You are on page 1of 41
Capitulo XVII LA EPOCA DE FERMAT Y DESCARTES Fermat, el verdadero inventor del calculo diferencial. Laplace 1. Los mateméticos mas importantes de la época El afio 1647 en que murié Cavalieri se vio marcado también por la muerte de otro de los discipulos de Galileo, el joven Evangelista Torricelli (1608-1647), pero desde diversos puntos de vista Torricelli representaba ya a la nueva generacién de matematicos que estaban edificando con gran rapidez sobre los fundamentos infinitesimales que Cavalieri sélo habia bosquejado de una manera demasiado vaga. Si Torricelli no hubiera muerto tan prematuramente, Italia habria podido seguir compartiendo el liderazgo en los nuevos progresos que se anunciaban, pero tal como sucedieron las cosas, fue Francia el centro indiscutido del mundo matematico durante el segundo tercio del siglo xvu. Las dos figuras mas importantes fueron René Descartes (1596-1650) y Pierre de Fermat (1601-1665), pero hubo al menos otros tres matematicos franceses contempordneos que también hicieron importantes contribuciones, al mismo tiempo que Torricelli, que fueron Gilles Persone de Roberval (1602-1675), Girard Desargues (1591-1661) y Blaise Pascal (1623-1662). Este capitulo, que cubre uno de los periodos més criticos de la historia de la matematica, va a centrar la atencién en la obra de estos seis hombre, no sdlo de una manera individual, sino también colectivamente, porque desde la época de Platén no se habia dado una intercomunicaci6n tan intensa entre los matematicos como en el siglo xvi. Aiin no existia ninguna organizacién matematica de tipo profesional, pero tanto en Italia como en Francia e Inglaterra habia ya algunos grupos de cientificos mas o menos organizados: la Accademia dei Lincei (a la que pertenecié Galileo) y la Accademia del Cimento en Italia, el Cabinet Du Puy en Francia y el Invisible College en Inglaterra. Hubo ademas, durante el periodo que estamos considerando, un personaje que, a titulo individual, sirvié como central de informacion matemitica gracias a sus amplios contactos por correspondencia. Se trataba del fraile minimita Marin Mersenne (1588-1648), muy amigo de Descartes y de Fermat, asi como de muchos otros matematicos de la época. Si Mersenne hubiera vivido un siglo antes, el retraso en circular Ja informacién relativa a la resolucién de la ciibica no se habria producido, porque en cuanto que Mersenne tenia noti- cias de alguna cosa nueva, toda la «Republica de las Letras» era puntualmente 423 424 Historia de la matemética René Descartes informada acerca de ella. Asi pues, a partir del siglo xvii la matematica se desarroll6 mds bien movida por su propia Idgica interna que por fuerzas de tipo econémico, social o tecnolégico, tal como se pone de manifiesto claramente en la obra de Descartes, el matematico mas conocido de la época. 2. El Discours de la méthode Descartes nacié en una familia bien situada econémicamente, y recibié una educacién sdlida y esmerada en el colegio de los jesuitas de La Fléche, en el que los libros de texto de Clavius ocupaban un lugar destacado. Después se gradué en la Cap. XVI: La época de Fermat y Descartes 425 Universidad de Poitiers, en la que estudid derecho sin demasiado entusiasmo. Mas tarde viajé Descartes por diversos paises durante unos cuantos afios, participando en algunas campajias militares, primero en Holanda con Mauricio, principe de Nassau, después con el duque Maximiliano I de Baviera, y mas tarde atin con la armada francesa en el asedio a La Rochelle. Descartes no fue nunca realmente un militar profesional, y sus breves periodos de servicio en conexion con las campafias que hemos mencionado estuvieron separados por largos intervalos de viajes independientes y de estudio, durante los cuales entr6 en contacto con algunos de los intelectuales mas importantes entonces de varias partes de Europa: Faulhaber en ‘Alemania y Desargues en Francia, por ejemplo. En Paris conocié a Mersenne y al circulo de cientificos que discutian y criticaban libremente el pensamiento peripatético; estimulado por este ambiente intelectual, Descartes llego a convertirse en el «padre de la filosofia moderna», asi como a presentar una nueva concepcién cientifica del mundo y a crear una nueva rama de la matematica. En e] mds famoso de todos sus tratados, el Discours de la méthode-pour bien conduire sa raison et chercher la vérité dans les sciences («Discurso del método para dirigir bien la razon y buscar la verdad en las ciencias»), de 1637, anunciaba Descartes su programa de investigacién filosdfica, por medio del cual, y a través de la aplicacion de la duda sistematica, esperaba alcanzar unas ideas claras y distintas de las que seria posible entonces deducir una cantidad innumerable de consecuencias validas. Este planteamiento le condujo, en el campo de la ciencia, a suponer que todo podia explicarse en términos de materia (0 extensién) y de movimiento. El universo entero, segin postulaba Descartes, estaba hecho de materia moviéndose incesante- mente en forma de «vortices» o remolinos, y todos los fenomenos debian ser explicados mecdnicamente en términos de fuerzas ejercidas por porciones de materia sobre otras en contacto directo con ellas. La ciencia cartesiana goz6 de una gran popularidad durante casi un siglo, pero finalmente cedié su lugar a la teoria tazonada matematicamente de Newton. No deja de ser irénico que fuera en gran parte la matematica de Descartes la que hizo posible mas tarde la derrota de la ciencia cartesiana. 3, La invencién de la geometria analitica La filosofia y la ciencia de Descartes eran ciertamente revolucionarias en su ruptura con el pasado; su matematica, en cambio, estaba més ligada a las tradiciones anteriores. En cierta medida esto pudo haber sido el resultado de la teoria generalmente aceptada que procedia de la herencia humanistica, una creencia en que hubo en el pasado una Edad de Oro o «reino de Saturno», cuyas grandes ideas habfa que redescubrir. Probablemente también, y en mayor medida, fue el resultado natural del hecho de que el crecimiento de la matematica consiste mas en una acumulacin progresiva que en el caso del desarrollo de otras ramas del saber. La matematica crece generalmente por acumulaciones sucesivas, en las que raramente se necesita desechar partes innecesarias, mientras que la ciencia natural crece casi siempre por medio de sustituciones, cuando se ha encontrado una teoria mas satisfactoria que las anteriores. No debe sorprendernos, pues, el ver 426 Historia de la matemética Ce que la contribucién mds importante de Descartes a la matematica, es decir, la creacion de la geometria analitica, estuvo motivada por un intento de volver al pasado. Descartes se interes6 seriamente por la matematica ya durante el frio invierno de 1619, que pasé con el ejército bavaro, cuando podia permanecer en la cama por la mafiana hasta las diez, debido a su fragil salud, tiempo que dedicaba a pensar en problemas matematicos. Fue durante este periodo de su juventud cuando descubrié la formula poliédrica, que se suele conocer como formula de Euler, es decir, c+v=a+2, donde c, v, a, son respectivamente los ntimeros de caras, vértices y aristas de un poliedro conyexo. Nueve afios més tarde escribia Descartes a un amigo en Holanda diciéndole que habia hecho tales progresos en aritmética y geometria que no le quedaba ya nada por desear. No sabemos exactamente cuales eran estos progresos, ya que Descartes no publicé nada durante estos afios, pero la direccién en que iban sus pensamientos se nos revela en otra carta de 1628 a su amigo holandés en la que le comunica una regla para la construccién de las raices de cualquier ecuacién ctibica o cudrtica por medio de una parabola. Se trata, desde luego, esencialmente de la misma cosa que habia hecho Menecmo para resolver la duplicacién del cubo unos 2.000 afios antes, y que Omar Khayyam habia aplicado a las clbicas en general en torno al afio 1100. No esta claro el hecho de si Descartes habia descubierto ya su geometria analitica, en toda su generalidad, para el aiio 1628 o no, pero, en cualquier caso, la fecha concreta de la invencién de la geometria cartesiana no puede ser muy posterior a ésta. Por esta misma época Descartes abandon6 Francia y se instalé en Holanda, donde vivid los siguientes yeinte afios de su vida. Al cabo de tres 0 cuatro afios de establecerse alli, otro de sus amigos holandeses, un estudioso de los clasicos, llamé su atencién sobre el problema de las tres y cuatro rectas, de Pappus. Partiendo de la impresién errénea de que los antiguos habian sido incapaces de tesolver este problema, Descartes le aplicé sus nuevos métodos y consiguié resolverlo sin dificultad. Este hecho le hizo darse cuenta claramente de la potencia y la generalidad de su punto de vista, y en consecuencia decidié escribir su famosa obra La géométrie, cuya lectura permitid conocer la geometria analitica a sus contemporéneos. 4. La aritmetizacion de la geometria de nuevo La géométrie no se presenté al ptblico matemdtico como un tratado independiente, sino como uno de los tres apéndices al Discours de la méthode, en los que Descartes intentaba dar ejemplos de la aplicacién de su método filos6fico general. Los otros dos apéndices eran La dioptrique, que contenia, entre otras cosas, la primera exposicion publicada de la ley de la refraccién (descubierta anteriormen- te por Snell), y Les météores, que incluian la primera explicacién cuantitativa satisfactoria del arco iris. Los sucesores de Descartes no consiguieron ver con claridad en qué sentido exactamente estaban relacionados los tres apéndices citados con su método general, y por lo tanto en las ediciones posteriores del Discours casi siempre se omitieron. La edici6n original del Discours se publicé sin el nombre del autor, pero todo el mundo sabia bien quién era. Cap. X VII: La época de Fermat y Descartes 427 Hoy en dia geometria cartesiana es sinénimo de geometria analitica, pero la finalidad principal que perseguia Descartes estaba muy lejos de la que persiguen los libros de texto modernos. La motivacién general queda determinada por la primera frase del libro: Cualquier problema de geometria puede reducirse facilmente a términos tales que el conocimiento de las longitudes de determinados segmentos es suficiente para su construccion. Tal como se indica en esta primera afirmacién, la meta perseguida es generalmente una construccién geométrica, y no necesariamente la reduccién de la geometria al algebra. La obra de Descartes se suele describir demasiado a menudo simplemente como la aplicacién del algebra a la geometria, mientras que, de hecho, podria caracterizarsela igualmente bien como la traduccién de las operaciones algebraicas al Ienguaje de la geometria. Precisamente el primer capitulo de La géométrie se titula «Como se relacionan los calculos de la aritmética con las operaciones de la geometria», mientras que el segundo trata de «Como pueden efectuarse geométricamente la multiplicacién, la division y la extraccién de raices cuadradas», Descartes se dedica a hacer aqui lo que ya habian hecho, en cierta medida, desde Al-Khowarizmi a Oughtred, es decir, suministrar un marco geométrico para las operaciones algebraicas. Se demuestra que las cinco operacio- nes aritméticas corresponden a construcciones sencillas con la regla y el compas, lo que justifica la introduccién de términos aritméticos en la geometria. Descartes fue mucho mas sistematico que sus predecesores en su algebra simbélica y en la interpretacién geométrica del Algebra. El algebra simbolica formal, que habia seguido desde el Renacimiento un proceso mas o menos continuo de avance, encuentra su culminacién en La géométrie de Descartes, el primer texto matematico que un estudiante de Algebra actual puede leer sin encontrarse con dificultades de notacién. Practicamente el tnico simbolo arcaico que se utiliza en el libro es el de 2 en vez del = para la igualdad, El uso por parte de Descartes de las primeras letras del alfabeto para los parametros constantes, y de las ultimas para las incégnitas o variables, adoptando para ellas la notacion exponencial, y la utilizacién de los simbolos germanicos + y — hacen, combinados todos estos elementos, que la notacién algebraica de Descartes se parezca tanto a la nuestra, debido obviamente a que ésta se deriva de aquélla. Hay, sin embargo, una diferencia importante de punto de vista, ya que donde nosotros consideramos a los parametros y a las incdgnitas como ntmeros, Descartes los considera como segmentos. En un aspecto esencial rompe, no obstante, con la tradicién griega, al no considerar, por ejemplo, x? y x* como un Area y un volumen respectivamente, sino que los interpreta también como segmentos, lo que le permite abandonar el principio de homogeneidad, al menos explicitamente, y conservar, sin embargo, el significado geométrico. Descartes podia escribir, pues, perfectamente una exposi- cién tal como la a*b?—b, pues, tal como él mismo lo expresaba, «uno debe considerar la cantidad a?b? dividida una vez por la unidad (es decir, el segmento de longitud unidad), y la cantidad b multiplicada dos veces por la unidad». Es claro, pues, que Descartes sustituia la homogeneidad formal por una homogeneidad 428. Historia de la matemética conyencional en el pensamiento, posible en todos los casos, lo cual hacia su algebra geométrica mucho mis flexible, tan flexible en realidad que nosotros seguimos leyendo hoy xx como «x cuadrado», sin imaginarnos nunca al hacerlo un cuadrado de lado x. 5. El dlgebra geométrica El Libro I de La géométrie contiene un sistema de instrucciones detalladas para resolver ecuaciones cuadraticas, pero no en el sentido algebraico de los antiguos babilonios, sino geométricamente, algo asi como lo que hacian los griegos de la antigiiedad. Por ejemplo, para resolver la ecuacién z?