera, justamente cuan- do por haber tenido oportunidad de aleanzar algiin cono- cimiento de Dios, debian haberle gloriticado, Mas ni le slorificaron como'a Dios, nile dieron gracias 24 {Cudl es el estado de su corazén? /F y el ecorazéns. Ambos se influyen y se condicionan mutuamente. La vanidad de I rraz6n determina la necesidad del corazén; jde donde surge ‘aguella vanidad que entorpece el reeto empleo de la razon sino es del corazon, el cual, a su vez, se torna vano par Ia necedad del entendimiento? Los erazonamientos» se hallan 2 merced de un corazin necio y el «corazén es entenebre Cidos por la vanidad de la razén. ;Conclusién? «Profesando ser sablos, se hicieron necioso (ver. 22). Algunas versiones Inglesas traducen locos en vez de enecioss, haciendo alu: sidn a Ja locura de signo espiritual que determina nuestra ” { {otal ignorancia de las cosas del Espiritu (1 Corintios / 2:14), ya cuanto atafe @ las ultimas realidades tocante al hombre y al universo. La primera acepcién del vocablo sriego moros es loco, 32 {Cémo ha tegade et hombre a la situacién actual? Ya lo hemos apuntado mas arriba, pero ahora deseamos bosquejarlo para mayor claridad, Existen tres razones que explican la stuaeidn a que han abocado tas los seres hhumanos de alguna manera: 1. rarin: eHlabiendo conocido a Dios, no le glaificaron como a Dios.» 2+ razén: ehabiendo conocido a Dios, no le dieron gra cass, y 3+ razén: ehabiendo conocido a Dios, se envanecieron cen sus razonamientos.» Por la expresién chabiendo conocido a Dios» (ver. 21 *) ‘no hemos de entender una percepcién clara y correcta de Ja Divinidad. El sentido de esta frase lo da el contexto, es decir: los versiculos 19 y 20 que se refieren a la Revelacién General y al entendimiento que de ella podria tener el hombre. Es ahora cuando vemos con clatidad que la caida y el estado presente de todo ser humano —pecador— determi: nnan el uso de sus facultades todas. Por consiguiente, el > problema gue se le plantea no es sélo intelectual sino mo ral también. De ahi la expresién del apéstol: ede modo ‘que no tienen excusa» Es lo que comprobamos desde el principio, en el Génesis: el hombre quiso ser como Dios. ~ ¥ desde ‘entonces, Ia tendencia al endiosamiento es cons: tante, El resumen de lo dicho es que el hombre da voluntari ‘mente Ia espalda a Dios cuando tiene posibilidad de cono- ‘cerle aunque sea por el testimonio parcial de la Revelacién General. Calvino lo expres6 de esta manera: «Su vanidad, jjuntamente con su soberbia, se muestra en que los mise: ables hombres no se elevan sobre si mismos, como seria razonable, para buscar a Dios, sino que todo lo quieren ‘medir conforme a la capacidad de su juicio carnal, y no .preocupindose, verdaderamente y de hecho, de buscarlo, hho hacen eon su euriosidad mas que dar vueltas a vans especulaciones.» Esta es la razén que expliea por qué S. Pablo comienza_ su reflexién eon el tema de la ira de Dios (ver. 18). Todo hombre, toda nacién, toda cultura que se niega a reconocer iE evidencias —por tenues que sean— de la Revelacién General en las obras de la creaeién y en la Providencia, y pervierte de alguna manera la Revelacién, se halla bajo 1 juieio y la ira de Dios. CUESTIONARIO: 1. :Qué tiene que ver el pecado con la Revelacién Gene- ral? — 2. 2Qué uso suele hacer el hombre de su razén: 3. ZY de su corazén? — 4. {Tiene excusa el hombre por ‘su incredulidad? — 5. De qué manera se hallan relaciona- das ta Revelacién General la ira de Dios? LECCION 13, LA REVELACION GENERAL (3) B) El pecado —que pervierte la Revelacién General~ se “® hace acreedor a la ira de Dios y ello explica que la Escritura sitie la Revelacién General en un contezto dominado por la manifestacién de la ira divina Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticla la verdad; porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifest6. Porque las cosas in visibles de El... se hacen claramente visibles desde la erea- ida del mundo... de modo que no tienen excusa» (versicu- los 18-20) Observamos en el ver. 18 —y en todo lo que sigue— ‘que la ira de Dios se cieme no tanto sobre nuestra igno- raneia (ni siquera aparece el vocablo que pudiera hablar de ella en estos textos) como sobre lo que de injusto e impio tiene la misma, En efecto, el apéstol no dice que la ira divina se revela contra los hombres por haber éstos dete: hido con error la verdad. Dice, mas bien: que la verdad ha sido detenida por la injusticia. He aqui la causa de nuestro error y la fuente de nuesira ignorancia. ;Acaso podré hallarse mayor injusticia que la rebeldia del hom- bre contra su Hacedor? EI problema que tenemos planteado trasciende lo mera ‘mente filos6fico y eae igualmente de leno en la esfera de % lo ético. A diferencia de tas categorias griegas de pensa miento, para quienes el verdadero problema era siempre noético ~el conocer, las categorias hebreas —biblicas— son mucho més complejas y, por tanto, responsabilizan al hombre en su totalidad existencial La ira de Dios se revela contra la impiedad (la actitud rebelde en contra de Dios) y la injusticia (la actitud re belde en contra del projimo). Ambas se interfieren y se relacionan como vemos en todo lo que sigue a partir del ver. 18 de Romanos 1. La impiedad conduce a la injusticia y ésta a aquella inexorablemente. La palabra everdads —alétheia *~ se usa en la Eseri tura en un sentido mas amplio del que le damos en caste ano. De abi que, en un sentido, sea lo opuesto de la injus ticia tanto como del error; ejemplos de este uso los halla ‘mos en Romanos 2:8 y Galatas 3:1 y 5:7. Tiene que ver on la moral tanto como con la verdad religiosa —insepa rables para el pensamiento hebreo— (Cf. Juan 3:21; 8:32; 2" Corintios 4:2; 2." Tesalonicenses 2:12) y equivale a ela verdadera religion; es decir: lo que es verdadero y correc- to delante de Dios, To que es justo a sus ojos» (Ch. Hodge) El verbo «deteners —edetienen con injusticia la_ver dad>— puede significar también esconder 0 suprimir (2.* Tesalonicenses 2:6,7), con lo que se nos da un cuadro ‘mucho mas completo 'y sombrio de lo que el hombre es ‘eapaz de hacer con la verdad de Dios. El problema fun @amental que tarde o temprano tiene que afrontar todo ‘ser humano no es tanto si puede creer como si quiere Dios eno se dej6 a si mismo sin testimonio, haciendo bien, dindonos Huvias del cielo y tiempos fructiferos, le nando de sustento y de alegria nuestros corazones» (Hechos 1. Para el bebreo, la, verdad era una easfleas 0 seguridad. Ast ia ‘verdad de Die es la fdelidad a ‘us promesas, mientras que I verdad. del hombre eb su cbedlencla a la voluntad' de’ Dios (Gx "Ea "12I3), 0 sea su Tdeidad af plan salvitio de Dios. 14:17), pero este testimonio de 1a Revelacién General ha sido maleado y pervertido por el hombre de modo que no tenemos excusa (Romanos 1:20). (Cf. Salmos 8,19, 65, 104 ceteétera) salieron de corazones redimidos, no paganos. Movidos por la inspiracién del Espiritu Santo, y alentados por las vivencias y las experiencias del pueblo escogido ¥ redimido por Yahvé, constituyen el fruto y la fragancia del santuario de Isracl No dice, acaso, 10 mismo el autor de Hebreos (11:13) ‘cuando sefiala que «por la fe entendemos haber sido cons: Lituido el universo por 1a Palabra de Dios», dando a enten der que la majestad divina, de suyo invisible, se nos ma nifiesta, si, por los mundos'visibles, pero que nosotros 0 tenemos ojos suficientemente abierios, o puros, para po: der verla, si primero no son iluminados por la fe? No en vano Efesios 1:18 habla de la iluminacién de los ojos del ccorazin, seqtin los mejores manuscrites Los Salmos de naturaleza, y otros textos afines, nos oftecen una visién ereyente de la creaclén; es decit? por ‘medio de los lentes de la Revelacion Especial, el hombre redimido contempla las maravillas de la Revelacién Ge- neral que, gracias a la jluminacién que el Espiritu le ha dado a través de aquella Revelacién, son ahora eviden- tes y reveladoras de la gloria de Dios. Ya lo sefialé el ‘mismo Calvino: la Revelacién Especial es algo ast como lunas lentes que nos van a permitir leer de nuevo en el libro de Ia naturaleza y de la historia y, asimismo, abren huestros ojos a los atributos ¥ propdsites de Dios, CUESTIONARIO: 1. gPor qué nos acusa la Revelacién General? — 2. ;No son los esalmos de naturalezay una prueba de que el hom- bre, tan sélo contemplando el universo, ex eapaz de ele- arse hasta el conocimiento de la disinidad? — 3. Ex. plique ta doctrina catdlica sobre la Revelacién General Ssegtin fue expuesta por el Vaticano I (esquema De Fide Cathotica). LECCION 15* LA REVELACION GENERAL (5) 3. gm qué sentido podemos hablar de ta insuficiencia de Ia Revelacién General? ares = aria etedmoaaate ees ta Be recamir en tpi esas iat eben: oer caiie tonics te i ae hs aoc na a scras & e e 2 Comentando Romanos 1:20, Charles Hodge escribe: ‘Aunque a revelacién ce Dios’ en sus obras es suficiente para hacer al hombre inexcusable (siendo esta Revelaciéa General un hecho, no se puede alegar ignorancia ni justi ficar de ninguna ‘manera la indiferencia frente a Dios), hho se sigue de ello que sea suficiente para conducirle, ciego como esta por el pecado, a un conocimiento salva- ddor por si mismo. Lo que Pablo dice de la ley —débil por causa de la carne~ esto es: insuficiente por causa de ‘ouestra corrupeién, puede también decirse de la luz de la ‘naturaleza, porque aun siendo suficiente en si misma como Revelacién, no lo es considerando la torpeza y el desagra: do del hombre por las cosas divinas. ‘Tampoco podemos tildar de insuficiente, 0 deficiente, fa la Revelacién General por el hecho de’ que no sepa responder a las cuestiones basicas de la existeneia huma ha (zDe dénde vengo, a dénde voy, etc.?), independiente: ‘mente de la condicion caida de la raza humana, La funcién de dicha Revelacién no fue jamas responder a estos inte- rogantes, sino simplemente dar algunos indicios de la cexistencia de Dios para que, movides por ellos, buscdramos ‘mas luz y glorificdramos ‘al Creador, Dado que la Re- velacién General no ha dejado de ofrecernos nunca estos alisbos por los que llegar a Ia idea del Creador, el hombre € deficiente y culpable —no la Revelacién General, sin ‘excusa, pero’ la manifestacién del poder divino en’ las obras de la naturaleza ha seguido dando su testimonio, La insuficiencia, pues, de la Revelacién General no le viene de ella misma, sino de nosotros. Por consiguiente, seria mucho mas correcto hablar de nuestra insuficiencia ¥y nuestra deficiencia ante dicha Revelaeién, ‘Jamas hemos de disminuir Ia grandeza y la majestad de dicha accién reveladora del eoterno poder y deidady que «se hacen claramente visibles desde la creacién del ‘mundos. De ahi que este testimonio general de Dios nos ‘acusa y nos condena por no saber apreciar toda la gran- eva, Ja gloria y' 18 hermesura del Creator de ta tal 8 Resumen obra de 1—Dios debiera ser conocido por medio de “Hechos su ereaeién (Romanos 1:19-20. Cf. tambié M1617; 17:21 y ss.) El hombre, a causa de su condicién caida, no acier- ta a obtener un conocimiento correcto de Dios, antes al contrario pervierte siempre cualquier atis bo de la Divinidad. (Romanos 1:21-25). 1) El pecado pervierte nuestro entendimiento y ‘eonvierte en ineficaz el testimonio de la Reve- lacién General 2) El pecado —al pervertir la Revelacién Gene- ral— se hace acreedor a la ira de Dios. 3) La Revelacién General es, en el fondo, un tes: timonio que nos acusa. 4) Los .. ‘Mas errariamos si imaginaramos que esto sélo tiene ue ver con la idolatria groscra del que lama dioses a las obras de sus manos. Idolatria es no sélo fabricarse dio ses falsos, sino adorar falsamente al verdadero Dios o er sir en su lugar cualquier otro Absoluto, Quiérato o no, el hombre no puede evitar la orientacién «xeligiosa> de la vida. Se inelina por algin eAbsolutos —sea filosofico, politico, mistico, etc.— para religaree a él (Re- ligién viene de ereligares) fundamentalmente. Incluso el indiferente se suma a un ¢Absoluta>: el nihilism, sea cons 5 ciente-0 no de ello. Esta relacién religiosa se halla en la five de toda acelbn, todo pensamientoy toda actu. Los Compromises que pueda tomar el horabre vienen marcados for este concent religiso, es deet: «Absolute» El verda Gero problema que se fe planea, pues, noes el de escager enlre'reliign yn religi, sino entre el Absoluto de Dios Sel Absolato de Tos olos (enn tlstas © ateos, para el aso es lo mismo: iolatria siempre) Hees, pus esas consideraioes Is Iu de cuanto itcames en Is leeeon antesor,eabe preguntarnos se fica una Teclogia Natoral 1 aks hi {No existe el peligro de que por el camino de la Revela ccién General Heguemas al concepto catélice-romano de Ia Teologia Natural? Ya consideramos, en la leccion anterior, al Gnfasis que la teologia romana ‘da a las posibilidades ‘de un conocimiento natural de Dios, el cual no se deriva de la Revelacién Especial de Dios en Jesucristo, sino de Ja luz natural de la tazén, por medio de la cual es dable aleanzar un cerrecto entendimiento de la Divinidad, Esta Corriente teolégiea Tue declarada doctrina infalible en et Coneilio Vaticano I, ¥ desde entonces es dogma de fe para Jos eatblieos ef ercer en Ia posibilidad de un verdadero “aunque incompleto-— eonocimiento de Dios, completamen: te aparte de la Revelacion Especial comunicada en y por Cristo. De ahi se sigue, igualmente, la preocupacién por hallar «pruebas racionales» de la existencia de Dios, preo ‘ecupacion cuyo maximo exponente es quiza Tomas de ‘Aaitino, Asi, Dios no sélo puede ser conocido sino probado por la sola’ luz de Ia razén natural, independientemente fe la luz procedente de la Revelacion Especial. Karl Barth vio este peligro y para evitar todo conato de Teologia Natural negé la Revelacion General. Al obrar fa una Teologia Natural? 2G, Denainges, ed, 32%, m2 3.538, al combenan del juramento antiodernisie 86 asi, ino partia precisamente del mismo punto de vista ‘que 1a teologia catélica? Hs decir, no identificaba la Re- velacién General con la Teologia Natural, o, al menos, rho presuponia que la una Hleva a la otra inexorablemen te? Barth olvidé el hecho de que la teologia reformada ha admitido siempre la valider de la Revelacién General. que se manifiesta en las obras de la ereacién y al mismo tiem: po ha confesado siempre la necesidad ineludible del co: hocimiento de Dios por medio de la Revelacién Especial ‘en Jesucristo. Ahora bien, con el mismo énfasis ha negado Ja teologia reformada que el hombre pueda Hogar, tan s6l0 ‘con la ayuda de la Revelacién General, a un verdadero y Ccorrecto conocimiento de la Divinidad, puesto que la ense- flanza de Romanos 1 demuestra que el hombre no capta suficientemente dicha Revelacién, no la entiende en todo su significado y, finalmente, la corrompe o la niega. El Articulo 2 de la’ Confesion Belga, por ejemplo, asi como la Confesién de La Rochelle (ambas reformadas) y hasta incluso los Cénones del Sinodo de Dort (canones If, IV 4, eteétera), ensefian la Revelacién General de Dios por las obras de la naturaleza, pero no dan pic —antes al con trario, niegan toda posibilidad— a una en la segunda mitad del siglo xix. Hoy dia, con el resurgir del budismo, el islamismo y el interés occi dental por las formas orientales del pensamiento y la re ligiéa, asistimos a un parecido intento de apelar a una Revelacién General en menoscabo de la singularidad y exclusividad de 1a Revelacion Especial. Discernimos esta forriente en ciertos circulos ccuménicos en donde, ade- ‘més, tiene oportunidad de codearse con la Teologia Natural ‘eatéliea, EI sineretismo de la teologia liberal del campo 0 protestante se asocia a un creciente universaliemo eat6 Tico que hizo su aparicién, més 0 menos velada, a partir det Concilio Vaticano Tl, y uno de cuyos méximos expo- nentes entre nosotros es Raymond Paniker, quien en mayo de 1967 escribia: «En ultima instancia, tada religion esté misteriosamente dirigida a Cristo y éste, sorprendente- mente, pero no menos realmente, actia en eadia una dle ‘las. Todo hombre que vive su religién, ain sin saberlo, std unido a Cristo. * El profesor catélico R. Roquer, comentando esta corriente universalista y sincretista, ha escrito: «Todavia es més significativo el sintoma que se transparenta en Ia preocupacién de los grandes tedlogos para exponer —como en Rahner y en Kling, por ejemplo— de qué manera es posible la fe en Ja actualidad. Un cierto «fideismos se insinia en las explicacines de todos Hoy, son muchos los eatélico-romanos que afirman, enfé: ticamente, 1a posibilidad de hallar a Cristo en cualquier religion, porque suponen que la Revelacién del Seflor ha tenido lugar a través de todas las grandes religiones y hasta incluso en escuelas de pensamiento e ideologias hab das en el curso de Ia historia. Por supuesto, estas ideas se alejan de las formulaciones clasicas de’ la Teologia Natural, pero, en un sentido, dicha teologia hace posible —y hasia prepara el terreno a un concepto sineretista de la Revelacién General que desborda a ésta misma para llegar a 1a Religién (més que a Ia Revelacién) general en a que quedan absorbidas, y anuladas, todas las distin: ciones entre Revelacién General y Revelacion Especial Hemos de sefialar, ademas, que el Catolicismo romano ha 3. Ct. entre otros, John Macquarie, Principles of Christian ‘Thesogy, 188 44, Revisia Cuadernos para ef Didiog:_ ef. el libro. de reciente publicacion del mismo’ sulor, Mister ‘Reveiacidn, Ea: Manova, Madea, om. o alimentado, en el curso de su devenir histérico, toda una serie de gérmenes que, tarde o temprano, tenian que Tegar al punto en que nos encontramos actualmente. Fue precisamente al considerar estos elementos de la teologia catglica que Karl Barth —anhelando curarse en salud— co o¢6 el énfasis en el extremo opuesto con las consecuencias que ya hemos estudiado, Sin embargo, hay mucho de ver dad en las advertencias y temores del tedlogo suizo. Afi ‘maba él que Ia historia de la Iglesia y de la teologia de- mostraban que alli donde se ha aceptado una segunda fuente de conocimiento de Dios —por ejemplo, Bscritura y ‘Tradicién, Escritura y Razin o Escritura y Emocion— se hha terminado siempre con la devaluacién de la primera fuente. Es innegable que la Tradicién (Roma) ha hecho sombra a la Escritura y también que la razin y la emo ign (racionalismo y subjetivismo) han anulado practica y tedricamente el valor y el impacto de la Revelacion de Dios en. Jesucristo. Concretindonos al campo catélico romano, ha habido siempre una cierta fluidez en sus con- ceptos de Revelacién, y ast el camino ha quedado abierto para esta amplitud y vaguedad modernas que facilitan el camino al universalism sincretista. Por otra parte, la soteriologia catélica ~-particularmen- te, a partir de Trento— al poner el énfasis en las obras», mis que en I gracia, ha impulsado igualmente clertos conceptos que sirven de combustible a cualquier posible sincretismo. Entre estos conceptos descuella lo que se ha venido diciendo y ensehando tocante a la salvacién de los ppaganos: «Si uno ha obrado bien —se afirmaba— y segin su conciencia, aunque no conozca a Cristo, sera salvo.» Si es el hombre con su esfuerzo lo que determina la salvacién y aparte de la gracia de Dios que no se niega en teoria, pero se enfatiza en la prictiea, jqué més da si este ces. fuerzo redentor> se realiza en un contexto ecristiano> 0 no? Soteriologia y Revelacién van estrechamente unidas. No ppodemos minimizar una sin menoscabar a la otra. Alli don- de la singularidad, y exclusividad, de la Revelacin Espe 2 cial recibe debide atencisn, queda, ssimismo, salvaguar Giada Ta que ya no tiene nada que ver con la Revelaciéa General biblica ensefiada por la teologia refor mada, No es de extrafiar. Aquel que constituye el centro de la Revelacién Especial —Jesucristo— ha. sido igual ‘mente redueido a una imagen vaga y difusa compuesta fen los laboratories de la pseudoteologia liberal, universa- Tista y sineretista, que nos deja un ecristo» irrecon« del todo punto distinto del Cristo histérico de los aelios y las Epfstolas Estos conceptos casan bien con Ix moda ecuménica mo derna, pero plantean muchos més problemas de los que A byretenden resolver. Sus apoyaturas —confesadas 0 no— filosdfieas les han sido prestadas por el existencialismo; ‘ahora bien, de la misma manera que el existencialismo esta Nevanco ai nihilismo en el campo filoséfico, asi este uni versalismo sineretista abocara finalmente en las negacio- nes mis desesperadas. Cuando se nos dice que todas las religiones contienent clementos que delatan la presencia de Dios, jquién es capaz de sofalar con precisién en dénde se hallan los mismos y cuales son exactamente? ;Qué norma, qué cri- terio debe guiarnos en esta investigacién si nos. hemos desprendido de todo concepto de Revelacién Especial, clara y con autoridad suficiente para ser luz en la bis: ‘queda de la luz? Ala exclamacién del salmista: «En tu luz veremos la luz», el moderno sineretismo universalista parece oponer: como total y comple- tamente falsas. Es posible que haya destellos de luz en algunas de ellas; pero se trata de luz muy opaca y muy ara. Se trata de luces que van apagandose y atin alli donde parecen haber conservado més brillo van siendo ofuseadas por la suciedad y el polvo de siglos que la co- rrupeién humana arroja sobre ellas. La Revelacién Especial es la piedra de toque para exa- ‘minar todo pensamiento y llevarlo cautive a Cristo (2 Cor. 10:5). Solamente con la luz de la Revelacién divina podre- ‘mos discernir, no los vestigios de revelacién que pudiera Erm gal i irr ame Pre eg Re rear atate cia atrnahaas Spear sale Ee tease ty Cairne” Se hak da eee Siac meat eh Gon ppd ace ea ont Be ecg tie abe tate cee Bee ae eel Fes ite ae Sali i as Sahiba a tr atone aie fbb cine anaes ion % 4 lo expuesto en la leccién anterior: esto no hace insu: ficiente la Revelacion General per se, no la denuncia como cosa deficiente, antes al contrario denuncia nuestra defi cianeia y nuestro pecado. Porque nuestra ceguera consti luye la tinica respuesta que, para verguenza nuestra, so. mos capaces de ofrecer ante’ la Revelacién General. Es, pues, en términos de esta respuesta deficiente a la Revelacién General que, queramos 0 no, estamas dando ‘To largo de toda nuestra vida, como hemos de interpreta la existencia y el contenido de todas las religiones, como de torias las filosofias y todas las ideologias habidas y por haber. 