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John D. Barrow Imagenes del Cosmos Las mejores imagenes de la historia de la ciencia PAIDOS, cal Titulo original: Cosmic Imagery. Key images in the history of science, de John D. Barrow Publicado en inglés, en 2008, por The Bodley Head ‘Traduccién de Isabel Febriin y Cristina Garcia Cubierta de Opalworks Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorizacién escrita de los titulares del copyright, bajo las sanciones escablecidas en las leyes, la reproduccién total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografia y el tratamiento informético, y la distribucidn de ejemplares de ella mediante alquiler o préstamo publicos. © John D. Barrow, 2008 © 2009 de la traduccién, Isabel Febridn y Cristina Garcia © 2009 de todas las ediciones en castellano Ediciones Paidés Ibérica, S.A., Ay. Diagonal, 662-664 - 08034 Barcelona www.paidos.com ISBN: 978-84-493-2287-7, Depésito legal: M-27.429-2009 Fotocomposicién: Victor Igual, S.L. Impreso en Artes Graficas Huerta, S.A. Camino viejo de Getafe, 60 - 28946 Fuenlabrada (Madrid) Impreso en Espaiia ~ Printed in Spain Sumario Brefartoiss ore sus sp ee pang 15: Introduccién: Cada imagen cuenta unahistoria. . 2... 19 ParTE 1: ESTRELLAS EN TUS OJOS Prélogo.. . eee ee. DF L = nifios s Slbehs caeNacar TacGHads Renal ay ry ‘4. Asi que quieres ser una estrella,..: El diagrama Hertzs- pring Russel ace Fak bow A wee ee ie) 5. El Universo ingenioso: Nebulosas . . 1... - ie 150 6. El presagio de 1054: La Nebulosa del Cangrejo. . . 55 7. A de Andrémeda: La galaxia vecina. . . . . 60 8. El tono perfecto: El diagrama de diapasén de Hubble. 64 9. Una proporcién un tanto extrafia: Galaxias peculiares. . 68 10, Cuando los mundos colisionan: Supernova 1987A._ 73 11. Universos fugit a ley de Hubble Lo 6 de Friedmann 84 Inflacién: El Universo como un globo 90 14. Calor de fondo: EI espectro de la misi6n COBE.....94 15. Cuando un protén encuentra un neutrén: La nucleosin- psd Bip Bate a i) kee WR 99 16. Apagén: El oscuro cial mocturno . . . 104 17. Los tentaculos del tiempo: EI estudio CFA del ie desplaa- mientohaciaelrojo . .. 2... 2 18 Copyrighted material 12 Imagenes del cosmos 18. La tltima frontera: El Campo Profundo del telescopio ‘Hubble. a=. eine 19. Los: denipod cambian: Los idiseaiias espacio-tiempo. . 118 20. Todos nuestros pasados: Nuestro cono de luz del pasa- do 124 21. El arco iris de la gravedad: El espectro del universo infla- ionario. 130 22. Con el mundo no basta: Inflacidn eterna. 134 23. Anonimato gravitatorio: Los agujeros negros no tienen. pila as a a ee a fe NB Prélogo . ss. 25S ea ee (ae — AS 1. Un pequefio paso para el hombre: La Tierra vista desde VeDaing agra ee “AEG 2. El mapa del dinero: La i Tieeade noche... 152 3 Cudade yanantedinlenraids un pequeno lance El SI GSENES! cj a am 155 4, Oscuridad a mediodia: Eclipse... . . . 5 158 5. La guerra de los mundos: Los canales marcianos_. . . 166 6. Los discos de oro de Ja humanidad: La placa de la sonda Pioneer y el disco de la sonda Voyager... . wo A _ ETT Hamar a casa: Platillos volantes... 183 im 8. La pasion del senior Bentley por la nieve: Copos de nieve 186 ai . En la cima de la montama: La ecologia de las plantas del 11. Lo que el viento se levés Los mapas del tiempo . ge 12. Caminando entre dinosaurios: Palabras e imagenes... 201 13. Paso a paso: Las huellas de Laetoli... 207 14, El primer espectaculo pictérico: El Horeimiento de Ta 15. Cuerpos espesiacilan 2 isalias ¥ mal cuerpo o humano 4 BZ 16. Una pulga en el ojo: El ingenioso sefor Hooke... 215 17, ¢Tu dirias que Is Tierra se ha movido? Continentes en 18, Muéstrame el camino para ir a casa: El mapamundi de Mercator... ee ae Copyrighted material Sumario 13 19. El canon de la proporcién humana: Las simetrias de la vida 226 20.. Captarunasalpicadurar a forogratia deahawelocidad. 229 BEOEOT tid GSEEG sities Slt TES SI aa Bee 1. Los famosos cinco: Los sélidos platénicos . . ss. 237 2. gJuega Dios al fitbol? Las bolas de Bucky... . . . 241 3. Hacer el primo: La criba de Eratéstenes . . 246 4. El cuadrado sobre la hipotenusa: i silla de ie novia. . 251 5. Los tiempos de los signos:+,?,u%= 261 6. Un montén de ntimeros apiados: Eleiaigilode Pascal 269 7. Azar y necesidad: Dados. 274 8. El hombre que se convirtié en diggracnssELxereceads. John Venn... i ini ae hone 9. Por una sola cara, per Pvoi La Gnade Moebis...._._ 288 10, Cadmo y Armonia: Senos y cosenos . . mnt F289: 11, Puentes sobre aguas turbulentas: Cadenas y arcos. . . 292 13. Una nueva interpretacién del infinito: Los argumentos diagonalesdeCantor. . 2... 1. ee ee ee 299 14. Los primeros diagramas: Los origenes de la: epresenta- ciones graficas . , + 306 15. Los graficos modemos! El chigmade lus wadiadoness_, 410 16.-DovemieElpenuprmanngeal sa... . ac.» B16 17. Hipercubos: Visualizar otras dimensiones . . . 321 18. Llévalo al limite: El copo de nieve de Koch, la aiaeitea de Sierpinski y la esponjade Menger... . . . . . 325 19. Un mundo sin fin: El conjunto de Mandelbrot eta a OO 20. No todo es lo que parece: El triingulo imposible . . . 336 21. Ver es creer: Ilusiones visuales . . . . we... 340 22. Dos piezas facies: ieetesummientog no > perisdicos we» oa 24, El «Tubo»: El mapa del metro de Loadres se ems a S54 25. Mentiras, grandes mentiras y estadisticas: La importan- 14 Imagenes del cosmos Parte 4: EL DOMINIO DE LA MENTE SOBRE LA MATERIA Broiggeee Guid. db ca Bio. BAI Ba a OR 1. Ellado admisible de la ciencia: Einsteincomo icono. . 371 2. Destejiendo el arco iris: El prismade Newton... 377 3. Atraccién fetal: El nacimiento del magnetismo terrestre 382 4. Que el campo de fuerzas te acompafie: Las lineas del campo magnético . . oe ee Ewa! F 386 5. El gran danés: El dtomo deBohr.......... 390 6. Toda la vida humana esta aqui: La tabla periddica . . . 395 7. Elsefior de los anillos: Las cadenas de benceno. . . . 404 8. Como un circulo dentro de una espiral: El ADN, la es- piraldelavidae s 2 6 ee cee eee ea 408 9. Todas las manos unidas: La arquitectura molecular . . 412 10. Déjalo estar: La curva de la energiade enlace... . . 416 11. Aquella horrible fuerza: Elhhongo nuclear... . 419 12. Escritura en el aire: Los rastros de la cdmarade burbujas 423 13. «Los diminutos y divertidos dibujos de Dick»: Los dia- gramasdeFeynman ...... . ss gua g AZ 14. Banda en fuga: Un punto triple tuniversal. ab dae ge 433 15, El gran catdlogo universal: Las tallasdetodo. . . . 441 16. Ese enloquecido y problemiatico gato: La paradoja del gato de Schrodinger . . 2... . 210 wk Roe 446 17. Espacio | alfondo: El corral cudntico. ... 1.5... 449 18. El espejismo cudntico: Fotonesenredados ... 1. . 452 19. El eterno retorno: La xerografia . ........ . 456 20. Una cosa lleva ala otra: LeydeMoore........ 459 21. Elsecreto de las arenas: El monténdearena ..... 463 NOMS! eee go babe ee RB Pm Re 467 Créditos fotograficos eX eRR EWS EEE BERS 525 Indice analiticoydenombres. . 2... 2.2 eee 531 Prefacio 17 sempesiade un:pepel fundamental enlocqueise refleretamantente vivo el proyecto y transformarlo desde las letras de molde hasta el volumen que ahora tenemos en nuestras manos. Nuestros hios, aunque ya han dejado de ser nifios, han mantenido un inesperado interés en el producto final —jquiz4 sospechando que apareceria con un videojuego incorporado!—. Elizabeth ha aprendido que este tipo de proyectos si tiene un final, y ha sido especialmente pa- ciente al tener que escuchar una y otra vez el consabido «ya queda poco». Su apoyo vital ha permitido que todo se haya podido termi- nar sin que haya sido a costa de dejar demasiadas otras cosas a me- dias. Hay un gran ntimero de amigos y colegas que han contribuido a la realizacién de esta obra. Desearia agradecer la ayuda prestada en lo que se refiere a las argumentaciones, textos, fotografias y fuentes documentales especialmente a: Sarah Airey, Mark Bailey, June Ba- rrow-Green, Nadine Bazar, Alan Beardon, Richard Bright, Rosa Caballero, Alan Chapman, Pamela Contractor, Jim Council, Carl Djerassi, Richard Eden, Kari Engqvist, Gary Evans, Patricia Fara, Ken Ford, Marianne Freiberger, Sandy Geis, Gary Gibbons, Owen Gingerich, Sheldon Glashow, Edward Grant, Peter Hingley, Sha- ron Holgate, Michael Hoskin, Martin Kemp, Rob Kennicutt, Paul Langacker, Imre Leader, Raimo Lehti, Nick Mee, Simon Conway Morris, Andrew Murray, Dimitri Nanopoulos, Chris Pritchard, Helen Quigg, Stuart Raby, Martin Rees, Simon Rhodes, Adrian Rice, Graham Ross, Martin Rudnick, Chris Stringer, Rose Taylor, Frank Tipler, John Turner, Steven Weinberg, John A. Wheeler, Denys Wilkinson, Robin Wilson, Tracey Winwood y Alison Wright. Todos ellos han resuelto interrogantes, han realizado suge- rencias y han proporcionado informacién o imagenes siempre con amable entusiasmo. Joxun D. Barrow Cambridge, 2008. 22 Imigenes del cormos proceso complejo y continuaba hasta su finalizacién. No existe una férmula simple que nos diga cémo acaban agrupdndose las gala- xias hasta dar lugar a todas las formas y tamafios que conocemos o cémo se producen las espectaculares turbulencias que tienen lugar cuando un rio que fluye muy rapido cac en cascada tras formar una serie de répidos; estos problemas resultan demasiado complejos como para ser resueltos de manera exacta empleando tnicamente lapiz y papel. Las fotograffas y las peliculas, sin embargo, pueden poner de manifiesto los puntos cruciales de estos procesos median- te la transformacién de las ecuaciones matematicas que controlan su comportamiento en simulaciones. El rapido desarrollo de graficos espectaculares ha permitido que prdcticamente todo el mundo pue- da presentar estas conclusiones de un modo atin mds impactante desde el punto de vista visual que el de las propias hazafias logradas por la industria cinematografica durante los ultimos veinte afios. La revolucién debida a los ordenadores personales ha convertido la ciencia en algo mis visual y mds inmediato, y ha incrementado el poder intuitiva'de laimente humana para/apreciarel funcionamiens to de patrones complejos de conducta a partir de la experiencia me- diante la creacién de peliculas de experiencias imaginarias de mun- dos matemiticos. Log niliiniog velnta afahan ds ieetiges) adidas, dalunlére- ciente énfasis sobre lo visual en muchas Areas de la cultura. El cine «de masas» esta cada vez més caracterizado por la presencia de efec- tos especiales visuales. El argumento se convierte en algo casi super- fluo en una carrera para encadenar mds y mas imagenes de cataclis- mos, algunas de ellas reales, aunque, la mayoria, en gran medida, producto de la simulacion por ordenador. Cuando estas imagenes aparecen en DVD, se nos ofrecen contenidos visuales extra y un re- portaje sobre cémo se realizé la pelicula y sus entresijos. El teatro experimental introduce en el escenario técnicas novedosas y des- afiantes que hacen la experiencia visual atin mas intensa. La miisica popular viene acompafiada por el omnipresente video o DVD. El sonido no basta. Las peliculas de animacion han alcanzado nuevos niveles de sofisticacién, e incluso los libros vienen con su propia lis- ta de sitios web. Las palabras ya no son suficiente. La prdctica cientifica ha seguido un trayecto paralelo. Las pre- sentaciones realizadas en conferencias y seminarios solfan basarse en la pizarra y la tiza, los folletos, los retroproyectores o las diapo- sitivas. Hoy en dia, los cientificos proyectan datos a través del Po- werPoint; los videos de simulaciones por ordenador resultan pura 28 Estrellas en tus ojos gieron las disciplinas de la astroffsica y la cosmologia modernas, respaldadas por las primeras fotograffas y diagramas que encerra- ban la diversidad del Universo y su espectacular expansién desen- frenada. El blanco y negro dio paso al color. Las abstracciones eins- tenianas de la curvatura del espacio y del tiempo hicieron surgir analogfas ¢ imagenes que desempefiaron un nuevo papel explicati- vo. El espacio y el tiempo pasaron el testigo al espacio-tiempo, la luz visible fue ampliada mediante las imagenes obtenidas a través del resto del espectro electromagnético y fuimos conscientes de que podiamos echar la vista atras, hacia el aparente origen del tiempo. Actualmente, la cosmologia nos proporciona imagenes de otros universos y hace que el mapa del nuestro resulte atin mas complejo. Y, sin embargo, las reacciones que estas imagenes celestes han suscitado continuamente cuentan una historia paralela interesante por igual, y han creado una perspectiva de nuestro propio lugar en el Universo. Este, grande y viejo, oscuro y frio, crea sensaciones so- bre la relacién entre la vida y las inmensidades impersonales del Cosmos. Las formas estelares dieron lugar a complejas creencias en influencias astrolégicas sobre las acciones y la psicologia humanas. Laastrologia se convirtié en astronomia, pero las imagenes del Uni- verso’ que nos ha proporeionade el'telescopio espacial Hubble nos han influido de forma extraordinaria.” Poseen un atractivo estético que resuena con un pionero espiritu de aventura: el descubrimiento de nuevas vistas, espectaculares acontecimientos de nacimiento y muerte estelar que fueron, una vez, patrimonio exclusivo de los li- bros y las peliculas de ciencia ficcién. 