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Manual para una Diplomacia Cultural ‘Manual para una Diplomacia Cultural © Jacques I, Bartra, 2004 ISBN 9972-80-43 Fundacién Academia Diplomitica del Perit Hecho el depésito legal: 1501052004.9169 Hlustracion de cubierta: Arabela Bartra Jacques |. Bartra Editora: Patricia Wieland Conroy Prélogo del embajador Luis Marchand Stens Introduccion del embajador Ernesto Pinto Bazurco Rittler Preimbulo Los nuevos desafios del siglo XXI Primera Parte Hacia una diplomacta cultural + Le Academia Diplomatica + La mentalidad artistica + El amor a lo nuestro + Nuevas posibilidades de cambio La cultura una herramlenta de politica exterior + Que es una creacién cultural? + El patrimonio cultural de la Nacién y los museos + El serviclo consular del Perti los consejos de consulta y la identidad nacional + La cultura como puente entre los pueblos ‘Algunas Iniciativas para una diplomacia cultural * Productos tipicos y tradicionales + Difusién y promocién de los valores musicales peruanos * La protecci6n y difusién de nuestros bienes culturales muebles + La promocién de convenios bilaterales y la prevencion del trafico ilicito + Recursos culturales y convenios UNESCO EI factor cultural en el contexto de la globalizaci6n * Los bloques regionales 12 Cuenca de! Pacifico una nueva postbilidad + Los nuevos valores globales 7 7 18 20 21 3 32. 34 3 35 La humantzacion de jas relactones internacionales + La crisis de la ONU y el unilateralism norteamericano * Paligros de la diplomacia “discursiva” + El peso de la deuda externa, [a pobreza y la dispora universal + La dicotomia de los foros de Davos y Porto Alegre + EL mito del desarrollo La cultura de fos pueblos + La revalorizacién de la propia identidad + La diversidad como fuente de riqueza + La unicidad a través de la diversidad + El caso del Japén y el ejemplo del “ + El malestar profundo de los pueblos * El secreto de los pueblos primitivos + Las comunidades andinas * La riqueza colectiva de los pueblos + La creatividad de lo tradicional iudadano laponés” Segunda Parte evolucién o revolucién? + La revolucién estética + La movilidad social como corolario del humanismo renacentista + Las sociedades secretas y su influencia politica y soctal + El nacimiento de fa burguesia nacional + El nuevo status de artista como creador individual + Los hombres renacentistas + El barroco mestizo peruano y el sincretismo cultural + Las artes plsticas en el Perti de las tiltimas décadas + El factor cultural peruano y su aporte al conocimlento humano ‘Conclusiones y recomendaciones Tercera Parte Anexos + Plan de Politica Cultural del Perd en el Exterior + Memoréndum de Entendimiento entre los Goblernos de Per y Chile % 10 + Convenio entre la Reptiblice de! Pert y la Repliblica de Bolivia para la recuperacién de Bienes Culturales y otros Robados, Importados o Exportados Ilictamente + Ratificacién del “Convenio de LINIDROIT sobre los Bienes ‘Culturales Robacos o Exportacos llicitamente” + Convenio entre la Republica del Pert: y los Estados Unidos de ‘América para la Recuperacién y Devoluctén de los Bienes ‘Arqueolégicos, Histéricos y Culturales que hayan sido Robados + Convenio de Cooperacién Cultural entre el Gobierno de la Repilblica de Polonia y el Gobierno de la Repiiblica det Perit + Memorindum de Entendimiento entre el Gobierno de los Estados Unidos de América y ef Gobierno del Perit relativo a la Imposicién de Restricciones cle Importacion sobre material, ‘Arqueolégico de las Culturas Prehispanicas y cierto material Etnolégico del Perlodo Colonial del Pert + Convento Perti-Espafia + Convenios Interinstitucionales 1 Noa de Prone sobre usta “La Mederniad del Arte Precolombino” m 14 126 18 134 fe} PROLOGO intelectual que nos oftece el Ministro Jacques Bartra, distinguido miembro del Servicio Diplomético de la Replica el Pers y actual Consul General del Peri en Ginebra, He accedido a presentar algunas reflexiones en torno a su libro, como aprecio a su trayectoria profesional y a su permanente preocupacién por el tema cultural, que ha sido una constante en su actividad diplomatica, E 5 particularmente grato prologar este valioso esfucrzo La importancia del desarrollo de una politica cultural acorde con estos nuevos tiempos es lo que ha levado a Jacques Bartra a ofrecer su propuesta, como un aporte para la optimizacién de las politicas desarrolladas en los iltimos tiempos en dicho ambito, en especial, en Jo que se refiere al Plan de Politica Cultural del Peri en el Exteriors, publicado por la Cancillerfa peruana en mayo de 2003. ‘Como indica el autor, es sin duda, importante, desarrollar adecuadas polfticas de proteccién del patrimonio cultural, fomentando al mismo tiempo, el surgimiento de nuevas actividades creativas individuales o colectivas, que permitan a los paises de la region renovados aportes que coadyuven a su desarrollo integral. El desarrollo de la industria de los medios de comunicacién, unida al fenémeno de la globalizacitin, tiende a hacer de la cultura uno de los sectores més importantes e influyentes en el quehacer nacional € internacional de las naciones, en general, y de los paises latinoamericanos, en particular. Ademés, la importante actividad cultural por su esencia ¢ impacto multidimensional comporta no sélo un elevado instrumento para la difusién de valores hist6ricos ‘que incluyen nuestra milenaria heredad precolombina, sino también para Ia captacién de mayores recursos econémicos. ¥ ello, funda- mentalmente por dos razones: la cultura, bien administrada y lécidamente aprovechada, puede sex, sin duda, un vehiculo promotor del turismo en gran escala, asf como de otras actividades conexas & Ja imagen que proyectan sus expresiones més atractivas tanto para el Ambito interno como para el espacio exterior. De otra parte, desde una perspectiva endégena, la cultura es el elemento de unién tendiente a la preservacién de la cohesi6n idiosincrética, a la identidad nacional y a la vigencia de los valores nacionales, vis a vis de un mundo globalizado cuyas redes informéticas podrian conllevar tuna superposicién de modalidades de conducta y de visiones colectivas exdgenas de efecto difuminador de valores ¢ intereses inherentes a la esencia del alma nacional. Por consiguiente, el Estado tiene un papel fundamental, desde luego, en la promocién y conservacién de nuestros valores ancestrales, pero, también, para orientar a las poblaciones para efectos que sin dejar de aprovechar los innegables beneficios de la globalizacién en sus diferentes manifestaciones, asuman cabal conciencia que tales manifestaciones no deben menoscabar ni comportar una supeditacidn de los valores culturales inherentes a la personalidad nacional. En los pafses industrializados la politica cultural constituye uno de los principales factores del progteso politico, econémico y social. En esos pafses, destaca la participacién activa del Estado, que establece las lineas matrices sobre la materia y su difusién 2 escala ‘al promoviendo al mismo tiempo, la plena libertad de la in artistica. Los paises menos desarrollados —en la mayorfa de los casos—, no han contado, en este campo, con sostenidos y dinémicos proyectos, sino que el desarrollo de sus politicas de Estado, generalmente, se ha concentrado en la solucién de problemas Coyunturales, tanto de indole politica como econémica y social. Porello, de cara aeste nuevo milenio que iniciamos, bajo la impronta de una acelerada globalizacién, el punto especifico que relieva el autor, adquiere trascendente significado, para incentivar una toma de conciencia respecto de lo indispensable de emplear recursos humanos y econémicos para perfeccionar la gestidn cultural en lus diferentes estamentos nacionales: Estado, universidades y centros docentes en general, organizaciones de la sociedad civil, medios de comunicacién, etc. En el desarrollo de su libro, Jacques Bartra expresa sus puntos de vista sobre la necesidad de encaminarnos “Hacia una Diplomacia Cultural”, concentrando sus propuestas en la importancia de reforzar la formacién de los alumnos de la Academia Diplomética, proporcionando una sélida formacién en la materia, que permita a los futuros actores de la politica exterior, obtener un mayor conocimiento de nuestra cultura y manejar criterios bisicos de seleccién de los mAs destacados valores hist6ricos y artisticos, sin soslayar las expresiones de nuestro folclore tanto autéctono como mestizo. La seccién dedicada a “La Cultura como Herramienta de Politica Exterior”, hace un recuento de las normas legales relativas al tema, que han colaborado con los fines de proteccién del patrimonio cultural de la nacién, mencionando, asimismo, algun: \tivas de la Caneilleria peruana para promover la participacién de los, nacionales en el exterior en labores de promocién cultural. El autor en “Algunas iniciativas para una Diplomacia Cultural”, ‘expresa su parecer en cuanto a lo positivo de algunas iniciativas y mecanismos de recuperacién, promoci6n y proteccién de los bienes culturales, riqueza arqueolégica y productos nativos del Peni. En lo tocante al “Factor Cultural en el contexto dela globalizacién”, aborda la problemitica de la globalizacién, el desarrollo de bloques regionales, el ingreso del Pert a los mismos y la necesidad de afirmar la presencia cultural de nuestro pais, como importante elemento de negociacién dentro de dichos esquemas. “La Humanizacin de las Relaciones Internacionales” y “La Cultura de Jos pueblos”, tratan, respectivamente, de la crisis del sistema internacional y sus implicancias en el aspecto cultural; y, de a fuente de inspiracién de los artistas nacionales, la misma que esta intrinsecamente ligada @ la propia identidad nacional. El autor, hace un llamado, especialmente a los politicos, diplomaticos y a todas las personas que de una u otra manera cultivan y difunden nuestra cultura, a desarrollar de manera constante tenovadas concepciones iat y promover pautas de cooperaciGn ¢ intcrcambio a nivel tanto externa como intemo. Esta tarea constituye una tespon- sabilidad que deberia ser compartida por todos los actores a quienes concieme Ia exhortacién del autor de este valioso esfuerzo cultural En “éEvolucién o Revolucién?”, Bartra hace un recorrido por las distintas etapas de la historia que llevaron a grandes desarrollos en el arte, haciendo referencia en particular, al proceso evolutivo del arte y Ja cultura en el Pend, rescatando el extraordinario potencial que representa el inconsciente colectivo de la peruanidad, cargada de simbolos milenarios, pero plenamente vigentes en nuestro ethos idiosincrdtico. Finalmente, en sus “Conclusiones y Recomen- daciones” el autor expresa sus puntos de vista sobre la importancia de revalorizar y promover la cultura nacional, como un elemento importante para proyectar la imagen de nuestro pats Este libro, cn su temitica cultural, converge acertadamente con lo que debe ser la sustentacién invariable y permanente de la politica exterior del Estado, es decir, su indisoluble enhebramiento con la realidad nacional. En la medida en que ese axioma sea la fuente Beneradora de nuestro quehacer fordneo, nuestra politica exterior al nutrirse de los valores e intereses permanentes de la nacionalidad, asumiré no s6lo perdurabilidad sino también convocard el consenso ciudadano por su cabal interpretacién de nuestra verdadera realidad ¥. consecuentemente, por st identidad con las expectativas y los objetivos que convocan a toda la sociedad peruana. Elesfuerzo de Jacques Bartra es plenamente consistente con lo que podrfamos llamar el mensaje invocatorio que encierra su libro: que los peruanos amemos lo nuestro y conozcamos las extraordinarias riquezas culturales que posee nuestro pais y sus raices profundas que partiendo desde lo milenario andino trasciende hacia las mas modernas manifestaciones plisticas, teniendo presente, en todo momento, que més alld de las coyunturales dificultades, el Perit focupa, para orgullo de todos los peruanos, un sitial privilegiado entre las culturas mas destacadas del mundo, Luis Marchand Stens Embajador INTRODUCCION estrechamente con el quehacer del Hombre en actividades muy distintas y puede, por lo tanto, ser un orientador en acercarnos y comprender ef origen de vastos problemas sociales ¢ inspiramnos en la solucién de los mismos. Es porlo tanto de destacar que el Ministro en el Servicio Diplomatico del Pera, Jacques Bartra, trata aspectos tan importantes y de vigente actualidad como el Mito del Desarrollo, coincidiendo con intelectuales de la talla de Oswaldo de Rivero. Con habilidad y objetividad nos conecta, asimismo con ‘ottos asuntos novedosos ligados a las corrientes migratorias, como son los Consejos de Consulta que juntan las inquietudes de nuestros connacionales en el exterior con los esfuerzos de los diplométicos peruanos cada vez mas cargados de responsabilidades y, en contraste, limitados en recursos ecanémicos. ( ‘ene Io evidencia la lectura de este libro, la cultura esté ligada La actitud de viajar y la capacidad de integrarse podria tener en los. peruanos origen en su cultura milenaria. Los primeros cinco mil aiios nos acercan a otros rasgos culturales muy antiguos del Iejano oriente. Agin cuando por la falta de escritura, que es determinante en [a investigaci6n hist6rica, los peruanos antiguos no pudieron dejar evidencias textuales, escritas de modo convencional, de sus relaciones con otros paises, existen vestigios claros de similitudes ‘tanto raciales como idiométicas con regiones de China. Asimismo y posiblemente sin saberlo algunos peruanos moran en ‘iudades —como Chincha—con nombres que tienen un significado en clidioma mandarin o hablan en quechua vocablos que son usados también en las lejanias del pais con mayor nimero de habitantes del Mundo. A estos lazos que vienen de muy antiguo y que influyeron la civilizacién precolombina, se suma la muy importante influencia de Espafia, que ademés del idioma y la escritura, nos trae el enorme bagaje cultural religioso y hasta