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UNA HISTORIA INUSUAL

JUAN 15:13 "Nadie tiene mayor amor que ste, que es el poner su vida por sus amigos."
En el hemisferio norte, la que se sita al norte del ecuador, esta es la poca del ao en
que las personas se amontonan en playas y piscinas. Tambin es la poca en que los
salvavidas grandes y musculosos practican sus rescates en playas y piscinas abarrotadas
de gente.
Crase o no, el salvavidas de esta historia no es ni grande ni musculoso. El salvavidas de
esta historia es la pequea Marie Paule Thille de Metz, Francia. Marie recibi una medalla
de bronce por haber salvado una vida, realizando un "acto de coraje y de sacrificio
peligroso".
Lo que hace que sta sea una historia inusual es que Marie tena tan slo tres aos
cuando salv la vida de su desagradecido amiguito Denis de dos aos. No me
malinterpreten, no es que Denis no quiera estar vivo, sino que no le gust la forma en que
fue salvado. Es que cuando Denis se cay en la piscina municipal, Marie lo agarr del
cabello y le mantuvo la cabeza fuera del agua hasta que sus gritos pidiendo ayuda fueron
contestados. Denis dijo: "Me doli mucho". Y me imagino que es cierto.
En el caso de nuestro rescate espiritual, no fuimos nosotros, quienes estbamos siendo
rescatados, los que sufrimos, sino que quien fue herido fue el Rescatador, nuestro
Redentor, Cristo Jess. Puetazos, latigazos, una corona de espinas, clavos pesados, y
una lanza romana, causaron sus heridas.
El Rescatador hizo un acto de sublime amor para salvarnos. Para evitarnos la muerte
eterna, L tuvo que dar Su propia vida. Ese acto de amor y sacrificio total nunca ha sido
repetido, ni antes ni despus de L. A Jess no le dieron ninguna medalla, ni L nunca
esper, pidi, o hubiera usado una. En vez de medallas y honores, que L reciba un
profundo agradecimiento que brota de los corazones de las personas por las cuales
muri... como t, y como yo.
16 Pues Dios am tanto al mundo, que dio a su Hijo nico, para que todo aquel que cree
en l no muera, sino que tenga vida eterna. 17 Porque Dios no envi a su Hijo al mundo
para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de l. (Juan 3:16-17 DHH)
ORACIN: Seor, T entregaste Tu vida para rescatarme de la muerte y condenacin
eterna. Aydame a estar siempre agradecido y a amar a los dems as como T me has
amado. En tu nombre. Amn.

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