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Gimeno Sacristán hace ver que en la transformación procesal del curriculum existen seis
niveles o fases: (1) el currículo prescrito; (2) el curriculum presentado a los profesores; (3) el
curriculum moldeado por los profesores; (4) el curriculum en acción; (5) el curriculum
realizado; y (6) el curriculum evaluado.
El principio que señala que el organismo central tiene un rol importante que jugar en el
proceso de implementación, se sustenta en el supuesto que desde el organismo central se
genera no sólo el curriculum, sino que también las directrices para su ejecución, la preparación
de los instrumentos pedagógicos y didácticos para su implementación y evaluación, y la
capacitación de los docentes. El principio induce a que la reforma vaya de “arriba” hacia
“abajo”, asumiendo las instituciones educativas y los docentes, una actitud un tanto pasiva y
receptora.
En efecto, son diversas las funciones y las estrategias que el organismo central cumple y utiliza
en el proceso de implementación curricular. Gajardo le asigna al nivel central un rol de
proveedor de insumos haciendo notar que los Ministerios de Educación o Secretarias
Ministeriales han desarrollado diversos Proyectos de Mejoramiento Educativo, con el fin de
asegurar que las reformas curriculares sean implementadas en las escuelas. Estos proyectos
motivan a las instituciones educacionales a realizar propuestas de mejoramiento institucional,
y de logro académico, basados en el establecimiento de metas específicas de cambio y
acompañados de cálculos precisos sobre los insumos necesarios para la implementación, así
como de los tiempos estimados para la concreción de los cambios (Gajardo, 1999).
Una modalidad bastante usual que utilizan los organismos centrales en las reformas
curriculares de diferentes países, es capacitar a los docentes a medida que el curriculum es
elaborado e implementado. Además, desde los ministerios, organismos regionales o locales se
proporcionan asesorías de especialistas de áreas y de supervisores curriculares y de materiales
de apoyo. Cuando los recursos lo permiten, se contempla igualmente un plan integral y
comprehensivo de capacitación de todo el personal incluyendo, adicionalmente, instancias de
colaboración y diálogo en las que participan todos los estamentos de la escuela. Una vez que el
curriculum oficial ha sido implementado en su primer año, el organismo central requerirá retro-
información de los docentes y otro personal con fines de actualización, realizando con
posterioridad un monitoreo o seguimiento permanente.
Cabe hacer notar que la investigación ha constatado que cuando los cursos de capacitaciones
se realizan en sesiones breves (one shot session), en las que “expertos” les presentan a los
docentes las ideas básicas del nuevo curriculum y estos son participantes-pasivos, la
probabilidad de que los cambios propuestos por el nuevo curriculum se introduzcan en sus
prácticas en el aula, son muy bajas
La International Association for the Evaluation of Educational Achievement (IEA), en sus
investigaciones referidas al rendimiento de la calidad educacional, ha detectado que los
sistemas educacionales de los países que participan de las pruebas internacionales (TIMSS),
emplean diferentes modalidades para establecer una conexión entre el curriculum oficial
prescrito, desde los organismos centrales, y el curriculum implementado a nivel de las
instituciones educacionales:
- Hay países en que los profesores son capacitados por los organismos centralizados o bien
descentralizados respecto a los contenidos y a los métodos pedagógicos.
- Otros países usan la modalidad de desarrollar materiales educacionales, como textos de
estudio, guías didácticas o circulares ministeriales que son anexadas al curriculum oficial.
- El perfeccionamiento de los profesores en servicio en el curriculum oficial, así como de los
que se encuentran en la formación inicial, es practicado en la totalidad de los países como una
modalidad de transferir el curriculum oficial a los profesores.
Es interesante hacer ver que muchos países que han elaborado reformas curriculares y
currículos oficiales–nacionales realizan estudios en terreno, con el fin de detectar cómo el
curriculum se implementa. Por lo general, lo hacen respecto a cada una de las disciplinas de
estudio en forma independiente, con el fin de detectar fortalezas y debilidades, éste es el caso
de manera especial de los países anglo parlante.
De igual forma, los distintos sistemas de evaluación y acreditación que se utilizan, cumplen
con la función de control y supervisión de la implementación del curriculum.
La implementación del curriculum oficial ha sido considerada, en muchos países, como una
modalidad muy eficaz en el desarrollo profesional de los docentes. En el proceso de
implementación curricular, los docentes desarrollan alternativas para poner en práctica el
curriculum oficial, dando a conocer a sus colegas las fortalezas y debilidades, aciertos y
desaciertos que han experimentado, abriendo deliberaciones y discusiones sobre su práctica
pedagógica, todo lo cual contribuye a su crecimiento profesional.
En efecto, son diversas las estrategias que se consultan para que la implementación del
curriculum sea una vía de desarrollo profesional de los docentes, entre éstas se pueden
mencionar las que siguen.
