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Carlos MENDOZA La invencion de la verdad nueve ensayos sobre cine documental 8 DGAPA-PAPIME Mexico, 2008, © Leimenain ever mace ess obec ctl ease Neaoue Aro Maco Como Ueno oe Esunes Capuron ‘Aall Pra 72, a Dl ale Meso 000 rm edi, 8 (© Cato Mendsea ain dea verdad ures sabe cine deen, 308 Prosar Tarde emp compe“, dsr l Ae de Docume Cent Uriverstaro de Esudias Ceematogecos ei oma ae del pet Cohn dl Progra tri pals Daca, scr a Pogran de Apa Pye Instn prs et Meanie Escaras D, lnDince Gover de Ae Penal de UN oop coum poste san. Dieta ed proyecto: odo Pla ‘on i eoliborén d Dom Peo goal sarc: Amand Cass racine de pons prods de aed gn, Grande Emp (as, prod en EH. Gombrch, Lvs dels mas Bus bre fic soil any lcm vi, , Mex, 103 DRO Uneasao Naciona Avtovous o¢ Meno, 208 (haa Vanesa, Caos, México 5100 sinorasroszsss Prd reproduc wou opr por cual medio sina autrzacon esr dl urd os derechos paren, Inprsoy hao en Mo Mis padres me engenraron para el uego oge Yhomo el para era gua aie, el fuego. Las defraud. No fu feliz. Cumplida no fue su joven volun. Mi mente Se alc las simércasporfias el arte, que err naerias. Jorge Luis Boaces Contenido Aclaraciones yagradeimientos Introduccion 1. ET natural impulso de narrar Cine documenta, historia ypeiodsmo Neves Romantics y ress prime reponeo Nery ot Del Cine-Oj a Noir ea Tlastrezadoas 1 El que miente, pierde Investigacion, tic estilo La pov del caiceo Dibusrun ass lor dees js, Nadi es juz dere La invesieicn esl fondo? Fleatloesel hombre ML Conversaciones filmadas Lacnrevita, ceaion del cine documenta Lda que Dios nuded Procediienos dshowrss Las ques ven ene Histor of ‘a medacin audiovisual 'W.Corsiendo contra el viento Bits, forma y fondo “rene crematogrcs ‘mando en la Baia de Hudson ads Meads EL mag de icons os abajs dl ser Sry Cero unos ¥.Explicaciones visuals Mapas, dbujsanimados y recursos gris Canora pind ‘Smpifcacion normaiea » ” 2 3 eeage Aprende sigifivo Deicke Mouse ala moll de AD (Genca y edapga Larepesetcion den dea epresnaion VL ghmitaciones mistriosas? La imagen documenta Nevosaceristios Fags enla Cover de Pain Tesi admsles Laie de cine materi ‘ery pest ‘Vi. Los zapaters flmicos Cine documenta yesttiea te mpereto Eine fsa Costin io, elie yo dlaes Documental onan ‘Evo Nao? ‘Ym. La inven dela verdad Guin y discuso Guin oii? Felaos verebaos Juma poner nodes Lo fas yl vers Enbusa de Is improbable edad mero 1X. Gano premios, neg existo documenta en Mexico, despues de Masacr en Columbine Mensiesen is especador sete Por ss neo sconces ator allombra Lassa de Mecems (nara eligi genio musa Gano premio, ago exis. eto? ‘ibliograia Indice onomastico Indice fmogriico ne a as as ne Aclaraciones y agradecimientos 'No desconozco que en el terreno de la teoria existe un debate al- rededor de la defnicin de los conceptos dacumentaly no ficién, sin embargo, en este volumen no me acupo de esa controversia y me he limitado a emplear ambas denominaciones como sinénimos Tampoco desconozco que buena parte del documental que se real ‘2a en México tiene como soporte al video y que su proceso de pos- production pasa necesariamente por esa tecnologia; no obstante, en este escrito se habla del documental, genéricamente, como cine documental claro, por otra parte, que consideré indispensable omitr préc- licamente toda referencia a mi experiencia documentalista y a mi filmografia, por consderar que asi satsfacia un imperativo étco, Las contadas excepciones que me vi obligado a hacerlo estén lo mejor encubiemas que me fue posible y estin ahi porque fue inevitable ha- cerlas aun lado desde el punto de vista informativo; por las mismas razones omiti hasta donde me fue posible mencionar a colegas con los que comparto un proyecto y con quienes integro —o integréal- guna vez—un equipo de trabajo. Fs asimismo necesario advertir l lector que el hecho de que algunos filmes documentales sean ctados o tomados como ejemplo pata abordardistntos temas en este escrito no supone un jucio de valor por parte de quien esto suscrbe, sino que fueron invocados, en-raz6n de su pertinencia para ilustar o ejemplifcar el tema que Comes Meoona se abordaba, Aclaro tambien que soy conciente de que no todos los lectores habrén tenido la oportunidad de contemplar los filmes cita- dosa