AGNSTICOS

Concedo que la ciencia "describe", cada vez con mayor precisin y profundidad, mecanismos,
hechos, y engranajes de este mundo palpitante y huidizo. Ello no evita, sin embargo, la
renovada percepcin del TODO, del Cosmos en su conjunto, como un monstruo inefable.
Y digo monstruo en el sentido carioso y asombrado del trmino, por lo desaforado y
superlativo de sus manifestaciones, que segn la escala, pueden ser hasta entraables.
O directamente monstruosas, que para todo hay.
Lo mismo te da una supernova o un choque de galaxias, que una tierna y fragante flor; un
agujero negro, que una estrellada noche; el fin de un mundo o una noche de bodas. Un cometa
o un Beln. Besos y tormentas.
Y quin eres t para meterte a filosofas?
Pues un ser mnimo, que no puede evitar darle vueltas a ESTE ASUNTO DE TODOS LOS
ASUNTOS, es decir, un primate ms, lleno de curiosidad y al que se le ha cado el pelo. Un
mono desnudo pero con algo de alma.
De lo que no cabe duda es que la actual "divulgacin" cientfica (ya no hay quien abarque todos
los saberes), pone a nuestro alcance, y casi a vuelta de correo, un espectculo muy poco
"vulgar". Sorprendente como poco; intrigante, siempre.
El asombro y la duda, es lo que nos hace humanos. Mirar lejos, mirar alto, es lo que nos eleva
sobre el huevo y la gallina.
Deca Unamuno: " yo no soy objetivo sino subjetivo, porque no soy un objeto, sino un sujeto".
Pienso yo que somos las dos cosas: sujeto observante, y objeto observado. Somos parte del
espectculo.
Y un animal desdoblado, reflexivo, especular. Una cosa (res) muy rara. De lo cual conviene
olvidarse, a la hora del comn y autmata vivir, por exigencias del guion, y de la vital eficacia.
Pero quin puede dejar de soar sin dejar de vivir?
Ser o no ser, esa es la cuestin. Pero el mundo ES (o lo aparenta muy bien).
Vete t a saber POR QUE.
"Describir" no es "explicar", y esta distincin merece un par de reflexiones.
Describimos cuando presumimos explicar, empujando "ad infinitum" la frontera de la autntica y
ultima explicacin, como Ssifo su roca perenne.
Esta ltima ignorancia, reviste distintos ropajes, y determina muy diversas actitudes.
Habr quien se acoger a la seguridad de la religin, habr quien reconocer la inseguridad y
el encanto del no conocer (agnstico), y habr quien afirme conocerlo todo, lo cual demuestra
que ni a s mismo se conoce.
Yo solo s que no se nada, deca Scrates (y no le faltaba el buen humor), y algunos an no
hemos superado esto.
Ni falta que hace.
LORENZO SENTENAC