biol6gico de una Europa en boga, aristécrata, cientificamente interesada y culta, ‘Siglos mas tarde del arraigo curopeo en América, se suman fuerzas de trabajo del Africa ¢ inmigran también laboriosos asidticos. Sin destruir lo autéctono, se acrisolan en el Pert diversas manifestaciones culturales que hacen a nuestro pafs a la vez rico y vulnerable. Susceptible a seguir siendo ampliamente receptivo a lo que viene del exterior y a veces generoso en no oponerse a los productos comercializados de un Hollywood de propaganda sin calidad y otras imposiciones de comerciantes con disfraz de artistas, EI peruano de cultura ancestral no ha dejado lo mistico que lo asemeja al poblador asidtico con intrinsecos valores que tienen un cardcter mas bien introvertido. A ello se suman aspectos tan positivos en losprincipios y valores traidos de Espafia en tiempos de esplendox. ‘Una de sus manifestaciones es el uso en el Pert, como en la cultura hispinica, del "Don", atributo que es otorgado a las personas, independientemente de su origen, grado de educacién, 0 posicion econémica, por su gentileza, Esa capacidad del alma tan grande de dar, que contrasta a la de la mayoria de los millonarios que han acumulado riqueza por su habilidad de quitar o de tomar de los otros. Ast, los peruanos somos gentiles y generosos. Receptivos de buena fe de todo lo que viene del exterior, porque nos legeron y asimilamos valores y una cultura invalorable. Pero a la vez también susceptibles a que nos quiten el oro del banco en el cual estamos sentados. La Politica Exterior, como sabemos, no es sino la representacion reiterada en diversos escenarios de los intereses permanentes del pals. Por ello en forma muy acertada el autor hace referencia a la politica cultural de nuestra Cancilleria, en la que tuvo decisiva influencia el embajador Manuel Rodriguez Cuadros, desde los altos cargos de Secretario General del Ministerio de Relaciones Exteriores y Canciller de la Repalica El talentoso diplomatico Rodriguez Cuadros es ademés un intelectual cuya solidez se encuentra reflejada en obras de su autorfa como la de “Vallejo y nuestra Politica Exterior”, La cultura tiene que ver no solo con el turismo que puede dar en términos econémicos subproductos que se comercializan, sino mas bien con la identificacién de to propio o identidad. Ademds de turistas debemos principalmente atraer a los estudiosos que puedan encontrar en la diversidad cientifica y cultural de nuestro pais, motivaciones para una provechosa y larga permanencia en las diversas regiones del Pert. La revalorizacién de nuestra propia identidad es un tema que también es tratado por mi colega Bartra. Es esta identificacién con lo nuestro lo que nos va a permitir interrelacionarnos en condiciones de igualdad con otras culturas y civilizaciones, asi como lo que aumenta nuestras posibilidades para acercamnos a vatiar horizontes. Es importante para los estucliosos de las relaciones internacionales, siempre preocupados por mantener la paz y seguridad como fundamento para la convivencia y base para el desarrollo, reflexionar sobre si acaso el Poder en el Mundo fuera compartide con un verdadero afianzamiento cultural, que sea més sélido que las discrepancias politicas 0 intereses econdmicos coyunturales, quizas no se hubieran producido los bérbaros bombartieos a las poblaciones civiles de Darmstadt 0 Munich. Como tampoco las matanzas a inocentes con la fuerza del tomo en Hiroshima y Nagasaki o las victimas del napaim en Vietnam y las torturas y otras violaciones a los Derechos Humanos en regiones de nuestro planeta, La cultura no comulga con la violencia. Tal vez por ello con mayor cultura no se hubiera incubado asimismo el odio y la insensatez, que motivan los condenables ataques de un terrorismo cobarde que se globaliza. Cultura puede ser, dentro de una percepcién propia, para cada uno algo distinto. Pero para muchos es simplemente tradicién, arte, modo de vivir, entre otros aspectos que singularizan e identifican 2 los pueblos y sus Hombres. Bartra es en este sentido un hombre culto y completo: Escritor, artista pléstico y buen conocedor de la historia y los sabores del buen comer. Es el diplomaitico que entrelaza, con su familia, varios y variados aspectos del quehacer artistico e intelectual. Y definitivamente logra —como lo hace a través de esta obta— que postulados se conviertan en verdaderas posibilidades. El prélogo, amplio y excelentemente pormenorizado, del destacado embajador yy jurista Luis Marchad Stens me exime de ser més extenso en esta Introduccidn. Solo cabe destacar que el libro de Bartra tiene el mérito adicional de ser publicado por la Academia Dipiomética del Perd, la Casa de Estudios de élite, que dirige hoy el ilustre diplomético y Maestro Don José de la Puente Radi Embajador Ernesto Pinto Bazurco Rittler PREAMBULO Bl Pend es un pais que ha trascendido en el concierto universal de naciones por su milenaria cultura que se remonta en su origen a mas de 5,000 afios de antigtiedad. A partir del nacimiento de lo que podfamos denominar la Civilizacién peruana —perdido en la memoria oscura de los tiempos pre-histéricos asociados a las manos cruzadas de Kotosh— existe una continuidad cultural en los que ¢s més 0 menos cl tertitorio peruano actual, y que se va desarrollando en las diferentes fases que conocemos como los perfodos pre-incaico, incaico, virreinal y republicano. Las diversas y maltiples expresiones artisticas que surgen dela creatividad de las mujeres y los hombres peruanos a lo largo de estos periocios constituye un precioso legado espiritual y material, que no sélo tiene {que ver con nuestra identidad colectiva sino con un patrimonio tinicoy de reconocidas connotaciones universales. Son pocos los pafses que se pueden vanagloriar de un legado a de esta naturaleza, Para comenzar en e! continente americano, sélo el Perd, México y Guatemala poseen restos arqueolégicos tan impre- sionantes como los de Egipto, Grecia, Italia, China, Tailandia ¢ Indi por citar los mAs conspicuos del planeta. ‘Sin embargo el Peri, a diferencia de México que ha sabido sacar provecho de sus riquezas culturales, vive de espaldas a su propia realidad, al igual que el mendigo sentado en el banco de oro de la tan trillada metafora ‘Muchos han sido los intentos por revalotizar y poner al dia estas capacidades desperdiciadas, estas potencialidades dormidas en la inercia ciega que parece inherente a la decadencia de los tiempos, 0 que, para ser més optimistas, preceden a un despertar. El dltimo intento de proyectar una Politica Cultural? a través del Ministerio de Relaciones Exteriores y sus dependencias en e! exterior —léase embajadas y consulados— constituye un valioso esfuerzo que, coincidiendo con ei cambio de siglo, representa no sélo una estrategia a ‘mediano y largo plazo sino una comprensién esencial sobre la necesidad de la puesta en valor de las ventajas comparativas de nuestro ingente patrimonio cultural. Pero para asegurar el éxito de este proyecto no basta s6lo con plantearlo © enunciarlo: Es necesario preparar el terreno para que un proyecto de esta envergadura pueda germinar positivamente. Para comenzar, se debe necesariamente comprometer a la sociedad civil peruana en pleno a través de una efectiva campaia de informacién y, ‘en particular, alos creadores culturales —como son los artistas, pintores, escultores, poetas, escritores, miisicos, cineastas, fot6grafos, bailarines, etc.— que, ciertamente, requieren del apoyo de una politica cultural eficiente para posibilitar la difusién de sus obras y trabajos. Asimismo generar estimulos ¢ incentivos para que la empresa privada participe en el fomento de fa cultura. Quizés entonces tendemos en el Perdi un pintor de la fama universal del chileno Matta, del ecuatoriano Guayasamin 0 del colombiano Botero. Sorprende que un pais como Chile —que no posce un legado cultural milenario como el Perdi— ya cuenta con un Ministro de Cultura, aunque no presidiendo una entidad burocrédtica sino en calidad de presidente de un Consejo Nacional de la Cultura y de las Artes, igualmente integrado por los ministros de relaciones exteriores y de educacién, con el objetivo de orientar las poifticas culturales y administrar los fondos piblicos destinados a la ejecucién de las mismas. Si bien el Perd cuenta desde el afio 1962 —época en que durante el primer gobierno de Belaunde se fund6 la Casa de la Cultura—con una entidad cultural piblica que hoy se conoce como Instituto Nacional de Cattura, esta, lamentablemente, no ha podido desarrollar una politica cultural de Estado integradora y eficiente, Sin duda, cuenta a su favor con importantes logros en lo que se refiere principalmente a la proteccién de nuestro patrimonio arqueolégico y artistico, tanto mueble como inmueble, pero lo cierto es que la falta de recursos piiblicos asi como su conduccién muchas veces politizada por personas inadecuadas y sin el indispensable nivel académico® ha generado el lastre que supone administrar una entidad burocrética que no ha aleanzado la eficiencia que se requiere, por ejemplo, en cuanto 2 Ta promocién de nuestros valores culturales, | De todo esto surge, pues, la necesidad de contar con un manual que sirva para comprender desde los diversos 4ngulos que supone la signifieacin de una Politica Cultural en un pais tan complejo, heterogéneo y contradictorio como el Pert. Pero no sélo para comprender nuestra rica diversidad cultural, apreciatla y ponerla en valor, sino para implementar una politica exterior que bien podria esbozar los lineamientos basicos de una “Diplomacia Cultural”. Es posible entonces comenzar hablar de una diplomacia cultural, aunque muchas son las propuestas para enmarcar las relaciones exteriores del Peri en funcisn de los diversos objetivos y variables que se desprenden de la interacci6n con el cada vez mas vasto campo internacional. 1 Conviene aclarar, en ese sentido, que mas allé de la diferenciacién tradicional entre “diplomacia bilateral” y "diplomacia multilateral”, se constata que tanto en diversos medios asf como de la boca de lideres de opinién, analistas politicos, catedraticos y periodistas se escucha expresiones que han devenido moneda de so cortiente o estén por setlo, tales como “diplomacia econémica”, “diplomacia comercial”, “diplomacia directa”, “diplomacia social”, “diplomacia piblica"®) e, incluso, la famosa “diplomacia presidencial” de los controvertidos tiempos del autoritarismo de los 90, segiin el estilo y la forma de conduccién de las diversas variables de politica exterior, la consideracién al peso de la opinién piblica en la toma de decisiones de esta naturaleza y la gravitacién de la coyuntura interna, Desde el punto de vista internacional, habria que agregar también a nuestra reflexién el término —muy interesante por cierto— de “diplomacia ética”, que hace algunos afios promovié el Gobierno belga para apoyar su posicidn en la OTAN, contravia a respaldar la guerra contra Irak que deseaba a toda costa imponer a la Alianza Atlfntica la Administracién norteamericana, invocando esta iltima el objetivo de aunar esfuerzos para desarmar de una vez pot todas al enigmatico satrapa iraqui, Saddam Hussein, en aparente posesi6n no comprobada de arsenales secretos con armamentos de destrucci6n masiva, Si bien la guerra se llev6 a cabo con relativo éxito para las fuerzas de la coaliciOn Estados Unidos-Gran Bretafa, las consecuencias para el orden, juridico internacional son hasta ahora imprevisibles, ademds del riesgo que supone para la seguridad planetaria el peligro de haber convertido al ubicuo Saddam en un arquetipo heroico para los radicales iskimnicos, tal como ya lo es Bin Laden, En consecuencia, la posicién belga, que por cierto fue respaldada por Francia y Alemania en el mes de febrero del 2003, reafirmé la preeminencia del Consejo de Seguridad de la ONU, o sea la via juridieo- diplomatica y el respeto absoluto al marco del Derecho internacional para clarificar la crisis iraqut; es decir, reclamando el previo agotamiento de todas las vias alternativas de solucién pacifica de las controversias. Esta postura fue categéricamente definida como “ética” por el Gobierno de Bruselas, no sélo por estat inspirada en los principios de paz universal y seguridad jurfdica internacional, sino por estar de acuerdo con la opinién mayoritaria de los ciudadanos belgas. Elddevenir hist6rico y la aceleracién de los acontecimientos, de los cuales somos todos testigos, determinaron el uso de la fuerza por parte de la coalicién anglosajona de Estados Unidos-Gran Bretafia, ala que se sumé Espaia a pesar del rechazo mayoritario del pueblo espafiol a la asi denominada “Diplomacia Unilateral” del Gobierno del Presidente George W. Bush. 20 se trata més bien, c6mo piensan muchos, de una redicién posmoderna y neoliberal de la “Diplomacia Imperial” del siglo XIX? En cualquier caso, vemos, pues, en este ejemplo hist6rico y reciente, que en el universo de las Relaciones Internacionales el lenguaje ambiguo generalmente predomina sobre la claridad de expresién, sumiendo al profano de estos t6picos en una atmésfera no muy lejana de la Torre de Babel. Y sia esta confusién universal le afiadimos la popularizacién del uso de Internet el acceso a la televisi6n por cable que, sin duda, han repercutido en una crecfente demanda por conocer mas sobre los temas que dominan el cambiante y agitado panorama internacional, nos encontraremos frente a una mezcolanza cadtica de valores contradictorios y yuxtapuestos. Sin embargo, escarbando entre los diversos ingredientes de este potaje. milenarista, se hace necesario rescatar el renovado interés generalizado por la politica internacional, anteriotmente reservado a las elites. Se trata, ciertamente, de la manifestacién de una nueva conciencia universal en plena ebullicién planetaria, trascendiendo las otrora infranqueables barreras del idioma y las fronteras territoriales, No cabe duda que contribuye también a fomentar este saludable interés Gel comin mortal del sigio XXI por mirar