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Elsie Rosales, Carlos Simén Bello Carmelo Borrego . Constitucién, principios y garantias penales Universidad Central de Venezuela Facultad de Ciencias Juridicas y Politicas Instituto de Ciencias Penales y Criminolégicas Caracas, 1996 Presentacion Encomendar a un criminlogo Ia presentacién de una obra especializada de Derecho penal, no deja de ser, en principio, una empresa riesgosa; empresa que sin embargo en circunstancias coneretas, bien puede resultar interesante, Como en toda escogencia, participan aqui elementos profesionales como también de estimacién afectuosa, los cuales debo especialmente agradecer alos creadores de esta obra. Destacar la dimensién constitucional como coordenada central, como gran instancia de control en Ia interpretacién y en la aplicacién de la ley penal viene @ ser Ia inquictud que guia a los profesores Elsie Rosales, Carlos Simén Bello y Carmelo Borrego cn la serie de anilisis que configuran este texto, Esta inquietud, que le brinda al estudio penal una proyeccién que trasciende sobradamente la violaciOn de la norma y el castigo como reaccién lada, ha venido siendo objeto, en nuestro medio, de especial atencién. En tal sentido, recordemos las Jornadas sobre Derecho penal y Constitucién realizadas en la ciudad capital y organizadas por nuestra Facultad durante abril de 1991 Agreguemos, que el Instituto de Ciencias Penales y Criminologicas tiene igualmente entre sus lineas matrices de investigacién, la extensa, importantisima y hasta ahora poco explorada temiética de las relaciones entre la norma constitucional, sus principios rectores, y el derecho punitivo, cuestién sobre la ‘cual se elabora la disertacién de los autores, ‘Que nuestro Derecho penal y su (ab) uso constituyen hoy dia una preocupacion cotidiana del ciudadano comin, es cosa harto sabida, Frente a una crisis econémica y moral que ha ido debilitando gradualmente toda solidaridad humana y degradando su conciencia colectiva, la Venezuela de hoy contempla, a ratos con demasiada pasividad, el frecuente recurrir del Estado —un x Estado tan incompetente como altanero— al mecanismo penal como respuesta ficil a los conflictos sociales en aumento. La proliferacion inconexa de leyes, el desmontaje de corpus legales que descansan sobre una légica comin, las violaciones diarias de los principios de legalidad, de la reserva legal, de la minima intervencién y de otros no menos importantes, materializadas a veces por la via expedita del Derecho administrativo y sus miltiples modos de operar, constituyen en los trabajos de los profesores Rosales, Bello y Borrego una constante y admirable inguictud que va, diria yo, més alla de la reflexién juridica para insertarse. en lo vivencial, en la propia experiencia como ciudadanos que se niegan a presenciar con indiferencia Ia quiebra de un sistema de administracién de justicia invadido por Ia ineficiencia, los vicios de diversa naturaleza y la discriminacién. ‘Huelga decir que en esta “metastasis” del control social suele estar presente, como telon de fondo, el desconocimiento oficial de importantes derechos fundamentales del ser humano, realidad esta igualmente analizada por los investigadores ‘Una observacisn final nos permitira hacer mas comprensible la advertencia que encabeza esta introduccidn: las reflexiones desgranadas a lo largo de los cuatro capitulos de la obra refverzan, desde un angulo distinto, los hallazgos regularmente presentados por la criminologia nativa de las tltimas décadas. ‘Aquéllas ponen de manifiesto, en otro lenguaje, el porqué de la incompetencia. y la corrupcién ps , Ta ineptitud y Ia selectividad judiciales, Ia vileza y ef sufrimiento estéril del sector penitenciario. En trabajos anteriores hemos insistido en Ta necesaria conciencia entre penalistas y criminologos de que sus querellas solo contribuyen a hacer mas firme el estancamiento y la involucion del cuerpo social, en particular cuando ello ocurre en paises de Latinoamérica, El tema de la justicia, ya sea vista con valor, como compromiso 0 como tarea prictica —las tres cosas lo es— resulta un excelente ejemplo de cémo ambos discursos — diferentes, pero no por ello opuestos— pueden rendir fruto de manera concurrente, Los cuatro estudios que conforman esta obra asi lo demuestran, para contento de quien, desde la otra acera, fue elegido para escribir esta breve presentacién a los lectores. Luis Bravo Davila Marzo, 1996 Contenido Capitulo 1: Constituci6n, interpretacion juridica y principios penales Capitulo 2: De nuevo sobre los principios penales Carlos Simén Bello... vo 127 Capitulo 1 Constituci6n, interpretacién juridica y principies penales La interpretacién de los principios penales a favor de los derechos humanos y el orden constitucional democratico Elsie Rosales CONTENIDO LA REALIDAD DEL SISTEMA PENAL Y LA INTERPRETACION JORIDICA HOY wsssscsnnesemenennnestnnanensnmemenrnsenenenenmremeereneT ‘DERECHO PENAL DEMOCRATICO VERSUS DERECHO PENAL [BL PAPEL DEL INTERPRET... Teoria subjetivay teorla ebjtna la interpretac ley penal esta estrechamente ligada a su La interpretacion de la I e ion en la administracién de justicia. No (pir una errénea interpretacion de la ley penal. . Bata violacion de derechos humanos y de los principios “© ates vinculados al orden consttucional se relacionan con las a Senificado y redimensién que de muchos de ellos ha hecho la ,_Mectrina Penal mundial més modema y del sentido que puede Consttueién, prineipios y garantias penales realmente se aspira dentro de la sana aplicacién de la ley. En efecto, la ignorancia de los principios penales en la interpretacion juridica que permite la aplicacién del Derecho, deriva en la lesién de los derechos humanos y por ende, constituye un desconocimiento de los mandatos constitucionales, pues, como los principios penales actian como proyecciones de los derechos humanos dentro del mundo penal, al ser desatendidos estos postulados y reglas de interpretacion, las consecuencias de las decisiones son adversas a la proteccién de los derechos humanos dentro del sistema penal (Fernandez Carrasquilla, 1986-87). De ahi que el propésito de este capitulo sea: investigar como influye el uso de los principios penales en la interpretacion ica. Lo cual, obviamente debe redundar en la proteccién de los derechos humanos vinculados a la justicia penal, O en otras palabras, esta investigacion busca y pretende que la utilizacion de los principios penales en [a labor interpretativa de la ley penal, sirva para que se rescate la vigencia de los derechos humanos