4. La gracia comin i No hemos de olvidar, por otra parte, la obra de lo que los tedlogos llaman la ‘egracia comins, Esta «racia co- ‘mine opera por medio de todas los elementos de la Reve- lacidn General (las obras de la naturaleza, la conciencia del individuo, el devenir histérico), Ia accién de la Provi dlencia y el testimonio del pueblo ‘de Dios (esal y luz en el mundos), con To que el mundo, y los hombres, no alean- zan el grado de perversiéa a que llegarian en el caso de ue Dios los dejara a su suerte. De ahi que cuanto haya de bueno en las demas religiones, en las ideologias no re- ligiosas, en la ética y en las costumbres de Ios distintos pueblos, hemos de verlo como el resultado de dicha gracia comin y no como una prueba de la posible eparte de ver ado que encierraeste'o aquel sistema de fe o de pense Citamos de nuevo a Berkouwer: «A pesar de las ten: deneias hacia el nihilismo, el hombre moderno evidencia tun eontinuo, y a veces vioiento, interés por el mundo, En ‘muchos casos, este interés por la creacién no significa interés por ef Creador de cielos y tierra. El cosmos se encuentra aislado del Creador, separado de él. Pero ni BOF Henry Moctor, The basic ideas of Calvinism. Existe ei jn spatial con el tito La Tpteia y el Retado, TELL, Gr gana ? ‘LL, Grand 9 Ja erudicién, ni el arte de estos hombres han echado tod: ‘via totalmente de lado lo que la fe considera como la obra ‘de las manos de Dios. ¥ si la Revelacién de Dios en Je- Ssueristo abre los ojos, entonces este aislamiento del, cos ‘mos eon respecto al Creador que es caracteristico de 1a ‘mentalidad del hombre moderno, se quiebra y es superado porque la vida en el mundo se convierte en el servicio de Dios y del projimo. Entonces se nos revela, una ver més, cl significado de la vida y del mundo. Se le da asi al cre yente el poder de la promesa que un dia sera cumplida.» ‘Todas las insuficiencias de nuestro lenguaje han de ser trascendidas por la adoracién y la alabanza, segiin el eon ‘sejo del sablo tedlogo holandés que acabamos de citar. Comprenderemos entonces de qué manera tan firme la re lacién entre Revelacién General y Revelacién Especial se conectan con nuestra culpa y nuestro alejamiento de la ‘multiforme verdad de Dios. Consecuentemente, en todas nuestras consideraciones acerea de la Revelacién General y, mayormente, al medi- tar en las distineiones que la hacen diferente de la Espe- lal, hemos de ser muy culdadosos de que no se pierda Ge vista la perversidad del hombre que tiende inexora- bblemente a corromper el primer testimonio divino dado fen las obras de la Creacién. No comprenderemos jamés ni fl aleance ni la funcién pedagogica de la Revelacién Ge- heral si olvidamos la perspectiva dentro de la. cual la Sita el texto biblico (Romanos 1): una perspectiva bajo Ja acusacién de la ira de Dios. CUESTIONARIO: 1. iQué es la egracia comtins? — 2. ;De qué manera la ‘gracia comin puede explicar cuanto queda de de hermosura (Umé) o bien como perversa ebe- bbedora de sangre> (Durgé). En un solo capitulo del libro se mencionan mil ocho nombres diferen- tes atrbulles a este adios personificacion de las fuer En las compilaciones realizadas por Ia casta sacer- otal —brahmanes— se aprecia una creciente exaltacién del rito hasta el punto que los dioses (como en los cultos ccananeos) quedan subordinados a la eficacia del sacri ficio y las formulas rituales. Se. conjuran palabras magi ‘eas con poder césmico, Las meditaciones de los brahma- nes consiyen los Upanishads, cro grupo de texas 7 as caractarsticas neopantttas de la, religién cananea y stebainiies iden ue coset parecda tic ape. ie relgin cananea era una espace de poitesmo naturalists, © paniisa, Veamos sus rangon mis) caracteraleos {le ists son la expresion maliple del ciclo repetido de 1s esta ‘tones, o- proceso tures, viene. asl perronficedos por los ‘sprue due e crea estaban’teds de eal una Ge as Fureat 1 evens de Ta naturales ‘os dices eran parte de este misma naturalera (e_ahi un cierto Pinan sobre todo) y expstgen trae innjreh, Spero india, sobre todo) 9 consttgen Toes amare, sapere, ‘sunque no radicalmentedsunias Ge bombre ‘os doses gon fuerza perecides entre ells, pero por Io general Shemtads. Uw dies penetra oc bre ie fon que le som contrerion coo demonion £1 cult cananeo ge hnanba en clerse dens sobre la efcacia magica de Ia Tepeticién de sign, y estos, para promover und Cie ‘ealidad gue se anelabe sis para Pro ae 1 culo signlicaba ponerse a lado de unos doses para ayxdartes @ ‘epee con ot des-tomin ae glen dsr a Orden. ciclco de la estacones reguafiad de" natal (Ze Ge. ts. we 101 3° En su affn sincretista adopta todas —o casi todas— las demas creencias y supersticiones. Incluso quiere similar el cristianismo, pero con la condicién de que Jesucristo no sea divino en exclusiva, que la Biblia no sea revelaciin nica, que el pecado no sea repro- chado en términes tan tajantes y que la justicia no ‘sea exigida de manera tan absoluta. 4° Como subproductos del brahmanismo (y también del ‘budismo) eabe destacar: ocultismo, yoga, espiritismo, teosofla, ete. Resumen El hinduismo es una religién sin Dios personal y sin Revelacién especial. Es producto de reflexiones humanas contradictorias, sin sancién sobrenatural ninguna CUESTIONARIO: et hndtomo, 2.08 1 Bsplique los postalados bésicos del hinduismo. — 2. C6 mio definiia el neopantetomo —oturalista y animisto— due 20 da tanto en tas religiones conaneas como en 10 India? "31 cQué proceso siguieron los Vedas hasta lle Gar a ser libros esuprodoss? 4. {Cadles son log frutos fet hinduiemo? —GAdatinmo, Yahwé era reducido, con el tiempo, a otro Baal {2s Geen, 3:16" Le Teeyes 1:8: Yanve es A) Fechas: El principe ario Sidarta Gautama Buda (cl elluminades —tal es el sentido del vocablo Buda» que se le afladié a su nombre después—) vivié en el siglo vi antes de J.C., entre 567 y 487, siendo asi contemporaneo dle Pitigoras y de Nehemias. Puede decirse que ya estaba ‘en formacién desde hacia mas de seis siglos el canon del Antiguo ‘Testamento que muy pronto iba a quedar com: pletado, B) Teztos esagradoss; Durante muchos siglos las en- selianzas de Buda —y lo que pasaba por tales— fueron {ransmitidas mayormente por la tradicion oral. Muy pocos wseritos, o textos, se remontan siquiera a un siglo des pues de Buda. Sélo ios antes de J.C. fueron pues: las por escrito las ensefianzas de Buda en Ceilén, El texto mAs antiguo —Anguttara Nikaya— data de mas de lun siglo después de la muerte de Buda y toda la literatura posterior es mucho mas moderna, El llamado «Canon 105 sénscritos, que constituye el libro sagrado del Budismo fen Tibet, ‘Corea, Japén y algunas regiones chinas, Tue ‘compuesto entre’el primero y segundo siglos después de Cristo. ¥ las —como manifestaciones, segin vimos fen el estudio sobre el Hinduismo, de la religién eésmica pero los consideraba bisicamente como seres superiores © realidades mas altas de existencia a las que él mismo, Buda, podia alcanzar y a las que, al final de sus dias, se crefa eapaz de ensefiar de igual a igual. Pero, como explica Junjiro Takakusu de la Universidad de Tokio, , para el ‘que ofrecié 8 reglas: 1) la contemplacién recta; 2) la vi- uilancia mental recta; 3) el esfuerzo recto; 4) modo recto ‘de ganarse la vida; 5) Ia conducta recta, a base de cier- tos preceptos; 6) el Ienguaje recto; 7) la’ intencidn ree 8) el conocimiento reeto, después de lo cual coaviene aden- trarse por el camino de la «dubkhanirodha> (supresién dol sufrimiento) antes de la reencarnacién que nos espera después de la muerte, mediante el ekarma>, o catalizador 107 de otras existencias si es que no pasamos directamente al Nirvana. (Cf. doetrina de Cristo: «nla casa de mi Padre muchas moradas hay...2 Jn. 14:2.) D) Otro historiador precisa: «No hubo nada de milagroso ni heroico en Ja vida de Buda, Menos atin en su muerte: el Buda murié de una indigestién, por haber comido arroz, on cerdo, cuando ya tenia mas de ochenta afios. Un he- cho tan prosaico, no cabe duda, ha de ser rigurosamente cierto, sobre todo teniendo en cuenta que muy pronto los budistas adoptaron una rigida dieta vegetarian. El Buda ‘murié como un maestro, no como martir y menos como salvador. Al igual que el brahmanismo, el budismo se convirtié pronto en religién. La imposibilidad de satisfacer el co razén con un sistema —abierta o camufladamente— ateo ‘se ve en el hecho de que despues del fallecimiento de su Tundador, el budismo hace de su maestro un dios» y lo ‘convierte en objeto de adoracién. En muchos aspectos el Dudismo regresd al brahmanismo del, que habia salido y, al igual que éste, hizo proliferat”el politeismo. panteisia popular, las supersticiones y la idolairia. En los y alimenta a muchos sectores del mo- vimiento ® 2. Consecuencias del sistema de Confucio «) Al ser simple sistema de moral —basado sobre todo en el respelo por las tradicones de lo anlepasados, To cual incluye todas sus supersticiones— dejo le puerta Shjerta para el ull de exten, dado que el hombre es eligioce por aturalera Asi foment clto por los muer- {os fanimfamo que apenas retocd, ni nl us diseipuls) ae se convo en principal deer dl alma china.” 1b) Su respto casi supersticiso por el pasado, au 6 codiiog exlica el quetiomo chino de sglos que produce tha civgacion pasta (China, pigante dormide) dex perieda soo en Jos tmos alos por impacto de ideoiogias DSecidetale. : ©) Por patriotsmo y mediante wn sincretismo forma- do con elementos anita, posts tases el sistema de Confuco fue clevado a Feliglén, contra tode logica. Es posble que en elo influyeran asimiamo interses, pl ep, ped los gabernantes les interesaba el acatamcnto Ge en sibeito,y la ordenaién de Ta sociedad, mediante {as reslas morales de Contucio. ‘La Gta de Confucio colaca como primer deber el respeto (el eulo) por los antepasados en Segundo lugar, {f'amor a ls pares (el eben hijo» deberé matar al ase Sino de su paar), wine después ef amor fifa y, port timo, el debido a In esposa, Confucio tenia medidas dis tintes para Junear al hombre y-a In mujer. La convenien- Thin yt ar ane hp ad poesia ese SE Bae, fate m4 cia familiar y social determina esta étiea, Enfaticd justi cit, Benevoleneia y laboriasidad dentro de un mazeo bas- lanie patriareal. ©) De todo Io expuesto se deduce que Confucio no fundé ninguna religion y que es absurdo colocarlo entre los tenidos por creadores de religiones. Fue simplemente ‘un moralista. Confucio carece de doctrina del pecado en profundidad. El hombre para él es bueno basicamente y fo que hay que hacer es educarle; su alma enfermard alguna vez pero podra curar por propia disciplina, actos meritorios, etc, Los seres celestiales, las realidades tras- cendentes, se hallaban muy lejos de las preccupaciones de Confucio. Recibié la tradicidn religiosa de su patria, tal cual estaba. {Qué es, pues, el confucianismo? La sa: etalizacién del pasado de un puobl, Eso mo ex Revela Podemos apreciar los elementos positives de la ética de Confucio, pero hemos de negarle todo eardcter religio: 80 y todavia més el elemento revelacional, Confucio no aporté nada sobre el entendimiento de Dios, sobre la relacién del hombre con su Creador y dej6 sin responder las grandes cuestiones existenelales: De donde vengo? jA dénde voy? Sus escrites son compara: bles @ los de los moralistas de otros paises. Confucio no puede jluminar ni salvar al hombre, cosas que, por otto lado, él jamas pretendié, pues ni tiene Revelacién ni co- noce saleacién alguna, CUESTIONARIO: 1. {Queria fundar Confucio una religién? — 2. ;Son libros ‘ssagrados» los Cénones confucianistas? — 3, Describa et pensamiento ético de Confucio. — 4. ¢Cudles han sido las consecuencias del sistema de Confucio? 15 LECCION 22.2 LAS GRANDES RELIGIONES: EL TAOISMO. ‘SISTEMAS RELIGIOSOS DE CHINA (2) Lao-Ts6 (517-2) Contempordneo de Confucio —y de Buda—, representa tun esfuerzo filoséfice que trasciende el mero moralismo de Contucio. A) Teztos La filosofia de Lao-Tsé se encuentra recopilada en el pequefo libro llamado TAO, que significa «Caminos Para la mayoria de criticos modernos no es obra de Lao-Tsé, sino de discipulos suyos muy posteriores. «Tao no puede expresarse —afirma Lao-Tsé—, el Tao fe: clerno; lo que puede nombrarse ya no es el Tao.» El Tao es lo inmanente, To que es y ha sido y sera; To que se encuentra més alla del cielo y de la tie tra El Tao parece ser el principio espiritual-mate Hlalista creador y ordenador del mundo que existia antes que los dioses. Es de cardcter panteista —con ccepto del que parecen no saber prescindir los orien tales—, naturalista y mistico 0 esotéric. B) El mensaje de Lao-Tsé stlay una cosa que ya exitia antes que el cielo y in cera quiet, vaca, sola inmtable. Recorre un U6 Gireulo y no sale de él. Se puede lamar Ja madre del mundo. No se sabe su nombre. La lamamos el Tao para decir grande..., tan grande que se desva- nece: lejana, pero que vuelve... Fluye siempre, es tun abismo que antecede a todas las cosas. Parece que fue antes que los dioses.» Estas son palabras de Lao-Tsé.2" : «Mis palabras son féciles de en- + pero nadie en la Uerra puede comprenderlas ni ejecutarlas.» {Como es esto? Por- ‘que los hombres quieren afirmar su personalidad y cambiarlo todo. z¥ por qué tienen que eambiarlo?, se pregunta Lao-Tsé. No vale la pena. ;Para el bien? EL bien ya no es el Tao; él Tao se halia mas alld del bien y del mal. Esta es la razén que explica el dis gusto de Confucio al escuchar a Lao-Tse, A LaoTsé no interesa el progreso material, 1a moral ¥ la justicia. «Consigue no hacer, Ast todo se pone ‘en orden, aconsejaba el filbsofo chino, acercéndase a Ja postura de Buda. En efecto, hay un paralelismo muy estrecho entre Lao-Tsé y'Buda. Con la diferencia que el chino inten ta una deseripcién cosmolégica y metafisica, Per al igual que el principe Gautama, Lao-Tsé aconseja la inmovilidad, no perturbar la accion del Tao. In diferencia absoluta. Vida contemplativa y supresién del deseo. Conviene llegar al éxtasis mistico para identificarse con el Tao, lo inefable, el Nirvana chino, La doctrina del Tao permanecié como una ciencia mistica, expuesta en libros posteriores, pero sin te- nner muchos adeptos, hasta que poco a poco fue ‘con ndose de doctrina moral y filoséfiea que era en su origen en un sistema supersticioso de maui rios emperadores chinos se interesaron por el Tao, Del filésofo archivero de palacio se hizo un adios» ¥ 10. Citsdo por id, Bid. a7 se esperaron de él reencarnaciones sucesivas. Al Tao se le atribuyé un sentido oculto y magico y asus frases oscuras se les concedié la fuerza del conjure. Un sumo pontifice taoista se instal6 en el monte del Dragén (en Kiang:Si) en 123 dC. y desde entonces sus descendientes pretenden poder pasear por el cic Jo, dobernar el viento y la Huvia y expulsar los demo- nios. El proceso de carrupcién estudiado en cl budis- imo y el confucianismo se Tepite con el taoismo. Un historiador eseribe: (haoma), que no era mas que una 2 ‘droga, ingerida todavia hoy por los brahmanes en ta In- dia, La prosperidad material, segin Zoroastro, es sefial de la bendicién divina y premio de Dios al trabajo. En el Imperio Persa no habia esclavos, sino trabajadores y cria- dos; fue el suyo el imperio mejor organizado del mundo antes de Roma. Tolerantes con ideas y religiones ajenas, ‘el mundo antiguo respiré al pasar del dominio asirio-ba- bilénico al persa. ¥ en este alivio hay mucho que agrade- cer seguramente a Zoroastro. 4 Textos El Avesta es 1a obra que recoge una parte del pensa- rmiento de Zoroastro, pero asimismo muchas de las anti- guas tradiclones persas y mucho mas de lo que los «ma- Bos» después hicieron con el mazdefsmo. Los antiguos Ssacerdotes politeistas —perseguidos al comienzo por Ciro— acabaron por aceptar el credo de Zoroastro que pervirtieron terriblemente volviéndolo al estado politeis- tadualista-animista de los primeros credos iranios. No ‘obstante, quedan en él algunos vestigios de la persona- Tidad de’ Zoroastro. En el mismo Avesta se lee ya un texto divinizando a Zoroastro: «A Mazda y a Zaratustra adoramos...» No es de extrafiar porque también recibié culto el agua y toda Ja cohorte de espiritus fantasticos que se creia ver tras cada fuerza de la naturaleza, y a los que habia que hacer propicios por medio de conjuros. Asi se ofrecian sacri ficios al sol, a la Iuna, a los vientos, etc., segin testifica Herodoto. EI historiador Pijodn escribe: «El Avesta, en su redac- cin actual, es obra de los magos yun patente ejemplo de cémo pueden legar a deformarse los. preceptos mas ‘levados cuando caen en manos de una casta sacerdotal.> El actual Avesta, ademés, es incompleto. Constituye el fragmento de una coleecién mucho mas amplia de textos ‘que fue destruida por Alejandro al ineendiar Persépolis 23 ‘cuando acabé con el Imperio Persa. Seguramente, mucho de lo quemado eran textos mAgicos, rrituales y demés précticas eilticas, pero es posible que las lamas se le- varan también algunas frases de Zoroastro, EL Avesta actual recibié su definitiva plasmacién en cl enfrentamiento de los persas con los musulmanes y la ecensién egada a nosotros data del siglo 1x después de C. Algunos autores arabes y griegos hacen alusiones esporddicas a Zoroastro, El punto fundamental del Avesta es ef mazdeismo dua- lista, ¥ por tanto panteista, entre el Bien y el Mal. Dado ‘que cada dia se duda més’de que este dualismo fuera la Verdadera doctrina de Zoroastro, el Avesta no representa sino de manera muy lejana e imperfecta el sentir del gran ‘maestro iranio. ‘La conclusién es que solamente tenemos algunas frases autéaticas de Zoroastro, pero no textos completos, y mu ‘cho menos nada que equivalga a su pensamiento siste ‘matizado. 'S. Fratos del pensamiento de Zoroastro ‘Son escasos. En primer lugar, porque, como hemos ob: servade, su auténtica doctrina’ fue pervertida al poco tiempo de su muerte. Cabe sefialar algunas evoluciones, Indirectas implicitas, tanto de lo que es original como de To que constituye la corrupeién sacerdotal. 1.9) La pura doctrina de Zoroastro no logré imponerse porque carecia de tradicién (a diferencia de los profe- tas hebreos) y aportaba unas ideas completamente extra- fas al talante tradicional de los_arios. 2.) El maadeismo dualista ejercié gran influencia en el movimiento maniqueo, entre los nestorianos y més tar- de en los cétaros, o albigenses de la Edad Media, 39 ‘moral, social y juridico, pues proveyé al futuro Imperio Persa’de unas bases éticas de convivencia que le hacen destacar por encima de los demés imperios de la anti- gledad. 14 El impacto més positivo es el ejercido en el plano _ 49 Sin lugar a dudas, Zoroastro influyé de alguna manera en ciertos grupos’ (una especie de remanente gentil?) que conservarian sus ideas més puras y que enlazarian con los magos que fueron a adorar a Jests. 5.) El filésofo alemin Nietesche escribié una_obr titulada Asi hablaba Zaratustra, en la que —lejos de in- tentar una interpretacién del pensamiento del gran per- sa— pone en su boca las propias lucubraciones de su calenturiento intelecto. Aplicacion: La fe de Zoroastro no puede ser contrapuesta a la verdad bibliea, por lo menos en los puntos fundamentales ¥en el estado actual de conocimientos acerca del pen- ‘Sador persa. Al contrario, ‘si pensamos en las posibles —y mas que probables— influencias hebreas (bien sea ac uiridas directamente en Palestina o bien via Babilonia) sobre el pensamiento de Zoroastro, el ideario de este hombre se convierte en un poderoso testimonio de lo {que es capaz de hacer la Revelacién bibliea con cuantos se acercan a ella con sed de verdad y justicia. Aun ast, Zoroastro —con todo lo positive que podamos: rreconocerle— no tiene, o no leg6, un registro de verdades reveladas por Dios, ni_pudo eniazar su doctrina con el testimonio dejado por Dios en épocas pasadas a través de otros profetas. Capt6 algo de la verdad, como el vian= dante que ve en la noche una estrella fugaz. Frente a esto la Revelacién biblica es una . A muchos de los santos del Antiguo Testamento, y al mismo Cristo, los tienen por profetas iguales a Mahoma, si bien éste re ibid una revelacién mas completa y perfecta que aqué- Nios, en su opinién. Las précticas del Islam pueden resumirse de la si ‘guiente manera: 1) la recitacion del credo: «No hay mas Dios que Ald y Mahoma es su profetas, que es una imi- tacién del y con pretensiones de revelacién, elementos. todos ellos copia: os de la Revelacién hebreo-cristiana. 1? El Islam adopts todo lo que le conventa de los re Jato’ biblices, pero deseché la divinidad del Mesias, la necesidad de'la muerte expiatoria y la resurreccién y ascensién del Sefor. 2° El Islam es fatalista en extremo. Niega el ui privado porque no cree en la libertad. Ei hombre es obli Rado, no obstante, por los ritos de esta religiin y sus buenas obras» (lal como las entienden los musulmanes) a ganarse el favor de Dios. La moralidad es camino de salvacién, no fruto. A Dios no se le considera Jamis como un Padre. Ni uno solo de los versiculos del Cordn tiene nada que se parezca a Juan 3:16: «De tal manera amé Dios..», porque Dios noes amor en el Isiem, sino ‘un eDéspoia ‘arbitrarion. 32 La moralidad (2) de) Islam permite ta poligamia, 1 concubinato, la esclavitud, la guerra santa y la supre- sién de las libertades individuales. Autoriza el divorcio con poces limites y fomenta el despotismo, 120 42 Bl Islam vivi6 unos siglos de esplendor material, después de su primera expansién, pero a partir de enton- ces se debate en agonia para superar el estancamiento, el atraso y la cerrazén mental y espiritual de sus adeptos. Mozley ha escrito: «Mahoma creia que el hombre po- ia hacer dos cosas bien para la gloria de Dios: cumplir Cierlos rritos y luchar por la causa de Alé. Sobre estos {dos puntos fue severo, pero aceptd una gran laxitud mo- rral en las esferas de vida familiar y social. Su cédigo exhibe el oportunismo del legislador que acomoda sus leyes al recipiente y sobre éste, el set humano, no se hacia muchas ilusiones.» , 2) Cristo no buscaba la verdad, como Buda, Zoroastro y los tenidos por fundadores de religiones. Cristo afirmé desde el comienzo de su ministerio: e¥o soy ia ver iad.» Cristo no sefialaba algtin posible camino; decia: «Yo soy el camino» 133 Cristo se consideraba divino; no era un simple ser hhumano en busca de Dios, sino que 1 mismo decia ser Dios y la revelacién més perfecta del Padre. 3) La muerte de cualquiera de esos hombres es, en el mejor de los casos, Ia muerte de un sabio, Lo que hhace de la muerte de Cristo algo tnico no es tanto su forma —en la eruz— sino su significado redentor. Los textos mis antiguos de los fundadores de religio- rnes no pretenden jamas que ninguno de ellos haya expiado el peeado con su muerte; los textos cristia hnos més antiguos proclaman —y ello es lo esencial el mensaje—: que «Cristo fue muerto por nuestros pe- eades, conforme a las Eserituras 4) Ningén texto antiguo de esas religiones pretende que sus fundadores resucitaran. La tumba de Mahoma, or ejemplo, es lugar de peregrinaciones islimicas. Ea tuba de Cristo esti vacia. Cristo resucité en presencia de muchos testigos y ascendié a los cielos desde donde ha de volver 5) Los textos mas antiguos de estas religiones no atri ‘buyen milagros a sus maestros (solamente los escritos tardies, esacralizadass, lo hacen); en cambio, toda Ta vida de Jesis es un milagro atestiguado de ma- era objetiva por los documentos més. antiguos. 6) Algunos de estos hombres (Contucio, Lao-Tsé, Zoroas. tro, ete.) no pretendieron jamés «fundars ninguna re- ligién sino tan slo ayudar a los hombres a. buscar el camino —algin camino— que pudiera satisfacer ‘sus inquietudes. morales o espirituales. La perversin Teligiosa posterior no puede servir mas que para pro- bar que el hombre es religioso por naturaleza. CUESTIONARIO: 1. {Qué diferencias fundamentales ezisten entre tos la ‘mados dlibros sagrados» de todas las retigiones y ta Bir blia? — 2. ;Qué diferencias existen entre Cristo y los demds caudiltos religiosos 0 fundadores de religiones? 4 LECCION 26 REVELACION Y RELIGION (2): LA IMPOSIBILIDAD DEL SINCRETISMO Un, hombre que no fuera més que tm ser human ater la clase de cosas que Jess dio, no seria conside- aldo un gran maestro de moral. © bet seria un lundtico en el misma nivel del hombre que aflema ser‘un huevo duro, 0 el mismo Diablo salido de los infiernos. Debes Iicer ‘una eleceln. O este hombre (sis) era yes lio de Dios, 026 tata de un loco por no decit igo peor. Puedes tenelo por tn perturba, puedes escupe Fer puedes mataro como a un demon de lo contri, Bicdes cacr a su pies y llamerle Setor y Dios, Pero no fos acojamos a eas eslupider de considerarlo simplemen- te un gran macsizo humano. No nes lo autora No nos To permite» Nadie que no 1o sea verdaderamente,Namasia a Jesis un perturba, Solamente enn caso de completa auch fia de honestided intelectual, podré enerse por loco a Sesuorsto"Ahora bien, como ‘bien planes. In eeston GS" Lewis, i no estamos dispuesos a doce barbasioe. des acerea ‘de deat de ‘Nazaret, tenemos que confesar 15. ©. S. Lewis, Mere Christianity, 1958, yp. ee Sas dens Be tiaity, 185, pp. 52, 5%, cltade por 135 ‘que era lo que dijo ser: Dios, Lo que no podemos hacer es tomar un absurdo camino intermedio, por mas que 10 prelendan tantos hoy: el camino de considerar a Jesis simplemente como un gran maestro. ;Un gran maestro ‘quien siendo humano se hacfa pasar por Dios? ;Un gran ‘maestro que pretendia expiar los pecados del mundo con ‘su muerte? ;Un gran maestro quien siendo simplemente hhumano hacia depender el destino eterno de los hombres de la relacién personal y actitud que tuvieran con él? GA qué de Cristo? {Qué tienen en comin la Nueva Jerusalén y el «paraiso» de Mahoma? ,Qué relacién existe entre el édejarlo todo como cesté> del Tao y el Sermén del Monte de Jesucristo? {Que afinidad entre la insensibilidad que preconizan hinduis- ‘mo, budismo y otros cultos orientales y el «conocer a Cri to, y experimentar el poder de su resurreccién» de Pablo? 