32 Estrellas en tus ojos las estrellas en el cielo y haciendo factible la navegacién nocturna a vela. Pero las constelaciones asumieron un significado atin mds am- plio: los mapas simbolizan el deseo humano de comprender y con- trolar lo que nos rodea. Cartografiar un territorio era, de algin modo, equivalente a poseerlo. Los mapas de los cielos ofrecian una confianza maxima en que todo iba bien en cl Universo; nos encon- trébamos en un centro de control en su interior y tenfamos un pa- pel especial que desempefiar en la historia de su evolucién. Cada religién adopté el zodiaco y las constelaciones a su mane- ra. Julius Schiller realizé un cuadro cristianizado de las constelacio- nes en el que los extraiios simbolos paganos fueron reemplazados por nombres procedentes del Antiguo y el Nuevo Testamento; pero el mejor dibujante y artista de entre todos los que se esforzaron por representar las constelaciones fue el matematico y cosmédlogo ger- mano-holandés Andreas Cellarius. Su obra Atlas celeste de la armo- nia universal, el Atlas Coelestis seu Harmonia Macrocosmica, de . 1660, es uno de los libros més hermosos jamés creados. Sus graba- dos, coloreados a mano, son la Capilla Sixtina del arte de la carto- grafia, y en ellos se combinan vivos colores y exuberantes figuras dentro de los limites geométricos que impone un mapa celeste de las constelaciones (véase la imagen n° 2) La més antigua de las imagenes de las constelaciones de la anti- giiedad que tenemos actualmente es una representacién en piedra, no sobre papel, y esté asociada a un tipo muy distinto de «atlas». En el Museo Arqueolégico Nacional de Napoles; famoso por sus anti- guos restos cgipcios, se encuentra el Atlas Farnesio, una estatua ro- mana del siglo 11 d. C. que representa la figura barbada de Atlas Ile- vando una esfera de las constelaciones, de marmol blanco, sobre sus hombros (véanse las imagenes n.° 3, 4 y 5). La estatua, de mas de dos metros de altura, se apoya sobre una de sus rodillas y esta parcial- mente cubierta por un manto. La esfera celeste que sostiene tiene 65 cm de didmetro, y uinicamente esta dafiada en la parte superior, donde hay un orificio que atraviesa las constelaciones de la Osa Ma- yor y la Osa Menor. Se encuentran representadas en relieve un total de 41 constelaciones, y no hay estrellas solitarias, El Ecuador, los dos trdpicos, los coluros’ y los circulos polares estan representados como lineas coordenadas en relieve alrededor del cielo sobre la su- perficie. La esfera esté construida con notable precisién y las posi- ciones de los puntos caracteristicos del cielo tienen un margen de error del orden de 1,5 grados. En 2005, Bradley Schaefer,’ de la Uni- versidad de Louisiana, volvié a analizar el trazado de las constelacio- sta frontal en la que se observa el coluro que divide el cielo entre Canis Maior (Can Mayor) y Argo Navis (Navio Argo) 5. Vista desde la parte de atrds, en la que se observa el Ecuador, la ecliptica, el coluro equinoccial y los dos trépicos. El borde del cuerno de Aries se encuentra justo sobre el coluro. 9. La noche estrellada de Vincent van Gogh (1889). Oleo sobre lienzo (73,70 x 92,10 cm), procedente del legado de Lillie P. Bliss (472.19). Museo de Arte Moderno de Nueva York. Nero} er 10. La galaxia M51 vista por el telescopio espacial Spit través de dos bandas de frecuencia. Las estrellas (banda infrarroja) se muestran como dos componentes distintos. CariruLo 2 El imperio del Sol La imagen copernicana del mundo ¢Cudntos alumnos hacen falta para cambiar una bombilla en el campus de una universidad escocesa? En Edimburgo, sdlo uno: él sostiene la bombilla y el mundo gira a su alrededor. Profesor™ universitario escocés anénimo Se suele considerar a Nicolas Copérnico como un revolucionario: el cientifico qué destroné a la humaridad de gu posicién central ea el Universo. Pero, si verdaderamente fue un revolucionario, hay que indicar que lo fue a su pesar, y la realidad ha resultado ser més com- pleja y mucho menos impresionante.”* La gran obra de Copérnico, De revolutionibus orbinm coelestium (Sobre las revoluciones de las esferas celestes), fue entregada a la imprenta en 1543, poco tiempo antes de su muerte, y su impacto quedo silenciado (véase la imagen n.° 7). No se publicaron demasiadas copias y solo unas pocas llega- ron a ser leidas. Sin embargo, con el tiempo, la obra de Copérnico se convirtié en el punto de partida para la transformacién de nuestra vision del Universo, puesto que inicié una lenta guerra de desgaste que acabaria derrocando la antigua imagen ptolemaica de un univer- so con la Tierra en su centro para dar paso al modelo heliocéntrico que, en la actualidad,” se encuentra firmemente arraigado. No obs- tante, se podria decir que su impacto sobre nuestra cosmovisi6n re- sulté muy superior al impacto sobre nuestro modelo del mundo. Los avances que tuvieron lugar en la imprenta a principios del siglo xvi supusieron que el libro ilustrado de Copérnico pudiera ser impreso de forma adecuada, con los diagramas afiadidos al tex- to-en los lugares apropiados. El mas famoso de sus diagramas, al inicio de la argumentacién, muestra un modelo simple del Sistema Solar en el que el Sol se encuentra situado en el centro. El circulo exterior indica la frontera de la «esfera inmévil de las estrellas fi- jas», més all de nuestro Sistema Solar. Los otros seis circulos son las esferas correspondientes a las drbitas de los seis planetas cono- 40 Estrellas en tus ojos llara mas simple en todos los aspectos. El gran logro de Einstein fue encontrar un sistema de leyes de la naturaleza que pudieran adoptar todos los observadores con independencia de cual fuera su movi- miento. La verdadera perspectiva copernicana habita en el reino de las leyes ocultas de la naturaleza y no en el complejo mundo de sus consecuencias, en el que hallamos los planetas, las estrellas y las ga- laxias. La imagen de Copérnico fue algo mas que una representaci6n correcta del Sistema Solar: dibujé una nueva imagen del mundo. 44 Estrellas en tus ojos encuentran més comprimidos. Esto tltimo facilita la formacién de las jSvenes estrellas brillantes que iluminan la espiral. A medida que la galaxia rota, los distintos materiales pasan a través de estas regio- rise y las iluminan. Es com’ uniatasco’de’eatrellas; si miramoy des: déveliaire; verenes qué, siae clerraiin carrilo una seccion'de laa topista, los coches se agrupan con mayor densidad a lo largo de un embotellamiento que se mucve lentamente, pero el atasco siempre estd formado por distintos coches. Es una onda de densidad de co- ches, que fluyen a través de ésta a distinta velocidad que la de la onda, como un todo. Lo mismo ocurre en la galaxia espiral. La espiral gira a una velo- cidad que difiere de la de las propias estrellas en su movimiento de rotacion con respecto al centro de la galaxia. En algunos lugares, las velocidades son iguales y se produce un encuentro gravitatorio mas intenso y ms prolongado entre las distintas estrellas. Ahi es donde se forman preferentemente las estrellas y donde hay mas luz estelar. Se trata de los lugares que mas vemos. El famoso cuadro de Van Gogh no es una imagen cientifica; no desempefia un papel en el estudio de las galaxias, pero, durante el si- glo pasado, ha funcionado como la firma impresionista de las estre- Tlas, y se ha estampado en la mente de las cientificos y de los aman- tes del arte como un punto de contacto entre arte y Universo. Su autor combiné las observaciones astronémicas originales con su in- novadora visién de la luz y la realidad de un modo perdurable que se aparece tan fresco y emocionante ahora como el dia en que se ter- miné. Y, en la actualidad, gracias al desarrollo de las técnicas teles- cépicas y fotograficas, las estrellas y galaxias que Van Gogh sdlo pudo imaginar en su forma més simple han adoptado verdadera- mente el importante significado que su pintura sugiere como nues- tro lugar en el Universo. Su papel en nuestro cielo mental resulta tan destacado como el que una vez desempefiaron en la noche estre- Iada de Van Gogh. 48 Estrellas en tus ojos lo se tornaba més débil. Russell presenté un grafico similar (rotado 90 grados con respecto al de Hertzsprung) para todas las estrellas conocidas, en una charla que dio en la reunién mensual de la Real Sociedad Astronémica que tuvo lugar en Londres en 1913.°” Ambos descubricron que alrededor del 90% de las estrellas se encuentran situadas a lo largo de una franja diagonal del diagrama HR, a la que en la actualidad se conoce como la « TENCE FICTION ; 10. Portada de comic realizada por Alex Schomburg (1955). Oscuridad a mediodia [...] 163 ces de observar algunas estrellas detras del Sol porque la curvatura de la luz. nos permite-eyer» detrés de su imagen. Einstein predijo que el valor del angulo de curvatura debia ser exactamente 1,75 segundos de arco (un angulo muy pequeio, ya que la posicion angular del Sol en el cielo es de unos 32 minutos de arco, del orden de 1.097 veces superior al desvio previsto en la tra- yectoria). Una vez finalizada la Primera Guerra Mundial, el astr6- nomo britdnico Arthur Eddington” dirigié una famosa expedicién ala isla de Principe, en el Golfo de Guinea, en la costa occidental africana, y Andrew Crommelin otra a Sobral, en Brasil, ambas con el objetivo de realizar las cruciales observaciones. El 29 de mayo de 1919 pudo observarse una franja de totalidad inusualmente larga (seis minutos), durante la cual el Sol estuvo justo delante del brillan te ctimulo estelar de las Hiades. A pesar de las desfavorables condi- ciones atmosféricas, los resultados obtenidos por los equipos de Eddington y Crommelin fueron revolucionarios. En la pagina ante- rior se muestra el negativo de una de las placas fotograficas obteni- das por el equipo de Crommelin en Sobral (por desgracia, todas las placas del equipo de Eddington, en Principe, se han perdido). Las li- neas horizontales indican las estrellas cuyas posiciones fueron me- didas con el objetivo de compararlas en los dos casos de estudio, es decir, con el Sol delante del campo estelar y en ausencia de éste. Las expediciones de Eddington y Crommelin permiticron confirmar la curvatura caracteristica de la luz que predecfa la teoria de Einstein, y el espectacular anuncio de dicha confirmacién, realizado el 15 de noviembre de 1919 en un congreso de la Real Sociedad Astronémi- ca, en Londres, dio a Einstein el maximo protagonismo, convirtién- dose asi en la mayor celebridad cientifica de todos los tiempos. El texto original aparecido en el periddico Illustrated London News el 22 de noviembre de 1919 sobre la explicacién grafica del ex- perimento rezaba asi (véase la imagen de la pag. siguiente): Lesrestitados dheenidoenor lhcexpadigiones Beleduicar enviae das a observar el eclipse total de Sol del pasado mes de mayo han ve- rificado la teoria del profesor Einstein sobre que la luz esta sujeta a la gravitacién. En nuestro niimero del 15 de noviembre [1919], el doctor A.C. Crommelin, uno de los observadores britdnicos, decla- raba: «El eclipse resulté particularmente favorable para nuestro ob- jetivo, ya que habia no menos de doce estrellas bastante brillantes cerca del limbo solar. El proceso de observacién consistié en tomar fotogratias de dichas estrellas durante la franja de totalidad y compa- rarlas con otras placas de la misma region captadas cuando el Sol no La guerra de los mundos [...] 