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Elcuento: Anatomia de un género literario Gerardo Pina-Rosales Academia Norteamericana de la Lengua Espatiala Lohman College & Graduate Center, The City University of New York Abwtract: Son vcon on ojesivon gue me proporgealansr com el preset ac rener un eae pore ‘ucro foie 9 otos gers Ittanas cosieades mayeres.pedomiratomene In roel: deshora Te ‘xrmatodstoneeltrn que covoeve a genet (aloo, bul, yen, puta, ic) on basen Ge ume ‘eincin 0 deengion ma seme con la evade y nln el cue: seta, sm ganic afin, Is ‘amtomla dt poco coe, Js flees crganos que fo sompones ¢ individu esabeee un posible gla el gee, ein extra Jorn gue Ete ee apa (eee lon cenion can exc Se ics mcroeloos), tain Is cnvergencs dvaewias ene cee } ofes gets Hennes, ef aeio on [as ees vals somo pty ie § la fxg Key Words scans, spologs,coeno, rah, ula, itor, leyenda miro, pnt de is, shor fom tho, ra El cuento, Cenicienta de los génerostiterarios Jarece ser que el ctuento, por el escaso interés que suscita entre escrtoresy eriicos, se considera un género menor, ndigno de ser estudiado con la profundidad y el rigor que se ‘otorgana sus congéneres, la novela, a poesia, el drama. Porestaraz6n, me he referido en ‘varias ocasiones al cuento como Is Cenicienta de los géneros literarios, eomo género minusva- lorado que habria que revindicar. Podria pensarse que este desinterés por el evento Titerrio (que adquiriéindependencia y ‘madurez bajo lareiteraday con frecuencia magistral adhesin de un buen mimero denarradores franceses durante el siglo XTX, con Maupassant a la cabeza, norteamericanos, como Nathaniel Hawthome y Edgar Allan Poe, maestro eximio del género, y espaioles, come Clara) es une actitud producto de muestros dias, Pero no es asi, Ya en 1912, Brander Matthews, en The Philosophy of the Shor: Story, bablaba del abandono en que s© tenia al cuento: “And here ‘oceasion serves to record with regret the fct that even inthe moe recent volumes onthe history of fiction published since the original appearance of the present essay in 1885 [..], here is @ strange neglect ofthe Short-Story” (Matthews 13). ‘Como en los paises anglosajones, en Espata e Hispanoamériea el cuento parece condense siempre al rincén oscuro de altima pagina de la fimera revista odel volandero periodico. Uno suponuiria que el cuento s6lo sirve para que el lector pase un ratilloentretenido, olvidindose ‘uego de 6! tan pronto termina su Fecura. Eduardo Tijeras, en el prlogo a Uitimas rumbos del ‘cuento espaiiol, se lamenta de esa situacién: “En Espafia los editores rechazan Jos libros de Ccuentos. Salvo algunos imentos heroieos, generalmente destinados al fracaso, son pocos los libros de cuentos que ven Is luz, en proporcin, claro esti, al volumen toal de ediciones. El gran piblico, por lo visto, nose inclina favorablemente por el génera” (9). Francisco Garefa Pavén (uno de los mejores cuentistas de Ia Espata de posguerra), en el prélogo asu Antologta de cuentistas espariles contempordneos (durante aes, el iio intent de sproximacion al género) escribe lo siguiente sobre I situacin marginada del euento: Pia Ross, Gerrdo “EI vec: Anstmin don gente Iara” ‘Mspania 92.3 200): 476-487 Anatomia delcuento 477 lor ates de cies relaras por ks grands edtoals,hubiton de weeps 6 as icons ‘Tes ost por ern) telag fe efslons trees al eritades, co een erin 9 9 PPopsgande Muchos quoiwon indice. Scaments Ini at steno dure ets fos de pulicxcines Petit gue con ode rcs y asda excepional,comigseon gue ete ners de tam lle atte cyminia, no poccien. Ema Birandenberger, en Estuiios sobre ef cuentoespatto! contempordneo, pone el dedo en {Taga cuando afrma quela critica literaria no se ha ocupedo de cuenta, habiendo dirigido casi exelusivamente sus esfoerzes ala valoracin dela novela: “Los maltiples estudios acerca de ia narrativa actual estin dedicados por entero fa producein novelistica, aunque 0 sea expresa- ‘mente éste su temay en la mayoria de los casos se incluyen en la bibliografia ls titulos de los libeos