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Ue cuakeal través de See) Lorem América Latina Mario Bussagli LOS ' 0) M Hay ae eRe aa CT CN Ue ure eee ee ee fundador de una gran corriente de CeCe a ai Se cus aCe) See ee Mure a) eee te ems a) Oe aan CD eeu SI) ea ease eae Rosen ele caw my Sacer nc) Cee ue urn) PM RC aCe ee Cac) erage Sree Rn eee Sars Secu ny eu imma CARCI y de esta actitud compasiva eae au eat ree eect Se eMac eee Mead eee NR carry Sa ue eee acl Tae enue eae ern Om mca Cn mm nn Pion SOO acne POPC acu teria CN cy Tere Rey Pe eee Se nem CUR cea Ree Um Rear! SECU ec! Ce Cee CeCe Sire een nee ic ee Ie) Poe ue Rca) Caractere cana Oe eee acm ae ea mea CEN ER iecocunnt ck eae ee a ee Mes ed CC er eeeene Rel rcs Ceres te cucu oc? Cee ace aae iy moderna, también el occidente Ce a Rua ee Rac ae Cece eR Men Pee Se Rares Sete eee Mein epee Ru Meo ney ares ewe catn Seat itary Cee ae es ene eee toe eee Soe Cem eeu) aC cmc Catamaran Ce eer Roca R tems a Rac aT a Curae seu Meese aey Poeun n mos On ne A) Cee a aac) Ree RSC OER Mg a es cucy Se mn aaa) Coes ene ray Cee Aeros! Cer maTL oe CmCa) Coeacey Ores See Pres La lamina de la tapa pertenece a la ee eT perenne eM en Las obras pertenecientes al Museo Guimet, POC ac Montresor_y Ordasso, Turin. eae preter ey Traduccion de Néstor Miguez ee eC Peer a Pe ec ee erry Pee oe ee ey ore arent rae los talleres graficos de Sebastian de Pere aw ean ree Erie Cerone eT do mucho y se diseuten asin Bs del nacimiento y la muerte (0 2) de Buda. Seyin afirmacién las Fuentes —oualesquiera sean #6 Is paises a los que perte- vib ochenta afios: este dato seguro. En cuanto al ‘que para los bndistas es eato esencial de su existencia todas las tradiciones cronologias diferentes: una Ja cronologia larga, ubica ‘aos antes de Ia consagra- 4 la cronologia corta— lo ubi g antes. Esta altima es ln que as las fuentes sinscritas y ‘que la primera —hs larga ‘l budismo de Ceilin. Una ‘entral (traduccién botana ptanesa) coincide, aprosi- a ie tmdiciin do Coilin ‘pai, Una de las fechas _de Is consagracién de ALG. (oscila, sin embar- Mario Bussagli de Ashoka en el 268, 218 afios después del nirvana, De este modo, todo coincide, y por ello hemos adoptado aqui, aun con todas las reservas del caso, esta eronologia que se basa en las investigaciones de P. H. L. Eggermont, The Chronology of the Reign of Avoka Maurya, Leiden, 1956, y que ha sido adoptada también por E. La motte, Histoire du Bouddhiome indien, LLovaina, 1958. Las otras fechas promuestas para el nirvana son: el 438 a, C. segin la Cambridge History of India, el 478 a.C. ‘por los autores de la Inde Classique (I. Re- row, J. Fllozat y otves), el 480, como fe- cha aproximada, por muchos otros autores, entre ellos E, Conze, y el 476 por tna mi novia que comprende, sin embargo, buenos divalgedores. La tradicién més difundida, que fija en un siglo exacto ol Iapso entre el nirvana y Ia consagracién de Ashoka, revela al andlisis eritico im carieter cast eon seguridad legendario, y por ende in- fundado. 566 a.C. Nachmiento de Siddhartha Gautama en Kapilavastu. 550 a.C. Se casa con la prima Yashodbari. 587 aC. La “gran separacién’. Siddhartha _aban- done a su familia, la vida do la corte, Jas comodidades y las riquezas. 582 y 581 aC, Fin del periodo de ascetisino. 582 6 581 aC. La Mominacién. El asceta Siddbetha. se convierto en el Buda, 456 3. €. Muerte de Buda, 483.0. C.” Primer concilio budista de Vaishal, 272 a. C. Ascenso al trono de Asboka Maurya. 246-0. 0. Mahinda introduce en Geil: el budismo. 1, El nacimiento del Buda. Arte de Gandhara, siglos UHI d.C. Karachi, ‘Museo Nacional (Dep. de Arquedlogis, Pakistén) 2. Nacimiento de Kanthaka y Chandoka, €l futuro caballo y el futuro escudoro del Bodhisattoa. Arte de Gandhara, siglos IILME d. C. Karachi, ‘Museo Nacional (Dep. de Arqueologia, 3. Los cuatro “encuentros” del Bodhisattea; pintura de Asia Central. Paris, Musco Guimet. Los que me han visto como forma y los que me han seguido al ofr mi coz hhan hecho esfuerzos errados. iNinguno de ellos me verdl Los Budas deben verse en el “cuerpo de la Ley", y es de los cuerpas de la Ley de donde viene la guia para ellos. Voiracchedika-sutra EI Buda En su sentido