167 espaciales europeos y estadounidenses esperando para posarse so- bre Marte o bien para describir drbitas a su alrededor. Aunque es bastante mds pequefio que la Tierra, Marte posee casi la misma can- tidad de corteza continental que nuestro planeta y cuenta, ademas, con dos diminutas lunas con forma de patata, Fobos y Deimos; la primera tiene apenas 22 kilémetros de didmetro, mientras que la se- gunda s6lo 12 insignificantes kilémetros. Ambas lunas son simple- mente asteroides que se acercaron demasiado a Marte y que se vie- ron capturados por su gravedad. Nuestra fascinaci6n por Marte se ha nutrido de las misteriosas estructuras visibles en su superficie. En otofio de 1877, cuando el planeta se hallaba también en su maximo acercamiento a la Tierra, el gran astronomo planetario italiano Giovanni Schiaparelli (tio de la famosa disefiadora de moda Elsa Schiaparelli), quien a la sazén trabajaba en el Observatorio de Brera, en Milan, pensd que habia visto cauces (canali) sobre la superficie marciana.s? Cuando sus tra~ bajos fueron traducidos al inglés, los canali se convirtieron en «ca- nals» (canales), lo que sugerfa que habfan sido construidos de forma artificial por los residentes locales marcianos para el riego o el trans- porte, Schidparelli puso Hombre’ las zone claves y oscuras dela superficie del Plancta Rojo como si se tratara de mares, cabos 0 pe- ninsulas terrestres, lo:quele’ller6'a‘acufiar nombres exdticosy:eus fonicos, como Herculis Columnae (Las columnas de Hércules), Mare Tranquillitatis (Mar de la Tranquilidad), Aurorae Sinus (Bahia de la Aurora) y Solis Lacus (Lago del Sol). Gracias a estos esfuerzos de imaginacién, Schiaparelli recreé Marte a imagen y semejanza de la vieja Tierra, dotandolo de mitologia y de significado. Marte ya nunca mas volvié a ser el mismo (véase la imagen n.° 6). E] destacado astrénomo estadounidense Percival Lowell, intri- gado por los dibujos y las detalladas observaciones de Schiaparelli, aporté también su grano de arena al creciente equivoco. En 1894, Lowell afirmé que la intrincada red de marcas superficiales era el resultado del trabajo realizado por seres inteligentes que habitaban el planeta incluso en la actualidad. Dedujo, ademas, la existencia de nubes y de un clima templado e identificé extensos proyectos de in- genieria sobre la superficie del planeta. Lowell desarrollé sus pun- tos de vista en tres libros: Mars (Marte) (1895), Mars and Its Canals (Marte y sus canales) (1906) y Mars as the Abode of Life (Marte como la morada de la vida) (1908), y para entonces Marte ya se ha- bia convertido en el lugar mds fascinante del Sistema Solar. Este especulativo trabajo preliminar senté las bases para la obra Los discos de oro de la humanidad [...] 171 terrestre, idearon una placa en menos de tres semanas, y Linda Salz- man Sagan la diseiié, Su significado esté pensado para parecer «ob- vio» para un extraterrestre con conocimientos cientificos. El hom- bre y la mujer posan junto a un esquema de la sonda espacial para dar una sensaci6n de escala. La mano del hombre se alza en posicién de saludo mostrando el pulgar oponible y algunas de las articulacio- nes de la extremidad superior (al parecer, la NASA rechaz6 una re- presentacién mis explicita de los genitales femeninos).** En la hori- zontal de la base de la placa se encuentran unos dibujos a escala del Sol y de los planetas del Sistema Solar. La Tierra esté sefializada como el punto de origen de la trayectoria seguida por la nave espa- cial, que después pasa por Jupiter y por Saturno (cuyos anillos estan sefializados como una pista de identificaci6n mas). Junto a los dibu- jos hay una representacidn binaria de las distancias relativas entre los planetas y el Sol que utiliza unidades de una distancia basica equivalente a una décima parte de la distancia orbital de Mercurio respecto al Sol (véase la imagen n.° 8). La posicién del Sol se representa también con respecto a las po- siciones de catorce puilsares (identificados mediante sus periodos de pulsacion relativos caracteristicos en unidades binarias a lo largo de las Ifneas radiales que sefialan hacia sus posiciones en el cielo) y la posicién del centro de nuestra galaxia.” Como la longitud de las lineas que salen de los ptlsares esta en proporcion a sus distancias con respecto al Sol, a partir de esta informacién se puede deducir el tiempo y la posicién césmicos correspondientes al lanzamiento de Ja nave espacial. La marca en el extremo de cada una de las lineas in- dica la distancia del pulsar respecto al plano de nuestra galaxia, la Via Lactea. Sdlo se necesitan tres de estos pulsares para calcular la posicién de la Tierra por triangulacién, pero en la imagen se in- cluyeron varias «piezas de repuesto» por si los destinatarios sdlo conocieran unos pocos de estos piilsares 0 por si, en el momento en que la placa fuera leida, algunos de ellos ya no existieran de la mis- ma manera. Ademis de las catorce lineas radiales a los ptilsares hay otra linea horizontal que pasa por detrds de las figuras humanas y que sefiala la distancia y la direccién del centro de nuestra Via Lac- tea con respecto a las distancias de los pulsares. La clave cuantitativa la proporciona la firma binaria del nimero 8 y el elemento quimico hidrdégeno, cuya caracterfstica transicién «hi- perfina» se representa en la figura en forma de haltera en el extremo superior izquierdo de la imagen. Esta transicién entre dos estados distintos de energfa del 4tomo de hidrégeno se produce cuando el Los discos de oro de la humanidad [...] 175 los simbolos binarios («1» para el binario 1 y <-» para el binario 0) que equivalen al tiempo de reproduccién de una sola cara del disco (unos sesenta minutos). En la zona superior derecha de la cubierta hay algunos dibujos que indican cémo se deben reconstruir las imé- genes de video a partir de las ondas sonoras del disco, convirtiéndo- las en paquetes de 512 lineas verticales, justo igual que las sefales convencionales de television. Hay también una imagen que muestra la forma general de la onda del registro de video con un cédigo bina- rio que indica los 8 milisegundos de fragmentacién del barrido y unos diagramas que explican cmo reconstruir las imagenes a partir de los barridos. Debajo hay una copia de la primera imagen grabada enel disco (un circulo), lo que permite verificar si se ha decodificado correctamente y ajustar la escala horizontal y vertical. En la zona in- ferior izquierda de la cubierta se encuentran los mapas de ptilsares de la antigua placa de la sonda Pioneer y una imagen de las transiciones de inversidn del espin que definen las unidades de frecuencia y tiem- poa las que nos hemos referido antes. Finalmente, en la cubierta hay una zona galvanizada por completo de 2 cm’ de superficie que esta compuesta de uranio-238 puro. Este elemento radiactivo se desinte- gra con lentitud, con un periodo de semidesintegracién de 4,51 mi- les de millones de afios. Si estudiamos la abundancia relativa de uranio-238 en esta zona de la cubierta frente a sus productos de de- sintegracidn, podemos calcular cuanto tiempo ha transcurrido desde que fue puesta por primera vez en la nave espacial, un calculo senci- 1lo comparado con la deduccidn del momento del lanzamiento a par- tir de un elaborado anilisis del mapa de puilsares. Estas imagenes, sencillas pero ricas en cuanto a informacién, constituyen nuestro primer intento de encapsular la mayor parte de lo que nos gustaria que los extraterrestres supieran sobre nosotros (0, como minimo, lo que a Carl Sagan, Frank Drake y a sus colegas les complaceria). Faltan muchas cosas, pero todo lo que se incluyé merecia ocupar su lugar. Puede que, gracias Unicamente a este aba- nico de imagenes, nuestra imagen y semejanza se transmita algtin dia a mundos que nunca descubriremos, mentes que nunca conoce- remos, caras que nunca veremos. El mensaje del presidente Carter lo expresaba asi: Este es un regalo procedente de un pequefio y lejano mundo, una muestra de nuestros sonidos, nuestra ciencia, nuestras imagenes, nues- tra musica, nuestros pensamientos y nuestros sentimientos. Estamos in- tentando sobrevivir a nuestro tiempo para poder pervivir en el vuestro. 1,2, 84, 5,6, A.——1A124334 3,4A 4, A; 1 Tillt 2, 2-aft J, 1 Tilt 3, 3 Aft 1, 2 Tilt 3,3 ah 9, A 2a AS FSA 203A6, 64342 TaLA 10 A2C2c2% 10010 A 100; 10 © 100 A 1000, X; 2c 10 A 20, 3 ¢ 10 A 30, A; 20100 A 200, A; 101A il, 10024 12, A; 100 81 A 101, 100 210 4 110, 100810 a1 A 11, A. ——17 0 6 a3 A515, 17 07a 1 A 152, 515 0 26 A 543, 152 a7 A 161. — o Aft 3, e Tillt 26 d 7, 6 Aft 515 d 152, oTille $3 d161 AeA Ld gig A2chfA2ooch. echoh Aa deochchcohd3 Aad toochob Ano. ad, te, af, ng, ab, Ibn, ba, 3bs, A 224ba, bb, ‘bo, bd, be; ad A 40000000 c ab, ad A 4634300 o ag, ad A 1700 © bb; ad ab A 4634300 ¢ ag ab, ad ac A 26620 ¢ ag ac, ad b A 1540 ag b. — oh bf A 1235 oah bg, ag bf A 555 0 ag bg a ag bg dt. 1A 1, 1 0A 2, 2 0A 1, ag A ag, ag oA ad, ag B ab, ag oB sa, sd Bab, ad oB aa, 0 0B fe B bh. —— 1B bb, 2B bb, 3 B bh, A142 B bh, 143 B bh, 2d B bh, X.—1 B ca bh, 2 B ce bb, 3B ca bh, A; 1d 2 oB cs bb, 1d 2B cb bh; 2d 3B cb bb, 3d 2B cb bh, 2. e oB ca bb, © oB cb bh, 6 B oo bh. ca bh oB oc bh, ch bh oB co bb, ca bh B od bh, ob bh B od bb. @ ceA f dg, © 0 cA 543d 161, 0 ofA 543 d 161. ag ofA af. ag bf ofA 555 ag bg a ag bg ds. ad C ad, ag C ag, X; co bh C ocd bb; cd bh O oc bh. 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KENNETH ALLEN No hay nada que capture de forma més universal ¢ inequivoca la esencia de lo que representan los otros mundos y los extraterrestres que la imagen de un «platillo volante». Por muy discutible que sea su sistema de propulsién, el platillo volante es el sello distintivo de todo un género de la ciencia ficcién y de la especulacidn fantasiosa sobre la existencia de vida en otros mundos y los viajes espaciales a los confines del Universo. La idea de viajar a owos mundos fue muy considerada por va- rios autores del siglo x1x, en particular por el astrénomo francés Camille Flammarion, en cuyo libro Les terres du ciel (Los mundos del cielo), de 1877, describe viajes imaginarios a otros mundos del Sistema Solar. Sus posteriores especulaciones sobre los habitantes de otros mundos aleanzaron una enorme popularidad, con un pt- blico totalmente fascinado por el espacio exterior y los descubri- mientos de la era del telescopio. Con anterioridad ya habfa existido una tradicién de historias fantdsticas que se desarrollaban en mundos imaginarios, como Los viajes de Gulliver, de Swift (1727), 0 Micromegas, de Voltaire (1752), verdaderas parabolas con las que se pretendia criticar nues- tro mundo y lo absurdo de su sociedad. No deberfamos considerar- los ciencia ficcién, del mismo modo que no confundirfamos el libro Rebelién en la granja, de George Orwell, con una edicién de la re- vista Farmers Weekly (un semanario para granjeros). La ciencia ficcién al estilo moderno surgié a la vez que las nue- vas tecnologias y las posibilidades de realizar nuevos tipos de viajes terrestres. Los viajes en globo, por ejemplo, trajeron la idea de que si se deseaba viajar a la Luna era todo cuestién de volar més alto. Esta «tecnofilia» se entrelazé con un espfritu de progreso que mira- La pasién del Sefior Bentley por la nieve [...] 187 Una de las més de 5.000 fotografias microscépicas de copos de nieve rea- lizadas por Wilson Bentley (publicada en 1931). taba sila forma del copo de nieve se debia a una causa determinada, si habfa sido disefiada con algun fin desconocido o si, simplemente, no podfa ser de otro modo. ;Tenfa su belleza algiin fin en especial o evaure lain ctieal arsalia sea eaoeleadls delidioga mente QhgueETEN? (Al sitval stave ae centeear quedo 1o Aba; Beto WES: CRUEL cido de que existia una respuesta, que sus sucesores deberfan buscar steommprendens La razén por la que un copo de nieve posee esta forma con seis puntas no es otra que la que subyace en la ordenacién de las formas de las plantas y las constantes numéricas. Y como en ellas no ocurre CarituLo 9 En la cima de la montafia La ecologia de las plantas del baron Von Humboldt El barén hablaba muy bien inglés, aunque a la manetaalemana. Después me enteré’de que éra ducfio de una sorprendente fluidez, y resul- taba divertido escucharle hablar en inglés, fran- cés y espafiol simulténeamente, mezclando to- das ieeras lenguastyparandode-unaiatoers ‘con! rapidez. Es muy comunicativo y posee una asombrosa base de conocimientos de botanica, mineralogia, astronamia, filosoffa e historia ni tural. Ademas de haber recibido una educacién liberal, ha recogido informacién de sabios pro- cedentes de casi todos los rincones del mundo, ya que ha viajado desde que tenfa once afios y nunca ha vivido en un mismo lugar mas de seis meses seguidos, como ha tenido a bien infor- marnos. Cuares WILLSON PEate® Alexander von Humboldt no resulta un personaje demasiado cono- cido fuera de Alemania, aunque existen argumentos de sobra para considerarle uno de los cientificos mas importantes de los tiltimos 200 afios. Nacioé en Berlin en 1769, hijo de un oficial del ejército, y recibio una sdlida formacién y los suficientes privilegios sociales como para verse envuelto en una amplia variedad de asuntos politi- cos e intelectuales en una época en la que Prusia, bajo el mando de Federico e! Grande, estaba en el centro de la politica europea. Ins- pirado por un encuentro que mantuvo con Joseph Banks en Lon- dres mientras realizaba su «gira europea de soltero», el joven Hum- boltd se decidié a seguir los pasos de Banks y viajar por el mundo en beneficio de la ciencia. Primero amplié su formacién académica con el objetivo de equiparse mejor para su cometido, y después ini- cidvuna carrera de exploraciGn, descubrimientos; ‘catalogacién y. empresas puramente cientificas que habria sido digna de destacar aunque la hubiera Ilevado a cabo no una sola persona, sino una do- 15. Huella de un individuo encontrada en el emplazamiento de Laetoli, en Tanzania. La huella se conservé en el interior de cenizas voleanicas durante 3,6 millones de anos. 170 ANDREAE VESALIT BRYXELLENSIS ‘ PRIMA MYSCPLo. 