el mundo més allé de las fronteras nacionales, la facilidad de los viajes intercontinentales que, en un lapso relativamente breve, hacen posible tomar contacto directo con otras realidades, confirmando en carne propia lo que ya se sabia de antemano por los noticieros: por un lado que los paises son cada vez mis interdependientes y que, por el otro, Ia brecha entre los pafses desarrollados y los del Tercer Mundo se hace cada vez més profunda y peligrosa para la estabilidad planetaria. Resulta, pues, un hecho incontrovertible que el mundo ancho y ajeno del siglo XX ha devenido —tal como lo adelantaron analistas futurdlogos de la talla de Francis Fukuyama y Alvin Toffler— en una multifacética y polivalente aldea global. Desde esta perspectiva se explican, entonces, muchos fenémenos inéditos que constituyen hoy en dia un desaffo permanente para la humanidad al inicio del nuevo milenio, tales como el de 1a migracién masiva de vvastos sectores de las poblaciones més deprimidas de los pases pobres hacia los pafses ricos. Ello representa no s6lo una consecuencia del deslumbramiento colectivo frente al brillo y la opulencia de los principales centros urbanos de Estados Unidos y Europa Occidental, sino al natural y justo anhelo de todo ser humano por tener una existencia més digna, més justa igualitaria, Enel caso del Pert se habla de una cifra de aproximadamente 2 millones y medio de peruanos que han emigrado estas tltimas décadas, lo que ha motivado nuevos planteamientos en lo que se refiere a nuestra politica consular a fin de canalizar las diversas demandas de estas comunidades ‘que aportan a la economia nacional, a través de la remesa de divisas a sus familiares en el Pera, ms de mil millones de délares anuales. De aqui surge también la famosa “diplomacia social” que intenta incorporar al aparato administrativo peruano estas nuevas variables de fundamentales repercusiones ain no suficientemente comprendidas, tanto a nivel nacional como internacional. Otro botén de muestra de los nuevos tiempos que vivimos se observa en el hecho que, con solo un clic del aparato de control remoto de Ia ‘T\.es posible constatar que el enfrentamiento de las 2 grandes potencias de la posguerra, que tanto marcaron la segunda mitad del siglo XX, ha desaparecido de la faz de la tierra. Laconcordancia de intereses que se desprende de la globalizacién de la economfa de mercado ha uniformado las sociedades de consumo, inciuso en los paises acuriados bajo el modelo comunista, como la Repiblica Popular China y Rusia, donde la austeridad del modus vivendi de sus ggandes poblaciones asf como el ideario marxista-leninista de los tiempos soviéticos de la guerra frfa, la revolucién cultural china y la muralla de Iierro, no son sino meros vestigios de la memoria colectiva. En este ambiente contradictorio, a la vez renovado e incierto, donde soplan los vientos poderosos del cambio y la transformacién, bien podria aplicarse ese antiguo refrén que dice “a rio revuelto ganancia de pescadores" Debemos, pues, “pescar” con un criterio racionalista y valorativo, istinguiendo aquello que realmente pueda nutrirnos, material y espiritualmente, Quizis asf podremos salir indemnes y con ventaja—tanto como Nacién asi como en nuestra calidad de personas— de las corrientes tormentosas que arrastran a la Humanidad hacia el abismo, con la posibilidad real de proyectar Ia luz del conocimiento para aclarar las tinieblas de las oscuras fuerzas que amenazan la naturaleza misma de la condictén humana y Ia dignidad que le confiere los Derechos Universales que consagran Ia Carta de las Naciones Unidas. La “Diplomacia Cultural" que estas paginas buscan proponer al atento lector =y que de ninguna manera deberia ser interpretada como un planteamiento rigido y exclusivo sino més bien como una dindmica valorativa, complementaria e integral—, no son sino el producto tangible yesforzado de las reflexiones y constataciones que se han cristalizado a Io largo de Ia experiencia vital de més de un cuarto de siglo del autor, con relacién a la carrera diplomtica, la creatividad artistica y el contacto permanente con las fuentes inagotables de la peruanidad. Como lo es el Arte Milenario de nuestro pafs asi como el contacto sutil del que escribe —directo o indirecto— con el pensamiento de espiritus Iicidos en torno a esta problemética, tales como los de Rail Porras Barrenechea, Sebastidn Salazar Bondy, Manuel Mujica Gallo, Cristina Galvez, René Hooper Lépez, Manuel Ulloa Elias, Manuel d’Omellas, Aurelio Miré Quesada, Fernando Llosa Porras, Francisco Miré Quesada ‘Cantuarias, Alberto Tamayo Barrios, Bernard Courtney-Meyers, Norelle Hardy, Luis Jaime Cisneros, Luis Marchand Stens, Antonio Finilla Sanchez Concha y el Padre Gerardo Alarco Larrabure. NOTAS CD) 81"Man de Potten Cuturldel Pei en el Exterior (ver aezo) ub ero (ve ane) pablo 29 de Inyo de 2008, sala que‘ cement ang ei ene sera eral ake peste ibe y pas E elmer nee rr a fe Caldas eo fren alter de deol tte pena fps et coe hs ae me ee pac Sc be a a ee fe (2) Hecho especialmente nocorio durante el time gobierno autortario time autoritari «salvo notable ‘xcepctones, como es el caso det historiador Luis Enrlque Tord y del musebloga Peco ‘Glurinovie, actual Director det Museo Pedro de Osa. Anteriormentetuieron destacaca actaacign Fernando Siva Santisteban la Dra, Amella Bertin. (3) “Breen qe est chr’, como bien ka ead a Eb como ben hata Ember Ros Ether Jaaies dlonaca per cin egret cae Sma Los nuevos desafios del siglo XXI Después de los atentados del 11 de septiembre, una nueva amenaza se cieme sobre el planeta. El terrorismo internacional, alimentado por los petrodélares y el maniquefsmo de los regimenes islmicos radicales, ha transformado de un solo plumazo el escenario planetario. Los ataques de Al-Qaeda 2 los simbolos del poder financiero y militar de la potencia norteamericana, léase las Torres Gemelas y el Pentgono, no sélo golpearon a Estados Unidos en sus centros neuralgicos sino en su-propia valoracién y autoestima como Nacién. Como consecuencia de ello, no sélo se increments el presupuesto de defensa estadounidense a limites intolerables, al punto de arrastrar la economfa mundial hacia una nueva crisis, sino que se acentué el concepto de diplomacia unilateral y la cosmovisién imperial que desde Jos primeros manotazos del gobierno republicano venia proyectando la sgan potencia norteamericana en los foros internacionales. En este contexto, el otro hecho notorio que salta a la vista es el de la progtesiva disminucién de la capacidad de negociacién de los paises del ‘Tercer Mundo, como es el caso del Peri, de cara a las grandes potencias que imponen sus eriterios politicos y econémicos e, incluso, frente a los poderosos lobhys de las multinacionales. éCémo, entonces, es posible enfocar estos nuevos desafios a través de imaneras creativas e innovadoras? LCémo afirmar nuestra identidad para poder valorarnos positivamente y apreciar nuestras ventajas comparativas? Es cierto que la politica de bloques regionales podria ser una respuesta valida, pero no la tinica, siempre que los paises en cuestion depongan intereses egofstas en aras de la unin, la cooperacién mutua y la solidaridad. El recobrado liderazgo del Peré en el contexto andino a raz del fortalecimiento de la democracia en nuestro pafs contribuye a ello. No s6lo la ubicacion estratégica y geopolitica del Pert en la regién andina potencia este liderazgo, sino su gravitacién hist6rica y cultural en ese escenario. En ese sentido, la milenaria historia de la civilizacién en el territorio peruano que se remonta a épocas precolombinas es, ciertamente, un factor fundamental que coadyuva a la proyecci6n internacional del Peri. Siendo el principal desafio que nos compete el de erradicar la pobreza, lo que nos avergiienza como Nacién al comprobar que més de 12 millones de pertanos estin sumidos en la miseria y que los indices de mortandad infantil en los sectores mas deprimidos de la poblacién son s6lo comparables a los del Africa sub-sahariana, no hay sino que recordar que la miseria y la ignorancia son siempre las dos caras de una misma moneda, Resulta, pues, fundamental tener presente que el desarrollo de una verdadera reforma cultural y educativa deberd discurrir necesatiamente por los cauces de la revalorizaci6n de nuestro ingente Patrimonio Cultural ¢ Histérico-Artistico, La profundizacién de la identidad cultural de los peruanos es un Factor dindmico que propende a una mejor calidad de vida, la superacién de los traumas hist6ricos que emanan de la conquista y los complejos de inferioridad colectivos derivados de una secular discriminacién racial, Pero, sobre todo, la consolidacién de una conciencia nacional libre, fortalecida y orgullosa de sus poderosas rafces. En un mundo cada vez. mas globalizado, uniformado bajo el signo dela comida répida, las transnacionales y el mass-media, todo parece girat al ritmo pegajoso de la musiquilla de “money makes the world go round” que Liza Minelli populariz6 en la pelicula “Cabaret” En ete gélido mundo de masas donde prevalece la ley de la jungle y el tintineo de las cajas registradores del capitalismo salvaje, las diferencias culturales quedan borradas en funcién del interés bancario y la usura. Sin embargo, para paises como el Peri, poseedores de una tradicién cultural milenaria, esas diferencias culturales son, precisamente los rasgos Aistintivos de nuestra identidad nacional y de nuestra alma colectiva. Debemos aprender a conocerlos, apreciatlos y sentimos orgullosos de 30 que nos hace diferentes al resto dei mundo. Séio apoyiindonos en este legado espiritual que hemos recibido de nuestros ancestros serd posible encarar con éxito los tremendos desaffos que nos depara el siglo XX, ya que como bien afirma Confucio, “ni por algo nos ha tocado vivir tempos interesantes”, I PARTE HACIA UNA DIPLOMACIA CULTURAL, ¢Se podria entonces hablar con propiedad de una Diplontacia Culeural? No cabe duda que el factor cultural ha gravitado en la politica exterior peruana desde sus albores, no por algo ya en el siglo XIX el Libertador Ramén Castilla, considerado el padre de la diplomacia peruana en su calidad de fundador del Ministerio de Relaciones Exteriores, compara- ba la Catedral del Cuzco con las grandes iglesias europeas, conciente de la necesidad de apuntalar la alicaida auto-percepcién de los peruanos en torno a lo nuestro, ‘Sin embargo, en este punto es necesario notar que en la estructuracién de los objetivos de nuestra politica exterior, el factor cul- tural, usualmente, ha sido relegado a un segundo plano, al punto de ser considerado, sin pecar de injustos, como “la Cenicienta” de la pelfeula Uno se pregunta entonces dcémo es posible que en un pais como el Peri, con una tradicién cultural milenaria, el factor cultural como he- rramienta bisica de politica exterior no haya sido no sélo desarrollado sino debidamente ponderado en funcién de los intereses nacionales? Las explicaciones, evidentemente, no se limitan a una sola. Por el contrario, son muchas: desde nuestra particular idiosinerasia que nos impulsa a considerar Io cultural como algo frivolo o superfiuo, hasta la mentalidad pragmatica imperante en las tiltimas décadas que privilegia exclusivamente el factor econdmico, pasando por la imitacién de los, estilos diplomaticos de Ios paises que nos motivan admiracién 0, en términos més pueriles, el simple deseo de imitaci6n. La Academia Diplomatica La Academia Diplomatica del Pert posee muchas cvalidades que la istinguen como un centro de formacién profesional de excelencia. De sus canteras han egresado reconocidos profesionales que han sabido con- solidar el prestigio institucional de Torre Tagle a nivel internacional, al punto de ser comparable sélo con la diplomacia brasileiia de Itamaraty en el ambito Latinoamericano. ‘Representa también la tinica via de acceso al Servicio Diplomético dela Repablica, al cual se ingresa por un concurso piblico debidamente reglamentado. Este factor resulta de insoslayable i i m insoslayable importancia para evi- tar asf los riesgos y deformaciones que supondria un servicio diplomat. co integrado por los favoritos del gobierno de turmo, generando el nepo- tismo, la falta de profesionalismo y la degeneracién de los valores civi- cos e institucionales, todas estas iiltimas caracteristi ee racteristicas tipicas de las de (tizimente el Ministero de Relaciones Esteriores cuenta con més le 600 diplométicos”, a los que felizmente se ha reincorporado la casi totalidad de los 117 diplométicos arbitrariamente cesados durante el gobierno fujimorista, lo cual constituy6 no s6lo un abuso injustificable sino un hecho doloroso que ha producido tremendas heridas a nivel institucional que felizmente estan encaminadas 2 cicatrizar. En ese sentido la Academia Diplomatica tiene una gran responsabi- lidad para la formacién no sélo de profesionales preparados sino de personas correctas, con sdlidos valores civi i personas cozectas icos y democréticos y un pro- Sin embargo, dadas las nuevas demandas, se hace cada vez mas necesario que en la Academia Diplomética'® se proporcione a los futu- 10s representantes del Pert en el extranjero una formacién cultural sufi- ientemente sélida que les permita manejar criterios basicos de selec- cién a fin de ponderar objetivamente nuestros mejores valores hist 0s y artisticos. En ese senticlo muy itl resultarta : ¢ , por ejemplo, saber diferenciar los diversos estilos de la ceramica preclonbine, Te calidad aristica de les tejidos preincaicos o, simplemente, las miiltiples expresiones del arte barroco en el Pert, los estilos de pintura virreinal, las tallas coloniales en piedra 0 madera, su temética, simbologia, etc. En cl sflabo de la Academia deberian incluirse no s6lo cursos de Historia del Arte Universal, Historia del Arte en el Perd, Nociones de Arqueologfa, etc. sino también propiciar la apreciacion artistica y el sen- tido estético a través de visitas permanentes a Museos, galerfas y colec- Giones parculars, asf como el contacto directo de los alumnes con artistas, criticos de arte, historiadores y expertos en |i i6 estética yen la ivestigacion attics, inpmasion La mentalidad artistica Pero no nos limitemos siquiera al camy 0 1p9 propiamente artistico, no obstante no haber mencionado ain la necesidad de conocer —por lo menos a un nivel referencial— las diversas propuestas histricas de nues- tro quehacer pictérico contemporineo —como, por ejemplo, el indi- genismo del siglo XX o las vanguardias de filtima generaci6n—, sino a fos vastos horizontes dela literatura, la poesia, la miésica o, incluso mas reducidos en su ejercicio colectivo o individual, al cine, la danza o el teatro. 