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causa profundamente arraigada en nosotros, s probacién de uaa exposicién de los modos efecti ia. Pero, como ya habia visto Bacon, hacia much estos rasgos caracteristicos mentales son empleados con Ia mayor cautela ‘Vamos a exeminar ahora con algiin detalle el curso de una investigacién cientifica actual, que nos ensefie edmo se vencen estas dificultades en Ja préctica. Vamos a escoger una emplea- da por més de un autor, el Ensayo sobre el rocto de Wells, ‘que ha sido ya utilizado para poner de relieve los errores que pueden cometerse al usar el Método de In Difereneia. No se trata sélo de wna investigacién bien levada sino que posee también la ventaja de su duracién moderada y de tratar de ‘un asunto familiar a todo el mundo. ar con unos cuantos detalles sobre su mo- 1757-1817), nacié, en del Sur y era hijo de emigrantes esco- _ eeses. Su padre le hizo llevar una.chaqueta de lana y un som- ero azul para que no olvidase Escocia, y a los once afios fu snyiado a In escuela en Dur mncia en la Universidad de Edimburgo, volvié.a Charlestown, onde fué aprendiz de un médico local. Cuando estallé la volvié a Edimburgo y empezé studios médicos regulares, que continué més tarde en el Hos- a yore entre all, oF a ie ‘altura del distrito sobre el némero de casos de muertes por ir sus resulta u ou Lote a) : oe del suelo estaba distrito. Concluyé que la elevacion ae facionada con la mortalidad por el nameate rlaconad fo ugar canoeido, que era cuato Bo ir por un mero ajuste de datos numéricos. Si n ic er eo ue necsramonteproporins Sues, pet abe a ca aBfeeado und relacion entre to distrito de Alem: endo. muy frugalmente y dedicado a Ia ermitfan sus obligaciones. Entre un gran némero je comunicaciones cientificas que presenté a Ia Royal Society habia una en la que incidentalmente desarrollé una teoria de la eleccién natural que anticipabs muy claramente la de Charles Darwin. Esta teoria fué presentada muy modestamente y, ide Tuego, no se: basaba en una gran variedad de hech 1 los que Darwin descubrié y ordené para su objeto, lo puede explicar que haya pasado casi totalmente inadver- 's superficiales de agua potable Pe Peoe ta contaminacén y fue casos de niortalidad. por ser una consecuet ,y por estar la nocién de cia directa de la ZA Crencin, SU MXTOdoO XSF FILOSO FIA 6. BURNITON BLA 155, 10s, significa que estén ;cauciones, a los acontecimientos ad- istornos que siempre acompatian las aunque éstos pueden algunas veces re- ‘aparece tan s6lo en acuerdo con esta g¢ tomada demasiado roefo tanto en noches ventosas nubladas y sin viento. En realidad, a pensar que un viento ligero favorece Ia formacién del rocio: en todo caso, él nunea encontré que el rocio se formase en noches que reunian las dos circunstancias de ser nubosas y ventosa filésofo natural holandés Mussel ‘que después de la salida del Sol no se forma ‘embargo, encontré que se forma més rocio lun poco antes y, en los lugares colocados a la sombra, um poco | después de la salida del Sol, que a cualquier otra hora. ‘Un autor francés, un tal M. Pridiir, es citado por Wells por hhaber opinado que el rocfo se forma slo por la tarde ¥ pot iste ol a elementos extranos pudieran evitarse siempre, subsiste tos elements coacepciones © idets cientiicas fructferas, peceh en cireunstancias raras ¢ Imprevisibles, y pocos hom- Qrer'de elencia pueden resist Ia tentacién de dejarse arrass yar por sus consecvencias. westigncin oF a podtian haberse alcanzado —ciso do 7 Per después de una serie mucho mis 3s inspiradas. Por este motivo, fesactuales son un modelo de plan me nario tatado de Wells sobre el 3 wwo que ser modificado un poco con objets de poner de ma- Ja maiana, y desaparece en el curso de la noché de- tu a Japs acesvs adem, ot 28 Toga. meet ibs mest que esa opinién era einen sa mediante el uso de letra cursiva en el texto, que por apartac substancias durante todas las horas cémo canta alge e formaba rocio, con To que demos adie Saal eee taremos»definir el problema lo més WEN sactficar el sueio en interés de la filosofin natural, buena dis- fentos existentes. Ash posicién quie debemos suponer no sintié M. Prieur. 