On the line

By: Straw♥
Levante de nuevo la vista y me encontré con su calida mirada. ¿Por qué
discutir?
-Lo siento, de verdad –le susurre a mi mejor amigo, mientras mis ojos hacían
contacto con los suyos y veían las motas verdes entre el color miel. El me
sonrío.
-No seas tonta, solo es una pequeño viaje. Además, hace el frío suficiente
como para que tu loca mente se encuentre a gusto.
Lo pensé por un momento y no me pareció nada inofensivo. ¿Qué podría
pasarnos con una visita a su cabaña familiar… Nada. Asentí con la cabeza y el
me miro emocionado.
-No te vas a arrepentir – me dijo mostrando una pequeña sonrisa. Y en verdad,
eso era lo que yo esperaba, pero de camino, con mi novio tomándome de la
mano, no sabia muy bien en que pensar. No era como que si fuéramos a ir
solos; a el lo acompañaba Mandy, una vieja a miga de la familia, mientras que
yo iba acompañada por Nick. El, la mejor cosa que me pudo haber pasado, me
daba momentáneos apretones de mano, mientras yo miraba por la ventana.
Estaba nerviosa y el lo sabia. Cualquier cosa podría pasar en esta semana y
esa certeza aumentaba mis temblores.
Desperté cuando sentí unos calidos labios sobre los míos. Abrí los ojos
lentamente y ahí estaba Nick.
-Lo siento, me quede dormida –sonreí secundándolo.
-No te preocupes, me alegra que hayas descansado. ¿Bajamos?
Tome su mano y el nos condujo. La fría brisa me llego como golpe, y me alegre
de haber llevado un suéter grueso.
Al parecer ya habían bajado todas las maletas, pues cerro el auto tras de
nosotros y me llevo consigo. La cabaña era realmente acogedora; todo madera
y colores marrones, justo lo que cualquier persona podría haber llegado a
esperar, sin contar la chimenea de las de cuatro metros que tenia una cabeza
de siervo disecada colgando de ella.
-¿Y bien? –pregunto alguien a mis espaldas. Ya no era Nick. ¿A donde había
ido?
-Es genial –me di la vuelta y me encontré con la enorme sonrisa de Joe-.
Bonita de verdad, y muy acogedora.
-Lo se, es realmente relajante venir aquí. Veras que al finalizar la semana me lo
agradecerás.
Tengo la impresión de que no será así, Joe.
-Eso espero.
Los dos guardamos silencio por un momento. Nick volvió a aparecer en la
escena y me rodeo con sus brazos.
-¿Dónde te metes? –pregunte alzando una ceja.
-Estaba en nuestra habitación; fui a dejar las maletas.
No deje pasar por alto la parte de la frase que decía nuestra habitación.
-Tranquila –me dijo al oído al notarme repentinamente tensa. Mire a Joe que ya
se estaba yendo, y espere hasta que desapareció de la habitación para hablar
con Nick.
-Escucha, se que… bueno, yo…
-Elle -me callo con un dedo sobre mis labios-. Sabes que te quiero y te respeto.
No va a pasar nada que no quieras, ¿entiendes? –me beso cortamente-. Eso
no impide que no podamos dormir juntos y abrasados.

