Professional Documents
Culture Documents
da, nos hemos dado cuenta de que el sentir de nuestro cuerpo es otra
forma de pensar, de conocer; nuestro cuerpo tambin habla, y
cuando sufre sus lamentos son
tan desgarradores como una pelcula de Lars Von Trier, una cancin
de Bjrk o las lamentaciones de Jeremas. Para estos seres con
agudeza ms profunda tales ritos son slo eso: poesa, poesa de la
ms fina y delicada, verdaderamente clsica. Como siempre, con
entusiasmo exaltado, comuniqu a mi compaera estas reflexiones.
Eela se sonri, sin comprenderme nada. Su poesa era la msica de
moda en la radio, los videos, las telecomunicaciones, los chistes
flojos que surgan continuamente en la conversacin, los piercings
en el cuerpo; yo segu en mis profundas meditaciones, al fin y al
cabo, as la quera, pues yo tambin haba hecho de la moral un
producto artificial de la ms exquisita poesa contempornea: la
tecnologa. Lo artificial es natural, pues si no de dnde surge lo
artificial? De la naturaleza misma. Dirn que la naturaleza surge
espontneamente de s misma. S, pero ella permanentemente se
transforma en su constante fluir, y el hombre, al ser naturaleza, se
transforma y transforma todo lo que le rodea. Aqu es donde
comprendo el Ciberpunk, el arte de convertir la piel y los rganos en
un producto de plstico, ltex, silicona, metal. De pronto, con la
ligereza propia de nuestra cultura, dijo: -esa copa me sirve para el
party del sbado en mi casa. La cogi y se puso a jugar con ella. La
copa era realmente hermosa, labrada en plata, con primorosos
dibujos que representaban a Adn y Eva corriendo alegres por el
jardn del Edn.
Detrs, dominando todo el aterrador escenario, un Cristo
Crucificado colgaba de la pequea cpula; desangrado, el yeso
mostraba la piel rota y manchada por la lluvia y el sol; la mano
derecha segua levantada, pero el madero que la deba sostener
estaba quebrado y yaca en el suelo; por encima de su cabeza se
poda observar el horizonte a travs del hueco en el techo. El efecto
era sobrecogedor: su cabeza estaba rodeada por una aureola