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Ciencias sociales Derek Heater Ciudadania Una breve historia El libro de bolsillo Ciencia polftica Alianza Editorial ‘Teruo omInal: A Brie History of Cizenshiy Trapucots Jorge Braga Riera DiseBio de cubierta: Alianza Bditorial Tsiracion de cubiorta: Angel Usaste sevice fos ders contenido ests ora st pete pola Lepr tale pon ders osm aden delseorepdees Itlennizacans pr day pln par lens eres pape datrnyerenecomsicnen obiameniecaiole seapure carbene, $s nti ca os nai interpcaion donate Sadsercalauer poderopreacomvniadsseesdeculieisenctaia Inpecete strc, © Derek Heater, 2007 © dela traduccién: Jonge Braga Riera, 2007 © Alianza Editorial, S.A, Mati 2007 alle Juan Ignacio Luca de ent, 15; 2027 Madd telefono 91 393 88 68 ‘woralianzaeditoria.es ISBN: 978-84-206-6181-0, Depésito leg: M. 32,854-2007 Fotocomposicin e impresiin: 884 5.4 Parque Industrial «Las Monjase 28850 Torrején de Ardox (Matti) Printed in Spain mate ete ate 51 QUIERE RECIRINFORMA GON PHUODICA SOARELAS NOVEDADISBE /AMLANZA EDITORIAL, ENV UN CORREO ELECTRONICO ALADIRECOION.: ____ alianzaeditorial@anaya.es Nota deltraductor Para las citas de la Biblia se ha utilizado la edicién es- paftola Biblia de Jerusalén (Madrid, Alianza Editorial, 1994), La traducci6n del resto de las citas es obra del traduc- tor, salvo cuando exista una versién espafiola publicada de ellas, ya sea en formato impreso (véase el apartado de Bibliografia) u online, en cuyo caso se facilita el enlace correspondiente en nota pie de pagina. ‘a oo ropupantts WA MVE ISTON rarse normas municipales- y construian sus propias age rae, 0 lugares piblicos de reunién donde se trataban lo asuntos internos, No es extraito, pues, quealgunosciuds anos atenienses se mostraran reticentes a viajar ala civ dad para desempefiar alli sus funciones. Asi, mediante ‘compromiso consciente con los asuntos de su demo, ¢ ciudadano mantenfa vivos y frescos los ideales, pring pios y actividades de un estilo de ciudadania que, at) hoy, dos mil aos y medio después, sigue concitand, nuestra admiracién, “Tanto en la teorfa como en a préctica, este modelo pax tia de unas relaciones de confianza dentro una comuni dad muy cohesionada, También Roma, como las pol ‘griegas, nacié como una ciudad-estado, ;Conseguitia os romanos adaptar ese modelo de ciudadanfa a las mensiones, increiblemente més extensas, de su vasto In perio? 2, Roma La Reptblica y el Imperio Origenes y estatus de la ciudadanta romana Muchos de los rasgos inherentes ala ciudadanfa romana son totalmente diferentes de los de Grecia, La condicién de ciudadano en Roma se hizo mucho més flexible a me- dida que evolucionaba desde su equivalente griego. Ast, Jos romanos instituyeron varios grados de ciudadanta, permitian a los esclavos que adquirieran dicha categoria, yextendieron esta condicidn con suma generosidad a in- dividuos e, incluso, a comunidades enteras més alld de su ciudad madre hasta llegar, con el tiempo, alos mismos confines de su «imperio mundial». Losorigenes de a ciudadanta romana son, sicabe, avin ris oscuros quelos de Grecia, pues no contamos en este «aso con un gran legislador como Sol6n, ni tan siquiera «conuna figura semimitica como lo fue Licurgo. Tan s6lo sebemos de la existencia de un cierto tipo de ciudadania enlos primeros afios de ta Repttblica (la monarqufa se 6 SO e upset: Uva REE USN abolis en c. 507 a.C.), conseguida geacias ala lucha en prendida por el pueblo bajo de Roma (los plebeyos 0 pk be) para exigir los derechos de los que disfrutaban ly mas privilegiados (los patricios), Una fecha clave es el 494. En este atio, los plebeyos, @ grupo, salieron de Roma se dirigieron al monte Avent no, situado al surde la ciudad. Ali sellaron un juramen; deapoyo mutuo y dejaron clara su intencién de consegui «que los patricios eligieran cargos puiblicos que salvaguay daran los intereses