lo largo de estevolumen, aunque en todos los casos e procuro explicar las tazones que me condujeron a ctrl, y confio en que las, nuevas teenologiasfaiiten al lector mas activo e interesado el poder cobservar los trabajos aqut mencionados. Debo, por tltimo, comentar que durante la elaboracion de este trabajo he tenido la fortuna de contar con la ayuda, en forma de propuesta, de criticas y de informacion, de gente con quien aos, aurés compart un aula, ellos en el presunto papel de alumnos y yo encl ot, que suele er mucho mas dudoso. Esta forma de colabo- racion ha significado una gratificante —y ha supuesto por encima de todo— y magnifica experiencia humana, ala que debo agregar a relacion que me une con muchos otros exalumnos (por ast deciles) que no colaboraron directamente en este texto pero queen distintos, episodios de la brega profesional y cotidiana me han aportado valio- sas ensefianzas y, lo que es mejor, el calor de su amistad. ‘Agradezco especialmente la colaboracién de Nancy Ventura Ra- imitez el enriquecedor aporte que el editor de este libro, Rodolfo Peldez, me hizo con sus pertinentes sugerencias; gracias también a Leopoldo Vallejo Novoa, Mario Viveros Baragén, Miguel Pérez Rey- na, Alfonso Fernéndes Virués y Alberto Nulman; expreso asimismo ri gratitud al Departamento de Publicaciones del CUEC, integrado también por Gabriela Garcia Jurado, Donajt Portillo, Mario Alberto Jimenez Vézques y Cristina Salinas Velasco. Gracias tambin por su apoyo directo e indirecto a Cecilia Men- ddoza Ventura, a Ana Sofia Mendoza Méndez y, por supuesto, ala ‘Universidad Nacional Autonoma de Mexico. Catlos Mexnoza Introduccién (Casi nueve attos después de la publicacion del libro El ojo con me- ‘moria:Apuntes para un método de cine documenta, me parect6 obliga- do intentar una reflexin autocritca acerca del estado que guardan los postulados centrales de est texto tas casi una década de dis- creta vida pablica. Una vida, por cierto, en la que la critica ha sido escasay vag. Entre noviembre de 1999 (fecha de la publicacion del ctado volumen) y marzo de 2008 (fecha en que se terminé la redaccion de este escrito) nevitablemente he confrontado los planteamientos ue entonces hice con la propia préctica como guionista, realiza- dor, y conferencista, lo mismo que como docente en el aula. En ese Japso conoct nuevos textos sobre el cine de no fccién, pude con- templar documentales que desconocia y tuve el privlegio de ser invitado a debatir yreflexionar sobre esta vertente cinematografica en algunos eventos en México y en otros paises; semejante trajin hizo inevitable que lo escrito en el texto de referencia fuera aludido —directa 0 indirectamente— por decenas de personas ligadas al documenta desde distintas perspectivas. En esos afos, hay que subrayalo, la laboraciéntedrica en tor: no al documental no fue muy abundante mi trajo demasiadas nove- dades —al menos la existente en nuestra lengua—, y la discusion en tomo a esta clase de temas fue cast mula. De abi que haya sido nece- sario procesar los comentarios y opiniones que fueron apareciendo cmos Mocs de manera aisada. Por ese camino podemos decir que quienes se han asomado a El ojo con memoria, ya fuera motu proprio oforzados por alguna amarga obligacin escolar, han dejado constancia de una serie de objeciones ticitas o explicitas referidas a su propuesta que algunos califican de rigida; otras aluden a su incapacidad para abar- carlos distintos caminos que existen al emprender la realizacién de ocumentales, o a la dudosa pertnencia de los eernplos que utiliza; pero acaso las dos mayores crticas recibidas se refieren al vinculo aque en él se intentaestablecer entre periodismo y cine documental (on tema del que no me ocuparé en este punto porque ya lo hago concierta amplitud ao largo de ese libro), ya ls escasa referencias __ que contiene acerca dl componente anistico del cine de no fccién ‘al proceso artistico del mismo. En descargo de El ojo con memoria hala que deci, sin embargo, que han sido mas abundantes de oes- perado los acertos en él encontrados por algunos colegas vinculados a laensefanca del documenta. Mis alla de aciertos, falas y omisiones que rodean a ese pe- queto volumen, hoy parece acertado haberselimitado a reducir sus ‘emunciados al categoria de esbazos,y