amor me inspiras o escondiendo el rostro, a no ser que aparezcas, sombra divina, en sueos, o en el campo en que brille bello el da o la risa de natura, embelleciste acaso el inocente siglo que ureo llaman, o, leve, entre la gente vuela tu alma, o bien la suerte avara te oculta a nuestros ojos, no al futuro? De contemplarte viva ya esperanza no tengo, a no ser que, desnudo y solitario, por nueva va, en peregrina estancia mi espritu te vea. Ya al comienzo de mi jornada incierta y tenebrosa te imagin viajera en este suelo desierto. Ms no hay nada en este mundo que se asemeje a ti, y si acaso alguna te igualase en los actos, las palabras y en el rostro, sera menos bella. Entre tantos dolores como a la vida humana marca el hado, si existieras igual que yo te pienso y alguien te amase, para l sera la vida ms dichosa; y veo claramente que, lo mismo que en mi edad juvenil, virtud y gloria me hara ansiar tu amor. Ahora el cielo no da ningn consuelo a nuestras ansias, ms la vida mortal sera a tu lado igual a la de aquel que en gloria vive. En los valles, que oyen, del laborioso agricultor el canto, sentado, me lamento del juvenil error que me abandona, y en las colinas, en que evoco y lloro los perdidos deseos, la esperanza perdida de mi vida, en ti pensando a palpitar comienzo. Si pudiera en el ttrico siglo, en este ambiente
nefando, conservar tu imagen pura!
Con ella sola me contentara. Si una de las ideas eternas eres tu, a la que de formas sensibles no visti el saber eterno, ni en caducos despojos prueba las ansias de funrea vida, o si otra tierra, en lo supremos giros, entre mundos innmeros, te acoje, y ms bella que el sol prxima estrella te alumbra, y ms benigno ter aspiras, de aqu donde es la vida infausta y breve, de ignoto amante esta cancin recibe.