plebeyos. Los patricios, temerosos d la inestabilidad social y de que se disolviera el ejércit sucumbieron a estas exigencias. Fue entonces cuandos nombraron los primeros Tribunos del Pueblo, una in portante concesidn destinada a proteger a los plebeyos¢, abusos injusticias. Estos tribunos eran elegidos por un nueva Asamblea popular, aunque ésta tenfa poco poder, swexistencia fue efimera, La lucha por garantizarunavg real en la Asamblea es una historia larga y complicad, quedescribiremosbrevemente a continuacién, Podemos considerar signos de una ciudadanta ew brionaria el goce y proteccién de derechos, ademés dei creacién de instituciones mediante las cuales se plantew opiniones y exigencias. Pero deben existir otros recursa que permitan identificar quignes retinen los requisiy necesarios para alcanzar esta condicién, pues un ciu dano romano tenia que distinguirse de alguien de infeia status, como pudiera ser un esclavo, un hijo ilegitimos un extranjero, En un principio, una sencilla ceremorit era suficiente, y bastaba con que el padre-ciudadanoo giese a su hijo recién nacido en acto de reconocimiena Més adelante, este reconocimiento familiar pasaba af malizarse en les listas tribales de todos los ciudadane adultos, que eran recopiladas e inspeccionadas por lt 63 snsores cada cinco aitos. A partir del afio 44 a.C. se exi- {6 todos los magistrados locales que elaborasen listas compleiasyydetalladlas de los ciudadanos,necesarias para recauclar impuestos y realizar el servicio militar, Atos més tarde, en el 4 a.C., una ley Promulgagla por Augusto bligaba a llevar un registro de todos los hijos nacidos de wn °7 danfa romana, El primero deestos cambios decisivos fue puestoen marcha en el 381 &.C, aio en el que la ciudad latina de TUsculo ~independiente, pero por entonces ro. deada de territorio romano- adopté una politica host hacia Roma, Lacuestin ahora era si Roma deberfa reac- cionar de manera conciliadora 0 agresiva. Se opts por la via pacifica y se ofrecié a los habitantes de Tiisculo la ciudadanfa romana, al mismo tiempo que seles permi- tia mantener su modelo propio de gobierno municipal. ste acuerdo, que no tenfa precedentes, iba a repetirse jas veces a partir de ese momento. De hecho, a medi- daque Roma iba adquiriendo mas poder tanto en el La- cio como, luego, en el resto de Italia, evitaba los acuerdos de paz vengativos con aquellos pueblos a los que con- quistaba. ; Enel efio 338 Roma inventé una nueva férmula: un tipo de ciudadania de segunda clase o semiciudadanta, esto es, una disposicién menos generosa que la que ha- bia sido ofrecida a Tiisculo, y que surgié de esta forma: entre los afios 340 y 338 Roma libré una cruenta guerra contra sus vecinos del Lacio y le Campania, la llamada Guerre Latina, Concluida la contienda, las poblaciones, latinas quehabian participado recibieron distinto trata- ‘miento, aunque los ciudadanos de siete de ellas consi guieron un nuevo estatus: el lamado civitas sine suffra- io, expresién latina que quiere decir «ciudadanta sin voto» (y, por tanto, sin la posibilidad de convertirse en magistrado romano). Se trataba de un plan inteligente que otorgeba a la institucidn de citdadanfa romana la inéxima flexibilidad. La rafz del acuerdo era la acep- taciin de que la ciudadanfa tenfa dos caras, la publica y la privada: la primera, 0 el derecho al voto, les fue reti- rada; le segunda, representada en derechos tales como « ‘comerciar en idénticas condiciones con un romano,, casarse con un romano, sles fue concedida. Y, por sy puesto, seguia siendo posible, como ciertamente ocurt tia con el tiempo, que los civitas sine suffragio, ya indivi duos, ya comunidades enteras, alcanzaran la ciudadang plena, Existieron también otros mecanismos, aunque de my nor importancia, destinados a incrementar el numero q quienes ostentaban un modelo limitado de ciuidadan, de manera que, a mediados del siglo