'y de otros productos F —-Después de estos preliminares, empezamos nuestra inves- era, como las nieblas. Esto puede || tigacién sobre la causa del rocio. mo agua. formada sobre las substan: El primer paso consiste en comparar fenémenos similares, = eonocides por observacién, con la esperanza de que podamos encontrar alguna faceta comin por definieién, siempre wezcan similares caso, Qué fendmenos hay a ta, algo al estilo de lel rocio? Hagamos una 08 Positivos, de Bacon: s Tablas de a decir que la efecto y no una causa, aparece Ia humedad, aun- frialdad selativa de la superficie era La tinea manera de proceder en exterior de los —reunir mis hechos, es deeis, hacer ‘mds ebservucion lares que han sido hechos se pueden obtener varindo las cicunstancian y tomas, ce un tiempo ca: do nota de los efectos logrados. Al hacer esto dcbemos tener en cuenta Ja importante méxima: variar solamente una circuns- tancia @ la ver; de otra manera, no. podemos decir, desde lne- a», hasta qué punt ol efecto ts debido a una otra de las cir- ‘cunstancias variadas. Después debemos hacer una. clasific tin rigurana de los resultados separando aquelig ciccntioe cias que fayorcoen la formacién de rocio, y las que no la fa. vorecen, La clsiiaciin tiene ina parte de especial importan- aon a lect ilies lis cules aa con un margen muy vast echos que muestran im mejan: Eagle God sUStects Guan Age ne wie oe verationes de orden general ‘ ne Ademis, en toda investigaciény*eonseguimnos una gran de si podemos introdueit algin sistema de medida, porque ea. tonces podemos, mediante aumeros, tener en cuenta y compa | var diferencias demasiado complejas para ser descritas en len- guaje ordinatio, y el desarrollo de los instrumentos de medida, puede ampliar esta ventaja ms allé del alearce de los sentidos mumanos, Wells estimé las cantidades de roefo formado, | sando plozas de lana antes y después de ser expuestas a la at- uidsfera, método que después de un cuidadoso control, resulté efectivo. Las temperaturas, como ya se ha dicho, las mediante termémetros. Pero tan pronto com ‘medir con todo cuidado las tempecaturas y en diferentes condiciones, descubrié que a veces los cuer- pos pueden estar més frios que la atmésfera y, sin embar no formarse rocfo sobre ellos. Esto demuestra que el enfr miento puede tener lugar sin que se presente el r0cio, de ma- nera que el rocfo no es causa en este caso. Se podia, desde 159 a 1, Si respiramos sobre un espe que no sea visible en la respiracién 2% Algunas veces se forma la humedad vasos de agua frla y sobre obj sacados de refrigeradares , ou laroso. 8 La humedad se forma también en el interior de las ve nas, especialmente las de los vagones de_ferrocarril, ‘cuando el aire exterior est4 més frfo que el interior. 4, Guando una helada prolongada va seguida de viento ca- Tiente, se forma humedad sobre las paredes y los. muebles. La comparacién de estos casos nos revela en seguida que, dentro de su variedad, todos ellos, coneuerdan.en un aspecto, ‘a sabex, que el objeto cubierto de rocfo esti, en todos los casos, iis frfo que el aire que entra en contacto con él. De modo que quizis pueda esto ser una causa, ya que esti siempre pre~ sente cuando esta pitsente el efecto; hagamos pues 1a hipdte- ils do que la causa del roolo nocturao es la frialdad del suelo, tacién, y ofos objetos que se cubren de roclo, en rela- ‘con Ja atmésfera que est efi contacto con ellos. ‘Ahora debemos probar esta hipdtesis. mediante obseroacio~ | nes hiechas especialmente con este objeto, es decir, mediante ‘experimentos. Wells colocé