=az+-b?, Descartes procede de la manera siguiente: trécese un segmento LM de longitud b (fig. 17.1), y levantese en L un segmento NL perpendicular a LM y de longitud $: Con centro B Figura 17.1 on N dibijese la circunferencia de radio © y trdcese la recta MN, que corta a la circunferencia en O y en P; entonces z=OM es el segmento buscado. (Descartes ignora la raiz PM de la ecuacion porque es «falsa», es decir, es negativa.) Construcciones andlogas se dan para z*=az—b? y para z*4az=b?, las vinicas ecuaciones cuadraticas restantes con raices positivas. Después de mostrar como se pueden interpretar geométricamente las operacio- nes algebraicas, incluida la resolucion de las ecuaciones cuadraticas, se centra Descartes en la aplicacién del Algebra a determinados problemas geométricos, formulando el planteamiento general de una manera mucho més clara que los «cosistas» del Renacimiento: Si queremos, pues, resolver un problema cualquiera, supondremos en primer lugar Ia solucién ya efectuada, y daremos nombres a todos los segmentos que parecen necesarios para su construccién, tanto a los que son desconocides como a los conocidos. Después, y sin establecer ninguna diferencia entre los segmentos conocidos y desconocidos, se debe desentrafiar la dificultad que muestre de una manera natural las relaciones entre estos segmentos, hasta que se pueda expresar una misma cantidad Cap. X VII: La época de Fermat y Descartes 429 de dos maneras distintas. Esto constituiré una ecuaci6n (en una tinica inedgnita), ya que los términos de una de estas dos expresiones son, considerados juntos, iguales a los términos de la otra’. A los largo de los Libros I y II de La géométrie se dedica Descartes principalmente a este tipo de problema geométrico, en el que la ecuacién algebraica resultante sdlo puede contener una incognita. Descartes sabia muy bien que era el grado de esta ecuacién algebraica final el que determinaba los métodos geométri- Gos con ayuda de los cuales podria efectuarse la construccién geometrica pedida. Si se puede resolver por medio de la geometria ordinaria, es decir, mediante el uso de rectas y circunferencias trazadas en una superficie plana, entonces cuando la iltima ecuacién haya sido reducida completamente, no quedara, como maximo, mas que el cuadrado de una incégnita igualado al producto de su raiz por alguna cantidad conocida, al cual vendr sumada o restada alguna otra cantidad también conocida. Vemos aqui enunciado con toda claridad el hecho de que, los que los griegos habian llamado «problemas planos», conducen simplemente a una_ecuacion cuadratica, en el peor de los casos. Y como Viéte habia mostrado ya que la duplicacién del cubo y la triseccién del angulo conducian a ecuaciones cibicas, Descartes afirma, dando una demostracién incorrecta, que estos problemas no se pueden resolver con regla y compas. Asi pues, de los tres problemas clasicos de la antigiiedad, slo parecia quedar abierto el de la cuadratura del cfrculo. El titulo de La géométrie no debe llevarnos a pensar equivocadamente que este tratado es basicamente un tratado geométrico. Ya en el Discours, al que sirve de apéndice La géométrie, se habia ocupado Descartes de discutir los méritos relativos que corresponden al algebra y a la geometria, sin llegar a inclinarse a favor de una 0 de la otra. Acusaba a la geometria de apoyarse excesivamente en diagramas y figuras que llegan a fatigar de manera innecesaria la imaginacién, y a la vez acusaba al dlgebra de ser un arte confuso y oscuro que desconcierta a la mente. El objetivo de su método era pues doble: 1) cl de liberar en lo posible a la geometria, a través de los métodos algebraicos, del uso de las figuras, y 2) darle un significado concreto a las operaciones del 4lgebra por medio de su interpretacion geométrica. Descartes estaba convencido de que todas las ciencias matematicas procedian de Jos mismos principios basicos, y asi decidi6 utilizar lo mejor de cada rama. Su manera de proceder en La géométrie era, pues, la de comenzar con el estudio de un problema puramente geométrico, para traducirlo a continuacion al lenguaje de una ecuacién algebraica, y entonces, una vez simplificada dicha ecuacién todo lo posible, resolver esta ecuacién de una manera geométrica, andlogamente a como habia hecho previamente con las ecuaciones cuadraticas. Siguiendo las ideas de Pappus, insistia Descartes en que, al resolver geométricamente una ecuacién se deberian utilizar unicamente los métodos mas sencillos compatibles con el grado 1 Las traducciones de pasajes de La géomeétrie, tanto aqui como en cualquier otro lugar de este libro, estin tomadas de The Geometry of René Descartes, trad. pot D. E. Smith y Marcia L. Latham (New York; Dover repr. 1954), Para el pasaje anterior, véanse pags. 7 a 9. 430 Historia de la matemética de la ecuacion. Para las ecuaciones cuadraticas son suficientes rectas y circunferen- Gias, y para las citbicas y las cuarticas bastan las cénicas. En este punto Descartes se encontraba ya dispuésto a avanzar mas alla de los limites en que se habian detenido los griegos. 6. La clasificacién de curvas Descartes quedé muy satisfecho por la potencia demostrada por su método para tratar el problema del lugar geométrico de las tres y cuatro rectas, y en consecuencia pas a ocuparse de las generalizaciones naturales de este problema, problema que, como un nuevo hilo de Ariadna, recorre los tres libros de La géométrie. Descartes sabfa que Pappus habia sido incapaz de decir nada acerca de los lugares geométricos en cuestion cuando el numero de rectas ascendia a seis, ocho o més, asi que decidié estudiar tales casos. Sabfa, desde luego, que para cinco © seis rectas el lugar geométrico es una ciibica, para siete u ocho es una cudrtica, y asi sucesivamente, pero Descartes realmente no demostré ningun interés en la forma de estos lugares geométricos, ya que lo que lo tenia obsesionado era la cuestion de los métodos necesarios para construir geométricamente las ordenadas correspondientes a abscisas dadas. Para cinco rectas, por ejemplo, Descartes hace observar triunfalmente que, si no son todas ellas paralelas, entonces el lugar geométrico es elemental en el sentido de que, dado un valor de x, el segmetito que Tepresenta a y se puede construir con regla y compas timicamente. Si cuatro de las rectas son paralelas entre si y a distancias iguales a, y si la quinta es perpendicular a las cuatro primeras (fig, 17.2), entonces, tomando la constante de proporcionalidad persia | Figura 17.2 en el problema de Pappus como esta misma constante a, el lugar geométrico vendra dado por la ecuacién (a+x) (a—x) 2a—x)=axy, una ciibica que Newton llamaria mds tarde parabola cartesiana o tridente, x? —2ax? —a?x 42a? =ax -y. Esta curva aparece repetidamente en La géométrie, y, sin embargo, Descartes no da nunca una representacién completa de ella. Su interés por esta curva incluia tres objetivos distintos: 1) obtener su ecuacién como un lugar geométrico en el sentido de Pappus; 2) mostrar cémo podria generarse por medio de movimientos de curvas Cap. XVII: La época de Fermat y Descartes 431 de menor grado, y 3) utilizarla a su vez para hallar las raices de ecuaciones de grados mis altos. Descartes consideraba al tridente constructible por métodos planos tnicamen- te, en tanto que, para cada punto x del eje de abscisas, la ordenada y correspondiente se puede construir con regla y compas tnicamente. Esto no es posible en general, para cinco rectas 0 mas tomadas al azar en el plano, en el problema original de Pappus. En el caso en que el numero de rectas no sea mayor que ocho, el lugar geométrico nos lleva a una ecuacién definida por un polinomio en xe y tal que, para cada punto dado sobre el eje de las x, la construccin de la ordenada correspondiente y exige la resolucién geométrica de una ecuacién cubica © una cuartica, que, como hemos visto, implica en general la utilizacién de secciones cénicas. Para un numero de rectas no superior a doce en el problema de Pappus, el lugar geométrico vendr dado por un polinomio en x e y de grado no mayor que seis, y la construccion requiere, en general, curvas mas complejas que las cOnicas. Aqui lleva a cabo Descartes un importante avance con respecto a los griegos en lo que se refiere a los problemas de constructibilidad geométrica. Los antiguos en realidad nunca habian Ilegado a legitimar las construcciones en las que se hacia uso de curvas que no fueran rectas y circunferencias, aunque a veces reconocian, de mala gana, como en el caso de Pappus, las clases de problemas que llamaron problemas s6lidos y problemas lineales. En particular esta segunda categoria consistia en un verdadero cajén de sastre de problemas sin ninguna caracterizacién determinada. Descartes abordé entonces la tarea de dar de una manera concreta una clasificacién ortodoxa de determinados tipos de problemas geométricos. Aquellos que conducian a ecuaciones cuadraticas, y que podian ser construidos por lo tanto por medio de rectas y circunferencias, los situé en su clase 1; los que conducian a ecuaciones citbicas y cudrticas, cuyas raices se pueden construir por medio de secciones cénicas, los situé en la clase 2; aquellos que conducen a ecuaciones de grados cinco o seis pueden construirse introduciendo una curva ctibica auxiliar, tal como el tridente o la simple pardbola cibica y=x°, y estos problemas fueron a parar a la clase 3. Descartes continué de esta misma manera, agrupando los problemas geométricos y las -correspondientes ecuaciones algebraicas en clases, suponiendo que la construccién de las raices de una ecuacién de grado 2n o 2n—1 constituia un problema de clase n. Esta clasificacién cartesiana por parejas de grados seguidos parecia venir con- firmada por consideraciones de tipo algebraico. Se sabia que la resolucién de la cuattica se podia feducir a la de la correspondiente ciibica resolvente, y Descartes extrapolé de una manera prematura e injustificada al suponer que la solucin de cualquier ecuacién de grado 2n se podria reducir a la de una ecuacién resolvente de grado 2n—1. Muchos afios mas tarde se demostré que esta tentadora generaliza- cién de Descartes no se verifica. No obstante, algunos de sus contempordneos tinicamente se mostraron extremadamente impacientes por sefialar un error mas serio cometido por Descartes en este contexto, ya que resulta claramente de la teoria de la eliminacién algebraica que las curvas de grado n bastan para resolver ecuaciones no sdlo hasta las de grado 2n, sino hasta las de grado n*. Asi pues, la clasificacién de Descartes, comprobadamente incorrecta, cay6 en el olvido, pero su 432 Historia de la matemética obra tuvo el saludable efecto de favorecer la relajacién de las reglas de constructibilidad admitidas, de manera que se pudieran utilizar también curvas planas de orden superior. 7. La rectificacién de curvas Hay que hacer notar que la clasificacin cartesiana de los problemas geo- métricos incluye algunos, pero no todos aquellos que Pappus habia reunido bajo el nombre un tanto impreciso de «lineales». Al introducir las nuevas curvas que necesitaba para sus construcciones geométricas més alld del cuarto grado, Descartes afiade a los axiomas usuales de la geometria un axioma nuevo: Dos © més rectas (0 curvas) pueden moverse una sobre otra, determinando por medio de sus intersecciones otras curvas. Esto no se diferencia realmente en nada de lo que habian hecho ya los griegos para engendrar de una manera cinematica curvas tales como la cuadratriz, la cispide, la conchoide y la espiral; pero mientras que los antiguos griegos habian reunido todas estas curvas en una inica clase, Descartes distinguia ahora cuidadosamente entre aquellas que, como la cisoide y la conchoide, nosotros lamariamos algebraicas, y las otras, tales como la cuadratriz y la espiral, que Conocemos como trascendentes. Al primer tipo le concedié Descartes el pleno Status geométrico a todos los efectos, junto con la recta, la circunferencia y las c6nicas, Iamandolas a todas ellas las verdaderas «curvas geométricas», mientras que al segundo tipo lo excluyé completamente de la geometria, estigmatizindolas con el oprobioso nombre de «curvas mecanicas». La base en la que se apoyaba Descartes para tomar esta decision era la de «exactitud de razonamiento». Las Curvas mecinicas, decia, «tenemos que imaginarlas como desctitas por dos movimientos separados e independientes, cuya relacién no admite una determina- cién exacta», tal como ocurre con la razén de la circunferencia al didmetro en el caso de los movimientos que describen la cuadratriz y la espiral. En otras palabras, Descartes consideraba a las curvas algebraicas como descritas de una manera exacta, y a las curvas trascendentes como descritas de una manera inexacta, ya que estas liltimas vienen definidas, en general, en términos de longitudes de arcos. Sobre este tema escribe Descartes en La géométrie: La Geometria no deberia incluir lineas (es decir, curvas) que son como cuerdas, en el sentido de que son a veces rectas y a veces curvas, ya que las razones entre lineas Tectas y curvas no son conocidas, y creo que no pueden llegar a ser descubiertas por mentes humanas, y por lo tanto ninguna conclusion que se base en tales razones puede ser aceptada como rigurosa y exacta. Descartes no hace aqui otra cosa sino reiterar el dogma, sugerido ya por Aristoteles y formulado explicitamente por Averroes, de que ninguna curva algebraica puede ser rectificada de una manera exacta. Resulta pues interesante recordar que en 1638, el afio siguiente al de la publicacién de La géométrie, se Cap. XVII: La época de Fermat y Descartes 433 tropez Descartes con una «curva mecdnica» que era rectificable después de todo. A través de Mersenne, «tepresentante», como si dijéramos, de Galileo en Francia, se habia divulgado y discutido ampliamente el problema, planteado en Las dos nuevas ciencias, de la trayectoria de caida de un cuerpo a través de una tierra en rotacién (suponiendo dicha tierra permeable al movimiento), problema que condujo a Descartes a Ia espiral equiangular o logaritmica r=ae™’ como posible trayectoria?. Si Descartes no se hubiese mantenido tan firme en rechazar tales curvas no-geométricas, podria haberse anticipado a Torricelli en descubrir, en 1645, la primera rectificacion de una curva de la era moderna. Torricelli demostro, utilizando los métodos infinitesimales que habia aprendido de Arquimedes, Galileo y Cavalieri, que la longitud total de la espiral logaritmica desde 9=0 hacia atias, segiin se enrolla