7S byes oS j eS 19. Hombre de pie. Dibujo de Andrea Vesalius, procedente de su obra De Humani Corporis Fabrica (Sobre la estructura del cuerpo humano), 1543. Un hombre solo [...] 195 nadie habiaxideado la formade:eracanun maps delo;quelhabiaibaje la ondulada superficie terrestre. El padre de William Smith, que se dedicaba al oficio de herrero, muri6 en 1777, cuando William contaba sélo con seis afios de edad y, por lo que parece, su joven hijo supo cémo ascender en la escala social, asistiendo primero a la escuela de su pueblo, Churchill, en Oxfordshire, y sumergiéndose después en una amplia gama de acti- vidades solitarias como el coleccionismo de fésiles y el trazado de mapas. Tras dejar la escuela durante la adolescencia, encontré rapi- damente trabajo-en elioficio ‘de estudiar y cartogratiar los caminos para una nueva y floreciente red de canales que se estaba planeando construir en su comarca. Smith se hizo enseguida con el trabajo y fue asumiendo responsabilidades cada vez mayores, de manera que al poco tiempo ya estaba supervisando la construccién de canales. Viajé exhaustivamente por todo el pais con el objeto de aprender las distintas técnicas que se empleaban para excavar los canales y, a la vez, comenz6 a tomar notas detalladas sobre los estratos rocosos que dejaban al descubierto las excavaciones; reunid, ademds, una magnifica coleccién de fésiles durante el proceso. Desde entonces, sus amigos empezaron a llamarle «Estratos Smith». Smith, impresionado por los patrones sistematicos que surgfan de su estudio, cada vez mas exhaustivo, de diferentes zonas del pais, comenz6 a trazar mapas detallados de la composicién geolégica de zonas del sudoeste de Inglaterra, cerca de Bath; fueron los primeros mapas de este tipo que se habjan confeccionado hasta entonces. Alentado por su éxito, en 1805 se propuso el objetivo de trazar un mapa geoldgico completo de Inglaterra y Gales y, mientras lo logra- ba, desarrollé un nuevo conjunto de principios para datar y ordenar los estratos y los fésiles. Por lo que se ha dicho hasta ahora, serfa fa- cil identificar a Smith con la imagen de un profesor de geologia que recopila gus datos'y que'después resresa.a lw compania de sus cole® gas para dar conferencias y escribir articulos cientificos. Pero Smith tenia poca formacién; nunca habia estado cerca de una universidad y el hecho de escribir libros le representaba un desaffo considerable. En lugar de ello, prefirié publicar folletos breves en los que exponia sus mapas y secciones transversales a través de distintos estratos ro- cosos en forma de excelentes dibujos. Smith contaba con la ayuda de algunos miembros de su familia para llevarlos a cabo y, aunque sieaipre' tive: que lnchar pata condeguir dinero, pues wave incluso que llegar a vender partes de su coleccién de fésiles para subsistir, sus logros fueron reconocidos finalmente mediante la concesién, en Lo que el viento se llevé [. } 199 dades de padres ¢ hijos mediante estudios estad{sticos; es mas, fue el pionero en emplear la palabra «corrclacién» precisamente en el con- texto de este tipo de estudios. También desempefié un relevante pa- pel en la exploracién y cartografia del Nilo. La obra de Galton en el Ambito de la interpretaci6n estadistica y la utilizacién de los datos fue importante y perdurable, tanto que en la actualidad serfa diffeil encontrar un estadistico que pensara que Galton pudo dedicarse a algo mas. Y, sin embargo, a partir de 1860, Galton hizo mas que na- die para fundar una ciencia sistematica: la meteorologia. De hecho, identificé los anticiclones (sistemas de altas presiones) y disefié un sistema de simbolos para indicar las direcciones de los vientos y las diferencias en la presién atmosférica. Inventdé, ademas, numerosos instrumentos para registrar la informacién de forma automitica, como por ejemplo un sistema para registrar la presién atmosférica que-consistia‘en un-artilugioen‘el que la tuz:brillabasobre-un papel sensible a diversas alturas segtin cambiaba el nivel del barémetro. En 1863 reunié todos sus trabajos sobre meteorologfa en un libro ti tulado Meteorographica (Meteorogrdfica), donde se presentaban los primeros intentos de recogida de datos meteorolégicos sobre regio nes continentales de extension considerable, representacién de di- chos datos en diagramas mediante el empleo de simbolos sencillos ¢ isobaras y su posterior aplicacién para la interpretacién y prediccién de la evolucién del tiempo atmosférico.” Con posterioridad, en 1875, Galton creé el que seria el primero de muchos mapas meteoralégicos para el periddico londinense The ‘mes. El mapa aparecié el 1 de abril y en él se representaba el tiem- po que hacia en el noroeste de Europa el dia anterior. Fue el co- mienzo de la pasion del publico britanico por la previsi6n meteoro- ldgica (véase la pag. anterior). En comparaci6n, en una previsién moderna sobre la misma re- gidn realizada 31 afios mas tarde por el Servicio Meteoroldgico Na- cional del Reine Unido, se indicaban las presiones de las isobaras en unidades de milimetros de mercurio. Hoy, los mapas de presién superficial se actualizan cada 6 horas y se representan las isobaras a intervalos de presién de 4 milibares. Los frentes frios, célidos y ocluidos se sefialan mediante tridngulos, semicirculos y los dos simbolos j juntos, respectivamente. La trayec- voria de un frente nos proporciona informacién sobre los lugares donde.e# probableque Ilueva, mientras que la cercaninentre las iso baras nos informa sobre la intensidad de los vientos, que, en el he- misferio norte, soplan en sentido antihorario alrededor de los cen- Caminando entre dinosaurios [...] 203 Los primeros fésiles de reptiles gigantes fueron descubiertos'e interpretados por el «cazador de fésiles» aficionado Gideon Man- tell y el excéntrico gedlogo de Oxford William Buckland, quienes otorgaron el nombre de «megalosaurio» al primer fésil de este tipo que desenterraron, en 1824. La descripcién que hacfa Mantell de es- tas criaturas era bastante ligubre; las veia como «cosas que se arras- traban humildemente», y las asemejaba a las serpientes y alos lagar- ‘os. Las serpientes de mar gigantescas nos resultaban familiares gracias a las historias de monstruos marinos, y muchos de aquellos primeros fésiles, como el Hydrarchos, encajaban bastante bien con las expectativas. Sin embargo, no pasaron verdaderamente al imagi- nario colectivo hasta que experimentaron un «lavado de cara» a ma- nos del anatomista Richard Owen (1804-1892), quien introdujo el nombre colectivo «dinosaurios» (lagartos terribles) para distinguir- lass low reptiles vivo, alpo.que hizo subir'sa caché de smvanara sonsiderable: Owen, ya inclues anter dequese hubierailensontal. do gigantascas huesos fésiles, lowimagind crédienda hasta aleanzar un tamaiio seis 0 siete veces mayor que el de los elefantes mas gran- des. También supo reconocer algunas de sus caracteristicas estruc- turales comunes, como el modo en que cinco de sus vértebras se ha- Haban unidas a la pelvis o la manera en que las patas soportaban el peso de sus cuerpos —debajo de la barriga, no como extremidades articuladas situadas a ambos lados del torso—. Probablemente, lo que resulta més Ilamativo para el no iniciado es la creacion por par- te de Owen de la imagen de una época pasada de luchas titanicas en- tre gigantescos y agresivos dinosaurios, como el tiranosaurio rey y sus parientes de menor tamaiio, una representacin que desbancaba incluso nuestras imdgenes mitolégicas de criaturas fantdsticas, como los centauros y los unicornios, luchando a muerte® unos con- tra otros. Al parecer, Owen tenfa fama de ser poco escrupuloso en la ma- nera de llevar sus asuntos cientificos y fue, ciertamente, experto en publicitarse a sf mismo. Consiguié arrebatar el protagonismo a Mantel y Buckland mediante la creacién de una nueva y espectacu- lar imagen piblica para sus «renovados» dinosaurios, cuyo primer gran impacto sobre la imaginacién del piiblico ruvo lugar en la Ex- posicién Universal de 1851. Owen logré colocar una muestra de sus dinosauros «recreados» en el gran Palacio de Cristal de Sydenham, al sur de Londres. Con la ayuda del escultor Benjamin Hawkins, supervisé el disefio y la construccién de estatuas de dinosaurios a tamaiio real, fabricadas en metal y piedra, que fueron expuestas en Capfruo 13 Paso a paso Las huellas de Laetoli Una proeza de barro. Anénimo En 1976, mientras se hallaba trabajando con el grupo de investiga- cién de Mary Leakey en las excavaciones de un emplazamiento ar- queolgico de hominidos primitives sito en Laetoli, Tanzania, An- drew Hill, paleoantropdlogo de la Universidad de Yale, se topé inesperadamente con uno de los descubrimientos prehistéricos mas espectaculares realizados jamas: un sendero de huellas que habia de- jado un hominido sobre el barro hacia 3,6 millones de afios (véanse las imagenes n.° 15 y 16). Hasta entonces, las huellas humanas mas antiguas conocidas tenian escasamente decenas de miles de afios. Sorprendentemente, el sendero de huellas que encontré Hill en Laetoli tenia casi 30 metros de longitud y se habia conservado en el interior de cenizas volcinicas, cuya solidez era comparable a la del cemento y que habian resultado tan efectivas como un molde de es- cayola. Las huellas nos proporcionaban una oportunidad para estu- diar una de las primeras especies de hominidos prehistoricos que caminaron erguidos sobre dos piernas. El] material de la superficie, perfecto para la ocasién, fue creado por una envoltura de cenizas volcdnicas procedentes del cercano volcan Sadiman que se habjan asentado. sobre una superficie arenosa. Cuando comenzé ‘a caer la Iluvia, el sedimento volednico, negro como el hollin, se hizo mas blando, como cemento hiimedo, y todos los pdjaros y pequefios animales que pasaban sobre él dejaron impresas sus pequefias hue- Mas. Pero a dichas huellas se unieron las de dos hominidos, uno grande y otro mds pequefio, a los que seguia posiblemente un terce- ro (gun nifio}), cuyas huellas comparten algunas de las huellas indi- didualesids grandes. postenorenipelonde polvawolcantes ah vio para sellar las huellas para la posteridad, antes de que volvieran las Iluvias y las eliminaran, y la llovizna que cayé después transfor- El primer espectéculo pictérico [...] 