You are on page 1of 40

Introducción

La Biblia fue traducida por primera vez a otra lengua durante el siglo tercero antes
de Cristo; esa otra lengua es el griego. Según la tradición, la versión griega se basó en el
trabajo de setenta eruditos, y en consecuencia se la conoce como Septuaginta
(simbolizada usualmente por el símbolo LXX), palabra latina que significa “setenta”, en
honor a los 70 rabinos que, reunidos en Alejandría, Egipto, intervinieron en su redacción
y composición.
Como es natural, a los diversos libros de la Biblia se les dieron nombres griegos.
No se siguió la costumbre hebrea de llamarlos por las primeras palabras, empleándose en
cambio nombres descriptivos.
Al primer libro se le llamó “Génesis”, que literalmente significa “creación”,
“fuente”, “principio”, “comienzo”, “inicio” y “origen”. Es un nombre muy apropiado
para el primer libro de la Biblia, dado que trata precisamente del Origen de la humanidad
y, en especial, del pueblo de Israel, así como de la Salvación de toda la raza humana
caída, indicando, con dicho nombre, un interés por los orígenes y principios que resulta
apropiado para un libro que comienza con la formación del cielo y de la tierra.

En hebreo, en cambio (tal como está escrito originalmente) su nombre es ty ヘ


arb (bereshít)1, palabra que significa: “En el principio” (literalmente: “en
principio”), dado que estas son precisamente las primeras palabras del libro. Tal era la
costumbre de tiempos antiguos de nombrar un libro con la primera frase con que iniciaba.
Así, por ejemplo, el libro de “Números” es conocido en la Biblia Hebrea con el nombre

de rbdmb (bemidbar) que se puede traducir como: “en el desierto”,


precisamente porque es una de las primeras frases que ocurren en la narrativa del libro.
Según la tradición antigua, los primeros cinco libros de la Biblia fueron escritos
por Moisés, héroe popular que, según el relato de los libros comprendidos entre el
segundo y el quinto, rescató –por mandato de Dios– a los Israelitas de la esclavitud
egipcia. Los estudiosos modernos están convencidos de que tal paternidad literaria no es
sostenible y de que los primeros libros de la Biblia no son el trabajo de una personalidad
aislada. Sin embargo, las hipótesis en las que se funda tal argumento, tal como ya lo
vimos en la Introducción General, se sostiene en argumentos que están lejos de ser
irrefutables; quizá es por ello que el nombre completo del primer libro de la Biblia, tal
como suele aparecer en diversas traducciones es “El Primer Libro de Moisés, Génesis”.
Como lo hicimos notar en la introducción, sin ánimos de entrar en polémicas en cuanto a
estos detalles, creemos que el libro es resultado de la Inspiración Divina y que en última
instancia su autor es el Espíritu Santo mismo, independientemente del autor humano que
haya agregado, compilado o actualizado la obra original. En algunas partes de este
comentario haremos énfasis en las posibles actualizaciones ulteriores que pudieron
haberse efectuado al libro con forme el paso de los siglos.
El relato del primer libro de la Biblia nos confronta con la realidad de un
comienzo. Este comienzo es un principio absoluto. Las declaraciones de Génesis no
admiten la posibilidad de algún tiempo previo. Paralelamente, el relato ni siquiera trata
1
Léase de derecha a izquierda en hebreo.

1
sobre la preexistencia de Dios. Para el hombre antiguo la existencia o preexistencia de
Dios o de los dioses no es tema de discusión: es algo que se da por sentado. El debate
moderno sobre la existencia de un ser superior probablemente habría sido absurdo para
nuestro autor, porque en ningún momento se plantea esa posibilidad. Nuestro texto
presume categóricamente la realidad de un Dios sobrenatural, todo poderoso, y no da
lugar a cuestionamientos en cuanto a este tema.
En relación con esto, el texto es muy claro en cuanto a la soberanía de Dios. Dios
es el creador de todas las cosas, por lo tanto, el dueño absoluto de todo. Mediante frases
sencillas, pero profundas, el autor nos presenta un mensaje poderoso acerca de la
soberanía indiscutible de Dios, y estas frases implican que Dios es quien decide en todo
cuanto ocurre en el mundo creado. Desde el principio hasta el fin, a través de todas las
páginas del texto se subraya la majestuosa soberanía del Dios creador; su señorío no se
cuestiona en ningún momento. Esto significa que un análisis de este relato tendrá que
tomar seriamente la naturaleza de Dios. Nuestro acercamiento al texto parte de la base de
que es indispensable comprender quién es este Dios que se autorrevela como el Señor
absoluto del universo.
El poderoso mensaje acerca de un Dios soberano que no admite ni tiene rival ni
competencia era una proclamación revolucionaria para el mundo antiguo. Para
comprender el alcance de tal mensaje es necesario examinar el contexto dentro del cual
surgió el relato. Cada una de las culturas vecinas a Israel tenía una historia de la creación,
y estaba dominada por un politeísmo sumamente complejo. En consecuencia el habitante
de Babilonia, Asiria, o Canaán vivía oprimido por un sentimiento de terror, ya que su
vida se le iba en intentar satisfacer los caprichos de la multiplicidad de dioses que le
acechaban y que de alguna manera trataban de hacerle algún mal. Sicológicamente, esto
era un yugo muy difícil de sobrellevar. Por ejemplo, de acuerdo con los relatos de la
creación babilónicos, el hombre fue creado para trabajar y darles de comer a los dioses.
Al saber esto, vivía bajo la opresión de tratar de mantener contentos a varios dioses a la
vez para que no descendieran sobre él con su furia y lo aniquilaran.
En contraste con esto, entonces, la revelación de Génesis plantea una liberación
absoluta de tal teología y propone la existencia de un solo Dios, justo y soberano, libre de
caprichos, que busca tener con su creación una relación de amor y libertad, y no de
opresión y coerción. Para los primeros oyentes, esto fue algo totalmente nuevo y
revolucionario. El mensaje teológico de Génesis plantea una alternativa profunda a la
problemática de la antigüedad. Esta alternativa da la posibilidad de adorar a un solo Dios
soberano, señor sobre todas las cosas, justo, y que desea mantener una relación de amor
con su creación. Tal alternativa era inconcebible para el habitante de Mesopotamia o
Egipto. El mensaje de Génesis provee una esperanza genuina.
Habiendo entendido algo del contexto en el cual se desarrolla toda la trama del
relato, y comprendiendo que nuestro texto tiene mucho que decir acerca de la naturaleza
de Dios, el texto nos llama a una seria exégesis o interpretación. Esto requerirá del lector
el máximo esfuerzo, ya que las enseñanzas y verdades comprendidas en el relato son por
demás profundas.
El primer libro de la Biblia inicia con una oración difícil y controversial que
analizaremos palabra por palabra:

2
Génesis 1.1:
.År,a;h; taewÒ µyIm'V;h' tae µyhil¿aÔ ar;B;
tyviareB] 12
(be’reshit barah helojim ayt ja’shammaim wa jayruts.) 3
(1En el principio creó Dios los cielos y la tierra.) 4
(1En el comienzo de todo, Dios creó el cielo y la tierra.)5
La Biblia comienza con una declaración tan simple y conocida que muchas veces
no recibe la importancia que merece: “En principio creó Dios los cielos y la tierra”. Esta
declaración contiene dos conceptos primarios. En primer lugar establece que Dios es el
sujeto indiscutible no sólo de esta primera oración, sino de toda la obra de la creación. Es
necesario, por lo tanto, leer todo Génesis desde esta perspectiva. El actor principal, que
determina cada acto de la creación, es Dios. El que se mencione el nombre divino 35
veces en esta primera sección, es una clara manera de subrayar el papel de Dios como
centro de toda la acción creativa en el mundo. En segundo lugar, el primer texto nos
habla de un comienzo definitivo. A primera vista el autor indica que hay un punto de
partida en cuanto al proceso de la creación del mundo. Pero, como veremos a
continuación, dicha conclusión es muy discutida y no tan simple.
Sin embargo, es necesario notar antes que nada que el primer versículo de Génesis
contiene un resumen que introduce los seis días de la actividad creadora. El Salmista hace
referencia gozosa a este versículo en el Salmo 102.25 e Isaías en su libro (Isaías 45.18).

Sal. 102.25 (versión Reina–Valera): Sal. 102.25 (versión Popular):


“Desde el principio tú fundaste la tierra, “Afirmaste la tierra desde el principio;
y los cielos son obra de tus manos.” tú mismo hiciste el cielo.”

Is. 45.18 (versión Reina–Valera): Is. 45.18 (versión Popular):


“Porque así dice Jehová, “El creador del cielo,
que creó los cielos. el que es Dios y Señor,
Él es Dios, el que hizo la tierra y la formó,
el que formó la tierra, el que la afirmó,
el que la hizo y la compuso. el que la creó, no para que estuviera
No la creó en vano, vacía
sino para que fuera habitada la sino para que tuviera habitantes,
creó: dice:
«Yo soy Jehová y no hay otro...” “Yo soy el Señor, y no hay otro...”

2
Biblia Hebraica Stuttgartensia, (Deutsche Bibelgesellschaft Stuttgart) 1990.
3
Léase de derecha a izquierda en hebreo.
4
Reina Valera Revisada (1960), (Estados Unidos de América: Sociedades Bíblicas Unidas) 1998.
5
Dios Habla Hoy - La Biblia de Estudio, (Estados Unidos de América: Sociedades Bíblicas Unidas) 1998.

3
tyviareB] (be’reihshit)
“En el principio”
Esta sencilla pero profunda declaración esconde un debate a raíz de las dificultades
que existen para traducirla. Hay tres posibles maneras de traducirla:
(1) en la forma tradicional, donde el versículo 1 se interpreta como una
oración independiente;
(2) tomando el versículo 1 como una frase dependiente de la cláusula principal
que está en el versículo 2: “Al principio cuando Dios creó los cielos y la tierra,
la tierra estaba desordenada y vacía...”;
(3) tomando el v. 1 como una frase subordinada a la cláusula principal que
está en el v.3, “Al principio, cuando Dios creó –estando la tierra desordenada
y vacía y estando las tinieblas sobre la faz de las aguas y mientras el Espíritu
de Dios se movía sobre las aguas– Dios dijo...”
El debate basado en factores gramaticales, de sintaxis, lingüísticos y de estilo, no será
presentado aquí6. Sólo agregaremos que la erudición bíblica no ha llegado a un acuerdo
definitivo al respecto.
Sin embargo, cada una de estas tres traducciones contiene implicaciones teológicas
significativas. La primera opción indica un principio absoluto, antes del cual no existía
absolutamente nada. Partiendo de esta traducción, muchos han propuesto la teoría de
creatio ex nihilo, o sea, creación de la nada. En cambio las otras dos opciones presuponen
la preexistencia de algún tipo de materia en estado de caos, antes que comenzara la obra
creativa de Dios, que consistiría en un ordenamiento.
Todo el problema gira alrededor de la palabra tyviar
(rei’shít), que significa
“principio”, “inicio”, “comienzo”, “empiezo”, “punto de partida” (y que de acuerdo al
contexto es posible traducirla también como “primario”, “primogénito”, “mejor” y “jefe”)
y que se utiliza 50 veces en el texto hebreo. Se trata de un sustantivo abstracto que
generalmente se emplea para designar el comienzo de un período particular de tiempo.
Parecería que solamente en dos oportunidades el vocablo se usa en forma absoluta: aquí
en Génesis 1 y en Isaías 46.10.

Is. 46.9, 10 (versión Reina–Valera): que digo: ‘Mi plan permanecerá


“9Acordaos de las cosas pasadas desde los y haré todo lo que quiero...’”
tiempos antiguos,
porque yo soy Dios; y no hay otro Dios, Is. 46.9, 10 (versión Popular):
ni nada hay semejante a mí, “9...recuerden lo que ha pasado desde
10
que anuncio lo por venir desde el tiempos antiguos.
principio, Yo soy Dios, y no hay otro;
y desde la antigüedad lo que aún no era soy Dios, y no hay nadie igual a mí.
10
hecho; Yo anuncio el fin desde el principio;
6
Gramaticalmente, esta frase podría traducirse como introducción de una cláusula que se completa en el
versículo 3, después de un versículo 2 que es un paréntesis: “Cuando Dios empezó a crear... (la tierra estaba
desordenada y vacía...), dijo Dios: Sea la luz... ” Esto no quiere decir que la tierra desordenada y vacía no
fuera también obra de Dios, es igualmente la creación, en su sentido más pleno. Pero la traducción familiar:
“En el principio creó Dios...”, que expresa un principio absoluto, es igualmente gramatical, está apoyada
por todas las versiones antiguas y afirma inequívocamente la verdad sostenida en muchas otras partes del
texto bíblico (por ejemplo, Hebreos 11.3, p. 5), de que hasta que Dios habló, no existía nada.

4
anuncio el futuro desde mucho antes.
Yo digo: Mis planes se realizarán;
yo haré todo lo que me propongo.”

Otro punto de discordia surge porque tyviar (rei’shít) está precedida por la
B
preposición “ ” (be), “en”, pero no por el artículo definido “el”. Por lo tanto, una
traducción literal sin tomar en cuenta el contexto sería: “en un principio” (o bien, “en
principio”). Dicha traducción obviamente contradice la interpretación tradicional de esta
palabra, ya que en lugar de expresar un principio absoluto, como lo haría la traducción
“en el principio”, expresaría un principio relativo: “en un principio” (en uno de los tantos
posibles principios que hubieron).7
Algunos comentaristas prefieren esta última traducción, tratando Génesis 1.1 como
una cláusula subordinada, y dan traducciones como “cuando Dios empezó a crear los
cielos y la tierra estaba informe y vacía”. Una traducción así implica que la condición del
versículo 2 existía ya cuando Dios empezó a crear. Sin embargo, este punto de vista no
fue compartido por los eruditos hebreos quienes han comprendido comúnmente que
significa la existencia, ex nihilo, de la nada, sin utilizar material preexistente. Además,
desde el punto de vista meramente bíblico, es decir, dejando que la Biblia se interprete a
sí misma, no es difícil notar que Génesis 1.1 debe entenderse como un principio absoluto,
antes del cual nada existía, tal como lo sugiere Hebreos 11.3 y Romanos 4.17.

He. 11.3 (versión Reina–Valera): He. 11.3 (versión Popular):


“3Por la fe comprendemos que el universo “3Por fe sabemos que Dios formó los
fue hecho por la palabra de Dios, de modo mundos mediante su palabra, de modo que
que lo que se ve fue hecho de lo que no se lo que ahora vemos fue hecho de cosas que
veía.” no podían verse.”

Romanos 4.17 (versión Reina–Valera): Romanos 4.17 (versión Popular):


“...17como está escrito: «Te he puesto por “...17como dice la Escritura: “Te he hecho
padre de muchas naciones». Y lo es delante padre de muchas naciones.” Este es el Dios
de Dios, a quien creyó, el cual da vida a los en quien Abraham creyó, el Dios que da
muertos y llama las cosas que no son como vida a los muertos y crea las cosas que aún
si fueran.” no existen.”

Es más, siguiendo esta misma línea de interpretación bíblica, es necesario notar


que este mismo versículo señala más, un principio absoluto que uno relativo con su
expresión “los cielos y la tierra”. Como se verá, esta expresión no señala una división u
organización del cosmos sino una completud y totalidad, según las diversas traducciones
que se les dan a cada una de las palabras hebreas involucradas en esta expresión. “Los
cielos y la tierra” parecen referirse a todo el universo, no sólo al planeta tierra y a su
envolvente atmósfera. Esto se debe a que la palabra “los cielos” se halla en forma plural,
en el texto bíblico, que es el “plural de intensidad” e identifica no sólo a la atmósfera sino
a las regiones superiores del universo. Si el pasaje señalara un principio relativo entonces

7
Voth, E. Génesis. Primera Parte. Serie Comentario Bíblico Hispanoamericano. Editorial Caribe, Miami,
F.L., U.S.A. 312 p. (pp. 34, 35)

5
la expresión “cielos y tierra” no podría aparecer en el texto, dado el uso que los hebreos
hacían de esta expresión: en hebreo no existe una palabra que traduzca la palabra cosmos,
de los griegos, que señala al universo y su totalidad; en ausencia de tal palabra los
hebreos tenían que recurrir a la expresión “los cielos y tierra” a fin de traducir la palabra
griega cosmos, y es precisamente así como ocurre en la traducción griega de este primer
versículo de la Biblia: en lugar de la expresión “los cielos y la tierra”, la Septuaginta usa
la palabra cosmos, señalando de este modo un principio absoluto en la interpretación de
este primer versículo de la Biblia, “En el principio creó Dios el cosmos”.
Por otro lado, E. J. Young argumenta convincentemente contra el punto de vista de un
principio relativo y en favor de la postura de que Génesis 1.1 es una cláusula
independiente, que tiene como significado “una simple declaración del hecho de la
creación absoluta”.8
Estas conclusiones se basan en el hecho de que la falta del artículo definido no
implica necesariamente que no se pueda hablar de un principio absoluto. Varios eruditos
(Eichrodt, Kidner, von Rad y otros) han llegado a la conclusión que la traducción
tradicional es gramaticalmente aceptable, y contextual, literaria y estéticamente
preferida.9 Todo el relato de la creación presupone un comienzo absoluto, y que nada
existió hasta el momento en que Dios habló10. Por lo tanto, la traducción preferida por
este autor es la tradicional, ya que encaja perfectamente con el resto de las escrituras y es
la que mejor responde a todos los interrogantes que surgen de esta primera frase tan
simple pero tan profunda.
Además, la frase “en el principio” señala la preexistencia de Dios (compárese el
Salmo 90.1,2), su propósito (el universo y, en particular, el mundo no fue creado en vano,
según Isaías 43.7) así como su presencia, vista en la actividad creadora de la Trinidad, tal
como lo indicaremos al analizar el nombre de Dios, µyhil¿aÔ
(heulojím). Esta
frase también es usada en cuanto a la participación de Cristo en la creación, según Juan
1.1-10, lo que comprueba que la trinidad toda estuvo inmersa en la obra creadora.