de cuentos, pero solo en casos exeepcionales Megan a valorarse” (23-24), Hace unos ahs se publicaron en Espaia dos antologas con sends estudios sobre cuen- tos de eseritores espaftoles: Son cuentas, en edicién de Fernando Valls, y Cuento espariol contempordneo, editada por Angeles Encinar y Anthony Percival. Ambas antologias establecen {que fue en el afio 1980 cuando ls cosas parecieron cambiar para el cuento espaol: comenzaron 4 publicarse mas euentos, los concursos literaios prliferaban, aparecieron algunos estudios valiosos sobre el género. En 1994, la evista Jnsua le dedicé al cuento un nimero completo. En ‘aguel nimero se recoglan entrevsias con narradores gue, contra viento y marea, sexuino euli- vvando cl géneto; se ofrecian estudios sobre la edicién y difusién del cuento en Espafs, se resefahan varios cuentaios, et “Mariano Baquero Goyanes—uno de los pocos entices espaioles que se ha ocupado det ‘tema—afirma (y yo lo sceundo de mil arores) que “[El cuento} noes un prodiveto hibride ni un _eénero menor, Es sencilamente, laexpresinliterariade una 6poca,comollatragedi,lacpopeys, ‘aun ka novela, o ha sido de otras” (26-27), Problemética del génerocuento: en laselva impenetrable desu nomenclatura (Quisiora aclrar antes de prosoguircon este intento de aproximacidn al género cuento,y & pesar de laconnotacién “clinica” del titulo del presente articulo, ue no pretendo en modo alg ‘no definir, obmubilado por las anteojeras dogmatizante de cierta critica, un género tan ambiguo, tan nebuloso, an eamuflante como esel cuento. Lejos de mi, pues, cualquier prurto texondmico (otaxidérmioo). ‘Dentro de unos pattanes recanocibles-—su brevedad, su eseuso nimero de personajes, su. constant tensida mantenida desde el principio por un sinretismo meatal y lingistico pect liares—el cuent, como la novela la poesia, el rama, muestra miltiplesfacctas, modalidades varias Al fin yl exbo, un génerono se mantien idénicoa mismo, sino queen su largo v breve ‘camina, se aapa al gusto de la Epoca, se robustece oadelgaza, segin Lo tempos. Enefecto, | vento modemo-segiin Luis Leal—“ha conservado algunas de las caratersteas de antiguo ‘euento (a brevedad, ef incrés aneetic), ha desechado otras (la fnalidad didctica omoral), y ha aladido nuevas dimensiones esteticas desconocidas ants de siglo diccinueve, como lo son, centre otra, a elaborada estractura, of impacto emocionaly el interés en el tiempo" (3). ‘Conviene, ya de entrada, que consullemos ls diferentes acepciones que del géncro cuento ‘nos da el Diccionario de la Real Academia. Enel DRAE se define el cuento como: "I,m. Relato, _generalmentendisereto, de un suceso.2.m, Relacidn, de palabra por escrito, de un suceso falso ‘ode pura invencion. 3, m. Narracin breve de fiecibn.” Nada de esto tiene que ver con lo que en | tradicign literaria denaminamos cuento: Ia primera acepeidn no puede set mis vaga: a segu- ‘dues totalmente inexact; y la tercera peca de arcaica. Si nos tomamos Ia molestia de desglosar ‘esas res acepciones, habremos de admitir que lode “relacidn de un suceso” es una definici6n tan Imprecisa que, de ser ciet, seria imposible, por ejemplo, diferencia un euento de una noticia periodistica;si aceptamnos a segunda acepcin, tendriames que eliminar de un plumazo todos os relatos de careter testimonial. Pero no todo es desechable en esas acepriones del DRAE. Acep- temos gue el evento es algo que se expresa de forma oral o escnta que utiliza na temtica 478 Hispania 92 September 2009 mille yfcticia. Las coses se complican cuando uno se refer ala necesaiabrevedad de cen- to, Eleémputo (de “compute.” contr de es tempo habré que imaginarlo: gontamas con os dedos 0 308 ssomemos al bosque frondoso de in novela Par nolimitarns aldmbitohispinico, cudamos al Dictionary of Literary Tes, aver qué os dive del evento literario, de Ia shor story. Este diccionario hace hincapié en un rasgo fundamental del evento: su brevedad; inchuso se nos habla de menos de 10.000 palabra (343). ‘Aqui, loado sea Dios, se nos dice algo conereto, sunque