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Sonreí ante esa imagen, no lo pude evitar. Me relamí los labios y lleve mis
manos al cuello de Nick para tocar algunos de sus rizos. Se acerco lentamente
hasta rozarme con los labios, cosas que me volvía loca por completo. Cada vez
se acercaba mas a mi y yo comenzaba a abrir la boca para tomar sus labios,
pero el, jugando como un niño, se alejaba en el instante y sonreía al ver mi
cara de enojo.
-Si me vas a besar hazlo de una vez –lo tome del cuello y lo atraje hacia mi. Su
aliento casi me llego de lleno. Tomo mis labios entre los suyos y comenzó un
ritmo acompasado. Yo disfrutaba de cada momento, mientras jalaba unos
cuantos mechones de su hermoso y perfecto cabello.
-Elle -susurro sobre mis labios.
-¿Si? –hice lo mismo.
-Vayamos a comer. Joe y Mandy deben de estar esperándonos.
-Esta bien –lo solté y me condujo.
El día estuvo repleto de emociones. Nick me tenía unas cuantas sorpresas,
como el gran mono de peluche que encontré sobre nuestra cama. Dormí
abrasada a su cuerpo, escuchando su voz en mi oído, mientras que mi piel era
recorrida por una especie de descarga eléctrica. Trate de no pensar mucho en
el tema, ya que de verdad me asustaba. Como consecuencia, no tarde en
dormirme.
-Elle -susurro alguien cerca e mí.
-¿Huh? – pregunte medio dormida. Mi acompañante río por lo bajo y yo abrí
totalmente los ojos.
-¿Joe? –pregunte algo extrañada-. ¿Dónde esta Nick?
-Siento decirte que tuvo que salir con Mandy. Pensábamos que había mucha
comida en la casa, pero no encontramos nada más que lo que nos zampamos
ayer-. Lo mire alzando una ceja-. Fuero al pueblo más cercano, y eso quiere
decir que tenemos tres horas a solas. ¿Qué quieres hacer?
¿Qué?
-¿Por qué no me despertó a mi? –dije un tanto molesta. No me gustaba la idea
de la separación por muy minima que esta fuera.
-Pues dijo algo así como que parecías un ángel dormida… pero creo que te
mueves demasiado como para que te quede el titulo.
-Un momento –me senté en la cama-. ¿Cuánto tiempo estuviste
observándome? –lo mire con expresión de te voy a matar.
-Tranquila. La mayoría del tiempo estuve mirando la televisión.
Me levante de la cama y después de sacar a Joe de la habitación tome una
ducha caliente y me abrigue. Lo encontré sentado en la mesa de la cocina,
devorando un tazón de cereal.
-Gracias por esperarme –dije sarcástica.
-Lo siento, pero creo que tardas demasiado en arreglarte.
Mire el reloj negando con la cabeza.
-Joe, solo ah pasado media hora desde que te saque de la habitación.
-Bueno, bueno. Mejor siéntate a comer.
Mientras degustaba el cereal, Joe me lanzaba unas cuantas miradas divertidas,
a lo que yo trataba de no reír y hacer que el cereal en mi boca se derramara.
-¿Dormiste bien anoche con Nick? –lanzo de pronto la pregunta.
-¿Te importa? –alce las cejas.
-En realidad no, fue simple curiosidad.

