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Obras
La pandilla de Asakusa (1930)
Pas de Nieve (1937)
El sonido de la montaa 19491954
El maestro Go ( 1951)
El Lago (1954)
La Casa de las Bellas
Durmientes (1961)
Mil grullas (1962)
Lo bello y lo triste (1964)
Asunto de la obra
La casa de las bellas durmientes se desarrolla
en una posada, situada a las afueras de
Tokio, donde unos ancianos adinerados se
entregan a un ltimo y voluptuoso placer:
pagan por la compaa de hermosas y
jvenes vrgenes que duermen desnudas
junto a ellos bajo los efectos de poderosos
narcticos. Estos caballeros pueden disfrutar
de la presencia de las muchachas, pero
cumpliendo con una serie de exigencias: no
pueden mantener relaciones sexuales con
stas, no despertarlas y no estar ms de un
da con la misma mujer.
Personajes
El viejo Euguchi
Las bellas durmientes
La seora
El amigo de Euguchi
El autor expone a la mujer como como un ser sin voluntad nos remite a la problemtica
esencial del vnculo humano en la modernidad y al pavor, en este caso entre aquellos
hombres que han sobrepasado con creces las pasiones desenfrenadas de la juventud,
por impulsar una relacin con un ser consciente, Pero, adems la pasividad de la mujer
como dormida considerandola como mueca.
Temas
En La casa de las bellas durmientes hay contrastes
muy marcados: belleza-decrepitud, juventud-vejez,
actividad-indefensin... Un cctel de lirismo, miedo a la
muerte, belleza, sordidez, aislamiento, soledad, deseo,
elegancia y nostalgia absolutamente precioso...
Intertextualidad
No deba haber nada de mal gusto, advirti
el anciano Eguchi a la mujer de la posada.
No deba poner el dedo en la boca de la
mujer dormida ni intentar nada parecido. La
cita recogida por Gabriel Garca Mrquez
proviene del relato publicado en 1961, La
casa de las bellas durmientes. Ser este
reconocido texto de la literatura oriental,
breve en extensin e inconmensurable en
profundidad, el que otorgue a las
ficcionalizadas memorias del escritor
colombiano tanto la estructura como los
personajes necesarios para el
desenvolvimiento de su historia. Garca
Mrquez no plagia a Kawabata al imitarlo,
pues la fuente de la cual emerge su ms
reciente novela ha sido plenamente
identificada en el epgrafe; se trata ms bien
del homenaje, si bien fallido, que el autor de
Memorias de mis putas tristes rinde al autor
de La casa de las bellas durmientes. Ambos
relatos (cuatro dcadas distancia uno del
otro), narran la necesidad de ciertos