discutble. La shor story—que quede claro esla denominacin mis fresente qu edaen mediosanglosajoness la naracin breve, 4e cpolterario, mientras que el temino rates reserva al cueno de tradicin oral. En espaol, ‘nos teferimos a ambos con un solo vocab: evento afadiéndle a ésto—aungue no siempre— cladjtvo ltraria, para difrenciarlo del evento de wai oa, Sila shor stury acorise- ‘mos llamara simplemente relato, oto gallo nos cantare. Festrechoy raid cémputo de diez mil palabras (que de seguir a rajabla nos ahorrria muchos qucbraderos de cabeza) no nes reselve Ia cussion de la mayor o menor brevedad de aéneo. Hay naraciones que, excediea- dose olimitindose a ese nimero de palabras, sien mantniendo esa uidad, ese caricer de ‘sencialidad singular A causa de ets misma brevedad cunts sueleconcentase en uno o éenpocos personjes, en ura acid Gini, en un tiempo defsio. Elevento en uma, expresd un ‘microcosmos encuyo reducdo espacio se conjugan a solitaria tensién con el ella instante. El vento modemo, seg lo define Edgar Allan Poe en sus comentarios a Twice-Told Tales, de ‘Nathaniel Hawthorne, iene como caracteistcas la brevedad-—como para que pus Ters¢ en una sesion de lecrra (en une sentada) (4). Baquero Goyanes dice que a shor story equivale en espaol a la novela cor ty, siguiendo los eoneepos definiiorios de M, Olivar en Los mejores cuentas de lengua ingles, aficma que aguela es una “namacin poco extensa(anas rena paginas por lo comin), con un cotenido moral oidcolico que sulepatentizarse, guisade morta, eneldesenlace” (52). Siento tener aque disereparde Baquero Gayanes, ya que sino eferimval evento litera, ejemplos sobrarian paraconfirmar que nila inteneién moral nsu proverbial y popular morleason elementos nee- saris para a cxstencia de un buen cueno, En espafol se aplican los voquibles fabula, ejemplos, prdbols y ottos para defini nrracioneso historias de fondo moralizante. En resumen, el te mio fate corresponde al evento ral (que puede sex remedado literariamente; la short sory equiva al cuenta iteraro relat escrito, Deseartros, pues, demuestra ani al evento de teadicin orl, aunque de le autsael even moder, Nos et asimismonccesaialahors de historir fa evoucion del genera." La ida de impresin es tl vex elemento mas importante y caracteizador del cuenta lterario Horacio Quiroga, el exraordinarocucntista uruguayo,ensuantculo “Ante el buna sue con vehemencia este asgo primordial dl relat: “Luché por que el cuenta [.] tviera una sol linea, trazada por una mano sin temiblor desde l principio al fin. Ningan obsticulo, adomo o digresion debia acura aflojar la ensign de suhilo. Eleuento era, par el fin que les intrinseco, una flecha que, cuidadosamente spun- tada, parte del arco para ir drectamente en el blanco, Cuantas mariposas trataran de posarse sobre ella para adomur su vuelo, no conseguirian sino entorpecerio. Esto cs lo que me em- pefié en demostrar, dando al cuento lo que es del evento. (citado por Leal 6) Haciéndose eco de las palabras de Quiroga, una escritora actual la chilena Isabel Allende, novelist y cuentista, declaré en una entrevista 2 Barbara Szerlp que “el cuento es comparabie la flecha que se dirge al blanco, que necesita la direccida, la precisén, la velocidad. cuento Leber transperente, y en este sentido cada relato nocesita de una atméstfera especial, de un estado de mente apropiado para cada historia, para cada circunstancia, Debido a su necesaria brevedad,Iaaccién dl cuento suelecondensarse, unificarse, mientras que el tiempo se comprime ylatopografia ha de reduc necesariamente su escala”(Szetip 47-48). Como vemos, laconcre- ‘zac, la simteizacin, la Teduesin de personajes y situaciones son propios de este género ‘Anatomia del cuento 479 literaro, Es un problema de extonsién y de intensdad; ambos son inseparables: en la longitad Iimitada de event, el nrudor se ve bligado a eomprimir a condensar la trama y los personajes. Si no acepta estas replas del juego, serépreferible que eseriba una novela. El evento literatio constituye un mundo en si