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-Bien. ¿Estas con Mandy de nuevo? –pregunte después de un rato, a pesar de
saber que ella ya estaba en una relación.
-No, en realidad. Solo amigos.
Hice una pequeña mueca y el dejo de comer.
-¿Celosa?
No lo pude evitar. Solté el cereal de la boca y casi me atraganto con lo que
tenía mas adentro. Joe reía fuerte por mi reacción, a lo que yo lo mataba con la
mirada.
-Claro que no, no seas tonto.
-Guao, pues no sonaste muy convencida.
-Piérdete, Joe
Tome el tazón ya vacío y lo deje en el fregador. Sin detenerme a lavarlo, Salí
por la puerta de la cocina hacia el jardín, rodeado de árboles enormes.
-¡Espera! –grito Joe desde adentro.
Seguí caminado y Joe me alcanzó.
Hicimos el camino en silencio, mientras yo observaba los árboles y veía las
hojas de los árboles crujir bajo mis pies. Habíamos tomado un pequeño
sendero y caminábamos yendo a ningún lugar en específico.
Voltee a ver a Joe y lo descubrí mirándome.
-¿Tengo algo?
-No… -hizo una pequeña pausa.- Es solo que tu cara luce diferente con esta
luz –extraño.
-Ah –no dije más.
-Te voy a preguntar algo –asentí sin mirarlo-. ¿Qué hubieras hecho si no te
hubiera presentado a Nick?
-No lo se… ¿seguir con mi vida?
-Jaja –río un poco.
Seguimos caminando y tomo mi mano. No dije nada, mientras el balanceaba
las de ambos hacia delante y luego hacia atrás. De pronto entrelazo nuestros
dedos y me dio un apretón en la mano.
-Se siente bien.
Voltee a verlo esperando una respuesta; el miraba nuestras manos
entrelazadas. En realidad, de verdad se sentía bien, era algo reconfortable.
Sentí un escalofrío por el frío y el lo noto. Quito su mano de la mía y
rápidamente rodeo mis hombros con la misma. Me detuve por no se que cosa y
me encontré con sus ojos miel. El me miraba tan… tan…
Un momento.
-Joe…
-¿Si? –dijo como en un sueño.
-Mejor regresamos a la casa.
-¿Por qué?
-Hace frío, Joe. Además… ¿Por qué de pronto me miras así?
Comenzó a acercarse.
-¿Qué? –volvió a la realidad.
-Joe, estas algo raro. Hay que regresar.
-Tie… tienes razón –asintió rápido con la cabeza y yo deje de mirarlo.
El camino de regreso fue mucho más rápido. Trate de no pensar en lo que
había pasado en nuestro pequeño viaje por el sendero, pero por momentos Joe
me lo impedía. Cada vez que lo miraba, el estaba mirándome, así que por
consiguiente, fue algo realmente incomodo.

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Encontramos a Nick y Mandy en la cocina, haciendo el almuerzo.
-¿Dónde estabas? –pregunto abrazándome en cuanto me vio.
-Salí con Joe a dar un paseo mientras ustedes estuvieron fuera.
-Esta bien, pero me hubieras dejado una nota.
Encontré la mirada de Joe y esta no se veía nada bien. Observaba como me
abrazaba Nick con los ojos algo chispeantes.
-La próxima vez lo are.
Se acerco a besarme y yo lo seguí. Cuando nuestros labios se encontraron, no
pude evitar mirar a Joe una vez más. El ya había salido de la cocina.
El resto del día hicimos cosas realmente divertidas. Jugamos algunos juegos
de mesa, hablamos largo tiempo, y por la noche, Nick y yo caímos rendidos en
la cama. El día siguiente fue muy parecido, salvo por que Joe y Mandy nos
habían dejado solos.
Ellos habían ido a dar un paseo por los alrededores, y cada vez que pensaba
en eso, me ponía mal. ¿Qué tal si también tomaba la mano de ella? ¿Y si le
decía las mismas cosas que a mi? ¿Y si la miraba del mismo modo?
¡Alto, Elle! ¡Joe no te miro de ningún modo, ni te dijo nada, y lo que hagan
juntos no te importa!
Ya eran más de las ocho de la noche y Joe y Mandy ni sus luces. Salí de la
habitación y deje a Nick durmiendo. Entre en la cocina pensando en posibles
reproches hacia Joe. Me lleve un fiasco cuando alguien jalo mi brazo y me
volteo de cara a el. Estuve a punto de gritar, pero tapo mi boca con su mano.
Olía tan bien… ¡Basta!
-Shh. Tranquila, solo soy yo.
Bajo su mano de mi cara rozando mis labios deliberadamente.
-¿Dónde estabas? –dije susurrando.
-Creí haber dicho que iba a dar un paseo con Mandy. Tranquila –dijo de nuevo.
-Pero es que es muy tarde, Joe…
-Ya, ya estoy aquí.
Me abrazo cortamente y nos sonreímos. Había planeado regañarlo, pero me
olvide de eso por completo.
-¿Y Mandy? –fui por algo de agua.
-En su habitación. La caminata de esta tarde la dejo molida.
Le sonreí.
-¿Y tu?
-¿Yo?
-¿No estas cansado?
-Solo un poco, pero aun no tengo ganas de encerrarme solo en mi habitación –
se quedo pensando mientras yo bebía-. Tengo una idea. ¿Dónde esta Nick?
-Dormido –conteste automáticamente.
-Perfecto. Veamos una película.
La cama era muy cómoda y la película muy divertida. Bueno, eso era por que
Joe me susurraba tonterías y eso me hacia carcajear.
Al finalizar la película, yo ya estaba algo ida. Joe ya se había quedado callado,
así que el sueño me llego y comencé a irme…
Como en sueños, sentí como algo acariciaba mis labios, una sensación
deliciosa. Otros labios, un poco fríos, llegaron hasta los míos y los presionaron
delicadamente. De pronto, me llego un perfume más que familiar. Caí en la
cuenta de que no estaba soñando y abrí los ojos de sopetón. Joe estaba casi