2Y por qué no incluimos también nuestra exquisita gastronomia 0 rnuestio ingente folclor vernaculo entre los legitimos valores de proyee- cién internacional? "Es verdad que en los iltimos aftos la mentalidad ha ido cambiando. No sélo una gran parte de nuestras representaciones diplométicas y ‘consulates se abocan a organizar muestras plasticas, auspiciar conferen- s y presentaciones de libros, patrocinar festivales de cine peruano, sino que promueven otras iniciativas de indudables efectos multt plicadores, Es el caso de los festivales gastronémicos peruanos que han Bbierto nuevos campos de inversién e intercambio, como por ejemplo con Chile, donde se han instalado estupendos y exitosos restaurantes pperuanos, al punto no s6lo de enriquecer sino de transformar la menta Iidad culinaria del pafs araucano. ‘O las exposiciones internacionales basadas en la exhibicién de las ‘magnificas piezas de metalurgia pertenecientes a nuestro patrimonio ‘cultural que han motivado el interés hacia nuestro pafs en lugares tan extremos como el Japén o Canada. ‘No cabe duda que la cultura es una tarjeta dorada de presentacién, porno decir de platino, que abre la puerta grande de las generaimente Eerradas plazas financieras internacionales. Una muestra de arte preco- Tombino en Zurich o en Hong Kong concitaria, ciertamente, la atenci6n de los medios de comunicacién y generarfa a ciencia cierta el interés del pilblico por conocer mejor el lugar de origen de tan refinadas y exquisi- tas plezas. Kcerfa necesario, pues, evaluar e identificar los lugares estratégicos donde una exposicién de nuestro Patrimonio Cultural podria tener un efecto multiplicador, pues no es lo mismo Bucarest que Hamburgo ni Shangai que Guayaquil. ‘Con ello se revaloriza no sélo el turismo sino, propiamente, las opor- tunidades de inversién que ofrece el Perd. ‘Sin embargo, generalmente, no son nuestros diplométicos los que tocan las puertas de los museos para interesarios en patrocinar este tipo de iniciativas, y no s6lo por no existir un enlace adecuado a nivel inter- no que organice al minimo detalle los diversos aspectos que exigen ex posiciones de esta naturaleza —tales como la facilitacién de los engo Frosos tramites ante el Instituto Nacional de Cultura para lograr la au- torizacion de una muestra temporal con objetos artisticos precolombi- nos 0 barrocos, lo cual es muy grave y negativo para poder desarrollar tuna politica cultural internacional, sino por una catencia de adecua- 6a formacién académica que permita explicar fehacientemente la rique- za de nuestro patrimonio cultural El amor a lo nuestro Pero para demostrar algo, hay que comprenderio previament sobre todo, apreciarlo y amarlo. ° iH ae Bien sabemos que la cultura ¢s una manifestacién espititual, aun- ue sus logros sean muchas veces materiales: “Hacer visible lo invisible” es quiads el mayor desafio cultural que podemos proponemos. Pero para aloe necesaio estudiar con una aetitud responsable la multiplicidad le las vertientes de la cultura nacional, afin desis aja a as ve al a fin de poder deslindar la paj No se trata, pues, de fabricar una cultura de erudicién que permita 4a repeticién mecénica—de “paporreta”, como dicen— de ciertos luga- res comunes ode nociones recursivas que produzcan la impresin de un falso conocimiento, que se desinflaré a la primera un mullido globo de gas. faeces Es necesario aprender a amar nuestra cultura, “Cultivar la cultura, aunque suene redundante iSin complejos de inferiotidad y sin miedos inconscientes! En ese sentido, resulta urgente a todas luces transformar la menta- lidad imperante. Despertar del suefio complaciente que nos induce a mirar con displicencia las sutiles emanaciones de la cultura peruana que se impregnan en los diversos émbitos, productos y, en suma, significantes nacionales: desde una bufanda de alpaca, una papa a la huancaina, un abil de paso peruano, un pisco-sour 0 un euadro de Fernando de zyszlo —aunque resulte osada la referencia—, siempre como un se insoslayable de lo nuestro. Seed __ Hasta hace algunos afos, incluso los cuadros de la época colonial y, mis todavia, las pitzas de arte precolombino eran miradas en menos Por los eruditos, los comistaurs y, en suma, aquellos que tenian la capa~ cidad econémica para adquirir obras de arte, siempre como una expre- si6n artistica de segundo orden, “primitivas” en un sentido despectivo, prefiriendo mil veces la elegancia superficial de una pintura europea, una porcelana de biscuit o una escultura de mécmol o bronce lecimon6nico, a un tejido funerario preincaico o inclu i barroca del siglo XVII. eae Nuevas posibilidades de cambio Es verdad que de por sf, es la propia realidad la que se encarga de imponer nuevos criterios y mentalidades. Incluso para el espectador 35 vigilante es posible constatar que vivimos en un mundo en tran- |, marcado por una profunda crisis de valores, en medio del caos y generalizada. Resulta por ello fundamental encontrar un terreno seguro sobre el cual pisar pata no ser arrastrados por las turbulencias huracanadas de! desorden y el propio conflicto de fuerzas anteriormente complementa- rias in este punto, lo tinico que sabemos a ciencia cierta es que en el devenir de la historia, el advenimiento de una nueva época es siempre precedido por una re-estructuracién de las escalas de valores, una re- adecuacién de fuerzas y de alineamientos, en suma, los dolores de parto {que anticipan un nuevo orden del mundo. En este nuevo orden internacional, en el cual la globalizacién resul- ta.un fenémeno imparable, es necesario adecuarse para poder sobrev' vir, ode lo contrario artiesgamos la posibilidad de correr la misma suet: te de los dinosaurios, es decir, sucumbir anquilosados por no ser capa ces de adaptamos a los nuevos tiempos. No por algo el lema de los altermundialistas dice que “es posible ‘otzo mundo” (¢est possible wn autre moude) para referinse a un mundo mas solidatio y justo. En el caso del Pert, marcados por una tradicién dictatorial, la co- rrupcidn endémica de nuestras instituciones y la inseguridad juridica y econémica, es necesario, pues, encontrar una roca segura para levantar los cimientos de un nuevo orden social y econémico. No cabe duda que uno de los valores més solidos es, ciertamente, lo cultural, tanto en su dimensi6n creativa como en la raiz histérica que presupone un factor aglutinante de cohesi6n ¢ identidad nacional. Es impostergable cambiar la mentalidad cortesana de nuestras cla- in clase politica y empresariado, principal- wenle—, que sin duda la heredaron de la antigua mentalidad colonial ¢ incorporan valores sélidos y modernos acordes con la democracia uni- versal, el irrestricto respeto a los derechos humanos, la tolerancia de las minorias, la libertad de expresin, de asociacién y la justicia social, ‘Una Diplomacia Cultural debe necesariamente basarse primeramen- te en el conocimiento de nuestra cultura en sus diversas manifestacio- nes y expresiones. El estudio de nuestro rico pasado, la interaccién con el presente y la preparacién del futuro constituyen los pilares para cons- truir un s6lido plan de polit irva al it tir on so plan depot cultural que srl inter éel Estado y Ello contribuye a formar esta nueva mentalidad que, por dems, resulta indispensable para proyectar en el Ambito de las reaciones in: ternacionales la imagen de un pais viable, con gran futuro y expectati- vas reales de progreso para sus ciudadanos, consolidando ia presencia del Pent en el nuevo orden universal cuyas primeras manifestaciones ya se presienten: IEste debe ser el signo de los nuevos tiempos por venir! LA CULTURA: UNA HERRAMIENTA DE POLITICA EXTERIOR No se crea, por si acaso, que se proponga aqui convertr a nuestros fatu- x08 diplomaticos en erfticos de arte, poetas o reputados escritores. No obstante, han habido y hay poetas, novelistas, periodistas y pintores entre los diplométicos peruanos, baste recordar al embajador Harry Belevan, novelista, y al embajador Martin Irigoyen, poeta o al embaje- dor Alvarado Sénchez que bebi6 de las mismas musas de Martin Adin —y no tan pocos como podria creerse—, y ello no ha significado una merma en el desarrollo profesional de la diplomacia como carrera pabli- ‘ca; porel contrario, el aporte creativo de estos diplométicos en el campo cultural no sélo ha sido enriquecedor a nivel individual sino que ha contribuide a potenciar la imagen del servicio diplomatico peruano, En las generaciones més jévenes de literatos estin Carlos Herrera, Alberto Massa, Carlos Amézaga y Juan del Campo asi como el artista plistico Fernando Isasi, entre otros, Igualmente es necesario destacar al embaje- dor Juan Alvarez Vita y su excelente “Diccionario de Peraanismos”, al embajador Emesto Pinto y su libro “Derecho Internacional, Politica Exterior y Diplomacia” auspiciado por la Fundacién Konred Adenauer, ¥ del embajador Félix Calderén, autor de 5 libros entre los que destacan “ancileviatén” y “Homo Rex, Homo Deus", Qué es una creaci6n cultural? En ese sentido, cabe precisar que por creacién cultural se compren- de ‘una gama muy extensa de producciones culturales que abarcan, por cierto, las obras de anilisis histéricos 0 politicos sobre la actividad di- plomdtica propiamente dicha, desde los ensayos diplométicos de Rail Porras Barrenechea, Alberto Ulloa Sotomayor, Victor M. Madrtua, Arturo Salazar, Victor Andrés Belaunde 0 Carlos Garcia Bedoya, por citar a los mis insignes analistas diplomaticos ya desaparecidos y que forman parte de la prestigiosa tradicién de ‘Torre Tagle. "Asimismo hay que tener presente al embajador Javier Pérez de Cuéllar, quien presidié luego de su mandato como Secretario General de la ONU la Comisién de Cultura dela UNESCO yescribié una intere- sante obra titulada “Nuestra Diversidad Creativa”, asf como la del em- bajador Hubert Wieland Alzamora, destacado ex Secretario General y autor de “La Negociacién Internacional” y “Manual del Diplomético’, ‘La Declaracién de México sobre Politicas Culturales —de la que el Peni es firmante— sefiala que “en su sentido mas amplio, la cultura puede considerarse actualmente como el conjunto de rasgos distintivos, fspirituales y materiales, intelectuales y afectivos que caracterizan 3 tna sociedad o a un grupo social. Ella engloba, ademds de las artes y las letras, los modos de vida, los derechos fundamentales del ser humano, Jos sistemas de valores, las tradiciones y las creencias”. “Ya que entonces el término “cultural” como tal no se limita s6lo a las expresiones creativas del ser humano desde una perspectiva artisti- ca, sino que es extensivo a toda creacién humana, se hace necesario tener presente, pues, las diversas publicaciones que se han realizado y que se realizan felizmente en el Peri: tanto desde la vision dela literatu- ta, Ia antzopologta, la sociologia, la arqueologia y, evidentemente, la his- totia como disciplinas humanistas y analiticas. Pero como el propésito de esta obra es el de aportar a la reflexi6n en tomo ala utilizacién de la proyecci6n cultural como herramienta basica de politica exterior, la difusin de las expresiones culturales peruanasla uoteccién del patrimonio cultural peruano y su conocimiento, el fo- Jnento de la cooperacién cultural internacional asf como de los vinculos yl dindmica entre la diplomacia y la actividad cultural como factor de Tohesién de la identidad nacional, se hace necesario estipular un marco contextual. ‘Desde esta perspectiva nos limitaremos a las producciones cultura- les de caracter artistico y literario, entendiendo como tales las diversas expresiones relacionados con el arte y la creatividad, tales eémo: la poe- sia, le pintura, la literatura, el cine, 1 teatro, la danza, la escultura, la fotografia, el arte popular, la gastronomia, la artesania etc. El patrimonio cultural de la Naci6n y los museos Mencién aparte merece, desde la éptica propiamente cultural, la presencia gravitante del ingente patrimonio hist6rico-artistico peruano, Los convenios bilaterales con los pafses amigos y los propiamente on multilaterales como lo de la UNESCO para la proteccién del Pattimo- io Cultural de los pueblos y el combate al trafico ilicito de obras de arte y piezas arqueol6gicas vinculadas a este patrimonio, no sélo han permitido la recuperacién de bienes culturales que habian fugado del pais, sino que han abierto un nuevo campo de especializacién en el Ambito de las relaciones internacionales, Felizmente a inicios de la década de los 50, algunos coleccionistas particulares tuvicron el acierto de percatarse de la originalidad de estas invalorables expresiones artisticas. Gracias a ellos, en vez de ser expo tadas clandestinamente, estas piezas «nicas heredadas de los tiempos. remotos de la peruanidad, dieron origen a muscos como los de Amano, Larco Herrera y Oro del Pend. Este tiltimo, luego de la muerte de su Fundador, luce nuevamente en todo su esplendor, tras una concienzuda depuracién, confirmando asi su prestigio internacional que ha llevado a exponer sus colecciones de incomparable orfebreria en mas de 30 pafses. Debido a una equivoca mentalidad estatista, muchas veces la exis- tencla misma de los museos y colecciones privadas han sido cuestiona- da en nuestro pais, sin tener en cuenta que en los paises desarroliados ‘ocurte todo lo contrario. La realidad hist6rica demuestra que los grandes muscos del mundo, tales