un termémetro en contacto, con los ‘bjetos cubiertos de rocto, y colocé otzo a varias altoras en el aire que estaba encima de ellos. Encontré que, ereada uno de us experimentos, Jos objetos cublertos de roclo se hallaban inds frios que el aire que los rodeaba, y asi hizo la induccién de que ast sucede en todos los casos de formacién de roclo Hasta aqui pues, la hipétesis es satisfactoria. Pero atunque en los casos de espejos, ventanas, etc. anotados, es obvio que la frialdad de los objetos precedia.a la formacién del roclo, y era + Wells, por supuesta, no utiliza exactamente estos ejemplos. ‘and every fairy whee anc threxd Of cobwehsdew besizmonded (ta efron fuesa emce Tudo: por way aa BL. STEVENSON. s simple de que en los otros casos considerados, es » ¥ m0 un efect pliquémonos la Te sequedad de Tenemos, después, ibren do rocio en circunstancias en que otras substancias quedan fuertemente recubiertas, y su amigo Dufay, que era director del Jardin dé las Plantas te Paris, concluy6 que la for- macién de rocio es un fenémeno eléctrico, puesto que no tiene lugar’ sobre buenos conductores de fricidad. (metales), malos conductores. Si ‘atolondrada hipéte- ia encontrado sélo como con- se de una manera segura; asi, tmésfera, tiene sis mediante. algunos. experimen su error. Debemos ser usién I que pued: este caso, 4 idad térmica de Ia subst iguen los cuerp el vidrio:m asbén is probadas, mada por cuerpos s6lidos con una superficie de exposieién To menos 25 pulgadas cuadradas: vidrio, ladrillo, corcho, nadera de roble, y cera, pero éstas no aleanzaron temperatt- fan bajas como las substancias pulverizadas, fibrosas o cons- {das por plume. Los metales fueron los que menos se enfria- tentre todos Jos materiales usados. El examen de estos xesultados le revel6 que habia una co- rrelacién positiva entre las substanciag que impiden mas el ‘paso del ealor, y las que mas se enirian el ser expuestas por la Roche, y esto se confirms mediante experimentos,con la misma Tubstengia en diferentes estados: por ejemplo, Ja madera eu forma de bloque, se enfriaba menos que en forma de virutas. Ey bien sabido que las substancias consistentes en fibras {ati- mamente entrelazadas que ocluyen el aire (como las mantas ¥ os trajes), son muy malas conductoras del calor. Por tanto, hemos establecido que la conductibidad del calor del material expuesto es un factor impostante en la formaciéa de rocio. ‘Wells midié después la temperatura del suelo, 1a de 1a bier~ tba que lo recubriayy la de una placa de metal colocada sobre 4 Deseubrid que la tierra estaba més caliente que 1a hierba, y la hierba missealiente que la placa. Si amplimos nuestra Mupatesis original, y suponemds que el rocio se forma mas co- piosamente cuanto mas fila cs la supericie, este calor recibi- Ho de la tierra y conducido ripidamente a la superficie supe « tor, tenderd a evitar Ja formacién de rocio. Ahora podemos deducir de esta hipstesis empliada que si tuviésemos substan~ cias suspendidas precisamente encima del ‘suelo (supongamos {que por medio de cordeles) de manera que el calor de la te tra no pudiese penetear en cllas, no se calentarian tanto, por consiguiente darian lugar al rocio con mas facilidad. Wel Zomprobé esta deduccién mediante experiinentos, y enconte6 aque era correc Habiendo ahora hallado una hipétesis satisfactoria que re- dde rocio cou Ta temperatura y la condue- puesta sea siempre In m Se ha observado desde hace mucho tiempo que el rocio no se forma \isma intensidad sobre un terreno de hierba si todas sus no estan igualmente expuestas las partes sobre las que hay ramas de arboles, cerca de muros alo, son menos propenss Wells hizo una serie de minuciosos experimentos para generalizar esta observacién. En medio de una tabla ‘pinta fe #52 pies, sostenida a una altura de cuatro pies sobre el suelo por medio de cuatro postes de madero, colocé Wells