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sobre mí, con los ojos cerrados. Cuando los abrió, se quedo pasmado
mirándome, sin alejarse.
Ninguno de los dos se movía, y parecía que tampoco respirábamos. Me miro
fijamente y acercándose mas, me beso enserio. “Extrañamente” no me quite de
ahí, pues sus labios sobre los míos no me hacían nada mal. Capturo mi labio
inferior con los suyos y lo jalo un poco. Subí mis manos a su cuello y como si le
hubiera dado luz verde, comenzó a besarme con algo más fuego.
Nuestros labios danzaban juntos con ritmo propio y con mucha familiaridad,
como si lo hubiéramos hecho miles de veces antes.
Comenzó a hacer algo de calor y empecé a sacarme el chaleco negro, aun
bajo Joe. El me ayudo con las mangas y yo seguí con su suéter. Seguimos
besándonos con mucha mas intensidad, mientras el se adueñaba de mi cintura
y me pegaba mas a su cuerpo.
Mas calor, mas calor y pronto la camisa de Joe no existía. Yo acariciaba su
pecho a mis anchas, mientras el se habría paso hacia mi cuello. Creí no
soportarlo mas, hasta que Joe, como si estuviera dentro de mi mente, subía
lentamente mi blusa y acariciaba mi estomago.
-¡Elle! -grito Nick desde otra parte de la casa.
Paramos al instante y nos miramos, con los ojos como platos y sin poder
respirar muy bien.
-Joe… -mire a mi alrededor y vi la cama a medio destender, y a mi mejor amigo
sin camisa sobre mi-. ¿Qué estamos haciendo?
Joe me miraba con fuego en los ojos.
-¡Elle! -volvió a hablarme Nick.
Joe se acerco una vez mas a mi y me beso rápido; lo seguí pero el se alejo y
sonrío. Se puso de pie y me lanzó el chaleco, que estaba tirado por no se
donde.
-Vete.
Me puse rápido el chaleco y trate de no hacer ruido mientras salía de la
habitación oscura de Joe.
Fui directo a mi (o debería decir “nuestra” habitación, de Nick y mía) habitación.
Supuse que Nick aun estaría buscándome, así que trate de ir lo más rápido a
quitarme el olor de mi amigo de encima… solo por si las dudas.
Para mi mala suerte, el estaba sentado en la orilla de la cama, algo enojado,
diría yo.
-Amor –se puso de pie y cambio su actitud-. ¿Dónde estabas?
Me abraso y yo lo imite.
-Fui a dar un paseo…
Cerré fuertemente los ojos, rogando por que Nick no me dijera que olía a
hombre, a su hermano. Busco mis labios y me beso hermosamente. Comenzó
a masajear mi cintura, mientras yo rodeaba su cuello. Me besaba tierna y
dulcemente, nada que ver con… ¡No lo compares con su hermano!
Me aleje de el un poco por la conmoción y el me arrastro a la cama.
-Pensé que estabas cansado –susurre acercándome a sus labios.
-Eso ya no importa.
Comenzó a hacer calor y el mordía mis labios y después mi cuello. Dejaba
pequeñas marcas sobre la piel de esa zona, mientras yo jalaba su camisa y lo
acercaba más hacia mí. Cayo sobre en la cama, y juntos nos buscamos un
buen lugar en medio de esta. De pronto, estaba sobre mí sacándose el suéter
rojo que tan bien había estado llevando. Lo aventó a algún punto de la

