You are on page 1of 105
CUADERNOS “BARTOLOME DE LAS CASAS” Javier Dorado Porras IUSNATURALISMO Y POSITIVISMO JURIDICO: Una revisién de los argumentos en defensa del iuspositivismo INSTITUTO DE DERECHOS HUMANOS “BARTOLOME DE LAS CASAS” LORS Ste UeReUU tee Bee ante) sie) Pes e hy ey Reservados todos los derechos. Ni la totalidad ni parte de este libro, incluido el disefio de la cubierta, puede reproducirs © wansmitirse por ningun procedimiento electrénico © meednico, incluyendo fotocopia, grabacién magnética o cualquier almacenamiento de informacién y siste- mas de recuperacion, sin permiso escrito del AUTOR y de la Editorial DYKINSON, SL. El presente trabajo se ha visto favorecido por una “Ayuda para la realizaci6n de actividades de Investigacién en el Campus de Colmenarejo” de la Universidad Carlos I de Madrid © Copyright by Javier Dorado Porras Madrid, 2004 Editorial DYKINSON, S.L. Meléndez Valdés, 61 ‘Teléfono (+34) 91544 28 46 - (+34) 91544 28 69. e-mail: info@dykinson.com http: // www.dykinson.es http: // www.dykinson.com ISBN: 84-9772-559- Depésito Legal: SE-5988-2004 Preimpresién por: iCubo SL. 28015 Madrid hitp:/avww.ieubo.com e-mail: info@icubo.com Teléfono (91) 855 14 64 Impreso por: Publidisa aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. PROLOGO El problema de la distincion entre el iusnaturalismo y el positivismo juridico es una de las cuestiones que desde hace mucho tiempo viene ocu- pando alos teéricos del Derecho. Se trata de un problema que posee un in- terés académico indudable, si bien, lo verdaderamente interesante del asunto, no es tanto establecer una serie de referentes desde los que “etique- tar” autores y teorias, sino mas bien examinar los argumentos que apoyan una u otra posicion y sus consecuencias. Maxime, cuando se trata de co- rrientes que se distancian en una cuestiOn tan relevante para la teoria y la praxis juridica como es la de la validez En todo caso, la diferenciacion entre estas corrientes se ha complicado en la actualidad, al hilo de la aparicién de una serie de teorias que han afia- dido algan calificativo a los términos iusnaturalismo o positivismo juridi co, 0 que se han presentado como la negacion de ambos o de alguno (sin que ello suponga integrarse en el otro). En efecto, en la actualidad se habla de iusnaturalismo deontoldégico, de iusnaturalismo renovado, de positivi mo juridico incluyente. de positivismo juridico dactil, de positivismo juri- dico corregido, o de no-positivismo, por citar sélo algunas de las denomi- naciones al uso. Se trata de términos con los que se presentan teorias que comparten la idea de que ni el iusnaturalismo ni el positivismo juridico “clasicos”, sirven para dar cuenta del Derecho contemporaneo. No obstante, todas y cada una de estas propuestas, se decantan final- mente por una u otra posicion aunque sea de manera implicita. En efecto, si consideramos, como hace Javier Dorado en este libro, que el positivis mo juridico se caracteriza por su rechazo a la utilizacion de la expresion Derecho Natural y por la defensa de la separacion conceptual entre el De- recho y la Moral, mientras que el iusnaturalismo por su defensa de la exis- tencia de un Derecho natural y por la conexion necesaria y cierta entre el aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. Prélogo 15 lieron airosos de esa oposicion, sin duda por sus propios méritos y por la calidad de sus ejercicios. A lo largo de todos estos afios. Javier Dorado me ha demostrado ser un excelente profesor universitario, brillante en su tarea docente, riguroso y productivo en cl plano investigador y, ademas, dispuesto a compaginar todo ello con el desempefio de tareas de organizacion y gestion universita- ria. Junto a ello, el profesor Dorado pose un talante personal no compli- cado (mas bien todo lo contrario). Todo ello le ha Ilevado a desempefiar un papel muy importante en el grupo de filsofos del Derecho de la Universi- dad Carlos III de Madrid. Ciertamente, el profesor Dorado ha tenido la suerte de formarse cerca de nuestro comun maestro, el profesor Peces- Barba, a quicn sin duda debe buena parte de sus “maneras de universita- ri Por todo ello es facil entender como, cuando el profesor Dorado me pidio que le escribicra un prélogo para su libro, fue para mi una gran satis- faccién. tanto porque considero que se trata de un trabajo bueno y util. cuanto por lo que implica en el ambito universitario que una persona con Ja