Sal. 90.1, 2 (versión Reina–Valera): desde el siglo y hasta el siglo, tú eres


“1 Señor, tú nos has sido refugio Dios.”
de generación en generación.
2
Antes que nacieran los
montes Sal. 90.1, 2 (versión Popular):
y formaras la tierra y el mundo, “1 (1b)
Señor, tú has sido nuestro
refugio

8
Edward J. Young, Studies in Genesis One (Filadelfia: Presbyterian and Reformed, 1964), p.77, cp. (pp. 1-
14).
9
Consultar W. Eichrodt, “In the Beginning: A Contribution to the Interpretation of the First Word of the
Bible”, en B. Anderson, ed., Creation in the Old Testament, Fortress Press, Philadelphia, 1984, pp. 65-73.
10
“SHEMHAMFORASCH” se dice que es una grande y poderosa palabra en el satanismo. Se dice que es
la “palabra” mediante la cual el Señor rompió el silencio e hizo los cielos y la tierra y que Satanás la hurtó.
Ahora se utiliza tradicionalmente para sellar muchos ritos satánicos, más o menos como un “Amén”
(William y Sharon Schnoebelen. Lucifer Destronado. Un relato de la vida real. Chick Publications.1ª. ed.
1993. P. 183.). Curiosamente esta palabra es muy similar en sonido a la palabra hebrea sheim-ha-shel-raysh
que podría traducirse como en el nombre de quien gobierna (o bien, en el Nombre del Señor). Un ligero
cambio, nos conduce a sheim-ha-shel-rosh que podría traducirse como en el nombre del veneno (poción), lo
que nos recuerda el empleo de la palabra dentro de la brujería.

6
por todas las edades. desde los tiempos antiguos
2
Desde antes que se y hasta los tiempos postreros, tú eres
formaran los montes Dios.”
y que existieran la tierra y el mundo,

Is. 43.7 (versión Reina–Valera): Is. 43.7 (versión Popular):


“...a todos los llamados de mi nombre, “...a todos los que llevan mi nombre,
que para gloria mía los he creado, a los que yo creé y formé,
los formé y los hice!».” a los que hice para gloria mía.’”

Jn. 1.1-10 (versión Reina–Valera): pero el mundo no lo conoció.”


“1En el principio era el Verbo, Jn. 1.1-10 (versión Popular):
el Verbo estaba con Dios “1En el principio ya existía la
y el Verbo era Dios. Palabra; y aquel que es la Palabra
2
Este estaba en el principio con Dios. estaba con Dios y era Dios. 2Él estaba
3
Todas las cosas por medio de él fueron en el principio con Dios. 3Por medio de
hechas, él, Dios hizo todas las cosas; nada de lo
y sin él nada de lo que ha sido hecho que existe fue hecho sin él. 4En él estaba
fue hecho. la vida, y la vida era la luz de la
4
En él estaba la vida, humanidad. 5Esta luz brilla en las
y la vida era la luz de los hombres. tinieblas, y las tinieblas no han podido
5
La luz resplandece en las tinieblas, apagarla.
6
y las tinieblas no la dominaron. Hubo un hombre llamado Juan, a
6
quien Dios envió 7como testigo, para que
Hubo un hombre enviado por Dios, el diera testimonio de la luz y para que
cual se llamaba Juan. 7Este vino como todos creyeran por lo que él decía. 8Juan
testigo, para dar testimonio de la luz, a no era la luz, sino uno enviado a dar
fin de que todos creyeran por medio de testimonio de la luz. 9La luz verdadera
él. 8Él no era la luz, sino un testigo de la que alumbra a toda la humanidad venía
luz. a este mundo.
10
9
La luz verdadera que alumbra a todo Aquel que es la Palabra estaba en el
hombre mundo; y, aunque Dios hizo el mundo
venía a este mundo. por medio de él, los que son del mundo
10
En el mundo estaba, no lo reconocieron.”
y el mundo fue hecho por medio de
él;

Precisamente el nombre del libro en hebreo es tyviareB] (be’reishít),


“en el principio”, tomado de esta primera frase de este versículo. Sin embargo, el nombre
es traducido “orígenes” en Génesis 2.4. En la Septuaginta, la frase correspondiente para
“En el principio” es: jEn ajrch`/11 (en arké), que también encabeza Juan 1.1 que
claramente remonta a un principio absoluto. De modo que tanto los autores de la
Septuaginta como los autores bíblicos neotestamentarios entendieron que

11
Aland, Kurt, Black, Matthew, Martini, Carlo M., Metzger, Bruce M., and Wikgren, Allen, The Greek New
Testament, (Deutsche Bibelgesellschaft Stuttgart) 1983.

7
tyviareB]
Gn. 2.4 (versión Reina –Valera): Gn. 2.4 (versión Popular):
(be’reisít), “en el principio”, denotaba un principio absoluto12. Es en
“Estos son los orígenes de los cielos y “Esta es la historia de la creación del
este
de lasentido como creemos
tierra cuando que la traducción correcta
fueron creados.” cielo ydel
deprimer versículo
la tierra. ” de la Biblia es
considerarlo como una cláusula independiente de los versículos siguientes, dado que así
es comoEsta
se entiende a lo
expresión largodel
inicial de libro
la Biblia.
del Génesis, en el principio, es más que una mera
nota de tiempo. Significa el comienzo del tiempo, y enseña que la materia del universo
tuvo un origen definido: la materia no es eterna. Las variaciones de ese tema en Isaías 40
(p. 18) muestran que el principio contiene ya el fin, y que todo el proceso es presente para
Dios que es el Primero y el Postrero (Is. 46.10, p. 5; Is. 48.12), a la misma eternidad.
Proverbios 8.22, revela algo de este principio de la creación desde el lado divino; Juan
1.1-3 es más explícito, y en otras partes el Nuevo Testamento se remonta más allá de él
(por ejemplo, Juan 17.5, 24).

Is. 48.12 (versión Reina–Valera, 1995): Is. 48.12 (versión Popular):


“12 »Óyeme, Jacob, “12 “Óyeme, Israel, pueblo de Jacob,
y tú, Israel, a quien llamé: a quien he llamado:
Yo mismo, yo el primero Yo soy el único Dios,
y yo también el último...” yo soy el primero y el último...”

Jn. 17.5, 24 (versión Reina–Valera): Jn. 17.5, 24 (versión Popular):


“5Ahora pues, Padre, glorifícame tú al lado “5Ahora, pues, Padre, dame en tu presencia
tuyo, con aquella gloria que tuve contigo la misma gloria que yo tenía contigo desde
antes que el mundo fuese. antes que existiera el mundo.
24 24
Padre, aquellos que me has dado, quiero “Padre, tú me los diste, y quiero que estén
que donde yo estoy, también ellos estén conmigo donde yo voy a estar, para que
conmigo, para que vean mi gloria que me vean mi gloria, la gloria que me has dado;
has dado; porque me has amado desde porque me has amado desde antes que el
antes de la fundación del mundo.” mundo fuera hecho.”

Pr. 8.12, 22-31 (versión Reina–Valera, antes que los collados, ya había sido
1995): yo engendrada,
“12 «Yo, la Sabiduría, habito con la 26
cuando él aún no había
cordura hecho la tierra, ni los campos,
y tengo la ciencia de los consejos... ni el principio del polvo del mundo.
22 27
»Jehová me poseía en el Cuando formaba los
principio, cielos, allí estaba yo;
ya de antiguo, antes de sus obras. cuando trazaba el círculo sobre la
23
Eternamente tuve la faz del abismo,
28
primacía, desde el principio, cuando afirmaba los
antes de la tierra. cielos arriba,
24
Fui engendrada antes que cuando afirmaba las fuentes del
los abismos, abismo,
29
antes que existieran las fuentes de cuando fijaba los límites
las muchas aguas. al mar
25
Antes que los montes para que las aguas no
fueran formados, transgredieran su mandato,

12
Truman, C. Génesis. M.C.E. Horeb, Barcelona, España. 1996. 411 p. (p. 16)

8
25
cuando establecía los fundamentos Antes de afirmar los
de la tierra, cerros y los montes,
30
con él estaba yo el Señor ya me había engendrado;
26
ordenándolo todo. aún no había creado él la
Yo era su delicia cada día tierra y sus campos,
y me recreaba delante de él en todo ni el polvo de que el mundo está
tiempo. formado.
31 27
Me regocijaba con la Cuando él afirmó la
parte habitada de su tierra, bóveda del cielo
pues mis delicias están con los hijos de sobre las aguas del gran mar, allí
los hombres.” estaba yo.
28
Pr. 8. 8.12, 22-31 (versión Popular): Cuando afirmó las nubes
“12 “Yo, la sabiduría, habito con la en el cielo
inteligencia, y reforzó las fuentes del mar
y sé hallar los mejores consejos... profundo,
22 29
“El Señor me creó al principio cuando ordenó a las
de su obra, aguas del mar
antes de que él comenzara a crearlo no salirse de sus límites,
todo. cuando puso las bases de la tierra,
23 30
Me formó en el principio allí estaba yo, fielmente,
del tiempo, a su lado.
antes de que creara la tierra. Yo era su constante fuente de
24
Me engendró antes de alegría,
que existieran los grandes y jugueteaba en su presencia a todas
mares, horas;
31
antes de que brotaran los ríos y los jugueteaba en el mundo
manantiales. creado,
¡me sentía feliz por el género humano!”

Esta simple frase declara que hubo un principio para la creación, la cual no es
eterna ni previa a Dios. De entrada el texto bíblico refuta al materialismo que intenta
afirmar que la materia siempre existió y existirá. Según el texto bíblico, no sólo la
creación tuvo principio, sino también tendrá fin para dar lugar a una nueva creación en la
culminación (2 Pedro 3.7-13; Apocalipsis 21.1).13
8
2 P. 3.7-13 (versión Reina–Valera): Pero, amados, no ignoréis que,
“7Pero los cielos y la tierra que para el Señor, un día es como mil años y
existen ahora están reservados por la mil años como un día. 9El Señor no
misma palabra, guardados para el fuego retarda su promesa, según algunos la
en el día del juicio y de la perdición de tienen por tardanza, sino que es
los hombres impíos. paciente para con nosotros, no
queriendo que ninguno perezca, sino

13
Kidner, D. Génesis. Ediciones Certeza. E. E. U. U. 1985. 258 pp. (p. 53); Ortiz, D.; Carro, D.; Poe, J. T.;
Zorzoli R. O. Génesis. Comentario Bíblico Mundo Hispano. Tomo 1. Editorial Mundo Hispano. U.S.A.
1994. 272 p. (p. 46).

9
8
que todos procedan al arrepentimiento. Además, queridos hermanos, no
10
Pero el día del Señor vendrá como olviden que para el Señor un día es
ladrón en la noche. Entonces los cielos como mil años, y mil años como un día.
9
pasarán con gran estruendo, los No es que el Señor se tarde en cumplir
elementos ardiendo serán deshechos y la su promesa, como algunos suponen, sino
tierra y las obras que en ella hay serán que tiene paciencia con ustedes, pues no
quemadas., quiere que nadie muera, sino que todos
11
Puesto que todas estas cosas han de se vuelvan a Dios.
10
ser deshechas, ¡cómo no debéis vosotros Pero el día del Señor vendrá como
andar en santa y piadosa manera de un ladrón. Entonces los cielos se
vivir, 12esperando y apresurándoos para desharán con un ruido espantoso, los
la venida del día de Dios, en el cual los elementos serán destruidos por el fuego,
cielos, encendiéndose, serán deshechos, y la tierra, con todo lo que hay en ella,
y los elementos, siendo quemados, se quedará sometida al juicio de Dios.
fundirán! 13Pero nosotros esperamos, 11
Puesto que todo va a ser destruido de
según sus promesas, cielos nuevos y esa manera, ¡con cuánta santidad y
tierra nueva, en los cuales mora la devoción deben vivir ustedes! 12Esperen
justicia.” la llegada del día de Dios, y hagan lo
posible por apresurarla. Ese día los
2 P. 3. 7-13 (versión Popular): cielos serán destruidos por el fuego, y
“7Pero los cielos y la tierra que los elementos se derretirán entre las
ahora existen, están reservados para el llamas; 13pero nosotros esperamos el
fuego por el mismo mandato de Dios. cielo nuevo y la tierra nueva que Dios
Ese fuego los quemará en el día del ha prometido, en los cuales todo será
juicio y de la perdición de los malos. justo y bueno.”

Ap. 21.1 (versión Reina–Valera): Ap. 21.1 (versión Popular):


“1Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; “Después vi un cielo nuevo y una tierra
porque el primer cielo y la primera nueva; porque el primer cielo y la
tierra pasaron, y el mar ya no existía primera tierra habían dejado de existir,
más.” y también el mar.”

ar;B; (barah)
“creó”
El verbo ar;B; (bara’), “creó”, es un verbo muy particular que merece especial
atención. El sujeto del verbo ar;B; (bara’) es siempre Dios; únicamente Dios puede
crear del modo bara’. El ser humano puede hacer, formar, moldear. Compárese con los
versículos 21 y 27. Se distingue de otros verbos que significan “formar” o “fabricar”.
Pero en el relato bíblico nunca se asocia este verbo único a un sujeto que no sea la
divinidad. Esto implica que la frase “creó Dios” no tiene parangón. El uso del verbo
“crear” es bastante restringido. Aparentemente para el autor del relato era aconsejable
emplear el término con sumo cuidado. Así el uso del verbo se limita a la creación de los

10
“cielos y la tierra” (el universo), “los grandes monstruos marinos” (vida animal), y “el
hombre” (vida humana). En relación con la creación del hombre, es interesante notar que
el verbo se repite tres veces, indicando de esta manera también la importancia del hombre
en toda la obra creativa de Dios. Además, el uso de este verbo tan particular sirve para
puntualizar el hecho de que Dios es el actor principal de este drama creativo. Toda
prioridad le pertenece y todo acto creativo es exclusivo suyo.14
Kittel, en el margen de su edición moderna Biblia Hebraica, sugiere cambiar el verbo
“creó” por una forma infinitiva, traduciendo la frase así: “En el principio cuando Dios
estaba creando...” Sin embargo, como ya lo vimos, esta traducción se opone al resto de
las escrituras (en especial a Juan 1.1) y por ello es que la consideramos poco probable,
por no decir imposible. El propósito subjetivo y arbitrario de tal cambio es acomodarse a
la teoría de una supuesta “evolución teísta”, que requiere largas edades para la creación
del universo. Pero tiempo ilimitado es un pobre sustituto para aquella omnipotencia, que