mismo, No se nos puede dar gato por liebre, como cuando uno stopa ‘con capitulas de novelas que se publican independientemente a guia de cuentos. ‘Quedémonos, pes, para termina, con dos definiciones del género cuento: una Yedrica” y ‘tre “poética,” Enrique Anderson Imbert, en Teoria y sécnica dei cuento, scribe: “El cuento ‘endeia a ser una naracién breve en prosa que, por mucho que se apoye en un suceder real, revcla siempre a imaginacién de unnarrador individual. Laaecién—cuyosagentessonhombres, animales humanizados o cosas animadas—consta de una serie de scontecimientos entretejidos cenuna rama donde las tnsionesy distensiones,gradundas para mantener en suspenso el énimo del lector, terminan por resalverse en un desenlace estticamente satisfactorio” (40). En “/slgunos aspects del cuento, "Julio Corizar en su intento por definite género,nos ofrece una hhermosa serie de imagenes poéticas que, mi jici, nos iuminan mas que cualquier oto aff cientiiists x pei lgar ener uo ic vive deh ute cot, y ccs emp fl n I medis en oes tenses To aba, acai su cotiuds, uaas qu ue? Vda ecbza engi = lao que quote char In concetscon pur pa fa stegrzar. Per 0 tenemos ies Wr Ue lo que el cot hemos pedo empo,pogue um een en lin intancie ne meee ene plan dl tree dane la vane enreon exited eve an i li tera, fe pa Fite el trims el esutado dee ttl eo cue mio, ue sini avo, aa ve guna is ‘tz lg a como wn onblr de aga dee de un esta uma faacidal ew uo petaoeica, So idee ude wan sain ue iri woes oe eve em nears (1338) Anatomiadel génerocuento El titlo Enprimerisimohugar—y aunque parezca perogrllesco—fijémonos eneltitulodeleuent EL titulo sire no slo para inteesar a lector sino también para dale forma ala anéedot, crear el ‘anibiente—como “En la madrugada,” de Rulfo; sugerir el desenlace-—como en “EI muerto.” de Borges; o introduc Ie imagen elave de la narracian—como en “El prodigioso miligramo” de ‘Arreola, El titulo de un relto puede ser clave para su posible corprensiOno interpretacion, ya {quea veces encierra un sentido cripico, hermenéuteo,acorde con su contenido. Basta pensar en “Las babas del diablo” o en “AxolotI” de Julio Cortérar, titulos sugerentes,anfiboldgico uno, ‘sparentemente deseriptivo el oir, FI titulo puede resumir en una pala el sentido final dl relato: pensemos en La metamorjoss, de Franz Kafka, es decir, en la transformaciéa, desper- sonalizante, animalizante, a la que se ve abocado el pobre Samss.* Primera lineas Las primers ineas del cuento son de una importancia capital, Cada palabra ha de ser euida- ddosamente sopesada, Agul imperae! aserto laubertiano de fe mor juste, lapalabraenacta, precisa ‘Y yaque hemos mencionado Kafis, or qué no recordar Ia primera frase de La metamorjasis: “Cuando Gregorio Samsa se despert6 una mafiana después de un sueointranquilo, se encontré sobre su cama convertido en un monstruoso jnsecto." Es sufieiente esta primera linea para que «aigamos subyugados por Ins redes que ns tende el judio de Praga. De abi en adelante el lector {rd inadveridamente aceptando esa condens imremisible, ticiuumente aveptada por el prot gonista. Al final, el lector habca sucumbido también, metamorfoseado por la prosahipntica ¢ implacable de Kafka, La historia Enel cuento, la historia est consttuda por los sucesos que se narran, Para Ricardo Piglis, tun evento siempre cuenta dos historias: [s historia reconocible—los hechos—y In historia, 480 Hispania 92 September 2009 seoreta, clave de la forma del cuento y de sus variates" (95). A la primera, es lo que tradicionalmente lamamos argumenta. Al argumento se opone I fibula, que akude& todos los Aacontecimientos © sucesos relacionados entre si, El acontecimiento se considera la minima tunidadindisoluble de la construceién arguments, La trama Laterminologfe para el concepto de “trama” estan confusa como variopinta.Enreatidad, distineiones entre scci6n, tama, conflict, stuaciGn, son mas de forma que de fondo. La rama del ccuento puede ser tradicional, es decir, directa y simple, y a veces, hasta inexstente No olvide- mos