que trabajas todos los dias, siga, no obstante, expresandote un cierto re- conocimiento y consideracién. Javier Dorado es en la actualidad Vicede- cano. Creo que un profesor universitario debe dedicar un tiempo de su vida académica al desempefio de ese tipo de funciones, maxime si ademés, como es el caso, es capaz de compaginarlas con la investigacién seria y la docencia, aunque mi deseo es el de recuperarlo lo antes posible (“a tiempo completo”) al ambito mas modesto del equipo de filosofia del Derecho de esta Universidad. RAFAEL DE ASIS Molino de la Hoz Octubre de 2004 aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. Iusnaturalismo y positivismo juridico 19 discutirse, segiin parece, es que cuando un iusnaturalista o un positivista atribuye validez juridica a una norma o sistema de normas no solamente esta afirmando que eso es “Derecho”, sino que, ademas, es de alguna for- ma “obligatorio”. Ahora bien, ,en qué sentido es obligatorio? Aqui es donde las respuestas del positivismo y del iusnaturalismo, como se vera mas adelante, difieren radicalmente, y puesto que a lo largo del presente trabajo habra de volverse sobre estas ideas, por ahora interesa dejar claro que el objetivo del mismo es precisamente realizar una defensa de la concepcion positivista frente a la iusnaturalista, y mas en concreto del concepto de Derecho positivista y de la ideologia que se encuentra de- tras del mismo, es decir, del uso que ésta corriente hace de la nocién de va- lidezjuridica. Para ello, cn primer lugar, sc partira de un andlisis de los di- ferentes usos que mas frecuentemente se han dado al positivismo juridico y al iusnaturalismo, especificando en qué sentido se van a utilizar aqui cada uno de esos dos términos y prefijando una definicién de cada una de esas corrientes “enfrentadas” (II). Posteriormente, se analizara en qué me- dida considero que puede hoy dia ser defendido el positivismo juridico, presentando argumentos a favor del mismo frente al iusnaturalismo (III). on ad II. DOS CONCEPCIONES SOBRE EL DERECHO “ENFRENTADAS”: EL POSITIVISMO JURIDICO Y EL IUSNATURALISMO Cicrtamente, no parece haber demasiado acuerdo sobre qué es lo que se entionde por iusnaturalismo y por positivismo, ni los diferentes tipos de posiciones que dentro de estas corrientes pueden ser considerados, asi como la incompatibilidad existente entre los mismos. Por esta razon, creo que antes de considerar una posible defensa de la concepcion positivista hay que intentar enfrentarse a estas cuestiones 1. El positivismo juridico En cuanto al positivismo juridico, se trata de una corriente de pensa- miento sobre el Derecho cuya referencia es habitual en cualquier manual de filosofia del Derecho, y sin embargo, un analisis mas detallado de las definiciones y tipologias que del mismo se hacen revela la falta de un con- senso sobre qué sea el positivismo y qué tipos pueden establecerse® La explicacién de esta indeterminacién del concepto de positivismo juridi- co se puede estructurar en tres razones principales’. La primera puede identifi- carse con la ausencia de una doctrina iuspositivista explicita y consciente. Asi, ° Afirma PRIETO, L.. desde esta idea. que «son varios los significados que adopta [el positivismo juridico] en el lenguaje de los juristas que se reclaman positivistas y me temo que muchos mas en el de los antipositivistas», Constitucionalismo y positivismo, Fontamara, México, 1997, p. 11 7 Vid. REYES, N., «De nuevo sobre el problematico concepto de positivismo juri- dico», Revista de Ciencias Sociales de la Universidad de Valparaiso, nim. 41, 1996, pp. 127-128. 22 JAVIER DORADO PORRAS «mientras que el iusnaturalismo surge en la historia del pensamiento como re- flexion filosofica y las diversas manifestaciones de aquel han constituido siste- mas doctrinarios, el iuspositivismo por mucho tiempo no se aboed a justificar el alcance de sus postulados ni a elaborar un conjunto sisiematico de principios»* La segunda tiene que ver con la variedad de raices y de motivaciones en el nacimiento del positivismo juridico. Asi, en el caso de Alemania sur- ge de lamano de la Escuela histérica del Derecho, mientras que en Francia se vincula con la Escuela de la exegesis y en Inglaterra con el utilitarismo y la Jurisprudencia analitica’. En tercer lugar, la indeterminacién del concepto de positivismo juridico ticne que ver con el propio término “positivismo juridico”, que en su origen no es clegido