en cha ley, lo cual constituye una ica situacion planteada en el ambito de su ejecucion Consttcioninterpetacon jrcicay prinspion penles Etsie Rosees — @) La realidad del sistema penal y Ia interpretacion Juridica hoy El interés de este trabajo es replantear la importancia de los principios penales en la interpretacién juridica, como tinico camino ara una correcta aplicacién del Derecho penal, muy desasistida actualmente como consecuencia del aumento de la intervencion punitiva del Estado, que se ha observado en los paises occidentales, segiin expresa Bergalli, derivada de: La distorsién y cf exacerbamiento de Ios conflictas individuales Y sociales, a que ha llevado esta tecera fase del capitalism (.,) que en los paises periféricos genera muerte, miscria y En consccucncia, no sélo ta creacién de una ‘ionic positivas, los cédigos penales 4 de procedimientos (1992:69) (nfs de la autora. La percepcién generalizada de! abuso de las normas penales y del estado caético del sistema penal, en paises no desarrollados de democracias formales como Venezuela, se denota en: A partir del legislador: La proliferacién exagerada de normas penales en leyes especiales, particularmente en ambitos lgidos como drogas, comupcién, atentados contra el poder, justicia militar, y hechos relacionados con la incorporacién a la vida cotidiana de los estados de excepcién, normas que castigan delitos de peligro abstracto, o tipos abiertos, o figuras sin sustento en bienes juridicos precisos, con excesiva penalidad, © prohibicion de medidas alternativas para la privacién de libertad, s6lo por 8 Constitucin,principis y garantias penales mencionar algunas. Esta excesiva prolfeacin de ls leyes penales también se extiende a fas leyes administrativas con contenido punitivo. En cuanto a la operatividad del sistema penal, se observa: 8) en ol dmbito policial 1a selectividad del sistema penal Beneral que se refleja de modo pai sectores de la poblacion més econémico y social, por estar més alejados de la esfera de poder (Zaffaroni, 1987). ién de justicia: El olvido de garantias formulas que animan al debido proceso es extremo que se percibe a la delegacién , 1a comupcién, la dilacion procesal y hasta al terrorismo judicial come mecanismos comunes usados en el seno de la justicia penal ©) En la esfera penitenciaria: la harta, ireioluta y denunciada crisis carcelaria que coloca a Venezuela ante la comunidad internacional en una pésima posicién en cuanto a Proteccién de derechos humanos fundamentales se refiere, Asi, ya es un lugar comin hablar de la inversion de la proporcion vondenados-procesados, al punto que se ha estimado en setenta Por ciento la poblacién reclusa procesada’ muy a pesar de la de condenados, sobre una poblacin de 31.086 .126 procesados y 11.957 condenades, Pat iltimo, segiin datos revelados por fa Direociin General Sectorial de Defensa y a (Consttucion, interpretacion jurdica y principios penales. Elsie Rosales 9 normativas como la nueva inde libertad bajo fianza. * Lo expresado redunda en lo que se ha calificado como la un fenémeno nuevo. Por el contrario, Ia violencia ha sido jerada como elemento consustancial de las organizaciones desde tiempos remotos. Acerca de su papel en el sustento Estado se ha hablado mucho con anterioridad (Trosky y meses tarde, Max Weber, en 1918; cita de Politoff, 1989: 313). Al roclamas democriticas y de reivindicacién de los derechos humanos que se adetantan simulténeamente® . Proteccién Social del Ministerio de Justicia, para el 30-4-95, del total de dmc aege pen ap tosa hp coe aes . de impacto fundamental de la Violencia gubertamental, el derecho a la vida, 10 CConstituciOn, principio y garantins penales Esta violencia coexiste con un estado de impanidad que también se exhibe desde Ia selectividad misma de las normas penales, dado que, si bien por una parte, se abusa de ellas ‘ecargando la legistacion penal con infinitas prohibiciones, también paralelamente, por el contrario, no se tipifican todas las acciones que atentan gravemente contra el bienestar colectivo 0 se las tipifica de manera ambigua, débil o facil de evadir. Asimismo, la impunidad se manifiesta ante el acaecimiento de hechos que sun estando descritos en las normas penales, quedan fuera de su control por no ser detectados (cifra negra) 0 porque, aun siéndolo, exceden las posibilidades de punicion del sistema; al respecto, Piénsese en las facilidades de evasion de la justicia que tienen algunos sectores debido al poder que detentan y que les permite acceder a una mejor defensa, ejercer influencias, alegar Prerrogativas legales, o “pagar por los favores recibidos”. Esto, solo para mencionar algunas aristas de la impunidad, pues ella s¢ tmanifiesta de diversas formas y va recreando un clima de inseguridad juridica que constituye la contrapartida a la exacerbada intervencién punitiva del Estado. Otro aspecto de este violemto funcionamiento del sistema penal que refleja una de Ins caras més duras de la violencia generalizada, es que se excusa y funciona como la respuesta estatal al acoso de la delincuencia. BI incremento de la actividad punitiva estatal es uno de los temas que ha ocupado la atencién de la doctrina mundial debido a los signos particulares que presenta. Asi, el despliegue de la violencia a la que se aludié, ha sido visto como. cuestin fundamental, En tal sentido, Hassemer expone que munca como hoy Ia violencia se ha percibido tan cercana, sobre todo por Ia ee Jo aborda Zaffaroni con informacién de toda Sudamérica en: Muertes anunciadas (1993). ‘Constitucion, iterpretacion juridica y principios penales Elsi Rosales 11 posibilidad de enterarse del ejercicio de ta misma, el cual se exhibe por los medios de comunicacién (1990:193). Segun este pensador, 4 esto se-une la percepcién comunitaria de cuestiones tales como la delincuencia organizada, el terrorismo y el trafico de drogas, al punto que fa seguridad ciudadana se perfila como naciente bien juridico en las sociedades industrializadas. Mientras que en los paises no desarrollados como Venemela, la cuestion de la seguridad personal se erige como uno de los principales problemas nacionales, tal cual ha sido la deuda externa, la inflacién o el quiebre.de la economia, Asi lo ha venido sintiendo la comunidad cada vez con mayor vigor manifestandolo piblicamente (Informe del Fiscal General de la Repiblica, del 29-1-91; en Borrego y Rosales, 1992: 286-287 ). Por supuesto que la existencia de ddraméticas situaciones que se han convertido en lugares comunes, tales como la veintena de muertos que perecen en manos del hammpa cada fin de semana, o el que casi ninguna familia se heya escapado de haber sido victima de algin arrebatén, hurto 0 robo, coadyuvan para mantener a la colectividad aterrorizada y clamando “mano dura contra ta delincuencia”. Todo ello recrea un escenario que anima la maximizacién del Derecho penal con su consecuente discurso justificador. Ya la sociedad no puede continuar propugnando principios penales de un Derecho penal que no esta a tono con las exigencias de una comunidad agredida por las mil caras de la nueva delincuencia, sino que debe comenzar a revisar: De cual Derecho penal asistirse? (Hassemer, 1990:195). Para Hassemer, la respuesta esta en lo que él ha llamado un Derecho penal “eficaz’, el cual surgiria en defensa de la seguridad ciudadana. Para este autor, la maximizacién del Derecho penal se debe a ‘tna politica criminal surgida de la dramatizacin a que da lugar la violencia” (1990:198). 