asintdticamente en torno al polo O, es exactamente igual a la longitud de la tangente polar PT (fig. 17.3) correspondiente al punto P para el que @=0. Este resultado sorprendente no viene a refutar, desde luego, la teoria cartesiana de la imposibilidad de rectificar ni siquiera las curvas algebraicas. De hecho, Descartes podia haber argumentado no sdlo que tal curva no estaba determinada de una manera exacta, al ser una curva mecanica, sino también que el arco considerado de la curva sdlo tiene un extremo, al ser el polo un punto asintotico que Ja curva nunca Ilega a alcanzar. oy Figura 173 8. La identificacién de cénicas Prdcticamente la totalidad de La géométrie est dedicada a la aplicacién sistematica y completa del Algebra a la geometria y de la geometria al algebra, pero Io cierto es que a lo largo de todo el tratado hay bien poco que se parezca a lo que hoy solemos considerar como geometria analitica. No hay nada sistematico acerca dei uso de las coordenadas rectangulares, ya que se suele tomar como dado un sistema de coordenadas oblicuas ad hoc para el problema que se estudia. Por lo tanto, no hay formulas para distancias, pendientes, division de un segmento en partes iguales, Angulo entre dos rectas u otro tipo de material introductorio 2 Yéase Ocuures de Descartes, ed. por Charles Adam y Paul Tannery (1897-1913), vol. I, pags. 222- 245. aaa 434 Historia de la matemética analogo. Por otra parte, no se encuentra en toda la obra ni una sola curva nueva representada directamente a partir de su ecuacién y, de hecho, el autor se tomé tan Poco interés por Ja representacién de curvas que nunca llegé a entender plenamente el significado de las coordenadas negativas. Descartes reconocia, de una manera muy general, que las ordenadas negativas estaban ditigidas en un sentido opuesto al que se toma como Positivo, pero nunca hizo uso, en cambio, de abscisas negativas, Ademés, el principio fundamental de la geometria analitica, que consiste en el descubrimiento de que las ecuaciones indeterminadas en dos incégnitas corresponden a lugares geométricos, no aparece hasta el segundo libro, y aun entonces sélo de una manera un tanto accidental. La solucion de uno cualquier de estos problemas de lugares geométricos consiste nada mas que en hallar un punto pata cuya completa determinacién falta one Solamente en un caso examina Descartes con detalle un lugar geométrico, y es en conexién con el problema del lugar de las tres y cuatro rectas de Pappus, para el que obtiene Descartes la ecuacién y?=ay—bxy+cx—dx?. Esta eg la ecuacién general de una cénica que pasa por el origen de coordenadas: incluso a pesar de que los coeficientes literales se entiende que han de ser positivos, se trata aqui del planteamiento més general, con mucho, hecho hasta entonces del anilisis de la familia de todas las secciones cénicas, Descartes presenta condiciones sobre los Coeficientes para que la conica sea una recta (doble), una parabola, una elipse o una hipérbola, haciendo un andlisis de casos posibles que viene ser equivalente, en un cierto sentido, al reconocimiento de la caracteristica de la ecuacién de la cénica en cuestién. El autor sabia que eligiendo adecuadamente tanto el origen de coordena- das como los ejes, podia reducirse la ecuacién a su forma més sencilla, pero el hecho es que no da ninguna de las formas canénicas. La omisién de muchos de los detalles elementales hizo la obra extremadamente dificil de seguir para la mayoria de sus contemporaneos; en las observaciones finales Descartes intenta justificar su exposicién insuficientemente detallada con la afirmacién un tanto incongruente de que ha dejado muchas cosas sin decir con objeto de no robar al lector el placer de descubrirlas por si mismo. Siendo como era él mismo un genio, no podia darse cuenta de las dificultades que otros iban a encontrarse para entender sus nuevos y Profundos pensamientos. No es de extrafiar, pues, que el niimero de edi iones de La géométrie, dejando aparte las que aparecieron considerablemente ampliadas y en latin, fuera relativamente Pequefio durante el siglo xvil, y desde entonces ha sido atin menor. A pesar de su forma de exposicién inadecuada, es precisamente el Libro II de La géometrie el que més se aproxima a la concepcién moderna de la geometria analitica. Nos encontramos incluso con una formulacién de lo que podriamos lamar el principio fundamental de la geometria analitica del espacio tridimen- sional: Si son necesarias dos condiciones para la determinacién de un punto, entonces el lugar geométrico del punto es una superficie. Cap. XVII: La época de Fermat y Descartes 435 Sin embargo, Descartes no da ningin ejemplo de tales ecuaciones ni tampoco desarrolla mas esta brevisima insinuacién de lo que serfa una geometria analitica en el espacio de tres dimensiones. 9. Normales y tangentes Descartes se daba cuenta de una manera tan clara de la importancia de su obra, que la consideraba como en la misma relacién con la geometria antigua, en cierto sentido, que la que hay entre la retérica de Cicerén y el a, b, ¢, de los nifios. Su error, desde nuestro punto de vista, fue el de poner el énfasis en las ecuaciones determinadas en vez. de en las ecuaciones indeterminadas. Descartes se dio cuenta de que todas las propiedades de una curva, tales como la medida del drea encerrada por ella o la direccién de su tangente, estén completamente determina- das cuando se da su ecuacién en dos incdgnitas, pero en realidad no sacé las importantes consecuencias de este conocimiento; escribe: Habré dado aqui todo lo que es necesario para el estudio de las curvas, una vez que dé un método general para trazar una linea recta que forme angulos rectos con una curva en un punto arbitrario de ella. Y me atreverfa a decir que éste es no sdlo el problema mas util y mas general de la geometria que conozco, sino incluso de los que hubiera deseado nunca conocer. Descartes tenia mucha raz6n, sin duda, al afirmar que el problema de hallar la normal (0, equivalentemente, la tangente) a una curva era de gran importancia, pero el método que desarrolla en La géométrie no era tan directo ni facil de aplicar como el que habia desarrollado Fermat al mismo tiempo aproximadamente. Descartes sugeria que para hallar la normal a una curva algebraica en un punto fijo P de dicha curva, se deberia tomar un segundo punto variable Q sobre la curva, y hallar la ecuacién de la circunferencia con centro en el eje de coordenadas (puesto que utilizaba un tnico eje de abscisas) y que pase por los puntos P y Q. Igualando entonces a cero el discriminante de la ecuacién que determina las intersecciones de la circunferencia con la curva, puede hallarse el centro de la circunferencia tal que Q coincide con P y, conocido el centro, pueden determinarse facilmente tanto la normal como la tangente a la curva en el punto P. | Libro If de La géométrie contiene también muchos resultados sobre los «Ovalos de Descartes», curvas que son muy utiles en Optica y pueden obtenerse por medio de una generalizacién del «método del jardinero» para construir una elipse utilizando una cuerda. Si D; y D, son las distancias de un punto variable P a dos puntos fijos F, y F2, respectivamente, si m y n son dos enteros positivos y K una constante positiva cualquiera, entonces al jugar geométrico del punto P tal que mD,+nD,=K se le conoce con el nombre de un «évalo de Descartes», pero lo cierto es que él no utiliz6 las ecuaciones de estas curvas. Descartes se dio cuenta de que sus métodos podian extenderse a «todas aquellas curvas que pueden concebirse como engendradas por el movimiento regular de los puntos de un cuerpo en el espacio tridimensional», pero no da mas detalles. La frase con la que cierra el 436 Historia de la matemética Libro II, «y asi, creo que no he omitido nada esencial para el entendimiento de las lineas curvas», resulta ser, pues, ciertamente presuntuosa. El tercero y ultimo libro de La géométrie vuelve a tomar el tema del Libro I, el de la construccion de las raices de ecuaciones determinadas. Aqui advierte Descartes que en tales construcciones «Deberemos elegir siempre con cuidado la curva més sencilla que pueda ser utilizada para resolver un problema». Esto significa, desde Iuego, que tenemos que ser plenamente conscientes de la naturaleza de las raices de la ecuacién que estamos estudiando, y en particular tenemos que saber si la ecuacién es o no reducible. Por este motivo, el Libro III se reduce practicamente a un curso de teoria elemental de ecuaciones, en el que se explica como hallar las raices racionales, si las hay, como rebajar el grado de la ecuacién si se conoce una raiz, cémo incrementar o disminuir las raices de una ecuacién en una cantidad dada, o multiplicarlas o dividirlas por un numero, cOmo eliminar el segundo término de la ecuacién, cémo determinar el nimero de posibles raices «verdaderas» y «falsas» (es decir, de raices positivas y negativas) por medio de la bien conocida «regla de los signos de Descartes», y cémo hallar las soluciones de las ecuaciones ciibicas y cudrticas algebraicamente. Al final del libro el autor recuerda al lector que ha dado las construcciones mas sencillas posibles para los problemas de los diversos tipos mencionados anteriormente; asi, en particular, tanto la triseccién del angulo como la duplicacién del cubo estan en la clase dos de los que no requieren para su construccién més que rectas y circunferencias. 10. Las concepciones geométricas de Descartes Nuestra breve exposicién de la geometria analitica de Descartes ha debido dejar claro lo alejado que se encontraba su pensamiento de las consideraciones de tipo practico que hoy se suelen asociar tan frecuentemente al uso de las coordenadas. Descartes no toma un cierto sistema de ejes de coordenadas para localizar con respecto a él la posicién de determinados puntos, como podria hacer un topégrafo o un gedgrafo, ni tampoco consideraba a sus coordenadas como parejas de numeros; a este respecto el nombre de «producto cartesiano» (debido al matematico francés M. Fréchet), tan extendido actualmente, resulta un evidente anacronismo. La géométrie fue en su dia un triunfo de la pura teorfa sin intencién practica, en la misma medida en que lo fueron las Cénicas de Apolonio en la antigiiedad, a pesar del papel tan extraordinariamente util que ambas obras estaban destinadas a jugar en el futuro. Por otra parte, el uso de coordenadas oblicuas era practicamente el mismo en ambos casos, confirmando asi que los origenes de la geometria analitica moderna arrancan de la antigiiedad mas bien que de la teoria medieval de Ja latitud de las formas. Resulta evidente, sin embargo, que las coordenadas de Oresme, que influyeron en Galileo, estan mas proximas, tanto en su motivacion como en su aspecto, al punto de vista moderno que las de Apolonio y de Descartes. Incluso si Descartes Ilegé a familiarizarse con la representaciOn grafica de funciones de Oresme, cosa que no es evidente en absoluto, no hay nada en las ideas cartesianas que indique que hubiera visto ninguna analogia entre el objetivo de la latitud de las formas y su propia clasificacién de las Cap. XVII: La época de Fermat y Descartes 437 construcciones geométricas. Como sabemos, la teoria de funciones sacé finalmente un gran partido de la obra de Descartes, pero lo cierto es que la idea de «forma» o de «funcidém no parecié jugar ningiin papel entre las motivaciones que condujeron a la geometria cartesiana. Hablando en términos de capacidad matematica, Descartes fue probablemente el pensador més capaz de su época, pero lo que ocurre es que, en el fondo, no era realmente un matematico. Su geometria no es mas que un episodio en una vida dedicada a la ciencia en general y a la filosofia, y aunque en los aiios posteriores hiciera ocasionalmente algunas otras contribuciones a la matematica, sobre todo en sus cartas, no dejé ninguna otra obra importante sobre el tema. En 1649 acept6 Descartes una invitacién de la reina Cristina de Suecia para trasladarse a ese pais y ensefiarle filosofia, y para fundar una academia de ciencias en Estocolmo. Descartes no habia disfrutado nunca de buena salud, y los rigores del invierno escandinavo fueron demasiado para él, muriendo a principios del afio 1650. 