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wee BAUM * IS A Res ENZO TRAVERSO LAHISTORIA COMO : CAMPO DE BATALLA Interpretar las violencias del siglo xx 62480 Se FONDO DE CULTURA ECONOMICA ‘Arce Buus. = Coto IAB CTE 4 Mg ory INstIFUTO Heron ae BIBLIOTESA mean n facta, 2011 Finer iit en peel 2002 “Taveras Tater como camo de hat: Inept a o- lence del siglo cs w= Bueno Niro Fondo de (Cala Beonsmin, 212 382s 2Ial 4m. (Htoc) “adi por Laure Flo, 1 Lmentgacin Htc 1. Fai, Lat. Tl ric mundi ‘mado de ap Han Pablo Fenner, Iagens etapa neon Pp a Ride Pat, Soares en Buen ora, Buenos es, La Ma, 1997 “Tule orga Lt commechamp de ile Inapiter Tevounte dase ISBN dined nga 9782-707-6605 (oli: Batons ta Deemer, Pe ductor eid par ct al apo90 ‘nl Giro Racal de iv de Pra pbs apes a s4 fendaice omar = Socom eee ISON TESOL, Comentarios y nigerancit oorlOfrcomnar Feocopir ros et pono py bia ein pro cule ‘Stnieada ened es cagaer oe onan Sietoracidn expres de ltr Hecho! depot qu marae 13.25, INDICE Inivoduccion. Bsribir la historia en el cambio de siglo [Nota sobre las fuentes. 1. _Rinde siglo B silo cde Erie Hobsbavm.. Una tetralogi, Eurocentrisma, ‘Comunismo, Barbarie ‘Langa duracién ML Revoluciones. 1789 y 1917, después 1989 ‘Sobre Francois Furet y Amo J. Mayer. Matic del totaltarismo. 7 Putias Mito e historia UL Pascismos. Sobre George L Mosse, Zeey Sternelly Emilio Gentile Constelacioneshistoriadors.. Cultura fascist Heologta Revolucion o contrarrevolucion? Uso piblico de la historia. IV, Nazismo, Un debate entre Martin Broszat 1 Saul Friedlinder Una correspondencia Historzacion. Aporias. ® LLAMISTORIA COMO CAMPO DE BATALLA Antisemitismo. Historia integrada V. Comparar la Shoah. Preguntas abiertas Comparatismo, = Genocidio. Antisemitism y racism ‘Alemania nazi y Espaiainquis Totalitrismo La Shoah como sintesis. VL. Biopoder. Las usoshistoriograficos dde Michel Foucault y Giorgio Agamben. Biopolitica e historiografa. El modelo foucauliano. ‘Biopoder y soberanta Pensar el siglo xx VIL. Bello y violencia. Una hermenéutica dela distancia. a Distancia yentca Exilio y violencia. El exlio como observatori, ‘Teoria viajera = Exilio judo Aléntico negro. ‘VIL Europity sus memorias. Resurgimientos ¥ conflctoP Historizarla memoria. Eclipse de las utopias. Entrada de las victimas. Identidades europeas Expacios memorisles Conclusion Indice de nomires. 163 216 226 2a 2x7 237 247 255 265 268 281 2 237 295 296 308 a7 327 En memoria de Daniel Bensatd (1946-2010) INTRODUCCION Escribir la historia en el cambio de siglo Lato 1989 noes na simple marca en el desarrollo crono logio del ilo wx Lejos de nseribise ena continuldad drums temporaliad tinea, Indien un nba, i moe tim, qos clara nn épce fara bir una ea, Lon nt tecimlentor de ete a cial naw sleniancmnipena tcleologia isterie, per dbujan una constlacion cyst remiss pueden deerme a posterior i ben i inten én idole de qlene se apresuraron en prodlmare “inde storia no tad on ser denuncad al sen tmieno do una cosa bistrica se impuseensegida en to dos las observadores en especial en quienes habian vivo ia Sogunda Guerra Mundial. Enel plano historiogrfco, Hotsbawn foe el primero en consiatar un camblo de ig, Entre otro motvos el xt desu storia del igo 31998) fe dbo al echo de que, con eta br, lop poner en pl tas ana pereepidnamiplamente compari? Reinhart Koselleck calif de Saree (una forma «que podria traducise por “epoca bing” era de trans {lon ol perodoqucva dela criss del Antiguo Régien al Resauracion lo larg de este pvodo, litera dnd "ean xpecnnente Jeup Fontana Lait dep lide sions arena, Cat, 192 Per Andean “The Eads soy” tnd Zoe of Enpgemen Loses, Vr, 192 pp. 27-316 [ae Es finder stor, Baro, Agra, 1996) Se Hebb ge seroma std court se 1914. 1911984) Bese, Compe 2008s seria ds tra Ae nF Dod Ataudy Carne Casta, arson, Cin, 1995 reed buchos ie, 198) tlco europeo fue cuestionado por una nueva forma de leit imidad y de soberanta fundada en las ideas de pueblo y na ‘in, mientras que una sociedad de drdenes fue reemplazada por una sociedad de individuos. Las palabras cambiaron de Sentido y se cristal wna mueva definicin de la historia tomo “coectivo singulse", que englabsa ala vez un “com: plejo de acontecimientos” yun relao (na ciencia histérica)? Seguramente el concepto de Sattler nos ayude a aprehen: der las transformaciones del mundo contemporsineo. Sal~ ‘vando las distancas, se podria ariesgar que los aos com- prendidos entre el final de I guerra de Vietnam (1975) y el de septiembre de 2001 dibujan sn vuole, una transicion abo de la cual el paisaje intelectual y politico conoci6 un imbjo radical, nuestro vocabulrio se modifies y los ant ‘gos parimetros fueron reemplazados,Dicho de otro modo, tl cambio de siglo marcado simbdlicamente por a caida del ‘muro de Berlin constituye el momentum de wna época de transicign en la que lo antiguo y lo nuevo se mezelan. En el transcurso de este euarto de siglo, palabras como "revoht- ign’ o “comuniemo” han adguirido una signifiescién dife- renteen el eno de a cultura, las mentalidades y elimagina- Ho colectivo: en lugar de designar una aspiracién o una sccién emanclpadora, evocan de ahora en adelante un unt 0 totaltario. Al contrario, palabras como “mercado”, presa", “capitliso”o"individvaismo” han experimen 2 Vine Rin Koss, “Bantu” en Ovo Brae: Were Conae eer Keech) Geshe Gable Porsche Leon Dirpotich sche Soe in Deland. Stag Ket Coto {irdepow. ese prope Cabrel Motkin. “Oa the Notion a sr {al Daoist Rela Keno Consrwctin oe Svelten onbtons toe isn of Conc vol a 2,208. p. 15-8 ‘Shr ef surgi dura hue Cony dea str, ease Rei an Rowleck, Ls concpe dole on Uexperence desta, Pas {Ee des Huts Ede on Senor Soci, Galnardy Seal 1997, rsrRopuceron 6 tado el camino inverso: ya no califican un universo de aliena- cidn, de egossino 0 de valores aceptables dnicamente s los sostiene un ethos ascético intramundano (el espirita del ca pitalismo que animaba la bunguesta protstante del siglo xx ‘analizada por Weber), sino los fundamentos "naturales" de Jas socladades iberalespostotalitaras. El lxico empresarial ha colonizado los medios de comunicacién, hasta penetrar cencl universo de la investigacion (confiada a equipos “com> petitivos) y de las ciencias sociales (cuyos resultados ya no se miden sogin el rasero de los debates que suscitan sino ‘nla casfeacion-ranking—establecid sobre la base de terios puramente cuantitativos —"indicadores de gesultado” de una agencia de evaluacin). En los dos polos témporales de este Sattelet me antleipo aqui las conclusiones de este trabajo-, nos encontramos con la utopia y la memoria, Ia proyeccicn en el futuro y la mirada vuelta hacia el pasado, Por wn lad, wn “horizonte de expectatvas” hacia el que se ‘ofientan tanto los pensamientos como las actividades; por el ‘ozo, una postura resignada y escéptica deriva del “campo de experiencia" cll siglo pasado.® Los sos ochenta han sido el vector de este viaje. En el mundo oceidental, la revolucién conservadora de Reagan y ‘Thatcher abrio el camino, En Francia, la transformaeion se Iho a la sombra del mitterrandismo que, tas haber desper tado grandes esperanzas, dio luz una década marcada por cl eonformismo politico y el descabrimiento de las virwdes Aelapitalismo, En Talia el finde los afos de plomo y lade rota de las huelgas obreras en Fiat, en el otofo de 1980, ‘rearon las condiciones para una restaurdtin social y pol ac NitcasRnck, "Qump degre rn ten to cites Notrgue' en Le Per ps Conuton se ‘ued pr hires are. Hcle de utes tes on Stns ‘Stiles 10 pp 0739 (ad esp Puro pod, Poe sna seme ‘is temps hes, nd de Noort Sa arson, Pa, 13, te 1 [LAHISTORIA CoMO CAMPO DE RATALLA aque fue la cuna del berlasconismo, mientras que en Es: para el fracaso del golpe de Tejero puso fina una turbulenta ‘wansieidn hacia la democracia barriendo, junto con el fran ‘quismo, I esperanza socialista de aquellos que lo habian ‘ombatido. En China, el giro modernizador inieiado por Deng Xiaoping tas aeliminacién del "banda de los cuatro" iba a impulsar al pats al centro dela economia Internacional, La revolcinirant marcé el fin del tercermundist y anu: i I ola religiosa que scabs con la experiencia de los nacio nalismos Iaieos en el mundo maisslmsn y que planted un ‘nuevo tipo de desafo al orden imperial. Bn América Latina, Jos sandinisasterminaron extinguléndose ens aislamiento, ‘mientras que en los paises del Cono Sur la democracia re _gres6 sobre la base de un modelo econémicointroducido por Jas dietaduras mitre. Con el derrumbe del socilismo real ye desmembramiento del imperio sovatic, en 1989-1990, todas estas piezas compusieron un mievo mossico. ‘Las debates sobre las guerras, as revoliciones Sl fas: cismos y los genociios que han atravesado la hstoriografla ‘ys generalmente, las elencias sociales a lo largo de estas ‘timas décadas esbozan el perfil de una neva aproxima- cién al mundo contemporineo que supera ampliamente las fronteras de la investigacién histrica. Sus tensiones resul- tan permanentes entre el pasado yl presente, la historia y la ‘memoria, la expertica y el uso public del pasado; sus liga rs de produccién'fo SéTimitan a la universdad, sino que conciernen a Tos meios de comunicacién, en su sentido mas amplio. El antitotalltarismo liberal, un humanitarismo con- ‘sensual y a naturalizacion del orden dominate constituyen las coordonadas generales de este comierizo del siglo XX Los hstoriadores trabajan dentro de estas nuevas coordens: ts plea "psdmicas’ La stra se esrbe tempre en presente O ‘cantidad de cbras historias nos dicen tuo mts 8 epoea, al chr fr sobre su moginariy sus representaciones, qe del pasado euyos misterios que rropuecron 1 rian descubre. Ens Libro de os passes, Walter Benjamin dbervaba que “os aconteciento que rodean l historia. dory-en ion qe ete pari constnuye ln base des pr Sentacién, como wn testo srt con int nse" Su ob. ‘Servacionvle tambien para niesto tempo. El pnt de inflerion de 1989 ha mod Ia manera de pense y de excibir la historia del sgl xx. Ente as transformaciones gneradss, me gustaria recordar aguf al ‘menos nes que me pareeneveniles: el age de bistoria Global, el etorno del acontecmiento ye surgimiento de ‘memoria, Estrctamente igados cas de mane indo ble estos tres momentos estructuran los diferent capi Jos de ent libro, proporcionanoe eso espero-a cohe rencia de conn. En primer gar Ia desnparicén de bipleridad hf svorecido el ncient de un historia globe En gr de as tvoximaciones anteriores, gue rela continents enters fers de nfisencia”desprovstas dena historia propia ‘lmundo ha sido obvervado apart de nueas perspec Diflemete, antes de 1989, se haber px eeribir une Istria del siglo adoptando, smejana de Dan Diner “el panto de wta pier de un narador viral qe, en tado elo excalones de Odessa, un gar io en rdicon, ‘ra hacia el Sur y hacia el Oeste Escribiruna historia ob del siglo a no sign solamente otorgr na mayor importancin al mando extraccropeoen vlan con Ia his- teriografiaraicional sino sobre todo cambiar de perspec tvs multipicarycruarloe puntos de obveraca La his tora global noes nua istola comparative ue apn 8 2 Wer Benji, Pai apt di sce Le toe de pasgr Ps fy Ce 1989p. 98d op: Lib deo pad, de as Fea ‘er antabo, Pormanda Guero ro Here Madd Ail 208) tu Mh Lact, 1999.91. yoxtaponer relatos naclonsles ni una historia de las velaci: ’es internacionales que analiza la coexistenciay los conf tos entre Estados soherans. Ella observa el pasado como tun conjunto de interacciones, de intercambios materiales (econémicos, demogrificos, weenolégicos) y de transferen- ciasculturaes (lingisticas, cienificas,Iterarias, etc), que ‘estructuran Is diferentes partes del mundo en un conjunto de redes (certamente jerarquizadas, pero también unificar doras). Estudia el papel desemperiado por las migraciones, las didsporas y los exlios tanto en los procesos econémicos x politicos como en la elaboracién de las ideas o en la inven cin de prictcas culturales nuevas. Inevitablemente, la his toria global “provincializa” Europa La categoria de “Occ dente” (West, Abendland) también es euestionada. Esta evoca tun “modelo de civlizacién transatldntica” que, al saponer tuna simetria entre Europa y Estados Unidos, no pertenece ‘lal palsale mental del siglo xr ni, siguiendo latendeneta, al del x Esta nocion, dominante después de la Gran Gue- ra, con la translatio imperi a ambos lades del Atlintico, ‘exige ser redefinda (sino disueta) en Ia era dela globaliza- ‘lon, La historia global es un espelo de dichas transforma: clones. En este libro ella atraviesa varios captulos, desde el primero, sobre I obra de Erie Hobsbavsm, hasta aquellos en Ts que Se aborda la comparacién de los genocidios y a per cepetén de las violgneias de siglo xx pore enlio judo ¥ Ia disspora neg + VeaseDipsh Chakrabarty, Province [Bua apse poste ao a ftvece tore, Pr, Amster, 309s. xp A (en de Bue, Remit pons» difvnca Mtr tnd de A ‘eo AnaresZapicoy Brae Maia Benter Barelon, Rng 203) "en Oster ie Verwarg derWe ine Gs de 1. ahd, Manic, © H. Bese 20 pp e141 Para ini del concept desta gable, dl mismo autor" figs en Hanodoryn Gore (Gece, Hamburg, o- Wohi 207 pp. 2-10, intmopucerow ” AT neurlza el antagonsino explosive entre Estados Unidos ya as la Gera Fria habia redfdotas cone tos scala plantar, unas ves dclulndles pars lcindolo otras ntegrindcos on una dimension inten cloal qc io ascend en consecuenca aba sala Su flallsacion no podia ms que rehablitar el aconet. ‘nent, con su autonomy expese, si enlgnas din as ireducibles a evalgiercausalided determinista? Exist un parallompresonan care ste cambio gropel feo ye que se ebozn, al min empo, en la hero fa: Com ss eos superpuesony st tovimieto et los, a "larga dra habia redid cl acontelents “ogi ls plabras de Brael- in “apoton de super lea la “expat” efimern de ls clas gue las mares ‘tanta poder movimleta® Una ver dipado prolongado efecto anestsco de la operacon qurdrgca ectindaen Yala, on 194, sobre el cuerpo del planeta Silo apres como ln edad de ruptras repent fle Ilnantese Impress Lo grandes pug denon his Gc monn socom anlcon tendency tracts rans remiss dels bifureacioes lasers los eatcios historic (lu guen, les reolulnes, ls violencia de mass), pero no predsternnn su desrrll al ampoco si sald. La sgtaion de Buropaen 1914, a Revacin Russ, la ligada de er l poder dsm taniente de Fracla en 194, el derrunbe del Soctllome rel" en el oto de 1989 representan rss apres que Camblaron el curs del mundo, pero cay sugimiento ne fm para nada inelictale.Suhois noe csrbe sep el 1 Panis Dose, Reninnce de neon in df por Miser cnc ins esa mean re 0 ers sor Ts, Ps Farman, 198, pS (ad ps Ese Schr storia,td. de Angoli Martn de Como, Mess, Fon de (ars Ecorse, 1981 1 LA HISTORIA COMO CAMPO DE BATALLA modelo del decline and fall elaborado por Fdward Gibbon para narra cada del Imperio romano." Este conjunto de ‘custionarnlentos hstoiografios araviesa los capitulos del libro dedicados al naziemo y ala comparacién de los geno- cidios, acontecimientos que condensan varios érdenes de temporalidad. Por una pate, el eardctera la vez repentino y rmasivo dela Shoah que, en tes anes, pulveriz6 na historia secular de emancipacion, asimilacién eintegracién de los jiudos en el seno de las sociedades europeas pone en cues- ‘ion loe paradigmas dela historia estrtctural. Por otra pate, ‘el exterminio nazi, en tanto que culminacién paroxistica (Gunque no incluctable) de un conjunto de tendencias que se remontan a siglo xix, y que fue acentuado por Ia Gran Guerra -antisemitismo, colonialism, contrarrevolucién, sagsacre industrial, xige un enfogue fundado en el analiss de os tiempos argos. Los investigadores se han Visto en- tonces abligados a renovar st reflexin sobre a aticulacién de as temporalidades histérics. "El fin del siglo 2 tom la FoF de una condensacion de memorias; sus heridas se volvieron a abrir en ese mo- ‘mento, memoria e historia se ervzaron, y sega a elegant {érmuin de Daniel Bensatd- "las napas fredticas de la me- joria colectiva” encontraron “el centelleo simbélico del icontecimiento histérico" El tiempo estancado de la Gue~ ra Frfa cedi temgenala eclosion de una multitud de me- ‘morias antes censuradas, ocultadas o eprimidas. rigida en nueva paradigina-de los enfoques del mundo contempors- "Vlas Bal Macy Gi lino oS che rete nlp del ‘Norco sin, 201 "Tne aver La lc ai Une eae erode Pari La als 200 [resp Lavon mc tna enol carpe, a Scene Herracy Marin Dupo, Buenos Aes Fondo de Cur B= ‘ca, 2005) eet oot nen eraopuccion » neo, la memoria relega aun segundo plane la nocién de so- edad que, entre los afossesenta y echenta,pareola octpar ‘por completo la mesa de trabajo de los hstoriadores." La, ‘memoria, antes sdlotatada por algunos adeptos dela histo- ra oral, adquiie de repente el estas tanto de fuente como de objeto de investigacién histérica, hasta eonvertirse en tuna suerte de etiqueta de moda, una palabra degradada, a ‘menudo usada como sindnimo de "historia". Los signos que anunciaban este punto de inflexién aparecieron, nueva mente lo largo delos anos ochenta -con a publicaccn det Liew de mémoire en Francia y de Zajor en Estados Unidos, el Historikersiret en Alemania, el éxito interaciopal de wn Autor como Primo Levi-,'® pera fe sobre todo dunt la década siguiente que a memoria se transforms en un nuevo, paradigma historiogrifico. No sera difelestablocer tn pa ralelo entre las paribolas de Ia memoria colectiva y asl reas de orientacion de las ciencias sociales. En Francia, las Investigaciones sobre el pasado colonial, el régimen de Vi chy, la Shoah o la historia de Ia inmigracinsiguieron, mis Vase Dan Diner, Zens, Gsvarsgen an de Geshe, ‘Manic, Paeon 2010, pp 51 152 Ente las tlie me ne esate sabe x ans, sae ambi Ee Hoibuwin, Toy History 1s not Enough en Ow Histor, Lendre, Nedefld& Neen {99 pp 24627 (dep ae eho ad. de od Bel yo ia at arma Cea 1993) Crore Avan Las Se ce enn Ea Herder once 4 Ales Langa eds), Se stra tal Ee poy ue, Me Sid Aad 200, py. 1536 = ar See te tae de moi te ie, at 1984, Yost Yoru, Zaor: ove fe me ee 1985 Pre, La Décor 196 (ad ep Zor Lehto eco, Antvopes Faniaicn Ennio Chen, 200) Hisar ‘Die Dlumentaton der Kotor ume Eig dr aac licker deren, Many Pipe, 98; Pi Las Ls Nase ers escapes (198) Pr, alin 199 ed pL aden) Tee sabador, ee de lar Geer Rete, arco HT Asp, 1988) 0 {LAMISTORIA Como CAMPO DE BATALLA «menos, el “trabajo de memoria" de a sociedad bien bia unos pocos xtados darante Ia etapa de“represion’ los ais cncwentayseseta),éson se Inerementaron durante In fase de anamness (lon aio setentay ochent) hasta e- ara invadr los estantes de las ibrerias cuando la obsesion por la memoria slant st plo (a pari de los aos no- ‘eta, Se podria hacer la misma consatacién en Toque res ect ls historia del nazis en Alemania, dl frangulsmo Esplia odelfascismo en Italia En es sentido, Jacques evel one razon en destacar que si bien la memeria “un proceso en el que convergen las eonmemoraciones, la patti Ionalizacia dels vestiglos del pasado yl reformlcion elas identidades de grupo-consttuye “in movimiento de fondo de nuestra sociedad, os historadores a han “desu bert y trasformado en objeto de Investigacion, pero "no Jahan inventado" ET dime capitulo del prescate i ir teroga ls inerferencias no siempre ructferas—ente hse toviografiay memoria engendradas en ese cambio de sig Constuldo como un tance eric yuna puesta ca pe pectiva de algunes controversies historiogafias que haa tareado las tes timasdécadss, et libro se presenta como tina intersencin en el dchate de as des. Parareconstrlrel siglo transcurido, los historiadores necesita conceptos, ¥ sus interpretaciones siempre participan de una confrotacion de ides. Ese trabajo hermenéatco pose a dimension po- lidcaevidegte af sc nsoro nce excondigndosedetrés de bombo dea ciencia, Reconocer qe los debates histrio triicosaanen si historia intelectual no significa defender Instore de as ieas en el sentido tradicional del termine, 1 ampoco un posmodemisme ingenuo qe coneibe a hse torla como tins simple fabricaci textual. Podemos dar de baja una history of eas perimida, que piensa las "ideas vce eshte ie, Pe lade 300, 9.375 sernopuceran a fuerza" (witideas) como constantes universal e invaria bles del pensamiento,” pero no iriamos muy lejos adop- tando una history without ideas, Algunos ereen eseamotear cl problema recurviendo @ un estilo narrativo pretendida- mente neutro; otros, elaborando una soctologta histérica {ue disuelve el pensarnientoen las condiciones sociales de su produccién, La sociologia histérica ha captado bien la “mate ecleststiea” do la historia de as ideas tradicional, con sus exegesis de un corpus de textos clsicos ubleados fyera del tiempo, "* pero las transformaciones que afectan Ba historiografia no se redcen a ls metamorfosis dl “campo” editorial, aniversitario 0 mediatica en el interior del cal evolteionan sus actores. 