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etc.),
Los viajeros eran muy unidos y solidarios, cada uno cumpla con su deber.
Una tarde, despus de acomodarse para el descanso, uno de ellos que
siempre en cada viaje, tena la costumbre de cazar, una vicua, para luego
llevar como sorpresa a sus compaeros, sali a cazar.
Esta vez el atrevido viajero sali, sin compaa, en busca de presa no muy
lejos del campamento vio una manada de vicuas y utilizando todo su
talento de cazador se acerco lentamente, saco su arma y sin pensarlo dos
veces, dispar a la primera vicua que corra. El cazador, muy alegre fue a
recorrer su presa, donde se dio con la gran sorpresa de que la vicua que
haba matado, tena un misterioso arete de oro. Sin dar tanta importancia a
lo que vio, se lo llevo al lugar de descanso. Al ver esto los dems viajeros
no podan creer la hazaa de su compaero, pero, aun con cierto recelo le
degollaron, para luego alimentarse de l.
En ese momento, de lejos, a todo galope y levantando polvo en el camino,
apareci un grupo de soldados montados en mulas. Los viajeros
preocupados, de que se trataba de los guarda parques, inmediatamente
escondieron a la vicua y al cazador, cubrindolo con sacos de maz y otros
productos.
En ese momento llegaron los jinetes y sin dar ninguna oportunidad a
reclamos, el jefe de ellos, como si hubiera visto donde lo haba escondido,
ordeno sacar al cazador y a la vicua muerta. Luego lo hicieron cargar los
restos del auqunido y a si se lo llevaron inmediatamente, arrastrndolo en
una de las mulas, con rumbo desconocido pero impulsado por su
sentimiento paternal, el padre del cazador levanto su chuspa (bolsita
de cuero, para guardar coca) as se fue tras los jinetes.
Despus de un largo recorrido llegaron a una mansin desconocida que
estaba iluminado con luces resplandecientes; all al cazador lo desnudaron y
lo pusieron en medio del patio, para luego por turnos castigarlo con ltigo
mientras eso sucedi, el padre desde afuera, chajchando su coca,