2 ‘Consttueién, principios y garaatins penles De ahi que la nueva politica criminal abarque nuevas ‘tazones politico criminales”, para usar la expresin de Cobo Del Rosal (1977), cayo papel sera servir de justiicacion a la represién. A su mercado de capitales, la politica estatal de subvenciones 0 el empleo de la informatica en la economia o administracion” (Hassemer, 1990:199). quiere decir que no se trasladen a la periferia y que el diagnéstico “realizado en cuanto a la dramatizacién de la violencia sea también valido para esta Area, De este lado de la geografia, la cotidianidad se dlebate en ganarle espacio a la proteccién real de los derechos humanos ante su escasa vigencia y los constantes atropellos: mientras que la ideologia importada referente al control penal comienza a desmontarse en el mundo desarrollado por considerarla hoy por hoy initil, dada la percepcién de la violencia yy Ia inseguridad reinante en ambos polos. De ahi que comience a ‘tambalear el Derecho penal de culpabilidad, basado en el hecho ‘Werecho penal de acto) y crigido para la proteccién de bienes juridicos esenciales ante graves ataques. En este sentido, Hassemer ha dicho que lo emprendido es un debilitamiento de instituciones penales (1990: 200), de tal Consttucién,interpretacou jurdica y principios penales. Elsie Rosales 13 detrimento del declarado formalmente Derecho penal de culpabilidad y de Acto propio de las sociedades democraticas. Este debilitamiento del Derecho penal plasmado en las legislaciones penales, e incluso en las no penales pero si punitivas (administrativizacion del Derecho penal), es visto en las leyes Al contenido apartado de los postulados del Derecho penal Demoliberal de esta legislacién, se aflade su enorme proliferacion (Delmas-Marty, 1990: 961), que no se reduce s6lo al area formalmente asignada al Derecho penal en virtud del Principio de Reserva y de toda la prescripcién constitucional, sino que, ademas, ‘paralelamente se abre paso toda una’ legislacion substancialmente punitiva, pero surgi dentro del émbito del salopante i rea un ambiente de control penal violento, desordenado, desorientado y arbitrario. * Sobre “Estados de excepcién”, ver el Capitulo 2, . . ‘Consttucién, principios y garantias penales De todo Io expresado se puede inferir lo siguiente: Ia sociedad actual dramatico en el bi El funcionamiento lincuencia-control penal. tema penal ademas de violento, es selective para unos casos, arbitrario ante otros, ineficaz frente al delito, generador de enormes costos sociales y de viotaciones a derechos humanos fundamentales. En general, esta situacién es similar en sociedades industrializadas 0 en paises no desarrollados. Sin embargo puede presentar particularidades, entre otras, en cuanto a los focos de atencidn delictual (terrorismo, drogas, corrupcién, atentados contra la seguridad personal, entre otros), Desde ef Ttuminismo para aca, se ha ido fortaleciendo un Derecho penal demoliberal que ha prevalecido en las sociedades occidentales de corte democrat penal tiene su referente en las Cor democraticas inspiradas en ideas tales libertad. De abi, que la lucha constante de la doctrina penal apegada a estos postulados haya sido reeditar la vigencia de las reglas de oro del Derecho penal propio de una sociedad democratica y social, las cuales son: e! Derecho penal de culpabilidad, basado en ef Acto y dirigido a Ia proteccién de bienes juridicos esenciales contra los atentados graves. Un Derecho penal que Persigue el mayor respeto a los derechos humanos dentro de su funcionamiento Sin embargo, actualmente el dictado de ta realidad es el desmontaje de este Derecho penal Garantizador y su Sustitucién por un Derecho penal acomodado a las exigencias de esa Percepcién de una delincuencia diferente y dificil de controlar, respetando los Principios tradicionales. Este ! ‘Consttucién,interpretacion jurdica y principios penales. Elsie Rosales 15 viraje, que se viene abriendo paso en el mundo desarrollado, se pretende justificar en las dificultades para castigar a las personas juridicas (carentes de voluntad en sentido natural), supuestamente amparadas en el principio de culpabilidad; la exigencia del dolo o la de responsabilidad por el Acto; la stricta legalidad que se opone a los tipos abiertos y el principio de bien juridico, entre otros. En paises no desarrollados, como Veneuela, el debate tedrico ‘no se ha propuesto, pero la practica exhibe la proliferacién de normas penales de peligro abstracto, o de responsabilidad objetiva, figuras sin bien juridico o con bien juridico difuso, 0 con excesiva penalidad o sin beneficios libertarios, o de tipos abiertos. Al extremo que en las coyunturas donde el valor del Derecho penal simbétieo prevalece se ha llegado a proponer, incluso, que se incorpore en Ia refi tuck de muerte, muy a pesar de su i severos reparos de la doctrina (Bi ‘Como consecuencia de lo anterior deriva que si aqui ni siquiera se ha logrado cumplir los: requerimientos minimos de un Derecho penal demoliberal y garantista, —formalmente declarado, qué pasaria si se llegari tan sélo a justificar tedricamente el abuso de las normas penales. Por el momento, en Venezuela existe evidencia de legislaciones y précticas que S¢ enfrentan duramente con los principios del Derecho penal garantista, tanto de vieja data como Ia Ley sobre vagos y maleantes (1938), como més recientes en el caso de la Ley Organica sobre sustancias estupefacientes y psicotrépicas (1984, reforma de 1993). La perspectiva legislativa es al Tecrudecimiento de la normativa punitiva mas severa y menos comprometida con la proteccién de los derechos. humanos, aunque paradgjicamente, en la segunda mitad de este siglo, Venezuela haya suscrito los acuerdos internacionales mas importantes de tutelaje de los derechos humanos. 