11. Los lugares geométricos de Fermat Si Descartes tuvo un rival, en lo que a capacidad matematica se refiere, éste era Fermat, que, por cierto, tampoco fue en absoluto un .matematico profesional. Fermat estudi6 derecho en Toulouse, para incorporarse mas tarde a las tareas del parlamento local, primero como abogado y después como miembro del consejo. De todo esto se deduce que Fermat debié ser un hombre muy ocupado, a pesar de lo cual parece haber conseguido sacar el tiempo libre suficiente para cultivar, como pasatiempo, su gusto por la literatura clasica, incluida la ciencia y la matematica. Como resultado de ello, hacia el afio 1629 comenzé a hacer descubrimientos matematicos de una gran importancia. Ese mismo afio se incorporé a la practica de uno de los deportes favoritos de la época, la «restauracién» de obras perdidas de la antigiiedad, a base de la informacién contenida en los tratados clasicos que se han conservado. Fermat abordo la tarea de reconstruir los Lugares planos de Apolonio, apoyandose en las referencias contenidas en la Coleccién matemdtica de Pappus. Un importante subproducto de este esfuerzo fue el descubrimiento, probablemente antes de 1636, del principio fundamental de la geometria analitica: Siempre que en una ecuacién final aparezcan dos cantidades incognitas, tenemos un lugar geométrico, al describir el extremo de una de ellas una linea, recta o curva. Esta afirmacion, tan breve como profunda, escrita un afio antes de que apareciese La géométrie de Descartes, parece haberle venido sugerida a Fermat por su aplicacién del andlisis de Viéte al estudio de los lugares geométricos de ‘Apolonio. En este caso, como puede verse, al igual que en el de Descartes, el uso de las coordenadas no surge de consideraciones de tipo practico ni de la representa- cién gréfica de funciones medieval, sino que aparece al aplicar el algebra renacentista a problemas geométricos de la antigiedad griega. Sin embargo, el punto de vista de Fermat tampoco era el mismo que el de Descartes, ya que Fermat ponia el énfasis en la representacién grafica de las soluciones de ecuaciones 438. Historia de la matemitica indeterminadas, en vez de Ja construccién geométrica de las raices de ecuaciones algebraicas determinadas. Ademés, mientras que Descartes habia construido su Géométrie a partir del dificil problema de Pappus, Fermat se limité en su ex- Posicién, contenida en el breve tratado titulado Ad locos planos et solidos isagoge («Introduccién a los lugares geométricos planos y sélidos»), inicamente a los lugares geométricos mAs sencillos. Mientras que Descartes habia comenzado por el lugar de las tres y cuatro rectas, utilizando una de ellas como eje de abscisas, Fermat comienza por la ecuacién lineal y, elige un sistema de coordenadas arbitrario para representarla. Utilizando la notacién de Viéte, representa Fermat en primer lugar el caso més sencillo de una ecuacién lineal, dada en latin en la forma «D in A aequetur Bin E» (es decir, en simbolismo moderno, Dx = By). La grafica es, naturalmente, una recta que pasa por el origen de coordenadas, o mejor una semirrecta con origen en el origen de coordenadas, dado que Fermat, lo mismo que Descartes, no utilizaba abscisas negativas. La ecuacién lineal mas general ax+by=c? (pues Fermat admitia el principio de homogeneidad de Viéte) viene representada por un segmento rectilineo en el primer cuadrante, con extremos en los ejes de coordena- das. A continuacién, y para demostrar la potencia de su método para el estudio de lugares geométricos, nos presenta Fermat el problema siguiente, que ha resuelto con ayuda de este método: Dado un niimero cualquier de rectas en un plano, el lugar geométrico de un punto tal que la suma de cualesquiera miiltiplos de los segmentos trazados desde dicho punto a las rectas dadas, formando con ellas angulos dados, sea constante, es una linea recta. Este resultado es, desde luego, un simple corolario del hecho que los segmentos en Cuestion son funciones lineales de las coordenadas, y de la proposicién de Fermat de que toda ecuacién de primer grado representa una linea recta?, A continuacién demuestra Fermat que la representacién de xy=k? es una hipérbola, y que una ecuacin de la forma xy+a?=bx-+cy se puede reducir a otra de la forma xy=k? por medio de una traslacién de los ejes. A la ecuacién x?=y? la consideraba representada por una tinica recta (0, mejor dicho, semirrecta), puesto que trabajaba Unicamente en el primer cuadrante, y reducia a esta forma otras ecuaciones homogéneas de segundo grado. Demuestra también que a? +x*=by es una parabola, que x? +? + 2ax+2by=c? es una circunferencia, que a? —x? =ky? es una elipse y que a” +x*=ky? es una hipérbola, de la que da las dos ramas. Para cl caso de las ecuaciones cuadraticas mas generales, en las que aparecen varios términos de segundo grado, Fermat aplica una rotacién de los ejes con objeto de reducirlas a las formas anteriores. Fermat consideraba como el punto culminante de su tratado la proposicion siguiente: Dado un némero cualquier de rectas, el lugar geométrico de un punto tal que la suma de los cuadrados de los segmentos trazados desde dicho punto a las rectas dadas, formando con ellas éngulos dados, sea constante, es un lugar sdlido. * Para éste y otros aspectos de la obra de Fermat véanse sus Oeuores, editadas por Paul Tannery y Charles Henry (1891-1922), 4 vols. Cap. XVII: La época de Fermat y Descartes 439 Esta proposicién es trivial a la vista del exhaustivo andlisis de Fermat de los diversos casos posibles de ecuaciones cuadraticas con dos incégnitas. Al final del Ad locos planos et solidos isagoge aiiadi6 Fermat un apéndice titulado «La resolucién de problemas sdlidos por medio de lugares geométricos», en el que muestra que las ecuaciones cibicas y cuarticas determinadas se pueden resolver por medio de cénicas, tema que también aparecia repetidas veces en La géométrie de Descartes. 12. La geometria analitica multidimensional La obra de Fermat Ad locos planos et solidos isagoge no se publicé en vida del autor, lo que favorecié la impresién general de que la geometria analitica habia sido invencién de Descartes tinicamente. Ahora est ya perfectamente claro que Fermat habia descubierto esencialmente el mismo método bastante antes de que apareciera publicada La géométrie, y que su obra al respecto circulé tnicamente en forma manuscrita hasta que se publicé al fin en 1679 en la Varia opera niathematica de Fermat. Fue realmente una pena que Fermat no publicase practicamente nada a lo largo de su vida, porque su exposicién era mucho més sistematica y didactica que la de Descartes. Ademas, su geometria analitica es algo que esta mucho mas proximo a la nuestra, entre otras cosas en el hecho de que el eje de ordenadas se toma generalmente perpendicular al eje de abscisas. Fermat se dio cuenta también, lo mismo que Descartes, de la posibilidad de una geometria analitica de mas de dos dimensiones, ya que escribe, en otro contexto: Hay ciertos problemas en los que interviene una tinica incdgnita, a los que podemos llamar determinados para distinguirlos de los problemas relativos a lugares geométri- cos. Hay otros en los que intervienen dos incdgnitas que no pueden reducirse nunca a una sola; éstos son los problemas de lugares geométricos. En el primer tipo de problemas buscamos un tinico punto, mientras que en el segundo una curva. Pero siel problema propuesto involucra a tres incdgnitas, entonces hay que encontrar, para satisfacer la ecuacién, no s6lo un punto o una curva, sino una superficie completa. De esta manera aparecen los lugares geoméiricos que son superficies, etc.‘ Aqui precisamente, en este final y prometedor «etc.», hay una insinuacién de lo que seria una geometria de mas de tres dimensiones, pero si Fermat tenia esto en realidad en su mente, lo cierto es que no lIlevé a cabo esta idea. Incluso la geometria analitica tridimensional tuvo que esperar ain hasta el siglo Xvi para alcanzar su pleno desarrollo. 13. Las diferenciaciones de Fermat Es muy posible que Fermat estuviera ya en posesién de su geometria analitica en una fecha tan temprana como el afio 1629, puesto que por esta época hizo dos * Véase Fermat, Oeuvres, vol. I, pags. 186-187. 440 Historia de la matemética importantes descubrimientos que estén estrechamente relacionados con sus trabajos sobre lugares geométricos. El mds importante de ellos lo expuso unos afios mas tarde en un tratado, que tampoco se publicé durante su vida, titulado Methodus ad disquirendam maximan et minimam («Método para hallar maximos y minimos»). Fermat habia estado estudiando lugares geométricos dados (en notacién moderna) por ecuaciones de la forma y=x", por lo que se les conoce hoy como «pardbolas de Fermat» si n es positivo, o «hipérbolas de Fermat» sin es negativo. Aqui tenemos ya una geometria analitica de curvas de orden superior, pero Fermat fue alin mas lejos: Para curvas polinémicas de la forma y= f(x) descubrié un método muy ingenioso para hallar los puntos en los que la funcién toma un valor maximo o minimo. Fermat comparaba el valor de f(x) en un cierto punto con el valor f(x +E) en un punto préximo; en general estos dos valores seran claramente distintos, pero en una «cumbre» o en el fondo de un «valle» de una curva «lisa», la diferencia ser casi imperceptible. Por lo tanto, para hallar los puntos que corresponden a valores maximos o minimos de la funcién, Fermat iguala f(x) a f(x +H), teniendo en cuenta que estos valores, aunque no son exactamente iguales, son «casi iguales». Cuanto mas pequefio sea el intervalo E entre los dos puntos, mas cerca estard dicha seudo-igualdad de ser una verdadera ecuacion; asi pues, Fermat, después de dividir todo por E, hace E=0. El resultado le permite calcular las abscisas de los puntos méximos y minimos de la funcion polindmica. Aqui podemos ver ya en esencia el proceso que ahora Ilamamos de diferenciacion, pues el método de Fermat es equivalente a calcular ae LG) a e igualar este limite a cero. Resulta completamente justo, por lo tanto, reconocer la taz6n que asistia a Laplace al aclamar a Fermat como el verdadero descubridor del cAlculo diferencial, asi como co-descubridor de la geometria analitica. Ob- viamente Fermat no disponia del concepto de limite, pero salvo esto, su método para determinar maximos y minimos sigue un camino completamente paralelo al que podemos ver hoy en los libros de calculo, excepto en la minima diferencia de que hoy se suele utilizar el simbolo A o Ax en vez de la E de Fermat para el incremento de la variable. El procedimiento de Fermat, que consiste en cambiar ligeramente el valor de la variable para considerar valores préximos a uno dado, ha constituido desde entonces la verdadera esencia del andlisis infinitesimal. Durante los mismos afios en que Fermat se encontraba desarrollando su geometria analitica, descubrid también cémo aplicar su procedimiento de los valores proximos de la variable, para hallar la tangente a una curva algebraica de la forma y= f(x). Si P es un punto de la curva y= f(x) en el que se desea hallar la tangente, y si las coordenadas de P son (a, b), entonces un punto préximo P’ sobre la curva, de coordenadas x=a+E, y=f(a+E), estar tan proximo a la tangente que podemos considerarlo situado sobre la tangente a la vez que sobre la curva, aproximadamente. Por lo tanto, si la subtangente en el punto P es TQ=c (fig. La época de Fermat y Descartes 441 Figura 17.4 17.4), entonces los triangulos TPQ y TP’Q' los podemos considerar como semejantes aproximadamente, y de esta semejanza obtenemos la proporcion b_ fate) Cc c+E a partir de la cual, multiplicando en cruz, simplificando términos iguales por ser b (a), dividiendo todo por E y haciendo, por ultimo, E=0, se puede calcular facilmente la subtangente c que nos determina univocamente, con el punto P, la tangente buscada. El método de Fermat resulta, pues, equivalente a decir que el Teen ete A) £0 E es la pendiente de la curva en el punto x=a, pero lo cierto es que Fermat no explicd este procedimiento de una manera satisfactoria, limitandose a decir simplemente que era andlogo a su método para determinar maximos y minimos. Por este motivo, Descartes en particular, cuando fue informado por Mersenne de este método en 1638, lo atacéd acusdndolo de carecer de validez general, a la vez que proponia como desafio, para demostrar su acusacién, la curva que se conoce desde entonces con el nombre de «folium de Descartes», x3 +? =3axy. Lo poco familiarizados que estaban todavia los matematicos de la época con las coordena- das negativas se refleja de una manera clara en el hecho de que esta curva se solia representar simplemente por un folium u «hoja» en el primer cuadrante (0, a veces incluso, jcomo un trébol de cuatro hojas, una en cada cuadrante!). Finalmente Descartes reconocié a regafiadientes la validez del método de Fermat para las tangentes, pero, a pesar de ello, a Fermat nunca se le reconocié el mérito que le correspondia en justicia. 14, Las integraciones de Fermat Mersenne contribuyé a divulgar algunos de los resultados de Fermat por Francia e Italia, tanto a través de su nutrida correspondencia como en sus propias 442 Historia de la matemética obras impresas, pero habria sido mucho mejor que el mismo Fermat hubiera publicado sus magnificos descubrimientos. Fermat no solo disponia de un método para hallar las tangentes a curvas de la forma y =x", sino que también descubrid, algo mas tarde del afio 1629, un teorema relativo al area encerrada bajo estas curvas, esencialmente el teorema que publicé Cavalieri en 1635 y 1647. En el cdlculo de este drea parece haber utilizado Fermat al principio formulas para las sumas de potencias de enteros, o desigualdades de la forma me L* $2" 43" 4 0 En > m+1 Sali p eee se eee neti para demostrar el resultado en cuestién para todos los valores de m enteros positivos. Este resultado supondria ya en si mismo un considerable avance sobre la obra de Cavalieri, que se habia limitado a demostrarlo, como hemos visto, para los casos de m=1 a m=9, pero mas tarde Fermat desarrollé un método mucho mejor para tratar el problema*, que se podia aplicar ademas tanto a valores enteros como fraccionarios del exponente m. Consideremos la curva y=x" y supongamos que se desea calcular el Area comprendida bajo la curva, entre los valores x=0 y x=a. Fermat subdividia entonces el intervalo de x=0 a x=a en una cantidad infinita de subintervalos tomando los puntos de abscisas a, aE, aE?, aE°, .... donde E es un ntimero menor que 1; en estos puntos considera las ordenadas de los correspon- dientes puntos de la curva, aproximando el drea bajo la curva por medio de recténgulos circunscritos tal como se indica en la figura 17.5. Las dreas de los Figura 17.5 sucesivos rectangulos, empezando por el mayor, correspondiente al punto x=a, vienen dadas por los términos de la progresion geométrica a”(a—aE), a"E"(aE- —aE?), a"E?"