211 especiales preparadas por el propio autor contenian ilustraciones. Todas las demés copias simplemente las omitfan, y si llegaba a apa- recer una gran cantidad de ellas, lo mds probable es que se fueran degradando en calidad, sumando cada vez mds errores y omisiones a medida que se iban efectuando copias més baratas del original y, sucesivamente, copias de las copias. Como ocurre con los rumores al contarlos una y otra vez, el original se iba transformando. La imprenta cambié el escenario. Cada copia impresa era tan perfecta como el original. Al principio, las ilustraciones se grababan en planchas de metal y se impriméan de forma separada, cada una en su propia pagina; después, habfa que intercalarlas a mano en el tex- to. La aparicion del grabado en madera significé que texto e ilustra- ciones podfan entremezclarse e imprimirse en la misma pagina.” La paginacién manual, que tanto tiempo consumia, fue eliminada, y en el texto podian ponerse perfectamente referencias a una ilustraci6n adjunta. Estas primeras ilustraciones prepararon el camino para algo que hoy en dia damos por hecho. En la era prefotografica, todas las ilus- traciones tenian que hacerse a mano, y el grado de destreza artistica que ello requeria seria abrumador para los naturalistas y cientificos actuales. Por fortuna, en el siglo xvi, los lazos que existian entre ciencia y arte resultaban fuertes y, as{, el mundo natural proporcio- naba a los artistas laicos temas cuya complejidad equivalia a la que representaba el cuerpo humano crucificado para los artistas europeos que se movian por un imperativo religioso. CaPiTULO 16 Una pulga en el ojo El ingenioso sefior Hooke E] libro mas ingenioso que he leido en mi vida. SaMuEL Pepys Muchos de los descubrimientos cientificos mds importantes son fruto de la invencién del modo de ver lo que antes era invisible. La més emocionante de dichas invenciones fue la que dio como resul- tado el microscopio, porque podia ser utilizado por casi todo el mundo y porque lo que revelaba, sin necesidad de grandes interpre- taciones, resultaba fascinante. El microscopio sacé a la luz todo un mundo de insospechada complejidad y belleza que se escondia en el interior de las cosas mas comunes y corrientes, y cambid para siem- pre nuestra admiraci6n por las filigranas de la naturaleza, haciendo que, por primera vez, la gente se asombrara no sdlo ante lo muy grande, sino también ante lo muy pequefio. Y hay una persona que merece todos los honores, tanto por haber iniciado este viaje hacia el descubrimiento del micromundo como por haberlo ilustrado con una habilidad y precisién incomparables. Robert Hooke comenzé su carrera cientifica en 1653, mientras todavia estudiaba en la Iglesia de Cristo, Oxford. Fue alli donde co- nocié a Robert Boyle,” para quien empezé a trabajar, y le causé una impresiém tan favorable que en 1662 Hooke ya se habia convertido en director de experimentos de la nueva Real Sociedad de Londres, lo que significaba que era el responsable de las demostraciones practicas que se llevaban a cabo en las reuniones de la sociedad. Gracias a su amplio abanico de intereses y a sus extraordinarias ha- bilidades practicas, Hooke pasé a convertirse en el miembro mas destacado de la Real Sociedad. Durante los tres aiios siguientes se dedicé, entre otras muchas actividades, al desarrollo de nuevos mi- croscopios compuestos de gran potencia, y empleé su hermoso in: trumento fabricado de manera artesanal” para crear un extraordi- nario atlas del mundo natural microscépico.™ E] atlas, publicado en sera wie Ue DESPUES DE LA SEPARACION Mapa de los continentes antes de su separacion, tal como los describia en 1858 el gedgrafo francés Antonio Snider-Pellegrini. El mapa muestra que la linea costera de las Américas encaja a la perfeccin con las de Europa y Africa. Segiin Snider-Pellegrini, los continentes fueron creados por Dios en esta forma, y después se separaron a causa de una erupcin volcdnica acaccida el sexto dia de la Creacién. La idea de que una vez existié un wni- co supercontinente no resultaba nueva en absoluto, pero la primera teoria moderna sobre la deriva continental fue la de Wegener, publicada en 1912. Caprituto 18 Muéstrame el camino para ir a casa El mapamundi de Mercator Los mapas favorecen la audacia. Son como cripticas cartas de amor. Hacen que toda sea po- sible. Mark Jenkins Gerardus Mercator es el miembro mas conocido de los maestros cartégrafos holandeses del siglo xvi, Su nombre aparece en todos los libros de texto de geografia porque en 1569 determin6é un modo muy especial de representar la superticie esférica terrestre sobre un plano. Para la mayorfa de nosotros, la proyeccién de Mercator re- sume cémo «es» el mundo. Cualquier representacién que hagamos de la superficie casi esférica de la Tierra sobre el plano de una hoja rectangular de papel producird una distorsién.” Existen innumera- bles formas de realizar dicha representacién, cada una de ellas con sus ventajas y sus inconvenientes. La proyeccién de Mercator exa- gera los tamafios de las regiones a medida que nos alejamos del Ecuador terrestre y nos acercamos a los polos. Tanto los paralelos como los meridianos son lineas rectas y, aunque las 4reas de las re- giones se distorsionan a medida que nos movemos hacia los polos, no ocurre lo mismo con sus formas. Esto tltimo sucede porque la proyeccién de Mercator conserva los angulos entre las direcciones de la superficie terrestre (lo que los mateméticos denominan una transformacién «conforme»).™ La proyeccién de Mercator, debido a sus caracteristicas, constituye un tipo de proyeccién pasado de moda; la distorsién de las areas, por ejemplo, da una falsa impresién del tamano (¢y tal vez, por tanto, del estatus?) de los paises alejados de los trépicos. Su otra caracteristica negativa radica en que una li- nea recta trazada sobre el mapa de Mercator no corresponde a la distancia mds corta entre dos puntos sobre la superficie esférica te- rrestre, que en realidad viene dada por el arco de circulo maximo (trayectoria ortodrémica)."” Sin embargo, las lineas rectas sobre el mapa de Mercator (véase la imagen n.° 24) cumplen una propiedad que se podria argumentar que resultaba mds importante para los na- 24. Mapamundi de Mercator (1569). SERIES IT 55 Milk into water (100 cm. fall). o-002 (0-000 sec. O18 see, rose sec. 28. A.M. Worthington y R. S. Cole: «Impacto contra una superficie liquida estudiado con la ayuda de la fotografia instantanea» (1897). El canon de la proporcién humana [..] 227 Las desviaciones de la simetria corporal suelen ser indicio de una lesién 0 de un defecto genético, y algunas de las peores conse- cuencias de la enfermedad surgen, precisamente, de la pérdida de di- cha delicada simetria. Muchas de nuestras evaluaciones superficiales de la belleza humana, del atractivo, se centran en las simetrias del rostro y del cuerpo. Los cirujanos plasticos reciben grandes canti- dades de dinero a cambio de restaurarlas o mejorarlas, y la industria de la cosmética se basa en el deseo de exhibirlas y resaltarlas. Para los animales inferiores, la simetria de la forma corporal representa un importante indicador para elegir un compajiero y para poder distinguir los miembros de la especie de los predadores. E] camutla- je suele consistir, justamente, en ocultar la simetria corporal recu- briéndola de elementos asimétricos. El rostro humano exhibe un alto grado de simetria, y la relevan- cia evolutiva de la posibilidad de reconocer criaturas con rostro en campos de -visin abarrotados de gente, entre arboles’o entre cantos sodados 0 follaja: hardado'comi’ resultade inucsueaeepecial capaci- dad de respuesta ante la simetrfa lateral frente a las asimetrias. La presencia o no de simetria lateral es un criterio un tanto burdo para distinguir las cosas que estén vivas de las que no lo estan. La eapaci- dad de respuesta ante dicha simetria habria sido scleecionada frente ala falta de ésta porque un ser humano que puede identificar a los amigos, los enemigos y los compaiieros potenciales tiene una mayor probabilidad de sobrevivir que otro que no los puede reconocer.” La caracteristica mas interesante del alto grado de simetria que hallamos en los rostros humanos y en el exterior de nuestros cuer- pos es el contraste con el absoluto desorden que presentamos bajo la piel. Nuestros cuerpos no estan organizados de forma simétrica bajo su superficie; el corazén esta ala izquierda, el cerebro est dis- puesto de una forma asimétrica segtin el tipo de actividad cogniti- va que estemos realizando. Si la simetria persistiera bajo la piel, los 6rganos vitales tendrian que estar duplicados para poder mante- nerla. Si el cerebro fuera tan simétrico como las partes méviles del cuerpo que controla, despilfarrarfa recursos. Como el cerebro no se mueve de forma independiente, sino que sélo controla los movi- mientos de las demas partes del cuerpo, puede estar disefiado de forma asimétrica. Nuestra capacidad de respuesta ante los rostros humanos, que tenemos profundamente enraizada, constituye una herencia evolu- fiva que nosayuda « sobrevivir ya reproducinnos, pero; comoocus rre con muchos otros legados evolutivos, da lugar a todo tipo de Parte 3 PINTAR SIGUIENDO LOS NUMEROS Los ntimeros escritos en las cuentas de los restaurantes no siguen las mismas leyes matema- ticas que los ntimeros escritos en cualquier otro trozo de papel de cualquier otro lugar del Uni- verso.! Douctas ADAMS Capituto | Los famosos cinco Los sélidos platénicos .. uno de los descubrimientos mds hermosos y singulares de toda la historia de las matematicas. Hermann Wert? Denominamos poligonos a las figuras con lados rectos que pode- mos dibujar sobre una hoja plana de papel. Los poligonos regulares son aquéllos cuyos lados tienen la misma longitud y cuyos 4ngulos interiores son también iguales entre si. Se trata de una definicién en apariencia muy restrictiva, pero deja abierto un infinito namero de posibilidades. Los ejemplos mis simples, con tres yieuatro lados, son, respectivamente, el triangulo y cl cuadrado, pero podemos continuar la serie de manera indefinida. Dado cualquier ntimero fi- nito, por grande que sea, existe siempre un poligono regular con ese nimero de lados, que podriamos dibujar siempre que dispusiéra- mos de un lapiz lo bastante fino. A medida que el nimero de lados aumenta, el poligono resulta cada vez mis dificil de distinguir a sim- ple vista de un circulo (de hecho, podriamos considerar un circulo como un poligono con un infinito ntimero de lados). En pocas pa- labas, existe un numero ilimitado de poligonos regulares. Si pasamos de los poligonos planos a sus homélogos en el espa- cio tridimensional, tenemos que considerar el conjunto de los polie- dros convexos, las figuras solidas con caras poligonales que se «abomban» hacia fuera.’ Si no imponemos ninguna restriccion so- bre las caras, entonces existe una ntimero infinito de poliedros con- vexos distintos. Pero supongamos que limitamos la discusién, de nuevo, a los que son regulares, es decir, a aquéllos cuyas caras son todas dénticas. ;Cudntos hay? Curiosamente, sélo hay cinco’ sélidos:regulares:‘'el tetraedro (con 4 caras triangulares), el cubo (con 6 caras cuadradas), el octae- dro (con 8 caras triangulares), el dodecaedro (con 12 caras pentago- nales) y cl icosaedro (con 20 caras triangulares) (véase la imagen n.° 2). El paso de dos a tres dimensiones ha resultado ser infinitamente res- CapituLo 2 ¢Juega Dios al futbol? Las bolas de Bucky Tal ver. Dios no juegue a los dados, pero puede que juegue al fitbol. Harry Kroro Mientras contemplaba los sdlidos platénicos, Arquimedes (circa 287-212 a. C.) pronto fue consciente de la posibilidad de crear trece nuevos poliedros casi regulares. El sabio griego, sdlo recortando de forma simétrica cada una de las esquinas (los vértices) del cubo, el tetraedro, el octaedro, el dodecaedro y el icosaedro, creé sus cinco homdlogos truncados, a los que conocemos como «poliedros semi- rregulares» o «poliedros de Arquimedes». Las caras de estos cinco solidos contintan siendo poligonos regulares, aunque no todas son iguales; todo vértice «recibe» el mismo ntimero de aristas, pero las caras que «recibe» no son todas iguales. Siguiendo esta receta, atin pueden construirse otras ocho poliedros de Arquimedes, y podria- mos considerar que este tipo de sdlidos son los que ocupan el si- guiente lugar en cuanto a simetria después de los poliedros platéni cos y los poliedros estrellados. Uno de estos poliedros de Arquimedes ha resultado tener una importancia muy especial en el Universo y ha sido una imagen do- minante en el desarrollo de la quimica durante los dltimos veinte afios. Este sdlido tan especial es el icosaedro truncado de Arquime- des (véase la imagen de la pag. siguiente). Dicha figura tridimensio- nal posee 60 vértices, 32 caras y 90 aristas. De las 32 caras, 20 son hexAgonos y 12 son pentagonos, y en cada vértice convergen 3 ca- ras, 2 hexdgonos y 1 pentagono.”’ Es una estructura magnifica y, quiz, nos resulta mAs familiar de lo que el anterior listado de carac- terfsticas nos podria sugerir de entrada. Un tipico balén de futbol europeo (0 soccer, para los estadounidenses)” tenia esta estructura hasta hace muy poco," con parches individuales en negro y parches hexagonales en blanco. E] arquitecto Richard Buckminster Fuller, a quien se conocia gJuega Dios al futbol? [..] 245 Prototipo de una ctipula en forma de enneacontaedro, realizado por Buckminster Fuller. Universidad de Washington, St. Louis, 1954. tiembre de 1985. Una vez terminado, el 12 de septiembre, el articulo correspondiente fue enviado a la revista Nature, a donde llegé el 13 de septiembre, y fue, por fin, publicado el 14 de noviembre de ese mismo afio con una imagen de la estructura de 60 carbonos que adornaban la portada (véase la imagen n.