por los autores que son ubicados bajo tal ctiqueta sino por sus adver- sarios'”. En este sentido, tampoco hay una interpretacion univoca en cuanto al origen de la expresion “positivismo juridico”. Asi, hay quienes han intentado definirlo en conexidn con el positivismo filoséfico, de forma que el primero no seria mas que una subespecie del segundo, consistente en la aplicacién de este ultimo y sus presupuestos metodologicos al campo del Derecho"’. Otros auto- res, aunque admiten ciertas conexiones entre el positivismo juridico y el positi- vismo filos6fico, hacen hincapié en la existencia de elementos que permiten su distincion y la consideracion de este ultimo no meramente como una subespe- cie del primero’. Finalmente, existen autores que insisten en la independencia, al menos en su origen, del positivismo juridico respecto del positivismo filos6- fico. Asi, Norberto Bobbio, afirma que «la expresién “positivismo juridico” no procede de la de “positivismo” en sentido filosofico, aunque en el siglo pasado haya existido una cierta relacion entre los dos términos, en cuanto que algunos positivistas juridicos cran al mismo tiempo positivistas en sentido filosofico: 8 fhidem, p.127 ° Tid. BOBBIO, N., EI positivism juridico, trad. de R. de Asis y A. Greppi, Debate, Madrid, 1993, Parte |, pp. 33-138. © Eneste sentido, OLIVECRONA, K., afirma que el término “positivismo juridico” se utilizé por primera vez en la literatura juridica alemana por Otto Von Gierke en 1882, quien se oponia «al positivismo descarnado porque éste, en iltima instancia, llega a la eliminacién de laidea de justician, idea ésta por la que GIERKE, O.V., continuara posteriormente «su ataque al formalismo positivistay, £1 Derecho como hecho. La estructura del ordenamiento juridico, Ed. Labor Universitaria, Barcelona, 1980, pp. 50-51 1 Paraesto, vid. ASIS, A. de.. Manual de Derecho natural. Granada, Imprenta Ura- nia, 1963, pp.289-297; GONZALEZ VICEN, F., «El positivismo en la Filosofia del Derecho contempornea», en ID., Estudios de Filosofia del Derecho, Facultad de Derecho, Universidad deLaLaguna, 1979 © Tid, porejemplo, RODRIGUEZ PANIAGUA, J. M., Historia del pensmiento juridico, I, Universidad Complutense de Madrid, Madrid, 1988, pp. 361-362. También, NAVARRO, PE., «Ten- sionesconceptuales en el positivismo juridico», Doxa, 24, 2001, pp. 133-163, en eonereto, p. 1M. Iusnaturalismo y positivismo juridico 23 pero (...) en sus origenes (que se encuentran a comienzos del siglo XIX), el po- sitivismo juridico no tiene nada que ver con el filos6fico (...) La expresin “po- sitivismo juridico” deriva de la locucién Derecho positivo en contraposicion a la de Derecho naturaly"*, Esta iitima posicién, que parece la mas certera, al menos desde el punto de vista historico, puede llevar a la consideracién del po- sitivismo juridico como aquella denominaci6n bajo la que cabria agrupar todas las teorias que se oponen al iusnaturalismo". Asi, mientras que el iusnaturalis- mo, como se explicara mas adelante, mantiene una tesis dualista en cuanto al concepto de Derecho —al distinguir entre Derecho natural y Derecho positivo- el positivismo se caracterizaria por defender una tesis monista segiin la cual no hay mas Derecho que el Derecho positivo’’. Ahora bien, esta definicion del positivismo juridico, aunque puede ope- rar como punto de partida, es simplemente una definicion aproximativa que no permite distinguir con perfiles nitidos en qué consiste y en qué medida es una corriente opuesta al iusnaturalismo. Tomandola por tanto como referen- cia inicial, puede profundizarse todavia mas en la definicién del positivismo juridico a través del anilisis de las diferentes tesis que se han atribuido al mismo y que algunos de sus mas destacados representantes contempora- neos, asi como otros autores no encuadrables en dicha corriente, se han en- cargado de recoger. En este sentido, se va a utilizar aqui como punto de par- tida la distincion realizada por Norberto Bobbio entre positivismo como actitud cientifica frente al Derecho, como teoria y como ideologia’’. EI positivismo como actitud cientifica frente al Derecho, también Ilama- do positivismo metodoldgico 0 conceptual’’, supone la aceptacion de la tesis 8 BOBBIO, N., El positivismo juridico, obra citada, p. 35, “Vid. en este sentido, PEREZ LUNO, A. E., Jusnaturalismo y positivismo juridico ena italia moderna, Publicaciones del Real Colegio de Espaita, Bolonia, 1971, p. 56 Tid, BOBBIO, N., «Jusnaturalismo y positivismo juridico», en ID., E/ problema del positivismo juridico. trad. de E. Garzon Valdés, Fontamara, México, 1992, p. 68. 