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CATEDRA DE COLOMBIA: 2Moralidad y Modemidad en Colombia — -. Rubén Jaramillo Vélez oe €seo ESCUELA SUPERIOR DE ADMINISTRACIGN PUBLICA 5 de noviembre de 1998 em a z es Ee Rubén Jaramito lez ~~ Moralidad y Modernidad en Colombia (Quisiera comenzar recordando una consideracién del ingenicro antioqueio « idedlogo liberal Alejandro Lépez, quien tas su expesiencia en Inglaterra, en donde realizaria sus estudios, observé con mucha detencién la idiosincrasia, la mentalidad de los colombianos y, quiz4s por haber vivido en un pais en donde a parti del siglo XVI, desde Ia rupruza de Ensique VIII con Roma, se habia consolidado un arquetipo de ethos secular pariculamente eficaz en relacién con el ascenso de Ia modemnidad, percibi6 est deficiencia, Ia ausencia entre nosotros de una écica laica, secur. Quisiera comenzar por aqui, porque terminaré citando el comentario de ua sacerdote jesuita en el cual éste manifiesta la conciencia de la misma nea, llega a las mismas conclusiones a que llegass aquél y que formularia lebre libro Preblemas Colombianos publicado en 1927. tesin Sin embargo, seri necesatio primero detenernos un momento en el Etss os face Excaties | acontecimiento mismo de la modemidad, porque en su definicidn se } 5 sales ze Potcacioes | encuentra ya este momento de la secularizaciSn. En un libro de Jixgen Habesmas publicado oxiginalmente en 1985, que se tuadyjo al espaol dos aiios después y ilkimamente se ha estado leyendo Giscutendo mucho entze nosonos: EY Dizuro Fibsifio de j comienza re:omando Ia reflesin de dos penssdores al 7 ocuparon expresamente del asunte: Hegel, a comienzos dé ber, Gen afios mis eds. } (ex __ _Moraidad y Moderidad en Colombia © Lode Weber ya es un t6pico de la cencia social contemporinea. Se refiere al “desencantamiento” que acompafia al proceso de secubisizaciéa de la experiencia del hombre occidental, y 2 la racionalizacion progresiva de las relaciones interpersonales que le es inherente, todo lo cual se incorporatia, desde la perspectiva del materialismo histérico, a un anilisis muy Iicido de su discipulo Georg Lukacs en su célebre y ya clisico ensayo sobre el fenémeno de la “reificacién” o cosificacién de las mismas, caracteristico de 1a modema sociedad capitalists En cuanto a Hegel, en su cis a usta de uns toma de coneiencs a min del acontedimiento que él considerara ef timo momento definitorio de la modemidad, la revoluciéa francesa. Por ello Habermas recuerda los eventos histéxicos que resultason decisivos para la implantacin de lo que aquél consideraba el principio de x modemidad: la subjetvidad. La Reforma Protestante, en primer lugar, que a su vez fue ua resultado del Renacimiento, asi Lucero hubiese seaccionado conta éste y en ua prime: ‘momento hubiese propugnado mis bien por un regreso a la Edad Media, lo que resulta particularmente claro si se considera su pensamicato econémmico ¥ socio-politico. Esa primera manifesticién del individvalismo y de la subjetvidad ya es perceptible, por lo demis, antes de la reforms, en el campo de la filosofia 1 tavés del Nominalismo, que no casualmente se llamé entonces la “via modema’. A través del individualismo religioso de la reforma se produce una eclosién mis profunda de la subjetividad. Pero no debemos olvidar que, a su vez, el Renacimiento fue el resultado de trescientos 0 cuatrocieatos aos de formacién de la burguesia en Europa, desde las postrimerias del siglo XI y durante el pesiodo en que se consolida la vilinseiéa urbana. La reform, a dustracion y la revoluciéa francesa soa entonces para Hegel los tes momentos a mavés de los cuales se implanta el principio de modemidad, la subjerividad. La modemidad, cuyo principio rector es, segin su consideracién, la subjetividad, comporta cuatro connotaciones. En primer lugar cl individealismo. Dice Hegel que en el