7 En este libro queria sacar provecho de los conocimien to de a historia de los conceptos (Regifgeschihie), sobre todo, de ceria indicaclones metodoldgicas de Reinhart Ko: selleck, un autor eitado con frecuencia ene! tanseurso dees tas piginas. Stuada on el eruce dela historia de las ideas, la semintica histérica yla socologia dol conocimiento la histo ia de los coneepios me parece actualmente indispensable para ‘que ls historiadores tomen eonciencia de las herramientas Qian baa, scm para consuls abs favs de las cuales se hace la historia, y sus actors la concl ben representan. Hay que saber de dénde vienen los cancep- tos que usamos y por qué usamos 0s y no otros. Y también hhay que saber deseifrarelInguaje de los actores de a historia que son objeto de nuestra investgaciones. Inspigady en preo- eupaciones similares, la escuela de Cambridgdhed) Quentin ‘Skinner y J. G. A. Pocock nos alerta sobre un doble peligro, "tr Lon “The Historiography o enemy he oof lea, Date, labs Hops Une e190 p.- "Vase Berard Pda, De Tso des es pique 9 tie socal den ides pqs” Antonin Coen, Berard Lary Pipe itor ed, as Fomes deat pique, ars Presses Uaiersies Por una parte, » ater Henamin, Pars capil oct A89 (p59) ‘arsenal imagen eluant cio 8 rote ‘eisdccmoneunds "Sur leconcap en Waker Benjamin tre it Pot Callin 20, pa (res “Sob omc de ict ig mir en 2 a eve, SB) — ha _erropuceton » enoedores poo, larg lao, ns ganancishistricas de Sint nt donno) xn concept det isto na pont mene tay plage, a mena nconcene de mice Moto doesnt nal cules tenn su todos 9 latencies Histoire an que pertnesen. Nose racic optar sus hla en lor exeto de Edvard P ‘Thompson, Rana Guay Adal Gill de mucho tos Htrladoves dele salternas sate td de au ths taj con fonts ean Cuan et por primers Shela ci sobre el concep desea de Benjamin me tscordaron un pa sobrecogdord nse Deter do ‘hea Tot hora de Revenue "La re felueon pra ane momento, breve ore erga de Semtido one que les huni oe pris teen or fn alge que dey ss oor, cle moment compensa s thse cposion Wilven cl con uo msn que orgs # Srrconsraccin un ave neo relent hora ben, com Max Hort Ieee « Be inne 1937 consera el pnd smo una epoca ns Cabeda no comirede itverente recat 0 te, a hte Tuo Fal, por fo tat, aa too, HovtheimeQEdfsgua diinguend entre lnapecos po ‘hve dal pst inv lr n lcd, forename cfinrasyweliies-y opto egatvo injst » Reinhart Kotak, “Mutton de expec tchngsment deme ‘hen pane deste p29, "Yor cle algenor tbo, vane Dorey Tompson el), De Be Giga Calkravort Sak eds), ese Subao Stien,Noce Yor ‘tld Unive Pret 19s; dl iy, a Ration sce 197 10, Par, Sls 998 ei La oli erp, MEME, taba, 71 Sane Bache oi, Pars, 08 ol 5,180, p. 193 320 ud sp. oy, Monn Er 966 | el teror los sufrimlentos" que adquieren, en cambio, un cardcter “irreparable. En sus eomentarios, Benjamin c= taba obligado a compartir dicha constatacién, admitiendo la contradiccin inherente de su enfoque: sla rememora- cin “prohibe concebir Ia historia de manera fundamental- ‘mente ateoldgica”, tampoco se arrogaba “el derecho de tra- tar de escribir con conceptos inmediatamente teol6gicos" ‘Se sabe que para Benjamin la teologta significa el me- sianismo judio. Pero clctado intercambio se prestatsin- bign a una lectura més “seculac’, que reenvia a la parte de ‘utopia difundida por todo movimiento revolucionario y por todo pensamientoertico orientado hacia Ia transformacion el mundo, Afecta, enfin, a un conjunto heterogéneo de Aisposiciones mentale y de estados de dnimo dela melan- coll al duelo, de la esperanza al desencantamiento- que la historia nos ha legado y que acosan en el presente nuestra relacién con el pasado. En este sentido, el intercambio en- tre Horkheimer y Benjamin evoca clertas tensiones que atraviesan la historiografia contempordnea:tensiones entre historia y memoria, entre Ia toma de distancia propia del enfoque histrico y la subjetvidad, hecha de inguietudes reviviscencias, de recuerdos y de representaciones colecti- ‘vas que habitan en ls actores dela historia, Bl siglo xx, sin ‘embargo, no slo ha revelado las lslones del historcismo e ltustrad el naufrapiorte la idea de Progreso; también ha re istado ellipse dels utopias insripas en Ins experiencias ‘evolucionariag™A-semejanza del Angel de Ia tess novena de ‘Benjamin, Auschwitz nos impone mira la historia como un ‘campo de ruinas, mientras que el gulag nos prohibe cual- {uierilusién 0 ingenuidad con respocto a Ins intermupciones ‘mesifnicas del tiempo historco, Dan Diner no se equivoca ‘cuando observa que la narracién de siglo xx se construye > ae jamin, Pr cmpite e, p,p.49(. S8. erropucerox a actualmente en tomo a un telos negative: "La coneiencia de la época est frjada por una memoria marcada con el sello ddolos cataclismos del siglo" Para quienes no han elegido ¢ldesencantamiento resignado ola econciliacién con el or den dominante, el malesiar es inevitable. Probablemente la historiografiaeritica se enewentre hoy bajo el signo de tal malestar Hay que tratar de volverlofricifero. 2 Dan Die: Dasara verte op. 7. a a 2 [EAHISTORIA COMO CANO DE MATALLA Nora soane 11s ruBRrES Al comienzo, este libro fe coneebido como tna seleceén ‘dearticulos relacionados por un misma objeto de investiga ‘ion: los debates historiogrficos en torne a las violencias del mundo contemporineo, con el telan de fondo de las in terpretaciones globales dl siglo xx como edad de las gue- +a, los toalitarismos y los genocidios, Estos textos tienen origenes diferentes que se reconocen en In estntura de la obra. Cuando vols a trabajarlos sin embargo, me di cuenta ‘de que todos partion de-una misma interrogacién y que, sin saberlo, los habia escrito como partes de un todo. Su rel boracidn, a veces considerable, ha buseado poner en evi- denciae hilo conductor que los atraviesa de una punta ala otra, Inevitablemente, este libro entra en resonancia con otros, escritos alo largo de los 15 ultimo aos, de los que retoma y desarrolla 9 mantiene como trasfondo~ ciertas Ideas El capitulo primero est dedicado a Hobsbawm, un in telectual que ha atravesado el siglo 0x y que sigue sien st principal historiador. Fue publicado, en una version redu- ida, en La Revue Intemational des Livres et des Ides (nts, ‘mim, 10, 2008) y en la rovsia espafola Pasajes (msi. 31 2009-2010). BI segundo capitulo incoxpora na critica de The Furies, de Agno Mayer, publicado en francés (Contre- ‘temps, ims 8, 2002) yan ingles (istorical Materialism, vol 16, nim. 4, 2008) asf como una erica de Frangois Furet parecida en inglés en una seleccion divigida por Mike Hy- res y Jim Wollreys (History and Revolution. Refuing Rev sionism, Londres, Verso, 2007), El tercer capitulo, dedicado als historiografia del fascismo de los sitimos 25 afos, se publicé primero en espaol (Ayer Revista de historia con- ‘tempordnea, im. 60, 2008), desputs en inglés (Consiella- tions, vol. 15, nim. 3, 2008) yen francés (it, i. 3, 2008), El capitulo cuario se ocupa de la controversin de Ia histori TRVERSIOAD carey Tree TOU OF te BeucTE tnooveatn CFESA, 2acién del nazismo a partir dela obra de Saul Friedlinder y de su correspondencia con Martin Broseat, Fue escrito origi nalmente para una obra colectivadirigida por Christian De- lacroix, Frangois Dosse y Patrick Gare (istorii, Pars, ‘La Découverte, 2008), EI quinto capitulo aborda Ia compa. racién de ls genocidios, cuyo parsdigma de ahora en més se ha vuelto la Shoah. Recupera, en una version amplia- mente revisada, mi contribucién a una obra calectiva que dirigg en Hala con Marina Catiaruzza, Marcella Flores yy Simon Lee Slam (Sari dele Shoo. ta ors del Euops, lo sterminio degli ebret ela memoria del x secoo,2 vols, Tt rin, rer, 2005-2006) Al reduc bastante la versio alana, incorpors tambien un ensayo sobre la comparacion entre nazismo y easticlsmo escrito para Pasajes (nim 23, 2007), retomado luego por la er (nm. 4, 2008). La contrbucion de Michel Foucault y Giorgio Agamben para el andlisis de Jas violencias contemporineas est en el centro del capitulo sesto, que se basa en un articulo publicad en italiano en la vista Contemporanea. Rivista di storia dell Otocentoe del ‘Novecento (nim. 3, 2009). El séptimo capitulo -el menos di- rectamente historiogrdfico del ibro- analiza la relacon en- tre exiioy violencia interrogsndose tanto sobre el exlio j= ‘lo como sobre el Aulntico negro, als luz del concepto de “teorfa viajera”elaborado por Edward Said. Integra mi con- twibucién a un volumen en homenalea Miguel Abensour i rigido por Anne Kuper y Etienne Tassin (Critique de fa pot- tique, Autour de Miguel bensour, Sens & Tonks, 2006), asi ‘como mi epilogo a la edicién italiana del gran libro de C. L, R. James sobre Moby Dick (Mavinai, rinnegaie eet, La Storia di Herman Melville il mondo in cul viviamo, Verona, Ombre corte, 2003). El ultimo capitulo trata de relacionar la memoria y la historia del siglo xx. Desarrolla temas ya ‘xpuestos en un articulo publicado en la revista Raisons po- ltiques (nim. 36,2008) y en comunicaciones para dstintos congresos en Espana, Talla Alemania, Argentina y Austra, centre 2008 y 2010. Para este libro he vuelto a trabajar por ‘completo todos estos escrtos. Agradezco a Hugues Tallon, {que acogié el proyecto de transformar estos textos en un l= ‘bro, ya Rémy Toulouse, que me permitiélevarlo a cabo, het - LFIN DE SIGLO El siglo xx de Eric Hobsbawm Exic J. Hossuawat es sin duda, hay el historiador més leido en el mundo. Esta notoriedad se debe sobre todo al éxitoy planctario de Historia del siglo xx (1994), su historia del corto” siglo 2%! Desde luego que ya ocupab un lugar pro- tagénico en Ia historiografia internacional, perelaapari cin de esta obra le permitis conguistar un pibica micho mis grande, Cualquier nueva interpretacién del mundo ‘ontemporsneo no pod escapar a una confrontacién con ‘su perspectiva, que se ha vuelto cand. Esta constata- cldn revela una paradoa: el siglo xx culling en un elima de restauracién intelectual y politica, despedida por un estré- pito meditico que anunciaba el triunfo dfinitiva de la so ciedad de mercado y del liberalismo; Hobsbawm, en cam bio, no esconde sus simpatfas par el comunismo, el gran perdedor de la Guerra Fria, ni su adhesion a una concep. cin de la historia de inspiracién marssta, Su libro func ha como contrapunto al consenso liberal en torn apg vi- sién del capitalismo como orden natural del mundkedbsto "ic Hotham, Le ds xe doe 14 191 L930) sain Cope 203 [ad ep ri del si. Shana or Ay ain Ca st 98 a recap dl io de Hbabaue coli por to do con el esa dt basen Ingle, fete ual Hosanwr eo da theta, te ker sd uno deus peor dete pps de ke ‘ita lara ody. Sb as contadcsoncs poles de Habba, ‘ese Pe Anderson The Weng Lele Ese Haba Se ‘hun Pom Right La nh sty of ts, Lae are 3008 9p os cs particularmente cierto en Francia, donde Hegé a las brevias, gracias aun editor belgn, cinco afios después de su cedicign inglesa original y nego de haber sido taducido a ‘mds de veintelenguas. En 1997, Pierre Nora explicaba en Le Dabat que una obra asi, anacrénice e inspirada en wna ‘deologia de otra época, nunca seria rentable para un editor (lo que motivaba la decisim de rechavatlo en su coleccion de Gallimard). Dicho prondstico, pidamente desmentido por el éxito del Hibro, suponia wn prejuicio ideolégico: la texistencia de una sintonta perfocta entre la sensibilidad de los lectores ylareeepcin entusiasta que los medios de co- municacion reservaron para El pasado de wia iusién, de | Frangois Fret (1995), y El libro negro del comunismo (1997)) | Casi 15 aftos después de su publicacién, c ibro de Hobs | ‘bawm merece ser releido a la luz de su obra, enriquecida por una importante autobiografia y algunas sclecciones de fensayos. También cabe ponerlo en relaidn con otras histo tias del siglo xx, orientadas por métodos y miradas distin tos, publicadas ene tanscurso de estos dtimos fos. | ‘Uva nersaLocta La Historia del siglo ese ultimo volumen de una tetralo- sls, Viene después deste obras dedicedas a la historia del siglo xxx pblicadas entre 1962 y 1987. El primer libro na- liza los cambjbe-sociales y politicos que acompafaron la ‘ansicin del Antiguo Régimen ala Europa burguesa (La erm dela revolucion, 1789-1848). El segundo reconstruye el S131 Gd ep “La ulna ei Bric Habba Spcran Dole deca ar gir on ld ee ies, rst Pda ‘Aldo Made, Atal 2008p 29720 ae ie Noa, ade: nee tlc’ en Le Dia, i 98197, 3H hw INDE SIGLO ” uge de capitalismo industrial y la consolidactén de la bur guesia como clase dominante (La era del capital, 1848- 1875). El tercero estudia el advenimiento del imperialismo y concluye con la aparicién de las contradieciones que fac- {uraron el “concierto europeo",cresndo las premisas de su estallido (La era del imperio, 1875-1914) Hobsbavwm no habia planeado estas obras; mds bien surgieron a lo largo del tiempo, por encargo de sus editores y por el stimula {que le proporcionaba la evolucion de ss Investigaciones, En el fondo, su trayectoria historiogrifea es la de un espe! cialsta del siglo xxx. En 1952, fund con Edward P. Thomp- son y Christopher ill la revista Past and Present tantativa de nen rte ol marron escuela de Amal EY dedicé a estudiar Ia historia social de las clases traba ris y las revuctas campesinas en la 6poca de la Revolucion Industrial: el marsismo y la formacién del movimiento obrero ocupaban el centro de sus intereses, La elaboracion ‘de estos trabajos pioneros fue acompafada por ss grandes sintesis historias, De factura mas cisieay escritos en un estilo accesible para el gran piblico os libros des tetralo- sia no construyen nuevos objetos de investigacin ni alte- ran los enfoques historiografcos tradicionales. Bosquejan ‘un ampli fresco del siglo x0x que, en la larga duracién, cha luz sobre las fuerzas sociales, Dicho de otro modo, existe una distancia entre, por in lado, el historador de los 4 Brie Nobstawm, Le de clon: 1798-1948 [1962 Pts He eel, 200 od op Lar reacons beget de ego ines de Sandoval 2 vb, Maia, Cuodaray 174 sed: Le est I voto, 1798180 unm Aiea 1997) Ue coe 18461875 (1975, Pa retard 1950 fe der pies 17390698) re oe Pale 193 Ua tare te npn 1514 an Fe arse Bae Tan bor 198 elon Bacns hc Ci, 198) Iuditas y dela resistencia campesina a los enclosures [cerea- ‘das] de los campos inglesesy, por otr lado el de las gran- des sintsis sobre las “revoluciones burguesas”y el adveni- ‘miento del capitalismo industrial. Esta distancia no sera salvada por el iltimo volumen de su tetralogia, prisionero ‘de una tendeneia que él slempre ha reprochado a la histo riografia tradicional del movimiento obrera: mirat In histo- tia "desde arriba, sin preocuparse por lo que pensaba la fentecoman, oe acre dea Tbh onl proyecto na itn dl st glo a nednaente despues den catda de mare de Sein, fue uno delenprimaosen npn te aoe tinlento como clsigno dunn tansormacién gue no 3 ponte Tn Gur sin gu wna sean mayo “Kasur onl cts noc’ nies de ui or enmarcad pros mnmento cracls del hs tincuropn cn Gras Gur ye ecmoronalt dla Sales rene y puto un spo urgo” gu be de evolcioyPranen ae inco de 9143 ee fe lnvrdador mat dl sg a ote ake they ecomuniao fueron ln qu leon un pel expe “ica, losin or comple ge do Oe tae; y stone ln dela tapetons de on tao db un argo dele fina ev ciminac, ‘acid en Aljndta 1 917d pare ng y mao austen dine om descents de oe dos plans dp Europa del sia el mper brinicoy Intnl de le Hobbung Bo sin, on 1992 con 13 tha, se hzecomunist: No cucatoné ea elaine » Vea peopl, Hebbansn Woof tabu Pura Studs te try of tour cp at Ms and egy (1978) Lo ex eset & Niolson, 198d sp. sori dela case obese ‘Mio on stan sel fornaciny se del hse ses, ‘ede op ein, Bachna Cre, 96) hi — sranscurso de las décadas sigulentes durante as cuales est did, ego, ensené en las mejores universidades briténicss, Elsigloxxha sido su vida y admite,con total honestidad, st dlificultad para disociar Ia historia de la autobiografia ‘Opuesto a una ilusoria neutralidad axilégics, arma clare ‘mente, desde las primeras piginas de su libro, su condicién de “espectador comprometido": “No parece probable que quien haya vivido durante este siglo extraordinario pueda ‘abstenerse de expresar un juicio. Le difcultad estriba ey ‘comprender”* Bl impact Historia del siglo xx a sido tanto més fuerte en la medida en que, al acabar su tetralofiay Hobs- Dawn raifeaba un eambio ocurrido en muestra percepeion del pasado. Procedia a la puesta en historia de una epoca ‘que, considerada hasta entonces como un presente vivido, ‘era ahora aprehendida como pasads y clausurada, en una palabra, como historia. La Guerra Fria abandonaba las cro leas de fa actualidad para volvese a objeto de un relato hhstorico que la insribia en una seewencia mas ampli, re ‘montindose hasta 1914, La idea de un siglo xx “corto” en- {16 en ln esfera publica, después, en el sentido comin, Ta vision de un siglo xix “Targo" no era nueva, En La ran transformacién (1944), Kael Polanyi ya habla esbozado cl peril de una “paz de cien anos" que se extendia del Con- agreso de Viena -al eabo de lagpayerras napoleénicas~ al atentado de Sarajevo en 1914."Sediglo xix, construido so- bre un equilibrio internacional entre las grandes potencias -¥.con Metternich come arquitecto, habla asstido ala eelo- ‘sion de instituciones liberales, al desarrollo de un enorme {i Hota, Age deers, op i p24 ° Kan Pola The Great Tesora The Poi! end Baonante nin of Our Tne Boson, Beacon ree 1957. ep Lara ‘rafermeco, race Bat Sure Rcd Rl Dan ies ood de Clr sondnc, 207, « LA ISTORIA COMO CAMPO DE BATALLA crecimiento econémic fundado en a consrucciin de fos Inereadoenacionaesyconvldado por In adopen del par {ton oro (gold standard) Por su parte, Arno 1. Maye hai Calica el siglo ax cone edad e “prison dl Ant 0 Regine” [Ep plano exondmico, a bongs ya ca tne daminankoro su mentally sa esto de vida rove inten scarier subaleno respec de modelo arr os que “4 excpcin de algunos raves repimencsrepubl hos, ente lon que estaba Francla despatede addenda de Tato: sogulan siendo remoderns, En 1914, na spunda Guerra de Tint Ave ponia fina la agoin solr de xt Antiguo Régien en remiincondicinelitobabmwm par tec aber lags conlsionss pares. Enel perv Iomen desu eto, define a ran buguesi indy fnacleracomo hs dortnani de Europ desig xX? Lingo, n el sepundo, matin su anlissdestcand queen Inmayoria de os pes, a barges no cecal pale pol tc, sne solamente una "hgunona seca yu quel cap inno ern rconocdo desde entomcs como i forma insu thule dl desaelloceonémico faa dancin entre ona desnacia social rpesa yn pode: police arora, uc se menciona sin jams exes en profundiad, sin ta sigue eno -como lohan ober siganos eto ¢l ringed oes primers volmenes do suse fice eSstrwemorsiscne heute oes y "pssst Ge Antiguo Régimen pone tmbign en * oo. Maye ta Perstanc de nce Regine: ape de 18488 Gunde Gare Pts Fmiaron, 1983 (dp Laporte del A ‘wo Rag Mat Alanon 196) "i Hababoy ih Age of Reoion 1789-868, Landes, igs, Ec Hots, The Ag of Capa 1481875, Londres, Vitae, * Yeas Perry Anderson, “The Vanquished Left se Hobsbawn, op INDE StoLO a ‘cuestion una concepeidn marist tradiclonal de las “revol- clones burguesas” (1789-1848), cuya critica ms fecunda ser4 desarollada por otros investigadores. El "largo siglo xi" pintado por Hobsbawm es el teatro de una transformacion del mundo, de la que Europa, gra- cas al auge del imperialismo, fue ala vez centro ¥ motor Todas ls corvientes politicas se identficaban con su mision civilizadora, encarnada por una raza y una cultura “supe riores". El siglo de las vias férreasy de las fabrics ind tales, de las grandes ciudades yde los tranvas, de las ame tralladoras y de las estadistcas, del periodismo y de las finanzas, de la fotografia y del cine, del telégeSfary de la clectricldad, de la alfabetizacion yal calonalismo estuvo ‘dominado por la idea de progresolgae era concebido a la vez como un movimiento moral Y material, ilustrado por Tas conguistas dela cienca, cl aumenta incesante de la pro- duceion y el desarollo de los ferrocariles, que conectaban todas las grandes metropolis as{ como también