(aE? —aE®), ... La suma de estos infinitos términos es ee ae Seguin E tiende a 1, es decir, segin se van haciendo los recténgulos cada vez mas estrechos, la suma de las dreas de estos recténgulos va aproximandose cada vez * Véase Fermat, Oeuvres, vol. I, pags. 255-288, y vol. III, pags. 216-240, y Descartes 443 XVII: La época de Fermat mis al rea bajo la curva. Y haciendo E=1 en la formula anterior que nos daba la m4 n+l a. Para demostrar que esto es valido también para el caso suma de los rectangulos, obtenemos. , que nos da el area buscada bajo la curva y=x" desde x=0a de exponentes fraccionarios 2, sea n="; la suma de la progresién geométrica q q anterior sera entonces 1-E* avron(- Sea) donde £ = £'/*, Cuando E=1 también es £=1 y obtenemos Mae ers ptr Si quisiéramos calcular, en notacién moderna, (2x"dx, lo tnico que necesitariamos seria reducirla a la expresion [8x"dx —(3x"dx. Para los valores negativos de n (excepto n=—1) Fermat utilizaba un procedimiento andlogo, excepto en que consideraba E mayor que 1 y la hacia tender a 1 por valores superiores, calculando asi el area bajo la curva desde x=a a infinito. Para calcular {?x~"dx basta observar entonces que se reduce a fpx-"dx—[px "dx. 15. Gregoire de St. Vincent Para n= —1 el método falla evidentemente, pero el matematico Gregoire de St. Vincent (1584-1667), contempordneo de Fermat, un poco més viejo que él, vino a resolver este singular y exético caso en su obra Opus geometricum quadraturae circuli et sectionum coni («Obra geométrica sobre la cuadratura del circulo y de las secciones cOnicas»). La mayor parte de esta obra habia sido escrita antes de la época en que Fermat se encontraba trabajando sobre los problemas de tangentes y areas, probablemente tan pronto como durante el periodo 1622-1625, aunque desgraciadamente no se publicé hasta 1647. Gregoire de St. Vincent nacid en Gante, se hizo jesuita y fue profesor de matematicas en Roma y en Praga, y mds tarde ocupé el puesto de tutor en la corte de Felipe IV de Espaiia. A lo largo de sus miltiples viajes se vio frecuentemente separado de sus papeles, con la consecuencia de que la publicacién del Opus geometricum se retrasé mucho. En este tratado demostraba Gregoire que si tomamos a Io largo del eje Ox puntos a partir del x=a, tales que los intervalos que determinan van creciendo en progresién geométrica, y si en dichos puntos levantamos las ordenadas correspondientes a la hipérbola xy=1, entonces las dreas bajo la curva entre cada dos ordenadas sucesivas son iguales. Es decir, con otras palabras, segiin crece la abscisa geométricamente el area bajo la curva crece aritméticamente. Por lo tanto, lo equivalente (aunque en 444 Historia de la matemética términos todavia un tanto imprecisos) de nuestra igualdad féx~"dx=In b—Ina era ya familiar a Gregoire y a sus contemporaneos. Desgraciadamente una aplicacién errénea del método de los indivisibles llevo a Gregoire de St. Vincent a creer que habia conseguido cuadrar el circulo, error que perjudicd su reputacion. Fermat se interes por muchos aspectos de lo que hoy Ilamariamos anilisis infinitesimal, tangentes, cuadraturas, volimenes, longitudes de curvas, centros de gravedad, etc. Por lo tanto, dificilmente pudo dejar de observar que al hallar las iangentes a la curva y=kx" se multiplica el, coeficiente por el exponente y se disminuye el exponente en una unidad, mientras que al hallar el area bajo la curva se eleva el exponente en una unidad y se divide por este nuevo exponente. ;COmo podria haberle pasado inadvertido el cardcter inverso de estos dos problemas? Aunque esio resulte a todas luces improbable, lo cierto es, no obstante, que al parecer Fermat no prest6 atencion en ninguna parte a la importante relacién que conocemos hoy con el nombre de teorema fundamental del célculo. Es muy probable que se diera cuenta efectivamente del caracter inverso de estos dos problemas, pero que no lo considerase particularmente importante. La integracion de x", que fue casi la tmica fancién que consideré en realidad, era practicamente tan facil para él, después de todo, como su diferenciacién, y cronolégicamente la primera puede haber precedido a la segunda, por lo menos para los valores enteros positives de n, en las investigaciones de Fermat. Y asi también en la obra de Gregoire de St. Vincent el célculo integral se anticipo al calculo diferencial para Ja funcion logaritmica. La relaci6n inversa entre los problemas de areas y de tangentes deberia haberse puesto de manifiesto a partir de la comparacién del célculo del rea bajo la hiperbola por Gregoire de St. Vincent y del andlisis por Descartes de los problemas inversos de tangentes propuestos a través de Mersenne en 1638. Los problemas en cuestién habian sido propuestos por Florimond Debeaune (1601-1652), un jurista de Blois que era a la vez un consumado matematico, por el que incluso Descartes expresé su admiracién. Uno de los problemas pedia determinar una curva cuya tangente cumpliese la condicion que expresariamos hoy por la ecuaci6n diferencial a Z =x—y. Descartes reconocié que Ia solucién no era algebraica, pero es evidente que ni siquiera lleg6 a sospechar que estaban involucrados los logaritmos en el problema’. 16. La teoria de nimeros Las contribuciones de Fermat a la geometria analitica y al andlisis infinitesimal fueron sdlo dos aspectos de su obra, y probablemente no fueron sus temas favoritos. El afio 1621 habia vuelto a revivir una vez mas la Arithmetica de Diofanto gracias a la edicién greco-latina de Claude Gaspard de Bachet (1591- 1639), que era uno de los miembros de un grupo informal de cientificos constituido © Véase C. J. Seriba, «Zur Lisung des 2. Debeauneschen Problems durch Descartes», Archive for History of Exact Sciences, 1 (1961), pags. 406-419, - en Paris. La Arithmetica de Diofanto no era en absoluto una obra desconocida, puesto que incluso Regiomontano habia pensado ya en imprimirla; durante el si- glo xv habian aparecido varias traducciones, aunque su influencia en el desarrollo de la teoria de numeros fuera muy pequeiia. Probablemente la obra de Diofanto resultaba demasiado poco practica para los matemiticos aplicados, y demasiado algoritmica y combinatoria para los matematicos mas especulativos, pero lo cierto es que llamé fuertemente la atencién de Fermat, que posiblemente gracias a ello se convirtié en el creador de la moderna teoria de nimeros. Muchos de los aspectos del tema le fascinaron, incluidos los nimeros perfectos y amigos, los nimeros figurados, los cuadrados magicos, las ternas pitagéricas, la teoria de divisibilidad y, sobre todo, los nimeros primos. Algunos de sus teoremas los demostré por un método que él mismo llamé de «descenso infinito», una cierta forma de induccién matemitica a la inversa, procedimiento que Fermat fue de los primeros en utilizar. } Para ilustrar la aplicacion de este proceso de descenso infinito, veamos un ejemplo en la demostracién de un hecho bien conocido desde antiguo, el de que \/3 no es Cap. XVII: La época de Fermat y Descartes 445 a un numero racional. Supongamos que ,/3 Fa 1 ; donde a; y 5; son enteros positivos con a, >b. Dado que 1 Joel eee ay by ji 3b1—a, a—by sustituyendo el primer \/3 por —, tenemos que 3 En vista de Ja desigualdad 5 < = <2, resulta que 3b; —a y a; —b; son enteros ; positivos a2 y bz, cada uno de ellos respectivamente menor que a; y by, y tales que a, : : fee V3= = Este mismo razonamiento lo podemos repetir indefinidamente, lo que 2 nos conduce a un proceso de descenso infinito en el que a, y b, son enteros , ; : a positivos cada vez mas pequefios, verificando siempre la igualdad \/3 =;,- Esto implica la falsa conclusion de que no existe un minimo mimero positivo. Por lo tanto, la hipétesis de que ,/3 es igual a un cociente de ntimeros enteros es falsa. Utilizando su método de descenso infinito consiguié demostrar Fermat la conjetura de Girard de que todo mimero primo de Ja forma 4n+1 puede expresarse de una y sélo una manera como suma de dos cuadrados. Fermat demostré que si 4n+1 no es la suma de dos cuadrados, entonces existe otro ntimero menor del mismo tipo que tampoco es suma de dos cuadrados. Utilizando 446 Historia de la matemética esta relacién recursiva hacia atrds, se llega a la falsa conclusién de que el minimo numero entero de esta forma, el 5, no se puede expresar como suma de dos cuadrados, mientras que obviamente 5 =1' +27; por lo tanto, queda demostrado el teorema general. Dado que, como se puede demostrar facilmente, ningun entero de a forma 4n—1 puede ser suma de dos cuadrados, y todos los primos excepto 2 son de la forma 4n+1 0 4n—1, se pueden clasificar facilmente, por el teorema de Fermat, los ntimeros primos que se pueden expresar y los que no se pueden expresar como suma de dos cuadrados. El mimero primo 23, por ejemplo, no puede expresarse de dicha forma, mientras que el 29 si puede expresarse como 2?4.5*, Fermat sabia también que un mimero primo de cualquiera de los dos tipos se puede expresar siempre como diferencia de dos cuadrados de una y sélo una Manera. 17. Teoremas de Fermat Fermat utilizo también su método de descenso infinito para demostrar que no hay ningiin cubo que pueda descomponerse en dos cubos, es decir, que no hay ntimeros enteros positivos x, y, z, tales que x* + y’=z°, Fermat fue ain mas lejos, formulando la proposicién general de que, para n>2, no hay ntmeros enteros Positivos x, y, z, tales que x"+y"=2". Y escribié en el margen de su ejemplar del Diofanto de Bachet que habia descubierto una demostracion verdaderamente maravillosa de este célebre «teorema», que se conoce desde entonces con el nombre de «tiltimo teorema de Ferma» o «gran teorema de Fermat». Desgraciadamente Fermat no dejé escrita su pretendida demostracién, de la que nos dice tmicamente que «este margen es demasiado estrecho para contenerla». Si Fermat encontré realmente una demostracion de su «teorema», se perdid irremediablemente hasta hoy, y a pesar de todos los innumerables esfuerzos que se han hecho por hallar una demostracién tal, estimulados incluso por un premio instituido poco antes de la Primera Guerra Mundial en el que se ofrecian 100,000 marcos alemanes por una solucién (positiva o negativa), el problema sigue sin resolverse, aunque se han hecho recientemente (verano de 1984) progresos importantes en el camino de su solucién. Hay que decir, sin embargo, que los esfuerzos por resolver este problema han conducido a mas y mas importantes desarrollos matematicos que los que resultaron en la antigiiedad de los intentos por resolver los tres famosos problemas geométricos clasicos insolubles. Los matemiticos, al igual que los tres principes de Serendip, de Horace Walpole, parecen haber recibido el regalo inesperado de encontrar en su camino gran cantidad de cosas agradables que no buscaban en realidad, No sabemos atin si Fermat estaba o no en lo cierto al formular su «gran teorema», pero si se han conseguido resolver otras dos de sus conjeturas en teoria de ntimeros. Quiz4 dos milenios antes de la época de Fermat se habia formulado ya la «hipotesis china» de que n es primo si y sélo si 2"—2 es divisible por n, donde nes un entero mayor que 1. La mitad de esta conjetura sabemos ya que es falsa, puesto que, por ejemplo, 2°*!—2 es divisible por 341 y, sin embargo, 341=11-31 es un numero compuesto, pero la otra mitad de la conjetura es correcta, y el Cap. XVII: La época de Fermat y Descartes 447 «teorema menor de Fermat consiste exactamente en una generalizacién de este caso. Del estudio de muchos ntimeros de la forma a?~!—1, incluido el 2°°—1 parecia deducirse la propiedad general de que siempre que p sea primo y a primo con p, a?~!—1 es divisible por p. Sobre la base de una induccién finita correspondiente a los cinco tinicos casos n=0, 1, 2, 3, 4, formulé Fermat una segunda conjetura, la de que los nimeros de la forma 2” +1, que se conocen hoy como «numeros de Fermat», son todos ellos primos. Euler demostré un siglo mas tarde que esta conjetura es falsa, dado que precisamente el numero siguiente 2° + 1 es ya un niimero compuesto. Se sabe, de hecho, que 2” +1 no es primo para n entre 5 y 16 inclusive, y los matematicos comienzan a preguntarse si habra algun otro «primo de Fermat» aparte de los que encontré Fermat mismo’. El teorema menor de Fermat tuvo mds suerte que su conjetura sobre los mimeros primos de Fermat. Leibniz nos dejé una demostracién de este teorema en forma manuscrita, y Euler publicé en 1736 otra demostracién sencilla y elegante. Esta segunda demostracion de Euler hace un ingenioso uso del principio de induccién matematica, recurso con el que Fermat, lo mismo que Pascal, estaba muy familiarizado, como hemos visto. De hecho, al principio de induccién matematica, 0 razonamiento por recurrencia, se le llama a veces «induccién de Fermat», para distinguirla de la induccién cientifica ordinaria o «baconiana». (Actualmente también se suele denominar a la primera «induccién completa», y a la segunda «induccién incompleta».) 18. Gilles Persone de Roberval Fermat fue realmente el «principe de los amateurs» en matematicas. Ninguno de los matematicos profesionales de su época hizo descubrimientos mas importan- tes que él ni contribuyé con mas resultados a la matemitica. Y, sin embargo, Fermat era tan modesto que practicamente no publicd nada a lo largo de su vida; se contentaba con comunicar sus ideas por carta a Mersenne (cuyo nombre, dicho sea de paso, se ha conservado asociado a los llamados «primos de Mersenne», es decir, los nameros primos de la forma 2’—1), y asi perdid el reconocimiento de prioridad que le habria correspondido para la mayor parte de su obra. En este sentido, aunque por muy distintas razones, compartié la suerte de uno de sus mas competentes contemporaneos y amigos, el cascarrabias del profesor Roberval, miembro también del «grupo de Mersenne» y el unico matematico verdaderamente profesional de entre todos los franceses que estudiamos en este capitulo. El nombramiento para la cdtedra de Ramus en el Collége Royal, que ocup6 Roberval sin interrupcién durante mds de cuarenta afios, se convocaba cada tres afios a base de una oposicién o examen competitivo en el que las cuestiones se las planteaban entre si los opositores. En 1634 Roberval gano este concurso, debido probablemen- te a que habia desarrollado ya un método propio de indivisibles muy parecido al de Cayalieri, y con el habil truco de no revelar su método a otros consiguié con 7 Véase W. Sierpinki, «L’induction incompléte dans la théorie des nombres», Scripta Mathematica, vol. 28 (1967), pags. 5-13. 448 Historia de la matematica éxito su objetivo de mantenerse ocupando la catedra hasta su muerte en 1675. Esto tuvo la consecuencia, sin embargo, de que perdié el reconocimiento de prioridad para la mayor parte de sus descubrimientos y, como era de esperar, se vio envuelto en numerosas disputas de prioridad. La mas agria de estas controversias tuvo que ver con la cicloide, curva a la que se Ilegé a aplicar el nombre de «la Elena de los geémetras», debido a la gran frecuencia con que provocé disputas entre ellos a lo largo del siglo xvi. Mersenne habia llamado ya la atencién de los matematicos hacia la cicloide en 1615, probablemente después de haber recibido noticias de la curva a través de Galileo. En 1628, cuando Roberval Ileg6 a Paris, Mersenne le propuso al joven matematico el estudio de esta curva, y hacia 1634 Roberval consiguié demostrar que el area encerrada bajo un arco de dicha curva es exactamente igual a tres veces el area del circulo que la engendra (resultado aproximado obtenido afios antes por Galileo empiricamente). Hacia el afio 1638 descubrié Roberval un metodo para trazar la tangente a la cicloide en uno cualquiera de sus puntos, problema que también resolvieron, mas o menos a la vez, Fermat y Descartes, y calculé el volumen del sélido engendrado al hacer girar el drea bajo un arco alrededor de la recta base de la cicloide. Mas tarde atin calcul también los volimenes engendrados al hacer girar dicho area alrededor de su eje de simetria, y alrededor de la tangente en el vértice de la cicloide®. 