mundo modemo “la peculiaridad ‘Rubén Jaramillo Vélez infinitamente particular puede hacer vale tipo de existencia no individualista d lbro_que unto s¢ ha leido Ghimamente entre nosotros, ado lo Siido se Sapien nc mRLANI clad igi he recreate como justificado”. Ya en una nota de pie de pigina de la introduccién a la Critica de a Ragin Pura lo habia formulado Kant cuando det wesera época es In propia de tuascendente —en el sentido premoderno de la justificacién teocritica o religiosa— sino que debe fundamentar siempre de nuevo y a partic de ella smisma su legicimidad. En tercer lugar postula Hegel como una carscteristica de la modemidad la sutonomia de la 2c ertenece al mundo modemo el que queramos servis de fadores de 2quello que hacemos” Y por iiltimo menciona I también como un elemento de la modernided 2 la implica que en la edad moderna la flosofia “aprehends la idea que se sabe a Moraidad y Moderidad en Colombia Me parece importante plantear esto en primer luger porque si de lo que se 12 ¢s de pensar las rclaciones entre moralidad y modemidad, y si partimos de constatar la carencia de un ethos, de una moral secur entre aosotros, probsblemente debamos constatar igualmente una “deficiencia”, una carencia de modernidad - 0 una “modemidad postergada”- en nuestro pais, tal y como lo hemos venido sosteniendo en diferentes exeritos durante los ‘ihtimos-ai0s-— — Rubén Jaramilo Vélez clisicas sobre la infancia y las crisis de la adolescencia— en la que se analiza con agudeza 5 precisién la circunstancia familiar de Lutero, las maices, muy profundas,.de su depresidn, de sus fuertes sentimientos de culpa y de su La era la obsesiéa de Lutezo. Cuando a comienzos de la segunda década del siglo XVI regres6 de Roma después de haber experimeatado durante cuatro semanas en esa Gudad, a lz cual habia sido enviado por los Resulta aecesario enconces plantear desde el principio —ya que nos hemos referido a la reforma como uno de los momentos fundamentadores de la modernidad y del desarrollo de la subjetiridad moderna— una contraposiciSn entre las consecuencias éxcas de aquellay el comportamiento moral propio del eatolidismo, en particular del catolicismo hispinico e hispanoamericano de ls contrarefocma. Las consecuencias éticas de la reforma han sido estudiadas por grandes investigadores del asunto, printipalmente por Max Weber, en sus ensayos publicados hacia 1905: E/ Protetantiome y la Etica de Coptalisme, o por Exnst Troelsch, contemporineo de Weber y también un gran conocedor del , sobre todo en una obra monumental: Las Docrinas Sociales de Las tes ighsias y Gripes Cristigws, asi como en un ensayo intilado La Signiicaciém de Protesantismo para el Mundo Moderna (1911). Dentro de los aportes de la seforma protestante al campo de la ética se debe destacar en primes lugar el sentido de la responsabilidad individual. Hegel dijo de Lutero que fe “el primero que pensé que el hombre debia ser libre por si mismo”. El problema de la salvacién se convietié en efecto con la reforma en asunto de cada uno: es el individuo al que a partir de entonces ha de asumir directamente, sin lz intermediacién del sacerdote, la tarea de su salvacioa. En el caso del individuo Lutero era este el drama de su vida. Lo que por encima de todo motivaba a Martin Lutero era el temor a la condenaciéa tema, salvarse constinii su gran anhelo, su obsesicn, Inclusive existe un fia intitulada EY joven lo de Freud que fs ya consideradas superiores de-sw-convento-en-Sajoniix pang) ‘algunas rutinarias relacvas a la orden, la profunda decadencia de la iglesia, se consagré a estudiar con mucho detenimieato las cartas de San Pablo —ese ‘otro atormentado, de quien afirmara Emesto Renin que en su momeiito hhabia realizado algo que de alguna manera prefigura el movimiento de la reforma: la ruprura con la ley juddica, la universalizacién del mensaje del