los des mar genes de Estados Unidos. El progreso se volvié na ereen- cia inguebrantable, que ya no se inscribia en las potencial- dades de la raz, sino enlas fueraas objetivas eiresistibles de la sociedad, Las pginas mis potentes de Historia del sc lo xr son las del primer capitulo, en las que Hobsbavm describe el comienzo del siglo xx en un elima apocaliptica ‘que lteralmente acabé con tag las certezas de una era an- terior de paz y prosperidadfiJauevo siglo empezs como una “era de la eatéstrofe” (1914-1945) enmareada por dos gucrras totale destructoras y criminales: tres décadas di ‘ante las cuales Europa assté al derrumbe desu economia "= Nohage alana Franjla Prt, Pos la Rton rn, Ps 1, Galiar, 178 ed ap: Pera Reveuon Pons d {oR ep, Bare, Fel 1580), de ue hablar oe eplo pine sin ms ben’ ln ben Wane, The Ong of Capa, ‘Minow Vow Londen Verve 2003p. 1812 a ‘LaHIstoRIA CoMo CAMPO DE BATALLA y de sus insituciones politics, Desafisdo por la revolucién bolchevique, el capitalism parecia haber pasado st mo- mento, mientras que ls instituciones iberales asomaban como los vestigios de una edad pretérita y se descompo- ‘fan, a veces sin oponer Ia menor resistencia, ante el desa- rrollo de los fascismos y de ls dictaduras militares en ta- lia, Alemania, Austria, Portugal, Espaiay en vatios paises ‘de Europa central. El progreso se revels ilusorio y Europa ‘de de ser el centro del mundo, La Sociedad de Naciones, ‘su nuevo gerente, permanecia inmévil e impotente. En comparacién con estas wes décadas de eataclismos, las de Ta posguerra -la “edad de oro" (1945-1973) y la “debacle (1973-1991)- parecen dos momentos distntos de una sola y ‘misma époce que coincide con In historia de la Guerra Fria. 1a "edad de oro" fue la de los Treinta Gloriosos, con la dif sion del fordismo, la ampliacion del conssimo de masas y cl advenimiento de una prosperidad generalizada y aparente- mente inagotable, La "debacle" (landslide) comenzé con la ‘isis del petréleo de 1973, que puso fin al boom: econémico ye prolongs con una onda expansivarecesva. Al Este, ella Sse anuncis con la guerra de Afganistin (1978), que nici la crisis del sistema sovidtico, al que acompafs hasta ss des- composicion. La “debacle” sigulé a la descolonizacién -en- ‘rela independencia de India (1947) y la guerea de Vietnam (1960:1975)-, durantedeeual el desarrollo de los movimien- tos de liberatién nacional y de revoluciones antiimperialis- tas se mezcl6cojtel.confico entre Ins grandes potencias, urocextaisuo La perioslizacin propuesta por Hobsbawm da fuerza st tetralogiay, al mismo tiempo, marea sus limites. Su volu- men dedicado a las “revoliciones burguesas”-el més anti ‘guo~ cs incvtablemente el mas fechado, To Inrgo de estos INDE stato ® \ltmos afos, varios historiadores han criticade su interpre- tacién de una doble revolucién, a Ia vex econdmica y pot ica: la Revolucion Industrial inglesa que transforma el. ca- pitalismo y la Revohicin Francesa que, desputs de las freras napolednicas, acaba con el Antiguo Régimen en Es ropa continental (con excepeién del Imperio de los zares).” ‘Segin Christopher Bayly y Jorgen Osterhammel,e= ne- ccesario relativizar esta tesis. El siglo xx fue indiseutible- ‘mente una époea de modernizacién, pero este proceso ny fue ni rapido ni homogéneo, La Revolucién Industria fects, en un principio, slo a Inglaterra y Belgica, Tanto en Buropa como en Estados Unidos, a industria tamnenz6 a ddominar la economia recién a partir de a déeada de 1880, ¥ en varios pafses de manera muy incompleta, Por lo tant, sera falso proyectar sobre todo cl siglo la imagen de una ‘modernidad que s6lo se impuso hacia el inal, o interpretar sus conflictos politics y us revoluciones camo el producto de las contradicciones dela sociedad industrial, La Europa del siglo xix seguiasiendo, en su conjunto, rural. Enel plano politico, el fn del absolutismo no dio paso a Estados moder. ‘os fundados sobre la base de constituclones bere, dota- das de instinuciones representatives y bien instaladas en $0- ‘iedades dominadas po la bunguesa industrial y Gnancers Dicho de otro modo, el siglo x1xno vi el desarrollo del Es tadio bru, Foe mas bien un lgar de experimentacién de formas hibridas entre una burguesfa ascendente (pero no ddominante) y una aristoeracia que trataba de adaptarse ala nueva situacién y que perduraba en el cornzén de tn Antic uo Regimen “persstente". La aristocracia seguta siendo ans esecnent hetopher yy Le Nisan de monde mo uy 178-1913), Pts es Bans de Flr y Le Moe Dip ‘qu 2006p ay 1a ap nein mano me 73. 15, ae, Sgn. 2010) Jorgen Oneal Ds Venn dar Wel ie Gece 8 Jahan Minh € Bec 309, pe "hen i Mayer a Persson deco iio 4 LmisToRIA CoMO CAMPO DE BATALLA ‘un modelo para las nuevas elites sociales y econémicas, que entablaban con cllarelaciones simbidticas, El término "bu {guée’ designaba de manera bastante indefinida @ personas respetables” "quienes vsan guante,° micho més que a tuna clase de emprendedores eapitalistas. Por consiguiente, todos los miembros de profesiones liberales eran “burgue- ss", Osteshammel describe el “otonio dorado" dela aristo- cracia (entre as dos ols destructoas de 1789 y 1917) y Bayly tevaca los “timos dias de verano” de los propictarios de es- clavos! durante la primera mitad den siglo mateada por la bolicién de la esclavitud. EI liberalismo salido de esta sin- tesis entre arstocracia en declivey burguesia en ascensote- mao. pura decom olin slademeecia enlace, EO) ‘ela una forma de anarquta y de “dominacién de ls masas” Esta pereepeién era compartida por un pastvstay teérico dela raza como Gustave Le Bon, para quien la “era de las ‘masas" (la democracia) anunciaba la decadencia de I civil zacién,y por un poltico liberal conservador briténico como Alfred Milnes, citado por Hobsbawm en La era del imperi, para quien el Parlamento inglés no era mas que la “chusma ‘de Westminster”. Lejos de surgir como el complemento ns- tural del liberalism y del mercado, segin un cliche tan falso ‘como extendido, la demoeracia ser el resultado de ms de un siglo de luchas, entre las revokicones del siglo ay las dal siglo x. Las ingitusianes representativas del siglo xix apuntaban ao que Domenico Losurdo califice de Herren- volk democracy: pa “demecracia dol pueblo de los senores" cstriciamente delimitada por fronteras de clase, género y raza, que excluta del sufragio alas capas trabajdoras, alas surge Osean De Yrweng de Wel opt. 108, dep > hnstopbr yy, a Nlsance onde mode (17804914) sinp 45 ‘Pe Hobsewm, The Age of Ente 18751914, Landes, Vn, a : mujeres y a Jos “indigenas” del mundo colonial.” Dicho de fotr9 modo, las eleccones eran un asunto de propietaios, varones y blancos. En el primer tomo de su tetalogta, Hobsbawm apenas voce las guerras de liberacién en la América Latina dela dé- ‘ada de 1820, mientras que en los siguientes describe la gue- tra chil estadounidense pero se detiene slo sperficinlmente nla revulia de los taping, el mayor movimiento social det siglo xnx que perturbs profundamente la China entre 1881 1864 Si bien las revoluciones marcaron con su ello el if lo xix, constituyeron un fenémeno esencialmente europeo ‘que aleanzé su apogeo en 1848. Osteshammel, an gpmbio, Tas analiza como un movimiento global que se desplegs en tues olasdistintas. Primero, el “Atlantico revolucionario", ‘que comenzé en América en 1776, impacts luego en Francla ‘a partir de 1789 yculminé en las Antillas, en Santo Domingo, donde los escavos insurrectos proclamaron, el 1° de enero de 1804, el Estado independiente de Hat, bajo Ia Forma de una “sociedad igualitria de pequefios campesinos afroame- ‘icanoslibres"2! Durante esta “epoca bisagra” se impusleron cconceptos fundadores de nuestra modernided politica, tales ‘como “libertad”, “igualdad” y "emancipacién’. Quedaron Inseriptosfinalmente en una serie de textos programsticos, como la Declaracién de independencia estadounidense (1776), la Declaracién de los derechos del hombre y del cia- adano (1789), el Decreto de abolicion de la esclavitud porla Convencion (1794) y, bajo el impacto de la revolucion de Santo Domingo, el discurso de Angostara prontinciado por ‘Simén Bolivar (1819), manifesto de las luchas de liberscion nacional en América Latina, La segunda ola ocurtié en la ° Domenico osu, Le PCM origial see, Brus. Aen, "ie Hobshuem, Ze Af Capital op-c,p. 127130. 2 angen Oster Di Yering sr Wal opt. 758 rmitad del siglo. Super a la primera en amplitud, pero no posefa nila unidad espacial nila unidad politica del Atlan- {ico revolucionario Sus diferentes momentos -las revo clones europeas de 1848, la insurrecién de los taping en ka China imperial (1850-1864), la rebelin de los sepoys contra el colonilismo britanico en India (1857) y la guerra civil esta- ddouidense (1861-1867)- pormanecieron desconectados, sin anicularse nunca en un proceso unitaro. La sineronizacion de estas revoluciones no se derivé de ningin eneadenamiento palitco entre Europa, Asia y América, y las movimlentos que Jas inspiraban no presentaban muchas afinidades. Entre los ‘siping (opuestes ala dinastia Qing en nombre de un sinere- tismo singular que mezclaba confueianismo y protestantismo ‘evangelico) y los sepoys (insurectos conta el eolonialismo ‘en nombre dela India precolonal), habia importants dif Fenclas. Por tltimo, la terceraola fue lade ls revoluciones ‘euroasiéticas que precedieron a la Gran Guerra: el primer levantamiento contra el Imperio zarista en Rusia (1905), kt revolucién consttucional en Ir (1905-1911), la revolucion delos Jovenes Turcos en el seno del Imperio otomano (1908) ‘yl movimiento que, al cabo de un siglo de deliv, puso fin ‘la dinasta Qing y dio nacimiento a la Republica china de ‘Sun Yat-sen (1911), Con excepcién de Rusia, se trataba de rupturas “desde ariba",« menudo impulsadas por elites i- telectusles y miltyas adaamanera del Risogimento italiano (Cavour) 0 dela restauracién Mel en Japén (1868), dos mo- imientos alos qpe-Hobsbawm no concede el estatus de "re voluciones burguesss"? En sintesis, la perlodizacion propuesta por Hobsbawin ‘ens tetalogia queda presa de un horizonte eurocéntrico, 0 sees Ee Holst, Th A of Cpl op. p. 101089 94 ‘an amb gen Osean Derg er 9.284 al menos occidentalocéntrico. Al adoptat Ia perspectiva de ‘ana historia global, Osterhammel se niega a fijar ronteras eronoldgicasrigidas para defnir unas épocas euya unidad testaba fundada en estructuras temporales abferas. La no- cin de “largo siglo xix-ente la Revolucién Estadounidense ‘yl Gran Guera- sdo es vida a posterior para el mundo ‘occidental y sobre todo para Europa.* Con algunos ajuses, podria adaptarse al Imperio otomano, entre la invasion de Bonaparte en Egipto (1798) y su desmembramiento a waves del Tratado de Sevres (1920), pero,no encuentra mucha eck rrespondencia en otra parte. En Estados Unidos, el silo xx ‘comenz6 con la independencia, en 1776, y acabé eon la gue: tra civil en In déeada de 1860, En Améica Latina, © ‘con las Iuchas independentstas de Ia década de 1820 y pro- ‘siguié hasta la criss de 1929. Japon conocis oro ciclo, entre Ia restatracion Meiji (1853-1868) y la derrota de 1945. 2Es legitimo considerar 1789 o 1914 como momentos erucales ‘paral historia de Altica? El Congreso de Berlin (1884) ylos Aafios de la descolonizacin (1960) sefan, con total seguir dd, divisiones mas pertinentes. Vistas desde Asta, ls gran- ds rupturas del siglo Ia independencia de India (1947), Ja Revolucion China (1949), Ia guerra de Corea (1950-1953), Ja guerva de Vietnam (1960-1975)- no coinciden forzoss ‘mente con las de a historia europea. La Revolucion China de 1949 transformé profundamente las estructura sociales y las condiciones de vida de una porcién dela humanidad mi- cho mis vasta que Europa, pero las décadas comprendidas entre 1945 y 1973 -marcadas por la guerra civil, el "Gran salto adelante’ y la Revolucién Cultural~ no fueron una “edad de oro” para los habtantes de es inmenso pats. Di- rante el mismo periodo, los vietnamltasy los camboyanos padecieron bombardeos mas seguidos que los que devasta: urge strane. Die erandng der We, pp 125. “ {LA ISTORIA COMO CAMPODE RATALLA ron a Europa durante la Segunda Guerra Mundial, los co- reanos conocieron las angustias de una guerra eivil y dos dictaduras militares, mientras que los indonesios sufieron tun golpe de Estado anticomunista de dimensiones literal- ‘mente exterminadoras ($00 mil vetimas). Séla Japon vivid una época de libertad y de prosperidad comparable la “edad de oro" del mundo occidental. En cuanto a América Latina, eiertamente sufvi6 el impacto de 1789 ~Toussaint ouverture y Simén Bolivar fueron sus hijos en el conti- hente- pero permanecié al margen de las guerras mundia- les del siglo xx. Conoci6 dos grandes revoluciones -en Mé- ico (1910-1917) y en Cuba (1959)- y su era de In eatstroe se sittia ms bien entre el comienza de los afios seenta y el final de los atios ochenta, cuando el continente estaba domi- nado por dictaduras militares sanguinariss, ya no populstas -¥ desarollstas, sno neolberales y terxiblementerepresivas. ‘Aunque recuse cualquier actioud condescendientey et- novéntricarespecto dels pases “atrsados y pobres”, Hobs. ‘bawm postula su situacidn subslterna com una perogra- liada que evoca por momentos Ia tess clsiea de Engels de origen hegeiano) sobre os ‘pueblos sn historia” Sein st vision, estos paises han conocido una dindmica “derivada, ‘no orignal”. Su historia se reducira esencalmente a las ten. tativas de sus elites “de imitar el modelo del que Occidente fue pionero’, es desis, desarrollo industrial ytSenico-ien- ico, “en la yariaite capitalista o socialist Del mismo ‘modo, Hobsbawam parece jstifca el cult a la personalidad instaurado por Stalin en la urs, al considera que se adap taba bien a una poblacién campesins, cuya mentalidad se ® Lo cs ls ben para ne de uo ase Ee Has baw, Al Bones Hav Hstary [1985] en Om ty, Loe, Me ened Nicolo, 197 yp. 171177 (rad apn pl tne Ison Sabre i its, de od any sete Bae Jong, Cris, 1998p. ea Besta, Clg de eis, op. ci p26 INDE stoLO ° i 280 2B Hobs, Printing Ree, Sad Ache Forms of Sicial Moyo in he 19" and 30" Centura, Noor Yorks Norton 199, 3 sobre todo Ranajit Guhak2hn reprochado a su colega brits nico el considerar las luchas eampesinas como esencial- mente "prepolitieas” a causa de su cargcter “improvisado, arcaico y espontineo",y de serincapaz de eaptar su dimen sn profundamente politica, aunque ireductibl los e6dl- 06 Ideolégicos del mundo occidental. Esta erftica vale clertamente mas para su tevalogtqaue para sus estudios de historia socal. Segin Edvard Said) representacin de las sociedades no aceidentales come lugares de una historia “dgrivada, no original” es un “punta ciego” (bindspot) totale mente sorprendente en un investigador que se ha distin- ‘guido por haber criticado el eurocentrismo de lahistoriogra- Fis tradicional y estudiado las "adiciones inventadss" > Enel fondo, Hobsbawm nunca se ha alejado realmente de la posicion de Marx, que estgmatizaba al imperialismo britanieo por st careterinhumano y predador, pero se abs tinaba en otorgarle na misién cvilizadora en nombre de la Aislgetia historia. En La era del capital, Hobsbawn dedi ip i rion. a mi er oe scat, he ee Seca ices ins ‘Sule St aan al cb yg ge ae Sahel rete Broa st eae eg he one tier “Tah RS Bt of es man (ese ee i Iga torah ml et scalp ovate ee Sn a hee en cee aL a Seen ee wc a en ip a fs a ia SAG Meal att Scie eT etme ‘Sires ie arom eee Stacie, Soe ie tun capitulo a las victimas dela colonizacin ("Los perdedo- res") en el que subraya el “eptimismo" de Mars, pero del aque ratifea mas adelante su diagnéstico fundamental. Tras recordar los sufrimientos de los colonizados, constata, en tun tono amargo y resignado, que "todavia no ha llegado et ‘ia en el que éstos puedan dar vuelta “Iss armas del pro- _greso” contra sus opresores. De golpe, su recuerdo de los tsnqueos de a hambruna en India, en la que "se morian de a rillones',o de otras innumerables “atéstrofes” de la mitad al siglo x0x en el conjunto del mundo colonial, aparec ‘nds como un procicto del retraso del mundo extraeuropeo ‘gue como na consecuencia de la dominacin nmpeyal" [a eseritura de a tetrlogia de Hobsbavn, escalonada cen easi 35 aflos, entre fines de los afios cincuenta y media dos de los anos noventa, se insribe en tn horizante histo ogrifico que precede al poseoioniallsmo. El Iszo intima que une las hambrunasy las “eatéstrofes naturales" del si: lo 20x se ha convertido posteriormente en todo un terreno de trabajo historiografco, Al destacar que, a diferencia de Ja “paz de cien ahos" impuesta en Europa por el Congreso de Viena en 1814, el siglo xix no ha sido un “intermesto tranguilo” en Africa, Asia u Oceanis, Osterhammel presenta ‘el mundo extraeuropeo en Ia époce de las conquistas colo niales como un sistema de “ansarquiaregulada’.® Dicho de ‘otro modo, se trataba de un espacio remodelado por el im- perlalisme tanto en el plano econdémica como militar en ‘nombre de un “liberalismo internacional concebido en ter ‘minos social-darwinistasy racisias".* La violencia difun- ida por dicha “anarquia regulada” no era el resultado ex- clusivo de las armas, muy por el contrario. Osteshammel reconoce que “la conquista colonial condujo por doquier 8 2 Pees. The As of Capital pl pp. 16134 2 ingen Otte, De ean der We, pe. 78, id 1a desestabilizacin politia, social y biol6giea"” y provocd {incluso un "nuevo tipo de ecologia dela enfermedad (Kran: heitsokologie). Cualqulerhistoriador, capte o no general ‘ar el uso del concepto de “genocidio etd de acuerdo en ver en el colonialsmo la causa esencial, directa o indirecta, de las “catéstrofes naturales” que devastaron el mundo ex: tracuropeo durante el siglo xx, Segin Osterhammel y Ete- mad, los desplazamientos de poblaciones vinculadas con la ‘construceién de vias férreas y embalses, la urbanizacién masiva en malas condiciones higiénicas, la propagacion de J malaria, la tuberculosis, la disentert, Ia viruela, que in- trodujeron los briténicos en la India colonial, es decir; en ot suegen Osean Die Vrs Mel op ci 195, 198, sare especalente Bote toma Lenco du mode Pods smears decoration (stl), Brel, Cale 200, sobre ‘Sues basa Oxerhamnel INDE stato. = nes), se produjo en un contexto de dominacién colonial. Di cho de otro modo, loos de ser una eatistrofe “natiral”, la Ihambruna era un elemento de esa “anarqula regulada, tna suerte de gubernamentaldad colonial (para reeuperr el con- ‘cxpto foucaultiano sobre las politicas de contol de ls ter- {orios y las poblaciones) através de la cual el imperalismo Jogréasentar su poder y vencer toda resistencia.” Es cierto que esta historografia data de ls times vente fos, pero Hobsbawm disponta, no obstante, de La gran transforma. ign (1944), donde Polanyi interpretaba las hambrunss In dias de siglo xx como el producto conjunto de laiberaliza- cm del mercado del rigo y la destruccién por los brgnicos delas comunidades lngarenas.®° a industializacion profundiz6 la distancia entre Occi- ‘dente y el resto del mundo, Hobsbawm subraya que, fines del siglo xv, Europa no era hegeménica ene plano teeno- [igico ni tampoco en el plano politico, La China imperial podia aparecer como un eontinente extrafio yexético a los Vialeros occidentales, pero nadie Ia habria calif inferior” “atrasada". En la vispera de la Gran Guerra, en cambio, estos dos mundos hablan quedado se- parados por un abismo impresionante, En 1913, el pro- acto bruto interno de Occldente era site veces més alto (que el de les patses del tereer mundo seg las estimacio- res de Hobsbavim, quien se limita a constatar el Sonderveg [via especial] europea, pero sin preguntarse por sus causes. (Cuando se refiere ala superioridad tecnol6gica de Europa "un hecho innegable ytiunfal’-, In ve como wna eviden- cia. Ciertamente, no adopta una postura apologetica como Ja de David Landes, para quien la dominacién planetaria de ta ene fendi yor Mike Davis Gas pico, Caturahes ase famines ele (18701900 Pais La sore, 208 ‘sl oly. The Get Tanfomaton, op op. 8168 ‘Bobbin, The df pire tp s LAMISTORIA COMO CAMPO DE BATALLA Europa se correspondia con un destino provincial." Se- iin Osterhammel, la pregunta "por qué Europa?” esté mal planteada y podria hacemos eseren una vieja tramp teleo- leglea.