literal, la palabra “Buda, incorporacla al eonocimiento comin de todas las culturas, significa “el Despierto”, Indica aun personaje histérlea que vivid en la India entre el siglo VI y el Va. C. fundador de una gran corriente de pens iento religioso —vale decir, el budismo— que unificd espiritualmente a una gram parte del continente asiitico y que dese perté coos importantes incluso en Occiden- te, tanto en Ia antigiedad como —sobre todo— en la época modema. Es dificil due ar de la realidad histérica del principe Siddhartha, nacido en el seno de Ia familia Cautama, la principal de la estimpe de los Shikya, Iamado justamente Shakyamuni (el sabio de los Shakya), 0 Buda. Con este iltimo nombre se akide al hecho do que como aquel que se despierta deb suefio y vuelve a la vida logré superar todas las apariencias del mundo que los Jombres creen real, pero que es ilusorio, y de este modo llegé 2 una verdad absoluta © inmutable. Aclaremas inmediatamente que descle un eomienzo, pero sobre todo con el trascurso del tiempo, Ja palabra Buda ‘no tuvo solamente el valor de una deno- ‘minacién referida al Maestro fundador del udiso, sino que se extendié hasta adqui- rir el siguiente significado: Maestro de las epocas pasadas y de las que vendrin, del futuro, el “Salvador” de una humanidad mejor que viviré sobre Ta tierra en la era Proxima (vale decir el Buda Maitreya, he- redero espiritual de Shakyamuni). Toda fra, en ofecto, tiene su propio Buda, que freee a los hombres Ja posibilidad de su perar las enfermedades, Ia vejez y la mu fe con el descubrimiento de la verdad y Ja conquista de un estado espiritual inmu ne a las pasiones y los dolores. En forma anéloga toda una serie de entidades —més que divinas, si puede decirse— represen tadas por el arte budista en aspectos hu- manos derivados do los atribuides tradi- cionalmente al Buda histérico, evan tan= bién el nombre de Buda o, mejor atin, de Dhyan! Buda, es decir, Buda de meditacién © Buda supremo, Personifiean la esencia ‘misma del universo, quo es una emanacién directa de ellos y reinan en “ tribuides en les cuatro puntos eardinales cio y en un punto alto que es el tro. Oscilan, sogin las interpretaciones do las sectas, entre la realidad de una es ¥ la evocacién ilusona, En eonjunto, parecen divin expresiones simbdlicas figuens por las técnica de meditacién (y por riencia, en el espfritu rico que Henan el espacio (\iniea realidad que ad= mite el budismo) con sus ilnsori riencias. Era inevitable pues, que el Macs. fro humano, identifieado eon la ley que rige Ta for del universo, se convittie lo divinids suprema 0, © fen relacién ades divin bolizan el Absoluto, De otro modo, Dudismo habria permaneeido limitado tuna especulacién filosifico-moral rerticular que, si bien ofrecfa Ta. posihilidad de tuna amplia organizacién eclesistica, tio habria tenido Ia fuerza necesaria para en una religiin universal son estos. Budas Jo. que nos interesan, ellos adquirieron vide por la sobre el pensamiento de wn sab do do la India del siglo VI a.C. quien éta debo Ia mayor y mis ¢ expresion~ de su cultura, mientras que 1 nico humanismo vital que Leyenda © histo Eseribir la vida de Shikyamuni es una empresa casi sin esperanza. Los budistas hhan empleado poco menos que un milenio fen darnos tna biografia legendaria y ol viamente edificante del Maestro, acompa fiada de una adecuada ilustracion figuras tiva. Tal como ha llegado hasta nosotros, la leyenda del Buda —que no cierne a sii vida real, sino también a infinit episodios de Tas vidas prece sente claras estratifieacion dos, ampliae tario de_sus pudismo en la India, de modo que es sumamente ardua la tarea de quien quiera extraer de la base leger aria un nico ¢ d historica, “Por To demis, no olvidemos que, a fines del ado, Emile Senart se esforzaba por Interpretar la leyenda del Buda como un tito solar que aladia al trayecto del astro Gesde el alba hasta el cxepisculo, con sus I nubes y vapores que 1o searecian, sus esplendores repentinos y su filgido y apacible erepisculo. Era ‘una ntepretacién ingeniosa, fruto de los tiem- Pos y de los enfoques cientificas que do- Buda ‘Por entonces, pero es sintomatico el hecho de que el anilisis exacto de los textos (y de los monumentos figurativos que derivan de ellos) haya permitido a un gran indélogo como Senart extender des- ‘mesuradamente, simbolos y motivos sola- res existentes en la leyenda y la icomoerafia Thasta hacer de ellos una clave de Jn inter- pretaciin alegérica total de Shikyamuni Sin embargo, existe seauramente un micleo hhistérieo que, aunque ahogado por adicio- nes fantasiosas y legendarias, constituye la base sobre Ta cual se spoya toda Ja estruc- tra budista Vida de Shakyamuni Si nos esforzamos por reducitla a sus tinos esenciales, Ie vida de Siddhartha, el sabio de los Shakya, puede ser defineada del siguiente moda, Nacido hacia el 566 a.C. (o quizis en el 558 aC.) en rai nepalés, una superficie totalmente cu- * bierta por junglas casi impenetrables, pasé Su Infancia y su primera juventud en la corte de su padte, el rey Shuddhodane, con todas las comodidades y Injos_ corres pondientes a su rango de principe herede- 1. A los 16 afos, una yer, satisfechas las pruebas prescritas do fuerza, agilidad y estreza, se cas6 con su bella prim Yasho- hard, de I cual tavo un hijo al que se io el nombre de Rabula, Viviendo en el ambiente de la corte y protegida eon par tieular cuidado do los contactos con las durezas de la vida —para evitar, setiin Ia leyenda, que se dedicate a Ia vide ascética— debe de haber tenido una revelacién casi repentina de ts penosa realidad que las enfermedades, 1a vejez y la muerte hacen pesar sobre los hombres y de los esfuerzos que tealizan las almas religiosas para con- quistor una verdad perdurable y — sobre todo— la, serenidad del espiritn. Son los famosos “Cuatro encuentros” con el en- fermo, el viejo, el funeral y el asceta que constituyen la nota més saliente de uma sociedad sui generis y por ende, de wna particularisima evaluacién del fendmeno de Ja vida, existento on Ta leyenda. Fs verdad que Ia reflexién sobre estos. inevitables ‘spectos negativos de la existencia, el ejem. plo de los ascetas que tenian la ilusién de conguistar una verdad inaleanzable y, so- bre todo, el fervor religioso que caracte~ riba a Ia vida espfeitual en la Tndia de quella época, debon de haber pesado rofindamente en su animo, ya proclive a alejatse del mundo para buscar valores que estuviesen més alla del dolor y de la muerte Ascesis y meditacién or ello, a los 29 aiios abandoné la vida segura del palacio, los privilegios de su clevada posicién, los afectos familiares y 1h ciudad misma para entroearse a la vida el asceta errante. Al pareser, después de abandonar Kapitavastu, se divigié hacia el 1. Gran cabeza de Buda en yeso. Arte de Gandhara, siglos V-IV a.C. Sur y después de atravesar el Ganges, He- g6 a Rajahgrha (hoy Rajgir), capital del stad de Magadha, donde trabé amistad fcon el soberano local Bimbisira (que de- Ssomperia un papel destacado en Ins Teyen~ das budistas). Aqui se convirtis en disci- ppulo de dos macstros del yoga y lous, fracias a sus ensetianzas, el dominfo de los étodos de concentracién y de meditacién que ofrece el yoga a quienes lo nractican. En esta fase de la experiencia religiosa de Shakyamuni esti contenido, en sur nico, todo cl complejo problema 1 fico de"los posteriores vinculos entre el rpensimiento buclista y In técniea del yous, Esta técnica, mediante la regulaciin de la respiracién y por otros medios psicolsiolé- igicos, permitia (y permite) lograr estados do éxtasis sublime y dar origen a una in- finita serio de experiencias extrasensoriales Pero, al salir del éxtasis, la realidad del ‘mundo permancce invariable, lo cual indu- jo al futuro Buda 2 dudar, con fundamento, de Ia cfieacia tanto do la técnica como de Tas experiencias mistieas derivadas de ella. Después de abandonar a los dos yosuin " ¢ retird. 