16 Consttucién, principio y gurantias penales En consecuencia, el papel del intérprete es fundamental en la aplicacién de los prineipios propios de un Estado de Derecho intentando retomar principios declarados. hace mis de dos siglos pero que atin no han cobrado vigencia, sobre todo en los paises de democracias formales como Venezuela, donde la proteccién de los derechos fumanos todavia es muy incipiente. i se habla en términos de ‘tealidades” y dentro se enfoca individualmente la actividad de los ia (abogados, jueces, fiscales, defensores, etc.) se percibe que se ha generalizado un desprendimiento entre la préctica juridica y lo que plantea la teoria del Derecho penal. Se entiende que dentro de un funcionamiento altamente arbitrario del sistema penal, el desenvolvimiento de factores parciales y casos coneretos se encuentre regido por las reglas del sistema general ue, por decirlo de algiin modo, los sitia y anima a comportarse conforme al azar. Ello se aprecia tanto en cuestiones ya establecidas normativamente y por ende, distorsionadas por el propio r, como cuando por ejemplo, se establece un iento criminal que divide la comprobacién delictiva en itos: cuerpo del delito y culpabilidad y se divide al procedimiento en dos etapas procesales para perfeccionar esas comprobaciones: sumario y plenario y, a su vez, este proceder no es el fiel reflejo de lo que plantes la teoria del delito, sea cual sea Ja posicién doctrinal que se acoja. Luego, acontece que en los procesos judiciales no se respeta a cabalidad las directrices de la dogmitica penal y que, muy por el contrario, normalmente las decisiones judiciales se anuncian al me Constitucién, interpretacon juridiea y prineipios penales, Elsie Rosales 17 margen de lo que seria una correcta interpretacion del Derecho. ‘Aumenta la distorsién de la aplicacién del Derecho penal, en cuanto que se olvida considerar las soluciones aportadas por la teoria del delito, constatar que a ese descuido se afiaden otros focos de distorsién tales como la corrupcién (trafico de influencias, contraprestaciones, delegaci6n indebida) entre otros. smo saber cual es ta correcta interpretacion del hecho es sabido que en ocasiones el Derecho puede ofrecer diversas soluciones que incluso se han Al parecer uno de los criterios mas cénsonos con el acercamiento del Derecho a la realidad sobre la cual pretende tablecer distinciones que serian propias de un trabajo especializado sobre el tema. La otra cuestién a considerar es lo que Gimbernat ha tocado al tratar la aplicacién del Derecho penal: Cuanto menos desarrollada esté una dogmnitica, mis imprevisible sera la decisiém de los tibunales, més dependerin del azar y de factores incoatrotables la condena y la absolucién. Si no se comocen Jos limites de un tipo penal, si mo se ha establecido dogmaticamente su alcance, 1a punicién 0 ‘impunidad de una conducta no seré la actividad meticulosa u 8 Consttucién, prineipios y garantias penales ordenada que deberia ser, sino una cuestiGn de loteria (cit. por Cid Moling, 1991:144), Esto también significa que si en determinado émbito de aplicacién juridica Ta teoria del delito es desatendida u olvidada y con ella, los principios que animan el funcionamiento y aplicacion de un determinado Derecho penal, el sistema operara de manera arbitraria y en consecuencia, los ciudadanos no podrin prever ‘cud! sera la solucién aportada a los casos planteados, creando un estado de inseguridad juridiea. Este estado de inseguridad juridica propiciaré que ios ciudadanos busquen “seguridad”, entendida ésta como posibilidad de prever ias soluciones y contar con garantias de que la solucién no sera contraria a ta justicia (tal ¥ como ocurre cuando se castiga a un inocente), en otros factores ue interfieren en la toma de decisiones judiciales, tales como la corrupcién. De ahi la importancia de retomar los principios penales que guian Ja interpretacién juridica, entendida como mecanismo de realizacién del Derecho, como criterios que no s6lo orienten la leccién de la solucién juridica adecuada, sino como elementos que corrijan la distorsién propiciada por la hiperinflacién legal y el abuso de normas penales. Ello conduciria a aumentar la seguridad Juridica al tiempo que acerca la realidad del Derecho penal, en cada caso conereto, al papel que una sociedad —autoproclamada democratica— le ha asignado al aparato penal. Para alcanzar este objetivo, las secciones siguientes esbozan ciertos t6picos cruciales que permiten ubicar a ia interpretacién Juridico-penal y los principios que ia orientan. Asi en primer término, se trataré lo referente al modelo de Estado de Derecho social y democratica, en el cual, se insertaria el Derecho penal al cual se aspira y de donde brota toda una re Consttucién interpretacion jurdieny pincpios papules. Else Rosales 19 filosofia de proteccién de los derechos humanos y las regias que en materia especificamente penal se corresponderian con este modelo (Mir Puig, 1982; Politoff, 1989; Schiinemann, 1991; Hassemer, 1990; Cid Moling, 1991). Luego se pasa al tema de la interpretacién juridico-penal, y su relacién con los principios que se corresponden con el modelo de Estado democtético. Dentro de este marco se abordaré la hermeneiitica juridico penal, recorriendo someramente desde los esquemas tradicionales (Hurtado Pozo, 1991) hasta el papet del intérprete penal actualmente, Luego se pasara al breve emunciado de los principios mas importantes, se vera sélo una sintesis de los Derecho penal minimo y el garantismo penal (Baratta, Zaffaroni y Ferrajoli). Conviene advertir que con anterioridad se ha publicado un estudio de los principios penales en atencién a la reforma constitucional que adelanta el pals (Rosales, 1994). Dicho ensayo constituye un desarrollo especifico de éste, en cuanto al topico enunciado, y contiene la proposicion de algunos de los principios inprescindibles que deberian orientar la Reforma Constitucional en el érea penal, sobre todo en lo que respecta al capitulo referido a la proteccién de los derechos humanos. Introducir estos cambios en la reforma constitucional probablemente animaria mas a aquella mayoria de operadores de justicia y a la labor interpretativa de aquéllos que atin requieren de la positivizacién de ciertos mandatos, 20 ‘Constitucion, principios y garantias peuales Derecho penal democratico versus Derecho penal autoritario jetivo de esta seccion no es abordar un estudio de filosofia