una cantidad pesada _ de lana (06 gramos) y colocé también una cantidad similar de- bajo. Las dos piezas de lana estaban separadas solamente por el-grueso. de Ja tabla (una pulgada), y, por lo demés, igual mente rodeadas de aize, La superior aumento 0'84 gramos y la inferior tan sélo '24, Esto se repitié varias veces en noches dis- tintas. Después Wells curvé un trozo de cartén en forma de toldo y, dejando los extremos abiertos, lo colocé sobre una cantidad pesada de Jana. Mientras otra cantidad igual a ella, completamente al descubierto gané cerca de 098 gramos, la pro: tegida por el techo de cartén gand sélo dos. El resultado de estos experimentos y otros similares fué que Wells pudo = probar el hecho general de que “cualquier has se ‘simi nuya la perspectiva del firmamento, visto desde el cuerpo ex- ‘puesto, et aus Ja sa de rocio que se forme sobre él sea menor de lo que hubiera sido si la exposicion - eae ‘expos al cielo hu- fo, como’ sé habia observado’ desde los tic rémotos, raramente se forma en las noches nubladas, y te- lo en cuenta la generalizacién anterior, In hipétesis mds simple que podemos hacer, es que las nubes impiden Ia for- ‘macién de rocfo por el mismo motivo que los érboles y otros objetos; es decir, porque disminuyen la porcién de cielo des- _pejado visible desde el cuerpo expuesto. Como Wells hizo ob- servar, no fué posible experimentar directamente con nubes, puesto que él no podia producirlas a voluntad, pero en dife- 163, laeiona la form: u ee Re a | Jones observ6 sus efectos con mucho mis euidado ‘que sus antecesores. Confirms que dificilmente se da, pero que si las nubes se san, aunque sea por pocos minttos, empieza a formarse ‘que éste. puede evaporarse si de auevo se cubre et Hay pues buenas razones para aceptar la hipétesis de Ge las nubes, junto con todos los objetos que sirven de cu- $Stas, actban como causas opuestas, y sospechar que su ac didn consiste en “devolver” por reflejo el calor irradiado por suelo, enviandolo otra vez a éste, de manera que no se en fofe asf tanto como se enfriaria sin ello. ‘Durante el curso de los experimentos de Wells, se obser- vyaron varios hechos que resultaron de gran valor para poner ‘in duida las teorias anteriores, aunque las investigaciones du- fante las cuales se observaron no habian sido Uevadas a cabo on este objeto, Esta es tna situacion que surge a menudo en ja investigacién’cientiica, y revela la gran impostancia que tiene variar contimiamente Tas circunstancias, aunque esto riya que hacerlo mis 0 menos al azar. Pueden citarse dos cs: sos, Cuando Wells estaba’ probando qué efectos producla 6s. ‘poner a la intemgferie substancias distintas, wna de las que pro- Be fue el carbon de lefia, que se recubria fuertemente de r0- dio, Pero el capbon de lefia es un buen conductor de Mt ‘elec- Gilded, el mefor conductor sélido después de los metales, de manera que este solo hecho invalidaba la bipbtesis de Dufay, fegin [a cual el rocio se forma dificilmente sobre los buenos see uctores de la electricidad. En consecuencia, si se sostiene Te teorla de que el rocio, es un clerto fendmeno eléctrico, 10 ‘se puede basar en esta generalizacién. Adeinis, el hecho de {que se recogiese alguna hnmedad en la lena expuesta debajo Ge la tabla de madera, no tiene explicacton-en la teoria. de s de que el rocio es una especie de Duvia invisible fente, consistente en gota’ diminutas formadas ‘ésfora por el frio de'la noche; pues, en una no- the tranguila, no hay motivo para que caiga sobre objetos pro- tovidos bajo techo. Este Ginico resultado experimental muestra, mantenindose coostante on Te de nos mos faron que se forma poco rocio sobr que con cen bien el elo, y muha sobre los materiales ave epee lucen mal, y condyjo a Ja hipétesis adicional de ave el frio ado era debido a la pérdida de calor por irradiacién ha- y que ésta disminuis en presencia de nubes u otros obstdculos. ‘Veamos ahora si podemos un satisfactoria. A la puesta del Sol, el calor recibido por la super- estas hipstesis en una teorfa ella, se reduce alata Ja Lana, es, si irradiacién de calor al éstas, por tanto, se enfrian Ja superfefe fria, se. ent humedad y si el enfriamien © sobre. 