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habitación y rápido busco mi chaleco para sacarlo. Este desapareció, pero en
vez de que el calor disminuyera, ¡hacia mas!
Dimos una vuelta y yo quede sobre el. Toque la hebilla del pantalón y el dejo
caer la cabeza sobre el colchón junto con un pequeño gemido. Eso me insito a
sacar el cinturón del lugar y desabrochar su pantalón. Subió a mi nuevamente y
desabrocho mi pantalón; lo saco tan rápido que apenas me di cuenta del
movimiento. Lo mire mientras se sacaba el suyo y la playera, mientras yo me
quite la mía y le sonreí.
No podía creer que todo eso fuera mío. Si pensar en nada mas, me abalance
sobre el y lo atraje a mi. Pude sentir como sonreía en mis labios, pues debió
ver mi expresión.
La ropa interior. Eso no resulto una gran barrera para sus grandes y ahora
calientes manos. Toco mi mejilla y recorrió suavemente mi cuello hasta llegar a
mi pecho y pasar por encima de el sin importarle el sostén. Bajo los tirantes de
este para besar mis hombros, mientras yo lo observaba acostada. Paso las
manos por mi espalda tomando las presillas y mirándome a los ojos las desato.
Me miro durante algún tiempo y sonrío como solo el sabia hacerlo. Beso mi
frente mientras yo tocaba su mejilla y bajo a mis labios para depositar en ellos
un beso dulce.
-Te amo –me dijo y eso significo mas que nada.
-Yo también.
Eso fue suficiente para que el supiera que yo quería que continuara. Beso todo
mi cuerpo dejando su huella propia. Aspire su aliento y el, el mío. Recorrí su
lengua con mi boca y me quede con su sabor dentro de ella.
Pasamos gran parte de la noche así, hasta que no pudimos mas y el cayo
sobre mi. Estábamos tan felices de estar juntos en ese momento, que nada ni
nadie podía borrar las sonrisas de nuestras caras. Así, el sueño nos venció.

-Elle, despierta –dijo una dulce voz en mi mejilla-. Elle.

-¿Huh? –abrí los ojos poco a poco.
-Buen día –beso mi frente.
-Hola –sonreí y me acerque a besarlo.
-¿Cómo estas? –frunció un poco la frente. Me moví un poco y…
-Me duele todo… -hice una mueca y el se carcajeo.
-Me imagino –un rubor inundo sus mejillas.
-Gracias –dije sinceramente.
-¿Por? –tomo mi mano y la beso.
-Por estar conmigo.
-Simple. Es lo mejor que se hacer, y lo que mas quiero.
-Jaja.
-¿Tienes hambre? ¿Crees que puedas levantarte?
-Jaja, ¡Nicholas! –golpee su hombro-. Me doy un baño y salgo.
-Esta bien. Te espero en la cocina.
Me dio un ultimo beso y salio, ya bien vestido.
¿Cuánto tiempo había estado durmiendo? Mire mi reloj de mano y este marco
las diez. Nada mal.
Me duche rápido y media hora después salí a la cocina. Era increíble la
sensación que estaba experimentando. Todo había sido perfecto y hermoso,
justo como pude haber deseado.