politica, cuya pretension excederia los limites de esta incursion, sino solo precisar el marco de actuacién del intérprete, el cual variaré dependiendo de la adsctipcién del Derecho penal imperante y de los postulados que reproduce, Asi, se usaré como modelos ejemplficativos y antagénicos al Derecho penal de un Estado democrético, en comparacién con el Derecho penal de un Estado autoritario; tomando en consideracién la fundamentacién del Estado de Derecho y del orden constitucional Estado de Derecho y Derecho penal El contexto histérico que da nacimiento a la moderna concepcién del Estado de Derecho se presenta a partir del siglo XVIII con la Tustracién que, en cuanto a las ideas politicas predominantes, deja atris al Estado despético y abre paso a la sujecién de la (organizacién estatal a la ley Dentro de exte marco, para aproximarse a la repercusién de fo politico en el mundo juridico * penal, es importante advertir que las ideas iluministas de finales del siglo XVII, con el hito que marcé Ia revohucién Francesa y el ido madurando, sobre todo a partir de las dos guerras_mundiales y las consecuentes declaraciones tuniversales de los derechos humano3)E1 Derecho penal —como producto social que es— no ha estado ajeno a este proceso.) ‘Constitucién, interpretacén juridica y principios penales. Elsie Rosales. 21 De esta forma/si con el nuevo Estado de Derecho, el Derecho penal paso a offecer sus primeros visos de garantismo, de contencién o limite del eercicio punitivo del Estado y delimitador de la esfera de fo prokibido con cardcter penal, realizando esta tarea mediante la asuncién del principio de legalidad también hay que tener presente que la dogmtica penal, como reflejo del desarrollo de las ideas politicas predominantes, dentro del mundo juridico sirictu sensu,(ha ido avanzando hacia el garantismo penal en la bisqueda de may de los derechos humanos dentro del ambito de la como también, ha sido proyeccién de diversas concepciones ideolégicas, al punto de haberse desarrollado, sobre todo en ef presente siglo, tendencias dogmaticas encontradas| Asi se ha dicho, por ejemplo, que algunas de las ideas totalitarias asumidas en Alemania —una de las del avance del Derecho penal franco continental— se algunas corrientes dogmaticas, al extremo que una de ha hecho al finalismo propugnado , ha sido su afliacién con ideas autoritarias basadas en la represién del énimo y de la motivacién para elegir en forma contraria a los intereses de! Estado, indicdndose que de aqui a la culpabilidad de autor hay un paso y a la represién del Pensamiento otro (Politoff: 1989). jNo obstante, justo es Teconocer que a partir de las ideas finalistas, que si calaron en el Pensamiiento juridico actual, se ha alcanzado desarrollos y soluciones importantes y adems, han contribuido para oponerse a la mera responsabilidad objetiva que también es violadora de Principios democriticos (principalmente en cuanto a la libertad y ‘su derivacién en la libre eleccién de la conductae Por consiguiente, aun cuando este estudio se encamina a desemtrafiar la dogmatica penal y las ideas totalitarias de uno u otto signo que haya podido abrigar debido a su necesaria Permeabilidad a las ideas politicas en bog; si debe reconocerse Que la adscripcion del intérprete —consciente 0 no— a 2 Constitucién, principio y garantas pensles determinada tendencia, va a influir en el resultado de la interpretacién que asume al momento de resolver los casos. Y que, como ademés, un Derecho penal declarado democratico no lo es en su totalidad, pues en la evolucién de determinado Derecho penal, se amalgaman elementos también totelitacios, estos tiltimos deben ir siendo aislados progresivamente si es que se aspira a un mayor desarrollo de las ideas democraticas que, a su vez, pueden ser trasladadas a ia realidad, en la practica ‘Lo importante es que como quiera que el Derecho penal declarado en Venezuela es el correspondiente a un pais, democratico, el intérprete esta en la obligacién de buscar la realizacién de esos postulados a partir de la concepcién propuesta en el texto constitucional. Pero, joudl seria este marco de actuaci6n? Como se senal6 anteriormente, el nacimiento del nuevo Estado de Derecho esta vinculado al pensamiento iluminista del siglo XVII, a pensadores como Locke (1632-1704), Montesquieu (1689-1755), Voltaire (1694-1778) y Rousseau (1712-1778) y a sucesos histéricos como la Revolucién Francesa. En materia penal, este modelo también fue nutrido por autores de aquel entonces, con aportes como el que hiciera Howard con! su obra: El estado de las prisiones. ——_—_—__—_- 4. Obra de Feuerbach fue “La revisién de los principios y conceptos! ‘fundamentales de! Derecho penal vigente™? Constituei6n, interpretacion jurdica y principios penales. Elsie Rosales 23 ‘Asi, dentro del fortalecimiento de ese nuevo modelo de Estado, resalta como de particular interés el papel que va a jugar In legalidad como proyeccién del nuevo Estado regido por el Derecho —Estado de Derecho—. Esta legalidad, por una parte, impondré limites a la actuacién de los particulares, pero esta vez de un modo previamente establecido y colectivamente consentido, mediante procedimientos de produccién legislativa aptos para que Ja regla sea Ia proyeccién del designio general; y por la otra, regularé y limitard el ejercicio det poder politico —y con &, del poder punitivo también—, todo lo cual constituisia un gran avance, debido a la precedente historia del _despotismo y a la ‘urgencia de democratizar el ejercicio del poder) Este devenir del Estado de Derecho, marché paralelamente a la consideracién que se le dio a los derechos humanos en declaraciones de carcter universal, cual fue el caso de_la Declaracién de los derechos del hombre y del ciudadano (1789).