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El burro flautista
Sin reglas del arte, el que en algo acierta, acierta por casualidad.
El pastor mentiroso
se devora la manada.
MORALEJA:
La tortuga y el guila
El len y el pastor
Yendo un len por una montaa
err el camino, y pasando por un
lugar lleno de zarzas, se le hinc
una espina en la mano, de tal
manera que no poda andar por
el sumo dolor que le causaba.
Yendo as encontr a un pastor, y llegndose a l, comenz a
menear la cola, teniendo la mano alzada. El pastor que lo vio venir,
turbado por su presencia, comenz a darle del ganado para que
comiese, mas el len no deseaba comer, sino que le sacara la
espina clavada, entendi lo que quera el len, y con una lezna
aguda, le abri poco a poco el tumor, y le sac la espina. Sintise
sano el len, lami la mano del pastor, sentndose a su lado, y poco
despus, ya buena la mano, se fue. Pasados algunos aos cay el
len en un lazo, y fue puesto en el lugar de las fieras. El pastor
cometiendo un delito fue tambin preso por la justicia, y sentenciado
a las bestias feroces para ser devorado por ellas, y ponindolo en el
anfiteatro le echaron casualmente aquel mismo len, el cual sali
para arrojarse sobre l con gran furia, pero llegando al pastor, luego
que le encontr se sent a su lado, y le defendi de las dems
fieras. Todos se llenaron de admiracin viendo cosa tan
extraordinaria, y sabida del pastor la verdad del hecho, se les di
libertad a entreambos.
MORALEJA:
El len y el raton
Unos ratoncitos, jugando sin
cuidado en un prado, despertaron
a un len que dorma
plcidamente al pie de un rbol. La
fiera, levantndose de pronto,
atrap entre sus garras al ms
atrevido de la pandilla.
El ratoncillo, preso de terror, prometi al len que si le perdonaba la
vida la empleara en servirlo; y aunque esta promesa lo hizo rer, el
len termin por soltarlo. Tiempo despus, la fiera cay en las redes
que un cazador le haba tendido y como, a pesar de su fuerza, no
poda librarse, atron la selva con sus furiosos rugidos. El ratoncillo,
al orlo, acudi presuroso y rompi las redes con sus afilados
dientes. De esta manera el pequeo exprisionero cumpli su
promesa, y salv la vida del rey de los animales. El len medit
seriamente en el favor que acababa de recibir y prometi ser en
adelante ms generoso.
MORALEJA:
La cigarra y la hormiga
El len y la zorra
10 adivinanzas
10 piropos
10 chistes
10 trabalenguas