* A dos silos de distancia de Ia Revolucién Indus- tial, la hegemonta europea se ha revelado reltiva provi soria, mientras que las explicaciones culturalistas del retraso asitico han sido desmentidas por el despegue eco- nnémico chino e indio de ls tres tltimas décadas. Bayly plantea como hipétesis que en Europa y en Estados Unidos | modernizacién fue el resultado de la artculacion de dife- rentes elementos, Primero, hubo un poderosa movimiento de apropiacion de las terra y de “domesticacién’ de la ni turaleza (la conquista de los bosques, las estas y las gran= des planicis),cuyo simbolo sigue siendo la Frontera esta dounidense. Siguieron las wansformaciones generadas por las “revolucfones industriosas"**luogo el desarrollo de un espacio pblico eapaz de ejercer una vigilaneiaertie sobre ol poder. Por dltimo, un impulso nacionalista proyectado hacia la competencia military el expansionismo imperial 4 se Dv Lande Rc tp demain, Pow es vc) Pol para Pats al a spt {type enn de ong od Bare EaBel “sea Oneida pp. 91915 ‘ue ean cee ntl Ras de aos Ream onal Bmore ey 188 20.57 Eun design ok tamonacn olsen mea "ola ai hice os mar de mcstied ‘rs psa de osu aco enge sg o {Stun imples fh gran Seer For ob ine ieapracn do tne mes bse eons tent por ar deacons aarti eyecacn mance ‘ny cen ergs icon scones or ve ao Stet laps dees el aural fp ron tn een nq average ep shes xs ons ple deren ita Spe ‘Shree rma sro sn myer puede Earn ‘Todo esto dio lugar a “una acumulacién aleatoria de carac- terfstieas que existian de forma separada en las otras re- giones dol mundo" Paradéjicamente, Europa sacé pro- vecho de su retraso histrico debido esencialmente a sus {querrasintstinas de los siglos xv y xv. La Guerra de los 'a Atos habia producido, con la Paz de Westfalia en 1648, un sistema regulado de relaciones entre Estados > bberanos, mientras que la Guerra de los Siete Anos habia consagrado la hegemonfa continental del Imperio brits nico, sentando las bases de su expansionismo en Asia 3 {pica Esta sucesion de gueras fu el origen de una revolu- én militar sn la cual el imperialismo europeo dé siglo xxx ro habria sido imaginable. Bayly resume esta transforma- cin central rlativa ala potencia de las armas, los medios de transporte y comunicacidn, la logistica de las tropas y ‘su proteccién médica, en una frase “brutal” pero exacts "Los europeos se volvieron ripidamente los mejores desde ‘el momento en que se trataba de matat”* Segin su 6p- tica, esta superioridad militar fue una de las principales razones de la “distancia ereciente” que separaba a Europa del resto del mundo. En una respuesta a sus erticos, Hobsbawm reconocis Lenfoque eurocéntrico de su libro, pero al mismo tempo admitié que su tentativa de “representar un siglo compl ‘ado no era incompatible con otras interpretaciones y ‘otros rocortes histricos.* No falta los ejemplos ental sen- tido. En 1994, Giovanni Arrighi publicd Fl larg siglo xx ‘una obra que, inspirada ala vez en Marx yen Braudel, pro” pone una nueva periodieacion de la historia del eaptalis- © chuistoper Bay La Nise mend more (17801919), ‘0b Hobubawn,“Concaan” en Sivio one (ol), Le da ‘eave Disatendo co bshe el Se Roms Cae 1938 6 LEX MISTORUA COMO CAMPO DE RATALLA ‘mo. Arighi setsla cuatro silos “largos” que se extienden en seiscientos aos y que se corresponden con diferentes“ clos sistémios de acumulaci6n”, aunque susceptible de su perponerse unos a otros: un siglo genoves (1340-1630), un siglo holandgs (1560-1780), un siglo britsnico (1740-1930) y, por iltimo, un siglo estadounidense (1870-1990). Este dl timo, que se inicis no bien acabada la guerra civil, aleanza sa pogeo con la industalizacién del Nuevo Mundo y se desin fa alrededor de los aos ochent, cuando una economia glo- balizada y financiarizada reemplaza al fordismo. Segin Argh, hoy hemos entrado en un siglo xx chino", es decir, ‘en un nuevo ciclo sistémico de acumulacién cuyo centro de ravedad se stia progresivamente en Extremo Oriente” Por su parte Michael Hardt y Tani Negri se encargan de teorizar sobre el advenimlento del “Imperic': un nuevo ss tema de poder sin centro tetova, calitatvamente dife- rente de los antiguos imperialismos funds sabre el expat- sionismo de los Estados mas alla de sus fromteras. Mientras {que el imperialismo elésico se enrzaba en wn eapialismo fordista (la produecién industrial) y preconizaba formas de {dominacién de tipo diseiplinavo (Ia prision, el campo, a fie bri), cl Imperio desarrollaredes de cominicacicn corres: Pondientes a una “sociedad de control, es decir, na forma de “biopoder”, en el sentido foucaultiano, perfectamente ‘compatible con ladealagta de los derechos humanos y las ormas exterfores de la democracia representativa. Falta sa- “ Glow Anh The Long Reni Contury, Many, owe the Onin of Ou Tes, nen es 1994 [erage hg ll ‘inr ype rns de na ft, ra de Gatos del (Campo Made Akal 19 ‘loan Avg Aa Sha Pain Las prone dla se chinise, Part Mato, 209 (ap. ees fe sd sia, a ean Marios Mal lel, 2007 ‘nal Hack y Ton Nog poe, Parte 200 (ad Anger dN Nia so, Baron, a, 203), INDE stGt0. 2 ber steste“Imperio” es una tendencia oun sistema ya conso- lidado que habia convertido a los Estados nacionales en pic- ‘as de museo. Varios autores parecen dudar al respectoy el debate esta lejos de zanjarses La crisis del viejo sistema ‘westfaliano no ha dado a luz un nuevo orden geopolitic, ‘mucho menos un "Imperio” plobal. Las guerras de las dos tims décadas han mostrado que la supremacia militar es- tadounidense no se traduce en hegemonia y que la bipolar dad de Ia Guerra Fri ha cedido el terreno a un estado de fnomia global. En su ultima obra, Hobsbavim vuelve a Hd historia de los imperios para conclu que su época ha que- dado definitivamente atris. Estados Unidos dispangle una fuerza mili apastante, pero no estéen condiciones de im: poner su dominacién al resto del planeta. No representa él pnicleo de un nueva orden mundial onmparable ala Pax Br fannie del siglo xx, heros entrado en “una forma profun- ddamente inesable de desorden global tanto aescalainterma- ‘onal como ene interior de los Estados’ ‘Sein una perspectiva contemporsines, el siglo xx po- dria aparocer también como un “siglowmundo". El historia {or italiano Marcello Flores fecha su inicio en 1900, aio {que mareé simbélicamente una triple transformacién, En ‘Viena, Feud publiaba La inerpretacsn de os suerios, obra ‘inaugural del psicoanisis: en los albores del capitalismo fordista, el mundo burgués operaba un repliegue hacia su interioridad andlogo ala “ascesis intramundana’ que, se- ‘gin Weber, la Reforma protestante habia puesto al servicio del capitalism naciente. En Sudarica, de In Guetta de los 2 Nap ep, Hn Mal Bie of Cal a des, Wen, 08, pia exp npr del pal Mat Vado ‘ope 2008 Dan emt, lg dee pote pote, ac, Aa Mi ‘Gal 208, pp. 23825 [op Elo dela pen prone tad do Stas Redepur-iaBarcon, Penis, 203). ‘Fe Honbawen, Ov npr Amen, War and Global Sere NewYork Pancon Boos 308,55 s TAIISTORIA COMO CAMPO DE RATALLA Béeresnacin fas primers formas de campos de concen: tracln, con alambrads y baracay para a feclsion de ies. ste dispose de organiacony de esti dela io. lencia proyectaria su sombra sobre todo el siglo Es China fnalment, In Revels de los Bones fue reprnida por la primera inervencin internacional dees grandes Potenclas aliadas (Alemania, Gran rotana, anc Tala Austia-TTungria, Rusia, Estados Unides y Japon). Les. fuirtan muchas otras expediciones(punitives,“humati fas, pctcadoas, te) Segin ores el siglo ke le era del ocidentaismo, ve aiste ala extension a escal planetaria del sistema de valores, los cédigos culturales fos modelos de vida ocsdsniales* Desde este punto de vista, el siglo xx no ha mrt, bin hoy se enfenta ¢ revs deat. ‘En an psa impactnte de isorade siglo x Hobs Saw deca gue Pl 8M del mand ld Medias detvo sdbitaente nos as nctenta Desde se momento de nega, vvimos en un mundo ene gue €ldesarolo dels maior de comuniacin ha supesmide Ins distancia, la agricul ya noes mea foete pina de riquerasy la mayor ela poblacen vive setualinonte on dreas urbana. Sogn alma exo consi una vera der revolucton que ha causa openinamente 10 il tos de historia: e}telgabeto con la sparen del gi Cultura sedentaria®* Taducindo esta dbsracion en Sec Ininos historiognigs,siglica ques se lig la historia del consumo en aga de liso pollica como lines de por la coalicion de democracinsoccdentaesycommanisino {ovidtic; In segunda, por el nariomo y sus aliados. La fran de loe “valores heredados del siglo xv” fue lo que inmpii6 al mundo "sumirse en las tnlblas”® Contrara- mente ls flésofos del escuela de ranctor, Hobsbawm ‘no avanza hasta el punto de localizar las rales de a barb, rie enla propia cizaién una cvizacion que habria me! {amorfoseado el racionalismo emancipador dela Mastracin |. enla acionaldad instromentalcegay dominadora dl tota- Iarismo, Fstaantinomi absolita entre civilizaciony bar tare que nos recurda La desrucion dela azn (1953) de Georg Lakdes lo conduce mas ben a rechazarel concept [de "“‘otalitarismo". El pacto de no agresion germano-sove tio dl verano de 1939, lejos de devel a Klentidad del nae zismo y del communism, no fue més que un paréntesis ff | mero, oportunista y conranatra, “Silas siciitudes entre los sistemas de Hitler y Stain son innegables", escribe obsbawm critcando a Fare, su sproximaclon "ye hizo a paride alcesdeolgieas completamente diferentes yale- jadas de par en pa”. Su convergencia era superficial, ul © ‘ente pam fijor analogs formals, no para defnir una na taraleza comin. El siglo xx opus la libertad y I gualad, des nociones sadas dea tadicion de la Hstacin, mien. tras que el nazismo era una varante moderna de la ant Tstrcién, fundada ene racimo bilegio.” jc Hobs, eds exter, 9.97, Ele Hota, “Barron A Urs Gale [198, en Ox History, opatp 8h ‘Wk Hota, “Hine ot Main op. p28, | _T Sobreeste amo, Hataum cn oo Da Dice Des ir {de verstchn. Ene versaisorache Dear, Manich,Lacrbard, reco al concept de “guerra hi” ssc nevinbe mento compaacn eta wes cone histoiadr conser dor Ernst Nolte Un perfume de nots mpeg elect tment sori del igo aun si por supose tata de un tlisno invert. Ninguraconerpencn clin, ninguna complicidad reine Note con Hlbsbawn, per ambos par tem dea mis constatacin cl enrentamiento nic en tre mazinmo y comix como mmentr del si Xe para deduce ah lecture sires ysstanciinent po. logics dl wnoc dl to Nolte recone los crfnenes naz pero los interpreta como un lamentable exces derivado de ‘in eacin legis de Alerania contra ln amenava coma ‘int, Sei pic ls cares de sno fueron i ge tin imitacén det wleninolchevaue el verdadero “ps logio y fatal dels orroesttlitarios del siglo x"* babs no oct os erimenes del estalnismo, pro los considers neta, une laentbls, inserts en | neontexo objet no dja alternative. Dos soma |} contundertes se perflan dts de estas interpretaciones: de ! tris de Nolte ln sombra de Heidegger ~de quien fe dsc. palo, qc habia vito en Hier unnexpresin outta” del Dasein seman: deri de Hobaban, Ia sma de Hegel ‘len habla jusado el Tero jacbine en su Feromenlo- Ba del expr O ms bien, para ser mis precisa sombre fe Alexandre Koj aun como Hegel vera Napleon en Sea, reo perebiren Stain el“Expiy dl mando 2 Vane Et ots, “png eich verge et sre Merch Be 15 9. 45 anbn Et lt Cae | ie erp etalsnitone ef tceame 1911845 Pats Sy | SS eal i cree ree ee a ce Se Morava, Dl ain Gomes rons See neg ‘ese Fono de Clara Emami 10 Goma en Ent Nae ‘ec oan, Pars af, 200. fects de ep ects un hisorador dl pensaento peti csp dl mine pine Ysa [Bt historiador inglés pertenece a una generacién que V- vi6 el nazismo, la Guerra Civil Espatoly la Resistent Desde ya, la historia del comunism no se rece a su en- frentamiento titanico con el Tereer Reich, Por st sola exis- tencia, la vas dio un impulso extraordinario a la insurrec- F cién de los puchlos colonizados contra el imperialismo. En 1 mundo oceidental, algunos partidos comunistas a pesar de su carscter de “contrasociedad’, Iglesia y cuartel ala ‘yer~ supieron dotar de una representacion politica y un, sentimiento de dignidad social Ins cases trabajadoras. Sin F embargo, estos des aspectos no son invocadas por Hobs: ‘pawn, quien, entre fos muchos rosttos del comurtimo a lo largo del siglo xx, elige legitimar el peor el ms opresor y coercitvo, el del estanismo, Nacido en el corazin de lt F guerra civil europea, su comunismo niin ha sido iberta Fo. Enel fondo, siempre ha sido un hotnbre de orden, una sucrte de “comunista tory’ anc puancion En su autobiogralia, Hobshawm reconoce la influencia que cjereié sobre él la escuela de Annales, Recuerda el impacto de BI Mediterraneo, de Braudel, en Jos jovenes histoviadores "ebsiown: Domenico Land, Stn. Strict dna end ne Roma aro, 2008 p12 {13-125 [usd sp: Sin ona re Pn yer ne rad Aan ows Ana Fender, Matar Vio Topo, 2011s y Stan, wave Nleande Rojee, "Trmaie get’ 1954Btap oo St, Deis pra Paty Caliard, 198, bp 217.260 (emt esp: Sata to La Roce De Mac etn, 2005) ae Tony J, “Ee Hata nthe Romance Communi se eapraa Rlctions nce Prien Ter Catary, Nae York, The Penguin Pes 2008 pp 16126 nap Ee tay ef tans dl oan’ Sabet bdad ig rad en Ur Maia 208 pp. 12-109). Irlinleos de los ats cincuenta. Luo, tomando prestada Informa Caro Ginzburg contata el paso dea stoic: alla dl cescopi ala del microscope desputs de 1968 Cai cpavamieto dl aiid evrctras caine mics a studio de las mentalidades yd as cultura." En Msi da sito esi ex cbrrvad con tees coplo Hobsbavn adopta un enfoquebraudalano en el {cla "larga duran enplle cl aconsnient, Se pose Trista pr los movinientascntalee de un siglo de ete “lomos como! foram as pra oun conn amen tr apchendidsensu singular No ott, sta do itor epoca marada por ropes repentna empire, por nportantsinflstones que no pusen reine aus, pr bifluraconss que nse nebo glcamente thtemencns de lang darcin,Podemossegntis un fpr caunasecuenci reconstldsapstrior, pro 0 re Erna como ls caps mocsniy de un prover, Vie Crim han subraya cl sleet de Hebb respec de faxchvtey Kola, dos nombece qu no iguran n dice de ulro Los campos de oncentracin de exer loo Henen iar ens no, Bn ol siglo dla vena Ins mas son reduces a tntdader bracts, Su ob ervacin se tema de le Shank (No creo qu ales bo ‘roves pueda encontn tin expres verbal ade San dd clei pr de Paul Clan y de Pino Le, y dade yo qo pslecgiemente comprensibe pore no pias de tplcacion, Mean cuando aegabe Irene ex comperila por ose hiseindores gue, cino Soul Fedlander han dlicdo st vide «esti exter "Ese Hab, "Comments en Le ini 98, 197; p88 seco de Hobshuen sore Acer olin ex sabre por Kot Pom," nl onl mismo mer de Deby. a7 1 Vesta iterenin de Arma Maer el selena agent op 38 INDE stato o ‘minio de los judios de Europa, tratando de poner palabras a * un “aconteclmiento” que fractar el siglo, que introdujo el ‘concepto de “genocidio” en ntesro léxico y que modifié ‘muestra mirada sobrela violencia. En cambio, si esta obser vacién ftera erigida como toma de posicion metodoldgica, cestarfaavalando una forma de mistcismo oscurantista (el Holocausto como entidad! metafisca por dfiniclén indeci- bile e inexplicable) que serfa muy sorprendente en la pluma dd un gran historiador que se ha asunide como heredero de | lalustracién. ata ndfoencla hacia el acannon no concere solamente a los campos nazis y al gulag, sino también a Stor moments caw dl so Par nl atom da poder de Hier en Alomar en eer de 198; Habs Wim simplemente ena endnca general marcde porel dere del face en Europa, pero on onli Somo tna rs epetion cy dsclack noes iar Bie (an Keehn dele noes pedals en hse fal esis, consder ct scontecnlento com ele Stade oun “enor decleld s eltenlemans) Se os decirlo mismo del Mayo Franc spect gue Race obsbavin df parece fucrcmentecondconada por elementos de orden aucblogcs (en sus memories Confess que profess lamas dock gue mane ‘ttadovaguorn)® Asean demanes bate exped {ha opin dl coneradr ela Rayond fron pars aulen lpia Fanci fu al nya cae, slo un "Pecan fad bond el tating fg tensa con mayor aainmiznto desde 3 ule =e {octnden dl penta De Gullo seonenen etna per seven calor" "Bic Hobsbauon, sting Tne, op cp. 282 26 id. 2039 Clg deers eo, La adopeidn de este enfogue de “Targa duracién” que bora Ia singularidad de los acontecimientos no es wna in novacién del itime Hobsbawm: ya estaba presente en los ‘oltimenes anteriores de su etralogts. Alora bien, en Histo- ‘ra de! silo 2a larga duracién ya nose inscribe en una vic sion teleolégica de la historia. Hobsbawm ha mantenido con Marx una relacién critica y abjerta, no dogmatic, Siempre ha rechazado la idea de una sucesion jeriquica € Inchuctable deestadios histéricos de la lilizacion, pica de un marxismo que calfea de “wilear, Pera ace unas dea das, pensaba que la historia tenia una direc y que mat chaba hacia el socalismo, identiicado con “Ia emancipa- ion ereciente del Hombre respecto de la naturale y st capacidad creciente de dominarla™. En Historia de silo xc ‘sta certeza ha desaparecido: el futuro nos resulta descono- ldo, Las altimas palabras del libro -un futuro de “nie blas"- parecen hacerse eco del diagnestico de Max Weber, quien en 1919 anunciaba “una noche pola, de una oscuri dad y una dureza glaciles" Hobsbavm ha labrado acta del fracas del socialismo rea: "Sila humanidad ha de tener Ee fron srt protngad el psad ol present” fo podemos asegurar que no haya nuevas eatastrofes en cl Futuro; de hecho, son probables si nuestro modelo de civil: zacién no se modifica, pero las tentativas de cambiar el mundo que se hicirorr@ el pasado han fracasado, Hay que cambiar deYuta y no tenemos brijula, La inquictid de Hobsbawm es iesuestrotlempo, "tsb, Wht Historians Owe to Kal Mann (1969), (x tatoo cep. 1529 15 a Weber e Seo! te oigue, Pass, La Déouven, 203 205 [ad ep pte el enti Mian 707) "ie Hbebat, Lig dt eine acti p79 TI, REVOLUCIONES. 1789 Y 1917, DESPUES 1989 Sobre Frangois Furet y Amo J. Mayer EW 127, Elsenstein filmaba Octubre, la obra maestra cine! rmatogrfica que consagr el mito de Ia Revolucion Rusa all Inscribirlo en el imaginaria eolective del sigh xx Uy toma del poder por parte de los boleheviques se convert asi en ‘una insurrecciin del pueblo, bajo la direceién del patti de Lenin. Durante varias décadas, la revolucin seria pensida al vez como epopeya y como estratepia militar. En el plano historiografico, el equivalente dela pelicula de Eisenstein fue Historia de ia Revolucién Rusa (1930-1932), de Trotski versién moderna de los relatos revolcionarios de Jules Mi chelet y Thomas Carlyle, enriquecida por Is sensibilidad del ftestigo, la agudeza conceptual del tedrico y la experiencia del jfe militar. Este mito sobrovivié ms o menos hasta los aos setenta,época en la que resurgig con fuerza en Porte ‘2, en Vietnam y en Nicaragua, Pero ya no eerea su poder de fascinacién una década después, cuando fue sepuliado ‘com el final del socalismo real Ota lectura dela Revolucion | Ros, una suerte de contramito negaivo, contemporineo y paralelo ala hagiograliasovitica, parece, en cambio, haber conocido un rebrote con el cambio marcado en 1989, El ‘contramito presenta el comunismo como un fendmeno tots Wario que cruza la historia del siglo xx: fe concebido en 1917 por una banda de fansticos y se perpetud en una orgia, de violencia hasta la Hegada de Gorbachow. Esta es la {ue defienden sovietlogos estadounidenses como Richard Pipes y Martin Malla, también Ernst Nolte, quien describe los eximenes nazis como tina mala capia de los crimenes Dolcheviques, o incluso Stéphane Cosrtais, obsesionado con Ia idea de probar que las vctimas del comunismo fie- ron més numerosas que las del nazismo. Con un dejo de humor algunos analistas han abservado que la historiogra- fia anticomunista de Is Revolucién Rusa presenta muchos xasgos en coman com la wulgatasovigtca, como si se tratara de una suerte de "versién antibolchevique de wna historia ‘bolchevizada".! Visto desde este ngulo, el sistema sovié- tico no era més que una “ideaeracta", sempre identica asi misma en el tiempo y en el espacio: el Partido decidia todo Y ejecta un conto! total, mientras que Ia sociedad coinct ‘ia exactamente con la fachada del regimen. La snica die rencia entre estas dos escuelas reside en e valor positive 0 negativo-atribuido a esta realidad tan simple de descifrar ara los primeros, el omanismo era el telas dela historia, l destino providencial de la humanidad; para los segundos, se rataba de un horrible sistema totalitario, Pero Is desrip- cin del fenémeno seguta siendo la misma. Seguramente es or eso que tal interpetacién monalitica ha sida a menudo claborada -y defendida como una croencia~ por intelectua- les que fueron "companeros de rut", ¢ incluso militantes ‘comunistas. No los “antiguos comunistas, sino los ex co: munistas convertidos en anticomunistas, sogon la distio- clon sugerida por,Hlangah Arenal en la época del macarts mo Empleando un léxico més tajante, Isaac Deutscher preferiacalifcanls de “renegades”. Segin él, este término fra mis apropido para definirel habitus mental y la acti ud psicolégica de los "estalinistas derrocados” que conti- * chu Inger, “Det Ral a sn shel Dy), te Sct des conser, ar Lax ons de ter 200, p33, Hanah Aen "The Es-Commst’ 195) en Beane Ones re 1330195, Non York Schon Bos, 198, pp 281-400 [nd Bajo de comprenside de Sera ee, Bares, Co pre 2005), Econ Denis Richet, Fu | ' | | i REVOLUCIONES. 