salvador—, encontrando en la Epistala a lor Romanos la sentencia del profeta Habacuc —“Pero cl justo vitiei por lt fe"— con base en la cual fundamentaria su rechazo a la teologia de las obras y, por Jo tanto, a la prédica ya la prictica de la venta de indulgencias, contra las cuales Sjasa sus noventa y cinco tesis en la puera de la iglesia del castillo de Wittemberg el 31 de octubre de 1517, acto con el cual, sin darse cuenta en realidad, encendeia la chispa que produjo el incendio que daria origen al acontecimiento histérico-universl de la seforma y por tuna perspectiva teolégica y reigiosa la isrupcién del individuo y, con ella, de la modernidad. Pues uno de los resultados mis significativos de La Reforma fue la climinacién de la persona sacramental. A partir de entonces se considers que res ya no necesitaban de un intermediasio para relacionarse con el czeador, que cada cual podia asumir a partir de si mismo, desde el fondo de alidad moral y de acuerdo con lo que habia afirmado San Agustin ipso habitat veritas, ea ti mismo habits la verdad—la tarea de su ibn, Ciexto que en este contexto no resulta casual el que Lutero hubiese sido ua monje agustino, y que con frecuencia se haya considerado 2 Agustia como el primer mode:no. y Moraidas y Moderidad en Colorbia “Al clminar la persona sacramental Lutero proclamaria el saverdocio universal de los fieles y cl caricter invisible de recordar que algin eco de esto, con la incoporsc Vale la’ pena de entonces Ia substancia de Ia iglsia ya no ‘descansari en la pr __prclados los altos dignatarios —que por lo demis, en aquella época cen la comunidad de los ezcyentes en todo aquél que habiendo sido gyatfcado por el eepirns santo Rubén Jaramillo Vélez jos seglares y las mujeres, lo que provocd la oposicién de la iglesia, que termind por decarar herético el movimiento, ‘También unos 150 aiios antes de que Lutero diera inicio al movimiento de La Reforma, un franciscano que ensefiaba teologia en la Universidad de ‘Oxford —Joha Wielef— comenzé 1 criticar las riquezas de la iglesia y a pueblo, todo lo cual condyjo a una gran insure = tas tareat de orientar ética y religiosimente a la comunid dexeara ConmagraRe su servicio: Las consecuencias revolucionanas de tales ensefianzas las extraerin los ‘campesinos cuando siete afios mis tarde proclamen en su manifiesto —“Los derecho de Spirinu santo el don de la gracia era justo y podia, por lo tanto, desempeiiar requeria de un sacendote especial todo lo cual resultari entonces sentido de Ia responsabilidad pecans le en de Bis Wr enguas vulgares. Este anbelo por Keer los textos sagrados en la lengua del comin habia ingleses, similar a la que se produciria una generacién rebelién de Li exando Juza Huss, divulgador de la Biblia vemicula, fle levado a la hoguera por orden del Concilio de Constanza en 1417. Y por cierto que por mandato de la iglesia se desenterraron entonees los huesos de Wyclef y se quemaron con él Debemos entonces tener muy presentes los aportes de la reforma a la configuracién de la personalidad del hombre modemo. El sentido de la responsabilidad individual, en primer lugar. En segundo lugar el ethos del trabajo y la secularizacion de las relaciones con la divinidad. Lutero afiema que para honrar a Dios no es necesario recluirse en un vento y renunciar a la vida mundana, que se puede servir a Dios iéndose el monje en pastor, un esa Nética del-teabs Moraidad y Modernidad en Colombia individuo mis préximo al comin, que funda una familia, educa sus hijos y ‘ive en medio de sus feligreses, compartiendo com ellos la cotidianidad. La seeulasizacin descansa asi en lo fundamental,.considerada cab perspectiva de la reproduccién material de la sociedad —que por entonces con los avances de la manufactur y el intercambio comercial, con al desazzollo de Ia vida urbana, comenzaba 2 verse cada vex mis afectada