ta.C., este tipo g acuerdos ya estaba extendido por toda la zona cente{ de Italia, No obstante, durante el siglo tel ritmo de con cesiones de ciudadania se ralentiz6, lo cual provocd, aie dedor del aio 100, el resentimiento de algunas poblaciy nes de Italia que, dada su condicién de aliadas de Roms, vivian ala espera de lograr la ciudadanta, Este astinto,4 qnese unieron algunos otros roces, provocé una violeay guerra entre los altos 91 y 87 que costs la vida a aprox. ‘madamente trescientas mil personas. A este contlictow leconoce como la «Guerra Social», término algo conta) que debe su nombre ala palabra atina soci, que signif «aliados, Del mismo modo que la Guerra Latina habia provoce do cambios, la Guerra Social oblig6 & los romanos aples tearsesu politica de ciudadanfa, Para recompensar ¥ coe seguirlalealtad de aquellas comunidades que se negabm a unirve a los beligerantes aliados y, sobre todo, parai’ ducir a algunos de los aliados a dejar las armas, Roni aprobé en el 90 .C. la lex Juli, la cual otorgaba la civd dania aunque una forma limitada de ésta~ a cientos miles de personas en toda Italia, Después dela quer, is cluso los rebeldes se beneficiarian deesta medica, Lact dadania romana era ahora algo parecido a un estas ‘GUDADONTA UNA RRAVEHIETOR 5 grt SS SS eT oe nacional», en ningin caso limitado geogréficamenteala ciudad de Roma, ‘A finales de la etapa republicana las oportunidades ara obtener alguna modalidad de ciudadania se habian extendido, de una forma u otra, por toda la peninsula. julio César; que introdujo este estatus en!las tierras galas delnorte de Italia, aplicé la politica de ampliar generosa- mente la ciudadanfa, tanto en Italia como més all de sus fronteras (por ejemplo, concedid el derecho a voto a los profesionales de la medicina de Roma). No obstante, la ambiciosa idea consistente en unaextensa expansidn geo- gréfica deeste estatus no se prodicirfa hasta la época im- peril. Laexpansidn de la ciudadania més alld de Italia Antes de pasar a relatar la ampliacién de la ciudadania mas allé de la peninsula itélica debemos detenernos y analizar un interesante contratiempo derivado de la con- quista de aquellas comunidades que ya disfrutaban de vidas civicas bien desarrolladas, estatus de ciudadanta incluido, ;Podfa un hombre tener dos ciudadantas? ;Se podia se, simultaneamente, ciudadano de la ciudad na- taly de Roma? Esta duda (con la que han tenido también ue lidiar los abogados en el siglo xx, pues ya se han dic- tudo fllos judiciales sobre la cuestion de la doble nacio- nulidad) la haba planteado, en una fecha tan temprana como el 56.a,C., el erudito y abogado romano mas distin {guido de todos los tiempos: Cicerdn, Enese afio Cicerdn alegaba en un proceso legal que el, peso de Ja lealtad de un hombre hacia. incompatible ser ‘iudadano de una ciudad cualquiera con la condicién de ~» ‘ropabant: usa evento, ciudadano romano, por lo que aquél debia elegir ent, ‘una uotra toma de ciudadania. Este caso surgié tras oto, garPompeyo la ciudadanfa romana a un tal Cornelio Be bo, ciudadano de Gades (la moderna Cadiz), Conclu; Cicerdn que la costumbre habia llevado a aceptarla dob, ciudadania, algo queel derecho romano no contemplaty Ahora bien, todas as otras ciudades no dudarfan en otorgan, ‘nuestros hombres su ciudadania, sitevigramos el misma de recho que los demés [..