como el Metropolitan de Nueva York, el Louvre de Paris, el Uffizi de Florencia, el Exmitage de San Petersburgo o El Prado de Madtid, por citar algunos de los més importantes, se iniciaron a partir de donaciones particulates, colecciones reales o mecenazgos piiblicos como el de los. ‘Médici en Florencia 0, més recientemente, el de Thyssen-Bornemisza. La extraordinaria coleccién de este tiltimo —y gracias a su viuda espa- fiola y la visidn de los que supicron convencerla para trasladar las pintu- ras de Lugano a Espaita, pata espanto de los suizos— ha permitido la creacién de un magnifico museo en Madrid que abarca obras tan leja- nas en el tiempo como pueden serlo las del Giotto y Andy Whathol, por Jo que su visita constituye una verdadera leccién de historia del arte, al igual que tomar contacto con las obras de arte contemporineo espaiol que alberga el Museo Reina Sofia de la capital espaftola, desde Tupiés hasta Chillida, parando por los grandes nombres del arte moderna lis Pano: Salvador Dait y sus magicos dibujos surreales, el espectacular Guernica de Picasso y las coloricas telas del catalan Joan Miré, En ese sentido, en vez de cambiar las leyes de la noche a la mafiana ¥ aplicar ei acostumbrado “borrén y cuenta nueva” seria conveniente Teglamentar la Ley 24047 de Ampato al Patrimonio Cultural de la Na- cin. Si bien no existe ley perfecta y, como se dice en el Pert, lamenta- blemente, “hecha la ley; hecha la trampa” no hay que descartar lo posi- tivo de lo que ya existe, no sea qué a lo mejor retrocedamos en el tainel del tiempo. Lo cierto es que la ley 24047, no s6lo por su concordancia con los “Tratados Internacionales sobre la materia de los cuales es signatario el Per sino por Ia figura juridica de la presuncién, ha servido en muchas oportunidades para salvaguardar nuestro valioso y, ciertamente, apete- cible patrimonio cultural. ‘Sin embargo, hay aspectos de dicha ley que deben ser perfecciona- dos, especialmente en Io que se refiere a los instrumentos legales en poder del Estado para castigar efectivamente los delitos de contraban- doy saqueo de bienes culturales. Igualmente es necesario contemplar un canal para que la empresa privada aporte donaciones para la conservacién y puesta al dia de nues- tuo legado arqueolégico y artistico. Asi, por ejemplo, en la Ley 24047, Ley General de Amparo al Pat monio Cultural de la Nacién, el Art. 24 sefiala que las donaciones en dinero 0 en especie hechas a favor del gobierno central o las municips- lidades, para la conservacién y restauracién de bienes culturales, pue- den deducirse como gasto para el célculo del impuesto a la renta del do- nante. Sin embargo, estos aspectos quedan limitados cuando en el Ar. 29 se sefiala que las exoneraciones estaban vigentes sdlo hasta el aito de 1999. No hay que olvidar que —segiin el interesante reporte de Fernando Rosas publicado por la OEI (Organizacién de Estados Tberoamericanos para la Educacién, la Ciencia y la Cultura que reemplazé a la antigua Oficina de Educacién Iberoamericana, de la que el Embajador Guillermo Lohmann fuera Secretario General en la década de los 80)— “la legisia- cién que aborda el tema de cultura, y en especifico la protecci6n al pa- trimonio cultural, ha creado, desde inicios de la época republicana, con- troversias y discusiones". Desde las primeras normas protectoras del gobierno de Torre Tagle (1822), pasando por el Decteto Supremo de Remigio Morales Bermidez (1893) y la ley 6634 promulgada por el gobierno de Augusto B. Leguia en 1929, la cual es vista como la primera que norma el control de la nacién sobre los bienes culturales, todas ellas han planteado una preocupacién real y fundada sobre el tema, pero sin alcanzar a vislumbrar todas las implicancias del mismo, Seguin el siste- ma juridico que actualmente rige, ley 24047 y complementada por la ley 24193, el Estado ejerce la labor de proteccién del patrimonio cultural. Sin embargo, en los iltimos tiempos ha surgido la inquietud y necesi- dad de proceder a una reforma profunda de la legislacidn cultural. Den- tro de esta preacupacién surge la basqueda de un sustento teérico s doy de aceptacién general, lo que de por siya implica una tarea bastan- te compleja; por otra parte, existe el deseo de lograr un aparato normati- ‘Yo que cubra todos los aspectos del problema, pero las numerosas im- plicancias practicas de su aplicacién lo dificultan pues tienen que ad tir los avances de la ciencia, los problemas sociales, las condiciones econd- jcas generales y otros aspectos tan dindmicos y cambiantes como la realidad misma. Todo ello nos indica, finalmente, que es muy dificil lo- grar un estado éptimo en términos de legislaci6n cultural y la construc- i6n legal que se logre, necesariamente no tendrd una larga permanencia, Sin entrar a discusiones que han sido materia de seminarios, confe- rencias y demds actividades académicas y técnicas, se presentardn las normas que estén relacionadas con el campo de la cultura, para asf lo- grar una visién de conjunto de como el Estado ha enfrentado este com- plejo pero importante tema en Ta vida del pais. Sin embargo, no pode- mos dejar de resaltar la auisencia de normas generales sobre los siguien- tes aspectos fundamentales: Régimen Legal sobre fomento y promocién de la creacién Régimen Legal del libro, la lectura y la industria cultural Régimen Legal sobre bibliotecas y museos Regimen Legal sobre fomento de la miisica, teatro, danza y otras artes escénicas + Régimen Legal sobre gestores y promotores culturales + Regimen Legal sobre instituciones culturales no gubernamentales + Régimen Legal sobre mecenazgo y disposiciones constitucionales especificas. ‘Sin embargo, la Constitucién Politica del Perit de 1993, contempla en el Titulo I “De la Persona y de la Sociedad”, Capftulo I “Derechos Fundamentales de la Persona”, reconoce en su articulo 2°-“que toda persona tiene derecho a la libertad de Ia creaci6n intelectual, artistica, técnica y cientifica...”, asf como el Estado propicia el acceso ala cultura fomentando su desarrollo y difusién; también sefiala en el inciso 19 del precitado articulo que reconoce el derecho de toda persona a su identi- dad étnica y cultura, y a usar su propio idioma ante cualquier autoridad mediante un intérprete, Por su parte, el articulo 21° de la Constitucién Politica del Peri protege el patrimonio cultural sea arqueol6gico, arquitecténico, biblio- grafico, archivistico, de objetos artisticos y todo lo que se encuentra enmarcado dentro de los bienes culturales de la Naci6n, independiente- ‘mente de su condicién pablica o privada. El servicio consular del Peré, Jos consejos de consulta y la identidad nacional Igualmente, el servicio consular del Perd en funcién de sus objeti- ‘vos permanentes dle proteger y servir a las comunidades peruanas en el exterior, ha cobrado una nueva dimensién en la politica exterior, sobre todo, teniendo en cuenta que se calcula Ja emigracién de peruanos en las tltimas décadas del siglo XX en una cifra no oficial de 2 millones y medio de compatriotas, es decir, el 10 por ciento de la poblacién nacio: nal, calculandose un aporte anual de més de mil millones de délares en remesas, hecho inédito que abre también una nueva perspectiva en lo que respecta a la promocién y especializacién cultural. Hay que recordar que es, precisamente, a través de las expresiones culturales en sus diversos Ambitos, donde se manifiesta més natural- mente y mejor las posibilidades reales de cohesiOn y de integracin de Jas comunidades de peruanos repartidos por el planeta, abarcando en esta dindmica las diversidades culturales de los peruanos migrantes, a yeces agrupando en algunos lugares a ciudadanos provenientes en st mayoria de una misma regién, como el caso de Huancayo y Ayacucho en Italia. Cabe seftalar, en este contexto, la iniciativa de los Consejos de Con- sulta como consecuencia de la directiva instruida durante la gestién del Dt. Diego Garcfa Sayén como Canciller de la Reptiblica y del Embaja- dor Manuel Rodriguez como Secretario General, y por tanto Jefe del Servicio Diplomatico y principal responsable de la politica consular, en el mes de setiembre del 2001. Se trata de una experiencia inédita para el Servicio Consular perua- no que debe ser canalizada positivamente en la medida que los citados consejos expresan la opinién democritica de los ciudadanos peruanos que son elegidos como representantes ante los Consulados, con los ob- jetivos loables de mejorar sus servicios, identificar los principales pro- blemas que aquejan a los peruanos emigrantes asi como colaborar con su integracion en las sociedades de “acogida", promoviendo la protec- cién de los derechos de los migrantes y su asistencia legal y humanita- ria, asi como una sana supervisién al accionar cotidiano de las Oficinas Consulares, las mismas que suman en total més de 92, entre consulados generales y secciones consulares de embajadas. Quizds como consecuencia del traumético proceso de desarraigo y emigraciOn de los cientos de miles de peruanos buscando mejores hori- zontes y huyendo de la pobreza endémica de la sociedad peruana, se han generado situaciones de beligerancia en algunos casos enfrentando grupos de peruanos con los representantes consulares, Sin embargo, la dindmica constructiva debe prevalecer sobre las actitudes negativas, re- sentimientos emocionales o desconfianzas de ambos lados, motivando un clima de consenso y, sobre todo, un espfritu de colaboracién cuya principal responsabilidad en lo que atafe a la fecundacién de! mismo recae, obviamente, en los jefes de las oficinas consulares que deben ac- tuar como los sembradores de las parabolas. Desde esta perspectiva, en mi larga experiencia como Cénsul, no cabe duda que los eventos cuiturales cuando son organizados no de manera unilateral sino con el respaldo de la Comunidad peruana —en tiempos recientes a través de los Consejos de Consulta— resul- tana todas luces muy exitosos, toda vez que asegura su parti cidn en los mismos y coadyuva a sus efectos multiplicadores en otros Ambitos, La cultura como puente entre los pueblos Hemos visto, pues, que la cultura es un puente efectivo que salta por encima de las turbulentas mareas del lenguaje hablado y de las ba- rreras de la incomunicacién, acercando a los seres humanos al abordar el sentimiento artistico y la sed de conocimiento intclectual que esi herente a nuestra condicién humans més alld de cualquier diferencia étnica, religiosa, sexual, econémica o social Lacultura, pues, es un factor de integracién de extraordinario dina- mismo que debe ser utilizado a fondo, especialmente por los peruanos que—como se ha mencionado en forma insistente aunque nunca sufi- clentemente— tenemos e privitegio de contar con una formidable ventaja con parativa en este aspecto En ese sentido, pafses como Francia, Italia o Alemania, ¢ incluso histérica y emocionalmente més cercanos a nosotros como son Espaiia y México, han encontrado formas adecuadas para proyectar su rico patrimonio cultural, asf como la amplia gama de expresiones culturales contemporineas, a través de una politica exterior integral ¢ integra- dora, En cualquier caso, no se trata, evidentemente, de asignar recursos de los cuales carecemos a faradnicos proyectos culturales, sino de crear las condiciones para que el conocimiento de nuestras expresiones cul- turales se profundice y sirva de factor coadyuvante al ejercicio de nues- ‘ra politica exterior en funci6n de nuestros intereses nacionales y obje- tivos. -ALGUNAS INICIATIVAS PARA UNA DIPLOMACIA CULTURAL Un botén de ejemplo: La construccién de museos piblicos y el fornento estatal a las exposiciones de obras de Arte pertenecientes a nuestro va- riado, vasto y complejo Patrimonio Cultural, permite a los diversos gru- pos humanos que coexisten en una sociedad, descubrirse a sf mismos —y por tanto conocerse mas profundamente— gracias al reflejo de las obras artisticas allf exhibidas, que son contempladas por los espectado- res desde miiltiples perspectivas, segin sus necesidades. En ese sentido no s6lo debe promoverse el intercambio con diversos muscos de los paises desarrollados sino que deben se permanentemente visitados por los funcionarios diplométicos acreditados en esos patses, ya que constituyen, ciertamente, no s6lo una ensefianza directa a través de las impresiones sino un motivo de legitimo orgullo cuando allf se exponen adecuadamente obras de arte provenientes del Pert, como es el caso, por ejemplo, del ala David Rockefeller del Museo Metropolita- no de Nueva York y también ef Museo de Brooklyn donde se exhiben los extraordinarios mantos Paracas que llev6 el propio Dx. Julio C. Tello, célebre descubridor de la Necrépolis de Paracas. En cuanto a los mantos Paracas, no son més de 20 los que existen actualmente en el mundo entero, adecuadamente exhibides y en buen estado de conservacién, no s6lo son una fuente de conocimiento para los arquedlogos, un aprendizaje para los restauradores, un estimulo creativo para los artistas sino —lo que es sin duda esencial— un motivo de autoestima y de trascendencia para una comunidad nacional, para tun pueblo que necesita comprender aquello que lo define, lo distinguey lo eleva de las masas anodinas que tan bien describié el fildsofo espaol José Ortega y Gasset, adelantindose en varias décadas al proceso de globalizacién, que cada dia se hace mas vertiginoso y espeluznante®. ‘La cohesién y la unidad de un pueblo son los factores que surgen, justamente, gracias ala autoestima y la valoraci6n positiva de sus rasgos distintivos. Sin caer en actitudes chawvinistas, como anteriormente se ha ad- vertido, resulta positivo rescatar nuestros valores culturales propios, ta- les como el arte precolombino, la tradicién cultural andina, el arte ba- rroco virreinal y, cémo no, los productos agropecuarios originarios de nuestra tierra, como el caballo de paso peruano, la vicufia y el pisco, claro esta, En cuanto a este iltimo resulta interesante la disposicién por la ccual las misiones diplomaticas