5) La iiltima, aunque no ta menor, falacia del sincre- tismo estriba en’no querer ir hasta las fuentes de cada creencia. Si asi lo hiciera, veria —como lo hemos visto fen los estudios Uevados a cabo nosotros— que muchas 139 «religiones» se han convertido en tales por un proceso en ‘que es dificil distinguir la buena fe, la credulidad, la su persticiOn y la ignorancia. Si el sineretista responde que nuestro concepto de la «religion», de Dios, etc., es dis tinto, entonces también nos esta dando la razén, ‘pues in plicitamente confiesa que no todas las religiones, ni todas Tas ereencias, ni todos los adioses» son iguales «La fe cristiana como ereeneia distintiva, no puede so bbrevivir cuando renuneia al particularismo. Se mantiene firme o eae segtn la insistencia que haga en el hecho de ue fue Dios mismo, en forma de hombre, quien piso esta terra hace dos mil fos y murié entre dos ladrones en luna cruz para salvarnos. La fe cristiana no se basa en simbolos (éstos pueden multiplicarse), sino en unos hechos histéricos sinicos (2* Pedro 1:16.21; 1." Juan 1:13) que expresan la suprema realidad de la verdad.» Conclusiones Frente al sinerelismo hemos de proclamar: 1? Cristo es Gnico como Salvador. 2° La Revelacién bihlica que culmina en Jesucristo es inica como expresién divinamente inspirada de Ia verdad. 3° La proclamacién del Evangelio es el nico medio de salvar a los hombres, ya que tenemos una iinica Revelacién y una salvacion también tnica en Cris to solamente. El sineretismo es del todo inaceptable. CUESTIONARIO: 1. {Por qué es imposible el sincretismo? — 2. ¢Cree us ted que al cristianismo le es posible sobrevivir si no toma una actitud particularista? Ezplicite bien su respuesta. 4s B.D, Lewis xR. L. Slaer, Word Retgions, pp. 60186. CA: Wats, Landes, 138 0 LECCION 27.8 “NO HAY OTRO NOMBRE” (1) La Revelacién de Dios en la historia, y la salvacién que se desprende de dicha auto-revelacién divina que culmina en Cristo, son hechos histbricos tnicos y sin pa ralelo posible. La proclamaciéa de esta verdad levanta ‘eposicion siempre (.* Cor. 1:23) Nuestra época aceptara cualquier doctrina —y la con’ siderard como una posible aportacién a la verdad— siem- pre que no tenga pretensiones de exclusividad, ni signi figue una negacién de la validez de otras contribuciones. Y ello, pese a la clara incompatibilidad y contradiccién de las’ diferentes econtribucioness. Como sefila Francis ‘A. Schaeffer en sus libros (Huyendo de la razén, Dios ‘estd ahi), Ia mentalidad moderna ha perdido Ta légiea de la tesis y la antitesis, para abandonarse a una sintesis ‘completamente il6gica, En estas condiciones, el mensaje ‘del Evangelio sigue siendo para el hombre del siglo xx como lo fue para el del primer siglo, aunque por dis tintas razones—~ stropezadero> y . Nuestra respuesta es: ediélogo, sf; sincretismo, nov; scomprensién, si; confusin, no». Nos declaramos contra- los a cualquier forma de intoleraneia, pero no al abar dono de las conviceiones. Mucha gente hoy confunde la tolerancia con el relativismo, Gran error. Hemos de tra- bajar por la tolerancia como virtud social; tenemos que fomentar el diflogo para la convivencia, pero no en aras m1 de renunciar a la distincién fundamental, y esencial, que texiste entre la verdad y el error. ‘tras creencias no exigen este planteamiento, pero por Jo que atane al cristianismo, o bien se trata de una fal sedad 0, por el contrario, denuncia como falsos 0 incom piletos todes los demés sistemas. 1. Qué opinién, pues, nos merecen las otras religiones? En términos generales, los cristianos han dado tres cla ses de respuesta: A) Las Otras Religiones Como Una Preparacién Fue la postura de Justino Martir y la escuela de fil6- sofos eristlanos de Alejandria en los siglos 11 y 11, escue- Ta que ha tenido sus partidarios a lo largo del curso de la historia de la cristiandad, Segtin este punto de vista, los elementos de verdad que pueden hallarse en las démés religiones la devocién y las virtudes de algunos de sus adeptos— podrian ser considerados algo asi como una epraeparatio Peangelicas; vendrian a set lo que el judaismo del A.T. represent6 en relaciéa con el Evangelio. Ast lo hizo el Vaticano Ten su Constitucién Dogmdtica sobre la Igle- sia, p. 16. Estos elementos de verdad se explican como restos de la Revelaci6n natural original y también como la obra Gel mismo Cristo, el eterno Lagos «que lumina a todo hombre que viene a este mundo». Una expresién extrema la da W. Temple cuando escribe: «Por la Palabra de Dios “Testis, Isaias y Platén, Zoroastro, Buda y Confucio declararon las verdades que ensefiaron. Hay sélo una Luz Divina y cada hombre es iluminado en alguna medida por ella, Schelling decia: «Cristo se halla presente en cada Epoca y en cada raza, pero no es reconocido como tal. Gristo ‘estaba dentro del paganismo como una potencia natural, pero no. todavia como un principio personal.» Raimundo Péniker, entre nosotros, escribe: «El hindi 12 que lo es de buena fe se salva por Cristo y no por el hindufsmo, pero eso si: adquiere su salvacién por medio de los sacramentos hinddes, a través del mensaje de mo- rralidad y recta conducta, a través de los “misterias” que aprende en el hinduismo; es asi como Cristo salva. al hhindd normalmentes. Por esta cita, podemos comprobar ‘como la postura que estudiamos es fécilmente arrastrada hasta caer en un sineretismo mas © menos disimulado. B) Las Otras Religiones Como Inventos Del Diablo Es la posicién que defendi6 Tertuliano, y muchos des- pués de él hasta el dia de hoy. El énfasis se da a los aspectos mis sombrfos de las otras religiones: sus perversiones morales, 1a bajeza de sus principlos, la crueldad de sus practicas, etc. Como explicar los «rayos de luz que esporadicamente puedan aparecer dentro de estas ercencias? El Diablo también ‘sabe vestirse como cangel de luz», responden cltando pa- labras de S. Pablo, ‘Todas esas religiones niegan implicitamente —cuando no lo hacen explicitamente, como es el caso del Islam ¥ de los «cultos» madernos, bahaismo, rosacrucianismo, ceétera— la singularidad’ de Cristo, ela Palabra hécha carne>, que diluyen en hibridas alternativas y ast susti- tuyen el Evangelio nico por otros evangelics. ©) Las Otras Religiones Como Meros Esfuerzos Humanos Segin esta postura, la religién no os obra ni de Dios ni del diablo: se trata simplemente de las aspiraciones del hombre (mas © menos logradas) y sus esfuerzos para solucionar los misterios de la vida y de la muerte. Los adherentes de este punto de vista suelen dividirse, a su vez, en dos grupos: i) Los cristianos de sana ortodoxia biblica que com- parten mucho del punto 2.” arriba expuesto y consideran todas las demis religiones como tentativas humanas fa- us das de escalar el cielo y descubrir a Dios. Frente a estos esfuerzos brilla la Revelacién de Cristo descendiendo hasta el hombre. ii) Los ecristianoss de dudosa ortodoxia (més bien suelen ser emodernistass teoldgicamente considerados) para los que el eristianismo no es més que el logro mis alto del ser humano en su larga evolucién religiosa y el {que mas cerea ha llegado de la verdad ultima o «el fondo del sers. Las demés religiones son tenidas por escalones ‘menos afortunados de dicha evolucién secular del genio religioso del hombre. Este punto de vista es inadmisible para cualquier ereyente que se tome en serio la Biblia y el significado de la venida de Cristo al mundo. 2. gBxiste Una Caarta Alternative? J_N. D. Anderson —y otros con é— afirma no poder aceptar ninguna de las tres posturas, con independencia total de las dems. En cada una de ellas hay algo de verdad. El estudio de las religiones comparadas presenta un cua- dro desolador de confusién, supersticién y crueldad. Pero también es cierto que, aqui y alli, brilla alguna luz, més © ‘menos (casi siempre menos que inés) refulgente. Los ele- mentos de verdad tienen que proceder de Dios mismo: 19a través de la Revelacion natural original; 2.°) a tra- vvés de contacto directo 0 indirecto con Israel o la Iglesia, y 82) a través de la accién de Dios en los corazones que Te buscan. Algunos textos que nos orientaran: Hechos 10:34 ¥ 3; Génesis 14:17-24; Nameros 2224 (historia de Balam). Pero la corrupeidn hace su obra en todos estos posibles evestigios ruinosos» de verdad que puedan quedar en algu- nas creencias no cristianas. Muchos elementos de estas Feligiones son claramente faisos y proceden, sin duda, del epadre de mentiras, cuyo primer objetivo es, siempre, no tanto el hacer eaer al hombre en pecados mas o menos gro- setos como en apartarlo de todo aquello que pueda llevarlo al conocimiento del verdadero Dios y verdadero Salvador. rr ee oer Sarl tue hana nd nat eda ree cat ite te as cn cen cra ave ee ox UihSez hts ltteers senegal as Ye crap, Sona ater ea Evangelio queda reducido a mera religién. ando el cuEsTIoNaRIO; 1. {Qué opinion deben merecernos las otras retigiones? — 2 Explique'el punto de vista de Justino Morte y el de Tertaiona, 8. 7Qu8‘e parece a tives de Anderson? Pa aera 5 LECCION 282 “NO HAY OTRO NOMBRE” (2) {Cail es la situaci6n del hombre antes —y aparte— de Cristo? Para tos. males del hombre silo hay un remedo: ol rgeige Na esste azo, pues cen ningen oto hay salva Eeareemo anunciron ioe apostles a sa gencrcion ¥ eda Ins generaciones Yenderas—; porque no hay oro ome beigel Glo, dado‘ ton hombres, en ae podamoe ferveivans Uechos 410 ‘Shen ai, gebmo pudieron los hombres, antes de Cris to, mover & Bis y ger salvo? ped Pu de — a eae tro po teas ood Bub, tas cowl, ne cote econ aire Joe ets sees ete on She mare aisate clan rb Se ene sis Sami Seen em IS Ce ee eon YB" Aqui sigo muy de cerca las ideas de J. N. D. Anderson ex es a Sorta en ih ree etry ee ras tare ao Shaosac 146 La Roca que guiaba a Israel era Cristo mismo (1. Cor. 10:4), y la palabra de los profetas que predijo la pasiéa del calvario fue mensaje dado por el mismo Espiritu de Cristo (." Pedro 1:11). Abraham se alegrd en Jesucristo Gluan 8:56). ¥ si nadie ha visto al Padre sino el Hijo y aguél a quien el Hijo quisiere revelarlo (Juan 1:18), hemos de coneluir que Moisés hablé cara a cara con Cristo mis: ‘mo y que las apariciones del Angel de Jehova en el A.T. Ro son mas que teofanias de la Segunda Persona de la Trinidad. Los judios piadosos de antafio no fueron salvos por las obras (nadie lo ha sido nunea) sino por la graeia de Dios, por medio de la fe. Ahora bien, su estado de conacimient ‘era imperfecto; velan como en'un espejo muy borroso, ‘mientras que nosotros, comparativamente, vemos con més Claridad ecara a cara» (.* Cor. 13:12). Bh los tiempos del AT. tenian la «sombra> pero no la verdadera imagen.o sustancia de las cosas que habjan de venir (Hebr. de ahi que tuvieran que repetir constantemente unos sacri Ficlos que jams podian por si mismos llevar a la perfec cin, mientras que nosotros sabemos que la ofrenda de Cristo, una ver por todas, es perfecta y trae paz y segurl- dad (Hebr. 10:10) El conocimiento de los antiguos hebreos era deficiente, ju seguridades no eran tatas, pero el perdin de Dios ‘déntico al nuestro, pues se apoyaba en la misma gracia, iCuinta vergiienza debiéramos sentir al compararnos con Enoe, Abraham, David o Daniel y eonsiderar lo poco de sit onoeimiento con lo mucho de sus vivencias en eontraste on nuestro gran conocimiento y la miseria de nuestras ex periencias! 1B) Fuera Del Pueblo De Israel Si el tinico camino de acceso al Padre cs por medio de Cristo —el Cristo revelado ya profética y tipelégicamente a Isracl— y la nica base del perdoa, y la aceptacién de- lante de Dies, el sacrificio expiatorio realizado en la cruz ut del calvario, entonces, jqué decir de todos estos innume- rrables millones en todo el mundo —ayer y hoy— que viven ¥ mueren sin haber ofdo hablar del ‘nico Mediador entre Dios y los hombres? Esta cuestién ha recibido, también, varias respuestas ‘que podriamos resumir, generalizando, en tres grupos 12 El Camino de las Obras Haa sido la actitud, durante mucho tiempo, de la mayo: ria de autores catélico-romanos y se comprende al tener fen cuenta la teologia de ‘Trento segtin la cual el hombre ho es justifieado par la sola gracia y la sola fe sino tam bién mediante sus obras. De ahi que el recurso catélico- romano —todavia popular entre nuestras gentes— estriba fen afirmar que Dios juzgaré a cada hombre segin haya fobrado en su vida, independientemente del conocimiento ‘gue haya tenido de Dios, o mejor dicho: de la ignorancia ddel Evangelio, ;No habla Pablo en estos términes en Ro- ‘manos. 211-15? La ebuena fe>, las buenas obraso, actual, por liamarla de algin modo, , En el caso de que estas personas no leguen a escuchar el Evan: lio, gpodemos dudar de que al otro lado de 1a tumba Cris- to las estd esperando? No olvidemos que no es el conoci miento perfecto, sino la actitud frente a Dios lo que cuenta. No dogmatizamos, solamente reflexionamos a 1a luz de la Escritura y con la’prudente vigilancia del que desea ser fiel a la totalidad de su testimonio y ensefianza. Como reflexién final y concluyente, al menos para nos- otros, esti el hecho de que Dios es justo y el destino de los hombres, de todos los hombres, se halla en manos 158 de esta justicia divina. {Qué mejor esperanza y qué mejor garantia de que finalmente triunfara lo justo? ‘5. Algunas implicaciones misioneras Si lo dicho hasta aqui es correcto, ;disminuye en algo Ja urgencia de la tarea evangelizadora de la Iglesia de Cristo? En absolute. Consideremos: 1). Tenemos las érdenes explicitas de Cristo de ir y pre- dicar su Evangelio hasta lo ditimo de la tierra. Todo cre- yente tiene no solo este privilegio sino que es responsa: bilidad y deber suyos el levarlo a cabo. La Campbell Morgan comenta: 3)_ Nadie debe contentarse con el minimo de Evangelio 9 el minimo de la gracia de Dios. El contacto con el Se- flor —por la iniciativa de su gracia— debe prosegulr siem- pre. Asi que deber de la Iglesia es dar instruccién, apoyo, 154 amor y estimulo a cuantos demuestran por su actitud una disposicién para aceptar el Evangelio. 4) No podemos negar a nadie Ia presente experiencia de goz0, paz y poder que todo cristiano consciente —con tuna experiencia personal definida de conversién a Cristo ¥y comunién diaria con el Padre— distruta. Esto es posible Solamente por la predicacién plena del Evangelio a las, ‘almas. Dios siempre tuvo alguna clase de ctestigos, 0 testimo: tio, en el mundo (Hechos 14:17); ahora nos toca a nosotros seffuir dando fe de lo que Dios es, Dios quiere y Dios hace fen aquellos que le reelben personal, consciente y total ‘mente en sus vidas, El testimonio, hoy, desea Dics proseguirlo por medio nuestro, ‘Todas las gentes tienen que escuchar el Evangelio. ‘Todos los cristianos tienen, pues, que proclamarlo. Humanamente hablando, la Tglesia apostilica tena mas excusas y dificultades para salir a dar a conocer el Evan gelio al mundo. Pero aquellos cristianos salieron. Basta ‘Una ojeada al libro de los Hechos para comprobar lo que ellos hicieron y lo que nosotros tenemos que hacer. CUESTIONARIO: I, gDe qué manera Wegaba et conocimiento salvador a Israel antes de Cristo? — 2. Qué le parece la teoria ca- tlica de ela buena feo 0 las ebuenas obrass? — 3. ¢Cudt es Ia interpretacién correcta de Romanos, 2:1115? — 4 gPuede Dios hablar al corazén de los hombres? — 5 GAfecta a nuestra postura en algo la responsabilidad ionera de Ia Iglesia? BIBLIOGRAFIA, G. C, Berkouwer, General Revelation, Eerdmans, Grand Rapids, 1964 155, G. C. Berkouwer, General and Special Divine Revelation, en «Revelation and the Bibles, ed. por Carl FH. Henry, Baker, Grand Rapids, 1958. Juan Calvino, Insttucién de la Religién Cristiana, T, capt tulos 1-6. Fundacién Editorial de Literatura Reformada, Patses Bajos, 1968, Charles Hodge, A commentary on the Epistle to the Ro- ‘mans, Kregel, Grand Rapids, 1886. J.N. D. Anderson, Christianity and comparative Religion, Inter-Varsity Press, London, 1971. H. D. Lewis and R. L. Slater, World Religions, C. A. Watts, Londres, 1966. José Pijoan y Juan Salvat, Historia de! Mundo, Salvat Editores, S. A., Barcelona, 1969. Interesante por la in formacién que’ ofrece, pero no por la interpretacién que hace de las grandes religiones ni del eristianismo en algunos puntos. L, Newbegin, The Finality of Christ, SCM. Press, Lon ares, 1969. P. Tilich, Christianity and the encounter of the world Re ligions, Columbia University Press, 1964. W. A. Visser't Hooft, No other name, $.C-M. Press, 1953. R. Paniker, The unknown Christ of Hinduism, Darton, Longman, 1965. Ejemplo del nuevo neosineretiamo ca” télico-romano. Tercera parte LA REVELACION ESPECIAL XXIX, REVELACION Y PALABRA: DIOS HA HABLADO XXX. LA REVELACION ESPECIAL XXXI_ LOS INSTRUMENTOS DE LA REVELA- CION (1): LOS TESTIGOS XXXII, LOS INSTRUMENTOS DE LA REVELA- ION @): LA TRADICION APOSTOLICA XXXHI, LOS INSTRUMENTOS DE LA REVELA- CION G): LA INSPIRACION DE LAS ES- CRITURAS XXXIV, LA INSPIRACION (1): 2.8 PEDRO 1:19.21 XXXV. LA INSPIRACION (2): 2.4 TIMOTEO 3:15,16 XXXVI. LA INSPIRACION (3): EL TESTIMONIO DE JESUS XXXVI LA INSPIRACION (4): EL TESTIMONIO DE LOS APOSTOLES XXXVI. XXXIX, XL. XL. XL, XLII. XLIY. XLV. XLVI. XLVH. XLVI. XLIX. L u. Lu. DIVERSAS ACTITUDES FRENTE A LA REVELACION ESPECIAL AUTORIDAD Y CANONICIDAD DE LAS ESCRITURAS LA BIBLIA ¥ LOS APOCRIFOS EL CANON JUDIO iPOR QUE NOS OPONEMOS A LOS APO- ‘CRIFOS? ALGUNAS VERSIONES DE LOS APOCRI- Fos EL MODERNISMO Y LOS APOCRIFOS LA BIBLIA, PALABRA DE DIOS EL TESTIMONIO DEL ESPIRITU SAN- To EL TESTIMONIO DEL ESPIRITU SAN- TO @) EL TESTIMONIO DEL ESPIRITU Y LA PALABRA (1) EL TESTIMONIO DEL ESPIRITU Y LA PALABRA (2) EL TESTIMONIO DEL ESPIRITU Y LA PALABRA (3) EL ESPIRITU, LA BIBLIA ¥ LA IGLE- SIA) EL ESPIRITU, LA BIBLIA Y LA IGLE- SIA @) Apéndice: LA APOLOGETICA EVANGELI- CA, HOY Bibliograia LECCION 29.4 REVELACION ¥ PALABRA: DIOS HA HABLADO Hemos visto que Dios no se imanifiesta s6lo por las obras de la naturaleza, sino que se ha revelado también de una manera especial en ciertos hechos de la Historia, Jos que culminan en la obra y persona de Jesueristo. Pre: cisamente, uno de los titulos mas expresivos que se dan ‘a Cristo es eel Verbo>, la Palabra. En efecto, Cristo es la Palabra de Dios encarnada. Y de la misma’ manera que la palabra es el medio por el cual expresamos nuestros, pensamientos, asi Cristo es el medio por el cual Dios nos hha revelado sus pensamientos divinos. «A Dios nadie le vio Jamas; el unigénito Hijo que esta en el seno del Padre, Bl le ha dado a conocers (Juan 1:18). De todo ello hemos deducido que hay una Revelacién General de Dios, a través de las obras de 1a Creacién, y otra Revelacién Especial, més particular, por medio ‘de intervenciones y mensajes directos de Dios al hombre. Pero, surge la pregunta: jeémo podemos nosotros egar ‘a conocer tal Revelacién? ‘Si Dios hablé en el pasado de diversas maneras y en varias ocasiones, eémo puedo yo oir su vor hoy? YY, sobre todo, ;qué conocimiento tendriamos nosotros de esta Palabra ‘encarnada, de la Revelacién de Dios en su Hijo, si no hubiera quedado registrada de algin modo aque la hiciera permanente? 159 1. Revelacién Especial y Palabra escrita La respuesta a nuestros interrogantes es 1a Biblia. En sus paginas tenemos el testimonio de que Dios no silo obré en Ia Historia mediante intervenciones especiales, sino que su Providencia buse6 a aquellos que, guiados por el Espiritu Santo, pusieran por escrito el relato de tes hechos de Dios y su interpretacin divinament inp Del mismo modo que no basta que la huella de Dios se vislumbrara en la Creacién, y precisabamos una Re Velacién més perfecta, asi tampoco esta manifestacioa directa del Sefor, revelindose més claramente por sus acciones extraordinarias en la Historia, seria de ninguna utilidad si no hubiera quedado registrada en las paginas de un Libro, Este libro es la Biblia El mismo Brunner, uno de los més destacados repre sentantes de la NeoOrtodoxia, se ve obligado a admitir que esin la Biblia no sabriamos nada de Cristo, de quien recisamente nos viene el nombre de cristianos. La fe Cristiana es la fe en Cristo, y solo en la Biblia podemos entrar en relacién con El para escuchar sus palabras. La fe cristiana es una fe biblicas." El que la Revelacién Especial de Dios se conserve mediante 1a Bseritura es algo lbgico y de sentido comén, El propésito de la escritura es precisamente cl de dar forma permanente a la de otro modo fugaz expresin ver- bal. En lo escrito el discurso toma como una existencia propia, libre de las limitaciones del tiempo y del espacio. Escribe Calvino: «Si consideramos la mutabilidad de la ‘mente humana, cuin facilmente cae en el olvido de Dios, ‘cuan grande es su propensién a errores de toda clase, cua violenta es su pasién por la constante fabricacién de re- ligiones nuevas y falsas, serd facil percibir Ia necesidad de que la doctrina celestial quedara escrita, a fin de que T Bmilo Brunner, Nuestra fe, p. 16, Ba, «Proispanis», 19, 160 no se perdiera en el olvido, se evaporara en el error 0 se corrompiera por la presuncién de los hombres» (Calvino, Inst. I, cap. VD. En otras palabras: «El hombre, en estado de inocencia, conversaba con Dios y aprendia ia voluntad divina. Pero cuando el hombre pecé se pradujo una ruptura entre el hombre y Dios de efectos definidamente terribles. El hom: bre necesita un nuevo tipo de Revelacién por dos razo- nes: 1.*, esti en pecado y necesita una revelacion de 24, el hombre en pecado corrompe la Revelacién de modo que tiene necesidad de una Revelacién ineorrup- tible para poder tener un conocimiento verdadero de Dios. y de la voluntad divina. La Eseritura, como revelacion externa, se hizo necesaria a causa del pecado del hom: bre. Esta Revelacién tiene que venirnos ede fuera, de manera externa y no interna y subjetivamente, ya que tuna Revelacién externa es la tinica que puede neutralizar las tendencias corruptoras de la naturaleza humana. Asi que la Escritura es la voz de Dios en un mundo de peca do. Siendo un Libro es objetivo; por ser la Palabra de Dios tiene autoridad absoluta, En iltimo término, el hom- bre piensa y obra o bien sometiéndose a la autoridad de Dios'o a la del hombre. ¥ toda filosofia, fuera de la Biblia, cs autoridad humana. La Biblia es, pues, para el cristiano Ja auioridad final, absoluta e infalible-> Examinemos ahora los hechos de la Escritura tal como Jos hallamos en la misma Biblia: A) En el Antiguo Testamento En Ia antigua dispensacién, la transmisién de la plena verdad revelada no se efectia por el mero recuerdo, 0 tradicién. La Revelacién se transmite mediante libros ‘di: vinamente inspirados. Se le promete a Israel que, después de Moisés, el Se- for levantara profetas que, como el Caulillo que los sacé % Van Ti Christian Theistic tics, 1047, pp. 1921 161 de Egipto, hablardn en el nombre de Dios (Deut. 13:15, 18). ‘Ahora ‘bien, la profecia se da como don, como carisma, rho como algo vinevlado a una instituciéa, ni siquiera la Sacerdotal (pese @ haber escogido el Sefior a Israel como vaso de su Revelacién Especial y haber designado a la tribu de Levi para el sacerdocio).. El profeta daba sus mensajes al pueblo, pero de éstos Jos tnieos que han quedado como Revelacion Especial ga rantizada de Dios son los que se han preservado en forma ‘escrita, Para todo hebreo, el mensaje de sus profetas en el pasado s6lo podia legar’a 61 por la Eseritura. Esto era ‘bvio porque la infalibilidad del mensaje profético iba Iigada a la persona del profeta en tanto que profeta, pero ‘no al recuerdo que del mismo pudieran tener los oyentes. Una Revelacién preservada por tradicién oral hubiera requeride una de dos: 0 el Sefior inspiraba a todos los, ereyentes para recordar «infaliblemente> la tradicién con Ccerniente a su Revelacién, o bien daba este «dono a una Institueién, Pero ninguna ‘de las dos cosas se dieron en Tsrael, La Palabra de Dios que, en clertos momentos de st Historia, egaba hasta Istael quedaba vinculada a la Es- critura. Asi, 1a Palabra de Dios por antonomasia era la Palabra registrada en los Sagrados Libros. Cierto que, sobre todo a partir del periodo intertesta- mentario, se introdujo la tradicién de los eseribas y fari ‘eos que’pretendia ser una fuente de revelacién igual que la conservada en las Escrituras. Pero esto fue una desvia ign, Y Cristo expresé muy claramente su opinion sobre fl particular. Negé de manera enfética que la tradicién fuese Palabra de Dios, Acusé a la tradicién de invalidar, de anular, la misma Palabra reveladora (Mateo 15:3). El ‘vino para que se cumpliese la Escritura, no la tradicién. B) En el Nuevo Testamento No es, pues, de extrafiar que Ja norma que sirvi6 para 1 Antiguo Testamento sirva igualmente para el Nuevo. 