° 5). Esta estructura de atomos de carbono recibié sucesivos nombres. En un principio, fue llamada «buckminsterfullereno», como recono- cimiento a la inspiracién proporcionada por la cipula de Buckmins- ter Fuller. Sin embargo, el nombre pronto fue abreviado, pasando a denominarse sdlo «fullereno» 0, mas coloquialmente, «bolas de Bucky» (incluso, en alguna que otra ocasi6n, «soccerene»)."” Esta nueva estructura del carbono representé una gran revolu- cién en el campo de la quimica,'* puesto que supuso la unificacién entre la quimica inorganica y la organica’’ y ofrecié, ademas, nue- vos modos de disefiar materiales a escala molecular, Curl, Smalley y- Krotarcompartieron el Premio Nobel de Quimica‘en 1996. Lavapa- riencia simétrica de las «bolas de Bucky» hizo de ellas un icono na- vizaldela. quimien, 7 estan innnmelableeimasenes davstag abo las» en las portadas de revistas, conmemorando la existencia de una molécula cuya espectacularidad es superada sélo por la del ADN, Hacer el primo [...] 249 Pronto descubimos queimuchos nimeros que estaban'progea- iiads.pat ser tackades porquelson, por cjemploymbluploade:7, ya han sido climinados previamente porque cran también miltiplos de un mimero més pequefio® (por ejemplo, 21 = 3x7). La belleza de esta representacién reside en que la imagen que re- sulta contiene todo tipo de estructuras a lo largo de columnas y dia- gonales a pesar de que no existe una forma sistematica de predecir dénde va a caer el siguiente nimero rodeado por un circulo (nime- ro primo). E] estudioso mas diligente de la criba de Eratéstenes fue el ma- tematico estadounidense Derrick Norman Lehmer (1867-1938), quien publicé una tabla con los 10 primeros millones de nimeros primos extraidos de la cuadricula del conjunto global de nimeros una vez realizada la criba.¥ Lehmer aceleré su tedioso proceso me- diantela mecanizacién parcial de la criba. Su hijo construyé unmeca- nismo que consistia en un eje sobre el que iban montadas 30 ruedas dentadas, cada una'con 7 dientes; enpranadas con orras 30 ruedas den= tadas cuyo niimero de dientes venia determinado por uno de los 30 iprimerds nitierds primus haste! 127:.La dedcripada de aihin- cionamiento reza asi: Bajo cada uno de los dientes de esta segunda serie de ruedas den- tadas hay un pequeno orificio, Cuando la maquina esté lista para ser usada, algunos de estos agujeros estan tapados y otros no. A conti- nuacién se proyecta un haz de luz sobre el lateral de la maquina y ésta se pone en movimiento gracias a un motor eléctrico. Las ruedas dentadas principales giran todas a la misma velocidad, pero las rue- das dentadas engranadas a ellas lo hacen a distintas velocidades a causa del numero variable de dientes. Cuando, durante el transcurso de tal vez cientos de miles de revoluciones, un determinado agujero de cada rueda aleanza el mismo punto a la vez, cuando treinta aguje- ros estan alineados; en otras palabras, el haz de luz atraviesa la mi- quina, impacta contra una placa fotoeléctrica sensible y detiene la maquina al instante. El pequefio contador que registra ei ntimero de revoluciones realizadas por el engranaje principal proporciona un numero a partir del cual se pueden obtener rapidamente los factores del ntimero —grande— que se est analizando. unnde lancondusions quesepiedereanae demanersiame diata de la imagen de la criba es que los ntimeros primos estin més esparcidos a medida que avanzamos en la cuadricula. No resulta ex- trafio. Cuanto mayor es un ntimero, mas posibles divisores tiene: El cuadrado sobre la hipotenusa [...] 253 mediante un diagrama que presenta un cierto parecido con la cu- bierta que se empleaba en algunos paises orientales para revestir la silla de honor que transportaba a la novia hasta la ceremonia® y que llevaba a sus espaldas un esclavo. El teorema afirma que el area del cuadrado BCED es igual a la suma de las areas de los dos cuadrados AHKC y GABF. De hecho, existen centenares de demostraciones del teorema de Pitagoras y sabemos que ya era conocido para los antiguos babilo- nios, chinos, hindtes y egipcios mucho antes del nacimiento del propio Pitégoras. Los babilonios sabian cémo construir triangulos con lados A, B y C que satisfacian la relacién de Pitagoras mucho antes del afio 1600 a. C. En la pequefia ldpida cuneiforme de la imagen n.° 7" se repre- sentan un cuadrado y sus diagonales. Las marcas inscritas en cufia nos dan las longitudes de los lados en la aritmética utilizada por los babilonios,” que mezcla la base 10 con la base 60 (véase la imagen n.° 8). El lado del cuadrado es 3 x 10 = 30. Segiin el teorema de Pi- tagoras, cabe esperar que la longitud de la diagonal sea 30 x V2, de forma que la razén entre la diagonal y el lado es igual a la raz cua- drada de 2. Aqui, en base 60 (de modo que multiplicar por 30 equi- vale a dividir entre 2), la diagonal viene dada por 42; 25, 35 y 1; 24, 51, 10 es la raiz cuadrada de 2. Si transformamos su notacion arit- mética de base 60 a nuestra representacién decimal, el valor obteni- do por los babilonios es: 1 + 24/60 + (51/60)? + (10/60)’ = 1,41421296 que resulta una excelente aproximacién valida hasta seis cifras deci- males (o cuatro de sus cifras sexagesimales). La decana de las demostraciones conocidas del teorema de Pita- goras es, de algtin modo, la mas ingeniosa y elegante. Dicha demos- tracién puede hallarse en el texto mds antiguo de las matematicas chinas que ha llegado hasta nuestras manos, la Aritmética clasica del Gnomon y de las trayectorias circulares celestes, algunas de cuyas partes datan, aproximadamente, del afio 600 a. C. La demostracién funciona de la siguiente manera: en primer lugar dibujamos en el in- terior de un cuadrado de lado A + B cuatro copias de un tridngulo rectangulo de lados A, By C (donde A y B son los catetos y C la hi- potenusa). A continuacién, fijémonos en que el drea del cuadrado grande, (A + BY’= A’ + B? + 2AB, equivale a la suma de las areas de los cuatro tridngulos, 4 x 1/2 AB, més el drea del cuadrado central Copia en latin del siglo x1r del Volumen IV de Elementos de Euclides, con los enunciados de los teoremas pero sin sus demostraciones, en la que se proporcionan diagramas incompletos para que los alumnos sitten las le- tras en los lugares correspondientes y los utilicen para realizar las demos- traciones completas. El original, de Adelard de Bath, de donde fue obteni- da esta copia, si contenia las demostraciones. Nétese que cada figura lleva rétulos y marcas que indican al lector a qué enunciado corresponde. Por ejemplo, el circulo grande que contiene un citculo pequefio (la cuarta figu- ta empezando por abajo) contiene dos marcas que lo relacionan con el sexto enunciado de la lista, rotulado con la letra a. Capfruto 5 Los tiempos de los signos Los bidlogos se creen bioquimicos, los bioquimicos se creen quimico-fisicos, los quimico-fisicos se creen fisicos, los fisicos se creen dioses, y Dios se cree matemético. Andénimo** Los signos y los simbolos nos permiten pensar sin pensar. Y cuan- tas mds cosas hagamos correctamente sin pensar, mejor. Las funcio- nes superiores del cerebro han evolucionado para permitir que mu- chas actividades se puedan realizar de forma automatica, de modo inconsciente. Y es mejor que se hagan asi, de esta manera, y si no, pensemos por un momento qué ocurriria si cmpezéramos a pensar dénde tenemos que colocar el pie mientras bailamos: jnos cacria- mos:de bruces! Las matemiticas se han.convertido:en el ejemplo mds elegante de este razonamiento de la mente: si adoptamos un conjunto de simbolos concisos, podemos ahorrar muchas palabras ¢ introducir una inequivoca precisi6n en el proceso de razonamien- to. Se trata de un lenguaje construido sobre la légica. Las operaciones matematicas mas comunes son la adicion, la sustraccién, la multiplicacién y la divisién. Son las que hacen girar el mundo y han sido objeto de atencién matematica para muchas culturas de la antigiiedad, aunque se ha empleado una enorme di- versidad de instrucciones y simbolos para indicar al lector cémo de- bia combinar las cantidades. La adopci6n de una tnica notacion universal tuvo lugar en Europa sdlo a partir del siglo xv, y fue favo- recida, en gran parte, por la invenci6n de la impresién con tipos mé- viles por parte de Johannes Gutenberg, en 1456. La‘aparicida conjunta masantigua que'se concee delorsinihor los mas y menos en un libro impreso corresponde a un texto ale- man” titulado Mercantile Arithmetic, que versa sobre aritmética aplicada. Fue escrito por Johann Widmann y publicado en 1489, aunque el signo menos aparece por primera vez en un manuscrito sobre Algebra escrito en 1481 y publicado en 1486.” 4 fe The Arte iv luoakes Doe ertendc ) to diflindte f(t oncly into Soe Ahercofthe Arte is, when one nomberis ezualle ynto one other. And the (ccondcis, when one nows beris compared as equalle ynto.2,0tbcr nombers, Alwates twillpng you to remeber, that pou reduce pour nombers » tothetrleake Denominations , and {mallette fozmes,befo2e pou prscede any farther, And agatn,{f pour Oe sc befochc, that the great tefte enomination Cofike, be foined to any parte of 4, compounte nomber, pou thall tourncit fo, that the tromber of the greatette flanealonz, mate fandeas equalleto the refte. ud thisis all that neadcth to be taughte , concer: nyng this woozke. 2 Polwbeit, fozcaffcaltcratié of eqactions.¥ twill pros pounde a fetne craples, bicaute the ertracton of thetic rootes, mate the moze aptly bee Wwroughte. Andto az uoide the tedionfe repetition of thefe Iwooznes: ise* qualle to : 3 twill fette as 3 boc oftertin toozke bfe,a patre of paralleles,o2 Gemtotye lincs of onc lengthe, thus:===-—==, bicaufe noc.2. thyuges,can be moare equalle. Anonolw marke thele nombers. 14.50 tf. Ja===7 LY 20366 AS === 1 O26fo 26.52 —t—-1ore ====9.5>——1 059 — P95 19.%6—1—1 92.9 =1 OF} 1089—1 92, 18.5@ bt 2 4. fee 8.5 2050» Fragmento de la obra de Robert Recorde Whetstone of Witte (La piedra para aguzar el ingenio), de 1557, en el que se muestra la primera utiliza- cidn del signo igual. CapituLo 6 Un montén de nimeros apilados E| tridngulo de Pascal SeNorrra Susan: Qué es el dlgebra exacta- mente? ¢Son esas cosas con tres esquinas? Pxoene: Es eso de x menos y mas y esas co- sas. Y cada vez que dices que son iguales, en el fondo piensas, ¢y por qué deberfan serlo? James M. Barrie Cuando algo es descubierto en varias ocasiones de forma indepen- diente por gentes procedentes de diferentes épocas y de culturas distintas por completo, suele significar que ese algo es en verdad importante, e incluso util. Esta situacién de «confluencia histéri- ca» es particularmente llamativa cuando se trata de la imagen co- nocida como «tridngulo de Pascal». Dicha imagen se muestra en la imagen ne 10 en la forma de un tridngulo que comienza desde su vértice, formado por tres mimeros 1. Cada uno de los nimeros de las filas inferiores se obtiene mediante la suma del numero situado en la fila superior y el ntiimero situado a la izquierda de un nime- ro dado. Los dos lados exteriores del triangulo contienen siempre el numero 1. El tridngulo puede continuarse de manera indefinida hacia aba- jo, fila tras fila, y podemos observar la existencia de unas cuantas propiedades bastante evidentes, como, por ejemplo, que la suma de las entradas de la fila n-ésima asciende a 2”, Las diagonales externas estén todas formadas por 1; la segunda diagonal corresponde a la lista de todos los nimeros: 1, 2, 3, 4, 5... la tercera diagonal corres- ponde a Ia lista de los «ntimeros triangulares»: 1, 3, 6, 10, 15, 21, 28, 36...; la siguiente, a los ntimeros tetraédricos: 1, 4, 10, 20, 35, 56, 84, 120....;y astisucesivamente, El'segundo niimero de cada filaysi es'pri- mo, divide a todos los demds elementos de la fila; asi, por ejemplo, en la fila séptima de la versién moderna, vemos que el nimero 7 di- vide a todas las dems entradas, en este caso 21 y 35. $i considera- mos la suma de los elementos de las sucesivas diagonales formadas alunir el elemento superior derecho con el inferior izquierdo, obte- Un montén de ntimeros aplicados [ 1 273 entre los afios 1050 y 1100 para calcular raices cuadradas y raices ctibicas de némeros, y también se sabe que el gran poeta y matemi- tico persa Omar Khayyam realizaba aplicaciones similares del trién- gulo a principios del siglo xm. La obra de Chia Hsien fue amplian- dose poco a poco gracias a otros matematicos chinos posteriores, y yaen 1621, Yang Hui habia empleado un triangulo de seis filas para calcular cantidades como (a + 6)’, donde a y & son dos nimeros cualesquiera.