16 BOBBIO, N., «Positivismo juridico», en ID., EI problema del positivismo juridico, obra citada, pp. 39-40. 17 Esta denominacién es empleada por NINO, CS., aunque él mismo parece preferir a de positivismo conceptual frente a la de positivismo metodolégico pues indica mas clara- mente que «su tesis distintiva es una tesis acerca de la definicién del concepto de derecho, Introduccién al anéiisis del Derecho, obra citada, p.38. En el mismo sentido parece pronun- ciarse BOBBIO, N., cuando afirma que el positivismo como actitud cientifica frente al Dere- cho es «algo diferente de “método”; no se trata, en efecto, de los instrumentos o técnicas empleadas en la investigacidn (...) sino mas bien de la delimitacion del objeto de la investiga- cin, lo que revela cierta orientacién hacia el estudio de algunos problemas mas que otros, y cierta actitud frente a la funcién misma de la investigacién», «Positivismo juridico», en ID., Elproblema del positivismo juridico, obra citada, p. 40 aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. 26 JAVIER DORADO PORRAS que conciben los estandares correctos como absolutamente verdaderos y «el problema de distinguirlos de los incorrectos como un problema episte- molégico ordinario. Bajo esta concepeién, un cédigo moral es considera- do como una teoria sobre hechos morales (...) La cuestién central de la jus~ tificacién sc considera dircctamente como cl problema de descubrir un argumento 0 prueba para apoyar la verdad de la teoria moral», Depen- diendo del método que se considere como el adecuado para conocer esa moral objetiva y absoluta, el cognoscitivismo puede dividirse a su vez. en dos tipos En primer lugar, el cognoscitivismo naturalista, para el que el método de acceso a esa moral correcta y objetiva es la observacion de la naturale- za, Scgiin esta posicion, puede establecerse una «equivalencia entre predi- cados morales y predicados empiricos (...) Asi, los juicios éticos pueden deducirse de proposiciones empiricas sobre el hombre y el mundo. La in- vestigacién de una moral verdadera para a ser asunto de Ia cienciay”* En segundo lugar, el cognoscitivismo intuicionista, que «concibe los juicios morales fundamentales como términos evidentes por si, es decir, como objeto de una intuicién simplen2”, lo que supone que la moral co- rrecta puede ser conocida a través de dicha intuicién. Por otro lado, nos encontramos con la postura denominada como no- cognoscitivismo, segiin la cual, independientemente de la existencia o no de una moral objeriva, ésta «no es susceptible de un conocimiento cientifi- co, verdadero y objetivo, pues las convicciones éticas son extrafias a los dos criterios de verdad del positivismo légico: la demostracion légico-ma- tematica y la demostracién observacional o experimental». De esta for- ma, cualquier moral que se enuncie debe ser calificada como subjetive Ahora bien, también aqui pueden distinguirse dos posiciones. dependien- do de que se considere que todavia es posible o no fundamentar una moral correcta. Primeramente, el no-cognoscitivismo emotivista, para el que la unica fundamentacién posible de una moral, que permita calificarla como co- rrecta, se encuentra en la posibilidad de aplicarle los criterios de verdad antes referidos. Puesto que éstos no le son aplicables al ambito moral, se * BECKER, L. C, y BECKER, C. H. (editores), Encyclopedia of Ethics, obra citada, p.792, 2° HOFFE, 0 (editor), Diccionario de Ftica, obra citada, p.185 ” Ibidem. * Ibidem. Iusnaturalismo y positivismo juridico 7 considera que «los juicios morales tienen por significacion corroborar nuestros propios sentimientos puramente subjetivos (...) y nuestras propias actitudes (...) ¢ influir apelativamente en los demas». En segundo lugar, el no-cognoscitivismo prescriptivista, que también considera que no le son aplicables al ambito moral los criterios de verdad cientificos, pero considera que esto no cierra la puerta sobre la posibilidad de enunciar una moral correcta, a través de la fundamentacién intersubjeti- va. Asi, los juicios morales «son recomendaciones que uno esta dispuesto afundar en razones de validez universal (— regla de oro 0 principio de ge- neralizacién)»*’. El prescriptivismo, por tanto, forma parte de «las teorias practicas» sobre