182 Cuando et apéstol Pedro ve cercanos sus iltimes dias, se preocupa de que la enseflanza apostélica sea preser vada. Y para ello piensa en la Eseritura. Las palabras que de él tenemos en su 2.* epistola (1:12.15; 3:25) muestran cémo era consciente de que ellos, los apéstoles, en tanto ‘que apéstoles, eran depositarios de la verdad revelada. Eran los testigos vivos del Cristo vivo. ‘Juan, el iltimo de los apéstoles en dejar el taberndcu lo terrestre, siente asimismo la gran necesidad de que la Revelacién de Cristo se conserve de manera eserila. ‘A la luz de los tres evangelios sindpticos procura escribir ‘otro evangelio que complete a aquéllos y ast el pueblo cristiano pueda tener una més acabada informacién acer~ cca de su Redentor. Y, luego, es el’Sefior mismo quien le cordena ponga por escrito las palabras de la ultima reve- laciéa del Apocalipsis (1:19). el mismo modo que Cristo es la Revelacién final, com- pleta y perfecta, de Dios a los hombres, asi también los cescritos apostilicos cierran completamente el canon de 1s libros inspirados. Es un hecho reconocido por todo lee: tor imparcial del Nuevo Testamento que el apostolado era intransferible. Porque el apostolado y la Revelacién de Je- sueristo van intimamente unidos: aquél es el testimonio de ésta, Y la verdad es que después del periodo aposté- lico no ha habido mis Revelacién especial. La misma Igle- sia Romana, que pretende la esucesién> apostélica en st Jerarquia, se ve obligada a confesar y reconocer que la Revelacién equedé completa con los apéstoles» > ‘Asi, no quedaba otro medio més eficaz para preservar el mensaje de Dios en Cristo que la escritura. Por esto dice, con razin, Calvino: «is solamente en las Escrituras ue al Sefor le'ha placido preservar su verdad en memo. ria perpetua...» (Calvino, Inst. I, eap. VII) 2. ,Decrlo del Santo Oto eLamentabln, del 3 de suo de 17, bajo Pio X. ae 153 Tanto el Antiguo Testamento como el Nuevo fueron recibidos por el pueblo de Dios como Palabra divina. Aun- ‘que el tema del canon de las Escrituras sera tratado en ‘otro lugar, conviene sin embargo hacer notar ya ahora que Tos libros de la Biblia se impusieron por si mismos como Palabra inspirada de Dios y que no deben a ninguna Sinagoga, ni concilio, el que fueran aceptados como tal. No hubo ninguna accién por parte de la Iglesia que deter se cules eran los libros divinamente inspirados y cuales no. Lo Gnico que la Iglesia hizo fue reconocer, ‘aceptar 1a existencia de los libros de la Fscritura por el propio peso de ellos mismos. Esto es en si una fuerte prue- ba de su genuinidad y autenticidad. Cuando en el siglo wv el Concilio de Nicea (325) se reu- nié para tratar sobre la crisis arriana, tanto Atanasio ‘como Arrio apelaron a la Escritura como a un cuerpo de doctrina infalible que estaba fuera de toda discusién. 'Y-asi también cuando el Tereer Concilio de Cartago (397), més tarde, aconsejé a las iglesias que no leyeran en el ‘templo otros libros que los ccanénicos, no hizo mas que rreconocer formalmente el hecho aceptado por toda la Cris- tiandad acerea de la Biblia. A finales del siglo 1, 1a Bil contenia esencialmente los mismos libros que tenemos hoy y eran considerados con el mismo respeto que tenemos ppor ellos los cristianos en la actualidad. CUESTIONARIO: 1. , sino eel Angel de Jehové), 1a segun da Persona de la Trinidad (Génesis 16:13 y aii. B) Comunicaciones directas 1. Asi hablo a Moisés (Deuteronomio 5:4) particu: larmente. 2, Por la operacion interior del Espiritu Santo en los corazones y las mentes de los profetas (1 Pedro 1:11). 3. Por suefios y visiones y también por ef miste logo Urim y Tummim (Nimeros 12:6; 27:21; Isaias 6). 4. En el N, Testamento, Jesueristo es el Maestro divino que revela la voluntad del Padre y por su Espiritu los apéstoles so convierten en érganos de la revelacién posterior y final (Juan 14:26 L* Corintios 2:12'13). ©) Milagros Berkhof dice atinadamente: eLos milagros narrados en la Biblia no debieran ser nunca considerados como meras maravillas para lenar de asombro a los hombres, sino ‘como partes esenciales de la revelacién de Dios. Son mmanifestaciones de un poder divino especial y de la pre- sencia de Dios de un modo particular. En muchos casos son simbolos de verdades espirituales, de la venida del Reino de Dios y del poder divino para Ia redencién, EL ‘mayor de los milagros fue Ia venida del Hijo de Dios en forma humana. Es en Cristo que la creacion entera es restablecida y restaurada a su belleza originals (.* Timo- teo 3:16; Apoe. 21:5). ‘Los milagros constituyen las credenciales divinas, obra- das por Dios para confirmar toda nueva comunicaciéa ivina a la Humanidad, Ast los milagros y la revelacién vvan juntos, Las grandes épocas de los milagros en la Bi- blia —el tiempo de Moisés, el de los profetas y el de la primera y la segunda venida de Cristo corren paralelas, a las grandes épocas de la revelacién especial. Los mila {gros servian para corroborar las nuevas verdades y ce- saban cuando estas verdades eran ya cosa admitidi 3. La humildad que exige ta revelacion La verdad de Ia existencia de Dios —y de la Palabra de Dios— la admitimos por fe, pero esia fe se basa en informacién auténtica y veraz. No es, pues, una fe ciega sino una fe apoyada en evidencias, y la primera de estas evidencias es ia que hallamos en ef Hecho mismo de la Re- velacién; hecho atestiguado por la Biblia, es decir: por la existencia misma del Libro de Dios que es registro de las comunicaciones divinas a los hombres. Sobre la BT- BLIA como objetivacién conereta de la Palabra de. Dios revelada, volveremos més detenidamente al estudiar el tema de la elnspiracion de las Eserituras». 1st El orgullo del hombre se siente herido, al descubrir que el Evangelio exige humildad y arrepentimiento inte Tectual tanto como moral. Pablo lo expresa asi en 2.* Carin tos 10:5. ‘La humildad de la mente finita, y tarada por el pecado, frente al Dios lnfinito es una sefial de auléntica sabiduri Porque la Revelacién de Dios es revelacion de verdad. CUESTIONARIO: 1. A quién hablé Dios en la antigiledad? — 2. cCémo ha bid Dios 0 te manifesté a los hombres? — 3. Qué relaciin tienen los milagros con la revelacién divina? — 4. $i Dios hha hablado, iqué actitud debe tomar el hombre con res pecto a esta revelacién? 168 ‘ LECCION 31.4 LOS INSTRUMENTOS DE LA REVELACION (1): LOS TESTIGOS Dios ha hablado, Su voz, ha sido oida y en Jesucristo bbajé a la tierra, Esta voz ha heclfo su impacto sobre 1a Humsnidad y de este impacto surgi6 la Biblia. Pero la 4 Biblia misma no cay6 del cielo como un meteoriio, ni nos \ fue entregada tampoco por mano de éngels en forma de La Biblia es el depésito de 1a Palabra de Dios. Es el testimonio humano de lo que dijo e hizo el Verbo encar nado y de la expectacién profética del mismo, No obstan- te trata de un testimonio humane controlado por la Dios quiso que su revelacién especial (registrada en las paginas de la Biblia) egara hasta nosotros a través del testimonio de unos hombres a quienes fue manifestada esta Revelacion (Moisés, profetas, apéstoles, etc.) {Cémo hemos de entender este los he: _ehos bistéricos por los que se manifesté la Revelacién (diving (Lucas 24:28; 1+ Juan 1:1; 1* Corintios 15:6; He- \ chos 26:28). 189 2, Testigos escopidos ¢ inspirados “Estos testigos fueron escogides por el Sefior mismo para ser no solo recipientes sino portadores de la Reve- Tacién, para Io cual fueron equipados de manera nica x por ei Bspirita Santo (Hechos 5:32; Juan 15:26,27). El Espirit guio a los profetas y apéstoles a «toda verdad> (1? Pedro 1:10-13); (@." Pedro 1:21; 1* Timoteo 2:7). No bastaba que fueran simplemente testigos. Tenian que ser testigos inspirados —ayudados por Dios y controlados por 2 para dar un testimonio veraz sin posiblidad de error. 3. Testigos indispensables Al ser no sélo receptores sino transmisores de la Reve: lacién Especial, estos testigos biblicos (Galatas 1:1 y ss.: ‘Juan 20:81) son hechos «enviados» al pueblo de Dios de 2° todas Ios tiempos y quedan asi constituides como funda- ‘mento indispensable de la Iglesia (Efesios 2:20). Esta se tdifiea sobre la Piedra angular que es Cristo mismo, pero, ‘2 su ver, sobre los testigos queridos y llamados por Jesu tristo: los. apéstoles y los profetas, Hamados explicita- ‘~.mente eel fundamentoo de la Iglesia ‘(Btesios 2:20; Mateo 16:18). Eso fue ast porque los apdstoles habian sido divina ‘mente designados y sobrenaturalmente equipados para ser {nstrumentos de la Revelacién que habra de llegar a todos Jos hombres, en todo tiempo, para bendicién de los que han de ereer en Cristo por la palabra de ellos (de los apésto- les) (Juan 17:20). 4, Testigos perennes Por su cardcter tinieo, estos profetas y apéstoles no 4 pueden tener sucesores. El fundamento se coloca una vez (U” por todas. Los requisites para el apostolado prueban nues tra afirmacién. {Cubes eran estos requisites? 170 +4) Haber sido lamado por Cristo mismo (Galatas {Libs por revelacion dl Seto (Gtlatas' 1:1 b). Haber sido testigo de la resurreccidn de Cristo, es 12; 1'Co- { decir: naberle visto resucitado (Heh. 1 | tintios 8:1'y 15:8). 1°" ( c) Ser inspirado y libre de todo error como maestro, | een ees el respeto debido a la doctrina de Cristo mismo ) —@ado'que era la misma— (Lt Corintios 14:37; [ LF Tesalonicenses 2:13). \\O Bresantar un minstrio coroborado por milagros (2 Corintios 12:12) Los apéstoles testificaron de Cristo una vez para siem- pre (Judas 3) en la consumacién de los siglos y a su tes limonio quedan ligados la Iglesia y el mundo, que seran juzgados por ellos. Unas consideraciones: - La Revelacién llega a nosotros con la garantia de estar cimentada sobre hechos (2.* Pedro 1:16), no meras hipé- 4 tesis o simples ideologias © misticismos, La Revelacién i ha sido dada por medio del testimonio de unos hombres hhumanamente veraces y_sobrenaturalmente inspirados. Unos hombres que, ademas, ellos mismos experimentaron cl poder de la Palabra transmitida que los salvé, Asi, no sélo la salvacién sino su misma proclamaeién or testigos inspirados pertenece al plan redentor de Dios. Esto es lo que no han sabido ver ciertas escuelas tealégi- eas como la neo-ortodoxia. ‘La singularidad del testimonfo apostilico y la imposi bilidad de sucesores de los apéstoles son doctrinas biblicas Fundamentales que, no obstante, no reciben la debida ‘atencién ni en el Catolicismo Romano, ni en la llamada Ortodoxia, ni en la Iglesia Anglicana’ (por lo menos ea / muchos séctores de 1a misma), ni en les modernos expo- nentes de la pretendida elglesia Apostélicas de cariz pentecostal v am CUESTIONARIO: 1. gArrojé Dios una Biblia desde et cielo, o envié a. hom: bres para que diesen testimonio de su verdad? — 2. Sefiale las caracteristicas de estas etestigoss lamados por Dios. 3. gPueden tener sucesores los profetas y apdstoles? Ra- Zone su respuesta con argumentos. — 4. jEn qué se apoya la Revelacién? {En hipétesis, en filosofias 0 en hechos historicos? — 5. Qué escuelas teoldgicas y qué iglesias hhan prestado paca, 0 ninguna atencién, a las verdades reveladas expuestas en esta leccién? mm + LECCION 32° LOS INSTRUMENTOS DE LA REVELACION (2): LA TRADICION APOSTOLICA, {De qué manera el testimonio de unos hombres esco gidos para ser testigos indispensables y perennes (véase leceién anterior) —profetas y apéstoles— lega hasta noso- tros hoy? {Como es posible que dicho testimonio aleance tadas las generaciones hasta que Cristo vuelva? La respuesta a todos estos interrogantes se halla en Ja Biblia; no s6lo en su contenido, sino en el hecho mismo de su existencia. Es asi porque la Revelacién Especial se identifica con la Sagrada Escritura. 2 Para preservar y transmitir lo que habla sido revela- o, Dios ordend que fuera puesto por escrito (Deuterono mio 18:18; Tsaias 51:16; 59:21; Jeremias 1:9; Apocalip~ sis 1:11.19). No significa esto que la Biblia contiene todo Jo que Dios ha dicho o ha hecho (2* Crénieas 9:29; Juan 21:25), pero si todo lo que es necesario para nuestra sal: \vacién, ‘instruceién y santificacién, ¥, aparte de ella, ya “nada mas sabemos de la Revelacién idivina (Juan 20:31), {ide manera que ninguna tradicién historica, eclesiastica 0 religiosa es capaz de aportarnos datos fidedignos tocan- ‘tes a la Revelacién Especial. Sélo la tradicién apostélica es de flar, porque silo los apéstoles (y los profetas en ‘el Antiguo’ Testamento) recibieron de Cristo el ministerio dde ser testigos sobrenaturalmente equipados y fundamento dde su Iglesia (Bfesios 2:20) 13 1 Es 4 ‘ La Tradicién apostitica, norma para Ta Iglesia La Tradicién apostélica es, pues, norma para la Igle- sia (L* Tesalonicenses 2:13; 2° Tesalonicenses 3:6) Por consiguiente: a). La Tradicién apostélica debe ser quardada y trans smitida. LF Corintios 11:23 (of. 11:2); 19:3; 2° Tesaloni conses 2:15 (ej. de la «Santa Cenar como tradi- tiga apostéliea’custodiada y proclamada por la primitiva Iglesia). b) Porque dicha Tradicién viene de Dios y merece ‘acatamiento, Galatas 1:12; 1* Tesalonicenses 2:13. Compirese, por via de contraste, el valor nulo de la tradicién humana: Colosenses 2:8; Mateo 15:3. {2Cémo ega 2 nosotros esta norma apostélica? Por la Escritura —la Biblia— que recoge Ia tradicié pprofética y apostdlica: Romanos 1:13; 16:26, Debia ser asi, puesto que los apéstoles no viven siem- pre en el mundo, ni pueden tener sucesores, segin Yyvimos en Ia leceién anterior. El Espiritu Santo les prometié su asistencia, no obstante, para que fueran fcapaces de transmitirnos siempre ¢ infaliblemente el ‘contenido de la Revelacion Especial. Veamos como hallé cumplimiento Ia promesa divina: a) La triple promesa del Sefior y su cumplimiento: PROMESA CUMPLIMIENTO ‘Juan 14:26 Los Evangelios, yuan 16:13,14 Las Epistolas Suan 16:13) El Apocalipsis y demas. pa: 1m sajes proféticos de los Evan- gelios y las Epistolas. b) La conciencia apostélica de su puesta en préctica: En Pedro: 2" Pedro 1:1416; 3:12.15. En Juan: Juan 21:24; 20:31; “Apocalipsis 1:11.19; 19:9, En Pablo: 1.* Corintios 14:37; 1.* Tesalonicenses 5:27; 2* Tesalonicenses 3:14. ©) Nuestra comunién con la verdad pasa a través (de las Bscrituras) de los profetas y apéstales: Juan 17:20; 1 Juan 1:1; 2:19, [a Por consiguiente, somos amonestados a guardar ta f x ) ( Palabra escrita’ Colosenses 2:8; 1* Corintios 4:6; Hechos 20:28, 31,82; Tsaias 8:20. No es verdad, pues, como afirman algunos autores catélico-romanos, que Cristo nunca ordené a sus apé toles que escribieran. Toda la evidencia biblico-hist6 rica esta en contra de tal afirmaci La Tradicién apostitica y la Tradicién eclesiistiea El error de la doctrina oficial catélicoromana (error expuesto en el Concilio de Trento, refrendado en el Vaticano I y repetido en el Vatieano 11) que pretende poseer la Revelacién Especial no sélo en la Biblia sino fen una difusa y supuesta Tradicién —una ‘Tradicién ‘que progresa en Ta Iglesia, mediante su. magisterio infalible y bajo Ia autoridad del Papa— obedece a tuna triple confusién: 8) Confunde ta tradicién ectesidstica con ta tradicién apostélica. Esta es dinica y bien concreta, habiendo quedado registrada en las paginas de la Escritura, Aquélla rho es més que el testimonio y la proclamacién de la Iglesia con respecto de la segunda. La segunda esti exenta de error, mientras que la tradicién eclesiastica es falible’ porque no sélo testifiea de A, la Revelacién sino que, en ocasiones, hasido-in Tiel a la misma 15 b) Confunde apostolado con episcopado. . Se trata de dos ministerios totalmente distintos. El primero corresponde al fundamento y el segun: do al edificio de la Iglesia © Confunde magisterio revelador de tos apéstoles ‘con el magisterio expositive —y subordinado— de 1a Iglesia cristiana. fa cual la Biblia no es objetivamente, la Palabra de Dice, sino que’ se’ convierte en ¢Palabra de Dios para mip en ciertos momentos inicamente, Ye manera esporddiea, El Reconocer que la Sit Frade Hseritura es Palabra de Dios 0. mejor Slcho: que puede liegar a ser palabra de Dios ts casa subyetva y consitaye fa experiencia ex Bovkdiea de’ algunos, idvids Esta, posiciéa confunde el eencuentros del alma on Dios eon 1a Revelacdn misma que bace pos! Ste tal encuentro. Confonde fa verdad objetiva del Sohor que se revela, con nuestra gpreciacion sub- fot de dicba verdad Cristo era igualmente Dios y Salvador cuando era redo otf semana ie euand fue ert ado y" desechado por ls Judios ¥ los romanos: Scimismno, a Biblia es Palabra. de Dios tanto si fe la rechaza como s'se la cree ¥ acepla Postvamente, la ingpiracin Blea 68) 2) Una ispitacén orgdniea, El Exprita Santo obré > envfosesertres de acuerdo con su manera de Ser, eprovechando su iosnerasin personal cul ‘tra lumin sus mentes, gulé su memoria ¥ con » ° trolé la influencia del pecado y del error para que rho se malograse su trabajo; en todo, sin embargo, Jos dejé expresarse a su manera, segin su estilo y vocabulario y de acuerdo con’ su tiempo, Por jemplo, el estilo de Amés es muy distinto del de Taias y el de Miqueas del de Oseas; en el Nuevo Testamento, los escrites de Juan difieren mucho de los de Pablo y, no obstante, todos estos testi ‘monios nos dan Palabra de Dios. Es decir: Pala bra de Digs a través de las palabras de unos ham- bres (2 Pedro 1:19.21), Una inspiracién plenaria. ¢Toda Eseritura es ins- pirada por Dios ¥ itil.» Timoteo 3:16). El sentido original griego es que «Toda Eseri- tura> se refiere a cada uno de los escritos sagra- dos; «pasa graphés, distributivamente, 0 sea «las Sagradas Escriturass —las hiera grammata» del verso anterior (v. 15)— en su totalidad, sin excep. cid. Y esta Sagrada Escritura, en cada uno de sus partes y libros, ees inspirada>. Qué signl- fica la expresién einspirada por Dioss?°El vocablo riego ctheopneustoss quiere decir literalmente: cexpirada —de dentro hacia afuera—, soplada por Dios». Asi, la Sagrada Escritura es el. producto de la ‘aceién de Dios en el hombre por El escogido para ser su instrumento y escriba; la Biblia surge de Dios, viene de El y por consiguiente es Pala- bra de Dios. Una inspiracién verbal. Si bien no mecénica (véa- se mis arriba). Pablo cita a Lucas y a Deuteronomio como Sagra- dda Escritura y Pedro considera los eseritos de Pa- blo dentro de la misma categoria (1.* Timoteo 5:18; 2 Pedro 3:16). Lo que est escrito no es tan s6lo palabra de hombres sino Palabra de Dios: Mateo 19:4,5; Hechos 4:25,25; 13:34,35; Hebreos 1:6 y ss; 3:7, ete. 9 180 Para qué fue dada Ia inspiracién? El texto de Timoteo nos dice no s6lo que toda Eset! tura es inspiradas sino que ¥ equipar al ereyente para su érccimiento espiritual. Tal es su objetivo. La autoridad divina de Ia Escritura es una autoridad revelacional, 0 reveladora. En su esencia constituye Ta autorevelacion de Dios consignada en unas piri nas inspiradas por El mismo, De ello se sigue que la futoridad de la Biblia no es cientifica, o politica, © eeonémica, ete. «Dios no nos ha dado la Biblia para que sepamos ‘cémo es el cielo sino para ir al ciclos, dijo Galileo al ser procesado por la Inguisicién. Muchos siglos antes, ‘Agustin habia escrito: «Dios, al darnos las Eserituras, fo. qitiso enseharnos matematicas 0 astronomia; El fgueria hacer santos y no sabios» Aunque no sea primariamente un libro de ciencia, la Biblia contiene un cierto nimero de afirmaciones’ de tipo elentifice que, en ocasiones, significa anticiparse a michas verdades clentifieas modernas. Hay asimis- mo otras verdades reveladas que rozan el mbito de Ta cieneia; por ejemplo, Ia afirmacién de que toda la raza humana se deriva de una pareja original —Adén y Eva y que la materia no es eterna sino cosa cres- fa por Dios. Asimismo, hemos de admitir que la Es critura tiene mucho que decir sobre las presuposiciones de todas las demas ciencias. Sin embargo, no podemes: perder de vista el hecho de que la finalidad primera fe la Eseritura es 1a de amar a los hombres a la fe fen Dios mediante Ia presentacién de Jesucristo como Salvadar y Sefor. El estudio de las realidades de 1a creacién Io ha dejado Dios a In investigacion de tos hombres. Para que se ocupasen en ello les dio la ra. zon x las dems facultades que conten al bomb nuh ser echo a semejza de la Divinidad (Gen. 1 3b, 21. BI deseubrimiento de eslag verdades ‘natura ies no es objeto de Hevelacitn. fn cambio sto es foto fo quo atahe a Dios y a las relaciones del hom: bre’ can't, fmbito ste que, como ya. vimos cn las primeras leeciones,serfaInfeangueable si el ser htt Mano fuera dejado a sus solas Tuerzts . TTentos: Genesis. 2:7; 27 Timoteo 3:16 (verbo , 0 emovidos (B. de der. y Nacar-Col), cimpulsados» (Nuevo ‘Tes- Tamento Hispanoamericano), expresiones todas fllas_sinénimas, en este caso, de 1a cinspira- ‘ign>, 0 accion del Espiritu Santo en los ha- sidgrafes, segin Warfield y los mejores exee- tas, de acuerdo con la légica del contexto. (CE. tradueciones en el mismo sentido indica do: francesa de L, Ségond ¢ ingle King ‘ (Nuevo Testamento Hispanoamericano). B) 2+ Pedro y Ia instrumentalidad profética (Ct, lecciones anteriores sobre apostolado y tradicién apostélica.) El profeta, y el apéstol luego, fueron objeto de una ‘operactén especial del Espiritu Santo que les hizo Grganos ‘capaces de Ia Revelacién divina. No sélo fueron gulados, orientados o controlados. Las palabras impulsadoso, «mo- vidos, elievados, etc., que traducen el original de 2.* Pe- dro 1:21, implican mucho mas que simple direccién_u orientacién, Entrafian la misma idea de «inspiracién> que se da en 2.* Timoteo 3:16, segin Warfield en: The inspira: tion and authority of the Bible. Estos hombres que hablaron de parte de Dios, fueron tomados por el Espiritu Santo de manera total y absoluta ¥ conducidos a la meta querida por Dios. Asi, 1o que ha- blaron —bajo la operacion del Espiritu’ que’ obraba en ellos— no procedia de ellos sino de Dios. De ahi que la palabra profética sea segura, porque es palabra dada por inspiracién divina. Pero esta palabra tiene que perma- necer. ©) De ta palabra hasta el escrito profético 2+ Pedro 1:16-21 traza un puente entre la inspiracién personal y la inpiracién de tos eseritos que Mayen de quella. ‘Algunos hombres hablaron de parte de Dios> Pero su testimonio nos llega por sus escritos (Romanos 1:1-4) Era la situacién a que se refiere Pedro (2.