14
De entrada, el texto bíblico, con el uso del verbo bara’, plantea una polémica en contra de las creencias que se dan en
muchas religiones orientales en cuanto al tema de la creación a partir de la nada. La Nueva Era así como el Kyria Yoga
y otras religiones hindúes que sostienen la ascensión evolutiva del alma a través de la reencarnación, sostienen que el
hombre puede ascender a ser como Dios (como los ‘elohim) y crear del modo barah, mediante la práctica del yoga,
práctica que permite redescubrir los potenciales que supuestamente yacen escondidos en el ser humano. En la India es
común escuchar acerca de “santos” que tienen el poder de “crear” un banquete (con vajilla de oro, si se requiriese) de
la nada, tener dos o más cuerpos físicos al mismo tiempo o teletransportarse, a voluntad, a cualquier lugar, porque
según las palabras de Sri Yukteswar, gurú de la India, “Dios creó a las especies humanas materializando los cuerpos de
hombres y mujeres por la fuerza de su voluntad; y dotó a las nuevas especies con el poder de crear hijos de tal
‘inmaculada’ o divina manera”, es decir que el hombre tiene el potencial de crear del polvo a su prole, tal como Dios lo
hizo, sin necesidad de una relación sexual (Yogananda, Paramahansa. Autobiografía de un Yogui. Self–Realization
Fellowship. 1ª. Ed. 1991. 634 pp. (p. 215)). De entre estos milagros documentados, que incluso se hayan en los
periódicos indios de principios del siglo XX, se hallan los de un faquir (yogui musulmán) llamado Afzal Khan a quien
se le otorgó un espíritu desencarnado, mediante ciertos métodos del yoga, a quien él llamaba “Hazrat”. Según el
testimonio de Yogananda, otro gurú de la India, su maestro Sri Yukteswuar le contó que Afzal le demostró su poder a
unas veinte personas, incluyéndolo a él, y después de realizar algunos milagros frente a sus asombrados ojos les dijo
(según las propias palabras de Yogananda):
“–Pidan la bebida que ustedes quieran, Hazrat se las traerá luego. Algunos pidieron leche; otros jugos de fruta. Y no me
sorprendí mucho cuando el enervado Babu pidió Whisky. El musulmán dio la orden, y Hazrat mandó lo que se le pedía
en recipientes sellados que volaban por el aire y se paraban en el suelo. Cada uno tomó la bebida que había pedido. El
ofrecimiento más espectacular del día, fue, sin duda, muy agradable para nuestro anfitrión: ¡Afzal ofreció proporcionar
una comida instantánea! –Vamos a pedir los platillos más caros– dijo Babu–... todo deberá servirse en platos de oro.
Tan pronto como todos hubieron pedido lo que deseaban, el faquir llamó al incansable Hazrat. Un gran ruido y luego
platos de oro, llenos de los más selectos curries, luchis calientes y muchas frutas, algunas fuera de estación fueron
servidas a los pies de los solicitantes. Toda la comida era deliciosa. Después de disfrutar del banquete durante una hora,
principiamos a abandonar la habitación. Un intenso ruido, semejante al de una cantidad de platos entrechocando, nos
obligó a volvernos. ¡Asombroso! No había señales de ninguno de los deslumbrantes platos dorados o de los restos de la
comida. –Guruji –interrumpí a mi Maestro–, si Afzal podía conseguir tales cosas como platos de oro, ¿por qué tomaba
lo ajeno? –El faquir no contaba con un desarrollo espiritual superior –me respondió Sri Yukteswar–. Su dominio sobre
una determinada técnica yoga le había dado acceso a un plano astral donde cualquier deseo se materializa
inmediatamente. A través de un ser astral, Hazrat, el musulmán podía extraer de la energía etérica, los átomos de
cualquier objeto por medio de un poderoso acto de voluntad. Pero tales objetos producidos astralmente son estructuras
que desaparecen rápidamente, y que no pueden retenerse. Afzal ambicionaba aún la riqueza mundana, que aunque es
más difícil de obtener, tiene mayor durabilidad”. (Yogananda, Paramahansa. Autobiografía de un Yogui. Self–
Realization Fellowship. 1ª. Ed. 1991. 634 pp. (p. 230-231)).
Sin lugar a dudas, aún cuando estos relatos de la India sean verídicos, sólo confirman que nadie puede crear como sólo
Dios lo puede hacer; los demonios podrán imitar el poder creativo de Dios, pero nunca sus creaciones tendrán la
estabilidad y durabilidad que sólo Dios puede impartir. Su poder creativo, denotado por el verbo bara’, es distinto de lo
que cualquier criatura podría alcanzar. El hombre podría, mediante algún poder demoniaco, imitar este poder (como en
el caso de Afzal Khan), pero nunca podrá igualarlo al de Dios, tal como lo señala el texto bíblico con el uso delicado,
que se le da en el mismo, al verbo bara’. La pobreza, el hambre y la miseria de la India son prueba contundente de un
pueblo necesitado del Dios de la Biblia, aún cuando abunden en ella supuestos santos con capacidades creativas.

11
encierra el nombre de Dios (tal como lo veremos a continuación), que bien pudo eliminar
el concepto del tiempo.15

µyhil¿aÔ (heulojím)
“Dios”
Es Dios el que es el sujeto de la primera frase del libro, y él domina todo el capítulo.
Llamado por su nombre Elohim (o ‘elojim) treinta y cinco veces en los treinta y cuatro
versículos de la narración de la creación, visto casi siempre como el sujeto, demuestra
tener un poder infinito y trasciende a toda la existencia material, como ciertamente lo
indica el nombre magnificente Elohim, que proviene de una raíz hebrea que significa
“reverenciar”, porque la naturaleza de Dios y sus obras producen en el hombre un sentido
de temor. El nombre enfatiza su poder, control y provisión. Cabe hacer notar que el
primer tema, no sólo de Génesis sino también de toda la Biblia, es Dios.
La palabra hebrea que aquí se traduce por “Dios” es µyhil¿aÔ
(‘elojím),
forma plural que normalmente, sin tomar en cuenta el contexto, habría que traducir por
“dioses”, dado que µyhil¿aÔ (‘elojím) es el plural de una palabra no muy usual
en hebreo, a saber H'wl¿aÔ (‘eulo’ah o ‘elaj), que significa “Dios”. Sin embargo,
la palabra hebrea µyhil¿aÔ (‘elohim), que aparece en el texto de Génesis 1.1,
casi siempre significa “Dios” y, aunque en contados casos se utiliza como adjetivo
superlativo, aquí se lo utiliza para nombrar a la divinidad.
µyhil¿aÔ (‘elohim) es el plural de la forma abreviada il¿aÔ (‘el),
abreviatura hebrea de H'wl¿aÔ (‘eulo’ah o ‘elaj), que se traduce también como
Dios. Así que una traducción literal sin tomar en cuenta el contexto, de µyhil¿aÔ
(‘elohim), es “dioses”. Sin embargo el contexto y en especial el verbo que acompaña a
µyhil¿aÔ (‘elohim) es singular, lo que da la idea de que el autor no tenía en
mente este plural para usarlo en un sentido politeísta16. De hecho, así es como se

15
El verbo ar;B (barah) tiene también, como acepciones, las siguientes traducciones: “dio forma”, “formó”, “hizo”,
“moldeó” y “modeló” (y en algunos casos también se traduce como “comer”, consumir” y “devorar”). Es evidente que
traducir este verbo como “creó” implica, en alguna medida, de que Dios también “formó” y “moldeó” el universo.
Ninguna de estas últimas traducciones del verbo ar;B (barah) es la mejor para Génesis 1.1, a la luz del contexto
inmediato de dicho versículo y a la manera en como las versiones antiguas tradujeron dicho texto.
16
Algunos comentaristas sugieren que en las primeras tradiciones en que se basa la Biblia, la creación fue
en realidad obra de una pluralidad de dioses, de ahí que los escritores bíblicos, decididamente monoteístas,
tratarían de eliminar por completo tal politeísmo, pero tal vez no pudieran excluir el término “Elohim”,
profundamente arraigado. Era demasiado familiar para cambiarlo (tal como lo sugiere I. Asimov en su
Guía de la Biblia, Antiguo Testamento. Plaza & Janés, 9ª. Ed. 1998. p. 14). Esta sugerencia se debe a que
ha existido por mucho tiempo el punto de vista crítico de que toda religión, incluida la de Israel, ha sufrido
un extenso período de evolución, desde las formas más inferiores, hasta las más elevadas de monoteísmo
ético, siguiendo un modelo como este: Animismo, totemismo, adoración a los antepasados, politeísmo,
henoteísmo (la adoración de un dios superior a los demás), y finalmente monoteísmo. Así, Pfeiffer, en su
Introducción al Antiguo Testamento, sostuvo que el profeta Amós introdujo el monoteísmo en Israel (pp.
580-581). Esto fue alrededor del año 750 a. C. Pero Albright (arqueólogo liberal convertido al cristianismo

12
interpreta a lo largo de toda la revelación bíblica la palabra µyhil¿aÔ (‘elohim)
como nombre divino (véase en especial Deuteronomio 6.4).

Dt. 6.4 (versión Reina-Valera): Dt. 6.4 (versión Popular):


“Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, “Oye, Israel: el Señor nuestro Dios
Jehová uno es.” es el único Señor.”

“...es el único Señor” también se puede traducir como “el Señor es uno”. Jehová
uno es, también puede traducirse Jehová es único. La primera traducción pone de relieve
la unidad del Señor: Dios no está interiormente dividido, sino que es siempre uno y el
mismo en su ser y en su obrar. La segunda afirma que el Señor es el único Dios de Israel
y, por lo tanto, exige de su pueblo adoración y amor exclusivos.
La palabra hebrea µyhil¿aÔ (‘elohim) que también equivale a la palabra
H'wl¿a (‘elah, en arameo) denota a Dios como el creador y gobernador de todos
los seres; µyhil¿aÔ (‘elohim) significa también unidad compuesta (tal como lo
revela este pasaje, Dt. 6.4). Esto se puede notar en el uso de la palabra “uno”, dj;a,
(ejad) que aparece en esta cita. dj;a, (ejad) denota la unidad compuesta, en otras
palabras es un “uno plural”, a diferencia de djiaii (iajid), que también se puede
traducir como “uno”, y que denota la unidad absoluta, es el “uno” singular. Es importante
notar que el autor de Dt.6.4 usara, bajo la inspiración del Espíritu Santo, ejad y no iajid
para referirse a elohim (Dios). Podemos indicar entonces con esto, desde nuestra
concepción cristiana (neotestamentaria), a la trinidad: Dios Padre, Dios Hijo, Dios
Espíritu Santo. ‘elohim denotaría entonces a las tres personas de la trinidad en una
perfecta unidad y esencia, con distintas manifestaciones desde la creación (con esto no
queremos indicar que el autor del Génesis y el Deuteronomio tuviera en mente el
concepto trinitario; probablemente no y, sin embargo, plasmó guiado por el Espíritu
Santo un concepto que no contradice a la revelación neotestamentaria dada miles de años
después17). Es interesante notar también que en sus textos, Maimónides (un prominente
comentarista israelí) cambió ejad que aparece en este pasaje (Dt. 6.4) por iajid (quizá por
ello al pueblo judío le es difícil aceptar la concepción cristiana de la Trinidad).

por las evidencias arqueológicas), en su libro De la Edad de Piedra al Cristianismo, p. 313, ha demostrado
que Amós era reformista, no innovador, y perfila el monoteísmo hacia los tiempos de Moisés. Sin embargo,
como lo expondremos más adelante, descubrimientos arqueológicos relativamente recientes, no todos
publicados, descartan la posibilidad de que las raíces religiosas de las culturas antiguas hayan sido
politeístas. Es más, a la luz de algunos descubrimientos arqueológicos se ha sugerido que las religiones
primitivas eran monoteístas y que con el paso del tiempo degeneraron en politeístas. Pareciera ser que justo
en el tiempo en que este fenómeno se había producido, el Génesis proclamó a través de sus páginas la
existencia de un único Dios cuyo nombre, escrito así en plural, revelaría tanto al lector moderno como al
antiguo del Génesis, un concepto de la naturaleza y unidad divinas que le invitarán a volverse al
monoteísmo ya olvidado para entonces.
17
Este es el proceso que en términos teológicos se le conoce como sensus plenior: aunque no estuviera en
la mente del escritor bíblico, sí estaba en la mente de Dios.

13
El plural de esta palabra denota más bien plenitud, grandeza y trascendencia, lo
amplio de su persona y su poder; en general, dicho plural denota al Dios creador. En este
contexto ‘elohim significa entonces, creador y gobernador de todos los seres; se usa al
hablar de Dios en relación con la gente. Inclusive, este plural puede referirse a una
pluralidad (grupo) de ‘dioses’ como Éxodo 18.11 y en Deuteronomio 10.17. Ciertos
eruditos sugieren que µyhil¿aÔ (‘elohim) es un ejemplo de un “plural de
majestad”, utilizado comúnmente por la realeza a través de los tiempos. 18 Esta posición
fue muy apoyada, hasta que Joüon demostró en su importante estudio de la gramática
hebrea que el plural de majestad no existe en hebreo.19 Más recientemente se ha
propuesto que el plural refleja la pluralidad que existe dentro de Dios mismo. Dios está
dirigiendo a su Espíritu ya presente desde el principio de la creación, tal como se verá en
el versículo 2. Sin embargo, esta teoría carece de peso si j'Wr (rúaj) se traduce por
“viento” en vez de “espíritu” en el v. 2.

Éx. 18.11 (versión Reina-Valera): Éx. 18.11 (versión Popular):


“Ahora conozco que Jehová es más “... los ha librado del poder opresor y de
grande que todos los dioses; porque la insolencia con que ellos los trataron,
en los que se ensoberbecieron prevaleció Ahora estoy convencido de que el Señor
contra ellos.” es más grande que todos los dioses.”

Dt. 10. 17,18 (versión Reina-Valera): Dt. 10. 17,18 (versión Popular):
“Porque Jehová vuestro Dios es “... porque el Señor su Dios es el Dios de
Dios de dioses, y Señor de señores, Dios dioses y el Señor de señores; él es el Dios
grande, poderoso y temible, que no hace soberano, poderoso y terrible, que no hace
acepción de personas, ni toma cohecho; distinciones ni se deja comprar con regalos;
que hace justicia al huérfano y a la viuda; que hace justicia al huérfano y a la viuda,
que ama también al extranjero dándole y que ama y da alimento y vestido
pan y vestido.” al extranjero que vive entre ustedes.”

Sin embargo, el contexto de ‘elohim es aquí, y a lo largo de la creación, denotado


en número singular por los verbos creó, ar;B; (barah); dijo, rm'a; (‘amar);
bendijo, Jr'B ; (baurek’); vio, ha;r; (ra’ah), etc. Y en ningún punto se ve que el
autor tenga un punto de vista politeísta. Aunque el autor se arriesgó al poner este plural
como nombre divino en un contexto puramente monoteísta (lo cual a primera vista es
contradictorio), nunca se le ve amedrentado por su uso. Al contrario, inspirado por el
Espíritu Santo, plasmó en su obra una revelación totalmente novedosa y hasta ahora
desconocida acerca de la plenitud y pluralidad de la persona de Dios. El nombre dado a la
divinidad, µyhil¿aÔ (‘elohim), proclama algo acerca de la naturaleza de Dios,
naturaleza que es indispensable conocer si es que realmente deseamos someternos a sus
18
S. R. Driver, The Book of Genesis, Methuen, London, 1904, p.14. C. F. Keil, The Pentateuch, Vol. I.,
Biblical Commentary, Eardmans, Grand Rapids, sin fecha, p. 62.
19
P. Joüon, Grammaire de l’hebreu biblique, Institut biblique pontifical, Roma, 1947, sección 114e.

14
designios y mandatos: denota a un Dios soberano de todo, trascendente, inalcanzable e
inaccesible. Esto se deduce de las otras posibles acepciones de la palabra
µyhil¿aÔ (‘elohim): grande, magnífico y excedido las cuales encajan
perfectamente con el Dios creador que se describe en este primer capítulo del Génesis.
Cada una de estas posibles traducciones del texto nos habla de la magnificencia,
soberanía y trascendencia de Dios.
Otras posibles traducciones de la palabraµyhil¿aÔ (‘elohim), que podrían
completar el cuadro son juez, ángeles y violento, todas ellas nos hablan de su señorío y
poder. Job 25.1, 2 y Deuteronomio 4.24, así como Éxodo 33.19-23 podría indicarnos lo
violento de exponerse ante su poder.

Job 25.1, 2 (versión Reina –Valera): que hace la paz en las alturas.”
“1Respondió Bildad, el suhita, y dijo: Job 25.1, 2 (versión Popular):
2
“1–2 Dios es poderoso y temible;
«El señorío y el temor están con él, él establece la paz en el cielo.