1a. superficie, ocasionando to. que complejidades y excepciones aparentes : se) palples: En pine: Iga, nando Ia sper expo se enfria, de manera que su temperatura es ia qu Bree Stas tikes aad {que se hallan en contacto con ell aflaye pueda compensar e! ealor perdido p: calor on ripidamente el ca- Reais cao: oh ar ans te 6 [a lana, no pueden conducirlo con suficente rapidez. para evitar que sus superficies se enfrien lo suficiente para ser am- iamente cubiertas de rocfo. En segundo Inga, la pérdida de <0 168 el que recibe de la atmésfera, las estrellas, Gey Facies, ee cen por Jas superices expiestas y ue entra en contacto con . ¥ si contiene suficiente se deposita au -metales colocados sobre el suelo. cont E Jor a su superficie, y en casi todos i Iven mas frfos que Ia at- { inmediatamente que antes me habia parecido ini- haber Megado 2 una teoria que parecia © .dos de su investigacién, Wel \dola a varios otros la teorla es satisfac- Tados tenian dos Bis le lags, pe trante un lisiano paiucl de batista Dis: uestas las cosas asl, nada habla, por tanto, que impidtese el | paso libre del sire do la hierba expuesta a Ta pe or gue estaba cubierta, excepto las cuatro pequefias estacas, y no habia, para irradiar hacia la hierba de abajo, més que el pa- fiuelo’de batista, La temperatura de la hierba que estaba ast protegida del cielo, fus observada por mf, durante varias no- chet y ltrs I ements i ala que ads We berb oset ‘que estaba descubierta, si ésta se encontraba més fr sire, Cuando la diferencia de tomperdiors mae ‘sea ppies sobre el suelo y Ia hierba déscubierta no pasaba de 3, la Jhierba cubierta estaba aproximadamente tan caliente como el aire. Siesta diferencia, sin embargo, excedia de 5, cl aire se © encontraba algo més caliente que la hierba protest ante una noche, cuando la hierba expuesta te ‘emperie estaba 11° mas frfa que el aire, éste ferencia existis pro casos. Una prediccién que se sea toria, es qite los cuerpos que irradian ¥, por consiguiente, cubrirse més de ro jos que no irradian bien. Ahora’ bien, se sabe que las super- ficies oscuras emiten el calor con mAs eficacia auie las claras, ¥y por es0 expuso Wells juntas a la intemperie lana blanca y Tana negra; descubrié qué la lana negra reeogia més rocio que Ta Blanca, 1o que daba otro apoyo a la teorla. También obser v6 los resultados obtenidos, con diferentes substar cond’ tami ellos ‘confirmaban esta deduceién. Por lo que se rbfiere a los varios casos 2 los euales-aplicé su teorla de una manera ‘satisfactoria, necesitamos tan sélo mneionar dos, Observe Js tenia sos. Ta sugestin del conde Rumford de que los habitantes de ciertos paises cflidos pueden dormir mejor por la noche en las azoteas de sus fasas, puesto que se hallan entonces en una situacién en que pueden perder calor de sus cuerpos pot isradiacién hacia cl jaa liente que la hierba cubierta; y la misma cielo, posibilidad que mo tienen cuando estén rodeados por otra noche, cuando el aire estaba 14° més caliente que la hier- ala intemperie. fparedes que retienen el calor del dia. Para el segundo ejemplo Citaremos al propio Wells: "Un motivo de esta diferencia, sin duda, fué qué el aire “Me habia reido a menudo, con Ja presuncién que da el saber las cosas a medias, de los procedimientos ‘empleados fre- fcuentemente por los jardineros para proteger. del frio a las plantas tiernas, pues me parecié imposible que una delgada Bstera o cualquier otra substancia tan endeble, pudiera evitar- lo a ésta parte de su calor. Otro, que el vuelto més frio que Ia atmésfera py (eae sue de