* Pedro 1: eprofecia de la Eserituras) ‘De modo que Pedro une el hablar y el escribir al con- siderar el hecho de que los 6rganos de Ia Revelacién fue- ron tomados y movides por el Espiritu para darnos la Palabra profética de verdad. 185 Es palabra segura por ser profética (cinspiraday, «mo: vidas por Dios), pero es tanto mis segura cuanto que ha ‘quedado fijada en escritos igualmente infalibles por. set ‘1 producto de la accién del soplo de Dios en sus autores (. 19). 28 Pedro 2:21 es el gran texto de Ia instrumentalidad humana en el hecho de la revelaeién. Pero también 10 fs de Ia instrumentalidad eserituristica, porque ambas se dan cita en el testimonio profético, Este texto abre el ‘camino al otro de Pablo que le es afin y paralelo (2." Ti ‘moteo 3:16). 4, ;Qué significa In instrumentalidad humana? Es til la analogia con Cristo —Palabra encarnada— la humanidad del Salvador no implieé jamais pecado, pero si limitaciones. Asi, el elemento humano en las Escrituras (unos idiomas ‘conéretos, el transfondo de unas culturas determinadas, de un tiempo y unas civilizaciones dadas, eteétera) no implica tampoco nunca error, pero si limi: taciones y ciertas dificultades que la critica textual y el estudio del fondo histéricovliterario-geogratico de cada libro ayudan a superar. eTenemos el tesoro en vasos de barro... podria decirse también del elemento humano en Ia formacion de la Biblia, Pero cl gran milagro de Dios que Lamamos einspiracién» ha hecho posible que, no obs tante, y pese a todos los condicionamientos humanos, ter ‘gamos el gran tesoro: el registro infalible de la Palabra Ge Dios dada a los hombres. Parafraseando otro texto, también podriamos decir aqul: «jGracias a Dies por si don inefable!s CUESTIONARIO: 1. {Qué significa el término cinspiraciéns en su sentido biblico? ~"2. Qué texto enseta que los autores de la Escritura eran inspirados? — 3, Cudl es el tema de 2." Pe- dro 1:1921: la interpretacin 0 la inspiracién de la Bi blia? — 4, ¢Qué signifies ta instrumentalidad humona para 1a Biblia? 186 LECCION 35 LA INSPIRACION (2: 2.4 TIMOTEO 3:15,16 5. La “inspiracién” segin S. Pablo El texto clave ahora es: 2 Timoteo 3:15-16 En esta seccién Pablo explica a Timoteo las ventajas de haber aprendido desde pequefio la verdad salvadora de Dios. ;Cémo la aprendi6? 1a) Tuvo buenos maestros (v. 15) que le enseftaron bien. Debia estarles agradecido, b) Tuvo las Bserituras (v. 16) Este hecho fue el decisive. Porque ellas consti tuyen la suprema garantia de la verdad salvadora, 6. :Cail es el origen y el valor de las Escrituras? ) Origen iltimo de las Esorituras ‘oda Eseritura es inspirada por Dios..» (v. 16). El origen, o causa primera, radica en aparece como sinénimo de ‘Todo el Antiguo Testamento sefiala a Cristo. Asi, ¢s necesario que se cumpla todo lo que esta escrito de 1 en la eLeys, en los Profetas y en los Salmos (Lu ‘eas 24:44), La expresion ces necesario» tiene caracter enfatico (emuy enféticos sefiala B. Warfield); zpor gué?, porque G45. Es insensato todo el que alberga dudas sobre lo que esté eserito en la Biblia (v. 25 y ss). Aqui de nuevo aparece el factor sindnimo que identifica una arte de la Escritura con la totalidad de la misma (eMfoisés... todos los profelas... todas las Escriturass =v. Ti, ef. v, B). Con frecuencia advertia Jesis a sus discipulos de que «todo lo que estaba eserito acerca de ély debia hallar cabal cumplimiento (Marcos 14:19; Juan 13:18; 17:12: ‘Marcos 9:12.13). Sobre Ia base de las declaraciones biblieas, anuincié que ciertos acontecimientos iban a ‘acaecer pronto (eseréis escandalizados en mi; porque etd escrito... Mateo y 54; Marcos 14:27; cf. Lucas 20:17), E) scudrifiad tas Eseriturass ‘Jesiis no censura a los judias por ser lectores de la Biblia; todo lo contrario, les anima a continuar sién dolo. Pero en las palabras del Sefior hay un tinte de amargura porque los judios lefan las Eserituras con un velo puesto sobre el eorazin (ef. 2 Corintos 8:15 ys). ‘scudrifiad las Rscrituras..2: cosa necesaria. ‘a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eter nna»: pensamiento correcto, si no fuera por el velo ‘que 05 oculta el objetivo mismo de la Biblia y la ver- dad de Aquel de quien da testimonio: Jesucristo, au tor de la vida. «ellas som las que dan testimonio de mis: ecllas son» es un término muy enfatico y la expresién «dan tes timonio» significa un proceso continuo de testimonio. ‘y no queréis venir a mi para que tengdis vidas: {Esta es la tragedia! La finalidad de la Escritura es conducir a Aquel que dda vida. El fracaso de los judios estribaba, no en que las Eserituras fuesen insuficientes, sino en Ia manera como se acercaban a la Biblia, El fallo se halla, por consiguiente, en el hombre y no en el Libro de Dios. F) <{No habéis leido...29 En cinco ocasiones Jesiis dirigié una misma pregunta 193 a diferentes personas: «:No habéls leido..?9, refirién- dose a las Escrituras yen las cuales éi trataba de hallar el argumento que debia convencer a sus inter- Toeutares. Estas cinco ocasiones se nos relatan en los textos si guientes: Mateo 12:25, sobre el sibado; Mateo 19:4, Sobre el divorcio; Mateo 21:16, parabola de los lal Gores malvados, y Mateo 22:31, sobre la resurreccién de los muertos. De estas declaraciones de Jestis se infiere que el Sal: vador apelaba a la Escritura para hallar la solucién 4 todos los grandes problemas basicos de la vida y fe la muerte, Sus respuestas demuestran que todo ‘cuanto dijo e hizo lo levé a cabo porque tenia la firme conviecién de que estaba plenamente justificado, apo- yado y retvendado por la Hseritura, 1. z8e acomodé Cristo a su tempo? Por la serie de textos que hemos venido estudiando, se lega a la conclusion de que Jesis concedia tanta autoridad ala Eseritura debido s que la consideraba Palabra de Dios, no porque —ademis, y correctamente— sus contem- ppordneos (a diferencia de muchos contempordneos nues tos) la considerasen como a tal. El testimonio de Jess afirma, inequivocamente, que todo To que esta escrito en Ia Biblia es Palabra de Dios ¥ ppor lo tanto merece el méximo respeto y acatamiento. Es cierto que su concepto de la Escritura era, asimis- mo, el provaleciente en su tiempo. Pero no nos queda nin- ‘guna duda de que era el sostenido por Cristo sobre 1a base, no de que fuera Ia opinién comdn, sino porque como Hijo’de Dios y mediante su conocimiento humano-divino sabia que tal concepto era verdad. Esto explica que los iErandes instantes de su ministerio terrenal vengan enmar feados en textos biblicos que salieron de sus labios para Consuelo, fortaleza o testimonio, En la tentacién, en la cruz y en la agonia, Jesds se sirvié de la Palabra inspirada 1st de su Padre (Mateo 4; Juan 19:28, etc.). En estos mo- ‘mentos supremos es inaudito imaginar que Jesis hiciera uso de unos escritos por el mero hecho de que eran popu: larmente aceptados, si no hubiese sabido que eran, al mis ‘mo tiempo, portadores de la Palabra divina. Que Cristo no seguia fécilmente las modas de su tiem- po, ‘se echa de ver en la actitud que tomé frente a la stradicién> de los rabinos judios (Mateo 15:36; Marcos 7:79), mucho mas popular que el acatamiento a la Sagra dda Bscritura. No se entenderian los ataques durisimos de ‘esis en contra de la tradieién y su silencio con respecto ‘las Eserituras si éstas no tenfan més valor que aquélla ‘Jesiis se opuso a 1a manera como sus contemporancos celebraban y entendian las normas del Antiguo Testamen- to sobre el sabado (Marcos 2:27), sobre la pureza externa (Marcos 7:15), sobre el divorcio (Marcos 10:2), ete. Fl vino, hho a abrogar la Ley, sino a cumplirla (Mateo 5:17); pero jebmo?, ja la mancra legalista de los rabinos?, segin la letra...? ‘Todo lo contrario; Cristo cumplié la Ley demos- trando en su vida perfecta el sentido espiritual y profundo de la misma, con menoscabo y desprecio de las formas externas de Ta tradicién rabiniea. Por lo que concierne a los eseritos del Nuevo Testa: mento, hemos estudiado en las lecciones anteriores sufi- clentemente las promesas y la direceién de Cristo por su Espiritu Santo sobre las personas de los apéstoles, para ‘que abundemos ahora otra vez en ello, Remitimos a lo dicho en las primeras cuatro lecciones. CUESTIONARIO: 1. cQué opinién le merecié a Jesiis el Antiguo Testamen- to? — 2. 4Qué queria sefalar Cristo al ezelamar: «jBsté eseritols?'— 3. ;Qué abarcaba la expresién jutia en tiempos de Crisio: los primeros libros de ta Biblia (el Per: tateuco) 0 la totalidad de las Eserituras? — 4, {Creia Cris. to en la inspiracién de las Escrituras y en su sxprema autoridad 0, por eb contrari, se amoldata a sentir de su tiempo? 195, LECCION 37 LA. INSPIRACION (4): EL TESTIMONIO DE LOS APOSTOLES AAI igual que su Maestro, los discipulos de Jesis atir- maban eBstd escritos para sefialar 1a autoridad divina de ‘cuanto se halla registrado en la Biblia. 10, EI Evangelio apostético, basado en la Esericura El ministerio oficial de Cristo comenz6 con un «Esta escritos (Mateo 4:4). Asimismo, la prociamacién del Evan- Kelio da comienzo con esta frase: «Como esta escrito en...» (Marcos 1:2). {Asi como Cristo justificaba su obra con la solemne ex- clamacién: eAst esi escrito y asi fue necesario que el (Cristo padeciese, y resucitase..» (Lucas 24:46), asimismo los apéstoles vindican cl Evangelio que prediean, detalle sobre detalle, mediante su apelacién alas Escrituras: y en los cuales se retinen juntos un cierto ni mero de textos procedentes de diferentes libros, pero re Tacionados estrechamente los unas con los otros. B, Warfield ofrece un ejemplo elocuente de estas ca denas de eitas sacado del primer capitulo de la carta a las Hebregs en sus Biblical Studies. Podemos emperar en el versiculo 5: «Porque ia cual de los én- Cita del salmo 2:7 colocada eles. dijo Dios jamés: Mi en los labios de Dios, Hijo eres ti, Yo te he en- gendrado hoy...2 y otra ver: Yo seré a él Padre, y él me de 2* Samuel 7:14 en serd a mi Hijo? Ja que Dios mismo es el que Y¥ otra vez, cuando intro. habla. duce al Primogénito en el ‘mundo, dice: Adorenle todos los angeles Cita de Deuteronomio 32:43 de Dios. (Versién Septuaginta) 0 bien Salmo 97:7; en ninguna de las dos citas posibles es Dios el que habla directamente. 199 Ciertamente, de los ange- Cita del_salmo_104:4, en les dice: donde tampoco habla ‘Dios directamente y es aludido en El que hace a sus ngeles espiritus y @ sus ministros, Tera persona, Mama de fuego. Mas del Hijo dice: Cita det salmo 45:6,7, en ‘Tu trono, oh Dios, por el si- donde tampoco es Dios el lo del siglo. que habla directamente, si ¥: rho a quien se ditige el sal mista: ‘Ti, oh Sefor, en el principio Cita del salmo 102:25,27, en fundaste la tierra, y los ele- donde tampoco habla Dios Jos son obra de tis manos... directamente, sino que més bien se le habla a él. Pues, ja cual de los nge- Cita del salmo 110:1, en la les dijo Dios jamés: Siénta- cual es Dios ‘mismo quien tea mi diestra..? hhabla directamente. ‘Tenemos en este ejemplo pasajes en los cuales Dios es ‘quien habla directamente y otros en los que, mas bien, los escritores biblicas le hablan a él. Pero todos estos textos todos sin excepeién— son atribuides a Dios. ;Por qué? ‘Simplemente, porque tienen en comin que todos ellos. son palabras de la Escritura, y en tanto que palabra de la Escritura son Palabras de Dios. De manera similar, en Romanos 15:9 y ss. se encuen- tra una serie de citas, Ia primera de las cuales es ofrecida ‘con el término: «como esta escrito...2, y las otras, por medio de la frase: eY otra ver, o bien: <¥ otra ver dice» Las eitas son tomadas de Deuteronomio Salmo 18: 49; Salmo 117:1, y la altima de Tsafas 11:10, Solamente Ja éltima —la gnica designada por su autor humano en este pasaje— es una palabra directa de Dios en el texto del Antiguo Testamento. 200 CUBSTIONARIO: 1. GBs verdad que lo que dice 1a Escritura lo dice Dios mismo? —~ 2. Explique Hechos 1:16 y vea el alcance de 1a, doble instrumentalidad en la formacién de los escritos biblicos: la accién det Espiritu y la colaboracién hum: na. — 3. ZPor qué Dios asume como suyas palabras pro- nunciadas por sus siervos? om LECCION 31 DIVERSAS ACTITUDES FRENTE A LA REVELACION ESPECIAL, 1, La posicién Catdtico-Romana Fue fijada de manera definitiva en el Concilio de Tren ‘to (1545.63). El catélico-romano cree que tiene dos fuentes de Revelacién que se interpretan mutuamente: la Biblia y la Tradicién. De ahi que el eatélico no crea necesario bus ‘ear toda la doctrina en la Biblia, sino que tiene suficiente con lo que él considera meras alusiones a sus dogmas, ray de la autoridad de la Iglesia que, en la per- sona del Papa, es infalible y es quien, en realidad, define Ta doctrina. Los errores fundamentales de este sistema, a nuestro entender, son: A) A la Revelacion dnica de la Palabra de Dios, re gistrada en la Biblia, afiade la tradicién oral, sin garan- fia bili, apoyada’nicamente. en las preferncias de 'B)_ Somete la Escritura a la Telesia, en ver de someter Ja Iglesia a la Palabra de Dios. ©) Y (odo esto leva a la formacién de nuevas doc trinas, como si la Revelacién de Dios no hubiera sido ce- rrada’en el periodo apostélico (Judas 3). Teéricamente, 202 ‘como hemos visto, el Catolicismo Romano admite que con Tos apéstoles se termina la Revelacién, pero en la prac: tica desmiente su teoria. Su concepto de la Iglesia muy ‘sul generis» le lleva necesariamente @ no poder mostrarse consecuente con aquella teoria, Dice Jean Daniélou, S.J. ‘Hay en Ia Iglesia —y en la Iglesia como institucién— algo que es no solamente una autoridad humana infinita- mente respetable, sino el érgano a través del cual una ‘autoridad divina ‘se manifiesta ¢ Cierto que estas palabras pueden tomarse en un, buen sentido: la conciencia que tiene el pueblo de Dios de ser portador del mensaje divino al mundo, Pero el significado obvio de estas lineas de Daniélou es muy otro: se refiere 2 la pretension que tiene el magisterio de la Iglesia ro- ‘mana de ser, no heraldo sumiso y obediente de la Palabra de Dios, sino esta misma Palabra encarnada en la Histo- ria de manera indefinida y que le permite ensefiar como Palabra divina lo que cree descubrir en una pretendida erevelacién progresivas. De ahi la mariologia (no olvide- ‘mos, como ejemplo, Ia proclamacion del dogma de la Asun- cin de Maria) para cuya justificacién no se preocupa demasiado en encontrar fundamentos biblicos.® Dos son las principales implicaciones de esta posicién caélico-romana: 1) Desmiente précticamente el testimonio biblico ¢ histirico, del cese de la Revelacién en la época aposté- liea. 2) Adopta un sistema de «Revelacién> «sui generis» que consiste en Ia pretension de que Dios se revela ct tantemente (no en doterminados momentos, como sucedi en el pasado) en la Historia de la Iglesia.” Roma se com- promete con la Historia, y de tal modo, que sus doctrinas, 4 J, Daniélou, J, Guitton, J. Bose, Le Dialogue Catholique Pro teslan Lt Platine Bay p40. ‘Nase F. Lacuevay Cotaicieme Romano, pp, 938. 6 Vésse ©: Vaticano Hs Const Doom. sobre a ieiaa Revela- itn, v8 203 su misma vida y desarrollo, son en gran parte producto de circunstancias historieas determinadas. Porque identi fica y confunde Revelacién con Iglesia. Una de las raz0 nes por las que Roma no puede volver atrés es porque si rectificara su Historia se negaria a si misma. Est com prometida con la Historia y no puede desligarse de ella, 2, La posiciém de ta Teologia liberal El te6logo liberal se levanta en contra de la autoridad biblic, para poner en su lugar a autoridad de Ja razin El cristiano fiel a la Palabra de Dios piensa que si Dios hha hablado es légico que el hombre preste obediencia 8 la vor del Sefor. El liberal afirma, por su parte, que €l drbitro supremo en todos los campos del conocimiento hhumano, e incluso el religioso, es su propia razén ala que debe someterlo todo. Incluso’ cualquier pretendida Reve- lacién. ‘Los principios del liberalismo son: A) La Biblia debe ser tratada como cualquier otro libro humano.' Deben aplicarse a su estudio las mismas reglas que cuando estudiamos otros documentos de Ia an- tigiledad, 0 los autores clisicos. B) Todo lo sobrenatural ha de ser rechazado. Los mi Jagros no pueden aceptarse clentificamente. Las doctrinas del pecado, la expiacién, la Trinidad, etc., son desechadas porque no encajan con el sistema racionalista que se ha Impuesto a teologia liberal, ©) Consecuentemente, tampoco acepta la Biblia como inspirada por Dios.* Al rechazar toda actividad trascen- dente y milagrosa de Dios, se desecha al mismo tiempo toda doctrina sobrenatural acerca de la inspiracién y 1a Revelaciéa. La cinspiracién» queda reducida al poder que la Biblia tiene, como un buen libro de religién, para cinspirar 1 HE Bostick, The Modern Use ofthe Bible A Fosdick, op. cit, pp. 3031 204 (suscitar) experiencia religiosa. La Revelacién, segin el oncepto liberal, no es més que el discernimiento humano de ciertas verdades religiosas. D) Un principio muy importante dentro de la concep: ciéa Uberal es el de la por Roma en Trento. Son ‘muchos, varios centenares, Ios textos del Antiguo Testa- ‘mento que Jess y sus apéstoles citan en los Evangelios ¥ en las Epistolas, pero no se encuentra ni un solo ver Siculo de los lamados edeuterocanénicos» por Roma. No hha de extrafiarnos tal comprobacién, si tenemos en cuenta cual fue ef Canon admitide por los judios. Y, segin vimos en el texto de Romanos 3: ea los judlos les fue confiada la Palabra de Dios». CUESTIONARIO: 1. gPor qué los libros de ta Biblia hebrea estén ordenados de'manera distinta a como se hallan en nuestras Biblias? 2, {Bs idéntico el canon juio al que se encuentra en nues ta Biblia protestante? — 3. Qué similitud se da entre los autores de la tercera seccién del canon hebreo y los lla- ‘mados evarones apostélicos» (Marcos, Lucas y Judas)? — 4. {Qué diferencia existe entre el oficio proféticos y al don de ta profecias? — 5. {En qué seccién del canon he- breo figuraba el libro de eLamentacioness? 25 LECCION 42.2 iPOR QUE NOS OPONEMOS A LOS APOCRIFOS? B) Qué razones tenemos para rechazar los Apécrifos? Son varias estas razones; se escalonan y van acrecen- tando la validez total de nuestra postura: 1) La razin ya subrayada: no formaron nunca parte del Canon judio, el cual fue normativo para S. Pa- blo y lo es para nosotros. No existe, ademés, ningin ‘ejemplar del A.T. editado por los judios, con pre- tensiones de presentar la Palabra de Dios, que contenga los Apécrifos. 2) Los Apéecrifos no fueron jamés citados por Jesis ‘como Palabra de Dios. Tampoco los citaron. los ‘apéstoles (sein admite el Diccionario de la Biblia eatélica, editado por Herder; ef. articulo «Canon del A.T'a, p. 269). Se calcula que el Nuevo Testa- ‘mento cila al Antiguo 280 veces —y casi siempre de la version alejandrina de los Setenta, que incluia los Apéerifos— sin que nunca haga referencia a ningin apécrifo como Palabra de Dios. 3) Josefo, el gran historiador judio, da testimonio de ‘que los" Apéerifos no formaron nunca parte del Canon judio (Contra Apionem, I, 38-42). 4 Fil6n, filésofo judio de Alejandria, asi como la co- miinidad judia de dicha ciudad de habla griega (que solia usar la versién de los Setenta) no consi- deraron jamés alos ApGerifos como Sagrada Escri- tura, La teoria de que, tal vez, hubo un Canon alejandrino y otro palestino noes més que una fantasia sin ninguna base histérica. Segin esta teo la, el Canon judio seria exactamente el. mismo ue hoy, pero el alejandrino estaria compuesto no a solamente de los libros canénicos sino también de los apécrifos. En su Introduccién a los Apécrifos Introduction to the Apocripha), pp. 172, 22, e1 pro- Tesor Bruce M. Metzger escribe: «Resulta extrema damente dificil creer que los judies de Alejandria recibieran estos libros (apécrifos) como autorita tivos en el mismo sentido en que recibieron la Ley y¥_ los Profetas. Todos los testimonios histéricos es: tan en contra de este pretendido ecanon alejan dino No se menciona a los Apéerifos en ningtin catilogo © lista de libros admitidos por la Iglesia Cristiana fen los primeros tres siglos. El més antiguo Ca télogo de libros canénicos dé Antiguo Testamento, realizado por la Iglesia, es el de Melitén, obispo de Sardis en el ao 170. No contiene los 'Apéerifos ‘Tampoco los incluye Origenes —que murié en la mi tad del sigio int (¢f. su obra Historia Ketes. 1:28) Esta fue también la postura de Hilario de Poitiers, de Rufino y muy especialmente de Jerénimo, para quien el Canon hebreo y sélo este Canon tenia los ‘libri canonicis. Por lo que respecta a Agustin, el sabio tedlogo de Hipona, nos consta que al hablar del libro de Judit afirmé que no pertenece al Canon judio, y' en una ocasién en que alguien intentaba ‘poyarse sobre un pasaje de Macabeos para demos trar un argumento, el obispo de Hipona replicé que no era buena defensa la que se fundaba en un libro ue no era considerado por los judios en la misma categoria de inspirado que los canénicos. Tenemos, también el testimonio de Cirilo que viene a sumar- se a los ya mencionados. Pero, después del de ‘Jerénimo, el mas importante es el que aporta Ata- nnasio —el infatigable defensor de la ortadoxia tri- nitaria frente a Arrio—, el cual en su Carta 30 nos da una lista de los libros de ambos Testanentos (pirrafo 4) que acepta la Iglesia como Palabra de Dios. En los parrafos 6 y 7.° expresa clara- mm ® D ste ii oe, =) eee Euminfstra la antigua iglesia Cristiana per e Scat ee eee Soa ehanaseiee ecco a ieiicee crasetane ee ee ies ipa eee Became ccramata & a ae ee eee Se ot aches Tareas Serene ees alee ennee se guaje de los profetas. Como dice bien Bruce M. ee catechins oa gee ee oie {ue revelan Tos ipros candnicas. Baste compara, eS eres dort ak oe Sa ene Skee ate Pte rae Ganka ame fronAme ras ne % esfuerzos del hombre pecador, los encantamientos magicos, las oraciones por los difuntos, ete La mayor parte de los Apécrifos fueron escritos después que el Canon del Antiguo Testamento se hhubo cerrado. Los jjudios entendian que un requisito de canonici- dad, entre otros, era el siguiente: todo libro ins pirado tenia que’ haber sido escrito dentro del pe iodo que ellos denominaban eel periodo profética>, es decir: el tiempo que va desde Moisés hasta Malaquias en dias del emperador persa Artajerjes. Esto se echa de ver claramente en los eseritos de Josefo, Por ejemplo, escribe sobre el particular ‘sCierto es que nuestra historia ha sido eserita des- de tiempos de Artajerjes, pero lo que se ha escrito desde entonces no tiene igual autoridad que los primeros escritos antes mencionados; esto es asi Porque no ha habido una exacia continuidad de pro- fetas desde aquellos de abt que, desde en- tonces, nadie se alreve a afadir nada nia quitar nada...» (Op. cit, pp. 4042) EI Canon hebreo era un Canon cerrado al final de la era profética (es decir: alrededor del aio 400 a.C.). Esta idea de un Canon cerrado era comin Jos judios de Palestina y a los de Alejandria, Para ambos el Canon era algo cerrado y fijado. Solo que- aba esperar la manifestacién mesianica. Esto es un punto de evidencia histérica, no un simple punto de vista. Nos guste 0 no, el’ eriterio sobre el que los judios discernian la ‘canonieidad cera el apuntado por Josefo y el que evideneiaba el mismo testimonio interno de la propia Escritura veterotestamentaria. Se trata, por otra parle, de lun criterio muy antiguo y que, ademés, seguia vi: gente mucho tiempo después de Cristo Se ene are earn wn i Sena fa, Das Yo. : El silencio profético, a partir de Malaquias, slo era turbado por Jugn el Bavlisa, el que abrira ol camino al Mesias, Asi, pues, cualquier escrito re dactado después del 460'2.0” y antes de la vena del Bautista no es profélico y no puede ser insp fado, Y. cosa eurlosa, el miso Hbro apberifo de Ios Macabeos da testimonio fehaciente de este he- Cho: «Fue. una opresion terrible para Tsracl, como nin abi ota deste To teas 69 a cent Ton de aparecer los profetas> (I Macabeos 9:20. En el'mismo libro (I Macabens 3:48-49) se explica fe desde Malaquias, Israel se goblerna, o deberia obernarse, por el Libro de la Ley, buscando en él {que los gentles Consultan a los ‘dolos muds. ara una refutacién de la eritica radical —tanto tatéliea como de signo protestante liberal —en el Sento de que algunos Ubros canénicos del Antiguo ‘Testamento fueron escritos después de Artajeries, onsulfemos las obras de Tntroduceién al A.T. de Sutores tales como Edward J. Young, RK. Harr Sony las ‘excelentes. monografias comentarios. de ja Tyndale Press. de’ Londres Por supuesto, hemos de distinguir entre Ia redac ‘ign original de un escrito —antes del siglo a.C.