Éx. 33.19-23 (versión Reina–Valera): Éx. 33. 19-23 (versión Popular):


“19Jehová le respondió: “19Pero el Señor contestó:
—Yo haré pasar toda mi bondad —Voy a hacer pasar toda mi bondad
delante de tu rostro y pronunciaré el delante de ti, y delante de ti pronunciaré
nombre de Jehová delante de ti, pues mi nombre. Tendré misericordia de
tengo misericordia del que quiero tener quien yo quiera, y tendré compasión
misericordia, y soy clemente con quien también de quien yo quiera. 20Pero te
quiero ser clemente; 20pero no podrás aclaro que no podrás ver mi rostro,
ver mi rostro—añadió—, porque ningún porque ningún hombre podrá verme y
hombre podrá verme y seguir viviendo. seguir viviendo.
21 21
Luego dijo Jehová: Dijo también el Señor:
—Aquí hay un lugar junto a mí. Tú —Mira, aquí junto a mí hay un lugar.
estarás sobre la peña, 22y cuando pase Ponte de pie sobre la roca. 22Cuando
mi gloria, yo te pondré en una pase mi gloria, te pondré en un hueco de
hendidura de la peña, y te cubriré con la roca y te cubriré con mi mano hasta
mi mano hasta que haya pasado. que yo haya pasado. 23Después quitaré
23
Después apartaré mi mano y verás mis mi mano, y podrás ver mis espaldas;
espaldas, pero no se verá mi rostro.” pero mi rostro no debe ser visto.”

Dt. 4.24 (versión Reina–Valera): Dt. 4.24 (versión Popular):


“Porque Jehová tu Dios es fuego “porque el Señor su Dios es un Dios
consumidor, Dios celoso.” celoso, ¡un fuego que todo lo consume!

Además, µyhil¿aÔ (‘elohim) es posible también traducirlo como “juez” o


“supremo juez”, es decir, “quien juzga y gobierna con justicia”. El nombre de Dios revela
entonces una dimensión novedosa acerca de su posición y capacidad moral. Aunque el
tema acerca de la justicia de Dios lo trataremos posteriormente de manera breve, es
necesario resaltar acá que el nombre de la deidad proclama consuelo y alivio al desvalido,

15
al explotado y marginado, al que sufre injusticias ya sea por los dioses que no quieren
trabajar o por el hombre injusto e ingrato que explota a sus semejantes. El nombre de Dios
es una real esperanza para el que sufre injusticias (Jeremías 9.23).

Jer. 9.23 (versión Reina–Valera, 1995): Jer. 9.23 (versión Popular):


“23 Así ha dicho Jehová: “23 (22)
El Señor dice:
«No se alabe el sabio en su sabiduría, “Que no se enorgullezca el sabio de ser
ni en su valentía se alabe el valiente, sabio,
ni el rico se alabe en sus riquezas. ni el poderoso de su poder,
24
Mas alábese en esto el que haya ni el rico de su riqueza.
24 (23)
de alabarse: Si alguien se quiere
en entenderme y conocerme, enorgullecer,
que yo soy Jehová, que se enorgullezca de conocerme,
que hago misericordia, juicio y justicia de saber que yo soy el Señor,
en la tierra, que actúo en la tierra con amor, justicia
porque estas cosas me agradan, y rectitud,
dice Jehová».” pues eso es lo que a mí me agrada.
Yo, el Señor, lo afirmo.””

Traducir µyhil¿aÔ (‘elohim) como “ángeles” es en cierta forma delicado y


necesita una aclaración, ya que en ningún punto del Génesis y en general de la Biblia, se
nos dice que los ángeles hayan participado en la obra creadora. Más bien, según Job 38.4-
7, puede notarse que las huestes angélicas fueron espectadoras del poder creativo de Dios,
quien sí actuó directamente en la obra creadora, haciendo que estos prorrumpieran en
jubilosas alabanzas para Dios. Esto es consecuente con la pregunta que encontramos en
Isaías 40.14: “¿A quién pidió consejo?” Esto no niega la posibilidad de que haya estado
presente una corte celestial, pero consideramos importante distinguir entre presencia y
participación. La creación toda es obra exclusiva de Dios, tal como lo deja entrever el
texto.20
20
Voth, E. Génesis. Primera Parte. Serie Comentario Bíblico Hispanoamericano. Editorial Caribe, Miami,
F.L., U.S.A. 312 pp. (p. 52-54)
Consideramos necesario aclarar en este punto que el texto bíblico no sugiere en ningún momento que ‘elohim (o los
‘elohim) se refiera a algún grupo de seres evolucionados espiritualmente de tal forma que hayan ascendido hasta ocupar
un lugar muy cercano a Dios mismo, tal como lo han sugerido los seguidores de la Nueva Era. Los seguidores de la
Nueva Era han apoyado su postura basándose en lo que Jesús expresó en Juan 10.34 que hace referencia al salmo 82.6
(en cuanto a que es posible llamarle “dioses” también “a quienes vino la palabra de Dios”, es decir, a quienes Dios
dirigió su mensaje). Sin embargo, este salmo presenta al Señor como un juez que llama a juicio a los dioses de las
naciones paganas y los reduce a la impotencia total (cf. v. 6), después de haberlos declarado culpables de promover
toda clase de injusticias. Estos dioses (‘elohim), que las naciones representaban mediante ídolos e imágenes, a la luz de
la revelación bíblica, son ángeles (mensajeros) caídos o demonios que compartieron alguna vez el poder y cercanía de
la deidad pero que abandonaron su posición (Judas 6,7). Fue precisamente esta naturaleza divina que compartieron
estos seres caídos con Dios mismo la que quiso recalcar Jesús al defender su deidad, cuando citó este salmo: si a los
ángeles se les ha llamado dioses (‘elohim) sólo por ser mensajeros (ángeles) de Dios, cuánto no digamos al mensajero
de Dios por excelencia: Jesucristo; en ningún punto del Génesis o de la Biblia se ve que a los humanos se les llame
‘elohim y mucho menos que puedan crear de la nada, tal como la deidad bíblica (en contraposición a lo que sostienen
los seguidores de la Nueva Era, al basarse en estas citas y sosteniendo que lo que Jesús dijo fue que los hombres
también pueden aspirar a ser dioses).
Daniel 10 (en particular, Dn. 10.13, 20), Efesios 6.12 y 1 Corintios 10.19, 20 son concluyentes en cuanto a la postura de
que los dioses que aparecen en el salmo 82 son “principados y potestades de las tinieblas”. Un antiguo manuscrito
hebreo y las versiones antiguas de Deuteronomio 32.8, 9 dicen, en lugar de hijos de Israel, hijos de Dios, con referencia
a los ángeles o a los servidores celestiales de Dios, pudiéndose traducir, dicho pasaje, de la siguiente manera: “8Cuando

16
Job 38.4-7 (versión Reina–Valera): Job 38.4-7 (versión Popular)
“4 ¿Dónde estabas tú cuando yo “4 ¿Dónde estabas cuando yo
fundaba la tierra? afirmé la tierra?
Házmelo saber, si tienes ¡Dímelo, si de veras sabes tanto!
5
inteligencia. ¿Sabes quién decidió
5
¿Quién ordenó sus cuánto habría de medir,
medidas, si lo sabes? y quién fue el arquitecto que la hizo?
6
¿O quién extendió sobre ella cordel? ¿Sobre qué descansan sus
6
¿Sobre qué están cimientos?
fundadas sus bases? ¿Quién le puso la piedra principal
¿O quién puso su piedra angular, de apoyo,
7 7
Cuando alababan todas mientras cantaban a coro
las estrellas del alba, las estrellas de la aurora
Y se regocijaban todos los hijos de entre la alegría de mis servidores
Dios?” celestiales?”

Is. 40.13-14 (versión Is. 40.13-14 (versión Is. 40.13-14 (versión


Reina–Valera, 1960): Reina–Valera, 1995): Popular):
“13¿Quién enseñó al “13¿Quién examinó al “13¿Quién ha corregido
Espíritu de Jehová, o le espíritu de al Señor
aconsejó enseñándole? Jehová o quién le ha dado
14
¿A quién pidió consejo o le aconsejó y instrucciones?
14
para ser avisado? enseño? ¿Quién le dio
14
¿Quién le enseñó el ¿A quién pidió consejo consejos y
camino del juicio, o le para poder entendimiento?
enseñó ciencia, o le discernir? ¿Quién le enseñó a
mostró la senda de la ¿Quién le enseñó el juzgar con
prudencia?” camino del juicio rectitud?
o le dio ¿Quién lo instruyó
conocimiento en la ciencia?
o le mostró la senda de la ¿Quién le dio lecciones
prudencia?” de sabiduría?”

Que el término µyhil¿aÔ (‘elohim) pueda traducirse en algunos contados


casos como “ángeles” o, más generalmente, “seres divinos” deja entrever más bien que la
Dios dividió el mundo entre las naciones, le dio a cada una un ángel supervisor. 9Pero no designó uno para Israel:
porque Israel era la posesión especial de Dios” (Biblia al Día), lo que confirmaría nuestra postura.

17
presencia divina se haya inmersa entre sus “mensajeros”21 y que éstos se identifican con
Dios mismo. Para la mente del antiguo lector del Génesis este concepto le era novedoso e
innovador, ya que el nombre de Dios les traía una dignidad y valor únicos a los que le
servían, y en particular al hombre: si Dios, el eterno y trascendente, se identificaba con sus
siervos (mensajeros) y éstos gozaban del privilegio de identificarse con la deidad misma,
entonces este Dios era único y valía la pena conocerle. Los demás dioses reducían a sus
siervos y mensajeros a simples objetos sin dignidad. El Dios de la Biblia proclama con su
nombre que él mismo se identifica con sus siervos humildes, llenándolo de dignidad,
prestigio y honor, tal como se proclamaría, claramente, siglos después en Isaías 57.15.

Is. 57.15 (versión Reina–Valera, 1995): Is. 57.15 (versión Popular):


“15Porque así dijo el Alto y Sublime, “Porque el Altísimo,
el que habita la eternidad el que vive para siempre
y cuyo nombre es el Santo: y cuyo nombre es santo, dice:
«Yo habito en la altura y la santidad, “Yo vivo en un lugar alto y sagrado,
pero habito también con el quebrantado pero también estoy con el humilde y
y humilde de espíritu, afligido,
para reavivar el espíritu de los humildes y le doy ánimo y aliento.”
y para vivificar el corazón de los
quebrantados.”

Además el plural µyhil¿aÔ (‘elohim) nos hace recordar que Dios se haya
rodeado de una corte celestial compuesta por ángeles, tal como se hace notar en Isaías 6.8;
1 Reyes 22.19; Job 1.6; 2.1; 38.7.

Is. 6.1-8 (versión Reina–Valera, 1995): —¿A quién enviaré y quién irá por
“1El año en que murió el rey Uzías vi nosotros?
yo al Señor sentado sobre un trono alto y Entonces respondí yo:
sublime, y sus faldas llenaban el Templo. —Heme aquí, envíame a mí.”
2
Por encima de él había serafines. Cada
uno tenía seis alas: con dos cubrían sus
rostros, con dos cubrían sus pies y con Is. 6.1-3, 8 (versión Popular):
dos volaban. 3Y el uno al otro daba voces “1El año en que murió el rey Ozías, vi
diciendo: al Señor sentado en un trono muy alto; el
borde de su manto llenaba el templo.
«¡Santo, santo, santo, Jehová de los 2
Unos seres como de fuego estaban por
ejércitos! encima de él. Cada uno tenía seis alas.
¡Toda la tierra está llena de su gloria!». Con dos alas se cubrían la cara, con otras
8
Después oí la voz del Señor, que dos se cubrían la parte inferior del cuerpo
decía: y con las otras dos volaban. 3Y se decían
el uno al otro:

21
La palabra hebrea que se traduce, tradicionalmente, por “ángel” es ykia;l]m' (malaquí), que
literalmente significa “mi mensajero” y cuando se combina esta palabra con µyhil¿aÔ (‘elohim)
adquiere su carácter plural, de modo que es posible traducirla como “ángeles de Dios”, tal como en Génesis
28.13.

18
“Santo, santo, santo es el Señor “¿A quién voy a enviar?
todopoderoso; ¿Quién será nuestro mensajero?”
toda la tierra está llena de su gloria.” Yo respondí:
8
Entonces oí la voz del Señor, que “Aquí estoy yo, envíame a mí.””
decía:

1 R. 22.19 (versión Reina–Valera, 1995): 1 R. 22.19 (versión Popular):


“19Entonces él dijo: “19Micaías añadió:
—Oye, pues, la palabra de Jehová: “Yo vi —Por eso que has dicho, escucha la
a Jehová sentado en su trono, y todo el palabra del Señor: Vi al Señor sentado en
ejército de los cielos estaba junto a él, a su trono, y a todo el ejército del cielo que
su derecha y a su izquierda.” estaba de pie, junto a él, a su derecha y a
su izquierda.”

Job 1.6 (versión Reina–Valera, 1995): Job 1.6 (versión Popular):


“Un día acudieron a presentarse delante “Un día en que debían presentarse ante el
de Jehová los hijos de Dios, y entre ellos Señor sus servidores celestiales, se
vino también Satanás.” presentó también el ángel acusador entre
ellos.”

Job 2.1 (versión Reina–Valera, 1995): Job 2.1 (versión Popular):


“Otro día acudieron a presentarse delante “Cuando llegó el día en que debían
de Jehová los hijos de Dios, y entre ellos presentarse ante el Señor sus servidores
vino también Satanás para presentarse celestiales, se presentó también el ángel
delante de Jehová.” acusador entre ellos.”

Job 38.7 (versión Reina–Valera): Job 38.7 (versión Popular):


“¿... Cuando alababan todas las estrellas “¿... mientras cantaban a coro las
del alba, estrellas de la aurora
Y se regocijaban todos los hijos de Dios?” entre la alegría de mis servidores
celestiales?”

Finalmente, creemos necesario aclarar que el hecho de que en la mente del autor no
haya estado ni remotamente el concepto de la Trinidad ni el concepto de una corte
celestial, el nombre de Dios, y el texto en sí, tampoco niega la presencia de una corte
celestial divina ni la participación de la divinidad “toda” en el proceso de la creación.
Tomando el principio de interpretación denominado sensus plenior22, el cual propone que
se debe tomar el sentido pleno que surge a través de todas las Escrituras, debemos aceptar
la participación de la Trinidad tal como lo sugiere Génesis 1.1, 2 (donde aparecen en el
escenario creativo el Padre y el Espíritu) y Juan 1.1 (donde aparece el Hijo en el escenario
de la creación), así como la presencia de una corte celestial (los ‘elohim) alegre y jubilosa,

22
R. Brown ha definido “sensus plenior” de la siguiente manera: El sensus plenior es aquel significado
profundo adicional que estaba presente en la mente de Dios, pero no claramente en la mente del autor
humano, que existe en las palabras de un texto bíblico (o grupos de textos, o un libro entero) cuando es
estudiado a la luz de la revelación adicional o de una comprensión del desarrollo de la revelación. R.
Brown, The Sensus Plenior of Sacred Scripture, S. T. D. Dissertation, St. Mary’s University, Baltimore,
1955, p.92.

19
tal como se hace notar en el “himno de la creación”, como se le conoce al pasaje de Job
38.4-7.