1799 y1917,DESPUES 999 73 ruaban “viendo el mundo en blanco y negro, aun si ahora los colores se distribuyen de otro modo". Su eelo de conver 4308 os conduct a “no ver ninguna diferencia entre navismo -ycomunismo", Enel interior de este grupo, Frangols Furet Siempre ocupé un lugar importante, Despugs de su muerte cin lo ha convertide en ono de la historiogrs fia liberal, Mare pet TorALaRisMo (Mas alls de sus diferencias, los historindores anfloemunie- tas comparten precisamente la misma visién del comi- nismo como “ideocracia”, como régimen fundado en una ideology cuya evolucién se dervaria de una exencia ideo- logica. En EI pasado de una ilusién, iro convertido en el testamento intelectual de Frangois Furet por haberse publ- cad dos afios despues de su muerte, éte presenta el Terror Jacobino como el modelo de la violencia bolchevique "Como en 1793, la Revolucisn se mantiene enteramente s0- bre la base dela idea revolucionaria"* En sit historia de la Revolucion Frances, publicada en 1965 en colaboracion atin definia el Terror, en a linea de Benjamin Constant, como tn “desliz"S La Revolucion se alejaba bruscamente de su direecién natural, la del ibera- 2 tee Deauchr “The Be Conmnits Conscience (1950) en zp reins sy fo For as, Lod es, 18 “rangi Fart Psa ie ilion Est le communist a ssc, Pts, Rober Lallont y Clans Lay 1995p. [hp Bt Paso de nas. sobre en omnis ig ‘deca Ula, Fond de Cultus Econ, 985 “Trangis urety Beals Rice ta Reston gee a, Faya ora p12 end ope Reaion Monn, de Lis Hove Lisa Mad il, 988) 4 [LAHISEORIA COMO CAMPO DE RATALLA tsmo para meters enn call sin sabia desptico yt tort, que podiainterpretare anfo come la expresion olor pligros do la democracino como el ncntecimient Snunclador dela ttalitarismos modernos, Diez anos ms tarde, Puret abla adoptado un auevo enfoque. Ya noe ' oponfan 1789 y 1793, sino que se ablan welto dos mo- rentos Indisoclables, que se sucedian logicamente en tn [Bbproceso cya mates tims er a ideologia’ En el fondo, th eleunstnciasexerioe sl servfan como simples pre: texto, como fatores exagenos que habia que sparta del campo explicaive para proceder a una concrptuallzaion Cherente de los aontecnients. Una vez lanead en esta { Alrecci6n,Furetextajo sus argumentos de a obra de dos | historiadores conservadores, de quienes se asuma here der: Alexis de Tocqueville y Auguste Cochin. Del primero tele desde Ta ptica dea "larga duracin” de Annales, || seni Invision dela Revolucion como “coronamiento de tm muy larg proceso histrio"? El Antiguo Regimen era ff en “compromis” entre a burguein merge, con su v= H ——_loresy sus lbertades modemss yuna organlzacin sot ¢ | institucional herders del fudalismo, El advenimiento de 1a democracia estaba insript en el curso de a historia y da indleaba que para alcanzatiahubler sido necesario er por las angie de na upto rvohcionara, Bata ita no se inbuilt en el enfrentamiento his {oreo entre fuereas sociales antagonists (tin la = Plicacion maraltee la que Tocqueville parecia responder tnt lieram), Mas bien se devaba de certs cope: i + bun na consi de te debts, wae Bruno Bongos, mile borhese 9 soho dl plc? Note ut rvs ‘orga’ en Le rpc dat so, Ra Mars Rvoacoe ae. i ‘Sever rica di polite, art, Bla Boge 96, yp. 3h *'Pangols Fare, en atoluon range, Pat Calan, cok Foo, 978 p21 (ira erp: Pens eRe Poncen, ad dee ‘ure ep, Breton, ere 1980 [REVOLUCIONES. 1789 1917, DESPUES 196975 des francesa, tales como una centralizacn politica patolé- ica y unos privlegis excesivos otorgados a Ia aristoeracia yaa Iglesia, welias verdaderas “castes partir de lo cual ‘2 explicaba la autonomia que adguirieron los intelectusles fos "ildsofos"~ en el seno dela sociedad, Tomando como pruebas las revoluciones inglesa y estadouidense, Furet llega la conclusién, ya claramente enunciada por Tocque- ville, de que la Revolucién Francesa no habia sido mas que “el complemento de un trabajo mas larg, la terminacton abrupta y vioenta de una obra en la que habsan trubajadb diez generaciones de hombres. Si ésta no hubiera ocurrido, €l viejo edificio socal jgualmente habia terminalo desma. rondo oa parte autism dE) ‘La demolicion sstematiea de la mitalogia revolt ria emprendida por Furet con aytada de Tocqueville no se aleja, sin embargo, de senderos tillados, pes conduice al redescubrimiento de una narracién liberal tan tleologica como el relato marxista(jacobino-leninists") La historio- grafia marxista inseribia la ruptura revolucionaria en una necesaria sucesion de estadios histricos en los que vela el resultado ineluctable del conflict entre ls fuerzas prod tivasy las relaciones de produccién, entre el desarvolo dela economia burguesa y la permanencia de formas de propie dad aristocréticas y feudales. Si Furet suprimta cualquier causalidad determinista en la seevencia catastrofica de 1789-1793, era s6lo para afirmar otra narracion providen- ‘ia: la del mereado y Ia democracia liberal como destino natural del mundo occidental. La Revolucién perdia su aura de jalén épico en el mercado del Progreso para vol- verse una patologia, pero la historia mantenta su baila ‘Su camino estaba asegurado, * Alexis de Tocqurile Lien Ripe ele Révetion, Pact, Gall spa 1967p. B ud esp Amigo Rime yl soln, ad de Song eri Mic, Fonda de Clara Banta, 1990). Sin embargo, contrariamente a Tocqueville, que a pe sar de todo sosteni sina periodizacin de Ia Revolucion Francesa en dos fsesantinomieas ~via primera construc tiva (1789) y una segunda destructiva(1793)-, Furet la consideraba ahora como un fendmenoideoliico-plitico homogéneo y continuo. Para analiza el hecho revlucions- Ho enia corta duracién,abandonaba a Tooquvilly se ns piraba en Cochin que, como buen reaceionaro, siempre habia rechazado la Revolucion en blogue,negindose a dis ‘ing "ena" (1789) dea “mala” (1793). “Segtn la 6 tia de Cochin scribe Furt ln explosion revluciona ‘no nace de contradicionesecondmicaso sciles,tene sa fenteen una dingmiea poli.” El Terror se volta asa calminacion ineluctable de un levantamient revolucion io que se alimentaba de fuentes propis y que hallab st matriz esencal en la idelogi, Seti afrmé en st Dicco~ nari dela Revolucion Francesa, eta ideoogia estaba “pre fente et a Revolicion desde 1789", por lo ant, press tina as clcunstancasextriores que le hablan permitido desplegats. Hund sus rafers onl Slosofia dela Ist cl y au proyecto de "egeneracion del hombre’, y ada "a ast los ragos de una religion secular ("una anunclacion de tipo religioso en un modo seclaizado").* Su corlario ere "voluntarismo polo" es det las de que “la polltica todo lo puede” su exreston concreta, en e cone texto dramatjco di 17981794 se evidenciabn ene Tano- tismo militant” de los jacobinon" Los revolucionaris se inspiraban en una oneepein de la soberania popular como poder sin limites que, despus de haber dervocado la ‘anol Fart, ser Reon fran, p- 9.298 ‘Panga Puree en Fangs Pury ona rou (ls), Desionnie critique dee Renton ranpie. Exner, Pats, i ‘arin 1992, pI [rad np: Diorio dea Revlcin Franess, {rd de Joss Bravo, Made Maes, 1959), "imide 313 REVOLUCIONES. 1789 1917, DESPUES 196977 autoridad del monara,permaneci jens al principio ibe fal de equlibro de poderesinstiucionals. En sitesi, 2 {tataba de una concepeion dela soberania popular como fxpresén de una “voluntad genera” inalienable ra vl Fret vela una vee ms perfarse a somibra titra de Rouses Tn la misma Vines explicaba que la Wdeologa era ls causa del “Terror que habla martiiado al Vendse” = A Giferenca del historiador monérauio Pere Cham, para “ie a Vende fe wn Asche primi, sin edmara ths! Furet se abstenfa de erplar el émino “genocidon eto no dudaba en atbuir al Terorrepublinno un “Pro- fama de exerminis” Ahor bien, algunos de isin for radicalizarfan su enfoque slvr en a represion de ls Vende un “erimen content humanidad” El mismo so nido de la campana se aye en Note y en Courtois. Para Nolte la Revolucion Franesa fue “a primera qu hizo re Tad inden de exterminar una cae © un grupo Los bob chevques se habrian insptndo ast en ina terapética de txterminio”elaborada antes por los revohcionaros ance Ses." Courols, por au pate, ve enel-populcdl™ pact “ra et," fan Fut Mana not), De som stg in ein fois hy {Eine tra Parise ao ei i'd geil bo anv nbn Raid Se Tir tondons inser Pr ltr Stes, “rm ct Meo op. 3 "Rate tiny Eur rr svc 200, con un rt de Ann Besa ue ere soe asta Baty cn mth gm runner des Juifs pr le régime nox, Paris, Cert, 1988, pp. 18 y 19. “awn ” [EAMISTORIA COMO CANO DE natat1A ‘ado por os jacobinos en la Vendée, en 1793, e paradigma de las masacres botcheviques durante la guerra cll rus.” Las tess de Furet fueron desarrolladas por tno de sus Aisejpulos, Patrice Gueniffey, quien dedi tna obra al Te ror jacobino. No conforménclose con tepeti is tesis del maestro, las radicaliz6. Por cierto, segsin la Revolucion Francesa fue la que invents la “deoeracia" * pero el Terror no tenfa asus ojo, matrix ideoldgica. La ideologia result mds bien su producto, pues el Teror estaba inscrpto en la Revolucién y se derivaba naturalmente desu dindmica in tema, Como eseribe Guenilfey el Terror "es una fatalidad, no de la Revolucn Francesa, sino de toda revolucién con: siderada como modalidad de cambio" [PSpr consiguiente, la importancia del jacobinismo se debe #3 carcter anque tipico, como lo habia comprendido bien Cachin, quien, Aanalizando el Terror del ao, habla contribuide incon. cientemente a realizar “la autopsia del bolehevisma!® Se- ‘in Gueniffey, las revoluciones se caracterizan por dos ras 0s: un “terror infinito” y el “asesinato en serie de las ictimas",siguiendo un libreto que “no ha dejado de repe Uirse desde hace do sigloe™2" iret y sus displ deshistorizan Ia Revolucion trans H&indola en una pieza en la que s6lo acan conceptos, sin espesor socal y fuera de toda citunstancia exterior, y ‘que culmina logicamenteen una metafsica del Terror, En la pluma de Furgt -es€fibéSteven Kaplan-la Revolucién se slphane Cau, Ls ries communis” e Sipe Cour tog ke tive nr communion: nes ene pons Pa eter Laffer. 197 p.m mp Ble pt comune. ts te iy dln sy on Epes nds pate REVOLUCIONES 17991917, DESPUBS 198979 ele “autonomia discursive", desarollo de un conceo Sieve pp nina porary ‘Shere qu sl poseen ura extents antopomorea= ‘Pret toner en afar qu In cvs de las in urstancisiaprta enud un inrpretactn paloge fea del Tevor por pre de la hstoriogratincobing, trop ture no escape al defo quel miso deseabre ‘ov evolucionarey de 1785 una emancipation oa el cp deveined por gor olin Fare parece ova Ison defor dela histor fl rn Ren ese Ae ae Exh prs quien el Terror no se exlica com wna sage "puesta en prctica’ del proyecto dela ustraci¢n-La ideo. Tepe no ea un programa sto pra ser alice nel fen, o expen nay nd on ex veel sobre ah ‘conecnento a gue abv que expr = No instars ninguna cosa determin a conte un factor tne meet con tos ene prosen hss Tor pla stoanent ue le in Jesus actoves eran, po ta pare perfectmente cons ents Sant tut fel primero on rconecr, lex Gta las revolcones Je mur som parte de a pol {ar desubrcno entre sos eonsecence los rnene Yin eastrof elas compan Pero extagen no Laat totttaromo, como lo aepuran os storecors 2 Suen Kapln Fell Retin. The iin ed France 179 199, hac, Come Unter Pree, pp. 63 18 El dene de url ornament, esas” dest or Ran Hale puree du psn Fungi Par dan Fuhr de ste Pari al sma 2007p. 2 Viaae Aled Coban, “The Enlightenment and che French Rol son, en dapc ofthe Fen Revoir, Los, Cap, 1968 p28 "Sina ‘Be lm e0 oes comp, Pre, Calta cl Foi, 2008. 088 } ry |LAMISTORIA COMO caMPO DE RATALLA de obedlncncontetlucionai ques, al negate a Siotogur el regan dl urea ester cae iegimidad deste imo taratormanccece ae ‘So criminal Se tata mde hen spore Gene cee Despcne enon dco ala Contentona eticete 103m det login del "dsp de Hoe Ae Comin penta Quine eops aoe c lanes Ica dl tis Regimen ine eds Accpaicn ado dfenter un peseee seach cen popla de poco ersanoer ne [cdinrenrs in utonseue de Ror ena ce "Zime loerabe my bien Mig soon che vert inemediblonene a rvleee, acetone Caen astm dedominacis' forcone en linenta el Teron tenon Kewteste Pee Come ene Rovlucon Run. bata wens en trastorande taimente al dexpousne ce beet cn pote torino cussions enone ae iberador que sapertamente debe protege ene comer Pro a atonoml ee dade soe ae gu ern estado En orien sive stan cog ‘Nostiotce “hea do confonaston crac ance penlonin cate evouin yleconterrenea oe Snore une cncepetn cata! tao Anes Sebel ‘= maine mis idaguc Furl caande onee ie Sire sonatas dcbe acaeeede ane hese sso hombres de enorcee eeee 2 Mintien de Robes Sr rips del nrg’ x our te booar pour siden Dsus Pass La Foie, 207 [ud cap: Pratl port eta Dicuros te. de oos ‘alia Monferte Mata Vigo Tp, 200) Sobre la dincion nie excl ancio vase Michael Wales Re eRe, Pans "pel Abersour "Lie Sin Ju noun Sint Just, rs comps 80 timiento de amenaza que pesn sobre la pata, por la idea del complot aristocritic, por la visién del despliegue de La explicacién "ideoeratica" slempre ha sida el caballo de batalla de los historiadores conservadores, Formulado hacia fines de ls aos treinta por Waldemar Gusian, tn exie liado aleman que habia sido discipulo de Catl Schiit, el | concepto de "ideocracia" se abrié camino en el seno de la ‘istoriografia liberal Conoci6 st apogco durante la Guy pra Fra, prinipios de los anos cincuenta, gracias al histo ‘ador israel Jacob L. Talmon, quien capt las rafees del to {alitarismo moderno en la utopta democrética ragical de Rousseau y Marx. Desde esta perspectiva, muchos han visto en el pensamiento contrarrevolucionario Ia primera ‘expresidn de una critica al totalitarismo, En Iss antipodas de “Hannah Arendt, quo presentaba In critica dela losofia de fos derechos humanos desarrollada por Edmund Burke en 1790 como una de las fuentes Ideoldgicas del totalitarismo ‘moderno," Robert Nisbet vio en el autor de Reflexiones so bre ta Revolucién Francesa aun precursor de las cruzadas Antitotalitarias del siglo xx. Los stimos detractores de la > he Si ees een en PS 198 sy rn i on ar es ont ders tape a Ne iim stalin oto rege go tc ls la lane Gurtan, Buono Aes Eon, 201) nea Tlnn, a rie dea democa tai (195), Pa, ‘al iy 1966 [ead pot origees lean tua, Meio, gua 195) Hana Arn Les Origine duals 19511, Pari, Gainer sel Quarto, 20. pp 47-9 (ade aoe! dl elroy, trtde Gulls Slam Maid Taunt 194) "Vea Robert Nae, 984 apd the Cantera Iago, en ling we Cd) 86 Res, Nae ork. Harper & Row 1983, ey a LAHISTORIA COMO CAMPO DE RATALLA “ideocracia”comnista sn los bistoradoresestadouniden ses Richard Pipes y Marin Mala.” En la linea de Auguste Cochin, referenelaconstante de toda historiografia concer ‘dora ol primero subraya ls siltudes ene Ins "soce- dades de pensamiento" dela Thustraciony los cendculos de tn imligentsa usa de fines dl siglo xx para conclu que en cl "terror seo” de eos movimientsintelectuales se [BScaron i bases del “terror sngrento” dels ditadures Tevolicionaras, la acobina ya bolcheviue,Sigulendo esta logical Comité de Said Publica deriva de a Encyclopedic asfcomo la Chea To hace dees icles populists socal democrats isos previosa 1917, En evant al terror blanca “uyas Wetmas se cuenta por clntor de miles entre 1918 4 1922, ate no cumple ningin papel ens interpretacén, el teror se enraiza en las couviccionesjacobinas de Le nin’ excribe,precisando que est eror ae expresaba en la woluntad de “exterminar Fisicamente sla ‘burguesia", La palabra que Pipes destaca entre comillas no ese verbo “x. {erminar, sino el complement de objeto“ burguesa” tuna nociéa queincluye no slo una clase social sino, ms en general, a todos “aquellos que, cualquiera fuera su esta tus socal y econdmico, se opontan la poltca bolche ‘que’ Si bien eva estas declaracionesextremas, Malia gue el mismo camino, Deseribe el comunismo como la realieaeion de uncut” contrat eiterprea ahi tori dela vnse como ln exteriorizacion progresiva de una ‘eologia perigiosg "En ol mundo creado por la rvolu clon de Octubre, nunca tenemos que vrmoslas com tna 30 Cledad, sno slempre con un régimen,y con un regimen Para un tlane pal de storing conser dea Rov Jaca Franca ds ealasion Rar teate Domenic omar a ‘ese Rta Plies. Partin el, 20 ‘tebe Pps La Ron rae, ar, ress Uneerta REVOLUCIONES 19971917, DESPUESI99 ‘ideocrdtico™. Todos estos enfoques ubican el nicleo cen: tral dela experiencia revolucionaria en el terror -la dicta: ara jacobina del afo I dctadura bolchevique durante la guerra civil rusn~ que tratan de explica, de forma esencial Sino exclusiva, a través de eategorias tales como la psicoss, Ia pasion, la ideolog, la violencia el fanatismo, Evocando ‘4 Tooquevill, Pipes compara la revolucién con wn “ves Furet, por su parte, la describe como el triunfo de la “ilusion de a politica.” Sobre esta base interpreta la parabola del ‘comiunismo como la evolueién autérquica de un conceptod fn In que la historia social se bora pata dejar agar al desa- rrolloy desmoronamiento de una “ilusién’. “Miréndola bien, esta lectura presenta muchas Minida- des con el “eatecismo revolucionario” que denunciabs con tanto vigor Sila historiogeafajacobinaleninista de In Re- volucin Francesa siempre ha quedado prisionera -desde Albert Mathie2~ de una lectura teleoldgiea que interpreta 1789 a la luz de 1917, viendo los jacobinos como los an cestrs de los bolcheviques, Faret tampoco sale de esta vi sion. Se limita a invert los eddigos reemplazando Ia epo- peya revolucionaria por un relato toalitario en el que la “yulgataIeninsta” cede lugar a la vulgats liberal Tal como scribe en las primeras paginas de Pensar la Revolucién Francesa, “hoy el gulag leva a repensar el Terror, en virtud de una identidad de proyecto”.” Segiin Furet, el desmore- rnamiento de la uxss libra la Revoluein Francesa “de la tiranis que la Revolucién Rusa ha ejercido sobre ella desde ‘97-1991, Ps, Sul 1959.10 "Rohr Ppt Reon spc 12. > Banga Pure, ara veto fone pi p98 ‘Daniel ens, Quo ge? Pur fot nade “PrangoisFuret, Pee a Révoltion francaise, op. ci, 28 hace tres cuartos de siglo" De este modo, mancipé al liberlismo de su hereneia revoluctonarin -1989 habia cexpulsado a la vez a 1789 y'a 1917~ y lo conviré fina: mente en el hrizonte insuperable de a historia; una his. toria iberada por fin de las revohciones. libro negro del comunismo, exo prefciotendria que haber exerito Furet Si sumuerte prematurano se le hubiese impedid, parece Confirmar tal diagnéntico. La tarea recayd,enfonces, en Stéphane Courtois. Si Furetvelaen la ideologtarevolicl- Ea nse eon taltarnmos nobis y bole Jes, Courtols, por su parte, ersza wn mbraladicional al redielr el comunismo & un simple Fenémeno criminal. Su Iterpretacgn bores la rupturas del historia, con su pesor social y politico, con los dilemas y las elecciones, a | menudo trices, de sus actores, para comprimirla en una Contin lineal, la del comnismo toalitaro. La guerra ivi masa, ls hambrana, In coletvizacign de los campos, Jas deportaciones ye gulag ya no responden a una mult plicdad de causes, ys explieacigninciso escapa,en gran parte, «su contexto histério, Estos acontecimlentos se trchen las manifertacionesextemas de una mista ideolo i Bia de naturalea intrinsecamente criminal: el comuniemo, Su certiicado de nacimiento se remonta, segs Corto, | golpe de Estado” de octubre de 1917." A causa de este de tcrminismo ideolégic, la secuencia gue une revolucion y terror se postula Sénetfimente a prior. Stalin se converte en el ejecutor de los proyectos de Leni y rots, Sus rel kt ipo" = ranol Fae, “1788.117 alle ete a Réel en dat, ars, Gala co Flo, 1998p. 88. La reolctn a te, tr de font Manuel Cunca Trl, Mar, Encato 200) * sane Carel ie daca ‘Eee J Arch Gey y Roberta Mansng eke), Sait Tarr Now Pspcis, Nova