la justificacion de cédigos y teorias morales. Dichas teo- rias tienen una vision diferente a las tcorias cpistemologicas sobre «cl ob- jeto primario de la justificacién en la teoria moral y sobre la naturaleza de la justificacion relevante. Los cédigos morales se conciben como estanda- res, y éstos como reglas o normas. Las reglas y las normas se consideran como carentes de un valor de verdad», al menos en un sentido objetivo, «y no serian objetos potenciales de justificacion epistemologica, pero po- drian, no obstante, ser sometidos a una evaluacion racional. Una teoria practica sostiene que los estandares correctos son aquellos que satisfacen el criterio de evaluacion propuesto por la teoria (...) Mas precisamente, una teoria practica propone un criterio de evaluacion para los estandares morales y define el criterio en términos de una concepcion de eleccién ra- cional 0 raz6n pricticay*’. Vistas estas diferentes posiciones metaéticas, volvamos ahora al tema que nos ocupa, con el positivismo metodolégico y la relaci6n con el posit vismo légico. La tesis de la neutralidad valorativa -o de la separacion conceptual entre Derecho y moral- supone, como se recordara, una co- Abidem. °° Ibidem. 3! BECKER, L. C. y BECKER, C. H. (editores), Encyclopedia of Ethics, obra citada, p. 793. Ciertamente, estas teorias pricticas no se acaban en el prescriptivismo, e ineluirian otras posiciones metaéticas que se han desarrollado con posterioridad a la generalizacién de la clasificacion expuesta hasta ahora y que no pueden ser perfectamente encajadas en la misma, y entre las que cabe destacar la feoria del punto de vista moral, de K. Baier y W. Frankena y /a teorta del objeto de la moral de Warnock. Vid. en este sentido, NINO. C. S. Introduccion al andlisis del Derecho, obra citada, pp. 371 y ss. En cualquier caso, aunque no puede negarse las claras diferencias de estas teorias con el prescriptivismo, van a incluirse en este trabajo dentro de esta categoria -si se permite esta licencia quizds demasiado amplia- ya que parece que todas ellas comparten una fundamentacién intersubjetiva de la moral correcta basada en un rechazo de la posibilidad de conovimiento de una moral objetiva y, por tanto, extrasubjetiva. 28 JAVIER DORADO PORRAS nexion con el positivismo légico y, por tanto, la aplicacin de sus postula- dos al ambito del estudio del Derecho. Ahora bien, parece claro que esto no implica necesariamente la aplicacién de los postulados del positivismo filos6fico al campo de la ética. Efectivamente, un positivista metodolégi- co puede mantener —desde los postulados del positivismo filos6fico- una postura emotivista que rechaza la posibilidad de un discurso racional en el Ambito de la moral y, por tanto, de enunciar una moral correcta con la que enjuiciar el Derecho. Igualmente puede —desde esos mismos postulados- defender una postura prescriptivista y afirmar la posibilidad de enunciar una moral correcta, que sera subjetiva pero que podra fundamentarse in- tersubjetivamente. En estos dos casos, el positivismo metodologico supo- ne una segunda tesis ala que se va a denominar aqui —siguiendo a Hoers- ter- como la tesis del subjetivismo, y que se sigue de la tesis filos6fica general conforme a la cual «no existen normas suprapositivas objetiva- mente validas», 0 dicho de otra forma, «los criterios del Derecho recto son de naturaleza subjetiva»™”. Sin embargo, también puede defenderse la tesis de laneutralidad valorativa -tesis central del positivismo metodolégico- y rechazarse la tesis del subjetivismo, manteniendo en el ambito metaético una postura cognoscitivista -y, por tanto contraria a los postulados del po- sitivismo filos6fico- confome a la cual existe una moral correcta, objetiva y absoluta. En definitiva, que mientras que el positivismo metodolégico puede suponer 0 no la aceptacién de la tesis del subjetivismo, lo que supo- ne en todo caso es la aceptacion de la tesis de la neutralidad valorativa. El positivista metodologico puede rechazar la posibilidad de enunciar una moral correcta (emotivista), 0 puede aceptar esta posibilidad, va sea que se considere a esta moral correcta como objetiva y absoluta (cognoscitivista) o subjetiva (prescriptivista), pero en cualquier caso, esa moral correcta no puede considerarse, necesariamente, como un criterio para identificar el Derecho, sino solamente para valorar su justicia. Por lo que respecta al positivismo como teoria, se