} En lo juridico, la legalidad abre paso al proceso de codificacién que se adelantd en Europa, principalmente a comienzos del siglo XIX, y que tuvo su realizacién especifica en 1 ambito penal con el pronunciamiento de los primeros codigos Penales (Cédigo Penal de Austria de 1787, Cédigo Penal Lingoy ane? GE sin embargo, de unos aftos para ach se ha abierto un debate cn torno al Principio de legalidad, resultando que si para algunos ha sido el clemento distintivo entre Estado liberal y Estado autoritario, para otros, ya es hora de ‘Superarlo pues, segin sostienen, se erige en una ilusién que sustituye el Substrato de lo que en realidad se persigue por la regla que cst principio y-Pdena, Al efecto, ver Gosel (1984:5). mM Constitucibn, principis y garantias penales Napolednico de 1810; Cédigo Penal Espaftol de 1822, el Cédig de Baviera de 1813 —redactado por Feuerbach— y el Aleman d 1871) que luego fueron trasladados al mundo periférico’. tiempo que esto ocurria, se le darfa rienda suelta al nacimiento la dogmatica penal, con obras fuindamentales como las del clas Carrara (1805-1888)". La ciencia penal alcanza un crecimient sostenido hasta la actualidad | [Durante el presente siglo, al margen del desenvolvimiento qu ha ‘tenido la dogmética penal y la afiliaciin de sus dix tendencias a esquemas més o menos democriticos, ha venid operand en el plano juridico-politico una transformacion di 4 ia ta limi poder y a evitar los abusos, propendiendo : ’) desarrollo y froteccion de la personalidad. de cada uno ‘\cindadanos. Mas adelante fue moldedndose Ia formulacian d 7 Segiin expresa Zaffaroni, uno de 10s primeros y mis completos latinoamericanos fue el de Brasil de 1830 y sirvié de modelo al Cédigo Espatiol de 1848, cl cual fuc reformado cn 1850 y 1870, y que a su vez. seguido por la mayoria de las legislaciones latinoamericanas. En el Penal de 1863, aunque este Cédigo no ‘considera el primer Cédigo Penal el de Zanardelli de 1888; carscterizado por una tendencia clisica (1987:157-158). (Curso de Derecho Criminal y los Optsculos de Derecho Criminal. _fometido deun Estado dem Consttucion, interpretacion juridica y principios penales. Elsie Rosales 25 desenvolvimiento personal, sino que ademas debia propiciar el bienestar colectivo, actuando entre los coasociados para ayudar a obtener la paz mutua y el bienestar del congiomerado social” En la posicién extrema de cualquiera de estos dos modelos — liberal © social—, el Estado no cumpliria su misién, pues una postura netamente mercenaria, que en aras de la personalidad individual olvide promover la igualdad de oportunidades y de acceso al poder o a la riqueza, 0 a Ia realizacién colectiva, probablemente conduciria a que a costa de unos, otros alcanzarén el disfrute de niveles de vida insostenibles para cl resto de la colectividad dentro de una sociedad igualitarialiPor el contrario, en un Estado intervencionista a ultranza, se ‘puede extraviar el objetivo y enmascararse una posicién autoritaria, ya sea de * derecha o de izquierda, bajo el pretexto del bienestar colectivo, mientras que en la realidad, se violenta la libertad personal y el Estado se inmiscuye y dispone, con todo el abuso que esto supone, de la vida personal.| Por ello es que en la evolucién del Estado democratico se puede sintetizar lo positivo de estas dos posiciones, porque en el “contrato” se delega en el Estado el ejercicio del poder y el pueblo encomienda a representantes libremente elegidos la direccién det mismo; donde todos los pobladores obran en un plano de igualdad y-por ende, de igualdad de oportunidades de acceso al poder y a la Tiqueza; dentro de un clima en el cual se garantiza el goce de las libertades tanto publicas como individuales. Por consiguient ‘sada vez mayor. realizacién nanos sentido mas amplio, tanto de los legislados como de aquéllos inherentes a la condicion de ser bumano.\, Este esbozo del fortalecimiento del Estado de Derecho democratic ha tenido, por lo menos, dos angulos desde los. 26 ‘Consttucién, principios y garantias penales cuales puede ser observado: i) el de la evolucién de la nzamiento en la vida real. del universo, constituye en si un adelanto que va orientando el camino a seguir y gestando los acontecimientos hist6ricos. [otro dato de ta evolucién aqui retomado es que Ia perfeccion de Ta concepcién democritica coincide con el tiempo de las dos apuntalaron en la historia, por lo menos, la necesidad de nuevos pronunciamientos internacionales sobre derechos humanos*} Ln ese escenario, el contrat penal viviente y cotidiano ha ccontinuado cabalgando con saldo negativo, pero la ideologia penal de sustento y de legitimacion de! funcionamiento del aparato penal A pair de ese momento Ia comvnidad universal cuenta con documentos dogradantes (1984); Convenciém Americana para prevenir y sanciouar Ps tortura (1985). Constitucén, interpeetacion juridica y principios pensles. Elsie Rosales 27 del Estado —el Derecho penal— ha proseguido para un buen sector de fa doctrina, afianzando postulados limitadores y racionalizadores de la intervencién punitiva del Estado en resguardo de los derechos humanos, dentro del marco de un Estado democratico. Ello no quiere decir que para otro sector de la doctrina emparentado con concepciones totelitarias, no haya habido planteamientos que transfieran esas ideas al mundo penal, con sus negativos efectos para los derechos humanos | "Por consiguiente, lo que se quiere advertir es que la amalgams de ideas culmina en una suerte de Derecho penal gincrética que puede ser de corte democratico pero anidar algunas ideas del autoritarismo; por lo que en definitiva, todo se resolverd segin sean los diversos matices que acerquen o alejen a ese Derecho penal de lo que corresponderia a un modelo de Estado democratico © autoritario, segiin sea la proximidad o lejania de uno u otro esquema (Zaffaroni, 1987) A su vez, existen variantes dentro de las diversas corrientes do; logmaticas, que influyen decisivamente en la toma de decisiones it hora de con fa llamada Tercera Escuela representada principalmente por von Liszt, se produjo una fusion de concepciones incongruentes comprensién de la teoria del delito dual y contradictoria, contradiecién patente en algunos aspectos, como por ejemplo, ‘currié con la asuncién del sistema combinado entre penas y medidas de seguridad, pues ambas tendencias han respondido a fundamentaciones filos6ficas encontradas. De esta forma, se dejé colar dentro de la teoria det detito muchas de las concepciones ‘tributarias de la peligrosidad, que luego ingresaron en las legislaciones penales de un modo, en ocasiones marginal (caso de 28 CConstitucién,prinsiiosy grania peales la agravacion por reincidencia) y en otras, principal (supuestos de Jegislaciones como la Ley de vagos y maleantes). [Pot supuesto que en el caso Latinoamericano, la protongacién de principios, entre otros) — {En consecuencia, el Derecho penal debe estar a tono con ese incre propiamente dicha, en la aplicacién concreta de las leyes El Derecho penal visto desde ia Constitucién [Gna de tas maneras de observar Ia legislacién penal en relacién con el orden constitucional de un pais determinado, es viéndola concepcidn filos6fico-politica de Estado que inspira a su Constitucién. Por lo que ta cuestién es determinar; cul concepto de Estado asume la Constitucién venezolana? Consttucién, interpretacion juridica