19. Evangelista Torricelli Roberval no publicé sus descubrimientos acerca de la cicloide (a la que él llamaba «trocoide», de la palabra griega cpoyds que significa rueda), debido a que queria proponer cuestiones parecidas a los posibles candidatos a su cdtedra. Mientras tanto, Torricelli se interesé también por la cicloide, posiblemente a sugerencia de Mersenne 0, mas probablemente, debido a la influencia de Galileo, a quien Torricelli, como Mersenne, tenia gran admiracion. En 1643 Torricelli envid a Mersenne su cuadratura de la cicloide, y en 1644 publicé un libro con el titulo de De parabole, al que afiadié como apéndice tanto la cuadratura de la cicloide como la construccion de la tangente. Torricelli no hacia ninguna referencia en su obra al hecho de que Roberval habia Ilegado a estos mismos resultados antes que él, y por jo tanto Roberval escribié en 1646 una carta acusando a Torricelli de plagio de é1 mismo y de Fermat (sobre los maximos y minimos). Ahora esta ya perfectamente claro que la prioridad en el descubrimiento corresponde a Roberval, pero la prioridad en su publicacin a Torricelli, que con toda probabilidad redescubrié de manera independiente los resultados sobre el 4rea y la tangente. Roberval habia utilizado, para el problema del area, el método de los indivisibles; Torricelli dio dos cuadraturas diferentes, una haciendo uso del método de los indivisibles de Cavalieri y la otra por el antiguo y venerable método de exhauscién. Para hallar la tangente a la cicloide, en cambio, ambos matematicos utilizaron una composicion de * Una excelente exposicin de toda esta obra y del lugar de Roberval dentro de la matematica de su tiempo, puede verse en Evelyn Walker, A Study of the Traité des Indivisibles of Gilles Persone de Roberval (1932). Cap. XVIL: La época de Fermat y Descartes 449 movimientos que recordaba inmediatamente la determinacién de la tangente a la espiral por Arquimedes. Roberval consideraba un punto P de la cicloide como sometido a dos movimientos simultaneos, uno de traslacién con el circulo y el otro de rotacién, ambos con velocidades iguales. Segun va rodando sobre la recta base AB cl circulo generador (fig. 17.6), el punto P es arrastrado horizontalmente, mientras que, al mismo tiempo, gira alrededor de O, el centro del circulo. Podemos pues trazar por P un segmento horizontal PS para representar el movimiento de traslacion, y otro segmento igual PR tangente en P al circulo generador, para representar el movimiento de rotaci6n. Al ser iguales los movimientos de traslacién y de rotacién (es decir, al ser iguales sus velocidades, como diriamos nosotros), la bisectriz PT del angulo RPS nos daré la direccion del movimiento real del punto P en ese instante, luego PT es la tangente a la cicloide buscada. La idea basica de la composicién de movimientos no era, de ninguna manera, una idea original de Roberval, puesto que ya la habian utilizado Arquimedes, Galileo y Descartes, entre otros. Torricelli pudo haber tomado la idea de cualquiera de estos matematicos, y por lo tanto su aplicacién de este principio a la cicloide no tuvo por qué ser un plagio de Roberval en absoluto. Tanto Torricelli como Roberval aplicaron el mismo método cinematico también a otras curvas. Un punto de una parabola, por ejemplo, lo podemos considerar como alejéndose del foco a la misma velocidad a la que se aleja de la directriz, y por lo tanto la tangente a la curva serd la bisectriz del Angulo que forman las dos rectas que pasan por P y son, respectivamente, perpendicular a la directriz y pasa por el foco. (El movimiento real de P es obviamente mds complicado, pero curiosamente esta simplificacion incorrecta conduce a la direccién correcta de la tangente, si bien no a la velocidad real de P.) Un razonamiento andlogo se puede hacer para la eclipse, en la que el movimiento de «alejamiento» de uno de los focos es igual al de «acercamiento» al otro foco, determinando la direccién de la tangente la propiedad que ya conocia Apolonio (hay que hacer la misma observacién en el caso de la parabola). Torricelli utilizo también el método de Fermat para trazar tangentes a las pardbolas de orden superior, método cuyo conocimiento se habia alcanzado ya en Italia, por lo que sabemos®. 20. Nuevas curvas Las obras tanto de Roberval como de Torricelli contienen muchos y muy buenos resultados, de los que sdlo podemos mencionar aqui unos pocos. Entre las contribuciones de Roberval esta el primer bosquejo, hecho en 1635, de la mitad de un arco de la curva «seno»; esto es importante porque nos indica que la trigonometria iba apartandose gradualmente del énfasis en los aspectos computa- cionales que la habia dominado durante siglos, para ir acercandose a un enfoque 9 No hay ninguna buena exposicién en inglés de la obra de Torricelli, pero algunos aspectos de ella, sobre todo en lo que se refiere a las tangentes, pueden verse bien tratados en la obra ya citada de Evelyn Walker, A Study of the Traité des Indivisibles of Giles Persone de Robereal. Para otros aspectos, veanse las Opere de Torricelli (1919-1944), 450 Historia de la matemética Figura 17.6 foncional (que culminaré con Euler), Por medio de su método de indivisibles, Roberval consiguié demostrar un resultado que nosotros escribiriamos, en notacion moderna, como |? sen x dx=cos a—cos b, lo que nos indica de nuevo que en esta época los problemas relativos a reas tendian a ser mas faciles de manejar que los relativos a tangentes. Roberval y Torricelli, trabajando de manera independiente uno del otro, pero siguiendo lineas notablemente parecidas, extendieron la comparacién que habia hecho Cavalieri entre la espiral y la parabola, considerando la longitud del arco a la vez que el drea. Durante la década de los 1640 demostraron que la longitud de la primera vuelta de la espiral r=a0 es igual a la longitud de la parabola x? =2ay desde x=0 a x=2na. El interés que despert6 en esta época Ia espiral pudo haber surgido de la correspondencia entre Galileo y Mersenne acerca del problema de Ia trayectoria de caida libre de un cuerpo pesado sobre una tierra en rotacién, pero lo cierto es que la discusién no tard6 en ampliarse considerablemente. Fermat, buscando como siempre generaliza- ciones, introdujo las espirales de orden superior r"=a0 y compar6 los arcos de estas curvas con los de sus pardbolas de orden superior x"! =2ay. Torricelli estudid diversos tipos de espirales, descubriendo la rectificacién de la espiral logaritmica, como hemos visto. Durante el periodo que va aproximadamente de 1630 a 1650 hubo una notable unidad de intereses matematicos en Europa, lo que se puede atribuir en buena parte, sin duda, a la dgil intercomunicacién entre los matemiticos a través de Mersenne. Los problemas que se podian atacar utilizando métodbos infinitesimales eran en esta época los ms populares, con gran diferencia, y Torricelli en particular disfrutaba con ellos evidentemente. En su obra De dimensione parabolae, por ejemplo, presenta Torricelli jveintiuna demostraciones diferentes! de la cuadratura de la parabola (no una ni dos, sefiores), a partir de planteamientos que se dividen mds o menos equitativamente entre el uso de indivisibles y el método de exhauscién. Una de las demostraciones del primer tipo es casi idéntica a la cuadratura «mecinica» dada por Arquimedes en el Método, que, casi con toda seguridad, era desconocido entonces; y, como podia suponerse, una del segundo tipo es practicamente la que da Arquimedes en su tratado Sobre la cuadratura de la pardbola, que se habia conservado y era bien conocido en esta época. Si Torricelli hubiera dado el paso de aritmetizar sus métodos en este contexto, hubiera estado muy cerca del concepto moderno de limite, pero desgraciadamente estaba atin bajo la pesada influencia geométrica de Cavalieri y se Cap. XVII: La época de Fermat y Descartes 451 a mantuvo dentro de ella. No obstante, Torricelli superé en mucho a su maestro en la flexible utilizacién de los indivisibles para obtener nuevos descubrimientos. Un resultado nuevo, de 1641, que agradé extraordinariamente a Torricelli fue su demostracién de que al girar en torno al eje Ox un rea infinita, tal como la limitada por la hipérbola xy=a?, una ordenada x= y el eje de abscisas, por ejemplo, el volumen del sélido engendrado puede ser finito. Torricelli crefa haber sido el primero en descubrir que una figura de dimensiones infinitas podia tener una extension finita, pero en este sentido probablemente se le adelanté Fermat en sus trabajos sobre las areas bajo las hipérbolas de orden superior, y posiblemente también Roberval, y, desde luego, Oresme en el siglo XIV. Entre los problemas de los que estaba ocupandose Torricelli inmediatamente antes de su prematura muerte en 1647 habia uno en el que venia a representar la curva cuya ecuaci6n escribiriamos nosotros como x=log y, en lo que es quizé la primera representacion grafica de una funcién logaritmica, treinta aiios después de la muerte del descubridor de los logaritmos, considerados entonces nicamente como recurso de ayuda a la computacién. Torricelli calculd el area limitada por la curva, su asintota y una ordenada, asi como el volumen del sdlido: obtenido al girar este area alrededor del eje Ox. Torricelli fue uno de los matematicos mas prometedores del siglo XVI, al que se suele considerar como el siglo de los genios. Mersenne habia divulgado cn Italia la obra de Fermat, de Descartes y de Roberval, tanto a través de su correspondencia con Galileo, que databa de 1635, como en su peregrinacion a Roma en 1644; Torricelli domind rapidamente los nuevos métodos, aunque dio siempre preemi- nencia al planteamiento geométrico sobre el algebraico. La breve asociacién de Torricelli con Galileo, ya viejo y ciego, en 1641-1642, habia despertado también en el joven estudiante el interés por las ciencias fisicas, y hoy, paraddjicamente, se le conoce mas como el inventor del barémetro que como matematico. Torricelli estudié las trayectorias parabdlicas que siguen los proyectiles disparados desde un punto fijo con velocidad inicial constante, pero con dngulos de elevacion sobre la horizontal variables, descubriendo que la envolvente de todas estas parabolas es otra parabola, la llamada «parabola de seguridad». Al pasar de la ecuacion para la distancia en funcién del tiempo a la de la velocidad en funcién del tiempo y reciprocamente, se dio cuenta Torricelli del cardcter inverso que presentan los problemas de cuadraturas y de determinacién de tangentes. Si hubiera vivido una cantidad de afios normal, es muy posible que hubiera sido él el inventor del célculo infinitesimal, pero el cruel destino truncd su vida en Florencia sdlo unos dias después de haber cumplido 39 afios. 21. Girard Desargues Los grandes desarrollos que tuvieron lugar en la matematica durante los dias de Descartes y Fermat lo fueron en los dominios de la geometria analitica y del analisis infinitesimal. Es muy probable que estos mismos éxitos en dichas ramas fueran lo que hizo olvidar a los hombres de la época otros aspectos de la matematica, Ya hemos visto que Fermat no encontré a nadie que compartiese su 452 Historia de la matemética fascinacién por la teoria de numeros, y la geometria pura, sintética, también sufrié un abandono totalmente inmerecido durante el mismo periodo. Las Conicas de Apolonio habian estado, en tiempos, entre las obras favoritas de Fermat, pero los métodos analiticos vinieron a cambiar sus puntos de vista. Mientras tanto, las Cénicas habian atraido la atencién de un hombre practico, pero con una imaginacién muy poco practica, Girard Desargues, arquitecto e ingeniero militar en Lyon. Desargues habia vivido algunos afios en Paris, donde formé parte del grupo de matematicos que hemos estado estudiando, pero sus opiniones muy poco ortodoxas sobre el papel de la perspectiva en la arquitectura y en la geometria no encontraron apenas ningiin eco, por lo que regresé a Lyon para desarrollar su nuevo tipo de matematica por si mismo, practicamente aislado. El resultado de este trabajo fue uno de los grandes libros con menos éxito que se hayan producido jamés. Incluso el desdichado titulo mismo producia ya rechazo: Brouillon projet @une atteinte aux événements des rencontres @un cone avec un plan (Paris, 1639). Este titulo puede traducirse aproximadamente por «Borrador de un ensayo que trata de los resultados de los encuentros de un cono con un plano», cuyo rudo cardcter contrasta agudamente con la brevedad, simplicidad y elegancia del titulo de Apolonio, Cénicas. Sin embargo, la idea central en la que se basa esta obra de Desargues es la simplicidad misma, una idea derivada a la vez de la perspectiva del arte pictérico renacentista y del principio de continuidad de Kepler. Todo el mundo sabe que una circunferencia mirada oblicuamente aparece como una elipse, y que el borde de la sombra proyectada por la pantalla redonda de una lampara serd una circunferencia o una hipérbola segiin que se proyecte sobre el techo o sobre una pared. Las formas y tamafios aparentes cambian segun cambia el plano de incidencia que corta al cono de los rayos visuales o de los tayos de Inz, pero Ciertas propiedades permanecen invariables bajo tales cambios, y son precisamente estas propiedades las que estudia Desargues. De entrada, una seccién cénica sigue siendo una seccién cénica independientemente de cudntas veces se vea sometida a proyeccidn, Las conicas forman pues una familia «estrechamente unida», tal como habia sugerido ya Kepler por razones algo diferentes. Pero al aceptar este punto de vista, Desargues tenia que suponer, como Kepler, que la parbola tiene un foco «en el infinito», y que dos rectas paralelas se cortan «en un punto del infinitoy. La teoria de la perspectiva hace muy plausibles todas estas ideas, ya que la luz del sol se suele considerar formada por rayos paralelos, es decir, que s¢ transmite en forma de haz 0 cilindro de rayos paralelos, mientras que los rayos que parten de un foco Juminoso terrestre se consideran como un cono o un haz puntual. El cilindro viene a ser asi simplemente un cono cuyo yértice esta infinitamente lejano, y un haz de rectas paralelas consiste tinicamenie en una familia de rectas que pasan todas ellas por el mismo punto del infinito, Desargues estudiaba analogamente los haces de planos que pasan por un punto, finito o del infinito. 