identifica en pala- bras de Bobbio con una concepcién particular del Derecho que conecta al mismo con la formacién de «un poder soberano capaz de ejercitar la coac- cidn: El Estado. Se trata de aquella comin identificacion del positivismo juridico con la teoria estatal del derecho»’’. Asi, el positivismo como teo- ria 0 positivismo tedrico puede identificarse —ademas de con la tesis esta- talista —que identifica al Estado con la unica fuente de produccion del De- Vid. HOERSTER. N., En defensa del positivismo juridico, obra citada, p.23 ‘S BOBBIO, N., «Positivismo juridico», en ID., £/ problema del positivismo juridico, obra citada, p. 43. Iusnaturalismo y positivismo juridico 29 recho- con las siguientes tesis™': a) la tesis de la coactividad del Derecho, segiin la cual el rasgo distintivo del Derecho es consistir en un sistema de normas que se aplican por la fuerza, o de normas cuyo contenido es la regu- lacién del uso de la fuerza en un grupo social dado; b) la tesis legalista, con- forme ala que la ley ocupa un lugar de supremacia en cl sistema de fucntes, de forma que el resto de normas juridicas quedan reducidas al caracter de fuentes subordinadas 0 aparentes"; c) La tesis de la imperatividad, segin la cual las normas juridicas pueden ser definidas como mandates del soberano respaldados por la fuerza; d) la tesis de la coherencia y de la plenitud del Or- denamiento juridico. que afirma que el Derecho es un sistema de normas en el que la actividad de un legislador omnisciente hace que nunca se produz- can antinomias ni lagunas: y c) la tesis de la interpretacién mecanicista, con- forme ala cual la labor del juez. puede reducirse a la aplicacién mecanica -y por tanto libre de valores- de la ley en la forma de un silogismo™ Finalmente, el positivismo como ideologia supone la aceptacion de la tesis de la obligacién moral de obediencia al Derecho”, y «representa la creencia en ciertos valores y, sobre la base de esta creencia, confiere al de- recho que es, por el solo hecho de existir, un valor positivo, prescindiendo de toda consideracion acerca de su correspondencia con el derecho ideal»**. Segi Norberto Bobbio, esta postura puede desarrollarse bajo dos tipos diferentes. En primer lugar, una postura extrema, a la que tam- bién se puede denominar formalismo ético o legalismo” y para la que «el derecho positivo. por el solo hecho de ser derecho positivo, esto es, de ser la emanacién de una voluntad dominante, es justo; o sea, el criterio para juzgar la justicia o injusticia de las leyes coincide perfectamente con el que se adopta para juzgar su validez o invalidez»*®. En segundo lugar, una Vid. BOBBIO, N., «Positivismo juridico», en ID., EI problema del positivismo juri- dico, obra citada, p. 45 y El positivismo juridico, obra citada, pp. 141-143 y 240-241 ‘Vid. también HOERSTER, N., En defensa del positivismo juridico, obra citada, p. IL. % Esta tesis es denominada por HOERSTER, N., la tesis de la subsuneién, ya que afirma que «quien aplica el derecho actia siempre como una especie de “automata de la sub- suncion” que, con medios exclusivamente logicos, puede averiguar el derecho que aplicar al caso conereton, En defensa del positivismo juridico, obra citada, p. 13. Tid. BOBBIO. N.. El positivismo juridico. obra citada. p. 143. Tid, BOBBIO, N., «Positivismo juridico», en ID., El problema del positivismo juri- dico, obra citada, pp. 46-47 * Tid. BOBBIO, N., «Formalismo juridicoy, en ID., El problema del positivismo juri- dico, obra citada, p. 13. “Vid, BOBBIO, N., «Positivismo juridico», en ID., El problema del positivismo juri- dico, obra citada, p. 47 30 JAVIER DORADO PORRAS postura moderada, segin la cual «el derecho, como conjunto de reglas impuestas por el poder que ejerce el monopolio de la fuerza en una deter- minada sociedad, sirve con su misma existencia, independientemente del valor moral de sus reglas, para la obtencién de ciertos fines desea- bles, tales como cl orden, la paz. la certeza y, en general. la justicia le- gal»‘', Lo comin a ambas posiciones, es decir, lo que se esta afirmando siempre que se mantenga una ideologia positivista sobre la obediencia al Derecho, es que «las normas juridicas deben ser obedecidas por si mis- mas, en cuanto tales: con otras palabras, la obediencia a las normas juri- dicas es un deber moral»*”. Ahora bien. eso no quiere decir que las dos sean iguales, y en este sentido, se hace necesario «distinguir la