Yor, Cambie Uniersty Pre, 1983 © transformarse en masacres cuidadosamente planificadas Una ideologta criminal, el comunismo,estuvo en cl origen de millones de muertos: Lenin fue el srquitecto del plan: Stalin, su elecutor, Estas figuras se elevan as la altura de serdaderos demiurgos que no dejan de recordar, aunque ‘is no sea para derribarlos, los mitos de "jee infalible”y del “gran timonel,otrora dfundidos por la vulgata esta niana. Como lo indicamos al principio, nos hallamos, por Jo tanto, ante la “version antibolchevigue de una historia, ‘polchevizada™ t Funas: - Otro sonido de la campana es el que se oye en The Furies, de ‘Amo Mayer Opuesto desde siempre ala escucla de Cold ‘War Warriors, est historiador de Princeton rompe eon el coro conservador y sacude el conformismo ambiente. St bien se opone claramente a la ola liberal, no adopta una postura apologética respecto de las viejas escuelas histr- fas, Lo que comparte con Tocqueville y eon Furet no es la ondena de la ruptura revolucionaria, sino la tentativa de tentenderla como tun proceso de larga duracién, Lo que com> parte con Albert Mathiez es el rconocimiento de un analo- ff fundamental -en los objetivo, Ins formas y los medion ‘entre la Revolucion Francesa y Ia Revolucién Rusa. Esta ‘tima fue vivida por sus actores, sino como una repeticion de 1789, al menos como una transformacién radical de la sociedad, de la que el modelo francés podia proporcionar ‘una brijulay una clave de lectura, Por lo tanto, la analogta justifica la comparacién. El resultado es wn gran fresco his- Arico que, por Ia amplitud de su horizonte,evaca los cua- "hm Maa 7 Ph 2 fg % LA HISTORIA COMO CANO DE RATAILA dros de Delacroix seg la opinion de algunos de sus eit com, Pero no se trata de un retorno a la narracion épea, Teo sires fndado sobre un sido armazn concep. tual que domina las grandes representaciones corales. Si caso dispone de modelos de referencia, éstos no son ni Mi helt ni Deutscher, sno mis bien Quinet, Mars y Weber Mayer rechaa la vision de eiertahistoriografia bral gin la cual habra, de un Indo, “buenas” revoluciones, ‘portadoras de lbertadesindividuales, del Estado de dere cho, cel mercado dela prosperidad capitalist, y del otro, Tas “malas, que seran mayorta inspiradas por la ideologta yelfanatismo, y que desembocarfan inevitablemente en la Wiolencia, Habitualmente, al menos desde la sistematiza- cin teériea hecha por Hannah Arendt, ambos arquetipos son encarnados respectivamente por la Revolucion Esta- dlounidense (la bisqueda de la iberad) y por la Revolucion Francesa (descariada por su bisqueda de emancipacion social) La Revolucin Francesa no se conformaba con la Tibertad, queria conquistar Ia igualdad. Sus actores perse- sgufan un objetivo emancipador y universalista que, segin ‘Martin Mali, los habia desconectado progresivamente dela slidad: "Los derechos hurmanos-esctibe es la linea de Ed (inund marke se vielen prinepiosreionalesahistrcos" = Eto siempre leva a que en uta revlucion se distinga una fase constructive de ay “derrape" toaltaro: 1789 contra 1793, febrerg contra octabre de 1917 (pra tambign, pars los historiadores marxlstas, la dicindura jacobina contra el ‘Termidor, la dictadiira bolchevique contra el esalinismo). Mayer: en cambio, considera las revoluciones como “hrias 40, Ul Ven Teron an War A Comes on Arma Mayer Pare Peck stra Star 0 824,40, “vise Hanmer, area Revlon 196i Parts, Call ‘nad 967 (ea esp Sob lela de Pdr Br, Mad ‘lane, 1998 ‘Shain oR sr des rotons, Ps, lane 2008p. 285 -REVOLUCIONES 1789 1917, DESPUES 1969 87 «qe, por naturaleza, tienen tendencia a radicalizarse,furias ‘las que el terror consttuye un momento consustancil, Para Mayer, el paradigma de la revolucin sigue siendo 1789, el acontecimiento que vuelve obsoleta la vision trad Aunque reno vad y transformad, es dlimo se mantendria hasta su de srumbe defitivo en 1914, a nueva Guerra de Teinta Anos "el dlogbstco de Karl Mar Frans Part (ol), Marte sotto ft, Pat Farman 1986p 170 Lee cap rs evn Pant ij Tene Suds, Meio Fondo de Gul Nie en hohe ited in Rie. Eup de 168 sone ur Furs, aaron 1983 ad tp: La porsae Stel neg Rigo, Mad, Aare, 88}, REVOLUCIONES. 17891947, DESPUES 196993 ‘que le seguria encontrara su epilogo recén en 1945, en una ‘Buropa en ruinas.® En Rusia, en cambio, el terror habia na- ido de una guerra clil todavia ms viruenta y mortal que | lade 1793-1794. La guerra civil rusa se sumaba a una guerra mundial que habla radicalizado y brutalizado los conficios politicos, las relaciones sociales, las divsiones nacionales Una coalcion internacional y na contrarrevoluein interna ‘que actuaban en varios frentes, ambas mezclindose a veces on revteltasnacionales contra un régimen perebido coma, fl continuador de la daminacién rasa, eran una amenaza para el poder sovietico. Este tuvo que defenderse erigiendo fa dictadura jacobina como modelo, Mayer no nigel peso de a ideologtn en el terror bolchevique la violencia justif- cada como via obligada de la transicidn hacia un orden so clalst-, pero se nioga a ver en ella la nica causa, y mucho ‘menos la causa decisva. Segtin su dptia, para explicar la violencia del poder soviéticn hay que relaclonatla con la de la contrarrevolici6n. Al igual que la “leva en masa” y, des: prs, la guerra dela Vendée, cl comunismo de guerra surgia de un contexto trgico, en el que “su conducta era dictada por una mezela de painico, emor y pragmatismo eruzado con hybris, ideology una voluntad de hier" El teor rojo respondia al terror blanco en iFebntexto de violencia social endémica, con su espiral de radicaliza cin, exageracién y exceso, que ambos canalizabain, Fue e tonces evando se formé la Chea, que adquiriérépidamente un poder considerable, pasando de 2 mil miembros en 1918 14 mil en 1921. La Choca se impuso como un érgano ex tralegal del terror ~en ello reside sin duda la diferencia esencial con la dictadura jacobina-, auténomo respecto de cortes ordinarias y hasta de los ribunales revolucionarias. tp; ena 5. Maye La "Suton rls Piste, op: En este clima de guerra civil la ideologia de las fuerzas re volucionarias -es deci, Ia lctara bolchevique del mar ismo=no fue a causa dela dictadura, pero desde ya que favoreci su emergencia. Fundada en el cult dela volen- cia como “partera” dela historia yen una vision normativa de la dictadura como instrumento de transformacion so fal, éta se combinaba con una profunda subestimacion del lugar del derecho en un nuevo Estado revolucionario, provocando voluntaristas huidas hacia adelante e inl tiendo a veces herdas profundas en el cuerpo socal. Nose trata de elementos que derivaban naturalmente dl con- texto material sino ue més bien constiuyeron la respuesta delos bolcheviques ante las difcultades de la situacion, La ideologay el fanatismo desempesaron su papel en el terror rojo la obra de rotsk Terrrismo y comunismo (1920) sic {ue siendo la sistematizaciin més coherente de todo esto-" del mismo modo que habfan tendo una funcion en el Te ror jacobino;cabe destacaralrespecto que Marx habla sido uno de sus primeros cfticos Cuando Lenin presen. taba la suspensin del derecho como la superacion de la “democracia bangwesa" y Tots dentifcaba la militariza clén del rabajo con la dctadura de proletarado, la violen- cia habia perdido su cardcterespontneo y emaneipador ara transformarse en sistema de gobierno justificado en nombre dela razépadeBelado, Un defensor del revolucién de Octubre, sl eomunisa ibertario Vitor Serge, ue ao este alanegen! transcode los as ents Ladin asi moimet Cnn, Pai ox 108, 197 sp: Rrarismoyeomuniamo, ad e iodo Bons Mads ¥ eyo ‘Sor ade Se, 2008) ‘ease Pants Fae (a), Mort i Réolon fogveo.t tector Serge, Mie ranma Pars Sel 38 p28 [tds rie dea olson de Tons Seg Node eins Lun 201) REVOLUCIONES. 1789 1917,DESPUBS 989 85 [Nacida del catacisme de Ia Gran Guerra, In Revol, ‘usa no logts propagarse pore resto del continente, Elfin de la guerra civil en Rusia coincidid eon la dertoia de las {entativas revolucionarias en Europa central. En enero de 1919, los espartaquistas fueron aplastados en Bevin y, uns meses después los Freikorpsrestablecieron el orden en M- nich gracias » una nueva represién sangrienta, En Buda- pest, en el mes de agosto, el mariseal Horthy puso fin a lx tfimera replblica de los consejos obrers dria pore c- ‘munlsta Béla Kun, Tras el fracaso del Ejrcito Rojo en lad puertas de Varsovia, durante el verano de 1920, los bolche- ques en el poder quedaron aisldos. Entonces fye cuando se inl, segin Mayer, l proceso de “ineriorizacid” de la Revolucién Rusa, que desemboeé en el estalinismo. Si Na poloén habia proyectado la revolucién hacia el exterior ha- flendo Ia guerra, Stalin la volvi6 a Mevar hacia el interior primero, proclamando el “socialism en un solo pals”, des ppués,procediendo a una politica extremadamente brutal y desgarradora de modernizacién de la sociedad. Mayer no ‘compartc las teoras “lotalitarstas” que hacen del come rismo miso el homdlogo del nazismo alemsn y del fascismo italiano. En una formula que recuerda a Deutscher, pre sonta el estalnismo como una amalgama de “reallzaciones rmonumentales y de crimenes monstruosos’.® La “segunda revolucion” que puso en marcha Stalin a partir de 1929 fue tuna terible guerra socal conta el retras eslavo, en la que ‘convergian pulsiones occidentalists, imperntivos ieolde 08, una vieja hostlidad del marxisme nso hela el mundo ‘campesino, as como un autoritarismo heredado del pasado zarista. La guerra civil (1918-1921), la colectivizacin de los ‘campos (1929-1933) y las purgas vinculadas con les proce- $08 politicos (1936-1938) constituyeron las diferentes eta- Revlon en Moon Wats asa op cpp S88 pas de un proceso de “interirizaci" de fa revolucin a= lad y replogada sobre si misma, Al igual que la guerra de la Vendée, la deskulakizacidn tampoco fue un genocidio, ya {que su objetivo no era exterminar al pueblo. Si bien es clerto que las expropinciones, la confistacién de las cose cas, las deportaciones y Ia hambruna generalizada scaba- on con varios millones de vctimss, esto fue el resultado de tuna "revolucién desde arriba” eoncebida y puesta en mar cha por métodos burecriticos, mucho més improvisada {que rigurosamente planificada (y, por lo tanto, con efectos ‘muy incontrolables). Segiin Mayer Ia comparacién mas pertinente no seria con la Shoah, sino con la gran ham Druna que diezmé a la poblacinirlandesa a mediados del siglo xn Lo mismo que para las “catéstrofes naturales” de Ja India biténiea el recurs al concepto de "genocidio” re- sulta problemético, si bien es cierto que la hambrna que aso ls campos sovitico en los ios treintaaliogé toda re sistencia social contra la politica de Stalin, El gulag -18 mi- Hones de deportados y més de 2 millones y medio de vct- mas entre 1929 y 1953." cumplia, a su ver, una funcion ‘econémica esenclal en este proceso de modernizacion, En sintesis, Stalin no era ni un jefe providencial, sein una mi tologia hoy eadueca, ni un verdadero "termidariana” niso, Segin la 6ptica de Mayer aparece, sino como un revolicio nario, al menos como up “modernizador radical” cuya obra ano. Maye Ls Fs o. ot SI Hayeuine conser ate sible a coleacgn de sampos vnc of cones cone “ngenocllo, gui anger gnats en Vrain, doce puna an ‘brn emudesel del chlo ease cls Werth La rane amin rained 19521938 enka ere Da Sti ton ‘pute, Pat Pei, 207, pp E130, ase Ane Apia Goulet, Nae or, Anchor, 2008 (especlnete ana How Mang 9088) [ead exp: Gu tore is canpas de eonceacin sv, tad. de Magna Che ‘tara Bo REVOLUCIONES. 179971917, DESPUES 199997 se inscribia completamente en el proceso ablerto por oct re de 1917. Aunque distnta, sus "furias” fueron, de he cho, Is prolongacisn de los combates del Bjrcito Rojo du fjante la guerra civil, y su impulso recién se agots en 1945, ‘abo de la “gran guerra patrétiea” contra la Alemania ‘naz. Por o tanto, la Revolucion Rusa conclayé s parabola fal final de la nueva Guerra de Treinta Afios que le habia ‘ado nacimlento, asf como la Revolucion Francesa habia conocido su epilogo en 1815, je Siesta interpretacién dl teror revolucionario suscital Jreseras,éstas no se deben ni as historicismo (ls larga du cidn) nla su comparatismo (el paralelsmo trazadg entre rancia y Rusia, con mas den siglo de distancia entre una ‘otra, sino mas bien a su carécter monolttico: Ins revoli- jones son aprehendidas como blogues en los que podemos istinguir etapas, no rupturas.® La Revolucion Francesa, Jniciada en 1789, culmin6 en 1815, incluy6 no slo el Ter ‘midor, sino también el Impero; la Revolicién Rusa, nacida en 1917, cer su ciclo con la derrotaalemana de 1945. Por siguiente, el estalinismo no sera -como lo consideraba [frotski, cuyos andlisisextrafiamente ignora Mayer-” su Mase termidoriana y bonapartsta, sino el apogeo del Terror. ste enfoque presenta afinidades signficativas con el de los ‘Vase Cra Heme, “Reston Hisorigrpy fer te Cold War Aen Mayes rene FonchConenten The for of Male Mi. Sir nn . : “ 19851 en Neve ae Bato, Pare Map, 963, pe P23 ed. {ips “Eta overs ero y Soaps en Aber Ager alanenda9 eesti, Made, aoetacn Cla inane, 200 en Mosk a Revaion re 936), arts Mu 198) ad pt rola ratonada, Mod, Funan Feerca Hoge, 1991) Sein ral Termidor uo data de madindo vee ene ‘oy alex dlorado bs coagustan des evolu Ro nuevos historiadores sociales estadounidenses, amados “revisionistas’, como J. Arch Getty y Sheila Fitzpatrick Para estos tims, nose trata de posislar una continuldad sustancial entre Lenin y Stalin, sino de insribi alos dos, ‘on sus diferencias, en un mismo proceso histérico, puesto ‘gue Ia colectivizaciény la industrilizacion de 1929 supe. nian y profundizaban la raptara de 1917, Segin eseribe Fitzpatick en La Revoluciés Rusa Jas guerrasrevlucionarias de Napoli pden inclsitse en ‘nuestro concepto general dels Revolucién Frances, s bien fa las consideremos come Ia encarnacién del espirita de 1739; un enfoque andlogo parece legtimo ene caso dela Re olucign Rusa. En el sentido cosent del tein, tna revo edn cubre el periode delevantamiento y de inestabilidad centre la caida del antiguo sépimen y la consolidacion del ‘nuevo. A fines de os aos vent, adn nose habianesbozado Inside de ie eden rs." Dicho de otro modo, entre Leni y Stalin no habsfa nl up. tra radical ni evolucién lineal, La Rusia de 1917 y la de Stalin no eran iguales. Entre Is violencia de una revolucion y lade un sistema toualitaro, hay una diferencia que pasa por elecciones empiricas, decisiones politicas, transforma: ciones internas del aparato del partido y del Estado, pero aun asi seca difel negar que las bases del estainismo se sentaron en Rusia durante los aftos dela guerra civil Para Fitzpatrick, a Revolueidn Rusa se detlene en 1938, com los procesos de Mosc en cambio, Mayer incluye la Se ‘gunda Guerra Mundial en la Revolucién (ago que la autora sity Press 1994 pp. 394 tad emp. La Reoluion Ruse, Buenas As ‘io , 208) [REVOLUCIONES. 1789 1917, DESPUES 196999 po deja de reprocharle) pero In cuestidn esencial no es de forden cronolégico.Citando a Hannah Arendt, Mayer distin- que entre el terror de la guerra cli, resultado de una dicta- ‘dara evolucionari,y el terorestalinis poder central habia activado de buenas a primeras en uit pats apaciguado.”” Aunque se trata evidentemente de una fistincion esencial, juga innecesario detenerse en ella, St Mayer tiene razén cuando afirma que las revoluciones no derivan de una ideologia, parece pasar por alto que éstas, auraviesan no sélo etapas, sino también rupturas, durante Jas cuales se realizanelecciones poiticas decisivas. "La re rolucién desde arriba” de Stain no habia sido pésile sin 1s ruptura de 1917, ast como el Cédigo Civil que Napoleén Introduce en la Europa conquistada derivaba de las trans- formaciones de 1789, pero no era su resultado ineluctable y lautomdtico. Otros sistemas politicos, otras formas inst fclonales y otras vias modernizadocas tambien eran posi bles. Ninguna fatalidad presidia el advenimiento del Impe: ro napolednico odeltoaltarismo estliniano, Mayer no se Jnteresa mucho en las querellas sobre la democracia, en las ociones de “propiedad”, “igualdad” y "justicin social” que divdian afeuillanesy jacobinos, a jacobinos y gltondinos 0 Pincluso a jacobines y ansculottes. Las fuerzas sociales sub- Fyacentes a estos conflicts idealdgicos, ya detectadas por historiadores como Albert Sobol y Daniel Guérin, no en- ‘uentran lugar en una reconstmuccién en la que, come lo reconoce el propio suitor, la revoluciin es mucho més un hecho politico que un conflcto de fuerzas sociales.” Del 2 as Sha tare, "Vengenc nd Reset in he Rosson Revhin’sen Fen Mitel Sede nm. 200178 gis ds tare, op ec 33. ‘itm Majer Remsen Pench trical Suds, i, 200, ‘mire Révabiue, 2s. ars, Gallimard, 1948 ad esp: La lucha de ‘oltarequeel ‘mismo modo, deja de lado los debates sobre a dictadur, las lbertades pablicas, el pluralismo politico, Ia relacion entre partido y soviet, entre plan y democracia, entre na lonalismo e internacionslisma, que dividian a las fuercas rovolucionarias rusas. Sin embargo, se traté de confictos muy agudos, tanto entre 1917 y 1922, el periodo en el que se instalé en Rusia un régimen de partido dic, como en- ‘we 1925 y 1929, cuando Stalin eliminé del partido bolche- vique, primero, ala oposicién de izquierda (trotskista), después a la de derecha (bujariniana), Mayer s6lo evoca estos conflictos desde su peculiar perspectiva, que con- Verte Stalin tanto en el heredero como en el ejector de Ia revolucion: ldchate entre wouskistasy estalnistas hac recordar cierto clementos del iscsi sobre la gerry la paz ene gion Aisosyfacobinoe en 179-1792. Giroinosy trtskstas ten dian a afirmar el primado del plea extranjes, pcs ar volucion europea debissostener a revolucion “nacion Jacobines yestalinstas subrayaban, en cambio, la predomi nancia de Ia polit interior. En este apect, Stalin se pare «inal Robespere anterior la carrera perenoria dla Con sen al gers gecral™ 5} Sobre todas estasseucstiones, The Furies reabre el debate Mayer dius una alternativa ala historiogratia Neral y conservadora, af Hempo que introduce un paderoso acicale crticoen el campo dela historiografia revlucionara, ses apo de Reece Pace, de Cros Manean, Me fra Alama 974 Als Steal La Rau nai, are, Pees Us dams adept Picn od [REVOLUCIONES, 17991917, DESPUES 1999 404 Mrro emistons ‘si watamos de comprender Octubre de 1917 mas alla del mito, este acontecimiento adquiere simulténeamente los ‘asgos de una revolucion y de un golpe de Estador un acto de fuerza decidido por el partido bolchevigue en el contexto de una crisis revolucionaria que venia profundizAndose tras Ja caida del zarismo.” En el plano militar, Octubre no fue tuna insurreceién de masas y en efecto, surgié de un mod ‘mucho menos espectacular que muchos otros aconteci mientos ocurrides unos meses antes en Petrogrado. Mas alld de dos salva del crucero Aurora y de algunos tsps dis- parados desde In fortaleza de Pedro y Pablo, controlada por Jos bolcheviques, hacia el Palacio de lnvicrno, los guardias ojos tomaron por asalto un edificio que habia quedado prcticamente sin dfensa y detuvieron en unas horas los miembros del gobierno provisorio (Kerenskl ya habia hhuido) cas sin derramar sangre. En el plano politico, los bolcheviques supieron explotar las debilidades y las incohe- rencias de sus adversarios, Eran los dinicas que no se ha- ban comprometido con un gobierno que, en higar de satis- facer la demanda de paz surgida del levantamiento de febrero, habia lanzado una ofensiva militar desastrosa en Galitzia durante el mes de junio. También aparecieron como los guardianes de la revolcién evando, en agosto, brindaron una contribucién decsiva para hacer fracasar el agolpe de Estado del general Kornilox. Su lama ~"todo el po- * Vue Nios Wry “Un fat conte son peuple Vins, pe slo ters en Union Sots’ en Stphane Court Le Le Revlon rss 8811938 a rage ds pup, 2 vos. Pats Cal Imad eo Flin 208 md ep La Aol 199-134) a ‘i de an aia nde Co Via arson, Edn, 300) Alea ‘errno Phe Basar Per Te Pe orf Soi ae ‘eso, Booming, nda Unive Pree, 0 mo {LAMISTORIA COMO CAMPO DE RATALLA [REVOLUCIONES. 