} En efecto, vemos que las ciudad griegas, por ejemplo Atenas, los Rodios, los Lacedemoningylg «de otros pueblos son inscritos como ciudadanos y que é&tq pueden ser de muchas ciudades. Yo mismo he visto a alguna hombres, conciudadanos nuestros, mal informados ¢ induc dos por un error; figurar en Atenas entre los juecesy los Arey. pagitas [Consejo de Ancianos] [..] porque ignoreban ques habian adquirido esta ciudadania perdianla romana (Cicetéy 1985: 40). Sin embargo, durante el transcurso de la centuria poe terior a la pronunciacién de este discurso la norma ce. menz6 a desobedecerse paulatinamente, Por ejempl, alrededor del aio $8 d.C. se detuvo en Palestina ur hombre que declaré ser «un judio, de Tarso, ciuidadan de una ciudad no oscura de Celicia» (Hechos de ly Apéstoles 21, 39), Tarso era una ciudad griega situadaat esta provincia cle Asia Menor. Mientras le preparabis para flagelarle, hizo valer sus derechos de ciudadano re mano, condicién que ostentaba y en virtud de la cual p- dia quedar eximido de recibir ese castigo. Graciasas estatus, fue enviado a Roma para ser juzgado alli. Find: mente, y tras muchas vicisitudes, murié ejecutado per sus creencias religiosas, consideradas peligrosas eimpo- ulares, una suerte para la cual su ciudadanfa romana SES 2 ros a Jeofrecia proteccién. Este hombre no era otro que san Pa- blo, uno delos disefpulos de Jestis. Pero volvamos a la cuestién principal y sigamos nues- tro relate cronolégico, que ahora e detiene en el periodo delprincipado de Augusto. Podemos identifica tres fases ‘enel proceso de crecimiento del némero de ciudadanos, 1a primera se produjo como consecuencia de la politica de Augusto (27 a.C.-14 d.C.), que otorgabala ciudadanta ‘a aquellos soldados no citudadanos atin (muchos ya lo eran) una ver finalizada su actividad. También hizo cre- corel censo electoral en general al incluir alos ciudad! nos varones adultos y a sus familias en las listas del censo_ de ciudadanos, el niimero de personas con derecho a ‘yoto supers el millén, en su mayorfa en provineias no ita- lianas, lo que suponfa aproximadamente un siete por centodeltotal dela poblaciéndel mperio, Unpoco de humor negro nos ayudard, quizas, trarel modo tan relajado con el que seadjudicaba la ciu- dadanfaen esta etapa. En el aio 9.d.C,, el ejército roma- no sufrié su derrota més aplastante y humillante, cuando tresde sus legiones, con sus correspondientes caballerias, fueron descuartizadas en el bosque de Teotoburgo por loshombres de Arminio (o Hermann), jefe de los ger- manos cherasci, quien se convertirfa en héroe para los nacionalistas alemanes del siglo xix. Paraddjicamente, Arminio era un ciudadano romano. i . Lasegunda fase en a historia delas concesiones de ciu- dadanfa durante el [mperio se produce durantelos reina- dios de Claudio (41-54) y Adriano (117-138). El primero deellosno sélo otorgé la ciudadania a muchos no italia~ nos, sino que, de modo particular, animé a los galos a formar parte dei Senado ya ocupar cargos piblicos. Pero serfa el emperador Caracalla (211-217) quien promul- cod KOKA 73 Mi iugal situé a Cloto, el Destino que hla nuestra vida perso- sgarfa la mds famosa de todas las leyes telativas ala ciugval situé a Cloto, ; danfa romana, en concreto la Constitutie Antonignal junto al lecho eps ener (Constitucién Antoniana) de 212. Conels pricticamgand el momento finaly hacien lo el siguiente co te desaparecieron todas las diferencias geogrsticas y iol impaciente mensajero Mercurio: *iones de grados de ciudadania mediante un signific aan vid tivo acto de simplificacion en virtua dll cual se otorgiyo, por Hércules, queria afadirleun cachito vidaadlobasa cecpntabido derecho a todos loshabitantes libres del ique concedier la cudadanfa a esos poguiton que quedan perio. Este edicto tuvo una repercusién importante en| -pus habla senuclio yer con nega todos songs be rovincias donde, al contrario de lo que sucedta en Ital panos YUritanos-, Pero como parece e Freludadanie habia sido concedida mayoriteriament ntosextranjeros para iment, y ts mandas que as sea, sea ct 1996: 196-197, una elite reducida. Caracalla habfa, pues, levado a, Senet 1996:196-197) conclusién, de la forma mas lgicay metédica, las polt cas de ampliacién parcial de la ciudadania de sus preg cesores. La Constitucién Antoniana fue una importante med da simbélica, si bien no debemos exagerar su alcan, real, puesto que no fue ni altruista en su intento