doctrina que funda la obligacién moral de obedecer a las leyes positivas en la afir- macién de que las leyes positivas son justas en cuanto tales (...) de la doctrina que funda la misma obligacion en la afirmacién de que las leyes positivas. justas o injustas, (...) deben ser obedecidas. porque sirven para realizar valores sin los cuales ninguna sociedad podria sobrevivir, tales como el orden, la paz, la certeza y, en general, la justicia legal». Mientras que la primera, es decir, la version extrema del positivismo como idcologia, se basa en «una obligacion incondicionada de obede- cer las leyes», en la segunda —la version moderada- «la obligacién mo- ral de obedecer a las leyes esta doblemente condicionada: 1) por el re- conocimiento de que las leyes dadas sean medios idéneos para la obtencién del fin que les es propio: 2) por el reconocimiento de que los valores garantizados por el derecho no entren en conflicto con otros valores, tales como el respeto a la vida, a la libertad, a la dignidad hu- mana, que la conciencia moral juzga superiores»“'. En definitiva, lo que caracteriza al positivismo ideoldgico es la afirmacion de que exis- te una obligacion moral de obedecer al Derecho vinculada con la reali- zacion por el mismo, en todo caso, de la justicia formal. es decir, de la paz, la seguridad 0 el orden*’. Ahora, bien, aunque todo positivista sus- " bidem. = Ibidem * Tid. BOBBIO, N., «Positivismo juridico», en ID., 61 problema del positivismo juri- dico, obra citada, p. 53. 4 Ibidem, En este mismo sentido, HOERSTER, N.. identifica ala versién extrema de a ideologia positivista con la tesis del legalismo, que supone que «las normas del derecho deben ser obedecidas en todas las circunstancias», En defensa del positivismo juridico, obra citada, p. 11 “Parece preciso hacer aqui ciertas aclaraciones. En primer Iugar, aunque resulta claro que pueden establecerse diferencias entre “moral” y “justicia” (Vid. en este sentido, por ejemplo, HART, H. L. A., El concepto de Derecho. obra citada, pp. 195 y ss.), aqui voy Iusnaturalismo y positivismo juridico 31 cribiria la anterior afirmacion, pueden aparecer variaciones en cuanto al alcance de la misma, de forma que tenemos dos posibles tipos de ideolo- gia positivista. De una parte, una ideologia positivista extrema, que afirmaria que existe una obligacion moral absoluta o incondicionada de obedecer al Derecho de- rivada de la realizacion por el mismo de 1a justicia formal, de tal forma que seria indiferente cualquier consideracion respecto a su justicia material. Esta ideologia positivista extrema esta basada —al menos normalmente- en una posicion metaética emotivista, que rechaza no sdlo la posibilidad de conoci- miento de una justicia material objetiva (naturalismo ¢ intuicionismo) sino también la posibilidad de fundamentar intersubjetivamente una justicial ma- a usar ambos términos indistintamente, o si se prefiere, como sindnimos. Por otro lado, ya se hizo referencia a la rama de la ética a la que se denomina metaética. Ahora, se hace necesario hablar de otra de sus ramas, la ética normativa, que puede definirse como aquella que consiste en «la defensa filoséfica de posiciones y principios relativos a asun- tos morales especificos (...) asi como la formulacién y defensa de principios morales generales y teorias morales normativas», BECKER, L.C., y BECKER, C.H. (editores), Encyclopedia of Ethics, obra citada, p. 790, 0 como aquella que «intenta relacionar siste~ maticamente los mandatos y prohibiciones morales, asi como los juicios morales, en un conjunto sistemético constituido por uno o varios mandatos supremos», HOFFE, O (edi- tor). Diccionario de Etica, obra citada, p. 136. Es, por tanto, la ética normativa-a través de la enunciacién de una determinada concepcidn de la Moral o la Justicia- la que per- mite calificar a las normas juridicas como morales (justas) 0 inmorales (injustas). Ahora bien, en este contexto se hace necesario aludir a una distincion ya bastante habitual en la doctrina entre justicia formal —representada por ciertos valores que pueden identificarse de forma general con la seguridad- y la justicia material, identificada con otra serie de valores. Dicha distincién se va a utilizar en el presente trabajo bajo ciertas consideracio- nes. De una parte, se va a partir de la presuncién de que la justicia formal siempre se rea- liza por el Derecho, en mayor © menor medida y que, por tanto, el Derecho