** E] triangulo fue ampliado hasta su fila octava por Chu Shih-chieh en su libro El precioso espejo de los cuatro elemen- tos, aparecido en 1303. En dicho libro, Chu Shih-chieh se refiere al triangulo sin hacer alarde de su originalidad, llamandolo, simple- mente, el «diagrama del antiguo método para encontrar la potencia octava y las anteriores a ella». Esta estructura numérica ha cautivado la imaginacién de mu- chas civilizaciones. Posee una simetria y una utilidad que se com- binan‘entre sf para hacerlo memorable y facil dedesarrollar. Si a= vigramos que resumirlo en una formula, podrfamos decir que es, siniplemened, tinaimés'de las deosencia de namerGy Guess autoee- neran. Como tridngulo, sugiere las operaciones necesarias para ge- nerar las entradas que se suceden desde el vértice hacia abajo, Un perfecto ejemplo de cémo pensar sin pensar. Azar y necesidad [...] 277 presenciar algo parecido cuando visitaba un templo budista en la antigua ciudad taiwanesa de Tainen. Un hombre de treinta y pocos afios estaba arrodillado en un lugar sagrado del templo y lanzaba dos figuras de madera sobre el suelo mientras rezaba en voz alta an- tes de salir para volver, a continuacién, con unos largos palitos que levaban impresos, cada uno de ellos, un mensaje en chino. Tras ha- cer unas cuantas preguntas a mis anfitriones, averigié que el hom- bre queria que el dios correspondiente hiciera algo por él, tal vez tornarlo préspero o salvar la vida de un pariente con problemas de salud, pero ello requeria que, a cambio, el demandante efectuara una promesa. Nuestro personaje realizaba una ofrenda y después lanzaba las figuras de madera para saber si ésta habia sido aceptada. Si las dos caras de cada «dado» eran iguales, la respuesta era «si», y si eran distintas, «na». $i obtenfa una respuesta desfavorable, cogia otro palito con mensaje que sugeria como podia incrementar su propia oferea, deimiodo que se elewara la probabilidad decobtetier un «si» en el siguiente lanzamiento. Resultaba fascinante observar cémo seguia actuando la conexién entre cl azar y los dioses. Sin em- bargo, el resultado que tuvo la ereencia en una conexién directa entre el azar y la voluntad de los dioses sobre la historia de la pro- babilidad fue, posiblemente, el de impedir cualquier estudio siste- miatico del azar. Lo contrario hubiera sido visto, con probabilidad, como una intromisién blasfema en los dominios divinos, lo que po- dia ser castigado con la muerte. Una segunda explicacién posible (aunque, por descontado, am- bas no resultan mutuamente excluyentes) para la tarda llegada de la teoria de la probabilidad a los anales de las matemiaticas es la ausen- cia de una idea fundamental: la de los resultados igualmente proba- bles.“! Hoy en dfa, nuestros dados con seis caras estan maravillosa- mente bien construidos; sus esquinas son cuadradas, las caras tienen todas ellas el mismo tamaiio y el centro de gravedad se halla situado en el centro geométrico del cubo. La consecuencia simple que po- demos extraer de este estado simétrico de las cosas es que, si se lan- za de forma limpia, el dado puede caer sobre cada cara con la misma probabilidad. Pero los antiguos instrumentos para el juego no eran asf en absoluto: cada uno de ellos resultaba distinto de los demas, y eran extraordinariamente asimétricos (véase la imagen n.° 11). Por norma general se fabricaban con fragmentos de tabas (0 astrégalos) de-animalesdomésticos, como los carneras;, de modocque'en aleu= nay parses del mundosodavigse dice «lanzar las tabass paraireferir- seal lanzamiento de dados, ¢ incluso la palabra 4rabe para «dado» es El hombre que se convirtid en diagrama [...] 281 tar las alternativas légicas mediante un diagrama simple que se co- nocerfa a partir de entonces como «diagrama de Venn» y que pode- mos encontrar atin hoy en dia en cualquier libro de légica (véase la imagen de la pag. anterior). Algunos afios después, Venn rememo- raba los origenes de su idea en el prdlogo de su libro Symbolic Lo- gic (1881): En primer lugar, se me ocurrié utilizar un sistema de diagramas para representar las proposiciones mediante circulos inclusivos y exclusivos. El sistema, obviamente, no era nuevo, pero representa- ba de un modo tan evidente la manera en que cualquiera que se aproximara al tema desde el punto de vista matematico intentaria visualizar las proposiciones, que casi se podria decir que surgié de forma natural. De hecho, tanto el gran matematico suizo Leonhard Euler como Lewis Carroll —quien, cuando no estaba escribiendo las aventuras de Alicia bajo su soudénimo, era un tal Charles Dodgson, profesor de légica de la Iglesia cristiana, en Oxford— idearon diagramas lé- cds att made simples: Venn introdujo el diagrama que lleva su nombre® en un artfeu- lo aparecido en 1880 con el titulo «Sobre la representacién de forma mecanica y a través de diagramas de las proposiciones y los razona- mientos».” En dicho articulo, Venn explicaba cémo leer un diagra- ma e identificar tanto los elementos comunes como los no comunes, y lo hacia para el caso de 1, 2, 3 0 4 regiones. Consideremos su caso de tres regiones, Ilamadas X, Y y Z, situadas en el interior de una re- gidn global R. Supongamos que R es el conjunto de todos los gatos, X el de gatos de pelaje rojizo, Y el de gatos machos y Z el de gatos perezosos. Los tres conjuntos X, Y, Z, que se intersectan de dos en dos y de tres en tres, no pueden definir mas de ocho regiones distin- ° Las superposiciones indican las regiones en las que los gatos comparten las propiedades de los diversos conjuntos que se inter- sectan. La situacién mas general es aquélla en la que se crean ocho regiones distintas (incluyendo la region situada fuera de los Kmites de X, Y y Z, que contiene aquellos gatos que no tienen el pelaje ro- jizo ni son machos ni perezosos), y corresponde a la ilustracién de la pagina anterior en el caso n = 3. Para el caso 7 = 4, Venn consigue representar todas las posibles intersecciones de cuatro conjuntos (un total de 2*= 16), que dibuja con forma eliptica. Tras el éxito logrado en el caso de cuatro regio- CapiTuLo 9 Por una sola cara, por favor La cinta de Moebius ¢Por qué atravesé el pollo la cinta de Moebius? Para ir al otro... al otro... jejem!... Anoénimo Cortemos una tira de papel rectangular, cojamos los dos extremos més cortos y enganchémoslos. Habremos construido un cilindro. Lo hemos hecho docenas de veces en la escuela primaria. El cilindro resultante tiene un interior y un exterior. Pero, si repetimos el ex- perimento girando primero la tira de papel antes de enganchar los extremos, habremos creado algo misteriosamente distinto. El lazo resultante, que parece un ntimero 8 tridimensional, posee una sor- prendente propiedad: tiene una sola superficie (véase la imagen n.° 12). Si comenzamos a colorearla con un lépiz y no lo levantamos en nin- gtin momento de ella, al final acabaremos coloreandola por comple- fo: Vaang propiedad ast aeipocdia quedarse ain oii yplicacion comer cial; los sistemas de produccién de las fabricas,”' en los que se suelen emplear cintas transportadoras, aprovechan en algunas ocasiones esta propiedad para duplicar el tiempo de vida de la cinta. En 1920 se patentaron las peliculas para diapositiva y las cintas de audio que hacian uso de la propiedad de la cinta de Moebius para duplicar la longitud de un bucle continuo. El truco consiste en que el giro se efectie fuera de los rollos. El primero en darse cuenta de este curioso «estado superficial de las cosas» —lo que los matematicos llaman en la actualidad una su- perficie «no orientable»— fue August Moebius (1790-1868), un as- trénomo y matematico aleman entre cuyos antepasados maternos figuraba Martin Luther. Tras haber realizado en su juventud algu- nos descubrimientos relacionados con el trazado de mapas y con la trigonometria aplicada a la astronomia, Moebius se trasladé desde Leipzig, donde habja estudiado, a Géttingen, el centro neurdlgico de las matemdticas alemanas, para estudiar en su observatorio bajo la direccién del gran Karl Friedrich Gauss. Mas tarde se trasladé a 3. Los cuatro poliedros estrellados regulares, también conocidos como «poliedros de Kepler-Poinsot». Son el gran dodecacdro (arriba a la izquierda), cl pequeiio dodecaedro estrellado (arriba a la derecha), el gran dodecaedro estrellado (abajo a la izquierda) y el gran icosaedro (abajo a la izquierda). CapiTULo 10 Cadmo y Armonia Senos y cosenos Mientras se continte ensefiando trigonome- tria y algebra, siempre habré un momento de si- lencio, ¢ incluso de plegaria, en nuestras escuelas publicas. Senapor Scott HowEt.” La palabra «trigonometria» es un término moderno para una prac- tica antigua. Todas las civilizaciones de la antigiiedad interesadas en Ja construccién y la astronomia necesitaban realizar célculos rela- cionados con la agtimensura y la navegacion, as{ como registrar de forma exacta las posiciones de puntos lejanos y los 4ngulos entre distintas direcciones. La palabra «trigonometria» suena muy gricga. En realidad, se trata de una amalgama de palabras griegas,” pero no es tan antigua como el tema que describe. El término fue inventado en 1595 por el matematico y astrénomo alemén Bartholomew Pitis- cus (1561-1613), y aparece formando parte del titulo de su obra Tri- gonometria sive de solutione triangularum tractatus brevis et perspi- cius.... La segunda edicién, aparecida en 1660, tenfa ya un titulo mas breve, Trigonometria sive de dimensione triangulae. Esta antigua disciplina con nombre moderno trata sobre el es- tudio de las relaciones entre los tres lados y los tres Angulos inte- riores de un tridngulo rectangulo. Las cantidades mds importantes son las que se conocen como seno, coseno y tangente de un 4ngu- lo, y se muestran en la figura del tridngulo de la imagen n.° 17, eu- yos lados estén rotulados a la manera tradicional, es decir, una a para el cateto opuesto, una b para el cateto contiguo y unac para la hipotenusa. Las definiciones de seno, coseno y tangente del angulo 1 vienen dadas por las siguientes razones entre los lados del triangulo:*" sem = a/c, cosi = b/c, tani = a/b Los origenes de los nombres de estas tres razones, seno, coseno y tangente, resultan un tanto enrevesados. El «seno», la primera de 293 Puentes sobre aguas turbulentas [. 1) (ey E a Ss, 2 3 s\S B Se, < 5 oo = Rac 1B i ic x} a] oP TS ix % ql A INN 1N 0 1) XN Deduccién de Leibniz de la curva catenaria que pasa por los puntos F, Ay L.(laeloweurvaaca lag’ quecdl llaniabaalonatentcaas'conilo que hay dend: minamos «exponenciales»). pués de que este ultimo hubiera enunciado ptblicamente el proble- ma como un desaffo para los mateméticos europeos un afio antes. La denominacién de catenaria —una palabra que deriva de la pal bra latina catena (cadena)— para esta curva aparece por primera vez en una carta escrita por Huygens y dirigida a Leibniz, cuya descrip- cién de dicha curva se muestra en la imagen superior. Curiosamen- te, la introduccién de la palabra‘equivalente aniglosajona, catenary, parece ser que se debe al que seria después presidente de Estados Unidos, Thomas Jefferson, quien la utilize ea waa'sacea datadacel 15 de septiembre de 1788 y que iba dirigida a Thomas Paine, con quien mantenia correspondencia con motivo del disefio del arco de un puente." La curva también era conocida con otros nombres, como chainette 0 funicular. 294 Pintar siguiendo los ntimeros La forma de una catenaria refleja el hecho de que la tensién so- porta slo parte del peso de la cadena y el peso total que soporta cada'punto ‘es proporcional’a lalongitud del tramo'de‘cadena com® prendido entre dicho punto y el punto més bajo de la cadena. La ecuadida. Gud cumple'una. cadena Golgante dn. equillbeio $8 metida a la lucha entre peso y tensién tiene la siguiente forma: y = Bcosh(x/B) = 1/2 B {e"? +e") donde 8 es la constante de tensién de la cadena dividida por su peso por unidad de longitud.” Si sostenemos los dos extremos de un tro- zo de cuerda suspendida y los acercamos 0 los separamos, la forma de la cuerda continua siendo descrita por la formula anterior, aun- que con un valor de B distinto para cada separacién entre los extre- mos. También podemos deducir la ecuacién de la curva preguntdn- donos cual es la forma que hace que el centro de gravedad de la cadena colgante esté lo mas bajo posible. Resulta que la catenaria es la configuracién mds estable y mds «barata», en términos del traba- jaque debe realizarse contra la gravedad para‘sostenerla. Las catenarias son muy empleadas en arquitectura y frecuente- mente se invierten para crear arcos. El gran cientifico y arquitecto inglés del siglo xvit Robert Hooke dio la clave en un criptograma que se puede traducir de la siguiente forma: «Del mismo modo que cuelga una cadena flexible, a la inversa se mantienen en pie las pie- zas contiguas de un arco» (véase la imagen n.