17691917, DESPUES 1869 108 rmocritica nacida en febrero y abrié una nueva etapa que desembocarfaen la guerra civil. Esta ultima no estaba ins- criptaen el proyecto ldeolégico de Lenin y Totsk, pero ya no podian volver atrs, despues de haber superado el dus lismo de poder entre los soviets y Ia Asamblea Constit- yente. Y la inica manera de sobrevivir eonsistia en comba- tir a sus adversarios por todos los medios, tratando de rmontar la ola revolucionaria y de “organiza” Ia anarquta focial que se habia apoderado del pats. Habfan entendido bien que In revolucion era uns futia y que debian hacersd cargo de su direccin si no queria dejar la pel. La Revol~ cidn Rusa habla nacido de la Gran Guerra y swrviglencia ‘surga de un trauma profundo, de una brutaliacion de las relaciones sociales, de a cultura y del mundo mental de Eu ropa. Los bolchevigues no fueron los inventores de esta vo lencia; mas bien fueron sus intérpretes, enfrentados a ene: -migos igualmente feroces, si no més, apoyados por las grandes potencias oecidentales, Para historizar la Revolucién, hay que abandonar los mites. Pero tampoco aleanza con eliminaris, Mas bien ha bria que estudiarlos,anslizaros y expicarlos, puesta que fambién pueden cargarse de una fuerza extraordinaria. Sin dduda es posible ver en los primeros congreso de la Interna- cional Comunista un edetel sumamente explosivo en el que ‘se mezclaban revolucionarios, conspiradores,intelectales doctrinaries, idealistas, aventureros,“eosmopolitas sin ra ces", Jefescarismatics, héroes y mautives, al lada de futu- 10s burdcratas,caleuladores magulavilicos, chequistas y tras bambalina, algunos verdugos esperando su turio, Pero leomunismo no sélo fue una pesadila orwellian, también fue un movimiento que logré dolar con un sentimiento de dlignidad a las clases subaltemas y encender las esperanizas de varias generaciones, Toda a historia del siglo 2 fue atra- vesada por este Jano de dos cabezas capa de encarnar al mismo tiempo un sistema toalitaro y fuertes aspiraciones er alos sovets™ gozaba de una adhesion may amplia, que superaba sus propias fuerzas, fe ratiicado en el Segundo congreso de sovets de obreres, soldados y campesinos, du rante la noche fatidica del 7 de noviembre. Sila propuesta, formulada por Martov el jefe menchevique més propenso al compromiso-, de un gobierno de todos los partidos so- cialistas no fue reibida favorablemente, se debié que era ‘minoritaria, Aunque resultaba muy hicida desde un punto de vista retrospective, aparecia como patética en esas ci ‘cunstancias y Trotski tuvo la arrogancia de condenar ast ex companero “al cesto de basura de la Historia’. Los bol chevigues no eran Ja vanguardia de un ejreto proletario en ‘marcha hacia el futur, seyin el cliché que difundietan Tuego, pero tampoco eran la minoria sanguinaria que des cribifan sus enemigos. Eran minoritaries en el conjunto el pats, tl como lo probaron las elecciones para la Asam bea Constituyente, ampliamente dominadas por los soe. Tiss revolucionarios, Is fuerza ms enraizada en ls cam- pos rusos; pero habjan conguistado la mayoria en los Soviets y constitulan la fuerza hegeménica en las grandes ciudades como Petrogrado y Mosc. Lograron quedarse com el poder aprovechando a la vez unas mayoriasflctuan tes en ina asamblea de sovets que tomaba soluciones eada vez més radicaes, empujada por la dinamica de los acont- cimientos yel deserédie-de un goblerno incapaz de resta blecer el orden frente a la descomposicion del ejército y a ‘una hostilidad ppular en aumento La ratificacién del cambio de poder por el congreso de Jos soviets prueba que Octubre no fe 1m putsch en el sen tido tradicional del trmino: sina que este acto de fuerza mare un punto de inflesin: puso fin ala efervescencia de- ‘sl 196.091 [a xp: Horde Rec Ra, ea e ‘rou Nin Nat, ete ets 207) emanclpaors, moizando a milone de hombres ym fer esas planeta, Quad por exo Hegel Sale corto de wopls eh lela conemoracon dls Vets alist ore de asrvhuciones gue nufagaron, Hat Aru Rosen to do leroy infty Eos ue fread rons focren deacon magna qe habla fri el comer nism dante a primers fase desu yeti, ante a Chal mismo na habia podid sation, Eatbnmon eq soca por rncins ener ica ms autbiogiasy pep aus “lens, dese el prio, denigraron a Reve Ieton Russo hiseronprincpamons po rons menor leables que muestro ror Hay mar de diferencias ene tenamtorede descorantado yrs ncapaces de amar” Rober Lf 1954, 27 [end ep Anabela ee ‘ead de aon Roda Wiese Bars, Det, 2040) IIL. FASCISMOS Sobre George L. Mosse, Zeev Sternhell y Emilio Gentile ‘Ao 1aKco de las tes ttimas déeadas, In historiogratia de} fascismo ha conocido un desarollo considerable, amplian- do su campo de estudio, modificando sus paradiginas y es bozando nuevas lineas de investigacin. Entre lo histori dores que més han contribuido esta renovacicn, George L. Mosse, Zeev Sternhelly Emilio Gentile ocupan un ligar protayénico, Por supuest, no son los tnicos qe han hecho contribuciones importantes, pero sus trabajos sin duda hhan generado los debates mas ricos a escala internacional SI bien Mosse ha centrado sus investigaciones en la Alema- ‘la nazi, Sternhell en la Francia de la Tercera Republica y "Por mencionar sto algo ore, ane Roger atl “Towards New Mole Gene Plan Jol of oa os 199k pp 148 Roger Gil, Fe Mau of From, Lanes: Res 199% Roger cen na asc, The eae Begg rhs and tr, Houndmlsy Nar York Pagan 20% (od ‘demo yf. ka eneacion de coon Ms tod de Jae aco Casey, Madi Aa 3010 Rat 0, Panton Le ‘anand Dion, Madson, Uses af Woon Ps, 1980 [ad ‘tfarton, Mas Alana 962 Sky © Pay, soy Fase 1961845, Ladies, 1995 (ad ep tra deft ah de Boaney vA, Brinn Manca 95) Se Campos Epa Sone Bata Lo raion faqs Maid Mea Po, 20 Fedrco ncn: Ponsne Fecal ene. en Se fe Aria en 199-1985, Durban Lond, De Unies ress 2010 (org: Fionn resin cog Volta Sor (den Angina) on ta 191198 Bac Nw, Pode Calta Brendon, 2010, Gentile en In Italia de Mussolini todos se inscriben en una perspectiva comparativa en la queel concepto de "fascismo" Constituye st horizonte comin, CCoxstELAciones tsroRLADORAS El papel de pionero corresponde indudablemente a Moss, el mayor de los tes, fallecido hace diez afos y ya “canoni- ‘zado” como umo de los grandes historiadores del siglo x<. Su enfoque de la historia contemporinea es el resultado de ‘un itinerario intelectual bastante particular, bien recons- truido en sus memorias, publicadas péstumamente.? Mosse nnacia comienzos de la Repibica de Weimar en el seno de tuna Familia pudiente del pariciado judfo prusiano; su pa Gre estaba a la cabeza de uno de los ms importantes impe- tos editorialesalemanes, Junto a st fami, cl joven Mosse fue obligado a abandonar Alemania en 1933 y sgul6 sus es tudios primero en Cambridge, Gran Bretana, luego en Har vard, Estados Unidos, donde se instal en 1939. Después de haber dedicado una tosis a la historia de la Reforma, se ‘orients hacia el estudio del fascismo y del nazismo, Su ca tera se desarrlls escncialmente en la Universidad de Wis: consin, Madison, una de las mas libeales del mundo aeadé- mico estadounidetise-¥06, entonces, el final de Weimar y cl desarroll'del nazismo, el apogeo ¥ la desaparicién del judaismo alemsiirl antifascismo de los afos treinta y la ‘guerra, el macartismo en los Estados Unidos de los aftos ‘cuenta y a atmésfera efervescente de los campus univer stars en la década siguiente. Judio y homosexual, acudlia ‘eWhconin Pre, 200) (ead xp Mac ote tri Ut ut ‘lef tre de arn Bon Vr Vlei, Unrest len Sees eR, 208) 1 su propio bagaje de recuerdos y experiencias cuando es cxbia sobre et problema de la respetabilidad burgess, so: bre la relacién compleja entre nacionalismo y sexvalidad, entre norma yallerdad, entre nacionalismo y vanguardia atistica, asi como sobre la imagen del cuerpo en la estetica fascista ‘Al pertenccer a generaciones posteriores, Sternhell y Gentile pasaton por otras experienc formativas. El pri ‘mero, profesor de historia en la Universidad de Jerusalém, se formé en al Instituto de Estudios Politicos de Parist donde realizé sutesis. Aunque ego tomé distancia de esta Institueién, construyd una obra que lleva le inmprgnta de tuna historia de las ideas poiticas de fatara mas bien cl sica, impermeable tanto a las Influencias del marxismo como a las de la historia social y cultural. Gentile, por st parte, fue disefpulo del principal bidgrafo de Mussolini e historiador italiano del fascismo, Renzo de Felice, con {quien reconoce su filacién intelectual. Sin embargo, se fale de su maestro, por un lado, al prestar menos atencin ala biografia del fondador del fasclsmo y, por ott lado, al orlentar més sus trabajos hacia Is historia cultural. A tal punto que sus afinidades metodolégicss con Mosse se han vuelto hoy mucho més evidentes que las que lo unen a st maestro italiano * Sin embargo, De Felice sigue siendo el vinculo entre ambos. De Felice y Mosse ran dos historia dores diferentes en varios aspectos, De Felice, unos diez afios menor que Mosse, se form en la escuela historcista de Delio Cantimori y Federico Chabod, y ecién descubris > iio Gene, ena De Fl, La strc ei pasonge, Rome y * Gut aconoce jstaente nl ay” hain Mee (ne ‘ilo Ges endl tara La seated pte lie esi, Romy Bs Lteres, 200, pod ple deft ba Secratecon de patent ft fect, ta de ino Pcl, Buenos Aes, Sil, 207, Ia obra de su colega estadounidense cuando ya habfaavan. zado en su investigacién sobre Mussolini Su cnfoque so bree fscismo privilepaba la historia politica e institucio nal por encima dela cultura y la estétea que, en cambio, fran el centro de atencién de Mosse. A pesar de estas dife rencias, el biégrafo del Duce no esconda su admiracién por su colega estadounidense, en quien hallaba la concep: twalizacign de varias de sus intuciones y de algunos rest tados de sus propias Investigaciones. Los trabajos de Mosse lo ayudaron a precisar su vision del fascismo como fené- meno de naturaleza moderna y “revolucionaria", a captar cen la “nacionalizacin de las masas" la fuente del consenso popular hacia el régimen de Mussolini y fnalmente a ras- trear los orfgenes del faseismo en una tradieién de i2quler da de mattis jacobina, A'su tarno, De Felice contribuyé ‘mucho en la difusién de la obra de Mosse en Talia, pats donde encontré su mayor repercusién fuera de Estados Unidos (, en menor medida, de Alemania). Por su part, Mosse veta en el biggrafo de Mussolini aun investigador ‘que habia aplicado sisteméticamente en sus trabajos un étodo cereano al yo, que consistia en estudiar el fas cismo “desde el interioe",ceupandose en serio de sus hom bres, sus ideas, su cultura y su “autorrepresentacion", sin flvarios a través de una mirada exterior, especialmente la Rony Bas Later, pv ep fac Serpe’ ‘nto tnd. ear Pacman ues At, Pain, 1978 no ‘amen a duct debe Fee» econ Nala de George Moa, anaionatndone dele masse Sioln pliio vient platens desma eGo Meter a ‘Mari Pone 209) ‘phan Audoin Ror, "eos. Monss Resins nate meron ‘aang rangi’ en al, 201, 8-08 del antifascismo” De alguna manera, De Felice es el lazo {que une a los tres historiadores centrales de este capitulo. Ya desde 1983 senalaba a Mosse, a Sternhell ya Gentile, junto al socidlogo italoargentino Gino German, como los investigadores que habian hecho las contribuciones més importantes e innovadoras al anélisis del fascismo desde fines de los afios sesenta.* Sterbell, por su parte, ha reco nocido recientemente sus afinidades con “los herederos its lianos de Renzo de Felice” -Pier Giorgio Zunino y Emilio Gentile, para quienes “la explicacién del fascism itallan® reside antes que nada en Ia ideologia y en Ia cultura"? Ccurruna eases Entonces, ¢qué fue el faselsmo? Si bien cada tno de estos tues historiadores ha aportado su respuesta, todos compar ten una definicién centrada en algunas earacterstcas esen- SigedRrcacr “Me nd Popegac en nga ede ia Renz eds), Sti Yocaur 189-00 Maroc am esha Deutsche Schegestca 1989 Wartacer tape, mm 7) p88 Siglo tl omple de Krncuce, tse taen Pte Rec Fascination "Ta Talon es Origine demerit (1958, Pat, Cala Lt 946 [cp Las ange decree tro de Mane! Crea ata Mere, aa: 19) ranges Fores 1 Pod dine sason Eat Pike soma at le, Pa. Lon y Carn 195 ep: cad dea Esty Sobel et coat els wth de Meni Ul, Mex, Pond 4s CatrsBeonn, 1995 asexsos. is ‘mo. En realidad, la continuidad que capta entre jacobi- rismo yfasclsma no concieme ala ideologtay se limita mis bien al estilo politico (dos maneras distntas de sacralizar lt inaciéin)." Por su parte, Gentile también reehaza la asimila- ‘in del fascismo del comunismo en una misma categoria y subraya Ia atts radical entre el nacionalismo del primero yl intemaclonalismo del segundo, una anttesis que, sean $1 opin, priva de cualquier "fundamentohistrico” a la vi sn de una pretendida afinidad genética entre ambos. En, cuanto a Sternhel, él no cree en In tesis de Frangois Furet! {que postula tna “compliedad entre comunismo y fascism" (Masala de sus afinidades supericales, Semel pigysa que Jos dos “poseian una concepcidn totalmente opuesta del hom bre y de la sociedad”. Perseguian cbjetivos revolucionaries, pero sus revolucionesestaban en ls antipodas: I ina econ. mica y soca, la otra ultra, moral, psioldgica y politica’, ‘encaminada a cambiar la cvlizacin, pero en absolito a des. ‘muirel capitalism.” Esta diferencia radical reenva ala rela ign antinémics que comunismo y fascismo mantienen con Ta tradicion de la Iustracién, de la que el primero se deela- rasa heredero y el segundo, sepultrero.® ‘Mosse considera la historia cultural como un rea mu ‘cho ms vasta que la historia de ls ideas, tal y como la ha bia deseubierto al llegar a Estados Unidos (representada sobre todo por el Journal ofthe History of Ideas de Arthur 7 Genre L- Mone, "ola Stl ad Fle Thor Tai eran Revit [1984] en Cofoting the Maton opt. 88 ‘Emile Gentle, Gente que fst. 2 Zoey Scr“ foc, cea ne™ em Mba Day (etd te de lle gal a sce, Pte, Abin Mic 203, Zao Suenl,"Morpalogithiveropapbied scsmecn Ran | Lovejoy, donde publicé sus primeros artieulos). Cree que para comprender el fascismo la historia ideologica y pol ica no alcanza. También hay que tomar en cuenta sus te presentaciones, sus pricticas ys capacidad de dat forma & los sentimientos populares. Se trata de un imaginari colec- tivo que halls en el fascismo un foco, un espelo, un ample ‘eador y una valvula de escape. Desde esta perspectiva, que privlegia los aspectos culturales y antropaligicos ala eco- rnomia y la sociedad, a las ideologias y las institucfones, la historiogaffa tradicional del fscismo y del nazismo, com pletamente centrada en la dimensin politica de los regime: res, puede ser tranguilamente jgnorada, El estudio de las formas simbolicasinspirado por Ernst Cassirer. Aby War bung y Ernst Kantorowiee parece mtcho més fecundo*! Por cierto, este enfogue le da fuerza In obra de Mosse, {quien ha renovado la interpretacién del fascismo tomande en serio su Tenguaje y sus mitos:? Pero esta aproximacién tambien ha mostrado,a lo largo de los afios, todas sus debi- Iidades, desembocando en una historia cultural que suele subestimar la importancia de las ideologias y que funciona como sustituto de la historia social en lugar de integraria En su primera gran obra, The Crisis of German Ideology (1964), Mosse se dedicé a investiga las races del nazismo ‘nun vasto movimiento cultural especticamente alemén: el nacionalismo volkigaltfistudié el naeimiento de laid ale- ‘mana de Volken el seno del neorromanticismo, si “nstiti- cionalizaciin” postejor entre el ultimo euarto del siglo x1x yyla Primera Guerra Mund] tanto en el mundo académico “Vesela ineeducin de Geng. Moss, Mass and Man, atone ‘tan Ps Pepin of Resy, Nae or Hower Fe 1980. George: Mosse, lt Ree fact 9p. cp. 1. Vee ae recto Smmout Drescher avd Senay han Shain (ee) “George es and the Poa Symbol Pllc! Selon Madey Ea ‘ee Eas non of Gs Mo Nao rk, ote ‘como en los movimientos juveniles, para analiza, por dle timo, su desarrollo en el nacionalsocialiemo desptcs de 1918. Le parecié entonces que la caracterstca mis desta- cada de esta ideologia wlkiseh se encontraba en el rechaz0 de i Tustracion, Su interpretacion del nazsmo se presen: taba an como una versién nueva, més centrada en la ant pologia y en Is cultura que en la polities, dela teorta tad ‘onal del Sonderweg aleman. Ciertamente, se traté de una etsin mucho ms sofsticada y admirablemente argumen- tada en el plano cultural, pero que no se distingfa culitats vamente del diagnéstico aparecido después de la guerra ‘cuando se comenzaba a interpretar el camino del Reich gu Termine hacia Is modernidad como un alejemient de un pretendido modelo occidental encarnado por In Revolucion Francesa yellberalismo britsnico." A partir de lx déeada {de 1970, en cambio, Mosse empoz6 a explorar-quizs bajo la Jnfluencia de a escuela de Frincfort- el costado oscurn de Ja aujldarung [ustracién},cuya dialetica negativa analiz 10 como fldsofo, sino como historiador de In eur. A medida que el nacionalismo absorbia el conformismo bur ‘ree te tare Davis Blackburn y Geol Ely, The Peubariiesof Garman History Bourgeois ‘eit ee hare Septic Mecha rian gus, ol ideal de la Bildung Ia educacin, la cultura y el au toperteccionamiento concebidos como valores universes era relegado al campo de los outsiders, y tomaba una coloracidn cada vez mas judia. E hiato que el nacionalismo ‘marcaba entre su apropiaeign dela respetabilidad burguesa (Sittichkett), de un lado, yla Bildung jadia, del otro, ene raba dudas Sobre la capacidad del liberalismo para opo nerse al ascenso del fascism.” El nacionalismo moderno hhabia nacido dela Revolucién Francesa, y su enctentro con la sociedad de masa, a fines dl siglo xi, habia sentado las bases para el nacimiento dal faseismo, que tendria lugar tras la ruptura de 1914, De este modo, el faselsmo encar nnaba el rechazo de clerto legade filossico y cultural de la Iustracion (el ideal dela Bildung) y, al mismo tiempo, pro- longaba y radicalizaba otros rasgos eonstitativos (la nacio nalizacin de las masas). Los mites, los sfmbolos y la est&- tica “los vectores esenciales de este proceso- adquirieron stun lugar preponderanteen los trabajos de Mosse, en de- Irimento de otros componentes fundadores del fascismo,** Este itimo heredé sin duda el estilo politico del jacob rismo, que funcioné como punto de partida de la conver sion del nacionalismo en religin civil, pero st ideologia y su vision de mundo se forjaron en un conflicto radical con Ia filosoffa de la ustracidn y con todos los valores ~iber- tad, igualdad, dergpcracia, derechos humanos- proclama- dos por la Revolucién Francesa. Mosse era consciente de * George 1 Mose, “evish Emancipation Btwn Bing ad Re pectabli 1585) en Cnfonting the Aston op. cp. 18-18 “Fay Winte "Detstlinece esac luton de George, Mons’ en ae, naa 5-200 pp. TE 4 Zee Steral sole el iio de Mosse “Te ait Revlon’ en The ‘Aono Hatori Rie, 10a 8 200. sto, pero en sus trabajos no toma en consideractén todas Jas consecuencias de tl constatacién, Tnso.oats Desde este punto de visa, los trabajos de Zeev Sternhell contibuyen a reeqilibrar las perspectvas. Al privilege la historia de las ideas, este autor capta el ndcleo del fascism, ‘en la antillustracion: "Un rechazo total de la vision del! hombre y dela sociedad elnborada de Hobbes a Kant, desde la revolciininglesa del siglo xvnt hasta las revolueiggeses- tadounidense y francesa". Pero si tendencia a redhcir el fasciemo aun “arquetipo ideoligico™ y a capturar su ese: len sentido ‘platénico", en un proceso intelectual alslado de su contexto social, presenta limites igual de considera- bles, stnque diferentes dels ya mencionados en Mosse, En cfecto, el enfogue de Stemhell se earacteriza, més all de st Indiferencia hacia la mitologia y el simbolismo fascists, por su rechazo normativo a toda contribucién de la histo” Fla social, Seguin explica en contra de sus eriticos, el fas: clsmo tiene “razones intalecwales profundas y agrega que, para comprendero, “la historia social no seré de gran ayy da". En un conjunto de obras constantemente reeditadas yaumentadas, Sternhell presenta cl fascismo como una co ‘mienteideoldgiea aparocida en Francin a ines del siglo XIX, nla €poca dl caso Dreyfus, y que culminé nataralmente en elrégimen de Vichy en 1940, En sus orfgenes estar elencue: teo yla fsién entre dos tradiciones politicas hasta entonces * Zen Stell “arctip Seslopes,cerevss n MDia y M accion a et En, ms, 968 9.98 Zs Stns. Moret storoprapie da cmeen France antinémicas, una de inqulerday Ia otra de derecha, La “de recha revolucionaria’, primera manifestacion del fascismo, era el producto de una sintesis entre corrientes de derecha { ‘que, bajo el impacto de la sociedad de masas, habian op. | tado por dar una impronta populista a su nacfonalismo, corrientes