por bbs consecuencias de la creciente y acelerada divisidn socal del tabajo— ea a Lurero en una o dos genersciones, se convertiré en la “religién del dia Inborable”, una vinculacién prictica con la divinidad y con la comunidad a través del trabajo cotidiano. En terces lugar y relacionado con lo anterior, se configura una activud ética especifica, eso que Weber bautizari con la expresin “ascetismo intramundano”: el contol ascético de la vida pulsional con base en el sentido de la responsabilidad individual Ascetismo intramundano que, como lo muestra el mismo Weber, estuvo muy rinculado al proceso de la acumulacién originaria del capital, al ascenso de la burguesia. Pues fue 2 partir del momento en’que el calvinismo se convirtié en la ideologia de los grupos sociales que se habian estado formando durante los limos siglos de la Baja Edad Media, ese periodo de la historia que con tanto acierto ha ealificado José Luis Romero con al titulo de uno de sus libros como La revolucién burguera en mando feudal, a partic del momento en ‘que esos grupos se hicieron a esa ideologia y con base en ella reinterpretaron el eristanismo en funcién de la legitimacién de sus propios intereses, que se inicis el ascenso tan vigoroso de la burguesia —y de la modernidad— en el norte del continente europeo y, desde al siglo XVII, en Norteamérica, un proceso que conduciria, por la gestacién del mercado mundial, 2 la tniversalizacién de la histor, Por ello diria Federico Engels que la reforma habia sido la primera batalla que enfrenté a la nacieate clase media con el feudalismo en Europa. Impulsadas por ella se produjeron las primeras revoluciones burguesas, comenzando por by revolucién calvinista, que triunfé en los Paises Bajos 2 =~ comienzos det siglo NVIT ras la sangrienta represion del duque de Alba, 4 ae 5” Berufsethos}-que luego, con Juan Calvino, postesioe—————-———— Rubén Jaramillo Vez ‘enviado a exterminar a los herejes por Felipe Il, cl soberano de la gran potencia tardomedieval cuyo padre habia ahogado alli los gécmenes de la ‘modesnidad al aplastar la revolucién de los comuneros, y que condujo a la gestacién de una sociedad burguesa protocapitalista que los converiria en la primera potencia masitima y mezeantl del siglo. Y¥ luego el triunfo de ls revolucién inglesa, la revolucién puritana, en sus dos ‘etapas, de 1640 y de 1688: la Glorious Revolution, que convertria a la -burguesis- ex tactor-det Bloque hegem@nico ae ta-clase-dominante="a tuavés del pacto con la aristocracia tradicional, que se aburguesa y acepta ‘entrar en tratos con ella. Me he detenido en todo lo anterior porque mi propésito seri contrastar ese desarrollo de la modernidad con lo que sucedi6 en Espada, un pais que prolong6 artficialmente, si se lo observa desde la perspectiva de la Europa secular modema, la edad media. En el caso del catolicismo y particularmente del catolicismo hispinico oficial (porque ambién hubo, por ejemplo, un smo espafol en el siglo XVIII) en lugar de Iz responsabilidad individual se da el control jexirquico. Ea la Espata de la’ contrareforma se acentué Ia significacin de la persona sacramental —el sacerdote— y la vida cotidiana se vio impregnad: de un clericalismo que desaparecié en las sociedades impregnadas por los efectos de la reforma. De la misma mane, sila dinimica de la seforma se caracterizari pot el proceso de geculasizacién al rolear las energias morales del individuo ea et cumplimiento de tareas intramundanas (por es0 es que Max Weber hablard de “ascerismo intamundano” hispanoamericano— ins vinculaciéa con el més alléy la intezvencién de éste en la vida cotidians de 1 catolicismo hispinico —y por ende el i enfiticamente en el providencialismo, la los individuos. Por eso también muchas de las précticas y sinaales del catolicismo fueroa considerados, desde la perspectiva de la teologia protestante, no