hierba, y los dispuse de t: riores estuviesen a sua band re los extremos de los postes se tendi6 una a Se bass muy poco tupida, En evanto a et Gebo decir tan s6lo que cond punto en que acont comparados justam: 6) de que la cubierta ; jer el suelo de un sma eficacia que la mis baja, para protes 2 TTA Stone que el de ls emésfera, en. una noche cla Jempre y cuandofla vistén oblicaa del dislo,estuviese i a ios hogaes en ly cuales hiblacolocado termémetros. : "Por otra pécte siempre seobservé una peratura algo importante, en noches ser esgitardados de la intemperio p ia coll do a unas po tuna parcela vecina de hierba lar ere la. Otra nol yor qué el jafiuelo similar en contacto con a is de dos centre las temperat mucho tiempo yor que se obtiene protegiendo 168 janera‘que sus extremes tupe- Je y formasen los spies sobre la superficie y 8 vértices de un cuadrado que tenia ocho pies de Indo. Después fen ese ensayo particular el justifcarlos), wubstancias en contacto con del calér a través del espacio. nes de Wells sobre 1 hecha en el dltimo tuna causa para los movimientos de los cuerpos celestes y te- restres, forzosamente hemos de ver que ninguno de de hipétesls de ninguna clase, el valor de las cuales ya ha sido smencioado,a-sabe Is inomnclén de cuerpos Mpotétioas ¢ tn teracolones hipotéticas entre ellos. Newton, en los inque no recuerdo haber para mantener las este- is determinadas de las visto nunca ningén plan dete o substancias parecidas, a ¢ plantas que han de proteger.” Esta cita d4 una excelente impresién del esmero con que Wells levaba a cabo sus experimentos, de la cautela con que sacaba conclusiones de ellas y, lo que no es menos imp del lenguaje claro usado para comunicar los progresos y sultados de la investigacidn. El librito de Wells consta slo de 168 paginas pequeiias, y sin embargo, incluso dentro de estos limites expone y diseute muchos fenémenos interesantes omitidos en el resumen que he dado. Por ejemplo, trata de la postbilidad de que el vapor pue- a proceder del suelo y de las plantas, lo mismo que del aire; del efecto de un viento ligero para proporcionar de nuevo hu: medad y de muchos otros puntos, sobre los que sus observa- ciones estén hechas “con la mayor desconfianza” pues él se con- idera “plenamente consciente de) peligeo de error que se corre ypre, cuando se intenta apreciar las obras de nuestro Creadar”, La teoria de Ja formacién del rocio dada por Wells, se basa en tres procesos fisicos que da como seguros (y no es su ebjeto ién_ del agua del aire en contacto con una si conducgién del calor a través de los cuerpos y Ahora bien, si repasamos esta relacién de las investigacio- ruse del ool, y chia Ie selacin lo, de investigacién de Newton de jjemplos de investigacién cientifica pone de manifesto inctpia, ud ’ 169 a y Ia astronomia dingmica de Tos wf 12 atraccién entre todas ‘con toda claridad que no p " regiones del espacio sin que ‘smo. Pero no le era necesa- cconsiderar que el calor radiante consiste en ondas que viajan a través de él. Ese éter serfa. un ejemplo de un cuerpo hipotéti- co que lo penetza todo, y las ondas serfan los movimientos hi- potéticos de sus partes Las teorias de este tipo han resultado de gran valor en la ciencia, sobre todo cuando pueden desarrollarse matemdtica- mento, de manera que las deducciones que de ellas se obtienen pueden ser cuidadosamente comprobadas por medio de medi- ciones, Algunas veces la invencién de teorias que involueran cuerpos y movimientos ‘hipotéticos estimula la investigaciéa ulterior, Ja cual acaba demostrando que la teorla originaria no puede mantenerse: esto es lo que ha sucedido con las tearfas del éter en tiempos recientes, como hemos visto. Por otro lado, la teoria atémica, aunque haya sufrido varias modificaciones, ‘manticne ain hoy dia una posicién muy fuerte. El valor de las teorfas ciontificas y de las hipdtesis