Esta estrategia, relaciona a los docentes con especialistas que han desarrollado materiales
curriculares de alta calidad en contenido y pedagogía, proveyéndoles tiempo y recursos con el
objetivo de que diseñen, evalúen y adapten el material para su uso en las aulas. Esta
estrategia implica que los docentes necesitan estar en contacto con los especialistas, con el fin
de tomar en conjunto decisiones de cómo los materiales serán usados con los estudiantes e
identificar objetivos que serán logrados en las diferentes etapas de la implementación. Los
docentes, en esta estrategia, requieren apoyo ligado a las necesidades cambiantes que
enfrentan. Además, comparten con sus colegas a medida que van implementando el nuevo
curriculum y realizan visitas mutuas, con el fin de reforzar los aprendizajes. En esta estrategia,
es crucial que la plana directiva de los establecimientos comprenda que implementar el nuevo
curriculum requiere tiempo, recursos y compromiso con la reforma. Se debe elaborar un plan
de perfeccionamiento continuo para todos los docentes y apoyar, en especial, a los docentes
que se incorporan a los establecimientos y aquéllos que cambian de nivel o grado. Finalmente,
es indispensable que se elaboren modalidades de evaluación, no sólo de los resultados
logrados por los estudiantes, sino que también de la estrategia de implementación empleada;
en especial, esto es válido en las primeras fases de implementación.
• Estrategia de reemplazo de unidades curriculares (curriculum replacement units):
En esta estrategia, se incorpora en el curriculum oficial, nuevas unidades curriculares
experimentales. No se trata de suplir contenidos en el curriculum oficial, sino que entregar
experiencias alternativas de nuevos tópicos que no están incorporados al curriculum oficial.
Esta estrategia ofrece un nuevo espacio a través del cual los docentes pueden observar nuevas
modalidades de enseñanza, sin tener que rehacer el curriculum totalmente. La intención es
motivar la reflexión del docente respecto a como el contenido curricular debe ser enseñado.
Las unidades de reemplazo son elaboradas por especialistas en desarrollo curricular, dado el
escaso tiempo y recursos que poseen los docentes para desarrollarlas. Los docentes en talleres
de capacitación experimentan con las nuevas unidades, las discuten y analizan para
posteriormente ponerlas en práctica en las aulas. Para estos efectos, ellos deben ser apoyados
por los directores y padres de familia (Burns, 1994).
Uno de los especialistas en curriculum que más ha apoyado la idea de que son los docentes los
que tienen un rol central en el cambio curricular, y que su participación es fundamental ha sido
L. Stenhouse. Este autor estima como necesario que los docentes intervengan directamente en
el proceso de toma de decisiones curriculares, incluso cuando se trata de levantar propuestas
para un curriculum oficial. En otras palabras, los docentes, según su parecer, no deben quedar
reducidos exclusivamente a un rol de ejecutores del curriculum prescrito en las instancias
centrales. Incluso sostiene que “no es posible el desarrollo de un curriculum sin el desarrollo
del profesor” (Stenhouse, 1975). En esta perspectiva, se ubica Gimeno Sacristán, que ha
asumido una postura crítica frente al curriculum y al rol pasivo que se le ha asignado en su
implementación (Sacristán, 1998).
Para finalizar, debemos hacer notar que tanto los diseñadores, como los investigadores e
implementadotes del curriculum oficial, se formulan con insistencia la pregunta de cuáles son
los factores que influyen en el proceso de implementación curricular. Una revisión de la
literatura permite identificar alguno de estos factores:
• Los directivos son personas claves para una implementación exitosa en una escuela. Ellos
deben tener un conocimiento acabado de los cambios que el curriculum está planteando y del
proceso de implementación. Deben estar comprometidos con el cambio y estar en disposición
de ejercer su liderazgo para satisfacer las necesidades planteadas por los docentes. En este
sentido, debieran estar dispuestos a: proveer el desarrollo profesional del personal, estar
preparados para enfrentar escollos, proveer de especialistas externos cuando se requieren;
etc.
REFERENCIAS
Bernstein, B (1971). Class, Codes and Control; en Towads a thery of educational transmition,
Vol. 3, Londres.
Fullan, M. y Pomfret, A. (1977). Research on curriculum and instruction implementation, en
Review of Educational Research, Vol. 47, Cap. 1, Washington.
Fullan, M. Y S. Stiegelbauer. (1991). The new meaning of educational change, Nueva York.
Marsh, C. & Huberman, M. (1984). Disseminating curricula: A look from the top down, en
Journal of Curriculum Studies, Vol. 16, Cáp. 1, Marsh y Huberman, 1984:53-56.
Ferrer, G. (2004). Las reformas curriculares de Perú, Colombia, Chile y Argentina: ¿Quién
responde por los resultados?; en GRADE, Documento de Trabajo N°45, Lima.
Burns, M. (1994). Replacement Units: A Direction for Changing Math Instruction. en Math
Solutions Publications, Canada.