22, La geometria proyectiva El tratamiento de las cénicas por Desargues encierra una gran belleza, a pesar de que el lenguaje que utiliza es francamente exdtico. A una seccién cénica le llama XVII; La época de Fermat y Descartes 453 un coup de rouleau, es decir, algo asi como «un golpe de rodillon. Casi el tnico de sus muchos términos nuevos que ha sobrevivido hasta nosotros, es la palabra «involucién», es decir, correspondencia entre pares de puntos de una recta cuyos productos de distancias a otro fijo es una constante. Desargues denominaba «cuaterna de puntos en separacién arménica» a una involucién de cuatro puntos, y demostré que esta configuracién es proyectivamente invariante, un resultado conocido ya, desde un punto de vista algo diferente, por Pappus. El cuadrilatero completo juega un papel muy importante en el tratamiento de Desargues, debido a sus propiedades arménicas, ya que sabia que si un cuadrilatero de este tipo (como el ABCD en la fig. 17.7) est inscrito en una conica, entonces la recta que pasa por dos de los puntos diagonales (que son E, F y G en la fig. 17.7) es la polar del tercer punto diagonal con respecto a la cOnica. Desargues sabia también, desde luego, que la interseccion con la cénica de la polar de un punto con respecto a ella eran los puntos de contacto de las tangentes a la conica desde dicho punto. En vez de definir un didmetro de una manera métrica, lo introduce Desargues como la polar de un punto de infinito. Hay, en definitiva, una bella unidad en el tratamiento de Desargues de las conicas por métodos proyectivos, pero se trataba de una ruptura con el pasado demasiado grande como para ser aceptada facilmente. Figura 17.7 La geometria proyectiva de Desargues suponia un avance enorme, en lo que a generalidad se refiere, con respecto a la geometria métrica de Apolonio, Descartes y Fermat, al quedar incluidos muchos casos particulares de un teorema en una formulacion general tinica. Sin embargo, los matematicos de la época no sdlo no aceptaron los métodos de esta «nueva geometria», sino que la inmensa mayoria de ellos se opusieron a ella, considerandola como peligrosa y sin sentido. Las copias del Brouillon projet que circularon fueron tan escasas que a finales del siglo XVII todas ellas habian desaparecido, debido a que Desargues publicaba sus obras no para venderlas, sino para distribuirlas entre sus amigos. El Brouillon projet estuvo totalmente perdido hasta el afio 1847 en que se encontré en una biblioteca de Paris una copia manuscrita debida a Philippe de Lahire, uno de los pocos admiradores de Desargues. Parte de la responsabilidad en el desprecio por la geometria proyectiva recae sobre Desargues mismo, por su manera de escribir tan extrafia y dificil; en realidad, no escribié para matematicos teoricos profesionales, que podrian haber seguido los vuelos de su imaginacién, sino para matematicos 454 Historia de la matematica aplicados y mecanicos, que no Ilegaron a entender el significado de la obra. Ademas, Desargues utiliz6 un nuevo vocabulario Ileno de términos, a cual mds Pintoresco, tomados muchos de ellos de la botanica, terminologia que provocaba el rechazo tanto de los matematicos tedricos como de los aplicados. A todo ello venia a afiadirse el hecho de que el enfoque proyectivo de la geometria no sintonizaba con las ideas dominantes de la época, que tan justamente celebraban los triunfos del Algebra y del andlisis infinitesimal. Descartes, que habia conocido a Desargues en Paris en 1626, y que se encontré de nuevo con él en 1628 en el asedio de La Rochelle, tuvo también en alta estima a su inconformista amigo, pero incluso el mismo Descartes, cuando oyé decir que el Brouillon projet trataria las cénicas sin el uso del algebra, se sintié decepcionado. No parecia posible decir nada sobre las Gonicas que no se pudiera expresar mds facilmente con ayuda del Algebra que sin ella®. La adhesién al algebra era ya tan fuerte, y siguid siéndolo cada vez mas, que durante casi dos siglos las bellezas de la geometria proyectiva pasaron practica- mente desapercibidas. Incluso hoy, el nombre de Desargues resulta conocido no como el del autor del Brouillon projet, sino debido a una proposicién que precisamente no aparece en su libro, el famoso teorema de Desargues: Si dos triéngulos estn situados de manera que las rectas que unen pares de vertices correspondientes son concurrentes en. un punto, entonces los puntos de interseccidn de los pares de lados correspondientes son colineales, y reciprocamente. Este teorema', que se verifica en dos y tres dimensiones, lo publicé por primera vez en 1648 el gran amigo y seguidor de Desargues Abraham Bosse (1611- 1678), que era grabador, en un libro titulado Maniére universelle de S. Desargues pour pratiquer la perspective. Este teorema, que Bosse atribuye explicitamente a Desargues, se convirtid, en el siglo xIx, en una de las proposiciones fundamenta- les de la geometria proyectiva. Es interesante hacer notar que, mientras que en tres dimensiones el teorema en cuestién es una consecuencia sencilla de los axiomas de incidencia, la demostracién en dos dimensiones requiere una hipétesis adicional. 23. Blaise Pascal Desargues fue el verdadero profeta de la geometria Proyectiva, pero no recibié en su dia los honores correspondientes, debido, principalmente, a que su discipulo mds prometedor, Blaise Pascal, abandoné la matematica por la teologia. Pascal fue un auténtico prodigio para las matematicas, Su padre habia mostrado ya una fuerte vocacion matematica y, de hecho, el «caracol de Pascal» es una curva llama- da asi en honor al padre, Etienne, y no al hijo, Blaise, El «caracol» r=a +b cos 6 ya 10 Véase W. M. Ivins, Jr., «A Note on Girard Desargues», Scripta Mathematica, 9 (1943), pags. 33- 48. A pesar de que las obras de Desargues no han sido traducidas al inglés, pueden encontrarse facilmente exposiciones de ellas; véase, por ejemplo, J. L. Coolidge, A History of Geometrical Methods (1940), , _ Yéase N. A. Court, «Desargues and his Strange Theorem», Scripta Mathematica, 20 (1954), pags. 5-13 y 155-164 Cap. XVII: La época de Fermat y Descartes 455 lo habia conocido Jordano Nemorario, y posiblemente incluso los antiguos, como la «conchoide del circulo», pero Etienne Pascal estudié esta curva de una manera tan concienzuda que, a sugerencia de Roberval, lleva su nombre desde entonces. Se dice que Etienne trato de mantener a su hijo, al principio, alejado de los libros de matematicas, con objeto de estimular al joven Blaise a desarrollar otros intereses, pero a la edad de doce afios el muchacho demostraba ya tal grado de inteligencia geométrica que, en adelante, se favorecié su inclinacién matematica. A los catorce afios Blaise acompafiaba ya a su padre a las reuniones informales de la «Academia de Mersenne» en Paris. Aqui fue donde se familiarizé con las ideas de Desargues, y dos afios més tarde, en 1640, el joven Pascal, que contaba entonces dieciséis afios, publicé su Essay pour les coniques. Este articulo consistia en una unica pagina impresa, pero sin duda una de las paginas més fecundas de la historia. En ella aparece la proposicién que el autor describe como el mysterium hexagrammicum, y que se conoce desde entonces como teorema de Pascal. Este teorema afirma, ésencialmente, que los pares de lados opuestos de un hexdgono arbitrario inscrito en una conica se cortan en tres puntos alineados. En realidad Pascal no formula su teorema de esta manera, puesto que no es cierto salvo que, como en el caso de un hexdgono regular inscrito en una circunferencia, se consideren los puntos del infinito y la recta del infinito del plano proyectivo. En lugar de ello, Pascal sigue el lenguaje especial de Desargues, diciendo que si A, B, C, D, Ey F son los vertices sucesivos dé un hexagono inscrito en una cénica, y si P es el punto de interseccion de AB y DE, y Q el punto de interseccion de BC y EF (fig. 17.8), entonces PQ, CD y AF son recias «del mismo orden» (0, como diriamos hoy, son rectas de un mismo haz, ya sea un haz puntual o un haz de rectas paralelas). El joven Pascal continia diciendo que ha deducido muchos corolarios de este teorema, incluida la construccién de la tangente a una cénica por un punto de ella. (La construccién de la tangente que pasa por un punto P de la cénica se obtiene facilmente recordando que la tangente es una recta que pasa por «dos puntos consecutivos» de la curva, y aplicando el teorema de Pascal a estos dos y a otros cuatro puntos cualesquiera de la cénica). El origen de la inspiracién que llevd a Pascal a escribir este pequefio Essay queda reconocido en él con toda franqueza, Figura 17.8 Maquina calculadora de Pascal (reproduc: Departamento de Artes y Ciencias de IBM). n de un modelo original en la Coleccién del ya que, después de citar un teorema de Desargues, escribe el joven autor: «Quisiera decir que debo lo poco que he descubierto yo mismo sobre él tema a sus escritos,» El Essay constituia, sin duda, un comienzo muy prometedor de una carrera matematica, pero los intereses matematicos de Pascal fueron muy cambiantes con el paso del tiempo. A la edad de dieciocho afios aproximadamente cambio de tema y se dedicé a diseiar una maquina calculadora; en unos pocos afios construyé y vendio unas cincuenta de estas mdquinas. A continuacion, en 1648, se interesd Pascal en la hidrostatica, y los resultados de sus investigaciones fueron el famoso experimento de Puy-de-Déme que confirmaba el peso del aire, y los experimentos acerca de la presién ejercida por un fluido, que clarificaron la aparente paradoja hidrostatica. En 1654 volvié de nuevo a centrar su atencion en la matematica y comenzé a trabajar en dos proyectos independientes. Uno de ellos era el de escribir una «Obra completa sobre las cénicas», que vendria a ser, evidentemente, una Continuacién del breve Essay que habia publicado a los dieciséis afios; desgraciada- “mente esta obra mas larga sobre las cénicas no se publicé nunca impresa y se ha perdido. Leibniz tuvo aun la oportunidad de ver una copia manuscrita, y las notas que tomé son ahora todo lo que nos queda de la obra mas larga de Pascal sobre las c6nicas'*. De la obra mas breve sélo han sobrevivido dos ejemplares, Segiin las notas de Leibniz, la «Obra completa sobre las cénicas» contenia una seccién sobre el ya familiar lugar geométrico de las tres y cuatro rectas, y otra seccién sobre los magna problema, en los que se pide situar una cénica dada sobre un cono de revolucion dado. El tratado hacia uso tnicamente de métodos sintéticos, al parecer, ya que Pascal, por una u otra raz6n, no Ilegé a desarrollar nunca una habilidad razonable ni interés en el manejo del Algebra simbolica, y tampoco fue especial- © Para més informacién, tanto sobre éste como sobre otros aspectos de la obra de Pascal, véase Henri Bosmans, «Sur oeuvre mathématique de Blaise Pascal», Mathesis, 38 (1924), suplemento, pigs. 1-59. Véase también C. B. Boyer, «Pascal: The Man and the Mathematician», Scripta Mathematica, 26 (1963), pags. 283-307, y René Taton, «L'essay pour les coniques de Pascal», Ree d'Histoire des Sciences, 8 (1955), pags. 1-18, Cap. XVII: La época de Fermat y Descartes 457 mente consciente del papel que juega un buen sistema de notacién en el proceso del descubrimiento matematico. En este sentido se encontraba considerablemente retrasado con respecto a su época. 24, El cdlculo de probabilidades Mientras Pascal se encontraba trabajando en sus Cénicas, en 1654, su amigo el caballero de Méré le planted algunas cuestiones como la siguiente: En ocho lanzamientos sucesivos de un dado intenta un jugador obtener un uno, pero el juego se interrumpe después de tres intentos fallidos. ,En qué proporcién ha de ser ‘compensado el jugador? Pascal escribié a Fermat sobre este problema, y la correspondencia intercambiada constituyé el verdadero punto de partida de la moderna teoria de probabilidades, habiéndose ignorado las consideraciones de Cardano de un siglo antes’, Aunque ni Pascal ni Fermat expusieron sus resultados por escrito, Huygens public en 1657 un breve tratado titulado De ratiociniis in ludo aleae («Sobre los razonamientos relativos a los juegos de dados»), inspirado en la correspondencia de estos dos matematicos franceses. Mientras tanto Pascal habia relacionado el estudio de las probabilidades con ¢l tridngulo aritmético, superando en sus discusiones la obra de Cardano en tal medida que la conocida distribucién triangular de nimeros ha venido recibiendo, desde entonces, el nombre de triangulo de Pascal. El «tridngulo» en si databa de hacia mas de 600 afios, pero Pascal descubrid algunas propiedades inéditas de él, tales como la siguiente: En todo tridngulo aritmético, si dos celdas son contiguas en la misma base, entonces el mimero que figura en la superior es al numero que figura en la inferior como el numero de celdas desde la superior al extremo mis alto de dicha base es al ntimero de las que van de la inferior hasta el extremo més bajo, ambas inclusive. (Pascal llamaba a las posiciones de la misma columna vertical (fig. 17.9) «eldas del mismo rango perpendicular», y a las de la misma fila horizontal «celdas del mismo rango paralelo»: a las celdas de la misma diagonal que va de abajo a la izquierda arriba a la derecha, «eldas de la misma baser.) El método de demostracion de esta propiedad es mucho mas importante que la propiedad en si, porque aqui da Pascal, en 1654, una exposicion ejemplarmente clara y precisa del método de induccién matematica o induccién completa. Pueden encontrarse ya ciertas indicaciones anteriores de este método en la obra de Maurolico, pero Pascal tenia una habilidad excepcional para clarificar conceptos, y de ahi el que comparta con Fermat y otros el mérito de haber desarrollado el razonamiento por recurrencia, Ei nombre mismo de «induccién matematica» parece haber tenido su 13, Véase Oystein Ore, «Pascal and the Invention of Probability Theory», American Mathematical Monthly, 47 (1960), pags. 409-419. 