de izquierda que, pasadas por na revisién del 'marxismo y iberadas respecto de la tradicin de la Hstra- cidn, habtan tomado una orfentacion nacionalista, El re. chazo compartido hacla la democracia politica y liber lismo habrfan estado en la base de esta usin sinerética entre derecha populist eizquienda nacionalis que dese bocé en una nueva forma de “socialismo nacional’ El de sarrollo del darwinismo socal, del racismo, del antilibera- lismo, del antisemitism, del elitsmo antidemacritico y de tuna ertica de la modernidad que alimentaba la obsesion por la “decadencia” habia creado un terreno féril para el nnacimiento del fascism, precedido por el boulangiemo yf rnalmente por el easo Dreyfus. Sus padres intelectuales ha: brian sido Maurice Barrés, con su sintesis de “autorita: rismo, cultoal lider, anticapitalismo, antisemitismo y cierto romanticismo revolucionario" y Georges Sorel, com st re visién antimaterialista del marxismo realizada con ayuda de Le Bon, Bergson, Nietzsche y Pato, junto.a quienes se Aeberia mencionar a Georges Valois y Jules Say, los prime- rs tedricos del "sgeiliamo nacional” Por lo tanto, el perfil deoldgico del fascismo habria tomado forma “mucho antes de 1914", y la Francia de la Tercera Replica habris sido su verdadero "laboratori® Alrededor de esta constlacion 2 Zev Stell La Doe rts, Las vgs ranges fase 188519 978 Pai Calico Fl 197, ote tml rx rete rg 7} 1etanime, na Dae lonaopi-p lomo eos intelectual, Sternell sta un Zeitgeist [losofia de 60a) tmarcado por figuras como Edouard Drumont, autor de Lt Francia ua; Carles Maurras, fndador da Aecién Fran- cess; el seidlogo Gabriel Tard; el historiador Hyppolite Tne y el patidario de a eugenesia Georges Vacher de La pousge. El lima intelectual de entrogucrras habria acen {ado ineitablemente eta tendenca al “socalismo nacior ral", prmitndoledesarllarse halla un apoyo mast Ta sintess fascist atraves6 una etapa decisive con la le sda al poder de Musson’ en Talia: despues, una terera fn transcurso de los afos teint, enearnada po figuras | como el neosocialista” Marcel Dést, ol ex comimisa Jac- ques Dorot, los “espiitualstas" Bertrand de Jouvene!, Thierry Mauloier y Emmanuel Mounier cl partdario del “planismo” elga Henri de Man, y también por una vasta cohorts de estes y de “neionalisiassoisles” entre os que abe mencionar al excritor Pere Dieu La Rochelle y 8 Ro- bere Braslach ‘lo largo de los afos trent, el fascism francés se convirts en un fenémeno polio de masas, Yano estaba representado por poses cendculosintlectale, como el Cielo Proudhon, sno por partidos que reagrupaban a dec tas de miles de miembros, a semeanza del Panto Popular francés de Jacques Dorit y de lon Comisas Verdes de Henry Dorgéres. Desde ls perspectiva de Str, Vichy conclila la parol dl fscimo francés como sala natural ylgica de tn largo recoridoIneiado con el caso Dreyfus, cuarenta ios antes. Laclardad con la que esta tsi es defendida en dro i gauche (1983) reves segn iris comentadors, defends aunque de un alo da mated, pore ‘Tone Raber Sey, Te Pench Fst The Fist Wave 1920533, Now avn, e Univorty ren, 199. sey reonsrceion de Is las huellas evidentes de un enfoque “telel6gico” Pero es- tas eritcas no han eonvencid a Sterbhel, quien ratiica sa tesis en um largo ensayo incorporado en la tercera edicién de su libro; "Todos los prinepios que sostienen la legisla cidn de Vichy estin insriptos en el programa del naciona: lismo de la década de 18947." El limite fundamental de la tess de Sternbell tal como lo han setalado muchos historiadores, reside en la tendem. ia a reducr la historia del fascismo a su genealogiaintlec f tual. En la linea de Mosse, Gentile sigue convencide de que el fascismo necesit6, para nacer, de la Primera Guerra Mun dial, “su verdadera matrz",” Ia crisis de cvlizacin sin la cual la sintesis que describe Sternell nuns habrfa sper rado el estado de algunos ciculos intlectuales marginales ¢ impotentes. La Gran Guerra fue la que provocd el de ‘rumbe definitivo del orden europeo surgido un siglo antes del Congreso de Viena, In que cutstioné radialmente el o den liberal y confirié al nacionalisino un carter nuevo, ‘mucho mas agresivo, militarsta, imperalista y antidemo. cratco. Fuera de esta uptura, el nacimiento del fascismo y del nazismo nunea hubiera podide producirs, tal como lo reconocian sus propios protagonistas, Siguiendo el ejemplo, dd Finger, quien wea en Ia guerra la mattiz del “Trabajador" (Arbeiter) el "liiano del trabajo" capaz de remodelar@ la sociedad en un senjido tatalitario através de métodos total ‘arios, Mussolini evocaba, desde fines de 1917, el eneuentro 2 Vase Robert Wo "Pech au. Bath Right and elt: Recto on he Srl Controneny an au of Mk stay. 6 1981 Dp 9138, epecitnete p95 Pas font diel det e933 Helland is Cie en va istry Qua oo, 96 pp 466-8, ‘ee Stab Morning ethno dfs cn Pt 2 Eno Gene, Qesce quae fs, oc» centre nacionalismo y socialismo como un producto de la {gers In experiencia que habia engendrado un nuevo poder Slide de ls trincheras (incerocraia).*" Aunque Stermbell rechace considerar “el peso y la inckdeneia que twvieron las Dayonetas en el pensamiente* la guera fue la que dio nac _miento al fascismo en Italia, Fla permit el encuentro entre ‘una corvintesocialsta convertida en nacionalista (Mussolini) yl sindicalismo revohicionatio Sergio Pannzio), cl nacio- halismo radical (Enrico Corrading, Alfredo Rocco), el ire dentismo (D'Annuncio), el iberalismo conservador (Giot vanni Gentle) y una vanguardia futurista vuelta, «su ver, belicista (Marinett) Emilio Gentle subraya que ol pacions lismo de antes de 1914 no queria “regenera Ia civilizacin, mientras que, a pesar de sus tendeneinsnacionalists, el sin icalismo revolucionario todavia apuntaba a la emaneipa: ‘ln de los trabajadores através dela huelga general No ue Ihasta después dela Gran Guerra cuando esta corrienteaban- dons su proyeeto socal en nombre del nacionalismo, impli- ‘eindose en una accién politica en la que el movimiento ‘obrero constitua incluso uno de os blancos privilegiados. Po- driamos destacar que, mucho més que el fascismo, Sternhell hha echado hz sobre un prefascismo,cayos elementos const tutvos recién se babrian articulado, amalgamsdo y reunido organicamente después de la inflexign de 1914-1918. Sobre la bore des enfoquc, que privilega Ia esenciaideolgica del fasciemo mas que sus manifestaciones historicamente con- tent Janes Le Tien 1952, Par, Cea Bours, 989 lead op: lj ta. de Andres Since Par aren, Ta. (iets, 100, Bete Mia “Wineoea’ L911 en Ov oo, Ma" fancrco Coma, Tartans et kde fe. Poblsmes "Slo ntl, Questa fone? op. itp AUGALB ‘retas, Stebel da la misma importancia a los representa tes dl Circulo Proudhon que alo ideresfscistas de los atios treinta, ya no mas animadores de una nebulosa grupuscula sino dirigentes dle partides de masa. En resumen, Sternhell borra las diferencias que separan el prefascismo del fascismo 1 después, el movimiento fascista del régimen fascist, die rencias que han estado en cl centr de atenciin de los histo adores desde hace décadas Otros criticos de Sternhell han destacado la limitada pertineneia desu concepeidn de fascismo como sintess en- tne dos tradicions poitcas, una proveniente de la izquiera yyla ot dela derecha, Aunque esta vsién puede encontrar ‘puntos de apoyo en lo easos francés e italiano (eon las pre- cisiones eronolégicas mencionadas antes), clertamente no puede generalizarse. No se alla ningin componente de fe ‘quierda en el origen de las dos variantes mayores del fas cismo en Europa, la dl nazismoalemén y adel franquismo ‘spatiol (sin tomar en consideracién el caso portugues ni los {que integraron la nebulosafaselsa de Europa central. En- tonces, se trata de una concepclén -algunos eritiens no han udado en caificarla de “galocéntries"- que transforma en paradigma el fascismo francés, s decit un fascism des puss de todo marginal. Incomparablemente mucho més dé bil queel de otros paises europeos, el fascism francés legs al poder muy tardg-pacaun period muy corto, en virtud de tuna derrota xde una oeupacién militar sin la cuales es du oso que hubierslogrado constituirse en regimen Un fas cismo que, por ahadidora, tenia caraceristicas que siguic ron slendo por mucho tiempo esencialmente intelectuales y ‘cuya transformacién en régimen, bajo la forma de In "Revo: Iyelén nacional” del mariscal Pétain, cure a costa de un sincretismo singular con otras corientespolitcasrelacio- Jyadas mucho mas con la wadieiOn conservadora, autorta- rin legitimista que con lade ls fasclsmos exropeas, Por ‘e30, Son Robert O. Paxton, el vépimen de Viehy entra fc ralmente en la categoria de los "fascismos de ocupacisn”, en los que faltaba un rasgo esencial dl fascismo auténtico ana politica expansionist de grandeza nacional” #* EREVOLUCION 0 CONTRARKEVOLUCION? * ‘Mosse, Stemhelly Gentile coinciden en subestimar una ca racteristica importante del faselsmo: cl anticomunismo, Por supsesto, ninguna de ellos ignora este aspecto, pero tampoco le atribuyen un papel decisivo, Esta subestimnacion ene diferentes origenes. Enel caso de Mosse, se debe so tre todo a su desvalorizacin de la dimensién ideologica el fascismo, al acento puesto en sus aspectos culrales, ‘esteticos y simblicos. Enel caso de Sternhell, deriva de st Interpretaeion del faslsmo como reaccién puramente ant liberal o, més precisamente, de ss reduccidn del fascismo a luna expresién moderna de la ant-lustracién, de Ia que el anticomunismo no seria mds que una variant. Finalmente Mosse, Sternhell y Gentile subestiman el anticomunisimo Porgue insisten en la naturaleza “revolucionaria” del fas: cismo. Ahora bien, cl anticomunismo models al fascisma desde el comienzo hasta el final desu tayectoria, Se trata de un anticomunismo militant, agresivo, radical, que con fre un earicter niewo al nacionalismo y transforma su “te ligion civil" en guerra de entzada contra el enemiga. En 4 Francs Gemini, “fan tog fe. Probe ‘Fadippe Barca, "Le fai" em ean-Frangls Siiel e) s teed rts Price, Pig Pai Galina 1980, pp. 6 5, epciainente» propa de Soa pt, Roba. Paton, Fao eto, opp. 193 tanto que antibolehevismo, el fascismo no aparece mucho ‘como “revolucionario", sino més bien como wn Fenémeno lipicamente contrarevalucionario, que erece en el climsa de guctra civil surgido en Europa después de 1917. La ola re presiva de posguerra -Berlin, Baviera y Budapest en 1919, Bieri rosso italiano en 1919-1920, los paises balticos en 1919-1921, Bulgaria en 1923. son sus momentos desta cados. La revolucinfascista no podia definrse de otra ma: ‘pera mas que por una oposicién radical a la revolucion co -munista. En este sentido, se trataba de una “revolucién contr la revolueién”.*” En el fondo, esta dimensin com trarrevolucionaria es la que consituye el 26alo comin de Jos fascismos en Europa, mis alls de sus deologtasy de sus recorridos a menudo diferentes. Arno I. Mayer tiene rain cuando afrma que “la contrarrevolucion se desarolls yal ana6 su madurez en toda Europa bajo los rasgos del Fas: ‘ismo"#Justamente en nombre del nticomunism el fasci mo italiano, el nazismo y el franguismo convergian en wn frente comin durante Ia Guerra Civil Espatiola. En varios aspectos, el anticomunismo fue mucho més fuerte que el Aantiliberalismo en el faseismo. En Italien 1922, como en ‘Alemania dier aftos més tarde, la convergencia entre el fs- cismo y la elites tradiionales, de orientacin liberal y con- servadora,estuvo en el origen de la “revolucion legal” que permiti la legadaal oder de Mussolini y Hitler. Desde ya ro hay quesreductr al fascismo al anticomunisme 0, en Ia linea de Ernst Nalte, a una “copia negativa del comunis- mo.” El fascisrio trata de articular en un sistema coherente “mo ler The Pes ence and ror nth Prochasion "ee Et Nol, La Guan eve supe T7194, Naiond stoma, ac ye 2093 a ap far elementos ideoldgicos nacidos antes de la Revoluciin Rust {de 1917, y no cabe duda de que su anticomunismo se ine jerta muy naturalmente en el tronca de la ant-Hastracin. Pero el anticomunismo sigue siendo indispensable para amalgamar estos diferentes elementos, y especialmente para transformar una idcologia en politica y una vision de ‘mundo en un programa de accion, Dicho de atro modo, et fascismo no existria sin el anticomunismo, si bien no se reduce a él : Ein el fondo, se trata del propio concepto de “revolucién fascista”, muy empleado por nuestros tres historiadares, in lusoen fos tulos de sus trabajos, lo que genera uh iterr0- {gante mayor Si bien tienen rmzén en subrayar las debilid des de las interpretaciones marxistas del fascismo, se ‘equivocan al ignorarlas completamente, pues éstas hubie ran podido ayudarlosa capt el aleance real de la “revoll clon fascista". sts claro que los fasclsmos instauraron re- simenes nuevos, destruyendo el Estado de derecho, el parlamentarismo y la democracia liberal, peo, con excep- clon de la Espafafranguista, legaron al poder por vias le tales y nunca transformaron la estructura economica de la Sociedad. A diferencia de las revoluctones comunistas, que ‘modlcaron radicalmente las formas dela propiedad, los fascismos siempre integraron en st sistema de poder a las antiguas elites econémicas, administrativas y militares, Di. ‘cho de otro modo, el nacimiento de ls regimenes fasistas siempre implica cierto grado de “ésmosis” entre fascismo, autoritarismo y conservadiurismo. Ningun movimiento fas istalleg6 al poder sin el apoyo, aunque més no sea "por Casta, Jao Colin Gime y Mana Santon Roiguce Méxo, Fond de Ctra Econsmi, 201) Exe uaa reset na pe tr obra de Noles, nl marco de un elo oad el [i accionFramsn ne fect NL Fs ds ond. ues, Pre lr M0 en ap fessor oc a de ‘Mari ons Hari, arson Pee 150, efecto", de In elites tradicionales. Esto es valido en los planos econémico y socal, pero tambien en cierta medida, fn el plano ideolégico, si se piensa en la coexistencia de “Mussolin y del liberal Giovanni Gentile en el fascismo ita- iano, de carlistas y falangistas en el primer franquismo, Cuando se habla de "revoluclon”fasesta, habria que usar siempre grandes comillas, si uno no quiere dejarse encegue- cer por el lenguaje y la estética del propio fascism. Phi lippe Burvin dio en el clavo al dfinir el fascismo como una “fevolucion sin revolucionarios”" a insistencia en esta matriz “revolucionaria’ del fas cismo leva a nuestros hstoriadores a subestimar,e incluso ‘a negat; la presencia de un componente conservador en el ‘Seno del fascismo. Los tres insisten en su dimension mo- ddema, en su voluntad de edificar una “elvlizacién nueva" y fen su carter totaltario,olvidando un poco demasiado ric pido que el conservadurismo acompatia Ia modernidad, ex ‘uno de sus restos, y que incluso la ideologia de a contrarre volucion clasiea-ia de Joseph de Maistre, como lo habia ‘mostrado Isaiah Berlin en un brillante ensayo prefiguraba sy elertosrasgos de fascismo.”= Para Mosse au conccencia con Jacob L, Talmon se de tiene ah, el fascismo es toalitario en la medida en que se relaciona con certatradicin jacobina, Para Sternell es to- talitaro en tanto entegrmoderna dela Hustracin que apun- ta a regener la comunidad nacional” Y para Gentile, en 2 Rober 0, Paton, Felon ation op. cp 246 247 ‘Pah er, Zwoph de Maisto iiss tars” en Le Booed Fumara, art, Alin Mich 1983 ed exp fe ‘erode dl amanda ad de ene Maes Flores, Bare, Pei sla 992, 9; Yee Staal “ancien Roper iin ed) Ieraina a tanto proyecto de modernizacién de Ia sociedad basado en el-culto ala técnica y en el mito del hombre nuevo (lo que haria dela ideologta fascista “Ia racionalizacion mas com- pleta del Estado totalitario") Ahora bien, estos enfogues tstin lojos de restituir la complejidad de la relacion que ‘mantuvo el fascism con el conservadirismo, Otros histo- ‘adores mis preocupados por acerca la fachada ideolgica y propagandlistica del régimen a su contenido social y poi tico han hablado, en eambio, de “racaso de las ambicioney totalitarias del fascismo"® Bn ese sentido, han subrayada para el caso italiano la burocratizacia y la estabilizacion conservadora del régimen durante los afiostreinfapeuando el partido fascsta fue précticamente absorbido por el apa- Fato del Estado (ala inversa de lo que se prodijo en Ale- mania)" El modernismo exhibidoy reivindicado por parte dl nazismo alent y dol fasclsmo italiano no impidis a am- bos regimenes asimilar corvientes conservadoras en el mo- ‘mento de su instalacién, ni tampoco integrarelertos pilares el conservadurismo en su sistema de poder. Con un esprit ‘oun reflejoconservador, pero no por una adhesion profunda ala vision de mundo y al proyecto de pifcacin yde domi nnacin racial de Hite, as elites econdmieasy el ejrcita de ° Emilio Gene, vise qu cle, op ct p40. Sobre roto de comirecion rics pole el stad ita eal, ‘ese sobre to mio Cnt Lt atonal aint partie ‘Sate ame isc Roma La Nua a Stic, 1995 (ap ‘a alo tlre, El poe y feta en gen fsb. Buenos ies Sih 2008). ‘FRc La prin ara mond ficomo, Tarver, 1995p. Eta comity abi evan pr ete 1840, Turn Pn 981 ca. A propa dean talc enh fnlague de De Felce wt lacs den mttaer al tir sn ‘gen eR eee op hp. 4 he |LAHISTORIA COMO CAMPO DE RATALLA Alemania apoyaron su régimen, conviligndose en compo: «ism, la idcologia conservadora de ls lites tradicionales, nents indispensables de su plicracia.” ¥ es precisamente desde fs grandes propietarios de tieras hasta la Telesis por STensarcortne de que para conasidar er pees neat el otto, un nacionalismo de orientacin expictamente fas cist secular, modemo, imperaista,“revoluctontatio”y to sitaba el apoyo de las fuerzas conservadorasesenciales dela talitario~ encernado por la Falange. El primero no sentia sociedad italiana que Mussolini aceps, primero, erigir st regimen ala sombra dela monarquia de Victor Manu I, ninguna fescinacién por el mito de una “eivizacin nue, luego, decid legar a un acuerdo con la Iglesia eatlica.™ ues quefaretaurar un grandezaespaiola proyectada no Esto es ain mucho més vildo para el caso francés, que en el futuro, sino en el pasado, en el Siglo de Oro. El se ‘ocupa el centro del andlisis de Sterne. A pesat de los rs- tgundo deseaba erigir un Estado fascista moderno y pode oso, ntegrado en una Europa totlitaria junto lla y Ale! ‘mani, premisa de su expansién imperilista en Aftica y en ‘Amériea Latina. Franco desempens un papel demggiador 06 fascistas,elrégimen de Vichy permanecié anclado en un proyecto restaurador,autoritariay traicionalista, cl de la “Revolucién nacional” que -como subraya Robert O, Pax ton~ "se sitia manifiestamente mds cerca del conserva ‘entre ambos durante la Guerra Civil y los primeros anos de rismo que de fascismo" ” Todas las mentes de la extrema su régimen, que reorganizé luego, a partir de 1943, cuando erecha y del nacionalismo francés, desde el conservads- ya se perfilaba en Europa Iaderrota de las fuerzas del je, ‘amo maurrasiane hasta el fascismo/convergiron, sobre la sobre bases claramente nacionalcatsicas.Algunos historia base de un rechazo del pavlamentarismo, en el régimen de dores ven este momento crucal como el punta de partida de Vichy, caracterizandolo como una mezela de conservadu- tuna “eatolizacion” de la Felange y una “desfascizacion” del rismo y de faseisma® Desde este punto de vista, el caso es franquismos" Es evidente que se produjeron conflicts entre patil resulta emblemétieo, aunque es ignorado por nuestros sutoritarismo conservadory fascismo en el transeurso de los aos treintay cuarenta, como lo prueban la ealda de Dol: fuss en Austra en 1934, le eliminacion dela Guardia de Hie tro rumana por el general Antonescu en 1941, 0 inchiso la crisis entre el régimien nazi y una gran parte dela elite mil ee ee tar prusiana (crisis revlada por el atentado contra Hitler en cians {948 Parte ag 1967 (ep sama: saat y 1944), Pero estos conlictos estan lejos de eclipsar los mo- ‘Ser ae acinar, tad de Viste Herr ner Mar rmentos de convergencia mencionados (aparecen mas bien Hsia Fonda de Cason, 194) Fl ppl de eles oe: Alvar cu laces al peer delete iba an Ker ‘como excepeiones que confirman la regi), tues historladores. En Espafia coexist dos componentos en el seno del franguismo: por un lado, el nacionaleatol gnarl arid unto problem dele lnc gad un senda ce eat met tates plane por esas tanec el facta eas curtinagn pungent ae {hls Weslogt las epenaconsy acl eens steht tee Ly talons ldo n dears por sas Peng lente .

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