— J las copias que de la misma pudleron hacer uno 3 varios eseribas.posteriores. Estas ocho razones que tenemos para no aceptar 1a Apécrifa en nuesiras versiones de la Biblia, son suficien temente claras y evidentes para que no podamos hacer otra cosa aparte de protestar por cualquier intento de in ‘lustén de dichos libros en las ediciones protestantes de Ia Eseritura, CUESTIONARIO: Qué razones tenemos para rechazar tos apécrifos? Enu ‘mérelas y coméntelas. 230 ALGUNAS VERSIONES DE LOS APOCRIFOS 3. Por qué Ia versa de los Setenta incluyé los apécrifos? Esta versién hecha en Alejandria por setenta sabios judios —segiin la leyenda— no fue editada por motives religiosos, sino meramente culturales. Ptolomeo Filadel- fo II queria reunir en la famosa Biblioteca de Alejandria (Gestruida siglos después por un incendio) toda la sabi- duria del mundo antiguo y'ordené la traduccién al griego de todos los escritos hebreos que tuvieran que ver con la cultura del pueblo de Israel. De esta manera, podria dis poner del acervo cultural hebreo que quedaba al aleance de todo el mundo civilizado gracias a su versién en la lengua internacional de aquel entonces, el griego. Se calcula que la traduccién tuvo lugar en el afio 200 a.C. y que fue levada a cabo por judios alejandrinos. Los apéstoles usaron esta versiGn, pero citaron finica- mente de los libros canénicos. El disponer de una traduc- cia griega de las Escrituras sobre las que podian apo- yar su predicacién del Cristo del que daban testimonio, fue algo providencial. En el easo de no existir esta versién, ‘muy dificilmente la hubieran podido ellos evar a cabo antes de los iitimos afios del primer siglo. Mas, dispo- nniendo de una edicién griega del A.T., pudieron extender ‘mejor el conocimiento del Evangelio ‘por las tierras del Imperio romano en donde el griego era la lengua comin de la gente culta y de gran parte del pueblo. 21 4. zPor qué algunas versiones anglicanas y luteranas con fienen los apéerifos? Una cosa es negar el valor canénico de un libro y otra muy distinta es negarle todo valor. De abi que desde siem- pre la Iglesia recomendara la lectura de estos libros, toda vex que suministraban datos sobre 1a historia del pueblo Judio entre Malaquias y los Evangelios y explicaban, en parte, los condicionamientos religiosos y sociales del ju aisno lal como le vemos en tiempos de Cristo, muy transformado en relaciéa con el prevaicciente en’ el si: glo w a. ‘Atanasio explieitaba muy bien que clos Apécritos no cestaban ineluidos en el Canon», pero afiadia: «su lectura tes de utilidads. En el mismo sentido, Jerénimo, que ne aba cl caracter de «libri canonicis a estas obras, comen- taba que podian ser consideradas «libri ecclesiastici>. No obstante, al perder el primitivo interés por las Es- cerituras, In Tglesia fue entregandose mas y més a la filo Sofia escolistica hasta que Ia misma idea del Canon se ‘eonvirtié en algo difuso y de valor controvertido. Hombres como el franciseano Buenaventura —canoni: zado después por Roma— llegaron a referirse a la Biblia (@ue desconocian bastante) como en la que es mejor no aventurarse por no perderse en ella La ignorancia de las ensefianzas biblicas lleg6 hasta el ‘mismo deseonocimiento de la antigua doctrina del Canon, ‘al menos a su exacta delimitacién. Para complicar las cosas, como suele suceder en tiempos de ignorancia, los testimonios claros —citados ya en nuestros articulos— en contra de los Apécrifos apenas se tuvieron en cuenta y se perdieron, En contraste, la decision errada de cualquier sinodo 0 concilio —como uno celebrado en Cartago que ineluyé en su Catilogo los Apécrifos— era aceptado como rientacién infalible y afadia confusién al general desco- nocimiento de las cuestiones biblicas. Es ast como se Ileg6 al siglo xv. La confusién era total. 232 El que las primeras versiones de Ia Biblia hechas por protestantes en el siglo xv1 (la versién eastellana de Ca Siodoro de Reina, la inglesa del rey Jaime, la alemana de Lutero, ete.) fuesen publicadas, en sus primeras edicio nes, con ios Apécrifos tiene su explicacién; una explica- cidade orden histérico muy simple. Una de las primeras preocupaciones de los reforma- dores era encontrar el texto de la Sagrada Eseritura que verdaderamente fuese Palabra de Dios, sin mixtificacio- nes, No podian, pues, rechazar cualquier libro que pre- tendiese ser candnico’ sin antes haber examinado atenta- mente todos los pros y todos los contras. Las pocas ver siones completas de la Biblia que habia entonces, casi todas en latin, o en traducciones muy deficientes —no de las originales sino del latin, incluian los libros apécrifos. Ellos recibieron una Biblia con Apécrifos y, antes de pa: sar a discriminar entre los libros que la componfan, tenian ‘que ser muy cautos. Eran tiempos de confusién y, en mu: cchos aspectos, casi tenian que empezar la investigacion desde cero. Pese a lo que dicen algunos autores catélicos polémicos, 1a verdad es que los reformadores fueron muy respetuosés con las tradiciones de la Iglesia romana y s6lo rechazaron aquello que la Palabra de Dios les obli- gaba a refutar, pero, sin embargo, jamas obraron con Nada tiene de extrafio, entonces, que los reformadores editaran la Biblia tal cual la encontraron por lo que se refiere al Canon. Su primera gran labor fue la de tradu- cir directamente de los originales hebreo y griego, Luego vino I problematica del Canon. Esta preocupacién por el Canon verdadero levé a Lu- tero a un examen eritieo de muchos libros de la Escritura Esto explica que durante algunos afios dudara de la carta de Santiago, por ejemplo. No abraba por recelo frente a la Biblia, sino todo Io eontrario: por respeto a la Palabra de Dios que deseaba redescubrir en toda su pureza y auten- ticidad, desligada de toda adherencia espirea. Muy pron- 233 to se legé a un completo acuerdo con Roma por lo que s¢ refiere al Canon del N-T. No asi en cuanto al A.T., debido ‘2 que Trento admitié —contra el consenso de los antiguos Pauires de la Iglesia y de todo el testimonio de 1a historia eclesiastica— los Apécrifos en el Canon de la Iglesia ro- mana, O mejor dicho: s6lo admitié algunos de los Ap6 crifos. {Por qué no los admitié todos? Uno de los puntos mas débiles de la posicién romana estriba precisamente en esto: apela a la version de los Setenta y, no obstante, festa. versign incluye otros apécrifos ademas de los que Roma acepta como deuterocanénicos. {Por qué? El hecho ces que la Apécrifa est compuesta de un conjunto de libros ‘mucho mas amplio que el que hallamos en las ediciones catélicas de la Escritura. Por otra parte, qué valor cabe atribuir a Trento? Una lectura de las actas de las sesiones de aquella malha- dada asamblea nos revela que la iinica preocupacién de Jos delegados (mas de las tres cuartas partes de los pre lados no tenian preparacién teoldgica sélida) era el op0- nerse sistematicamente a cualquier cosa que pudieran afirmar los reformadores, por el simple hecho de que lo Sostuvieran ellos, Esto lo admiten, hoy, incluso un buen nimero de historiadores eatdlicos. Ademés, existe en toda Ta Iglesia romana un deseo de superar Trento que mues tra bien a las claras Ja naturaleza de aquel sinodo. Para tun estudio, desde perspectivas evangélicas, véase la obra Ge Javier’ Gonzaga Concilios, tomo If, BI Concilio de Trento, (CUESTIONARIO: 1. gPor qué algunas versiones del siglo XVI incluyeron ies‘apderifos? — 2. gPor qué dudé Lutero de ta inspiracion de algunos libros de la Biblia (como la carta de Santiago, por ejemplo)? — 3, ;Se limita la Apécrifa hebrea a los Foros edeuterocandnicos» del canon romano? — 4. Por qué impuso Trento los libros apécrifos? 24 LECCION 44¢ EL MODERNISMO TEOLOGICO Y LOS APOCRIFOS 5. {Oull es wocstra posteiéa? [Nuestra postura es bien clara."Hemos desarrollado los argumentes' de orden biblico e historien que la avalan. CCreemos ser fieles a la norma que goberné al pueblo de Isracl y a Ia Iglesia apostilia al rechazar los Apécritos ¥ al no concederies ni sguiera el cardcter de edetteroce- Aénicoss que pretende Roma, sta ha sido la convicclon de las Telesias surgida la Reforma durante sgies peace Qué ha pasado, pues, para que hoy esta conviccién se vea debiltada en algunos cireulos hasta el pinto de. que $e piense en Ia eticion de Biblias —llamadss generalmen- te cecumfatcaas~ en colaboracien con eatfliceromancs ¥ ton Inclusion de Tos ApOcrifos? A) La teologia liberal A partir de Schleiermacher (1768-1834) 1a teclogia libe- ral (0 modernista) arrasirada por los prejuicios de la «alta criticas de Wellhausen dejé de considerar los libros de la Biblia como el registro inspirado de las intervenciones de Dios en Ia historia de los hombres. Las Bscrituras no son ya para estos criticos —como ‘no lo serdn luego para Tillich o Bultmann— otra cosa sino la narracién de algunas experiencias religiosas vividas por gente de acusada sensibilidad religiosa y con inclina Cidn al misticismo. De esta manera, se acebaba negando 235, toda distincién entre libros canénicos y no canénicos. Si ‘admitimos como obras religiosamente interesantes las con tenidas en el Canon judio, zpor qué no aceptar también ‘como de interés para’el estudio de las religiones los otros feseritos. de judios que demuestran, asimismo, esta pre disposicién Rebrea hacia el mundo’ del espiritu? No se trata, al fin y al cabo, del estudio de la evolucién de las aptitudes y las experiencias religiosas de un pueblo reli- ‘Bloso por excelencia? Es asi como, aunque por caminos diferentes y prest posiciones distintas, el subjetivismo de ciertas teologias radicales se siente libre para aceptar una Biblia con Apé- crifos, exactamente como hizo Trento. ‘Ahora bien, la motivacién principal de Trento fue la infalibilidad supuesta de una institucién eclesiastica que, como tal, obra € impone sus juicios a sus miembros. Roma es consecuente con su actitid. Pero Ia motivacién fundamental de 1a teologia liberal es el subjetivismo extremo (distrazado de racionalismo como demuestra el profesor Derek Bigg en su ensayo Ta racionalidad de la Revelacién, Ediciones Evangélicas Europeas, Barcelona, 1971), subjetivismo que en su en- diosamiento del hombre conduce al menosprecio de la Pa labra de Dios y —jcosa paradéjica!— acaba con la misma racionalidad y aboca en el absurdo y el nihilismo. B) La teologia liberal catética [Nos preguntamos, hoy que la teologia liberal y la eri tica biblica estén hallando tan buena acogida en el seno dde la Iglesia romana, si la inclusion de los Apécrifos en las ediciones lamadas algo de valor, o del texto, de la Revelacién escrita. Ha tenido que enfrentarse contra todos los que han yuxta- puesto la tradicién, las experiencias personales o la aulo- Fidad de alguna Iglesia por encima de la autoridad jinica de la Palabra de Dios. ¥ también ha tenido que pugnar contra los que han menoscabado la Revelacién mediante fl endiosamiento de la razén incrédula y soberbia. El pe- ligro de eafiadir» lo vemos hoy en cierios grupos preten- didamente carismaticos (pentecostales apostdlicos) y en las sectas (Adventistas, Testigos de Jehové, etc.), siendo ya tradicional en la Iglesia romana. El peligro’ de «sus traer> a la verdad Revelada su autoridad se halla latente fen mucha de la moderna teologia nacionales y con- tinentales— que sigue fiel a las convieciones del Cristia- nlsmo biblico e historico. 0 Tneluso un modernista —Kirsop Lake, de Chicago tiene que reconocer que muy pocos didaban dela infa: liad ae la Biblia hasta el siglo pasado, y cade: cl cristiano evangélico puede estar equlvocado: yo creo, que To esta. Pero somos nosotros los que nos hens apartade de Ta conviceion tradicional de Ta glesia, no 6 La Bisa Yel corpus theoogicum dela Iglesia se hallan a Su favor, ‘tin de su partes, , Ne megan au exsen problems relacionados con «1 texto bible, pero Ia erica textual el progreso en el Senocimiento de’ la antgiedad han solucionado. muchas de" estas problemas, ‘Por ita parte, suslon ser perf Ticos, es decir: que afectan Gnleaménte a cuestones. de ‘etal, inidentales, no teldgions ni Gucos. Lo que ew. tendemos se apova en bases demasiado sidas pars dudat frente a peauenon problemas susetados por lo que todavia no comprendemes. anlar neta de ae Recta ex near, en imo termino, el fundamento sobre el cual se apiyjen todas las demds verdades cristianas. siete El uso apologetic de los temas estdiados gira en tor no de una pregunta que nos formulan muchas. gente, menudo: {Como sabemos que la Biblia es la: Palabra ae Dios? 4 Evidencas A). Dice ser Palabra de Dios No todos Ios libros sagradoss de las demis se- lignes pretenden tal casa, como hemos compre bado en leceones anteriores. 1Et Antiguo Testamento Una historia de salvacion ao largo de tos siglos narrada en cerea de cuarenta eserits, ¥ mediante las personas ms dispares, apun tando al Mesias que ha de vents 2) El testimonio de los profetas. 8) El testimonio de ta nator ©) Bl testimono de tas profecis. 2a 2, El Nuevo Testamento El cumplimiento de las protecias y el testi monio daico de Jesucristo: a) Bl testimonio de Cristo. b) El testimonio de los apéstoles. ©) La unidad de los dos Testamentos. 1). Unidad estructural, 2) Unidad histérica. 3) Unidad profética. ® Unidad doctrinal 5) Unidad moral. 6) Unidad espiritual. B) La Biblia demuestra ser Palabra de Dios Si lo dicho en el anterior punto no fuera sufi- ciente: 1, La Biblia transforma a los individuos a). Su poder salvador. b)_ Su poder edificador. 2. La Biblia transforma a los pueblos a) Ejemplos en la historia de Israel. 'b) Ejemplos en la historia de Europa y Amé- {su influencia en la vida piblic fi — su influencia cultural (artes, letras, etc). 3. La Biblia, inico medio de renovacién de las Iglesias y del mundo. 7B, GI, Actuatidad y eatlicdad de la Reforma, por varios asto- reo, baicnes Svangdice, Buropess, Barcelona, 12, La segunda ‘Silaigo S'aumentada'y nevisnda™ eva el ttle de Protestontsmo ‘altra wena, Historia general det Protestantismo, Ec. Peninsula. aged “Ex amas obras se pusde estudiar a aportcién rica y combleja et"erbansan “copeaiente eh criiatomo teformago— 18 civiizacicn 2 ©) Conetusién: La Biblia es Palabra de Dios. = Palabra de Dios a través de las palabras de Jos hombres (humana y divina). — La Biblia es varia y compleja y, sin embargo, — La Biblia ha sido preservada por Dios, a tra: vés de los siglos. SI LA BIBLIA ES LO QUE DICE SER, ENTONCES HEMO$ DE LEERLA, MEDITARLA Y ABROPIARNOS SU CONTENIDO. 7 ‘«Bienaventurados los que oyen la Palabra de Dios ula ponen por obra» (Lucas 11:28), cvesrionarto: 1, Hla hablado Dias, ademds de haber cbrado para satoar Gi hombre? 2. :Porqud era necesario que ta Revelacon ivina fuera preseroada? ~'2 Cu es fa posture basca del Cristianiomo histoico_a'16 lar’ de los sigs? == 4 Gre uted que ex may iportonte a doctina det aw rivacdn y ta outoriad de tae Bsrturs para tas dems Sctrnacriinact 5 Offence un resomen decoder clas que conduzcan of reconocininto de a Biblio como Palabra de Dios. ee LECCION 462 EL TESTIMONIO DEL ESPIRITU SANTO (1) os has. eraonasy pero no todas fe dan igual acogida He Sim nae yee eee a ei comets cesta ae Pee classe eee Svat 2 a bene eter Tee phate canereeare dei aiaer tee ae ee ees Pit eee ne Pome Laser ce pple eee erg eee mare eter pe — i SoS oe ete a Sa wd wy ren cei Een oe Siac oy ‘Todas las «pruebas» que aportemos sobre la veracidad de Ja Biblia serdn iitiles en tanto que demostrardn que nuestra fe deseansa sobre hechos y ro sobre «fabulas por arte compuestaso (2.* Pedro 1:16). Con todo, su valor es Ssecundario: confirman muchas cosas, pero no'siempre pue- den imponerse a la conciencia eauterizada por el error y el pecado para la eual no basta esa confirmacién men fal. Asi, las eprucbas» pueden cerrar la boca del incré ulo, pero no aleanzan a abrirsela de nuevo para confesar Ja divinidad del Sefior y de su Palabra en un himno de fe salvadora; acaso consigan convencer de que la Biblia es el ‘inico mapa adecuado para adentrarnos con seguridad en el dmbito de las realidades espirituales. Pero una pet- sona puede llegar a la conclusién de que ef mapa de Fran- ‘cia que tiene en casa es perfecto, sin que sienta el menor deseo de hacer el viaje que le condueiria al pats vecino. 2Por qué es asi? A causa del estado del chombre na turab, caido y apartado de Dios (1 Cor. 2:14). 1, El estado del hombre hace necesaria Ia obra ituminadora de Dios «De acuerdo con Ia Escritura, es posible ver y ofr con los sentidos, ver y oir con la mente, yal mismo tiempo ser ciego y sordo en lo que atafe al espiritu (Marcos 8:1 Isa, 6:010; Jer. 5:21; Ez, 12:2)» dice B. Ramm, Esta tercera dimensién espiritual del ser humano viene epresentada de diversas maneras en la Biblia: los ojos del entendimiento espiritual (Ef. 1:18), el ver a Dios espi- ritualmente (Mat. 5:8; 1.* Juan 3:6),’el ver el Reino de Dios Juan 3:3) y el oido espiritual (Juan 5:24; 10: Rom. 10:17), Las Escrituras hablan también del ceorazdno, cl salman, el como funciones espi- rituales propias. De ahi que la Escritura mencione a los ue coyendo no oyens y «viendo no veno; y haga alusion a 1a habilidad o facultad espiritual del hombre que es. més rofunda que todos sus otros poderes cognoscitives, Esta facultad espiritual es la dnica que alcanza a reconocer Dios plenamente, su verdad y su salvacién. 5 Que existe una percepeién espiritual més profunda que el conocimiento ordinario es un hecho evidente por todo o que la Biblia enseBa acerca del don que Dios hace de dicha habilidad espiritual. Los ofdos del hombre son sordos para las cosas del Sefior (Mat. 13:15); los ojos estén cie- os (Rom. 11:10); las mentes oscurecidas (Rom. 1:21) y fos ojos eviendo no ven> mientras que los oldos coyendo no oyens (Mat, 13:13:15). Pero el Sefior hace una obra de restauracién: ilumi; nando los ojos. de nuestro corazén para que entienda (EL, 1:18); haciendo puros los corazones que habran de Ver a Dios (Mat, 5:8); abriendo los corazones (Hechos 36:14) 0 circuncidandolos espiritualmente (Rom. 2:28); re- ‘moviendo el velo (2.* Cor. 3:15 y ss.); dando comprensién ‘spiritual (Col. 1:9); dando el entendimiento necesario para conocer a Cristo (L* Juan 5:20) y abriendo los oidos para poder escuchar la vor del Hijo de Dios (Juan 10:3). Pablo, pues, se refiere @ gente espiritual que discierne las cosas espirituales (1 Cor, 2:13), con la totalidad de ‘sus eapacidades cognoscitivas. ‘Tenemos explicado en este conjunto de textos el por: qué de la incredulidad de tantas gentes. El hombre no Fegencrado considera como las cosas espiritua- Tes (.* Cor. 1:18; 2:14) y aun como tropezadero (1.* Co- rintios 1:23). Ahora bien, estas mismas «cosas espirituales> son para todos aquellos cuya percepcién espiritual ha ‘sido Pestaurada nada menos que goin de etendimerin que ol in dela reacion ran impios ¥ elaros, pero que hoy so allan velados y oset recldos. «Existen ojos que saben ‘ontemplar las. obeas Iaestras do Ta pintura:existen’ oe que saben ver las Felaciones entre concepios ysentenclas: existen ojos 16: ices, analitens, brilanes; txsien ojos que saben captar fe beileza; exisien of. que saben eaptat los puntos sr blimes de ia experienei; existen ojos que saben arrancar Jo trascendente de lo vulger dela vida eotidana: y existen dios que saben ver a Dios, como asevera Bernard Ramm ? — 2. :Qué significa la expresién aramea «jAb- bats? — 3. ;Es individualista la fe cristiana? — 4, {Cudl es el mensaje sobre a accién del Espiritu y la Palabra que nos ofrecen 1° Tesal. 1:3 y 1° Juan 3:2824? 237 LECCION 49.8 EL TESTIMONIO DEL ESPIRITU ¥ LA PALABRA (2) 4. La plena certidumbre por la accién conjunta de Ia Pala- bra'y el Espirit La certidumbre del que recibe el testimonio de Dios es la plena certidumbre de que hablan las Escrituras (+ Juan 5:612), Esa doble accién del Espiritu y la Palabra es presen- tada aqui mediante otra perspectiva igualmente ilumina- dora: A) El Hijo vino (v. 6): 12 Por agua (en el bautismo). 22 Por sangre (en su muerte en la cruz). Se trata de Jos dos acontecimientos que enmarcan el Iministerio piblico del Mesias. Se hace alusién asi a Ia totalidad de dicho ministerio. B) El Espiritu da testimonio (v. 6): ‘Alla luz del comienzo del v. 6, hemos de entender que Ja vida piblica de Jesucrisio constituye un testimonio y el Espiritu Santo representa el segundo testimo- inio de que se nos habla aut El primer testimonio consta de dos partes (agua y sangre) ¥ asi tenemos una doble accién: 1a Nevada ‘2 eabo por Cristo y la del Espiritu Santo. El primer testimonio se halla hoy guardado en la Sagrada Escri tura y a partir de ella es proclamado al mundo. El Espiritu Santo se sirve de él para llevar a cabo su obra. ©) Tres son los que dan testimonio (w. 8) y elas tres con cuerdans. Bs asi porque tienen un mismo objetivo ¥ proceden de Dios. Esta finalidad del triple Lestimonio se explica en los versiculos 9:12: Jesucristo, Hijo de Dios, vino para darnos vida eterna. Volvemios a en: conttarnes con el elemento salvifico que constituye el centro del testimonio siempre, D) Estamos obligados a aceptar este testimonio porque ees de Dios (v. 9). Si aceptamos el testimonio de los hombres, jculinto mas debemos aceptar el de Dios! Pero no es cosa facil para el hombre el aceptar dicho testimonio divino, més bien prefiere recibir cualquier opinién humana (ef. Juan 5:42-4). E) Cuando aceptamos el testimonio de Dios, se convierte fen algo muy nuestro (v. 10): el testimonio pasa a ser, de externo, interno; lo tenemos dentro, metido en las entrafias del espiritu regenerado. F) Negar el significado revelador y redentor de la vida de Cristo (que a esto equivale rechazar el triple tes timonio de que se habla en esta porcién) es hacer ‘embustero al mismo Dios (v. 10). G) ;Cémo viene a nosotros este triple testimonio de que hos habla Juan? Por la Palabra apostélica (L." Juan 1:14, registrada hoy en el Nuevo ‘Testamento. Una vez més, nos encontramos con la misma combina- la PALABRA y el ESPIRITU, indisolublemente uni- dos para producir 1a conviecién en’ el hombre, tocante a las verdades divinas. 5. La certidumbre de la Iglesia La certidumbre de ta Iglesia estriba en su escucha obediente de la Palabra de Dios (Apocalipsis 2 y 3). ‘EI que tiene oido, oiga lo que el Espiritu dice a las Igle- sias» (Apocalipsis 2:7,11,17,29; 3:6,18,22). {Cémo habla el Espiritu Santo a la Iglesia y en dénde puede ésta encontrar dicha vor divina? 