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Todos estaban en la cocina. Salude con la mano, mientras desayunaban
placidamente; yo llegue y me serví un par de hot-cakes.
-Amm… Perdón si es descortés de mi parte, pero, ¿puedo preguntar que
hacían en la noche?
La sangre se me acumulo en las mejillas y casi me ahogo.
-Creo que si es algo descortés, Mandy –dijo Nick con un sonrisa que era puro
cuento.
Ella soltó una risita, mientras yo detuve la mirada en la cara de Joe… no estaba
nada contento, y el ni siquiera me miro. Mejor.
Terminamos el desayuno y yo recogí los platos. Mientras limpiaba la mesa,
alguien me tomo de la cintura. Yo me pegue a su pecho y olí su perfume…
-Joe –me safe inmediatamente y voltee a encararlo.
El sonreía maliciosamente, mientras a mi se me salía el alma por la boca.
-¿Por qué tan asustada?
-Joe, yo… -me detuve al ver que se acercaba.
-¿Tu…?
-Tengo que irme –iba a salir corriendo de ese lugar, pero me jalo del brazo.
-Espera… por favor.
Cerré los ojos muy fuerte y cedí.
-¿Qué?
-Dime que lo que paso ayer no fue solo por que estabas medio dormida –me
miro con pesar.
-Joe… no se… ni siquiera eh pensado en eso –abrió la boca pero para
interrumpir-. Mejor hay que olvidarlo, ¿si?
-Elle, es que… Ayer tu me ayudaste a confirmar que yo…
-Elle, ¿puedes ayudarme? –Mandy entro a la cocina como caída del cielo-.
¿Interrumpo?
-No –dijimos al unísono. A continuación reímos por los nervios y Joe salio de
ahí.
-Dime.
-Ah mira, es que…
El día paso sin ningún “contratiempo”, pues no me había topado con Joe.
Gracias a el cielo, no había tenido tiempo en pensar en lo que había pasado
con el, pues Nick me mantenía tan ocupada con nuestras platicas y pasando el
tiempo juntos, que en lo único que podía era pensar en su nombre y lo feliz que
me sentía. Por la noche, volvimos a estar juntos y dormimos abrasados.
Ya era viernes, y eso significaba que al día siguiente regresaríamos. Con una
punzada de pesar, me levante de la cama y me fui a duchar. Llegue a la cocina
para desayunar y la encontré totalmente sola. Comencé a llamarlos a todos,
pero ninguno me contesto.
Mientras comía, escuche un ruido que venia desde el jardín. Salí y me detuve
en la puerta, mientras veía como Joe venia corriendo, tan solo con una
sudadera y unas bermudas azules. Sonreí al verlo así y antes de que cambiara
mi expresión, el ya me había visto.
-Hola –dijo llegando.
-Hola, Joe –también lo salude.
-Con permiso –dijo haciéndome a un lado en la puerta. Lo deje pasar no sin
antes fruncir el seño. El salio de la cocina, rumbo a su cuarto, supongo.
Trate de descifrar su comportamiento, pero lo único que conseguí fue nada.