haber dejado de lado la tenta- ion de intentar construr un andamiae teérico con el rigor que toda propuesta metodoldgica demanda Fs hora de confesar, por otra parte, que la propuesta de ese es- crit tenia algo de provocacion, una provocacin que fracas6 puesto aque no alanzé a abrir el debate que pretend. Si bien eran previsi- bles las objeciones que podria suscitar El ojo con memoria me imagi- no que hubiera sido deseable una discusién reduciday sin grandes resonancias (no puede ser de otro modo en el pequetio teritorio de la no fccién), pero articulada y suficiente para detonar propuestas —o esbozos de propuestas— metodolégicas que se opusieran a la aque abt se esbozay, con ellas, una mayor y mas frucifera reflexion en tomo a nuesia materia, Sin embargo, la pobreza en la discusion no es imputabe tni- camente a las probables carencias conceptuales de escrito. El cine ocumental se ha convertido en sibita moda, y el homo vides que road Sartor vislumbr6 efectivamente existe, deambula por el medio ci- nematografco nacional y no favorece el debate ni el desarrollo ace- démica No obstante, conviene explicar que el objetivo primordial de estos textos fue adentrarse en temas insuicientemente desarrollados en El oj con memoria, efectuar una primera incusiGn en otros que se sitdan en reas no muy visbls de la disciplina del documenta, ¢ intentar reflexionar en torno a la actualidad de éste. El resultado son nueve ensayos que se ocupan de modo no exhaustivo de la relacin entre el cine de no ficcin y otras ma- terias como periodismo, historiografa, investgacidn, ica, estilo, estética, guidn, discurso, tecnologia, retorica, animacién, recursos arificos, entrevista y la relacion entre documenta y conocimiento Asimismo, através de estos escritos se abordan dos temas: uno al que podriamos aludir como la naturaleza de la imagen de origen histsrico, y uno més en toro ala situacién actual de la no ficcion en Mexico. Sera saisfactorio para su autor que este trabajo invitase al lec- tor a compartir la andanza que supuso incursionar en cada uno de los temas abordados, descubriendo o constatando —siempre con la ayuda de otros— las vetas por las que es posible rastrea los origenes ¥ las implicaciones del cine documenta; tamibign lo sera que este libro le resultara lo suficientemente ameno y claro, aunque el pensa- dor alemén Georg Christoph Lichtenberg, escribié que «un libro es como un espe: si un mono se asoma a él no puede ver reflejado a un apéstoly. Con este aforismo, Lichtenberg ofrece una inmejorable coartada a quienes emprendemos a tarea de escribir algo que tiene la apariencia de un libro, desde limitaciones tan ostensbles como Jas que aqui se exhiben, pues al vislumbrar la existencia de lectores capaces de obtener provecho an de textos torpeseinsurbles, pone al alcance de autores como el que suscribe un buen pretexto. Mis al de aforismos y de excusas prevsbles, es cierto que un mismo libro suele tener distntas lecturas y que la diversidad de iterpretaciones que desencadene tendr relacion con las biografias ics Masons yy las capacidades de quienes e“asomen ae”, De ahi que, sel autor ‘consiguera ofrecer a esa diversidad de lectores una vision razonable- mente sustentada y propostva de los asuntos mencionados através de estos escrito, tendra un nuevo motivo de satisfaccion sera un indicio de que este trabajo se estaria aproximando a cumplir algunos objetivos: invitar a quien lo lea a reflexionar sobre dichas asignatu- ras y temas relacionados con el cine documenta; sentar las bases para la profundizacion en el conocimiento de los mismos, asi como su articulacién con la investigacion y la ensetanza de esta forma cinematogréfca, una tareslagamente pospuesta en el ambito de la dlocencia del cine documental en nuestro pals. Seguramente no ser, éste, un libro tanto para quienes buscan consejos de cara a su primera experiencia documentalista, cuanto para quienes empiezan a reflexionar sobre esa primera experiencia y tambien acerca de la segunda... y de la terceta. Por e50 este escrito est dirigido a los principiantes —todos lo somos, de alguna mane- 1a, pero especialmente a aquellos que no se aburren de saberse principiantes y andan sin risa |. El natural impulso de narrar Cine documental, historia y periodismo Noticieros Un toque