.År,a;h; taewÒ µyIm'V;h' tae (hayt ja’shammaim wha


jeayruts.)
“los cielos y la tierra.”
La palabra hebrea tae
(hayt), del texto hebreo, funciona sólo como un signo
del objeto directo definido y por ende no se traduce al español, aunque gramaticalmente
precede e indica el acusativo23. La palabra en sí tiene diversos significados, siempre que
no tenga la función ya señalada, como por ejemplo: “contra”, “con”, “entre”, “en”, “de
él”, “mi” y es posible también traducirla como “conjuntamente”, “cercanamente”, “con”,
“junto a” y “desde”. Sin embargo, como ya se indicó, ninguna de estas traducciones es
posible en nuestro texto dada la función que dicha palabra desempeña dentro de la
oración bajo análisis. En este caso, el acusativo es “los cielos y la tierra”.
La palabra hebrea que se traduce por “cielos” es µyIm'V; (sheammaím),
plural deµV (sheome) que significa literalmente “ser alto” o “altura”. La palabra está
precedida por el artículo definido h' (ja), “los”. De modo que otra posible traducción
sería: “las alturas” y “los cielos visibles”. Esta última traducción incluiría no sólo a la
atmósfera terrestre (el cielo donde vuelan las aves) sino también el cielo de las estrellas,
es decir, al universo visible. Esta última traducción apoyaría la interpretación de que este
versículo señala un principio absoluto y, que por ende, debe traducirse como una cláusula
independiente del texto.
La palabra µyIm'V; (sheammaím) está enlazada con la palabra
År,a;h; (heayruts), que pude traducirse como “la tierra”, mediante la conjunción
wÒ (we), “y”, formando una sola expresión: “los cielos y la tierra”. Nótese que
wÒ (we), “y”, se halla unida a la señal del objeto directo definido, no traducida,
tae (hayt), escrita en una sola palabra: taewÒ (wa), “y”. La palabra hebrea
23
La palabra hebrea tae (hayt), es probablemente una contracción de otra palabra hebrea: twao (out (owz)) que
se traduce como: “señal”, “signo”, “marca”, “seña”, “letrero”, “mancha”, “huella”, “bandera” y “nota”. Si esto es así, la
palabra tae (hayt) podría funcionar como un signo de “resaltación”, es decir, una palabra que indica al lector que lo
que viene después de ella es muy importante, debe subrayarse o debe sobresalir del resto del texto. Sería similar a los
símbolos que hoy en día usamos para una nota al pie de página o bien el color que usamos para resaltar una palabra
entre las demás, en un texto dado. En este sentido, las palabras que deben llamar la atención del lector son: “cielos” y
“tierra”, ya que es a éstas a quienes antecede. Como se verá, en el original, ambas palabras pueden traducirse como “lo
alto” y “lo más bajo”, indicando con ello que Dios lo hizo todo: tanto el universo visible como el invisible (espiritual).
Por otro lado, ha de saberse que en los originales no existen las vocales en hebreo (los símbolos que acompañan a las
consonantes), de modo que hay palabras diferentes que se escriben igual. Este es el caso de ta (h-yt), pues una
variante de dicha palabra nos permitiría traducirla como “conjuntamente” o “entre” y, de ahí podríamos traducir: “En el
principio creó Dios conjuntamente los cielos y (conjuntamente) la tierra” o “En el principio creó Dios entre los cielos y
(entre) la tierra”, en el mejor de los casos; debilitando así la fuerza del sentido original. Si esta traducción fuese válida,
indicaría que el texto bíblico trata únicamente de la creación de Dios aquí en la tierra, tal como se verá a partir del v.2.

20
År,a; (eahruts), que se traduce por “tierra”, viene de una raíz hebrea que significa “lo
que está más abajo”, indicando de esta forma que Dios hizo no sólo lo que se haya “en las
alturas” sino también “lo que está más abajo”, señalando así la totalidad del universo
(físico y espiritual). Desde el punto de vista espiritual esto indicaría que Dios es creador
no sólo de las huestes angelicales que moran “en las alturas”, cercanas a él, sino también
las huestes malignas y caídas que yacen “en lo más bajo”. Este primer versículo responde
en cierta medida acerca del origen del Diablo y los demonios, como entidades.
La palabra hebrea År,a;, (ea’ruts), ocurre 662 veces en el texto hebreo .
Otra variante frecuente de esta palabra en el texto bíblico es År; (rets), que significa
“correo”, “correr”, “carrera” y que de una u otra forma está relacionada con la tierra.
En varias culturas se utiliza el recurso de referirse a extremos para intentar
expresar la totalidad de algo. Aquí tenemos una ilustración de dicha costumbre, como
cuando en castellano decimos “de pies a cabeza” o “de cabo a rabo”. “Cielos y tierra”
indica no tanto la organización del cosmos, sino la totalidad de lo que existe. La división
de la totalidad en partes vendrá más adelante. A través de esta declaración el autor
subraya una vez más el mensaje que DIOS ES EL CREADOR DE TODO. Esta cláusula pues,
terminaría por apoyar nuestra interpretación acerca de un principio absoluto señalado en
este primer versículo de la Biblia.
Otro aspecto significativo de esta frase es la interrelación entre cielo y tierra. El
hecho de que en la primera oración bíblica se mencionen juntos nos habla de la estrecha
relación que Dios (el que mora en los cielos) quiere mantener con el ser humano (el que
mora en la tierra).
Además, este versículo nos confronta con una declaración que requiere de
humildad y sumisión, por parte del lector, a fin de aceptarla como verdad: Si uno cree en
este versículo, no tendrá problema en creer todo lo que sigue en la Biblia. Este primer
versículo nos confronta con una declaración categórica acerca de la existencia de Dios,
todopoderoso, trascendente, inalcanzable e inaccesible, que habrá que aceptar como
verdad mediante la fe (Hebreos 11.1-3, 6).

He. 11.1-3, 6 (versión Reina–Valera,


1995): He. 11.1-6 (versión Popular):
“1Es, pues, la fe la certeza de lo que “1Tener fe es tener la plena
se espera, la convicción de lo que no se seguridad de recibir lo que se espera; es
ve. 2Por ella alcanzaron buen testimonio estar convencidos de la realidad de
los antiguos. cosas que no vemos. 2Nuestros
3
Por la fe comprendemos que el antepasados fueron aprobados porque
universo fue hecho por la palabra de tuvieron fe.
3
Dios, de modo que lo que se ve fue Por fe sabemos que Dios formó los
hecho de lo que no se veía... mundos mediante su palabra, de modo
6
Pero sin fe es imposible agradar a que lo que ahora vemos fue hecho de
Dios, porque es necesario que el que se cosas que no podían verse...
6
acerca a Dios crea que él existe y que Pero no es posible agradar a Dios sin
recompensa a los que lo buscan.” tener fe, porque para acercarse a Dios,

21
uno tiene que creer que existe y que
recompensa a los que lo buscan.”

De modo que desde el inicio, el texto bíblico nos invita a humillarnos ante un
Dios soberano que ha impuesto la actitud correcta para acercarse a él: mediante la fe
(Hebreos 11.6). Esto no descarta la investigación científica, pero si hemos de acercarnos
a la deidad expuesta en las páginas del Génesis tendremos que doblegar nuestro orgullo
(inclusive el intelectual) y aceptar los medios y recursos que, como soberano, Dios
demanda de parte de sus criaturas; y el que se nos demanda acá, en el primer versículo de
la Biblia, es la de la fe –el de tener plena seguridad y tal convencimiento no sólo de que
Dios existe sino de que es capaz de crear de la nada lo que hoy puede verse.
Este convencimiento puede cambiar nuestra manera de pensar pues, si confiamos
en el Dios de la Biblia, será fácil creer que los imposibles que se dan en nuestro diario
vivir bien pueden ser posibles, si están en las manos del Creador: un matrimonio al borde
del divorcio e imposible de salvar, un hijo drogadicto y rebelde imposible de cambiar,
una enfermedad incurable imposible de sanar, un amor imposible, un carácter imposible
de tratar, un familiar inconverso, una guerra inminente, todos son problemas solubles en
Dios. Sin lugar a dudas, el primer versículo de la Biblia proclama la omnipotencia 24 de un
Dios, único y soberano, quien no admite rival ni competencia (Isaías 43.10-13; Oseas
4.13; Isaías 44.5-7, 20-24).

Is. 43.10-13 (versión Reina–Valera, Lo que hago yo, ¿quién lo estorbará?».”


1995):
“10 «Vosotros sois mis testigos, Is. 43.10-13 (versión Popular):
dice Jehová, “10 El Señor afirma:
y mi siervo que yo escogí, “Ustedes son mis testigos,
para que me conozcáis y creáis mis siervos, que yo elegí
y entendáis que yo mismo soy; para que me conozcan y confíen en
antes de mí no fue formado dios mí
ni lo será después de mí. y entiendan quién soy.
11
Yo, yo soy Jehová, Antes de mí no ha existido ningún
y fuera de mí no hay quien salve. dios,
12
Yo anuncié y salvé, hice ni habrá ninguno después de mí.
11
oír Solo yo soy el Señor;
y no hubo entre vosotros dios ajeno. fuera de mí nadie puede salvar.”
Vosotros, pues, sois mis testigos, 12
dice Jehová, El Señor afirma:
que yo soy Dios. “Yo lo anuncié y lo proclamé: yo los
13
Aun antes que hubiera he salvado;
día, yo era, no lo hizo un dios extraño,
y no hay quien de mis manos libre. y ustedes son mis testigos.
24
La Omnipotencia de Dios (es decir, “que Dios TODO lo puede”) ha sido un tema muy discutido en los ámbitos
filosóficos. Se argumenta que tal concepto es imposible, dado que si Dios es Omnipotente, en el sentido de que TODO
lo puede hacer, entonces puede hacer, inclusive, lo que NO puede hacer (por ejemplo, si Dios todo lo puede, entonces
podría hacer una piedra que NO PUEDA levantar). El problema acá es el concepto de “omnipotencia”. La Biblia
pregona un concepto muy distinto: Dios es Omnipotente en el sentido de que Dios no tiene rival ni competencia y de
que no hay alguien que pueda superarlo en poder y supremacía (tal como lo sugiere Isaías 43.11; 44.8; 45.5-7 entre
otros pasajes). Este concepto bíblico no conduce a paradoja alguna.

22
13
Desde siempre, yo soy Nadie puede librar de mi poder.
Dios. Nadie puede deshacer lo que yo hago.””

Is. 44.6-8 (versión Reina–Valera): Is. 44.6-8 (versión Popular):


“6Así dice Jehová Rey de Israel, y su “6El Señor, el rey y redentor de Israel,
Redentor, Jehová de los ejércitos: Yo el Señor todopoderoso, dice:
soy el primero, y yo soy el postrero, y “Yo soy el primero y el último;
fuera de mí no hay Dios. 7¿Y quién fuera de mí no hay otro dios.
7
proclamará lo venidero, lo declarará, y ¿Quién hay igual a mí?
lo pondrá en orden delante de mí, como Que hable y me lo explique.
hago yo desde que establecí el pueblo ¿Quién ha anunciado desde el
antiguo? Anúncienles lo que viene, y lo principio el futuro,
que está por venir. 8No temáis, ni os y dice lo que está por suceder?
8
amedrentéis; ¿no te lo hice oír desde la Pero, ¡ánimo, no tengan miedo!
antigüedad, y te lo dije? Luego vosotros Yo así lo dije y lo anuncié desde
sois mis testigos. No hay Dios sino yo. hace mucho,
No hay Fuerte; no conozco ninguno.” y ustedes son mis testigos.
¿Hay acaso otro dios fuera de mí?
No hay otro refugio; no conozco
ninguno.””

21
Is. 45.5-7, 20-24 (versión Reina–Valera, Declarad, exponed pruebas
1995): y entrad todos en consulta.
“5Yo soy Jehová y no hay ningún otro. ¿Quién hizo oír esto desde el
No hay Dios fuera de mí. principio
Yo te ceñiré, y lo tiene dicho desde entonces,
aunque tú no me has conocido, sino yo, Jehová?
6
para que se sepa Y no hay más Dios que yo,
desde el nacimiento del sol hasta Dios justo y salvador.
donde se pone, No hay otro fuera de mí.
que no hay más que yo. 22
Yo soy Jehová, y no hay ningún otro. »¡Mirad a mí y sed salvos,
7
Yo formo la luz y creo las tinieblas, todos los términos de la tierra,
hago la paz y creo la adversidad. porque yo soy Dios, y no hay otro!
23
Solo yo, Jehová, soy el que hago todo Por mí mismo hice juramento,
esto... de mi boca salió palabra en justicia
20
»¡Reuníos y venid! y no será revocada:
¡Acercáos todos los sobrevivientes “Que ante mí se doblará toda
de entre las naciones! rodilla
No tienen conocimiento aquellos que y jurará toda lengua”.
24
erigen su ídolo de madera, Y de mí se dirá: “Ciertamente en
y los que ruegan a un dios que no Jehová
salva. está la justicia y la fuerza”.

23
21
A él vendrán, Hablen y presenten sus pruebas,
y todos los que contra él se consúltense, si quieren, unos con
enardecen otros:
serán avergonzados.” ¿Quién predijo estas cosas desde el
Is. 45.5-7, 20-24 (versión Popular): principio?
“5Yo soy el Señor, no hay otro; ¿Quién las anunció desde hace
fuera de mí no hay Dios. tiempo?
Yo te he preparado para la lucha ¿No fui acaso yo, el Señor?
sin que tú me conocieras, Y no hay Dios fuera de mí.
6
para que sepan todos, de oriente a Fuera de mí no hay Dios victorioso y
occidente, salvador.
que fuera de mí no hay ningún otro. 22
Yo soy el Señor, no hay otro. “Vengan a mí, que yo los salvaré,
7
Yo creo la luz y la oscuridad, pueblos del extremo de la tierra,
produzco el bienestar y la desgracia. pues yo soy Dios, y no hay otro.
23
Yo, el Señor, hago todas estas cosas... Yo lo juré por mí mismo,
20
“Reúnanse y vengan, hice una promesa de triunfo,
acérquense todos los sobrevivientes y esa promesa se cumplirá:
de los pueblos. que ante mí todos doblarán la
Son unos ignorantes quienes llevan rodilla,
en procesión y por mí jurarán todos
24
sus ídolos de madera y dirán: ‘Solamente en el Señor
y se ponen a orar a un dios están la victoria y el poder.’
que no puede salvarlos. Todos los que me odian
quedarán en ridículo.”

Os. 13.4 (versión Reina–Valera, 1995): Os. 13.4 (versión Popular):


“«Mas yo soy Jehová, tu Dios, “Dice el Señor:
desde la tierra de Egipto; “Yo, el Señor, soy tu Dios
no conocerás, pues, otro dios fuera desde que estabas en Egipto:
de mí, No reconozcas como Dios a nadie
ni otro salvador sino a mí.” sino a mí,
pues solo yo soy tu salvador.”

El mensaje de este primer versículo de la Biblia para nuestros tiempos es sin lugar
a dudas profundamente rico y desafiante. El concepto principal proclamado a través de
estas primeras palabras tiene relación con la soberanía de Dios. Dios es, en última
instancia, el Creador de todo y por ende es quien tiene dominio por excelencia sobre todo
lo que existe. Él es quien está presente desde el principio, y no hay nada ni nadie que no
esté bajo su señorío (como veremos, ni siquiera el mal). En un mundo donde el ser
humano es acosado por una diversidad de pseudo–dioses que buscan su lealtad por
medios tremendamente imaginativos y atractivos, la verdad de Génesis irrumpe como la
alternativa. Las primeras palabras del relato establecen categóricamente la soberanía de
un sólo Dios que es el creador de todo lo que existe. Por lo tanto, el ser humano puede

24
liberarse de la presión de todos los otros supuestos dioses y encontrar seguridad,
tranquilidad y propósito en el único ser divino, que es dueño absoluto de todo lo creado.25
La primera frase del canon divino nos pone en la presencia de Aquel que es la
fuente infinita de toda bendición verdadera. No se encuentra aquí ningún argumento
laborioso para probar la existencia de Dios. Dios se ocupa de la revelación de Sí mismo y
se hace conocer por medio de sus obras: “Los cielos declaran la gloria de Dios, y el
firmamento demuestra la obra de sus manos” (Salmo 19.1), “Te alaben, oh Jehová, todas
tus obras” (Salmo 145.10), “Grandes y maravillosas son tus obras, Señor Dios
Todopoderoso” (Apocalipsis 15.3).

Sal. 19.1 (versión Reina–Valera): Sal. 19.1 (versión Popular):


“Los cielos cuentan la gloria de Dios “1(2) El cielo proclama la gloria de
y el firmamento anuncia la obra de sus Dios;
manos.” de su creación nos habla la bóveda
celeste.”

Sal. 145.10 (versión Reina–Valera, Sal. 145.10 (versión Popular):


1995): “¡Que te alaben, Señor, todas tus obras!
“¡Te alaben, Jehová, todas tus obras, ¡Que te bendigan tus fieles!”
y tus santos te bendigan!”

Ap. 15.3 (versión Reina –Valera, 1995): Ap. 15.3 (versión Popular):
“Y cantan el cántico de Moisés, siervo “Y cantaban el canto de Moisés,
de Dios, y el cántico del Cordero, siervo de Dios, y el canto del Cordero.
diciendo: Decían:
«Grandes y maravillosas son tus
obras, “Grande y maravilloso es todo lo
Señor Dios Todopoderoso; que has hecho,
justos y verdaderos son tus caminos, Señor, Dios todopoderoso;
Rey de los santos.” rectos y verdaderos son tus caminos,
oh Rey de las naciones.”