y principios penales. Elsie Rosales 29 Al efecto, el Preémbulo constitucional expresa como uno de sus horizontes politicos: .) sustemtar el orden democritico como tinico c irrenunciable miodio de asogurar Jos derechos y la dignidad de los ciudadanos (..) (Constitucién de la Repiblica de Venezuela, 1961), Tales derechos humanos también son referidos en la misma n de principios cuando propugna: “la garantia universal derechos individuales y sociales”. : Natese como el orden demoeritico sera, segimn este esquema, el marco necesario para la realizacién y proteccién de los derechos humanos. Mas adelante, cuando se toque especificamente el tratamiento de los principios penales en la interpretacién juridica, se retomara con el ejemplo de la relacién existente entre principio favor libertatis y derecho a ta libertad, una idea central TZuce -fundamental entender que orden democritico y derechos humanos son dos dimensiones del mismo enfoque. filoséfico-politico que motiva la organizacion estatal venezolana y Por ende, su sistema juridico Cree, 30 ‘Consttucién, principios y gorantias penales (Bor tanto, esta idea de Estado se adscribe a ta denominada concepcién del Estado de Derecho social y democratico (Mir Puig, 1982:69). Para Mir Puig, este es un modelo que debe conjugar y superar a Ia vision por separado del Estado social y det Estado liberal (1982:69) y entiende por Estado liberal aquel Estado regido por el Derecho, producto de la votuntad general (Soberania, Constitucién, articulo 4); y por Estado social, aquel paso mis allé del Estado gendarme que lo convierte en Estado intervencionista a fin de garantizar una mejor convivencia social, Por ejemy alude a esta idea la declaracion principista contenida enel ibulo constitucional cuando dice que se busca: “lograr ‘a participacién equitativa de todos en el disfrute de la riqueza, segin los principios cia social”. Segin este autor, la sintesis de estos dos conceptos daria lugar a un Estado regido por el Derecho pero (intervencionista en tanto que conductor del bienestar social) sin que por ello se llegue a convertir en un Estado totalitario de cualquier signo, por cuanto seria contenido por los limites del Estado de Derecho liberal que impiden el abuso de la intervencién estatal, en resguardo de los ciudadanog} ontenido es fundamental porque dependiendo de su elaboracion ¢ dar mayores © menores espacios a a protecci6n de los derechos humanos y ello tiene una repercusiin especifica en el ambito penal Por set ésta el area donde tos derechos ciudadanos son mas vulnerables/ » Fernindez Carrasquil iza la evolucién del Estado de Deiécho y precisa que esta idea vista en forma aislada, si bien por un lado, sujeta la actividad del Estado a reglas precisas, por el otro, el Estado de Derecho entendido s6lo en su presentacion * formal puede servir de excusa politica para justificar toda clase de acciones y abusos cometidos bajo el velo de la legalidad { (1991:298), En tal sentido este autor expone: “Un Estado de Constitwcin, interpretacin juridica y principio penales. Elsie Rossles 91 Derecho meramente formal es compatible con la arbitrariedad y el autoritarismo” (1991:90). De ahi la necesaria evolucién del mero Estado de Derecho a] Estado de Derecho liberal que implica limitaciones importantes a la injerencia del poder en Ia esfera privada; propiciando el desarrollo de Ia libre personalidad; un Estado concebido para que el ciudadano alcance su plena realizacién, partiendo de la persona vista individualmente. Al mismo tiempo este pensador defiende el enfoque liberal al precisar que la sola configuracién del Estado como social y democratico no basta, pues si bien constituye un reconocimiento importante a la intervencién estatal que propicia bienestar y desarrollo colectivo, también es cierto que el bien comin puede ser la excusa para sacrificar a las personas individuales, grupos de personas 0 minorias, Por to que el ideal democratico, al conjugar como cuestién fundamental la realizacion progresiva de los derechos humanos, debe promover el respeto a la diversidad y a la disidencia. En otras palabras, buscar el bienestar tanto individual como colectivo armoniosamente. } J Por supuesto que fa concepcién actual de un Estado de Derecho democrético implica la realizacion de los derechos de todos y de cada uno de sus miembros, en la medida en que ello es posible, basindose en ideas como las del respeto mutuo, concesiones mutuas y tolerancia, sin que por ello se tenga que menoscabar el interés de las minorias, por el hecho de que sus intereses sean diversos 0 su modo de pensar distinto al del resto de la sociedad; ya que una sociedad democritica debe partir de los derechos humanos y abrirle paso a una cada vez mayor realizacion de la personalidad de cada quien, asi como de una mejor calidad de vida para todos sus miembros en forma equitativa e igualitaria, mediante la igualdad de oportunidades, asi camo de acceso al Poder y al disfrute de a riqueza,” a Consicin,rtcpioe ygamotos pales [Bor el contrario, como dice Feméndez Carrasquilla, si el Estado: “escamotea la proteccién necesaria para que los individuos 0 grupos de individuos puedan preservar y desarrollar justamente su personalidad no puede ser democratico”. Asimismo, ama la atencién sobre un hecho fundamental para los paises no desarrollados y es que, como en éstos, el Estado no ha sgarantizado una justa calidad de vida y una auténtica proteccién y desarrollo de los derechos humanos, su caracter democratico seria ccuestionable al tiempo que, si bien todo Estado democrético exige formalmente un catdlogo de garantias penales para preservar los derechos ciudadanos ante la intervencion punitiva del Estado; en los Estados periféricos esta exigencia debe ser mayor dado que la propensién al abuso también es mayor (1991:95).4 Ahora bien, en cuanto a los matices politicos que pueda ién de la pena, valga decir, los ejes del Derecho penal varian de acuerdo con la concepcién del Est Cuestign que pone de relieve aspectos pol Juridico y evidencia la ausencia de su pretendida “neutralidad”. De Thanera que funcién de fa pena y teoria del delito son cuestiones relativas y variables, dependientes de un perfil politico determinado. Asi, ya no se podria decir en forma tajante que, por ejemplo, la pena tiene una funcién retributiva en el sentido absoluto expresado por los clésicos, 0 preventiva, en el sentido propio de las tendencias relativizadoras de la funcidn de la pena (Anton Oneca), sino que depende de la "furncién del Estado" (Mir Puig, 1982:67) Ge esta forma, sien la base del sistema