y consulates estén obligadas a ofrecer un “Pisco de Honor" en lugar del socortido “Vino de Honor” de Fiestas Pattias, teniendo en cuenta que este licor es de incuestionable origen peruano, tal como recientemente lo demostré en una interesante publi- cacién el Embajador Gonzalo Gutiérrez!” Productos tipicos y tradicionales En los diltimos afios, felizmente, se ha tomado conciencia de que somos un pais privilegiado en cuanto a productos de la naturaleza: Ha- bria que agregar a esta lista los tubérculos como la yuca, el camote y las, ‘mds de mil variedades de papas, o frutas como la chirimoya, la kicuma, él aguaje, la papaya ctc. Sin olvidar los productos del mar como la Corvina peruana, inigualable en el mundo desde el punto de vista gastronémico, Olas colosales conchas de abanico, Pero no se trata s6lo de vanagloriarnos sino que, al igual que con el Pisco, hay que proteger estos productos, principalmente en su denominacién de origen, mediante acuerdos in- ternacionales, a fin de no encontrarnos con sorpresas inesperadas como la asf bautizada “chilemoya” —en vez de chirimoya— por nuestro veci- no del sur. Los Festivales gastronémicos que tiltimamente se han organizado con éxito inusitado en plazas como las Naciones Unidas en Nueva Yorlc © en paises asiéticos como Tailandia o Corea del Sur, deberian incluir siempre un follcto explicativo de los productos comestibles originarios del Pert y ser complementados, de ser posible, por conferencias sobre la tsadici6n culinaria en el Peri. Excelentes libros sobre este tema se han publicado en los iltimos afios" Paralelamente a estos eventos, bien podria organizarse conferencias sobre las raices culinarias del Peni, con el objeto de reflejar los podero- sos procesos de mestizaje y de fusién cultural que es posible observar a través de nuestros potajes t{picos. El Dr. Fernando Cabieses, que fuera Director del Museo de la Nacin, es autor de una interesante publica- ci6n sobre la comida tradicional andina. Resulta increfble observar como los ingredientes tipicos de raigambre vernacular como la papa, el ajf o el camote se transforman en platillos sofisticados como la causa, el ajf de gallina o el ceviche, este iltimo sin duda influenciado por la emigracién Japonesa al Peré 2 comienzos del siglo XX. Difusion y promocién de los valores musicales peruanos Complementariamente, la difusién y promocién de nuestros valo- res musicales es otro tema de gran importancia. El Perdi ha dado origen | no sélo a melodias inolvidables como “La Flor de la Canela” 0 “Bello Durmiente” de Chabuca Granda, "EI Pebleyo” de Felipe Pinglo 0 “In- dio” de Alicia Maguitia—por citar algunas de las més famosas— al igual que danzas extraordinarias como las de las “Tijeras” de inexplicables reminiscencias tibetanas, los diversos huaynos, diabladas y camtavalillos de la sierra, los ritmos negros afroperuanos, tales como festejos, zamacuecas, tonderos, etc. ‘También son de cuna nacional instrumentos musicales como la quena y otras flautas andinas, el charango, la quijada de burro y el famoso ‘ajén peruano, este ultimo incorporado al folclor flamenco por obra y sgracia del célebre guitarrista Paco de Lucfa TY qué ahora resulta de ori- en gitano, cémo nol 3” Al respect, el misico percusionista Manongo Mujica, gran est dioso de las rafces musicales afto-peruanas y andinas, denunci6 este hecho y realiz6 un interesante documental que podria ser aprovechado por nuestras misiones diplométicas y consulares. : En esa misma perspectiva, esperemos que el galardén internacional logrado recientemente por la artista Susana Baca sirva al reconocimien- to universal de la miisica peruana y de sus prodigiosas raices étnicas y multiculturales. Por su parte la cantante Eva Ayllén también ha sido reconocida en diversos escenarios intemacionales y, al igual que la anterior, ha seguido sus pasos para merecer el Grammy Latino. Su fascinante especticulo ‘musical, no sélo ha sido apreciado en Europa —donde cada vez més existe un piiblico interesado por nuestras expresiones musicales— sino en Estados Unidos, pafs que cuenta con un mercado potencial de 40 millones de hispanos. En ese contexto, no cabe duda que las comunidades peruanas de los diversos lugares de! mundo aseguran el éxito de estas presentaciones y bien podrian constituir un interesante filén para nuestros miisicos © interpretes. La protecciOn y difusién de nuestros bienes culturales muebles Particular importancia reviste la protecci6n, conservacién, recupe- racién y restitueién de los bienes culturales, arqueolégicos, artisticos € histéricos que han salido ilegalmente del Pert como consecuencia del tréfico ilicito y el contrabando de estos bienes pertenecientes al Patri- monio Cultural de la Nacién, que estipula la ley 24047, de la que ya hemos hablado, Felizmente mucho se ha logrado desde la hist6rica restitucién det manto Paracas por parte del gobierno australiano en la década de los 80, gracias a las gestiones de la entonces Subsecretaria de Asuntos Cul- turales de la Cancilleria dirigida por el embajador Alberto Tamayo Ba- rrios, prematuramente fallecido. Fui actor y testigo excepcional de esta y otras iniciativas precurso- ras, como la recuperacién de las polémicas piezas de oro traficadas por el norteamericano David Swetman, al haber sido colaborador cercano del embajador Tamayo, desempenéndome como Primer Secretario y coor dinador en esa importante dependencia de nuestra Cancilleria, Reem- plazada en la época fujimorista, lamentablemente, por una de menor rango denominada Oficina de Promocién Cultural. “Asimismo al haberse incluido los artefactos arqueol6gicos provenien- tes de las tumbas funerarias de Sipdn en la lista de bienes culturales en ‘emergencia de la UNESCO, fue posible recuperar diversas piezas en Es- tados Unidos con la colaboracin del FBI y del Gobiemo norteamericano. La promocién de convenios bilaterales y la prevencién del trifico ilicito Resulta obvio, pues, la importancia de suscribir convenios bilatera- les con el objetivo de extender la proteccién de nuestros bienes cultura- les a ottos paises, teniendo en cuenta que el tréfico ilfcito de obras de arte se ha intensificado en las 2 dltimas décadas, al extremo de poder constatarse una globi criminal del contrabando de bienes cul- turales. Como consecuencia de ello, el pillaje y saqueo de Iglesias y Conven- tos es un hecho lamentable que con frecuencia esporddica es posible comprobar en las noticias, cuyo efecto negativo no tedunda s6lo en las comunidades locales que se ven desprovistas de sus iconos de culto reli- giosos ¢ identidad colectiva, sino dc los potenciales atractivos turisticos que podriamos ofrecer al visitante tanto peruano como extranjero. Igualmente, el continuo saqueo de tumbas precolombinas y sitios arqueolégicos es un delito tipificado en la legislacin peruar, que sin embargo continua produciéndose —ya que constituye un problema de hondas rafces sociales— desbordando cualquier intento de control por parte de las autoridades policiales y del Instituto Nacional de Cultura y sus filiales regionales. Recordemos el saqueo de las tumbas del sefior de Sipan poco antes de su descubrimiento oficial y eventual proteccién, principalmente gra- cias al empefio del reputado especialista Walter Alva, Director del Mu- seo Brunning de Lambayaque y de su esposa Susana Alva. No hay que olvidar que ella fue la gran gestora del cambio de mentalidad, ya que trabajé el tema con los mismos husqueros, como ha sefalado acertada- mente la estudiosa Patricia Wieland en una entrevista de Ja Revista Diplomética nro, 50, dedicada a Cultura y Politica Exterior. “La segunda “fase consistié en In formacién de los Grupas. Esta taren fue cast evangelizadora: Ts promotores tuvleron que recorer todos fos pueblas buscando convencer a sus abitantes de que las investigaciones anqueoligias no estaba destinadas a que los arqueélogos nos apoderdranos de las objets, sina a que todos los peruamos pudiramos recuperar nuestra identidad cultural. Trataron que el canpesina recuperara st attoestima, el valor de su raza. Los resultados no se hicieron esperar: muchos campesinos dejaron de considerarse indias empobrecids inferiores a los blancas y empeearon a sentirse orgullosos de descender del Scion de Sipdn, un hombre admirado en el niundo entero, Eva conmovedar cutndo acudian a ta exposicion y dectan: "Yo desciendlo de ese seior, de esa raza extraordinaria que superé en muchos aspects a la raza blavca que después nas conquist6."” Numerosos objetos de oro de prodigiosa manufactura y altisima calidad de orfebrerfa comenzaron a aparecer en el mercado clandestino de obras de arte, alrededor del afto 1986, despertando el apetito no s6lo de los traficantes internacionales sino de los coleccionistas y aficiona- dos limerios. Leamos lo que dice al respecto el propio Walter Alva: “En uno de los sitios mas importantes de la costa norte, Sipén, ubicado en los pre- dios de la Cooperativa Pomalca a 40 km. al sureste de Chiclayo, una importante tumba de cdmara ya habia sido expoliada por los profanadores, sin embargo Ios arquedlogos pudieron rescatar de los es- combros y perforaciones irregulares algunos importantes testimonios arqueol6gicos que escaparon al saqueo, entre ellos, un pectoral de recor- tes alargados de concha, una mascara de cobre de 25 centimetros de ancho y un espectacular bast6n o cetro de cobre fundido de 1 metro de longitud y cuatzo kilos de peso, representando un palacio decorado con simbolos mochicas de guerra y una plataforma con un icono de enigm4- tica y profunda simbologia: una divinidad, mezcla de felino y saurio, copula con una mujer sobre la luna creciente. ¢Representaba acaso el mito de la creacién o fertilizacién de la ticrra?” ‘También conviene aqui recordar el robo del célebre ‘Tami de la cul- ura Chimd, eapolavoro det Per’ precolombino cuya imagen se hizo uni= versalmente conocida a través de afiches turisticos y diversas publica- ciones especializadas, que desapareci6 junto con otros valiosos ora mentos que se exhibjan en el Museo de Antropologia de Pueblo Libre en la década de los 70, pata ser fundido en lingotes de oro, Este triste caso sirvié para demostrar que no siempre es el Estado peruano el con- servador més eficiente de nuestro patrimonio cultural Por el contrario, la magnifica labor que realizan el Museo Rafael Lawo Herrera y el Museo De Osma, por ejemplo, asf como también el ‘Maseo de Oro que fue el primero en exponer en el extranjero, demues- tra con ereces que los museos y las colecciones privadas debidamente reglamentados ¢ inscritas sus piezas en el registro del INC, coadlyuvan no s6lo a la protecciGn, conservacién y difusion de nuestro ingente pa- trimonio cultural, sino a la promocién turistica de nuestro pais, Lo cierto es que la pérdida de estos testimonios arqueolégicos, no obstante las leyes que los protegen y que hacen ilicita su comercializaci6n dentro y fuera del pais, constituye una pérdida irreparable para los es- tudiosos que se ven desprovistos de los elementos necesarios para desen- traftar los usos y costumbtes, hallazgos técnicos, creencias religiosas y otros secretos del Perti precolombino que se guardan ocultos bajo tierra. Como anexo se indican los principales convenios que ha suscrito el Perit en esta materia, principalmente con los Estados Unidos y que resulta interesante estudiar. Recientemente se han suscrito convenios con pai- ses tan alejados como Austria, Panamé. Recursos culturales y convenios UNESCO, Un ejemplo de cémo desperdiciamos este enorme potencial de co- nocimientos que poscemos los peruanos como producto de una milenatia tradicion cultural, es posible constatarlo con referencia al fendmeno cf- clico de “El Nifio” —anteriormente seftalado— que tanta preocupacion causa a los cientificos y meteordlogos del mundo entero por sus impre- visibles consecuencias en el clima planetario, No cabe duda que la ma- nera de enfrentarlo—e incluso anticipario— por parte de estas culturas y pueblos desaparecidos hace siglos podria servir al avance de los cono- ‘imientos cientificos y ayudar a prevenir los desastres climiticos de los filtimos afios que han afectado a regiones enteras del orbe, incluyendo a los Estados Unidos y Europa Occidental. También nuestra riqueza ecoldgica no s6lo debe ser protegida sino que a través de los mecanismos de compensacién internacional bien pueden convertirse en una fuente de recursos econémicos. No hay que olvidar que el Pera posee reservas naturales extraordinarias por su di- versidad biolégica y prodigiosa fauna, como son las reservas de Paracas, y del Manu, por citar a las més famosas. De alli no sélo la necesidad de aumentar la proteccién de nuestro patrimonio cultural y natural estableciendo el marco juridico adecuado | través de convenios bilaterales, sino la importancia de adecuarlos a la legislacién internacional existente sobre la materia. “Todo ello con el fin de facilitar la colaboraci6n entre los pafses para devolver los bienes culturales ilicitamente robados, importados, expor- ‘tados o resultantes de una transferencia ilicita, como una manera ‘efec- tiva de proteger y reconocer el derecho de cada pafs como propietario original de sus respectivos bienes culturales. ‘Por esta raz6n. estos convenios deben reconocer la importancia fun- damental de proteger y preservar el patrimonio cultural, de ea dad con los principios y reglamentos establecidos en la Convenci6n de Ia UNESCO sobre las medidas que deben adoptarse para prohibir € impedir la importacién, la exportaci6n y la transfecencia de propiedad ilicitas de bienes culturales de 1970 y la Convencion dela UNESCO sobre la proteccién del patrimonio mundial, cultural y natural de 1972. FL FACTOR CULTURAL EN EL CONTEXTO DE LA GLOBALIZACION disguste, la globalizaci6n es una realidad del tercer milenio. En ge vesto emia ‘el Perit no debe permanecer como un pais tangencial al margen de las imperiosas corrientes de los paises podero~ sos. Nuestra capacidad de negociacin, si bien limitada en la medida en {que