que, como en la novels, a lo largo de 1s dos titimos sigs, el cuento ha surido cambios, transformaciones, como por ejemplo varias formas de narrar que son independientes del asunto nerrado. Un tema puede ser desarrollado narativamente dese muchos éngules y desde muchas perspectivas, tanto ideolégicas como literarias. Si—conscientes de esta arbitrariedad—redujé semos esas modalidades narativasa dos, nos quedariamos con una de corte tradicional, realista, y otra de tendencia vanguandista, experimental. El desentace Elddesenlace en el cuento tradicional suele ser sorpresivo o violent. Desde la primera ines, ‘odo enelcuentovadirigidoaesaculminacién,aese momentoclimitico, que, de modo semejante albudismo zen, pdriamos lama luminacién, podeiamos llamar stor! Como enelcantejondo, se espera aunque no siempre se produce) ese momento decisivo, en el que, gracias aa la empatia creada entre cantac y aficionados, gracias aemovion del momento, sealcanza el ‘arab elcon- ‘acto con Ia otra realidad, Después de una experiencia asi, es imposible seguir siendo el mismo. ‘Quin noha sentido después de haber ldo euentos como “Las babus del diablo” de Cortizar, ("Las runas circulates” de Borges, que la reslidad de texto es la verdadera realidad? Los personajes Enel euento, pr razén misma de su limitada andadura y por la obligadaintencin del autor 4e infundir a su obra unidad de impresin, el nimero de personajes es siempre reducide. Dos ejemplos bastaran para ilustrarloque dig. Eleventistay dramaturgo Anton Chejov,enuna carta 1A. S. Souverin, le dice que “one is bound to think frst about its framework: from 2 crowd of| leading or subordinate characters one selects one person only” (11). ¥ en otra ocasin, le acon seje aun eseritor novel, que le habia enviado un cuento para que opinase sabre él, que elimine personajes, porqueal parecer eran tan abundantes que ene espacio limitado dela historia disipa ‘bana atenci6n del lector, soeavando Ia unidad de impresion, Chejoy le adviere al joven eseritor aque haga una de as dos cosas: suprimir personajes o eseribir una novela (“Carta a E.M." 83). En {odo relato tiene que existirun agente—o varios—queejecute las acciones. Las aeciones son tan {importantes como quienes las ejecutan. Otros aspectos de los personajes en el evento son su apariencias fiseas, desde Ia vor fantasmal, que sélo fa palabra califica, hasta descripciones concreas, siempre ripidas, escuetas; las reacciones de los demis personajes, es decir, su inzeracei6n (en relatos en los que se reproducen ios dislogos directos é los personajes, asf como ‘aquellos en los que el narradordialoga con sus eriaturas de ficcién, cone lector y consigo mis- ‘mo Ia consciencia y subconsciencia del personsic; la opinién del autor, ya sea sobre lo hechos rmismos del discurso, como de su visin general del mundo y de la vida; personajes que son fundamentalmente simbolos © que se nutren de su aspecto aparencial para encarar na idea; personajes-mitos, que goran de la naturaleza ealeidosedpica y eamaleénica que su propia Idiosinerasia les tongs. Puntos de visa Para el estudio del afnero cuento debemos prestar especial atencién alos puntos de vista Si ‘seguimos las acepeionestradicionales de las téenicas de enfoque,llegaremos a la conclusion de que, en esencia, son cuatro los puntes de vista desde los que se nos cuenta la historia: 1 Anatomia del cuento 481 ‘Omniscient, en que el marrador esti en todo momento presente antec dilogo entre personaje y lector, pinando de sus personajes en el mismo texto, y sobre todo, iamiscuyéndose en él para recordamos que aquel texto suyo es una recreacién ahistérics, subjeiva, produeto de su {maginaci6a; 2. Semiomnisciente,en que el narrador se eamufa en uno de los personajes, sobre los que opina y dialoga con elector: 3. Objetivo, en el que el narrador nos presenta los hecho y las acciones sin intromisiones de ning tipo, aunque se pueda adivinar siempre un pan, una preccupacidn esttica; 4. Primera persona, que suele ser uno dels personajes de elato, que sn jonocer