Para los escépticos, ateos y agnósticos, que demandan pruebas de la existencia de


un Ser quien, por la palabra de su boca, ha dado existencia y forma al universo26 y se
proclama, al mismo tiempo, el Omnisapiente, el Todopoderoso y el Dios eterno, el texto
bíblico les dice: “Levantad en alto vuestros ojos, y mirad quién creó estas cosas; él saca y
cuenta su ejército; a todas llama por sus nombres; ninguna faltará; tal es la grandeza de su
fuerza, y el poder de su dominio” (Is. 40.26) y “Los dioses de las naciones son ídolos,
pero Jehová hizo los cielos” (Sal. 96.5) y en el libro de Job (capítulos 38-41) tenemos el
argumento más convincente en esa descripción magnífica que Dios mismo da de su obra

25
Voth, E. Génesis. Primera Parte. Serie Comentario Bíblico Hispanoamericano. Editorial Caribe, Miami,
F.L., U.S.A. 312 pp. (p. 38)
26
Recuérdese que el verbo ar;B (barah) tiene también, como acepciones, las siguientes traducciones:
“dio forma”, “formó”, “hizo”, “moldeó” y “modeló”. Es evidente que traducir este verbo como “creó”
implica, en alguna medida, de que Dios también “formó” y “moldeó” el universo.

25
absoluta; y esta declaración, presentando al entendimiento los hechos más irrefutables en
evidencia de su poder infinito, apela también al corazón, manifestando una
condescendencia, sin límites. Se nos presenta en el mismo cuadro la majestad y el amor
de Dios, su poder y su ternura como rasgos característicos.

Is. 40.26 (versión Reina–Valera): Is. 40.26 (versión Popular):


“Levantad en alto vuestros ojos, y mirad “Levantad en alto vuestros ojos
quién creó estas cosas; él saca y cuenta y mirad quién creó estas cosas;
su ejército; a todas llama por sus él saca y cuenta su ejército;
nombres; ninguna faltará; tal es la a todas llama por sus nombres
grandeza de su fuerza, y el poder de su y ninguna faltará.
dominio.” ¡Tal es la grandeza de su fuerza y el
poder de su dominio!”

Sal. 96.5 (versión Reina–Valera): Sal. 96.5 (versión Popular):


“Todos los dioses de los pueblos son “Los dioses de otros pueblos no son
ídolos; nada,
pero Jehová hizo los cielos.” pero el Señor hizo los cielos.”

Y sin embargo, “el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría” (1 Corintios


1.21) tal como puede verse hoy, a pesar de los avances científicos que han demostrado
que la materia y el tiempo, tal como los conocemos, tuvieron un inicio hace unos 16 mil
millones de años atrás, según las mejores estimaciones (confirmando así lo que Génesis
1.1 de manera sencilla expone: la materia y el tiempo no siempre existieron, tal como ya
lo hicimos notar en nuestro comentario). 27
27
En las palabras del Dr. Hawking: “El descubrimiento de Hubble de que el universo se está expandiendo,
y el darnos cuenta de la insignificancia de nuestro planeta en la inmensidad del universo, fueron sólo el
punto de partida. Conforme la evidencia experimental y teórica se iba acumulando, se clarificaba cada vez
más que el universo debe de haber tenido un principio en el tiempo, hasta que en 1970 esto fue finalmente
probado por Penrose y por mí, sobre la base de la teoría de la relatividad general de Einstein...” (p. 81) “La
teoría de la relatividad general de Einstein, por sí sola, predijo que el espacio–tiempo comenzó en la
singularidad del big bang (la gran explosión) y que iría hacia un final, bien en la singularidad del big
crunch (“el gran colapso”, “la gran implosión” o “el gran crujido”), si el universo entero se colapsase de
nuevo, o bien en una singularidad dentro de un agujero negro (si una región local, como una estrella, fuese
a colapsarse).” (p. 158) Hawking, Stephen W. Historia del Tiempo, del big bang a los agujeros negros.
Alianza Editorial. Madrid. 5ª. Ed.1994. 256 pp.
Sin embargo, el mismo Dr. Hawking, ha hecho también notar que si se supone que el tiempo y el espacio
son finitos y sin frontera, se tiene que se satisfacen de manera necesaria las leyes de la física tal y como las
conocemos hoy en día. Si esta suposición fuese válida, el Dr. Hawking señala que el universo –en términos
del espacio–tiempo– “estaría completamente autocontenido y no se vería afectado por nada que estuviese
fuera de él. No sería ni creado ni destruido. Simplemente SERÍA” (p. 187). Es decir, “... si el universo es
realmente autocontenido, si no tiene ninguna frontera o borde, no tendría principio ni final: simplemente
sería. ¿Qué lugar queda, entonces, para un creador?” (p. 193) Hawking, Stephen W. Historia del Tiempo,
del big bang a los agujeros negros. Alianza Editorial. Madrid. 5ª. Ed.1994. 256 pp.
Como comentario final, hemos de agregar que en el ámbito de la física teórica se le llama vacío a lo que
intuitivamente llamaríamos “espacio”, “ámbito” o “recipiente” donde se desarrollan los fenómenos de la
naturaleza. De acuerdo a la mecánica cuántica, el modelo matemático que describe el mundo microscópico,
muchos físicos asumen que el vacío es un vasto reservorio de energía a partir del cual se crean (de la

26
El primer versículo de la Biblia plantea, pues, una polémica en contra del
materialismo, que sostiene que la materia, así como el tiempo, siempre han estado y
estarán y, más general aún, contra el ateísmo y el panteísmo: el sujeto (centro) de esta
oración es Dios, quien se menciona 32 veces a lo largo del relato de la creación,
mostrando así su presencia como su poder (en contra de la postura atea, que niega la
existencia de Dios). Mientras que la postura panteísta sostiene que Dios es todo y que
todo es Dios, tal como lo sostienen algunas religiones orientales y la Nueva Era, el texto
bíblico proclamará una diferencia básica y fundamental entre el creador y la creación en
los siguientes versículos, planteando así la polémica antes mencionada en contra de este
concepto filosófico.

1 Co. 1.18-30 (versión Reina–Valera): llamados, así judíos como griegos,


“18Porque la palabra de la cruz es Cristo poder de Dios, y sabiduría de
locura a los que se pierden; pero a los Dios. 25Porque lo insensato de Dios es
que se salvan, esto es, a nosotros, es más sabio que los hombres, y lo débil de
poder de Dios. 19Pues está escrito: Dios es más fuerte que los hombres.”
Destruiré la sabiduría de los sabios,
Y desecharé el entendimiento de los
entendidos.
20
¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el
escriba? ¿Dónde está el disputador de
este siglo? ¿No ha enloquecido Dios la
sabiduría del mundo? 21Pues ya que en
la sabiduría de Dios, el mundo no
conoció a Dios mediante la sabiduría, 1 Co. 1.18-30 (versión Popular):
agradó a Dios salvar a los creyentes por “18El mensaje de la muerte de Cristo
la locura de la predicación. 22Porque los en la cruz parece una tontería a los que
judíos piden señales, y los griegos van a la perdición; pero este mensaje es
buscan sabiduría; 23pero nosotros poder de Dios para los que vamos a la
predicamos a Cristo crucificado, para salvación. 19Como dice la Escritura:
los judíos ciertamente tropezadero, y “Haré que los sabios pierdan su
para los gentiles locura; 24mas para los sabiduría
“nada”) partículas, que se desintegran volviendo a la “nada”, en términos de fracciones de segundo; el
vacío es más que la quintaesencia de la nada. Sugerimos entonces que aún cuando la propuesta hecha por el
Dr. Hawking fuese correcta, hay una diferencia sutil, pero notable, entre lo que conocemos como universo
material y el “ámbito” (o vacío) donde se halla contenido aquél. Basándonos en el pasaje de Hechos 17.28:
“Porque en Dios vivimos, nos movemos y existimos; como también algunos de los poetas de ustedes
dijeron: ‘Somos descendientes de Dios’”, sugerimos, atrevidamente, que lo que el Dr. Hawking y sus
colegas podrían estar estudiando como espacio–tiempo y universo, no sería otra cosa que alguna extensión
del vacío físico, cuya naturaleza misma no difiere mucho (o es la misma) del eterno Dios, del creador
mismo, en quien “... nos movemos, y somos...”; de allí sus conclusiones acerca de la eternidad misma de lo
que equivocadamente podrían estar llamado universo. Tal sugerencia no promueve en ninguna manera el
panteísmo (que sostiene que Dios es todo y que todo es Dios). Antes bien, sugiere que se haga la distinción
sutil entre lo que llamamos “universo” (creación) y el vacío físico, mediante el cual tiene consistencia el
universo y que bien podría ser una extensión de Cristo mismo, y por ende, eterno, tal como lo sugiere
Colosenses 1.15-17: “15Cristo es la imagen visible de Dios, que es invisible; es su Hijo primogénito,
anterior a todo lo creado. 16En él Dios creó todo lo que hay en el cielo y en la tierra, tanto lo visible como lo
invisible, así como los seres espirituales que tienen dominio, autoridad y poder. Todo fue creado por medio
de él y para él. 17Cristo existe antes que todas las cosas, y por él se mantiene todo en orden.”

27
22
y que desaparezca la inteligencia de Los judíos quieren ver señales
los inteligentes.” milagrosas, y los griegos buscan
20
¿En qué pararon el sabio, y el sabiduría; 23pero nosotros anunciamos a
maestro, y el que sabe discutir sobre un Mesías crucificado. Esto les resulta
cosas de este mundo? ¡Dios ha ofensivo a los judíos, y a los no judíos
convertido en tontería la sabiduría de les parece una tontería; 24pero para los
este mundo! 21Puesto que el mundo no que Dios ha llamado, sean judíos o
usó su sabiduría para reconocer a Dios griegos, este Mesías es el poder y la
donde él ha mostrado su sabiduría, sabiduría de Dios. 25Pues lo que en Dios
dispuso Dios en su bondad salvar por puede parecer una tontería, es mucho
medio de su mensaje a los que tienen fe, más sabio que toda sabiduría humana; y
aunque este mensaje parezca una lo que en Dios puede parecer debilidad,
tontería. es más fuerte que toda fuerza humana.”

Todos conocemos la expresión que dice: “No hay peor ciego que el que no quiere
ver”. Y este es el problema del ateo y del agnóstico (del que no sabe si Dios existe o no):
no quieren ver a Dios en las obras de la creación, ni en los hechos de la historia, ni en la
experiencia humana, ni en la persona de Jesucristo. Los cielos proclaman la presencia, el
poder, la sabiduría y la gloria de Dios. Pero el ateo no quiere oír la voz de los cielos, ni
ver la mano del Creador en ese orden maravilloso que impera en el universo gracias a
Cristo, la palabra activa de Dios (Colosenses 1.15-17; Hebreos 1.1, 2).

Col. 1.15-17 (versión Reina–Valera, Col. l.15-17 (versión Popular):


1995): “15Cristo es la imagen visible de Dios,
“15 Cristo es la imagen del Dios que es invisible; es su Hijo primogénito,
invisible, anterior a todo lo creado. 16En él Dios
el primogénito de toda creación, creó todo lo que hay en el cielo y en la
16
porque en él fueron creadas tierra, tanto lo visible como lo invisible,
todas las cosas, así como los seres espirituales que
las que hay en los cielos y las que tienen dominio, autoridad y poder. Todo
hay en la tierra, visibles e fue creado por medio de él y para él.
17
invisibles; Cristo existe antes que todas las cosas,
sean tronos, sean dominios, sean y por él se mantiene todo en orden.”
principados, sean potestades;
todo fue creado por medio de él y
para él.
17
Y él es antes que todas las cosas,
y todas las cosas en él subsisten.”

He. 1.1-4 (versión Reina–Valera, 1995): por quien asimismo hizo el universo. 3Él,
“1Dios, habiendo hablado muchas veces que es el resplandor de su gloria, la
y de muchas maneras en otro tiempo a imagen misma de su sustancia y quien
los padres por los profetas, 2en estos sustenta todas las cosas con la palabra
últimos días nos ha hablado por el Hijo, de su poder, habiendo efectuado la
a quien constituyó heredero de todo y purificación de nuestros pecados por

28
medio de sí mismo, se sentó a la diestra mediante el cual creó los mundos y al
de la Majestad en las alturas, 4hecho cual ha hecho heredero de todas las
tanto superior a los ángeles cuanto que cosas. 3Él es el resplandor glorioso de
heredó más excelente nombre que Dios, la imagen misma de lo que Dios es
ellos.” y el que sostiene todas las cosas con su
palabra poderosa. Después de
He. 1.1-4 (versión Popular): limpiarnos de nuestros pecados, se ha
“1En tiempos antiguos Dios habló a sentado en el cielo, a la derecha del
nuestros antepasados muchas veces y de trono de Dios, 4y ha llegado a ser
muchas maneras por medio de los superior a los ángeles, pues ha recibido
profetas. 2Ahora, en estos tiempos en herencia un título mucho más
últimos, nos ha hablado por su Hijo, importante que el de ellos.”

La Escritura dice que la tierra está llena de la gloria de Dios (Números 14.21). A
donde quiera que volvamos los ojos vemos manifestaciones del poder, la sabiduría y la
bondad del Creador. Pero el ateo no quiere ver la mano de Dios en el perfume de las
flores, en la inmensa variedad y belleza de los peces y las aves, en el instinto de las
bestias, y en la majestad de las montañas.

Nm. 14.21 (versión Reina–Valera): Nm. 14.21 (versión Popular):


“Mas tan ciertamente como vivo yo, y “Pero, eso sí, tan cierto como que yo
mi gloria llena toda la tierra...” vivo y que mi gloria llena toda la
tierra...”

Recuerdo con agrado una historia acerca de Albert Einstein y su especulación


sobre el tiempo y el espacio. Un día, estaba conversando con algunos de sus alumnos más
inteligentes acerca de Dios y de si él existe o no existe. Entonces, Einstein les hizo esta
interesante pregunta: “¿Qué porcentaje del conocimiento total del universo, suponen
ustedes que poseemos ahora? Ellos le dieron varias estimaciones, con un promedio de
aproximadamente dos por ciento. El viejo físico contestó: “Creo que sus suposiciones son
demasiado altas, pero voy a aceptar esa cantidad de dos por ciento. Ahora díganme, ¿de
acuerdo con el otro noventa y ocho por ciento, cuáles son las posibilidades de que Dios
realmente existe?” ¡En verdad, esa es una pregunta muy buena!28
Es cuestión de actitud y sentimientos. Y el primer versículo de la Biblia nos
muestra la actitud correcta para acercarnos a Dios: mediante una sumisión voluntaria a su
soberanía y su poder. Esto se deja ver claramente con el nombre de Dios, ‘elohim, que
denota soberanía y trascendencia. El renunciamiento a nuestra autonomía e
independencia y el amor que él espera de nosotros –los sentimientos correctos–, se darán
a conocer a lo largo de las páginas del primer libro de la Biblia.
Moisés nos dice que oyó la voz de Dios en Sinaí. No una vez ni un día, sino
muchas veces y muchos días. El profeta Samuel nos dice que nació por un milagro de
Dios, y que Dios le habló en diferentes ocasiones. El sabio Salomón declara que Dios se
le apareció en un lugar llamado Gabaón, y que le concedió lo que le pidió. El profeta

28
Dobson, J. Cuando lo que Dios Hace no Tiene Sentido. Ed. Unilit, Miami Fl. U.S.A. 1993. 274 pp. (p.
162)

29
Elías nos dice que Dios le habló muchas veces. El profeta Daniel nos habla de las
manifestaciones de Dios en Babilonia, en días del rey Nabuconodosor. El apóstol Mateo
manifiesta que cuando Jesús fue bautizado en el Jordán, se oyó una voz del cielo que dijo:
“Este es mi Hijo amado en quien tengo complacencia”. Y el apóstol Pablo declara que
Jesucristo, después de su ascensión al cielo, se le apareció, rodeado de majestad y gloria,
en el camino de Jerusalén a Damasco.
Ahora bien, ¿es verdad o es mentira que Dios habló con Moisés, Samuel, Elías,
Daniel, Mateo, Pablo y con todos los profetas? Hubo apóstoles y profetas que dieron la
vida en aras de la verdad que predicaban. Si no hay Dios, aquellos santos varones fueron
idiotas, porque se dejaron matar por sostener la mentira que inventaron. Estamos aquí
ante una evidencia que apela con fuerza convincente a la mente y al corazón del que no
esté dominado por el odio, la maldad y la incredulidad.
El incrédulo Ingersol terminó una de sus conferencias sobre el ateísmo lanzando
el siguiente desafío: “He dicho que no hay Dios. Pero algunos afirman lo contrario. Yo
desafío al Dios de los creyentes a que pruebe su existencia quitándome la vida en el
término de cinco minutos”.
Con el reloj en la mano empezó a contar. La tensión era grande en el auditorio.
Algunos esperaban que Dios respondiera el reto. Pero transcurrieron los cinco minutos y
no sucedió nada. Un joven creyente que se encontraba allí corrió a casa de su pastor y le
dijo:
–Ingersol acaba de desafiar a Dios. Lo retó a que le quitase la vida en cinco
minutos, y Dios no respondió el reto.
Y el pastor le respondió:
–Ningún ateo puede acabar en cinco minutos con la paciencia de Dios.
Aquel pastor tenía razón. Sin embargo, de vez en cuando Dios ha respondido a las
insolencias de los ateos.
A principios del siglo XX había en la ciudad de Mesina (Italia) tantos ateos, que
tomaron el acuerdo de organizarse y publicar un periódico con la finalidad de combatir a
Dios y pregonar el ateísmo. El primer número de aquel periódico, llamado Future, vio la
luz el domingo 27 de diciembre de 1908. De acuerdo con el propósito que animaba a los
directores, el editorial de aquel primer número constituía un desafío a Dios. Decía lo
siguiente: “Si no eres un tonto impotente, mándanos un terremoto para probar que
existes”.
Y el terremoto vino. Llegó en las primeras horas del lunes 28 de diciembre. Fue
uno de los más aterradores de la historia. Ocasionó más de 75,000 muertes. Como alguien
dijo, fue un terrible juicio de Dios. El Creador, ‘elohim, no necesita matar a todos los
ateos para probar su existencia. Pero de tiempo en tiempo ha mandado visos de su poder
y presencia a fin de que sirva de amonestación a los que están en peligro de caer en las
redes diabólicas de la incredulidad (Romanos 1.18-22).