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Lo seguí a su habitación y encontré la puerta cerrada. Toque, y después de lo
que pareció una eternidad, la abrió.
-¿Que pasa? –dijo el, serio, tomando la puerta y sin moverse.
-Joe, quiero hablar contigo.
-Esta bien, pasa –entre y me senté en la cama.
-Tú dirás.
-Bueno pues… Primero, quiero saber si… si sabes donde esta Nick.
Joe rodó los ojos.
-No soy la niñera de tu novio. ¿Eso era todo?
-¡No! –respondí rápido.
-¿Entonces?
-Pues… -su mirada era escrutadora y profunda-. ¿Por qué tienes esa actitud
conmigo? –baje la vista y lo sentí acercarse-. No te he hecho nada.
El estaba frente a mí y me miraba desde arriba.
-Elle -susurro y algo recorrió todo mi cuerpo-. Quiero que sepas algo.
Se ubico frente a mí y tomo mis manos para ponerlas sobre su cara, algo
rasposa por no haberse afeitado.
-Desde hace un tiempo yo… es que…
-Solo dímelo -¿yo dije eso?
-Elle te quiero muchísimo.
-Ya sabes que yo también Joe. Pero, ¿a que viene eso?
-El día que tú y yo… me di cuenta que lo que siento hacia ti no es lo mismo que
siento hacia otras amigas.
-Pues yo soy tu mejor amiga.
-Te amo – me lo soltó. Me quede estática. Creo que una parte de mi mente ya
había pensado en esto a espaldas de mi; sin embargo me tomo desprevenida
por que me lo dijeron así, además de la mirada que acompaño sus palabras y
el fervor con lo que las dijo. Me dejo fuera de combate.
-Joe…
-Ya se, eres mi mejor amiga y novia de mi hermano, pero, y si tu…
Se fue acercando a mí y yo no me alejaba. ¡Muévete, muévete! Pero no me
hice caso.
Se acerco y me beso. Yo no me moví ni un milímetro de sus labios; al contrario,
los tome con fuerza y realmente lo bese. El río por lo bajo contra mis labios y
tomo mi cara. Me hice un poco para atrás y el tomo de mi cintura y sin
preguntar me recostó sobre el suave colchón.
-Ya se que no sientes lo mismo por mi que por mi hermano –decía sobre mi
cuello, volviéndome total y completamente loca-, pero esto es por lo que viviré
de ahora en adelante.
Subió sobre mí y puso sus brazos a mis lados impidiéndome cualquier clase de
movimiento, excepto claro, rodear su cuello con mis brazos. Comenzó a
devorarme y después de lo que me pareció una eternidad, se alejo un poco de
mi, mientras yo baje mis brazos de su cuello para concéntrame en su pecho
y…
-Un momento- dije sin poder continuar esta vez.
-¿Qué pasa, hermosa?- bajo sus labios a mi cuello, acción que me dificulto un
poco el poder pensar con claridad.
-Joe, el otro día yo… tuve… Estuve con Nick.
Paro por un momento, pero después siguió con su tarea (cosa que hacia
bastante bien).

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-Ya lo se. Y Mandy también lo sabe. Es obvio.
-¿Obvio?- puse más atención al tema.
-De hecho si –decía entre besos-, porque esta mas feliz. Su actitud cambio
mucho.
Algo dentro de mí se desmorono al oír sus palabras. No me puse a pensar en
el grado tan íntimo que había alcanzado nuestra relación. Las cosas
simplemente pasan, así nada más, pero siempre es algo mas duro asimilarlo.
Mis ojos comenzaron a llenarse de lágrimas sin previo aviso. Primero por que
en ese momento yo estaba siéndole infiel a mi novio con su hermano; segundo,
su hermano es mi mejor amigo, y tercero, me encantaba lo que hacia.
Joe se alejo de mí al percatarse de mi estado y me abrazo.
-Elle, no llores. Se como debes estar sintiéndote, de verdad, el es mi
hermano…
-Y yo su novia. No, Joe, en realidad no tienes ni la menor idea. No sabes lo que
provocaron en mí tus palabras…
-¿Fue por lo que dije? Demonios, no debí decir nada.
-¡NO! –casi le grite-. Es que es la verdad. El me ama, Joe, y llego antes que tu.
Las cosas ya son así, y no las podemos cambiar, ¿entiendes?
Mi mejor amigo agacho la cabeza, mientras yo me secaba las lágrimas con el
dorso de la mano.
-Soy una horrible persona… -susurre, como para mi misma.
-No, tú jamás llegarías a serlo –me escucho.
-Joe, no hagas eso.
-Es simplemente la verdad –levanto la cara-. Eres hermosa, carismática,
divertida, nada egoísta, cariñosa, y así podría seguir lo que resta del día. Pero
el punto es que aquí la mala persona soy yo, Elle, pues yo soy el que siempre
ah estado asechándote, a pesar de que eres mi “mejor amiga” –le dio una
entonación diferente-, y la novia de mi hermano. Me gustaste desde que te
conocí, pero cuando Nick me lo confeso, creí que me volvería loco. Es mi
hermano y, se veían tan bien juntos…
-Entonces tu… desde el principio… -no pude continuar de tan solo imaginar
como hubieran sido las cosas si el cobarde de Joe hubiera tenido valor. Me
levante de la cama y deje a Joe sentado en la orilla. Me le plante enfrente-.
Eres una imbecil y un débil. Siempre debes de luchar por lo que quieres, Joe
Jonas. Si tú no te hubieras detenido por como lucia yo al lado de tu hermanito
nosotros simplemente no…
-¿Qué ustedes no que? –en ese momento mi novio entro en la habitación. Me
quede tan pasmada que no me pude mover por un momento-. ¿Interrumpo
algo?
-No –voltee mi cara al lado opuesto, mientras limpiaba mi cara. Después,
regrese mi vista a el-. Nosotros solo estábamos…
-Recordando algo. Solo eso.
Mi vista bailo hasta Joe, que se evitaba de la cama y a su vez mirada a Nick.
-Bueno… perdón si interrumpí algo… yo… puedo regresar mas tarde… -me
miro con algo de recelo en los ojos, entrecerrándolos un poco.
-En un momento voy a la habitación, Nick.
-No es necesario, Elle.
-Si lo es.
-Bien, no tardes.
Nick salio cerrando la puerta.