de itonfa marcé a la primera exhibicin publica del c- nematografo, que tuvo lugar el 28 de diciembre de 1895, el dia de los Santos Inocentes, que segiin nuestras tradiciones invita al juego de embaucar ingenuos. En esa fecha, en un local de Paris, los espectadores se sobresaltaban con la conocida escena de Ia lle- ‘gada del tren ala estacion de La Ciotat, una imagen tomada de la realidad lo mismo que la primera escena rodada por los Lu- mitre: la salida de los obreros de su propia fabrica. El cine nacia, de este modo, adherido al registro de escenas que tienen lugar en. el mundo histérico, un modo de filmar que dirige el objetivo alo que sucede en la realidad, dando lugar a imagenes cuyo significa- do y alcances seran objeto de un interminable debate; un debate enel que, por cierto, se inscribird alguno de los escitos que com- ponen este volumen, Pero los sefiores Lumigre, al parecer, no estaban demasiado atentos al potencial informativo, aalitico y expresivo que anun- ciaba la maquina que acababan de crea y se hallaban bastante mas preocupados en hacer de ella un negocio rentable, cosa que consi- guieron con creces. Ast, valigndose de la curiosidad que el nuevo juguetetecroldgico suscitaba en la agitada sociedad de finales del siglo XtK, en el camino de lanzar al mercado su invento, los empre- . oss Mees sarios distibuyeron por el mundo a agentes que hactan de camar6- agrafos, laboratoristas, proyeccionistas y exhibidores. El sefior Gabriel Veyre fue el encargado de promover en México el nuevo artefacto, apenas un ato después de su presentacion en. Francia. Monsieur Veyre trabajaba a todo vapor en nuestro pais fil- ‘mando o haciendo filmar escenas de la vida cotidiana para después ‘organizar proyecciones de paga en las que esas imagenes, cuya pro- yeccidn duraba un minuto y medio, eran la aracci6n principal Los titulos de algunos de esos programas no dejan lugar a dudas: Alum- nos de Chapultepec com la esgrima del fusil; El canal de La Viga; Desfle de rurales al galope el 16 de septemibre; El presidente de la Republ- ca despidiendose de sus mists para tomar un carruaje; 0 El presidente dela Republica pascando acaballo en el bosque de Chapultepec. Comoera de esperarse, con el tiempo esas filmaciones fueron contempladas en, Europa, del mismo modo que el publico mexicano conoci6 durante la segunda mitad de 16% imagenes regisradas en aque! continen- te como las proyectadas bajo titulos Carreras de automviles en Pai, Comitva del emperador de Ausra, o Lega dela eina a Windsor. No se requiere ser muy agudo para teparar en que Veyre y sus colegas realizaban un primitivo noticiero, una revista limitada alos, balbuceos de un lenguaje cinematografico que atin no conocia la escala de planos ni el monje. Es obvio, también que ese equipo de comercializacion fue —en la prtica— una red de corresponsales, que difundian eventos de la vida cotdiana, al tiempo que dejaban testimonio de personajes y costumbres de las distintas sociedades enlas que se hacfan presentes, AApenas a un aio de su invenciGn, el cinematografo quedaba indisolublemente igado a la prictica del periodismo, por mas que ‘Tos Lumiiére probablemente no vetan en esa practica un modelo de comunicacin sino de comercializacion, Los diarios que se elabo- raban en las postrimeris del siglo XIX eran buenos negocios y la informacion se convertiaya en una apetitosa mercancia, Para los Lumiere, la informacién visual de los acontecimientos de actua- lidad podia comerciaizarse mediante su proyeccién en un salon, tra pie dear Cie decent story prfsme el mismo modo que el peri6dico lo hacta imprimiéndolos, para su venta, en papel. La influencia del periodismo en la suerte del \ nuevo artefacto tendrd dstintos puntos de contacto, y su desarro- llo y madurez contribuirin @ que el cinemat6grafo incursione por Ja nua de lana ficcién . En 1922 Robert Flaherty realiza el film Nanook, el esquimal, considerado el primer largometraje documental dela historia, pero clasificado asimismo como una pelicula “de viajes", siguiendo los pasos de los libros de vigjes, una variante del genero periodistico de la cronica, El documentalista Richard Meran Barsam se refiere asi a €5e lipo de peliculas: «fueron filmes de viajes, en los que los

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