Ro. 1.18-22 (versión Popular): bien, porque él mismo se lo ha


“18Pues Dios muestra su ira castigando mostrado; 20pues lo invisible de Dios se
desde el cielo a toda la gente mala e puede llegar a conocer, si se reflexiona
injusta, que con su injusticia mantiene en lo que él ha hecho. En efecto, desde
prisionera la verdad. 19Lo que de Dios se que el mundo fue creado, claramente se
puede conocer, ellos lo conocen muy ha podido ver que él es Dios y que su

30
poder nunca tendrá fin. Por eso los sus corazones. 20Desde los tiempos más
malvados no tienen disculpa. 21Pues remotos, los hombres han estado
aunque han conocido a Dios, no lo han contemplando la tierra, el cielo, la
honrado como a Dios ni le han dado creación entera; y han sabido que Dios
gracias. Al contrario, han terminado existe, que su poder es eterno. Por lo
pensando puras tonterías, y su necia tanto, no podrán excusarse diciendo que
mente se ha quedado a oscuras. 22Decían no sabían si Dios existía o no. 21Lo
que eran sabios, pero se hicieron sabían muy bien, pero no querían
tontos...” admitirlo, ni adorar a Dios, ni darle
gracias por el cuidado de todos los días.
Al contrario, se pusieron a concebir
Ro. 1.18-22 (versión Parafraseada): ideas estúpidas sobre la semejanza de
“18Mas Dios muestra desde el cielo su Dios y lo que él quiere de ellos. En
ira contra los pecadores malvados que consecuencia, sus necios entendimientos
hacen a un lado la verdad; 19ellos se oscurecieron y confundieron. 22Y al
conocen la verdad de Dios por instinto, creerse sabios sin Dios, se volvieron aún
pues Él ha puesto ese conocimiento en más necios.”

No siempre Dios se ha manifestado al hombre entre el fuego, los torbellinos o los


terremotos. Usualmente él se manifiesta “en el susurro apacible” (1 Reyes 19.12) de
nuestras experiencias diarias, como en esta historia verdadera que sucedió hace algunos
años en la USC (Universidad de Carolina del Sur).

1 R. 19.11-13 (versión Reina–Valera, 1 R. 19.11-13 (versión Popular):


1995): “11Y el Señor le dijo: “Sal fuera y
“11Jehová le dijo: quédate de pie ante mí, sobre la
—Sal fuera y ponte en el monte montaña.”
delante de Jehová. En aquel momento pasó el Señor, y un
En ese momento pasaba Jehová, y viento fuerte y poderoso desgajó la
un viento grande y poderoso rompía los montaña y partió las rocas ante el
montes y quebraba las peñas delante de Señor; pero el Señor no estaba en el
Jehová; pero Jehová no estaba en el viento. Después del viento hubo un
viento. Tras el viento hubo un terremoto; pero el Señor tampoco
terremoto; pero Jehová no estaba en el estaba en el terremoto. 12Y tras el
terremoto. 12Tras el terremoto hubo un terremoto hubo un fuego; pero el Señor
fuego; pero Jehová no estaba en el no estaba en el fuego. Pero después del
fuego. Y tras el fuego se escuchó un fuego se oyó un sonido suave y delicado.
silbo apacible y delicado. 13Cuando 13
Al escucharlo, Elías se cubrió la cara
Elías lo oyó, se cubrió el rostro con el con su capa, y salió y se quedó a la
manto, salió y se puso a la puerta de la entrada de la cueva. En esto llegó a él
cueva. Entonces le llegó una voz que le una voz que le decía: “¿Qué haces ahí,
decía: Elías?””
—¿Qué haces aquí, Elías?”

31
Había un profesor de Filosofía que era un ateo profundamente comprometido. Su
principal meta cada semestre era probar que Dios no podía existir. Sus estudiantes
siempre tuvieron miedo de discutir con él por su lógica impecable. Durante 20 años
siempre pensó que nadie en su clase y fuera de ella tenia el valor de ir en su contra. Claro,
algunos habían discutido en clase alguna vez, pero nunca realmente en su contra, y no lo
hacían porque él tenía una gran reputación. Al final de cada semestre, en el último día, él
pediría a su clase de 300 estudiantes: "¡Si hay alguien que todavía cree en Dios, póngase
de pie!". En 20 años, nunca nadie lo hizo. Ellos sabían lo que venía después; él diría:
"Porque todo aquel que cree en Dios es un tonto. Si Dios existiera, Él lo demostraría
impidiendo que este pedazo de tiza se rompiera al golpear el piso; sería tan sencillo para
El probar que es Dios, y aún así no puede hacerlo". Y así, cada año azotaba un pedazo de
tiza en el suelo para que se rompiera en pedazos. Los estudiantes no podían hacer más
que mirar. La mayoría de los estudiantes terminaban convencidos de que Dios no existe.
Ciertamente, uno que otro Cristiano se había colado, pero por 20 años habían
tenido miedo de ponerse de pie. Pues bien, hace unos años, un joven que había oído
historias sobre este maestro, se inscribió en este curso, pues sin él no podría terminar su
carrera; tenía miedo. Durante los primeros 3 meses de aquel semestre, él oraba todos los
días a fin de tener el valor de ponerse de pie, sin importar lo que dijera el maestro, o que
pensaran sus compañeros de clase. Nada de lo que dijeran quebrantaría su fe y su valor.
Finalmente llegó el día. El profesor dijo: "¡Si hay alguien que todavía cree en Dios, que
se ponga de pie!". El profesor y la clase de 300 alumnos lo miraron fijamente, en shock,
al momento que se ponía de pie en el fondo del salón. El profesor grito: "¡TONTO! ¡Si
Dios existiera él lo probaría evitando que este pedazo de tiza se rompa al golpear el
piso!". Acto seguido arrojó la tiza, pero al momento que lo hizo la tiza se resbaló de sus
dedos y fue resbalando por su manga, por los pliegues de su pantalón y por su zapato
hasta que, intacto, rodó por el suelo. El profesor quedó con la boca abierta observando la
tiza en el suelo, después levantó su mirada al joven que estaba de pie y salió corriendo del
salón. El joven entonces pasó al frente del salón y habló de su fe en Dios por la siguiente
media hora. Los 300 estudiantes escucharon cómo hablaba del amor de Dios hacia ellos y
de su poder.
"Jn3.16
"Pues Dios amó tanto al mundo, que dio a su Hijo único, para que todo aquel que
cree en él no muera, sino que tenga vida eterna. Jn. 3.17Porque Dios no envió a su Hijo al
mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de él."

Esta es la prueba más grande que Dios ha dado a los hombres no sólo de su
existencia sino de su gran amor. ¿De qué sirve creer que Dios existe si hasta los demonios
creen en ello (Santiago 2.19) y no por eso son mejores? No basta saber que Dios existe,
es necesario saber que nos ama (Romanos 5.8) y que nosotros debiésemos amarle con
todas las fuerzas de nuestro ser (Marcos 12.29, 30).

Stg. 2.19 (versión Reina–Valera): Stg. 2.19 (versión Popular):


“Tú crees que Dios es uno; bien haces. “Tú crees que hay un solo Dios, y en
También los demonios creen, y esto haces bien; pero los demonios
tiemblan.” también lo creen, y tiemblan de miedo.”

32
Ro. 5.8 (versión Reina–Valera): Ro. 5.8 (versión Popular):
“Mas Dios muestra su amor para con “Pero Dios prueba que nos ama, en que,
nosotros, en que siendo aún pecadores, cuando todavía éramos pecadores,
Cristo murió por nosotros.” Cristo murió por nosotros.”

Mr. 12.29-31 (versión Reina–Valera): Mr. 12.29-31 (versión Popular):


“29Jesús le respondió: El primer “29Jesús le contestó:
mandamiento de todos es: Oye, Israel; —El primer mandamiento de todos es:
el Señor nuestro Dios, el Señor uno es. ‘Oye, Israel: el Señor nuestro Dios es el
30
Y amarás al Señor tu Dios con todo tu único Señor. 30Ama al Señor tu Dios con
corazón, y con toda tu alma, y con toda todo tu corazón, con toda tu alma, con
tu mente y con todas tus fuerzas. Este es toda tu mente y con todas tus fuerzas.’
el principal mandamiento. 31Y el segundo 31
Pero hay un segundo: ‘Ama a tu
es semejante: Amarás a tu prójimo como prójimo como a ti mismo.’ Ningún
a ti mismo. No hay otro mandamiento mandamiento es más importante que
mayor que éstos.” estos.”

Un hombre fue a una barbería a cortarse el cabello y recortarse la barba, como era
su costumbre. En estos casos entabló una amena conversación con la persona que le
atendía. Hablaron de tantas cosas y tocaron muchos temas. De pronto, tocaron el tema de
Dios. El barbero dijo:
–Fíjese caballero que yo no creo que Dios exista, como usted dice.
–Pero, ¿por qué dice usted eso?– pregunta el cliente.
–Pues es muy fácil, basta con salir a la calle para darse cuenta de que Dios no
existe. O... dígame, acaso si Dios existiera, ¿habría tantos enfermos? ¿Habría niños
abandonados? Si Dios existiera, no habría sufrimiento, ni tanto dolor para la humanidad.
Yo no puedo pensar que exista un Dios que permita todas estas cosas.
El cliente se quedó pensando un momento, pero no quiso responder para evitar
una discusión. El barbero terminó su trabajo y el cliente salió del negocio.
Recién abandonaba la barbería, vio en la calle a un hombre con la barba y el
cabello largo; al parecer hacía mucho tiempo que no se lo cortaba y se veía muy
desarreglado. Entonces entró de nuevo a la barbería y le dijo al barbero:
–¿Sabe una cosa? Los barberos no existen.
–¿Cómo que no existen? –pregunta el barbero–. Si aquí estoy yo ¡y soy barbero!
–¡No! –dijo el cliente–, no existen, porque si existieran no habría personas con el
pelo y la barba tan larga como la de ese hombre que va por la calle.
–Ah, los barberos sí existen... lo que pasa es que esas personas no vienen hacia
mí.
–¡Exacto! –dijo el cliente– ese es el punto: Dios sí existe, lo que pasa es que las
personas no van hacia él y no le buscan, por eso hay tanto dolor y miseria.
Sin lugar a dudas, tal como lo veremos en nuestro estudio, las palabras del creador
invitándonos a venir a él, resuenan en cada una de las páginas del Génesis y de la Biblia
toda: “Vengan a Mí los que estén cansados y afligidos y yo los haré descansar” (Mateo
11.28).

33
Mt. 11.28-30 (versión Reina–Valera): Mt. 11.28-30 (versión Popular):
“28Venid a mí todos los que estáis “28Vengan a mí todos ustedes que están
trabajados y cargados, y yo os haré cansados de sus trabajos y cargas, y yo
descansar. 29Llevad mi yugo sobre los haré descansar. 29Acepten el yugo
vosotros, y aprended de mí, que soy que les pongo, y aprendan de mí, que
manso y humilde de corazón; y hallaréis soy paciente y de corazón humilde; así
descanso para vuestras almas; 30porque encontrarán descanso. 30Porque el yugo
mi yugo es fácil, y ligera mi carga.” que les pongo y la carga que les doy a
llevar son ligeros.””

Mientras disfrutan de buena salud, los incrédulos suelen decir que no hay que
temer a Dios, ni al juicio, ni a la condenación eterna, porque nuestro destino final es la
muerte, y con la muerte se termina todo. Sin embargo, todo ello no es más que alarde y
altanería de su parte, tal como ha quedado registrado en la historia.
David Hume, ateo inglés, logró arrastrar a su madre a la incredulidad. Pero al
verla en la tormentosa agonía de la muerte, trató de consolarla.
–Madre querida– le dijo–, ten confianza.
–Sí– respondió la madre llorando–, ahora me pides que tenga confianza, después
que has arrancado de mi corazón el fundamento de la esperanza: la fe.
Adoniram Judson, quien a principios del siglo diecinueve llevó la luz del
evangelio a Birmania, nació en un hogar donde se conocían las Sagradas Escrituras, y
aceptó el cristianismo hasta que comenzó sus estudios universitarios.
En la universidad tuvo por compañero y amigo a un joven ateo que le arrastró a la
incredulidad. Cuando su padre se enteró, apeló a argumentos de buena ley y a los
sentimientos filiales en su empeño por volver a su hijo al camino de la fe. No logró su
propósito. Adoniram había endurecido de tal manera su corazón que no hizo caso a las
apelaciones de su progenitor.
Un día, encontrándose como el pródigo, lejos del hogar, hundido en el hedonismo
libertino, le sorprendió la noche en una pequeña población que contaba con un solo hotel.
El hotelero le dijo que le quedaba una sola habitación vacía, y que no le podía garantizar
que pudiese pasar en ella una noche tranquila, porque en el cuarto contiguo se encontraba
un joven enfermo de gravedad.
Aquella noche resultó providencial e inolvidable para Judson. Tal como le había
advertido el dueño, el enfermo que ocupaba la habitación de al lado se veía a las puertas
de la muerte. Era tan intensa la agonía que le embargaba y tan grande el terror que se
había apoderado de él, que pasó la mayor parte de la noche lanzando angustiosos
lamentos y gemidos. Por lo que el joven Judson pudo captar a través del tabique de
madera que les separaba, los lamentos del enfermo obedecían más a presentimientos y
sufrimientos de orden espiritual que a padecimientos físicos. Se veía frente a la muerte, el
juicio y la condenación.
Considerando el patético terror que embargaba a aquel hombre, Judson sostuvo
consigo mismo el siguiente monólogo: “Me gustaría que mi amigo y compañero de la
universidad estuviese aquí escuchando los angustiosos lamentos de ese enfermo. ¿Qué le
diría? ¿Tendría para él palabras o enseñanzas que tuviesen la virtud de impartirle

34
consuelo? ¿Podría convencer a este moribundo de que no existe el infierno? ¿Qué haría
mi amigo si se viese en una situación semejante?
Al fin, a altas horas de la noche cesaron los lamentos. En la mañana, cuando
Judson se disponía a seguir su viaje, preguntó al dueño del hotel por el enfermo.
–Ha muerto– respondió el hotelero.
–¡Pobre hombre! –exclamó Judson–. No estaba preparado para morir. Se resistía a
partir de esta vida. El presentimiento de una eternidad de sufrimiento y condenación le
espantaba. ¿Le conocía usted?
–Sí, era un joven universitario llamado...
Cuando Judson escuchó el nombre, palideció. ¡Se trataba de su compañero de la
universidad!
Todo lo que aquel joven ateo había enseñado a Judson se desvaneció ante el
patético realismo de sus manifestaciones al enfrentarse con la muerte. El sermón del
moribundo destruyó los argumentos del estudiante ateo. Judson vio en el terror de aquel
moribundo una advertencia divina que disipó su incredulidad, que le convenció de que
existe Dios, de que tenemos un alma inmortal y de que nos espera una eternidad que
puede ser de felicidad o de agonía.
Voltaire, el escritor francés, fue el más inteligente, sagaz y sarcástico de los ateos.
Se propuso destruir la religión cristiana atacándola en sus mismos fundamentos: las
Sagradas Escrituras. En uno de sus libros trató de ridiculizar la Biblia de punta a cabo.
Escribió un diccionario filosófico, y vaticinó que la Biblia iría pasando al olvido a medida
que la humanidad se fuera familiarizando con su diccionario antirreligioso. Apelando a la
sátira y a la ironía –figuras retóricas que manejó como hábil maestro– trató de ridiculizar
a Dios y a cuantos creemos en Él. Se burló del cielo y de la tierra. Se rió de lo divino y de
lo humano.
Pero como en esta vida todo llega a su fin, a Voltaire le llegó la hora de
enfrentarse con la muerte, el juicio y la eternidad. Y entonces la risa se transformó en
llanto, la burla en desesperación, el desprecio en clamor, la negación en presentimiento
de juicio. Al darse cuenta de que su organismo flaqueaba y que la muerte tocaba a su
puerta, llamó a su médico y le dijo:
–Doctor Tronchin, le daré la mitad de lo que poseo si me prolonga la vida seis
meses.
–No puedo aceptar la proposición –dijo el médico.
–Pues me voy al infierno y usted se irá detrás de mí.
A partir de aquel instante comenzó a lamentarse de que se veía desamparado por
Dios y los hombres. En medio de su espantosa y prolongada agonía, tan pronto clamaba
al cielo diciendo “¡Oh Cristo! ¡Oh Jesucristo!”, como prorrumpía en terribles blasfemias.
Su terror, angustia y desesperación fueron muy grandes, hasta que murió.
¿Por qué sufrir innecesariamente una muerte angustiosa? ¿Por qué morir como ateo
o agnóstico, sin Dios y sin esperanza? El mensaje del texto bíblico para todo ateo y
agnóstico es, sin lugar a dudas, un eco del gran amor y la portentosa misericordia de Dios
para ellos y toda la raza humana en general, las cuales van al lado de su justicia: “Yo
juzgaré a cada uno de ustedes…y castigaré o recompensaré a cada uno de acuerdo a sus
propias acciones. Oh, vuélvanse de sus pecados mientras aún hay tiempo. Arrójenlos
detrás de ustedes y reciban un nuevo corazón y un nuevo espíritu. Pues, ¿por qué

35
morirán…? No me agrada verlos morir, dice Dios el Señor. ¡Vuélvanse, vuélvanse y
vivan!” (Ezequiel 18.30-32, Biblia al Día, énfasis añadido).