259 El testimonio de Juan es evidente, sin sombra de dudas. Recibié de Cristo 6rdenes para que escribiera a cada una de las siete Tglesias de que se nos habla en el Apocali ‘is, caps. 2 y 3: eBscribe al angel de la iglesia en Efeso fen Esmirna... en Pérgamo, ete.» (Apocalipsis 2:1,8,121 321,710, ‘De manera que el mensaje del Espiritu se contiene en cada una de estas cartas apostélieas, como antafio el men- Saje de Dios venia por medio del ministerio de los profe- tas (ef. todo el Antiguo Testamento). Asi que el Espiritu ‘Santo habla por y en cada carta, si bien sélo los que tienen jos y oidos abiertos podrén ver y leer con espiritual inte figencia. Y esto constituye la Iglesia, la comunién de los, ‘que tienen ofdo para oir lo que el Espiritu —por su Pala- bra— dice a las Iglesias. "El mismo Espiritu que abrié los ofdos fue el que ins- piré las carlas a Juan. ‘La verdad objetiva —y concreta— de Ia Revel de Dios, entregada por medio de profetas y apéstoles (Et, 2:20) es olda con oldos espirituales abiertos por el ‘mismo Espiritu, quien es el autor de aquella Revelacién ¥ de la subsiguiente obra de iluminacién y regeneracién. La Iglesia no puede, por consiguiente, escuchar la vou del Espiritu sino presta atencién obediente a la Palabra. EL ESPIRITU hablo por la PALABRA a las siete Iglesias del Apocalipsis y, hoy, sigue haciendo lo mismo. Por con- Siguiente, la Iglesia tiene el deber de eprobar los espi- rituss, 6. La palabra escrita es el “test” final e inapelable Un buen nimero de pasajes hablan del ‘del Pontifice ro mano). 260 ples ot ta i oa « dir aati aes tse Sie eid eons pr igs mno x fg neal ee een @ ham Eo Soe demersal Us A Save oa meno Pea Grr aoe cane (cei tools eae oe, ae reais ee Sale Ree Be, tae aoe te le a a Santos (1. Corintios 12:3). ee i 1B tenes pe separ est ta a aa Ea SEs oy Ht torn at Be bus woe aroma a as es SL eR aes ce Sate oars Ene shay ime a rer oe ie aml ates pee AOS Be icteruracies, ste Boies Senate 2 Gant toa ae eee ch inne cline ee SORES Seok wae CUESTIONARIO: 1. dBm dinde tenemos nosotros, hay, el textimonio de aue habia'el apéstet en k= Juan 5:67 2. ¢Como puede ta Igle- sia “lay iglesias escuchar lo que’ tice Bapitity Seoin Apocdlipsis, cps. 2 y 3? 2. ¢Se contraticen el Espiritu y Ya Palabra? — 42 St hoy conflicto entre la cos perenih ig Para, err ta sputia sos erin ode! Eepiria?) la Palabra, (a eu hemos de prestar atencién? i Ge ener eee 261 LECCION 50+ EL TESTIMONIO DEL ESPIRITU Y LA PALABRA (3) 7. Co probar tos espiias Hemos de probar toe espritus por la norma biblic cristologica (? Suan 418). : ‘Amatlos, no eredis a todo espirty, sino probad lo es pirlte st son de Dios; porque muchos flsos protetas han tio par ef mand dann 4:13." : I est la prosbe suprema (dokimazo) que presenta Juan covtobnra cuanto Hevamos dicho, a exhortacon que B'spbatol dria los ereyentes de aa iempo es de gran Seiulided ‘para nosotros también, pues, como enfonees, Emnuestra Gpoca cmuchos falsos profetas han sali» ¥ @ hos Sebemcs oponernos. con las mismas armas que fos Spostles suminbtraron a la Iglesia primitive. Tn ecle pasaje de 1* Juan 4:16, Juan presenta la nor ra ereteldgica como piedta de toque. La encarnacién es Gh hecho isldrico —revelado-—de ial Importancia que fo puode ser nega por nadie que crea verdaderamente 3 Bvangcho. Hel antioristo el que niega 1a encarna Sion, De alguna’ manera, el Magoo tata. de perverir {a verdad store Cristo. Ea Gempos del Apéstol, habia el pelgro'de exaiar tanto la diviidad del Mesias que, de eso: sec relegaba al mks alld Ljano e inaseqible, ne andeas toga su obra mediadora. Frente a esta perver- ifm, habla que proclamar a plena humanidad del Reden tor'para vinlear su pertecta mediaciin y el valor vieario. Ge Bu muerte como hombre en lugar de los hombres 262 ‘que venia a redimir (ef. Hebreos 2:14:18). Hoy dia, el peligro es de signo opuesto, pero no menos grave: se tien de a negar la divinidad dei Salvador, con lo que también se invalida su obra salvadora y eu efieacia medianera, Las leeciones del pasaje son evidentes. Cualquier confesin de fe, cualquier entusiasmo reli- ioso, cualquier pretendida etevelacién personals, 0 ever interiors, debe ser probada por el Nuevo Testaments, Dado que el Espiritu concuerda siempre eon la Palabra, s6lo los espiritus de error se niegan a someterse al examen de la misma y, 0 bien niegan su autoridad, o bien la dismi- nnuyen, erigiéndose asi por encima de ells, con lo cual ellos rmismes se delatan, «En esto conoced el Espiritu de Dios...» —advierte Juan— y, seguidamente, expone una verdad revelada: ‘Todo espiritu que confiesa que Jesucristo ha venido en ‘carne, es de Dios...» (v. 2) ‘Agul la norma cristolégica se confunde con Ia biblica No es de extrafar, pues constituyen de hecho una sola y ‘misma cosa. Descubrimos idéntica realidad al examinar 1.* Juan 5:6-12; todo lo tocante a la verdad biblica es cris- tolézico, y todo lo tocante a Cristo es biblico. No puede hhaber divorcio entre ambos aspectos de una misma verdad. iQuiénes se oponen a este arménico fundamento Dibli- eo-ristolégico? {Quiénes se oponen al doble y tnico tes timonio del Espiritu y la Palabra (biblieweristolégica)? A) El biblicismo de 1a letra sin el Espiritu: la orto doxia fria, sin alma, y la teologia racionalista. B) Los iluminados de teda especie, los fanaticos, los que defienden su evoz interiors en contra de la Palabra 0 identificdndola con 1a misma; los que interpretan la Palabra a la luz de sus experiencias, fen Tugar de tratar de comprender sus vivencias a la luz de la Palabra; 1a iglesia catdlico-romana, mal Tamada ortodoxa, de Oriente, y otras que adoptan doctrinas contrarias al testimonio det Es- piritu y In Palabra, 263 8. Conclusié Para Juan el testimonio de la verdad biblica giraba fen torno’a la doctrina de la encarnacién, Para Pablo este testimonio se centra mas bien en la cconfesién de Jesis como Sefor (Ia mas primitiva confe sion de fe de la Iglesia). En ambos casos se trata de verdades biblico-cristol6- isicas, Se refieren a Cristo y se encuentran explicadas en a Biblia. ;Qué nos ensefia todo esto a nosotros? La Biblia no ofrece una lista detallada de todos los erro: reg posibles en los cuales el hombre puede caer (jseria infinita dicha lista!), sino que presenta a Aquel que es el eorazén, el mello, 1a entrafa misma, del testimonio y de la verdad de Dios: JESUCRISTO, HIJO DE DIOS Y SESOR, DIOS MANIFESTADO EN CARNE. Podemos equivocarnos en algiin punto de la doetrina: podemos tener algunas ideas incorrectas sobre tal o cual Aspecto de la verdad revelada, debido, 0 bien a nuestra ppoea dedicacion al estudio, o al hecho de ser todavia ned- fitos. Sin embargo, el error més peligraso, el que puede ser tragicamente fatal, es el cristol6gico. Es decir: aquel ‘que tiene que ver con'la persona y la obra de Jesucristo nuestro Setior y Salvador. Es asi porque —tal como decia ‘mos en nuestro estudio anterior {) Sin Revelacién no hay conocimiento de Dios ») No hay Revelacién que no sea cristotégica en esen- cia, ¥ ©) No hay tampoco satvacién sin este doble conoci- miento de Dios y de Cristo, por el Espiritu y la sstrumentalidad de la Palabra, CUESTIONARIO: 1. gCémo es posible, hoy, probar los eespirituss? — 2. {Quiénes se oponen al fundamento biblice-cristolégico de ‘la verdad revelada para seguir sus propios caminos? 3. Por qué el error mas peligroso es el cristolégico? 24 LECCION 51.2 EL ESPIRITU, LA BIBLIA ¥ LA IGLESIA (1) La doctrina que entrelaza indisolublemente el Espiritu y la Palabra fue el golpe de gracia asestado por la Re forma del siglo xv al Catolicismo Romano. Fue también un duro golpe en contra del iluminismo, el individualismo ¥ otras tendencias teolégicas. 1. El Espirit usa Ia Palabra La Biblia es un instrumento en manos de Dios. Como documento literario, puede no puede persuadir exact ‘mente como cualquier otro tipo de literatura. La Bibl como libro no posee poderes magicos intrinseeos; se trata simplemente de un libro. Y sin el Espiritu Santo es letra ‘muerta, pero cuando el Espiritu del Sefior la utiliza, en- lonces se convierte en algo eficaz. El mensaje biblico es Palabra de Dios siempre, pero no nos percatamos de ello hasta que el Espiritu ilumina la letra —e ilumina nuestra mente— y nos hace ver Ja verdad de la Eseritura en su sentido doble: 1.) que la Biblia es verdad; 2.) que el ‘mensaje que nos comunica es verdad para nosotros, No se trata de dos testimonios, sino de uno solo. Cuando el Espiritu nos habla por la Palabra adquirimos ana certeza Sinica y miiltiple en su rico contenido; a) certeza sobre la Escritura; b) certeza sobre la salvacién; ) certeza de nuestra adopcién como hijos de Dios, Es la conviceiéa sobre ta verdad de Dios revelada por el Espiritu con Ia instrumentalidad de la Palabra. 265, Quien clama «jAbba! Padres, dira también: «Este libro es la Palabra de Dios», porque el que ha captado una parte de la verdad no tardaré en discernir la totalidad ela misma. El creyente desca vivir de toda Palabra fue sale de la boca de Dios (Mateo 4:4); anhela Ia leche espiritual de la Palabra (1.* Pedro 2:2)'y a medida que rece esté listo para ingerir el alimento sélido de la Pa: Tabra (Hebreos 5:12). Con el salmista, testifiea que su elicia se halla en la ley de Dios (Salmo 1:2) y en ella ‘medita de dia y de noche. EL Espiritu se apoya en Ia Palabra €¥ cl Espiritu es ef que da testimonio; porque el Es: piritu es la verdads (1.* Juan 5:6), Sélo es capaz de_per Suadirnos con eficacia el Espiritu Santo, porque el Espi ritu es el dnico absolutamente veraz y puede, por Io tanto, ser ereido, Ahora bien, la persuasion del Espiritu se apo ya en el testimonio del agua y la sangre (1 Juan 5:64), ‘es decir: la verdad ya revelada objetivamente en Cristo ¥ puesta por escrito en la Escritura. La conviceién del Es- piritu no tiene, pues, como misién revelarnos algo nuevo, Sino corroborar en el corazén la revelacién esoplada> con anterioridad (2* Pedro 1:21) a profelas y apéstoles. ‘La plena certidumbre que imparte el Espiritu Santo nos eva @ aceptar: 4) que Jesucristo es el Hijo de Dios (1.* Juan 5:20); ) que Jesueristo es el Seior (1 Corintios 12:3) ©) que el Nuevo Pacto es la verdad de Dios (2. Co Fintios 3) que yo soy un hijo de Galatas 4:6) ‘Todas estas verdades no las fabriea mi razén —aunque apelan a mi razon iluminada—; no se apoyan en mis sen tides, aunque el Evangelio lo leo y lo oigo con mis sent dos; no se trata tampoco de un afrangue emocional, aun- ‘que. podemos estar profundamente emocionados cuando exclamamos: ¢jAbba! Padres. Todo es obra divina; es 1a 266 ¥ que Dios es mi Padre persuasiOn del Espiritu Santo usando Ia Palabra (porque detrds del folleto, del sermén, del libro, de la conversa- cin con el amigo ereyente, elc., detrés de todo ello esta la Palabra que ha usado ¢l Espiritu), 3. La posicién Catélico-romana Una doble polémica es la que nos enfrenta con el Ca tolicismo romano: 1) La relacién de la Escritura con la Iglesia, y 2) La fuente de nuestra certeza sobre la Biblia ‘como Palabra de Dios. Respecto al primer punto, hace cuatro siglos ya Lutero: «No es la Iglesia la que determina lo que ens Ja Biblia, sino Ja Biblia la que determina lo que la Iglesia tiene qué ensefiar> El Cristianismo Evangélico coloca la iblia por encima de la Iglesia, mientras que Roma sitéa 1a Biblia por debajo de la Telesia: al menos, prictica En cuanto al segundo punto, Roma sostiene que es la autoridad de a Iglesia la que nos mueve a creer que 1a Biblia es la Palabra de Dias, mientras que nosotros afir- ‘mamos que la Eseritura encierra en si misma sus proplas cevidencias, las cuales nos mueven a aceptarla como Pa labra de Dios por el testimonio interno det Espiritu Santo, 4. EI Espirito, ta Biblia y la Yglesia El Espiritu no es solamente el Espiritu que habla con, y por, la Palabra; es también el Espiritu de la Iglesia, EL hecho de colocar la Sagrada Escritura por encima de la Tglesia no significa que minimizamos la funcién de ésta; simplemente, le asignamos su debido lugar.» La Iglesia es la Asamblea de los redimidos sellados por ‘el Espiritu Santo (Etesios 1:13), Quien no tiene el Espiritu no es de Cristo (Romanos 8:9). Hemos sido bau- tizados en un mismo Espiritu todos les que constituimos 2a, Véase Francisco Lacueva, Catoicismo Romano, vol. VIII de sie Curso de Formaciin Tealgica Bvangéles, cape. pp. #63, 267 Ja Iglesia (.* Corintios 12:18); ast el Espiritu no silo es nuestro como individuos, sino que es el Espiritu de la Tgle- sia de Cristo, Se nos exhorta @ mantener la unidad del Espi ritu (Efesias 4:3). Somos un templo que sirve de morada al Espiritu (Efesios 2:22). Siendo asi, no podemos aislar el testimonio de la Iglesia. Dicho testimonio del Espiritu es dado, normalmente, dentro de la accién y la irradiacién de la Iglesia, entendiendo por Iglesia su concepto bibli- co. El testimonio del Espiritu es la posesién de cada creyente. Es el mismo para un creyente de Corinto, el si- ilo 1, quo para un eristiano de Sevilla en el sigio xx. A base de «picdras vivas> constituye el Sefior el edificio de su Iglesia. Pero, como ya sefialamos con anterioridad, la fe es algo personal pero no individualista; privada, pero no anérquica; invisible, pero nos conduce a Ia comunién visi- ble de la iglesia local donde encontramos a nuestros her ‘manos de fe y de testimonio, Es una experiencia subjetiva (como todo lo que es espiritual, personal y vital), pero dado que el testimonio del Espiritu se leva a cabo con un instrumento objetivo —Ia Palabra de Dios— y es, as: ‘mismo, el testimonio del Espiritu de la Iglesia, dado por In Iglesia y en Ia comunidad de creyentes, el testimonio del Espiritu no es subjetivismo. de la mente humana para alcanzar lo espiritual sin la ayuda de la Revelacién biblica y Ia iluminacién del Espiritu Santo. 'Y que nos ensefia la luminosidad de las Escrituras para autogarantizarse y para hacer vibrar el corazin que las, Tee bajo la luz del Espiritu Santo, El catélico romano tiene que «ayudar» al Espiritu San- to y tiene que ensombrecer a claridad de la Escritura para asi hacer sitio —iy un sitio prominente!— a la jerar- Guia eclesiastica identificada con la voz magisterial de la Iglesia. Roma tiene que afiadir 1a medida de luz y certi- dumbre que el Espiritu no alcanza a dar en su testimonio y tiene también que aportar su propia eclaridad» al Evan- Belio que las Escrituras no aciertan a comunicar con suflelente evideneia, El teélogo catélico Karl Adam ha declarado clara y trancamente que la Biblia no es suficiente en si misma, que la etradicion oral» de la Iglesia romana es totalmente indispensable. Su conclusién es fantistica: lo que nos ‘eonduce a 1a exclamacién, que surge del fondo del alma, ‘eAbba Padres, es la dircccién espiritual y la ayuda de Ia Iglesia. Roma admite, pues, que ella sustituye al Espiritu Santo en el testimonium. No es de extrafiar, como han observado muchos autores, que la teologia até ica sea extremadamente pobre por lo que respecta a la Op. cit, pp HAST. mm doctrina del Espiritu Santo, pese a tener un arbol tan frondoso en sus formulaciones doctrinales. Qué hace, pues, Roma con el Espiritu Santo? Lo con- vierte en monopolio de la jerarquia, institucionalizando sel carisma de la verdad» (cf. Vateano II, C.D. sobre la Divina Revelacién, puntos 8, 9 y 10). El Concilio de Trento ‘cepts que no puede haber fe sin la gracia del Espirita Santo; sin embargo, luego, queda relegado tinica y casi ex: clusivamente a los actos solemnes de la jerarquia cuando ‘actia como maestra. Cosa extraha, pues, como vimos en anterior estudio, el Espiritu obra con la Palabra y por Ia Palabra. La verdad historica, escueta, es que Roma ha te- nido que levantar toda su estructura jerdrqulca y magis ‘erial para ast justifiear toda una serie de doctrinas que no se hallan en Is Revelacién biblica. zn cudntas ecasiones ‘una decisién papal, o conciliar, ha’ versado sobre temas exclusivamente biblicos? La historia es inequivoca al res. ecto. Concluimos, pues, que la sefial de la verdadera Iglesia estriba en que se deja gobernar por la Palabra de Dios. Para el catélico romano esta sehal es el magisterium de la propia Iglesia Catélica Romana, que queda identificada con Jesucristo y con su Espiritu Santo. De ahi que los teé logos catélicos hablen de Roma como del ealter Christus», el otro Cristo en la tierra. El resultado de esta actitud e3 que Roma conversa con ella misma y, en lugar de dialo- gar con la Palabra, lo que hace es tener un simple mo- ‘logo. No hay lugar para que el Espiritu, por la Palabra, ueda pronunciar una frase de correccén, de ico o de 2. CL 3. Gonzaga, Conctos, Internationa) Publications, Grand apis, 88 23 CUESTIONARIO. 1. La apotogética catélica tradicional gdefiende Ia Biblia o el escolasticismo? — 2. ;Sustituye Roma al Espiritu San fo segin las conelusiones de su doctrina sobre el_ testi moniuin? — 3. ;Emplea Roma ef magisterio de la Iglesia para explicitar los textos biblicos 0 para justifiear doctr has previamente acariciadas? — 4. ;Cémo puede la Igle Sia corregirse 4 refarmarse incesaniemente? BIBLIOGRAFIA A. Hopkins Strong, Systematic Theology, Pickering & Tn lis, Ltd., Londres, 1958. Vol. I. Charles Hodge, Systematic Theology, James Clark & Co. Ltd,, Londres, 1960. Vol. T. L. Berkhot, Teolagia Sistematica, TE.L.L., Grand Repids, 190, Parte Primera, Seccién TT B. B. Warfield, The inspiration and authority of the Bible, Baker, Grand Rapids, 1960. B, B. Warfield, Biblical Foundations, The Tyndale Press, Londres, 1958, Caps. Ty I Revelation and the Bible, varios autores, edit. por Carl F. 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Conirariamente a lo que una lmpresién supericial de festa alirmicion del eélebre predicador inglés pudira hacer supe her, no se trata tanto de descartar la necesidad de la apologtica fnsliana’ como de entender su. verdadero earicter y disemnie su naluralezs,segin veremos mis adelante ‘Una de las mayores dessracias que pueden aconecerle a la apo- logétca cristiana es el alvido de que el Evangelio contiene ya en slimismo todos 1s elementos que le Son necesaries, pasando. por ato que la Palabra de Dios no necesita de nuestra apelogéica pero ‘que, en cambio, nuestra apologéticn st que necesita de la Palabra fe Dios. Alin mis, que fuera de esta Palabra divina no deberia haber apalogdtca cestana, proplamente dicha. Camo vamos a con Siderar Seguldamente, ha habldo —y hay— muchas clases de apol Gkica, pero ni desde un punto de vista bili, nt desde las ex fencias demuestra situactn y problemdtica, como evansélicos. y amo espefeles, ademas espertr mucho de las apologetics. que no ‘stan Tundadas sida y prundamente en ia Sagrada scitura El Diccionario deogice de a lengua de Sulio Casares, luego de ecitnos que capologtion ea lo que de la realidad personal de Dios su revelacion? {Giando hemos caido en ete error, nueetra spologética se ha Teen tudo de In Talia del ono laudatorio; ha fatado la nota de Ta eal banca» que es signo pastivo. Y esto es tanlo mis grave cusnto ‘que la mis auténica ‘de las apoogias es la que se limita a se, ‘nto todo, una alabanza, una proclamacldn y una presentacién dela Fealidad do Ia Revelacin de Dios hecha a lor hombres, a oisfmos diviir Ia apologética en defensica y ofensiva, Ls pi tera siente su méxima preocupaciin por encontrar respuesta alos ‘toques concretos que. se le hacen al crisuanismo. Estos alagues ‘erin segn los Uetnpos, Primero fueron Porfirio Caso, uego el {eiome, el patelsme, et positvismo, ete En un sentido, sin embar fo, toda spolopia defensiva ests condenada a envejecer, a pasar de Toda, en la mma medida en que el alaque del que quiso defen ‘derse deja de prodlre o am exist. ‘La apologtica ofensioa se ocupa de le tensin y la problemiticn que te Te plantean en el plano intelectual al crisianismo al tatar fe reepunderse af mismo, ya los dems también, el problema fu ‘dren de la Teologa que es el de saber sel erstanismo es Ia Werdad; sel lenguaje, shel contenido y el hecho de la pretendida Revelacin de Dios los hombres es un hecho digno de crédito. ‘Una apologtica ofensiva bien travada contiene en st misma tndos los elementos defensives también y, por consiguiente, es mis posi- tiva y_elicaz. ES una apelogética con fundaments, es decir: con teologte. "Y 0 me pregunto si no debigrames hacer revisién y autoeritics rnocotros para confetar que, movidos por un afin defensivo (uy fxplicable, por otra part, y plenarente justified), a veces, le hha faltado a nuestra apologéica esta caherencia, esta trabazin ¥ festa arnonia del sistema ofetsivo que, bien pertrechad, sale. # Ibrar lee betalas de Die. con el equipo completn, Bs decir, me pregunta si no le ha faltado a nuesira tarea apologtica un funda: Icnto teoligico mis consstente, Y al hablar de telogia no estamos pensando en lng sistema ino en el senda estricto de [a palabra: Grencia de Die Y comp que de Dios silo sabemos Jo que a. él tmismo Ie ha placido Tevelaraos, esta clencia do Dios nuestra, ela feologia debert ser —deblera haber ido siempre teologi bibica, ‘A tialo. de ejemplo de To que debiera ser nuestra revision en ‘este sentido, tomemos algunos de las elementas apeogétiers que hemos, vendo usando en la costoversia ‘con el Cataliismo romano, para discerir que, eo ocaslones, nos hemos guiado més por Ia pa ‘tin del prefiio and:zamano (auy justifiead, repo, en nuestra Iititudes, a blen digno da ser superado) que por el sabio consejo de a exégeisobjotiva y serena ‘Veamos algunos de estos ctropleross que se repten, una y otra ver, en mucstras revista, flletos y Ubres —tomando caricter de {Bpico- al enfrentarns con el sistema religioso oflcisl mayortario cn nesta patria: 78 1) Se ha perdido muchas veces al tempo, y el exiverzo inteec tual, al habéroslas can tan aireado texto de Mateo 1, tratando fe opiner en Ingar de camplementar como nos exige usa snk hhermengutica™ os textos que presentan distntamente a Cristo, a lot apistoles, a Peco y a su fe, como el fundamento de is Ilesia. La ‘testién no extriba en saber sf Ie Telesa est fundeda sabre Crise © sobre Pedro, o sobre la persona o Ia fe de Pedro, Porque la ver fad es que hay base biblica para apoyar cada uno de ests extre ‘mos, El problema primordial, una vez planteado desde una base ‘coldgica, y exegétiea por Io fanta, sufcientemente smplia y atenta la pleniud det testionio Bibica, una ver hemos descbleri la Ccomplejidad divina y humana (Cristo los 12 apistles) del funda ‘mento de la Ielsia, el problema primordial einiba en aclarar, para explicate luego a Roma, ls siguientes interrogentes: jEn qué sen {ido esté la Inlesia fundada sobre Pedro? {Indstniamente des condicin de ereyente y do apésial, 0 procisamente por estas com iciones que le alin para ser fundamento? {Como escucha bay Ja Tulesia ‘la vor de Pedro y la de los demi tertigas dela revel ‘iin redentora de Dios en Cristo? zDe qué manera In Iglesia de ‘nuestros dns —Ia Iglesia posapostdica~ puede tujtarse a In auo- Tided apostle, 0 dicho de otra manere! de qué manera congue ‘su apoeaicdad hoy?" 2) En Glatas 2:11 y todo su contexto se encuentra uno de Jos pasajes mis usados —y del que también podsiamos deci! mis abu ‘Sados— para sallr'l paso de las protensonee vaticanas, Si con ét {tatamos' do. demostrar que entre los apistoles habia igualdad. ab. ‘slut, hasta el punto que un advenedian al spostalado (Pablo) odin fensurar a Pedr, habremas hecho un buen so del tex eh cues {Hén, Pero si, como heros wenido haciendo muches veces, queremos probar que Pedro erré en una enestién doctrinal y que, eh Talia, festuvo muy par debajo de Pablo como apf nasa de Te verdad fevelada, enlonces nec hallaremoe haciendo. tn torpe empleo. de Galatas 2:11. Porque la exégeststerena tene que cinvencernos de ‘que Pedro no eayé.en herela. ;NI mucho menos! Fue culpable de inconsstenela, por cuanto no obe6 segin cre, Precisemene por ‘esto, porque ereia To que crea, Pablo pudo arenssarle camo Io hizo, Giatas 2:1416): eSablendo..» (7.16) el mismo mensaje que proclanaban los apstoles todos, pero que Pedro no acer, por Una 1, Vénse J. Grau, Et fetameno aposttice, Eaciones Et ca Buropes, Bareion, ties.” aa ‘debited ¢ indecisén lamentables, a vivir a la altura de lo que las ‘Sreunstancine especiales exigian en equella hora decsiva de la Ifesin primitive, Tambidn Pablo andovo un poco desacertado cuan- do ia dsputa con Bernabé por causa de Juan Marcos. Pero ello no oloc6 al apistal de los gentes por debejo de Bernabé. De igual Todo, Gites 2-IL nada. dice en contra del cerdctor apostlicn fe Pedro, pese al beldin que deja sobre cl elercicio del mismo. Entre los autores de polémica faclona y superficial, existe 1a