prevalecen los intereses de las grandes potencias el lobby de las transnacionales, puede desarrollarse en la medida que se afirme la pre- sencia del Peri en el mundo contemporineo. Los bloques regionales wara no desaparecer en el anonimato de Ia globalizacion se requiien pce opciones que nos permitan construir una base s6lide desde la cul negocir. Una alternativa, como ya se ha dicho, es 8 fundizacién de nuestra afiliacién a bloques regionales, como es el Pogo de la CAN 0 la Cuenca del Pacifico (APEC). En cuanto al Pacto ‘Andino no esbe duda que, luego del abandono del mismo por parte del gobierno autoritario imbuido de un exacerbado neoliberalismo ntiproteccionista, el retorno de la democracia a nuestro pats ha posibi- Iitado el reforzamiento del liderazgo peruano en el Ambito regional, el ‘mismo que nos corresponde por razones no sélo histéricas, geograficas sino, principaimente, culturales. Los aportes a la doctrina de la CAN por parte de los Embajadores Carlos Garcia Bedoya y José de la Puente Radbill asf como de! General Mercado Jarrin constituyen un legado histérico que no ha sido aiin suficientemente ponderado en toda su dimensién. También el Grupo de Rio, el espacio de las negociaciones del ALCA, asi como las negociaciones orientadas a la renovacién y ampliacién del ATPA, ofrecen, en ese sentido, un vasto campo de accién a la diploma- cia peruana y a su capacidad de influencia en funcién de los nuevos intereses nacionales como son la superacién de la pobreza a través de un desarrollo econdmico sostenido y la proyeccién de la democracia como sistema de gobierno. La Carta Democratica Interamericana cons- tituye al respecto una iniciativa histérica que no hace sino confirmar este tiltimo punto, La otra —que por demas se complementa con lo anterior, como lo veremos més adelante— es la afirmacién de nuestra identidad cultural y lx potenciacién de nuestras ventajas comparativas en el campo cultu- ral, ya que si en algo el Pert tiene supendvit es precisamente en lo cultural La Cuenca del Pacifico una nueva posibitidad Si tomamos como referencia el ambito de la Cuenca del Pacifico es necesario sefialar que constituye la regidn mas vasta de integracién re- gional, donde se generan aproximadamente el 49% del PMB concen- trando ademas el 38% de las exportacfones totales que se intercambian enel planeta, Esta regi6n, que est constituida por mas de 40 paises riberefios en cl que interacttian diversas culturas provenientes de tres continentes (América, Asia y Oceania), prevé para el aio 2010 transformarse en el 4rea de libre comercio mas grande del mundo. Desarrollar exitosamente nuestra integracién a la Cuenca del Pacifico significa, por tanto, acceder aun mercado en vias de institucionalizacion que representa para el Peri un nuevo espacio de negociacién, de flujos comerciales, financi tos y de couperacién, que paulatinamente contard con reglas de juego claras validas para un conjunto de extraordinarias dimensiones econd- micas y geograficas, que proyecta igual dimensién de oportunidades de todo orden. Baste recordar para damnos cuenta de la importancia de la cuenca del Pacifico, que Estados Unidos, Japén y China son los paises de ma- yor poder y riqueza que no sélo perteriecen a la Cuenca y sino que gravitan fuertemente en ella. ‘Aqui resulta interesante citar al ex Comandante en Jefe de la Arma- a chilena, almirante Jorge Martinez. Bush —durante el seminario in- temacional sobre la Cuenca del Pacifico realizado en Quito en julio de 1998— cuando sefiala que “las grandes potencias han tenido hist6rica- mente una postura geopolitica frente al Pacifico y han desarrollado una cocéano-politica centrada en controlar los pasos maritimos a este Océa- rno, como también el asegurarse que sea un espacio en el cual los conffic- tos armados, si es que ocurren, se circunscriban muy localmente y no arrastren al resto de los estados", Pero més alld de la dimensién geopolitica tan presente en la menta- lidad castrense de nuestros vecinos del sur y que, dada la coyuntura internacional actual luego de los atentados del I de setiembre adquie- re connotaciones relevantes, sefiala Martinez Bush que “como caracte- ica geogrdfica comtin, al encerrar la Cuenca a este Océano, la interacci6n de éste con la atmésfera adquiere un significado especial y amarra su desarrollo a los acontecimientos meteorologicos que resulten de esta interaccién. Es asi, que situaciones que abarcan a toda la Cuen- ca como lo es el fenémeno de El Nifto y de La Nifa, impactan severa- mente a las ecoriomias locales, sin que se excluya practicamente a nin- guna de ella de sufrir estos efectos”. Estos fenémenos naturales de efectos cataclismicos en el clima pla- netario estén asociados a nuestro pais desde tiempos inmemoriales, al punto de atribufrsele la posible causa de la misteriosa desaparicién, de la cultura Mochica en la costa norte del terzitorio peruano. Practicamente de la noche a la mafiana y sin dejar ninguna clase de registro, Ios mochicas se esfumaron en la noche de los tiempos, no sin dejar magnificos testimonios arqueolégicos y artisticos de su refinada civilizacién, tales como las pirdmicles del Sol y la Luna y sus extraordi- narias ceramios escult6ricos y eréticos. Lo cierto es que la posibilidad de atraer recursos financieros, tecno- l6gicos y, sobre todo, cooperacién cientifica del més alto nivel para estu- diar profundamente estos ciclos intermitentes y de trdgicas consecuen- cias para los peruanos mas pobres, es un hecho real que debe incrementarse, confirmando asi el refrén de uso popular que “no hay ‘mal que por bien no venga”. [No hay que olvidar que la diversidad geografica étnica y cultural de los pafses que conforman la Cuenca es fundamental. Dicha diversidad se daal interior de cada uno de estos sectores como también entre ellos, Jo que representa un extraordinario espacio virtual de intercambios cul- turales. Como indica Martinez Busch con toda raz6n: “Frente a esto, el Pacifico es el elemento natural que las une y las integra. Pero en definitiva, son las personas las que deben hacer realidad ‘este acercamiento. El ingreso al APEC de pafses de la Cuenca America- na pertenecientes al borde hispancamericano ha hecho realidad la am- pliacién de lz Cuenca a todo su perimetro, lo que implica un desafio de extraordinaria magnitud para os pafses americanos del sector en st tarea de integrarse con Asia, Australia y Oceanfa. Este desaffo arrastra a cambios intemos como las aperturas de las economias, mejoras en la educacién, la creacién de infraestructuras, la biisqueda de la estabilidad Politica, la seguridad en la vida diaria y la transparencia en todo su accionar’ i De alif que la Cancillerfa instrumente el acercamiento y apertura hacia esa regi6n con una estrategia especialmente disefiada para el efec- to, definida de conformidad con las especificidades del proceso de regionalizacién del area y también con las particularidades de las rela- ciones del nuestro pais con las economias del Asia-Pacifico. Sin embargo, la implementaci6n de seminarios y talleres no sélo en el campo turistico —que ya existen— sino en el plano propiamente cultural seria altamente beneficioso no s6lo para profundizar el consen- so nacional en tomo a los objetivos del Pert en. la Cuenca del Pacifico sino para incorporat a los creadores de bienes culturales en nuevos pro- yectos. Los nuevos valores globales Una vez més resulta imposible, pues, obviar el fendmeno de la slobalizacién planetaria, de la cual somos testigos excepcionales como seres humanos que han visto la evoluci6n de las ideas durante la transi- cién del milenio. Urbi et Orbi es posible constatar los vatores de la democracia como sistema universal, la proteccién de los derechos humanos, la lucha con- tua la pobreza y la globalizacién del comercio internacional con sus res- pectivas reglas de juego conforme a la economia de mercado. Vemos, pues, que el fenémeno de la globalizacién no s6lo abarca la dimensién mercantil sino un conjunto de valores éticos positivos, acor- des a la dignidad del ser humano en el tercer milenio después de Cristo. La reflexiGn que la mente humana se hace sobre su propia condicién, la constatacion de sus propias contradicciones que escinden al ser huma- no entre lo mortal y io eterno, entre lo finito y lo infinito, se proyecta no s6lo en el espectacular avance cientifico de las tiltimas décadas sino en la evolucién de una conciencia colectiva universal, como veremos mas adelante. Estamos entonces frente al lado positivo de la globalizacién, en la medida que la proyecci6n universal de un nuevo modelo occidental de Civilizacién integra la estructura de valores de lo que bien se podria denominar la Cultura de la Libertad, sobre ta cual Matio Vargas Llosa ha sefialado como la tinica via alternativa del hombre contemporéneo para escapar a la barbarie. En este contexto resulta importante destacar iniciativas como aque lla de “La Clausula Democratica” que incorpora la nueva Ley del Servi- cio Diplomtico peruano y que permite al funcionaric diplomético la figura legal de la objecién de conciencia en el caso que sc produzca el trastocamiento violento del estado de Derecho. Igualmente Ia Carta Democritica Interamericana aprobada duran- te el viggsimo octavo periodo extraordinario de sesiones de la OEA en el mes de septiembre de 2001 —la misma que fue resultado de la inicta- tiva peruana— reconoce que “la democracia representativa es indispen- sable para la estabilidad, la paz y el desarrollo de la regi6n y que uno de los propésitos de a OEA es promover la y consolidar la democracia representativa dentro del respeto del principio de no intervenci6n”. En el largo proceso de civilizacién universal que progresivamente cristaliza en el coraz6n humano los valores intrinsecos a su doble condi cin de individuo y especie, cobra especial vigencia la triple alocucién de Kierkegaard cuando el hombre se pregunta équién soy, de dénde vengo, adénde voy? ‘Si bien son preguntas sin respuestas precisas, su formulacién es in- herente al espiritu humano que por poser el don de la razén es capaz de saltar sobre sus propias limitaciones. En ese sentido, la intuicién, en la medida que nos confronta al mis- terio de la vida en el Universo en el punto preciso donde la ciencia ha dejado de responder para optar por un sabio silencio, recobra stt poder original en el hombre del tercer milenio, reemplazando el hastio existencial que lo marcé en el siglo XX y la angustia del siglo XIX frente al fracaso de la Ciencia —con maytiscula— para dar solucién a la multi- plicidad de expectativas humanas. Dentro de este contexto, sin duda la intuicién artistica cumple un rol no reconocido suficientemente. Justamente, al abrir las puertas y desbrozar los senderos para una nueva comprensiGn del ser humand, sensibiliza y dispone positivamente dc cara a los nuevos valores huma nos. Frente al fenémeno de la globalizacién que impone a rajatabla la mundializaci6n de la economia en detrimento de los pafses menos favo- recidos, el juego de intereses de los paises industrializados, las guerras localizadas y el terrorismo a nivel planetario, es posible atin unir lo fragmentado a través de la creatividad artistica y la renovacién de nues- tras milenarias rafces en el arte contempordneo, Cultivar la cultura en la totalidad de sus aspectos plurales y multirraciales, aunque suene redundante, nos proporciona la calidez necesaria que requiere y exige nuestra condicién humana por encima de cualquier diferencia, para evolucionar en un mundo cada vez més frfo, crue y ealeulador. Ya lo dijo Saint-Exupery en El Prine lo exencial es invisible a los ojos. No por algo Erich Fromm en su clésico libro El Arte de Amar seviala que el amor es un arte que se basa en el conocimiento. Sélo asi es posi- ble aprender a amar al Peri y a los peruanos, es decir a nosotros mis- mos, conociendo las manifestaciones creativas del espiritu peruanista desde los més remotos tiempos hasta las vanguardias de ahora y que, justamente, a partir de la conquista espaftola, se transmutan en una fusi6n nueva, poderosa y de raigambre mestiza que tan elocuentemente representa el Inca Garcilaso de la Vega. LA HUMANIZACION DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES No es casualidad que al recibir el Premio Nobel de la Paz 2002, el ex Presidente norteamericano Jiimy Carter pusiera el dedo en la tlaga all sefialar que hay que “humanizar las telaciones internacionales" Si bien la propuesta de Carter se referfa a la impostergable necesi- dad de aliviar el sufrimiento de los pobres a nivel global en vez de concentrar la atencién internacional en los conflictos bélicos, principal- ‘mente en toro ala inestabilidad del Oriente Medio y el confficto judeo- palestino, alimentado la maquinaria de guerra en forma irresponsable, no cabe duda que la insatisfaccién generalizada que emana de los ‘modos tradicionales de la gestién diplomatica se hace cada vez mas patente, Tl fracaso de la ONU para impedir la guerra en Irak por parte de la coalici6n anglosajona es, ciertamente, una consecuencia de ta crisis de esta entidad supranacional que requiere una reforma urgente y radical. Una de las razones que explican este fracaso estrepitoso sé da en el hecho poco difundido que existe, evidentemente, una carencia bésica que se manifesta en las actitudes egoistasy las visiones maniqueas de la inmensa mayoria de lideres politicos y funcionarios piblicos interna- cionales, La crisis de la ONU y el unilateralismo norteamericano Bs, justamente, desde esta perspectiva que surgen voces discrepantes ‘en cuanto al papel de la ONU, incluso en lo que se refiere a su concep- ci6n como tal y la necesidad de reformular de cabo a rabo este organi ‘mo supranacional. En su libro “La ONU contra los Derechos del Hom- bre", los especialistas Jean Claude Buhrer y Claude B. Levenson se pre- guntan si “la ONU, que se vanagloria de haber dado a luz la Declara- Cién universal de los derechos del hombre 2No estaria en plan de rene- gar por culpa del cinismo