ni ten lucionaria en el resultado. Hay cuatro puntos que men cen destacarse, siendo el primero de ellos las auténtig intenciones de Caracalla: sélo los ciudadanos debi Pagar el impuesto de sucesi6n, de manera que, inex ‘mentando sustancialmente el mimero de citudadanosd igual modo ascenderian los ingresos disponibles pan gasto militar (su preocupacién principal), ya de port ctecientes al haber doblado el importe de ese impue El segundo aspecto digno demencién es que esta pa tica de continuas ampliaciones de la condicién de de dadano, rematada por Caracalla, envilecié el valor dew titulo antaito ostentado con orgullo. Ahora que toded mundo era ciudadano, dicho estatus no suponia yas rasgo de distincién, No faltaron duros comentariosd respecto. Elfildsofo Séneca ya habia dedicado lineas ny saredsticas ala politica de ciudadania de Claudio, parth En tercer Jugax, durante los dos primeros siglos de nwestra era la clistincidn entren ciudadanoy un no ciu- éadano libre se torné cada ver més borrosa. Los pri gios de los ciudadanos se perdian, incluso el derecho a Yolo, mientras que se incrementaban los delos no ciuda~ danos. Adem fa necesidad de mantener a las legiones eratan imperante que se hizo necesario reclutar a no ciu- dadanos para engrosarlasfilas del ejército. Sin embargo, ycon esto abordamos el cuarto punto, la decadencia de la distincién ciudadana no debe interpre tarse como un proceso de equiparaciéa, sino més bien al y «estoicismo», que implican un compro- miso. cumplir, sin queja, con nuestros deberes, respon- sabilidades y obligaciones. La filosoffa estoicaacentuaba este antiquisimo rasgo de la ciudadanfa de un modo que nos recuerda a la interpretacién espartana del areté, Como ya hemos visto en el capitulo primero, permanece latente la cuestiGn de si es factible que todoslos ciudada- ‘nos tetinan los requisitos exigidos. Probablemente s6lo ‘una dlite pudiera alcanzar esta excelencia, un punto de vista que se insindia en el estoicismo, el cual promulga, por ende, queel modelo perfecto de vida s6lo puede con- seguirse con la adquisicién de la sabiduria, y ésta, a su vez, elogra mediante el ejercicio de la facultad racional humana, : Cicerdn deja reflejada esta visién selectiva de la obliga- «ida civica, Ademés, tenfa razones para adoptar esta Ppetspectiva, pues en su época las antiguas virtudes repu- biicanas, personificadas en la historia de Cincinato, evi- denciaban un triste y preocupante declive. Los modelos ok a 78 civicos de las clases superiores, que siempre habian dad gjemplo, estaban en decadencia, asf que Cicerdn les in. ploré que rectificaran su conducta, Sin muchos mir, mientos, declaré que los hombres que llevan vidas privs as son «traidores de la vida social» (en Riesenberg, 199 77), un comentario que puede compararse al realizady por Pericles sobre el mismo particular, El mensaje d Cicerdn a las altas esferas de la ciudadania romana en inflexible; asi se constata en su ensayo titulado Sobre la deberes: Un ciudadano sensato y fuerte y digno de ocupar el primg puesto en la Reptilia [..] se entregard enteramente a sry, cio dela Repiiblice, no buscaré ni riquezas ni poderfo, se ded, caré aatender toda a patria, deforma que mire por el bien todos [uJ] yhtsta se entregaréa la muerte antes queabandony los preceptos que he dicho (Cicer6n 2003 101-102) Blicleal de obligaci6n civica ha sido, hasta el moment, ‘un tema recurrente en este libro, El concepto de ciudad nia mundial, en cambio, asoma ahora por primera ve, porlo que es éste el momento de explicar su significad La concepcién de ciudadanfa mundial presupone una cierta hegemonia ~al menos potencial~ de la especie hu ‘mana, esto es, asume que todos los seres humanos tent ‘mos|2 capacidad dle reconocer las obvias diferencias cl turales 0 étnicas. Esta nocién trasciende la creenca griega de que el mundo se componta de gente cultivade, que hablaba