tendencia de rebajar la figura de Pedro hasta extremes inverost: miles. Plerden de vista que, al fn y al cabo, también Pedro era fpbstol y gue, como tal fue urada por el Expr Santo para de Jtrmos Paltbea de Dios en sos dos carts, amin de la ifluencia que fjereid en la redaccién det Evangelio de Marcos, Si tn poeo caso hnay que hacer de Pedro, como parecerla desprenderse de las aseve raciones de algunos polemistas, ;por qué tenemos sus escrtos en fvestras Bibliss y let prestamos acatamiento? items Jos preuilos. Sirvémanos con preferencia de los me teriales que nas faciita la tologia bibica y no tan so de aquellos ‘que son fruto del mero afin de cintrovesia, que es afin do vencer Inks que de convencer y a nada grande, ni provecheso, puede co ‘ducirmos, 12) Se nos ha propuesto muchas veces Heches 15 para enrentar nos con las tess Fomanas. Este caplulo prucba para nosotros, desde Ig, que Pedro no fue un «Suino Pontfces, n un Jefe de obispo al estilo como Io coneibe a doctrna calico romana. En Hechos 15 tenemes una evidsneis contundente de Ta diferencia que hubo, en 1a Testa peimitiva, entre apitoles y oblspos (0 ancianos, presbiteros © pastors) entre el minstrio especial de aqoélos dos apéstoles) y Lordnario de ls pastores de la asambleas cristianas. En el Is ‘mado sinodo de Jerusaln preidig Santiago y acluaron como «tes tigis> Pero y Pb. El edadro de normas ecleslisicas que revela ste capital, esi coma Ia historia de los primeros siete conelios ‘scuménicos, desmiente certamente la idea de que Estos tenian que ‘star presdidos y confrmados, adomés do convocados, por el 1 ‘mano Panlifice, preteadido succsor de Pedro? ‘Pero no heros de ir a parar al tro extremo ¥ pensar au, por que presiia Santiago, Pedro fue au inferior. Tal concep, en el fon 2, Javier Gonzaga, Conctos, International Publications, Grand Rapids, 106. do, seria un trbuto que hariamas —aunque (wees inconsciontemen tea las teoras catlieas que ven en el gobiemo jerdrquico de la Tiesa, en la direcein de 1o institucional, Ja ocupaéién mis alta en fl émbito eelesil, Ia ocupaciin descmpebada par los apéstales en feneral y por Pedro en parueular. La gana excgesis bblica nos ‘Obliga a delar estas ideas y volver al terreno escrituristco que nos Bresenta aos apéstoles con una misén cistinla, tniea y superar: Ser testigos autorizados dela revelacén de Dios en Jeaueriso, Gesde su minister terreno hasta su resurreceén y ascensin a Ia Giesra del Padre. De ah que no presdieran en la asamblea de ‘Terosalén, Elo fue asi, no porque se sinteran inferior a los encla ‘os, 0 a Santiago, sino por razones muy distntas: porque el suyo foe'un ministerio que trascendis todo episcopado ¥ todo pastorado: cl suyo fue, por la virud del Espirit Santo prométido por Jesis, et ‘nds autorizado y, juntamente can el de lok profetas del Antiguo ‘estamento, deciié Ia cuestion que alli se debatia bajo Te presi- denela de Santiago 1) Los impagnadores de las tess celiico-romanas que se apayan en mltodos excesivamente dejensons, sulen apelar sin demas ado ‘miramienta a Lucas 22°90 para denunciar Iae pretnsiones jerk ‘ulcas del Papado. Pero, a fuer de honestidad y'sinceridad, hemos ‘de decir que este pasaje nada prueba, ni en contra mi a favor de la mutoriad papal. Se trata de un texto que nada Uene ave ver fon la cuestidn que se plantea la polémlcs. Es, ademis, un pasaje ‘que nada dice tampoco sentra ningin otro sistema de gobierno ecle Sistic Llevado a tue Gltimas contecwencie lieas el rasonemien- to que se intenta deduclr de esto texto exelunia toda sutoridad {ode minister rector en Ia Iglesia de Ctiste, Io ca os coloeara fen una potara anbbicacien por ele, ‘Lucas 22:2830 no ataca a Ia jerarquia en si, ni tampoco la auto- dad de gobierno ‘en la Tlesin a ve menoscabadn por ete psa, os versiclos 20 y 30 aflrman, precisamente, 1a” aitoided —en fete caso la autorided apostlica~ de manera incontndible. Econ trariamns, ademas, muchos ctros pasajes haste recordar as eps tolas pasiorales a ‘Timoteo y Tito) que estableoen la suloridad de quienes han sido puestae por el Sefor para pastarear su rebsf, {Lucas 22:23-90 no desmiente Ia realidad novotestamentaria de una Breeminencia cieria de algunos sierves de Dice (ya que fue el Sefor mismo quien puso en Ia Iglesia, a cunos dociores, a otros prastores y evangelstas..). Lo que si hace este texto es establocer 2a cl cordcter de esta preeminencia y ensefiar el expritu con que la tnisma debe ser ejerctads ‘A Io sumo, Licas podria servimnas aqui para indicar que entre los apistoles no hbo ninguno que etuviera Jerarquicamente por feneimn de los dems, como suele darse entre los poderosos de este ‘undo y sue istitulons. Todo totaltarsm ecesistico, aunque no toda autridad, es des- cartado en el gublema de la comunidad crisiana peregrina toe ejemplos (que podefamos mltplicar)bastarin para prev rienos de pasones 7 acitdes meramente defensivas frente al erTOr Ge ottas teligionee ode 1a increduidad. ermitarog. que. sea la {eologla biblica Ia. qe nos ofrezen las medis y los moos fara ‘poneros al desafio de Uda apologétca rival De lo contrario, nies- { testimonio. de 1a verdad evangélicn sera muy deficente y m0 ‘stata servido de Ia manera que éta quite, y debe, ser anuncada, ‘Para muchas personas, Protestantism es sefial de anarguia y sub- Jelivime, alae tales poco bien les pode hacer la presentacién ‘efensiva que acabamos Se eriiear. Convendrd precisa siempre la Sutordad soberena de la norma en Ta iglesia, ea decir: la ancion de Ig Palabra en la comonided creyentey Ia Telacn que la Teles. lene, y debe tomar, con respecto ella, para desvanecer malenten- ‘doe y ofrecer una imagen verar y completa de todo el mensaje el Evangato Qué clase de apologéticn, pues, debemas desear? ‘Una apologéica que. presente la defensa de los portulades bist cone de Ia Cristandad Evangélice sobre la base de Ia hermenéatca ia exégesis bticas, ‘Aunque hablemas de la apologética evangélica hoy, es obvio ave nadie pusde improviar en este terreno ¥ que lo que se hace en Ta fctualdad es resultado de lo que se vino haciendo hasta ayer. [No serd siperfuo, por consgulente, considerar los. grandes sist- ‘mas que Ia apsogia eristiana ha producido a lo largo de Ics siglos para oponer a sistemas rivales © para afar lo fundado de sus Dretesionesy su verdad, 1LOS GRANDES SISTEMAS APOLOGETICOS Le varios sstomas de apologia que Ia Tlesa crisiana ha prod ‘ido permiten diversas clasfieaciones, El profesor Berard Ramm Stigulendo 2 De Woll, The Religious Revolt Against Reason, 7 & 22 ‘A.B. Burt, Types of Religious Philscophy— agrupa estos sistemas en tres grandes clasfeacones 1. ‘Sistemas que enfatizan la singularidad de Ia experiencia de In graca, oa slvacin. . TL Sistemas’ que enfatizan 1a teclogin natural I, Sistemas que enfatizan ta primacia de a Revelaién dvina (CL, Bernard Ramm, Types of Apologetic System, 153) Este Dosquejo no pretende ser exhaustivo, ni riguresamente del ‘itado, pero, con todo, representa Telmente los principales caminos ‘que I apologeticacrisuana ba intentado recorer 1 Sistemas que enfatizan la singulardad de ta experiencia de to bracia Ramm propone como ejemplos de este sistema (0 mejor dicho: sistemas) a Pascal, a Kierkegaard y a Brunner. A estos nombres odrfamos afadir los que propurnan tn exisencalsin mis 0 mend (ristano: Berdaey, Maree, et Estos hombres argumentan que Ia experiencia religions es algo tan profundo tan real y unico, que la misma experiencia contituje 54 propia demostracién. {Qué prueba ha. de aportar el enamorado de su amor? {Un andlistsracional? La percepeisn intelectual de In ‘estructura emocional del amor no es la experiencia del enatnors: Imiento. La experiencia fnlima’del amor es de tal calidad en sf ‘misma que basta para probar sy misma realidad. La experiencia antene en sf misena su propia demostracion. Y etto que vale para fl amor humano sirve igualmente para explcar el anor divino que Slnte el creyente En términos populares, éta es la apologéica de lee ereuniones {de testimonis. Es la de las conversiones famosas, yam la de la ‘ents sencilla, al experimentar Ia bra de In gracia de Dios elo ‘rofundo del corazén. Es la apologia del ciego de Juan 9:25: «Una ‘oan af, que habiendo yo sido ciogo, ahara veo > Para estos sistemas, la verdad religiosa 3 algo béicamente sub- Jetivo, es decir: ‘intima, personal y ‘vital En efecto, veamos caracierietias més acusede 1) La verdad del crstiansmo se presenta, ante todo, como una experiencia, y una experiencia subjetiva, que en términos vulgares se denomina del corazin. Es, sobre todo, un hecho existencil 283 Los abogados de esta escuela no nlegan la valider del metodo scientiticos para Ia5 Futinas de la ida dara: eucecién, indus, ‘medicina, ete. Pero la religiin, argumentan, es algo que Une gue wer con chespitii, Ya verdad del eepiity efiere de Ta verdad de In elects, o dela ingenieria,o de are. La verdad rligiosa no est seta comprobacionldgica © malemitiea, por cuanto su realidad fs inica, singular y prop, V au comprobactin e= personal, subje tivae intensamente expersmental. 2) Esta apologitica so distingve por su marcada hostlidad con tra la filosfla eepecilaliva que trata de itoms, 0 ideas, 0 cate fovas, 0 unversales, 0 sustancas, cfc. A estas nociones opone una Filosofia de la existencia que arma so preacypacién por Tas per Sones, por sus esperanras, sus problemas, sus decisions, ete. Se fata, pues, de em enfoque eminentemente persowal y ezistencil, 2) Las apologise de esta clase raramente sienten simpatia por Ja teologia natural. La feologin natural et aguel conocimiento de Dios que puede cbtenerse por el examen de Le naturaleza, Este gr po de apologetar hace a Ia teologla natural las siguientes objeco pes! a) dicta teologia natural asume Incorrectamente que la mente Frumana, en su estado actual, puede deteubrir Dios por sl misma: 2} como consecoencia, supone que no ha habigo ninguna rupture ‘gia entre Dios y el hombre: yc) no parece darse cuenta de gue (cuando pretende haber descubierto a Dios, sm embargo, el dese ‘arimiento deja al hombre fro e ldéatco & como estaba antes del retendido descubrimiento, Yes que el estudio dea Tisilogia del {or no engendra.gozo. Ni le observacion de la creacén leva sl pecador a adorar al Creador. ' Tovas estas apoogéticas tienen un cardcter yuna inspire ‘iin’ netamente ateformadess, Silo racinal por sf miso no es ‘capae de engendrar In experiencia elisios, ;eual es el olor gu In produce? Pricticamente, todos los subjetivists.atrman, en Ia linen Ge In mejor teadieién ereformeda>, que ln fe es un don de Dice, Bs decir: que ela revelacién engendra su propia respuesta ule éofasls es evidente en toda Ia obra de Pascal y también en Kierkegaard, pese a que ninguna de Jos dos pertenecia a la conte sén reformada,estritamente hablando. 5) Estas escuelas ereen que Ja image Del da imagen de Dios en el hombre) ha sido seriamente sfectada por el pocado, Y este ‘Sato debe ser tenido muy en cuenta por toda apoogética que re tenda eer cristana y bblca, En la medida en que se pierde de vista 24 esto, en la misma modida un sistema defa do ser eficar desde et unto de vista evangélico, pargue plerde valores biblicas fundamen fales ¢ inestimables a traeque de aportaciones Porque sila sofia de la religign omite Ia Reveaeién se aparta {de su principal fuente de conocimiento; mas si acme Ia Revels ‘ion, cea, al insiante, de ser flosfia para canvertrse en tesla, Y teologia, digna de este nombre, slo hay una: Ia tedlogia que se funda en la Revelaion de" Diss. La teologia. de In Palabra Hiemos de querer, pues, también una apologetics de Ia Palabra, es Gecir: un sistema en el que la Palabra sea su misma apologia y {Nstieaciin. Porque, Ta poste, nuestra fe y nuestro cistiansmo ‘Solamente en le Palabra encuentran sy raxin de see. Y mesa rain de ser como eristianes evangélias, en Espa, bay, ap creo ‘que debanas boseria en ninguna otra part. ‘Una apologética de la Palabra —aun dentro de Ia alversidad de cexpresiones que pusda tomar (pensamns en las porspectvas diver ‘as de Agustin, Qccam, Van Til'y Carell, por citar tan sélo tnos rombres)~ Une elrtasearucteritcns comines 1) Batard de acuerdo con los postlados bisicos del primer gru po: ta Verdad puede legar a nosotros solamente cuando. Dios fuming muestras mentes y nuestros coraznes, Pore ‘lo Dios es ‘Verdad, slo @les Lus y sélo les Blernidad. Sogin Agustin, estos tres elementos So entreerwzan y entrelazan muttamente (Agustin, Confesiones, X, 10): la Verded es Lur y la Luz es Eieraa como ‘conocimiento inmotable. Mas hay que afedir Io que el itsictual Duro acaso clvidaria: el Amor, orgie Dios es también Amor. Lt Slabanza por qué no Wmara, también, Ia spologsicn?) de ABS 27 Ain proclama: «£1 Amor cance Ja Verda. jOh eterna Verdad Nerdadero Amor y amnada Biemidedly Dios ex esl él alma y € Sine silo pocde ver en la medida quo recibe la luz Cristo es a ar verdadera que lamina Guan 13). Se deduce que el hombre m0 Dude ver or at mismo, por si propia Tut sino que ene que se [tinado por cra lor ajen, ia verdadera Laz. El hombre depend niantereate de la Lis" es sabio cuando participa dea Lit aprema, Para comprender la Verdad, el hombre ha de. ser iiuninado por ln Revelacon divna, toda vex que la natualeza Ge la Veodad la ballaremos jamfs dentro de nuesio. propio ‘train, pore el crasén human ets depravado. 3) La corruplén de la imago Del ex un hecho quo debe ser tomado muy en serio, Aunque hombre posee todavia vestigios Ain iragen dvina evga cn la que fue credo, tin erbarea se halla sumido en tisblae, ya que esos vestigin no Son capaces de Gievrle asta la verdad de Dine y menos tdavia de transforma fin medida dela sntidad qoe Dios exge. El hombre necesita una Reveacin, Yuna Revelason de graca. Rebelde de esprit, con timaz, no" puede sigusra,ueger adecundamento lo datos Ta teaogia naturel toda reconstruc naturals es Vana “La depravacién espinal del hombre cdo tiene cansecuencias pata su mente, para su pesamiento y's racncno, as como para Eis afeciy yu volutad. Por consent no poderos basa Ia ‘Shree de crisantmo nla igen rainalisa 9 en ls inferen- She sapuestamente ecenicas. Sel hombre «5 pecader, todo ol Drolema de in verdad, especnimente Ia verdad elgos, se com Plc con implicasiomes’ Gieas. La apologies no" puede tenor el Festo Gel pcado, Bt hombre depende de ia iicaiva ving para Su iuminadény bu translrmactn. De ahi que el creenteexcame: ‘Sowtro fe atmos a 61 (Dice) parave & nos amd primero» (Juan ino. io sign esto que el Evangelio sea slg irrazonable, pero si que debemos dtngur entre razon y Revelaeién. Ain mAs, aru ia debe configrarse de acuerdo ‘con sta. Homes doit la Reve. Incén pare aguris nformacion tanto sabre isa capecidades fustra ras cio scerea de todo el reside le problemitica Fe Tits ‘Asi seconoceros el orgen dela asin en a ereacién, 51 depra ‘acl on ln calla y au restaacion en in iuminacin Feces. ‘in por el Espira Sento. Bs, pos, imposible postlar una ran 288 ivorcads de lo que la Biblia dice sobre las capacidades del hom bre —que incluyen Ia azn: no podemos consentir en este divored {ipico de los apologists catélicoromanas y arminiane. solamente ‘con «la razin de Dios y Ia doctrnn biblica del estado de la nal Taleza humana podemos eafrentarnos apoogéticamente con Ia ra260 Get hombre eald, ‘Poraue silo el camino de Dias hasta nosotros es, asimismo, nues tro camino para legar a 6), Y esta camino es Cristo, el Mediacor pesca Gio gue ok Fevela In veunad del Pade y ns leva 3) Por consiguente, una apologética de la Palabra se pond en guard contra los ‘peligwe de un exceivo subjlvisma cus ‘experienc Feligiss pudiera no ser més que supersciin osetia sino ius. Van Ti siglendo a Calvino, aflrma que el hombre eestor necesita una'revelacion de gracin que eea al mismo tiempo tua evelacién incorruptible, porque el pecado To carrompe todo ¥ cl hombre es pecador: La’ Escrtura, como reveacion exter, se hizo nocesaria por causa del pecado, Esta revelacin tuvo que Veni ‘de manera externa, tanto como de manera inter, (oda ver que ‘silo una revelaciin’ externa puede contarrestar las influeneias co- ‘ruptoras del hombre caido. La Bscritira es ia vor de Dice, del Dios aboluto y soberano, el Dios de Ia pslabra redentora, en Un ‘mando de peeados (Van Ti Ethics, p. 1. ‘Sélo si mantenemss un alto concepto de la Rsenitura, nuestra apologtica seré biblica y reformada, Si los apologisias del primer frupo, segin hemos visio, pueden presentar al hombre ciego de Siuan 9 como su paradigms, si pueden considerarse de alguna ma feta ereformadoss, con mucha mis razén Ta escola que enfalza la Revelacin biblica puede aproparse ambas cosas. Parque el ham bre eiego de nacimiento que apela a su experiencia, a su conver Sién, al hecho enistenclal'y vila de Baber recobrado In vista, n0 Io hace, sin embargo, apoyado en un mero subjelivimo, Este hom bre cola su experiencia en dependencia directa del hecho de que ios ha interven en su vida, es decir: funda su fe no sclamente en au experiencia, en su subjetivismo, sino en la revelacién que par Cristo ha irrumpido en su vida. Por lo tants, este hombre teen die Ia Revelaci, una zevelacin de gracia ave le ha side hecha, Esta es Ia apologéica bilica que estames Usmados & desarolar, tuna apologia de Ta gracia y la Revelacin. Pero, paca ell, rep ‘os, hemos de tener un cancepto muy ato dele Palabra de Dios, de le inspracién de la Billa y de su inerranca (cf. B. Rasfield, The 29 Inspiration and Authority of the Bible; Carl F. Henry ei, Revela tion and the Bible; BT. Young, Thy Word is Truth). Neda mas fatal para Ta apologética ‘evangéiia que fletear con esculas tipo ‘Bultmana, pues elo signifcara la vindicacin de Ia erica hurnana (ecadora) por encima de In Revelacin divina, Dejaria de ser 2p0- Ingen, porgue perderia s4 soporte teolgicobiblico para quedarse fen simple moda flowiiea. En este caso, cesa el principio bblico ¥ ‘eformado ys abre campo al subjetiviemo més sectario y ant ‘rstiano, mucho peor que el natsralisme eatlico romano La Sagrada Ereritura, como registro de Ia Revelacin divin, e: al mismo Uempo 1a méxima prusba de la exstencia de Dics. Slo fn la Biblia enconrarnos Revelacin digna de este nombre: Revels ‘lin de Dios. par consiulent, absolute, libre © investida de toda ‘toridad, La apologétlea debe ser, sobre todo, presentacién de un hecho sabrenatural, la proclamaciin de una buena muevar la revelacién {eis en Jesuerinto para salvacén, el registro inspirado de festa tevolacin en Ia palabra eserta de fa Biblia, ta cual ulizn r Espinity Santo para‘ uminaciny regeneracisn, Por supuesto que este enfoque nos plantearé nuevos problemas (0 mejor dicho: now capacitarh para enfrentarnos con viejas cute. rer de una manera renovada. Muchas religions —y en el des pertar de algunas de les mas importantes; Buismo, Islamismo, Hin ‘isto, eto pretend insistentemente que ellas también poseen “revelcién», Prete a estas plurals solicitudes, zqué decisiGn debe tamar el hombre? Fs Is conviceléa de Carnell (Philosophy of the Cristian Religion) que Ja Biblia supera vietoriosamente la prucha {de competenla que le presentan Ine demds alivos sogradost Yes ‘ave las religiones ‘na tenen otra lar gue Ia humana, por cuanto Cconstitayen el esfuerzo del hombre por dascubrir a Dios y Megat han Pero solamente el risianismo proclama una Revelacin {da tnica que merece este nambre) roctbida de lo Alto. No halla et hombre en el Evangelio ev esuerzo, cu aportacin, sino que se en ‘ceatra hecho beneficiario de la aportaciin y el esfuerzo divinos ‘esplegados en si favor. El Evangel descubre al hombre que Dios ‘nos ha busead antes de que nosotros le buscisemos a Ql. No es et hombre tratando de elevatse hasta el cielo (como Io hacen todas las religiones, sino el cielo descendiendo hisia él, Y abi radica In singularidad de le spologétice evangéica, cuando trata de ser Dlica, poraue 9u razooamienta etriba no tanto en la propia me 290 ditacién como en el pensar los pensamients de Dios Uegados hasta hosoiws,o tanto en buscar a Dios como en ser hallados por dl ‘La apologtica evanglica no debiera permitir que le sea arvebe {ada esta gloria nt or falsos ecumenism, ni por carsuptes Taco halismos. No buseard su soporte en lo natal, sino en lo sobrena tural. No se fundari en componendas, nl sincreusmos a la moda para evilar el escindalo del Bvangelio, sino que busear’ epoyarse Drlcipalmente en la Palabra revelada, GE data la apologtica que nos conviene, 1a apelogtica de a Palabra’ UNA APOLOGETICA PARA NUESTRO TIEMPO La. spologética que nos conviene hay (coma ayer), 1a apologéiiea para nuestro tiempo no puede ser otra que la eterna apologia de | Revelacion de Dios. St la experiencia y Ia memoria nae hon de ser de alguna uilidad, y si saberos discerit el momento presnte '¥ no queremos tropezar en eacllos recientes, hasemos bien ee: etocs a Ia apologétien de a Palabra, ‘Por varias rezone D)_ El catalicismoromaro (y también el espafol) eet presndo atenciin crecente al estusio de in Biblia y, sl mismo tiga. pa rece querer abandonar algunes de sus clisicas premisss, Nuestra ‘mejor aportacion, nuestro mejor testimono, setd el que se apuye firmemente en la apologética de Ia Palabra para proclamar que 20 basta con ira I Biblia para hallarepiyo en ella‘ nuestros deseos de renovaciéa, Sino que lt Bxcritura mismsa debe ser la que cite festa renovacién. Que no e8 suficiente el uso de la Escrtura como texto de proeba, sino que de ella debe sugir toda teologi, toda ‘eforma y toda pledad cristinnas, Creo que esta es nuestra vocacin {enteal eat romano, hey 2) Una aplogéica de la Palabra (es decir: que ene en cuenta todos sus dates: que te toma en serio lo revelado) sora esimism el ‘mejor antitota eantea el naluralisma y el optimisino de las ideas, fan en boge, de Teilhard de Chardin, quien parece olvidar el hecho de la caida y eno menos importanie de la pest de Cristo. Las hipétesis de Teihard de Chardin estan snimados de un lamenable ‘desconocimiento del Antiguo Testament, sai como de ina letra Incompleta del Nuevo» Cf. padre Rideau, S.J, La pensce de Pere Teithard de Chardin, 195).No noe conceme inmseuirnos en las ideas que sobre antropaogia, biologi, astronomia, etc, pueda sie oy tentar este 0 aque otto movimientn, pero si es nuestro deber pun ‘ualizar todos aquellos pantos que’ prelenden tener consecuencias fespiituales'y que measlan los datos Ge la Revelacdn con las suo siiones humanas, por mas respetables que éetas sean? 3) Las cienclas se han desarrllado de tal manera en Jos it ‘mos aos que slo nes pocos hombres —y aun cada uno dentro Ge st especialidad— conoeen algo de las tismas con seriedad ¥ profundidad. Hoy, mas que nunca, seria pretension vana y rdicua el segulr practicando. una apologétiea que_pretendiera vincuarse ‘con la marcha centficn, Ni fuios lnmados 4 esto jams, ni tam ‘oro tal método es ya pasble hoy. De nucwo, el principio «Sola Scriptras, con dimensiones nuevas, pone a prueba muesira fdelidad 1 lealtad eistanas, 4) EI hombre espanol medio conoce ya. le enfoquet naturalistas que del ristianisma le ha venido haciendo el catalilsmo romano, {Ea que ignora mayermente es In apologtica de la Palabra, como ‘gnora, en su mayoria esta misma Palabra. 5) No debemos olvidar el eni-clercalismo (roto del clerical: ‘mo eatlico que le do nacimiento y le ha prestado sus mismas armas ¥ acttudes), y ello no porave debamos compartir, pero si tenerio fen cuenta como una realidad muy espafisla estamos en Pspara, no Jo alvidemas!— y cualguer aspecto demasiado catilicoromsno de nuestra fe 0 mtestro testmonlo (jminime nuestra apologéa!), ‘cualquier aparenta ir del brazor, 0 ecumenisme mal entendio, no Tograria més que apartar a estas masas de nuestro mensaje ¥ con sie apartamiento perderien, sin duds, si lima oportunidad de fecuchar im mensaje Bilin Nuestra isin es que muchos puedan decir, como Agustin:

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