de una parte de sus miembros, los ideales que se habia fijado?” Pero los autores no s6lo se refieren a un excesivo apego al consumismo y 8 los bienes suntuarios que se proyectan como “iconos” de poder, los que, en tiltima instancia, no son sino un reflejo de esta triste realidad. Ejemplifican el caso de Ia Conferencia de Durban, en setiembre del 2001, a la que consideran como un teflejo de la demagogia imperante en los foros internacionales ‘Alli, incluso sin contar con la presencia de Estados Unidos al que se sindicé como el principal responsable de la crisis internacional, algunos ppafses del Tercer Mundo habrian buscado —segtin los autores—un com- promiso para condenar el neo-colonialismo norteamericano, denunciar piblicamente a Israel por su politica en Medio Oriente y extraer un desfasado “mea culpa” de las antiguas potencias coloniales para incluir- Jo como logro “maximo” en el texto final del encuentro, todo ello sazo- nado con un lenguaje antisemita ¢ intolerante, Peligros de la diplomacia “discursiva” La decadencia de este importante organismo se derivarfa, pues, en gran medida por el enfrentamiento ideolégico y la polémica casufstica, Ta “diplomacia discursiva” ast como la complicidad y las ins6litas alian- zas que se generan en los pasillos y antesalas para acallar ciertos temas desagradables 0 “tabiies" para algunos paises, tales como la situacién de fos derechos lhumanos en el Tibet, Cuba, los cristianos en Indonesia y los Kurdos en Turqufa y la ex-Unién Soviética. Una atmésfera de irrealidad, un divorcio respecto a la verdadera jensi6n de los problemas que marcan el escenario internacional, un espititu surrealista —por decir lo menos— se habria apoderado de la ONU, incapaz de dar una respuesta real a las nuevas condiciones que imperan en el escenario internacional. Pero no sélo el hecho de vivir de espaldas a la realidad, sumergido Leviatan en el suefio profundo de Ja autocomplacencia como conse- cuencia de su propia elefantiasis, marcaria la crisis de la ONU. La imagen de Jos funcionarios internacionales, asi como Ja de la {gran mayoria de los politicos exitosos, esté asociada mas bien simbolos de poder material y a bienes de fa sociedad de consumo, salvo honrosas ‘excepciones. E] estereotipo del funcionario internacional contemporaneo, nada tiene que ver entonces con la austeridad del comportamiento, la senci- llez del trato, la sobriedad de los gestos, lo que sin duda podrian reflejar ‘mejor un compromiso social y politico en Ia lucha contra la pobreza y por el bienestar de una humanidad en franco proceso de descalabro. Pero no sélo se ha olyidado la verdadera dimensién del ser humano sino, fo que es tanto peor, la ceguera y la somnolencia de los responsa- bles de los destinos de Iz humanidad nos llevan irremediablemente al abismo y a la catdstrofe mundial. No Se crea aqui que se postulan visiones apocalipticas o de un inmi- nente Armagedén telcolégico. La simple constatacién de la situacién internacional a través de los medios de comunicacién nos da la pauta sobre los terribles peligros que se ciernen sobre la humanidad. La espantosa hambruna que acosa a los pafses africanos, los cam- bios climatologicos que se observan por doquier como consecuencia del recalentamiento de la Tierra, la creciente tensién en Medio Oriente, los atentados terroristas a escala universal, la debacle econémica de Esta- dos Unidos y el escéndalo financiero a rafz de los fraudes contables de algunas de sus més poderosas empresas, la pobreza generalizada y la creciente inseguridad de los paises latinozmericanos, no son sino indicadores de la grave enfermedad que asola 2 la humanidad entera en el nuevo milenio que recién se inicia La urgente necesidad de humanizar las relaciones internacionales representa, pues, la impostergable transformacién de la mentalidad do- minante que impera en los foros internacionales y en los grandes cen- tros de decision politica. La diplomacia “discursiva” debe dar lugar a tuna diplomacia real que permita ctear las condiciones de crear un ver- dadero dialogo y sentar las bases de una cooperaci6n solidaria para en- frentar los graves males que aquejan a la humanidad. No es posible seguir jugando con las palabras, componiendo discur- sos liricos, ensayando nuevas formulaciones verbales en Nueva York y Ginebra, mientras al otro lado del mundo el SIDA y la hambruna ame- nazan la supetvivencia poblaciones enteras, Un botdn de muestra de la indiferencia que impera en las relaciones internacionales: la actitud unilateral de la administracién Bush al de- munciar los acuerdos de Kyoto —enfocados a coordinar acciones pre~ ventivas para disminuir el recalentamiento atmosférico de la Tierra, es decir, el “efecto invernadero” y los cambios climatol6gicos a nivel global como consecuencia de ello—, mientras disminuye de manera alarmante el grosor de la coraza de hielo en el continente antértico, se agranda el agujero de la capa de ozono, espantosos tifones azotan el océano Indico ‘o gigantescas inundaciones se desatan en Europa central. Pero por Io pronto, esa poderosa Nacién no solo ha puesto sobre el tapete su alejamiento de los acuerdos de Kyoto —siendo, ademés, el primer contaminador mundial de la biosfera por la colosal emisi6n de ses t6xicos de su gigantesca industria y parque automotor, lo que al parecer poco le importa al nuevamente electo Presidente Bush y sus colaboradores, mas interesados en implantar un protectorado en Irak-—, sino también de la Corte Penal Internacional y del Desarme. El peso de Ia deuda externa, la pobreza y la diaspora universal Por otra parte Ia globalizaci6n a rajatabla que buscan imponer los paises industrializados y las rigidas recetas del Fondo Monetario y del Banco Mundial en torno a la deuda de los pafses pobres, condenan a mas de media humanidad a la miseria, la ignorancia y el subdesarrollo, La suma original de la deuda latinoamericana, alrededor de 300 mil millones de délares, por ejemplo, se calcula que ha sido 4 veces pagada desde la década de los 70 hasta nuestros dias, como bien lo ha adverti- do el ex embajador peruano ante Naciones Unidas, Carlos Alzamora. ‘Asi pues, desde el punto de vista de una perspectiva hist6rica resul- ta precursora la idea que inspiré la decisi6n unilateral de no cancelar la deuda externa que asumié el Perit en la década de los 80, que, luego de la valiente pero quizas prematura iniciativa del gobierno del entonces, Presidente Alan Garcia Pérez, condujo a nuestro pais al aislaméento financiero y a las nefastas consecuencias del boicot impuesto por la banca internacional. La propuesta en el foro de Davos, en enero del 2003, por parte del Presidente brasilefio, Luiz Inécio Lula, en el sentido de crear “un fondo para la pobreza financiado por los pafses del G8", no esté muy lejos del espiritu renovador que inspir6 la polémica decision de Garcia Pérez, teniendo en cuenta que el concierto internacional atin no estaba pre parado para un planteamiento de esta naturaleza, Por el contrario, al fgual que aquella, esté basada en el afianzamiento de la toma de con- ciencia frente a la creciente y peligrosa polarizacién planetaria entre el Norte y el Sur, es deci trializados, Se requiere, pues, una accién concertada que implemente una dind- mica de didlogo permanente entre los paises ricos y los paises pobres, con el fin de posibilitar la evolucién de la conciencia universal frente a Jos graves peligros que acechan a la condicién humana, al punto de poner en peligro nuestra futura supervivencia y la de las préximas gene- raciones. ‘Cuando se habla, entonces, de humanizar las relaciones internacio- nales se est invocando, en tltima instancia, una mentalidad nueva cuyo desarrollo s6lo es posible en la medida que exista una evolucién de los lideres politicos y diplomaticos, toda vez que son ellos los responsables de establecer las pautas de cooperacién e intercambio asi como las me- tas econdmicas que posibiliten la globalizacién del bienestar. De ninguna manera la globalizacin debe estar asociada exclusiva mente a la universalizacién de las reglas de mercado y del comercio internacional, basadas en la imposicién de un capitalismo salvaje de corte neo-liberal, como actualmente sc pretende. No hay que olvidar que la estabilidad econémica de los pafses desarvollados, en un mundo cada vez més interdependiente, pasa por una racionalizacién de sus recursos que actualmente son amenazados por la inmigracién clandes- tina, Los intentos por controlar la creciente inmigracién ilegal de los pat- ses pobres hacia los paises ricos estén condenados al fracaso si s6lo se basan en el uso de la fuerza y el incremento de controles migratorios o, incluso, del condicionamiento de la ayuda econémica a los paises po- bres de conde se origina este fenémeno, como se planted en Ia cumbre de Sevilla de los jefes de Estado de los pafses de la Comunidad Europea enel afo 2002. Justamente no se trata de reprimir sino de ir directamente a las, causas de este fenémeno que dadas sus dimensiones colosales resulta inédito en la historia de la humanidad, al punto de desbordar cualquier previsién y minimizar, incluso, la memoria de las didsporas colectivas de naciones enteras, como por ejemplo las del pueblo judio. Elorigen de esta dispora universal, no cabe duda, se encuentra en los insoportables niveles de pobreza y la falta de oportunidades que prevalecen en la gran mayoria de los paises del continente africano y de América Latina Sélo en el Brasil existen 45 millones de personas que vviven bajo el nivel de pobreza. El diagnostico de las organizaciones internacionales indica que, de los 6 mil millones de seres humanos que existen en el planeta, 1,200 centre los pafses industrializados y no indus- millones de personas viven en condiciones de extrema pobreza, 800 millones padecen hambrunas, y 1000 millones no tienen acceso al agua potable, mientras que el 15 por ciento de la poblaci6n mundial controla €1.80 por ciento de las riquezas. La dicotomia de los foros de Davos y Porto Alegre ‘Segiin el experto Michel Celi Vegas, "atenuar las desigualdades y dismiriuir la brecha entre los paises significa aplicar medidas para mejo- rar los términos de intercambio, reducir las enfermedades y las epide- mis, desaparecer la inseguridad alimentaria y eliminar la deuda exter- nna de los pafses en desarrollo”. Sin embargo, para Celi, foros econmi- cos como el de Davos y su contraparte social dle Porto Alegre no ofrece- rfan alternativas reales en la medida que la inercia de los desequilibrios estructurales del planeta tiende a continua, Sefala que, no obstante las buenas intenciones y la convocatoria de ambos foros, no ofrecen soluciones a situaciones extremas como el caso sentina, sumida en el marasmo econdmico no sélo por la corrup- cién de sus clases politicas sino por la mala gestién del FMI, el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo. Tampoco plantean ‘medidas para revertirla grave crisis de venezolana, que amenaza la con- tinuidad del sistema democratico en ese pals, octavo exportador mun- dial de petrdleo. 'No hay que olvidar que la 33ava edicién del Foro de Davos convo- cado por el World Economic Forum, influyente ONG con sede en Ginebra que preside Klaus Schwab, tuvo como tema “El Restablecimiento de la Confianza”. Se Ilev6 a cabo, no obstante, en un contexto internacional voltil en gran medida determinado por variables tales como la recesién internacional, la inminente invasin militar norteamericana a Trak, ‘como las consecuencias impres as de relanzamiento econémico que anuncié el Presidente norteamericano George W. Bush. Pareceria, pues, un poco irdnico el tema de reflexién proptiesto en me- dio de una coyuntura internacional de esa naturaleza. Sin embargo re- sultan muy valiosas las iniciativas del Presidente brasilefio Inacio Lula da Silva, como ya se ha mencionado anteriormente, asf como la del Presidente peruano Alejandro Toledo que planted la biisqueda de meca- nismos para financiar la gobernabilidad en América Latina asf como de Ja simetria en el comercio internacional! Por su parte la 3ava edicién del foro contestatario de Porto Alegre bajo el slogan “Otro mundo es posible”, concert6 sus esfuerzos en torno alas formas alternativas de financiamiento e intercambio Norte-Sur asi como el desarrollo de las bases de una democracia sostenible en Jos paises de América Latina, La importancia del Foro Social Mundial (FSM), resulta evidente no s6lo por la actualidad de los temas que alli se trataron, sino por el entu- siasmo que gener6 entre sus participantes. Aproximadamente 100 mil Personas participaron en 1700 talleres que cubrieron una gama de miil- tiples actividades de interés humano, tales como el rol de la mésica o la relacion entre clencia y espiritualidad que presents el fisico Fritjof Capra, Los participantes junto con los 4 mil periodistas invitados al foro, intercambiaron direcciones e-mail con el propésito de constituir un Observatorio Internacional de Medios (Media Which Global) en fancion de la necesidad de vigitar las distorsiones informativas de los medios de Comunicacion, generalmente controlados por grupos econémicos de vocacién neo-liberal: Una suerte de respuesta planetaria de la sociedad civil a una constante agresién ideol6gica por parte de los medios de prensa internacionales vinculados a los intereses imperiales de it po- tencia dominante y al establishment internacional”, Resulta interesante notar la diversidad de temas que se trataron en este foro, rompiendo, ciertamente, la visiGn estitica y estereotipada que ha caracterizado a las reuntones internacionales desde que se fundara la Sociedad de Naciones en el ito 1920 y que ya es necesario romper. El entusiasmo de los activistas del FSM, conocidos a partir de en- tonees como alter-mundialistas, aleanz6 un verdadero climax en la claus sura del evento, congregando no s6lo a personas comuunes y corrientes interesadas en participar en las diferentes organizaciones de la sociedad

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