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Empezamos un proceso de transformacin en todas las reas de nuestra vida. Dentro de todo esto
seguramente habr muchas costumbres y muchos hbitos que adquirimos porque en nuestra familia se
practicaban o las adquirimos en los diversos crculos sociales a los que pertenecemos.
Pero en cuanto conocimos a Jess, el Espritu Santo comienza el proceso de santificacin, y con
ayuda de la Palabra de Dios y nuestra voluntad vamos cambiando todas estas costumbres y hbitos
por otros que den testimonio de que Dios est en nuestras vidas. Quiz podemos encontrar costumbres
tales como:
Malas palabras.
Indisciplina.
Rebelda o desobediencia.
Crtica destructiva.
Pereza.
Impuntualidad.
Tener dos mujeres.
Chisme, murmuracin.
Mentiras, robar,
Y otras.
Tenemos que reconocer que, aun cuando muchos estamos desde hace mucho tiempo en la iglesia,
Seguimos con ciertas costumbres que no edifican nuestras vidas y mucho menos la de los dems, y peor
an, no dan testimonio de que el Seor est en nuestra vida. Por eso es muy importante hacer conciencia
de ello y tener toda la disposicin de quitarlas de nuestras vidas para andar en una vida nueva, como
dice Romanos 6:4.
ABRAMOS NUESTRO CORAZN
Tenemos que identificar esas malas costumbres que nos limitan en nuestra nueva vida en Cristo.
Para poder identificarlas nosotros contamos con un estndar, la Palabra de Dios. La Biblia es nuestra gua
y nos ayudar a identificar esas costumbres que no son propias de un discpulo de Cristo. Debemos
reconocer que las costumbres que hemos adquirido a lo largo de nuestra vida son vanidad y necias, es
decir, contradicen la Palabra de Dios:
Muchos estaban dominados por diferentes vicios y deseos equivocados: alcohol, drogas, ira,
malos administradores del dinero, adulterio, fornicacin, mentira, chisme, murmuracin, fornicacin. Pero
Dios nos manda a comportarnos de una forma diferente, y esa nueva forma de vivir la vida la debemos
de manifestar primeramente en la casa de Dios.
Cuidar la forma que nos comunicamos con los dems habla mucho de nosotros. Evitemos hablar
chismes y emitir juicios contra las personas. Nuestra boca debe bendecir a los dems, no maldecir. As
que usmosla correctamente.
Entonces que nuestra conducta sea intachable. Basemos en la Palabra de Dios nuestras
costumbres y hbitos. Ella nos dir que hacer y qu no hacer. Honremos a Dios con nuestra forma de
vivir.