2 Uruvilvé, una pequeiin cindad a orillas del Nairanjian4, cerca de Bodh Gaya, localidad que fue esencial en la vide del Buda. Aqui se dedicé a terribles ejerci- ios de ascetismo, entre ellos aynnos pro- ongadisimos, que pusicron en peligro su ‘vida misma. Este periedo, que quizis daré seis 0 sicto ais, revela ol esfuerza por bu- ilar la came, para exaltar el espirite, pero siempre fuera de Ia racionalidad eonscien- fe. Se llega asi al 532531 aC, Cansado de los esfuerzos initiles, ol ex principe Siddhartha renuneia a Ie ascesis ante la desaprobacién de sus cinco compatieros cinco ascetas mendieantes que lo conside- Zubin su maestro— destinados a convertise fen Jos primeros diseipulos del Buda, des- pués de la Tuminacién, es decit, de la conquista de la verdad. Ante la incertidum- Tre acerca de la vide que debfan elegir, éstos To abandonan para traskdarse 9 Be- args. Una vez solo, el futuro Buda vuelve templar sus fuerzas, y es mis que vero ssinil que este perfodo de renovacién haya ‘sido mis Tarzo de lo que dice Ia levenda. TLos textos, en efecto, slo. nos hablan de fan ofsecimiento de alimento hecho por tina jovencita y de un bao en el rio. La noche misma de la decision, el Maestro se Inabria sentado bajo um arbel de pippali (Ficus relizisa; ln'devominacion cient hace referencia directa a ls leyenda ba- dista) y después de acumie una posicion | meditative preseita por ol yoga, habia fnieiado una meditacién que, en Ingar de estar dirigda al logro de un estado parse ‘normal que provocase en él las habituales Alucinacionessublimes como prueba. de tuna presencia divina en el espiritu, abor aba directumente el tema de la muerte y el nacimiento, 0 mejor dicho de las muere tes y los nacimnientos, ya que el ambiente | eligoso indio presuponia, como elemento Buda esenelal de todo credo religioso, I exis. tencia de un ciclo interminable de muertes y nacimientos para todo ser viviente, Podriamos decir que Ia meditacién misma fue realizada con un igor Wégico muy nf tido. Para apreciar su valor, es necesario cconsiderar el mundo de! cual surgié. Muertes y renacimientos sin fin Dien pensado, el eilo de los renacimientos (en sinserito, samsira) habia sido conce- bide para eliminar el terror a la raverte, y tio hay dada de que la idea de una vida Aue renace continiamente, idea muy ara sada en ol espirity indio, ejeree inf uencia todavia hoy sobre Is psicologia Tocsl, con efectos a veces imprevisibles. El escaso interés por la historia, Ja ausencia de un verdadero sentido de to trigico y muchas de as implicaciones morales que derivan fe él —y que, entre otras cosas, excluyen un verdadero interés por el dolor y el su- frimionto de los otros, comsiderados como frutos inexorables de malas acciones reali zadas on existencias pasadas— dependen de esta concepeién, que logra sin embargo ftensar en Jos hombres el temor instintivo frente al propio fn, pero amultiplica hasta 1 infinito —¥ sin esperanza de. cesacién— el dolor vineulado con la vida y con el paso de una existencla a otra. En la pric- tiea, la concepeidn india exclaia de ln mae niera mis absohita toda prowreso individual, cl cual, a la larg, no. podia dejar de hacer sentir sus efectos, porque ningtin estado =ni siquiera el de dev ~es deste, de divi nidad— era considerada inmane a Ta deea- dencia y el fin, aunque slo fuera después de un periodo inmensemente largo. Expre- sado por el simbolo” de la meda (que el Durdismo utlearé con diverses matices de significado), el ciclo de los nacimientos y Jas muertes mantenia prisionero al indivi duo y excluia, entze eras cosas, no sélo ‘un sentimiento social verdaderamente_ ac- tivo, sino también todo impulko de exridad ‘que To fuese intensamente ogoista © ins- prado por ast decir, por un oportunismo retafisico. Por otra parte, toda accién realizada, por In Tey de las compensaciones, acababa por clavar cada vez mis siidamente al indivi duo a a meda de las existenein va foese icha acetén buena (lo que favoreceria ‘un rencimiento mejor), ya fuese male (lo ‘que determinaria un descenso en Ta eseala de valores bioligions). Por ell, era Wgieo ‘que Is meditaciin del Buda ~se hava d= sarrollado en una sola y terrible noche, eo- amo narzan los textos, © haya tenido una larga preparacién yun proceso no. menos largo, ‘como pazeceria mis. probable ya que el descubrimiento de la verdad no presenta la apasienciz de una real int cidn—, se propusiese dirimir esta cuestion bisica, para abrir a los hombres una nueva perspectiva y una aueva valoracén do la vida anisma, La esencia del ponsamiento budista esti contenida, sin duda, en el amado “Sermin de Benarés", vale decir en Ja prinié

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