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-¿A que te quedas?
-Joe, yo… pensé que tu…
-¿Qué yo iba a hablar?
Volvió su cuerpo en mi dirección y se me acerco un poco.
-Pues… si –dije con algo de torpeza.
-Es un poco tarde para eso. ¿Sabes cual fue la otra razón que me detuvo todo
este tiempo?
-¿Cuál?
Lo mire esperando su respuesta. Me tomo una mano y se la llevo a la boca,
mientras apretaba cariñosamente la otra.
-Que tu te ves perdidamente enamorada de el.
Me soltó y señalo la puerta.
-Joe, no, yo…
-Escúchame. Lo que paso fue un error enorme, y te pido disculpas por ello. Se
que no represento nada para ti y… -yo iba a abrir la boca, pero me
interrumpió-. Espero que lo puedas olvidar y volver a lo que teníamos antes.
Baje la vista y llore un poco.
-Seguirás siendo mi mejor amigo, ¿cierto?
-Para siempre…
Levante la vista y lo encontré sonriéndome, como lo había hecho siempre.
-Te quiero –susurro.
-Yo también.
Me le acerque y le di un pequeño abrazo. Después de eso, salí de su
habitación y entre con temor a la que había sido todo este tiempo nuestra
habitación.
-Elle.
Llamo Nick a mis espaldas. Gire sobre mis talones y lo mire.
-Yo…
-Perdón –llego hasta mí y me abrazo fuertemente. ¿Pero de que me perdí?-
Perdón por dejarte sola. Tuve que salir porque Mandy tuvo una crisis…
Termino con Jason…
Mandy nunca era muy estable en sus relaciones sentimentales, y siempre que
ocurría el declive, alguno de los hermanos tenía que estar con ella.
Comprendía de sobra.
-Nick, te amo.
Lo tuve que soltar así, por que fue lo que sentí en ese momento.

Al día siguiente, íbamos en a camioneta de Joe rumbo a casa. En el camino,

entre canción y canción, los chicos iban haciendo una que otra broma, mientras
que por mi parte, yo miraba el retrovisor encontrándome cada tanto con los
ojos de Joe… y recorriendo mi mente hasta llegar al recuerdo que quería…
-Seguirás siendo mi mejor amigo, ¿cierto?
-Para siempre…
Levante la vista y lo encontré sonriéndome, como lo había hecho siempre.
-Te quiero –susurro.
-Yo también.
Lamentablemente, de pronto me di cuenta de que eso no había terminado ahí.
Mi novio apretó mi mano dulcemente y yo me sentí mal por lo que le iba a
hacer.

By: Straw♥
 End

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