griego, y de otros que no utilizaban estalen gua, y simplemente farfullaban: los bérbaros. Con toda las dos interpretaciones de la humanidad -homogens+ dad y bifurcacién— lograron coexistir en el pensamierto Briego. Los estoicos, porsu parte, enfatizaron a homoge =a ~ neidad de todos los hombres, pues comparten la capaci- razonar. hare palabra griega con la que normalmente se alude al «ciudadano del mundo» es kosmopolites, término cuya traduccién mds acertada serfa lade «ciudadano del cos- ose, 0 del «universo», y que agrupaba todas las formas de vida, no s6lo las exclusivamente humanes sino tam- biga las de los dioses. ste aspecto merece resaltarse porque algunos estoicos como Marco Aurelio, quienes treian fervientemente que eran ciudadanos del mundo, hnubieran encontrado inconcebible postular In necesi- dad de crear un estado mundial del que ellos también fueran ciudadanos (un estado distinto del Imperio Ro- nano que, en ocasiones, dejaba entrever pretensiones universalistas de tipo jactancioso, no estoico). Los de~ fensores de la idea de una «ciuudadanta global» hacian uso dela palabra «ciudadano» porque era la que tenian més a mano, pero no porque creyeran que debfa inter- preiarseliteralmente, ; ‘Ahora bien, sino querfan transmitir quela ciudadanta uncial existia, o deberia existi, en sentido literal, gaca somostrarfamosalgiin interés por este concepto ala hora dedescribir la historia de la ciudadania? La respuesta es unprudente sf, que deriva del componente de moralidad quelate en el principio de ciudadania, La creencia en una ciudadania mundial cuestiona el modelo porelcualeles- tado tiene el monopolio de lo que esté bien, y hacelo pro- piocon la afirmacién aristotélica de que el hombre pue- dealcanaat la excelencia moral y social s6lo mediante su pertenencia a una polis. El cosmopolitismo afirma que axiste otro criterio, de naturaleza superior. A finales del segundo milenio de nuestra era la validez de esta idea se puso de nuevo de relieve, como veremos después. Los fo %0 ‘nba aga on ciudadanos, en su papel, deben ser conscientes de este iy conveniente, Marco Aurelio entendié esta verdad y, légicament, ademostrd» que una cosmopolis, o ciudad del universo,¢ uno de los principios estoicos, y reiters la infatigabl obligacién que tiene el hombre bueno de obedecer el cj digo de conducta deta cosmépolis. Los dos siguientes q tractos de sus Meditaciones exponen claramente es, pensamiento: Sila capacidad intelectiva nos es comin, también la raz6n, py Ia que somos racionales, nos es comin. Si es ast, también comin la raz6n que prescribe lo que debemos hacer 0 no,§ « asi, también le ley es comin, Si es ast, somos ciudadang Sies ast, participamos de alguna clase de constitucin poli «a. Siesasi, el mundo es como una ciudad. Porque zde quéota constitucién connin se diré que participa todo el género he mano? Y dealt, de esa ciudad comtin, nos viene también ace ppacidad intelectiva, la racional y la legal. 0 de dénde? (Marg Aurelio 2005:51). Poco es lo que te queda, Vive como de via, pues nada der allo aqui, sise vive en todas partes como fa ciudad que sd ‘mundo, Vean, estudien fos hombres a un hombre de verds, que vive de acuetdo con la naturaleza. Si nolo soportan quel maten, putes es mejor que vivir asf (Marco Aurelio 2005: 149}, Marco Aurelio crefa que, como ciudadano, perteneds Roma, pero como hombre, al universo, ;Pero era to © podia ser, asi de sencillo? jNo era més que probable que las dos personalidades y lealtades entraran en cor flictot Deser asf, quedaria claro quel pensamiento pa tico estoico contenfa una contradicci6n interna funds mental. so a ‘Séneca, por su lado, era consciente de este problema, algo de lo que dejé constancia tanto en sus escritos como ensu vida personal. Asi, argumenta: [Abarquemos con la mente dos repitblicas, una grande y ver-

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