Ez. 18. 30-32 (versión Reina–Valera): Ez. 18.30-32 (versión Popular):


“30Por tanto, yo os juzgaré a cada uno “30Yo los juzgo a cada uno de ustedes,
según sus caminos, oh casa de Israel, israelitas, de acuerdo con sus acciones.
dice Jehová el Señor. Convertíos, y Yo, el Señor, lo afirmo. Abandonen de
apartaos de todas vuestras una vez por todas sus maldades, para
transgresiones, y no os será la iniquidad que no se hagan culpables de su propia
causa de ruina. 31Echad de vosotros ruina. 31Apártense de todas las maldades
todas vuestras transgresiones con que que han cometido contra mí, y háganse
habéis pecado, y haceos un corazón de un corazón y un espíritu nuevos. ¿Por
nuevo y un espíritu nuevo. ¿Por qué qué habrás de morir, pueblo de Israel,
moriréis, casa de Israel? 32Porque no 32
si yo no quiero que nadie muera?
quiero la muerte del que muere, dice Apártense del mal y vivirán. Yo, el
Jehová el Señor; convertíos, pues, y Señor, lo afirmo.”
viviréis.”

La expresión “háganse de un corazón y un espíritu nuevos” podría dar la


impresión de que Ezequiel tiene demasiada confianza en las posibilidades morales de los
hombres. Sin embargo, más adelante afirma que el Señor dará a su pueblo el corazón y el
espíritu nuevos (Ezequiel 36.26, 27), mostrando así que la iniciativa y la acción de Dios
son la condición indispensable para que el pueblo pueda convertirse y vivir. La expresión
más bien señala que aunque sólo Dios es el único que pude otorgar el cambio en el
hombre, éste por su parte tiene la posibilidad y responsabilidad de querer y desear que
Dios obre en su vida, dándole un corazón y un espíritu nuevos.

Ez. 36.25-27 (versión Reina–Valera): Ez. 36.25-27 (versión Popular):


“25Esparciré sobre vosotros agua “25Los lavaré con agua pura, los
limpia, y seréis limpiados de todas limpiaré de todas sus impurezas, los
vuestras inmundicias; y de todos purificaré del contacto con sus ídolos;
vuestros ídolos os limpiaré. 26Os daré 26
pondré en ustedes un corazón nuevo y
corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo un espíritu nuevo. Quitaré de ustedes
dentro de vosotros; y quitaré de vuestra ese corazón duro como la piedra y les
carne el corazón de piedra, y os daré un pondré un corazón dócil. 27Pondré en
corazón de carne. 27Y pondré dentro de ustedes mi espíritu, y haré que cumplan
vosotros mi Espíritu, y haré que andéis mis leyes y decretos...”
en mis estatutos, y guardéis mis
preceptos, y los pongáis por obra.”

Dios es el único que puede hacer cambiar de parecer a un ateo y a un agnóstico;


sólo él puede darles “un corazón y un espíritu nuevos” a fin de que cambien de parecer y
vivan (Ezequiel 33.11), pero tienen la responsabilidad de desear ese cambio de actitud y
mentalidad que sólo Dios puede darles. El agnosticismo y el ateísmo se reducen
esencialmente a una cuestión de actitud: la de querer creer que Dios no existe (en caso
del ateísmo) o bien de querer dudar de si Dios existe o no (en el caso del agnosticismo),

36
actitud que sólo la persona puede cambiar si quiere que Dios obre en su vida. Y es ahí
donde entra en juego nuestro libre albedrío. “Pide y se te concederá lo que pidas. Busca y
hallarás. Toca y te abrirán. Porque el que pide, recibe. Y el que busca, halla. Y al que
llama, se le abrirá.” (Mateo 7.7, Biblia al Día) Así que, el consejo del texto bíblico, para
un ateo o un agnóstico, es “busca a Dios y lo hallarás, pide tenerlo en tu corazón y lo
tendrás. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le
abrirá.”

Ez. 33.10, 11 (versión Reina–Valera): Ez. 33.10, 11 (versión Popular):


“10Tú, pues, hijo de hombre, di a la casa “10“Tú, hombre, di al pueblo de Israel:
de Israel: Vosotros habéis hablado así, ‘Ustedes dicen: Estamos cargados de
diciendo: Nuestras rebeliones y nuestros faltas y pecados. Por eso nos estamos
pecados están sobre nosotros, y a causa pudriendo en vida. ¿Cómo podremos
de ellos somos consumidos; ¿cómo, vivir? 11Pero yo, el Señor, juro por mi
pues, viviremos? 11Diles: Vivo yo, dice vida que no quiero la muerte del
Jehová el Señor, que no quiero la malvado, sino que cambie de conducta y
muerte del impío, sino que se vuelva el viva. Israel, deja esa mala vida que
impío de su camino, y que viva. Volveos, llevas. ¿Por qué habrás de morir?’”
volveos de vuestros malos caminos;
¿por qué moriréis, oh casa de Israel?”

Mt. 7.7, 8 (versión Reina–Valera): Mt. 7.7, 8 (versión Popular):


“7Pedid, y se os dará; buscad, y “7“Pidan, y Dios les dará; busquen, y
hallaréis; llamad, y se os abrirá. encontrarán; llamen a la puerta, y se les
8
Porque todo aquel que pide, recibe; y el abrirá. 8Porque el que pide, recibe; y el
que busca, halla; y al que llama, se le que busca, encuentra; y al que llama a
abrirá.” la puerta, se le abre.”

Con seguridad, los argumentos empleados acá en contra del ateísmo y del
agnosticismo no son contundentes desde el punto de vista lógico y racional, dado que en
ningún momento pretenden demostrar la existencia de Dios; el primer versículo del
Génesis niega tal posibilidad, al referirse a Dios mediante la palabra ‘elohim, que denota
trascendencia e inaccesibilidad inclusive a cualquier argumento que intentase “atraparlo”.
Cualquier intento de probar la existencia de la deidad bíblica quedará irremediablemente
destinada el fracaso, pues estará tratando con un dios que no es ‘elohim; su pluralidad y
poder trasciende cualquier argumento humano (Jeremías 16.20)29.

29
Se ha argumentado, dentro de los círculos universitarios que el hombre, en su necesidad de hallar alivio a
la muerte y a temores semejantes, es quien ha creado el “mito de Dios” con el fin de hallar seguridad y paz
frente a lo desconocido. Ha surgido así pues el famoso dicho o proverbio que se hace muy comúnmente en
filosofía: “¿Quién ha creado a quién? ¿El hombre creó a Dios o Dios creó al hombre?”, dicho muy similar
al de “¿Quién fue primero? ¿el huevo o la gallina?” El pasaje de Jeremías 18.20 deja ver bien claro que
cualquier dios, resultado de nuestra inventiva no es ‘elohim, el Dios único y verdadero que proclama la
Biblia. Así que, si ha habido algún dios, resultado de los temores y ansiedades del hombre, el tal no es
Dios, pues nadie puede crear a Dios. El verbo barah (creó) es un atributo divino y exclusivo de Dios, que
no compartirá con nadie (Isaías 42.8, 48.11). Cualquier intento del hombre por definir a Dios, ya sea
racionalmente o mediante alguna representación simbólica, no es más que un ídolo que no es Dios.

37
Jer. 16.20 (versión Popular): Jer. 16.20 (versión Contemporánea):
“¿Puede el hombre hacer sus propios “¿Podrán los hombres hacer dioses?
dioses? ¡Qué van a ser dioses los que ellos
¡Entonces esos dioses no son hicieron!”
verdaderos!”

Y es que si nuestro mensaje y argumentación anterior es pobre y débil, desde el


punto de vista lógico, es precisamente porque “en su sabiduría, Dios comprendió que el
mundo jamás lo encontraría por medio de la inteligencia humana, y determinó salvar
precisamente a los que creen de corazón este mensaje que el mundo tilda de tonto e
insensato” (1 Corintios 1.21, versión contemporánea, p.28). “27Deliberadamente Dios ha
escogido los argumentos que el mundo considera tontos y débiles para avergonzar a los
que el mundo considera sabios y fuertes. 28Ha escogido a los que en el mundo no tienen
importancia alguna, a los despreciados, a los que nada son, para destronar a los que el
mundo considera grandes, 29 de modo que nadie pueda jactarse en la presencia del Señor.”
(1 Corintios 1.27-29, parafraseo del autor)

1 Co. 1.26-29 (versión 1 Co. 1.26-29 (versión 1 Co. 1.26-29 (versión


Reina–Valera): Popular): Parafraseada):
“26Pues mirad, hermanos, “26Hermanos, deben “26Fíjense, hermanos:
vuestra vocación, que no darse cuenta de que Dios entre ustedes, pocos son
sois muchos sabios según los ha llamado a pesar de los sabios, los poderosos,
la carne, ni muchos que pocos de ustedes son los célebres.
27
poderosos, ni muchos sabios según los criterios Deliberadamente Dios
nobles; 27sino que lo necio humanos, y pocos de ha escogido a los que el
del mundo escogió Dios, ustedes son gente con mundo considera tontos y
para avergonzar a los autoridad o débiles para avergonzar a
sabios; y lo débil del pertenecientes a familias los que el mundo
mundo escogió Dios, importantes. 27Y es que, considera sabios y
para avergonzar a lo para avergonzar a los fuertes. 28Ha escogido a
fuerte; 28y lo vil del sabios, Dios ha escogido los que en el mundo no
mundo y lo a los que el mundo tiene tienen importancia
menospreciado escogió por tontos; y para alguna, a los
Dios, y lo que no es, para avergonzar a los fuertes, despreciados, a los que
deshacer lo que es, 29a fin ha escogido a los que el nada son, para destronar
de que nadie se jacte en mundo tiene por débiles. a los que el mundo
28
su presencia.” Dios ha escogido a la considera grandes, 29de
gente despreciada y sin modo que nadie pueda
importancia de este jactarse en la presencia
mundo, es decir, a los que del Señor.”
no son nada, para anular
a los que son algo. 29Así
nadie podrá presumir
delante de Dios.”

38
Este mensaje “tonto e insensato”, que se repite insistentemente en el texto bíblico,
continúa resonando como la alternativa de vida para el hombre: “... Oh, vuélvanse de sus
pecados mientras aún hay tiempo. 31 Arrójenlos detrás de ustedes y reciban un nuevo
corazón y un nuevo espíritu. Pues ¿por qué morirán...? 32 No me agrada verlos morir, dice
Dios el Señor. ¡Vuélvanse, vuélvanse y vivan!” (Ezequiel 18.31, 32)

Génesis 1.2:
µ/ht] ynEP]Al[' Jv,jowÒ Whbow: Whto
ht;yÒh; År,a;h;wÒ 2
.µyIM;h' ynEP]Al[' tp,j,r'm] µyhil¿aÔ j'WrwÒ
30

(we’jay’ruts jíteaj tojwu wa’bojwu we’joshek yal’ponim tejwuomm we’rwuah heulojimm


merajefet yal’ponim ja’mahyimm.) 31
(2Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo,
y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas.) 32
(2La tierra estaba desordenada y vacía, las tinieblas estaban sobre la faz del abismo
y el espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas.) 33
(2La tierra no tenía entonces ninguna forma; todo era un mar profundo cubierto de
oscuridad,
y el espíritu de Dios se movía sobre el agua.)34
(2Primero la tierra fue una masa informe y caótica.
Y el Espíritu de Dios se movía sobre la nube de oscuridad.) 35

Whbow: Whto ht;yÒh; År,a;h;wÒ (we’jay’ruts jíteaj


tojwu wa’bojwu)
“Y la tierra estaba desordenada y vacía”
El versículo 2 enfrenta al lector con tres frases difíciles y controversiales. La
Whbow: Whto (toju waboju),
expresión “desordenada y vacía” que traduce
son dos sustantivos no del todo claros. Whto (toju) aparece unas 20 veces en al
Antiguo Testamento , en cambio Whbo (boju) solamente 3 veces, y todas ellas junto
36

30
Biblia Hebraica Stuttgartensia, (Deutsche Bibelgesellschaft Stuttgart) 1990.
31
Léase de derecha a izquierda en hebreo.
32
Reina Valera Revisada (1960), (Estados Unidos de América: Sociedades Bíblicas Unidas) 1998.
33
Reina-Valera 1995—Edición de Estudio, (Estados Unidos de América: Sociedades Bíblicas Unidas) 1998.
34
Dios Habla Hoy - La Biblia de Estudio, (Estados Unidos de América: Sociedades Bíblicas Unidas) 1998.
35
La Biblia al Día. Sociedad Bíblica Internacional. 1979
Incluyendo sus variantes. La palabra en sí, Whto (tojwu), sin incluir variantes, ocurre 10 veces en el
36

Antiguo Testamento: Gn. 1.2; 1 S. 12.21; Is. 24.10; 34.11; 44.9; 45.18, 19; 59.4; Jer. 4.23; Job 26.7.

39
a Whto (toju) 37
. Un análisis de Whto (toju) indica, como se verá, que la palabra
contiene la idea de “desierto”, “desolación”, “sin forma”. Junto a Whbo (boju)
expresa el concepto de total desolación, de una condición totalmente inhóspita. Como tal,
estas dos palabras que en realidad describen una sola cosa, hablan de aquello que es “anti–
vida”, o en definitiva “anti–creación”. La expresión completa aparece en Isaías 34.11 y en
Jeremías 4.23. En ambos contextos la imagen presentada es la de un lugar totalmente
desolado e inhóspito, sugiriendo la idea de una total devastación.38. El resultado de esta
expresión es una imagen negativa que de alguna manera pareciera atentar contra los
propósitos creativos de Dios39.

37
Incluyendo variantes de la misma palabra. La palabra en sí, sin incluir variantes, ocurre únicamente en
Isaías 34.11.
38
Muchos han propuesto la idea de “caos” para reflejar la dimensión de Whbow: Whto (toju
waboju). Sin duda existe, aunque sea en forma sutil, la idea de que la creación ha de traer una solución a
este estado de “caos”, ya que toda la acción creativa representa un proceso hacia la vida y el ordenamiento,
o sea un “anti–caos”.
39
Voth, E. Génesis. Primera Parte. Serie Comentario Bíblico Hispanoamericano. Editorial Caribe, Miami,
F.L., U.S.A. 312 pp. (p. 36)

40

You might also like