siempre puede considerarse justo desde un punto de vista formal (Tid. en este sentido ESCU- DERO, R., Positivismo y moral interna del Derecho, Centro de Estudios Constituciona- les, Madrid, 2000) Ademas, se va a considerar que la justicia formal —y por tanto, los valores que representa- seria aceptada por cualquier interlocutor, independientemente de su adscripcidn a las filas iusnaturalistas o positivistas, 0 dicho en palabras de LYONS, D,, se va.a suponer aque los requisitos basicos de la justicia formal estén excluidos de la controversia sobre los principios esenciales de justicia y su posible justificacién. La creencia es que se puede acepiar la justicia formal sin comprometerse con posiciones “jdeolégicas”», «Sobre la justicia formal», en ID., Aspectos morales de Ia teoria juri- dica. Ensavos sobre la ley, la justicia y la responsabilidad politica, trad. de 8. Alvarez, Gedisa, Barcelona, 1998, pp. 32-33. Evidentemente, esto significa que la busqueda de ‘una moral correcta con la que poder enjuiciar las normas juridicas se refiere a la justicia material. En la identificacién de esta justicia material correcta es donde las diferentes éticas normativas proponen valores diferentes y en muchas ocasiones incluso incompati- bles aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. Iusnaturalismo y positivismo juridico 33 normas juridicas. Sin embargo, se priorizara en todo caso la justicia formal sobre la justicia material y se considerara que existe una obligacion moral absoluta o incondicionada de obedecer al Derecho alegando que estos jui- cios no estan fundamentados y que, por tanto, éstos no pueden prevalecer sobre la realizacién de la justicia formal. Por otro lado, puede darse también una ideologia positivista modera- da, conforme a la cual existe una obligacion moral prima facie de obede- cer al Derecho, condicionada en mayor o menor grado por la vulneracion de lajusticia material. De nuevo aqui, las razones para que esa obligacion moral -derivada de la realizacion de la justicia formal- sea condicionada pueden variar dependiendo de que en el plano de la ética normativa se adopte una posicién no escéptica basada on una postura metactica que ad- mite la posibilidad de enunciar una justicia material correcta (naturalismo, intuicionismo y prescriptivismo) o una postura metaética que ain negando esta posibilidad, afirme, en el plano de la ética normativa, la de enunciar juicios —aunque no estén fundamentados- sobre la justicia o injusticia ma- terial de las normas juridicas (emotivismo no-escéptico) y su prioridad so- bre la justicia formal. De cualquier forma, lo interesante es que ambas po- siciones se caracterizan por defender que en casos de injusticia material — ya sea considerada ésta como fundamentada o no- la obligacién moral de obedecer al Derecho —basada en la realizacion por éste de la justicia for- mal-cede ante la obligacion moral material de desobedecerlo. Después de repasar todas las tesis mantenidas por el positivismo juridi- co, en cada una de sus vertientes como metodologia, como teoria y como ideologia- surge la pregunta de cuales son aquellas que deben utilizarse para defenir genéricamente el positivismo juridico. En este sentido, resulta ob- vio, como han seiialado algunos autores, que las mismas no solo no guardan una relacion necesaria entre si -de forma que seria posible, y de hecho es lo que ocurre entre los autores positivistas, aceptar unas y rechazar otras- sino que algunas de ellas son incompatibles". Por lo tanto, cualquier intento de ** Eneste sentido, HOERSTER, N., afirma que se trata de tesis «que no solo son dife- rentes sino también légicamente independientes las unas de las otras», Ein defensa del positi- vismo juridico, obra citada, p. 9. Por su parte, NINO, C. S., sefiala que la expresion “positivismo juridico” «se suele emplear con varios significados distintos. haciendo referen- cia a tesis claramente diferentes y a veces mutamente incompatibles», La validez del Dere- cho, Ed. Astrea, Buenos Aires, 1985, pp. 145-146, También BOBBIO, N., refiriéndose a los tres aspectos del positivismo juridico que se han sefialado anteriormente, afirma que no le parece «que exisia una relacién necesaria entre ellos ni en sentido reciproco ni en sentido univocon, «Positivismo juridico», en ID., El problema del positivismo juridico, obra citada, p40. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book.

You might also like