la consciencia de los demas personajes, opin sobre sus acciones y as interpreta. Hay Aue tener siempre prevent que en estos punts de vista el naradr puede mantenerse a la largo de todo relat 0, pore} conrario, fucuar, como los diferentes pianos ce un filme. Quien a mi juicio mejor ha estudiado, bajo una dpticasemitica los diferentes puntos de vstaenel elato, ba sido Jean Poullon.Pouillonestablecio tres modos diferentes en los que el nartador puede estar presente en su creucin textual: 1. Fl yo ereador es una especie de marionetero, que como un equeto dios, maneja todos los esories y mecanismos de los actanes; 2. El yo creador mezela con el de los actantes,confundiéndose con ells, viendo a través de sus ojos; 3. Fl yo del autor desaparecs tras los acantes,prevaleciendo asa historia sobre el diseurso, Fondo y forma Latemética quel euentoacoge es similar ala dea novela, pues el mundo intelectual, psiqui- 0 y cordial del escrtor, microcosmos de un macrocosmos real, se alimenta de anéedoias y de Teyendas, de sucesos y de falsts memorias, de sus propia filias y fabias.Y en euanto alla forma, cesprocio sear que aunque la minoria de edad del cuentolteario sed por sentada (lo cul es ‘también muy diseuible), no es dbice para que le neguemos la sal del cambio y la piraienta de las variaciones, porque a pesar de su reativa novedad, este género se ha visto sujeto @ un buen riimero de transformacianes. (Otr eategoria que también hay que fener presente es el modo en que esti escrito el rela, entendiendo por modo la forma discursivauilizaéa pore creador para presentar su historia. Pue- {e predomina a narraci6n os dislogos, o puede haber mezcla de os dos Para este aspecto del vento, Bajtn,en su Dialogic Imagination, ns proporciona valosos instrumentos de anslisis, ono y armésfora Eltono y laatSsfera del cuento dependen del acttud del narcador. En general eneleuento se dan menos cambios de tono que en la novela pero también pede haber politonalidad: hay vents irénicos, setimentales, moralizantes, etc. El tono y laatmésfera esti relacionados con espacio y el tiempo. Por ejemplo, a raves de asociaciones metafbrica, un paisaje eampeste evocari una atmsfera bucélica, de paz y de serenidad, mientras que un degradado psisajeurba- no, evacard una atmdsfera de tardide7, de inquiemd y hasta de violencia. “La atmésfera, pues, es Tareaccigin del narrador, es la forma antisten que daa su estad de imo, le objeivacién de un sentimiento vago que penetra el relat por todos sus poros” (Anderson Imbert, El cuento 87). isin del mundo ero una obra de arte nose crea en el vaci, “Toda creacién artistica—ha dicho Francisco ‘Ayala—alude por necesidad a un acantecer en el tempo, sls condicién histrics del hombre” (13). nla obraliteraria hay siempre presente, implicit 0 explicit, una visén del mundo del autor, |quea su vez es parte de una clase socal. El cuento responde a un vision fragmentari dela lidad, aunque ese fragmentarismo no le impide ser ala vez global. Un cuento puede evoear toda una generacion, toda una époea. Tipologla de género euento [Ema Brandenbergorestablace cuatt tipos fundamentales de cuentosliteario: I. Cuemtas ‘on estructura de novelas; 2. Cuentos episédicos; 3. Cuentos con estructura de novelas cortas; 482 Hispania 92 September 2009 4. Narraciones con estructura de cuentos breves (155). Fxisten también—adviert el citico— muchas formas intermedias omixtas, CCuentos con estructura de novelas Seqgin Brandenberger, en los cuentos oon estructura de novelas cl interés del relato no se Aniory Pec, cs. Chen eval comtempordnes, Maid: Cites, 1994 Feiner Valo, Yerks. Cacror de cine. Mad Cin, 203, Frail, Medado. Como espaol de porguera, Madi: Chad, 1984 (Gueh Pann, Francie Anaad cuentas ciples cotenpordncs (19391064). Made Ei (reds, 19. Jove, Ai Fores singe. Pais: Eos Seu, 197 Shrkevic, Gyan “Vion tn Aroin and Veliogier” MLN’ 10 (195); 284301 Kak, Fans Le motamore 15 noviembre 2008.3 enero 2008 rie, Muy, Expt The Mason of sh Narra! 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