488 Historia de la matemética 6 [10 |15 10|20 15 alaulalelofe Figura 17.9 origen mucho més tarde, en el articulo de De Morgan sobre «Induccién (matematica)»» en la Penny Cyclopaedia de 18382*, Fermat esperaba conseguir interesar a Pascal en la teoria de mimeros, y en 1654 Ie envid el enunciado de uno de sus mas bellos teoremas (que no fue demostrado hasta el siglo xix): Todo niimero entero se compone de uno, dos o tres niimeros triangulares; de uno, dos, tres 0 cuatro cuadrados; de uno, dos, tres, cuatro o-cinco pentagonales: de uno, dos, tres, cuatro, cinco o seis hexagonales, y asi hasta el infinito. Pascal, sin embargo, que era un diletante a la vez que un virtuoso de la matematica, no parece haberse concentrado en este problema. Si se dedicé, en cambio, a investigar otro problema de teoria de ntimeros que se discutié mucho en esta €poca: encontrar una formula para la suma de las Potencias m-ésimas de los n primeros nimeros naturales, problema que Pascal relacioné con el triangulo aritmético, con el método de razonamiento por recurrencia y con el analisis infinitesimal. La formula obtenida viene expresada verbalmente, como solia hacerlo Pascal, pero en simbolismo moderno es equivalente a *+mtiCmyi donde todas las sumas estin tomadas de i=1 a i=n. A partir de esta formula!’ demuestra Pascal facilmente lo equivalente a la bien conocida formula del cdlculo mCi Dt mi Cg yim t+ - (n+ 1)"*1—(n4 1) 1 Pata una amplia discusién historica de la induccién matemética véase W. H. Bussey, «Origin of Mathematical Induction», American Mathematical Monthly, 24 (191, pags. 199-207. Ci. Florian Cajor, Origin of the Name «Mathematical Induction», American Mathematical Monthly, 25 (1918), pags. 197, 201, y Hans Freudenthal, «Zur Geschichte der wollstdndigen Induktion», 6 (1953), pags, 17.37, *S Para mas detalles véase C. B. Boyer, «Pascal's Formula for the Sums of the Powers of the Integers», Scripta Mathematica, 9 (1943), pags. 237-244, Cap. XVII: La época de Fermat y Descartes 459 9 aS9 DSEzO e7eS0 eets630 OLIEERO acsescn aee-ou" » Baer Om” = ore ay Oe B= Aad<, SHR a: Bs So %e rode mart PRS RE DStheS Ba ay S OSS HH CO SRMESAS OS BSS El «Tridngulo de Pascal» en el Japén, Del Sampo Dashi-mon (1781) de Murai Chuzen, en el que aparecen también las formas «Sangin de los numerales. 25. La cicloide Durante la noche del dia 23 de noviembre de 1654, aproximadamente desde las 10,30 a las 12,30 horas, experimenté Pascal una especie de éxtasis religioso que lo impuls6 a abandonar la ciencia y la matematica para dedicarse a la teologia. El resultado de todo ello fueron dos obras, las Lettres provinciales y los Pensées, y ya s6lo volveria a los estudios matematicos durante un breve periodo de tiempo en 1658-1659. Una noche de 1658 en que un dolor de muelas u otra dolencia le impedia dormir, decidié, como distraccion contra el dolor, dedicarse al estudio de la cicloide. Milagrosamente el dolor cesé, lo que interpreté Pascal como un signo de que el estudio de la matematica no desagradaba a Dios. Después de haber calculado ciertas areas, volimenes y centros de gravedad relacionados con la cicloide, se le ocurrié a Pascal convocar un concurso dirigido a los matematicos de la época, consistente en una media docena de cuestiones de este tipo, ofreciendo un primero y un segundo premios por su solucion, y proponiendo a Roberval como uno de jos jueces del concurso. La publicidad dada y el plazo de recepcién de soluciones fueron tan desafortunados que s6lo se recibieron dos respuestas; las 460 Historia de la matemiitica soluciones que contenian estaban afectadas por errores de cilculo, como minimo, y a la vista de ello Pascal no concedié ninguno de los dos premios, sino que decidié publicar sus propias soluciones, junto con otros resultados, precedidos todos ellos Por una Histoire de la roulette (nombre utilizado generalmente para esta curva en Francia), en una serie de Lettres de A. Dettonville (1658-1659). (El nombre de Amos Dettonyille era en realidad un anagrama de Louis de Montalte, seudénimo que habia utilizado Pascal en sus Lettres provinciales). Las cuestiones propuestas en el Concurso y las Letires de A. Dettonville provocaron un gran interés por la cicloide, pero también contribuyeron a agitar un verdadero avispero de controversias. Los dos finalistas y unicos participantes, Antoine de Lalouvére y John Wallis, competentes matematicos ambos, se mostraron disgustados porque los premios se declararan desiertos, y los matematicos italianos se indignaron por el hecho de que Pascal, en su «Historia de la cicloide» no reconocera practicamente ningiin mérito a Torricelli al respecto, concediendo exclusivamente la prioridad del descubrimien- to a Roberval. La mayor parte del material incluido en las Lettres de A. Dettonville, tal como la igualdad de los arcos de espirales y pardbolas, asi como las cuestiones mismas sobre la cicloide que constituian el concurso, era bien conocido para Roberval y para Torricelli (muerto doce afios antes), pero buena parte de él aparecia alii impreso por primera vez. Entre los resultados nuevos estaba el de la igualdad de Ja longitud de un arco completo de cicloide generalizada x=aK¢—a sen ¢, y=a—acos @ y de la semielipse x=2a(I +K) cos ¢, y=2a(I—K) sen ¢. El teore- ma venia expresado, como de costumbre, de una manera retdrica y no simbélica, y su demostracién era esencialmente de tipo arquimediano, tal como eran la mayoria de las demostraciones que hizo Pascal durante los afios 1658-1659, En el contexto de una integracion de la funcién seno en su Traité des sinus du quart de cercle («Tratado sobre los senos de un cuadrante de circulo»), de 1658, Pascal se aproximé extraordinariamente a lo que pudo haber sido el descubrimien. to del calculo; tan cerca estuvo de ello que Leibniz escribiria mas tarde que fue leyendo esta obra de Pascal cuando se le mostré subitamente la luz. Si Pascal no hubiera muerto, como Torricelli, poco después de cumplir 39 aiios, o bien si su mentalidad hubiera sido mds exclusiyamente matemitica, o si se hubiera visto atraido mds por los métodos algoritmicos que por la geometria pura y las especulaciones sobre la filosofia de la matemitica, no cabe practicamente la duda de que se hubiera anticipado a Newton y Leibniz en sus mds grandes descubrimien- tos. Pascal es, sin duda, el mds grande «podria-haber-sido» de toda la historia dela matematica. No obstante, si fue, de hecho, uno de los mas importantes lazos de union en el desarrollo matematico dé la época. En este sentido no estuvo solo, desde luego. En el préximo capitulo estudiaremos la obra de los mas inmediatos precursores de Newton y Leibniz. Bibliografia Bosmans, Henri: «Sur oeuvre mathématique de Blaise Pascal», Mathesis, 38 (1924), suplemento, pags, 1-59. Boyer, C. B: History of Analytic Geometry (New York: Scripta Mathematica, 1956). XVII: La época de Fermat y Descartes 461 ——: The History of the Calculus (ed. en nistica, New York: Dover, 1959). ——: «Pascal: The Man and the Mathematician», Scripta Mathematica, 26 (1963), 283-307. Brassine, E.: Précis des oeuvres mathématiques de P. Fermat (Paris, 1853). Castelnuovo, G.: Le origini del calcolo infitesimale nellera moderna (Bologna: Nicola Zanichelli, 1938). Coolidge, J. L: A History of Geometrical Methods (New York: Oxford University Press, 1940; ed. en ristica, New York: Dover, 1963). David, F. N: Games, Gods and Gambling (New York: Hafner, 1962). Descartes, René: Oowores, ed. Charles Adam and Paul Tannery (Paris: L. Cerf, 1897-1913, 12 vols. y suplemento). Duhamel, J. M. C: «Mémoire sur la méthode des maxima et minima de Fermat et sur les meéthodes des tangentes de Fermat et Descartes», Mémoires de Académie des Seiences de Pinstitut Impérial de France, 32 (1864), 269-330. Fermat, Pierre de: Oeueres, ed, Paul Tannery y Charles Henry (Paris: Gauthier Villars, 1891- 1922, 4 vols. y suplemento). Genty, Abbé Louis: L'Influence de Fermat sur non siécle, relativement au progrés de la haute géométrie et du calcul (Orleans, 1784). Henry, Charles: «Recherches sur les manuscrits de Pierre de Fermat», Bullettino di Bibliografia e di Storia delle Scienze Matematiche e Fisiche, 12 (1879), 477-568, 619-740; 13 (1880), 437-470. Loria, Gino: Storia delle matematiche (Torino: Sten, 1929-1933, 3 vols). Ore, Oystein: «Pascal and the Invention of Probability Theory», American Mathematical ‘Monthly, 47 (1960), 409-419. Pascal, Blaise: Oeuvres, ed. Leon Brunschivicg y Pierre Boutroux (Paris: Hachette, 1904- 1914, 14 vols). Scriba, C. I: «Zur Lésung des 2. Debeauneschen Problems durch Descartes», Archive for History of Exact Sciences, 1 (1961), 406-419. Smith, D. E., y Marcia L. Latham (eds.): The Geometry of René Descartes (ed. en ristica, New York: Dover, 1954). | A Source Book in Mathematics (New York: McGraw-Hill, 1929; ed. en ristica, New York: Dover, 1959, 2 vols) Todhunter, Isaac: A History of Probability, from the Time of Pascal to that of Laplace (reed., ‘New York: Chelsea, 1949). Toeplitz, Otto: The Calculus, a Genetic Approach (Chicago: University of Chicago Press, 1963). Torricelli, Evangelista: Opere, ed. Gino Loria (Florence: G. Montanari, 1919-1944, 4 vols.) Turnbull, H. W. The Great Mathematicians (New York: New York University Press, 1961). Walker, Evelyn: A Study of the Traité des Indivisibles of Gilles Persone de Roberval (New York: Teachers College, 1932). Waliner, C. R: «Die Wandlungen des Indivisibilienbegriffs von Cavalieri bis- Wallis», Bibliotheca Mathematica (3), 4 (1903), 28-47. Zeuthen, H. G.: Geschichte der Mathematik im 16. und 17. Jahrhundert, trad. R. Meyer (Leipzig, 1903). Ejercicios 1. {Qué posibles causas de la supremacia francesa en la matematica durante el segundo tercio del siglo xvii sugeriria usted? 2. La duda sistematica, tal como la practicaba Descartes, jes una ayuda o més bien un obsticulo en el desarrollo de la matematica? Expliquese claramente. 462 Historia de la matemédtica —— 3. Comparese la influencia de Descartes con la de Fermat en el desarrollo de la matemiatica. 4. (Como explicaria usted el hecho de que la geometria proyectiva de Desargues y de Pascal encontrase tan poco eco en sus contempordneos? 5. Compruébese la formula de Descartes-Euler para los poliedros, para cada uno de los cinco poliedros regulares. 6. Justifiquese detalladamente la construccién utilizada por Descartes para resolver la ecuacién z? =az+b?, 7. Tnvéntense construcciones como la de Descartes para resolver las ecuaciones Paaz—by 2=b az. 8. {Es mejor o peor nuestro signo de igualdad que cl de Descartes? Expliquese. 9. Dibiijese la parabola cartesiana o tridente, para a=1. 10, Compruébese la rectificacién de Torricelli de la espiral r=ae™. 11. Hillese una relacin entre los coeficientes de la ecuacién de Descartes y?=ay—bxy +ex—dx? nevesaria para que la curva que la representa sea una pardbola 12. Utilizando el método de Descartes, hallese la normal a la curva y?=4x en el punto Ga, 2. 13. Utilicese el método de Fermat para hallar la tangente a la curva x (2, 1). 14, Hallese la ecuacién del dvalo cartesiano tal que el doble de la distancia de un punto cualquiera (x, }) al punto (—1, 0) més la distancia al punto (1, 0) sea igual a 4. 15. Dibijese el «folium de Descartes», para a=1. 16. Demuéstrese que, por medio de una traslacién de los ejes, la ecuacién de Fermat xy +a? =bx-+ey puede reducirse a la forma xy=K?. 17. Demuéstrese el teorema de Fermat que dice que si la suma de los cuadrados de las distancias de un punto variable P a un niimero arbitrario de rectas fijas es constante, entonees el lugar geométrico de P es una seccién eénica. 18. Utilicese el método de Fermat para hallar los valores méximos y mfnimos de la expresion (x+1) (2x?-+5x—7), 19. Utilicese el método de Fermat (pero no su formula) para calcular 4x5 dx, 20. Utilicese el método de Fermat (pero no su formula), para caleular [P 1/x? dx. 4y en el punto 3 21. Utilicese el método de Fermat (pero no su formula), para calcular [x2 dx. 22. «Cuales devlos nimeros primos entre 10 y 30 se pueden expresar como suma de dos cuadrados? Hillense los dos cuadrados en los casos en que tal suma sea posible, 23. Calctilense los mimeros 2?"+1 para n=0, 1, 2, 3, y compruébese que todos ellos son primos. 24. Compruébese el teorema menor de Fermat para cuatro casos, utilizando el nimero primo 3. 25. Constriyase, utilizando sdlo regla y compas, la tangente a la cicloide en uno de sus Puntos, por el método de Roberval. *26. Compruébese el resultado de Roberval y Torricelli acerca del area bajo un arco de cicloide. *27. Resolver el siguiente problema de Pascal: Se hace girar en torno al eje Ox el area limitada por la cicloide, la ordenada correspondiente al vértice y una recta paralela a la base. Calcillese el volumen engendrado. *28. Compruébese el teorema de Roberval sobre las longitudes del arco de la espiral y de la parabola. *29. Utilicese el teorema de Pascal para trazar una tangente a una elipse por uno de sus puntos. #30. eel 32, as: Cap, XVII: La época de Fermat y Descartes 463 Compruébese el descubrimiento de Torricelli de que la revolucion de un drea infinita en torno a un eje puede engendrar un volumen finito. Muéstrese como trazar las tangentes a una conica desde un punto exterior, utilizando el cuadrilétero completo de Desargues. Utilizando métodos de ecuaciones diferenciales, resuélvase la ecuacién de Debeaune y=x—y para la curva que pasa por el origen. Utilizando la identidad 1 = =V2H1 VS y el método del «descenso infinito» de Fermat, demuéstrese que /2 es irracional.

You might also like