politico se declara el modelo democritico, asi debe ser la funcién de la pena, Como se vio, la concepcion de Estado asumida en la Constitucion venezolana es la del Estado de Derecho social y democritico, por Consttuein, inexpretacién juriiea y principios penales Elsie Resales (33) Jo que e! Derecho penal debe proyectar esta misma perspectiva. Por consiguiente, el planteamiento dado trae como consecuencia «que la funcién de la pena y del Derecho penal en general, deba contemplar un fundamento constitucional que se inicia por ta concepcién de Estado considerada en el texto constitucional-| ya se dijo que la concepcién de Estado acogida en la det Estado al Derecho y la limitacién de la injerencia cstatal en la esfera particular, de suerte que su modelo se opone la del Estado autoritarid}) Para evar estas nociones al ambito del Derecho penal se consideran criterios que determinan cudndo un orden juridico responde al modelo del Derecho penal demoliberal. Asi, Zaffaroni hha dicho que hay que comparar caracteristicas como las siguientes; + Delimitacién precisa del poder piiblico. Es decir, clara determinacién de la funcién del Estado y de las barreras para impedir el abuso y las tendencias totalitarias, ‘+ Seleccién racional de bienes juridicos. Lo cual alude al manejo de una nocién real de bien juridico que tiene como esencia la uurgencia del tutelaje penal y la gravedad del ataque (Subsidiariedad, minima intervencién penal, lesividad, entre otros} (Borrego y Rosales, 1992, b: 324 2335). Racionalidad, humanidad y legelidad de las penas: significa la adecuacion de la funcién de la pena al marco democratico que impone ja certeza y seguridad juridica (legalidad formal) y ta Proteccién de los derechos humanos dentro del sistema Punitive (Zaffaroni, 1987: 77 Consttueién, prineipios y garentias penales [© Con mayor amplitud, Mir Puig establece las caracteristicas debe exhibir el Derecho penal de un orden democréti Asienta que debe respetar las garantias de un Estado + Derecho en el sentido expresado por el principio de legalidadj pero centrandolo en una realizacién efectiva y no mer formal (1982:75), por lo que en resumen: Debe ocuparse tinicamente de la proteccién de bienes reales que interesen a todos. Debe atender a la legalidad en cuanto a ley previ irretroactividad, determinacion, reserva, entre otras miltipk manifestaciones. Defender tanto a las mayorias de los delincuentes, co respetar Ia dignidad de los delincuentes. Lo que impide ki imposicion de toda pena cruel, inhumana, degradante desproporcionadal(Constitucion venezolana, atticulo 60, 3° concordancia con Convencion Americana sobre derech: humanos, CAdbh, articulo 5, n°3; Declaracion Americana de lo! derechos y deberes del hombre, DAddh, articulo Declaracién Universal de los derechos humanos, DUd articulo 7; Pacto Internacional de derechos civiles y politicos ¥ en fin, evitar cualquier otra forma los derechos humanos, al tiempo que e! Estad vida. Esta tiltima idea se asocia a las ideas de resocializaci consignadas como chosen as convenciont internacionales protectorag(CAdh, articulo 5, numeral 6°: “Li penas privativas de la libértad tendran como finalidad esenci fa reforma y la readaptacion social de tos condenados”). [Es obvio que mientras mayor sea el desapego del Derec! peal estos perfiles, mis cercano sera al forma autora} Consttucibn,interpretacién juridica y principios penales. Elsie Resales 35, {Bn el caso venezolano, como ya se observo, Ia Carta constitucional declara formaimente su condicion democratica y establece expresamente el fin dei Estado democritico mismo ‘como garantia y ampliacién de los derechos humanos. Esto constituye una plataforma para que el jurista edifique un Derecho petial coherente con este sistema. La realidad est muy lejos de que et ideal democrético se realice. Por lo que la labor del Derecho penal adquiere un compromiso mayor: avanzar en ta ampliacién de postulados y el fortalecimiento de principios y reglas que permitan aproximar cada vez més el Derecho penal al tnodelo democratico y transformarlo de arma de sometimiento, de sostén del poder y de “legitimador” del abuso, en herramienta de proteccién real de los ciudadanos ante el poder punitiv Estado al mismo tiempo que encamina su mision de control biisqueda, el pensamiento penal de los ulti un viraje crucial, Este avance ha transitado por la evolucién de un concepto troncal del Derecho penal cual es el de bien juridico. En materia penal, el Bien Juridico es un concepto base que tiene, ‘en principio, una doble funcién (Del Rosal, 1977); Servir de elemento ordenador y limitador de las tipificaciones y legitimar la intervencién punitiva del Estado. Esto es asi porque el principio de bien juridico ordena que sdlo puede criminalizarse aquellas conductas que afectan gravemente bienes juridicos precisos'*. Esto se enraiza con una cuestién fundamental de la actividad del Derecho penal dentro de un Estado democratico que tiene que ver '° Acerea del bien juridico, existe abundante doctrina, entre 1a cual puede verse: Esriva Gregori La puesta en peligro de bienes jeriicos en Derecho Penal (1976), Fiandaca “Il bene giutidico come problema teorico e come ctiterio de politica eriminate” ‘Hassemer “Lincamicntos de uta teoria Petsonal del Bien juridico” (1989), Bello “EI bien juriico” (1984), Borrego y Rosales Drogas y Justicia penal (1992) y “Derecho penal y reforma ceonsttucional” (1993). 36 CConstitucién, principio y garanias penales con Ja contrapartida ial de’ la legalidad: la legitimidad; en juridico remite Ia intervencién punitiva del lervencién, subsidiariedad, entre otros) se haré en el capitulo correspondiente, Por su parte, ya se dijo que la Constitucién venezolana esté dotada para ayudar al intérprete, aportindole el referente constitucional para su labor;|lo cual no quiere decir que en la proxima reforma constitucidnal no deberia ampliarse las garantias (Rosales, 1994), En general, fa doctrina penal actual ha insinuado o propuesto la necesidad de ahondar en el fortalecimiento de los principios Penales y en el referente en el orden constitucional, En forma similar io ha expresado Bergalli en un trabajo sobre el garantismo penal de Ferrajofi al concluir que: ( [as exacerbaciones de los sistemas penales contemporineas no ¢ sélo el producto de formas abusivas de aplicacién de aquellos Consttuci6n, interpetacién juridien y principios penalés. Elsie Rosales 37 de razones; poces trabajos con esa orientacién cabe recordar en nuestro ambito hispanchablante, rescatando aqui

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