sobre las que estin basa- das, consiste en st po: © de diversos fendmenos, cuya interrel ‘otra manera constituirfan una serie de hechos separados, de- masiado numerosos para qué el cerebro humano pudiera oct- parsesde ellos. Ademds, tna buena teoria no debe tan sélo-ex- plicar 0 ligar hechos conocidos, sino que deke también sugerir nuecos ales establecerse todavia més hechos. Si estos hechos adicionales no resultan de acuerdo con la teorfa, entonces ésta habré cumplido ya su functén, y debera ser modificada, 0 quizds, definitivamente abandonada. Si los nuevas hechos estin de acuerdo con las predicciones de la teo- imente, la confianza que habfamos de- P jemplo supremo de una teorfa que ha es- tado evandonos a nuevas observaci ss cuales, una vex realizadas, ban confrmado sus predicciones, fué, desde luego, jles de agua sobre una superficie ible, de 1a ane ae EL fe tte en un gran-ndmero de particulas invisibles que a reieai tolos centidos eon. grandes wvelocidades y ran espacio -entre. ‘Dentro. de este espacio, puede’entrar vel | agua, qué se -su imbién compuesta de particulas dimine- e invisibles. Supongamos que haya una atraccién rmtitua entre particulds de la misma;clase, y.ademés que, cuanto me nor sea la. temperatura, menor ser& Ja velocidad. de las ps Tia, entonces podemos imaginar que, a temperataras su temonte bajas, la cantidad de particulas de-agua sea tin pe- ‘quefia que; al acercarse unas @ otras, no sean uit or Superar la atraccién matua, y asi, gradualmente, partiende do invisibles, va creciendo una agrupacién has- le como una diminuta gota de agua. Esta 7) jas particulas de aire tam- Ta temperatura fuera suf fe baja, y asi se sabe que sucede (el aire se Ticua a ion {bles que nunca son percibidas pot lor tlectrones, etc.) son ejemplos de Suerpos hipotéticos, y Tas ecciones invisibles en las que toman § 170 2 * im nuostras completo cuando sabemos muy poco, Es facil, no obstante, ver el valor de esta maxima de pro- cedimiento, y éte puede ser el motivo por el cual no parece que se haya de formular de nuevo. La necesidad de no plicar el nimero de causas hipotéticas mas de lo necesario, no tiene su origen en la simplicidad de la Naturleza sino en nos- otros mismos. No somos eapaces de concentrar la atencién so- bro inds de una via del pensamiento en un momento dado, y asi la aecién simultinea de un gran niimero de eausas sélo po- demos abarcarla si procedemos.a caleular qué efecto produci- 14 cada causa actuando separadamente, y, después, intentando estimar el efecto total si:todas actian simultineamente. Esto es a menudo bastante dificil cuando Jas causas actian con in- dependencia unas de otras, pero cuando hay interaccién ‘entre llas, el ‘problems. puede resultar ,inmensamente -complicado. La experiencia ha demostrado,que vencer estas dificultades es la “méxima de parsimonia” ofnavaja'de Occam”: Las teorias deben basarse en tan pocas hipStesis como sea posible, y se de- Ben afiadir otras nuéths tan s6lo cuando sea absolutamente ne- eesario". ‘ acs La investigacion del Dr. Wells sobre el rocio proporciona un ejemplo del uso! de esta méxifia: las hipétesis més simples se utilizan para dar cuenta de las apariencias generales del fe- némeno, y s6lo se afiaden hipétesis adicionales para ‘explicar Jos casos excepcionales. Por ejemplo, la hipotesis adicional de Ja excesiva sequedad del aire fué usada pata explicar los raros casos en que no se forma rocko, aunque, de acsiérdo con las hipétests originales, las condiciones fuesen tales que deberia por mingin otro aspecto pueden ser comprobadas de ninguna mani Siempre. Cuando las teorias han de basarse en hip6tesis de esta clase, suele ser la seiial de que hace falta modificalas 174 ve que de las ideas creadoras, no metédi , en las Artes- no ‘de ser ica da sino tmicamente descrita, ee fica

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