reigién sino supersticién: “magia”. Y por eso, inclusive en Francis, en donde se quiso aniquilar el movimiento de la reforma con la masacre de los Hugonotes en la 2, se produjo desde la segunda mitad el siglo XVII, a uavés del Jansenismo —que ha estudiado con mucha noche de San Bartolomé del lady Modemidad en Colombia © ucidez Lucien Goldman en su obra Lé Diew Cachi— y a través del deismo, pira en la reflexién religiosa de los puritanos ingleses, desde Milton ron al gran filésofo John Locke (sin lugar a dudas cl pensador mis yente en Europa antes de la apacicida de la Critica de la Razin Para, autor ‘del Tratads sobre el Gobierno Cinly las cuatso. Cartas ‘obre la Tokerancia) ciecta S influencis de la reforms. “Bit deismo-de ty dastracisn francesa, cuyo representante mis caracterieado—— jodcia_ ser Voltaire dmirador dela reforma ¥ les instiouc as— afirma la existencia de un Dios creador del univerto pero que no ene en Ia vida coddiana de los hombres, por lo’ cual estos han de Atenerse aun ethos secular y al desarrollo del conocimicnto. Asi es como, a yl2Zustacién, asi como también, desde luego, en particular a ca ‘gran revolucién de 1789. :$ que a partir de la primera mitad del siglo XVI adoptaron que desde mediados del siglo se hicieron debemos reconocer objetivamente, a su manera cn la selativa y asinerOniea modemizaciéa de los paises catdlico-romanicos, como los que componen nuestro subcontinente. Me rfizo 2 todo ello porque Espa es un pals con una soa sumamente { Rubén Jaramillo Vélez {que constituye un gran error aplicar de una manera mecénica las teorias del ruterialismo hist6rico a su caso. Porque, por ejemplo, aunque sé dign que la conquista de América Seis una prolongicién del feudlismo expafiol —como de una manera muy pica argumenta el historiador argentino Rodolfo Puigross en su eélebre obra La Expas que Congas el Nucto Mizxdo— en reslidad la pariculardad de Espaiia —es_que-no_nivo_un_feudslismo_clisico.-Si-se_comparan_las-sociedades espafola y francesa durante el medioevo, por ejemplo, se puede establecer ‘que en esta ultima si se consolidé este modo de produccidn, mientras que en aquella, durante los ocho siglos que duré la empresa de la reconquista, en la medida en que paulatinamente se fueron repartiendo pequefios y medianos loves de tierra alos guerreros, se produjo una formacién social muy peculiar, ue Guillen Martinez caracteriza con la expresin “hidalguismo”, Y de opr pare, la misma peculiardad de Ia historia de Espafa hizo de la conquista de América longacién de la reconquista”, como decla hace mas de sesenta que puede ser considerado el deca dai historiografia espafiola contemporines, don Claudio Sénchez Albornoz, cvando sostenfa que la empresa espafiola en América habla sido una proyeccién del medioevo hispano en el espacio y en el tiempo, una aventura que “habia prolongado las rutas medievales de Espafa”. Y agregaba: “Como no verla a la manera del mis gigantesco resultado del activismo peninsular, que la lucha secular con xed o desenvolvié hasta los limites de lo humano en los reinos {Cémo no advertir en el descubrimienco y la conquisa de América Ia iltima edad heroica del mundo ‘occidental, el dimo periodo de la edad media épica? Si se compara nuestra accién allende el mar con la de otros pueblos europeos, gno se manifesta a plena luz el medievaismo —cruzada y aventurs— de la nuestr? A diferencia de la colonizacién de occidente por Roma, plnesda, drgida y reilizada por el Estado, quién no ha visto en la hazaiia de América la accién dispersa e inconexa del pueblo castellano, huéefano en ella de la guia eficaz sinorias dirgentes y abandonado casi por el exado bispano, euleeeer a pueblo no medieval, sometido a las articulaciones rigidas de Moraiéad y Modeidad en Colombia @ un estado antiguo o de un estado modemo?

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