° 20). En St. Louis (Missouri, Estados Unidos), podemos contemplar un espectacular ejemplo de arco con forma de catenaria invertida construido por el hombre, el simbélico arco Gateway de la imagen n.° 21. Se trata de la forma dptima para un arco que se soporte a si mismo, sin apoyos laterales, puesto que minimiza las componentes de la tensi6n que pueden producir una ruptura, al estar la tensién que padece el arco en cada punto dirigida siempre a lo largo de la li- nea del arco hacia el suelo. Su formula matemitica exacta esta escri- ta enel interior del arco.” Las caracteristicas de los arcos con forma de catenaria invertida hacen que sean el tipo de arcos que suelen uti- lizar los arquitectos para optimizar la firmeza y la estabilidad de sus estructuras. Podemos contemplar otro notable ejemplo de este tipo de formas arquitecténicas en los altisimos arcos de la famosa y to- davia inacabada catedral de la Sagrada Familia, en Barcelona, obra del genial arquitecto Antoni Gaudi. Y, sin embargo, existe una gran diferencia entre una cadena col- CapiTuLo 12 Infinito Cuando Dios divide entre cero Elinfinito convierte lo posible en inevitable. Norman Cousins” El simbolo del infinito posee una doble resonancia: combina la mis- tica atraccién de lo desconocido e incognoscible con la fria preci- sién de las matemiticas y el deseo de describir lo inimaginable. Esta cinta con forma de ntimero 8 de lado es, en realidad, un simbolo an- tiguo, una reminiscencia del Ouroboros, la serpiente que se muerde la cola. Dicho simbolo dio origen a la misteriosa cruz de san Bonifacio, de la primera tradicién cristiana, pero su entrada en el mundo sim- bélico de las matemfticas no se produjo hasta 1655,” correspon- diendo el honor al matematico de Oxford John Wallis. Dicho per- sonaje no sélo era un matematico de renombre —ocupé la catedra Savilian de geometria de la Universidad de Oxford durante mas de cincuenta afios—, sino que, ademés, era un experto en criptografia, de modo que sabia tanto cifrar como descifrar un mensaje en clave. EI simbolo para el infinito fue introducido por primera vez por John Wa- llis en su libro De Sectionibus Conicis (Sobre las secciones conicas), de 1665. Infinito [...] 297 Durante el periodo de la Guerra Civil inglesa (1642-1651), los par- lamentarios afines a Oliver Cromwell escogieron al hombre de le- yes John Thurloe para que ejerciera de jefe de espionaje. Se cred una temible red de inteligencia que se extendia por todo el pais y que controlaba el correo y, en consecuencia, ala gente. Como es natural, las actividades de Thurloe exigian que las comunicaciones fits codificadas para preservar su seguridad —jy que las comunicacio- nes de los demas fueran decodificadas para preservar su inseguri- dad!—. Con este fin, Thurloe recluté a Wallis, el principal matemé- tico de Inglaterra, con el objetivo de que llevara a cabo estos servicios secretos para los Roundheads (cabezas peladas, los segui- dores de Cromwell). Wallis se convirtid en su criptografo jefe a par- tir de 1643, y parece ser que era tan eficiente en su labor que, cuan- do Carlos II ascendié al trono al final del interregno, quiso que Wallis siguiera prestando sus servicios para los monarquicos. En la actualidad, las relaciones entre matemiticas y cédigos resultan evi- dentes, por supuesto, y los servicios de seguridad nacional de los paises de todo el mundo estan Ilenos de expertos en teorfa de nime- ros. La Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos da traba- jo al mayor namero de matemiticos del mundo. Wallis escribié poco sobre los principios generales de La cripto- grafia, ya que crefa que, cuanto menos supieran los demés, mejor, pero contemplaba la utilizacién de simbolos mateméticos como el equivalente ala creacién de un cédigo. La resolucién de ecuaciones resultaba, por tanto, equivalente a descifrar un cddigo: desentrafiar los secretos de Dios. Se dice que Wallis cred su simbolo de infinito, *, a partir del simbolo CID, que a veces empleaban los antiguos romanos en lugar de la M para representar el nimero 1.000. El simbolo de Wallis pronto fue de uso generalizado entre los matematicos europeos, aunque de un modo un tanto informal. El infinito, l6gicamente, no era considerado como las demés cantidades. Segun la filosofia do- minante, heredada de Arist6teles y aceptada de manera mayoritaria en toda Europa hasta bien entrada la segunda mitad del siglo x1x, el infinito real no existia, ni en el universo fisico ni en el matemiatico. El simbolo del infinito era, simplemente, una abreviacién para un infinitey «potencials, una especie‘de vyersidn-matemitica de la pas labra’eete syparacrepresentar lavidea de queiuna’serie deindméros continuaba de forma indefinida. La lista de todos los ntimeros posi- tivos: 1,2, 3, 4, 5... y asf sucesivamente, sin final, es el infinito poten- cial por antonomasia. Si cl Universo tuvicra un tamaiio no finito, 298 Pintar siguiendo los numeros darfa lugar a un infinito potencial («Y él construyé una casa torcida»), que trataba sobre una casa tridimensional que habia sido construida como la proyeccién de un tesseract. Desafortunadamente, la casa se convertfa en un verdadero tesseract, con extrafias consecuencias para sus ocupantes.'* Las imagenes de Hinton Ilegaron en el momento apropiado. Antes de 1900, la mayorfa de las charlas que versaba sobre la exis- tencia de dimensiones més alld de las tres conocidas recibia la in- fluencia del fuerte interés victoriano por el espiritismo y los fend- menos fisicos. Sin embargo, la posibilidad de visualizar dichas dimensiones tuvo un efecto desalentador sobre esos ocultos intere- ses. De repente, las dimensiones superiores eran sdlo eso: mas de lo que ya tenfamos. Formaban parte de la geometria y, gracias a Eins- tein, también de la fisica. No eran cualitativa o inimaginablemente distintas del espacio en el que habitabamos. Curiosamente, a pesar de toda la atencién que prestaron a la geometria los mas destacados matematicos mundiales de la época, fueron las ingeniosas represen- taciones de un aficionado, en comparacién, las que nos proporcio- naron las mas descriptivas imagenes de los mundos multidimensio- nales, El propio Hinton se sentia orgulloso de ser un verdadero amateur que, al final, podfa expresar sus temores: Me parece que el asunto del espacio multidimensional se esté convirtiendo en algo serio... Y creo, también, que cuando empeza- mos a notar la seriedad de un asunto perdemos, en parte, nuestra ca- pacidad de lidiar con é1.° 328 Pintar siguiendo los ntimeros donde el sumatorio ¥, toma los valores de r entre 0 y . Es facil ver que cuando » tiende a infinito, el perimetro lo hace también (por- que 4/3 es una fraccién mayor que la unidad), mientras que el area encerrada en su interior tiende a un valor finito igual a’! 8D/5 = 2V3/5. Para hacernos una idea de lo rapido que van las cosas, al cabo de 100 trisecciones la longitud de cada segmento del perimetro se ha reducido a2 x 10“, pero la longitud total del perimetro ha aumen- tado hasta 3 x 10%. Si comenzamos con un tridngulo cuyos lados miden 1 cm (de modo que el perimetro es 3 cm), entonces, al cabo de sdlo setenta trisecciones, el perimetro del copo de nieve habra aumentado hasta un valor mayor que el de la circunferencia de la Tierra. Cuando terminamos la construccién del copo de nieve después de un ntimero cualquiera de divisiones, podemos juntar las formas que hemos creado para producir un patron de azulejo. Si utilizamos dos tamafios de azulejo-copo de nieve que estén en proporcién 3:1, podemos cubrir por completo una superficie plana infinita, sin de- jar hucesralgana: La téicida de Rechiengendrarmulevad de panrenes geome tricos que se reproducen infinitamente de modo parecido. Wa- claw Sierpinski (1882-1969) fue un matematico polaco de fama mundial que, en 1915-1916, contribuyé con algunas ficras mas al circo matematico concebido por Koch." La «alfombra de Sier- pinskikescd. formada, eon-printipio; por un cuadeady que esti di- La junta (izquierda) y la alfombra (derecha) de Sierpinski. Ahuecamos un tridngulo y un cuadrado eliminando pequefias copias a escala de sf mismos a escalas cada vez mas pequefias, indefinidamente. Un mundo sin fin [...] 333 petidamente. Si hubiéramos comenzado desde un punto distinto al de la posicién z = 0, la secuencia hubiera sido diferente. De hecho, un pequefio cambio en el punto de partida hace que terminemos coi una deciencia ty disuntade mavimientos del punts en el pla- no. Esta es una caracteristica familiar de los sistemas sensibles al caos. Cuando analizamos las consecuencias de la sucesiva aplicacién de la regla, empezamos a percatarnos de que, para determinados va- lores de c —y también para ciertas posiciones iniciales—, los valo- res de salida se hacen cada vez mas grandes y las posiciones ya no se pueden representar en el papel. Por ejemplo, para el caso ¢ = 0, si el valor inicial de z hubiera sido 3 sobre el eje de las x, tras ocho apli- caciones de la regla, z habria aumentado hasta = 3° = 10, un va- lor muy superior al nimero de particulas que hay en todo el univer- so visible." Sin embargo, si hubiéramos comenzado con un punto que estuviera a una distancia entre 0 y 1, por ejemplo z= 0,5 y ¢=0 (ain), entonces cualquier mimero de sucesivas aplicaciones de la re- gla hubieraidejado la poriciaidez enel interior de un'circulo devas dio 1 centrado en el:punto:z = 0. Cuando escogemos otro valor de c, ocurre una bifurcacidn similar. Para algunos valores de c, los va- lores de z se «escapan» cada vez més lejos; decimos de ellos que no estan acotados, porque si en un principio dibujamos cualquier circu- lo de tamafio finito alrededor del valor inicial de z, finalmente, al cabo de un nimero suficiente de aplicaciones de la regla de trans- formacién, el valor de z acaba saliendo fuera de este circulo, con in- dependencia de lo grande que sea su radio. En cambio, existen otros valores de c para los que los sucesivos valores de z no aumentan sin limite: decimos de ellos que estan acotados. Mandelbrot queria saber cémo era el conjunto de valores de ¢ (0, lo que es lo mismo, las posiciones sobre e] papel) que hacian que los valores de z permanecieran acotados. Parece una cuestién sim- ple, pero resulta que su respuesta es, de algiin modo, infinitamente complicada. En general, el conjunto de puntos cuya posicién per- manece acotada tras una aplicacidn repetida de nuestra regla a la po- sicién inicial z = 0 un nimero cualquiera de veces tiene una curiosa forma que se muestra en la imagen. Este conjunto de puntos se conoce como el «conjunto de Man- delbrot» (véase la imagen n.° 32), y su exquisita estructura ha sido mds exhibida y andlizada que la de cualquier otra representacion matematica reciente. Ha formado parte de las portadas de muchos libros de matematicas y ha sido, por sf mismo, motivo de inspira- No todo es lo que parece [...] 337 Welibo compldtaménieimavaresperandovarser explonadas de modo que, lleno de entusiasmo, se lanzé a la tarea de crear centenares de figuras imposibles, o «cuerpos ilusorios», como él los denominaba, de todas las fous y complejidades, disettande eubos yestaleas imposibles, tenedores y edificios. El triéngulo imposible de Reutersvird fue reinventado en 1954 por Roger Penrose y publicado en un articulo escrito junto con su padre, el psicdlogo Lionel Penrose, quien estaba al tanto del modo en que el holandés Maurits Escher habia empleado «dibujos en dos dimensiones para dar la impresién de objetos tridimensionales».'” Roger Penrose se habja sentido inspirado a pensar en estos temas tras asistir a una conferencia que habia impartido el propio Escher aquel mismo ajio, pero no habia conocido la obra de Reutersvard y otros, que habjan incorporado construcciones imposibles a sus ilus- traciones. E] articulo de los Penrose contaba apenas con 340 pala- brasvy exponia dos figuras trlangulares iraposibles.y dos versiones de una escalera ascendente también inviable. Con posterioridad, la version sélida del triangulo de Reutersvard pasé a conocerse habi- tualmente como «triéngulo de Penrose». Lionel Penrose fue un dis- tinguido psicdlogo, y el coautor de su articulo aseguraba que las fi- guras imposibles llamaban la atencién tanto de psicélogos como de investigadores interesados en el funcionamiento del sistema visual humano.'* El tridngulo de Penrose, a diferencia del de Reutersvard, estaba dibujado en perspectiva, lo que afiadia un ingrediente mas al caracter paraddjico de la figura. El tridngulo de Penrose (1954).

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